Edited by Foxit PDF Editor For Evaluation Only. FILOSOFÍA ...

15
E S CONDICIÓN INNATA de todos los hombres el deseo de saber, la dis- posición de búsqueda tenden- cial del ser de las cosas. Que los empresarios hablen de filo- sofía no es por lo tanto un ejer- cicio inútil, ni artificioso, sino perfectamente natural. Hay que reconocer sin em- bargo, que los hombres de em- presa, metidos en su trabajo, en su pensar y hacer de todos los días, están dirigidos a lo útil, al servicio de fines, de productos y de resultados, y que, salvadas las excepciones, a no ser por instinto, no serían muy propi- cios a ejercitarse en puras abs- tracciones y no digamos a in- troducirse en la “inútil” vida de la contemplación. Sucede además que la filosofía y la vida están muy entretejidas. Según Aristóteles el saber filo- sófico va a la raíz de las cosas y ayuda a llevar una vida recta, con lo cual no solamente su- bordina la utilidad a la verdad, FILOSOFÍA, CULTURA Y ARTE EN EL EMPRESARIO ENRIQUE DE SENDAGORTA* Tarde o temprano, los hombres de empresa se percatan de que la considera- ción puramente utilitarista de su trabajo da lugar a su propio empobreci- miento y al de la organización en la que trabajan. Por ello, un diálogo refle- xivo en torno a las preguntas radicales del ser humano, así como una sensibi- lidad hacia la cultura y el arte en todas sus manifestaciones, llegan a ser, más allá de la mera utilidad material, elementos enriquecedores del lado humano del empresario y, por lo tanto, de la empresa. Palabras clave: empresario, cultura, arte, filosofía. * Enrique de Sendagorta es Presidente del Instituto Empresa y Humanismo y Presidente de Sener. For Evaluation Only. Copyright (c) by Foxit Software Company, 2004 Edited by Foxit PDF Editor

Transcript of Edited by Foxit PDF Editor For Evaluation Only. FILOSOFÍA ...

Page 1: Edited by Foxit PDF Editor For Evaluation Only. FILOSOFÍA ...

ES CONDICIÓN INNATA

de todos los hombres eldeseo de saber, la dis-

posición de búsqueda tenden-cial del ser de las cosas. Quelos empresarios hablen de filo-sofía no es por lo tanto un ejer-cicio inútil, ni artificioso, sinoperfectamente natural.

Hay que reconocer sin em-bargo, que los hombres de em-presa, metidos en su trabajo, ensu pensar y hacer de todos losdías, están dirigidos a lo útil, al

servicio de fines, de productosy de resultados, y que, salvadaslas excepciones, a no ser porinstinto, no serían muy propi-cios a ejercitarse en puras abs-tracciones y no digamos a in-troducirse en la “inútil” vida dela contemplación. Sucedeademás que la filosofía y lavida están muy entretejidas.Según Aristóteles el saber filo-sófico va a la raíz de las cosas yayuda a llevar una vida recta,con lo cual no solamente su-bordina la utilidad a la verdad,

FILOSOFÍA, CULTURA YARTE EN ELEMPRESARIOENRIQUE DE SENDAGORTA*

Tarde o temprano, los hombres de empresa se percatan de que la considera-ción puramente utilitarista de su trabajo da lugar a su propio empobreci-miento y al de la organización en la que trabajan. Por ello, un diálogo refle-xivo en torno a las preguntas radicales del ser humano, así como una sensibi-lidad hacia la cultura y el arte en todas sus manifestaciones, llegan a ser, másallá de la mera utilidad material, elementos enriquecedores del lado humanodel empresario y, por lo tanto, de la empresa.

Palabras clave: empresario, cultura, arte, filosofía.

* Enrique de Sendagorta es Presidente del Instituto Empresa y Humanismo y Presidente de Sener.

For Evaluation Only.Copyright (c) by Foxit Software Company, 2004 - 2007Edited by Foxit PDF Editor

Page 2: Edited by Foxit PDF Editor For Evaluation Only. FILOSOFÍA ...

sino que apunta hacia la vidade las personas, hacia su mora-lidad, lo cual hoy muchos cali-ficarían de impertinente.

En nuestro mundo, el tra-bajo y la utilidad han conquis-tado tanto espacio en la vida yse han hecho tan absorbentes,que apenas dejan resquicio al-guno para la filosofía, que esteoría y contemplación. Comodice Pieper “la filosofía revistecada vez más el carácter de loextraño, del mero lujo intelec-tual, incluso de algo verdade-ramente intolerable e injustifi-cable, mientras más excluyen-temente se incauta del hombrela exigencia del mundo de losdías de trabajo”. Esta exi-gencia, buena y vitalmente ne-cesaria, es la de la responsabi-lidad en el cumplimiento deldeber de cada uno, que paralos empresarios consiste en labúsqueda del aumento de lariqueza y en el servicio aclientes y a la sociedad en ge-neral, dando trabajo y ocasiónde mejora a sus empleados.Sin embargo, en la práctica,frecuentemente degenera enlucha por el dominio para laexplotación económica, y de-grada hacia la codicia y la pre-mura irracional por el logro deobjetivos. Entonces se cierranlos caminos del ocio filosófico.

