Economia Social y Desarrollo Rural

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    La economa social y su participacin

    en el desarrollo ruralAndrs Montero Aparicio

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    ANDRS MONTEROAPARICIO

    Andrs Montero Aparicio

    Es Diploma de Estudios Avanzados en Economa Agraria por la Universidad Politcnica de

    Madrid (UPM). Adems, posee los ttulos de Licenciado en ciencia y tecnologa de los ali-mentos y de Ingeniera tcnica agrcola, por la Universidad Politcnica de Valencia y en la

    UPM, en Espaa y las Universidades de Gante y Catlica de Lovaina en Blgica. Actualmente

    est finalizando su trabajo de tesis doctoral acerca de la integracin en el cooperativismo

    agroalimentario en Espaa bajo la direccin de la profesora Calatayud Piero. En el mbito

    profesional ha trabajado en entidades pblicas y privadas, entre otras la Comisin Europea

    (EUROSTAT) y la Corporacin Alimentaria Peasanta SA (Central Lechera Asturiana).

    Actualmente trabaja como tcnico en el Instituto Nacional de Investigacin y Tecnologa

    Agraria y Alimentaria, llevando, entre otros asuntos, los relacionados con el asesoramiento

    y la participacin en el 7 Programa Marco de I+D+i de la Unin Europea. Simultneamente

    a sus actividades acadmicas y profesionales, colabora con la Secretara de apoyo territorial alos pequeos municipios del Partido Socialista de Madrid-PSOE.

    Ninguna parte ni la totalidad de este documento puede ser reproducida,

    grabada o transmitida en forma alguna ni por cualquier procedimiento,

    ya sea electrnico, mecnico, reprogrfico, magntico o cualquier otro,

    sin autorizacin previa y por escrito de la Fundacin Alternativas

    Fundacin Alternativas

    Andrs Montero Aparicio

    ISBN: 978-84-96653-98-6

    Depsito Legal: M-3301-2008

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    Abstract 5

    1 Objetivos del trabajo 7

    2 Caracterizacin del medio rural en la Unin Europea y Espaa 92.1 El medio rural en Europa. Datos socioeconmicos 92.2 El medio rural en Espaa 11

    3 Aspectos sociales de las cooperativas 14

    4 La economa social en el medio rural. Las cooperativas agroalimentarias 164.1 Las cooperativas agroalimentarias en la Unin Europea 17

    4.2 Las cooperativas agroalimentarias en Espaa 18

    5 Oportunidades de la economa social para el desarrolloy la dinamizacin econmica del medio rural 205.1 Energas renovables y desarrollo rural 235.2 Actividades de turismo rural, naturaleza, ocio y deporte 255.3 Actividades de servicios agrarios y forestales 285.4 Servicios a la poblacin como factor de desarrollo rural 29

    6 Conclusiones 33

    7 Bibliografa 36

    8 Anexo 38

    9 ndice de Mapas y Tablas 41

    ndice

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    ANDRS MONTEROAPARICIO

    Lista de siglas

    CUMA Cooperativa de utilizacin de maquinaria agrariaEAA Empresas asociativas agrariasGEI Gases de efecto invernadero

    OCDE Organizacin para la Cooperacin y el Desarrollo Econmico

    PAC Poltica Agraria ComnPER Plan de Energas Renovables

    UE Unin Europea

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    El medio rural de nuestro pas se est viendo sometido cada vez ms a una serie de pre-

    siones que han provocado la continua desercin de los habitantes de estas reas, ms acen-

    tuado en las consideradas tradicionalmente como regiones rurales, debido a la falta de

    oportunidades y de servicios en el medio rural que garanticen unos adecuados niveles de

    calidad de vida.

    Gracias a la transformacin de la sociedad y la modernizacin de la agricultura, la activi-

    dad agraria, bastante estigmatizada, por cierto, precisa de menos mano de obra y, portanto, requiere de alternativas viables para asegurar el futuro de los habitantes del medio

    rural e incentivar la instalacin de otros nuevos.

    Las entidades de economa social estn ampliamente implantadas en el medio rural; de

    hecho, se pueden considerar agentes de desarrollo, puesto que crean empleo, fijan a la po-

    blacin en su territorio, originan crecimiento empresarial y mejoran el bienestar social de

    los ciudadanos.

    Se intentar, por tanto, demostrar la capacidad de las entidades de la economa social para

    promover el desarrollo de las reas rurales de Espaa de una manera sostenida y confuturo, favoreciendo la redistribucin y el equilibrio territorial y medioambiental en nues-

    tro pas.

    Para ello, y ante los retos que se plantean, sera necesario aplicar medidas a fin de potenciar

    el desarrollo econmico de las reas rurales ms desfavorecidas, valorizando los recursos

    naturales y culturales, as como aprovechando las oportunidades dentro del desarrollo

    global de la sociedad.

    Abstract

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    The rural areas of Spain are suffering some pressures that have induced a standstood population

    decrease, this is more stressed in the traditionally considered rural areas due the lack of opportu-

    nities and services in these areas to guarantee adequate standard of living in the rural areas.

    The overall Spanish society and the economy as well has evolved significantly. The agricultural

    activity, non well recognised, needs less work power, therefore, it is necessary to find new and fea-

    sible alternatives to cope with a double-folded problem: to ensure a higher life standard to the actual

    rural inhabitants and to enhance the return of former or newcomers to repopulate specific rural

    developing areas.

    The social economy enterprises commodity production cooperatives of the diverse agricultural

    sectors are well established in the Spanish rural regions. In fact, these societies could be considered

    as development agents, because they are employment creators, fix the population to the terri-

    tories, promote industrial development and increase the quality of living of the citizens involved.

    To that purpose it will be intended to demonstrate tha capacity of the social economy enterprises

    to promote the development of the rural areas in Spain, with a sustained and foreward way, lea-

    ding to a more redistributive development with a territorial and environmental equilibrium...

    Therefore, new policies are needed to confront the above mentioned challenges addressed to

    facilitate the repopulation of specifically targeted rural areas, by adding value to the key available

    natural resources of particular importance, the cultural heritage and indigenous knowledge, as

    well as the new opportunities emerging from the global development of the society.

    ANDRS MONTEROAPARICIO

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    Las zonas rurales europeas presentan enormes diferencias en trminos de poblacin,

    demografa, estructuras econmicas y sociales y mercados de trabajo. Como fuente ge-

    neradora de riqueza, la actividad agraria ha dejado de tener la preponderancia que dis-

    frutaba en el pasado europeo y por ello las polticas de desarrollo del medio rural deben

    pasar de un enfoque sectorial a otro geogrfico, pues muchas reas rurales en Europa y

    en Espaa tienen el desafo comn de incrementar la capacidad de generar puestos de

    trabajo sostenibles y de calidad.

    Las base de toda poltica progresista cuyo objetivo sea el desarrollo sostenible del medio

    rural debe ser la de dotar a estas reas de una poblacin activa y capacitada, sobre todo

    implicando a las mujeres y jvenes, de manera que se posibilite una mejora sustancial en

    la calidad de vida de los habitantes del medio. Y ello, siguiendo las siguientes directrices:

    A travs de la promocin de actividades econmicas, incluidas las nuevas tendencias

    de la actividad agraria hacia la produccin de calidad, intensiva en mano de obra.

    Con una adecuada utilizacin de los recursos naturales, paisajsticos y culturales, que

    facilite el desarrollo econmico actual, asegurando la capacidad de desarrollo de las ge-

    neraciones futuras.

    Planificando una adecuada estrategia territorial, con la dotacin de servicios pblicos

    de educacin, sanidad, seguridad, transporte y comunicaciones que aseguren el bienes-

    tar de los habitantes del medio rural.

    La poltica de desarrollo sostenible del medio rural es tambin poltica econmica, agra-

    ria, energtica, social y medioambiental.

    El desarrollo urbanstico como modelo de desarrollo en ciertas reas del medio rural seha convertido para algunos en la nica salida para asegurar la generacin de empleo y el

    1

    Objetivos del trabajo

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    crecimiento econmico de este medio, pero resulta sin duda insostenible, puesto que se

    basa en la sobreexplotacin de los recursos naturales y en la especulacin.

    Y es precisamente por ello que se debe actuar para la consecucin de objetivos de desarrollosostenible del medio rural, que generen confianza y capacidad evolutiva en estas reas.

    La economa social, que comprende las sociedades cooperativas (en todas sus variantes),

    las laborales (annimas y limitadas) y tambin las entidades mutualistas financieras, cajas

    de ahorro, cajas rurales, mutuas de servicios e iniciativas de autoempleo, tiene un papel

    relevante en el desarrollo econmico de nuestras economas y, de manera preponderante,

    en el medio rural, pues han sido estructuras que se han ido gestando en Europa desde

    finales del siglo XIX.

    En el sector agrario, las cooperativas pueden desempear un papel fundamental para laconsecucin de los objetivos de incrementar la mejora de la calidad de vida, reteniendo

    las plusvalas generadas en los procesos de comercializacin e internacionalizacin.

    Intentaremos, por tanto, en coherencia con la nueva Ley para el Desarrollo Sostenible del

    Medio Rural, demostrar la capacidad de las entidades de la economa social para promover

    el desarrollo de las reas rurales de Espaa de una manera sostenida y con futuro, favore-

    ciendo la redistribucin y el equilibrio territorial y medioambiental en nuestro pas.

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    2.1 El medio rural en Europa. Datos socioeconmicos

    Las regiones rurales en Europa representan un 93% del territorio de la UE-27. Un 20% de

    la poblacin vive en regiones predominantemente rurales (PR) y un 38% en zonas signifi-

    cativamente rurales (SR)1.

    En la UE-27, la renta per cpita de las zonas predominantemente urbanas (PU) representa

    casi el doble de las de las zonas PR2.

    En cuanto al empleo en la UE-25, su tasa en las zonas PU se ha incrementado en un 3,6%

    frente al 1,9% de las zonas PR. De hecho, en 2004, las tasas de empleo de las zonas PU de la

    UE-27 superaban en casi un 5% a las de las zonas PR (60,1%). En cualquier caso, no hay que

    obviar las tendencias intraterritoriales, puesto que se ha producido un flujo de mano de obra

    que abandona la actividad agraria, dirigindose hacia las pequeas ciudades o grandes

    pueblos del mbito rural. En la Unin Europea, el 46% de las regiones PR est creciendo en

    trminos de poblacin, mientras que el 42% est en claro declive; de las regiones SR, el 57%estara en el grupo de crecimiento, mientras que slo el 34% en el de disminucin. En

    2

    Caracterizacin del medio ruralen la Unin Europea y Espaa

    1 La metodologa normalmente utilizada para definir las reas rurales es la acordada por la clasificacin urbana-rural de

    la OCDE, que distingue entre dos niveles jerrquicos de base geogrfica:

    a) Comunidad local: clasificadas como rurales o urbanas en funcin de su densidad de poblacin ( 150 hab./km2).

    b) Regin (NUTS 3): son clasificadas en funcin de la proporcin de poblacin que vive en municipios o comunidades

    locales.

