Edición 91 diciembre 1996

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ler. CONGRESO GRANCOLOMBIANO DE OFICIALES EN RETIRO DE LAS FUERZAS MILITARES Santafé de Bogotá D. C. Noviembre de 1996 TRIGESIMO SEXTO ANIVERSARIO DE ACORE BODAS DE ORO PROFESIONALES MILITARES

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Editorial: Ante el secuestro de los soldados. Armas y letras: El castellano: belleza y sonoridad. Defensa nacional: Defensa, seguridad ciudadana y gasto público. Instituciones: Cincuentenario del curso "Jaime Rook"; Trigesimo sexto aniversario de ACORE. Temas militares: La carrera militar ¿medio o fin? Seguridad ciudadana: Proyecto de Ley "Código de convivencia ciudadana" Integración: Dos eventos importantes; Acta de constitución de "Agor" História: El general José de los Santos Gutiérrez Suplemento: Ley que reestructura el sistema de salud y dicta otras disposiciones en materia de seguridad social para las FF.MM. y la Policía Nacional.

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ler. CONGRESO GRANCOLOMBIANO DE OFICIALES EN RETIRO DE LAS FUERZAS MILITARES

Santafé de Bogotá D. C. Noviembre de 1996

TRIGESIMO SEXTO ANIVERSARIO DE ACORE • BODAS DE ORO PROFESIONALES MILITARES

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RE ORGANO DE LA ASOCIACION COLOMBIANA DE OFICIALES EN RmRO DE LAS FUERZAS MIIJTARES

Oficinas: Calle 70 No. 4 • 2.4 • PBX: 345 0511 ARortodo Aereo No. 17149

Sontofé de Bogoló, O. C.

Resolución No. 001167, (Sept./73) • Mingobierno Resolución No. 0286 (Feb./82) • Permiso No. 318 Adpostal

Director MG. JOSE ROBERTO IBAÑEZ SANCHEZ

Subdirector CN. CARLOS A. PRIETO AVILA

JUNTA DIRECTIVA

Presidente CO. Lu•s Alfonso Rmcón Aldono

Primer Vicepresidente CA. Juon Poblo Roirón H.

Segundo Vicepreside nte CO f•dolgo Monroy Reyes

Secretario General Ejecutivo CO. Gustavo Gorc•o Acosto

Vocales CO. Armando Costoñedo N.

CO. Otoniel Escobar C. TC. Jorge A Sónchez Morales

CO. Silvio Vallejo Rosero CN. Carlos A. Prieto Avilo

CO. Alfonso Peñote D.

Revisor Fiscal CO. Gu•llermo Rodíguez Guzmón

CO NSEJO EDITO RIAL GR Alberto Ru•z Novoo

MG. José Roberto lbóñez Sónchez MG. Usondro Barrero Rey

BG Gobnel Puyono Gorcio CN. Carlos A. Pneto Av• o MY. Osear Forero Rocines

Director Editorial Jo•me A Cubillos C.

Los ideos y tes1s expuestos por los autores de los artículos publ•codos son de lo exclusivo responso· bilidod de éstos y no reOejon necesariamente el criterio de lo AsoCiación

~ -·­.....-m.M

CONTENIDO

Pág. EDITORIAL

-Ante el secuestro de los soldados..................................... 3

ARMAS Y LETRAS -El castellano: belleza y sonoridad de un idioma

Genero Alvaro Valencia Tovor ... ..................... .... .... ... ..... . 5

DEFENSA NACIONAL - Defensa, segundad ctudodono y gasto público

General Alberto Ruiz Novoo . . . . . . .. .. .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . 13

INSTITUCIONES -Cincuentenario del curso '~oime Rook"

Brigadier General José Jaime Rodríguez R. .. .. .. .. .. .. . .. .. .. . .. . 21 -Trigésimo sexto aniversario de Acore

Dr. Juan Carlos Esguerro Portocorrero .... . .. .. . .. .... .. .. .... .. .... 25 Coronel Luts Alfonso Rmcón Al dono................................. 26

TEMAS MILITARES -Lo carrera militar ¿Medio o fin?

Brigadier General Gabriel Puyo no Gordo .. .. ... ... .. . .... .. .. .. . 29

SEGURIDAD CIUDADANA - Proyecto de Ley "Código de convivencia ciudadano"

Presidencia de lo República .... .. .. ...... .. .. .. .. .. .. .. .... .. .. .. .. .. ... 34

INTEGRACION -Dos eventos importantes

Acto de constitución de ':.\gor" ... .. .............................. 37 Dr Juan Carlos Esguerro Portocorrero .. .. .... .. ...... .. .. .. .. .... 39 Coronel Luis Alfonso Rincón Al dono . .. ............ .. .............. 40 Almtronte Víctor Hugo Gorcés Pozo .. ... .... .. .. .. .. .. .. .. . .... .. .. . 4 l

HISTORIA -El General José de los Santos Gutiérrez

Mayor General José Roberto lbóñez Sónchez ...... ... .. ......... 43

SUPLEMENTO - Ley que reestructuro el sistema de salud y dicto otros

d1sposiciones en materia de seguridad social poro los FF.MM. y lo Policía Nocional

No.91 DICIEMBRE DE 1996 SANTAFE DE BOGOTA, D. C.

NUESTRA CARATULA Fotografías olus1vos o Primer Congreso Groncolombiono de

Oficiales en Retiro de los Fuerzas M11itores (Agor) y al Trigésimo Sexto An1versono de Acore

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CEREMONIA DE INSTALACION

PRil\tER CONGRESO GRANCOLOl\lBIANO DE OFICIALES EN RETIRO DE LAS FUERZAS MILITARES (AGOR)

OFRENDA FLORAL EN EL PUENTE DE BOYACA

TRIGESIMO SEXTO ANIVERSARIO DE ACORE ABAJO DE IZQUIERDA A DERECHA: SENADORES LUIS ELADIO

PEREZ BONILLA Y JULIO CESAR TURBAY QUINTERO; DR. JUAN CARLOS ESGUERRA PORTOCARRERO. MINISTRO DE DEFENSA NA­CIONAL; SENADOR JAIRO CLOPATOFSKY GHISAYS.- A LA DERE­CHA· CORONEL LUIS A. Rl'lCON ALDANA Y GENERAL HAROLD BEDOYA PIZARRO.

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ANTE EL SECUESTRO DE LOS SOLDADOS

La liberación de los soldados secuestrados por las FARC en su sorpresivo y feroz ataque a la base militar de "Las Delicias", del cual está pendiente todo el país, es un problema muy complicado por la capacidad de las partes envueltas en él. De un lado la debilidad del Estado Colombiano, fruto de un gobierno cuestionado en su legitimi­dad, de un Congreso que, al menos en al Cámara de Representantes está más de lado de la delincuencia, como quedó demostrado recientemente; y de una justicia sobre­dimensionada por la impunidad rampante. De otra parte, la narcoguerrilla, con enor­rne poder económtco y alguna capacidad militar, cada vez más desafiante, quiere sa­car máximas ventajas del hecho.

También comprendemos lo difícil que ha sido para el Ejército Nacional asimilar esta situación. Pero conociendo La capacidad de liderazgo de Los Generales Harold Bedoya Pi:arro y Manuel Bonet Locarno, designados recientemente como Comandan­te General de las Fuer:as Militares y Comandante del Ejército, estamos seguros de que esta herida sanará con creces y pronto se recuperará la iniciativa operacional y la confianza nacional.

También nos unimos al clamor de las madres de los soldados secuestrados y pedi­mos a los cabecillas de las FARC, si es que les queda algo de humanidad, liberen a estos jóvenes en el menor tiempo posible. Ojalá que los sesenta hogares que los están esperando de manera ansiosa, puedan celebrar con ellos una navidad feliz.

Pero corno de antaiío conocemos la perfidia y sagacidad de los cabecillas narco­subversivos, mucho tememos que sólo traten de aprovechar el hecho, especialmente en lo que tenga que ver con el restablecimiento de su poder regional y de la reactivación de laboratorios y narco-cultivos en aquella zona del país. De ahí La inconformidad de las FARC con la generosa propuesta del gobierno de desmilitarizar y paralizar tempo­ralmente las operaciones en 14.000 kilómetros cuadrados del territorio del sur del país. Ellos quieren a Remolinos por su condición estratégica y es posible que con este argumento entraben la entrega.

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Es una lástima que así sea, ¡Ojalá nos equivoquemos .. ! Pero tenemos que ser rea­listas y el Estado debe estar preparado para otras exigencias alrededor de la situación de estos pobres muchachos, que sólo estaban curnpliendo con su deber. A no ser que la Cru:. Roja u otras organizaciones mediadoras del caso logren el milagro de que las FARC, realicen una demostración de paz.

Sin saber cómo termine este triste episodio, el Gobierno y la sociedad tienen que estar preparados para nuevas ofensivas violentas y terroristas. La narco-subversión, sin tener nada que perder y sí mucho que ganar, poderosa y triunfante, va a seguir en escalada para arrinconar cada vez más al Estado.

Cuál ha de ser la solución para enfrentarla?. También/o hemos repetido en diferen­tes oportunidades. Es indispensable que la comunidad nacional se identifique y soli­darice con el Estado, en particular con las instituciones Armadas en el gran propósito de derrotar a la subversión armada que de la mano con el narcotráfico pretenden sentar su imperio.

Recuperar la paz y la vigencia del estado de derecho, no es tarea imposible, a pesar del estado de postración a que hemos llegado. Tenemos ejemplos claros que allí donde se suma la voluntad política con la colaboración ciudadana, la acción de la Fuerza Pública para lograr tales propósitos resulta más fácil de lo previsto. Así sucede en el departamento de Antioquia, donde su Gobernador, asumiendo de manera firme y vale­rosa el liderazgo en el manejo del orden público, está logrando excelentes resultados.

Antioquia, como en muchas oportunidades históricas, le está señalando a Colom­bia el camino para avanzar hacia un futuro de paz, de concordia ciudadana, de auto­ridad, de recta administración, de democracia y de desarrollo. Colombia tiene que seguirla en esta ponderosa tarea.

* * *

Cuando redactábamos este editorial, tuvimos conocimiento del homenaje que la Acadernia Colombiana de la Lengua hiz.o al seíior general Alvaro Valencia Tovar, al integrarlo a su destacado séquito de hombres ilustres. Homenaje al que nos adherimos con fervor, tanto por afecto personal y compañerismo, como por el reconocimiento institucional a quién ha sido insuperable hombre de armas y de letras, orgullo de Colombia y expresión magnífica del soldado ilustrado.

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EL CASTELLANO: BELLEZA Y SONORIDAD DE UN IDIOMA

General ALVARO VALENCIA TOVAR

CONFERENCIA PRONUNCIADA POR EL AUTOR AL RECIBIR LA INVESTIDURA DE MIEMBRO CORRESPONDIENTE DE LA ACADEMIA COLOMBIANA DE LA LENGUA,

EL 2 DE DICIEMBRE DE 1996

Poco tiempo deja el trajín de las armas para sumirse en el anchuroso mundo de las le­tras. La vida de judío errante hace difícil que

en el bagaje del soldado hallen ~uficiente espacio los libros que en el sosiego de las bibliotecas y en la quie­tud de los estudios constituyen irreemplazables com­pañeros de la soledad y el silencio. Por eso la distin­ción que la generosidad de ustedes, distinguidos aca­démicos de la lengua, ha querido concederme dándo­me cabida en este augusto recinto, enaltece mis horas crepusculares en mayor medida de lo que las palabras aciertan a expresar.

A la existencia andariega del soldado es preciso agregar la tiranía del tiempo, absorbido en gran medi­da por la actividad incesante de faenas devoradoras. Entre ellas la guerra. Del otro lado del océano, sobre el escenario híspido y convulso de las montañas corea­nas, o entre selvas, breñales y llanuras de este des­venturado país nuestro desgarrado por la absurda re­friega de sus propios hijos. De una u otra forma, ha­bía que arrebatar tiempo a la absorbente función del servicio, para ensimismarse en la fascinante magia de Jos libros. Para leerlos, claro está. Pero también para satisfacer la urgencia vital de escribirlos.

Muchas fueron las oportunidades en las que, como asistente a solemnes actos reaJi¿ados en esta casa, rendí silencioso tributo de admiración a quienes en ella han hecho a lo largo de los años ofrenda permanente de su dominio de la lengua de Castilla y de su sabiduría en las letras y en el arte de su expresión. No llegué a imaginar en tales ocasiones, que algún día me fuera dado compartir reflexiones y pensamientos con quie­nes a ella pertenecen con los justos títulos a los que sus vidas y sus obras se han hecho acreedores. Por ello es intensa mi emoción al aceptar, eso sí con sin­cera modestia, la membrecía que se me ha querido conceder en una hora luminosa para mí.

Quisiera corresponder al honor que se me otorga con algo mejor que estas páginas deslumbradas por la belleza y la sonoridad de nuestra lengua, pero en ex­tremo débiles en el propósito de tributarle el homena­je que ella se merece. Si he escogido este tema para mis palabras de hoy, es porque en mis encuentros dis­persos y fugitivos con la prosa y el verso castellanos. he percibido el inexpresable deleite, la exquisita frui­ción que unas páginas bien escritas en nuestro idiomJ producen en el espíritu y en la mente.

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Cuando en lo~ ya lejanos día.., escolares escucha-1110.., de labio.., de algún profesor que debíamos a Es­paña los tesoros de la raza. la religión y el idioma no

soñábamos que en la tercera de estas herencias ha­bríamos de encontrar tan sonora expresión de la be­lleLa hablada y escrita. El correr de los años, ya nos ha­bría de pennitir la apreciación de todo su excelso valor.

El castellano es una lengua musical. Puede ser de suavidad acariciadora o de resonancias guerreras. Lo mismo transita por las inspiradas comarcas de la poe­sía que por las tórridas praderas de la sensualidad des­bordante. En ella encuentran afortunada expresión la épica hazañosa y la lírica sentimental, la elocuencia apasionada de la oratoria y el sentimiento cálido y tierno de un mensaje de amor.

La armonía de las palabras puede tejer hermosos brocados que configuran una riquísima literatura ex­tendida por más de un milenio desde su aparición en España, de donde fluyó a través del océano en la pro­digiosa aventura del Descubrimiento para establecer con América un doble juego de influencias transmi­soras y receptoras de mutuo y feliz enriquecimiento.

La afortunada confluencia de las lenguas griega, latina y árabe dieron al castellano amplísima gama de vocablos con personalidad propia que, al fundirse en un mismo idioma, armonizaron en forma maravillo­sa, conservando la esencia de su origen a la par que tomaban de la antigüedad ibera y de la América abo­rigen, palabras y expresiones que encajaron armonio­samente en la lengua madre.

¿Qué es lo que hace bella y sonora nuestra lengua? Hay una diversidad de elementos que contribuyen a darle esas dos definidas características. Veamos de identificarlos en la medida de lo posible, porque siem­pre quedará algo indefinible en su expresión hablada y escrita. Algo que emana de la propia esencia de los vocablos, de su combinación artística, del sonido de bronce y terciopelo de las palabras hermosamente es­labonadas en frases que se hacen intérpretes de senti­mientos y emociones.

Comencemos por los acentos. Graves, agudos y

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esdrújulos comunican a la expres10n hablada musicalidad y armonía, que si se traslada a las comar­cas poéticas permite una rima de hermosa eufonía. La palabra esdrújula es elegante. Posee un sonido que parece recorrer toda la escala musical que media en­tre una campana al viento y un susurro. Siendo poli­silábica, su misma longitud, como en la octava musi­cal de un piano, resulta de llamativa sonoridad. La heráldica -qué bien suena esta palabra- contiene her­mosas esdrújulas que revisten sus descripciones de singular hermosura, como en el caso de púrpura y de múrice.

Bellos y sonoros, podríamos citar aquí innúmeros vocablos de esta acentuación: crisálida, crepúsculo, clámide, libélula, lágrima, caléndula, ábside, esplén­dido. Insertadas entre graves y agudas conveniente­mente dispuestas, revisten llamativa elegancia, como en "dos lánguidos camellos de elásticas cervices" de Guillermo Valencia y" ... a su pecho no vino un suspi­ro, a sus ojos no vino una lágrima, ni una nube turbó aquella frente pensativa y pálida" de José Asunción Silva.

La acentuación grave resulta propicia para expre­sar estados de alma. Ensueño, tristeza, melancolía, sen­timiento, abandono, amargura, alegría, encanto, so­llozo. Resulta significativo que las cuatro estaciones del año, todas de nombre bonito, posean acentuación grave: primavera, otoño, invierno, estío. Muchas cua­lidades y virtudes tienen similar acento y son hermo­sas en su expresión: nobleza, hidalguía, heroísmo, ta­lante, carácter, entereza, pesadumbre, coraje, gallar­día, dulzura, esperanza. La disolución del diptongo en la última sílaba adquiere musicalidad y armonía: sombrío, arquería, bandería, travesía, acería, herejía.

El acento agudo, si tenninado enon se escucha fuer­te, rotundo. Cierra cláusulas con energía y vitalidad, al igual que cuando termina con en: Corazón, somatén, estación, tribulación, septentrión. Se suaviza en cam­bio al finalizar en /, s, z, d, r: aridez, altivez, desamor, amistad, adustez, arrebol, honor, atardecer, través, tem­poral, abrasador ..

En esta forma, la combinación de sonidos esdrúju-

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los, graves y agudos permite revestir las frases de ar­monía, elegancia y sonoridad sin par, tanto en prosa como en verso, en la lírica como en la épica, en la oratoria como en la dialéctica y la narrativa, además con una riqueza de vocabulario que evita la cacofo­nía, la repetición y la excesiva simplicidad.

La combinación de consonantes y vocales, la pro­nunciación de las letras, son elementos que revisten de singular belleza a nuestra lengua. Carente de soni­dos guturales, la suavidad y la fortaleza de las pala­bras resultan eufónicas por sí mismas. Lar inexisten­te en muchos idiomas, la ñ que fuera del español re­quiere la combinación de dos consonantes, la ll clara­mente diferenciada de la y, la misma rr pese a su soni­do fuerte, se combinan con hermosa armonía en la prosa y en el verso castellanos. Causa pesar que la z hubiese perdido en América su pronunciación origi­nal, posiblemente por la predominancia de la migra­ción andaluza, pues configura un sonido hermoso y enriquecedor.

Iridiscente, esperanza, arcano, amor, misterio, ca­ballero, profundo, ergástula, dulzura, horizonte, ejemplarizan en vocablos musicales el sonido de la r en combinación con vocales y consonantes. Muchos minerales poseen atractiva resonancia metálica de eres y eles: cobre, acero, mármol, argenta, platino, esmeral­da, zafiro, rubí.

También la rr suena hermosamente en multitud de palabras: romance, raigambre, redil, arraigo, rectitud, arrecife, ramaje, rústico, arrasar, robledal, virrey, arra­bal, ráfaga, vidorria, retablo, terruño.

La herencia árabe ha proporcionado al castellano palabras hermosísimas que, al españolizarse, mejo­ran en forma considerable la fonética original, como en los casos en que la J se convierte en H muda: alhambra, almohada, azahar, zarzahán. Qué bien sue­nan alcázar, cenefa, alfanje, alminar, hégira, adarga, almogávar, acíbar, acémila, zagal, jarifo, enjaezar, azucena.

Ciencia y filosofía deben al griego amplísima gama de palabras. Raíces como iso, filo, hemi, a la par con unas

cuantas más, dan origen a sin número de vocablos caste­llanos, no pocos de ellos recibidos a través del latín.

Muchas hermosas palabras castellanas han ido ca­yendo en desuso, lo cual resulta deplorable, no sólo porque se estrecha la amplitud de nuestro vocabula­rio sino porque su expresividad y eufonía hacen falta. Es este el caso de allende y aquende que, sin ser arcaís­mos, han pasado al olvido. Lo propio ocurre con bar­lovento y sotavento. Innumerables vocablos de ascen­dencia árabe se han perdido a pesar de la convenien­cia que tendría conservarlos en el uso verbal y escri­to. Así almocrebe: arriero de mulos, almirez: peque­ño mortero de metal, alfaquín, persona autorizada para ejercer la medicina, almarcha: población situada en vega o tierra baja, almogávar, en la milicia antigua, soldado de una tropa escogida y muy diestra en la gue­rra que se empleaba en hacer incursiones por tierras del enemigo.

En contraposición con arcaísmos y términos en desuso, muchísimos neologismos se han ido incorpo­rando a la lengua castellana y son hoy de uso corrien­te con su escritura y pronunciación españolizadas. Así líder, control, implementar, parquear -con sus deri­vados: parqueo, parqueadero, parquímetro- fútbol, control. Lo importante para que se acepte primero como neologismo y se acabe incorporando un voca­blo a nuestro lenguaje, es que armonice con éste y suene bien al oído, así existan sinónimos castellanos, pues el idioma se enriquece y amplía.

En cambio voces como ranquear, derivada del in­glés to rank es francamente horrible, e innecesaria por cuanto en español existe el equivalente, escalafonar. Los locutores deportivos y sus contrapartes en la pren­sa, los cronistas, son expertos en barbarismos y españolizaciones absurdas de términos, en particular ingleses, que no tienen objeto ni sentido, en tanto muchos nuevos vocablos han ingresado al castellano por no tener equivalentes: comer por tiro de esquina, por ejemplo, mientras faulear por cometer falta no deberá hallar cabida en nuestro idioma.

El reino de las comunicaciones, en cambio, incor­pora a diario nuevas expresiones inglesas, al igual que

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ocurre con la electrónica, las cuales conviene forma­lizar prontamente al castellano, en el que no existen.