En su difícil misión, los em-presarios siempre están for-zados a bajar rápida y eficaz-mente de la ideación al mer-cado, “de las musas al teatro”,pero sucede que, por las carac-terísticas éticas de las cosasque a veces tratan, del lado desus musas se suele hacer pre-sente la máxima tolerante del“pensar cómo se vive”. Es estauna de las fuerzas persuasivasque, una vez instalada, empujaa la relatividad, a la laxitud, adar la espalda a lo exigente yolvidar la vida recta que pedíaAristóteles. Al verse en ello,los hombres de empresa enalgún momento se percatan deque la absoluta racionalidaddel proceso utilitarista sin más,daría lugar a su empobreci-miento y al de la misma em-presa; intuyen que la filosofíaarrinconada asolaría su inti-midad. El gran patrón francésFrançois Michelin da en elclavo cuando dice: “Para expe-rimentar el propio ser hay quetener. Este es todo el sentidodel trabajo. También se puedebuscar tener siempre más ycon ello olvidar el ser y dar laespalda al propio misterio”.

No querer desconocer esemisterio, filosofar, dialogar re-flexivamente en torno a laspreguntas radicales que al

ENRIQUE DE SENDAGORTA

Revista Empresa y Humanismo, Vol. I, Nº 2/99, pp. 275-289

For Evaluation Only.Copyright (c) by Foxit Software Company, 2004 - 2007Edited by Foxit PDF Editor

Page 3: Edited by Foxit PDF Editor For Evaluation Only. FILOSOFÍA ...

menos circunstancialmente sepresentan ante todo empre-sario, como persona que es,aunque esté arruinado detiempo o sea el más incorre-gible “workalcoholic”, es lopropiamente enriquecedor yfundamental, no por la uti-lidad, sino por lo humano:¿Por qué existo? ¿De dóndetanta belleza? ¿Qué hay des-pués? ¿Por qué este afán míode crear y de amar? Nadiepuede pasar ciego y sordo portantos encuentros con lo ad-mirable, con la bondad, con lamuerte, con el misterio deDios mismo cuando nosrompe la envoltura del almapara que mane de ella lo mejorde nuestra condición tan con-tradictoria. Por mucho quedesquicie el celo del trabajoutilitario siempre saltarán en elinterior de las personas almenos fogonazos, silenciososdestellos de reflexión profundae incendios de lo artístico y delo poético; siempre quedaráespacio para la admiración porlo heroico y lo santo. Todossomos poetas y filósofosporque el alma nos rezumacantares en las horas felices yclamores silenciosos en las decongoja. Todos palpamos elmisterio de la libertad, delamor y de lo transcendental

que se nos hace presente en loreligioso.

La risa de la muchachaTracia que se burlaba de Talescuando por mirar a las estrellascayó a un pozo se repetirá milveces porque el hombre cae yseguirá cayendo en mil perple-jidades, pero, a pesar de losque recomiendan el pájaro enmano, también mil veces re-sultará que no es vano mirar alcielo. Es más, desde el trabajoútil de la empresa es esencialque, asentados en lo real, nosvolvamos a las estrellas y, vo-lemos allá con nuestra espe-ranza y nuestra creatividadabiertas al bien común y connuestra libertad comprome-tida. Esos momentos sonsiempre los más fecundos parael bien propio y para el decuantos tienen relación connosotros en la familia, en eltrabajo y en la sociedad cadavez más necesitada de luces.

Aunque el mundo del cál-culo, la economía y el trabajoútil obligue a los filósofos a“atrincherarse”, como hemosoído recomendar a AlejandroLlano con ironía, seguimosnecesitando las visiones sinté-ticas, el orden de nuestros co-nocimientos, el mapa de nues-tras ignorancias, la objetividad

FILOSOFÍA, CULTURA Y ARTE EN EL EMPRESARIO

Revista Empresa y Humanismo, Vol. I, Nº 2/99, pp. 275-289

For Evaluation Only.Copyright (c) by Foxit Software Company, 2004 - 2007Edited by Foxit PDF Editor

Page 4: Edited by Foxit PDF Editor For Evaluation Only. FILOSOFÍA ...

de los diagnósticos, y el com-promiso firme con la verdad.Necesitamos localizar a loslocos y expulsar de nosotros lalocura y para ello nada comodejar que el instinto por elsaber y la atracción de lo belloy de lo bueno, actúe en noso-tros para no ahogarnos en elmar de las codicias y de la so-berbia.

