El Buen Vivir, Una Oportunidad Por Construir

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El buen vivir, relaciones internacionales

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  • ECUADOR

    Debate CONSEJO EDITORIAL Jos Snchez-Parga, Alberto Acosta, Jos Laso Ribadeneira, Simn Espinosa, Diego Cornejo Menacho, Manuel Chiriboga, Fredy Rivera Vlez, Marco Romero.

    Director: Francisco Rhon Dvila. Director Ejecutivo del CAAP Primer Director: Jos Snchez Parga. 1982-1991 Editor: Hernn Ibarra Crespo Asistente General: Margarita Guachamn

    REVISTA ESPECIALIZADA EN CIENCIAS SOCIALES Publicacin peridica que aparece tres veces al ao. Los artculos y estudios impresos son canalizados a travs de la Direccin y de los miembros del Consejo Editorial. Las opiniones, comentarios y anlisis expresados en nuestras pginas son de exclusiva responsabilidad de quien los suscribe y no, necesariamente, de ECUADOR DEBATE. ECUADOR DEBATE. CENTRO ANDINO DE ACCION POPULAR Se autoriza la reproduccin total y parcial de nuestra informacin, siempre y cuando se cite expresamente como fuente a ECUADOR DEBATE.

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    PORTADA PuntoyMagenta

    DIAGRAMACION Martha Vinueza

    IMPRESION AlbazulOffset

    I ISSN-1012-1498 I

  • ECUADORDEBATE 75Quito-Ecuador, Diciembre del 2008

    PRESENTACION / 3-6

    COYUNTURA

    Dilogo sobre la coyuntura: Escenarios polticos y crisis econmica mundial / 7-22Conflictividad socio-poltica: Julio Octubre 2008 / 23-32

    TEMA CENTRAL

    El Buen Vivir, una oportunidad por construir / 33-48Alberto AcostaEl Estado Plurinacional e Intercultural en la Constitucin Ecuatoriana del 2008 / 49-62Agustn GrijalvaFragmentacin territorial y representacin poltica. Criterios para el diseo del sistema electoral en el contexto de la Nueva Constitucin / 63-76Richard Ortiz OrtizParadojas polticas e institucionales del Constitucionalismo / 77-92J. Snchez PargaCambiar la letra, cambiar el mundo / 93-96Roberto GargarellaDescentralizacin y autonomas en la Constitucin de la Asamblea Constituyente de 2008 / 97-106Jorge G. Len Trujillo

    DEBATE AGRARIO

    Juncal de Caar: la progresiva transformacin territorial de una parroquia de la sierra ecuatoriana / 107-116Nasser Reba

  • ANLISIS

    De cmo viven y piensan la libertad de expresin y de prensa los periodistas ecuatorianos / 117-130Fernando Checa MontfarRenovacin o Continuismo? actitudes, valores y trayectoria de la clase poltica ecuatoriana / 131-146Flavia Freidenberg

    RESEAS

    Poltica, participacin y ciudadana en los procesos de independencia en la Amrica Andina / 147-150Hernn IbarraOjo al aviso. una panormica de la grfica, el diseo el arte y la comunicacin visual popular / 151-152Mara Elena BedoyaEstudios sobre sexualidades en Amrica Latina / 153-158Rafael Polo

  • Ni lo uno ni lo otro, sino todo lo con-trario

    n la Asamblea Constituyente,el Buen Vivir o Sumak Kausai(en kichwa) fue motivo de

    diversas interpretaciones. En un debate,que en realidad recin empieza, primel desconocimiento y el temor en algu-nos sectores. Para unos el Buen Vivir, alque lo entendan ingenuamente comouna despreocupada y hasta pasiva dolcevita, les resultaba inaceptable. Otros,

    quizs temerosos de perder sus privile-gios, no dudaron en anticipar que conel Buen Vivir se propona el retorno a lapoca de las cavernas.

    Algunos asamblestas, contando conel eco perturbador de gran parte de unaprensa mediocre e interesada en el fra-caso de la Constituyente, acostumbra-dos a verdades indiscutibles, clamabanpor concreciones definitivas. Mientrasque otros, que inclusive alentaron esteprincipio fundacional de la Constitu-cin de Montecristi, al parecer no te-

    TEMA CENTRAL

    El Buen Vivir, una oportunidad por construirAlberto Acosta1

    Y volver a preguntrsenos: qu ha dejado a la Kultura Don Quijote? Y dir: el quijo-tismo, y no es poco! Todo un mtodo, toda una epistemologa, toda una esttica, toda unalgica, toda una religin sobre todo, es decir, una economa a lo eterno y lo divino, todauna esperanza en lo absurdo racional.

    Miguel de Unamuno, Del sentimiento trgico de la vida, 1912

    El Buen Vivir como principio estructurador de la nueva Constitucin implica el reconocimien-to de las concepciones de sustentabilidad y respeto a la naturaleza promovidos por las socie-dades indgenas. Ms que una declaracin constitucional es una oportunidad para construircolectivamente un nuevo rgimen de desarrollo basado en una economa solidaria. Esto signi-fica alejarse de una economa sobredeterminada por las relaciones mercantiles, impulsandouna relacin dinmica y constructiva entre mercado, Estado y sociedad. El Buen Vivir es uto-pa de un proyecto de vida en comn a ser ejecutada por la accin de la ciudadana.

    E

    1 Economista. Profesor e investigador de la FLACSO. Consultor internacional. Ex-ministro deEnerga y Minas. Ex-presidente de la Asamblea Constituyente.

    jalmeidaCuadro de textoAcosta, Alberto (2008). El Buen Vivir, una oportunidad por construir. Revista Ecuador Debate, n.75: 33-48.

  • nan clara la trascendencia de esta deci-sin

    Para entender lo que implica elBuen Vivir, que no puede ser simplista-mente asociado al bienestar occiden-tal, hay que empezar por recuperar lacosmovisin de los pueblos y nacionali-dades indgenas; planteamiento quetambin se cristaliz en la discusinconstitucional en Bolivia. Eso, de plano,no significa negar la posibilidad parapropiciar la modernizacin de la socie-dad, particularmente con la incorpora-cin en la vida de muchos y valiososavances tecnolgicos de la humanidad.