El aliento telúrico, las fuerzas desatadas de la na­turaleza, poséen en castellano resonancias impresio­nantes. Tormenta, ciclón, borrasca, tempestad, hura­cán, terremoto, contienen en su composición fonética connotaciones de catástrofe.

No ocurre lo mismo con los fenómenos normales: llovizna, neblina, frío, calor, nevada, arco iris, escar­cha, relente, helada. Son palabras suaves, hermosas, algunas impregnadas de serenidad, al igual que los momentos del día: alba, amanecer, mañana, medio día, atardecer, crepúsculo, noche.

Así podríamos transitar sin término por las vastas comarcas de nuestro idioma, hallando por doquier sonoridad y belleza. La milicia contribuye a esas dos cualidades de la lengua castellana con hermosos vo­cablos, así en unos cuantos de ellos aparezca o se in­sinúe la tragedia de la guerra, oculta en parte por las resonancias heroicas de la épica. Clarín, estandarte, pendón, yelmo, espada, lanza. venablo, bombarda, fusilería, batalla, escudo, fortín. trinchera, infantería, caballería, artillería, coraza, brigada, arcabuz.

En canteras idiomáticas tan ricas, la poesía halla su inmensa abundancia, la musicalidad de su expre­sión, la rima acompasada del verso de diversas longi­tudes y múltiples variantes. Poesía que evoluciona con Jos tiempos para expresar con intenso realismo el sen­timiento de cada época. Del romanticismo y su evo­lución modernista, podemos arrancar sin duda las más bellas expresiones poéticas al menos en lo que se re­fiere a las dos calidades exaltadas en las presentes re­flexiones.

Poesía eterna como trasunto del alma, que Gusta­vo Adolfo Becquer hace perdurar más allá de la exis­tencia misma del poeta:

Mientras el aire en su regazo lleve perfumes y armonías;

mientras haya en el mundo primavera, habrá poesía.

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Don Marcelino Menéndez y Pelayo, al reunir las que a su rígido juicio son las cien más hermosas poe­sías de la lengua castellana, presenta en maravillosa antología la evolución poética y las transformaciones profundas que experimenta en casi seis siglos. No fue justo don Marcelino con Hispanoamérica. Ninguno de nuestros grandes bardos mereció figurar en su obra. Pero, por encima de consideraciones aleatorias, la belleza de la poesía reflejada en las diversas épocas eleva nuestra lengua más allá del fmnamento.

No incluyó don Marcelino La Pesca, de Gaspar de Núñez de Arce. Prefirió las Estrofas, punzante crítica al derrumbamiento moral de la España de su tiempo. La Pesca, sin embargo, entraña en algunas de sus vi­brantes estrofas el poder, la fuerza del mar, de su oleaje bravío, de sus devoradoras tormentas, con una belle­za y un aliento descriptivo en verdad formidables:

Todo enmudece y cae en el misterio: el poderoso imperio

que la tierra asoló con sus batallas; hasta los dioses que de polo a polo

temidos son; tú solo sientes rodar los siglos y no callas.

No callas y hasta el alto firmamento sube tu ronco acento

Y cuando revolviéndote en ti mismo furioso ruges, en tus entrañas late

el fragor del combate que empeña el huracán con el abismo.

Al lado de esta exaltación del océano bravío, su contemporáneo Becquer arranca de la profundidad de su amor y su melancolía, como sones del arpa "silen­ciosa y cubierta de polvo", sus rimas de suavidad enternecedora, inspiración lejana de nuestro José Asunción Silva.

Difícil elegir de la armonía de esas Rimas en las que vertió el poeta su caudalosa ternura, su casi siem­pre dolorido amor y la intensidad profunda de su sen­timiento, la que mejor ejemplarice la belleza de su inspiración romántica, en cierta forma cubierta por su propia descripción inicial:

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Yo sé un himno gigante y extraño que anuncia en la noche del alma una aurora, y estas páginas son de ese himno cadencias que el aire dilata en las sombras.

Hay una entre ellas, sin embargo, que habla de la perennidad del amor, y en breves versos lo proyecta más allá del orgullo y el olvido:

Asomaba a sus ojos una lágrima y a mi labio una frase de perdón; habló el orgullo y se enjugó su llanto, y la frase en mis labios expiró.

Yo voy por un camino, ella por otro; pero al pensar en nuestro mutuo amor, yo digo aún: «¿Por qué callé aquel día?» y ella dirá: «¿Por qué no lloré yo?»

Pasando a nuestra América hispana, olvidada por el gran crítico peninsular, un vasto repertorio de so­noridad y belleza se tiende de sur a norte. Basta con unas breves citas para medir su prodigiosa fertilidad, la exuberancia de su contenido expresado en caden­cias y ritmos variables, con musicalidad de cristal y riqueza de sentimiento y perfección estética. He aquí una pequeña y bien tallada joya de Amado Nervo:

Pasó con su madre, que rara belleza qué ritmo en el paso, que innata raeza que gracia de formas bajo el fino tul. Pasó con su madre, volvió La cabeza, me clavó muy hondo su mirada azul. Con febril premura, sigue/a clamaron cuerpo y alma al par. Pero tuve miedo de amar con locura, de abrir mis heridas que suelen sangrar, y no obstante toda mi sed de ternura cerrando los ojos la dejé pasar.

Guillermo Valencia, que habló de sacrificar un mundu para pulir un verso, dejó en su poesía un lega­do de perfección en la forma, de primor equiparable al de una fina porcelana oriental, en la que sonoridad y belleza armonizan hermosamente, para alcanzar per­files de genuina iluminación estética. Quizá la des-

cripción de la pecadora que cautiva a Palemón el Estilita hasta arrancarlo de su pétrea columna de gra­nito y llevarlo por el desierto ante el silencio de la absorta caravana que acudía desde lejanas comarcas para escuchar su sermón ascético, sobresale de su di­latado y luminoso panorama poético con luz propia:

. .. parecía la primera Luz del día, y en lo negro de sus ojos la mirada tentadora era un áspid: amplia túnica de grana dibujaba las esferas de su seno; nunca vieran los jardines de Ecbatana otro talle más airoso, blanco y lleno; bajo el arco victorioso de las cejas era un triunfo su pupila quieta y brava, y, cual conchas sonrosadas, Las orejas se escondían bajo un pelo que temblaba como oro derretido; de sus manos blancas, frescas, el purísimo diseño semejaba Lotos vivos de alabastro irradiaba toda ella como un astro: era un sueño que vagaba con La turba adormecida y cruzaba - la sandalia al pie ceñida-cual la vaga sombra errante de una sílfide, de una sílfide seguida por su amante.

No es extraño que, ante semejante aparición, el "monje adusto", después de contemplarla largamen­te, sintiera encenderse sus arterias y sacudirse su «fi­gura larga y flaca y amarilla» para sentir «el gusto de los seres y la vida».

También de José Asunción Silva, de cuya trágica muerte acaba de cumplirse un siglo, podríamos tomar centenares de versos, reflejo de la sonoridad y la be­lleza que hemos venido exaltando a lo largo de estas divagaciones. Es tan rica y variada su producción poé­tica, que seleccionar una muestra resulta imposible tarea para unos breves apuntes como estos. Cautivan

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'u" 1\'octumos inundados de presagios fúnebres, de reminiscencias mórbidas, de pasiones inconclusas, de presentimientos doloridos, por momentos de cruel es­cepticismo: la decepción profunda de don Juan de Covadonga ante la realidad lúgubre pero a la vez lle­na de imágenes tentadoras y profanas que atormentan las horas febriles y delirantes de su hermano el prior en Talavera, a tiempo que enternecen sus Maderos de San Juan.

La fuga de sí mismo, el hastío de una existencia vacua devorada por el placer y el vicio de don Juan, hallan un amargo epílogo al dejar el monasterio don­de Hernando domaba su «carne alborotada con ayu­nos, y rezos y silicios»: entre choques de armas y ru­mor de besos:

Y al salir por el negro camposanto en que el oscuro convento se prolonga, ansiando La quietud de los que fueron por la primera vez se humedecieron los ojos de don Juan de Covadonga.

En Rubén Darío, el contraste entre Jos acentos épi­cos de su Marcha Triunfal y la ternura del cuento de la princesita traviesa que anhelaba cortar una estrella para hacerse un prendedor, o el amoroso arrullo Para dor­mir al niño que amaba el mar, hay toda la gama de bellezas y armonías a que nos hemos venido refirien­do. Allí la exaltación del heroísmo, el fulgor de la glo­ria, el blasonado resonar de los aceros. Aquí el cálido y candoroso transcurrir de la fantasía para tocar amoro­samente la imaginación de una niña o de un infante.

Los claros clarines de pronto levantan sus sones, su canto sonoro su cálido coro, que envuelve en un trueno de oro la augusta soberbia de los pabellones ...

Los áureos sonidos anuncian el advenimiento triunfal de la gloria; dejando el picacho que guarda sus nidos, tendiendo sus alas enormes al viento, los cóndores llegan. ¡Llegó la victoria!

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Del clamor heroico se pasa suavemente al susurro del cuento:

Una tarde la princesa vio una estrella aparecer; la princesa era traviesa y la quiso ir a coger. ..

Y poco más allá al arrullo de la canción de cuna:

... las nubes por velas semejando azahares de turrón el barco que errará en Los mares. Te guiarán las hadas rubias de los cuentos hasta islas rosadas, en alas del viento.

Así se podría seguir transitando por la poesía indoamericana, recordando a cada paso del infatiga­ble andar el vacío de nuestros poetas en la antología del adusto crítico español. Porfirio Barba Jacob con su Canción de La Vida Profunda y su Parábola del Retomo. Pablo Neruda cuando proyecta su propia fi­gura en Mi alma es un carroussel vacío en el crepús­culo, León de Greiff, abstruso, esotérico, burlón y genial en La Balada de los buhos estáticos y en los Nocturnos Musicales.

Rico y pródigo ha sido el caudal que nuestra patria ha entregado al poderoso torrente de la poesía univer­sal. Los dos Caros, José Eusebio y Miguel Antonio, Rafael Pombo, Julio Arboleda entre otros muchos el siglo pasado. Aurelio Martínez Mutis, Ricardo Nieto, Luis Carlos López, Alberto Angel Montoya, Alvaro Mutis, Eduardo Carranza, Diego Fallon, Juan Lozano y Lozano, José Eustacio Rivera, Dora Castellanos, Elisa Mújica, Maruja Vieira, Meira del Mar, son ape­nas unos de los nombres que en la aún inconclusa cen­turia en curso han enriquecido las letras españolas en su parnaso poético, para no hablar de Silva y de Va­lencia, los dos gigantes de nuestra poesía.

Imposible resistir a la tentación de citar aquí una hermosa obra de orfebrería poética, pergeñada por un joven cadete de la Escuela Militar, a la bandera de la patria cuyos pliegues ondulantes motivaron su inspi­ración heroica: Guillermo Manrique Terán:

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Cual una flor radiante de púrpura y de oro nacida en algún mágico jardín de claridad, te vi pasar un día nimbada por un coro de dianas cristalinas bajo La inmensidad.

Reían tus colores con un reír sonoro donde vibraba el alma guerrera de otra edad, y entonces te bendije como el mejor tesoro orgullo de mi patria y amor de mi heredad.

¡Bandera de Colombia! Tu infancia victoriosa ungieron con el múrice de sangre generosa las águilas insignes y el épico león.

As[, radiante en gloria y en libertad y en lumbre, cual un iris que fuera diadema de una cumbre te Llevo desplegada sobre mi corazón.

Este soneto, bellamente elaborado en alejandrinos rítmicos, con hemistiquios perfectos, tiene la sonori­dad que proclaman sus dianas cristalinas y la belleza iridiscente del tricolor que cantan. Difícil describir en catorce líneas, en verso o en prosa, con igual elocuen­cia un cántico marcial y guerrero a una bandera. He ahí una bien lograda exégesis del símbolo patrio por excelencia.

Los tonos poéticos se mantienen en los soleados o pluviosos campos de la lírica castellana. Y aún de la épica, al igual que en la dilatada narrativa, que pasa de España a América para hallar en ambas latitudes soberbias expresiones de belleza y fantasía, que en cada época literaria señalan, como en la poesía, la evolución brillante de las letras con la inspiración ri­quísima de los autores que las vivieron.

Así el purismo clásico de Ramón del Valle lnclán que, personificado por el cínico y amoroso Marqués de Bradornín, transita por sus cuatro Sonatas en plan de seducción en otras tantas etapas de su vida donjuanesca y conquistadora: primavera, estío, otoño e invierno, en el romántico doblar del Siglo XIX al XX. La fuerza y la hermosura descriptiva de esos pa­rajes, que recorre por España y México en idilios ar­dientes o crepusculares, identifican no sólo su perso­nal estilo literario, sino su época, si bien en el Ruedo

Ibérico y en sus Comedias Bárbaras evidencia un cambio sustancial, producto quizá de la mutación que experimentan las letras a medida que avanza el Siglo XX, o de la propia vida del autor.

Muchos parajes de las Sonatas podrían ejemplari­zar el cálido estilo de Valle Inclán y el gusto literario de su tiempo. De la Sonata de Estío emerge un mo­mento, cuando desde la fragata en la que viajaba el Marqués jugando al amor con la Niña Chale, se divi­sa la ciudad de Grijalba en el Golfo de México:

"En aquella hora, escribe don Ramón, el calor era deleitante, fresca la ventolina y con el olor de brea y algas. Percibíanse en el aire estremecimientos volup­tuosos. Reía el horizonte bajo un hermoso sol. Ráfa­gas venidas de las selvas vírgenes, tibias y acari­ciadoras como aliento de mujeres ardientes, jugaban en las jarcias, y penetraba y enlanguidecía el alma el perfume que se alzaba del oleaje casi muerto."

Cuatro años antes de que Valle lnclán cerrara para siempre sus ojos fatigados de letras y de amor en su España natal, del otro lado del océano un venezolano escribía en 1931 su vibrante novela guerrera Las Lan­zas Coloradas. A la descripción marina del Marqués de Bradornín podríamos contraponer la que Arturo Uslar Pietri escribe para relatar el momento en que Francisco Miranda arriba al litoral caribe en su nave aventurera, el Leandro, e iza por primera vez, en el palo mayor, los tres colores inmortales que diseñara para la Colombia de sus sueños:

"El viento venía ancho desde lo hondo del Caribe ( ... ) Allí, de un soldado con temblor en las manos, tomó aquel trapo de tres colores y lo fue izando sua­vemente por una cuerda larga. Se oyó de nuevo un grito: "¡Fuego!" y todo el aire del mar y de la monta­ña, sacudido por el disparo de los cañones, hacía tem­blar, arriba, en el tope del palo, los tres colores vírge­nes desnudos, divinamente presentes ante la tierra ancha y muda."

Lirismo y épica se dan cita en estos dos instantes literarios, ambos sonoros, ambos densamente hermo­sos desde sus particulares prisma y circunstancia.

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La riquísima e inspirada prosa castellana discurre por todos los ámbitos literarios, hallando en cada cual la donosura, la elegancia, la vibración, el aliento, la dulzura, la fuerza, que demanda el propósito de quien la utiliza. La oratoria, sea ella política, religiosa, mili­tar, forense, alcanza alturas enhiestas.

Basta evocar entre nosotros unos cuantos nombres para sentir el bronce de las voces que enriquecieron el parlamento, el foro, la academia, el cuartel, hasta la plaza pública, con su verbo encendido y con la inspi­ración de sus inteligencias.

Pasaron a la historia parlamentaria de Colombia los debates de Antonio José Restrepo y Guillermo Valencia sobre la pena de muerte en los años Veinte de este siglo. En momentos en que Restrepo pronun­ciaba un encendido elogio a la vida, la sorpresiva in­terpelación de Valencia buscó desconcertarlo con una pregunta: "Honorable senador, ¿y qué es la vida?" Sin una vacilación, como la chispa que salta de un yun­que al golpe descargado sobre el hierro al rojo vivo, estalló la respuesta: "¿La vida? Es ese hermoso don de Dios que vosotros queréis arrebatar en el cadalso".

Se habla aún de la leonada figura de José Vicente Concha y de su voz cual tañido de campana antigua. Del ciclón soberbio y demoledor de Laurean o Gómez. De los inolvidables Leopardos. De la inspirada bri­llantez de Enrique O laya Herrera. Aún parece resonar en la capitalina Plaza de Bolívar la voz tremolante de Jorge Eliécer Gaitán, en medio del «silencio clamo­roso» - esas fueron sus palabras- de la inmensa mu­chedumbre que escuchó sin un grito su célebre Ora­ción por la Paz.

Quienes escuchamos de viva voz o en las ondas hertzianas de la radio las alocuciones serenas, con­vincentes, inspiradas en persuasiva firmeza de Alber­to Lleras Camargo, vivimos aún las horas decisivas cuando fueron pronunciadas, como en aquella cáte-

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dra del Teatro Patria, en la que dejó el 9 de mayo de 1958 la más luminosa definición del papel de un ejér­cito en el discurrir democrático de una república, a la vez que reclamó para las armas nacionales el respeto de la política y de la justicia ordinaria hacia quienes las portan.

De esas páginas sonoras, elocuentes, de impecable factura, recordamos como tallada al fuego vivo en el alma militar una referencia a nuestra institución:

"Los ejércitos vienen a ser entonces el más alto, puro, noble servidor nacional. No se entra a ellos por la paga, ni por ningún estímulo pequeño. Sino porque se va a servir, de la manera más peligrosa, y porque se va a vivir en función de gloria, con una constante pers­pectiva de muerte. ( ... ) Es el oficio más abnegado, porque no espera compensaciones inmediatas, ni re­conocimiento ininterrumpido.( ... ) Semejante tarea so­lamente tiene paralelo, menos en el peligro, con las vidas maceradas de los monjes y de los santos. Por eso se rodea de ciertos privilegios, honras, fueros que no tienen los demás ciudadanos comunes. Por eso y porque, además, esos atributos son absolutamente in­dispensables."

Grande en verdad, e inmensamente rico, es el teso­ro del idioma que hemos recibido de nuestro pasado ibérico y que nuestros hombres de letras han contri­buido a embellecer en su estructura gramatical y en la sonoridad de su expresión.

Por todo ello mi profunda gratitud, bien difícil de expresar, a usted, señor Presidente de la Academia Colombiana y a quienes en ella cultivan y preservan tan hermoso legado, por haber querido que un hom­bre -más de armas que de letras- agregue su modesta figura a la de quienes, ellos sí con sobra de mereci­mientos, ocuparon ayer los sitiales de honor de este templo y hoy los suceden con dignidad, decoro y bri­llantez.

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DEFENSA, SEGURIDAD CIUDADANA Y GASTO PUBLICO

COMENTARIOS

S e ha publicado por la Comi­sión de Racionalización del Gasto y las Finanzas Públi­

cas un estudio sobre el tema que sirve de título al presente comen­tario y que dado el peso que las opiniones de esta Comisión, por la calidad de sus integrantes, puede tener sobre organismos como el Ministerio de Hacienda, el Depar­tamento Nacional de Planeación y las personas que tienen poder de decisión sobre los asuntos relati­vos al presupuesto necesario para atender a la Defensa Nacional en los difíciles momentos que atravie­sa Colombia, obliga a glosar algu­nas de las opiniones y conclusio­nes a que este informe llega, por considerarlas que no son conve­nientes ni válidas para afrontar la obligación que tiene el Estado de defender la Soberanía Nacional y la integridad territorial en el Fren­te Externo, y para garantizar la vida, honra y bienes de los colom­bianos, en el Frente Interno.

General ALBERTO RUIZ NOVOA

l. Comentarios a la Introduc­ción ( páginas de 3 a 9)

La Comisión no contó entre sus miembros principales ni equipo técnico con profesionales militares expertos en logística militar que hubieran podido asesorar a sus eminentes integrantes en los a<;pec­tos relativos a las necesidades del Ejército, la Armada, la Fuerza Aé­rea y la Policía Nacional.

Más grave aún, el enfoque ge­neral del estudio de la Comisión en ningún momento establece una conexión entre la misión que de­ben cumplir las Fuerzas Militares y la Policía Nacional, previo un análisis de la situación que vive el país, sino que simplemente se li­mita en su introducción a señalar el hecho de que no se ha podido alcanzar la pacificación y que los índices de criminalidad y subver­sión van en alarmante aumento.

En la misma introducción, su último párrafo afirma la siguiente

conclusión que aún cuando no es consecuente con los anteriores, es necesario tenerlo en cuenta para compararlo con el resto del infor­me : "Aparte de los enormes cos­tos económicos que el conflicto armado representa las pérdidas se calculan en US $3.200 millones, 4% del PIB, el sacrificio de un ele­vado número de colombianos, así como la paulatina desaparición de fundamentales factores de cohe­sión social, coloca al país en el peor de los mundos que cualquie­ra pueda imaginar: no puede salir del atraso económico y social por­que la violencia se lo impide; y, la violencia no se elimina -al menos teóricamente- porque existe mise­ria y marginalidad, un circulo vi­cioso del cual el tráfico de estupe­facientes saca jugosos dividen­dos".

Evolución del Gasto de la Fuerza Pública

Al estudiar el capitulo dedica­do a la "Evolución del Gasto de la

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Fuerza Pública" es importante ano­tar que se toman en su conjunto los presupuestos de las Fuerzas Mili­tares y de la Policía Nacional, pro­cedimiento que distorsiona los análisis y las conclusiones del es­tudio. Hubiera sido mejor que es­tos presupuestos se estudiaran se­paradamente.

