ECLESIOLOGÍA-1

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--------------------------Algunos temas introductorios-------------------------- [Es un resumen de puntos que me parecieron importantes, pero que no están programa] 1. Concepto y función de la eclesiología Recibe el nombre de eclesiología el tratado que centra sus refexiones teológicas en del origen, la naturaleza, la constitución y la misión de la Iglesia, como pueblo de Dios. 2. Síntesis de las principales declaraciones doctrinales a) El origen de la Iglesia en la oluntad salí!ca del Dios trino En la elección de Israel como pueblo de la alianza se ha revelado la volunta Padre. Jesucristo hace realidad, a través de su actividad mesiánica, cruz escatoló"ico de Dios. #e $orma un nuevo pueblo de Dios como %pueblo de la al san"re de &risto' ()ct *+,* - como cuerpo (místico- de &risto. a I"lesia visible, perteneciente al #e/or, de hombres unidos en la $e, en los sacramen constitución eclesial concreta, una comunidad llamada a ser se/al e implantación de la voluntad salvífca divina. El Espíritu, convierte a la I"lesia en se/al de su presencia escatoló"ica , del Espíritu #anto. Es el Espíritu 0uien sustenta las realizaciones internas leitur"ia la dia1onia. El Espíritu #anto es el alma de la I"lesia. b) "a esencia sacramental de la Iglesia a I"lesia es %en &risto sacramento, se/al e instrumento de la voluntad sal Dios'. a $orma social visible de la I"lesia es la se/al efcaz de la comunión invi con Dios entre sí. #u esencia sacramental tiene su má2ima condensación en la Eucaristía ( 3 44 En con la I"lesia desempe/a &risto su ministerio sacerdotal, re"io pro$é c) #aracterísticas esenciales deriadas de la sacramentalidad de la Iglesia De la esencia sacramental de la I"lesia en cuanto 0ue es el si"no de la volu Dios en la historia, se deduce su inde$ectibilidad (indestructibilidad- como sociedad vis como comunión invisible de la "racia. Es imposible 6aun sabiendo 0ue ha pec seno6 una corrupción total de los actos $undamentales de la constitución e I"lesia. 7ambién la I"lesia visible pere"rina "oza de %inde$ectible santid a I"lesia concreta la inde$ectibilidad de su ser y de su esencia en sus tres realizacione básicas: %En la martyria : En las decisiones defnitivas de su proclamación doctrinal, la in$alible . a I"lesia su ministerio docente tienen el carisma de la in$alibi #anto "arantiza 0ue sus ense/anzas están e2entas de error (son ind proclama auténticamente el Evan"elio. %En la leiturgia , en virtud de la efcacia ob;etiva de los sacramentos (e2 opere o %En la dia&onia como realización del amor de Dios en el amor al pró;imo (c$. <t d) "as notas de la Iglesia a unidad/unicidad ' %Esta I"lesia> permanece en la I"lesia católica, "obernada sucesor de Pedro por los obispos en comunión con él.' ( 3 -. a unidad se produce en la $orma de communio de las I"lesias locales ba;o la direcci obispos. #e lleva a cabo en la comunión de la $e, de los sacramentos de la eclesial. (c$. Jn 4?,*4: %@ue todos sean uno.'- 4

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--------------------------Algunos temas introductorios--------------------------[Es un resumen de puntos que me parecieron importantes, pero que no estn en el programa]

1. Concepto y funcin de la eclesiologa

Recibe el nombre de eclesiologa el tratado que centra sus reflexiones teolgicas en el tema del origen, la naturaleza, la constitucin y la misin de la Iglesia, como pueblo de la alianza de Dios.

2. Sntesis de las principales declaraciones doctrinales

a) El origen de la Iglesia en la voluntad salvfica del Dios trino

En la eleccin de Israel como pueblo de la alianza se ha revelado la voluntad salvfica de Dios Padre.

Jesucristo hace realidad, a travs de su actividad mesinica, cruz y resurreccin, el Reino escatolgico de Dios. Se forma un nuevo pueblo de Dios como pueblo de la alianza en la sangre de Cristo (Act 20,28) y como cuerpo (mstico) de Cristo. La Iglesia es la comunidad visible, perteneciente al Seor, de hombres unidos en la fe, en los sacramentos y en la constitucin eclesial concreta, una comunidad llamada a ser seal e instrumento de la implantacin de la voluntad salvfica divina.

El Espritu, convierte a la Iglesia en seal de su presencia escatolgica y, con ello en templo del Espritu Santo. Es el Espritu quien sustenta las realizaciones internas de la martyria, la leiturgia y la diakonia. El Espritu Santo es el alma de la Iglesia.

b) La esencia sacramental de la Iglesia

La Iglesia es en Cristo sacramento, seal e instrumento de la voluntad salvfica universal de Dios.

La forma social visible de la Iglesia es la seal eficaz de la comunin invisible de los hombres con Dios y entre s.

Su esencia sacramental tiene su mxima condensacin en la Eucarista (LG 11; SC 10).

En y con la Iglesia desempea Cristo su ministerio sacerdotal, regio y proftico.

c) Caractersticas esenciales derivadas de la sacramentalidad de la IglesiaDe la esencia sacramental de la Iglesia en cuanto que es el signo de la voluntad salvfica de Dios en la historia, se deduce su indefectibilidad (indestructibilidad) como sociedad visible y como comunin invisible de la gracia. Es imposible aun sabiendo que hay pecadores en su seno una corrupcin total de los actos fundamentales y de la constitucin esencial de la Iglesia. Tambin la Iglesia visible y peregrina goza de indefectible santidad (LG 39)

La Iglesia concreta la indefectibilidad de su ser y de su esencia en sus tres realizaciones bsicas:

-En la martyria: En las decisiones definitivas de su proclamacin doctrinal, la Iglesia es infalible. La Iglesia y su ministerio docente tienen el carisma de la infalibilidad. El Espritu Santo garantiza que sus enseanzas estn exentas de error (son indefectibles) cuando proclama autnticamente el Evangelio.

-En la leiturgia, en virtud de la eficacia objetiva de los sacramentos (ex opere operato).

-En la diakonia como realizacin del amor de Dios en el amor al prjimo (cf. Mt 25).

d) Las notas de la Iglesia

La unidad/unicidad: Esta Iglesia permanece en la Iglesia catlica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los obispos en comunin con l. (LG 8).

La unidad se produce en la forma de communio de las Iglesias locales bajo la direccin de sus obispos. Se lleva a cabo en la comunin de la fe, de los sacramentos y de la constitucin eclesial. (cf. Jn 17,21: Que todos sean uno.)La santidad de la Iglesia es don y tarea. Se sostiene el trmino santidad en su significado ontolgico, no con su significacin moral. La Iglesia, como obra de Dios, es santa en su esencia y en sus acciones, en sus miembros, en cuanto que en ella se expresa el Santo y Santificador.

Tambin los pecadores forman parte de la Iglesia visible, pero no eliminan su santidad, porque sta consiste en la permanente ocupacin y dedicacin al servicio de la salvacin, y no en la conducta moralmente irreprochable de todos sus miembros.

La catolicidad de la Iglesia. De la voluntad salvfica universal de Dios se sigue la catolicidad cuantitativa (el carcter de universalidad) de la Iglesia, en cuanto que todos los hombres estn llamados a la comunin de vida con Dios mediante su pertenencia a la Iglesia sin ningn tipo de limitaciones. De la voluntad salvfica escatolgica de Dios se sigue la catolicidad cualitativa, en cuanto que Dios ha confiado a su Iglesia la plenitud de la verdad de la autorrevelacion en Jesucristo para su proclamacin ntegra y total y la ha dotado de todos los medios salvficos necesarios para el desempeo de su misin.La apostolicidad de la Iglesia. El ministerio sacramental de los obispos se remonte hasta los apstoles. Los obispos, son sucesores de los apstoles. El apostolado originario se transmite mediante la sucesin apostlica en el sacramento del orden, de modo que surge una unidad histrica que se prolonga desde el colegio apostlico al colegio episcopal y que convierte a la Iglesia en seal eficaz de su forma apostlica. De esta manera, la constitucin de la Iglesia, y en especial el ministerio eclesial, es una institucin divina. El obispo de Roma es, sucesor de Pedro, es cabeza del colegio de los obispos y principio y fundamento de su unidad en la doctrina y en la comunin. (LG18)Tambin el apostolado de los laicos (LG 33) es una realizacin inmediata de la esencia apostlica de la Iglesia. Este apostolado es una participacin originaria en la misin universal de la Iglesia apostlica fundamentada en el bautismo y en la confirmacin. La misin apostlica universal de la Iglesia se asume y se ejecuta en los diversos carismas y ministerios, cuya coordinacin compete a los obispos como pastores y guardianes de la unidad y de la comunin de las Iglesias locales entre s y con la Iglesia universal.

e) La necesidad de la Iglesia peregrina para la salvacin (pertenencia a la Iglesia)

La pertenencia a la Iglesia visible es necesaria para la salvacin del hombre (LG 14; AG 7), porque la Iglesia no es una asociacin religiosa privada, sino instrumento de la voluntad salvfica historico-escatologica de Dios.

El axioma paleoeclesial fuera de la Iglesia no hay salvacin debe interpretarse como expresin de que no puede abrirse un foso de separacin entre la voluntad salvfica universal de Dios y el carcter sacramental de la Iglesia, no como afirmacin categrica sobre el destino final de los no catlicos. La necesidad instrumental de la Iglesia para la salvacin debe ser contemplada en el contexto y dentro del conjunto de las manifestaciones sobre la voluntad salvfica universal, una voluntad que puede alcanzar su objetivo tambin por encima de las fronteras de la Iglesia visible. La necesidad de la Iglesia se deriva del mandato de Cristo y de su voluntad de convertirla en medio para la salvacin.Para la salvacin eterna no siempre se exige estar realmente incorporado como miembro a la Iglesia, aunque s es necesario adherirse ella al menos por el deseo (DH 3866-3873).

No podrn salvarse quienes, sabiendo que la Iglesia catlica fue instituida por Jesucristo como necesaria, desdearan entrar o no quisieran permanecer en ella (LG 14).

A la Iglesia se incorporan plenamente los que, poseyendo el Espritu de Cristo, se unen por los vnculos de la profesin de la fe, de los sacramentos, del rgimen eclesistico y de la comunin, a su organizacin visible con Cristo, dirigida por el Sumo Pontfice y los obispos (LG 14).

f) Historicidad y escatologa de la Iglesia

La Iglesia como pueblo de Dios peregrino (2Cor 5,7; IPe 2,10; Heb 3,7-4,1) est marcada, tanto en su esencia y en su misin, por la dinmica de la autocomunicacin escatolgica de Dios, ya definitivamente presente en el espacio todava abierto de la historia, que empuja a esta historia a la meta de su consumacin trascendental.