    En la comprensin del sentido quetiene y debe tener la vida de las perso-nas, en las sociedades indgenas denuestro pas no existe el concepto dedesarrollo, nos recuerda Carlos ViteriGualinga. Es decir, no hay la concep-cin de un proceso lineal que establez-ca un estado anterior o posterior. Nohay aquella visin de un estado de sub-desarrollo a ser superado. Y tampoco unestado de desarrollo a ser alcanzado.No existe, como en la visin occidental,esta dicotoma que explica y diferenciagran parte de los procesos en marcha.Para los pueblos indgenas tampoco hayla concepcin tradicional de pobrezaasociada a la carencia de bienes mate-riales o de riqueza vinculada a su abun-dancia.

    Desde la cosmovisin indgena elmejoramiento social -el desarrollo?- esuna categora en permanente construc-cin y reproduccin. En ella est enjuego la vida misma. Siguiendo con esteplanteamiento holstico, por la diversi-dad de elementos a los que estn condi-cionadas las acciones humanas quepropician el Buen Vivir, los bienes mate-

    riales no son los nicos determinantes.Hay otros valores en juego: el conoci-miento, el reconocimiento social y cul-tural, los cdigos de conductas ticas eincluso espirituales en la relacin con lasociedad y la Naturaleza, los valoreshumanos, la visin de futuro, entreotros. El Buen Vivir constituye una cate-gora central de la filosofa de vida delas sociedades indgenas. Y su aportenos invita a asumir otros saberes yotras prcticas.

    Pero eso no es la nica fuente deinspiracin para impulsar el Buen Vivir.Incluso desde crculos de la culturaoccidental se levantan cada vez msvoces que podran estar de algunamanera en sintona con esta visin ind-gena. En el mundo se comprende, pau-latinamente, la inviabilidad global delestilo de desarrollo dominante.

    Frente a los devastadores efectos delcalentamiento global, se plantean cam-bios para que la humanidad puedaescapar con vida de los graves riesgosecolgicos y sociales en ciernes. El cre-cimiento material sin fin podra culmi-nar en un suicidio colectivo, tal comoparece augurar el mencionado recalen-tamiento de la atmsfera o el deteriorode la capa de ozono, la prdida de fuen-tes de agua dulce, la erosin de la bio-diversidad agrcola y silvestre, la degra-dacin de suelos o la propia desapari-cin de espacios de vida de las comuni-dades locales

    Para empezar el concepto mismo decrecimiento econmico debe ser reubi-cado en una dimensin adecuada, con-cepto que est ntimamente vinculadoal de desarrollo, al menos en su acep-cin occidental. Valga traer nuevamentea colacin la visin crtica del creci-

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  • miento econmico que tiene AmartyaSen, Premio Nobel de Economa de1997. Para reforzar la necesidad de unavisin ms amplia, superadora de losestrechos mrgenes cuantitativos deleconomicismo, l insiste que las limi-taciones reales de la economa tradicio-nal del desarrollo no provinieron de losmedios escogidos para alcanzar el cre-cimiento econmico, sino de un reco-nocimiento insuficiente de que ese pro-ceso no es ms que un medio paralograr otros fines. Esto no equivale adecir que el crecimiento carece deimportancia. Al contrario, la puedetener, y muy grande, pero si la tiene sedebe a que en el proceso de crecimien-to se obtienen otros beneficios asocia-dos a l. () No slo ocurre que el cre-cimiento econmico es ms un medioque un fin; tambin sucede que paraciertos fines importantes no es un mediomuy eficiente. Y por lo tanto, no es lanica va a la que debera darse necesa-riamente prioridad.

    Incluso a escala global la concep-cin del crecimiento basado en inagota-bles recursos naturales y en un mercadocapaz de absorber todo lo producido,muestra que ms que producir el desa-rrollo lo que se observa, como sealaJos Mara Tortosa, es un mal desarro-llo. Tortosa va ms all. l afirma queel funcionamiento del sistema mundialcontemporneo es maldesarrollador() La razn es fcil de entender: es unsistema basado en la eficiencia que tratade maximizar los resultados, reducircostes y conseguir la acumulacin ince-sante de capital. Esa es la regla de juegoque para nada es atemperada por lamano invisible de los sentimientosmorales de que hablaba Adam Smith, es

    decir, por el sentido de la responsabili-dad. Si todo vale, el problema no esde quin ha jugado que y cuando, sinoque el problema son las mismas reglasdel juego. En otras palabras, el sistemamundial est maldesarrollado por supropia lgica y es a esa lgica a dondehay que dirigir la atencin.

    Eso no es todo, a ms de no obtenerel bienestar material, se estn afectandola seguridad, la libertad, la identidad delos seres humanos. Ese mal desarrollo,generado desde arriba, sea desde losgobiernos centrales y sus empresastransnacionales, o desde las lites domi-nantes a nivel nacional, implica enton-ces una situacin de complejidadesmltiples que no pueden ser explicadasa partir de versiones monocausales. Porello est tambin en cuestin aquellaclasificacin de pases desarrollados ysubdesarrollados, tanto como el mismoconcepto de desarrollo tradicional. Y,por cierto, aquella lgica del progresoentendida como la acumulacin perma-nente de bienes materiales.

    En esta lnea de reflexin, desde lavertiente ambiental, podramos mencio-nar los reclamos de cambio en la lgicadel desarrollo, cada vez ms urgentes,de varios pensadores de gran vala,como Nicholas Georgescu-Roegen,Ivn Illich, Herman Daly, Jos ManuelNaredo, Joan Martnez Alier, RobertoGuimaraes, Eduardo Gudynas, entreotros. Sus cuestionamientos a las estra-tegias convencionales se nutren de unaamplia gama de visiones, experiencias ypropuestas propias de la misma civiliza-cin occidental. Sus argumentos priori-tarios son una invitacin a no caer en latrampa de un concepto de desarrollosustentable que no afecte la revaloriza-

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  • cin del capital, hoy vendido comocapitalismo verde. Tambin alertansobre los riesgos de una confianza des-medida en la ciencia su tcnica. En defi-nitiva, estos pensadores cuestionan laidea tradicional del progreso material yproponen nuevas formas de organiza-cin de la vida misma.

