El Adulto Mayor Frente a La Vejez

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El adulto mayor frente a la vejez por Pablo Nonini 1 COMENTARIOS El adulto mayor puede encontrar tareas dentro de la iglesia por medio de las cuales sea bendecido y sea también de bendición. Recordemos que su vocación y llamado sigue presente como persona total y completa que es. Animémoslos a orar, a visitar, si su salud lo permite; a evangelizar a su familia (hijos, nietos, hermanos), a sus vecinos y personas que los rodean. Conozco a María desde hace seis años. Cuando la conocí tenía setenta y cinco años y poseía una memoria prodigiosa. Era culta, refinada y muy cuidadosa de su aspecto exterior. Ella proviene de una familia adinerada que, por circunstancias de la vida, la ha dejado sola. Cuando nos conocimos ella me adoptó como su nieto y yo a ella como mi abuela. Compartimos muchos momentos: los buenos y también los malos. Ella me alentaba en mi trabajo y ministerio pero también me hacía observaciones de lo que hacía mal o lo que era incorrecto en mi trato con los adultos mayores. Por problemas de vivienda ella se alejó de la zona donde trabajo y la relación se fue enfriando un poco: cuando yo le proponía visitarla ella tenía otros compromisos o no iba a estar en casa; se fue alejando de la iglesia, pues al vivir más lejos se le hacía difícil asistir a todas las actividades y así también dejó su trabajo, por demás eficiente, en el área social de la iglesia. Nuestros contactos, en el último tiempo, fueron por teléfono o al cruzarnos en algún culto. En abril cumplió ochenta y un años. Se encerró totalmente en sí misma, descuidó su aspecto exterior, y ha ido perdiendo la memoria de sucesos recientes. Su salud se deterioró visiblemente. Un día vino a visitarme y a pedirme ayuda pues, como no tiene familia y se encuentra muy delicada de salud, la iglesia decidió ponerla en un geriátrico (residencia para abuelos o enfermos). Ella quería que yo intercediera para que le dieran un poco más de tiempo antes que se la llevaran a la residencia geriátrica, para poder

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El adulto mayor frente a la vejezpor Pablo Nonini1 comentariosEl adulto mayor puede encontrar tareas dentro de la iglesia por medio de las cuales sea bendecido y sea tambin de bendicin. Recordemos que su vocacin y llamado sigue presente como persona total y completa que es. Animmoslos a orar, a visitar, si su salud lo permite; a evangelizar a su familia (hijos, nietos, hermanos), a sus vecinos y personas que los rodean.

Conozco a Mara desde hace seis aos. Cuando la conoc tena setenta y cinco aos y posea una memoria prodigiosa. Era culta, refinada y muy cuidadosa de su aspecto exterior. Ella proviene de una familia adinerada que, por circunstancias de la vida, la ha dejado sola. Cuando nos conocimos ella me adopt como su nieto y yo a ella como mi abuela. Compartimos muchos momentos: los buenos y tambin los malos. Ella me alentaba en mi trabajo y ministerio pero tambin me haca observaciones de lo que haca mal o lo que era incorrecto en mi trato con los adultos mayores.Por problemas de vivienda ella se alej de la zona donde trabajo y la relacin se fue enfriando un poco: cuando yo le propona visitarla ella tena otros compromisos o no iba a estar en casa; se fue alejando de la iglesia, pues al vivir ms lejos se le haca difcil asistir a todas las actividades y as tambin dej su trabajo, por dems eficiente, en el rea social de la iglesia. Nuestros contactos, en el ltimo tiempo, fueron por telfono o al cruzarnos en algn culto.En abril cumpli ochenta y un aos. Se encerr totalmente en s misma, descuid su aspecto exterior, y ha ido perdiendo la memoria de sucesos recientes. Su salud se deterior visiblemente. Un da vino a visitarme y a pedirme ayuda pues, como no tiene familia y se encuentra muy delicada de salud, la iglesia decidi ponerla en un geritrico (residencia para abuelos o enfermos). Ella quera que yo intercediera para que le dieran un poco ms de tiempo antes que se la llevaran a la residencia geritrica, para poder as despedirse ella de la vida, sus muebles, su gata, en fin, de sus cosas ...y de su libertad.Pocos das despus fue internada en el geritrico en donde no puede salir ni recibir visitas hasta que se adapte al lugar. Llevaron su gata a la casa de una amiga. Slo se pudo llevar con ella un reloj que perteneci a sus antepasados y algunas prendas de vestir.Frente a esto me pregunto: La iglesia actu bien? Conocan ellos lo que ella quera? Realmente alguien la escuch? O, simplemente optaron por la solucin ms rpida para solucionar el problema que ella significaba para la congregacin?A continuacin quiero compartir algunos pensamientos respecto a la necesidad de conocer, como iglesia, a los adultos mayores que la integran, especialmente a los que estn solos (viudos o solteros, o que no