Las referencias a la relación en­tre los gastos y el P.J.B. no tiene valor alguno pues no consideran que las erogaciones son producto del crecimiento del conflicto de­bido precisamente a la ineficiencia del Estado para combatirlo por ha­ber apropiado siempre presupues­tos inferiores a Jos necesarios para "apagar el incendio" de una vez por todas y no "a gotas" insuficien­tes y además porque como lo ano­ta en la página 6, "Las mayores erogaciones no se reflejan en la efectividad de la fuerza porque no es precisamente por este medio co­mo se puede encarar el conflicto".

Con esta frase pone la Comisión el dedo en la llaga al señalar que para obtener la paz se necesita que el Estado y sus personeros "quie­ran hacerlo" y que para ello es ne­cesario adoptar una Política de Estado que comprometa a las tres Ramas del Poder Público a crear los instrumentos legales y de jus­ticia excepcional requeridos para que las Fuerzas Militares y la Po­licía puedan reducir a una subver­sión hoy convertida en narcotra­ficante y que tiene influencia eco­nómica y política sobre la mitad del territorio nacional y sigue avanzando, mientras el gobierno pide sin éxito la apropiación de los

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fondos necesarios para cumplir con la misión de seguridad y de­fensa.

El informe está lleno de incon­secuencias inexplicables dada la calidad de quienes lo suscriben. Por ejemplo en la página 6, afirma que "si bien el aumento del núme­ro de efectivos ha tenido inciden­cia notable, la ni velación salarial y las transferencias a la seguridad social han sido factores de más am­plio efecto en el crecimiento del presupuesto asignado", a renglón seguido anota "con todo, las ma­yores erogaciones no se reflejan en la efectividad de la fuerza". Se mezcla el factor relativo a la justi­cia de un aumento salarial con la eficiencia operacional de la fuer­za, que no tienen relación directa alguna. Se afirma, no se sabe con qué bases, que "el régimen sala­rial es satisfactorio si se le compa­ra con el de otros sectores; el cos­to fiscal es desde luego mayor, pero eso no implica que el proble­ma se esté resolviendo".

Estudios elaborados por "ACORE" mostraron que el nivel de las asignaciones militares eran comparativamente las más bajas del sector público por debajo de las del magisterio y desde luego esta diferencia es mucho mayor con el sector privado.

En cuanto a la comparación in­ternacional, el informe señala que el gasto está en Colombia por en­cima del promedio del gasto de defensa entre los paises de Améri­ca Latina. Comparación inconse­cuente pues no considera la situa-

ción de desorden público que vive el país con la subversión, el narco­tráfico, el terrorismo y la inseguri­dad, fenómenos que no existen en la misma intensidad en el resto de la región.

Personal Retirado y Pensiones

Resulta preocupante para la Ins­titución Militar el enfoque que es­boza la Comisión para el análisis de las remuneraciones militares y las asignaciones de retiro, pensio­nes o como quieran llamárseles.

Es conveniente advertir que el mejor término es "asignación de retiro" ya que la palabra asignación se ha usado en la Administración Pública Nacional desde hace mu­cho tiempo para designar el total de todas las sumas que un funcio­nario reciba por diversos concep­tos como sueldo básico, primas de servicio, etc.

Se atribuye equivocadamente que las asignaciones militares del personal en servicio activo están ligadas al sueldo del Ministro de Defensa. Lo que sucedió en un momento determinado fue que la brecha entre el sueldo de un Coro­nel y un Teniente Coronel fue de tal diferencia que puso de mani­fiesto la tremenda injusticia que se estaba cometiendo en materia sa­larial con los militares y esto de­terminó el reajuste de la "escala salarial", que aún no se ha cumpli­do completamente.

Más alarmante es aún el con­cepto sobre lo que la Comisión lla­ma "la característica especial y

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única de disfrutar de sueldo de re­tiro (no de pensión) bajo condicio­ne~ ventajosas respecto a otros muchos sectores" Esta generaliza­ción muestra a las claras que la Comisión no estudió las disposi­ciones que regulan la asignación de retiro ni mucho menos la de "los muchos otros sectores" que esta­rían en condiciones más desfavo­rables.

Si hubieran hecho este estudio dentro del resto de la administración pública que suponemos está bajo el examen de la Comisión, se habrían dado cuenta que los militares no devengan horas extras. ni se les pa­gan los días feriados que trabajan y que viven en permanente disponibi­lidad todos los días del año.

En cambio al empleado civil or­dinario de la administración públi­ca se le liquida su "pensión" sobre el promedio de la asignación devengada en los últimos 12 me­ses de servicio incluyendo dentro de este cálculo todas las primas, vacaciones, horas extras, viáticos, etc, que el funcionario haya deven­gado, por cualquier concepto y no se le exige disponibilidad perma­nente ni exponer su vida.

Si hubieran estudiado las con­diciones de los funcionarios y tra­bajadores de los establecimientos públicos, empresas de economía mixta y paraestatales que también influyen en el gasto público se ha­brían dado cuenta de la desventaJa en que esu\.1 los militares en sala­rios y prestaciones sociales, por debajo de los funcionarios de la banca oficial, de empresas como

Ecopetrol. Telccom y las empre­sas del Sector Eléctrico. además del sector del magisterio que con Ecopetrol fueron excluidos de los efectos de la Ley l 00 de 1993.

Debe en consecuencia darse la voz de alerta sobre este criterio de la Comisión que en su recomen­dación número 3, dice: "En mate­ria de salario la Comisión cree fun­damental replantear el esquema de "Sueldos de Retiro" atados a la estructura de la remuneración del personal activo". Esto con el pro­pósito de equipararlo al vigente para las demás actividades produc­tivas, '·también se debe establecer su sistema de pensiones corno el que opera para el resto de la eco­nomía" (El subrayado es nuestro).

Este concepto resulta inacepta­ble porque para su seguimiento se necesitaría desconocer de un solo tajo todos los derechos adquiridos por el personal de la Institución Militar desde hace muchos años y que se basa especialmente en el principio de "la oscilación" de las asignaciones de retiro en relación con las de actividad en todo tiem­po y para todo grado. Esta meto­dología no es un privilegio y se basa en un principio esencial de justicia social como es el de man­tener el valor real de la asignación de retiro, principio que ya se apli­ca en las demás ramas de la admi­nistración pública, ante lo cual el concepto de la Comisión resulta desinformado. obsoleto e injusto. Este principio también fue consa­grado en el artículo 14 de la Ley 100/93 al ordenar que todas las pensiones deben ser reajustadas el

1 ° de Enero de cada año de acuer­do con el índice de precios al con­sumidor, IPC. La tendencia en la legislación laboral moderna es que la pensión no sufra el impacto de las devaluaciones, especialmente en países como el nuestro y por eso hoy existe legislación nacional que ordena el reajuste de las pensiones en lo~ sectores público y privado.

El concepto de la Comisión re­comendando desmejorar la legis­lación laboral militar se constitu­ye en una verdadera «perla» de in­justicia laboral en contravía de la tendencia actual de mejoramiento social de los trabajadores públicos, inclusive los militares, que tam­bién lo son como los que más.

Principales Recomendaciones

Las recomendaciones están re­dactadas en un lenguaje vago, in­correcto, impreciso, dominado por la idea de que no se pueden aumen­tar los gastos para ganar la guerra, sin tomar en cuenta las consecuen­cias.

Contiene conclusiones pero sin razonamientos que la sostengan tales como: "Articulada la Fuerza Pública en esa estrategia, se requie­re, con urgencia replantear un plan logístico y operativo con el fin de enfrentar el conflicto interno. Juz­ga inapropiado seguir la idea de au­mentar en forma permanente el pie de fuerza".

"El conflicto no se resolverá estableciendo una competencia de aumento de erogaciones con los grupos subversivos".

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"Es indispensable actmrren el cam­po de la inteligencia militar, el entre­namiento de los efectivos y la disposi­ción táctica del recurso humano".

Es evidente que la Comisión no tuvo o no quiso consultar asesoría militar, que le hubiera informado que estamos en medio de una gue­rra contra una guerrilla que está creciendo y que hay planes logís­ticos y operativos que permanen­temente se están actualizando de acuerdo con la evolución de la si­tuación.

Las recomendaciones dan la impresión que se hacen para un conflicto que aún no ha comenza­do sin darse cuenta de la aguda cri­sis que en materia militar se está viviendo y que requiere apoyo eco­nómico con la mayor urgencia, así haya que sacrificar las apropiacio­nes de otros sectores. Se trata de dominar la subversión con medi­das extraordinarias no solo en el gasto público sino en todos Jos as­pectos para que el Gobierno pue­da restablecer la autoridad en el territorio nacional y que con la vuelta a la normalidad el país re­cupere el clima de seguridad y con­fianza que estimule la inversión y garantice la tranquilidad de la vida social.

II . Comentario a "los objetivos y el marco de acción"

l. En la página 11 el informe reconoce "las urgencias de acabar con el conflicto amado" cuyo cos­to estima en el 1,5% del P.I.B. o sea cerca de US $ l. 100 millones anuales, de los cuales hay que aña-

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dir los costos indirectos del sector privado que calcula en 4% del P.l.B. equivalente a US $3.200 mi­llones anuales, es decir un total de US $ 4.300 millones al año de pér­didas económicas a causa de la narcosubversión.

El equivalente en pesos colom­bianos sería de$ 4.300.000 millo­nes de pesos al año aproximada­mente.

2.- Es obvio que el principal factor que hay necesidad de tener en cuenta desde el punto de vista económico es el costo del conflic­to, costo que desde Juego no es el único porque hay que agregar lo imponderable del desestímulo a la inversión y el descenso en todas las actividades de la economía, el costo político tanto interno como externo, y muchos factores más que elevan el costo del conflicto para el país a cifras incalculables.

3.- Si de lo que se trata es de acabar con un conflicto que tiene ese costo anual que viene dándose desde hace varios años y que de no frenarse desangrará totalmente al país, no se entiende cómo pue­den traerse argumentos para sos­tener que no es posible arbitrar los recursos que la fuerza pública está pidiendo y que significan alrede­dor de la novena parte del costo de la subversión en un solo año.

Recursos que estarían destina­dos a equilibrar la situación de des­ventaja en que se encuentra actual­mente la Fuerza Pública, siendo muy claro que si se quiere superar una situación, llámese guerra o

desorden público, que está costan­do US $54.300 millones de dóla­res al año más el lucro cesante y el daño emergente, no sólo no resul­ta sensato proponer el conge­lamiento del gasto actual sino que debería planearse el aumento del pie de fuerza y la adquisición de elementos al más acelerado ritmo posible para obtener la normaliza­ción del país que así como va está rodando a una anarquía política y económica de consecuencias trá­gicas e incalculables.

4.- Es cierto que aún cuando la Comisión menciona otros factores que inciden gravemente en la falta de éxito en la lucha contra las gue­rrillas, como son los procedimien­tos de la Rama Judicial, la necesi­dad de "Afinar la coordinación entre la Fuerza Pública y la Rama de la Justicia" y la necesidad de cambios legales entre los cuales creemos que deben incluirse la ob­servación plena del fuero militar y procedimientos especiales de juzgamiento para los rebeldes, no le da a estas actuales carencias la importancia que tienen en lo que califica como la ineficiencia de la Fuerza Pública y es de advertir que estos factores que se enmarcan dentro de lo que podría llamarse una definida Política de Estado son fundamentales para el éxito en la lucha contra la subversión.

III. Comentario al Capitulo ll del Informe. "Evolución de los Gastos de la Fuerza Pública"

Al tratar en general el "Gasto de la Fuerza Pública Colombiana", se formulan unas consideraciones

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igualmente generalizadas y que no toman en cuenta las características especiales del establecimiento mi­litar y de las personas que Jo com­ponen, que en su funcionamiento necesitan de un régimen especial en todo sentido.

No han entendido los Comisio­nados que universalmente las Fuerzas Militares para poder cum­plir su misión deben estar prepa­radas para hacer la guerra y que toda su actividad se desarrolla en función de esta misión esencial.

En consecuencia, las compara­ciones en materia de sueldos, pres­taciones sociales, pensiones, etc, es­tán fuera de lugar cuando se afirma que deben igualarse a las de la buro­cracia que labora en las oficinas pú­blicas de la administración oficial, en las tres ramas del Poder Público, comparaciones que revelan un total desconocimiento de las exigencias de la vida militar hechas por quie­nes aún cuando no se hayan movido de sus cómodos escritorios si tenían la obligación de asesorarse para in­vestigar la historia de una legislación que no es de ayer sino que ha veni­do evolucionando desde comienzos de siglo, por no decir que desde la misma fundación de la República y el Ejército Libertador.

Es por eso que resultan asom­brosos comentarios como "la cui­dadosa asignación del gasto para no romper el requerido equilibrio logístico entre funcionamiento e inversión" o sobre la "compra de equipos que en ocasiones no resul­tan los más indicados para enfren­tar el conflicto interno".

En el caso del análisis en "El contexto internacional" no vienen al caso la comparación de nuestra situación con la de Francia ni si­quiera con la de los países centro­americanos cuya realidad es com­pletamente distinta.

En cuanto al análisis de la "Es­tructura del Gasto de la Fuerza Pública en Colombia" este se hace igualmente ignorando deliberada­mente las condiciones de trabajo de los miembros de la Fuerza Pú­blica y la evolución de sus dere­chos laborales, muy inferiores por cierto, a los de otros sectores del trabajo tanto en las empresas del Estado como en el sector privado.

Hay una recomendación ten­diente a desconocer garantías la­borales para los miembros de la Institución Militar y de la Policía Nacional, tanto en servicio activo como en retiro, que resulta inacep­table por injusta y a la luz de la doctrina del derecho laboral tanto colombiano como universalmente.

Si los funcionarios de Ecopetrol y del Magisterio no aceptaron ser cobijados por las disposiciones de la Ley 100/93 resulta inexplicable que se pretenda recomendar que esta ley se aplique a las Fuerzas Armadas. También no resulta pro­pio que los Altos Mandos acepten que se recorten a los servidores militares y de la policía sus dere­chos laborales. Estas medidas de­ben considerarse como una injus­ticia y una ofensa contra la institu­ción.

Por lo tanto debe rechazarse por

inconsecuente y regresiva la reco­mendación que dice: "En conse­cuencia, la Comisión cree necesa­rio replantear todo el esquema de sueldos de retiro atados a la estruc­tura salarial del servicio activo con el propósito de equipararlo al vi­gente para el resto de la sociedad."

Por otra parte es de advertir que la comparación con las cifras rela­tivas a los gastos históricos de dé­cadas anteriores no son pertinen­tes por inválidas ya que la situa­ción de desorden público y el au­mento de la amenaza de la subver­sión y el narcotráfico convertidos actualmente en una narcosubver­sión no habían exigido el aumento del pie de fuerza de las Fuerzas Militares.

La reorganización de la Policía Nacional cuyos costos han ido considerablemente en aumento y que se mezclan con los de las Fuer­zas Militares también distorsionan las bases sobre las cuales la Comi­sión hace sus apreciaciones.

Recomendaciones para la situación que se vive

Es obvio que el estudio del gas­to público se ha hecho teniendo en cuenta la situación que vive el país, crítica en todos sus sectores y especialmente en el sector De­fensa. Si esto es así el enfoque de la Comisión debería estar orien­tado especialmente, en este sec­tor, al cálculo y financiamiento de los gastos necesarios para resta­blecer la normalidad hoy total­mente alterada.

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Desde este punto de vista en­contramos el informe en cierta manera desordenado y confuso, además de inútil en cuanto se re­fiere a tomar las cifras del pasado como referencia para sustentar re­comendaciones hacia el futuro.

En efecto, se mezclan los gas­tos de las Fuerzas Militares con los de la Policía Nacional; se entra al análisis de los costos laborales y el futuro de las pensiones, aspecto éste que no tiene relación directa con la resolución de la situación de desorden público. En lo que se refiere a la expedición de la Ley 4a. de 1992, esta disposición ape­nas inició la corrección de una si­tuación salarial injustamente des­equilibrada que venía de muchos años atrás y nada más. Fue un re­ajuste salarial como los que tienen lugar en todos los sectores de tra­bajo pero no puede tomarse como pretexto para la modificación de La legislación laboral ni de las pres­taciones sociales de los militares.

Son recomendaciones traídas por los cabellos, que no correspon­den al ámbito de la Comisión y que sólo demuestran un total descono­cimiento de la situación laboral de las Fuerzas Militares.

Por esta razón rechazamos las recomendaciones consignadas en las páginas 31 y 32 del informe de la Comisión.

Al hablar de "la magnitud del Pasivo Pensiona! de la Fuerza Pú­blica" la Comisión no considera el hecho esencial de que le corres­ponde al Estado como patrono de

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las Fuerzas Militares asumir los gastos laborales que este concep­to demande como parte del costo integral de la Defensa Nacional, tal como sucede en todos los países del mundo. Está bien que se ha­gan los cálculos de las cifras que esto puede demandar en el futuro como debe hacerse también con las demás ramas de la administración pública. Pero estos cálculos no de­ben servir de pretexto para reco­mendar la disminución de las ga­rantías laborales de la Institución Militar especialmente si se tiene en cuenta que éstas son inferiores a las de otros sectores de la admi­nistración Pública.

IV. Comentario al capítulo sobre "Incidencia sobre el resto

del sector público"

En la introducción de este ca­pítulo antes de las recomendacio­nes finales el informe se enreda en una serie de comparaciones entre el PID, el total del gasto del Go­bierno central ) la proporción que ocupa el gasto de la fuerza públi­ca.

Hace alusión a las prestaciones sociales junto con la obvia expli­cación de que el gasto se aumentó porque a las tropas además del sueldo hay que darles "vivienda, alimentación, movilización (trans­porte), capacitación y dotación."

Lo anterior lleva a concluir que «ante la difícil situación de Orden Público, la Comisión estima que la importancia otorgada por el Congre­so y el Gobierno en las partidas presupuestales al sector de la Fuer-

za Pública se ha justificado en bue­na parte" (El subrayado es nuestro).

Pero a renglón seguido dice: "No obstante ha llegado el momen­to de poner freno a esta expansión y propender por el uso más eficien­te de los recursos". Y agrega "El concurso de la sociedad civil y la eficiencia de sectores complemen­tarios como la justicia, resultan fundamentales para alcanzar este propósito".

Resalta en esta conclusión la desorientación que se encuentra en la redacción de todo el informe de la Comisión y que pierde de vista que el principal problema es la si­tuación de subversión, terrorismo, desorden público y narcotráfico que algunos denominan como gue­rra. Parece que no tuvieran en cuenta que mientras no se domine el desorden público y se implante la Ley y el Orden no será posible pensar en las "proporciones" del gasto que teóricamente elaboran.

Tampoco se ve como "el con­curso de la sociedad civil y la efi­ciencia de sectores complementa­rios" pueden colaborar al propósi­to de restaurar la normalidad cuan­do lo que se necesita es un Estado Fuerte con legislación adecuada, con propósito político definido, que lidere a la sociedad en la nor­malización de la nación.

V- Comentarios al capítulo V "Resumen y Recomendaciones"

Una de las características del informe es que las recomendacio­nes no corresponden a las consi-

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deraciones. Mientras en esta se re­conoce la gravedad que para toda la nación tiene la situación del des­orden público reconociendo que se "pierde la dinámica económica equivalente acerca del 1.5% PIB por año", pérdida que seguramen­te va en aumento y a la cual segu­ramente habría que añadir toda una serie de factores que duplicarían dicha pérdida.

Al analizar el aumento de los gastos sitúa la mayor incidencia en la necesidad de reparar la injusti­cia de los bajos salarios y el con­secuente aumento de las prestacio­nes sociales. En este capítulo ha­bla de que "no existe una adecua­da correspondencia entre las ma­yores asignaciones del gasto y los resultados obtenidos en la lucha contra la delincuencia".

Trae a cuento estadísticas de América Latina ignorando la situa­ción excepcional de Colombia. Se admira de "la velocidad" en que se ha incrementado el gasto de la Fuerza Pública cuando en las pá­ginas anteriores el mismo informe ha explicado las causas de esa «velocidad».

En cuanto no solo al tamaño sino también a la calidad de las Fuerzas Militares que en efectivos deberían corresponder al 1% de la población del país, con inútil pe­sadumbre es necesario anotar, como lo han hecho infinidad de personas, que Colombia no ha te­nido conciencia de la defensa de su soberanía e integridad motivo por el cual ha perdido durante su vida independiente más de la mi-

tad del territorio que le entregaron Bolívar y Santander, lo cual no deja de constituir para la clase po­lítica y la sociedad que ha consti­tuido la élite colombiana desde entonces una vergüenza irrepara­ble e imborrable.

Ya sería hora de enmendar el vergonzoso criterio de buscar toda clase de argumentos para no tener una Fuerza Pública capaz de man­tener el Orden Interno y la Sobe­ranía Nacional. Sin embargo pare­ce que el informe no se inspira en este propósito sino que persiste en recomendaciones como "Congelar el monto real del Gasto Militar en los niveles de 1996 durante un pe­ríodo no inferior a tres años".

De dónde extraen el cálculo de los tres años no es fáctl deducirlo! ¿Piensan que en tres años estará superada la situación ''

La recomendación de ·'adoptar mecanismos de planeación , logís­tica y de servicios de inteligencia para lograr que la Fuerza Pública haga realidad la idea de operar con criterios de eficiencia y no de ta­maño" provoca una leve sonrisa.

¿Será que las Fuerzas Militares y la Policía están operando sin planeación, sin logística y sin in­teligencia?.