    La bsqueda de nuevas formas dedesarrollo implica revitalizar la discu-sin poltica, ofuscada por la visin eco-nomicista sobre los fines y los medios.Al endiosar la actividad econmica,particularmente al mercado, se hanabandonado muchos instrumentos noeconmicos, indispensables para eldesarrollo. La resolucin de los proble-mas exige una aproximacin multidisci-plinaria.

    La acumulacin material -mecani-cista e interminable de bienes-, apoltro-nada en el utilitarismo antropocntricosobre la Naturaleza (Eduardo Gudy-nas), no tiene futuro. Los lmites de esti-los de vida sustentados en esta visinideolgica del progreso son cada vezms notables. El ambiente, es decir losrecursos naturales no pueden ser vistoscomo una condicin para el crecimien-to econmico, como tampoco puedenser un simple objeto de las polticas dedesarrollo. Esto nos conduce a aceptarque la Naturaleza, en tanto una cons-truccin social y en tanto trmino con-ceptualizado por los seres humanos,debe ser reinterpretada y revisada nte-gramente, sobre todo si la humanidadno est fuera de la Naturaleza. La visindominante, que pretende ver a la huma-nidad por fuera de la Naturaleza, inclu-so al definirla como Naturaleza sin con-siderar al ser humano como parte inte-

    gral de la misma, ha abierto la puertapara dominarla y manipularla. Se le hatransformado en recursos naturales eincluso en capital natural a ser explo-tados. Cuando, en realidad, laNaturaleza hasta podra existir sin sereshumanos

    En este punto hay que rescatar lasverdaderas dimensiones de la sustenta-bilidad. Esto exige, desde la perspectivade Roberto Guimaraes, tener comonorte una nueva tica del desarrollo,una tica en la cual los objetivos eco-nmicos de progreso estn subordina-dos a las leyes de funcionamiento de lossistemas naturales y a los criterios derespeto a la dignidad humana y demejora de la calidad de vida de las per-sonas. Para l, el crecimiento, defini-do como incremento monetario del pro-ducto y tal como lo hemos experimen-tado, constituye un componente intrn-seco de la insustentabilidad actual.Esto, siguiendo al mismo autor, nos con-duce al desplazamiento del crecimien-to como un fin ltimo hacia el desarro-llo como un proceso de cambio cualita-tivo. Y eso -pensando desde ya en loque podra ser una economa postcreci-miento, como lo entiende Enrique Leff-se lograr, para volver a Guimaraes, enla medida que se logre preservar la inte-gridad de los procesos naturales quegarantizan los flujos de energa y demateriales en la bisfera y, a la vez, sepreserve la biodiversidad del planeta.Para lo que habr de transitar del actualantropocentrismo al biopluralismo,otorgando a las especies el mismo dere-cho ontolgico a la vida.

    Estos planteamientos de Guimaraesubican con claridad por donde debera

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  • marchar el desarrollo sustentable, sirealmente pretende ser una opcin devida, en tanto respeta la Naturaleza ypermite un uso de los recursos naturalesadaptado a la generacin (regeneracin)natural de los mismos. La Naturaleza,en definitiva, debe tener la necesariacapacidad de carga y recomposicinpara no deteriorarse irreversiblementepor efecto de la accin del ser humano.He aqu una aproximacin tica expli-cativa de los derechos que se otorgarona la Naturaleza en Montecristi.

    En suma, el desarrollo debe ser sus-tentable ambientalmente en tanto com-promiso con las generaciones futuras.En esa lnea de pensamiento, si acepta-mos que es necesaria una nueva ticadel desarrollo, hay que incorporar ele-mentos consustanciales a un verdaderoproceso de transformaciones radicales,como son la igualdad, las diversas equi-dades2 y la justicia social (productiva ydistributiva), as como elementos mora-les, estticos y espirituales. Y esto dentrode un esfuerzo de democratizacin per-manente de la sociedad, a partir de laconstruccin de ciudadanas slidas.

    Entonces, de ninguna manera esaceptable un estilo de vida fcil para ungrupo reducido de la poblacin, mien-tras el resto, la mayora, tiene que traba-jar para sostener los privilegios de aquelsegmento privilegiado y opresor. Esta esla realidad del rgimen de desarrolloactual, una realidad propia del sistemacapitalista. Ya lo apunt -en su obra cl-sica, Investigacin sobre la naturaleza ycausas de la riqueza de las naciones,

    1776- Adam Smith, profeta del liberalis-mo: All donde existen grandes patri-monios, hay tambin una gran desigual-dad. Por un individuo muy rico ha dehaber quinientos pobres, y la opulenciade pocos supone la indigencia demuchos.

    El capitalismo ha demostrado unagran capacidad productiva. Ha podidodar lugar a progresos tecnolgicos sus-tanciales y sin precedentes. Ha conse-guido incluso reducir la pobreza envarios pases. Sin embargo, producetambin procesos sociales desigualesentre los pases y dentro de ellos. S, secrea riqueza, pero son demasiadas laspersonas que no participan de esosbeneficios.

    Aqu cobra renovado vigor las pro-puestas de Amartya Sen, para quien elpoder de crear riqueza equivaldra ala posibilidad de ampliacin de lascapacidades del ser humano. No cuen-tan tanto las riquezas o sea las cosasque las personas puedan producirdurante sus vidas, sino lo que las cosashacen por la vida de las personas: Eldesarrollo debe preocuparse de lo quela gente puede o no hacer, es decir sipueden vivir ms, escapar de la morbili-dad evitable, estar bien alimentados, sercapaces de leer, escribir, comunicarse,participar en tareas literarias y cientfi-cas, etc. En palabras de Marx, se trata desustituir el dominio de las circunstan-cias y el azar sobre los individuos, por eldominio de los individuos sobre el azary las circunstancias (Sen). Una convi-vencia sin miseria, sin discriminacin,

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    2 Econmica, social, intergeneracional, de gnero, tnica, cultural especialmente.