La Iglesia visible es la seal indefectible a travs de la cual se transmite el contenido invisible, y se lleva a cumplimiento bajo las condiciones temporales y sociales de la experiencia humana.

En su forma sacramental e institucional la Iglesia es parte de este mundo que pasa (LG 48). En cuanto instrumento de la salvacin llegara su fin y desaparecer con la parusa. Pero seguir existiendo como fruto de la salvacin, como la comunin eterna con Dios y de los hombres entre s (LG 1).

La Iglesia peregrina de la tierra est unida en la fe y en el amor con la Iglesia perfecta y consumada del cielo. Forman parte de la Iglesia perfecta del cielo todos los hombres redimidos por Dios, incluidos los santos de los primeros tiempos de la humanidad (LG 49) que no fueron miembros de la Iglesia visible. Tambin pertenecen a ella sus miembros ya fallecidos.

g) La constitucin carismtico-sacramental de la Iglesia

Todos los bautizados participan en la realizacin de la misin del pueblo de Dios, en virtud del sacerdocio comn regio y del profetismo de todos los fieles (LG 9-13).

Otro de los elementos constitutivos de la estructura de la Iglesia es el ministerio carismtico-sacramental o la jerarqua eclesistica que, por derecho divino, se compone, en cada Iglesia local, de un solo obispo, el presbiterado y los diconos.

El ministerio carismtico-sacramental (la jerarqua) se manifiesta en la constitucin episcopal de las Iglesias locales y en el colegio de todos los obispos.

En el nombre y con la autoridad de Cristo, los obispos son los servidores de la unin sacramental de la Iglesia y los titulares de la proclamacin pblica del evangelio. Desempean el ministerio pastoral de Cristo. En el ejercicio del ministerio proftico, sacerdotal y regio de Cristo son representantes de la mision universal de la Iglesia.

h) La tipologa mariana de la Iglesia

La Iglesia es en cierto sentido, como una persona (cf. Gal 3,18: Sois uno en Cristo) que escucha la palabra de Dios y es enviada a proclamar el evangelio. En la escucha de la palabra consuma la Iglesia su relacin con Dios como virgen y esposa.

La Iglesia como virgen y como madre tiene su ms perfecta representacin en Mara, hija de Dios Padre, madre del Hijo y como templo del Espritu el origen trinitario de la Iglesia.

La Iglesia catlica, instruida por el Espritu Santo, la venera con amor filial como a su madre.

ECLESIOLOGA4. Eclesiologa bblica: Concepto e imgenes de la Iglesia en el AT. Jess y la Iglesia de la Nueva Alianza. La eclesiologa del NT. Ministerio apostlico y pueblo sacerdotal.5. La eclesiologa y su evolucin histrica: La patrstica y la eclesiologa agustiniana. La Edad Media. Reforma y Contrarreforma. Edad Moderna. Del Vaticano I al Vaticano II. La eclesiologa del posconcilio y la discusin actual.6. Eclesiologa sistemtica: Qu es la Iglesia? La Iglesia como ministerio de comunin y sacramento de salvacin. Carisma y Misterio. Martyria, leiturgia y diakonia. Su constitucin y sus notas. Carcter misionero. Consumacin escatolgica y Reino de Dios.________________________________________________________________________________________________________________

4. Eclesiologa bblica Concepto e imgenes de la Iglesia en el AT. (Pgs. 592-595)I. El pueblo elegido de la alianza como instrumento de la voluntad salvfica de Yahveh a) Origen y esencia de Israel como pueblo de la alianza

La Iglesia de Cristo ha surgido de la dinmica de la accin salvfica histrica de Yahveh. Es el resultado, histricamente perceptible, de su autorrevelacion en la Palabra y el Espritu.El hecho de que Yahveh se haya creado, por su propia eleccin, un pueblo de la alianza y le haya convertido en el pueblo de Dios, es fruto inmediato de su voluntad salvfica, que se lleva a cabo mediante una revelacin histrica.La historia de la revelacin necesita -justamente porque pretende ser universal- un pueblo elegido como sujeto continuo e idntico de una historia de la fe en la que aquella revelacin se manifiesta. La comunidad de fe de Israel es testigo y mediadora de la voluntad salvfica universal de Dios, que se ha revelado, en el principio, como creador (Gen 1,1).

La promesa de una alianza universal (Gn 9,9) se concreta en la eleccin y votacin de Abraham (Gen 12,3; 17,5; Rom 4,17; Gal 3,7).

La historia de la eleccin y de la votacin de Israel alcanza su meta en la revelacin de Jesucristo.

Israel, el pueblo elegido por Dios es el destinatario de las acciones redentoras, liberadoras y vivificadoras de Yahveh y se convierte en oyente y testigo de la autopromesa de Dios como salvacin del hombre.

La relacin de alianza de Yahveh con Israel se da a conocer a travs de tres caractersticas esenciales del pueblo de Dios:

1. Israel es propiedad de Dios. Israel es su propiedad en cuanto que ha sido Dios mismo quien le ha constituido como pueblo (Dt 4,37). Y est separado de los dems pueblos precisamente en virtud de su condicin de pueblo santo (Lev 20,26). Israel es criatura y hechura de Dios (Is 43,1.7), pueblo propiedad de Yahveh (Dt 4,20; 7,6; 14,2; 26,18), su posesin personal (Ex 19,5; Dt 7,6; Mat 3,17), su lote (Dt 32,9; Zac 2,16), la porcin de su heredad (Dt 4,20; 32,8; Sal 33,12). La existencia de Israel es en s misma proclamacin del amor providente de Dios (Dt 7,6; Ex 3,14).

2. Israel es socio de la alianza de Dios. Dios adjudica a Israel un papel activo. Israel conoce y ama a Dios. Este amor se acredita en el amor al hermano. A la luz de esta coordinacin relacional entre Yahveh e Israel, se descubre tambin el sentido de las imgenes que presentan a Israel como primognito de Yahveh (Ex 4,22; Os 11,1; Sab 18,13), como su siervo (Is 41,8; Lc 1,54), su prometida amada, su esposa e hija de Sion (Os 2,16; Jer 2,2; Ez 16; Is 50,1; 54,4-8; 61,10). Israel es la plantacin y la via de Dios (Is 5,1-7), la cepa (Jer 2,21; Sal 80,9), el rebano de sus pastos (Sal 95,7; Jer 23,2ss.; Is 40,11; Ez 34,1-31).3. Israel es el santuario de Dios (templo, edificio, casa, reino de sacerdotes). Como titular, testigo y destinataria, la comunidad de fe de Israel es, sobre todo en la asamblea cultica, el lugar y el medio de la presencia salvfica de Dios. Israel es pueblo sacerdotal, regio y proftico (Ex 19,6). Dios mora y acta en medio de su pueblo (Ex 29,45; 33,16; 34,9; Dt 2,7; 31,6; Num 35,34; Is 48). Dios esta real y simblicamente presente en el templo de Sion, en Jerusaln, la ciudad santa, donde se muestra como Dios con nosotros (Is 7,14; 8,8; Sal 46,1; IRe 8,13; Jer 3,17).

En el tiempo final mesinico, Dios concluira la alianza eterna de la paz y estar en medio de su pueblo (Ez 37,26; Jer 31,33).

La efusin universal del Espritu asociada al tiempo final mesinico (Ez 36,28; Joel 3,1; Ag 2,6) consigue la vuelta de Israel desde la dispora y su total restablecimiento como pueblo de la alianza.

En la reunin cultica, Israel se entiende a s mismo como asamblea del Seor (Num 16,3; Dt 23,2ss.; 1Cr 28,8; Neh 13,1). En medio del pueblo santo concede Dios el don de la expiacin (perdn de los pecados). Por eso, en el Nuevo Testamento a la Iglesia se la denomina comunidad de los santificados o rebano de Dios, que el mismo se ha ganado, como Iglesia de Dios, mediante la sangre de su propio Hijo y el restablecimiento de la justicia de la alianza en virtud de la expiacin de Cristo (cf. Rom 3,28).

b) El servicio de mediacin de Israel

La separacin de Israel del resto de los pueblos persegua el propsito de prepararle para el servicio a la voluntad salvfica universal de Dios en favor de todas las naciones. Israel representante de todos los pueblos y representacin de todos ellos ante Dios.

Lleva a cabo este servicio de mediacin:

1. Como pueblo de la salvacin regio. Cuando se restablezca el reino davdico (mesinico) ser Israel quien ejercer el dominio de Dios en los pueblos (Dan 7,13; Is 53,3).

2. Como pueblo mediador de la salvacin proftico. Israel es el mensajero de la alianza enviado por Dios (Mal 3,1), el siervo de Yahveh dotado del espritu que trae a los pueblos justicia y paz y es luz de las naciones (Is 42,1-9). El ministerio proftico de Israel ha tenido una concrecin prototpica y ha sido desempeado por figuras individuales, como Moiss y los profetas. El mediador proftico es receptor de la revelacin. Le incumbe el servicio de proclamar, en representacin de todo el pueblo, las alabanzas de Yahveh y de interceder por los pueblos (cf. Gen 18,22-32; 20,7-17; Ex 8,4.8s.; Sal 47,2 et passim).

3. Como pueblo mediador de la salvacin sacerdotal (Ex 19,5; Lev 19,8). Israel es, en fin, el pueblo santo, separado, que realiza un ministerio sacerdotal. Todos los pueblos deben experimentar las acciones salvficas de Dios.

c) El pueblo de Dios como cuasi-persona y el mediadorIsrael mantiene una relacin de amistad personal y dialogal con Dios. La unin personal de Israel, de la que brota su ministerio de mediacin, est representada en Moiss, el mediador de la alianza. En la alianza nueva solo Jesucristo ejercer el ministerio de la mediacin. En el Nuevo Testamento aparece Jess que es hijo del pueblo de Dios, Israel (Rom 1,3; 9,5; Mt 1,16; Me 6,3; Lc 1,69; Jn 4,22) como el Hijo de Dios hecho hombre. En el servicio mesinico realiza el ministerio sacerdotal, regio y proftico de la mediacin salvfica y adquiere as al pueblo de la alianza nueva y eterna, al nuevo Israel compuesto de numerosos pueblos.