    Tipo de regin Criterio

    Predominantemente urbana (PU) < 15% poblacin en municipios rurales

    Significativamente rural (SR) 15-49% poblacin en municipios rurales

    Predominantemente rural (PR) > 50% poblacin en municipios rurales

    2 Comunicacin de la Comisin al Consejo y al Parlamento Europeo: El empleo en las zonas rurales: colmar el dficit

    de puestos de trabajo. [SEC (2006) 1772].

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    cualquier caso, segn otras fuentes, en 10 de 27 pases de la OCDE la regin con el mayor

    crecimiento en trminos de empleo resulta que fue rural3.

    La mayor concentracin de regiones PU en la UE-27 se encuentra en los pases de Centroeu-ropa: Blgica, Holanda, Luxemburgo, Alemania y el norte de Italia. Sin embargo, en Espaa

    tan slo hay cinco regiones o provincias con esta consideracin (Barcelona, Guipzcoa,

    Madrid, Valencia y Vizcaya). Existe un hecho que ha condicionado los movimientos demo-

    grficos y el desarrollo socioeconmico de nuestro pas en las ltimas dcadas, puesto que

    las regiones del interior de Espaa son mayoritariamente consideradas PR y las prximas a

    la costa son consideradas como SR (Mapa 1 del Anexo).

    La poblacin rural en la UE se ha mantenido constante durante las ltimas dcadas, pero esta

    tendencia general oculta grandes diferencias entre los distintos Estados miembros, y dentro

    de stos, entre las distintas regiones.

    En la mayor parte de los pases OCDE se ha producido este fenmeno de declive rural, de-

    bido fundamentalmente a cuatro factores4:

    1. Emigracin y envejecimiento.

    2. Menor grado de instruccin de los habitantes del medio rural.

    3. Menor productividad media de la mano de obra.

    4. Bajos niveles de servicios pblicos.

    Este fenmeno, por aadidura, se ha producido de forma ms acusada en las regiones peri-

    fricas.

    En Europa se est asistiendo a dos procesos de cambio demogrfico a gran escala:

    1. La urbanizacin, que conduce a la poblacin desde las zonas rurales menos favorecidas5

    a las zonas urbanas y a las zonas rurales ms accesibles.

    2. La contraurbanizacin, desde las zonas urbanas hacia las zonas rurales accesibles.

    Pero estos movimientos demogrficos que se han producido en el medio rural europeo,

    donde han tenido una mayor incidencia dentro de la UE-15 ha sido en Espaa (Mapa 2 del

    Anexo), aun cuando otras regiones del interior de pases como Francia e Italia han padecido

    movimientos demogrficos similares, si bien menos acusados.

    ANDRS MONTEROAPARICIO

    3 European Foundation for the Improvement of Living and Working Conditions. First European Quality of Life Survey:

    Urban-rural differences. Oficina de Publicaciones de la Comisin Europea (OPOCE). Luxemburgo, 2006.

    4 OCDE, 2006.5 Se puede considerar que las zonas rurales ms desfavorecidas son las que se encuentran infradotadas de servicios p-

    blicos, de infraestructuras de transportes y con una demografa muy desequilibrada con elevada tasa de envejecimiento,

    independientemente de la regin en la que se ubique.

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    LA ECONOMA SOCIAL Y SU PARTICIPACIN EN EL DESARROLLO RURAL

    2.2 El medio rural en Espaa

    Actualmente, el medio rural espaol est caracterizado por el abandono de la actividadagraria, la falta de oportunidades laborales y los desequilibrios medio urbano/medio rural,

    que han provocado el fenmeno de la emigracin, especialmente entre mujeres, jvenes y

    personas ms cualificadas. Tambin es caracterstico del medio rural un alto grado de enve-

    jecimiento de su poblacin, as como una elevada tasa de masculinizacin. Es ms, la razn

    de sexos (hombres/mujeres) se incrementa de forma progresiva segn disminuye el tamao

    de los municipios y es superior a cien en los que cuentan con menos de 10.000 habitantes

    (rurales). Adems, existe una baja tasa de educacin permanente y hay una escasa incidencia

    de las tecnologas de la informacin y comunicacin en las actividades econmicas y en los

    hogares del medio rural. En los municipios de menos de 10.000 habitantes, el porcentaje de

    viviendas que disponen de conexin a Internet (27,7%) es 20 puntos inferior al de los muni-cipios de ms de 100.000 habitantes y capitales de provincia. Un desfase similar existe en la

    conexin de banda ancha. Adems, hay que tener en cuenta que la negativa consideracin

    de la vida en los municipios rurales impide la captacin de nuevos habitantes.

    Esta situacin ha provocado que en la ltima dcada 3.689 municipios espaoles con densi-

    dad menor a 10 habitantes/km2, que abarcan casi el 35% de la superficie, hayan perdido casi

    el 6% de su poblacin. Adems, 72 municipios de muy baja poblacin, que ocupan el 0,4%

    de la superficie, pero situados en torno a las capitales de provincia, han incrementado su po-

    blacin en un 109%, y los municipios urbanos lo han hecho en casi 3.000.000 de habitantes6.

    En la Ley para el desarrollo sostenible del medio rural se ha establecido una delimitacin delas zonas rurales algo diferente de la desarrollada por la OCDE. De hecho, su artculo 3

    especifica los siguientes conceptos:

    Medio rural: el espacio geogrfico formado por la agregacin de municipios o entidades

    locales menores, con una poblacin inferior a 30.000 habitantes y una densidad inferior

    a los 100 habitantes/km2.

    Zona rural: definido y calificado por la comunidad autnoma competente, con carcter

    comarcal o subprovincial.

    Municipio rural de pequeo tamao: todo municipio que est integrado en el medio ru-ral, con una poblacin residente menor de 5.000 habitantes.

    Esta clasificacin permite delimitar el mbito territorial de aplicacin de la citada Ley, a tra-

    vs de su Programa de Desarrollo Rural Sostenible, de acuerdo con los siguientes tipos:

    1. Zonas rurales a revitalizar: engloban al 16,2% de la poblacin y ocupan el 77,7% de la su-

    perficie. Han perdido 61.200 habitantes.

    2. Zonas rurales intermedias: engloban al 14,6% de la poblacin y ocupan el 11,9% de la

    superficie. Han incrementado su poblacin en 843.700 habitantes.

    6 Fuente: Plan Estratgico de Desarrollo Rural. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentacin, 2006.

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    3. Zonas rurales periurbanas: engloban al 69,2% de la poblacin y ocupan el 10,4% de la

    superficie. Han incrementado su poblacin en 2.895.000 habitantes.

    En Espaa se est produciendo, por tanto, un proceso de despoblamiento sostenido en lamayor parte de las reas rurales, dirigindose las migraciones hacia las zonas urbanas o ru-

    rales intermedias muy prximas a zonas urbanas, o a municipios con gran actividad econ-

    mica y amplia existencia de servicios.

    El proceso de despoblamiento de determinadas reas del medio rural se ha visto muy reforzado

    en el perodo 2000-2005, siendo Castilla y Len la regin donde estos efectos se han visto de

    forma ms acusada. Y esto, aun cuando hay zonas de interior, como Extremadura y Aragn, o

    perifricas, como Galicia, donde tambin se ha manifestado este proceso (Mapa 3 del Anexo).

    Actualmente se est desarrollando el Reglamento CE 1698/2005, donde se define el FondoEuropeo de Ayudas para el Desarrollo Rural (FEADER) para el periodo 2007-2013. Este Regla-

    mento estructura las lneas de ayuda en cuatro ejes horizontales: incremento de la competiti-

    vidad, mejora y conservacin del medioambiente y gestin del territorio, diversificacin de la

    actividad y calidad de vida y aplicacin de la metodologa LEADER a medidas de desarrollo.

    El objetivo de estas polticas es hacer de las zonas rurales un lugar ms atractivo donde vivir

    y trabajar, un espacio donde se pueda encontrar una vida de ms calidad, con ciudadanos ca-

    da vez ms diversos y de todas las edades, invirtiendo el proceso de envejecimiento de los te-

    rritorios rurales, promoviendo el equilibrio socioeconmico de sus habitantes con relacin

    al medio urbano, y dotando a este espacio rural de medios para que genere su propio de-

    sarrollo, adaptndose al mismo tiempo a las nuevas circunstancias econmicas.

    Tradicionalmente, aquellos sectores y regiones que por su situacin desfavorecida han sido

    muy dependientes de las ayudas pblicas para el sostenimiento del bienestar de sus habitan-

    tes han visto cmo, segn se iban incrementando estos apoyos, ms se anulaba su capacidad

    de iniciativa. As pues, aunque las ayudas al sector agrario tienen su razn de ser, y a pesar de

    que han aportado grandes recursos dirigidos a una pequea parte de sus habitantes (los agri-

    cultores y empresarios agrarios) y no a los territorios, los desequilibrios se han incrementado.

    Ante la lgica reduccin de los fondos procedentes de la UE, se hace necesario aplicar otros

    criterios, de forma que slo aquellas personas, entidades y regiones en situacin desfavoreci-

    da puedan acceder a las ayudas. Pero estas ayudas deberan incluir una componente de corres-ponsabilidad, a travs de mecanismos de cofinanciacin que permitan la sostenibilidad de las

    inversiones y el desarrollo de la capacidad emprendedora, para la identificacin de alterna-

    tivas y afrontar en mejores condiciones los nuevos retos.

    El desarrollo rural debe caminar coordinado, por tanto, con el desarrollo territorial; por ello,

    las polticas de sanidad, de educacin, de infraestructuras y de comunicaciones deben ser co-

    herentes, a fin de conseguir un equilibrio con el resto del territorio, para evitar el abandono

    de ciertos espacios rurales y permitir su ocupacin, favoreciendo as la equivalencia de medio

    rural/medio urbano. La artesana, la potenciacin de productos agrarios locales de calidad y

    el turismo rural, junto con las actividades de ocio, cultura, folklore y deporte activo, tienenotros valores aadidos, siendo el ms relevante el de la extraordinaria capacidad para incor-

    porar nuevos pobladores a un medio muy necesitado de personas capaces de innovar y de

    12

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    LA ECONOMA SOCIAL Y SU PARTICIPACIN EN EL DESARROLLO RURAL

    crear nuevas actividades de desarrollo, y de igual forma, tratando de integrar a la poblacin

    autctona en este tipo de iniciativas. Por ello hay que tener en cuenta que las acciones de de-

    sarrollo rural no dejan de ser de carcter empresarial, rigindose, en consecuencia, por los

    principios de la economa moderna, e identificando oportunidades, concentrando la oferta ydesarrollando polticas de marketingen condiciones de plena competitividad.