  • con un mnimo de cosas necesarias ysin tener a stas como la meta final. Estaes, a no dudarlo, una visin equiparablecon el Buen Vivir, deseable y posible enun pas con tantas posibilidades comoel Ecuador.

    Por este motivo resulta inapropiadoy altamente peligroso aplicar el paradig-ma del desarrollo tal y como es conce-bido en el mundo occidental. No sloque no es sinnimo de bienestar para lacolectividad, sino que est poniendo enriesgo la vida misma de la humanidad.El Buen Vivir, entonces, tiene una tras-cendencia mayor a la sola satisfaccinde necesidades y acceso a servicios ybienes. En este contexto, desde la filo-sofa del Buen Vivir se precisa cuestio-nar el tradicional concepto de desarro-llo. La acumulacin material permanen-te de bienes materiales no tiene futuro.

    El desarrollo, mejor digmoslo unrenovado concepto de desarrollo, vistodesde esta perspectiva -planteada tam-bin por connotados tratadistas latinoa-mericanos3- implica la expansin de laspotencialidades individuales y colecti-vas, las que hay que descubrir y fomen-tar. No hay que desarrollar a la persona,la persona tiene que desarrollarse. Paralograrlo, como condicin fundamental,cualquier persona ha de tener las mis-mas posibilidades de eleccin, aunqueno tenga los mismos medios. El Estadocorregir las deficiencias del mercado yactuar como promotor del desarrollo,en los campos que sea necesario. Y si eldesarrollo exige la equidad y la igual-dad, stas slo sern posibles condemocracia -no un simple ritual electo-

    ral- y con libertad de expresin, verda-deras garantas para la eficiencia econ-mica y el logro del Buen Vivir, en tantocamino y en tanto objetivo.

    El Buen Vivir, ms que una declara-cin constitucional, se presenta, enton-ces, como una oportunidad para cons-truir colectivamente un nuevo rgimende desarrollo. Constituye un paso cuali-tativo importante al pasar del desarro-llo sustentable y sus mltiples sinni-mos, a una visin diferente, mucho msrica en contenidos y por cierto mscompleja. Su contenido no se reflejasimplemente en una sumatoria de art-culos constitucionales en donde semencionan estas palabras: Buen Vivir. Esmucho ms que la posibilidad de intro-ducir cambios estructurales a partir delcumplimiento de los diferentes artculosconstitucionales en donde se abordaexpresamente o no el Buen Vivir. Estapropuesta, siempre que sea asumidaactivamente por la sociedad, en tantorecepta las propuestas de los pueblos ynacionalidades indgenas, as como deamplios segmentos de la poblacin,puede proyectarse con fuerza en losdebates de transformacin que se desa-rrollan en el mundo.

    El Buen Vivir, en definitiva, tiene quever con otra forma de vida, con unaserie de derechos y garantas sociales,econmicas y ambientales. Tambinest plasmado en los principios orienta-dores del rgimen econmico, que secaracterizan por promover una relacinarmoniosa entre los seres humanos indi-vidual y colectivamente, as como conla Naturaleza. En esencia busca cons-

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    3 Manfred Max-Neef, Antonio Elizalde, Jrgen Schuldt, Jos Lus Coraggio.

  • truir una economa solidaria, al tiempoque se recuperan varias soberanascomo concepto central de la vida polti-ca del pas.

    Hacia la construccin de una economasolidaria

    Desde esa perspectiva, el Buen Vivir,en tanto rgimen de desarrollo en cons-truccin y como parte inherente de unEstado plurinacional, tal como se apro-b en Montecristi, busca una vida arm-nica. Es decir equilibrada entre todos losindividuos y las colectividades, con lasociedad y con la Naturaleza. No sepuede olvidar que lo humano se realiza(o debe realizarse) en comunidad; con yen funcin de otros seres humanos, sinpretender dominar a la Naturaleza.

    El valor bsico de la economa, enun rgimen de Buen Vivir, es la solidari-dad. Se busca una economa distinta,una economa social y solidaria, dife-rente de aquella caracterizada por unasupuesta libre competencia, que animaal canibalismo econmico entre sereshumanos y que alimenta la especula-cin financiera. A partir de esa defini-cin se aspira a construir relaciones deproduccin, de intercambio y de coope-racin que propicien la eficiencia y lacalidad, sustentadas en la solidaridad.Se habla de productividad y competiti-vidad sistmicas, es decir medibles enavances de la colectividad y no slo deindividualidades sumadas muchasveces en forma arbitraria.

    El mercado por si solo no es la solu-cin, tampoco lo es el Estado. El subor-dinar el Estado al mercado, conduce asubordinar la sociedad a las relacionesmercantiles y al egolatrismo individua-

    lista. Lejos de una economa sobredeter-minada por las relaciones mercantiles,se promueve una relacin dinmica yconstructiva entre mercado, Estado ysociedad. Se busca construir una socie-dad con mercado, para no tener unasociedad de mercado, es decir mercan-tilizada. No se quiere una economacontrolada por monopolistas y especu-ladores, como en la poca neoliberal.Tampoco se promueve una visin esta-tista a ultranza de la economa.

    El mercado, tanto como el Estado,requieren una reconceptualizacin pol-tica, que conduzca a regulaciones ade-cuadas. El mercado es una relacinsocial sujeta a las necesidades de losindividuos y las colectividades, entendi-da como un espacio de intercambio debienes y servicios en funcin de lasociedad y no slo del capital. Losmercados pueden ser totalmente inmo-rales, ineficientes, injustos y generado-res del caos social, nos recuerda Luisde Sebastin. Por lo tanto, siguiendo elpensamiento de Karl Polnayi -el merca-do es un buen sirviente, pero un psimoamo-, al mercado hay que organizarloy controlarlo como a un sirviente, perono asumirlo como un amo. El Estadodeber, en definitiva, ser ciudadaniza-do, mientras que el mercado habr deser civilizado, lo que, en ambos casos,implica una creciente participacin dela sociedad.

