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SrccróN DE O¡RAS DE FlL(§oFia AIETAFISTCA DE LA EXPRESION

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SrccróN DE O¡RAS DE FlL(§oFia

AIETAFISTCA DE LA EXPRESION

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EDUARDO NICOL

Metafísica de la Exoresiónl-

"Ar8poroE . . . . tirúpdlvtor orlppolov

!hró:-, B¿aqreie, 191d

FONDO DE CULTURA ECONÓMICAuÉxco - srmNcis.¡m¡s

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PRÓLOGO

-f-! q, ña p\ *r-ñ.¡ .¡,ñún, "r ,"r i--¡ l¡,1,.c, s en, er au-

[-{ '. '..'.-0,,,i,,.r,-,,¡1,. ¿ec.oi-u-rp..¡,.re, m r^que

l-z .".1¡. ,., 1,.,. V.. r¡rde, aca.cd,.m nuu e.r¡.ercdd¡J, r.,r-, r[ la responsabiliclad que se contrajo con los demás oblisa a acep,

r la incvitable identjficación que ellos establecen eutre el autor y

srr expresión propia. Pcro nunca dcspués podri encontrar 1a obrarn critico mís despjadado que el autor en aquel momento cul-r¡iná¡te, de lúcida intcglid:td. L1s expresiones nás certeras, con-cisas y elocuentes, se ocurren sjempre cuando se examina y co-

rrrcnta 1o que ya quedó inclcleblemcntc formulado; y los problemas

iAnrlltos, ]¡s dilicultades de conexión sistemá¡ica, las :onas derrgucclad, aparecen, cuando ya no es tiempq fáciles, c1áros y re-

suclts. La satisfacció¡ .te la tarea cümplida, que es premlo legi,rimo de todo buen trabajador, ha de quedar entonces pertu¡bada

t\{ 1¡ neccsidad dc ponersc nucvamentc nanos a Ia otra, y pros.l.ruir un camino qLre la obra te¡mnrada deló abierto, y no ce.nacto. Pero Ia filosofía es camino.

Iln 1a medid¡ en que 1os rloblemas estudiados en csta Me¡¿,lilic¡1 de ¿.¿ fxpresión sc juzgan principalcs para la filosofia, la.:r cta probidad hubier¡ exisido realm€ñte áplaiár ]a publica,,lón de esta obra, y elaboraria de nuevo, por una vcz que yalrrer¡ la tercer¡, o la cua¡ta, y en algunos pasajes hasta la quinta.ll¡bia razcncs pa¡a hacerlo, como para no hacerlo. Poca es la

¡nnta de 1o producido, cuando se compara con el eduerzo quel¡r¡l¡o de costar. Pero cada obra tiene su hora. v la sestaci¿n dc la

r¡resente ha durado más de venrticnrco años. El tena de la *pre-sii» reaparece, cor¡o un lei¡-mo¡iü, en casi todos los escriros delx,,ror, como si marcara una linea que habia cle conducir, por eta,

frs c insensiblemente, a un fin preestablecirto; como si csta linea(1.' nrvest;gacion--s y refl*iones cohcidiese con la dc ur destino\,.i.i^,¿t. su Lonr nu,.] d.er.¡¡b at.or¿, iL¡'qLp n. .errcl,,cra manifiesta en 1os sucesivos al¡o¡dajes del tema, 1os cuales

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it,'1.J."

Der.hós re*Nados..Dlorñe a lx t(yOoi,rriR,Ú ür ¡ondo de Cull,ra E-,",n"].,,

,{r, de L U¡nemidad,975 - México 12. D. É,

lmpres. v he.ho en Móxj.oPrtr¡¿¿ ¿h¿ mr¿¿ ;¡ M¿{i.o

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8 MrrAFislcA DE LA Er@REsróN

pareci¡n inconexos e insuticientes, y resultaban sieDpre parcial-mente derrotados; era esa linea como la de ciertos arroyos de mon-tañn, que a veces quedan s€pultados por un Eran alud, pero buscansu caue b¡h tierra para reapa¡ecer, más adelante, con mayor

Durante todo este tiempo, e1 autor no ha podido sustraerseal influjo de los aco¡recimientosj como es necesario hacerlo si-quiera alguna vez, para que todo 1o que perrurba la vida de Ia

bumanidad, y amenaza lc» fundamenros mismos de la tradjción,no loere anular el sentido del esfuerzo, incluso para quien está

empeñado en é1. En épocas de crisis, como en alc¡rnos sigios ás-

peros de la Eclad Media, Ia cultura y la vida del espíritu han bus-cado refugio y e0contrado garantia de pervivencin en el aisla.

miento. Los mantenedores de la cultura se ven privados hoy deesas ventajas de la soledad rnonástica. Ante la barbarie, hande cumplir una misión equivalente a la de Ios monjes medievales,

pero sin podcr sustraerse al fragor y al desatino; y compartie¡doincluso las responsabilidades comunes, en situaciones que se juz,gan episódicas -por dolorosas que sean* dentro del g¡an pro.cesq pero a ias que han de hacer frente, siquitra con el pensa-

mientq -por dic¡idad, o por simple decoro y piedad, o pot lafuerza de esa incontenible rebeldia ante el e¡gaño y la injusticiaque no necesita jusrificarse-, a pesar de que, con todo esto, se

compromere su ñisión m᧠alta.

Ha durado pues demadádo, la elaboración de esta obra, para

que pudiera aplazarse aún más, y corriera enronces riesgos ma-

yores que Ios que ha superado ya. Insuliciente como es en sufoma actual, cumple su comerido, por 1ll menos para l¡ existenciade quien la produce.

Iá investigáción sobre el rema, y la consisuientc acrnrulaciónde mareriales, versarcn p¡imeramenre sobre modslidades til.ricas delá e$resióD, en el dominio p6ico1ógico, estético, 1ósico y linsüisrico.La Psicologia d.e 1as Siturc¡ones Vira¡es y Ia Vocación Humrlrradejan t¡asluci¡ algo de 1o que füé esta primera etapa del tmbajo.De esos materiales ha sido necesa o prescindir, en gran parte, enel texto de la obra, como se indica en ella oporrunamente, y po¡

PRóLoco 9

razónes que tarr,bi¿n se ofrecen. La pri¡cipal de sras raa¡es hasido 1a imposibilidad comprobada de que 1as ciencias particulares, rc.e ocuprr.. de una nánera u orrá, de la erpre.ión < un en-,,,el f.nomerologi(o sin si. rmr- propor.ionen una rom¡er"lóncabal de 1o que este fenómeno representa en el orden del ser y el

conocer. Ya e¡ 19121 se menciona por primem vez, como proyectotLe tabajo necesario, el de una metafisica de la expresión. Madu.ran.lo este p¡oyectq llegó pronto a fo¡mularse la hipótesis de que

una metafisica de la expresión no habia de constituirse como unatñrÍa más de estos fenóñenos, ni siquiera como una ontologia deIo humano. sino fürdamentación de la ciencia

metafisica misma, y por ello de ]a ciencia en geueral.

Orientada ya por esta hipótesis, en 1948 (dos años anres de que

¡pareciese l{ü¡ortcrsmo ) E{isrenc¡¿hsmo, y dos años después deLa I¡lea del Hombrc) se inició en Seminario una tarea de c¡Íticay de confirmación, en Ia cual han participado tres lromociones de

¡lümios, y cuyos ¡esu1t¡dos {ueron articulándose y ensayándosetl cursos monográficos y conferencias dados en Universidades de

Ivféxico, y de Guatemala, Cuba, Venemela, Chile, Uruguay y Ar.scntin¡. C¡n todas ellas, y con los erudiantes aludidos, tiene elautor una deuda de gratitud. La tiene sobre todo con los maestrm,

los grandes pensadores cuyas ideas, aceptadas o ¡echazadas, han

si.to inspiracióñ de las propias; el beneficio íntimo de su enseñanz¡

sc hubiera loc¡ado ya en el diá1ogo, aunque no hubiera sureido de

il esta obra que, por lo mismq só1o los cita a ellos. Entre las omi,si(Des. acaso recaisa el lector en la de algún filósofo contemporineo

-porejemplo Max Scheler- cuyas ideas pueden parecer

,,casionalmente coincidentes con otras qlre se formulan en estaMer¿fisica. Si no se citan es porque no sirvie¡on, como aqLrellas

,,rres, de nNpiración -por ejemplo, muy tipicamente, las de Cavij(J, a pesar de no se¡ coincldentes-; y por ello, a sus autores

. clcbe rcspctq pero no, en este caso, gratitu.I: su camino no era

Las etapas de este camlno no es necesario recordarlas aqui: la,,1f¡ misma las reproduce, organizadas ya en orden sisreÍ\ático.

Prilo8o ¡ Drlid 17n'¡e, l)ií|.@t tóbre R¿lisióE Natú , Ll Cola.sio

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I']ero ¡lsun,,s (lc l,,s lril()s conductores que van des.le las obras¡¡toi,rrcs h¡«n la presente, si puede sff conveniente seña1arlosde mancra cx|rcsa, aunquc brevemenle. Una vcz eñnblccidoslos rrincifios dc una metafisica de 1a exprcsióD, sc h¡ de percibir

sln duda quc clla es una consccuencia sistcmi¡lica necesaria de laprcmisa que fuó, en La I¿ed. dcL Honhc, aquclla tesis de la histo-ricidad del s¿r hl¡mano. Siendo él histririco cn su ser mismo, laexpresión no puede considemrse conlo un ¡cci(lcntc {lcl hombrc,sino como párte constitutiva dc sü cstructrr¡r co)rn) un üráctcrontológico dilerencial que, a.lenrás, Ie pcmitc a ól cst¡blecu demanera inmediata la disiinción metafisic.t ap(xljclic¡ cDtre el ser

de 1o humano y el de todo lo no humano. La refoüna dcl rrótoclofencñenolósico quc csto ha requericlo es igual¡rc-ntc una co¡se-

, cuencia forzadá de ac¡uel planteamiento. Por otra pare, que laexpresión es el ser del hombre, se diio ya, con plena concicnci¿ de10 quc ello implic¡ba teór;camente, en lÁ. Vaclr.ión Húruna, \esa ob¡a adelanta igualmente 1os r(nsamientos que han señi¿ten 1a presente r,al:i Ia idca del ho¡rbre como ser de la vocación.

I-¡ p.eocupación por el F¡oblema de los principios de la ciencia(Datural) se refleia ya en l-li5turici'mo I Ex,s¡enciali\mo, y es aliiun antecedcntc tlcl an¿rlisis comF¡ratilo crtrc la {isica y la meta-{isica que se efectira aqui, y por el cual se reve)a l¡ análoga conforoa.ló¡ de estas dos ciencias. La c¡isis de la tr¡.lición metalisicaque proviene de Parménides, Platón y Aristóteles, co.ecta enrorlcescon la crisls de la fundnmentación ne,vi.»iaDa-ka¡lrianr de laciencia, para revclar asi la utgencia de repl¡ntear íffcsmmcnrc,con ¡adicalid¡d exuem¡, el problema del ser y el conocÚ, al cuálrespondc esta Merafisi.a (Ie ld. E\presió\. La cuesrión csfccirl delos priDc;pios comunes ¡ 1a fisica y i¿ metafisic¡ será tmt¡dl cn Lrna

olrr¡ de muy prcxima públicación, que se titula Los l,,in.il,¡os dc l¡1

ciencia': Heráclíto 1 Parménides.De patecida mnnera, 1a tc"(is del carácter dial¿,si.o clcl cono,

cimiento, con la cu¡l se alteraba en H¡j¡o,icismo ! l:lriJ¡.n.n¿¡i5mo1a estructu¡a t¡adi.ioDalmcnte con-(riruida !o1.cl suiüo y el cb-jeto, era premisa per.t e¡a evideDcia apodictica rlel scr quc, en lapresente ob.a, estai¡lece el lundamento de trxla ciencia posible,

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E Nrcol

y de 1a existencia misma. Con ello Fuede losrarse una reconcilia-.ión .Iefnritiva entre la verdad y la historia. Hntoricismo 1 Exis-

¡cncia¿r.vno adoptó como le¡D una fnse platónica: conocer es

¡ctuar. La verdad, aunque versa sobre el ser, es un acto y una

ob¡a del se¡ r¡ismo que la piensa, y como tal puede rcsultar, a lavez, verdadera e histórica: es una dlntldns¡ ]ógica precisámcñte

plrrque es uDa lajiesis. Por áhí sc aspira también a reconstituir la

Lnridad y contin idad del conocimiento; pues la vedad no es pr;vativa de Ia epts¡eru, sino que, como evidencia pdmarla de lorcal, se logra ya cn el conocimiento precientifico.

Finalmente, 1a tesis de que el proceo histórico de tod¡s las

modaliclades expresivas es susceFtible de ün" regulación lega] rigu-Ns¡, corno la que se intent¿ aqui, en el último capitulo, rcspondei una idca básica que se ha foñulado en vaios textos, y sobre

t.do en la Introdu.ción a Laldea dcl Honbre: todo .ambia, menosla 1ey que {qe el csmbio. Este es el principio inmutable de la

rcmporalidad y racionaljdad de lo rea1.

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CAPITT,ILO IRIMERO

EL PRODLEMA DE LA POSIBILIDAD.HECI.{OS Y DOCTRINAS

§1L.r cusrs ¡¡ r^ MET^FÍsrcA. Dttsrcur]ÁDEs PRELTMTNAR¡S

¿) ¿Cómo es posiblc una metafisica de la expresión? La cuestións,l).e las condiciones de posibiljdad en gcncral de una derermina-(ln futu:lamentación teórica tiene que planteare, por risor metó-rlico, como tema preliminar de ]a exposición. Perc la expo"§cióñrr¡ cs el escabrcso canino orisñal de las mednaciones e i¡vesti-r!..i,rnes, sino un camino ya desbrozado. que recorremos de nuevoy sin mayo¡es titubeos, con 1a segundad que nos presta saberrrclonde concluce; y conocido ya el término, o sea el ¡esultado posi-rivo de 1a búsqueda, puede parecer suferflua esa interrosacións)bre ]a posibilidad de dicho resultado: el haberlo ya alcanzadorlispensaria de Ia presunta.

Sin embarso, en este caso, Ia preguuta recaba la atención so-l,rc t¡¡ género de dilicultades que no se presentan cuando hai,i-,,,rlnente planteamos en filosofia el problcma previo de 1a posi-Ii lidad. Tiene sentido presuntar córno es posible un hecho yatr.te¡te, sobrc cuya realidad efectiva no püede caber duda ningüna,t!)rque cntoñces estamos averiguando sus caums o razonesi y cuan-,1,, et hecho es una ciencia, o alsuna fund¡mcntación teórica dell(,s.¡ía, la p.esunta sobre la posibilidad cs cqui!,alente a la pre-n,nta sobre ]a lesitiñidad. Si, procecliendo a ]a r¡¡nera de Kant,rmtá,qcmos de áveriguar cómo es posible el corlo.imiento científico

rn general, contariamos desde luego con el hecho mismo de lar itncia. Preguntar cómo es ellá posible no nnplica poner en duda,I cxistencia histó¡ica, sino enfoca¡ la atención hacia ]a Lase que:Iste¡te justamente su efectividad real. Establecer las condiciones,1. rosibilidad de ]a cie¡cia quiere decir, enronces, invefisar de,¡uó modo se produce ya, y cómo se funda lcgitimamenrc, esrerit¡ de.aber. En todo caso, la cicncia misma está ahi, delante der¡infros y operanre, de suerte que ante el hccLo no nos puede in-,rrnibir ot¡a tarea que la de tomarlo en clrenra como punto der. ,rl¡: " (i(nLi¡ mj.ma e a.lucllo q'.e Jp-.§ ¡ e\imirpr p.r¡rl,i:t cómo es e)la posible.

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16 EL PRoBLEMA DE LA ?osrBri-rDAD

Por el contra¡io, al presuntámos ahora ñmo sea posible unametafisica de la expresión, quedamos situados desde lllego ftentea u¡a cuerión más radicai. Más radical, sin duda, que la cues-tión análoga sobre ]a metafisica que planteaba también Kant;puer, aun cuando esta otra cllestió¡ no sc resolvia para é1 satis.factcxiamente, como la relativa a ]a ciencia, ]a simple duda e¡aya

el reconocimiento de algo rcal: Ia metafisicapresentab¡ en su

defensa e] testimonio de su larga historia, y sob.e ese materialhistódco hubo de ve¡sar el anál¡is c¡ítico de Kant, rrara mostrarque hábía sido ilegitima. Pero 1a histor;a de ]n filosofia no olreceal parecer ijemplo ninguno de una metafisica de la exprcsióntlpor consisüiente, no disponiendo al empezar de un hecho dado,del cual podamos sentimos bien seguros, el p¡oblema de la legitnmidad mantiene por ello el senticlo directo y lite¡al de la posibili.dad: es una inmgnita que ne.esit¡mos despejár previamente. El'hecho con el que contamos es el fenómeno de la expresión misma;como hecho histórico, disFonemos también de varias teorías sob¡ela expresión. Frente a cstos hechos, nuestra p¡egunta parece que.dar como empañada po unn presunción negativa: ¿qué necesidad

tenemos de otra teoria que sea precisamente una mer¿fi'ic¿ de lare¡presiónl zQué fundamentaciones teo¡icas de orden metafisico'requiere el fenómeno particula¡ de la expresión? Y co¡¡elatia.mente ¿qu¿ derivaciones hacia este orden de fenómenos sugierela meditacjón metafíslca en general? En suma, ]a pregunta quepla¡tea como problema una metafisica de la expresión no aludetodavía a la sea real y legitima, sino a la cuestiónmás primitiva de si es posible o no. ¿Qué sentido tiene siquie¡ahace¡se la preeunra? Esta es la cuestión.

Pero, en segundo lugar, esta pregunta levanta un vuelo de preblemas ref«entes a la metafísica misma, como tal. De hecho, elsolo planteamiento de la cuestión relativa ¿ esta particular meta.

fisica de la expresión log¡a poner en crisis a la metafísica quepudiéramos llamar general. Pues, en efecto, asi como será necesa-do que expliquemos por qüé motivos no resultan suficientes lasvarias ciencias que se ocupan de la expresión (y a cuyo conjuntohabremos de aplica¡ el .lisdntivo gené¡ico de fisica de 1a expre-sión), asi también es indispe¡rsable que averisüemos a qué ¡azónpueda deberse que la metafisica no haya intentado suplir de ünamanera u otra aquella deficiencia o limitación del saber cientif;co,

I Más adelantc ú v{á por quó han dc qücdm exduidas tambi¿n las liló.sofhs de H¿qcl y Hcidces.r. S.bre el primero, véase E, Nicol, Hntm¡cino )E{i$¿¿c¡¿¡üño, !1 Colesio dc M¿rico, 1950; cap, III.

LA cRrsts DE LA METAFisrca t7y no haya abo¡dado siquiera llsuna vez el tema, dsuiendo elo"¡mo que le dejabAn abie¡to 1as ciencias de1 lenguaje y ia psico-1.,,¡. )a de.le lc anriEüedad. lero rri e-a n-ce.ano que rona e.,tc camino, porque eI suyo propio le hubiera bastado. La palabrars expresión; poo )a en 1as Frimeras declaraciones de la filosofiagricga sobrc el logo.r, en Fleráclito y Parménides, se afi¡ma ta jn-

licrencia rlcl logos en e1ser, o su unidad coo el ser y en 1a me.lidacn quc rccibe con esto un ftar¿micnto merafisico, en la mism¡nrcdida empieza a despojarse el logos de su cualidad de exprcsivo.I-ucgo la lógca se constituye como u¡a ctencia aparte de aquellasotr¡s cicncias del lensuaje: Socratcs y Platón, frenre a la ,erórica<]c los sofistas; y tampoco a los lilósofo. les h¡ parecido muy sor-prcnclente que e1 logos perdieta tamlién, ahora por Liacerse lógico,st¡ n¡tur¿leza exprcsiva. Atribuyeron al ser, a la reatidad, lás|ropic.ledes mismas del ¡ogos, definldo por ellos mediante ciertos¡xiom¡N; y consideraion que el conocimicnto rerdadero tcní¡ queconsisrir de alguna acomodo o coDco¡dalcia cntrecl ¿osos lógico, o form¡ canónica de1 ¡cnsar, y eI locos dct ser. o

lorma constitutiva de ]a realidad. Implicitamc.ntc, operaron sobred supuesto cle rlue los dos eran inmutables, y de que el iogos del:ts exprcqiones epistemológicas, no podia p()r trDrorcr instnmenro dcl saber, ni revelado¡ del ser, plres Ia exprcsiólrcs siempre variable, sinsulár y subjetiva. Qué relación erardan,rr'r. i"l roeo. rrprc rvo v "l lu¡u log;c., qu. .( .upon,¡ n,.r-prcsiv.¡, es una cuestión que a nadie parecía preocupar. o sóIo de, .mera subÉpticia: el problema del erro¡ es un eco det pro-l,lcma de ]a expresión. ¿Cómo es posible el conocimienro erró-¡,co, si lo¡malmente es isual que el conocimieDro vedadero? ¿Será,.1 ",or ur. "rp-".rón? lcro (n'once§ ,po, ou,1 no e. esp.e rónrr¡nLi¡n Ia verdad? Plarón, a quien ¡¡porraron más que a nadie,

rn 1a antigúodad, loi prcblemas filosófi.os de1 lensuaje, ".eñaló en.l So.lts¿¿ Ia necesjd¡d de ju:xificar L.re.isa¡:rente e1 error, como,l,odlción de posiLiliclad de 1a vcrdacl. PeLo inclusive para é1, yrn:is todavia para los otros metafisicos hafa hoy, en tanto que elI,rxos se acercaba al ser, po¡ asi deci¡lo, en las cuesriones 1ócjcasy .Fistemolósicas la metafisica, tanto más se purif;,rri de sn caráct$ expresivo, tanb más neutro y anónimo se,,lrsi.leraba. Inversan,ente, cuantas veces en 1a historia de ]a filo-,,,lir se ha puesto de relieve el car¡ctcr subjetivo del ¿osos, tantas,,trrs ha traido esto consiso tma co.r€spondiente ftitica de 1a me.

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198 I]L PROBLIMA DN TA IOSIBILIDAD

ED todo caso, sin que iniciemos siquiera, todavia, estaF aver;suacioues, podemos anticipar yá qüe los motivos de tal omisióuson de tondo: que nó se d¡be al azar ia inexistencia de una me-tafísica de la exFesión, sino a la manera como la metafisica gene-

rat quedó constituida orisinariamente, y se ha desenrqelto en el

curso histórico de Ia filosofia. Si ello es asi, si este anticipo se

confirma *y hab¡emos de confimarlo sobte los textos-, la posibilklad de una me¡ajisica de 1a exp¡esión no dependerá tan sólode que 1a física de ]a expresión no ofrezca, ni pueda olrecer, una

*respuesta adecuada a todas las cuestiones que es legitit¡o y nece-

sario plantear ante el fenómeno de Ia erpresión, sino que además,y de maDera princifal, dependerá de que se logre poner en c¡isisaquella tradición histórica de la metafisica, y reconstituir a ésta

sob¡e un fundamento ditcrente de1 que ha tenjdo desde Pa¡mé'nides. Dicho de ota mánera: esta metafisica de 1a expresión nohabrá de limitarse a incorporar un sector nuevo en el dominlo dela metalÍsica seneml, §n álterar ]a estructula que a ésta 1e dió ]atradición. Si ¡caso es posible, no podrá consistir en un me¡o des-

arrollo mrreinal, que supla una de{iciencia de 1a metafisica, y

a la vez una de la ciencia, sino que producirá grave trastomo enlas cüestiones centrales; de hecho, su misma sxibilidad es depen-dienre de ]a posibjlidad de lundar 1a metafisica en general sobreuna base que pueda considerarse legitima y sesu¡a.

b) Con cst¡ tarea critica preliminar, y con el intento sut6;guiente de una nueva fundarnenración, pod¡emo quitar del paso

el obstáculo que representaria el desc¡édito actual de 1a meta-fisica. Porque el descrédito es un hecho, patente y difuso, al que

só]o consisuen realzar, por contraste, Ias nuevas icle¡s que hanaparecido en este siglo, álgunas de ellas dotadas de fuerza v ori"ginalidad; pero esta aparición ha sido L¡n acontecimieDto dom¿etico, ocür¡ido en e1 rechto privado de la {i1oso{ia, Los tilosófmpropenclen a olvida¡ que ya no es e1la, la metatisica, la {orma -'e-ñe¡a de1 peDsamiento humano, snro la ciencia, y en {oflna eminente1a ciencia n¡rural. Y sin embarso, corrcsponde a los fi1ósofos, v noa lcs propjos cientificos, explicat los mctivoi y los resultado§ .leesta nueva primacía; pero con{esemos que puecle resulta¡les unpoco dificil recabar otra vez pala la netafisl$ ese primado que

tuvo, y que ha perdldo, adoptando precisamente lás ¡a:ones que se

invocan en su descrédito. De todas ñane¡as, aleuDas de el1as sonvá1jdas y hay que adoptarlas. EI ú¡ico camino poslble, dada 1a

situa€ión histórica, nos impone que reüunciemos definltivamente¡l peso nmerto de la tradición.

LA CRISIS DE LA MEIAFfSICA

Y como dicha fórmula de una ruptura con l¡ t¡adjción habrá(le ocurrir alsunas ot¡as veces en esta Primera Parte, es conve,niente que aclaremos su sentido. ¡L¡ tradición es praisamenté-lln continuidad históricai Por ello, toda operación critica que in,tlu:cr a romper con el pasado ha de lograr en suma pe¡petuarlo.Ill suaerir o Droponer ideas y formas nuevas. sol¡re la base de una -

,.vi or cri,.a de Ia. Lr.d,co¡..1e., i-plicr un¡ rnto p r¡ciónmás intesra del pasado que 1a electuada en épocas no criticas,cuando la valiclez y legitimidad de aquellas formas e ideas se

accpta como algo consabido: ento:rces ellas son p/es€nr¿s, y no..l,rctérit¡s, por viejo que sea sr origen. Es precisámente cuando.¿lru i¡leas de1 pásado pierden su fuerza actual, o sea cuan<lo ya novalen para el presente, cuando la critica nos permite descubriren ellas un sentido que su propia valide, cstuvo velando: adquie-,.'ñ n, e\¿ f-G-nc a ,u.a -ñre .Ji nd" ,dvqri¡o. q,re ya no ..Jn¡resentes. Por esto, ¡'{romper con el pasado" es asumir el pasado,hacerlo presente dc nuevo, o rehesen¡arlo criticamente. Pero todainnovlción es una continuáción, y er e]la está presente el pasado(lc ñanera tanto

más ¡ealzada cuanro más radicalmenre distin¡to de sus antecedentes sea lo actual. Tal vez esto exptrique y jus-rifique la necesidad en que hoy nos enconrramos de embarazar la.xposición de ideas nuevas con referencias históricas y criticas a las.I r. vie,a".

Asi tiene que ocurri¡ aho¡a con 1a metafísica. Oue su situa"lrlón es critica, no hay que dudarlo. En tanto que 1a crisis no s€arrr mero decaimiento, o el simple result¡do de tener enfrente a unal,,rma de conocimiento más triunfante, sjno que Ia provoquen,,t)iniones expresrs y adversas, la c¡isis le viene de afuera. Perol lilosolia debe tomár de esas opiniones ajenas muy buena cuenta,l)ara inicia¡ y prosesuir su p¡opia citica de 1a metáfisica, cle laú¡ica ñ¡nera posible: asumiendo su pasa.io cnrero, en la ta¡ea de

lft rcvjsión que permira aligerar 1a marcha y prescindir de 1o qucyr no pueda savirnos par¿ e1 futuro.No vamos por ello a adoptar las formas más banales en que se

, r¡resa el dcsoódito de la metafisica, las cuales no son sino ecor"rnotc, de 1as razones profundas, y por esto sólo pueden hacer:r (una r¡c1la. /Qué sentitlo tiene hacer metatisica en nuesrros,lirs? ii-Émo pueden los filsofos sustraerse de ta1 modo a las ex;Irrrcins imperiosas de la realidad, y sobre toclo de esta realidadvir¡i, tan agitada y asobiante en la actualidad? ¿Cómo pueden,, i ,¡) es por carencia total de sensibilidad humana, seguir ocupán.,l,sc de cuestiones que a nadie importan, explicar teorÍas viejas, o

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2"0 EL PROBL¡MA DE IA POSIBILIDAD

incluso inventar nucvas teorias que na.ta resuelveñ, porque sonpuros artif;cios intelectuales? 2Cómo pueden vivi¡, siquiera inte-lectüalmente, sin nutrirse de realidades vivas, sino de una tra,dición ya muerta, que se aprende mecánicamente en medios aca,démicos sofocados por inhibiciones vitales , y para fines puramentedidácricos también? Estos anilicios del oficio filosófico

^on

1a ex-

presión de una ascética renuncia clel mundo, de una hero;ca d&fensa contra sus conupciones, o son más bien la exp¡esión.le unaig¡orancia más slave y rádical que 1a del iletrado: h is¡oranciade la vida, ]a nr.¡pacidad de sentir, dc gozar de 1os bienes y sufrirpor los males del mundo? Estas son presuntas qlle podiera hacer

, justificadamente el prolsno inteligente.I ¿Y po¡ q,ré no el fi1ósoio tan1bién? ¿Acaso no es posible, yi justificadq y hasta necesario, ctue él nismo sienta dudas sobrc su

propi¿ ocupación? Y asi puede pregrntarse: ¿soy un actor o sov

un espectado¡, en este gran teatro del muldq o soy acaso un in'feliz que ni siqu;era se accrcó a ias puertas del teatro? Po¡queacto¡ tiene quc serlo el lllósofo precisamcnte con su filosofia; si

actúa con otros medios, es isual que cualquier otro, y si logra pa¡a

ello recatar a su f;losofia, es que ésta se Ie habi¡ desecado virsenen 1a soledad, y no puede rendi¡le nineún beneficlo de fecundidadvitál. Ei especiador de la vida, en cambiq o es üno que paga sudesnrterés coñ el cinismq o es un dcsespe¡ado que renunció a simismo, y por esto no ]e conmueve nada de 1os demás, ün pocoa la r¡a¡era del vido estoico. Pero a esta ¡enuncia lse puede l1e-

ear sin haber llegado a viejo en e1 espiritu¡ ¿Qué mérito ha dealcanzar una filosofia de la renuncia, mediante 1a cual podamosaliviarnos de1 cuidado y olrecemos el mundo como un espectáculo,si no e. con vi.r... o,-o,runJo, ¿l crnl ,.o n¡.lcmo. renunci.rl

' fY q, ; s¡¡o. r'ene l.: «rur'. i¡ mr-¡a. , Lán lo F f"ruo.¡' Al filó-.ofo e.or .pondc no.olo rn er¡-e r-1" vidn y dnle err.,.I ,,.'no

exp)icar el nundo; t, ¿cómo puede explic¡tlo, si )os conceptos delas cosas 1€ sir\'-c11 solamente para ocultar su esc¡so inrcr¿s por las

lero lá roc:.c on I lu ófc¡ v ¡ pr"h.:ón nc.rdó"nit . n doco a. Jil.r.nrc., ¡unquc , nc e. d.d oblic rc h^t c¡.i '" -p " rejercer ta segünda cuando se tiene 1a primera. No otstante, si lavocación exisre, la trrofesión no desciendc al nivel dc un merooficio intelectual, á¡ido y desespe¡ado, aunque sen fo¡malmenteriguroso. foda v.jcación impdme carácteri peró las vocacionesque 11enan e1 ámbito entero de la vida, cor¡o lx filosófica, imprtmen además una vi¡tud. El se¡vicio de la ve¡dad ¡edime de esta

LA cRls¡s DE L4 MEI^Fisrc,{ 21

,¡anera a1 "oficio" de los necesarios árrificios del püro re.ni.ismqlos cuales sólo pueden tener valor jusramente cuando no les asig.ne¡nos un valor propio y fina1. Sin embargo, en nueshos dias 1a

lilosofia reclama aleo más del hombr.e de vocactón. No basta,c¡mo en otros tiempos, vivir a cxpensas de la propia tattición, y¡crmanccer recluso en elLL. La filosotla ha sidq duranre siglos

y más sislos, ]a única forma legirina de conocimiento; desde elsiglo rvt ha convivido con 1a nueva ciencia narural y compárridoc n.1.. 1,. rc¡ d¡Je del u j vFr.o, c.n a,m,ñia ná. o meno. pre.c¡Lla. Pero hoy la situación ha cambiadq hasta e1 punto de quecs necesariq frente a la cjencla, justificar e1 sentido mlsmo de 1a

lilosoria. Lo más grave de 1a crisis qüeda sin decir: 1a ciencia¡ i¡¡e, sin que nadie la cuestione, ni que nadie polemice por lograrsu Mmacia: la tiene sin mis. lY quié¡ acude a la metafisica paraso]ventar ningún problema? La c¡isis de la merafísica ya no puedercmedia$e con 1os rnedios de que e11a misma dispoDe, por.lue nocs una crisis intema, de orden técnico, sino integral y edical.l.os problemas metafisi€os han de ser planteados a la Iuz de ciertos

«)nocimient.J6 que ya no soñ filosof;cos. Y asi, e1 filósofo cre¡dorhr de tener no só1o la capacidad de absorber intesramente su tra-Llición, sino quc, pam ponerla en crisis, ha de siruarse por un mo-,¡óno {ueLa de ella, otea¡ el campo de 1a {ilosofia des.le otrosúmpos de1 saber. Este cambio de perspecriva ilusira mejor sobrells fallas de la metafisica que ]a mera criricá interna, por aguda,LL¡c sea, obliga a suspender provisionalmente 1a validez de los ins-rrtrr¡enrcs de tmb¡jo de que se sirve et filósofo para su a«ividadr rcadora, y hasta la misma legirimidad de eña creación.

Por todo esro, más grave seria y más penetr:rnte la opinjónr,hfrna del que asimilase ]a metafisica, y acaso roda ta filosoÍa,,r h mitologÍa y a la poesia. los mejores metafisicos, tos de ve¡dad

-tjucstoque

de ellos ha de tratarse únicamentr seían comotNctas prosaicos (muy prosaicos a veces), cuyo único mérito l.ra-,.ii residido en su peculiar capacidad de forjar miros con Ia inte-

l,,1cncia, y haLlar de 1as cosas con una lógica puramente nominal,, lor¡al. El verbo de la poesia, siquiera, rechaza es¡e géne¡o de,,(rcioncs ]ógicas y, más lilae, recaba para si e1 auxilio de todaslrrs potcncias del espiriiu, y no solamenre de la intelectual. Y esf(t,,idante que esta idea pueda tener al.r,p de verded; pcrq des.

¡rr1s del kaütismo y de1 posirivis¡no ¿cómo discerntr ahora en quél[,,Ddrto clra verdad desfallece en c1 er.o.? Esra petpiejictad nos,l, ir cn o.a sltuación pareclda a la que dererminó la critica kan-ri,h,,, fcro más snve. La metalisica em, !,esún Kañt,,,un conoci,

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TNTOI-OCiA Y MI]I^FiSICA 23

22 ¡L PRoBI-uv^ Dl LA PostBIL¡DAl)

mr:n o .rup nP.e'rL r4o .? ¡urrque cl h"cho de que cll lue*l,;i;,.:;;",. -;;i,, n".,¡ "" i,'i' ro :ar:n,,'ab: 'in m 'ui";i.. ;;J J' i; !r. .-", g.' ,a c enc'a na,cmaric? v r¡ ti ca

.:""',"¡.' ",i, r,¿o¡ ;Q ¡e '' ",.,'" '' 'o''- e..o' '\ora oue

ilil;-i"";;;"",á,t." ""j'o"'í¿, .." el sentido de una libre acti

;J;':;;;;;d"l ;"i¡it,,

vque po¡ erlo es erpresiva? Decía

¡-".. '1, t" ax:o-" geoméric"' ñ^'on ni Irr:cñ' 'r'ierrco')",'j,.'..r l'" i...'"*erimen al-' s"¡ coa\rn'ione '3 Y há'

Ári"a"'a.:'i,,,:. ".,".,i¿. ,,"¡,.*',' de I ^ cr oma " h¡ d'ch^

,1"" -e" t,r¿" Hermann Vevt: "La elección de los conceptos

ilJ;;; ;;til;:;; una latitud considerable " una teo¡ia

d"*irir'r^i"'"*,. p-porciona una versión fiel de ios datos' sino

;;; -;1, ;;.r;bi.-";re c un. a'-cv'.r¡ c.'1'r!'cór"'{ I¡:",;"""to, ;. l¡ m",ar,.i ", r ro. qu" rant ,lamrba rd a' parc

;J;;."r -,, Ll¡ ncion que:Lr ob'ero no ¡Ñia pre'tn-r e en

" ""rr"-.,";.1.*I", ¡"6;r, pr"auciao, oñr e't¡ m'mt rarenL:'

;; i;;il";,,., rod3. ri. q,'mera', tanra'ia' v aberrrc orc' quc

""*r"

¿i-ii.."¡,""l camo¡dela e'p".Lrla'ión rlu ñ¡:c¿ uoe:oa

P.,o e,ta "¡rbi'-¡r'ed¡d ' d' la rcán queinvenra Lrs pro¡ror co¡-..*' "1.i..', t lo' .lcc''oñ' 'con\cn'rocalT(nre"

r€Í montD-

"1,.'"."¿" .*"' q* .n el Jumin:o de I3 mJ'cñ.:rica v la iF'ca

; ".; ;;;, ";-brü ;cra n,,oror a co¡ un men aic nrrs verado

li-'i,,, ii "."r""" ",..' a. r" -."'¡ *, p-r er e"or"risno de

'"- ¡" ",."".",.¿". * la idea m:' -na del conocimren o en e"neral

r" - '.:";;.i'i;. ñro .¡d'" pone en dudc "l va oi de Ic 'ien-'""""'- -.1;,-';i:;;.

c;nririco., ,odo er mLndo Don" e¡ dud¿

i-",i.. i" ;"'-"i,rr'r.c, excepro Io' mer¡Í'|'to' rrra el cntir

Il.ii'L ü" rir,..,l"';i,riá"¿"., *.i," '^'*¡ de 1a ciencia; las

il-'. " "ne prc."1 c' mcratí'ica'. e'i¡n nren"ion* nue'tr¿' v¡

i.'"¡i.'ii". f i.::,.r.,,i... -." r"' ,n rn' rn'guo"'¡o rndi'¡ 'i",1.',., r.*.t"r.l"' '.1¡menre en cl -ecilro crernir'de tF Pro-

"i", *r,ri aá';. serírn p-nduc'o' J" u¡¿ crc¡c¡ón ''n:ulzr' qrre

i".in" ro"*io".,.p."*. a quien las formulase que no apresar una

realidad cualquiera." il ';,;.q,,e ron. dcr, com" un anccroni'mo l' preten'

.,ñ; ';;;;j;; l; -"r¡ ¡rca. v rc ronce.re ,n , ' r^ var r f^ári'o

'.""l ..",'¿."-.".o

¿" la pallb-ár'e disr o de rom'r c en cuea-

j r,,,i.úndú § 4x I ' ...r,,.." ¡l' ,..'¡; ¡ .rP -lL l .'r _iir.'",',,. ,:;.;, -, ' ' r"''':§"¿'

"-iñeo1'!o¿a:r¿

É. porque enn¿ña uná verdaderu filosofia de la expresión, por 1a

",i.ii, r;1"*ri, -;-, queda reduci& a {enómeno expresivo' Era

,"* """**¡,r"e

"1logo' recuperase al fin sü congénita cual;

,há .t" exp¡esivq p*" no a costa de su capacidad epistemolósica,

no a cosra de ]a ve¡dad. 2No puede acaso ser verdadero v expre'

.i'.,f -it-" tiempol ZAcaso to 1o ha sidq de hecho, en todo

r.ien1po? Esto es 10que

habremosde ver.

A.,uolla iJ:a .croluc:onar¡, no ólo nies¡ leciriridad ¿ -odr

"-,"t''.,." qu. p tJn 'ruyc,oro un '¡brr ¡q-o o. 'rno que ¡ le-

nás aruina las convicciones básicas en que §e ha fundado siemple

l¡ ¡eflexión filosófica. lero más sr¡ve aún que todo esto (1o cual

tiene sur respuestas apropiadas), más grave que ¡nular el valor

.i" .""."i-i*t. ¿. tr-tilosofia. füera anular inclu§o su valor poá

r,.o ,.1 úr,ico oue.c l".oncedier¡ y2; rue. crc '-lor Io huberai*,i. L. "*.i,'".¿.

rilon'rá de mnnerr n¡dv*rda e' dec r'

.¡1"." mruo oue el ¡fán d"¡ber l.ubie e producido ile Demd'-

menie miios, v no ve.dades. En cüanto e] filósofo se percatara

,le oue su imoeru creaJor e' purn ' lre lñ'énre n'tológrco la

i,, ^'" ¿" * áLigina'dalqu"<llrh cegada L¡ poe"ia del p"n':t'

micnto hubiera ádo e1 engaño del pens¡dor: el pensador desarc;-ñ"¡" q"á".h incapacnado al mismo tiempo para Ia poesia vpata la filosofia.

§2

Apnoxr¡¡cró¡ MnoLócICA A uNA METAFISICA Dr L^ EX?RÉ$óN

,,) Fa C-"c a ¡er 'rdore' q r- I acen filo'of a mi(G

li," ; J. ,"" ma¡er¡ de'ibcrc l¡, .on clara con''encia ¡"¡'ir¿¡ v

'ii "'r¡. a**e.¡.¿*. Utilizar eI milo como un ¡rtlficio de 1a

.*r,-¿". or" "vua"¡l pcn.cm:Plro a "r'cr.r'a 'erdal ro e'

i,r i:l qu"

"'r

o, ile , lá verd.d mi'mi ur pun ralor Ñtico'

'' E;Lc4".1. poéticamente los origcnes del mundo v de la üda'li»péáocles noi habla, de modo un tanto confuso, de ünos pri'

'"¡,i** **,"st.alal"ius,

en quienes se mezclaban la naturaleza

v¡ronil y lá femenina. Y acaso para prevenir ]a sonrisa de quienes

',, ,,.mÁ*s se si"tiem" desengañados, nos advierre que su relato

,'" "' o,*'.**" ni mal infon¡rado' Esos seres, más completos

. ., . Lr...".,..' ¡n. L¡pe rocle','uc e ¡n ¡ré' c: v lcómo

,,., ;'.. -,." la t".un.lo"d i", po. c','.¡,i"nrc ur)a cpacidad

, ',, " ;" .n I". ':,e. ,a,orfleLo' o mer-ado' r ¡o elLo

rr¡ i¡les? formas de naturaleza entera surÚeron primeramer,te de

1,, licí.. que no mostral¡an todavia ni el diseño del cuerpo ni la

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2,1 rL PRoBTEMA DE L^ ?osrBlLIDAD

facultad de hablar. FormarÍase después el cue¡po de cada ser,varón o hemb¡a, separado ya del or¡o, y definido por su mismaca.encia de1 ser aieno. Y ento¡ces a¡deria en cada uno e1 fuegodel deseq porque hay en el Euego mismo

-añadeel poeta- eI

anhelo de uni¡se a su semejante: 8élo ¡póq ó!rcid i"éo$or.6Pdo el movimiento dc1 (leseo es la expresión de un ser insatis.

fecho. En su forma primitiva de naftralea cntera, ácaso el miticoser no hubiera sentldo deseor, ni hul¡iera tenido que expresar:hubiera sido cabal y suficiente, o sea innortal. La exisrencia tmeconsigo la insu{icienci:, y e1 deseo de ser y de expresar. El. honbr¿exbresa l,or4úe tide 4úe lnorír.

Platón reitera et\ el BahqueLe el simbolismo de este mito filo-sófico y 1o p¡esenta, en ün teatrc de ideas ya muy nutridamentepoblado. como tema de1 famoso discu o de Aristófañes. Ia hu-manidad primitiva era también cabal en su dualidad: cada ser teníado, ccr¡. cn unr mi m- c"he_á, \ orr¡( ,rnrá. pier-nas, cuato orejas y dos s*os Sü fo¡ma orbicular Ies pemitía aestos humanos, cuando iban apresurados, roCar por Ia tiena em-pleando sus ocho extremldades como aspas de una rueda. Sufuerua y su visor eran tan prodigiosos como su orsu)loi tanto asi,que ambicioñaron escalar el cielo c invadir la mo¡ada de losdioses. Mal podian éstos consenti¡lo, pero tampoco queri¿n des.hace¡se <1e los homl,res y aniquilarlos, pLivándosc enronces de loshonores y ofrendas que de eilos recibian. Necesitados, pues, delos mortales, pero teme¡osos de su pujanza, Zeus y los demás diosesdeliberaron y luego acorda¡on cortarlos por la mitad, .luplic¡ndosu número de csta manera, a ia vez que restaban de cada uno l¡mitad de su poder. Este corte, orisinario de la condición humanaactual, desdobló la naturaler del ser primitivo, y dejó a cadahorb-e..n la o.c r-a .on\i.c:ón de que e ..uy^ ro era rn . qu.medio ser, y con el anhelo de reunirse con su otra mihd, que lo

completaria de nuevo. El ser h máno tiene, pues, el afán cons-titütivo de formar un solo se¡, entero y cabal, con el ser ajeno(énr,9tlpoivftq.,qrgivoi). Por esto, el amot de unos por otros estáimplantaclo en el scr mismo de 1os ho¡¡l¡res: ó iíAúrq ¿$SmoqdXlilov toi: dr$qó¡orq.6

t B 61 y 62. (Todm l.! t.tos lrero.ráticos sc cii¡n .o¡ rele¡e..tu n Di.ls-Kmn:, Di¿ fÉsmnt¿ der !'orók,¿¡i,r.r, ó' cd" crcc¡t" e¡ el c¡§o de Héiá,cliro, p"rá el cuil s. x¡orta¡i ln !úñe¡aclóñ de Dyrvatc¡, con l,.o¡epo¡.dicnic dé DiclsKrx¡: e¡ú. pa.énksir.

¡ lih1frn, 191J. c{. E, Nicol, L¿ lled d.l Hañbrc, Edito¡idl sivló, Mé,xi.o, 1946i .xlr VI¡I, ¡í$, 165 sigs-

M]ToLocíA Y METAFí§CA 25

El amo. seria como la expresión cle una nrsuficicncia netafislca. Pero, más águ.lámcntc toda1,ia, 1a éxpresión r¡ism¿ s¿riaconsecuencia de esa mermada condición ontológica del hor¡bre.El amor se lograria en plemtud, y con él se losrarja la plenjtudclel ser propio, mcdiante la reunlón cumplida con el scr dcl otro.l. r" e. c ,nr' r p:ede a p rar ¡ L, o.¡ fi. ¡. rón por. u-. pr.. .¿-

nente, el otro no es un se1 ¡iieno, en el sentido de onrológicamentecxtmño al propio; con dos partes disimlles no puede recomponerseu¡a unidad. El orro cs un ser a1 que llamarnos f}rói,mo, o seme.jante, porque sü ser no cs tán ajcno que no pued¡ apropiariei tieneconstiiutivamente la disposición de ser parte del ser propio. Y estaclisposición radical es 1a que determina 1a expresión. La palabraes el nexo de vlnculación y de restablecimiento de "la unidadpünitiva", como la llamaba e1 ñito, o sea el modo de losrar Iaplenitud ontológica.

Expresamos por nostalgia y esperanua. Nostalgia de nuestro¡ropio sef, de esa parte de 1o nuesfto que no tenemoi y espefanzácle recuperarlo en la avenencia de nuestro diáloeo con el prójnno.

El púimo ei la parte de nuestro ser que nos {alta. Pe¡o este serdel orrc es también invencibleme¡te ajeno; de donde 1a nece-si.ia.l de lfolongar el diálogo indefinidamente: el logos no consiguenunca que ei ontos se complete, 1o cual quie¡e decir que el hom-Ixe, sa onro-lógico y por ello mismo histórico, es linito y a la vezindefinldo. EI se¡ del otro es ajeno por su sola alteridad, y porqueincluso e1 alán de vnrcularse que é1 pueda sentir, co¡respondiented nueñro r concordante con é1, más bien realza 5e ser propio,frente a1 nuestro. La reunión complcta de los similares no es másIicil que la de 1os disimiles. la identificación es imposiblq por-que el ser insullciente desea rcunirse .onsiso mismo, para comple-tarse, y solo puede completarse coD e¿ otro, que le es propio y

Esta dialéctica clel se¡ determina la dialéctica de la expresión.I-¡ existencia nos separa, y la clistancia sólo L.uede reduci¡se ex-

¡resando. No hay ota manera de "eñtrar en coDtacto" con eloío, de llegar a é1, de entabla¡ relación y niantenerla, de cono-,:crlo y de "darse a conocer". La e¡presión cs un modo de da¡se,cl coal invita ]a respuesta y solicita la enttega ajena. Pero Ia en-rrcga aje.a es otra expresión: el mantenimiento del diálogo implicah libertad ajena cle expresar, que afirma todavia mis en su ser

t,r¡pio a1 interlocutor y suhaya st propiedad invulnerable. Ex-t¡clamos, y siempre seguiremos *presando, porque nunca ]1ega,Nos a cumplir cl propósito p¡imordlal de la expreión. Por e*o

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(

')6 }:L IROBI-EI,IA DE LA IOS]¡[]D,\D

P¿ün¡Decemc en esta c.ndición inernada, caiente, sienpre me-ncstcrosa de más ser; siempre est¡mos necesitados de1 ser ajeno,sie.rpre ¡lanosos de decir "la últnm palaL,ra", siempre ámbiciososde'tleiarlo todo dicho". Los srandes momentos dc irtina efu-sión, .le conf¿si¿n cr»novida, o sea dc comunión, son sileDciosósiriero son momeDtos cle plemtud viral tan ltcüliar, que en ellcxvivimos Ia mDerte: esa pequeñx muerte qüe es

ladel

ser cuandoreposa en la precada convicción de que alcanzó la plenitud de-seada, cuando ya no es necesarlo dccir más. Se¡, descans¡¡, callar.

Por esto e1 amor se proycct¡ con ruu fuerza de pálabras quehfenta rebasar el linire de esta existencir. 1¡isma que lo promuevey 1.r def¡audi. La ambjción de ñmortalidad, sentida de maneratorpe o confusa, exptesada con sencillo fervor o con palabras demitologia y de filosolia, es la esperanza de no rener que exprcsar,de ¡o te¡rer ¿ec¿sidad de anar, de no ser y¡ mn necesitadq tanincompleto, o sea tan livienre, ran expresivoi esperanza de no re-ner que bregar tanto pa:a.t|to\¡narsa dl fújimó; de no tener quemedir y calcular las palabras que nos accrquen, o tener que for-zarlas o que cállarlas. Paradójjcamcnre

-io

se¡á dialécticamen-

tq también?- ]a esperanza de inmorr¡lidad es la esperanza deperder ]a dda. de haber colmado e1 ¿eseo d¿ se¡. la¡a ser hayquc elure¡,: p",. er inmor¡l h") quc morir.

Los hombres pnmitivos del niro platónico perdieron ta unidadorisnraria de su ser porque se c¡eyeroD suficienres, como Satán ycomo Adánj para el mris allá DiDguna parte de suamblción de ser: se sintieron sob¡ados de poder y estaban caren,,.. de ,m r. I u"so los hJmb-. .om^ cJcisode su desmesura, y como expresión de su men¡a. Pero, con elriempo, supieron convertir el castigo mismo, o sea el amor quer-,,¡1 t uc.uf,r . -n rin¡ ma ,"ra de cnn.bre\-r.u p-opi..rr mcr-mado. La paJabrn F¡osa;ca y urilitaria, que e.a ya expresión deamor, porque 1o era de insuficiencia, expresa despüés

al amor rnis-mo, reconocido como una porel1cia de ser, que es tema de expre-siones poéticas y fi)osóficas, a ia vez que dignific¡ toda s erte de

b) Pero esto son mitos antisuos. :Cómo podriairos hoy fun-drr en ellos una r¡re¡¡fisica de ]a exFreslón? El miro del Ban4re¡¿)por sagaz que nos par*c¡ todavía esa conjunción dcinaLia delthombre y el amor, no alucle siquiera a 1a expresión. Cuanro dije¡aPlatón, y cu¡nto podanos añadir, coñenran.lo sus palabrás, halaáde parecernos úna fantasía, dotada cuando más de ciertc, valorpoético. Si los¡amos, como es menester, su*raernos a su hechizo

rflrorociÁ Y lvrErAFisrc,{ 27

y rsmatnos, luera del reducidó ¡mLtente espiritual en que clichas

¡alabras pueden tener sertido, a la atmósfera 1ib¡e dei saber cien-tíiico, con e1 eniendimiento abierrc ¡ todas las solicitaciones de la. : I dcri, y .. , ve .umi.o. r r. mposic'Jne. ;qu,l cú.á en. on-

Mucho ha ganado 1a ciencia, en verdad, con la cosecha de los

dias, desde e} siglo xvrr, y es convenienre ql¡e Ia filosofía vuelva atomar debida cuenta del imporre de esa ganancia, para pro.ede¡en consecuencia a un balance de sus propios habe¡es y deberes.Pero, mientras llevamos a cabo este balance, tanbién es necesa¡ioobse.v¡r y Étener un hccho inquietante: e1 progreso de la cien-cia ha con¡cictido eu el mrudo con un receso de 1¡ sapiencia. Estamentalidad moderna, como se dice, que se afianza, muy se8uracle si misma, sobre los hechos, que desdeña las fantasías y pre-tende proceder siempre con rigor impecable en la tarea de .oñocerla realidad, no ha logrado sustituir con nada ni la poesía de losIlamados mitos filosoficos, ni el beDefido de sabiduria que los hom-Lres parecian deriva¡ de ellos. Acaso no nos baste conocer los

hechos. Acaso1o que buscamos,

al tratar decobocerlos,

se en-.uente más allá de los hechm mis,¡os, o constituya una indolede hechos peculia¡, de quc la ciencia no se ocLlpa; de tal sue¡teque las filosofias viejas, aunqlle fueran todas delicie¡tes o extra-viaCas, como representaciones de la ¡ealidad, habrían de todosmodos loe¡ado e1 fin que de veras se propusieron: mantener eIdiá1oso enre los homb¡es de buena voiuntad y dc buena {e yht¡c ': c-per"r-0, drgn fr.ar la.ridr. .eren:r cl ánin ". ap-orirarlá ñ.ñ," r l:. corpren.rón. }],y.abemo. ni. I c"mp-erdemosr. -ro..¡ I r c crc r no cumple n neun^ de e c- fire. ¡radic "rr¿'e"

Pe1o, aunque también ]a {ilosofía debe proceder en esta situa,ció¡ históica con métodos de reflexión y análisis muy igurosos,

no debe olvidaree de sus objetivos princirrales, ni alterar su ordenjerárquico: Ia sapiencia por encima de la ciencia. Si es posible ono que la lilosofia pueCa ser ambas cosas a la vez, y en el ordenindic.do, dependerá en buena parte de qne se logre consrjtuir E§a

metafisica nueva que ha de su¡sir de una cnsis mdical de 1a tra-

En todo caso, snr este nuevo fundamento no seria posiLrle unamctafisica de 1a expresión. Pero la tradlción no hab¡á de desechar-sc poiquc los pro{anos 1a hayán considerado nna mitologia, nihabrá de mantenerse y renovarse t¡n sólo por.tue lretendamos quesim valienCo, de alzuna ñane¡a. Ia s¿n¿l1rn¡ humana de la merá-

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1

I

F.I PROBLEMA DE LA TOSIB]LIDAD

Iísica, aunque ésra no iuese reñall¿ru. Ha de se¡ verd¿dera, cteacuerdo con l.,s modos de coDocimiento de que hoy dia dispone.]¡os; pero cst¿ exisencia no dele inclinarnos a olvida¡ que laverchd prede reves¡irse de muchos indumenros, y no perderiaun áDice de su virrud porque rechazase alguna vez el iDdumenrodc l¡ cienda, qüe ohora flle ascético y severo, y en e;ta hora es

deslumb¡ante de oropeles. Por esro no dcbemos des.leirar 1as opor-tunidades de volver a loc miros anrisuos, para desentrairar ta sábi-duria que contengan; y asi, en este ñito platónico soLre la convtitución metafisica r:1el hombre, reclama nL¡estra ate¡cióD unafn c o prer derr'.: l..iú r0c o¡v iJ,i,r.ollv á,,rn;¡ou, rt,lo/ov.r;O' c le. ''ó.1 ood^m.. de ,r: r d-l ¡.en., ni*r^ ae nt¡-1r , .u. ,rJoafirma que el hombie --cada uno de nosotros- es un simbolode'h -"..1 ;QJ; t. , p.cri , p.ri nueJrr . *...c¡ dc tá "..p ion tL ri.r¡ aL,r cr¡ rd-¿ J-l h."b..on".er..imbotco :

§3LA vrrJÁ crENCrA DEL s!R. AplRENT,r tMposruIl-IDAD DE rNcrujR

EN EI-I-A LOS '!NóI!J!NOS EX?RESIVOS,¡ d) Es prematuro toclavia abordar esta cuesrión. Bástenos, de mo,

mento, F¡ara proceder con orden. esra convicción fundamental: sibuscamos Ia nanera de constittri! una metafisica .le ]a exprcsión.no podemos conlormaLnos con rura teoía que re.lujese a una mer¿"'p,.';¿;n la m-,af,,c.: ¡¡i m¡. T.,¿ | erc r'.c:mprr¡r ur .oño-ciniento. ¿Qué tipo de conocil¡icnro? iConocimiento de quélealidad? A1 aborda¡ estas cucstioDe-§ definitortas tle1 campo de 1ametafisica se dcscul¡rcn las ¡ae¡es más hondas de $ descrédiro,porque al hacerlo teDemos que confrontar a la mc¡alÍs,cd corl taJi.¡ '¿ ,o -e. .on lá ci rrc.r n>ruml7, y r:l parece cruc dc .eme ¡nreconfrontación hayamos de obrener resr¡ltados ncsativos. La meta-lísica

resulta¡ia inferior, coño dpo .le conocimiento y por su esüuc-tu¡a lógica; y aunque fuera o haya sido rjgurosa formalmenre.careceria de e5a fuerz¡ de captación de realüades de que l¡ cic¡ciadisr¡one. Incluso ha po.tido creerse que no hay en verdad ¡ealicl¡dninguna que cc.rresponda a sus elücub¡acioncs, o de 1a cual puedaofrecerse un terimoDio feh..ieñrc.

t' . f-..,". rñ.d" ¡or A-i Ló cle. et c.nc(p.. dc mcr¡rj.iá

h l- i.e co¡io i lo.o''.i Dri-p? o r-ir..ioiL It.ro ,1, cri¡ deci-r,or'.p. lo mi.rñ. .tuc .',.-. ij uprcma: v c._.uprern: o ¡ rr.i¡al

ti me.ari .:. . _q ,- .e o..r a det .c. "n.¡nroquéccr r¡oü ñrros

LA VITJA CIENL'á DEL S¡R 29

it ii!).-r Nlnsuna de las ot¡as cienclas puede confundiñe con Ia¡1ct¿fisic¡, ni eqüipará¡se a eua, porque ninsuna como ella rrára(lc su objeto coD tal unlversalidad (za0ól,ol), ni investiea lo.¡ pri¡-clFios y las causas iinales (ri; dai(¿; rdi rüs ¿iaór¡rraq úiria;).6l)e suerte que al quedar formalmente delimitada esra ciencia¡rincipal, que es la metafisica o lilixoiia pdrncra, aquello que 1xcar.cteri'ó fucron dos ¡asgos que ha sesuido conservaDdo con iije:atlstartc e 1c largo de la ft¿dición: 1¿ metafisica es u. tipo dc co-nocimiento Feculiar, es decir, el supLemo, porque versa sobre untiI}¡ feculiár de reallda.lr 1a rea1i.lad en si misma, el ser en cuan-

Ahora tenemos que mosrrar que la merafisica no ha logradollevar a cumpliñienro en toda su historia ese plan de Úabajo im-plicitÉmenie scñalado por sus dos caracreles prjncipales: no hálrlbi.lo un solo pensador ql¡e h¡ya podido explicar en 4,¿ cónsiJtcs.r. Los inicütos por haüar una respuesra decisiva a la pregunraque interroga por el ser, o bicn han conducjdo (como era inevi.t¡ble, y ya fué previsto por A¡istóteles) a la cuesri¿rn clel prtncipioy 1a causa suprema dc todo lo existente, y hoy sabenos demasiadr¡

bien que esta cucstión rebasa 1os alcances del conociniento en elsentido de 1a elis¡me; o bien han deriva.lo h¡cia un examen del¡ conritrcióD interna de 1os erlres, y este examen ha pasacto aser, cada vez mis seguramentcj competencja cle l¡s ciencias pos;tivas. ¿Qué 1e qued¡ entonces a la mer¡Fisica?

Naturalmente, el esquema {ormado por 1a dcfiniclón aristoté1ica se fué m¡tizando con e1 tiempo.lo l{o todos los sistemashistó¡icos de merafisica han mantentdo conccrdon.ia literal conel de Aristó,:eles respecto de la función propia de 1a filosofia pri-

3 \reúÍki.¿, f l, 1C0J¡.! Irxrx .o .ih¡ snro un ej.nplo dc córoB.nctó. erpEs, fhns S.oLo de

Iini! r la metaijsica comó iitu J.ter¡ir s.ib¡lú ¡rim¡r, có. un, Iórmlta qnepresi¡tr bien con.isañe¡re los dos.áaderes.

Q. i¿ tl.¿¿¡L, \¡ti,

a.,1, ¡.3:(¡ Gilsoo, I¿.n D¿n¡ S.,r, tá¡is, 1952j Dá!. 72,10 -A!¡.luo el he.ho más ¡otrLl¿ ED l¿ hisb¡ia de t! ñetalisi.¡ n..s ¡re_. ",. 1\,'-ar.t 1,t:.-,. i-,r,o t-,-.x:¡,..J' - r- 1.u.o \a ef n¡ba

, tLr..," eo., .,.or. &,ptd, § 4), lor el .onharió, labremos do ñ.ur que Io nás .á¡áú .hri.ó...d r., 1,,,,1d.m 1".d- o.d.(so. ..1 n,u,o. ello.uci,

' de,d" r,x.J. ,1....' ,..o. .- d ,.. a". , I o. ¡ ,nierxKx¡t, I que nr jLricio llrera s.enrado tnplicihme.tc comó in,petnirlé, es lDnpruebe .l. qre cn la époc¡ }3n1ix.¡ la .riij.a .]e I¿ mctátGjca ro pudo ser de-cisiv!ñ¿nte n.lical, Ló que h.r debc .evel ]l .riti.a es una talla común xtod.s los sisemas, y por lrnto la ¡ri.lnd ¡e irRd:.i¿. qne ellos fo.mx¡.

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l0 I]L PROI]I-I]I\IA DI LA I]T]SIRIL]DAD

m.r¡, ni rclfecb dc lx nrfLrcsta conccptu¡cióD dcl set en tanto.,e . i,,r,eL.\.',,'I I "1. ,,.:'.r. l.rnr''.2 el"r'..' ¡. .¡ de r.t ( 1,i.. 1., I .nr¡ i. . .T- rrm , 1 pro ' r. r dcl

c¡mt)o misno de la iiiosoli¡. Pcr¡ l¡s dudas sobre la lcsitimj'ladclc sus .nibiciones hubic¡on de aÑnar cle;dc cl prncit¡ic¡. Pc¡¡ eI

c¡mino cle una mvestigación del scr en gencral, l¡ mcr¡{isica de

Aristótclc¡ bubo dcverse

Ii.¡r.daa d¡r nzón dc un scr quc era

larticll¡r, 2üxluc crcep.ion¡], lues erx c] Principb cle todos 1os

demás: e] ser divnro. Ilsta invoc¡ció¡. co¡¡o c(r¡|ñbarcmos luc'so en cl sisuieirtc cálírltl{É, plirrció que rcsolví¡ mi¡chos prt>

l¡lemas sot¡e e1 corccpto misno clcl ser, pe«r (l.ló ¡bierbs otros

r¡uchos. /Consciente d¡ ellos, ¡caso, AristLitL:les alirnu que puecle

1l.rm¡rse divnr¡ a 1¡ .iencia frinle porcluc sc ocupa dc Dic¡s, v r'¡r-rluc DiL¡s es causa y principio de los dcmis seres. Pcrc t¿mbiéD

t¡rltue L)ios es tal vez el úniL:1, pseedor dc est¡ cienci¡ 1i Pero,ya ¡ntes, Platón habia conlcs¡do que entcnder e invcstisár el se¡

es una crnpresa ciuc probablemcnte está l¡r en.ima dc sus capa-

cidadcs, o las .le cüalquiera.l'Sobcrh¡s. si¡ embareo, m¡s han dc r.¡rccer las ca¡acidadcs del

memfísi.o .r,.ñdo acomctc 1¿ t¡¡ea de ctar r¡zrin clel ser cn cL¡¡nto«r'. Es verdad que disponemos de u¡x nnnedint¡ jntuición clcl ser:las.osas quc cstán delartc dc nosoÍos son, y r,¡n,s también nos-

or¡os. los suictos que Ias ar¡rehendemos cor¡o ¡eales. Pero cl metafi'sico ¡.lvierre qu. cl ser no se agot¿ cn ni.gunn de ellas, ni siquie¡:en tod¡s e1las, considcr¡das eD cdriunto: qué sca ser, no 1o ¡cla-ra ni la singLrl¡riüd de un ente, ni la totalidad dc los entes realcs,

¡asados o ¡osib1es. TamLiiu es .ierto que cu¡lq icr ente ticn.c¡ conún con tod,s I¡s dcnirs cl hecho de «t pero .st¡ Ia-.¡t.¡Cd¿d.l s.r, est¿ prelc..ix r.¡1 fññiria d. ro¡o lo.l!. cs, rxr nos dice

i¡mpoc. en qlr¿ c.niistx ¡¡r', ¡ri sirtr¡lü¡ cóm¡ cst: c.nsiituí.lo nil-cÚn ente real. t'rra que sca ¡or;lblc nna cicncia clcl s¡¡, ts necesario(lL¡.

el §.rtcnga

:itrihubsiesto

lo ¡rl!.rtii.rDrcr.mcnte Duns

Scoto, fcro er una oiile¡ci¡ ir¡plicir¡ c¡ cl pro¡Lis to misrro cle

consrituir ia met¡fiíca. iQué pdrí¡ dccirsc rlcl ser. co¡ c¡ri¡ctcr

r¡sitivo, si ¡o tuviera atibunr!? len /.uálcs s.D L)s arributo:i.luen(,i rrlr.daD .il,¡i.¿r lo ctuc cs scr, si el scr cs,l Nás u¡ii'ei:¡ide lo; conceptos, o sea el atributo comirn ri¡¡¡rn, cle todo lc¡ que

rrLo ¡nc.ihfdo lxlnlrras ¡! Sihírnlcs: "Sólo Dn* nu.dc rc¡er iaL

rrivile:o"; r lii,¡. nor r! .u.nh que el ho¡rLúe nilo debi.a L'ns..r el .o¡.'rr¡ri¿fr¡ ¡e lo r!!. esti r su ¡]¡¡¡cc flnr. { 11, 932b). Púo n}: j'rranst.F.r ser llnnxd.s los xl,ra¡.es.l.t homb¡e, cs natrml q o ¿*. hsque rela-:1n¡!i I. inpopio s.rin lhn¡r ci¿n.ir a esios nÍ.f'¡\

l

¡-A !t!JA clt:Ncl¡l l]rrl] SFIR l1cs? f-¡s ¡t¡il¡L¡tr¡s del ser resulta¡án lo.zosamen:e m.n,\ univur,s¡l¡: quc cl concept,¡ mismo de serj por otrx parte¡ h¡brá¡ de ser¡,,,i' rniv.¡:.alcs qL¡c los ¿t.ibutus esenciales de 1c¡s entes, ¡: r¡clu,,,,,¡ás t,¡davia quc las catcgorias o gcñera gcncnri5rnnr con qLle

¡rrhmos orgeni:ar los divc¡sos órdcncs Llcl scr. Pucsto <r¡c cl sc¡.,r más co¡¡ún < se¡ nás universal- quc cualqulcr for¡¡¡ po,,ihl..lc s.r. slrs ¡iibutos serjn tar¡bién niás universalcs c¡uc cu¡l,quier categori¡. L¡ :.n. que nos queda, entonces, entrc cl l.troconcepto clel scr y l¡s c¡tegori¡s, es ciertamente restri¡gich. iEsésre todo el campc¡ de ]a Írctalisica?

Meta.irir¡sicac obj(tú-n ,rirnrm (st cnr in.l¿¿ntern .rL!: ¡si 1¡dctermi¡¡ba D¡ns Sco¡¡. Y esre objeto prnner,r de ]a mct,rfisicalo ilañ¡L,a crls trnto que illlrl quo¿ cst tuirü.Lmintcl¡isi¡,;L, simpli.¡¡cr, cs¡ .o¡trm"niJri1D¡¡ra rinr,ricitcr, y el sc. es

conrún precisancn¡c qun¿ p1ino omni,)n 5.n¿n¡lt, sínc .ltibus nanposs¡,n¡ a¿¿ s.tri.i:r La zonn nriermcdia entre cl ser, que cs 1o sppremamente conún, y 1as tc»m¡s dc scr más sc¡cmlcs, la ocuFansegúr Duns Scoto (y tambiéD sesún Santo Tomás,ll a pesar detod¡s las dlfqencias) lo que Ilamanos "tascenclentales", y que el

Scoto llamrba propri¿¿ ¡¿$nr1¿\ ent¡.'5 Pcro Arisróteles no eratan acnbad¡mente sistemático con1o los r¡edievales qlre Drolonsa-ron u tradición; ¡or crto, cn su obra no ar¿rece expresañentc esacoistricción dcl caml,o clc I¿ metafísica, concebi.la como cienciádel ser co curnto scr, que se ¡evrla tan criticamentc cü la oba deDuns.Scoto. La teoria de los trascenclentales es, cn vcrd:Li, la par-te más estéril cle tr¡cl¡ l¡ metatisica tr¡dicion¡l: .omo atributos delscr, lc¡s trasccndcntales no resuelvcn la cu.stión de 1o clue sea se¡,r cn tanto .iuc no son catcsorías, tár¡Doco ilürran sol¡re la enticladde lc¡s c»tes mismos y las formas ¡tenerales de ser. La 'buliclad.liltcmológic¡r" dc las l;¿¡ssioncs .nt¡ 10 .lue revela es 1a nlpo-sibiliJad de u¡a ciencia .l&- fuera auténti.e,nente :r.gi ror: ituroq

f1 óv 0m¡kl Asi la pro¡one Aristóteles;¡cLo

ñ nrera{isica es

tecuod¡ r..cis¡nrente eñ t¡n&r q e no ]a cur¡Fle .omo la ¡iopone:dc1 ser en cu¡¡rc. ser no rlice nada, y a 1a prirrer¡ dificulrad sc dev1ü¡ hicia la cucstión dc k)s prnrcipios (ló¡ri..s y oDrológicos) yl-,acia la cuesrión <le los r¡oclos ¡re¡erales ¡lel scr (crtcsrias). He-

13 Oú¿.f. ,' ¡Ír¡¡,tr,¡,. Jf, 4.3, r lli 1\', 4. 1, ¡.5j ¡,.i.!ri, n. 5. vrlarilso., r¡..n,.nr, Ii.f. a-'.t{.S, H¡i¡is, D¿nr S.or.r,2 rols., Orford, 19271

v¡I. I, crp. lI r rol. 11, .a¡r. ILr{ c.,nn nr \/¡r r \¡III I1i lnx!r, ¡.¡,¿¿ for¡¡ llrr,¡,r,J .o¡r,¡ibilrr Jim¡ti.¿\1. S.o¡o dúr¡l

¡¡rix d¿ ó.Lii L. que ll2ma ¡¿iri.n.r ¿iJiÍn.r¿.: nc.esari.-po,ible, x.r..noreD-..1¡, inti¡n.'l¡rn., er.. \'r¡. O¡. Or. I, ¿ 8,4 3, r. l, ¡. 19.

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tlllllI

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I

EI- PROBLEMA DI LA POS1BILIDAD

mos de señalar desde ahorá que esta doble derivación de l¡ rpta-{ísica, ante ]a imposibilidad de cumplir su cometido, no es arbltrariani ha de asis¡¿rse al jr¡ego partlcular de las ideas en Aristóteles,sino que es una operación tipica, deteminada necesariamente por1os antecedente, parmenideanos de la teori¡ d,:1 ser, y po¡ lanaturaleza misma de las cosas: la realidad, de un lado, y nues-

tra capacidad depensarla, por e1 otro.

b) Si Ia metalislca trata de1 ser, 1o prn¡ero es prcguntar po¡el senticlo de1 ser mismo, como hizo Aristótelcs, y como hace ennuest¡os dias Heiclegger. Perc con esta priircr¡ cuestión ,ros en-corr rño ,. en I¡ p.rñ-I1 rporic: ,. .c r'i nc u I Fnr,d^rniv¡co.'c Sin emh-reo.Iel ..nL.Co dcl 'c- c-.' ,o ..,, ¿nr¡rl"con precisión exccpciónal, porqLre éste se cons e¡ó el concePtop¡imeio cle la meta{isica; teDia que ser lor cllo claro v distinio,como sc dirá despué--, y pedectamente univoco¡ Peto, de una par-

teJ e1 ser se pr"á;." d" todo lo que es Gor.i-rdñov 1üp tó ?ryfltr ",o:i flri:, rc o l, ct e F"i.rc.leri , -uLsenti.lo (i¿r cnrór bi¡ ral,fur zui ¡i, ir$ L¿yDr,xr), v puede

¡e{erirre a un concc¡to unitarioy

com(rn(rs\q ga

ízoi zot!¿,).13

Y de 1a otra pate, esre concepto de ser se emplea equivocamentc vsin una signific¡ción común (óWDvúrroE z.ctá bi zotri,v s¡§áv).1'

- ¿Cómo cs posible una ciencia unjtaria y común para entes diversos

I'r Tü ¡¡ 6r xó1,¿r«r rL ro?.7..r2ó(. Md¿fiJ¿n, f II, l00la. Ni siqui.r.és rficienteúc.té u¡ivoc¡ lx presunl¿ nGnra. luede enendosc la pt-cu¡iá releri.la a lós divesos mod¡s posibles d. pr.di.a.ión dc1 conceDto de

s.¡; las acepciónes dé erc.oncenro, y los cotrcsrrondÉñbs usos Ióqi.os,.1e-p.ndcn a su yez, n*úulmóntc. de los mó.I.s de ser que prcsc¡te l¡ rexlid,dIero la D¡cqunlx s.¡re el scntido d.l ser lue¡e refcriNe tá¡]bi¿n n l, .ne*iónd.1 paqté y d,rar¿ 4,¿ dc 1a exilLenci¡ cn conilüo. lsc t{oblehR ¿e u¡.'teleoioqil n.iafhi.r" lo ph.ta d o¡den de l2i .rnicncl,s re¡lcs, púo ¿ hve: reLasá necesari¡menr. .*e . cn. Sin ehb¡flo, lN d.s a.cp.io.es de1! presdnta s.bic el sentido del sér son inre ep.ndicnles; el coDocinic.io

í¡liin. de la exi.ie..ia rcal no se lorra ncdixnte un .rane. de esr mütua.xist...i¡, p.rqüe lo que e1l^ r.lcla en (lcfinl va cs una cáróncia o nIlincien.i. o¡iológi.¡ qué n.ccsit. ser sd¡d,ld I].r ú¡d rorna de se. s!¡renR vtus.eddontc. Ero .s .om¡¡ a iod¡s hs mdafísi.as hi$óri.¡s. ¡i..hnm.nre,la órisis ach'al de ii ñetalnira rceDni¡ .xiste..ialme¡ic.l senilmicnlo de la,nsufi.icncia oonróii.a, án.que Do 6e lla¡t.e o Iórñnle .n l,r\ t¡ ¡¡ros !.n.-mls y risnNs¡s de lx ñetáIisica h¡dicio.al. sino.ono exn.tui¿D de u¡ erad'de iniño descip.rxdo e¡ ¿1 hombG. So!re eI protlem¿ de cs¡ desespe¡x'ión.xisten.ixl, en ¡e!a.ió¡ .o¡ el sxÍido de1 s¡, vé*e el ca¡iulo noven..

17 l,l¿¿li!ü¿, lt lll, 1060b.r¡ n¡d, 1o6lx.1s ¡¿e1n, 106Cb. Erx e§ 1¡ náxnn^ aProxinrxcni¡ de Arisiótclcs a la ide¡

.¡.,.A'.Lt0,0 ic.

y_cle distinto género? (:róq doro ¡oiióv nai 6rorpóptov ürtt»r relúaFi uio lE ¿rrorritrr).Po

Cu¡n lo e. prou¡o Ari ró,elc. u arLe:r .-e prol,rem,, ád\renc'l !y.."\."y r¡n n,do en '¡ .uc rión . J srñ condl.e I J1¿ pe,.i¡'Ji.l del .r'endimier. (;r r¡l: ¡ür'nin'(L¡o¡,i«r.,r De er¡r¡...r" or.e.ral ,r. Jr"só '.r mc.ár'.... ¡ -"t"r;.e ,,,ncr. f" et.c,.,

faraqLrc

el concepro de ser resulte claro y distinro, ri.r" q;;;;unívoco: ha de tener uü scntido, pues lo que no riene un senridocs insensatq dice también Aristóteles, Aparentemente, e1 ser loriencn por igual todos los entes, y por taDto.le rodos cabe dedrc¡re son, de univoca y con la descada universalidadabsolut,r. Si así fuera, la metafisica podría iniciar su mar:cha, afartjr de ese absoluto originariq sin desce¡de¡ al ptano de iascxisten.iasj sin embargq ésras se imponen ineludibtemenre v ¡e,

l.rra"roc .u- direrrr . rp- J¡ .on L ru.ióL onro!.',q',.' óñ'ic" prrc pnron... r.. rai¡mo. y. det ."r e,r,u1r " .e..;qo, l¡ co.¡ "r r-n'oq,,e.on. I¡ ct¡u.ti.a, ñn Jc I¿ me,rti.ia.e¡roduce en el momento inicial de su marcha: cl problema previo(lel-sentido del ser obligá a toJ¡ar en cuenta desde luego la varie-d¡d cle lo¡mas de ser de cuanro exisre. Desde este moÁentq será

](. I . eüdFñr-. en cf"cro. q,re l¿ co á. oisual de s6r: no son iguales, sino que cada una es como es, y esrapeculiariclad constituye precisamenre s" ser d"rn,m;nadn, pl.q,e" .u Ío¡qa Je..r propr1. I'r.on ip,rieD,c..u m,.m¡ rnivc...atr.l J l- irñ-id. ¿rconcc¡ro dc c- inctu, . ,. d;\.¡,daJe_: ..i e,clcctivamenre univoco, el ser carece de sentjdo detenninado, ysi tiene seotido, éste va resultando tan vm;ado como variadas son1.,. 'ur¡¡.. lo. modo.. ri-o., p.rnpr,.. c.prL,(.. (tr.e. o srupo.lc .F. u. oñdJmu. d,..cubri- pn et LnivpFo, ,, :. u,,1ue al iñ_

.l ¡, r1.,úm

De ahi 1a perplejidad de nuestro entendimienro. De ahi tam-6ién l¡ ¡ecesidad de averiguar en 411¿ consisre sc, (senrido radicalv rni. er.¡f d"r-..), p.-qu F.-/.on¡nncd bi,i.a..oi. l.có.,""",, .! ."- n, d1,i. ti .tp\c Je unr .b..,u a ,nivociJa.l,lel .rr..f:r e,o.".o-pr.nde ruc'o. t,ó ." h,,be,.rn -¡..'bno el r .. mo rb. rn.ia. ¡ue la .ulr.-r r .ra f.rá prlo.¡o'. ll. rru. d^ co"r., rcia ¡t enr,. por J.lr.r , dL .,, -.i.t"r,e.,\ p.r '.lJo _i.mJ. aqur lo "r lue c.n.,nc."r, Frin,a-r \ ur:re,.¡lmcnt .. fero, or" e.,., . " ¡ceTciór, no re.otrh cl orobt. r¡. L cn

,1 B I, 995a; K I, t06ox.

LA VIEIA CIENCLA DEL SER 33

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34 TL ¡ROBL¡MA D! LA ¡ IS]BIIIDAD LA VrxJA CtlNctA DEL SER 35

fisica que preteudiémmos lurdar precisamenre en este principio.'fener un sentido, como pedia Aristóteles para todo concepro, sig-Difica enionces pam éste ¡o iener ninguno (oi$iv o¡p:ríve,r). Poresto dirá Oclham, siglos más tar.de, que la netaíísica, eD rantoql¡e sc considere como la ciencia del ser, no se ocupa de nacla rea1,sino de un puro concepto.

CoD esto podemos ya orear la faceta 1ógica de esa imposibilidadcseDciai de averiguar er qué consiste ser, y aprcciar los primores(le ingcnio que brindáron los netafisicos mcdiev¡les aI bregar conla cuestión. La graver'lad que ésta tiene les obligó a mantener biendelheada una distinción entre e1 ser y el concepto de ser, con locu.l desechaba implicitarnenre el principio de la unjdad det ser.y et pensar,,a establecido por Parménides, y conectado por él concl principio de identidad. Como veremos más adelante -en eicapitulo cuarte, 1a iCenridad y la no contradicción, como prin-cipios del :er y el conocer, lo que orpresan es una fe que tiene e1

Iiló$fo, y que tenemos todos. en la r¿cionalidad del ser: un¡ ne-.r o d q. e.el .mo. r en, ,e el .er,ca /¡,n.n.n{.,conio desea el mi5mo P¡rmérides, y preda ser concepruado con1¡ Diilma firmeza con que ¡ealmente es. Lo. identid¿.tl d.el set es eI&rrelPo¿dienfe ontológíco ele lo que es en tósica Ia uiiuacid"ed"¿c¡ .on.e¡¡o. O dicho de otro modo: concebimos al ser co¡roi.léntico po¡.lue necesitamos peosar univocamenre. Son dos aspec.t,rs cle una mlsma contienda conrra Ia temporalidad. Por esto, launivocidad del concepto de ser y )a intenporalidad (identidad),lcl ser r¡ismo, han estado trabadas la una con ta oira en toda lahistoria de Ia metafisica; e1 no adverti¡ esta ocutta habazón ha sidola causa origharia de tantas dificuftades insuperables con que sehx visto envuelta la teoria del ser.

Ahora, esos p¡nrcipios lno Ios habian desechado ya, en parte,tambjén Plarón y Arisróteles,% a1 ¡econocer Ia multiplicid;d .le

Ios 1érn róv iíwrov, de las categorías del ser, o s¿nera seneúLissima.."n,o se lama.on en la Edcd M"d,a? Lá inve. :E:r( or det ."r n.pueden prosesuirla estos metafis;cos sin descender at pl¡no de los

21 La dlstnr.ión nedieml cnre A¿liritian¿s qú¿ rci \ ¿elinnia^es 4úidno,L;n¡s Fr.viene i¡ñbiéD de 1a lueñie xristotéli.á: óardpi,q pi! l¿a ron 1éori zri otoíu; (An- kú¡. ll 3,9cb): la d.fi¡ició. *.* ,.¡- t" q* **.osa e5, n suliran.ia. CL To¡É¿ I 4, 101b. perc Ducdo six¡itjcar asn¡isno.l senrido d. L prllbra: ú!p«ír.r roijropa fAn. ¡or, Il 7,92b). !l Diopio

^ristótol¿s¡dverli¿ r'l, c! csre ñismo pam¡, qre el co¡ocinft¡b de to qué

rcx la ..s! fo se obtione h¿dl¡¡ie la deli¡i.ióD: ésh. Di mresúz ni d.rnr"+-,.,:)'r,,

' ,¡o¡,,,.1ñ'! d:r ¡ rzrúóLr.rñ Ll rrin.§ muy elpli.ihmeütc on el Sol;jt4 ¡cr¡ ya e. et Fedó¡.

I

lo nre umiro inclu'o .quPl o' que l¡ l-oDU'ier^n ¡ara re'olrrlo'E' 1;i,. .,',",od. r$,n,*.e?; sub.rancr'. d.-e Ar,:Ló--'e'r: e'

* meHe r"iooi¡',,rr ¡iv rocr'rd '1i¡c')l'z h d('r' Lo'

accidenres también tienen ser, de Lrna mane¡a u otra, runque ca'

;..4'. ,,".-,, . n . .e nqu"l'. .'¡rn. ra nnrol. sr.¡ I r ara-

a"l"

i. J"

"ll"e'q re 'r ub ¡n'

"o ¿quelo

.,i'". ",'"¿i-q,e on"'rcprop.m'r'r' ('loneno /"pio.'*'."."",."-"t en;1 ente, mientras que e1 accidente, que lo

;;;;';; 0,, inaiuia"¡ráo.r Drcpia como un existente detep

;;na¡;,' ". .""", scr que 1¡ suhtancia univcrsal que ¿l ñismo

E manifiesto entonces qüc el ser no puede predicarse univo-

.r-o,t" d" t" ,.,b'tnn.la v áel accidente: no es lo mismo s¿¡ subs'

i"". "qr" *' ...ia""". por detini.,ór) <,n emla'so '" requ"r'

,,..."..".",,.,.."

r¡'olu ¡ r'nivociá¿d' p:eJ ¡rcd'' -'c de l¡'" J". " ¿ l .,.",-, o'-a rorm¡ \áii¡.'' de q 'rerc:' qlco¡ rlF-

,,¡,.,. c,.*'.1" "r . r.e .n lo ¡, 'o' 'rad de Ar 'Ló- e Avrc"¡a

.*".i" q.,é *' ¿li;,", ,et L.nam rútionen dc amniüus dc quibrs

,Ji.i.n,-.. FLLo .¡¡n l^ cl *r ricnF un- olc 'ign1,"-. ó1 ;qué e"

i^ .," .i"'.: lcal Ete .on.epr" habrá de '' r

-..,..":'"," "l'"mi mo r'Ll'"-;rñd'rinbl§) noh¡vn;rcua-,i.:.i.

"-rli" q,,¡ é1, dcl c,a oodamu. .*.irno' prra enrol'

'erl -ñ la dclin.iór. Y cn l" tn¡drda én qLJe e' "'roejor' en

cuanto a 1a universalidad, en la misma medidá es ese concepto

enteramente neutro y vacio: cuanto más ab:Lrca lógicamente, me-

no. ¡Dri(tr o1,Jloe.c¡Í".," ¡n ¿;';cu"ad I' mrl ' lót' ño e"

-l' á," r" -,-"á.";¡ ine\rrab.e de l. 'l'riculrad mer¡li ' e v

eDi{emolós'.d: ': cl qer se dP-Frmira colr''ubJ¡n'r ' enor''e§

o bien el a¡c,lc¡¡c qu" bu':- e

".,:"'.* "S.""¡e ¡ la ve- rl 'Fr ub riñcrx I al cr'a cidenre v

I." J" l".¡""..i,"

ro ccper'ba el pro¡lema

¡; ";; ."" "".. Se- ''s¡iric:r . mpl" ñe''e cr' Y una de Jo : o lo.r.'-i*" I¡." ¡ - .^ e"a ¡.co.ion c l¡ pura ex''renci: de los

;;;.,i,",".....p'"cr¿meia.omorob¡.iór r" u- \r' lr "c¡l"'," "^,1" -, irn"i*aria la di rir.'ón enhe e\'''cnci) \ c "r(:ci,.." al" *¡" l¡ filo'ofia "ub'tanrrclr'r¡': o L'cn i le da-¡¡','li ¡frr ¡c,ón de quc ''el .c e¡ l¡ r'"orión dc u- rr-n"'fioU-i.. fo clc i.lenri.i¡J,. "nronce' '' r'e ro'n'al

,'l; ;,".-i. ce'oJc ah..ón " L¡n -c,li L' (r"'qu.e- no dc:x

o¿".]i ,, I . ,.i,0Cí () "a el c.-ien-u 1' r. 'le lr 'ndcsa ión ac'1-

, v" 2 6 , t,, i . il .,. D.n _d..'.: I ar.

l

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36 EL PROBLEMI DE LA ?OSIBILIDAD LA VIIJA C]ITNC¡A DEL S¡lR 3t

I

1

entes, sin examiDarlos eD su variedad óntica, para tomár cxenra

de sís diferenclas y o¡ganizarlas como lornds de ser, o modos de

existencia, e¡ s¡temas c¿tegoriales; por otra parte, Ies obliea a su'poner -sin

justificación suficiente- que la forma radical v uni'L.i. ¿.t ,". está s;tuada de u otra mÁ a.lll de csas

variedades aparentes.

Esta doble opetación, de atene¡se a Ios entes v de busca¡ el seten si det¡ás o más allá (ps¡ci) de su modo manilieslo dc existencia,pudo parecer legitima y tene{ sentido cua¡do filosofia v ciencia

ir," ú m¡ma cosa, cu"ndo el coDocimiento de 1¿r Éalidad objerivay el puro anál¡is ontológico estaban tan indisolublemente entre'

^"r.Ldo..qu. e1 pensador se creia autorizado a traDsitar libre'

mente de un sector a otrc. Pcro 1a apaticióD de la ciencia mo-

de¡n¡. ia.urue L" "'rono-ía quc m lrieñ", 't! .fe.r vo rioiJo,. q,".o, I i, ei rn:JcJ d" 'r' me odo r(onlrr-ada 'dc Jja

módiante comproLaciolles experinentales v utilizácione§ prácticas),parece que han logrado susttaer de la competencia proFia de la

metalisica 1a tarca de exam;nar los entes, por 1o menos los entes

naturalcs.Cóno son las cosas, cóno están constituidas v cómo

funcionan, es Ia ciencia la que nos Io explica, v el1a no distinguepara Dada cntre dos zonas distintas de los entes: uña permanente,

cstática, substancial, y otra dinámica, accidental v conringente' l-a

categoria dc necesidad, mientas 1¡ ciencia la ha empleado -ven

'",.'áq," p,.d" .e", ir c rpl- n I 'l r"d¿\¡- '" rcr er' }i¡i{

" l. .";"1,,J"d dei ."nL,o.¡u". l¡ D--m 1er'i' del '"r'r Ll 'e-en -"i y por si, 1a metafisica 1() situó justamcnte, de§de el rrrincipio,

--)' ln¿s ;l¿; de ia apariencia de la cosar habia que lleear a ó1 con

prin.iFios ¿ prior;y a tfavés de la apariencia.l Pero, a través de la

"".,:.,.i'..' '. i,ir '',.'a 'r'r; le l¡- 'icn' a l- " n' ó

.onlx o.brión dF en.Jn . P b'lur' nr'i¡me¡ e Jond'l¡metafisica negaLa que e-.tuviese: en el {enómeno, v conc¡etamente

cn e1 fercmeno del car¡bio. del movimlento. Newton crevó que1as leyes ¡eguhdo:as del movimiento er¡n eternas, inmurablcs, exac-

tas, y por ello mismo lormulables matemáticamente luego ha-

blaremos también de 1a crisis de esta creencia;s pero, colt cisjso si¡ ella. 1a im.estisación cientifica dc las cosas sigue siendo tanacuciosa y tan fructifera, qte cabe presunrar dc bue¡a fe: ¿qüé

hav n¡.ís ¿11á de un scr cuvá estructurai cu)'á naturale:a v cuva

función har sido o van siendo esclarecidas apropiadamente?

20 No .s cieúó, p¡r ejeñPlo, que 1á cicnciá pueda "¡ritun$,ni É hava

cor*núido .un.a, ior --* obr^acio¡cs ie¡onéni'ási tsmpÓco es cierto

qi" ". --¡¡., **l q* ta netrlisi'a, ¡azoncs de hecho v r¡:oDes de raal!'

En todo caso, y en los términos de 1a metafisica tradicional,,iLn lo lo. enre. nrúl iple. v drver.o., e1 concepto dc,er, predica-ble d" r do. Fllo- en r¡r.o que.on, rro puede.rn enbaigo apti-. f.éle..n pl mi..rosp,,¡ do. S, .e em¡trr un:voc.)me, .e, en.¡,.re,,', l.:v :e"r'd¡d co..rerr qL¡F le (o.R.ponda, como .le..u\,,rron1". ronin.'"r¡. r con(colralr"r¡. det .iBlo rrv..i e. :.r.orrc..prn

uni,u.o, e. indenn.blc <b..r.ái vr D:-r, Scorc - y .".,.¡,-"solamente 1a ausencia de contradicctón.,/Fara que"l conc"ito de

ser posea algl¡na significación positiva, y no meramente fo¡mal, esem¡'earlo uniro. rrenrc! ,de do¡de la rcoría romi,ra

de 1¡ dnal^\in ,n.¡ L cu, "n ..ña gian "uritra, pero ro cctaran"ru,"rrfc,,e en.¡ué.ur.,.ra cr.13 Ir rr rtogia de..er.otcmenr"pone de manifiesro lo que por otra parte ya sabiamos, es decir, queel ser rle Dios y el de los entes mundrnos no L.ueclen ¡erte¡..""

"r rnr nro eir.ero: dc li"chñ. r^ c"be deci. .iqrre.c aue Dr oer-r"r* ¿ a l pún sinprñ onrotócico.,, En rodc ., "á, Do, y ,a,

" | " "¡,- ü1.'o qn ¡. o ¿,.. ,,.",:......t,-ta¿'@,..d.¡!r.ia-,h4.m¡roprns..do / Jr Jc¡J ¡.o¡ o\.¡r,1.

,s d" l¿ p,,lo,r Jet s" o .ár.olJm. .. o- r-_o1\e¡, ,. - ",. ,:, " \.-le p eo ;1 t-.. s: ,. ,. t" " "bj..c n ;,;.l.

'n'..1", L;.., d" s tro.:" ".,. oo. -p.;", rc,e d- t" .o, I,

, uer,^. d,¿": I. .esl.dx.

' e'. . . .t .. c t- Js ,.o ts ,:- 1 útri. , de .u r., ¡.o ¡e,4'1¡ e"'... l,'-oiJ,1, L e to.-e I," ...,,nr.o h h,pó,pi. or,..J.ü¿

^r?- ¡ ."p'u,o,6.."n -. dc ul ..,.e,^r"lo n.'iir.'-. ¡'r' pu d. l¿.,3óñ..t .-. /c , t. loqJem

iitrye de e*e rnodo uM comnnidad oDtolósi.á ¿¡he ¿l Se, ,r""",

y ¿", .";;.q¿¿ ¡i¿¡¿n s.r (y düiradlNnE, entr. los entcs, u¡ós .on oúo§, r, c.he ¿t0¡c y su p¡ópio ser), Esta comuniüd es a¡alógica po¡que, si ct ser sisni¡i.a.

.'. d" -.r r. o,l. - .- . ..o - i.To, , "t .- ,.

.,c.L o" ulno¡s. Iroa¡r:,e¡ f¡Dto que ¡a xrrlosiq es ele.tivrñe.te uñ¡ comnnldad, dt. m¡sikuy" ei

lL,ndnme¡to.¡r.l.ai.o det emplco locico del concepto de E¡. a¡li.ádo a'eryre¡cins qúe rc¡ dilere.res modal o baña t¡{jnnomc.te. yLl. esp€.ialneDies¡,hr. ?nal I 48, 5; I 13, 5; De ucritd¡¿ Il t1; IütIl ?. Nattr;l"rntc, lafncr.a de ln tes¡ depeDde de la hipóiesh, y éfá se inula pm quicns pÉnen,.omo Avi.on y Dutr Sreo, que D¿¡,¡ cs¿ no¿ ¿f t¿r s. no¡,m fM¿r. I yO¡. Or. I 2, 2, ÉsFediv¡ncDr). La met¡lhi.a, .iencia nrterñedia enré lafisica ) la reolosia, haaria dcl sr, y Do pod¡ia recu¡rn al .óñ.eño d. DiosDara áclarrr el ser misño, t orqne Dios es nr¡.cosibte al entendiñiéñto truna¡o1,ró rdrx iao. Sie¡d. ásí, irei¡ posible r necesa¡io co.siderár et con.epto desér c.no mivo.oi qle u¡ívócó, reria nrturnlneñie neuúó: ¿¡nd reútet ú se, di.e el p¡ópio S.oto, La ap.ría es réatmenie iñÍra.quenhle_:r \s a.F,...,t., ob...,.,,cn, ..1,-.ct . _.molxJ-!¿de¡r, ñi .s la ese¡.ja de ¡¡d. ró ó, lyd! cü orldí( orl§3!i. o,l r/iA ,rÉvoEró 6!. An. ¡ov. B 7, 921.

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38 EL PRoBLEMA DE L^ roslBlLrDAD

criaiuras s¡1r1¡ prim¿ .iirersd in re¿iita¡c, como concede el propio

Duns S-rr.. r.rn-n l¡ rni m) i-dolc de er.¿'r¡b", ,n- a v cl ¡., l¿, nr", r", er'-p u, u . lr¡mLrevel '.r r,¡r.;¡nrd"c"np1etn. ambo" con substancia v accidentcs.

Ilabir nzór, púes, para sostencr que el concepto de ser es uní-roco en lóqica, y equívoco en metalisica.iro P€ro, naturalmente, la

dlstinción io resuelve el prcirlem.t, sil]o.lue más bien realza el ab'surdo a que conduce sti fal¡o Planteamiento. Lo grave para 1os

r¡er¡íisicos mediei'a1es --y para los postcdores- {ué no percatarse

de oue e¡a ¡. lam(nre , na in''¡a.¿ p,rricJl¡r Je u,. 11 re-

E,l¡Jo,1 C"l y cr mo.lo ale'rno e' Lrrá J"'u'r'd

éspecial que nos presente el concepto de ser. En efecto, rodos los

conceptos que elabora la mente hurnana son equivocos o an:rló-gicos en la medida en que soD aut¿ntica y directamente represen'iativos; só1o conseguimos que Io sea¡ meDos cttando se van alejandode la reelidad, por un proceso de abstracción simbóiica, v final'mente losramos 1a ansiada meta de la unilocldad peLlecta cuandoso,, p".fecta"."ntc vacios de contenido rea! El más univoco de

todos los conceptos es el concepto matemático de cero, en la €cua'

ción 0:0. (De ahi, en ]a me¡aIíslca node.na, la conjuncióndialéctica dc la Nada con el Ser.)

¿De qlré se ocupa entonces )a meta{isica? En tanto que se haocupaclo del ¡er en cua¡to tal, ha quedado aprisionada en aporiasinsolubles. El F¡imer princiPio del s€r, el principjo de identidad,Do puede a.epiarsc cn e1 sentido absoluto en quc 1o propone Par-

ménides, porque nos corta la conexión con la existeñcia real. Havque volver a Jas cosas, las cuales forman el reino de la ambieüe'dad. Por esto ?armónides, qtrien no e{ectúa este rcgreso a las cosas,

ñi trans;ge rcspecto de la absoluta Lrnivocidad del ser, tiene que

nesar la realidad del tiem¡ro, que es Ia forrna de sct de la exis-

tencia, y negar 1a pluralidad de 1o real, para ser consecuente; v

r"."."rl¡ ro', .ple,^roJcl er:. .iqui.r¡.t,ib, irl" Pl 'e .:rr-s, n" -o".fu, .luc"l d" er: iodo. ^"d'm1' qrele.r"ibuve. o

io" pr."n",'rt"

fo¡males, o son pe ectamente arbltra¡ios. larmé-nidei p¡esenta la paradoja tle un ser qüe no existe v de una

existencia que no es.

Aristóteles, en cambio, vuelve hacia las cosas, y reconoce que

e1 concepto clc ser es un concepto multivoco, siguienclo por ahi las

hue1l¡s de su maestro Platón. Volver ¡ 1as cosas, rnetafisiümenre,sisnifica organiza¡ un sistema de categorias onto)ógicas, fundamen't; de los órdenes losicos corresrcndlentes. En verdad, esto es 1o

30 Duns S.oio. C.nñ. Od. 2, l, 1, ¡. i.

I-A VIEJ CIENCIA DEL SER 39

que han hecho todos los Drerafisicos. Pero vuelven a las cosas man.tenicndo de rodas maneras 1¡ visencia de1 p ncipio de identidad;y ¿no es acaso una incongruencia esa pretendida conciliación en.tre el principio quc se emplea para conocer la realidad, y ]a real;dad misma que lo desmiente? ¿Quó virrualidad le queda a esterri¡. po. doLl.s¡Jo v¡ por 13 ñe.s,dad de un corprorr.o que

le ¡esta su valor dc absoluto? ¿No es evidentc que, para que puedaservit¡os de principio, ha de ser absoluto, y pata ser absoluto lrade ser puramente fo¡mal, y qr¡e siendo fomal no sirve ya comopdncipio? Entonces, si el compromiso resulra inoperante ¿no seriamejor, para investisar las cosas, abaDdonar el pdncipio de una vez?Por otra parte, esa vuclta a las cosas l»o se efectúa hoy por el ca-mino de 1a ciencia¡ Ya que no se aclara 4¡!¿ es ser ¿püede nlten-tarse siqúiera averiguar .ómo e! e1 ser sin tomar en cuenta, por lomeno,lo q r. no. d g"n .obre e.,o la" .ierc,". que dc c.r , .e ocu-panl lf¡r.." ll"ea.lo cl romenro de .on\enc.,.c dc, ;ri,a,e, e

de que no hd) xna ciencia tIeI ser en drano tul.lSi e.ro h" dc.er lc m(rrlr.ic¡, eñron...l. mc ali.'ca no e.. p,-

sible. Hay nuchas cosas que han tcrminado en nuesnos días;terminado, aurque aparentemente p.osigan, porque ]a rutina lespresta una pervivencia artificial, y no porque mantengan energiapara llevar vida propia. Una de ellas es la ciencii del ser encuanto ser. iNo está bien clarc que nunca podremos decir quées ser? ZNo resulta ya evidente que el problema de 4lé es ser in,volucra y disí¡ula el problema de por qué es el ser, y que a estacuestión fhai Do podremos datle jamás respuesta con las luces denuest¡o entendimiento?iEs un hecho que la metalisica no ha 1o.grado constituirse, en toda su historia, como una ciencia legitimadel ser: o se ha ocupado del principio de la existencia, o se ha ocu,pado dc la existencia misma¡-La mente humana parece que hayaperdido actualmeDte el deniiedo de enlrentarse al problema delprincipio en toda su desnuder enfrentarse, por lo menos, ya q1¡eno re Jve o. E,a n..pacidad la lurir,¿ c, n r¡:onec eprrerl -lósicas. válidas desde lueeo: no hay "ciencia" de lo divino. Perotarnpoco hay cienciá de1 scr en si. Y resulta mucho más presun-t osa l:1 ambición de encontra¡ una respuesta a la pregunta queinterrcga por el ser, qLre la valentia irtelectual de los metafisicosmedievales, porque éstos, siquiera, percibieron siempre la cone-xión entre el ptoblema del ser y el problema de1 principio. Debe-mos reconoce¡ esto: el hecho de que un problema no tensa soluciónno significa que sea ilegitimo plantearlo; pero ha de planteanecorectamcntc. El problcma del se¡ está mal plante¡do, y por

l:.

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¡L PROBLEMA DE LA POSIBILIDÁD

\:éb no tiene solución, Dientras que e1 problema del principio espcrmnnen'e¡ inelud ble v dec. vo. preli-cmen.c p¡rque !J m¡macapitalidad nos impide resolverlo en Dlan teo¡érico.i

No podemos volver a los cauces clc ]a vieja ileta{isica, Derotampoco podemos institr¡ir una ontologia pura, aunquc con ünp.cu'ar méLodo ,. r.ornenológrco ¡rerer,.hmo. p-cri.¡ner.¡c pJ-

rificarla de todos los resabios de Ia rrádición apriorística y teolo.sica.ll La crltica más honda dc esta rradición se hicia eD Kanl,y no en los filosofos ingleses, porqrie a 1cx análnis psicológicos delconocimiento que éstos presentan añade Kart un senrido queaquéllos nunca tuvieron de 1a justificación vital dc 1os probtemasmetalisicr¡s. De la cnseñanza l(antiana, snr enira¡eo, el pensr.miento critico posrerior adoptó solamente, respecto de ja r¡etafi-sica, las conclusiones resrrictiras. Pero la crisis actu¡l h¡ de ltcg¡r

. pr. lu1 '. quc. " reir.r,.c., "pr em"l.¡c":iade llegar hasta e] orisen mismo de 1as primeras nociones netafí-sicas que clabora el hombre, La metafisica tradicional no ha que-dado ¡rvalidada po(lue hubiera planteado la cucstión del princtpio(Drm) cuando trataba de rcsolve¡ el probtema del ser, stno preci.samente porclue se concibió a si misma como ciencia del seri paraello tenia que distingui¡ enrre ser y rcalidad, renia que dcsdcñara la reákt¡d y que acaltra¡ claudicando y recurriendo a e11a <ietodos modos, Asi plaDreado, el riroblema del ser no tienc scnrido.

Senticlo si lo tiene, por el conrrario, el problema det principio.Como no ha sido el a¡bitrio de rlnos cuantos pensadores lo queha dctermnrado cl curso liistórico de la metatisica. esta hhroria nose puede rechazar sin más por arbitraria. tá critlca de los con,cepbs fundamentales no puede ya hacerse en téminos polémicos,debatiendo con r¡zones propias 1as razones ajenas; tiene que se¡rnás honLla, y al hacerse asi, r,recisamenre, se mani{icsta c1 sentidovcrdadero de 1o cluc estamos ftiticando. Dicho de otra m¡¡cra:

1a critic¡ más dccisna que cabe hacer de la metafjslca tradicionales aquella que le restituye su detccho y su jmtiücacióo, aunqueno pued¡ manteneruu visencia teorética.

E] origen de las rdmcras nociones metafisi.¡s, y sus mottva-ciones tadicales y veladas, sc cstudiarán más adelante. At,:¡d¡mos

31 El eúFl,:¡ ¿el ñ¿iodo fe¡.n¿nológi.o, de .urkrrior ¡rn¡erx .r!c secon.iLa, Eare.e invilidar nii.i3lm¿¡re el rronGito de lDa o¡toloeia ¡"r¡. Sics fe¡ome..l¡rri.¡, li onLol.!íx no eñ.or¡rxrá e¡ i¡ ¿xistoD.ii l¡ Lx:óD úlim.lcl scr G¡¡qne ¡l.s.nbirá .. ella el ¡rbleha de err rn:óD ú[in¡). l.dráLrus.ar 10 .o,¡úf x iño e¡t., r.ro enloDccs ,ro trodiá desdcña.10 que l¡ .ie.-.i¡ nrr.rlsue soLre los enres.

44 I¡s F]]NóTIENoS ExPRESwos 4I¡hora, por un momento, a los tenómenos, pues ya se va a{i(mandola sosFcha de que en el campo de una ciencia concebida comoteoria clel ser en tanto que ser no hay posibitidad nnrsuna de invtituir uDa metafisica de la expresión. En el capítülo sisuicnte vol-vcremos a Aristótclcs, para *aminar de qué manera cfectiva secstmctüra la r¡etaiisica y adquiere los rasgos principales que sc ¡crpetúan en la trádición histórica.

§4Los ¡¡xóuExos ExpR¡slvos. APAR¡NTE

FUND¡\R EN EI]TOS UN,\ C]I]NCIA DEL SER

A ¡eserva de justificar después mzon¡damente la elección delmétodo, hdiquemos clesde ahora que Ia investigación deberá pro-coder fenomenolóslcamente! y siendo metafisica esta investigación,en el fenómeno mismo debe¡á hacérsenos patmte e1 ser, con plenaaLrtcnticidad, La expresjón, concretamente. es un lenómeno. ¿Dequé manera está e1 ser prcsente en la expesión? Es decir: aDtee1 fenómcno de una expresión determinada ¿cónr es posible den,v¡r h¡cia la metafisica? Porqle si ya va siendo dudoso que lafilosofia tradicional autorlce una metalisica de 1a expresitu, noparece menos dudoso, correlatjvamente, que los fenómenos expr&nivos m¡mos lá soliciteD o justifiquen.

Evoquemos, pues, algunas expresiones que, por uD motivocualquiera, hayan dejaclo en ci recue¡do un vestieio realzado, yveamos qué c.,nsrlreDcia con ellas pueda ofrecer aquella irdoledc ñvestigaciones filosó{;cas pime.as. ¿Es la música una fon¡a deexpresióni Pues recordemos e1 tema del primer movn¡iento en elCon¡c¡ro de Beethovcn pa¡a violin, y ¡iás precisamente e1 enlaceobligrdo con csc tcma en ]a coDclusión.le la sran /crmara. I-o me,

morable en este c¿so no es 1¡ {uerza evocedora dcl tem¡ l¡ismo.no es la ternura melódica, Di 1a puqeza de un scntimiento liricoque ha losr¡do liberarse, precisamente, de la sensibiliclad, y noslracc 5cn¡tr cn c¿ es¡irr¡,, clonde al parecer estariamos a salvo dctodo lo sensible. Pero no es e:to: 1o memorable de esta e:presiónlirica es más blen el arte peúccto con .tue se produce ci enla.ee¡tre un tema ¡relódico y otro tena, entre éste y sus va¡ia.iones,sin quebrar la secuencia de aquel estado dc s¿n¡imic¿ro crr ¡:l ¿:,¡,rir¡. Tñ melodia es hija .te 1o quc llaman bspiración, e nrclüscla nás bella se pone a veces al alcance .le un ¡lma medioc¡e;pero l¡ afti.úlación, cl ncxo, cl enlace, la co¡rinuidad en {lúi.la

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42 ¡L PRoRLIMA Drr, !A PoslBrLrDAD

varjrción, sin ruptL¡ra, ni quebranto, ni punto en falsor esto no esobr. Jcl c -r. i.,"dcll¡er¿d,rrd,-a¡t.i¡:osl,-lromú c¡. v,n .l .i o,".r: - "' .er del ho-brc en'.r^ .,',e e\l'-.a. \'.,)pocas veces en la vida logramos que el esFiritu conmueva a1 cuer.po, cn vcz de ser el cuerpo e1 que peturbe al espiritu. Cuanrio

Y todo esto ¿qué tiene .¡üe ver con l¡ ñetalisica¡Eroquemos la experiencia de a.tuel Diño que vialaba cn on¡carretela, dormido en el rcsazo de su mad¡e. En un giro del ca-mino monrañosq e1 mar !e ¡bre a la vista, con e1 disco rojo delsol aso¡nando apenas por enclma del horizonte marino. E1 niño,que despierta, Io ¡¡ira con ojos que el sueño y lo insólito del es.pectáculo disputan por dejar atánitos. I'c¡o al mor¡ento exclama:iEl 5o¡1, con u¡a viveza de *presión que rebasa con mucho 1oque dicen las solas Falabras, pues en ella suman su ft¡eÚe el ¡som-l¡ro ante lo desconocido y el asombro de poder reconocerlo. Correst¿s palabras logra unificar efectivar¡ente la e¡periencia de s'¿ so1

con este o¡ro que ahora le aparece, fue.a de lugar y de toda pro-porción; ei que siempre intentó vcr dcsde ¡bajo, y e] que ahora

l¡ :r- -. .ld -onrc r' lá lc1,!',,i11,.1 dc r¡ ¡ ,-o-a le ptr ni-Fñ Co-rn'r¿r c,n l¡ m'rád¡, de.de ar.ba y . r, qu"da de.lu-orado.lEnesta expresión sc maD;fiesta ya, y con g.an economia de medios,esa capacid¡d i¡rgénita de1 espiritu dc apropiarse 1o desconocido,de r.conocer o i¿cntiticar la nxncl1 i,ir¡o, rcfidéndolo a lo que elrecue¡d¡ mont,ene larcnte cn

"ucauJal. )lcr" ":¡ erp"n"¡. r i.rué c.'r¡ r^. lel-..al. -er¿fi.i.al

Podemos traer del recuerdo ¡qlrellas horás de soledad en lacumbre más aftiva, doñhadora de todas ]¡s demás, en medio deun silen.io que no sc ásemeja al silencio de los ámbitos humanoiporque 11) percibe la mirada, más que el oido. Alli e:r lo alto sique es ancho v ajeno el munclo, cuando todo está en reposoi y este

reposo cósmico nos sobrccoscj po.que nos da l¡ jmpresjón de queel universo ente¡o, como los hombres cuando cstán dormidos, is,nora nuestra cxistencia y no se cura de nuestro desti¡o. La innen,sa co¡dillera de Écos nevados, las c¡estas, los ventisqüeros y losremotos val1.s profundos perunecen ¡si, quietos e inabo¡dables,como si éste fuera el último di¿ de la reación y el prnrero de lavida, cuando todavia ningún hombre habia entablado diá1ogo conla tier¡a. Y no p..l.liendo hablar con nada ni con nadie. en esremundo nuevo inhabitado, el hombre a solas expresa la soledadprimigenia haHándose a si mismo, venciendo apenas el LalLuceodc'¡'na.on F., . d.. rálabrp.: ;fl m¡¡nJol

I

Los FTNóMENoS ExPRESIvaS 4J

Y cst¡r simple dos palabras icómo pueden suscrir una me-talislc¡ de la expresiónl

A.ceptcmos toCavia e1 azar que pone balo nuestra mirada, paraun Duevo ejemplo, estos versos .le un viejo y olvidado poera

"The nicht tlreoe nJe, the ¿are

rdrdr ¿ sr¿¿.

M1 herte oas heo1, I mrch deslred resr\Vh.in $itlúút canfaú .tlonc I tlid ab¡¡tle,Scr-nsc ¡he sh¿doucs foll l0re the h¡,I/cs in rhe trest."

Aqui tenemos, por el connaio, una expresión cuyas palabrasno cieben su fuerza de evocación a una cspontañeidad ir¡epr¡¡tb1e, sino que han rccuperado esta espontanei.lad graclas a unlcnto proceso de depuració¡ artistica. El arre es cuidado; pero elpimcr cfccto del cuidado que lonemos en la expresión es c] dehacerla afectada y artificial.l"El arte verdadero elimina el etcctode este prirrer cuidado, con otro cuidaclo clue es más prccavido ymás pulcro; éste es el arte de la expre§ón que evenrualmente

11ega a un resultado de perfecta naturalidad, mediante un ¡obleartificio de refinamiento que losfa disimularse ¡ si mismo.:, Asiocur¡e en el ejemplo, cuya primera lect,rra pro.tuce una imr.resjóDde tal llaneza, que ni la situación parece poéd.a, ni 1as palabrasnos parecen otras que 1as mismas prosaicas que hubiésemos em-pleado nosotros para describirla. Pero, en la segunda lectura, rc-paramos en seguida en la estructura de estos cuatro versos, simé-trica, compleja, y perfectamente calculada. Los dos primeros estánformados por cuatro oraciones canonicas,las cuaho aflrmativas, queprestan a1 ritlno hicial una monotonía lenta y pesada, y por ellomismo confo¡me con Ia pesantez que sienre en !u corazón quienertá iráblando, con su {atisa y su necesid¡d de reposar e1 ánimo,y no sólo el cuerpo: el adjetivo h.ü1,

fhedlr,pcsado)

es el con,cepto clave de estos dos pdmeros versos, y cl que da unidad centrá1a 1a doble correspondench de 1,r subjetivo y lo objetivo: 1a nochese acercaba mi corazón estaL,a atribulado-; e1 dia declinabo

-müchoansiaha el reposo-. Pero en sesuida el ritmo adqllje¡e

animáción .on e1 tcrcer verso, y la aumenta con el cuarto: si elpoete .ljjera solamente que aguardaba sin alivio, viendo las som,bras en los ccrros de poniente, su exrn€sióD sería tan prcsaica r srestilo tan peclestre como fuera lato y romo el rkmo de sus ve|sosi

32 \Y,¡illirñ N.vill, C¿rell Dl P¡¿dnd¿, .ii, pó¡ C. S. T-ervis, Ti¿ Al¡¿goJ)óf lo¡, OxIord, 1951j cxp. \,1. páe. 256-

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44 BI- pIoBLEMA_DE !A PosrBrLlDAD

pero nos dice cD c¿mbio que "asuardaba 5o¿o y sin alivio", y estasoledaC, que conecta por el sentido con 1a t¡ibulación (pesantez)indicada cn el verso sesundo. cl¡am¡tiza la situación de la maneramás soLrria -y más británica- que se puede, con esta sola pa-Iabra: "AIon¿ I did abyde." Y cn el último ve¡so, el poeta no velo mismo que veria cualquierá, mi¡ando esos cerros de poniente:)as sombras vesperdnas.

O si ve 1o mismo,pero

no Io exp¡esajeua1, y ¿quién pucde asegurar si la capacidnd dc er?resar poéti-camente una cxperiencia vivida no a1terc anricipadamenre la pro-pla manerá de vivi¡la? El arte dc la expresión poética no es unjuego de palatr¡as: el poeta vc realmente cómo "las sombras c¿endexle los cerros de poniente". Y Ia jmportancia de este verbocact, aplicado a 1as sombr¡s, no tiene solo el valor poético de unaimagen que reciea ]a ¡ealidad; por.su posición ceDrral en el úlri-ño verso, tiene a.lemás un valo¡ ritmico, cl cual se co¡runlcaretrospectiram€nle a los versos anteriores, como si éstos hubierananticipado esa c¿i¡la prosod;ca del últiño verso. Con ella, la acen-tuación parece acompañar el áDimo entristecido en su propiode.¡irer'". Y a.j, ¡l .umpl.r..r ¡ c.rá !e.,ren¡ i1a ¡,,-rLvrde expresión verbal, nos damos cuenta de una slmetria total, queenvuclvc a la simetrÍa parcial ya señalada en 1os dos primerosversos; en efecto, los cuatro axpresan una situación vital, pero elfactor objetivo de la situaclón, que es un paisaje de atardecer, con-cue¡da emocionalmente, y si¡r que sca necesario emplear un so),ra.tjetivor Di apelar a nlnsún otro recurso desc ptivo de detalle,con e1 factor subjetivo: con Ia fatiga, la soledad, el pesar y la faltade a1]vio, en sumr, co¡ el ánimo también en el ocaso. Y el oca,so de la naturalcza envuelve, por asi decirlo, muy aproplad¡mcntqeste declinar dcl espi¡iru, que ocupa los versos internedlos, mjen-tlas que 1as sombras del muDdo son el tema de los versos envol-veites, primero y fin¡1.

Pero, con todo esro ino estamos dcsviáDclonos precisamenre delnegocio metafisicol Y si esre alejamiento se ha prodLrcido anal;zando lormas nobles de expresión, y por ello mismoporeal' ¿no seria mayor todavia la distancia cuándo examináramoslos aspectos fisicos?

CAPITLLO SEGUNDO

EL PRINCII'IO DEL SER

§5EL PRtNcIrro coMo "HIpóTÉsrs oPER^TrvA"

¿) I-a conciusión que pudicra inferirse de un primer abordaie dela cucstión seda francamente nesativa: no es posible una meta.Iisica de ]a cxpresión. Al parecer, los {enónenos expresivos nocaben clentro .te1 marco de una teoria metafisicar nada ofrecen, a

primera vista, que pudiera autoriznr o sugeri¡ siquiera su inclusiónentre los temas proplos de una ciencia del ser. Pero e1 pensa-

m,-nro filo ol:ro no Je.. e la(i men (, y manriFnp con c:ric.'universal ]a necesidad, impuesta por su Fopia motivacióD rad:ca1y su ejercicio sistemático, de dar razón de cuanto e¡iste, segirn la{.rma.te su ser; y puesto que 1¡ expresión es a1go, tiene que asu'

mir 1a responsabilidad de explicar en qué sentido es.La exprcsittt. ¿s fen¿¡reno. Nadie podrá dudar de 1a ve¡d¡d

de este aserto, el cuál no implica nhgún compromiso teórico, sinoque formula una slmple comprobación de hecho.r.!ero, precisa'

mente, si la expresión es Ienoménicr, habria que referirla, en los

términos de la metafisica ttadicional, a una determinada categoriaol,Jllaicl l- dpl 2(.iJ.n,L. El e ru I'o de lo" lcnó cno. e(rie-. ,o., .ucl.ru'e,a qu. f, c e, ier'¡ ¡u ell^ inCi"ererrre rr. cc o dela cuestión meta{isica principal: la del ser, en tanto que se¡, y 1a

del ser del hombre, en tanto qüe oxpresivo. Aunque de los fcnó,me¡os puede haber ciencia, es notable obser¡-ar que ni la tradiciónde la metafisica, ni Kart, cuando criticaba esta tradición, conside.

raban que una ciencia oñto1ósica hubiera dc ocupane del se¡ entarto que fenómeno. Kant estaba concorde con los metafísicos aqulenes criricaba, po-r-lo menos en supo.er que el fenómeno jamás

ofrece el se¡ en sí. ll-a metafisica no ha siclo una ciencia fenomernológica, a lo largo <1e su histoda, ni podia serlo, segun la opiuióncoincidente de los metafisicos y Kant, por caus¿ de la constituciónnisma de1 ser y 1a constitución misma ¿e1 €ntendimiento.:

Esra ccincidencia no es incidental o anecdórica, slno decisiva.El análisis cle los fenómenos expresivos no lo hemos efectuadocon la intenciór previamente .llspuestá a forzar su ing¡eso enel dominio metafisico; por el contrario, la necesidad de conside,

45

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46 EL PRrNcrPro DEL sER

rad!)5 ontolósicame¡te surgió sólo después de adv..t;r que lasciencins p¡rticulares que se ocupan de 1a expresión en tanto que''mero fenómeno" dcjaban cn suspenso una cuestión {inal: 1¡ cueetión ¡adical del ser de la expresión. ¡Por otra parte, al acud;entonces a la metafíslca, tal como ésta há qlredado orsaniz¡da bá-sic¡mentc por 1a tradición histórica, surgió la pe¡plejnhd por ese

resultado regatlvo de la apelación: la merafisica de 1a expresiónno era posible, porque, conside¡ada en si misna, la expresióu eraaccidente del ser, mera aparienci¡.i No parecia posible ni leeitimodeterminar la foma cle ser del hombre por Ia capacidad exprdivaque é1 mismo posee. E1 ser de la expreslón quedaba situado .terrásy aparte de su propia manlfestación, y no era caracterizable enmodo alcuno por e--as manilestaciones expresivas. Había que eaa-minar enionces qué ¡azones de fondo determinaron esa imposibi.lidad de una metafisicá de la expresión; 1o cuai equivalia a ave¡i-glrar por qué 1a metafisica tradiclonal no habia sido fenomenolóeica,ni haLia tampoco suserido Kant que Io fuese, cuándo i¡validó esa

tradición y coDvirtió al fenómeno en fuente ú¡ica de todo cono-

cimiento. El problema rel¡asaba entonces el ma¡co de una hves,tigación monográfica sobre los puros fen&¡enos expresivos, y en,troLrc-aba co¡ las cue*iones de Einc;pio relativas a1 ser y el conocer.

Una vez superada la perplejirlad de las primeras conclusionesnegativas, cabe afnñar ahoi€ que si no es poslble una metafisica-', de la expresión dentro del plan o esquema de la metafisica tradi.cioml, ¡o debe renLuciarse po¡ e1lo al propóslto de constittlirla,sino que, por el contrario, ello es más bicn motivo y razóD suf;cjente pa¡a co¡sider¡r invalidado ese plan o esqueaqri l¡ queahora resulta que ya no es posible es una ciencia meta{isica que nopueda organizarse fenomenológicamente. Dcho de otta manera:o no es posible una c;enciá metafisica -y no sólo una metafisicade la expresión-, o esta cie¡ci¡ tiene que encont¡ar el ser, que

es su objeto propio, en el fenómeno mismo. Siendo esto asi, Iametafisica de la exp¡esión ha de considerarse entonces como unainstauración del fundamento de la meta{isica misma, en tantoque ciencia ontológica.

Cuando se llega a esre resultado, 1a critica de la metafisicatradlcional ha tenldo que superar, naturalmente, el nivel de Iacritica kantiana: entre otras razones. descuella como dec¡iva Ia im.posibilidad dc sesuir operando en teoría con eI concepto de una"cosa en s1" que lucra exclusivamente abordal¡le en una opem-ción noética pura (se considere lesitima o no tal ope¡ación). Lafase culminante de esta üitica, y Ia p¡esentación de las r¡zones

LA IIIPóTESIS OPT,RATI'A +1

,,r¡linaLias de la crisis actual de ia metafisica, serán e1 tena del( rt)irul., cuafto. Cou €l fin de no ¡nticitar las conclusiones, v de

lrLsr iicirias criticament€, cl análisis preliminar habrá dc proceder,1,,"a ¡poréticamente, co1¡o si esas conclusiones positivas fuesenlr¡¡adas; es d.cir, la exposición se p¡opone revelar paulatina'¡.¡tc, e¡ las aporias de la ciencia ontológica tradicional, que ]a

L,rposibilidad de ura metalisica de 1¡ expresión coincide coD la ile-glrr¡idad de la ñetafisicr misma, en su fundamcntacióu clásica.

Se exarnnará¡ principalmcnte dos ejemplos tipicos de instaura-ción del fundamento de la ciencia metafÍsic¿1, los cüaies permitenconpre¡der ]a unidad bás;ca ¿e esta ciencia en todo su desarrollolristóricor el p¡incipio ontol%ico c1e no coDtradicción en la M¿ta-

.lisi.¿ de Aristóteles (en el presente catitulo) y Ia intuición exis-

tencial aFodictica en el cos;to, ¿¡go surn de Descartes (en el.¡pilltlo quinto); además, a1 .oDfrortar la metafisic¡ con la fisica (capitulo tercero) se presentarán las razones quc obljcan a

J lor ., re.¡Jo cl nh-l de l¡ c,:rica 1'4, i.n¡.lEstos análñis criticos sucesivos no tienen solamcnte 1a inien'

cióD de moitrar que no es posibie una ciencia metafisica como

respue-.ta adecuada para la pregunra ¿qué es sert 2en qué con.siste serl. Es tan cierto que 1a pregunta es urgente y radical, comolo es que no c¡be darle respuesta cientificámente. Pero la neta-lisica no ha sido criticada comúnmente por plantearl¡, sino porlá manera corno ha intentado resolverla: por §r ápelación a Dios,como principio y razóñ iütima del se¡. Dios ha s;do, de maneraefectiva, e1 vcrdadero prhcipio ontolosico. Y 1o ha sido, comoveremo¡ porque el concepto de substancia, de se¡ en si, aunqueprctendia e¡p¡e""ar'1a suficiencia ontológica, no era sin embargosrlficiente para rstilic¿r e1 ser de cuanto existe (ni 1.] será iamásnhsun concepto hümano de orden científico); no bastaba para

explicar siquiera el se¡ reconocido como insuflciente, que es el de

la llamada apariencla, e1 accidente del ser,que

no es en ¡i.Po¡

ello requirió la metafisica todavia de ot¡o concePto, ontológica-niente superio.J qüe losrara justi{icar al accidente v a la propia

A este respecto, rcsulta reveládor un pasaje de Aristóteles, enel Lihro XIi de sü Mer¿físi.a. Si tlna cosa se mueve dice-¡rtrecle ser de otro modo de co¡no es.r Esta posibili¿a¿ ¿e s¿r o.'o(év¡éxe¡or z«i üU.toq letv) que la filoso{ia posterior forml¡la concl concepto de contincentid, el griego 1a intuye e¡ la re¡lidad mis,na. Una veu considcrada {ilosóficamente, 1¿ coñtiDgencia postula

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i{l

48 EL TRINCIPIO DEL SER LA HIPóT¡SIS OPERATIVA 49ia necesidad; pero 1ó primario ha sido la aprehensión de to ¡eat!omo Gmb.cr e. mur¡ble y por ello conrinsenre. romo atgo onro_l.gi,r,en c Éb.¡d^ o inr,||c'en c. .. mo ,ls" -.ne"""o:o en .ide ur'r sLreror ju.r'ic..ciór mc'¡ti,.. L. r.rrr¡ición ce era fuéla de que la reali.lad, rnl como se otrcce, no se justifica a si mis-ma; el ertor fué pensar que no habria ciencia necesaria de 1(] con-tingcnte, que lo conting€nte ocultal¡¡ ¿n si 1() necesario, y era uDa

móra ararie¡cla de ié¡..el error no consistió en busca¡te a la tota-lidad contingente del ser un prnrcipio necesario y trascetu:lente(annque hoy reputemos ilegitnro el inrenro, pof Ézones ep;sre.mológicas), sino et1 suponer lo necesa.io en et o.a"n mismo ae ta

Era natural que, si el arributo de 1o contineente es et c,mhió-e 1.1,r. .i ta, co.¡. LJmbi:n. v ¡or.rt" -ri r".* ,*"t:;;,;re -.l rrr;buro d l" .¡¡,.."n," \ .,-(e .rio t r"-¿ t. ir,- .\ildxd.Po¡ esto, 1a ciencia del scr trara, sesui A¡tstóteles. de lo oue ese.rno..ep-¿d,É i i.ró\it.1 1., n"ce.:da t onrotóei.,..o u't r¡.Iu,r pr.el otro l. p" ñrne,,..J, r -r. hmoüJ.,ad.;,) .u ¡, ti ere,_n:d"d o inrcr¡p...Jlid.d d.r .. r. qu.d,n á ,oncináriá y rerdrr¡-blemente vincuiadas por

el penramiento metafirii". ¡t."¿ r,**.como.e nlLrrl. .o per.nxnpnrr .ie-prc derrre o apale de to q r-por erlo mi mo se lJorra ap,rien.ia: nur", cJn.,de.J que t^ c¡m-rránrc -u-dá *r. cn modo pl"ro y arrénric".Y €..i. l¡ ..ienci) de L q/c e{

"tJa4e.o e. rru."-d¡n.e, podra .e-

sr¡'r u-.ánd , ,eci,im.mere por ronL,r el de ncta.f,, , o.," *.:.D?r:i r.1,I¡Fmónr.. s,n erb¡.9o.lo p.r-1aIq,rc. lá.ub.. rr,a, noe- ,od¡v.c lo ¡L.ol, r¡mente ne. e.,ri^, J¡ r,-ón ut.,mr cl. I *r. Dcahi que A-i ,á,e1., .ual¡tique 0l sc- necc.¡n¡ de diuino. ró itr ior, ¿pesar de que se refiere nada más a la sL¡bsrancia; y que a la cten-(:.--er.,li.i(¡, qu^ F. cenc-. del "er. lá cuitiriqre l, r.rcr ¿p¡""1¿qrc4. R,o)o..rat.: Por lo.u¡t .c erpJ,c¡ rambién q,re ¡,rorro rub'.r elcLop¡o unr re^lnpi¡. pue. ct .-r rer" aro, qu^ es

el dc la. Idc".. .ñmo r.. erd ,re..ir .r b,g e.dades, está separado en absotuto de 1o contingente, y ocupá elnN.l onr"r."ico qup en Ar:.Árclc. e re. rya rara D ,..

('omo ve,emo.. Dio. ha . do pa.. te . iencr"en cl le1.¡r. e d- la c"nc:r n,rrur.t .o-t1-., ,,ov ,,n" ..Lipó,..isoperativa": 1a noción de algo qr"

". * "¡¿r"'a" ."p*r.i*.i",pero sin la cual no ei poslble a¡ticu1á¡ en reoría las nocioncs de t;, \.ó"r. 7,.r'oró.. !,ivo(,n.: ',l.j..d t( t, .0o0. tt. M,. ¡dJ1¡rc(rLs4¡ iU) n.e I're¡¡lmente nm.\il: irrrn-

a 1064L Lm .osás úDtinc;bs o Dosibles di.é Arisi¿_.: f,."d. t't ¿, -Olb.

quc.si es objeto de e$eriencia. pe¡o ¿no habria una sabjduriav, .hdem cn e.á bú quedr de atgo - el prir)cipio_ que .¡rel:ctad

!1,*:]: . ,. otre.er lr,lenor pxrece ta ..abidLría de r¡,.,encia.,¡rr.,{r ca! o no. que (n nuejrro< dir* q¡¡.¡¿"r"n impJ., 0menLe,l,,1inid^ el conccpro de conringen.ia, po"¡u","-ui," ."gn.moiflDlcár pr .u dominio LI r ñnccpro de .er nece.rrio. pue. et .cr no. cro tre.prsenrar te.1omenolosic¡mente .u ccra..er

de conringcn-rcporpl hecho de que haycmo logrado una ncn.id con pFrp;.io-ncs de necesariá. Los metafisicos no cuaiificaron de -;,irgel;;;,  las cosas porque previamente ruviesen ta noción de ,n se. ne_cesado, sino inversamenre, hubie¡on de arbitrar _desde el co_m,cnrc. con Hcrá.li,o \ llmén,de- e-,e concepro de Ia nece._ozo porque rc. (o.rs reatc..on etecri\árnenre Lorll|gen,ec, y no.c e\Dljc¿n por.i.olá.: qoto se erplrcan por er ord"n ;nmane.rreoe qu roráno¡.1. o por rtgo quc rra.{jerjde c ra rorahd¿d. Ln am-L - La.o., lo. filó.ofo- h¡n llcmado Dio. ct prin.ip,o de ,al ord;,sea inmanenreJ como en Spinoza, o trasc"ndenr., ..-.

"" A;tóteles.

,qi áhorá.re"ulra que_la reoria de eÍe priocipio no puede eta-

mr¡r e jcgllrmamenre. etto no signitr.a fenor"nolGg'cos lo. d?ros que oblisan a planrer la ,ue$ión del Drin.iniñ.,mo prcbremai sirn,frca na.ta ná. que el 'rombre n" pu"¿.'.._{rver con ti ( ien.iá et má. r,d,c¡t de Io. p ob,emrs que des.ub,e:"1 ," .*:, mr.mi. r¡.r humitdad d"be mir.sEr ta pre.en.:óD,nneFnre de.uticienc a de.ualquier tormx de,or)o.imienro cien-rilicor pJrquc mal podr;a ser suticienre en

"r ".a* a., ."r.,.r,.iin.ufi( ienrp en el orden del .q to inre.rieado áor

e rr¡. v.i .er mrimo de quren to invp,riga. Si ta reald¿d,in.ura,l,* ..r..eprible de *ptrcane ínregra y nnrtmen.e,"".; _;.;:c en( ia conre.r¡r ¿decu¡da¡cnre a la pregunrr queinrrroga porel .er:.¡bripn"s porqué hav.... C":"

".," ".';;:o-.:bl".^],-ire.,nl

ia

.ne.afni. a n; e" p".,bre'.i

t;n" ..," p,op¿.i,o,y soro es posrDte sr su prcposito es dlstinro.

^br Todo. loc ram:n.. de I¡ meráiiic.r t,evar a Do".,tue;

1..:,",1 ..,, c,cn.,0. no há i,do ná. ouc el .i_boro concíprucrhc repre.enrcdo el pnncipro nece.ario que ia r"c-r,d¡d. polrra por ¡u pror:á conr;nscnci¡. l-Id"r" y¿ó rd "i,i,1f1-.,.1,1!,i1,..",.r*,

-pue" roda._ras c¡u.rc .on prin. po...,, yer orden,de t¡s cau.3s ^ principio. reliere nece.árirr"n,c

" l" cár,;p-rrcroat. o <ea et prinripru de rodos lo- pr nc;Dio.. y n. cs ex-cru.,\á de u,.a ."ncco.,ón ,au.át d" tá ;eátidád ".," ."...¡"aa M¿r¿fiiic4 A 1, 1013a.

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50 EL PRINCI?IO DEL SER LA HIPóTIS]S OPERATIVA 51

de una referencia a Dios (por la cual, precisamente, hubiera caidoen descrédito la mctafisica, en tánto que ciencia o €¡i5¡¿merr ha.bremos de ve¡ todavia que se trata dc una necesidad de ca¡ácterestrictamente teórico. En conjunción con ésta, pudieron habersedado en los filósofos otras motivaciones de orden vital, morales orelisiosas. EI a¡helo de conocer el principio de todo 1o que es, yque todo 1o gobierna, adopta en los hombrcs {¡rmas de exprsión

mn l,ver.¡. .omu lo purdrn .er y \oc..rc., ; noes extrairo que e*as formas coexistan y que se confundan incluso.en un mismo autor y una mis¡a ob¡a. La fe religiosa, a1 parecer,sería una rsesión de Dios suficiente; ¿qué necesidad tendría eliade busca¡ el apoyo del entendimiento? Sin enbarso, la fórmulaanselmiana fides ql.L,,erens

'f'tellectempuede servir de divisa a

toda la metafísica escolásri.a. Pero también e1 entendimienro, E;güiendo sus caminos propios, tropieza con e1 problema que ]a {epuede ra tener resuelro. La necesidad de resolverlo es tan r¡d;c¡lmente constitutiva de nuestro ser, qre no 1e basta la fe, cuandola tiene, y a pcsar de que pudiera sentirse en e1]a seguro, se afanael hombre también po¡ ntificarla con el entendimientoj y no

acepta que éste permanezca todavia en duda. Asi podemos ve¡que en una obra dedicada a cuestiones sumamente técnicas d€epistemologial como es ei Tee¡e¿o, observa Platón qlre eI biehtiene siempre su contmrio, y que por esto debemos viü¡ evadién-<lonos cte Ia vida: la evasión comisre en asimilarse a Dios (óÉoío6rE3¡0) en Ia medida de 1o posil:le, y esto puede lograrlo el hombrehaciéndose justo y piadoso (6ir¿olov ¡,rl 6oLor').5 Análogo sentidotiene e1 aqumenro del Proslogion, en el cual San Anselmo dc-muestra ¿ fuiori Ia existeDcia de D;os, co¡ sumo rigor de técnicalóeica, pero Dor una necesidad que no es lHca, sino vital.

La conjunción de estos dos facto¡es, vitales y teóricos, en elempleo que ha tenido en mcta{isica Ia idea de Dios, determinóa su vez Ia conjunción de sus contrarios respecivos, cuando se

inició e1 descrédito de ia metafisjca. De una parte, se adujerondes¡le e1 siglo x'vrrl razones cle indole estrictamente técnica paminv¡l;dar aquella idea y afirmar la convicción de que al entendi-miento humano le cstá vedado cmplearla co¡ro conccpto, es decir,como representación intelecrual de una ¡ealidad efectivamenteasequible por esta vía. De otra parte, se coaliga¡on oscuramentecoD esras razones técnicas, y ¡or ello mismo neutras, orras que yano e¡a¡ neutralcs: razones de sentimlento vital v de "ideologia",con rasgos netamente anrirreligiosos. Esto revela que 1o caracte-

ristico, lo profundamente acrivo elr ta situación cle la época era¡c.ia-crr. l¡ ,rre1,8,o.id¡d. \ ,,ue de e.Lá re.,bic ., ,,u,," ru"...., cl ¡:'ro. L mo Lo..o cJr tue., eñ etF.ru, rgró.r. o. en rn..'¡., rn d,lo.. tu\o )a l:r llo.otia e.col.-.:r en cl n".r \,v, vcsto no inplicaba cn el1os et ateismo,B Ias incapaciijades y liÁ;-trciones dcl entendimiento humano

". lr" t"" ¿*.r¡¿lt" i.",,, JFrru.. Rob.flo

Hotk.r,por

"Je,rpto. i,l""b! ,,, o t;;;; ,.p-.i¡l d- l:' té. d.¡ nra Je la togica mrurat. y.Jpcflor. eltr, a 'a\.n.¡derar lomo un anrecedenre,le t¡ /"s,q¿c d¡,,. , J- L, ral, en rar.o quc re,cta quc ta 'osi," dc f,;:ó;;"p.. n, n u(ho menú.. la úñica oo.ibte y vJldr. E.,a ri.ma lóskaJe l. ¡d_7ón. cr1a. lrmrraci"ne. inJuje-ñ.r ¡ ,,e¡ro. no11i,,aji.ra"

m..:liev¡tc. a erign.obrc ella o.ra que fuera .upero. e. fa quer {,'¿¡, lu. á"nó.,ico. n.derno. con. br,e para reba-ir pre,ia.mente.la "tosica de la üeencia", y fundar en su t"gar tallogicaJc la :rrredu,idad , E. lx afiirud \rral. po- .on.rsuiénre. to qucr.a c¡mb.ádu. y no.otarenre lx c. m!,:ón c¡iric. de nuerro en-rendim,en,o, é..e no ha_quedcdo aho¡á mejor defenJido que an,.-ño ron ra la rnrru.ion de ats,in elemenro ri"no a ,u gobie,no e..

trictq porque en modo alguno es menos racional tener fe que no

_ En .todo caso, por esta dirección creyeron los modernos queñr,e.pri¡n al homb¡e idea_tc. de v:flucl. áp^vo-"ir¿te. y e.per¿n¿¡.

,ña- v¡ti."o. qLe los ¡.idkionct"., r que pudier:n .ub5Li;ui, .",,\cr' áia.á lo. reore+nrado. por e) cji nan:.-o. por Ia .r¡ en. I .tel¡ mel¿.tir{á e.,nclameniF reóricc. o por 1.. plá,óni¿. ün?iu }uldo. rit irrtil,v,t: 5abiduri¿ v \ir,ud !erd¡de,¡c. La ,.¡.o,j¡'po re-,or. yá (n nue.ryo.irh. en eran ¡zñc ad^pró de *,rr.:, .ii;.,.

.lrere ,l..le cl punto dc v'.." récn'co " .,.."-á,,.., ..." ". t;|ñ.¡(n,r.srá de Hu.erl r cn l¡ o¡rrñluqía d- H. I.q-cr, r,¡ror- r¡ren¡e ¡e hare

h¡u.encja

do;,¡ucl," r.rc¡ ¡- o,:i " ¿.i,^Je Jra naner¡.rá au.Fn.,c de roda ñcn. ón rel.,r\" . J prubtpr¡nirno del pdncipio.Pero el problema subsisre, queramos o no lamar Dilrs a ta ideáqLe no. f.mpm,. de .tl .otu.ión: ,utr.i.rc t:ecr..mLIre porq.rc

.,r, rer..ino.."n rácionalF.. aunque no puedar.+t^,r. .ot,r. ione,0 N^ c ."c O.t5,m, tr. r t" . - LF,^ _u! e.,, mdJ fl,,.,d m, rr. , v.:.- e, od,.¡cr ¿ l,* z. rc.--.i,\ l- q r lo. :¡c!m.¡'. ,1- lo xr. oh. h

iii.ll "' "'" " '' ¿ pc ' - d"u "r"¡ d'ri¡"d' ^n Je ""'m d: r' me'

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t'

52 IL ?RINCPTO DIL SIR

que le busquemos. La aceptación, incluso la ampli¡ción y el afi-namiento dc todas 1as invest;saciones que se hayan efectuado paramostrar los limites del conocimiento humaDo. no anulan por com,pleto, sino qüe más bien aceDrúan por co¡traste, 1o que puedaquedar más allá del limite. /El cntendimiento humano tiene,efectlvamente, limires irreb¡sairlesi pcrq si procede de manera ri.surosa y exhaustiva, nos ha de coDducir hasta la propia linea de

su cxtremo, en la cual se hace pitente que todo lo que conoce-mos no es todo 1o que necesitamos conoce¡. En cuanto a lasobjeciones de la "ideo1ogia", constituyen un tema ajeno a1 nues-tro; y como han tenido y tienen motivacioncs y finalidades vitales,la vlda misma tiene que dirimir la cuestión de su validez: que losho¡rbres decidan eilos mismos si Ias nuevas formas de vida,l" n,re'o. .Jel-. \ \,,judc. -dond.

.. en.,,Fñ,rpn- pemi,enllevar una existencia menos precaria y aDgustiada, más consola-do¡a y sercna que 1a de antaño. Entre tanto, atengárnonos a las

c) La prcsuntn por el ser queda diversilicada en la merafísicácle Aristótelcs, desrle el comien?o mj:,mo cle 1a investi-sación, por

la dlversidad de las fomas de existencia.iEn otas palabras: rela.tivamente al ser pueden hacerse va¡los tjpos de preguntas, y Aris-tóteles clistlngue expresamente cuatro: Lo que es, pot qtl¿ es, si esy qrLé es,1 y sostiene que todo conocimiento consiste en la res-

-,.r'r¡ . Y como An 'o,"le .o,..iCpr .ue elcono.irier - rcrd"Jo¡ F:"ur ¡ber de lp- .au.a-. armrla la pr"-gunta sobre rl¿¡¿ es a la pregunta sobre el porqué.3 Y en uru asi

? t-o i)-,, -ó ó,0r,.,i ¡'d, ri i.-\ i. ,... 't t,sat.dne.ta cn ¡iri.a, Il 1, 1r8al las hs resFueshs F.sibles s lapresunta s.bre tó 6rd rí. Es ¡c.esa¡ió aJverir desde lueeo que lxs difere¡tesfechas d¿ coñposi.i¿rn .l¿ hs ob¡xs rrisrotéli.ás ¡o rep¡.senbn nincún pro-blena pam su .irR en e i inve6lis¡ción. Ariróteles xlleró ¡ ve.es ns nunrosde vista sobrc algun¡s.uesriones, ¡l volver soLre ellxs una !.rm !e: kf. \ri/,laee{, Ar¡tók¡es, ro.do d¿ Cd¡r! E.o.óni.., tr1óxico, 1!46), l]¿,. 4to¡s al.cta a la enru.tu¡a mi5ma dc 5u met¡fisicr, I ¡ l¡ man{! .omo.ruedónNtiiúida. D. hccho, cnsi todos l.s nsgos rr¡r.i¡rles de lx ennr.¡na se

e¡ l'lnió¡, y solanente el esquemxilsmo de los ie{n¡ ¡úroré.licos los hr.e p¡c¡e¡ibles l.s djílosos plaróni.os, lire¡ari¡me¡tenenos "a.adéñi.ot', y por c]lo hisno menos fi.iles de .ihr.

3 Tó diró ¿dt, ró rí éúrr ,«i ¡L¿ ri iotu: ¡... .ü. I_la de advenüseque la asinilR.ió¡.le efas p¡eslDtxs nilo nledc e$r rusLificada si se refi¿¡eñat eArc, y ¡.31 s.r: se hai¡ del !ó¡q¿J dc l¡ c.s¡, v en *13 r.ep.iim.!becon\ide¡ar (u. lx foma de I (la c¡nsi de que ella sá efe..tiv¡mente ln que c., y.omo s). OtE .úóiió¡ d l¡ d,1 [t,q,¿, rel¿ridx al serc.mo exisicn.ia inteeúI. l-a ider de Dios con\o .ius¿ (nrim¡r n.tor, en l3

L¡ HrPórFsrs oPÉnarrva

milación complementar;a de la anterior, afirma en la Fisica que delas cuato posibles respuestas al porqué, o sea las cuatro causas, lal»m¿ly 1a final vien.n a signi{icar también Io ñismo: ri, ¡r}r, yri{t rtÉo¡L zoi ¡ó ol !mza. ,llia esencia y el fin (o p¡tucipio) y la causaquedan pues indisolublemente vinculados en esta metafislcar lapregunta por el Eer obliga a inveriear cómo $ y l)o,4'l cs cl ente,l

sub.c lc b¡ " de ..," re m,i.' r.l m ^ a,o"a r ts rr rl c.-quema de una operación ripic¡, que se reproduce ap¡oxjmada-mcnte cn otras teorias, y con la coal ha tratado la merafísica deeiudir 1a aporia original. Pero 1o ha ñrentado en vano. En susenrido eminente, el scr para Aristóte1es es 1a substancia. Deje.mos r uñ lado el hecho bien notable, aunque poco notado, de queno haya en su obra un solo p¡s:rje cn que se ¿elina l¡ substancia.oLo importante es que este conccpto fuera ideado para explicar elser, y ya desde el principio rcst.iúa su extensión y abarque sola-mente la forma emincnte del ser, y no las otrasr el ser en s¡, ¡ó óvoúró, ya no cs 1o mismo que el ser e¿ .lÍmro rer, ri, óv ¡ ilv. Hemos atisbado las diticultades loeicas que cntraña la pregunta sobrecl ser en cuanto talt ahora tenemos clelante las dilicultacles onto-logicas y epistemologicas, igualmente in.uperables, con qlrc se de-b¡te Aristóteles apelando al recurso de concebir al se¡ como

Nadie mejor que e1 propio Aristóteles ha formulado esras d;ficültades, y 1os filósofos verdaderos de lá posteridad podian, connayor provecho, haLer prestado una atenc;ón más derenida a lasaporías quc a su solución. En prnner lugar, toda razóu y toda

FÁ_i.¿./ y p¡i¡.ipio G.1o Du¡o, er1 l¡ r,I.¡¿Jiri.¿.1 resoivla cnc lroLlena. fl,rónya sintió, y rcaso ñás dmmáricamcnte, es¡ especie de "¡¡lla ont¡lógic¡" d¿ lar.¡lid¡.I, pór Ia cual

'equeriauna srllarió¡- De una nanüa integnl, y ple.

¡¡me.te .o.s.i3¡re, e5¡ fo¡mr dc i¿¡r'tuión .n¡o¡ó¡I.-¿ l¿ oiieció la filosoii¡.¡isrianá, .on el co..epto .le Íea.ión, el .!sl viene a slb*itnn .Ii.á:meñte

al ....e'rto platón,co vásame¡te delinido de F.ticipacio. Cna¡dó e*¡Iómúl¡ d¿ salvación a.tdl4ica pie¡de su luera de co¡vi.ció., lo que pasaa rrinc. plnno es júQtu¡re el hecllo d. la nsulicic¡.h dél sc¡, lá degndá-.ión o¡tolóaica de la exGk.cia, y efo se convicrte c¡toD.es en el prohlena.lel j.n¡nb dp ¡¿ ¿r¡¿¿n.i¿ Gs¡e.i.lndÍ. dc l¡ huna¡á), CI. l¿ ¡ób 16 de1

! Lás srL*a¡cils son lo prinra¡ió de l* enres: oiioí&' ¡a6roL rirlr ¿rovfMd., A \:L lo7lLr)i es clide¡ie qre ¿l se¡tido p¡im^rió del 6er es.1 qncdcnoid la suhsl¡Dcia: d¡püird ti! o¡díav (1028a)r lá brañ.h 6 d serp m.Lla¡r.¡tc, no el 6er also, ero o ,quello. sino el É¡ en sn(ido absolLro:t¿ ¡oóro. ¿v ,«i on ri ¿! ¿i).' ilr üató6 i oüdío ü! ¿in /¡¿en.r. El hga¡do¡de Aiisóteles equipaÉ exp¡esame¡tc La p¡egunta po¡ .l rr (rí ró &) ala prequnú pór l! 6ubshnci¡ (fG i 0¡16Í() N prccaneñr 6k fsnoso psájc

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54 ¡.L pR¡qcIrro DEL sER

..bre lú ur v.,.¡1.0 y n, . (.pec,,tt¡enre cún ta(i$(,a prirnera o me-a¡j¡c:r. tl ccrocrñri' o risuro.q dic( er,

"rro lucar,rr ler.á solf( "lo quc e¡ 5iempre, o..lo que ¡. r¿.isiempre"; en suma, sob¡e lo que tiene permanencia. Lo que noes siempre, o casi siempre, o seq 1o que carece de esra co¡LsisreDci4 se llama acciden¡e.r, Sin embaLgo, la substancia, o.on-sl\¡en.iadel ser, no es universal, sino

"más bien algoparricular

).separado,i.r3Pero cntonces ¿cómo puede haber una ciencia de Ia sub:tanciá- sinu lrry.,enc,a r.. o,,- de Jo un,ve,..j.? L¡ .ub.,r,ria re.ide enlas cosas mismas, y por esto tenemos que acudir a ellas, y exami-ri¡- L .,,ird ¡na. o r"dd J. -r. ¡unq,re r.n cr¡ r", atetem sp,c.'.¡men¡ede la cuc{in del ,¡,nr¿¿n,u,r. tcrovaemmo,l..n'e, Ii. ro.,-: conorerla, e.er .ialmen,e e, lo mijmo oue .o-

no podemo.. rjaruj.,ln.eñ,e. .***"

q"" l"cu." .e¡ J- n,. JJ c er ciil (,ó ri ¡v !tva, ) . n .rb^r p.., eru quFe\. e J, '.'aner.,l".rir.¡ lnr;;a!). Snemb¡rgú,".e cberpri.-rriu no,e. .:er.if,co. .ir.^ aLc:dcnral o rolpjur¿t ,¿u¡á ü,._lflr¡3 ¡róct. 'Yr en r r,.. prelrmin:r.s .e dJ ,rn p¡.ñ deci"iro p:i.rla tradicióD metafisica: la oculración det ser en siJ El conocimiento

prmario del ser en Aristóreles no es apo¿icri.r, en sentido titeraljcomo ya no lo en en Platón. Asi, nos dice que la subsrancia onatumlez¿ csencial no puede msrarre (AÍó¡6LE.E) señalando 1acsa con el dedo (ró 8r»r¡íi,r¡), o simplemente percibióndola (rrl«ioihrioer); tampoco podemos aqui proceder nrd,itivam"nte, comJcuando formamos un universal: la inducción no muestra cuit sela esencia de la cosa.16 El conocnniento esencial es el que toma lalorma lópi.á C! u,r¡ pr.po.ición uni\c-.¡t v:rrirrnári,a;) * á-Jd.n.ririón.,r !-cr. c"n e.ro rc"re rnro ¡l ruñro de rJ; idi ) que-dá ccr¡rJ, el c,,.ulñ: lF ntrá,.sicá e. ta .:en.i3 det .er c,, oInLo.er..per^ e,ru uble o .Je la cicncia ¡rrmerr es rndetinibte: enronce..c dr.- que,l .er. (n .u ,enrido fr:mário, .isñi.cJ la .ul¡.r¡n-¡,peró esto presupone

la existencia dc algo que es tamL;én, aunqueno en un sentjdo pr;mario, o sea lo particut¡r y acctdentali Én_tonces, la ciencia de la subst¡ncia (quc ya no es exacrame;ie tametrfisica tal como sc concibió) es cieDcia de lo univ€Bal, pcro

1 I::s r';o,.r".- \úi .. oú ird'.1',n,;! >u0J.oú. K rj to\ob.¡r E II. 1rlia.r2 E II, 1016b. Más a.ielantc vólverenos á ocupúnos del accidcnie_1' No:ii.! ói róij. i, i4i zoordrér: K rr. t060Lr.1{ ,A¿ ¡.n., Il 7,913.

_-r 'Or,o,o_ /;r "ov ro1 ,','"r' k"i ñ"oiuc: .d,f,, oOJ. a,, rop;c ¡. t 5.I lb: l. drt.. . ,{, i,L ia,, . . a tJ c*n, ..

1^ HI?óTFI]S OPER,{TIVA 55

la sul:stancia misma no es, e1la, universat,l? sino co¡creta (.róouvd,ov); sin embargo, no puede aprehcnderse mediaDte el cono-cimiento particular, como los accidentes coDcretm y percepribles.El se¡ en sentido primario y eminente no en\,1]elve todo 1o qr¿ es,y la ciencia que se ocupa del ser de los entes (del scr cn si, no delser en cuanto Él) no puede versar §rbre aquello q¡re es más pa-

rente en el ente, o sean ¿os llamados acciclentes; los cuales se reco.Doce que existen, pero dc los cuales se a{irma que Do hay cienci¡.El ser, co1¡o csencia o sobstanciá, se ha desslosado de la existencia,y la Detafisica se constitüye de hecho corno cjencia de las es.n-cias, y no rle esas existencias mismas de las que no pucde e¡tera-mente prescindil o sea como cicncia del ser oculto, velado por supropia apariencia v lrresencia existencial.

De todo 1o cual proviene ia necesidad, con la que se renuevanlas dilicultadcs, de atiibuir varios sentidos tambiéu a la substancia(como antes habia s;do necesario distinguir va¡ios senridos del seo.Substancia, afirna en efecro Aristóteles, se dice por lo menos encuatro sentidos dilerentes: la esencia, 1() universal, el género y clsujeto o substmto.l3 Pero, si Ia asimilación de la esen.la a la subs-

tancia rcsu1ta clara, en modo alguno parece irrefutablemente legi-timo afirmar que el Cénero y lo uDiversal sean substanciales, e¡rlos términos mismos de Aristótelcs a¡tes citadm. Pero no es éstala única aporiar la substancia tampoco es univelsal en el senticlode unitaria o comúi y u¡rlforme. Disdngue Aristóteles t¡es riFoso categorias <le substanciar la sensible (aio0¡ri), que se subdivideen eterna y perecedera, y 1a nrmutable (úaiqros).rc De la subvtanci¡ muhble (1io i6€cDE) se ocupa ]a fisica. ¿Y de 1a otra? Tiencque haber para ella una ciencia disthra, dice Arisróteles, "si ¡o hayun principio común para las tres".,o Pero todo el problema, preci.

1? K rr, r060br xr)! ¡,oúdí@ pir rdry a«0ór.o¡.irúLr§ I¡ ríñv €l!d,,1¿ rü0ó)"o!, rd .fÉ!o<, ¡ü üroEiri.lol: t\Iddni.¿, Z llt,

1028'D. Arinilacióne\presa de l¡ subrar.iá ¡ lo 'rue nosorós radú.im.s a.r¿sdri¿ (r¿ xí fu stuo), €o f IV. 1oo7a: r¡ o'oidior úrpúia.p ¿drir 6tr ;i'.irló t. r¡ .f!« aú1(,. A st ve, lá eft¡.ia qucd¡ asimilada a la forha, como

subsia¡.ia priñiria dcl ene: r¡! roó¡,w oü6íúv (z VI! 103?b); pero, ¿n etDismo pásáje dicc .iue lá €sen.ia es l¡ srbsra¡ci¡ sin mate.ia (o,ldíú ¿írouÜ).r<), ) sin enbalgo l¡ m¡reria tahbién cs ¡branci¡l (!e¡ocible e¡ ri h¡na: ,i ó n¡"¡ ¿^/!.,droq,ú0'düzí!: 1036a).

1! .\ I, 1069¡. Más r¡lela¡te. cD d c¡p. rll de ¿se nhho Iibro (toioa),di.e que h¡y tcs iiDos de substan.ils (nnevn clasili.á.ió. .nc n. ..nr.nte

'. r .c .,. i¿n, rr' .,,te.x, 1ú6';,, tá ombir,a on de - ¡dos. I nás rdel¡.tc todáviá (10?0b), habta de ires ,.principior', da,(ai:lodna) privación r Darrin GI6oE, orúo¡d\-, ilr).

20 lc. cú. CL loicb: no ¡oy nada que soa común (onóú! ¿dfl,or!ó!) a hlubsian.ia y . l.s ohas .aie¡to.ias. y a la !e, di6tinto Je ellas.

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I56 aL pRrNcrpro DEL sER

samente, consiste en encontrar esta ¿Qti r¿owil, este prhcipio co,mún. Tampoco le escapan a Aristóte1es las dificulrádes inherentesa 1a idea de tal principio: y sin embargo exclama: lcómo puedehaber orden en el u¡iverso 'ti no exisre also ete¡no y separadoe inmutable"?,1 La derivación hacia Dios resulta, pues. inevita.ble, y con esto se cierra nllevamente el chculo: pa¡tiendo delprincipio (concepro

de ser) huboque

descerder bacia las cosas,Ias cuales postulan un principio, pero no 1o ofrecen; y, partiendode las cosas niismas, hemos de ¡emontarnos al principio, pero esteprincipio, más que metafisico en rigor, es ya exrrametafisicq o

En efecto: el ser, como concepto supremo universat, se dicede rodo lo que es, es 1o comin a todo. Pero ¿en qlré consiste? Estapregunta ya no es susceprible de una respuesra absolutamente univoca y l1 lriori, como en Parménjdes: el ser es sex ¡orque. al lado.lel ."r,iüe, . laanér,iJe..ó.u col.idera ¡. qr,c rc c"; pero A.r.-tóreles ¡econoce que al lado del ser subsrancial existe lo 4re no ese¿ sí. EI reconocimiento de Ia plumlidad y varledad de 1os entesobljga pues a buscar una via de análisis ónt;co y ontologico, y esta

via sólo depata una respuesta analógica o equívoca. ¿Qué dacon¡ir¿c¿cia al ser? Lo quc cs más ser, o sea la substalcia, La subs-tancia seria entonces el pdncipio común y uñitario de la existen,cia. Pero no es común, po¡que no incluye ñi *plica 1a existenciade sus propios accidentes, ni hay un solo tipo <le subfancia, slno\ar'o.. l"r ".ro rcrpárp(- lá cue., ón eñ e.r ,. r.revo. r;rn,no\:;.uilr. lJ ;!,lir x.,v,l, el p,i1.,pio (umúñ d" 1a- dvetrJ. .u .,¡n-c,a.? \tl con.pp-^ J" .ub. ^nci, ?i.l¡,.. perñ no re u,'rc, eJ p-oblema del se..l La existcncia de un Ser absolutam€nre eterno,separ¡do y permanente, queda postulada po¡ el planreamientomismo del problema del ser. Y, contra lo que suele pensarse, lapo-tJl¡ción c. lcsírm¿ r- réuc¡mele: c. nece.ari. ¡ene, pre.enrc,

de una parte, que cualquier otra forma de conceptuación -in-luso en ciencia natural- remite ;sualmenre al problena delprinciplo; y de otra Farie, que una ve: propucña ]a teoria sul¡stan.cialista, la cuestión de Dios tenia que surgir en el proceso naturatde su mismo desenvolvimiento.

Pero, el concepto de Dios lconstituye en verdad el fundamentode l¡.ierc: nerJtr,i..,l Dpdp lueso. no e. ,rn conc-p,u ep..re-mológicamente inicial, sino teoréticamenre terminat. Si el pen-samiento plantea ]a cuestión de 4e¿ .s e¿ s¿r, o 1>or ctu¿ hd! ser, esevidente que a estas presuntas úliimas, o bien no cabe responder,

e1 ( II, 1060a 27 siE

Lí HlP6TF.sis oP!RA"IVA 57

o só1o cabe responder con la idea de Dios. Ia metafisica tradi.cional, más ambicima que Ia que hoy considemmos poslble o legitima, plantea l¡ cüestión y da ]a única respuesta posible. Sin.mbargo, no puede abandonar la consideraclón de 1as cosas, enlaDto que son: tiene que decaer hacia ellas desde lo alto del pár.ipio, o que rcmontáme al priDcipio tomando el único punto de

partidá pos;Lle, que es 1a rcalidad en torno. Hoy, por e1 contrario,se consideraria que a la ciencia metafisica le conciernen tan sólo1as {ormas y modos de ser de cua¡to existe, pues el principio delser, como totalidad inteefal, rebasa el alcance del entendimiento;pero eL entendimiento no es tan limitado clue no pueda, y nodeba, por 1o menos plantear e1 ploblema, aunque no sea capaz de¡esolverlo. Pues el ploblcma del sñti¿.a lituI d¿¿ ser es also quese descubre, como tal problema, en 1a evidencia misma de los entesÍllmediatamente asequibles.

De esto podria inferirse que 1as criticas de ]a metafisica funda.das en la incapacidad del ente¡dimiento pra conceptuar a Dic»no son sufic;enremente radicales; no bastan para invalidar su {ün-clamento. Pues

lacuestión metafisica

iñicial enArisróteles es

expresamente la cuestión del ser, y el p¡lncipio eD que seeún é1 hade basame Ia investigación del ser es el pincipio de no cont¡¡dic,ción. Dios no es un dd¡o con el cual deba contar cl entendimicntqcomo ha de contar con el ser y con el mencionado principio, enuna metafísica de tipo a¡isbté1ico. Pero, ni en ésta, ni en otra me,tafisica de tipo di{erentc. encucntra e] entendimiento satislacciónplena en la mera teoria del ser. Como quiera que se co¡ciba elser, ningún ente (ni el conjunto cosmico de todo 1o que es) ofrecela razó¡ iLhim¡L de su ser y su ex¡tencia. Esto es lo que sisnifi.ca radicalmente el concepto de contingencia, con el cual no sepiensa tanto el devenir de los entes y su caducidad, cuanto el he-cho de qüe nhgiur ente aparece i¿(srif,ca¿o oütológicamente por

el hecho sólo de existi¡. Puesto que es en efecto un hecho pa-tente, la existencia es clara como la luz del dia; Ia ciencia puedeaclarar adcmás la forma de ser propia de todo lo que existe; perono está cla¡o e¡ modo alguno pot qué exlste lo que diste, por q,l.. , I ".r. \ la re, e.id¡d de a¡lararlo pe.¿ ."b-e Isd1. ra. .veflBua.r i^np. q,r- rúdan^" hace "l¡- lo qu" eri re.' 0orfisica afirma que lo contingente postula 1.: necesario; con 1rl.ualquiere dar a entender que el conjunto de los e¡tcs, e1 universoentero. nos es dad¡. pero que se da en la fon¡a de ser de la con-tingencia: 1o que existe s¿ nos dq pero no nos da la razón desu ser mismo, y al no dá¡nosla postula la qistencia de ¿n se¡

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58 ¡L PRrNCrpro DEL sER

que eaiste cor turón opíq un ser ontol icamente su{iciente, o

La conringencia, por tanto, no es un .oncepto especulativo..in^. r.{r.curo de un h".hD m.¡ali(i.o p¿rr.Le: eJ (ur ."pro deun ser .ecesariq por otro lado, es una h;pótesis con ja cual aspirael entendlmieúto a ¡esolver el problema que la realtdad mismaplantea

ineludiblemente. No hay ningún sisrema meb{isico enla tradición que háya eludido este problema; pcro 1a falla de iatradlción no consiste en h:Lbcrlo planreado tcóricaDente, ni es unmérito de las filosofias críricas el haLer pretendido eliminarlo.Cu,.,rjp.1 que ¡:¡ el p rro dc p.,rrida d"l (.no.inr;"n-o, y. .eJen fllosofia, en bioloeia, o en fisica matemárica, si Ia investica-ción procede con rigor y conrinuidad se encuenrrá con ese proble-ma del verdadero pincipio metafísico.,. Lá filosofia natural podrÍasupera¡ a la metatisica defiñitivamerte el día en que resolvicse elproblema de la contingencia y nos diem, no las razones próximascte 1o que es, ¡clarando clm¿ cs, sino Ia razón úlrir¡a que expl!c¡ría ¡or 4!1¿ cxiste 10 que es. Pero esta razón, de cualquier modo,ya no sería especi{icamente "cienti{ica".

La criticá de esta rradicióD metafisica dominacla por las diver,sas {or¡nas de substancialismo no ha de apuntar hacia ese des.€mboque obligado de la teoria en el concepto de uD ser principaly necesario, sino al contrario, para ser decisiva tiene que acomererla base o {undamento: el pünro de partida. La intemporal;daddel se¡, conceL;do cor¡o substancia en la forma de ser eminente,es 1a idea realmente básica; pero las aporías a que conduce el con-cepto de substancia, como ser en si y por si, no dependen de que,sigüiendo su hilo conductor, )leguemos al concepto de Dios, comoser que verdaderamente {uem en si y por sí. Dependen, por elcontrario, del propósito lrustrado de incluir precisamente una Ior-ma de ser en si denuo del orbe universal de la tempc¡ralidad v ta

.on ins. n.r¿. Fl.ub.,.n(,rl.ro

e*pre.r el afin de enco,,-rur ereste mismo mundo u¡1 ser que escape a la contingencia. (Ésta esla diferencia radical enrre Arisróte1es y Platón

-porqueéste si-

tin al se¡ en si precisamenrc laera de este rundo-, y por estono es superfluo ir repitiendo que es más crisri¡rn¿ la $etafÍsicaplatónica qlre la aristotélica, en tanto que sean efectivamente di-ferentes la una de la ot¡a.) Po¡ consiguiente, la restitución debidade la tenporalidad al ser no desvanecerá el probtema decisivo (e

22 Adviérase quc yá Arisrótelcs tiene qúe debati. .l probl€na cn ie¡remde l¡ F¡ic4 anies qu. e¡ el lib¡o

^de ll ]!le.¿fír¡.¿. lsto Io deLermi¡d ta

i.dóle nism. de la .!estión, y no r.prese.ta en modo álsu¡o uqiuicj,c ai

APoRiAS DE! SUBST^NC]ATTSMO 59

insoluble) del principio del ser; más bien, en tanto qüe acentúap(ecisamente el carácte¡ contingente de Ia exjstencia, reclamarácon urgencia mayo¡ todavia el Pl$úe.trríento de aquel probleoa.

