El Alcance Del No Matarás en El Contexto de Hoy

download El Alcance Del No Matarás en El Contexto de Hoy

If you can't read please download the document

description

El Alcance Del No Matarás en El Contexto de Hoy

Transcript of El Alcance Del No Matarás en El Contexto de Hoy

Presentacin de la nueva encclica por el Card. RatzingerEl alcance del no matars en el contexto de hoyACEPRENSA 5.ABR.1995

DisminuirAumentarCompartirPrintArchivoPDFVotarPresentacin de la nueva encclica por el Card. Ratzinger

El alcance del "no matars" en el contexto de hoyEl cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregacin para la Doctrina de la Fe, present el 30 de marzo la nueva encclica Evangelium vitae. Su presentacin se ci al tercer captulo de la encclica, el ms doctrinal. Este captulo abarca tres mbitos: precisa el significado del quinto mandamiento en el conjunto del mensaje de la fe; despus ilustra sus imperativos ticos concretos, y finalmente propone las consecuencias para la tica en el mbito poltico. Ofrecemos una sntesis de la intervencin de Ratzinger.En el conjunto del mensaje bblico, "el quinto mandamiento es ante todo un elemento constitutivo de la Alianza del Sina... Este elemento central de la Antigua Alianza, indicacin del verdadero modo de ser hombre, sigue siendo vlido tambin en el Nuevo Testamento". El "no matars" enlaza con la ms antigua historia de la humanidad: "La intangibilidad y la sacralidad de la vida humana es el ncleo de la alianza con No, es decir, de la alianza universal, que abraza a toda la humanidad. Con la narracin de la alianza con No, la Biblia quiere decir: Dios no pertenece slo a un pueblo y a una historia, sino que es el Dios de todos".

"La conciencia de la santidad de la vida humana, que nos es dada no como algo de lo que se puede disponer libremente, sino como don que hay que custodiar fielmente, pertenece a la herencia moral de la humanidad. Y aunque esta conciencia no haya estado presente en todas partes con la misma pureza y profundidad, su ncleo central nunca se ha perdido del todo".

"El no matar, el detenerse ante el hombre creado a imagen de Dios, es el comienzo del amor al prjimo. La palabra del Sina se desarrolla en el mandamiento del amor", en la comunin con Cristo que "da su vida por los dems y as opone a la espiral destructiva del homicidio y de la violencia la nueva ley de la donacin y del sacrificio".

El respeto del ser humano inocenteAnte la afirmacin de que el "no matars" tiene un valor absoluto, surge la objecin: la Iglesia ha considerado siempre lcita la legtima defensa, aunque comporte la muerte del otro, y no ha condenado la pena de muerte.

Ratzinger recuerda el solemne pronunciamiento del Papa: "Con la autoridad que Cristo ha conferido a Pedro y a sus sucesores, en comunin con los obispos de la Iglesia catlica, confirmo que la eliminacin directa y voluntaria de un ser humano inocente es siempre gravemente inmoral" (n. 57). Este pronunciamiento magisterial incluye dos precisiones: "inmoral es la eliminacin directa y voluntaria, y cuando se trata de un ser humano inocente". Con estas precisiones, el mandamiento tiene un valor absoluto: "La defensa contra el injusto agresor no es una excepcin al mandamiento, sino un acto de distinto gnero en su esencia. El injusto agresor en realidad no es inocente".

En cuanto a la pena de muerte, "el Papa en la encclica no excluye que pueda darse una situacin en la cual el orden pblico y la seguridad de la persona no puedan ser defendidas de otro modo. Pero sus reservas respecto a la pena de muerte son todava ms fuertes que las que se exponan en el Catecismo. A las condiciones all expuestas aade an dos precisiones: tanto en la sociedad como en la Iglesia existe 'una tendencia a pedir una aplicacin muy limitada e, incluso, su total abolicin'. Y ms adelante: 'Hoy... estos casos son ya muy raros, por no decir, prcticamente inexistentes' (n. 56)".

Embrin y personaDespus el Papa habla de dos casos concretos de la prohibicin de matar: el aborto y la eutanasia. "En los dos casos -explica Ratzinger- no se enuncia ningn nuevo mandamiento o enseanza, sino que simplemente aplica lo que est claramente contenido en el quinto mandamiento". En cuanto al aborto, declara que "el aborto directo, es decir, querido como fin o como medio, es siempre un desorden moral grave" (n. 62).

Si nadie duda que el nio es inocente, lo que se discute es si se le puede considerar desde el principio un ser humano en el pleno sentido de la palabra. "El Papa propone para esta cuestin dos tipos de argumentaciones, que estn estrechamente unidas. Aduce sobre todo un dato reconocido por la ciencia biolgica moderna: 'Desde el momento en que el vulo es fecundado, se inaugura una nueva vida que no es la del padre ni la de la madre' (n. 60)".