El clima de la civilizacióncientífico técnica no puede in-tegrar virtudes como las de lafamilia, la honestidad profe-sional y cívica, el desprendi-miento, la ingenuidad, la dis-posición al sacrificio, el ser-vicio a los demás, etc., que leresultan un tanto anticuadas eirracionales. Al faltar la con-fianza en las virtudes de losdemás, la convivencia humanava degradando hacia la precau-ción, el egoísmo y la hostilidadque terminan llamando a al-guna forma de dominio totalque asegure el orden. La his-toria, el estudio de la política yla consideración filosófica nosdicen que la humanidad y no-sotros mismos tenemos riesgosciertos muy apreciables, apesar del sentimiento de segu-ridad de muchísima gente quees incapaz de concebir la posi-bilidad de futuros obstáculostrágicos a la progresión del

bien vivir despreocupado. Losensato, sin duda, en la vertigi-nosa marcha que lleva elmundo, es escuchar los con-sejos de la razón, tensar lascautelas y no bajar la guardia.Necesitamos el bote de salva-mento de la filosofía, que estéahí, haciendo además de señalde peligro, colgado de sus pes-cantes para ser arriado si sehundiera el barco.

Reflexionando sobre estasideas y descendiendo a algomás concreto se cruzó la pre-gunta sobre si la cultura de losempresarios nos podría deciralgo acerca de su capacidadpara aumentar la riqueza ycumplir su papel integrador.Tomamos la cultura como elresultado del cultivo de lamente, el afinamiento de lapersona a consecuencia delejercicio del intelecto y la refe-rimos a un campo más amplioque el del arte, la filosofía, lahistoria y la literatura, porquela cultura va más alla que lasdisciplinas que generalmentese clasifican como humanís-ticas, aunque éstas constituyensu perfección y su gracia. Unempresario valioso tiene nosólamente conocimientos téc-nicos adecuados a su negocio,sino que sabe también de hu-manidades, de política, de

ENRIQUE DE SENDAGORTA

Revista Empresa y Humanismo, Vol. I, Nº 2/99, pp. 275-289

For Evaluation Only.Copyright (c) by Foxit Software Company, 2004 - 2007Edited by Foxit PDF Editor

Page 5: Edited by Foxit PDF Editor For Evaluation Only. FILOSOFÍA ...

ciencia, de finanzas, de leyes yde tantas cosas como ha decaptar necesariamente en suquehacer, que le incita a abrirla mente a horizontes siemprenuevos, con lo que normal-mente es un hombre al menosmedianamente cultivado enbastantes campos y necesaria-mente muy cultivado en lossuyos, que también formanparte de la cultura. Es más, de-beríamos recordar que elhombre fue primero produc-ción –de calor, de alimentos,de refugios— y, como nece-sidad de la producción, des-pués fue teoría y arte, por loque la cultura debería apreciarmás lo que uno recibe para lavida y no es naturaleza. En esagran herencia va la técnica quenos ahorra esfuerzo, nos pro-porciona salud, confort, capa-cidad para movernos y paracomunicarnos junto con innu-merables saberes y bienes frutodel trabajo de generaciones decientíficos, técnicos, obreros yempresarios que nos han pre-cedido y dejado tantas maravi-llas que agradecer.

Dicho esto, se puede ahoraafirmar, que siendo los empre-sarios normalmente cultos,tampoco hay una relación em-pírica entre el éxito empresa-rial y las cualidades artísticas,

filosóficas, literarias o retóricasde los líderes. Sí está compro-bado que las mejores empresasno son obra de carismáticas ybrillantes personas, sino másbien de los tenaces y serenosque tienen claro cuáles son lasideas motrices y el orden delos valores que las hacen me-jorar y crecer. Y si estos buenosempresarios son cultos huma-nistas la perfección es mayor.

Podríamos decir lo análogode otras profesiones y per-sonas. Con mucha frecuenciadespiertan en nosotros admi-ración agricultores, hombresde fábrica, marinos, aviadores,enfermeras, médicos, secreta-rias y madres de familia cuyacultura, no siendo precisa-mente la de los intelectuales,es objetivamente rica, porrazón de lo aprendido cierta-mente en el estudio, pero tantoo más en la vida de trabajo, enel caldo de cultivo del amor alo que se hace y del afán porser uno mejor. Como contrariahay una cultura con peso en loartístico, literario y filosófico,socialmente reconocida y ala-bada en medios poderosos,casi intocable, que es desca-rada en su complacencia con lodegradado y en su complicidadcon el mal. Y nada decimos delo chabacano que garantiza el

FILOSOFÍA, CULTURA Y ARTE EN EL EMPRESARIO

Revista Empresa y Humanismo, Vol. I, Nº 2/99, pp. 275-289

For Evaluation Only.Copyright (c) by Foxit Software Company, 2004 - 2007Edited by Foxit PDF Editor

Page 6: Edited by Foxit PDF Editor For Evaluation Only. FILOSOFÍA ...

atontamiento de tantísimagente y tiene sus empresariosde primera fila y sus prego-neros importantes.