Por medio de la Iglesia ejerce Cristo su ministerio sacerdotal (IPe 2,5). La Iglesia es en Cristo la mediadora de la voluntad salvfica universal de Dios frente a los pueblos de todo el mundo hasta la consumacin en la nueva venida de Cristo. Jess y la Iglesia de la Nueva Alianza (Pgs. 595-598)I. La Iglesia del hijo de Dios: El pueblo de Dios en la Nueva Alianza

a) La primera sntesis eclesiolgica: La comunidad de los discpulos es la Iglesia de Cristo

Puede conocerse a la Iglesia como misterio de la fe, en el hecho de que el Seor resucitado establece por s mismo la conexin entre la comunidad prepascual de los discpulos y la comunidad de fe pospascual.

La Iglesia de Dios (1Cor 15,9) se apoya en el testimonio de Pedro (Mc 1,16; 3,16; Mt 4,18; Jn 1,42), de los Doce y de los hombres que nos han acompaado todo el tiempo que anduvo el Seor entre nosotros.Al convertir el Seor a los apstoles que haba agrupado antes de Pascua en testigos de su resurreccin, la comunidad de los discpulos recibe una configuracin nueva y queda constituida como comunidad de la confesin y del testimonio, la proclamacin y misin. La tarea que se le encomienda consiste en ser el pueblo de Dios en el que se ha hecho ya realidad -a modo de inicio- el reino de Dios, un pueblo por medio del cual ejerce Cristo su misin universal y su ministerio de mediador de la salvacin.

La Iglesia no es una sociedad religiosa surgida en virtud de una iniciativa meramente humana. La Iglesia, como pueblo de Dios, es la sntesis de la accin divina que elige y de la obediencia humana, de la revelacin divina y el testimonio humano y la confesin de fe.

La Iglesia de Cristo se entiende a s misma, en su esencia, su existencia, su constitucin y su misin, como el resultado visible de la voluntad salvfica universal de Dios, que se ha convertido, en Jess, en realidad historia en medio de la historia. Es comunin-comunidad de confesin y de vida de los discpulos y, en cuanto tal, instrumento de la voluntad salvfica de Dios.

b) La nueva constitucin del pueblo de Dios en virtud de la eleccin de JessEl pueblo de Israel que encontr Jess era el destinatario natural de la voluntad salvfica escatolgica de Dios. En aquella poca, era un pueblo azotado por escisiones y dispersiones y sometido a seores paganos.

El centro de la actividad de Jess fue la proclamacin del establecimiento definitivo del reino de Dios. Uno de sus elementos constitutivos era la restauracin plena (=la nueva fundacin) de la unidad perdida de las doce tribus de Israel, mediante una accin simblica: eligi doce discpulos (Mc 3,14). Quien cree en l y le sigue entra en el mbito del reino de Dios. El grupo de discpulos es la clula germinal del nuevo pueblo de Dios, que se da a conocer, en la cruz y la resurreccin de Jess, bajo su forma escatolgica.

As, pues, Jess no fundo una nueva religin ni creo, junto a Israel, otro pueblo de la alianza. Los destinatarios originales de su accin salvfica eran las ovejas perdidas de la casa de Israel (Mt 10,6). El reino de Dios acontece all donde se cumple la voluntad divina, en el cielo y en la tierra (Lc 11,2). As, todos los hombres estn llamados a participar, a travs de la fe y del seguimiento, de la vida del pueblo de Dios. A la nueva alianza con la Iglesia, la casa de Israel (cf. Heb 8,8.10) estn tambin invitados los paganos (Mt 7,24-30). Se cumplen ahora, en el horizonte de la venida escatolgica del reino de Dios, el augurio de la peregrinacin de los pueblos a Sion y aquella otra promesa originaria de salvacin universal hecha a Abraham. Los hombres acudirn, en efecto, desde los cuatro puntos cardinales para sentarse a la mesa del reino de Dios (Lc 13,9; cf. Zac 2,15; Is 2,2; 66,18.23).

La transicin de la misin histrico-salvfica desde Israel al horizonte de los pueblos tuvo su origen concreto en la negativa de los dirigentes y representantes del pueblo de Israel a aceptar el ministerio de mediador salvfico de Cristo (cf. Rom 11,11). Las palabra de condena que Jess pronuncio contra las ciudades incrdulas (Mt 12,41; 23,37; Lc 10,13-15; 14,49) ampliaban el campo de visin para incluir a los pueblos (paganos), llamados a insertarse en la esfera de accin del reino de Dios (Mt 8,11s.; Lc 13,28).

Jess, el Cristo, es en su propia persona el origen de la unidad de todos los pueblos. Con la Iglesia, ha adquirido para s el nuevo pueblo de Dios. Ella es su cuerpo. A travs de su cruz, los paganos, originariamente alejados de la comunidad de Israel y excluidos de la alianza de la promesa, pasan a ser ahora, en la persona de Cristo, junto con los judos, el hombre nuevo.

Por medio de l (Cristo) los unos y los otros tenemos acceso, en un solo Espritu, al Padre. As, pues, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que comparts la ciudadana del pueblo santo y sois de la familia de Dios (Cfr. Ef 2,15-22).

c) La revelacin del misterio de la Iglesia en la resurreccin de Jess y el envo del Espritu

Con la resurreccin Dios se revela como Padre del Hijo, y a este como su propio Hijo (Rom 8,32). Manifiesta su poder en el Espritu Santo, por medio del cual ha resucitado a Jess y es el Espritu del Padre y el Hijo. Jess, ha fundado, con la entrega de su vida en la cruz, la alianza nueva (1Cor 11,25). El mediador crucificado y resucitado del reino de Dios es, pues, el autor inmediato del ser del nuevo pueblo de Dios compuesto de numerosos pueblos.

La entrada en la comunidad del pueblo de Dios se consigue en virtud de la fe personal, de la confesin de Jess y del sacramento del bautismo. La vida toda y las instituciones de este pueblo de Dios estn sustentadas por el Espritu. En el Espritu Santo acontece la confesin de Cristo. La continuidad de la misin salvfica del Mesas desde el Padre se produce en virtud del poder del Espritu Santo que Jess entrega a la comunidad de los discpulos (Jn 20,21-23; Mt 18,18).

Segn el relato lucano, el envo del Espritu en los ltimos das es prueba de que la misin de Jess tiene una dimensin escatolgica (Act 2,17). Todos los hombres quedaran llenos del Espritu Santo (Act 2,14). El pueblo de Dios escatolgico que surge de la unin de numerosos pueblos y lenguas es el resultado de la efusin universal del Espritu prometida para los ltimos das (Joel 3,1).

La Iglesia existir hasta la consumacin del universo como seal e instrumento de la salvacin. A ella le ha sido confiada la testificacin universal y le ha sido prometida la presencia del Seor exaltado y la eficacia permanente del Espritu Santo.

La eclesiologa del NT. Ministerio apostlico y pueblo sacerdotal. (Pgs. 598-607)I. Puntos de partidas neotestamentarios para la eclesiologa

La Iglesia se apoya en el prototestimonio apostlico en el que se hace presente el acontecimiento de la revelacin. Como la Iglesia es el sacramento del reino divino universal, tan solo en la fe es posible captar los rasgos institucionales especficos de su dimensin visible. La forma externa.a) La Iglesia en la teologa Paulina

La Iglesia surge del misterio del proyecto salvfico eterno de Dios (cf. Ef 1, 3-16; Col 1,15-20.24-29). Instituida por la sangre de Cristo y compuesta de judos y paganos, la Iglesia es testigo de la voluntad salvfica de Dios que ha irrumpido eficazmente en la historia (Ef 3,10). Ha sido edificada, sobre el fundamento de los apstoles y de los profetas y, en virtud de su esencia y de su misin, es templo del Espritu, en el que todos los hombres tienen acceso al Padre a travs del mediador nico Cristo (Ef 2,18).

La Iglesia se ha hecho un solo cuerpo y un solo espritu con Cristo. Por el bautismo entra el creyente en una comunidad y comunin con el Seor los discpulos (Rom 6,4). En la cena del Seor entra en comunin con el cuerpo y la sangre de Cristo. El sacramento de la eucarista configura a la Iglesia en direccin a lo que es como forma social: el cuerpo nico de Cristo (cf. 1 Cor 10,17).

Pablo habla de la comunidad de los discpulos como de la Iglesia de Dios en Cristo y en el Espritu (1Tes 1,1; 2,14; 1Cor 1,2; 10,32; 11,16; 15,9; Gal 1,13; 2Tes 1,4; cf. Act 20,28; 1Tim 3,5.10). La Iglesia es el pueblo de la alianza escatolgica de Dios.La comunidad salvfica, nica y universal existe en las Iglesias locales (Rom 16,1.16.23; 1Cor 4,17; 6,4) y en las comunidades domesticas o familiares (Rom 16,5; 1Cor 16,19).

El autntico concepto paulino de la ekklesia del Seor es el de cuerpo de Cristo. Cuerpo significa, en primer lugar y en un sentido natural, la existencia corporal terrena de Jess, en segundo lugar la presencia sacramental de la humanidad del Seor exaltado bajo las especies del pan y el vino en la cena del Seor y, por ltimo, la comunin de vida de los fieles con Jesucristo, cabeza de la Iglesia, y la de los creyentes entre s (1Cor 10,16): Vosotros sois cuerpo de Cristo; y cada uno, miembro de l (1Cor 12,27).

Los escritos deuteropaulinos acentan esta imagen al entender claramente a Cristo como la cabeza que es el origen y el principio vital de la Iglesia. La Iglesia esta total y plenamente impregnada de su presencia (Ef 3,19)Cristo y la Iglesia mantienen entre s las relaciones de esposo y esposa (Ef 5,25). La Iglesia es tambin, y de manera especial, templo del Espritu Santo, casa espiritual hecha de piedras vivas y sacerdocio santo (IPe 2,5).

Es el Espritu, como principio vital que todo lo penetra, el que desempea todas las funciones, servicios, ministerios y carismas a travs de los cuales se edifica la Iglesia como cuerpo de Cristo (Rom 8,1; 12,11; 15,16; 1Cor 6,11; 12,4.11; 2Cor 1,22; 3,3.6; Gal 3,1; 5,6ss.; 1Tes 1,5; Ef 1,13; 2,17; 3,3; 5,18).

La Iglesia y cada uno de sus miembros viven una vida de libertad y de amor que es fruto del Espritu (cf. Gal 5,13-26; Rom 8,1-17).

La Iglesia es ahora nuevamente edificada mediante el evangelio de Cristo (Rom I,1.9.16; ITes 2,13). Es Dios mismo quien constituye a la Iglesia con su palabra (Rom 1,16; 1Cor 1,18; 2Cor 4,2.4). En el bautismo el cristiano en la comunidad visible de la Iglesia. El bautismo es signo eficaz de la comunin con el cuerpo de Cristo y de la participacin en la relacin filial de Jess con el Padre y el Espritu (Rom 6,1-11; 1Cor 12,13; Ef 5,26; Tit 3,5).

