Editoriales Paro Portuario

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Paro portuario "solidario" Hay voces que solicitan aplicar la Ley de Seguridad del Estado. Tal vez sería un error, si eso devolviera a los sindicatos la simpatía que pierden con sus paros, sin efectos útiles para el país... La huelga que comenzó hace 20 días en Puerto Angamos, Mejillones, se ha extendido a otros del país, invocándose una "solidaridad portuaria" por algunos dirigentes sindicales. Su objetivo aducido es disponer de media hora para almorzar y de un casino, pero las motivaciones reales parecen ser políticas y, de paso, demostrar el poder sindical en los puertos. El costo para la economía del país y todos los chilenos es muy grande: sus graves y extendidas consecuencias aíslan a Chile, detienen el flujo del comercio, hieren el emprendimiento y tienen desmoralizadoras repercusiones psicológicas, además de las reales. En lo más inmediato, los exportadores de fruta no pueden enviarla a sus mercados de destino, y la tardanza significa que se les aplicarán los " marketing orders " que entorpecen la entrada de fruta. Parte de esos cargamentos deberá redestinarse a mercados con menores precios. Además, estas huelgas afectan la reputación de eficiencia de nuestros puertos, así como su riesgo percibido. Las naves no pueden determinar cuánto tiempo esperarán, y ese riesgo se traduce en enviar a Chile naves de menor valor y, por tanto, menos eficientes, aumentando el costo de transporte. Esto, en un país lejano de los mercados de destino, empobrece a todos. Es un costo escondido que no siempre advierten la opinión pública ni los miembros del sindicato. Los puertos, una clave del comercio internacional, son uno de los puntos más vulnerables de nuestra economía, por lo que sus sindicatos han ejercido tradicionalmente un poder derivado de la amenaza tácita, pues, a diferencia de otras industrias, un paro se extiende a la mayor parte de la economía. Hoy es menos probable que esto goce de simpatía extendida en el público. Sus costos son tan grandes que los pueden percibir los trabajadores de otros sectores, al crear desempleo, porque hay empresas y actividades que no pueden soportar la incertidumbre, por sus débiles márgenes, como la fruticultura con dólar bajo. Además, a diferencia del pasado, hoy los trabajadores portuarios son operadores de maquinaria y no se trata de un trabajo manual pesado. Dado que esto también podría limitar la simpatía pública, el sindicato eligió cuidadosamente un tema de conflicto sensible: la falta de un casino y de tiempo para almorzar. Cabe recordar