Si queremos que el climasocial mejore, sería imperativoque aquella cultura que decí-amos de la buena gente profe-sional y trabajadora tuvieratambién sus empresarios ycampeones con más fuerza ycalidad comunicativa queahora. He aquí por tanto unagran labor para escritores, em-presarios, artistas y profesio-nales de la televisión, del ciney del teatro y para cuantospuedan contribuir a cubrir condecoro la enorme demanda decontenidos que con tantos me-dios técnicos disponibles seestá ya produciendo y va amás.

Para respondernos a aquellapregunta sobre la cultura delos empresarios a un pequeñogrupo de amigos se nos ocu-rrió hacer, sin grandes selec-ciones, una lista de los cono-cidos por nosotros, incluyendoadministradores de grandesempresas, líderes destacadosen los negocios y pequeñosempresarios. Para cada uno deellos anotamos una califica-ción, lógicamente subjetiva,sobre su cultura, sus conoci-

mientos históricos, jurídicos,filosóficos y literarios, sobre suaptitud estética para la arqui-tectura, la música y las artesplásticas y sobre sus condi-ciones retóricas y el conoci-miento de idiomas. Despuésdimos a cada uno una evalua-ción de su capacidad empresa-rial. Pues bien, en un primercontraste aparecía bastantedudosa la correlación entreesta capacidad y la calificaciónpor saberes humanísticos. In-cluso podría deducirse que losde mayor capacidad, intuicióny empuje para los negocios sesitúan en las evaluaciones me-dianas y que los de más afi-nada cultura no siempre lucencomo excepcionales empresa-rios. Lógicamente los admi-nistradores de grandes em-presas, los líderes de familiasde tradición industrial o bienlos extraídos de cuerpos y ca-rreras distinguidos resultan sercultos y también capaces, perohay más excepciones en estoúltimo que en lo primero.Entre los empresarios mediossiempre aparece el afán por lacultura cuando ya se tiene eléxito. Entre los pequeñosabundan los de formación es-casa pero instinto sobresa-liente. Hay muy buenos em-presarios que se expresan mal

ENRIQUE DE SENDAGORTA

Revista Empresa y Humanismo, Vol. I, Nº 2/99, pp. 275-289

For Evaluation Only.Copyright (c) by Foxit Software Company, 2004 - 2007Edited by Foxit PDF Editor

Page 7: Edited by Foxit PDF Editor For Evaluation Only. FILOSOFÍA ...

o tienen poco interés por la es-tética, o por la literatura, perola mayoría de ellos aspiran aelevarse en lo cultural. Sucedeque todos necesitan comuni-carse mejor, sentirse cómodosen ambientes intelectuales re-finados, y tantas otras cosasque da la cultura como uti-lidad social, pero además tam-bién es cierta la sentida nece-sidad interior de superarse enplanos no directamente utilita-rios.

Vemos así que la barbariedel especialismo no es defectoprecisamente dominante en lamayoría de los empresarios, loscuales, con sus déficits, suelenser más bien generalistas e in-tegradores de saberes. La tarase aprecia tanto o quizás másen aquellos científicos, abo-gados, médicos, ingenieros,economistas o artistas que seencierran en sus pequeñasceldas, sin intentar una inter-pretación del total universo, dela historia y de la vida, que esoes precisamente la cultura ensu más noble y comprehensivaacepción. Se puede ser huma-nístico refinado y hueco hu-manamente, pero no será vacíoel cultivado en lo general queen alguna medida busque tam-bién perfeccionarse en las dis-ciplinas humanísticas. Luis

Vives, en pleno Renacimiento,cuando dominaba el intelec-tualismo, hablaba de la “cul-tura animi” refiriéndose a lainteligencia y también al ro-bustecimiento de la voluntad yde la determinación. Valoresbien propios de quienes tienenque asumir riesgos y supe-rarlos.

El empresario no quiere serproletario, un ejecutante conposibilidad de ser bien tratadoen lo material, que aceptaquedar alejado del mundo delpensamiento y de la política.Pero sobre todo es más felizcuando, sintiéndose en la vidasujeto activo, atiende a su vo-cación de saber, de comuni-carse noblemente con losdemás, de participar en losproyectos de su comunidad, deadmirar lo bello, y de contem-plar la creación continuada enlas grandes realizaciones de loshombres.

Santo Tomás nos dice: “Elfin del saber teórico es laverdad y el fin del saber prác-tico es la acción”, pero la in-tención de estas afirmacionesno es cerrar a los prácticos elacceso a la verdad, ni dividirlos hombres en libres, teóricos,y esclavos prácticos. Ortega yGasset en su ensayo “Medita-

FILOSOFÍA, CULTURA Y ARTE EN EL EMPRESARIO

Revista Empresa y Humanismo, Vol. I, Nº 2/99, pp. 275-289

For Evaluation Only.Copyright (c) by Foxit Software Company, 2004 - 2007Edited by Foxit PDF Editor

Page 8: Edited by Foxit PDF Editor For Evaluation Only. FILOSOFÍA ...