P:ra ser consecuentes consiso mjsmas, todas esas filosol'las del¡ temporalidad, predornilrantes en nuestros dias, deheran a'¡un-dar cñ refeLencias a Dios (o al principio, si ]a palab¡a Dos Lesulta

suspecr¡ o alarmantc) como concepto limite ante el cual se Jetiene-Fero

Do aütes- nuestro conocimjento risxroso de las existe¡cias.Aunque se reconozca que no tiene solución (porque es aventuradoque un ente contin8ente pretenda da¡ la ¡azón necesaria de suprcpia contingencia)J el planteamieDto mismo es oblisado, pues riné1 no alcánzariamos a comprender cabalnente 1.l que si se encuen.tra al alcance de nucstro entendimiento: la realidad como es. Sino le reconocemos a ésta su carácter profio de se, en la fo"¡maontoLóeic.t de Lt contingeflcid, nucstrc conocimiento es detectivoe inaCecuado; pero, si Io reconocemos, hemos de admitir enton,ces que lo contingente postula lo necesario. No podemos decirque al ente 1e falta algo sin post¡:lar implicitamente eI sar d.e lo 1uefalra, aunque estc ser mismo no se¿ cos¡oscible en si, pues 1o

c¡ue ]e falta al ente, y concretamente a1 humano, no es nada queéste pueda jamás alcanzar por si mismo, cllalquiera qLle sea sucurso eistencial. La metafisica tradicioñal no ha hechq a estcrcspecto, ot¡a cosa itue arbitrar hipótesis, no verificables en la ex-periencia, pero r¡cionalmente legitjmas, scb¡e eI sc¡ rluc lc falru a

lo que existe en la lonna ontologica de rer de la carencia, llamad¡contjngencia. Este es un recurso metodologico al cual apela tan,-bién la filosofia natural o fisica matemática; y no se percibe po¡qué motivo dehan desautoüa¡se precisáme¡te en su nomb¡e esos

arbitrjos de I¡ ¡azón. Vemos ahorá confirmado qüe, por la {un-ción quc cumple en la pura conshucción terica, el eqüivalenteen fisica del conccpto metafísico de Dios seria algo asi como una

"hipotesis operativa": un supuesto no verificable, pero sin el cualno podría investigarse y comprenderse cumplidamente lo que si es

verjficable. De hechq ésta fué exacia¡nente ]a lunción teorétic¿¡que cunrplia el concepto de Dios en l¡ propia filosofia ¡¡tural deNewton.

§6A¡onÍrs o¡r sursr^^-crAlrsnro. S¡NTrDo rMplícfio DE I-A

¡Rr:cL'\I\ roR rl 'rD

E] proceso de pensamiento por el cual Aristóreles, en e1 libro Á del¿ Me¿¿disi.¿, concluye en Dios su teo¡ia del scr, Fresenta un es-

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I

60 EI PR]NCIPIO I'}:1- SFR

quema modélico para coDÍirmar ]a inrerpretación que estamosofreciendo. Aristóteles uo procede de ta noción .te Dios, en buscade una argumentacióD que demuestre su eisteD.ia; inversanente,es la nvestigación de 1os entes conoci.los de todos 1a que va reve-láñdo, palo a paso, 1a necesidad de que exista un ser que tengacie¡tos caracteres ontológicos muy derermina.losj y at cuaI, finat-meate, se aplica e1 nombre cle

Dios ¡rrque no se le puede dar otro.,/ En cfecro: 1a tcoria di¡rámica o ene¡s¿¡icd de Aristóteles, porla cuai el serse concibe como acto ( ép.¡eto), concluce a lormu-lar la necesidad de que cxisra un acto primelo, pam cl cual scespecifican estos requerimienros: ha de ser acto puro, sin porencia,y por tanto sin materia (¿!e! í).t!); ha de ser eterno (¿i6rov), yha de teler 1a capac;dad de mover, sil] ser movido,,q puer todolo que se mueve puede scr de ot¡o modo de como es. Es necesa¡io,puer, que exista un tai principio (ó€i üao 6tadr iipXi|,), y que e1 serprincipal sea necerar¡b cn su ser misño (i! rivrilz¡E ripc dori.v dv).Aristóteles concluye aqui dici.ndo que, si es necesario es bueno, ypor esto es un principio (.,rci ii drdr¡, za7,ó9, adi otroq ¿Aú).

Es cie¡to que Aristóteles asiena al se¡ necesario ot.os cuaifi-cativos o at¡ibutos .tue no soñ estrictamente tericos;rl pero no¡.nrrrl»n b ,l¿ndad de e.quema f. mrdo ¡or t"" va rnd,calo-,en c'rualr.e ¡dÚe, c l¡.on,un.ión de t¡. dJ ,iece.,drde. impli-c¡da. por .¿ .ñr'rinsen, a: l¡ npce.:d¡d de quc eri,ra un D¡nrcrDro.r tadeqre"l .erprrncipat .ea¡.,, +¿ nr-.a-i^..Sjlo at frnai,teeste proceso

-de arsumentación, magisrralmente ionductdo, revetaA, i"rórele. c. n.'mbre dFl .er requerdn .omo pr n.ipio: roj,ñ y;Qo B¡;q, 'i.-e e, et(ri\ámeñre Di.i'. El concepto de Dios, coño ser ne.esario, ererno, separado enmov l. o¡rece Lar er .ai un to "l .¡, . "p, , a- *t. *".,". .. a", i-,

haberl^ dado " -poro v lc rL.,i,i.a, ón or. t,.gi"a q,." ,cqu",,,.Ptrñ no p? é.r el problenr: l, qLp há\ qup sar,ár rcrb:;n .onl¡c

.p.,Lnrr¡-. De h.Ch". t, .ub,¡n"¡ ari..o.ét..¡ ". ,,c onro_lópi¿mÉnre .uti.ien (: e. .nmóv J. e" i".,e"d". e. t.-," p; ;;.;"dFl .er \ .e Dre,plde.tr", o - "llo rn'.ro. pued¡ .rp'..-. ct .p..7i

23 'O! aLlo¡lrgad aLvei: 1071b ?0 siss.1a El ser ñecesa¡io sÚia hhl,ió! éaóp€lov. o sex obietó .te amo ren.lria

u1" Io'r- dc \'.J d'r", o: ñ'ü!ú/i, üc,or4, " T vrd¿, p:.s ..a,... t3 cuál

"m-1,,:. | {.. r.l ."E"r o, i¡,r. e. Ja o.t" p. ...,,4y,iQ

:r l, rüml m.c ce riJ: -ó,¡ño:.... oi 1,.y,r,ü, ,/ \.r.r ior.b, ro,¿b,.,r:l.,n"". r.¡¡ de,¡..uDr¡nffe. De'.o.a t¿ fi. a rF t. lot6á/j h .ub.",.. , ". hrormr n¡imD ia del ser (Z I, 1028r); eic,

APoR1AS DEL SUBSTANCIALISMO 6I

I'c¡, no lo puede explicar mientras se ¡econozca también el ser a

lo c¡rc no sea sutxtancia, es decir, a lo que no es en si v está some-

r id(, al cambio. Esto es 1o aparente, en oposición al ser vcrdadero:iiwc r! ü¡&íq; pero 1o aparente es lo más menesteroso de salva-

ciúD o aDoyo ontolóeico, porque es lo contingente. Si imagñamos,¡ Ia manera de Aristóteles y de Platón, que los lenómenos o las

aparicncias encubren o meramente evocan a] ser verdadero, en-

n)n.es el concurso metafisico de Dios se requiere sobre todo paracllas, y no tanto para ]a substancia, que va quedó definida como

forna de ser nccesaria.El proplo Descartes reconocia e*a situación cuando trataba de

renova¡ 1a metafisica lubstancialista. 'qCuando concebimos la subvt¡ncia *dcda- conc€bimos solamente una .oja que existe de talmodo que no requlere sino de si misma para existir." (¿Pero no

requiere también del ¡ccidentcl 2Qué fLrnd¡nento se tendria para

a{irmar la existencia de 1a substancia pura, sin los accidentes que leda¡ precisamente su potencia existencial y fenoménica?) Aquiestá expuesta bieD claramente la idea de 1:r suficiencia ontológicainberente a 1a substancia. Pero, añadia Descartes, propiamente ha'

bl¡ndo "tl n'l a 4!ie Dieeqei

son te¿":ninguná cosa creada puede

cxistir un solo inrante sin el apoyo de 1a potencia divina; es decir,toCa forma de ser es contlngente.eo I¡ que no pucde advertlrDescarres, pues se 10 impide el velo de la tradición, a pesa¡ de su

dex.elo rcvolucionario, es que lo más elevado en el o¡den del se¡no es precisamente 1o más p¡óximo, 1() más inñediato en el otdendel conocer: ]a idea clara y distinta es a la vez la más abstracta.

Aristóteles tiende a implicar el concepto de ser en el conceprode substancia, como si {ueran equivaleDtes: ¡i ¡ó ¿jv, ¡oi"ró érfr,ríg i onoíí!, "qué es el ser, esto es, qué es la sul¡stancia".'? Pero,mienrras 1¡ substancia no sea suliciente para explicar el ser nosubstancial, necesitará de otro se¡ que 1a dpliqüc a ella misma.Por esto, en ]a meta{isica de tipo aristoté1ico, nos encontramos

siempre con esta paradoiar que Dos aparece como justificaclónontolc€ica de la substarcia, cuando en realidad es el accidente elque rcquiere ta1 justi{icación. Perq cuando reParamos en esto,

advertlmos ya quc es el concepto mismo de substáncia el q¡re debedesecharse, porque no cumplc la {unción teorética que se le as;g-

nó, mientras no sirva para explicar el ser: todo el se¡, toda {orma.le erisrenci¡. En suma: se desvanece 1a validez dé esa distinciónprimaria entre el ser substancial y el ser no substancial.

,r M4¿J¡i.¿ z I, 1028b.

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EL ¡RINCIPIO DEL SER2

, ,Ahc,áb.,n: i.. eJ Drobt"n, .l.t .er _ri ¡ó ijr_ "t .r,," ve-oio.mncnte rm¡.yra, co ., dcc Ar.Áreje. v ,"_" ..o". ".^Itrdn¡gcr ct . i,ar,"? Trar¡-o. de r, ":.,i1¡ a.. l"_,i,-i" i,'^

lll 9:':."",,,*r ,,A qu,en puode i,ñpo,a,rF ra p,;;;,,;.lT.l:c: p,., rr .er) á.qu,.,n rc imporh "t *.,

" ,;"," s," .;l " ore n¡. rmuor'a .on lrs co.á-: ct .(r L. o ¡¿t no ,mr_ora po- sim.m^. J-o o,r.pcrre. et .ere.,á r Ia r¡.r¡: de ta.r,r, *.,," d.l::.-. - pJFdc .abcrnor rJmá la menor dud¡. r¡. r"nemo,::1111,

n,rr",ode,mo. ge erro. y ro. ullri-.,mo' n,s árecran y ro<,r on. -. ¡á,urit q re no. preocupe.obre ma-

de que modo he^ o" <te .omererno. n "orro. a e o..Er n.n bre modefl,o. ma. _rpnrJo cun que el de orrJ, riemnñ. .ro. xspech. u,,liiarjos dc lá re¡tidad, esrá ;mpl;c¡rcm"nre-ion-t¡ c.Fn.já ná¡ur¡l ha vcnido. rsrdia pero oforru-

:1,*":i:,i,-.., 1 sari.racer e.e arn .uvo de conorinier,ró. y hásusrru,oo rufrtrc¡dámenre á l¿ neráfi.i.a en e.ra empre.a. ,rEnjr^,: I::,i"... "**f" ,eeá cúnvirc,ón¿ si ro {uera poi completo

en \erdad c¡r,¡vasánre qr" ,* *.;. ¿" ¡."1Á..,

:il:.:i. .* nren,cs 8ru(uiramenre a un probrema i"..r,bt", i;i; nuhr.-y q1e,lo hicicr", -,, *.1, purfia v con ,rt i"8".,;; ;;:.re7J. en \ez de opri.a¡re en equd,ar Ia" Lo"a. mi,maJ lero enapa,e, e dema.iádo de.nedila ¡arc que re.utte acen-,.ble. Ha de h¡b""una ra-ón que i,.,iriq,"l,-Dl;L;;;;'";":::liJ.d d"l pmbl-ma del *,.,..i,." a. r, r,ip.JÉ;b:;;lü.

dcr prc.en,e ¡,¡ no. áLrorizan a dr.pc.har et po.ado. ,mo .. [ue,a un ern¡. frcn,e, ,,",,,* ".,..,;.. y .o.o ,i noqu.do,.c rcda en r.o.o:r.. Je e.. pr.¡do qre no. ha(emo. la i-u.rón d. h¡ber.¡ncct¡do JeJiñi.vcmeure. Nincrnr ¿p.." ii".1lalÁ r?,on mTele,, r.cn.e i o. r¡ épocá : ra hi.r.ra

"" * ".;;;,,brrarjo que dirimaet t,rieio de Ia* é¡o,:rs.re_pre"n h,o;.lern ur .rña quc ljcg¿. I'ero c,ron(e., <i ef pa.cdo ¡e Ia meratni.a

rrcñF,5c¡Lidr, ,r-ó v Jund¿menro. é.ro, quedrn drtiTUtr.¡o, de-,r. de ra prp8unr¿ por el .er, v lay que burarjos a rr¡,écd" eltá:(\ ¡nconceDiure que to. srándes la firorofir em¡rea-:11 l,,l"l*'" en un.prob)ema reno. y de que e.. v¡nñ. por orraprrte, no pa¡cce quedar.luda ninpuna.

f.tc ap rír pod"ír,r,. ,.,".u.i,,.i exám:n; eno.. no la ó.e-9,.1, T,.., v t¡ hi.-o,,:r de .u. prerendid.q..r,.i.;;.; ,,"; ;trana un equr\oLo oflsinano. En su.entido más prir]ário e inme-

,^PoRÍAs DEL SUBSTANCIALISMo 6J

llixto *¿qué es so?- puede dársele una respuesta fácil y directa:j.r es exis¿ir, c¿ se, es ¡o reat. Desde e1 punto de vista cosnoscitivqcso expresa Ia simple ap¡ehensión de un hecho patente; desde eltruDto de vista lógico y teórico, es una simple tautología': todo Lo qui¿J, er. Ante una siluacióD tan clara debemos preguntarnos: lporqué csta rcspuesta aplaza e1 prcblema, más b;en que 10 resuclveTIPor .tué nace de ahi una ciencia especial del ser en tanto que

serT 2Por qué no sc atuvo e1 conocimiento a 1a investigación de las.osas mismas, que son 10 que importa verdaderamente? ¿Por qué,u n embrrgo, derivó ,¿n,b.én h mcra ¡ .¿ l,ácia eJe .ono. inien ^de las cosas, frust.ada en su ambición de ¿efinir el ser en cuanroser? Simplemente porque el hecho como tal de la exisrenciE no es.omprcnsible de suyo: las existencias reales se c.rt¡dn, pero nose comprenden sin más. lPor qué existe lo que ¿aiste¡ ¿Po, ¡r!¿

Esta cuestión radical del porq¿¿ rebasa precisamente el o¡dende la existcncia inmanente y no puede resolverse apofánticamente:mostrando simplemente lo que es; porque también es un hechoque los existenes no nos pueden ofreccr jamás la €bn úlrima

de si mismos, de su propio ser y existencia. Y sin embargo, el pro.blema de esta ¡azó¡ última es un problena de apremio para elhcmbre, aun abtes de que logre da¡le forrnuiación conceptual ¡i-€o¡oq. fcon esta formulación, aparece en la filosofia el miste¡iodel porqué como el problema del ser, aparentemente despojadota de todo dramatismo vltal. Pero la urgencia y dramatismo, aun,riue lateutes y recubiertos poi 1a frialdad teor¿tica de ]a preguntaontolc,cica fundamental, siguen operando de todas maneras, y de,terminan precisamente la persistencia, de oto modo insplicable,del problema del se¡. Pues, en definitiva, que los enres no libren1¿ ú1tima rauón de si mismos sisnifica que el sentido de este mun-do, del universo entero, permanece en el miste¡io, por más y mejor

que lo estudiemos en detalle. De hccho, ta1 pa¡ece que su ¡azóny sentido sean mejor compretudidos cuanto menos los estudiemos;pues el homb¡e, antes ya de orieinarse la filosofia, buscó Ia m¡nerartc explicar esre mundo con la idea de otro mundo. Y no es que la.iencia o 1a filosofia defruyan la creencia en ese oüo mundo su-.perior, sino que, por el contrario, la disminución de la creeñciá enese tipo de solución, si bien desvía e] camino de 1a búsqueda,r,lo logra menpar la gravedad del p¡oblema; éste si$re vigente,aunque trasmudado en los té¡minos de una cuest;ón puramenteontológica. Pero, como ei problema ¡o tiene solüción rx)siblc en.eltos términos

-Duncapodremos decir en qué consiste ser- 1a in,

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64 EL PRI}iCiPIO DEL SER APORÍAS DEL SUBSTANCIALISMO

r'!' .rc rpremio que le produce cl lroblema del fin. Este problemafli |rcscntc en la mentc humana desde el momento mismo entrrr crnpiera a reflcxion$, y que reserva para eira función unal,rrtc clc 1a energia que antes empleara simplemenre para uer. Y(,,,,¡Llo del simple ver pasa a la ¿h¿orí4 que es un¡ manc¡a dero Drás refin¡da, y cuenta que de esre modo podrá otrecer de lasc,rsls

-ysóIo de las c(xas- una visión puramenre neutra y dev

;r¡rcrcsada, encuentra qre la investigación Fsiriva, si la prclonsal,.i 'rnrc. lñ c. ñd r.- ran,hen neur.bJcmen.c a l¡ plFrr,,, d;l¡rr$lema metalisico del prjncipio. Lo nismo en la antigtiedadque eD el momeoto actual, la ciencia tropiera inevirablemenre contal problema, sean cuales sean los términos en que lo lon¡ule. Lacdncxión de la ciencia co¡ Ia metafisica se establece justame¡te através del menos "científico" cle todos los conce¡ros; el de Dios,o cl del orisen, ei fh, el principio, o como se quje.a llamar., EI¡rol¡lema del ser ha escudado su pretendida lesitimidad tras e1 úgt,r puramenie lógico de su planteam;ento; pe¡o ya Do se puede¡.lmitir qüe con este igor formal se manienga su actualidad y se¡rstifique Ia onisión del verdadero ploblema que, comc tal prG

Il,mr. e. )egi mo rirrl y r"óricrmenre a la vez.De todo eilo se desprende que la metalisica esrá mucho miscn cLisis de io que puedan pensar quienes la critican. Ni ta pre.,runta que se ha considerado orisinaria de todas sus invesrigaciones(s la presunta verdaderamente prhcipal, ni 1os términos en que selitmuló desde anliguo estaban def;nidos con suficiente prcpiedad.Acaso no hemos precisado todavía los ripos de respüesaa que eslcgitimo que le demandemos a 1a metafisica. El liso¡ y ta orisi-nnlidad innegables del pensamiento de Heidegger, po¡ una parte,y t,or la ot¡a 1a aúroridad que süardan en la circunsc.ira t¡adición(lc la filosofia los maestros clryás doctrinas invoca como ante.eCen-r.s, aunque sea c¡iticamente (Platón y sobre rodo Arisroteles),hxn convencido a muchos de que la

Eesuntametafisica

rad,cal.s, cn efecto, esa que Heidegger reitera osrenidamente: la pre-,rrnta.tue intcrroga por el ser. Pero el equivoco de es¡a pregunta,y I¡ persisteDcia con qüe el pensamie¡to metafisico se ha rcmon-

:r"q--f-¡J-l'(l'.,np--(,".r'e'e. qu- t". requta . n-. r;t,t3.r': ¡l . ¡do l- ls c\' 'e1.'J

.o1 i..,on5tc.. .,. td -en.. ,,n ,eljs.ón ..,,'j,,j ir ¡elisión 5in cicn.iá es ciec¡": Albert Ei.sein. Conlere¡.ü Hdtrür{t{.,.., o\.o, t. tó.,, ta.i-l...r ¿ñb;n e. .,,.-.r".c.r¿o,- ¡or. ¿eI', !'rr lDidad,.. EL nomb.e ñás popula¡.lue se le d3 cn nucr¡ós dias es cl'n.'.''-,h D.o.... ¡Dp dónde renco \ dJoidc ro!r f re c hc,3npFsx.,J"..niih... Y h..n i ao .cn. f.,,. r,-"¿.g.,,N¡,x,¿ nnJ r¡,¿ C,dEA,, Camb¡dq¿, 195{; .¡r,. \11

65\enrgá, ión r é."ti.j.a ron a en sesuida Ir o.ra derjva.ión _ha(rael pr!b'em, de D¡o._. qLe e. mr" Jegi,ima humanamenre, aun-que Jo .e" meno. ep,.rcmnlógi. amenre. y é.re e. et cñnrra,enridointerno de toda la merafisica: sc la cririca por rratar del princi.pt", cuar:do é. : ta mjr er¡\e y un.vpr¿r de ta§

'ue.ro'e. qup el12 h:' plan eado, v, ú..2,-lue rudJ ju.L,fi.ar elempeño persis¡enre de los filósofos en ocrparce áe ese falso pro_

blcma dcl se¡ en cuanto tai. El t"ma cl" o, .n la filos"fi.';;:.. ñ,n: y h¡ drctu ,¡n,¡. ve.... et ,a*oqueh"d^,Joe,,eii;ei, ro¡'rrari.- c" l¡ \^rión ;Lnr.a, con.eprual, depouet prbtem¡,det f. roué .Ip ," e\ sencra. de cuva DreJ(upa-

crc1 ¡. r,rcde Jbm .c -enrc atsun¡ oue hara rpc.:do en ét.o, ,.,r'o, que la inp...b,l,dad de en-.onrrar ¡otu! or p-.,rrvr a¡ proLlerla dct .tr en rua¡¡ro .er se

c e \L"t¡ lrbre det ren.¿nr"nto que, reba.andoiu.e.Tx('.. dp.u. ru ¡.reslimr.. bu*"b¡ mr, ¿jrá d" ,o cogno_cible ]a raz{,n úlrima de cuanto corocemos. puo. si c"nvJm;"cr, q'.e lo (or .rido n,rn, r , . r. .J-pnrc.o,ru, rdo porque Iá rá:ónu .rñ, J. un p.r . .e .Fr ¿cóm. ro.Jremo. re-pro.h"r a ro. mr¡ii.i.^. (Jp in,cño o,re

bu.. a\€n e.¿ r¡zór pr,, ,.a-,,,en'e dñndc hrbia dc erLon,ra-c: 'na. ati r d" r" ."g";:;ri;¡Que 1a operación-la consideremos hoy injusrificada, epiitem"lóei_camente, no significa que careciera de sentido, vitatmenre, pe;no pa¡ece más jusrificada, cuando el interés poi la presunta ;;cendenr" l-á d-c"J,. t" pre,,n."n ".,""1 j" q,.'t"'..,"ftri."

ciencia planreando nlievamentc ese p¡oblema delser en cuanio tal, que no es sino el dñfraz ae ta^t"rmin.togttécnica con que la fitosofia ocultó el problema ,".d;J";.;;i

El .s en cuanro.er n" e. rrr, p.obhmr riat ni e. un p¡obiernaaurcn-io de .eo¡ía. Et homb¡c n^ rr"a - como -ugi"re Heidegger_

xión teorétlca sob¡e el ser mismo.,s pa¡ti"ndo.te "na ap-i,e;sió;Drirn,r,a d¡ lo. ^nre rcate.. oue o¡ ,^. úni.o. que tp irp^nan.nm".l Jrá" p.ri.,:q.rí \ :horr. ¡e z d rerrcnen-e c, ¡rot-tcr a re-r¿j.-r.de.upr,n,.p...-. url rer. .ñp.- én .u v,¡. n, ra

"er .u¡l.ec el ¡.¿ñ.e cu- lp-¡u. n-,..".,., ,,,"n,;.,.o,'de las-cosas mismas. Este conocimiento nos permite meiorar nuev,r2. ,.ld,,oné. ron -tr¡.. v ^b,ere, de ert¡. m"ror p;;;";h",;;ninsuna ciocia logra

-ni fisica ni metafistca- mitisa¡ en et án;

.2§ ¡i\r .i r_,np,.¡ri' .r,§, /r r,¡,!r'b. t,¡_.M ¿c ta r ctal:\t,4

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66 pL pRrNct¡ro DEL srnrr.¡,, n (lla. psrJ re.bát¿, .lrpui. hpc:a ra. e\,!encias, permire'.,11((lnr,lur, lunda rcnro que no + ella la preeunt¡ que imporá(k'vcrd¡J, ¡r¡ro orr¡ n,:j, primir\á ¡L¡n. dc t¡ cu¡t aque a rc cs

una forma derjrada. en Herdeeger Io mi;mo que cnflr¡'ón v m An"ró,eie.. Y e.ra (ue-.ón e.. eJerri,ufn"n,.,,"n p,in-crp¡r,.que L¡p hecho (Jn. ]Uye et ot ;crivo L¡t.:mu, ¡¡o ."to de lalrr..ulE. .iDo ran:bjén Je Ja Uen, ra, v de cr.alqujer rormc po.ible( o_n

e.reproblena

n".ió lJ tit.*.tia, ) ro.r d,§e(reD¿rc hov m-mo l" c.en.:i fi.r.r. Sc rmr¡ d.tf oHc_¡ clc unPriEipio de ufliddd.. Sin enrar ahora en sL¡ cxamcn,3o puede ad_vertjrse ya que la Deccsidad de resolvei.lo no es puramente intelec_tual, sino que está ancladá en el sef mismo a"i r,"-¡.",-y., p..tanto anterior a toda posible fonnutación cientifica o fit;áf;.,.'

DIOS Y L{ T€MPORALIDAD DEL SER 67

el conienzo mismo de la obra, la tercera delinición que proponeSt,iooza trata precisámente de la substancia: ,,Per sl,],stantiarr"i'LtaLIíEa i.I, L1@¿ in se esr, e¡ ¡er 5¿ co^cipir&r.,, pero esta defi-nicnin zde{ine verdade¡amehre algo? Con el ánimo perplejo, echa-m)s la mirada en to.no, y avisiamos las cosas que llos rodean, pamilcscubrir alguna que responda a ese rcquerimiento dobte, de se¡ar sí, y ser concebitla ¡n¡ si mis¡na. Previendo acaso et ¡esultado

negativo cte esta inspccciónr Spinoza añade en seguida ¡lsu¡aspalabras aclaratorias: "]nc est id, c,ia coM¿Ffus \an ]ll.dirlet. .n.e u otptiu. ,ci '. Per¡ c-re , onptemcnro lógco .erh .uper-fluo si ]a proposición ontologica anterior hubiera sido reatminteapoíántica y definito¡ia; y puesto que no lo era desde luego, tam-poco puede resu)tarlo ahora gracias a la aclaración. ipó; e1 c."-trr-,^, la tra.e con ¡)"menmna r"vel¡ prc. i.amen,e q¡e no e.posible defi¡ir la substancia: "aquello cuyo concepto no requiereel concepto de orra cosa" es aquello que no puede detinirse porque.drece de ot¡o concepto superior, no porque no lo rcquiera. \de que 1o ¡cquiere no cabe la menor duda: todos tos nrerafisicoshan intentado asimilar de alsuna concepro de sersubstancial, que

rcsulta tan va.io por razón de su propia unive¡-salidad, con orro .obcctrro que luviera un contenido determinado:r, .or.Fp.,' que rr.cra e.tuipcrabre en ,¡ne, or oloÁ.c¡ ¡l con<<¡ro d" er, 1 ql¡e ¡ñmperrcra pre.:.lnenre ,"n ".e *nq, t,r¡l-p de un,\(tr¡l,dad: en uma. et concep.o d" ni¡.. \¡n Di¡., idteoría metatisicr:. deL set substancíal cdre.e de sentído.i

nen c. v" d¡d que r¡mp.co ricr p -uchr f rme.r er rc.ut.adoeplstemológico que sc lqra con esra articulació¡r de coDcepbs quefr¡rara el errar.del. reorhr la rnsulari I J Jnrñ'ósic. dpl trSupremo es más blen un problema que unr solución. En orraspalabras: cl concepto de un se¡ substancial tascendente ¡¡ede.alvar r,ó-i.amen,et¡ nr¡n Jc irb.ranc,i.n ¡"¡e,:t. po¡que e,un concepto claro, pero no es apofántico: es u¡r remite oblqádo

de 1a onstrucción teórica, pero no hace patentc una reatidad,como el concepto tle un entc, y por ranro no pucde ¡esolver. re-rrñspec, vcr¡pnre, el cono.im+n.o d" '. . en,e. ni.mos oue Iopr rulcn romo p¡incióio.3' Fn etec"o: .pSún r: Le¡ . ri.ro, en

31 Cono ya e i.di.ó Gn la ños 8), la ider Je ü.ac ¡ .esolv.ria s:li!fcctoriamonie el n¡oblema de la coniinse¡.h. La oÍa ahernativa scriá t¡"fl',n I l- 'gla idea dc rtu.¡¿ación ¿r rihilo: e¡ ambos.asos lebasams los lihitcs.le lacompreñsión c*ri.hme¡te Ecion¡1. Lo cud sisnifica que ¡o es misión Je1a .ié¡.iá sdh,¿, .1 se¡i es decü, qu. no háy ciencia dd $r .n cuanio s§.Q, E. D.

§7Er covc¡r"¡o »¡ Drcs y EL pRoBLl:\rA D! r_^ TErvt,oRArrDAD

L¿ rádrcion á_i.ro¡é1,.J * 1,a e.tor-d, pr rumpe, t¡.¿p^ri..,luee1 propr.' Ari-,órcle. .cñ¡l¡lja. C| ¿rrrr d" rr. .nr¡, ir rn-rmien,o

cornplc a r .'.iemi,-ti h" I.c-ád, ocL¡lr¡r y .cv¡d.r sü. drticur.adc. y cú.1rradrcJiurF.. te" "l rnheto ,nro^" 'Jel. pcn.r-rcnro r¡oJp nJ. de "t¡oor¡ una nu(va jn(rafi"icc que.e l,ber-.e dc a,tucl]á Lj.,.ti..ó¡r. ha m¡n¡"¡ d, "l eq",,"." .-in.clu.o ha.dcryi¿du a la..i,ca Je tJ mer¡ti.i.. de.u.,b¡eL,vufináre.. I',F 1,. d tcut¡ade, (on a,e ,rooiFTá A,i.ór.J¡ no so,rcn.moJ,. alr,,n. -con. vF + h, dj, ho_ a.r bu,ble. . uni p¡fli-,ulardef,c.¡ca dc su ¡en.amen-o; pJ. J con.F,,o, e -er;oducen en llr me,in. (¡ 1..,derñ1. F.¿. d,ticut,0dc. ."n in.tepe.rJ,Fnreqde un r.r.il ' prr.. rr rde ¡."n.i,. o de un rip, p",r,cut"icle,"".,a;.on mó. b,en :r,ri6u,bl". ¡l -.:)ñ,..micnrñ, rqir¡t .l- tJ .ue.,,óñ,y su misma persistencia es et ;ndicio mtu patentc de esa unifor-nid¿d Íunda,nenral quc.l"",rbri -o.en,,.da ,¡ rmdrción h\Lóricade lá meralFiLr. A,i"ro,ee. dr.rnpre r¡fl".,rp", Je.ub,L.nca,pere no dPfrne lo qIF e. . biJnci¡. ¿A.¿.J ta .tetrne De.-crre:lt-re-nu- d,(, JUc har .to. .uL,.r¡nc i.. pero | , que .cr .c. .abvan-.@ ¿acá.o lo.xpli.a mcjor que spino:a? podemo ¡omar te É¡ic¿como rnoddo; y lo es, muy significadamente, po¡ su pe¡fecta cons.hucción fo.mal, y porque ilusrra et vano empeño j" .r"."". ."me,srí.i.a nu,. norl..¡ ri¡mpo e,r quc el r¡t"J)ro ma-rcmJ"c, e.r¡r-¿ meio .mpleid. en fi.icc que en mLrati-ro. En

ao Vé5se cápítulo .u¡¡to.

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68 EL PRINCIPIO DEL SER

Aristóteles h esencia de las cosas (es decir, 1o que ellas son prepiamente) y la causa de las cosas esrán indisolublemente vincu_lád:.r v ro.9ro po ta optra.,ón reat. que Jerermrna ro que.ea

noc,mrFnro de t¿. (au as e. ro-dadero, .e¿u.u. te.o Io mr.m",edrna .lel devenjr qne det .er: ct . ono(,m.(nro .rL¡.¡t, .1 .l fe¡or ,smodrlid¿Je., ". ¡ la ve¿ el obi",o \ eJ ñr-.Jo d" Ic r er,cr¡ fi,rca

v dp lr merifiicá. Et orJen de rr. r¡u c., J^ m;.mo cn et \er

nxria dc rodc. Ia. den;.. J ! :mDo.;bir,d,d r ¡ac,"n¡J,<tad,l ¿" r]n,eer..§rs in inlinn,m po.rulc e,L:r i,tea Je un nñürov y,voúr, deun, .¿u!á rr:l.(endenre, dc un pri-cr -oror, de ,rr. rc¡rJ¡o ul-

puedc rencr la pálábrá f¡rn(jro, que.ig¡, fi(a ¡ L, ve- to prim;roy Jo pan-ipal. fl p,¡n, ¡p¡o dc/ scr. porqu.". .., r,."Lt. _".

dralre a,,rt'uL.F derermináblec " rn.ctrgibfe...ub.,LUye efrcarmen.eár .on. (pi^ indefinibje d" .er: rcpa.:r tr t.erp,e;:Ji.t d,t ánimoque.auá l. '¡cjed:d de eic .,ncepro. ) et c^rtti(-. en¡re Ianecp..rdici tormaf de tLc,.¡ u¡ ro,o \ tr orra ncce:Jc.t, rn¡ue rr

ryr la err"rienc¡, ,1" em¡le¡rto en dir¡-e¡ e. .cn-iJo.. uJreio_-menre. remella tJ imro.ib,lidrd de de,nir Já .ub..in(T de ma-l:: i-;,r,, (\ nn Lre ur3 manera ¡uramenre fom,r y *8;;,;;;,ñ';ecrendor .o-^ in.rcn.iá suprema. elemplar. de lo que:", .e,

.L m(xtñ m:. eminentei y por fin. el concepto deu,os á pm á \.ncutár por .u rfln(ipio 3 ]oq doc ó.den".: et ordFncrmr,,urNo y \.táJo det .er .ubranc ¡t. v et orden d,,jám,co d;la aparienci¿ y el devemr. I

iá pelci,gn rormat, v h¡.¡a si .e quiere l¡ betrcza dc e.racon.huc. on 'eóricr d. Ari"rórele, no deben di.rnuta.no., sin e;-barso. \c no "l .nptco de recur.o, ronceprua)e. q,.;"..,;^justificados oiticámente, sino iñctuso t, r"ii" int...i" qr"".-1.errri e.on.l,rir egún..u prop,o rl¡n: .uL.i.Lc el hc(\^ de que

:l.co¡crro d:.¡p. oue er conrep,o dq Dto.,mrcn + q F D;o. e. el frlc,Dio dct *r v el qu" re-mire opti-o,lo. Oqr;a tr,@ia¡¿

-a-urhút,orn ad e,s tuimull,, qu"d e\LL/c,§, déc'¡ Dun. sro,o: Ftro t¡ ret.,rón pl .c e.o Fnrcc mun-eno< : utG .rpurrá ciendo or,, lópicanclree p rFd¡ deli¡ | el .er. v LI .er no puerle d"t,nine.,n, oor Dio,.

E.l.a !r¡ ulo no p redF rompcr.é co,r mera ora". C. mo r¡mbienoec,á el prñr,io Dun. s(oro..i ro hav un (on\ep,o co.nú¡, la re-rac,on enrre ia. cu..a. y su pr'ncrpio no e. conc;b,ble c"m, ta ,te

DIOS Y LA TEM?ORALIDAD DTL SER @

lrs ¡rns¿i¡a¡a o,¿ nentt¡¡am.u En suma: la id,ra de crcación es

¡,erfecta, porque explica en verdad el moclo de la relación ent¡e' I or ncioio \ c,ráñro dF él dep"n 1", p"ro no e.,r,.or..epio c:en,rifico. Es en ciencia, justamente, donde el misteno subsiste sinnosibilidad de solución:los mistedm só1o se resuelven r¡istica.

l.Queda todavia 1a posibilidad Iormal o dialéctica de ofua so-lución, l¡ cual consistiria en equiparar los conceptos de ser, desubstancia y de existencia; esto implica que e1 principio de las co.sas esté presente en las cosas mismas; que los rres atriburos aris-totólicos del prin.ipio

-eternldad, trascendencla e inmutabilidad-,!

queden reducidos a dos, elimiñando la t¡ascendencia (Xoqr6rév);:.lue la totalidad dcl ser sea pues su propio pincipio, y qüe elprincipio signifiqlre solamente e1 fundamento, y no el origen. Ensuma, esto es e1 panteísmo, y la Eric¿ de Spinoza 1o representade modo ejemplar. "Deus est amni n rerun caÁd ima¡¡ens"!¡y no le basta a Spinoza decir nada más que Dios es la causainmanente de todas las cosas, sino .tue airade "non uero údnsiens",como para recalca¡ que la idea central de ia proposición no esrá

en el concepto de causalidad, sino en el de inmanencia, con elclral evita el escollo de la cre¡ción, idea {rónterüa entre la me-ta{isica y la teologia. La conjugación dc 1os conceptos de substan.cia y causa, forzada por el substañcialismo aristotéllco, aqui sepresenta como una unidad. Dios no solamente es causa de lascosas, en tanto que ellas son (carasa rerzm ejr;sr¿nrider, sino queadcmás es causa cte su modo esencial cle ser ls¿d €ttun esscntide).3aiEl principio del ser no necesita ya ser .omiñ (roLr,óq) a todas lassub¡tancias, puesto que no hay más que una sola substancia.j"Praeter Dertn nulla d.ari ¡eque co\cibi totest s$stdrLda" .'5 L7ser de la causa que era primera se intesra ahora en e1 ser de 1o

causado por ella, y es entonces le¡daderamente cd,s¿¡ sri; 1as di,

versas substa¡cias pasan a se¡ modos de la substancia única, y losaccidentes se conciben como sus r¡tribüros; finalmenre, al supri.mi¡se la t¡ascendcncia de Dios, se suprime también aquella nociónde un origen temporal de la realidad, la cual pugnaba con la intemporalidad del ser substancial. La existenciá, eD efecto, nopuede concebirse temporalmenter "¡er tLwationern aut tempLrs

32 A".18,3, D. lzt altd FÉdúi.t Copdesto¡, A"g,y¡¡e ¿ó Scó¿rr, tón.

&q ¡ars Prim4 Prot,orüió XVIII.3'r id¿ñJ P,ororitio {XY,86 id¿ñ, Prd¡odio XIV.

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70 ¡L PRINCIPIO DEL §FR DIOS Y L^ TEMMRA1IDAD DIjL SER 7I

,r (lo el denüedo -cue no era llegado el rnomento de tener en lai¡,'ca de Sp;noza- de enfrentarse criticamente a] pri¡cipio de no.,,nrr¡dicción, y de libemr al ser cie su pa¡alizante identidad con-

sigo mismo. Por esto sólo, pudiera creerse que en su netafisicasc consuma finalmente el "parrici.tio" de Parménirl¿s, que no

¡¡só de ser un intento frustrado en el Sofü¡a de Plató¡ r- cn 1¡r

]list.d de Adstoteles.Pe¡o todavía no se consuma. Hegel está inmerso todavia en elcurso de la tradlción que ét mismo trata de desvia¡. Qued¡ en su

¡netalisica justi{icado el ser del c¡mbio: lo que cambin e§, 10 mis-

mo que en Platón y cn Aristótelcsi p€ro, tambiéD igual que e¡r

cltos, el -.er del cambio incluye e1 no ser, a pesar de que no hava,

detrás del cambio, la zona del se¡ en si, inmütablc e idéntico.MieDtras subsista el concepto de no ser, que es la herencia recibldade Par¡nénides, la racionalidad del dcveni¡ sisue siendo una for-ma de compromiso, como e¡r las metafisicas anteriores- Hav qüe

aprehender al ser inmediat¿mente como cambjo, para eludi¡ la

innecesaria y artificiosa apelación al concepto de n,: ser. O mejc¡r

dicho: hayque perc¡tarse de que efectivamente aprehendemos

,l ser de esta manera, y de que la evidencia del crmbio no des'truye ni mitiga en nosotrc la conqticci¿n del ser: snr ser no hav

cambio. El ser y el devenir no son opuestos; su ol¡sición <omoveremos cn cl capitulo cua¡to- solo pudo nacer de la superflua

contraposición que estableció Parménides ent¡e el ser v el no ser:

.t cambio era no s"., y por esto la metafisica posterior, desde Pla"

tón y Aristóteles, hubo cle incluir de alguna manera el no ser en

el devenir, cuando reconocia e1 ser también á 1<l que devicne La

oFosición entre el ser y el no se¡ quedaba mediada po¡ e1 deve-

";.;p.ro .nto".." e1 orden del dcvenir, que es simplemente el

orden de la realidad, se contraponia al no ser, en tanto que e1 de"

venir tamüién es ser; pero se contraponia igualmente a1 orde» del

ser, en tanio que el deve¡ir incluye al no ser'Esta fué una confusión ütalmente justificablc, pero teorica'

mente de$strosa para la metafisica Pannénides eleva el hechode Ia mismidad del ente en Frinclpio de la identidad del ser. Es

u¡ hecho, en efecto, que los entes tienen mismidad, v que por

ello son identi{icables y cccnoscibles. Sin la permanencia del enteen su ser mismo, éste no se.ia propiamente un ente: ni podria sersujeto de un cambiq ni podria ser ¡econocido. Es un problemaderivado el que obliea a examinar cuál es esa estructura ontol&sica del ente que le permite scr ei mnmo a pesar del cambio, ypor Ia cual ha de explicarse el propio cambio. Pcro el hecho de

c.fli.01i »on t,,¡,.v"s ,Jo curt c. Frc.:.¿aenre Iu Lon,iir;U delo aue pr-n\a ra me.rÍi.i\3 contempuranea,. ll proolem¡ Je ex.Tlrr¡r el orJeri remporcl por ct orden e.ernu que et mi.mo pJ,ul¡,oe§ápare.( ¿h^rá por .orpteto, porq:e h mi-ma cxi-len.i¡ rem-1.ry.1 sLr ¡nrL¿¡¿¡lu \a en to ere.no, v nó d.l,end? de to e.erno:''.Dptb, "ir, nmñ¡¿ Dq ourbua.,,.

".,,,,,:.'y e-a eLFrnjJa.ld. n,'.

".de.r,. de ro<1o.. u. arnbLr.o. d..," tó"i;;,;;.;-;;

lo qu SpiroT. hahia c,ab..ciJo va cI .u. D,l¡¿n,r¡." incr¡tp¡.en J1 cuale, ouedJ,on á.mrtad", J¡ e,c,nidpJ "," "",.,"..,", I' Ppt n 1e,n¡ot.ñ inr.t/iÁo ¡p,¿m rri...n¡iJn. --J

-El c.q,.mn -pe.r.i.; p-o ¡o qu.J¡ e\t ti.r.lu roque

". cr.Iocl¡ Iá,t.ur.ri,ud .orm¡t, rod¡ la ..rrc.jón Jopi.¡ d.t pen á.mr.'r,r. de spinora L.,n .- \jJ" ,ol¡-"nrc p"-¡ ,r:m,n¡r ¿lErn-.dificultades técnicas internas det sistema .ut"ton.i.ti.t, y p.-"..,r-tarlo como -un esquema reóico bten acaba<to y -*;;;,q-;";;,ñ la.medida misma cn que se tosmron c"t"s pcrf.ccion"s iosi.as;no. \rr.* al¿r.j..- dc ur,.. c"mprcn ón inmedia,a d. t" ",..;".;al:.1 .(r del erll. indi\rdJ"r. v., ye roh t¡ si...ncia humpn ,r/ tbp1.,.t d. ac.rón v ct pru." o de t, t1nur,a. en .J-1J, ta ex-p (

ron.\¡oue¡'

¡e.tam:.ndo .u deb di J. "na,,ón merrtLca. tor: :, 1",i..": q" t. .iDil"ud pn,,c et e.ouemp ,eorico d.5r¡,,o_rv Fl dc Hcger, l¡ . Jjl pe,rñ.riri¡ .on..d,rar prp,j-"r" co;o u.,p¡r.,cder .rrcqu:vo(o del .egunJo. e,,nre enrre l* d". u¡,¡ op..s.cion r.dir¡1. fn roIJ ta hadicion Te.at¡:.. c h. cuD,idr;.1,,aue l.,,em¡.rrl, lp., p-,,ut¿ r¡, rc-nrdad., .¿1.,

" 1,"." r.,'j:e¡"1.p r^e] 0. f.rá pr. cm n..n. i" u,j."toc,.á dc 'a crryn¡d¡d cutÁ.naer 5p nJ7.. pcrq,re e¡ .u , Jo-.,r tá nc. -,dJJ de q,r" el .¡ *"¡'ec jmFnre,¿cinn.,i e j¡d-,, .,r.i..,." j t¡ rormL-adeIbrménide.):

]."..y1 "1.," ót^ p ,ede ..r ¡n.¡,ei¡le ., e- ¿e,üy e.¡¡ racionrlidad er.luve, v n¡ pyr.ti.¡,," re.-pur¡r:d.Jr eJ orGr op r. erNrenci¡ Lc-1p^r¡l ,c l-.F enron.e. in:n etr8ibt. cn .i.

Fl-H:r:'; t:;et ,o,uári^, .. F' .rdFn Je r.. p,e,,..d.d

eque .-

ni(e ,nrp lgrbte e%.,c. .j orden de I., r"mt"rtrJad. " t! ir . n-(rcn rc ae a5^r. .obre eI .cr en r¡nro que e. ncmpo. y no._Lr.equc .. licnn :l riempo: porque y¡ Hesct hr re_

s D.y',n,¡ior.,, !,¡/, Er¡ir.¿¡in.

.,.1":t: i''* r/ój .''o r¡Y:l:-Tdl .,erJ i' c$r' rrl modo oplá.\o r., ¡.,r p,"," o.o.,...o. J o.,.. | .du te-. ",,. "n r, +on . , .u -rr.r" .i¡;é dc.ir, elimi¡:da la dficutt¡d de l¡ causa cono ¡ ncip- o.ig,.*io,

",f"i"iia diliculhd del Drin.iDio inúínse.o33,,C1 E- Nicol, H6tei.ümo , E{iJ¡en.¿t¡mó, Et CotE¿io dc México, 1950;car III. § 3-

,,

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'72 EL PRINCIPM DEL SER

que Ia.m.r,.iJrJ..a e\idenre de una m¡ner¿ prñaria. v de qued-p'end, d¡ eJ,a tr po:bit:dad de quc et .nLe.ea idenr:ti.ado.:*rra serurl en'. to que rn.fir,.c a l¡n.crrde...u atjraácjón m,i._tenlF Jc,,Jc e'.cr e, "l m¡mo y que L,prmánerc pn r rni.mo:11l,,e :.i,,'."¡.q ¡. Lr;vov xo0 ,o,,; - ..:.",.. pc,o,.., cr en,ee< n,pnll, c.Lte por.u mnmidad. e.ro ¡o.,rnjli.¡ .L¡e el y-.ea¡oentr. o, c"n e:,clu.ión del c, nb o y de I¿ rempor,rr:d;d: ct . ¡r¡bioc§ ¡oD .dad dc¡ \er h, mo. Idén,ico .:S¡¡fi. ¡ efpc i\ ¡.. enre inrem-

rdenrirccbtF cn .u .rnLii. \ por.ü,rmbio..-^.-:i i"I.,,.^i dc e.r3 "ni.m.dad ón...,. . n " nb"-uo. quedór¡ Jornul¿.óñ con.erruát , uL hubo de .ta;le lafil. or a J¡ Prrméljdc. Dc he.tro, Iolen,c. de.ap",_:".*;r ;,;:rr l¡á.dp uná marcm ci.lu,ivd Ja ¡tencróñ nq¡¡r.i.a er; lano. ón d" rrr.,rcn.:¡. ider.iJcd. inrempo.at.rt:d. To,lo. Io, ,n:,(ñh. xb..sr¡rLnrF. dp r.rabjecer et ^"d"n J" 1.. r.m orati.lád, yoc ru.ntr:'r.on,otosjc¿m(nre ct de\.r i,. c.,nrid,eron

"" .rrlif-.r.,or¡o m.ra áp¿ji(r.,.. pn r.¡r,rapñ ir:ó¡ ¡t .er

::i::i,". T""^* li.n,¡"ño ,ó ó, ¡ü-ó. que (. ro qr. sisnifi(arer.IDsr¿nc,a. t,.r^ et .er.r i m.-o _nLcrporal, rnmur¡ble.

::l.i!l*.:ptup'::en'¡

tro.. y por e o;i Á;.il;;;;:i;melJlr,rco, ¡ub.r¡nciáli.,f¡. ¡eneá que \er nece!ái¡menle r"otagi.,e rmpu¡¿bte a l,!ménide.. qJÉn ro.c ocupa de Dio., y ná a

:.1i.,;:1"- "" Li¡rricur¡re. d¡ ra riro.of:¡ ¡ri_orér:c, o del¡q po_

,,--!l ,1, .p.,^i^.;;" c¡'egori¡t de t¡ reár,d.d .ccún et para-o grna ¡r+otelúo. dominrdd po. ¡, c¡nccpro d" .,.S.r.n.i" 1*r

,11,.-Tf"1",.,..omo .erá po.ible 1,,,a rñemri.ic, dc ra ,rp-e.ión7

::,:-f""* *1"",,..:.iro. l¡ erl,.e.ión e. apa.iencia. r pir ranro,er.,e.de, ,cr. rcro nLn.¿ ct .". . -.^.; EI e. deenrtJa. .in der,.,, Je c a, v reimaie.eria{.u rrirmpnr.rnctpcrcJ^ po- rcdp- _. v-rip.iol".. t1láme-,á ¡ccp trá.,rcioriat n^.c con.,d:.ó en rrin6.rn nomenro a ta ex-

Jé,Frnrin"nre d .¿r. c,er conniru-rvo,dc.ta csrrucrurc onr^róerc¡. El /o¡o.. 1ue.t .," ,"."..:;;onlolog.o. lué ,m.¡prdo ..m, .rl .olar.nre en tan.o que noDe ta expr.. jn. .^mo de .,r:lq,ri.r o,rá ac.i_

l-Tlj.,l. l":.:.** po-bre. .e!úa tJ róf-1Lt¡ de A,..,ó.efe.; y.esun ra.oe spinoza, ¡.r ¿lurationcn dut tcñI,¿, e\pti_an rcn/ .,i I _tl-i!l: r,a rc "\pficá,.e ra .,p,.,¿", . ," p"i .r ,+.p.i

Lá con.iu.ron pirece cer dcriniriva: no -e per(ibe.ómo. e¡los

30 B 8, 29.

EL AxoMA DE No coNTRADrcqóN 13r,l|,,irNs.{e la metafisica tradicional,.'sea posible fundar una me-r,,'l r r Je l¡ cxprF..ón. ¿jer¡ po.ibte en to" ,érnino. de una,,r1,,lisic¡ dcl ... r.-n"i.,ir

§8

IusrrrucÉN ron¡u¡r- DE LA MET,TFÍsrcA;D! No coNIRADrccróN

l'oo aunque Dlos < sea la idea de alco eterno, trascendente ei,,r,rutable- {uera el principio del ser e; la merafisica de Ar¡tó-r, (i, y en toda la t¡adición que le sigue, no es, sin embargo, elt,ri¡cipio en que fonnalmente se insraura el fundamento de la cien,,lir netafisica, como tal clencia. Siendo esto así, hemos de exa-,¡ir¡¡r ahora la cuestión cle este flrn.lamento: hemos de verifi..r,.i ir él .. "ñ.uenr.¡ .rI. úh Ina pñ. bilid.d de rrn,"n"- siquréraIx l)asc tradicional de esia ciencia, aun cuando debien r;nun-, i:,rsc a la ambicióD de coronar con 1a idea cte 1(r ererno el sisrema¡lc la existencia temporal. En otras palabras: et principio de la

rrctafisica en Aristóre1es ipodrá ser adecuado y suficiente parar¡n katamiento cienrifico de 1os entes, en ranro que soñ y con1os,n, sjn necesldad de la tradicional apelación at Se¡ divino?

Es de sobra co¡ocido el pasaje del Ltbro I de la Meta¡isica en(tuc Aristóteles formula esta cuestión dei fundamenro, ). el pasájeo,rrcspondicnte del libro K en que la reirera. Hav una cicncia(lr¡c estudia el ser en tanto que ser. El objeto primero de esra.icncia universal y principal son los axiomas ontotósicos, porquecllos se aplican a todo 1o que es (ii;oot roi5 oi*O, y p",+," i."¡xi,.Ta" .l. lo quF e. en ránrñ que e. r ro¡ órn; ñ dv).ao yre-. r'._¡ ¡demj. Ar-Lórcles, parr oue no quep. duda ni re.¡ec o deEu tl¡erza de evldencia, ni respecto de1 carictc¡ con qüe se hco¡.r\!¡ ¡ la ciencia, que e1 prnrcipio que

etfitósofo

á.t ".. a.U".¡rrar ño es una hip¿tesis (óró1r€ors)a, o un supuesto, siDo uht),in.iplo en sentido estricto, "el más firme de todos,' (pspamrr:if,tit',i¡l/il Íooóy). Este es el principio de no connadicción: .'Es i¡¡jI " llc que un mirmo a.r.ouro perrenpzLa y no perrene:ca alrrrisnro tiempo a Ia misma cosa en el mismo sentido,,.i:

ir l'0<b cob? l. f. damen,xl dNil :ón F1 ,r rrin.,p1 .. \.¡..,..i., viá...',r'í,"". s'.o. pco,.lrc,odo rue,-J p,ór:-a obm I p,i;. i!i"sdcta, L rr', llJi.i.¡,r. ! r,,nr¡r¡¿r

¡! r¡o5b 19 siis. Lá v.6ión .lel litrro K .s rodavh m᧠cd.sóri.r. onto.

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EL PRIIiCII-IO DEL SER

No es necesc¡io reresuir aqui et itinerario de los comentariosúnume¡ables .tLre ha suscitado eñ filosofia la formutación de esteprir.pu.rr.J1gi.ñ. No c.te dudá dc qu" no, pa,ec.. ev Jer,_:f"" .: h JrrJa r:.r¡., o Je que r*odu.o d; ,n.",r ". ,.;d(. . p. iin en qu e1 huL c c ,Fñdido a I ^ preti.lin:n. .u.J",1

"o,lue A¡istóteles despliesa antes de formular)o; pues seria teeiiir¡o,.Dp.j,,.Fún c o-. que el p,:ncit i^ .uurpmo cl.l .-r.. p;.rJoC .l¡.ie¡r. on-olos,c¡. ¡.1",.,.c p.r'r, q,; c,.,,. ,.,.f. ,,,odel cr erc rr:n, f.o n, no d,," nr;. De J,c.tro. :rl .c¡ L ¡t:) ¡ r' r upucn¡: (l áriomc on,ñtódr , p,imero,¡ n. -trer ,,rae\r.tFn,rc pijmprr de .er mnro:.e..rT,np qtc e.rd erdLn"i¡ .e.h¡ lñ"rJdo ánr..io en ¡, de ur a ¡cntr¡ u or-a. ) quF (r¡ ..^nera ha_sido sl¡ljcienre para .onsrituir nada -..", qr"

"l *;"i.¡1ismo-de l¡ proposición en que se formula el prtnddo, a saber. et,enrc. No , are.e foma,-en," legirimo qec u.l prnciriu ..- j poycen unos supuestos rácito!, si ha de ser un principio, literal y pre.piámente. Pero el rnonra de n.r cont¡adicción, u¡"n. ¿á qr"presuFone una evidencia apodictica det ser, involuüa n¡da nre,.l:' q!"."!. ..r u-. o. d,rfiFnre.: Fl Jr,,e.^ .n,utó$.J dp t1.'Jcn',d:d

rla n.¡,¡J¿.] d... c..: r¿ a¡,j, r¡ü.tvr,, et .r,p¡e¡o -,sLalmenr-. ñ¡'rJlógiro d- I- ,ñrcmfor¡lrdad r¡l nimo , e,npo:oua. '4v oúrnr j(pnvo,l: y rt \Lp re.ro log:c. de lp uni\u. rd¡d l"nel m¡mo sentido: adr¿ r¡ 0ir¡ir. E«o revela que,

"n et moi.nro .le jnstiujr el fundamento,d€ ]a _clenciá metafisica, el filosofo cuenta ya con ura experien_cin d"l ., r urrri¡r..menre ^.od,.,rcr t.rri que { . d¡.¡., pueJans.r n.urp.,rdu. e1 ru" r(rrnno..t- ¡.inci, io .ubrepri.iamenrp,o rn unviú crimcn. E. .le, r, que e.rc rr.nrip,^ no .¡t.jmenreno rropo,(iuni uni evd(¡.rá det ..er. no rr. d,cecómo e-, .n er e.o de qu" ,ear no .ót" pre upore ta ex-er.rael"c..'vx de ¡lpo oue e!...r..^ qJe ¡dcrná. d¡ p.r .cn,ado .iI .r".¡!r L.¡c.on que iú p\,{.r ,e e\ en ur:¡ -, r-¡ Jere,m naJ¡ d¡:eL: lxforma susceptible por lo menos de ser ca¡acterizacla eventualmenteron! iden,¡dad e ir.empü¿'dJdJ, y trnatme.r,e oue a e.rá tomade .", .o re.ponrí" una dere¡min¡d¡ form¡ J"l pen,¿r, ¡ues I¡

lo '."*.*-: ?'mrs'bte o'rc r_n r¡ ,. m m.,ier!o..,ró! oüró! Zoñd €fvú' zdi L¡rr thor: roo?¡.

. 4 I _- o r ri .. ro' i - d.,p..es d.:' o,o. atn.u" .do..,l ,o i-M,.e c\ri¡.ó q'. iec. cr p' ,,t: ¡{uL¡atulr t,,.ó1 de A.,,1c', á H"2..'o"

cn eÉ pasrjé del llbró r, en que, ins¡iieñdo sób¡e la e,iA.mia ¿et p¡¡.ipii.arim. que .,seria imposibte párá n,d'e suponer que la ,,1,.e".".",';;-';,i

EL AXIOMA DE NO CONTRAD]COóN ?5,

¡rDivocidad lógica corresFonde en efecto recesariamente a la iden-(iJad ontológica.

Pero estas obse¡vaciones técnicás no son. en ver.tad- tás dé.i-'.\:).. porque re bp.an en Io. remino, mi.mo, expjjciro. clej lrjn..i|io, tal como lo fo¡mula Aristóteles; y no puede promover nñ-(una alteración radical en el asentarnj€nto de una .iencia ta crítica(lc un sistema particular

cualqlde¡á, aunque sea el elcgido como¡aradigma de todos y ei iniciador de una targa tradicjón. La ob-servación que puede ial vez llevarnos a la raíz de ja cuestión es t¡que pondria en duda la necesidad y et senrido mismo de ese axio,ma de Do contmdicción, adoprado corlo fundamento de la cicnc;a¡rinera. _Inclosive reconociendo qae es imposibLe afirmar y negar.¡ ]a vez la existencia de una misma cosa, la propia evjdencia¡escmejante aserro só]o serviria para recátcar su rrivialidad, y paraque permaDeciese oscura la intención qüe convirrió precisamenteen principio de la ciencia metafisica una afirmación en Ia cualestá de acirerdo implicitamenre todo et mundo. pero hay quedcscartar la sospecha de que el principio sea rrivial, y de que A;&tóteles lo adoptc como algo trasladado directamente del sentidc

común. Comarzamos por saber que no ha sido Aristótetes, sinoParm¡Dides, qlrien lo fúrmuló primero; y es 1a conexión enire e1pensamiento de Parménides y el de Aristótetes el que debe some_terse a examen, porque en ella se hab¡á de revelar eventualmeDreno sólo la razón oculta de que ese axioma de no contradicciónse convirtiese formalmente en fundanento de ta merafisica, sincl¡ r0-m or sr¡aria de l¡ .-i,i. de lá meLrti"icá m 5r:r.

Este asonto se rcserva para el capitulo cuarto. pero clescleahora, para encamirarnos meraicamenre hacia é1, es convenienroexplo¡ar el complelo .te ideas de que aparece ¡odeado ese prj¡^cipio en Aristóteles. rY a este ¡especto resutta inclispensabl; deantemano recordar qire la ciencia merafisica dc Aristotetes, aun_quc es una ciencia que

trata del ser universalmeñte, no lo concibecomo unidad. La inruición prtmaia de1 ser. en la cual se funda

, ono á's'o. 'msi.

rn n ro H-r'' j'o d. "" ' CO5br. Ar.nó,et-,jo,e orr*c, npL.¿.l. d'{Bne"e J H1á.i.'o u.¡ folb o- a,,.rc¡ Er ctemerEt; r€ro

He¡áclito no pldó cometérlá, Do¡quc su sistem¡ di¡áñico exclúia de a¡bhn¡cla ¡o.ió¡ de and cos¡ qüe fLre¡. la m¡tu, en et sentido arisroiélico. No liv'ara. -,, ar o1,.

'p'olós:.o de no,orrmo.r,Án do¡de no hay ac.pre..,n

d.1 piin.ipio oDiolósico de id.ntidád (como i¡tcñpomlidad). pe; A úótetes,¡calñent., hn tenido primero la iñtuición dé la sub*¡nci.. cooo mismjdld .l.lcnb, y ltrcso ha fo¡hnl¡dó, aloyáDdosc .n ell¡ impli.nameote, .t p.i..ipioIundame¡tal d€ Ia m(aiGi.r Toda la .u6tión esúibá.¡ ta p,.t""aiau i.,..ion¡lidnd del se¡ tenForá1,

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76 ¡L ?RINCIPIO DEI SER

implicitamente el principic, lo descul¡re como una pluratidad deenres l,.en d(,ermin3do. r d,rin,o.. EI probtenrr

",'r;";r;;;;;u..on.i..e ci .e. en c:.Ja u.,o or elto.. Ia hipoLe,i" opemrivade A¡ifóteles es que existe para todos un principjo común, 10m'.ro que en.ta. ...c) m,te.¿ ¡ ta clot ..sjo,,..;," q;";i.";;er p,rncrpu txbr¡ dc ."r tJr.nul,d, en rérn,ino. or)Lológio., de.ien.i¡ prime,r. r no L.,co. oJ" cicr:c. .esunda. 1", o,.c

u¡ne..l 1g'1*¡. it '-.y" .'cn-r e. p. ,iren e á-r ;;, r"i .;;;;;;i,:^n.rorei* ati m..tirerat_e¡,c.rut t¡ .i.r,.,r y"u ob;c,o i iieien

l-1il.or, * y dc .,u obrerri,".\ aunqu- c+¡ .,n.xc;ón p3"ecerJmb,en rnrr) plru l-le dcde luep¡. .in , mbar¿n ci.:muta unpnlc.po que de e¡,-¿,i¡r. N" .e p"i.,be, en .feoo,la necesidad de quc a Ios dos modos de conocimiento hayan dérorresponder dn. . ..ro,es d:,c*¡.e. ¿" Ia reat.d¡d. ;tár ou;no t.a de.er po.;ót" ura ,ren.ra .," "q""li.;;.;.;. ;,;.;;;m.E, oprn,on. ..br oui ¡¿g¡,.. .ec:or de laIc¡Idad..obre et .uJt n.. p.red. h¡ber cono.injenro ,ienrifLo?/r'or.oue. corret^ri\"menre. la -ona má, ou,énjita clet ser debeuucdar, re.svpda ex.tL.i\¡renrc p0r¿ el .onoc,nrienrñ cienLifi(o?E,. evrdeF,e

oue Ari.rJ Fle, d¡,p^nc !a de una ,dea f.me sobre:l r.. ár ,e".'e or ut.r Ja d"ini ión de ,r ,ie¡c¡ de e.re,err to .ortirmán .ob"J"merrr" .u. ni h.. parabrr". fa c:e1crr,di(e. c.. unr\.tr.xf ).¡recc..ari,:{a l¡ opinión, en,"-1b,q \",sr ."b;;

lo qué l,rc¡lp srr de " ro m"Jo, ) Én e. e senrido _por-l||e norene .i ¡,t'¿a .nrolosica. o .e¿ iJenrrd¡d _ e. aleo qr.c pr¡ed.. y¡verdaderc o ját¡o. Ln:uma. f,.pirj:ó1 e. ine"L¡lt", como ta ¡aLu-r"ru de ¡u pr.p;o obiero: bóEa ;.unurov, xqi í ?úo, - ,l ro,ú,I¿|,l.a?r-ero c.a mi.,na inrujcio¡1 prim¡r¡ d" tp re¿i,d,d, ó, l, .rrrd-ecubflnos en etta ta pluratidrd Je ,o. e.re.. I ñ p¡ñpo¡!,onael dato.inmediaro de ta inestabilictact universat dc "it "-_ir-."n"re.. A la vi¡á, n¿dr sub.i.re. n:da pe.ma¡"re. n" d.,nde 5eu)lrere !ue_ 1., c.encia, pue.ro oue bu.cJ Jo p. nnrncnre, I ¿ de ocu-p6re Je alBo que ¡ro c.rá c l¡ \:.,": v lo oup ej r ,á vi.ra _aDe.a. de oL¡e.inió en efc(,o d" d¿ro orjs¡n¡¡io p:_a e.rabJeceiel concepro mi"no de.er v eJ rr nc¡p.n cle rc mercl¡rca- ro.ólonñ e. ¡u ceprible de e,ruJio.cienri,cu. .inJ quc ádemá., ., p-;ii;m''mo. no puede siquiera d<.ir.e que e-.e.. e^ sen.,ao p,op;. y

_ai An- pú t., I 11, 88b iO ri, bi¡@r4róf,ai i1,ñiú,r¡ ¡rqiaI iDjdoEkroü xüi ¡dEni.

¡d.ro_Enlós rédiñ6 mhtus de KaDi: irn¡íp¡ ,aoóto! zei 6¡ ¿!d./raÍo!;

¡4i ¡ó..n.(-c1,, h -ó c, F¡. V¡c.,\t. IrOb ?7, Is op,n:ón vlse,obF

¡,rEa r,oi ró ¿,b.xóu.vov dr,.ú( t./.;v.

nL AxroMA DE No coNTLADtc-cóN 77,rrmri.o. La ditsúch enr.c ct objcro de ta cenc,a v et obrero!,. Ja me-a op,n.ón .e ¡G,rd.á há.rn

,Era parcdoja del .er y et ronocer L ene, .¡n embrrsñ, sr¡.. 0n,e-,.i-'. ' *. ra-one. r,ut ¡rrd¡. trc arrre.n¿no r",ecric quc,i h c en. a es pocibte. rie,,p quc h.b(r pri,nanlnen..

",," .;""-, n..lel (amb:o. puc. rodo lo quc pn¡ ari¿m.nre

'.rl e rá,ñbirnLc. Iero Ia mÚ¡ti.ica, de.eu,.. Je larm..n dc yI¿. i He"el.¡a ten:Jo diI:cu,rádec eD ju.ritic¡r ta r¿c¡n¡liclaá'1.-,(árnbio. E, e\rler)rc que et .arlb,. rmpl:c0 ct .eri pe.o no é.N-dc,rre qLp el .er ercj¡r¿ et .¿mbio,.r J" inrcm¡¡u .)o se po-'ulá .iue Fr ..+ n¡ r¡o F. ,nr-mporat. Et cámbio no impr:c¿ ei.er,. mo.Jp. ¿pá1p dcl p.opio rrmbro. Ft .er y ta r¡tidrd qued. nJ,vorciado" cu.ndo Iá rlcionetidad.e re.ehá exctusi\rmen; Mmunr ror-¡ d" ap¡renre: e. d". ',, .,,,.d. ." r,;.;-p.ne,que r¡n.ólo el iosos de ta ciencia po ep una \erd¿dprJ carja-,:dad.¡pofánricr: que.ólñ ét puede hr.er parerle el .".,,,;ecipac dJd prrc lograr que el auré¡ricámen,.. t.Letr'v.,c¡o, errr trut,ación det ser verdrdero, se encuenrra yá rex_,L.,lm"n,e

.r et-f.dó¡. I-fáv do. fo.ma, de.er, ci;.e tJ0,ó,i: búo,loi.rul! óÍurv,. Lá uná e¡ vi.ibte. Ia orr0 invisibfe: ró yiv ópnrjv,ro i\i drr6l;. b vi,ib,e ¡,uncl e- idin,,.¡: utbirorr ;ar¿;oúrüí1ov. iY qué importa que no sea idéntica o inmutable? Esto noo\cluyc de ¡ñremano .u jñretisibitidrd. ¿aué .ecc.idad h;bri;de.uponer,.Jprrá. de I¡ vnible, unr torma de.er jnr. bte o no.T¡ren'c.'_ I riene que scr invi.ibfe, sin remedro, b, e. efec,iv¡_men'e cJpnrira. I'cr" hr de ser idéndca, porque.óto to idénrico\er r¡ rñ!ró;, inretisible.as

D-J er rnr .ibl" e inmurrble ie o.upa l¿ c;p¡rl:a .uperi.r. ror-¡tuc. é re .cri1 r I ú'rico ,r,rrin.e,.imFnre ra.,onal: et úrko no corl.,.Jr. orio. El ,,ampode t¡ *r.¡1ri.-.á rr.d" r.i d.ii;;,,;.;;,un !er áp¡.r. de l¡ pyrrerci. reat :lmed;¡,ám^nre Dr.ep,it_t;, y

li i a .|rI filó.oto h¡ dF con.i. i p.- eJto en erptica. ta re'cci;n.tue s,,-d¡n en,re.i ja zon, det .er dc \"rd¡d v la rora dero que

..-""..i:.l:l lh.:¡^ An ¿ -t.. -¿¡. p. ¡ ro0...rm : oio0¿!.rd p;v 1ú10 ¡rüñ'd, i,, ó ú,dr,rñ'- i¡¡,a01¡oú ronu. et ¡ ,. ¡. t, De.,.p, oi. .-,.

o".o .u or,rendo.s ¡o uriLc. dt. H brj_, Fo;,x. o, .no',1 .l:l:., , pó.:br,."r de pnrrld,mjcnro -1 ra mi.n¡ ^._.-...¡n o.o

li-l I :''.ó,'y,.r: M¡,..o r0. r0rrb1¿,.ó.m .ne4.? v;-r:r.e., xpe\ctu:., .nrl.rivr ,are e" 1.,,,.1 p,,i;,,c\ .," 'ir-'s, '"" J_ád -ri) 0 r, r,w d!rúv_. o s.á .,.ur:-i;) .; t¡ i,d. ." m1¡u.t ..

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78 EL PRINCIPIO DEL S¡R

todo e1 mundo sisüe considerando como reatidaq aunque los ¡ne_tafhicos 1o considqen djstinto del ser en sí, e inferi.¡; él (q&!_),órrpor,, lo llama Platón). La ¡azón le ha impuesto at ser'sus.ñndi ;on". a p'i^,¡. y é.,"" c¡¡gen en rumr que.ea inrenporal.j'or -.o "l pflmer pr:n.rp,o Je h merafr.i,r,ri-roréti.a + el ¡\:o-ma de no conr¡adicción. .

De esra manera se explica el giro imprevisto que toma e1 iti-ñ.r¿¡io Je Ariqró,Fler cn e.to. tib,o. f v t{ de,u Mcralr"ica. Srem-p- no. Labia pa.ecido de.,on.e,ran.e q,re. de pué. á" *"p.,,-".lc ¡ri, -r dFl .er, Añ.,ó¡etp. sc de.\.¿.e bru.(¡Ten,e, -n ir¡n-sición, y.pasara a ocuparse det accidenre. Del accidenie no hayr(uría, di.e An.-órele. (aunque LJrúúid !sñit.La rr{-¡nrpn,erhr .n, v dé tú gue no háy {i\róa e¡ e.a reuria arbroréticr e, D,e_. i.cnrenredcl ser,: de. eqo no crbc -ie,)cia. nr pr ácr, a ni ¡eoréic¡,n' rort¡ryr.. r \ñ emb. go, re.utrá.prem¡¡nre tr¡rar de il "n e¡al¡ c. 'und.me|il roJ"vip. de l, (iencip p¡mera. Comprobc11"s¡'i qu- el ¡.(,den,e e..omo lc m¿ta concienciá JF e,ra merátni.3fundada en el principio de no contmdicción: es el tesrimonioinb^, €ble dc un rmpromn. pr.. ¡rio en,r- L1 .*, . on. ebrd¡ . om_rJe¡ ito, v el dev.nrr, con.elJ,do

como cñnrr¡d..,or,o.r:,por

enoafirma Anstóreles, como si {ucse algo evidente d" ."r,", .1"" t;,",cid"n,c,.oñ.át.q. p,órim . ct no ser: grivrror 1jp ,"

"q,¡l¡,¡,J;vr!: a rnu tr,t i)rro!:.u feru cn3 e. ur)i e,idencia zrg menr¡ri\¿de la raan pu¡a. nJ,,n¡ o\idenci¿ ef,rem.,Josira rr;¿,, .". Á.iv ,.Jo,.egun ia prop,c rárcn pu-a. no.abíc adm,rir jqurera enr.enc'a. r.¡,a.í.rc¡. pñ- njnsun.oncepro, ta en,renca o ia po-ibi-liJad.le álqo que Íue.e c¿si,n nn se,. ca.i un mero nombri, pue,lo ,nn,r¡.l.,"rio e r¡ "rcluído ,ern in-nrel)en,p po. .t p ,niipt^mismo de esta ciencia.

. Perc_ahora *¡epitámosto una vez más- no hay que caer en1a sadsfacción banal de habcr descubierro una contradicciónen esta metafisjca fundada precisameDre en el principio de no

"on:nd,cc¡ón. Si el p,opor,o de td inve.risación n. ". il ¿" r.u*lár ,. xoo-ir de lc met¡tisi. ¿, r ta rr nerr dc Kanr.,n)o et .te-n on-mrle, .u ru.riticación .risjnaha que exrtúya

r Tolo -o.,me'.ó ,/i,no'.,, dre A,nrorc,o. e .t r1i o _,: ,r,niE ¡")ld ',< "1lo '<. loo83). l.e

1 c¡¿bór, no dr ¡s r. I a"d e .t sdT .,. ,r _; :.i 5, .on o.ará.te¡ de1 ser, Iirr Ia persisren.ia de Ia rndi.ión .t"rtj",. L" *b;;;;;,porque no ,fre ca¡rbió, pÚe.e l¡ úni.s to¡m y dadereñentc m.ion,t d¿isc., ó 6ea la ¡. co¡radi.tori¿_ 50 M?¡dJisica E, 10?6b: lo 3cci.le¡tll es casj rn méio ¡omb¡., !ñárle:.i6r.a ¿vorá r'. Ci. Parmónides, D 8, t8.

EL AXIOMA DE rro @NTRADICdóN 79

rle ¡ntemano la hipótesis de una "quimera,, merafísica, o de unrrrLrr grosero en el texto de los grandes maestds, enronces las p¡e.srntas que debierán formularse podrian ser 1as siguientes: ¿porqu.1 se considera contradictorio el accidente? ipor qué ha de in-cluirse la noción de1 no ser en el prjncipio del ser¡ ¿por qué noidquiere el devenir su plend reconocimienro onblógico?

En todo caso, para ios {ines específicos de nuestra invesriga.

.ión, cuanto más detenidamente se analizan el fundamento v la

lando Ios obstáculos que se oponen a 1a instauración lesitima deuná me,a'ni,. dc I¡ "xp.e.jón. ;tn qL¡é .enhdo onr^losico podnal'"b]. r.c dc lr e\DF ,ónl la e\rrÉ.io r e.,i .icmpre crrcun.. riraprima¡iamente por un qai¿n, por un ¿4ri y un ahora; es decir, esun fenómeno que se presenta determinado desde iuego por unoscaractere¡ de silsulaúdad. Ni desde el punto de visrá del ser,n- de.Jeel punro de vr.ta del conocer,.eria po.ibte iñc,u.rto cnpl L!mpo F.,r'.ro rle Ia cr(n,ia p,ime¡a. f omo tenómenu, c. etmi. Nane..mre e ineqab,e. el .ineut¡rmenre ApiFúry: comoobi" o Je (.nñcimrmro, .eri¿ ." anenrc inruit-le rn la percepción.

Ni su ser corresponderia a la catesoria onrolósicr suprema, o sea1a de substancia, ni su i¡herente circunscripción espacio+emporal.¡rc.mnderia .rquiera rorrecramenrp a la. tor¡a. c¡reg¡nate,aristoté1icas de tiempo y de lugas ni el suleto de la expresión, entanto que la expreslón es individuat p¡e.isamente, podria ser de,te¡minado por ella constituriva u ontológicamente.

Sin embargo, subsiste pertinaz ta necesidad de decir Io 4 e es,a pesar de Ia i¡su{iciencia manifiesta del inst¡umental de con-ceptos categoriales que of¡€ce la t¡adición metafisica. ¿A qué !edebe que el1a hubiera desarendido este fenómeno, el cral, ¡esdeluego, está inrnramente vinculado a nuestra fo¡ma d" s;r? ¿S"debi4 acaso, a que justamente se consideró un mcro fenómeno?Hemos de examinar ahora si puede rcsolver esta cuestión

la cien-cia fisica, y concreramente este grupo de ciencias a cuyo conjunroaplicamos el titulo de lislc.t ¿e t(l ext tesión, porque se ocupan delfenómeno exp¡esivq en tanto que fenómcno.

/áfi¡.^/ñt'o4;Al; tutx'rco Tl

\Ae-rj9/'li??Ri,#

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CA?ITULO TERCERO

FÍSICA Y METAFISICA.LA FÍSICA DE LA LXPRESIÓN

§9LA op€RAcó\ raANTrA^,^

El aná1¡is de 1á metafisica tradjcional habrá de set prolo»gadometódicamenre hasra el punto en que apardcan des;ejáda; lascausas odsinarias de su crisis. Para etlo es necesario considerarp,c\i:m(nre l¡ crni,¡ krnria"t.. p,rec con ellr pare.í.r haber que.d.du dr vin,radc detini,ir¡ .<1re Ja p6,bitid;,t de u", .,"i.,aonroló8ic¡, y ¡ lá \p- tundamen,áda Ia lesi,imrdcd de h (i"D.,,¡ n¡¡u,¡1. Y iñr" Ia jm,".ibiti,lád oparcrrre de in.r:rri- unameratFca Je tr ésL,r".ión.^Lrc ta b".e e.rat-J.cida por Jp mera-tnka r¡rd,.ionJI..e.lrc.tri., (n,.nce. t¡ ¿ttern¡ri,¿ dc apet:r en

ilflro recu-.o a l¡ .i,n.ix. p¡ra ,É"tve¡ con e a t¡. cu..,ionesrád,crie., oue pt¿nr¡a er f.nóire¡o de ra e\rrerón. Sesún e.ro,correspoDde examinar ahora 1a manera co¡ro ta ciencia eltá conJuru:da á(' DImm(.. romard" coro e¡enpto ta mj. ¡.ecm,nen:n, ocea r¡ trncx n aremiri.a, psra de.idir .i una /i,i.d dr /¿ erp,, "i¿npuede cumplir por su parte adecuadamente el cometido q;e se te

Perc no pod¡iar¡os desecha¡ sin más la tradición metafisica,en lo. rérniro- de-rá criri., krnri¡ni. "i e.l c.r¡ cririca no.F hu-o emn revetado cie,rnrtivl v ¡uren.,,.menre h. r¡7..n." d" uinva.l,de,. C.bri¡ .rspcch"r. er. ,, nf .co h br¡ra .idod.l:nii.\a la fu¡damen,. ",ón d" t., cic,,ci1, pl,c" ti. do. cuer,one,-(e piesentaron como correlativa., y ]a

ilesiú¡i.lad de ta merafísicacomo ciencia se desprcnctia, según Kant, pr:ecisamente del con.ira$e enrre su esrrn.tura y la csrructuE paradigmática de la cien.c'a en p-ne.¡1. rerLrd" er crivan"n.e -o" ta fi.c¿ y la m¿re.máti.¡.

C"n.'derc n '. . r '.ñre. h;p.rél|r¿menrc ,rue tr , ¡i,rc.L tanL ¡-nr d¡ I¡ c pr'c.c e.oti.:. a f,,.,a .t.rinii\.. D" p.,e supue.roeme¡ge la lisjc¡r matemáric¡ cor¡o el modelo de una Oenaa hi¿¡co.stituida, al cual del¡eíamos acudir idealmente para 1a insti.¡u.,ón.Je una -,enc: c.mtteLa de tus le¡ómc¡o. crpre..vo.. tcclr.. de lr dobre orerac,ón krnri,r)c

-tundáme¡,r1.iór .te t, , ,. n

LA OPERACIONÑ KANT¡ANA

cr, oitic¡ de la metáfísica- reside en la disrinción prelimina(y torma del .oro, i.nrenro. De una pane, ran slo

l¡s fent¡nenos puedeD ser materia del conocimiento; de la otratj¡rtc, la forma constitutiva de1 entendimiento mismo impone lÍmi.lcs., p,iori a todo posible conocer y desvirtúa el intento de rebasar.l teDóneno y captar 1<l no,¡lnico con el puro ,D6. Una filo.s,iia fenomenológica no habria de encontrar repare alguno de

princjpio cn este planteamiento preliminar. la metafisica no scconstituyó des.le Grecia como ciencia fenomenologica. sino a1 con-trario, y de manera declarada. I,ara Aristóreles

-comopaLa Pta-

tón- rd qulotr€1,o son las meras apariencias, en el sentido deque su misma existcncia refiere a algo ontológicamente más fir.me que estí dehás de ellas; y por esto los fenómenos son aquellode lo cu¡l .c rienqr mpra, ^f nion... rá §o¡oi1.rd, \ r¡r e..^ rrm.bién el se¡ en si se considera puramente \oIróE, u objeto de tavedadera ¿¡¡¡eme.l

?ero Kant no ha clestruido nunca este esquema de la meta.fisica tradicional nunca ha ¡rctendido que no hubiera s;do certeray lesitimamente establecida la d;st,nción entre el fenómeno y ltrque

¿l habrá de llamar ]a cosa en sí. Mostró simplemenre quees posible una ciencia de los fenómcnos, y que no es posibte unacien.ia de la cosa en si¡ pero en ningirn momento dcsviltuó elconcepto mismo de la co¡a er !i, como algo distinto del fenómeno,n; se estorá por restiruirle a éste la plenitud de su sigDtficadoontolósico. Negó en surna Ia validez cientifica de una vol]oqpura, y determinó las condiciones a prioñ

-o sea fundadas enla fonna del conocimiento- según las cuales puede operar etentendimiento para constituir una ciencia que Fa¡ta del {enómenoy sea, sin cmbareo, universal v necesa¡ia. No hab¡ia coDocimientora ri; ¡rüvoiúE ]oylotro, mediante la pura re{lexión racional, comoPlatón decÍa;" pero la noción .tet objero mismo de esta pum re{l&xión ra.ional, o sean los voú¡avcr, Kant no consideró necesarjo

descartarla, ni mucho menos invesris¿r cómo había podido ltegara formularla la metafísica. Pero es muy posible que esa invesri-gación conducente a averiguar las razones por las cuales la meta-física se constituye como ciencia del ser no fenoménico revele lafalla o sinar;a de esta ciencia. Si ello es así, tendremos ya unprimér motivo para ccrri{icar que una üÍtica radical de la meta.fisica debe supemr el ¡ivel de la cúrica kantiana. 1-a importanciade este pasq sin embargo, no es la que ¡ep¡esenraria una rrivjal

1 V¡d. M¿t¿Iisi.4 f 5, 1009a 8. Cf, é1 .ápirulo sjsui.re.

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82 FÍsrc^ Y NtETAFisrca

vcnr¡n porÉm¡-: por Fl ro¡rráññ, en e.re, rro ¡Ivrt. qucdar;amosm.' .e,.a Je lr po.ibrlid"d de rn.ri,u,r r ¡a ¡",énr:ca cienria me-taxsrc¡ en plan fenomenolósico.

. .En cuanto a la forma del co¡ocimien¡o, 1os dos puntos esen_c;ale. dF iá rmrh ¡..,n,¿ñ¡, en ,, . cu:Jt. t-¡ .r. r:1,.'., "...,;;;Lrual. .or: Irifl..ñ Lr dea,r.c ón . ¡.cendqlal\ .esund .. | . rui.,u rrrrérrco. ¿ p,j¡¡i No es

¡o. oei: ,e. recn,.o. de !u rflicula, ión, pu.. to derr"vo a\om e" eiimpJic;ro en qre .e tund. la idea m..m, Je uoacendenral y deJ ¿ /)riori t¿r,,rcn^. E.te.convenci-

ar.¿igzdo quc .e da por (on.ábido .in

c.rJ cor .lr Lr.dr de mnrerc unrt_rme e rn.l¡eráb.., v, ue p : el.oI :m?:t iFr^t I Flie. nm,.rable el re¡er,orio d. i" i";-;. ;.;re. der JUr.o ).eI .i.rema de lo. concepro. ccte8oriale, qLe dec,r¡¡s<e pupocl ded¡r.,. lraccendenrálmenrF. Ljo permi¡e, dF u,ü¡rne. e.=blere. dc rna vez por roda. to. tun txmen,o. dc In cjeu-c.3 en gp.rFrat, sobre la b3.e de tc. opc-¿c:on", teeí,;ma. d;lcnrendrm,en¡oi

)de o

!p¿4c,

rur"r;c a considerar que L r¡e-t¡rr."a m.nc. conreb,da p. r Krrr- .olamenF como cje.cid derJs pfin.rpro. det cono.im.cn,^ en gcn-ral. e., rr,rre tod¡. lascrer,c,os. ra uñra qLp pucde corn¡ le.ar.c y clcan-rr un e.rado per.mrnenrp y t¡n detin:ri\n. oue n" pueJ,n atre.arto nuevo_ de.cu_or mienro. o hrpo,e... reór:cá.. f, un¿ crcnc r cryroda, conclu,a.a\i"tó,icar puñ In ra-ón -J ce .eíu.tmen; ¿;; ; ;ü:equi. co-ñ en la. orr¡s.ienc:,., t¿ ruenrF de,r. .."".i-i;;r;,en lo\ objrro". .iño en .í -ni.má. r ..rxndo ha ¡e\et,do Ia, le\e;ru-rd,mFnr¡lA de .u {.culrid cornptera v dc,ermirrad.r, 1a n¡da,e que.la

-queno pucda "Lr,"no,rdo a pr,or¡.9

¡ 5r re.utrcrá e¡llor.cec qIe cl en,erdirni"¡,o, aunque e ó con-ro¡rñ.oo en su e§truc urx y 5u\ .un.i^nc. de en¡ máneÉ uniforme

e.,i. ",n.mt"nr", d"..r i1-do " p""d,., ;;n(ren'a Un co- de c.lrcgryic.. .ino qu(. i or ci . onrrrrio, e.á m..mrIr¡r)ción p.oruévc Iá form"ción de.ire*". ¿¡u".,o;

-si resultara, en suma, que 1a llamada raán pura es también ellar¿-ón hirória-, enronce crbría .o.pehar no .óJo que r. tun_('0meñrccron k¡naanc dp tr, "ncia * in¿de.,rad., -,no inctusrveque lo es la correspondienre c¡irica de la -.trtri., t.raia."áf;r.ues ambas operaciones se apoyan cxplícitamente en esa idea de

,r Pt ¡e otuú, -colu ión d.l n ot --., r - "r I /.ón o e. podbte to me

LA SUPUESTA NOVEDAD LADICAL DE L^ FiSICA 83

li nzó¡ cuya autenticidád se dió por descontada. El edificio en're,r, clel sistema quedaria desequilibrado por esta faua básica,,rurlcquiera que fuesen las ganancias -y no son pocas- que su,r,r)strucción hubiese obtenido frente ¡ 1a manera empirista de,ll{udr. Pero nuestra atención no se ha de fijar como objetivo,.,¡ critic¡ del sistema nismo; más bien ha de consi.leraLse que ei.x¡men de la operación kantiana es solamente uDa etapa nece-

s¡ria en Ia investigación que nos permite ¡emontarno§ hacia u11a

.omprensión -ypor tanto hacia una justificáción- de aqüe1145

|rimcras posiciones indebidas de la metalisica que determinaronsu curso tradicional. Pucs una comprensión de este tipo con§tituve

I¡ condición de posülidad para una ¡efo¡¡a de 1a metafisica vpaiá la constitución lecitima de una metatísica de la expresión'

Vamos a proceder entonces *hlpotóticamente: como hemosdicho- so!'re el supuesto de que la fuDdamentación kantiana de

la ciencia es adecuada. Veremos si la Iisica maternática proce-

de efectivamente en plan kantiano, y el rcsultado hab¡á de darnos

la lxurá p¡.a decidir .. pod"ro. cunfo ma"no. .on u1a riFnciade la expresión, o bien si la necesidad dc requera para los fenó-

menos correspondientes una {undamentación ñás ¡adical imponeuna renovación de la metafGica misma.

§10

I^

sr ¡rJrr ra No\ tDcD R\Djc\. Dr r{ r¡1.\

El capitulo presente, cuyo título cstablece una controntación en-

trc la fisica y la metafísica, no puede en modo alsuÍro cumplir este

procrama de tabajo, sino indicar sclañente algünas de sus etapas

i"ó¡"as, en tant" que son pertinentes para el tema principal. Elob:etivo rcmoto que debemos propone¡nos cs el de revela¡ la rn;

dad del conocimiento, y la uniformidad de las levesquc

regulanla Iormación y evolución de los sistemas simbólicos, asi en ciencia

fkica que en metafisica. La n1isma contraposición entre cienciay filosofiá, tan rciterada en nuestros días, es cnteramente arbitra-ria y viciosa. Pero no podrá mostrarse la uñidad {undamental decstos dos tipos de ciencia si no se muestia a la vel la cantinuida¿d"l .ññocimienro, de.de a la e nls p'in'ara, :nrrr:ri.J v con'creta, hasta las formas de construcción simbolica más elaboradas yabstmctas. Esto habrá de implicar, ei ¡econoci-rniento del valor apodictico que posee la identificación del ser en1a experiencia común; porque, en efecto, no hay ciencia aleuna

l.I

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84 FlsrcA y METAFfsTcA

quedeba jurriticar et .or que e a ldoprá como obero propjo, yrodá< han de,o¡'-riruir"e.obre Ia base de uná preyir evidcnciade $re obie,o que Áólo pu(de d¡Fe pn et ni\et prmien.trco. -

,. -Er¡-e, mommro. hi.ror:co q:e ¡uede.a.¿c¡eri a¡e.omo laerua on kinnrñ¡'. ta cipncra v ¡t prñpiú Krnr c.r;n ,mot,c¡,,-

il,^.l.1."1,'".,,1* o" que et pen ¡niFnro ¡,un ano ha togrado pornn u c rorm4 Lle ur,r\er.at, no, ""ario v delin,ri\ñ«,m^ ,o habrrn-po-cladú Io. pnri¿uu. .in

luer:rJ.: f¡ro,;,¡no¡¡¡uú ,q, of nru -üi,,vr E!o era t1 ri.icá m¡remir¡- ¡"..icre.,Jo.c. Je ta cipn(:a ruev,. " pe"". dc t- aan.ll"l"l" q,.,",,':" dc.u or3,n3liJad. no enlon,¡ámo. el .cn.i-l-Il:-:"p,"- dF uná ,up.u.á ,o,,r co.l ,a ,,ac,.ión. soro "n ;i¡sro yvr,r,p¡rece t¡ ide¡,le un dr\or.ic entre t" r;1".o,¡ I l¡ .,en-c-¡, y cl cu¡rven. im:en.o. oue igue pro.pear do

rá rrto¡ñJia hub:erá ,ido como uni crn." .anida.jl::,.:,:.'" .ien(:á \trgpd:fa .e d".prend:ó dc r. ,ir.,ui,¡ ! 5e

::'l^::.-:T.,::"'i"ur"i'n a probr¡m¿c que ,,^ rc ,n'urben,rn son .u\ccp, btei de lra.¿mien.o aurénUcamenre (ienr¡tr.ü Ac-uárTen,e. c,.n el dc":rtrotJo de Ja ¡onLrcn,,c Lnrórica, por un:pá,rl:. y ltr Ja o,ra con lcx áv,n.e. mi.a.o, de ta cje.c; ti-i;;han .ompromerido .L¡ funda"nel,o epr..emotóskoradirion¿1. !, obljCán a to. prop,o. c,e¡-ífr.o. ¡ ptanrear cue.ri.-

::.-!""lll::i,:_.no re.urra ,á.rail r._.inm" co.¡o puro pa,e.Fren F, srqro wIr !c5rener que el nccimien,o de J¡ i;cnc;¡ ri.i.am¡enirc¡ fut.e un hrch^ hnrór,co de un¡ noved¡d r¡n co.r-pler¿, que,no .ólo permrD drÍ(r"ncjarl¿ re.p"c,o cle t¿ rito,ofiá.s,,'o que oor,sue á conrraDonert¡" "11., " "n ¿efin,,i," , .roirn-

l"^'l';^ l::::: ! ':'l{: crcvcndo que ri .i"*i, ","* .".,p,,uil,,¿ ¡morcrcn dc ta trto.olia. (¡nrplrbá ru p¿.ado I tu.rifnaria el

en una,inve-,jsá.ón mer¡r,.ic¡ de Ja FatJad. Ei .;,:;;;;;^11,-::9: l:.*r,1." mF,¡r,{(¡. ¿.,d r" r.u, ,era adqu,nro,áo

P"-l-qT l:.,.*¡dopró ura orenDción

¿iun. ¿" ra r.a¿,ci.nar.E.rá noc¡ón no (ircura.sotamenre en et ámbiro r"duc¡do cleJ neo-posrtrvrsmo conrempor¿jneo.

-. -Yr.e..in,omarico..inemba"go, que Caiiteo ltsmrm .,.;n

ianu*r á,rá lrica mar(m,i.á. pue. e.r^ imDt,caria;f;;;,v;m;;;;oue 16 ilro¡oi,a, aunque ,tienc,r

viei¿.,. l,Á; .i¿. .1"^.;""1-Jen, ) s.*ui¡ .iendolo. A.imi.mo e..inr.m:rko oue á ,a i,,-.!

que .e e.raba in.,aurándo re .1i.., N"*,;".i".i":bre de "f,lo.ola n¡rurat,, lo cual imprjc¡ a .u v_ que á dicha4 A¡isrórles, A¡, !o,r., A 33, 88b.

ll

LA SUPUESTA NOVEDAO RADiCAL DE LA FÍSICA

.nrrci.r se 1e asigna un campo ¡estringido desde el pdncipiq fuera,lc cuyos limites cabe otra ciencia, y que al conjun¡o entero del¡rrltr cientifico es apropiado aplica¡le e1 nombre tradicional v(omún de filosofiá, en tanto que este nombre desjgna el amor de

l,r sabiduria, como motivación radical del co¡ocimiento, v el r;sor metódico, como propiedad formal de toda ciencia. Segltn

c*o, y sean cuales {uesen las auténticas innovacione§, la nomen-clatura del sabcr humano seria Fara los propios innovadores la¡nisma que füé para los griegos, y concretamente para Aristóteles.Esta es, como veremos, ia nomenclatura que pudiera seguirs€ adop'tando para restablecu la unidad del conocimiento: no debe ¡ecla'marse tamlidn para 1a filosofía el carácter propio de una ciencia,sino.lue debe restituirse a la ciencia ei ca¡ácter propio de Ia filo-solía. la cuestlón no es de nomenclatura, sin embargo, sino deprincipio. Lo cientifico no delimita ]a zona de objeros conocidos,sino que cuali{ica solamente el modo de conocerlos. ?ero la uni-dad del conocimicnto no nnpone la unidad del mérodo; éste sivienc determinado ¡or la naturaleza diversa de 1.,s objetos v por

Ios {incs especificos de cada ciencia particular. Pero ciencia, en

gener¿I, es aquello que proporciona a1 conociñiento la cualidadde una auténtica eFisteme. Esto es filosofia, y 1a {isica, en ta¡toque una forma de episteme, no es otra cosa que {ilosofia: {iloso'{ia natural, especialtada por su ol¡ieto y por ]a legitimidad de sumétodo particular, que 1e permite hoy el empleo de ]a maremática.

?ero la matemática, como cienci¡ pura, y hasta como instru-mento auxilia¡ para el conocimiento de la realidad físic¡r, no es

necesario ¡ecordar que ya la desarrollaron y la utilizaron los filó-sofos griecos,5 antes y después de Etlclides. La matemática, porconsisuiente, no p¡rece ser tampoco el rasgo distintivo de origin¡-lidad de la nueva ciencia fisica. El cambio de las cosas, decia ya

Heráclito. sucede'tesun medidal'; a este orden y ¡egularidad

m¿¿ri.¿ o menñllable sólo faltaria añadirle la especificación ma,6 la ¡uto.oní¡ de lá mtenáina cnpi.zá y! con T¡les de ivlileio, por tódo

lo que podcnN sabei (v¿se E. Nicol, "!os conceltos de espacio y liehpo¿. la fil.sofja gries¡", D¡¿¿oid, A¡uario d. Enosofí,, [ondo de Cuhura E.o-nóni.a. llóxi.o. 1955). La lisi.a que s€ dsarolla lahlelane¡t es lisica.ualihii'á, durante los sislos u y v, , su modelo erenplar es cl sisten¡ de

EmÉdo.l§ Péñ ya en Arisióieles la fGicn Do es llranenie cunln.tiva, si¡o.oncenLu¡lme¡te cun¡tirativa, aú¡qué hasa cscaso empLeo de lx matemilicaies una cie¡.ia qué se o.tpa d¿l "espaclo, .1 moviúienio y ci tic¡¡po" f¡iJi.¿,nl 4, 2O2b l0), Sin emba¡so, s¡tes y .lcsF!és de Anr¿ieles, hav en G¡.cirhónb.cs de cieD.ia que hacen auré.ii.á lisicr mareni¡itá (Eudoxo, Herác1ids,A.istár&, Piolorco, A.quimcd$), ¡únqué ¡o elaborcn Lúr rirte@ &¡ tun¡o,como los thi.o¡ del si*I. v. o coño Néwto¡.

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86 Fisrc{ y METAFisrc^ LA SUPUISTA NOIEDAD RADICAL DE LA FÍSTCA 87

,l.l ordeD simbólico racional con el otclen de la realidad al cual. t,lica, hemos de acudir a ]a realidad misma. Esta parece con'

finnxr a cada paso Ja validez del sistema simbolico constituido

rrrl la eeomet¡iá, pero sólo de maDera aproximada: en la ¡ealidad

i,, tray "pa.ticuláf'que cor¡espondan a los "puntos" geométri-

«,s, ¡l hav tíneas ni planos seométricos. Es cierto que la realidad

r", em¡ innums¡bli. enruc,u,a' \ lunciorr'' que 'e ac"r"d¡n ¡l

,-,¡u"nra; e dec r, la real,dad l..c¿ 'oler¿ bie¡ e'a ,b"r¡cción delo cualitativo y esa consideración de la p ra magnitud que cons-

riruycron los principjos metodolósicos de la mecánic¡ clásica, v.r'r^ luero.l rán m;nu,io n'nente "'irrd:.do. por De*¡'re.' P,rol. .ien. iá mi.mi de,cubre ou" a"uella a.lecucc,ón dFl 'i ren¡ 'im-bólico matemático con ]a realidad fi-§ica ¡o es, ni mucho menos,

constante, universal, definitiva. El clesarrollo de la fisica imponecon 1a relatlvid¡d- un cambio en la esnuctum del sistcma

sjmbólico de la geometría que es necesario emplear para la re,presentación de ciertos fenóme»os físicos. Pero este cambio no

anula ni cancela la geomet¡ia euclideana empleada por la fisica

clásica a partir de Newton,3 sino que representa históricamente

una {ase de evolución análoea a laque

representó la propia fisicade Newton respecto de la tradidón anrigun. lo que este cambioreveJa es que la matemática es una ciercia eracta, fort¡al v loei'.amen,e, pero cri{erolósi.3m,nre ". ólo unr (ienr:3 aproxi'mada, y con un valor represenrativo de lo real que depende siem-pre de la definición de sus símbolos en fisica; v esto hal¡rá de

iener suma impo¡tancia cuando sc co¡fronte el proceder de laci¿ncia meta{isica con eI de la {is;ca, considerada como arquetipode1 saber.

Resulta, en todo caso, que el enpleo de un sis¡cr¡¿ s¡'mbrilicopetmite descLúrir en la ¡ealidad cie'¡os dspec¡os qtLe na F edEn

ser represcntados adecltadamente mcdidnte este mismo rrltem¿.De ahi que el sistema s;mtrólico haya adquirido, para los cienti-

ficos de hoy, un c¡úcter püramentc instrumental; pero la basede un sistema cualquiera es un orden de catcgorias, y por tantqs;n quc se ad!.le¡ta expresamente, ni sc obtengan de ello las nece-

3 Refniéndo6e á 1os limites que ha¡ surqido en h xplióació¡ del sistenade concepios de lá fGicn clisica, di.e \x¡erner Heise¡bels: "No es ]a vnlidez,sinó la apli.abili¿¡d de las lcres clási.as 10 qu€ ha qnedsdó ieshnrsido ¡ror lafisicá ¡ctua1". ¡h,lor,¡hic Problent .I Nr¿d¿¿r Scie¡ce, lo.drcs, pís. 41

Grid- ¡e §'d¡¿l,¿s¿n i¿ d¿n Gflnl¡¿scn ¿¿rNa¡lru¡i¿nr[¿Jt] Sl¡ en¡úso,el ve¡drdero r)roLrlem Iilósólico que lá cien.ia planea e¡ ósie.^so..¡si*e,

p¡ecisañ¿nt. e¡ la De6irencia de un §lst€ña d. .otceprcs vl.ycs .uya válnle .ri re*Iinsi¡a aor Is rise.cia de ooo sntem¡ d;fe¡Énre.

remárica,p¡ra que e, prncip,o fufte rdopráble por Gatileo:.,e1r,l.ro dc ia n¡rural-r e.ri e..cri.o en crrn, rere. n aLcr¡árico. ..Sinembárso. Jo\ m¡moc grieso., v no..t¡menre lo. pi,6eó.ico,, id;;-ron rquella. esDpcil:.ación. tn erec,": ta in\"nc:ón d"t c tLu,oinliniFrimal, á¡trbu,d, a NeMoD y á tejbr:, _¡ir,.,"-;n;,;-i;c n.ieuienre po.ibrlidad de de"crrbir con e\r iud lll ,on,inuidád

de un sstema b,mbótico que \a e\i"re v há<roo a.reclrádo.. Et rnéiodo de Newron y Lerlrni_ r" róf" ,;"..;onc rc<_¡ñLec.den,es,ecniros inmedjaro. de Keplerñ v Criá¡,c-i:rcmo anárrsb.. usn¡irjri\o alo mi.mo que I3 seomerría énaliia ¡e:.:.:,,1. y. rermár,, pre upone Ja v,cen.,r dp , , ;;;"

^;m,e]:ide,'ipo lti'¡só',co-zucl'deáno que ét "i"". , ...i.;;.;;;

"":1'...1 "1,1,*..-"ceprual der e.pacio que inic.ron z.nónI^1l"ll!r*,1 r ¡ .fi.i á .,-oJ".n. adoprc. perc n, r,ú ¡,r¡, ra id"iue ,r cuanr,rr(¡c,on ,tet e.p1cio. Re.¡ec.o del riempo, r:morénAi.róre'é. h¡bh ".,¿blecido ct fu,,d;nen,o con,eprur, de e.rrotri .uanÍf:c¿c:ón.? Lo que t"gro ta f¡ira modryn.

",,*. ¡¡.i".e{ ped.ccionár cl mérodo de ¿,.1,". .,""ri".,.i*"": n.,.r., r1prr.cindir de b índote det cr,+p, en n

oürn,er,rñ. pa.jr _r.ider;;..ol¡,,-eñrc .u c.rado dinámico y.u rrrlecrori". rcq r;"rc un.i-rema. mbotrco n;.,u.pleio. Lr m¡remir... ¡,o.per:,nrc,.¡1..n,e cucndo.tejc de.er pur¡nen,e e.pecur"r:,". c. ¿il;.,:Jjl'd: .u,.rgurer¡.d:..u.. cmptiác:u1es r,.n;.a. pr^.re .r u.ilrizao: pera la,tormuh, .in dej con ,c-m en,, ti i. ,. ¡.,., ; .,.;.,;"r¡.. por dccr.i\¡. oue.e .\r,urq,, cóLrc-\ienen.y .ólo puF,l.n .obre\cnir ¡.. m,ciór decategorías y de técnicas hered..l:s

La ob.ena.ióJr v l, e\periTenr¡. ón cor,.rirJven p¡r¡ J¡ cren-:-á-.la(uml,

er el e'quema .r¡'b6¡,,:o ¿. ¡.reorE con tp rcprd.,J. SremprFp.de.o. r"U.rr.?or ."..1 más:111t

,,,.,h" uFoné(ri.o d"t c.p¡. i^. .om , ei,mp,o J L,r"¡_uF)1á oc -eFr* .r¡ción .iTbórir r¡.i.n.,t. Tol-. r". ¡"r". ,;-5,(¡< .e iorm ,r¡.1 :.1-rF L" ""." a.

"^"". e .. má8¡j'ud.. rr¡ndx-

:l ql,.l d i.d-. eF,méLri.ñ. o (1 rJ ".'' '.,uF o. ..,e .i.,pma(¡mDol co dcl e.¡.acio. poderno, c.rlb,FCerlo d /'fro.¡. p^ iendo dpunos . rpueio. ¡acron¡le. ru,o.. Io cu¡le. ^pfrrá el r.,p-.á en,p"o: e,) cr¡bo. ¡.-a reriier,"."".;,;;1,6,r;r,lVt.o:\,o.... l¡t { 1O¡b 0.." r.n , r..ri _s,x J- L ¡,s.dt¡!\ espa.iitú: rr¡i !ryi0n.7 F' r.d, ,\ l0 s s.., .f. C, ;.o,¡., \,i

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88 FisrcÁ y MnTAFÍs¡cA

saria^,con,ecl¡encia. rrto"ófic¡.. t¡( .¡resoria. h¡n dejrdo de rcnerun vato. 4 pn¿ri.

,-_,^t::-:,-T l? ¡*.. haber un e.quema ¡imbórno ún,co, un r_j:lil I:,*",b2<rco.v unirorm¡, ql¡e cn.urdre unrranr y d"i.nr-rrvrmen,e lJmbran el ccmfo en,pro de to- ienómenos r;¡,". *oecrr. a,re pre.rF áu¡. jJad irudJ , ,.J,. f". "r...,,r, ,",.,,;.;-ciones ¡ro."orrdrs por e.o. fcnómcno.r 8..; * ;;; ;" ;::..*,.r,one. llo{rca. que ¡punr?n.J¿nJo r/¡rrrrá"no- tá.upuena::l:f:-!.d: r, f ;.ira. crá.,cá. en. reraoón ón r". .,",r"ln".,;.-;;;

ei,c ra Ciir(a de Kanr. y c. u,r. , u..rión áurén-ri,E \ pdq.i\amcnLe Ijlo.óJrcr.,le ta cusl c. r¡n .oto un r.n lct, n¡el probl"mr de lá un,ficá.ion.lc. cJmpo...r..,"J, ,".t ;;In;-aun.lue por un fí.rco.oro Ljnie,r,. eue.enrir Ionecesidad de un orden simbólico básicamenre un;r".-!. p.."

"""::: :.1]: ".,d,d der .:.,e"ná den..o ¿. r" .;"..., ii:.,, v ",',ás,mpofl.n,c ec ta u,jrdad de ta rá-on, ¡ro.ro.oro d" lo, cli-\ero. -i.r.m.. po,i,:\J. en cJiJquier cr.n.¡c., Como \ercmo. m* adet¡n.e, ta.ienc,a h:r rr0rado en et !i.EIJ \( d€ in.rirurr á t¡ lóe,.a fumal

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nifo¡mp del c¡n.c,mrnrur en l. cue po.td¡ 11"."^" ,r, ,*.i".ue, .rmpJ unrt .ádJ dcj ,onU.inier .ú. SLr L,rn.ip.o .eÉr e rl¡-ico.xium¡ de ño coñr,¡dicción. U p.oce.o.¿cion¿l que condureen fi :.á ¡ iá rormut0.ión de I.ve. dinómi.a., y et u.o cte la,"i,_,:."": il quc e.rc, leyes .e e\prc¡an. s ;qe1 en ereno poier pn¡(rpio toqico de no c.r¡idi, (,ón. De.ucrre oue rampñ.o elimnum,cnto logico que emplm la .'nueva ctencia" ,:"

""" "i.J¿"uya.. Hasta quó punto esra ciencia es c.reurtora <1. i; ;;ilüiós;c¡ Bri.ga, no lú sd\ie,re ella mr.m¡ .:no curn¡Io,,",o*,._oj.ránrea un problpna losic^ fuIdan enrat. L, ,",...,ó^;. :,.,..r;

cFol:ll,co nu,ruL:idel,c. po- R ercnn v I -,,+.*1., _ y",us-a ¡Jop.ión p , ta ti ka dc r{enc. . ,

"r.ltd"rr;,cm Ir, FpF.en?ciór, del e.Dr.

_ pr¡ve(,¡.r L¡,,a ."mbm deduda sobre et vat , -p:.r^m^losio de l"..i..re¡a. s"o¡rc,¡rco. em-pleados hAsta e¡ronce., v soine 1,," ",,"".pr"" L" ri..cá F;b;" d;;'. .;".';:,'fl*;:";'i;":';":I"T T::,:ll:l: r"sico r er':ror cp r+ n"rót c" dc',': ;;;,o coon. L5ra,c^ntr¿¡-a r.p.odu. íp ra qr" h¡bi¡ mcqrado por .uprrre tJ,m¡r¡tn:r¡ d¡.de C,cc:¿. S Ja re¡,idad

" ,c ion"t'(; .;erro ¡o hrb¡J .ien.rc álgun¡) \ .i el luldámenro Je ro¡J, ,,,"__:lm. r¡crormr

". ..1 p'n.,p¡ losi.o .upre,no (y " ó,. .od^ c; ;;-l.mlr...). nJ.abe dudr nrngunc .r. q*, id*1."",", ;i ;;";;

LA SUPUESTA NoVEDAD R {Drc^L DE LA FÍsrcÁ 89

sinrbólico de la razón ha de ser unlformemenre adecuado para Iarcprcsentación del universo. ¿Qué ocurre cntonces, si la razón serDuestra capaz <le construi¡ sistemas simbólicos múltiples, diversoscnne si, pero con un valor lógico equivale¡re, pues todos se fun-(l¡n en el principio de no contradiccióD?

Aparentemente, ei principio lógico supremo puede sesuir con-.',lqi,,.lo"c fundrmcn,¿J pará lá c'encia.

ape

¡r deque pre.o

¡ru¡ legitimidad igual r sistemas simbólicos distintos, y de que lautilidad metodologica de todos ellos queda instrumentalmenteconfirmnda por 1a investisación positiva. ¿Cr¡á] es entonces e1 va-lor epistemológico de este prnrcipio logico? Es decir ¿qué estruc-tu¡a presenra Ia ¡ealidad que respouda a la estructura lóglca de lano contradicción? ¿No es ésta una presunta metafisic¡? La cienciamerafísica se irutituye precisamente en Aristóteles, de ñaneraexpresa, sobre el fundamento de este principio, al que se reco-¡oce, por ello mismo, como principio ontológico. Pero la metafí-sica mismá Io ha desechado en nuestros diasj se comprende quepueda manrener su vigencia en mat€máticas, en tanto que estaciencia es una ciencia losica, pero lcómo puede mantenerla en

{ísica, o en cualquier otra ciencia que trate de objetos re.¿les¡Lr ciencia natural no tiene la nisión de responder a estas coes-

tiones de {undamento, poÍqúe el prñle¡ña del luriamento de lacienci¿ no es un ftoblena " ciefltílico" . Pe¡o riene la ciencia la ca-pacidad de progresar sin rcsol\,er ]a cuesrión, y de arbitrar conil¡crcd nuero* meJ.os p¿ra p.o.egu r la inve.r'ga('ón po.i¡!a yla construcción teorética, aunque permanezcan el] suspenso los pro-blemas de principio (los prlvativamente filosóficos). Lll cteñctdtuospeñ Ae hecho sir lúñ¿amcntu dc dercclto. l-a conciencia deesta situación ¡epresenta para la ciencia una novedad de principioacaso mis ¡adical y decisiva que su propio 'hacimie¡to", es decir,que ]a fase de su historia en que se desvia del camino de la ciencia

griega. Pues, aunque el modo de consideración de las cosas fisicasluera distinto, el modo de fundar¡rentación de la ciencia de estascosas era, sin embargo, el mismo en la fisica grieea que en la clá-sica. la novcdad consiste ahora cn esta capacidad de proceder¿parentemente sin principios: de conocer cada vez más y mejorlá ra'd¡J,.ono(ie, do cada ve meno. el conocrm.¡n," mi.mo.Y así, habiendo surgldo al parecer como una desvinculación dela filosofia, 1¿ ciencia fisica cier¡a ahora un periodo histórico biendefinido al recabar nuevamente el ruxilio de ta filosofia para ¡e-solver cl problema de su fundamentación.

Sc ve que la no contradicción no es una sarantia suficienrc

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90 risror r ¡,r¡r¡risrc¡de verdad. Dicho <le ot¡a mane¡a: 1a corrección tésica de un sis-remá.mbó',^ o c.ru.rr r'órico deremn¡d¡ n" bc.ra, por sisola, pam argura¡ una represeDración adecuada de Ia reaiidad;ni.iqun-a Jo luer¡ p?rJ g,rrarj.¡ r q'.e es Liccriramenre real cque-llo qu".e ¡¡"ora Loro o.ie,o d.. la invc.rigacón: cuatquier c;er-cia que prerenda fundar su legitimidad en e1 principio de nocontradicción debc reconoccr que la evidencia apodictica det ser

es ¿nterior y supe¡ior al fundancnro de su propia consritución.iQue el prnlcipio de no cont¡acticción n. ofrice ,in" una ga-¡antía formal, lo había descubierro la filosofía, dcsde lueeo, haiiatiempo. Pero ahora *desde e1 siglo xx- la maremática prozgtesa con gran ímpetu como ciencia pura, Iiberada de iodo com-promiso coD Ia ¡ealidacl; atcnidá solamente a ]os requerimjentoslogicos, enriquecc la variedad de sus formas y Frospera como unaauténtica ¿rs conlbinatoñ,1. (Conespondiendo a esta fase de tamatemática lógi.a, prospera igualmente For su parte la lógica ma-remárica, dp,pojoJa Émbién de rod¡ p.eren.ión ep,.rcroróqlcJi,,mediat¡. E. un hecho,,in embnrs,. ouc ni gura Jc te,.,-en-cias, naturales o humanas, a las cuales se viene aplicándo el régi-

rrer anrJ¡rico de l, loe.cá maremi jf¿, toq,¡ r,.otver con il nin-guna de I¿. cue.rionec c.pecifrc.. de .u orñpiñ canpo.) La ti.i.a.e benofr. ia de ".Le progre.o dc . r,ir¡ ma,.m:r,c¡, y .af,.,-

ca no e6 ciencia formal, sino ciencia natural: sus obietos son re¡tes-El 'u,rdamen,o dc e.á cien(ia no p¡ede e.,¡bl"ci¡ c, polcn¡o.en un prinripro lormal. Y e. "b.erv¡r que et aueedel formailsmo se produce justamente en t.s moment.s en qte iafund¡mq¡t¿ción puramen.e tóeicc .e reTU,p .1n,n.u.r.:iFn,e quede hc,ho Iá c,encia fi.icc adri,- er-¡c ¡rnen.c ,on.r¿diccione,en.su construcción teoréticá, sin que euo disminuya su eficienciaepistemolósica. La metafÍsica escotásrica fr¡é ,i"-í. r..-¡-.r.te r;gur.osa, pero fué el *cesivo fo¡malismo 1o qui dete¡minó su

§ 11

La clEr{ct¡ co:uo r_IB¡rrAD CREADoRA

Exa ;nando. qc raneru fnu\ .upcrr,,,¡t. .^tdmenre dñ. DUnro.,v ¡ modo.de ci"mDJo, en Jo. .J,te. .e por,e dc morrrie.ro Ia fun-nnurdcd h.ro-i.a de la crpn.r ti.L". herno. ¡odilo yc nri.bar¡.c.inror¡.J" un¡ L-i.r. en l¡ .r"¡.r.. ión ,Ló.i¡ de Fi¡ rienci¡.Elloq habr;an de.cr.uficieñ,e. pa-i ¡ esurár que Ft .oberb:o of-rimi.mo del .ig'o xuu v el rtr no ¡¡ene y¡ iu.ili,ac;¿n, po¡qie

LA CIENC]A coMO LIBERTAD C'READofu{

rc tuudaba en una concepción de ]a estructura constitutiva de la(icocia que 1a ciencia misma se encargó, con sus avances, de des.rncntir. No se ftata solamente del aba¡dono o co¡¡ección de cier.rns categorías, como Ia de causalidad, 1as cuales no solo daban alsistema entero una solidez estructural, sino que además, por 1o quecllas mismas sis¡ifican, justificaban una sensación de seguridadrn la marcha de una ciencia que traducia en un o¡den sn¡bólicoll¡iforme el orden constante y absolütamente determinable de losIcnómenos mismos. La probabilidad, y el método estadisti.o, escvidente qüp defraudan y que e$resan una incertldunbre delconocimientb respecto de1 supuesto orden real. Pero es grave ade.más la incertidumbrc respecto de1 orden mismo del conocimientqy de su capacid¡d para proporcionar una representación exncta¡unitaria y definitiva de los fenómenm fhicos.

LIa de quedar entoDces en suspenso la correlativa critica de larnetatisica que derivaba de aquella idea y sentido absolutista deIa ciencia, y debe examina¡se si este optimismo que tñavia hoyse siente, ¡especto de los destinos de la ciencia física, es el vesti,sio de una época pasada, o se funda en una nueva orsanización

sistemática de sus prin ipios que sutstituyera a ia kantiana, y dela cual se desp¡endie¡a una rciterada .lesautorización de la mrtafisica como ciencia. Pero tal vez podamos comprobar que eloptimismo cientificista no puede desautorizar el intento de unarenovación de 1a metafisica, po¡que no se funda en un sistema deprincipios 6ien establecidos; y a {alta de éstos, se apoya en el he-cho de sus resultados positivos y sus dcrivaciones tecnológicas, quees aclmirable, pero no es fundamentador.

Iara lo cual, la norma pímera impone averiguar lo que pue-dan decir los propios fisicos sob¡e los fundamentos y las ope¡a,ciones de su ciencia. Los fisicos, en efecto, no se limita¡ en nues-rro. .lra., co¡o an-áño, á cultivar su propj. ,ien,ia,..i ro qucademás se sienten como impelidos, cuando calan más hondo en1as cuestiones de su dominio especifico, a elabora¡ una "tilosoliade la ciencia". El hecho solq por ser excepcional, tiene tambi¿ncarácter sintomático. Persiste en 1os cientificos un declarado des-déD For ]a filosofia,o el cuál se alia oscu¡ámente con una propen-sión cada vez mayor á tratar .le cuestiones filosóficas, y queproduce como resultado una convicdón vaga, pero firme, de que eldcscubrimiento por 1os ho¡nbres de ciencia de lm problemas filo-

0 CI., por ejemplo, Renhe¡badr, T¡e Rise o, Scien¡iI,. Pñi¡oro¡¡D, c¡li-lornla U.ineslty P¡es, 1951r ¡arr¿ (hay rxdnc.ión ca$ellana de rioÉ.i6Flór¿s sán.hér, Fondo de Cultn¡a Eco¡ómna, Méxi.o, 1q5l); i¿¿m Si. Arhu¡D.ldñgtón, Th¿ Pnibso!ñ, o, ¡ñ)si.r¡ Sc,en.e, Cañbridse, 1949; Fáss, 15+ siss.

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91 FisrcA y META¡ísrc{.or,.os de p,in.,p¡o,- run!,múro equiralJria at nc(imien,o der¡n1 nuev¡ tom,a Je tilo-otia. ¡ ta.ua,

"e rJamr¡á.,".r,,i,". .;su nqor de ,a r,¡d.Lrorat. pe¡o lo qu. ho; .ell.,n,¡ lil,..otia de tá c,enca habriá .ido .iempre, .,,i.,pr*"r,",ene.,er de la r,ro.ofi¡. Tat ve¿ é,,r h. de..uür;o.i o-l,i..l

ll," !r",",, p¡.a et coññc:m,enro rn s*",,/, h ".r,",,ó, ,.ó.j;;

:::i-ll*:,"..*,,enrra ¡¡. rí.ic¿: v por no habc prc.egu,d,

:,1 ,.1 :lq! ), er e\amen quc K¿n¡ h,.,e,r pn er \v,, d"r /;¡!m:^.-l:-.1:1.1,.há!a mere,,do eI imprí,,rú rep,o.hc qu. pira e ar(pre, rtr tá apori,rón Je e.r .,frto. tiá "*,,fi.", .,"U"Iá¿, 1,..ae ru ran,p.. Lt. bn¡¡da. ¡d(má.. .in et .uir(ienre rjgor con.::!ll1l...r^ r, deb¡da réc,, ca anarrrr.a. y sn et rren"rtio dc es;er.re!.¡!a.que,,¡ de ¡oarc"r ne.F.-¡iamenLe la rruA,cr;n n,.r¿-rr(i en ron¡u¡rur pe-.. e.Lu rr. c, n ún¡ .,ncpndad áurénnca v u,É:l:^,1:.1 T"r prcr¿ n.ro. probJcma, det cono.;m,en,o, de ,asl:"i;. ll:",", .nener buen¡ "n.eñdn3 "r fito.ófi.o ,.e,recur¡-,,- . , p",. or¡J pJr.e, n uv rn*8¡rtu JebF dc .er Ia uaciór¡,,rpFcro Je loq fund¡¡e¡,,o. dc lá cjenciá. c,,ndo t"..p.;,;j.,pn,,ir.o. .e ven obj.rJos a Ja\ar.u a.eñ.,ón de tr_.ue,rio_nes positivas de su campo y meditár sobre 1r" .r.",i"il;.;;i;", r,j rcnrc oue Ia tjto.ufiá t,a mere,rdo pue..u ¡epr,che, debe

lI -i 1.,,r,.: eva nue,a.mod¡,,d¡d I"-i"¿,.,*,,ii.,1.,, ¡",! oe ¡prendFr, porquc..óto dL.pué ae h¡,erl" e..¿,:;u.,rr:c¿J¡parl ..en,iFc...i ¿cc.o. Jeceú.,"n.dá de lo que ¿prencl,ó. y ¿.unrr.i."T-,: ra mn,on de e.rpbr.,er en "u p,op.o dJm.nio tJs,in.;pi." Jel.c.no,,mrenrñ en Bcner¡t Et prirra .n.u.nrro,.in::9:ii:.-." d". q. r¡ de.co,ctr,¡,i,e. v, ¡..". .,,"¿" i*

"ixD.urñ pnrn.ro) to .ñnocrd¿ , ,ncl:.,ór, ¡ ,,uc U*,, p";;.:;:l:^-,-"1,i :l fund¡menrn d" ru. .rionra. p"omé,,.o.: é.,o.. n;:..'^:: :l l'-::: 'l.l'""o' ¿ pr¿ri. ni he, h^, e"fe,imen,ar¡., .inñ

:: 'i i;..: : 9!;:e pü ros h(\.' e¡pe iroen¡ r'. r*" ;;;;-o,o ..,, ,.nr,".," p"r la ne,e.id"d ". ", ,", ,"¿"i.rx-.J,.ión'.,,,,tudrer> crce,.. qrF ¡..¡ pñ..,oñ nJ éi mi¡.xe-un c¡.ñ ¿r.JaJo. y que no h.L,rerñ^..tt eI.oo,,a" c"r¡obnm-

:,Y:. 1,i.,-:d". d, e.i , ¿Leso,r. ¡ ncp¡,ión dét r". t"11".,,"i;;-.ll,lLT^,,

.,.ii.,": ror er c.nrrar:o. r_ erc.-pr^. .e m,,.r.priL3nen pc-..r.r.r¡r .,,¡Iitio, de ,;o \a-fl..1. , r'enEcrón ,rlu.ótr.a, que cIñ. rc.,l¿n er1 ,erclád ta eri_en. i) de un,'e. ádo de jn,¡¡o senc."t. L","",". ;;;;l;,",;";

ri I¡ ri¿nce .. t,ir)ro¡hjJ¿, .¡p. III, ¿.¡ Jinem.

I.l

I

L^ crENo^ mMo LTBERTAD CREADoLA 93

,i) h¡n sido, pues, encontrados desriués de una búsqueda cuidá.,|,)sx y suiada por una intención previa, slno elesidos casi al azarrntrc la multitud de 1os que se ofrecen.

l1¡incaré se rcfería a los axiomas de la geometria, después decx¡minar el problema epistemológico que planteaban las geome-rríns no euclideanas (y sin enrrar siquiera en la cuestión det em.t,lco por la fisica de talcs geometrias); más tarde, He¡mann Veylrc refería a 1as categorias en términos igualmehte rcvolucionarjos,rc"jecto de 1a "posición kantiana". Recordemos que las careso,r.¡.. .ñmo conc.rro. pur^. del cn.er dimÉ1ro, c,an p"," K.nr"rneras {unciones lósicas", y collstituian por consiguiente un sis,tema concll¡so, d p.iori y definirivo; ninsuná alreración en 1a ma¿e-rid del conocimiento, ningú¡ avance positivo en el don]inio de iaciencia física, podian alterar su articülación lormal, por cuantoJas ptopias categorias no son conceptos que deriven de intuictonesconoetas, sino que son deducidos trascendentalmente de las cua,tro iormas tógicas de todos los posibles jüicios del e¡rendimienio.Pues bien, sostiene \(/eyl que "1a elección de los conceptos bá,sicos es arbitraria con una latitud considerable,,. y a¡ade: i.lateoria cientifica ra.ameñte proporciona una ve¡sión

lielde tos

da,tos, sino que casi invariablemcnte es una ahevida construcc;ón,,.1rEs caÉcteristicá la coincidencia cle 'Weyt con Poincaré en el em,pleo de 1a palabra "elección"; pero en Weyl 1o más importanre

". l¡ ",,rm¡.ión de quo +ra lrbelad eterrivc no.e..ienre conrre-ñida siquiera por Ia necesidad de ofrece¡ en teo¡ia una ,,versión

fiel" de los datos. Ei elemento consr¡.uctivo prima sobre el empi¡rico. La idea de una elección personal, que Poincaré formulabarespecto de los axiomas, Weyl la reire¡a aqui ¡especto de lasc.reE¡ri3,r Io.uel .upiere cruc lá ¡,ri\idad c,eñrifi,a e.r.i doládade u¡n ¡óc¡ad rr.4l4r¿, de rrl mánerá que t¡ corr.trucción rm-réria puede.al;fi(ar"e de ¡rrev d:r, com" ¡ luera la rmag"r rer-bal de una poesía. De hecho, Heisenberg efect(ra esti misma

11 ¡h¡¡orolij o, Marhe dtics dnd N¿i{r¿¡ Scie,,.¿, p ncet.n, 1949; I 4.cJ. De,rárJ R.\rrr Hxrun Krooh,¡s.. I,. r.op. drd Llnü, Ath; andU,iw.n. Lórdre,. lo!8 p:s. 7rr: _tn .áú ucv; r.o, á h¡v ,tsuns. p¡, c\,tuc parecen Ezonableméni. ciertas, mie¡has qre ors partes Do plMn dé 6.rmuy especllátiras". Por obó lado. <licé Heise¡le¡g, o!. .ü., pág. 20: ..Se haréveládo que nuesra Anrh¿,!¿{Jfom érFecioaiempo, y las leyés de .au6a-lidld, Do son indep.ndienks d€ todá e$edencia, en .l sentjdo d. que ¿ebanp.rhanccer i¡va¡iábles, como c.¡siitutivas .6enciales de roda tco¡ia tisjór,,.E*c * d cuo, ¡otori¡mente, d. los le¡óhenG atómi.oÉ, rÉra los .u¡lés noresulhn rpr.piados los .squema6 §iñbólicos hadicjomles de csDació y tjehF.ni siquié.a innsformdós pü l! ¡ei,tividad. Cl, loris dé B.osli., k ¡hrriq(enóLrelLe er les qtdnd, Páris, l9l7; cap, X, § 5.

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94 Fisrca y METAFisTcA

co¡np¡racióD_ entre teoria y poesia: ,,Dehemm conrentarnos contratar todas las tesis fisicás-i.clusive l"s f"*,rlrdr" m";;i;car¡.Dte-- como meras imáaeoes verba1es.,,1,

- ,La, cu,i-,,u.,,ón en.uen,,¡. -egj¡,

,,,u¿,ooüemer,re, ronro án,ri,.e pen.¡,r. por ta impo.ición mr-lcflá, de loj leñómeno.. I rcr L. l:mr¡. on.. f_rn;lc. det ;.rpndrm¡enro. E.,e scrtrdo dc ,,,n dv.n, ra ¿"1 p.n,a_¡",,.

",nevitable que

se io proporcione a los {isicor A .i*t";" ¿" "*iencia tan m¡gnificamente y aceleradamente Eogresiva como 1asuya, Pero tal vez la expresjón de esre señrimicnto de aventurá"e recrrBa r adqure e.a -.rere. Je ¡rorqL¡i¡ por t" ."..:;";,";;.r,- cn lo..rr:n.ipio. que la o-i-en resu,p,. De.r".,ado,b.oro..omo \rn de ".r¡r cr Jo. Fpi.odro. acruale del de.á,rulto iñrr-no de. su propia ciencia, ácaso 1os fhicos no 1,"y"" ."p"rr¡; ;;que €1 fenónrno de su propia aventura es ran srrceprible .le ser.Ja.rde-áJo crenrit;n,rer: e, y.tc o rectar .urcro n leve., c^mo los

su L;cncJ rdÍic rr¡" adop,a ,"mo nh.¡oLn rodo ci.o, Lcdá cie,i.if,.o ttmu.¿ ¡ su

n,rn¡o raracrcri-r,co de libe,,¡d _nrucho .;. "*,, *¿", a.¡"rucgo. que et que pudieron habe, ren,do t". merati:co.. o quese Ie. pudo repro. tar a etlur c.mo uñ¡ .rt.i-rajied¡d ".pcculariu".:a_TI:r rmp:rlánc'á quc .e dé..o, hcrho.. o l¡ que.e Jé. porer conrrano. at la.ror de ,vención reo,é,j,r. no "r..., ¡r.u n"au:'.i1 'lliiimid?d. Reiche,,Ldch. (on ¡odo y .u fir,ación ;; ;i\;-;*corncdo lrteralmen,e,on Veyl cu:n.lo atirma qr,e .a pecár desu,sft n re..pei^ por lo( h"ctro., Iá ri.r.3 no e. e\.L.,¡.;nr" u;;.o,ecc on.dé heclr.: r un¡ con.nucciór, c ead¡rr. e.igid" .obre t¿Dase op ror rle.t o, pero que en (t ¡l.ance de u. enurc,pdo,se extiende mucho ñás allá de lo inmediatamehre obse¡vacto',.1i].or bu parr" Edd,npr.n, o,,ie¡ . urt¡fica .u proD,¡ fo i( ion de ,d( a-Ir"ra. so{'enc .in cnJ.rr¡n qu: h .eoria ti..icr, fñrmJt¡dp mare-máticamente, es una expresión sisrematilada ¿" t., l,*¡"s

"i,r..,rdo.: perc lo

c. con .;err¡. I mirrcionc , d. tas cuale- lá tórm;;hac., nrrur¡lmenr^ nenrión ninruñi: .,to. tjecho,comprobados jusrifican la fórmula natemática d*r.. ¿" ," g."ülimitado

-de aproximáción, L¡r'o condiciones limitad"s, ; .';;número limitado de casos,,. Cuando la te".ia, ron¡uÍaáa -,r._

12 H.isen¡ers, oD. .,r., Di!. 4?.tA,o.o r."no., t.'d..r.-lrd.a de j, t,.,. c ai ro 4e O. ,. en. ,l d' J' § lo D s. -(1. c., H...,,,- ,",

.. n.t;.rr,,,...,".",,".";r,r u¿_. J- !o ,.......,,,"^" .;d- -,, L nraueh.on de . 10,,- tá to. e\."r.nts"m1.,.¡"". ," " .,"

LA CIENCIA C§MO LIBERTAD CREA,oR,{

Í,lricinente -por ejemplo la tey de gravitación de Einstein, o

h ¡ropia cte Newton- se considera exacta v universal, entonces

6. convierte eD ü¡a lipótesls, pues ya no se limita a se¡ üna expo-

,,i.ión sumaria de ios hechos observados dentto de cicros limites.laPero es claro que esta rendencia a rebasar 1os limitcs empi¡icos

.s jnherente a toda fo¡r¡ulación clenti{ica; por ello, toda teoria,

r,,rla 1ey, todo esquema s¡temático adquiere a¡rtomáticámente en

fisica un carácte. hipotético, que dcsnientc la amblción absoltrrisra del siglo \.vfl de constituir una ciencia universal v necesaria

solrre prin.ipios fomales inmutables, y a la vo pone de relievec1 facto¡ de creación personal inherente a toda labot hlstórica cle

con.i:imiento. "En la base de toda teoría fisica" -dice I-ouisde Brcglie- "hay unos postulados arbitrarios, v es el éxlo de es-

tos postulados 1o que hace leeitimo su emp1eo".15 E1 fhico se

eocont¡aria. según isto, "n ';tuació"de liberrad i:ompleta para

la invención y elección de los axiomas, postulados, pnncipio's vcatesorias que han de servirle como inst¡umental técnico pará

a q"ehacei teo¡ético; y en una situación de libertad relativa

fara la formuiación de las teorias mismas concretas, en 1as cuales

está sometido a1 imperio de loshechos, pero sólo

Fa¡cialmente,pucs la teoria r"basa 1o con"cido, tiene un nrtrinseco significadoirlpot&ico,:y es sólo una ¿proxim¡ción, ttn tanteo aventurado, atre'vido. precario, e inexacto de manera esencial, brecisanente I'ot'¿üe se lorr rla efl t¿r'r.inos m¿tematicos.

No podria pedi¡se una certificación más inequivoca de la ruina en que se ha sumido el sistema newtoniano-kantiano de laciencia. Por si fuera necesario, puede ad cirse todavia otro testi-

modo de gran auto¡idad. Dice Einstein, en efecto, que las leves

teo¡éticas de la {isica son una c¡e¡ción libre de la imaginación,el p¡,¡ducro de la actividad de un inventor, cuya especulaciónencuenta solamente dos restricciones de p¡incipio: la una es em'Firica, ¡rues las conclusiones han de ser confirmadas por los he-

chos, y la otra es -muy significarivamenr+ lógico'estética, pues1r Eddinsron, op. cü., páss.43 sigs. Cl Heis¿nbe¡B o¡. c¡, pá8 44: "He

n.s de reconciliar¡or con 1á ider de que in.lt$ las seccione6 matcmática-nent €xadas de lx fisica r.prése.ta¡ solañe¡ié un €sluero de túteo pam

Prócóder c¡ mcdio de l¡ qu{a de 1os fenóne.os". Por su parte, dice Bertn.dRusell: "O.urc a menudo qúe tenemos á1 parecéi una ¡atón adccu¡da pa¡a

c¡ee¡ en h ve¡dad d. u.x lórñula e9résad¡ cn siñbolos matenáticos. au¡-ó¡ snui.ión de dár u¡a defini.ióñ clan de lós sinbolos'

Tnmbi¿n ocu e, eñ cie os casos, qúe pódÉmos dár laiias sienifica.iones a 10§

sinbrlos, tods l.s cud4 ha¡á¡ igu¡lñe¡te !.¡d¡der! a la fóñúll' fo¡ c,¡',

Fís.251).fi Ld blLrsiqxe ¡owell¿.tl¿r q!¿n.4 !¡rG, l9l7;.4p. X, § 1'

95

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96 ¡i"rc^ y MErAFÍsrcA

ll:"1-:: ll""d' 'e'¡ Lo"8rupn,e5 v rormurada' con simpric crad vra.vensu¡r.i .on e.ras:deJ. Einfei¡ \eLtc.\ir)cr¡t. dpt po.irr;i.mo rJe úrrh, por et q,. *,",i.,, r:,ir¡"]omFnrc ,¡rlujJn .r .e ¡ri,1 á J" o,,; á,sx"^. ltanan el,p^.l-

Il:l^.0:L,:r. qú, r..." rr",",a" p".i,i,,.-.."y"1li-ig: -rera,¡.i,".., v,rue er¡ rá pre,onrz-da por v"xson (ue.r.onen d" n. mt_re. .on

cl cco qu; re.uenam crJrbi,o de lo fi-r-a dc e.¡ jueomaouiJ quc ," r,l.l"l¿ ".-i,"ogri.ro remp,e ppa¡,Er¡ar cn J.u,o p"oo¡o. L. i"lp".,""," ;.;;.rrar subre et he(ho de que Lin fisico eh,rl^"1 I t:*1" ,;r " i",i,"";^,0,..I..;;:il ili,.1":J:ll"j:l:".nrr expe.menr.J,. v .u. d(fl v¡. ñ""-,"_"Iógt.r.,, ;';; ;"".r1 po.,rón no d.<rcpe fund¡ cnrcJoenre de..u. ,"1";-,1 i,;.:l-:..1 :ll !* ur¡n,m a .ri f,r"."r" .r -. i¡;"-; ;:T; ,:;;n produc,o l,brF dp l" ,r,*.,¿,. ,.rgi,i_,i,"

". ;:,n\p. v dc má,or pr_tundidcd. que et de c,a r¡erá }.crep_ñc;a:._,0:1.*,,." lo. ri.i(o. Jc \or ; to. d" a¡.¡no. p ,¡ cuar .e re-erp er,pr.pjo Fin rern cu¿ndo n^ t:a.c ob.eru¡r n;"':1".;;;-l.i,.l 0..^": rimDo, l.:sro \1],r y v\l F.."bán,;":...,¿..,1"r

nayurr de quc ios cur.ccpro bá.j.o. v ta- t"y.. ¿. i"-;¡.".l.-.,"1 i1'".".,,"i^ ribr". Je ra meñre rlum,n". .,no qu" .i.en ercn cjcri\phle. por ab rrac.ión de Io""_r.rim"n,.., .c,fr;;;eg"il".i:: l:t:. fué ra reo¡ia eenemr de la

"¡",i.¡."J.ü q,iconrn,c"n,e. eJ F.r,i de er¡ .."..0,i;,,r.,;

f,-".1",1:.,4.. en eiec,o. una ,mporán. ¡ .re.i.i\n .r".;" ;; l",encrá, tF,cai pero no há htrtro .ino continrar en etra "l princ:¡:ode rá hino,cid¿d der conúr imien,o. ¿*.,u;"". l"¿."J,ljri.I"Ienre por la frlosoria

. tn rjJo.ñ{ía. e.?no, á.o.rumbrcdo. ¡ t¿. d:creuan, ,¡. d" doc.:1,T. : ,. t,l,_" ..ido en m"do

"rg,"" i^¿¡.p"^,ilr.-,p;,; j,I:"'"'?",. o:'¡ .,.nci¡ rr.rJ prm en(onrr¿r a,sumenro. adrer-ü. ¡ rá ,eoria kinrirna: Ia D¡op,á merJ,í.r.a

,l"ljdcáli.;;

;;-::;,1:: 1l"l r,, ocupa6a .ya une h5e r,i.¡óncá q," "p"_ü" , r".o *o erolur,vo det pe,..rm:c¡lñ. t. d".i.i,o;;":. *,que to. reorico( de t.¡ fi.i¿ in.r lan en e.e h(ror de r:l_..r;d.reaoom. . endñ a.i que hán Lle ¡ren"r." .i r". h*h".-k";i ;;;nre.: pus .iñ lo. hech". no h.v crc.cia. v;" b.;:;;il;;;;:'ci,¡men,r lo. cien,iriú. de máner unárime. .. ..". i.;;" .6 AIL$t En*ein, Hdbet \bd.er Le.tut. ..*.. d" ,";,. t; ¡h]i; i;;;,11i::,::;iÍJ:l;],i1:.:: pij;f

"..;

LA CJENCL\ COMO LI¡ERTAD CREADORA 97

si inismos "metafisicos", positivistas, o posirivistas lógicos, ü "ope.r¡cio¡istas", o prasmatistas. Lo reconoce incluso Sir Arthur Ett,(liogton, el más idealista ¿e todos, a quien provoca un recatoi:icntifico extremado el nero concepto elemental de existencia, enrinto que es un concepto filosóficamente significativo, y pre{iere¡tcnerse a la pura estructura, reprcsentada por el siribolo J, n!tcgrante de la ecuación

l'-l-OrBien lejos nos quedamos de

los hechos, y hasta de las abst¡acciones especulativas de los meta-fisicos, cuandq para manejar con atildamieñro intelectual e1 con-.efb de existencja, es necesado reduci¡lo a un simbolo de losllamados id¿mpúren¡ci (aquellos cuyo valor es igual al de supropio cuadrado). Y sin emba¡go, Eddington no puede, comoes natural, prescindi. de la existenci¡, ni en su vida, ni en su que,hacer cie¡tifico. El p¡oblema que se le presenta, como a losdemás, es el de coordinar sistemáticamente las múltiples relacio,nes simbólicas (véase el capitulo undécimo); pues las fórmLrlassimbóIlcas han de ser, prime.amente, congtuentes desde el punrode vista 1ógico, pero además han de se¡ concordantcs con la rea.lidad, y representa¡ a los hechm, aunque sea con una adecuación

limitada, aproximada y tentativa; y sin embargo, se reconoce queestas mismas formulaciones simbólicas tienen el carácter de in-venctunes libremente fabricadas, son productos de la imasinacióDy la especulación, convencionales y arbitrariaq que un ¡igor deera. irud forrnal y ma'"m.ucc ¡o par¡r.,za -u exccrirud epiie-molocica, ni disminuye slr atrevimiento y su inseguridad. iQué.elación guarda entonces la teoría con la rcalidad a la cual pre,tende representar? ¡Cómo se media la distancia enÚe Io conocidoempiricamente, a ras de tiena, y la resión a que llega el atto vuelodel pensañiento teórico de la fisica?

Este sumario ¡nálisis de la cie¡cia se propuso ran sólo averi-suar si la c.irica lantiana de la metafisica pudo ser definitiva, ysi el auge de la ciencia física representa actualmente parl la me-tafísica una crisi-. nás grave aún que la determinada por la filo.so{ia de Kant. Ahora bien: si la producción de Ia teo¡ia fisica seefectúa ¡ealmeDte según Ia descripclón que de ella olrecen 1os pro,pios fisicos, entonces es man;fiesto que no solámenre la situa,ción de esta ciencia es critica, y ¡eclama un¡ nueva {undame¡,táción que supere la establecida por Kant

-como Ia {isica actualha superado la del siglo xvr-t sino que, además, es manifiestoque esta supe¡ación de Kanr y esta situación de la física reivindi-can por coDtraste la tradición histórica de la metafísica. Por un

13 oP. .n., .áp. x, pács. 151 siss

1

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98 risrcA I MET FisicA

hdo, es un hecho qu ti ciencia no procede cctu¿imcnre en ptanaánl¡¡noi por

_ejo,ro. re.utrc evidenre que ninguno de Io.. iiicos

,,ru.orrcoc ce t, -e,r'i.j..¡ pgó iám¡c a .eDro.h.rte .u procederen h. rcrminos que Io" r;.ico. derroy "rrte¿n p¡ra d;:c;bi;;;;'c<arcnreeJ proceder de.u cielc¡. t^! invatidezde,a m+¿riicatradir inr: I n¡ prrdo c¡Jed:rr con.u-¡da por t". areumen,o. Lan.t,rno.j pue. éjos .e habri¡n J" apt,car hoy con mivor ,everidacl

a e.,, riencia l;.icá.luc.- cun.,der¡ba ¡odét¡.a en tá C¡n¡.¿ Jela. Razón Pura. La crisis de la metafisica .. d"b", p". ta;, ;;"*+r m.{ protundrs o-remo,á.. que .c-j necF.¿rio exrJorar (cn elcaprrL¡ro lgLrenre). Dc m.m^nrn. ra ..e va per¡lanJo el e.quemadc uno .oñclusión po. rrve: ta apetaLrón a Ia crencra, con et frn dcre.olver F.l .u campo h. cue 'ione. rád LrJe. quc planrea er hnó-meno de la exprestón, ha ¡evelado más bien la

".¡i" int..n" a"e.,a mi{,a .i<,,.iá. r t¿ ncce.drd err que.e er uenrrc de unaI'rndrmen,aciór i,lo.ó,c¡. In. tLico. in.inen. ar nq re empleandoohos términos, en ei carácter ex1reslvo, o sea de 1ibre n1 en.jóñcaeádora, que tiene la construcción teoréticai acaso el fenómenode Ia txpre.ión, mi. que un ¡robt"m: pa.r l" .",iir.", p,"J"ser .doprado com^ fundpnenro de hecho parr t: rnerafi,Lr ypara la propia ciencia narural. En todo caso, es y^ eviclente quee\ factum_d,e la ciencia no determina sin más la ilegitimidad ieuna metafísica que aspirc a constituirse también como ctenUa ri.euro,á., l3 ln c,r e. uná (iencia vjjjda, a pe.ar dc qr" .us reoriasse (uali[i,an de e-pe, ulrriva., arbi, Jria. y rjcri.i;.; h-mos demo.tr¡r la po ib lrdad de un, meraf,.icn que no .ea ¡rbi.D¡r¡ nie¡peculári\a. .ino h,om"noloet". r que alená. re\.te que nonay ¡rb,rruicdcc1p..¡.rp.co cn I0 mi.m¡ .ienc;3 ti.i.a. Lo. pr-pelc. h¡rúrio..e hñ cámb:ado: t. .en.i, r¡rra no in\al:.t¡; ia

de ella. .iro qr" ". t, -.,"tí.,.. l;;r;debe ¡.um,r la mlión do áuxit:¡r a Iá tircc, át proporc.onarte.urigu¡osa f undamenra.ióñ.

§12

LA BRECH.\ EprsrEMolócrc

De una manera v¿ga, y sin sisrema, la ciencia ha logrado ya ad,quirir conciencia de su situación cri,ica. Asi, .lice Álberá Ei;_

pnncrpror baJcoc dF la .ienc.a ti,cJ Ia cu¡t no fué, ni muchomenos, Ia predominanre en los sigloi xvrrr y xx, sisue sanando ñás

LA BRECHA E?ISTEMOLOGICA 99

rcncno "a causa de la brecha cada vez más anchá que existe e¡rrel,)s conceptos y las leyes básicas, por un lado, y las coñsecuenciasque han de correlacionarse con Duesha experiencia".lo Esta brecha+istemolóCica, que se abre cada vez más, ent¡e Ios principios deuna aiencia y las cxperiencias dc que clla misma ha de nutrirse,no e¡iste en realidad, ni ha existido nunca, ni puede existir enirinsuDa ciencia que lo sea aüténticamente. La brecha sólo paLece

existú, pam nosotros, en tanto que no atinamos ¿ descLrbrir dequé manera se media e{ectivanente. lcómo podria explicarse,,oro.cria po.ible el ¡delcn" de lo ,Jlocimienr¡), po.,ri\os.

"iexistiera semejánte l¡recha entrc 1os datos empiricos y las Ieyes?

Pero, si la ciencia adelanta, y esro es manifiesto icómo puedencntonces cualificarse de ficticias las formulaciones teóricas que

mismo avance?Es cierto que el grado de abstracción a que ha llegado la ¡e-

presenración si.nbólica en ]a ciencia natural es tan elevado, quese encuentra a gran distancia de las nociones q¡re en ]a cienciaantisua se empleaban pam ¡epresentar esas cos¿s fisicas que cons,tituian su objeto. Pero 1a mayor o menor complejidad de un ev

quema de representación no <lepenrte solamente de la mayo¡complejidad de 1o represe¡ta.to, ni mücho menos de la capacidadcreadora de simbolos del investigador y el reórico; la fomaciónde los sistemas simbólicos, r las modalidades de su evolución his-tóricá, constituyen un orden de fenómenos, con sus leyes especi.ficas, que en modo alguno se limita a los sistemas cientificos. Por.rr1 p.¡e, un.í¡bn'o cu¡l,ru"-¡,.ur,qrc .c.. r!ñ¡.r..ci.r ex-presiva de quien 1() formula. tiene siempre un carácter apofántico,un valor rcpresentativo, un contcnido significativo más o menosdefinido, que apü¡ta intencionalmente al obleto o realidad deque se trate; ésta es la condición necesaria de su misma nrteligi-bilidad. La ciencia ha superado 1a idea de que su nisión se l;mitaprccisamente a rcrr?ienrar 1as cosas, o a reflejarlas como un evpejo; pero, cuando ha reparado en esc factor de construcción, denrvención c¡eadora y de exp¡esión que es esencial en el1a, pro,pende a considemr que e1 p¡oducto de tal actividad es arbitrario,y que su sistema simbólico es {icticio. Pero ni siquiera lá poesiaes arbitraria, ni es {icticia la forña Foética de expresiór, por el he-cho de que no corresponda exactamente a Ios usos comunes dellenguaje. Es un hecho nuevo que la ciencia haya descubiertociertas modalidades de Ia función simbólica; pero las modalidadesmismas no son un hecho nuevo, porque se presentaban igualmente

ro ¡ldb¿,¡ Sp¿ñcer ¡€d!r¿, á6tes citad,,

I00 r.f\lr'Á y Mtrr^tfsr^

r.^ n,r,rrr^ rl|Í1l1rMor,¿n¡r( i^ ]01

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on l,r-tlsicfl n¡lrcrn,., y cn In rndntí$i(n rmdicionnt, y h¡rr cn

'fr.¡. f rmx..m,l..ilrc.\ n,,¡rn¡r.ci.iv¡.., ¡r¡rrluc n.. (c hIb;c.c.lt¡.. Li c,cñtiá sc hi s"rprcndid;"t dc., ut,,i. q,r;

c r¡ .xtrF jnJo ¡ .irnbolnámcrj.e, r Iá manerd .^rn. et bur$¡c(tlc M.lin.e..o,p¡ende et reconocc- que e.La h,bfr.d";,;;;.;.Erprcblenra de tá b,..J,¡.,r¡rse rarr to. cicnrif.(o cu,.do á s.á-do exrrem.. dc ah rr¿.cillr: en .u. f.rmLl:.:one.. .imbó.i,á. te,

dud,..J ta coretición rn e to.. he.ho" emphr.,,! "l cue po.i-rcmj,:co de c"r.ep¡". ,¿r"soriale. v d. rey;. b;-

;*,1. * (on.:d"pn romo prod rc.o irbre de Iá im,ciñrcjón.

,erc f e prñbtem¡ e p.cp,,rJba c,¡¡lmenrecooor':o m1. .rmplc. d. t¡ mcc..nic¡ de N"kron, . enel de l:.c¡ de Arr. órpre.. De hecho,.e pre.enrr vr en retacrór)con lo\.u..¡ mi. corr'-nt. dcl renguar" comun. y no ¡uede re.ol-wFe .irD rJrándo .n ..n.iJerarjó¡,, Je r¡n"-i ,ñretÉt y bj.re-marr(a. lc. .i¡ o rela.i. nc. . rnbótc¡.. v nú.olrmenre ra reracióDconrr obrpru. rVeá.e el .¡r i.uJ. unde-im^r.

tn rodo ca o, c, no aL,e hov e.re.ennm¡cnrñ de a.omb o, noiremrrc r¡ciro, que in\.de á I,. grande" ti.ico. ,urñd^ com_pruebán que .u, reuria.. .tp una ..aherá :nFspliab.e, ,orcuerdan:on Ic rcal,idad: (uando e.a i¡vención l,¡... ",¡i,*.i^. r,.,i,i,,hrporcac.,, losra enconrrar coüoboacionec tided,gna. cn la ot>,er-va,ción.y la expe¡imentación. El homb¡e de ciencia tisica _y mássenalad¡menrc cuánro ma. purame¡,,e reóri.., v m:. o.iginal_resa!r scnrrrqueoptrx en el vacio. ta , cl.ienciá de .lue tá rfti-

te Dre,r¡b3 l¡l "egrr,dad en lo..iAlo. inreriores:fu:.1

-,,b,en ah.¡a sienre cñ-n Fat-Jo et réri.o rtr.onal y

::pl.l y:l d. . r tacm-pn ta medidr er) que .e ¡cerca más Fo.t¡ dFt on,:euo mer¡ftico_ . er .nmbio .F Ic de;a_

rF¡tidad e. r. cue tr¡.a de hacer pr".a con .urñ\en,rr¡ rr¡botr.a. v lanro mj..uanro.lrje e!rá irvcnrivi par(\ee.'a' mJc in,ondrcion¡d.. rDe u-" máncr ppréc:di, crer^. rrtó-.^ÍJ. Jud¡í¡n áho'á de l¡.rpácidJd JeJ ¡en.:m:en,o ¡.:ra forru-l r vF,Jade-.

pi,!lp lEn dc cubi.n. que roJ. to,mutición e. unY pueJo.u" d-..r mi.m¡ ¡\r(rien.ia..cp tcr¡nñ ouede duds- -roro e1 p8o dLd¡ "n,once, cl;eñii

no de lá r¡riJad que l¡ .u.ci,ó.^ D"r t" Inen.... ued¡ re;-¡rero e r'de.j.^,e.opcro de t¡ au,en,r(id.d F.J J- to c..n.c;do., J(.JUir., ápelr lmn, ¡menre ar re.ur.o de rec..rte

carácter_real a la ¡e¡1idad, o se eva.te atirmand. q,,.";;;;.,ión de Ia ¡ealidad es puramenre .,mer¡{ísica,,, l" *"1 .;c.;fi.".á

,¡rrr rn cs cicrrri(iel. Pc¡, csro sc comfnsinrr n¡l con h curiosa,i\ili(lnd quc rIlucstaD hs cosas reales ¡¡ismas, las cuales pnte',,.r¡ ii.:lnlrc disl)ucsr¡s fl comportarse de acuc.do con la cie¡cia.

Asi, por cjcmplo, clice Heiscnberg hablando del átomo: "En su.,,,!(i!, n. cs uD¡ palticula material en el espacio y en el tiempo,,.Iii quc es, en cierto modo, un simbolo";'o e insiste en reierirsé,rl "cr¡áctcr simbólico del concepto actual de átomo" v a la "ni'r,'.¡lcza al¡stracta" de este concefto. Pero iqué otra cosa puede

"crcL concepto de áto¡¡ro sino un simboloi Con un grado de abv

rracción mayor o menor ¿clué otra cosa, sino símbolos, son todos

los conceptos de tod¡s ciencias, de Ia fisica lo mismo que de la¡retalisica? ¿Oué otra cosa, sino un simbolo, es el concepto de,nesa? El cArácter simbólico de toda conceptuación posible no sig'ni{ica que la realidad se desvanqca en la misma lunción simbó-lica con que la aprehendemos. Pero ios fisicos propenden a 11a-

mar simbólica precisamente a üna noción que tro simboliz¡ demancra cfectiva, es decir, cuyo valor represent?tivo y cuva rela'.ión con lo simbolizado aparecen por 1o menos problemáticos.

Pe¡o el problema, como ya dijimos, de esta {unción representativa,no es especifico Ce los símbolos matemáticos enpleados por 1a

fisica, ni surge so1¡mente cuando los objetos correspondi€ntes noson susceptibl$ de otra forma de ¡epresentación, o de una apre'

heDsión sensible. Aunque sea un concepto más "intuitino" queel de átomo, e1 concepto de nebulosa en el Slstime ¡lt Monde deI-aplace no tiene por ello menos ca¡ácter simbolico, ni el conceptode aberación, empleado por Bradley en el siglo rlvft pa¡a repre-sentar una peculiaridad en el fenómeno de la luz. Si el correlatode un simbolo solo es determinable esradisticamente, esto no sig-

nitica que no sea real, o que el simbolo sea una pura ficción

Pero esta misma necesidad de recunjr a la estadistica, esta im-posibilidad de obtener en ciertos casos una determinación precisa,

univoca, integral, regular y definitiva, ha logrado desvanecer para

siempre la espe¡añza que animaba a la {isica clásica de olrecer un'tistema del mundo", sesún la expresión de Newton y de Laplaco

(só1o Einstein. entre los grandcs, ha mántenido en e1 sislo xx estaesperann). La teaccjón compensadora ha consht;do en realar elfac¡or de libertad creadora en la expresión simbólúa, y en rebaja¡el carácter real de 1o aprehendido y representado mediante esta

expresión. EL resultado de ello ha sido la abertur¡ de esta btech¿¿pisrmológicd apa¡entemente insondable; y es, en efecto, inson-

s o¡. .r.. p;c'. 5l "is.

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¡'islc Y MET ÉsrcA

qáble,,cm.lo. meoio. de ta c,enc,a rni.a. porque e*e problemaclc Ja breclrJ e. un probt"ma tito.ótio, v e.pecifnamcnre unacL¡errron.enrrai en lá me-a¡Fi., de ta e\fte.rón.

L1 rjmroc- frt-ónca det ti.:.o rrenre a ta ¡e¡ridcct pro,ien.en prre de que at .er to h. d¡Jo p.r .upue{o rra,t,,ionatmenre;y csr flenc todq crenc.á .luc a.ep."rlr !r, mr., c¡mo a.po evidenrcJe.,ryo, ) como crndrL,or de po..o.lrdad de., p,..p.o.1",.,.,o.

I r.,. en la medidá en que et obje,o "e ta inw.rigación rc hacracrloá ve¿ menor rnru,rivn. y que Ia repre.cnracrón ..mbótc¿ .e ha-c¡a clda ve, -:. ab.rmcra, e.a ccridumo-e det .er, q¡.- s. ,,.-. rFnrr icq. parec.a quedar compromerrd). f| r¡.ico, qu" no dr.p,nede mpd o. /nLos párá re.r¡bte.crta. r¿mpo.o ,e .,"nre in.I:ñ¡doá reconocer \átor cienritico a la merati.ira. E5rá, pur.u páñe,tampoco conrribuia a resolve¡ la situación; aunque se consriruyecomo ciencia del se¡, 1o ha situado tndicionatmente más a á áelx ,o¡¡ rerl y aparcnre. Lc ti.:cd. ,unque e, riencia p.ñjllv¡ yu¿,rc de lo. fenómeno...:cnre que -e,- de.vanecc,a.eatidrd,y que su objero es cada vez menos Icnomenico v más "simb¿j1ico"i. mientras que la merafisica divorc;a a la *¡ia.a a"f-r"., y..1

'.h. "b ieal c^nro una mcra .ombra. /Ouc cienriá, enronce..

podri propor ronarno. J¡ ,Lnda-c1,ar ," i,¿",nu." "ñi.,r.lif:,: ,1,,":, - ,:. t.,. (ienci3. lá. que rien"n que propñr. roncrr¡,c, pron¿Frc .iu! hlvi m.. e.rád , r,.t,fán Io de eliá. to rlue elJác

mismas requieren para el fundamerto de su institución. ürer.os,!., "j"J'" .r.," n,ne ,¡,á cimc,¡ c. rpodicrjca en .e¡,,.to au.¿nlco,rrno hr¡dcrrá e hi.,ór ca: oor su ¡ecu) cr forma de rFpre.en.ación¡rmboJlá --qur mue+ra hov en t> fí.i.a sL.doa rflu nñ e\(JJ.,vJ.- Ia ,,encia impt:cx m;. bien un dr5La¡-

de p.¡ rcalid¡d vc ca¡¡r¡d¡ c"n evidencra ap._drcr.a cDie. de quc ninAUna cie,rcid pueda organirar"c para ele.rrdio de un "e.,or dercrmin.do. o para el e:,udo merafi.irode lo real, en tanto que real.

- . También contribuye cn ciencia a esta crisis del senticlo de rea_lidad l¿ fonada ¡enun.,a. J¡ unidad v univoc,dad dt.;.".qr,""^-rmbot,co.. Heiente¡e.onfie.a. en Ffe.ro. que ..et re"utr¡do nue-

de ta Ii.n" nL(lerr há .id^ el re(or.^.,mrenrode la pcihilidád de aplicar tipos de leyes enteramente distintos,sin contmdicción, a uno y el mismo {enómeno fisico".r y Louiide Broglie, quien es precisamenre uno de los prorasonistas en elJe..ub1''rie,,ro de *ra p".,bjiiJad. ,f,,-, qr; ,"";.-.;;;j;n s'rno e\rder.c que rc.iaTo( de.(rrt)r U, ¡ cn,,d¡d ftira con h

21 o!, cn., pi,e, 2!.

fiz LA IIETAFíSICA RIIVINDICADA PoR LA FíSICA

ryuda de una sola jmagen o de un solo concepto".z Pero DeBioglie reconoce que estas jmásenes o conceptos los de¡ivamos

tle ia experiencia, mediantc un proceso que él llama cle 'timpl;ficación y atstracción", y que Niels Bohr ha llanudo de "idealiza-ción". Claro está, es muv posible que "estos productos demasiado

simplificados y rigidos de nuestra razon ¡o puedan aplicarse exac'

t"menre a ]a realidad", añade De Brogliq v siendo asi, "para

desffibir Ia complejidad cle 1o ¡eal lleca¡á a ser necesado el em-pleo sucesivo de dos o más de estas ideali?aciones para una misña

Y ahora podemos pregunta¡ nuevamente: ¿ha procedido jamás

de otra manera ]a ciencia metafisica iradicionall

§13

La MElAFfsIc,r REIvI^-DrcaDA ?oR LA FÍsIcA

El esquema, un poco borroso, de la función simbólica v de sü§

limites inhe¡entes que ha revelado la llamada filosofia de la cien-

cia ¿no reproduce acaso el esquema de la metafísica, el cua1, cuan-

do se reveló en e]la, sirvió precisamente pam rcprocharle su inva'lidez cienti{ical lodria aventu¡arse la idea de que, {ormalmente,no hay diferencia ¡inguna de estuctura v de función entre laciencia metafisica y la ciencia fisica. Podria inclusive prosesuir

el examen con Ia pauta de esta doble hipótesis: qüe la crisis de lametáfisica responde a razones más originarias v p¡ofundas que las

señaladas po¡ Kant y por el consenso de los hombres de ciencia'y que la forrnación y evoluclón de sistemas simbólicos v esquemas

ts;icos no É produce al azar, ni For ei mero arbitrio de una

invención creadora enteramente libre, ni siquiera por la sola im'posición de los hecbos, sino que responde a ciertos princlpios que

abarcan uniformemente todos los campos del conocimiento. De-

bidamente desarrollado, éñe hábria de ser el temade una nueva

Critic* no una teoria de las funciones simbólicas, como 1a con-cebida por Cassirer, sino una critic.¿ de ld raróñ sinúólic¿, como

fundamentación ontológica de todo fenáneno er<presivo v de toda

ley de producción y evolución histórlca de 1m sistemas simbólicos

especificos elabo¡ados por las ciencias.iCuáles eran, en sur¡a, los reparos pr;ncipales de Kant a la

meraÍisica? De una pate, e1 empleo de juicios analiticos, los cua'Ies. aunque correctos fo¡¡almente, no añndian ni¡gún conoci-

,, o¡, c¡,, .ap. X, § 5.

103

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FisICA r M¡TArísr.amren¡o que no estuviera ya incluso en el concepto sujero.2i Deorrr parre. el u.o indebido Je uno- simboto- _r,, ri;":

";;t¡ra

,obJ¡cion co¡ra el u.o ..p¡rábóJ¡. d" uno, c"n, epro. a lo._15111,

,'",'rba puro-..y a lo. qL" t., ci"n iá Lsms oy purossrnDorus, c.,lc que..p refiere p.pci.alenre ¡ tá brcch, epr.;mo-ro8,.a. D.,trs re\Fl¿.ionp- \ue t,¿n t,^.1,u to propio.,ienrifios(e o..prcnde quc es co-ún en ti.ica et

u,oparábóJ,.

o de ciefos.onccpro. princ pale.. Ma. gra,e e. rodnrra que".. ._;.;;;;

1l:..:" p,'o.. ni rampo,o ( mpiico., .,no que ." ..;_p,ov^en.r

"e-irn Io. rLqJerimrenro. oca.io¡ele. de t- invArigaclón y de laco¡,.FLc.ion. i.óri.a. Ahora nú .e ,*,, y, ¿. q"."f.. i;.,-. pr._q,1,.ff,, "l(arácrer de feat,J.d det á.orrq o ¿" or,"- ,,"ni,da-

oes rr(r..: ro dc.,.,vo e. que t" reoria f¡.ica, p.,r lJ indoJe -nrsmaoe su con.rrruc¡o¡r inr"rn". reba.a rnFvirábtemenLe la -ona de tosncclo<,onoídos, y.se avc¡ru¡a siempre má. aitá de I. cxpencn-cra fno lr Po,rcri^ri. por gencEtiárión inducriva, .in, por unaauténtica anticipacióD aventurada).

Un eiempJo ripi.o há -id.. el roncep.o de neu,rino en f;ical:-cl:ir ,!. c:noc dñ .r p,,nilp,o de eq,,,,)enci" d" r; .;:, ; i;n$srd de..ubreffn pur Ern.re.n. Segün é-Le. at de-inrcerar.e' unáromo, ra ma-, .orre.pondie¡,ro a tá enerEia hberad¡. ,.:, l. .1.

ro- tm"men,o. rc..dualeq. hr de,er,8u¡r ; la ¿et ;r".o o,;e,nJ>rn e-b:5-go, ef .iera. ocasione. experimenrale. no .e .biiene:lli *,1"19.. rhrá equitibmr entonces las e.uacionc. cor""pon-orPnte., lo§ lr.rco. apelárñn .impfeménre cl recur,o de ,.i¡venrar,,er rcurrnJ. como un puro sínbo,o al cuat .e ntrbrryeron derer-¡n,n¡doq,alo,c.. pe¡o at cuat n^.e podian arribuir t:,eolmeniejas proprpdrdeJ re.ler de un¡,.enridad Ii.rc¡ , rue.ro que no ha-p,¿ . ñn.,á nc,a, Nperimeñla I J" ._u eü.renc,¡. para et ia.o. poco,mporlá que de.pué¡ h.v¡ l"dd" l¡ ,xperimenra.ión cooiirmrr

de F-,! pálicul¡: lo rsñitrcirivo e. et proceder teo-

dnr,s dc l)zber .ido ol hñ de erperieñ, |]. turque i.rctur\. lapalabra cypcn.nc¡a no ouedc rener rqui la mi.mc .isnifica.iónque há renrdñ en,lilolof;s y en c:encia hr+a el .ier rv. Aquellooe que re ocupc tá l^jca nuctear I,o eq obj"ro de e:,.periencia, enel sentido clásico: lo observado es un fen¿men" que el obsera,!,gi Ilro ',cne:ue

produc-r, y "t in.r1¡.-n,o que u,,ti-J paraero rorn a porrp inregr¡nre del c¡-rp^ ,enñménic. que ét mi.mo,3 ¡ro¡.]ron¿tu, § ?.,4 o¡. ci¡., ss 40 sis§.