El apstol sabe que en su servicio al evangelio est respaldado por la autoridad de Cristo (Rom 1,19; 1Cor 9,17; 2Cor 3,14). Acta en lugar de Cristo (2Cor 5,20).

Surgieron as, en el entorno de los colaboradores de Pablo, algunos ministerios vinculados a las comunidades locales: epscopos y diconos (Flp 1,1), presidentes, directores, maestros (ITes 5,12; Gal 6,6; ICor 16,16; cf. ITim 5,17; Tit 1,5; Heb 13,17).

Su tarea consista en perfeccionar al pueblo santo por la obra del ministerio, para la edificacin del cuerpo de Cristo* (Ef 4,12).

La accin del Espritu Santo no se limita al apostolado. Todos y cada uno de los cristianos colaboran, con sus carismas y sus servicios, en la edificacin de la Iglesia. Aflora el Espritu quien lleva a cabo la edificacin del cuerpo en la pluralidad de sus miembros (Rom 12-14; ICor 12; Ef 4,4-6; IPe 4,10s.).

Es el bautismo quien convierte a cada cristiano en un miembro del cuerpo de Cristo, que es la Iglesia. Todos y cada uno contribuyen activamente a la edificacin de esta Iglesia. Los dones libres del Espritu, los carismas propios de cada cristiano concreto, incluido el carisma del ministerio sacramental, tienen un solo y mismo origen en el Pneuma Santo.

b) El fundamento apostlico de la Iglesia (Las Cartas Pastorales)

Las reflexiones de las Cartas pastorales sobre la esencia teolgica de la Iglesia aparecen en una etapa ms avanzada de la poca postapostolica. Segn ellas, la Iglesia surge del plan salvfico de Dios (1Tim 1,4; Tit 2,4-7; cf. Ef 2,22). La Iglesia es columna y fundamento de la verdad (ITim 3,15). Est al servicio del testimonio y de la proclamacin de la voluntad salvfica universal de Dios, que se ha hecho escatolgicamente presente en Cristo, el mediador nico (1Tim 2,4) y se ha revelado en el Espritu (1Tim 3,16). Las cartas dirigidas a los discpulos de los apstoles se proponen presentar a Timoteo y Tito como garantes de la autoridad del apstol Pablo. El carisma otorgado Iglesia mediante la imposicin de las manos del presbiterio (1Tim 4,12; 2Tim 1,16; cf. Act 14,23; 20,28) confiere al ministerio participacin en la autoridad apostlica como heraldo y apstol... para instruir (1Tim 2,7; 2Tim 1,11; 4,17). Los titulares de los ministerios sacramentalmente instituidos tienen el deber de aceptar como norma la tradicin del evangelio apostlico y de la doctrina sana y verdadera (1Tim 4,16; 6,20; 2Tim 1,12s.; Tit 1,9) El titular ordenado se convierte en tipo y ejemplo del genero de vida cristiano (1Tim 4,12; Tit 2,7). El ejercicio esmerado del ministerio lleva a su titular a una honda comunin con Cristo.

Los discpulos de los apstoles, los epscopos gobiernan la Iglesia de Dios al modo como un padre de familia gobierna su propia casa (1Tim 3,5). Tiene, potestad sobre todos los restantes miembros y titulares de ministerios de la comunidad (1Tim 5,7.17). Son los presidentes de las comunidades y a ellos les compete la proclamacin de la palabra, la doctrina, el testimonio y el cuidado pastoral (1Tim 5,17). Entre sus deberes se enumera el de rechazar a los herejes y sectarios (1Tim 4,1-11; Tit 1,9; 2,7; 3,8-11). Tienen la potestad de conferir la ordenacin (Tit 1,5; 1Tim 4,14).

Estas mismas Cartas pastorales permiten ver claramente que las condiciones externas derivadas de la situacin social no ejercieron una influencia causal en la forma y la imagen de la Iglesia postapostolica. Esta forma y esta imagen surgieron como consecuencia interna de la esencia teolgica de la Iglesia. Ya en los aos 80-90 d.C. se advierten unas primeras tentativas de formacin del canon de los escritos neotestamentarios (cf. 2Tim 3,15) y una reflexin acerca de la capacidad normativa de la tradicin y de las enseanzas apostlicas.

Los ministerios siguen teniendo una raz carismtica, porque es el Espritu Santo quien produce la gracia en las acciones simblicas sacramentales visibles de la Iglesia.

Por la misma poca en que se escriban las Cartas pastorales, la Primera carta de Clemente (redactada hacia el 96-97 d.C.), explica la conexin histrica de los ministerios apostlicos como un principio de ordenacin de la Iglesia y como principio de legitimacin del ministerio (1Clem 42-44). Segn este texto, Cristo habr transferido a los apstoles la misin que el haba recibido del Padre (Lc 10,16; 20,22s.). Debern, por consiguiente, proclamar en todos los lugares de la tierra, la buena nueva del reino de Dios por venir. Tras la oportuna comprobacin en el Espritu debern instituir obispos y diconos.

A comienzos del siglo II comenz a perfilarse una diferenciacin entre el ministerio (originariamente nico) del episcopado y el del presbiterado. Ya las Cartas pastorales conocen la superioridad de los discpulos de los apstoles respecto de los titulares de ministerios en el mbito de la disciplina y de la potestad de conferir ordenes (1Tim 5,17.19.22; Tit 1,5).

En el obispo se encarna el principio de la unidad de la Iglesia y del presbiterio, y su autoridad sirve para la realizacin de la Iglesia como comunin en el amor. El obispo es el pastor de la comunidad en nombre de Cristo (Rom 9,1).

En este episcopado, el obispo representa la unidad de la comunidad en el bautismo y la eucarista y en la comunin con Cristo como fundamento y contenido de la Iglesia catlica.

c) La Iglesia como comunidad fraterna de los discpulos de Jess (Juan)

En el Evangelio de Juan (y en las Cartas de Juan) la Iglesia se presenta como el verdadero discipulado, unido en la fe, el bautismo y la eucarista. La Iglesia sirve a los hombres mediante el testimonio y la proclamacin (Jn 14,23.26; 16,14; 17,22; lJn 1,3; 4,13). Es una comunidad de fe y de amor en virtud de la entrega de la vida de Jess (Jn 3,16; 15,13; 1Jn 1,7-2,2; 3,16). En el Espritu tienen los discpulos participacin en la vida de Dios en el amor. Su comunin fraterna es participacin y actualizacin de la koinonia divina (Jn 14,16.23.26; 17,22; lJn 1,3; 4,13-16). El origen de la vida de la comunidad y la permanente comunin se ilustran mediante la gran imagen de Jess como via verdadera y los discpulos como sarmientos. Quien permanece unido a Jess produce verdadero fruto (Jn 15,1-8). l es el buen pastor (Jn 10).Jess es el nico camino al Padre (Jn 14,6), el origen nico de la vida eterna. El discipulado es la seal fundamentada en la encarnacin de la Palabra y en el envo del Espritu del amor trino de Dios al mundo. Los discpulos no solo son testigos en obras y palabras, sino tambin la disposicin a aceptar sobre si la persecucin y la muerte (Jn 15,16-27)

La comunidad de los discpulos de Jess es universal. La salvacin viene de los judos (Jn 4,22), pues Jess, Salvador del mundo (Jn 4,42), pertenece a la antigua alianza. Pero al llevar a otros, que no son del rebano de Israel, a esta comunidad, se revela como el nico pastor del nico rebao (Jn 10,16). La Iglesia vive de la palabra y del espritu de Cristo. En el bautismo transmite Dios a los discpulos la vida eterna (Jn 3,5). El pan ofrecido en la eucarista pasa a ser la verdadera comida para la vida eterna, el pan del cielo, que da vida al mundo y une de manera siempre nueva a los creyentes con Cristo y con la comunidad de los discpulos (Jn 6,22-71). El bautismo y la eucarista brotan simblicamente de la herida del costado de Jess y unen a todos los fieles en el amor de Cristo (Jn 19,34).

La comunidad visible de los discpulos es seal de la presencia de la Palabra de Dios hecha carne. La Iglesia no es en Juan, una comunidad invisible basada en sentimientos, sino una comunidad de amor de obra y de verdad.

A esta comunidad de discpulos le fue encomendada, despus de Pascua, la tarea de llevar adelante, en el Espritu, la misin de Cristo en el mundo (Jn 17,18). Junto al discpulo amado de Jess, que representa la vertiente carismtica de la Iglesia (Jn 13,23; 19,26; 20,2; 21,24), se encuentra la figura histrica de Simn Pedro/Cefas (Jn 1,42; 6,68; 13,24; 20,2). A l, la roca (Jn 1,42; Mt 16,18), le encomienda Cristo resucitado, el pastor nico (Jn 10,7), el ministerio pastoral universal en favor de todos los discpulos: Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas (Jn 21,15-17).

Del mismo modo que Jess desempeo su servicio pastoral hasta la entrega de la propia vida por sus ovejas, as tambin el ministerio pastoral que Pedro ejerce por su encargo (leva hasta el martirio.

d) El pueblo de Dios sacerdotal (Primera carta de Pedro)

La Iglesia es fruto de la obra salvfica de Dios trino y, en su esencia interna, objeto de la fe (1Pe 1,2). Ha surgido en virtud de las acciones de los profetas y los apstoles, que han difundido el evangelio con el poder del divino Espritu (1Pe 1,12). Dios concede a su Iglesia una vida siempre renovada a travs de su Palabra divina.En Cristo ejerce la Iglesia su esencia y su misin como linaje escogido, sacerdocio regio, nacin santa, pueblo adquirido por Dios, para ser testigos de las obras salvficas de Dios ante los pueblos

En Iglesia, pueblo y casa de Dios (1Pe 4,17), cada uno est al servicio de los dems y colabora en la edificacin del conjunto mediante los mltiples dones y carismas (1Pe 4,11; cf. Rom 12,6-8; 1Cor 12,4-11). De esta manera glorifican a Dios, por medio de Cristo, en el Espritu (1Pe 4,11.14).

El carcter sacerdotal describe la esencia de la Iglesia en su conjunto, tal como se expresa a travs de las diversas acciones de todos los cristianos. El pasaje no se refiere a la contraposicin de laicos y presbteros. Tampoco se intenta establecer una diferenciacin entre el sacerdocio comn de los laicos y el sacerdocio especial de los presbteros.