ción de la Técnica” se refiere,como lo hace Pieper en ”Elocio y la vida intelectual”, alconcepto que los antiguos te-nían del ocio como el ocuparsede lo humano en el hombre:mando, organización, trato so-cial, ciencia, artes. La palabracontraria “nec-otium” teníauna connotación negativa porsu parentesco directo con eltrabajo, con la técnica y con laempresa y no daba distinciónintelectual ni social. Lo vital espre-técnico, decía Ortega, y lainvención por excelencia es ladel deseo radical, fuente detodos los demás deseos. Comoejemplo de fracaso citaba eldel nuevo rico que experi-menta la angustia de no sabertener deseos y encuentra quese le para la vida por falta definalidad respecto a sí mismo.De hecho, afirma que son lospoetas, los filósofos y los polí-ticos, quienes descubren va-lores. Los técnicos los su-ponen. A los ejecutantes, a losingenieros, se les dan las cosascomo objetivos, y esto explica“la diferencia de rango quesiempre ha habido y contra lacual es vano protestar”. Esto,repitamos, decía Ortega con sulógica fluida y elegante dis-curso, y nosotros, modesta-mente, debemos responder

que la verdadera ciencia y latécnica están en el ámbito dela verdad y de la contempla-ción tanto como cualquier otradisciplina, aun cuando no seasu pertenecer tan estrictocomo por definición lo es el dela filosofía. Y también afir-mamos que es la realidad laque conduce al pensamientoteórico fecundo y a las inven-ciones, las cuales no puedenoriginarse en el vacío. Elmismo Ortega lo corroboracuando dice que Galileo no sehizo en las aulas ni en las es-cuelas, sino en los arsenales yen los muelles de Venecia, tra-bajando con cabrestantes einstrumentos y hablando concapitanes.

Para mostrar la inferioridadde rango de los técnicos, a losque viene a negar toda condi-ción que no sea la de especia-lista, Ortega se refiere a supoca fama y dice que la genteque escucha sus conferenciasno sabría decir cuál es elnombre del “egregio” inventordel motor de explosión ni el delos de tantas otras máquinas einvenciones, gente magnífica,venerable pero “irremediable-mente de segundo plano”.Aparte de que la fama es cri-terio muy engañoso, es fácilcontestarle que Otto, Diesel,

ENRIQUE DE SENDAGORTA

Revista Empresa y Humanismo, Vol. I, Nº 2/99, pp. 275-289

For Evaluation Only.Copyright (c) by Foxit Software Company, 2004 - 2007Edited by Foxit PDF Editor

Page 9: Edited by Foxit PDF Editor For Evaluation Only. FILOSOFÍA ...

Marconi, Edison, Ford, Eiffel,La Cierva, Fermi o Hahn sonequiparables en fama a los filó-sofos más o menos coetáneos,como Nietzsche, Kierkegaard,Husserl, Bergson, Russell oSartre, que no demasiadas per-sonas sabrían citar y menosaún explicar las ideas y deseosoriginales que inventaron. Undía los historiadores nos ten-drán que contar la maravillahumana de la técnica creadapor las últimas generaciones.Esta y la que verá luz en elpróximo futuro, serán paramucho bien de la humanidad,si finalmente predomina lasensatez, la “cultura animi” y labúsqueda de la armonía propiade lo bello. Es equívoca la dis-tinción de Ortega, porque su-pone división entre hombresde la verdad y hombres de laacción, cuando todos debemosser de la verdad, no de laverdad enterrada y también dela acción, no de la acción irres-ponsable ni de la omisión.

Para concluir las considera-ciones precedentes queremosdecir que los hombres de em-presa cultos humana y profe-sionalmente han de cuidar lohumanístico y, cargada sumente de razones, participaren los diseños para la conduc-ción del mundo, sin aceptar el

papel de segundones. En la le-yenda contada por Wagner enel Anillo de los Nibelungos,unos gigantes, contratistas, re-ciben de los dioses el encargode construirles un magníficopalacio, el Walhala, cuyoprecio sería el placer eterno lo-grado gracias a unas frutas cul-tivadas por la diosa Freia. Ter-minado el palacio, Wotan y sufamilia divina se percatan deque su juventud peligra y de-ciden no entregar a Freia.Ofrecen a cambio el oro de losNibelungos, que no lo tienen,pero lo roban. Los gigantesaceptan el cambio, perofuerzan a que con el oro lesentreguen el Anillo del podertotal que, para ellos, en su pe-queñez mental, es nada másque más oro. Uno de los gi-gantes guarda el tesoro en unacueva y se erige en su guardiáncon la forma de dragón. Allívegeta temeroso, y desconoceel poder del Anillo hasta quellega Sigfrido, que es la revolu-ción, y le mata.