    Para enfrentar la gravedad de losproblemas existentes en la economaecuatoriana hay que desarmar las visio-nes simplificadoras y compartamentali-zadas. El xito o el fracaso no es solouna cuestin de recursos fsicos sinoque depende decisivamente de lascapacidades de organizacin, participa-

    ECUADOR DEBATE / TEMA CENTRAL 39

  • cin e innovacin de los habitantes delpas. Existen sobradas razones para afir-mar que el principal estrangulamientopara asegurar una vida mejor, en unmundo mejor, para todos y todas, es laausencia de polticas e instituciones4que permitan fortalecer e impulsar lascapacidades humanas de cada una delas culturas existentes.

    Est claro que en la nueva Cons-titucin, no est en juego simplementeun proceso de acumulacin material. Seprecisan respuestas polticas que haganposible un desarrollo impulsado por lavigencia de los derechos fundamentales(derechos humanos en trminos ampliosy derechos de la Naturaleza), comobase para una sociedad solidaria, en elmarco de instituciones que aseguren lavida. Las instituciones actualmentevigentes, apegadas a los dogmas ortodo-xos, apenas han contribuido a paliar cir-cunstancialmente los elementos msexplosivos del subdesarrollo.

    Se persigue una economa quegarantice el derecho de propiedad bienhabida. Pero sobre todo el derecho a lapropiedad de quienes nada o muy pocotienen. Esta nueva economa consolidael principio del monopolio pblicosobre los recursos estratgicos, pero a suvez establece una dinmica de uso yaprovechamiento de esos recursosdesde una ptica sustentable, con lanecesidad de disponer de mecanismosde regulacin y control en la prestacinde los servicios pblicos. Igualmenteconsidera diversas formas de hacer eco-noma: estatal, pblica, privada, mixta,

    comunitaria, asociativa, cooperativaBusca, con esto, ampliar la base de pro-ductores y propietarios en el Ecuador enun esquema de economa solidaria quearticule activa y equitativamente a todoslos segmentos productivos.

    La redistribucin de la riqueza (de latierra, por ejemplo) y la distribucin delingreso, con criterios de equidad, ascomo la democratizacin en el acceso alos recursos econmicos, como son loscrditos, estn en la mira de esta econo-ma solidaria. As, las finanzas debencumplir un papel de apoyo al aparatoproductivo y no ser ms simples instru-mentos de acumulacin y concentra-cin de la riqueza en pocas manos; rea-lidad que alienta la especulacin finan-ciera. Los bancos, por lo tanto, en unplazo perentorio, tendrn que vendertodas sus empresas no vinculadas a laactividad financiera, incluyendo susmedios de comunicacin.

    La Constitucin propone tambin laconstruccin de una nueva arquitecturafinanciera, en donde los servicios finan-cieros son de orden pblico. All sereconoce a las finanzas populares comopromotoras del desarrollo y se incentivala creacin de una banca pblica defomento, como aglutinadora del ahorrointerno e impulsador de economas pro-ductivas de caractersticas ms solida-rias. Un tratamiento preferente a lascooperativas de ahorro y crdito, ascomo a las diversas formas de ahorropopular, tambin est reconocido cons-titucionalmente.

    40 ALBERTO ACOSTA / El buen vivir, una oportunidad por construir

    4 Conjunto de normas y reglas emanadas de la propia sociedad, que configuran el marco refe-rencial de las relaciones humanas.

  • El ser humano, al ser el centro de laatencin, es el factor fundamental de laeconoma. Y en ese sentido, rescatandola necesidad de fortalecer y dignificar eltrabajo, se proscribe cualquier forma deprecarizacin laboral, como la terceri-zacin; incluso el incumplimiento delas normas laborales puede ser penali-zado y sancionado. Por otro lado se pro-hbe toda forma de persecucin a loscomerciantes y los artesanos informales.

    En lo social, se priorizaron las inver-siones en educacin y salud.5 En tantoderechos humanos, la educacin y lasalud sern servicios gratuitos; se inclu-y especficamente la gratuidad de laeducacin en el nivel universitario. Lagratuidad en el acceso a la justicia esotro de los derechos consagrados en laConstitucin. Se aprob la universali-dad de la seguridad social, de ningunamanera su privatizacin. Todo esteesfuerzo en lo social se complementacon una serie de disposiciones parasuperar tanto el machismo como elracismo, as como toda forma de exclu-sin social.

    Todas las personas tienen por igualderecho a una vida digna, que asegure lasalud, alimentacin y nutricin, aguapotable, vivienda, saneamiento ambien-tal, educacin, trabajo, empleo, descan-so y ocio, cultura fsica, vestido, seguri-dad social y otros servicios socialesnecesarios. Todos estos derechos, parasu cumplimiento, exigirn ajustes en ladistribucin de la riqueza y del ingreso,puesto que su vigencia no slo puedeestar garantizada por posibles ingresos

    petroleros u otros similares. Los dere-chos deben ser garantizados por lasociedad para todos sus miembros, encualquier tiempo o circunstancia, noslo cuando hay excedentes financieros.

    En el nuevo texto constitucionalexiste una seccin completa sobre dere-chos y garantas para personas con dis-capacidades, que constituyen, adems,una temtica transversal a toda laConstitucin.