104LA METAFíSICA REIVIÑDICADA POR LA IiiSICA 105

¡,r,*lLrcc. No puede haber la esperana de inventar aparátos más

¡",r,rrrcs o delicados, que pe¡mitan llegar a las "entidades" fisicas¡ris rccóuclitas sin alterarlas. De una parte, cuanto más pode',,',,,) cl instrunento, mayor será la fuerz¿ de sü iñ¡r¿,ln¡ión en el, rn(I,, {isico que ha de constitui¡ el objeto de 1a invesrisación! cor, r,, sc ha llegado ya a un limite irebasable, el cual se expresa, ri l^ rclación de indeterminación. Por otra parte, en esras zonas

,l, lx ciencia microscópica, el fisico descub¡e, para expresarlo enr(r,minos de filosofia clásica, que se le desvanece eI ser y que se

,.rn ucDtra con el puro devenir. Sin embatgo, 1a ciencia fisica,r,rno cualquier otra {orma dc conocimiento, tiene que hace¡ presa

o, lo q¿e cs, en algo.que o{rezca de alcun modo resisrencia y.,rrsifencia y permanencia. No puede prescindir de su inherenteicndcncia a individualizar ónticame¡te lo que de todos modosr.conoce ya que es puro proceso, Dicho de otra manera: estas

formas flúidas de Ia realidac{ lisica primaria o elemental, que noson ni pueden ser obieto de experiencia inmediata, tiene quec¡ntartas inevitablemcnte de manera parabolica, o sea simbólica:F¡sando por encima y más allá de la experiencia posible. Pe¡o elsimbolo tiene esencialmente una intencionalidad sienificativa, in-clusive él simbolo matemático, cuando se emplea en fisica. Quier€clecirsc que todo simbolo es üna iden¡i.licdció el logos es el mododc la obietiración, por el cual lo conociclo adquiere Iijeza y con-sistencia ontologica. Asi, el solo empleo de r:n simbolo cualquieralc presta a 1o simbol;zado por é1 ese carácte¡ de entidad real ydeten¡inada, de unidad óntica, aunque se trate de un puro pro-.eso, de una lunción o de un campo. (El coñcepto de "campo",cn fisica, taml¡ién es múy caractelistico al ¡especto, lo mismo queel concepto de "éte¡" en la fisica ciásica.)

De ahÍ la naturaleza inestable de las tepresentaciones simbó-Jicas que emplea la fisica microscópica, el caráctet aparentementeartificial de esas ."idealizaciones", la aparente arbitra.iedad con

que se elige un determinado esquemá simbolico, o se desdeña yse cambja por otro, e inclusive la facilidad --que hubiera sidoinconcebible en el siglo xvr¡- con que se emplean a 1a vez, com-

l)lementariamente, dos esquemas simbolicos diferentes para 1a re'presentación de un mlsmo fenómeno (como e1 simbolo de la onday el símbolo del corpúsculo -y el de la onda asociada, para mayorcomplicación-, con sus coftespondientes formulaciones matemá-ticas, en el caso de la luz). Por arbitrarios que huble¡an podidoparecer en epistemologia tradicional, y por a¡bitrarios que los juz.guen los propios {isicos de hoy alguDas veces, estos procedimientos

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r06 úsrc{ y MET FísrcAe"r:n ju.r ri.ado.: v no e\ necaário ¡pptcr . Ja corobora,,ón ex-l:.,1.ii1, *1, que ob,effan .iuro.;e ,áride_, ";;;; i; ,,rr-tá ré.nka v,¡ ,...ma del proc.d.nlienro mi.mo. ñoabi! prurpdido de or,r nc,.era 1., m,iari.ica rradic,o""l " ".;;omrrbácron c. .ut:c.,nrc pJr¡ reivindc¡rJa. I..r.l .",.,;,;L:,:i; ::''::rTl: qrre de6.,mo. por elo . mpr"n"¡¡e r"p,oJu.

m,nrrykr Jos p,"p,", ";n11,"f.,,re ella crñptcó; pue!no.on Jo. .imbol ,.:l': Í- l6 ,eo";c_ .ro qLe r¡ de qupd.,r reiv:n.i,.ado, s:,,o errocedr-¡renro Joma¡ o fu¡c,onal .le.:mb¡ti.¡.rón.

* .L.ro.cp-¿c¡cre! de ta Ír.icn que .F han r»in rc..r.d^ ran dra-ñatrcamenre en nu€srros diás, de hecho I." ,..r;-;;,';;;;ptr-lanccierci v"t¡..io.. en ép,ca. anrenore.. porque.on ir)hcren-

::. ar mod^ d¡ uoe,ar de ¡oda .:enc:á. tr,;..,' ;. ;p;;;;.'i;r,.r.a.r,on t¡ rc¡tidad drrc.,3mcn.p, no r,. r,"bi,i" .;;."

-;,,;.-:"^:i pur¿menle empri.l y pojti\a, que fL¡.a recJl,.do ey.,u.:rl),oe LR obrervación y la experimenta.iÁn

lii"ill :l-,:.:il:l:"1";h;:iil

1j,l,ll,'f '"'::":lü'; ;:ifoer,.a que n, ;mpljque , .u r_ el 7,rrYo-. La

llllliT , 1.:"" -.o.rc!"".n fra

ó,, , A.,. ó,"r;., ;,i"',;¡eoa1:l o.hnt \a de eie vo,:: ,fl,úC.t,,tóE. o .eá inruiriv., con-enptá,ivúo u¡ioM,¡o,.. t"d. e. p;,¡,;".d. l, ";.r.;,'".."Éos v r,,crar,ñenre rn,4_,ó:. (¡mo to o¡ pt ro¡:, ct )óyoq;;ll,lll_i; 'n. "":. ci"¡1,2 v poc ,1 .""

",,b".,,,.,ó,,.;.; y,;;;:ven urcdo p.ncrJac en (one Do¡d.n. iá. porrue ra, lsi¡. ¿" ¡"e,(penFnc,a pce,icr y de r¡ cierríri, ¿ ,_ ti.i, "."";; i,.;j:.,.,como,.on rsmbién comunec t¡. ,** d" t" *.p.",,"

"_;;;,i;"mbolica-

_ -Tcmno¡9lá. c"pcnenci t\rdr,c¡ eq d,f.cL¡ e inmcd. a, .in^emora v.lilerrd¡.. ft carrcrer poé,+o de unr .,ru",,.tn nJ e ¡r;,e'et¡ rrn.o , L¡,,.1o e.,r-o. e; eth, .i." .rr"d" ..,"",", ", ;i;;

_qyi¡¡o.h recl¡erdp. Ten"mo..hi ,n, d:"ri.r".r.

,*,.o.,".i¿"

:,," ..",,,.* ) nen!ám , e,¡ una rerJc,ón, r" _,.;" q,i" ",li.ilenemc . rFnriljcámenrc. Ia erpe,rrr,ria ,"é,- *á,,.,;-;;;::^:::.:,-. I.. __" una rib.,á.lo,, crer apr mi, o,,e hub:mo. je-:,,,,....,. , ape,rencra direcr¿. Lr ,;,"¡,,, pod,rc¡, con, I;en,,ricá.,Tpli.a el rcu""do. l- I,tcñ"d crcadü., no ",5ota-renF t¡ táculr¡d de producir. .jrro que en "ll, ...""¡.* yr,:,.Tl,j:"11.j:^":^r",

d",de.a.,r.e der in,Lré" v,,¡,,,_.a;,i. ÁJ.rdrd.le la di ,anc:a _ta t"ranio del ..er (ñnc.ero, en Fop.ra v oeo..r-. porquó .:n cfl, no

"e pr"d. .,,..f.;;";ili;;.;,:

r-A METAFiSICA REIVINDTCADA roR LA FÍSIC,\ 107

l:r frnnera expe¡iencia, que fué directa y confusa. La poesía es

¡rna experiencia de segundo grado; no e§ üna pura reProducción

rr,r c1 ricuerdo de una erperiencia pasada, sino una cualidad espe-

.irl de 1a expe encia prescnte, que logra transfo¡mar 1a pasada, va la ver cualifica e1 sentido de esto otro que tenemos delante,¡hora en el presente, y que produce o süscita una nuer'a forma de

¡Lcsencja de aquel p¡sado. Esta cuá1]dad especial reside simple-

irente.n-la palabra. Pues el recuerdo podrá ser e1 vincLrlo quereúna el pasado con el presente, pcro ésta seía una mediaciónprosaica. lá poesia, que también es, como la ciencia, una fo¡mai,rsal dc,e-¡r"vnrac,,;n, ¡.Jir lc di.ran.i' v logra'.'lvar la l,rc-

.ha er b p. abm . 'oc,d" a Pero lá p.lPbra de l¡ r'e'ia no

logra la evocación simplemente describiendo 10 rc'p,esenra¿o: es

literalmente poética, ñotllrtró<, porque ¡eelabora v transforma Iorepresentado. O sea que marca bien la dist¡ncia entre las orillasde ]a brecha, a Ia vez que la salva, como hace la ciencia. Por

esto, la emoción pética no concluye propiamente la experienciapoética. Vivir y sentir la poesia de una situación es vivir y sentirla cxtrañeza. La {amiliaridad es prosaica, como es prosaico el

log¿s adecuado r¿ra lo Iamiliar y usual, que es el de la pura ind;cación y des*ipción. Pero tampoco es ya poética 1a simple emo-

ción de exhañeza, porque le falta el fafior de crcación, y sobretodo porque en esta c¡eación la ext¡añera mi§na queda superada

con Ia Épresentación evocadora, la cual revive y a la vez trans'forna lo evocado.

De ieuai modo en Ia experiencia cientifica. El simple ve¡ lascosas y estar familiarizado con ellas no es todavia conocimiento,en el sentido de la ep¡teme. Esta comienza precisamente cuandola familiaridad se ¡ompe co¡ la ext¡añeza, con el Soiipo, o el asom'

l¡ro, de que hablal¡an Platón y Aristóteles: cuando se nos aparecendistintas de como las veiamos siemp¡e, cargadas ahora de interro-

gantes y de no respuestas fáciles, y por ellomenesterosas de una

nueva re-prcse,lr¿ición, Ia cual habr'á de ser obra nuest¡a, y comotal será interp¡etativa, libremente creada áunque adecuada, in-ventada aunque fidedima. No hay oLjetos poétjcos v obietosprosaicos, sino que hay una manera de ver y de sentir v de hablárpoóticamente de cualquier objeto; tampoco la ciencia acota para

si un campo de objetos especiales, sino que es solamente una ma-nera nueva de ver los mismos obietos ¡eales que todos conocemos,y un s¡tema simbólico diferente para repre"rcntarlos. La represen'

tación que propongamos de los objetos mediante el logos de iacie¡cia habrá de se. inielisible; y csto quiere decir que, lesulte o

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108 FislcA y MEraFislqAno á(eDrable la \ ,jón o jnrerp¡c.acjón ,hl¡r.r, .rea.lurá, áque-ro de que rrára .e há¡j e"e.,,\¿menre prc.enre de aleún mJádl-.1.":^l-l:*. nempo, habu a"

",.a,,,s",,, _ r, ..",]Jjuna, e¡,¡ brech¿ 1 .eñalada una d,.,";r;;;;er s.mboto v lo rprc.er¡,a.Jo. t.rc l;6.".h, ), "_,.,i,,.x; ";,i,-:ri::T'." dc r¡ palabr¡ r, "-p".,.".., a:.*,,.mr. rn.h¡ r prolundr ec porque 6t ,isremá sim.o1¡co es mas inreljg¡btej

to ¡epresentador'dád ñ G.icá p,".,."..", o .;;;;',; ;:; L:"":#.;": l1:t:].1.

jádJ. mr- álejadr .te rá ap,-hc,L,ón ¿,i*"

q," l". .;.¡"1...iíhabrar común. de,to. cuate. proccde po,

"b.r,oc.ion. L, a,.irr.i"mcJr..e, uucc. en,re Ia .o.á repre..en¡¡¡la y el .im-

m,le.arvarja o,rpd:árl¡. o.ea p". ü reracr;n.^,." d ;ü"r":,::"".j,:":.1:. : l_ .ímb¡ro m; con.re o. Lre r.. .",.. .; ;;'"",'-'T"":" de ab*rcr,,ón (on,,nu¡do. -- -- -

*1",f iiF iiúr;,".ri65;";';;;:. ri:irr::o¡E_ sotn.jrre com" ¡n.rru¡"¡¡" de consenacrón dc Io- he_

;1_.,

.i"p"*

de quc tr rcnre. -eparad"

ol*.,_

¿" *,* i*r,*.::f^[:"^:j su.isnir,cJdo apar.nre v er ,r,.,... r;.i,"a"i..r.,1quc se recono.en, para rrán.formá, Jo..,;; ;;;:l::,:"§'"li'i1t eT ro cve ser'i ra cor+rurc,ón .'mbórná d; ramFrla siruac,ón puede pro¡nover en dostr,ero Lr.!ádo.,de Ia capcc,d¡d de .enn 'rlienro

.p"+¡" -*..i".,

::1T "-1.:1t",* a.i,ambién. en ciencia rí.i.¡ .-^;,;ir"j-

rac,.nc. .imbóti(as ¿,t",en,e*, ;g,almin,e hci,m,. en-p.io;,Di;.¡:r c*cno para ;ulerr en cie¡r.;a ¿.1 *t", ¿" li "", . j",i" J"",:. d:nvido. v no.e apl,.3 pa.e erabrecer l" 1""t,,n1i¿li.¿..,¡oducción. Cualquierá qrre sea su v¡lorra repre.enración .i.u¿l;.] a.l" .".iJ,X'; '*":''' de rá verdad,

Ti:* .**" d. .." ,,;;;.;,.;i;:l,i:,".J.'j,;,::,:.,J:::ff;

f-oehcá.pero siempre no§ *-***;." * .i.*

" -" q""."i::Tl:,i'.:*:'-,:Tiádrárse en una sorá verión d.ri'i;i'; ;w¡¡¡pr:t4 y

-queáqemd., cada una de tr. ver.ione. con que,e in-en,e ataft,arlo seri una aurén¡ica c,eación, v hav * ¿1" .i"rrr."un

,rc.rorde geniatidad inrenriva y erpreria. ; ".;.:;;1 ;:,fi:rcbdr que e.,e f¿.ror no e, un i.*ducrible. s;no q,e Jo. fe,áme_no' de lr.producción reorérica .on ello. mimo. *...p-,úi;- ;;

-'rn.,colr¡.ideEción cienririca y de quedar errcuad*¿., .",r,, .,a."nrerrsrble. Erlresi\rdad-libenad creadora_ no sianiti, a iftá-

L^ MET^FlsIcA REIvINDlcAD,,i PoR LA Físlc\ 109

ri,lrnlidad. La ciencia es ücional, y no se compoDe de irraciona-

Lo quc la ciencia ha llegado a descub¡ir, sin que el descubri.rrrirnto pudiera tomar en ella el requerido estado teóricq es ellr..]l, de su propia historicidad. Y esto es 1o que, de manera más,k..isiva, ha venido a arruinar su fundamentación en término!l(rntianos. Los conceptos básicos o categorias son históricos, cono

l,' son todas 1as leyes y teorías; esro es Io q¡re se quiere decir cuan',1,, se califican de convencionales, {icticias y arbitrarias. Y no 1.]

*,r porque se mueva en sentido de progreso el conoclmiento Po,*itivo de 1a ¡ealidad natural, y esto obligue a enmendar y afinarnxulatinamente los instrumentos conceptuales y el esquema teó'ricq sino lorque es esencialmente histórica la función simbolicamisma, cüalquiem que sea el esquema teórico o el s¡tema lógicoque se emplee. Ha ocurrido en nuestros dÍas que ese adelanro de1

conocimiento positivo se ha acele¡ado en tat forma, que ha plo'(luc;do como una contracción del tiempo histórico, v asi aparece¡r

or simultaneidad teorías dife¡e¡tes que antes se hubietan pre'scntado en sucesión. No resulta sorprende¡rte que h¡va di{erentes

cscuclas poéticas, po¡qüe la histo¡icidad de la poe§ia no nos pa-.cce que comprometa la idea que nos foLmamos de su esencia;

tampoco sorprende a algunos la variedad de escuelas filosóficas,y c"nc-eramenLe nerafi-icr...obre rodo.i .ieñren un cierro e cep-

ricismo cn cuánto a su valor cientifico, poque precisamente esa

varjedad parece coroborar la invalidez de cada posición, v autGrizar la opinión comirn de que en {ilosofia no hav una verdade¡a

comunidad, como en la ciencia, y de que "los filosofos nunca se

cntienden". Pero ha resultado ahora sobre mane¡a sorprendentedescul¡rir que lo p¡opio acoDtece nada menos que en ]a ciencia

lisic¡ mátemática: que ella tambi¿n es histórica, y que la plu¡a-

lidad de modos de representación siñMlica no los conüerte a

todos, sln más, en ilegitimos, aunquesus ptopios creadores los juz

güen arbitrarios y ficticios.La historicidad del conocimiento no ha queb¡antado solamente

la fundamentación kantlana. sino que, más ra.Iicalmente, ha pues-

to en crisis el concepto t¡adicional de verdad v ha promovido

dudas muy hondas sob¡e la posibilidad misma de üna represen'tación objetiva, adecuada y auténtica de la ¡ealjdad. De este

problema ha tom¡do cuenta la lilosofía sólo en tanto que afectabaa la verdad ell su propio campo; pero, en tanto que 1a fisicá es

también histónca, hubiera corespondido a los llamados {ilóso-n)s de la cieDcia planteat una cuestión que les concierne de una

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r10

isurosamente consrruida sobre bas;s-firme;. p-. *** ;t"¡lra

d:To.rradg r"ner a.rue ¡ criica cu,¡do.,l ..".., j" r",,¡..,o! tr.rcoc vrñFroñ á con.iderrr que .u proDia c:enc,a e. especu_lárvá, e< un produc'o de t¿ rnvención ,magnrri,a de.u- pensa.Jore.,teóri.o., r que Io. mércJo. de ta fi.ic, .on i^."pr¿"" d.de..ubnr lrcsmenroc d" verdad ¡b.olurá .obce un mundo exrc-riur. p!c. er conocimie¡rLo ubren:do por e o" c. er..er¡menre.ub-erivo-.,r AhoE .e dice ql¡e h. Jeve. L,r.ncipatc. de tá fis,cc sonn1¡nd.made: pero sp-ia iniunrti(¡Jo (uponcr quc. p"r et hechode scr producro. de l¡ me¡re humpn¿. e.¡. leyc debdn renunciar

Po ¡rso ¡ lá preren.ión, que p.,e(ia Inhe pnrc a roda Lrencic, derepresentar el mundo objetivo,Itro esta. paraloir. de Ia .,rurción prc.er .e no br+arían para

re.'abrece, 5i,) má.. lc ralrdc: de,rn, c.cn..r me.ati.ic¿ en los-órninos rr¡dicio¡ale,i no b¡-a";c ¡."rr¡r e, .onrepro a.ruat de'á lhrca. propuero o"r I.. rlarn¡Jo. t¡tó.ñ.o, d" la c:e1c,a. paraque -.ulrarcn rprro.pec,i\amenF fcpi,imada. tJ. .rt r".r;, i;r-Icia- de t0 rre,.j¡ú¿. Lo quc t)á dF re.ulta. prren.e ". la n"ce-sdal dp re.r¡btccpr con urgenci¿ a .u rengo merecido e-a mnma

!6 Eddnrsion, óp, .ü., DáÉ. 185.

ris0{ Y METAFísrca LA MITAIJSlCA REIVINDICADA POR LA I-lSIC'{ 111

rrenre,a la rrágrt tantc.ia e.rc(ulari!á a. i" -.,"rr.,I",-*-ü, ".:.ba Fl solidñ edificiu dp J1 fincr, p¿¡rdig,na de una c,encia

manera iaualmente directa y ap¡emianrei en vez de esto, se dapor sLpue{o que la crenca e, verJcdera, de una mánem u orra,rn derenerre:1 inve.rrgar cuJI y córno puede seiverdadero un conocimiento en el cual se conside¡an convenciona.ies, aprorimado., variabre.. tr,Icio. y avenrurado* Io mi.mo I06pancipi.. q,re lo" rc.urr:do.. Y cn ,ucnro a Io. fitó.ojo. que

"enclirraron anre el peso de ta duda, y que ¡o atinaron a estatte.er

de nue\.a cuenra el {undamenro de la verdad, desde que descu.b¡itron oue e.á 1,,.róri(a, éio" hubieran o"¿,¿o o¡r"ner ilu,,a-(on v c,'.eñáñ7a.,o de ¡oueJJa rr,o.ofia.ien.ir,.a,,ino de taporoue ira e- tff ri^1¡ ) v.,tidá,.in l,i,r".

"¿rd""

hi"roflcidád e-encat hava menguado nunc¡ .u efec_trvrdad.,La Lienc.a no e. arb,.r¡¡ia ror.tue sea hi,¡ó ca: pero, sihár verdád en la (iencr¡r no pudo +r la hi.roric;d¿d ta q;e ánu-Iase en la filosofia la prctensión de verclad.

-Lo. moderno. hrn Lrerdo perrib,r qLF en merat;.jca Fmd,cio_ná'no.iempre -e podia obrener con et risor deb:do tá coretanóneñrre tos conceproc v ,tirma.ione" gcnerote" y lo, datos det mundoobjetrvo; por elfo "e ,iJdó de fan.¡.ía qu:mérica e.á forna de pen_iám,enro, a t¡ que peyor¡riv¡menre

serhmába ,.e..pecutá.:ón.,,

,,,r,¡r¡ Inica,.uvos,ult¡t¿dore" 'e 'iryen. pars ca¡cct"rizarla de

l. r)ismos concepto. que e nplcan p.ra deñ'8r¿r á lc (iencrx me-

rrlísica. Es evidente que en ciencia ño hav arbitrariedades nunca,

.,,,..no hav liccioner aunque 'c l,amen ürile(, nr mera'conven-,',,,... i1 r.**¡,' ave.ni¡da', n. po'ibilidrd de una cre'ción

,,',.,,"* l.¡* en el 'enriJo de ab'¡'ur¡mente incondr' iunada

li.'¡ h úricp manera dc probrrlo co1 !e en ex'mrr¡r crenrifi'

,,,,'""i. a r,*n" mismo áe h cieDcia Esto no cs incumbencia, .l f.irli"*, ." o". q"e {isicoq porque ellos no pueden aplica¡

,i 0,"¡1.,r, , 1"."',,. de lo' tunda'ento' el mi'mo nsur d" mé'

;, .[;;;;;r;, en el domin o po'irivo de su propir (ienci¡ La

,...i- .'-'if ,,, 'ul,cenre para la inverigrcrón de lo t"tume-e'encialmente áhFlórico' no b¡"t¡ nr e' áoecrraoa

",.,- .i""1X.¡

de esa ota indole de {enómenos, esencialmente

i'¡.'¡,1."'. "r" con{iruleo en bloque lo que'e ll¡ma '' Iac¡un

.i, 1".'"..ir, v 'o. q.,c con'rirJ\en 1o' dcmás ird'ne''1e la 'r're-- rl ." "...¡" oue el .ólo enunr;ado de e're plan d: L-abaio

, ';; "r":r,;.^;" el nivel de Ia cri'..a kan¡i¡na t' cienriri-

.,,-.mo nosiblc rei\indrc¡r lá meralisica rr¡dicion¿' aulJueno

'^ orJ" ," "¡.p'"' ', peculiar turd!oenracion lorqu' el lr^¡l'o,"iir- ¿" l. historicidad 'evel.

su co¡tinuidad -comouna de

i¡s formas de su unidad-; v pue§to que el presente no cancela el

r..,.cdo del .ual proviene. la meralrs.ca ¡radi'onal ha dc narre-i,," ,".p..'" dc t qu" hov e'pu.ibe u"nr¿r' un¡ ela'ión

'aá-i,",.l" "*.r",i"." h fi'ic,.lá'i.c re'pr'to de la'¿nrirra

ola,i.¿ retar,,¡.a y lc cuanhca re ¡erro de la clá-ica.

Y ha de ser un tributo de respeto oblisado -a 1a vez que una

con{lrmación de esa continuidad bistórica- evoc¡r aqui el nom'

bre det filósofo que por p meta vez delineó v cumplió a su ma'

:r.r¡ u¡r plan ¿. i.¡bi¡ 'e." "nreo 'eo Hegcl Pero lr arención

.le l¡ ro.L"rid¡d ha r".ridomá' bien en

'u'i're-a

ce manera suya de cumplir e1 pro$ama, en la cual parece con-sistir la obra entera del filósofo, v acapamr el mérito o demérito

.,,. lc rúibuvrm"' tero "l varor p'rr'.rp¡l de un sr¡n liló''foc,n.,.re -remp.e en hob"r ¡r rado c de"ubr.r y planr"ar rigu'o-

samcnte aquel pLoblema o grupo de problemas que constituven

l¡ cl"'c cle su corr*pondiente sirnción, v en abrir de este modo

un c¡mino de investigacióq 1r: mismo para él qlre para cuantos

\.,van r 5cpuirlc. Y,.omo o' p-oblcm¿'de lc filo'olrd no son

1,.,,.i.r. ¡t ocrron¡le', ni p"r.onale', ' no '"nune' v c enc'al-

mcDte inherentes a la naturaleza misma de las cosas v a ¡uestra

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112 Fisrc^ y ME?AFisicArni,erenro dr.posrcrón pára .on idcri,tas, r..utra Je ahi que ta ,is-:1""jj:,-::-:l.t lrcbremr. riene ,i" .+i" o.J,iü", o,i;:';:::::;\:: x";§.fl:§l :*:Til,::T;liiTil i:,.,:;,,"1..:.,.:.:,,:^j". ,:i:L - . ,.::.*-. p,..,:,j. *-i""

"i.'"", rcner, por ¡'lo ct car"crcr pe^onal v ful^8:.-d:,un1 lr:eó,*l que e. un¿ :r\pn,u,r cer ;e,;;;:;;,.17\:;

i;,i"j:,:;;:li;li:::;: ":"::l il I ;ii,-;.ii:,":J:*r :,t:ue e\rá rcv e. .u.cepnble de enmje¡,d¡. .. ti.,¿¡*, i,rori-..IT.''" :.lli" 1!".'",". *,.,"., derrni.:vu, en u¡ propro .eÉ"'r¡ N-r <,no que \e cnrrá eJ, tá condición p.,," ¿"

".,á r",,llr-en er dc.c,¡br,m en,o de.,.r* d"". ".^ ;."i...",

i.o:.' luven qreci.¿men,e un orden cuyo modo aa".,"a. J" ,p,.-::i:":^::."1 ." """,i., ,.i ¡.mbidn.

"rg,,n _",,ro ae Hec"rt;':i'i"i#i:J ;lJ,:"fl.'ü" ií ;l::,H"Í'l:".,i:.:flr,,.,"i,.and^ ¡,,n.ue hava perd do.",,,,,,riaJf y.-"i¿"..,ii;l

m,en,o de que 'u. he ho. hi.,ó, jcc .*.,i,*_ ,r.r,,¿. ," r,i"r,u.c.úIbte en rr:n.ipro de una to,mutacrón

,;*-.r. , qu" .tlgor¡e e.a lormul¿c:ón d"perrde de su ptanrcamrenr, en ,ir¡enoontolÁñ..,0

§14LA uNlDÁD DEt m\.ocrMrENTo y rA cuFrsrró\ DE L^ Apól.ANsrs

Í,..pi.,:,u. e háber c.mfrobaclo que rr ,,encia ,i.i.1 re(on .ceá.luatm^n¡e que L con..lrucción ,..r¿,;,., n" .( ¡1,cut., con iui-:,os

.ri'r:rim.-¿ ,,¡ori. y oue r, b,*h, .oi.*.;tó;;;.";;.;,i;;propoj. rone. tundamenrrles y I¡s ex.eri,

:::11 "" '; "c

"ncr, de l; q; ;; ,;'1; ";l'j: ;;l ;:,I""T"tr::\_á¡r-',rnxr

ah..á el orrc á.t\., . d" r¡ c,., L ,¿;;;;:;,;;;;..';:¡á

c, qye pre.en'áta criric, i¡nr,án¡._.¿".u,¿,,-"1 ".,i"in r¡e'ál¡,.i.a de.iuicio. cJi"rir,." v a" p.".-¿,_¡..,".'¿'"¿].'iYvo.. bá-ado¡ en et princ pi. Jósi." r;.m.i d. ;. .".,".t1..i¿,^,,ío en ii expenencia (le loq fenómc¡ó,

§eric ru|.crflu^ enumerar mu.hos de to.p ocede dedu.. i, "me¡.e ;,,; i.-i.;.,,",i;,,:';": "l iT ", .::'rect. que. en ni.lsuná ci"n.ij de ,b.Fr " reJh, ""."r;,r-;,r.. un, deJucr,ón "b.oJura¡nenLe pr..,*" "" tc" n¡temi-

..?c]¿.'ñ" r. i....ó',ro. de ¡x o.n," ¡r.,-,leer.ob.^ .t-,-,?.,le.or,.run .oFe¡nt.an¡ , de rla .Dú..iÁ;

LA UN]DAD DEL CONOOMIENM 113

ticas y eD la lógica simbolica, sino más bien esa deducción quepudiéramos llamar inrermedia: la cu: se intesra e¡ un proceso,lc pen"cmiento en el quc apareren ade-á. propo ici"ne. eenera-les obrenidas inductivamcnre. Así, por ejemplo, las teyes con queNewton describe ci movimienro de los cuerpos cetestes pued;n,si se quiere, considerarse como generalizaciones indu ivas, Fues,aunque el material disponible

deobservación

era retati\.amenteescaso (el conocimienro de los seis plaDetás y alzunos satélites,m;. h" ob*rvacione( de la órb,,r de Mafl" electucdas por TychoBrahe, más el pimer intento de seneralización inductiva de Keplero), existía esta base empírica que justificaba lógicamente lainclusión de rodo planeta en los términos generales de dichasIeyes. Pero, la idea general de gravitación, Ne.ivton tá obtiene me-diante un proceso netamente dedüctivo, como resultado de unainterpretacjón teorética de 1a fó¡mula de aceleración (según tacual ésta es inversamente proporcional al cuadrado de la distan.cia).,? Ya Roger Cotes, contemporáneo y amigo de Newron, €s,cúbia en su memo¡áble Prefacio a ]a segunda edición de los prirycipia que los filósolos de la natu¡aleza, cuyo tipo representa

Newton, "partiendo de unos fenómenos seleccionados, ri¿r:l¡¿cenanalíticamente las tuerzas de la naturalez¡ y las leyes más simplesde estas fue¡zas; y por ahi, mediante la síntesis, muestran la convtitución de 1o ¡estante". Y no habría de caber duda njnguna deque 1a inclusión ulrerior de Ios cuerpos reresrres en las leyes{ormula.ias originariámente para )os cuerpos celestes, ta efectuóNewton por una jntui€ión genial, delde e] punro de visra sut'jetivo, y mediante un procedimiento de.luctivo, desde el púntode vista lógico.

Naturalments 1a pureza formal del procedijnienro y la con-sisuicnre .orrección lógca dei esquema simbólico resultante noson en física una garantia suficiente de adecuación, como no toeran

en metafisica. Bto no 1o ignoran los hombres de ciencia."lá teoría del campo gravitatorio"-dice Max Born analizando

la rclatividad generálizáda- "cs una teoria lógicamente perfecta.Qreda por ver todavia si resistirá todas las pruebas de Ia ob..servación".28 Br¿ justificada o no ]a ¡eserva de Born en este caso,presenta de todos modos u¡ carácter sintomático, porque la ne-cesidad de una confirmación experimental no invatida, sino quejustifica, el empleo teorético de corstrucciones analiticas. Otro

,? Pnñ.i¡ü, Libro II1, "Sisteha de1 Mundd,; P¡opod.io¡es, Tcó.eda II.,3 Mai Iloñ, N¿.frd¡ Pn osaphr of ctuse dn¿ cn@e, oxrórd, 1949;

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114 ¡lsrcA y MET^FisfttA t^ U\IDAD r,EL coNoclllllNTo lt5,t',n lr r.dri¿ ,rto.of¡ n.rL,Jt Jc h.wLon_ Iq' ,o\(on.pl .dr -.pr.:o r ¡en,po ¡b. ruro.. t...,J.rr-.lue"^,,i"::-,..1,1;

¿' Je,,n,r Lr cor cipro Je ,,."¡. p". r, _",;,

:::,::l: i.Jl:l ,rr," er rempo._ , onñ , r e.pa.,_, .r rrg:- v e, ne,.:.,1i:,,:* .:I'¡..,nJ.do.crp r"d., cr rLnoo.. p.rnq,e en ,a.

r.lo.ot,cr. rp,rc. o- 1", ,e",,a". ,(rn.,Jefar,ta. (.:". Fn-;mr.m¡ o.j nrc. de," qr"..n.r,,_--i":1 .T:tl,; .en.,br.- ../. s,n " ,¡",s. . . ,,".

"p " .r" ,." p"¿osoruro lroderva r"ldrct¡ameñt( oe tJ "*p.r,....n,..,.r"-,,;"ue .koú¡ un¡ r,J-r:, r,rn.rorra.,¿" .,_uát,., l. ,.ll '¿,i",EJ riemp. -b.olu-^ e. u¡ connnuú LnrJ.mer.somr reu, ¡.¡o¡pi e. /romocene.,r -.t orten Je Ia,párrpr det, Iempo es innurable... 1 -.je ordcn ,.rrerlo o e.,rucrLrapr.p.a det emjro dflé-nri1a et ord"n Je "u(e. rón dc t¡. co.¿. q,re

esan¡.n er hempo. á", (omo la erruc¡uj¡ det c.pr,io dcte,min:r.l .l*"

"" iruacio¡ de r¡. .ñ.á" qr,e c!áa.n et e.piciñ. f"ror<surra qJ€ et liérñpo.b.oJu.o ra no uene n¡da q"e.". co. J;

r\ewron e\ re\e, ib,e. e- d(c,r: tá \¡riábJe indeoendienre i cpa-rece en las ecuaciones dc Newron sohe"r -o"i.i.nt" ¿" iutmJñ€5 qu. in\arirbte. curndo I se

:" ^o: fgi. ,. (J.ca oL¡- eJ .^nccpro d<,¡"mpo ab."ruro sc de-r;nc lrmDorrc"menle. v .e cmpte> deJucri\¿menre a pcnrr Je faus¡n cron, def rc Jel .rden DLrcmen.e Ióeico _m¡re-;rico_;.: 1", 1.1"." de e( r,.hns rero r..mpmo aqui b pen....ónlormpJdel e.quen"- b.u¡l e 0b"ñ,,rá. p,rec .p tundJ en uhimacl D,,n. pi^.1é no cor.r¡d,c.jon _ e. garanria de ,uáb.,lur¡ c¿pr.id.d de rcprc.en.cr ¿deru¡Ja¡enre L. turómeno;rcáles, como lo ha comp.obado Enrste;n at *ñ"jr. r* diIi.;tt;¡;;ll

.L.femb,e.,qu: .e orier¡aban ú,eci.a-ren.c ae e..e .,,p,,.

""

j.un rr m¡o Ft¡.olur^_

uni\eJ"rImenr" \áJJo p.¡á rodo ,i rF.r.r re.rtren.,€r cñ -no\ imenro. I " ..luc,ó.t pr pue.ra ha ...1" .",..4;,orrm delLc.oñ del I emp^ - I.rnr.. relari\o. "."" .át,cl. ". u;:1" nl]""9 . .r ,. :9",.,**."..dr.rin."d"rqr",:u"en".ro _;

ll *p":.." de rc.renpof!l:d..d. nr h¡ . do "hr"njd indlcr.\a-rcl.e. .rno q e.-.ieiine .jTl-Áric"-p¡,. , * in,csm d" m¡n.,aisual como.vadable en oto sisrema r".áA ¿"""*.i"...,,-1""cuaciones de translormación de Lorentz, I", ..,"1., p".rt,", á".

It Pr¡n.;¡id, Escolio a Ias I)c¡iñi.nrñes

,l¡rc¡, el valor {le ¡ en un determinado sistema de coordenádas conrcl¡ción a ot¡o sistema.

De parecido modo, tampoco en metafisica her¡os encontradonuoca una Dura operación deductiva. ün raciocnrio basado exclu-srvamente en la valide: absoluta .lel pr;ncipio de n,r contradic-cióu. Porque esta valldez es aLsoluta, y 1a llamamos apodictic¡,frccis¡mente porque cs puramente formal: c1 principio no es

npodictico en sentido material, o sea apofántico. Y cuando uncsquema teórico tiene este valor representativo, de alguna mane;ao en el grado que seal entonces la teoria no puede considera¡sej¡más epistemológicamente segura y definitiva, aunque sea for-malmente correcta. Sólo son inmlrrablemente perfectas las ope-¡aciones lóelcas puramente fffmales; en ciencia de lo reaL, las.fcr. c.,ncc anJ.'ri.¡c y deduc ivc. ni ..n futr., ni dc.deñ¡n lccorroboración de ]a experiencia; por su ladq 1as operaciones in.ductivas, que parten de esa experiencia, están slrjetas siempre arevisión. Esto es común en fisica y en metalísica. La metafisi.ade A¡istoteles se funda en el priDcipio de no contradicción; peroeste principio tiene en los textos unA sienificación ontológica, y no

puramente formál. Aristóteles no procede deductivamente a par,tir del principio: el concepto de substancia y el concepto de acci.dente no de¡ivan del principio po¡ una opemción a¡alítica (másbien, el accidente resulta contradictorio, en los términos mismosde Aristótele$. Cosa análoea sucede co¡ el argumento ontoló.sico; 10 mismo en San Anselmo que en Descartes, el a¡eumentod priori, o deductivo, no es conoincente o apo{ántico, en la me-dida misr¡a en que es formalmente perfecto, y riene sentido en lamedida en que utiliza nociones cuya significación ha sido defnridaantes de iniciarse el procedimiento lógico puro.

Estas obseñaciones eran oportunas, porque el pensanientocientifico actual, ante el poblema de la diversidad de las cienciaspositjvas

-cada una con sus mérodospropios

de investigacjón-, ysobre todo, ante la desconce¡tante facilidád, que se anroja arbi-traria, con que se proponen, se cambian, se substiruyen y se com,binan diferenres esquemas simMlicos y sistemas .ategoriales encada ciencia, muestra una tendencia ma¡cada, como ya indicamosantes, a poponer a la lógica matemática como principio de untdad de la ciencia en general. I* lógica vendria a ser, para algu-nos, algo asi como la vc¡dadera, la única absoluta y definitivaciancia ¿c toáa.t l¿s cienci¿s: la .a¡tesiana m¡rñesis ,nr'uelj?¿6.Pero la cie¡cia de las cienci:rs, qL¡e es la filosofia, se ha de ocuparcomo todas las demás de aLgo teal y existente, a saber, el hecho

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116 ¡isrc^ r METAFíSI.ALA UNIDAD DEL ¡]ONOCIMIENTO

H¡hiéndose iniciado el movimiento fonlralista como un in'tcnto de {undamentación 1ógica de las matemáticas, v un intento

,c-ioroco de s;mboli a.ión n,aremirica de la lóe'ca l'a ¡r¡'cen-

J¡do rnclu o el canpo de l. ci(n,'a ñ¡rJrá1. por on rde Ji currió

Drimeramente, y ha pe¡et¡ado en el de las ciencia§ humanas vi;1osóficas, como si la dificultad en ¡esolver las cuestiones pdva'

livas .lc esos campos pudiera dl$mülarce tras 1¡ facilidad, pu'

ramcnte mecánica, de un aná1isis fo¡¡nal de 1as operaciones de1per ..melro oue requiere rod¿ pre'enra. ón r.gtro'a de b' pro-

hlpm., v r.do inLento de .lLc,J,rrlJ Le'ricRFreñle.

Asi, por ejemplo, en la ética v en el derecho nos encontmmos

en ]a situación aporética que resulta de la crisis de la teoda axi&

lósica, como concepción ñate'i¿¿ de los valores El hecho de Ia

hiitoricidad de los llamados valo¡es ha desvirhrado el intento de

definirlos ontológicamente, en cuánto a su ser, v de {unda¡ en su

carácter real y absoluto lás normas juddicas v mo¡ales Y en este

campo e1 trastorno es vital, y rnás dramático, por tanto, que 5i la

cli{icultad fuera puramente teorética. En 1a perplejidad de esta

.ruacion. v Dor et an i¡ .e e'¡Jr el relatirirno. '"" c'fueco'

¡ie ivan ahora h¡cir un án'. ') l.rm¿l de l¿' "'e'a'''ne" loe"e'implicadas en el pensamiento ¿tico v e1 pensamiento jutidlco Yaqui sí encuentra la investigación, como era previsible, un te'nin" en a qüe pueden asentaffe afirmaciones absolutasj sólo

que estas afirmaciones no son propiañente ¿ticas, ni juridicas, §ino

lócicas, o sea igualmente vá1idas por principio pa¡a cualquier otro

tipo de proposiciones que no sean del orden ético v juridico Es

dicir. el análisis 1ósico no puede siquitra cncaminar bacia unplanteamiento filosóficamente riguroso de 1os Problemas de con'tenido clue permanecen abiertos en 6tas disciplinas De una no¡'ma 1ógica no puede derivarse naturalmente una nonna éticai la

lesitlmidad format absoluta de un juicio norm¡tivo, ético o juri-

dico, jamás podrá prestar una equivalente validez a la norma quese expresa en ese pensamiento: só1o podrá impedi¡ que sea coñ-

tradictorio. De parecido modo, e1 ¡igo¡ ]ógico de un sistema de

ecuaciones matemáticas no puede garantizar la utilidad universalv definitiva de tales ecüaciones eD ciencia {ísica. Ninguna norma

iógica ha resu.lto jamás ninsln problema {isico, ni podrá, lro-re1t -¡mo, r"solver el problema de la eticidad v la iuridicidad,como caractetes feale§ que presenta la existencia humana Laproducción de regulaciones morales v jurídic¡s no es un hecho

ió¡ico, v ha de se¡ analizado, como el hecho de la ptoducción de

1t7

mismo de la ciencia, et cual es ran observable y tan susceprtble deformulación mcional como el hecho de1 movimiento planetario en

_ La cieDcia unitaria de todas tas ciencias ño puede ser cjenciaformd. El prnrcipio unita¡io de fundameDración ha de regularincluso.a 1a lógca, y ha de explicar et hecho de la to.maci;n yevñlución Je lo. J..,,nrJ.,rnern¡- t.,p c.

-.Sóto puede

s:r fun'.da,enador¿ u,x. e-rci,,"prr de d..r m,.r d", .i.m.. AJnsrponiendo qLre Ios cánones tósicos fuese¡ inmutables. la cje¡r.,¡canónr.a no oodrá Ja cuel,, \ ra.ón d",.aa. Ja. dem.s.:;rro-e. teoflci drre,(nrp. L¿ e.1.u, ru,a to-mrl d"l prn-amienrono concuerda necesaria¡¡ente coo su esructura re.t, pu.q"" a*,

"o.comoel arm¡ on ne,:J co -,, -o\it y x.¿bactü qr-...,i*"un cd lrcio y qu. da rec,rbierro por ét. sino .rr"...,"-ni ,u,(:rnár qLc .oto pueded-,nr..r e.rudro de lo. r,odLno. mi.mo( de e.,á {un-ión. Lá .,eñ-

e.. por tú .anrs rambi.n una c:cncir dehnlo.: c:emh lenomcn^lósi.¡, v no pura-enrc lóeica.

: " l, 1,,.,"." d¡ ta cjcnciá. no hry mrnorc d. á .nr gurr er.r-p.lc\ orm3. con.ri¡urrva. ge¡crate . t¡. e.rru.rurr. drnrrn c¡. detod« función simbólica, y tos modos pa¡ticulares que pueden darseen una.]u¡crón l.i.róri.a,;-crmIada., a"'"..r"t". * ,r"In.r¡n.,¡ rip,ca e.1 mj.-á Dofen ió.r J.s,c:.ra de la cienria ac-r9.'. l. .. par¡di,c^ e1 ¡..p

-.^mo r¡ tre-o.r-.ro en elpávrro anLerior, v \olr(-c .. a ...-p..b:r Fn .t ,,p;,"i"",á¿.i-o- que el aná1isis cienri{ico de1 h{ho de Ia ciencia pueda r;;-bir ayuda valiosa dcl análisis de ta tun.ión simMlic" ;n p;sl;¡;

pues no cs en modo alguno avcnturada la hipót"sis ae qu" amtosmodJ. de.imbor:r.ijn e..ir ¡rgr' do. en p-ne pu- leyc. uni.opmc. v ore tc. d r^r..drd$.n.re tá ¡jná , t" ",,; pe,,n,,"n "..i-t-rq'derl¡< meio- 3 lr. Jo.. EJ pnncipio

qu. pud,.¡; Itc-rare Jel(.rpo unitr.aJo d"t colocirienro,' abnrcc .e. rore. mu.ho má,ampliod que 1a pura foma lógica de 1as ctencias, y hasta sectoresajenos a Ias ciencias ñismas.

30 La .ien.iá y d aft nó ,on b. .listinr.c .¡lr""".* d; l; ;;;; ; ; ;:,,:; ;:; ;:;i:;'iJ'-X,:; fi l:J":ii:\'L Do,¡. ol,. .r F:. t..ó no. ..jn. u. tJ rr.ji,¡d "l.l d dei reljo rÉ.é.!¡ . F , ¡r ble. eri ,(1 Jtmére,.5"1,)- ro,,u..d,j

I ;":"" ' " "'ord ''náJe ¡ó''' ¡'es n'''Eb'"'\-''c'j'p.'u'

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ll8 FisrcA y METAFistca i19¡r5,e-a. feóricoj en cuátqu¡er c,encia. en rcracjóI .on l¿ fo.maoe ser v ro) modü de exr.renc.a Je quien to. produce.

, E.¡e l<ln¡lr.mo y logr.r.mo, (on et cr,a, .c inren¡a una run.ormeniác on uniraria de lJ Lien(i¡.5ine dc una p¿re p¡ra coro.bJrar ta ru.encia de rat tu¡damenrácion y h ne.e.idad;p,c,n;n,"oe eíal-l-.erlai y p.r orá Dane, en rar.ú que e. u¡ ler:ómeoonuevo, y no procede del formalismo kantiano, sirve también paraconfirm", la,.ri.r.de e.e

,".mari.ro. c..mñ ra.e ha pod.do com-DrñDrr en et campo de la r..:,á. L¡r (uanro o ta meraf,.,ca, e,,¡.ñifre.ro qu.-. Dor su oojero v por Ia ;ndote .i.., d. ., ;;.,--ru.rcn coro crencia-.e! ., ouc fuerÉ, no Jrahrj de +- nunca\uscepnDre Lre una tormrt:,ciór anitoga a tr qu( .e h¡ ,nrc¡,rido

l::-:-.r: .,ren,E=, foroue ta me,¡r..j.¿ rai Jet rer. y cJmoquiem que lo conciba. v p^r má, an.ha quc fue.c tr brtha enrreros (n(ep,o. \.mboti(ámcnre muv.b.rm.r^. y Jo. dÍo. irrme.o¡arcq re,,p, e\pv,encia.. sr-Fre haL,., .,e oermarecer apcgadaa r¡ rc"r'dad, v.iemprc hab!.] de v"..",¡n.¡,.¡;¿" a d,f,ue1,a

ffi;,:li: " "' 'PnroquP e' re'urre o no adecu¡da 'u ma e'¡a de

_. 6) Por esto, at conf¡onrar ahora la ciencia fisica con ta meta.fi-ic¡ rr¡diron.l-.e adv:crie Jc-dc tuego que la p.,-.rr..,;,nercra n1^. :potárrrÚ quc 'a .cEU¡d>. No aerrmo. crv,aar queen filosolia puede resultar legitima, t o.¿ti." y .pirt..oiogiiu.m€ne. u¡á Tr.no.ición ror¡¡ln"nre ."nrr¡dicrorh, ."m. L ;ener. c,io: -ur.r m¡ma .^.r e" lJ vivo v ," muert¡... o r¡ d" Heqel:

Io. Jc. ca... h¡ rncurndo pt t,ti.,.ro en un, tát." rrivrit de tógr.a,como pen."b, AriJó,cte. en F'cc.ñ de Herlctno.

-Lo. ¡nqrumen.o.,.imbót,co, que emotea t¡ ciencii narL¡-¿r, y

no !olo er !r'rF-ná de l¡ .na-Fmárica. ..i nrucho má. cb.r ¡ftosor" el de,l¡ mcráli.rca, v por Ftro Inerjo. ppñt^nric^.: pue. t¿ ab_

lm«¡on de qur puniñ no e. Ia ^peración p¡r l¡cual DUedc "l er),endiñienrt (ol.ider.r áp:.rre ats.ur1. prop¡e-dade. -r1,. de u , enfe. a Ip- qJe ju¿uc .-n.

"1e.,¿. .¿"¡,i.ao

l.s,J,re\.,n.,qu:.. er troce.o.ruc \a dp u1 .imLotñ a oao.ím.@ro. y cn e, (uJl .e v¡ deourando v at:nrnd^ ct in.,rumen.o cle

]: ::i,".1,...,:" en rá rcdrd., en que é.re p,erde su ofisjnarja

. En cienciá merafisica, 1(, mismo que en cieDcia fisica, et que_ha,er d_e rco,i- obtisa r rambia. tá ..s¡if,.arión de 1(], \imhñtó<panrcndo de Iú. mas comune., y a prcctucir.;mbol". ¡,uevos, pero

I-^ CIJESTIóN DT !A APóFANS1S

sin perder de vista la misma realidad que con ellc queda rep¡e,scutada. Este es un proceso de abstracción simbólica cuva finalt(lad es la intesración sistemática del simboto dentro del ordcnteórico correspondientei pero, cuanto más formalmente ¡igurosala integración, menor es la capacidad de represenración directa queposee el simbolo. Por esro, y como la metafísica --aun Ia tradi-ctunal, la que no procede fenomenolocicamente- ha de ope¡a¡

"imbólico m . cien.ia m;' cP, -Íántica que la ciencia natural, contra lo que suele pensarse, porqu€esta última emplea un sistema simbólico más abstracto, como es elmatemático. Y el hecho de que la ciencia natural se basa en ob-seúaciones empíricas y es experimental no debe induci¡ a confu-siones al respecto: 1a ma¡era cientifica de repr¿seúar aquello quepuede se¡ objeto <1e observación y experimentoñenos r¿p'¿s¿nt¿tiua que la filosófica. El agu¡ es una ¡ealidad;pero la fórnula HgO con que la quimica la ¡ep¡esenta no es unsímbolo efectivamente apofántico. Precisamente por no serlo, tie'ne dicha fórmula un valor cientificor no es un simbolo aislado,sino que fo¡ma parte de un sistema hoñogéneo, dentro del cualse establecen ¡elaciones resulares. Más que referirse intencional.

mente al ag:ra misma, Ia fórñu1a indicada ¡pu¡ta hacia otr¡sfórmulas dentro del sistema simMlico senerai de ]a quimica. Laciencia es justamente esta tráña de relaciones intelectivas den-t¡o de un sistema simbólico coherente. Lo p¡opio hace la lisica'en efecto. Ella no hace patente el ser fisico, aunque las ecuacio,ne. mare-á na. puedan ¡ dcbcn en ú mp inran(i3 .er cono-boradas experiúentalmente por la realidád fisica.31 k fisica pros-

31 Un eiehDlo h¡ de bNhr: d e¡u.ciado "hay lu! dé dia" ¡ó cs cicn-tifi.o, Iero cs eIe.üvañente alolán¡ico, y absoh,t¡hente apodiciico, y po¡ ciiomismo ¡o es hGtór,.o- Seriá hhtó¡ica nna opi.ió. qúe vdsam sobre la luz;esta ópinión fue¡a también apórá¡tica, lero y. no s€lia ápodictica; y ]a cie.-

ci¡ ¡oes sino

opinión,aun,túe lrndáda cn los hcclos y orsnn¡d¡ sisteñá-

iicáne.te.o¡ rieor Detódico. Uná cu.stiór cicnrilic¡ seria la sieuic.te: "lq¡écs la lú1" t¡ respuerá pndiera se¡: "Lá 1u, es el Fᡧito por e1 óte¡ dcondas de eneryia eló.tomaenética". E¡b F¡oposjclóD sisúe .onscrv¡ndo uD

cierto.orá.ie¡ rpofánricó (c.mo toda pr.posición inielisible), reo no ¿§ apo.diciica. D¡¿ci§3ñe.i. dr,r¿. os ci¿ntiliü, y For elló histó¡ica: .o¡tie.é t.€leme¡to de c¡ea.ió. Fersó.d, adcmás de u.a répresenáción de lo real Si

ápuramos h cuerióD y pre8d.tamos todavi,: "¿Y qué es csa cor e¡te elccto-naBn¿iicl?", el lisico puede r.sponde¡.os <onó h..e efectivrnenb Hcfr:,sin intención de lroducir uñá Fardoja , que "la 1u,, esa codente elccto-maadéti.a, .o é1 sistem de ¿cu¡cioñes dilerenciales de

Maxqel1". [s dccir, de uD3 aprehensión i.mdiah de ld r¿¿ti¿d¿ lhic¡, lrcual planteá u¡ problemr cieñ¡i{i.ó, hemos ps.do ¡ ú¡a ropresentación e¡

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120 ¡fsrcA y MET Físrc.{

li,l 1".:.*l¿". a Jr reatid¿d: quipre e,o decir que ,odr c,encia::.:,:":11.,... no.de.de c,rireo. \ino dp.dp r¿res de Mirero_, yque e, clenutico rien€ que:nrerpo¡er de a)gunr manera una dis-l,-,1.-,1 """: ¡a áprehen5ión i¡,uir,vc ,re tá" co.a. que rrara decnnoc."r y cr ecque,m¡ .rmbolico con que rr¿ra de lormurar.u co_no¡m'enru. Lt t;tó¡oto prc.ftr¿rico ¡ro permane(e apeg¿do a lás

hombre comun. no tito,ota .obre e r. rár (omo sere áp¿rccen en la oerccp. rón. .iño qLe3j¡r-ni, por "]e nplo. crueli-"l: l:...: j. ¡,n;.r¿d. r.,+ .imro,o conLepruaroP rá unrdsd. que orir r.3r,rnp.r,e .Eni... lo "ineuJar. \i.ne ásig¡ 'car.a'iora j¡ cor¡unid¡d d" lu dr\er..o. y .i.ve para mejorcomprcndtr p.e(i.amenre e.x múInpje d,,",.,jr,t d; .,. .;;;;

l:-1iidad."n.:-va..nion."..u.,*.,"."po,. n,,.. d.,^.,r, ;;;cuándo conrcJite l¡ t,,,r¡t,l.iJ dc e o. d¿,o. inm.d,aro. dc Iarealidad misma que se obtuvieron sensiblemente. Lo mismo ocu_ne cuando el filósofo presocrático descubre con ei pensamienroque 1a realidad es una armonia; sin un conocimienro di¡e o de tasco€. m. nr¡5. are ren.Jm enro no r prodJ .i. ¡. pe,o ci co¡r"pro

mjo que rrá.crerrdE to. dr.os .en.rblc,. a ta \¿que pe,n-i e meror l¿ comp,en.,ón i,,Letc.,uat de los oojerú. cl}rre.pondien-..., Y Io nj.rno d¿, x Darrirde enron.e.. que t..rmo,ni¡..! exprp e cn,er¡¡ino. d" I Jo.of:a t,er¡.iirednc o p,rígórca, oen los términos de un principio de simetrÍa. fo-ul;do ..i";á_,i.ahen,e, comú'a c(uac,ón de New,on.ol¡rc I^ equivatenciá dela acción y la reacción. En el caso de Heráctitq I" f;;i;;;;;violar cl princ p:o d" no Lon,r¿d,.ción. o"ro mán,icn".u .;rác,érnpor.n'co. menrm. oup en el .a.o.le N"wron ta formutá.:ón

riruronmFnre ,ógica, pero no c apotánrica d,rec_h¡ce po.:bte uc¡ reclmenre t¡ cccón \ la reacción-.'no oue hr.c ¡o.,ble rer tr reteción cnre

"'t"y

",.. ..;,4ü;;que constiruyen, en conjunto, el orden sisremático, simbólico, dela mecán;.,.

, Lá obt'Nac;ón no e. en creñria ra,.r,¡J. m., quc und t¡.e pre-Lmrnar de lp ( on,rucc ón rcór..r. y t|r .ub.iqu enrc .o*"b.,i; ón:11..1.:.'lr ,f.r.J..je-prc un .omp¿. de..""," .,... p,o_ce.o c¿p¡r6t de t". iornut,cione. .jTbólic¡,. ft p.og,e.o d" Iacren('..no Lon.i.re. por (onc:sürenre. en el petecc;orum;.nto dero. medro. rn.r.umenr¡te. de h ,nvc.rigación posi¡:v¡. Ena. son

: "-,, ,t *d p" .:.t5be"e dc..s,.!,.Jo. v.e n,. ofe.-.omó de,in:.,ón:1:1,-ll:: 1"*_ " ". TI.". .rmbór(o q-e * idró púa re¡¡p.q¿¡¡4y que ¡noÚ v'c¡e e ruhri¡uirt¿

r-a .uEsrróN DE r-a^PóFANsrs

lzt{ases secundarias en ¡a¡go de la tarea cientilica, l¡s cuales sólopueden adqu'ri .r ¡*e-acia por ua. dF'or¡.(,ón rlrLivi.r¿ yurilirori¡. t¡ 'crdcJer¡ crencr¡ - u tunción (uprem¡- ron.Lieen aquella construcción teórica, para l¡ cual el entendimiento hu-mano efectúa exactamente las mismas operaciones que produjeron)os sistemas meta{isicos, los cuales tienen por ello un valor e¡ris-temológico equivalente, en principio, y un valor apo{ántlco supe-

rior. Por 1o demás, como habrenos de ve¡, es a ]a metafisica-¡perando fenomenoiogicamente como metáfisica de la expre-sión- a la que corresponde da¡ razón de la capacidad representa-tiva que las fomulaciones simbó1icas de ]a cie¡cia logra¡ man-tener! a pesar de que no sean directámente apofánticas.

EI mayo¡ grado apofántico de 1a filosoiia, s;n enbargo, no de"pende solamente del hecho de que en ella se emplee aparente-mente este sistema siml¡ólico que es el lenguaje común, ¡nicntrasque la fisica emplea el sistema más abstr¿cto y esotérico de lamatemática; depende de la {orma misma del conocimiento, ca¡ac-terÍstica de ]a filffofia, por la cual ésta no puede producir en sus

esquemas teoricos una brecha epistemolocica tan honda como laque se prodüce en ciencja natural. Esto es enteramente indepen.diente de los aciertos o errores que pueda contener un sistema. Lafilosofia, como toda ciencia, emplea simbolos cLrya significacióndepende de Ia estructura sistemática general en que se encua-draq aunque se trate de palabr¡s extraidas del lengu¿ie conún,su función teorética les presta u¡a signi{icación nueva, 1a cual es

dependiente de1 sistema en conjunto y está articulada denrro de

este conjunto. El agua, como elemento fisico constitutivo de launidad de las cosas, ya no es en la filosofia de Tales de Miletoexactamente lo mismo que ei agua del mar o la que tomamospara calrnar la sed; ni el aire de Anaximenes es tampoco el aireque respi¡amos; ¡i la oioiu de Aristóteles significa ya 1a propiedadpersonal, sino la propiedad que maDtiene al ser de cada cosa en Io

que efectivamente es. Estos simbolos comu¡es del lenguaje handejado de ser con¿nes: ingresan en ot¡o orden de comunidad, osea el constituido de una parte por la estructura de 1a ciencia, cluelos viñcü]a con onos símbolos conceptuales en 1a unidad teoricadel sistema, y de la otra por la comunidad humana de tos hom-bres de raán, para quienes dichos simbolos tienen un sisnificadodete¡minado y preciso.

Pero, aún abstraidos de su empleo y significación vulga¡es, los.ímbolo. concepruale< de la tilo.otia concerran siempre su (a-rácter apofántico, representativo, Io mismo si se uata del agua y

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111 FISICA Y M¡TÁ¡iSTCá

cl ¡ire y la substancja, er¡ Ios ejemplos fáciles que hemos propuesro,q,.e .i 5e rr¡rc de la e.enc c, ta rorma. ta po,encia, et a.;o, ;

"r,"s-rcepro. mc,rfincus, a to..u"te. Io. mi.m.. f,tóoro. c,i;i.o. pu-diera¡.onsidúar desüncutados de toda efecti"" ¡ealid;¡. i;;.bién eltos son apofánticos, a pesar de todo, porque son símboloseláborados y empleados para dar c¡renra a."""."¡;¿ra p"t"ni";aünque la cuenra que den, reoréricamente, no nos parezca ati-n.,J¡, l: venión de ta reatidad que e,tos ofrecen e. mcionat. y

riene.enrid^ t hgiim;dád reorérca, percib,no. poicJl¡ l¡ realideJ,uvo problema r¡¿¡a dc re.otver,..",

"" ,;,;:u.,."n efe.ri\amcnre ,nreJ,ebt... I 1 *"t,clad mi,m". o ."" aq;:-lJ^ de ,tue .e hab,a. no .e pierde de , i..ra, cun cu¡nJo ti iñrerpre-tación parezca desacertado.

, I.1,,."":.,d."d que rie¡en y na,f:enpn .ierpre ,o, .imb"tosde .er retefido\ inñ..iiarcncnrc a l^s hecho., c lo.

enre..,á,la. [L¡ncioné._y e-acrum, .eat"., n" t" p"*.n". ,Er;i

redida lo. "i¡holo, de tá reori¡ fí.ica. ,un cuando .., .".";""-temarrro.. i'ñr e.to e- n..p.ar¡ ,. preci.amenler c. nfirmcr un¡ réo-,,¡ c"n- l¡ ob.e áción v Jr crperirnenr¡,ión. t¿ po..ibrliJ"d deun¡ rel.renc,a a rr, reolidades mi.maq se hc c^n\.rdo en una

n(e!dad- de áp.l.rr a ettc. a rod¡ cor¡. párr súptemenrar Ia J¡t,ade, virud .pofá,,ricc d"t e.qu"-a rinb¡tiro Je ta reorir, ¡a.acubrrr p.r bre.h, que pl mtrar..ica no se prc(enrá ñurc¡ rznabierra v protunJa. lor e¡o,.onrr¡ e) parecer rornún, la rcuríarErla e. m.\ pre ¡rja, ! Éu formura.ion e. ma- avénru.ada queIa teo¡ia merafisica, tá física ha llesado a una situación en que pa-rece que.solicird realidades que 1a confirmeq peo la meiafisicasiempre h¿ hecho pa¿enres ]ás realidades que la promuev"n. ycomo el dar razón de la realidad como tat no es ta¡ea p¡opia dela ciencia, propende el fis;co a considerarla como una incós¡ita,v no . rnc un daro prinrri^ de la er?erien.i¡, v , ."". d",r. q,;t'o e. po-ibre dcr .uenra de el', en modo ¿Jcu¡^, cic,r.ti.aTénre.f¡ re.J.'1a.I sca¡ entoncc.. v ¡.i * h¡ Jta¡:d". una

l-rpórer. ope-rativa, uD supuesto indemosrrabte, un acto i:te fe necesario;s, pe¡onuncá uná eüdencja inmedi:¡ta. Esre es un result,ao paraaO;;code la supúior abstrac.jón simbóli.a <le ta teoria fisica y de sucarácter no apofánrico; resultado que no puede r.."d*irr"'"; Íi1,-

r \ r.. V , B^1 ^ . .- p.". ,7{ *c . .ob,- .c, ,fl,:dó d- --átid"dto q e , ltsm" c-n ,a.. "J y,n p." d. obre. \.d,d,Id,fl I l. '. ^n ., ,¡. -.p t5o, di.r;.;1 _q e , ."-ID..m!.G en,e tt jn,.ej.olj'r.o y,,et u;\.ro.e

LA CU,STIóN DE LA AP TANSTS 121

mfia, porque en ésta no se pie¡de nunca el sentido de ta ¡ealidadp¡esente y patentq ni er¡ los sistemas del ideatismo llamado aca-démicamenle extremo, pues en éstos se cuenta siempre con unarealidad fundamental, siquierá, que es la de la concieDcia Dropia.

La iñportancia que tiene en fisica, por ejeñp]o, Ia reoría delos qknf¿ no se aprecia por el hecho observado que la suscitó.pues el hecho experimental concreto planteaba una aporia: e1 fe.

nómeno de Ia ¡adiación co¡tradeciá el reorema de la equipa¡ticiónde Ia energía, ¿ed.u.i¿o del sisrema mecánico de Newton. I¡ hi.póresis de Planck fué u¡ra auténrica invención teorérica, y su valorepistemológico no depende tan sólo de que la constanre h se hayauniversali?ado, sino de que con ella se introdujo en fisica el con.cepto categmial de la dhconrinuidad de la materia (el cuat notiene, naturalmente, carácter apfinticq aunqüe tampoco es tler¿i-men¡¿ simbolico). De parecido ñodo, el mlor de la teoria de larelarividad consiste eD la crisis que ocasiona en el sistema de ca-tegoías de la físi.a ciásica, más que en el ca¡ácter apofántico--ue es nulo- del concepto de un complejo tetradimensionalllamado espacio-tiempo. El experimenro óptico de Michetson yMoriey pata medir 1a velocidad de la rierE ru'o un vator secun-dario, desde el punto de visra positivo. De hecho, su resultadcft¡é nesativo, y hasta paradójico; el valot que entrañaba, desde elpunto de visto teorético, no se manifestó snro cuando, especulati-vamente, Einstein susirió Ia subsritución del concepto de veloci-dad absoluta por el concepto de r.elocidad relativa. Pero ni etfactor h, ni la fmmula de l-o¡entz que expresa la contracción deun cuerpo en la di¡ección de su movimiento, ni la famosa fórmulade Einsrein E:mc,, pueden considerárse como simbotos aoofán.r.o.: v no .olo rDrqup laq masnirudeq que repre.enran .on .nti-nitesiñales, sino porque las realidades mismas, cualquiera que seasu magnitud, no pueden ser inmediaramente áp¡ehendidas portales simbolos. Entre los simbolos y 1as realidades se interpone

toda una serie de símbolos que van ascendiendo er¡dualminte.de.de ro meño hasra lo má, ab.uac,o.En metafisica no hay nada equivrlente a esta mediación. po.

demos rebuscar los conceptos más ab,"tractos, por eiempto. los tras-cendenrales de la ontologia medieval: un¿m, verum, bonum,loscuales están situados en el nivel tógico inmediatañente inlerioral conc€pto más seneral de todos, que es el de ser. Podremos enIilosofia criticar la teoria de los tras.endentale& e inclusiv. des-deñár el plan de trcbaio que hc llcvado a su Júrmulic,ón: pcro ecevidente que, de inmediato, táles simbolos nos permiten ver aque.

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t2+ FÍsIq{ Y MET.\ri§]cA

llo q,f, e. ¡ pre.enre en Ia in,en.,ón .icnj.irárjva rte quien toslormulá. o.e.. rJgo qu" erj en ta rcatidád v qup ,e hac; parenrepor ellos, sea o no apropiada la o¡ganización ¿"1 .ro""-ni.¿"i"ien que.e inre8,?n. Sj .¿ ato.o.ía a.ruat ro ptanrca et probJemadd rer en los mis¡nos rérminos que .-pleahá t,

",""t¿,ii.a,-."i,o quiere decir que dichos rérminos fueran invenciones gratuitas,y quc no fuera leg inra eñ ¡r nUoio, v r:, on"Jmenre riexrc% _y:demás. elfl,v¡menre aporÁnr;. a

- ".amánera

neL.,ri.i," dcpl"nrp¡r lá (ue5rión. De ieu"t modo. ta r,cá mec:nica bicn p,o_grc,ó mrcnrra,lri'Daba el conr"pro rle érer. a pe.,..te qu" e,r 1,Ll,r.lo.¿ . rj eJ .,pto rrj, tá .laLrite r ti.ic¡ Je I^ que con ét "c r¡a-tab._d. rDrc.mrc¡ pero ño era rJmpoco e.e con(eDro úna purat,c-,ó, ..,ro un ,imbolo nece.a,¡o, den,ro de u¡ .,quema r.óri.oderefln,n^do. No $ lr cicnLr¡ fi.i.a. ro-o rár. ld.rIe enró encri"i- porque jo../uanra hav¡n.om¡romerrdo el concepro ctá¡c¡de conrin,,d.d. o por.tup et rrrcirio de reraLrrd¡,J hava clin¡nado o p:ero en cri r. lo" concep,o. newronra¡o. de e.pacio ytÉmpo absolutos; y correspondienremenre, tampo.o quedó anu_rrdr Jx po.:bild¡d de I¡ cic, . ia meraf¡i.a pur t; (,i,c;, dic.mo.,de tas 1dea5 lnnatás

La ciencia metafisica rambién avanra solamente. como la cien..i.i,icá.pi u- períuJo. dc crl;. Lr .i.i. en l¡ cien.,a e. unasituación en la cual 1¡ construcción teo¡ica se adelanta al sistemade h h"cho. cono-id¡,. y quebrrnrarc ba* teó¡.¡ ¿nre¡;or, enlue di.hc "i.rem¡ .e apovaba. La re,¡ -i,á dep(nde mcn", de1". htrho-. pero r¡o. porqup !e etele d" e'o. e.¡ecu,er.vr-erre,sino porque los há de considerar en retación con 1os principios, jpor esto su evoluctón hiijrórica es más dial¿ctjca y me;os p;siti;;.Um crii. "s, e,"pa bren .ei.lrl. en e.rp procc.od" crorución. Y Ie:os de hpb*.e á,,utado ta po. b:J dc I m:ma delá n-emfi-ica ¡or rr ac uxt .iLuJción .r;ri.¡, é"á p,.,f","p,;.;,,;;prra plla una erapá de sésa(:ó1 r¡n .é,rrt rñmo ta q,." iep-e.en-

tó Fára 1a metafGica tmdicional 1a fo¡mulación d"1-prir.ipi;;;, E ,¡..on cue.riors de hecho. enrcra,nenre ajena. cf ra)or q re

-e 3 iB¡pr.o., cada .i.rerna o.o¡ricnre de "i,rcma. m"1rti.icos.L¡.ciencia natural rañb;én rráta de reatidade$ o;rq ;"r;;;;_ñacta -y con ¡azon- de la metafisica tradtctonat, ev;ta coriol1cñG

vi:.q con un cuidado rim^r¡ro, ,n-ar reaj:dade. a fá. quc.on prop.amenre cu objero, prra evrr¡r con ello que n;nguna ¿irr-mación

."cieniifica" pueda ser dldada de .,metafisica,,. por otraparte, el grado c¡eciente de abstracción simbólica de los sisremas

125

empleados actualmente en fisica ha dismin¡rido todavia más el ca-rácte¡ apofántico de sus esquemas simbolicos. Ya hemos vistotambién de qüé manera puede se¡ desconcertanre este estado de"mediátez" simbólica. Por ello debe plantearse con ¡iso¡ teórico,y Fecisamente en e1 dominio de la ontologia, el problema de larelación entre el simbolo y la ¡ealidad; porque éste no cs un pro-blema puramente epistemológico, o de teoria de 1a ciencia: por lanatu¡aleza misma de las cosas, 1a teoria del ser y la teoria del co-noce¡ han de o¡ganizars sola y misma teoria. De esta

cómo se iñvierteD las posiciones que tradicio,nalmente mantuviero¡ la fisica y Ia metafisica: ahóra la {isicase hace cada vez más "ideal", más "simbólica", más especulativa,o sea literalmente ,n¿¿¿-físic¿; mientras que la ontologia se hacecada vez más concreta, más apofántica, más Ienomenológica.

Pero cl hecho de que la ciencia fisica no logre-pres no le

corresponcle- caracteriza¡ ontolósicamente su objeto propjo, nosigni{ica que este objeto suyo no sea efectivamente reel; no justi-fica las especulaciones {ilosóficas de los {isicos sobre la ¡ealidadcomo tal, ni menos la critica, directa o indirecta, de una ciencia

que asuma la misión cientilica de ocuparse de ei1a. Al poner enentiedicho a la realidad mñma, la ciencia fisica se priva de su ma-yo¡ título de gloria: el que consiste en haber obligado a 1a cienciametafisica a tomar b¡.rena cuenta de 1o que d;ce la lisica sobrecste gran sector de la realidad que es la natü¡aleza, en e1 seorido

La fhica ha logrado, en efecto, 1o que no supo logra¡ ptena-mente la metafisic¡ a 1o largo de su tradición desde Pa¡ménides:estdblecer Id racianalida¿ .leL clnnbio fuera d"e tod.a du¿a posl,te.Expresamente, desde Platón y Aristóteles, el ser del cambio era1(] menos racional de la realidad, porque era 1o menos real. A pe-sar del carácter ¡adicalmente innovador que riene la Fisic¡l de

Aristóteles, y que no riene su Me¿dltuic4 su eshücru¡a sisremáticac¡necta de una mane¡a indecisa co¡ 1a teoría del se¡¡ no es toda,via ni es completamente üna auténrica ciencia fisica, porque noexplica el ser del cambio por e1 cambio mismo, sino que intentael compromiso de explicar el cambio por el se¡ que no cambia.Perc la l;sica mode¡na ha demosrrado la plena racionalidad delcamb;o, con auténtico sentido merafisico, a1 penetrar en su cono-cimienlo mediante el inshumento más rigüroso que ha producidola razón, o sea la matemática, y sin la idea preconcebida de unser inmutable que justificáse la existencia misma del <leveni¡. Po¡consj8uiente, el gran valor filosófico de ]a ciehcja consisre, contra

L4 CUESTIóN DE LA APóFANSIS

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l, q,re,rlá.o!,.ñe J pre.uñc. pn u.Jpar.c Je re",ioJde.j en hc-L(r re.rxblp.,dJ a .u r,rgár dcb,do JeaLro de J¡ ie-arqLia onrúróBrc:¡Ja ¡caliJ¿J del canb,o.

Lcro. de conrraponere con eJtr a t¡ ,ne,¡fi-Lc, t¡ .,en.,¡ nr-tural-aportaba una contribución decisiva a 1a .;"í.i, ,.p.;..-.meraf,.i.a. flld mr.mr n" podia ¡fre, uf .áort.nen.c ct i-nporeJ- u conrribu.ión: .n[o en et ca.o de Heset. t¿ propia metrfi-

!.cJ no .upo .a\ár prove(ho de elta. Lo q," H"!"r ,ep,"...r,am"" rirn:lrc iM menre eñ ta hr.rñric de t¡ ne,.¡,i,i.a, en qecro,e. l¿.ruDrur¡ (.m e.á sdrción que orovienF orig;nar,amenre d"r¡rnenrde.. I'lárón r ArLrórele.: e. ct in,enrñ de arb,rrar un nuc-vo si.rema .imbolrcu. un nuevñ csquema . ce.r.jr que elimina.eeJ veJo *querr lóprco-oñro1oci.o d¡ i¿ id"r ,did y t, no."n,.a-o,cc'on. v ptrmrtrem comprend, r ta r.al;aot bJa co,nú cdqbio.l-l prco!. HeqFl ño p(r.,bu "l , r.p. rl rri¿r¿ rd.a tuñdcmer.ot ,te Hera. tir^: ¿qué riere de exrreño que talFrca ¡o hava reparodo en el hFctro de oue e a e. rambién, au_réñricamFnre..renc:á herá.t.reán¿. v dF.luc.u po.ibrtidad ri.ma.e lunJa en un¡ ann¡da -pero in)ctverrict" _ dii,ncióñ mera-I^¡.¿ enrre et.e"del

"enadoyet.er.in.enndo:

ne,o e"ro h¿brá

§is

. Lrs c¡¡r.rcl.rs oE r,r rxpREsóN y sus LIMrrActoNrs rNTRÍNSEc.\srlaciencia natu¡at es ciencia .lei cambio La expresión es un fe,

. nómeno de cambro, aunque ro perrenece at orden d" to narural.I'e-o ino podran. en on.e.. I:. L enciac ltarao¡s del c.onrru, que., n .ien-ci.. del ü-bio rarnbrén, br.rar:e por.r.ot¿. par traiarde cre tenó,neno? D,cho de o,r¡ -n¿nc.¿: /e.,á¡j ¡:,riiicado pen-sar qut una.lírca de h expreslón hace innecesatia e imposjble unan€¡df;srea de lá expresión?' /A qLé cien(,¿ poJrí¿mo. (on.ide-.r coao fisira de ," etpre.sión,. o

_seacomo e1 equivalenre en el domnrio det espí;tu de 1o

clue la fisica es en el orden de ta naturalezai No . u;a so1.. "i." un rnn¡unro de e,ta.. -ue" l! exDrF.ión e. un hnomenñ ran rcodF .uL. rncia virrl que no ¡rede .rra cien,,r ..ola abprca,lo . .m.olerrmen e. Ha, un¿ ¡,'.o¡"n;, dct tqrsuáre. por eiemo,o; percr^ toda eyp-ciion .s ve fal, nr Duede rqLiem ta D.i.otosic en-f enr¿r.e. rñdJ. Ja.. cuc.¡i"ne. oue el ot" leneu¿ r pl",,,ei Anree.ra .l^bre oluraliü I. nuesrro mérñdo .or i,rió , n exann¡r in.

126 rlIC\ Y Il ET^FisIcA LA FÍSICA DE I-{ FJPRESIóN t27

,lcpendientemente las varias ciencias de la expresión (ciencias(lcl lcnsuáje, psicoloeia, estética e hisroria del arte, historia de ]ar.l¡ciun v Je l, li,er.rJ ". e c., ) lo. f"nómenJ. mi rño. co,re.-¡ondienres a cada una) con el proÉsito de avedguar si alsuna de.11as, o todas juntas, podian revelarnos el ser de Ia expresión contodos los caracte.es lequeridos, a saber: de una manera radical,inmediata y auténtica. Esta fué la parte lenta y por{lada de Ia

ürvestigación que ha sido preclso suprimi¡ de la presente obra, ,lunqu. s r ( rrJcruru reorcx ha dc p-c.upor erJz, ev¡denrcm.nre.Hubiera s o acaso la parte más atracriva, po¡ la riqueza dematerial e ilustmción concreta que hubiera aportado; pero slr eli-mhación la impuso precisamente el ¡esultado nesativo que arro.jó, por 1o que atañe a ]a teoria. ?or otra parte, habia que roma¡cn cuenta (y el lector ha de toma¡1a para su infonnación) Ia obradc Cassner Filosolia de l¡1s ¡ormas sin,bóLicas, y otras obras suyas,subsigüientes y complementarias, cuya preparación requirió unainvestlgación similar y de enorme vasredad, aunque guiada porunr. d.rc( iva( direrente.. Con ravor ngo¡ ,eórico quc Dlrhev,.con una cultura más amplia y una capacidad de sugestlón, de cla-

ridad diáfana y de equilibrio en la exFesión, Cassi¡er ha reveladomejor que nadie la unidad fundamental y la hisroricidad del co-no.imiento. Propuso un sistema de ieyes de fo¡mación y evolüciónhistórica de las diversas {ormas de expresión simbólica; pero larazón última del ser de Ia cxpresión no pudo dar1a. No la puededa¡ (y en esto é1 insistía mucho) ninguna ciencia sola, pero tam.poco el conjunto .Ie todas las ciencias de ia expresión. Se requeriaun canbio de enfoque cardinal: el problema de primer plano noe¡an las {olrnas de expresión slmbólica creadas por e1 hombré,sino 1a estructu.a ontológica del hombLe como c¡eador de esasformas. El planteamiento tenía que ser directamente metafisico,snr dejar por e1lo de ser fenomenolósico. Só1o de esta manerapod¡ia encont¡arse la clave explicárivá de fenómenos y p¡ocesos

anali,ados ¿erc,iDtiuamen¡c, a ]a manera de Cassirer. Para é1, sinembargo, como para e1 mismo Difthey, la metafisica no era unaciencia legítima: su pretensión dogmáiica habia caducado. Recha,,aba la hadición, kantianamente, pero no le interesaba iDvestigarh posibilidad de renovarla. El ser mismo de1 hombre, en la obrade C¡. ie-. pe.r n(ce \iempre rrrr ¡cco l-o r ., y d lu,do J(.,r . Je .. . pr.pio. lormr. .¡p e\l rp-iÁr. )

Todas v cada una de las ciencias a cuyo co.junto aplicamosxh.ra el nombre de l,sic¿ de Ia expresión, abarcan de ésta una¡,ane so]amcnte y remiten de L¡niforme a una cues-

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128 risrca Y METAFisTcA LA FfSIC^ DÉ T,{ ¡xPR¡sIóN 129hón ulrerior qre ella. mi.m¿\ no F,á-1 c.pa. ircdá. para re olver..Si e$a cue-,ión s lcsíi a, c .ab€r, ji riene u¡á tundamenraLróntenome.,olósia, h¡br"mo. enconrrdo t, br.e real en que,.1.ri-tuir la ñetafisica de la exp¡esión. Hemos de ve¡1o examinandccriic¡me¡ e una ..o'¡ de aca o la má. con picua,sólo por ric J" e-emplo.

Asi como la fisica moderna se c¡racterizó como una reoría me-

cánica, cuyo ]ogrc principal consistió en etaborar ei sistema deleyes de la dinámica, ¡si la psicotogia cientifica, a partir de losco-1i.n¿o. dél riglo:,u, 'e con.ri-Jye i .I \é- L¡mo un !:.remade la recanna p.íqui.a, y rrar¡ de urnrta,.n.tu.o con ct con-.u..o de Ja ,n",cmjric¡. Jó ln* d:Iá]ñic-. de ta concluía hu-mana. Esta psicología era fenomenolo€ica, a s¡r modo (to sigues,endo. on.que rod¡, j.,.F.Ll, vr': ".o oue¡e decr qje - ¡.(;i¡¿ Ju- hr\^. \ oar. el.on.,,11i,nrode to o.íqu,o.e qui.bc ¡orlos hechos exrernos correspondi€nres, o sea loi efectivamente-fe-noménicos o áparentes, 1os direcramente cognoscibles. Pero no tebastaba que fue¡an ¡pa¡entes y cogroscibles: exigía además quefueran merxura6les. Iara proceder de acuerdo con este n étoáo,la psicolosia tuvo que

nee¡r¿¿tar 1o externo, o sea la parte feno-m¿ni.a de 10 psiquico: tuvo que elimina¡ cuanto bubiera en eltode ct tlhaiajo, para proceder cuantitattvamente. En suma: el ca-rácter auténticamenre expresjvo que tiene la manifesración externade 1() interno quedaba al margen de la consideración cientifica-Sin cmbargq esta psicologia no podia procoder c1e este modo conentera despreocupacióni su propio método imDlica el rcconoc;mimrñ de uña relic:Jn en.re to il,pr.]o y Io eyrern.. punqup e.rrrelac.ón n¡ c:e¡¡ iJ¡- r.e "rpre-i¡a, y al tenó-eno ." le su!-traiga su cualidad propia de hecho e4resivo. La expresión erauD tercer factor irreductible y estorboso en rn sistema como eldel mecanicismo Ficológico, el cuat tomaba solamente en cuentali rel¡. ión d,ná-,cr enr-e el +"imuto v l¿ reacción, l.or !e..m-

ho, ¿nore. Fr.erno. y de,.rminlbte. curn,ilari\.jm nre. Lá ex-pre.ió- (r¡ er.onrc.. resún e5re .i.rema, Iá .ec.c,ón :,nre ele-r.mur., o.-o no la rel¡ción enrre to p.iqu,.o rnrcrno y h man,f estación f enoméni.,-33

El o.i.€nili.is promorió una -evotuc:ón e,,cánico de la psicologia, po¡que estableció Ia pos ilidad de unnucvo orden de "leyes dinár¡icas,,. I{o se prescnrde en eltas del

33 Cl E, Nicol, Psic)losú ¿¿ tú situ.id¿r Vúdles, El Cotéeio d. Mexicq 19,11i rúrcduftió¡; cf. Ld vocación H!r1@, El c¡lccio á. M¿;;,

factor externo, aunque éste se aprecia ahora cualitarivamenre,como experiencia humam, y no cuantitaii mente; pero los dosIcrmiño. pr:ncipále§ .le lá relac:ón di¡rámico \¡encn á .er, pre.i-samente, aquel factor interno aDtes desdeñado y su exp¡esióncmrespondiente. No existe una teoria cieDrifica que trare, dc uná-1mancra ü ot¡a, del fenómeno expresivo, que pueda consüerarsecon mayor razóD que el psicoaDálisis una auréntica lkica d.e la ex.

f/esión. El prnrcipio tácito, pero efectivamente oper¡nte, en todas iestas nuevas direcciones de 1a psicolosia (a partir de Freud, Adteiy lung) es el que establece el caráde¡ spresivo de todo acto,gesto, modo de ser y de comportamiento, de rodo movimientqincluso los involuntarios (sobre todo ésros) y hasta de los sueños.Existe üna relación .linámica entie 10 consciente y 10 inconscien-te, y por el'o misño entre la zona externa y fenomónica del yo ysu zona o zonas profundas, inte¡nas. l¡ profundo está velado porlo exrerno (a veces espesamente velado, de do¡de la técnica psjco.analírica de revelación); pero la propia ocultación tiene un signnficado, y es por 10 tanto expresiva. Esto quiere dccir que la rela,ción dinámica ¡o es unívoca, y que la ciencia psicoloeica, aunque

sigue siendo lenomenol¿gicd, como Ia antiguá psicolosia m€cánica,tiene que ser además hettuñ¿uticü la estnnación adecuada de loexterno requierc üna interpretacióD. las leyes dinámicas de estanueva psicolocia (cualesquiera que sean sus direcciones y sus diversos si(emas de motivaciones o "fuetas motricel,) consriruyenuna dinámica cualitativa, porque se asientan sobre cl principiorle que todo lo huma¡o es ¿xtrejiuo: son leles psicolósicas .te laexpresiór1 y constitute¡ una fisica de Ja expresión.,a )

La vida humana toda, la culrura, la historia. pueden pasailobic.^. de e. i, rmenéu,i.a p.,.o,ncti, c>. F.re e.

el intento rnás ámbicioso, por la amplitud comprensiva de su plan,,iue 1" Il(,ad^ a .rbo l¡ ci. r.i:. moflp-n¿ r. r¡ ,nt"-¡.--1". .onuJ, .,ir.':o ur r1':o l, váiFdJd inlr:,x dc tJ. p.p",ro. \;'.tc,,considerados como feDór¡enos expredvos. Pero cuando se exáminaicn bl" rue. rc i- -n o. v c lo. ,. rr."J, . ro.;Fvo,que ha obt€nido y va obteniendo, sino en su senrido general ycn los su¡-.testos que 1o apoyan. ¡e-culta necesario hacer dos obse¡-

Lrn sufüesto, pero no se dcrenvuelve reó¡icámenre. El carácrerexpresivo de tode 1l) hunano es condición de posibilidad de la

3r I-a biotipolocia y la6 teorias psi.olócicas y psiquiárjcas de clasilicactón¡c los tipos hun¡oos aloy3D esta dne..ión, al eshblecer u.a .oretáción ex-¡r.siva entÍe Ia fo¡ma sonrári.a y la eshú.ru¡¡ ca¡á(ié¡otóeic.,

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130 FisrcA r METAFÍsrcA

analitica, pero la cienci¡ psicológica que se constituye sob¡e dichosupuesto prospera con seguridad sólo analiticamente. o sea exam;n,ndo ld. L^neriore. de..rr..J , q { .. luponen-enr'c Jo. r-to. (o.r.r c, que .on Jo ex.enjo y l. erpre.rv¡, I l¡.estructuras y fuerzas psiquicas internas. En cambiq permanecensin. exFlorar todas 1as impljcacioües reódcas del supuesto en quese basa la analírica misma, a sal¡er: la idct¡. det homüe cr¡no

"su

d¿ la expresí¿n. fnclusive ia proyección de 1os üiterios anatiticosal plano histórico, llevada a cabo ya por Freud y June como me-dio de in¡(rprer"..ón JF.¿. cul,urp., ,)o t,gra ,enedia- e.a dc,;ciencia. La paradoja de una psicolosi¿ dhámica, cuando se apticaa l,J histórico, es que resulre esrática. Cada hecho histórico, cadaetapa y cada forma culrüral se interpretan de acuerdo coD el cr;terio e.r¿blecido por la. que se con.ideren ruera. Jomin¿nre, enh c¡nducra hum¡na ,por.r.nrp]n. t¿ trJjoo. ,.mu quicn quL .(conciba); pero la unilormidad misma del criterio, et hecho de quesea regular e inalterable el jueso de fuerzas que promueve la accióuhumana, deja precisamentc sin explicación lo esencialmenre hjs.tó¡ico que hay en esa acción humana: Ja variación en las {ormasde vida. No es suficiente s4fJoner que todo lo hr.rmano es cxpre-sivo; no basta siquiera interprerar analiticamente el significad; decada acto exptesivo, ni coDsiderar expresivos todos los productoshistóricos de la acción humana. Es neces¿rio averiguai de quémanera Io exp¡esivo puede ser a.tenás histórico: reveiar cómo esposible que esos producros cambien de €$i¿o ¿rl,,csiuo con et co-rrer de los tiempos, En suma, es necesario mostra¡ que la expre-sión es esencialmente histórica; y estq natnralmenre, no puedeser misión propia de una ciencia psicolósica. Cassirer, a su modq

Por las misnas rarcnes no pudo tampoco la hisroria asumirdicha misión.3r La ciencia histórica describe el suceso histórico, ytrata de comprenderlo oBan;ándolo previamcnre en un sistema

de categorias formales puranente exrernas, derivadas de las dife-rencias y las similitudes de carácter ap¡rente que se encuentranen los mismos hechos históricos. Pero no puede, natlrralmente.dar razén de lo histórico en sij no püede exflicar a qué se debela variación de aquellos carafferes. Lr ciencia históúca na pue¿ecxFlícar por qué hay historia. Y asi como la raái del camhiohistórlco no es üna razón psicolósica, tampoco ta tey de la historiaes una 1ey historiográfica. Las f;losolias historjcistas han reñido

3í Cl E, Nicol, H,s¡úicirño r ]}ifcnci¿¡iJru, Et Colesio de Méxicq 1%O;1)dsi,1, esD, .xp. \1lL

LA Flsrc^ DE LA EXPRESTóN i31

r,¡rbi¿n la virtud, paralelamente a la psicolosia analitica de la"r¡r¡tundidad'', de di{u¡di¡ el convencn¡iento de que todo llJ hu-r, ,ro es exp¡esivo. Pero, respecto del ser de la expresió¡, queda¡á,,n'rc pend.enr" r¡- . r-. ón d....i\i, ni'nrr.. permane-.r..ñ

ir¡vcstigar este problema: ¿cómo se explicariá la mutación de lca|n¡luctos históricos humanos, expresivos de sü scr, si no lueraliistórico t¡mbién el se¡ de la expresión? Si el hombre no cambiar¡

l,isóric¡mente en s¿ ser mismo, no c¡r¡biarian tampoco los pro, I L , cti¡s de su acción: la inmutabilidad de1 ser determinaria la homo,l.Deidad de sus oeaciones. Pero siendo históricas estas creaciones,,|.!rc investlgarse de qué manera 1a Íotna de ser hum¡na, o surstructura ontológica, hace posible en el curso histórico la varie-rhd y secuencia dc rnodc,s de ser, y la varicdad de esdlos expre-silos correspondiente. Si éstos son auténticamente expresivos,«)rno nos hacen ver la psicologia y Ia h¡toria' entonces 1(] que pr;¡rrriamente expresan es el ca¡ácter histó¡ico del ser que los pro-duce. l'ero ya la cuestión de la estructura histórica de un ser es

|rivativa de la ontologia, y ajena a las ciencias de la erpresión.I-a lingúistica es, para cl caso prcsente, un ejemplo más sig-

,,ilic¡ri\o aún que la p.rcnlogía, p.rqup e! un¡ .icn..r má' c.""..-r.ri:adamente histórica que ella. El psicó)ogo, en efecto, au¡querccoDüca que ]a mente humana es un sistema dinámico, 1o con-si.lera estable, sin embargo; las funciones psiquicas propende a

¡,rcsenrarlas como regulares y fijas. El linsüista, por el contrario,c,,nsideLa desde luego qüe e1 sistema fo¡ético, el sistema mo¡fo'l¿)sico y el sistema semántico de una lensua son, Ios tres, sistemas¡bicrtos, cs decir, histó¡icos, en los cuales 1o único permanentecs la ley que regula su cambjo. I¡s sonidos, las forñas y las sig.nific¡ciones evoluciona¡; perq sobre todo, evolucionan cte manerarcsular, según leyes especiales establecidas para cada uno de losrrcs s;stemas, y de manera inconsciente, sin desisnio voluntariorlc los hombres que emplean esa leneua como medio dc expresión

y que son los actores de Ia evolución misma. Es evidente que unalcngua no existe aparte de los honbres que la emplürn; la lensua.rprcsa una mane¡a humana de ser determinada, por encim¿ deks expresiones conc¡etas que puedan formularse me.l;ante su cm.plco. Püo también es evide¡te quc, mient¡as se reconozca la exis-rcncia de unas ieyes de evolución semántica, morfológica y foné-tica, 1a ciencia del lenguaje tiene üna autonomia definida frente¡ l¡s otras ciencias de la expreslón. Quiere decir esto que Ia 1¡r-

siiistica ha de tencr presente siemprc, como punto de refercnciaI'i,sicá, e1 ser de Ia expresión, sin el cual no se conciben ñi el sis-

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132 FÍsIc^ Y MET FísrcÁ LA FíSIC{ DE LA EXPR¡SIóN

(lcsvanecer precisámente la metafisica contemporánea. En efecto:(n Ia medida en que todo acto humano se ha considerado ex-¡rcsivo, en la misma medida se acentuó la distinción entre 10,,rtcrno y 1o interno, cntre lo expresado y el que expresa, y ques( cncuentrá velado por su p¡oda expresió.. Si toda expresiónfu*a lniooc4 el problema desapa¡eceria. Inclusive no hab¡ia p¡o-l,lcna si la expresión {ue!€ aut¿ntica, en e1 sentido de directa; es

.l.c,r. . hub'c.e au. inrcrprerarl¡, pcro .c mrnruvie.e una con-c,,rdanch inalterable entre el contenido significativo apareote deh expresión y Ia jntenclón expresiva ocü]ta. Pero las cosas nor¡r asi: inclusive hay todavia otra complicación, cuyo descubri¡riento es justamente uno de los mériros primeros y más estables(lcl psicoanálisis, a saber: la intención expresiva, no sólo no con,l.c-da .iem¡.e con el conrenido aparenre, .ino aue ¡ v"ce. nisiqriera es consciente. El sujeto, en muchas ocasiones, expresa lo(tue no quiere expresar, expresa sin darse cuenta de 1o que esrá

cxpresando, sin interrenció¡ de su designio, y manifiesta inten-cnrnes que no soñ 1as s!)as, si por tales se conside¡an las conscien-rcs y deliberadas, sino las de su )o Prof"ri¿o y velado.

El ser de la expresión no es un ser unitado, para eI psico-r¡nálisis; eI homb¡e sería un tipo de ser esencial y literalñentecsqui,oide. Haya o no haya discorclancia e¡ave entre el yo p¡o.hrndo y el yo consciente, la discordancia potencial dc los dosrcsultaria aparente en e] fenómeno mismo de la expresión: en elexrácter involuntario de muchos actos expresivos. La expresióDrcquiere, si hemos de Jleear por el]a al yo profundo, de una he¡.menéutica especial que no se atenga al contenido patente de la.xpresión, sino que 10 atmviese y 1o rebase. El psicoanálisis, pro-

fiamente dicho, no es sino ]a t¿cnica hermenéutica que se em,plea clinicamente en los casos de discordancia gtave entre los doscdnstitutivos del hombre. Pero la teoria psicolocica en que se fun-da dicha técnica establece implicitamente que el hombre, justo

rrque es el se¡ de la expresión, ño r¿,el¿i rn set en la exfuesionrtr¡smd. La expresión es el embozo tras de1 cual se oculta el serrutóntico. Según csto, la expresjón solo puede en e{ecto conside-rirue erpreriua porque es precisamente engañosa. La vida activay co¡sciente, en estado de vigilia, viene a ser equiparable a lossucños que hilvanamos cuando estamm dormidos. Detrás de lavigilia y deúás del sueño está el yo auténtico, bregando por mani'Icstarse directamenreJ y sin lograrlo por completo, a causa de la re-sincncia.tue le opone el yo consóiente. Éste, por 1o tanto, no seriar,'r i,r'én io y b".icJ con,o el yo pro und.'; ) cñmo , ol..cuencia

li3tema simbólico que es una lensua, ni las formas intrinsecas deerá I"nsuá. ni

"uc]eye, de e\otr¡.ion. tá. cuale. son comune¡ a

roda lensLra: pcro. de orra p¡ e. no ouede et erudo Jingünriroofrecer un conocim,cnro radjc¡'de e¡e mr.mo.er de Ia eypre.ió,)al cuál todos sus estudios remiten. h histo¡icidad del ;er ctelhombre puede infe¡irse de la h,stoíci.tad de

"stafo¡¡. suya áe

exFesión eminenre, pero no basta el hecho solo. ni basta ta cieñ_

cia que se ocupa de ral hecho, pc.á d.r ,áán crbat def .cr que

\9 s¡ e\o'uchnan hb,óri(rmen-e. y .egúr teye., to" fonc-r¡.. la. lormá. rerba'es r 'a,.ig¡ifi,cione. J" "n, t",,grr,,i.o,¿mb,én Jo. . srem,. .imbótrc,- , re-do. por c, horbre, ya detrbe.,adámenre. conio exo,e ic¡e de.u m^do d",.nceLir Já realiJád.La ciencia es una ffmción simbólica coñsciente, cuyo instrumeutobásico es €1 lensuaje; pcro la ciencia evotuciona Íl¡,¿;*-""i",,J,ñL,en de acue_rdo .on teyc, In.l.ppncl:cnremen-e dc Já. teye-i,i.rori(i, de c\olu.iór de la. IFneua.. :nd"pendienremen.e de Ialens'E que panrcLl¿rmenrp emplea (t p".l ¡d.r, e in,lu.o inde-pendien,erenrc d- rr de.jcnio. La .iruác;ón hi)rónca limirá vpn.ou-p Is. po

,bl,d¡de. d" ta innovr.ión cre¡<lora. Evo. hechosson ¡elativos rambién a.la-expresión,

porque toda ciencia es erare.siva, en tanro que usa de1 lenguaje, y a pesar de que esré. com; tálicn.j¡, {- e,,da a tr reatid¡d qup prerFnd. conoccr; a.i comora,,,bi;n e- erpre.i\¡ de cu.L,u.e, ,. -uniCad i, lmana h Iens,,;.re c.tá comun,daJ. a pc.ar dc que Ia tensuá "\"luciona .dúnl.\e. ¡o erlbrecida. Dor decró¡ Jé tc hu" bre. oue torm¿n I¡comLniJád. l.ro de e -.. ¡.¡5". -Ja evotu.ión d" lo. .i"remassimbó]icos, cientificos o mitológicos, Ia evotución cte los cs¡iiosexpresivos en literátura, eic.- no puede¡ ocuparse 1a cie¡cia dellen8uaje, nl la estérica, ni la metodologia cientifica en seneral.arnque hayan de tenerlos prcsentes, porque no 1es ."r.Ápona..lar ta,a or.iltima J¡t:", de /a .ypre,iá. L¡.e--c,u,alyt¿le)e. ¡ sulad"r¡. de ,. . fñ mr. de expre.,,in n" er¡liccn ta e.iruc-turu del ser humano, aunque remihn continuamenre al problema

Ii nF.".id¡u d. ul¡o n¿ ." ha.- ¡areTe en et era e¡ d- lc,trre. leelrmo. v de rámpo del rn:rad^ dc c¡ " un. d" Ia. . iencil§de la expresión- Lo cual nos €ncamnl¡ bacia ta secunda ohseÉ\.á,,ón rrá. r. ¿l r.icoáni1..... f..ri (o-:a . ..otós.r, -n .. da. .1..irver ¡" J',e. i¡re.. \iene ¡ -e¡t,rmar..,n "J\" UrJo e.a popuL."deronfiana de las apariencias,, que hubo de estabtecer,^hacet¡ntos siglos, nada menos que la ñetafisica griega, y que rrata de

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de ello, los productos hisióricos de ia acción humana, las ob¡as delespi¡itu, to.la la cultura, carecerian, en tanto que expresiones, de va,1or propio, pues la hernenéutica psicoanalitica descubr¡ia en el1os

solamente el eco de esa brega callada quc mantendria un yo con.tra el otro yo. La expresión, tendria sentido aütén-ticq porque su sig¡i{icación radical seria discordante de su sisni.

No impo¡ta averig¡rar ahora si esta noción responde :r 1os he.chos. No se trata, naturalmente, de invalidar los métodos legiti-mos de 1a ciencia psicolósica, sino de mostrar que su empleo nopermite resolver las cuestiones radicales. La psicologÍa de la "pro-fundir,]ad" refuerza la convicción implicita que se tiene común.mente de que el ser de la exptesión se encuentra detrás de 1a

expresión misma, disimulado y a veces falseado por el1a. Apartede las disco¡dancias que puedan establece$e cientificamente en,tre 10 consciente y 1o incoruciente, y aún antes que ellas, sabemosya de 1as que se presentan continuamente en la vida corid;anaentre la misma intención consciente y el contenido de la expre-sión. Pero estos hechos ayudan a plantear el pmblema, no 1o

resnelven. Provocan una perplejidad: si los aceptásemos sin re,flcxión, propenderiamos a aceptar también implicitamenre unarudimentaria idea ontológ;ca, segun la cual la expresión no haceparente el ser auténtico de quien exprcsa: e1 ser no radicaria enia óTresión. Pero una cosa es que la pe¡sonalidad individualde un su:'eto no quede refleja<la de nanera fiel y auténtica en cadauna de sus expresiones, y otra cosa diferente fuera que su se¡, entanto que humanq no se hiciera por ello patente en su mera pre,sencia, como ser de la expresión. Esa noción comírn, silr embarso,apoya Ia tradición metafisica, y tal vez 1a haya inspirado. támetafisica no ha sometido a un apropiado análisis ontolósico elfenómeno de la expresióq de parecido modo, la prevención co.mún contra Ia expresión, fündada eD la expericncia de que ellapuede se¡ eneañosa. ¡efre¡za la tradicional "desconfianza de lasapariencias" que ha tenido la metafísica en general desde Par,

La expresión es engañosa, luego el sü no compa¡ece aut¿nt;cameDte en su misma explesión; y aunque ]a expresión {uese fide-digna, tampoco compareceria, sino que estaria representado me,diatamente por ella. Esta es la conclus;ón que debemos evitar.Casi todas las ¡eorÍas más conocidas de la comunicación inrer-subjctiva coinciden en conside¡ar la reláción eDtre un yo y el otroyo como una relación mediata. Perc la comunicación es directa, y

I-A FíSICA DE LA T-XPRESÉN 135

0ólo puede se¡lo si el ser mismo está va pre§ente en la expresiónlr.i la e¡.presión no es mediadora, sino inmediatamente comuni.c¡dora de1 se¡, aunque el contenido significativo de la a\presiónconcreta pueda se¡ falseado por nuestra interpretación, o lo sea

v. orieinanamenre por lá inlencó1 en83ño53 o ror la iner, ra de

qu pn e-\prese- tsra inmed arez del 'cr cn la expre rán e. preci a-

r¡ente loque debe tomarse en .uenta, como púDcipio v condición

.lc no' bil dad de una mer.flica de la expre'ión: -on eLlo e u''.', l, ."a ac al.an." ro,,ble de una l;srcr de 1r c\ore' ón t on

.,11. * evi,r a lá ve¿ la ingenuá m(rclisi(a que .cn'idcrando cl

r,,n.;meno exDre,ivo como mera zpar'enc12, in..e¡e dcl ccrácrrr,..blemenre cns¡ñoso Je 1a expre ión el carscter velsdo del 'er

Debemos impedir, por consicuieDte, que c¡istalice en idea me't¡fisica ]a prevención ordnraria que sentimos ante la explesión. I-aprevención misma es inevitable, y derlva de la necesidad en que

nos encontramos de adoptar espontáneameüte una acri¿d her-mcn¿,¿ic.¡ ante toda expresión. Los entes no humanm no tienen

intenciones; esto quiere decir que careccn de sentido' Toda ex"presión, por el contrario, en tanto que es si8nificativa, tiene una

intención, y el merito de la psicolosia conremporánea consisteprccisamente en habe¡ descubierto que todo en el honb¡e es expre'§ivo, porque no es Decesa¡io siquiera que Ia intención e$resivasc,r consciente. tdo todo 1o q¡re ñaniljesta o contiene una inten'..ón deb. .er .nte'p-er3do. larce. en.onc"., como con,e.uercicdc e1lo, que asi como el ser de cualquiet cosa se d¿ inteera e in'rnediatamente en su mera presencia, en cambio al homb¡e, a1 ser

dc Ia expresión, hay que encontrarlo si acaso después de inter-

t)rctar sus expresiones y de atisbar sus intenciones. Todas las cien'.i¡s humanas, y especialmente aqueilas que más declaradamentesc ocupan de fenómenos erpresjvos, son ciencias de ]a i¡te$re'r¡ción. A tavés de ellas, o por medio de e11as, parece que pudió-

rnr¡os ilegar al ser auténtico. En tanto que son ciencias, sometenl¡ técnica de interpretación a un rigor que no alcanzamos en las

rcl¡ciones intersubjetivas de Ia vidá cotidiana. Pero al térmnrc decst¡s ciencias nos espera un desengaño parecido al de los poetas,

(rryo Jamento, desde Petrarca, expresa en otro estiló ese mismo.:rricter evasjr.o del yo ajeno, esa decepción ante Ia nnposibilidad¡c llegar hasta su profundidad recóndita. Pero la decepción ütal,11) inrplic¡ una limitación metafisica, ni tiene nada que ver con.lh. La inaccesible intirnidad del «ro, de quc habla el poeta,

rlrilc siempre a un sujeto n]uy detenninadoi hablando ontológi-

FfsrcA Y METArisrcA I

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L36 FíSICA Y METAFÍSIqA LA FiSICA DE LA EXPRESóN 137

camente, ese ,on¿o del ser ajeno es inabordable porque es inexis-tente. E1 ser del ente que expresa está presente y patente ya en suexpresiór\ cor¡ro t¡,I ser, sean cuales sean las complejidades psico.losicas que podamos descubrir o sospechar cn su conformaciónsubjedva ind,t,¿"rr. Incluso, superanclo lo puramente individualy 1o concerniente a1 estudio psicológico, no es necesario para lametafisica que estén patentes en la expresión todos los caracteres

consritutivos del se¡ para que la er'?¡esión haga patente ya el ser€on plena aütenticidád.

No c¡be duda de que nos podemos equivocar en ]a interpre-tación de las expresiones ajenas. Toda tarea de jnterpreración

entraña e"cte riesgo: no puede habe¡ un criterio único y segurode interp¡etación, porque precisamente ni¡guna exp¡esión es ab-solutamente univoca, Solo es unívoca la naturáIeza: só1o tiene unsentido 1() que Do tiene ninguno. La expresión es esencialmenteambigua. Tiene 1á capacidad de superar e¡r riqueza a la realidadmisma, c¡eando realida.les imaginarias, y tiene la jncapacidad c¡>rrelativa de ofrece¡ nunca completa Ia realidad. NinguDa expresióndice todo 10 que intenta. Siempre cabe deci¡ más, decirlo mejor

o decirlo de otra manera; siempre queda f¡rstrado el a{án dedecirlo todo. A pesa¡ cle esta veracidad de la intención, cuandoe\i.re, el que mira o e<u,ha e inrc-p-era.iempre p(rm¡nece in-seguro. La inseguridad es mayo¡ si la sjnceridad de qüie¡r expresano existe, o es dudosa, pues la intención expresiva puede ser deli,be¡adamente engañosa, y no sólo inadvertidamente. I¡ verdadpuede ocultarse, de tal modo que el solo silencio puede ser yauna falsedad; pero queda además el recu¡so del equivoco, la am-bigüedad estudiada .Iel doble sentido o e1 tr;ple sentido, la defor-maclón, la verdad a medias, tñas las fon¡as de la hipooesiamalig¡a o convencional, y la mentira franca.

Esta inseeuridad vital que trae consieo la necesidad de la in-terpretación no autoriza, siñ emba¡so, la suspicacia metafisica..tssta suspicacia, como otras muchas ca¡rtelas, es haffparente, y porello mismo es una forma de incenuidad. E1 esquema formal deuna posible metafisica de la ex¡resión puede delinearse adop-ta¡do como hipótesis directivas del trabajo los contrasupuestos dela mera{isica ingenüa. Segun ésta, en cfectq tendriamos: 1q que elser clcl hombre, en su autenticidad ontológica, está de¡¡¿is o násallá de su manif6tación exp¡esiva, no en ella misma; 2, que elser del hombre, como t¡l ser, perrnanece inafectado por sus expre-

siones, como quiera q c éstas se conclban y que se conciba e1 sernlismo. Pero tienen que darse, n¡ecisarnente, las condiciones coü-

rnrri¡s, para que resulte posible v leeitima una metafisica de la

..'i ,. ¿'". t '" ¡¡*tl* autore. lo atnmen exp¡e'amen'e o l" den

el 'er del hombre e,ti Y¡ iormadñ v conrhruroo

i"--, i.i. ,"ir""". c intPg.ámenre, de una vez ¡"r roda" segÚn

¡",., ¿¡i."fu. el hombre, entre otras fácultades, caprcidádes- o

¡,,.,.r-""." "it"l"r,.le ese instflrmento que es 1a expresión' del

, ,,,,i1,".i" *',

"*

,í¿¿" v relátivamente arbiLrá¡io, según las in'

,i,,.¡"""i ***i"* v según la dirección especifica queelisie¡a

,,rr:, l¡ comunicacón: ¡alabrc, gesro, etc.' T^.lx ,.,m¡ de duali.mo merafi.ico c'nriene impl:ritnmente

r, .ión ,le que el cuerpo e' uná lormá dr ''r meoo' ¡ropu que

.t;ñ,, ,.;c* el cuirpo seria justamente una propiedad, algo

:.," ,...;"., p.'" qu" .".""l '. Lr man.r¡ omo el ¡lm¿ pue-

.ir in o,i-rar.., e. d<cir, i,,lundir cn el (ue'po

,.-,,".-,, ,A"tir"-.n,. en¡ble', ) lot.¿r oue p¡odur¡ uno' mo-

. t-¡"^,* ". meramenre necálrico., .'no dor¡do. de 'i8niticacrón.

",, n¡ruralmenrc. pemn. aece en el mi'rerio' Al i eJá colcen', " l" r¡do el ¡roblcm¡ d" l¡. relac.on"s cn re el 'ma v el cuerpo'

,l-ual

re'ulta in'oluble ror ra:ón del mi'r" | '¡arePmien-ú me-

rrtísico dualista.Pero la fisica de ltr exFresión, implicitameñte, prolong en

nucvos télminos esta forma de dualismo' E§ta teoria, en todas §us

',,,1"4* a"¡**i"*t. responcle a motivaciones profundas, a con-

r,..i."* -.rig.¿* de tipo p¡ecientifico. Es un hecho de expe-

,1,,r.;. q* "i.**p" t. -".1¿*^-o, 'or¡op'opiedad, como aleo

,l.uucdspor emo.,obe¡ quei rmponc a no'" 'o'' reo cn rodo

.... "L. ."" l. *"1 no n"' idenriticano' Ta noren c' un lrecho

,1,..*"-..¡cncra c.mr'rn crue cl er Jel orro r l' cbcroro' por

.."""i.,.. "".,direm:ón rurcl v cn i" ro¡¡p - dcd Je 'u' m¿-

., . in,.-no', en ning rr,: de ¡u exPr''rone' ¡r l¡da'' ni 'quiera;.,, ,;.,,'. oro'ona;.' de extre'rone' D" c'r" 'e ntcrirla que

;.i .;;';;. ",; "'. ó*ano ri'i.o de Ia F).r'" ión. t 'irej

cu:¡no

1,","-p*.i¿.

po"ib e, n" c' la.cde aurór"> de ''r: v que por

:1,,,,;;I;;;". ,,il,,""rpr-.ión

puede rcueramo' p'ooram'nre el

. ,, ii.¡.i" .," S,'*¡. mi' ¡lli de l' eróre :ón d rá( del cu"F

,,.,. l: ero,esión, .eria 6r¡m c"ndv¡ro leflanenntÚi,..,

':,,"li i".;"i,,".

'¿.de r n¡ .,,rorog,¿ der rrorbrc: o en Lodo

1,,,",';;;a;;-""," un conducto, pero no la residencia del ser

'-ii, pr*"¿;*d. con risor fenomenológico, prescind;mos del

rLd snl .c ¿1 próblcna del cuerno, a¿¡se, ñís o¿'la¡tc, e] cápitulo s'xto'

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FÍSICA Y METAFíSICA

:ugu$ioq:re !¡ n e.is opinione< precienrir:c¡.. y e\¡anob prec

larle el \álor de un Iundrr¡enro r"orio: .i queoamo- .iruadoÉlr"n'e ¡ l¿ .e¡lidad .in preil¡i,u.. h.bemoc de con.ord¡ r en q ,e1¡) dado_ primariameDre en el hombre es su expresjón. Mejordi.ho:.el¡e¡,lel hombrc.¿ Ja. c^mo ¡¿l s,r y d. -rncr¡ Jni,o.;v arorrcr c¡, pre(ibarcnre e¡ l¡ ¡rnb,süedad dc .r pr" er.cra er_p,e.r\fl i¡re5 de oue po.t¿*o( e]¿b,ra. rcjrrc"m, nre Jx l rión Jeunr

Joblc zoni onro'ósi(a plm ., Tp-ealcr +.c."r. lor'r.rr -e.§,ón renrmo¡ conc.n. a Jc su .er. de .u p,e en.,¡ real. cte s¡rexi.'mcia. áme. cle que lleguemo. a drringulr cn éf tá dobt. ¡o;;

to quc no F_ rerpJ. tr h..ho dc que ta e\pre.ión noDúpd., ¡.vetárno. rodo. to. dera e. do l¡ coñ., rución ¿n¡i.a deun individuo no significa que ella no sea un constirutivo on¿o¿ógicodel,hombre como ta), y que no tengamos por

"n,f" i.;.il;-;

aurc¡'c¡ aprchen.ión d.t .er trumáno.,."ro r¡l .,r ) com^ c l.e-ütr.smenre humano.E.ro 5*i nece.ario. de ,o,to. mod ". ex¡r ir¡rto..,r -.. J. r*

nrm.enro. Lle m"nenro ha .te qucJar ernbrecita uná .ond.(,ótprevia para 1a merafisica de lá exp¡es;ón, de¡ivada de tos ¡esultadoi¡F"Jriv., que ¿rrojá el (xan pn de Iá r¡i ¿ de ,a expre"ión, F.pecrooe su\ c¡pácrdad.§ para re.¡"nd"r c ]c p,er-un-á .Jbre el .er de t¡expre.ión. Io ¡,o"itilidart J, rtu ta,oli:¡a ¡le ta crye.ion d,-pcndc ¡te quc el rr ¡lc,la prprcr,¿jn ., has(L patpntc .r ta , \,1c.ióñn¡na ! ..¿ §ti ..p,il,l, de ¿nd intudnn id""tilico i.,n on;oti t acomo tal ser d"e la exLaesión, es dec¡r, como ai homb¡e.

SEGUNDA PARTE

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CAPITULO C1JARTO

I-A CRISIS DE LA METAFISICA. ETIOLOGIAY DIAGNÓSTICO

§16RrouERrMrENTos DE L{ INvES-rrGAcIóN. DESCUBRIMIENTo

DEL SÍNTOM^

,r) Ils dificil discernir Ia razón originana de la crisis dc 18 meta-li,cr. No ¡oda critica ha representado para c11a una ve¡dadera, rir,is: deErués de Hume y dc Kant, la metafisica prospera nueva-rir.r)tc con el idealis¡o romántico. Esto pdmite sospechár que

hs m:oncs criticas del empnismo y del L¡ntismo no fueron sult, ¡.üemente radicalcs. Por esto mismo pudieron parece¡ defintriv,s. Pues, en efecto, si se logra penetra¡ ha¡ta el {ondo en la,,'rr|rensióu de esa crisis, se descubre por ahi el sentido de la tra'

,l.i,ir1 cntera de la metafisica. Esta se salva al mismo tiemFo que,, *rpera. Pero en 1a época de Kant esa penetración no pódia,l..ru¡rse, porque ella requiere una visión histódca que la filo-,.,,1ír no podia haber alcanzado todavia. Para Kant, todos los .r-'isrcr¡as memfísicos son equivalentes en p¡incipio; (o-dos están,,,fr) sitü¡dos en un mismo plano, y las relaciones entre unos v,,rr,\ Rm únicamcnte 1as relaciones dialécticas, estáticas, que per-,,iriri¡n co¡ceder acaso ma)or r.erdad a urr sistema que á otro.lr,, r.rlid¡d, ninguno seria vercladero; pero el oiterio de verdad,, rr quc Kant se la niega a toda metafisica es el mis¡ro c terio,l, vcrrhd cstablccidc por Ia metafisica misma en -.u historia: la!,.,,h'l cs universal, necesaria e inmutable. r'No hay en cste criti-, r,)1, ¡i¡ql1¡a idea .le una relación dlaléctica dinánica ertre los

,lrti,rxs, de una he¡encia de conce¡rtos que se v¡ya t¡asmitiendo,1. rrus a otrcx, que permita ¡trib ir a cnda uno su seDtido pro'1,,,, v oblieue a considerar su conilürt.r como 1á unidad de un

t!LrL.!) qlre tiene uDa estructura de{inida. El sentido hlstórico

Itr.,,rrirc salvar el pasado en 1a oper¡ción nism¡ con qüc lo sufe.l ,,,s. Sólo de acuerdo con Lur criterio esrálico puede parcccr que

!u'm ide, vl. elimina,r del .:m-o f',ri-' ,. , lri riri.^ r. iTp.np un¿ rcnun..J e l¿ rerdnd, pero r u erc,.,,.ri, iNl¡rcnte una forma de comprensión que no proporcjona el,,u,, .fir.rio esrático. Este es esencialmente polémico, pero su§

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I-A CRISIS DE LA MI]TAFÍSICA

vic o,i¡. nuncs son def:ni¡r!á", p¡reic]n ire.furablc.. p^rque una cri,:cá .lue no ajcan¿a a Io. o¡ígenes jamá,puede ser completa, y cuando 1os alc¡nza descubre á lo u* to,jusiificaciones de 1.r mismo qüe se c¡iricaba.

Sobre todo, la crítica kantiana de ta merafísica no podia serdefinitiva por 1as razones que ya se entrevieron en el capituto¡ercero. La corrtronrccrón enlle ]á fi.ica y la merarn.a parec:órep-oduc r la. ba.e. de )a.i,uáción tr,nri:na:

nopodenoadudar

del hecho de la ciencia, ni de su tesitimidad, pero es necesario'establecer filosóficamente las condiciones de posibitidad de tat he.cho e investiga¡ los principios en los cuales se funda esa legitimidad. Pe¡o una investishción sumaria del proceder de la ctencianatural contemporánea (la fisica se toma como ejemplo eminente)no§ presenta un cuadro muy distinto del que p¡esentaba en elsiglo xvrrr En ve¡dad, la ciencia natural ya procedia eñtoncesigual que hoy, pero no había sufrido rodavi¡ esra crisis de crec;mienro en la cual se han ¡evelado sus caracteres auténricos. Els"¡ro del .iglo .\.vIn se ha superádo, v la ciencia .icue pro.pe-rando; se han desvanecido las ilusiones racionalistas de o¡gan;¡e1 progÁo del conocimiento científico sobre la base d. un sistema

único y permanente, pero la ciencia sigue p¡ogresando, a pesar deque no concede a sus ñlsmos principios la permanencia que iesconcedia antaño. Hoy debe reconocer Ia ciencia su caúcrer esen.cialmente histórico, pero nadie presume que esro comprometa lalegitimidad de sus teorías ni la validez de sus descubrimientos.

Resulta, en definitiva, que la ciencia natural conremporáneaincure en unos victos rDás sraves aún que los imputados a la me.¡afisica por Ia critica kantiana. Pero entonces. si sus mérodos der.ab¡ro. en plan reo.ico, le permireD e.a tibenad que la pjopiametafísica nunca se concedió a sí misma, la legtimidad actuat dela ciencia anula automáticamenre e1 valor de la critica kantianade 1a metafísica. Sin embargo, la crisis de la metafisica es un he-

'cho; Í:ego es necesario superar ta cítica kantiana coño condiciónde posibilidad de una superación de la metafisica tradicional.Cassirer, como más detenimiento en el capítu1o

de(inio. ha .uperado a Kan'. en lánrr q,." \, ,.*,ad, d"e;lDroblem¡.re Io .'.remár.mbóti.ñ. en ,a cicnci, no pJede ptan-tearse de manera indepeDdienrs sino como u¡ caso p;rdcuh; detprobhm.r eenea. de ,á pspre.jón .imbot;(a. La erpre.;ón ..m-bli.a sipe un¡5leve. hi,rcricá.. v e"ra tri.roriridad y e¡ta unidadgeneral del conocimiento permiten ens¡ncha¡ v a ta vez esffu..ru-ar el clrpo de hecno- que Jde ne.F.anrmen-e abarce tá

REQUIRIMIENTOS DE LA INWSTIGACIóN 143

t)isrc¡¡olocia. Pe¡o también hemos visro que Cassirer acepta como.i, tln;tlva 1i c¡írica kantiana de la metafisica. Por consiguiente, la

,',v(rrqáción uene.ru¡ dcr roda'i¡ or-o p¡<). m;5 ¡llJ de l. crap¿

. .,. -cprsm,¡ Ca-lrer. Lo. fenómeno" de la expre'ión 'imbólica,i,' nueden s"r estudiad"s por si solos; su auténtico sentido sólo se

,liseubre cuando quedan ¡eferidos al ser de la expresión. Cassirer,

,,1 i)nitir esta rcferencia ontológica, deja sin ¡esolver además esta

, L(srión fundamental de Ia spresión, la cual haquedado jgual-

rrrrrte pencliente en la filosofia que está más alejada de ia suva,

,, *"4 la de Hus.-l: ¿cómo es posible que un simbolo sea efect;vrLn¡cnte signilicativo? 2qué relación e:dste entre e1 simbolo, que

.. ,xr'rc ió;, v el cbic'; repre'(nrado 'is¡ificarrvamenre por ¿17

r.r.,.s el ¡roblcrna cla.e de a ep-r"ro.oeia, el cual debe 'err.l.,,trc1do DUIúamenre en rc,¡iL¡r'o plopio de l¡ metafi'ica Por,...,, l" ",.- de in'rituir el tu¡d¡menr¡ de lá neráliic¡ en una

,."i" aa I''orn¡.""o-o

se¡ de la expresión, sólo es poslble llevarla

rr L ¡l¡o como coronamiento de una previa tarea critico-teórica, pot

]n cu¡l podamos descukir la razón originaria de la crisis de la me-

lrlisica, y a1 descubri¡la quedemos en posición de comprendet sus

, ,,r)sccüencias histódcas y de intentar süperarlas.

Est¡ rázór es remora. B necesario por ello desembarazar el, ¡,¡po, no só1o de la acümulacjón histórica dc teorias, §ino hclu-

",.Ic las criticas mode¡nas de la metá{isica, aünque pudieran éstas

r.r válidas: pues demostmr la insuficiencia de una cierta manera

,l, r)cnsar no equivale a áostrar 1a causa de dicha insuficiencia'

I r,.i,ccho, cla¡o está, no podemos desembarazarnos de la nadición;

rr¡ cl contrario, hemos de asimila¡ de nuevo la hjstoria de la me-

i, tlti.", p"to tratando esta vez de recupe¡ar artificialmente un(i. o g¡ado de ingenuidad filosofica. AI recorrer la travectoria

lr r(irica en sentido inve¡so, desde nuestros problemas hasta las

¡,rn,cms soluciones, e¡ busca del erro¡ fu¡damental, o de la des-

! ,,.ió,r originaria, 1a vhión ha de quedar cada vez más djsp esta

L lprcnderse. Ha de resaltat ante nuestra atención aquel jui-. ,,, aquella doctrina, aquella posición teórica, que sc nos presenie

, lnrr como hadmisible, aun cuando desde slempre la hubié§emos

,,r,¡r¡cido como p1áusible, por 1o menos, estuviésemos o no de

,r, ucrlo con el1a. No buscamos, en efecto, dirimir Ia cuest;ón.¡rlrc opiniones discrepantes; la investigación no tiene üna inten'(i,!r folémica. Buscamos, por e1 conhario, e1 punto inicial de

resular y persistente de plantear los problemas me-

rrrlignr¡s e¡ todos tos grandes sistemás; ese rasgo inicial qüe 1legó

r l,,rr¡¡r un lrábito de pensamicnto y prestó una fllndamental uni-

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t44 LA CRfSIS DE LA MET,{FiSIqA

fo¡midad_a esos sistemas, por debajo de sus discrepancias apa¡en_tes, y es lo que da sentido at discu¡so histó¡ico di la meta¡is;ca-

_ tlesmos ya en el .apíruto.epundo la metaji.i.a de Aisr<j"tele., como bo.e para nue-rrá. drtorác,one" prcl,"nirarc-, por unarárcn de (:¡wn enc:á que es dcma.iado eviJenre para qu" re.qurfra ju-nlkÍrn. AuD cuánd^ Ari.rórefe.

"dop,. ".rgran p,rre

lá. po.r.ione: báqca. de su maenro¡ pare.e -in embargo que.ólo

c n él qu"dájñ. ,ruidá

t:r tien.,a dpj .<r (,e mancr¡ lormal. peroel_punto inicial de la rradicióD merafísica ¿habrá q"e busca.lo má;allá tod-avia de Piatón y de Arisróretes? Hemos tinido que omitiry que.dar por et rerro de, pre.enre F-udj; et rc.o-rrido.\i.rórico q,.e ec n«e.¿,io efec ,rrr para re. urcrar e.e .rcriosenndo de c"ndrde: rilo.ófica. .n ct .uit no poJ'r:am". porrib;rcuándo se aparra inadmisiblemente la teoria deli.. a" ," ""."*¡oblF. ¿Hemo. "e. up^rado \. e.re .cntido fuando llcgamos r Ari.tóteles y }latón?

-, b) No. .orprcndc una atr¡mecjón muy .áresóri.a oue ha,erralJn Fn el ( rd¡¡¡oj nñ há! cono(imienro si Lodu se r¡J¡m¡ InaJ¡ peñ.ne.e., Pero ¿oor qué no podemo. colocer á .ilciáciera lo qJe cánbiat ¿l,r qu.:e. rlcce.anc, para conocerlo, la¿\n,, n. ;a de also que ¡o , "mbi": ¿y dólde e.rá ,o quo no ccm-biá1. f-ra r^ es r¡na iJ"a ,ncidenrct .ho un p.,ncipio; áp .retambién en Ari.,óreJe: de ro uue camb,a, n.d" puede a".;le c"nred¡d., El mi"mo llarón Ia re,c-a ",, un diároro v en un D¡(¡Jede grar rerhe:.i rodo e. rra.t¿ció,, v mo\ men.o.. r..jqu:praIa m?ón DUed< dec,r.c o¡e ersa: y ef e.^ de Ai...r"te. .;!,.e,si tq,l¡. .a. c¡.-. .rrli. n o e.r:n elroncc. nadaserá verdad y todo será eüor.a

-Plarón y Aristóteles están hablándo de Ias cosas, de los entes.

Pe¡o ¿hemos conocido alsune ve:, o habrán conociáo ellos, a1gún

ente que no orb,.' H.11o.1-!jdo.:t ru-.^ en que ec nec..arjod-rcnp-no.:_por¡u- e. ,1r. cv, l-nre quF c", b,, rodo lo que co-noccn^. -loc ,,,!. que c.n. c(Tñ.-. que e,rá iu.riti"dx ta .o._pe. 11 oP quc ,. áqri frFn,c ¡ Lñ a-trcio ...oó-rr.o, cu\a rTpñrfanci¡ dFbe nredrf.c por t^ di.cord"n-a ql¡e de,de

: V.1,1., a T 5, tO'.s.¡ irEoÁudü r,¿i ?'!n, !wc: Solirn,, 249b,

. ¡ E, ó: ¡aüo).r',u, oir. i id.or d.¡hl: . ,¿ara uoc r,",ói, óp. .x.,1012b.

DISCUBRIMIENTO DhL SiNTO]IIA

i Iü z,!oúL¡6rN ói dlir!@1 úuvloanléd ó( S{rú: Solisi¿, ¡oc. ci¡.

' ¡ir n.naxn ró ¡ir ulrd8¡i,),r!: -!. i¡ l0l2b?'Ar"i1-!,; ¿irb! !^ú u4ó'!: ¡'ai u4ó' '¿- rllo¡ ''4¡ouii:

§o' @,

$ I I ¿lro irasp€i: 1012b.

1,,.¡., ofrecc conocimienros má" elemenrales Y en

, i..,".'.Á¡"' merárticc .onfirman la so'pecha en 'cndo"pa'a'

,. .im,lare. Dre llatórr: hav qL¡e.onced'r el 'er al -anbio v

,, 1,, uue cambirj Y loru parre, Ansót'les corobora el parecer

.1..u mae'lro: e. neL. Jr.. que o.luccambrcta0¿Cómo es posible quc la metafisica, en los inicios históricos

,1. sLr jnstitución formai, pueda hace¡ semejantes afir¡oacioñes?

lrruc

cJmino. de.\ iado- ha debrdo .le tñnrar.én su f}e pr.m.riw'

, ,.. ",'. *.,1'" necesarro ahJra iLrsrrt'car reor¿¡icdm'¡re lo que

i,...,"'ritu; una e\ideñcia ¿p"díc¡rcal En.uma: ¡cómo pudo'er

¡..-ihle dudar un "oloin.tan.c de la rcal.dad o el ser de lo que

,,,¡nbra? Todo camb'a; pero ¿in suponiendo que e\i'tier¿ v (uerá

,,rnoscible en el universo un ser que no cambiara ¿cómo pudo

h supuesta existencia de lo inmutable pone¡ eD entredicho el se¡

,1. lo or:e si cambia, v cuva existencia es tan p¡imariamente pa'

r.'t. que d. ella no puede caber duda ninsuna?

Podemos conjeturar que aleuien hava dudado del cambio 111is-

,¡,,, que alguien haya afirmado la inmovilidad total del ser' Con

".r,¡ionj"rura la ingenuidad {ilosofica indica solamente una po'

,n:ión ¡ásrble en el iable¡o de las posiciones encuadrado pot las

(.ris d; Platón y Arisóteles; de antemano, el buen juicio 1e ¡ega''ín roda validez. Sin embarco, esta posicióD ha existido histórica'rlcnte, y a ella se enfrentan Púcia+nente nue§tros autores, tra-rrndo de e{ectuar un compromiso teórico, aunque havan de suf¡üe,'n ello Ias evidencias primarias del conocimiento. Así nos dice

I'h,óñ. .omDe¡'ando la. alirmac one. aarerrore' sobre el rambro..,',.,i" ,r,.mación s.b.e el no<ambio: 'i lo'ente' son nmóvilc'

no puede haber eniendimiento, ni sobre nada, ni par¡ nadie''Y Áristóteles, fiel como siempre a su maestro e¡ esta cue§tión

lunclamental, ¡epiter es evidente que tampoco están en la verdad

rtuicDes sostienen que todo está en reposo.3

Platón y Aristóteles se enfrentan, pues, a qüienes havan nega-

(1,) el cambio; pero también se oponen a quienes havanpodido

ncs¡r la permanencia, porqüe sostuvieran la tesis del movilismo

'rñiversal.Según esto, h a1 algo que cmnbia t hq algo qrte rc cam-

l,n¿. Pero ¿qué base {enomenológica sostiene §emejante afirmación?

S. tmta meramente de una posición teó¡ica conciliadora, de un

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146 LA cRrss DE LA MErAFisrLn

comprom¡o y mediación que efeúúan Plató¡ y Aristótetes entredos posiciones extremasj cont¡arias, y que 1es parecen igualmenteinaceptables. Pero, la necesidad de permanencia por un lado, ypor el ono l¡ evrJrncia del ca-bio ¡imponian nece.rriam.nre e(raescisión en el orden unltarlo del ser? Nadie ha efectuado Ia áp¡e-hensión auténtica de un ente que no cambiara, Luego lla afirma-ción de la permanencia es sratuital En modo alguno. Tiene su

fundamento remoto, y este fundameDto veremos que se presentaasimismo como una evidencia de tal fuerza, que la metafisica no.e ¡reui ¡ de.dpñ¡rl¡ v d.cid,ó,n,.nr¡r un r¡mprom¡o cn,reella y Ia evidencia fenomenológica del camhio. La hisroria enterade'¡ me,¡lii.¡ e. la I-,-r¡rir Je ese.. mprorto.

Pero antes de examinar el fundamenro. atendamos a Ias con-secuencias, porque en elias se revel: ya plenamente, con .aracteresde escándalo para la razón, lo infructuoso de aquel intento deavenenc;a. En primer lugar, el ser que cambia y el ser que nocambia parece qlle no coexisren en el mismo nivel onrolósico,como dos contra os. Para Platón y Arisróteles, el conúa'ro d.el serqtLe no cambía e¡ el no ser, porque de antemano te atribuyen alser inmóvil el carácter de absoluto que le niesan

alser que

cam-bia. Este queda sitüaclo, por consiguiente, eD un nivel onrológicoinferior a1 del ser inmutable, e intermediario entre &te, que es ensentido absoluto y es el cognoscible con certidumbre absoluta, yel no ser, que naturalmente no es en absoluto, ni es pensable. DicePlatón, en efecto: hay cosas que son, y al mismo tiempo no son(!Iru, vdi tr¡,lvürl. la. curlcc -ár',cip¡n ,t¡ftu!J) del puro.cr ydel no ,e pt.ul,,ro (,i),ya.!d'c ¿Fo:.

',nbotr¡üfrog).0 y Ariró-

teles repitc, casi literalmcnre: asi como e1 devenir siempre participalurqtúr del .er v del no s"r rflva, ,&i Uil rlvdr). a.i lo que devi"-re e. alEo inr"r¡ed,o cn.re I. que ec v to que no es rdro6 rci ¡ri¡dvroq).tu

Frente a estos recnicismos, Ia ingenuidad filosofica induciria

más bien a afi¡mar que todas las formas de existencia tienen lamisma {ueEa de ser: es inconcecible que hayá disrintos nivelesontologicos, y además es innecesario im{qinarlos. No hay en elplano inmanente ninguna cosa que sed más que ot¡a cosa, ningunaspecto del ser que sea más que orro aspecto, porque el hecho sim-p1e de ser es ya un absoluto, dentro del cual no caben sadaciones.Desde el punto de vista del se¡, todas las existencias son equiva.lentes: 1á mesa no exisre menc» que el hombre, ni el hombre tiene

n Rel'nblia, E, 477a.1o l1¿¡dfni.d, d II, 994a.

DFSCI JRRIMIENTO DEL SINTOMA

¡ris c.ristencia que su mano, ni el alna tiene más ni menos exis-,,rri¡ que el .ue¡po. Ia diver..idad de fo¡ma" de.cr no rmpl,ca,dr slrma, diferenciás de erado en el hecho mismo de ser. Incluso¡r¡l¡o¡riendo que haya en el univeno un ente o lorma de ser que

n,¡ cambie, su se¡ no puede rcputarse ftís eri$ente que el ser del,' que cambia, Es un hecho que a todos los hombres nos in'(tuictá 1a evanescencia de las cosas, y que prope¡rdemos a buscar

or ellas, en la ¡ealidad, 1o q¡re sea permanente. Pero 1o pe¡ma-ncnte püdiera ser nada más el gobiemo de lo evanescentc. Supone¡r¡Lrc el cambio rebaja el se¡ de io cambiante es transferir al planorlc la tm¡ia una idea que proviene precisamente de la mer¿ ori-¡,ión precientifica. El hecho de1 cambio o movimiento (rívlo¿E),v cl hecho de que el cañbio iñplique un origen (Ér,eoLE) y un{in (q0opri) no losran dismlnuir en nada el peso de realidad que

cnrga lo qüe existe en esta {orma de ser. lDe dónde p¡oviene laidca de que el ser cambiante, el se¡ temporal en sr.rma, es una {or',nn ontolósicamente degradada del ser?

Pero a este dualismo del ser conesponde simétricamente, enl'latón y en Aristóteles, un dualismo del conocer, que tal vez

rx's propo¡cione el hilo conductor para llegar al equivoco inicial.

I'l¡tón, en efecto, establece este principio: ¡ü F¿! rúrtglóE ó!r(rt0¡,6r yv(Do'róv, 1o que es absolutamente es coenoscible abso-lL,ramente.1l Pero si el ser atnoluto no está a la vista (ü1,€, ¡'oij),cs r¡uy dudoso qre pueda conocerse absolutamente: 1o más altocn cl orden del ser ¿no seria justo 10 más remoto en el o¡den delconocer? Por 1o demás, la simple existencia ya es un absoluto, yI¡ simple aprehensión inmediata de una existencia real es una for,r¡r absoluta -aunque

inadecuada- de conocimiento. Platónsupone, sin embargo, que el conocimiento absoluto ha de tene¡l¡r {orma de Ia e¡¡tern¿, o sea de la ciencia; lo inreligible, o sea 10

¡o visible, dice Platon también en la Rerri¡¿úc¿ que lo capta la ra-z¿,r rnediánte la potencia dialéctica: é i.óyoq ri ron 6Ld¡i1€o0ar

itívo¡*. Pero eI logos, como entendimiento ¿no está ya preimte enl¡l simple aprehensión sensible del objeto? Y la objetivación de lorcil ¿no implica ya el concurso del ¿osos como palabra y razónn Ia ve, I-á ciencia por su parte es relaiiva, porque estuclia córn.J cl ente, y Io ha de estudiar infatigable e interminablemente,micntras que el simple leconocimiento del ente como un¿ exis.rcbci¡ real es absoluto, porque nos asegsra simplemente qre ¿s.

El esquemá de Platón, po¡ el contrario, ptopone que a las su-

r,Lrcstas fo¡mas distintas de se¡ correspondan distintas formas de

rr ¡i(?úl,i¡cq L,c. cü.

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148 L{ CRISIS D! LA METAFISICA

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conocer, unas y otras jerarquizadas cor¡elativamenre. por estqsi 10 que es absolutamente ha de ser conocido akot"tament.. ñque no e. en ab.oluro rampo.o puedc.er conocido en nodu atgunorpit ov ói utbcuil ¡üwn áyv,oorovr. EI c"nocjmienro es tler ,er:r'y oví lvuorE ivr la ignor:rñ, ra core.ponde necesáriamenre at noser: d¡t,uo{u l iE dvriyz¡s ini J, irüw,. An.ra bien: en,rc tá cienr,av lá rsnomncia ex¡re un iñtermedio, v é.(e e. la ¡óEa. Enrieccla"eque ra op¡nron no sena sotamenLe de l¡ablar de tas

tGaq c¿rcnre de fundamenración: er unr tá(uLcd (6úvoU,E, delalmá. I¿ ciencn y Iá opjnión son do. facut,ade" dife.e;r; .,.versán.obrc dnrin'o, obje,o..: Ia misma co.a n" puede ser a Ia \ezobjeto de ciencia. y objeto de opinión.1, f"to"".r,

"i"naoU op;.

nión un inrermed,o enrre Ia ciencix r la rsnoránLia, aquelto.oürelo cual vena ls opinión es corre.pondienremenre to iniermed.arioentre el. ser y- el no seri es decir, et ser cambiante. &ta teoria pla,,ónicá de la ¡óEq ha caus¡do perrurbac,ones gravc. en ,e h,.,¡,¡de la meráf¡,cc. v no.óto de i¿ epi"remotoeii, pues h. esado aa(ep€rse irpliciámenre. inclu.o en aque c. fito.oti¡. que laguardan e.ca.a relacrón,on ta ptarónica. v ha pa.ad", a rrar'ésde ella.. al dominro cúmún. Mien,¡a. "e rnan¡enea esrá dr5riDciónenr re bó¡rl v

irari,ut resul,á impoj6le a Ia veu ¡i.raÍ¡le.er Jp uni-dad del conocimie¡to y la unidad del ser. A rcsena de iustifi.á¡mm adel¡nre esrá idea ¿no podria .ugerir.e que roda. la. forma"y modalidades del conocimiento

"ersan*bre Ia misma !eat;da.l-

pue. no hav rnr. quc un! para rodo.,.omo,a to \¡ó Her"cJ.ro?¿Y si rc.u].árá quF Ja opinión y tá Liencjá no.on .ino d.. Iorrasde opinjón. la un¡ jnfundada e inadecuada, Já orra tundadc y nj.adecuada; que ambas implican una -." j" p*¡.;¿^ a.i

"jsn;._e¡te, y deben distinguirse, no tánto ta una aJ l, .n", s;". "íL""tpec,ro dej con_o.:mien-^ mcránenre ápota,,ri!., d" Ia f.,,.e;;identific¡ción del ente como also Éat¡En ¡odo ca.o. Ari.róretec "igue ¡e.oniendo pa.n a pr.o et mr.-

mo,i,:nerrrio de su rae,rrc. Lá ciencip v.u o(iero. drcc, cl nerende Ia oprnron y de.u obiero.'3 FI objero de Ia cren,ia cs unirer,aldec.r. ab.oluro: por er conrar'n. ta opinrón ve^a5ob-e lo qle-puede scr verdader^ o tat.o. e. decjr. ..l.re lñ ,ct,r,vo:rfr ro d/L'tüfg 4 qr uñ%. Lo ret i\.. en ¡"ecrJ. e. Iu ,: mt i¡1re,ro rnerable. lo que-cárce d- re.manen, ia: en .um¡. l^ qu. n" c"en sFnrido D'eno. lor eqo ¿frra Arj..óretA quc

^ó:o á0.8a,ov,aui i¡ qúors í ,o,üüt: ,á .p nión e. :,,a.rrbtp, ¿",,,. ,; .;i.:;ü

1, o, d¡., 4;i. .iss.13 A¡. ¡or., I l-3, 68b sia. ya cjtado en la noh 45 del capitut. {e!¡¡lo.

DESCUBRIMIENTO DEL SÍÑIOMA r49

r,,1rc que versa. Esta ¡ranralea inestúle la llama, como es sabidqni(i(lcntq y es evidente -dice--

que lo accidental es algo pró'xi,¡o al no ser,1a Sería dificil imagina¡ una reiteración más {ielrle hs ideas básicas de Platón, en el fundamento mismo de larcoríx del ser y el conoce(.

Ni Platón ni Aristóteles, naturalmente, puede¡ aplicar este,,rtuema sin restricciones, una vez que ponen en marcha la inves-

risrción; y todavia menos el secundo, que es más "honbre de.icncia", en el sentido moderno de la epresión, Ambos tienen(t c partir de la aprehensióñ inmediata de la realida4 aunque su't,'rrsan que e1 ser verdade¡o se encuenta más allá de lo conocido(lc csta manera. La situación se asrava en A¡istó¡eles porque, preris¡mente, su dualismo no es tajante como eI de su maestro. La.icncia primera trata de la substancia; respecto de la substancia¡¡) hay movimiento, porque la sub6tancia no tiene contrario, v todoh¡)vimiento es cambio de una cosa en otra cosa 15 Sin embargo'ricne que haber una ciencia segunda, y ésta es precisamente lalísica. ¿Cómo podria sostener Arist&eles, siendo un hombre de.irnciA, que no hay conocimiento ve¡dade¡o del cambio? l,a fisicars ciencia risurosa del cambio (rrAi rtqróv) no solamente a par'

rir de Galileq sino ya en el propio Aristóteles. Pero éste harnrnrenido que to accidental no puede ser objeto de niñclna cien'(iü, ni teórica, ni práctica, ni productiva, porque el accidente noc. nccesa¡io, ni es idéntico o iñva.iable;16 es algo próxirno al ño ser,

e,'mo ya dijo, y ahora insinúa qüe es casi un mero nombre: éiomqllvorri tt.1r Luego, el objeto de Ia Iisica tiene que ser substancial;

t¡ M¿¡ofír¡c4 E iI, lo26h. Ya.itddo.n ta nóia 5l del capitulo sesundo.(rl. I'lV, 1009a, dond.la dord te ron. cn cónéxión €rpr$a con las '¡5 e¡', N, rri qar,ópfl¿ La v.idad no Fuede vesar sób¡e e11!s' poque son pre

Itr N.lridiisi.a K XlI, 1068a: r,ido 'y¿o ,ír1rol< iE ü?'ld d< üX?'o ¿dii¡rrdd),i. cl. E I, 1026€: Ia.iencia p¡imcrá es ls que h,ra de la Éut6hncia

lr ¡, hLle, oloía ¿rhatio;. Sin.mbarso, au¡qúe dé lá substancis nó hav,n, l,i. (xir¡drt: 1068a; cI. firic4 V 2,225), afiñ¡ hñbién que el cambio

t¡,¡4¿rroj e p¡"duc. sccún lRs.atesorias del r,. r«rd rris rol órmErú,rrooia( (lO65b); y cñ la Firn_¿ sóri.ne! como .o¡{iñació', qre h'v!"úns

núms o ssrEcies .le moviúiento I cambio (rLarideoq di peú0¡1,ñE)!,, tr, llc scr. ¡uede habei, po¡ tanro, un canbio 6úb*a.cial ror'oúúíP:

r" d¡,r, E II, 1026a y b. La expresió! que €mpled Aristóiel.s pa¡a d¿sis-

rür ln ,lcntid¡d o innutabilidad €s la misña que e¡rpleó Phtó¡, va en ell'/,¡,r,, ?8¡i óddúroÉ trs.

rr l,(..x, Cf. Psrménides, par. quien, comó veremos, €l cañbio es pur!

150 LA CR¡SIS DE LA METAFISI.^ DESCUBITIMIINTO DEL Sh"TO}'IA 151

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!ero, siendo la fisica ciencia del cambio ¿có¡no puede ocuparsede Ia subsrancia, si la substancia no cam¡¡"1 »" ji l, n..".iá"áderivativa de dividii la subsrancia en mutable e i"-rt"bi;. ó;;lo-cua], ]a inmurable tiende hevitablemente a asimilarse a Dios,a la vez que la netafisica riende a contundirse con k t".ldi;;i;y la sub.rancla murabie pod-ia conlundi,s. con cJ acc.dcnrc, peiod(l accrcienre ¡o puede ocupa¡so la ti.icá, aunque e" manitre.toque pertenece al orden del cambio, porque

det accide.te no seocupa ciencia álguna (aunque sí se está ocupando de él nada me_nos que la metafisica).

Yá en Io. comi"nzñ, mi.mo. Je ta . ienciá pr mer¡ no, encon_tramos, pues, con la Decesidad de justificar una exisrencia realtreñre x la, exigencrás de un principjo ¡ormát. E!á e. Ic rue,rióndeci.ivá y Ia que chora con Ia insenuidád fito.of,cr. ¿eué .en-t'do riene reclámar.on rnsisrenci¡ el .er para lo qr..."U,u,,iaparece desde luego roro realt t(ómo.e compagina el .er delcambio con el p¡incipio del ser, que es el axioma de no conÚa-dicción, siendo así que e1 cambio mismo se define como contradic¿toriq como algo que es y no es a la vez? lQué consecuencia traepara la metafisica el afjrmar la irracionalidad del devenjr?

Los_accidenles .on y no son: .u simple exisrer)ciá repre-eniáuna rnfrácción del principio que.e ¡upone reeutado¡ det'.er mis.mo. El axioma no hay que jüstificarlq dice Adstóretes, porquees evidentq pe¡o hay que justificar el accidente. La ra:¿¡-deeste proceder tan singular es manifiesta. De una patte, la uni.versalidad misma del principio exise la uniformidad de todo aoue.llo a io cual deba ap)icarser por otra pane, y mienrra" al a., rdente"e le re.onozcá el ser l) ya hemos \i.ro cómo platón y An.tóretesinsistian en ¡econocérselo), su exisrencia quebranta lá validez deiprincipio, y coo ella la del edificio teoretico que debia establecerse.obre é1. El accidente es, v 0l mi-mo riempo cs conr¡ad,.rorio.Hay un ser conrrádictorio 1 un ser no (onrr;dnrñriú: :pucde en-tonces establecerse

comoprincipjo

universal ontológico ei principio

. 13 Es snromática Ia ,.decisión dc A¡jstórel€s e! la dcfi¡ición de1 .,hrode lx hcF.:'.r. Lr" .ien.'s ,e lt,m, ,.o¡o§d k,r.ádam.r,.. .uxnoo -L.en'á ls¡ cn- is, ..ó.i.3" rE. 1026a: X. 1Ob¡bl y tá .onrde,á j a,o .or hro'¡m;'i n vra fi.?, Pero 'o e, 'eot"B's r.rqu. ¡e ocup. p,.már --n.ede.D:o., !i.o de ló drrlno. ró 0'ie, oue ha. cn t¿. ..""., .in ."S, go,

"u! cdo. rrrburos indu."',1 a Dea,ar qr. A.istó.etr\ stude con e o, r D.o;ñtno. ó, ao Jo, rEn-. a plu,al. tn .. tiLrc E, oesp e. de drs.,-o.osiá,l¡ mets.i..á. d.e rue c!" .e o.u¡¡ ftai roü ó*o( ¡ o,, d.t .- en.,a;ós.'. Io r r. er e. I'b¡. I\.

,lc no contradicción? Si éste es un principio realmente, eI camblors imposible, y tenian raán los eleatas; v si el cambio es una rea'lithd, como sostienen Platón y Aristóte1es, entonces la idenridady l¡ no contradicción no pueden eiáblecerre .omo pnnc;pios

üoiversáles de1 ser. De ahi que la insistencia en jústificar el ser

,lcl cambio, a toda costa, sea una forma de compromiso, v no la.iccución del "parricidio".

Ver¡os, segun esto, que si el principio de no contradicción se

ldopta como axioma del ser y como fundamento de la metafisica,(,rt; en conflicto ineütabler¡ente con ]a realidad del cambio; vsi lo que exprcsa ese principio es meramente la imposibilidad deqlrc un ente

-cambianteo no- exista v no exista a la vez' entoft-

.cs la ingenuidad {ilosófica es suficiente para advertir que se trata,le una trivialidad en la cual no puede instituirse ciencia alguna.

l'{). obvia que sea, no podría establece¡se en ellá el {undañentotlc la teoria del ser.

La racionalidad inherente a Io real no implica qu€ el ser mismocsté constituido de acuerdo con una regulación puramente fo¡mal(lcl pensamieDto. En principiq la realidad puede muv bien ser

di¡rámica, sin que por ello debamos incurrir en contradicciones

cuando la pensamos como tal. lntuitivamente, percibimos la pePmanenciá de 1a cosa en su ser misrno, incluso a ttavés del cambio;

rcro et prin.ipio de no cont-ádi.ción pre upone la id€ntidad nu',l-. ¿"i '.', rraduce a térm nos de idenridad el hecho .imple de

l¡ contnruidad del ente en su se¡ propio. Adoptado como p¡in-

cipio ontológico de esta manera, el prillcipio de no contradicción

rNela en sesuida la incomparibilidad entre el ser v el devenir'

Mc,or dicho.-cre¡ el fál o problem, de'u corno¡ribildad Queda,,,rrn.c. por avcrisuár, nnru,almenre. cómo e' po'ible que l¡ co'a

rrcrsista en su ser mientras cambia. La metalísica de Aristóteles

.'r.,,i. " .',. -.S1"-r. \ roda (iencia en verdad rienc que arender

,, clr per ",,., la ún..a mánem inade.uada de hacerlo con"i'te

,.', ".-i"i. ¡"1 'er a larcmporalidad oue 'e e" inhernte Segun

¡..i"¿,"1"r, a tiempo es accidente, v por esto él ha de ocuparse

.l.l ,,.¡a""," i"-.d:","mente después de presentar el p ncipio del

.,,,,-1r.",¿" * * t"¡z"da a justiiicar en teoria esta {orma del ser

,, h oue no Lomó en,uenr¿ cuanro c'Lableció el Principio De

,,1,; "i'¡*1.,* de Ic me,afi'ica a¡'e la {i"ica la cual es ciencia

.icur.s" del c.mbio y pr¡:eba por ello, con su sola eistencia' la

r:¡cn)nalidad del devenir.Todas estas dificulBdes se presentan en 1¿ metafisica de Arie

16rclcs porque el principio en que esta ciencia ha de fundarse, según

15L LA CRISIS DE LA MF,TAFíSI'^ DEL SíNTOMA 153

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é1, ü pot sntuLesto e¡ ser quc constituye su objero. Y no sola.mente da por sup¡resto el se¡, sino que presupone además la insu,ficiencia del conocimiento que renemos de é1 antes de instituir laciencia metafisica. Dificultades análogas se encuentran en todametafisica que no se instituya sobre la evidencia apodíctica de unainmediata apreheñsión del ser mismo. La metafísica

-inclusoa de Heidegger, ha propendido a desdeña¡ eseconocimiento preontológico, o p¡ecienrifico, y a considera¡ que elser sólo podia comparecer auténticamente como tal previa unainvestigación que rrviera el carácrer de una surosa ¿D¡srme.Sin embargo, no se ha logrado el modo de instituir esta Brlorrtpqneqi roi li,.ros, esta ciencia del ser, sin que de alguna manera sediera por descontada, implícita o expliciramente, la cerridumbredel se¡ mismo en el momento de establecer el fundamento de sucienciá. Bta certidumb¡e es necesa¡ia, y sin embarso no se con-sidera válido el conocimiento que nos la proporciona. Un contra,sentido de tal naturaleza es el que determina, entonces, que en elaxioma a¡istotélico del ser, cuyo carácter pu¡amente nesarivo esmanifiesto, se inrroduzca subrepticiamente ya una cierra idea delser. Si nuestra manera inñediata de aprehenderlo nos 1o otrece

como dinámico o temporal, y desconfiamos del valor epistemo-lóeico de sa apreLensión, esto nos indu.e a suponer que la ma.nera adecuada de conocerlo nos 1o presentará como idénrico ointemporal. El axioma de no conrradicción, considerado lósica-mente, implica nada más la univocidad de los conceptos; pero,adoptado corno principio ontológico, implica sin justiiicación láidentidad del ser. Y como es manifiesto de todos modos que ha1algo del set qle es cambrc, surse entonces la necesidad de c;ncilia;e.ta rormo mud¿di¡a Llel

"er con et principro que Io concibe comoinmurable. lor orm párr". debemo. núr"r bjen que. s .uprimrrqosdel principio esra implicációu suya de Ia intemporatid;d, dejaentonces de tener en el acto virtualidad alguna como axioma del

ser y.omo fundam"n.., de Ia merari.ia, y re convierre en unamera fórmula de senüdo comúñ-lor e.ro, puede á¡'rcipar.e y3 qu. ta ,n.ri,u.rón det tuodx-

menro de ¡a mc,afi.rcr ót. podra ereíuanc ron tá debida tir-meza y seguridad cuando esta ciencia se atreva a p,ocede, sinsapres¡os y ¡econozca el carácter apodictico de ese conocimientoprecipr 'ifr.o quc le prc.enra ra el ser, con ptena ¡urenrjcidad,comu ñbicro de su rn,e.rgrcrón v .u .on.,ru.c,óñ rórica. D.chodc,.¡, m.,ncru: la, evden.i,. prirna¡rar.on precienriti.a., y rodac'pr',a hc dp .ot¡rnenrc ta mcr¡fi.jcc. ..n tc -enÉ

DESCUBRIMIEÑTO

rlumbre del ser. como condición de ¡rosibilid¡d de su constituciónrnism!. No es tarea de la ciencia "hacer patente el ser": porque

cl ser ya está patente, de manera apodictica, es po§ible construir

¡"bre él e,e editicio teoretiro que.e llama ciencia.Aristóteles afirma reiteradamente que es necesario que eista

un o¡den y un pr;ncipio en el universo (rtpXi xai ¡¡iELs).1'0 Havque explicar el cambio, pero metafisicamentq esto qüie¡e decir que

no basia avqieuar las causas inmediatasdel cambio, como hace la

fisica, sino qüe es necesario sobre todo justificar ontológicamentela existencia ,nisma de lo que cambia. Pero el cambio no se puede

c,,mprender "n also que no cambre. Y ¡qui radica la clá!e de

t..da l¿ cues,ión: lo nela.l¡ica ¡adi.ion¿,l ha ¡eido e¡vonnar eL

brincípio de LL rrcioÍalido¿ 1 det oÁen en la inmutabilídd¿ delie,, y'no enla Pennal'eÍcia del cünbb mkño. Esto i¡validó de

antemano aquel intento de iustificación ontologiea de las llamadas

"apariencias';, de 1o mudadizo, de 1o accidental, v abrió el camino

a ias criticas de la lesitimidad de una metalisica que juñificaba

cquivocamente su nombre concibiéndose a si misma como "cien-.ia de lo qüe no ve": de 1o que se encuentra ruis allí de Ia expe'

riencia inmediata. Los antiguos metalisicos percibieron bien esta

cvidencia: la cosa que cambia sis!¿e rienrlo a lo largo de su cam-tJioi iqlr¿ e. lo qu. le permtte entonce\ permonecer en su ser v

sepu'r siendo ld misma' Si el (ambio e" lo que se percibe. e¡ron-ces el ser Dismo (ró óv orlró) no estará en 10 cambi¡nte, sino

ocultó detrás de 1o cambiante, como ¡úcleo radical del ser, vhasta como raón y sustento del cambio mismo: de ahi la asim;láclón áristotélica entre la esencia v la causa formal. Pero la cien-cia det ser no es metd.fisi.a poque vava ruís allá de lo {isico, de

lo cambiante; su destino no depende de que sxistan aparte esas

csencias y sub€tancias y otras formas de ser no visibles, porqueentonces todo lo visible seria fisico, y una critica del substancia-lismo equivaldria a un materialismo implicito, que convirtiera a

la fhica en única ciencia válida del ser. Perola {isica no es más

que una manera de ve¡ ¿n dete¡minado secto¡ del ser; mientras queIa metafisica es la mane¡a de ver el ser, en tanto que ser, sea cualse¡ su fo¡ma; pues el ser ¡o fisico también está a la vista, tambiéncs fenómeno: ta expresión es fenómeno, y no es una realidadli"á-

No era en modo alguno necesario suponer un núcleo ontoló'sico velado por la apariencia; quiere esto decir que el examenfcnomenológico, o sea cienti{ico, de }a realidad, ni exisia ni jus-

ri iliet¡l's'ca,^

Y, 1075b 25. Cl. K Il, l060t ?5, d.-

r54 LA CRISIS DE LA METAFiSICA INTEMPORÁLTDAD DEL SER 155

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r,ltába semeiánre rupueSro. Lo er:s:! nada m"i, et pr:n,,pio de,)o conrradkrión, eráblecido a ¡,¡o¡i cJm. axroma ¿"1 .",. f*._c,ndie¡do del.p¡_incipio, aparece .ib.r¡menLe con claridad pr-enteel orden verdrde-o de Iá rcaJ,dad: et c¡mbio no e- ir¡rionat,potque la ro.ionolidad de to que cambia resida ci ta loña reLuta;Jel cañhio ñ*-",o, ,La merali.icá iiene quc Je-echar e.,e pnnc:p:o. no.óto p rque

del str no dice nada. s:n..".b,c 'od^.

en ,¿n,o q,."u "oop.i¿.,a,e j,npolble roJa comprensón ¡urén,i,a det .er qr_e canL,ia:

roda rnvcsrigacróñ del .er..en el hor¡onLe det riempo;. lero e.teanálisis del axioma que hemos efectuado ¿no ha venjdo más biená ru.Lifir en cjeno modo ta posición rmrica de ll¿rón y de Ari.-tótele"l De una parre. en eterro. Ia rnrenc,ón que suia et .-plcode e.e ¿xiom¿ e5 arinadri y de ta orra thubiera sido pos:bt" ruc.rracrír:.á .in lñ. re.ur,cdc. de lá rev,!ón h§(órica de ia me,cr;i.a ydel examen {undamental de ta ciencia¡ pero noi es esenclat re..onocer que lrla.ón y Arjsróretes pudreron yá

-sobre rodo el.egundr. por s"- un fi"rce haber de.echado et princrpio de p¡r-ménides, sin el recu¡so de Ios conocimientos cientificás que hoyrcfuerzan nuestra critica. La filosofía, cuando nace. ."t"¡iece r.'"

Iismo. prncipio" del ber y el conocer er tus cuate. li.y .c tunclJla ciencia natural y ha de fundarse ta merafisica. I¡s verda¡lerosiniciadore,s de la mehfisica serian nás bien tos 6-"..o p..ro..e_,,coq v Heráclrto: los sránde. maerro. poneriore- no son rrj!que mediádfre" erre e\os v larré¡ide.: to que comieruri ."rrejlo. e, Iá me,r'i.,ca como una forma de compromlo reórico en.re el ser y el devenir, conside¡ado este último como una formaontológica ámbigua, que inctuye de algún modo el no ser, Enejlp rurir rc en, uenra ,nclu.o Heeel: p pe.a. de que ét recha:aeJ princrpio de no,on,radi.c,ón, ha de ape)ar r"d;,ia "t no *rrrm expJitar el ser que carbiá. También .e encuenr-an por ahicie.tas direcciorts muy notorias de la metafisica contemporáneá- c. n.idefidá. Lcbiruslmenre como revotucioncrias_,

e¡, r¡nroque ellas siguen bregando con las dificultades i"l,**L" ¡ i,i,.prob)ema del no se¡, o de la nada.

-:0 lá pe¡múen.ia de la cosr en su se. misño es much:s veces hás se¡oibteraio04.ó:, .ru- -u floeñ .." hn: pó su t-n,rud, ct .¡noo - jo que ,epensble ,vo4,óc,, Ft ...n.rpi. d. te1..d? Lielc .r -ideñe0elo .G.,s,.lo'reet d".o ore.nrjo v rrrs,,c r,¡ oo a nrse;cro:,J dro qf .- c.omb:o. [n.ud1ro x. p.incjró dc la,.suh-id"d t.icJm-

un o'ie"n v lu.ddr"n.ó .rpi.ro. pero .t pen.ám:, ro noha de a'-rr pql'rrd¿'o fr.ma,.o Fxm irre¡i,sx. i5 f"rmá Jc;q .s trridad,y propone¡ hi!ól€sis adecundas.

PARMÉNID¡S Y LA

I'or consisuieDte, la critica de los fundamentos tradicionales

,1" l, ,¡"t.fí'"ica no concluye su reco¡rido en Platón v Adstoreles;,lÉJ( ello'. remi,e dirccramen¡e a Parménide'. en cuva frlo§ofia

'., ",-" o"i -i-*, vez e+a falsa cue'tión det no 'er v' con ella'

1,, rrimera afirmación inad¡nisible.

§17

P¡tuÉ¡¡n¡s ¡ r¡ r.'¡lltPoRALID^D DEL sl*lr¡r,ilmisible nunca lo es una simple alirmación cientifica, aun

,.,r,rJo oueJa¡ orros con.cimienroi tto'renore" de'cLrb¡ir oue e',',,,,1,.,,;^ " trróñeá v obliear ¿ de'echarlc. tl error e'admr-'.11,' porque de ".r"m;n"

h, de con-de'are ineürrble en pr'n-

,¡.'.,, f,", ou" conceder la lmir0ciór) e rn'uli'iencia del conoci-

"'i.*.. ,'"4.-* * e.en. ial hi'roricidad lnádmi'ible 'ólo pueJe

', ' ,,n, p-p.sic;ón axiumar (a teve'ridA de uña ¡ál'c eviden'ia',"', .,1,.; ;" oúas evideñcia. más pr'maria' v fundrdas' I que

.i:.'..';i;,. ... '" mi,ma rueva initin'eca, un siro pecul'¿r en la

l,*,..i¡ del pen-amienro. lnádmr'ible. paradójtr'¿mente' e' 'o ius-

riiicrble.Esta clase de afimaciones presenta un rasgo comun:

r*,rr todas ellas teoréticas o especulativas, es decir, productos de ]arrrin en que ésta se mue§tra congruente consigo misma, perc dn

,.(ieta ilJ h ¡ealidad. La primera que se produce en la histo¡ia

liloótica, y sin duda la de mavor importe, aparece en el Poema

,l, l'¡rménides.i,mo el principio de no contradicción no ha sido fo¡mulado

' " ,,i*¿.iii¿,"L ,*.rior, el le.ror de una hi'ioria de la tilo'ofia

;,',.;;;J;.á,"',,armen,ea arribuirrea tarménrde' e'tc de'-,,,¡,,.,ii.":., ". r"'.,,i" la nocrón de que el eleatr-

.1.,r,,.¡Io diferente, cuya radical novedad v cura evidencia "uperan,.i i',i.,i,,t.. i.¿,i." ae las rilo'oria' anteriores lerc e'ra noción

,'.' .,"."....a".i. a los hechos Lo cierro e5 que lármcnide' Ie-,l ,

",' ¡i,;"" pare ;dea' de El Pocilt¿ se inicia

',,' ",'., ¿.,i.ii¿n entre la verdad v el error, enrre la crencra.v

l . trriin, como.c drrá más tarde: de hecho con e'tá disrincrÓr'

', ".'',"'" r" -*i"*i, de e+a nueva forma de 'aberque se e'ri

,,'i...ur.|", v que llamamos ciencia. Pero ell¡ 'e encuentrn vr pro-

t,ru,-.nte'lorm,¡lada en los fragmentos de Heráclito El prin-

..'' .' .i" l. '".i""rli¿r¿de lo real, e'mblecido por é'te Je tnanera

;,1'..'"¿,,.,. ;. ,arbién uná idea centr¡l del pen'amicffo de

ii;;;,,,¡,;;";.' H;'" aqui no hay novedad ereáric¡, ni hav d,'cor'

PARMi-NIDES T LA INIEMPOMLIDAD DEL SER 15',7

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156 LA CRISIS DI LA MITAFISI'A

dancia. Tampoco lá habría respecto del principio de unidad:porque e. equivocá la rrádicional car¡.reri?ación de lrs fito.ofiasde He¡áclito y Parménides, según la cual, ya desde Grecia, apa-recen co¡trapuestas: 1a una seria la filosofía de la diversidad y elcambio, la otrá 6e¡ia la filosofia de la unidad y el ser; ésta seíala racionalist¡, la otra seria irrácionalisra. Pe¡o, filosofias de la un;dad Io han sido todas las que han exisrido, desde Tales de Milero;

en lo que difieren las teorias es en la mánera de concebir estaunidad pero no ha habido una sola que haya concebido at ser€omo iüacional, pues Ia unidad y la racionalidad de lo real sonprincipios fundamentales y condiciones de posibilidád de todaciencia. La {ilosofia de He¡áclito €s, por taotq y de manera bienexp¡esa en los Fmsmentos, una filosofía del ser y de la unidad.En estos principios, Pa¡ménides no introduce Dovedad ninguna.2En qué se basa entonces la habitual conrraposición de Parménidesy Heráclito? En que la racionalidad explica el cambio, en et uno,mientrás que en el otro 1() excluye.

Para Heráclito, Ia racionalidad del ser consiste en ta {ormaregular del deveni¡: la ¡azon es la armonia de los contrarios enla unidad del proceso iemporal.

Hericliro no incurre en ningunacontradicción porque reconorca ta presencia de los conharios, pueslos contrarios son reales; la contradicción sólo puede existlr en elpensamiento y no en el ser: consistiria más bie¡ en negar queexiste 10 que existe, o en firmar que exisre 10 que no exisre. Si tarcalidad presenra los contrarios, hay que pensarla corno es, jus-tamente para ¡o incurri. en contradicciones. Heráclito c¡eía im.plicitamente que la coDtraposición entre una forma de ser y otmforma de ser no las hace incompatibles; lo incompatible con el seres, en efectq el no ser. Pero, del no ser, Herácliro no se ocuñen modo alsuno: é1 era el filósofo del se¡, Parméoides es el fito-sofo del no ser: él es quien jüzsa necesario introduci¡ este con-cepro para poner de reljeve la racionalidad del ser. La inserencia

del no ser se efectúa además en los términos de un principio tanevidente, que por él pareceria que hemos de quedar comprometi-dos a negar toda oposicióD real, y a eliminar la propia tempora,lidad, en la cual se ¡esolvÍan dialécticamente las oDosiciones.