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Paro portuario "solidario"Hay voces que solicitan aplicar la Ley de Seguridad del Estado. Tal vez sera un error, si eso devolviera a los sindicatos la simpata que pierden con sus paros, sin efectos tiles para el pas...La huelga que comenz hace 20 das en Puerto Angamos, Mejillones, se ha extendido a otros del pas, invocndose una "solidaridad portuaria" por algunos dirigentes sindicales. Su objetivo aducido es disponer de media hora para almorzar y de un casino, pero las motivaciones reales parecen ser polticas y, de paso, demostrar el poder sindical en los puertos.El costo para la economa del pas y todos los chilenos es muy grande: sus graves y extendidas consecuencias aslan a Chile, detienen el flujo del comercio, hieren el emprendimiento y tienen desmoralizadoras repercusiones psicolgicas, adems de las reales. En lo ms inmediato, los exportadores de fruta no pueden enviarla a sus mercados de destino, y la tardanza significa que se les aplicarn los " marketing orders " que entorpecen la entrada de fruta. Parte de esos cargamentos deber redestinarse a mercados con menores precios.Adems, estas huelgas afectan la reputacin de eficiencia de nuestros puertos, as como su riesgo percibido. Las naves no pueden determinar cunto tiempo esperarn, y ese riesgo se traduce en enviar a Chile naves de menor valor y, por tanto, menos eficientes, aumentando el costo de transporte. Esto, en un pas lejano de los mercados de destino, empobrece a todos. Es un costo escondido que no siempre advierten la opinin pblica ni los miembros del sindicato.Los puertos, una clave del comercio internacional, son uno de los puntos ms vulnerables de nuestra economa, por lo que sus sindicatos han ejercido tradicionalmente un poder derivado de la amenaza tcita, pues, a diferencia de otras industrias, un paro se extiende a la mayor parte de la economa.Hoy es menos probable que esto goce de simpata extendida en el pblico. Sus costos son tan grandes que los pueden percibir los trabajadores de otros sectores, al crear desempleo, porque hay empresas y actividades que no pueden soportar la incertidumbre, por sus dbiles mrgenes, como la fruticultura con dlar bajo. Adems, a diferencia del pasado, hoy los trabajadores portuarios son operadores de maquinaria y no se trata de un trabajo manual pesado. Dado que esto tambin podra limitar la simpata pblica, el sindicato eligi cuidadosamente un tema de conflicto sensible: la falta de un casino y de tiempo para almorzar. Cabe recordar que el tiempo considerado es parte de la jornada diaria, con lo que el tiempo efectivo de trabajo bajara a cerca de siete horas.Hay voces que solicitan aplicar la Ley de Seguridad del Estado. Tal vez sera un error, si eso devolviera a los sindicatos la simpata que pierden con sus paros, sin efectos tiles para el pas. El nico caso eficaz de aplicacin de esta ley a un movimiento gremial, el de las micros amarillas, hace ms de una dcada, lo fue solo porque la opinin pblica estaba en contra del movimiento y en especial de sus dirigentes. En este momento del ciclo econmico los trabajadores y sus sindicatos tienen ms poder, dado el bajo desempleo, que se refleja en un aumento de salarios y de las exigencias de beneficios adicionales. Mientras estas demandas no originen inflexibilidades y excesivos costos en los momentos malos del ciclo econmico, conviene buscar frmulas que no den espacio para que dirigentes sindicales aprovechen los conflictos.Todo esto retrotrae a la pregunta sobre los movimientos sociales. Solo una minora de sus manifestaciones son espontneas. El grueso de aquel movimiento que podra calificarse como "permanente", necesariamente responde a una organizacin poderosa. En este caso se invoca "solidaridad", y fueron hostigados los sindicatos de Valparaso que se negaron a plegarse a l. Cuando el movimiento sindical acta no por causas propias, sino por motivos ideolgicos -como esta "solidaridad" que definen y manejan sus dirigentes, y que no corresponde a una reivindicacin real y directa de quienes paralizan faenas, sino a un intento de recrear la antigua sindical de portuarios, que tanto retraso signific para Chile en el pasado-, el pas arriesga caer en manos de cpulas de poder irresponsables ante instancias institucionales. Para cualquier gobierno hay en este curso una amenaza mayor -as lo ha advertido, por ejemplo, el PRI mexicano respecto de los sindicatos de profesores-. Esa forma de sindicalismo se haba desvanecido perceptiblemente en Chile, pero ahora parece relevantar cabeza. Y en esta clase de acciones, como es largamente sabido, tiene una influencia muy grande el Partido Comunista, que aspira eventualmente a gobernar.Martes 09 de abril de 2013Consecuencias del paro portuarioLos paros solidarios agregan incertidumbre, pues un problema que debi quedar confinado a un solo puerto se extendi desordenadamente a todo el pas, por "solidaridad", con nuevas demandas...El paro portuario parece estar acercndose a su fin, y el pas necesita sacar conclusiones. Desde luego, los costos han sido muy importantes. Resulta difcil su cuantificacin exacta, pero es obvio que en un pas abierto al comercio internacional, la programacin eficiente de las tareas productivas supone que aquellas cargas que salen o entran lo hagan cuando estaba planificado. Adems, el paro ha aumentado el riesgo de las empresas nacionales ante la evidencia de que pueden ver alteradas sus operaciones independientemente de las relaciones que tengan con sus propios trabajadores.Estos costos an no son percibidos por la poblacin, pues el paro parece concluir justo antes del punto crtico en que habra comenzado a afectar al pblico general. As ocurrira si los agricultores no pueden contratar a recolectores de frutas, pues se perdi el momento en que se poda exportar sin marketing orders, o si se agotare el carbn en algunas de las principales centrales del sistema elctrico, o si no se puede desembarcar el cido sulfrico, con lo que deben parar tanto las minas que producen cido al refinar cobre, como las que lo usan en sus procesos productivos.Los paros solidarios agregan incertidumbre, pues un problema que debi quedar confinado a un solo puerto se extendi desordenadamente a todo el pas, por "solidaridad", con nuevas demandas emergiendo en los puertos adheridos a la movilizacin. Ante este desorden y costos, para una mirada de corto alcance podra parecer atractiva la negociacin con un sindicato nacional -esto es, la "negociacin por rama", que en toda la experiencia internacional se ha probado desastrosa para los respectivos pases-.Plausiblemente, cabe pensar que ese preciso objetivo se esconde en la estrategia del paro solidario de algunos dirigentes sindicales portuarios, que anhelan retroceder a ese sistema de organizacin de los trabajadores. La negociacin por rama, que desconoce las distintas condiciones de cada empresa, es daina para el pas, pero beneficiosa para los dirigentes que llegan a la cima de estas federaciones sindicales. Especficamente en el sector portuario, su poder es inmenso, pues los paros tienen una enorme capacidad para infligir dao a otros sectores, por lo que les es fcil presionar. Estas federaciones son tradicionalmente tan poderosas, que su captura es codiciada por los partidos polticos para instrumentalizarlas. Peor an, en el caso de EE.UU. en los aos 50, fue notoria su sujecin a la mafia.Estos paros ocurren pese a que la ley prohbe las huelgas, e incluso autoriza a las Fuerzas Armadas a ocupar los puertos. Es una prohibicin poco eficaz, pues el manejo portuario requiere un conocimiento especializado. En un caso famoso, el Presidente Reagan se opuso exitosamente al chantaje del sindicato de los controladores areos, pero dispona de una aviacin militar que posea controladores areos con capacidad para operar la comercial. No hay entre nosotros algo equivalente en la compleja operacin tcnica de los puertos. En el Reino Unido, la entonces Primera Ministra Margaret Thatcher no cedi ante un paro ilegal de los trabajadores del carbn que dur un ao, hasta que la federacin sindical cedi y perdi su poder. En Chile, el nico smil fue un paro de micros amarillas durante el gobierno del Presidente Lagos, en que sus lderes fueron puestos en prisin, pero en ese caso ayud la psima imagen de los dirigentes. Los lderes sindicales portuarios han sido cuidadosos en elegir un tema como el derecho a tiempo de almorzar (que en realidad significa reducir el nmero de horas de trabajo), que no despierta antipata en la opinin pblica.Contrariamente a la imagen generalizada, los puertos no producen grandes utilidades (las de los ms rentables rondan los 10 millones de dlares), porque el sistema est diseado para ser competitivo y tener bajos costos, de modo de favorecer el acceso a los mercados, dada nuestra lejana. A esto se debe el esfuerzo en concesionar puertos, con resultados favorables. Las paralizaciones portuarias van en la direccin contraria, y su efecto ser que nuestro desarrollo resulte ms lento. El actual mayor poder sindical es fruto de una buena situacin econmica, con alto empleo. Se debe velar por que eso no se traduzca en altos costos para todos los chilenos cuando vuelva la fase depresiva del ciclo econmico.