    El territorio, la diversificacin, la integracin de actuaciones y la participacin (enfoque

    LEADER) deben formar los cuatro pilares bsicos de cualquier iniciativa de desarrollo ru-

    ral. Pero hay que hacer hincapi en la identificacin de los recursos, en la puesta en valor

    del patrimonio cultural y en el fomento de la capacidad de organizacin de las comunidades

    rurales, y es ah donde se puede aprovechar el potencial de las cooperativas agrarias, cuya

    eficacia para la resolucin de determinados problemas del medio resulta patente.

    No se debe, por tanto, incidir en el desarrollo rural desde un enfoque sectorial, y s promo-verlo a travs de la implicacin de sus habitantes en nuevas oportunidades, como resultado

    de procesos de identificacin y valorizacin. La renta de los habitantes del medio rural no de-

    be focalizarse en una sola actividad, puesto que sobre aqulla puede incidir una mezcla de

    ellas; de hecho, se considera profesional de la agricultura, sencillamente, a la persona fsica

    titular de una explotacin agraria, que requiera un volumen de empleo de al menos una Uni-

    dad de trabajo anual y que obtenga al menos el 25% de su renta de actividades agrarias7.

    7 Proyecto de Ley de Desarrollo Sostenible del Medio Rural, art. 16.3, aprobado en Consejo de Ministros de 27 de abril

    de 2007.

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    Est ampliamente aceptada la capacidad del sector de la economa social para corregir im-

    portantes desequilibrios sociales y econmicos y para contribuir a la consecucin simult-

    nea de mltiples objetivos de inters general. Entre estos objetivos8, se encuentran algunos

    muy ligados al desarrollo rural:

    1. El desarrollo econmico endgeno, especialmente en el rea local, y la autonoma de los

    territorios.

    2. La economa social ha revelado una importante capacidad para corregir los dficits en el

    mbito de los servicios de bienestar social, como son los servicios a las personas desfa-

    vorecidas y los socioculturales.

    3. La economa social ha demostrado una gran capacidad para incrementar el nivel de

    cohesin social en el territorio, para dinamizar la participacin social y la cultura

    democrtica, as como para corregir desequilibrios en la capacidad de negociacin y

    presin de los diferentes grupos de inters en el proceso de elaboracin y aplicacin

    de las polticas pblicas, especialmente aquellas articuladas en los niveles regional y

    local.

    4. La economa social presenta una capacidad para distribuir y redistribuir rentas y riqueza

    de modo ms equitativo a como lo hace la empresa capitalista tradicional.

    5. La economa social se he revelado como un vector positivo a la hora de corregir diferentes

    desequilibrios del mercado de trabajo. De hecho, ha contribuido a crear nuevos empleos,

    a mantener puestos de trabajo en sectores en crisis, a incrementar el nivel de estabilidad

    laboral, a que emergieran nuevas ocupaciones desde la economa informal a la oficial

    (artesana) y a extraer nuevas profesiones (trabajos de atencin social).

    3

    Aspectos sociales de las cooperativas

    14

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    8 Chaves, R. y Monzn, J. L., 2000.

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    Las empresas de participacin son organizaciones empresariales comnmente utilizadas

    por los agricultores, y en las que sus empresarios son protagonistas en el proceso de produc-

    cin y/o comercializacin, y esa participacin activa en el proceso productivo les permite

    fijar democrticamente los objetivos de la empresa.

    Las cooperativas u otras formas de entidades asociativas en el medio rural promueven un

    desarrollo endgeno, puesto que hacen posible el mantenimiento de la riqueza en su zona

    de influencia, a travs de procesos democrticos con una redistribucin justa de la riqueza

    generada. Adems, hay que tener en cuenta que estas entidades son empresas, por defini-

    cin, socialmente responsables.

    Por ello, teniendo en cuenta los aspectos sociales que han promovido las cooperativas agra-

    rias a lo largo de su historia, conviene considerar stas como elementos de generacin de em-

    pleo en el medio rural, principal mbito de su desarrollo en nuestro pas (Garca Gutirrez-Fernndez, 1999).

    Las empresas de participacin desarrolladas tradicionalmente en el medio rural han sido las

    sociedades cooperativas agrarias, en las que los socios son protagonistas en el proceso pro-

    ductivo y/o de comercializacin como proveedores de productos agrarios, sin perjuicio de

    que puedan tambin ser proveedores de otros factores productivos e, incluso, consumidores.

    En el medio rural se han creado cooperativas de trabajo asociado para realizar actividades

    de confeccin textil industrial, calzado, etc., pero han tenido grandes dificultades para poder

    competir y no caer en el mundo de la economa sumergida. Al tener legalizados a todos sus

    socios-trabajadores, deben, lgicamente, cotizar todos los impuestos y derechos a Hacienda

    y a la Seguridad Social.

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    En 1958, se estableci en la Comunidad Europea la Poltica Agraria Comn (PAC), con el

    objetivo fundamental de incrementar la productividad de las explotaciones agrarias, elevar

    la calidad de vida de los agricultores y ganaderos, estabilizar los mercados agrarios y

    garantizar la oferta de productos alimentarios de calidad, con un precio ajustado de acuerdo

    con la demanda de los consumidores europeos. Por ello se puede afirmar que la PAC ha sido

    una herramienta para la integracin europea, y de hecho ha supuesto, y an supone, la

    mayor parte del presupuesto de la Unin Europea.

    Pero, a partir de la reforma de la PAC de 1992, sta no asegura ya el desarrollo econmico

    del medio rural en su conjunto, ni ste depende principalmente de la agricultura. Ms bien,

    por el contrario, el desarrollo rural resulta ahora ser multisectorial, basado en la diversifica-

    cin de actividades y en la puesta en valor de los recursos existentes dentro del propio medio.

    Y para lograr este desarrollo hacen falta medidas polticas compatibles con el respeto al me-

    dio natural, de mejora de infraestructuras y equipamientos, de fomento de inversiones

    pblicas y privadas, de estmulo de actividades con mayores niveles tecnolgicos y ms

    elevada productividad, as como asegurar la presencia de un capital humano suficiente y de

    calidad en las zonas rurales. En definitiva, polticas de desarrollo sostenible.

    Las entidades de economa social se pueden considerar, sin duda, agentes de desarrollo,

    puesto que crean empleo, fijan a la poblacin en su territorio, provocan un crecimiento em-

    presarial y mejoran el bienestar social de los ciudadanos. En la UE han sido implementadas

    distintas polticas orientadas a la economa social y el empleo, pero su desarrollo ha sido ms

    dinmico en aquellos pases donde la economa social goza de mayor reconocimiento social,

    tradicin, dinamismo econmico y capacidad de interlocucin9.

    Las empresas cooperativas agrarias son elementos de cohesin social y territorial. Actual-

    mente se estn llevando a cabo polticas de desarrollo regional en el mbito de la UE, de

    4

    La economa social en el medio rural.Las cooperativas agroalimentarias

    16

    ANDRS MONTEROAPARICIO

    9 Chaves, R. y Monzn, J. L., 2000.

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    manera que se fomente el desarrollo sostenible de las reas rurales y ms desfavorecidas, a

    travs de mecanismos que favorezcan la igualdad y prosperidad de los habitantes de estos

    territorios. Aun convirtindose las cooperativas, por tanto, en instrumentos de desarrollo

    rural, deben tener una componente de competitividad y por tal motivo han de cumplir conunos criterios empresariales que les permitan competir en igualdad de condiciones dentro

    del mercado global.

    Los cambios son consecuencia de procesos naturales y de impulsos promovidos por la

    Administracin, que persigue el desarrollo del medio rural a travs de la conciliacin de la

    poltica agraria, la de estructuras y la de desarrollo rural o territorial. Se procura, por tanto,

    garantizar la actividad econmica procedente de la agricultura de forma estable y duradera,

    as como reforzar, cada vez en mayor medida, la consecucin del equilibrio y la eliminacin

    de las desigualdades socioeconmicas entre las diferentes reas, a travs del desarrollo territo-

    rial y la mejora de la calidad de vida de sus protagonistas. Todo ello puede conseguirse me-diante procesos de desarrollo en las zonas rurales, tratando de conseguir que la riqueza

    generada con dichos procesos se quede en el territorio y revierta en su poblacin.

    Las cooperativas agrarias pueden generar empleo de gran calidad y estable, aunque varan

    segn la actividad, puesto que en las de crdito se genera muy poco empleo por socio, frente

    a las cooperativas ganaderas de actividad lctea, donde cada socio llega a originar ms de un

    empleo de alta cualificacin, cuando la entidad investiga, transforma, industrializa, comer-

    cializa y distribuye.

    Las sociedades cooperativas agroalimentarias son impulsoras y creadoras de la riqueza en

    el medio rural, de hecho diversifican sus actividades de forma que el 54% de los empleos ge-

    nerados lo son en actividades agrarias propiamente dichas; en cualquier caso, el proceso de

    diversificacin y creacin de nuevas actividades a partir de las cooperativas agroalimentarias

    deber facilitar la consecucin de los objetivos econmicos y sociales (Bel Durn et al., 2005)

    de incremento de la competitividad de estas sociedades.

    4.1 Las cooperativas agroalimentarias en la Unin Europea

    La economa social en la UE-15 emplea a un total de 8.879.546 personas a tiempo completo,lo cual supone el 7,92% del empleo civil asalariado de tal ndole en la UE-15. El sector coope-

    rativo en la UE-15 en el perodo 1995-1997 contaba con 2.286.036 empleados, siendo Alema-

    nia, Italia, Espaa y Francia los que tenan un mayor nmero de personas empleadas en el sec-

    tor de la economa social. Las cooperativas agroalimentarias en Europa representan ms del

    50% en volumen de facturacin de la agroindustria en la UE-25 (ms del 60% en la UE-15)10.

    Segn las cifras disponibles, hay ms de 40.000 cooperativas agrarias (ao 2003), con cerca

    de nueve millones de socios agricultores y con un volumen de negocios superior a 210.000

    millones de euros.

