Educando con el corazón

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Educando con el corazón Durante dos semanas el cole ha estado celebrando la tutoría “Apreciamos las diferencias”. Desde los peques de 3 años hasta los que están a punto de salir del cole han realizado diferentes actividades con las que pretendíamos sensibilizar a todo el alumnado hacia las personas con discapacidad: respeto, tolerancia, cercanía... Pero, sobre todo, reconocer que todos somos diferentes y en esa diferencia está la riqueza del ser humano. Después de participar en varias de estas actividades comparto esta reflexión con vosotros: Con frecuencia una se sorprende al ver como en centros donde la Administración dispone tan pocos recursos humanos específicos de atención a la diversidad nuestros alumnos/as “normales” asumen la diversidad como algo intrínseco al ser humano, sin mayores aspavientos. Sería lógico pensar que a menos recursos (profesores de apoyo a la integración, de audición y lenguaje, monitores de EE...) la inclusión escolar y social en la escuela estaría menos trabajada y, por tanto, nuestro alumnos/as más segregados, más “especiales”. Sin embargo, mi experiencia es diametralmente opuesta. Este colegio cuenta con un elenco de profesionales, y no hablo sólo de profesores/as sino de todo el personal de administración y servicios, que trata a cada alumno y alumna como lo que es, un ser único, extraordinario y diferente al resto. Y nuestro alumnado mama este valor como algo positivo y normal. Porque lo “normal” es que seamos diferentes unos a otros. Y que seamos capaces, como educadores y adultos, de mostrar a los demás las habilidades que cada uno de nuestros alumnos/as tiene, empoderándolos, no frente a los demás sino a sí mismos, logrando que cada uno de ellos/as se sienta parte integrante, partícipe y necesaria de nuestra sociedad. De esta manera, ¿quién es más diferente?, ¿el que es alto o el que es bajo?, ¿el que tiene más o menos dinero?, ¿el que tiene una discapacidad o el que no la tiene?... En la mayoría de las ocasiones las diferencias sólo están en la cabeza, no en el corazón. Os invito en esta línea a ver el anuncio de la ONCE “Sorprenderte es sólo el principio”, o https://www.youtube.com/watch?v=bY3-DQcEvk4. Y comparto con vosotros algunas de las fotos de nuestros alumnos y alumnas participando en algunas de nuestras actividades. Gracias a todos por hacer posible cada día una escuela inclusiva. Paulina Luna del Barco Maestra de Apoyo a la Integración

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Educando con el corazón

Durante dos semanas el cole ha estado celebrando la tutoría “Apreciamos las diferencias”. Desde los peques de 3 años hasta los que están a punto de salir del cole han realizado diferentes actividades con las que pretendíamos sensibilizar a todo el alumnado hacia las personas con discapacidad: respeto, tolerancia, cercanía... Pero, sobre todo, reconocer que todos somos diferentes y en esa diferencia está la riqueza del ser humano. Después de participar en varias de estas actividades comparto esta reflexión con vosotros:

Con frecuencia una se sorprende al ver como en centros donde la Administración dispone tan pocos recursos humanos específicos de atención a la diversidad nuestros alumnos/as “normales” asumen la diversidad como algo intrínseco al ser humano, sin mayores aspavientos. Sería lógico pensar que a menos recursos (profesores de apoyo a la integración, de audición y lenguaje, monitores de EE...) la inclusión escolar y social en la escuela estaría menos trabajada y, por tanto, nuestro alumnos/as más segregados, más “especiales”. Sin embargo, mi experiencia es diametralmente opuesta. Este colegio cuenta con un elenco de profesionales, y no hablo sólo de profesores/as sino de todo el personal de administración y servicios, que trata a cada alumno y alumna como lo que es, un ser único, extraordinario y diferente al resto. Y nuestro alumnado mama este valor como algo positivo y normal. Porque lo “normal” es que seamos diferentes unos a otros. Y que seamos capaces, como educadores y adultos, de mostrar a los demás las habilidades que cada uno de nuestros alumnos/as tiene, empoderándolos, no frente a los demás sino a sí mismos, logrando que cada uno de ellos/as se sienta parte integrante, partícipe y necesaria de nuestra sociedad. De esta manera, ¿quién es más diferente?, ¿el que es alto o el que es bajo?, ¿el que tiene más o menos dinero?, ¿el que tiene una discapacidad o el que no la tiene?... En la mayoría de las ocasiones las diferencias sólo están en la cabeza, no en el corazón.

Os invito en esta línea a ver el anuncio de la ONCE “Sorprenderte es sólo el principio”, o https://www.youtube.com/watch?v=bY3-DQcEvk4. Y comparto con vosotros algunas de las fotos de nuestros alumnos y alumnas participando en algunas de nuestras actividades.

Gracias a todos por hacer posible cada día una escuela inclusiva.

Paulina Luna del Barco

Maestra de Apoyo a la Integración