Lo ro¡)r,ario del .er e. el Do .er. E ro to p-oclxma Iá r,zón.Pero luy que averiguar ahom si el principio de no conr¡adicción,en los términos de Parmérides, obl;ga electivamente a considerarilusorias esas oposiciones reales que desde Hmáclito hasta la fisicacontempo¡ánea hemos venido pe¡cibieDdo en e1 unive¡sor esasmismas que presenta y rrata ya de resolver en unidad la fisica

,l I sislo \' Por,lue 'i el riempo no e" un orden I rriE'c) como

..ii"il,"á."' v por ello ga¡antía de la mcionalidad del

.r.J;.;;;;;;- a p.oir.-" v" no 'e,c cr de concrrrar en una

;:;'; il,;;;-¡;.:;;." -*,,¡* de ra narurarez¡' c¡mo hi'

l''.i,"r"ii¿i"ii.'' i:,;.r que:e pre'entari 'n ra reoria merar;ica

;I"'pi;;;;';i;;;;."rver ra opo"non entre er dcvenir v er 'cr:.:i ..i.,,.,.. "",.¡;" ¿" no :er, v por ello micmo rontrádicrono e

,,.,.i'-"),i., i-.1",;¿".onc"bid"iono ¡uramenre racionar'

"

por

:ii:;;i;',;-;;Ji". Ln'uma: hav que inve'ri*ar sr er p'Iirrcrpro.1,,-i,.-."¡.' trce como con'ecuencis nece'áric Iá inrempora'

,,. r.. ii.i-.""-ii l, conc'u'ión re"ulra'e arirmarrva' v deriva'e con

;.";;;td;;";" ,;;rp. ran eudenre. enronces ra riro'orir en'

li.i. 'iillli*rrü rl . -'.. ro' prin.:pio' meraris'o" quc ra' hipó-

,.. ,, ii'i.,'. ¿+ii', de e. h¡r'e ."mo l¡' flloróv ¡óEoc com" esa'

ii,r"r.,'* i"-i* ..""i"' q," r",-¿'i¿"i i'"''apone c la verdcd

'1".. ¿^

"r¿Ilcma oprnione' tarminids cuando invira ¡ dev

,.,,,;,r; ; ;;-;; . i"-i.o ¿" un¿ verdád rided'sn'r 'llorr;

,,^,,i¡'i. ll" ";. -*cimienro vulsar e.n¡'l"cuado de lo m''m¡.,'

"

rr.¿" *, -.¡ -.ocido en reoriá 'ino a lc ¡urr lal'cdad al

,,,.,,..-"f.,.. a la !?na ilu'rón que roma por ser a Io quc no e 'i , ;,r';.;;a'iiro-oli¿ de ra h¡rori¡ se ha produc¡Jo una e c¡'ón

',,, ..,i'*'. ¿. l, unidad v ronrinuidad del conocinien'': lc \er-

.i,. ':: :;i-.;; i; oÁ .i¿n'* da no ser' v no hav entre ra' do'

',,,,-',""-'".JI".t.grrdual Y e'ro Ieurr so'pech¡' de'de lueso

,, ,.1 lnrmo di.oue'ro 'r'g(nuamenlc: porque"i el 'er cs irrcm-

,.,,"1. ,", o¡*ip¡ dc rari"nalicl¡d 'rómo 'e iu'Lilica lá c encia

i; i".

J." i.' .* raremá'rc¡ e' iu'amenre l¡ 'ien'ia Frá' r¿cio-

',.,i .i"'1.,1-""-li¿ dr Y p,r el orro l¡do 'iendo'l princrr'o

.i. '., .",',,.áil.i¿" .' Íundancn'" lógi o de h marcm'ric¡ kóno

,,,,",i"il "ii**'ii'r; ;nvalidar una ciencia metafisica instar¡rada

, r¡ cse mismo Principio?

¡"." *.*i".-"; lostérminos misrnos de Pan¡énides' Su

, '..1,,.,i,,J""*,,1 erp,e'a ncd¡ ni' a rae'idad dc quc el

,'l ',, ."1 i l" imp,"ibil,dad d' ¡cr'ar el no'eI: lorr li¡ rl,ur',,',,";, ¡: "; i.o-,;. -

"l.., (., pt n^ ¡cr no c-r \ no e. r -:blc

.;,..^.", ^o'".",'iquicra

lo que no + a l"r Io oLre p'Jem^'

rr rJ l. 29 six; 8, 51.:: lr a, I !r i .1. ¡ l..1,,., ,,r,' i. r' '., . r v ,,;, ir¡r 'o: r¡io ¡¡!rn'it' nü'¡ @oóoú' :

158 LA CRISIS DE LA MEÍAFíSICA ?ARMÉNDIS Y LA INTEMPORALIDAD DEL SER 159

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Mber, nadie en efedo había hecho tates afirmaciones ¡ntes deParménides- Ni era necesario hace¡1as: ahi está et .q"ir."; ;;;;mis.ra evidencia. tT,enen e as, acaso, el carácter á. ," ""i¿"_ ;tico,¡rirrcipio,onrológ¡col :A quÉ ! ene eva ine.per¿da ¡tu-ión

io que no e.l La pr,m.ra aparición det roncepro deno ñr en la tilosofia ¿resuetve álgún prcblema, permrte compren-der meior lo {rc c", de"cubre atgo nuevo. ÍunJamenra .le átgúnmodo la cienc,á?

Serh bim avenrurado ¡m¿s,n:rr quc t-ubiera un .oto $regoconre-poraneo de |¡rméni.te. que ro e-uv,e.e yx impríciÉ;en;econvencido de queet sere.. i( ómo .e puede ¿,i¿", j.l *,¡ ¿c,,necesána Ic rn.pirácion divjna, +rc EU;a v apovo de lc Dio.a,,,ueautonran el enlasis del frlósoio cuando \. a pro!.oner una ideacapital, reveiadon y decisiva, si ¡esulta que en eita;dea de queer scr pr no.e FncuenrE n"da que n".upier: ya et má- bcocio dero. gt,eso./ La propiá tirme:¿ de er¿ convrcción hrcí3 rnnece.¿rionegar ln propo.ición conrrsria. diciendo que et no.er no e., e in-nece.nrio inclu.o pen:ar e1 et no ser. N¡dre había atiñado elno.er. En ,od¡ la Iirerarurá pretijo$fjcr, y en e, bre\e diqcursodé la tiro..tía ha,ra larménrde.. n. hay un .oto p","i".n q,..;n esxe et ser, o en que .e afi¡me el no se.. o er o,re se afirme y.e niegue cl rc al mi.ro ,iempo. Luego lc qué re.ponde la enfá'-ticá in.irrcn.ia de.larménide. e¡ ncear ta \erdrd di rrn i.ragina.r¡<.v ábsurdás declárác:ones: iPor qué adopra- po.i_ionc, deb3talla frenre ál error, y pregonar el ,.camino de Ia verdcd,., .i enese error nadie incune, y en esa verdad concuerda rodo e1 Ándo?Aveadc, por lá rradición a con"iderar imptici,emenLe.omo run-damenral c.e princip,o de Parménides ¿no habfemo. perdido lacapacidad de pe¡cibir su triüalidad? ¿O será que ei principioenvuelve una idea que no está patente en sus términos-mismos?

. En el pasaje antes citadq dice pannénjdes que só1o dos ca_minos son pensables Coúoor): uno es et camino del error, y por

este camino se nieeá el ser. Pero nadie recorre este camino, ypor esto es dudoso que el contraste con el orro camino l"gre ÁJ-sumr-meior Ia verdad; por el orro camino, en efecro, soto .e af,rmaqy^. !r..* ":.y e-ra afirmación, aunque.eá ve¡dade¡a y r.run.l¡(ol'tD8its r ¡¿rpliog)j disrá mucho de .er onBinal o ¡evetádor¿.Si el error cor»iste solamente en negar el se¡, o en afirmar el ñóse¡, nadie que no sea un inseDsato incurná jamás en un error:esto lo percibirán muy agudamente los sofistas. pero va ve¡miscn -oeurdc que cl eror, p¡rá Pan¡éndes, consnte en afirmár et5cr oe ,o que ! / consrderi como no ser: ta plurálidad y el cambio,

,L los cuales si ¡econocen el se¡ los mortales. EI p¡incipio en-

!uclve un suDüesto tacrtolIn prádo mi,imo de inecn,o f lo'óf:co ba'.c para percibir la

,,r cnLe'inániclcd d.l plnc pir de P¿rmen.de,. Un princrpio rie'

¡r,. que se¡ necesarhmente, o un reg.1"dur de la razón para los

lines de1 conocimiento, o una proposición en la que se fo¡nulanr¡l¡piedacles lundamentales de la realidad. Parménides emplea

i.-'p'i--n "* laimagen de1 "camino de Ia verdad" (éEóq), de

.lonáe surgüán la palabra y e1 concepro de mé¡od¿ Pe¡o el mé-ru,lo cle l" "o

conhadicción no prejuzga Pára nada el ¡esultado

Lle un conocimiento que aplique este método con el rigo¡ debido;

y oDtologicamente, el principio só]o afin¡ra que ¿¿ no 5e' no es, v.' . ",.dc con';ae,p, i Lan 'upe f'uo co no rfirmar que el 'er c"¿t. ro po.l¡.¡ pret'nde¡'e quc, cl n"g¡r 'a eris en' ia de Io qre no

es, rcsultase más ¡acional o nrtetisible ¿o q"e ¿J?

Esta peelejidad en que nos §¡¡me el p¡incipio de Parmé¡i¿es

"' suticiántá para que sospechemos que hav detrás de él alguna

raein o motivación velada; y aunque dicha razón pueda juzgarse

hoy ilegitima, el peso que ha ejercido en la tradición ese principio

.cimirJ elimi.a' h prc:unc.ón de que 'e rrara de una auréniica

i.¡v,alidad. Cuando Parnénide. p en.'a mcrodoláe,car¡.nte en el'r:amino de la verdad" y en eI principio ¿e la razón, de hecho

ricne ya presente una cierta idea d.3l §er, üna noción de córno es

i¡, que ¿E y cómo ha cle ser pa¡a conlo¡marse a la razón' Que el*.

"sraciánd, esto no lo descub¡e Parménides; descubre, es¡o si'

que la razón hlmana tiene principios propios. La verdad tiene que

rcsultar entonces necesa¡iamente de una concordancla perfecta en-

tre e1 o¡den ds la razón y el orden dcl ser. Esta concordancia no

cs un i¿e¿t del conocimiento: según é1, es un hecho, es una fo¡'zL¡sidad ineludible (d!d'pflt). La misma convicción §e exprcsa

más tarde en Ia E.ic¿ de sp;nozar "o"do et co"nexio idearum i¡l'em

.Jt. ¿. o?do et connerio rer¿m".'a El equivoco, va en Parménides,

.onsiste en descontarque el principio metodológico de la ra:ón

¡¡m decirlo con nuestros términos- es e1 mismo principio on'r,i.igi.o clel ser. La coD{usión §e e§tablece entre el perudr v el

Pa¡ménides afirma que el rc ser no puede conocerse (rvo(n;),I,, cual es nre{utable. ?e¡o no será igualmente in'efutable el en-

.a.lcnamiento de razones que, partiendo de la racionalidad v larrnidad del ser, infiere de e1lo que el ser ha de constituirse como

intemporál, porque la temporalidad es inacional, v como todo 1o

160 PARMÉNIDES Y LA INTIII}ORALIDAD DlL STR 161LA CRISIS DE LA METAFiSICA

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reat es racioDal, el cambio sjmptemenre ¡o es. Este será, en efecto,el itinerario de Parménides.

No cabe duda de que el ser es y puede conocerse. pero esmuy dudoso que el pensar y et ser sean una misma cosa: rd yriqor,"ró i,ooiv 66rív r€ t{oi €laoi.,6 La verdad no consiste en esta eciU)valencia del pensar y el ser, sino er ta concordancia de1 scr ; elconorcr. La r-po.ibiljdad de.onoccr et ."......,e".,,." ;rr.rodo pensdmi¿¿¿o correcto importe

necesariamente un corric;rniento adecuado del ser. En la medida en que el p¡incipio deno conrrad.cción e, ,cn Fvidcn,e, en t¡ n,Lra mcJida ie,uttainope¡ante como principio onrotog;co. B ileeirimo derivar de é1con.e(uencia. fundamen,ale. rc.peL,o dct .e. y et conocer. Lá ra-cionalidad excluye la cont¡adicción en e¿ pensdmren¡o, p.ro noimpone ¿ lriori ningüna forma de ser determinadz en ld rcd.Lxtad",Dicho de otm manera: si el contrario del ser es et no ser, y el noser electivamente no es, resulta inadmisible la p¡etensión tilosó,fica, que con Parménides se inicia, de infundir de alsín L1lodoel no se¡ en algo que indudabtemente es, o sea lo cambianre. Elser

-cualqujer fo¡ma de ser* ha de concebi¡se purumenrc entérminos de se¡, y no en los términos de una puramente arbitra-

¡ia e inDecesaria conjuncióñ del scr y et no ser (cono todavia enHegel, y todavía hoy). EI no serno acta.a nada del sel ¿A oué

La constrücción teórica que se edifique sob¡e esta base ha de¡esultar incierta y precaria; de hecho no es verdad, como parmé,n;des aftma, que sin el ser no hay perudm¡¿nro posible, que aque-Jlo que se ¡relc pensl1r tiene que ser et ser, y nada mái.m Éstaproposición seria verdader¿ si, en vez de decir peffar (roEiv) dijesealgo equivdente a conocer; pues es evidente que todo conocimie¡toha de veLsar sobrc algo, pero el pensamienro puede ser inctuso for-ma¿men¿e ve¡dadero, en el sentido de congruente o no cont.adic-

25 D 3._C1. Arisrórcles, M¿r.,

^\¡Ir, loi?b: rairó! !o¡s-

?ri!o1lÍi!,

tó,4i rui 14ú. E.. no,nplo (to pen.adó,. ."

:Li rpo.'"r-dcn¡rp,uec.rn,ó"ro.¡b¡. pe,o..oro"t .r- d.,1 t.d tl .u.e hab'. o1.'da3d. ,. pc1:b'-, v no.- n..d..,t,:...r,For el ru¡o pe.*mEnto (la hzótr pura), res,lh¡á de aha h iñ;sibni.tadJ- ó?5- dr Naru,¿', e1.., A.,.rÁ,e,r. e.r hsbtx,, i_ dclr. . -n l, .' L Dx.J..p-m to Ji t-. d" D,ó" -. ¡ptrabk amb,: á tJsubsiáncü, con. lo era a la Ide. llarónica.._

2d Tüiró! ó'Éúri loria ft rúi oiilsas, ddr, !¿rp.,, oi yia ¿!tu rotii,o; . . . .

"¡e,io.<r¡, rosiv: B 8, t4 6jss. !rató; dná. "Ét qk eño;.(ó ^/r^7!¿ír¿ov) .ó¡oce alqo', lncr., E, 4i6d. El no sé¡ (pir &) ¡o pucdc

si Fuede péñs*so, con .onh¡dic.ión o sjn ell¡.

,,,.iú..in ser Dor ello reprc.en,¿ri\", e" de.ir' r.¿lmen¡c verdadero

,. u".¿"¡,."q,n l¿¡ménide., no sólo 'e conrapont cl error. '¡¡o¡ue lo hace mDosible. lero el rcalidad rrn patcnte

,.,-" ¿ *nr¡,ó dc las co'¿' lor cso, el gr:ve Probl(ma lóPico

y ontolócico que abre la filosofia de Parménides es el de justi{icár

rl error mismo. La realidad de1 cambio no puede eljminarse sin

más porque se repute contradictoria, ni es legitimo -comohace

¿*."é' ia met.fíilca- ¡establecer la realidaddel cambio

va la

vcz mantener su carácter contradicto¡io: no hav fon¡a nnuuna de

e¡istencia que ent¡añe el ¡o ser en su se¡ rnismo Si se elimin¿

el intruso concepto de no ser, desaparece por completo el proble'

ma. Queda entonces solamente la tare¡ de e¡frentarse a la real;dad y de a\plicarla como e$ y si se presenta como tempoml,

"nton"""huv q". .o"""birla como temporal, aunque esto implique

comen * ¿e nuevo, es decir, volve¡ a He¡áclito v desdeirat 1os

instrumenbs conceptuales que ha manejado la tradición meta'lhica condicionada por la idea del Do ser. La clave de la cuestión

metafísica, por tanto, es el tiempo.Vemos, asi, que la Primera Parte del Poema de }a¡ménides

no conttaiice la segunda porque en ésta exponga el autor una doc'

'nnr diferenre, de.e.hadc P"r rál'x de anremáno :in'' p'rqJe ' nla orimera sc neea la posibi rd¡d Jt 'ualquier oL,a do.trina.'ea.ual se¡ "u

ffior. ta posibilidad del efior ¡endr.r que +rablecerla

más ta¡de Platón, en el Sofntq pe¡o aunque esto implicará natu'¡almente una reforma de la lósica v Ia ontotogia de Pa¡ménides, vel' reconocimiento forzoso de alguna fo¡ma de no ser, se manten'

drá firme la noción de que el conocimiento verdadem reside en el

Duro voriv, porque se cree que e. el pmdmien¡" el que efeciva-meme .omce el .er cn sí: que 'ólo al ao¡- Ie erá re'ervada la

capacidad de ap¡ehencle¡ e1 §er aurénticamente. Pero el ser en si

-idéntico-es prec¡amente una creación del puro pensamientü

Entretanto, y una ve, iniciada en Pa¡ménides la confusión entre

el pensar y e1 conocer, el principio 1ósico de1 pensar imponia undeterminado principio ontológico del ser: la Do contradicción im-plicaba Ja identidad, como condición de la racionalidad del ser'

De esta manera se comprencle 1a diferencia radical de sentido

que tiene en Heráclito y en Pa¡ménides el prhcipio de unidad.En el primero es ün principio del ser, intuido en el ser mismo, vpor ello establece la condición de posibilidad del conocimiento;

en el seeundo es una condici6n impuesta al ser por la razón, que

hace imposible la ciencia; la paradoja de la metafísica tradicionalconsiste en que se {unda en el principio de Pa¡ménides, v a Ia ve:

162 LA cRrsrs DE LA METAFf§GPARMENTDES Y LA INTEIfPORALIDAD DEL SER 163

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sólo es posibte a base de cont¡ariar su mismo p¡incipio de funda_mcn acón. Lpi.s.de.atinrr. Iósica y onr^tósicamenrc. el conceprod" un,dnJ. farménrdes Io ron,,erre en un conrrario det concep-ro de plumirdad. Pero, ni ct pñncipio tósco de no.onrradicc;ó;,n, Iá obse,vsción de las cGá., obtipan a.on,iderár en ef".ro qu.h unidád excluya la divosidad. Por esto, rd ¿tu¡o, los enres,'noson Fl objero de e.ra lrlosotia, .ino ct s.r, como quiera que se ex-prese sramaticalmenre: un ser que ya se ha divorciaáo de la

realidad, un ser que no presenta Di admire formas de exisrenciaconrr¡puc.t¡¡¡ po¡que el unico.onlrario que 5e reconoce e" el noser. L2 un,d"d erá en Herácliro Iá ro.al,dpd de Io mút,,ptc: F,¡<ir.ra elvaL; en Parménides esa u¡idad es singular, y por eloetcluvenrc de la mutriplicrd¡d: ófo¡ ¡üv,'1v.,r tor e\o ta titosoriade P",minide. dc.emboca inevirablemcnrF en ta sctíirica: no i\ila de Ho"cliro, p.rque L inrerprcra.ion sútí.rica de .u pen.á-miento omite el principio de unidad y e1 de la racionalidad delcambio: Prorásoras no procede de Heráclito.

Ai negarse la pluralidad, queda evidentemenre suorimida lácond,ción de posibilidrd del dev(nir. <i et ..r...u",. ¿t,".i,dónde .e dr"ge? Semueve.i es mrrh pte. pero si "e

-nuevF no es,porque.o'. puede

rto\er"e h¡ciá lo que n" e., to cual e. ab.urdo:de e-ta mcnera arsum"n,ará má. rárdp \,,leti$.* De .uer.e queel concepto principal es el de inmoviltdad o jntemDoralidad áel'er. Lo cual se ¡d!iefle .on rñd¡ .taridpd en h se(uencia de ¡ócatributos del ser que Parnénides va derivando de su priDcipio.El primero de estos at¡ibutos es la eternidadt et ser no s"'ha s;ne_rado y es impe¡ecedero: dyÉmrov iór roi tir«tl,efqóv Boflv.,o El entendimiento comprende con suma facilidad que el ser no puedehabcr.e eencrad^, cn .en do ¡6."luro, pue. hubiera rcnidá quesurgir del no ser, lo cr¡¡l e. rb.u-do, pue"r" que el no ser no es.ni ouFde náJa gencrar." de t: nad¡. La.imotnid¡d cle e.re árgu-mento es.taij que no hay ciencia alsuna que pueda jnvalidarlo;por e+o HF ácliro. en nece-id¿d de arsumenrar ¿J abvrdun ¡pe-l¿ndJ a la noción dcl ¡" .er, to da por \upue.Lo v afi,ma sim;temen¡e l¡ crernid¿d dei .er: 4v d,t. tero p¿¡menjde. c.^..be; laeternrdJcl .om¡ inr"rpo,r¡¡¡rO. v r^ cu¡o ,cmporutjdad indet¡-ni.la. Dc leJho. e. ct ori-er rrtó.oru que togra arancar de Iaerp-r enria la nocrón ab.rr.cr¡ dF un "rde¡ sup,crcmporátj per_cibe claramenre que la inmrtabjtidad o identtdad det ;er i;ptica

27 Hé'j.lro I rO,ct pr.n: B.0j: t,,."n,d... B 8.5 ..-q.2sB7\ rO

Éu intemporalidad. tlay una perlecta consruencia en la nesación(l.l tiempo, porque la eternidad ve¡dadera no es la sucesión tem.t¡)ral ilimitada, sino ta ausencia de toda sucesón y de todb srice.,1,r. la dificultad de esta filosofia no deriva tantq po. con-sir.rui..nte, de una oscuridad intrínseca en la noción misma de.rcnidad, cuanto de su aplicación al orden real. Pues el orden(lc la existencia es tenporal, y por cllo no p¡esenta 1a identidad.l',,r esto quedarir s¡lvada la dificultad si Pa¡ménides estableciese,,,,mo ha¡á la metafisica posterior, los dos órdenes distintos y jerar-(tLri¿ados del ser eterno y de la existencia temporal: asi Platónor el Timeo, cua¡do trata especificame¡te de la eternidad, enkl¡cjón con el tiempo, y Aristóteles en la Firica y en el Libro

^1, 1" Merallica. lern el ser de Parmén:dp., pre.Lamen,e, cs unu:cxcluye no sólo la pluralidad inmaneote, s;no ia distinción entei¡nranencia y trasccndcncia. En cu¿nto a la metafisica posterior,l¡ dificultad subsiste en e1la de todos modos, a pesar de la dis,rir)ción entre los dos ó¡denes; en tanto que insista todavía, indu-(i(l¡ For e1 equivoco de Pa¡ménides, en mantener la identidad,' iDmutabilidad del ser (del se¡ en ¡í), surge en e]la la dificultadLl$ivada de explicar, en términos rigurosos de ontologia, lá cone-

xi(in entre los dos órdenes. Por esto Platón es más congruente.tuc Aristóteles, cuando situa las Ideas (etcrnas e inmutables)lucrá dc las cosas, aunque su teoía sea menos satisfactoria quelN aristoté]ica, coya intención es buscar cl se' m¡no en la cosaDisma. Pero, por ot¡a parre, si la dificultad eñ la teoria platónicarn las Ideas consistia en la articulación ontolósica del mundorrrn¡oral y sensible con el mundo ¡eal e inteligible y eterno, en.rmlrio en Aristóteles la dificultad consiste en iusti{icar Éecisa,¡r(nte la coexistencia de 1o eterno y lo perecedero cn la unidadrlcl e¡te concreto. La fuente de las dificultades, por tantq reside.n la noción de identidad inteñporal, y solo en ella: desaparecenr,. lr., pcra lo. fine. e.rr.cl¿ment" ontorósico., en cuanr..e,on.i-

rlcr¡lo temporal en téÍninos de temporilidad, cual corresponde.

P¡ra Heráclito, en efecto, 1a eternidad es lá continuidad, sinoriacn ni támino final, de la sucesión ordenada del tiempo: elrrirr¡rrr ha sido, es I sei! fv dei di Sotv zol üotor.3o Según ?arrn¡nidcs, por el contrario, e1 ser ,Iüfl.a lud ni scrá, on6é :ror' flroiñ' ?idr¡¡r, sino que ¿s aho,a (l{v 3o¡rv), homogéneo, unitario y¡r¡,rinuo.31 Las palabras mismas de Pan¡énides pá¡ecen replicar

I' Ir,rs. 20 (Diels-Kn¡z B 30).rr lr 8, t. Cl. Anlxiúe¡a: nia .¡e r¡ir xíutoLv iE al¿,!o< iróaI€L!,

rl ' ,,v ¡rl.nto cxistc des.le l¡ etrñidad: A 6; i¿¿m, Pl¡tón. Ineo l?e sis.: el

r164 L¡ CRISIs DL LA MITAFÍSIC,A Í]ARMÉÑID¡S Y LA INTEM?ORALIDAD DEL SER 165

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a las de He¡áclito. La eternidad es aho¡a )a f]¿,m¿nencia inmu-table del ser; pero sin cambio no hay propiamente permanencia odumción. Cua,ido ie elrminan et ánr, \ et derpu;. .e de.Lruyela ñtructu¡á de Ia remporalidad, v Ic noc,ón del ..r que exi.;een un_dhora perslÍen¿e, sin pasado ni fururo, es t"n ubrt.o.t, yespeculativá que resrrlta inaplicable a la realidad. Lo que siemprefué y seú es el cosmos, según Heráclito; en Parméniáes no Áaycosmos. Por esto su cóncepto del ser origina Ia primera chis dela metafisica como ciencia, y por esto ]a meta{isicá posterior, en latual 'e resablece el co5mü.. riend" a rcservsr para Dio. e.e arri-buro rle Ia ercrn.dcd inreaporát. De hecho, exrmin¿ndo ta onto-logia de Parménides a Ia luz de sus consecuencias histó¡icas. nosdamo. cuenra súbjrame¡re de que no seria iñádmi.ible . fue¡euna teología, e6 deci¡, si pudiera identi{icarse a Djos como el su-jeto tacito de quien se dice "que es y que no es posible queno sea". CuaDdo Aristóteles afirma en eI aludido Libro A: 1omismo es el pensamiento y 1o pensado (roi.rirv voig z,ai !qróv,1072b), Ia afirmación parece plausibte, sea cuat sea ta disc¡e.pancia que pueda surcir ron ella, en rxnro que Arisrórete. see"tá refrriendo a Dos. a un ser del orden eteino, definido pre.

cisamente como !oig, como acto puro de pe¡samienro. Repare-mo., sin embargo. en que esra idea proviene de farménde., v quecuando aparece en é.re por primera \ez. en rérm;no. ca"i Ijrc!€tes,re.ulta desconcer¡anre: una mi.m¡ co.a e. et ser y et pen.ar (róTdA air¿ voEiv Sorir ze zoi sl,r,cr); porque s ev;dentemente in-exacto, como pura cuesrión de hecho, que el pensamienro hrrmdnoy el ser guarden una correspondencia necesaria. Todo conooj-mim¡o corre.ponde al .er. o riene un oblero intencioncl, conu sedice cle.pué.: pero el pen.ar, ni es nece.sricmenre adecuado. cu¿n-do vena sobre el se.. ni siquiera es necesário que ver.e .ob.e elser: puede incluso discu¡rir sin atender a la realidad. como se veen la maremática y en Ias operaciones formate. tte ls logica. tar.menides no podía, naturalmente, tener en cuenra Ios disarolosde la teoria noetica que sólo se produjeron después de é1; peroestos desarrollos tomaron jusramenre la dirección señalada poruna afirmacióD suya que no tenía justi{icación: ta afirmación de

,slva c,j {a fomá. del ii.mpo, hs,ú,14 nu co¡ispóñd.n a,"er e...ño;d..:ms que h .r.,no ,,fu¿. .§ I cii . (iv E4{ * ,;i $_",, t,"...*;páhbro. d. Heráclnó \ ?arréhidc\). pcro en terdad d. tó .(mo .óro 6c d..cqk,s .l l"e v rl -tr4 sor r¿m.nG,cs.,v¡do! p.,a to Empó,"t, o r¿ t;.,mbian... Lo é,.."o c. dénrio.,nmurable rdxilrlro;): e...5 ,ctualidsd

lbsoluro qu. tam¿nrd.s lmró d. erDr.sar dicicndo qu.

l¡ etcrnidad o intempoÉlidad del ser, y la concentración de todo el

conocer en el puro peDsar. Ahi se encuentra Ia razón origina¡iaLlc la crisis.

Pero ésra no füé una crisis momentánea. La tradición entera

ha sufrido por ella y pudie¡a decirse que ]a metafisica no cierariño en rue,iro. dia- el .rrgo ¡eriodo cririco que cñmienr con

Parmónides. l-o cual significa que esta inmutabilidad de1 se¡

Lcsponde a algunanecesidad peculiar del entendimiento huma'

,", ¿. on, ,.,"*, ño podris explicaae qJe Io' equivocos funda-rncnrale, ctc l¡rménioe. r" l,ubie,aD 5ido delaiado' ante'. Acstas alturas, naturalmente, no tiene njngun interés vital critica¡Ias tesis de Parménides, con vistas a p¡obar la ¡acionalidad deltiempo, pues esto 10 ha probado sobradamente la ciencia, sin

cuidárse pa¡a nada de ta filosofia presocaitica. La critica imponapara dem,xtrar que et conce¡o de la intempomlidad del st no

"",rn

"on."ptonecesario para pensar los entes. Si 1o fuera, la

metafisica setia ilegitima como ciencia. Pero 1a misma preemn

nencia tradicional de ese concepto ¡efrena e1 impulso inicial a

considerarlo putamente arbitrario. Es arbitrario en el plano de

la teoria del ier, pero su persistencia es indicio de la motivación

rr.¡eó ;.a que llevana ¿ propone,lo y ádoor.rlñ S,lo r"rlendo.srr moL-ración rádi.il rl de<ubierro poJrÍ mos,raroc' por con-

trontación, que 1¡ teoria metafisica no se encuenira desvalidacuando rechazá ta tmdición; no estamos eD situación de comenza¡

.le nucvo sin fundamentos o P¡incipiosr podemos v debemos to'mar en cuenta jüstamente los que descubnieron v establecieron las

rrimeras filoso{Ías Sobre ellos, aünque sin invocarlos expresa-

mente. se ha cimentado de hecho cl edificio teórico de la ciencia

¡node¡na. La reconci¿idcióñ de la ciencia natural v Ia ciencia me-

r¡tiricx h" de efecruáae en eL ¡erreno de e ¡' p,'ncipio (omune'.

,loh.l¿ se afirma la unidad del conocimiento.Para todo 10 cual es conveniente señalar de maDera plecisa

lff exprcsionesque Pa¡ménides emplea para su concepción de 1a

idcntidad e intemporalidad del scr. Conoborando e1 pasaje ante'tur, en que ai ser le füeron sust¡aídos el pasado y el futuro, dicet'r¡ménida más adelante que el ser está innóvil -rizívetov-,Nrque no tjene origen ni fin (en sentido temporal): el ser no se

scnera ni se aniquila (^/év.d,E r(ll ól00aoq)'3' Es e1 hecho de no

r2 n 8, 26 sies,i cf. 21. \'¿as adenás B 8, 38, donde el conccPto de inho-viLnl¡Ll se aso.i. ¡1.ólcepto de ¿n¿¿rc¿d del Fr (oüLoE), elorl débé po¡esé

.¡ .oncxió¡ c.n el óron rd!, Év de B 8, 5 v con los r«i(ó!, É! raiiót v

n40 r'turó de E 8, 29,

I

166 L,{ CRISIS DE LA METAFÍSICA pARMÉNrDrs y LA rNTlMpoRALrD^D DEL sIrR 167

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ménides no versa sobre el cosmos: su concepto de ser no encuadraen la realidad. La pluralidad y el cambio simplemente no son,porque el ser es racional y ]a razón percibe una contradicción enla temporalidad nrherente a la existencia. Nos encontramc,s anteun ser que no eIiste y una existencia que no ¿s.

La mente cientifica contemporánea descubre fácilmenre la ar-bitrariedad de estos supuestos y est¡s conclusiones. De hecho, ya

la descubrió Empédocles. Pe¡o es necesa¡io descubrir adeñás eImotivo p¡ofundo de tal arbitra¡iedad. Panr,énides "ha pasado aIa historia", en el sentido de que la historiografia ha de ocuparsede su pensamiento metafisico como de algo que ya no tiene vi-genciá presente Din$na. Pero, mientras aquel motivo no se pongaal descubiertq pudiera parecer que la filosofia presocrática pasointegramente a la historia, porque luera toda ella nada más queun pasado ¡emoto y supe¡ado de nuestro presente, y todas zusva¡ias doctrinas, indistintamente, estuvieran ya desconectadas porcompleto de los problanas actuales. Pero la historia es parte vivade la filosofía, y no "pasa a la histo¡ia" sino el pasado que noesrá preseDte: aquello que ya está muerto y sólo puede ser objetode ínvestigación arqueológica. Por tanto, hay dos {ormas dife-rentes de presencia histórica: una filoso{ia del pasado puede h¡-cetla presenre el mero ¡ecue¡do historiográficq pero puede teneruna p¡esencia üva por una incorporación auténticamente filos&{ica. La mera historiografia {ilosofica propende implÍcitamenE aconside¡ar que está muerta toda doctrina pasada, porque la exa.mina piecisamente como pasada; solo el criterio filosofico puedediscriminar en el pasado y discernir aquellos pensamienros quemantieDen vigencia hhtórica. Y este criterio nunca puede ser ar-hitra¡io ni discutible, po¡que Ia incorForaci¿n del pasado que lom¡ntiene presente es un acto {ilosóficq esencialmente inherentea la fomación de un pensamiento actual, y no es una simple se.lección guiada por preferencias subjetivas.

El pensamiento de Heráclito es üvo: está ¡esente en la his,toria, y el de Parménides seguiria üüendo también, a pesar deodas las úiticas, si no se descubrie¡a ia raón de sus afimacionesiDadm¡ibles. 2A qué se debe, en efectq esa capacidad pertinaz dercvivir que ñuestra la idea ceDt¡al de Parménides? Debe recor-dnrse que, ya en Grecia, hicieron muy buen uso de su filosofia losñ\fistas, pero ni sus travesuras paradójicas iograron sumirla, Platónintcntó liquidarla definitivamente con el "pa¡ricidio'dc que ha-bl¡ en el Sorista. También 10 intentó Aristoteles; pero no se logro.l pNpósito, ni en estas dos filosofias pluralistas, ni en otras sub,

baber sido creadoJo que inmoviliza el se¡. y lo confirman los ver_.-T..ry:.:l en ro. cuaG..e afirma que er .",;. ;¡ ;;;;: ;;".Ínanere /¡mc en ri mnmo, que yre rrabado en si mismo:r::rov.r f v.raúur rr Évov.xo$,íduró ff t{iro, i(oúu( ¡t¡,rhovo.0ür Ury¡'..ú Lá insisrenc! de era. e:rpresiones ,. ,¡"*'r,i *f".pummenre rerórico. En ella. "e percibe ta brega det pen.,do.;;;ra parabra. su esluerrc por tograr que )r idea quede bren preci.adaen,una .uce.ión de expre.ioncs: ninguna de

eltr, ". ",fi;,;"-;et,nrhva,.ptro et poera con.idera que lo puedr ,* ,, ."",r.r;-porque cáda.uná reire¡a lá inr"nción principal de rod¡. tas demáslE<á ,nreDcion recae .obre Já idea de m¡,nida"d. C, Ia p.imeravez

-quela filosotia emptea sta patabm con una srgnifica, ión que

de,pué. en et lenÉuaje récnico. Tod¿- tásdr' culrades de expre.ión que .utre tarménide_ provienen de ;:l:9".d d" bu ,deá. Ma. rcrd". (uand^.l *^ip," r., .,j. v"

ránra. repeLrcionec: llarón J A¡rjcrelñ dicen 5implemenre o¡ró zo0, üü¡ó pcra e:rpresar ef uer en .i,mFno), el :er m-§?. c.mo -e dirá,odrvia má. rarde para hablarae ,a subsláncr¡. Eero Párménides sp jente obhgado a ernplear en",." {.: *^._' tres formas dife¡entes de la nisma p"r.b.;

"t;;,ue.de,ienan la mnmidad, v dos vece. l¡ noc ón de rnmea. e.r¡.brrrdád. nermanenci. inmuráblc (verbo uuor. Todo e.to paicderir Io que después podrá de.irre muv' .imptemen,.,"t .", ;;idéñrno

- :t.,suie.,no.r serde p¡rménide.? jlor que, deriradamen-li:"1i.11!iÍf "i:,i.; t"m,urabre. con,inuo.,ndi"i.ibre. ho.oc;;;r

rmptica ej , rmbro. tero .i ¿ hiñfi no ; con-::_.-*1

q:."i rrempo e. itracronar. nú har ne(siJ3d ninsuna de

::,].-l:f* r¡ un,dad . rá diver.idad. como sr fue.en rnc"mpa-lflr r_u+,,"e há ex,,neuido ra 8en*ación ; ;.rgnomdo el pcrecei? 3r porque et he,ho dc quc "l ..., ;r_;

ll,,.ld1J;.1"puedc haber.e aenerad* .*" p,,i"¿,ri". 0,""tln_roe rámbren ta

Eenp,¡.ión de l"s e¡¡c. con-rirurno, <1e rquellal:l,llo^d P*l ta sen rción v tá e\rinción d. t* ".,.; ";';;terrria para nadn el pnncipro de h etemidad delco.mo. r'eal,dádr. tor e.Lo e- maniiie.ro que la rrlo."ria je pr..

33 B 8, 29 §ic. po. ero son müas Fatabrs crantó los ñoñal.s entiende¡o. n. ¡ r-r..-mbsr,le J,rer_o de r p-.b. -n.uro. rodábtis fo.hasderd.\.ni: B 8,.18 "is-. Ct. {,.Fr(,e., Vfl., tOlob, do.dc,fr;.lL: i;.lrden l r. .s Io rr. "¡bi. to euc,a¡, no -1. porqle e., nó -! á ta \e," i

"-;li

.", óxrro'a. vea e h rox 50 .,¡ cip,,,.ro rcxndo.

168 INTEM?ORALIDAD DlL SER 169LA CRISIS DE LA META¡ISICA

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sigoientes, pluralistas o noñistas. Parménides consigue perviviren todas e1las, y esto es lo que sisnifica que el "parncidio" no séhaya consumado, y que toda 1a t¡adición merafisica ¡esulte uncompromiso con el "padre de ]a metafisica", La situación no pue,de aclararse si no se pe¡cibe que el "parricida" es el propio Par"ménides: su fiiosofia se interpuso en el camino seguro de ]aciencia iniciado por Heráclito.

Pues, en efecto, respecto de la interpretación de Parménidesno puede caber ya Ia menor dud¡. N" .e requieren arsurel,o.abstrusos y eruditos para probar su corrección: la prueba irrefuta.ble nos la ofrcce por via de hecho esa múma tradic,ón hisróricade Ia metafisica que deriva de sus ideas, tal como han quedadoexpuestas. Estas ideas crean una situación de tal natunleza, quepor primera vez, después de Parménides, los pensadores no puedenya lilosofar enfrentándose simplemente a la ¡ealidad, sino que de-ben tomar en cuenta 1o que han dicho otros filosofos anreriores.El o¡den dialéctico de la sucesión histórica ci¡mienza en {ilosofiaefectivamente a parü de Parmenides. Limitados, po¡ tantq ensus posibilidades de "jnvenclón" teórica, por esa situación queplantea el concepto de intemporalidad del ser ¿cómo proceden losfilósofos posterioresl A triorl, si no 1o descartan completamente,sólo pueden, o bien reiterar las ideas del maesto, como hácenlos eleatas, y combatir en su nomb¡e las ideas discrepantes -laluralidad y el cambir; o bieñ pueden jntentar el compromisq1a reconciliación entre la supuesta eüdencia racional de la iden-tidad e intenporalidad del ser, y la otra evidencia de Ia diversidady el devenir. Pues bien, excepto Meliso y tunón, este segundocamino es el que ha seguido unilormemente la metafisica, ya des-de el mismo Empédocles: el único camiDo posible pa¡a la inno.vación filosófica, si el peDsamiento acepraba como base las condi,ciones establecidas por Parménides. Restituirle el tiempo a1 ser, dealguna manera; reconocer también e1 ser a ]a apariencia, al cambio

y a todo lo que cambia:36 ésta es la misión principal de la meta-fisica, que se hace patente y expresa en los sistemas de Platón yAristóteles, pem que ya se empieza a cumplir en los grandes sis-temas fisicos ante¡iores.

C¡n el pie forzado por el principio de Parménides, inicia suma¡cha histórica la ñetafisica en busca de una j,rsrificación teoricade lo que no la requiere -el ser del cambio* y manteniendocomo posesión Feciada e irrenunciable un concepto que ¡o co.

a§ !D e1 SoI¡rd, 249¡, Uató¡ lláma 'le{ibte t€orir" (6!N¿! ¡,óy@) á Iaque privr del 6e¡ al movimiento.

PARMÉNIDES Y LA

nesFonde ¿ la aprehensión primaria de ]a realidad -la identjdaddel ser. Esta situación pa¡adójica, y este consiguiente alejamien'o de la ¡ealidad, habrÍan de justificar más adelante todas las

criticas de la meta{ísica y el calificativo de qunnérica que se ]eaplicó. Pero hay en esas criticas una falta de comprensión autén-tica que 1es impide, precisamente, ser radicales y despejar de esta

manera el terreno para üna nueva fundamentación. En el capi'

tulo sigüiente examinaremos la cuestión con más detalte; mostra'rcmos que la idcntilicacih es esencialmente inherente al cono-cimiento, y que por abi discürrió e1 pensamie¡to hacia la nociónde ]a i¿enddr¿ de lo conocido. Pero desde ahora puede quedar

bien claro que ba tenido sentido esa insistencia de la metafisicatradicional e¡ mantene¡ el concepto de la identidad, v en preservar

al ¡et mismo de todo contagio con e1 tiempo. Precisamente por 1a

condición temporal de nuestra propia eistencia, no podemos re-nu¡ciár a la Iirm¿:a, y esta flrmeza, formulada con rigor de teoriaraclo¡nl, considera la filosofia que ha quedado establecida inicial'mente en 1a doct¡ina de Pa¡ménides. Este recomienda para elconocimiento verdade¡o un tipo de visión peculiar, distinto de

n ed-r visióu hábiiu¡l de Ia..o.a', vque.e c¡racrcrizá pre,i'á-

mente por esa flrmezar f¿nooe vrjr¡r Fe0oía¡;,33 "contempla con el

fensamicnto ,iffiemente.. ." A esta finneza de la contemplacióninielectual corresponde 1a firmezá del ser, en cuya mismidad in'siste Parménides con todos los recurcos que ]e ol¡ece su voca'

Sin necesidad de que Platón llegue a deci¡lo con estas mismasp¡labr¡s, parece evidente que nada se puede entender' si nadariene firmeza y todo se desvanece; y el prol¡lema no es tan sólocl de e¡¡ender, sino el del ser: parece que nada puede se¡, si nadapernanece. La necesidad de que háya firmeua en el se¡ y el co-nocer determina de esta mane¡a la concepción del propio ser: el

3d B 1. Ct Phión, n.D. \¡I,5med: el Iilósolo contenpla las.oms ordehrus (r0ro'yp¡ra) qt¿ tón p.écñamente hs nrmltlbles o idé¡ti.as (urrir(úi,i n€i irNrú). Lo qúe erá som.tido

^1o.deDEcior"l (tóopa 6¿ ráma

z(l zdr¿ ?'ó,tov ir¿wra) "" * F¡imrri¡ y ndicalne.ie ¿s¡€ co'ñoJ¡ y loi.llo .l lilGold tietrdc hacia lo divi¡o y ordenado: f€íQ óit ,aI *odpÍQ. Lo,0.!naL se asó.ia a 1o t.scende¡ie, y el orden se ¡socia a 10 divi¡ó. ?latónrrJ iDtenia, cotuo Aristótcles, orlaDiar uná cien.ia de los ent€§ v próponer(nr hipótcsis de su orden nimnent porque tiene, mis asud!ñe.ie qde su

¡isci ¡., el sc¡tid. de ls insulicieDcia ontolósica de la ¡e¡lidad: 1,6 .ósa§

h. rc cxplic,ñ por si misrod, y la racionilidod de su ordeD cs derivada, v nó

Dnr¡i¡, Dne$o ¡ruc Do so. i¡ñúbbles Cf. Id,nünü¿s, 1+7d siss., do¡de &trlinrr i..luso Ia necesida¿ d..rue l¡ ñisñ¿ e.hb¡a.o¡.esponda invariablEnr,r. ¡ la m¡m¿ cóe.

r70 LA CRISIS DE LA METAFiSICA PARMINIDES Y 1A ¡NTEMPORALIDAD DEL SER t't1

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ser ¡s es¡ mibmá fimezá que rcquerimo5 pará conocerto. tero esque eñ el fondo, de manen impliciia, rodos renemos como unvagñ prern¡,mienro de que ro que camba no ec. !erdadera y rert-menre.. Ls,a es una presunción. una nocrón precienr;fica. que nodeJa de ejercer §u pe5o en los con(epros de la fi¡o.otia. Las .o.ásque,cambran anre nuesrro! ojo., que sur8en y de.apsrecen, que\e alreran (onrinuámenre enue su principio y su fin, ená. co:xsno rendrian.er verddd«o. o su

rer \erdáderc no seriá apárenre.ue una par(e,-pereibimos que ta\ coras dejan de.er. pero que elser .ubsi.re. lA qué se debe v en qu¿ con.i$e la ,u!"¡rcnc,adel ser en senerail La .ola formulación de Ia presunra ya e,rásituaDdo implícitameñte at ser fuera de ta zona aparente del cam_bio, .omo quiera que la pregunra se coñresre, ya sea en t¿rmiDosde fisica presoc¡ática o en térmhos de fisica contemporánea. porcrra.pane, p*cibrmns tamhén que el cambio mismo de ta- co.¡srmprrca en ellar una cierra perna¡encia. La me.a puede mudarde coJo.. .amo podemo. mudsrla de.¡riq y

"gu. ".nUotn ,¡,,-,

me.a. Inclurve, si la me.á"e ¿es..uve... n¡iu*l Eenrar _.ñmo

¡:nsrtr-:le<- gue no.c ha detrurdo aquetJo "n que lá me..a .on-shre. .En que co¡¡i..en, pues lá. co.an tá menre ro .e rr:Lna

e"pontánerrenre a re"ponder diciendo gue 1". .".". ."r-;.;;;eo -u c¡mbi., po.que el cámbl, seís iu.rámen,c la ¡¿cotu¡ren. rf¡de la6.^"r.. Trene oue haber afgo que dé enrid,d át ente. que tepreste.consisr€nci¡l ontológica, por debajo y a lo largo de todás sus

. Se-comprende por qué la coru¡r€nci¡1 o permanencia llega aidenriticaFe con el sry. r por qué el .er qr"a" "i*r¿"

.",i,¿,de e.ra maner¿ fuera del riempo. L¡ que An.rórcle. llrma rlboc

la fnrrna det .er o sub.rancia primera, eijusta y lirerálmenre esa corutsrencid del enre y e* .¿rir*"Ao'a"iser que los medievales Ilamaron erscnt¡¿. Bto no se genera, n; sepuede anrqrrilar. I-r eno et riempo ha de queder s:ruado enrrela, cáresoriá. del ac,;dcnre, v no en

la e.rructur¡ con.rIuriva detser mr.mo: ra mi.midad det ."r en Aaró,ele. c¡cluve el rieñhñ.cono ya en nárménide., v pñr c.ro et ,ambio.rzue s,enclo uiproblema on,olósico. en ve¿ de.cr u,l cjaro Dara iod, "n,.,^cicosible.

. Por rodo erlo, r$ulra expticáb,e cue Arjqórelc., ai i¡<riur ellund¿mcnro de Ia merafirca, rrare de rndagar si *isre atsjo que.e¡ en la forma ontojógica de to xo$,oüó. d" to m ,;. rtr" ";e pre-sente estos caracteres: que §ea etemo, separado y ¡rmancnre

(pévowoq, de úvlo, la misma palabra habia empleado Parménides,y con la misma intención).3?Estos atributos no son arbitrarios. Ya son lamiliares las ¡azonespor las cuales el ser ha de concebirse como eterno y como perma-nente, subsistente o consistentei pero el mrevo atributo de 1a se.paración o trascendencia del ser no está bien definido, ni se vedesde luego que responda, como efectivamente ¡esponde, a la mis.

ma motivación parmenideana que los otros dos. El ser mismo nopodia en Parménides considerarse lopLo.róv o separado, porquela unidad del ser excluia el devenir: ta mismidad del ser impediasu diversidad y {rente a1 ser idéntico no habia otra alternativa queel no ser. Perq en cuanto se ¡estaura el ser de 1o que cambia,como en Arútóteles, la mismidad dei ser rcquiere su literal sepa-ración ontológica respecto del devenir. Lo que es en la forma de se¡ile lo *o$ oüó está separado de Io que es en la fo¡ma de ser delcambiq como lo idéntico respecro de Io murable, Io inremporalrespecto de 1o temporal. Por esto Arisióreles dice que Ia cienciaque trata del ser en cuanto ser versa rept -rir

ltopto-rór, dpo 6v roidxilezor,, sobre lo que existe separadámente y es inmu.r¿¿e.33 Laasociación entre el at¡ibuto de la trascendencia y el de la inmo-

vilidad (intenporalidad) es decisiva. A ella se debe la uniformi-dad con que la tradición metafisica ha sustraido el ser a la er-pe.riencia común, y ha rese¡vado para una experiencia p¡ivilegiada

-previauna suspensión de 10 primariamente patente- la {acul-

tad de ent¡ar en contacto cor el ser propio y auténrico. Lo mjsmoen Platón que en Aristóteles, en Descartes, eD Husserl y en Hei-degger, e1 ser no es fenómenq en el sentido de inmediatamenteaccesible. La idea de que la existercia huñrana discurre enrre lassombras del el mito de la caverna, no es exctusivade Platón: todos los metafisicos coinciden en esre se.rido de ladegradación ontológica de cranto nos rodea, y de ta correspon-diente degradación de rodo conocimiento que no losre arravesar

]a zona de las oscuras sombras del ser: las somb¡as son feDómenos,

37 Me.afiri.d, K II, 1060a; cI. E I, 10?6a 10, A I, 10ó9a 25, 1o71h, ecLr asociación erhe el concepto dc 10 d.ñq ¿i¡Dt, y d de ló i¡hóyil,riríqio6, es reEühi y rE¡sisicnts y tipi.ame¡te pame¡id€ana. Sóbre la nor¡.¡eáció¡ de la forM y su irr.ductibiliddd (idetr bi.n plató¡i.a), véh. Z \¡ü,1033b 5, 1014b 9. Sobre ei carácte. prim¡io .Iel ser o si (r¿ ¡a.irrúr< ¿!), y*' c¡.á({ absolúo (ó! drl6]a, véase Z l, 1028a,

^1¡I, 1071bi cL .*c plsaj.

.on ll¡tón. R¿¡. E, 477¡.33 l!,letdr¡ic4 K VII, 1064a 31. Cf. V 1071a: hay cósas qu¿ .:Gr.n cn el

modo r{¡adr&, y otas que tui las prim..$ sn substancias,

171 Lq CRISIS DE LA MEIAFÍSICAPARMÉNIDES Y L^ T^$TEM 1?3

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y For esto el fenómeno adquiere en meta{isica un stgnificado pe-yorativo, ¡especto dei ser.

Ya hemos comprobado a qué se dcbe esta ocultació¡ det ser.Y aunque sea escandalosa la consecucncia de que Ia aprehensióndcl ser, en propiedad y autenticidad, esté reservada e{ciusiva-mente a los f;lósofos, hemos podido isu¡lmenre descubrir las razo-nes que motiva¡on dicha ocultación: el afán de pernanencia, de{ijeza, de estabilidad, del cual ha nacido

ta idea de identidad vr cone.ponJienre lóEic¡. Ia uni\".,J!J: ta idea de.er cn.i, ) táde inmortatidad; la idea de una raán pura; la idea de Dos y la deuna verdad absoluta, universal y necesaria, indiferenre y erema.Pe¡o los metafisicos no han concebido cstas ideas como purasIant¡sias, disfrazadas de dgor reórico, con 1as cuates expresaran elsentimiento comírnr vago pero firme, de recelo y de zozobra anteia fugacidad de las cosas y el anhelo de encont¡ar atso más {irme.que a la vez las sustente y las explique a ellas y nos compense anc¡.otros de ser también seres mudadnos y morrales. Hay hechosqre autorizan la búsqueda de ese algo fijo y estable: es un hcchoJe expcricnc;r c.mún qu( en er un verú hav fe nrncnci¡ ) re-sularidad.

Anaxima¡dro, y sobre todo Éleráclito, mostramn que h¿y l¡r,mczo. en ¿L tiemfo m¡mo; y después de la confirmación querepresenta ]a ciencia r¡ode¡¡ra, ha de se¡ cvidente para la me-ta{ísica la necesidad de desechar los insirumentos conceptuatesquc se emplearon t.adicionalmente p¡ra monta¡ una teoria de Iatbmcza ontulósica e¡ la intemporalidad del ser.

Ahora podemos decir, en conclusión, que o bien no es posibleuna metalisica como ciencia, o sólo habrá de ser posible a base de¡establc'cer el valor de la aprehensión inmediata y comirn del ser.Esto implica rcconocerte su carácter de autenticid¡d al ser crue esrár Já viri. Si e. p..,blc u¡a cpi,rem¡ del .er, é.,r rcndrá quecon-tituirse fenomenolósicamentej pero con una Ienomenologia que

n,anrensá la ru,cn,icidad on,otú8'ca Jel Íenimcno mhmo, qoe nosuponsa una zona del ser velada por el propio fenómeno, ni pro,ronea un¡ cl¡60ruda a..e!. inrete«x"t para llegcr a e-c:ona,-.órd,r¡. Si.el .er..rá.a la !isr¡. et \er. co-o tiJ .n.... obierode una expcflencra comnn,

Resuha en verdad paradójico que sea necesa¡ia aho!á üna re.volu.ión de la filosofia, y la clausura de üna etapa mileiraria, pa¡árevelar en suma que los hombres estamos frente at e¡. ¿euó es,t,rdo 1o que nos rodea, sino el ser? Pero la paradoja confi.maprecisamentc el carácter ¡evolucionario de la sitü¡ción reóric¡ ¡c-

tuai: hay que empezar de nuevo, y partir de evidencias p¡iñáriasy comunes. En los capítulos siguientes i¡e¡nos exanhando enqué sentido se formula, se entiende y se aplica este principio de

LA OPI&{CION CARTESIANA 175

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CA¡ITLTTO QU1NTO

EL CONTRADISCURSO DEL MÉTODO

§18

L¡ op¡n¡cór¡ c,{rr¡sn¡,1Podemos considerar desechada aquella instauración de ta meta-fílica que la fundamenta en et principio de no contradicción. Lainrerporálidad del .". rmpue.ra por e.re p.i¡cipio origina Ia rra-dicion suhranciál,er. Sean cual+ ..rn t"" a,ti.utrrá.. ,rr" tumetafisica encuentre para ¡econciliar et ser substancial v él ser no.u1,,,¿ncirl en la unidad.urrcma del ser mi.mo. e. evrdcnre queel rieor in-¡in.eco de Ia,eoriá Ie pre{á unr fuerza tan p.duia-ble en Iá hi.roria, que logra rnctu.o protonear)a cuanJo yc elprincipio de no contradicción ha dejado de adoptarse como fun.damento. Asi en el caso de Hegel. No es ésta 1á ocasión de exa-minar cómo es posible en la metatisica hegelján¡ inregrar en el

orden de un sistema dos componentes aparentemente irreconci,Iiables: la crisis del principio de no contradicción v el manten;mienro del concep.o de .uhránc,a. Aca.o ta raán di ero radiqueen el mantenimienro del concepto de no ser; la contradicción esposible porque el ser y el no ser juegan dialécticamenre pa¡a ex.plicar ]a constirución del ente. Pero la conciliación de toi contra-rios, incluso en estos términos dialécticos, es todavía una herenciade Ios griegos; no ua llegado el momentq eD tiempos de Hegel, deprescindir definirivamente en ontotogia del falso problema áeÍ noser, y tal pa¡ece que este momento no hubie¡a lleeado todavjaen nu"-rro. dia-, c iu?err por ta. rilo.ofia. de Heidegger y de Sar_rre. Iero áún rnte. de Hege1. cn to" ini.io. de ta-{ Io,oIí3 mo-

dprna. uercaflc. inrenra una nuevá in.f¡uracrón d" la me.alkicaque mánriene iBU,lmcnre en vigor el con,epro de.ubranci¿, peroreñu.ciá 3l 'und¡Tenro rradicicn¡1. Aunque, de he(t)o, er p-in.crDro de no ronrrndicc:ón "e da por s,rpue.ro en roda l¡ rrto.ofiacartesiana, el lundamento de la merafisica se instaura expresa.menre en u.ra iñ-urL,ón q:.tenciá1. v no en un princifio a pflbn.El .olo mmbio de ba.e, ca¡¡c¡er;-¡do en erro. iérm,no(, ;.utrade antemano nucho más prometedor: se prevé mayoi sotidezpara Ia estructura de una teo¡ía cuya {ase originaria es la inrri.ción apodictica de una exisrenciá. parece que, por fin, aqui no§

174

hs babremos ya desde el principio con el ser mismo, Todo de,|cnde, sin embargo, de que esa intuición apodictica sea efecriva-nc¡te origina¡ia; pues, en efecto, cabe sospechar que ]a fasersalmente prima¡ia de la metafísica cartesiana no sea la euaeflcidontológica, sino la du<la ontolósica. ¿Qüé valor real riene todo 10que entra en ]a duda metódica, y queda en suspenso metafisicopor raán de ella? Este es el problema.

Hemosde distingui¡ entre la sir¡,arión ca¡tesinna J ta apcra.ción c.trtesia¡\d. Las dos están como indisolublemente vinculadas

cn la tradición de los comentaristas, y p¡opendemos a pensar quela segunda es consecuencia forzosa de la p mera. La si¿sdción secaráct€riza por un estado de cnsis, en el cual se revelan comoinsatisfactorias no solo algunas soluciones antecedentes, sino ellundamento mismo que si¡vió para una larca serie histórica de so,luciones. En esta situación es necesario "romper con el pasado"c iniciar la marcha a partir de bases enteramente nuevas; de ahil:t operdción cartesiana de la duda metódica, en Ia cual apa¡ente,mente queda ólo en suspenso el valo¡ de las opinlones recibidas.La operación, consecuencia de la situación, seria puramente epis.tcmológica, pero no ontológica. En sur¡a: lo que se pondria en

duda seria la ciencia, pero no la existencia; el fundamento pre,rórito del conocim,ento, pero Do la presencia real del ser mismo.Srn embargo. impofla scñálar que no e, ¡,i.

La similitud de la situación actual coñ la que podemos llamatsituación cartesiaña nos oblieE a examinar si ella determina, comoinevitable consecuenciar uDa operacióri suspensiva similar tam.llión a la que ¡epresenta la duda metódica. En efecto: estamosIlcv¡ndo a caho en nuestros días uDa crítjca de la tradición qüe es

rñás amplia y ¡adical aún que la de Descartes, simpleñe¡te por-que lo incluye a él mismo y a cuanios derivan de é1. Tambiénn,)ñ)trus hemos tenido qüe aprender el método de la duda, quesrsricnder la validez de muchos principios y reconsiderar los pro-

hlcm¡s de Ia fundamentación en general. En este sislo rx, todolil(isoto auténtico, sea de cienciá natural o de ciencia metafisica,tnr(licra repetir autorizádamente aquellas mismas palabms carte,Hi¡rn¡s que adoptó Edmundo Huserl en una ocasión memorablelnm ln presentación de su filosofia: "Hace ya alguñ tiempo me he¡r.n,rtarlo de que, desde mis órnnercs años, habia admitjdo comov(.(l¡(lcnrs una cantidad de opiniones falsas, y que, desde enton-|cs, cunnto he fundado sobre uDos principios tan insesuros no¡rrlil ¡or menos de rcsultar muy incierto y dLrdoso. De suerte que¡rr.r¡ nccesario acometer seriamente una vez en mi vida la tarea

116 ET CONTRiDI§CULrc DEL MÉIODO I-A OPERACIOÑ CARTESIANA t77

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olrjeto, dlce Aristótcles.3 El obj*o de ]a ciencia (prn¡era) es elscr, y por esto el conocimiento cientifico es tan firme y establecomo slr objeto propio; ]a opiDión, en cambio, es taD nrestable

-d0ÉPürov-como la Daturalera de lo que es su objeto.a Y sería

incstable, o sea temporal, o se¡ en defmltiva irracional, porquescria algo p¡óximo a 1¡ nada: "es m1lniliesto que el áccidente es

algo próximo al no ser".5 Siendo esto asi, para ia posesión autén"

tica dcl ser bastaria nrsdtuir el fundameDto de 1acier¡cia sola;

podria desdeñarse e1 valor de1 conocimiento prccientifico. PlatóDy Aristóreles hacen sus respectivos discu¡sos de1 método, muchoantes que Descartcs y Husserl.

Pcro no se lequiere de método ninguno para alcanzar el ser:cl ser esú a Ia. u,s¿a. E1 conocimieDto no necesita de un artificiometo.Iolósico pam que resulte apodictico. La verdadera, prima¡iay aüténticn presen¡¿¡ció¿ o dróó€rErs tiene Iu¡lár para todo hombre?ntes de cualquier fundamentación y ¡egulación cientilica delconoci,niento. La condiclón de rrosibilidad de una cielcia en se-ncral está ya dada en c1 conocimie¡to precientifico: es la indudabler¡-e '"nrún nredara-el s.r en la "\pe-iFn.i¡ comun v c 'lid ,m

.lA '" reoriá dcl coro,im'en,J l. corre-fonde r,,'ono.r, [eno-ez:rolósicamente ese {undamento dado, pero no le correspondc pro,pia¡nente instituirlo. La ciencia no se funda a si misma, sea

cicncia natulal o ciencia metafisica: la ciencia se funda en e] serya áFrchendido, aunqüe dc{icienteDente conocido, y en el ser mis-¡r del ente que conoce, dado ya iniesramente en e1 acto más

tirimario de cono.er. Por esto, ¡ingona ciencla es más apodictica.t,,. c c.n.,'m'en,o nmed'aro d" la..¡¡ rt¡le.: ¡or "l cor r:'r ,. ( n r¡n'., q:e i¿ . iencii e- .,cd, ¡dn, l no .olo rcl r¡."n¡r¡on vcn ünto que ella nnplca una posi.ió¿ {rente a la realidad, y nonnr nera

'epro¿¿c.tónsimbolica, la ciencia es histórica, muda-

cli:¡ e inestable, o sea exactamente dl]é]3dLo!. También es mu,(ln(llza la opinión, pero 1o es po¡ las r¡,oncs misnas que se áplic:n

x lN cicncja: es asnnismo una posición frente a la realidad, unpd,e-

crr mbre la cosa, cuya forniulación presupone el a¡¿¡eccr de la cosay rc¡mduce el esquema de la formulación científica. Lr cienciac+ rlsurosa, ".istcmática; la opnrión es arbitüria, infundada.) Pem

l ¡tr ],or., A 13, 68b 30.

¡ \l.rrirr.q E II, 10?6b 2ü Cf. E¡. Ni.., Z V, 1140¡: li opnrión lesal,lrr l" rr',c Fuede lrrirr, ó ser tlc o*a manera: *:ai r¡ ilE.zópNo! ültosIr v ol,¡arvcsc, una vez más, de qué m¡nc¡a l¡ i.lex ¡el .aübio y lá i¡c.,lrL ii):.r ¡.Í¡rDc.cn rso.irdas; dc ahi .rne cl c..n,o no puedr se¡.onsi.le-

'r,1,' 'n "h,l, y (n. sólo l, razó¡ .i¿ntjli.¿ pued¡ c¡nir¡ .l se¡ auténii.ám.nre

de deshace¡me de cuanras opiniones había admitido hasta enton.ces en mi creencia, y efrpezar de nuevo desde los c¡¡ientos, siqueria establecer alsu¡a cosa firme y constanre en las cjenciá;,,.l

Nuestra filoso{ia tiene que adoptar un método fenomenotógico;pero no puede mánrener tidelidad a to. princir,ro. de l¡ ren,.rne.nologtn de Hussrl, a pe.ar del re"pe,o que imponen t! e.emptarprobidad intelectual y el rigor de esta ilustre filosofia. pre¡isa-mente, es el imperativo fenomenológico de atenernos a ta realidadmr.ma de l¡. co.as e) que no. imprdc derár en .u.ppn.. ni porun solo momento esra realidad. No hay nzón de método nin_pr¡,)á que puedá jun,li(ár.emejanre iu.peñqón. L- lenm"notúEíaM puedc \ct c¿r¡.\ian¿ No pued" .erlo, en ranro que et prupioDe-cane. no cumple ran .ólu et programa ftirico qu. rr¡ J inr-cialmenre en "us M,d¡r¿¡.ion^. rues no.e tini,, a de.h¡c(r.e deo¡i¿iofles, sino que suspende electivamenrc la /ea¿i.tal rnir¡ade aquello sobre lo cual rcnan las oprrionc". y clue e- el .cr; nopuede. en jin. en ralo gue el ¡ropo Hu"erl, inrerprelcnJ^ co-recramenre lá opercción ca e.jarja, etcc.úá aquela.u.per .ijn clel, F¿lidad de una ma,,eri dctibe..,Ja y exre.a.! tra¡o. en si-ruác,ón carresianá Je crisis v de dudr, ¡ero no poder-ñ. ¡.rerar

rn orcmrron Su.pen.iva c¡ne!cna. Hemo. de mo.rar. in.tu.o,que dicha op€ración es imposiblc: es una ficción t-.ica iuya .pal.iencia plausible, y hasta evidenre, proviene de un equivoco f;n,

El equivoco es éste, y en ét incuffe Husserl to mismo que Devcartes: se üee implicitamente que sólo et conocimiento científicopuede Iihmr el sen Ia ciencic se in..iruve, .egún e,r", apa-" deicono(imipnro precienrífico e in.tu.^.e c.nrrapone ¡ él: .e r"mpela unid¿d del conocimiento y se con.rdera q," no h"y un ,*ja-

merati.ico que no.e lunde y orB"nice mero-dologc¡-nenre co_mo unx ciencrr. A pe.ar de ruantc. ra.go. re-\orucro¡áno! podámos percibir en Ia. fito.otíá. de De"ccne. yHu.serl. e.¡.onfu.ión no háce.ino reie..r to. rérmino"

de Iáantigua^distinción plarónica y aristotélicá enfte la dora y ia epü_¡lle S-ecu. n hemo. vi.ro ya. at oruoarno. de Arnró,ele., la ver-d€de¡g drób¡,E,c del ser rá¡,.ófo se produLiria en ta ppn,,.,¡.. Laciencia y su objéto dificren respectivamente de la op;ntón y su

1 MeJru¡iótrs d. ¡,rru ¡hr¡.Drhla L

. ? "fn . uár ,o frló.o 6 ouc medien o, de uno mnc,rahóm ni u¡a cien.iá p,m nosohos válida, ni un nundo para ;o6otms .xieté¡t.. En hsar dc exüti¡ simpleñcnb.., ci muntto sc limit¡ ! s.r paE¡coúo. una nrcreF ó1 dc raálil,d r Hu5..,t, Vcd¡únone. .¿,jÉr¡¿¡a, ;ad.de José c:o(, !t C.l¿s,o dé M.x!o. t9+2: t, § I

178 ET CONTRADISCURSO DEL MÉTODO

l,r ine,,rJbil:drdLA OPERACIóN CARTESI¡\NA It9

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h. aGcz a amba. por isuct, -lien.ras que la sim_p'e áli.,n¡.,un "e.r ol¡¡"Lo ". un" m..1, hr." ,.,Jr;.,;;;;;;llj,cn,e rr .er. e. aL,.oru."menrc apdi rtr. rro eqi sure,a á cam-oro rr á vrra,rón: n" e. un¿ rc-d¡d t--ró1(r. oo. ta mu¡ rmplerazón de que no implica una tona tte ¡xrsición frente a h ;ealid;¡_sno.un, r,qple prelFn,a.,ón de L re.jj,dad. t, """,,,Ar¡;r*-tctra 11\.t.anpnt" potq¿c nu, .i"n.id. Nr cicnl,. n.opinón., ,f. i, d..p"r abre dery¡ne.er t¡ ronru.ión que ¡" ;.,.i,.ij"ru ,¡o ra er.er .r8n.trcado de io apod..ri.ñ \ "n Iá pJ"ihrlidád deun cú'ocirienro que puedc .er cu:tiI (¡Jo como ,r1." Á;;d,cndo :l a.p-,ro rorrrt .te Io. i,,,.io. ,.

"d,.,d"d, ,ato.;; i;:.:",," - 1:1"-.j"1 ron pr ppn.:. .ien o en generatr, K¿nr disUn-s!-a

-ráp^.rb,l.clid tos-r. lá \(-Jad tosjc¿ v tá nc.e.:dad tósica.rurcro. apod,ctr.os erán ¡que'lñ qu" erpre.aban ,n" n..""ia"aosira, dete¡m'nada por la- lne. .r.m.. opt ( n-enctirr-nro. Elcar¡crer á-pocircrico de L¡,rá propo i.ió¡ Io d"pendía cnron.e. de

t,- pT"]1"." hi¡ie,¡ parenre eI .er c"n curenric:dact y e,idencia.

e.!r.rc ra áDod¡cricjd¡d y,a ncc"-idrd puramenrerúq(a se¡ná con.o.d¡.io r "e adoprr implirrramenle, romo nocrónl;.iil''l* 'r'" e'i'ar. sn emb¡reo. er prp.o

i

.l:,,:,".. er .oncFpú de JooFodiuco det rerrcrro puia.mente losrco v oropon" J(,otver.. ct r".rcn" "."...",... ,O"

.eate.. tJablá en c e.,o de do, modat,dade. de lae. tr \ij,ón ,podi.r,.a por h , uat penrrcro. con

ra m raJa r¡'reten,r¡J un¡ retcc¡ón e.enc ¿t. todaevidencia

-afnma Husserl en ta primera de sus M"¿,;;.";;:e.. l. ..r,rénri(a aprchen"iór dc unc er,.renri.r (o de una e,enc,r r-(on plp.a rc'eza de e.re -er. y con e\ctu.,ón de r"d; i;"tb;;"1Jn e .br-9o,.ánac1c, hav ta po.ilnlrdád de que Jo r\idpnre 5e,orr- mr. ,¡.de dudojo, .,de que er .er s" re\ete ..ro cpa1encra...,,r.r ocurrna en jc e\pericrj. ,. .en.,bte. ttro e.,a 1o. bir drd deq"e c' .er ." .on,e dudo.o, c.ra .posbrridal

. bi"," ,lC n. ..,i1

a pe,ar de Ia e,idenc,a. e Jo que no pr".le ¡dmrrir.e. Sr Hu_ericor qclerá que lñ crránerí.ico dp unr evo.n( a cp.dicri.a e. laimpo ;bil'dad abulur¡ d",,,re * c¡nc enronce. e. )a,podrcricd la arr-hen.rórr pr nra,rr .lFt ..r.. n ñece dad .le iJr!-'rume¡,rrr merodolóe,.amenre la ¡.o.ibitrddd de ur I .nru;.:ó1 purade la. .upue+a. e enc.... ( .errrmenr.. e..¡ inrutr:on apodic.c,no.e d'r en Ia cspe r.n.,¡ .cn.ibre: pe,o t. erpeflencJ FJLibJe

¡b 'rrc.rón: n,,or o,emo. Io. objero" re"... con to"

,,nt.L,t.,l. Lz,\o ¿ jon H'?J, ,ol.c.odcM:\.ó.t+r.!,p.to:

scntidos, sino con los sentidos y con 1a palabra. Es neces:rio de-

volver e1 sentido de 1o apodictico al terreno ]ógico; pero no, como

cn Kant, a la forma tósica del juicio, sil'to conectándolo con la

virtud apofámica que e] logos tienc, po¡ la cual el ser se hace pa'

tente y manifiesto en la paiabra di¿iogad¿.

Si la ciencia füese apodictica, bien como sistema de juicios 1ó'

sicnmente necesa¡ios, o como sistema de intuiciones esenciatespuras ¿cómo se explica que fuera ella misma esencialmente his-

tórica? La historicidad solo podría explicarse como un procesoprosresivo en cuanto a1 grado de adecuación, pero no en cuantoa ú apodicticidad, pues ésta, siendo "absolura indubitabilidad",¡ro admitiria erados. Pero ya hemos visto, en el capitulo te¡cero,que la estructura de la histo¡icidad cienti{ica no es la de un curso

progresivo. La necesidad de institüir cl fundamento de 1a ciencia

en evidencias absolutas ha deteminado en toda 1a tn.tición -uná'¡imemente, y sin justificación alguna- 1a convicción de que este

rnd¡nen,o debe e+al¡lece,l" lá c.encia mr'ma' en 'u propio ccm'

|o, como si no se diera ni pudiera darse en e1 conocimiento Pre-cieDtifico como evidencia apodictica del ser, en la cual se of¡eciese

y¡ esa "imposibilidad absoluta de concebir su no ser".

Desde antiguo, toda {orma de conociñiento precientifico hasido clasificada como dox¿, y .lesacreditad¡ como tal, por imper-lecta, inadecuada, mudadiza y relativa; con esto se confundian

ra-blé" la intui"ión o aprehensión primaria cle1 objeto real v la,t .ñiór qLe no. pod¿mo. ioryn"r de é1, mi'o ¡e,r"' ,legnrna-

¡rcnte, cuando aspiramos a ompliar nuestro conocimiento. Pero

,,na cosa es sabe¡ que es, y otÉ cosa es saber cómo es Para Io

|r mero ñJ se requ'ere mét"do. porque e' un conocrnienro :nme-(li¡to del objeto y se limita ¡ la mera comp¡obación de su existen'

.i¡. Para lo segundo se requje¡e método, porque la opinión no

rlcbe ser arbitraria, para ser legitima. Pero hav que reconocer

r¡uc la opinión y 1a ciencia -la ¿or¿ v 1a cpisteme- no dilieren

slho por ese carácter de Ia arbit¡ariedad. La ciencia noes más

rluc opinión: opinión bien fundada, pero no necesariamente apo'rlícricá, nccesaria, inmutable, definitiva. Y si en el curso de laelencia -o en el discurso dei método- se llega a descubri¡ la po-

sil,ili(l¡d de una intuición privilegiada, esta no habrá de ser en,,,1,).iso el fuüdamento de Ia ciencia, sino su conclusión. El fun-,|,i¡cnto cs ante¡ior, porque toda const¡ucción presupone su cirri( nn), y ]a ciencia es const¡ucción.

lltrlrí¡rnos distinguir en el conocimiento ¡rna fase pdmaria: el,r/'¡ri..r (intuición o aprehensión inmediata del ser); una segunda

180 ¡L (¡NTR^DISCURSO DEL TIú'TODO

la.e que e. ,eapa¡r.prL,{ O?ERACIóN CART¡SIA\A 181

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"' reprelerjL¿crón, menrat o verbat¡; y unaierccr¡ i-.i .tue e. et p,¡cc., dc.lurcn conútp"obrc fo.onocjdo.L : re¡rn no dp Ia cra.itj.¡c,orj .on ,unren.ionale,, y la c.asrtr-

en et conocim.en,o t¿ tunció¡ or.,¡ o. .ap,rc,on i "p..r,""i¡"r. v l¡'uncrón derirad¡. Ja.u¡J y¡ no e. una mcrp .cpre.enr¡-

reprL en,¡(ió.l oue rTpo-1a Lna .rcacidn, ur a.p r-,á.,on dFi rogno.cenre. Lr oopu,xr ide, de que el ron"c,mr"nro

c.r. co,d,tronaclo pu_,'el punrc de vr"ra. (rdea que ha ltcgado aá.lopÉ,.e inclu.o en [ito.o.ia) imo],ca una..".r.;¿".n,i..rasdo. fun.,ione-. Aunoue to. punro- de rr.ta se¿n dj.nn.o., Iá.:;-¡le aDrhcn,ión dpr .b;er., .omo algo re:l v exlrenre. po- parr"o- oó.. u ero., r1 ptrca una (.rnunidád. Sin elt¡, nad¡ d" cuánroptedr dec r del ooiero et u¡o r".utrari¡ .rqu,era rn,etigole paraeJ or¡o. L0 drverse¡(:a ¡ro d"pende det pur o d" vi+a lJe) rcr,o .eJ de la intlicró¡)- .jno det pa". ?r, o "e. de i" upr.rón. y 13c enc a -e rn.r r¡ye pre. irrmp.,je .omo un ,nrfl,ro de reJucir a co-muDidad lesal la dhparidad arbitnria de 1.,

"pini"r.;, f;r¡;-.lola.,"n p¡¡¡.r¡- eviden e. v ,.gut-ndol¡. .* .ig.. I"á.. vme,oJ"lós:co. lero. de.de e, funro de v,.ra +rucrural, no haycl.lerenciá n,nsuna enrre la

oiin,ón ) h .ier.i": ta d:rerencia_. rel-ri\,¿ ulámenre rl !ár¡r epi.renrñoSi.o de cadá uná ry.i .ea,r:-re, ái v.lo- éj:c.: ruA Ii opinrón e: añárquic:¡ e rre.po;."bte,

tá c:en.iá e. Jeg5l. .otidaria v común).. Nun.¡ J(b,em habe, c mr¡,enido v d,:u,r.tido ec rto.ona t¿rd4 dc quL la *cr¿ opin,ó1. (omo .i tuer¡ uñ¿ tonñ¿ e.ppcjfrcc

de conñcim'e.,o..óro puede ve^or.obre uIa p¡r e de ta reaJ,dcdque.fuera deficiente ontolósicamenre: sobre un ser que de algúnmodo en[¡ña¡a el no se¡. La deficiencia del ,..

"oÉ"¡.i. ¿"]--pIcar nec.rnrmenrc.la dctrcien.i¿ det ro¡occr. per , ". que rohr\ .e.ro¡ nin!,Lno de l¡ reáJ:da I q, e .e oirpTa .o, prrariw-

insuficienre: toda fo¡ma de exisrencia es idalmenteabsoluta, respe«o del ser. Y el hecho de que to¿a

"xistenc;a

se

revele como contingente planrea or¡a cuestión .listinta. la cual ñó.c re uelve .or,vnier:do ¡ t¡ c.,.n.i., .n rn,c. torna .esl,¡ deaprehensión clel ser.

,Y1 heno. ,.ro. - to. .é,¡ir: - *p.e o. dc Ari .ór"te, .¡mo.e ha \enido p€n.. ñdo en . obr".o Je ta . enc ¿ era:¿lo d' n o del obic,o d . cor ,jn. Ar ¡ó-et^ noh""- .,no .q r,r ct (a- no dc . r -rcrr^. tl-ró.r, d"cia quc lá.cosas conocidas por 1os sentidos evocan ,,ofta realidad" tdi.tr» n

ri¡r íw¡w). Llab¡la dos tealldades, que cotespon.leriaD a los

dos modos del conoci¡¡iento: la u¡a seria visible, la otra invisible;la una seria menos rcal, precisamerre porqüe es más patente,

mlentrás que 1a ot¡a seria onri¡ f¡ oioío, la substancia misma, vsólo podria conocerse mediante el pensamierto racional: r0 rñE

Pqo no hay más que una ¡ealidad. La cienci.l v c1 conoc;

mlentoprecientifico no difie¡en por su objeto, porque miren h¡-

cia .los cosas distintas, sino que di{ieren solo por la mancra rte

m¡r¿¡. El ser de que trata la ciencia metafisica es estc misrno ser

que nos ¡odea y con el cual ros las habemos en todas las situa-.ionc, vltale. co .Jiarra' Toda. FL¡' ' ruariJnc' Dre Jponen unver.l,.leró conocimiento metafisico: una autéutica v apo.licticaidentificación de los entes en tanto que son v como son. Quedicha identi{icación apodictica del ser no es tc¡d¡via ontologia, nLr

cs por tanto ciencia en sentido estricto, nadie puede discutirlo.

Pero, precisamente, 1a misiór de la ciencia no es descubLir el ser,

snro investigar el ser que hizo patente, con stLliciencia apodictic¡,cl conocimiento precientlfico. El ser de que la ontologia va a

m¡mo 'e, va conocido va rap-adu v h" lr" ma-

n,l,eno e! et Louo.inienro prereo,ico lorque no lr¿v c ro +r,y la única dilerencia consistirá en que la mirada habitual que no§

rcvcla el ser no nos descubre cuanto de él podemm saber. La mi'rada es superficial, que no el ser mismo. La ciencia teorica, en

c¡mbio, es un mi¡ar más despiertq y por esto $Er,rpío si8¡i{icavisión, y la verdad, o 1a ,il{Seu, significa también en griego unasta¿o ¿e alútd. La teoria, que es una visión despie¡ta, nos re'velará lo que no alcanza a ver Ia mi¡ada descuidada o inadvertida

r),i|r,r)r Dero la. do" mir¡dac d' nra' ve¡arán obre la -i"m'..,1,¿,¿. r" reor'a ro rienp re'((r\cda una c"p! e'pec;ricr del ""',.culta detrás de esa áparienciá que alcinza a ver la mirada su'

rr.rficial precientifica. El ser está ya dado como tal en su merd

.l., 1erri¡, y l" .irple apreh.n ó¡ a t'tñeru {i'to lo idenrif'ca... '¡¡r'"ra ¿rodr.'.¿ .on mi. 'cgu¡dad cue e a tcrnJa vara< rrc lc echamos, detenida y meró.Iicamente, cuando hacemos cien-(|r. Eo .lefinitiva. esta segunda miracla presupone Ia prime-

flr. I-x cicncia-cualqüiera

ciencia- responde a ]a prcsunta

/,rjr¡o cs?, pero ha de conta¡ Fimero con la certeza de 4tc ¿s

r(ll.llo.tue se investiga. Esta certe:a la ciencia no Ia da, sino que

lrr nribc. La ontolocia se basa eu un conocimicilto que es preonto-

l¿,{ i t) y Frccientifico, pero auténticamente mctafísico

1E2 ¡L CONTRADISCURS¡] DEL MÉMM r83

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Por consiguiente: el discsrso del nwtod"o no pue,l.e ponet d.l.nrr.d,.¡o ¿/ r,. tJ ."r c. urr po..e.:ó1 .eEura dej c.nocir renroan F. Jc que -rp. rpr, cn tr r -.¡,., ¿. jr,,,ru.r el fund¡m.¡-to de la ciencia. Podcmos div¡g¡¡ cuanto querañosocn.a-1i I r^- p,?. c re I en. ra . poi. r t3J ¡te oa.¿r r¡. roc.nn .to

Ln., d- c orrá. .u Tropre. ro a)e-r-

^,en,, de lp ,erlj,ladr oode¡,. n¡!ira . .^mo D"..-n"., qu"

n ¡ dr..po1. rno. d- ¡r r,CUrr b¿ efa-a nue..r, rpñ-;r. p. rqu¡ nonos satisfacen las tcorias que haedamos h;stó¡cameute. pero

romper cou el pasádo fjlosóIico n.r imptica rcnunciar al scr, y pormnro ¡,o herJ. qe bL¡,¡rlo u¿r¡ tü.,d¡r .,.," n,,eva -anem Jeh¡brar dp él: e. un¿ p ^e¡i¡, ir"¡,unciab,L. po, F,o, aJ fin.,tde la duda metóCi.a no hal¡remos encontrado ¡"d" q".'.; ;;i¿-se¡nos ya anies de ioiciarla: encont¡aremos el ser.

§19

Ll nncup¡n¡cróx ¡¡r sr:n

Pero ni siquie¡a_esto. Una vez fingida la suspensión det ser, su

re.uoe..(ión .c hice d.ficit. En ta opera.ión carre. anr .e Iogra,ec, per¡r. ¡l pareccr, b reatidad det ro m,.-o que I. trá ehc-r,¡.dñ: pero c.ro no "s.,no un priler pa.,. v pruñro verFmoc quenñ h.,y , ngún orr. scr. exc{ prn el puro c5o de la, cogt,ar;one., at

-quLp dámo- :prehe¡der dire.,rnerrc, Fn una ,nruic,ón de ev;

dcnc ¡ át odicricc: a p¡rrir det .osno hrbremo. de proceder de_duc:vi¡enre, vá 10 iniui iva ^ fcn"ne[o]óai.¡-enre. Eio pone

el "inrular carácrer que p-p.enrá tr mer¡ti.;a carre.,ana: Iá ,.rr.uLción enrera det . .i[^ uná Jenrr,¡rdur rurer .le rc(uperi.rón d" ¡oUe'to n i.mo que etr ninó fa. ¡pr prelrmin¡r d. lá duda m"ródi.a. Aist¡do e¡ .u p,opia.o_ledad ontológica, e1 eso carresiano sóto está seguro ae iu prop;a

ex:.tenciár,pcro la (inci¡ e- un ,rFsorio d, comunid.,J, y e ro leoblrgá a árb:rrar a ,^d¡ ro r¡ un mcdio D.r¿ Eoner\c eI conlacro.on la rexlidrd perdi,a. v sobre rodo .ñn to. oLro.

rpJriso.de +r1 realrdad común. fLe. tremoq de odverrir que tasesunda verdad que jDstituye el método ca¡tesiano va no ;e Fl..á,,-.a inrui,rx nenrc. .ino ded,r,,,v¡ "n,¡: e. r,na ,erdad conipod'.r rrclpJ lo8 ca. di..u..i\rr no h.! u,ra apófrn,is de Dios enp, araurenro Jffo oeiro que demrrc.rra ¿ hiori .u qnrencia. ¿ypor q re trabil de _rer ll,oc. Dreci.amcnre. h era¡a preliminar enIá rc.up.racion del .ert t^¡q,.e et "¿" no di.Do;";o- si soro d;

medios con que ponerse de nuevo cn contacto con esa realidadque hubo de quedar eliminada cn la opetación susrcns;va. Des.cartes, sin advertirlo, es de.ir, sin ol¡tener dcl problema que é1

mismo plantca todo su beneficio teorético, es el primer fi1óso{ot:ue revela ]a necesidad del diáloso para losrar l¡ plena evidenci3apodictica del ser (ajeno a] yo ñismo). A pesar de la pú¡etaintuición existencjal, y a pesar del dgor intrínseco del método(e] cual p¡esupone

lavigencia nrdiscutida del principjo dc no

contradicción), cl yo necesita de la corroboración d€lyo ajeno paráfundar la evidencia apodictic¡ .lc cualqujer otro ser. Sin ella,nada 1e sarantizaria al cso cositans que su ciencia no fuera snroun ¡'sueño coherente". Se necesitá qüe Dios exista, aquí lo misñoque cn Aristóteles, con]o fu,rdamento dei ser y c1 conocer. laapelac;ón a Dios es coincidente, aun.lue los téminos hayan cam,L¡iado. Aho¡a Dios se instituye en garantia del principio .le co,munidad de la razón 1"¿e 6m sens est la c/rose du monde la micuxpa¡tusée" ): Dlos ha dispuesto .te manera uniforme las menteshumanas; todas poseen el mismo sistema de categorias (ideas

innatas), y asi es posible que, empleando todas el mismo método,haya de producirse entre ellas la unidad del pensar y 1a coinci-

dcncia en lá ve¡dad.La tesis de las ideas innatas no es un capricho, ni deriva de

una mera observación psicolo8ice; estaba desorientada, po¡ tanto,la $ítica psicologista de los empiristas. Es una tesis que estabateoréticamente condicio¡ada por la operación suspensiva carte-si¡na, y por 1a subsisuiente necesidad de apelar a Dios como ga-rartia dc la comunidad de 1a rauón. A la misma necesidad res-poncle en Leibniz la idea de 1a armonia preestablecida; Ia mónada,como el cs" d"l .oe¡¡o. noriene \enran¡..vc'r.uin-onunicar:ónrequiere de un priDcipio superior que coordine armónicamentesu existencia activa y su conocimiento con ]a existenci¡ y e1 .ono,cimiento ajenos. Por esto, cuando la apelaclón a Dios queda

invalidada por la crítica de1 conocimiento, el ideal¡mose en-

cuentra con un problema a¡tificial qüe él mismo ha planteado yno puede resolver: el p¡oblema de la comLrnicación intersubjetiva.l'cñ la conunicación no es un problema, snro un hecho.r'

E1 yo, como sujeto de1 cosito, no puede de.conect¡rse, ni on-rolargica ni epistemológicamente, de la realidad e¡ quc sc halla

o Cl. capiNlo ñxo, § ?5. ra Qúi¡h M¿¿neión C¿rrs¡¿tu, dc Husql.s rl ú|imo i¡renLo que hr.e el illeR]nno pr¡a ¡€§olve. el problcma Dlan,!.r1,) |\r ól oismo. Co¡ ella ludiera decnse que.on.luye Ia Iase hisróri.rir , ii¡r ¡.r Desciftes.

184 EL CON'I'RADISCURSO DEL T,IíTODO

porqueLA RECUPERACIóN DIL S¡R 185

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inmerso, esta realidad lo constitriye como ser (condiciónontolósica) y es el tundamento de posibilidad de todo conoce¡lLondrriór erj.,cmológ,.pl. M, re, !'.to pueJ. (ri..rir en roñp\ ón,e¡l co,' I" que ól no e{ l" que no."\ me J.,"-mn¡, ñe ron,i-tuyc, condiciona y define, no ya por .lelimiradón, sino por intes¡a-ción e interácción cfectiva. No sólo mc cn.""ntro ya

"ne1 s"i, y

esta situación de hecho sería suliciente para no dudar det ser. ¡ri-upriri -o u.u.ppr.l-rlJj ro,,1¡n"I" t. Jc ex.,.r.r,¡ et er.

.re .l nr¡rer¡ q,re el .n-."n e. , r .. F ruri\o de m, .cr p-o¡r,t,lh.le."e,r.!'noqr( iopue, .{,. :: ". m: ¡"- I btcLr' e\,.r,. no pn v ¡o¡ y po¡ y /,a,¡, <l ..r qre n..o) yñ mi m¡.A.i_ como no tiene justificación lósica Di onrotógica la opnrióntradicioDal quc atribuye más ser a lá mlxtrncia que al acciclente,pues todo 1() que es exisre con carácte¡ ábsotuto v con idénfi."ue-r¡ d" .er: d" prr." dñ n ,do r,.,rcqu.-cpruebr.

ni fundamentaciones, ni esrá cñ situación precaria onrotogicamen,te porque Do hayamos encontrado el fundalrento de nuestra má-nera de conoce¡la atropiadamentc. Las cosi¡a¡iones no son larrueba del .er: yn pu,dodudrr d. l¡ verdld J- r,- pcn.¡rn;nLo..pe-,. no puedo du,.ar de h rra'dad que -" ro. in.pira. Fn.uma,

el fundamento del se, no es la eer¿¿¿t de teoria que yo ¡iensáobre Fl .rr, .ino ¡ lr inr"r¡: I oa po. t, r,rdad .. ,undc . r, .t¡b.oluro dei qup e. to d.. o. é.Le no rcqL,e,e,por tanto, fundamentación.

- L ,end"¡c; lradrci. nal de Jr r,t"-of;.,. ,.en uá/, ¡or ct i.ler-li-mo, a con,ider¡r Ia ro,¡ recl .o.no ubi"16, .o-o rtgo que csobl.cifl., o.ra "i,u¡do

trenre a mi r o¡ue"o a mi, rral^ comocon§ecuencia una correspondientc noción del scr cosn¡s¡enrecomo .¿ái...¡,¡, como lo o,re e.rá .omerido át ubjero. Li (ñn-traposición epistemolósicá eliminaba la int€racción onrológica entreln. do.. e .nd¡ria a con.ider¡r át .uje,ú r,mb,en . "." "" + "",l .uLer^ c,¡b¡ rhi. pue.ro d",¡,, e. coro ".-" obiero ,uatqúr.rren el. mu¡do de Ios objeros. Pero mi indivtdualidad no puecle

conccbirse como un ego substante, r,orque no es clete¡minableánri.¡ r onroló8ic1n e¡, - dc un¿ ve: p.. rod¿., y c.n enrcj.;nJeu"ndcnc'a -e ¡,,ro de lu qúc n" e. é1. La fror,rer¡ cntotó.sir¡ qLe di'i.le mi .er del .- oue ¡u e. pt !o e. rn te.i a, pJ que.§ qucruao,": el modo d" ," con"rión onrotóBca toñ "t lt,o y.¡n lo .v" e. hi- óri.o, v Do. plt. e. t,'.-órico mi p..rio .er, entanto que dependiente de tal conexión.1o

, '0S,brc.l l.ndmn^dr... o,."p.1 .,, t,,"..,ti.r t,,r, o.q...I o. -e1,n v., " l. \.o1. Ia |dea r,t t!aab\. M.\. . aao, p6.;m.

Toda posible situación vital, rodo modo histórico de existenciao de ñtegración tle ñi scr con el ser dc 1o demás, presupone larelación cognoscitiva fundamental, o sea la aprehcnsión inmediatadel ser, con caracteres apodictlcos, aunque precientificos. La re-lación cognoscitiva de1 "sujero" con e1 "objeto" no es indepen-<liente de Ia estructura d.l ñrjeto mismo, sino que es coDstitudva:no puede establecerse relación de conoclmientoque hala clejado atris, a1 parecer resuelta, Ia cuestión rclativa

¡l scr .lel 'tujeto". Por esto, el "sujeto" no puede suspendo 1a

realidacl del "oLjcto" mientras estudia los r)osibles noctos legiti-mos de conocerlo co¡ uc¡clad. Con un¿ verdad de Ia que nocabe dud¡r sino en una ficción teor¿tica, el llamado "objeto"{x',ste, po.que mi relación cognoscitiva con él me constituye a mi,el ll¿mado "sujeto", en lo que eiectivameDte soy. El objeto ¡o.leja de existir porquc cl sujcto no haya .stable.ido todavia las1ca¡¿¿e que le perroitirán dirigir su nrgenio para coDocerlo cien-tilic¡mente. Suspender la ¡ealidad dcl objeto es suspen.ler Iarcalid¡d dcl propio yo; y cuando esta ¡ealidad del yo se restableceen el cogi¡o, lo quc reaparece es un yo mermado de st1 aulcnti-cidacl y rotalidad ontológicas. Los modos de conoce¡ son modos de

iicri unos y otro§ son históricos y por e1lo es ilegitimo determina¡cl s.r de1 ente.tue conoce p¡eschdlendo de la hist.rricidad de susmodos de scr y conocer y de la integ¡ación en su scr mhmo de1as realidades que él .onoce y que determinaD su modo de exis.tencia. En suma: no se puedcn cstablecer 1os ca¡acteres ontoló-gicos del hombre, ni siquiera considerando (como hace Heideeger€n sü interprctación de Kant) que sus modos de conoce¡ son-u';r' , ame, -e modo d. .er, .i no ¡dvFri-o.¡los de conocer está involucrado va el ser de lo conocido.

Todo lo cual tiende a mostrar que sólo de manera muy am,l¡isua DLrede cl hombre concebirse como Dare,n.1i En el homb¡e,

r1 ¡l propiú H.i.lcccor d,sti¡suc bio¡ eDtc dl nodo de se¡ qüe es ñen.mdte "obieto' fvórhd¡¿¿ni.in) y.1 n.do ¡e ser que.oréspo¡de d hom-!.e aD¿s.ü). El téñüro "erisié¡.ia" lo rese¡va -.on una sisni{i.a.ióñ¡Árinra de Ia que lridi.ioñalmenre ha te¡ido la ¿r¡.rn,id- pará e*a irhimafo.mr de ser. ¡er., pór úna !árte, el h.mbre es en yerlad 1á únicr crisienci^lltre ier¿ia "a sihple vi*a" su lo¡tua ¡e se¡ pñpiá. Si iue¡i le8itü¡o, en cdc.,Irldo, Il¡m¡r Dd-Seiñ, esh lorha de ser, cabe.¡serár c¡tó¡c.s quó 1á

nln¡ ¡. scryr.lin de lo no ¡1on¿no es istalhe¡te dh.e¡nible, !ór con.r rrtc, dc maD.n in¡rcdlata. T-i exhrencia humans .o¡tiené {¡ elemento del,¡sibilidad, ya señahdo Jro¡ Hcidesger, y que lo dnrinuúe de la ri¿iñd ¿.fu¿l,rr\ propil rle li ¿rir¿Í,tia comú¡. PeLo, jLssnent, dichr posibilidád o¡to.l,irri.r quedarir ñal sig¡ilicá.la lor nn tór¡raN com. D.s!in, el óúal lare.e

'.rresenta¡más bien la.oncre.i¡n delnrjd¡ de la individu¿1idad a.iú¡I, y

1¡t6 ¡L MNTRADISCUR$ DEL MÉMDO

lo qucCONOCTMIENTO Y RE@NOCIMII]NTO 187

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ahr c., ^ ¡hi e{j ,.un¡ic¡c de máne.á re-t y vcrda-dor (aunque no .ca ¡nrcd¡¡.a.1(nre peren.e a ta bri,nero i:ta)iñ que "no e.r.i ahi': eqretto qu" no e. er, I de i,.,rt ,;," "xnte; ¿quello que llJ constituye, porque lo hereda o se lo apropiade múltiples maneras modales e históricas. El [amaao ,t"r ai,i,,contiene también, como algo quc Do es inmediatamente patente,.u,pz ado: y.no .olam-nre et .uyo prop,o ,rJ:viduat. . n; cl pa-.../oenr(-ñJ. r-..ráorcior h,.ori,. quc el he cdá de 1.n;.ir n r- enuñ,;able,omu l. hcrer(,¡ biotór:cá. 1 qucr. conro-ma ydcrrnr¡ r.r -rJ! n,oJo. po.ib,e. dc ex !erria.. El pasado no es aje¡o: las existenctas anteriores, en el .urso9" q," .."'" r,ad,c,ór, t-,.,óricc. e"r:jn in,eer¡.1¿ e,j et .er ctelt,ombre.SJn Lonnrru.ivac d" ta torm¡ d"rermin"d. de c.re,er.Existe una vinculacióD ontotógica .lel hombre co; ;i ñ;;, ,;;-ot¡- é.r¡. 1. .h. ,úc L r¡rop rción con. ,.n,e ¡jc c.e pa.aJo rn;-c¡rinre,t I cono(imicrj.o hi.,oriográrrco. L. af,¡ma. ión. qu. ra¡r)q\e,e. lrenos.repei ido, d" quc el hñmbre e. hi"róriro en v serm¡-rmo. rrsn r,cc e¡' crre pun¡o oue el hnmbre no ¡ipnc p-,cdo,

( i<e dp,rr en..ncer .tue.óto exi.,e err et modo de..er ahi.,elcDte que

no dene pasado en el sentido cle ser su pasado, y quepr ello mimo no tiene {utu¡o: carece de tibe¡tad. rl"t#..r;el h-mLre. p"r rarrro¡ no e. D¿sein. en el rcn-ido d- que .,o e.rá.u er detiT,,cJ, v rit¡do de ¡udo tn dem¡., .^rot;gi,"m".reindividualizado de una manera

",;r.,-.. ¡"."",",, "i .r ".i.uyo ser aparece desde luego dererminado lDal com. inaet"Á_

lbr c.rñ. l¡ oprra.rón .ane.rana .erir impo.ib.e aunque Iaduda meródica ¡o suspendiera ta rea1idad, ri"" o".¿fá;fá"orin¡one, reci6rd.. . o -er ra rradirón t,.r¿,+" ¿" ln ii"".,"No re ruecle renun.,rr a I¡ lrádi ;ór, hnrórica. ,ro .e pueJe romperla continuidad histórica, sin dest¡uir ta estructura á.t ,". tt"t¿-

:llle,.J qa,,h.-1 ,on ". p2 ,do. fr rorb,c c. u1" p.¿n." der.n...oT: i.l -":."* -. .r,m-dF.?- rn,. rel..r,.Bb.c. romo h. c-. p",, ,_.

'{r-r rlut Jo p -en e ,oñ.i.,- m:. dc ," q,," ". c",^..".ts i1d,..d ,.I Jad. ó-, .a ¡" ,i ,t;T., toq,F,no .., m,nf:--. .r r.gr. men.e de.J- tués¡. to¡ t^ m .-o ,r,r" ", i;..;ridv J¿ti..,.vo. t" , - .Á1 no e¡me ¿'ñe

'edc ml3b á,.ir,o Je Io¡Jo. .. 'o .o, r,.m? c. h. t-o d. qJ" H., j-!.

I' rr s el ¡n"l'r tc .rr J-t ' ,n¡,e e1 u d,m.r. ó;bistórica (a pesa¡ de haber señatádo s(¡ histo.i. ad .",,.ttt ti""). V¡;;; Eiser ) d Ti€m¡o, § 9; cr. E. Nicot, Ld krea ¿et H.ñ¡re, tn .a.,"i¡".iri¡.,

, Erir¡€ncidlúno, ¡¿s¡n, es¡e.i.lñe¡te Inrod. , ca¡. x.

rico mismo. l¡s modos de conoce¡ ajenos y pasados fue¡on con.dicionantes de unos mdos detetminados de existencia; y comoe1 pasado se intecta en mi modo actual o presente de existencia,mis pensamientos no rcsultan nunca de 1a nera confrontaciónsolitaria del yo, como sujeto, y la cosa real, considerada como ob-jeto, sino que están ontolosicamente condicionados en generalpor cl pen-rmren o hi.rór'co. Y debemo. reiter¿r quo e.rc con-

dicionamiento es on¿oiógico, y no me¡amente dialéctico: no essolamente el fuego de las posibles posiciones teoricas ante un p¡o-blena lo que condiciona mi propia posición, a ]a vista de 1as posi-ciones anteriores; es e1 hecho de que tales Frsiciones pasadas fue.ron modos <Ie se¡, los cuales pesan sobre mi ser propio, en cuantoque yo hercdo todo ese pasado. Yo soy una resultante de esepasado, aunque mi posición teó ca se contraponga dialécticamentea las posiciones anteriores.l2 De Ia realidad histórica como talno puede duda¡se Detódicamente; la hisroria no puede ser ob-jeto de una e¡ojé fenomenológica.

§20

Co\ocrMrENTo y REcoNoclMlENTo. LA ApóFANsrs Ló6rcAt EL "orRo"

E] método no puede establecerse a ts/íori. Sus principios estándeterminaclos bási.añente por la indoie ñisma de 1a realidad ¡cuyo conocimlento el máodo se aplica. No teñd¡ia por ello sen-tido suspender la realidad de aquello que proyectamos conocermetódicamente, siendo así que esa misma realidad es la que con-diciona el método. Esro quiere decir que toda ciencia ha de contarcon un conocimiento precientifico de aquello que se propone in-vesdgar. Este conocimiento es inadecuado y defectivo, precisamented.esd.e cL punto d.e vi:;ta del métod.o; pero esta insuficiencia meto,

dolósica del conocimientoprecientifi.o

no nrvalida su aütenticidád1r Una .ónsecuenci¡ qué de¡iva de esre anilhis es Ia inposibilidad des.(!ir .onsi.lera¡do <ómó hadi.ión¡lme¡te se h. he.ho, y coño hac. to-rhvjx .l propió HeidesBer, áu¡que .on uná terñinolósia dileredte- qúe la

'.]n.ún .onfiiutivá del .onóciñié¡tó se estahlece en¡e esio6 dós rérminos:.l ijeb y el ohjeio. Básicameñte, ló! úe6: la rérlidad ylü, ¡.s s,jeto6 que la apreheñde¡ y qüe, al .onúni.árla nedia¡te el ¿.,sos, se

de qúe es, e¡ eIe.to, uná réálidad comír: pruekl¡rulrira y lóeica a la vez de l. cxistcDcia rcal y ".bjeriva". Po! ii¡io, d losórrrrr¡ iinli¡! como facior inEs¡aDte de 1a rel¡ción; y enúa finalnenie el ir.,r.' h sió.i.o, e¡ los térmnros aDtes indicados, E1 des¡rollo de e*e ieñáItrlri ¡c n esm6e c¡ Duesha p¡óxima oLr¡a sobre EX rr ) ¿¡ cónoc¿r

188 EI CONTI{{DISCUFS] DEL MiTODO

r¡¡- Jr.i.a tund¡mer,iát:.ONOCIMIENTO Y RECONOCIMIENTO 189

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ia.,ucE" rpodicr..a con ou- .t.rpt,<nCp,rdenrr¡r,¿ ) pr..n¡ id Fa'dad,on,ciJ,, !omo r.J reoirdact.5ro',.v ci.n.r. po rirJe. Se re.L"bje,e ron ..r , t, .cn-r.,,uidJd ru¡J.Jr de' co,,ucimpnro v .c .on..uve t,,r¡.lLo,l

cono. r- i.nr , pre ren.ífrco y et .ono.irn enro ciex-"1,.o:,a e Llrirno pr lurjdl implclrer p'Tri .e,ú in roducier doen ¡r ra perrec(,on rúrnrt Jp ur. mé.. t.. La .n{¿urarión de lacicDcia, po¡ coDsisuienrq pone cn crisis las opintones sobre la rea,l:d¿d, ftro no el !¡to. Je re.,l,J¿d "e ,o in,u,do apoJi..,.rrnenrc,..b,e r¡.,rrJ ve, ,b¡n e.¡ uorn¡ ¡o , sobr. t.,,"i i;; ;";.;.;;r-'u.l'¡,,- l6 ien.ra. L, a1"¡¿-.¡.¡,'.erñ" reqre,c nrérodo: el

,"1,1 rp .l ru.d¿menro .te, nré.¡uo "quira e .,",,.". ,;;; ..;"

a d...e,r'r nóndp r:.di¿ €. e¿,"nría r ,óno " p oduc..TodJ.onJ(im:cr.o.,," 1...no.,,i"nr,. Sr pl¡dé Jrn...ma-

gr13_ quc Ln oqie,o r.¡t .. p-p.¡nr¡ t,o- prinrerc re, ar..e nos-,,11" - , .i*,,"*. d. a ..^ J,J nov.dad. .,r _erJ r ,!.enc¡r y su§¡rpre a¡rchenro¡ ño cun.tiruili.t pr.r,pnén.e un rono(imen-.ún,o.' ,.eo Je D+-¡tre... ,mo ta rnon¡or oe. r e.'nr7 onrF. de F.. d,a. ión dr\,na .or Iá cLal d cño,

¡:ur",c. bu..¡,n.ar.¿¡-¡- et *.,,ido ce F¡tidád det .";;:;rnt",,,;:'"i :' *'ry-d 'nqul-r v úni,a pc,mane.er;ar'.'cda onro'ógr.a y cDi..remo'oei.a,renre: no gu¡rdarjá .ñne),ión ai-8uná con_otra cosa d;srinta _precisamente por ser tan disiinta_;no enrraría eri.conc\ ón co.r r rsuna orra expehenoa nup..13 an-terior; no p¡driamos ¿¿.r de elta alxolutamenre nada. Esfemutismo es la clave de la situación. pues ta segunda vez que talcosa se presentase, aunque igualmente desconocida,

""ria,in em_

-b-,]'co, ,ie,onoc,d.:. oodria,n"- ¡¿, n,,¡,. o,1o coñ unr pronnrud yiegu_dad propo,cionalc( a ruFcu, rqnorancr¡ de Io que lc co.á(.'c.u(r.,,r.r.n.ul,.^:.,,.íaro.aJeer¡ c e...,a.ri mx...

Eqlá roent,lrcacr.n p,;rñ¿.ra n. ||"ñe t.da\.¡ l lerro crrácrermetafÍsico; no permire todavía h¿bla¡ clet ser d. r"

q;;.;¿;;;sente ante nosorrosi s;snifica náda más que .,eso,, que percib;rDosvque c p,e.-nr:r mr .s rrd¡ vez e. -lu rr.mo ore,cprcenraral: fl m:m: r-á p,r-JrFci'r pn ci -i,m¡. rsuat á ., mi no, du-nntc c¡ r(mpo oue med,"-¿ errr" ,r p, rnera aorherr.ion y la

,"e!1d¿ ' S,n e.r¡ rn.*iJá.1. , J r.con cimipn.J ÍLc ¿ imn".ibJ;:o,.q .ir-r,nrá. v.u -epund- pre.cJ,,¿c:ón .eri¿ px,a

" ,,' 'r ro n:..

*,,..1."" .. , i ró .. d, . !" r,.mrn d- (B 8, ?. .ft rxnbi"l de, c er .u h.mrd d..: lijdauro(),.'ú niird ¡/' ¡r!,.". -8J,. A.. ,;,,, " ^I .,; J;;;;_"-. "i';:;;. rlech il ser m¡no. Ci. et .¡pkulo ute.ior.

nosotros otra piimera p¡esentación, equivalente en sus perplej;d¡dcs a la prinera. El reconocimiento, sin embaryo, es ya unprincipio de conociniento, aunque de la cosa, de 1o que e1la seay cómo esté constituida, no sepamos todavia nada, y aunque pore11o nismo pueda cabe¡nos incluso la sospecha de que ella nosca electivame¡te ¡ea]. y de que al percibirla estemos sufriendouDa ilusión. Pero, de hecho, ese reconocimiento o identificaciónprn¡aria es ]a condición previa y el {undame¡to de todo ulterlo¡

conocnniento que losremos alcanzar de la cosa misma Se requie.ren, pur J"'"nro..los cp,ehen.ion"' de l¡ mi.ma,o.a pa-¿ que

cle ella podamos hego sabe¡ algo más, y esa especie de diálogointerior y silencioso qüe suscita en nüest¡a mente la confronta-.ión .le los datos de sus dos apanciones. Este diálogo interior es

10 que Platói llama ¿iáno,¿.1rEs evidente que las cosas nlrcvas que se ofrecen ante nov

otros de ordn,ario no son absolutamenre n euas, en un sent;do aIa vez ontológlco y epistemológico; el ente mismo puede ser nuevopara nosotms, pero discernimos con mayor o me¡or tino la c¡ase

de entes a que pertenece, y esto nos permite reconocerlo. Poresto 1as cosas nuevas nos aventuranos de ordinario a cc¡necta¡1as

mentalmente con lo ra conoci¡lo. Asi podemos reconoccrlas sinh¿berlas co¡ocido: identifjcarlas ya en nuestra primera captacióDde su presencla, y por esto se nos oculta el esquema que acaba,nos de trazar y no advertimos que el conocimiento de ün obieio¡eal nuevo

-¡elativa,pe¡o no absolutamente nuevo- es de hecho

yr u, aurénrico re.onocim.enro: lo denrirrcamo.. no por .u proo,aindividualidad óntica, la cual nos era desconocida, sino en rela-ción con otros entes conocidos ya.1á Todo conocimiento implicap.r.on.iquienre rl ,e.uerdot 'a rnemur'¡ p¿,ri.if3 a,,i\¿menr" er,

el otorgamiento del caricter de realidad a 1o que se aprehende.En suma, lo presente suscita la presencia del pasado: el conoctmiento es esencialmente temporal.

Pem nincüna "cosa ante mi" puede lograr jamás ese carácter

.le -ali ;1, r,r(r. de ,o.la d,.h po rbl . .. nc ,n'e,ve¡e "ú,,

11 soJ¡t4 261¿i ?ee¡¿¿o, 189e. Plató., nntu¡alment,.o se o.npa del pró.!.lcñr de lns dos aDrehe¡sjon¿s, ni adviere la báse de scsuridad que ellas p¡ee

1í l-a cúe*ión del rror.n que podemos i.cuúii al cte.tuM $us c.n,yidr.s de Ia ideñrili.ación tncita no afe.t' pan ¡sda la validc, de1 csqnehx.h nnrció¡ se eiechrá de hecho siem¡r., y sú eror Atn(m1 s1ilo ,ucder ,.¡nrlsc en u¡a ntelr óorca,ó¡, o confronrrndo mi re.o.o.imiento c.. el

,r(...cimionto .jeno. P*ó 6to, ve., es yn la seeundn inse,1,.1 .",ncnnie¡to:la f,se en qúe i¡tcrviche el ¡oso§.

i" rprcción .on.ntu,iva der conoc.m,enro.

r90 ¡r- coNTR,,\DIscuRso DEL MÉmDo mNoclN{rENro y REcoNocrNrIrNTo 191

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:::: 11,:l ", fio bast:rtue vo solo reat a tn co"a. quc con.e.ta Já e;i::'::"::'^ó:-1' '::¡:dad

que e\hibc. p.. ., .a" p-..."", i.,o , ron Ja. m¿no.. t,ta:.lll "11"i::*

t",":" r: rc¡ricad, r.i .ro¿,.,¿. I,r"¡r:., i, ir"lrrá. ltrdda e.r¿ hs"nuidad en uná criicá dei:,"j:..jT i"l. ::i qu:e.a

,in.ri,u,rro.5obre ¡,."" r;',"".. .t'.i,'rüiofl'lcrp,o de un, Frlidrd qu" r¡e rc.utÉ, por or;a

llll.; "I11"",1.?^ *,. r¡n..ie,ra. .abrí¡ ...p,.h,. q,; ;... r;s,mra, at querj . nrbu,r reatiJ¿d a Io que no e. rinu uñ ronre-¡,rdo de conci!hci¡. Ll :dc¡risn há n..rr" p.i-o*-

"^.u

"nlr.r.e.o.nv¡r nuc. m nÉ,enu¡ con i¡n:¡ ." t" ;i;;¡, ;.;;;;t;;Ili,*. "ri,:.","* cn la ,¡r., .omore **,,, ¿" i.*"¡r....ü.^:l .T:1": _9." ,od¿rin Hu...err_ para rni ab.'" T,"-^:I]i,."1"....: que el mund. prÉ.cn¡e á ra c.¡¡¡6¡.¡u.; i.

,^ i.1:"i"":::._:jltilt,,m"nrc ra ocá.,ón en cu" a ro. ¡¡eunren-conr r¡poner e a.sumenro. reál j..as,-tuerrD

::i:":*:li"f' precrr do' v car'reroo . Lo c,. .;--h,:;;;:a,que corre.porrde lé potémi.a mi.mr enrre etre¿Jino. LJ c.áti.,,

hn..e.olós,c. d;r

-;.,n;cl.

m,enr,o. coiJucido ete.rivámenre .in preiu cio.. ".,. ". .:. ,;;-á lp cueeión dLt fundrmen,ñ de ra .ie,rci;:Tr:.gc.e

ree. eJ m, "r¡ve.le ro. orejliciJ"r.^. " t,.-..r,,;;.nes teoncas a_ qu€ pueda conducirnos,

"i"" .., .t p-póri;-¡;,¡p".ár en rodo. lo. frtore. que j¡,er\ie"","r..,i,r;.;,. ".;i,:":,:.-r-::*ll: !.,e,t¡.e: e. un he.ho ",. c *r.,. *ü, "il""y.",,-":.4 ¡¡n uDr.r^ ¡r que conoce v rp.ono.e, no di.pone demenro, "ulicicn e. p!rá Earan, rar .n.¡1i.,.u*. e. ¿+,n;,,,a.'." o ;;;;: ;,;1,::l ;'"Iili:"':",:ll i:l,3 cor-enciá. I'e o e. un he.h. ramhén que

"¡."r,""

", i,,¿-'l: !' '," r'lh" qY! il p-.".o det .oñocimieñ,o

"" ..".1;;;::::":-:,:.j:T,il *1".,\I Jer obi4o, n¡ .iquipr¡ en $e d:ároso

,"l.Illl: li^., i-111.., que oris:na h.ronfronrcción de ,1o" apá-::ll1,l.: ":, mrsmo obre(or er. amado obie.o no e, rodaria en_

l:,'::: :"Tl:I"ll: un obicrñ. Nicorri Harrmánn habia feparado1.,

.: .l l*".,o. e.á conrronr¡ción de dos ¡prehen.;on;";r? to'tue no-irbJar.lvc.l¡o e. que. p¿ra d(irlo .r.U;;r."n putrU,u.uc r ra oD. rodo pen,¿m:cn.o + drjlogo, roda dAno;, rcquie.e ei

ri Mc,l ¡r.ro¡e\ .d,¡e,idn6, I § 8_

-17 Vemlrnla ¿¡ ---.¡-,o, .ap. 54 §\ b)

E 'n.,¿ 1 r¡,jn, dc ta añtarl, p".. q s§ I v 4.

l,'r,sr 6r.iyoro gir xol ?,ó1o; ¡oiróv.1s EI objeto no se constituye,r,rro real, no adquiere pam mi su auténtica o6ietiui¿ad, cor una(.riduDbre que no dependa de mi solo, sino con la palabra.

l-a palabra no se aplica como etiqueta a la cosa ya conocida y,

lr¡'t 1to, ya constituida en objeto; pero tampoco tiene la virtudr¡istÚiosa y táumatírgica de convertir efectivamente en ¡eales a

l,rs cntes cuya preseDcia perciLimos y de cuya en¿ida¿ podemosllrrl¡r si e¡bemamos

-inútilmente,por cierto- nuestra critica.

l:t que la paLabra no se ¡l"irise ¿ la cosa o al objeto, sino que se

'li1itleaL otro súe¡o. La palabra es esencialmente ¿ialiigicd; tiene

1rn conteniclo significativo, pero tiene también una intencionalidad.,,nunicativa. Comunicar mi pensamiento propio, mi dünoir¡,cs hacerle presente al nrterlocutor la cosa que se encuentra ante.nri y que yo he aprehendido; si el interlocutor me enriende, esto(tlicre decir que la cosa está presente de mane¡a isual ante é1,

! quc él también la aprehende, aunque podamos discrepar sobre.lla. La cosa, enrcncesJ es indudablemente reáI, o sea que existeinrlependientemente de mi, como sujeto consciente, porque la pa-hhra común atestigua que e] objeto es una realidad comú¿ tam-l,i¿n, es decir, un oüi¿to propiamente. El entendimiento, por tanto,

rs pdmariamente la facultad de entenderse con el otro mediante la¡,rlabra; aunque, como es natural, la palabra misma no puede serlncdio de entendimiento si no mienta realidades. En fin, la pala-l)ra ajena no puede despertar esas sospechas ffíticas que recayeron«rbre mi aprehensión de la cosa. Pues yo puedo dudar de laJ ¡cLidad y adecuación de mis percepciones, e incluso de si estoyiufriendo una ilusión aL at¡ibuir carácter de realidad objetiva a 10

,ruc no son más que impresiones en ñi conciencia; pero no puedo,lLrdar en modo alguno de la ¡ealidad de un e¡tc c¡rando ésta mevi.De atestiguada por la palabra ajena. Las cosas no hablan, no,¡c dicen nada cuando estoy a solas con ellas, perc las palabrasxicnas respo¿&n a las mias y no pueden ser po¡ ello invenciones,,,ías. Ei diálogo concluye la fase primaria del conocimiento, cons.rirLryc a Ia cosa propiamente en en objero, mediante su definitivai(lchrificacióñ, y es 1a base apodictica que permite considerar alL,s cntes como tales, o sea como ¡ealidades, antes de que surja o se

,,rrclva e1 problema de una fundamentación de1 conocimiento,(,¡,) ¿r¡reme. la cosa que yo capré ya no es tan sólo la nnm¿rrr rlos mo¡nentos dlferentes de mi temporalidad subjetiva, sinor¡fe yr es la misma con total i\de»erd.ercia cle ni lubjetiui¿ad:.s la nisma cn si y pü si¡ ci¡i ro0's.úó.

1B .\,y'¡$d, io.. .i,.y .) Cr ¡l,x Schéter,

192 EL CO\TRADISCURSO DEL MÉMDO @NOCIMIENTO f RE@NOCIMIENTO 193Kaat ha podido arsumentar sob¡e la imposjbilid¡d de un co_ sa¡ian entonces sob¡e 10 oismo: sus objetivos serian diferentes, y

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n^crnien o . r-nriI¡co .lp ..ta co.,r en bi.

o¡rque. cI" ¡c¡erdo , on13 rndr.rn me,dJ^i.. que ó_l m..mo rr¡ro ae in\sJ,drr, tá cu.áfuru ura on,olóerc¡ que nñ.e t,.rc pare,,re en ta¡prcnen.,on r'rnpdjárá J(J ser: ño era fenoTeno. tc-o tJ.inplen,.,¡n d¡d de la co.a, la per"r.rorc.a det .nre rn ,u "e" m,._u, .ie. ienúmen:ca, t. induJrblp que ere (onr.inicr .^ Je t. cu ¡,

rurciore..de la \idc (o,,Jians, aDarle de ta fiencia y ¡nre. cle rod¡c,en.rp. lrnDJí, cme e, rodo. Ioc t,ombres de.r¡n.¡n en eJ .on-vencim;enro de que las cosas tienen eso ql¡e ia fitosofía llamaide¡tidad: son las mnm¿s a t¡avés de1 tiempo. La permanelrciadc la cosa en su ser mismo es condición de posibilid;d de su co_no. mipn,o. porqJe.: no e. la mlma.

""pü. *. *-.r;;;;;;

'del licad.. tl probl"mr ffi.:co, y por,"n,o ta ¡arpa de tr cien-c:r, u¡scn d( la conlronr¡. rón de e!á e\rd nr,¡ cor, oLro d¡r¡ nomeno. a rd.nre: el cambro dc li. .o.¡.. .u mu.a.ión "n eJ riernpo.hl l.nJh,no JeJ c"nrbio e, .an apodk-ico c.-o et .f.n,r_"no J./.e¡ y ticne el m..mo tunJamcnrñ cpi..emotog.c"i et r"conoc;m.en,o dralúg;cñ. I.ero iá rr¡didón hi.rórica de ta rerEfi.r.r pre

rcnd'ó 'e.o.\er e.,a apor.'a .up imiendo "imptemenre el caracrer'e,omeni.o dLl .er. tn .i y por .i,' .iB1 tica en eI ptcno detcon¡cimieDto precientifico sotamente m§mida¿ (óntica); pero, yaen Platón, «iz¿ )idi)'air¿ alude a una estructura ortológica, a una

del ..r, .otJ,cce.ible ¡ un coFo,,"n,en;o.upenor

er (i . v de curu.onor;nienro ni¡ga, cu¡ JU.rá r¡zón, ta po.iot.d¿d., Re..ur¡ i¡ en "n,". ¡: ¡e Io .onorido. cu", Jo .i.piem",,ie.áprch"¡de-o. ur¿ co.¿..cria ta aFa.i.ncn del .er, pero no er .ermBmo. La permanencia de la cosa en e1 dempo (su ¡ealidad ob-reL,va..on ro,¿J rndcpendcn.,. rc.pe.ro de mi. .u.¡.i\as rpre-hen.irne. .un de mr ¡rop a d¡nnria, ...1f,,d¡ clt¡ ,¿mbi¿n a ,arernpor¡l,d,jJ -ubie-,vc). p.rr

pFrminenci! .e erorrr arí- p"- la eri.-rpnc¡.re u1 nx. teo urjrológi.o {,a -ub.ran,rrr ,¡ue per annccriavcr;iJ,or et ieromeno. e il-r-Fr¡do rcr Ia rempo-.-dr L S. .rc.enca cJno..mipi o .lcl .er (rneLJt¡.r,"1, enron,p. cr funda-nprro dFl colo-:mienro verdádcro d(p"ndería de ta exj.¡encia .lec.rc.er nú ap^rcnr-,.inmur. lle, ¡rvr rtJ-. r, iedo ,o- .u aprr . rcr,ácruál v p e.cnrF_ A.! y"-.q1"t,.í¡ impt;cirmenrp.u.rmJoer .¡,3( Fr m-,¡ti.rco del .,n.ri rFnro p,r".o ,qr. . .n.;. -c1 r¡ ¡u,(t'en.ior, e id€nrt-.ión.j-t Fnrc c"-ro atgo que Ar.rc, e..,ecr,\¿m., ,e re¡tr. F. e cono.,nien,o y t".,;n.i; n.,",.

la metafisica asumiría Ia misión cte ¡evelar un ser velado ¡tue el1amisma pre puso. Se rompe co¡ ello la unidad y co¡tinuidad delconocimiento, en la medid¡ en que la unidad del ente ha quedadodividida en dm ,onas ontolósicas disociadas.

Para remediar este trastorno y desenfoque traclicionales en ]afilosotia ha sido necesario mostrar (en el capitulo anterio¡) cómose produjeron y a qué se debieron. La metafisica, con Paménides,

no hi?o sino traducir al lenguaje conceptual de la filosolia aquelconvencimiento implicito que a todos nos sostiene en las situa-cioues comunes de Ia vida, a saber, e1 convencimiento de que elser pe,§,Jre o permrnccc en .i mrsmo. I que esro nos permrre co-nocerlo. Pero, en realidad, lo que nos permite conocer la cosaJ

como hemos visto, no es la aprehensión, o la serie de aprehen,sio¡es, que de ella efectuamos, sino la palabra que empleamos parabablar de ella ca¡. el otro, La palabra es apofántica: prcsenta ohace pre.ente el ser. Pero se lo hace presente d¿ oío, y para estose requieren dos condiciones: la palabra solo puede cumplir sufunción apofántica si con el1a queda el ser definido de aleunmodo, delimitado, o sea idenr¡fic¿do por e1la; pero también es ne,

cesario que la palabra mismá tenga una permanencia o fijüaconespondiente a 1a fijeza y permanencia de Ia cosa mentada porella. De otro modo no es posible ninsuna identificación. l-a ide¡utid.aá <le la pdabra consiso múmd Ia llamamos univocidad, y aella corresponde la idend¿ad. de La cosa consiso mism¿. De la uni-vocidad necesitamos existencialmente, para el entendimiento y eluqo c-nrún d.l l"go. en el diálogo; le elevamo" enronre" a prin-cipio sup¡emo) puesto que Ia ¡eque¡imos tan princjpalmente, y esentonces el p¡incipio lóeico de la univocidad el que ¡eclama la co-rrespondiente identidad del ser. De este modo se establece el{undamento ontológico que habrá de resultar incompatible conIa evidenciá apodictica de la iemporaljdad del 6er: el principio

.le la iderudrd , la no.on,r.dic.ióñ.T¡asladándonos del plano primario del conocimiento al planodcl coDocimiento cientifico y de la teoria, se comprelde pües quela metafísica haya proclamado como una evidencia Ljgica el prin-cipio de la identidad, conside¡ado como principio ontolósico. Escs¡ necesidad existencial de entenderse, es el hecho de que el ser¡ólo se iclentifica como ¡eal en eI diálogo, es el hecho de que eldiilogo y la identi{icación sólo son posibles si las palabras tienenscnrido fijo, determinado, estable, o sea univoco; es todo esto 1o

qr¡c h¡ promovido la concepción del se¡ como idéntico, a pesar

194 EL CON TRADISCURSO DI]L MiTOTi'

dc la cvi.lencia dcl cambio, por.lue só¿o síento i¿éntlco bodia sct

EL MÉTODO FENOMENOI-6OICO 195

,, ,, ,, , ,l¡ (jn¡ autéoti..ñente fenomenolosica (o

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r/.nr¡rr¿,1,. . .,p n¡..rsrLe: oL:erJ Jp pnjenlrrpnro cJmún,me!lisnrc cl l1qus.

. f",ú r.ul,. va,ri.t"r,. pa ¡ ,"dñ. que e.,a c. nccprión no re,!.1\,.. ..,ru .tLe HErrv¡L¡. eJ or ot,m" de tr remp.,r¡l,cla I delser: lá oposición dialéctica enre la evjdencia de la misnidaddel ente y la evidencia de su camb;o. Et ¿.rsos tenia quc ser ¡ie¡r-r.¡rrr , ,rrivc,o p¡rr ét .éqr¡p ,.1- cá . .,.,

"r.¡";.-,.J e... ..pól.,n i. del .er, e., -evel.. rón . m¡n¡le.rac,;r, merafLicaJ(I, a, ,r¡ m ,i ,ó ;v n,r,1. tt-o tJ o..jtm n" c. Lr,ivo.¡, rno11r,l,ii..¡r d. he.h". ¡¡ ¡".o. p. rin *U.l¡d -. curñ t¡ ¡p"tidáderr,.mJ , , ét pue.la d..rurrr f.r" to a t\,r. ".on t" . {in,., !er h-.h,. I pn. ral :cr-¿ lno.ol¡ I. r.ruÉ c. .rer,o. !,- . p.-que \uresulra.lo aparentc es la aDulacióD de ia ciencia), que platón nopudo eludirlo, ni pudo nunca tampoco integrarto .o"g.""nt"-",,ten su sisrema lósico. De ahi quc volviera una v otra vcz sobre él{, el V,n. \., ,. . J I"" ^t Cnq¡a. ", f,¡;J.m,. et C,a¡ito,el Proúsoras, el Po¡i¿¡.o-, nunca satisfecho de1 anátisis, siempreñdeciso sobre su sisnjficaclo ¡adicat. y es qrrc et sistcma enterode Platón, como üeadr¡¡ de la Lígica, se c¡rnla a 1a a.tmisión.teuD hccho quc precia invalldar 1os principios misnios cte ta tóeica.Pres 1¿ ¿ósi.a ¿s b¿sic¿"1€n¡e el s¡¡¿m¿ ¿t¿ lclcs ¡, no¡mas del 1¿¡sos¡rni ".¡. ¡ . m¡ ¡.rir rd*r'ir.o,¡:-. t sr.e h¡ci r¡ t.","".",;"-dicticame¡te en ura ¿x¡rcs¡ón, en un empleo del l.,sd no reru-lado logicamente? ¿Qué senrido te¡ria 1a dialécticn ptarónica. sinoel de un sistema y método ]ógico sjn el cual no era posibte i¡rlest;gar el ser cn su mismida.l r¡dical?

Al romperso la unidad dcl coDocn¡icDto, y la unictad dcl ente,se romFe tambiéD la unida.t del logos: Ia palabra cientÍfica o de¡1,¡.i.{r rrc ¡.ryt,!.r'.¡. h ¡ 'rLrrr er¡r . 4 n¡ .. \ .ts¡,.,.i.iv¡.Y por consisuiente rambi¿n, coD Ia institucióD formal d;la lósicá¡ierdo el /n6". sL¡ inr"r."r"li.l,,J.¡TUñi.ari\.r: lá r". rij dct .o-nocimiento atien.le r¡n sólo a la relación -que se desea univoca_entrc la palabra y la cosa. El in¡cr¿o.&ror deja de ser enronccs un[actor integ.anre de la re]ación de conocimientu, y ésta se esta-blece solamente entre los .los rérminos que se ltamarán más tarrleel sujeto y e1 objero. De c'sta mane¡a, se hace impositrte recono-cer el carácter apodlctico con que la prr:sentaclón o qról¿,úis delscr se producc efec¡iv¡mc-nte en cl diálogo: cuando la palabrrcom"dcd¿¿ sáranriza a 1os dos nrterlocutores la presenc;a del eñtecomo realid¡d .oni¿n. La consecuencia .le e1lo cs la im.osihili.l.{l

met¡fisjc¡ sea¡ ' ,l t,,.i,,icio dc l¡s esenci¡s puras).

I , v,,l,,ci,ir del logos en Ia historia (y de todas las ot¡as for.,, , , 'r,

(\ vrs), lo mismo que el canbnr del ser eo e1 tiempo,¡,, ,r:r¡ ¡roblcmas que no es pertinente examinar aqu1. Baste, ,,, ,ú,¡r l¡ scguriclad dc que las mutaciones y translormacionesi, ,¡, l,,sr¡n aniquilat e1 ser; el se¡ que cflmbia ¿s, cle tLrdos

',,1". lil .¡nrbio implica el ser, y ére no es meDos racioD¡l por

,l lL , ,,, (lc su cambio. De parecido modo, canhi¡n las fornas,, ,l ,,1,,. v cvolucjon.n los sentidm de 1as palah¡as; pero est¡s [or-r,,,. y , ,t,,s sentidos son válidos en algun momento, y esto es sufi-, L 'r,: ,l \.a¡nto .Ic Ia pal¡tbú es iidtbr¿ rn s¿n¡¡do crmín. En, , ,L,rro preciso lo que importaba era most¡ar que el funda-

método ¡uténticamente fenomenolosico se encuen,r, r, ,,¡ l¡ {ase primaria dcl conocirniento, antes de un plante-r,, ,r,, rritico del problema del conocn¡iento que se e{ectue conI r. i, r "verdad cientifica".

l r ,li,cto: no hemos de pattir en busca de una primera ve¡-,,1 :, ¡\lictica, s!üre la cual institui¡ el edificio de l:r ciencia. No

- ni .iq,rier¡ pñjLle elrmir¡r previ.menre, párá

',,,1 n¡r¡ ir)stituclón, todo 1o que la experiencia inmedirta nosrl r!! t,Li,rir c.rmo sabcr dc la realidad. Por ei cc¡ntrario, la cien-, , ' ¡ irisriruye precisam.¡te sobre esa l¡ase: la ¡iment tcrüd,,t,.Ii, fr d ¿i a¡teriot a la .i.n.il, I .oru¡¡e er Ia i¿efltifícación rl,{ t,,, \, ¡,r¡.¡i¿ o aAilan'iJ ¿tel s€r i¡€di:¿nte el logos, en una relir,,,,i,, ,¡,.,onoc,mien¡o co,ñirútda ¡ol esros t,er r¿rmiñoi, ¿os dos,

'/,'r,,\ ,li¡los¿tr¡es I cL aite a.l úalí¿atutific

§21

I r i'tr r)r' ¡.a rxpRls¡óN, C^R^cr¡,R¿s DF.L MÉToDo F¡NoMENotócrco

l', r ,,,r.irt¡iente, t¡mpoco pueden rcsultar suficientes 1as colreccio-rr ,Lü, inrroiLrce Hcidcgger cn cl p]án orisinario del métorlo1,,, ,,,,i)l(isico. Y no sólo r.or la razón ya exp¡eada, dc que el,,r lr l rL l s*, ¡rr lo c¡ue se ¡efiere al hnmano, ha de prcycctarse

, ,.r ,limensión histórica, y e1 método fenomenológico ha de! , l,r,:.. ¡)r e'sto como ontológico,hht{5rico; sino ¡demás po¡

.\, ' r'r ll.,le",-r rn ,Je ei qu- vi\iT,^ .iFrnrre ,.r ui¡Lr ,,,¡lJn,sniñ del ser, no cons era que este coDocimienro

196 EL CONTRADISCA¡RSO DEL IÍÉTODO

preontoló_sico conriruya la primera base firme en que debe ins-EL MÉTo¡o FENoMENoLócrco 197

I

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tituirse el método. Po¡ et contrario, afirua que esa vasa com.prensión emboza más bien l¡ iirtención de la pregunta ¡t-ue inte,noga por el ser. C¡mo método de la metafisica, É fenom;notogia'da por supuesto" el ser, como dice Heidegge¡, p*" ri.r; qi;;dejar aüás, por inválida, esa comprensión p.i-i.i" a"t *. yplán,eár la cue.uón en un nive¡ superior. Al <lar al ser po. .u-pue.ro, Heidegser eli-nina en verdad lac dificuháde. inherenres al

método cartesiano-husserliano; el ser no queda en suspenso. mien_rrá. se ineiluyc el mérodo pora conocerlo, porque Ia pregunrá queinreroga_ por el ser no a.pira a ftindarlo, sino a lrberarlo. a poneilode manifie"to o revel¡¡lo como e.. Sin embaryo, et pe.o de ta rra_dición se deja sentir rodavia en esta nueva co¡rcép.ia" a.t -atoa".La novedad que inrroduce Heidegger en esta tradición es la quefunda concretamente aquella preeminencia ontotóeica det homareen el supue_<o de que el presunrár por cl 6er con.riiuye un car:terdirinri\o de.u .er mi¡mo. PerJ es impos,bte qr. un" p,",,ru.ta que tiene este carácter abstracro, teorético. factic;o. sea uñcon-riruvenre. incluao, del enre que no [esuc á formu,á.'a nLn(á,

roda.u üda en aque a vaga c"np-errónprim¿,ia del

"er.r.a 'comprensión, del

.er Iaama vaqa

He;deeger por Ia m,.Ta ra?ón que dñdc ánriBuo promo\ió en lafilosofia Ia contraposición famosa entre la ¿or¿ y la epiñne. Lacomprensión p¡eontológica del ser será muy vasa, porque es unado'a. pero no e. eJra Ia que imDorra, r,no rá inruic;ón ;podich;;.tn é., se funda la po.ibilidad Je ta ."r"¡;"." como

","nc:,; vpor 1o rrrro. er nré,od^ ren"menotogico no nece.i,á arbirr¿r Io,nedi...pá-á.r,u,lar el .er: la pflmáriá áprehen.ión posee unaÍúera dé e\.dFn,i¡ y una,taridad qu. nintun¡ rmrír podrá nl¡n-ca .upemr. Lr "rompren.ió,r" del ser que c"da uno de no o,ro.pueda fo,mar

"obreaquetfa a¡rchen.ión e. derivada \ cárece,

evr.lerfemer'e. de impofl¡n,ia para h ciencia onrñtósicai pcro,pot lo mismo, la ontologia no puede fundar en al. *" *er.iaráque le permite "dar por supuesro,, el ser. Al se¡ hemos d'e darlopor supuesro en onto)ogía, .o por una vaga cr¡ml»ensión preonto,lósic¿ que fo¡memos .ol-re é1. ,irrc por ta muv precka inruicrdnaood'criLa que renemos de él cr e, recon^, inienio de lá. exi.ien-

. _Este scniimiento de que no estamos todavia en plena posesión

del ser, mient¡as no institüimos et métorto que nos permitirá ,,po.nqlo de riniJip.r^'. dominá rodav:á .t pen;m,enro d" He:ct"s;erv dercann¡ rñdoc lo ¡r.c, con que su fenomcno)ogir queda

e¡r¡cte¡izada. A esre respectq es sinromático el siguiente páÍafo:"¿Qué es 1o que debe llamarse 'fenómeno' en un señalado sen.ridol ¿Qué es lo que es por esencia tema n¿cesario de un movlr¡r'sc exl,resameñ¿e? Con evidencia, aquello que inmediata y,\',¡ulármeüte justo no se muestra, aqr.rello que, al contra¡io de lo(tuc inmediata y regularmente se muesrra, esrá c¿ko... Pero1,, que en un señalado sentido permanece oc*lto... no cs tal o

.ual ente. sino el s¿r de los entes."10

Es necesario advertir bien hasta qué punto la posición básicarlc Heidegger concuerda con las posiciones tradicionales de la¡rctáfísica. En esta cuestión decisiva del método, sobre todo, esnrás r€volucionaria la terminologia que el esquema teórico queeon e)1a se fo¡mu1a. Tradicionalmente, se llamaba fenómená a"lLr que se muestra", y esto es lo que ta palabra sisnificar el autén-rico ser quedaba situado más allá de 1o aparente y fenoménico, ycra accesible por medio de uná intuición privilegiada. Conespon-dicntemente, en Heidegger el ser no se muestra, sino que ¡rer¡na.o€e isualmente velado, y es misión de la filosofía revelarlo. pero,con el ftr de que esra filosofia pueda sesuir considerándose feno-menológica, a pesar de que p¡erende ir más altá del fenómeno, se

Ilama entonces fenómeno jusro a 1o que no se muestra. Hannmbiado los rérmiDos, pero la posición es ]a misma: el en¡e es to(toe se muest.a, pero el ente se disringue del se4 y al ser se le )la.¡na fenómeno, aunque se afirma que permanece oculto. I_o deci-sivo sisue siendo la idea de esa ocultación del ser: ta idea de que

'l.er e.ri au.en.e de Ic reálidad prebeñie, y que es nece.arioxrbitrar un método para descubrirlo. Pero iqué sentido tiene labúsqueda del fundamenro? Toda búsqueda presupone Ia posesiónde un fu¡damento, sin el cual el proyecto mismo de un m&n)do no podria siquier¿ imaginarse. ¿Qu¿ sentido tiene un métodoc,,mo el de Hoidegge., que cxcede el papel de un in"rrumenro,lc trabojo. v presupone )á la indolc y siruación det objero mibmo

que se propone ¡evelar? Es manifiesta la coincidencia básicacon el nétodo de Descartes, quien parte en busca de una subs-tnncia previamente concebida como forma del ser en si, y con el(lcl propio Husserl, que 1o elabora con e1 fin de alcanzar las puras.scncias, de las cuales debe suponerse que no tenemos nociónnl¡¡una cn el momento de partir sin supuesros. El rigor del m+.tod¡ fcnomenológico obliga a partir sin supuesros; pero esto nosi(nifi.¡ partir de la nada, de la pura ficción que sería una especie

ro [¿ S¿r ] el Ti¿,trpo, trad, .le los¿ Caos, fb¡do de Cúltúa E.onómi.a,l\'l¡\,,,, 1951i § ? C,

r9B EL CONTR]\D]SCURSO DE! METODO

partim.,s,

FT, MÉ ICTT, FENoMENOLóGICO 199

cono una eistencia rea1, antes de que lleguemos ¡ dncernir el

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de vacio ontológico y epistenológico. Cuando dlspone-mos ya de also, y de algo positivamente d¿do y fi¡¡e. Aquelloque está dado en el orisen es el fundamento de todo jtinerarioposjble. Y por esto el fundame¡to es común, aunque los itinera-rios sean sinsulares e históricos.

No cabe duda ninguna de que ]a fenomenologia no puedelimitarse a reeistrar y describjr "lo que aparece", el simple feñó-

meno de 1o que se da en una aprehcnsión inmedlata y p¡imaria;tiene qüe poner de manifiesto 1o implicado en el simple aparecer,o sea aquello que, como dice Heidegge¡, constituye sü sentido yfundamento. De hecho, no sólo procede asi la filosofia fenorne-nolóeica; también la ciencia procode de este modo, pues las estruc-turas funcionales de la materia, por ejemplo, son metaempiricasino son patentes a primera v;sta, o sea lneralmente {enoménicas,y es necesa o desent¡añarlas, por cálculo o por experimentación'partiendo de lo inmediato patente. Pe¡o es evidente también quesi hay algo que no requiere exploraciones ulte.iores, alct, que se ,tacon plenitüd y autenticidad a 1a primera inspección, algo en sumaque es esencjalmente fenóDeno, esto es precisamente el ser. El

entese

da desde luegq como ser,y

de una vezpot todas. Ninguna

ave¡iguación fenomenolócica posterior podrá reforzar la plenitudde su ser, podrá revelárnoslo como nis ser que cuando se nosaparece y lo aprehendemos como fenóneno. Sus estrucmras, susentido, su función, todo esto so. p¡oblemas para una investjga-ción fenomenologica; pe¡o no su {undamento: la ciencia no fundael ser. Esas investigaciones sobre los cntes no pueden resoLve¡ elproblema del sentido del ser (¿en qué consiste s¿r? zpor qué hayser?), ni son ellas mismas posibles sin la primaria certidumbre deller quP \a n nemo. rn e. de in,c.crlr\

Tratamos de averlguar el modo d. ser propio del ente que se

r¡uestrar 1o que no ¡equie¡e investigación algüna es el ser mismodel ente. Éste se nos da. desde lueso, sñ necesidad de mayoresaverisuaciones, y disponemos de él como condición indispeñsablcpara efectuar toda posible investisac;ón ulterior. Inclusne es con-veniente observar que la aprehensión del ser del ente es anteriora la de cualquie¡a de los ca¡acteres particularcs que crdr enteofrece, y por los cuales "iDterpreta¡nos a primera vista" su peculiarmodo de ser. De hecho, este disce¡nimiento de las determinacio-nes individuales del ente requicre üna {orma de análisis perceptivoque, por rudimentaria y rápida que sea, es posterior a la identificación global del ente como real y existente,Asi, por ejemplo, al hombre que tenemos delantc

color de sus ojos, aunque este dato sea tan fenoménico comola presencia misma del hombre, y esencial para la determinacióndc su individualidad óntica.

Pero. además, en el caso concreto del hombre (pucsto que élrieDe efectivamente una preeminencia reconocida en el plan de

l¡ investigación), habremos de mostrar que no cstá oculto en modo¡lguno el rasgo principal de los qtle constituven l¡ est¡ucnrra de

su ser. Su presencia fenomén;ca no olrece unos caracteres quecncubvan o d¿sligrr¿n su ser auténtico, de tal suerte que debamos

¡¡sar a través de e1los para tiber¿r el ser; por el contrario, el hom'bre es el único ente clel universo frente al cual no sólo tenemos

esa intuic;ón hmediata de su existencia real, esa apreheosión slo'L¡l de u er,,oro la ¡e¡rro' d".rralqu"- ffr' cnre. 'i'ro que

ado¡ás su mea presencia Ienoménica nos tevela va 1¿ indote

on¿oiágic¿ peculiar de su ser: 1¡ Jormd d¿ §er distintiva, singular,

inequivoca, que es la suya propia. El hombre lleva las categorías

de su ser a flor de piel.Esta hase dc caú "litera¡io" só1o en apariencia es una metá'

I,¡m: ha de se¡ tomada literalmente para slt¡ificar que, respecto

.,,1 honb.e, .e dan .,m,: ,in"a y con¡u ramenre la aprelren-,on delhecS^ . mplc de su e¡i're,, ia \ lr¡ rJo.¡i,q-andn onrolócica que

lo snúa categorialmente aparte de cualquier otra {orma de exis-

tencia posible. Un pedarc ¡ie mine¡al en brüto es inmediatamente

reconocido como ente, como una existencia rea1, pero se necesita

de un análisis utterior para determi¡a¡ la cla§e ontológica a que

rc,,ere¡e. puF- "l rio¡ de m;"er¡l dS qusJ -¿¡a no e' irrn"dia-i,;..,;;;;.¿;;.; ñ- r" ..ilr;;l ""ñ; v ".,onñ?"¡h" norc cor.i{e, .¡p¡. dad de pregun ar "b.e el I.e,,o¡" drce HeiceFE"'.'nc en e' ln.l-o de quc lc''mp' pre-

sencia de su ser revela y¡ 1a indole de este ser suvo: sLt ioma de wres inmediatamente fenoménlca, es aparente o mani{iesta a la pr;

maria intuición,y con caracteres aPodicticos, sio nccesidad de un

u'- ti". aráln.s fe".n', no-i¿-'c". - tL.'. e p..ibte v a.on "ce

¡'i d, lre.ho. "'n ¡1 o "3' in\3ri¿- Il'1" 'r,i ",;,lad. rorque cl m"do dc dar'e cl h"¡b-e. el "u I

f,e.er.iá len"r.'r'ic..lor*,lcv" prmartcm.r'r como sA d{ ra ll,.¡,",,;". * de ir. rom. pl pro'inu. fl orrú.' e'o"n 'r+ " in- //rned ¡ra-ente rp-el:enJ do c.mo ,ri',ro our una propi(dcd ré¿l I

suya que lo distinsue desde luego metaiisicamente: es e1 inter'locutor. es el sujeto libre de una acción que de cualquler Danera

habrá de scr expresiva, porque tiene una intencionalidad comu-

200 EL CONTRAD]SCUR.§O DEL MÉTODO

nicativa y un contenido si€nificativo. Pára esra evidencia no Ee

TL MÉToDo FENoMENoLóoco 201

sienjfica que el ser humano de manera inmediata

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requiere que el contenjdo sigDificarivo de Ia exprcsión sea inme_diaiamente comprensible. El método con que ulter;ormente ana,licemos este ser, que 'ke da,, fenoménicamente en la Ío¡ma. d,e se¡dc In , tprc.ráa, habrá Je oreani*re por con.iguienre como mé-rodo hemenéuriro, Pero rampoco h hernrenéuri.a ha de reneraqui el ."nLrdo que ricne en la tenomenotogia de Heideggm. Ésrehabla del ,regocio de ta in,erpre,ac,ón'. como algo inherenre al

logo de la Ícnananologi¿r cuva m6ión es revetár et se¡rido delser, dc.a-rollar la. co,rd:cioñe. de po.ibitid¿d de rcda inve.risá-(rón onrolosi.a, cnalizar ta e-Lru«u-a onroló8ica de la ex;.renc:a.Tiene por ta¡ro esta lrermenéutica un sentido, desde luego, neta.mente técnico, que cuaiificá el mérodo de la investigaAén onto,lógica. Pmo aunque este método deba efectivamente cualificarseasi técnicarnente, ello se debe a una razón más ortgtnaria y suls_tantiva que la mera reflexión por Ia cual decidimos sobre 1os ins_trumentos de la investigación y los caracteres del m&odo. Elmé,odo fLn,menoloeto, aplicado al rnáti.i, dot ser det hombre,h¿ de.er \ermeoéu,iro pJrque va rs h,.4cn¿llca dc nan ainmtdiata y directr la shnple dpreheñsíón ¿eI ser del honbrecomo ser d"e ¿a ex¡r¿sión. P¡ecisamenre porque su simple presen_.ia e. nEnil'ca¡¡ua \ requiere una in¡erl,,c¡d.idn, .. po. t" qu.recrlla polbte re.oñocerJo de inmedra.o como un

"er disrin¿o decuelqr,ier orro. y preeminenre onrJtógicamenre enrre rodos. N6-\se rcqJ'(rc pars erro una in.erpreráción dct renrido del ser oron¡o Idel h ,ml-re: cl ..enudo.le nr .er e.r; ,á -nrni':p.ro er,,, -i. ;,"- Icencia. po,cr¡e en e't¡ -e rcveta et hombrc com.

"i.- ¿l',"",i1-. ,Lo_que requiere una interpreración, primariamentg es el conte.nido signiflcativo de sr mensaje, pero la misma necesidad e¡que n¡r mconrr¡moJ liempre de inre-prerar el men-aje o ta expre-sió,r del prór¡mo s ju.,¡ lo que det,mi.¿ ra -ona onrátagica a lueél penencce: e. If ni.ma ¡ ,tue pe eneccm^c no.o¡ro¡, y por e¡ro

es el prori-o. fl .Fr de la expre.ión e. "¡,rolodcamenie nucsÍosem. ¡¿nre. L¡ otu propia de su "e¡ er,á ya dádá fenoménic.-mefe v e :nru:Já rrmedia,a r apodhuc¡menre; no requiere, de

in.erp.e,a. ión fcno-enotosid rácni ¿ ,obre et .en-r,do.le.! .cr, prec'ámenre porque.u pre enc¡a piánrea sjempreIa cue.¡i"n de in.erp.cr¡r el .enrdo dc .u exprc.ión concreta. Suser es el único cuyo conocimiento ha de efectuame oo¡ necesidade, el ¡"dn he.menéuri.o. va .ea en cJ plano pimario o en et¡Ln,.rn-ífrc. d" l¡ ,nrc¡,-:ciu, f"nomcnolóEicr. L,o e. Io que

como ser de la erpresión.El hombre, y todo lo humano, perrenecen a la esfe¡a del se¡

c"n ."n¡ido. Tenemo, ,"do" lo. hombre la_lllqedad de discer-nir mera]ircrmcnre en¡re lo que llamamo. á;. cón señrido y;lser ca¡ente de sentido, y esta capacidad es constitutiva de nue§t¡apropia forDa de se¡, Discernir el ser con sentido es propio delser coD sentido, polque es en suma la.fae-uJtad del diáloso la que

no. permire e-c di.cerninien'o./ Tomar en cuenta e,ro, hechos, Lrm,,c refi,)ar i iéldi?área" lui,d"..ntal y aludrble pus,ri".,snroque hay en la intención de todo método fer¡omenolósico. El pri,me¡ p¡jncipio de este método implica la exigencia de atene¡se rieD-rosa y eñriciame¡te a Io dado. Este principio elimina los peligr.os,ya reconocidos de antañq inherentes al ap¡iorismo: nos impidesqpone, ¡ealidades que concuerden con nociones a priúi; pfoce,der por infe¡encias deductivas, en vez de reseguir las cone-xjones{enom¿nicas; dar rienda suelta en general al mciocinio, confiandoen que la racionalidad jnhe¡ente a Io real puede autoriza¡ cual-quier aventura de 1a raán, aunque resulte manifiesto que nuestarazón haya perdido ya contacto con su suelo plopio, que es eI se¡;

nos jmpide este principio, fiñalmente, suspender o poner en telade juicio la realidad de 1o que se nos ofrezca y quede auténtica-mente /e.conoci¿o como rcal.

Pero hemos de atenemos a lo dado según "el modo de darse".Este "modo de darse" forma parte integrante del modo de ser, yno depende sólo del modo de conocer, cuando se trata de carac-teri¡rciones ontologicas prima¡ias. No cabe duda de que tambiénha de entrar en la cuenta el modo de ser de aquel para quieñ lascosas son d¿d¿s, y ante quien se dan: esta exigencia del métodoes una de las eanancias que debe la lilosolía a la tradición idea.lista (y en la cual Heidegger ha insistido, sobre todo en su obra so.bre Kdnt J el ptoblema d"e la metafisica). El hombre también estád¿¡lo. Pero deberms insistir

en elhecho capital:

lasimple nr.

tuición de la presencia de un ser humaÍro irnpona ya una cardc-retiuci¿n meta¡ísic¡l bfirn$ia J ¿eÍinítiua, y no solo un merodarse cuenta de qüe "ahí está un ente". El análisis fe¡ome¡o,lógico podrá disce¡dr después, e¡ ]a fo¡ma de ser propia del hom-bre, los caracteres ontológicos de la temporalidad, Ia histo¡icidad,etc., y establece¡ los {undamentos de un método que permitaiovestigar apropiadamente e1 sentido de esta fon¡a de ser. Pe¡o,antes de estos análisis ontolocricos y de esta "hermenéutica delscr", disponemos ya de una base firme y segura pa¡a la distinción

102 EL coNrt.\DrscuRsrr Dlr rlrÉm )ontd.Eica del hombre, v el cortespondiente conocimiento de 1á

EL MÉTom FE-'olrENoLóclm ZA3

,»,re cle .,ro.cin'o .¡pi'ulo': l¡ ¡cr¿f. irc de 'c expre'ór '¡lo

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turma no humana de ser. El honb¡e es el se¡ del sentido, porque¡c da en la forma de ser de la expresión, v esta forma de darse esontologicamerte d;ferencial porqüe requle¡e inmediatameDte nahermenéutica o interpretación del contenido sisnificativo máni-fiesto de la expresión couc¡eta, de ncuerdo coD los cánones delsistema slmbólico particular a que ésta peneuezca.

Si es necesaria está ,nterpretación pieliminar, y 10 es en efecto,

ello quiere dec;r que la cxpresióD no es inteljeible .on absolura,invariable uniformidad. El hombre es el ser del sentido; pero taciencia fenomenolósica del hombre bá dc scr hermenéurica, nosóio porque deba distinsuir interprerativa¡nente enr¡e el sentidodel ser hombre y el del ser no humanoj snro además porque laforna de ser tlel senri¿io no er la, úrivoci¿r,.I, y por esro requiereuna inte¡pretación. De ltx entes no humanos dccimos que cons-tituyen ¿d re¿d ¿¿ srn scnrido porqüe su conocimiento no requie¡euna iDterpretación, y por esto la ciencia correspondienre no ha dese¡ hermenéutica. Lo que ro tiene más que un senrido es 1o queno tieñe sentido. En cambio, ha de ser hte¡prerado justamente, ysolamente, aquello que ofrece con su me¡a presencia la posibilidad

de más de un sentido. EI ser de la expresión es e1 ser de ta esen-cial ambigüedad. El hombre plantea siempre ante su semejanteuna interrogEción, sea cual sea la rclación o 1¿ sitrración vjtal enque los dos se encuentren. I¡s dos se reconocen e identjfi.an in-mediat¡me¡te como humanos, tan inmediara y cie¡tamente comocualquiera de 1os dos identifica como no humanos et árbol o lapie.lra. Pero esra seguridad primaria se funda justamente enIa persistencia de una nrcerti.tumbrer el modo de ser en comírn,en diáloso expreslvo y en entendimierto, deja siempre pendientela posibilidad de1 mal entendimiento. Toda expresjón ha de se¡interpretada, y el ser de 1a expresióñ ha de ser conocido científtcamente a ]a manera hc¡meDéutica po¡quc, sie¡do la expresión suñodo de ser básico y más

FateDte,ninguna exr¡resión suya loera

.er áb.olu,-menre i[pqürv¡.. for e.," arrr .amo- qu. a Fa dadno humana no puede ser inte¡p.etada y carece de sentido.

La mctafisica de la expresión eshria finalmenre justifjcada.Quedaria instituida sobre la l¡ase de un conocimienro precienri-fico, pero de carácter apodictico y aurénticamente Detafisico, enel cual intuimos la forma dc ser diferencial del hombre como serde la expresión. Sesún esto, queda cumplida la condición que scestableció al p¡incipio, cuando se fomruló ta hipótesis dtrectivade toda la investigac;ó¡) critica preliminar qüe ha ocupado gra¡

;e rh:r,1p...ble I le"írirtr sr no'e e rablece como u¡ áncxu de

l. merarii., v Lna Je,'ac.ón 'lc .u' án 'F prn(iprl"': lr¡b iJe c."st¡ui', por el contrario, un nuevo inte¡to de {undamenta-

.ll" a. r" -"üri.i.u -isma. Para e1 programa dc esta meta{isica'

1o decisivo no se¡á solamente la evidencia del ser, la cual ha que'

Jadn demost.acla, ni siquiera el hecho de que esta evidencia se

nn,luz-a .n ur ,enorñenoerf.e i\o. cJ-' e el Jiilñso enrr" do"

iure.. .tue idenr 'ican con apcrabracomun a rerliJad que tam-biln l"s-es..mÚn; esto ha de tener va pa¡a nosotros la fuerza

á. ."""i*i¿" p.i*r¡. ael cosi¡o cartesiano; pero lo decisivo cs el

hecho de oue ia intuición apodictica del ser del hombre, como ser

i.-i" "*.i"1¿",n*tituve inmediatamente una distinción metáfi'

sic,"ntre

dos fo.mas d" ser: la {orma de scr del sentido v la {orma

á.-'". ,¡ .."i4.. Toda investigación ontolósica üIteiot ha'te

oarL,r dc e.ra d,'rinc.ó¡r l¡nda¡en" l en lá cual ouedanva'eña-iJ,' ,u. J,**¡*. po ible'. A 'u vc- la c'pe' iál in\c'risa'ión

""i." a ,.. de lo humano adquie¡e p¡eemlnencia, v la justifica

ii."t-"". a" l" manem debjda, en el becho de que e1 hombre'

..*..*. ¿" la expresión, es identificable inmediata v apodictica'

-"",".", f, o'ma p'opic dP 'u 'err el el herhodeoue'Llrlquiertoma dc corroa Inicnto requi"rc de e'e h¡o' qLe e5 lu rnmenre un

con.ri uri\o "nroló8icodel 'er lru-arr¡: v tire'rente m el hecho

¿"-á,... ráp.;t¡í" identiricar al hombre, como tal

fr"-].q .1" ,i**** implicitamente en el ñjsmo acto Ia lorma

"" ¡r-""" clel ser. La jntuición primaria del hombre es uoa

;;;,;;;; ;^ ;c ari.'c" .rue :morica nec'.a, cmen'" un¡ d¡ri¡-ir.;:;;;i;. r¡r ru ¡ rane. r¡ ñism¡ onrooeil der ho¡6re;; ;;;;ñ;;". v caract;rizar;e oiginariamente como ontologia

;;;.fi"i.; <re la'expresión, no -'ó1o porque trt expresión es .ati,¡-., a,i"

'"lo'*,;.oqr," no "lncc

er 'er h¡,n¿ru. ir ¡de-

-:..-or. erc ra.qo o.ár''cr- (J'srirurrvñ de 'u *r rpa-ere

r.,",i -. 'l*-..",- como ¡l arreceden e de rodos lo' demá''io *.r .ie"ifi* qu" 1o" demás están ¡ealmente conectados con él

á".". ¡J l" cstiuctuta funcional de este ser La expresión es

"iá,Áp.i-*i. y l" A"ve para la comprensión de la forma cle ser

¡rooi¡ del hombretJn -er hLrnarLo "ólo e' Dacin en el 'enndo de que su mtr3

""".;;; * comunicativa, v de que, al ve¡lo simplemente, pode"

-". "-a*ir, r,¿ "li a hombre, '. ce l'^mo' L'ro e' ro que pl¡diera

' '"¡ ,.* aouell¿ cxp".iór plrrónica cirad' en el crpitrrln p'imcro:

.L holl\bp e "n iÁbolo d?t hombrc' C¡n h pahhra oÚ¡rftolov

204 LA INSÍAURAOóN DE LA METAFfSI(].A 205rcalidad misma no esté asesurada: la evidencia del sujeto sólo lro

EL CONTRADISCURSO DEL MÉTODO

,.::"1".,"" p.::i1 . un.,sno de reconocim,ento,

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basta, porque e1 sujeto no estí solo.Hemos de impedi¡, por consigui€nre, ese aislamjento e inco.

muñicación que le imponeD el eso, cono sujeto de sus propioópensamientos, la duda metodica o la ¡educción fenomenolósica.Hemos de encontra¡ además un principio de insrau¡ación d; la¡netafisica (y de la ciencia en general) itue te¡ga efectivameDreese carácter de una verdad de apodictica evidencia que et cogiro

cartcsiano parecía asesurar. Pero en cuanto Iiberamos al ,,sujeto,,,en c¡ranro dejamos que se deseovuelva ,.naturalmente,, en ia ;njrr ncada rrom¡ de.u. retácione-. viráte", .ospechamos que ct cono_c.mrenro que obriene de ella. e. in esuro, relarivo, parciát, y nopuede ronrarle como ba"e pará fundár la verdad: la rradición mi-lenari¡ de la r,lo.úfia conJrma e.ri scpecha ¡ Ia apoya con buenasra,ones: la verdad, el conocimiento evidente, apodictico, univer-sgl y necesado, se encuentra si acaso en otro plano distinio y máselevado que el plano de la experiencia comtn. y en esto cá"¡e,nen 1o mismo 1os filósofos que afimau la posibilidad de talconocimiento, que quienes la niesaq en 10 que coinciden unos yot¡os es en la mala opinión que tienen de 1o que se nama la me¡a

opi¡ión.Pero ya hernos visto que es necesario distingun tajantemeDteentre 1a opinión y la experiencia prn¡arja de la reatidad. Entanto que es una posició¿ frente a la realidad, y Do uña simptePrcsefttación, la opinión esrá más directamente e»parenrada con laciencia, de la cual no Ia distingue sino el rigor formal con quela posició¿ se adopta. Inclusive se emparenta con la cieDcia deestilo cartesiano.husserliano, pues ia opinión es siempre una posn(ión ourámenre,ubicriva. ,rredutible aunque arbrrcna, que ioncel dirloso y .uprime rodc b¡- d. d.cu.ia,, y en,(ndi,nienro: el"yo opino" es una posición afirmadva que no exhibe pruebas enfavor ni las admire en contra; por su pane, et eso det coeüo o elvo rra.cendenrcl

"eencuen,mn isualm(nre ncomunnado.

cn urraposición irreclucrible; sus evidencias esrán articuladas tmricamente,a diferencia de ias me¡as opiñionesJ pero dichos sujetos no pue-dcn h¡.tr pa :c;pe ¡l ur¡u d" e.c: cridencia+.u1a. " rn.rirurr".i la ba.e , omnn del pcn.amienro. tr.ujerode ta o"otia;Jea-Irr¡ ". r!n 'n.olid¿rio ,o-o el sujero que ¡rbiráriáTenrc .¡mar .'ción ficnre ¡ l¡ r¡aridad v Ia exhibe como opin,ón propia.

Por el contrario, la experiencia común primarja de la realidadcJrán"r dc cvidenc:á apod;ffira que .e rect¡¡aba

l.l . o,,¡c,11iF,,r. prrr que fuerc.ienr;1h". Sesíi,, e.rñ, ct rundL

il"::,::.?T pre,a que sc dividia m <los panes, v que pemrÉa

-1:l'l::._,-.1 o**i..,r cuando h. do. pa"es .e .eunían.ar cum-I,,rr un convenro. Ninlllná de la. dos p¡nes sim¿ó¡¡.car renia)a'.r pr:p:o..ino et deri\ado de Iá posib;¡ida; á;1,";;;*:;;rJJra. De fárecido modo. et hombre es un ,imb"r.;,q;. .,';)J e,ra complero, ni puFde compter¿menre conocene. en Ia pura

:::.:,.:::91 ::,r."qe .u indiv,duáridad.

su nece"id"d d;;;;de .u .er orop:o. h . uát Ie permire"er Io que es, individu"lme;;e,

:"j::...:l^"1":1por permirirre conorer ro que no cs ér. y e.re

1,.;"" *.9. en er conocer común e. simbórico i,.bié", p;;;;odo conocinien,o es una exprc.ión, y roda exp,es¡ón es..¡.1¿-

Ir.a cl^biemeo,e:.es un .is¡o Je reconocrmienio d. l, ..-, ..;;.,dd. v un .ipno de reconocjmienro dej propiu ser que conoce.

§22CoNcLUSroNEs, LA rNsr,{uRtoóN DE L METAFÍsrcA

Rc-aprrulemo No, encoot¡amo. en ta ,.riruación cane"ianá,,,pero.ásmrada po¡ et hech. de que ahora ta crisis no afec,a ,olajTil: :::,. .".

", direc-io¡es de rs ..,,fr,á;;; ;;-;;;;c uesc¡rres: nuestra necesidad de bus.,r

i,* ::::, I lli.j,"r :; ;;,: ;"i:i : ;:,,i,i"Jts.:it.;:l?,1"uau

y resr m'c¡ad cle la merarFrcá mismá v"t bahnce de.f;v;r;-Le pará etta que parecia obtenerse de su cl

".,,"*, ..r"," ;.."i,"; ;" ; .;;;;;";. ;":",$:a1."iil1i".1.H:1;::::*:1'l'l?* : pero h' Ercnes mi.mas que erimin"n elüI,,i",,"::""* no,.¡r)d,can et camino de una po"ibitidád nuc\a.rodá. tas d,ficutrade. rnherenre. a uná in.rauracióno

-t¡merrjic,c¡ de ripo calc,iano provenian de l, ,r.""lr¡ir-.rn en que

et.uiero

de .""".i.i.,r" ., .i;;-¡e1,o en que e,re ruiero pare,e haber toer¡do p,".io."^,. ;lnrpr, (.n ¡mienro verd¡dero. tl funclamen,o i" l, .*".i, *Pn..rrl ie.e.rublecjó a.o.ra de Iá r"atidad mi.ma q,e hd de se;"j:it.:t g.:.i,i,*,ón cicnriri.a s cn,once. un¡ rarea r¿.rr¡daoc recup( rar t¡ re¡ti¡r,¡ ,_le la que previamenre

":::;:'i-" " 11 :l' " : 'oro no puede .*p","¡" v "i,.r*. r,'..'!rrc-r¡ qJe I rucedp co., F",,, dád ,leJu.lv.,. fei ,n una inncs-bh -"¿ot .á merafi.ka: ta c""rrA¿¡¡5,

"¿".u"¿",""-re cl pens¡mienro y la realidad permanece p¡ecaria Dientras la

20b EL CONTRADISCURSO Dl]L MÉTODO

mcnt() de la ciencia es anterior a la ciencia. La rnerafisica. v ta.,

L^ INSTAURAOóN DT LA META¡ÍSICA ZAl

«,ñcer; y tiene que afirDarlo, Do como postulado o como axio.

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cicr(iá J¡, Lán procedid" rrad.i.nalrncn¡e Je c.patda, át co-nocimlento primario. La idea de que debe establecerse una ve¡dadbien segura, como {undamenro del saber cienrifico, ha resuttadoen una serie de posiciones reoricas eñconhadas, cuya m¡ma va.riedad desmenria la pretensión que cada una de etias exhibÍa deser la ún;ca, la decisiva, la verdaderamente necesaria y apodic,ticá. lNo era inevitable que, cor¡o resultado de estq surgiese en

el seno de Ia filosofia una fatiga y una desconfianza general res-pecto de la verdad misma? Conviene revelar que ta uerdart ¿onecesita lund.ameruacü¿: que de hecho estamos ya siempre en laverdad. Es p¡eciso reconocer qoe Ia ciencia cuenta siempre conla verdad l¡ien segt¡¡a del conocimienro primario, para p¡occderen sus iNestigaciones más detenidas y sus construcciones teó¡icas,aunque finin superarla y eliminatla. Es n(esario admitir que iaciencia, por su misma esrructura y su función, es historica y nopuede nunca realizar concluyentemente su viejo ideal de un sis.tema abs,¡luto de ve¡dades inmutabtes. I¡ ciencia es creación: laciencia es expresión, igual que otas formas de expresión y de co.nocimientor a ias que no de¡deñamos por se¡ históricas, como 1apoesia, y a las cuales

rcconocemos como uo¡l¿deras también, comoreveladoras de re¿lidades, aunqüe el ser no * haga en ellas pre.sente al modo como 1o presentá y represenra la aÉóf¿'ir§ 1óeicapeculiar de la ciencia, fisica o merafi-cica.