La recomendación sobre la vin­culación de los soldados profesio­nales y que "es fundamental eli­minar las barreras que les impida acceder al rango de suboficiales y oficiales" es totalmente discutible y no la compartimos en absoluto.

Aparte de 63 años de experiencia desde que egresamos de la Escue­la Militar, de los cuales 33 en ser­vicio activo, diez como Presiden­te de Acore y siempre atento a la situación nacional, nos permiten afirmar que esa propuesta consti­tuye en nuestro medio un absurdo desde el punto de vista militar.

En primer término somos par­tidarios de conservar el Servicio Militar obligatorio y enemigos del soldado profesional o mercenario. Sin excluir la necesidad de contra­tar personal especializado para ciertas misiones de combate, so­mos partidarios de extender el tiempo de Servicio Militar obliga­torio, mientras dure la emergencia subversiva por lo menos a 24 me­ses de duración . Se podrían rete­nersoldados voluntarios escogidos hasta un máximo de otros 24 me­ses, asignándoles un sueldo ade­cuado. Estoy seguro que un estu­dio a fondo de la sustitución del servicio Militar Obligatorio por soldados profesionales cuyo servi­cio vaya más allá de 4 años reve­laría tantas desventajas de orden disciplinario, de eficiencia, de ca­pacidad de combate, de mística, etc, aparte del importante costo económico, que mostraría la nece­sidad de descartar a los soldados profesionales.

En mi concepto los soldados profesionales no son aptos para li­brar la lucha antisubversiva en el medio colombiano. Es preferible el conscripto bien entrenado. Des­de el punto de vista de la eficien­cia y la reducción del gasto la peor recomendación que puede hacer-

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se es la de sustituir el servicio mili­tar obligatorio por el de soldados profesionales. Lo que si es impor­tante es contar con cuadros de man­do profesionales bien entrenados y completos. La recomendación de que "no es apropiado allegar ma­yores recursos para la Fuerza Pú­blica a través de la adopción de nue­vos impuestos", se hace lo mismo que otras, sin sustentación alguna, antes por el contrario, en desacuer­do con las consideraciones de la gravedad del desorden público.

Reiteramos que resulta incon­gruente e inconducente recomen­dar el desmejoramiento de las ga­rantías laborales del personal de la Fuerza Pública con razones tan inanes como el reajuste de sueldos de la Ley 4a. del 92.

Resulta casi insultante y ridícu­la la recomendación de "Premiar la mayor eficiencia de la Fuerza Pública asegurándole parcialmen­te, los recursos decomisados en la lucha contra el delito. Es apenas racional por muchos motivos que esos bienes deben ser recibidos por una administración especial que tenga la responsabilidad de lo que la ley disponga sobre el particular, como podría ser la de ser destina­dos por ejemplo a las instituciones de beneficencia y obras sociales. La Fuerza Pública no debe en for­ma alguna recibir como "premio o botín" lo que resulta del cumpli­miento de su misión institucional.

RESUMEN

1.- El informe no tiene en cuen­ta la situación de desorden públi-

120 ACORE 1

co que vive el país, su gravedad presente y en el futuro inmediato. Aún cuando no la menciona sus re­comendaciones no son consecuen­tes con la misión que le correspon­de a la Fuerza Pública.

2.- La falta de asesoría militar hace que el informe contenga apre­ciaciones erróneas producto de la falta de información.

3.- No se encuentra apoyo a la recomendación "de congelar el monto real del gasto militar a los niveles de 1996, durante un perío­do no inferior a tres años". Aparte del argumento de la "nociva in­flexibilidad del presupuesto públi­co", solo quedaría recomendarle a la narcosubversión que congele sus actividades.

El informe de la Comisión no es realista en la apreciación de la situación .

4.- La recomendación de no alle­gar fondos con nuevos impuestos no es consecuente con la consideración que hace en la página 11 el informe, cuando advierte que en ciertas zo­nas del país la delincuencia ha lle­gado a superar la capacidad de res­puesta de la Fuerza Pública.

Estima los costos económicos para el sector privado en el4% del PIB por año, es decir US $ 3.200 millones anuales. Gastos económi­cos que son mayores si se agregan los del sector público y el deses­tímulo general de la actividad eco­nómica.

¿Cómo es posible que no se

considere válida la necesidad de allegar Jos fondos que sean nece­sarios para sacar al país de la si­tuación en que se encuentra ?.

5.- Resultan inconducentes las recomendaciones relativas a mo­dificar el régimen prestacional de las Fuerzas Armadas, que buscan desmejorarlo gravemente. Las Fuerzas Armadas no estarían dis­puestas a aceptar esta injusticia que contradice el derecho laboral na­cional y universal.

6.- Es necesario buscar un gra­do intermedio en la implantación del soldado profesional, en cuan­to a su permanencia en el servicio. Su permanencia por más de cuatro años resulta contraproducente des­de el punto de vista de la eficien­cia militar y su costo aumenta con­siderablemente el presupuesto.

Esto solamente para formar uni­dades especiales. Es más recomen­dable mantener el servicio militar obligatorio alargando su tiempo a 24 meses.

7.- Recomendamos al Ministe­rio de Defensa, al Comando Ge­neral de las Fuerzas Militares y a los Comandantes del Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea y la Po­licía Nacional un estudio detenido del informe para prevenir las ma­las consecuencias que para las ins­tituciones y para el país tendrían la adopción de sus recomendacio­nes. Dada la publicidad que ha te­nido el Informe es indispensable contrarrestar con artículos en la prensa la inconveniencia de las re­comendaciones de la Comisión .

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CINCUENTENARIO DEL CURSO ''JAIME ROOK''

A l celebrar en esta fecha nuestras "Bodas de Oro" profesionales resulta indi­

cado reconocer públicamente que fue decisiva en nuestras vidas, en verdad, el recibo jubiloso de la pri­mera estrella de Oficiales del Ejér­cito, en la divisa de la "Reina de las Armas", para iniciar con ello el ejercicio de aquella noble pro­fesión con la cual nos consagramos al servicio exclusivo de la Patria, en sagrado compromiso que nos ungió como verdaderos sacerdotes de un culto que tuvo el sello de una verdadera "Religión de hombres honestos", como bien lo consagra­ra desde el siglo XVII el soldado, poeta, dramaturgo, y sacerdote his­pano Pedro Calderón de la Barca, al hablar de la milicia.

Resulta igualmente oportuno volver a registrar que se hizo inol­vidable para nosotros aquella ma­ñana de brillo singular y relevante despliegue militar, por la presen­cia del primer magistrado de la

Brigadier General JOSE JAIME RODRIGUEZ R.

Nación y de los altos Mandos que en esta forma destacaron la solem­nidad de aquel acto, con el cual se formalizó la entrega voluntaria de nuestra juventud que oteaba enton­ces el porvenir con fundadas es­peranzas y generosos sueños de servicio a Colomb1a, de los cuales la vida misma habría de permitir­nos realizar algunos o dejar de cumplir los muchos más, ante el imperativo de la dura realidad y de los avatares del destino inexorable.

En igual forma, resulta propi­cio proclamar que para confirmar­nos plenamente en esa noble em­presa escogimos el nombre del bi­zarro Coronel Irlandés Jaime Rook como patrono de nuestra promo­ción, por el dictado espiritual que confirmaba sus excelsas condicio­nes militares al servicio de Colom­bia, bajo el mando del Libertador Simón Bolívar y por su valor te­merario demostrado en la batalla del Pantano de Vargas cuando al grito de "Viva la Patria" enarbola-

ra, cual sable sangrante, tomado con su propia mano, el brazo que le fuera amputado en el mismo campo de combate, en actitud es­calofriante que eternizó su nombre y lo vinculo para siempre a nues­tra historia con semblanza incon­fundible que enaltece su heroico sacrifico por esa nueva Patria que habría de darle sepultura, según su propio anhelo.

Bajo esa generosa enseña, se abrieron a nosotros los horizontes patrios en las distintas guarnicio­nes a donde fuimos destinados, a fin de comenzar a confirmar la cer­teza de una formación que tuvo en nuestro caso los fundamentos de una sólida educación Universita­ria para algunos y del Bachillerato para otros, como cimiento firme sobre el cual se pudo edificar una conciencia clara acerca de los De­beres y Virtudes que fundamentan la carrera militar.

Enmarcada nuestra incorpora­ción y egreso de esta querida Es-

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cuela Militar por 2 hechos que con­movieron hondamente los pilares mismos que sustentaban el discu­rrir tranquilo de nuestra sociedad como fueron el Golpe Militar de Pasto, fallido afortunadamente, contra el Presidente Alfonso Lópcz Pumarejo en 1944 y el asesinato del caudillo del pueblo Jorge Eliécer Gaitán en 1948 que desató la ira popular y fue origen del alu­cinante "Bogotazo" que escindió, desde aquel año, la vida política de la Nación y la conducción misma de nuestra Institución con caracte­res y proyecciones de catástrofe difícil de evitar, como ciertamente se ha visto con el paso de los años, ellos contribuyeron, categórica­mente a perfilar en cada uno de nosotros, la firme convicción de servir devotamente los futuros en­cargos militares que hicieran ne­cesaria nuestra participación acti­va, en aras de aquellos principios que juramos cumplir y defender al precio que fuese necesario.

Testimonio palpable de este compromiso, bien cumplido por cierto, se registró en nuestras ho­jas de servicio y se grabó muy fir­me en nuestras conciencias, por aquel recto desempeño en las ope­raciones adelantadas contra los bandoleros que asolaron las tierras del Huila, Tolima y el eje cafete­ro .... en las campañas de Sumapaz, los Santanderes y Antioquía ... en las de Casanare y llanos Orienta­les y en las de Marquetalia, el Pato, Guayabero y Riochiquito ... Tam­bién en aquellas otras de la guerra de Corea en el lejano Oriente, don­de varios compañeros actuaron en acciones decisivas adelantadas por

el Octavo Ejército N.A. en la últi­ma ofensiva de otoño de 1952 en la cual el Batallón Colombia acre­centó sus glorias con la captura de Kumsong y el Cerro 400 y, poste­riormente, en las acciones valero­sas del Bárbula y de Old Baldy en Marzo de 1953, que tanto contri­buyeron a confirmar las hazañas heroicas de nuestros soldados y el prestigio mismo de nuestro Ejér­cito ... Asimismo, como integran­tes de las Fuerzas combinadas de seguridad en los desiertos del Egipto milenario y en las tierras Bíblicas de Israel y el Sinaí, don­de siguen presentes nuestros hom­bres y mujeres soldados, para con­tribuir a la paz del medio Oriente.

Quedan por tanto a nuestro ha­ber firmes constancias de servicio a Colombia a lo largo de la escala jerárquica alcanzada; de las con­decoraciones patrias recibidas, como la Cruz de Boyacá, las me­dallas militares por valor y servi­cios distinguidos en orden públi­co, cumplimiento ejemplar de las misiones asignadas, rendimiento operacional, administrativo, aca­démico y de profesorado, amén de muchas más de carácter internacio­nal que fueron merecidas por mu­chos de los nuestros a lo largo de su desempeño militar ... Asimismo la prueba elocuente de que a ins­tancias de la dedicación y empeño constante del primer Brigadier General de nuestro Curso, Hilde­brando Roa Leguizamón, se orga­nizó, por fin, la rama logística del Ejército.

Esa suma concreta, por demás, nuestra tarea cumplida como Ofi-

Coronel Jaime Rook

ciales Subalternos, Oficiales Supe­riores y Oficiales Generales, en cargos de Comando a nivel Tácti­co y Operativo y en desempeños positivos como Oficiales de Esta­do Mayor y como miembros de Fuerzas Internacionales al servicio de las Naciones Unidas.

Nada dejó, ante estas eviden­cias, de cumplir nuestro Curso para mostrar la calidad sobresaliente de sus miembros y confirmar su leal­tad a los principios que sustentan el honor de portar las insignias que consagran como custodios celosos e insobornables de la Patria here­dad, a quienes eligen la carrera de las armas para servir tan noble mi­nisterio.

Se ensombreció, no obstante, este balance al registrar con hon­da pesadumbre que cumplido su periplo militar, bajo la égida de un legado profesional bien compren­dido y fielmente interpretado, el golpe artero e ineludible de la

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muerte cegó la vida de gallardos compañeros, cuyos nombres revi­vimos ahora, en la conmovida evo­cación del Señor Subteniente Ma­nuel Acevedo Arce; Señor Capi­tán Vesto Pablo Taylor Robinson; Señores Mayores Luis Ardila Tawil, Daniel Jurado Rodríguez y Luis E. Montenegro Mera y Seño­res Coroneles Luis A. Galvis Mo­reno y Alberto Ruíz Olarte, falle­cido este último hace pocos meses apenas ... También, la de aquellos condiscípulos Guatemaltecos Car­los Samayoa Paz y Gerardo Díaz Romeu quienes compartieron con nosotros los años de formación en nuestra Escuela Militar para reci­bir su estrella de Oficiales y mar­char a su Patria, con el sello de un abrazo fraternal que no pudo vol­ver a repetirse, infortunadamente.

Su presencia intangible entre nosotros nos informa que rindie­ron primero su jornada solamente para presidir ese próximo reen­cuentro con quienes todavía vamos en tránsito continuo hacia esa cita. como simples peregrinos.

Si tal podemos señalar en el or­den militar, también nos ufanamos de haber logrado aliviar las duras exigencias castrenses, a la sombra de hogares santificados por Dios que proyectaron la imagen de aquellos otros en que fuimos hijos ayer, para prolongar esa misma herencia cristiana a nuestros pro­pios hijos ... A nuestras esposas sólo podemos exaltar reconocién­dolas como ejemplares compañe­ras y madres amorosas que supie­ron enaltecer con sus virtudes nuestro refugio espiritual, compen-

sancto sobradamente aquellos es­fuerzos. realizaciones y anhelos no cumplidos, que compendiaron en esencia nuestro derrotero vivido hasta el momento actual ... A nues­tros hijos, muchos de los cuales si­guieron nuestra propia huella, como la proyección de nuestras propias metas de superación, en sus profesiones elegidas ... Razón de más, por lo primero, tuvimos para decir al despedirnos del Ejér­cito, cuando pasamos al retiro: "Qué más podía, como soldado ofrecer a mi Patria y a mi Ejército sino mi propio destino y qué ma­yor honor podría tener que confir­mar que el destino de todos mis hijos se orientó también por los mismos ideales de servicio a Co­lombia".

Por todo lo expresado y mucho más que no nos fue posible resu­mir. al congregarnos ho} de nue­vo con los nuestros en estos claus­tros añorados y queridos de la Es­cuela Militar, renovamos nuestra fé y gratitud hacia la Institución que nos honró aceptándonos como Oficiales en sus filas y hacia esta "alma mater" que nos formó bajo el ejemplo de quienes fueron pa­radigma y modelo de rectitud pro­fesional, cuya acertada imitación guió nuestra actividad castrense durante los mejores años de unas vidas, por entero dedicadas a Co­lombia y a la Institución militar.

Con igual sentimiento evoca­mos también la memoria de nues­tro ilustre Director Señor General Miguel Angel Hoyos; de nuestro Comandante del Curso Militar Se­ñor Mayor Enrique Muñoz Rivas

y de nuestro Comandante de Pelo­tón Señor Teniente Jaime Gaitán Yanguas, tan cercano a nosotros y tan generoso como amigo en todo instante, muerto recientemente en absurdo accidente de tráfico cuan­do regresaba a Bogotá.

Renovamos, asimismo, nuestra consideración y respeto sincero a todos nuestros jefes y profesores militares y civiles cuyo concurso contribuyó, en forma positiva, al logro de una formación integral que permitió orientar debidamente en su momento las graves responsabili­dades que tuvimos que asumir para sortear con éxito las distintas situa­ciones que nos cupo enfrentar du­rante el servicio activo.

Al recibir, en igual forma, de nuestra Asociación "ACORE", la medalla Rafael Reyes con la cual cada año se hace un reconocimien­to a sus miembros que cumplen 50 años de ingreso al escalafón mili­tar respectivo renovamos, por igual, nuestra muestra de solidari­dad y de compañerismo hacia to­dos aquellos que siguen profesan­do en el retiro los dictados peren­nes de Patria, Honor y Lealtad como fundamento moral de su existencia .... Motivados por esta distinción honrosa expresamos nuestro agradecimiento al Señor Presidente de "ACORE" Coronel Luis A. Rincón Aldana, a los dis­tinguidos miembros de la Honora­ble Junta Directiva y a cada uno de los dignos socios que ahora nos acompañan generosamente en esta justa y emotiva remembranza ... En igual forma a todos nuestros fami­liares y amigos de siempre que,

1 ACORE 231

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Hoce 50 años egresó de lo Escuela Militar de Cadetes un grupo de oficiales que recibió con orgullo el grado de subteniente de monos del entonces presidente Mariano Ospino Pérez. Fueron ellos los subtenientes: abajo de izq. o der. Luis Montenegro, José Jaime Rodríguez R., Tomós Collazos, Hernondo Forero, Armando Castañedo, Luis Amo­do, Rodrígo Buchelli, Hildebrondo Roo Leguizomón, Luis Golvis y Gustavo Comorgo. Atrós de izq. o der., aparecen Manuel Acevedo, Jorge Méndez, Vesto Raúl Toylor, Lu1s Ardilo, Alberto Ruiz, Daniel Jurado y Alejandro Villoto.

una vez más, comparten con no­sotros esta nueva conmemoración de singular alcance espiritual y proyección sentimental única, en­tre todas aquellas que han vivido a nuestro lado desde el inicio mis­mo de nuestro destino militar y que seguirán viviendo hasta el toque final del himno al compañero con el cual habrá de sellarse para siempre ese destino.

Hoy, ~ medio siglo de distancia en el tiempo y en nuestra condi­ción actual de "soldados de la vie­ja guardia", sentimos latir impe­tuosamente el corazón, con igua­les sentimientos a los que ayer fue­ran acicate constante para mante­ner firme y recto moralmente nues­tro ejercicio militar.

124 ACORE 1

Sentimos, igualmente, renacer aquella primavera juvenil que nos dio arrestos para enfrentar todos los retos militares saliendo siempre ai­rosos y también para honrar aquel amor que iluminó nuestro camino desde el día venturoso en que la dulce novia pronunció ante el altar aquella frase que nos permitió dis­frutar su amparo generoso como esposa, en toda circunstancia.

Qué más decir, queridos fami­liares y amigos, en este nuevo en­cuentro conmemorativo que ilumi­na el atardecer de nuestras vidas y da calor a nuestro otoño, como sig­no de serenidad y fortaleza para li­brar la última batalla, ya cercana? Qué más agregar a estas palabras de alabanza a nuestro Ejército, a

nuestras esposas e hijos, a nuestro destino. blasonado con la certi­dumbre de un deber bien cumpli­do en todo mstante?

Qué más, en fin, aunar a estos sentimientos que se agitan en tropeL buscando unir nuestro pre ·ente} fu­turo, ya diezmado por imposición natural, a aquel pasado que fue para nosotros luz y sombra, realidad y sueños, alegrías y penas, compren­sión y también desesperanzas?

Quizá, como respuesta a estos interrogantes, quepan unas pocas sen­tencias de aquel credo renovado, que sigue vivo en nuestras mentes: "Co­lombia Patria mía, te llevo con amor en mi corazón ....... -Ser soldado tuyo fue la mayor de mis glorias!

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TRIGESIMO SEXTO ANIVERSARIO DE ACORE

En la ceremonia de celebración llevada a cabo en la Escuela Militar de Cadetes, el sábado 23 de No­viembre de 1.996, pronunciaron interesantes discursos el Sr. Ministro de Defensa Nacional y el Sr.

Presidente de Acore, los cuales se transcriben a continuación.

PALABRAS DEL SR. MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL DR. JUAN CARLOS ESGUERRA PORTOCARRERO.

En esta Escuela Militar, en la Escuela de Cadetes de Cartagena y en la Escuela

Militar de Aviación, hay un tesoro escondido. El común de los mor­tales no tenemos ordinariamente la posibilidad de ver ese tesoro, de apreciar ese tesoro, pero allí está discretamente, pundonorosamente, enterrado en algún lugar flaman­temente, en los campos de parada de las tres Escuelas Militar, Naval y de Aviación. Ese tesoro se pro­diga generosamente a todos los jóvenes soñadores que un día lle­gan por vez primera a estas Escue­las, con el propósito de hacer de la vida militar su propia vida. Ese te­soro consiste ni más, ni menos en el sentido de amor a la patria, en el sentido de esfuerzo, de sacrificio, de honor, de servicio que se prodi­ga generosamente a todos y cada uno de esos Cadetes que comien­zan así su vida militar y se prodiga de tal manera en todos y cada uno de ellos que se trata de un tesoro que podemos dar fe de que los

acompaña hasta la muerte; de que trasciende el momento del retiro cualquiera que sea la fecha en que ese retiro se pronuncie, de que tras­ciende en el paso de los años y en el paso de los tiempos. Eso expli­ca. por ejemplo, la existencia y la función que cumplen organizacio­nes como la Asocmción Colombia­na de Oficiales en Retiro de las Fuerzas \1ilitare~. Qué diferencia con lo que ocurre en otros lares. Con triste frecuencia encuentra uno por eJemplo. profesionales de distintas ramas. trabajadore-. de distintas actividade!>. que cuando le cuentan a uno los hecho~ que tienen para la vejez, comienzan por explicarles como tienen la aspim­ción de olvidarse de aquello que han hecho, durante los año" de "u vida de trabajo, de cambiar de ac­tividad, de cambiar de terciO, de mirar en otra dirección, de buscar otros horizontes y otros panora­mas, que aspiran como premio. al de poder retirarse definitivamente dedicándose simplemente a otra

tarea, cualquiera que ella sea, a otros menesteres distintos, tantos como sea posible. de aquellos como han ocupado a lo largo de su vida.