    10 COGECA, 2005.

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    En cuanto a las actividades principales desarrolladas, destacan las de los suministros agra-

    rios, con un 50% de cuota del mercado, as como la recoleccin, transformacin y comer-

    cializacin de productos agrarios, con ms del 60% de cuota. Considerando los datos socio-

    econmicos por pases, las diferencias son grandes entre unos y otros. En concreto, resultasignificativo el diferente grado de concentracin y especializacin alcanzado por las coope-

    rativas agrarias del norte de Europa, en contraste con el escaso desarrollo cooperativo de

    los pases de la ampliacin.

    La evolucin en cuanto al orden social, poltico y econmico que el cooperativismo ha ex-

    perimentado en los diferentes pases de la UE ha sido bastante dispar; por ejemplo, en el or-

    den normativo existen diferencias en cuanto a la regulacin jurdica de la sociedad coo-

    perativa en los diferentes pases, as como tambin en su forma de organizacin, que atiende

    en unas ocasiones a criterios de divisin territorial y/o del sector de actividad, y en otras

    ms bien al motivo de afinidad ideolgica o confesional (Juli, 1993).

    En cualquier caso, puede hablarse de la existencia de un denominador comn en todos los

    pases de la UE, en concreto del importante crecimiento que el cooperativismo agroalimen-

    tario ha experimentado en ellos; as, mientras el nmero de cooperativas agroalimentarias

    en los ltimos treinta aos se ha reducido a la mitad, su volumen de actividad ha crecido de

    forma importante y por encima del crecimiento del conjunto del sector agrario, como resul-

    tado de un proceso claro de concentracin empresarial que se observa de forma mucho ms

    acusada en aquellos pases que han tenido un mayor desarrollo de este cooperativismo.

    4.2 Las cooperativas agroalimentarias en Espaa

    Teniendo en cuenta la distribucin del empleo en los distintos sectores de la economa social

    en Espaa (Tabla 1), el sector servicios es el de mayor peso, algo que podra parecer obvio

    en una economa moderna como la espaola, pero que resulta igualmente destacable en las

    regiones consideradas como desfavorecidas; y en cuanto a las empresas de la economa so-

    cial se refiere, la agricultura absorbe un menor porcentaje de trabajadores que los otros sec-

    tores considerados de forma aislada. Esto no es ms que la confirmacin de esa realidad que

    es la paulatina reduccin del empleo agrario en los niveles de ocupacin de la agricultura,

    pues comparando 2004 con el ao anterior, disminuye una tasa del 4,4%; si bien esta prdida

    de peso relativo no debe obviar la necesidad del desarrollo territorial como actividad funda-

    mental (Bel et al., 2005).

    La distribucin geogrfica del asociacionismo agrario pone de manifiesto el gran arraigo de

    esta frmula empresarial en las regiones mediterrneas (Andaluca, Murcia y la Comunidad

    Valenciana), que concentran aproximadamente la mitad de las empresas asociativas agrarias

    (EAA) espaolas. En Andaluca tienen su sede 845 EAA, lo que representa ms del 20% del

    total nacional. Por el contrario, el nmero de entidades con sede en las comunidades aut-

    nomas que conforman la cornisa cantbrica apenas supera el 10% del total (Montero, 2006).

    Se puede comprobar (Mapa 4 del Anexo) la baja incidencia de la ocupacin en entidades de

    la economa social respecto a la poblacin ocupada en todos los sectores, y en el agrario en

    18

    ANDRS MONTEROAPARICIO

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    LA ECONOMA SOCIAL Y SU PARTICIPACIN EN EL DESARROLLO RURAL

    particular, en aquellas regiones donde se han producido los mayores problemas demo-

    grficos, con balances de poblacin negativos (Mapa 3 del Anexo), como Castilla y Len, la

    cornisa cantbrica y algunas reas de Extremadura y Aragn.

    La facturacin de las EAA en 2003 alcanz la cifra de 14.194 millones de euros, lo que supone

    un aumento del 12,6% respecto a la cifra de 2002. Esta cantidad representa el 45,4% de la

    produccin final agraria11. Tal aumento de la facturacin pone de manifiesto la diversifica-

    cin de actividades de las entidades asociativas, ms all de la tradicional comercializacin

    y/o transformacin de los productos agropecuarios. Cada vez son ms las actividades y

    servicios prestados a los socios y a la comunidad rural en la que estn enclavados.

    Fuente: Elaboracin propia y Bel Durn et al., 2005.

    Tabla 1. Distribucin porcentual de los trabajadores de la economa socialsegn sector y comunidad autnoma (31 de diciembre de 2004)

    Sectores econmicos Agricultura Industria Construccin ServiciosAndaluca 16,6 19,5 16,2 47,7Aragn 4,3 26,2 13,2 56,3Asturias 4,2 18,1 11,2 66,5Baleares 3,2 6,1 8,6 82,1Canarias 7,1 10,9 13,2 68,8Cantabria 0,8 30,1 9,1 60,0Castilla-La Mancha 5,2 32,7 21,2 40,9Castilla y Len 9,7 31,5 12,9 45,9Catalua 2,5 21,5 13,5 62,5Comunidad Valenciana 26,8 13,2 8,8 51,2Extremadura 9,4 22,0 16,6 52,0Galicia 6,2 34,5 13,0 46,3

    Madrid 1,8 12,3 13,7 72,2Murcia 20,1 16,3 19,7 43,9Navarra 3,6 33,5 17,5 45,4Pas Vasco 0,5 47,9 4,4 47,2La Rioja 1,3 40,0 12,4 46,3

    11 Segn el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentacin.

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    20

    En Espaa se est reforzando el Estado del bienestar y ampliando los derechos de ciudada-

    na a travs de la promulgacin de leyes como la de Promocin de la Autonoma Personal

    y de Atencin a las Personas en Situacin de Dependencia, de gran impacto en el medio

    rural, como se demostrar a continuacin. Adems, el pasado 27 de noviembre de 2007 se

    ha aprobado la Ley para el Desarrollo Sostenible del Medio Rural, la cual, sin lugar a dudas,

    permitir un mayor equilibrio territorial, social y medioambiental en nuestro pas.

    En el desarrollo legislativo de un marco referencial para el desarrollo sostenible del medio

    rural en Espaa, la Administracin pblica, en sus distintos niveles, tiene que desempear

    un papel impulsor, creando las condiciones necesarias para la consecucin exitosa de los ob-

    jetivos de desarrollo de las reas rurales, porque es funcin del Estado la de proteger aque-

    llos sectores y reas geogrficas ms desfavorecidos y procurar la conservacin del medio

    natural y la calidad de vida de los habitantes del mundo rural. La economa social se ha

    constituido como motor de crecimiento solidario, de hecho se la reconoce como una ef icaz

    palanca de desarrollo econmico, y singularmente, en reas sujetas a fenmenos de rees-

    tructuracin productiva, o en el mbito del desarrollo local y las nuevas oportunidades de

    empleo, creando prestaciones sociales nuevas relacionadas con los servicios a los ciudada-

    nos, con la dependencia y la insercin social de los colectivos ms desfavorecidos, as como

    configurando espacios de participacin del trabajador en la gestin empresarial.

    Las cooperativas, y en concreto las de carcter agroalimentario, han desempeado un im-

    portante papel como motores de la economa de las reas rurales, pero se encuentran ac-

    tualmente ante una coyuntura que hace complicada su subsistencia como hasta ahora, de

    hecho hemos podido comprobar la escasa dimensin de sus estructuras y la poca capacidad

    competitiva respecto a sus homlogas de nuestro entorno europeo12.

    5

    Oportunidades de la economa socialpara el desarrollo y la dinamizacin

    econmica del medio rural

    12 Segn datos del Comit General de las Cooperativas Agrarias en la UE, la facturacin por cooperativa es de 9,5 millones

    de euros en la UE y de 3,36 millones de euros en Espaa, y la facturacin por socio es el doble en la UE (33,64 millones

    de euros) que en Espaa (15,22 millones de euros).

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    LA ECONOMA SOCIAL Y SU PARTICIPACIN EN EL DESARROLLO RURAL

    Actualmente existen diversas tendencias dentro del pensamiento cooperativo. Algunos ex-

    pertos abogan por una mayor aproximacin de la legislacin cooperativa a la de las socieda-

    des mercantiles, acercndonos a lo ocurrido en Francia, donde, desde 1992, la legislacin

    permite la apertura del capital social de las cooperativas a inversores privados. Sin embargo,hay otros expertos que, incluso siendo flexibles en la interpretacin de los principios coope-

    rativos, creen que esta aproximacin legislativa a la de las sociedades mercantiles favorece

    la privatizacin de las entidades del sector o su absorcin por grupos capitalistas y, por tanto,

    la prdida de su identidad originaria.

    En cualquier caso, independientemente de las distintas lneas de pensamiento, s es cierto

    que hay que modificar la legislacin del sector sin desvirtuar su filosofa y principios, y por

    ello creo que existen herramientas tiles que pueden permitir el desarrollo de las entidades

    ya existentes y la creacin de nuevas para la consecucin de los objetivos de un mayor equi-

    librio social, territorial y medioambiental en nuestro pas, a travs del desarrollo sostenibledel medio rural.

    El cooperativismo de crdito, cuando est acompaado de formacin e innovacin, ha de-

    mostrado su capacidad dinamizadora y transformadora, como en el caso de Mondragn

    Corporacin Cooperativa (MCC), que llega a tener 80.000 empleados, centros de investiga-

    cin y de formacin, as como sus servicios y prestaciones sociales propios. Aunque implan-

    tada en un medio casi industrial, ha transformado un medio rural. De esta forma, las cajas

    rurales, como la de Teruel, son un factor fundamental para el desarrollo de reas perifricas,

    generando empresas de servicio, transformacin y comercializacin, que a su vez propician

    nuevas actividades empresariales.

    En Espaa, las entidades de crdito cooperativo agrario, aunque integradas en el Banco

    Cooperativo Espaol, a travs del que realizan y prestan servicios comunes, an no han lle-

    gado a tener una operatividad como la de otras entidades similares en Francia, Holanda o

    Alemania. Es por ello que la actual dispersin de entidades (Tabla 2), debera dar paso a una

    mayor integracin que les permita competir para dar respuesta a los retos que se plantean

    en el medio rural.