El apstol se presenta a s mismo como uno de los presbteros (1Pe 1,1; 5,1). Los presbteros son pastores que cuidan, de modo episcopal, de la grey de Dios. Son modelos de la comunidad y deben ejercer fielmente su ministerio con la mirada puesta en la manifestacin del jefe de los pastores (1Pe 5,4), es decir, de Cristo, pastor y obispos de vuestras almas (1Pe 2,25; cf. Ex 34,1).

e) El pueblo de Dios peregrino (Carta a los Hebreos)

La Iglesia es el rebao del pastor eterno. Jesucristo es el mediador y sumo sacerdote de la nueva alianza, ha instituido, mediante su autoentrega de una vez por todas, la salvacin y fundado el pueblo de la alianza escatolgica (Heb 8,6; 9,14; 13,20). l es el sumo sacerdote de los bienes futuros de la consumacin (9,11). Su Iglesia es la casa de Dios (10,21) y el pueblo de Dios (4,9; 10,30; 11,35). Es la hermandad de los santificados en el nombre de Jess (2,17; cf. Act 20,28). Es justamente en medio de la tensin entre la venida definitiva de Dios y el camino todava abierto de la comunidad hacia la consumacin ltima en la patria eterna del cielo cuando se requiere, en el presente, la perseverancia y la paciencia. El pueblo de Dios est en camino al encuentro del futuro (Heb 13,14). Es la Jerusaln celeste, nuestra madre (Gal 4,2.26). La Iglesia tiene ya ahora un modelo en los creyentes del pasado. El pueblo de Dios peregrino, con sus grandes testigos y su paciencia en las persecuciones, se convierte en motivo de la esperanza en la consumacin de la unidad del pueblo de Dios de la alianza paleo y neotestamentaria en Cristo (Heb 11,40).

Esta perspectiva abarca el pasado, el presente y el futuro del pueblo de Dios en la tierra y en el cielo y ensea a contemplar a la Iglesia como comunidad salvfica escatolgica (cf. Ap 6,9; 8,3)La comunidad, en su esperanza, fija la mirada en sus dirigentes ya difuntos, que fueron modelo de vida y de fe (13,7). Es preciso ser obedientes y sumisos a los superiores, pues estn velando por vuestras almas, como quienes tienen que rendir cuentas (13,17).

f) La Iglesia militante y la Iglesia triunfante (Apocalipsis de Juan)

En la visin apocalptica la Iglesia es la comunidad regia y sacerdotal que Cristo, el Cordero, ha adquirido para Dios en virtud de la entrega de su propia vida (Ap 1,5s.; 5,10; 20,6). La Iglesia reconoce el reino de Dios y le sirve con la palabra de la proclamacin, y el testimonio.En cuanto pueblo de Dios, la Iglesia acta en nombre de Cristo y bajo el signo de los Doce apstoles. Esta personificada en la mujer apocalptica (12,1-18), es la esposa del Cordero (19,7s.; 21,9) y la nueva Jerusaln, que desciende del cielo a la tierra (21,2.10s.). Su adversario es la contraiglesia de Satans, del dragn (12,9), la prostituta Babilonia (14,8.16.19; 17,1.5; 18,1). Pero se ha iniciado ya la victoria escatolgica de Dios y se la puede experimentar en medio de los padecimientos y las persecuciones de los santos. En el reino de Cristo todos participan ya de la resurreccin.

Despus del juicio universal, se deja or la splica de la esposa en el Espritu para que se apresure el tiempo de sus bodas con el Cordero (Ap 19,9; 22,17). La Jerusaln celeste, se asienta sobre doce piedras, los doce apstoles del Cordero (Ap 21,14). Ha llegado a su fin la Iglesia como instrumentos de salvacin. Pero permanece como su fruto. Por eso no hay en la ciudad ningn templo (Ap 21,22). La eterna comunin con Dios, y la plenitud consumada de la Iglesia, consiste en ver a Dios cara a cara (Ap 22,4; ICor 13,12; 2Cor 5,7; lJn 3,2).II. Sntesis de las principales declaraciones bblicas sobre la Iglesia1. La Iglesia es una comunidad visible de personas unidas en la confesin de fe, en la vida litrgica y en la autoridad de los primeros apstoles. Es obra de Dios que se revela, pueblo de Dios Padre, cuerpo de Jesucristo y templo del Espritu Santo. Constituida, por Dios mediante la agrupacin de la comunidad de los discpulos, como pueblo de Dios escatolgico mediante la cruz y la resurreccin de Cristo y la efusin escatolgica del Espritu Santo. Es una comunidad de personas, seal establecida por Dios y el instrumento de su voluntad salvfica universal.

2. Representa la voluntad salvfica universal de Dios universal. Que se concretiza en las Iglesias locales. Se ejercita como comunin en la oracin, en las enseanzas de los apstoles y en la direccin apostlica (Act 15,25.28). Es el lugar en el que se realizan la fe, la esperanza y la caridad. Se edifica mediante la palabra, bautismo y la cena del Seor.3. Por la Iglesia y en la Iglesia desempea el Seor en el Espritu Santo su misin salvfica universal, con todos los carismas y ministerios necesarios para el cumplimiento de este servicio.

4. La Iglesia es edificada por el Espritu en los dones, servicios y ministerios carismticos. La figura ministerial postapostolica conformada de epscopos/presbteros y diconos tiene su punto de apoyo histrico en el apostolado de la primera poca y en los ministerios surgidos del apostolado. Estos ministerios son sacramentales, otorgados y transmitidos por el mismo Espritu mediante la imposicin de las manos y la oracin.

5. La Iglesia tiene conciencia de la unidad universal, en el ejercicio de responsabilidad por todas las Iglesias, por ejemplo en Pablo habla de la nica Iglesia de Dios. los apstoles y los presbteros (Act 15,4) que, bajo la direccin del Espritu Santo, adoptan en comn resoluciones sobre temas importantes que afectan a la Iglesia universal (Act 15,22.28).

6. Pedro, en cuanto es garante de la unidad de la comunidad prepascual de Jess y la Iglesia pospascual de Cristo. Dentro del colegio de los apstoles ocupa una posicin destacada como testigo y proclamador de la fe en Cristo (Mt 16,16-19; Lc 22,32; Act 2,32; 10,37-43; 15,8). A l se le ha confiado el ministerio pastoral universal y el servicio a la unidad universal de la Iglesia(Jn 21,15-17).5. La eclesiologa y evolucin histrica La patrstica y la eclesiologa agustiniana. (Pgs. 608-614)I. Las perspectivas de la Patrstica

Los Padres de la Iglesia no elaboraron un tratado especfico sobre la eclesiologa, aportaron contribuciones bsicas.

Los Padres apostlicos, pusieron todo su empeo en conservar con fidelidad la herencia de los apstoles en la Iglesia catlica (Mart. Pol 8,1). La Iglesia catlica (Ignacio, Smyrn. 8,2) existe en las Iglesias locales, unidas entre s en la comunin de la fe, de la vida sacramental y de la misin apostlica de los obispos. Ignacio es el primer autor que define al conjunto total de las comunidades como Iglesia catlica. Expresaba as la correspondencia entre la eclesiologa y la voluntad salvfica universal es decir, catlica de Dios. La Iglesia es, segn l, fruto de la predicacin apostlica con la misin de transmitir con fidelidad las enseanzas de los apstoles y preservar la communio de todos los cristianos en la fe y el amor.

En el enfrentamiento con la gnosis pagano-cristiana y en la cumbre ms alta de la apologtica del siglo II, Ireneo de Lyon presentaba a la Iglesia catlica como norma y criterio de la transmisin fiel de la revelacin del Dios trino. La Iglesia, segn Ireneo, ensea por mandato de Cristo y a travs de sus enseanzas habla Jesucristo mismo (cf. Lc 10,16: Quien os escucha, me escucha a mi' ). Ireneo subrayaba que, a travs de los escritos apostlicos (el Nuevo Testamento) y de la fidelidad a la viviente tradicin apostlica en la proclamacin, la catequesis y la praxis eclesial, puede identificarse a la verdadera Iglesia con la comunin de las comunidades que se encuentran en la sucesin apostlica de todas las Iglesias. Ofrece un criterio de singular validez para la communio universal de la Iglesia la coincidencia con la tradicin apostlica y la proclamacin de la fe de la mayor, la ms antigua y la ms renombrada Iglesia, fundada y edificada en Roma por los gloriosos apstoles Pedro y Pablo, (haer. 111,3,2).

La Iglesia no se entiende a s misma como la suma de crculos esotricos o como la agrupacin, de comunidades o de grupos de comunidades cristianas que vivieron, en su etapa inicial, totalmente aisladas. En la unidad de la confesin y de la vida sacramental (cf. el intercambio de cartas de comunin entre las diversas Iglesias locales) y a travs del episcopado, que se remonta hasta los apstoles, se hace visible y perceptible la unidad subyacente en el misterio de la Iglesia.La teologa de los Padres recurri a diversas imgenes bblicas que aplicaron, tipolgica y alegricamente, a la naturaleza de la Iglesia: la Iglesia, en cuanto pueblo de la alianza, virgen e hija de Sion; esposa de Cristo, que recibe, en la escucha y la oracin, la palabra y la gracia de Dios. Madre que, mediante la proclamacin del evangelio, el bautismo y la eucarista, alimenta y educa a los creyentes como hijos. La nueva Eva, la nica arca de salvacin, la barca de Pedro, la grey de Dios y su via, el paraso, la tnica inconstil y no desgarrada de Cristo. Finalmente, y aduciendo Cant 6,9, es tambin la paloma.En las controversias con el montanismo (El montanismo, movimiento que pretenda revalidar las realidades neumticas y escatolgicas de los primeros tiempos de la Iglesia. Escatologa: el fin de los tiempos se acercaba y era inminente, por ello insisti en las prcticas ordinarias en la Iglesia de entonces: preparacin al martirio, ayuno, abstencin de alimentos hmedos, castidad dentro del matrimonio, prohibicin de segundas nupcias, negativa a conceder el perdn a un cristiano bautizado incluso en el caso de que hiciera penitencia. El profetismo: intentaron revivir el profetismo cristiano, que apenas exista en la poca. Los profetas del montanismo se consideraban receptculos de la divinidad: no eran ellos quienes hablaban, era el Espritu quien hablaba por su boca. As, Montano era un nuevo Parclito) y con otros grupos se planteaba el interrogante de cmo se relacionan entre si la esencia interna de la Iglesia y su forma social visible. Acta el Espritu Santo tambin alii donde alguien se ha excluido de la comunin visible? Con la mirada puesta en todos cuantos haban abandonado la nica Iglesia, Cipriano de Cartago afirm la unin entre el Espritu y la Iglesia y acu el axioma de la necesidad de pertenecer a la Iglesia para salvarse: salus extra ecclesiam non est, nadie puede tener a Dios por padre si no tiene a la Iglesia por madre (Ambrosio).

