El capital

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El capital» de Karl Marx

El texto que aquí tenemos presente es de naturaleza narrativa o circunstancial,

concretamente de contenido social (o más bien socioeconómico). Su autor, Karl Marx,

político, filósofo y economista alemán nos muestra claramente su insatisfacción y

contraposición ante el nuevo sistema de fábricas que ha surgido como consecuencia de la

Revolución Industrial.

Marx es convencido por su amigo Engels de que debe estudiar profundamente los

problemas económicos. Así surgirá a mitad del s. XIX el socialismo científico, cuyos

creadores serán el mismo Marx y su amigo Engels. Su obra cumbre será «El manifiesto

comunista», que se escribe en los años cuarenta de este citado siglo; más adelante se

escribirá «El capital», que se verá obligado a terminar Engel solo, tras la muerte de su

compañero. En estos dos libros se defiende la corriente del socialismo científico, que

parte de la situación social de la época: Cada día existe una más amplia diferencia entre la

burguesía, que se encarga de dominar la sociedad (económicamente) y el proletariado,

que está supeditado a los intereses de la aquella.

Este socialismo científico, recibe este nombre porque su autor, Marx, realiza un estudio

de la sociedad de las diferentes épocas de la historia, dándose cuenta que con el

surgimiento de la propiedad privada aparecen las diferentes clases y las tensiones entre

ellas.

Según Marx lo recomendable es el cambio de esta sociedad que a aparecido tras la

Revolución Industrial; por lo tanto estará a favor de creación de una nueva

sociedadigualada, sin clases, como lo eran las primeras sociedades, donde no existía la

propiedad privada (fuente de los conflictos sociales). Para la aparición de esta sociedad

pensará que antes que nada es preciso la concienciación del proletariado, haciéndole

ver que su papel en la economía es imprescindible, por lo que no merecen una tan mala

situación, como la que viven. Tras concienciar a este proletariado debe surgir laguerra

entre clases, dando lugar a una dictadura del proletariado, llevando esto a una

sociedad sin clases.

En el momento en que Marx escribe «El capital» nos encontramos en plena Segunda

Revolución Industrial, en la que la mecanización del trabajo y la división de éste son ya

todo un hecho. Ya habrán empezado las concentraciones industriales y ya nadie se

cuestiona el sistema de fábricas.

A lo largo del texto nos encontraremos con una continua crítica del sistema de fábricas

actual en Europa.

Pero el texto lo podemos dividir en dos partes:

Una primera, que corresponde con el primer párrafo, donde Marx nos plantea

la diferencia existente entre los talleres artesanales y las fábricas, y las

consecuencias en el obrero que ésta tiene. Es decir, que el trabajo ahora se realizará

en cadena y con la utilización de las máquinas, ya no existirá el artesano como autómata.

En el segundo párrafo, además nos analizará las malas consecuencias que tiene en el

obrero el nuevo sistema de trabajo, además del aprovechamiento palpable del

empresario de sus obreros, cuando ambos son los que hacen posible la obtención de

beneficios de la fábrica. Por lo tanto, la producción sólo pertenece al dueño del capital y no

al proletariado. El dueño no será el que trabaje su producción, sino el obrero.

En las primeras 6 líneas Karl Marx nos aclarará que el trabajador en un taller domina la

herramienta y participa en el proceso de fabricación y, por lo tanto, se sentirá más

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realizado que en la fábrica, donde tan solo maneja una máquina (a esto se puede dedicar

cualquiera). La máquina será la que produce, el obrero sólo será una parte de la

automatización del mecanismo, es decir, que ahora el trabajo será mucho más

“despersonalizado”. Antes el artesano controla su trabajo y domina el instrumento de

producción; es el experto y se especializa en la utilización de lagunas herramientas.

Mientras que ahora, en la fábrica, el obrero está controlado por su patrón y realizará

cualquier trabajo en la fábrica que sólo consiste en hacer posible el funcionamiento de una

máquina.

En el siguiente párrafo, que consta del resto de las líneas del texto, nos deja claros unos

cuantos inconvenientes del trabajo en la fábrica.

Primero nos aclara que en estas fábricas no sólo trabajarán los hombres, como había

ocurrido hasta ahora, sino que también realizarán los trabajos las mujeres y los

niños pequeños. Además este individuo, sea cual sea su sexo y edad, se ve supeditado a

una serie de horarios larguísimos y a un sistema de trabajo en condiciones bastante duras,

pues los lugares donde se trabaja suelen ser nocivos, malos, con humos, etc. Por esto los

obreros se verán con dificultades de seguir este automatismo de la máquina, pues no está

acostumbrado a ello. En cambio, los niños, y por esto se los contrata en gran número, no

habrán visto otra situación y tienden a acostumbrarse. Además estos pequeños no piensan

ni cogen malos hábitos, por los que rendirán más dentro de sus capacidades. También

debemos tener en cuenta que para el empresario es más difícil disciplinar a un adulto que

a un joven, además los niños harán trabajos más duro, es decir, que a lo mejor no

precisaban mucha fuerza pero sí, gran responsabilidad, cobrando sueldos miserables,

incluso más bajos que los de los adultos, pues son más pequeños.

También hace Marx referencia al intento de los empresarios por enfrentar a unos

trabajadores con otros, esta división será producto del sistema, que al darles cargos

de mayor o menor importancia los fragmenta. Se les favorece más a los “oficiales de

industria” que al resto de los obreros (“soldados de industria”). Así que a la hora de

reivindicación, los “oficiales de industria” estarán más de parte de los empresarios que de

los compañeros obreros, simplemente porque piensan que su situación es más o menos

buena, ya que ocupan un cargo medianamente alto en la fábrica. O sea, que el mismo

sistema de fábricas es el que está dividiendo entre sí a los obreros.

Marx , en este último párrafo, nos intenta plantear también la crítica del hecho de que en

la fábrica sólo se tiene en cuenta los intereses de los dueños y no de los obreros, a

pesar de que estos últimos también hayan hecho posible la obtención de beneficios,

que sólo van a parar a las manos de los empresarios. No llega a entender por qué los

burgueses, que lucharon porque el rey no fuera el único gobernador de los países, ahora

cometen el mismo error, que cometía estos reyes, pero a pequeña escala (en la fábrica),

haciendo patente que los beneficios de ésta lleguen solo a unas únicas manos: las de los

dueños de la empresa.

Karl Marx, nos deja claro que ahora a los trabajadores ya no se les pega con un látigo

como se hacía antes, pues un obrero herido supone su imposibilidad de trabajar, pero se

les sigue tratando como esclavos, ya que si no realizan el trabajo como cree el empresario

conveniente el obrero será castigado con multas económicas. Así que el empresario a

parte de recibir el dinero de la multa de su obrero, cuenta con el trabajo de éste.

Por todo esto Marx cree indispensable la concienciación de los obreros de su nefasta

situación, injusta a la par de infrahumana, y darle solución: la revolución, para dar lugar a

una sociedad ideal, una sociedad sin clases.

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Lo que Marx quizá no tuvo en cuenta fue que en las diferentes sociedades la gente es muy

individualista por naturaleza, así que es prácticamente imposible conseguir una sociedad

totalmente igual. Esta idea también es aplicable a la economía.