    Una frmula para generar mayor dinamismo y eficacia de las acciones en el medio rural es

    la aplicacin de las recomendaciones de la OCDE13, entre las que se recoge la necesidad de

    transformar el antiguo enfoque, basado en las subvenciones, en uno nuevo basado en lasinversiones. De hecho, segn el mismo informe de la OCDE, los datos recabados en Estados

    Unidos y en la Unin Europea indican que las polticas actuales basadas en las subvenciones

    no son eficaces en el tratamiento de algunos de los retos socioeconmicos ms graves con

    los que se enfrentan las comunidades rurales.

    Por ello, se debera adaptar la legislacin, tanto de las cooperativas como de las sociedades

    laborales, para que todas ellas puedan desarrollar las nuevas actividades econmicas en el

    medio rural y con recursos financieros suficientes. El capital riesgo y el capital semilla, junto

    con la garanta o el aval, son instrumentos financieros que pueden ser aprovechados por las

    entidades cooperativas ya existentes, as como para el desarrollo y creacin de nuevas

    13 OCDE, 2006.

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    entidades asociativas dirigidas a realizar actividades econmicas en el medio rural, pero la

    legislacin debe ser modificada con tales fines. En el rea europea existen ya experiencias de

    organismos pblicos de apoyo financiero especfico al sector de la economa social.

    En Italia, a partir de la Ley 49/1985 se cre la CFI (Compagnia Finanziaria Industriale), que

    es una compaa financiera cuyo capital est en manos de tres centrales cooperativas italia-nas (Legacoop, Confcooperative y AGCI), y cuyo objetivo es el de apoyar la reactivacin de

    empresas tradicionales en crisis, transformndolas en cooperativas, al objeto de mantener el

    empleo. Esta sociedad apoya a las nuevas cooperativas creadas, participando hasta en el 49%

    de su capital social, bajo la frmula de capital riesgo, y concede tambin crditos a bajo tipo

    de inters. En 1988, y a travs de CFI, se reactivaron 112 empresas y se mantuvieron 514

    puestos de trabajo, y diez aos despus, la sociedad actu sobre 253 empresas y 5.569 puestos

    de trabajo.

    En Blgica existe la Sowecsom, que es una sociedad pblica filial de la Sociedad Regional de

    Inversin Valona, que tiene por objeto la promocin de la economa social por la va de la par-

    ticipacin en la financiacin en proyectos de inversin y de creacin o desarrollo de activida-des, en particular de proyectos que contribuyan al empleo o la formacin en el trabajo. De

    igual forma habra que evitar el llamado mtodo del excedente nulo, con el que los gestores

    de las cooperativas, incapaces de generar valor en sus productos, acaban sumiendo a las enti-

    dades asociativas (sobre todo a las agrarias) en graves problemas financieros, por su baja capi-

    talizacin, al liquidar en precio los supuestos beneficios que se tendran que haber generado.

    La incapacidad para la gestin de las cooperativas en el sector agrario ha impedido que estas

    entidades tengan un adecuado apalancamiento financiero, para poder afrontar los nuevos

    retos a los que ahora se enfrentan. Las cooperativas y las sociedades laborales deben tener

    un papel clave en el desarrollo de las polticas encaminadas al incremento de la calidad devida y del bienestar de los ciudadanos de nuestro pas, especialmente de aquellos que habi-

    tan en zonas tan desfavorecidas como las rurales.

    ANDRS MONTEROAPARICIO

    Fuente: Banco Cooperativo Espaol, julio 2007.

    Tabla 2. Clasificacin de las entidades de crdito cooperativo en Espaa

    Entidades Activo total (miles de euros)

    Cajamar, CR 19.357.530C. Laboral Popular 17.191.620CR del Mediterrneo 7.534.270CR de Navarra 4.993.455CR del Sur 4.431.793CR de Granada 3.882.763CR de Toledo 2.589.063CR Aragonesa y Pirineos 2.243.978CR de Aragn 2.156.401Ipar Kutxa Rural 2.135.630CR de Asturias 2.068.626CR de Jan 1.473.858CR de Canarias 1.303.283

    C. de Ingenieros 1.286.006CR de Ciudad Real 1.216.572

    Entidades Activo total (miles de euros)

    CR del Duero 1.162.279CR de Albacete 1.078.289Caja Campo, CR 1.073.605CR de Zamora 1.045.817CR de Tenerife 1.025.751CR de Crdoba 1.015.622CR de Extremadura 965.327CR C. de Orihuela 908.245C. de Arquitectos 887.233CR de Burgos 837.885CR de Teruel 801.368CR de Torrent 744.241CR de Cuenca 744.012

    Caja Caminos 721.830Caixa Popular, CR 712.681

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    LA ECONOMA SOCIAL Y SU PARTICIPACIN EN EL DESARROLLO RURAL

    Por ello, se han identificado determinados sectores donde las empresas de la economa so-

    cial aportarn progreso y desarrollo econmico al medio rural, a travs de una mayor parti-

    cipacin de los ciudadanos y la mejora democrtica.

    5.1 Energas renovables y desarrollo rural

    La energa es un factor determinante para el crecimiento, la competitividad de las empresas

    y el desarrollo de la economa. La demanda energtica en los pases desarrollados se ha in-

    crementado de forma significativa en los ltimos aos, y esto, unido al incremento de la de-

    pendencia energtica de pases terceros, ha generado mayores tensiones inflacionistas y en

    torno al aseguramiento del suministro.

    Adems, el protocolo de Kioto establece un compromiso de reduccin de los gases de efec-

    to invernadero (GEI) de un 8% para el perodo 2008-2012 y con respecto a las emisiones de

    1990. Ante esta situacin, la UE present en marzo de 2006 el Libro Verde Estrategia para

    una energa sostenible, competitiva y segura, segn el cual la poltica energtica europea

    debera establecer tres objetivos:

    Sostenibilidad (Protocolo de Kioto): a travs del desarrollo de energas renovables, de la

    eficiencia energtica y de combatir el cambio climtico.

    Competitividad (Agenda de Lisboa): con la apertura de mercados y la apuesta por eldesarrollo tecnolgico.

    Seguridad de abastecimiento: que permita frenar la dependencia externa, a travs de la

    diversificacin de los tipos de energa consumida por la UE.

    Con anterioridad se aprob la Directiva sobre biocarburantes, que tiene por objeto el au-

    mento sustancial del uso de estos carburantes en el transporte, en particular en el transporte

    por carretera. Para ello, la Directiva estableca para los Estados miembros la obligacin de

    adoptar medidas a fin de conseguir que en el ao 2010 un 5,75% de los carburantes fsiles

    utilizados en 2000 (gasolina y gasleo) hubiese sido reemplazado por biocarburantes.

    Al efecto de poder hacerse una idea del desafo que esto supone, basta con dar algunos da-

    tos. As, en el 2002 los biocarburantes representaban slo el 0,45% del consumo de energa

    en el sector del transporte por carretera. Sin embargo, y aunque los niveles absolutos siguen

    siendo bajos, la produccin de biocarburantes ha aumentado rpidamente. En 1999, la cuo-

    ta era slo del 0,25%, pero los clculos realizados a partir de la capacidad de produccin in-

    dican que la UE podra alcanzar el objetivo indicativo fijado para el ao 2010.

    Aproximadamente dos tercios de los biocarburantes se produjeron en Francia y Alemania,

    pases en los que sus regmenes fiscales fomentan su utilizacin. Tambin Italia y Espaa

    son grandes productores. La Directiva sobre los biocarburantes influye en la demanda de to-da una serie de cultivos en Europa: los oleaginosos, tales como la colza, el girasol y la soja,

    con capacidad de conversin a biodisel, y los cultivos ricos en almidn, tales como el trigo

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    y la remolacha azucarera, que proporcionan la materia prima para producir bioetanol, un

    sustituto de la gasolina. Las estructuras actuales de precios y la demanda de alimentos en

    Europa y en el resto del mundo implican que la demanda creciente de biocarburantes slo

    puede satisfacerse, en parte, reduciendo la produccin de alimentos procedentes de cultivosque pudieran destinarse a su extraccin. Por lo tanto, es probable que la superficie total cul-

    tivada aumente. Los estudios realizados indican que, para alcanzar el objetivo del 5,75% fi-

    jado en la Directiva sobre biocarburantes, los cultivos destinados a su produccin ocuparan

    entre el 4% y el 13% del total de las tierras de la UE-25 (en funcin de su eleccin y del

    desarrollo tecnolgico).

    En Espaa, se han desarrollado durante los ltimos tres aos diferentes iniciativas encami-

    nadas al cumplimiento de los compromisos de reduccin de los GEI (Kioto), el incremento

    de la competitividad, as como para asegurar el abastecimiento, porque no hay que obviar

    que el sector energtico de nuestro pas depende en ms de un 75% del exterior14

    .

    En agosto de 2005 se aprob el Plan de Energas Renovables 2005-2010 (PER) de Espaa, que

    ha supuesto una apuesta clara por las energas renovables y fijado, como objetivo para 2010,

    que el 12% de la energa provenga de fuentes renovables.

    El cumplimiento de los objetivos establecidos en el PER favorecer la creacin de 200.000

    empleos (50.000 directos y 150.000 inducidos)15 segn las estimaciones ms optimistas; y se-

    gn los datos oficiales recogidos en el PER, la creacin neta de empleos por el cumplimien-

    to de este plan llegar a 95.000 (Tabla 3).

    El desarrollo de las energas renovables tendr un indudable efecto positivo sobre el desa-

    rrollo de ciertas reas rurales, de hecho la mayor parte de los recursos productivos para la

    generacin de energas renovables se encuentra en el medio rural espaol. Sera deseable

    que los factores tecnolgicos ligados al sector se establecieran tambin en el medio rural.

    ANDRS MONTEROAPARICIO

    14 Club Espaol de la Energa.

    15 Segn la Asociacin de Productores de Energas Renovables (APPA).

    Fuente: Plan de Energas Renovables 2005-2010. Ministerio de Industria, Comercio y Turismo-IDAE.

    Tabla 3. Generacin de empleo (PER)

    reas tecnolgicas Generacin de empleo neto

    Elica 37.793

    Hidroelctrica 1.336Solar trmica 4.632Solar termoelctrica 11.640Solar fotovoltaica 9.186Biomasa elctrica 9.076Co-combustin 1.950Biomasa trmica domstica 4.830Biomasa trmica industrial 580Biogs 310Biocarburantes 13.593Total 94.925

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    LA ECONOMA SOCIAL Y SU PARTICIPACIN EN EL DESARROLLO RURAL

    La biomasa y los biocarburantes (bioetanol y biodisel) son las fuentes de energas renova-

    bles con mayor repercusin para el medio rural y sobre todo para el agrario, aunque

    tambin otras fuentes de energa, como la elica, la solar y la solar fotovoltaica, tienen gran

    incidencia sobre el medio rural espaol.