Hemos encont¡ado, pues, e1 rerreno firme que buscábamos.. n rn"vcmo, de nue.rr¡ po. ción or:s ncria. Nñ hemo. de par ren busca de la verdad apodÍctica; no debemos abandonar ti rea-lidad que nos rodea, y bonar dc nuesrro entendimiento cuantosepamos de ella, coD la esireranza de e¡conrrarla de nuevo porotra via del entendimiento que logre hacerla compa¡ecer comoa¿r¿nt¡cd realidad. La rcalidad no puede ser en ning¡rna formamás auténtica que como la aprehendemos ya en nues¡ra expe.rienc;a primaria. Esta constituye, en senrido est¡ictq un conoc;miento metafísico. Pero es necesario advertir que esra evidenciadel ser no la puede lograr el sujero.rolo, por si y ante si. La evi.dencia apodíctica del ser es dialéctica o dialósica, La identificacióndel eDte, como realidad existente que, aünque cambie, tiene per-manencia eñ su scr nisl¡o, sólo se efectúa mediante la palabradi:'¡u.l¡: n ¡ le rec.,no,e el .aráflp.. que la ..ot¡ n,u'ción nofudr^r¡ dirle runca c^n .r'j.:en e s¡-.1ira, dF unr ,,¿iiJadcom¿n. La ciencia metafís;ca rjene que afirma¡ en su inicio eldoble pri¡cipio de la coounidad del ser y de la comunidad del

)

¡rr, sino como reconocimiento fenomeoolósico de una situacióntlc hecho. Porque es un hecho, y no una teoria, que el ser se hacerpoclictlcamente evidente en ]a dual re{erencia de los nrterlocu.rorcs. E1 loeos es común, y es también común 1a ¡ealidad quemediante el loeos .tueda manifestada y objetivada.

llste es el fundame¡to de Ia metafisica. No ha sido precisoc)aborarlo teóricamente, sino tán sólo reconocerlo fenomenológi,camcnte y seña1ar1o. Del ser podemos estar bien sesurosi 1a cien-cia ha de emprender ahora, sobre la base de csta certidumbre

rr.c,.nri',-, la rar"¿ de ir:re.rig¡,ro -P,o..ómoe..lero antes podemos tod¡vÍa recabar una nueva certldumbre pre--li -i¡:r, en l¡ -sun.lc li.e de ,n-r¡u,^c,ón de l¡ mer¡1,.,c¡. L¡identificación a¡rdictica <le los entcs solo se produce, según hcmosvisb, mediante el logos, lo cual implica el concurso del orro como[¡ctur ;.tegnnte de 1a relación constitutiva del conocimiento. Elordc¡ del método requiere que, antes de investigar ntuguna otraf,rma de ser, procedamos pucs a on anáhsis de esta {orma de se¡que es la propia del ente que dialoga. La preeminencia ontolo.¡¡r., J.l r.unbrc, r( pe.r' Je l- d.r:. enre, n Je,v¿pJ, ranro

de1 hecho de que pueda inteÍos¿r el ser: {ormular la preguntasobre el sentido de1 ser; por e1 contrario, esta preeminencia residec¡ su capacidad prima¡ia (p.eoutologica, en el sentido de pre.cicntifica) de responler; de darle sentido al ser rnediante la pala.L¡¡¡, y de darle corrcspondientemente sentido a la palabra, comosímbolo del ser. El ser como tal no es mistcrio para el hombre cs

]a L¡iri prn¡itiva y sesura de nuestras posesioDes. Tampoco es mis.rcrio 1¡.structura y composición del ser; ésta es objeto de inveetisación fcDomenológica y cientíllca. Misterio sea acaso el p¡ob1e-rna del origen y el fin: el problema del sentido del ser considemdocomc totalidad. Pero cuanto podamos decir del sü, después deconprobar su p.esencia real, sea clentificamente o en torno a sr¡

nristerio, serán en sLrma... palabras. Ere jueeo dialéctlco de larcl¡ción entre un su¡eto y otro sujeto, mediante ]a palabra dotadarlc scn¡¡;ilo comrin, y con relerencla a una realidad que la palabra.,)rrobora precisamente como común tamb;én -y todas las va-rirntcs posibles cle este esquema- es necesa¡;o captarlo previa,rri:nte porque en él está Ia clave de la ontologia y de la cpistemo.l,),tia. La garantia del ser y la garantía del cono.er resldeD en la¡rl¡bra. IJay que analizar primero, po¡ consiguiente, el ser de|r r,¡l¡Lrra y averiguar de qué m:rne¡a se integra ontológicamcn-r. li c¡l-.,rcidad de hablar en 1a estructlra del ser del homl¡re.

208 EL CO\rk{DtscuRso DrL t\rttofi)

.,,,^l'cr.,,dc.nu¿. de hacernos e¡ra reftexión. ádveflimo- en.eeuidaue n^ s ¡ece.a.io rampoto ahora jr en busca de ,;;

LA rNsrAURAcróN DE LA M¡TAFisrcA 2A)ll(sár tenomenológicámenre a esm\ rcnas se requieren diversos n!

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,.-;;;ccond¡ra: ta verdad que necesitemn.nmediata v, apodíc ical¡;;;."¿; :.d;..¿"rü:"l:;#ilrJiJ.cá,-(1, homáre cs

.¡.1.e¡ ¡ja ta c.(p¡er¡¡;n, y d. ^""..; ;i;;,_ser de rá ej{rr¡esión lógha. No conocemos d"l h;;;,. ;;;;;;rro car¿cte¡ más p¡imario y Darenré N

ra,nro, como 4,,""'r..ir,*"",... '.t.,i- ,'rohemo' de rrolinr. nor

cibámo. de morleno.. ,",::,:'"-:.^:-:1.s* de su .er que ápeF

erros la. capacidad .-p,.,r";j';;".i"'."."1,i" coro corr. uerda .oncapacidad expre.iva ;" ". .;^ld.*"..:;11:'.en e're cáso. que ra

;;,1:l, lnlr;; :: i;.,.,,:.,"1;:::":.i,i'l ['T¿if Í: ;:' il:q,..

"p,.¡"^¿".".,",. ;:':,;;t';:..J.:,T [i':f 'f,i:IJT::inmed,ar" como human;.;;;: #;

fl.cuar,ro iden,,rrcamo. de

l,iscajlr:n,e.

),di-.hs;i; ; i,l;;l;#:^i:::: 1:üililfl,:il;c ser en todo €t univeͧo

i;:,;Ti#'"í,::üil;,::1i",:#ti:i.,::Íiff r., j.:J;.1"*f:::li:,,,., eñre. medi¡nr( r, p"r,s* ¿i"l.c,¿,,,,,q,1",ji.".¿ji

:::1 f :: rn porr¿ncia deci.iva rporque es un primer p:..u deu,¡oom¡enro áurenricamenre merár;.i.ñ ",ff :.:lH:i".ff .:i "a:::-T::.;::;il.; .ilixT:.,.i;:::ilI ,i *:

fiffii::iiffi,#üHfrl¡ffi

i:il1E:i{,[Ti,;i" :j;ifnrikir".l.,,"t.: . jr"ir*,*,¿" ¿.", *.,., 0...;"?;il-f"' pues atrnquc Ia ma-

'ió¡. Iá e\pre.ión * ,,.;r,,.""* l"'iJi] 'o como ro de i a a hF-

r;{f:r;*u}*:e,ti**$'iffi

fe--**** _

\cre. oe ,nlerpremción, y e\ro e!. Julrámenre, lo que no orune conn,,Buna orrá torma de rer que no rea el humano Et hombre ma-nr,¡$rá ya con su mem presencia que e§ et ser de la exrre.ión;p:19 n,ncuna expre.ión concrcra y .insutár revela rodos to, ra.sos"nrrc.. y oorologrLos que en e|a mr.ma "c implicá,r. por ran-Lqcl simple comercio cotidiano con

"tp*¡t-q iá.ntifi."á.-pi_"i

,ramenre como ui ynejanrc por su expresiór\ requiere ya el

rncuFo de una hermenéuri(s, de una récnica de interpreración..mbonca que no. apro\jma eyr{encialnenre, i.l , de".de lueso .omo oñiotóeicamenre prárino. o prójimo. L¡l,trmenéu,rcá fenomenoiógica de ¡a tito.ofia pre.upone esa orra her-mcnéutica elemental, a la qr:e desig¡arnos comúnmente con estasI ¡lab¡a.:,e¡rendene con el próiimo, enrende. l" qr. ,", át." ¡ienr'.lo dei .er cusndo se rrara det hombre,.e actara comprobando que el hornbre es justamente et ser det sentido.

Dlclq 9e ofa mane¡a: la forma ra¿tjcal y confituriva y uni.vrvl delnombre "ólo se hace parenre * 1". ."¡* ¿",i."1 p"l-rrrul¡res, derermjnados y concre(o, de exj+encia. Lo que se f,"cer¡rmedieramenrc parenre er ciempre un modo ónrico inárviclual decxistencia,.o

un acto singular del individuo; pero este acto exp¡e-sivo pemite ya reconocer al homb¡e como ser de la expresión,¡unque no se descubran inmediatamenre las esÚuctu¡as-v fun.cione. carácterisricás de eya forma de ser. para e-ro no ba"rauna intuición fenomenologica: se requiere una investigación féno-meno)ógjca.,on carácter hi.rórico y hermenéutico, quide,enrraled sen¡ido del senrido, es decir, que rebase Ia inteipreración del.. n, oñ Inmedraro que riene rod¿ expre,ión, v ,evete qué $nUdor.cne e, se. cuvá formá de exi(rFncia pror;á consi.¡e en i¿r sen¡ido.. . I-o diclo sisniti.á. {,nrfmenre. que tra quedado confirmaaa ül)ipórei. de rrab.,jo- Al eraminar ta. po,U;tia"ae. d. ,", .;,;-,.(,cá

^oc.ráexpreron. 1, tac razones por Ias cuales Ia rradicrón la

op<eno rmprrcriámenle, hemo- tenido que revhar los fundámen_r"s de e", rradición. tr po.,b;fidad de uná re.rauración de la,¡ctafisica, y a la par de una fundamentación t"n"-"""1,igi.,lnnrotógica)

_del conoc;mienro, .e vió que re,jdíá preci""mátecn eca meritr.rca de ta erpre.ión que nos habíamos propuestocomo obie,iro._EI daro primero c"n et que contamo., o ses tanprehen.ión del ser, impt,,a !i el coñ.ur.o de ta pstibra diato-p¡dá. v roda_ pahbra e._expre.ión: por otra parre, ef iiamrdo "ujeto.lc cñnocimienro e. idenriti(ndo ét m:cmo, primariamente ram-rrrc¡r. como ser de ta expresión. Por coñsisujenre. Ia reoria det

2ta EL COÑTRADISCLIRSO DEL MÉTODO

hombre como ser de Ia expresión no ha de fundarse en una onto-logla previrmmre ecrablecrdá, s.no que, por et conlráriq

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¿a mer¿.ttecd de ta

"t|resión es la base orisind. o_ en que deben asentarsetd. ontotoetd., cona inuesriloc.ión lenonenolágca. de ld lorma deser d? tos entes. r ta anada rcoricL del conocimie o, como irveesnsación fenamenolóEicd particlttarmerLte r eÍertÁ"

"j;"; á;i ";

TERCERA PARTE

_t,

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CAPITULO SEXTO

EL QUE EXPRESA

§23

EccE HoMoEl hombre-es el

'erque e,xpresa. Esie iuicio ha de rener Iá ürtuddF uná Jeiinición onrotósica: c.n ét s; idenritica st

".. d. i;.;:illy:-I " la vez §e e.rábjece que ra expre.ión es et carictercomrlurrvo mas funJamenrat de e*e ser. No ,,g"ril., ,r"l¿i.::l::',1'1T1':::1 poseaj en,re o,ras¡ una capácid.d

pflmar¡amenre á su dererminación ontolósica. La1l:T." ,l,r"l evidencis de esre hecho _er h".6..

";;;:u\r¡ rc¿na mr ve- que ta ¡,ención hubie.e re.bátado sol,re;t. D.,trque er €n,endimie,,,o. l¡u<¿ndo ev,denc,as, ;;"il;;;,1i:m:<,pnmxn$ que.e Ie ofreccn. tero en et hecho

de oue "i-!li!,l *r-" se revera yá q," t" "-p.".ió.;al;q;"";,1;¿.::es¡e carác.er l^ di.rinsue J" cuatq¡r,er

"rra f";;;;;; ;;.i;l:vErso. Lá cxprcsr¡¡\jaci m¡ma. Dor tanlo."p,.;¿u¿ p";q,i.,. u,,.,,;;; ;;;j; :.:"":;,r;1,';fi!:rT:ffJ.::es una forma de ser distinriva. U. * *lci.nt i .tqr;ei" i*.n.,lli il.-I -,0*.'"" e. un (¡ric.er r,rof,io d.r h.^il;, ;" ;;;;::,_::il^*i-,:i.i,. cu",fo ¡nimad.,. y eyo no el sin embargo,:, :1,,,w ,,e s cer.. v pJ¡ ranro no.e le DL"de cc¡acrerizar oniolos¡:alcnre

.omo .aer forpórco,.. teru .i puede .,,".i;.;;vn,rvamenre como cr que expre%..,". decr.. .om. ",". d. i;\pre\ron : pues ta e\prc.ión uo es sotamFnre alqo que riene o

T."" ,*::..",er. .ino argo que no..on.,i(uve en ro;ue somos.r,tsu que rorrná ñueslro \cr y quc nemitc idenlificárlo y dife-renciarlo on¡otócjcamente.

.-Il ::,": r¡¿ones de.hecho. er prognma de ra onro)ogía dethomtre y et.Dri.srámr de unr Fe,átn,cá de lá e\presión .-. c;;-

li.l l,: "1.^l con orraq.pcrabrar: ra manera correct:r y acte-.xán¡ dpptanrear,ia cuerrión onrotóci(a *fe*nre"l homb;e ca;-!.rp en ptánreár et probtema mereh:co de lá expr.ió;. '

^ -P.:..1: :y:t debe.de.prenderse craramenre que er proyecro de.. n.' rIlrr uná met¡fí"ica de Ia "rp¡s.¡6n .c encám;n! .tirecrr_

2\3

b--&'--

2r4 EL QUE E]CRESA ECCE IIOMO zt5mcnte hacia el tema ontológico de1 hoñbre, y no tanto hacia una lógicamente en los táminos p¡esentes, derivaria -y será conve-

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fenomenologia de Ia expresión misma. La novedad que puedaatribui¡se al proyectq y a la estructura teo¡ica resulrante, no de-penderá, por tafto, de que sea posible elevar por Iin los fenóme.no§ expresivo§ al plano correspondieüre a un traramiento meta.{ísico Guperior al de la fí§tcd de la exprestón), sino de que esta.elevació¡ resulte necesaria por el hecho de que la expresión apa-,ece ftnonenu¡¿sicanpnre como et rasgo primáno y disrintivo áelser hombre. Cuando un homb¡e esrá frente a nosotro, lo recono.cemos e identificamos de inmediato como ,,ser hombre,, o ,.se¡

humano", con toda certeza apodictica y sin riesgo de confusiónontologica con lo "no hurnano". Sólo falta que, en la teoria filo-sófica, ab¡amos nuestra comprensión ante el sentido de ese re.conocimiento impliciro que efectuamos cotidianamente, y admi-tamos por nuestra parte que su posibilidad depende de que taexpresión sf-!qs[§(o un con.ri,uiivo de nuestro ser; porqueIá expre§ó4¡es lo único que no. permite reconocecomo 'teres humanos".

El problema teorético de la comunicación enrre u¡ yo y el otroyo es un falso problema, que sólo se plantea para el entendimienro

cuando previamente se disocian los dos yos, Pero nada se interponeentre el uno y e1 otro; la comunicación es efectiva e inmediatasieinp¡e. La si&ple copresencia es ya una comunicación. Y si enla existencia efectiva la comunicación no es problema, no hay ra.zon para que el problema surja en la teoria ontológica que elabo.remos sob¡e esta m¡ma existencia. La expresión es el dato inme.diato y el punto de part;da de Ia onrología del hombre (y en tantoque la evidencia apodictica del ¿¿ contiene vi¡tuaimente unadistinción meta{isica entre el ser expresivo y eI no expresivo, aquí6e encuentra también el fundamento de todo ulterior desarrollo dela ontología). Era inevitable que después de los intentos frag-mentários de la filosofía contemporánea, en Ios cuales se ha tra-

tado de integra¡ también de alguna manera a la expresión en elcuad¡o de los ca¡acteres constjtutivos del ser humano, llegase porfin el momento en que se revelase con plena eüdencia que laexpresión es, precisamente, el más fundamental de esos rasgos. enun doble senddo le¡omeno'ósco i orrrologico: e, enne ¡odo" etmis páren'e, v rodo. lo. demá. apa¡e.en sucesivamen e concc-tados con é1 denÚo de la ¿fructura unirariá del ser.

El programa de esra ob¡a no aba¡ca et desar¡ollo completo deuna ontologia del hombre. Tampoco puede incluir los temasde una "{ilosofía de la expresión", la cuáI, aunque fundada onto-

niente lograr después esta derivación- hacia Ios campos especia.les de la estetica, ta ética, la teoría del conocimiento, eic. Hemosde confinarnos por ahora en el tema de la exp¡esión desle elpunto de vista estrictamenie ontológico, tal como se indica enel titulo y se p¡ecisa en este desarrolto; pues el objetivo principalconsiste en mostrar que la metafisica de la exp¡esión es posibley necesada. En tanto que esta posibilidad y necesidad requirieron

una crítica de 1a tradición metafísica, indispensable para estable.cer el fundamento y el método, el objetivo ha sido ya alcanzadoen una parte preliminar, pero teóricamente decisiva. Resta ahorala ta¡ea de exhibir aquellos hechos pertinentes en los cuales pue-

da confi¡marse que la expresión es el punto de partida obligado deuna ontologia del hombre. f¡s ot¡os rasgos constitutivos de la es-

rructura del ser humano no hab¡án de ser objeto de un estr¡dioespecial. Una vez reconocida la expresión como dato inmediatqbasta¡á sabe¡ en general que todos los demás ¡ásgos conectan conese de mane¡a estructtllal y funcional -e indicar con mayor p¡e,cisión als:rnas veces esas conexiones- para que el conjunto de laestmctura aparezca con suficiente solidez y claridad.

Esto significa que no deben desdeñarse en principio -seancuales fuesen las discrepañcias de o¡ientación y de detalle- losanálisis Ienomenológicoc de 1o humano que ha of¡ecido con mu-cha ¡iqueza y penetración la {ilosofia contemporánea. Pero lode.isiso s el fundamento sobre el cual han de moDtarse los aná-lisis paticulares, y sin e1 cual, por adecuados y prolundos queseao, no pueden alcaDzar en su conjunto la claridad y ¡ieo¡ de unsistema bien establecido por su base. Nuestro saber del hombrese afina con e1 anál¡is de sus sit¡raciones vitales, pero una ver-dadera y auténtica comprensión sóIo se logta con la evidencia deunos principios a los cuales pueda referirse toda situación posible,todo posible daalle estructural, e incluso toda variante posible en

la interpreiación de estas situáciones y aspectos pa¡ticulares.Asi, po¡ ejemplo: no es desdeñabie en principio eI enálisisexistenciario de la "cura" lSovgel que of¡ece Heidegee¡, Pero,sin,necesidad de eDtra¡ siquiera en precisiones ¡especto de unaconcordancia o discrepancia sob¡e los términos de este análisis, elsentido mismo que Ia 'rcura" pueda tener eñ la existencia humanahabria de quedar falseado de antemano si ella se tomase comodato inicial en una investigación fenomenolócica del se¡ del hom-bre. Porque es manifiesto que 1a "cura" no aparece de hechocomo rasgo priñario y de{inido, en nuestra aprehensjón inmediata

I

216

j.c]":¡:r huiano,, v er n!o, der bucn m¿rodo impide ini.ror raro que no e' prima,iamcn,e pa,enre. .obredesge¡, y de los de Sartre, como el "en si", el ,'para si,,, la ,.facti-

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ll":'lll-y todo si

i",,[i*;iJ:, ".':X J.llI'".,i.*';,íi'J',' :: ;",1*;i:]-l:jl ; -". ¡,en..e r^ñ.idera que ela impregna

"l *,,i¿, J.::^':il:ll *"'d" *pre'ion r que riencn or,o conreñ,do. rero:::: ",ln,rlca, ei',onces que er rrala-so de ra .,cura... , * p,;":ron ar \el de un exnrpnc:ario. {lo han podido l.**i. ----,ánre

una inrerp¡e,ación de ta, expre.;one., i q".-+,,: ."r.,,iJ-)en por,eito mi.mo Io pnma.;o,1" ¡i"*. Ai,rqr".l h;.i*).pr*a ta.ma,lo prinari" e. et he,ho de expre.Dr, y no r0§ ex-.e hagan patentes. o l";.r..p*,u.i¿r, *"e"r¡s expre.ionec. L, ..t, p..üI,,i;¿;:r;;:sar o'r¿. modal,dades de Ia exi.rencia que no seán t" -.r,r;.;;;-mLnna ya elim,narls ra elta o a cuát;,,icomo,crcve po.;bh p"." r; ;.;.xj;,:: :I.Ji..,,."".1r1r:jrorar,dad:

,pl¡escon etio caemo en Ia cuenra de qr" iJ, ,..i¡1.odár¡dad exi.rencial §? ?\¡?era, v ,ót" p,.d. ..; ...".ü; .".i;

:1"'.--,, ",.:," por errá puede inrerpreiare v evenru¿l¡¡enre¡j.i,,,.: "i ", rueár.que re con^ponaá d"nt.o d. t"

".,.;;;;;;lregrar. La,er?re§:ón.e revetá. por

renro. ya en e(e.oto eiem-l': .,9T" ",n" mi. que ta única .,r,*,. ¿l r.i...".r¿, ii.,l".eñoro8,.á con que podcro. conrar para ta h";;;;;;;, á..i;il,.,1"i.",,* p.r e[o mismo t¡ n,nción exntencial ,,.";"-j"::-:,,:,,::11. r¿. demá., dependen p,,, ." .[.ir¡aij..v ,",.,iiu ccn,id. trop:o. Eo suna: e" ta con¿icl¿r mi.-"Tá de poc:b:lidad de rodc hcrmenéuri.a. V.

"",¿-.i'rr"-¡..:,l.lrturlo,oricina.r,rTenre como er "... d" r; .;;il,,-y ;;;;rrrcnc de tá t¡cuir¿d exp"ejvs qu. k p".mire,*eta. e;,á J;;;:.,.:1 :.:: ::fl .l

::irra,;o, .

.hombre e. er r;: ¿"1, .."p,*ji,lquc tc ,.curc..5cá _<i to es efedivamerue, Ioual_ no jmporra ahora_ un ras¡o de su ¡De r.ecr o. d ¡hm"q -.;". q,. r,"

"il,.i,.ri":."1,J,.[1fi"IT:J^amcnre porque el hombre ¡i.nc que erpresar., Er conceptu de ..cura,, sólo pudo Iec¡rr¡r.e como rc.ur ado rii,;r i" "iill,"#*?;ffTJ;J"[:TJ;e exprec,one. hr.má,,a. diversas. ¡"- ^" i.,".p*,,.i¿n o..i-:.::f^::::1" "i rá prc.en,ác;ón de mr cuncepro, como.i é.reY:'.:f,".,..:.9 .rerr^§ fá.so\ del .er human bie-e'.n,do.pmbién, e inmediarcmente percepl,btq_.#;;;;; ñ";"i. j,.,., , ",,, _eguir rori;ndota ,.'r,o

";..pro, ,. *'.;;;::e oec'r.e de orro. concepro. exi.rencjário, v erd*enc¡ale, do h";

cidad", la "ipseidad", erc.*, la "cura" no se perc¿¿, o por tomenos iro aparece expresada como ral "cura", dirccta y ca¡ac.terizadamente, sino en s*uaciones excepcjonales; la .,cura,, matizay cualifica más bien las expresiones cuya textura seinfihrá, por asi decirlo, y en las cuales no es discemible de inme.diato, o "a primera vista". Lo que se percibe es exp¡esión, y todolo demás resulra de la interpretación

deeste

único material conque conramos psra proceder fenomenotógicsmenre.Pero este proceder no será riguroso, ni ñeródiaamente ,,leáI,,,

si pretendemos omitir las erapas que de toclos modos hubinosde ¡ecorrer. No seria legitimo of¡ecer desde luego un conceptoexistenciariq como clave para la interpretación del ser humano,y buscar analiticamente después en la ¡ealidad de Ia existenciauna confirmación fenomenologica de esa clave. Pues, aunque larealidad ofreciese efectivamenre esa confirmación, cab,ría presun.rar: eJ propio concepro clave /Lómo fué olrrel,dot Solo se pudollega¡ a ¿1 por medio de una hermenéürica de las e),presiones con.crctas. Esta fase previa no puede eliminarse ni darse For supuesta:tiene que incorpom¡se al método, porque e1 hecho mismo cle qúe

todas esas nociones se utilicen como claves para la interpreracióndel\sentido del se¡ humano, y que por orra parte sean ellas mis.mas ¡esulta¡lo de una previa interpretación, es algo ya substanti-vamente significativo, perrinente y fundamental para la compren,sión tle este ser. la intepretación de1 ser humano comienzaya auténticamente en e1 mero da¡se cuenra cle sue él es rn sererpre.io, y de que cuanro podamos llegsr s saber de é1, con m3"penetración y detalle, procede in{aliblemenre de esta {uente. Lacondición humana queda definida desde luego para mi por elhecho de que el otro, a quien pretendo conocer, se me revelacomo el ser de la expresión, y de que yo, situado en posición decognoscente, sólo puedo conoce¡lo interprerando su expresión.

Esta conespondencia necesaria entre expresión e inte¡preraciónproporciona ya la clave para la comprensión primaria del hombrecomo "el ser que erpresa". No es necesario busca¡ esta elave másá11á del dato primario. La búsqueda, de todos modos, h¡brá deiniciarse en lo dadq que es la expresióni y si ésta no se reconocecomo lo que efectivamente es (como constitutivo del ser), secotre el riesgo de elegir arbitráriamenrg como clave para la com.prensión integtal del se¡ humano, el concepto de alsún rasso occrá('er que há\á adquirido en la e.rruc¡ura co¡fler. uña pre-dominancia meramente sitüacional, o un rasso que rensa esa

218

prcJomir"n(r. oxj.rel-rat .otamenre en Ia esrrucrur¿ del indivi-como(,a\e. v que coD elro e,p,e.a.u prop;a

factores; si esos análisis, por reveladores y atinados que llesuen a

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:^y 1l: 19,eroeone-",,","?.9,, onric, o sJli,eriva. tor el conrrario, et reconoci-mrenro de lá erp.e.ion col o Lá,Jcrer Jundamenrál det .er etr-ninaesc,r.(-co dc reta.jvi.mo. porque roda po,btc vr;a.rón hi"róniaen er osto.rrvo de c".a eqrucrura dindmrca del ser humano neneque,manrle.rE.se i¡evirablemenre e¡, la expre.rónj y por e.ro. rodot-u\rore e<qJema de rnrerpr(raciór) .o6re et senrido det -ser hom-bre",

en suma, toda posibte..idea det hombre,,, pr."d;il-.:;nuc.rro, propioc rérminoq, r:ene que ,"ne. po. ba.. l" *p..-i;,;:Iodran ser ráo \ariáble. romo .e quiem ta. ld.r" d;i h;;;;;:;no sóro es bubie \rmen,e reeiumo;ue *¡.", .,,. .i;.i¡"¡¡ü,Iir<vjÉore, eorque rJmhen v¡,ían hrs¡óncamente tos modos rca-pe.o nin8una vana, rón reát en la organiz.ció¡:::T !:{ j. 1.,.:." "r¡e¡p

e a . "ru¡an¡e ,n¡or¿e,., c; p;;;i,;ron. r corre.pondien¡emenre. roda, tá. po.ibJe, variedáJe. h.5ró-rcá! v rurleuvár en eJ crrfoque Je Ia cuestión, y

"n t" do..r,;;:::1111. h,,,,d: panir. cJn uñifomidád ,,,;,;'"ur., á. ,^" r"1

\yrpremcron det daro expresivo.

*

(uanro má,,fr.me ieá et reconorjmjenrode e.ra foruo.idad, ymá\ exDr.( ^ et irinef,nñ que e,ecriv¿menle recJrre ejra ¡nrer.p,áac,on, ma. .,aurénrko. .erán to. ¡e.ut,ados. C"" "ll. t"i ,..,oupoa errm,nar.e Ja confu.ión inrcJecrua¡ y,i,"¡ q,e no d;á d;

:::::l.ll*:: Tl:tt* de borda*e de a;iri"i. ",;.,;,;r,i-1,;l:i"rJ.rlü yT,nuc¡oo.. Io. cual". hurcan con una mórbrcla pr!-

1':-:::l * ro. mác opáco. rerovc"o. der ,rr numano, y .on unall,:i*,].,":,. fe.u,r¡ anc r.riádr por ro ralra de ,* ,i"i¿" i.i"-F:^'" :n::::,ll:l quc,"ea r,rne. crá¡., y .o5eecdamenre ¡güro¡á.

:]:.-*:1,,-, h::,d. prousr, y que en ¿r q*¿"0, ái-lá" p_I,

i:.:.,,.d*,belteza de tá prta&á. Sin

".,,,"d"..ió.

..a.;,i cu¡r no e. propia rte la frto.otiá, é.ra ruqure,e a \ece\ en sum nuc,o.rdcd anali,ica _ Io mi.mo ..uc et p.,_,",t,r., ,',",;",,* .:". .* \á,ore. in-nn.e.o._ lln ;nderinibte marü di,Ju6y penurbador, caracterisrico de todos los frutos decadentes de iail,l,y." ¡,,u* ,ensa dj.c:pl,ná formar. en er mejor de tos ca-in..ecurcla.l v a tá vc sin ?\enrurr. tá ,neqencia"n lo. m). nesarivo v e- abro.o de t¿ eri.ren( i¿

"" ""d"t

", ;;;rcd,lc(.,on mo-bo.a en to. au¡orc<. ni .,qu erá c la efe.rivr "*-o¡nrn.ncrá .rrua.iolpl que Ia exi+enc.c

"f.",." h") d" "q;jl;

ser, resultan sin embaEo estériles, y cáusan en deflnitrva confusiónen el pensamiento y en la vida, es porque no se intesran en elorden de un sistema cuyo fundamento quede establecido con cla-¡idad y siñplicidad y a partir de1 cual puedan desenvolve¡se lastareas analiticas. Lo que {alta, y ha de proporcionar la filosolia,es una perspectiva histórica y teórica que elimine del presente esaintensidad de aeobio y de zolobra. La expresión filosófica de laangustia de nuestro liempo tlene mucho sentido de egolatria ypoco sentido del humor: e1 existencialista se concede a si mismodemasiada importancia. Pero la importancia filosofica de unarrisn estriba en su relsción con los princip;o., y no en su merocarácter personal. Esto lo confirmaría el abandono de la mñiónreorérir¡ por perre de cierio. filosofos conremporáneo., caracreri-zablcs como analistas de la existencia, y la Einromática derivaciónhacia las sinsulaidades situacionales de la lireratum, en algúncaso muy sisnificado.

En esta situación, no resulraria desmedido preeonizar en lilo-sofía, iDciuso con ciena energia, un rerorno a la simtticida¿, a lasevidenc;as primarias, a la fi¡meza de 1as esrru*uras fundameD-

tales, a la mayor claridad e incluso a la llaneza del estilo y delvocabulario, cuando 1o pemita el rigor indispensable de la expo-sición. En la confusión actual del pensamiento y de Ia vida, esmenester que la {ilosofia restablezca la seguridad en los principjos(es decir, aquello en que todos hemos de estar de acuerdo impli-citamente, porque se ofrecen como evidencias de hecho), v quedistinga esta zona de la otra, más personal, la de las hipotesis teo-ricas y la de los análisis particulares, en la cual se Eoducen inevi-tablemente el desacuerdo y la variación hisrórica, En suma. esneces¡rio restablecer el ordeq y como el orden no se impone enfilosofia autoritariamente, hemos de contribui¡ a que tos hechosmismos se impongan y a que eI pensamiento no se desvincule de

ellos en ningún momento. Someter la ¡azón a la realidád; loerarque todo peñs¿miento sea válido en prtn ¡¡io, porque esté anctadoprecisamente en los principios, y porque contenga siempre unconocimic[to: ésta es misión actual de la filosofia,

Y por 1o que se reliere aI terna de esta obm, 6u objetivo filo-sólico en este punro es l,.r¿s¿nrar aL hontbre, o hacerlo presentecon una evidencia apodictica y en una idenrificación ontológicánbsolutamente unívoca. El hombre no es definibte como et serde ]a angustia porque hoy dia se encuenh'e angustiado. Es el ser dela expresión, y por esto puede expresar lo mismo la angustia

2ZO LA DEFIN¡CIóN Y SU zuNDAMINTO 2ZI

voco, y de las {ormas de pensamiento lógicamente legitioas sobrequela serenidad o la alegría. El ser de ta expresión: hé aqui el

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la base de la univocidad, tiende a eliminar el carácter subjetivo yexpresivo del logos. El pensamiento logicamente coherente (dia.lécnca o metodo-Iógicamenfe guiado) es válido con ente¡a inde.pendencia respecto de quien 1o piensa. Ni errr€i¿ propiamentea la realidad pensada (pues su función es no¿tica, y la expresiónsetia literúia), ni expresa al sujeto misño que piensa la realidadlógicameute. .A esto se debe que todas las posiciones psicologistas

que se han producido en la histo¡ia, y en las cuales se tiende deuDa manem u otr¿ a vincular de nuevo las operaciones losicas conel sujeto concreto que las efectúa, determinan una crisis del valorlógico y noético del logos, y son combatidas por cuantos percibenen ella6 un peligro de relativismo, üna amenaza contra e1 funda-mento de la verdad lógica, que es el principio de ünivocidad.

De esta mauera, el loeos no puede ser ontologicamente deftnitorio del homb¡e, porque tiene sus leyes propias, independientesdel desisnio, las cuales se imponen al hombre mismo que empleasr¿ razón. Esta nociófl es ya vigente en la filosofia del siglo v, y laencontramos fo¡mulada en un fraEmento de Epicarmo: "el logosgobierna al hombre" (é l,óroq,il8pó¡orrq ffrpeQaár); sin emba¡so,

añade que el hombre es racional (Io./ropóg), o sea definible pore1 logos.' De 1o cual resultaria que el hombre no es definiblepor aquello queél mismo ofrece (el logos como expresión), sino poraquello que se le impone. Y esto nos sitúa en el otro camino para-lelo de que hablamos: el camino por el cual el pensámiento griegova establecie¡do cada vez más firmemente la conexión ent¡e ellogos y el no¿¡, a navés de la relación directa entre el nous yel ser verdadero aprehendido por é1. La eqr.riparación que esta.blece Platón en el SoÍis¿d eñtre diánoia y dülogos es reveladoraa este lespecto.2 Toda fo¡ma de pensamiento lnorr/ implica ellogos, incluso cuando no se expresa o formula: ñrtivom slv xal?,óyoq roüór. También por esta via queda despojado el logos desu carácter expresivo, aunque mantenga su carácter dialéctico o

dialósico. Pues el ¿osos, combinado con el nora, es Ia capacidadde que disponemos precisamente para captar el ser en si. Dcho deotra mane¡a: el ser en si es ¿oéiico, y en tanto que es por elloésencialmente racíona¡ o lógico, el logos humano no tiene otramisión en el conocimiento que la de acomodarse a1 orden lógicoinmanente al ser mismo.

1D57, 1sic.2 163ct .f. Fe¿ór, 65., doñde muy dpicame.te alkma qu¿ .l 6.r d. Iot

eDt¿s sc hacc ma¡irie*o (dróó!?.@) solamne a l¡ ¡a:ón. ¿a tO ro1,Ít¿o0@.

§2+La DEFrNrcróN y su FUND^MENTo AmDÍcTlco

La certidumbre y fi¡meza de esa identificación de1 hombre comoser de la_expresión provienen det carácter priñario y apodictico

coa que dicha identificación se efectúa de manera intuitiva; no sermtc de una detinición en forma. para Ia cual hala.ido nece anoáD.traer de los.laroc i¡'urrivos aquello. que pudiercn con.iderar.eL1p ¡nrrofloq d!é ta esencir. A.i, por eiempto, en ta clásica derinr-':,on cier homt-rc co,nJ lQov ].óyov i1ov. La ambiguedad de rat''idea del hombre" no se re.uetve mieor¡. no quede ¡ .u ve_de{ nid¿ e.ra propiedad del lugos que .e ha de,prend do de ta" de-más con el tin de proponerla ."mo e.e*,alm"nre reprecenráijva.En el momento en que el srieeo ""*ib",1 h.-b.. .;;;-;.;-j;ilosor, e'rá indeci.o en Iá" dive;-a. ¡c"pcione. <te ta pátábra er tí-¡nrre de una drlerenciá oue \á

"e h¡ esabtecrd. enre la razón yla e\pres,ón r\trbrl). Ein,lusosret tosu: mantuvrera en Ia defi-

nrcron er s¡snr,crdo de una rápacidad expre.iva, no seria eqeáinburo suticienre,lenre delinirorio, porque e\cluiria h. orrcc for-ña( de exprerioD no verbates. por el conrrárjo, ta detinición im-plicira en la idenrificac,ón primaria del Lomb,e como se. de l;e:\.prenon que de hechr erecrLamo..iempre, definc reatmenreal hombre, es de.ir, to abarca d. -,,r"., tot"i p.iq"q

"lli-""i;-ficalo por Ia torma Je,u ..er que eoá p,,*,.. i, l,'*i l. ¿i",i"-

sue de cualquier "..a foflna de ser. Re"pecro det hombre- nn.ran(o, no e\ nece..ario que ta delinición tomrt asuarde el re;l-lj-. .1..,:" exptom, ión qu." no, vayc rcverando .* *"s;, ;;caráfleflst,cos, y de uni decnión setec,iva por fa cuat pÁponga-mos los que consideremos esenciates o consiituti,*. a áir.."nii"de otros

sé¡erosonrotósicos,

aquí ta defi¡ición esiá ;; ;;á;;;:mariamente en la mismá apreheDsión ¿i.*tr, v , I* *pt".rii-ne, ¡ul¡icuientes no tes ro,re.ponde srno revetar ta ,.r-; ".i;.-uml y el or.len tuncioml rmplicados en el dá(o inmediáro: ls memprc§en.r¿ del hombre. como .er y Lomo,.xpre.i\o.En -u er¡pleo ,écnico den¡.o de ta floqo.i¡. Ia patabra toso"

va perdiendo progresivaurente en Grecia el signiricaao ae una iir_ma Je exore.:ón. f.re_ oroceso .icl¡e pa¡¿letamenre dos (aminosque se .orre.Dondén et uno ar ot¡o en Ia marc\a .*.é,,.r. ó;una pane, la confitución.{e la Iógica como sisteüa del logos uni_

222 EL QUE EXPRESA

Esto.lo formulan Ios pensadores griegos de maneras diversas,pcro todas en el significado básico, que aqui se in,

LA DEFINICIóN Y SU FUNDAMENTO 223

t¡na concepción onblósica, no puede consideiarse propiamente

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.coincidenresdic¡, de substantivar prosresivamente al logos y despojaito cte suaspecto expresivo. Pudieran muldplicarse 1as citas, en 1as cualeieJ ho,, y el io5o. aparecen de algún modo,omo gobernanre. oreguladorer del cosmos, en tanto que orden de la realidad total,y de1 hombre mismo, en tanto que miembro de esr. orden y capa,de mnoce¡1o con se propio no6 y s, p¡opio ¿.sos. prescin-

diendo de los ejemplos demasiado obvios de Anaiáeoras v deAri.róreles, puede re.orda§e lo que di.e DemóL,iro: et p;ñ.á-mienro divino (loüc) siempre e.rá con.ider0ndo (¡ralovi(;o0qalgo bello.s llatón, cuándo hábla del ñ,cen del .o.."., i... qu.proviene i[ tivrirry re zoi voí, de Ia necesidad y el pensamiento.{Y el propio Epica¡mo sostiene, como antes to hiciira Heráclito,que además del logos humano está et tosos divino, y que et pri-mero proviene de éste.6 Por 1o cual, la vida del hombre ¡equiereeI logos: é fliq r 0pó:rorg ?,o1to¡ro6 6eitor.6

Lo que ha ocurrido enronce. e. que la jito.o{ia de*ubre en Iarealidád mrma un principio de orden, at cual rden,ifica ,tsunasveces con ta divinidad, mientras que otras lo conside¡a i¡manentede manera expresa; pero, en ambos casos, esre p¡incipio

lo ¡epre.sen'á con los conceptos de nofls v de lo€o., que sn precramenrei¡s potencias orAcñadoras del hombre mj.mo. Una vez recono_cida la ¡acionatidad de 1o real, o la inmanencia del ¿ogos en el se¡,parece como.i el logus humano no fuera ya sino una panicipacióndel divino. como si no ruviera orrá función que tá de somerecea la razón del ser, y como si ésta gobernara no solo e1 ser mismoen general, sino inclusive la existencia humana: el Iogos y el aoasdel homb¡e cuando piensa y cuando conoce y

"ru"ao-.*p.."u.ólo que enronces esre Iosos ya no expresa, propiamente. El iono.cimiento ya no es una creacióq sino una lite¡al .,especulációD,,; unfiel reflejo del se¡; el ¿ogos ya no es palabra, cuando se emplea parala epistdrc; y cuando se trata de resrituirle ,u

"rra"t". "xp."siuoarece-que _el intento, como ya hemos indicado, haya de compro,meter la valide misma de la eDis¿em¿.Por e.to ls rdea del hombre com. an,mal rac;onal {t;m távm

Éi(ov) re.ulra equivocái inclunve cuando esta ;a"a se ,riicula'en3 B 112. La conü..ión en Dios rd dios, o lo djvj¡o) del o.den mciónalimán.nr e. ..?.'",.1,? 'Je Io. p-n¡xdó.c. §r esóc p..o ro *rl..iva de

.l1os. Cf. caDituto§ .euundo y (u3¡¡o.

que establezca una metafisica de la expresión. De hecho estaidea ha tenido preferencia en la tradición {ilosofica, y ha reapa.recido con diversas varianres, sin desvanecerse nunca por com.pleto: entre e1 i¿¡ellec¿us agens de Santo Tomás y la peruée deDescartes, la diferencia es notoria, y sin embargo ambos pensado-.es coinciden en su intento de definir al hombre por esta lacultadsuya

-Iacual es efectivamente definitoria- á la que se designa

con las palabras r.Ltio o razón, intele q pe¡rsamiento, entend;miento, nors o logos. Las mismas distinciones que la filosofia haestablecido entre pensamiénto, razon y entendimiento, entre la fa,cultád iniuitiva noética y la facultad discursiva lógica (y las mis-mas acepciones varias de la ¡¿ni¿e en Descartes), provienen ori,gina¡iamente de que el logos no se considera como expresivo,cuando se adopta como carácter ontologico, y que las ¡eferidasfun.ione. menr¿le. no.on comprendidc. Dor su .léppndpnciáre"pec'o del l"Eos como forrnr .uprema de e\prFsión. La areDciónde la filoso{ia se ha centrado en el logos en tanto que este es jus-tamente el instrumento de la propia filosofia, de Ia ciencia engeneral. Las funciones del ¿ogos, antes y aparte .le ia ciencia, im.

portaban escasamente, porqre de antemano se juzgaba que porellas no se alcanzaba uná verdad lógtcdm¿ñre valedera. Para gozarde tal validez, la ciencia se ha considemdo a si propia de maneraimplicita como suficienie, fundada en si misma. Pero, cuando seexamina el sentido que el conocimiento de e¡rteme pueda teneren el contexto integral de la exisrencia, apa¡ece vinculado y su-jeto á funciones mucho más prima¡ias y radicaleq con ello serevela que el logos es fundamental y esencialmente expresivo, yque no deja de serlo cuando se depura lógicamente para las Iina.lidades epistemológicas superiores de la ciencia. Esto es lo quesignifica lá "raón vital".

Lr substantivación del logor revela que este carácter del ser

humano se adoptaba como definitoiio porque se concebia como¿elini¡iüo (ieual que todos los ca¡acteres esenciales de un ente,en general). La supe¡ioridad del método fenomenolocico exis-tenciario -en la ana de lo humano- ha consistido desde luegoen que procecle descriptivamente, y no atstractivamente: el aná,lisis se ha proyectado sob¡e 1o concreto de la existencia misma, detal suerte que los ca¡acteres constitutivos tenían que hacerse pa,tentes, sin necesidad de atst¡acciones ni eliminacioñes, en el prc.pio mat€rial que ofrece Ia existencia. Lo que pudiera Ilamaneuna definición Dat existenciales ha podido teDer de esta manera

I'2.24

rJrlv('r rmelirud y iqueza, y ha.ra mayor aurenucidad, oue las.,¡n¡.¡on.,¡orcsenc¡!/cs.etábo,0dá..e8¿n"lp;;;;-i;,;;ij"iEenerc próximo y ta diferenr ia espec,rica-.

LA DEFINICIó\ Y SU FUNDAIf¡\To 225

f'l"i: :l."* u¡o dc, u. ¡. r¡.. m que e. preci.¡men.e acr'onr\ e. d n. mjru en ttr ¡,ulu.,ón .u.

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No t;0..;; ,;.;;; ;;je¡erse a (onside¡ár que et propio mrrenat -**. J. ll"_,r",1-a rcqu,erc rambién una compren.ión y .r,.rir,"iáJ Eii".iis que er nuevo enroque in,ciádr con l"; ,,l"..ialii,.,¿,, il.Ill

:::::l'.:i:"^.Í-:,lb:- a hocer po.ibre r" ;".r,.i¿"-;" r" .,J.""-ro. cáracteres detiDirono. del .6¡ ¿"¡ h¡mbre. -

, I ero rámhién ñ un hecho que ta J;/inició,r p,,

","i*,.1",o exrstencrarios) presenta aquellos rá\!.ntriúo,. E. e\idenje ,;;;;;.;;,#?" como ¡suaf,ñen,e d?Í¡-tur ivo(, han a. ..".i¿..,". p",.ii;;,I,,:l,%.Xl;,::l.Il::p_,esenraF< en cuáJquier modo J,qórico e ,nd,vid;i ;..;;;,;".:;:nr:rubo,eD ruálquier siruación vrrát. De orrá .r;;;:;;;:; i:lr mo hablar co¡) propiedad de uná esúucrurJ onrológca en elombre y de un sisreha de funciones h;§iembargo. argunos d"

".,.: ;-.;;..,.;:"*;::i:l,l"J,}; i::a¡ ¡"r. se carooeriza,r precisame,,re p* l, ,,¡,¡ il"J j" ,".L:Í"r p, * fruide¿: son forma¡ en con+an¡e rran.,ornación.JenJ per,E,.so cuenra e.ra condrción ,*",.;-;,;:::i::l a ,on.ld.:rlrlos rieidos e inmurabre. .; ,,";;";J.,".;e¡,r,ro.o! y dc/innito§, pue,

.",".... .,.dr,i"; i;;;J;.;";qurpamdo- á los ,árr.rcres e,e¡,ciates, v * * L,r¡i"= l.e.rl.:li" .P, ,rt. una ,ñera sub.,i,ución .r; ,o'nbr*. A.i, *; :;;;_¡o. el car;.rer onrolos.co de ta hi.¡oricidad: ., ;;.;;;"",;er^ .oro e. verdade,ám*," a.r,"¡to,j" .""i,",.,L,1o

_detemjná ú\a tn.ma d"linitiud ¿. *,.,"".J. .r".-"I.i""]eTe" unj,ran.r,nu,,cr:n.injn,e,rump,da,1. _",1"; ;.,.i;t;i"",.efo er erempto capirat y decisivu ha d

:^\eje.lón,r'ü,'ue. r" *o.J.r*'.. ¿,"i."";l;:: ;'iHi¿Tl:l,:,]:ásso y cualquier función bjsjca que losre,,,umrno hemo. de enLo,r.árror en r. "*".'» -di'cer)ire¡ el .er

eila., como va .. ¡" ^¿i",a"'i.."' i.'""#::;:::,1#lly:ii:y: la.nl¡'tu. siemprc expre.amo. de o;,*¿

-,,,",,,,¿"..,"ff:li:-:.:.,i:",:1-:trbóri.o. más o neno( -",,,,"r,' ; ;;;;";i jLos propros s$remas .ambia¡. lpor es,o podemos d*i. que"r ;;;;:.L:;...::h31*i1,.¿,J

::I:l'i.,,' q* rá..uva e" una rorma de ser j,i.,ónca. Lo oueueo¡ haber eñ et hombre de d./in(po,ót.," d" y;l.; ;;:De en ro que es me¡os definiri\o: _ l" *pr..i¿r. L".,],iX

_,'Ot. *'.r, ¡si.o¡osí¿ d¿ ks Süqdobnes yirdl6, El Colésjó d. Mé¡,

mi.rna dp Io.ra. -mbotr.a.:!",n,.".5. mdt. ' v de,,.,,". por..r.. no e. .¿n,o r- h.,. ri.ts

urodufr., h:.rJr c, . y qr" rnudr 5u.eL mi.m.,tr.ro r(,arcnrÉ: .,no nri. 6ien la c^pre..on. l" cu¡l e" Ia lo¡m¿']pt cnre quF ¡nr rl¡o .u.É mur¿,:o res ) |or erlo _concepruable onroiósicamente como histórico. L. id;; d;i t-re-

l: ""11,.,yi. de la rd¿ó,, ,r,,¿. ruede n,p.pre,¡r.e ¡.i como úna:)lle.,on hhrori,¡ de e.e ar"n quc .,.nre er ho,nbrc rtc.urrr;;cr ¡rmF olr¡orog'Lu.que teimooneiu rnhcrene,or d cjón de .revpreiv.:.F, a¡.n Je !'rurr.p m". rlJa c¡"r rr-,rrr., Lon l- lirñe-I^:l:'::-!' l' :"".b pu a v Je rr *"r"d " ';;'"i; ;,

";;:;¡grca pero no expresi\ a.

.--l¡:,1:,,"*,: nr.,n¡ + erpre.idn. r. (xpÍ(.,ón,ñd, r^ que crnomDre hitp, \ ct p. n.¡r e. u1 ha.er. Tcno hombre.rp*.. .,em-pre. ¡ ru lo en ct hoaLr. e. erprc.:ón. E."..".",," .,,;;;,

rc que et hombre .e da,ne ¡nr ,osi.a-

I-lll*. l" expre!ón. y qrr. r"d. . ro. d".á..","...,."..r;:.;.r eic, nLremo\-..-an ,on.riruri\o. bi.i.ñ., .e¡n rood:;. h..LU

nco. J .i,u.,cion^le"- -( crpticar f^r ,lr¡ y ,c Cp LLb,.,r ,ola-

..( or. t¿ .cSLfldr.i L r¡e nu. prp-r¡ "l cár. c cr ,nr r.r,o v a"^-

dr.r,co dc Já idenririrc:on mercfi.,ca de, h.._ bre, (omo..e, ,f---irc\pr..r.n. -eñrinJ. que ha de qued.r.o.tay¡,rñ.l rieo..,,"rep.\(e¡r¿¡r'r p¡rá et onorimicrro risuro.o et hccho",i.." d"l,

i:":", .1i.."_"- e. do".ir de ta erpre"ión. ., p,,r,." ,, ,,d;;:,a ¿ufncru .pár.1re dc roda perm¿nen.iá. Lraoro. .iru.Jo) desdely"i:-i,i111.: o,irorós,co. Quedo e,i,nindJ. er ñr,,;'" ;e;;il-:::,, l":",,i., ".oro pued",.Lp¡_e der .er cl ralo irucl:ll,'"i," . mi.m, nur¡c,ón de ra

"xpre..on^, e¡ ct rndrviouohr.ro,rco. ño ..c fl ducc .,n order nr cor .rLro.5e TrdJ.e.on urdeñ

vFpun

]ev. tn r¡r.o qlre el ono, iTienroi' *p.", - v.po¡ trlo ,.r.m¡ hi.óri.o. par.ceri.r qu,d,r .o;-ll T:, Í:

." ,n,ern,, , e -N;n d¡ \ .,i.h-. r¿.o e L p c¡Fn ,.nno na dc qued¿r 8a " . :,d- con .,,r,t.." , d .,.8o. co-" J;a¡luc.h,,ndrh cn Ia p.r.mi.. J"l J.L..r.m, conrc "t p c J.si m,..^. c '¡l$. er def,nir:,.i. -, oncr,J.n ."h,r,r"t ."t;:,i.,;,.:'..';,-

9,,.:i.'" ." " re&r ra ex¡r v,J"d d-, /^¡os dcr pp,-i,,,.... 1o

:-":'i^fl"'l. j''.' I'e'o c'r3 ¡1¡-"'"¡"¿ e. un hrr,o. ¡ cm .no. .rn c,1d,rto. d"Dde (ñ.on-..,Fmo, Ij tr_e_ar.¡uer',J.r. pue..^do he,h^ riFne..u r".ón- Ii __ó,, d" I; -;;-i

226LA EXPRIS]ON CIMO DETERMINANTE DEL SlR zz7

r.,bi"d¡d h,.róri,x de 10. forma- c:i¡r".rvas (inctujdá" en erlr. los.,.m¿. s,mbúlicos de tr cien(iá en seneral) se.".,"r,., ." ;i

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orden rnrpt,eibtp con qué d,chá murác.ón.e producc. pero l. ron-secuencia de esro

-que es conveniente señalar mry di;.,;;;;;I ";:':'':" e' que b l,r'tona Jer .ono.,",.*,io,

y tá tito5oti",.ólo pueJc.olprerder.e lumo pá ernreprx"trc de ur a mc?fj.;ca d" I¡ crpre rón: s dtr,r, meJ,r¡rcun ! tema dc.arcsoria. \ de leye. exLraídas det ma.eriat de cx-

en.rná on,otogia dct t-omb.e cono.er de taexpre. ón. ,Ha ccmbrcdo. pu"., rad r"Jr"nre et entoque. EI rri-r"ro para Ja ,eoria e hLroriá Jet conoci. ,.ñro no e" un conceproabstracto de la verdad; 1a salvación de 1, ,..drd

". ,""i;ú;on una idea de ella previamenre concebida, cuyo vato. quedaria

comprometido por 1a misma variedad his6;ica de d""t";;; ñ;se examinan, en busca de una instancia que conco¡dase defin,ri\¿menre.con el p¡red.gma qr,e erpte,mo. p"ra la bú.queda. Gra e\prec,on lá que.:l,a a l¡ vedad: y Ja.ah¡ parrdórcamen-e.porq,re l. ryadir:ór no ha r¡r.rde-¿do qre hub,era er elta ver-d.d, v hana l¡ conrr¡l u.o p le \erdáJ, v qri"o depurrr de suc¡r.¡rer e\pr¡svo I rod¡q ', . :n.r-umenloq de que noq r¿,emospara buscarla. Pero et caml¡io listórico d" 1"" "*á,d* "ó1" ;"J;u,garse que las compromete como tales verdades ."r"d" ; ;";-.idera .¡ue no dcben.cr erpp vr.. rino pennanenres y det:nir-m.: qJe (i,la ur.a e. :ñdepcnd,enr" Je t¡. orra" rá ,. Já. 13. demá., r .rLe,odá. so,.irdependi"nre. d.

";t.;;l;,¡oponm como aproximnciones at término absoluro de la verdad,1ñic¡. \r. por pt .onrrar.o..e re.o¡ro c que "n roda "(-"d á"rén-lrcr Iroc,i, ff !a.d.ión d- Ja re¡ dad que.ea de al¡urra maneralpei m¿, v .dpcJ:d.) h¡\ L.mbil rjn Lonporenre Je expro.ion,,a v¡r,b:Iid¡d d" ia. rerdadc. .".. uñ he.ho quc debc e\pti,¿r.ede acuerdo con tos principios y teyes de la *p*"i¿"

", i"r..+1,no .ób de c.uerdo.on u¡ cri,cr:. tóÉio o ep:.rcm"táFco, e.ra-D,ec

oo d p,'or', v qup dc inrema|o hábri¡ .te ¡eerr el he-ho de.u hn.oric.Jnd. \- e..o Drilcirio. " ."y.. .. tr";";.--;";;¿;,;-mer.re. en l¡ .nrol ,LJ d.t lr"nbre. .o*n.-,0"," erp,e.ión, 1 crr1¿ organiración del materiat históiico consritutdo p.i t ,,iáiA"

-3 (ob" e,: ,-.., -.." h Qui'¡ ¡s1.. el ..Dirlo u,.t...*o. cf.t- a'o..,. dp la \,.r,.id.e \¡JL.. ..r, V r' L, U.J det ttoñbrc, tr-;.¿n..iÁn

§25

L4 ExpREStóN coMo DETIRMI¡iANT! oRIcINARIo DI]L sER. EL FALsofRoBLr v \ Dr L^ r\ r r Rcovr \rcA, ró\

a) La posibilidad de fundamenta¡ y construir teóricamente unanetalísica de la expresión depende, pues, en última instanciq deque sea legítimo y necesaúo reconoce¡ en 1a expresión un carácteronrológico del honb¡e. La expresión es algo ¡ropio del hombre;pero esta ve¡dad, en 1a que todo el mundo concurre, resultaríainoperante si no encontrásemos en ella'la c]ave para la expl;caciónde,odo 1o humano: de su ser y de su devenir, de su dilerenciacon io uo humano, de su acción y todas las posibles cuali{icacio-nes estéticas, religiosas, éticas, polÍticas, etc. de esta acción, y final-mente dc la ciencia misma y sü historia. Pam e11o es precisocomprender que la expresión no es tan sólo un rasgo fr-ofio dell,omb,c, s:no l) qu- lo e. con c.r.ite. dererm nán,e , . on!.,urivode su ser, de modo que la expresión debe considerarse risurosa,me¡rte como una categorÍa ontológica, 2) que 1o es con e1 carácterde un dato originariq primariamente cognoscible, de ta1 suerte

quc todos 1os demás derivan fenomenológicamente de ¿stq yl) que 1o es con carácter exclusivq es decir, ontológic¡mente di-

Desde luego, Ia expresión ha de mnsidera¡se en su totalidad,no solamenre en relación con el togos de la ciencia, con la ver,dad, con las proposiciones ]ósicas, ni siquicIa con "el habla". Lascen.i¿. pos'ri'á. Ltu..- JcLIp¡r'de l¡ exprc ion. y 1 .n\o (,n.junto dimos el nombre de lisica <le la erpresión, para di{erenciarlasde la metafísica, ofrecen de aquella totalidad una perspectiva enque aparecen distribuidos y caracte¡izados los diversos sectoresfenoménicos: el lenguaje, las costumbres, e1 gesto, la mecánica delos músculos faciales, la dñárnica y la "lógica" de las emocio.

nes, los sueños, la histo¡ia tiel mito, etc. La metafisica de la ex-presión no habria de limitarse a completar este cuadro con uncn{oque nuevq isualmente particular, ni siquiera establecer rmasintesis de todos los demás, pam lograr unificarlos. Esta unifica-ción, segün ya vimos en el capitulo te¡cero, la consigue Ia metafí.sica rebasando precisamente el nivel en que se ha de desenvolver1a investigación clentifica pos;tiva. Pero el testimonio cle la cien,cia es suficiente en este caso para que pueda admirirse -sh ne.cesidad de un examen pormenorizado de los {enómenos mismos-que el homlre siemtue cxtuesa y que todo cn eL homhre es

\

22ELA EXPR¡S]ó\' COMO DETERMINANTE DEL SIR zz9

erfz4siuo. Lo que imporra ¡o es aho¡a esrablecer estadisticamenre .risiñ¡rlamente. En efecto: tomando en cuenta solamcnte La in-proptncbnar]a po¡ las ciencias cual ¡o debe desde-

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¡ l. -y|',)c.ión-n:

..quj,r¡ L smpte ¡.¡,,.,r," ."-.,,i." _, ...lorrnul.'r r¡ p ca' ) r onrooei.r ,. re.porrJ.enre an¡c rrr .er ¡,re

\ñ: ;JUé fo..mi d. rr e. l, ,tc ,.,, pn,. q, p ey..rc aIl-rr qu" lo p-evun,a pued" renor ., -.r.,".,. e Je.-r, para

que pueda no sólo orientarnos hacja una adecuacla ."",p,é"itan

del ser que expres¡, sino adenás atte.ar revoiuci.,narjsnente elpru."der u.,ral dc l¿ rn\c.rigo.ion nr.-.r. e rec,.ar. l..,.arar.eJF que cor .empranrc pregunra "- p"od r.e rn¡ ...upc--. on denivel a'r.r10g6 a h qup reDre.entr h nre.a,r i¿ ¡..l.e.lo Ce l¡lisica. !n efecto, podemos imashar que la anatítica de ta exis_tencia hub;era logrado completarse metódicamenre v cub;r rorl,lP ráicd¿d oe que .n e,ta .; "r,";"" i;;mod^ ra-"cid¡ a c.mo la. ci-n,,a. oo-Ir,a. .ubrFn ,.1o. to, a,pcc'o. po.6l", dc la e:,.pre.rón,. D..pondrimo", c. -o ,c,rtradode e,e árj],.i., d.- un r"pe,rori" ocanr?rdo.l" con.-p.c c, r lo.cuales representariamos los rasgos estructurales v t"" f.,n.ion""bi.,... de lr eri.tenc,a. HiporiLianr"nLe. L,o.l, mo. . on.jJ"ra r q,e

l¡ repre.eL.^c.ón.¡hrcnida ¡or e.Lo, .on!efror F...\e-daclera.,

or¡ riel \ ad.cusda en c¿da c¡.o, e inctu.o en et .oniLn,o de) d .-po-irv¡.. Perc iei, {..renr" par¡ la com¡ren.ión ¡uréoucá yrádi.cl dpl s.rJe Já "xpre.iórlt ¿No .enri-e. o. que frh¡ roda\iaalso mast La fidelidad de un análnis ltevado con ¡isor merodo_logico no, es

-sufi.ienre para producir una comprendón auténticae integral del se¡ analizado. Esta forma de conocimiento ¿,ldn_fi.o ¿no se logra más bien, cuando se trata det ser hunano lúni¡oqup re(lrra e¡a ,orma de t,cm¡dá .(,hp¡,¡,«inl,en uru ir.uición JpMi.rka: no.c crpra rnmedia.am"nte, mi,qr." en "l 'enro dr. ,r.^ d" una :¡,vcr Brciór pn¿lj,,.a? A¡;cióe-mn., p, r c"n-igure,re. oue !é req Ip c aleo mi., a,go quc déunid¡t¿ d.e sntid., y coherencia integrat

aese

c.,njunto de rasgoso e-dc,eF. ái.l,dos..tnendñ. po. anát..... l-.,J..,t*, ""fr.en,e-cuando mi. _ unrd"d .. emiu.. . tor*.t, {lenrro cJel

Supongamos ahora que, en busca de este ¿i¿ao más, entreüé_semos repenriñamente que tal ric no her¡os de paitir en suLúsqueda, sino que ya 1o tenemos desde lucgo. La-comprerrtónno habrie ¡]c -.lcor.¡.odeu,).n .,...no mi. biFn.u hrlocnlu.'ür el nl.:omi.noe. .¡l ,eci¡a.tjr,e at ,on-juntr¡ cte uncs rasgos o cáracteres, snro lo que a éstos les fatra

for'"mación -lañ¡rse nunca- nos co¡sta que el hombre siempre exp¡esa v que

toclo en él es exp¡esivo. Si repetiños ahora la pregunta ¿qué tipo

.1. ser es el que dpresa? podemos presumir justilicadamente qüe

li erorc'iór.. .n rJnro que e'to' car.,. cr. Je ,' ¡lr-.,d ; r"...,." i,,,equic:c u1 pe,uliar'.(orno¡;c"e.qi," ,"r, cómo ha de estar constituido, o€anizado, estruc'

rurarlo; có¡¡o ha de luncionar uD ente .lue primariamente se

presenta como expresivo: que sic'¡Pe expresa v en el cual torlo

Lna v"- .n\.rrdo. lo. rérn.n". d. 1., preg, n ¡, rient que 'u-ceder algo so¡prendente er la culminación de esta experiencia

.u. e.¡aoos rrnae nrrdo En e'erro, f,r8ur'_' con-

,, ." ." .¡,ruelmente a rc puc'r¡ P l¿ ''e'rr^n 'l' c hab-i¡ oci' do

".",licnte el anilisis cle la existencia: la cuestión de ese algo ruis,

rcoueri-tu uara .,mpr"ns.ón. L '¡ conrpren''or' no

'"o,ooo.-on, o. .r'odo or'g:r,¡no el .ifrpe h(cho dc rdnir r

. ',, el h.dhre e' ei ,er Jc ,a exfre'rÁn (a"rr err"rc' en la

,odo. l" c¿ra rc¡e rercl¡d¡' ¡n¡'iri ¡men'e pru'

..c'¡n .1" c-tc d¡,¡r v alemc', o¡c pro.'den d" el f'rrorñcr' lo¡;c¡mente porque están conectados con é1 orgánica v estructural'

Á"",", ,ja" L que es el hombre, constitutivamente, sc e'(p¿ic¿

o.r la exore.ión. O se¡ que ra c\pr':.1 e' clr" mi m¿ la'11n"

.","-.*1. " o"- l¡ co-pren'ión de un'cr cr cl qu" de'cubrimotademái tales o cuales caracteres, pero a1 que siempre aprehen'

demos en su presencia fenom¿nica como expresivo. No es necesa-

rio entonces desentrairar ningún carácte¡ ¡ecóndito pám captar

su sentido: el sentido está ya patente en el carácte¡ que se olrece

como acto primario. Aún suponiendo que ignorásemos todos los

der¡ás caracteres constitutivos de este set (sabiendo como sabemos

por 1a ñtllición inmediata-confirmada

por 1a into¡ñaclón cien-

iili."- o"" e1 hombre es un ser que expresa), los itíamosdescu-

brienrlo uno a uno, podriamos recuperarlos todos, dispüestos cohe'

renterrentei y podtiamos reconst¡u¡r esa estrüctum ontológica a

F¡rtir cle ln exp¡esión, y mediante una rigutosa hermenéütica delicr rr« ,.nd.d., pr:mara ) ¡^"d,''./menre como erpre''vr'

Y ahora. finalmente, pe¡cibinos que 1¡ situación que hemos

flngido no es renlmenie imaginari¡. De hecho, todos los a¡áiisis

.le la existencia. scxn cuales sean su fundamentación v "<u direc-

ciór "d.rctri¡el". han procedido efecrivamente de est¡ manera,

auique irayan omltido relatar v dar valor a su punñ de parrida

230EL FALSO ?RO¡LEIúA DE LA INTERCOMUNIC^CIóN 23I

opiniones. Pero las experiencias son hechos, y los hechos no se

una {uerza tal de imperio §obre

electivo. Iero el haberlo omjticlo no es uua pura clrestión de de_0,"" Je (r:p.^o,.,no cle rund¡men.o: porque e. impo.

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discuten; hemos de concederlesnuestro pensamiento, que éste no pucda desconectarse de ellos

en ninguna forma de aleütura teo¡ética.Tres puntos debemos considerar cuidadosamente. Primeror

aurq,rc l¡ in ui,i:r sen ole |o:,¡ (,,rñenr. p¡ra proporc:Jn..r

una evidencia apodictica del ser, sin emba¡so con¿¡ibtle prima-riamenre a tal evidencja, y no es necesario buscarla po¡ medio de

una facultad que nada tensa que ver con la percepción. Losdatos de Ia experiencia sensible no son todos inseguros v fal¡ces.

l¡s sentidos, a veces, induce¡r a errores y confusiones; pcro tam'bién podemos errar con e1 entendimiento. Y por 1o que se rclierea ]a mera aprehensión .Iel ser, a la primaria seguridad de tener

ahi delante algo real, la percepción sensiblc es bastante fidedigna,y más apropiada para darnos en general esa segu¡idad que 1a pura

razón. Pero es que, de hecho, la idea misma de una pura percep-

cióD s¿ruú¿e es una idea atstracta, porque el ente¡dimiento está

presente y activo ya en la e,(periencia perceptiva. La síoüolElmDlicx el vo¡c, v no con.irc en Ia mcra lunc'ón dc uncc órscnos

=en,*;ale'..q-', re:' h ¡unc'ón r'-opia del loiE e' unc brrivoro' v

ésta requiere e] concurso del ,¡iYo!: toda actividad dianoética es, la vez dial¿elca. De suene que la llamada percepción sensible

de un objeto es en ¡ealidad una ope¡acjón comPlejá, para la cualse requiere el concurso intesrado de facultades que la ciencia

considera como disiintas y separadas. La percepción sensible no

poclria proporcionar una evidencia del ser invulner¡ble a toda

crítica; pero la percepción sensible no se produce de hecho como

la describe Ia filosdÍa que a la vez hace ta cítica de su§ alcances'

En Ia evidencia primaria concurren la pura oioüotE v e1 lotE vel ).órog, coordinadamentc. La necesidad ülterior de depúr¿r las

funciones nocticas y lógicas, para lograr un conocimiento también

rnás depu¡ado y adecuado, ¡o significa que dlchas f¡rnciones no

estuviemn ya en ejercicio en Ia simple identificación del objetorcal, en tanto que real.

En segundo luear, la filosofia crítica, en cualquier escuela,

cuando ptantea la cuestión de la validez apodictica de un conoci'

miento, 1a presenta en términos neutrales v universales, conlo

una cuestión previa a toda distinción rclativa a la forma de

ser de 1o conocido. Bta distinción ma¿erial u ontológica, o sea

relerente a1 ser de 1o conocido, tendria que proponerse v que

aslardar, po¡ pincipio, a la primaria investisación sobre la lonna

l{l::l ", cn et (á,j(rer oripinJrio dc Ia erores:ón,.in que elloi"""..,,,.,.-:,. -,di(almeme rodos tos ptrne" merodotosjcG yIu. e.qlren,r. teórico.. EI orden prop:o dc un merodo ¡süro.c-mente conducido nos obliga a proceder de ta {ünción e;p;i;;,lu: e.r4 pá,enre. e la e.,ruc,u% onroroei.a ,mpt,c,da por eIa.AdmrrenJo entonccs qu. fue,¡n Jutónljco. toq ia.ccrere" con,ti-

tutiv¡s revelados po¡ et anáiisis de la existencia, h,¡.t, qr" a"iir"lde ellos esta conclusión, para darles unidad d; s"ntid" ; mh"".;_ron.i,,idu de e*¿ mare,a riene a,",., "ip..,uo, y

,:ro ru"de,e\ple.p. rñrma de rr e.rá o.s"ni,¡;;l::":.9d" rbr con.isurenre. es ncce.ann atrerar et ptan ctc rarnve.hsac,o,,, \.evii¡r et conrru.en.ido que re.ut,aria Je obrner

lin.t to \ue e¡, ninsxn m.menro dejó deser precrsamente et dato prjmario.

, i,,,!,,,,9. ra expre.ión e. el carácter prrma_flo det homb,c. onrolóscá v ,enomenológiccmenrc. de,áp;rec"n.re.nmed-ro t¿. di':, u,rádes jnherenrec de tat.o prcblcm; de ü

::T:ll*.,*, l" :,,&^,,d"r f ,i e. iñmediárr ', ,ñ;.,;;;

;e- he, /,o nue.rr¡ exi.,enriá eñ urr aprchen,ión densrL,ilca ,rn tirme v segura. no oarece que puclera haber razó;iil9y* p"1,.'. rundar en etl¡ igurlmen,e nuewra inve",isación

¡r .er de e.¡¿ criqenc:á. Sin emba so, la fiJo.otiáha fogrado conrerrir en problema t, que en reaiided"on hechos

v evrdencÉ.. Lo cual .e erplca. porque et cono. im:cI,o nunca..ederene en Ip apfehen.ión dé t". hect,o.: no te ba.ra ,om¡rto. ,im-Dlemente en .uen-p. .:no ouc .e proDone drr razon de e o.. er"ti-car cómo se producen ete.r:vamenre. pe,¡ ra t:r-eza de rlnacy/,er;cn.k.^mrn no g:rcnrh de"de tuego tas cp;n,oner que Ár-me er "en¡ii/o coain ¡nta er¡ticcrtn. La. raz"ne. que el .en,,docomún presenta¡ia para fundar ta evidencia ¿"t i.t ,..L" l",mismas.en que se habria de

fundar la evidencia d"l ... *;.;;-r¡1. ¿Cómo podemo. dudir de to .luc e-raroc \iendo y ,oca;dor/Por qué f,abri"mr dc duJar d.t .;r de ,,n .pmei¡n,e, cL.ndo nodudamos del ser de la sitta o de ra mesal

. S:n er¡brreo, tr.frlo o/ía_ h¡ compromerido desde cnrguo Ia'lTli.i" i., cerrigumbte der .er r¡a.¡da en rá inrur.,ón .;ibre;con er rdFct¡,mo. e,. quebranro \á .ido m.)or roJavj¿, y Iá renoencr:r cqrr.a ¡c pudo,.enruar har¡ ereyrFmo de que, rl nesrrvalide, a lás opiniones det senrido comirn, q¡"¿",i ;í.i"*'""entredicho las experiencias mismas en que ." iu"a"f." oq""tt".

232!L F^LSO PROBIEMA DE LA iNTERCOMUNICACIóN ?33

Planteado asi el plan de opeiaciones, resulta manifieslo quecl método fenomen¡lógico ilrÉlica una supención de 1a [llosolia

crr.rrr oljqrcr.,lero e. un hecho que. rrFci..m-n.e! J¡ c.r,u.ruri

: :'l? "':.,"' co,,oci-,en o se ¡lrera ..eerln ra indote det eni;

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.rÍtica, en el sentido nás general, qlre abarca todas las dneccioneiideaiistas, asi el empirismo, como la crítica carresiana de la dudametódica y la critica kantiana con sus derivaciones. Pues ahorala orsani:ación de1 método no !e efcctúa con el ptopósito rte brs-car el ser, con su{icientes gar¡ntias epistemológicas, sino .lue pa¡-te ya de la posesióD ori8inaria del ser, la cual es un hecho; y

las garantias l¡s obtiene y presenta mediante una pura desff,pciónlcromenolósic¡1 (y no mediante nr'a lúnd.dmeñtdciór. teot¿tica.).De acuerdo, pues, con este plan, resulta de una evidencia ele-mental comprobar que al ser humano 1o reconocemos y distin,guimos meta{isicamente de inmediato por el hecho simple dc quenos hablá: de que se D¡esenta a si mismo como cl ser de la ex-' p¡esión. La efectividad indudable de esta forma de presenta-ción, reveladora de una disrintiva forma de ser, determina nues-tra .i,spos¡c¡ón f¡ente a un ser que conesponde ontológicamenteal nuestrc. Esta correspondenci¡ ontolósica es 1a comunicación, lacual se produce sieñpre sesún la forma dialógica lundamental.Ei reconocimie¡to de cualquier otra forma de ser se eteüúa igual-mente de manera inmediara, como una identificación distintiva deiente que precisamente ho se presenta como expresivo. La ausen.cia de esta propiedad onrológica producc cn €ste caso la evide»ciap¡imaria, como su ñera prcsencia Ia produce cuando se rrata deun comunica¡te; y la evidencia del ser que no es el r¿ se afirmao confirma luego en la lntercomunicación, o sea mediante la refe-rencia común al ente que no ofrece la forma de ser del interlocu-tor. La comunicación no es problema, sino dato primarjo.

lCómo 1leeó a ser p¡oblema, y cómo puede mantenerse todaviahoy como tal? Ya hemos visto, en el capitulo qu;nto, que erofuó sobre todo un resultado de la operác;ón cartesiana. Y esto noscondüce a Ia conside¡ación del tercer punto anunciado, que es elpLoblema del cuerpo. Cuando el yo se determina ontológica-

mente, como en Dcscartes, por unos caracteres que lo distinguenesencialmenre del cuerpo, el yo queda incomunicado. Resultauu imposibilidad literalmelte metafisica 1o relación intersubjetivairmedlata, porque se han ceftado todas Ias sias posibles de acceso' directo al otto yo. No cabe ex¡1icar de qué manera el eso cosit¿mrpuede trrnsmiiii:'lá exprcrión de sus .osii¡r¡ioncs, y tograr que1es Lcciba c1 cgo ajcno, a través de 1a dol.ie barera ontolósicaco¡stitld.le por los tespectivos cuerpos. Y si la expresión sc cca-cibiera, no como propiedad o facultad del nismo Lso cosi¡¿ni,.i¡o con,o .l c ecr ' Ce 1"....¿¡¡ iones Ln.rpr.l .!Le¡roj.n-

::l-1,1," :.1": ,e,emo. pn cr c:pjrr,io décrrn. er hombr noi nin!,Lnir rorma dc expe,,Ln, ra de Já rea-,il,-l_,ili er !er. rJma .r-mpre ¡o..ción, ¿dop.a .iempre urac p(,c qe orpñ.rrrr'o a.en, ionat, quL.cn ri(ulp ur, m, do de exi -cad: .a.o ¡n .,.,en,a .,nbó..,o ¡¡" J:*..*ili..o.r pr

.uat . crp,c.¡ o rep-eren ¿ "t .". "" ";,;;;; ::;.:;ji'¡, v á 11 ver e crprc.a el cnre m.\n,o que ra"p,r.,. ,J.^"1.1-.*l*o, At ¿duo,arta. cJ hoñbre et,ee ,;¡*"...,.

"* ¿i...-t,ero, ura \e7 cJec,uada I¡.t.c.o, I ¡do;.;;ala_¿c.ruJ iund-mtr rt ,orre.poDJjpnre. ta re,r,rJrd rnpone una

li,llili o. i," ,:,,,,d. r eviden.e q ," ","..,, d,.p..i,;"; a,;i;^^]:,..|::], m,.rt ,UJndo á un en.e que lie-n(. x rormá onlolo8,cá dc t^ huriñ,. que (u.rndo n ^ enfr.nrcmo,

?-,1:"... 1."h,T":". . uctqurera oue .e" ti acri¡ud ru¡J¿m,nral.ra ro,m¡ .re- cr de to .onoc,d . arec¡¡ c t¡ jorn¡ det **-i-;;,;,o cua' ipnrr,,¿, en.L¡mr, qJ.erri ú,.;ma t^r.lla n. fu"de.o;,;jnar.e /a'd.c neu,,at. An., to hu--rJn^ nue,,r¡

"p.i¡"n.:¿n a.l.€r zdopr. de.de t,,eso un¡ forma

" modal,dad d*tó*;;,".,;;,Tpu..,1 ¡ ñ, 1.. i,rd"te Je ,o apr.t.end.cl", v noe. en,ningún .a.J ,e.LILrd" d" ta Lbe,,ad ,*r..."1. L, i.ir-:-":":,,1:::" :* er .* qrre e: .re v .e pre\n.¡ , ,mñ er próirmo

e.c.¿riámen,e. to mnmo.i i¿ á.r:,;d l,n-.e el,eró ljbrFmenre ¡ue l¿ m*r:.¡, qrr" .i lué Iiji_:"-" l1 1¡1.,1*.eñ e c Eno c,ri\r. y

". q; ;.,; ;;; ;"

l:,:.j:. "" ,r,u11¡,,.* pJ..r.n erár rre.enrec. pcrñ no cx.!eDde ..r d,.¡;r.,i\a de la prc.enracrón: et.o. .on "t .er

:j.l'll'""','::c¡. 'r que n. ppre, ec. a ,,ueqrr,ofl,njJad:ll" "s,,l".",

.er.rLc ,.u neno.e, rido y q.,e no e. e\pr"-,\o. Aurc

: l": "-p'-T''1 á. i,Ld

"\,.,e.lc:.lde r¡ ,

\¡,a-n.ra. porq¡,c lo\'..onoc(n.- Je :nm(.t,.ru.o,"o ",,Lot.s cr,"eñ;"extraños. Lá distinción memf¡ica enrre .,,,, f..." .1. ;". ;;,;;" l¡n inn,(Jára. .t'rec.1 y .csr.... qup en .u n\r a ceridu.'rbre'*"".. ."" b¡..,,n. p.,r ai.ng r1- .u.le( .on l" runcionF. deccnocimiento que etla requiere efectivamente. N" h^;; q*ü,ñ-lp-.me_'d¡ .J3d en.t s-r, cr. e.pem de q,.p di.-" ¡.m . J¡ 'Jr.-.j. ,r.lrr.,áda. det co,,ocor: 5,.,o .lue, inverá.-1, r. .:. |'o un r,-ct,o c á .es,noad nue.,r. "n.J .er, 1u. (otre-i"-d ' ''¡-.','- de.r-.o:r dü qu. n.ner¿ r, ñbr..en,os

?

234 EL QUE E\IRESA F¡- ¡'AL§O PROBLEMA DE LA INTERCOMTJN'CACION zi5Ila coordnración o comuni.tad de las ñentes, no hay conocimientoapodi.tico, no es posible una aprehensión cierta y definitiva de1

ronce. lú ,mro.ib.e .eria e\pti(a. de qué m¡ne,¡ J¡ .ub,rancia(trpórei..amcrerizd. oñroloJi.a ) dr{i.rrvancnre como eqen(io,

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se¡. En efecro: al tomar la filosofia idealista una dirección seña.ladamenre cririca, y al invalidarse por ello ese recurso de Ia ape-láción a Dios, como garantia única de la correlación de cono-cimientos, aparece de inmediato colr carácteres apremianies elproblema de 1a comunicación intersubjetiva. Eliminada la inte¡-mediación divina, el yo y el tú no pueden ponerse en relación

el uno con el otro: los me¿ios o11to1ósicos de que ambos disponeD,o sean sus propios cuerpos, constituyen precisamente la barrerainf¡anqueable que les impide loerarlo.

Lo cual es absudo, porque de hecho nos comunicámos todos,unos con otros, y lo hacemos efectivamente a traves de nuest.oscuerpos. Pero es necesa¡io apurar una tesis, hasta revelar sin¡ecato sus conclusiones absurdas, para que el pensamlento no siga

emb¡ol]ándose, forzado por 1as condiciones mismas que ella esta'bleció. El falso problena de la intercomunicación puede teneractualidad tan sólo porque no se han delatado con sevelidad su-ficiente las nociones que arrastran del dualislno cartesiano, aun'que la tesis misma de su dualismo haya sido superada. La másambigua y pe¡turbado¡a de esas nociones es la del cuerpo. No

tuviera senticlo negar ahora 1a existencia de1 cuerpo <fectuaruna especie de espiritualización de la materia, contrapuesta a Iamaterialización total del hombre- basándonos en 1a evidenci¡ dela comunicaciónt como no 1o tuvo po¡er en tela de ju;cio esta

evidencia, basándose en que la natural*a del cuerpo es metafísi-c¡menie aislaDte, y no comunicante. Hay, en Ia realidad, algoque correspo:rde en c1 ser humano a 1<l que mienta o representael concepto de cuerpo. Lo que tiene sentido, entonces, en elquehacer científico, es enfrentarse de nucvo con una mirada máscárdida. y prescindiendo de la ganga de teorias pasadas, a esta

¡ealidad, y arbitra¡ ün nuevo repertorio de conceptos más ade.cuados y ctya articulación teolética no entrañe compromisos tan

oneroso9.La trama de la existencia humana hubimos de caracterizárlaen la Psicología de las Sítuaciones Vitdles con los conceptos deaza¡, destino y carácter, apropiados para el modo psicológico delanálisis en esa ol¡ra. A estos conceptos, de los cuales volveremosa ocupamos más aclelante (y otra vez aún en e1 capitulo octavo),corresponden, como categorias ontolóeicaE como "existenci¡rios",Ios de continsencia, necesidad y libertad. Étas tres categorias

i están conectadas sistemáticañe¡te con la de exp¡esión, y proce-

den {enonenoloeicanente de ésta. Pero sena conveniente que

pue,li ..r.u.ccorible de e a p«:l.ar 3r imr.iórj expr(.,r'a: pu-daser lrr.r .onJu.¡o, de un.l c. -"run c¿. ón Llue L! enler-menrea-enc . .u c,n.L ruc¡ón e.en.,át. La reo,., fi.rolósicá mec¡ni(iraque Descartes p¡opone para expticar la expresión no ¡esuelvenaturalmente la dificultad, como tampoco Ia resuelve hoy en dianingun.r rmria .ienritica ,tue rcng¿ td rli-mr Iitiacion. La -me-ran,co cle

la. erpr"ronn- no da cr"nr¡ det renó¡"no r¡dial delsentido, pues el sentido es justamente un {enómeno cie interco-

Ya hemos aludido a1 arrificio teorético con e1 cual Descarresintenta salvar Ia dificultad, y que se reproduce, con términos má§o menos variados, en otras filosofias ideatistas, notoriamente tásde

I-e 6n - v \¡aleb .n. he. LI .u¡ero r, n. a,e eñrra er rel¿. ónm..r¡.¡rd,o.r el orr^.ujeror pero el ,onducro no pl¡ede.er cl cuer-po, sino que ha de ser una substancia cle naturateza análoga a ladel yo y el rú. De hecho, es más bie11 el co¡ocimiento ie esaotra subsrancia e1 que condiciona la posibilidad de que yo puedaconocer algo esencialmente heterogéneo a rní mismo. como es elcuerpo. t a orrá.Lbr-n.j¡ e. D,o.i v Dc.ale., cn Ia.el¡ de

su. MJd a.ronc., no llesr a r¡ rm.r tá e\i.ren, a dc la ,ub.{ánd,co-p:Fa - ¿r p6ind¡ rr. cñ+orcdp e\;,uñr - s:no rcmo .on-ciu.ion de un elabor¡do ¿,sume, -o, culá ¿nica ba.e e. ta im.posibilrdrd de que D:o. "e1

(npaño.o: dm Dc,6 non sit tattL<.Siendo asi, la actividad de mi conocnniento estará ciertamenrecoordiñ¡dá a fr ¡ü,rdad del ren.á,nipro ¡je,,o -en un, armo-nia divinamente preestablecida-j y aunque yo sea una .'mónada

:,n \enErlcr'. p^dré conocer cfgo qu" no.pa mi proDio yo. conla ncre-aoa $ranua qrre me hp de p.c.ra- el .onocimien-o álenoconcordanre. Resulta claro, pues, que sjn esta conco¡dancia lagarantia no existq y 1o prueba el hecho de que ha sido meneste¡.para e.rrb'eLerlc, nada mrnu que una cpetcción a D,o.. (Ade-má.. lo ronfirma

"l l-echo d" que ta v:a de tal aptlac,ón hrlatomado ia di¡ección de un ar.gumento d ¡rio,¡: enceüado en símismo, el eg¿, cogir.rn-s no dispone cte ninguna ofta evidencia sobreel se¡, en la cual fundar la existencia de bios por vi.ts t1 Fosteriorio a simulúneo. El aryomento ontologico es un puro recurso parála necesaria recuperación del ser y la fundamentación del cono-cimienro en la concordancia de los cosnoscentes).

. E.te recuao ño -e"uelve. r'a-o ená, et probtcma cle tá erpre-s'onl pero.r eq un rerimon;o poderoso _y ran.o rna. lehrcrenrecuanto que es involuntaril}-, en fa\.'or de la resis de que, sin aque-

2lb1,, ..,,,rin.¡crón l,n, iondi de Lcte- coI.ep-o. Io indule.e ¿ J,r.ta¡.i" .,."', *1,.".."-""r vr,.olus co., r¿ eri.rencja hurñrna e,h" .er

DE LA INTERCOMUNICAOóN 2i7que ellas derivan a su ve: de ideás viejas, acuñadas antaño porla filosolia. Esta no comienza en Grecia con una coD:ideración

que

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)1,,,,,-,,^ " .re co r,1cnd,d, de d,mm..mo.r!rrere a tJ crpre.¡on, re.utrari.! po¡ el,o penu-b¿dor

::,-ll'u¡i5u $,od J den,r. d-r -¿r o de

rom^ pr con.(pro cJ".Lrero". I . cueJe. ranrienen ro.to,ía uxa.rgnil.rción mfl-,rqcJ .ub.r¡.,cil .,., r¿unque et .uerpr .e con.! o¡rc )¡ t or o unrúd r,, renrc, derrro del qrera de ,r,L ehci-.

:liI':"'' ' ara

má1era propr:. .le ta. cien-c,c. .^,co--n.,pm:r,cc.). L' . to empteu,rc".,; . ,nc"p,",:.;r,:;un rDc n.c¡ri.e pre.u,,o dur,r.,r, ,", ,".,,, di.,.".ió; ;.;,r;.,.;

:,i'1...1"-ol. :. .Jerpñ. .,n.et hombrc. y ro que n,." cr¡pfpo; di.-.r ac¡.o, háb,in de.er reoréri... pe,o no ec lenome-p,ima,€ u unqin¿n0. Ma. bie; co^,endriá .o;;r¿r norbre rum. rp _utre.c de d" tueco, , "no una un datl onrica\ ' nt.rog¡.á: ta dual,d¿d que d-be rnan,cne¡.e e. t, q,,".,,br;-cemor,e.ponrpnerrenrc cn,,e ta. rorm¡. d" ... d. t"'h.i;;;;'y

, A r,odo. noq prrcce evidcntc que cuatq,,rer cxpres,ón ta ¡ro-v .e per(ihe "n el c rerro. P- ctj¿ p-pe,,dc;;,a oe.rr que e\prp.¡mo. r^, mp¡l¡, dpt ,,,-.p".. r,rr¿, d;l cu*p;,e rmDl'c.,mo",¿ i. ,nadve.rid.me.rc, que et cuerro e. eJ _<di¡dorde tr¡,F\pr ion, r que h .ede ori$ra,:á de é. ;.. ".*:^,;";;- !s uer..uefDo:

.!uc et .er de lá expr.rón c+j \pt¡do por rup::l.l"'€1":. Hav. pue.. una \áea re,árí.rca .",,.t." ;;.;,p:,,.'n+ oer scnrrdo comun: o.i .e ouierp, hay Lrr ar-rs-e de

:f,,1*". :.-,^" en ra merarrjca du¡tr+a. con 13,.u"te. .o.;na oe cantorrn.r una ur-ologir au énricamenre cien,íJna., rara <tudrr rcxiá. e.rp. ,.curidide( e. oporuno re.oid¡r que1... prourc, op:nions det .en.Jo corúñ *.p".r" d"l .r..;", y",;:n¡rcra. de habra¡ de ét, no.or, rngenua. ron.nrera pu.e-^, .,,jñ

.) (,.

.oo,6¡....on.,a",," eJ - 1.. "t ,,Jr . .J ,,¡1,.1 ^,n,.01 .F ,.ñ .§ Lú!tc! p,'eJc en., admrse el .on unb ¡. r".

.s !\ep-q-r r.D.,ád r¿n:-...d,:';;lll ,. 1.".;.;;,i'.{., n..J-t h,nt,.. \o o or ... ^?....""".,t.;.tl_..,,r r n". d.t c I ,r.Jno - -To. E. L mtle e.r"1: e .+ d: rJ 01 n!c1 ". \ ,I ... .; ,";-".,.'31..

Frtu ,. ,r.1ore,s. ón der b-1 Jo -^ ,r "{. e , c.,. .tqu,-:-r;..rrd d I ór, o nd \:du,t. t- o ,,. ,,o, .rc" . I, r, h .t-..,,o, _

en el hombre .oñ. J-". ;, + n".a.._.,,, o " ", . " ;,;",jr].,,."". ":l;ll::;- .,",. .,, 1e.". ," d.:,r ¡^dm.rndo erpo c . e h. e D"ki.

':":; ':':'1":§';i'd:e''c "-'-r ¡"r '--^;;:'"'i "

cle l¿s cos¿s las defina desde luego cono materiales r.c.¡rporeas. Parie ñás bien del conoclniento común de eso que no:rotrosllamamos l¿s cos¡ls, y que 1os eriegos Ilamab¡n rd iírto, y con elproposito de encont¡ar el ¡rincipio de unidad de sü protia diver-sidad óntica. Pero no es cierto que 1os pdmercs filósofos hubjesen¿fnmado nunca que el principio de ¡od¿s las cosas fuese un prln'cipio material; y es por tanto un er¡or de anacronismo curlificarde materialistns a 1as filosoiias de 1os presocrático. El materialis-m..p'e¡ump cl Ju¡li m,: 1,¡ e. uad r.,.'on pri¡i'i!4. sinu u1^réplica en 1a cual se niesa Ia existencia d. ur p¡iDcipio metafisicodistinto del materlal, y se intcnta reFresentar adccuadamente 1a

totalidad de 1o real con un esquema teórico cuya catego¡ia ceo-tral es la de materia. Pero 1os primeros filóso{os griesos ni siquie¡apiensan siempre lo material en téminos de corporeidad. Sus filGsofias son esEcial;adas, y en rodas ellas está presente, de maneraimp)icita y a veces explicita, 1a distinción común entre el ordenespecificamenté humano y el orden natural que ellas acotan comoobjeto de sus ¡eflexioDes. Ni siquiera los fisicos conceptúañ a laco5d como cuerpoJ sino como ente; y la tpúoq no es concebida

tampóco como cuerpo, sino como principio. La idea de que esteprincipio -los elementos naturales- sea material y corpóreo es

una idea derivada, Ia cual se proyecta sobre el pensamiento de 1os

?isicos presocráticos só]o después dc haber tomado actualidad enIa consideración filosófica ta realidad de algo no definible comocorpóre,r; pero la idea de cuerpo no es p¡omotora de ese pensa-mie¡to primitivo. De hecho, la concepción de lo natural comocorpóreo, como al¡to definible ontologicamente por la e¡tensión,se produce en el pitagorismo, en cuyo pensamiento actúa precisa-mente Ia idea de una ¡ealidad no corpótea. El eriego no ue alhombre como un cuerpo, sino que 1o ve como humano; y a losentes corpóreo! no los conceptúa efectivamente como corpóreossino cuaDdc la lilosolia ha empezado a elaborar de nuevo, deacue¡do con su método más rieuroso. las nociones comunes sob¡ela forma .te ser especificamente humann- E*a elaboración es pos.terior, Fero su retraso no sisnifica que las teorias anteriores sobrcl¡ re¡lidad natu¡al pretendieran abarcar igualmeñte a 1o humano,

-v que nD ertuviera en ellas implicita la disthció¡ ontológica ele,Diental ent¡e lo que mós tarde se representa¡á teoréticame¡rte conel concepto de o6tra y lo que se representará, distiDtivamente,con el concepto de Uqrl.

Es evidenre que el griego, antes de estas

218 EL FALso PROBLEMA DE LA INTERCOMUNICACIóN 239lir,.¡., hc6í¡ áorendido ya r dr"Lingr-l enL¡e,.et homb¡e enrero.,y er puro Lue.po., [..a dij nción t¡

"usiere.por \ia re] sio.a, tapr-.encrá rnuda dct Luerpo muerro. t.

feno¡renológicamente primario y a la vez distintivo, y no del con-cepto de cuerpo, que es derivado, abst¡acio y no distintivo. La ex'presión ni biológlco, sino especilicamen.

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cue¡po q e enhe mi cuerpo y mi yo.- 1+ro. éstas son dificultades int¡iDcadas de la teoríar no sonmodos de exp€riencia prima¡ia, directa y esponran*. S.g,ia ar¡u,

cadarer n¡ -_,",., ,o, aun¡trJ je. r.n rc.r,gio humano. Dc ahique ro -ornuniran.c en cl hombre.e ru.enra de,ucu" p. co¡ la muene. ) no DUdo,denri.,crr.e e" ,icl" co. el .ue¡-p.. E-ra or.ocracron _!ue, ¡Lnque p.e.,o.o..c¿. e. mJ] cJáborrday naoá p m,rrlá-.e atirm" roda\ia ma, con el duali.mo ptrtó-

ñrco, de fili¿L:ón piragori.a. y aunque Arj ró¡ete,

,n,"*u .".,r-Dreccr rx unrctad. cor .u reoria Jct a,ma c,mo priñ.,p:o vrrát clele.rLdro_, o,orósco. contirma¡ lr po"ibitrd;;

oc un sruclio .eparado det cuerpo. como p.ro .u..i". O..a.i..illf .:.i"^",,,, en,ras menre.. hr..a cr punro d" ***. ;;;i.,:',,:.

.o. froJucida por elta( espolL,nea y no rcrJ;xjvrme;re,rá nocron -eeun ta rual ct ro ro.ota-cnre no.e rontuñde.on Fl(uerpo det cuJI dÉpone. sino que pdemjs no .e iñiesá .on é1. Elyo e-ta ,n¡do at cuerpo, oara bien o para mal. con una e.pec,e deun.urrc,on prc.ar:a que ramr. acaba de acl"rar"e onrotjgriamenre., Al pflncipio,.en llarón y en .o. pias,rico.. ", l" ,.S..,¿.oc nmuaitrdad to quc dercrm.na e.J e.cj.ión de la unid¡d ónricay.ontológica del homb¡e. Pero e1 tema de I" i"-..r.lid"J ;"¡;,;

cr alc¡nLe leUi,.rño de una:nve.rs¿ció1 hnrmeno ógicc, rienrras(1üe rá unrd.d rF.I det hombre e. inn-eablem"nte .enoménica.Lá l:Jo.oJ¡a no ha do cegc- "t c"-,n" ctc-.r,-. po.jbte, jnren.io-re. d" pen.rmienro; perJ. a su vÉ2. lo que .e to$e con e.ras

debe comp-.merpr et ripor Dropio de ur 1 f¡o.ofiarienrific¿- EJ h¿rta-go de ateo q,...,á ..: "il¡ ¿. l, .,..,,"lliJJ.rrrrc¿ '.r" tat o" d" un plc¡,-eamr"rro áuréIU(á1en,e ci.nLitr.o.Guiados por esre crirerio, hemos de examinaruq"af". r.".i,"re,"i,,.a- que t,a1 ju¿gádo .,ecc a,io empjear .r ;;.;;,";;;i-vuLU ue .uerpo nurnár^ | ruc.. r pe.or de orre .eri. hu_áno,este cucrpo perrenccería a una fon¡a de ser ajena a la nuestrápropia: nuest¡o ser estaria unido exiitencíatmcnte . .,;;.; q";Lore.poldcria on,ordricdm.¡,. a una corunidacl ,lj.,;".-;

h;-br,c por ránro nrayor proxrmidrd de .er enre et animal v mi

no es un fenómeno fisico,te hümáno. Por esto también, no ha de suge¡irse la convenienciade considerar a la expresión desde el punto de visla metafisico,como un simple complemento de la consideración cienti{ica, po¡-que la verdadera cieñcia de I¿ expresión es 1a metafisica: sóloella da cuenta del fenómcno adecuadamentc, y según sus térmi-Dos p¡opios. Lo escncial es advertir entonces que e1 concepto de

.uerpo, con referencia al humano, es un concepto abstracto: que¡o hay propiamente un c¿e,po hr¡l¿rño, sino un hor¡bre; y que al.oDsiderar en el homb¡e solamente su cuerpo, éste queda automá-.¡icamente deshumanizado por una abstracción qoe escinde 1¡ ¡a.dicat uniclad dei ser. Si d;cha abstracción es iesitima para lainvestigación de 1as ciencias natu.ales, es en cambio absoluta.¡¡ente nrvátida para una consideración unita a e integral comota de ser la filosófica.

Cuando un homb¡e está frente a nosotros no percibimos uncuerpo, sino u¡ hombre. Si asi no fuera, ante cada presenciacorporea deberiamos, muy precavidos, investigar primcro si hayo ¡o, detrás de esta presencia, una realidad ontológicamente dis-

tinta cle lo corñreo. La ;.teDtificación de su se¡ resritaria deri.vada, y cuando más podriamos guiarnos, paÉ ella, por el dato€xrerno de una mera analogia en 1a conformación somáiica, yáventurarnos a considerar que ¡lede haber un homb¡e detrás dee ¡ lisu.a cortorsa apár.nrc que "'-"." alq'rn¡ .cmei"nza conh nuc rr¡. lao/nu¡ ¡ efecrur¡-. d" ¿n¿iosia, oüna pesqüisa ontológica, como condición dc posibilidad de nueetro reconocimiento del prójimo: 1lr identificamos inmediatamentepor.r erpre.ión. v e.el p,óii-o preci.árnenrc oorquc erttrre.:r.\Tampoco el hombre se re,"ro." ¿ .:m:.ro por u cuerpo. rnlpor .u pe .rar'dad indiviElu.'1, clue e. la forn" ó,rtica ,l"rerai-n,d, Jc .r .e- húT¡,,o. f le conrormacrón.o c:rica del .er arenoqrc e. el p,ój,ro la api enocmo en rérm,nu. de expresón, y

no en términos de estatura, volumen, pesq etc. (que son concep,tos cuant;tativos abñractor, ni siquiera como 1a "unidad orga-nica" que estudian las ciencias biológicas. La misma correspon'dcncia entre los rasgos estructurales y funcionales somáticos y losca¡actercs psiquicos, establecida por Ia tipologia general y la bio"tipologia especialmente, no ha hecho sino confimat cn el nivel.ientifico la intuición primaria de 1os hombres quei cn el cuerpo,

le¡ciben el car¡ic¿e¡, o sea 1o que no es d¿¿rpo, sino expresión:senado, "Ge¡io v fisura, hasta la sepultura", ¡eza la sabidu¡ia

cl cucrpo e.,pcne inksrrnre dct *. p"-r",;"," r*-p:.ptJ"i(tue.no.e obraa ".l ningún orro.ue,pú, y que no r. dprermr--^be de acuerdo,on j,:nsuñj de t¿. c¡enc¿. que r-"ran de loscu«pos: la capacidad expresiva. por tanto, mitod"lógic"mente,hay que panir del concepto de exprestón, que e. un concepro

240 FL ou¡ lxPREsa

u,pul¡r cuando expresa la idea de una indisotubte coñetación de¡.n lr ¡1 .: modo üc.-r .rr¡crcrorog.o ) .t -.," d" .;; .,.-

. nrom.,.(o qJ! Ft ¡rorr.-o

241el cuai Iué definicio. Por esto, e] concepto de cuerpo es ¡rue1?ibleen una investisáción rigurüjamente {enomenologica' po¡que re.

EL FALSO ?ROBLEMA DE LA INTIRCOMUNICACION

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ño mer .ione cr cuLrpo,,r. . o Ia t¡r'.ra". sur, m dcl;da

'r,' ..¡.umr.lr¿ ,on cl sFnio.cc:,¡Fr. Lorr¡o-eocn. rorien..scn:icio, y por esto ha áe resultar frusr*a"

",á.i*."" rii.Jfi*

de encontrár el ser del sentido a través de to ,r"" p.".;.;,.;;;;tiene .iue definirse como carenre de sentido.

La cuestión está mal planteada.To.la consideración esrricta-rñen.e Jr.i.á deI .ue,o" hum"no t" J..po^ d-ctc ,ueso dc s.lc¡rrc er p-.pramp.ltc hu-arj., o .e., erp e.i\,., |Era ¡,i_rlarlo aorn . g.r ryo. de .,r .orTóreo.. or-.,nr,c, o inorp-nrco.. Eñ e.r,

ácep.ror.. ej tonc.p-o de _'t,,t.o 1,¿ñaro no e, rqurera , renr¡f,co,pue. ra c.en. d.dhoc.¡ T-éciarenrp r^ hum¡no de, ruerpo ratL¡-rar, raf, co,,.idtr¿.b rá¡, {t. cJmo cue?o.,0 ;(¡mñ fi,e.t".crhrin,¿no L¡n .uerpol Lo .u.J quiere dec,r .inpremenie: /.ómopue.re un ./e,¡..er erfrc.i\.? L5, d tirulrJJ- que pudie-a en-.:n,lir álsul hnmbre de (ienc,a. en.u ,necnu,¡¡¿ riro.¿rta. paraádmirir .,n ál¡rmr el conrepro J" ar6o.,ue no ra¿ ruerpo Fn et "p,umalc { quc .-¡ má. que puro LuerpG_.o habrian deser mayo.es que las inherentes a su eventual inrento de expticar

inr"gr"merr.- e.re scr p. et cuero. .ut¡me¡ e. ft corccpio acaInra, de r.qJe. de menre o concien.:a, de c.pirr,u o como..equre"J rr¿mxr. no c. na. áb!ñcro que et de crrerpo. Crdr con.cepú. risu¡u.arenrc derin¡do, ha dc,rrptir en ;:encjd ta lu¡-con Dara la .u.j' fu¿ ronceb:do. y c. un cr. r c1e mdrodo _yé,,o..on lo" úni.n. (rore. reorochable. á u,,fl,árp, c.(nrf,cá ^eorehcc- emptear et (on.-p,o de , uerpo fuera del c,:rnpo pa-a

.._i,,,;-1., p'.,. o,n",." "mo,e . .-*.c". *,. _, e,.o je c,!.!,

:l'"-l:-:1,, , d"r .ui.,o ..r.r, .. .r",,quro.l-.:i . . r r -d" o :r::, oñ. ?¡rm-n,e h.m r" ,i ,u-,ro ,r.,

:-11,":. ,- -,f ib- -1 r¡ro .o "f:.e.e e, .,1s¿n.,.". ".c.9 "d r.,.\pe..ón. T.d: po..te..1(t".ij p..o..TJ .J. de,ás

nuir .r,1..i1.'a d-. b,- o.,-e t.". i,r..e 1,r;á.1 .s|'Nhyá.,n d ...ri:, f",,n.,á -. hórt-.c,o.o.... t,,,p_..,.,! i. ,,d.,..'" t, -,ea..--t"ndt.ro ( ia^!o? e".,.¿1eoc " rrt....- , o l, .on . - Fo b,t, '..d a- t. t. L ron Ler.. 11ú. .o.,1,.. .,rr.' 1-. o.o,,,.o. d ....o,..¡..

^1e. q - ejr.en L 'r',ñ ! i. q - r d-. u. ", .e,. -n ".,. rt"n d"

.-b: ... . - dP ! .,¡r I r1"1,e,p"h-.t,ó5, yun emDe¡o ,n.ecesário en rcco¡ritunta .o¡ ta co,relacióñ de to" ds .;h_D -'-.o,1,

."1" l:, lo,. D",-\o,.",rj,..dc.,r,,n"de;,,,t,' .or. 1"'d ,.. p....,,".y no hl de ser nn F!.to de tlesada teorétjco.

sulta imposible dar cuenta con é1 del fenómeno de la comunica,ción. el cual ha de ser tomado como dato, por princiPio metodo'lógico. Esto no invalida, naturalmente, la legitimidad de unainvestisación cientifica del cue¡po humano; 1o que invalida es lapretensión de reputar hefl¿nísticd -o sea ontológicamente inte.gral y auténtica- una investlgación que empieza por abstmer la

humanidad de ese mismo cuerpo al que considera como otjcto na'rural. En ran o que lr rmcn.. el cuerpo \umano e. expre.iónr ¡ roel concepto de expresión ya cnvuelve la integridad del ser; elpuro cuerpo no es expresivo: es expresivo el hombre.

El causante de muchas fo¡mas, más o menos vagas, de mate.rialismo cienti{icista. ha sido pues ln metalísica dualista Ellaempezó por deshumanlzar el cuerpo, reduciéndolo a pura exten-són, y asi Io dejó, librado a1 dominio exclusivo de la ciencianatu¡a1. Fué entonces cuando se prodüjo una inversjón de seD-

ti¿os sumamente interesantc, pero muy perturbadora. Como elalma quedaba situada det.ás de1 cue¡po, no p¡recia que fue¡aposible someterla a observación cientificai de donde las psicolo,gias "objetival', como el conductismo, en 1as cuales el corcepto

de expresión ¡barca solamente la mecá¡ica de las ¡eacciones antelos estinulos. Pero, como el alma era precisamente el distintivoon,olos'c" de' 'ro-l¡re, ,e.ulubc enton(p.. \omuno sienpre implicita, que 1o humano como tal no e¡a susceptiblede una considcración cientifica. EI cüerpo

-e1cuerpo humane,

que e¡a una pura abstracción, habia venido a ser lo concreto yobservable; mienftas que el alma, con cuyo concepto 1os fllósofoscomo Descartes p¡etendian representar 1o más concreto y direc.tamente intuible, 1o más ¡eal y patente, vlno a ser considerada porla ciencia como una pura abstracción teorética de los metafísicm,como una invención especulativa. Entre tanto, la ciencia no re.solvía el problema de la e¡presión, y ]a filosofia tenía que deba.

rirse con el falso problema de la comunicación intersubjetiva.Pero la expresión es jtlstamente 1o que resuelve el p¡esuntomisteno dcl dualismq porque ]a expresión no es sino ¿¿ ¡rcse¿ciddel alnta en el cuerbo: el "senio" está erl 1a "{isura", el alma estápresente y patente cñ el cuerpo. Cuando nos damos cuenta deeuo, advertnnos sin cmbargo que no podemos ya formular esta

evidencla con los co¡ceritos mismos que embrollaron el problema.El cue po hu-al nñ p. ¡ uerpo 'i.'co. ni .iqu:era c\ .u(rpo cnr-mado, como decia A¡istóte1es; pues no tiene distintivame¡te ánimdo vida biolócic¡, sino ánima expresivat la cual no puede compren-

.' .

2+1EL FAI.SO PROBLEIVIA D! LA INTTRCO\ÍU^'ICAC]óN* 2{J

crtcsoría de pensamientot t'Lne substdte ¿oú I'essmce n'est qu.e

i).ns¿.".l, Pues la metafisica, para ser ciencia legitima, ha de

,lcr.c.c, ré mi¡.. dc biotos;. Tejor que en rtrm;no. de smme-,rir. L me,¡li..rc¡ JLdL.r¡ d-cn,b..c¡bá en ur m^ erro: et de la

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ocuparse de 1o que está delante, y no de Io que se suprya quecsté cletrás: cle 1o real y patente y concreto. Y por concretoctLrc pueda parecernos el cuerpo, he¡ros de ¡econocer que 1¡ ex-Drcsión, patente en é1 primarianente, ha de conceptuarse concaregorias espe.ificas: es una propiedad onrológicr que no puederelrrescntarse mediante conceptos geométricos, ni siquiera fisicos o

bjológicos.Chbria obieta¡, sin embargo, que no iesultaria ahoLa nenos

n,rer.-a l¡ ¡nd.,J ololor.c- d,l t-¡ b¡, romo "c- "rlrc.ivo,qüe la relación .lcl ¿lma con el cuerpo en la filosofia dualista.l"ro l¡ und¡J ". u,,a erid"rca de l¡ erpe"enc¡ común, m.en.tr¿s qüe las aporias del dualjsmo, y e1 solipsismo que procedc deé1, no son sino dificultades teo¡éticas- No cabe duda de que hayun misterio en e1 ser, en el que 1a filosofia debc hacernos rep:r¡ar,porque Ja luz del dia nos prese¡ta los entes cot una claridad muydefinida. Es mistcriosa la presencia en el universo de un se¡ comoel hombre, capaz de comunicarse con sus semejantes, capaz d€¡eflexión y de valoración y de atribuirse a si mismo un destino

inmortal. Es misterioso el hecho simple de la axistencia, no sola-mente del hombre, sino de cu.lquier otro cnte, natural o pro,ducido por Ia mano humana. Es misreriosa la fecundación delóvulo, la belleza de un Tiziano, o el fenómcno de la radioactivi-dad, aunque se trate de hechos cognoscibles y desüipiibles. Mis-terio deviene pam nosotros todo aquello ante 1o cual formulamosla pregnnta del por4"¿. Nuestra capacidad de conocim;ento en.cuentra ahi sus limites infranqreables. Podemos descrü¡r cienti-ficamente -en el sentido más ampliq que incluye a la filoso{ialo mismo que a Ia ciencia natural- todas las cosas y los aconte.c;m;entos; pero no pclemos radicalmente e\plícárnosh:. L^ tilo-sofía en plan cientifico no tiene qoe aceptar el conpromiso deexpli.ar tor 4r¿ existc el hombre como una unidad, si ]a ciencia

natu¡al misma no cxplica por qu¿ cxiste la vida biolósica, ni si-qliem por qué el sermen fecunda el óvulo: le basra con describirlos hechos y proponer hipótesis sobre el orden inmanente a csros

Un re- r.. ,o¡idp ".r¡ l,m.r.ciin, debem.,. p,o.urar,.ii, e"n.baigo, quc no se ptoduzcan falsos eDigmas en el seno rnismo de1a ciencia, como el de las relaciones entre el alma y el cuerpo, lascuales sólo pueden resultar problemáticas si de á¡temano se djso-

1, D¿r.o,rs de lt ñ¿tnode, lY.

,":" q"l ,1,"" con et Luerpo, , ta .recfiv,J¡d dc.,. ru..i..ne,\, r,F. t-u-anr.. thr eqñ re uJri r r.Len¡..o r¡¡L,ién et hcrtroeh. v^ de 1, ¡omunt¿cón i, re,.Lb,e.i\¡. t.." "' rn..,"." ;",;d..r¡n.ce ¡nali-¡rd..et he.ho.ñ, to..rrc,:o. e in rrumm,o.de L rienci¡ nc ur"'. pLre. e.rlt r:p.)e cup.-p,,", et J"^. "r;;euerpo --rque es legitn¡o en ciencia e inadccua.to en tijosofía_

v no h"v cuerpo ¡tqrn. rue.c¡ expre \o,.*or¡l c,.c-rjo. V"n_¡eñcr e' c.n. ero d( (, re po oot,sa a m¡nr"ner . I , -,. , *, . ¡_ --.,oJcl , on,ep.^ con cl .:¡J in*r,emo. r. p-e.en .- tñ cl...ir,ri\. n,enrcIrLmino, ) .on .1r^ e ulr., jmpo,blc un., :ñvF..ie¡.ó1 tc,,om.-nñtosi, " d. t., trum¡no er, . ,r¡n o r¡t. ler^ to hIT¡ñJ ". fi no-néni.¡¡cr¡e ,"r. r.r. \ Jo nm,di: t¡menre .pre.l-¡rr.,hr Dé lo.u¡l \¡ J",1,.rirF qu,,."irj.u!,(. lein lo,u.o. dcl -érrin, .u,rpo rn er tensl"- común, pam t..,nc.,l"icoDocimientu ésta es una noción abstraúa, coyo empteo ha dequ-edar resenado de momento a tas cienctas Daturates. Ia filo-.ofín p dr. -e(urrr ¡ er,.i ¡cc.o. prm rn\e.ris¡cione. pxr.reñ-cr¡r", p^ro ro er, rJ dom,nio de l¡- rLñdamen.¡.iore" ul,ctós:.^,.

..M","i ¡,-.,'--

",cuer¡o tuma.r .c pLe.l

.¡rrc.¡ru¡r como"e"pac:rlidad , e dccir, cono ta lor eJ¡J quc r"ne et er,rr hr-m¡nn Jc e,¡r.iruaJo en un ¿qui que *". ir" l,s- --" "l

¿.lac o,r^. cú.á., dc,er¡,nnore .-n u.r ,ehren, iat d; .oor.lenddá.,ex¡tencialmente indjfcrente. El ilamado cuerpo s"¡ia p"es unápropiedad ontolóeic¿ disrintiva: la determinació¡ siluaiional dela prerencid.11 La {itosofia, para resotver el problema cte la co.munrc¡oón hr"r..ubieL,rá qLe c ¿ mi.nr" * t,...-a".,i.r".ri*¡e.r¿blecFc dp JIE rná naner¡ "t ú-ác rr humano ctet .uer;oComo cuertro

-¡epetimos- no es sino una mem abstraccióni taetprc.ián- e. lo. que te d¡ .u humDn:J,d. f.,.", t" p;;;r.,,;

io que J'-ece.le pLjrÉnricp. rror,a v d¡ jnri,a¡.¡rr" hunan¡ lapn,enc a r.al del lr -nbre . ,ñne,ú, c¡n et cuaJ c.rabt.cemo .o_

mu.]ica, Jn.lrreLr. etc.ri\r. E-:..¡Tur,icr(iin n" h.Je.ru¡mosa través de nada, Fo¡que 10 p¡escDte ante nosotros no es el cuer_po.,.omo ¡¡.4\r cue o. rlm v re\et¡ i Ia v.? e, .cr outónrrcohLbie,r Jp.e. red:.ra v direrida, enLon(e5no..rí, r ^iblc. I n . re,po. .o-, rat (,.p p.. no riere I¿ ccp¡-,rdrJ e\pre. ,r. oue c¡ Trurla dc ur r.r ."n ,en¡¡doi p".o lo¡r enri.r-cnrp hL¡nanu nJ ha qr c.l¡¡ .5-*., .iruc,Jo mcra-

iF.c.)men c d.¡ú del .uer.o, v detrni.to onml...sicamenre p,r Ia11 Cf. E. Ni.ol, Pri.o¡osi¿ d¿ ¡6 Snrd.iof,¿r V¡i,¡.!, .¡¡r, L

244(i¡¡r lú..é,11¡m. v.. dennpD por ra.po. onrolo{:lcor incorpari-br,.. como e, pen.j inie,,.o v ta eyren.,ó.l en o"..¡.".. a.tmir,aala lesitim;dad de un estudio natural del cuerpo h"-"".,

EL FALSo PROBLEMA DE LA I¡iTER(¡MUN1CACIó^- 145scr tal como se ofrece en la inrüición inmediata: como ser de la

Por esto, 1a comprensi&r ontologica de1 ser qoe expresa puede

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.;;tál cuerpo, debe admitirse igualmenre que con este estL,dio pa.cial no se proponen las ciencias correpondie.res conduci;;hacia una comprensión unitaria, nrtegrat y aut¿"tic¡ da homÁ.emismo,. y que_ resukaía perturbador eD filosofia adoptar comocategoria ontológica definiroria el conc"pt,, ab,t.,cto á. cuerpo,cuyo empleo es lesirimo solo en el ámbito resr¡ineido

de la den_rra na.um]. É.¡¡ n,.e trop.ne corp-enter v d;,nir q!, . ?lhonhrEl ser mismo del hombre esrá a la vista: e1 hecho de su unidá¡l

onrológrca * \rr. pc.enre Fn tr prpre.ión. Itero, de pájrrr, en-,ónce.,.le lo. hc.'ro., v a,e¡ra- eJ .er rat (o,ño.c Ja. No debealamamos que la filosotia pueda también, como 1a pocsia, pro_dücirnos el asomlro de una ¡ev¿ta¡ün: 1o banal y áotidtaná serealza súbiramenre con ei presrjgio del mhterio. E1 homfrre es, ;;efecro ura ruma d" .e. r:n,cai ine\ptjcabtp, d(.r- det ,;;;;-.o: nñ podemo.cxrlcar Do- ¡ué.u ,u"-po ro e. rrrrameñrecuerpo, sino expresión, sentido, y por elto liberrad, aventum, his_toria. Pero la sabiduría del misterio er una s¡bid;¡ia añ.j;. r-inve ricrcijn cienri..c¡ Je ..r ,:oria prctcde con .u -;go- pro-pjñ. d pJñ¡ de la rc\cla, ón - v.in de.derla. Io. benctnio. queei'r ¡ueda rrr-- prrr unr r i"ión nrá .eren¡ de ta, o-r--. v ad;"-ta ro-o b:.e el hc. h. .rue .- crlcrc. lc;rG*r6;h.itlr, itr-e< qJf. rrtnrp a un h.¡ml-re, no tFmo( un cuerpo:presión, vemos al ser que expresa. Et hecho ei que nos comunicamos efediva y directamente con é1. El hmho e.s que. fenome_n^lóska y olulosrc-mpn,e, .ót" poderno. cornp,ende, r de rañeraau,énr:(¿ ..mo .er Je la er¡re.,ón. Et trecbo ". ouc la n,er.omunr.ac,ón p. un I" A.,. r en modñ ctgLno e- rru¡,ru. y 5i\nJc prppun,¡ . ' rórn e. p"ihl" e h., tro a.ombro,o de ou, .lo, \su'(to. óñricam.ñrp e\lii.. .. .¡mLrnique¡, JrFrr". que ., DG \sibtFoorel hL.t," no meno. n.o.cb,o o de q,e

",, ,e.d;d no .onJ

c'ta;us el uro "l orro,. no ú.,,otósi¡- en.F n ¿"i-*. " »r¡r¡-.,. iser..,rlr. de r . I etl¡ er .aJ" un": Lr erprr.iar e. ya h pre- I."ncr.a rrTeJ¡,a . ¡ure1,jc det .m. S, qu.. é=m"...¡p¡¡. ¡ñd¡.v,.) lo- rérñino. .lel du¡li mo. drri¡mo. oue t¡ expr^.ón e. elalma ,n or o.rtla. eJ e.pirr.u . rrarnrJo: . t re. mu,, o sbsolurodc la.urid¡d o- ho-t¡rc. Con e.,o poJ,;ámo. d"j". ;;.,.-i;

. :onp de l^- ".¡mb,os r t. .ñis- .. ) p, {-J"- con *;ur.,Jad De-rod,.., e,' h rona de 1. c'a-J¡ I ., r ¡an,r d t¿ eiden.,¡ d"r

t.

álcanzalse mcjor coD un concepto dinámico como el de ncc¿sil¿d,c¡ue con e1 concepto de cuapo (por 1o que se refiere a Ia cuevtión de los me¡t,ós expresivos). Bto que se l]¡ma cuerpo imponerestdcciones y a la vez of¡ece posibilidades a ]a exprcsión. El com-ponente de forzosidad orisinaria es iDherente a roda expresión.¡urque e, in)r.renre a la con.riruc ón mi,na del .er del h¡mbrc,ónrica y ontológicamente. El hombre es el ser que ricne 4,e ex¿presar: cualqdera de sus moclos posibles de exiúencia riene queproducirse como un modo de e4resión. Asi, e1 homl¡re debeconcebiñc cono una unidad funcional. En sus funciones reálerestá c.,ndicionado y limitado por sus rud,or firicosj los que nos

todos, en ranto que el cuerpo es básicamente uni-{orme, y los peculiares de cada cual. como variantes individualesde la fo¡ma común. Pero el estudio de esta {orma, y de estas va-riántes en los medios naturales de expresiór¡ corresponde a tasciencias. la ontolosia debe toma¡ nota solamente de las limi-taciones y 1as potencias y posibilidades que ¡epresenta para e1 serde 1a eraresión el hecho de tener 1o que en ciencia se llama un

cuerpo, y comprenderlas bajo las categorias ontológicas dc 1a ne-cesidad y la liberrad.Por otra parte, esre concepto de necestdad tiene un alcance

de sisnific¿ción mayor que eI de la mera dererminación ontológican¿t,rd¡. Rige también la necesidad en el orden histórico d; hcxistencia. L¡ siruación vital constituida po¡ el hecho de habern¡citlo un hortre en Jn .le,ermin¡do r e-rro. rr. .r" ,reno tue¿rr há,a en un.,ero rvel cUlrural y sccirt, co,..l(,onc et modocle existeDcia de este hombre y, como todo 1o condicionante, limi-ta y a la vez abre caminos de posibilidocl. Nadte elige la épocahistórica en que ha de vivir; nadie puede rcnunciar a su fuadjción,que es u¡á herencia {orDsa como Ia biolosica. Y otms forastI.ou. v¿n.u,ei.nd. áder,. en .l ,úr.,. de tc

',da,.omptrccda.con las orjsinarias. Pe¡o aludiendo solamente a éstas. el mon¡o.; l" I e encir. aquelJo .. n ro qre /rcru. d. , on,ar i ipre.cio-diblemente, es 1o que hace dei ser humano el único ser libre,rcrque la necesidad y 1a liberrad sólo se contraponen dialécica.mente:la herencia es un caudal Eopio, del que podemos dispo-ner, aunqüe su limitación en cada caso rcstrinia odgina¡iamcnre"l m,.r.o, i "rr zucc cl n do Ce tá d,.pon,bitidrd. Suto ¡ uede.erllbrc el ser condicionado. Para ser libre hay que poder optar¡ peroln libertad no consisre e capactdad de elesir ent¡e va-

746

rios caminos rrosibles que ürviera el ser ya constitLli.Io ónticañenrc:no es una f¡culrad previ¡ a la clección. No hay cam;nos dc 1á)ibenad y caminos de la necesidad. Todo c¡mho de Ia vida im-

LA I]XPRTJS]óN CoMO CAR,iCII]R DTF¡RENCIAL 24?

cn su evolución po¡ 1o modos ónri.os vanables de la exisrencia.llsta cuestión no puecle plantearse, pues, en abstrachr, como pro,

jndeterminado

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plica libcrta.l y necesidá.l -y conringcncia-, porque ]a posibjli.dad ra.tica en nosotros mismos. Ontológjcamenre, el homi¡e escl ser de la liberr:¡d porque ha de hacerse a si mismo 1o tlue ses:tiene que dctcr¡inar ónticamente su lropio modo de ser. Dichode otra manera: l¡ exprcsión es la foma ontológica común rletser humano,

lo cualpermire

a cada uno ad.tuil.ir sus proptos ca-ractercs ónticos. Por esro i¿ ¿dltrejión es La, lormú ortaLórica ¿.ldiib.,rad. L^ e\. re.rdo e, pl ¡e In:. -o que exrr. a: la l" m:,.n-tológica común se hace parenre cn el modo óntico de existencia,indi\idJ. -, lu pn Lna e\pcrJr' ¡o¡.rer¡.

La expresión es lo que hace de1 hombre el único ser de taaventuraj y para decirlo tamb;én metalóncameDte, que los llama-dos caminos de la liberta.I estén encuadrados como posibilidadesdentro de un cauce limitado por los bordes de ta neccsidad. Etcamino úDico scria el de la detetmtnación absotuta. pero inctusola ciencia parece que Do reconoce ese modo de ne.esidad abso-luta en la naturaleza. Nec€sidad y contingenci¡ (o sea azar) seenrecruzañ y se han de coDbinar, 1o mismo cn el orden fisjco

que en el bioloeico. Pe¡o, en e1 orden humano, la libertad es undistintivo onblosico porque el hombre es el ser de ta expresión.El sent o onrolósico de la ljbenad en ]a existen.iá no puede reve.larse sup¡imiendo la contiDgencia y la necesidad, o contnponién,dolas a la libertad, s;no enÍclauándolas en u¡a estructura dialécticacuya clave es la expresión. No todo acro expresivo es deliberado;taDpoco es enteramenre incondicionado todo aÚo libre de exDre-.i;n. lcro,"teJ it tt a tn J,. F ],rc,ión !. et a. ! , ¿e ta t,bc;úd.Todo acto lib¡e es una expresión y consi*e en una expresión. Con-siderada la expresión como un <a¡áder consritutivo del ser .le]h, mbre. re u'r cJrro o.r rrn.ú qu", en un.en.ido r¡d..¿t y pre-ciso, toda Iibcrrad e* libertdrl ¿e er¡r¿sión: libertad no conleridapur pl

rr. imú.omo

un dere.ho..iño

-o$idJ pur c¡dn quienco¡¡o capacidad -de ejerc;c;o for¡s* de formar el propiá seren la expresión comuni.ariva con el prójimo.

La expres;ón es la forma ontológica de ser dct hombre, comoser 1ibre, porque es el modo de hacerse et hombre a si mjsmocomo ente dererminado. La expresión es hjstórica, y Dor esro eshn'ór,n el .,r de homhrc. y L L."-p.;urica de e.. Fr riLneque orsaniTarsc en plán oniolósico-hisró¡ico. Pero toda expresiónes comunicación, y por esto las formas de la inrercomunicációndeben estüdiarse rambién en plan h¡rórico. como determinadas

bld¡a de las relaciones entre un individuo y otroi¡r.lividuo. E1 grado y cualidad de las individualidades no es un;forme ni constante, sino qlle se determina trecisamente po¡ lasn)¡mas exprcsilas de comunicrción, y es función de estas va,

§26L^ ExpREsróN coMo cARÁcrER oNTolócroo DIFERENCT^L

Además de un caráctcr onrológicamente propio, la ex¡resion esun carácter diferencial, porque en el1a se cumfle la libcrtad:se ¡e¡liza el ser a si n;smo en la {ollna ontolósica de la libertad.E1 modo culmnrante de 1a libcrtad expreslva es l¡ verdad. Todaexpresión rieude al logos, y todo logos contiene la verda.l efecttvamente, o 1a implica, cn su misma inteligibili.lad, cuando la ex.presió¡r se desvia dc clla por el camino dcl efto¡ y del e¡qáño. Laverdad, como pura apófansis del ser, es el fundamenro de la co,municación del hombre con el hombre. La verd¡d es dialósica,porque se formula como referencia dual de los interlocutores a

una realidad común. E,(ra {'orm¡ de ier cn comLur;.lad es ontotó,sicamente distinriva. Del tema de ia vcldad, sobre este aspecto,L¡brjd. tra.ar"l ,,pi,u,..isucnre. Anor¡ e. rpcF.1 roár'ric:parsolanente que la confrontación fenomenológica del hombre conotras fo¡mas de ser que pudieran considerarse expresivas hab¡áde culnlnar poniendo en relieve, como diferenciales, 1os dos ras.gos de la verdad y la libertad, inherentes a ]a expresión hunana.

Primáriámente,. la verdad Fareceria una mera aceptación de

a la impos;clón del se¡. I-a realidad se imponc en efecto, y poresto expresamos nucsha confianza en su firmeza dicicndo tam,bién que "la verdad se impone". Pero la verdad misma no ex.presa

tanro ñ esha fidelldad a las cosas, cuanto nuestra fidelidadal otro ser, a quien se las exponemos ral como se nos p¡esentan.EI acto de "roma¡ 1a palabra" es un acto libre, promotor de inf;nitas modalidades vi¡culato¡ias y productor de una fo¡ma dcrealidad, que es el discu¡so pronunciado, la cual presenra siem"pre, para los interlocutotes, un carácter de novedad imp¡evhibleque nunca es indiferente. L-a expresión es libre, y por esro cs dis-rintiva del hombre, pues ningú11 ot.o ser puedc vh.ula¡se con su

13 Cf. Ni.o], t¿ l¿¿¿ ¿.¡ HómLrc, !tuJim; H¡¡oricismo ) &if.ncr¿lüno,t'1\iit; h yoúci¿n Hvñ¿n¿, caFs. U y 19.

.r1

I

248LA EXPR!§IóN ¡.x)MO CAP-{CTER 249

semejante mediante la expresión de csa fidelidad exisrenc;al res-re"Lo de ér. l¡ cual con.i..e en marrrercr;reare a i/ e. a .umlión¡ lo icár er que la rrrdad cún.i.Le. ta verd:o .iene, pue., e.re

po¡ si mismos, ser exp¡esivo!. Estos materiates han recibido delhor¡bre una dotaclón cle sentido, ya no son md¡c'¡¿ natural, sino

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doblc ca¡iz de sumisión aceptada y de tiberrad cumpliáa'"n ía ex.presión. La ve¡lad es de1 honbre y ¡lara el hornbie: ahi está laclaye de1 carácte. onroloeicamente dife¡encial de la ex¡rstóñ-

Fn,. i¡,.c,. Je la.¡,.trorr:có¡, renorenotos L- i,,¡i-o, ¿"p'(Bun,¿ :quc cl¡.e Je enle. ¡ rdrerrr: conrdera-. er¡r-.i,o.,rp¡, e Jel hombr? D- an.emá,,o.

tr. obr¡. m1¡r. o"t hombre:la, inr ruc.onp.., dc ar-e. lo. .n,en -s , ¡enri|coc yIilosóf;cos, en suma, todo 1o que el hombre produce. i¡ctusive tos

T,r" u'en.ilio-. L1 i.n,u o,e .o,. proJucro. del hombre, c.ra.Jbra..uri ",. exl,-p.,one.. el ¡r oltma Je L¡.ja d, cFn,,¡ción on-tológica só1o se presenta porque estas obras se desp.."clen de ;ua,urñr ! a.lquieFn _\ida I opiá e ndepen.tiFnre. Un. vez p,o.duc,da- v .one ruida rñmo ornduc,", la oo-¿ .e di-.o.iá .lel "urñ¡: en et mor-enru rnr.mo en quc la

si la pr, oreJrd se pcrdre.r jrrramcn.e LuandopJe.re re vr¡rdrc¡r.F co. " un de.e.ho per.onaJ frenr" a Io. de-ma-. (;¡cluida l._ obrr v ¡rc."rr:,da. é.ra ." de,vin.JIa dct pro-clucrur:.al enrr-- c a Io. d"ma., ó.ro. crnpie-"n

"

p"."".t", c;-oprupiFd¡d su\r L.,mbién. Ha¡enr -n l a tibplti lá" obr¿- rienenv,dJ h.ró':.a. con r,.1.( t¡. v...jrud.. que pueden r"-ulrar detexro.. (l tr¿--,, la rndi¡e,enci¡. Jc mcd¡ rrar.roria, et erecroduz/e.r. el ol\,.,o d(tin.r,vo. ;euc erpre"n Ia ob¡a m,.ma, de_vinculada vi de a, .,rñr¿t5

Lc obr- r. ur rc-,moñio. y rsup expre.an.to át curñr que la

1,".d',f . , I. ipoca l-¡.ror.a en rruc \ vió cr ",,or,, que con-o c' ¡no .u produc(.o1, Lá.1,. e\,rr T. r...,e.on el c,.,1 .eraD.tiene el diáloso de los homl¡res a ftavés de la distancia del tiempojcon ella se logra la presencja del pasado, coD la cuar se a.r;culala_conthuidad hisróric¡: 1a tradición también es un diáfogo. isi la_ obra tiene un cuerpo {isico

-comouna estatua, una pintura,

un libro- su deten¡inación metafhicatieDe que resotverse coiel m¡mo criterio con que se resotvió la cuestión del cuerpo hu-

mano. Uuos pedazos c1e papel o un bloque de má¡mo1no pue<ten,

,1 .-.: , d,^ ..,_ d- h oo,. - B i. .: h.rL" u.ndm,.....,i. \: . t/ v..,.dn ui.,o¡a _p_é_.t.r..t-ci.,¡1e...e".,..r .tL r_. .¡.,r:np reh ;1 p¡rlr.r jé -solo úor .oñ u.n obra detüñiñr¡a. La ¡et¡.ión mí ñmpreja c.hé las

obras nxtitucio.nlcs (poljticas, li¡gühti.as, ararléhic¡i er..) ri sus mút¡iptes"ur e-losl'-x nrmlsrso. á o,,'.,o". q.-.e eea "".,.._..;".

materiales de una fo,m¿i expresiva determinada. Ontolóeicamente.h¡n sido pues tratsformad.os; se han convertido en sim$los, yFcrtenecen ya a un orden de realidad especiflco, que es el ordenJ" *n,do. Uná l. p,Ja J( mrnñoi .ñr uni. in.(rip. iore. l) n,.s un objeto natura), sino un sÍmbo1o cuyo esrudio corresponde auDa ciencia de la expresión como es la episrafia. Y el estudio

cientíIico de tal objeto simbólico es posible -y cou el mismo ri-gor con que se puede esrüdiar como objero natural- porque noes un hccho aislado, sino que pertenece a un sistema de ¡clacionessimbólicas perfectámente determinables.lG Estas relaciones cons.tituycn un orden de ¡ealidades netamente diferenciado deL orden:t que pe¡tenecen los objetos no simbólicos, o los propios objetossimbólicos en tanto que materiales. Pe.o, respecto de estos últi,mos, la consideración material ya no es inmcdiata y espontánea,s;no abstradiva. El esrudio químico y radiográfico de un¿ ptnruraes un¡ experiencia inauténtjca de la piñtüra como tal; es derivada y se sobreañade a la experiencia orisinal y primaria, que esde naturale¿a esencialmente esrética. La actitud espontánea fren.te a un cuadro es aquella que permirc identificarlo desde luego

,como objeto simbólico, como realidad pefteneciente al Drundo delsentido. Lo .lue no tiene sentido sc identifica de Danera j8ual-mente inmediat¿ como algo carente en si de exprcsividad,r? comoalgo que ni es humano, ni ha sido huma¡izado.

El nombre, como srr promoror del sentido, no solamenre so.b¡eañade el mundo simbólico de su expresión at mundo naturalindilerente, slno que logra t¡ansformar la n¡turaleza misma y pro,ycctar sentido incluso en b que no lo tiene conslitutivamente, Deuna Farte, emplea objetos naturales como medios o r¡tensiliosde expresión, como simbolos de simbolos; pe¡o, además. tra¡r.vn¡rrna en s¡r meDte la representación de la naturale,a misma, yes capaz de contemplar esrédcamente como ¡a6aje Io mismo que

el agricultor aprecia utilitariamente, que el gcóloso analiza cientiqr.e el a)¡rr . : , on.id.n d, roniramenrc. tero un..unbre no es altiva, ni u¡ valle ¿s apacible y sereno, aunque asilos llamemoq y podamos cntendemos unos con otros en el em-pleo de esos cualificativos; pues la naturaleza no tiene cualidades:su forma .le ser se coDsritrye sggún el principio de hdjferencia.En el caso de la ob¡a humana, ]a materia ha sido transformacta

16 Cf. los capítulos ¿éciño y tndócieo.17 cr. .,pitulo ¡óveño, specülme.E s 34.

25AL{ EXPRTSIóN COMO CARÁC'TER DIFERENCLAL z5l

me,linre uná Jorl¡.;¡ J.:enr,dL,t en et ra.ú del Dii..¡re, Ia náru-talF,.. h.. rc. ib,Jú ,I a r¡u.¡..ion de .enr do que no t" :r¿n.t rma.

Donde suelen sulsjr du.tas respecto <te )a exctusivida.t dite.

sentido de que la representación simbólica implique a la ve unaacción creadora. Basta ¡eco¡dar, p()r consigüienre, los ca¡acteres

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rencial de la erpresión e¡ el hombre es en et examen de1 compor,tamiento de los animales supe¡iores y d.orustictt"dos, es d{ir, in-co¡porados al d{,m,a o ámbiro vital hur¡am. puede toma¡se en, uenr¡. ..n .¡¡i,rc. er h.. ho de que

" ¡¡ . ue.,,on dc ,,n. e),rre-.iv,dJJ orirnJl y ¡J én,i " p.1 et an,m"' .c ptaIL-r d. ri\.dc11en¡e,y só1o en relación anaiógica con ta expresividad humana. De éstáno hay duda ninsuna, porque ia coodición humana se capta in-tuitivamente de manera apodictica: es una evidencia Frimaria vpre,renrit..a. l"r "rlo. Ic rre.una (rp-p-,v,dad del :rni a. n,es en modo alguno un dato fenomenológico, s¡ro precisamenr.una presunción, coya evc¡tuál confirmación hab¡ia de obtenemecomo resultado de una investis¡ción cienrífica. Lo decisivo aquie. .l ¡eror mr rn. de i¡ rr"eunr¡, ,"¡ tr ,uat .e tormulJ irnahitót".- ¡¡.a".'^¿..i

'dnA.an,Ian,n,it ". r.r.er e\pre..vú. tneste t'ambi¿ñ está ya parentc la radical exrrañeza ontologica delhombre frente al animal, sean cuales sean los modos enstenciatesde convivencia coD é1. Cu¡lesquiera qLre sean tos resultados de unadiesramiento, el animal .tomesticado podrá parecernos humani-

zado solame¡te por una analogia con lo auréñticamente humano;.y en esta m¡ma analogia se mantendrá jusráinente la radicalheterogeneidad de los rérmiños comparados. Una domesticaciónes una humanizacióD del animal, o sea Ia acción humana que rc+crbe un tip^ de enre eyrrañ^ ¿l nuc.rro por .u formr con.trrurirade.e-: e. uná \icroí¡ n,a. del h.more .ol¡rc tn oue no es hom.bre. r.,e. ,ámbién h¡ .ab,.l^ .l.me.,,car á Iá n urateza, c"nvir-tiéndo1¡ en campo de cultivo, o en parque, o en jardín.

la naturaleza, siD embargo, no rejf¡¿rle c¡mo el aninat do-mesticAdo, e1 cual parece a veces comportarse como un interlocu-to¡, y compa¡tir iDcluso nuestras emoclones. Pero no es necesarioelectüar un análisis de su comporramiento para dilucidar 1a cues.tión de su presunta expresividad. Esta cuestión se resuelve po¡rrr;Dcipio. Sean las que {uescn 1as analoghs exte as, el animalDo existe en la foma difc¡encial de ser propia de Ia expres;ón,porquc.o es libre: no reá]ia su liberrad en su misma exDresiei-d.,J. fr e¡u,rJo lug.r. -. an,r.. .are,e J, \crd,Je.: ro reili¿rsr1 ser propio en esra fonna existenciaria que es et diáloso. comopura y primiriva p¡esentación det ser que se constiruye por elloen base cor¡ún de la exist€nc;¿. En tercer lugar: la supuestaexpresividad dcl an;mal no es simbótica, por to mismo que no esrep¡esentativa o apofá¡iica. Y fiñalmente: no es [email protected], en et

principales inherentes a h expresividad, para comprobar quc conella hemos propuesto un carácter ontológico del hombre que nosó1o es constitutjvo de su scr propio, sino que a la vez ha de consi-derarse como di{e¡encial.

CA¡ITI¿O §EPTIMO

_

IL cARÁcrER Érr@ D! LA VERDAD 253l¡ ve¡dad: la dilerencia ent¡e ambos es epistemotógica, pero no

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EL QUE EXpRESA lsis¿el.EL SER DE L"{ VERDAD

§27

EL cAR,{crER i:rrt¡ »r u v¡¡rn¡»Al plantearse el problema de ta verdad en terreuo ontológico, lapregunta no se enderea hac;a et se¡ de la verdad mism;, ;inom:- b,en hac¡a el .cr det enre que ta produ.- ¡ vive dF e ¡, o .crel hombre. la verdal debe .on. J.rar.e como ¡lgo de¡crr,ncn-ede.una fo¡ma de ser distintiva; en un nivet, por consiBuiente. ñáslaJ.J¿r

que er ni,el rógco o eplremutos co. o" .,i,," .,;;ien¡brtrer uni tund6menri.rón onrotogir de ,á verJpd, ;t .en-rro oe rnrFrec nñ ser; eJ sr- de I" rono.ido..re¡daJer¡n"rrc.,sino el.ser,d--l eDre que conoce. Cuando se logra

"f".t.,". "rtá ur¡,lon d"cs:q. .c d".cubre que et obi(ri,. cl.t ¡ncti.i. no e,

leIegrr'mrJcd

de. conocim"n,u que pueoa ltrmr=e ,erdrdero:no ¡e rrara de áverieurr en que coñ.tic,one- I.r .ori U.ión onro.lósjcá del hombr" te pe.m:rc u.ar de .u .rpa(idJd ,ñB¡ú*¡ri\¡fára arczñzrr Lrna v¡rdad, dp ¡c,,p-do..n Iú. c.inor* d; ta c,cn-ch. Se_ tmta de mosrrar de qué manera la verd¡d está intesra¿la+e¡riar-.nre en l^ errq"nria t-umpaa, ho,ra et punro J" que el"r de-e. a e{'.rcncip pu(ip.¡r!creriz¡r¡e adecu¡dá¡.ñre .omo'.r?c k uadd,l. con FrjFr¡ nopperapJr.:. re.fc.ro.le Lnr e\Én.rLrl .' emári-¡(ión ci^nrílica de, .ñnocimienro. De ,re.ho, e.rá..rem¿rr:a¡ión. pc" t.que.- ret'.re J t" deli.t,rc,ó,, de,,,.e;;";dc l" r.¡lr.l!d. . t^ d,.po i.,ón d( un marodo r¡ ropucJo, y a IcfLnd¡mer r. ór cpi- emoJóEr.¡, .óro e, uc-,bje ¡o.q,. ", f._.t,..l'.l,on.

)¿de l¡ rerd¿d ¡nre.

de efecruar r¡.e. operac,or,e.: \r\eo existe en la ve.dad.F..o ññ.isn,f,ca quc e) lu. L,rc "cpa ya Jo qu( p.e.i.,mcnLe .epropone nvL-ngar: rienitr,¡ qup nJ p"rj .¡,cñre d" verd¿de":nr(,

oF rn\e.r,8a-o. que Já vFrd.d no 1o oi.prrra t) c,en.ia erclu.;vimpn'c. v qup. en .u-rr. el t."-bre e. et .er de ta vp dad EorJU."ñ c,ate (a de ..u. modo- p",t,i ., j;;r;;

la verdad, independienremente cle ios errores en quc pueda in_cLiryi-. L)'i.r"nci¿lmenre. et ..ror tien. la m.nr¡ e-rrucru,, que

^Desde. los origenes de la filoso{Ía, ta patabra verdad - .ú-

$0ro- adquirió y ha mantenido una sigñificacjón q"""o

t"uooriginariañente. Esre nuevo sentido {L¡é realmeDte una ffeaciónh¡tórica, culin importancia si¡ve precisamente para realzar la quetiene ]a verd:rd en el ser del hombre, de cuatquie¡ modo comoell" .e,"n.¡bd. t¡ vcrdad ha.ido, e. v.e,¡ .ipmp,e ,á ,,,^nera

de p'",en,6r.on el logo. la. co.¡. "omo."n. Anrc. d" la riloso-fÍa, el sentido de esta preren¡¡rción +i:rócporoLg- de tas cosasera fundamentalmente un seDtido ético: ta intención recaía sobreaquel a quien las cosas sc presentaban, más que sobre las cosasmismás, como tales. No exisria ]a noción de un valor autónomodel concrcimiento, en cuaDto puro conocimienro. El pdra qu¿ ¿elconocer, su finalidad, prevalecía sobre el 4aé, sobre el conocer ensi. Lo vc¡dadero -¡d rlq$éo- era entonces sol¡re todo io ver¿¡,y por consisuiente 1o conrrario de lo verdadero no era tanto 10cñ¿np^, .uanro lo en¡ano.o. lo fal.r: ,,i ,¡ü¡,,. É po.ibte quet¡,," de.lrra.iór -obrc l¡. co.a,.er tal.r -".pecro de é.ta", y a tave; verdadera respecro del destinntario, o sea en cuanto a la in.tención

intrinseca de verdad; o in\.ersamente, que sea verdaderapero no sea veraz. Asi, en Á'teosonía de Hesiodo, las Musasdeclann que saben decir muchas mentiras semejantcs a ta ¡ea-lid¿d dc \erdad ,!rúb,o.. . . i-ú,o,o,v ó,,,id,. pero q re ra-bieñ'rb€n. í,1ndo qu'eren, ¡r"cbmcr 'a" vodadc. ,ütt3i4r., To-

1 T¿.s., 27 sis. Cl. Homdo, donde freü¡enteñente npare.e Ia verdad coúo10 .onh:rio dc lá ñeñtir¡ (y nó e¡ nnrsn¡á óra sis.iti.acióD qu., aunqueprefilosófica, iueñ ¡¡rcede.b del sjcDincadó de derebrimió¡o, v¿as Á¡sadcla¡te); i¡t¿d4 744A1, 23361, etc.t O¿¡€4 1t5OZ, et.. La vÚda.t se¡ía.pues, o.icináriáñente, lo cualili.rtivo de un m.do ¿¿ cm¡or¿re lrcnie 31otro. (De.hi el prover¡io srieso olao<,ai rir,i0do, que ap2rc.e, e.re oho§.é¡ AI'.o.5-. -l ..,1 Bni''.x'o ri moq'e er h-no -jr u,ro !Ai, .'lintoxicarión estimularid la sinc.¡ ád, dhuelvé ]a inte..ión de e¡sáño.) EInodo dé ]a ddi."¿ Irenr¿ ¿ ¡¿r cos¿J t¡mbiéñ es dialósi.ó, y dedva de áquel

t'n. -":1io

ró e. o.ierJo..in..or,io:e1e, rá \-a1d.d,mp,i., €,.' .-o d" .or Fo'." h. .os r"rq,re ¡o1 ir en u.e lde.l ¡d ¡l Drólimój y la mc¡dá.id¡d co¡sisié €ñ lreso¡tnrlásuna iñ{idelidad iespe.ro dcl sór, Forque .tla e¡, pina¡iame¡te. u.á inlideijdádr.sFe.io de1 oúó. Lx c¡¡t¿tu -el .amjnó de la verda.l, de qu€ h$td p!r-!¡¿¡id.s- os uru actnnd o disp.sición de tidelid¡d úte el ser, y que a.re-.icni¡ po¡ ello el 6ab.r, porque primáriahente es u,a dc.itu¿ ¿¿ ¡ .M r¿-.^e oolo,^. Irro,.or.¡'¡buc.r L.. dp po,,.D tu.o,.e c,,a p,,..l^"oi..i.1, ia d",ru^ cr ejls r idc' rorna .or, r,:orcn...l Drima, a d¿, ..,ti.l,¡c-r ,:' I,fi o . .,r,, os.e.e q." ¡''-. de .o. -"-. "

,;,. t. ^., p, ,,¡o ello, no se ¡eutñli:á ñun.a la rcla.ión intesubjeijv, qne cr¡blece ta verdad.¡ir clco.ia no se r¡ie¡te: nadje hn di.hó jrmás lo qué ño piensa. por ero la

rL c^RÁcrLR fIlü) Dli L^ vl'R¡'^l) 255

254 ¡I, SER DE LA VERDAD ,,,.,r;n,o. tr. tnr(n..ón. lJ rn'rn'r tlu L' l'rrlr' r' r¡rv'"rrnr"ri:r'

1,,,.1i"""L

¡.."¡,", .i (l;'r.,c,n ' Jc rrr, rr" ''r

1,,, ,"-'.".. .on. I ¡r¡rm' ' "rJ¡ I c¡r'rr *to.ue 'ed¡vie.Ic,1, n¡

manclo como crite¡io la rel¿ción con las cos¡s, las rnentiras puedÚ

l": '.'¡"1.': pcro'l .rirrrro 'rue prevalc'e e' el Je l¡

rerJad u litc pur r¡ rtrñr¡o oe

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1.""..¿"i -':1 * J...",r,,i. , 'cr¡ r- m'1' "rrr'r':' r'' r r''

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:i:'":';;";;,;;; ;i. r'o.¡,*,n 'rn r o ma sóriJ" '.uc r 'Lc

l;;";".;.ij;.;.';,';. u in,e,,con" ra,'í"cara'ión r'r'r'."

"] -.¿. ¿. "", *laencia palmaria, iñpondrá una aquiescencia

;;ñ;;;i,". *ismo, ionvertido en c¡iterio, no caben cva-

l',.,' .. ."rr'*rr*i.'. No cl' 'aprre' e ¡ rc' e ""nrido ér'o d:I \erl .l.Fnolarnr"r .iórr rc'¡' ahori 'obre I'doe1Fr 'errc ',,,.".i]"

'i,.1".r. "...re, ) no en el 'er \ el pr^'cder Je \u'eni;;;;.';il;." ¡"*en¿". L' rel'c;ón con§titutiva del cono-

,l--;",,.. i"*,i.

d. ent"nc"', se cstablece explicltnmente entre

.;' ..;'. ..";," v lo ,¡nu. ido: el ' oer'o" c 're '", ¡nrerlocutor no 'e

de'c' ende Je momPnro' pero pe'man-cP rm'

,,ti,". is"l".",, Á,1',;'¡". ,l"s¡ a oc+anecer'e por c mul"o

.i'*.' a" ¿"" l" ,J*;.. in''r ubrcn'a rnherenre ¿ la \c'd¡d'r 12*.á"i-..,rir., l,

^¿*u¡cióncon que el logos manifiestn las co-

; ";;;;.". El interés po, las cosas mismas, v por el loeos que

;,: ;;;" ;;¿¡"",r¡1, ran "u.-ave¡dopaurarrramerre a ra

;;;.,;;.i¡',." er rrs.nar¡n" re Ia de'r¡¡¡ción: "e pierde en

;,";.'i"' "l.;;':d" Jer rogos cnmo elprc',ón v L"run"xc'ó'r' Lc

.,¿lJ'""r,,-¿."-" "ic.que""lcen s I ¡ur'í' rlg queten'

i';" i".i,.. ,; t..., p"culiar de scr' indcpendierre-de ouien 13

i""';¡,", v qr" no¡ ello e ha de i-r¡'cer a rJdo\ lo' cnre¡d-1",".'". i I'Jrli"* .r* , 'oJ"' r¡' comp"rr¡¡;e.o""n er

,,i*'" i. "r^.,* '^bre+ra nueva b. 'e la 'omu¡ 'l¡d l-umc¡¡'

'' i" .".",."¿" qr¿ t.'.rl h¡brir 'le 'e- r'hir¿r de'lc e"ra idea

d" 1. ;.d;¡ absoluta hacia el dosmatismo v la imposición auto-;ii";;.'¡;;; eL dosmatismo no es sino un eco rejano del vicjo

;;;;ñ; ;:. áe h" vmdad; aunqüe se pretcnda con ella dec;r

..i"-i. "-¡-.1*u" .*"'', ¿' """ ""*" "*tra'

desinter€sada

, "i:",i'", "i¡"rr',','o r^ lre"á c le'cuáliricar po'orrplero "l" '",i.J, ¿.',." 1.. de m'on"r p'r 'i {l¡ v no la inp'ne:;',,.;; i"-".4;,;". pue- cr dor¡¡ár co 'moie¿¡ r'r no ron'd'',i'ü."rn^ r,,¡¿, 'ino como vilrd- en 'i lor er^' e'dosra-,i* ". p"i$- '".¡.,"rse,

sin máq por un mero sentimjento de

""?.".*""iehcLin,"n el .rr¡: l" 'e ''"".,.f". -, .," ', , a" '.n.,1".

ón l-um?na que

.'¡.J"'*".¿*. L" v"r.cJ "rc,pue'. '¡bte r" lo una expte-

i."..,"1",1","";;

ru*. l" ro -'p'nd' n.'a de lo er¡ e"ado con

i: ;"l;:;-- ;,1;;.i-.r¡via, r¡,a ,.do' r" o'¡o" .u¡ndo habr¡'

mos sin írtención "cienrifica".

"' ;'"";. ;.;";t..i" ¿- r" , i"..". r" r-dad no l-a de'adoa".-'"rr." ,,' ,i*"1. eleLr:\ú Pnrre loc hombres, v p' r lo un't". ,r"",i"¡" o,i" ',r '"lo*c'o' mtr¿l qrle ha permanecido

unilJÍne ¡ pe " dc t"Jr' la'varic'iúñe' hFrorrca oe'rtrorr

Lo

.',"1"-.1-.i" -r, rl*ofia- representa originariamente no es-ei

Lil.,.'¿" .,r,r-""l

..',1¿^",'." Je l¿ erd¡d, nr d¡ -elu¡arlo'

,ino mi. b¡r, Je r-,,irr,¡1.,: (l .riréro dP lJ \.1'ic.rr morP¡

.;;i? ;;;¿.'á;" ",mpre e rn'eer,u '' queJ¡'e reJuc'dñ ¡ uná apro'

i.,.,¡" li: ",.,", i , ,* L,.-..i¡"^. dc'ap'oba,'.n de 1o

r"ü-'e. "ur" l"cha de l"s primeñs Pensadores contra las opi-

"i.r* ".-""- .. p.*ue fueran comunes' siuo porque la comu-

,iá"¿ ¡.¡; fund +e en ¿ls¡ mj ti me que l!" op:ni"ne: n¡

ha,L-ba ,rue e.ra.luFrcn !(rareq renicn que oer \cro¿aer¿r' I

e¡.,-.1".. -¡. r""de, indnl roJa'ia con utr cnfa''' ore ta 'e;r;;';;;J¿;;;, q.re tá ve¡da¿ no depende de la aceptación po'

ii, ü¡-ii''""i ¿ ¡.. hcce en ap'riencia v en r?

il-",.i.",1¿. de l¡ lrló'oro" c¡da ve: más ¡ndilerenre re-"'.,",1. '"' '*' .irale' r de l'c \alore éri o' -'n :enrido

i.i..'_ ¿" l" i" -'io,¿. l! r'deliJ J ál prórrr" er 'uma 1a

ver¡cida-I. L¡ b:'e de lc 'omu¡'dad hum¡n' medklre er IuEo§

que hablc de la' co*', 'e de'pla:r dcl pl¡n^ inLeurcmen(e vr'er

a1 oiano rntetectual Puro." 'i","-ir. **, que "l cr rerio hrbria de ''er m' "Fstrro si con

¡ ..U. i"l!", '.-"

l"'¡rr:: pJrque la ;nren' ión d- e rgaño llcva

..,i,",* ." ,i'i¡,li¿"¿ .le pa' r ncJrcr'da qu" Lná cn u lrr"rno

L m,.1 d. ".31m lJ \'"ór''er'L"'l¿ n'"1 '"1:"1::"i' 1.,," i., ; "1" .,., r r.- 13 ?nbi' "n'np' o'1r ¿'ore P'

,,",',i ir.,,;^¡.,,,-"4.',''" o Iaoro r-8"

,""ñ" ", di ;.vc n' m'i:. l" 'ñ ''d"l 'o'" L'd"ae"¿l r 4rr ¡

,,""-',- 1",; i" rar 'q

'':;;; "-",.¡ c -.dp'" É''e¡rrro":'' ''''^'o d--á'. *

'".a..- .-. ; ,,., " "'. " ',,'"'r' " in "' '

o- J' -1"¡

".-''';" .' ,'rrmr'''Prio'-"

i,. .1"1,.i.-"". ¡1,*., "-" "uerequiere solamente u modo dilereñte de ú;

rarlú: e1 nodo dspi€to (v¿añ nás adela¡t)': Añ. lor', 74b 2l sies.

256 EL SER DE L{ VERDAD,lr.,,sn.tu rrrre lá impo.:crón. rorqua n r,r ve- no der.va de n.n-s,,n .q,rimrenro. .inñ dc un c,ñ,eoro o ¡eoriá de lx \erd¿J eh8en.*al. Y el cun.ppro qle en cl *.remo opuc.ro,

EL C{RÁsrER Érrco »r r¡ v¡noro 257

naria. De hecho, la formulación lógica de un pensamiento no sesobreañade al pensamiento ya {ormado, ni es algo ajeno a la mo,

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o sea el relativista, tampoco descualjfica a ta verdaa: cuanio mAiDr ,riá .e , on.idere. r¿vor e. ta r".pon.¿b,ti.

dal Jc .tu,.n l, en rn.i. De cuatqrrer rodo, v pue{o qup e\u1hc(hñqucI jy \"rd¡d... l¡ mi.ió- dc ja.o""

"o¡, ¿" "r-r-arse anticipadamente como un inrento de salvarias cle los escollosorueyoc del dogT:ri.mo )

"lrcta- vj.ñ.o, . no ta de arcr,der rm-

p'em.r e á l-, h-.ho. \ tercibir de a.ré -Jnera erecrira prud rcimus verdades y prucedemos con eIns.In l¡ ned,d¡ m¡.ma en q,e rba oroee.ar:do \ rompjjcjndo.e

ei ll,Lrrl L l ide¡ d"r r. J, r ndependren¡e de J; \erct,d. D".ó a

, qre cJn ell:' pe.eA' í¡ o,,e:nári¡m€me .á ti-lñ.ñÍía: e. rble,e. -l conori -rer o vefd¡J"-^ c;rño un modo mi,."guro .le enrendrn ienro \ un tíñ.uto ráco,rct Je comun.dad. Tsmuv.a-¿-rcri- ¡o. a p.rc re.rccro. eJ gro ne.utiar que adque"en1., . m,ticado, dFi c^n,coro JF ¡n,enc,ñ,)rtiJ¡d .r".¿o ¡,* ,.precfan técnicanente en la teoria det conocimiento escolástica.La disti¡ción fundamental qüe jnrroducen los maestros escolás-ri.s eñrre l, ¡n¡enrio rumdli, \ ta ;nr,.¡¡¡d !6t,¡na p.rablecerlar¡n"¡rre

er e.qrrcma det cono(imien,o en to. ie¡mjno. de u¡arelación entre el sujeto y el objeto. Adyierten, -.y *r,"r;.mente, que hay en el entendimiento como uná tensjón. como unimpul.o q,rc lñ llcM h¡cia er ol'-rñ fd.r¡,. n",r.,,r,. ¡,n,t,r ,, J-,ecreml\ que le pe.m,r".¡rcp-r.cto d:rc.a o inned,araren,ctqto obt..tum vum ¡. r.ip, r ¡licctt.) A pJa inr¡n¡¡o ¡orml¡core.p.nde la rhlcnrin ob¡,criad. o.ea eI corret--o d.t propio ocroi¡tencional, el objectun in q od.. pero no se c-xid*a p.ittnenierxrl l¡ reoná el h-c\o d- quc a ta in¡,nr¡ f",^ri,.. ¿"nl"

";i;pr enrenl mrenrñ. co.rc.p.1dá necc.ariamenre tn tc oxpre..ónlo8lc¡ de c.re comñunica!úni.,.on !u p.opiü(oftCaio in,pn iori"L i.rp v. rj^ e. ct .brero -enr¡d", o t, i;¡p;rioob¡,.¡,,.¡.. no el ñrro.u,ero. pl cuát .e Lnd"re c ta expre.tón.

cra har a el obieru.¡u- .Ir (lc ap.o¡iar, ¡.r ra l-ier e, contiLu-ri\pmcr.-e ptuf ñ dcl Jo6 .s 1 dc r^d¡ otra form¡ Jc expre-iór tarpndcri.'2 hi.rr I n Je.rin¿r..rio _F, :nrer-to.Lro._, ,t cuct .eáp,or'¿ i imi.mo qJ rn la(1.. v e",pb,e." con ét i|l nero .lev,n.ur¡Lrón -ed¡n e lá .om', I r.rerpr.iá \e.bat at obi,, ¡,n .nquo¿t, cualesquiera que éste sca fomne id, o,od pu *t"Á i"t U""-,¡¿s coslloscirer/. Y ha de comprenders€ que ta intencioD¡li.iadexpresiva o comunicativa no es de¡ivada, si¡o primaria u orjsi_

tivación radical del pensamiento mismo. La mente percipir direüeIos objetos utihando palabras; o dicho de otra maneia, e1 o1>jeto no llesa a constituirse como tal en ona mera intuición directa:sin el verbo, el intelecto no puede cumplir o realiza¡ esa apre.hensjón del ser hacia el cual se sienre intcncionalmente tmpelido.El acto mismo del enrendimiento implica siempre ta función;erbal,

La ¡fencionalidad primaria es dialócica. Et imputso ¡adicatc cl que n". llqa h¡c,a e. o,,o.. rprdo et .oñoc.m cn.o e. pro-riamente conocimienro. Pero sólo podemos esrablecer y sostenervinculación de comunidad con el otro mediante la ve¡dad; o.ea. rel'enrndo ¡ue.rrá inrF.rc;on¿,daJ expre.iva con un conr.-nido significativo La depu¡ación meramente lógica y epistcmo.Iógica de 1os conrenidos sig¡ificativos (o sea la fundamentación"cientifica" de la verdad), esto es to derivado. to existenciatnenre.cc,rnd?r;o. Loprim¡rjñe, la rerd¿d n i.mn, porquc er. ta re-dade.ra -ro. "i.mpre, dede luego, en ranro que trab"mo. y p_r elh"c\o solo Je q re .er .nrclisble eI p.r¡.ipio n',"*,o nl"n.a..E. lo prim..rio el hecho d" l¡ vprdaJ, ante. de clJ,louicr.rirerió

de fund¡n"nLacró¡. po-que ella e. rn c^nrIUrivo clel e, qr "xiste en la forma onrológica de ta comunidad diatogica. De eitohan venido a prescindir jusramente las teorías del conocimiento:del carácter onrológico.existencial, aurénricament. á¡ico, de taverdad. Y esto es io que sisnifica mantener que la ve¡dad es

Puede percbr.e d" ".re modo que la trpre,iridad, y ta ,on-:ipu enr" h.r.ricidad. dc, .da. t^. vé,d.de. dc rcriá pu.d" \acn-]". ,"]" ',. de.de ei punLo Je vi.rr epnremotos,co, ) .poro r á.lo l,al¡rán de .er p-cri.amenre cuan,o mj. .,ienrit c¡¡, cuarrromás haya contribuido a su formulación et aporte rte la libertadoeadora individual del pensador. Perq si cada verdarl es re1a,

tiva epistemológicamente, ]a verdad como tal es en cambio abso_1otá ontológicamente, de un modo pa¡ecido a como son relativas¡odr. la, ñomte.., \ 'o. t'0-,,do. vrt"re", ¡ero e. cb.o':Lo e.e run-cl¡nen¡o onroló$co de la érn", quc F rd. pi e, (a.,crer inrrin-seca y ese¡cialmeDte érico del ser con senl¡¿o (véase et capitulonoveno), de1 ser de ia expresión. Por tanto, 1a fundámentac;óDsegura de la verdad no se ha encontrado etudicndo o disjmulandoeI he, ho de .u errre.jviJad. de .u cJrre.pond en,c t,,-,o-i.,clsJv rel¡.,vid0J. .i ,o m¡. .en in.,¡,endo en e.Le prop.o heJro, ydentro <iel marco ¡le una merafisica de 1a expresión.

258 EL SER D¡ LA WRD^D

N¡.u-¡rmcn.e, no há de.er r,ue.Lr^ propó-iro ahora ,en¿t,Le.ccr eñ l¡ l.lo(oi,a \ en Jo crencia et .cn, d, de re.pon.ro:)rdadética, aunque esto ruviera a todas luces la mayor urgencja en ta

EL cAR,(cr¡R iTtco DE LA VERDAD

cs primariamente una propiedad del ser que conoce.s Por esto hayqu.:} decir que 1a verdad tiene esencialmente un carácter ético;pues 1as éticas cambian lisróncamente, pero

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Jr u3con 3oual, como e, rod¡ s,Lucción hi+"nc¡ *1i.1*. f...dcbc mo-.zrse prer,.,menre que ta po..biridad ,i"l ¡" ;,.-,;..r¡b,el mrenLo ta oJ.e.p en rodñ mo-e1ro 1¿ -e¡tid¿d mi"ma deihombre como ser de la verdad. El converti¡ a 1a verdad en temade una

_consideÉción ética no puede sisnificar otra cosa que reco¿

nocer el carácte¡ ético que 1a verdad no ha dejado de tener, yen modo alguno soneter las ver.lades a;utcto moml, cte acueidácon Lrnas no¡¡nas deten inadas. po¡ et conüario, los hombrespronuncian juicios morales porque son seres productores de ver,dades; 1o cual no sisnifica sino que et hecho stmple cte ha¡lar,mencionando realidades, estabtece un vincuto existencial ent¡e losinrerlo. u orc.. y que todo r incuto c.. por naru, crezc, , uar,rirabie.No.erire.ningunr rcl¿. ón human., que sea inJrelen¡,: ni \quie¡ael l"ss dc I¡ cicnc,a ruedp neuLr¿.jda.t dc.inrere-sada,. pues eI propósito mi$no de losrar üna verdad bien seguramás bien refuerza ia vincutación, aunque no la alúme exprla-

Con esro se ha de renovar Ia visencia del tema en el te¡reno

intelectual: se renueva e1 estado de conciencia socrádco. pero,visente o no como tema en la conc;encia filosofica. la verdaáhc r"1'¿6 "¡-n¿" de hecho. rnat,crabtencnrc, un com,,rur;,o dela exi,rencia hum¡nc, un fundamen¡o dc Ja concrión inleAuhie-riva y de roao pn-ib....em¿ de cua,trcacrone. a" lo" á.;shurino.. AJ afirmr.. por cun.isu,en.e. que et pt"nreamienro delprobl"mr de l¡ vcrd¿.1. po.¡ que re.at e .u .a;ácrer éL,co, deb((fe.fira.c en "l domrnio orroló8ico, no ¡e propuen, ni un¡ inno.\¡,ión "docrFnrl . ni .c predrc¡ ta.bueña c;du.ra.d-t r ó-sof"r .e ir -enr¡ clg^ ¡¡. .,.r,. y a Ie rez m:. de.iivo: ..eñiJoru1 he.l.o quc m ¡1 d"iado de ten.-¡ y¡g.-..¡, eyirpñ,,at, aun-que no havo .ido obieto de una corrcspond,enr" vrgen.ia rcnáriccexp-p.a.eñ la

hi.rori, del pen.arienro. tc,¡ ,.esur¡r ju{¡menre1a va,de- d- h rerdad, con rodo to. e.e o. in,etpcruale\ v \i-r¿'e.. el ren omienro cienririco tué neurr:ti¿a¡ o , la ve¡d¿d, yhaciéndola cada vez más independiente del sujeto que la ptensay del otro sujeto a quien se dirigej de una maner,

""ltog",-"o-o

despojó tambiér al iogos de su inherente inreDcionaii.{ad comu,nicativa y de su carácter qxpresivo. Lo decisivo es De¡cibir ahorioue l¿ \erdid e.ore(i.ahenp Lr,.i .or-.i dp expF.,ur. B rnmodo de ser, más que un modo de conocer. O mejor .licho: esun¡ propi"drd con l¡ cu¡l ." cu¡..n.¡ cl ."noc:rnrenro porque

el erhos es un modopen¡anente de ser en el homb¡e: toda relación con et prójimocs cualiJícada, y esta relación, que es exp¡esiva, se funda siemprecn la verdad, como re{ere¡cia del ¡osos a la realidad común.