    En esta carta magna se consolidanlos derechos de los y las emigrantes. Noslo que podrn votar en las eleccionesecuatorianas y que tendrn representan-tes a la Asamblea Nacional, elegidospor ellos, sino que podrn impulsarvarias iniciativas polticas, inclusive deley. El Estado generar incentivos alretorno del ahorro y de los bienes de laspersonas migrantes, para que dichosrecursos se orienten hacia la inversinproductiva de calidad decidida por lospropios emigrantes. Tambin se estimu-lar su afiliacin voluntaria al InstitutoEcuatoriano de Seguridad Social; paralograrlo se contar con el aporte de laspersonas domiciliadas en el exterior. Enun gesto de coherencia con la defensade los derechos de los compatriotas enel exterior, esta Constitucin asegurasimilares derechos a los extranjeros y alos ecuatorianos: los extranjeros quetengan residencia de cinco aos en elEcuador -por ejemplo- podrn ejercer elderecho al voto, sin necesidad de acuer-dos bilaterales con sus pases de origen;no podrn ser devueltos o expulsados aun pas donde su vida, libertad, seguri-

    ECUADOR DEBATE / TEMA CENTRAL 41

    5 Cumpliendo el mandato popular de fines del 2006, se destinar anualmente al menos 6% y4% del PIB, por lo menos, para educacin y salud, respectivamente.

  • dad o integridad o la de sus familiarespeligren por causa de su etnia, religin,nacionalidad, ideologa, pertenencia adeterminado grupo social, o por sus opi-niones polticas. En esa lnea de com-promiso se prohbe la expulsin decolectivos de extranjeros. Los procesosmigratorios debern ser singularizados.

    No se espera a que cambie elmundo para recin entonces avanzar enel campo de la migracin, se acta paraprovocar el cambio del mundo

    En sintona con estas propuestas enel mbito de la movilidad humana seimpulsa el principio de ciudadana uni-versal, la libre movilidad de todos loshabitantes del planeta y el progresivo finde la condicin de extranjero como ele-mento transformador de las relacionesdesiguales entre los pases, especial-mente Norte-Sur. Para lograrlo se pro-mueve la creacin de la ciudadana lati-noamericana y caribea; la libre circu-lacin de las personas en dicha regin;la instrumentacin de polticas quegaranticen los derechos humanos de laspoblaciones de frontera y de los refugia-dos; y, la proteccin comn de los lati-noamericanos y caribeos en los pasesde trnsito y destino migratorio.

    Con esta Constitucin, a diferenciadel pensamiento neoliberal todavadominante, se quiere recuperar lo pbli-co, lo universal, lo gratuito, la diversi-dad, como elementos de una sociedadque busca sistemticamente la libertad,la igualdad y la equidad, as como lasolidaridad en tanto elementos rectoresdel Buen Vivir. En su articulado, msall de las simples interpretaciones quehacen los constitucionalistas frustrados,encontramos borradores de una utopapor construir. Una utopa que implica la

    crtica de la realidad desde los princi-pios plasmados en la Constitucin deMontecristi. Una utopa que, al ser unproyecto de vida en comn, nos dice loque debe ser alternativa imaginaria,polticamente conquistada, a ser ejecu-tada por la accin de la ciudadana.

    Por eso, en forma pionera a nivelmundial, en la nueva Constitucin se haestablecido que la Naturaleza es sujetode derechos. Esta definicin enfrenta laactual crisis civilizatoria, cuando ya seve la imposibilidad de continuar con elmodelo industrialista y depredadorbasado en la lucha de los humanos con-tra la Naturaleza. No va ms la identifi-cacin del bienestar y la riqueza comoacumulacin de bienes materiales, conlas consecuentes expectativas de creci-miento y consumo ilimitados. En estesentido es necesario reconocer que losinstrumentos disponibles para analizarestos asuntos ya no sirven. Son instru-mentos que naturalizan y convierten eninevitable lo existente. Son conocimien-tos de matriz colonial y eurocntrica,que pretenden convencer de que estepatrn civilizatorio es natural e inevita-ble (Edgardo Lander).

    Al reconocer a la Naturaleza comosujeto de derechos, en la bsqueda deese necesario equilibrio entre laNaturaleza y las necesidades y derechosde los seres humanos, enmarcados en elprincipio del Buen Vivir, se estara supe-rando la clsica versin por la que laconservacin del medioambiente esentendida simplemente como un dere-cho de los seres humanos a gozar deun medioambiente sano y no contami-nado. Los derechos de la Naturalezatienen que ver con el derecho que tie-nen la actual y las siguientes generacio-

    42 ALBERTO ACOSTA / El buen vivir, una oportunidad por construir

  • nes de gozar un ambiente sano. Peroestos derechos acogen otros criterios dejusticia que superan la visin tradicionalde justicia, lo que provoca varios con-flictos conceptuales entre los constitu-cionalistas y juristas tradicionales.

    De esta nueva concepcin jurdica -todava en construccin- se derivandecisiones trascendentales. El agua esasumida como un derecho humano fun-damental, que cierra la puerta a su pri-vatizacin; en concreto se afirma quereconoce que el agua es patrimonionacional estratgico de uso pblico,dominio inalienable e imprescriptibledel Estado, y constituye un elementovital para la Naturaleza y para la exis-tencia de los seres humanos; laConstitucin plantea prelaciones en eluso del agua: consumo humano, riegopara la produccin de alimentos, caudalecolgico y actividades productivas, enese orden. La soberana alimentaria,que incorpora la proteccin del suelo yel uso adecuado del agua, que repre-senta un ejercicio de proteccin a losmillares de campesinos que si viven desu trabajo, se transforma en eje conduc-tor de las polticas agrarias e incluso derecuperacin del verdadero patrimonionacional: su biodiversidad. Incluso seplasma aqu la necesidad de conseguirla soberana energtica, sin poner enriesgo la soberana alimentaria o elequilibrio ecolgico.

    Esta Constitucin, la ms ecuatoria-na de toda la historia, que ofrece unacategrica propuesta de descentraliza-cin y autonomas, sobre bases de soli-daridad y equidad, abre la puerta tam-bin a la integracin regional. Sin laintegracin de los pueblos de NuestraAmrica Latina no hay desarrollo. Ese es

    un paso fundamental para que dichospueblos puedan insertarse con dignidade inteligencia en el contexto mundial. Ypara hacerlo, la Constitucin declara alEcuador como un territorio de paz, endonde no podrn asentarse fuerzas mili-tares extranjeras con fines blicos, niceder bases militares nacionales a sol-dados forneos.