En el caso de los militares he tenido la oportunidad de descubrir y de aprender como la situación es diversa. Allí ordinariamente, en cuanto se produce el retiro, auto­máticamente se busca la manera de establecer un contacto con una cualquiera de las distintas organi­zaciones que existen, princ ipal­mente con esta de ACORE, bus­car una oportunidad que les per­mita la ocasión de seguir en con­tacto permanente con lo que ha sido su vida. con la que ha sido su mundo, con los que han sido sus compañeros de armas, con los que han sido sus servicios, sus esfuer­zos, sus sacrificios y así entonces ve uno siempre la pléyade de los oficiales retirados, de los subofi­ciales retirados en todas y cada una de las ceremonias militares, en to-

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dll$ y cada una de las tareas en don­de se les llama o se les convoca para obtener el concurso de sus luces, de su experiencia, de su conocimiento y de su trabajo.

Lo que es más hermoso, y más significativo aún, ACORE, y las demás organizaciones hermanas de ACORE, no son organizaciones de tipo gremial, que reúnen a Jos ofi­ciales retirados con el propósito de trabajar en pos de conseguir para sus afiliados más ventajas, más be­neficio, algún tipo de reconoci­miento, cuando ello se da, se da solo tangcncialmente, se da solo secun­dariamente, porque el principal motivo, la razón de ser de ACORE, Jo que convoca, congrega y man­tiene en permanente servicio a to­dos sus miembros, es el deseo de seguir trabajando por Colombia, por las instituciones de Colombia, por los valores supremos de la colombianidad, por Jo que para ellos ha significado la vida entera al servicio de la carrera militar.

Es entonces ese deseo de servi­cio y no del beneficio propio el que constituye el fundamento de este

tipo de organizaciones. Qué admi­rables y qué ejemplares son ellas. Qué admirables y qué ejemplares son quienes pertenecen a ellas, quienes las han hecho, quienes las mantienen vivas, quienes siguen delineándolas, quienes siguen so­ñando con trabajar al servicio de Colombia.

Mis respetos Señor Coronel Rincón Aldana, mis respetos ato­dos y cada uno de ustedes que han permitido que este tesoro escondi­do en algún lugar en los Campos de Parada de nuestras Escuelas Militares, se trasmita de ellos qui­zá por osmosis, a todos Jos que tie­nen el honor y el privilegio de pi­sar esta Escuela, de pisar la Escuela de Cali, la Escuela de Cartagena y que los acompañan por los años de los años, que se transmiten inclu­sive a ACORE, en donde también está ese tesoro. Por eso me parece también, profundamente significa­tivo que ceremonia como ésta, el cumpleaños de la Asociación Co­lombiana de Oficiales en Retiro de las Fuerzas Militares tenga lugar precisamente en este Campo de Paradas, tenga lugar precisamente

en donde ellos pudieron descubrir y solo ellos, en donde ellos pudie­ron encontrar y solo ellos, en don­de a ellos pudo trasmitirse y solo a ellos el tesoro que aquí se encuen­tra escondido.

Muchas gracias a ACORE y lo digo tomándome la vocería de los demás seres humanos que conmi­go han sido condecorados en el día de hoy, por esta presea que lleva ni más ni menos el nombre del Gene­ral Rafael Reyes, un gran militar, un gran político, un gran estadista, el primero de los arquitectos de la paz, después de la hecatombe de la guerra de los mil días, uno de Jos más importantes arquitectos de la Colombia que hoy conocemos y por supuesto de sus Fuerzas Militares. Me acompañará siempre esta con­decoración, me resultará muy sig­nificativo y simplemente le pido a Dios que a través de esta condeco­ración de ACORE, pueda yo dis­poner la oportunidad de tener tam­bién un pedacito del tesoro que yace enterrado en las Escuelas Militares de Colombia.

Muchas Gracias

DISCURSO DEL SEÑOR PRESIDENTE DE ACORE CORONEL LUIS A. RINCON ALDANA

1 ntegrados por principios y sentimientos de lealtad, de honor, de compañerismo y de

patria, los Oficiales en Retiro de las Fuerzas Militares de Colombia nos reunimos en la cuna de la democra­cia como son la Escuela Militar de

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Cadetes "General José María Cór­dova" y las Escuelas de formación de Oficiales de la Armada y de la Fuerza Aérea, para conmemorar el Trigésimo Sexto Aniversario de ACORE, rindiendo culto y gratitud a los 36 Oficiales Fundadores, pio-

neros que fijaron las bases indes­tructibles de esta Asociación, con fé en un futuro promisorio para los Oficiales de la reserva.

En esta casa que nos recibió en los años de juventud, en la que

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aprendimos la profesión militar la más noble de las carreras. un modo de vivir y de servir a nuestros con­ciudadanos defendiendo la cons­titución y las leyes de la Repúbli­ca, hoy renovamos nuestro com­promiso de servicio a la patria.

En esta fecha memorable, evo­co con orgullo y con respeto la memoria de todos los oficiales en retiro fallecidos, que supieron lle­var con dignidad la divisa de nues­tra organización y que hicieron posible el sentimos hoy orgullosos de pertenecer a la Asociación Co­lombiana de Oficiales en Retiro de las Fuerzas Militares; ¡paz en las tumbas a los mejores servidores de Colombia!

Es propicia la ocasión para ha­cer mención de los proyectos que desde el Gobierno del Presidente Gaviria vienen atentando contra los n1.ilitares en servicio activo y contra la reserva militar para tra­tar de menoscabar su integridad, tales como el plan quinquenal y ac­tualmente el estudio de la racio­nalización del gasto y de las finan­zas públicas, sobre Defensa, segu­ridad ciudadana y gasto público; se quieren suprimir algunos órga­nos de la administración, especial­mente en el sector Defensa tales como la Caja de Retiro de las Fuer­zas Militares y los Fondos Rota­torios del Ejército, de la Armada y de la Fuerza Aérea, entidades que a través de muchos años, han cum­plido con eficiencia funciones de bienestar y seguridad social hacia el personal de las Fuerzas Milita­res, tanto en servicio activo como en retiro.

Se habla de la supresión de la OSCILACION SALARIAL que cubre a oficiales y suboficiales en retiro. en una adecuada y propor­cional cuantía de acuerdo con los incrementos de los salarios del per­sonal en acth idad. El Gobierno tendrá que saber. ante~ de propo­ner tales reformas. que esta osci­lación es la garantía con la cual se conserva el poder adquisiti\o de los sueldos de retiro del personal de las Fuerzas Militares, a más de ser un derecho adquirido dentro de la normatividad prestacional de las reservas de la Fuerza Pública. Lo contrario sería un grave error de impredecibles consecuencias.

También es importante hacer claridad una vez más, en cuanto a que la Ley 4a. de 1992, Ley Mar­co en el aspecto salarial para los servidores del Estado y para las Fuerzas Militares por consiguien­te, sirve de sustento a la "defensa de los derechos adquiridos" y así lo establece expresamente en su Artículo 2o., como uno de los prin­cipios fundamentales en la aplica­ción de la misma Ley.

Se pretende ahora, equiparar los "sueldos de retiro" del personal de la Fuerza Pública, a las "pensio­nes" del resto de ciudadanos al ser­vicio del Estado, lo cual sería des­conocer de tajo la filosofía que constituye una de las diferencias fundamentales entre las funciones y condiciones que corresponden constitucionalmente a los militares y las funciones de los demás ser­vidores públicos, para aquellos, desde hace más de cincuenta años existe norrnatividad especial que

constituye todo un conjunto de derechos adquiridos, no en gracia de beneficio o prebenda, sino en razón de compensaciones por la función específica de la seguridad nacional, derechos que no podrán ser vulnerados.

Señor Ministro: su labor al fren­te del Ministerio de Defensa Na­cional ha sido muy importante; corroboró oportunamente yen for­ma muy clara la razón de ser de la mstitución militar ha defendido el tuero militar ) d1sciplinano; está logrando el cumplimiento de la Le) 4a. de 1992: presentó el pro­] ecto de Ley 109 de 1996 ante el Senado de 1 .... República para rees­tructurar el S1stema de Salud de la<; Fuerzas Militare'. ahora dentro de sus múltiples acti\ idades y respon­sabilidades. t1cne una más· que los derechos del personal :V1Jittar en servicio activo y en retiro no se si­gan vulnerando; la Caja de Retiro de las Fuerzas Militares 1 los Fon­dos Rotatorios de las Fuerzas no deben supnm1rse: tenemos fe en su capacidad y liderazgo; estamos seguros de que continuará respon­diendo con su esfuerzo y con he­chos positi\os a la solución favo­rable de estas mquietudes y pro­blemas trascendentales de la Fuer­za Pública.

Es importante recordar que los oficiales en sen icio activo, al pa­sar a la reserva, continuamos inte­grados con la Institución Militar. Conscientes de nuestra responsabi­lidad, reiteramos una vez más nues­tro apoyo incondicional al Mando Militar especialmente en estos mo­mentos difíciles para la Nación, la

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cual requiere una integración monolítica del estamento armado.

Dentro de los aspectos relevan­tes de la labor de ACORE en el último año, es importante destacar entre otros, los siguientes: el pro­yecto de Escala Gradual Porcen­tual presentado al Gobierno, la participación permanente en los comités de estudio y de trabajo en el Comando General de las Fuer­zas Militares y en el Ministerio de Defensa Nacional, el robusteci­miento de la imagen corporativa de la Asociación, la integración de sus asociados, los ajustes administra­tivos y el 7o. Encuentro Nacional de Asociados; asimismo la reali­zación del l er. Congreso Granco­lombiano de Organizaciones de Oficiales en Retiro de las Fuerzas Militares y la consolidación de esta entidad, actividad que desde hace dos años viene liderando nuestra Asociación. Reiteramos nuestro agradecimiento al Ministro de De­fensa Nacional y al Mando Mili­tar por la permanente ayuda y co­laboración que nos han prestado para el éxito de estas actividades.

Tradicionalmente ACORE ha celebrado el aniversario de su fun­dación con importantes eventos institucionales, culturales, depor­tivos y sociales; en esta ocasión restringimos algunas actividades en demostración de solidaridad

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hacia las Fuerzas Militares como homenaje de respeto a los solda­dos que se encuentran secuestra­dos desde hace varios meses por la narcoguerrilla subversiva y les rendimos el tributo de compañe­ros y de compatriotas a estos vale­rosos soldados y a sus familiares; esperamos con fe su pronto regre­so al seno de sus hogares y a la Institución Militar.

Es importante destacar en este aniversario el reconocimiento que ha hecho la Asociación a los Ofi­ciales que cumplieron sus «Bodas de Oro» profesionales. Hace cin­cuenta años egresaron de las Es­cuelas de Formación de Oficiales de las Fuerzas Militares, el curso Coronel Jaime Rook, del Ejército; la promoción VI-A y VII, de la Armada y el curso No. 17, de la Fuerza Aérea. La Medalla «Gene­ral Rafael Reyes» les ha sido con­cedida como reconocimiento a una vida de entrega al País y a las Ins­tituciones militares con lealtad y habiendo cumplido fielmente su juramento de servicio a la Patria; reciban todos ellos en unión de sus distinguidas familias, el sentimien­to de admiración y la felicitación de sus compañeros de armas.

Son muchas las personas y en­tidades que han prestado especia­les servicios y colaboración a la Asociación y a las FF.MM.; el

ConseJo de la • 1edalla -Ge Rafael Re} e~·· e~cog1ó ~ ~-""'-· esta presea al Doctor Juan Cal Es guerra Portocarrero. fimstr Defensa Nacional; al Alm1r Holdan Delgado Villamil. Coma: dante General de las Fuerza • l -tares; al Vicealmirante Robert Serrano Avila, Comandante de Armada Nacional; a los Senado­res de la República. Doctore~ LUts Eladio Pérez Bonilla, Julio Cé ar Turbay Quintero y Jairo Clopa­tofsky Ghisays y al Batallón de Pr­licía Militar No. 15 "BACATA ·. En nombre de los oficiales asocl:l­dos de ACORE, reciban todos u~­tedes felicitaciones especiales.

Señores oficiales compañero~ de ACORE preparémonos par..: participar y hacer presencia en el siglo XXI, con fe en un mañana mejor para nuestras Fuerzas Mili­tares, para nuestra organización y para el País, buscando mejores po­sibilidades de progreso para todos nuestros conciudadanos, especial­mente para lograr una paz firme y duradera en la cual todos los co­lombianos nos sintamos herma­nos de una misma patria, con los mismos objetivos e ideales para hacer más grande y próspera nues­tra Nación, para hacernos mere­cedores del respeto en el concier­to de todas las naciones y para for­jar un mejor porvenir de las próxi­mas generaciones.

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LA CARRERA MILITAR ¿MEDIO ... 0 .. FIN?

Brigadier General GABRIEL PUYANA GARCIA Ex-Director de la Escuela Militar

Hay hechos en la vida que quizás por no haberlos debidamente apreciado en

el momento de su ocurrencia, solo después de muchos años, cuando a través del recuerdo miramos hacia atrás, podemos llegar a compren­derlos, en la trascendencia e impor­tancia que éstos tuvieron para el derrotero de nuestro destino.

Valga una anécdota: Iniciába­mos nuestra carrera militar, como subtenientes de planta en la Escue­la de Caballería. Con acierto el Co­mando de la Unidad, dispuso que solo nos desempeñáramos como instructores de tropa en el Escua­drón de reclutas en las horas de la tarde y que toda la mañana se dedi­cara a un Curso Intensivo que cu­briera aspectos propios de nuestra especialidad, como eran entre otros, la táctica, la organización, el arma­mento, la equitación, la veterinaria y el orden cerrado a caballo.

En buena hora, para quienes como oficiales recién egresados integrábamos este grupo, el Señor Capitán Julio Silva Cherau, fue designado comandante del curso. El Capitán Silva era oficial del Ejército Chileno y prestaba sus ser­vicios como Maestro de Equita­ción e Instructor de varias ~igna­

turas del arma en nuestra Escuela de Caballería, donde cumplía una distinguida labor docente.

Habíamos conocido a su padre , el Señor General Miguel Silva Pla­zas meses atrás, cuando siendo co­mandante de la Brigada de Institu­tos Militares, una mañana al vibrar el toque de diana se apareció, en uno de los dormitorios de cadetes, cau­sándonos una inmensa sorpresa, pues era la primera vez en nuestros varios años de Escuela Militar. que veíamos llegar a un General a esta hora un tanto insólita a pasar una revista rutinaria. Fue este un ejem-

plo impactante que habríamos de recordar toda la vida.

De ahí que la admiración por el padre, fundamentada no solo en esta simple ocurrencia de orden adjetivo, sino en lo que había sido su proceder frente al intento golpista de Pasto en julio de 1944 y muchas otras ejecutonas más que relevaban su merecido prestigio de Jefe, casi inconscientemente la ex­tendíamos también a su hijo, por esa su actitud erguida, que parecía irradiar y que se hacia sentir en to­dos sus gestos, desde la pulcritud esmerada de su uniforme, que era v1va remembranza de su reciedum­bre prusiana.

Por aquel entonces surgió la posibilidad de que los oficiales pu­dieran adelantar estudios en las Universidades. La atracción que siempre había sentido por la ana­tomía desde mis años de bachille-

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rato, me llevó a pasar mi solicitud de ingreso a la Facultad de Medi­cina de la Universidad Nacional con el firme propósito de llegar a ser algún día médico militar, pero sin que ello significara dejar mi ca­rrera de soldado, cuya vocación había sentido desde que adquirie­ra conciencia de si mismo y ade­más, porque consideraba honesta­mente que el hecho de estudiar otra carrera no me obligaría a desaten­der mis deberes militares.

Pasados algunos días, al térmi­no de la clase de equitación, el Capitán Silva, me ordenó que me le presentara en su oficina, para hablar conmigo algunos asuntos particulares. Su pregunta fue direc­ta, sin ninguna clase de rodeos y menos de miramientos; hoy des­pués de medio siglo, siento como si la formulara de nuevo:

-Teniente Puyana, quiero que me diga, si Usted ha querido hacer de su carrera un MEDIO o un FIN.

Me sentí perturbado, pero con la seguridad de mi sentimiento, le respondí con firmeza:

-Naturalmente, mi Capitán, ¡siempre he querido hacer de mi ca­rrera un FIN ... y jamás un MEDIO!

- Es posible que usted se haya equivocado, talvez de buena fe. Retírese y piénselo ... y mañana u otro día volveremos a hablar a este respecto.

Y sin darme tiempo para contes­tarle se salió de su oficina para aten­der algún asunto que tenía que hacer.

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En un primer momento ni si­quiera me pasó por la imaginación, porqué me había hecho esta pre­gunta que consideré injusta e hi­riente. El capitán Silva había sido muy deferente en su trato para con­migo y en forma amplia daba muestras de simpatía, como de re­conocimiento de mi devoción y en­tusiasmo por mis obligaciones de alumno y por mi conducta profe­sional.

Mortificado e intranquilo horas más tarde fui a buscarlo y le insis­tí que me explicara el por qué de su pregunta, pues si algo quería de verdad era mi carrera y me sentía plenamente realizado como oficial de caballería. Al fin se decidió a comentarme:

- Mire, subteniente Puyana , si fuera como Usted dice o piensa, debería estar preocupado por las cosas propias de su carrera .. , no solo por estudio de sus reglamen­tos militares. sino también por la historia milttar y entonces estaría estudiando a Alejandro. a Aníbal, a Napoleón, a Bolívar. a San Mar­tín, a O'Higgins y tantos otros lí­deres. para no nombrar sino unos pocos ... ) no ponerse a estudiar anatomía ..... U:.ted tiene que definirse: o quiere lle-.ar su sable, como símbolo de mando y de su jerarquía o prefiere el bisturí del cirujano. Decida de una vez, por­que no es fácil en la vida servir a dos señores ... y si bien es cierto que el Ejército necesita médicos ojalá "militares", es más lógico que es­tos se formen primero como mé­dicos en sus facultades civiles y luego se escalafonen en el serví-

cio de Sanidad de la Fuerza, pero no al contrario, porque no se debe desaprovechar la vocación militar, como creo que usted la tiene y ade­más porque ésta no es muy co­mún ... ¿me txplico?

- ¡Gracias mi capitán!, le con­testé.

De inmediato me dirigí a la Ayudantía y retiré mi solicitud para estudiar medicina. Jamás llegaría a arrepentirme de ello. Mi relativa "frustración" por mi simpatía ha­cia la medicina, al correr de los años la habría de compensar am­pliamente con las brillantes ejecu­torias de uno de mis hijos como médico cirujano.

Este fue un momento decisivo para mi vida y para mi futuro pro­fesional. Si hubiera ingresado a la Facultad de Medicina, como varios compañeros lo hicieron a Derecho y a Economía en aquella época, lle­gando incluso algunos de ellos a alcanzar altas jerarquías en el es­tamento castrense, posiblemente hubiera obtenido innegables ven­tajas en el momento de mi retiro, como las de tener otra profesión, pero nunca había llegado a mi rea­lización plena de soldado y de jefe como me representó el haber vivi­do como oficial combatiente una Guerra de verdad en la campaña de Corea y llegar a dirigir (aunque prefiero decir, comandar) la Escue­la Militar de Cadetes, por cuanto no existe cargo más significativo y de mayor trascendencia para un jefe, que ejercer la responsabilidad de dirigir y de formar los futuros oficiales del Ejército ... , ninguna

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otra posición por importante que sea o que parezca, puede compa­rarse con ésta, por cuanto consti­tuye la esencia mística del queha­cer militar.

Aquella enseñanza del Capitán Silva Cherau, me resultaría muy útil al correr de los años, precisa­mente cuando alcanzara el alto honor de asumir el mando de la Escuela Militar de Cadetes, en aquel lejano quince de Enero de 1973.

Porque desde aquellos primeros días de subteniente reafirmé mi convicción de la imperiosa nece­sidad de inculcar en el alma de los jóvenes cadetes, la clara concep­ción de que su carrera, este glorio­so oficio de las armas, caracteri­zado por la austeridad, por la ab­negación, por el desinterés y por el desprendimiento, ajeno a toda suerte de egoísmos, no puede su­peditarse a otros intereses u obje­tivos diferentes al de capacitarse como jefe para ejercer el mando militar, pues si se ingresa al Insti­tuto, con otro tipo de motivacio­nes o con el ánimo de servirse de la profesión militar para alcanzar otra clase de aspiraciones se incu­rrirá en una grave inmoralidad, como seria la de intentar hacer de su carrera militar no un FIN, sino apenas un MEDIO, para realizar otras miras.

Si se piensa distinto, es que se carece de la mística que constitu­ye la esencia de la vocación cas­trense y que nunca se podrá llegar a entender y menos a valorar que el Mando, es decir el ser militar,

porque esta actividad es inheren­te a la profe'iión de las Annas. es un caro privilegio, no sólo en el sentido del afecto que este oficio inspira y merece, sino en el del sa­crificio, de la abnegación y de la entrega que éste exige, sobre cual­quier otra aspiración así esta pue­da ser justa e incluso lógica, den­tro del natural deseo de superación de los seres humanos.

Consecuente con esta certeza, al referirme en aquel entonces a estos aspectos de la educación mi­litar en mi Política de Mando ex­presaba:

"(1) La formación intelectual del futuro Oficial sobre la base de un Bachillerato tradicional que Le da una cultura muy super­ficial, tendrá que orientarse esencialmente hacia su profesión militar, en forma que le permita desempeñar eficientemente Las funciones propias de su próxima investidura.