La ve¡dad no es por tanro uua exclusiva de 1a ciencia. Esto eslo que no pudieron ver los primeros filósofos en crecia. Trataron

L1e asegurarla, y era evidente que, hablando de tas cosas comoson, ms declaraciones eran más yerd¿¡ieras y seguras que 1as delvulgo; pero no careron en la c¡renta, ni ellos ni los filósofos ycieDtificos poste.iores, de que la sesu¡idad ¡eal es anterior a laciencia, y que sin el1a no hay ciencia posible, porqoe no es posibtesiquiem la existencia. Eu la ve¡dad estamos ya siempre, desdeluego, pot el hecho solo de ser humanos en sentido auténrico.

Aristóreles afima que Ia verdad es e1 l,n (rÉ¡,oq) del conoc;miento teorético (el fln del conocimienro práctico es la acción).aLa Decesaria disti¡ción inteleüual entre 10 práctico y 1() reoréricoaltera, sin embargo, el sentido propio de la verdad; porque ésrano deja de ser práctica -o sea ¿¡ic¿* por el hecho de ser especi.ticaürente teo¡ética. Por consiguiente,

alconside¡arla

a eIa comoun tin, se olvidan los lines que con el]a misma ha de cumptir elhombrc. ¿Qué se propone el hombre con la verdad de aeoria?¿Se propone algo disrinto de 1o que loera con 1a verclad anteriora la ciencia? Estas preguntas Do plantean una cuesrióD extrinseca¡l conocimienro mismo: la cuestión de los resultados vitales que¡uedan obtenerse de1 conocimiento ve¡dadero, una vez ya lograáo.Apuntan más bjen hacia Ia cuesrióD dei fundámento ñ¡mo delconocimienro: la posibilidad y efectividad er general de ia ver.dad. Porque, si la verdad es posible antes de Ia cienci¡, el cono,cimiento cientiiico no hab¡á de tener ni un fundamenro ni unaestructnra dilcrentes de los que apoyen a la verdad precientitica;

3 lá v{d¡d no es un¡ ¡ro!¡¿¿¿¿ del 6e¡, en et sentido de t.s idéas inna.hs, por eÉmllo, Lo que Foseemós c.nsritutilanente !o es una verda.t detcFnin3da, . nn.o¡ju¡io d¿ veidádes s.L¡e e*o o aqueltoi si¡o quc te¡eños,.oñó propied^d de ¡úestro se¡, li capacidad iun.ion¡i dé ta vtrdad: ¡uerrosc¡ sólo lLDcio¡á ó enjsre .or ve¡dádes, ¿h verdads, !ó, werdads, ¿esdev dads. Y oqo, cullquiera qúe sea nucsha disposició¡ vócscjoDal ftente alser. L¡ cienciR, snro un¡ hod¡lidad rocacjoñat dc exnten.ir!ltrc co.sire en Droctrñrse rerdadss, perc era vócación especiti.i, como.url.lúier ora, p¡.suFóñe ¡¿ lo.eión h¿m,u, común a iodos, pórque csronsiit,iiva dc1 ser hisno y hx.e po¡ibl. por elto ñds las runtas mo¡ah¡xd¿s de apréheñslón y repres.fta.ió¡ simbóli.a del i.r,

+ M¿¡a/isiL¡, d I, 99Jb 20.

260 EL SER DE LA VERDAD F¡-'ARÁ'ÍER

ÉTICO DE LA VERD^D

c\)mpletame¡te, y se juzga tácitamenre necesario, inclu§ive, neu-t.aliarlo asi, y concebi¡lo como un peru¿mi¿nto en g.nera¿, pues

sc coDsidera que ]a verdad será más valedera, y por ello más co-

26t

y si esta ver.lad precienrili.a presenta claramente Ios caracterespropios de una cxpresión, eleduada diatósicamente. entonces láverdad d. la .rerL,¡ n. hcbrá de¡. C, d. .erun, r--? d. ;,;_

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rnún p¡ecisamente, cuanto más Deuha y supe¡ior, cüanto ñás aje-

Da a toda conexión ¡eal con e1 sujero que Ia piensa v con los finesexistenciales que cumpla con e114. Ya Platón sostenja que decirla verdad es .Iecir las cosas coño son: .rrl órT o óE do¡rv.s Pero ¿a

quién se dice esto? ¿Con qué fin se le dice? Estas cuestiones las

l,a d*.üidado la filosofÍa,porque

lasestimó extrinsecas a la de'

{inición de verdad; p€ro esto a su vez fué po\ible porqüe taldefinición no abarcaba e1 sisnificado ontolosico de 1a verdad en

relación coD e1 ser que es precisamente ca¡acterizablc o deilnible

Una vez coDstituiclo abstractámente el sujeto de conocimientocomo una unidad suficiente y aisl¡da, habia que btscar en élaquella facultad que le permitie¡a captar 1a realidatl de mane¡a

atiténtica y decisiva. La verdad, losrada de este modo, habriarle resrablecer la comunidad del entendimiento, just¡mente por-

oue,erir -nd"n(ndienre dj en,erd rnicn o.uoic ir '. ' n;ular, qu"l, hubiera a'ca,':¡o", *rí¿ ur ver'al, obieriv. v ncce.¿riá leroaquellos medios de alcanzarla

-los

reperidos discürsos del mé-

,"¿u- ..," dlferentes en cada filósofo, a pesar de que todoscoincidian en la pretensión de universaliclacl v necesidacl. Conesto parecía más blen destruirse la anhelada comunidad del en-

ten.limiento, y se justlficaban las diversas formas de esceptlcismo,

en l¿s cuales se expresa el desengaño de aquella pretensión.

?ero la comunidad es un hecho; no l¡a de se¡ un resultado ape'tecido y buscado po¡ Ia ciencia, sino un fund¡mento con ei cualésta debe cont¿¡ para proccder a cualquier búsqued,. Pues ni si.c¡riera las diversencias de los filósofos rompen la comunidad: laái,c'epanci. ve¡sa solamente sobre la do-td, pe¡o no sobre 1a pri-maria aprehensión apodictica de1 se¡, la cual es anterior a todaposible do¡.r, sea precientitica o cientifica. Por firme que sea v

decisiva nuestra discrepancia con una teoria ajena, ]a discrepanciamisma se funda en ]a previa inreligibilidad de ta1 teo¡ía. Undiscurso que fuera absolutamente lncomprcnsible no provocariaréplica ninguna, pero tampoco se haria patente en él ni¡\gu¡arealidad común. Podemos ciisc¡epar solamente sobre la posición

ajena, y solamente porque nüest¡as posicjones distintas co11cüer-

dan básicamente, o sea en ]a comunidad que se afirma mediantela referencia nnívoca a una realidad común. Ni eD ]a ciencia ni

roAo. au.] tJ¡n.to .e cor.,br ab. unr púra r...-.rór' ei,1 el p¡., ¡m..r,J y¡a co.á Densada.

Se:ún e.,.,. ta c .. pcn ¡dr n...i, .i.o"l

punro de r"t"rencracomún quetoma et entcndimicnto de un h."rt]." p.." -r"";;;;;oJ) oüo, y la finalidad de todo conocimieDro será Ia finatidad v,r¡1.

¡,¡i.¡ica ñ !jrjénricxnenrc ,',¡.a. que p-ocu.r dicLo e.Leñdi-mrer.'o y -n e¡ .u1t Loñ.r.rc lá ve.dad. Anri.ipemo¡ v.,, lue, qupla verqid es et modo de ser con"ir"tivo del Lombr; fi. ei'c*ise establece Ia vinculaci¿n exisrencial entre .n l,omt.. y otmhombre. El vinculo es posiblc porque a los dos nrte¡tocuto¡es lossustenta uln misma realidad, esa ¡ealidad que se hace arpresa_mente comiu en la ¡eia.ión dialósica. y ta vincutación se ei..hi¡en.eJ modo lóBi.o-irbóJj, o: por e.ro et hombre e. L¡n.imboloder h,mb-e (.omo ll¡rj, dicer: no oto oorque in\e ,J bjmbo-los de hs cosas pa¡a comunicarse con los dem;s,

"i""p;rq;. ;

sñr¡npnre de .i prop o, v pur elo e. lc p-enda, Ia muenra. t¡ !á-rrn,,c. l¡ ,e.rár en .i m,.ma ,ndicadora de Ja ouar,,rJ

queiocompleta en la comunidad efectiva del diálogo.

, l"ra C ncrr.omienro rien,iti.ñ. sin enba,ro _Dira Ari.,óre_,e+¡ ra vero¿o en unr rn.r,ciórj .n,elecruaten rJ que n^ tr.,v flror po.ibt., rJrque.ap,j .u obie.o prñp,o demar.ra iñm.di¡rá v ¡de.u¡dari o bien. cuand^ el ".o. ".

po.;¡1.como una árr.rnai\á at lado dc ta verdad. c..ra ." -.""; * ..eJ pen arn'enro -no en t6. co.á. m;m¡.-rr y con"i.r- en .na.,nre.'. que logry li adecuá.,ón o concordenc a con ro r"¿,,d¡d.,Se ha desvanecido complebmente et sentido de t" ,""r;árr";"con ei orro respecto de 1a realidad común, ta cuat es inherente demanera eseucial a la verdad; sutniste en su concepto solamenie1a relación de ,n pensamienro coD esa realidad.-D" .; ;;_n^r, e1 p"n am enro. und ve:.:nput..ri:¡d, ) ailado de r¡da rela-.o1 ciarér'',- o dr0lóci(a, pu:de a.ah: po, d^ humani:,,.e

5 ¿¿ dn¡ro, f Vi, .1loa ??.o ¡kml,v., E I\, 1¡271 ¿5 siss1^¡,. . O(lt, D.e A..ro..tc.. -t | - oi-_ I to _t ,".1o omo ¡et.

o¿e.-¡¿ - e)_¿., e.r- r.re i \"rdxd,L:.dl, ,, * .... p,¿r:do pojoue \o pF1. ur¡r¿.,.",¡,,.

",," "",r. er_po.ou¿ ,ú cúr p..do ,p¿ln.n,p ru..j. -on idcr" ".rdx,ler. e{e FensJmieno mio.

262 Er_ sER DE LA V¡RD^D

en lit css,enc:á hcv ..purrros de v,.,a. jrredr, r,bte.: rodo lo ouerrn-cc v d,ce er. hom6re. e. no¡ib.e que " r...u."'i. .._"*]j]-..¡ nenp .ri-do. v en or.ces pl .enido eq cotucnli:t. H../ ^.;_!m" irecon( rliabJe.: \olunrddes arragónicaj

EL q^R,4CTER ÉTIco DE LA WRDAD 263

clue esto es asi, y que todas las vadadas formas de solipsismo es'táD desmenridas por tos hechos de ta axistencia común y del pro.cede¡ efectivo de ]a ciencia; pero también debe reconocerse como

inevitable

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p.,. .,-tÁ-;á;er(pecnv¡.mo no ctifnarii ¡anro ta dr.cordanc¡a de I.. p".e.".e.,cra o.l¡ fras¡ en¡c:ol dp I¿ ¡erridad m¡m¡, de ta cu;t ...,.,_po¡qeaá c (adr pun-o de vir¡ un .el:ror er,lu.ivo, privitesi¡do

:.-::"Tll,:"bi. rero. .i fuese ¿cencda. r,,*.r" ;"r ;";:;;;,;rsmo hrbni de .er.i, .omuni.able (amDjén, y et he.h; .oio de

!i" : ,,",,, formulado rcveta yr un inren.o de .upe,a. ("n .u;e.a" .rñButpridadej itr(drr, Lrbtes de to" punru. de ,;r¡ que ¡tr -i--a rccrlm.,C¿dá .r,iero es ún,co, cada crperienc,a indi,:duat6 unr.a r¿n,b.en: p*o ta cxpre.ión, y sob.e rodo et loe , es ei

::1': ":qy" d:.ponemo. pará venc* c.a inJividual.Jad que.e

suponp rr-educrible: ec uná conunicación de to,tngu,ar y p-¡-l,l,l: :

.- u,, eh.ri(o hace,. mmlin ro que e. má, prop:o de uno:l.l . J* por erro. rie¡Je pre.i.amenre a exp¡c.arre y cJmu-nr(ar¡e. y e\ro. med,o. de comunrcacrón no e'.rin dr.pue,ro-, á

:Y::''"'l=*", de e'to. o nq regun n,P.rrooe,rglror. úno que nu" obtrga a L¡"ar de e o. nue ,ra propir concl,-c,on. N,. .¡qurem ec propi¡acnre ireJurrbte eJ di.¡ur:o det de_

menre, deI en'e a qu;en árn"mo. ..en¡ en¡Jo,. poroue Darerer.¡fl un mundJ rp¡le_ un¡ realdad pnvada, y que con ello rom-pocr d.Jlogo\seno hi¿ncrr rcnc:r.menre a.eno o er7áñJj pue:rodá la cie.r.:a p.jqu:jrr,,¡ n^ e,.ino u, , h"...,,éui., .J,;;,;,u .uár e-e d\(u10 .uti,a¡,o e rn.ñnc\o r redr rern.or¡o-ar.e alord€n det "senr d".c.mún.. á ta comunijad", t" q* ."d; *;-no r

¡ei.u.(epnbtc de spr :nr" prerrdo y de ry ¡ nr. ner ¡.i to. vincu-ros oe reracron e)-rstencial-

La palab¡a hdjviduat es vincutaroria porque el individuo ñis.mo po+e.iá. en u ser pr..pio. la nor¡ o c¡r:ic,er dc .omur,clad.cadx .url, aleo err"rno o ádquilclo, .ino átsocon.,i'u,l.o dc.u fo,ma de.€r v dp cuatqL,¡e po.rbre modo je

:x,;:1,. 1:e,o1

.: dearLema¡o. co o h. h((\o ,m.r.c onarm;,,r;r¡ ' o,o.ic del ,ono.,11i.¡,,o. d-..-L,no. r¿ ." .,;:;"j-;;; i;no.,ón ¿dil..iil de un .urero a,.lado..ue e.r; ,,.",,,.,t-.ú,;," ;, dc d¿r cJen a dc éf. e-ro, ,* tab,á J. re.u,r" ,rn oiti.,t re-.^n.iru:r e.¡ , omu.1.dad .o1rc t-. rdrtptia

del ob,elñ.oue \e lográ,¡ .ñli,r¡,anrenre y .c.ha."r¡ .oda ro.ib e

:::..:-,.,:1. ra !e,dad no e. u,r, cu,.cordan.iá dcr pcn.rnienro:^"-^,",-*:1T1.,..no u¡r¡ .nncord"nc.¡ o comunidád deI ro"o.,\oo"c ra rectr.lád. eie U¡da dratógicrm"n.. D"b. ,ec.no(;,"

un hecho que el solipsismo es una consecuencia teóricade ese planteamiento que concibe e1 conocimiento como una rela'ciór coDstituida solame¡te por los dos términos qüe son un objetoy un sujeto que está, a solas, frente a é1.

El concepto tradicional de verdad (cono al¿equdtio inrcllectusad ¡ernJ, puesto en crisis por Heidegger, no debe recha?árse por

confuso, como é1 1o considera, sino po¡ incompleto, Una verdadsiempre entraña, dc alguna manera, un¡ refereÍrcia adecuada a lareairdad. L¡ relación dc ¡de',,, ón en 'í mi.'má,

sino qüe ha permanecido inexpticáda, y por ello no se advirtióque es solamenre un aspecto de la intecridad compleja que cons-tituye Ia ve¡dad. iCómo puede ser una palabra adecuada a unarealidad? No como ¡elación de la palabra con Ia cosa, sino cotrorelación ent¡e quien usa la palab¡a y aquel a quien la palabra se

dirige, cuando ambos Ia entjenden para referirse a una realidadcomún. Por esto, ha sido más radical y decisiva la crisjs ütat -yano meramente teorética- que ha suf¡ido 1s verdad cuando el h¡.toicismo

-en

alguna de sus direcciones más radicales- ha ve.

nido a reparar er el otro aspecto o carácten el caráctet e)'-presivode la ve¡dad. Siendo erpresiva, y por ello histórica, la verdadquedariá privada entonces de su tradicional poder de apresar rea-lidades obietivamente. También queda aho¡a comprometidq poreste ot¡o ladq el valor de adecuación. Pero es qüe al atinar en elcarácter expresivo de 1a verd¡d, no se advi¡tió igualmente el ca-¡ácter dialógico de toda expresión. Ni e1 inrellectrs opera solo,sin el iogo", ri el los"s.e d'riee a 1n re.. ¡ue-to qu'P. e<Dresivo.ni la expresión se produce jamás sin una intención comu¡icativa,la cual presüpone e1 interlocuror. La situación paradójica, en e1

nomento actual, co¡sistiría pues en üna crisis de la ve¡dad, pro-ducida por la revelación de uno de sus caracteres esenciales, y enun intento de salvarla, mediante ]a negación de otro de sus carac.

teres. La enmienda de esta situación ¡equiere no sólo un análisisdel ser de la verdad. sino coniuntamente, de acuerdo con el mé.todo que hernós venido aplican.lo, de las teodas que han puestoen crisis su concepto tradicional.

264 EL S¡R DE LA VERDAD

§28Vmo,r¡ y co¡ru¡¡»a». L^ ,,AcüruD,, ¡¡ H¿m¡co¡n

VERDAD y csMU¡\tD^D 265¡¿ción, de ¡cuerdo con un .rirenñ epi,remotosico cualquicra, pr.:esel ryror pre.upone.la- verdad y no e". e.rru, rur¡tmenre, .ino unamnan.- de I_a verdad. Dkrinsac. p.r ranro, et enor de ta meo-

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P:: fl:l"f mur cc racrryí.ti. amente, ar rrarar de la rerdact y el,rcr. que.hemo( de coñ.,dercr at togo. como un" d. to. !e.¿r":crL¡c. tróv óvro! yruirvr., F.,á añ,_r3.ó. p"d.i, .", á;,':".una,eoriá o¡,otryca d.r h."t,. ;; .;;;i;?ii:l:''' 9'!1'''.'..ce.a, :o, c¡, crec,o, ("..:d",c,

", r.8..;..:e cr pu,fo Je vnra del ser. t,eroeI carn,no h¡ ,f. .,.dr;".";;;;:i ;:-:l T.T1'1. & ini.,er .u reco¡rido. de.p" "^" ,;",;;;;;, ¡ ,au\ oe ru c¿.¡crer d;alogjcu. larece romo 5i, en .¡mo oue

iij,::]:; ::::,-;iT:'bl. ¿pr,ca,re,od"- con..ae."iri."":.i¿s;;r ruc.r eue er enrc ql¡e trccue a dcÍ,n r.e como ,c¡ dct lá¡orucd¿rá d erm.n¡do por un" propieclad que \e ,o.rc,be .omo-lam¡. nc¡rr¡ y r i,a.renond jhrcnLc, et tóso: hao ¡ ¿. *,. j",.:¡i.

on,oros,cdmcn.e _v por e.ro .erj derin,,o;,o det h.-b;.-;";q;"recFxn¡nrc .c jujCár¿ igral en rodo.: rnexpr+.^o, y por elto1-mo ooroprado como órgrno de ta ,.,drd. p";;.,;,';;;;:. Bnrtr.r,,vcrenLe, afjrmá rambién pJárón qL" et t.e", .u."

"no.o, o. crp co-rerácionar enrre.i ir. rorrna. r,i,v ,.^/¡i.,,i,joíu, ñ1,,?.o/4r) ú tcro to correlacion¡r

er /oqo no.on r¡ r...". i¿ .... "i" l.j"l ,:,.'Jil:[;JT:::lr reiar ar ro¡o, r: r.mo de.de et punr" de vira d"r ,"r \ ,";.:rruL.(,,,'rcmo uno ,jp .u. scne¡n.r ,o..nFtacjonr,lo .or) I;. su,e,ros ¡oe¡c . o sFa lo. homb.cs concrpro,, quienes em¡tcan el .er::T..:

0".. -Tú' de rertren, .r pará comunicare. r; *,d"r ;, ",to r\u rcIelencn común_

.-El. hombrc e. et .er de.t, \ trdad polque e\ine _y .ó,o puede

:1:',1^::i.f manera_ eftc,uando , o e.a re,erenc:a" ,: ,.'*j: romun quc re pe,m,,é e.r¡D,F.er .omur dacl con etfi.l'p rl rund¡m"n.o d" r3 .oru,,rd¡d, ..,"ró8'."-"";. h;-e\prelrvrdad inhp,en.e ál ser que.omun,.r, y roda

i:.1:::"T.J:,:T]*. en.u. rorna. r;¡ica" o ,e.u"re., eit,ai"c..,a .F

.le.cubr.n, Do¡ Loñ.ili-'lli-'.ll:''r* v "r:¿l.l* i" p.l'i"i,".iÍ'."i.1".#-r'l'5I:-r v,,¡ ¡n eñcronorrd¿d e\pre.,vl) o cu_unica,,va. o d¡cho roda-mis r.vL,rdorp. r"da or""¡¡,on h;;;;r;;;r¡nptroup.cn su, inrendón (rprenv¡ una repjc.enlácjóo ctel serconr,eoe /. \erdád (-e¡ p¡rdneo . "" "",J";"_;,;;;.";,;.;;:

nra. o.le cralquier otrá fomá d" enCáño: ambo<.on etprerones,y en arbo5 "eha,e pa,.n¿cet serdet guee\p¡e.a; peroen e enorse háce p¡rcn..,ademásorro §er _ áunqJc inadecuadamenre_ , tomr(m,) que en r¿ !erdad. m¡enrras que en et enlaño!c.curá -,3mb en con m,vor o mcnor éx ro_ Jetrber¡J:rmenrc.Ll Lrmbro

en la inrpncion comunicárrv6 impJ:," uná e.rructurad¡h,enrc en el dr.po.,riro frenr" rt scr y ,rcrj,e at orro. f..r c.,u,lanbc¡ el ensxño, como et error, pre.:oon" h ,edad: et cnganose prodlrce rrempre como una u¿¡rdn¡? o den rrr ió¡ inrencrulal dela ctisposición bárca, que es la uera¡).

.-l-odo. l¡. concep¡o dc verdad quc tra producrdo ra hlroria

oe r" crcnc€-humana Iran urir du el ¡.f"cro onrol%icú radicál delá. ve.Lla.l. P((bámenre po,que Fcn .onccpro. ..(ienrifrco,.,

el.riterio con que se esrablecian era pu.amenre epistemológico; setrataba de dete¡mnrar en qué condiciooes eI conoc;miento hu-T:no

p:ede'er.\crdádcro, y no lñ qJe rsn,t.c¿ la \er.tal fr .pec,o

¡1€l +r,l.l h"mbF. Y er ranro oue et c|reno Itcs:bc r .* on.^-lóeico, como ya en Platón,

a través cle una sübstanttvación dellogos, se hacia más señalada todavía la linea divisoria cDrre et ¿o.q"r ligr.o v,"l loe '. e\pre.i\o. enrr" la rerd¡d .,.^ pr- ,.p-;-s.-nrarión .decuadr dct_.er, v t: verdad como expre,ón y conu.n,c¿c on Lo deci"i\o fud. unán,,ncrpn,e. el ¡rln A" e,i*. elpro¡ y drsnotu,rto eDi.renológicrm"nre de L, verdrd. par¿ mcjorrunda- r.r Ja c,enc,r, No.e adürrió que ta (ierci¡ mi,ma puoierav.deblcrá ocupar.e ripu,o ,menre det he-ho de Ia u\¿an,.;. <iln.tifica o precieDtifica, y de lo qué este hecho implica en relaciónc"n un conrepro del ser hum¡no. y.on un crncepro de h propiackn.,a. coñ.iderad:. -omo una dF Ir. prod,(.ion(. t,,{órica. deese er mr. .¡racrerini.a(. exi.rpnci.t y onrotó¡icrrenrc. tor ellono l-¡ rrñd'do nunca,mrgi,lar ta Lienc¡a _ta c,in.i, y ta rito.oria,.onjuntamente- que el error no fuera sino una {orma cte la ver-d"d. El crror r trcbra que exp.,.-rto como un

un. repre.cr:La. ión i,úd,c@do delf!l ,ficrc ó,, lel -e. rep,e.en ido. t"ro ct .er pnmáriomcn,e re.pre.enrado en I¡ \cld"ld e" ct ser que ta p,onunciá, y ¡o ct .er

::l 9bI,., quicn "l ios". c rer crei y por r¡ otra pa¡e. tc ¡ro.ran rs ro§clr det .*r e. rdn curénri.á y efecriva en.l cr.r .o;oen.rá vcrclad: .t .er mi mo e.ró ¿hi, .e hacc p¡ron¡e, aun cuauclose,uzs e erróDeo cuanro.e dig¡.obre él; pue, ta func:ón bá,ic¡

266 IL SER DE LA VERDAD

,lc.h vcfrl¡ I c. p e.enrar el .er __ex¡trcar c.;mo es e, (o.r deri-v.,,r¡-, v Fl nJ .Fií¡ {t,..ce r.btc sr no e.ruvrem yap.¡,¡¡',e..¡p,!r deJ cuat -e hab,a caón.1..enk. L" Ji..*p;;.]^.

VERDAD Y C§MUNIDAD 267c.ntrun". Advenjmo. enronccs que.

"i t, patáb,¡ t,t[I¡r .,snirca,¡,r-. ¡d^o¡ ru,.on,.ario. o rpa ia n^í3fio. n"ne q,e .iin;1,.a. ,,,,_«dqo. ror xhr hcrn^c erürado en el .amrno de un.r áúrén-ir

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oc.u po.'brtrdad eri{ren.rat. y no.olo dialécricr.De es¡¿ n¡ne,,:. re-utra6d inev.r¡ble oue h rñrnúJr o pjracióDF un co:'oclm:rlo ade.uado. rrrme v Jet,nirivq to ete\a.e Icrcñc.lr at nrvet dp un.rircno y coñrepro lonn¿l de rerd:rj "ue por ello no DUJiF5e expr car<e nunca ta t,..roñcidád Jet:ó,-

i::,Ti*l": d (,mbiñ d¡ verdade. en er rr¡.c¡-so det r.em¡ o. rJrreciro era rrnto nráJ eraiDer¿nre cuanro más ,nexpli.ádo. y poresto producía como rmccjón una insistencia mayor e. a *.áát..l*. *",-i de.humanüado, de,in.erésado.,"i'"'."1, ."...,.ry eremo de la verl,d

,Orra ,mp),cooon era.pe.anre de ja. concepc,one. rr!.licio-nrle. Je la vtrdad em Ja impo"ibilidad a. **jird. " r" .*p"-riencia mmún el valo¡ de una auréntica posesión de1 s.r; c"mosi la insegu.idad episremológica de esta experiencia fuese sufi_(ienre paro d,.minuir el vál.r onrJlósico de to aDrchen{:li.to "..llx. Lj .er, en Inda -u

^urenri(id-d.quedát-, 0,.. *..,,"ao pi*

una e\perie¡.iá pr:vitesiád¡: Iá cuat"óJú

poJia eftcrLar." en eloñmrnro de rc crencjásupcrior. pue.;'o a é.€ corc.pondia la mj_-on.le l.J.!¿¡,r,/ "pl. Heidcg"cr mismo no ha.e.,no r"forzar

e-,c .en-ido rradkronpj de Iá v",dád, .""rd. L -"..;i;.;;;;rLetat d(-dtbti,ñienLo.le lo que e.urrera erucalrro, y .rrandordea con un¿ p.rricula- inrcrprercción e.mológjca.

No siempre una teorÍa puede fundarse en una etimologia; a::::,*"d,i iñc,L¡.n. .ol e,,re,a ,bcrraJ. pre..inoir d.t . sn;fi-crdo clrno,ogico de Ios rénn,no. quc e c ¡nvensá cmpl(ar. t ó

rev€tan et .enrrdo,de,frt<

plm,rñ65 in,u,c;or,e.. ta. enmotogicspuedP_r corrobor.i la ¡decupc,ón de un¡ reoria qr," a.o,ra a oa-,,,-dc .,r:i áp.chen.ión d,re.La de t¡, c;.;i;..!r.unc. .'n embarso. que pr .igrj:fcádñ d. de.c".A¡rmicn.o qJeconricre r.r ¡alabra grieea iOrrr e. n* bien ..-r^,j",i"r";;rev(rr Ic rn¡.nr,on pi;n.rpil c^n tJ- tue c,pread¿r n. 1". a.o-..¡crone..em¡r¡r:rá. lm lícrr¡. en e.r..u.o. ta ..¡r,iic¡,ró¡ ¡re-ci.a.dc una Daldbra erá de.erm,,,rcla . ¿.i.ria, ..¡l',il.pur l" -gni'i,"ción d" b pchbru cunr ¡ria. r rn¡. roti¡vja c:ando,.ii:_:ii" r., mi. a ,";. ¿y quó A ro.o, -.¿rio dc ,a üiis,,oi

,r\rc-1oto$camenlF. c.m rol"bra e. ne8a..v.i .upr,m:enáo etpre'"o pri,rri\o o. he Je qu"d:rno-, spre.ada en l" ,-;, f.,¿*

inte¡preración semántica y filosófica. Los g.tegos empl"aban iaurhbra ri,\t8,;p;¡ro- par. d«rgrar..t que evá pri,rdo de lerargo,o y¿ ar ñombre vrvo. er)é€ico, d, ¡ier¡o (y de.prcro.e d,cc,am-o,en en ca(re áno. paB hábtár det t)onrbre tnro y ad\ettido, o... el aue ¡dúturc 1". co.a.. et quc la. re r ¡ep6ra en e as:

l:1,:loara qu,e,n

iá. co.a. no p€.pn dc§dp, rcibida,,. L¡ ratábrá¿tnnvTo:. ^o- ct Lon¡-ário,..Bnirjcd un erádo de.omnorencra, deolvi.to, de inalverrencrd. También el ve¡bo tn!l}<i,r, iúS;, d;;11]:, 'n3d\ri,plci:1 c..er c.,apar nñr.¡r. er pa.ár ¡"-a..¡i,,,iij.,

"rrvrd¿r en et -er.ido de de.cuid"r algo o pn arlo por atro. Todas,-§ oemas párábras _) .on \ariá._ relcriúncdr. con éra, en-vuelven, como significación, ta idea de un estad" d" ."_;"1"";y la del olvido, el descuido, la inadvertencia, l" d"r"t;i;;;l;omisión,.la d¡-¿raccián (como contrario de ta abs-¡acc¡ón io'...¡rrodd). Sr la p¡hbra ¿tnB¡rd !e Lomponc en,once., mo¡toto-src¡mente, cúmo lá conrraria de ¡oda. e.a¡ por et p¡efiio privr-rivo, su sisnificación tieñe que ser literalmente 1, d. ;" .ri"il ¿visilia; y esta eigtldnci4 propia de un es¡a¡to

a" o¡""q i-pii., "l:ul,ráJJ rolng argo conrmr o der d", uid,: t, "d,;";r;; ;.;úpue¡ro á ,r ,nad\errcncra: el cperirbir. como .onrra¡o Jel dey¡percrbrr: el reparar eI also. como contrrr;o de) pr.arlo por atro.C¡mo quiera que 1a verdad se conciba en t"oria, el siego¡.J. :..prinirir'áñeñre con c..a pat,bra ta noción de -un ;-

'áJod-.alefla trenre at .cr. en ef cua, io. en.e. no pá.án de_apercibidos, como cuando ransitamos habttuat,,rent. entre Jlosy, medio aletarsados por nuest¡a familia¡idad *"

"ll"r, ; ."p;:nmo c, rodo lo que .o r. v .ó-o .. n, aurque )á e.rero. b,en

-pl": o.,q.": 'ú. L¡.ororcr. o et ,.orbro ,$n¡uú, LU,, qu-sp,"r.r¡ cJ irtñlota., e..or¡o,á cenretlc que irva la jrF.ció

r!u iá ihra rc.pccm de

".orq:e va conrjcmo.,

v a tñ. qLe. úo, ello rnr.mo. vÉni¡mo. dp,.-"¡dand". Il nim;oe(uro¡.ro no ,ebarir er .cr.le lo vr", pero "t r1ir¿r., rd,ldo.ore¿ T (¡ .ren.ltmmre el .er deJ quc a i t1 r , rrar y rer. fr--nt:r\e i tá. (u{c con cu,dJdo v aorerrenc¡3,.on aren.¡ón de .

prens-y \'grJn.e. e.ro ea poneFe en cond,cione. de d..i, Ii ver.diJ. tJ c rcdo de ste ¡ frenre aJ .er árb rra enronces :rr método,y con €sto se o¡cani:a la ciencia: una manera sistemática cle miiaicuiJ¿dGar¡Fnre 1a .e e.rnl» \i"ndoj y en rJd"ár8uno un de"..,6,ir Io que anre. permaneciF,a en.. bi,rLo, o

268 ET SER D6 I-A VERDAD

scn cl !Jer. Er¡ posesióri del ser estábamos*.,ü, r. r",;¡;; ;i i ;;; ;;il;'ü J:;l.T;i;::,"1 ::1.1,:i1.1.* uná¡ §cs"¡,r¿ u¡¡d, ra fuar .r"p¡* un; \.,dád q,;

re\ptcdorr en et .en.ido de quc dc.,Lbre

-

LA "AcfITrrD" DB IiEIDEGGER 269onrolósicamdrte al ser de la verdad, o sea el homb¡e lDasein).Adüértase, sin embargq que en los términos d. .ste p.ograma ia¡rención recae aLora más bien sobre e] ser det hombre que sobre

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mejor'eimodo de .er. pero ro et .er en cuanro tct. En .uma: .t ".r., ,...-:^:l:-,-11 ilt",l"*'9 n¡. común. piiminvá v eviden,e. y en cIarsroe rámbrfl, ta ma, pr:marin verdad. porque et ser.e trace Di-cnre ¡u.r ¡ ¡. mi,á,1. má, d*cuidcda: e. Ia .od¡t,,lxJ exi..;;.

de rc. rejacione. enÍe eri-renre- Jo que reauiere

:l1i:Tg, T. vrve y de.prrna. y un mérodo b,;,-;;;;l;¡;;p€ro er nerodJ haciá el ser: et di.curo.-det mé.rooo la ro pres'rpone, como todo drscr,rsoHeideEg"r h¡ rraiomádo el con:unLo de noc one. rlar,,a- a la

l:l:::-:.i: * r,á¡ d¡do md,cionarmen.e p", co."ár,idJ\ ) .;;;l¿ ¡dc( u¡ción o conucni.nr¡¿ dcl inrele o cun et

"er. en que l¡ \erdal háLria Jc con.i.L,r. t..".i ;,".,.;";; p;;!:i9o que ha', .ido. n. há ro8Pdo al,cru. "t enloqu" in;.,;t."Ei

:Y:i-3h :r conce¡ro recha ado: "r nirer en er *;i .. ;,;;;;u,amenre et problcma de lc reJa..ón éñrre el que c^noc" y 15,'on^crdo. Lro re,ac,ón erima H",decser que no errá rno conru-srmeñrerep.e.¡1úda por et corccpro de «l¿e.rll¡¡jo; oero.,aáorm quF sca ld foña de di.ha ref¡.;ón, eJ

"en.llg: r"0,. , ¡ad_rar de ra verdad .óto prede ccpra,""." i," "ti"in¡r.runo¿inpnrrt r oricinaro. F-e eq el de ta re,¡ción enrre unhombre y orro hombre-He'desrr, en rtel .i6r,en.e modJ: \i e. , iFd^como ro cc. que Jr ,e¡dad c,L.t en unJ rer..ón., s"",,;.4;;i

^:,:.:,i'",":,.rrcnó*$o de Ja ,crdrJ viene ¡ c¡er den,ro ctel

:ll.'" .. ,* prob,emá, onrojósco.. La primera p.caun.a rieneien qué reta.:or ¿,,,,." . *,ál¿et* * ."- t, - r¡ rqd¡d c¡- et e¡ det homLrc, v ron l, p",rt;",;";;-nin¿ción ón,,,c..dct h:Tf'c luo.",..,.,; .,. ., comprenron cret

ursger..rrñ. rcvJtJ.:o) cn le p-opra rnrerrogac ón y po, en.Je u."l::,:,:::iii l, f(r¿cri- m:na.,n cr er.,2 r",*a"a y, .,s¡p urá rclac.on del ou_o i" c,"cro.on Ia r", r"r,.rno ún noJooc-err.,on rnrcsmt d_et w que cono.e.on t,.onoriCo: u;o ro.re.oü/,o,¡arr( rcr,,e rt .y. q,e *,,;,¡ o",a c,-"c."r;-a¡

11 E¡ Sd ? ¿¡ ?io¡to, § 44.1! De ln esencia ¿e la {¿id¿, Noh ti¡rt.

el ser determinado de to conocido y sobre Ia relación intelectualcon lo conocido; pero que, cualquiera que sea el cambio de énfa-sis, los términos mismos de la ¡elación {undamenrat no han cam-h"do para ncJa: e' e. ¡uera del di po..irvo.igüe.iendo et mLmo¿. ed.,ado p¡, la rrá Ici.'n. E.ro ..c \erá en sesx.da má5 c.am.

.. D".pJé. de fo,muJrda a pr(_súnrr in:cia. et p-i-er pa.o dcJTeidpe"er lipñe cue ser Ia c¡i, ira det corr"pLo de

".jorq"",;o, ,o*"lo--a lr.c r'.'r r'c¡ Je c¡ acrcn:¿r tc ret,c,ón cor et .er en olre ta_\ lrd ro1.i..e. ;¡or re.Dc(. " qué concuorJan el inr.,l..¡ar yla res/ Es indispensable poner en cla¡o 1a forma de ser del cono.cer mismo,l3 Esra form¡ no puede actararce mediante la nociónde una con?cni¿ncú enrre el pensamicnro o su enunciado v I¿ro'a. porqup e.r¡ ni"ma con.enienci¡ ¡p.ut'r proolemr ca.:Cámopueden conveni¡ el uno con el otro dos términos de una relaciónque son tan manifiestamenre disrintos por su aspecto? Enuncie-mos está proposición: "Bra moneda es ¡edonda.,, Reconozc¡m""quc e. verdade.a. Pcro. aunque

t¡moneda .ea

rectondr, ta p o-posición no lo €s en modo atguno: no tiene ningun"".¿r.r". "rpr_ ¡1. Lr .ronedr e. meri rc6, v con "Ia podemos comprar atgo; .inpm!:.cJ. et enun..dJ no e. náda marcr,at. ni puede r¡m¡r.o

c"mo fo m^ dc r¿cc. A pe.rr J- rodo, "..,ce q,; h", ,,,- co"-L.rda1.r enrre lr prop¡.r.ión r l¡ moneJa. \ que en er¡ cwñroaJln. ia con.ire la verdad. /Lómo puede .t er,ur.iaJo ccncorclarron,l"o p r d:.r I'rñ co.^o l¿ monedat.Có-n pucde,,nrnrenrendosu esencia, hacerse adecua.Io con una cosa¡1r

La verdad-sigue diciendo Heidegger- ¡o tiene la estruc-

,L,J Jp uni rcncord¡,jrir en r" et co,,o.e, ! Ft obrpro, e1 ef .en-'1io dF uñ, ade(up.jón d" J.l cn'e (cl ¡u,e,oj a otro enre (elw rp'or. sj un, pr.po.:cion e. \"-d¿dc€ F porque ¡rop.nc al .er

verlo. lñ fr...nr¡ " ¡,1,,4¡ ,,ic r,r¡r orrl,.errsuma, es apofántica.16 La proposjcióD rel¡tiva a la moneda se re-nercá e.L".".a en rá ñ qu¡ Ja ..hrr"

¡rrcr .e.rehr"¡e¡¡,¡, y t¡e{prFq ral.nro A.rc E. e,di.om,, . rdqr e,e "n Heidegger ur r.ip,) f,cc.ió,i ,ndepend'en,c de t¡ merc ,,del,dad .osn-.c,;u¡, .etrat¿ de caracterizá¡ 1a acritud, la conducta ilrterior o combortú

13 E¿ -S4 ) ¿¡ T¡eml,¿, § 44 r).11 D¿ la .§ncid de ld úddd, 1\.16 Ei s¿r I el Ti¿frDo § 44 a).10 De ¡".s¿ncid ¿¿ ld eeñd¿,, ll.

270 IL SER DE L4 VERDAD

1'¡trt ttV,aIdrcnt del ric,o r""pecro def erlF. tn ra vercladrn" di,po,ic¡on ;,,; ;;Ji:;ir,rc¡r, , r+nre át "nre: ..re /rar¡,,. al

",.. l, t,b",,.d ;,";:- .¡ r.b.nor-e- la e.e,,.,1 do.,i ve.dJd.

271

§ct? La proposjción qüe este existcnte solitá¡io formule, aunquela supongamos fundada en su adecuación por una peculiar act;tud interior frenre a1 ser 2no resultará sllperflua, si la verdad no

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LJ horbre r; ",-ii. ", ";;.,l,,oj¡on". cn l, p.úpo ic:on quc lan "mo. i*a"¿",,." r,l "".,1co-rpor?mrenr., o m c.r:r dÉrc..ic:ón trbr" r ¿bierra. t" ;,;;r;;urero o ¡i dp.rúi.,,¡ u. p-e.i..rcn.e ,; *,nl*,, l. i.-üj.1.sepun l" in.erpjc?.ión h. idcsecnon.

¿" l, ,1."¡,j ."""")",1b -"pnto o t,.vlacioa,. I3 trbe¡¿cl. a.i com**d,d;;o;,;;cl¿, rr al ente, cumpte y efecrúa la esre''ei¿' ión der ''.-" r"'"''': 'i:'1"

re d¿d baro

l: :' :r c,,,.,e. d- ""; ,;;.i;" ;11,1,),.1i1'l;il"lÍ,lju,eto re.pecro de un obiero: e" É p.ucta, ión ,r.l ."r; a;;;i;.;i,,,1.." .1'r:" ta obctu¡a an¡e, ncrc¡da. L¡ ,;. j;;.rí.;;;:i4e a rerdrd no e.,:r en et rui:o. Si eJ juicio o t, p."p".i.i;;;";

,¡.'cn e rué ád;cuádo er ;;.,';;;;"";;rac¿. ¡ .u dnro-:c,un ab,enr. Lñ ouc hácc po. bte ,; ."r,.;;i-áo posee por ello un derecho m;| ..r,c.mo la e.encii ¿" l" "..i"¿:.',i-' .,,c,nal a ser ccn.iderado

..1 ;.:.f:i"l':' t"T'IT':.J'**'s:''..,:rinr ma .Iue ado,a.

er iu-rdam"n,^ ¡,. ".,r, , , ,;ll;;;:.;?1iliT J.:;i"J:a de nede8ger ¿no viene a reDedr. en n

::l :,ton c.aüii,ca ",,; ; ;;;:i;;;:J ::;::,ff;,:",J:T:,1:* T" _",.

"..,. ouro porque d, ia.n ¡a:,1 *._, , .l ..,"-mrenro DrJ.i,. \ u¡ri,r¡.i"? pero,", ", ,",,¿.n.i, ,ili Li :".es(ub-e r.mbien verdad.. t¿ r,encia ton,erpo"a¡rea? Cuate*

:,.,:: qy..*" I¿. p.o),cccione. d" ".," il;, ;;";;.;l.i;)nc-" de -epre.e¡,ar ra er.ucru¡a de ta cx,.ren"; h,;.""r"/;;l.-..11."'*,"". "¡.,, con un exi..renre r"cr,car,""",.;..i;j;, ;;;¡n ar.rádo.omo et .6o det c"giro cane.¡^o..ol;r¡,,o,."r,.1i

," ,i,'; "{1,,,;;,"u;" "..,:,,I1 i il.:fl,.:_:J",,,r o./?

.1.arjr,.,r,

el-.'",-.; :'":,': " : ::,. r, ::ll, l.,r: i:,:;rr:.]li'll, j::"ij:,l"";X',": :; L:"..:: jj,i:.:-:".i1"1: ,i,",* +,.,,¿, ,,.*..i,":, ',..,, ,.,

^\," j ,.';, , ;. ;,I";,:]":,"i I;T5l:;r:"i:,,.::( /.mdd vr¡, ráris. i}S, F¡¡ AlDho,ae ,r" \¡".Lr. j.,rm. .", pj'. 2,,+.,.. i",,""1i . "i, ",:

:"_*l *""y-' ii if::; l::.-. ue td..¿n,id ¿c ta 1er¿at tV -

ha de residir en ella? ¿Pará qué manifestar la verdad? 2Para quésc hace patente el ser mediante el logos, cuando ya está de sobrap¡te¡ie pam una mismo? La intención del ¡osos es efectivamenre¡polántica: pclo ¿a qué responde esta intención, si la verdád esaDterior al ¿o8os? ¿Qué sentido tien.: el hecho mismo de exrresa,

el se¡ como es, existenciai y ontológicamente? iA quién se dirigecsta expresión? Y sobre todo icomo es posible erprcs¡ir e¿ ser, seacual sea la disposición interna que haga verdadera esta expresión?

Si nos libramos por un instaDre de 1a mallá espesa de esas dis,tinciones sutiles de Heidegger, no dejarán de parccemos, vistas.lesde auera, un poco elaboradas y fácticias. locurren las cosastealmente asi? lEs este proceder de Heidegger legitimamente fe¡o-menolocico? ¿Está realmente implicado todo esto en el hecho sim-plc de deci¡]e ¿ alg¿ien "esta r¡oneda es ¡edonda"l Heidegger hañostrado que la Élación de adecuación ente el intelecto y la cosaes cón{usa y oscura, en los términos traclicionaies y comúnmente¡.tmitidos, y ha r¡atado de mostrar cuá1 es su fundamenro. Acep-

tado el fundamento -hipoteticamente, y para los efectos de la¡rgumentación-, se considera ya verdadero el Iosos o el enun-cindo que erp,esd la cosa tal como es. Pero no ha quedado clarocn modo alguno cómo puede el logos "expresar el ser". Esto esmás enigmático todavia que 1a relación de conveniencia entre e1

intelecto y ]a cosa, porque no hay entre estos dos términos-comocremos más adelaute, en el § 29- mayor disparidad que la exis-

tente entre la cosa y el Iogos que Ia erP¡esd. Y el enisma per-manece¡á sin solución mient¡as los términos que se ba¡ajeD aldilucida¡ el problema de la verdad sean estos dos solamente:la .".a, ¿" ,nu pa(e, y de l, orra el "u.cro, como quiera que .econciba y sean cuales sean 1as potencias, facultades, actitudes o

disposiciones süyasqüe

se traigan a colación. Heidegger haplan.

teado muy certemmente et problema en su propio nivel onroló-gico; pero ha creido resolverlo ret¡occdiendo a parti( del lososexpreso, buscando defuás de la proposición, en e1 interior del enteque la fornula, e1 secreto de esta formulación. Pero el secreto noes seteto: 1a solución se encuentra, no detrás, sino delante, haciifuera de la proposición, hacia el ente ¡o,a qeicn el enuÍrciado seenuncia efectivamente. Hay que inve¡tir la dirección de la bús-q(edá, por consisuiente: 1a actitud o intención fLrnclamental no¿s Ia ¡eferente al ser exp¡esadq sino la referente al ser .lel otrq

u

2?2 EL S']R D¡ LA VERDAD

Ir¡fr¡quien se exp¡es¿. y con el cual er

il':iitJ';r".J ;'t{i;: jil}}*:T.jdr jj ji.T'i::if.l:jn, d:1h.. su r¡.)d cre

i'amenre

LA. R¡SIDENCIA DE LA VERDAD 173

l.o. lá F.oncili.cion e os do. ádre*an r, ha de m-r"cer ¡e..rero.con e,e,c pero, ouc., hemos de rane;rr I¡ clove que e., puelraprcporciona pam interpretar la tendencia unifon¡re y consrante

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".., ^..;;..;;l;:LUfaJc.cub.'mo. que. , ...,". .."""

.,"u-"" l" -e"Drc' . u¡rJo

:ompre,o, i qu ," ...pr", L"i,"'.,""trrpn,e ¿l ob'ero. ¡o F. á

r¡ ver,r:d oue ro rcú,.e.o; :i.:;;;i:,,i: e,-v,r-uro on,orot,, o d¡

," 1'::n,'; :t.::; lr :l :lirl:ii.i":¡" :,, ::| :;min¡.:on, n,_Ijs,ra J; r, ,;;:dl';:::

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rer.c,ón det hon bF ,".' .r 1."_¡," ,'i'. ", .:-.

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n*.,"*x,*:i.":"+:.:U;t :::;:llí;*:i".X

;f'.;;;l;,::[:^'" * ¡un cu¡nd". .^p,"." ."n €, -ienc:o y

- -D:.h":h:, n, se.ja desdeñabre. Dam

,eoJe- cá parr t" -.,^;."j'"'""'""1Y"n, r,.. ;,i,, ;n,;;i',:;, ;;.;..:1":l ".":i:I.: Tirco de .u p.r -

fFro m¡" ,nánirieqo ; DJ;;; ;::;';"': "nr-r.ser ) c/ ¿,¿n¡p",

i":x.,rr:*,*t¡,;I i#lqrü #i3il:rs :f

jhi;iil* ;:i.'+:

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r*iii; ;: li'Í # J:;;:i,". I Ii". ".'"tii . .omo una ra :,a de

*,:{:,; j.;r: t:i *;i::lu :, ií: jí ;li#rii,; ;:?r;;: ;; J";:i:: :..T,iil; T;,:,": :ii:. :,, "."".,,"8i. .,.,I

lir:, i: il:.#r$ 1il ll{:#,¡lt1n5i}t

de Fleidegger -a pesar de su método fenomenolóeico- a rehui¡\ dprv.lorar lo q re es p¡.en.e. on.o,og., I "p,.,"-ot,g,",n.n,",a suponer quc el ser y la veLdad están ocultos, velados por larpcri"n,.a r por Ic orime,c ¡orehen ión. to ,nrcrprerarión m,.mrdc'a ,ill0Flo cu-, un 'i,c-át ¡lc-cúbimnn,o no es viabtc rgu.

rosamente si no se anula de antemano et vato¡ de ve¡dad de taapófansis primaria y dialógica, si no se presupone que el ser ma,nih.iado por cl /^¡o, r"oueria ".e de*ubrimienro, porqu" e ru-viera ef ectivamente cncubierró.

Como qüiem que sea.la teoria misma ha de considerarse comotal, y ser juzgada por sus mériros propios. E1 concepto de an_gu"'ia. el (oncfpro rle ¡,ada. et conce¡ro de cxíds,.t pecutiarco,cep,o de li6erad r dc conponomie,,Lo f,"^,. "l

."i.".r."uedan hu"rana-1enF Lor prendetre meior , uando + pre Ume

"u,si, ..io.enrido mi..ico; pero c ra com¡ersión, q,.;. ". .1",-nriiva Iá,de un¡ exp^rienciá .inEu'¡-. no \a Ce jmponer.e, enun.eñhdo o s o,rJ. ni h3 de chcLar tá Ll^i, c.rimació¡ de

"umpo¡te {eDomenológico.

§ro

LA REstDENcIA DE LA VERDAD: ¡L ..Lo«)s,,

La cririca del concepto de verdad en Heidesger (y del conceptotradjcional, cuya criric¡ ya esrá presupuesta en Ias innov¡cionesheidesgerianas) no reporta corno ¡esultado un conceFto simple,mente cl;stinto, y en principio equiparable,

"" a"iu.i ¿" 1"" iir_

crepaDcias doftrin¿leJ. Por el contrariq su posible validez tjeneoue !pre.:ar.e ror-ndo como ¡unro de referenr:a Io. Jenómeno5¡mli-3,1ñ. ¡hom. y a lñ. cu¿,e. He:desgcr y Ic radiciór no pa-e..en haber cor-iderado p.írlen'e. o sien frc¡ri\or.An * de ,nrerp.c,¡r ét tenórcno det tos, coro diát.so ,.conveniente, por tanto, resumir Ios términos d;1a s;tuación. ú Enlu ."nrepro de ve.Cad, Heidegser p e.en,á de e a .o1".".i, loi.cer3 que.or.e.ponde a unr ¡etac,ón del .er que "onocc conel se¡ conocido, y en esro conclrüe con la nadición. 2) El iogosha quedado definido lor su funci¿n apofántica da *.; i" *ráiá,: n rrnbarpo, no re.iJc , n et lo¡o" misn o. v lo que Íur t"m.nra¡. evp¡ ü.1 adec,,acón d" un cn,nci¡do con.t.nie e. ur,c J.¡o-

274 I]L SER DI] LA VIRIJAD

;:'ll 'i:j.i,:l i,t.t fI"l ::::::i::::"1"; ,,.:",i"".it,"i:)t

1,,," ",1' :" ¡e. " r,.er de ra er¡r. *, _* "i;i;". ".,,,::,";llo',ñnro,osi.ñ. , qué r, n.rJe t,' ro.-u¡, ,,,", ¡. ,^ i.^r..:ji"

--

LA RESIDINCIA DE LA VERDAD ??5,,,,rcs fundamentales. UDa disposición lil¡c¡adt¡¡a sc advierte to

, , r¡o en la vocación filosolica que en la artÍstica y ta relieiosa.r,,, (jcmplo. Cada u¡a de éstas c¡ea su prop;o sistema .le exp¡e-

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).111:',*. .r r ,ruién .e d riLc ,¡t enLn.,¿,1.. ., i; ,;;;; ;;4Ir¡ i. ,n,erprr.j\¡., co_J I veJ.. o¡r ^ .t,.. . r*i_,.",.,1-,'ji1"1,:t:'li":;;r,j;:: t:i:".:"j. : h,.: ,:;";;" ;": .ü;:n,,,c¡J ro,ñun,.a,i\¿. ¡.,", j¿".ai

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co "'" 're lJ in'enciñ-pu-d" c,eru¡rra.

er i,e".: é. ; :.i1" ; ..1 ;:'."];;,:: l.l"lff:l:ropa de Iá ver.lr.l ! ,No.e t¡ ¡cJ ,"¡".,,,;i.", ];:.."i:.i:lie po5rbrtid¡cl de quc et ¡"¡","x,,"* "i.¡, d^ d. r,, ,.,a" r ." * *,,"'i.' : Jj; ?.Í".H::il]t ot¡,e,^. y.,uc en ¡ ¡," ,"r".,^" ¿.i.."".i.'-,i]Jr Irim"do sujeto con jnrear¡Jad ;nfi.,vcr.L"d.vii dc o,¿ ..¿" o',ii-"i'i.i",

v onroró"r'a r¡lra p¡rvcrd,,Lr¿.,,, / rúr ", "". i; ;; i:l ""::. ;l l[.,i.".':"iJilre en.et d.rr.J. F,..n, un,utop,.u _ eJ h.. tu Je l" f.,,.,.,,.]i"i.-a , u¡i ..e no! frr.¡,,a..,mo j, t,e..,j. ¡ r. ,.¡"¿ .i..).-"üc'.,.,c, m,. ¡nnn¡ IIe, t.pre. en.u *,,¿io."t,_ t",.;",:i l.ii.r!¡a¡I. que est¡ e.cJrcis no ¡ue.le \er b "D \c,.r,idad .r,.,,,',..

r.J.'".'¿,'L ll:';:: ijTlilljj j:,::jlDe'adu.¡, que consiste en d¡¡¿¡ ier ¡t ,e-,c,nñd, /¡b,a¿¡r/o.."."r',ir"";.;l :l"t ! ot¡e r'$á,iá dc

s,l s r;.'::::rlll rr,*:.i1.:í;:.#l n Ire rrenre .l ser son varirs, v varial¡lc. .in,á. ,onr:su a. u,e. ¿" r" ,",.,"".,l'; ;.Ti:ir;:il-"il;.:"lillrj i:jl_,::"I,,.. ,. ,j,;,.;:t: 1"., :,r,,.. ;,;..:: "","i-j;"il."'l'l'.".'".f Dpl.,..i jaJrL j...¡r,r '.o- , i;;;Í.1¡"';.,i'.r"l, ,li:':''; ,, j;,"':;-;j: ' ,, .,. u. . "i il;:","""',i: :: '-i ',,"it ;;;: 1.1.-"1:";";".i1 l r:"l

i::. ; : : "".,' ";"; ;;1.,::.'1";{ ;:,.i"i,,-:",,:i.',1,: :.;:.1¡;ir;,,"r; j::;i-rjl:,,.rj"" "i..,,* ." : r' :"-t".¡e "r, Jm. _". r. ,.r',";,;,",, ,',.e': r..r .-r.¡

1,,-' il l :':.. : : "i,::r_," i+: r,1j.,'1,:,," ; ;, :l;1

;:"' 1',¡,;;,X"'' 1", ',' ,,'.;i r '"' ":1: .

EE-b----

,,,rr, su L.ropia forma simbólica, con su peculiar unidad y cohc,,,,,,:ia cle sentido. Pero cada lorma simbó1ica es h;stórica, snr que1,, l,istodcidad afecte para nada 1a {undanental disposi.ión fren-r'¡l -.er. Podemos comprobat que son isualmente libcredotus dcl,,r la .oncepción pluralista y la mo¡ista, y ambas so¡ filosóficas con

,r ¡J autenticidad. ¿Qué determina el tránsito de Ia una a t¡ orr,., l or,.e-. \i.ririco dc la r¡lo.¡ri¡l I r:e,e..:,iu .t,re \..1" -ñ1,, .,)ntextura de 1a verdad algun ono elemcnto. además de la .lier\)sición contemplativa frente a1 ser, porque, cuaiquiera que seaI r ictitLrd fundamcnt¡1, no se comprende cómo pueda ser his-ró,icr 1¡ ve¡dad, si ésra cons;sre mcramente en ¡evelar et ser vr:, crr' l'¿r"¡rc ,n t- t.. lnb¡¡. I¡ rlF¡ mi.n.. a. r* r.,ráI h*adora, de un comportanicnro que dc,;a ser at ser, pam que,1,rc se mániliestc tar¡bién lil¡re e íntegramentq implica la icte

iüstificada- d. que 1os cntes son lo que sn y ccmo soD, y queuna ;nvariante en toda posiblc relación dc conoci.

,,ricnto. Pero, enbnces ¿han de consid variatrtes arb;lrrias las distintas verclades históricas?

Observando et he.ho miy1no de la va¡iación, conprobamos que no se producc cte manerasrrbjctivamente aúitrári¡, si.o quc su desarrolto presenra üna( i.úa estrucrum or$nizada, susceptible en principio de ser apre_., h en un. uerpo de lclc. ol¡er,r¡., ind"rendien.e. c. r o rles

,1.'dc icr:o. Lr Ji.pc rcior: v"c¡c."n¡l der lr" or. e¡¡ri¿.te -J,,,¡odos coñdicionada inexorablemenrc

-respeÚode las modái;

,hcles expresivas- por Ia situación histórica; hasra el punto derluc la misma o¡igi¡alidad creadom de un pensamiento la e¡rcon-ri¡mos siemprc delimitada por unas circrrnstancias .tue la eDCauzaD,, orientañ por los úDicos caminos postbles. Ni ta ltamada ',cir-cunstancia" es algo que rodee al ,,yo,, solitario, como e1 agua deln,rr rode¡ a una isla, ni erte yo puedc conside¡arla como exclus;

L€ , rcu¡,an..i .. .iem.r LU..u". ) ..,n,, np,,.1q". úrr.-n-v lo t,. d.. Lo cu"..;nli.a 1uc,.n \ I.r-(lui.r disposición vocaclonal, y en cuatquier siruación. encon¡.¡mos,i,, ('.,n-nr. d i.oJico: \ ¡deñ.,.,,,re h,.te hrber e,r I¡ re d¡J u,,r . .{ J. , (".,iñ. re u ,ad. o. t¿ ^, m¡ fue ¡ v.,¡.. .nat, r.urque\in él Do sc concibe la variación histórica dc tas vc a.tei qucsel,ruruncian desde una ñisna actitud fundament¡I.)

Es conveni.nte ¡dvcr¡ir que el hoÍrbre, mcrlirrte el logos,t,uc(lc lzcscnra, el ser (h cuat seria ya verdact, "*¿nr;.."oir.j

276 EL SER DE LA VERDAD

) ..'.1''-''":

' :-* rcrrcvnútt^ de . ,inera inidecu¡da (¡o cuat::r.1

¡,Í f'. ,-n un m'.,n../n8o. o dncL¡-o pl|e.l" ¡"¡". "".""*crniJ, r F.rcj . r¡ .e_. y ¡.. .".. r" *,¿;¿ J. ":. ¿,"i,.,"",.,i.]cpf.nd: de un, ¡. r,,. J ;r. eror trenre ai cn,c. v f.^," .* ,otátr.lad_,

LA RESID¡ÑCL{ DE LA VERDAD 277ir, trDreración.d_el sFr no ánula tJ verd.d primsr:r que e( Ja simptenresentacrón del ser.

- El enor, por consiguiente, se of¡ece como posibilidad en unafase

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"t "^ "rampoco el er¡or depencle dee -ah, n d d. det -, r,"_",".., i. I"; r,"r.. .H .r,

::;:"::,i9:J^1:Ii:"* ;i.1 -,'. r,',::fi"j": ¿j:';*, "' ;.". "¡ ..,...-f!;n." ", ro¡o..

"po,.nL;l- É, :;;;",1;"H?'"I"Hi:::L¡mo puFdo .crhi.ró.:c¿ ta mera "pófan,rs..de r:r verdad r ct eror. e,, .onpxión con ( I he.t,ñ-e r. h,.ro.i, rdád. ,. o,.a. ,t.,"".* ."n .1r,,;;Í ;;

,";#,;:;:: iv¿ :' r:'?ve rñ puP'

'Jer,,¡a.orá:¡Fn p.r.

"r,,i,; r;.;;.;,: nJ dp e¡tcborar jr),p,p-e.¿c,o.¡.e.pc.utári\-, .j .. . ;:,""-ücn,d:; r¡15,d;le,en,e. y .ure.i\^c cn t, _r¿",," á",'r.I¡1'Ul.

s.",1'-" *: rar .o§¿l. podem " "¿*,,. "l .i..."¡r)"r1.,1":"*:ri.,- r ," moncd¡ e. "eJonda... E+e enunciado L. \erd,_^üo pn,r ro_mr cám,,e¡í.,,. ¡ de rd

",,,,"r",ñi",.i.. o.. rlJlil.x orrolansú estarja cumpl,dá drcien.iñ;lI,,:-:",,,"r *.".i¿, ;"ai.il,.' q,J¿y".];'XT:;: ;:J],," n::.d:;:-p.,c d: !u: .e ,ara. ..,n -,c.e{dád a. ,,¡¡,r,1.

"" "*iiiil]1".11,^... h ¿,ribuc:ón det

¡redr,rdo. en rrn.o que cuatitrca;;"J;.',": i: 5: :-;:::;.ti,;: ;ll ;; *::l;¡s:l:,:1":.1:::l c9mple,l: pe,o e.É verd¡<1, en rieor. r¿

^ * ¡, n. ".,,".ia"jr^.J.a de,rr,",mph aporan,i.. En ¡ ,"." ¿"r "i.-ii"l *.i".isegümrse de Ja conrenien.ia de Iá nrcilBU. e¡ e vc.d.,d ¿.r r,i..,i.,'."'".ril1il'l,llii:.,i,,.., j ;¡;;r.mo: .c !?,que-lá ,r.*¿, * ,.¿^nAr, ,r,, t;.1-..,"._ir"'lle que esta ahí. p*o si et pLedicacto fue,:d;c%. por,, r.r,,ro: ...., -"^;"-':. ;: :,;f;:: L',.jJ::;;l;::l::.,0 prdirc,ón no re.ut.,rii ,.^ r^.Jdb,";;;,; ;;;l;;r;:;Tri,:'J;:,,:":5l::i

.T.íill;";Íi .." e*"-;-,. o* ,, p,*utrr¡d,

e,ro.isñ,r

jca qu . .r';;"* ;j, .;, t..".xio'rtiJi.olta.

ren.:ón dp verddd r" p".;r,,r:J" j' o"l ;,...'?i,:J ;i J..I,"f ,i;

-,t,Delaetr,,t r. ¡¿ {!,J,d \.1 si!. Hcd.rqe

, ;: " :. l ;" :,t't:

"t;:j;:. ¡;r:il.";" J"il"i il 1,1"i.'ll

(r.(-.. -, ",,. """,,,..,-,." _i,"," ;:i ::.|;,::;:i:, ;."ií],.;:i, I ; :,: :'iJ,:,, :'l ;",::, :""':: -;J; : :.",::.j il";:: t'.;".':';:

subsiguiente a la apofansis o presentación-del ente, y presu-pone esta fase más prinitiva. La verdsd a" n rpat

"si 6rnr.tues condición de posibilidad .le Ia verdad o el er¡or eventuates enla xdecuación o conveniencia de la predicación. pero. lo mismoesa simple presentación del ente, que la derivada opinión queformem¡. .ob.e

ó..un

ope-a. on.. d,atóeic¡.. A Ia ver.tad en..u modo p.imário podriaro. llaaartá enronce. prc"enrncron del.er; a Iorl¡ vqdad Lb.guien.e.obre lo ye prescntacJo podriamo.llámar" ,et¡-e{enra, ¡ón. caqando ta et .iu¡.lir¡dode unr rcdupli.a.ion qup l¡ p,l?bra

"on,:"n.. f". *p,*.n."-ciones pueden ya ser históricas, resulren erróneas o no. La f¡se-ub.iSUenrc.. rF e. l, ca,r.rpn.Jch por tr oprni,n, expre.á uná/o"rio¿ frcnrc .l -er repre,e.rr.rdo: di.po.ición vo.a-. ñr.r u1qr1¡ná. ..r1o \á ..mc una nre¡prer¡crón del cnrc cono.idoy a la vez como una presentación activa del misno e¡te oue táorrul¡. F.,¡ po..rciun e..u.c.pr.olc a" .on..,a.n..". y j.,*-

pancias, cosa que no ocurre con las disposiciones existencialesprimarias frente al ser: todas las

vocaciones son comparibtes yconco¡dantes. Sin embargo, la representación y la posicún, u opi'-nión, suele,n producine coúunta e indiscerniblem."t";

"t.sq".-,

¡L-rr" ro de l¡. re. l¡.e.-¡páre(.

r. reroarecei y f:rc.r_ re.ver.) 1i. br.n tñ. .Jmpu.renrF de Ln pro,e.o qIe -u irilerano.

Se pcr,rr oho-a por qu¿ no * po.ibJe obrcner ur¡ repre.en-r¡. 'on rn-es,r , .te,,ni. \¡mcn.. adeJuada. No .ó'o por tr Lm ra-. ion de nue.,ro. -reJ o" de .ono..m,c1ro, .ino porqL" l. \erdádúue no e. de..irpl. apóJn.,. ,,¡a -eprc.e¡IJ-ción: es además, y sobre todo, una creación, l¡ expresión de unparecer, aunque esré objerivamente bien fundado. prjmero et serse presenra, luego se representa; pero en 1a representación se pre_sentá a la vez e1 ser del ,'repesentante,, jünro con el scr d; lorepresentado. Dicho cle ot¡a manera: el losos ¡ealiza la ve¡dadhaciendo que el ser .,pdrerca en común a los interlocutores; cuan_do después 1o representa, o expresa cómo es, 1o g,u su. ,"opo,"r,o;pero este reaparecer implica un ¿drecer: es represeDtación másopnión. Y (n e. i,omp de oo.icrón /renr, aLi, \a plcynLado,el qJe_.omparece no e..ol¡me¡ e ¿.,e,.ino quc cornpr-ece.oLreroJo el áuror ni.mo de Ja reore.e¡,r¡ción. y ¡ro ¡pare.e ,ot¡-

homb-e. co-o un c,.,e qr.e""p-," "n

j"n.or, ....de ur¿ m^naa oue en; dcre-m,n¿da por (u prñpio pareccr. corno

I

27tJ EI SER DE LA V¡RDAD¡rMr¡ i,,dr\:Juálizad^ v cx r, ren-Jdo on.tá,nenre por et prñcluc-

o,, ,rón. Dc h".h., ;":,,..,;; ;::osrclon. locacionat no e¡ eñtL¡srvsmefuunquc háy en cada ho1 bre,"-t.".,.1'or'!na¡ja ) re'¡JnáJr

I ."."",',". ,*,'. ..,id; ,:-';, l:d;:i;

E. ncce.a,io, pue.. que ta verdad de ppi.¡,8". o.e. ta de re-pr..elacjon. con,ensa e.e o¡"o ta.ror añ¡dido ,J de t¿ "i .plerepresentación. E1 pensamiento metafisico se ha rehusado larsa-men,e.a re.nno.qlñ. por.luc hub,,-a .omproñe,ido idea

LA RIS¡DENCIA DE L VERDAD 2?9

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1,:" "i ::;';.;":;::1.1i.",* "9

puFde ¡..ualiza¡.e..,ro."¡* ," ¡,." ¿. ,"^ ,..,,inrehennon det ser, con el cual \e .n,,1

:¿dq: cdáp ,.rón

".r...,, i,i-¿" ," ;-:;:"": ::l';i,:'il:'il:oc3c,o.r. r,o, €io, er .uiFLo ¿" r" ,..¿"¿ a"¡. ..i',.,¿11","1,i.aDem aurendca, o sea ontolóncamenr

:tr,.o¡ dc,ur¿ "¡,,. -.. .,"á,ñ. L;j.;,"::[." ]:'11;":"[:ron. s' Ja c-uál c, h^mbr .e t re¡ o fon¡ , .; _i..."l .r",.ol]-.F \ m.do. de expre.ión. La verdád d",^ iü;,;.i:,:.,.xqr::á + se¡ mt como es coosrruve D.,putión de,iriiqovorc y

";¡r" ,. 1,", .ii'i. '""'fst¡ierire unr com-

..,e rac,o io;r ico _.;; j.,; ;; ";;il,::"'::..Tl".Ll,llii.lii:9:,:':.4,¿ "' ra cond:(ion que ha,c po.jbre y er¡¡trca.,¡sro,,!.dad. L. e,idcn,e oue", ** ,".¿¿rr; *" ,j,, ,iI

:aTe:ie¡pJ'inr;ca pucde .er l,r.rórica. tr enuncjádo ,.e.,a mced¡ , o .e.re

ubiero s uná moncdr.., u o¡ro. cle la nl -_, ;"¡.iI:nl rermenre verdadero, cnn cará.er ap"dicrjco, , ;;; ";;;noependencja respecto de Jas condicione

) ,,(mpo v de ru reroi s dec¡r, , on .d", r" l:.:Tll,d,' d.. I"e"'..m*nrc, cñ ito,.",..[-"i. :;";'X":il]";:.#T,.[:oro que esta verdad ran sepum "^ * .i a cicff :a ha ¿" *e,;.,¡;iJ'lJi,#. ltrrecr'c'"renre. neñriri.,invenció¡, poé¡ica .r"" ,"" .;",;:.;,,:;: pue' no es un¡ purá

m¿r a no c,n.ri uye . .";;. il;. ;:.".:.i:1",1",, T".iL:i;::Ti."., :* : h prceun,a dc ¡t epi,r",n". * lr'"r* , i^.?.",jii::: 'É, ;T,:",:Tl ::,"0:,Y::;L*:T. ', '"'";,;; ó;;,."1'io ,a pre.enrado ,*. *,1. s,"".iil.l."

una re¡r"'ennción dcción .ampoco,o,r,rá.;;;;#' ;i::iJ-": "* ,ura reD e en á-

co.,irma, 4d. e§. o-r,. -o"1.

l" ro.3 cquivare:guarncnre

aoodicric.r.: r.,.";'i";,**,ire'x(ione.

"e,í¡n:ir, .. p +en,¡c ó.,. u ..a",,..i,,II'JJr,,i:,i i;1; ;.i ;;,,rca srempre uDo co¡struccion teo¡é¡ic¡ á.qu:vo.n¡e en ,, .",.;.^;;,,:; ., u¡ro".,á oue es poibre

v r"mpre rr r. ,re o r; h;.;;,.¡; #i"",:",*,,i; ?1.;f:fl:l:1.^,...:,..:* dc he,ho: e..o. no i"n"n ¡;...". ni tormar ta rra.x"..:l

.*", d-r conocimip.,,ro. r. ,, ,.,.t"¿ .:.",^ i; ;;. ;;an,o que po.ii.¿, o.ea enritiá.

"u Je Iite-dal áb.olur¡, i.rdrtererle re.p(r^ dc.1u en ta furmLrta, u[irer-.a,. nece¡¿,já e iñmu,-btp. Er apremo hc prorenido clet his,o-rr\rno: d. rro¡o.e cor o un h.ct o qr,e ta ve,d¡d no pF enr¡erccnvcmplllc d.cho. r-r¡(rF e.. fal.rba cx¡tico.. .in .mba go, aqué se debe que prcsente, en cambio, el carácter

a. u uii..i"fu-ia;n'erlrr¿-.c.ra explrccción nu .e otre,,e.á. quect"b¿ c""rp,.-e,iJ;i. \prd¡d mi.ma, co-o rrJ rerdad. De un- par.c, t¡ vcr,tad er.uIi ..Drc.enración ¡decuad¡:.," j¡ orra, c¡a ve,J¿d mud¡ba hr..tsro. d,. Le.ho. prre, ian ;e:armen.e indudabte., y

'i :", q".9 ce pre.(nrab.n ,omo incomp¡,ib.e". Su compar bi,i-dpd. ya lo hemo" v:-,., no tá trá ,e",,crro a reo,í¡ dc Ile;desser.La cl¡r d-l pr.oble rr noe.rar. rcmpo.o en et .,,.. d.

".0*-cllá me,od..loci,á o ot.:..emot.€ cá que h"ga ¡,", i_sro,,rd,mrnre r¡á.lccuaJa r¡ rcr.re5enr¿ción: é.r¡ tra ,ido l! cF"n-:aoer "cronalr.mo, ) l^ e. '"¿"u¿. menor predomi.nanciá e ingenuidad, en algunos sectores cientificos, jonde

seconsidera que Ia historicidad del conocimiento tiene una estruc.

tura progresiva, y consiste solamente en la corrección de los erro_res pasados. Pero esta clase de euor no afecta para n.da tacucstión:.la historicidad de ta verdad e" ;naep"nat"ute aa "e.,orcientifico", porque la cie¡cia no es ni ha sic{o nunca

""p"...r,

trlogo de heclro.: m(ra ¡ñran.i..n póie. ci Ia hLroricjciad nos.snrncá que Iueran..irpl.menre errorc. ,odas Iac prerendidas veFdadc. det pa.cdo,

_nrque la \e,djd pre.cr .e Nrea ron .óto unr

v,serxrc provFronat \ rcn,ing,dJ, "n ..pe-¡ dc ta verdad tururaque llav¡ de corresirla. Si ta \atide- de t¡ verdadpresente actual, acaba por contraerse a1 sujeto indiv;duat que Iafonruh v. m el re.nin , r,nat det sá-1en. h,briamo.,le c";r¡a.;,3. p¿r¡ Ler con)ecu¡rj.e.. ái ñ.omenro rn,.mo \ sirLación en que

9i,i^,*,:,g ta enunc:á, (.mo .impre exprp-ion de .u eú,.'.;;rnd,vrdual rnran¡aneo. p"-r lá verd,J rimpoco e. só.o un p¡_rc."r. Sr la 'trd?n Iü..d.otancnt. utli c\he!ón no ."n.¡n/ú;dñ.tü pct, s¡.luen solamer,r.

"n",,pr.§cn¡¿ciár "o ¡,r,a hr-¡or,.a. L. hr.rorc¡ en r.nrñ que e! expre.rv:r, y t. c,enrifrca enran'o que e una Fprc.e¡rracjón. y e.ro...r enrc-¡ rnde¡r.ten-.ia rñDec.o Cpl erro. po.ibte: r".pecro d. td ¡Jecuir,ón m1, omenos ]ñELada v defin,ri\,-

Resulta entonces que la verdad apodictica Do es la cientifica,

t/

I

I

I

2N0 I,L SFR DIJ L,1 VI]RDAD

[;lrm*,:"*.,*,:,*r,:':lilr rflt;:,1

(l¿) fo¡mar en et ánimo Ia conücción _no sujeta a oirica_ de,r,,e Ll ,n,"'e, reát, cuand^,eprc.enramo. alco,,e.i¿e.óto en ese€t d,-iñEú m,.mo qr,e abre tr *r.".*,,,;"_."".1,o qup c. obra deJ h6o. c.ra .,,uación

LA RESIDENCA DE LA VERDAD 281

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i

I

:.t:l;"t,;":t :i t,r t;1,...,:",,:ji,,i:;3:':::. ;,Iiil:::r; :::,.:";;:ii:;,F;T":ii:iiT:ff:,i :.1 i,;nIf;;'n ;l*: :* ;:":li:+, j;r,i:: :ff ,::t1';':ldc e" á mFner¡ p*¿" rl "..j,j ;"r9 ru en..e erore.a. Y. ro"" . ," *,*i"¿. ¿"'r'¿.'li

"""-inl'"'" rr"8ar a f".¡nurJr.e:

,, a curl cie¡ermina, com6 n,rcr-,,^ ^

l':n"t ;::i;,..:; litjÉi:: ![ qj"ü.H.tr::o".e *oro .om¡,or,o,-,"". :; :i:"""";':," en ra hi.¡orie .e p¡o-ro-.on ,ey* u¡;¡^.n. ,;

"";":;jJJ" *ro.;ln.-.r.,.,..-

1':;:.'"' * " "',',",'; ; ; ;T::'"':;;:iii'Til':ffi1t:

". i:,.[:.,i"n,i"¿,t;;:::;]:lt.:.h. de quc ,. m: m.

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;:;:il:;il};il::i'"..];;, l ;:r*rur ;ipi3t g#r!: i il J::H?":j

1¡'ii*i*rri;["[:;tü"],|.i,,|,.l'":,:,;Jil

f ,*';iri',',.. {rrllültt + iiÉ :'ti:ril

*****ffian sólo Ia écnica especial de la exposición cienrifica ha po-

i:.,,¿t;:;'l;l;;J,.]1.,,-l-:'."? .,,"",,. ad\e.imoc oue ta po.rb:.id,d .,,,,;l;.;;-ll.::-

lll-,i. r.n parecer radrca cn t¡ rn¡et,siL,l,.rád de tat ,,, on pr{pre.oc,a. v que ni,reún t(irmin , o di.. urso .on jnrelig'_1., "r.i L1 inrejic,bl,d"d e. una,e!¿r¡on.en,,(r¡,v¡ en,¡e io,,"lq.,nre. S, ar,-no quc Ia

n¡ne.ta c, de 0,".r.1" ,.:,_".;i.e^( ur,.lc-incra,, ,. r ó.re pr¡edc .en¡r Jurta, *,0"," a" ,)!^er.lad de lo ¡t,rm¿dJ y rectár¡r.u r errf.c¿c ón. ¡.- :,r,¿"l

" ^:*ll,j"-:::l.ino,u, diároso? :eué o¡r:r ,o.a ". ra comrroba-

:ii,-:ll:l,T"t,", dF u, a r,DóJe.ic, ¿" ,,", *,.1"¿ p. ,; ".".:. , ,,r-n,c. porque e..ar.c rjrir'¡Jo dp \erjrraLrón. tero ct i,¡orn.'-1rx F. "olira.ú: .i(¡,pre e. una .".p..-;. .;,.d¿riu v comúñ,1

. : \ quién +.ha.e m,en e et "o,. c,r ,, p¡rrJr,á tunción apo-I n, .á dc b palrb,rt ;p:-¿ qué e te hr.e p¡.eñrel li c,,,e .le:1,,j

.-1","1..

no. ta dp ct .e. n, m., qre r,"." ," p,.."n.".,¿".J¡ m' (er p rdrera (^n.ptr¡r.- cu_o r.diciJ ;na;,iau"t,a"a,

y ru.."m .,o.. .te Jo",¡r una e\ denc a ¿Dodicr .,ra vcoio p,r.tem r.,v b,en pe.man..er tácrra: ba.rrna la pura

il -l-l ló."det,.er. en ro ma n.e,i.1 o en , u,reu;r an rorr a.,:' "y!r.ton oe h,\.er tad|o er,.unacomunó1 _una oppración

: ::^::."^j" i:-x" r" .u.,1 e.¡¡,*- ,, .i,, ,r ,"n,,. ro. p"¡i-L,t:,,re. éñ er La,t¡7t.-, sino un¡ ..nr,d,.r¿ gnruira de io 1.:lÍ:1"9" rcro..r. rtrh" ,, r¡ rur¡ nrui(ió1 nJ h., r".ra\jia

::1.1,-l::l "é.i9 d.. r¿ m¡;u,,c.. .ocrá.i,3. mjc q,.p un méLoro. e. un¡ lt.,mala dc a..n. in .obre e.a re¡-,dd,l -'e.rñ¿^.lup e: el rratJ¿-s" diatogc, d(t ."-; I .l .¿,oa.lr¡lc lllú dc fla.ón s ta útrima ronce"..ón q,. l-." .l

-.,or.roi.m^ á_lr ver,hd , o" o cxr.r+.ón v co.o d,álo;o. l r-"lr.,..:*,ll ,l :.I1.-l""Jl urá r¡ .e def:v¡d¡. qu. p-".urone" r" po c.ránr. v(rdrd no¡ee\ore.á, t,,erd:.d c.,¡ en l¡ e:rp.c- o, r.m¡. to que puedr ¡t:rm¡r "" l._¡,", ,".i, ^ ."".,".1.onv,.a.'ñ ri,me. .o1,.,,"¿ J. l" c"-..bo*.,:n p;e-n), ndepend;n? drf .de..m,o e ¡nhc-"n-e r, ,;," ;,.;;;';:.;:¡e ir: e.¡u¡r a.prmc;ón á ¡a inr"li8:brtid¿d _no ¡ ,¡ .on.orJan.r- . c¡' Ja.cual lo erpre.¡do e. a la re.et *, ¿"1".pi,r^,"

y jser que se hace pátente como ¡eatidad común

"" f* t¿._í*

282 EL sER D¡ LA V¡RDAD

llllil.""¡".. \ pJr erto ,n,et,Eibte.. s,n e",a Lomu¡:dad, t¡ arir-

i ¡o¡¿ru¡J¡n¡rr c c^npat dr Lroe, Io qu" no \¡ l,eaaclo á'"murar 1ari. con r r"r rr¿.i ta trámádr,"",r; ;;i;";;;.;;.".1:e i rr¡Lve (er

, LA RES1DENCTA DE LA VIRDAD 283

mediante 1á palabra, sino en e1 reconocimiento ajeno, ral vez tá,cito, con el cual, a1 rcsultar inteligible esta palabra, queda corro.Lorada y cumplida la verdad {undamental de Ia apóIansis. Seproduzca o no de hecho este reconocimiento ajenq está ya vi¡.

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como,e.ria det d"l como,cen e-

::l', 0* o" Ir p:nr.rpaciór'común qJcdao? ,.""1.",i. i"*i,-u"oá v er cuberá por r" idea do l¡ .on,o.J"nc¡, de, a.eni,-:^cllo c.rc.d,.d: por.to. orc. a la verJacl p.op,a;,.."1, *¿"1_p r (orpa1,da ,1.ru.o,J.ndo e ,,o,juc. or.c*pa.c,á c.n l;co I q, p Já

orrc(.. Et comparrir.". ".,a_.,"- *. "t*r*",.;,.,rr. ,.ve1.dor de tJ lorm" de.er Lon.,iru,,,á del t-omb_e, com;-r d" r! exprc.ión. No "F rr¡.r dct"tá"

d. ...,",;;; ;i p;;:lrmo! como una coDcesi;n o una enseñañ,n.o( de..uL,,eflo .oLrariámcn É: l"

"",,r.,'1:.lu'erdad q:e hala-

",i'i r,.-. a. r",*,1,. L ,"iia',"Lli::"x '""L::§,::,flil,_q;1;.y l" ig requiere deri\odam-nrc como ronlln¡ación, p¡e.ri po ¡brrrdrd mi"m¡ de e.La connrm0ción _o d" l, d,.;."e;;,;;,

depende de L rre\ia conunicación d.t ..;,-;i;lll,_ol "".,, expre.ión. fa in.ui,rón sotiLanc e in.otic,aria seriá::cltD^lp li,lesu,m.,

<iempre queda.ía vu I nerabre,; ;; -.;;;;ro ¡a mo.rrádo et DroD.ñ :.tealicmo rque ha .ido,en .L c\oll¡ció,,. lá koriá

n¡. .",.,; .", .," m¡-o, p,r.c;Jo".rue,t1., prcdu, ,do ta.\i roria dp ,a f,io.ojía,. \" h;; il:,;rJ"::

:::"";i:::^'ll:i"l ar loso' o indeperdienr".r" ir. 'P;;;.;;":;;:-: ,,.,,]y es nece.ano (omprendc ambién que e. po.rbte ron^::i:l-:'l!*'" apodtr"r a unc eo'ía con ri .*r'..,..". .""'"."01n *. oué. I^.'ue ¡,cne,"ráLter

"..d,.,i." ". t, p,;..;-i".j,ll d"i ,".: en.et p"in, r, io de Ja rcoria. oor r, .,,r é.," ;.;,ii; m-Drenrenr,inrFl.ei6r( miénrñr. que l" ¿,..,"p"..i"

"".."..ir-quren expone ta reof,.-

* -lo,ouehr de"vjrdo nu".,m á,enL,ón de c.re h..ho tu,rda__el'.ar A que podemo.. en e,e. ,o. per\6r á ..i" . y ; ."i;. i;ñ;

:.".1,f'" t,..a,,r-b:¡1

iu. e.cri,o a.."ra.., que no rreneun de.ri-:r¡,ro-dFr€rm;,.do. I'.o no u"Jcmo. peñ.ar cGá. .i,ro .on

¡;;;;;:: 'ü:;i.T H §."1,:iT.r:;,Y;,:: , :i:.l.j..:¿ . mprc exirenci¿ d.I cn,c pudiér0mos e.*. *b,, y d;fj^,.i,;r1c¡rrc -cgurc.. ..i no .lf,Du jé.cmo. de un nod" _.f *.a" ¿" ilon'¡nracioa vqrat_ de hacert""..."" ",á";..;;":,;iecur¡ va p¡ren,F mi.mo.. L¡ .,¿^""¡" jA *.io'ranro. no con.:.re o no conrlulc en "l *. a.

""*",*f"

¡=b-----

tualmcnte contenido en el enuuciado mismo, como correlato deesa ñtencionalidad comunicativa inherente a todo contenido sis,nificativo. Risurosamente hablando, pues, una pLoposición a laque consideraños verdadera, en e1 orden p¡imario de 1a apófan-sis, no es ¡ealmente verdadera ¿n sl su verdad no está condicionadapor la efectiva copresencia dialógica de los interlocutores, la cualpuede darse o no inmediatamente, sino por el intrinseco carácterdialó$co de la coi¡u¡icaciór misma. Esto no sisni{ica snro quetoda verdad es una expresión.

Et interlocutor tiene, por su parte, la evidencia del se¡ cuan,do ie .Iidgimos la palabra, cuando él entiende la proposición en suintención apofántica. Pero esta evidencia no es sólo Ia del ser ex,presado en la proposición (objeto intencionat de la verdad), sinoademás la del se¡ mismo que se expresa también cuando hablade 10 que no es é1 mismo, y que aspira con ello a compartir supresunta evidencia hablando de El hombre sólotiene sentimienro de firmeza y de anaigo ontológico en el se¡ co.

mún y comunicado. Por esto, toda evidencia es una comunidad; 1ocual s;snifica que e1 hombre puede, sobre eI principio de comu-nidad del se¡ que funda su existencia, desenvolverla medimre laconversión del ser en Io que se llama un mundo. Esro se lograen la representación simMlica; y en el1a, Ia primera evidenciacompartida es la del ser mismo de la expresión. También es ciertorespccto del hombre que "en e1 principio fué e1 logos". Y tantomás rcveladora de este ser del hombre -en cuanto a sus moü-lidades existenciales concretas- tiene que resultar po¡ tanto aque.]la proposición o discurso en el cual no se proponga una evidencia

-no se haga meramente patente a1ge, sino que se proponga unparccer sobre la cosa ya reconocida como presenre y patente. Es

inposible hablar sin hablar de si mismo: cuanto más hablamos deIas cosas, y al parecer solamente sob¡e ellas, más estamos ¡evelan-do nuest¡o modo óntico de ser y nuestra conformación ontológica,en tanto que hombreq pues ese hablar de las cosas es una obra, y"i hñmbre.e.onoce por.Lr. ob.a., v la. obras no.on sino erp c-siones, auDque mienten las cosas. EI homb¡e no puede sn¡ple-mente "hablar de 1as co porque, aparte del parecerpe¡sonal que se complica en esto, el hecho solo de hablar ya re.ve'a qL" el inreré. princ:pál no e.rá en la. co.as mi,mas como

II

I

I

I

28.t I]L SER DE LA VERDAD

r¡lci.,.:no cn Ia comrnicacñn que .e hace roúrp e a., en )a comu.,or'd wncl¡taro¡ir de la expLesión.pLec rrr¡ o!.u-o el probrema de tá .ianiti(ariv;.r..1 v ra erp¡e.i,id¡d det iogo.. o*uro h;¡,;;; ;""8.,;;.il;"-r.,6"r

sr6NrFrc{oóN y ¡xlREsró}i 2E5

froposición errónea, cuyo error mismo sólo puede disceinirse p¡e-cis¡mente por 1a sisnilicación adecuada del término "moneda,,rara representr este obje¡¡, y 1a significáción univoca de1 tén¡i-|o "curd-alo , -n l¿ cual no podoa ad\ enir.e .u in.oñ.., ierr i.r

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:::i,i:,"lTl1T :l por ¡r ne.ho Je .er .,enirrcarivo de una

: f: ;!i_;: _* l,:."T: ;:. ::,?i;1':"i:,i;fl j.il,:, :t:rgn.ir ¡d. por el /n¡o. fn ",", ,".,r,"".., p."bt"." ;;-,;"r;orucrónJ cumo hat¡remos de comproba¡.

§30Stc\rFrcAclóN y ExpREsróN. EL sE^-rrDo oNSENTIDo

P"6...::-g.": e qu" er pr,btemr ,re ta vcrdad I er probtema dela isn,ticc,;vidad no puederr rrc ar.c *p,,r¿""r""... f" .".¿-li".-iii j.r" par¡ ql¡e una o,op"...,ón ....,

"e,,rad",o " ,d"c;-¿. er dei,r. qLe rep-e.e,,Le adccuad¡merre .t .bi..; d; q; ;ll¡'e *."0, en que er oblero ni.mo eje ya a".ig*a.."-r.,Itrmino. del enLn,.rJo Je .,,i,,.","ln-.,. l."i,".".§ lá pálabra "moneda' no p, L¡r,ivoc"mcnle ¡r8n,,,.",,.". .,rg";;ropo xron en¡ que dr. ho ,énn,r:o ,t are-cá

¡o.lr: ,-. ,",d,;".,.n ci sen, do-re.de(,,ad¡. Tl,ñero emoreode un; ;"i;;,-;;;:el,:lr.li oblelo.:Larou:en ;mpricr y,. po.,,n,o, una \e,dad:

cpófan.r. d.t obrero. La. verdade. ,,1",i,"d;.;;;ormulc no. de\pl¡es -obre e.re obj"b .on ¡e.uJ.¿do d. ,", .;-::,::^".li lll. n e.ra ¿L,bu.:ón de un predi.sdo, ,; .;;;;;i;-como ya to ha6.a ad*,,ido Ari.ró,ele", t;,;;-rrr.ird.d clpl. c.ro,. Pero Ia pro¡,.ición e,rJne¡ e.. c pF,ár .tecoo. rntel.grb'e, porquc "u.

.irn,rno. .on ",e"tI,.",i._, .l .r...n¡ en ¡¿ .;n.e.:.. no en Ia rcpre.enrrción ,e.Uat p,n";a a" tosemrno. .tup l¿ l.rm. n. .,f.rJ ,n"nc¿., ", ,uaa,,¿¡. .",;, ,nu

^ i'. ':'^"*' ¿,ro o' ' n ".1".'a. -. !..,'." Io q-e ao "r -¡, de :ac a.uc do .on .rr.l.

.i".r¡^. . - .. d¡ . po, .on ",¡n,. ., 'o '' lo n ro po. la'.ln-.s,o, dc

.r.ro"d,¡ .r. .;."; ,'.",, ;'ü;.,"-,;,,1"".j1? il;,i; \."]

; ,,,: i ;,rt;,!'i, ;:::ii,.l: Ii"li;il;r:ii,i":#-:.1.." ..- j .r,."c,o. 10 .^.. ".." -..i..,,....", ir,."l.,,.ll;._o e ,i- r-ró n dc. .c p1, d. ,r o . | ." .or.. ,dád ,t-t toÚJ en

:¡l . ," :":j :i..i,i; i"t, r: ,t .1,: .:":.;i ..1,-1;,

:: l:r1.,Íi's,g Fac: rb:n ct ."-1 ,""""_,S,0,,", -"i,,r",,a1.i."..".

rcspefio de 1a moneda real. Por consj8uiente, la representación.le algo mediante un enunciado que exprese üna opinióD

-cual,uier juicio científico- es tambiéñ üna apófansis: hace p¡re¡tecl objcto, o sea "aque1lo de que se está hablando", El hecho deque

el fuicio sea verdadero o no, es decir, que representc at objetoadecuadamente o no, para nada disminuye su primaria virtudapofántica: la cosa está presente de todos modos, aunque malrepresentada, pues si no 1o esruviera el juicio se.ia inhtel;giblc, yno simplemente eüóneo. Quie¡e esto clecir que la univocirtad{undamental es la que consite en una concordancia de las refe.rencias respectii,as que hacen los interlocutores al hablai de unmismo objeto. B derivado, en cambio, e1 proceso de depuraciónde 1os térninos referenclales o sisnificarivos que etecrúan las cien.cias, y pnrcipalmente la ciencia lósica. La teoria 1ógica de lassignificaciones se funda, pües, en la teoría ontolóeica que ponede manifiesto Ia condición de posibilidad en general de tocla sig-nificación. (Pam

lanecesaria distinción

entresentido

y sign;fi.cado, ha de verse el capitulo siguiente.)Pero, si la sighi{icatlvidad es la condición de toda posible ver,

dad dc rcprsentación, y de toda posible distinción ent¡e 1o verda-dcro y lo falso en este sentido, hemos de presuntar enronces: ¿enqué se funda a su vez Ia posibilidad de que una palabra sea sish;l;.d¡t(d de uüa realidad? .Al discurrir sobre la verdad, Ia rclaciónsignificativa se da por descontada y se considera sin más que esrábien fundada y establecida. Sin emLargo, cuando rep¡.mmos conmayor cuidado en la cuestión, advelrimos qr¡e no hay manera po-sible de e\plicar en qu¿ consiste la relación de significatividadentre el puro Iogos de1 concepto o de 1a proposición apolántica yla co.a repr¡

"¡e.1a

por ello.. No l,ay mane-3, mienr... r,,.atengamos solamente a estos do6 términos. Porque no basta re-conocer que eI logos es apofánti.o; esto es un hecho, un fenómenopatente en Ia er.periencia común, pero es necesario ñlosrrar feno-menológicamente córno es posible que, en general, un simbolocualquiera pueda ser electivamenre significativo. Desde luego, nose advierte ninguna relación necesa¡ia entre el símbolo, que esuna üe¿ción humana, y el objero real que existe independienredel hombre. Examinemos la ¡mlabra "moneda": considerada ensi, como tr1 palabra iqué relación eua¡da con 1a moneda mismat

T)) IL SENTIDO ONSENTIDO 287

2N6FL SLR DE LA VIND{D

3il,il:".:l'iix:,,,,,ilI"": t"#l,.:t: .= F. de.icnsr er

9"". ," - .. ,;, ñ, i;;;r,:';: e¡ modo ¡rsuno rc'or\".^

ü,: ;-m:ru: ::;Ji i:ttrl Ti[,i

*icnfi.¡rivjdad r:enen qJe.cr ¡mbas comune.: o rejor dicho,l¡ ,talidad.e hace comun po- ta comunida.l ¿" l" .iáii.,.i¿"]Sin embarso, el significado común es vaaable, preOsamente, por_clue es una función de la intencionatidad y

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f; ffi#.fltiue manera pueda"t

¿*",,"" ,, á.1u,cru de"iena,ra . 1,.;.ij; ;:¿;:.íil¡ra/ llDa ,e¿,:dad. ni i-

€s negariv¿: ni on¡.tó,

;:ffi? :",::,,r* n:":i j;!1i:jil1xii .fl fi Hfl n:moneda mi.¡1¡. rsi ","iii"¡"."]j'-liparabra

moneda" v rácn're er n,,.¡h.,¿.

"i;',."", il: ";'::l'":ro,á suná cong uenlia

;,i r #l; ;ii,f.;]iri+*ru #::T."" rn^ ¡ un¡ rere(jóD ¿*._.,i,""1""1,1^" p,rábra con cr objeropcr c ro so,o., ,, ;;;;;':;H:":'fli ,.':.:., no.e exp,icaque r¿. prrabra, ,,s.vr;" 'i,,.i.

;",," ,,":. .in"mb¿.co.ronce', en qué *.¿i,.*, ,"-,,-i]-- "rámo' de rn\e' sar' en-

ción. .,,rá á r" ,i.," .,y |.i,nllij Il"'"'"'S.,e Ia .ienit:,a-drho er impore t,r.*.." 0.,"'¡..i.i,'e ono hecho, o ,n..c..¡'d'r'.,.F por .er de*J!,aJo

"r,.,^.,- l cL¡¿l de de¡iamo' pic-

latrl* ..a .,n";i."i,"" -owhúvro: ¡,ra. -Do'ib,lidad oe que unarelac;ón que erl *,,¿. .." r, ."1" .ij_,

I; j.l,:.,".:"*il jiir:.,*r xH :k"# J*lJii j :l;;1t"1,""j:,??.i":::-;:;,1.;ffi r;.i:";r,#1,*;;li.fJ;;.:;.1;"..'::: ;#:'.;",1: j:, *t ::,:::-- ". ",,n a.,, o ..

:.'::;i, Jt ;,i: jj"::if.,11X',iffi ;H:ü';:'.T::i'.t'.:

1.il+*5*sn;5+#i:,,lrru l; ii#",1;',:"i"1Í:ti:t;ll,*:¡*. :,,:l!l::";'i'x,'

i; . .,.";j;1'; : .x.".;: li::":".;r:"{H ji[;:'

":":;""."tj: ;i;"1,:,1 ;

",1'l;.!l;Li'.1.:;:1,:"ijriiil1f":;:;{;

"*p.iriu, a. t"' áu"-l.dad.diálosicá. Si ta univoc,d:d det /oe". locrara .".

"U"au," v,l.finirivr, la purr ra_ón y et rerodo..e.j¡n .*..,.... p,," ",,,.u lo. lo. e.ro-es.del. pen.ámienro, v no .oJr en,c 1"."q,lv"....in emba,eo. el \cchñ dc que pvotu.ionen ta* p:)abrc" c"n que

.le-.eña,no..un m¡mo objeru. denrro de un m¡mo .js¡emá ..m_Do c.. yc lr¡Jl¡rra pcra de.vrnecer e.a amb,c.ón que ruvo cl racro-

nalismo de alcana¡ la verdad definitiva median; et simple pe;_{ec.ionamiento del método. Pero ta significación es tanbién una§ó,e'ón: la. pc.abra. no .on (omo eriqucrá. f ,r. de tar (o r.,v el r8nrlir¡do dp cada u )a r:ene un cnnrorno inoeci.o, que fluc-rur ..eun la ,nrenc.ón erpre.i\á prrriculcr de q,,i* l. "."].",r tñnte)\ro en que ¡Dárele y el senrido que Je p-e.ra quen Iaoye. El pensamlenro rigu¡oso fija el significado d. t." ,a.-;,or;

ma. innovador es el pen.¿-ienro. m,,. .trrrn-a. ._n

que ha de!en,er una verdad nueva, rn-e. dc."r ¿d,n¡riclr,.emide por el tiempo requerido para

que 1os ¡uevos significadoscJn,que + expr.é a .can .onr,ar¡ido. UD¡ \* coñpáardo., t¿\rr(lad gue cn erlo. .e forn ¡ra c" recha¿d", adopraJr " ."rre-sidaj pero es rlecesario que previamente * ,á.i

" *-" ¡"rJtverdad: hay que entrar en etla por la via det .""r",rr", " rÉr, f,"yquc {renJer" znre-de adopr:r trc¡,e ¡ ela nrrsum ro.icón.La re ^(ron .rgn.trcclr\a no puede ..p- ru¡rc¡ cabalmenre ur;vocaporque es una relación dialógjca.

Io hrvr e.{ lo ranro. en t¡ pa,rbra ..moneda.., áb.oturamenrenrda eue la h.,sa . snitics.i\a e"t ji det obje,o mo,reda. EI enreque es la mone.la puede reconocerse o identi{icarse mediante lapalabra."moneda" porque los interlocutores conuienen en empleardch...immlo para lo, fir.e. d" h d".iBnarión rpolán,i(¿. terofr palrbtu no r¡cñe un r¡ll:do propo. e.en.iat, ab.oluro, indcp"n-u.^ ercc voi en odo .,.o. e' "errido .ni " -ncro,¡rec,-o v errble de l, prt,brlr -c fund¡ tu..amenre .n e e u,o:l¡. defrn ciu,e. dc Io. d ccio¡: io. no á.p,¡n .rno a r¡rr ct en-r.do -econoc endo el l,Fch^ det c"ru,n.o. Lo e.e,j.i , v rd.cáJ,por consiguienre, en la ¡e1ación de significatividad, no es unámrerion mi.Flo.¿ en.rc ta pd.ab,a r el obero, pr t¡.u¡t r,-

et .enrido cn .i de ta ro,ab¡r, .r1 t¡ .ctn.iono.iroo'cr -nrre l.c inrerlocu ore., por la cu¡l .e c ral¡te. er lo_ma

l,

,1

2ti8 Er sER DE L^ vERDAn

il. i, ,",,. tc p^.ib:Jid"d Je urJ ret"ren.,:r unívo, a .oni¡n¡a amcd,.nrp eJ ni no ínbo1ú.

,( u¡r,Jo no h¿v "1,".rd¡1in.o cl"l los,s no h:y .i¡nifrcccrónerc.rr\:': l¡ palcbr. lu ee.,u" t¡ ,"rr".,a, ,,".",',,,.,¿i.'l"il."llrrat¡¡ro..le que

EL s¡NTrDo coNSENTtDo 289tario, sino de Ia p¡opiedad inhercnte al ¿osor mismo .le ser un.on.enso- Ll ..u:ero per"on.¡l no e.rá imptrcado aquí .¡r.^ en r¿oroque e.e ¡ogos quc p.."e di, ha caracren nr" c. a Ij v- uñ" dc susp¡opios cara*eres consritutivos. Ei mero hecho de hablar. de

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l,s rermi.\.,mFn.e u, :\. o * J ;. .; r:'.i;::: ;,":,llflT;1,,i": i:

1l],..,.'..; !"":,.1" qLe en et d,-IoEo de ', i,a" ..,,¿:"",,"i,.

iin,v". cl¡d m:r! ñ mer¡. e.rable de ', .-t"b,". d.p""J;;.1-;":

.::;::'j".1.:!:1.:tp1""d.

* e,d;p,a e. un .en¡i¡ra fm¡:n,,ren,iti.¡: no lene.isni,r.ir,ón, o .." o,. ";( ,n,er¡srl,re¡ porqué no r .n,r..*. .;i". "ti;-Ji.Igo d- un -uic¡o lr.nre a t¡. co.a. r, , . on., rr¡ye, ¿nc,¡. ta,¡"n,¡a. . om,,nidadj v no to e, p., t". ,"r.,.i"".. ¡; l;;;;;;;;,j"Hidrn e,,¡lc..r.ro- cj"rr]|rc¡. en,,e etJo...,no. nj. r-"t,.d:;;r;:.

liri:ue ra pú.b,':J¡ | d" oue una con{rucc,ó" ..¡ar, ."" ,i"lrr cañvá,no JFpe,de dc I" ¿,L,,rr¡r,edacr ."" ñ;r;;; j:\ex,e."imboh. -uevo.. o em¡ re- con ._,,,1" d,d;",.t;. "ilLi;:on(rdos. <ino de que e+os símbolos seálcor rrro h ¡ñhn.,. . emprc * ". n,"isj.,""-"^,. ,*,,"-.4., mp'"I,n'o- quc e, úni.. ser qup .F t¡.- r.rc¡,re páraao. suJero,, que enpt"^n ,di"r.a. Llifercnr+ e. .t ... h,,."^"i;;anro que t-um:no.

de Io, inrcro.ur.r", f,, ,.d... or., ;;t., *:¡ c.,a .:,ua.ióñ, rro.h-v pr,mcr.amenre or,o *?tid"á.om;"-";,",¡ .on.rr¡u,da po¡ prJo. rnn,noc. eJ u¡o jr¡,e,i;.,;. é;;i: #;_r¡ restiJad qJe"c rn.dr p"," "1". ";.," r, m¡,¡, i. ".il"lrar. ,orr rc¿,:dad comun. redr¡n,e ""p.e.i.n". _j -óJo ;;-

"""..1"...,1:.,""" . que..ub.rrrrya. + ;rr";," 'n,** ,i"¡"ii.n su tunción apofántjca.

,..la pahb r conoren", t¡ co., -r,en-..n,:do p, r.rue..sn,tkarli,:,,.,É dpbidolq,,e ro" u,c-o .¡uc ,"

"."r.;"..,,,,á;;;"r,e c. e -enriJo. E.re conü.nio ¿",l.. a,"1.r"r,.. .. ,r'lr..ilup no impl,cn. narurat,ñenre."n r,,edo p,*,; ,;;,i:l;,,,;

::ÉJ".T:red,' p"ro 'o'

'|rr" c- ,e ro ,n "'r-;,o,c..'c.,"':,".:":

"ln. ,n,^ ,nuv rc.r,;,,9d"

d.na" l" cm-R,*l' . ,".". rnrjotico. convcncj.n¡J r,. c:"ncia,.l^".,,: -o* " refnre a ro. -i ,en". .,.1bóJiLoq sene,rt"., .oro.on'l:,i^s"", * .e , omr *¡,d" q.,e ro. ¡robrerr. rc,l, ,o -r odse;::. *1," n" gurrdrn nir¡un: ret;.,ó¡, .on J h..h. ;.i#j.nia, sea cuat, Fr e.e oritsen. ! ,u¡,o,rier¡ qLe.er J¡ na¡uratczalc,...¡er.a si.1bóJ',o verb:t, nrrgún ,é,m,no pue¡e.er efc.rjJa-r.nF 5isn:ric¡. vo ., ..r .-nrrdú n; e. .on"e",;r,. . -", ,,, :,;;;onun. No .e rra.a. rue.. de un con- n¡iñi.nro r*_*, ,"1,"-

.ñmuni..r.e."n orro, pone ya oe m¿nitrero et rn rirFeco. ,-.rer.or.n¡i.lo de roJo po..bte.enndo. perñ. r.í .omo"..e

h"c\o;;dcbp in,erpre,abe den¡ro dct narco de tc. (,encia" dej ]ensua,e,tampoco Ia de rFrer un .mpole puramen,e p.icológico ^ i6¡lllos'Lo.

tl lus6.ene.iemrre un de"rinár¿ ,o, p"ro "i,r,.,.,",.t"¡n|tto.]e cmúnidad que le arnbu,mos to riene d, m¡ner¡ e.en_L cl. po,que con ól cunpte e) hombrc ura de ta. tuncroñcj prima_rias inherentes a su forma de ser.

En nillcüna de.sus modalidades pcljibles losra perder el logos"-a iñre¡r..onaldcd e\prc.jva \ c.rnunicariva que e. h cor)drción.le po",b,lid.d de t¿ .isnifi,ación. Et cáric,ei diátoc co e, ,nhc-rente a 1a palabra porque ésta a su vez es inherer,", i"-. ."p".;-dad.o {acultad ontolóCica, al ser de la expresión, y siendo eli.Tb.: "l .:..d. ra expre.ión. e, por e o mr.mo el scr de ta ver-

y_necccáno átirmcr, por consiguielte, que errra verdácr eramoj s:empre: qrre /a ¡erdad e, na lo,n1a;úicatJe Ia existencia humana. Et simple drátoso más etcmen,¿l

im-prrca ya tá verdad. pon¡ue Ia .nrerconrunicáción solo e, po.ible.o6re la ba.e de una rafidad que se haga parenrc, con,o rear,dádcorún. medianre la palabra. Fecon¡""mm coniunrcmenrc el scrantes de re¡o¡oce¡ la Fsibilidad de incurrir en error respecto deél..La verdad está presupuesta en et er.or in"olunta¡io; 1; v;rd;;e.É.incju-o prelupue..a en et ensaño detiberadú. Lá ,e,da;-n;es el de.cubrimienro de to encubreno por el error o el enga¡o,:,T *1. .,, 6ien..to- fJrseadores de la .erdJcl yc ro;ada.\¿u¡ere decrr.e. clue, al dr.cem,r ur: enga¡io o un error noi pá\aüe.apercrb:da la verdad que eltos cunrjenen rambtén ne.esária.menre, y.in la cuát no tuera posible e.e di:cern;mienro, pero nonos pasa desapercibido el ser sobre el cual versan ese engaño ye.e error: é.re e., por et conrrario. el punro de *1"**¡, i"nr,iiJ"l que m,enre y del ve¡¿2. del que ácierra v de) q,e.e.qu,voc,.Lr eror v la fátac:a no rompen ta intercomunicaiión, et;atogoexprei\ ú,. porque no logran romper del rodo la refere¡cia comú"noe roq

'rrá¡osanres a la mi.ma reatidad. Sin Ia preüa evidenciá del.er-como

rccl,dad comjn_ no hay engaño ni ¡,ay error. tipo.ibilidád det .onocimien.o cn Ia que soto.e incu-

rte, y a Ia que só1o se delata, sob¡e el trasfondo de la verdad; yel engaño es una posibilidad existenciáI, o del compo.tami.nro .".'_

TI1r

ll290 IL SER DE LA VERDAD

¡on.cl-re, oue ,iln pu(JF etec, rar e v cumplrr .u inrcnción _,um€la in,en-ión- {u¡ndo e. u.rojrnit. ^ s"" .i-;la, a lo ,e,¿al:*", *r.9" con,iene un¡ par"e de verdad: pue el cngaño ab.o-ll:l .:l * derro,aria a .í mismo: s¡ría t i;u p,".1",i,"..¿^oe.rn ser no comprrjbte,. c ú .e

EL SENTIDO CONSENTIrÍ) 29tunr expre.ión, con entera independencja re.pe.io de hs determi_nicrcnes (oncreus de ta siruacióo v del inrerlocuLor. eue el enre':,,.1.,,j,I, com-o rat en,e por Iá patabra,. s€Íit,ca ahora ouesoro

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ln cuál corra.i¡ en .r".,o l" .o_mun,cac,on. v et.p,erendido engaño no podria .r.,,, ., ;f";,.. ",^ f.^Il._"1:,,,"

ra rirGoriá pueden dice, t3 mi"róner e.mr cle tas oFnlones vulrne¡ "oro nud,eroo. d.:r;*-*.';i "..; ;",,:';:';,:"::#il'.:l'i:.prnrones d€ ja cjenciá Lend,án que ba.ar.e enPorgue no hay nuero a.pecro det ... ;;;;;;;

:X,j.:.l,l!b.. er cuat no pudo. po. ro i,nro. \er.ar n,r\euna oD;e oneá o acenádc. te,o ha de d""e.h!..";a ;.c,;"omun,de que el hombre. en L ciencia y en l, r,r"."r;;;.:;"';;!11, 9"

,, ,*o"o-....mo .i er punro j" p"n;¿" ** "., ¡j,-esrádo de i8¡oranciá rolál o de comDlerñ "-..ues er hombrc no e-rá negádo de verdade, y p.;,ra" ¿.l *i

::"lll""]:l:'' :i: ::l'o.por er cuár ¡o arca ."a'".'. .r .";;;una mavor lime:á en el"aber.lnr e.ro, antes de ptrn.errnos el p.oblema det .er det enre cuetenemo. detanre, ni de planrearno. ; ,.¡l;." ¿ll *,ii.i'iljlerdad lp-obl"-la .nrotócico).

o de.u. atcánce" I tos modos derosrárrc.rprob,emáep¡.emologico). laverdad.C;-111"i_{:TI""'" di,r, po.e.'ón .egu.a . i,.i,d,br" d"i.;;;;;..:1:::1,1.,.,"1* a, er e.! dr,pon.ión exi.rencial que + ta carac-renrrcr dpl ráber de,p¡¡.nr. lorque el hccho "l.pl. ¿.."ln_brá.,alpo, de..bjerivir una reatrdad -" h. d",.*,;;;;;;'i;Ii,:i"--,i:l:, r¿ kfdád onnána de ra áñr"n i,. Ej.;mp*r;ue Js p¡Iábra rre.rrsuá tá Fxic,Fncis de to resjr pero sólo puedeol¡ecer,ál scEn,iá.j ta -ertidrd.e pre.enra como rertidrd mmnn.L)y,. pyeo..e' comun porque to es ya la palabra misma. H¿,datoso: tucsñ

,ha|scsur¡dad en c/ ser ry queda .,p*"¿".i iá"r1

.r.cho...c descubre que ta ba,e donde se monró laoremra enre el identi.mo v et reatnmo

". *"¡, ¡i., ..LSf.-c oa renomenoto8icámenre, pue. la evidencir det ser no re.ide e;la conciencra. sino en et losos).El.,.otro,, no es parre integranre de la rclación consritutir,-a delconocimiento, ni es térmnro de la retación de sjgnrt""ii,¡JrJ, p"r.que sea meramenre el desdñatario de un enunciado exp.eso, enun-a parr, ular,retacion p.icorósi.a y sociotósica. Ur,,.,ri,;, *,"-nerár, ecra ,mDr,cado nececariámenro en ta e.encia misma del ¡",1.de tá verdáJ. po-que tá rerdad e. p.¡mr.t,-.L*

Bb---*-- =

er arcro8o.rel senrido cotucn.o/ puede dar tá ca,"nria .ut;::1,,: 1:,qy. l" cáp,¡do in,,,,riu-enrc no e" uno iru..ón, .inounr rearrdal e,ecr¡vá. tc- enc¡ma de e.rr garcn,ía no se di.poneoe J,rai pero rrmpocJ .e requrere. A.i. t¡ verdád no e5 un,v;trálpor er conrenlo de los homb¡e. .obre una oe¡erminad¡ reori¡.sino.por el conserr.o en el .en,ido ¿. l* prlrÁ-"., "r" L.'irilerecUVa o ácruálmeñre aporrnnrc.. \o. enrcntcm"t Iu,go hay

, Cuando álirmarno.. pue.. que el eror presupone lá \erdi.l-:imol a enlender.iar.n9ién

_que.in et surenro de t. verdcd prima-

nai que er,tá comun idenritica-ción del .er medianre ia patabrc, nosená posble et d$acuerdo. y en et ámb,ro d. *,.;.,".,;;;a la mulriptici&d innumerable de las opLn,onc¡ uireare!. sino rdemás ia hi.rorir en(erá de las docrrüias

,¡rosonccs v crenrrr¡cas. L5 má.: tá h¡roricidod mFma del conoc;mieflo sólo puede explicar.e con esre crirerio. y po, ét á.esur;;que

'raiotá consisuienre crisis d€ Ia verdad.La,posrble ventád de

h ciencia, en general, .e funda en Ia vcr-ya en el lagos precientifrco. Lr hi-roricidad::11 "..:*,.. anura su vcror propio de q c¡daderd, po¡q¡re estev¿ro¡ ce llrnda pnmáriamenre en Il ápótan.i. de I¡ ¡ealidad me-

En.lá unidad y conrinuidad det conocimienro han de quedarmuy c'áramenre definidas. por tanio, ¡ás di"irnrás emDá( v t, .io_nr,rcarron edsrenciát v epi$emolósira decáda u.". lif. l,

","p",1ll*fl I t" ciencia hay dos ráces direrenre.: ar er .mpreo aiaia-srco oe ra.patábrr, cuya sisñificación imptica et con.enso. v nm:::: ":,"j,r, coruen¡id¿.e Iosrá ta auténrica apotansis pr;Áatia:

r.s'e oblero es uDa moneds'i b) la opiorón precienrifica ----o ex-

Ii1i,',fl:,-t

ra cuar.pre.upone ra apóransx primana o presen.Ecron, oet enre. v conrisre cn uná reprerenrációo y una roma depoqrcron

¡trenre rt enr* su inreligibilidad implica rambien el con-l.i-.1_oil

,,c,. que toms rquí ta torma de un "yo optno,,. lun,.crescron.per.onar en ia expresión. (Aunque la opinión no s;;originál. Ia rerá expre.ión de la opinión ,jop,r¿, ." v, ..."¿..1li,l(]::,1 y?p,c, y.mán,iene.¡u visencia, v cobre todo porque esrormpr,vá crer ser mi.mo que )a expre.a.r Le opi^ión c;e áeur;

13 Hei.leEse,, Hdtd*l¡n , Id ¿\dcia de la p@,1a, i6sim,

I

EL SER DE I,A VERD]\I)

lll l- 1i-:, reye. dc rorm¡cion y Fv.r,,crón hbrór,cc quc reeu-,il ," 1.-;" de ra ri.nci¡. l.rc hcrho. ta c,.,uc,,ra d; tá ói-nn e--ta mim¡ que Ja deI.(onoc¡mrenro rienrif,c", ¿.".r..1 pr.,.:: "t,ll "",.1",,: "l

! Urnoros'co. aunquc.e a.u.e en ¿ra u¡i ma-

!L SENTITD OONSENTIDO

o en el ámbito de uDa "filosofia de 1a ciencia,,; ha renido que lo-grarse en el nivel más profundo de una consideración onrológicaque lroFrcione ]a clave unitar;a de toda producción humana,cientilica o no c;entific¿, en tanto que resulta de la nctividad exis-

z9i

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I9r rnIUpn.% de t.^ rondicron¿nr+.ub1e,ir"- y rruacon:te.: iarax qs ca'c(p úc un .¡ho, propio. no e.rJ rc¡ rrrida y en.amrnadaryr yn máoJo. una ,¿,ni(a c.L,ecitica. u¡r .i..em, simbotico dey Un¡ ver r.ac,ón que denr¡ncic el cnor " im-pongá imperarivamenrp t¡ .enunc,c al ..,... L"

"p,rrjó^ ,i;r,l;;imponene a la realidad, y a ve.es se manriene -,i"" f." ¡*¡"",cuancio la fuer:a de su ¿poyo c. ,¡ mera votunrocl exDre,,u: t;c,encE, en cdmbio, e. ta acrirud o dspo.rción erisrencr¡t de Ja bue-,': '.-^S " oho. porque \e lome,e at .er. v é.,e e,.u prhos pro-p,o- 1,/ Dc cual,tuipr márera, ,r ,rencra *,p¿f"*i. v p¡,..;l,lpor elu rp¡roduce Fl e qumr de la mera opjnión. t" ,";,...rir-1::-:,"llr,:" pav por enc,ma de ra opinión y sc fundá o;isinaria_menre en et caracr.r. cDofrnrico det i¡sos p¡e"ienrifico. -porque\eFc jobre uná reaJrdcJ ya prerramcnre -r"ir."r¿" ¿. Á"r1."apoorcrrm. La cFncjá con.er\a enr"n."., má. o meno., su c¡rác-;:.-1Tl.lll,.9.

..c".l,",.u.rum det .nrcmá

"imbórico q,,e u,ir,ce.rero cu qu^.r crencra mflirutar \. .le ,n(luir e.ro. do. compo-

nentes: a) la ¡epresentación, e1 arálisis dcscriprivo, Ia presenraciónd"los hecho: v ¡,e componenre e. d. nr,r*r*, rp"i¡",i_,lrr-que,r¡ rcore.éñrrc,ón ..e cfecrúe mcdranr" ur, !{emr ,imbotr.o1...^.:'-I-":

. "-," er m¡rpmur:.oi y- ü, la .ñn.rrucción reo.érica, rácuar prop.nc l¿ .iIre.i uni.á a, lac erru,Lura. r¡.eerale., la. tun-:ion(' biicá1 :r. r. ¡ componcnLe * prin..pálrcn,e p"¡¡i.n, ener .enficlo arcaico de la f¡rábmr ta .inrcn, ron!rucrivá reoreu(a

Je la ciencra mrrmá. una pror,osic:ón o hlhñ,..;iijl11l T:" e. ra.,esis o rJ.ición pcr..on,r d" quien ¡, r";m;r:.^,- 1pj'11.." que e, h¡ce y que rome,e i di.cus,ón. 1.. t,ect,o,

o Ia adec,, .

!e án o repraen,ani ras ¡eoria..on

^,:,"'l."".l::;',1,:::;,:::;egrtlmamente

sobre los he.h*,,. ^3_:-:",j:'fi

de t,^ si.remas ,imbóIco( y ro. c.quomo. teoré.:i::- .::j:..:":,ñ''i,q por e,.re ra.,or dc cre¿ción hi.róricá. erl.,ii,",l*,," .on. ra crncia rod.. la. demá- crearione. hum¿nxs

¿ rod¿s. coniuntame¡¡c, en func:ón del§c' que la'.produre..Iá c.mpren<ión rad;c¡l de ta función cie;-.trrc¡ supenor o reoreri.a. por con.isu;enre, no ha ae f.s,€,.c _;ie^.,fl rás c'ei'c'ls narural*. ni _pára ra. human-.. ni p",, ¡, ,.,-u,,¿- en el nrvet de t¡ con.ideracjón pur¡renre epi.,"molosjca,

tencial del ser de la expresión. EI p.oblema de la verdad deepis&ne se prescnta eñtonces solamente como una instancia par-ticular de un problema general de la verdad que ha debido ptan-tear¡e de acucrdo con el patrón de estas interogacñnes: tcómo sepro.tuceD las verdades? ¿qué ¡epresentan eilas, antes que nada,

er <l rr mr.mo que J¡q tomul¿l;qué lorma d".cr c. J.r,t"l en epr&luctor de verdadcs? La conclusión de su respuesta cs que elhomb¡e es el ser de la vedad porque es el ser de la cxpresión. Ll1uedad es eI modo inherente .Ie cris¿en.¡¿ ¿n ¿¡ ier qrc frerenfd¿l .arúct?t ontalisica:ñeñr¿ coa¡irs¡iuo ¿e la expresiuidad..

CUARTA PARTE

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rI

ICAPITL'I-O OCTAVO

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bE-r---*-

LO Qr.,L tX |RtSA

§31

LA FoRMA coMúñ DE sER T EL MoDo TNDMDUAL DE ExrsrENcrA

Cuando nos proponemos estudiar "lo que expresa" el homb¡e, elcamino de la investisación parece de momento perderse enrre1a profusión cle los modos y estilos, de 1a6 significaciones y las in-tenciones expresivas. I-a abundáncia misma y variedad de losfenómenos delata la necesidad de una pauta o crite¡io, de acuer,do con la cual podamos transitar por ellos sin perder e] hiloconductor que habrá de conducirnos a conclusiones teóricamenteválidas. Pero, si bien las conclusiones teoricas han de esta¡ {eno-menológicamente bien fundadas. en cambio el materiál fenomé.nico, que es tan co¡füso, no se aclara sin aquella pauta o ideadirectliz que de hecho presupone ya las conciusiones teó¡icas. Btaaporia no entorpece la marcha de las ciencias positivás qüe se ocu-pan de la e).T¡esión, porque la selección que cada una de ellabhace de los fenómenos exp¡esivos, para los fines de su estudioparticular respectivq se basa en los caracteres más cxternos de lao.presión, y no se propone llemr a üavés de ellos hasta los com.ponentes áás radicales. Las ciencias particulares de la expresiónpudiera decirse que ]ogran deja¡nos mejor dispuestos para captarcl sentido de las expresiones concretas. ?ero, bien que mal, estesentido lo podiamos ya comprender sin necesidad de una prepa-ración cientifica. La ciencia positiva no añade nada esencial, nadaradicalmente nuevg a ese "sentido común" de que todos dispone-mos, en el cual se apoya la certeza de que roda expresión es signi.ficativa y por ello descifrable en pdncipio. I-o que se requiere.además del sentido común que nos permite captar p¡ecisamenteel senrido, es una explicación del hecho mismo de la expresjón encuanto talJ independientemente de su contenido significativo con-creto. Esta, como hemos visto, es la ta¡ea ¡eservada a una jnveetigación meta{isica de la expresión. Más bien que djfe¡enciar vclasificar las formas expresivas y los contenidos expresados, hemosde examinar ahora 1o que haya de común en toda expresión, hde-pendientemente de las diferencias de {orma y contenido: lo que

298

estí p¡rente de una

I! QUE IXPRESA

mánera bíiica y primaria en cualquie¡ ex-

. * En cualqurer exp¡esión, el hombreE.," no c" ";rso",,i" .:,¿,",1.,,"i.".1.^"T;::.:1"ff f.ITt;.cj^nes pilitpsjada. . .",.r,"o.rt"., ,tE. ,;;;;.; ;r"

LA FoRMA coMúN DEL sER 299

tuido ontologicamente como ser de comunidad: ser expresivq setque existe, r sólo puede existi¡, en y po¡ esos modos y estilosde expresión que se manifiestan tan variadamente. EI concepto de'ter expresivo" es la unidad lócica que abarca unive¡salmente,como un géncro, la dive¡sidad óntica de los sujetos que expresan,

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^, ".:^¿l':-1:

c:n"rd.:rtue áb.rrecriv¡men¡e."p¡.re ¿e r". co.ren;á,,.0dá expre.,ón. lor el ronrrar:o.

", "¡C.qr.

";t.r¡ede coD.ide.are obrero de u¡ra invcq.sác,ón r",i...1.1¿*i.":::11: :.:: L'n ver'¡rm'cnr'l p c'enre dc ,-," 0,.

",.'.-,romrnenc,¿

pcrmrre darto prec,.ame;,. u;, ,;;;::o: e. aquello.,n io cual no haorircr",a,, n pud em,",., .ii,,^^ á::

".ilil,,:"ill,,.ff ,.::J.

mrnado. tn suma, to que et homt¡re o:'^di. ::1 -n: iy';,'" ¿;,.". :: ;,:J,-".;:1".':lJ.x;i Hl'j

"'.1c,u c\rr.or: y eqe ler v c.Lc he.ho.o, to.0,. r"."";;-;i¿mpo riflicul.r de I¿. c,en.;¡s Lro.i¡i!rc, pero

:unÍ1ncnro, en vergad. con-; uleñ i5 ..,d;;;,ñr.l;;;,J;o¡rb¡e rnlcrprcra(ión M,u t de tx..rp,. ¡*", .1, l, *"1 "."*i::: :l:|",:i': de'¡'e' r¡" *.p*,,v,. c,cnci,. p-sj vá-, ;-- i-,,:.. uc, <er r,o ha\ cu. .Je..¡rrr¡rtarrF deJ rondo re-

:i.11: ":,1,"9,* e,ip,..ón, ni d.r .", ,"..;; ñ..;ii;;:;na presencra ñranifie.ra. v c"n.rruyeh condrció;:l_."s.Í d" posibilidad de roda expre.ión " d",.,1, ,;,;;;;";;:ron de ,o exr.ecado. Djch" de o;o ,,.¡.,-i"

",_,r,:iJj.i""uarqurer erprc.ióF, c .er Ja pocibrtidad cte ouc un t.nóren-

de:

]ill.""l" y* .isnir,cácrón. depende de q,," a *,," .."r .,,rrcho ie¡omeno ,iene l¡sar {a , * *f

"o*¡""A,¿.,,"0"¿i.Tl¿menre mmo scr prnduLro. de "xpre"i¡ne., " d,,*".,,"i.-;;.¡ r.amen,c como .¡t. r',,,- .*o,".,¡. ¡"i...";,;; ;,;ü;,.;; .ojo por etta precnrmenre. lu ¡rimp.^

):l: 1,1: :" .."i,,i," .;"*". ; J;:I;:.::,: ; ;::;,#r,;a *ri ra ror¡nr dc.er hun,n^. curo.cr de _.i",a"¿.'- .",.

..^ e\e.o,(crro.de.".-u.,a,a pr"a. o.;,."i;,,;;,;;,",,"p-

i.^.,lyi^-l-"i,:ró*r:" r.";."¡"n,"...ro

que expre r.cr nom- ,. ."- -"1" , fnmir,¡ f. nnire , r".; . .._,.iá,j1y, ..0".,.1 ,ie t¡ cuar * ;ncjuven inclividuJ. ",,, ;t,"#T,lle.

cxri,eriá,J1, de.de cl pL¡n:o de ,.," ¿,,,i" y",..,.",.,"t.on-rirución det género iórico .. 1.s,, .; :.,;;;;i;

il__r" q*"*p.".,". " p".u, á" r" i*c."bl. ¿;i*.;i,Jl."jJ

i13i'"'* *p..:"q-' porque e\rx -i*ñ, a;*..,a"¿ 1.,.ü'.i1'egurar.o¡.ranc:a ta un:dad, en ta torm¡ cle,",. d;i;"::;il

Pero este concepto de "ser expresivo" no es equiparable a unconcepto de clase, ni siquiera funciona teoiéticámente como r¡idea

del homb,re"; pues las ideas del hombre soll expresiones del hom-bre mismo, y por ello son históricas, y los conceptos de clase, para

funcionar logicamente con universalidad determinada, han debidoformarse prcvia consideración de los casos particulares. Por elcont¡ario, esta peculiar idea del hombre como ser de Ia exp¡esión¡o está ella misma condicionada por una situación histó¡ica, ni esresultado de una previa investigación, sino que es la idea que ro.dos tenemos de Io que somos nosotros mismos efectimmente, encualquier luear y tiempo. Era idea f¡rnciona existencialmenteantes de que pueda traducirse e¡ teoria del hombre o en co¡.cepto lógico, porque proviene de una simple, directa y absolutaintuición de 1o que erpresa el ente al que llamamos hombre: sumismo se¡ hum¡no.

Tomando en cuenta el hecho de la histo¡icidad del ser del

homb¡e, nada resultaria más desconcertante que la vancdad demodos históricos de enstencia, para los fines de una idea deI hom.bre, fundada ontologicamente. Perc la pregunta que inrerroga porel ser del hombre no puede responderse examinando la diver.sidad de ideas del hombre que se han $cedido históricamente,con e1 proñsito de elegir la que pareca más certe¡a, o de com-poner otra idea nueva con los rasgos más adecuados que elijamosent(e todas. Si el hombre es histórico, cada idea del hombLe ela-borada po¡ la filosofia habrá sido adecuada, en el sentido deauténticamente expresiva de las situaciones fundamentales ¡es.pectivas, o sea det modo de exisrencia caracte¡istico de Io que poresto ha de llamarse "situación histórica". Pero, ¿qué tienen decomún entre sí las diversas ideas

delhombre?

Osea

lquéhay

de común, ontológicamente, entre 1os homb¡es de varias situacio-nes histódcas, tan diversamente caracteüados, en cuanto al modode ser, por sus expresiones todas, y eminentemente por su pfopiaidea del hornbre, en la cual se concentra el sentido gene¡al de

Desde luego, en un caso y en otro, lo común no puede reve.larse por simple analogia, o por otro procedimiento que permitaseparar facticiamente, en las expresiones conoetas, )o constante

3Lro

dc I., v¡riabler pues Jo constanre ha de,hc ,ne. m¡ma.: r" ¿r",.,.,"ip,l;il i:ifl?"J;","Trf:Ji:

:,:o, p:manenre e inarterable. por or¡rd",. der hombre,,.r.,.. ¿ir""¿. ;. il":;;:i#",.,,*:::Lo que nenen de comú,urr ¡romr,re er todas la- dner.¡' ide¡s

LA FORMA OMUN DEL SER 301

mismo; pucs, de otro modo, fuera de esta continujdad intesrada,ta e)'-presión no seria efectivamente reveladora de su ser propio,sino solamente de su situación ütal, aqlri y ahora. La existenciaht¡¡ana es una acumulaclón de ser; no es el mero dccurso tem-

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ei hecho de que ro¿"..r1.l,; ",i,.t"*: .."r.,. ¿"¡."1ñi,j"*.' fi ;X:|ÍL;i",:S,,1;odos Jos hombres que esrán en esas ¿1i,,cfo de que '!' ;". ;;;" r,;..""i'{Fa' 'hu¡'rone' es er he-ideá. del hombre _t"

-,....,".,,,-r^

rtuiefe de.;r que Ias

,."n"_ no .. -¡,."¡,j." l''r,I;i,1, ,",."*'",

ae crFacjones h u-en er senrjdo + *¡";,i". ,"""-li,u er rcáre§. no ta: expresnconri,uvpn: l" *p*,;¿" .i"." .l_ má' bicn láshi.róricamcnre d. .", ;i,;;;; ."",u,d ra."iiuáción. y at pá.árer c¡mbio. r * .. r, ._p;;;'.;.;;:,:,."j,X.:i#,:. r.i:i.T:::t :::. e.Dre.roDe" hur¡ná. _,ean ;¿*. i¿ ¡".¡-.

"

,",Jino son como l¡ crónicade I^ que Ie acon'ec. á1 .;r, .r,; ;;:1*'' o menos itdedrgna.

Tmo. er r:lárc,,",, i" ;;.,# ;;;.J1.i"1;.:1.?fu:.T,1:..;en este senrido, aurobiograficai Dues ñ. .

::-:lT*, r: r,,a.,",.,i, 0,"', i,,I'."I.,:i.'*.

"fl H:,.1,H'rcson es ta lormx propia de .er det .cápaci.lad cle ".trr';".'..rti;"-'' '\'

Lx¡§ten¡e que riene

ela.. !n er hombre. et ser e. ácro en un¡l acepción rn;. detimirada:.I"- n:,9,: que ra acepcrón aris,oritica áe ",,";.";;;:;..Tjno_an.rotelico rambién es un jn,en,o de ej\pticar l".,i"ll"ia"iempora¡ d." Ia exjsreocia. Iero, en la temcmt-nuiclad imprica.

", .i ;.," ;,: ^"'porrlrdád rrumana, c.raI.r,oorench, cui ., r" "il,;; H;"' .j',jtr[:::;",i" T]il:::;:r f: : f, ::iJm i: Ji,: ::i:H:il:;i *¡ j:.,

"",.ilia_er tr3drcion, y no merá lecuencrá de hechoer. Et .....,^._ona. D,r,amos que el hombre po+e m.m¿na o¿roldp¡cd. Irl:T*," * e. áquí ra runcjón p.;qurca por r" .,"r1.ii,",ij,.[:ir:vamei,e.cr

pa.ado

cn ra *"..^.;".,i",

r.,-, a" ..,",¿fs comr]. la_ lecruÉ de esa especie de crónibiem .¡do h *p..";¿, p".¿'". i...'t\"uft e§<ten.qr que hu-

::1.: *.",¿ ". ¿*ü";,1i",,''i*i*'jxj,l'"1: :;"i,';:,,:J;i:,1:': *",.^ aiea.d .et acumutido * .r p,*"_l#;:;;le ra e*rsrencia. D¡cho de orro m<rJo, "¡

)'.:::,i :i r':'",* f;;, ü;.t"" :;:.';,:',::il,:':,'Yi;:g:;(,,4¡ esrr rmoJcádo et pa.ado. coro áleu pre.enre eD el scro

po¡al de un ser ya completo inicialmente, Por esto, el sentidoexistencial que tiene 1a facultad psiquica llamada propiañentememo¡ia no es el de un mero balance del se¡ pasado; si asi fuera,el balaDce resultaria siempre negrativo, y re{lejaria la pérdida deser que sufriéramos avanzando hacia el {uturq y que trataríamosde compensar con el recüerdo de lo que fuimos, y dejamos ya dese¡. Pero el recue¡do no es un intento nostáIgico de recuperarlo que y no es, pues todo io que fué sigue siendo para el ser delhombre; ésre carga su pasado en el presente, 1o recuerde o no, ycualquiera que haya sido el juego de posibilidades existencialesque se abrie¡on o cerrarcn como consecuencia de 10 que aconrecióefectivamente en el pasado. Es decir, eI enriquecimiento del seres uniforme, y no p¡ejuzga Ia riqueza o pemrria de la e.xistencia encada situación: la abundancia o escasez de posibilidades vitalesque nos resten, o su carácter favorable o desfavorable. Tampocoafecta esto para nada la esnuctum dialéctica ---o {áustica- .tela existencia, según la cual todo acto, siendo libre, implica una re,

¡uncia de lo que desdeñó ¡ruestra elección, de suerte que elrecuerdo de 1o que uno fué contiene tambiéD la evocación de1o que pudo ser y no fué. Lo que aho¡a se indica nada más esque el acto presente implica la memoria ontolóeica de los actosántedores, esa acumulación de ser que llamamos tuesencia ¿el

Se¡ es actuar; pero toda acción es una expresión. Por esto, lavariedad de modos ónticos de existencia, co¡ sus correspondientesmodos y estilos expresivo§, es justameñte Io que revela la unidady comunidad en la {orrna ontolfuca del ser humanoJ EI conceptode comunidad, cuando se habla de la forma común de ser, tienetodavia otra sigDificación precisa. t"a {orma ontológica es común,naturalmenre, a todos los ente6 individuales que, por ella, puedenquedar determinados o definidos como hombres; pero Io distin-tivo de esta comünidad, lo que la sit¡1a en posición relevantefrente a otras fo¡mas de ser (y ot¡os correspondientes conceptoslógicos de género o de clase), es el hecho de que tales entes indi.viduales existen precisamente en 1a {orma de se¡ de la comunidad,

1 sob¡e e*c tema, !é¡se t¿ I¿c¿ ¿¿1 hmbre, lléxico, 1946. cl. lg¡k],menté Hirt¿ri.is@ , Eirt¿n.ü¡iJtu, Méxi.o, t950 y fa Vúa.ió^ Httund,México, 1951. esEecialm¿nte los .aDitulós 16, 17 y 19,

-301 IO QUE EXPRESA

dcl dinlogo, de ta inrcr.conunic,a_ón. r .u .er, e. ta

. La comunjdad del ser, o sea lo ouer¡amenre con ., ""i" p,":.".,,,".",::'"sP'er eL hombce pr;ma-an,cifr d ,"i, ,;;;;¿;;':;'''en ¡a de ra cxperien;e

EL MODO INDIV1DUAL DE BXISTENCIA 303

tampoco que nos deten8amos en digresiones {enomenológicas so-

bre los modos, tipos, estilos y car¡cte¡es de ias expresio¡es con.cretas. El m&odo empleado es fenomenolóeico, ciertamente, y loque con él se aspira a ñosnar ha de estar ya patente en lcs fenó.

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:omyn.cre una reoria ,ter,:... *.

e rr.'jrurre por ránrJ eD

Iirica de r, ex,nencia o,; j;;.;;:,".': reoucnmo' d" una án¡.pia ras form3. d. ,p,"p;;;ró;'::i':1 jn nue¡ra exi'rencic n.-(\ uná rorma dc apropiaciónr ,..o ,, t^i"no

Todo c"nocimrin o

cond,ciona ta r.,., a. i"'1".,ii,1",-"^'urmáde .er de

to poe,dod.,, .," .,;l;;.;' # ;:fi ill: :: .H,,i:"" Jil l"".ll,:,i:"Jronrolosjcámen,e aieno .l:to:.,:Y,t* 1,,,"..;.;.-;ü;i::l.,ii*,:3l,l:.j,::xl:ll."il:, :",,.r'ni siqu,era ta p¡opüdad ecoñómjcá, .;.;;;.-,i".ff:,fl:,H: t,:fl_! *,r,*_ ,"a;.,r, ,r"" q," t,til"ir...¡...-., i" .*,,;".illJl.,l"al".?'j1,,1.,:. der hombre por er.;.n'o .ub",gur"nt., i. ;i;#-;",i';::"'",eá I v en er conor i-

a".r"..-,." a"a aiJrjgi;' dill¿l,;ü]i.,:flf: t ?j,*l:a ¡era.roni pues, !,o¡ ¿s¡rnto que oue.t,tl Tás

ajeno a ., q,.;;"';;i."."$i::i,;?:i:lÍ:':ii.t"fÍlá1.::.'us

ex¡'re.i:Des.u .e. n" puea. ,",me ;njr**", " .,i..oercámente exrráño, porque se me nrp(

espelre de comaniran¡p. su .o.rni.,¿""n', desde lueeo bá,.un dpo de áLención ,;'"r ai.t;",f i.'i,?l-.,".1-

cuar sea.rcquiere

,)'1.,":..:*., v".i,";" *,....i'_¡.1,il1fi1,:[:Sñ1"i::]Too< ex,tenc¡ate. de apropiación de ,.

""," hr.r;;;;r.;"::;,l:l:_T. Il"o.i" adop*r.i .e o,r.* .i..¡" +.i" .,.*",álno por et orro. que .e a.emeje at ¿..i,;á n,.";il,onemoc á rá- co.a". lero el 5er del orñprecisamenre porque e. er q;" ;;;#",:"Pre es ineducdbre.

a,réntica e inmediata _.;i¡"i.i"'.r,iiilr."p,ár

.re mánerá m,i.como er semejanr+: ,",q;; ;1 ;;; :i:;.,:: i:1Jfi."":::y.l:¡a. comunidacr. de Ia comunjcacióD

o conunión. qr" ": l; fo.J;Í:^::*,*.li o\pre'ión v F'ro sicniricr t, r-.;-a"'.* il il1T':1 .:'i"'bi" se apropis de, ¡.-¡,..i"".r"..," i. i.-11roú prere¡cle vujnerur.u Iibenad, to encuenrra ireducnble.

. ra vemos,.pue(, que no hemos de ateiarn, u( pre{rndrr de su. conreni.ros ....".ITi:i* ru'¿'*..'rorma onrorógLr. q* * .u." .,"^", '".i;'" *" cncontrar ra

que expreca¡ + -;,"* p.i""i,"'i,l

*¿ patente como aquello

en un. inve- js¡ción ¿"..,^

;"iJr. i ii,iillj.."l.l,",;:.§1.;

menos mismos; pero lo revelado, si la intención de1 estudio es

metafisica, ha de se¡ el fundamento de todos los fenómenos, p¡e-sente en cada uno, más que 1as va¡iantes de su pa¡ticularidaddetermináda. Asi hemos podido comprobar, como una evidencia

fundamenral,qrre

loque

el hombre cxpre.a. s.ef'lprey primc',a-

mentq es su se¡ hombre. El hombre nunca es un descouocido.Su incógnita no es como el simbolo matemático de una magnituddeterminada, pero desconocida, que luera necesario despeja¡. E1

ser del homb¡e está despejado originariamenre, porque, comota1 ser, es una magritud dotla. Si pa¡ece incósnito es porque suexistencia es gestora de novedades; y como éstas dependen con-juntamente del azár, el destnro y el carácter, ni el propio sestorpuede anticipar el importe de esa novedad que se está gestandoen éi mismo. La incócnita aparece en el nivel vital o existencial,pero no en el nivel meta{Ísico u ontolocico; y la distinción entree¡o. do. n,vele. e, nece'ario manre.erla r:suroscmenre, en e-repunto, asi como a 1o largo de roda la obra presente.

El individiro püede ser un exnañq como tal sujetq eD su in,dividualidad óntica, pero no como tal hombre, o sea ¡especto desu forma de ser. No sabremm q¿ién es, perc sabemos bien qrr¿ es.La misma extrañeza de su ser, cuando es un desconocido, corro,bora que 1o conocemos ya siñbólic.Dnente, como un semejante, osea como un ente productor de esos simbolos expresivos por loscuales su ser conecta con el nuest¡o ontológicamente (y po¡ ellopuede conecta¡ existencialmente de muy variadas maneras, sesuncuáles sean sus expresiones; pues la forma de ser de la comunidadno prejuzga la cualidad positiva de Iás vinculaciones: las expre-siones de animadversión revelan esa forma o¡tológica de la comlt-nidad lo mismo que las expresio¡es de amistad, y son igualmente

vinculatorias desde el punto de vista ontologico). La ;ndividua,lidad ofrece innumerables determinaciones (erpresivas) coricre,tas, todas ellas singulares. Su ser único está patente en sus eipre-sione.i pero Ia form¡ de "u ser e.tá parenre. como común. en su

expresividad. Isloro qué ctase de hombre es ése, como se dice; yhabré de lrecuenraio para reforzar. o coresir. o enrique,er entodo caso mi primera impresión, o sea mi primera apercepción desu singular presencia expresiva; pero se desde luego que es unhombre, y 1o identifico como tál sin necesidad de interpretacio-

304

i(.. dc mxr)erá rnmed,rra v apodicric¡. Fep:ramoj qLe inc,u.iverD ¡,crp¡cráción relariv¡ de r.d..,,, ..,";,**.;.,1. .rp,.],1"ibe-La.a en e.a previa iden.if,.¡.ion unro.ásicá. At ,.;;,j";; ;;5emejanre prc, r.áTc¡¡e Doroue me \eo loradoet d",o de .r .""" p,..n,1" para sabe, qr¡,en e§:

EL MODO IÑDIVIDUAL DE EXIST¡NCIA 305rncnr en bu con(reción por .u conren:do r.nifie.to: ta l arrrcula-Ídád dcl .uero expre.rvo. derermirrado en su indrvi¡uatrclad,.omo unidad ónricc. por t¡r i-ri.má, c:rp,e.:o.". pa,ticut",e. luicr produLe \ qLe to rarafier-pn per.orralmenre en frn, la lo¡macie.er (oml¡,,. oue -e párenre

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se,oe:cre lueso que e. u,, hombre. porqJe no me ¡".,i ,,¡"if"l^:".".j::-,r" co_o rndrv.duo..A drfeien.. dc .,^rq,... o,;an e, .ecror on,oróg,.o dr r" hr^""", i. p-;;-l:T:n,: tunoodú e. ra ,o,,,,4.o;r,. mjen,.ac q,,e e: ,nodo in-

1i'Í* ::.:":" l*oué' v no a.aba de L.nocebe, un. ¡. r,Leooo rndrviduat e< lo nris decrsivo exi<¡er.trt¡n.",.,;;. t;;;,;Ta: mnocer al prorim^ que ¡ens una i+" ¿.r r,"'""," ¡i""'i,jiladál pero ec iu.iamente.ecre iñleré" cxi.ren.ia, ., qr;;:;.;;,;];un,veBa¡ precminen.ia der in,ere" reoróI,.o por ta ,;"j;ii," ;,:: cnemo".rqu¡. p\r LJnro. uná ¡nvero6n de 1". ,¿..i... .,;;;c,onHrer de ta meEir,icc: re.pec,o det hombre.

"l ;:;;;,,",.;,;e Ia iorma onrologica universat es ánrerior at .""..i.t",,,";; i;,ererm¡nocrons,jndrviduálñ. v e. to que h¡ce p*ible *te c,no-crmr€nto derjvado. Lo esencial, d,je¡a.e. .e conoce prjmerJ que:",i:.,1-,1r.

y vá .e ha indi"ado que e.a re\"r_ión no.ót" r;;:jli: ,:1*q: l: metarí.ica Iradicionar. r,.ür¿, .i.p,.,;i

ramente convencionar, o arbitrada por necesidades áJñ.ilfi.o.,sno, que.üene foruala por ta naruratcza mLm" d" h. ü;..,;;::.*.91," b indivduar no es on,olocjcámen,e equiparábte a loue r lamára accidenrat. Sería *.;¿1*,1 l. c,l-p..-ii," jit ]de mjner¡t de ",* *,*il ¿"i .;... q,.ensá., por ejempto. miyor ramaño v d;stinra con[cu.ac¡ón. f"ro.ra drtercnciación se .atificaria precisamenre d" 0.c,d"nral;;.-u-e n, arecra ra rorma de ser común. ni h ;*;. ;i.;i,#;ierr ro que ¡eá, y .t¡ diterencia ónr,6¡ 6¡,." Ir. d* .;;.;;;;..;:ece de valor rienrifico. pero la diterencia ónrica *,* a* i^a;"i_

,:si, ,: .*p'."ión...u"tá ta formá común de ser, y .óto ertr,pued'ei:::la1:. 0 ee.ar ge sI panicuraridad determinad;. y * *L"j"'usár uoa expresión dercrminada es siempre et ,"to;;;:;,;ryia,menre dererminádq cuya determinaciin ónr;ca indi,i¿uJlereoua,precisámmre por Eus expresiones O" "r"".'qr" pr¿lilmos drshngurr. en -torlc expresrón. .... ,.". plr".. . ;,;;;.,rerenre(: ra párri(uráridád d. l"

"*p*,ió". ;;;;i""¿i ,¡illil

.n,.:".1::3"1-*:lu,i"

r.,;. J. il;;; ;i:' :i:' r'J J.:.*",:_ .-, i:':.""i no rjene, sin e-ba.cp. impon,ncia pu,,m"n,eIilill"1,,lii;"S,::":dicho: rá rever;ión ,n;,"¿"r,, i

"" "..,,1

há(e en to{.ra expresióñ concrer,1)c. Londrcron oñrn osica de oo.ibil:dad (te roda d re¡enc¡¡cjón ón-

tica entre los individuos,

. Et tamaño y la configuración no afectaD a la clase de mjneralde que se

_nate;

pero las expresjones concretas sí afectan, porasid.,rrl., c la Ll¿.e dF hombre de que se rrara. pue. crJa h"mhep. lu q re exprF.a. y rudo homLre e. detrniL,e onrotóscámenre

como ser de la expresión. C.ada hombre es una unidad, cuyo ca_rácter de originalidad singular se descubre en sus expresiones pro.

por elro una propia .ontisurar ón o fofma de s; (ala que llamamo. huJo de.er, para e,rrar ia (onfu.ión rerminotó_gar con'a foma de."- conin,. Como con.ecuenc,a de e o,lo. individuo. hum:no. no p:eden .on,rderarse onro,óncamenLccomo .rmph. cc.os pa|iculare. de un género com,n;

"e.;a iteg;-rimo. d$de el punro de v¡ra renomeñotósrco. pre.cindir dc susd,feren.ja.. o,oncep¡uarla. como meramenre a..idenrrte., porqueestas diferencias son constitutivas de la

"nidad

y ,iñs"¡¿r;d;d ¿¡_

tica, lo cual no acontece colr tos ejempla¡es ae ning:ún genero, ode ningüna orra formá _de.ei I o cxpre.cdo por el hombre. pri_miriámenre. es a la vez h toma común de "r v un morlo

"ingulare existench. Esta singularidad eristenciat es ctecisiva pam lom_prcnder la p¡opia fo¡m¡ comun. porque ésra no ¡"y qr. ¿.-.r-rrnrtá como Lns esen"ia pura, despro\r.rc Je crradere. ac(idenia,]es, .ino qrre .e revela sol¿menre en v por es¡( mrnjte¡racione§¡rnpurares que .oñ rá. ejrl]resione. concreras de un individuó .1tuterminado. Sabemos que la expresión es la forma común de serp,e.i(ámenre po.que roda expreión e. .ingutar ¡ reveladora deun¿ dr{ercn, i¡ óñrica ! cr¡,encirtr de Lrn enre que es propio y¡ien^ ¿ la ve¡, que se Ji.rinsrlc y hace aieno p., l. q"".*;r..r,

v ¡rque

noc apropramo! en.anro

que F. expre.ivo.Por con.;guienre, ro es de.deñ.ble lR pa icutandad de unaprpre.ión cualquiera, renomenoroe.camenre. porque en ella se mc_n iresrá e-r sin8ulandad ór,rico, en el modo. e*ilo o ca.ácrer que.on propros de rodá expre. ón. ) que cua,irican et conrerjjdo si8ni-frc.tivo y la inrencrón .omun L"ri\á. lor ninsun conrepro. pue.,d,.lr Ia ci"nt,a mer¡ririca de,arenderla.. como .o Ia, ¿""arienje aJhc' ho nrn8un hombre en la coñviven(:á con su, semejrnre.. Lá§ciencias posirivas de la expresión delimitan como objÁ de su es_

T306

:Y1": :l ::"T1._0".r:.Iramcdo. .,.,ema.,exprervor". por eiempro- ,-,,,:'"r"i pero e.ra es iujá.nen,e t, t,miración en eenerat deu¡a./i.i.d de tu etpre ión, y de ahi ta ,re.e.idád d.,;; i;;;Ja. ,on .uper .. merári.;, a., Ningula ci.ncia pued. explicá;;ó;ov po',¡rue dir,er.-n Socra(e. y Niertuche. t" .ril;;t;;;;;;:';

"c.lebió prime,o á Já rsnoranciá de Ia.oodición h,nór,ca deth nbr". v lueeo a l¿ incápacidad de contpderte" ".,..,,;ü,i,''l:.,-.9: "i, .er er árc¡nce que riene reóricamenre. tue., .on

i?,f .',",.r"¿ .rel ."-. lo que.icniticamos e. e,a rád,.at o¡icim-

¡ORMULACIONES DE PRINOPIO i07

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:"1"-] : :,:. d:rere¡,e. prop.nde a mo.trar ta ie,"r;"j;;;i"ádrrerencra.. Ni "iouier¡ a ta .iencia hi.rórica Iecore porde dar razón de I¡s -ri.ra. a *.*,* ¡r.,".r".'qr.iil

l::li:n.u mr:.r:r de.cripnvo. no reu¡t,rarro: pues t, di.-i;;ió.rironca .an,r(.Jo. hombre. quepcrLenece¡ a é;oc". dr.r¡.;;; e;uná realidad meratisrca: €sos do.'homb.es .* d* ..d* d; ,;;le-en.ec, v ta cor,;nujdad h nó1cá ec iJ.ra.neñre t" -"ái.i¿,ue,hrce po-:bte.u (omu¡,,dad á rmvé. det .ier¡po.

Lo .lue di.rinsue a un hombre d. ",,o homb;e, pues. e5 alsoue tos ronstiruye. at uno y al otro, en Jc

3:::: "' :::i;" ;;,;"t,; ilJ ;., ;*11?.íff1;lu "iinrorogrcameme. de li áccjdcnra,idad), como:::.r,hTh. de Do"eér d^,inrcs renguas marernas, nene una ür-u¿I'dad mnJir¡nvá dcl er,.c, como rrl .nr. a.r".*;nr¿o. ,uionc,,c¡or¡ L,n ¡¡odo v un e. ro pc.utiár d.;;j;;:.ü,Hlsrd. n on .ól^ .\\rFmá..,

mo.lo. d,.rinjos con I., q*;;;r;;

::_:l"1l.l

e:pre-cr ro m..mo

"n^q,. *; ¿,;;ü-;"d":T:

,,',-,-,.: se_i ornrn,os modos de ser. Tcn soto ta exi,tenciad€ unn reat,dád rom,in impide que ta. djf",.r.i"" .;.;il;;.;;1:,1.9-'..."!r:., v que ro expre.ado .,,;;-i"ü; ;..,iñ::Tj:"1"1:-,.-"ol.l.r" ",",rri

pero ra" dificurrades q* p*i.,,, l¡.,,.t,ng n,rcá", s,no

:ue reve]¡n lá. direrenc,¡. er-rencialet q," i-pl;.,"l u"o á. ájle.enrs rens,,ac, Hcr-o. dc ¡e,cner con ci,¡¿,j q,. É ¡irui*inrco e. mer¡Iiri.amen,e retevJr,,e. po.q,. * ,qu"llo"n

q,. ,pr.::.",*,,.".,: ra ["fna oñr"tos:,d _,"¿,. ¡*r,,il;il;:á,ue", e¡ qu" et.enre iodividusl no es un mero ca.o pa¡ncular den,cenero ort',otócico. át cuat repre+n,e de una

que r.rme parte de una .10+ lógrca, equiparáble

:l.pii"cip-á cuálqrier

orrá un:dad. y que {ro pued¿ ¡ener valo¡ea e¡tuiparabje. Lra manera, que ha srdoa r,¡d,Lrunxr, de unitorár et mé,octo de conoc,mienro det hom-r v er de orra sue.,e de reatidade.. y a" ,pli.,¡.; ¿i 1.".*ii1.,ro.ediñrieñro. losios que pueden.eiv;r para or,". f",-". ;" ;;.;'? lJ ó icorocm ¡..dc ¡p¡or'n" "e a -n- s..re,o d- ,rve.¡i*r.jó1, pe-ó !óro1i"". .:".,* d,.",..h (s¡.r-ror.¿..á. v -*_r"-,; _";;:.;;;i;::I- od.o,:e hÉ.f ,8 ioF¡ \i."r- c, i. \có,. i.,co¡ó§. ¿" t^i.i¡M.iiJ/d¡€§. Mé,i.o, l04Ii c¡p. quintó.

rr!r., . det enre que Lrea modos diver.o. de exinencia: e.a poráciaüe, er,que,.e manirie5ra libremen.e en .tpre.;one.

"rnguhre.. Unrnd'\rduo hum¡no no rph.e.enra Ia or-a común Je .er hombreporque sea equiparable a cuatquier otro individuo, sjno p.;:is;_

no lo e.: porque e. ón.icamenre d..¡i.ro. io;;eor€ pn.rp comun et uno y el orro e. et hect,o d. qu" ambo.¿\l'fAr,¡ 5u. rcrpo. vá. pecuharidade.. v qr""l op,.."¡"4

"".ra¡ en reiación exlren.i¿l Jp comunJ¡d.rLo curl perm,re ahora dicernir m"ior ia rrama de e.a diat¿c-r,." ^\,.(ñ, rt de ta e\pre.ión a l" que se ha menc,onado anre-

Til:lil. * (.pe,á de e.rac ampiiácrone..q D hombre es árenoll-li l!*, p". .,u irJñidu¡Jidad ónricai pero es hombre po; {conrrq d..i oliolog:ca: e. d(r, $lo puede.:ngrLrizane exprerand.- pe-o t¿ exp¡e.ión e. comunica(ión, y poi elto rornani)adoniorogica y exi{enciál a la ve¿. y esro signitr(a que et orro no

rjeno sin sernos propio, en aurénrico seorido. La co-

T:llli! ,".,"r:C*se refuerza con ,á diversidad ¿nrica;

v esáorverroc.r¡lambren e comunid-ád. exicrenciál-nente, porqui c,daenr-e manrre.rá, su singutaridad con ¿\presiones qr; ""; .._;-nrcácrones. todá expre.ión es iDdividualjzadora. en mayor o me-n-or sradoi mediáDte e[á. et enre.e átirma en su ser propio. peroesm .r'.rmacron no togra, en defrn;riva,.ino acentuar la tirmezala¡ele de ra lorma humana de sen de suene que la comunidad

se midsá o debilirs, .;no 3l coDrrariq en esá liieral.nd¡.n¿cún exrsrenciat det orro. cuándo ta o,;ginatiaa¿ auro<rcnareárza su individuatidad ónticá irreduciibte.

1:.1.:1. q:l coñocimienro det hombre. pu.". 1,.*p..,;¿n ru*rurD qmu,ianeá y correlárivamenre (dialécricamenie), como Drin-,p,o oe comun'da.t y como principio de ;ndi\iduáción.

§32FoRMULAcIoNEs DE pRlNcrpro

Podemos aho¡a fo¡mular, en el esrito más rerso de unos pr€ceproso princrpios, Iat conclusiones obrenidas:t. b que exprc.a eL honbte. tui.rnatia r ÍenAaf,.entatmcnrc, es

3 cr. capitutó prime.o, s 2.

308 FORMULACION¡S DE PRINCIPD 309

diálogo es la forma suprema de apropiación del ser del ot¡q que

se presenta como ajeno y como propio a la veí inclusive cuando es

polémjco, el afán de explicarse y de justifi.arse revela una entregadel propio ser y un deseo coÚespondiente de apropiacióÍ del ser

La el enemigo no es sino una fon¡a áspera de

la Íotma comilr ¿el ser: el homb¡e, como ser de comunidad. Estese conoce intuitii?menre, de manera apodictica, y sin necesidad deia he¡menéutica que, er 1os distintos planos de la retación exis.tencial, reclamá toda expresió¡ concreta y dete¡mináda.

II. En ¿¿ ex¡.esió¿, ) só¿o en ¡d erÉ,.esión, re hacefl pd.tentes a

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ajeno. vjctoria sobrecomunidad dialogica, e implica todavia un reconocjmiento de suirreductible alterid¿d.' Yl. Ln lorma comin de set se h¿¡ce p¡ enre en csalauiet ex'

presi¿n. El contenido signi{icativo y ,a intención comunicativade una expresión son la mareria en 1a cual se basa para la convi,vencia nuestra hermenéutica natúd1, y en la que ha de basarse

igualmente la investigáción fenomenologica, o he¡menéutica cien-

ti{icai pero este contenido y esta intención patentes no son todoto que manifiesta la expresión. Cualquiera que ella sea, mani'fiesta pdmariamente Ia fo na oDtologica: ésta no está reseñadapara ninsuna expresión excepcional, aunque algunas (la expre'sión filosófica de 1z idea del holr,bre) weda¡^ manifestarla demanera privileeiada. (Esto ¡1o sicnifica, sin embargo, que la filo.so{ía, por sfl ciencia, contenga necesariamente rdas uerdaÁ sobreel bomb¡e que el arte ---que 1a novela, por ejemplo-; pues, aun'que el arte no se p¡opoDga ser ve¡dadero, en el sentido de la

epir¡ene, su testimonjo es igualmente fidedigno, como creaciónexpresiva que hace patente et ser del hombre en unos modos exis'tenciales dete¡mina.los, que son el del personaje ¡ep¡ese¡rtado yel del propio artista creador. De hecho, la novela puede ser másauténticamente representativa, porque en verdad no representaJ

sino qüe l»esenta al ser mismo, como una biografi¿, aunque en e1

ñodo de la ficción literaria. h idea filoso{ica del hombre es unaexp¡esión de segundo grado rcPrc\enú el ser, en e1 modo de 1a

conceptuación cienti{ica. La üovela €s equivalente a la realidadmisma de la vida, por 10 que se refiere a su capacidad de revelarinmediatamente la forma común de ser en unos modos indivi'duales de existencia; y lo mismo cabe decir de una escultura o de

un rettato pictó¡ico. Pero una idea de1 hombre también es unaexp¡esión, no solo po¡que pretende "decit lo que el hombre el',sino especialmente porque, al decirlq queda exprcsado el ser in-dividual de quien soduce esa idea, y el ser común del hombre,como ser que s\"resa sus reflexiones sob¡e sí mismo. La com-prensión auténtica de estas expresiones, sin embargo, requiere unahermené¡rtica fenomenológicá.)

YII. b forna com,in de ser, pater\te e11Id exptesión ro se d¡t

nur\cd aparte d,e los mod.os atticos indí,íduales' his¿óricos, con-

la tnz la to¡ma mtobgna común 5 el modo óntico ind.iuí¿úat d.eexis¿enci4. Y se entiende por "común", no 10 fon¡almente cons-titutivo de un género o una clase, sino el hecho de ta comuni.lad.revelador de la forma de ser; lo cual establece esos vinculos o¡rto-

lógicos que no se destruyen sea cual sea 1a exirañeza exjstencialentre individuos ónticamente distintos y dispares.

IIL La identi¡ica.ión ñetalísica d-el erte humano como ser del.¡ e^pr..ión es cond¡.iór. Ae po.httirlad de sx cund¡m¡pnro.omoitliuiduo t de la inrlmeú¡ión .tr ",§ p¿rr¿j.,larcs e¡prcr"nc".Ln é.á..e.ontrc,á v h¡(e pdrenrc Ja rnJiridualidad. porqre elser del ente se forma a sÍ nismo con actos expresivos. La expre,sión es el principio de individuación humana.

lY. Lo que eI honbrc e\presd puede Jormat uati¿¡los vínütoserisrenckle§. ¿¿e comunidad, 2 crea¡ cmrmi¡l.ad"es hisrór¡t¿§, po,-&e el honbte mümo esr¿ cons¡irli¿lo onmlógiccmwne comi ser¿e comuñitla¡I". O sea que el rasgo dominantJ de su ser es ta ex-

Fesión: la expresión es lo común, en et senrüo de que se en,cuentra en todo indiüduo, y en el sentido de que derermina laforña de existencia tlamada comunidad (comu¡icación simbo-lica). Todá expresión se llama aquí vinculatoria, independiente-mente de la cualificacion psicoiógica, moral, sociat, potitica, reli.eiosa, etc., que pueda hacerse de1 vincuto, e inituso áe sucualificación positiva o negativar la relación negativa del odios€ría, por ejemplo, vincutatoria como 1a amistad, para Ios finesde la caracterización puramente ontológicá de la relación expre,

y. La que el h¡ñbrc exp¡esd. ¿etemina una Íorma d,e ¿it1léc.tica exisreñc¡¿¿j la expresión acentúa la individualidad óntica, peroen

la misma medida acusa más los rasgos que permiten discernirIa comunidad onrolosi.a. E¡ .er ájeno sjempre ec prójimo. onro-rogcáme(e. aunque rcá un ád\er-ario. y aunque. .iendo nmigo,

"u ind v,dualidad irreduc¡ible. Bre .""r m;en.o áila Prorinr¿a¿ ontológica que se tiene ante cada semej¿mrc, no selogra mediante una inferencia analósica, sjno por una intuiciónalodictica; no por un acto de simpatia, que pudtera darse o no,si¡o uni\eFrlmerrre

-:nclu"o en Iá anripcriá-, por Ia inmediEraidenrificac,ón de Ia rorma de.u.er qu; es la ixpre.iridad. El

310MRMULACION¡S DE PRINCI?IO 311

cr.¡os d¿.ü.sren.¡d. Por lo qLre se rejiere at mérodo, erro:mDone,a neiec.dad de renun.iár á la rradrcionat ab.rmcción, revetádorade la esencia, y a 1a vez a toda fo¡ma contemporáDea de abst¡ac,c:óJ,, conJ el Ilamádo Daréñre.j. ierrome¡roloc,co. por o¡ra nane_*ro.rcrela lo. ptaro. drferenres a. l" r,..."i¿,,i.". l" á"j"iiij

tujción metafisica original, en electo, nos proporciona va unacertidumbre apodictica: 1a del ser de la expresión, patente en las

exDresiones concretas de cualquier enre; pero, ademásJ tenemos

con ello Ia seguridad decniva de que el ser está d ¿4 eis¡¿ No es

una mera apariencia 1o que se percibe. Ia e-rpresión no.es un {e'

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cación de la forma ontológica común es inm6dia," p"rqr."";;;-e aparre. ¡rno que.e da en (oncrerq y por ero e. ob,elo de Iá

experiencia común. E¡ eIá, y_ sólo en e a. .e ba.an por icual,á pnmerc ,nrerpreracio¡r natu-al o e.ponránea que I.acemos de las

y jcs in.erpreraciones cjenriticar po:reriores,reraÚvas a ros modo, de dpre-ón rpscolóscc, IinsüLtica, erica,e-rérica, erc.). La he¡menéu¡ca tito"ótica rebása .l

"i,.1¿".sta"

dos preliminares, y por ello la fenomenologia, ."*. -¿i.¿.-J"na riencia merat¡na de la expre.ión, t" ¿i *, ,", ¡......*iIca hrstóricái pues, en efecro, el anál..is ontolóCico debe di.cernir,en el marerial renomé¡ico de tas o,ipresione., y de"pué. de haberrnterprerado .u .enrido inmediaio, cual es el sentido que ellas

¡e"timon,o. reale. de un modo his¡órico de exlren-cia. Debe examinar además cuát es el caudal d" h"."n.i. ñ;¿fl.á que se mánifie.ra en las e),p.e,ioDe. d" una .irua.ión ;;;ldeterm,nadái y resiguiendo el cuno del pasado hasra el pre.enre,revelar en la inregración

compteja de esie prebenre exr.rencialrá\ aportacrones nuevas y el modo como se componen (on Io he-redado. Esro ha de rmpedir que dererminado. rassor, que sonsrruacrcnares o exr{renciate., pudreran rnterpretar5e como onroló.gros o conr,ruri\l]5: que un aodo panicular de ser se contun-orerá con ta torma de ser común. Y de hecho, e.rc cápacidad dediscernimiento que proporciona el sentido histórico * ,r" ¿J 1",áportaciones decisiva. del pen.¿micnro moderno. de ta .uat

"ói;hora empreza a sacar provecho efecrivo ta merodologiá filo"ófi{áy cientifica en general. La historicidad del *. d"l h;-b.q ;;;;tal ser, y por ello la hisroricidad de la idea det hombre (ie susuerda¿les sobre si mismo) muestran su e{ectiva fec¡.¡ndidad en lateo¡ia cuando empleamos metodicamente la nueva capacidad lo:gtada de constituir una hermenéutica .ntológico-historic;. ¿;;ellá interprcramo. l¿c spresione, concreras, de custquier hombrev en_ cuarqurer sl(uación, en ese pláno o nivel de dis(r;runaciónen el cuál se presenian clarámenre drfe¡eñciados los rásgo. ónrico-situacionales y los caracteres ontoloeicos o constitutiv;.