    Finalmente, el Buen Vivir, una filoso-fa de vida, abre la puerta para construirun proyecto liberador y tolerante, sinperjuicios ni dogmas. Un proyecto que,al haber sumado muchas historias deluchas de resistencia y de propuestas decambio, se posiciona como punto departida para construir una sociedad sus-tentable en todos los mbitos.

    La nueva Constitucin, medio y fin paracambios estructurales

    Como punto bsico de la nuevaConstitucin tenemos que resaltar ladeclaracin de un Estado constitucionalde derechos y justicia, social, democr-tico, soberano, independiente, unitario,intercultural, plurinacional y laico. Conesta definicin se abre la posibilidad deun nuevo pacto de convivencia amplia,de mltiples entradas. Sin pretenderagotar los alcances de esta definicin,cabra resaltar que lo constitucional seposiciona prioritariamente para intentardesterrar la permanente violacin de lascartas magnas y lo plurinacional condu-ce a una suerte de refundacin delEstado en tanto toma en cuenta definiti-vamente la existencia de pueblos ynacionalidades indgenas, lo que signifi-ca un salto cualitativo de la miradamonocultural eurocntrica imperantehasta ahora.

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  • Por ello es preciso reformular lasrelaciones de poder entre el Estado y losciudadanos para que sean stos losautnticos poseedores de la soberana.La crisis de representacin poltica queha afectado y an afecta a las instanciasparlamentarias, implica una crisis delDerecho Constitucional en tanto que lasoberana popular est sometida a losapetitos privados en contradiccin conlas exigencias ciudadanas, lo cual creaun conflicto en el sistema de legitima-cin. El Derecho Constitucional fue underecho de papel. La tarea planteadapor la nueva Constitucin es superaraquel conjunto de normas acordadasexplcita o implcitamente por los gran-des agentes econmicos, que actancon independencia de los poderespblicos en la regulacin de las relacio-nes de estos entes privados, entre ellosmismos y con el Estado. Finalmente,han sido estas regulaciones desde losintereses privados, incluso transnacio-nales, las que han determinado las rela-ciones polticas con el Estado. Esto haimplicado una desvalorizacin delDerecho Constitucional y de las consti-tuciones, con una prdida de soberanapor parte del pueblo.

    La gran tarea -en palabras deRmulo Salazar Ochoa- consiste en quecomencemos a trabajar para arrancar elderecho constitucional del pedestalacademicista en el que la derechamantuvo la Constitucin y convirtamosa sta en inspiracin y expresin delpensamiento social en funcin del cam-bio y la transformacin poltica, garanti-zando el respeto a los derechos de laspersonas y de las colectividades. Estapreocupacin, desde luego, comienza adespejarse en la medida en que logra-

    mos entender que los principios consti-tucionales rigen a pesar de los vacos,limitaciones y tergiversaciones que res-pecto de ellos contiene la ley, y que porlo mismo, a diferencia del viejo positi-vismo, no es y no puede ser ella sino elpropio texto constitucional la fuente denuestros derechos y garanta a la vez desu eficacia en armona con la ms altasignificacin de la naturaleza humana.

    La propia Constitucin establece,por tanto, que para la consecucin delBuen Vivir, a las personas y a las colec-tividades, y a sus diversas formas orga-nizativas, les corresponde participar entodas las fases y espacios de la gestinpblica y de la planificacin del desa-rrollo nacional y local, y en la ejecuciny control del cumplimiento de los pla-nes de desarrollo en todos sus niveles. ElBuen Vivir no ser nunca una ddiva delos actuales grupos de poder. La cons-truccin de una sociedad equitativa,igualitaria y libre, slo ser posible conel concurso de todos y de todas.

    Por todo lo expuesto anteriormente,recin ha empezado el verdadero pro-ceso constituyente. Un proceso queexige una mayor y ms profunda peda-goga constituyente, as como unasociedad movilizada que impulse laconsecucin de los logros constitucio-nales. Un proceso de constitucin deciudadana.

    La consolidacin de las nuevas nor-mas constitucionales en leyes y en reno-vadas polticas coherentes con el cam-bio propuesto, es una tarea que convo-ca a los habitantes del campo y de laciudad a seguir caminando por la sendade las movilizaciones. Hay que impedirque, por ejemplo a travs de las nuevasleyes, se trate de vaciar de su contenido

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  • histrico a la nueva Constitucin, querecibi en las urnas el masivo respaldode la sociedad.

    Esta Constitucin, ste es quizs unode sus mayores mritos, abre la puertapara disputar el sentido histrico deldesarrollo. Estamos conscientes queestas nuevas corrientes del pensamientojurdico no estn exentas de conflictos.Al abandonar el tradicional concepto dela ley como fuente del derecho, se con-solida a la Constitucin como punto departida jurdico independientemente delas visiones tradicionales. No debe sor-prendernos, entonces, que esta nuevacarta magna genere conflictos con losjurisconsultos tradicionalistas, as comocon aquellos personajes acostumbradosa tener la razn en funcin de su pensa-miento (y sobre todo de sus intereses).

    Los Derechos de la Naturaleza, porejemplo, han sido vistos como un gali-matas conceptual. Les resulta difcilentender que el mundo cambia y harnlo imposible para intentar detener loscambios. Este conflicto ser positivopara la sociedad, servir para fortalecerel proceso democrtico. La tarea,desde luego, no es fcil y no tiene por-que serlo; al contrario, como las gran-des causas, es ardua y prolongada, peroha comenzado con la vigencia de laConstitucin de Montecristi. La pticaconstitucional del derecho implica, ade-ms de una actitud profundamentetica, una elevada formacin intelec-tual (Rmulo Salazar Ochoa).