La lección es clara: noquerer responsabilidades, notener altos designios, apocarseen la mera posesión de cosas,alejarse de la política, es morir.Así dice Tocqueville: “…To-davía no se han encontradoformas sociales ni combina-

FILOSOFÍA, CULTURA Y ARTE EN EL EMPRESARIO

Revista Empresa y Humanismo, Vol. I, Nº 2/99, pp. 275-289

For Evaluation Only.Copyright (c) by Foxit Software Company, 2004 - 2007Edited by Foxit PDF Editor

Page 10: Edited by Foxit PDF Editor For Evaluation Only. FILOSOFÍA ...

ciones políticas que puedanhacer un pueblo poderoso siestá compuesto de ciudadanospusilánimes y blandos”.

Y añadimos nosotros que siel apocamiento fuera de losempresarios, su delicuescenciaatraería rápidamente su fin,más aún en una economía glo-balizada y voraz, como es laque tenemos.

No podemos olvidar que lascuestiones ético políticas con-forman el clima en que ha devivir la humanidad. Por esohemos de hacernos oír: insistiren la no proletarización deltrabajo, ni de las organiza-ciones medias y pequeñas y es-timular la elevación humanistade los empresarios y de lasprofesiones, “del trabajo detodos los días”, porque es pre-ciosa su contribución a la cul-tura social. Su realismo y susentido de servicio son esen-ciales para superar las avalan-chas que nos vienen y resistirel avance igualitarista que ex-tingue toda virtud pública. SiOrtega tuviera razón en quequienes definen lo que hay quehacer son los filósofos y los po-líticos, entonces no hay dudade que los empresarios tendrí-amos que serlo.

¤ ¤ ¤

TODO EL QUEHACERdel empresario comoel del artista, se con-

densa, inicialmente y en cadapaso, en una íntima pondera-ción de alternativas y determi-nación de rumbos. En sussueños de mejorar y de ir amás, en sus deseos de servir, ensu decidir y hacer y, sobretodo, en la forma de su lide-razgo, la ética y también la es-tética están siempre presentesal buscar el beneficio, el ser-vicio y la duración.

Hay analogías y parentescos—o al menos vecindades evi-dentes— entre el empresario yel artista, que dicen mucho: losproductos funcionales y bellos,atractivamente ofrecidos yvendidos con gracia, el diseñomuchas veces artístico antesque estrictamente técnico, laconjunción de cálculo y buengusto, las terminaciones pul-cras y el estilo singular, cui-dado muchas veces por la em-presa tan esmeradamentecomo por el artista. En mu-chos casos llama la atención lagran belleza lograda; en lo quese mueve —aviones, automó-viles, barcos, trenes—, en lasgrandes obras civiles por suimponente grandeza, en la ar-quitectura, en los instrumentospequeños maravillosos y en

ENRIQUE DE SENDAGORTA

Revista Empresa y Humanismo, Vol. I, Nº 2/99, pp. 275-289

For Evaluation Only.Copyright (c) by Foxit Software Company, 2004 - 2007Edited by Foxit PDF Editor

Page 11: Edited by Foxit PDF Editor For Evaluation Only. FILOSOFÍA ...

tantos otros productos. SiPlatón hablaba de la hermo-sura de las bellas marmitas, te-nemos buena apoyatura parapregonar la belleza de muchosobjetos técnicos, sin para elloentrar en comparaciones conel esplendor superior de lasmuchachas bellas, de las almasbellas y menos aún con el de labelleza metafísica. La perfec-ción es siempre belleza.

En empresarios y artistasson necesarios la intuición, lasaptitudes y el estilo paramarcar las líneas determi-nantes de la obra, de la accióncreativa. Ambos empiezan portener que tomar partido porunos valores o por otros, poruna finalidad, por una forma,por una solución concreta. Elempresario no cesa de elegir yrenunciar, como el pintor tomaun color y no sus infinitas al-ternativas, o el arquitecto re-suelve volúmenes, perspectivasy proporciones. En empresa-rios y artistas está el “ricer-care”, eslabón por eslabón,paso por paso desde una ar-monía a la siguiente. Hayequilibrio y osadía, senti-miento y cálculo, personalidady soplo creador, aptitud y tena-cidad.

A los que estamos metidosen la empresa, buscando el

oxígeno de las humanidades yde lo trascendente, se nos pre-sentan horizontes amplísimospara encontrar líneas de con-vergencia real entre la empresay el arte que, por otra parte,siempre han existido. Se tratade rescatar la belleza para lobueno y poner el sentido esté-tico y la estética de sentido enel campo de visión y en lasoperaciones del empresario.

Sin embargo, no debemosconfundir conceptos pró-ximos. Radicalmente, bien ybelleza se encuentran en larazón que ordena en las cosassu claridad y proporción in-terna. Estas se traslucen es-plendorosamente en la bellezaque agrada la vista y la com-place por aquella luz y ar-monía que percibe y conoce elintelecto. El bien es lo mismo,pero no deja a quien lo con-templa en la sola compla-cencia, sino que induce el serapetecido, atrae y mueve haciasí, tiene razón de fin.