    Espaa es excedentaria en gasolinas, pero deficitaria en gasleos, con lo cual el desarrollo

    de plantas de biodisel se cree ms cercano a nuestra demanda.

    En cualquier caso, actualmente existen 15 plantas ya instaladas o en desarrollo para la pro-

    duccin de biocarburantes (nueve para bioetanol y seis para biodisel). Y de ellas, una est

    promovida por una cooperativa productora de azcar (un sector en plena reconversin en

    la UE), que ha apostado por el desarrollo de los biocarburantes a travs de la construccin

    de una industria para la produccin de biodisel que estar operativa a lo largo de 2007.

    Las cooperativas agrarias espaolas deberan generar la capacidad para el desarrollo de las

    energas renovables, dada la gran proyeccin que van a tener y su importancia como ele-

    mento de diversificacin de la actividad econmica en el medio rural, pero no deben limi-

    tarse al suministro de materias primas a la industria, sino que tambin han de implicarse en

    el procesado y generacin de energa, siguiendo un esfuerzo similar al llevado a cabo por

    estas entidades en el sector agroalimentario, en el que han llegado a ocupar casi todos los

    niveles de la cadena.

    La generacin de ingresos alternativos por la va de la comercializacin de carburantes es

    una opcin de futuro para estas cooperativas, ms si cabe dentro del marco actual16, con un

    objetivo a medio plazo de sustitucin de los carburantes fsiles por los biocarburantes.

    Es por ello que desde la Administracin pblica se deber fomentar la participacin de es-

    tas sociedades. Primero, reconociendo a las cooperativas de biocarburantes y/o sus seccio-

    nes como una modalidad ms dentro de las distintas tipologas de cooperativas existentes.

    Segundo, apoyndolas a travs de los contratos de compra. Y por ltimo, aplicando exen-

    ciones fiscales de apoyo a las entidades de base participativa del medio rural, que participen

    en los procesos de reduccin de emisiones de los GEI, as como en los de eficiencia ener-

    gtica.

    5.2 Actividades de turismo rural, naturaleza, ocio y deporte

    La principal industria generadora de ingresos en Espaa es la del turismo, de hecho en 2006

    recibimos 56.297.000 turistas17, para quienes los principales atractivos son el mar, la cultura,

    el patrimonio artstico e histrico y el patrimonio medioambiental. Por ello, los proyectos

    de turismo y ocio en el medio rural no deben basarse en los modelos de turismo recreativo,

    con grandes urbanizaciones y complejos de ocio y deporte (golf ). Bien es cierto que este

    16 Directiva 2003/30/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 8 de mayo de 2003, relativa al fomento del uso de

    biocarburantes u otros combustibles renovables en el transporte.

    17 Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, 2006.

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    tipo de actuaciones que atraen nuevos pobladores son desarrollos generadores de empleo,

    pero ste resulta precario y fundado sobre bases insostenibles, puesto que el turismo alrede-

    dor de complejos de ocio y vacacionales, como los campos de golf, provoca el encareci-

    miento del acceso a la vivienda, una prdida de calidad de vida y la sobreexplotacin de losrecursos e infraestructuras en el medio rural18.

    Espaa tiene una gran biodiversidad, y como muestra hay que destacar que el conjunto del

    Estado tiene el 27% de su superficie incluida en la Red Natura 2000, lo cual supone el 40%

    de la Red Natura 2000 europea (Ti, 2005). Adems, segn el informe El turismo de natura-

    leza en Espaa y su plan de impulso, publicado por el Ministerio de Industria, Comercio y

    Turismo en 2004, unos 30 millones de personas visitan anualmente estos espacios protegi-

    dos de Espaa, de ah el gran potencial de desarrollo de actividades econmicas alternativas

    en el medio rural asociadas a este turismo de naturaleza, como la observacin de aves, los

    centros de interpretacin de la naturaleza, la valorizacin del patrimonio histrico y la eno-gastronoma.

    Segn la ltima encuesta detallada de ocupacin de los alojamientos de turismo rural del Ins-

    tituto Nacional de Estadstica, correspondiente al ao 2005, se detectan determinadas debili-

    dades del sector del turismo rural que pueden indicar un cierto grado de agotamiento del

    modelo desarrollado hasta ahora, puesto que hay un elevado grado de estacionalidad en la

    ocupacin de estos establecimientos, concentrndose en los fines de semana y determinadas

    pocas del ao, segn regiones, as como una estancia media an muy baja (3,18 das).

    En cuanto al desarrollo de las actividades de ocio y deporte en el medio rural, hay que

    destacar que las diferencias en cuanto a las actividades desarrolladas tienen una componente

    de tipo generacional, mas que de carcter territorial. En cualquier caso, s es destacable que

    en el medio rural hay menor dotacin de equipamientos de ocio, lo cual origina el aumento

    de la movilidad de sus habitantes (Camarero, 2000).

    Existen unos modelos globales de ocio para el disfrute del tiempo libre entre los jvenes, pe-

    ro hay que destacar que los del medio rural muestran un menor inters por las actividades del

    medio natural, que son ms atractivas para los habitantes de las zonas urbanas. Estas prcticas

    de tiempo libre suponen a menudo oportunidades profesionales que resultan desarrolladas

    por personas forneas o neorrurales, debido a la falta de formacin y de capacidad emprende-

    dora de la poblacin autctona del medio rural.

    Est claro, por tanto, que existe la posibilidad de dinamizar las economas del medio rural a

    travs del fomento del ocio y del recreo, pero tambin hay que indicar la excesiva impor-

    tancia de las Administraciones pblicas, y sobre todo de las locales, en el desarrollo de estos

    proyectos. Por ello sera deseable un mayor protagonismo e implicacin de las entidades ya

    consolidadas en el medio rural, como las de la economa social, y en concreto de las

    cooperativas agroalimentarias, en el desarrollo de estos proyectos, puesto que hasta ahora

    han desempeado de manera eficaz su funcin estructural en el medio rural, favoreciendo

    la integracin de los pobladores del medio en los nuevos proyectos de desarrollo sostenible,

    ANDRS MONTEROAPARICIO

    18 Reeder, R. y Brown, D, 2005.

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    LA ECONOMA SOCIAL Y SU PARTICIPACIN EN EL DESARROLLO RURAL

    a travs de una mayor formacin, informacin y soporte a los proyectos generados (Gon-

    zlez, 2006).

    Igualmente, en el mbito del enoturismo y oleoturismo, las cooperativas agrarias, al con-trolar todo el proceso que va desde el campo a la botella, pueden ofrecer un servicio integral

    de desarrollo de estas actividades, cada vez ms en auge y actualmente en marcha en deter-

    minadas comarcas vitivincolas, sobre todo a raz del xito cosechado por la pelcula Entre

    Copas (Sideways) de Alexander Payne.

    La gastronoma y la alimentacin son una sea de identidad de la cultura europea. Los es-

    pacios rurales son espacios de consumo donde se producen productos autctonos, sobre los

    que se ha basado la tradicin culinaria de nuestro pas. La diversidad cultural y la riqueza na-

    tural estn estrechamente ligadas a la gastronoma local de nuestras reas rurales. Por ello

    en stas se debe potenciar este turismo gastronmico ntimamente relacionado con los pro-ductos claramente diferenciados. La comercializacin y promocin del vino, de los aceites,

    de los quesos, de las carnes en sus diferentes tipos, etc., producidos de forma local bajo pa-

    rmetros de alta calidad, se vera reforzada a travs de este tipo de iniciativas. Y las entidades

    asociativas agrarias, que ya participan de la produccin y comercializacin de un gran ca-

    tlogo de estos productos, deben ser referentes para su desarrollo.

    Hay que tener claro que la conservacin de los sistemas naturales no puede verse compro-

    metida en el intento de alcanzar otros objetivos individuales. Considerado el turismo como

    una actividad productiva no extractiva y, por tanto, de bajo impacto sobre los recursos natu-

    rales, constituye una alternativa real de aprovechamiento sostenible de los recursos natura-

    les y culturales, a la vez que promueve la conservacin de los mismos recursos de los que

    depende. Para ello hay que desarrollar el turismo rural y el ecoturismo, entendidos como

    ambientalmente responsables y consistentes en visitar las reas naturales relativamente no

    perturbadas, con el fin de disfrutar, apreciar y estudiar sus atractivos (paisaje, flora y fauna

    silvestre), as como cualquier manifestacin cultural (del presente y del pasado) que pueda

    encontrarse en tales zonas, a travs de un proceso que promueve la conservacin, tiene bajo

    impacto ambiental y cultural, y propicia la implicacin de las poblaciones locales.

    El turismo rural se debe entender de forma integral, no considerando slo el desarrollo de

    alojamientos de turismo de forma aislada, sino tambin la generacin de actividades de ocio

    ligadas al medio y que funcionen como complementarias de aquellos establecimientos. Lasactividades de turismo rural constituyen, sin lugar a dudas, una oportunidad para el de-

    sarrollo de las reas rurales, pero para un mejor aprovechamiento de esta actividad, los

    habitantes del medio rural deben estar organizados y actuar de forma coordinada, a travs

    de frmulas asociativas.

    Para el desarrollo de estas iniciativas empresariales dentro del mbito de la economa social

    existen diversas frmulas, pero normalmente las ms adecuadas pasarn por la creacin de una

    seccin de agroturismo dentro de la cooperativa agroalimentaria ya constituida19, o por la

    creacin de una nueva cooperativa o una sociedad laboral (annima o limitada), dedicadas en

    19 La Ley 8/2003, de 24 de marzo, de Cooperativas de la Comunidad Valenciana, en su artculo 113.3.a), reconoce la cons-

    titucin de cooperativas de agroturismo como una actuacin prioritaria en el fomento cooperativo.

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    exclusiva a la explotacin de las actividades relacionadas con el turismo rural. En estas inicia-

    tivas, el riesgo de un posible fracaso es mucho menor por trabajar en equipo, con puestas en

    comn de capital econmico y humano que apoyan la confianza en el proyecto20. Adems, la

    capacidad para ofertar actividades complementarias se ve reforzada. Este tipo de actividad per-mite tener una nica gestin, incrementando la capacidad competitiva y la eficiencia de costes.