Los Padres desarrollaron el tema de la Iglesia casi siempre desde la vertiente espiritual y con la atencin centrada en su esencia y su misin. A los obispos, se les considera ante todo y sobre todo como sucesores de los apstoles, instituidos por el Espritu Santo. Tienen la misin de transmitir con fidelidad las enseanzas apostlicas. Ejercen en la Iglesia el ministerio supremo de maestros, pastores y sacerdotes. El ordo ecclesiasticus sacramental se compone de un (solo) obispo, los presbteros que forman, junto al obispo, el sacerdocium y de un cierto nmero de diconos que acompaan y sirven al obispo. Pero La Iglesia visible no se circunscribe en modo alguno al clero. La Iglesia es el pueblo de Dios en el conjunto total de los creyentes como congregatio fidelium o como communio sanctorum. La Iglesia son todos cuantos participan de sus medios de santificacin en comunin personal con todos los miembros del cuerpo de Cristo, y en especial con los santos del pasado, los patriarcas, apstoles, mrtires, y con Mara.

Sobre el trasfondo de una ontologa platnica dualista (Clemente de Alejandra, Orgenes), y como consecuencia de las tensiones concretas entre algunos cristianos, se suscit el problema de una ms estrecha coordinacin entre la Iglesia visible y la invisible.

Se busco la solucin remitindose a la constitucin sacramental de la Iglesia, aunque de aqu se derivaba una tensin entre signo y contenido.

Cipriano entenda la Iglesia como el sacramentum unitatis et charitatis. Al estar constituida la Iglesia, desde Cristo, su cabeza, mediante el bautismo y la eucarista, como una comunidad viviente, se realiza como una formacin socialmente ordenada. Segn esta concepcin, la Iglesia alcanza una realizacin singularmente clara en la eucarista, en la communio fraterna que celebra, con el sacerdote de Dios, el sacrificio divino.

La communio de la Iglesia catlica estara enraizada en el hecho de que participa de la unidad del Dios trino. As unida, sera a su vez seal de la unin y de la unidad del mundo.En concreto, la unin sacramental de la comunin con Dios y de los creyentes entre s se realizara en la persona del obispo: El obispo est en la Iglesia y la Iglesia en el obispo y quien no est con el obispo no est con la Iglesia. De donde se sigue, a modo de definicin: la Iglesia es el pueblo de Dios unido con el obispo, es la grey unida con su pastor. Es la hermandad agrupada alrededor del obispo, por el dirigida e instruida en el evangelio. Cipriano sostiene expresamente que slo el bautismo administrado en la Iglesia es vlido y eficaz, mientras que el administrado por los cismticos y los herejes carecen de eficacia salvfica.

La unidad de la Iglesia catlica, por aquella poca, encuentra su expresin en el collegium sacerdotale.El episcopado, posedo por la pluralidad de los obispos, es nico en su origen, porque su punto de partida es el primado concedido al apstol Pedro. Pero todos y cada uno tiene los mismos derechos y son poseedores responsables de la potestad apostlica de san Pedro (Mt 16,18), que tambin les fue otorgada a los restantes apstoles (Mt 18,18). Cada uno representa a la Iglesia catlica, aunque siempre en comunin con todos los restantes.

A la Iglesia de Roma, lugar de la muerte de Pedro (locus Petri), se le ha confiado la cathedra. La Iglesia romana es la ecclesia principalis. Su funcin es anloga a la desempeada por Pedro en el colegio apostlico, a saber, ser seal y fundamento de la unidad catlica en la fe.

Estas sentencias no se refieren a una autoridad superior de tipo jurisdiccional. Tampoco se refiere a un simple primado de honor. Estas declaraciones de Cipriano deben interpretarse en el marco de una eclesiologa de la comunin eucarstica, de la comunin de la tradicin y de la unidad de la fe apostlica, representadas por los obispos, en las que al obispo de Roma le corresponde una especial funcin de seal de la unidad.

La conciencia del origen apostlico de la Iglesia y de la importancia constitutiva del ministerio episcopal para mantener a la Iglesia unida, tuvo su manifestacin en el vivo intercambio de las comunidades entre s, pero tambin, y sobre todo, en el modo de incluir a los obispos en el colegio episcopal mediante la consagracin, que debera ser llevada a cabo por los obispos vecinos. Esta conciencia de unidad tuvo tambin su expresin concreta en los snodos y concilios, primero locales y ms tarde ecumnicos (Antioquia 268; Arles 314; Nicea 325). La autoridad para rechazar las herejas y para superar las escisiones y divisiones se apoya en la accin eficaz del Espritu Santo, que ha concedido a su Iglesia el don de la infalibilidad en la explicitacin de la fe. Los obispos, como sucesores de los apstoles, han recibido, en la sucesin del episcopado, el seguro carisma de la verdad, segn el beneplcito del Padre (Ireneo).

Entre los temas debatidos en el contexto de la forma apostlica de la Iglesia se encuentra la reclamacin, perceptible en los siglos II y III, del obispo de Roma (papa Esteban, 254-257) de un primado en el colegio episcopal, en cuanto sucesor de Pedro (remitindose a Mt 16,18: Tu eres Pedro, la roca, y sobre esta roca edificare mi Iglesia). Es necesario establecer una relacin entre la explanacin del concepto del primado y la teologa conciliarista y la de la pentarqua, es decir, la correlacin entre s de la secuencia de los cinco antiguos patriarcados de Roma, Constantinopla, Alejandra, Antioqua y Jerusaln.

Como se comprueba en el Decretum Damasi (hacia el 380) la Iglesia romana tiene la conviccin de que:

Aun cuando no haya ms que un solo tlamo de Cristo, la Iglesia Catlica, difundida por todo el orbe, sin embargo, la Santa Iglesia romana no ha sido antepuesta a las otras Iglesias por constitucin alguna conciliar, sino que obtuvo el primado por la evanglica voz del Seor y Salvador, cuando dijo: Tu eres Pedro... (Mt 16,18s.). Por consiguiente, la primera es la Sede del apstol Pedro, la de la Iglesia romana... (DH 350s.; DHR 163).

Conclusin: Los Padres de la Iglesia han concebido a la Iglesia como una koinonia sacramental. La Iglesia es el misterio, instituido por Dios, de la unin de los hombres con Dios y entre s. Esta unidad de la Iglesia, causada por el Espritu Santo, se lleva a cabo en la unin de la confesin de fe, del amor fraterno, de la comunin sacramental y de la unidad en la direccin del episcopado.

II. La Iglesia en san AgustnLa Iglesia, como cuerpo de Cristo, forma, con su cabeza, una unin personal (cf. Act 9,4; Gal 3,28: Sois uno en Cristo Jess). Cristo y la Iglesia son la cabeza y el cuerpo del unus et totus Christus. Se han unido para formar una sola carne, como el esposo y la esposa (cf. Ef 5,21). El cuerpo de Cristo abarca a todos cuantos han recibido en el Espritu Santo la gracia y la vida. El Espritu del amor produce, a travs de los sacramentos, la unin por la gracia y edifica as a la Iglesia para que sea communio caritatis y corpus Christi.

Agustn se opuso frontalmente al donatismo, que circunscriba la Iglesia solo a los santos que viven en estado de gracia justificante. Si se declara que los pecadores no son, per definitionem, miembros de la Iglesia, entonces nadie puede ya decir donde est la Iglesia, pues ninguna persona es capaz de determinar quin es pecador y quin santo. Agustn insiste en que la Iglesia visible es siempre una ecclesia mixta de santos y pecadores. Slo en el juicio final se descubrirn las diferencias y se manifestara la Iglesia sine macula et sine ruga (Ef 5,27).Al exponer Agustn la relacin de la Iglesia como comunin de gracia y como sociedad visible y sacramentalmente constituida (con ayuda del esquema platnico del modelo y la copia y de la idea de la participacin inherente a este esquema) consigui evitar los dos extremos: Ni la Iglesia es la comunidad de solo los justificados (excluyendo a los pecadores), ni tampoco la nica Iglesia est escindida en dos realidades distintas, en una Iglesia espiritual y pura y en otra visible e impura. Aunque no se da una identificacin total entre la Iglesia visible y la invisible, existe entre ambas un vnculo indisoluble, de donde se desprende la necesidad de la Iglesia para la salvacin.

Agustn rechaza tambin la posicin donatista segn la cual solo los sacerdotes que viven en unidad plena con la Iglesia administran vlidamente los sacramentos. Cristo ha vinculado la transmisin sacramental de la gracia a la potestas, no a la santidad personal: Cristo es quien bautiza. Los sacramentos recibidos y administrados fuera de la Iglesia no carecen de validez, aunque les falta la eficacia plena cuando existe una oposicin consciente contra la Iglesia, pues el Espritu Santo desea transmitir la gracia a travs de la unin de la communio.

La iglesia propuesta por los donatistas, no poda ser la Iglesia verdadera, porque le faltaba la catolicidad. Quien abandona culpablemente la Iglesia catlica no puede salvarse, porque niega a esta Iglesia la funcin, querida por Cristo, de transmisora de la salvacin. Por otro lado, tampoco la simple pertenencia a la Iglesia es garanta suficiente de que se conseguir la salvacin eterna. Solo la gracia, recibida en la fe y conservada hasta el fin en el amor (Gal 5,6), constituye la salvacin, que es transmitida a travs de la afiliacin a la Iglesia, pero que no se produce de forma automtica. Quien se encuentra de buena fe y sin culpa fuera de la Iglesia catlica puede pertenecer de alguna manera, en virtud de la gracia de Cristo, que acta eficazmente en l, a la Iglesia, o puede estar ordenado u orientado a ella, de modo que consiga participar, al final de los tiempos, en la comunin de los redimidos.De ordinario, es la pertenencia a la Iglesia sacramental visible la que transmite el Espritu Santo y la unin salvfica con el cuerpo de Cristo en la comunin de la gracia invisible. Teniendo en cuenta que el signo y la realidad van juntos, se deduce que la pertenencia a la Iglesia visible es necesaria para la salvacin. Pero no se excluye la posibilidad de que en algunos casos concretos no se de una total coincidencia. Respecto de la relacin entre la Iglesia visible y la invisible cabe decir: algunos de los que estn dentro, se encuentran realmente fuera a causa de su falta de fe o de su vida depravada; y muchos de los que, sin culpa, estn fuera, por haber nacido en comunidades cristianas herticas o cismticas o porque han sido injustamente excomulgados, pertenecen a la Iglesia como comunidad invisible de la gracia. Tan solo en el cielo habr coincidencia plena entre la santidad de la Iglesia y la de sus miembros.