A este dato hoy indiscutido se contrapone, sin embargo, por parte de muchos, que si bien el embrin inicial tiene una individualidad gentica, no tiene una individualidad personal: slo cuando fuese un organismo humano viable podra ser persona. Ratzinger recuerda que el documento de la Congregacin para la Doctrina de la Fe sobre "El don de la vida" ya era consciente de este tipo de objeciones. El documento no quiso profundizar en la relacin entre individuacin y personalizacin, pero formul un interrogante: "Cmo un individuo humano podra no ser persona humana?". "En definitiva, toda separacin entre individuo y persona en el ser humano es arbitraria, un juego entre filosofa y ciencia biolgica sin valor cognoscitivo real. Aqu entra el segundo argumento de la encclica, con el cual el Papa supera el juego de las hiptesis con la observacin indiscutible: 'Bastara la sola probabilidad de encontrarse ante una persona para justificar la ms rotunda prohibicin de cualquier intervencin destinada a eliminar un embrin humano' (n. 60)".

La aceptacin de la muerteLa condena de la eutanasia est precedida de las necesarias distinciones para concretar lo que es moralmente ilcito. Ratzinger advierte que "el desarrollo de la medicina moderna amenaza con llevarnos a una alternativa fatal: o bien se degrada la vida humana con una utilizacin de todas las posibilidades tcnicas para alargar la vida hasta el absurdo, o bien se decide cundo la vida ya no es digna de ser vivida y entonces simplemente se la elimina. En ambos casos el hombre se hace seor de la vida y de la muerte".

Respecto al encarnizamiento teraputico, cuyo rechazo constituye la objecin principal a favor de la eutanasia, la encclica afirma que renunciar a los medios desproporcionados no es suicidio o eutanasia, sino "aceptacin de la condicin humana" (n. 65). "Algo totalmente distinto a la renuncia a intervenciones mdicas extremas y sin sentido es la autodeterminacin del momento de la muerte, la cual o es suicidio -hoy a menudo en forma de suicidio asistido- o simplemente homicidio. Cuando el hombre decide por s mismo qu vida es digna de ser vivida, se sobrepasa el lmite marcado por el quinto mandamiento, que constituye exactamente la demarcacin entre la humanidad y la barbarie".

Problemas de tica poltica"Qu consecuencias tiene todo esto para el Estado de Derecho y para la legislacin civil? El Papa sale al paso de la opinin ampliamente difundida segn la cual el ordenamiento jurdico de una sociedad debera limitarse a registrar y recoger las convicciones de la mayora. (...) Slo tal relativismo prctico garantizara la libertad y la tolerancia, mientras que el obstinarse en normas morales objetivas llevara al autoritarismo y a la intolerancia".

La encclica muestra la contradiccin interna de tal postura. "En primer lugar hay ya una contradiccin en la comprensin de la conciencia. Mientras que los individuos singulares exigen para s plena autonoma moral, al poltico se le impone que deje a un lado su propia conviccin de conciencia y que se someta al criterio de la opinin de la mayora. La formulacin democrtica de las leyes se va a pique en el compromiso de un equilibrio entre intereses opuestos, en el cual a menudo prevalece el derecho del ms fuerte. Si no subyace un criterio moral vinculante para todos, la aplicacin absoluta del principio de mayora puede fcilmente convertirse en tirana, que en el caso del aborto se utiliza contra los ms dbiles. 'La democracia no puede mitificarse convirtindola en un sustitutivo de la moralidad. (...) El valor de la democracia se mantiene o cae con los valores que encarna' (n. 70)".

"Estas afirmaciones fundamentales sobre las condiciones esenciales de un Estado de Derecho llevan a una conclusin prctica. Leyes que contradicen los valores morales centrales no son justicia, sino que reglamentan la injusticia; no tienen ningn carcter de derecho. No slo no se est obligado a obedecerlas, sino que se debe oponer la objecin de conciencia".

El Papa toca en este contexto otro problema de moral poltica: cmo se debe comportar un diputado cuando se manifiesta una posibilidad de mejorar de modo esencial una ley sobre el aborto extremadamente injusta, pero no existe la posibilidad de abrogarla. "Se pueden hacer compromisos cuando se trata de elegir entre el bien y el mal? El Papa dice a este respecto: es fundamental que el diputado deje clara su absoluta oposicin al aborto, y que esta actitud sea declarada pblicamente de modo inequvoco. Con estas condiciones, el parlamentario puede aprobar propuestas cuyo fin sea 'limitar los daos... y disminuir los efectos negativos...' (n. 73). Lo que nunca puede hacer es dar su voto para que se declare justo lo injusto.

"En esta encclica -concluye Ratzinger- el Papa se manifiesta como un gran maestro no slo de la cristiandad, sino de la humanidad, en una hora en la que se necesita un nuevo impulso moral, para oponerse a la oleada creciente de la violencia y del envilecimiento del hombre. Ante este texto no es posible refugiarse en discusiones formalistas sobre qu, cundo y dnde, con qu autoridad es enseado. Este texto habla con la grandeza de su contenido, con su profundidad y amplitud humana. Afronta problemas que afectan a todos nosotros y ante los cuales nadie puede esconderse. Esperemos que (...) este mensaje contribuya a una reflexin comn ms all de todas las divisiones".