    En la Comunidad Valenciana se incluy en la nueva Ley de Cooperativas del ao 2003 el re-

    conocimiento del agroturismo, permitiendo la creacin de cooperativas especficas para ope-

    rar en el sector. Actualmente existen ms de 45 cooperativas con actividad de agroturismo,

    de las que 41 estn en funcionamiento. Estas gestionan 176 casas rurales, 51 masas-casas de

    labranza, siete albergues-granjas escuelas, cuatro hoteles rurales y ochoa apartamentos ru-

    rales. Una oferta turstica que supera las 2.100 plazas de alojamiento y una previsin a corto

    plazo de 600 nuevas plazas.

    En este mbito hay que destacar tal tipo de iniciativas que, al estar recogidas en el marco le-

    gislativo, posibilitan su mejor desarrollo y ordenacin. Por ello, dentro del marco de modifi-

    caciones legislativas habra que considerar la inclusin en el articulado de la Ley de Coope-

    rativas del Estado de la frmula ya contenida en la Ley de Cooperativas de la Comunidad

    Valenciana. De igual forma, habra que apoyar la creacin de estructuras cooperativas de

    servicios tursticos, mediante la cofinanciacin de los desarrollos estructurales por un pe-

    rodo de 10 aos, bonificando dos puntos de los tipos de inters y promoviendo la incorpo-

    racin de jvenes y mujeres en el sector con un tipo reducido de cotizacin a la seguridad

    social durante los dos primeros aos despus de la implantacin, as como dando una do-

    tacin de equipos informticos y software necesarios para la puesta en marcha de los de-

    sarrollos tursticos.

    5.3 Actividades de servicios agrarios y forestales

    En las cooperativas agrarias, aun teniendo gran importancia la actividad agraria como fuente

    generadora de empleo, cada vez ms las actividades de servicios estn teniendo mayor prota-

    gonismo en este tipo de entidades, dentro de la estrategia de diversificacin. Esta diversifica-

    cin de la actividad de las cooperativas agroalimentarias se ha visto facilitada por las caracte-

    rsticas estructurales de nuestro cooperativismo, con entidades poco especializadas y gran

    mbito de actividades a travs de las distintas secciones de las cooperativas.

    Hasta ahora, las secciones de servicios, como las de suministros o de asesoramiento, no se han

    constituido en actividad esencial de las cooperativas. Pero gracias al impulso de determinados

    modelos de desarrollo, actualmente hay cooperativas agrarias que obtienen gran parte de sus

    beneficios de la comercializacin de carburantes en gasolineras21, de las tiendas donde venden

    productos propios y/o de otras cooperativas o de la gestin de determinadas actividades en

    comn.

    ANDRS MONTEROAPARICIO

    20 Chacn, J. L., y Lafarga, J., 2007.

    21 El Plan para el Incremento de la Competitividad de 2005 contempl entre sus medidas la autorizacin a las cooperativas

    agrarias para la venta de carburantes a terceros.

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    LA ECONOMA SOCIAL Y SU PARTICIPACIN EN EL DESARROLLO RURAL

    Por ello este tipo de estructuras empresariales, desde un modelo social, adquieren una im-

    portancia determinante para permitir el desarrollo de otras actividades de servicios en el me-

    dio rural, como puede ser la conservacin de carreteras, parques y jardines, etc., apro-

    vechando el parque de maquinaria de las cooperativas. Igualmente, la gestin de los bosquesy zonas arboladas por las cooperativas agrarias debe ser una oportunidad que se debe consi-

    derar, dentro de las polticas de gestin forestal sostenible, como medio de preservacin de los

    bosques y de evitar los incendios forestales. De hecho, segn el informe Grandes incendios

    forestales: causas y efectos de una ineficaz gestin del territorio, realizado por WWF/Adena

    en junio de 2006, es necesario dedicar mayor esfuerzo al estudio de las causas que motivan los

    incendios y, por tanto, a la resolucin de los conflictos socioeconmicos en el medio rural, a

    fin de abordar con mejores perspectivas el problema de los incendios forestales.

    En el perodo 1991-2004, ardieron ms de dos millones de hectreas en Espaa, que han oca-

    sionado un gasto anual de ms de 450 millones de euros en extincin y prevencin activa. Yen ese mismo perodo, se han acrecentado una serie de causas estructurales que han produ-

    cido mayor vulnerabilidad del monte, como el abandono de tierras agrarias 22, la reduccin

    de la gestin forestal23, la prdida de valor de los productos forestales, el despoblamiento

    rural ya comentado en el presente trabajo y la ineficiencia de los medios de extincin. En

    2003 haba en Francia 13.100 cooperativas de utilizacin de maquinaria agraria (CUMA), de

    las que 1.892 se dedicaban a la gestin del territorio (con un incremento desde 2001 a 2003

    de casi 600 nuevas entidades). El fomento a la creacin de entidades asociativas para com-

    partir maquinaria, del tipo de las CUMA francesas, no slo tendra efectos beneficiosos en

    la mejora de la eficiencia energtica, al tener un parque de maquinaria mejor dimensionado,

    sino que tambin posibilitara el desarrollo de nuevas actividades para la conservacin y

    mantenimiento del medio rural.

    5.4 Servicios a la poblacin como factor de desarrollo rural

    El pasado 14 de diciembre de 2006, se public en el BOE la Ley de Promocin de la Autono-

    ma Personal y Atencin a las Personas en Situacin de Dependencia. Esta Ley, conocida

    como la de Dependencia, viene a constituir el cuarto pilar del Estado del bienestar, junto con

    la educacin, la sanidad y las pensiones (sistema de seguridad social). Y puede fundar tambin

    la base para la generacin de puestos de trabajo en medio rural. El Estado del bienestar

    espaol de los primeros aos del siglo XXI se caracteriza por su escaso desarrollo, siendo uno

    de los ms retrasados de la UE. Si se considera el porcentaje de poblacin adulta que trabaja

    en los servicios del Estado del bienestar (sanidad, educacin y servicios de ayuda a las

    familias, como escuelas de infancia, servicios domiciliarios, residencias de ancianos y centros

    de da, entre otros), vemos que Espaa se sita en un 6%, porcentaje bajo, comparado con el

    11% de promedio en la UE-15 y el 17% de Suecia24.

    22 Segn el Anuario de Estadsticas Agrarias del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentacin, entre 1992 y 2002,

    575.000 hectreas pasaron a ser consideradas de uso forestal, 766.000 hectreas se convirtieron en prados y pastizales y

    700.000 hectreas an no estn catalogadas con ningn uso especfico.23 Segn un estudio del Inventario Forestal Nacional , realizado por Tragsatec en 2004, la selvicultura actuaba sobre una

    de cada cuatro ha de bosque y actualmente slo se trabaja sobre una de cada seis ha.

    24 Navarro, V., 2006.

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    En Espaa, segn la exposicin de motivos de la citada Ley, los cambios demogrficos y

    sociales estn produciendo un incremento progresivo de la poblacin en situacin de

    dependencia. De hecho, la poblacin de ms de 65 aos se ha duplicado en los ltimos 30

    aos, para pasar de 3,3 millones de personas en 1970 a 9,7 millones en 2000, a lo que hayque aadir el fenmeno demogrfico denominado envejecimiento del envejecimiento, o

    lo que es lo mismo, el aumento del colectivo de edad superior a 80 aos, que se ha duplicado

    en slo 20 aos.

    El fenmeno de la dependencia tiene una gran incidencia en el medio rural de nuestro pas;

    de hecho, segn el estudio acerca del empleo en las reas rurales (SERA), encargado por la

    Comisin Europea y publicado en mayo de 2006, la tasa de dependencia (poblacin total/

    poblacin entre 15-64 aos) de la mayora de las zonas rurales europeas es superior a la de

    las zonas urbanas. Esta tasa de dependencia es an mayor en las regiones predominante-

    mente rurales de Espaa, Francia, Grecia, Portugal y Suecia.

    En ms de 6.000 municipios de Espaa, de un total de 8.110, se supera una tasa de envejeci-

    miento del 29% y ms de 500.000 personas mayores de 65 aos viven en municipios de me-

    nos de 1.000 habitantes (Tabernero, 2006). En nuestro pas se requerira la formacin de

    188.989 profesionales de atencin domiciliaria, para asegurar una cobertura del 14,9% de la

    poblacin mayor de 64 aos, con un promedio de atencin de 6 a 10 horas semanales, en

    funcin del nivel de dependencia (Navarro, 2006). Este tipo de servicios en el medio rural,

    con pequeas poblaciones objetivo, muy diseminadas, debe ser abordado de forma colec-

    tiva, a travs de acciones cooperativas.

    El problema de la dependencia se encuentra muy relacionado con el gnero, pues tradicio-

    nalmente las mujeres han desempeado la labor del cuidado de los ancianos y dependientes

    de la unidad familiar, adems de otras cargas laborales25. De hecho, en el medio rural residen

    1.077.659 personas con discapacidad, que estn siendo atendidas (trabajo que no ha genera-

    do derechos) por mujeres en un 90% de los casos. Por aadidura, el 50% de las mujeres que

    realizan estos trabajos tiene una media de edad de 55 aos 26.

    En el desarrollo de la Ley debern fomentarse las frmulas asociativas para responder a los

    retos de la dependencia, incentivando de igual forma la creacin de cooperativas y de socie-

    dades laborales por mujeres, cumpliendo as con lo establecido en el artculo 30.3 de la Ley

    Orgnica para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres, que establece asimismo la inte-gracin de la mujer en las nuevas actividades econmicas del medio rural, como factor de

    su desarrollo.

    Pero para el impulso de todas estas iniciativas en el medio rural, se hace necesario el trabajo

    de formacin, dinamizacin y asesoramiento a los ciudadanos all. La formacin es necesa-

    ria, pues las diferencias formativas existentes entre el medio rural-medio urbano se estn

    incrementando; por ello, habr que incidir de forma decisiva en acciones formativas de

    grado medio, en lo referente a actividades profesionales orientadas a potenciar los recursos

    ANDRS MONTEROAPARICIO

    25 Segn el Libro Blanco de Atencin a las personas en situacin de dependencia en Espaa, el 84% de los cuidadores

    principales de las personas dependientes en Espaa son mujeres.

    26 Esteban Martnez, A. I., 2007.

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    LA ECONOMA SOCIAL Y SU PARTICIPACIN EN EL DESARROLLO RURAL

    existentes en el medio rural. Estas medidas deben incidir especialmente en la poblacin

    joven y en las mujeres.

    La dinamizacin debe ser la base para generar la capacidad de confianza y emprendedoraentre los habitantes del medio rural, y estas actividades de refuerzo deben ser acompaadas

    por servicios de asesoramiento para la creacin y gestin de las entidades asociativas en el

    medio rural.