tienen familiares). Qu pasa por su mente? Cmo perciben ellos a la sociedad y a la iglesia que los rodea? Sienten que los incluyen o que los expulsan?En estos das le algunos captulos de un libro que habla de los proyectos en la edad adulta y de las dos formas de pensar que tiene la sociedad en relacin con los adultos mayores. Este libro se refiere por un lado a los hebreos que nos dicen, segn la Biblia, que la vida de por s es buena y que tener larga vida es una bendicin divina. En Proverbios 16.31 se concibe el cabello gris como "corona de gloria." Para el judasmo clsico, una vejez feliz era el premio por haber cumplido con los valores culturales. En el libro de Deuteronomio el adulto era el que velaba por el cumplimiento de las tradiciones y las costumbres, dando as prioridad a la sabidura y espiritualidad de los mayores. De este modo, si una persona era vieja, indicaba que haba podido acumular una vasta experiencia y por consiguiente tena sabidura. Conocer las Escrituras a fondo y haber vivido sus enseanzas les daba autoridad espiritual.Por otro lado, en el mismo libro se hace referencia a la cultura griega que en su perodo clsico consideraba a los ancianos como la anttesis del ideal, pues sostenan que la vejez es el inevitable destino que, junto con la enfermedad, la fealdad y la muerte, le llega al hombre en esta etapa. Los adultos mayores en dicha sociedad no gozaban de muchos privilegios, salvo los integrantes de la institucin denominada gerusa, cuyo origen semntico gera o gern alude directamente a la edad y al privilegio que esta da. Homero comenta que la "gerusa" slo tena funcin consultiva y que era muy criticada por sus errores. Es importante destacar que slo estaba compuesta por aristcratas o viejos jefes, y que era ms comn encontrar a los ancianos del pueblo mendigando que en los puestos de honor en las ciudades.Estas dos formas de ver a los ancianos o, como me gusta nombrarlos, adultos mayores, nos enfrentan en lo personal a una realidad: Cul es mi visin de la vejez? La veo como un honor? Cmo una bendicin de Dios para la vida del adulto? O, por el contrario, cmo una degradacin o un defecto que es una parte inevitable de nuestro paso por la vida?Y como congregacin: Cul es nuestra visin? Ocupan ellos un lugar de privilegio? Son consultados y respetados? O, como en la Grecia clsica, ser que unos pocos acceden a cargos y puestos de relevancia y la gran mayora mendiga un poco de cuidado y respeto? Conocemos a los adultos de nuestra congregacin? Sabemos lo que piensan, sienten y viven en esa etapa de su vida?Cambios que viven losadultos mayoresMe gustara comentarles brevemente algunos cambios que ellos viven. Con respecto a la salud se nota fcilmente que sta se ha deteriorado. Ya no pueden hacer algunas cosas con la rapidez y prestancia con que las hacan en aos anteriores. Pero no olvidemos que: La ancianidad es la evolucin lgica de la vida El anciano puede tener problemas como cualquiera, pero ser anciano no es un problema en s mismo. Es un error asociar ancianidad con problemas mentales o incapacidades fsicas. La ancianidad no es una enfermedad. Ningn anciano est enfermo sin una causa definida. Tienen una capacidad excepcional para recuperarse de las enfermedades, pero la misma est en funcin del estado de nimo que tengan y el inters que pongan para lograrlo.Si el anciano basa su sentido de bienestar en la salud, este perodo puede traerle mltiples preocupaciones por su esfuerzo en conservarla.Tienen gran capacidad para sobrellevar procesos de adaptacin a enfermedades crnicas y a la discapacidad que se da en escasos porcentajes. Una minora sufre restricciones severas que le impiden su desenvolvimiento en la vida. Se estima que el ocho por ciento est institucionalizado en geritricos, hospitales u hogares de ancianos. Este porcentaje no es mucho mayor que el de la poblacin general que tambin se halla discapacitada fsica y socialmente.En muchos casos sus relaciones personales y familiares se han rotoSu cnyuge puede haber muerto o estar muy enfermo o institucionalizado, al igual que muchos de sus amigos y vecinos. Esto lo lleva a retraerse y buscar el aislamiento. Generalmente su familia no comprende esta actitud y en vez de ofrecerle ayuda lo abandona a su soledad.Han salido del mundo laboralEl salir del mundo laboral le hace dao, porque siente que ya no sirve ms, que el mundo termin para l. Si el anciano no ha tenido una buena relacin con los que lo rodean puede que se den serios conflictos en la convivencia, ya que ahora pasa todo el da en la casa.Su ministerio en la iglesia se ve notablemente disminuidoLa iglesia en la que han servido por aos y a la que talvez vieron nacer y crecer, y el templo que a lo mejor vieron construir, pareciera que ya no tiene lugar para ellos. Es verdad que hay que dejar que los jvenes trabajen, que se desarrollen y aprendan, pero no al costo de