, EI proceder fenomenotógico resutta. de e¡re modo, rnás radi.caI y au(enhco: pue\ no sojamenie p¿¡flir¡ros de los fenómeno., .inoque de hecho pennanecemo€ en ello< en rodo momenro. La in-

nómeno oue.irvr cuando más de ind'cio para que ra' él bu'que-no' al sei aurénrico. fl 'er mnmo e lrnrim'no' Y no 'e ¡equiere

"ourerade una récn..a merrdológica elabo¡cda parr di'ccrnrr ett

.l lenómeno Io ouc.orre'ponda a l¡ forma on¡ológica \ lo que'ea

,.,,1Fn,¿ ó m.so utua. ional. Por el conrran", el car"'rer que¡or .i "olo e, rá un con¡irurivo I un dilerenL al de e*a torma

i,"-r¿*.u., ¿il c,"l ro-o. l¡x dem-' dependen en la organiza-

oón e'uu.tuml del 'er -v por el'o en el camrno de la inre'ri-g¡ción-, ese carácter primario se revela universalmeniei antes de

ouc arburumo. un p-ocedimiento c eoritico para inve'tigarfo, vámo condic,ón que ha de presrar valide a este eveniual exa'

men. En suma: todo hombre s¿e 1o que es se¡ hombre, porque

lo te, y por ello es posible v lesitima una ciencia metafisica del

hom¡.á üsa¿a en eia evidencia primaria irrebatible Con esto,

.erun !a vimo,. queda 'uperado el nirel h +órico en que pudo

"'l¿".¡^" "* .,ii,o ae la me¡¡lisrca de e.Lilo hantiano La me-

i,ti¡., """de .er ,ienc:a de real'd¡de',puede organiz'ar'e feno-

me.olóeic"ncnte .obre el tundamenro de inruiciones apodicrica',sin invocar el p¡incipio de no contradicción, ni las ideas innatas,

ni et sistema trascendental de las catego¡ias'{

VIII. La erpresión constitttle la comu¡Lida.¿ histúicd, v es el

hilo conductd por el cual puede actualizar§e el pasado historio'

srá{icamente. La ciencia histórica no dispone jamás de otros ma'ieriales que no sean los tefimonios de las expresiones pasadas'

Pero el mismo empleo cientifico de esos materiales es posible sólo

.oioue Ia exDre5ión, como lorma de'er común manriene a todo¡.-¡- "" á-r.;¿"¿ oniolósica (! evmrualmenle en comuoi-

dad existencial €fectiva, mediante el ¡ecuerdo historiográfico) con

otros hombres de épocas rcmotas. l, extrañeza e.tistencial de las

fotnas de vida paiadas se supe¡a con la comunidad real de laexpresión: ese hombre antiguo, cuva {orma de üda nos parece

tan a:ena, se conoce desde luego como tal hombrc, antes de que

¡odamo" d*cif¡ar paleogáficámenre sus expre'ione'r v cuando

ia. havamo. de.cifr¿do, su modo de 'er podrá parecernos muv

distinto del nuestro, pero esta distinción no anula, sino que re-

fuerza y presupone, 1a comunidad fundamental.

a cl, Ka¡t, rr,¡ecomeú, § 2,

3t2 .lLA FORMA VOC{CION'AL DEL SER 313

5:,:,1^T yl rinea conrinl,a .re t¡a.rición, ra cuar se funda**",""1,:.:*:" * r" *i.,.ti"t-"#"'iü[? i: :::,"i:"#Í:#li ji.:ij:i*r"Hij-.fr":i,Iii:l"s':.:'fj":';

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§33LA FoRMA vocACroNAL DEL slR

Íl..di coTrderár{ c.,aLhcido. ou*. que to primarrn,cr:.e er-

l::,r",y r"p¡rmáncm.nre

conocido en l" *p,,.,,¿. ,.. r1,r,,il,nun de rri o ra quc F!¿ lorm¡ ..,"1¿n,",."'¡1,

',u,", j"l.^lrrañarra dF ras.exprsion p,"..i.¿i."¿. ¿. i, ,,*."-ron y parricuJarrdad. ni queda re"e..ada ;"ai;;,;;;;;;::;1.,fl^1"1

d1'¡,.i""a,-. ,r,e r¿ romen .",". ;¡ñ";;;". :iil,l

:,1i": l,:.19*. riro{r,ca..der r,ombre. Luarquier ";;;ñ,. ;::ar y co'¡dráná¡.exprcla et s"r det hombrc. L; *".;_i",¿,, i"ii-:: :"-^o:l-lj,:d: ft*',en"rogico en me,ar¡.icj, r¡ ,"!,.."r i"."ic.tup ¡rendrendo á esác e\pre.;o¡,e. conL¡er¡. _y rr ..J,r_e derraF

,esy¿,po.:bte átcanalr un au,énriLo conocr-nrenro onrJró_,co det hombre. fero no e. soJá''rene l" ,".., ..-¡,, J",,q,i.e hace porenie en uná erpre,ión cualqurera; f,".., ., i.," qr" ,J*-

:::.-::- 11 9" :,d.1modo.individuar

a. ... y a n].a" r,i.,;.i.ouni expreron e( siempre la de un ind,viduo (o deun conjun,o de indiyiduo,"

quiene. jr ," ¿,¿, i".. ",i,,,á,Ll::,-co,lce^1.:!-á-. lirenc:qD

erp¡c.,\ á,. y,, .",;" *" i.",,"-,j",¡i.¡e\elr"F ta fomr común .i c¡n .ll" ," ," ."-

: l:.:,i: "9.:_,-.er modo con.(irur.i\o Je _ .,r.;ñ; ,;

-d" "-en psjcotogia liamaríamo- (a_«er, o per,onatrdad.

.,.,^1n:: b,"1, áunque rodá.pe,.o,Étid,¡ * ¿.i.,. * li,,n}"_rogrcame e. tor acu.ados qr. ..". io. o.g- ¿i.;nri,o., ¿"-ur.,.trsonalid¡d, éq¡a sigue perreneciendo ¡ Ia ro,ma ¿. *r-¿. i"omunidrd. y e. dLcernibte como rat de ._.a;"., p.,qrJ"."lTl,I9: l1.c- no pueden ,c".ar"e sin de expre"ión.

:: ,io,yill. M cs.in¿tahra: no soto ¡,rorque r,,,ur,. " _1","-,"uedá hábtár.cienriricamen,e de { mocto de *.;"ai,iá,"i1 á.u modo his,ó¡i,..de exriencia. eino .* ;;""t..ii""i,i, i.J"

"o^T,ll:,:lrlldll'gy.de mancra ab.oruta: e§ miembro cre unaru",u',,uaq ronroloq¡ca, ño .oc,ótÁoi",r . solo como ral puedeexisrir. La( dihrcncia. individuatei ,",.rá. p,..i"r..r" t, ._un,d¿cl de lo..d.rferenre". Lá exi.renciá human¡ cs diferenc;a-.,"i;i,:l:

.,-.!:dif e_en. ic.ión e. u ná comunicación

"*p*.i,,..-

rLu rcs <on. pntonrp§, ,^. c^,npoñenres comune., cuvá \¡rjad.

I

3t4ors¡ni rrón de-ermina la. dir'er.a. pe=on¡tidade. rdividur,es?Yr.e ha aclvcri,do anren^rmenre quc no erá orrjero Je e.r¡ ooraprosegr¡ir con detalle el análisis de todos los caracteres consritu.tivos de la estruftura del ser ctel hombre. La meta{isica de laexp¡esión no es una amlitica existenciat o existeñciaria, aunque

LA FORMA VOCAC1ONAL TJEL S¡N

las diversas potencias tratan de ¡emediár en el curso de la exjytencia, Dialécricamente, toda potencia es una limitación, y esralimiLrcrón inici,l e" jusrame,ne la que impele, ta que dr :uenaimpulsiva ál .er, y lo .aracre,i-a como vocacionat.

Por otra parte, las cosas no tienen voz; pero si 1a rienen nuee

315

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pleda ser fundamento pa¡a tat analírica. perc si ha de cum;tirel comp-omln Je pre.enrar a. uerlo. ra.go* o ,arccrere, quc de

primá-ia v mánifre.ra ¡e hrs.n párenres en ..to queexpresa" el hombre. Y uno de ellos es el carácte¡ vocacjonat.

-

La existencia humana es, en veidad, la Iorña vocacional deser, y esta forma no sólo derermina la est¡uctura y funciones ctelente individual, sino también eI dinamismo del proceso hisrórico.locac.ión es llanwda (uocmiol; y hablamos de una "v"caci¿n per.sonal" para indicar la actividad profesional, y el modo de ;is,tencia consiguiente, que trazan el camino de una vida. No h¡vun solo camino de vida que no. ltame. y e.ro perm,Le )a elec.kinvocacronal- La. coss, en eleLro, páre.en ser l]ám¡rivac; pareceque hay algo en etlas que atrae y que solicita la atenc;ón ütat; yante el despliegue de esas posibilidades atrayenres, parece comosi el hJmbre pudierá elegrr. señor almenre. y que -u preferenciápor una llamoda, enrre orras mucha.. tue"e como la ,e(pue.ra quediera su .er v de,erminará el camino de su

vidá.ptr;

1". co.6,realmente, no son llamarivas: son indife¡entes, no tienen vo:, nopueden solicirarme, ni son ahacdvas por si mismas; en sumano tienen valo¡ en sÍ, porque no tienen senúido. El sentido se 10presta ñi elección. Yo puedo, sin duda alguna, preferir unas aotras, optar, elegir y t¡azar entre ellas la ruta de mi exisrencia;pero eña capacidad reside en mi. Yo no puedo escuchar unaIlamada oue no puede.er profe.ida. pero, §i tá vocación con"hreen ser llamado ¡quién hace entonccs ta Uamada?

_ Hemos de considerar a,la, voc@ión conra ímpetu r como diá.logo. Aunque una vocación se determina objeiivamente por lapreferencia consumada, el carácte¡ vocacional del se¡ es ante¡iora toda decisión, y es condición de posibilidad de toda preferencia.

La vocación es mia, porque es mi propio ser el que llama; y llamaporque el ser no me es dado con la limitación final de lo que estácompletq sino con la limitación inicial de lo que está dispuestopara se., y que no es rodavia lo que habrá de ser. Bta ¿¡s¡ontbiliA*1¿ es l^ que determina ta {orma vocacional dei ser. v eldisposi¡iuo individu¡l de las (apácidades e. to que de,ermina losmúltiples modos de existencia, como orras tantas rutas vocacio.nales El ímpet* de ser revela la impotencia inicial del enre, que

tros semejanres, y es el diálogo con ellos, más que el desplieeuede Ias cosas mismas, lo que contróuye también a decidir nuestraelección vo.acional. En cada siruación vocacional tsobre todóduránre la ndole'cencia; no .e delbera ranro .obre t¡ ¡¡ra.trónmayor o menor de las cosas, cuanro sobre 1os camjnos de vida quepor ellas, entre ellas, han trazado y seguido ya otros homb¡es. iarealidad no se presenta como una variedad de cosas. sino comoun mrndo. como una rrama de rura. virales. Las po.ibifidade. pro-pras no. )a. revelan las po.rbilidades ajenas ya acrualizadr.. (s,Jatorma de vrda ya vivida e5 una voz tlama¡iva: no es ran sólo la vozdel con.ei" la que.c escucha, sino que ltáma .obre rodo Ia aren-ción vital esa expresión ejemplar y fehaciente, para bien o paramal, que es una vocación ajena ya cumplida. Por esro, en la sirua-ción vocacional de la vida, que es justamente ta de indecisiónrocacioral, .e a ende.obre rodo ¡ lo cue hcn exprcvdo ro. de-m,.., en-el di.cur.o de su< ¡ropias vida., y t.. po.ibitidade. que

todc. ellar pre.enran, lo" cámino( \ocacion¡I". má. ,, amrtirog -.e.Jñcrerr.r en lá fisura humana del hi,oe.Pero la elección del héroe vital no es un acro de libertad pura.

Los motivos ¡adicales de esta preferencia ---que todavia es mera-merrp L¿¡dinái. pero no.eñala irinerário preLi¡o-en a congruencia, casi :iempre inadveriida, entre una luerzcprimaria de la exisrencia huñana ---que nos ltama o impele vo-cacionalmente, rclo porque recién la descubrimos .n

"or"t.o,ismos- y una vocación singular que la ha exprcsado muv em;nenremenre. Más rarde, el cámpo de Ia etección vocacionál !econtrae y la decisión se precisa mediante otra congfuencia

-más menos atinada esta vez, y ya consciente- entre las cápacidadesjndividuales propias ylas posibilidades que depara eI m;n¡for consu cofl)plejo trazado de múlriples vocaciodes cumplidas y faliidas.

El hombre, pues, es quien llama al ho,rnbre en Ia siruación voca,cional. La vocación ha de concebirse como una tendencia propia,como un ll¿n o un impulso, como una ópg{ dererminada poi lators de nuesrro ser humano, y por Ia parricutá, conformaciónde este ser en la concrera unidad óntica del indiüduo. La exis-tencia humana es la forma vocacional de ser porque expresa lanecesidad de una decisió¡ vocacional. Con ella, el ser se expresa

316

á si mismo, se h¿ce á si mismo, actúá sesún es; pe¡o no ric¡e ormposible manera de actuar que conjusando su intención vocacionalpropia con las ;ntencioDes ajenas en la comunidad dct diálosoviral.

Pero esta decisión no se exprcsa solamente en la situación vo.

3t?

vit¡l, asi tampoco el ¡les¿ino de u¡a vida debe entenderse comosu conclusión o su punto de llegada. El <lestino vocacional, que se

conceptúa en términos metaf;sicos como aecesidail, es más bjencomponente inicial que componente termhal de ]a existencia;de suerte que la llbertad, por lo mismo itue la vocación es una

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€acioDal. Lá vocación no decide solamcnre el camino de una acti-vidad_protc.i, r)1. sr .: ¡dote.cenci¡ .e ru.de am¿r ..n p.o-riedad unr -,,urciór v,rat vo.¡,,.n¡t . f".i.amenre poroue lrcaraffsi7., una jndecisióI mi. .ehrradr re.pecro J,.e.,e c minode actividad vital, y expresa más dramáricamente ta necesidad deuna elección. lcrú I" dccisi.ln y 3 urc:ó.r ri,.n¡¡ que .r ¡. n..tantes, por.lue una vida no queda conformada por la preferenciainicial dc un camino, sino que ha de articul¡necia de decisiones, cuya linca consrituye justamenre eso que Ilama,mos camino dc vida, Y en cada momento Ia decisión será resut.tado del mismo juego de componehtes que había en el rnomentoinicial: la ho¡ml, o et impulso vital -que en todos existe, y encada u¡o riene la distinta fue¡za y d reccióD que le den tas po-tencias individüales de ser- y tos factores oftemos que son tascosas y las vidas ajenas. Toda decisión, por consiguienre, todapreferencia y elección, son componentes de üna situación voca,

cional. Y como las más importantes de nuestras decisiones (yrararnente somos nosotms mismos los jueces de esa impo¡tancia)no afecrán .ohmenle el pre.en,c inmedrcto.,ino qu..e ¡,oyec-tan hacia un {uturo nuestro que habrá de ser ejemplo pasdo paraotros hombres, la continuidad histórica de las

"o"o"¿i,." rnr"tt".ne ese diálogo de e\presiones vitates que no requie¡e siquiera lapre.cn.ia coñjr¡nra dc lo. inre,to(u(ores.

. Jo quc la vocación expre.á. en.uma. de manerc primanr, esr¡ l^rmá ..n.urun!a Je ser de un enre fouádo a decidir sobre elcamino d".u pr^n¡r c.).Lre¡rc,r, v,¡ue.ólo puedc e\j.rir cn y pJrla conrinuid¡d de rale" deci.iones. te¡o I¡s decisione. sicmpre sonro¡cretas. e individuales, 1as vocaciones son siempre personates, y

solo puede discernirse este caráoer vocacional --,i,i aA *. É",rnano en la presencia de las vocaciones diversas. Bto es lo quesignjfican estas exp¡esiones &ecüentes en filoso{Ía contemporánea:que "el ser del hombre no le es dado inicialmente',, que ,,e1 hom,bre e. el "er que háce su p,opio,er", qde,,pcra et hombre su sere. quchacei. erc. S,snitican ,odo e{o que ct hombre, como .er dela expre,ión, riFne una loma de ser vocnciona,.

Asi como el carácter vocacional de ta exisrencia no dependede las cosas externas que sean objero o rérmino de una prefeiencia

horn¿, es condición de la forma vocacional del ser; pero no es

ella, a su veq incondicionada. De hecho, solo puede ser autén-tic¡nente libertad porque implica un condicionamiento, porquesuree de la limitación y se combha con la necesidad. El hombteexpresa, con sus decisiones vocacionales, I& necesida¿ ¿c dcci¿ir¿ib,mcnte. Esta necesidad radical implica además la linitac;ó¡igualmente necesaria del campo de toda elección posible; y nosolo po¡que sea reducido siempre el núme¡o de las posibjlidadesexte¡nas, sino sobre todo porque las posibilidades radicales sonmás bien internas. Es la potcncia de ser, la cualidad y ]a fueEay dirección dc la horn¿, el ¿isposirirc pa¡tlcular que toma encada cual lá común d¡F,nibilüa¡l de nuestra forma de ser, lo quedetermina iDicial e i1laltüablemente la amplitud y el nivel de ese

campo de acción vital. I¿ hormÉ siempre es limitada.La libertad, solo puede ser at¡ibuto de uD ente ontológ;ca.

mente lnsuficiente, menesteroso dc m¿iv ser. Esto es lo que per-

mite car¡cterizar a la forma humana de ser como forma vocacional,y afirmar que la l;bertad es radical y orisinariamente condicio.nada y innihda. Pues 1a libe¡tad misrna no es sino Ia inevitablecompensación existenci¡l dc unl limitación. Pero esta limitaciónoricinarla no es absolutamentc i¡rcbasable, como la de la pied¡a,

I lá cu¡l no puode ser sino piedra, pero €s ya piedra desde lueeq'plen¡mente; el hombre, cn cambio, no es desde lt¡ego todo Io

hombne que puede llegar a ser, o en todo caso puede serlo dc muydisthtas maneras. Es hum¡no, inicialmente, porque no es ya, demanera cabal, todo Io que tu¿¿e hacer de si mismo co¡¡o hombre.Cada hombre es hombLe como toda+ los demás, precisamenteporque al bacerse debe distinguirsc ónticamente de los dcnást y

son los mcdos vocacionales de esta distinción óntica erlres¿ losque revelaD su comunidad ontolog;ca con los entes distintos, Ensu misma timjtación rccibe cl ho¡nbre la potencia de supera¡la.Bta potencia es fuerza vocacional de se¡. La decisión vocacio,nal, claro está, no basta¡á nunca pa¡a ¡ebasar ]a capacidad dedicha fuerza, porque la limnación si es absoluta pa¡a cada ¡rdiv;duo, y determina originariamente ]a conformación óntica y losmodos p,:sibles de su ex;stencia. Pero lo común ¡ todos, y portanro 1o caracterisiico ontológicamente, es este ctispositivo formado

'Il18IA FORMA V'XNCIO\AL DlL SER 319p,,r uná trmiración orig:narja ) nececaria y un¡ hoim¿ o enerú;exr-rencjar,cápa¿ de.uperárl¿. Bro e. ta Iibeladi v si r ta lblr_

l.l-::-," ,'1." arBUñas.\ece6 arriburo det .er, no ec porque se

:iTll,..:.: unr e"pecie de rccultrd e.pe.irics de que disponecon orraq. y en ta compte¡a *truc,uri de.u .er;

tatrán pál¿brá¡

ilI

prr", nrr lo no exprc.cdo, .omo pñ.ibit:dad de"deñrda, v e.ra pre_scn.iá de lo dxs.n¡e impide que Io erpre,ado tenea un rat,i ¡"univocid.d clr.oluri , nece.ara.)

. A.i .e cmprende que ta crprcidrd de decidir Ia expre.e ethoñ Lre con la iMtr¡ión. ta ,iberrad. inherenre at se. que exi<e

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cd"cuada. con que de.igna. br;-,,,c, ¡< ro.que:oro puede de.rribrre en una expticacióD dilu.á- vTor.lue e¡ Jensua'e rieñde irjeüráblemenre a .ub.ranriv¡r, v de:l1 T"".* to quc de o,o n .do

".{apá

a r, ;o;_ren$on y p¡rccerehuir lá f. e¿á. perc no har jjberrad tuera del1:|'"-.:,:* I "' áÍo.,que F. om expresión. e, ,ibre .imptemenre

porque e§ acro. toda decj..ón es vocacronal e^ .e¡,,d; ao,énri-c!, porque "n,elh se coñjusan. cn et modo pccutiár de ra di;i¡;l:ri rex,srenc'ar,.la

necesidsd v ta Iibenrd. pern ramporo ta nece-sroao es un atr¡buro.

- !' ," :. el a¿r. At ¡pr ro concep.uamo. onrotógicamenrev s cl rerrer cñmponenre en la r¡amá voca-c,.nar de rá exisrenciá que rormán con ét h n{e.rdad y la Ii¡;;-¡ao. y oue per.'brmo§ .n .,to que ef hombre exprc.a,. t* voca-

cron e- er .enndo de ü¡enráción ürati lo cual srgnitica que la vida::i_:

,t,lll- porque cenrido e5 tiberrad. si ra rrborad soro puedecomo con,rcp¿rrida de uns

timirac¡¿n ne-ii.l,,,; .;,. a su.ve imprica que et camino de rá üd", " ";á l;^:_."_,":,11:9:.".1.:

vocrbná1e., no e"rá prerijadá ni .iqu,erapr e¡ o¡spoquvo or¡glnat de nuenrac (apácidrde.: tiene que ha_b.r. en generá,, ná. de unr.ota pos:bitidád. pue. el .enridodepende de la po.ibitidad de eJe, ción. o*a".a,j ¡,y "".".ii.!,i ¡aI

.enldo. Lo que da senricro ¡ lá ericrenci¡"" ;u,,,fn.n,.

:l l:.]". * que roda prefern(iá enrrañá una renuncia: eleeir:- 1":"*,.,.9 renunciar a lo no etegido. y ro de.deñado rie"nerrmD,en. ¡enrdo, polqUe simptemenre .e ohecía cúmo po.:bjt¡dad,lunro.a Io que recibió Ia preterencia. Ni io eted¿oni Io d*echadol:11:':1.:l'11.

por sí"oro.r er."e¡ri.ro ." r. d" r" *,;i,.¿;. ;

l" i;:""" ." ran,o que son po.ib,tidade.: pero no hubieran .idápo-rr,rec uno v orro ..r no T.rmane¡ rerán .onjun,amrnre inre$a-do". en 1¡ *i..,encia: to q re ¡ro t, no. pelerece .or1bien Je1,¡,ll T-j,, ro que (omoc. Et sen,ido de uná dec¡ión no deren-1,.:-1,"i. i,.,"" 5us. conlecu.enciás, sino que depFnde oris nariá-I:ll: o:.,, ár¡emáLivá que_tc hacc po"ibre. rr" .i.-" i,. e,rr.rmencro¡ comunicari\á, el-.enrido no con.isie ranro en Iá .is-_1'j:,Í1"1. :)li"*, oran.o en ra e.en.iar ámbisüedád de ra expi;.s¡on, ra cuat depende pr'm¡riamenre de que roda *pre.ión hace

elig'endo ¡u modo de exi.rencia,.e,nánitiesm en muv variadas*prL. ooes de ;n.egurdad. :ñLenidumb.e, perplejidsd; pues la in-sulr.rplc.i co la con,rap¡rrida dc la ljbertád: ta mrsma decisiónlibre que enriquece al ser, lo empobrece con la renuncia que

ellaimolca: v es in.uficienLe, de cuatquier modo. e) ser que no di.-pone de nque-¡ prop,a, .in" que ha de procurirseta. por e*q etcarácre- imporra una (uáli{icació¡r morat. y no es sólo un conceptop"icoJóeico. fl car.ic¡er noq perm,te cnfren.arno. al azar.

Sea cuál .ea l. frrmeza con que se adopre una tínea vo.¡cro-nal. no.cbemo, qué linca: de \jda rjenas van á cruráFe (on la¡uest¡a en el futuro. I-a t¡arná de una vicla no resulta solamentedeJ rueco dc la. limnacrone. v Ia" capacidades. t"rqr" l,

"iJ;s c¡ralo8o. (ada exLren.:a ildrvidual discurre según et choque, elcrure. o el di.cur.o parateto de oras exi.rencias, cuyo encrremrocon 1a nuestra no est{ predererminado ni por ninguna ley natural,ni por nuestrá originaria constitución ónrica, ni por nuestra elecl

ción. El ázar rambién dá .enrido a L erisrencia.. Parecería, sin-duda, que el azar es to más cárente de senridqiusto porque es Io eseDcialmente indererminable, porque 1o

"za,oso no obedece a ley alguna, ni a condición prefi¡abia La tra-yectoda de un cuerpo €n movimiento está regulada por las mismasleyes mecánicas que determinan su cambio de diriccióo cuandochoca con orro cuerpo. aunque el choque mismo no fue¡a deter-miñadq ni previsibie, sino ázaroso. Pero las trávecrorias vocá.i&nale. no son equiparables a Ias de to. cue,poq ni pueden rra,"r.een un sistema de coordenadas. En el choque o el cruce de dosvidás, cuando se produce por azar, cada ";o de los sujetos tlevauna carya.vital incalcutable, porque no sólo contiene lo que es

yá,-.ino "obre ,odo uná capa(idad de scr que no ha .ido ¡iru¡J;zada. fn .ualquiera de los dos, Ia reacción será parre de un cliá-ioso. y no el re.uhado de un puro choque de fuerz¿s crecá.. erndrrerenrer. Uáda prcjpnciá ajena despliegE anie mi un sinJr.i-mero de áLern.rjvxs, con las que deben .omtinarse la. ale",ar_-vas _que mi presencia despliega ante el otm. El caracter lo vana delinear, para cada uno, las decisiones libres con las cuates vayanresolüendo diálócicamenre e.¿ r¡amá o de"pl;eeue ¿e ¡1r",.a.i,;"..Pero el fenómeno qlle lá. rr.c Ló. o.e, et eD(Uenrro, pudo no.er

iIf

b.,¡..¡&**.

120

ur,¡ J.r1.,,in. ni un6 i{_u.idrd inevr abJe,.rno,rn a_ár. Il n,ce-.,.1¡.1 v l¡ liL,erá.1 eñr,in en ru¡go d.:pL;¡ d.l p.rcu(ñrr., pcror,^I,pr.du',r.n. t. en,¡d..d.. 1á c"nrin8encjr cnn....e flr quF láconsecuench vital de1 hecho indeterminabte ior¡ol, lne el htrl,o nrrrnu. y .n qre,ti.t)¡ .,n.e.uen.r¡ ¡fe. x .u¡.,nir\ánr.nre cl moJ, de.riren.r¡ de. .r,iern qur ..rur.

CAFITLAO NOVENO

Lo

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e.ri en tr

El csquema dc la situación es análogo cuando lo que arravicsapor a,ar la iínea dc iuesr¡a existencia no es otra tínea vitdl_ siñ.u¡' l{no neno r,rrural:

to que .ertam¡

ju.r"men¡e un ¡cc.CcnLe.tl he"\.. ti.i.^ .t a?-r \i.al: pJr erpmrto li c¿idao( u¡ cu¡rp^. Lñ ¡.,rñ.o.. el h..h^ de.r,re un .urero huuano

que recibná daño por el imp¿cro de ese cuerpo. El ch;q". mis-mo carece a de sentido si, corlro consecuencia de él el hombreno hubtra de poncr en juego todas las ¡eservas de su ser, todaslas rápacidádp. r.r¡le. ya crerc,¡da. y or.. au,r,.cl wz n¡.o-pc.r'¡Jr., c, n l:¡. cu¡Je. re.p^nd, al hrrho ¿-aro.o. Su re¡crióne. cquí rarnbrén u, ¡ ,c.1,,.1a. rurrquc no preJc t,,be. cljátos,: elromore exrr¡..¡ Ju \.r. au.rql¡e nJ tc.¡TUnr.t,.c rj¡.1" ¡t objerofisico que 10 hirió. El azar tiene senr;do tamtién en esre c;so,porque produce igüalmente una respuesta que no está determi-

nada, que só1o es previsible vagamente en func;óu del carácter, osea de acuerdo con los artececlentes de conducta. pero e1 ca¡ác,ter, quc es para el sujeto como su libertad coxolidada, lo dejaa é1 de todos modos, frente al azar, coD varias altemativas de res.pucstai pucs s; no las hubiem, slr ¡eacción no serÍa proliaDenteuna. resp-ue§ta sino un¡ mera reacción: u¡a acción 1lef¿el4 pero

le,J.t frobtem. Jer..nr:d., ñ_.IUCJ¿ con ru.t^ e-,u re.ueJ,o,ro. r .,, ,mfJflan.,a p" ,¡1. c.n r...pF. rJ ¡ tc

cuestión de lo .lue el hombre exprera, que merece un rrátamientoap¡rre, en el s;gLdente caPírulo.

eUE EXPRESIL ls,e¿¡t.EL SEN'IIDO

§31

SENrtDo i'. LrB¡IT D

Ieu.il- J ó c.rir, q,rc ri.t- ,.,-.t . "-..r ,,. ,,t.ct t¡/royuu.'. -.ut it' ir,;t/.tt. prr I ,".r l:,cl. f 1..i. rfr,t.r.r.n lJ p.,n. rr.,.t" r:,.i.,.1trJ ,I".r.-n,."t rt,.,,,"que tuvier!, cn e] penr¡micnro de su auror, cuaD.io ia jnctuvó {rr

',¡¡ ol ra r rla.l" It¡,,i s,,,,. tue. .i I d. I^ qu" ,,,,".. l;.;.;neces¡.b, no_ sólo e¡trc tas cosas {isicas, sho también en et ¡tma,¡arJ¡. p.lrj..m.. d..rr u,r. ni.t¡,,cne .cr ,:J,. t,¡,¡ t¡ r1 i..n¡,iJad 1u r..pl:"" l- nF,. rl- I u,r. r "t....r:.-. t. lt rral no. .Urr..rr...r,,ur qL...-.p.r,.,t, .,.1 ,..., .,.,;; ,,.;",,i,,,.,.";., .tuJ. " rr¡. - ., ¡u .rr .r,, mu.trr.,uc rr_'mioJ.t.,n ro,o.t. r_.n,uli.ien,-. que.on m.. L,,, t..

J..un¿ .¡1 ¡ J-term'Jr.nr. ... oJr.rl".r.n,,. ir ".rJra.ónpu.de]",..', "'.: ¡r./; por q,.é c\:..F rú q .exbr¡. \ p,- qué (ri.re,,"..'."."-' 1u.lp ^rrñ.'.r..n,.. l_ t,r. e\ Jc p .Jn\r,ruti-

:¡n -,,i i ;r-..]:er r"r,J¡ J,1i. . Lll t. . rLr rám"nr- .orqu ..dJ

. Racbnalidad no cs dete¡min¡ció¡.-Si

algo riene sentido enil ",,i,: :. .,- "tsu t-. .t" f r..r..er ¡r ,.r.t-,r or utórr.o .t. t;ll-!''l l' '"' ','(": r*' e¡ pr^r¡'n.n e ,,, o.Jen F^r, noeqr¿ ! ll¡ n.. rr...|. l , ¡1.¡n.. u.,.rb,-Jc 1.. E_.n. LtJe,nn,-ll-ll: lf' Frl nr'" 'ino ',nhori.^ i,o',ád^ p., .á

lllll: ", -,.",' r. cFa. ri|lJ2d..'.:.r.. ¡,..e.o: ¡er^n fu.,'p irbjr,ir.rr.¡ ¡.,1,,m. p¡n l, -nr¿,

*,1.1".-..,.1-.dc ',,eso requ,er d-,.,.. p", re.ti.:Jc c.,n,.lrlr'4. ,l lcrer) emcnl.

. Po¡ ün prejuicio r¡a.iicionat, t¡ fit,r«rfia ha proFenrljcjo ¡ cnn-.iJ.n, i1¡ci.mti.ia. r t,,,m.:a. qrc trrcor t,;.,i""i...'..1 ,'"_,,,

4raar_r.. .'¡t ..r. ,. .te un¡ ¡rj. det !r. má. que.n ju t.rmr.1 ¡_2. Cl Ls,brnz, ¿. ¡r¡,otu¿.,..iit. Foucher dc Cn¡eil, N,trlr,¡¡.s i"dr¿s ¿i

l#,.",: t.oo,, Pa¡is, 185?; ¡ág. 178: .,nád. 6u..de nor xrn¡ o For á.-, L.ilniz, T@¿ic.d, Ii .a Mónd¿. 12

371

iIZ ¡;L sE¡irrDo

,rcnc-¡. dÉ..|F H.rj,r,ro ha.rc Btre.on. yet áí., de lrbe,rcd, con-(cDjJñ ron J pufrne.lrc . ¡J;"ron¡do. e.cap¿ba por delini.rón, c. r¡¡n -uti e.Le, resJlodo.á de ta razon mi-rna y det serdro m.n¡do. De ¡h; r.uñaba ,a p¡rado:r ap quc Io prop:ámenrer.,c ú¡l .tue e lu qlre no rren" rennJo, mi .¡. que t" aoroa"

.enridñ

SENTIDO Y LIBERTAD 323que- por (llo solamenre pucda ¡epre.eniar cfáramenre ,a inmo-v.lrdad.3 La DropiJ cien.,3 lí.cJ. cadá lez má5, eljm,ñr tas no-crones de cuerp . cle rror€d6, dc oDiero dd.ñido, que son noc¡onesoe oflgen rniurhro .Fn.ibte: pe-o, r¡ de.de su origen mi.mo ener srgro xv . e. sobre rúdo una

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nu teru a.ón n. .. rehu,r a crDrárt Jo,lo que e- m¡, m'e¡-o ¡ proce.o. . reación, norc<Jad y origr-ñ¡rrdad. L. crcn , aue i- rc¡r-cspn,j(ión s:m$li,¡ .e e¡"cria en(l modu d" la idenr.rr... ¡o": ta patabm e. enr, ¡;M. . .a áue d;

Fl -c¡. ¡,,..no pre.crra v re-rc.enra. Lr patabr:re. una fijea, áunque e. c t Fn.Le I n comb;o, pero et crmbio .1,..mo no esrá menos nl más adecuactamente representado po! Ia pa,labe que Io pcrmanentej rues, en definir;va, .orrro no iry

"í "lnivcrco uada que posca 1a {orma de ser de ta absolura permanen-cia y fijeza, la razón no puede estar resemada solamente oara un¡:or. de "r L : a lr q, e "ll- n i.m¿ n" *, ".oc" *i"ren. á.

La p¡labn de razóD, a pesar de ser entirariva e identificadorá,puede tamblén, cn suma, representar la libertad y e1 sentido. pero¿acaso no tlene sentido la ¡azón misma¡ ¿De dónde provenia el-r'i'r Je,edu.irrr u e¡1" rambiér,31 o-de.l de to ind,t.renret( uinJ. o. tilGoto. prerendcl re,v.ñdicar el bFnrido de.a .¿zón,corien-.n á l-cbl¡r .1. un¿ ra-ór vir¡t

, 1 d" uncra

ón hr;.rrr. . \ l¡..on ruo..nen, la .ra.Iáda .,¡-ón pura . culo modetosLtperior seria el de l¡ ñatemática y Ia fisica; como si 1a mzón no

-¡nbó,o.. Sr l¡ r.;, L,Lnc.c, Ldo. t.a Je ren"r]o,guaimenrela mán "pura'', en fÍsica, en ]ógica y en maremáticr! p;rque estesenddo se ha de derermin¡r en ¡etación con el ser áe-la;a,ón, yno en relación con los p¡nrcipios formales y los esq".mas

";mlo-icos que este ser vaya creando histó¡icámente con su razón. f-am-ón .ere ..r:.,d., ) como ral e. expre.ila,independ cnrer enro d" quc ." aptrque ,l cono(imienro de unare¡l;dxd .'n .en,do. .omo la ra¡¿da ,no,eini.a, o a Ia re¡.¡clad.,1'

-,... q, i, .a que .e conciba _. o a .2 r"¿l d¡d hun¿na.

l'úr.rfl p¡ft:. v corpr-ndier.d^ Lirr el pon.amien.o de He-ráclito y e1 de Hegel, y hasta el importe fi1;sofico de ta p¡opiafi.,r¡ a,tma.. a. no. huo:e.cr, . pcrcá,ádo d" la pte¡¿ ,r. on"-riJad dFi .ámbio. r de quc Jr ra-ón n"

"ueda "go,ráa "n r.ns,node .t. gra rde. . T,nr. lo€,o.. No .err¡ .,e,,o, corno c.rricrecue.r ón dF hL,:l o. quc r¡ m-ór pen.ar ,a evotu.ción, la conthr¡id¡d de un cámbio que fuera pura moülictad; quela razón deje ercap¡r lo que haya de nouedad en ..au -oÁ.¡tode la historia; que slr objeb principat sea eI solido inorgánicq y

ae reJacionc. y tunciúnec.

F.,*,:"" h. má. prooian.cnr" ¡rronctes. corno t, e. et conceproherárlireano de uñ ord(n rnm¡nen¡e a1 de,"n,r ¡,,,,w.."t, " .o;;ol roncepro hegeliano de urn esrrurrurs J,alécrica cl.t L¡mb,o, ta

.url inclu'e pre(i-amcn.e la noció¡r de novedad., El,.e,u,do del i"¡"s Io -eve.a pre.i"amen-e.u táp¡-id¡d rrea-o¡ra ae murFptc.." ema. tosio. y e,qremá- .imboti.ñ. de reo_ia. Fn c.rá capacidrd .on..re .u h,sroric.dadr pue. tc rr:ónhistó¡ica Do es la reservada especificamenre pr*.fá *"fiarJ f.,i"róñcr. en cor,rrr.re con un¡ mzón .pur¡ ' que FsruvrF.a ré.erv¡dapar¡ la naruÉ,e-¿. L" rr-ón Jramá ta oura e. ran hi-rórica (omo,a q re produ.e et .inema h,roici"la de DiIt,ey, o el slremuintuicionista de Belgson.

- -Ladnercnl:c,me,ati-icc pnncipaf no habia que e rabte.Frl:r,pJe.. enrre e, orqen de:e¡mln,.,¡ y mp.¡n:c.ná ,i t" i.-L_.^,co;

.:T,lo:," l:,.",ó1 '.1 order dc h vida. ircJu.rjb.e ¡ t¡-r¡orr,y pa,, er cuá'scr,a!proD,cdo et in"ri¡ro. po,que Ia vjdá tue-etao-ad¡ a rra\¿, de Ja nr¡reri¡¡,., Todú lorecl r. su.cepr:bte oe repre5enra. ión r¡c,¡nat- L¿ primcria dl.i;-

cron mcral¡jcá e. Iá que.e ot-ece enrre el orden del .er aJ cuálpertenecen esas múltiples formas históricas de representación ;;_l3llj:.1 :t

.cr con .enriJo. y cr orden der ... i"dir",.;,;; .;.rgan-co o rnorgániú. v como qu¡cr. qLre.c conc,br, de a.ucrdo

de úeG.on. V(cánrLr.mo, reteologia. vlati-mo: e€" re",;a. ;;mdi-rt, or¡e e. la de una tornra onginarjs

oF constrrr.jo.l dpt .er. tl ser de t, expre.ión es eJ ser d;t .en-rido. rars(,Fri_¡bre orr.tueicrnFnre poi ta t.O*oa; et re*o ie

reJter p.rrene,e át ordende Jo direrenre, de lopri\ado de .enr d. \ de tioF rd. se cuatrtique e.,e orclen coDlxc i.rno v neLermin.,Jñ. o de orro moJ,. y áunqLe Jo \iral pi.o,e,x a\rm.r,rse Llue ".J ¡d". uadan e.le detin,do por e.e it¿n iueyp,e5¿ l¡ con.:,)uidád c\otu,i\a, Je cuclqu.em man*a el ).,om-

i.i::,^r,. rergá un..ue,po orsin,co. h¡briá de drrirrgurr.+ me_de lo demcs vrvrc¡Ic.. porque su ,/an .i. I -eria

3 ¡erpson, tJ'"¡,nd cr.¿¿ic¿ 1I 4.t Bcrs!ón, o, .(.ll 6.

ill,li;i:lÍl .* es r¡ difcrencja ontorósica que pri¡ra¡iamente seI_¡ re.tucc,ón de la L¡u^natida.l it ñ

j*;r* t'fii-:iri[Lj:¡1iiii':[{i

SENTID,¡ r ilBlRl

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" *r,:;';j:'íh1?,r'.:::':::i:*lii;-* m',":..,,, ^ *

r/

b¡-----*-- :

326 SENI¡DO Y LIBMTADc&crf¡,r. Más que los reoremas, prop.,siciones y escolios que ofrec€Galileo, tieDe imporrancia pam et pensamienro r@¡ico el principioque a todos ellos los susrenra implicitamenre: la neuhalizacióngeom¿trica de1 espacio, según ]a cual no existe ninsún sir6 n.¿ru-ra¿6, ningún luga¡ privilegiado, al cual esté destinado un cie¡tocuerpo fisico en movjmiento por la iñ.loIe su propia

causa de la aceleración".o Y asi, cuando afirma que un cue¡po,situado en un plano hoúontal, se moverá uniformemente mien,t¡as no actúen sobre é1 las "causas" de aceler.ación o de retardo,,ola importancia filosófica implicita de su afilmación es infini;a"ñente superior a la impo¡tancia récnica e$lícita que ela tiene

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de constituciónnátural. La teoria aisrotélica, por raDto, es más auténticañenteuna fi'ic¡i que la de Galileo, pues trata de las cosas fisicas, entanto que cosas; mientras que Ia mecáDica prescjnde de su entidad,

para consi.te¡ar solamente el estado dinámico y 1a proyección

De dondc las dificultades que se 1e presentarán a Newton, yque nunca logrará vencer *h)¡o¿ircs.s ¿on ¡insÉ para exblicarel hecho de la sravedadi a pesar de que su fisica es causalistá, ydercfliinista, tendrá que limirárse a deso¿ir ese fenómeno porsus propiedades puEmente geométricas. Y aunque en la descrip-ción juesue cl concepto mecánico de {uerza, no puede dar ¡azónde como opera esta fuerza en la caida de 1os cuerpos y cn ta revo,lución de los astros, ni de qué especie de interrcün parece guiarsus movjmientos, cuando por principio se recoDoce que no iienenintcnción. "Hasta ahora no he sido capaz de des.ubr;¡ en tos fe.nómenos la causa de estas propiedades de la gravedad.,, B Nelvtoh.on.'de-. au- Ia Brc\.d¡d riene que.er cau.ada por uñ ágeDreqüe actúa de manera conrinua de acuerdo con cie¡tas leyes; Iaciencia puede establecer estas leyes, peto no puede determinarla_ naru¡aleza del agente. Por esto, volviendo á Aristóteles, apelaNewron, en el Escolio General de sus Pdncjpia, al concepto deDos para culminar su "Sistema det Mundo,,, áe una manera quelos físicos de hoy rcpuran incongruente con la e.t..,.t,., -"t.Áá,t;ca del sistema establecido por el propio Newron, pero que nos-otros hemos de juzga¡ consruente con la noción d. ñewton -" a"Ein.reiri- de qu" e.re mrndo ¡nne scn,Lln (.enr,do f-nal e inre-gral: cuestión de1 primer motor y ordenador), áunque sus leyesiniernas rijañ los fenó¡¡enos con una exactitod matemátic¡ tn,

?ero ya el propio Galileo habia adoptado una posición simitárre.rccto de I¡. c¿1.a.. Fn -u. Dilloqo. aparc.e u¡a aÍr.maciónmemoEble: el au.¡r sc propone.ñve.rigar y denñ.,r¡r reramFnrela. ¡rop edade. del movi"nrenro a.eterádo, .cualquicra que sea Ic

3 Pñi¡oro¡iü n¿¡"rdlis Frinci!ía *¡hcmticd, S.hóljuñi cL Caúa a Bcn,il.y de 17 E¡rrc 1692: "Ll caüsa d. la sraveda.l es atgo qu¿ no pretcndoco¡occi" ¿¡¡¡l [¡.r¡iJ of Rühdrd Ed e., Lon.lres 1838i vol. ], págs.21o si¡.

para la física. Una seneración más tade, Newton formulará etmismo pensamieñto en los términos consagrados det principio deinerciá: "Corpús or¡ue ,Úseverarc in stat[ suo qtiesceft¿i oel trc-een¿i uniformiter ifl ¿irectu , nisi qhúenus a uiribu: imtuessis

c,si¡,r i¡dr¿m ¡l/um m arp .'r tJ "rEni rc¡do implicrro Je e talev de la necáac.i e. et de un ver¡laJero pr,n, ipro tito.ófico: ctFtitt.ibia dc iruJ.ifercncía, según el cual las dal¡.tadei o propie.tad.e,ontolósxd.r rLe un cLerpo 50¿ ind,ferenres resreüo de las leys aueregulan sus estad,os tle reqoso r ,rtt}4)iñiento. Con esto, segúD suilede.itre. lc fi.ic¡ .e dFsfrende der,rLri\¿meñrc oé Ja merati,ican"dicioláJ. l.ro eq. de prendim enro n. es ran rn.erst y deti-nirivñ como p¡rece. Y no porque penr.,a en N"wron, 1 ell orro.ha.ta el siglo xvrrr. Ia prcucrr¡acrón ¡or el oroLterra d"t prncip o,que no puede re.olver.e,on ta r¡enc,, nueva, s.no porquc l¡ leyfÍsica de inerc;a entraña una radicat disrinción -"1"fi.i.". p*;el quehacer interno de Ia propja ciencia fisica, esa ley opera comoun regulador metodologico.

Pe¡q si e1 §istema de la d;rámica essusceptible de una {ormulación matemáti.a, es porcrue las reati"dades sobre ias cuales versa esre sistema toteran

-bienesa abstrac-

ción.cucnr'mrird quc erablcce el mrrno p.,ncioio .ñerudotóBr-o:pueder rJn.idercr.e de.dc et pun,o Je vi..¡ de ra ,nerria, ; seácoD total indiferenc;a respecto de su entidad, porque s¿ en¡ida.¿e\.atut uLiuaññe ind¡lrr, nrc. S" pucde pre.cinoir Je to cuu_liLüiro, p rque de hccho l.c .".¡. ¡i.ic:. r, ro.cen curtidáde.,sino propiedad". que.ólo.on de.erm,ñabre. rdc(ü¿d.m(,, rc me-dian-e v¡lore. curnffarivoc. fl plan eDrero clc r. tí.ica modernad*ira. pue-, v dcD"nde de uJ,á cc.rád. dere¡,ñ rrcion "nrotóc,cafundamental: del establecn¡iento de una zona bieD detimi;dadel ser, al que se caracteriza como s¿r sin sen¿ido.

. lero.un \omb¡e rámb én ruede pied,a, Je.delo.áltode la to,,e de 1,.¡. r a ley dc la ccídc de to. cuerpos re-sulárá su movimienro de manera unifo¡me. S;n embargq ei hom,

10 or. .ü,, Ter.er. Iorñada, Escoljo a1 Teórma Iv....,.1 Pl:-p., r'.i,err l-v del mo\imrcrio r-n tá. edi..orf.. de ro57 yr/llr: _l do.,e¡o e. tó hre!o,ó. dcno,,a"Tó.T-hl'nró \ .nilo'-. jo'e ob S,n a."¡o,Jr ¡u e.r,d.mn !ob!¿ é1."

il

I

32932¡J

brc rlo_s un cuerp: su ser no fu.rle .tucdrr ¡.lccua.tamcnte,.,,mo cl de l¿ pie.lm, rep.escnra.to y canctcrizado ¡.or valorest)ur¡meDre cuanritarilos. Fenomenolósic.menre, li cajda dc unhombre no es equiparable a ra caida áe un cuerfo ii:,i.o: lo¡ dosfc¡rine¡os soñ rc¿¡m.nrc di{er.nres. La coDsidemción nur¡nenreJ n n,iip l"i'h? - .l pri r", .,,.o u, , ,t .,^ :.. m li n¡ Jc

PRIÑCIP]O DIJ INDI¡I]RE:!\¡CI^ Y TRINC¡PIO DTI- STJNTIDO

en cualquiet iLrar y ñomeDror Fero, cuando la preguntr es carac-terístic¡ de un¡ s;1rr.ción hjst¡!.i.a, enurceq inJepentlicrrementccle los ¡centos erjsrcnc;ale; qtre rohc en cada cti¡1. ¿barca r l¡

. r. t.'. ,¡ , ,tu. t,, ,. ,m, t¡ ,J"l¡ ,,. ur ',r¡.' l,Jmir a tr.,o.,.i. p.r, F,,rr,..cn l¡ (lurla

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I ,. p ¡d. d(. , ,,.1.F ,. ,^- -r .:gundocaso; lo cu¡l sig¡iticil simplemcnte c¡rc h cletrcia t(ica no e; ade.cuacta pua ofrecer 1:! "¡¡:ó^ ..uiicieri.', ¡1. los fe¡ómcnos t)um3-nos en tanto que Lomanosi no puedc

si.luier¡ c¡pnrlos onr¡lctos.Sin eml»rgr,, es¡ nism¿ reprcscDis.ión tan ¡rlccuart¡ ite unnnirerso indiferente, ncutral, carente cic seDtido, que oos ofrecela cienci:i lÍsica, hi fteado un estado d. ütsi!. Su mh,mo éxiro tradeter mnra.lo quc se olvid¡rx Ix disrurció| melxtisi.x .,ue 1 hizop,.rhre,r qr".p t.ru\e-¡.. ". ei . r.'r.,,ril rr ., lc-,n..rJe,¡c'..,' pd..u.,J¡ r-....i -r n rr,d.. s. J-.t. ,, .l.rnat¡mlcza ¡1 sLrperane la concepción anto¡omórfjcr- y lucgop¡rcció quc tcDia que dcshum¡Di:arre el tromt¡re ¡rismo. Unr rezqLre se dcsvanece la .tisrinciór entre olr orCen dcl ser y el otroorde¡, inevir¡Llcme¡te e1 Lo¡¡l¡re h¡ cte duc!¡r ctct seotido de suproria exisrencir, aunquc se resista a litrrarln Dor enrero at doñi-r,iJJ. ,,,.,n¡rrr:|. qi .,'-t.t,:.- |.rnatura! progrcro, se hiTo más si5tcmáric¡r¡cnre rigurosa rr' eliminóde su campo l, cucsrió¡ ¡reracicDrific¡ rl,:1 prjnci¡io. ir¿recc. en-

i cl h ¡l-,. nJ r,..,(,1 irr , .'.n .t- .u ..,,ritopropjo, sum.rgi.lo como esrá en rD un;v.rso indi{.renre. I_a razóoy cl senrido volvieron a hacerre incorrratibles, ahor¡ l)or obra .let¡ cienci¿ lisic¡, y no va de la ciencj:r iiiosófica.

Pe¡o ni l¡ una ¡i I¡ o¡.a pueden-nj se to DroDoneD anula¡.l .,.....- l,.n,r ..'.n.. t., r.1.f.¡^t.. ¡."t un

t"cr . . r ¡ L , r . , . , . ; . , , . j . I I ",f.. ,. n l. . o,,. r",.. ¡. r i!c, ¡,nr.,ró",..,m |,e,.r .r/. I ..Ir:.i". ,( ,. . r,r .t. r-" r...n.

cia? No m¿ exlJi.rcia, ¡orq,.]c )a inqnictud crjsrer.j;t1 ha ,rod osltgeri.l¡ Fe¿(¡t':ra en ur.t cu.lquiernsnuációu vi:.1 dcl inLlj.Jiduo,

r2 l-! Llisiln.i¡o oe¡xfGi.¡ ¿nro lo hn,¡¡,¡ v I. !. huDlho es nrnda,¡rnn, t1. Ia .ier.ia hi{órir., .oh. to c\ ¡e t¡ .i.nn. lrrn. Lsx nD xbo¡.cn .¡ü1. ál*r ¡. .1 .ln..isnu ñxrertalj*a,, idr¡do .slr..uhitvxn.nrc l].r tillioici r. ¡',n. .oxqju .¡i.. l¿ exrr.snnr ,,m¡tcrj¡lism. hii¡,rri.o,, ¡r.lrir x.*.

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dñtinción o¡rnogj.¡ o¡he ¿l o¡d.¡ jñdifcrerfe,le ta Daiúmleza y et ord.n d.tse. con se.rido, qre es preciknenie e1 hhió¡i.o.

tubr. ét mijnr, incl,r;le e¡ ta reorÍa que ¡r,tinrle ne_gario. El l,!m'¡re r:|L]ia ¡ltl rcnLictr¡, y tiendc a negiLlo, cu:rndoest! cn .rj:is su voca¡ió¡r criste¡ci:¡l: cu¡rdo sienrc que ha per-(li.i,r.una difec.ión.le vrda rue srvió para orros bomL;cs, y n; ia

puede 6stirurr con oir:r. Peñ.sb c.nltiruye L¡na s[uici,in vitrl,v en mocto al¡uno predc e-\pres.,r Lu carircrer cc¡nstituti11¡ clcl scr.L¡ ci.r.i¡ mcralísica no .tebc org.nrzase como ru¡¡ ¡ncm ¿n¡tí,ticr de sirLrac;ones hisróricas; csto pocirá ser conio la hn,!r.tir deu¡a él-roc¡, t.n aLu¿nrica como ee quier¡, |,crc ¡o fodrá insritui.Ln ,.r,,

'p J...,,,"1 . ., Il -,,ri.t¡ ¡:^.t l ,, t. .t .r, " " h. r,.bre r ir¡ ,lr r\.,ñ I,F¡^" J-rr rr o.,,.r..r.,.o., t,,n.d¡-cn" e\. r.r.l: ur iJF¡t Lr1. te. Ir., ,,.r.\... ó¡ ,¡.rr.,l ¡lo que ser; cl seuti.lo cs l¡ lor¡r¡ de ser consrituriva ds un enteque pnr i:1lo tiene uo se.ri.lo c\isre¡ci¡1, inclusNc.u.¡do to ¡ic-re. Si.nfre crlt 1a ¡orLl,tlidrri .ic Frcglnr¡¡ For el scnrido .tc t¿preg¡r¡t¡ r¡;sr)rx que fonc en du.la ei se¡ti(lo. Y aunque e*o no¡iivic l¡ snr¡ción d. un honrilc desazonarto por

]e duda cxjsr.n-cirl, Fue.le si¡ e¡rbar.ro la l'tios¡li:¡ el,mirur el coDsisuienrc fate-ti§¡o i mo:tr¡r elml.lrm.]lnr. Jc nr¿¡rera se¡ena y halr¡ iró¡ica, l¡ferrinic,¡ ertrern¡ d.l s.,¡f;.lo,.tue no se d.ja etimi¡ar, y re_

...\;e.,r.,n: ¡) l¡ n..r.,r .:.§",i, ,ri ., , . n .:,r .t .. J, ,r ¡ ,r,,. .o, '. .i:bf.,, ! ecs l:¡ i..n¡¡ sur¡er¡¡ clcl sentido.

§35Dos ¡'urr-^-.s ¡ur- srrt: |L ?Rr\cn:ro D! rNDrllRti\L-r¡ , EL

FRrñctrto DrL s¡¡" üDo

Las cosas ¡crmancccn i¡dit.rentes a nleltra m:tnera d. .orcebi!

lnsy

rerrcrnr¡¡i¡:i. Ilm c¡uiere clecir clue sr,¿ in.ijlercnrcs, quc elpiD.lfio d. turlileren.i¡ re!.la aLiténdca¡ne¡re su fornii dc eypropir. E1 ordcn .1e1 univ.so, cuando lo examnr¡mos cienrífiL_

a!¡recc com,) :Llco r¡dicátmcnte ricno, .ls{, cr-1,". ."1 ,. r'.,....i.1e .:r.,, \..i.f1.ó i,".. r.ndry,.¡.r r, trr. ,rrr.¡JJ .tu.r,... .' n,,..t11 \j.r¡r ,j. ti.C¿c;ünbia en el o¡rle¡r jotrinseco dc la n¿n¡.¡tez¡ por ciccro delos cambios hunrDos, o cn corrcspoDctcncia c(,n cll,rs. El mundon¡ J..il . l.Le .u m. c',¡, ,.r,r.,1,t" .rrr.. .. m.. qu,(ri JUr nos

330 rL sENr¡Do

enfrentemos a é1, como quiera que actuemos, porque precisamenrenosotros actuamos libremenre y con senridq mientras que la natl-raleza Do tiene sentido.

Por su parte, e1 homb¡e no permanece ir.life¡ente cuando seconcibe a si mismo como indiferenrq 10 cuat prueba que no es jn-di{erente. Y una conf;rmación de hecho ¡os la ofrece la situ¡ción

PRINCi?IO DE IÑDIFERENCIA Y PRINCIPIO DEL SENTIDO 331Situ¡do el hombre en un mundo iDdiferente, que no se cura

de Duestra existencia, y ante 1a supremacia de una fo¡ma de saberque se proclama iñdiferente rambién

-para curarse del reprochede utilitarirmo- ¿no resulrará por e)lo indiferente la propia exis,tencia humanal lNo será sign;ficante cuanto podamos hacer yexpresar, si de hecho resulra

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vital contemporánea: esa zozobra ¡tue embarsa at homllre cuandomente 1a ideá de que su propia existencja carece de

sentido. La solá duda sob¡e el sentido, po¡ ..ñetódica,, qüe sea,1o

afe.; mr1

enrr.iab.emerre, en la raj.z misrna de,u cxi.rencia.Pero no Io afecta sotamente la idea que se fo¡me de si mismo, eorelación con e1 problema det seDtidq 10 áfecta inctuso Ia ideaque forme del sentido de 1o que no es humano: es uñ hecho queel p nc;pio de indiferencia, tan bien cobierro por ta inocente neu.trálidad de la ley de inercia, ha perturbado ¡1 hombre modernoprofundammte, lo ha hecho sentirse como un extmño enrre Iascosas, y esta sensación de esrar pe¡dido en la i¡mensidad del uni-verso la expresaba ya Pascal con elocuencia. Y no se ha sentidoperdido a causa de la desproporción de magnitud entre Ia de suser y la del universo, sino a causa de la iñcomunicación, porque tafisica moderna ha destruido el vinculo milenario de .omuñidá.1del hombre con la naturaleza. La {ísica antigua habia intentado

racional;a¡ este p¡imirivo vinculo místicq y un eco de ese intento.e perc:Le en roda) lá. reoria" .eleolósicr.j pero, areniénd"noq alr lí.i.a moderna. e. evidc,.ie que no rrbe d,a¡usar con Io quees indiferente. De donde la actitud posesiva y urilitaria que hafomenrado. sin p,o-Jnétuelo cl pr:ncrp:o, L cien.a nc ur¡t .onel principio del d rermin.mo, cl cual erpre.a rarb.en e.¡ ce eraintuición metafisica de Ia indiferencia det ser natural La natu.ralea ha pasado a ser me¡amente objero de exploración. tanto másiegi 'mr curnro r". inJ.reren.e .e con.ideru a .i mr,mo e"e ebercientifico que le aüanca sus secretos. Los ,,frutos,, de ta nerrita-leza ya no ctecimos poéticamente que ella nos 1os brinda; nos-ot¡os los obtenemos por conquista, con Duestro saber v n;st¡opoder. La a¿rurarqa

v: no e.'nadre".

e ,n.tu o v¿ cteja, .lo deser "oai-áre"i Dierde.u .crr dn 'n.,,.o, y hara .u vcl,i e,Léticoparece que se vaya desvaneciendo. La comunidad con Ia naru-raleza ha quedado reservada para ia místic¿ y la poesia. v si nin-guna de e.rar do. rorma. de expre..ór humana e. t-"1 predomi-nante en Ia cultum, es porque los homb¡es reconocen de unarDanera implícira y oscura que, junto a la superior verdad de lac'encir. p¿receñ ae-as ficcionF. del c.piiru, como jueeos ocjoroc.jnocuos y superfluos.

insisnificanre nuestro ser frente aluDiverso enterc, y no podemos conmoverlo, ni moverlo, ni alte.¡arlo, sino solamenre explotarlo parasirariamente? Cualquiera queIu".e el .cr oo de nu^-¿ e\p,c.ión lqué .enrido ruv c J c.rc mr..

mo scl expresivo, perdido en 1a iDmensidad de un universo quepemanece sordo ante el mensáje, y en Ia in{initud del tiempo, enel que no logra disrinsuirse eI lapso de nuestra exisrencia, y ade-más con la ambición de verdad frusrrada po¡ et rcconocimicntode nuestra propia hisroricidad? Nuest¡o se¡tido seria, si ac¡so,el de la nN;gnliicancia. De esta conciencia desesperada de la pro-pia iDsignificancia se curó el hombre antaño co¡ la jdea de Diosy de la inmortalidad. porque renia estas ideas con firmeza -y noporque careciese de capacidad cienti{ica- el hombre antiguo y elmedieval pudieron hacer filosolia contemplando. ,deiaDdo enpaz" a la naturaleza, o acaso comuieando con etla. El hombremodemq salvo en ]a protesra del romaDticjsmo, se compensa de lapé¡dida de esa comunidad con una naturaleza que se

le¡evetá

indilerenre tratando de someterla a fuerza; y logra muchas victo,rias en la emp¡esá, y hasta llega a pensar que la liberrad de em-presa es la verdade¡a libertad. Nunca la habia dominado ranest¡echamente como ahora, porque nunca le había sido ran e¡¡rd-ñ¿r pero en el ánimo, intimamente, 1o que predomina es 1a ex.trañeza, n1ás que el gozo de la victoria, y un vago senrimiento dehaberce perdido a si mismo en el dominio del supuesto adversa¡io.Al desvanecerse ]a poesia de las vieas iilosofias -]as cuales noeran eer.ldderas, claro esrá- se marchitó isualmente el amor porlas cosas estudiadas, e incluso el propio ¡mor de la sophía, o seael principio radical de la phi¡osophí¿. El récntco suplañra aI fjló.:ofo cu¡ndo la u, l,drd 5upl,nrr cl dF nre?-.

Como quierr oue se¿ ¡puec el obrero pre "nre¡izar la situacjón vital contemporánea, sjno mostrar que al hombrele alecta m.u -er mr.To 11 iJ.a t.re.e Jorma Je.u propro ser. vhx-rá tl-l re- quc 'c p..r.'olopi.¡mpnje crrrano,. r$,rl-a cliro 9 reese testimonio de Ia:ozobr¡ que produce en et homl¡re la dudasobre el sentido prueb¿ ya también que hay una diferencia de serentre él y 10 que no es humano. Cualquiera que sea et u¿tor

-existencialo cósmicG- de un sentido viral dete¡minado. o del

"enLrdo en general. tiene quc haber !tsún r¡.sñ o.lrotó$, o d,fc-

332 Er. sENrrDo

r.ncial enlre cl entc cuya ex;stencja quecla afcctada por la solari:ch srbre el rnriCo, y .i .!1e qL¡c no tiene s.ntido y.l qu., portrnrii, ¡o rrLrcde aieciar cn n¡.li cl he.ho d. s.r recooocido comoirdlÍerentc. iináj süia este rasgo .ljlercncial .lue mrLcarta ellini¡c c¡t¡e l¡ zcra clel ¡er n:irural y ta del ser hur¡a¡o?

lll c¡ricter clifereocial sc ha.e par.D¡e en et liccln m¡mo del

PRINCiPIO DE INDIFI]RENCI^ Y PRIÑdPIO DEL SENTIDO 33J

ninsuna fo¡ma humana de existencia. El sentido no es ¡1go er-ccocional, que ¡.oL¡ie? ur^ od.rrrirada ,r,-" ¿" ex,.i-,.i",sho que es algo oDtológicamcnte constitutivo. EI l¡¡mbrc tienesenti¿o poúee es eL set ¿e Id ¿\bresiótu.

Con csto podemos dar ya por sentaclo el complemento necc,

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scntido: en uDa teo¡ía ¡retatisica de 1a ex¡resión, et senti.lo no5e ha de cDtender como equival.nte de siEnilic¿do; ¡o ha.ie se.,J,.,". ,' ¡ n,, d. .opi"- ., t.

categoria ex;stencirl r onrológica. E1 scüti.lo es also inlrerente ah fc¡Lma de ser y ai mcrlo de existi¡ del hombrc, y por el¿oh¡r de rencr sentido, o sea sisojticación, ias propostciones ló-gicas y todas las demás expresiones. El ser dcl s.Drido conrieDeen si mismo, por ser tal, la Fosibili.lad de múlriplc"s sentidos. v en"11., ,e inc Ia po.ib tid¡J ,¡Ji. J. .r , r,¡" et , ñri.to , JF ".,. rexisrenci¡lmente dcstientadq de no srber cuát cs ,,el sentido delsentido'¡, o sea cl sentido de su propio ser.13 El dudar del sen-tido, incluso el dudar descsperad,m€nre de que la exisicncja tensascntido, es algo que ticne sentjdc, simplemenre porqu. se eiF¡csa.L",ueno ".e .\r re.¡. \ F.,o hi Je.,.,;,. taclave para interpretar eo la filosofia conremForánc-¿ esos inreDros...,r.rc:i ,,c ,. do l. I', ¡ iorj v,r.

, ror.. \. r

"t.q,r,cl,.jt'r.n-

dolo cn una lorma de eistcncia ptupia o auiéntica (la cuat con-.unr. p,..con,mJp. r1 r.rJ:dá l. .,n,, t" d- t,,.\.,en.i: .ñ d,a-na llamada po. esre mismo jnpropia, banat o anónlñi); o bienciltjlndolo en una cspecie de hcroica aceptación dc lo .oridjano,

,J,¡"r,. qLr. .r '. es..r.ñc.¡ prnl,no.¡-mente en la brega de las volu¡t¡des y l¡-q i¡tenciones, a sabicn.iasdc qre eD ella nada ricne sentido propio.

I']erc 1¡) quc no ri.re scntjdo-como se dice en e1 ha,olar co-

n1Ítn- es imaginar q,-rc sl,l,r pued¡ renerlo un3 a.titud heroicacomo las fiiosofias ailriguas .le "la neg¡ción vitat,, -ct esroicismoy el cpicureismo-,L o con¡ jas filosofi¡s actu:rles clel ,,ser parala mue.te" o del ''ensrrg¿mcnr". La co¡rdicjó¡ ontolósica de po.

sibilidad de que e1 ser humano renga senrido, como tal s*, .on,.istecn que la existencia de c¡d¡ ente, en cada sitlr¡.ión vitat, tensasenti.lo. Si no tiene sentido rodo 1o hLrmano, no 1o puede tener

_13 A e*o F debe qne Ix filosofiá, cn .uyo pLoshna Jis!¡n lx nres!¡ra pJr

.i s.nrido, con lá cu¡l el s.¡tido nsmo q erlx.n a -.p.,* á..- -it,rovision¡i, §.a !n¡ actividád .uvo se¡tido distnrivo es e1 de nna autéñii.aÍisir exisic¡ciil: ño cs un ñero oij.io inretectri¡t,.j hx! ú¡quña oüa rien.ia.".o -, 1' .o po¡u1¡

1{ C¡, E Nicol, Ia I¿ed ¿el Hamhrc, \{ó}i.o, 19+6j c¡p. X_

s¡rjc dcl principio dc nrdilerencia, o se e1 árincirb ¿lc¿ s¿n¿idojtodo lo huma¡o tiene se¡rtido. Esre princjpio hemos dc llamartocoñplementario o rcciproco dci ¡nkrior, porquc el principio deinditerencla, cu¿iquiera que

sea su virrualidad en la ctc¡cir na-tura), no puccle comprenJcrse filoólicame¡te sino en rcl¡ción conel lrj¡clpio del senrjdo: no .omo 1a mera determin¡ción .te uoaform¿ rle ret, si¡o como u¡a distinción entre dos form¿s. El he-cho de que l¡s cos¡s seai ifl.Lifercnrcs, o ca¡entes dc senri.to. arD.que es lo quc Fermite cstlr.ti¡rlas fisicamente con el ¡róroctom:rtcnático, cxpre-.a un caráctcr oniológico prima.io de uor cicrrrreaiidad; y cste caricter no puede siquiera percibi$e, ,ri csa cjcn-cia puedc establecerse, snro desde un pl¡Do onlolósico (lilcrenrc:el plano del ser con senti.lo. La indiferencia de t.s cosas rodrs noanula, sino quc reaiua por conrraste ontológico, et "\cDtido .lc loque no es coi¿. El hombrc trata primcro dc proyccta¡ su froFjo¡r.nd.lo, antropomóIficxmcDre, en 1o que no lo tienc, y por ello trace

üna tisica que es todavia netafisica, cuaDdo las cosas le imFor-tan por su ser; y lucgo reconoce como indi{ere¡te a rodo et reinoontológico de 1o no humanq c nricia con cllo ta ciencia tísicaproFianente dicha, en la cu¡l el ser no importa, en tanro que ser,sino en tanto que .bjeb dc coDocimiento y objeto de posesión.

Por esto, el problcma, fundancntal en mctafÍsica. det,.-!er1.tido de1 !er" no puede L,lanrea¡se corno un rrrogra¡¡a de invest;

l.- pnrl,.¡.1" d l¡ I il¡b: rr, ¡ l¡ n¡n r¡ 1-Aistóteles, y dc la tra.lición metafisica medieval, de la cual sehacc eco el propio Heidcgser.l; El pLoblema del s.nri.to del seres e1 prcblcma del ser del sentirlr. Pues no todos los entes rieñensentidq como p¡opiedad onrológica suya, y Ia cuestiór del sentido

dc los que existeo cn ta {on¡a de ser dc 1a nrdilerenci¡ se refieremás bien ¿ su roralida.l intes.al, y entonces ei probtcm¡ al¡arcaipLa mFn'F.. .r.. r...n iJ... L¡ p..ts,rnra ¿.u: e...r: rr cr ,d.de toú distinc;ón ontolósic¿, porque su intenclón es univers¡l: vp^r c.r ,ni.m. no puc.l. .. r,rr rrr.. ¿ ell¡ tn rl r.iv", lc uD¡ciencia metafisica: no existe base fenonenolócicá Da.a resotvcrla.Por esto también, ¡insuna ,vedsuaciól podrá resultar fé¡tii y pro,

1t Aristótchs, M¿r.¿Ii\i.d, f; H.idcs¡{er, El S¿r r .¡ T¡¿m¡o, s L Vé¡ñse,¡r lJ p,- - ,. ol-,J. .¿r.uto r- - r.o. § ¡ v .q ,.J . ¡.,. ,n

334

vechosa, a este respectq si plaDtea en e1 plano abstrado ]a cues-tión det sentido del ser, en vez de presentar el hecho primarioy concreto de una diferenciación metafísica entre el hombre, comoser de la expresión, y 1o que no es humano, como fo¡ma del serindiferenre. Todas las posibles nrvestigaciones lógicas y semánt;

tara y estableciese normativamente su lesitimidad (mediante Iagmmá.,a, l" lógia. err r. Por .t c,nl|ar... et hc.hñ d(t -enlJo, yde .u .nhc-enLe inrel,erbilidad o "omprenrón en g.ne..., ,onri-ru)cn un d¿Lo Dre\ro. uñ¡ cvrdcn.i,.t.r, n"ne rui-¡ cb.o.urr, ape¡¡r de-J c"ra.re preJl,ulógr.ñ. orc(ien. r!o, y c. rondr.ór)

!L PRINCIIIO DE AMBIGÜEDAD 335

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cas y onrológicas son detivadas, y pertenecen al curso de tá histo-ria, como toda ciencia. Cuanto oigamos del ser --de su unidad ypluralidad, de su univocidad, equivocidad o analosía- es reoria.Pero la intuición primaria del ser del senrido no es conce¡cjón,

§36

PmNcrrro p¿ AMB16úEDAD. FL7ñDAMTNTACTóN oNToLócrcADE LA ÉTICA

Hemos llegado con esro á1 punto en que es necesario y posibledisc¡iminar los sentidos del scnrido, o sea presentar sisremática-menre las acepciones básicas a que conduce una hermenéutica delser de la expresión, en relación con e1 ser indi{ere¡te y con e1 pro.blema de ]a totalidad.

Para el orden del trabajo es necesa¡io de antemano estabtecer

quc la inruición del sentido no requiere una previa definición oinvestigación, y que este hecho tiene una impo,rtancia sisteDáticafundamental. Et rentido en ]a existencia no es Decesario definirloen absrracro pára que sea comprensible en concreto, y esto 1o divtinglre primariamente del s¡snificarto, que es propio de un con-ren do expre.ivo der"min¡do. y a) cual es nece.ariodiante e1 co¿seruq para que pueda ope¡arse con é1 logicamenre.r se rr¡r¿ dc un ré¡mino los,cu, v en curlquier c¡qo p¿ra quepueda producir efectos expresivos. Los significados lógicos rienensentido porque son expresivos, porque no solamente mencionanel objeto, sino que cumplen su función sigrificativa en una ¡ela.ción dialó$ca y d"n,ro del conrexro de una conunicrción expre-

slva. El hombre crea sisrificados, y hasta teorías de Ia significa.ción, porque es el ser del sentido: et ser que no es indiferente, sinoque existe afectado en su modo de ser propio por el se¡ ajeno, seaindiferente y onrologicamente nrr4iio, o sea un t¡ró¡imo y onrorIóac¡mcnte s¡meian¡c. L. el .er cue rrene que dec:, /o qrre /eo.u,,., I para el ,U¡l e.re.l...r c, 1o lo rrprem.r o.urrcr cia,

E1 sentido no puede quedar, pues, enrre paréntesis, como si suvigencia real estuviera suspendida *cual la de un puro sis¡ifica,dÉ, a resultas de una investigación filomfica que lo fundamen-

Je Do.ibil,drd ae r¡o¡ rnve{ipx.ió1 qu" pueda hccenc r.,udo-'ógic¡r *rrc sobre 1,. .pn, JJ. dF.rninad;. v la. siqljnc¡ciu,c.Y es convenienre rcparar en esta sitración úásica, p*"i.*.,."t"por la novedad que representa el enfocar desde

elpunto

dc vistametafisi.o,la cuestión dcl sentido, y para p."veni. ia consiguienteevFn.u,l dal de unc .b e, i. n qr" "e hiriera, .rgr¡ierJo móduto.arre o. de p.n.¿m enro, .onr,p J r metouo romo el p:c rnr", quehr .lado pur.enrado el corucrer on,o.ós,.o clet .enla"

",,,e.¿e

pro."der a un:r de,¡nic.ón del "en,,do m-,m..Acaso podria servir de algo, para el intenro de defini¡ o de

¡erm n¡r el .enr do del .c¡rdo. indi,¿, que to con-,ruye Ia reta.cón eri!pnc:al "n,,c,rn horbre r o ! re¡l,J d.ualquiem, .erhum¡,.¡ o no. por l> rual c,c I'o;bre qu"dr p*.;."mcn,. arec-¡"do ér.u erlrenci¡ m..rc prr la .elirión, {,un.,re.óJo sea purá-mente cognoscitiva, y consista en un mero dars¿ cuento.: ¿e rzt.uere que el o,-o ré,m no de ^ ,(t¿cón ¡,."a" a -" ,* áer..mr_

Darse ontológicamente scsiü quede o no afectado por elja en slrprop;¡ cualidad existencial; si queda alectádo. entonies la relación€s dialósica, y el sentido es el de una comunicación. pero no esnecesario definir el sentido: se comprende sin definición. Et serdel sentido es aquel ante et cual adoptamos espontáneamente laactitud hermenéutica: hemos dc aprehenderlo en et modo de co,locim;ento que es Ia comprensión. La reatidad nrdiferente seconoce, pcro no se comprende. lá distinción en tos modos deconocer ¡evela una correspondiente distinción en tas formas de ser.?e¡o al ser de1 conocer le afecta existencialmente el conocimiento,cualquiera que sea la ¡ealidad coDocida; no permanece indife-ren.e ni anre lá, recti tad.. que son , "n.,i'uva..cn,e ind,fercn¡e..

Tomrñd. en,ue¡?"l

rlrr:c,"r.to rrl¿ iúneue

pre.en,a..iem.pre el.fmómeno del senrido -y una vez establecid; el Frincjpiode ind'ftr"nciJ. cono p,in('p'¡

^nroJósrco d¡h.enciat de,"da r;¡-l,Jad no humam . deb. proponrr e ¡hor¡ et ¡,i¡cil,io de dot¿!s.ne.l¿.1, que rige en la esfera del ser de la expresión. Las palabras,10. ge.ro., ) lodr .uere dc crpr.,.ne. quc c,rmplcn una i|ren.

dec rno. .lue riener .en rJo Torque rre.enrsndcsde luego un contenido signilicativo m¡nifiesao (rn¿,,s

" -""*D,renre v (laro, mi. o meao" vcrx¡. inrcti¡,it-te, r, .: L r. no afec-ra á la cueiión pre.cn-er. lcrú..i e.rá- "¡pc ior e. ri,ren \en.

1

316EL PRINCiPIo D! AMBIGÚEDAD 337r.1.,. ..,ir- czmenrp \Jbt.1d",.icrj f,.a t^, ..A}que r;p¡,e )enr:-o,i,,r,iwtu,'!.mpnr,. t,,,lardu. er ... .t^ ta e,orL,.on , , ,j,qurerit1. J....,e .er que . hd.,.o pruduc. á .. . ."

".,,."..;.)(.n ouiere J"..r .,r- no pu.Je .on! o.,á,.. oor-i¡,,.3 -enro_.1 ...r d.l h.{nt rF:,pr r. d- ,r p\pr..,vid.d ,. j ||ju..(i...orr.t.ri\omer F, qJF .o pLüJF .oJr.iJc-..e el

relacióD de múlrip¿¿r maDeras, cada una de tas cuates tiene sen.tido precisamenre po.que no es la única. Et s"ntido .s;.;lsenü;les común, pero no es uuivoco.

. Sin embargq no debcmos ln¡itar el atcance de la ámbisiiedadr la -ura .cmar...¡ v h..n,en.L,,ca, ," ""b.....;,";j,;;;;p". .1F ,." . .leri(

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dc ". -\, ..i,.¡,. ..¡n!-¡: no q, pd.( ,. -i ..jñ" ..r¡bt(ido rb.f .I ur,d.,rn:n,o J_, .""... ,,:;,;;c, s:n'(o LUm,.dr.cr¡r, r,utoecJ de. " qrre ""¡--...

,E¡ cre,.. | 1.. orm¡

Je c\¡Fn.,a

p-op,r J"t . i¡u .r¡,c a e.r¡'..,¡n. ) ,.Jx ".,ior, c. cxt.rcrvi. Ln.en.t¡ndo qre o^ .¡.acl ,. I umano, ...r prop cmpnr. -c.u . y qj,c Jotnrenrp et h.nD.e: ,,1:,n¡ ": ..r) ,i, e,¡i.,... -b e ra.n, . qur t¡ ,nrer.iu.-rrd"l

2,,o lru,ñ.n. l..r J Jj(Fr. l¡Dicatjvo.dc un sisDj¡icá.to convencion¡tlnenre rntcrprctabte), ensum¡.el h..'ñ J, uuF r.,JJ¡.,,rt.r1.. 1".,. ,, "f ,,,",¿.-..1¡ iltmen ..e1.,,,.o. f,./"..,rr,J,. ü"¿r.¡¿.ran. tn ta r.t...il] J- .cr,r dn ¡ebe ...r .r.t rar.,..lrórmnrque consrituye ei .lesrinatario {te ta nrtención, y

"o ,.t"-"nr""ierni,r .lc .'. rJc '^ ;r .Fñ.ión d F. .ulerJ áLr.vo.

r uol,¡ J.., .. ,.ú- ni Fi hur¡t-r. n"n . rr.i,.]. por.rn,.¡.....i.r. ,, .,,... r..,urirñ(n.-. r¡,a -r: e,¡ i .,c radr

v r{rj.:, nr rr,,,..r Fl .1r1.,(r ?h r\.. d. .F, u,. p..roJ! luc.tamenre el sq dei honbre es ser dc reirción d","",;";" ;#iai,,.n.r. lJ..r .,n.,r¡. I".r.-n,.,nt,J.<ldct ¿.ro noe...tI,Ta.rbl¿ I r1 r.j\p.rñ.i¡ qu.d. J ,. ,rJ..'d ,lm.nLe en elr",,J Jc.ru". d" ..¡, á ur":"l .r d,del¡ ro d. pFn.l ,1. Ic rn-r., h:.? J,.- r..e d,r:Be. oo,q," lá Irp.1-ción dcl autc» no cs neurra,, sino cu¡lificada y¡ por su objujr.oj ya.l-m-,, po,.,rrec, ¿ -^jr.,iJ rqñrr "n.cr te.s,r-..re,.,.r rr...m.: u,'.r ui.n in. tu,. .rem¡r. cr: t" ret-. ón-rJrlo , 1.c ,. .o pñ rl-rlrJ,,r ñrr;n..," _x.,rw. jL I.,qr:p.ncs a su ve! cxF¡elaD su no in¿iiercnci¿ cualifica.d.

"a:,;;'";;;'or e.ro, "l *r,r,d" " r,".,.e. " r.re c.mu un., , :.n .1. .or .

ru .. m, l..l,o ¡, t,,J -: i ¡u, o,,e. é I rnatuEle?a ÍlÍtlo, como ia existencia misma, ticncte a estat¡ilizarsee¡.: -T3..le icJ,r,.¡d... n..n,.ro.fur et ...4"i..,. P .,i o., ruri.lL.. ,elig:c.. *, ^r,.).

Ior e ro + erol,ra nmbién qr,. Lr rmb,qrr-daJ torn.n -l rcnro,erú dpl .e¡j Jo. De h ctr ,. . n e.r, amb.die,J,J ro h¡b. i1 .Fn-

rido. pñ que una relición .u¡trnebJe unnñ. cnenre ,le .rár,e Jabsoluta no es, en verdad, cualjficable: .. ;"dif".""r" y .r.;.;;;seDtido. EI sentido se ofrece só1o cuando es posible *"lr¿- i"

1,1,"",. "n.ia ,n\encibte Je t¡ ;rp.e..o¡. o lr,Tccu'ipr pn p,.daJ u^ rt!, ,fr rc.mino., cI|yo s,grrti-c:roo pue.te,rnrerprh.( .té \aío. mooo.. lola ,..1.f e;;, .{,no,i,r&, 'rrcl. pendi, nrém"nre del cúr,renil^ .rcn.llc¡ti\ñ. rorqu¡cl ser.que actúa durdo sentido a su acción no e-s e1 reg"l;d;. inn-co clel _senrido. Su acción tic.e e{cctivamentc s"nUdJ po.que n.,,..r J fe e|e prr: ,. JFm .. r c.. u.r,,r.Jbtc t .,.,t...L,:.;,i.t"lc .i o.ñ.". Il Jrn .e Ji.e quF ri re \^.¡,!.mfrp un1 .nb'!.r.nc.¡r e \.1"r."mm rido, i r, , ..¡m.p¡n Jo de n,¡ne,. ne. .ari.,,nn ta.dc.r,rr.rryrnr,"rrt. Anr.,de qu" fL¡.1. pr ¡r16isur uria -rp c ión Lc er. ;n¿d,, o .u in.,('nrs .ór- lo + \¿ üc nr.n,r. orUn¡r¡ y ecn, rl 1.r "ra .aLl 1r J¡ I .,r'.. l- ¡h..¡r la cri rcn. " rr"r:. 1., ir,rcrpre,"-(ron, tLp t,' b.. j e. dh irc, , e\fre jvo, .. u.r.mcr e el Len-nñnru 4c e.ra rtpcr_, 01. I¡ I r lrgL¡eJcJ Jcp^, .ur isr.-nre .

n" rn hech, d" i,¿do, r1" ._...,*,," ."t".r"",n.n . lejJn¡.r.. h..ho nd',aJ q"e (. ,, ,.po.ib,r, t"d. i;i, .ren,e,.. '.,,

-cold. orr. t , r,¡ ,". de .re. r un¡ ."t¡ e ¡:e.,j¡n-rcsrL \ rer .rrr\p. Lt ^,r-. i.mo de ofre.,r deno¿ t o s.n-ri¡r'.11,!'e¡cr¡. r '. nccc.iC:., d- decrr .erp- r.d¡\.¡ :.Bo ma..Si Jc l" (ri ren, ¡ .urgp t¡ n.ciórr cl. o,cn. e. p.rLuF t-., I . n y, .nrc' d.m en.,. , fp. ,¡ rd. r d únr ve.did lnJfe-ren'e. obrr r. -J".!.dc, e. iunJrn.r... no,,tue a Iá \"-dJ.t tx1

.

"""

",,.:1.-, \ pr enoar' . \rrslnr ..,,\,d¡d h rm.,r ¡ p,red;ser!de\unrtr.adr, o.s. .t^.hur¡nr-.ro . ¡ur.1ue ta rnrencunrl-l:: : \rJer. ra I de, L.JJ .rro apunra hc. ia , r¡o .u r. .^ v) pJ,r(. quk Lr,j rm de "-.pun.rer á él .on un cc,o prot1, .rF ,^,"rr."r"...^.r p..r eno to. ¡.ro. .^r, libre.: t" unjv. c,d¡ct .t*¡ .o¡go t. ne-

:. ,J.J., ,. prcuia dct ¡:J¡n d.t .Fr .in ..n,,Ju,;; ¡:, ;;;,,oe ra exrcrencra humáñ.-

. La ar¡bigüedad, si ño es tan sólo una propiedad pecutiar deciertas expresidnes, t¿mpoco depe.de .t. 1""-.i..r;"*il ;;que se.prcduzca la inter.r.eración de una expresión cualcluiem porpore Jc lo,:Irerlr(ur.rc.. Aur tuc e..o..., ai..,ep", c.., i.-erp-e,aíon. y ¡unrue t¡ Frfjc.ión _ o LLrro crj sen"r¡t_ pucdáq.:*"II*., todos que tiene "n s.,,rif" sufi"i",r;em"nte cia.;-;definido, el hecho mismo de tene¡ senti<io ¡ara ctios revela ya sú

33it EL SENTIDO EL PRI\qP]O DE AMBICÜEDAD i19ambisüedad radical. Pues Ia ambigüedad de toda exp¡esión es an¡terior incluso a todas sus posibles inrerpreracioDes: es el hecho det,,t q,r ñ'erptctarrc Io que derermrnr. por pnncipio, e' crrac-,er ¡mbielo Jc la spre.ión. o ea et t,c.t,o de d rigire .iemprea als¿ien. En suma: el acro, como expresivo que es, no está nuncaconcluso cuando ya

que produce recibir 1a respuesta precisa que se esperaba, confir-ma clue en 1a satisfacción dc ser bien comprendido har un elemen,to de sorpresa, y que csa esperanza una certidumbreanticif¡da; por e] contrario, la excluye. El ser a:eno, en efccto, estambién un promotor or;ginal de acciones, y no solamcnte un eco

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se ejecutó la mera ejecución det acto no hacesinñ inrciár una rela.ión, 1., cu¡l ¡e complelá con r! inre,frera-oon crcnr. impricii¡mere e.perada por

'I prop o ruicrr ,c,uanre.

tn rerlidád, r!mporo de e.ta raDerc .onclu)F el ¡ctr, porruc no

hay actos aislados, ni inrerp¡etaciones aisladaq el tejido de losactos y las interlrretaciones, o sea la trama del diálogo exisrencialque constituye el cradro del sentido, es nr{initamentc variada, ycontinua, y sólo concluye para cada sujeto con el término de suqxisreñcia individual; e incloso entonces prosigue todavia, en au-.enci¡ del dcro¡, el J,rm¡ orisinado por ¡u! a!ro. erprelvoc ¿nresde la mue' ¡e-

-El ser humano exisre en Ia {orma específica de ejdstencia que6e llama acción. Tódo acto es expresivo y tiene sentido: io c;a:qu,ere de,ir que rodr exprc.ión cor|icn" e.l .i, neces¡rjañen.e,la posibilidad de ser interpretada en general. Pero, además, rodáintetptetacíón es rn dcro; de suerte que cualquier expresión con-

rierie )a:mpli.i'a"¡enre el a(ro ¡icno que to tráBa objero de unainterpreración. y áro iguálmenre. co,no en ur a (onrcrrepti(a, con-tiene virtüalmente la interpretación consiguiente que prosigue eldiálogo. Y debe entenderse que esta rcta.ión de senttáo es cons.titutiva, y no depende por lo tanto de las circunstancias situacio.nales: de si €l sujeto reclams o no efectivame¡te una interpreraciónájena de sü acto, o de si la ¡ecibe o no de hecho. o det carácterqLe reng! el ácLo nieno que e. la re.fue.rJ. tl .eDriclo es el cr-rácter o la cualidad propia del acto, como tat acto y coDo exp¡e,sivo, por Ia cual el oyente se pone en relación exhtencial d;a1ógicacon sus semejantes (relación que es, en cualquier caso, cuatificaD-te y a la vez cualificada). Es una clralidad propia, y por e1lo elacto tiene sentido p¡opio, porque 10 propio conriene ya 1() ajeno:no hay acto ninguno que no sea "relativo a. . .,,, y es en funciónde este otro te1.mino, y de sus posibles acros de respuesta, comoFdqu:rP.cnrido la a.,,ón.

Aunque la intención conscienre de1 sulero expresivo sea la deimprimir la mayor clarüad uDivoc¡ posible a1 contenido sisnifica,til.o de sü dpresión, o a la sisnlficación vital dc su acto, la reta-ción no es tamás püramenre unívoca, s; es sisnificativa; de hechqel sujeto espera siempre co¡ hcerridumbre el efecto de sus actospropios en e1 compo¡tamienb ajeno. fá ñisrna complacencia

de las nuestras. El sentido no dependc, pucs, de la htenciónparticular que el sujeto ponsa en sus expresiones, sino cle la inten-cionalidad esenclal que éstas tienc.n, en general, y por 1a cual re-quieren de una intelpretación que no puede en niDgún caso cleter,

minarse anticipadamente, predecirse con plena seguridad univoca.Lo que si puede anticiparse con sesuldad es que la expresión,como acto existencinl ptupio, afecta de alguna mancra ]a existenciar enr, \ 'rue

por cl.o rr inrcrpreració oper¡.'ó'r me-rnmente semántica -un comptender Io expresado-, sino unaautéñtica posición del ser afedado, u¡a toma de posición frenteal sentido vital de la expresión ajena: en suma, es una respuest¡qüe empeña el ser mismo, y no una pura hermenéutica intelectual.

La ambigüedad radi.al de 1a er{presión, por la cual ésta tie¡escnti.lo (y por ]a cual es pos;ble y necesa¡1o caracte¡izar al hom-bre como ser del sentido) esti constituida, pues, por la dualidadde los términos que constituyen toda relación existencial expre,

siva, y por e1 hecho de que ambos están orsanizados, en cuantoente. pr, ducro,e, l,brc d< r.ro eyp,c.i\-. c in-terpretátivos. Por esto, y só]o de manera derivada, las opresionesconcretas pueden resultar semánticamente ambiguaq y decimosque unas 1() son más notoriamente que otms, y en muchas oca-siones nos esforzamos, cuando Ia intención de vcrdad es apre.miante, por hacerlas io más afinad¡mente univocas que podamos.Pcrg del resultado precario de este esfuerzo todo el muñdo tienenoticia, y es casi superfluo reco¡ctar el hecho triviai de que nr-cluso los dos térmlnos más univocos y categóricos de1 leneuaje,como son el si y e1 ño, resultan susceptibles de 1nuy variadas inten.ciones expresivas, y por ello de variadas iñrerpretaciones, por el.olo . ¡ ¡b'o de acen-o ún que e.ra. pa'abra. ie pron rnc cn.

Más extenso o más a»gosto, el carnpo de 1a interpretación po-sible de cualquier expresióu, y de cualquier acto en sencral, essiemp¡e suficientemente amplio para contener For lo menos va-riantes de matiz; la interpretación, que es igu¡lmente tür a.to,tiene plenitud dc orisinaljdád existencial, y no es un me¡o registrode 1o sig¡ifica.lo por el otro. Por esto, habitualmente, llam¡mosinterpretación a uD acto de nayor complejidad c¡¡e el de ¿n¿ardersimplemente; conside¡amos espontáneamentc que Ia interpreta-ción entraña una reacción, un juiciq una l,ori!'trtn de 1¡ persona

I

340 EL SENTIDO

l:ll.:,l, or,". cr¡ya expre.ión s"inre¡preLr. A í, en rá círicaoc '¡r'¡ ob.i ii,er.rá o fiju.óIi.¡r .e da por.upLe.ro que eJ cnricoenrl,dó.ei ,,sni.rc¡dJ. pe," to que .e e.pe," á" l" ., ¡ii., ..l" i"lerfre a ,on dcr scnudo. I ñ,F r"..,: ,**r.r","r,. lol.rl"á"::n--'1.,1"1,n

pr,.are d.,ernnudo. .ino q¡re .c d..prende,let ;-j,,1" "n,"".de Iá obr¡. j.ero c.a po!.,on p. .^-t, qr. ,"ol;.;aunque

ni imasina¡ siguiera, ninsuna proposición sisnificativ: que sea .a_,.nre d,...en¡,do-- l¡r e..o. "l propó.i,o d; etaoo,c, una reoriaDUra Je t¿¡ rrgrr¡.crc.,ne. rienc qu( .urnptI.e en (l r".cno ll.gico; tiene que hace¡ abstracción previa de la inrencionalidadcomunicativa inherente a toda expresión sisnificariva; sólo asi pue-cle abstraer después, incl¡rsive, ]a consideración de los objetos

€L ?RlNclpro DE aMDtcüEDAD 3+t

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l- lj.l.,l*,:.,ó", rio $ haga er¡,i..r.,, ¿":",.¡¿ ,i,,"j.i(.. ra d,c{.ior,. I¡ t:deLJ¡d det .,.ole".t".¿". p.;.¡,;o.

:i^::cir^o: ll-gr\ei.o. praro. dc rc inrerprerá.ón .ór^ puedenv e,, et ác,o r(¡t .."..,,..,;den

et::::igii. "r comprnder. v .r ru-s"r. No h^, , ,.., "; .;.,;,,r;:.i,1",

.: -* sr..nEhcár. aninnco, lóei.o. éri.o, jurid,co o e.ré-,,\¡" qu- Du(o. pr^du,I un..r.enid^.,eni.¡,-ri,o ab.otura-

.\ .i puF . ¡unoue hdx. I.. .rqni..¡( o;;,c ur..rc,- mjniJo t"",á. *r,nx,l,m";Lc uni,;c;.

11::1\ r-,.,,,". cr revo n conrun,o..,;" ."."p r,r-j- ünrerprFrá..r. Lc.uecr. Jp .u .crL,do :nregrat. E.,e J"I{.,,ra;j;:::l*".d" la rel¡ción que ra obra guardaia ;;;,"-;i;;;;"jn, mo 8en¡-o. co..;n"á. u ¡n,eriore., r ,on obe de .t,.1:nr;re, o ,. D- he, ho. h ,nma.t" r ,a. rcJ¡cbn..

" i".,. r,.,;.,.ilrlt o,€i "t "n,,do d_ ,,r e. .., \ii,. J. ,".. ¿..." ii,i¿.;.,.

...c,,, t.. t- ,"dr.,- .. a;;;p,.r. ón dc lJ hL'1eniu,;a.,."¿;"," .,.:"."1,r.¿"¡",'i.lmi | . rien rrr-b,en .cn,.cto. L¡ rr¿drrión . utrural de rc,J"nLe::: ::,j11 1,"T"" e por c.e rrán ,1. ..d".. ;,;-.;;;;,;.;11:-, ll"s':T" rr,n.rlmenrar dp rodJ rien.i¿, . ,ru. h3 .,d";i deob_;riüd¡d \ un,vo,id. tpo iLt;. I¿ \- dáct r -leFrr v recc.an¡. et contrimipnro rn ambigledr.te, ta .o_o,".-')on.,n d,.crDJrici... el rrir"ro de ¡á. e\iden.,a. ,"""" ,"^i"[:, rc. I'-,a elr^. ..e h)

'r,,"do d" ,tuc. en t.. ¡,,.. d" .";;:"-:..T;,1

q,. . |anal.u *pre.r,o orr-dr e c':m nado p";i;.;;:,:;:"11,.:t "1". r.(ro em rü btc. r rr ora e. nece.rria, ur:" .ienria1i:I- ,!,,.,

"n,.,dd"_.ñ,no una ,, .e,p-é.a.ió. d. r_. ;;;:;;¡ <rar dc t.r p.r-¿ .ipnir:.á ió.r: (ñrio uná .rv1rA racid.r

del.en.

ta ,nrcD.ión de ctrnir a, "r .enr:do d. t¡" expre-".:,: i,*-,1'"..8nric¡ri,á. rr .¡ndamenr^ de ^.,¿ .re;.iaárorlo p¡dria.on.,de,a,s".omJ Jn, c,i,i,¿ de tc -¿-.t,,.imbót:,'a.

ro qlc ! ga.tr. a, prp e.J.'0 No e. Dn.ible tor.rutar,..

fc vi"n L \..,, ¿¡ yo a jdn H,')lfu, Mexno. ¡or7: .sr. ai.r.,.n tarese¡rr obrJ,.¡pihrtó 5iDtimo. noh 77

rÉatcs. mLñli.FJ-. s:gñifc¡:!anen,p: r ¡r r utrimo. ,"." qu" a.,.-rro, ¿ ¡ñ un ruro tñnn¿tnmo,.omo el ue ta tós.¿ "imbót(a. t|propósito ale eliminar el senti.lo (erpresivo) t¡ae consigo la elini;r)ación.iel propio sig¡ificado (epistemotógico), y Io que resta es larnera estrucrura fotmal (lógica). Lo cuat es paradójico, porqueresulta de e1lo que las únicas sisni{icac;ones p"i* *,i l"i q*

""ig1 frcln nid¡:,' JrJrc Jc o¡ro nJ". .a ..nl;a pr,-, ae rj".rgn;1,.áL,on-. ,e reduc( ál e.quemi dc ,rna tógrrJ tomat. Secj; taorñp:i dFr,ni,,ón dc losica r.Lcmjri.¡, en e.,r,ienci¡ se (51ú_dran las operá( ñne. logrcr, en .i r r-má., y con unr ab,rraccjóntan completa de ia significación que puedan tener los té¡ñiñoscñnr ruri\o. de c:a.. operac,.ne.., que rrctusr" $. . ró.rnrn ^ ,<represenrar con símbolos neutros, per{ectamente indiferenres ¡es_l.'c'o dc una {g',ti-a(ión dcre¡mjnao¡. Ft .on. "rru .le .,,grr

rr_cación" y el concepto de "pureza,, no se compagnran, porque lstánen d". ph no or t( rcn e .: el plcno

ep..m"lo¡:,o V "l r .,.. 1"e."lormrl..Debe afirmar." enronces que un ,é,nirn, una ¡ r i.o,.,. n.o una foLma cualquie¡¡ de discurso, cuanro mls siinif.. m,tssentido tiene, y por elio ranto más ambigua es; coffeliattvamente,

'uar o m:'' rur.mer.c tñfm. J ) rncno..ie¡ f,c¡,i\a. l-¡, ero,¿moro ¡nu,a .u err.d"; inctu.;.á tr .rn-b.'1r.1 t.r a c. e\prc..i\". (omo ¡ o hsrór co: ", pu.rbte ¡rr:ertaen conexión de sentido con otros hechos hjstórjcos, por ejempto el{ormalismo en las arres ptásricas y en 1a música. L ""¡..¡ará p.rr- c,ún f^ mal ..óJo .F lopr¿n a cosa dc 1a .,gnir,r. ón. Locré mi10. ,.alI¡,rr...ien i,.r,i\". no ¡.red n .cr uni.o.u"; .rn¡nplósrrJ. o .or mulri,"co. no,oto porqu" lo. obje.G a lo. cua-l-- .epr-enran .:nbó1,.ám-nre otrc.en di\er.id.dr, ónll.aj d. t,.cul]Je. cl rér-,rr p-e.c:nde. iDo. mj. raJ.a,menre. po,e,," ei

iucror)a.emxnr.c¡n,enrc. aparr" Je la .n,enc:ón siAnrti.arivr Lons_cien'e con quc oue .u .idni,i. á,,óI ".ri a merced del¡ rnre¡p era.ion. v-¡o e. d.,ermir ablc pur.Iñenre p¡r Iá retr-.ón con el obiero. Y si e.ro aconr"ce cun el rérmin., Tu(t,o ma.clam ha de_¡esultar Ia ambisúedad de las expresionei discursivas,en las que e1 término figura nada más como un elemento. No l,aysignificación sin un grado mayor o rnenor rle ambigüedad: a ma'.

Ii

rcrEs:E

342

yor univocid¿d, meno¡ significrción. pero csto constituye ta mare-rir dc una.de la. lere. rrinc.p¡te. cle ta expre..ón. " ir- q,. t,r-b,emo. de Ilamar -l¡e. r.rusrc:,. , y d" tr. cuate.... o.ur,;,.nro.

.En esia parte, destinada al principio de amblgüedad, es nece_sário_ añadir la consideración de un nuevo aspeiro ctei sent;do.

EL ?RINC]PIO DE AMB]GÚEDAD 3+3

prójimo, proviene de que esa interp¡etación es también un actoexpresivo de un sujeto lgualmenre autónomo; por ello, el proFiosujeto de Ia expresión tampoco se encuentra nnpelido orisinaria-meDte a tomar ninsuna dirección expresiva determnrada. Dijéraseque Ia expresión es sorpr¿sd pam quien ha de interpretarla. tanto,u o la rr.Frprcr¡(iór) e. {urplc5a Fra qrren cxp,c.o ,h p,mer

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I.uede h¡ber Lña c:erá,e.nren,.r t.drima a con.eder que;t.enldo de una erpre.ión en generat d"pende Je quien fc rec,bee rnle,prela, v no de quien l¿ prof e e. pero é l¿ .eria un¡ mrnerá

pcrado-rca de iormular la ter.t e inclu.o inexr a v peligrosa,pl¡es, de.una parre, la intención de un act. cuatq"t"rá, y eri parlticular.el conteDido expresivo de una c.munic;"ión,- áepend.n.rn duJr alguna del s lero crpr-ivo. p.,,.a,,a , o,:F,,".;me.re;el ¡crJ rr..mo dp .\pre.¡r co r ,ere m¡ri'e.tamerre una intcn.¡óndcscn rdo, Y ¡o orro d". Ia noc:ón d" quc ct ."ntirlo rleptn<1" deqJcn to,nl-rfe.e. p"jts,..r po"oue c.ndJci,ir á pen.ár queno existe ninguna norma supraiDdividuat dei sentido, y que todainterpret¡ción está a merced de ta arbitndedad, mtentias qüe,por el c.r .r:.rio. e. .er ridu b,r.c1 .,en prc et con.er.o. Fr mundod.J .-r ,do e. un o-den d" ,r clisib:t,d.d y ,c-rrer.ioni no c,"l .-". dc l¿ ¡,b,raiedad nd;\,duxt. E\o.eri¡ io conrrano clelsentido: la anarquia €s et "siñ senti.lo,,.

El sentido no depende sólo de quien 1o inrerprera, porque es unmodo rte diálogo, en el que suenan dos voces, y no uñ; sola; e1seDtido esrablece uDa relación existencial enrre dos sujetos (por1o menos doO, y consisre en la re)ación misma, por ta cuat cadauno afecta al otro, y no en el acto aislado de Ia expresión, o e1 actoa,.J¡do .1. l¡ inre'prFrá. ón. fl .e1|rdo. ¿de1j., nñ rirr Jc .o"rl. :nrp-p.erá. ión, e1 é.,, la que'rerar Ln, (rl é.ión n, j:ele.in.rñi, el sfl,rido qu" lc <1¿mo. ¡J in,erpre cr,ar rie¡-..énnJo de. Lá qu'er r¡.n.ri. ..imrtpmenrF noroue ha d" .er inre,preradc.La amirieiiedad del se¡rido la derermina, cono ya se ha visto, ladu¡l.d¡d de lo. rérm:n.b ql¡e tnren¡-nen cn Ia retacón, y po.los rúalp.. orim¡, am"nrc. .".uJran ambicua. de m"clo ne.e,ario

o esenciai lo mismo la expresión que 1a nrterpretación. pero ¿adurtlidad sc encuentta 1a en cl s i¿to ñísM de i¿ er¡¡esirj¿. antesde que ésta alcance a1 interlocuto¡. Toda expresión tiene senttdorrorque ya salc afectada, por decirto asi, con una radical, origina-.,a ¡ b:"i]ed^d. debid^ ¡J d,itosn ,nr.-,o ,u" prercde r tr ii,cr -,ión ev¡ e.r'a mrnifie{á. Ft cr,.,cr* nd,,erinadn qL¡e (ñppor pdncipio 1a interpretación de un acro propio, Dor ;arte de1

1r \z¿ase ca¡iiolo nnd¡ciúoi cL ¡¿ Vocaciór l.f\turq .aD. ?,

1ugar.No seria necesariq para que la expresióD tuvicra sentido y

fuese por ello ambisua, el cumplimiento efectivo de la relación

dialógica coD el ot¡o, y sr1 co espondiente "reaccidD he¡mcnár-tica" (aünque dicha relación es inevitable de heclro, o en rodocado está contenidá vi¡tu¡lmente en el acto, por ser esencialmenteconstitutiva de la e¡presión como tal); ya en el mismo sujetoexpr€sivo, en el auto¡ del acto, se produce Ia dualidad inherenteaI sel1tido. En cada sujeto se presenta un conflicto de morivacio,nes; en cada sltuación vital se despliega una multiplicidad de di-recciones sisnificativas o expresivas, igualmente posibles y autén-ticas en p¡iDcipio. Esta dL¡alidad inrerjor rcsulta más manifiesta€uando la decisión ha de toma¡se ante mori\¡aciones o t€ndenciascontrapuestas; por ejemplo, e¡tre callar o .tecir lo que pens¡mos,de{endernos de un agravio o desdeñar a] agresor. Cualquiera quesea la deisión, el acto rieDe

senridoy es

ambisuo(y

es por eitosuscepr;ble de una interpretación que no es determinada), porqueno tiene un *ntí¿o único; el acto Do es absolutamente unívoco,aunque revelc una decisión müy categórica, y autoriza por ranrovariadas interpretaciones, po¡que impliciramente contiene esa a1-temátiva que la decisión desdeñó, esa posibilidad orisinaria dl3

' una dirección expresii¡a contrapuesta a la que se adoptó efectiva-nr"r'e. fo q¡e sc l,i:o,,ene.enrido ra pa unción dc lo que nose hizo y pudo hacerse.

Pe¡o Ia dualidad aparece igualmente cuando las alternativasno tienen sisro cont¡ario; por ejemplo, en la búsqueda del modoadecuado de expresión, cuando 1a intención expresiva ya es deli,berada y se adoptó fijanenre. Si escribimos una carta, el propósito

e¡presivo no determina sin más ]a forma de expresión¡ la lormatiene que ser elaborada y matizadai la co¡rección del borrador eli.mina unas frases, retoca otms, añade algunas nuevas. Todas estasoperaciones de la redacción, que se ltevan a cabo en busca de lañayor ¡utenticiclad y fidelidad expresiva del tcxto, revelan jus.tamente 1a ambigüedad orienraria de la expresión; pues, cualquieraque sea el resuÍtado, a éste se ha llega.lo después de un aurénticodiáloso intedor, el cual precedc a1 djáloso quc la carra remitidava ¡ iniciar, y en e1 cual ha poclido percatarsc quien csüibe dc

344 345

que su expresión no es Ia única posible, de que el texto podriaretocarse aún indefinidamente, o iniciarse de nuevo dándole otraestructura. Y est¡ situación se repite en el desrinatario, cuya in.terpretación del mensaje es jgualmente susceptible de maticesvariados; y no sólo porque la nrrerpretación misma es tambiénun acto expresivo, sino porque el intérprete, o el destinarario

lruamente determinada, y que excluyera la posibiiidad de otraconducta, como se dice en de¡echq seria üna acción pertecta-mente nelrtra, y por e1lo incuali¡i.able. La ética es posible porqueel ho-l¡re e Fl .er d.l .cñridJ, y porque.u accrÁr' exprp.r\a cresencial y radical ambigüedad. La ambigüedad es inherente al se¡lihae, y esto constituye el fündamenro on¡o1ógico de la ética en

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de la carta, tiene concrencia al leerla de que pudimos en ella há-bernos cxpresado de modo dilerente: pudimos incluso haber dichollJ mismo de mánera distinta.

La congrueDcia de sentido de nuestios actos con ñuesta per"sonalidacl, 1a cual denota firmeza de carácter, sólo puede lograrscmediante esa búsqueda del modo adecuado de expresión, en cadasituáción vital. Pa e:ro, eL ctácter tie\e scr.tído; en verdad, esel scntido eristencial de Ia persona. Pero también riene sentido 1oque llamamos falta de carácter, el carácter débll, inconsistenre.Y es que el carácter, como quiera que se cuallfique, es la moda-lidad individual de ser y expresar; si esta modalidad es cualifica-b1e, siempre, es porque la {idelidad a si mismo itue se revela e¡1a coneruencia de sentido de las expresiones no está determinadanccesarianente, sino que ha de ser libremente decidida. La po-sibilidad existencial de obrar de otra manera establece la legiti-ddad eventual de un¡ v¡loración positiva de la fidelidad (y deuna valoración nesativa de 1a infidelidad, o {alta de carácte¡). Desuerte que el carácter no es una posesión, sino una ol¡ra; una obracuyo resultado se cifra en el mismo ser que la produce, pero queen modo alguno lo afecta a é1 solo: el carácter se dctermina poruna manera de ser f¡ente al ot¡o. Y asi como el stjeto activo deneque dar sentido a su componamiento decidiendo libremente entev¡'ias posibilid¡des de acción y expresión, 1o cual determina laambigiiedad odsinada del sentido, rsi también Ia ambigüedad. rL i.¡ cr .l n.p Je l¿ inrerpr.rác,in y l¡ co*p,er.rón, p"rquelos otros pueden ser a{ectados diversamentc por un mismo acto,y hasta interpretar el acto elegido en función del acto no rcalizado,o sea de la posibilidad que el acto mismo, al ¡ealiarse, desdeñó.

Pcrclbimos, ante cualquier acro, que el sujeto p"do haberejecutado ün acto diferente. Esta posibilidad desdeñada, pero pre-sente como tal en ]a interpreración, es e] testimo¡io de la llbertad.?o¡ esto, la actuación efectiva tiene sentido, y es ambieua, y porser ambieua requiere una lnterpretación. De ot¡a manera no se.rian pcxibles las valoraciones cualificativas. Son posibles ¿r¡stencialmcn¡¿, aparte de la justificación o legitimidad de cada una, ypodemos arribuir mérito a la acción, o hacerle reparos y repro.ches, po¡que la acción tiene sentido. La acción que fuera abso,

general. Dicho de otra mane¡a: el se¡ de ]a exprcsión produceactos que son esencialmente .ualificables, y esto es 10 que pcmitela aparición histórica de las morales, corno sistemas de cualifica-

c1ón; pero la ética teóica no ha de ser normariva, ni ha de fun,damentar un sistema de valores detüminadq pues todas las no¡-mas y todas 1as valo¡aciones son tristó¡icas (como actos expres;vos);sino que debe limita¡se a establecer fenomenológicamente lascon.ticiones ontológicas y existenciales de posibilidad de tod¡ ética

Toda interpretación del sentido implica una cualilicaciónr yael simple compre¡de¡ implica el juzsar. No es neces¡rio que eljuicio se foImule expresamente, y tome la forma de üna proposn.ión valorativ¡. Ese jujclo está nnpliciiamenre contenido en unaactitud; las erpresiones ajenas, en tánto qlre nos afectan invaria,blemente

-aunquede muy distintos modos- son interpretadas

en cuanlo a su seDtido por e1 modo como nos a{ect¡n. Esto deter-

mina, como hemos visto, una tornr¡ de posición del interlocutoro int¿rprete frente al sujeto de la expresión. Esta actitud, natu-ralme¡te. no es siempre un eestoi puede ser üna actitud intelec-tual, en el caso de ]a lectura de un tib¡o; algo que l]o se expresede manera tan os¡entosa como un gesto de simpatia, o de desdén,sino más sutilmente. Toda valoración cs {undamentalmente áica,¡unque podamos distinexir especificamente entre las valoracionespropiamente éticas, y las estéticas, juridicas, políticas, jntelectua-

)es, etc. Y es que, antes de todas estas espccificaciones, el hechoprimario es el de scntirnos afectados existencialmcnte por el sen-tido de 1a expresión ajena, e1 sentidq por Ér ámbisuo esencial-mente, ha de ser comprendido e interpretadq y la int€rpretación

que 1e damos expresa a sü vez nuestra actitudi nuest¡a ,cacc'¡ónante Ia acción expresjva del otro. Asi puede declrse que es elp¡incipio de no indi{erencia, el cual abarca 1a totalidad si¡ ex,cepclón de los actos humanos, 1o que determina el caúcter uñiver-salrnente ético de esos actos, en tanto que expresivos. En el orbe<le 1a exisrencia humana nada es indiferente, y por e1lo todo es

cualitü¿ble. Es c cualiti.¡riin tlcbc ccr¡cre-izar c. mo ó:c^, n

dependientemente de que la guie o no una conciencia ética refle-xiva. Esto es 1o quc significaria, pues, e1 ])fnl.¡pio oi1¡ológi.o-¿x§-

346

'encnl.¡. no ind,tplctuia que ct hombF e. un .er ..n.,jruido deIál lorma, que e-t r,r ex¡renlia no puede permJne.er indiJerenrc

a ra cxr.renciá dc lo, §emeidnr"" que pelcnecen a ru mi-na fami-rra Jnru'óF¡, á. Lr .lornrno n¡1,,t hunanun o mr a/¡enur¡ no

u¡a virtud personal, una no¡ma de1 espíritu huma-n:.,á. .ino una {orma ccdiaJ. úr..vcrat r .onsrirur,va det rer

;QUINTA PARTE

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,, Ef pr,incipio del .enr,do, o principio de n. ind,fcrencia, que¡rge eñ e, orden del .er y deJ obrur humano., c.n.rnuyc a.i et tun-

ia1.n oonroroq,,

o v ex,,,cna¡t de I¡ éuc¡. To,Ja. ra. érk"";;ll:,";,.1.i f". ra condic:ón Je po iLilidad d" rocl¡ éricá, e. taer,-rJ,J Jer cc ro r1i mo, Dor a., dec:rto: es et h., ho d" que el ho'])-or e- e c^nqllu,dJ de.,¡t modo que.u eriircncia produ.e e.rimr_oo,e. v vatJ2c¡ ,np. de to. a,,o. aieno., \ .h io. p,opo.. Erascuar r..¡crúr,e. .or, conr:n8cnre. cn p.r icuhr, y, ¡.)o .(ro) er-

tiva: es posible valo¡ar las propias valoraciones. p..."" "",",i"s i!:glutalente necesariá la valomción en seDerat, porque laposibilidad de ser valorado de alsrn modo está co.,."iaá

"lr-"i",..ácter mismo de1 acto con se¡tido.

tiiI

CA¡IILLO DICIMO

CÓMO F-XPRF^SA

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I

§37

EL sER sñBórroo

El hombre expresa con su sola presencia. La prescncia de cual-quier oi¡o ente es más o menos reveladora de su forma dc ser;norma)mente, aLrnque esta presencia no pueda conceptuarse comouna mem aparienc;a encubridor¿ del ser, riene sin embarso ¡rarael conocimie¡to el valor de un indicio, en e) cual, y por cl .url,debe investigarsc la clase ontolósica del enre. Pero eD cl cffehumano 1¡ sola presencia es ya detinitiva c incqüivocamente re-veladora, porque ]a presencia es una ¡cción. Y esta acción clc prc,sencia no es coIno el ejerc;cio de una función circu¡scrir¡ al sujeromismo que la efectúa, sino quc trascicndc al propio sujeto nctivo,porque es esencialmente comunicativa, y el raoclo cle la prescnta,ción es alectado por el rnodo de la recepción.

E1 hombre sc expresa a si mismo con su mer:r prcseDcia. 1r: cualrgn i,.. q'.e. , ,n cualqure. co.a que hago o rJ g:, ." pr-er,rr " .imismo. Ningún otrc ser puede Jraceffe lxescnte de este modq¡ringuno existe en esra {orma de ser que implica y requitre el o{rc,cimiento y Ia entrega. Porqoe ésras son, efe*ivamente, formas deser constitutivasr y no sólo modalidadcs del comportamienro. E1comportamicÍrto deliberado puedc expresar )a entrega o la difi.dencia; puede el hol¡bre mosrrarse abie¡ro o receloso, puede da$eo rehusarse, evadirse, ¡etraerse. Perq inclusive en los modos exis,tenc;almentc negativos, la presencia es o¡ro]ógicamente positivasiempre y reveladora, porque es comunicante, independientemen-te de las cual;flcaclones que sc apliquen a lo revelado.

Po¡ esto el hombre expresa simbólicamenre. Pues el empleode simbolos para la comunicación sólo es pos;Lle porque el sermismo es yn co¡stitutlvamenre simbólico: el homb¡e es la "ima,sen y semejanza" del hombre. El 1o es el slmbo)o del rú, o sea laotr" ¡ir¿d deJ ú quc lepennir" ¿ yo,c.L¡u.,,\'. si mi,m" "ré), cuando 1os dos se runen en la copresencia dialógica. El meroesrar {rente a f¡ente un hombre y otro hombre es ya un diáloso,antes de que se inicie e1 diá1ogo propiamente djcho, antes dc quennrguno de ellos comicñce a utiliza¡, para expresa¡se, los ¡ecursos

349

150 351

de u¡r determinadc sistema simbólico común. Bte diátoeo pá,m¡rro q'rc e\ -.ñr b r.r¡'e ac.ión d< preen.rc e...iempr( in-p.lui\o(o, pu<. L.mieñ7, con rrna mr ruá rdenr,t:c.c óEl unn rc¡no." al ",,",omo hum¡rro, I r re, oroce a .i mi.mocn e' orr¡. Y p^rquc p .o ocu-r" p-i d. he.ljo. e" ncce.plo qup eIla fllosofia, después de tantos siglos en que ha predominaáo ter

depende tanto, o no depcnde sólo, de su ¡elación con ]a cosa sim'blizada, cuanto de la auténtica relación simbólica, por la cual se

produce la comprensión .oo¿ero.iu¿ de los dialosantes. Toda for-ma de diá1ogo es como un con¿,a¡o existencial entre dos hombres,

.uyo, rérnino. vin rl.ro¡io. .oñ lo. de ",r' mi'm¡' expre''one'Pue* o,i'0or¡v.sni t¿ elecri\ámcn'e raTicr) coopPr'cion \ cñn-

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máticamente el yo, se restablezca la primacÍa de1 tú, lo mismoepisremolósica que ontológtcameñte.

La f*ma de ser hum¡nc ha de con.epruar"e

iogic¡-nenre, c.mr "inból,cc, cn el ..nrido a,cri(o v aurénrico dee-ra p.lábrar. l-os"enrrdo.

der vrdo. que ela ha ¡dquirido corre.-pondctr pteci.am"rue a lar derira(i.ne. crLr"¡)c rlc" de aqucltaprimaria forma simbólica de se¡. I¡s símbolos existen, y soto pue.den existi¡ y operar como tales, en tanto que p."duclos d"Í sersimbólico, en ranro que mcdios con los cuales un hombre prolongay atirma la vinculación simbólica primaria que establec; con;loLro mpdranre su mem ác.ióo de pre.en.iá.

En efecro: se llama:imbolo en Creca, como yá t,emo. vi.ro¡nte!, a ccda unr de l¿. do, mirade. de un obie,o que se di\¡dey que, al reuni¡se, permiten identificar a los Do.tadores. como sifueran una. crcdenc,alt.. lpro e-rá( ,,edeñcipte!. et hombre nól.' tleva .on.iso para

exhibirla,,.inoque

su ser mn-"ro con.Lre y¿en una tal ¡ruela de iáeruidael. Un hombre puede identificar aorrc lromb¡c en ,anro q,re turamFnLe humano, po¡qle e.re segun-do.e rdenrilrca ¡.i mi"mo al pre-enrrrse, y con su "o,a occión depre.encia. To, .ím6olo. que puedr empl"ar de.pué. permirirln cu,den,iticáción indiv,duá1. Pero el -.;"oc,mi".r. .te .u ¡eron¡-lidád .ñncrc,á pre.upone e¡ de .u .ond:ción bumrna. Cualouierimbolo e. rfc.rivamenr- e\p,e'ivu en

'rn,"q," ...onlun."iiuo;

pues el simbolo ha de ser común, como su nombre indica, y ha dep¡omover una cooperación de eutendimiento para que cumpla sufunción de signo represenrativo de algo, y a la vez de vinculo en.tre los representantes.

La intelisibilidad del siml¡olo depende pues de esa re."n¡ón

o ayuntamiento que la palabra misma denota igualmente ensriego. E1 simbolo p¡opio y exclusivo de quien e-y-presa, sino que éste 1() pro-pone justamente como signo común de€ntendimiento, como medio de vinculación, como esa ressera hos,pi¡a¿is de que hablaban también los romanos.l La signi{icaciónse establece simbólicamente, que quiere decir to mismo que dialó,sicamentei o sea que 1a vAtualidad sigDificativa det símbolo no

1T¿rs¿r¿m hoJ¡i¡¡lm cúin .o lcccÜnt, trscrib¡ides arcli, tAt-g.

rra,o, p;,ro, uárrdo, reLrnron y !incu.o. Y el homb¡" " un'erque existe contractualmente con su scmejante, v crea múltiplesformas simbolicas de vinculación con é1, mediante la comPren-

sión común: no solo porque coD el simbolo efectúan ambos unarefe¡encia univoca a la ¡ealidad común sisnjficada, sino, prima-

¡iamente, porque el ser m;smo de cada uno es simbolo ¿¿¿ otro:

nada, en efecto, puede ser en sentido preciso v riguroso simbolode si mismo. La simbolización presupone la alteridad: sin ¿os

rérmino, oLe se ¡eúnen. no hav rehción stmbólcalor e"o, ¿"nque el )o sc rec.rucc á ri.mo en el rr'r, cl 'e'

conociñiento simMlico implica 1a irreductible alteridad del tú. Se

ha producido Ia reunión, la cual tiene carácter mctafisico; pero

est; reunión o comunidad ontológica Do es la ¿rnión: las partes

reunidas siguen siendo dos, cada entidád p¡op;a, vno hay garantía de que su ¡eunión, o mrppol{, produzca una

o¡r'0úqq, un¿ ,onc.rd.ncra o con\en'en.i¿. una rela iór' 'xi'ten-cialme"'. po'irw" \ curque la vi1(ulrcron ádopte dF hecho

caracte¡es positivos, la alteridad del otro es ónticamente jnvenci'

blq pues no se {ortalece menos con las expresiones que revelandispoiición de abertura y de entrega: toda expresión es formativa,y con ella eI ente se afirma en su ser p¡opio. De cualquier manera,

eI otro podrá ser un desconocido o un extraño, existencialmente, o

sea como individuo doiado de entidad propia ific{:luctible, activay erprc"ivJ: perJ nunca e un de-ono. do o un eltxño en rantoque hombre, porque es ontolosicamente un semejante, un P'óiimo,," ."t" qu" .o" t" pr.sencia abre 1a puerta a las posibilidades de

.oopemción. Es, et otro, el ser cooperarivo en si, cumpla o no

después tales o cuales fines cooperativos. Y por esto, cqrpoírt'r,

además de la opemción simbólica primaria de reunirse o avun'r¡^e, 'isnrt,ca .on4 enüc, e'r¡¡ c"n orme. 'er dc unrlo,rala con la de otro. ¿l¡cu¡ cum attquo. tl si¡rbclo e' un

.un,e¿io, y tlene un sisnificádo convenido v adecuado para re'presentar el se¡ porque, primariamente, expresa la primltiva con-

veniencia o con{ormidact ontotóeica, o sea la comuni.l¡d, del ser

simbólico.En esta confo¡midad o conveniencia se encuentra la clave de

la función simbolica Porque, como quiera que se defina Ia rela-

351

ción de conveniencia del simbolo con ta reatidad, esra .etacióncono cñ¡d¡c,ón ¡L,.oturr de "u p^,¡,1,¿rjl .,,e,ecrivo Lumlt:micDro. de una convcñieñc,a ;;;" j;. ;;;;J.;"c v-,r uirio. det . i,nbolo. La

"p..,.tó, d. ".,;;";-;"",;;;;-:::l:ll::l " p^rque con "rrc '6 *ú*, J". p"'".

.:,;;#;,ero un .:.r boto. una pctaI.¡¿ .ulr.,"n,¡", po;c,e-rpr.. ¡)o.DucdF reunire,on una rcarrclad

EL slR srMBóLrco 353cacione$ pero esto ya confirrna <omo vnnos en el capituloscxto- que el hombre es, y sólo éi es, el ser capaz de dotar de sen.tido a lo que no 1rl tiene, porque es é1 mismo el ser del sentido.

Por otra parte, ni e1 simbolismo es el alegorismo, ni tampocoimplica necesadamentc una forma especiál de representación abs,tracta. La alesoía, y el llamado simbolismo en la literatu¡a v en

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t",*%é, .,, ..,¿;-ni- co,, elt,.en rJdo p,euno. L^ que :e ha.-.".,;;,, ;];:::Y^:TPl" r,¡,d". l",m,n . o,:or.gt,,"..,. r"..,¿^...,

;;;";:;:,.j1:T*f.pacbr. me á

rra

re a r.¡r n^ .. con.

-.Or," Ja,,taL:ón s:mbolica prir,,..ria e,n,e,.ubrc-. ¡. .- per.,{xm"..r0rámcnre áún. . ra.lJ.,.c ,r¿rJ de cxpr".r,ne que no ontcp\ <nr,;r'ác d. "¡¡,¿¿.. "b.fiv,. bien,lere"m,n¡d;., .^m;

E e-'nr ro,ro'&,io,. T¡,nlr n p.,¡.e,p,..¡n..o1 ,imbóJ¡á,rn u '.F,¡ do mdr.il. ,oJ, e\t1r{ón e. r_bótr.¡. D.h;¡";;,,

T.:.:, .,1" erprc.ó1 c. afo ,,ri.r. , .. .r,",*,..;;,.;" q.ll:i-"T,:,ll ."r obrc,ivo. porque en cuatqurera .e h3c" p.e*;r;f.' :....'.-, ql,e exD¡e a: \ .u prc.en. i, .. .,p., 1.. p", .l _.":l -i1.,,,",. dc.r. q, unr cpr"r, n..ón +e,, r1.n.,,i"

y quc,om. dp m¡ncr¡ inm(dirra u,* t-m. h;;.Al,-l ,l I 9r ñ,r.. .. er en e .,vo .e, r,1 ,r. .*....." .*",;.

eJ.m..lo dc tá rn,".prer",.ón. y po.....8,,,.n;;,l::i^;l-*". -b, ,, rc,ñ,e,frer...ón. r., m, mo., .e ,m,r d;;^l::: ,li ,:.,* J1ivoc6m.ñ,e derin,do.. que Jc .il bo.o" ;;:' 1t1: "'* " " re'o por

'a -n.*.,¿. ¿" r" '.."ri-..-^_-r:::.,"]..

pue\ qüp rFhuir r a. srgnif.o,ror,* re rr,¡, del¡ ',(crn oe ..mbo,... ¡et,r, la.. Lu¿JF. .ó1., ¡ler,,,o .o.1., ¿- .r-,. ,on, rucmn,.,mbil:.o cie,,ar no.rone. " tuir.,cF.,:T," ". ,,"'" un .h:e,o pud,e.i .cr .imboto Jeoli.l-.1;_.1sor"mnr,- 1.. ¡,cc hu,,,áño. ,"n ..mlttio.. ta Ir¿nd"r;,noocc en,.u en idi,d prup,1 ¡,,rpuná .r,".,",;.,i." r-, I" ;;rt;;:-. r¡r-or,-.r t¡ p,,.,.r e, t¿ p¡t¡¡-¡ bande,¡ tllue .o;;;n¡e.,,

:y :.:.1_,:.!1,,rir'u¡r,d¡d i: Ló,,.a,u-no. perm,p,

ruondu ¡ayl"lll"r'-" r'r'r'n' a rJ pa'-.¡ m: r, v pJr.,o r¡ h.,¡crrI.' lii ,i-,i,.::--; p rr n..r:pnc en .r.

"n,.ie.,ric"c;¡^ a,,.,,a úru rc,.oiJ. t -ro ro . hjqo. álu i.o., .o. ,;;;cr:nl-- In,a r..s,a. .n er , emr.rno.,n ct r.,ichi.mú.;el

xn m .mo, to quc .e o,ñucc e. L¡r, ac,i,ud.let t;;.,; il1"':',;ie.xpinde ." á,Já de .u o,bi,a pn ¡ia et mundo d"'l,..,E,,iri-2 CL .apiúlo s¿ptimo

lc. aie. pl.\¡cc., e.,ito de s_m li:a-ción, 1o mismo que la reprcsentación simbólica en las cieDciasnarurale.. Lo. e..rirG de ti.i.a de Ari-rórcles no

"on meno. !im-

bólicos que los de Hiparco de Nicea o los de Schródinger; pues,aunque el grado de absrracción simbó1ica sea mavor cuando seenplF¡n fñrmu'ecionc. mare¡áric¡". el "iTbol.smo de la repr"-sentación apa¡ece isualmente en una teo.ia fisica cualitativa, por-que ¿oda {orma de rep¡esentación es simbolica: es simbolico ya ellenguaje r¡ismo que empleamos cotidianamente. De par(idomodo, sólo por convención, y coaro desisnación arhitmria de unaescuela, un estilo y una época, pueden llamarse simbólicas ]a poe,sia de Baudelai¡e, de Malla¡mé o de Henri de Régnier, ia p¡osade Lluysmans o de Edgar A. Poe, la música de Xlzagner o de De-bussy. Pues, aparte de la vaguedad intrínseca del pro$ama delsimbolismo, y de la imprecisión, que ningún cítico ha desvane.cidq respecto de la función del simbot, en tas producciones deesos autores, ha de resultar bien ciaro que no era menos simbólica,en otro estilo, la expresión poética de Racine, o 1a prosa de Mari.vau& o la música dc Lully o de Couperin.

Ni el llamado simbolismo, ni el aleso¡ismo, pueden ¡evetarpor tanto la autéDrica función del símbolo en eenerat. Et aleeo.ri.mo Én lr lirFra u? v en lxr á ". pla. (á., predñm:nan.e e-r clestilo de la época medieval, Do hace sino expres¡¡ en {ormas artis-ticas una tendencia arraigada en el espiriru humanq por la cual

.imboli.¡mFnre llc rcáljdade, no .orÉFa. o h,materiáles -las

pasiones y viñudes y vicios, por ejemplo- me-diánte términos y figüras visibles, audjbles y rangibles. La inten.cionalidad apofántica, inherente a la expresión, derermina esa

búsqueda de uDa simboli,ación más concreta para 1o que se pre-senta en la mente como algo abstracto: esa búsqucda de unosu,s¡¡ilid con qué representar lo invisible.

Pero )a alegoria ¡unque parece un camino de ¡esreso hacia elsimbolo concreto, pattiendo del abstracto, impllc¡ r¡a mayor com.plicación en la función simbolica. El Amor 1o representa ategó,¡icamente Cupido; 1a Ira la representa una viej¡ dessreñada; peroel Amor y 1a Ira <on mayúsculas- eran ya simt:olos absirac-tos de los amores y las iras que rodos los hombres han experimen-

35+ cóMo Ex?Rirsa

tado en la concreción de sus existencias efectivas, y respecto deIas cuales esa fiqora de Cupido y de la vieja airada se encuentrana mayor disiancia simbó1ica que 1os conceptos psicológicos y mo.rales del Amor y la Ira. Por tanto, des.te e1 punto de üsta de lafunción, la alegoria ieria más abst¡acta aún, más refinada v com,pleja que 1a representación cientifica; pues en ésta, normalneDte,

LAS ¡oRMAS SIMBóLICAS Y LA APREHENS¡óN DEL S¡R 355

Si acaso. el simbolismo puede co¡siderarse unatuma especifica de representación, aunque de hecho toda re.presentación es simbólica. Pe¡o la forma de representación cien,tifica se ha hecho tan abstracta, en la ñedida en que 1¡ cieDciaha logrado penetrar en zonas reales que escapan a la experien-cia común, que ya se descubren en ella analogias con ia fo¡ma

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solo erado ia abstmcción, respecro de la simboliza.ció^ no.tval del lenguale común, y no se percibe sino excepcio.nalmente

-comoveremos en sesuida- ese giro en sentido inverso,

csa aparente retracción hacia lo concreto, propia del alegorismo.Habremos de comprobar, al ocuparnos de 1as leyes de fo¡ma"

ción y evolución de los sistemas simbólicos, que estas distinciones¡rue ahora se anticipan no son pummenrc nominales, snro queli' npn 'nrt .fl"nL.c rmr.c- dec,.r.. , porque la arep. ione. que -e-tringén de alguna manera el alcancc del concepto de simbolo, nosó]o omiten el carácter ontolósico simbólico del honbre mismo(este ca¡ácter no lo ha coñsi.terado nunca re]evante la filosofia,si acaso ha reparaclo en él), sino que además, y como consecuen-cia de eIlo, contienen el peligro de un desvanecimiento de la reali-dad m¡ma.s Si solo se consideran símbolos aquellos que son másabstractos, se pierde entonces la conexlón significariva entre ellos

y las expresiones conc,etas, lás cuales si serian apofánticas; por ellose pierde tambiéD la conexión sisnificativa entre el simbolo y 1orepresentado por é1. Siendo mani{iestamente un alti{icio, pareceque al simbolo no ie hubie¡a de correspnder realidad ninsuna.Pe¡o toda expresión es snnMlica, y todo simbolo es una creacióh.

§38

LAs FoRMAs srMBóLrc,{s y LA APREHENSTóN DlL sER

Ios fí,ico. lraman s:mbolica én genera) a Ia formulai;ón ma'emá-tica del conocimiento fisico; y más señaladamente, a 1a represen.

tación, sea matemáticá o nq de ¡ealidades que no sean apre,hensibles intuitivamente, por ejemplo, los concept.'s de onda,corpúsculo, campo, spin, etc. Pero algunos, por et hecho mismode que estas realidades no se pueden captar sensiblemente, tiendena llamar'las simbó1icas a ellas mismas, y ya no a los térmiuos conqLe .e repr*-ntar . Srn "mbargo. e!á ctáro quc nngrna reai,dades simbóIica, o existe sesLrn la forma de ser propia del simbolo. Elconoc¡niento si es simbólico; en cuanto a las cosas, simplemente

3 Cl. opitnlo tercero,

de reprcsentación alegórica de ciertos estilos artisticosr se buscanconceptos o simbolos cotrcrctos para dar una ¡ucva vc$ión de loque sólo se pudo aprehender auténticamente en una lormulación

matemáticá. La fisura que representaba snnbólicámentc a la Iraen las alegorias medievales es equivá]ente, como producto dc sim-Lolización, a la noción de "onda asociada", por ejemplo, o al mo-delo de átomo de Bohr. Para esas realidades no perceptibles, larcpreseñtación matemática es 1a primaria, porque de ellas 1os jns-

trumentos y el cálculo sólo pueden descubrir valores cuantitativos,y no es necesario electuar entonces la p¡evia ¿{,stracción de 1()

cualitativo, necesaria en el caso de otras rcalidades sensibles, paraponer de manifiesto aquellos valores. La {ormulación matemáticacumple en estos casos, en ciencia fisica, una función equivaleutea la del sn¡bolo común del lenguaje en la representación de lo per.ceptible. T.aducir las fórmulas matemáticas a términos del 1en-

suaje co¡núD, equivale entonces aavaDzar, y

no retocedcr,en e1

proceso de mayor complejidad de la representación simbólici, aun-que los simbolos sean más concretos, to mismo ¡tue en la alego¡íá.

Se percibe ya en estos indicios el camino de una investisaciónque ¡evelase la uniformidad lundamental de los pocesos más

diversos de siñbolización. En esta unidad fundamental de Ia fun'ción snnbó1ica ha insistido Cassirer muy atinadamente, eunquetañbién ha mantenido -con

el pellgro que luego examinaremos-1a irreductible independencia de cada una de las formas snnbó,licas especi{icas creadas por aquella {unción, o sea el mito y el

arte, et ienguaje común y Ia cienciá. Pero esra misma unidad{Lrncional simbótica riende a comprometer Ia seguridad apodicticacon que la ¡ealidad se habria de captar mediante los propios sím,

bolos. Porque no es 1a mano 1a que apresa e1 se¡, sino la palabra,y si los modos de hablar de las cosas son variados, y cada uno deellos tiene su propia justificación, se desvanece la ga¡antia de Iapresencia real inequivoca que el simbolo debieta olrecer: 1o mis.mo si e1 énfasis ¡ecae en la unidad de Ia función simbó1ica, que

en la dive¡sidad de las formas simbolicas, no eslamos segurcs, alparece¡, de cuál sea la versión auténticamente fidedigna. La ale-goria es ficción, que a nad;e e¡gaña, y menos al autor; pero eI

mito no es ficción, ni siquiera para quienes 10 crearon. Y nadie

i56 cóMo EXI,RESA

pa¡cce qle pudiera dirimir la .uesrión de .uái ses la representa-.Á¡ i1 b"J.¡ Ir.. adccuad. v ¿urénrcr, pue. et lur.io hahía clelalrpr e ne.e...icmenlc de.dF o.,J .. ema o to.m! de rcpre.en-tacó, s.mboljcx. como.errá ta .i*c,o - Ia d"po.j,a,ra d;'j;-;;;-d.d-: pero lu. hombr6 de (,encia aman ,á,ntién r,ccioñe, á su!propios esqueDas siDbólicos.a

Ses n e;ro, pu+-o qrre

LAS FORMAS SIMBóLICáS Y LA APREIII]NSIó^'D¡L SER 357

como 1o conocido y 1o dado, habia que empezar por 1a ley del co.nocimientq la cual serla 1o único verdaderamenre accesibie y€ierto, en un sentido p¡imario. En vez de delinir iás propiedadesuniversales del ser, h¿bi¿ que analiza. la razón, Éxra determinarlas propiedades unive¡sales del i¿i.,o, en cuanto á su fonna.

Cassirer adopta el misno esquema. Rechaza el plan de unateo.i¡ que

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roda repr*en.a. ión cs ,mbotica, nin-gunl .e¡¡. Iehrcienre, v "l homb¡e." encon.r:ria .eparado de Iarea.lidad por Iñc mi-mo- !.rema\.imbotiro. que.e \e for_ado a

urrlr¿-p,m

h¿(tr]. oarenre. Ccbria ta po.ib;t,dcd de una cpre-ncns'on rolurrva: pero é.ta .eríá inetab'e: en cuanro \c.omuri-cáse, g:ja a de ser fidedisna porque se haria simbólica; ;;l;son$ida.d pnori a- Ia( condic:one. pr"prc. d. t, f-rrl, .;.b;i;;eregras. Lá mutllptrcrdad de era( fum¡. producrFa, 1a en la reo-ri, senerál dcl simbolo, un e. ¿do de de{onrianzá .e.pecro de Iore¡I. €.luñáren,e.0t erudJ de cn.," de ta ve.ctad qu" .e há ;,;-ouíoo. denlro cle e.ra torma "inrbolrta dere-mrncda cuc e. t,ciencia

-íilosofia inctusive- por la diversidad ¿" tri t*rtrs,incumparrble. enrre.í, I rod¡. ap¿ren¡"renre tesirima..

El e.rud,o dc la runc,ón ,inbóti(a h¡ de orre.er resutracto! d€.ú!\ú con F.pecro , t lrubtcmc det ser v e. conocc( pero no.ólore.rF rq d-',co,,ñter- t. e\iden'e. .omo ob.erm Ca".,rer, que dc-bemo- Jc.e,l1¡r.la dcá de qJe ct ronJcimienjo.ec como uná cupr¿,u-.", ," ," .",,,rr0. v no un¡ ác¡ \;d,d crcadore det e.piitu. Ac.re ccrácrer dF cr¡,. ón o pr.duccrón que rienc er ,ffo de cono-cimi¡n:o rc.p^nde ál c¿'n.arivJ de .i@|,¿;lid" ,¡ue to" I,.ico. yloq rarenirl.o. ¡pl,can r .u. fo.mu'aciune.. -Lo c"r .ep.o. tunld¿ment!l$ dc.¿da .:encix, Io. irL.LrumenLos.¡n to. cuátF. pro-pone sus problemas y lormula sus soluciones, ya no se considirancomo ,mágene. pa.ivá- de át8o dado. .ino como jmbojo. . rerdo,por el ell.end:mien.o m.¡o.'6 (_¡n ñr! idpá. qup (¿..i"er ob_,icne dpl cjrlr:.¡,de I" c " ,cjJ. -uperá ,",,r"d. ,;"" ; ; k:"; .Ir.crn eJ camino de .u gran in\".ris¡. i n p+,1|\: .obrc Ia. drrer.as,un.Frc. de ."e¡.,ón . mbó,ica en et c.pír ru hur1rno. le-o a.i

crrrc ct D e.rio d. Ia rnre rga.rón I-r ,rdo crrráordjr r,.o, Ip bc"crñ1cá rt e lá.ñ.rcle n^ h. reno,acl¡ e' e ¡uema ideati-rr. Ca,s!rcr,pr¡rl¡ma que Iá revolüc ón merudotóc'.a .lu . i.lrrodujo Krnren L, l''o.oji¡ proriene d- t" ,dea funda-én-¡J d" qu, ", ";."."r,"odificar radicalmente tos tórminos tradicionahs-cte la rela;i;entre e1 conocimienro y su objero En vez de ernpeza¡ po¡ el objetq

¿ "Fido¡e¡ ó sihbolos',, decia ya Húb en sus l,rnd.¡ios de ¡¿ M€c.ir,¿¡ (¡ssire¡, ¡i¡oro/i¿ ¿¿ ¡¡r ¡d,n6 Si,r¡¿¡i.^, vol. 1, Introdlcción. § 1,

= J.

del conocnniento lo conciba como una mera copia de1o dado; rcchaza eL plan de una meta{isica que, partiendo del ser,.. m¡ lo mi. p1,n.r¡, r,, rL" .lc J.tinir

le$ y luego procede a investisar las fomas fundamenráles de iafunclón simbólica, en un plau equivalente a1 que cn la Críd.¿d.e Ia. Rax¡r, Para condujo a un análisis de las fo¡mas del juicio.Su Fiiosofía ¡le l¿s Form¿s Sim¡ólifts -con las otras obras com,plé'mentarias- reproducc el proyecto de aquelh Criric4 en rantoque analiza las condiciones de posibilldad en seneral de la obje-ti\,ación, y Io complemcnta en tarto .tue descubre en la concienciaohas funciones de objetivaclón especilicamente distintas de l¡ cien-tifica. Pero 1lr fundamental, teóricamcntc, cs el mantenimientodel pincipio del idealismo critico, al cual defhe el propb Cassircrcomo principio de la ¡Íir:.a.cía de Ia funcióD sobre el objcto. Ele,{amen mhno de 1as diversas lormas simbolicas

-lensuaje,mirq

religión, afte, ciencia- es cosa de¡ivada, y condicionada origina"

riameDte por el pincipio teórico.Podemos dejar de lado el hecho de que la llamada revoloción

metodolósica de Kant tiene su antecedente bien preciso en elcos¡¿o cartesiano, con e1 cual se ini.ia en e{ecto el idealismo; yque ]a cor¡iente metafisica del i.Ieal¡mq a dife¡e¡cia de la üitica, aunque afirmara esa misma "p¡imacia de ]a función sobre elobjeto", intentaba por 1o menos s¡lva¡ el ser <lel objero en el aná-iisis de la función que precisamente permite ap¡ehenderlo demanera apodictica. Pero lo esencial ahora es observa¡ que. ni enDescarres, ni en Kant, ni tampoco en Cassirer, se altcran paranada los te1'minos constitutivos de la rclación de conocimiento,tal como los habia e*ablecido Ia tradlción. Siguen siendo el su,jeto

y el objeto. Lo que camb;a es e1 ¿n{asis, la prio¡idad clel unosobre el otro, y esto detemin¡ las ilos posiciones teoricas ant¡-gónicas que son cl realisDo y el idealismo. Perq si se acLrsó ¡irealismo de haber descu;dado e1 aspecro fu¡cional y fomal delconocimiento, por la primacia que otorgaba al ser, en cambio enel idealismo ei ser se desvancce por la correspondiente primaciade 1a función. Ante 1rl cual, tal vez sería pe¡tinente recordar, de

mienro de algo, y que el ser de este algo ha de quecla¡ lirmemente

358

e.rablerido en el a(.o mi.mo dc conocimienro ! en tá tuncións;m-bolica obJerivadüa: y de Ia o,,a. q* .¿* 1". p_;¡t..'lr.lo¡ec.,mburrcás r Ll¡r) cn un enre cu)o \er ha de querla- a.rm cmoroe.ermr¡aJo corno ral, pre.;a y primcrjamen,e, po...ac¡elfid.:rd:uva. de repre.enraciór .:mbólicr.. rá p6A¡on det

LAS ¡ORMAS SIMBóLICAS Y LA APREI]ENSIóN DEL SER 359

su básico principio fo¡mativo".D Pero, si la lilosofia no ha de ocu.parse del ser, sino ran sólo del conoce¡ ¿de qué se ocupará taciencia, cor¡o forma especifica de conoce¡? Ha de ocuparse delser. Porque el arte puede concebirse como p"rd creación qpre-siva, invención y fantasia; pero Ia ciencia, aunque sea creación

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, -l::1'l "*,,"". obje,o d.pe¡de .iempre dc Jáor(pcsrrron deJ e\prriru hacr¡ ér, v stá c, ndr onadr por los mod;;par"cu á-e. de e..ra dr.po.jcrón. Lo olle en detin,Uv¿ sámnri¿r;;Ir ob'e !,rdád serí¡ ta.manera comñ "c entoc. "r .bi"r",

,.t;i;;;;:c¡on e<pec,rrca quc et e píriru s" d¡ ¡ ,i nr.mo er .eta.,ón conc, arnre\ro obrel.\o o!e \e proponc.. fl pen..amienro ,,Jo,ót:co

corIlfomátoda, e.n< direccione., .ob¡e el .upue-ro de que cs po.r-Dre (oíer¿c.on"rrá- v reler:rla. a un r"nrro unrncado. pero este(enrrñ, no seria una rFaljdad. ¡ino un orotecro. y de e.re modo.rodo. lo. vdri". Dmd,,, ro. de la cutru¡a, i),i,.:* l".l"i.a,""p,lrnrrrdu f1 rvo,i- t". ne.¡. ¡m¡r, jon...

". "l .rrl p",(.e;;encuenrrá at princ¡p,o apri.,on¿do, en un mundoque es pura .\p.s¡on de.e.p+iru humano .c

_ l'e-o no cr rc_et munoo de t1" mera. in prcrone.r ct oroo,o

:l-*,j:,

*^."9." en ar:.mar qrr" er mundo _ta ,naeen áer

:y:".-i i:, e.puiru,,m.11o que erecrua tr rcpreenrrc;óo,, en_en (l'a aáran-:¿rdá en r¡odo atsuno ta re¡trd¡d

repre.en.acloi et ser de,aparc.e. o permanecc tueraoe nl¡enro rr.sn.e. i _,"¿. *., qi,. ¿ _,^a"-,,1ramente.id¿¿¿ d.e la exp¡esión. Estamos"" l; *1,-" .lti,"ii¿"".Lque Do. habiá delado ta ope"ación cane.ianr..

I ero,la $,ua ióo .c as,:vó. Era rnherenre a Ja op,eráción c0r-teran,l¿ p?ren.ión de orc.cnrar el *r. e" C"..;*, 1". l".*rs

lT-!:,1, ," ".,n2.cc.ibre: ..ra mi. cr,á \c_dJ.r

"bj",.;;,r;;;:;.:;:l:1.:",, ",:ell,-iyT"no s :i 9efrn,rña ra rorr,a de .u prop¡a::rl':i: .. Y- ari, rá nerF.id.d de ..inverri- r¡ clrrección delan"J,j : .r LoJá cutrura.e -rnrf;cnr en l,.."rc;¿n ae e.pecfrca,rmlse,is de, mundu, de e.pc.irica+ form,_ .imbjt:c,.,;i ;;;;;-,,o de lJ l.lo..oria- no h¡ de s"r th\arro l}l,. " ¿ a" *". .i.á.i"_nes, sino que ha d€ connaerse más bien a,,eiuctd"a;.;;;;il;;

7 Cl, .lpitulo quintos ó¡. .ü., I¡nod., § 4.

. mbóJtá. ve'-r .obre reilid.,.e-. v .e propone dr¡ cu. nra y rc-áld. cll¡.. "epre en,"nd^l!. .n un moclo ic áur n,i(idad IeB,inu,al que llamamos precisameDre oer¡l¿ri. Y seria r¡n paradójico

que la filosofia no se ocrpara dei ser, y ]a ciencia si, cuanto que taciencia no se ocupam de1 ser, como si fuera un equivalente dela poesia. Si la {ilosofia alcanra una verdad -',ta más alta ver.dad", cree Cassirer* y ésta versa sobre unas funciones y formassinbolicas, enronces hay que consüerarlas a e1las como re¿tes.De lo contraiio, la pretensión'de verdad de la filosofía {ormaIseria una quimera mayor que la de la filosofía meta{isica. La ver,d¡d siempre trata de 1o que es.

Aunque el campo de 1a filosofía estuviera restri.sido a Ia merareñ i1 d.l c"noc.mienro rrb:..,r

-tue.e un¡ .¡n¡la do to rr;¡simbólica-, e] propósito de ella y su actividad etectiv:r consjst;rian en da¡ cuenra de1 ser que posee esa capacidad de represeD-tación simbólica. Al sujeto de esa

capacidad no serh neiesarioc¡ton_ces llamado vagameote ,,espiritu humano,,; porque la vague.d,d del concepLo deriw.ofamFnre d. tá preren.iórj de dc.po;,lod" rodo .ig¡rfrc¡do onrolósi(o. CuarLlo

"t .u¡,. a" ..,",,i,,a"aimMlica se considera cotro lo que efectivanenre

¡er ca¡acterizado ontológicamente po¡ esa misma actividad_ en-toDces Ia reoría resukante no es una crir;c¡l sino una me¿údisic,ide Ia mrón simMlica. Y en esta metafisica han de quedar esta.blecidos aderiás los fundamenros de la evidencia det ser que no.. r-bóli.o. como condiciol de po.,birid"d dc t"da cr,na.I'ero e. que el .er ñ uná er'jdeici¿. r,o e. un ronr-p¡o doemá.rico'. (ñmo .o.riere Cr. irer: v de eq" evidenciá pa.lc ta fit^:ofia

-y

no de "pmtulados abstraftos"-,1o como parte de ahi toda

ciencia y toda ora fo¡ma de representación simbotica. No hayotra posible base de partida.La c;encia

-afirma Cassirer- ha de renunciar a su asoir¡-c¡'in v tre,c,..'ón de caprar ,nmediaramen,e ta rerlidxd v dc;rrc-cer.le e,J¡ unr comr'l:cl.c:ó r". Inclu,ve rád¡ cier.(ia prfl.cut¡rtcndria su propio punto de vista, desde el cual proyectaiin o I,,r,nulnria sus cr:estiones. Pero entonces ten qué sc funda ta v¡tktez

3@

de es peculiar punto de vista y de esas {ormulacionesT porquela efectividad del conocimiento cienrÍfico es indudable, y la tecrnología es una prueba ¿e lacto de qüe Ia realidad responde a lasr.p¡esentaciones simbóiicas de la cienct¿. La obsovación y 1a expe-¡imentación confirman además que Ia ciencia efectúa una autén.¡r" .ornur -¿c,ón. v que lo obierivado por et.a e. clgr: rra. queel propio p.pír ru qre furc.ona .inbotrcamenre. t_a panicutaridad

LAS FORM,{S SIMBóLICAS f LA APRETIENSIóN DI]L S¡R 361

2!on realme¡rte incompátibles? Nada impide que e1 llamado es-píritu

-mejor se dijera el ser del hombrF se exprese a si mismoo se objetive a si mismo en sus propjas creaciones simbólicas, yque a la vez en éstas se hasa efcdiv¡menre nEnifiesta uDa reali"d¡d , o" úr. lnclu.,ve e, que a. í oLu¡re enefecto, pues de otro modo ¿por qué se llamarian sim¡¿¿icds esas

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de esta forma simbólica no impide comproba¡ en comiür ta exis-tencia de una rcalidad que se hace Í,arente en sus simbolos espe"cíficos. Si el modo de aprehensión de esta realidad

noes,

en laciencia, di¡ecto e inmediato, sino mediato, esto sighifica solamenreque la aprehensión inmediata es más primitiva, y anterior a Iaciencia, y que ésta cuenta ya con este lu¡clamento pdm¡rio .leevidencia para proceder a sus const¡ucciones simbolicas absrrac-tas. Pero e1 dispositivo de conocimiento que procura esa aprehen-sión directa de la realidad es el mismo con que procedemos en tatarea cientifica: la ciencia y el conocimiento precientífico solo sedife¡encian en cuanto al rigor del método y a ta validez de laspropo.i. iole§. p.,o n" "n .rrn'o "

Ia dFpo.icón t rnJamenrat re+

Sesún Cassirer, sin emba¡sq hay una solución de continuidadmuy señalada entre la fase puramente pasiva de la percepción y

la fase expresiva de la simboliación cientifica. La u¡idad del co-nocimiento seria únicamente 1a unidad funcional de la represen-tación sinbóljca. Pero entendemos que el principio de la unidaddel conocimiento abarca igualmente 1a {ase primarla o perceptiva,porque de hecho no existe una pura percqrción pasiva; como he,mos comprobado en e1 capituio sexro -y lo con{irman las expe,riencias de la Gesral¿¡s)cho¿ogie- la percepción ya es noética,y hasta lógica. Por consiguiente, 1a unidad del conocimiento y Iacomunidad del ser son dos principios indisolublemente vinculados:el conocimienio es apofánrico po¡que m€diante sus simbolos sehace patente en común una nsmd realidad para quienes parti-cipan en ]a relación simbólica.

Indudablemente, Ia ciencia no es más que unade las

va¡iasmaneras o tormas como 1a mcDre, sesún dice Cassirer, puede"apreharder e inre¡pretar el se¡". Pe¡o con esta forma lo arre,hende e interpreta legitima y auténticamente. E1 ser no devieneüna incósnita para 1a cicncia porque disponsamos de otras ma-neras no científicas de representarlo. Sin embarso, Casirer sosiieneque éstos no son "modos diferentes como la realidad indcpeD-diente se manifiesra al espí.itu, sino camiños por los cu¡tes e1espiritu procede hacia iri propia objetivación". Pero las dos cosas

E1 mério grande, la parte positiva de la teo¡ia de C¿ssirer es-triba en haber contribuido con oftos pensadores a historiza¡ las

formas ¿ ,,io,i del coDocniiento. E1 las ha dive¡sificado v las haestuCiado con mayor detenimiento y lucidez que nadie, ha jnsis-

tido en cl carácter lr¡.c¡bn¿l de las lormas de objetivación simbó-Ilca y en el carácrer erpr€§it]o ¡tue tiene también la {orma especificade simboli,ación que es 1a ciencia, y que, a este respecto, no sedistinsuc del nito, la religlón y el arte. Icro en esta teoria ha per-manecido envuelto en oscuridad precisamente el ca¡ácter simbó-lico de la expresión. Pues ahora los términos de la cuestión sehan invertido. Tradicionalmente, la {i1oso{ia y la cieDcia toda harrinsistido en que la validez o legitimidad det conociniento se fü¡-daba en la adecuación con que representaba o simbolizaba a 10real, aunque pelmanecía sin explicación la índole misma de la ¡e-

lación entre el sÍmbolo y el obieto. Lueso se ha venido descu.triendo que el conoclmiento es históricq sean cuales sean su pIe-tensión de validez o sü legitimidad efectiva; y en tanto que esh,.ró¡co, hemo. d,.r,rl,i"-ro ¡dema, que el conocimien,o, .rn ,o-das las formas de representación simbolica q¡re é1 puedá arbit¡ar,es expresivq como 1o es e1 arte. Pero es aho¡a, jusramente porest,¡, cuando hace crisis aquel problema de la relación enrre elsimbolo y la realidad representada po¡ é1. Porque, si no atende-mos más que a ]a reiación expresiva del simbolo con quien lo creay ltl emplea, jamás podremos explicar de qué manera pueda estesimbolo importar e{ectivamente uD conocimiento. Por lo que seletiere a la uniformida.t de 1a {unción simbólica, a 1a historicidad.de las fon¡as simbólicas, y a 1a

expresividad de los simbolos rodos,¡o se advjerte diferench ¡inguna e¡tre la repres€nración cientí-ficá y la representación arthtica, ent¡e 1á poesia y ta fhica. Pudicr:r{omp.endeise bien qüe fueran hiltódcas y meramente expresiv¡sl¡. c e.c¡nc, ¡rií. ica.. oo, Je en cll3. lo lri-aran'enrc rrni-fie{o c. "l ,ni.m¡ cFad {. Iero lá rien.i¡ p, u1 conoc:mier,rr, trespecro cle e11a ha de plantearse más agudamente que en cual-quier otra forma simbólica la cuestión relativ¡ a 1á realidad, pues.to que el símbolo, para serlo propjamente, ha de representar algo

362

que no sea e1 propio repre§eñtanrc: ha de tener un contenidosignificativo, además de una intención expresiva, y ha de ser va-lorado también en cuanto a Ia propiedad y fundamento de su,

siglificatividad. 2Cómo podria "aprehende¡ e interpretar el ser"

-segunla lrase del pmpio Cassi¡er- una funclón del espiritu

que fuera una "pura expresión" de este mismo espiritu? La con-

LAS FORMAS SIMBóLIC,^S Y LA APREHENSóN DEL SER 36}

cual confi¡ma que por cuálquier camino del idealismo se llegaal solipsismo.

Para evitar estos caminos, y efectua¡ de verdad esa "revolu-ción metodológica" de la filosofia, que Cassirer atribuye a Kant,no basta cambia¡ el énfasis, y hacer que recaiga nuevamente enel objeto, y no en el süjeto. Pues con esto sólo se logra contra-

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junción, que se p¡oduce en Cassirer, de los caminos sepa¡ados delidealismo y el historicismq nos deja situados ante el problcma deuna {undamentación del ser y e1 conoce¡. Pero 1a expresividad"

por lo mismo que ha servido para detonar la üisis, y revelar lainsuficienciá de las teorias tradicionales sobre 1a relación de cono-cimiento, ha de servirños también de clave para uná nueva fr¡nda-mentación, en e1 dominio dc 1a metafísica.

Es evidente -lo repetimos- que Ia aprehensión y comuni,cación cientifica de 1a realidad es m¿düta. Pero esto no sls¡ificaque sea mediato el ser mismo; sig¡ifica solamente que 1a formasinbó1ica de representación propia de Ia ciencia es derivada, yno primariá: es una simbolización de segundo crado. Scsún Cass;rer, sin emba¡gq se¡]a mediata cualquier fonm simbólica, y noposeeria el hombre capacid¡d ninguna de captar el ser, de ponerseen conta.to con él directamente, por medio de los simboloq év

tos serian, iustamente, ]a m¿di¿ter entre el espiritu y el ser. Peroparece también evidente que si no hay una autéñtica y válidacomunicación del ser, una manera, cientifica o no, de g¡¡antizársimbolicamente ]a coñun;dad del ser, entonces desaparece iglal--e re rod- sJrcnr . epi.rc orógi. a, y y¡ r, e. u-r.r quimera .o-lamente la metafísica, como Kant creyera, sjno la ciencia roda, 1á

cual, por ser púrd expresión, seria puramente libre e inventiv¡,igual que 1a poesia, e incllrsive fuera quimérico el me¡o hablarde las cosas, po¡que si el diá1ogo no establece con fi¡meza la co-munidad del ser en la comunidad de los dialogantes, cada unode éstos permanecerá solitario y encerndo en si mismo, y elsimbolo será tan int¡ansferible como la sensación. Esta disgre-

gación y anarquia de los puntos de vista y los "puntos de hab1a"no 1a remediaria tampoco Ia ciencia. Desde el punto de vista, oespeci{ica dirección de1 espiritu, propio de la ciencia en sene¡al,descendeíamos al punto de vista peculiar de cada ciencia positiva; y dentm de cada una, al punto de vista más particülar decada teoria, hasta llecar al punro de vista individual que no de.ja¡ia de ser iÚeductible, aünque pretendiera ser cienrificq puesestaria determinado po¡ un aqui y un ahora situacionales. Lo

poner un realismo n un idealismo, y la ¡evolución obliga másbien a supemr el nivel mismo en que se pudo establecer dichacontmposición. La ¡evolución iñpone superar e1 esocen¿rismo

en que ha incunido tradicionalmente lá {ilosofia, fuera ide istao no; pues inclusive e1 realismo ha considerado siempre que elego era, {rente al obj€to o frente al ser, e1 otro término de la re,lación constitutiva del conocimiento; y no pudo entonces adver-tir que Ia posibilidad misma de que e1 conocimiento fuera efectivo,y de que hubiese una aüténtica aprehensión y ¡epresentación deise¡, dependia de la conjunción dialógica ente el eso y el ra. Lapercepción sensible, la intuición empirica, no es por sí sola ga.

rantia de una evidencia apodictica en ]a aprehensión del ser;peroj por otra pa¡te, Ia función simbólica, en ]a cicncia, no "creael mundo", aunque sea una actividad creado¡a: se somete alser, no lo produce; y por esto su lepresentación puede cualifi.

ca.e "ern el .ritero o" 'a v"rdad. En e.rc c,iretio. co-ñ \.-pueden encuad¡arse la representacióñ mitolósicao la artística; aunque tambi¿n haya en ellas una modalidid pr;maria de la verdad, en tanro que hacen patente algq no decimosdel arte que es t erdadero, ni decimos de1 mito que sea falso o

Pe¡o todo esto no seria más que el esquema de un plan deoperaciones. La opeÉción misma, {enomenolósicamente coDdü-cida, tiene que revelat, primem: que 1a función simbólica carac-teriza a1 ser que 1a eje¡ce, como tal ser, eñ sentido estrictamenteontológico; es decir, que por e1la precisamente se háce presenteel homb¡e, y hace patente la forma constitutiva y distiDtiva de

su ser. Y seeundo: que los términos de la relaclón simbólica,medianre los cuales el hombre se erpresa-expresa

su ser y su

modo de exisrir- no son, de una parte, )e propia función sim-bólica, ¡adicada en ]a neutr¡lidad de un sujeto trascendental (oen cualquier otra forma de süLjetivid¡d), y de la otm esa jncóg-

nita ontolósica que seria lo aprehendido, 1o objetivado y repre-sentado por el simbolo; sino que, precisamente po¡que todo sím-bolo es expresión, y 1o prlmadameñte ñanifiesto en él es el sermismo de1 manifestante, el término directo e inmediato de la re-

364

la.ión slmbolica es el destinatario de la manifestaclón, Y es enel ser del otro, snnbólicamenie manifiesto rambién, don.le re-.'d- r. ei,"n,¡ de eup lo. ..ml-u.u .rr.e..!o. ! ue e¡n r"pre.sentativos cumplen efectivAl¡cñte su misión apofánrica: hacenp¿tcnte el ser, cor 1as rcqueridas condlciones de apodicricid¿d yde básica unnrccidad, sin las cuales no ei rrosible que el ser puedaco¡sdera¡se comrin. Y si no iuerá común, no habria garantia

LA COMUNIDAD DE LO REAL i65

l

lósico de comunidad no queda establecido por el hecho de la un;dad lundamental de las diversas funciones simbólicas, sjno por elhecho de que el eje¡cicio de esa función constituye y mantienela comunidad ontológica y existencial de los hombres, y la for.ña de tal manera que, precisamente, el simbolo sirve para que loshombres tengan, en común, ]a evidencia apodíctica del ser. El

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de

E1 sujeto no objetiva a solas. Y esto, salvo el pejuicio teo.

rico idealista, debiera advertirlo un pensador.tue precisamenteha recalcado, de manera tan insistentc como jusra, que ]a obie-r,J.ón e. un¡ turriór .irb I'c",,,^ -e.mcn," p".epr,i¡.Si el simbolo cs expresión, y no sólo represeütación, es porque esté¡mino dc rclación dialiigica; Fero es el diá1ogo mismo et queproporcioDa segudd¡d primaria a es¡ representación. La cons-trucción simbólica de l¡ cicncia es nediara, pero descansa cn unaaprehensión inmediata, en rrna evidencia preclentifica. Y lo misiño en la fo1.ma dc snnboliza.ión espccifica de l¿ ciencia, que cncualquier otra, esa construcción, ese p¡oducto elaborado por elespiritu humano, cono creación y expresión soya, no se elabora.in el torr"c ro d.clÁsi.u, in la c¡rrooor¡ciór ,i"na,.,r . ¡ .¡a.h^n,a.r;n dad^. 'c tiri,L.'.

"luno cJ1 ei oa", 1 ambo. .onra

rcalidad común, a la que desis.na, según hemos visro, el signi{i..ado mismo de la palab.a simbolo. N'i la poesía, puesto que esobra de palabras, puede coDcebirse como construccióñ simbóljca.olrtcr r. y meno. l¡ r:¡n.i,. La ir'-ncró,r "rpre.cativa, y por esro implicá ya la nec.sidad de olrecer significa-ciones, re{erencins a una realidad común, sin las cuales cl nensajepenmoeceria incomprensible.

§39

l¡r¡n¡¡r¡N¡¡Ncr¡ DE LAs FoRMAs srtvr!ó¡-rcAs y coMLiNrD^DDE LO REAL

El pdncirrio cle la ,ni¿la¿ del espiritu, frenre a Ia dtversidaal d.sus manifefaciones, no adctuiere en Cassirer la fueúa de un prin-cipio de .m¿ni¿td¿I. "El reÍimonio más claro de esa unidad esprecisanente que ia diversldad dc 1os .¡zoducros del espirltlr hu.ñano no compronete la unlda.l de su p,oc¿so prod&c¡ioo, sjnoque mis l,ien lo apoya y Io confirma".lr Perc el principio onto-

.er e. obj"i!o sólo en raqto que ob+ro de po'e"ión cornún.No todas las formas simbólicas efectúan de manera igual es¿

comunidád del ser. l¡ que permite distin8uirlas es el crite o

de la verdad. Lo cu .o significa qüe, de antemano, ünas ha'yan de ser consideradas l11ás ve¡d¿deras q¡re otras, pues cada unarier.e .u !r,p.r ley de corurLrrncr¡ nrerna: .ino quc e'La mi'm¡ley, o l@ca interna, es una modalidad especifica de la verdad, .)

reellada de Ftesmtar al set. Y cada modo depresentación constituye precisamente Io que se llama una fo¡masimbólica po¡ la caracteristica comunidad qüe su visencia dete¡-mina: ta comunidad de 1os participantes en la forma de simbo-li,ación. y la comunidad párá ellos de 1o simbolizado de esta

forma. Pero, entonces, las dive¡sas {ormas no pueden conside-rarse independjentes las unas de las otrasi porque,la unidad misma de 1o ¡eal, en su totnlidad diversa, 1o que pro,

mueve cualquier forma posible de simbolización. Lo que impotamás, por consiguientq no es señalar la unidad de las disthtasformas, determinada por su procedcncia de una misma fuente,que es Ia ftrndamental Iu¡ción slmbólica, sino los Ienómenos deinterdependencia y hasta de interfe¡encia enÚe unas y otras; pues

su diversidad provjene de la rilLueza de posibilidades a{presivas del"espiritu" humano, mientras que su unidad depende más de Iaunidad y comunidad de 1<l real que .te la ünidad dc1 propio "espi.ritu". Una misma realidad puede ser simbolizada según ]a fomaespecifica de1 mito, del árte, o dc l¡ ciencja. Ve¡dadera en sen,tido eÚicto solo podrá se¡lo esta irltnna versión, naturalmente;pe¡o ello no slsnilic¡ qüe las otras dos fueran eróneas o absur,

das, pues 1a presentación del scrque

en ell¿s se efectúa tienc susentido propio y constituye una modalklad de 1¡ vetdad. Y queel ser no se evadc entre las diversas formas de siml¡olüación,que son como los tentácu1os con que pretendexnos apresarlo, noslo r¡uestr:r e1 hecho de que es posible transitar de üna {orma desimboliz¡ción a otra, sin per.ler en esa especle de t¡aducciónde simbolos la ¡efcrencia univoca a una misma reallda.l.