No puede achacrsele a Agustn una doble y contradictoria concepcin de la Iglesia. En su controversia con el pelagianismo (Negaba la existencia del pecado original, falta que habra afectado slo a Adn, por tanto la humanidad naca libre de culpa y una de las funciones del bautismo, limpiar ese supuesto pecado, quedaba as sin sentido. Adems, defenda que la gracia no tena ningn papel en la salvacin, slo era importante obrar bien siguiendo el ejemplo de Jess.) entiende a la Iglesia como el numerus praedestinatorum. Pero para l la predestinacin no es un decreto pretemporal de Dios. No existe, en efecto, una predestinacin al mal y a la condenacin eterna. La Iglesia visible se compone de los hombres efectivamente elegidos para la salvacin. Los sacramentos y la afiliacin a la Iglesia son signos y medios para alcanzar de hecho en la comunin de los santos en el cielo la salvacin ofrecida en la Iglesia visible.

La Iglesia catlica es la comunidad orgnicamente estructurada de los creyentes que estan unidos en la confesin de la fe y en la comunin de los sacramentos y han sido agrupados, mediante el ordo ecclesiae. Los obispos de manera especial, como sucesores de los apstoles, mantienen una unin vertical con la doctrina apostlica y garantizan, en la dimensin horizontal, la communio de todas las Iglesias.

Para Agustn, la cathedra Petri de Roma ejerce una importante funcin de orientacin en favor de la unidad de la Iglesia catlica en la communio ecclesiarum. El primado de la catedra apostlica, desde siempre firmemente ejercido por la Iglesia romana no implica una instancia doctrinal independiente y superior a los concilios o un monopolio de la autoridad cannica y jurisdiccional. Las diversas Iglesias parciales ejercen con autonoma propia el ministerio episcopal. Es a los concilios universales de la Iglesia catlica a quienes compete originariamente (en unin con el obispo de Roma) la autoridad doctrinal apostlica.

[No deben mezclarse los conceptos de civitas Dei y civitas terrena mencionados en la teologa de la historia con el tema de la Iglesia, y menos an con el problema de la definicin de las relaciones entre la Iglesia visible y la invisible. El inters de Agustn en De civitate Dei se dirige a los principios ms ntimos de la fe y de la incredulidad que determinan la historia de la humanidad en lo concerniente a Dios y a la meta del hombre.] La Edad Media. (Pgs. 614-616)Aunque son muy numerosas las sentencias de los Padres de la Iglesia y de los grandes telogos de la Escolstica sobre la misin y la esencia de la Iglesia. Hasta la Baja Edad Media no puede hablarse de un anlisis sistemtico del tema de la Iglesia. Dieron motivo para ello el enfrentamiento entre el Imperio y el papado, entre el poder espiritual y el temporal y las discusiones en torno a la supremaca del papa o del concilio. (Pg 588)La escisin de la Iglesia en el siglo XVI fue el resultado de la contraposicin entre la Iglesia como comunin de los santos por un lado y la estructura social visible de la Iglesia sacramental y jerrquica por otro.

La tensin entre ambas dimensiones tuvo causas teolgicas, condicionada tambin por la evolucin social. La distincin poco clara entre la Iglesia y la sociedad/Estado, provena de la experiencia histrica de que el Imperio Romano haba abrazado el cristianismo y de que tambin los reinos francos y germanos se asentaban sobre bases cristianas. (Aparece aqu el problema de la mundanizacin de la Iglesia y del papado)

La tensin entre la jerarqua y el laicado y los debates en torno a las competencias de los prncipes y del emperador para dirigir la sociedad y la Iglesia alcanzaron su punto lgido en la controversia de las investiduras, suscitada por el tema del derecho de nombramiento de los obispos.

En lneas generales la Iglesia sali fortalecida de aquel combate. Pero se produjo una cierta acentuacin de los aspectos jurdicos, lo que implicaba una fuerte insistencia en la dimensin visible de la Iglesia. La alusin al origen divino y a la dimensin espiritual de la Iglesia pareca ser, simple justificacin ideolgica de las apetencias de poder enteramente mundanas de la jerarqua eclesistica.

Frente a estas apetencias de poder y de riquezas externas, se registraron grandes iniciativas intraeclesiales en contra, el gran movimiento de las ordenes mendicantes (entre otros, los dominicos y los franciscanos) se mantenan dentro de la unidad de la Iglesia, otros grupos insistieron con tal vehemencia en la idea de la ecclesia spiritualis que perdan de vista el carcter sacramental de la Iglesia visible. En el contexto del cisma de Occidente (1378-1417), de las discusiones conciliaristas en torno a la superioridad del concilio sobre el papa y del clamor universal por una reforma de la Iglesia en la cabeza y en los miembros, se fue creando, en la Baja Edad Media, un potencial conflictivo que trastorn no slo a la Iglesia, sino a las concepciones eclesiolgicas tradicionales.

Ejerci, en este tiempo, una gran influencia la tradicin, forjada en torno a las ideas de Agustn, de una eclesiologa teolgica. Se fue as configurando, ya en la temprana Escolstica, el tratado De Christo capite (Pedro Lombardo). En la perspectiva paulina y agustiniana se presentaba a la Iglesia como el cuerpo de Cristo en los numerosos miembros y se la denominaba corpus Christi mysticum. Este concepto define a la Iglesia en un sentido teolgico, a diferencia del concepto sociolgico de la unidad de los fieles como populus christianus (cf. Tomas de Aquino). En conexin con el debate en torno al primado papal, se discuti tambin el problema de en qu sentido y hasta qu punto es el papa cabeza de la Iglesia visible. Ambos aspectos se concilian si se tiene en cuenta que a Cristo se le denomina cabeza invisible del cuerpo mstico de la Iglesia, mientras que del papa se dice que es el representante o vicario de Cristo en la tierra. Aqu, el contenido de este ttulo papal desborda la concepcin paleoeclesial, que entenda que todos los obispos y presbteros son vicarius Christi, en cuanto que actan, con autoridad sacramental, en la persona de Cristo, que es cabeza.

La definicin de las relaciones entre la Iglesia y la sociedad civil est expuesta, desde el punto de vista de la misin divina de la Iglesia de anunciar la voluntad salvfica universal de Dios en Gaudium et spes.

Reforma y Contrarreforma. (Pgs. 616-619)I. La concepcin de la Iglesia en Lutero y Calvino (REFORMA)La reforma protestante del siglo XVI surgi en el entramado de tendencias y movimientos contrapuestos y en el marco de una situacin social en plena transformacin (una Iglesia mundanizada; el cisma de la Iglesia de Occidente; la adulteracin de la praxis de la penitencia eclesistica; la irritacin y escandalo a causa del sistema fiscal del papado avinonense; la desaparicin del universalismo occidental bajo la presin de los insurgentes Estados nacionales, animados por el propsito de someter la Iglesia a los objetivos estatales; el movimiento hacia el individualismo; la protesta contra la monopolizacin de la fe y de la vida espiritual llevada a cabo en la Iglesia a travs del clero, etc.).

-Lutero tiene como punto de partida, la experiencia interior de la inmediatez del hombre a Dios en la conciencia y en la fe personal. El pecador se sabe, en la fe, inmediatamente interpelado por la palabra de Dios que le justifica.

A esta experiencia de la inmediatez con Dios se opone un sistema eclesial que, en opinin de Lutero, suprime este contacto directo y personal entre Dios y el hombre. Aqu los laicos dependeran de la mediacin de un sacerdocio sacramental, nico al que se le habra confiado el sacrificio de la expiacin. A todo ello se aadir la pretensin del papa de ser el nico capacitado para interpretar de manera definitivamente valida la Sagrada Escritura, con lo que no hara sino afianzar an ms su poder. As, pues, el acceso a la salvacin dependera de la sumisin al papa y a la jerarqua y de la vinculacin al sacerdocio sacramental. El discurso acerca de la estructura sacramental le pareca a Lutero la fundamentacin ideolgica de un sistema de dominio clerical que cuestiona la inmediatez de la salvacin de los cristianos. Este es el trasfondo de la aseveracin luterana de que el papa es el Anticristo.

Lutero define a la Iglesia como comunidad de los creyentes y como cuerpo de Cristo, edificado y guiado por la palabra de Cristo y por el Espritu. La Iglesia surge siempre nuevamente de la Palabra y del Espritu de Dios. Es una creatura verbi. Es la palabra la que rene, conserva y edifica a la Iglesia. De ah que se diga que la Iglesia es el santo y cristiano pueblo de Dios en la palabra. Pueblo de Dios y Palabra de Dios forman una unidad indisoluble.Es realidad espiritual que se mueve en el campo de tensin de palabra y fe, la Iglesia es la comunidad oculta, pero real, de los santificados y justificados: ecclesia invisibilis. Este ocultamiento de la Iglesia tiene una estrecha conexin teolgica con el ocultamiento de Dios en la cruz de Cristo. La Iglesia debe orientarse segn el ejemplo de Cristo, que no apareci en poder y gloria, sino que se ha revelado en su divinidad sub contrario en el ocultamiento de la pasin y de la cruz.

La cristiandad es algo ms que la simple suma externa de los creyentes. Es la communio sanctorum, all donde se anuncia la palabra, se administra el bautismo, se celebra la eucarista, se confiesa la fe y se alaba a Dios, all donde Dios enva a su Iglesia servidores del ministerio de la proclamacin, donde los fieles son atacados y sometidos a persecuciones. Estas seran las verdaderas notas caractersticas de la Iglesia catlica y apostlica y no las instituciones externas, que tal vez se remonten en el curso de la historia hasta la Iglesia primitiva, pero que se habran corrompido al convertirse en instancias salvadoras intermedias. Aqu los titulares de ministerios serian sino administradores autnomos de una salvacin que solo Dios puede otorgar.

La jerarqua eclesistica es tan solo de derecho humano. El sometimiento a las enseanzas del papa y de los concilios vinculara la salvacin a condicionamientos humanos externos. De donde se sigue la clebre definicin de Iglesia de la Confessio Augustana:

Se ensea que debe existir y permanecer en todo tiempo una santa Iglesia cristiana que es la asamblea de todos los creyentes, en la que se predica puramente el evangelio y se administran los santos sacramentos segn el evangelio. Pues para la verdadera unidad de las Iglesias cristianas basta con que se predique fructuosamente y con mente pura el evangelio y se administren los sacramentos segn la divina palabra. Y no es necesario, para la verdadera unin de la Iglesia cristiana, que se mantengan en todas partes unas mismas ceremonias, instituidas por los hombres... (CA 7).

La Iglesia cristiana no es, propiamente, sino la congregacin de todos los santos y creyentes, y aunque permanecen... (CA 8).

-Calvino no se senta tan impulsado como Lutero por el problema personal de Dios y de su gracia, sino por el de la implantacin del reino de Dios en el mundo.