desplazar totalmente a los adultos mayores. El dejar cargos o responsabilidades, que en algunos casos ejercieron por dcadas, les genera ansiedad y depresin. Como resultado algunos pierden el inters por asistir a las actividades como antes. Otros sienten que el templo es un lugar hostil y lo evitan lo ms posible, porque se sienten desplazados.Pero para Dios, ellos son un tesoro precioso. La Biblia nos ensea que para los ancianos que aman a Dios y andan en sus caminos, la vejez es su hermosura (Pr 20.29); tambin que es una corona de honra (Pr 16.31). Los Salmos nos hablan de la larga vida como una bendicin de Dios (Sal 55.23). Por otro lado, Dios mismo se identifica como el Anciano de Das (Dn 7.9), y difcilmente Dios se va a identificar a s mismo como un problema!Algunos de los sentimientos que tienen los adultos mayores en esta etapa son:TemorTemen al futuro y a lo que ste pueda traer consigo. Le temen a la muerte y al ms all.SoledadMuchas veces sta se da por la falta de un entorno de amor.DepresinAl ver que ya no son lo que fueron y que no tienen posibilidades de volver a serlo, se deprimen.Ideas paranoicasEn esta etapa pueden compensar su falta de memoria con ideas y explicaciones falsas sobre lo que est pasando a su alrededor.Trastornos hipocondracosPuede que se preocupen en forma excesiva por el funcionamiento corporal, y magnifiquen los dolores y las afecciones que padecen.Inseguridad econmicaEspecialmente si durante su vida laboral no pudieron juntar reservas de dinero, tendrn preocupaciones y ansiedad. Esto se acenta si no tienen una familia que colabore con sus gastos.Qu podemos hacercomo iglesia?Comprender que ellos tambin son parte de la congregacinSe debe pensar en ellos como una parte vital del cuerpo de Cristo, como lo son los dems miembros de la congregacin, y debe crearse un espacio donde ellos puedan seguir ejercitando sus dones, ya sea en el rea de adultos mayores o colaborando con otros ministerios. (En el libro Siervos hasta el fin se sugieren muchas actividades detalladas que ellos pueden llevar a cabo en servicio a la iglesia, a su familia y a la comunidad.)Capacitar hermanos para que seanconsejeros geritricosLos adultos mayores necesitan ser escuchados. Necesitan saber que pueden encontrar a alguien en la iglesia que les prestar atencin y que los orientar para solucionar o enfrentar los problemas o la situacin que estn viviendo.Se debe tener en cuenta a los adultos mayores en la programacin de la iglesia. Por ejemplo, la duracin de los cultos. En algunas congregaciones las personas pasan ms de una hora de pie, pero los adultos mayores no siempre pueden estar parados tanto tiempo. Debe pensarse en la posibilidad de organizar el transporte de los que estn impedidos o viven lejos, para que puedan asistir con regularidad.VisitacinNo dejar de visitar peridicamente a los ancianos que estn enfermos, hospitalizados, o institucionalizados, y a cualquier otro que, por diversas causas, no pueda asistir. En lo posible, es buena idea llevarles casetes con las predicaciones de los domingos. Tambin es muy valioso para ellos que se les sirva la Santa Cena en su hogar.Crear actividades sociales y de servicio para ellosRecordemos que slo el ocho por ciento est institucionalizado, y que queda un noventa y dos por ciento en condiciones de encontrar nuevos propsitos en su vida. No dejemos que los clubes o centros de jubilados los absorban y los alejen de la iglesia. Debemos crear actividades sociales y de servicio que los hagan sentirse tiles. El adulto mayor puede encontrar tareas dentro de la iglesia por medio de las cuales sea bendecido y sea tambin de bendicin. Recordemos que su vocacin y llamado sigue presente como persona total y completa que es. Animmoslos a orar, a visitar, si su salud lo permite; a evangelizar a su familia (hijos, nietos, hermanos), a sus vecinos y personas que los rodean. En fin, hagmoslos sentir que son tiles para la sociedad, para la iglesia y lo que es ms importante... para el Seor.Hace ya un mes que Mara est institucionalizada. Aora su libertad, sus muebles, su gata y la posibilidad de ser duea de su vida. Ya no puede manejar su dinero, y no puede salir del geritrico si no va acompaada. La vorgine de la vida ha hecho que ya casi nadie la visite, ni la llame por telfono. Se siente sin intimidad y sola muy sola.Si usted tuviera una Mara en su congregacin... cul sera su actitud?El autor es presidente de CIAM (Comisin Interdenominacional de Adultos Mayores).Libros consultados: La edad olvidada en la iglesia, Pablo Nonini, editor (Distribuidora Alianza). Meditando con Dios, Juan y Amelia Arregn. Siervos hasta el fin, Pablo Nonini, editor. La alegra de ser adulto, Lic. Rogelio Nonini. Proyectar la vida, el desafo de los mayores, Ricardo Iacub (Manantial). He visto tus lgrimas, libro de consuelo para enfermos y sus acompaantes, Bernhard Haring (Bonun).