Ramiro de Maeztu en LaCrisis del Humanismo dice: “Labelleza de las acciones o de lasinstituciones humanas, cuandohay belleza en ellas, se derivade la bondad. Cuando loshombres y las sociedades per-siguen la armonía del poder, lajusticia, la verdad y el amor, se

FILOSOFÍA, CULTURA Y ARTE EN EL EMPRESARIO

Revista Empresa y Humanismo, Vol. I, Nº 2/99, pp. 275-289

For Evaluation Only.Copyright (c) by Foxit Software Company, 2004 - 2007Edited by Foxit PDF Editor

Page 12: Edited by Foxit PDF Editor For Evaluation Only. FILOSOFÍA ...

mueven en belleza y no puedenmenos de moverse en belleza.Pero cuando persiguen la be-lleza, ni la belleza logran”. Pa-recida es la idea encerrada en ellema de una prestigiosa orga-nización cooperativa: “Soluslabor parit virtutem, et virtusparit honorem”. La imagen, lafama, el honor nacen de lavirtud que, a su vez, es frutodel trabajo. Efectivamente, sinmeternos en el alta mar filosó-fica, pensamos que los empre-sarios no se deben fiar priori-tariamente de la estética yponer el enfoque artísticocomo principal, porque la be-lleza no es el fin de su disci-plina, aunque deba estar con-tenida en su actuación y en susresultados de servicio. El em-presario, persona, hará suya laestética del comportamiento,la elegancia en la acción, lasencillez y el buen gusto.Nunca lo accidental exquisitoque se hace ver demasiado yno deja ver lo bueno, ni el ex-ceso que oculta la belleza in-terna de las cosas. La pinturade Velázquez, en lo que no esobligado, no está terminada ensuavidades escrupulosas, niMiguel Angel desbastabasiempre, sino que evitaba cesarla hermosura con el últimogolpe de cincel. Ese es el buen

gusto que cuadra al empre-sario: no excederse en la ventade la imagen, evitar que lla-mando la atención como seadesaparezca el atractivo; con-cretar la belleza en la calidad.

En unas jornadas del Insti-tuto Empresa y Humanismo,el Prof. Goodpaster se pregun-taba si las empresas teníanconciencia, entendida comofacultad que, tomando datosde las situaciones reales y con-siderando los principios éticos,informaba a los centros deci-sorios sobre qué hacer en cadasituación concreta. Respondíadiciendo que en la empresa nopodía haber propiamente con-ciencia como la de las per-sonas, pero que debían existirórganos y procedimientos queaseguraran una conciencia vir-tual que sirviera al cuerpo di-rectivo para decidir con con-ciencia. Se refería a los exá-menes internos y externossobre cumplimiento de lasleyes, auditorías financieras,seguimiento de la calidad, au-toexamen de comportamientoecológico, omisiones, tratojusto en las relaciones hu-manas, y sobre todo, autoeva-luación sobre el trabajo direc-tivo y el cumplimiento de losfines de la empresa.

ENRIQUE DE SENDAGORTA

Revista Empresa y Humanismo, Vol. I, Nº 2/99, pp. 275-289

For Evaluation Only.Copyright (c) by Foxit Software Company, 2004 - 2007Edited by Foxit PDF Editor

Page 13: Edited by Foxit PDF Editor For Evaluation Only. FILOSOFÍA ...

Por analogía nos podríamospreguntar si, en lugar de dejarlas cosas a la improvisación decada momento o a la rutina,que se suele hacer olvido, nopodría la empresa tener algúnsistema por el cual pudieraapreciar sus valores estéticos.Pensamos con Maeztu que, enlo esencial, la belleza no debeser perseguida, sino que debebrotar de la bondad, peroquizás la idea de una “con-ciencia” estética pudiera teneraplicación en aspectos circuns-tanciales: el decoro en los lu-gares de trabajo, el cuidado enlas presentaciones ante el pú-blico y los clientes, el lenguajesin zafiedad alguna, la buenaeducación y la sencillez en eltrato, la alegría, la belleza detodas las representaciones ysímbolos de la empresa, el yamencionado cuidado de la ca-lidad estética de los productos,etc.

Deberíamos también pro-clamar lo simétrico de lo dichoen cuanto a la belleza del bien,esto es, resaltar la bondad de labelleza, aunque hoy sea grandela desorientación y tengamospocos buenos guías en estética.Se ha experimentado en ex-ceso y se ha juzgado al artecon blandura y poco criterio.Siendo hoy el arte tan subje-

tivo es más difícil de captar yde ser apreciado, hasta elpunto de que en el extremo yano es arte de ninguna manera.

No me resisto a transcribirun par de frases del discursode Eugene Ionesco en la aper-tura de los Festivales de Salz-burgo en 1972: “El arte es enalta medida una vía muerta, unmuseo de nuestras desa-zones…”, “Ni el arte, ni la lite-ratura, ni el teatro han sido ca-paces de encontrar remedio al-guno que ofrecer a nuestro maldel alma, antes bien han ve-nido a incrementarlo y aagravar nuestros desórdenes”.

