EL ARTE BUCEA - FRANCO CARLONI · temporáneas. Así, la flora y la fauna de este ecosistema...

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43 42 N o hace falta ser un experto en Historia del Arte para saber que agua y arte están estrechamente vincu- lados. Desde tiempos remotos, artistas de los rincones más re- cónditos se han vali- do de este elemento como tema y/o fuente de inspiración para crear sus obras en todas las disciplinas. Si el agua tiene una presencia ubicua en el arte, ¿por qué no habría de pasar lo mismo, pero al revés? Nada lo impi- de, y entonces, tampoco es novedad que en todo el mun- do se expongan obras sobre el agua. Sin ir más lejos, en estas latitudes existe el caso de Eduardo Plá, por nombrar un solo ejemplo. Lo que sí sorprende, en cambio, es que hasta este año no haya existido una institución construida por completo de- bajo del mar. La idea se le habrá ocurrido a más de uno, que la habrá abandonado por considerarla descabellada. Pero en Cerdeña los sueños se hacen realidad, y así, bajo la iniciativa del alcalde de Golfo Aranci, Giuseppe Fasolino, EL ARTE BUCEA MuMArt es el primer museo de arte contemporáneo que se sumerge bajo el mar; pero no de cualquier mar, sino bajo las aguas cristalinas del Golfo Aranci, en Cerdeña. El artista Marc Quinn es uno de los líderes de su generación. Su obra explora el vínculo entre arte y ciencia, el cuerpo humano y la percepción de la belleza, entre otros. Utiliza materiales varios, no siempre tradicionales. en 2013 se inauguró el proyecto de MuMArt. El acrónimo responde a “Museo Marítimo de Arte”, y en su nombre no hay resabio alguno de exageración; porque MuMArt es justamente eso, un museo de arte instalado bajo el mar que abrió sus puertas el 26 de julio pasado. El universo que vive bajo el agua suscita misterio y desde siempre ha atraído al hombre. Genera enigmas que intri- gan y seducen. En tiempos de comunicación exacerbada cada vez hay menos lugar para los secretos y la magia que sí se esconde en los pocos espacios que el hombre todavía no logró colonizar; entre ellos, claro, el mundo marino. Con esta premisa es que MuMArt apela al hechizo del mar. Y no de cualquier mar, sino que son las aguas de Cerdeña las que sirven de escenario para alojar a esculturas con- temporáneas. Así, la flora y la fauna de este ecosistema conviven en armonía con obras de artistas renombrados, para realzar aún más su belleza. Las obras de arte exhibidas se rodean de un hálito enigmáti- co en el que la luz, el sonido y los sentimientos que evoca el microcosmos marino homenajean la poesía de la naturale- za. En concreto, se trata de unas 14 obras de nombres inter- nacionales de la talla de Alex Angi, Roberto Bricallli, Rimer Cardillo, Franco Carloni, Emmanuel Chapalain, Nino Mus- ARTE

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No hace falta ser un

experto en Historia

del Arte para saber

que agua y arte están

estrechamente vincu-

lados. Desde tiempos

remotos, artistas de

los rincones más re-

cónditos se han vali-

do de este elemento como tema y/o fuente de inspiración

para crear sus obras en todas las disciplinas.

Si el agua tiene una presencia ubicua en el arte, ¿por qué

no habría de pasar lo mismo, pero al revés? Nada lo impi-

de, y entonces, tampoco es novedad que en todo el mun-

do se expongan obras sobre el agua. Sin ir más lejos, en

estas latitudes existe el caso de Eduardo Plá, por nombrar

un solo ejemplo.

Lo que sí sorprende, en cambio, es que hasta este año no

haya existido una institución construida por completo de-

bajo del mar. La idea se le habrá ocurrido a más de uno,

que la habrá abandonado por considerarla descabellada.

Pero en Cerdeña los sueños se hacen realidad, y así, bajo la

iniciativa del alcalde de Golfo Aranci, Giuseppe Fasolino,

EL ARTE BUCEA

MuMArt es el primer museo de arte contemporáneo que se sumerge bajo el mar;

pero no de cualquier mar, sino bajo las aguas cristalinas del Golfo Aranci, en Cerdeña.

El artista Marc Quinn es uno de los líderes

de su generación. Su obra explora el vínculo entre arte y ciencia, el

cuerpo humano y la percepción de la belleza, entre otros.