Martes 09 de abril de 2013Lecciones del paro portuarioSeor Director:

Es positivo que se haya logrado un acuerdo para terminar con el paro de los trabajadores portuarios que se extendi por 22 das y que lleg a involucrar a 15 puertos a nivel nacional, pero creo que hay que aprender de los errores cometidos.

En primer lugar, el costo de esta paralizacin es mucho ms alto que las cifras entregadas pues ms all de los impactos de corto plazo que son las prdidas econmicas debemos ver los impactos de mediano y largo plazo, entre los cuales estn la prdida de confianzas, el quiebre de fidelidad de los clientes, desviacin de comercio, entre otros.

As es el mundo de hoy, las lealtades son casi mnimas. Por lo mismo tanto los polticos, empresarios y trabajadores, hoy da ms que nunca debemos estar unidos.

La gran leccin, en mi opinin personal, es que los empresarios hemos cometido algunos errores, como el no ponernos de acuerdo a tiempo con los trabajadores y no darnos cuenta de la prioridad que tiene el sector portuario en nuestro pas, que al irse a paro produjo un enorme dao de nuestra imagen en el exterior.

Entonces no menoscabemos los pedidos de nuestros trabajadores, sin importar el rubro en el que se desempeen pues, como mencion anteriormente, puede desencadenar problemas ms profundos que el meramente econmico. En esa esta misma lnea apunto a los riesgos que existen al enfocarse principalmente a la exportacin de materias primas. Para crecer como nacin a largo plazo con equidad y progreso social se debe apostar a desarrollar exportaciones con mayor procesos de transformacin, que incorporen igualmente innovacin, tecnologa y mano de obra altamente capacitada, lo que contribuira a una mejor distribucin de ingresos.

Necesitamos aumentar la competitividad. Precisamente al incursionar en otras reas de mayor productividad, mejorar la tecnologa y poder aspirar a salarios ms dignos, seremos mejores. Pero recordemos que este problema no es un tema aislado. Como exportadores hemos quedado siempre en el camino, lo mismo pas con la Subsecretara de Comercio Exterior, la mejora del ISP, entre otros.

En Chile no existe una poltica exportadora que realmente d respuesta a todas estas necesidades.

Roberto FantuzziPresidente Asexma A.G.