(2) La carrera militar, incluso desde el momento mismo en que se presenta como una opción, ante el posible aspirante en las campa­ñas de incorporación, debe defi­nirse como un FIN y nó como un MEDIO para lograr otros propó­sitos.

( 3) El incluir estudios de nivel universitario, tiene por objeto am­pliar y complementar, la capacita­ción intelectual del oficial, pero siempre con miras al beneficio institucional y no con el de la con­veniencia personal. O dicho en for­ma más clara, no se viene al Insti-

tuto, con La idea preconcebida de que se empleará la carrera militar. para más tarde poder llegar a ser Ingeniero, Economista, o profesio­nal de otra carrera liberal, pues es imperativo ingresar a ella con la convicción de que lo que se persi­gue es ser Oficial del Ejército por la alta dignidad e importancia que este oficio conllem en si intimo in­dependiente de cualquier otra ca­pacitación adjetiva que pueda ad­quirirse, simultánea o paralela­mente De no ser as[, es preferible que no ingrese a La Escuela Mili­tar.

( 4) Como aspecto secundario, o mejor dicho complementario, es apenas obvio aceptar que Los cré­ditos que se obtengan en Los estu­dios universitarios podrán servir­Le para más tarde adelantar su pre­paración en una profesión civil, pero sin que ello implique el de­trimento de la verdadera .finalidad y mucho menos sin que se establez­ca un compromiso o una obliga­ción por parte de la Escuela o del Ejército con el cadete o el futuro oficial.

(5) Como consecuencia de lo anterior; la fonnación intelectual deberá orientarse hacia aquellas disciplinas que sean esencialmente útiles, prácticas y necesarias para su futuro desempeño como profe­sional castrense. Equivocado es pensar que esta orientación o es­fuerzo pueda supeditarse a cual­quier otra aspiración diferente."

Hasta aquí los lineamientos de mi Política de Mando en aquella época.

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Pero los tiempos cambian y nada más grave que desconocer las realidades del momento actual. Por ello encontramos que para estimu­lar el ingreso al Instituto deben pre­sentarse mejores opciones, por cuanto a los militares les está ocu­rriendo lo que le sucede a los sa­cerdotes, No es fácil motivar vo­caciones, pues hoy en día han cam­biado los valores y el significado esencialmente subjetivo de la ca­rrera, no despierta mayor entusias­mo y más ante la cruenta realidad que le espera al futuro oficial en el estado de crisis estructural que des­de hace varios lustros viene pade­ciendo el país y que tan directa­mente compromete a la Institución Militar exigiéndole, una cuota de dolor y de sacrificio verdadera­mente muy alta.

En una de mis anteriores cola­boraciones a la REVISTA DE ARMAS Y LETRAS de hace dos o tres años, bien recuerdo que transcribí una cita del Mariscal LYAUTEY que hoy quiero nueva­mente repetir por cuanto tiene re­lación directa con la responsabili­dad de la preparación amplia del oficial en diversos campos de la capacitación general y de la cultu­ra humanística. Decía el ilustre mi­litar francés:

"El que no es más que militar, no es sino un mal militar; quien no es más que profesor, no es sino un mal profesor; quien no es más que industrial, no es sino un mal indus­trial. El hombre completo, el que quiere cumplir de lleno su destino y ser digno de guiar a otros hom­bres, en una palabra el JEFE, ha

de tener sus ventanales abiertos a todo lo que honre a la humanidad".

Por eso encontramos apenas razonable y lógico que cuando nos aproximamos a un nuevo milenio, la Escuela Militar haga innovacio­nes de fondo sobre lo que debe ser el oficial del próximo siglo y de cómo para la misma profesión mi­litar, una mejor cultura humanís­tica, pueda motivar a muchos más jóvenes por cuanto les ofrece al­ternativas varias para un futuro profesional mucho más amplio que el su sola condición de hombres de armas.

Sin embargo, preocupa el per­manente dilema que desde hace mucho tiempo ha sido muy difícil de resolver y que ha sido incesante inquietud de quienes hemos tenido la responsabilidad y el alto honor de dirigir la Escuela Militar.

Si por un lado es necesario crearle mayores incentivos a la ca­rrera militar que sirvan para atraer más y mejores jóvenes al Instituto de Formación de Oficiales. cómo lograr que estos futuro!'> profesio­nales castrenses, puedan entender y aceptar que lo esencial será su devoción a su quehacer de solda­dos, haciendo de este oficio la ra­zón esencial de su carrera , por ser ella en si misma una NOBLE FI­NALIDAD y ... ¿Cómo evitar que no cometan el error de hacer de su profesión militar un simple ME­DIO para poder realizar otra carre­ra diferente que en un futuro les ofrezca mejores perspectivas de vida, en cuanto a ser menos ries­gosa y de mayor remuneración?, ...

especialmente hoy en día, cuando la preocupación dominante es el dinero, en lamentable detrimento de los valores subjetivos, que para muchos hoy en día se convierten en una entelequia romántica que se mira con cierta indiferencia des­pectiva, porque sitúa al individuo místico, como criatura ajena al mundo contemporáneo.

Pero por otra parte .... y siendo la carrera militar la única que se acaba, no es justo pretender que el oficial se desentienda por com­pleto de aprender otras actividades u oficios, para que cuando maña­na le llegue el inexorable día de su retiro del servicio activo, pueda continuar siendo útil a la sociedad en otro tipo de actividad o de ofi­cios que correspondan a su digni­dad profesional.

Hemos seguido con interés las campañas de promoción que se cumplen por la televisión, la radio, los afiches, los volantes y por los diferentes medios de comunica­ción. Hemos comprendido la muy buena intención de sus mensajes y hemos admirado como verdaderos logros publicitarios la técnica, el buen montaje de las mismas, pero no sin cierta preocupación el es­tribillo que hoy día se emplea DE LLEGAR A PERTENECER A LA EMPRESA MAS GRANDE DEL PAIS nos causa ciertas inquietudes que muy comedidamente y sin nin­guna intención de crítica mal in­tencionada queremos comentar para cerrar estas líneas.

Quizás por cierta actitud tradi­cionalista, estamos convencidos de

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que la profesión militar solo pue­de compararse con la de los minis­tros de Dios, por la abnegación y desprendimiento que las dos im­plican en cuanto a su servicio al ser supremo para los primeros, y para la sociedad representada en la patria, para quienes tuvimos el pri­vilegio de ser soldados de corazón sin otro propósito que el de servir a los demás, olvidándonos siem­pre de nosotros mismos.

Por eso Calderón de la Barca definía la milicia, como una "Re­ligión de hombres honestos" y Mi­guel de Cervantes en su discurso sobre "Las Armas y las Letras" exaltó la grandeza de nuestra pro­fesión militar.

Si es indudable que el Ejército en ciertos aspectos pudiera mirar­se como una empresa, eso solo se­ría en la acepción que esta palabra tiene en cuanto a «la acción ardua v dificultosa que valerosamente se comienza» como lo precisa el dic­cionario de la lengua. De ahí que hablemos de la empresa libertaria de Bolívar en la Campaña Admi­rable, o en la empresa que se con­virtió en epopeya al real izar la emancipación americana.

Infortunadamente la palabra empresa tiene otros significados que son los que más corresponden a su común uso. Así el diccionario define como tal a la "entidad inte­grada por el capital y el trabajo, coma factores de la producción y dedicada a actividades industria­les, mercantiles, o de prestación de servicios con fines lucrativos y con la consiguiente responsabilidad".

Y también el mismo diccionario nos dice que empresa es una "Casa a Sociedad mercantil o industrial fundada para emprender o llevar a cabo construcciones, negocios o proyectos de importancia".

Quizás por ello al decir empre­sa, a los vieJOS soldados nos llega la idea de una entidad esencial­mente con fines de lucro. como pu­dieran ser Bavana. Ecopetrol. Coca-Cola y muchas otras más que son sin duda de extraordinaria im­portancia para la acti\ idad econó­mica del país, pero que no encajan dentro del concepto esencialmen­te altruista de la profesión militar; por eso a una institución como la Iglesia tan poco le quedaría bien que se le designara como tal.

No estamos en contra de que el estribillo se siga usando, pero si consideramos que es preciso dar la debida importancia a lo que debe ser el sentido de la grandeza, por­que si en los entes comerciales e industriales, como son las "gran­des empresas" éste se expresa en los Balances, que traducidos en un l.enguaje matemático precisa en ci­fras las "Pérdidas y la::; Ganancias de una gestión administrativa, en­tre nosotros los militares" esta grandeza (la que corresponde a la empresa más grande del país) no podrá estlmar->e en números, sino en los valores intangibles del es­píritu, que son la característica fun­damental de quienes con verdade­ra función escogimos nuestro ofi­cio de soldados.

Por eso, si para el futuro oficial es importante enseñarle técnicas de

administración y de gerencia que le ayuden al mejor uso y aprove­chamiento de los recursos y me­dios puestos bajo su responsabili­dad, se le debe hacer comprender y sentir, que antes de ser adminis­trador o gerente, como equivoca­damente a veces se pretende hoy en día orientar su formación, es ante todo y sobre todo, un futuro y potencial Jefe militar, lo que sig­nifica ser un hombre de honor. por­que en esta palabra reside la esen­cia de esa grandeza inmaterial de nuestra profesión militar, que no se puede comparar con ninguna actividad empresarial, porque exi­ge nuestra abnegación y nuestra permanente dtsposición para ha­cernos oh idar de nosotros mismos en aras de servir a los demás y por­que está íntimamente ligada con la supervivencia de la patria, y nos demanda para orgullo nuestro, po­ner en juego nuestra tranauilidad, la de nuestras familias e incluso nuestra propia vida en la consagra­ción a esa honrosa tarea. que con­lleva el sentimiento del honor, el amor a esa gloria que seguramen­te jamás podremos alcanzar. pero que sí nos es dado soñar ) esa sa­tisfacción plena y única del cum­plimiento del deber militar .

Mi padre, me lo haría compren­der alguna vez. cuando con oca­sión de mi ascenso a Coronel, me escribiera un tríptico que dice en una de sus estrofas:

"La Gloria no consiste en la grandeza del galardón al cabo

conquistado; está en vivir, el ideal soñado

¡Y tener al final., esa certeza!''

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PROYECTO DE LEY ''CODIGO PARA LA CONVIVENCIA CIUDADANA''

En desarrollo del Programa Presidencial para la Con­vivencia y Seguridad Ciu­

dadana y de la estrategia de ade­cuación normativa, mediante el Decreto 1442 del 29 de agosto de 1995, el Gobierno Nacional cons­tituyó la Comisión redactora del proyecto de ley sobre Normas para la Convivencia Ciudadana y el Ejercicio de las Libertades Públi­cas, adscrita al Ministerio del In­terior y cuya Secretaría Técnica fue realizada por la Consejería para la Defensa y Seguridad Nacional. Su labor concluyó satisfactoriamente el 31 de mayo de 1996, contando el Gobierno con el proyecto de ley que habrá de reemplazar el actual Código Nacional de Policía.

Código para los ciudadanos

El centro de gravedad de este proyecto ya no se encuentra en la Policía Nacional, principal desti­natario del actual Código, sino que se desplaza hacia la ciudadanía, al disponer cuál es el ejercicio armó­nico de los derechos y libertades ciudadanas, lo que confluye en la

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PRESIDENCIA DE LA REPUBLICA

preservación de la convivencia pacífica, de la autoridad y resalta el criterio de que la convivencia armónica no sólo es responsabili­dad de la autoridad sino también de la ciudadanía.

Modelo para la convivencia pa­cífica

El proyecto de Código hace énfasis en un nuevo modelo de convivencia construido en torno a los principios constitucionales de la Carta de 1991. El proyecto pre­tende propiciar las relaciones ar­mónicas entre los colombianos, mediante la fijación de unas reglas de juego claras, simples y comple­tas para la relación entre las per­sonas. Bajo esta premisa, este Có­digo regula los derechos y liberta­des públicas en un marco de res­peto por la com i vencía, y por ende sanciona el abuso del derecho. No en vano decía J uarez que "el res­peto por el derecho ajeno es la paz". Por ello, la propuesta no se denomina como la actual nor­matividad, sino que propone el tí­tulo de "Código para la conviven­cia ciudadana".

Es un Código de equilibrio

La propuesta parte del pr~nci­pio de que sólo logrando el frágil equilibrio entre el ejercicio de los derechos y el ejercicio de la auto­ridad, es posible la convivencia armónica. No se puede decir que prime ninguna concepción en par­ticular. Un reposado análisis del producto de la Comisión permite entrever que en su redacción de alguna manera se logró conservar y reflejar dicho equilibrio.

Es un Código fundamentalmen­te preventivo

Si bien un Código de Policía no puede olvidarse del aspecto san­cionatorio y por ello este proyecto consagra unas faltas contra la con­vivencia y sus correspondientes sanciones, el acento del articulado está puesto en la prevención de es­tas conductas. De ahí que sean más numerosas las disposiciones orien­tadas a indicar a las personas las reglas de comportamiento en el ámbito de lo público, buscando el fortalecimiento de las barreras so-

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cialcs y culturales frente a la trans­gresión y la agresión. el apoyo a la convivencia pacífica y a la tramita­ción concertada de los conflictos.

Es un Código que se independiza del Derecho Penal

La Constitución de 1991 que en lo atinente a la libertad personal trasladó de la esfera de las autori­dades de policía a las judiciales la facultad de ordenar la privación de la libertad de las personas, permi­tió definir con mayor precisión la autonomía del Derecho de Policía y de las reglas de juego que él dis­pone. Las conductas perturbado­ras de la convivencia ciudadana ya no se denominan contravenciones sino que pasan a definirse como faltas, y la consecuencia jurídica del incumplimiento de un deber o del abuso de un derecho es una medida correctiva.

Es un Código con sanciones formativas y no represivas

Las principales medidas correc­tivas que propone el proyecto son la asistencia a un programa educa­tivo sobre convivencia -consisten­te en conferencias y talleres-, y la prestación de servicios a la comu­nidad promoviendo la solidaridad -por ejemplo relacionados con la conservación del espacio público o el ambiente sano-. Continúan, des­de luego, sanciones tradicionales como el cierre de establecímientos abiertos al público o la multa, pero en esta ocasión su cuantía aumenta y se indexa, a fin de conservar su valor en términos reales.

Es un Código que clarifica com­petencias

El actual Código Nacional de Policía, como ya se había mencio­nado, contiene disposiciones de muy diferente época y me¿cla contraven­ciones nacionales (Decreto 1355 de 1970) con especiales (Decreto 522 de 1971) y combina funciones de autoridades civiles y polici' as con alguna confusión, o por lo menos sin un claro propóstto conceptual. Es por ello que la comisión se propuso explícitamente la definición y clari­ficación de competencias, y diseñó ámbitos marcadamente diferencia­dos para cada una de lac; autorida­des de policía.

Es un Código que dota de ins­trumentos eficaces a la Policía Nacional.

Como quiera que nuestro país cuenta con no pocas alteraciones al orden público en sus di:·,tintos ni­\ele::.. era impre cindible dotar a la Policía :--.:acional de herramientas eficaces para enfrentar la alteración de la comi\encia pacífica. De ahí que se fortalezcan las capacidades de reacción en caso de flagrancia, las requisas. se da ustento norma­tivo a la retención pre\entiva de personas hasta por 36 horas, se con­sagra como medio de policía el cie­rre temporal de establecimientos abiertos al púbhco, se regulan las inspecciones oficiosas a las pren­derías y venta de auto-partes, en fin, se consagra una amplia gama de instrumentos que expeditan el ac­cionar de la Policía Nacional, ob­viamente dentro de un marco de respeto por los derechos humanos.

Es un Código ágil

Los procedimientos de policía fueron uno de los puntos más transformados en el proyecto de ley, pues al tiempo que prima la oralidad en todos ellos, se señalan términos breves y perentorios para la resolución de los asuntos de po­licía. Incluso se consagra un pro­cedimiento que permite a los agen­tes o uniformados de la Policía Nacional conocer de una falta ciu­dadana en el lugar de los hechos y una duración máxima de 15 días, mientras que los términos de los proced1mtentos civiles y adminis­trali\os de pohcía se reducen dra­máticamente a un término máximo de 45 días.

Es un Código que responde a una "justicia de las pequeñas causas"

La Constitución de 1991 instau­ró la figura de los jueces de pa1 encargados de la resolución en equidad de las pequeñas controver­sias entre particulares. Dicha ms­titución, sin embargo, no ha obte­nido una reglamentación legal.

Ante la necesidad apremiante de brindar a los colombianos ca­nales institucionales de resolución de sus controversias cotidianas de menor cuantía. la Comisión aco­gió la propuesta de encargar a los inspectores de policía -cuyas com­petencias han sido notoriamente reducidas (Ley 228/95), y lo serán aún más dado el esquema que se propone en esta iniciativa- la fun­ción de dirimir los conflictos de menor cuantía entre particulares

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originados en responsabilidad con­tractual o extracontractual, sin per­juicio de la competencia de los jue­ces civiles.

Las contravenciones

De otra parte, se propone al Go­bierno presentar un proyecto que adicione la Ley 228 de 1995, con aquellas conductas que por su gra­vedad deben ser de conocimiento de los jueces y que por ende no es­tán contempladas como faltas.

Compromiso de todos los actores

A sabiendas de que las normas por sí mismas no tienen capacidad para transformar la sociedad ni para solucionar sus crisis, el Códi­go asigna tanto a los gobernantes como a la comunidad la responsa­bilidad compartida de adelantar programas para la formación en convivencia ciudadana, impulsan­do una cultura de los derechos que implícitamente lleve al cumpli­miento de los deberes.

De la misma manera, se dota a las comunidades de instrumentos que le permitan desarrollar inicia­tivas para contribuir en el mejora­miento de la convivencia y la cali­dad de vida.

Un Código que tiene en cuenta al buen ciudadano

La reacción más espontánea frente a una falta es la sanción, sinembargo con demasiada fre-

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cuencia olvidamos que para que los buenos comportamientos per­manezcan, una herramienta bas­tante útil es el estímulo. Por ello proponemos enaltecer las labores meritorias o sobresalientes que determinadas personas realicen en beneficio de la comunidad.

OTROS ASPECTOS NOVEDOSOS

Normas Rectoras:

Tolerancia. La convivencia pa­cífica exige tanto de particulares como de autoridades la aceptación y el respeto de la diferencia y del disenso que son prop1os de toda sociedad democrática y pluralista.

Territorialidad. El Código para la Convivencia Ciudadana se aplicará a toda persona, natural o jurídica. nacional o extranjera, pú­blica o privada. que se encuentre en el territorio nacional, salvo los territorio~ indígenas que se regirán según su:. u.;;o:.) costumbres de sus comunidades. sm perjuicio del de­ber de colaborar con el manteni­miento del orden púbhco.

Ejercicio no abusivo del dere­cho. Toda persona está obligada a respetar los derechos ajenos y a no abusar de los propios.

Cumplimiento de los deberes. El ejercicio de los derechos y li­bertades reguladas por este Códi­go exige el cumplimiento de de­beres correlativos.

Resolución pacífica de los conflictos. Las autoridades de po-

licía y los particulares están obli­gados a procurar la resolución pa­cífica de los conflictos.

Deberes y obligaciones. El Có­digo consagra específicamente una serie de deberes tales como: de vecindad, de conductores, pasaje­ros y peatones; de protección a los animales; de los asistentes a espec­táculos públicos; de los construc­tores; obligaciones del empresario, organizador, administrador o pro­motor de espectáculo público.

Actualización de las multas. En el Decreto 1355 de 1970, tenía una cuantía entre $50.oo y $l.OOO.oo, en el proyecto va des­de un salario mínimo diario y dos­cientos salarios mínimos legales mensuales, se consignarán en una cuenta especial o a favor de los fondos de seguridad y se destina­rán al diseño y puesta en marcha de las medidas correctivas y de protección.

Función de mediación. La au­toridad de policía que conozca de la eventual comisión de una falta ciudadana se abstendrá de iniciar procedimiento alguno para aplicar una medida correctiva, cuando en­cuentre que el hecho no constitu­ye falta ciudadana o porque han cesado los efectos nocivos de ella o el infractor se compromete a sus­pender su ilegal comportamiento.

Tres procedimientos clara­mente diferenciados por la natu­raleza del conflicto. El procedi­miento ciudadano, el procedimien­to civil de policía y el procedimien­to administrativo de policía.

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DOS EVENTOS IMPORTANTES SEPTIMO ENCUENTRO NACIONAL DE ACORE Y

PRIMER CONGRESO GRANCOLOMBIANO DE OFICIALES EN RETIRO DE LAS FUERZAS MILITARES

OCTUBRE 11 AL 14 DE 1996

ACTA DE CONSTITUCION DE LA ASOCIACION GRANCOLOMBIANA

DE ORGANIZACIONES DE OFICIALES EN RETffiO DE LAS FUERZAS MILITARES

«AGOR~

En la ciudad de Santafé de Bogotá, a los catorce (14) días del mes de octubre de 1996, se reunieron en asamblea general los oficiales firmantes de la presen­te Acta, identificados con su nombre, documento de identidad, grado y organización a la cual pertenecen o representan, para tratar sobre la constitución de una organización de base a nivel multinacional que facili ­te la recíproca búsqueda de la integración y solidari­dad americana, dentro de un marco de amistad, com­pañerismo de los asociados y autonomía nacional de las organizaciones participantes, para la solución de problemas comunes que incidan en la seguridad y bienestar social, legal, laboral y afines, de los oficia­les en retiro y sus familiares.