Es importante ir a funda-mentos seguros, porque aúncon indiscutibles luces, la esté-tica dominante es bastante ca-ótica, triste y asoladora de va-lores que deben sustentar lamisma vida. A veces, poraquello del pluralismo y laneutralidad, desde las em-presas se aplaude a intelec-tuales o artistas manipuladoresdel gusto y del pensamientoque, en correspondencia, sehartan de pregonar los vicios einsuficiencias de los empresa-rios y hacen de ellos los másodiosos retratos. No pocos au-tores y tantos directores de es-cena, incluso falseando las

FILOSOFÍA, CULTURA Y ARTE EN EL EMPRESARIO

Revista Empresa y Humanismo, Vol. I, Nº 2/99, pp. 275-289

For Evaluation Only.Copyright (c) by Foxit Software Company, 2004 - 2007Edited by Foxit PDF Editor

Page 14: Edited by Foxit PDF Editor For Evaluation Only. FILOSOFÍA ...

obras que representan, hansido feroces críticos de todo loque la empresa significa y paramayor escarnio, eran muchasveces financiados por estú-pidos mecenas que esperabansalir mejor parados en suimagen si se aliaban con talespersonajes.

No vamos ahora a exten-dernos analizando la músicadel siglo XX, la dodecafoníaantinatural de Schömberg, nilas insoportables atonalidadesde Stockhausen, pobres adver-sarios de nuestro Pitágoras,descubridor del parentescopróximo de la armonía naturalcon la aritmética. Tampocoharemos incursión alguna enla pintura frecuentemente des-tructora del espíritu y de la fi-gura humana cuya hechura aimagen de Dios apenas se veen aquella si no es desguazada.La estética del hombre eman-cipado, sin “religio”, es tan in-cierta como la ética de moda,porque ambas, centradas ex-clusivamente en el propiohombre, exacerban lo subjetivoy olvidan lo que es. Se quiereuna ética personal, posibilista ydesvinculada como el arte, y sehace una filosofía del arte queno es sino una abstrusa de-fensa de mentes yermas, falsa-mente artísticas.

Para los empresarios estearte subjetivo se aleja cada vezmás de su oficio en el que elotro, el cliente, es funda-mental. No debe el cliente serel rey, como se dice, porquecon los reyes no se puede dis-cutir y con los clientes hay quehacerlo de vez en cuando, perono hay empresa sin productosque despierten compradores,ni sin servicios gratos, que nomolesten como la mala músicaque destroza los oídos y el ce-rebro, al tiempo que revuelveel estómago. Lo subjetivo sinreferencia a lo real es lo másopuesto a la empresa quepuede imaginarse; aquello esfuego fatuo ¿bello?, la empresafuego creador, y en esto está subelleza.

Cuando los empresariospiensan en los orígenes de susempresas, en cuando empe-zaron, ven con mayor nitidezsu contenido de aventura y po-esía, seguros de la nobleza deaquel amor que se desplegaba.Lo mismo que cuando pro-yectan el futuro y estimulan lacreatividad que dice tambiénal amor, al deseo determinadode sostener la empresa en eltiempo, avanzar por “el caminoarduo y sombrío” y hacerlacada día mejor.

ENRIQUE DE SENDAGORTA

Revista Empresa y Humanismo, Vol. I, Nº 2/99, pp. 275-289

For Evaluation Only.Copyright (c) by Foxit Software Company, 2004 - 2007Edited by Foxit PDF Editor

Page 15: Edited by Foxit PDF Editor For Evaluation Only. FILOSOFÍA ...

Por ello encaja tan bien ennuestro pensamiento, cuandode este asunto de la ética y dela estética en la empresa setrata, la narración de Dante aliniciar su Divina Comedia. Elamor, Beatriz, envía como sumensajero al artista, Virgilio,para que conforte y acompañea Dante en su emprendi-miento de mostrar a los mor-tales el mundo, la historia delos grandes y famosos y el másallá, cuando para ello habrá depenetrar en el Infierno, proezaen la que cualquiera moriría;

pero Beatriz, el amor, da la de-cisión, el alma, la paciencia y elvalor para culminar el arduocamino. El arte, Virgilio,acompaña y conduce porque esseñor y maestro. Así lo diceDante:1

Or va, che un solo volere ed’ambe due.

Tu duca, tu signore, e tu ma-estro.

cosi gli dissi, e poiche mosso fue

entrai por lo camino alto e sil-vestro

FILOSOFÍA, CULTURA Y ARTE EN EL EMPRESARIO

Revista Empresa y Humanismo, Vol. I, Nº 2/99, pp. 275-289

1 Marchemos pues que un mismo querer nos anima a los dos. Tu serás mi guía,mi señor y mi maestro. Dicho esto y empezando él a moverse entró por el ca-mino arduo y salvaje. “El Infierno”. Fin del Canto Segundo.

For Evaluation Only.Copyright (c) by Foxit Software Company, 2004 - 2007Edited by Foxit PDF Editor