    Actualmente existen entes ya establecidos en este mbito, como son las cooperativas agra-

    rias y los grupos de desarrollo rural (GDR), que podran realizar estas labores, con el apoyo

    y el personal adecuado. Pero est claro que estos GDR, que hasta ahora se han dedicado

    ms a la gestin de programas de desarrollo rural, como los distintos LEADER y PRODER,

    y que en ocasiones han obviado la importancia de la participacin social, deben orientar sus

    acciones siguiendo los principios para los que se crearon. Esto es, conseguir el desarrollo en-dgeno del medio rural a travs de la valorizacin de sus recursos propios y con la partici-

    pacin de la sociedad civil (entidades empresariales, sindicatos y asociaciones) y la Adminis-

    tracin.

    Las cooperativas y sociedades laborales, al ser entidades del mbito del tercer sector, gozan

    de relevancia social en el medio rural y, por ello, deben tener la agilidad de identificar opor-

    tunidades que en este mbito se puedan dar, como la creacin de servicios de atencin a los

    mayores, las actividades de turismo rural, las energas renovables y otros servicios comuni-

    tarios. Todas estas iniciativas, que se pueden englobar dentro de, al menos, uno de los cua-

    tro ejes definidos para el desarrollo rural en el prximo perodo presupuestario de la UE,

    pueden convertirse asimismo en elementos indispensables para generar una sociedad ms

    equilibrada, invirtiendo el proceso de continuo alejamiento de la sociedad rural del medio

    urbano que hasta ahora se ha producido.

    Pero para una mejor consecucin de los objetivos de desarrollo sostenible del medio rural,

    hay que tratar las acciones con un enfoque integrado, para lo cual la Ley para el Desarrollo

    Sostenible del Medio Rural ser la mejor herramienta, al tratar de establecer en forma legis-

    lativa la necesidad de llevar a cabo polticas que incidan en la mejora de la calidad de vida

    de los ciudadanos del medio rural de Espaa.

    Esta Ley establece unas medidas de coordinacin, entre los doce ministerios sobre los queresiden actuaciones relacionadas con el desarrollo rural, a travs de una Comisin Intermi-

    nisterial, con las comunidades autnomas y entes principales competentes en la materia.

    Adems, articula la creacin del Consejo para el Medio Rural, encargado de la coordinacin

    y la cooperacin entre las Administraciones pblicas, as como la creacin de una mesa que

    rena a las entidades asociativas relacionadas con el medio rural de mbito estatal, para su

    participacin, informacin y consulta.

    Este tipo de acciones coordinadas entre ministerios y administraciones tiene una efectividad

    relativa, y por ello debe plantearse la creacin de una oficina para el desarrollo sostenible

    del medio rural, con rango de Secretara de Estado y que recoja todas las competencias re-lativas al rea, actualmente dispersas entre varios departamentos ministeriales. Esta oficina

    debe ser, asimismo, el organismo de coordinacin de polticas sectoriales ante los ministe-

  • 7/31/2019 Economia Social y Desarrollo Rural

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    rios competentes, como educacin, seguridad, transportes y comunicaciones y sanidad,

    adems de sostener otra, en paralelo, con las comunidades autnomas.

    Toda la estructura organizativa mencionada permitira una mayor eficacia en la conse-cucin de los objetivos de desarrollo sostenible del medio rural, pues actuara con un en-

    foque geogrfico y no sectorial, ms prximo a las necesidades de los ciudadanos del medio

    rural de nuestro pas.

    El tratamiento que hace la Ley sobre las empresas de la economa social, en su artculo 21

    tiene un enfoque adecuado, puesto que fomenta la diversificacin econmica, basndose en

    la participacin de los ciudadanos y nuevos pobladores del medio a travs de iniciativas

    emergentes e innovadoras, adems de las tradicionales, as como ligndolas a la capacitacin

    de los habitantes del medio rural.

    Adems, y en conjuncin con la nueva orientacin de las polticas estatales dirigidas a la

    consecucin de los objetivos de desarrollo sostenible del espacio rural, la Oficina citada de-

    bera gestionar un fondo de nueva creacin, el Fondo Estatal para el Desarrollo Sostenible

    del Espacio Rural, que deber tener tres orientaciones claras:

    1. Inversiones pblicas en aquellas reas desfavorecidas del espacio rural, con el fin de po-

    ner en valor las potencialidades previamente identificadas.

    2. Financiacin de actividades econmicas de autoempleo y del mbito de la economa so-

    cial, a travs de una sociedad pblica de capital riesgo que participe y colabore en el

    desarrollo de estas iniciativas a lo largo de las primeras fases de vida del proyecto. Ade-

    ms, se deber crear RURAVAL, una sociedad dependiente de este organismo que inte-

    grar la actual Sociedad Annima Estatal de Caucin Agraria (SAECA), como sociedad

    de garanta financiera, para mejorar y flexibilizar el acceso a fuentes de financiacin.

    3. Creacin de un fondo para la formacin y el asesoramiento, en coordinacin con las co-

    munidades autnomas, orientado a las nuevas actividades econmicas, para revitalizar el

    medio rural espaol.

    ANDRS MONTEROAPARICIO

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    La agricultura y los espacios rurales en Europa tienen actualmente que enfrentarse a una

    problemtica muy distinta a la que exista cuando se firm el Tratado de Roma en 1957. El

    medio rural en Europa se encuentra sometido a un proceso sostenido de despoblamiento y

    crecientes desigualdades que hacen que las diferencias entre medio urbano y medio rural se

    estn incrementando, proceso al que, sin lugar a dudas, contribuir el cambio climtico.

    En Espaa, las competencias en materia de agricultura y desarrollo rural estn casi en sutotalidad transferidas a las comunidades autnomas. De hecho, son las regiones quienes

    realizan su programacin de desarrollo rural, como establece el Reglamento 1698/2005 que

    define el FEADER.

    Pero el desarrollo rural no debe considerarse como parte de una poltica sectorial (PAC),

    sino que ms bien debe tener un enfoque multisectorial, basado en un mbito geogrfico.

    Un organismo gestor y coordinador de las polticas que aplicar en el medio rural, como la

    Oficina para el Desarrollo Sostenible del Medio Rural, podr identificar los problemas y

    abordar las soluciones de manera ms eficaz y con una estructura orientada a los objetivos

    que se pretenden.

    Dado que los problemas de las reas rurales son comunes en las distintas regiones, deben

    establecerse polticas de integracin que fortalezcan la cohesin territorial y el desarrollo

    sostenible. Las inercias que se han generado en el medio rural de nuestro pas deben ser

    combatidas para posibilitar la permanencia y llegada de nuevos pobladores, a travs de un

    desarrollo sostenible que permita la mejora de la calidad de vida. La participacin, la valori-

    zacin de los recursos endgenos y la formacin son factores clave para ello.

    Para la mejora de la calidad de vida y evitar el despoblamiento hay que generar empleo, pe-

    ro esto no se consigue con actuaciones individuales, sino que tiene que haber una actuacin

    decidida para la mejora de la capacitacin de las personas, para la integracin de mujeres yjvenes y a fin de generar un mayor equilibrio social, territorial y medioambiental, a travs

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    Conclusiones

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    de inversiones pblicas en sanidad, transportes y comunicaciones (nuevas tecnologas de la

    informacin y la comunicacin).

    Por medio de la creacin y dotacin presupuestaria de un Fondo Estatal para el DesarrolloSostenible del Espacio Rural, y de sus tres lneas bsicas de actuacin, se podrn realizar

    acciones inversoras para la valorizacin y mejora de las infraestructuras, servicios y el patri-

    monio del medio rural. De igual forma, se mejorar la capacidad humana y emprendedora

    con acciones formativas y dinamizadoras, para la diversificacin econmica, y se dotar de

    capacidad financiera a todas las nuevas iniciativas que se lleven a cabo desde el mbito de la

    participacin y la integracin.

    Las EAA, empresas de base participativa, son, sin lugar a dudas, motores del desarrollo ru-

    ral, pero deben afrontar diversos retos que permitan incrementar su eficiencia y competi-

    tividad.

    Actualmente el sector del cooperativismo agroalimentario se encuentra en un proceso de

    cambio, pues sus estructuras productivas son poco competitivas en relacin con las socie-

    dades de su entorno, por ello debe ser actor principal y coadyuvante de los procesos de di-

    versificacin de la actividad econmica en el medio rural. En aquellas regiones rurales de

    Espaa donde los procesos de despoblamiento han sido ms acusados, es donde menor

    incidencia sobre el empleo tienen las empresas de la economa social (cooperativas y so-

    ciedades laborales).

    La introduccin del capital riesgo y el capital semilla como elementos financieros de dina-

    mizacin econmica en el medio rural, y en el mbito de la economa social, se entiende

    desde la base de la corresponsabilidad, puesto que hay que huir de todas aquellas acciones

    que resulten sostenedoras y apostar por acciones comprometedoras. Las reas rurales de

    Espaa tienen cuatro funciones que desarrollar, pudindose constituir en un futuro inme-

    diato en verdaderos elementos de dinamizacin empresarial y de mejora de las expectativas

    de vida en el medio rural.

    Con respecto a la primera funcin de las reas rurales, como espacios para la produccin de

    energa y materias primas renovables, hay que decir que son ricas en recursos para la gene-

    racin de energa renovable, pero deben tener la capacidad de atraer inversiones a fin de ge-

    nerar tecnologa ligada al sector. Para el desarrollo de las actividades econmicas relaciona-das con las energas renovables en el mbito de la economa social, se debern reconocer en

    la legislacin las cooperativas y secciones de cooperativas de biocarburantes, como una ti-

    pologa ms entre las ya existentes. Adems, se deber apoyar su iniciativa a travs de con-

    tratos de compra y ofreciendo exenciones fiscales, como apoyo positivo a las empresas de

    la economa social.

    Las actividades de turismo rural (alojamientos, ocio, deportes de naturaleza y ecoturismo),

    han sido hasta ahora identificadas como la actividad principal de diversificacin econmica

    en el medio rural, pero hay sntomas de estancamiento y estacionalidad que hacen que se

    deba incidir en una mejora de las estructuras organizativas y de gestin. Se deber promo-ver la inclusin de las secciones de agroturismo y la modalidad propia de cooperativa de

    agroturismo en el articulado de la Ley estatal.

    ANDRS MONTEROAPARICIO

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    LA ECONOMA SOCIAL Y SU PARTICIPACIN EN EL DESARROLLO RURAL

    Los servicios agrarios, forestales y de conservacin medioambiental, aunque se pue