El representante legal de ACORE, en nombre de la organización gestora, propone el siguiente tema­rio:

l. Antecedentes 2. Temas de interés común 3. Constitución de la Asociación Grancolombiana

de las Organizaciones de Oficiales en Retiro de las Fuerzas Militares

DESARROLLO DEL TEMARIO

l. ANTECEDENTES

A. El representante de ACORE manifiesta que durante d1ferentes encuentros de orden nacional, los miembros de la Asoc1ación Colombiana de Oficiales en Retiro de lds Fuerzas Militares, han venido solici­tando como uno de los objetivos de la Asociación, cnstalizar la idea de integración de las organizacio­nes de oficiales en situación de retiro de las Fuerzas Militares del Continente, en una asociación que per­rruta desarrollar y materializar los conceptos de amis­tad, compañensmo y cooperación.

B. Se pone de presente, como resultado del ler. Encuentro Binacional ACORE (Colombia) y IORFAN (Venezuela), que las políticas de los gobiernos de las Repúblicas de Colombia y Venezuela se orientan a la apertura y a la integración Binacional, lo cual, reafir­ma los sólidos vínculos que históricamente han exis­tido entre ambas naciones y coinciden en la dinami­zación de la unión entre los oficiales en la honrosa situación de retiro de los dos países, mediante meca­nismos tendientes a lograr acciones concretas en fun­ción del bienestar recíproco para los afiliados a las asociaciones de los respectivos países.

C. Se reafirma la voluntad de los pueblos de las Re­públicas de Colombia y del Ecuador, manifestada en la

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declaración conjunta de los presidentes de la Asocia­ción Colombiana de Oficiales en Retiro de las Fuerzas Militares "ACORE" y del Círculo Militar de las Fuer­zas Armadas del Ecuador, con motivo deller. Encuen­tro Binacional, realizado del 13 al 16 de octubre de 1995, para orientarse hacia la apertura y a la integra­ción latinoamericana, lo cual reafirma los vínculos de amistad y coincide con el propósito de unión entre los oficiales de la reserva de los dos países, mediante me­canismos tendientes a lograr el bienestar común.

2. TEMAS COMUNES

Se destacan los siguientes temas de interés general, identificados durante los encuentros bidimensionales ACORE-IORFAN y ACORE-CIRCULO MILITAR DE LAS FUERZAS ARMADAS DEL ECUADOR:

A. Desarrollo de programas y actividades que con­tribuyan al mantenimiento del buen nombre, el pres­tigio y la dignidad de las Fuerzas Militares y de las Asociaciones de Oficiales en condiciones de retiro.

B. Elaboración y ejecución de planes y proyectos orientados al fortalecimiento de AGOR.

C. Programas de intercambio que permitan el ac­ceso a servicios de Bienestar, Educación, Salud, Asis­tencia Social, Servicio Legal y Laboral para los ofi­ciales en retiro y sus familiares.

D. Sistemas de intercambio para el aprovechamien­to de la experiencia, la capacitación científica, técni­ca y profesional de los asociados.

E. Procedimientos que permitan un intercambio per­manente de información en cuanto a proyectos y pro­gramas de naturaleza social y cultural, en los cuales pue­dan participar oficiales en retiro de los países asociados.

F. Formas de intercambio de experiencias que contri­buyan al fortalecimiento de las asociaciones en particular.

G. Proyectar el financiamiento de los recursos eco­nómicos que le permitan a cada país cumplir con los compromisos adquiridos.

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H. Para poner en práctica los temas antes mencao­nados se deberá gestionar ante los organismo!\ re -pectivos de cada país el establecimiento de mecani:.­mos necesarios para su ejecución.

ACCION DIRECTIVA

CONSTITUCION DE LA ASOCIACION GRANCOLOMBIANA DE ORGANIZACIONES

DE OFICIALES EN RETffiO DE LAS FUERZAS MILITARES «AGOR».

El primer congreso de Oficiales de las Fuerzas Militares en situación de Retiro de los países Grancolombianos,

CONSIDERANDO

l. Que la declaración conjunta de los Presidentes de la Asociación Colombiana de Oficiales en Retiro de las Fuerzas Militares (ACORE) y del Instituto de las Fuerzas Armadas en situación de Retiro de Vene­zuela (IORFAN), con motivo del Primer Encuentro Bidimensional celebrado los días 06, 07 y 08 de octu­bre de 1994, en las ciudades de Cúcuta, (Norte de Santander), Colombia y San Cristóbal, (Estado de Táchira), Venezuela, en especial el punto 3, que ano­ta: "3. Continuar desarrollando los encuentros Bidimensionales entre los dos países y buscar la am­pliación hacia los países Bolivarianos, con el propó­sito de fortalecer los lazos de amistad y camaradería entre los hombres de armas";

2. Que en los puntos uno y ocho de la declaración conjunta de los presidentes de la Asociación Colom­biana de Oficiales en Retiro de las Fuerzas Militares (ACORE) y del Círculo Militar de las Fuerzas Arma­das del Ecuador, con motivo del Primer Encuentro Bidimensional Colombia-Ecuador, realizado del 13 al 16 de octubre de 1995, en las ciudades de Pasto, Colombia y Quito, Ecuador, que a la letra dice: "l. Tender a la creación de la Asociación Latinoamerica­na de Oficiales, estructurando progresivamente la aso­ciación Grancolombiana y Bolivariana"; y el nume­ral "8. Convocar a las Asociaciones de Colombia, Ecuador y Venezuela, para el primer trimestre del año

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1996, con el fin de ratificar la creación de la Asocia­ción Grancolombiana".

Y, acatando las políticas de integración de los Go­biernos y los pueblos de nuestras Naciones, refleja­das en el sentir y en las manifestaciones exterioriza­das por los participantes de esta asamblea,

RESUELVE

l. Ratificar la creación de la "Asociación Gran­colombiana de Organizaciones de Oficiales en Retiro de las Fuerzas Militares".

2. Aprobar los estatutos discutidos en el ler. con­greso de AGOR realizado en la memorable fecha del 12 de octubre de 1996.

3. Facultar a la secretaría general permanente para que coordine una reunión de delegados de "AGOR" durante el primer semestre de 1997, con invitación a ob­servadores de las demás asociaciones americanas para establecer los criterios sobre la constitución simultánea

de la~ asociaciones Bolivarianas y Latinoamencanac;.

La presente acta y los estatutos correspondientes se enviarán por intermedio de la Secretaría General Permanente a IORFAN, para su firma.

Agotado el temario y no siendo otro el objeto de la presente, se firma por los que en ella intervinieron, en el Puente de Boyacá sitio histórico de la República de Colombia a los catorce (14) días del mes de octubre del año de mil novecientos noventa y seis ( 1996).

COLOMBIA Coronel Alfonso Rincón Aldana Pre~idente de ACORE

ECUADOR Almirante Víctor Hugo Garcés Presidente Delegación Ecuatoriana

PERU Capitán de Navío José Mimbela Leyva Observador Asociaciones Oficiales ADORFAIP

PALABRAS DEL SEÑOR MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL, DR. JUAN CARLOS ESGUERRA PORTOCARRERO, DURANTE LA SESION L"\AUGURAL EN EL CLUB MILITAR

EL VIERNES 11 DE OCTUBRE

Señoras y señores:

Pocos entre los seres humanos conocen más pro­fundamente la tragedia de la violencia como quienes hicieron de la carrera militar su vida misma. Se bien que los militares no pertenecen a una extraña parte de la humanidad que se distinga por su condición beli­cosa, por su afán de guerra. Son hombres a quienes el rigor de la violencia cotidiana enseña como a ningún otro el valor incalculable de la vida humana y a quie­nes, en consecuencia, su naturaleza reclama con in­sistencia el bien de la paz.

¡Se equivocan quienes sostienen que los soldados son enemigos de la paz! Muy por el contrario, son su instrumento fundamental. Ya lo decía con preclaras palabras el Concilio Vaticano II cuando reconocien-

do el sen icio que la profesión militar reporta a la hu­manidad señalaba que «los que al servicio de la Patria se hallan en el ejército, considérense instrumentos de la seguridad y libertad de los pueblos, pues desempe­ñando esta función contribuyen a estabilizar la paz».

El uso de la fuerza, conforme a derecho, no sólo es lícito sino, en ocasiones, obligatorio, cuando es im­prescindible para enfrentar la violencia, cuando es necesario para impedir el triunfo de la injusticia.

A ello están dedicados nuestros soldados sin des­canso: a preservar los derechos y libertades funda­mentales, a proteger el Estado de derecho y las insti­tuciones democráticas del embate de sus enemigos, a construir la paz que anhelan fervientemente todos los buenos colombianos.

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Que misión más lícita, más justa y más noble, que misión más ardua, más riesgosa, más corajuda, más valiente, más admirable y más venerable. Es el honor formidable de ser soldados.

El militar se va al retiro pero nunca, ni por un ins­tante, deja de serlo. Ayer, ahora y mañana, el hombre de armas lleva una impronta imborrable, una marca indeleble que le distingue y lo enaltece. ¡Si! El ser soldado se lleva en la sangre, se sigue siendo siempre y sin descanso.

Un honor, insisto, pero sin duda un honor pleno de responsabilidades. El militar en retiro tiene grandes e importantísimos deberes que devienen, precisamente, no sólo del hecho de ser ciudadanos sino también y muy especialmente de su condición de militares. Debe, des­de su condición, prestar apoyo indeclinable a los com­pañeros que aún empuñan las armas, debe, como ningu­no otro de los ciudadanos, respetar el Estado de derecho que en su momento juró proteger hasta con la vida mis­ma y, por sobre todo, debe construir en todos y cada uno de sus actos, la paz que nos ha sido tan esquiva.

Deben ser, son ustedes, señores acorados, los sabios viejos de la tribu, la voz de la experiencia, la mesura y la prudencia. Y yo, como Ministro de Defensa Nacio­nal, quiero ser el vocero de sus justas pretensiones.

Señor coronel Rincón Aldana, señores miembros de la Junta Directiva:

El de hoy es un día que nos enorgullece y nos com­place, no sólo porque se rinde un homenaje hermoso y justísimo sino porque han aprovechado ustedes este séptimo encuentro para integrar y vigorizar sus rela­ciones con los oficiales de reserva de nuestros herma­nos países de Ecuador, Perú y Venezuela. Un ejemplo más del espíritu bolivariano que ha animado desde los años de la gesta libertadora a nuestros soldados y a nuestros ejércitos. Digo mal, este acto es mucho más, es una viva muestra de que no somos muchos sino uno: el pueblo americano con el que murió soñando Simón Bolívar y que nosotros estamos obligados vitalmente a construir.

Muchas gracias.

DISCURSO DEL SR. PRESIDENTE DE ACORE, CORONEL LUIS ALFONSO RINCON ALDANA, EN LA INAUGURACION DE LOS EVENTOS, EL DIA 11 DE OCTUBRE DE 1996

La capital de la República de Colombia se engala­na con la presencia de los miembros de la Asociación Colombiana de Oficiales en Retiro de las Fuerzas Militares, llegados de los diferentes lugares del terri­torio nacional para participar en el encuentro anual de la Asociación y con la grata compañía de nuestros hermanos militares de los paises de Ecuador, de Perú y de Venezuela, con motivo del primer Congreso de la Asociación Grancolombiana de Oficiales en Retiro de las Fuerzas Militares.

Presento mi respetuoso y fraternal saludo de bien­venida a los delegados de ACORE y a nuestros ilus­tres visitantes, quienes son huéspedes de honor.

Somos concientes de la importancia de los encuen­tros de compañeros para revivir la juventud que nos unió desde las aulas de las Escuelas de Formación de Oficiales y que se robusteció a través de los años en

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los diferentes cargos de responsabilidad que desem­peñamos, sirviendo con lealtad a nuestra institución y al país; no solamente añoramos el pasado sino tam­bién nos proyectamos hacia un futuro promisorio con fe y esperanza para seguir integrados, pensando y tra­bajando por la grandeza de nuestros paises y por la solidaridad latinoamericana.

En desarrollo del programa institucional de la Aso­ciación para el período estatutario 1994-1996, ACORE organizó el Encuentro Colombo-Venezolano en el año de 1994 y el Encuentro Colombo-Ecuatoriano en el año de 1995, teniendo como objetivo la integración Bolivariana, coadyuvando a la labor de nuestros go­biernos y unidos con lazos indestructibles de amis­tad, compañerismo y espíritu de cuerpo para lograr una sólida organización.

Con orgullo de soldados y pensando en el bien-

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estar social de los asociados, la Asociación Colom­biana de Oficiales en Retiro de las Fuerzas Milita­res, el Instituto de Oficiales en Retiro de las Fuer­zas Armadas Nacionales de Venezuela y el Círculo Militar de las Fuerzas Armadas del Ecuador, en desarrollo de los acuerdos binacionales, creamos la Asociación Grancolombiana de Oficiales en Re­tiro de las Fuerzas Militares que protocolizaremos con la firma oficial del acta de constitución y la aprobación de los estatutos, con motivo del ler. Congreso Grancolombiano que tiene como sede esta ciudad de Santafé de Bogotá D.C. y que sentará las bases para la organización latinoamericana de ofi­ciales.

La realización del ler. Congreso Internacional nos enorgullece por ser Colombia la sede de este magno evento que propicia la integración de los oficiales en retiro de los diferentes paises en as­pectos intelectuales, culturales y sociales, con el fin de hacer más fuerte y positivo el apoyo y la solida­ridad hacia nuestros compañeros de armas en ser­vicio activo.

La reserva de oficiales ha observado con preocu­pación en los últimos años la falta de solidaridad de nuestros compatriotas hacia las Fuerzas Militares que han sido, son y serán el wporte indiscutible de la de­mocracia en todos los paises; se ha tratado de dismi­nuir los efectivos, los presupuestos no han estado acor­des con la importancia y la misión constitucional y en Colombia se ha querido destruir el fuero militar y db­ciplinario para socavar la disciplina institucional. lo cual, afortunadamente, por el profesionalismo de nue!'>­tros hombres de armas, no se ha logrado y antes por el

contrario se ha robustecido la mística y los resultados operacionales han sido eficientes.

Seguiremos apoyando sin restricciones a nuestros compañeros de armas en servicio activo en todos los escenarios de la vida nacional y estaremos listos para empuñar nuevamente las armas de la República en pro de la defensa de las instituciones y para buscar por todos los medios la paz, el progreso y la solidaridad entre los colombianos a fin de llegar al siglo XXI con un nuevo hombre colombiano que practique la cultura de la paz .

Los eventos que hoy inauguramos están engalana­dos con la presencia de nuestras esposas y de distin­guidas damas quienes con su dón de gentes, belleza y donaire le dan realce: son ellas compañeras perma­nentes, quienes a través de la carrera militar y ahora en nuestra Situación de ret1ro han sido el soporte que nos alentó en el duro trajín de la más bella de las pro­fesiones de servicio a la patria, la carrera de las armas y hoy en la paz y en el descanso de nuestros hogares.

En nombre de los miembros de la Asocmción agra­dezco al señor Ministro de Defensa y a los Mandos Militares la excelente colaboración prestada para la preparación y desarrollo del Encuentro Nacional de ACORE y del Congreso Internacional; ellos merecen nuestro perenne reconocimiento y gratitud.

Compañeros de armas: las decisiones que tome­mos en el desarrollo de los eventos programados, de­ben contribuir para el futuro de nuestras organizacio­nes nacionales e internacionales y para constrUir nue­vos puentes de progreso solidario y de apoyo a nues­tras Fuerzas Militares en servicio activo.

PALABRAS DEL SEÑOR ALMIRANTE VICTOR HUGO GARCES POZO, JEFE DE LA DELEGACION ECUATORIANA, EN EL PUENTE DE BOYACA, DURANTE LA CLAUSURA DEL

PRIMER CONGRESO GRANCOLOMBIANO, EL 14 DE OCTUBRE DE 1.996

Señores:

La brillante iniciativa de «ACORE» de unir a los oficiales de las Fuerzas Militares en Retiro de Améri­ca, se ha convertido ya en una realidad con este pri­mer paso, de la constitución de la Asociación

Grancolombiana de Organizaciones de Oficiales en Retiro de las Fuerzas Militares. Realidad que es la primera piedra de este gran edificio que soñamos al­gún día sea la unión de militares que entregamos nues­tras vidas al servicio de las armas de nuestras Repú­blicas.

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Las historias de Colombia, Venezuela y Ecuador son sucesión de hechos que las relacionan íntimamente y podemos decir que su historia militar es una sola. Nos cubre el mismo tricolor de nuestros Ejércitos. Nacieron de una misma cimiente, aquella raza mesti­za que habiendo desarrollado su propia personalidad, quiso alcanzar su independencia de la vieja España y con la voluntad determinante de conseguir su objeti­vo, formó los ejércitos libertadores, compuesto por ciudadanos oriundos de todos los rincones de esta rica geografía de nuestras tres naciones actuales y allí es­tuvieron, cubiertos con el mismo pabellón y hombro con hombro en la lucha, hombres de toda condición social de Caracas y Maracaibo, de Bogotá y de Pasto, de Quito y de Guayaquil, intelectuales, llaneros, montubios, indios y negros que a costa de su sangre, nos legaron la libertad.

Carabobo, Boyacá, Pichincha y muchas otras gestas gloriosas de la lucha por la independencia, unieron a Jos pueblos de esta región de América y así unidos y, ya independientes de la tutela Española y formando la Gran Colombia, estos mismos Ejércitos que con­quistaron la independencia, se cubrieron nuevamente de gloria, en el Portete de Tarqui, al sur de lo que hoy es el Ecuador, el 24 de Febrero de 1.929, cuando tu­vieron que defender la soberanía de las provincias meridionales de la Gran Colombia.

Podemos afirmar, categóricamente, que a las na­ciones Gran Colombianas todo nos une, la historia, la raza, la religión, las tradiciones y porqué no decirlo hasta los problemas que nos son comunes y este acto, esta solemne ceremonia, constituye una afirmación más de esta unidad y reencuentro entre soldados, cu­yos antecesores, militaron juntos en un solo Ejército.

Que sea esta oportunidad, un momento para recor­dar aquel 17 de Diciembre de 1819, cuando patriotas con visión de futuro, aprobaron la ley fundamental de la Gran Colombia, con tres departamentos: Venezue­la, Quito y Cundinamarca, afirmada después con la constitución del Congreso de Cúcuta y honrar la me­moria de ese gran visionario militar, el libertador

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Simón Bolívar, primer Presidente de esta Gran Repú­blica, la Gran Colombia.

No es el momento para analizar y no es de solda­dos el lamentar las decisiones políticas de antaño que llevaron a la disolución de la Gran Colombia, lo que nos corresponde es reconocer las enseñanzas de la verdadera historia y sacar la conclusión, de que los errores del pasado, pueden ser corregidos con accio­nes para el futuro y este primer congreso Gran Co­lombiano de Oficiales en Retiro es una acción para el futuro, es un paso más al fortalecimiento de la unión e integración de nuestros países y un acercamiento más íntimo entre los militares de las tres Repúblicas.

Los miembros de esta Asociación Grancolombiana "AGOR" nos constituimos en un puntal que contri­buirá al mantenimiento del buen nombre, prestigio y dignidad de las Fuerzas Militares de nuestros países así como de las Asociaciones de Oficiales en condi­ciones de retiro y nos comprometemos a poner nues­tro mejor empeño en alcanzar, en el menor tiempo los objetivos que nos hemos propuesto en los estatutos hoy aprobados.

El Círculo Militar de las Fuerzas Armadas del Ecua­dor reconoce públicamente el mérito de "ACORE" así como el trabajo tesonero de sus dirigentes, que han conducido a la cristalización de esta gran iniciati­va de la creación de "AGOR" y por esta razón el Di­rectorio del Círculo Militar, en sesión especial para el efecto resolvió otorgar la condecoración "Círculo Militar de las Fuerzas Armadas del Ecuador" al pabe­llón de "ACORE'' y a los Señores General FAC Luis Enrique Morillo Alvarez y Coronel Gustavo García Acosta. Acto que para el que habla constituye un ver­dadero honor de realizarlo.

A nombre de la delegación Ecuatoriana presente, ex­preso a las autoridades militares de Colombia, a los miem­bros y directivos de ACORE, nuestro más profundo agra­decimiento por su generosa hospitalidad, por el afecto y amistad que nos han brindado, con los cuales nos han he­cho sentir que estábamos en nuestra propia casa.

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EL GENERAL JOSE DE LOS SANTOS GUTIERREZ Guerrero de la democracia y caballero del honor

(Continuación del número anterior)

F ue justamente durflnte esta guerra, cuando un inciden­te callejero vió marcar de

manera definitiva el destino mili­tar de Santos Gutiérrez, hecho que además refleja su fortaleza fís ica y moral y su espíritu de superación personal. Dejemos que sea la plu­ma de uno de los testigos, quien fue también su condiscípulo, José María Samper, la que narre el he­cho: "un día, cinco estudiantes de jurisprudencia de San Bartolomé, entre e llos mi hermano Manuel, iban riendo de cualquier cosa, con el buen humor de los estudiantes de aquel tiempo, y pasaban por la te rcera cuadra de la calle de Florián, (hoy día carrera 1 a. de Oc-

Mayor General JOSE ROBERTO ffiAÑEZ SANCHEZ

cidente), sin caer en cuenta que iban por el frente de la puerta del cuartel o parque de Artillería. lo­calidad que hoy ocupan la Capilla presbiteriana y la casa de mi amt­go Lázaro María Pérez y otro ........ u­jetos".