EditorialDomingo 07 de abril de 2013La semana polticaDe aprobarse su destitucin por el Senado, dominado por la oposicin, se dara un golpe decisivo a un proceso serio de reforma y modernizacin de la educacin, y una psima seal a la futura incorporacin al quehacer pblico de profesionales independientes de alta calificacin. Golpe a la educacin

El extendido reconocimiento de las excepcionales capacidades profesionales y humanas del ministro de Educacin, Harald Beyer, por figuras de muy distinto signo ideolgico y partidista, subraya la arbitrariedad de la acusacin constitucional aprobada en su contra por una supuesta dejacin en el ejercicio de las facultades de fiscalizacin de su cartera, en especial respecto del lucro en las universidades privadas.

La gestin de Beyer ha estado marcada por un impulso sin precedentes al debate, con propuestas slidas de los temas de fondo de la institucionalidad de nuestra educacin preescolar, escolar y superior. Emplaz con decisin al Consejo de Rectores de las universidades en cuanto al costo y duracin de las carreras que imparten, y a las nuevas universidades privadas, respecto de la falta de regulacin y transparencia de sus actividades, promoviendo una Superintendencia de Educacin Superior y una nueva regulacin de los procesos de acreditacin. Puso como centro de su preocupacin a los estudiantes y sus familias, por sobre la tradicional lgica de priorizar las perspectivas de las instituciones de educacin superior y sus organizaciones, y de los grupos gremiales y sindicales vinculados al rea. De ah, tambin, su apoyo a la educacin preescolar, carente de poder de presin poltica, pero de esencial gravitacin en una autntica igualacin de oportunidades para los jvenes.

De aprobarse su destitucin por el Senado, dominado por la oposicin, se dara un golpe decisivo a un proceso serio de reforma y modernizacin de la educacin chilena, y una psima seal a la futura incorporacin al quehacer pblico de profesionales independientes de alta calificacin.

Las otras coyunturas graves

Esa conviccin moviliz al Ejecutivo a darle un cerrado respaldo al ministro e iniciar una accin de persuasin sobre el conjunto de aquellos senadores de oposicin que podran sustraerse colectivamente al clima de crispacin y amedrentamiento contra cualquier signo de disidencia que han impulsado los promotores de esta acusacin. Esto ltimo explica que diputados que haban manifestado pblicamente su disconformidad con la acusacin, dando incluso razones fundadas de su rechazo, terminaran votando a su favor.

Para el Gobierno, la actual situacin se equipara a las graves coyunturas que enfrent el mundo poltico con los errores de inscripcin de la lista parlamentaria del PDC, que en julio de 2001 amenaz con dejarlo fuera del Congreso, lo que solo pudo ser salvado con el apoyo de los partidos de oposicin y gobierno; o al acuerdo de reformas institucionales para la modernizacin del Estado, en enero de 2003, durante el gobierno del Presidente Lagos, en momentos en que la crisis de los sobresueldos tena paralizada su gestin gubernamental.

Con todo, contar con un conjunto de votos de senadores de las filas opositoras que permitan rechazar la acusacin ser difcil. El clima de campaa que se apoder del ambiente tras la irrupcin de Bachelet transformara ese rechazo en un xito poltico del Gobierno, as como lograr la destitucin de Beyer sera una seal de unidad y un triunfo de la oposicin. Incluso, aunque las posibilidades de una actuacin ms reflexiva y responsable se encuentran entre senadores del PDC, las bases de ese partido no olvidan la destitucin de la ministra de Educacin de Bachelet, Yasna Provoste, militante de esa tienda, acusada constitucionalmente en 2008, pese a las profundas diferencias de ambos casos.

Por otra parte, no se observan en la oposicin los liderazgos que en su momento tuvo la Alianza para liderar los entendimientos polticos de 2001 y 2003.

En la nica pregunta periodstica que Bachelet ha aceptado contestar desde su regreso al pas, frente a la acusacin constitucional se limit a pedir que las instituciones funcionen y a reiterar su rechazo al lucro. Es an insuficiente para quien convoc personalmente a Beyer para que integrara una comisin asesora presidencial para abordar los desafos de la educacin durante su mandato presidencial.

Clima de crispacin

Todo esto se da en un perodo al alza del apoyo ciudadano al Gobierno, que alcanza al 38% en la ltima encuesta de Adimark -destacando su buena gestin econmica-, pero que enfrenta un complejo cuadro de crispaciones.

Por de pronto, resulta inaceptable la toma durante casi 13 horas de la Ruta 5 Sur, vertebrante del pas, por grupos de agricultores que acusan competencia desleal de productos argentinos. Para emprendedores y hombres de trabajo, esa imposicin por la fuerza solo puede traducirse en un boomerang en los frentes ms inesperados.