La forma simbólica de la cic'ncia está resulacla por la lógica;pero también presentan su propiá lósica regu)artora la shbolizr-

366

ción a¡tistica y mitológica. La realidad simbolizada siempre es larealidad común, 1a cual se ofrece como un orden ante cualquierfo¡ma o estilo de representación; de ahi que la necesidad de re-s arla no dependa sólo de1 o¡den intrínseco de toda forñaciónsimbó1ica, sino del orden mismo patente en Ia realidad. El hom,bre, sea con la imaginación o con la razón, no puede co¿c¿i, 1()real sino como una orden; pero, a su real

367

i

i

I

I-^ MMUNIDAD DE LO RI+L

dades de la verdad, podrá suiarse mejor la tarea de clasificación,po¡que cada ura responde a una modalidad situacional, a ünamanera de considerar el ser y de comportarse {rente a é1, o se,a un dispositivo existercial. En un mismo discürso pueden apa'recer entremezcladas formas de expresión que coresponden a

varias disposicionesi y no ¡nporta que esto pueda ser juzgado porpue'

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vez, 1o mismo se pre.seDta siempre objetivamente como un ordeq 10 que cambia sonlas forrnas de representarlo simbóticarnente, y los sistemas y es.

tilos dentro de cada formar hay una lorma cientifica, y muchasteorias dentro de Ia ciencia, como hay una forma mitologica, ymuchos sistemas de mitos, y una forma relisiosa, en la que cabenvariadas reiigiones positivas. De ahí qüe se entrometan en algunaforma simbolica especifica cierros giros y ¡ecursos y modalidadesque son más peculiares de otra forma, sin destruir por eilo supmpio carácte¡. Ya ümos que hay modalidades de ategoía in.clusive en 1a fisica contemporánea, para no aludir a casos ñáspatentes de la ciarcia o {ilosofia antiglla. Correspondientemenre,ya sabemos que se puede hablar con lesitimidád de :una.lasiquerta ca:tr, y sin que ello parezca un conrrasentido, porque lo; ;e-socios del co¡rzón, en Ia v;da ) en.u expre,ión lireraia, (enenetecrivanenLe s.r lósica proDia,.u principio rntiinreco de con-srueDcia, aunque esia lósica y congruencia no excluyen lo que enlógica se llama justamenre contradicción.

Por otm parte, también seria aventurado y comp¡omeredorconsiderar que e1 lenguaje es erui forma simbolica especifica,porque el habla tiene múltiples virtualidades, y puede ser em,pleada para fonnülaciones simbó1ica6 mjtolosicas, iu"to

"o,"o ".,ísticss y cientificas.l, Si se establecen como crite¡io las ñod.tt

12 Hay nuchas mane¡as de hablar: ¡o solane¡e puede ld pátabÉ ser ctrn ,' ñ.1o "'mból

.o J- .s . Fn. ", .r *no, td po ra5. e.., +, o q rc, deoúode urs ñ-'¡ lorm6.:rbÁ1.3, .: F.6h,.:ben muv va.

'sd". mol,Ld,d"q de e.p-c or'. ..¡o le, p.¡. a lir..o. t¡ d.¿ a¡.. a,, sJ1

ohs v¡¡i.nes que ro¡udcn inchso a dile.entes disposi.iones voc¡.iótules,c.ho 1a relisiosr, la cróiica, la húmoristicx, etc- !¡ palab¡á Fotitica, que .;insrumcnto de póde¡, puede re.urrir fanbi¿n páÉ sus fin* a t,s erprciion*p.éticas, sentitunial€s, relisiosas, elc. Las hisñas ra¡icdades ñodaies apa..e.én yá en el lenguaje común, e¡ 1ñ usos cóiidia¡os dé 1a pat,bra, los cuál.sDo réspóñden a ninsu¡a vó.a.ión tu.dane¡hl ddilida. por esto, nis prc.veh6o tuetodolósi.áñe¡G que un¡ clasili.¡ción de lás ló¡has simbóljcas.coño producbs cülturrles, serix la qué toña§€ en cucrta l4 l!¡cio¡es de taexistenci¡ a que responde cada forM y hodalidad de etp¡esión simbóU.a.

tumentó de va¡iad,s tuodalidades expresivds, ias cualos han de 6e¡ estudiadag,

lo: o,enre. de Ji.curso com, un¡ rnconsruenci¡, aqui no

hemos de valora¡ los hechos, sino describi¡ Ia manera como se

producen etectivamenre. Si se toman e¡ cuenta de este modo,

se puede evitar isualmenre e1 peligro, ya señalado antes, de unrelativismo entre las diversas formas simbólicas; pues si cada unatiene su prcpia legitimidad, no es porque todas p¡ovengan clel

hombre , sean tsro¿"c¡os humanos, sino po¡que con cada una deellas encuentran los hombres una manera diferenre de comunicar€1 ser, de hacerlo común, o sea de que los demás participen de élmediante la peculiar versión que se ofrece. ?odrán, las diferen.tes formas simMlicas, considera¡se equivalentes funcionalmentcjpero, en tanto que no son equivalentes desde el punto de vista.existencial, por ello mismo no 1o son epistemológicamente. La.actitud o el dispositivo e-xistencial que corresponde a la ciencia es

e1 saber, y dentro de 1a cienciá, la lilosofia es un sabe¡ de salva-

ción,y

la ciencia natuml es unsaber que no salva

nicompromete

a 1a existencia; mientrns que la actitud religiosa es salvadora, perono es prcpiamente saber de €pisrene.

Toda forma de simbolización es una creación o p¡oducción.del hornbre para e1 hombre. I¡ simbolizadq por tanto, ha de,efectuar una comunicación, por débil qüe sea la inventiva pro-.duetora, y esto reqliere e1 apoyo en algo de que pueda hacersepa¡ticipe al otro. Sin esta comunidad de1 apoyo no hay inteligi,'6ilidad del comunicadq correspondientemente, donde Ia comu-nidad se produce de manera efectiva, ahí tenemos ya verdad, enalcun nodo. Pero cie¡tas fornas de simbohaciónri-rn di.Li"rivñmenre por una creacór o recreación de 1o mis-mo que se presenta simbólicamente. En la ciencia, y en ciertas

formas del lencuaje comirn meramente indicativo, ño aparecelá intención de crear a recrear Io representado. Aqui, la inieDciónde verdad consisre en un plegárse ante la realidad; la apófansisse efectúa en el modo de Ia aclecuación, y por esto la realidadtiene que responder, que comporra e secun fué representada

Iilósóli.rnerie. en relación co¡ las ñótivációnes vocacionales qúe Ls i¡spnanEl análisis de era cuerióD, con las necesarias ilu*racio¡cs -obré

tódó,iréÉ¡iats es el €ma dc una o!¡a p¡óxiñ¡ que sc titul^ ¿or Ja.i¿os de ¿¿

I

i

i

i

rl

Si no responde, la representacjón se desecha porque se reputa in-válida, aunque desde e1 punto de vista de la estricta función sin1-bólica son equivaleDtes una representación verdadera y unarepresentación no verdadera. El criterio dc valide es 1ógico yepistemológico; no es funcional, psicológico o oristencial.

EI miro, en cambio, no se fo¡ma con una inrención de verdad,más precavida, que presenra

LA @MÜNIDAD DE I' REAL 369

rituales, ante los que pcrmanecen en actitud de stráñeza qüie.nes Do se incorporan n la comunidad privada mitológica y ritr.ral.Pero el ¡ayo hiere por isual a unos y a otros; y la ciencia, cuandodescubre Io que el ¡ayo es, con certidumbre, inventa el pamrrayosJcl curl pre.ra.eruco jnclu.o: qu'ene' no .onocen su pr:ncipio.

En e1 mito. la interp¡etación no se adapta a Ia realidad, si¡oque ereresa el sentimiento vital de quien 1o p¡oduce, y por tanto

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o menos slno desde Iuego una pre¿en-stón de vntad invulnerable y definiriva; su vali.Iez no dependede que Ia realidad se comporte o no de acue¡do con 1a versión

miri.a. p-pci-arenre púrque e' mrLú comier-a por Lrear ru inre--pretación especifica. Como la c¡ea la liieratura, sino que en ésta eiproducto es ula ficción deliberada y conveuida, y 1^ eerdad Lite.rarui es un cLrnseñsó eDtre el auror y los lectores sob¡e la base de]a ficción admitida en común. En el mito, esreaceptación implicita, efectuada tambjén en común, en ta cual seempeñan todas 1as fue¿as de1 espirirü menos, iusramente, la deli-berx.ion. La romunidad dej rirñ no .c derrrea,a ni .on unhecho, ni cor un raciociniq porque.el vinculo no se formó conla razón, ¡i el mundo mirico sursió de los hechos. sino de unainte¡pretación de 1os hechos que logra transformarlos, cuando lospresenta, o represenra, integrados en un orden que coDstjtuye pre.

cisamente Io que llamamos el mr¿ndo mirico. Esta representaciónes u¡ mundo, y po¡ se¡1o esrablece una comunidad; pero es unmundo apa¡te. En tanto que el mito no vive sino en sus participantesJ cumple ya un modo prjmario de la verdad. que es lacomunidad de la aprehensióD y Ia interpretación. Cuando el rayose concibe como 1a expresión de1 enojo divlno, hay una realidadpatente pafa todos, que es el rayo; pero éste se o¿ segun el modomitico de interpretarlo. 1¿ virtualidad del miro depende puesde la participación en ei espiriru que Jo anima. La ve¡dad de laciencia, en cambio, se impone universalmenrq auDque la cienciarequiere también una actitud o disposición del ánimo, y por etloes exprcsiva, sus resulra¿los ro dependen de esa disposición pre.via, sino que son objerivamente verificables,

o debatibles, cuandose t.ata de teorias. Estas disrinciones-lmplicit¡s, y aun explí,

c¡as en otros términos- son las que tomar en cuenra los erieeos.cuando produccn esa innovación h¡rórica a 1a que Uaman epis,tcm¿, la cual proviene de una a«itud existencial a la que secualifica como un modo de la ¡hilía (la thílio. ¿e ta. sopt"ía),pero cuyos resultados han de imponerse por igual a quienes par,ticipen y a quienes no partic;pen en la comunidad de la sorñía.Por esto, el mito deteÍ¡iná unos modos de conducta que son

no requiere que Ia realidad ¡esponda e{ectiva y literalmente alsímbolo. Lo ñismo ocurre con el a¡te. La ciencia, en cambio, es

lite¡al, por elaborada que sea 1a formación simbólica; y por esto,es precisamente una disposición de ánimo racional, favorable a laciencia, la que nos descubre su prosaismo y, por contraste, Ia poe-sia del mito; pero el mito no es poético pam quien participa dela comunidad mitológica. Por esto también, los poer¡as homéricosson arte y mito a la vez, pues solicitan 1a creencia, pero de unamanera poética, y los oyentes y iectores perciben ya la poesia de1

relato en que se mezclan Ia descripción fidedigna con la leyenda.Po¡ collsiguiente, el erhos homérico ya no es pú¡amente religiosoy it¡ral, sino civico, y su vigencia perdura en G¡ecia más allá deltiempo en que se mantuvo Ia creencia liteml en los mitos de laIlí¡Lda y la Odisea.

Toda simbolización es verdadera, pues, pdmariamentej inclu,sive la ficción literaria, en tanto que forma una comunidad desentidq en taDto que manifiesta algo que es participable en prin,cipio, La ciencia es verdade¡a en e1 sentido de ia concordanciacon el ser, en tanto que la intención de su rep¡esentación simbó-lica no se cumple en la mera fomación de una comunidad deentelldimiento y de una pa icipación en eI significado de 10 quese r"pre.crr'ó,.:no que adm,re v ha.ta req r'ere por sí mi.m¡ unrforma critica de participación; la apelación común a 1a realidadque ella suscita es Io que la compmmete origina¡iamente. Por esto,la ciencia es aventurera, aunque la inspira un propósito de fide-lidad a 1o real. La verdad cientifica es {idedis¡a precisamenteporque es hipotética, y en esto radica su peculiar poesia. El su"

jeto de la comunidad cientifica, el que participa en el sienificadode sus fomulaciones simbólicas especificas, se siente siempre do.blemenre compromerido: en su apego a la realidad, y en su res-ponsabilidad frente a la djsposición critica ajena. Pero esta respon,sabilidad no existiera si las formulaciones cientificas füesenintachables y definitivas, como las poéticas y las mitológicas. Lahístoria de la poesia no comp¡omete el valor poético de las c¡ea-ciones pasadas, mienüas que las innovaciones cientificas reper.

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cuten siempre sobre sus antecedentes. Es más aventu¡ado hac*ciencia que hacer poesia, porque el modo de Ia verdad inherentea la poesía no entraña jamás el desgo de un error. La palabrapoética es menos comprometida, empeñosa y responsable, porquees más libre. El sujeto de Ia comuniclad mitica ----como el de la ,

comunidad artistica- ingresa en un mundo especial sin compro-misos, en el cual la verdad tiene un valo¡ absotuto v definitivo:

LA COMUN1DAD DE LO REAL 37r

momento en que Solón secula¡iza la ley al promulsarla pór es.

crito. La aparición de una sophí!¡ laica como la de los SieteSabim, to mismo que ]a poesia lirica que se desvi¡cula de la tra,dición homérica, representan en la existencia humána uña diver,sificación de 1as actitudes fundamentales que hace posible, pocomás tarde, la creación de la phllo-sophia como forma de pen-

de compromisos religiosos y

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Ia realidad es aqueilo que se h;o de ella simboticamente. Deahi que, cuando se mezclan formaciones típicamente mitolósicas

eD el pensámiento racional, como suele acontecer en politica, lossujetos de la comunidad correspondiente adoptan existencialmenteactitudes que se llaman de fanarismo y obcecacióD, porque estáncondicionadas conjunramente por dos formas distintas de repre-sentación simbólica, por dos modos distintos de la verdad: laverdrd que.e a.iene ál .er, y l¡ verdad que lo pre,enta rran-tormáclo. La. ¡¡¿one. de la razón no valen conrra la. ra:ones del

La interdependencia de las formas simbólicas se acusa tam-bién en las conexiones de sentido entre tnas y otras. Aunque elarte y la ciencia, por ejemplo, sean dos formas ca¡acterizada-mente diferentes, asi por el modo de la {uncióD simbólica comopo¡

las motivaciones existenciales de cada una, sin embargo pleisentan en cada situación histórica unas concordancias de sentidoque contribuyeü justamente a determiñár los rasgos salientes dela época y de la situación fundamental del hombre en ella. Debetomarse en cuenta primeramente el hecho de que ninguna fo.masimbólica es rigidamente uniforme. Los modos de simbolizaciónde la fisica contemporánea 1]o son exactamente iguates a los dela fisica clásica, ni los de ésta coinciden con los de la física erie-ga. De parecida manera, la ¡elisiosidad pasana y la cdstianapresenta¡ igualmenre diferencias radicales, en cuanto a sus res,pectivas teoros,as. Los modos religiosos de hablar de 10 divinoen G¡ecia no implican una doctrina sobre el r¡niveno ni sobre laconducta humana; e1 c¡istiañismo, por el conrrario, se constituyeoriginariamente como una doctrina, y por esto surgen disputasdoctrinales ent¡e los cristianos, mienfas que no ias hubo entreIos griego6. Iá hererodo{i¿ es posible solamente cuando 1a fe reli-siosa importa además una dord definida. Es en Ia Edad Mediadonde más claramente se perciben tas conexiones de sentido en,tre religión, filosofia y arte; pues la rcligión contenia entonces,virtual o actr:almente, una filosofia, y el arte estaba n¡pregnadode sentido ¡eligioso. AIgo semeiante ocurre en Grecia hasta el

samiento racional independiente

Pe¡o 1as conexiones de sentido no siempre son tan directas y

pateDtes, ni se pl,esentan como una unifoBnidad temática. Tam-bién hay conexión entre el a e y Ia ciencia contemporáneos. Se

observan en el arte dos movimientos de sicno contrario y de sen,tido complementario, que son: e1 formalismo y la disolución delas formas. Estos dos movimientos corresponden sintomáticamen,le a dos caracteres señalados en el pensañiento actual. Tenemosen Debussy un primet ejemplo de la disolución de formas; lacontinuidad e¡presiva de sus composiciones se libe¡a de las exi-gencias estructurales de 1¡ melodia, aunque mantiene el rigot deIa esructura armónica. Este modo de simbolización musical de lafl¡encia tiene su correspondiente literario en el estllo de Proust,y si se q¡riere, en la teoía de la durée de Bergson y en su intui.

ción de Ia vida como una continuidad flúida, siempre renovada,reacia a todo intento de replesentación formal, estática y rigida.Pero el estilo de Proust mantiene todavia unas {orrnas sintácticas(además de unos valores fo¡males de composición y de estructuraseneral), los cuales son equivalentes a las {ormas a¡mónicas deDebu" y, e rnclu.o al ni.mo senrido de Iuc,dr v orden máni.iesioen e1 pensamiento de Berssoni mientras que en lames Joyce *ya enel Ulysses- se desvanece incluso este vestigio formal, y eI estilo,con su misma discontinuidad temática, trata de expresar la con-tinuidad de ta conciencia, vaga, sin módulos; Io mismo que eldiscurso de asociaciones libres del psicoanálisis, prescinde inclusode los recu¡sos anrgraficos de puntuación, que indican e] orden

formal de los pedodos, correspondie¡te al orden intrinseco de lostemas. A esta disolución más acentuada de 1as formas cor¡es.ponderia en las artes plásticas el estilo llamado sunealista, q¡re

es üna pintüra sin orrografia y sin sintaxis: un intento de sim.bolización artística que evade 1as regulaciones {ormales inherentesa Ia actiüdad consciente y utiliza 1os puros recursos de la pro-sodia, o de la acentuación cromática. Cuando es representativo

-puestampoco hay unifomidad de estilo en la esclle1¡- esta

pintura represenra las realidades conespondientes alteradas, y por

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esto se llama simbolica, Fo¡ alusión a llx símbolos oDiricos. loscu.lp. ret res' ñran "e8ún

pl modo de la de¡orreción o rrrndor-mación. Y cn el dominio del pensamiento, la correspondenciase encont.a¡ia tal vez en ciertas modalidades del h¡toric¡mo deCroce, donde la libert¡d del acto ¡esultaría incompatible con suesencial loma¿¡dadi y aun en otras di¡ecciones historjcistas, enlas cuales pareceria qre ia subjerividad del acto de comprensión

rico" de Proust, y establecer una conexión de valores -de la cualera consciente el mismo Proust- entre su literatura y la pinturade Verneer o de Degas; o bien hablar de 1o "barroco" en la poe,sia y en el pensamiento del sislo tvtt; o conectar a Bách conSpino:¿; o ¡eferir 1os paisajes de Monet a las Sonatas de CésarFrank y de Saint-Saéns, ta poesia de Valé¡y a lá pintura de JoanMiró, etc. La presunta arbitmrieclad de todas estas co¡relaciones

LA (¡MUN1D1D DE 1l] REAL 373

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il histórica anularÍa, en e1 rel¿tivismo y lusta el solipsisr¡o. su mis-na p-c-en. ón ir,\"ren.e dc oblerrvrdcd. La. úni-a. ornas de to

histórico serian las impuestas por el propio enrendimiento sub,ietivo, individual, irreductible, al material confuo de los hechos-y .erirn c su de lo. i¡¡ niro. e n.alcutab,* con-dicionantes situacionales. El surrealismo es, en efectq un intentode solipsismo esrético.

Paralelamenre, y acaso como i¡evitabte y compensaclo¡a re-acción, se produce frente at movimiento de disolución de 1as {or,rnas un movimiento formaljsta. EI cubismo, en pintura

-ya seaen sus modalidades "represenrativa§", o en las ¡.ábst¡actal,-

es unmodo de simboLación pictórica en el cuat lo temático o semá¡-tico queda somerido a 1o puramente siñtáctico o est¡ucturat; lomismo que en la música c1e Schónberg, o en ciertas composicio-nes de Strarvins§, como el C¡¡ncer¡o para

pjanq instrumenros deviento y rímpd¿i. Lá melodía, aunque teng:t también un com,ponente formal

-como sabian muy Lien los maesrros de la fuga,y el grán maesr¡o de las va¡iaciones remáticas que fué Beetho-ven- ofreceria demasiada fluidez y libertad: entrañaria aúrdemasiados valores simbólicos -ahora en el sentido de repre.senlativos-, como ]a evo.ación poérica y el ljrismo, que no pue,den ¡educi¡se a pura forma. Este len-suaje musical es el lensuajede las formas, org¡nizado con simbolos mustcates a tos que se hadesprovisto de toda la capacidad de significación de que es ca-paz una composición musical

-aunque no sea "representativa,,-:tristeza, alegria, heroismo, intimidad, quietud, amor, ira, etc.Schónberg se conrrapone pues a Debuss¡ y al estilo ,,represen-

tativo" de Slrauss, en su Sinlonía d¿ L,s Altes. Pero en cambnrguarda relación de seutido con las diversas di¡eccjones forh,-listas del pensamiento contemporáneo: con ta lógica, con et intentode "axiomatización" de las ciencjas, con las aplicaciones del sim,bolismo al cstudio de las formas lóeicas. inclusive en las ciencias

De acuerdo con el mismo principio de la correlación de sen-tido es posible y Iegítimq por ejemplo, hablar del estilo ,,pictó-

y transposiciones se justifica denfio del orden simbólico en quese establccen; pües en ól resulta inerte y estéri1 lo obvio, que en la

cie¡cia es lo deseaLle, mieutras que 1ll aventurado es {ecundo,porque puede servir de inte¡cesor para la comprensión de ciertasequivalencias de valor, cie¡tas intenciones de sentido coinciden-tes, que permiten superar o desdeñar la heterogeneid¡d de lasobras comparadas. La base común para la referencia es ahi la con-dición exprcsiva del hombre, la cual p ede adoptar unos mismosostilos y caracteres en {ollnas simMlicas dife¡entes y autónornas.

las fomas simbolicas son hisióricas. Y por ello son nrte¡de-pendientes; pues, aunque cada uDa esté especificamente caractcrrizada y tenga su ley propia, la 1ey de evolución de todas ellas es

común. Siendo histórico el se¡ mismo que las producc, es inevi-table que sus pmductos acusen congruentemente las variaciones

de este ser. Existe una congruencia de sentido entre las diversascreaciones simbólicas, dentro de una misma situación, r no porinfluencia directa dc unas sobre otras, sino porque las modali.la.des actuales de cada una provienen históricameDte .le sus ¡espec-tivos antecedentes hGtóricos. la interconexión de sentido se

ofrece, pues, de acuerdo con una estructura que tiene dos ¿imen-siones: la dimensión vertical, según Ia cual aparecen en concor,dancia todas las formas sn¡bólicas de una ñisma situación, y 1a

dimensión horirontal, en la que se revelan 1as concordancias decontinuidad entre cada una y sus antecedentes.ls

La percepción de esta estructura habría de ser suficieute yapara evadir el riesgo de relativismo que representa Ia afirDaciónde una subjetiv;dad irreductible en cada presente vitaI.

Ytam,

bién el peljgro de un desvanecimiento de la realidad en la consnderación puramente cú1¡¿r¿l .le unas formas sinbolicas diversasy equivalentes. La comunidad de io real se afiÍna en h hter,dependencia de esas diversas to¡mas: en la posibilidad, cumplicl¡

13 Sobrc los coDceptos de e$n¡cnua vürical y e*rucnrm hori:ontrl, !€nla .oñprensión de la lo¡ña d.l pro.eso hisió¡ico, v¿asc E, Niürl, ¡z I¿¿¿ ¿elHon¡r'., pd$in, dónde di.hós conccptos se oxponc¡ y sc rpli.an ¡ la p!úncul¡r cue*ió. que da el tituló a lá óbrá,

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efectivamente, de utiliza¡ en una de ellas ¡ecursos que pa¡ecenprivativos dc otra, para representar lo mismo eD una que en orra;en la concordaDcia o consruencia del sentido, y en la esrructüradel proceso evolutivo unitario .n todas ellas.

Respecto de la ciencia, y en relación con e1 problema de 1a

verdad, estos hechos tieneD, una imporrancia de,

CAIITULO LINDÉCIMO

CóMO EXPRESA ls;e e).lAS RELACIONES SIMBÓLICAS

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§40

Los crNco ?RINCIplos DE LA RILAC]óN slMBoLrcA. EL sÍMBoLo r,. suIRoD{ JcrDR. L^ NTENCToñAIrDAD @MuNrcarrvA

Estas conco¡dancias, interdepende¡cias y fornacio¡es estructur¡lesno constituyen sino n aspecto de la estructura integral de las re,laciones simbólicas. Después de una preliminar exploración Ieno,menolósica y c¡itica, es nccesario ahora encuadra¡ los hechos enunas {ormulaciones legalcs o de principio, con las cuales puedeculminar el plan de una metafisica de la expresión, y a l¡ \'e¿abrirse camino para ]a iDvestigación y teoria consiguientes sobrcEl scr ¡ el conocct.

De antemano, la prinera conside¡ación que susierc la cxplo-ración anterior es la.tue delata 1a insuficiencia de cualquier plaD-

tcnmieDto que Do sea efectivanente integral: no pued. cstar bienasentada una filmofia de las formas simbó1icas qoe se limita¡a alexamen de una sola de 1as relaciones de1 sí¡bolo (por ejemplo:]a ¡elación del simbolo con la unidad cle la "conciencia" o del"espíritu" que 1o produce). Pres estas relaciones son cinco: ysolo tomándolas solidaiamente cn cuenta poede aprecia¡se demanera auténtica <ntológicamentts rodo 10 .lue está implicadoen la dinámica de 1a expresión snnbólica. E-.tas cinco relacionesapnrecen por igual en toda forma de expresión, desde el gestohasta las más nrtricadas y ábstr¡ctas construcciones simbolicasde la ciencia; por 1o mismo, elias permiten situar e1 pLoblema delconocimiento y de la verdad cientifica, no como problemas pura-mente metodológicos y epistemológicos, sino denrro de un más

amplio campo, en conexióD coD esas otras modaiidades prima-rias de la verdacl quc producen las correspondienres formas snn-bó1icas; y refe¡idas, todas ellas, a la estructura constitutiva y ¡los modos existenciales del ser que las produce.

Estas son Ias cinco relaciones de1 simbolo expresadas cn for-

la -to¡l"o sín¡bol¡ es un prodecto ül honbrc, sc.r ocado ¡oré1 o puramente adortado, y gua d br¡ruviam¿^te ralación co¡¡

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376 rAS RELAOONES SIMBófiCAS

sLL bro¿ucta\ en ú;b que lo exllnesd.. Como se ve¡á en la cuartarelación, un simbolo aislado sólo adqutere una significación ple-namente determinada dentro de un contexto; de sue¡te que elhombre, aunquc no Io haya inventado y Io adopte con su signi{icación común, efectúa de todas maneras una operación c¡eadoraal emplearlo para una moda)idad expresiva personal, dentro deun coÍrtexto y con un cierto esrilo. I2 modalidad del simbolo

EL SíMBOI¡ Y SU PRODUCTOR 377

menos, no de manera splicita, o {ormalmente exp¡esa, como un"yo considero al ser de esta manera" (ai modo como Platón in.terrumpe a veces el discurso de raciocinio teorético con un inter,luclio de discurso ñno1ósico que representa un cambio de act;tud), De bechq la individualidad no se ha lormado todavia,o o€xiste de manera muy elemental, y por tanto, aunque el suietose presenta a si mismo en sus propios simbolos, su presentación

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tiene que .leterminarse en luncióD.le las motivaciones exisren-ciales a que responde, y que él expresa, y de ta ácr;tud o dispo-

sición frente al ser que adopta qüien hace uso de é1 para expre.sarse. Un gesto puede ser nrdicativo, como el de señ¡l¡r 1a mesacon e1 dedó, lo mismo qLre la expresión verbal puramente apo.fántica que permire ide¡tificar el objero diciendo:',esto es unamesá". Pero con el gesto puede expresarse igualmenre el amor,1o mismo que con un soneto. De p¡ie.ido modo, e1 gesto ritualde la senuflexión y Ia oración religiosa, aunque sean instrumeñ-talmente expresiones distintas, y pertenezcan a diferentes ,,{ormas

simbólicas", concsponden sin embargo a la misma caregoría, des,de el punto de vista de su relación s;mbólica con el ser expresivo.Por consiguiente, la distinción entre el gesto y la palabra, comodos {ormas dilerentes de simboli:ación, es instrumenral y externa,y por ello no alcanza á la zona de las disrinciones auténticamenteradicales. la relación del simbolo con quien 1o produce deter,mina su modalidad, porque 1o expresado pimariameñte es el serdel productor,l en tanto que humanq con todás las caracterís,ticas particulares de su entidad

-1ascuales prestan a su empteo

de1 simbolo común los matices de estilo pe¡sonal-. v ademáscon las caracteristicas situacionales que conesp:nden a la posiciónque adopta frente al ser el ente expresivo.

Pero debe entenderse que esra posición freDte al ser presentasiempre una estructura dialógica,, Io veremos al tarar de la s&.

sunda relación, pero 1o vemos ya en esta relación del simbotocon el sujeto que 10 produce o emplea. Cualquier modo de acri-tud frente al ser es, existencialmente, un modo de ser de qüien

la adopta, y corresponde a una direc.ión vocacional, niás o me.nos continuada, exclusiva y coherente, pero en todo caso libre-mcnte elegida. En 1as {ormas primitivas de comunidad, la actitudes única y unánime, y como no se adopta reflexiva y deliberada-mente, no aparece en las fonnulaciones simbólicas la relacióndialógica entre ellas y el propio ser humano individual, por 1<l

I C1, .apitulo ociavo., Cf. copírllo s¿priño, § 28.

no 1o distinsue de la comunidad; en tanto quc jsnora otra formade ser quc ]a común, no a¿oDra uDa actitud frentc al ser: tiene

una, pero no la clige. Precisamente, en la evolución histórica, €lproceso de constitución de 1a individualidad es lo que revela1a aparición de órdenes de sentido diversificado. Descub¡nse e]

hombre a s1 mismo y descubrir varias maneras de ponen¿ .frentc¿1 sc¡, son una y 1a misma cosa; pero, siendo ya vaLias las rn¡-ner¡s, cualqlriera de e11as se adoptará deliberadamentc, y cn lamanera de ponerse frente al ser estará implicada una mancra depafte$e a sí ñúmo. Esta es en cada caso result¡do de un diir-togo intedor, e inicio de un diáloso con los demás, cuyos tórninos.onstituyen 10 que llamamos una idea del hombrc. Los modos deexpresión elecidos ya no serán mcLamente simbolos dc un ciegosentiñiento del mundo, de un vago sentido de la cornunidad in,disoluble de las cosas y los hombres, siro que scrán pensados

refldivámente. La elección habrá de ser entonces lorrosame¿t¿¡ibre, porque ]a misma pluralidad de posibilidades impone necesa-

riamente la adopción de alsuna. Esta adopción tiene caráctcrdialósico porque el sujeto de ella ha de efectuar una previa tleli-beración -que es una fon¡a de áíanoia.-, y una ve¿ ¡esueltavocacionalmente la deliberación, entra el süjeto en diálogo de co-munidad con los participantes de su misma Dodalidad cxistencial,y con aquellos okos que adoptaron frente a] ser una actitud odisposición dif erente.

La preeminencia de la palabra sobre el gesro proviene de he-cho, histo¡icamente, de esa transfornación de la existencia ¡epre.sentada por el descübrimiento de varias formas de actitud dialó,

eica, de posición {rente al ser, en el modo de proponerse ¡ simismo. En el tránsito de la fase primitiva, mitolo€ica, a la fasedel togos racional, el gesto comierza a ser un puro auxiliar dc I¡palabra, y deja de constituir un orden cerrado de sisnificacionesdimbolicas especificas. En Ia tragedia griega, las evolucioncs dcl

vestiglo de las dan¡as rituales primitivas, pero uD

{estigio trans{omado ya estéticamentq y su lunción siml¡ólica

3 cI. E, Nicol, l¡ l¿¿¿ ¿.¡ hmbre, caps, I-III.

37E rAS fu]LACIONES SIMBóLI.]AS

eD e1 .lrama es la dc un comentario plástjco, al modo cte un con-t.apunto ritmico, dc las significaciones formdadas verbatmente

En toda evolución histórica, c1 descubdmienro de uDa varie-dad de actitu.les existenciales derennina uniformemente el cho-que dramático entre unas y orras, y la suped;tación de1 gesrq

auxihar de l¡ pálabra. Esto representaría para e1

I]L SA'IIOLO Y SU PRODUCTOR 379

La res¡on.abiliciad existenclal del hombre, como set t'oc¿riro,aes ¡esultado .le esa prccminencj:r de la palabta; porque cttalcruierot.a lorma de expresión ticnclc cntonces a formularse verLal-mente, r¡ traducirse en lalabras o a busca¡ en ellas su apoyo; y enei u$ ilcl verbo sc Frecisa más esa necesiclad dc justi{ic¡¡sc ¡ simisrro, de responclcr I'o, li] que se clice, de empcñarsc uno a

si ¡nismo en la expresión. Estc empeño y responsabilictacl no se

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hombrc la pérdida de l¡ inocencia, que é1 mis¡o expresa dcspuésen e1 modo simbolico del mito: ese "abdr de ojos,,de que háLI¿

el G¿ncsis y en el cual consiste la prjmcra sabidurÍa, representaun cambio de acdrud o disposición lrente al se¡, que permite co-nocerlo de manera difüeDte, y descubrir en él otros aspecros;pues, antes dcl pecado, e1 hombre poseia las cosas sin sentido deposesión, y a parrir dc entonces se h¡ de enf¡cnta. a cltas comohabajador y explorador, como pretendientc a su poscsión. Dehecho, 1a ¡no..r1.i¡¿ que ios autorcs cte la Ilustración atrihven aiI-om"'. ¡r'mlrro ¡rr rd. no ir:r"r ".t" ¡rb-rrr¡a-mente, como una virtud arcana que se Ie aslgna gratujram.nteal salvaie, sino que sc cc.ncibe como cl caricter exisrenciat delhombre.trrc, isnorándosc a si mi$no, se Iibra por etlo de t¡ dUda,la insesuridad interior, la indccisión y Ia responsalilidad que su,fren qriencs han clescubierto c¡rc toda posibilirlad *isrenciat tieDesu ¡lternativa, y por ello inismo es l¡sib¡c, y que cada positriljdá.lconcsfomie , potenc;as constirutiv¡s dcl ser propio. por esto 1apreListoria se h¿ llamado la etapa dc ]a inoccacia, pres la hisrori"comieD:a coD csa sablduría, con esc,,al¡rir de ojot,que revela1a pluralid:rd de modos de ser, con Ia actuálizeción de ¡o¡encias,l'v",.... .on la luchr .or,. grrr nr. en,rc .Jt¡. v Lr r^ pc¡

"or¿" ¡

existen.ial nrhúeote ¿ cada una.El p¡imitivo no tiene i¡lea de si nismq po¡que no posee si-

quiera 1a mismidacl que sólo habrá dc revetárs.le como posibit;dad existencial en un diálogo cons;go mismo. y por esro, la civi-li a.,.nJ la ¡rhbrc. com^ e" v¡ J¡ t.oró ¡.¡, pmr i..a ,on ,rn¡idea dc1 homhrc y se desárrolla en un teatro de luchas: la diverst

d¡d,lc p IJ.J,de.,er .ñJell)rir.j.ú,,rrdj.at en ta p<r.rLn-i,o¡isina la divergencia de las elecciones. Desrle entonces el hom-bre ex¡te --en esra civilización a la que Frcsta unifo¡midad ycoDtinuidad sü asiento en la exp¡esión verbal- coD ta concienciade que coexisten, como isualmente lc¡tírimas o auténticas. diver-sas actitudes frcnre al ser, o sea diversas mancras de comportarsefr.nte al otro respecto del ser; y ha de asumir por ello ta risponsa^bilidad de una elección que {ija una prefereDcia vocacional.

ticn. lre¡te ¡l ser, en general: só]o ánte e1 otro hemos cle respon-clcr de 1o que somos.5 Por esto, cada actitud frente al ser, cou sus

..p(.rrr.i. lo'm^\ .rnl¡ó',p., .rca.u

rhJ. p.or,.: I'ñ,quce.^.

actitrdes no son mcümente unas maneras de conrn¿c'dr o dc coo,cehjt el ser, sino uDas maneras Dropias de existir. Y l¡ clccciónrequiere,a deliberación vocacional, que es una fon¡a ttc diá-hso interlorj y requiere a.temás cl diálogo etecti.o, intersul¡ietivo;pues cada prcfcrencia manifiesta, a.lemás dc que cor ella se pre-senta cada uno a si mismo como es, alccta al otro, en tanio.tue él

¡uede haLet adoptado una p.sición difcrcntc. De suerte quela eleccióD, y el mo.lo como se cunpla o ejercitc, pucclcn altcra¡,y dc hccho rlter¡n siemFrc, rcforzánclolos, hansfon¡ámli,ios c, cc>

ftoyóndolos, los vinculos establccidos cn un¡ comurida.l histórica.De esL,¡ se rlcsprcnde además c¡ue no liay tn¿ i¡rme existe¡r-

.i,l ,nrénti., ,l la.lo o ¿ñlreote de 1¡ nutrtóDtic!. U¡ ¡nili.isap,opiado del hombrc, como ser de la expesión, rcvcla fehacierr-tc¡1cnte que son múltiFles ]¡s Fotcncjas de ser co¡ tropied¡d oalrtcnticidad .le que el hoDLre dispone. C,da una establccc r¡¡peculiar y .lctcrmin¡clo disfos;tivo existcnci¡l, y r cada rura co-responden morlalidarles exlrresivas bien ca.áctei:a.las. De he-cho, según hemos visto, cs ¡¡ñamente la relación dcl simbol. conqui¿n lo emplea la que revcla csa va¡iedad modal de la caprcsión.Cualquier disposición vocacional, cu¡lqujer nranera dc poncrsefrente ¡1 sc¡ y de froponerse a si mismo, puede ser existencial y

e\fr.i\am-nrp ¡r,nri.i. f.a. \'.¡.i ¡e r,. ,n n-r¡r f ,.bilidades virales o profesionalcs, sino verdaderos d,spor,riuor, osea porcncias de1 ser en tanto quc hum¡no, por 1¡s cuales cada

türo se encuentra ¿isfrtr.§¡o a la exisrencia, y en ]n forzosidad coo!{ Cf. .a!núb othv., § 3J., !sL, r.r!.¡srhiliJad cs eist.n.l¡1, no es monl: no .lcp.n¡c ¡" (,i. sc

r..!te o no, s¡ro que es nrhe¡crio ¡1 cará.t¿t.ll¡lógi.o.le cuilt,id r¡n,,1,Fosi. n frcntc al s.r, d: cúalquic. posiclóo d¿l ser proFio c¡ rl nnit¡o ..-n¿n, .ñ sum¡, d. cu¡lquer .lispsi.nnr vo.a.io¡xl. lrc.isrnr.fr. t,,' .r.,riene l, l.úa ¡¿ sd dcl honbr., .omo ser voc¡.üIl qu. .lir' s' Nnn)¡c .ri51en.ix, un c¡¡ictet definihle onrolósi.nmenre .¡N) tll... (lr' .¡firtrlo

380 LAS RIJI-ACIONIS SIMBóLICAS

titl¡tiva de fon¡a¡I. scsún los módulos y tas peculia¡idld.s dealsuna vocación determinada. Cada tinea vda.ionat se otÍe.e,tin.lrv,Ju. .,mo una L,ñ tLitiJJd v rcl Ji- " ,,1.,. y e..É,1' , pñj.que constitutivamenre es un[l ¡,¿€n.¡¡, de ser dc lo humano encuanto tal. Si la vocación de la mrr§te l'uera, cor¡o picDsa l-ici-deggcr, la única que prcsta aurenticidad a ta existencia. to in,ú-'..'ri .,nr.c;¡.,,"1 .. 'p..,¡r(n,r-n: l1 m,¡-r" .n t¡ e\. r.r r-

lB1

u¡¡ existencia cualquiem es rcvc1¡dora de ]n condi.ión ética in-herente al ser del hombre, en cualquicr fonná y nivel vocacio,nalcs. Y así, la comuojdad étic¿ no se estal¡lece p.r la vigcncia,más o menos uniforme y permanente, de un dcterminado esquemade regulaciones mo¡ales, sino For esa básica y constituriva crici.ld¿ctel ser clue existc, y sólo puede formarse a si mismo, med;ante laexptesión. Dicho .le otra ¡ranerar la inautenticid.d, l¡ cual cs

EL síMBoLo Y su NTÉRIRETE

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vu)gar, sino la ¡tenci¿rn a la vid¡ er que iDcufiesg por ctefcccióno cai.ta, qLricn hublera elesido vocaciormh¡ente ia fon¡a de serpara

la mucrte.6 l,cro Ia vocacióD .]e la vida habria .te ser tana r , rr ñ p, 1 ...nr .. {r¡j.le lr!..|j., ,, .l,rj\e,., ro.1crón.l- l. ,',nr.. i."o,.J¡ ,n tn ré,m,,.o. cru " rte..,:bp¡,, .(riár. rnbr.r, un" r...¡., ,. l. l:, ' J¡. r,,", reqr,la cual se manifiesta ¡ si mnmo el e¡rte dijp"€r¡(, a ¡rorir. Elarte es u¡a voc¡ción cie autcnticicla.l, y no se cur¿ ne.csaria-mente cle la muertq y en cambio la misrica. en un Iuan de tat ru ro. .F,,,p... o;I J. ta mue,r.. p";^," ,1,"s"r ' r .h por.' rin.Jl , d.rl"si.^ dc h crprcrórr pertr.

L. ¡u enr¡ih,l e. \rr:.,. perñ l" in¡urpn.ciJ¡J e. ,rnic); tr,-quc el modo de ser inal,ténrico correspondiente a cada mod; de1.r autenticidad tienc c¡ comúr coD Ios ohos el rasgo que preci-samente 1o caracterüa: la infidelid¡d, la tatsed¡il expresiva, la

infr¡cción del erhoi propio dc la mod¿hlad eistcncial eiesida.L1 in¡utent;.idad es revel¡do¡a de una fatta de probidad en IarelacióD de los simlrolos con quien los emptea, y por.tanto de unafalta de iealtad hacia sl Dis¡ro, aunque sea Duramentc sitoacionál.\ ¡ñ .¡r:. Fr.1,lJr... r uu"Jc r .,i .,d. ¡"r t¡ ^.¡ ,n d. t.. ¡ ro.pia concieDcix moral. Só1o es .onsccuente en la deste¡trad e1.inismo que ni.ga el e¡hor prop;o .le cualquier dispostción voca-cional. l¡ inautóntico no c.lasisre en ser esto o ser 1o otro. stnoen la manela in{iel o faisa de ser cLralquier cosa clue sca. porconsiguiente, ni siquiera la vulgaridad o ta anonjmi.tad son nr-irínsccamente mmlaliC¡des iDaurénricas de ln cxisreDc;a. A¡ónim,r nadie lo cs para si mismo. Si ]a existencia del bombrc comúnparece

anónima es porclue no prescnra car¡ctcrcs vo.acio.ales biendefini.los y potentes! pero tembién esta e\istcDcia es ¡noralmentccual;tic¡ble, denr¡o dc su r1i\,el y .te su ámlrito p'opioj. Tambi¿Dlos "vulgarel' pucden salvarsc, o pe¡dersc, existenci¡ineDie; y etser clc un honbrc de bien, cn ei nircl ,,anónimo,,, no importa ,lvale menos que el de un hombre de bien cn los Divelcs voce-cionalmentc supe¡iores. La posibil ad de cuatificar moralmenre

¡r S.;¿ !,n To¿., Ileidesger, E¡ Ssr I el Ti¿n¡ó, ss 46 sies,

feDomenolósicaDcnte Dada miis que nna modalidad de l¡ cxi!tencia, es sin embargo morelmente cualificable for.tue imllic¿

una infidelidad a li ¡/r,fia o aut¿ntica Danera de ser, y ¡or clloñismo una infidelidad hacia los dcmás, ante quieDes rcsl)(n cmosde nuestra conducta. El honbre está constituido dc tal maDerac1ue, implicitamcnte, espem que e1 prójimo se comporre con fidc-lida.l: tienc ¿ercclto .aistcncial a no qredar sorprendido, y cles,equilibrado él mismo, por ese descqoilib¡io del orden .le com',n;dacl quc es la lalse.lad expresivn.

§41S u r| r ! ,; ,vlror r, y ! rN |RIR r-

1e -to¿o sintbab cnñpl¿ ptiñ.trüünc¡te úú Jiñción .lialót:icd,

¡unquc ño sea un simbolo ve$al, y cf¿1¿ce por cllo úna rcIadón¿1l¡c cI .!o 4úe Io Fra¿ica ! cI ti 4uc Lo in¿,rp¡¿f¡1. E-.ta rela-cióD es un \,inculo existc.cial de comunidad, porquc la relacñnsimbólica es csencialmeDte co!¡unicativa.r l-:rs variarlas lormashhtóricas dc cor¡trnidad resultan dc las múltiples combinacionesposiblcs cntre las actirudes o disFosiciones bási.¡s del hombre fren-ic a sí nismo y fre¡te ¡ sus scmcjantes, respecto de la rcal ad.No puede conocerse tlc maircra propia y adect¡ada la función sim-Lólica analizando 1os simbolos aisladamente, y sol¡menrc eD cuantoa s¡ rel.ción con 10 simbolizado pot cada uno; porque el con-renjdo significativo de un símholo no cs imlcpencliente de laprim¡ria intencionalidad comunicativ:r. El hombre se expresa y

' Truto'r' :' . ". ' ro i.i1n rc.r'rr. ,r"l .er; f,rp\ -u m !T¡ T.

sici¿rn no es sino una form¡ de ir.o,,oncr al ser, la cual se fo¡¡rn¡simbólicamente de ¡cue¡do con rn sistema de sentido quc trorcsencia ha de se¡ compartido.

Po¡ eje¡nplo: e] Antisuo y el Nuevo Testamento. los P¡drcsde la IsJesia y los acüer.t6 conciliares consrltuyen el sisrcmi .lcsentido, unita o y definido, de la reljgión cristian¡. Estr: sisrcnia

7 Cf. capitulos qunrto v nó!eró.

/

362 LAS RI]!,ACIONES SIMBóL]O\S EL sÍMBoTo I sU INTÉRPRETE 383

está lormado sob¡e la base cle una cspecial ¡ctitud o disFosició¡fre¡te a1 ser, que es la re)igiosa, y por las -*rbsiguientes especiali,:acnnes de 1a misma que dan a csta rcligióD slr carácrer fafticular.La participación en el sistema, quc requiere de cada ñdividuo 1á

adopción de la actitud cor¡espondiente (como eleccnin dc üna po,sibil ad existcnci¡l) constituye la comu¡idad de los fietes. Pero,.lue 1a vinculació¡ entre ellos result¡ dc la rclación simbólica, 1()

tiene miraDdo solit¡riamcnte a las cosas, para saber cómo son, nid- l¡. ."".,. m... c., I urq ,e

cerlas a ciencl¡ cierta p¿r¡ ¡marlas. La lh,li¿ de la JoFhir tiene.iue ser una folm¡ dc amistad c¡r¡rc los honbre,¡: la sabiduria esuna füIma de amor al Frójimo.

La sabiduLia rcside cn unos honbres, y consjste en una formaespecilica .le relacnin entre ellos, h cual se erprcsa sn¡bólicamen-

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prueba e1 hecho de que, sin altemrse trásicamente Ia actitud, quces relisiosa, la comunid?d cristiana sc transforma y se disgrega en

cl siglo ;'-vt como consecuencia, principalmente, de un¡s djscre-pancias en la intcrpretación de los sinbolos constitutivos de laprimitiv¿ unidad cte sentidt¡. Unas varianres hermenéuticas sonsuficientcs para dete¡minar una diversilicáción dc ]a coDuDidad.Lo cunl significa que la co¡n¡nid¡d cstaba {ormada o¡ig;naria,mc¡tc por la parriclpaci6n común cn un ordcn de sentido; lasnucva". comunida.les .lissfegadas, a su vcz, sc foman igualmenrepor e-§a participación cn la <tiscrepancia hermcnéurica exprcsa dela primitiva.s Dc cualquier manem, y cn cualquier intcr|reta-ción, el hombrc, al adoptar frentc ser la actitud religiosa, sepresenta a sÍ mismo, ante 1os dcmás miembros de su comunldad,.umr ur,¡.r.liJr.n¿l;,. comú,'r' .^nú,eg¡1r. o p¡r.'.jp¡rne encl comÍrn orden de sentido, simbólicamente exprcsado en Lrs ter-tos de la doctrina, en ]¡s itos y en la olsaniTación nrsritucional.

Otras ¡ctitudes dctominan ooos ór.lcnrs de sentido difcren-tes, otms formas o sistemas simltrólicos, otras moctalidades dc par-ticipación o vhcula.ión, y otras comunidades. In ciencia presenratodos cstos cara.te¡es) y es por lo tanto una comuniclad de sentido.Es puramente ci¡cuns¡ancial y engañosa 1a soledad de1 cie¡rifico,dcl lilósolo sobre todo, que aviva ese recelo dcl comúr de loshomb¡es, desde la antiCiredad, y unas veces se manifiesta en {or-ma .ómica, como en l¡ burla de sus distracciones, desdc Talesde N{ileto hasta hoy, y otras en forma trásica, de¡de Sóüatesh".'n n 'v ranl-ién. Ll ¡ilamen,orler l. bF d. ,l, ,.r. e. elaspecto visible, nesativo o restridivo, de una vinculacióD posiriva

menos pntcnte, de una comunidad que no esrá formeliu ¡da insti-tt¡cio¡almentc. Ést¡ conruñidad libre está constitui.la oor rodósr¡u.lro. cu oarr,cr-rn J. ,,mo-, llan.id., t,t ..uti"ila cual es un vnrculo de amor en el cnten.tn¡ient,) comirn rle tascosas, uD entmdimiento ente los hombtes en 1¡ foma del amorcosnoscitivo dc las cosas. Pucs la sabiduri¡ no pue.le amarse,Po(Lle no ticne uDa entldad Fropia y r)ecu1i¡r; tampoco se ob-

s \¡aise, ñás ad¿I,ñic, cl pudto 4,.

te cle acuerdo con form¡s especifi.as también, l¡s cuales prestansu caráctet peculiar a 1ns com nicdcioncs cicntífic¡s. Y no es, en-

tonces, que cl conocimiento de las cosas dctetminc, por clcriva-ción, una especial lo¡rn¿ d¿ ui¿¿d, una a*itud ieotc al scr y frcntea Ios demás; sino qüe, irlversanieDre, la adopción orisi¡r¡ria dcesa actitud, como elección vocacio¡al entre las diversas posibili-dades rlc 1a *istencia, dete¡mina la forma de expresjón, cn la cu¡lse incluycn ciertas ¡rodalidades dc conducra, rcveladoLas dclc¡hos propio de 1a comunida.l de senrido.

El hombre de ciencia, cl filósoft, se expresa cicnti{icamcnteporque cs hombre de cic¡cia, y su modalid¡d cxp¡csiva ft¡fl¡anexos cle comunid¡d entrc cü¡ntos particlpan eD c] o .n de sen-tido detcrmina.lo por la actirucl cosnoscitiva. No hay rnar.tuiren ciencia; tampoco hay actitudes solitarias c írsolidarias. L¡ .ien-

cir cs tambión uDa |orna cie responsrbilidnd existcncial, uDa tormacntre otras .le prerentarse ,nte los dcmás v de responder anteellos de Io que uno es y hrcc. La loma de v;da del cientificono está determinadr por los rasgos anecdóticos de estilo vital,psicolosicos y sociolósicos, que parecen cemcteristicos del gremn,,como plicgues profesionales. Si el cientifico se distrac cs porquesc conrrae, como rodo homl,re qüc toma una posición defnrida,quc elige ür camino cardinal de vocación y 1lcva una exisLencia¡uténiica. La autentjcidad cxistcncial dcl filósofo no requiere unarenu¡rcia interior dclibcrada de la realidad, sino una m¡ner¿ dcverla y de tratarla que impli.a, For ecoronia del esfr¡eL:o, 1¡ nratención dc otros aspectos. Pero esta man&a de hacer {rcnte alas cos¡rs, como cualquier otrr, es algo que se c¡lrcsu, y quc por

cllo mis¡o es vi,r.ulatorio. I-a cic¡cia es una Iorma dc comuni-dad, como Ia reljsiosa, o como h arti".tica: una m¡nela dc vincu-l¿rsc con I-s.lemás, medi¡nte h Farricipación común en u¡ orlcnde seot;.Io. Prcpi¿¡m.nte hairl¡n.Io, nadie se disrr:te, o sc ¡tsrraeo desvin.ul., ni el mistico ni el anacorera: todo 1o quc hrccrrosexpresá, toda actitlrd es vinculato¡ia, todo r)osiblc simLrolo Dos co-munica unos a otros.

Por csto se confirma ahora, de maner¡ ilirs ¡rccisa, que la

384 LAS RELACIONES STMBóLIC{S EL síMBoTo Y sU INTíIR?R¡TE lE5autenticidad es la fidelidad ¡1 ¿úos Fropio de la comunidad dcsentido a.loptada vocacion¡1mente. La hauteDticida.I Do seri:iuna a, i,u Ic-occir,.¡, dis ntc d- l: .rrrinri.a-,.rr^Lna.orrup-ción y corrosión de los vínculm Fropios de iodo orden de sentido,un {alseamie¡rto de los principios inherentes constitutiv¡mente acualquier forma de co¡¡u¡idad simMlica. La innutenticidad csuna anbisúedad éric& Asi Ie encoDtamos, por ejemplo, en el

ciplina filosófica, siño que nace filosóficamente cooD.lcscLrbri-mlento de una dimcnsión de ]a existencia: la relacirio vinculatoriade comunid¡d. A la metafisica de Ja expresión c,¡Úe¡r¡onrle se-italar entonces el sentido existencial clue ha dc tcncr para nos-rr".-lmér .t" J,ir.. .^ .r- so.,p,c.. L¡ ru¡t.,¡¡.: r,, ¡.,,,:.. queDa hermenéutica existc¡cialj cl m¿rodo .o es meramente uñiDstrumento c.,¡vcncio¡al pa.¿ la nlvestllacjón.lc lxs ¿J¿n.i.15,

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sacerdote qne nrcura en pecaclo de simonia; o en el cientificoque se dela guiar por motivos utilitarios; o en el técnico cuyo tra.

bajo no proporcñna la requerida utilida.l; o cn el filósolo qucsufrc dc o¡gullo iDtelcctu¡l, o siente la desazón de la envidia, otiene amb;ciones de poder; o en el obrero maDual qüe no hayasentido la satisfacción ¿tica de la rarea bien cumpl;da. Es jnautén,tico e1 que no cumplc y el que falsea y el que haicionaj Do e] queatien.le a los asuntos banales y cotidianos dc la existeDcia, sjDoel que los atiendc nal. Pues en la existencia no hay unas voca.cioncs aristocráticas, por encima dc otras vocaciones plebeyas ovulgare$ la aristoüacia ética sc forma dentro de cad¡ profesión,dcntro cle cada orden cle senticlo. EI que es dproroqpa un rango existenciai ¡, Lror ello étic(É equiyalente al decurlquer orro. Inrc,.¡mrn e, cl i.¿u,ér,., n, e. n..¡iari¿n,er)re

elcomún,

elanónimo,

Fuese] incumplnniento

delquehacer, 1a

evasnin de la respon-.abilidád, cl faiseamiento del señrido, suelendelata¡se ostentosamente en la expresiLin: como una anonalia dela comunidad, la cual puecie y suele encontrane en el pretendidoaristóffata de cualquier vocación superior.

Sóc¡ates es el fi1óso{o que ha dcscubie¡ro en la composiciónde la existencia humana estc factor de responsabiliclad, esta ne,cesidad inherente de ¡cslonder ante el prójimo de nuesfto serexpresado. Por esto él prcs,nt¿ siempre, y prcsünra a rodo elmündo, y sn presunra tieDe un senti.lo e intcnción uniforme, seaquien sea su iDterlocutor. De hecho, con esra rnilo¡mldad de in-te¡rción en la prcgunta, Sóffates está creando una nueva modal;dad de sentido, una nueva {orma de comunidad. Sócratcs u¡iversali:a el erhos particular dc cada {omra de existencia, al colrstitllirla comunidad clel c¡ilos reflexivq al converrtu al e¿ho5 mismo entcma y objeto cle una reflexión qlre atañe I todo el mun¿o, seacual sea ]a modalidad ética cle su personai vocación. Iror esto lafilosofia, soctáticamente entenctida, es la fotma universal de co-munidad: es la {orma ruténtica de existencia a la que presta sen.tido la reflexióD sobre si misma: la intención de la pregunta sobreel erhos en general. La ética no se inventa como tna nueva dis-

sino I¿ conscie¡tc ¡cvelación de que to.la existenci¡ l)um¡¡a csdialoeica, toda relación es hen¡enéuticx, toda voc¡cióo sc adopta

como una interpretación del senticlo y sc trádücc .n vinculos .lela expresión fo¡mados siñbólicimente.El hombrc dc cicncin -Fara

voh.er a é1 , aunque cstulieraaislado, taDipoco se eDconraría a sd¡s con sLrs simbolos frcntca ln reaiidad, después de haber adopt¡do rclpccto clc cll¡ 1¿ ¡cti-tucl {uDdamental que es la co$roscitiva; porcluc sus vinculos nan-tienen todavi! otra relación, dc indolc históric¡, con los ot¡oshumanos que ya no están prescnt.s, y a los cuales rcilrorl¿. t¡m,bién cualquier {o¡molación preseDte, for nu,rvadora que sea.t)

De hccho, con interlocutores preseDtes o ausenres, .ctu¡les o fr.,téritos, y hasta venlderos, el empleo de cualquier modalid¡ds;mbolic¿ establece reJaciones dc comunnlad. I-a simFlc Dir¡d¡es ya vinculatoria, como nos consta a todos por la comür expe-

íencia €otidíana. El hombre no puede mirar irdilerentemente,ncut.alDrente. de una manera vitalmente desinteresada. La cua-lificación de sentido inherente a su simple mir¡da es mís p¡tentcaun cuando Dira a un semejante; porque, ni siquiera cuando 1lr

mira como objeto dc pensamicnto. r,¿r¿ {ines dcsinterc:xdos deestudio, puedc neutralizárlo íntegrameDte o neutnlizar su consi¡]¿-rdción. Está misma consideracióD de mi¡ar tam-bién, igualmente cual;ficada de sentido

-sentido.ientífico-, y

por tanto es otra manera más de relaciona¡se unos con otros. Losotros no pucdcn nuncr constitrlir¡c par¡ nosotros cn las purasrpi,rsnrr.r.le ñue.rro IcIamipnr.. r.rq' ¡, c r riJ,i\pm-nre,el tú no es rcs, sino un interlocuto¡ cuyá exisreDc;¡ qued¿rá siem,

pre afectada por cualquier manera ¡jcm de considerarlo. (PoL,.a.isu P'ne, r.'mpo\o F cau fued. l-lir:r.e .-mo mc'ñ .., ,1,{i.tr¡n!, en tanto quc su ser incllrye formas ontológicas más prim;tivas o radicales que la cogit¿tio, o que erán implic¡.hs cn clln

En este punto hemos examinado e] carácter ¡r¿rs,riü, del sim-bolo, su inherente virtud vinculatoria. Hernos ern¡czarl, a dcscu,

e Vóasc más árlelante. cl Funro 5'.

l

3E6 LAS RITACIONES S]M¡óIIC,{S !L SIMBOLO Y SU OB.IETO 187

bri¡ t¡rnbién qlie las cnrco relacioDes s;nl,óticás son iDte.depe¡¡.lie¡tes, y consritlryert una unidád ntegmli dc ta1 suerte que. aJ

cinrsid.iarlas sucesivamentc, se impone la necesidad de aludi¡ e¡cad¡ tna a cie¡tos aspccLos cornplemcüta.ios q e correspondeD aoLras. Asi, en el luDto siguieDre, que concierne a h relac;ón de1sÍml¡o1o con lo simboli:rdo, haLrá de rnanilestarse toclavia otroaspecto complementario dc l¡ conunidad intersubjetiva formadá

.feipon.llentes sis're¡ras sir,bóiicos, no ¡nplica un |raccion¡t¡icnt.dc l:r ¡eaii¡lad, .le Lxl suerie.iuc crdx una de sLrs seccioncs {ucL¡como ci dominio erpecial cle una dctcrmin¡da f,rma su¡l¡ólic¿.Una m¡m¡ real rd pucdc ser re¡r'esentada <1c ¡cuer.lo con dif.-rcnte! forll]as sinbó]icas, cl árte y la.ienci¿, por cjcm¡1o. Cuand,¡esto ocute. sh cnl¡arso, el ohjetL¡ no pi¡rdc rL¡r ello su idcntidad,es decjr, la propiedad .lc scr frjm.riarnente icle¡rilical¡le. PLres la

l

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por toda relación simbolica.

§42

TERaTTRA RELACTóN sr¡,i¡órtc{: EL sÍrMr(r)ci y su o¡J¡To.Et co¡r¡l¡¡rr¡ srcNrtc¡rrvo

3' To¿o síñbolo ¡i€ne un con¡entdo s,snifica¡iro, aunquc no estédefiñido lógicamentc, y $dl.Id. pot ello rcldciór cor.1n objcto Á.t ¡Lciondl luc cons¡t¿,le l¡1 basc redl tle sú mtuligil,i¡¡d¿¿. Todarel2ción sinbólica es apofánricai pero no cs en modo alguno ne-cesário qLle lo presentaclo o reptesentaclo por ei simbolo sca pro-piamente !D o¡i¿¡o. Ya se ha visto que 1o presente en é1, de modoptimano, es c1 ser mismo de 1¿ exp.esión. El mensajc rransmirido

puede exr¡resa¡, por ejemr.lo, actitudes o emociones; le basta paratener cont€nido significativo, por elemental quc sea, con que e¡é1 sc haga parente un dlgo cuálquiera qre püeda ser reconocjdopor el destinat¿ri¡. Un slmple gesto, como el de saludar corr la

un simbolo de objeri!¡ción, y sin embarso tiene ursignificado; en este caso, sc confunden el conrenido sieDificativo yla inteDc;ón comunicativa, y ]a realidad quc sustenta la reiaciónsimbólica y hace posible la comprensión del simbolo es la ¡ealidadmisma del ser quc expresa y que hácc manifiesta alguna moda,lidacl suy¡ cxistencial. Toda exprcsión es signillcativa.

En ct caso de1 sistem¿ s;mlrólico constituido por 1a actirudco.s¡oscitiva (sea precicntifica o científic,) yr hemos podido ad-vertir que e1 objcto intcncionxl de la rel¡cióñ snnbólica o sea

aquello quc se representa siml,ólic¡mcnrc- se constiruye en ob-jeto de mancra propi¡ nediante h relercncia dual .le ios dlalo-santcs. El ser se há.e patente, con cviclerci¡ apodictic., comouna realidad .omún, identilicada o rcconocida en esa univoca re-fe¡encia snnbólica. A su vcz, el ser reconocido e¡r común clc cstamaneLa es la cürdición que hace p,\ible la sisni6c¡cnin Cel sin-bo1o. Todo simbolo expresa necesariamente algo.

Pero l. d \",i.| .; d" ¡cr,,rd- o Ji pJ i. Jnr.,

diverfil;cación rle las {orm¡s simbolicas tme co¡:riso i¡critable-mcntc la capaci.h.l de tr¿.l,ci,]os téIl¡inos de un¡ a los ti'rmnor¡

propios de otrn; dc suerte clue ni¡guna qued¡r txn ¡l,solur¡¡lentecerracla, ni es taD suficiclltc -! ennérica,.tne no poll¡mos clectuarcon ella una operación análoga a la que en fisica se ll¡ma "lr¡ns-fornación", y con la cual se traclucen los té.mi¡os .le u¡ telc-re¡cial determinado:t 1os tétmin.s de otro ¡r:fc¡c¡ci¡1. Y ¡ 1¡

filosotia, co¡:tituida lundamertxlmente como !rr¡ orct¡iisi.¡ Jela expresiór:, le cor¡csponde entonces otgaDiz¡r l¡ctó¡ica y si,xe-

mi¡ticanente la conipLcnsión dc t¡ ¡rs las n)rm¡s siniLrólic¡s, yproponer de esta manera ]a fórn!14 cl¡ve clc "f¡nsh¡fl¡rción"uriversal. Aunquc ella mis¡¡a restr¡tla a u¡¡ d¡rern¡in¡cla po-

sición frente al ser, y ]¡ag¡ uso .le t¡n .lctcrmin¡.1,) sisteni¡ sim-bólico, puede supemr la p¡¡L:i¡lidad inherentc a csas fo¡¡m cle

conprensión reciproca cntre u¡ sislema y otio; p!¡ eie¡rPlo:la comprcnsión cientifica .le lá rcli-sión, la comp¡cnsión rellsiosadel arte, ]n comprensjón estética dcl mito, etc. la {ilosofi¡ no es

en moáo alguno una cspeci¡liznciónt no es una mera modalidadde la djspoiición cienti{ica: no se propone co¡ocer algo que no sea

obj.to propio de otras c;e¡cias, sino que tr¡ra de conocerlo ti¡do,eD taito qlre cs, y de conuender toda lorma posible de mno-ce¡. hclusive ]a ¡r.o¡ia forma flli¡sófica. La {ilosofía es 1¡ únlcaciencia reflexiva, conscicnte de su propio sentido.

Est¿ crpac;dad filosófiü de universalidxd, .te omñicompren,siór1, riermite mantener ascsür¡da 1a posesiLin del ser; no imNrtacr,rl sca cl sistema simbólico etripleaclo pára representarlo, y ¡un-que se empl..n varios, e).¡te la

sarxntia.lequc cl ser es el

'niJmoen c¡da uno. v d..juc c¡.I¿ uno efectúa uná auténtic¡ apr.hcn-sio¡. El ser ro cs un¡ incógnjia t-.or el hecho cle que cl homt»cdisponga de fo¡mas distint¡s de ¡cptcse¡tarlo si,nbóli.¡¡ret)1.. l).hecho, el senticlo de cada si-*tcm¡r sinbó]ico, y 1a sis¡lficlt.ión ¡ris-ma de cada uno de sus téminos, dependen prit¡nrirmcotc Llc L¡Ícesls i¿rminor h¡1s.,1 prl'.d en el ser de man$¡ clc.tivx: rc|rc\cr!ten also qu. no só1o pueda se¡ aprehendnlo Nr cuxl(tri.r sujctosituado en el nundo dc sentido propio dc ¡qucl sisr.m¡, sino in-

EL SIMBOLO Y SU OBJETO t89

I

388 LAS RELACIONIS SlMEóLICAS

cluso por un sujero situado en otra posición existen.jal y que usaotro sistema simbólico.

Btos mundos no son esrancos, ñi son infuaducibles tos si8¡;ficados correspondientes. Y asi, iñcluso en tá vida o¡cli¡aria. eita-mos constantemente transitando de un m"¿d, a orro, de un ordende sentido a otro orden di{erentej y esra cápaci.lad de tránsito esIa que da sentido hregral precisamente a nuesrro mundo común.\ pFrmire

ciones básicameDte comuñes. Cuando un hombre se "convienc",relisiosamente, no se áhera pará él la realidad que es fund¡mentode su experiencia, sino que 1a experimenta y la interpreta de dis-tinto modo; cambia e1 sentido que para él tieDe la reali.lad, osea el crneio hemenéutico con que se enfrenta a ella. La perte.Deñcia a un orden de sentido no puede ser nunca exclusiva e in,tegral; y 1o fuera solamente en el caso de quc cada orden de sen-

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lo t re el dr:rog" enrre hombrc. q e pe,rcnc.en ¡ d,t.-rentes vocaciones o disciplinas üta1es, por distantes que esténellas y por

intensaque

sea 1a exrrañeza qlre sienta cada uno, comoprofano en la del orro. La acrividad urilitaria Duede marizarsecon inr"ncione. e.rerjc¿., e inver.ámenre: .r pr duccr n ,t- unaheÍamienta puede cuida$e c.,n el propósito de que resulte a lavez bonita. De pa¡ecido modo, el cientifico puede rene¡ conscien-temente la intención de que nrs foimulaciones sn¡bólicas mate-máticas sean bella$10 y ei anisra pintor puede estudiar rudimenrosde quimica, de óptica y de geometria para cuidár sus pismentos,sus equilibrios c¡omáticos y sus perspeüivasi y el sacerdore puedecuidar del orden y la fldelidad litúrgica y de 1a excelencia de 1amúsica sacra, como coadyuvantes á la devoción de los {ieles. Pero,sobre todq cualquiera puede intentar, desde la fidelidad a su pro.pio ordcn de sentido, que este orden se ha$ asequible a 1a com,prensión de quienes no parricipan en é1. La dificuttad mayo¡ omenor que experimente un sujeto .leterminado para insresar enun¡ comurudad de sent-do depcnderá de Ipc,ore. ;nJividua,e. osituacionales; perc lo carafte¡istico de esas comunidades de sen-tido es que mántienen abierto el acceso, en priDcipio, por la natu.raleza misna de su formación como órdenes de sentido coruin.La enseñanza, en cualquiera de sus múltiples variedades

-desde¿ cientifica y la artística hasta la predicación relisiosá- confir-ma esta inherenie posibilidad de relación dialogica entre un sis-tema simbólico y quienes cstár fue¡a de su ámbito, y de 1a incor-po¡ación de éstos con 1os propios medios simbólic.,s del sisrema.

Esa accesibilidad, esa posibilidad de ser comprendido en prin-

cipio, no sólo por qüienes pariicipeD de 1a comunidád de sentido€orrespondienre, siDo incluso por cltanros penenecen a comuni:dades diferenres, confirma también el hecho de la comunidadde lo real. La "transformación", la conve¡sión o traducción deunos simbolos a ot¡os no fuera posible si no pudieran rcferirse unosy ot¡os a una misma ¡ealidadj de tal suerte que en la traducciónse revelan unos órdenes de sentido diversos, pero unas sigrifica.

ro Cl- capittrlo te¡c€¡o.

tido losrase acotar para si, como un vedado propio, un scctordefinido de Ia realidad no compa¡tible en modo alguno clesde otro

orden de sentido. La comunidad de 1o real es la ga¡¡ntia cle lainteligibilidad del simbolo, r se hace patente en la misma diver-sidad de los sistemas simbólicos.

Un estudio etimologico y semándco no ha de quedar reser-vado, por consisuiente, para los simbolos de la expresión verbal.Con1o veremos en e1 punto cuarro, cada sistema simMlico tic¡csu propia "1ingüistica", y pueden servir de inspiración y de glria1as leyes de la ciencia linsüistica propiamcnte diclra p¡ra anal;zar los aspectos ño¡fo]ógicos y seriánticos dc cualquier iomaespecifica de simboliación y de cualquier orden de sentido. Peroa una metafisica de la expresión le corresponde sobre todo exa-minar, a esre respectq ]a ¡elación simbólica con 1a realidad pre.senrada o rep¡esenrada. Toma¡do coño ejemplo los témlinos

de1 lenguaje verbal,ll la etimolosía estudia e1 origen de cadapalabra, y las sucesivas tran5formaciones que ha su{rido hastaIlegar a su fo¡ma y significación actuales. Este estudio subraya elcarácter histórico de 1os simbolos y ¡educe a leyes el proceso de suevolucióD. I? evolución morfológica no importa pa¡a 1a cuestiónpresente, pero sí la evolución semántica. Ei contcnido significa.tivo de un término no es fijo: ]a zoná de su alcarce es nrdecisa yfluctuante; depende no solo de los varios contextos en que puedaaparecer en uDa misma épocá, sioo de la posibilidad, inherente ala expresión verbal misma, de reprcsentar una sola realidad co¡palabras diferentes, o de emplear una misma palabra para desig,nar diferentes objetos. Las palabms cambian de sentldo, lo mismo

que las simificaciones cambian de pa1ab.a.

11 ls imposibl¿ iñ.ómoE¡ áqui, FormeDo¡nado el a¡álisis dé lós divesósó.denes de seniido r loúas de simbolización, ni siquiera con cl óbjetivo liñi-tado de horEr sus concordancias bási.N, en cuá¡to a ln reld. ¡ con ló sim-bolizado, r E p.culiaridades distnrtivas. lra es todavia oúa i¡dti.ci¡ dc laD.ccsfiid en que ¡ós hemos visto de !.es.indú, en se¡erá], de lós nÍeriale!de i.vestigá.]¿n losiiiva 6óbré la €xpresió¡i Fero ol .ini.ó qúeda xbie oteo¿iicamenre Fr¡a !¡éseñhr deslués, e¡ lóma mó¡ósráIics, e*os estudiossobre la palabra, eI ¡re, la relisiosidad, la politica, etc,

'l

I

I\I

390 r-As R¡i-\uilrNls srri¡ór.ro{s

Polisemia llaman los lingüjsras a est¡ especie de ca¡¡cidad pc,culiar que present::n !a: ¡rlabras cle adcluiLir significados difcrcD,tes.ri Por variadas qtlc s.an las sisnificaciones, sicl¡prc hny rDaqtlc cr FreFonderantc, y quc sirvc dc Pu¡to c.ntrrl de refe¡encia!ara .lete.nrinar l.s s:g,rilicaci.nes seci¡r¡iarias o derivadas. Asien griego h paJeLra rúqr<, que sisnilica orisinariame¡te ot¡¿& encl scnii.io dc !¡¡ disposicnin ¡rregl¡da de hs cosas, y que pore!]o se enplea tanbii¡ para sisni{icar el d;sfositivo militnr, tr or¿li,n

]]L 5IM¡OLO Y SU OUJET|r 39tUn¡ .lefuráción y fijación semáDti.i del símbolo, por la cual éstese e¡¡ple¡ con unifofl¡id1d .le slenifjcxción cn ür mismo .lisculsor cn unn Disma con(t¡ucción re¡rétic¡; siDo la uDivo.idad funda-rncntal y preligicr .le la s;mp1e rcle¡encia al objeb int.ncioual.Como quiera que e1 sinboh o tórroino logre clciintrsc, con e¡:rreierencja fri aria cl objeto puede ser de«lc lucqo rcco¡ocido oicie¡riilicado ¡n conún; lo cual revela qLrc cl simlnilo rnlc yo un

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¡lc 6¿¿¿114; luego siqnifica ori¿cnnii¿r Lr orll.nani.nio jurídico, y

coDsigrlicnt.mcntc el o,den ,ol¡d.ojy

for li¡r esempleacla por

los fiiósolos pera sienific¡r el ., cn ir¡rnncotc a l¿ re¡lidad uni-veffal. Se ha produci.to con este simbolo un f.:n¿rmcno dc "iua-diació semántica". A veces Ia alterac;óD semántica es más ra¡ti,cal, y eDtre el sisnific¡do primitivo de ]a pal¡bra y su significa.toactual Do existe en aparicnci¡ ninguná con.xió¡, y ésta tiene qüein\.esrisarse resiguiendo las cinpas sucesivas de evolucnnr. La cieu-cia analiua todas las vatiedadcs F".iblcs dc t¡les tenómenos. y loscJ¡ ili. b¡jo I . ri,u' d. ¡ p:' ',¡. .in' .1.,.1

Recilrocamentc, un mismo ob;eto int.ncional se represcnt¡mediante sir¡b,¡los distintos, ya sea por la preemñencia vital decsc objeto, que ircite la inaginacióD a propoDer varia.las ,ormas

pa.a llmtcllzarl¡, o por cualquier ot.a causa. Por ejemplo, en l¡frl ,..:;,, ^ l"r, "rn1 rJucnn,'r.rr. i,'n.. .m:,1,r.¡. m.. .-c.nos aluraCr palabras y fómulas como qno, allcn:o, alma, ánimo,r.iquc, IJr..rp,o tr :1, e.pi'i rr, ..rnrerr ¡, !;n. pp-s|4, .uip,.,etc., par¡ rcp.escntar simbólicamenre un¡ misma realldad, un algoclue se descubre en et ser rlcl hombrc, quc no es roductible a1 sig,nilicado de oto orden de palabras

-cuer¡o, orgauismo, fis¡rra,carne-- y cuy¡ esencia se caracteriza a su vez muy variadanentecono pensamientoj razóD, eDten.liniento, inteiigercia, elc. Comosea que cada unft dc esas acepcioDes es propia de una posiciónteorética a la cual prcrisamcntc dete¡nina de manera distintiva,ia disrincnin semá:itica haria n¡posi6l. la concl¡ción cntrc unás

y otrasj si tod¡s ellas no of¡eciesen en común esa unjvoca refe'renci^ a una m¡ma reali<lad, ¡r 1a cual se ha.en inreiisibles ten 1a cual ha de basarse toda posiblc c.itica que se efectúc de unade el1as, particndo dc ot.a cualquier¡. Iues 1¡ univocid¡cl dc quesc h¡bla, en este caso, no cs la univocid¡d ló8ica, rcsult¡do de

12 CL. ¡.r ej¿nFlo, J. Vdrl4e, L ¡d¡!¿r.. ¡ú.J¡.¡¡on ¡r¡lniri4r. ¿

l'n,r.r., tx¡is, 1921i .al-.s. 1l y UI; F. ¡. Snu¡sure, Co?,r ¿. ¡¡rsiiif¡.¡i¿,r¡n¡'dr., táris-L¡lijf.., 191ú. La bil.lio!¡aiin esF.iirli:ádi:oLre el ieña es

1

I

contcnido significatiro pr.pio, cluc cs por cllo ;nr.lleihle y cum-plc ctialógicamente su luncióD ápoiáDtica especitica.

Pero, apartc dc tod¡s las leyes iemánric¡s dc 1¿ li¡giiisri.¡, Iafilosolia dcscubre en los fenómenos mismos que elhs rcsul¡n otraindole dc )eyes más {undamcntal. En ranro .lue IL)s l.nónicnoire-/elan la h¡toricidad dcl símbolo, correspo¡dc cx¡nin¡r sn f,,r-ma en el Funto qui¡to y últlmo de c:ta scrie. Pefu yx dcr.dc ¡h,rr¡.lebe ¡nticiparse que las modalidades luntlá¡nenralc clc rorl, ¡ro,ceso de transfo¡mciLin senlánrim deriva. de nnxl¡lidr(l.s bictrdctcrminadas de la existencia humaDa. corno lorma históricr rlcser de 1a exprcsión, ]c¡ mismo en cl sistcm¡ cxpresivo dcl ]cn-guaje, que en cu¡lquie. olra li¡ma su¡htilic¡. En cuanto ¡l ri5-tema dc la palaLra

-ypucsto qlre es el p¡opir¡ de ti {itoñrli¡

misna, y de ]a ciencia cn ge¡eral- c¡bc cnunciir r.tlri krs réfrni-nos de una 1ey, cuyo pri¡cipio

lra s o ra ronra.lo .D cueota B)ria Itigica tradicional, aunque lo haya fotr¡u1ado en tétminm está,ticos, y no históri.os, como ley .le comp¡ch€nsión y exrcn-.ióD de

Por comprchensión se cntiende en lógica básicamente e1 con,junto de los cáracteies quc pcrtenecen a un coDcepb, y con loscuales se sign;fican los caracteres ¡ealcs comunes a todos tos entesque constituyen la clase correspondicnte; y por exrcnsión se en-ticnde e,cta clasc inisma, o sea cl conjunto de entcs u olrjetos a loscuales se aplica dicho conccpto. Lo mismo la comprebensión quela extensión son relacioncs de signitic¡ción, o sca que sc deter-minan como modalid¡des de la relación básicn del simbolo con1o snnbolizado por é1, o sea con su propio objeto intencn,nal. Pcr,estas moclalidades soD funcion¡lnenre rcciprocas. L¿ tósjc¡ corl-sidera la comprehensión y la extensión como dos ¡specros (tjtc-rentes de un mismo concepto; y cuando se n.ata dc un coniunrode conceptos organizados en scrie -por ejer¡plo: cnrc, ¡n¡n¡l,ve¡tebrado, ma¡iiIero, racion¡], asiático, malayo, erc.- .bsovaque la extensiLiD est:i c11¡azón ñvers¡ de la co¡npr.hcnsi(iri y qncdesrle el coocepto de cnte hasta el concepto de r¡n¡ ir¡i!i.lL¡.lid¡ddetermjn¡dr se Fása for una g.¡dációu, c..la uo¡ lic .uyrs d:,-

391 LAs RELACToNES srMBór-rcAS

pas representa para el concepro correspondientc un en¡iquecj,mic¡to de los caracreres reales significados po¡ e1 concepto ant?rior, y una disminución de su zona extensiva de aplicación.

Pero csta ley que la lógica descub¡e no cs, en verdad, una leyIósica o formal, sino ran sólo ra faceta de una )ey fundamentaly funcional de1 conocimienro, y en gcneral de toda especic de re.prcscuLación simbolica. Cuanto más apotá¡tico es el simbolo, esdecir, cuanto más efectiv¡ y directnDimre

menos. Esto c¡e¡ una snurción fáustica en la cie¡r.ia, y en elconocimieDto en seDeml.18 Pero 1o importante de esta situaciónes que no se presenta s\)lemen¡e conrLr r¡¡ra alte¡»ativa en cadamomc¡to

-puesla cicnci¡ tiene que depender isualmente d. las

apreherJones iDmcdiat¡s y de las gcneraliz¡cioncs ¡bstrxctas-,sino que además detennina un ritno de evolución histórica en elpens¿miento. Es posible caracteriár una época por la predoni-nr¡ncia en ella de 1¡ ¡tenció¡ ¡ 1o con.reto, o l¡ tcciproc¿

EL SIMBOTO Y SU PROPIO SISTT]iÍA 393

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representativo, t¡nro máscircunscrita y conÚeta es la zc¡na re¿l a la .tue corresponde su

sisnificación. Peio el conocimieDro anda perdido en 1o concreto;un cDre individual no se conocc examinándol¡ a él solo. El cono-.iDienro d,: lo q e algo es, en si mismo, tiene qlre rebasa¡lo o tras,cenderlo, y organizarsc corno un s¡ber de relaciones y funcioncs,de lomas y estrucmras. Sólo si 1o que ha logradointcsrarse en un orden superior. 12 Íoínul:tción simbólica deeste orden es mris clara que la representación apofánri.a de lo con.cretoi perc lo que sana en claridad inte)tgible 1o pierdc en virua-Iidad aprehensiva. EI afáD cle haccr Fresa en 1a rcalidad, medianreun sistema simbólico cualquiera. iñplica 1a ncccsjdacl de arene¡sesola¡¡ente a lo particulari pero el eDre particular no es comprcn-sible de suyo, sho en re1¿ción con oiros cntes que constiruyancon é1 un ñismo grupo, o clase, o especie, y en relación con otrossrurios diferentes. Lo c al imprne l¿ necc\idact reciproca de pres-cindir de su concreción dete¡minada, para atender a los principios

comuncs, y en los cuales sc rlcsvanece prec¡amenre la particula-¡idad caracteristica del enre nrdividual. Lo absnacto es más inte-ligible, pero lo concr*o es más ¡eal e inmediatü Lá inrnecljatez¡o proporciona una posesión complcta, p¡ra la cual ¡equiere elentendimiento üna distanci¡; pero cn la disraDcia, cuando se ganala comprensión, se pierde cl contacto. El conoc;m;ento, pucs, y elhombre mismo en tanto que scr del conoclmiento simbólico, estáncor l,i^n¡J".,n.u c¡i rcF.i., c^n,,ruri\¡men e, p.r unJ .rrua-ción que pucde, snr necesidad de dramrtizarlá, caracteriarse como

uni nlrc-n¡ri\¡ rr.'sr..r roJ¡ r., e.'ón imt ",aLa tarca cientifica obliga a discurrir constantemente descle un

exftemo á otro de esa alternarim, buscando unas veces apoyoen lo más próximo y concreto, cn lo más inme.liatamente apre-hensib)e: e1 datq e1 hccho, ,:1 lenómeno, el ente; y otras veces¡cquirien.lo) para 1a comprensión de Io concreto mismo, el au,xilio dc los concepbs categoriales, que son sencrales y aba¡cannucho más, peto a la vez son ábstrrctos, y aprehenden mucho

¡orbúsqueda de 1o gene¡a]. En este senti.lo, cabria clccir clue hayépocas,

ofases

dclpensamiento, que

sonr¡c.Npr.lrcnsivas",y

otrás que son "extcnsivas". Y es no¡ablc adcmi! quc h c¡mctc,riaclor de una época por alguna de las dos altcrnnriv¡s lriLrstica,ino se circunscribe al or.len del conocnnienkr, snro qUc tanbión cnotros órdenes de la expreslón sjmbólica apareccn rassos similarcs,¡on los cuales se establece una correlación dc seniido .onc h .i.,)-cia, la literatur¿r, h pintura, h relisiosidad, etc., dentro dc l¡misma épca. Pero estos fe.ómcnos pcrtcneccn al o¡d.n bistóric.,y corresponde hatar cle slrs leyes al examhar cl qrinto ¡rlncir)n)de la ¡elaclón simbólica,

§43

CuART,r REL^cróN snrBolrcA: EL siMrxri-o y su pRoplo srsrtrMA

+'t Todo símbolo su.tdd ¡elu¡ión con o¡ros símbolos, seaD cuales

-sean su naturaleza y su sig¡i{icado, y tteñ¿e a integr¿rse co¡. e¿¿os

f atnilndo n sijtm¿ .o¿ !! trol,i.L nidd.rL ¿e senti¿o. Ninsúnsimbolo es aisl¿do; ningurlo pue.le tener una sig¡ificación def;nitiv¡, univoc¡ y toralitaria. De hecho, ]a condición de posibilidadde qrc un simbolo sc emplee con un determinaclo contenido sig-

nificativo, y con una dcternin¡dr irtención comun;cativa, noesiriba solamente en la re)ación que el simbolo guarda con el ob-jeto rcpresentado por é1, sino también.le Ia quc eu¿rda c.,n otrossimbolm de su misma lamilia, orden o sistema, los cualcs ticnendistintas significacioncs, pc.o lran

dcser empleados discl¿rs¡,¡t

mente, lunto con é1, para el cumplimicnto de aquella intención.comunicativa. Pues toda exprcsión, cn c[ecto, es discursiva, y ¡e-quiere una secuencla c.aliga.la .le tórmhos. (Inclusive la pintL¡ray ]a cscultura ron un.liscurso; Ia aparcnte inmovilid¡d dc laobra, y la imprcsión dc algo acabado y defioilivo.luc clla fro-

13 Cf- E. Ni.¡I, Li Vo.d.iin iltr,i¡nd,.aF.2! "Los..n..nr.s.lc cspx.nr y

liemlo en h Jilosofia srn's¡", Di¿nont Anúa¡io de Iil.s.aix, l.1,rl,r ¡. (lnlhraE.onónni, lvJaai.o, 1955.

¡

394 LAS RILACIO¡i¡S SIM3óLIC^S

ducc, no la distinguen de1 d¡curso de un pensamieoto cuando yase hx publicado en forma de 1ibro, pues el .Iiscur,.o pictórjco y elescüliórico se componen, como una a¡¡onia musical, de una va-riedad de lonalidades y dc formas de composición, concurrentespara tr nalr lad e\or. :\., .a é. ,p- r.r o ¡cprcJen:i:,\a! otenga una modalidad "abstracta".) El caráfter lormdl (eD e1 sen,tido de ]a unidad de sistena y 1a coherencia intema cle sentido)es inherente a .ualquier modo de cxpfesión. La variedad de las

EL SÍMtsOLO Y SU PROTIO S]STEIIA 395

ot¡os, implica la posesión de uD .leterminado esquema o sistema

¡imbólico, 1, la participación en ]a comunidad de scntido que él

cre¿ y delimiia. (Aunque, de hecho, eslos s¡remas no preexis-

ten, como unldades conclusas, y como condicioDes lrc!ús de laposibilidad de cualquier fon¡a de aprehensión, sirlo .]oc, má§

bien, ]a presencia nrev¡dible de la realldad, v la necesida.I de cap'r¡rl¿ simbólicamente. dcterm¡ran la producción clc esos medios o

írstrumentos que se van diversificando históri.xmentc.)

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Jormar ¿iJolrsiuas de expresión no hace entonces snro rraducir de

múltiples maneras la unidad y coherencia misma con que la rea-lidad se of¡ece ante cualquier modo de hrpecclón o de aprehen-sión (y además expresa 1a unidad de forr¡a ontológica consritutiváde esta peculiár realidad que es 1a condición humána misma:la de1 ser que expresa).

El ser humaDo no eje¡clta olisinariañentc la totálidad de lasformas básicas de expresión. la historia ha ido promoviendo su-cesivamente la aparición de estas fo¡mas, y el hombre ha de cons;demrse un ser histórico, de manera p¡incipal, potque ha ido trans.{o¡mándose a1 crear e1l si mismo histólicamenre estas va¡iadascapacidades expresii?s (más que por ]a historicidad subsis ente¿e las formas ya creadas). Logrado el uso de 1a palab¡a. vive eIhombre todavia durante una etapa histórica < prehisrórica-caracterizado ónticamente por Ia primacia expresiva del gesto. Etritüal es en e11a, como Ia ceremonia y el protocolo después, unsistema u orden simbó]ico, dentro del cual cada sesto suarda rela-ción con los oftos, cualquiera que sea su signilicación simbolicaparticular. Pero lograda ya la primacia de la palabra, este sistemasimbólico especifico se va dive¡siflcando, y adquiere la capacidadde formutar varios órdenes de sentido, cada uno consrituido comoun sistema especifico. No solamente hay varias lensuas, dentro decada una, la palabra puede servir como instrumento expresivo de lavida relieiosa, de la pesía, de la polírica, de la filosofia. Y dentode la poesia se introduce una nueva diversificación. con el rrán,sito del heroismo a1 lirisño, y de éste a Ia rragedia; asÍ como,

dentro de ]a filosofia, las diversas disciplinas adquieren Ia rela-tlva autonomia de sistemas simbolicos especiales, y dentro de cadadisciplina adquieren rambién su forma y estilo y unidad propialtx diversos sisten'ns de teo¡ia, los cuales son e{edivameute sis-teñáticos por Ia coherencia inrerna que guardan los simbolosempleados, cualquiera que sea la dirección de la doctrina. Cual-quier forma de aprehensiór de la realidad, cualquier inreñto de.omlrrender un e¡te, en su se¡ misño y en sus relacioDes coll

Esta cohereñcia interna dc 1os sistemas siml¡ólicos v escjuemas

teóricos -cuando se hata de 1a cielrcia- ha tratndo hlósica

conremporánea de reducirla a1 principio de la no cootradicción,como requerimiento formal de toda operación d¡.ürsivl del ¡osos

v de toda construcción teorética Iesitima. Peto este rcqoerimielrto!s aplicable solamente, por deflnición, a los purcs aspectos fomld-les de la tornar mientras crue ]a forma autént]ca de todo sistcma

simbólico -y no solameDte de los cienti{icos- es la constituicla

por esa trama de relaciones enhe ]os simbolos que constituve rn¡ünidad de estructu¡a y de sentido. El principio de no contra.tic-ción no puede val§ sino para sistemas que pertenezcan al orclen

de seDtido folmado po¡ la a«itud cosnoscitiva, o cientilica; c¡rece

por tanto de la necesaria unive¡salidad Pa¡a ser aplica.lo ¡ otrcs

órdenes diferentes, y es ¡¡ás bien 1a caracteristica di{erencial que

el orden lócico presenta respecto de esios oüos. Los demás tienensus respectivos modos de organ;ación sistemática v funcional, 1o§

cuales permiren distingüi¡ precisamente el ¿eirss¿je de la oraciónrelieiosa del lensuaje de Ia poesía y del lenguaje de la teoria. Para

nosotros, entonces, io decisivo es advertir que toda exp¡esión se

produce dentro de ün dete¡minado o¡den de sentido formado por

la congruencia inte¡na de los diversos símbolos, y que no sólo elsistema de Ia ciencia constituye un o¡den Las {ormas de la con-

Crue¡ciá .on mü.rrple., r l¡ poe¡L rier,e su' rrñp'or princip:os

como los tieñe la teoria.l¡s tiene inctuso h mnnica. Los aciores pro{esionales conocen

muy bien las virtualidades expresivas del gesto, y producen estili-

zadamente, con discriminación intencionada, esos mismos mov;mientos que todos hacemos espontáneamente en la üda cotidianay que nos e¡presan sin que reparemos en su significación. I¿mimjca cs un lenglaje que tie¡le sü pmpia gramática, su lósica, vhasta sus formas artísticas peculiares, como el leneuajc verbal.Y cada forma artistica particular

-la música, la poesia, Ia pintura,la escultura- es ün sistema snnbolico, con su sentido propio, vcon sus proplas posibilidades expresivas, sus funciones v estruc-

I396

turas, e iDcluso un¡s rcsul¡ciores o normas lmplicitas ciue acen-túan todavia más su cohe.encia interna y a ]a vez su aurononria. Elsisnifica.lo de cual.tuier simbolo particular depende de su posi-cióu en el contexto, dcntro de la .ontinuidad discrlrsiva de laexpresión; pero, r sr vez, la posibilidad misma de esa c.nrinuidady de crn interdependencia semánrica depende de 1a unidad clelsistcma al cual pertenecen los simbolos. Esto es 1o que permitedccir que ciertas e¡presiones son y que por

¡L síMBoLo Y sU TRo¡To SI.STEIIA 397

cular de la lintura. El arte no es nunca literal; niDsrna f.rmnsí¡Mlica 1() cs, ni siquiera 1a ciencia positil,a. Toda creación es

una hansposicióD y una trans{ormación.Esto confirmaría que todos los simbolos, inclusivc lis c.lrc.fios

substantivos del lcnsuaje, tieneD que ser i,1tcrlry.r,rl,,r en lin.ió.del ordcn de sc'ntido er qLre se encuadra su eni¡lco cn cacla caso,y no basta d.fini,los eD relación con el olrjcto sis¡,ilcL!I. t\r cll.,s.

semántlco ¡o puede dctcrminrrsc cn un¡ .trcri.illr lógic,

LAS REI-ACIONES S]I\'ÍBóL]CAS

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"prosaicas", resultaDcllo inapropiadas en el lensuajc o sistctrla simbólico propio de la

poesía; o bien que c1 lenguaje poético es nradecucclo para 1a formu-lacióo de pensamicntos cientificos. Estas nferferercias dc un or-den en otro sorl como ¿isondnc;.¿s de senrido, y Ia posibilidad deadvertirlas reside en la concienci¿ dc la uni.la.l y congruencia in-ieDa que cada s¡tema presenia, y de la pertenencia de cadaexprcsión a un sisterna cletermnrdo, cn función del cral ctebe serinterpretada, CLrando Dostoicwsky expre-.a su creencia en 1a eter-nidad, petu no la de un nundo luturo, sino la del aquí y et ahora,y alirma que hay mon1ent.'s en que el tiempo queda paralizado yccde a Ia ete¡nidad, el sig¡ificado de oste concepto de eternidadresulta perfectarnente accesible, dentro de ese contexto. En rigor,la cte¡nidad no puede delnrirse de ninsuna maDera que resultecomliatiblc con la aciualidad temporai del presentei y sin em-bargo, ha llegado a ser incluso un lugar conún en la literaturaesa expresión de la "eternidad presenre", porr¡ue con ella se sim.boliza auténticañente una experiencia Fccrliar, que Do puede serobjcto cle análisis cientifico, ni pucde representarse con el conceptoriguroso de eternidad. Pero, pam c1 escritor, el emplea¡ la palabraer"rn,JaJ ;n cl risor J" la dpr'nicrón lrlo.Jri.'.remisa o neslisente de hablar, sino una nanera de hablar p¡opia,.l-n,o d,l.rden de..e dñ d(l a rc hcrxrio.

De parccicla manera, deDtro de1 sistema aorónomo de la pin-tura cs facultátiva la obedlenci¡ a las leyes cle l¡ pe.speüiva queactúan impositirameDte en oúos ó¡denes dc la rep¡esentaciónsn¡bólica. La composición .!. la disposición de las masas puede

obcdccer ¡ leyes de ponderación cromática, como en Cézannc, sinneccsidad de compli.¡r en ¿s¡s, adoñás, unos esquemas de distri-bució¡ gs¡rétric¡, como los cn ortramos e¡ Rafael, en elTizianoo en e1 Tintorcno. Se dice que el Greco deforma la realidad,mientras quc Vclázquc? ofrece de ella una veÉióo más realista ylitc.al, p.ro la pintura cle éste no es más lic¿ que 1a del otro. Enambos, la fidelid,d pr;mjtiv¡ es la que !üardan a su esiilo respec-tivo, y al orLlen.le sentido p¡opio dcl arte en sener¡I, r cn Fart;

Su valorque tiend¿ precisameDte a elimi¡ar ln interprct¡clóri, ],(rquc e1

significado depen¿e primarif)mente del sentldo cx¡rc:ivo, y cl orden lógico de las defrniciones no es más que un siste¡¡r dc s¡nticl¡¡l l"J. de -r.'. que |pIen,.o'ñ.. i],..'r pr.r.¡ .u iu(,'.,. n.rcrna y su autoromia. La adopcitu del sisie¡ia ]ógico ín¡o¡c lndefinición de los términos y el empleo de ca.la uno con Lrn sisniti-caclo halterable y unívoco, que excluya las vn.il¡c(,les dc 1¡

interpretación; pero, aurque estc propósito pudiera logmrs. .onperfección suma, 1a adopc;ór misma dcl sistema impiica ya la cle

unft peculiar actitu{] heflnenéutica, según 1¡ cü¡l los términos se-

rarn iñterprctados unilomemente de acuerdo con los cáno¡cs tor,males de la definición lósica. Esta actitud hermenéutica djficrcde aquellas otras que permitcn unfl m¡yor soltura, o ,il,ertad se,

-ar'.a..i r.ípucJ"

d"c.r.e, vquc po,

ellnm¡

-,,".tu,"ren un"interpretación de cada rérmino en función del contexto y de la in,tención expresiva particular.

I-a lócica, por consiguientej puede y debe ser ella misma ob-jeto de interpretación, como un olden peculiar de señtido, y enfu¡ción de la actitüd her¡enéutica que el1a imponq pues estaactitud responde a una posibilidad *iste¡cial del se¡ de Ia d-presióD. I-Iablar lósicamente, inclusivc con el simbolismo cspccifico cle la ]ógica matenática, es también üna mancra cle cxprcsarse.La 1ógica no es, por consiguiente, e1 último tribunal de apelaciór¡cn e1 orden del losos, ni riene ella una amplitud de vigcncia uD;versal. Un¡ exrresión como éstar "Los hombres no son buenos, nison malosi tampoco soñ indi{erentes, los nombrcs son büenos y

malos a la vez", es pcrfect¡mcntc legitima cn el lensuajc mor¡I,es probablementc vercladera además, y en todo caso reultn com-prensible lo sigDificado con sus ténninos y su jntención slobal. Sirembargo, desde el puDto de vista lógico formal, cs¡s prqrosicion.sson defectuosas, ilegÍtimas, inválidas, contr¡dictorias! y si sc :rdop-ta como criterio único el de Ia ]ógica, será imFsitlc í lrrbri.luecon ellas losre comunlcatse, siquiera, adecuaclaDcntc unx rcalid¡d.

La creación simbóli.a es más liLre, Dituml¡rente, cn los ó e-

T

398

nes .le senti.lo no resuladD3 lósicamente. ?eto tampoco cn ellos.nconranros jamás una abolutr arbitrarieclad. El hombre se ex,pÍe.a llbremente; y, s,rbie todo en el caso de un genio lierado, esiácrt:,icsión pucdc tener üii:icteres dc originálided más ¡utóuticaclue en cualquier otra fon¡a sinhilica, pues la palabra es sin. uda el ir.rr:¡-.,r. d ,. r¡ .iór I eip'r. u'r p\pre.iva quepermite mayor vad.dad .lc fornas y dc contenidos. Pero tam-

gcni¡l qLrc

ljl- síMBoro Y su PRoPro slsrFMÁ 199

estn imFrcsión quc produce el animal, de estar ¡t«liclo en ellas.Ia palabra cs l¡ gti¡, y sin palábr¡s cst¡mos ¡crulidos; pero es cluenuestr¡ intcligeDcia cs lósica, y esto es lo quc h hi.e .listintiva-mente humaDi. la posesióD del ser es l¡ |{)sc.iao Llc si mismo.Y no sóh porrsc, nccliante los simbolos, hrtm,s ¡resa en la¡eali.lad y po.l.nos prcsent¡rla y represenr¡rl¡1 co¡r) si csto {uemuna posibilldad cpe pudiela aceptarse o dcs(|.ñrrsr, srairn l¡ oc¡-sión y 1a coDvcnicnciai sino, fundamentaJrnortc, ,,,,c5tr¡

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bión la exprcsión tienc formLiarse dc acuerdo con losmódulos, las regulacbnes, l¡s Lelaciones de sentido, las posibil;

dades y limitaciones ñhe¡entes a1 orden literario. Y es que el serhumano, at¡nque se forma a si Disn1o exprcsando, no Pr«luce lossimbolos extayéndolos cte su propio interior, y como resultadode su confrontnción con la realidadr el ser humano se ha de eD-frent¡r ¡dcmás c.m unos ódenes simbólicos ya constituiCoi, 1os

cualer son tan reales como los órdenes objetivos que con cllos se

t¡xta de áprehende¡ y conp¡ender. No estamos solos f¡ente a lascosas, ¡¡abiertos de ojos" pero "e¡cer¡ados en mutismo", y espe-mndo la inspiración qirc nos dcpare 1os medios expresivos derepresentarlas simbólicamente. La realidad de las cosas y la rea,liclad clc los simbolos se nos imponen simultá¡ea, paralelamente,y no quedamos mtu conlornados eD Duest¡o ser por ta presencia

de las cosas clue por 1a nece*ria adoFción .te u:r sistema sjmbó,1ico. Podremos, acaso, conformar o rcfornar por mrcstra parteesos sistemas si¡¡,bólicos que se nos ofreccn ya, coD sLt Fropiasu¡idades de seDtido carecterÍsticasi como poclemos también con-fo¡ma¡ o ¡efo¡ mal hs cosas lnisnlas con nuestras manos, h¡ciendo.le u¡a matc.ia uD tensilio. o de tDra materia una escultura.Cuanto más ¡ica cle potencialictades e¡istenciales sea nuestra per...ñn.l did, -. . "-gr-r1". .erá r.ue.rra. crea, i.n-. p\p.eJr\p , .o-trte todo si 1¡ potcncie vocaclooal pledominante ha sido la expre-sión misma. Pero cualquier moctalidad expresiva, por o¡iginal queluer¡, se incorporarir necesanamente a un orden de sentidq ocontribuiria :r rro hay una sola cxpresión qucxea absolutamente sDgolar.

Los órdenes de senticb -.on, adenás, b que nos maDtiene in,{orporados a la realidad. No basta para ello la simple mirada qucse proyecÍ] sobre las cosas y l¡s reconoce, ni basta cualcluicr otrosentidq o c1 coñjunto integrado de todos ellos. Ese reconociiiientoes vcrbal, y la operación hunana por cxcelcncia de ".1a. nombre"a las cosas mantiene, de rechazo, ]a i.tentidad personal de quienlas nor¡bra, y a{irma 1a intesridad indivldual de su ser. No cs laintellgencia la que nos Fermite h¡nsir¡r enÚe las cosas sin da¡

t\i,!tu(:manera propia de exisrir, en tanto quc hunrxnori, inrfli.¡ .ons-

titutivamente un modo vc¡L.al cle en{r¡nt¡rsc ¡ l¡s cosr..El perderse no es una maner¡ de ¿sLa¡ c¡uc l¡s (osi,i, sir¡r un¡manera de s¿r uno mismoj de suerte quc la apx¡riación rlc las.osas tom¡ necesariamente una modalida.l verbal, ¡ucs cl rrLlcrrde seutido con que las representamos es justflnrcntc Lo (trc (l¡sentido a nuestra propia eistcncia: lo quc 1¿ sá]vá, o cvilr su€ondición de perdida. Lo cual se compmebn.D cl ¡¡u¡cto Llc L¡s

sueños, asi ltamado para djstinsuirlo Llel mundo rc¡I. No c¡bc,¡i siquiera cn la ficción tcorética dc un¿ ctt¡da mctódica, cl darjanás cle la realidad de lo re¡1, invoc¡udo )a aparente realicladde lo soñado; pues el mundo de 1os sueiros no nos parece real, nicuando estamos soñando, porque entonces 1o que perdemos es el

sentido de nuestm propia realidn.l e identidad. Los sueños soDüna literal pérdida del sentido. El mundo de los sueiros es anó,malo en los sueños mismos; nosotros mismos ap¿rcccmos c¡ ellostransformados, pero mantcniendo un vestigio o rccoerdo de nues-tra l:ondiciólr auténtica, el cuai nos permite precisanente sentir laanomalía, cono una inadaptación, como i¡nposibilidad dc haccr{rente a una realidad qu. ¡o sc con{onn¡ a ningún orden de sen-tido prcpio. Esto ocurrc inclusive cl¡ando el contenido temáticodel sueño es nrdiferente o place¡te¡q pero mucho más 1o expe-rimenta cualquier persona que hrya tenido alguna pesadill¡; cu:tn-do sc sufren los efectos fisiolósicos ¿c u¡¡ sitüacióñ anqustiosa qucse está soñan.to, se experim.nta s.¡bre tocto la angustia de unadesconexión con la reali.la.l, Lo esencial en el cuad¡o onirico de

una pesadilla no es e1 lá.tor de ¡men¡u¿ o cle sufrimien«r quese presente en é1 temáticamente, sino el sentinrieDñ sloLal de ex.trañc:a con que sc prescntan los con,ponentes cle la situ¿ción.Soñanos que algo nos ataenaza, por ejemplo, pero nos angustjasobre todo la incomunicación con la ameurza nisma. ante lacual sentimos como si se perdiese nuestr¡ profia jndivi.lu¡li.l¡d,y que no podemos conportarnos como lo c¡oc clcctivnr¡entc so-mos. Y crto ocLrrrc asi porque 1a e4rrcsión ha pcrdido su inhcrentc

ll

II400 L¡s Rll^cn,Nls srMDóLrc^sefcdivjdad. Lo qoe decnros r1o slrrte efecto njnguno, o pro{luccuno..(hc, .._ !ue nñ !or lo. .eq,re¡rlos p¡r u p¡op,oor.ten,tcs. n .ro. In, JJ.i\p cu¡¡.1¡ e "ueñono. p,o menr¡.1.., -.., ^ ^Á.e,ime¡,r..rro. l¡ incouB. ucn.ra "n rc '^ qr. d.. i_". , ], -;.;:..;;qr ¡ .b,.an. m. . de nue.j¡", "n ¡ .,].rt^. A. .tc,-pertar, e1 mundo se contorma nuevamente segú,, * _d* ;;.p.,f"jo"- ".",,": ...,rp.r.rroc ti p. c.ió,r.ar_¡r ¿..,,,"..i".",;\,utvem.( a ler lu que sñmos efefti!^me"rmo. ir u den ,r. .*,,,J" .F;..,1"';";, :;::T.J"".::i;::i:.

tt ),,il,¿p rcñhi¿n.Jc c"a tta. nñ .oñ,, pa_ddo. poibremenre el¡re . ,rb c ñ iá. J a. ruali?.do en .j mnmo, rodá. tá,p"blc.,t"'m¡. bárca, dc e\pre.ió,. ..b.ir,.,. (.¡,r; ,;a ;;-rrFspoñd(. com^ .a1,, mo.. á un.r ácrirud .¿rdiJral q.re 5e ado.r¡ura.onal'¡o,:Le trenre ¡t -"., o t,e,.e át o, o ;".;;;;d.i;;¡ ¡ _ñ. á,r'r .u¡ndo nJ cutierl \á en.ñnrrar cI.re lp, porencr,. e\:!-c, ci¡'e. Jel hombrc uñ¡ nuc\.,. (ius ¡lF,emina.e ta c.tñ.ión .teuni, ,or lr

,.,,nboJ,Lp.,í.'inri v un nue\o urdF,) de .en.,d,,

EL siMBoLo y sus ANTF.CED!1.¡rES 401

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bje, erro. eJ J,jtñs.. v p. o rB,)i,,. ¡ qLp 5e,,o. re...ruy.,,,, ¡t,d;.¡mts¡na, cuya posesión nos es !¡arañri7,rjAsienu,¡e dj;tódcame;r",simbólicamente, expresivá¡nente.

. ,I¡ o.'rdrJ¡ d" L, .¡p¡ri t.J e\j.F.,\i. ñ .le t¡. v,rru.lid¿de"l¡ errr.ión, ccu.a.ir tr ¡erdi.t: d. t¡ rálidad,;Tl :]1" .i,": l¡ pdrdiJJ_ de ra ¡ruurr ;nd riJrrrrdad per.onolqL¡ dernJe de ¡quplla cf(,:\idad.rpj.,," v ,l(,.1,"it, .t".-rv- !^.e.ion dpl .er. tc.u e. o, l, (¡ u(;,....,,.n,p,p Jc j-rneraab olurJ, ¡unoue , .ut,c,en,e ¡ara n rar rl .** ,. *,r" ;ir Ft TunJo rppt. F, modo d" l¡ p-e-cnc;, <Je é.te(. ,'._eun , " lir^."t. ,,o,". ra rbi.:rr quo, en "t e,¿Jo cle vi-8ilia. ln inJi\iduc,,dad e. má, toL-p c,,¡nro rá. I ducicl¿. I miq?Fnra s1 t¡. jurmr. c\pre. v¡. que.,nol(r pa.r Lnfrenrar.e a las

l,l.l;y

i9"",l,,y,que.r.c;p!.. .cn,e. - m¿.

"_f,,ioy \ar.a.

Lrñ er ambr,o dc reiJ:.t¡J que abarcJ "l rnJrr duo ,"u" pr¡ede nan-. rar dc u,r "r,en de.rn.:Jo ¿ o,rñ. ) que.r r,_rup.e a.i,u Droói,q,. (n.,r.on,t, exp.rie,rcia comp(n.rv¡ de J", J.r nc. a..pecio,reat..qu. .ada crlen de.enr,do pred. rn,nire.,.r. e. ..,. .i.oer mJnJo d ur S"n Juán J. Ia Cruz qU" ct de uI r4i.Ico ilex-presivoj más rjca la v;da relisiosa de un lra Angélico, qre seexprsa n¡tÍsticámentc, y más la de un San Agustii, q"; J;i;:.:"-l ,l:i,,, v -ni.,¡ rr m¡ m^ ,i"mrc. y r;E .i r."11u,. q,.:,o f ce".rur. ..Á m;. ri.x .u er..enL¡¡ . pan,,ipr, edianrcla c.,mp,. n,ón. e¡r p.... ór.t.np. de .er ,,do q:e trn ,re¡ t, tossr¡noer con vrrrud de lecunJacrón viml-

§44

QL,lNrA R¡LACIóN srMsórrc,\: EL siM¡olo y sus^NrEcrD¡NTFs

:l r-".r ,intol^.tF, ,'o de su ¡i.,p-J v .u or.l.n .t( enirñprJ-pru., (,¡a¡da rfl".F" .d,tr /a,a.]o t¡",á;."., l¿ /,i,i;n .o;;-nt.otua \ :tsntlt o,:v¿.1.,,. p,r.i..dqpi,, .n ¡,n¿.nM.,¿n ¡i..pn-

".roso.a, ia. po.rbrlidcde, erpre.;r¡.. Denro ¡te ,acjarorm:i..roen I .\r.mr. t". porbitrdrde..¡rr rnrjr,i,a..E.r¡ rarrc-(üo, sr\ c-1b¡rE ¡. n. .teperde ..ói, de Ia nc.e.rri¡ r,lació¡r Jel

:;Ti"h, " I quren ,o.empJec. o s-, Lle rJ rotu,,r¡ I .*r*,.*. ,.,irruc , a,l. .uit1.. ,m " J( ..u d"",Er ," e inrc¡r.,on,

rore r¡r-.e,e ¡ rli.. di.r,n,rvo. que h .irLUt;" -¡n en .u D;o_r¡ rf .., dFr-r,dc te t¡ ret¡.,.n dct ..im¡. lu conla realida.l sinboli:ada, y del hecho rte que, en ta ciencta por

a .11.c9,j.,:.u": er.ror(,mr..n.o rog.r pen¡rr0, miq a ,undo en esarer,rrd"d., Y ti¡rrtmenr .. rinpocñ depende 5ótñ d. to rplá. .u(Jo¡ (rmb,ro Erardá c"n Jo. d" .u ,o r".DonJ:enrc fo¡nI3.iarbót;ca. de cr,va rel¡,,ón .e orisna et ordcn ¿,. ...,,,¡ . qr" -.:,,i"v,.

"n,re ,Jd".. Lá Éri«ón h..óri¡".

,,,.¿,.,i1,t.

"uclquiera de esras orraq, y ha de consd,¡xorun¡-pr.p¡¿d .,,, ., ".,i.,r. .,,"h,,;i";..;Ti":;l[T:¡,cn oc \en.ldo o .r.rcrr .rrnb^lrro Do bIe.

ALnq,,e I¡ hi.r^,,.id-.t e ,"-ún, roda. Ia. tormr..,nbóli.c,c. l)¡!r n. ^ d" c,rc,rn"cflh:rr. . ¡r .-a ¡ t" .ipnc;¡, p"," ;i".,.;. r- p¡i1. pn: pu.. ¡l .ur.r tFr¡¡t..n Utriro t.gr_, y.., *,".i0r.,,""q:"y .= io. orr.. pr n pi ^ !á e,,minad;.. ..,,...". ;;:."..,,:l"l i" áLr3--. ¡r,'Jn¡. cu" ll.nc, d(cr",,a. d" epnre¡ oro-

el hpchñ d. I¿ h,e"r c:,¡ad n., ,:ava",do .ompr, r d:dn preci,.r-

T:11,".,"-^ r¡r' ¡r¡f iri4 .r.r ...,u,i11'Fn'o. ri _*.t";" ¿" l"§ ruá¡¡,o¡ p. p¡r.F"t h¡.t,o de t¡ hi.r, ,icidr l ¡.,-

;^.:-l)::,. . ,f,.,,",: cr I ,¡,d.,mFnro Jc rr cr.nc;a mr. mn q,r"

l,lT, ", ,, ,,,, de r,. ori.: ., ¡.rL"trJ. rc fí:. qu^ clFri\.n JFt::-.1:,-j.- rFn.i¡\ Ler.¡ f1. fsrr ,a r;r".o.i¡ ) r" ,,...,. .¡;sencEL rh., ,!{m1,re. cuát,iu ". r to,..l¡ ,rJc ¡re e¡cti" L.rl.rr ro. pr:,h,pio det co,,o.rmjc,,.o _o re,.ti, áe,1,., ";, ;,,vi etec,:v.,m.n, _ ¡or"cería qu"

",r.o", " q,,:hsyr de npsxr, el ¡)e.ho Je I¡ hi.roricidád. ¡",."l

*.f,","^.1i"-

,,)

b---*: _ _..._

402 LAs Rur-acIoNES sIMEóLlcAs

termi¡ad¡s inferellcias teóricas de alsunff .lireccioncs historicisrrrsno sc rcch¡zan a.lemás los hechos en quc dichas teorias creve¡,rapoyarse. Los hechos se admiten sin más, y esto solo no cot¡pl¡mete de antcm:rno a adoptar ninguna postura teorética. Sin cnr'barso, cuanclo tos hccbos se exámin¡n coD auté¡tico igor cieDll'{ico, 1() Drimero que sc advierte en cllos es que no sc proclucen Llc

rr.:ul"r ,' c' nl.r :', 'i '' .. re

de p¡oducción de 1,»

EL siMBoro Y sus^NTECEDEN]'ES 101

clepeoden a su vcz dc unos antcccdentes. sin los cuales..e.ian ¿b,srlutamcnte irrcductiLrlcs e irracionales. Pero I¡ individunlida.tcxistenci¡l del hombre no es ireductjble, y corro torlos los he-chos singulares ha de comprendersc en rehción c(,n otros hechosque guarden con él concxiones reales y discernihlcs fen.¡r¡enoló-gicamcntc. Ahora bieD: la snuación actual o ¡rcscnte de unindividuo, aurque sea causa inmcdi¡ta, por d.cirlo ¡¡i, dc ñs¡roductos hktóricos, es comprensible sólo e¡ ll¡n.i(ln ,lel

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den. E] principñ de cste o¡den I ]¡s leyes

're.ho on, . nr¡ r. e., lo ,,n co qLe i.nror ¡ ¡.erisJ¡..

Ante el hecho de Ia historicidad -concetamcnte de la cicn'cia-, la clave que permit;ría exrrlicarlo se ha buscado habln¡rl'mente en 1os térninros dc 1a pr;mera rclación snnbólica: la que kestablece cntre el sir¡bolo y ct sujeto .tue 1<l emplm, Cuando mir,se considera también pertinente la ¡elación cu¡rt¡: Ia de unorsimbolos con otros, dentro dc su propio sisicma y orden de scrr'

tido, con las collsiguientes corrclaciones entre un sistema v orrt)'dentro de una misma situacióD histórica. De esta manera, clprincipio de la historicidad quedaria inst;tuido de acuerdo c,,¡t

e1 crnerio exclusivo de ]a estruc¡¡¿¡¿ r,c¡¡ical. Es necesario indicnruna vez más1a 1a anomalia dc este procedimiento, en c1 cua], prrtr

determinar el principio .le la histo¡icidact cte una prorlucción cLrnl-

qüicra, seprescnrdc justamentc de

larcl¡ción que guarda esr¡r

producción con sus ar,tecedentes históricos, y de ese nexo enlrcia un" y l.s ut.as qu. p.rmite justamente agruparlas a todas dcn'tro de una form¡ siml¡ólica defnida. ll secuencia histórica nfrr'rece entonces como unn linea discontntua, cn la cual cada posiciórr

responde solamente a sus propias motivaciones. la historicidnrl¡ompería la cstructura misma de la tenporalidad, v la funcÑrslml¡ólica serír como una creación sin mer¡oria. Que es indisfcrPsaLle cmplear ¡clcmás el titerio de 1a es¿ruc¡rra horizon¡¿I, l''revela cl hecho de que 1a listoticidact, de ota manera, quctl'r

reducida a una relación de 1o presente con 10 presente, v de qrr'se rompe de estc modo la conthuidad del proceso. Esta continui'dad es'tanbién un hecho. v se ol¡ecc como ün ca¡ácter escncirrl'

mente propio de todo 1o hisró¡icLr.Ya hcmc¡s visto en el cur-.o dc esta obra que la hiroricidad (lr

un proclucto cualcluiera de Ia función sinMlica en el hombrc n,'depcnde solamcnte de las cir.,nsr¿ncns en que se produc-', ni (16

la;erspectiva limitada por cl lún¡o ¿e t§td singular que adoprc cl

sujeto productor. Porque esla-. circunstan.ias v este punto de vislr

1a Cl. Hino,i.iv¡. I Erif¡n.illi¡1., ¡drrñ¡ v Li 1'6¿.¡ón l¡"n,tr ('

l]¡sádo:de su propio pasado personal, y de la hueDcia cluc ha rc.ibido de

otras existcncias. El concepto clave, ontolósic¡¡lrcDrr., .s cl J,: hhistoricida.l del ser, por e1 cual se explica la vrricJ¡rl inliñir¡ (lelas nodal;dades existenciales, y dc las fou¡as y csrllos .xfr.sivoscor¡espondientes. Sin esc referencial ontológico, cs inr¡osihlc cli.lucidar cicntificamente los infnritos mNlos slngul¡rcs rlc scr v L¡smodos dc conocer y de expresaq y ento¡ces f¡rcrc conr) si k)individual constnuyese e1 punto límitc dcl conocimi.nro, l¡ L.a-rrera termhal nrfranclueable, dondc 1¡ filosofia lir¡ita con la bn¡-

¡,cfi: lo curl inp :. ú ,'.1 n,. ,toda producción filosófica y cientifica h¡ya de ir)tcrprct¡rsc re-trospcctivameDte en senti.lo puramcntc bioeráfico. Pero cl iDctivi-duo no cs térmiro {inal, snro base inicial. No cs necesario insistirya

más en el hecho de que roda modal ¡d existenciai singular,lejos de ser n¡eductible, es mis bien reveladora de la lorma onto-lógica común del hombre, como ser cle Ia expresjón quc cs hisró-rico en su sef mismó.

Ser histórico sisnifica, pues, ser depcndicnte del pasado en elmodo presente de existencia. (La proyección hacia el Iuturo, in-herente n cralquier dispositivo siruacion¡l, no consrituye, eviden-tementc, una rclación simbolica eD sentido propio: cl futuro no secxpresa.) Y porque así ocu¡re en el orden del ser.tel hombre, asiocu¡¡e también en el orden de las formas simbolicas que él mismoc¡ea. De esta mancra, y nunqre cada e¡presión haya de ser refe,rida a un determinado sujeto, clue es el autor o el actor, las expre,sio¡es mismas, constituldas en {ormas, sistemas y órdcnes dc seD-

tido, tieDen su ley propia dc evoluc;irn, independiente del desigDlosubjetivo. Asi como nirreun suieto está solo, rro(uc la comu¡idades un carácter ontológico constitutivo de cualquier modalidad eris-tencial posible, asi tampoco ningtura obra es un producto aislado( in(ur . ,o, .n¡ qu., por el cur a.ro, cu"r,ru,era que .ea -u r-culiar estilo, c¡rácter, intenci¿rn y orignulidad, se integm neccsa-riamente en una forma simbólica y un orden de se¡rido qu. ticnc¡su propia cstructura y su ley ptopia de lo¡mrción y cvolución.

1

EL SIMBOLO Y SUS AN''ECED¡ÑTTSI

404 LAs RELAcToNEs srMBóLrcAs

Esta lcy puede llamarse fáustica, porque con Ia noción del mitode Fausto, y Ia trácica alternativa de su situación, puede signifncarse apropiadamente esa inherente consticción de la liberhdoeadora del hombre, patente en las mismas creaciones simbólicasque Frpre.sn.u l"rmr de.er v.u modn d" "ri¡ir.

El productor de una obra mucstra la condición libre de su seren el ¡cto mismo de su producción creadora. Pero e1 cardcter deIa ob¡a no expresa solamente el ca¡ácter de su auror, pues asi

405

teóricd como consecuercia del disposirivo de condiciones estable-cidas por los antecedentes. Este dispositivo es ¡lso dado en cadamomerto, algo con lo cual hay que contar y que no.lepende dela autonomia de un pensamiento origiDal, sino.lue !o condicionay limlta sus cauccs posibles. La prime¡a tarear y ¡cnso cl néritomás considerable de todo pensador, consiste just¡mcntc e¡r deslin,da¡ los caracteres báícos de su propia situacióo, y lograr que scdesprendan con claridad y order sistemiti.o (lc Ia fñlusión y

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como este ca¡ácter ¡o fué lib¡emente elegido, sino que también

es un producto de 1o que e1 hombre puerle hacer con lo que le fué.tadq y asi como este carácter ha sido conformado po¡ 1os ca¡ac,tcres de la época, que tampoco fué elegida; asi también la épocamisma, con sus caracteres propios, es ¡esultado histórico de Iosci,acrerec que ruJrer¡n la. ép.xa¡ ¡nteriorc., prc(i.ámen,. r.orqueno Ios ¡ep¡oduce. Los carácteres de una época no sutgen cspon-táneamente de su mismo seDo: el pasado es el suelo donde ger-minaron los frutos orisinales del presente. De süefte que el auto¡,por )ibre que sea, nó pudo elegir ljbremente las modalidades bá.sicas que su misma ob¡a tenia qüe prescntar necesariamente. Estose percibe cl¡ramente en la historia de Ia filosofia. Cada fo¡masimbólica ofrcce, peculiar, ]a estructura dc una olsa-

nización interna y un principio de evolución global. las obrasindividuales se intee¡an en ese orden unitario y se reeulan porestc principio, independientemente de 1a voluntad expresiva delautor, y aunque sean naturalme¡te los hombres, en tanto queautores, los verdaderos sujetos del proceso. Pero tá] vez en la filo,sofia, más que en otros órdeDes s;mbólicos, es posil,lc despejarnítidamente e1 esquema de asta relación; porque ]a filosofia, a

difcrencia del a¡te y del mito, ha de atenerse a unos problcmas¡iFrosamente det(minados, y por tanto se acusa en ella con ma-yor precisión el condicionamiento hisrórico de cualquier situaciónteórica. La Íilosdia evolucio¡a en bloqoc, como sistema, integraly unitariamente; las fases de la evolución y los rasgos que la carac-terizan só]o se encue¡tran en mas ob¡as dete¡mlnadas, atibuibles

dete¡mnrados tambió¡: cada u¡o de estos autoressólo pudo tene¡ Fresente, en el p.orecto y realización de su obra,Ios caracteres que e1la tendria, pero no 1os que e]la pudiera prestara su época, pues éstos dependen de una conjunción de múltiplesob¡as y auiores, entre los cuales puede haber nrclt¡so discrcpanciadoctfinal, a Desar de que contribuyen en común a la caraüeriza,ción de una fáse histórica.

Es pmible, inclusive, formar el concepto mismo de situ¿oón

variedad de obras, ideas, sistemas y direccioncs que sc cDtrecruzanen la situación anterior y en la presentc, antes dc

|,(,ccdcra la

formación dc las ideas propias y a la constuccnir (lcl nropio sis-ren'J. D. he(ho, ".e de.l, ,de ne.,., no p. un¡ r,, :, r 1,v, J,.¡ (.¡meroJ¡lógi. a, ¡¡,¡ criuc., d.. t1n.arñ'p¡,u .¡,lcri..r

-1¡.¡¡ .L 1,,c.

senta tipicamente en Aristóteles y cn Dscartes- ctuc |cünilc dewdejar el terreno para la obru original, sino que cs Ia condici&r deposibilid:r.l de la origlnalidad mism¿. Cabe decir quc, cn cl or.lende 1a temia, Ia odginalidad consisre solameotc, o lund¡¡rc¡rtal-mente por lo menos, cr ]a capacidad dc capr¡r los c¡mcre.cs dela situación. Los pensadores que ¡o son orishal.s, c¡r el scntidode radicales e innovadores, por smnde que puecla ser su mérito,discurrcn por las veredas l¡tcmles de la ¡uta central, quc es comoel ejc histó¡ico cle la filoso{ía. Las etapas de esre irine!¡rio ce¡-

tral las señalan aquellos pcnsadores que logr¿n definir sisrcmáti-camente la situación en sü mome¡rto hisrórico, por alenturadasque luego pucdan parecer las consrrucciones teóricas que, comohipótesis, elaboraroD sobre esta base. Pero 1o que llamamos hi-pótesis, la aventum drll pelsamlento, nunque son producto de lalibe¡tad creado¡a. requiereD en el orden de ]a teoría menor cua-li.lad de genio que la ta¡ea previa de fundamentación; porquela capacidad de invención es subjctiva, y po( ello menos condi-cionada, mientras que el genio se muestm tanto nás poderosocuanto más complcios v ntu¡erosos sc¡n los condicionantes.

En 1a lllosofia, y eD la ciencia cn general, la capacldad i*ventiva no juesa un papcl más secundario que en el ¡rte, sino más

dificil, poLquc cstá confreñida por la necesidad dc ¡tenerse a 1odado, a lo ¡cal; y como )tx problcmas Lásicos que 1a realidad prc-senra form¡n un nirnicro linitr.lo y 1 intcrdelendientcs, la iD-ventiva teóriei sc ve limiiad¡ r¡mbién por la nrzoslcl¡d clc ¡tenercca los términos en c¡ue dichos problcmrs sc encLrcnrrcn planteadosen l¡.i,,r,,i., rcr:"1. 1.. l'r..1.'.¡,¡ r'.¡..¡ r¡,\(¡'r:,r.i r,.¡ - r ta.F,onales, sino rcal.s, y r-.or ello Rrn comuncs. Los prcbl.mas se rcn,y en verlos consisLe la ¡üividad tcoLótic¡, cor¡o l¡ p¡labra indica

4A6 L,{s REL^CIoNES sIIlrB6LrcAs

etimolósicañ.¡te. Iero ]a visión teorétjca es una forma sistená-tica de visión, una {isión discrrri¡,¡I, que aprehende y formula cone1 logos las co¡cxiones entre tur problcma y otr,¡, y el ordcn de sLr

conjuno integral. Por esto el genio es sistemático: no porque in-vcntc su sistema personal, sino porque pcrsonalmente tiene 1¡capacidad de rcrcibir el sistema de los problemas mismos.

Y así, en cada situacló¡ tipica, cs genjalmente orisinal el tiló'solo que logra atin.r cn h iurica solución que era posi61e, drdos

mq por ]a posición nrici¡l que adopta y qrc crr 1a única poslbleen ¡eiación con los antecedentes. Su filoscfía, en efecto, hallala fórmula de concili¡ción enre la evldencia dcl orden inmanentedcl cambio, naniliesta For Ilcráclito, y ja evidencia dc la no con-tradicción. Drcpuest, por Parmé.id.s, mecli¡nte ¡l sn¡ple rccursode nultiplicar y diversifj.ar el ser de l'aLmér¡idcs, mante¡iendotod.,s sus ceracteres ontológicos

-rnenosel de ur¡iclad- y hacer

que 1a pluralicl¡d se comForte racionalmentc, ¡ la ¡t¡¡cra de He,

EL SíMBOIO Y SUS ANTECEDENTES 407

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los ¡ntecede¡tes. Dc hecho, e1 hallazgo de la solucion, o de la

rrosición clavc, cs un resultadoque sc obtiene con ¡elativa

facil;dad, una ve; efectu¡do cc¡n ¡igor el exame¡ de esos antecedentesE1 nismo .lispositivo que ellos füm¡n, uDa vez organizaclo sistemá.

Lr,¡m-r 'c, . n¡l¡ \¡ in'q.rit¡. m r,r¡ c,r"l e. e. rr',a po'crónteór'ica que puedc resolver la s;tuacióir. De un modo parecido,

en ]a fase {inal cle u¡a partitla de aje.l¡ez, el maestrc puede dernvar dc1 análisis integral de Ia situación, .letermmada por la pos;ción cle las pieas, aquella sccuc'ncia de movimienros, única entretodas las variantes posibles, que, ni, impo¡ta cuáles scan lasrespucstas del adversario, debe conducir inexorablemente al mate;

v cuanclo e1 adversario también es un maestro, su correspondienteanálisis de la situación determinn el abandono, pLrcs só1o se em-peña en lo imposible el quc no es maesho; Pero

maestro coDsiste cási solamente en sabe¡ examinar ]a situación,porque e] descubrnniento del único camino viablecuencia ncccsa¡ia del análisis. Dijérase pues que el futuro está

condicionaclo por el pasado, pero que se requiere el cenio de unálibert¡d creadora original para abrn, desde el p¡esente, un ca-

ñino hacia el futurc. Quienes no abrcn camino perpetiran elpasado, o contribuyen taD -*ó1o a un avance marsinal, con el estü-dio de aspectos l]arciales.

Un ejemplo tÍFico, Fara ilustrár cste modo de dep€nde¡cia v.Ie rclación co. el pasado, 1o encoDtraNos en la s;tuación teó-rica clel pcnsamiento gri.go determinada por la posición de Par-

ménides. En tanto que ciiscipulos de éste, los clcatás filosofan de

caLa al pasado: manticoen plémicamente el mismo princlrio deIñaesrro. si¡1 alterarL¡. Pero los condicionantes de ]a situacióncreada po¡ é1 im¡onían que el princilrio se m¡ntovicse y a la vezque se áltcrase, ¡-.orque era necesario enconbar una fórmula teó-dca de compatibiti.t¡d entre su evidencia -la eternldad y consis.tenci:l inalterables del ser- y la otra evidencia dcl cambio. Em,pédocles ci un rensador gcni¡], no tnnto for las hipótesis fisic¡sy metafi-.icas quc fc¡rman su sistcl¡¡, cuanto por la base del mis-

ráclito. Inclusive 1a hipótesis de un prDciptu rDoto¡, ontolóslcn-mFrre di rinru dc lo In^v dñ r.or é , ver,iLml1 ¡ r:' , j i :.u,Um.;

ticamente por la i.lea de una pluralidad dc los clcnlcntos radicalesdel scr, pLres estas mi.es ontologicas est¡ban Lic¡r dilcrcnciad¡s,pero eran ine.tes. La fómul¿ o esquema teórico rcsultaDle noderiva eniooces solamente <le un cxamen de l¡s cos¡s ¡¡ismas;

Eecisamente Forqtre reDrcsent¡ uná uee¿t¿ hacia lo concrcto, es

una consec¡rencia dialéctica de la posición anterior. Este c*lrrcmaresolvió e1 estancamiento de la situación y abrió, de la úr)ica

porble, el mrn'no h¡,i¡ ",r¡, su...rv¡. ,r,,"v¡ciones, isualmente or;gnules e igualmente prcco¡dicionactas. Dehecho, y por sinsulares que sean las teodas posterñtes cle Ana-xágoras, de Leucipo y h¡sta del prodo Platón, rep¡oducen clesquema báslco de Ia posición d. Er¡pédoclcs, porqirc sisucrl ¡tc-

nióndose como él ft los términos de 1a situación teórica üeada porel prhcipio de Paménides.

Un pensador origlnal no necesita ser consciente dc 1a Fosi-ción que su obm ha de ocupar necesariamente en e1 orclen y evtructura dc ia secLrencia histórica. Justamente, el descubrimientodel principio de ]a historicidad es uno de los condicionantes .le1a situación actual; pcro el hccho dc cstar condicionada por este

orden rlo mengr:a para nada la originalidad de la obra posible.Una ve establecido el principio de la relació¡ históric¡.te los

sistcmas simbólicos, y del condicionamiento de toda activida.lcreadora por los tórminos de ]n situación anrccedente, es ¡ecesa-rio ahora indicar e,r strs r¡sgos generales 1a estructur¡ dc 1a ley

de acuerdo con la cual se produce efectivamentc csc condicio-

Dsta lcy pucrlc llam¡ñc fáustica porque prescnt¡ de hecho eldispositivo dialéctico d. uDa altcrnativá. L¡ sitÜnción condicio¡lpor s térninos la ¡osicñn ¡osible. Pero esta ¡osicnin, sca cual-q., ¡" ¡rrr l. , r , lrry r, , n.. (l'i. :i ,r

ción nucva cluc rcsrlta alLcm¡tiv¡.le I¡ ¡ntcrjor, y coD.licioná laposiclóD sigl¡iente. lJna ¡osicirin cu¡lquicra podrá ser tan nrte$a1

a

408 LAs REL^croNEs srMBóLrc{s

como se quiera, en e1 planteamienro sistemático de Jos probte-mas, pero no püde se¡ definitiva, porque la teoria no se limita aun plantcamiento, sino qüe e1 planreamiento mismo implica yauna dcte¡minada mod¿lid¿¿ tco¡érica. Esta mo.tatidad, ñás quela tcsis o quc la d;ección docrrhal, sc adopta como una alterna.tiva, aunque Do haya conciencia de la otra modalidad posiLle;porqLre de hecho no es posible deniro de ta situacióD, y su posi-biiidad só1o se presenta ctectivament" ."mo alt"n.ti"a e"-"n¡

EL siMBoLo Y sus ANTECEDEÑTES 409

representación clara de esta misma re¡lidad. Los términos de estaalternativa fáustica no clete¡minan necesariamente e1 conrenidocie una teoria, Ia dirección docfthal de sus rcsis, o el carácter desus conclusiones, sino Io que llamamos su modalidad simbolicafundamental. Taml¡ién ha de hal¡er, naturalmente, jlrcso dialéc-tico entrc las tcsis mismas principaies del pens.micnro, y en todocaso es manifiesto que e11as no puedel ser enteramcnte indepcn-dientes de las nod¡lida.les de ia posición lrásic¡. Es probrblc clue

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situación poste¡ior. No son, pucs, Ias "dc¡ctinas,, las qre juegandialéciicamentg dc tál máne.a que las soluciones querlelr cr,nfta-pucstas, como la tesis y la antítesh, y su cont¡aposición hava deser superada en uDa sintesis que será a su veu la tesis para lnaantilcsn ulterior. La altetnanci:r dialéctica cs más bien la .te unasmodali.tades dc const¡ucción simbóiica; ta Fs;ción sc estabtece ydetermina por c1las, más que pcr la nrten.ión de un¡s afirm¡cio-nes o las conclusiones Lrre.has dc una solución. Pues estas conclu-siones de teoria son lib.cs y personalcs <oD tñas las restriccio.nes y:r indicaclas-, pero la posición básica no se elije libremente, ycsto es justamentc lo que lroporciona su ley propia al proceso deevolucnin hisióri.¡.

Lo cüal signilica que, cualquiera que haya sido la modaljdadde la poslción adoptada, e1 hecho mismo de que no sc adoptó por

eleccióD arbitraria, sino que la libertad se er'erc;ó en et descub¡i-niento de sus condicionanres, es lo que s¿lva a su vez ta libertadde las posiciones subsiguientes; Forque el condicionamiento deuna posición limita de ¡ntemano el alcance que ella puede tener,y de esta manera queda solamente pospuesta la posición

-deveñada sin quoe¡, y hasra sin saber- que se manilesrará mástarde como alternativa de la primera. Toda posición posible estácondicionada po¡ la siruación; l¿ libertád del senio o det inpe.,)io!un.i.reen dtucuLrrla: tu. Empüo.1", v n,nEun,rro srie8odc su tiempo, quien encontró 1a nueva fórmuta de ]a unidad en 1ap]üralidad. Pero esta fórmu1a, u otra cualquiera, lib¡emente en-contrada aunque precondicionadá, no agota las posibilidadcs teó,

ric... sin, que rc.rurJ" .ólñ ¡ li. quc utrp.e la rru".ión. \ dejrcbicr'¡ tara e. porvcnir, .^mr unc po b, dr I ir.e"li-¡l 'e .r, elpresente, 1a libcrtad de elección de su alternariva d;aléctica.

Asi, por ejemplo, se prcduce hisróricam.nte la alternancia in.clicada cn el fuDto añtc or eDre la ne.esidaC iohercnte at pen.samiento de mantcncr el contactc¡ rlirccto con la rcalidad. medianhlu¡ estilo de sn¡boli:acióD concrcr¡, y la corrcspondiente necc-iidad de operar con simLc,los cada veu más ibstactos pam ünn

haya relaciones de altcrn.rtiva hisrórical por cjcmllo, cnrrc cl mo-¡ismo, el plunlismo y el clualisrno, porque el pensamiento proccdeLmas veces a parrir de 1¡ multiúicidad de lo d.do

-arenióndosen lo posible apesado a lo concreto- e. L,usca dc ur p.jncipiode unidad, y oftas veces parre del principio establecid,) ¿ l)rn)rj

-evadicndola confusión de 10 concrero- en un movimienro dew

cendiente que v¡ intes.ando los sectorcs parciales de 10 rcal úr ctorden común. Toda resis monista trara de ¡firmarce cn la Rriclczy claridad de la teoria y cle sus principios; pero no todo plura-lismo coresponde necesariamcnte a ,a posición alternativa, a lamodalidad de irensamiento más concretn y sumisa a l¡ re¡tidad,cono 1o prueba Ia diferencia entre el pluralismo de Empédoclcsy el dc Platón: ei primero olrece maniliestamcnre una modatidadmás empirica, e1 segundo um modalidad más ¡rrrio,ís¡¡c¿. Y ésr¡es, tipicamente, una altcrnativa fáusrica, porquc sus dos términos§e revelan histór;canente como complementarios, y cuando unode los dos se reproducc, presenr¡ por necesidad dialécr;ca cier-1os rasgos qre coresponden a la alrernativa opresta. En todo pen,sador y hombre de cienci¿ se encuentran tas dos disposiciones..omo posibllidades a la vez alternarivas y complemcnráriasi lapreferencia vocacional, subjetiva, por una de elias no ehnina ala otta, asi como cn el or.ten histórico la preponderancia situacio,¡al de l¡ una se establece prcc¡ameDte sobre la ¡rescncia Iatcnrede la ot.a posibiliclád zlternativa.

U¡a instancjn trivi¡1, pero reveladora, que ilosrr¡ esta cslruc-tura de la ley fáusrica, se encuentra en las modalid¡¿cs de la

experienci¿ tcmpor¡l. La ,orma de la tempomlidad cu l¡ cx¡-liencia común cs l¡ de una contnruida.l irrevcrsihlc, curlir¡riv¡y heterosé.c¡, en ei sentido dc hconmensur:rbl.: cl v¡lor vir¡ldel ticmpo no cs ecl¡iv¡lclltc eD cu¡lctui.r cxt.cricnL:ir; no hry, cnsuma, uDidad dc mc.lid¡ clc Ia tem¡orrJirlad. Por orra ¡rrrc, cldempo fisic. cn La mccánic¡.|ásic¡ ri.nc l¡ lor¡r clc unr co¡ti-nL¡idfld (v.rsiblc, homogéncr, curnrirrrivr y ¡,» rll, meNLrmtte.1ll Lcloj cs cl iDstrL,r)cnr,), crr¡rlo (lc ¡cL,c,(lL).on csrc !)rincipio,

.,

410 LA COMPRTNSióN FILOS¿)HCA 4i.oD el cual se establece¡ las unidades cle medjda tempor¡I. Todaslas horas cro¡oméhicas son iguales, por definición. Pero 1as uni-dades cle m¿¡lida ui¡¿l de1 tjempo no coinclden con las del c¡onó-metro; de hechq no bay unidad de medida, porque ciertos minuhxp¡rec.'¡ eternos, y ciertas horas pasan volando. Tcncmos aqui lostérminos dc L¡nn ¿lt.rnativa: ]a.r¿ic¡i¡"d vltal no coincide con )ncronom¿trica, y hasta parece mcompatible con ella, mientras quola exactitud üononética presciode de1 contenido vital de la te¡¡.poraliclad. En un caso hay una t;delidad a 1() concrcto, q¡re

Este ós cl fin y éste es el principlo. Iolque, si ¡qui terr¡i¡¡ lam¡teria quc sc ¡l1)ycctó incluir cn est¡ obm, clla misrna, en tantoque aspira a rcvelar unos principios, no h¡ dc co¡side¡arse sinoco o un¿ ctapa en el camino: su conclusión coinciLle con el nriciode otas obras qt¡e en ella están ya implicrd¡s y xnuociadas: sobrc

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esconluso y desigual, y en el otro una fidelidad al afán de ¡eeulart

dad, <1c claddacl y dc orden. Sin emb¿rgo, el prnrcip;o de 1¡) com,plcmcntario, de qLre hal¡lan los fisicos hoy día, ¡ige sobrc todoen cstas relaciones de oposición alternativa. Porqrre de hecllrhemos incorporado a 1a experiencia común, como fnctor de la tem.poraii.lad vital, ese instnurento ideado para la medición exacta yuniloü¡c del tiempo; y asi, nlrestra vida m;sma está resulada porel crorrcmetro e¡ las experienc;as cotidianas más banales y comu.nes de Ja temporalidad;l5 asi como, también, e1 dispositivo d.nuestra espacialidad, o de nuestro es¡dcio uiú¿, parecc estar con-formado por las catcgorjas r dc{inicioncs primeras de ]a geometritridimensional .Ie Euclides, a pesar de que este sistema del espaciomético es el producto de un¡ abstracción simbólica no menos

elaborada que el sktema del tiempo absoluto de Newton.En el n;vel de la teoria, 1a relatividad dc Einstcin representn,a pesar de la complejidad de su fomulación siDbólica, un movi.miento de regreso hacia 1¡] concreto, como una alternatlva dialéc.tica de la posición dc Nervtor Pues en éste, el tiempo se concibccomo indifer€nte respecto tte 1o que en él suceda, y esto es 1rl qucsienifica el cualificativo de absoluto: los vá1ores .lel tiempo sorltniformes y ct¡¡stantes. I'fientras que, en la relatividad (espc,cial), este valol del tiempo es función de otros valores, y dcpe¡dcdel shtem¿ refe¡enci¡l que se emplcej dc tal sucrtc quc las eq¡.¡i.valeDci.rs, o coÍespondenci¡s de un sistema a otro, haD de scrdeterminad¡s de acue¡do con una fórmula de Úansformación.',1Sin embargo, el sistema sinnrólico que Einstein ha de emplear parn

este re$eso hacia la consider"ción del "prnro de visra del obse¡"vaclo¡" (refere¡cial) es mucho más abstÉcto que el de Newton,en el cual se prescindia de este dato más coDcreto.

1t Cl. ¡i..¡olitr ¿c i¿J Snr¿.iotr¿s \,'n¡d.s, cap. L16 Cr. EnEtcnr, R¿¡&i,tr: ¡¡r. s¡..i¿¡ dn¿ Gd¡¿r¿l Theorr, New Y.ú,

1910; ¿d:rim r' esEd.ialhe¡ie .ap. XL

el ser y e] conocer, rcLxe ]a óticn y la estética, §o¡tc la teoria mismade la palabr¡.

En su auténtjco sentido {ilosrfico, la seeu dad dc un¡ tund¡-menft¡ción dc principio no puede depender sol:rmcntc dcl risorformal con ¡rue se estableciera, ni de una bucna {ortum quc acom,pañara el intento dc substituir con clla a otras posicioncs funda,mentadoras, sino precisanente .le su intencióD declarada de jus,tificarlas y comprcDderlas todas. Pues comprender es l¡ finalidadde Ia tilosofia, y tiene ella quc procurarla univcrs¡lmentc, cs dc-cir, incluyéndose a si misma eDtre las ¡ealidades de que es nece.

Es evidente que 1a filosofia, como expresión humana, es unacreació¡ histó¡ica .tue no podrá nunca parali¡arse a si misma enun sistema defjritivo. Peio los sistemas no son indepcndientcs uoos

de otros, ni se excluyen unos a otroq porque esa actjvidad crea-dom Do cs arbiüaria, ni se produce sin continuidad y snr ley, nicabe decir que no tiene otras míces que las del genio indivldualque la produce y se expresa a si mismo con clla. No puede darseen la lilosofia un paso histórico cuyo ava¡ce posltivo no requierauna revisión criticn de lo que signilicaron 1os pasos anteriores.Perc esta critica no puede ya ser troy lecunda y bien guiada, si a

la vez no rcconoce lesitimidad a una labor ajena que sólo puedesuperarse cuando precisamente sirve de apoyo, y sólo puede apo.ynr cuando es comp¡endlda.

Esto pcrmitc cntonccs Fromover un nuevo cstilo dc an¿ilisis yconentario, y un nuevo scntido de ]a misma opcración creadora

de filo«fia. El eclectici-.mo y el sincretismo pudieron haber aspi-rado, tal vez, a esa cor¡prc¡sión integradora; pcro les faltó, parafunda¡ su proñsito rigurosamente, el concepto de Ia interdepen-dencia de los sistemas en Ia coDtnluldad del proceso hjstórico. Sila polémic¡ no tiene sentido en tilosotia, no es en modo algunoporque predomine un¡ intención apacjsuadora y de concodi¡,jilo r.rque. e,u lode I:r.dr.(r.p.n i.. m, m.i' imron. \:. ( .r

evidencia u¡a comprobación de hecho: ningún sistema filosófico

L

41? ¡pfi-oco

ec árb.,rrrio. Cuaodo.e ¡eb¿.a et n;vel que cotrp.ponde ¿ un sis.rema dc.c,n in¡du. queda a Iá ve¿ j,r.nfi.rdá ta "i.u.ción reoricren que se orjcinó, la cuat es condición hisrorica de posibitidad dcla misma variacióñ renovado¡a. Asi ha ocurrido iiempre, y lanovedad de la sitüación presente no consiste sino en d.rse cuentade esta necesidad intrinseca del proceso, y del carácter exisrenci{¡l

-no merame¡te "ideológico"- cte aquclia condicior. pero estnDueva conciencia ha de modificar .te rnanera inrima. cabat e iÍe,vocable

1^ q)NDICIóN FÁUSÍIC^ DEL'IO]\TBRE

+13de comunidad. La clave de la situación fáusrica es la atternativa.El hombre es Fausto porque contiene en su ser p.opjo la Fosibjlidáctde orm. moJ,lid¡d - exlencirjc. dr.unr.r <te t. et.¡liJa. H, derealizar su ser en una linea de decisiones propiás, pero ha de ser)-tir además como una merma de esre scr rodo lo que ellas exctu-yen: lo que tal vez no era realizable e{ectivamenrc, pero era un¡pcnibilidad humana, y como tal se identif;ca cuando l¡ reatüa elprójimo. El prójimo es verdade¡ameñre ,,orro yo,,,

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ei sentido d¿ ]a experie¡c;a filosótica: ésra l1o se há efec"tuaclo nunca a solas {rente a1 ser, pero ahora la zona det ser se haeDriquecidq porque el pensamienro ajeno ya no se considera sola.mente como tema hisrórico, o motivo de polémica, sino como unapJ,rc inreB¡xnre d" l¡ reFl:d¡d rni.ma que n* rrn riruve. por¡¡e¡encra, cuañlr. emfczamuc a pens2r,

I']or esto, Ia meta{isica de Ja expresión se proyectó como unrrrespuesta a esra exlgcncia nueva: la de alcanzar en ta filosofiapropia 1a comprensión de todas las ajenas, de tal suerte que inclu_.i'e lJ dt. rcpln,,á. . ,vjcrsn rrm ,or.,borár et prin, ,p¡o ""0-lec¡do. H¿l-,¡ que es¡liÚr filo.ótiamen,c ta w,,c¿pd dc to5 5:r.temas, y despeja¡ la ley de su producción v evotución. Ésta er¡un¡ ¡á,e: c.pn,rrrc¡ en el .n,id. "vrdr a .abo t&non,Fnolosr.menrer p"," uu., al rni.mo rrempo. lodu ."r con-ciente de ese grano de sabiduria que ib¡ a procurar, y sin el cualesa ciencia fuen insipida y estéril. Pues la sabidu¡ia no se obtiencde un pensamiento original, sino de la sabiduría a¡"n. que ins_piró v rundamelro la r,lo.otia p-oriá. Et ncr^ quo c¡nüefle entrad;ción los pensamienros singula¡es es la comprensión. Bra com,prcr,..ón orrede. r m"rrlrñen F d, be. .er , "rd,)tr pero hc de ser,cn rñüo .¡<o, necesariam<nre ¡aciunal.

leroro ¡reno e. 1., ex,Mnn. ¡ órño e.po.rbt( on..toc:caneniee-¿

'nrurpo..c.onde lo Frrr¡.1... a lá.url tlar..ño. c.mp-en.ió l

Toda posición hnovadora es propiá, y en tanro que auté;tica pa.recc exclusiva y hasta excluyente; su misma singLrtariclad distint]vaproducc su aislamiento. ¿Cómo puede ser eUa, a ta vez, un vínculo

de conunidad? En suma: ¿cómo es posible la comunicación? Estoeeu vlle ¡ ,c r(r¡r, . ^n urro. rernirj... c mn-a pr.eunr¡ que ljrl,l *J[iá ha ruañuridú .lc.de ¡n,¡sun: i,ómo e. po.;ble ta cr"u-ci¡l;.omo .on ¡o.,bI . Fl ,,rc,ra retrsión, l^c inn:,u,,oñe( rodr,rlc la socicJad hum¡n¡?

Habia ql¡e resdruir estas cuestio¡s al dominio de la ontolo,gia. Solamente la condición fáusrica det ser humano rrue.le ofrc,.erl,,r la ra:ón cte esas operaciones creadoias de fonnas histó.i.nr

et el que estávinculndo en comunidad on ológica ,ún et v^ pr.pi^, p.{tlue .u

existencja áctunliza Fosibilidades que son p¡opias y ¡jenas a ta vez,y como tales comuDes. El oÚo es el ente que realüa sicmpre ,¡lo

humanamcnte posible": es aquel que yo pudiera, o hubiera po.ti.to,

Cualquier modo de exisrencia, entonces, es comprendi.lo coDroposibilidad p¡opia, co¡Do reahac;ón ajena de una atternativa quese ofrccia, o pudo habene ofrecidq para uDo mismo. Lo ¡jcno, sifuera realmente 1o extraño, se¡ia incomprensible. Lo ajcno sótose comprendc, pues, como propio. Y por consiguiente, cl hombreha de alb.ryar en sí mismo al scr ajeno, como condición merafisicade posibiklad de toda comprensión, de roda comunicáción, de tododlá1ogo.

1., " ", ,,, .¡r.c.eri¿¡rión onrJ,óg;.a det hur bre que pr"-tendá ..ei c. mrren.,v¡ rene que dctin¡rlo como ct .er ér c.,. pJesla cual;ficacjón ética o moral dc tas conrluctas no es atgo que sesobreairada a los actos desde {uera, una vez y¡ p."d"ctdos, .tnoqJe e. ^rig:narr. La ar e,n¡riva f¡u.rica. e, dec r, I¡ c¡n.ranr.posibilidad, en cada situsción, de una alrerDativa existencial. im,plrcc nece.rr rmcrrre cue li Jcc.ón por ta .uot opramo} enrreotras posibilidades, quede cualificada ya implicjranente pornosotros mismos, eD tanto qüe es la F¡eferida. Los criterios decualificación moral son relativos e históricos; pero ta cualificacióñmisma es inhoente a la condicnin human¿, de manera constituriva.Esta es la condición propia del ser libre: e1 scr Iáustico. et ser d¿la ¿1,e,¡,"¡,r,. .ur por ."r1.,

¡ucJe cor¡ rcnJer'o. modo. de e),i+tencia aj.¡os, y ricDe que valo¡arlos en tanto que los consideraimplicitámcnte como posibilidades propias. La admiración y laenvidia tienco, l)or esro, la misma tuente: son una misma ,ormade incorporación .le1 yo ajeno por ct propio, en dos modalidadesdilercnre. Y.i l¡ cñ\ -i¡ e. uñ, t€.iór rán ¡.rrcri\., e5 t¡,qucdebe, quien la ufre, ¡borrecerse a sÍ mismo cuando idmirlr ;t orro,y aborrecerlo a él pa.a intentar, en vano, alacisu¡rsc n si nrisnro:los dos está¡t untrtos en la comprensión ctcl r¡o por ct orro.

rÍ-

414 EPíLoco

No solamente los actos .otidiauos que forman para cada q¡ricn1o que se ]l¿ma su conducta personal; hmbién resultan comprensi,Lles por razón de la csructura láustica Ios actos c¡eadores de mh¡alto rango expresivo, como ci arte. Pero, sobre todo, es necesarioya reconocer que, para la ciencia, y Ia filoso{ia misma, esa cs.tructura ofrece una fórmula de explicación de{initiva. Iá filosofí¡res la única ciencia que se comprende a si misma: 1as demás hnndc ser comprendidas filosóficamente. leto esta comprensión sólo

ÍNDICE DE NON,II]RES

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puede lograrse cuando es unitada e intee¡alr ha de servir icual,

mente para la ciencia ypam

lapoesia

y el arte engeneral, parn

1a religión, para el conocimienio elemental de las cosas inmediatas,Esto vimos que era ia expresión. Y ahom, aquellos cientÍficos qucE"lv aó(D lÉ./olÍoE, como dice Heráclito -que hablán con enten.dimiento-, no habr¿in de juzea¡ ya paradójica la pretensión clcestablecer en ciencia metafísica el fundamento de la cieDcia todn,ni el consigriente propósito de asesu¡ar en una metafisica de lnexpresión el principio de unidad de1 conocimiento.

Todas las expresiones son comprensibles en unidad, y todo lohumano es unitariamente compre¡sible, porque el hombre nuncnes un extraíro para el homb¡e. Cada uno de nosotros alberga en símismo todos 1os nodos de existencia ajenos, como posibilidadesdel Jer prop o, a.,u¡l zada, po- orro. expre"i\ámenre, y cumprcn-

didas como tales en la ¡elación dialógica. Éste es el sentido onto.lógico de comu¡idad que hemos de darle a Ia frase platónica q¡.:e

nos ha scrvido de lcmar üdp(,rroq... r¡óqóroo oúpflo].ov, elhornbre es el simbolo del hombre.

Ana\inandro, 157, l7lA.lrinenes, 121, 163

Anselno, S.D, 5C, 115

Ari*óieles, 10, 28s., 17s., 41, +7Jr.,52iJ, 65 s., 68, ?1ss" 61, 84 r.,89, 100, 1C6J., 115, 118, 121, 125 s.,

144$., 151$., 160, 16lJ'., 1i6r.,180, 183. 2?2, ?lS, ?41, 254 r,259r., 184, :124rr, 3l:1, 351, 4C5

Ba.h, I. S" t7l

Bóhr, Niels, qi, 101, 155

Bor¡, Mr^", 111, 116, 12?

lrroetje, L. rl., 91, 9t, 101 J.

cassn¿r, u., r, 101, 127, t:r!., 142J,J55 *.

Ds.a(cs,47, 61.66, 66s. 1lt, 171,17+rr., 182s., 188, 197, 22.1, 2l:l J.,

244, 357, 405

Diels, lierhr¡., 24, 162s.Diitler. 127, l¿1

D¡ns scoto,29,30 J., J4,:17s.,51, 68

Eddinsto¡, A., 91, 9.1 j., 97, 110, 122

Enrstenr, 65, 88, 95J., 98, 101, 141,

114, 121, 126, 410EmÉdo.res, lls., 85, r57, 16ir.,

¡c.¡.r, 86Flor.s Sin.hcu, H., 91

o¡l,lco, §1,86, 112, 120, 149,32+sr.oros, 1., 176, 197, 270

Oilson, E., 29, 11, ll

Hxrc, C. R. S., l1tlafim3ú, Ni.olai, 190

H.Ecl, 16,70J,,77, 111r., 11s, 116,

15,1, 16C, 1i4, 322ileidegler, 16, 31. 51, 62, 6l $., 152,

171, 17.1, 181:r, 195rr., 215 sJ,216, 26:l r., 166,24Ss,276 2i9,291, 10,1, :l:lJ, 180

415

416 INDICE DE NOM3RES ÍNDICE DE

Só.ntes, 17, 106, l§¿, l8lr.

S!ino:á,4t,66r, 69r\, 15q l7:l

Tal$, 85, ll0\, 156, 18.1

\vrehleds,^.

de, 270Iíar¡ne¡, Ri.h?Í.1, l5:lY/eyl, ¡leú¡rnn, 2¡, 9ls,

4tl¡Ien¿nbeq V, 87, 93 s., lot s.

IIe.i.liro, 17, 14, 19, ?4J., 85, 118,12q ]]6, i48, 154s.,161s.,16?r.,172, 722, 111. 407, 4\4

lie u, 119, 356

ilolkot, R., 51

N.vill, \v" 4lNsfür, la¡ 59, 84s., 95, 100r.,

111r., 120, 121, 124, lt6r., l1ONi.ol, 16 24, 7q 85, 12S, llq 178,

184, 186 174, 242, 247, 284, 306,320, 3t2, 340, 373, 377, 393

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Tomás dc A(rrnro, Sto., 11, 221 zenón de Ete¡, E6, 168

Hus l, 51, 141, 1?1, 1?5s, l8l,19q 19i, .104

lotce, lahs, 371

lusn de la c¡q s3n, ]8g 400

Kari, 15r., 21§., 19, 40, 45 s., 76,78r 60 $., 84, 88, 92 s., 96s, 1C:l J.,141J,, 178s., 185, 192, lil, :156r.,162s.

KÉñ1 Hrñánn, 24, 16?s,

Leib.iu, 66, 1Sl, 188, 2:14, 3!1leu.jN, :121, l?4, 407Leiis, C. S., 43

Luily, 351

Madr, 8., 96

lvleliso, 162, 168

¡a.m¿Dides, 1q 1i, t8, :15, 35, 4q56. /0 .. 75 7i l¡,, D4,149, l5+ r\, 188, 144, ,ti, 40br.

llaió¡, 10, 17, 24, 36 2s, 30, 15, 38,48,50,52$., 58, 61,65 r., ?1, i?s.,81, 1C6 s,, 12t r., 144s., 149s.,154r., r57, 160r., 161, 166 $, 1?1,177, 180,

1S8t., 190, 192, 194,221s., 218, 241, 260s., 26,1s., 281,377, 407, 4A9

Irour, Marcel, 218, 371, 371

Reicherhch, Hans, 91, 94

Rlssell, ¡e¡tund, 9J, 95

§.h¡o.di.se¡, E., 65, 351

I

iIt;

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t

Capitulo ¡rimero: EL ¡tobtema. d¿ I¿i ,osibi¿id.¡¿. Hcchos !

INDICE GENERAI,

Próloso

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Juct¡ina; -...

§ L La crisis de la met isica. Dificülrades Dretimtnáres§ 2. Aproxina,rón mirolúsjco r una mc,ár;,cr cl¡ Iacxpresión .......................

§ 3. La vieja ciencia del ser. Aparente imposibiticiad deincluir cn elh l+ ic,,ómcno. erpre!!os ....... ...

§ 4. Los {enómenm expresivos. Aparente imposibitidadde funclar en ellos una ciencia de1 se¡..............

(-¡riru¡¡ .cFunJ. f¡ I'iin..ip¡o Jrl

§ 5. El pr¡rcipio como "hipótesis opcrativa,, ..................§ 6. Aporias del substancialismo. Sentido im¡tjcito de

Ia ¡.rqun r ¡nr (l rer ... .............. . .......

§ 7. EI concepto de Dlos y e1 problema dc la tempo-,¡1iJad .. ...............

§ 8. Inslitución fo¡n¡l de la moafisicá: cl priocipio deno c, n.rrdir, iÁr¡

23

Capitulo terccro: Fisica 1 met Íisjcd. Lo. Íísica de ld e{preji¿n 60

9. Ln operacióD kantiana ................................................ 8010. La supuesta novedad ¡adicat de la física ................ 8311. Ln ciencia como libertad creado¡a ........................... 9012. L¿ brecha episremolósica ............................................ 9813. I-¡ r¡cr¡lisic¡ reivindicada por t¿ tis;ca . ......... 1Oj14. La unidad del conocitrliento y la cuestióD dc l¡

a|ól¡nsis ..........................................-................... 11215. L,,. , i, n, r. de l:, exp c..rrn y .J, t,mi,xcrone, i,,.

trinsccns......_..............-........................__.__._._............ 126

SDGUND ]'A¡ITD

Caphulo cuarto: I¡r .risis ¿¿ ld j.|et,rlisica. Ddololti¡1\ ¿iaq,nÁstict) ........-............... .. . ....... 141

419

15

15

2E

4l

45

45

59

66

73

§

§

§

§§§

§

§ 16. Rcqucrnnicntos (lc 1a i¡vcstisación. Dcsclrbrinicn-L, dcl sint",nx

§ 17. Iarménides y l¡ ritcmporalidad del ser ................ .

Capitulo quinto: E¡ .on¡ra.tisc¿rso Jcl ml¿odo ........................

§ to. I. ^pera,i.,,§ lo. L.' ,c. u,r ' " on d'l '. r . ...

§ 20. Conoci¡ieoto y reconocimiento. La apót¡nsis lóú,,.: y c 1tr^'

420 . fNr)r,, , Nllrlrs i3). r'i,,.i¡i,, ,t.. .,,r,r r1....tj..r. L,,j.Ir¡,,1,,,,,,. r, .,,,r_- li¡rni ,lc l¡ ü,r.r

421

334

QUTNT^ t^R1tj

Capirulo dócimo: (ijmo (rprcr¿............... ....... .. ... 349

§ 11. !1 .* simbórico ........................ ... .. . ............. 34e§ 18. L¡, l.rn.,. . mboli.c- \ t¡ .,prct,,1,.i,,r ,IüJ .cr. tj4§ ro. Irrr.rde¡.n.trn,rr up tr. r.,n¡. .rntr..tr ¡. I .,.m,r- '

nidrd de

141155

t74

t74182

1E7

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§ 21. EI ser de la exprcsión Caracteres del método feno,

rner"l ,u c" . .....§ 22. Conclusioncs. La inst¡uración de la mctalisica ......

to ¡eal .. . .. ... . ............. 16+

Capitulo undécimo: Có"!o c¡J»¿sd (sisue). Laj rct¿lcion¿{

§ 40. Los r:n,o p.,n.iDn, de ta r¡taci.lD .imbotic¡. tls¡rnb.r^ v ru pro.luctJr. L¡ nrpn,:o¡r.,li.lxd .."

195

TERCIRÁ IARTI]

Capitulo sexnr: El q¡c cr/,,cí.............................................-...... 213

§ 21. Ecce homo ................................. 213

§ 24. L¡ dcfinición y su fundamento apoclictico .............. 220

§ 25. La expresión como determlnante orisinario clel ser.

El talso p¡ol¡lema cle ]a intcLcomunicación ........ 227

§ 26. Lq expresii¡n como carácter ontológico difetencial 247

Capitulo séptimo: E|.11rc exl,tcslt (sigue). El sc¡ de l¿ ve¡dad 252§ 27. E1 carácLer ótico d¡ 1a verdad .................................. 152

§ 28. Vcrdacl y comunidad. La "actitlrd" dc Hcidesser 264

§ 29. La reside¡cia dc l¡ verdad: c-i l<,g¡,r ........................ 273

§ 30. Sisniticrció¡ y expresión. El sentido consentido .... 284

CUARIA ?ARTI]

Capítulo octavo: b qúe cxfres¡1 .. . ..-... ... . .. . .297

§ 31. La forma común de se¡ y e1 modo individual deexirencia ............................... ... .... .. .. ....297

§ 32. Fomulactunes de p ncipio . .. . . .......307

§ 33. La turma vocacional del ser ....................................... 3liCaFítrlo novcno: I-o qxe c¡"l,ycs¿ (sigue). E¿ scnrido ............ 321

§Jt Se, do v b,.'.. ............... )21

§1,,)n....''...lel -r: ( f,it.t., le,ndr eren.rry\) ,. I rncrpr -"t ."nrjJ, .. .. ___ __. \zt)

mJ¡'rcár iv. .............. ..... t75§ 41. SegunJ¡ relrciór .,,nb.,,1::

"¡ ",.6.r^ , ., .n,",.prete.,..,,.......,........,........ ,,............................_....,.. 381

§ 42. Tercem relac;ón si¡nbórica: el simbolo y su oLleto.---

El contenido s;8nificativo ................... ..........._.. JE6§ 43. Cuarta rclacióD simbólica: et simboJo y *, o;i,

---,,,,,, ,,, ,,,, , l.jj

§ ¿4. Qunr. rtaú-n .,mbot,,.:",.imt¡_to y .u..,nre.cedentes......................... . . ......................... 400

l¡otc¡ or, ¡¡ont¡«¡s ....... ... ................. 415

:

E t. lib¡o 6c ¡cabó dc inDrjni! .l dh2.1 d. maro de 1957 .n Móxj.o, D. F.,cb los talleres de crática Pa.¡meiic¡¡a,S, d. R. L.,

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Ia(oquia y Ni.olás Son.luan. D. él sc ti¡a¡o¡ 3,OOO c¡mphreDy .ñ su comDosición se utiha¡on riposGoudy 10i11 y 8:9. La ednión 6Úvo

al cuidrdo de Eha Ccciti¿ Ftur.

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