"Estaba recostado a un l<.1do de la puerta del cuartel, sentado en una gran silla de vaqueta, el Ma­yor del batallón de Artillería, lla­mado Comandante S., que era cojo, viejo y feo, cualidades propias, cuando están reunidas, para que quien las posea se sienta, con so­bra de susceptibilidad. dispuesto a suponer que de él se han de reír todos los que ríen en su presencia.

El Comandante, al ver que los cin­co estudiantes que pa~aban por delante del cuartel iban riendo, pensó que él podía ser el objeto nsible y sin más avenguación, ni formalidad alguna, hizo al punto salir un piquete de la guardia, man­dó aprehender a los supuestos cul­pables del del ito de carcajadas y les alojó en un calabozo ... "

Manuel Samper salió del cala­bozo horas más tarde gracias a la audacia de su hermano José Ma­ría, quien continúa así la narración del episodio: "De los cuatro pre­sos que quedaban en el cuartel, Santos Gutiérrez, un Orbegozo y dos Azueros fueron puestos en Ji-

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hertad el mismo día, merced a los empeño.., de sus familias". El otro, (se refiere al pnmero de los nom­brado-.) que era muy pobre, sin fa­milia en Bogotá y desconocido, no halló quien se empeñara por él con buen éxito y permaneció preso. A los pocos días fue filiado como recluta, y le hicieron salir de la ciu­dad incorporado en un batallón que salió a campaña, hacia el Norte, en persecución de la famosa guerrilla de los Rodríguez de Guachetá".

"En la primera escaramuza que hubo, el estudiante recluta, que era liberal y estaba furioso, se pasó al enemigo; y luego, durante algunos meses, anduvo entre los facciosos, en compañía activa combatiendo contra el Gobierno. Un día cayó prisionero. trajéron le a Bogotá, donde, por ser desconocido, no pensaron en fustlarlc y le dejaron corno perdido entre los muchos presos de un cuartel".

"Al cabo de algún tiempo el honrado Doctor Quevedo. Juez de Hacienda, hubo de hacer una \ isi­ta de cárcel en la principal de Bo­gotá. Después de contar los presos y leer la lista que de éstos le pre­sentó el Alcaide, reconoció que. sobraba un preso, o faltaba un nombre en la lista. Hecha la con­frontación. hilO poner a un lado al individuo sobrante y hubo entre el Juez y el Alcaide el siguiente diá­logo:

"Cómo se llama ese individuo cuyo nombre no está en la lista?" "-No lo sé" "Por orden de quien está preso?" "-Lo ignoro"

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··oesde cuándo está en la cárcel?" "-No sabré decirlo" "Porqué le mantiene usted preso?" "-Porque me lo entregaron en bul­to. y no por lista cuando entré a ser Alcaide" "Le ha dado usted raciones?" ··-Nunca. Como no estaba en lista, no había raciones para él" ··y cómo lo ha mantenido?" "-Con las sobras que daban los demás presos" "Póngale usted en libertad inme­diatamente".

"Así salió de la cárcel aquel pobre preso, andrajoso y en el más miserable estado, pues el vestido que tenía lo llevaba en el cuerpo hacía algunos meses y nadie le había conocido o amparado".

"Quién era aquél preso puesto en libertad?. Era el quinto de los estudiantes apresados por el Co­mandante S. en agosto o septiem­bre de 1840, y por tanto, víctima de unas inocentes carcajadas. Mu­chos años después, fue Represen­tante del pueblo, General de Di\ i­sión. Senador. Presidente de un Estado y Presidente de la Repúbli­ca. Se llamaba Santos Gutié­rrez".

La situación de pobreza de San­tos Gutiérrez no puede exphcarse por las condiciones económicas de su familia. que. como ya lo adver­timos, poseía suficientes bienes de fortuna: tal \eZ se debió en ese momento de su vida estudiantil, a su carácter independtente y em­prendedor. que le llevó a emanci­parse de ella para educarse con su propio esfuerzo. Circunstancia a la

que se sumó el ser de una provin­cia apartada e ignorada y estar re­cién llegado a Bogotá, sin conoci­dos y amigos en quienes encontrar protección o auxilio.

Fue precisamente en esta épo­ca de guerra, de persecuciones, de odios fratricidas, de anonimato, de pobreza y de sufrimientos, cuan­do Santos Gutiérrez adquirió en la cárcel la enfermedad de las virue­las, de la cual derivó la secuela de cicatrices en la cara que lo hicie­ron conocer con el sobrenombre cariñoso del "Tu so Gutiérrez". Pero a su vez, tales sufrimientos le sirvieron para forjar su personali­dad militar y templar su alma para las gra:1des empresas que el desti­no había de depararle.

Obligado a servir como solda­do raso en las fuerzas del gobier­no, con las cuales su pensamiento de muchacho idealista y rebelde no estaba identificado, a soportar el yugo de una disciplina a veces irra­cional y siempre severa, a pesar de ser él estudiante de jurisprudencia, no dudó en pasarse al campo con­trario en condición de guerrillero, donde si bien la vida era todavía más dura, por lo menos podía dis­frutar de la libertad, que era para él un valor supremo.

Pero como soldado y como gue­rrillero se acostumbró a compartir sus tareas con gentes rudas e igno­rantes del campo, a sentir en carne propia el peso de una vida misera­ble, el horror del combate fratrici­da, la tragedia de familias que veían marchar a padres, esposos e hijos a una lucha que no entendían

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sino a la lu7 de lo que proclamaba el gamonal local o reg1onal en el bando del pueblo, cuando no eran cazados como animales en sus par­celas o en los bosques a donde in­tentaban huir. Se dio cuenta que solamente sobre el campesmo tg­norante pesaba toda la obligación militar de servir en cualqu1era de los dos bandos, ya que a las clases pudientes les estaba reservado el generalato. Esta circunstancia co­braría especial relieve en su senti­miento humanitario, conciliador. generoso y compasivo que siem­pre tuvo para con el vencido.

"En realidad , dice Gonzalo Sánchez, la participación de las clases subalternas era equívoca. Convocadas y reclutadas de mane­ra resignada o forzosa. constituyen materialmente el grueso de los ejércitos pero aparecen como pri­vadas de la posibilidad de erigirse en actores políticos y sujetos his­tóricos. Las más de las veces iban a la guerra como simples cliente­las de caudillos y no como mili­tantes de una causa propia. Lo cual no quiere decir que no sal ieran afectadas por la experiencia de la guerra, o que una vez desatada ésta no pusieran eventualmente en mo­vimiento sus propios intereses, desprendiéndose del control polí­tico y militar de los caudillos y fi­nalmente de toda autoridad, como suele acontecer incluso con los ejércitos mercenarios que un día deciden actuar por cuenta propia, incluso contra sus originales patrocinadores"<7l

La guerra civil de los supremos, a más de la desolación y de la po-

breza que dejó en la Nueva Gra­nada. profundizÓ la divi~1ón entre sus habitantes. Suo; primeros efec­tos políticos se vieron en el gobier­no del general Pedro Alcántara Herrán al promover un cambio constitucional en 1843, destinado a darle al ejecutivo mayores fa­cultades para garantizar la pa7 } el orden público, ya que la Constitu­ción anterior de 1832 lo había de­jado impotente para tal efecto. Pero esta vez los legisladores se pasa­ron al extremo opuesto. al autori­tarismo centralista y católico del que era inspirador Mariano Ospina Rodríguez, otro notable caudillo político que habría de ser contra­dictor del general Mosquera.

La Constitución de 1843 dio al país una paz precaria, durante la cual, con mucho esfuerzo y volun­tad Santos Gutiérrez prosigmó sus estudios de derecho. Salvador Camacho Roldán otro de sus dis­tinguidos condiscípulos dice al res­pecto: "asistíamos a unas mismas clases, estudiábamos. entre otros. en un mismo claustro, o mantenía­mos estrecha comunicación de amistad con Gregorio Gutiérrez González, Antonio María Pradilla, organización delicada, corazón amante. fisonomía distinguida. que recordaba el Ideal de los pintores en la representación humana de los rasgos de Cristo, y que fue proba­blemente. el más bello de esos días; Santos Gutiérrez, todo resortes de acero, a un mismo tiempo adusto y jovial, cuyo porvenir de fama guerrera presentíamos instin­tivamente todos sus condiscípulos; Juan Salvador y Manuel Ignacio Narváez, poeta y escritor muy no-

table el primero. espíritu de juris­consulto eminente. e~tudioso, se­rio. sereno y tnste el -;egundo; Nar­ciso Gómez Valdés, una de las fi­guras más simpáticas, dulces e In­

teligentes de ese grupo, y que por tanto habían de ofrecer su "ida a la República; Félix Pulgar. siem­pre festivo, siempre amigo leal, valiente como la espada de Bernar­do; Escipión García Herreros, de claro talento y carácter vigoroso; Francisco Malo Manzano, tan es­tudioso ) formal como amable y risueño. precozmente blanco de canas cada una de las cuales atri­buía Juanario Salazar a una retre­ta, rato musical que no perdió una sola vez en toda su vida; A lipio Mantilla, inteligente, penetrante y cáustico; Antonio Durán, alto, ru­bio, agradable, de chtstoo;a y ame­na charla como pocos; muertos to­dos ya (en 1882); Juan de Dios Restrepo, Manuel Pombo. Miguel y José María Samper, José María Rojas Garrido. Carlos Martín, Pa­blo Currea, Carlos Chaves, Nico­lás Próspero y Guillermo Pereira, Juanuario Salgar, José de Jesús Alviar, Manuel Vicente de la Roche, Ramón Martínez Benitez y Manuel Uribc Angel, entre los vi­vos ( 1881 ). En ese grupo de jóve­nes, amigos todos, y cuya amistad ha sobrevivido a través de no po­cas vicisitudes, sobresalía Gre­gario Gutiérrez. Vivíamos en ple­no parnaso. Las escasas horas de descanso en nuestros estudios. y algunos momentos que furtiva­mente sustraíamos a Don Juan Sala y a Febrero, eran empleados en la lectura en común de poesías espa­ñolas, venezolanas y en la de no­velas. Hacían el gasto principal de

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los primeros Zorrilla, Espronceda, Bermúdez de Castro, García Ta­ssara y Abigaíl Lozano, y de las segundas Alejandro Dumas, Wal­ter Scott, Eugenio Sue y Carlos Nadier; nos expresábamos para todo en lenguaje poético, tomado de los autores favoritos. Nos en­tregábamos con furor en la noche del sábado al baile, calistenia en la que todo el gasto se reducía al de una guitarra y un tambor, me­dia botella de mistela de amapo­las, reputada esencia poética; cua­tro frascos desbocados, pero dies­tramente ocultos los estragos del tiempo con un clavel delicadamen­te puesto sobre la brecha, llenos de horchata y naranjada; y media do­cena de velas".<8>

Por su parte, Samper describe a Santos Gutiérrez así: "Era alto, vi­goroso y muy bien conformado; tenía en el rostro una marcada ex­presión de caballero por su aire de franqueza y de lealtad; hablaba con un acento fuerte y bastante nasal, y de ordinario se expresaba con laconismo y energía; su mirada era suave pero maliciosa y perspicaz, y su sonrisa afable y sin doblez; con la amplitud de la frente, muy espaciosa y vigorosamente desa­rrollada, denotaba clara inteligen­cia, mucha sagacidad, poder de voluntad y perseverancia; tenía un valor tan intrépido y audaz, tan lle­no de confianza como capaz de cualquier acto heróico". <9>

Según José María Samper, los profesores universitarios fueron todos famosos: "En derecho roma­no el ilustre y benemérito doctor José Ignacio de Márquez, juriscon-

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sulto insigne que había brillado en todos los campos de la vida públi­ca, desde 1821, había sido presi­dente de la República de 1837 a 1841 , y sobresalía por su variado saber, su elocuencia de grande ora­dor y su piedad religiosa".

"En derecho constitucional y administrativo, el doctor Manuel María Pardo, bastante joven, a la sazón, y que durante casi toda su vida ha estado, dedicado al comer­cio; hombre piadoso y de mucha conciencia, muy honrado y estu­dioso, y siempre severo en el cum­plimiento de su deber y austero en sus costumbres, lo que no le im­pedía ser muy sociable".

"En derecho civil. el doctor Francisco J. Zaldúa, abogado integérrimo, de conciencia inco­rruptible, prodigiosamente aplica­do al estudio de la jurisprudencia, dotado de maravillosa memoria, y que, habiendo sido pobrísimo, no obstante su procedencia de muy notables familias, se había eleva­do en el foro y en la sociedad con sus perseverantes esfuerzos, hasta muy alta posición, y era un profe­sor de gran nota".

"En derecho internacional y di­plomacia, el doctor Rufino Cuer­vo, personaje muy notable en el mundo político, y hombre de va­riada ilustración, galante, agudo y florido en su lenguaje, perspicaz y de mucho mundo, que igualmen­te brillaba en los salones y en los gabinetes".

"En derecho canónico y dere­cho penal, el doctor Estanislao

Yergara, un pozo de ciencia, la memoria hecha hombre, inmen­samente erudito, hasta ser como una biblioteca ambulante. Había sido ministro de los gobiernos de Bolívar y Urdaneta, y ocupado al­tos puestos en la magistratura; co­nocía a fondo, como pocos, todos los incidentes y secretos de la his­toria nacional; trataba con pater­nal cariño y suma benevolencia a los jóvenes de la universidad; gus­taba mucho de sazonar sus ense­ñanzas con anécdotas de crónica y de historia en sus diversos ramos; y era el catedrático más popular entre los estudiantes, por ser el menos puntual en su asistencia".

"En procedimientos y práctica forense, el doctor Ezequiel Rojas, abogado muy notable y de rica clientela, perpetuo miembro de la cámara de representantes, orador puramente dialéctico, y en este género muy hábil y fuerte; econo­mista y utilitarista insigne, que con la mayor constancia y de muy bue­na fe había inoculado en la juven­tud las doctrinas de Jeremías Bentham, y tenía el mérito de ser en el país el más decidido y cons­tante propagador de la Economía política. Con el tiempo su nombre tuvo más celebridad, con motivo de ardientes y apasionadas discu­siones relativas al utilitarismo, tan funesto para Colombia".

''En economía política tuve tres catedráticos sucesivos, por causa de circunstancias personales que los hicieron alternarse: los docto­res Manuel Cañarete, Bernardo Herrera y Cerveleón Pinzón. El doctor Cañarete era hombre muy

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original: siempre estaba de buen humor, se perecía por contar chas­carrillos y anécdotas chistosas, no obstante la desintería que le mina­ba; era la integridad misma, como hombre y como magistrado, y se distinguía por su agudeza picante y zumbona y su modo extraño de considerar la filosofía de la v1da".

"El doctor Herrera, abogado y sujeto de muy clara capacidad, se había dedicado principalmente a los negocios y servía la cátedra de un modo ocasional. Era notable por su severa probidad, su genio entre burlón y brusco, su liberalis­mo muy marcado, y su gran talla y gallarda figura".

"Por último, el doctor Pinzón era amable como una dama, humil­de como un cartujo, florido en su lenguaje como un jardín viviente, honrradote con sencillez, y auna­ba a su talento flamante y su pa­triotismo ajeno a la amición. una palabra fácil y elegante, una exqui­sita benevolencia y una robustez llena de lozanía que hacía amar en él la vida y la dulzura" <101

Además de la inteligencia y ca­pacidad docente del ilustre profe­sorado del San Bartólome, los re­glamentos universitarios imponían una disciplina severa. «Ningún cursante, podrá asistir a sitios de juego, ni asociarse con los que los frecuentan, ni vagar por las calles por la noche, ni entrar en casas mal reputadas, ni leer m tener en su poder libros obscenos o impíos, ni mezclarse en tumultos o en casas que desdigan de una educación culta y moral». El transgredir es-

tas y otras normas similares del re­glamento, era cau al de mala con­ducta y di! sanciones consistentes en am)nestación privada o públi­ca. pérdida del recreo, arresto sin cama o con abstinencia. pérdida del curso, pena de dolor " expul­sión definitiva del plantel.

Las clases _e realizaban en las horas de la mañana ~ de la tarde. Al terminar la jornada diaria. los e~tudiantes iban a us casa a rea­lizar las tareas impuesta por sus maestros y si le quedaba algún tiempo libre lo dedicaban a reunir­se en tertulias literarias o políticas donde se debatían ) comentaban las doctrinas y acontecimiento~ de Europa, especialmente de Francia. Al final de ellas lo. jó~enes regre­saban a sus hogares o posadas a disfrutar del reparador sueño.

En tal marco uni\er itario se formó ideológicamente Santo Gutiérrez, perfilado ~a su propio carácter. Formación que se cimen­tó con la influencia intelectual de algunos de sus ilustre" maestro , pero sobre todo con el contacto diario con sus condiscípulos: jó­venes inteligentes y rebeldes, la mayoría devotos admiradores de las teorías utilitaristas de Bentham y de las socialistas que empezaban a agitar a Franc1a, las cua]e, eran fruto de la realidad de eso pahes. desarrolladas en el alma de ~us pueblos con identidad y realismo. Teorías que los jóvenes radicales neogranadinos. tan filantrópicos como utópicos y más teóricos de la política que sociólogos pragmá­ticos. las absorbieron textualmen­te con el ánimo de ponerlas en

práctica. sin medir su grado de aplicabilidad en nue:-.tro medio so­cial inlegrado por un pueblo cam­pesino. atrasado e ignorante. eco­nómicamente pobre, sin experien­cia participativa, anquilosado en las costumbres españolas y profun­damente religioso.

Sin embargo, Santos Gutiérrez, quizás por su carácter adusto, sen­cillo y provinciano, su educación cristiana, su pragmatismo realiza­dor y ánimo por las empresas úti­les, pero especialmente por tener que viajar al Cocuy para prodi­garse con el trabajo su sustento diario, se sustrajo de organizacio­nes como la masonería tan de boga en la época, de las actividades del periodismo, de las tertulias litera­rias y de otras inquietudes cultu­rales e intelectuales en que se des­tacaron sus condiscípulos. Sin que esto signifique que fuera del todo ajeno a ellas, solo que no fue mili­tante activo, asistente permanente a dichas reuniones o erudito en ta­les artes. Pero sacó buen provecho de sus insignes maestros en el cam­po del derecho y de sus connota­dos compañeros universitarios en el terreno de la simpatía política y amistad personal, como su espíri­tu democrático conciliador y ge­neroso lo obtuvo de sus primeras experiencias guerreras.

En 1845, elegido presidente de la República el general Tomás Cipriano de Mosquera, el país empezó una etapa de progreso y desarrollo. Bajo su administración se contrataron científicos extran­jeros que dieron impulso a la edu­cación y conocimiento del país, se

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exploraron y trazaron nuevas ru­ta~ comerciales como la de un ca­nal interoceánico en Panamá. la de Bogotá con el río Magdalena y la de Cali con el Pacífico, se estable­ció la navegación por el río Mag­dalena y el ferrocarril de Panamá, se mejoraron y conservaron los caminos, se acuñó la moneda na­cional y se organizó la contabili­dad, se fundó el Colegio Militar. se enriqueció la Biblioteca Nacio­nal con colecciones y libros traí­dos de Europa, se iniciaron los tra­bajos del Capitolio Nacional. se dotó el observatorio astronómico y se creó la comisión corográfica bajo la dirección del Coronel de Ingenieros Agustín Codazzi.

Durante esta primera adminis­tración progresista del general Mosquera, Santos Gutiérrez obtu­vo el título de bachiller, de licen­ciado y de doctor en Jurispruden­cia, y la Corte Suprema de Justicia le extendió su credencial de abo­gado el 9 de abril de 1847.

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Sus limitaciones económicas en Bogotá y el deseo de trabaJar por los suyos ) por su terruño. lleva­ron a Santos GutiérreL a regresar pronto al Cocuy. donde el 15 de ma) o de 1847 recibió de uno de sus coterráneos. su primer poder para actuar en pleitos en calidad de abo­gado. El 18 de junio del mismo año remató los derechos de varias pro­piedades rurales en el Cocuy y el Espino y el 8 de Noviembre del siguiente, en compañía de otro pai­sano vendió al resguardo de la pa­rroquia de Guicán, un terreno de 71 fanegadas y tres estancias.< 11 1

También emprendió Santos Gutiérrez la importante labor de facilitar la educación de sus paisa­nos; en compañía de Benigno Arias y de Enrique Silva. fundó un colegio de enseñann secundaria en el Cocuy, que llamó La Liber­tad, el cual tuvo poca duración. Esta y otras actividades desarrolla­das en beneficio de la región y de su propia fortuna, le fueron dando

prestigio personal, crédito y repu­tación de líder regional. Circuns­tancia que acrecentó cuando el 29 de agosto de 1849 contrajo matri­monio católico con Ana Deodata Berna!, virtuosa y adinerada dama, paisana suya, en quien encontró compañía, ternura y comprensión. Su hogar, fue siempre modelo de virtudes cristianas, de rectitud y de moralidad.

(CONTINUARA EN EL PROXIMO NUMERO)

Nota~:

(6) Histona de una alma, página 87 y s1guien

te~.

(7) Guerra y política en la sociedad colombia­

na, pág.21

(8) Salvador Camacho Roldán, págmas 6 y

siguientes

(9) Itinerario de una vida, Humbeno Cácerc~.

(lO) H1storia de una alma. pag. 89 y s1guien-

tes.

( 11) Fondo Richtmond, Arch1vo Nacional.

Notaría del Cocuy, libro l.

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