    No se trata simplemente de hacermejor lo realizado hasta ahora. Comoparte de la construccin colectiva de unnuevo pacto de convivencia social yambiental es necesario construir nuevos

    espacios de libertad y romper todos loscercos que impiden su vigencia.

    Para empezar reconozcamos que,en la actualidad, todava estn presentestesis y prcticas desarrollistas propias deuna economa extractivista, que no hanpermitido el desarrollo y que estnminando las bases de la Naturaleza. Losactuales gobiernos progresistas enAmrica Latina han tenido avances enalgunas reas, especialmente la social,pero muestran enormes dificultadespara generar nuevos estilos de desarro-llo, en particular en lograr otra apropia-cin efectiva de los recursos naturalespara la sociedad en su conjunto y redu-cir el grado de deterioro ambiental.

    En Ecuador, el propio gobierno queimpuls activamente la aprobacin dela nueva Constitucin en el referndum,sigue atado a visiones y prcticas neo-desarrollistas, que no garantizan un ver-dadero desarrollo y que, adems, esta-rn en permanente contradiccin con elespritu del Buen Vivir. Por tanto, noslo es indispensable superar las prcti-cas neoliberales, sino que es cada vezms imperioso garantizar la relacinarmnica entre Sociedad y Naturaleza.Hoy ms que nunca, en medio de ladebacle financiera internacional, que esapenas una faceta de la crisis civilizato-ria que se cierne sobre la humanidad, esimprescindible construir una concep-cin estratgica nacional -otro mandatode la nueva Constitucin-, sobre basesde creciente soberana, para insertarseinteligentemente y no en forma depen-diente en la economa mundial. Hayque terminar con aquellas relacionesfinancieras especulativas que hancolapsado y, sobre todo, hay que cam-biar aquella visin que condena a nues-

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  • tros pases a ser productores y exporta-dores de materias primas.

    Se necesita dar vuelta la pgina defi-nitivamente. De todo lo anterior se des-prende que hay que hacer un esfuerzoenorme y sostenido para maximizaraquellos efectos positivos que se pue-dan obtener de la extraccin de recur-sos naturales, sin perder de vista queesta actividad, sobre todo cuando serealiza a gran escala, afecta a laNaturaleza y a las comunidades. Por lotanto, es ingenuo creer que ampliandodichas actividades extractivistas seobtendrn recursos para financiar otrotipo de actividades que puedan sustituira la extraccin masiva de recursos natu-rales El desarrollismo senil (JoanMartnez Alier), por lo dems, no es elcamino para el desarrollo. La consecu-cin de una mayor disponibilidad decrecientes ingresos financieros no haasegurado el desarrollo de ningn pas.No podemos vivir prioritariamente de larenta de los recursos naturales sino delesfuerzo de los seres humanos, viviendoy conviviendo con la Naturaleza. Es pre-ciso generar capacidades sociales.

    Incluso hay que dejar atrs lo que elactual vicepresidente boliviano lvaroGarca Linera define como patrimonia-lismo popular, en el que se recrean lasprcticas rentsticas y clientelares conotras formas e incluso con otras prefe-rencias. Una situacin que aflora enestos primeros aos de la Revolucin

    Ciudadana, en los que todava se regis-tra un importante dficit de ciudada-na

    Hoy el patrimonialismo -al decir deGarca Linera- es ms democrtico,comienza a socializarse, ya no es unprivilegio de casta reducido al color depiel, el apellido, o la herencia familiar,sino que es asumido como un derechode todos, pero no deja de ser patrimo-nialismo popular. (Y) esto es complica-do porque, con quiebres, habla de unacontinuidad que no ha podido ser supe-rada. La conclusin es obvia frente aesta nueva realidad, por ms que stapueda ser vista como un avance en rela-cin a las anteriores prcticas patrimo-nialistas de corte oligrquico: Demo-cracia si, patrimonialismo no.6 Esa es lagran tarea.

    Para lograrlo hay que abrir todos losespacios de dilogo posibles, crear yconsolidar todos los mecanismos departicipacin ciudadana y control socialnecesarios. Es urgente, en suma, apro-piarse democrticamente del contenidode la nueva Constitucin. Los futurosacuerdos polticos, indispensables paraenraizar la nueva Constitucin, tienencomo condicin innegociable sustentar-se en el sentido de pas, aportar al BuenVivir y no sacrificar los intereses nacio-nales en beneficio particular de perso-nas, gremios y corporaciones; los privi-legios de unos pocos son insostenibles.A diferencia de las prcticas de los gru-

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    6 Al patrimonialismo no slo se lo ve como sinnimo de autoritarismo y discrecionalidad enel manejo de la cosa pblica. Tiene que ver con la apropiacin de los recursos por las elitesdominantes en beneficio propio. Esto viene atado con relacin una clientelar en el mbitosocial. Este rgimen social, sostenido por una serie de patrones no consagrados jurdica-mente, reproduce una serie de formas de reclutamiento y de clientelismo.

  • pos oligrquicos (causantes de la crisisnacional) que han controlado el Estadodurante dcadas, no se quiere ganarposiciones simplemente con la fuerzadel nmero, sino con la de los argu-mentos y con la de la accin democr-tica. La Constitucin debe ser realmentede todos y de todas, no de un gobiernoen particular.

    La responsabilidad es grande y com-pleja. Estamos ante el imperativo deconstruir democrticamente una socie-dad realmente democrtica, fortificadaen valores de libertad, igualdad y res-

    ponsabilidad, practicante de sus obliga-ciones, incluyente, equitativa, justa yrespetuosa de la vida. Una sociedadque incorpore el anticapitalismo sinplanificacin burocrtica y con pluralis-mo poltico, para ponerlo en palabrasde Claudio Katz. Una sociedad en laque sea posible que todos y todas ten-gamos iguales posibilidades y oportuni-dades, donde lo individual y lo colecti-vo coexistan en armona con laNaturaleza, donde la racionalidad eco-nmica se reconcilie con la tica y elsentido comn.-

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  • Vamos ahi.pdf04. Tema Central. El buen vivir, una oportunidad por construir. Alberto Acosta