Pero, sin duda, lo ms grave ha sido el paro portuario "solidario" que mantuvo bloqueados 11 de los 36 puertos del pas, convocado por las cpulas sindicales de trabajadores eventuales. Son enormes los daos econmicos y a la imagen y el prestigio del sector exportador chileno, golpeando a la agricultura, la minera y el sector forestal. Incluso se amenaz la provisin de carbn para algunas plantas termoelctricas del sur del pas. La toma de los accesos y la expulsin de los trabajadores que no queran sumarse a las paralizaciones han sido la tnica de una movilizacin sin un verdadero trasfondo laboral. Ante su evidente cariz poltico, no es descartable que esa movilizacin sea una demostracin de fuerza hacia Bachelet respecto de la capacidad del movimiento social que pueden desplegar si no se atienden sus demandas, y para daar la actividad econmica, que ha sido una de las reas ms destacadas del gobierno de Piera.

4 de Abril de 2013Paro portuario: la disputa por 30 minutos para colacin que tiene en jaque a los exportadoresEl 85 % de los puertos paralizados, 100 mil puestos de trabajo en peligro y prdidas que ya superan los US$ 2.000 millones. El gobierno contempla aplicar Ley de Seguridad Interior del Estado.por Ivn WeissmanTodo por no llegar a un acuerdo sobre la hora de colacin.Esa disputa tiene a los exportadores en jaque y al gobierno contemplando aplicar la Ley de Seguridad del Estado.Pero no se vislumbra una solucin inmediata ya que ninguna de las dos partes muestra deseos de llegar a un acuerdo.El vocero de la Unin Portuaria de Chile, Robinson valos, dijo ayer que si no hay voluntad de parte de la empresa por solucionar este problema, yo creo que esto va a continuar por semanas.Record que la movilizacin se inici con la exigencia de un aumento de la actual media hora de colacin, y la exigencia del pago de 4.000 pesos para este mismo objetivo. valos afirm que hasta ahora la empresa ofrece 3.200 pesos y no acepta dar treinta minutos ms para la hora del almuerzo.Los 30 minutos para colacin en disputa podran llegar a convertirse en los ms caros de la historia laboral chilena.Las prdidas ya suman ms de US$ 2.000 millones de dlares. La Cmara Nacional de Comercio estima que las prdidas diarias llegan a US$ 207 millones promedio en exportaciones e importaciones de mercaderas. Esto, solamente considerando los 9 das de paralizacin de los terminales de Antofagasta, San Antonio y Talcahuano. A eso hay que sumar los US$ 500 millones en exportacin de Codelco que estn retenidos en Angamos, puerto que lleva 21 das paralizados.Las prdidas podran aumentar en forma considerable en los prximos das. La Corporacin Chilena de la Madera (Corma) inform ayer que los puertos de Lirqun, San Vicente Terminal Internacional y Coronel se encuentran paralizados. Esos tres puertos embarcan el 85 % del total de productos forestales, para un sector que podra alcanzar los US$ 5.750 millones en retornos.Y se pone peor. Ayer los exportadores de fruta anunciaron que se vern en la obligacin de paralizar las cosechas, situacin que puede dejar sin trabajo a unas cien mil personas.El presidente de la Asociacin de Exportadores de Frutas de Chile (Asoex), Ronald Bown, advirti que las prdidas pueden resultar multimillonarias e inconmensurables.Debido a la situacin que afecta a los puertos del pas, que ha provocado una gran concentracin de fruta en las centrales de embalaje y respectivos frigorficos, nos vemos obligados a paralizar a partir del prximo viernes las cosechas desde la regin de Valparaso hasta la Araucana, precis Bown.En los terminales portuarios ms de 2.000 contenedores con frutas esperan ser embarcados hacia Corea, Mxico y Estados Unidos.En total el 85 % de los puertos estn parados y el gobierno estudia aplicar la Ley de Seguridad Interior del Estado. Ayer, el Puerto de Valparaso funcionaba con normalidad pese al intento de paro.La Ley de Seguridad Interior del Estado, promulgada en 1975 bajo el gobierno militar y cuyas ltimas modificaciones fueron aplicadas en 2010, contempla las penas ms severas del ordenamiento jurdico chileno por alteraciones al orden pblico y su abanico de aplicacin es tan amplio que involucra casi toda accin en ese sentido.En una entrevista con TVN, Bown, culp al gobierno por no dimensionar la magnitud que alcanz la paralizacin que afecta actualmente a los principales puertos del pas y lamentablemente esto escal hasta niveles insospechados y hoy estamos en una situacin tremendamente compleja.