Utiliza materiales varios, no siempre

tradicionales.

en 2013 se inauguró el proyecto de MuMArt.

El acrónimo responde a “Museo Marítimo de Arte”, y en

su nombre no hay resabio alguno de exageración; porque

MuMArt es justamente eso, un museo de arte instalado

bajo el mar que abrió sus puertas el 26 de julio pasado.

El universo que vive bajo el agua suscita misterio y desde

siempre ha atraído al hombre. Genera enigmas que intri-

gan y seducen. En tiempos de comunicación exacerbada

cada vez hay menos lugar para los secretos y la magia que

sí se esconde en los pocos espacios que el hombre todavía

no logró colonizar; entre ellos, claro, el mundo marino.

Con esta premisa es que MuMArt apela al hechizo del mar.

Y no de cualquier mar, sino que son las aguas de Cerdeña

las que sirven de escenario para alojar a esculturas con-

temporáneas. Así, la flora y la fauna de este ecosistema

conviven en armonía con obras de artistas renombrados,

para realzar aún más su belleza.

Las obras de arte exhibidas se rodean de un hálito enigmáti-

co en el que la luz, el sonido y los sentimientos que evoca el

microcosmos marino homenajean la poesía de la naturale-

za. En concreto, se trata de unas 14 obras de nombres inter-

nacionales de la talla de Alex Angi, Roberto Bricallli, Rimer

Cardillo, Franco Carloni, Emmanuel Chapalain, Nino Mus-

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Otro de los artistas que participan de

MuMArt es Roberto Bricalli, quien realiza esculturas en mármol

y bronce con gran precisión geométrica

de las formas, en contraste con la

pureza de los rostros.

Las distorsiones anatómicas de las

esculturas de Franco Carloni transmiten

ímpetu y vigor. Pero junto con la distorsión convive la naturalidad

expresiva de las formas, que entra en juego con el espacio

circundante.

tica, Ben Patterson, Rogelio Polesello y Luiso Sturla. Todas

las estatuas representan temas relacionados con el agua y

se ubican a una profundidad de entre cuatro y siete metros.

Como bien explicó el presidente del Museo del Parco di

Portofino, Daniele Crippa, una gran parte del mensaje que

el museo quiere evocar tiene que ver con advertirle al hom-

bre que está descuidando el mundo en el que vive.

Para visitar la institución se puede llegar haciendo snorkel,

buceo o en un minisumbarino, adquirido por la ciudad es-

pecialmente para el museo. Este no fue fundado a raíz de

una colección particular, sino como una colección pública;

de este modo, todo aquel que quiera acercarse a conocer

las obras vanguardistas puede hacerlo. La iniciativa parte de

la creencia de que el arte debe ser accesible al público, ade-

más de cautivar al turista.

A Cerdeña no le faltan atractivos, pero sin dudas MuMArt

lo convierte en un destino aún más codiciado… y no solo

para los amantes del arte, sino para todo curioso que de-

see vivir una experiencia diferente. Con este mismo afán

de embelesar a los visitantes, en Golfo Aranci se presenta

la Sirenita, una estatua de bronce de tres metros y medio y

700 kilogramos creada por Pietro Longu que dos veces al

día sale del agua y canta en sardo. Que el Ulises moderno

esté atento para no sucumbir a la tentación…

Cabe destacar que este es un proyecto totalmente sus-

tentable: la estructura del museo es ecológica. El pro-

yecto realizado por el arquitecto milanés Lucio Micheletti

fue galardonado en la edición 2012 de Grandesign Etico

International Award, premio que reconoce los proyectos

sostenibles innovadores y de alta calidad. Y es que, lejos

de estar construido con paredes de cemento, el espacio es

abierto y está limitado solo por redes. Así, rayas, besugos

y meros conviven con las obras de arte y enriquecen las

vistas del museo.

Micheletti explicó: “Me gustó la idea de hacer un museo

de arte sin arquitectura; un museo de luz natural, donde las

obras se pueden ver flotando”. Y la idea fue concretada.

MuMArt invita a una fiesta cromática en la que el azul del

mar entra en juego con los tonos creados por el hombre y

la fauna marina ensalza la belleza de las esculturas, mien-

tras se embellece ella también.

Quizás algunos sueños parezcan imposibles… Pero en

Cerdeña, este se concretó.

A R T E B A J O D E L M A R