Afirma que la Iglesia es la comunidad de los elegidos para la bienaventuranza celeste (numerus praedestinatorum). Tambin entiende por Iglesia a los creyentes en Cristo diseminados por la tierra. Se les reconoce como tal comunidad en virtud de la palabra y los sacramentos como signos de la gracia. Desde el punto de vista de la organizacin, estos fieles se agruparan en una institucin visible, caracterizada por el orden ministerial de pastores, maestros, diconos y presbteros. Pero en esta agrupacin eclesial visible se habran mezclado muchos hipcritas, cristianos solo de nombre. La fe solo se refiere a la Iglesia invisible. No obstante, el cristiano esta obligado a respetar la comunidad eclesial visible y a mantenerse en comunin con ella.

En la segunda Confesin helvtica de 1556, uno de los ms importantes escritos confesionales de la Reforma, se ensea acerca de la santa y catlica Iglesia de Dios y de su cabeza nica, Cristo:

Como Dios quiso desde el principio que los hombres fueran dichosos y llegaran al conocimiento de la verdad, ha debido darse siempre una Iglesia, y debe darse hasta el fin del mundo, es decir, una agrupacin de creyentes llamados o reunidos del mundo, una comunidad de todos los santos, esto es, de los que conocen verdaderamente al verdadero Dios mediante la palabra y el Espritu Santo en Cristo, el Salvador, oran rectamente y participan, en la fe, de todos los bienes que nos son ofrecidos en Cristo... El cuerpo tiene una sola cabeza y est adaptado a ella. Por eso, la Iglesia no puede tener ninguna otra cabeza sino Cristo... Por tanto, no necesita (Cristo) un lugarteniente, ya que solo lo necesita quien se ausenta. Pero Cristo est presente en la Iglesia y es su cabeza vivificante (p. 181)... Una vez mas, no todos los enumerados como pertenecientes a la Iglesia son santos, miembros vivos y verdaderos de la Iglesia. Pues muchos son hipcritas, que oyen externamente la palabra de Dios y reciben los sacramentos ante los ojos de la gente....

II. La definicin de la Iglesia de la Contrarreforma (de Roberto Bellarmino)El cardenal Roberto Bellarmino (1542-1621) formulo una definicin de la Iglesia que ha marcado profundamente la eclesiologa catlica. No hay en ella un enfrentamiento positivo con la crtica de los reformadores, sino que se limita a defender la tradicin precedente. Adopta un punto de vista opuesto al de la Reforma, describe la esencia de la Iglesia no desde su forma invisible, sino desde la visible:

La Iglesia es una comunidad de hombres que estn unidos mediante la confesin de la bienaventurada fe y la participacin en los mismos sacramentos, bajo la direccin de los legtimos pastores y, sobre todo, del representante de Cristo en la tierra, el pontfice romano (Controv. 4,3,2).

En contra de la supresin de la diferencia entre sacerdotes y seglares, se define a la Iglesia como una societas inequalis. Frente al abandono de la dimensin visible de la Iglesia y de su significacin salvfica, Bellarmino afirma que la Iglesia es una agrupacin de personas tan visible y palpable como el reino de Francia o la republica de Venecia. Declara que la jerarqua eclesistica es elemento constitutivo de la esencia de la Iglesia, ya que por su medio se ejerce el servicio de la salvacin y se transmite la gracia sacramental. La alusin de Lutero al sacerdocio general (segn 1Pe 2,5) no aporta, segn Bellarmino, ningn argumento vlido, pues este pasaje no puede interpretarse en el sentido de una inmediatez de cada creyente con Dios. En cambio, para Lutero el servicio sacerdotal del ministerio apostlico sera una especie de instancia intermedia creada que pone en peligro la salvacin y que es preciso eliminar.

Pero a pesar de la insistencia en la visibilidad de la Iglesia, en el programa de la Reforma catlica se tuvo siempre perfectamente en cuenta la dimensin espiritual. Edad Moderna. (Pgs. 619-620)I. La eclesiologa bajo la influencia del desmo y de las Iglesias nacionalesLas influencias de una concepcin desta de Dios y de la reduccin de la religin a la moral provocaron modificaciones en la imagen de la Iglesia. El problema sobre el contenido de verdad del dogma paso a un segundo plano, la Iglesia aparece ahora como una instancia educativa moral, que poda ponerse al servicio de los ms altos fines del Estado (Iglesias nacionales). Esta concepcin extrinsecista de la Iglesia hizo eclosin en el Absolutismo ilustrado. Aqu no se estableca ya la constitucin de la Iglesia a partir de su esencia sacramental, sino que se la organizaba de acuerdo con las teoras sociales del derecho natural. La Iglesia quedaba as inserta en el Estado como asociacin cuya finalidad es alcanzar el bienestar en este mundo.

Pero a esta percepcin se opona la libertad de la Iglesia, que no puede someterse a los objetivos intramundanos de las instancias estatales. Es, por tanto, comprensible que en el curso de los siglos XVIII y XIX el magisterio eclesistico defendiera reiteradamente, frente a tales ataques, los elementos esenciales de la concepcin de s de la Iglesia. La lucha por la libertad de la Iglesia se libr bajo el lema de la societas perfecta. Frente al Estado y la sociedad, la Iglesia estara, como organizacin jerrquica, al servicio del destino sobrenatural del hombre. Por lo dems, se fundamentaba su estructura, mediante una argumentacin meramente positivista, en la voluntad de su fundador histrico, Jess, quien la habra dotado de la necesaria autoridad, de tal suerte que los laicos son simples receptores de las instrucciones de la jerarqua. Quien se somete en obediencia de fe a la autoridad eclesistica y acepta los servicios sacerdotales, este pertenece a la congregacin visible de la Iglesia y tiene la garanta de alcanzar la salvacin sobrenatural.

Esta concepcin clerical y jerarquizada de la Iglesia tuvo su correspondencia en un concepto de la revelacin marcadamente positivista. Johann Adam Mohler describa irnicamente: Dios creo al principio la jerarqua y esto es para la Iglesia ms que suficiente hasta el fin de los tiempos. Del Concilio Vaticano I al Vaticano II. (Pgs. 620-621)I. Nacimiento de una eclesiologa teolgicaBajo el influjo del idealismo y del romanticismo, en virtud de un retorno a la Iglesia de la Patrstica, Johann Sebastian Drey (1777-1853) y Johann Adam Mohler (1796-1838) lograron llamar la atencin sobre la necesidad de fundamentar la Iglesia en la encarnacin y en el envo del Espritu. Matthias Josef Scheeben (1835-1888) ense a contemplar de nuevo a la Iglesia como un misterio. Dios trino se comunica a los hombres en la encarnacin y en la misin de su Espritu. Les incluye en el misterio de la filiacin sobrenatural divina. El hombre est llamado a participar mediante la gracia, en el Espritu Santo de la relacin filial de Cristo al Padre. Pero dado que, en virtud de su propia naturaleza, necesita una mediacin visible para la comunin invisible de Dios, Dios mismo ha convertido, en la naturaleza humana de Jess, la dimensin visible, corprea y social de la vida creada en signo sacramental de su automediacin salvfica. La co-realizacin de la vida sacramental y comunitaria en la Iglesia es el medio adecuado de la comunicacin humano-divina. Las realidades interna y externa de la Iglesia estn tan unidas entre s como lo estn, en un sacramento, la gracia interna y el signo sacramental externo. La Iglesia est fundamentada en el misterio de la encarnacin y tiene necesidad del Espritu como de su principio vital permanente. De ah que deba entenderse al Espritu Santo como el alma de la Iglesia.(La eclesiologa del I concilio Vaticano, concibi a la Iglesia como el misterio de Cristo y como su cuerpo mstico)

El modernismo supuso una cierta ruptura en la evolucin de la eclesiologa de los siglos XIX y XX. Aqu se niega rotundamente y desde una perspectiva meramente positivista que el Jess histrico sea el fundador de la Iglesia y se afirma:

Fue ajeno a la mente de Cristo constituir la Iglesia como sociedad que haba de durar por una larga serie de siglos sobre la tierra; ms bien, en la mente de Cristo, el reino del cielo estaba a punto de llegar juntamente con el fin del mundo (OH 3452; DHR 2052; cf. A. Loisy, 1902: Jess anunciaba el reino, pero vino la Iglesia).

Tras la crisis del modernismo y la catstrofe de la primera guerra mundial, comenz a dar sus primeros pasos el siglo de la Iglesia. Romano Guardini acu la expresin clsica: Se ha iniciado un proceso religioso de incalculable alcance: La Iglesia despierta en las almas.Las mltiples contribuciones de la exegesis, la Patrstica y la liturgia y los impulsos procedentes de la teologa ortodoxa y la protestante pusieron en marcha un movimiento eclesiolgico que acabara por desembocar en la constitucin sobre la Iglesia Lumen gentium del II concilio Vaticano.

[Tambin representantes de la Escuela de Tubinga y de la Escuela romana, el telogo alemn M. J. Scheeben y el cardenal ingles J. H. Newman fueron allanando el camino hacia una concepcin completamente renovada de la doctrina sobre la Iglesia, ya no bajo prismas cannicos, sino teolgicos y sacramentales. Basaron sus ideas en los fundamentos bblicos y en las fuentes patrsticas, evitaron el dualismo entre la dimensin visible y la invisible de la Iglesia y concibieron su esencia desde el punto de vista central de la sacramentalidad. La dimensin externa, es la seal eficaz de la realidad interna, de la comunin escatolgica de los hombres.

Iglesia no es ya la imagen de la pirmide, la Iglesia no es ya es una institucin salvfica estrictamente organizada en sentido vertical.

Desde el Concilio Vaticano II se entiende a la Iglesia como la communio, creada por Dios, de todos los hombres en la comn participacin en la fe, en los medios y en los servicios de la salvacin.

La communio es el nuevo paradigma de la eclesiologa (eclesiologa-comunin).] (Pg. 588) La eclesiologa del posconcilio y la discusin actual. (Pgs. 589-591)La situacin actual plantea, a la reflexin teolgica sistemtica, retos concretos sobre temas especficos de la fe en general y sobre la esencia de la Iglesia en particular.

a) La Iglesia como testigo de la trascendencia en un mundo secularizado. En la Europa postcristiana, arranca el proceso de la secularizacin universal de la conciencia y de la inmanencia del sentido de la existencia, por ello la Iglesia debe ser testigo de la dimensin trascendental del hombre a Dios y como intrprete de la bsqueda humana de la verdad. El misterio del hombre se ilumina en la cruz de Cristo, clave, centro y meta de cada hombre y de toda la historia (cf. GS 10,22).

b) Ante la globalizacin de las comunicaciones, de las culturas y, sobre todo, de las religiones y ofertas de salvacin, es necesaria una reflexin profunda sobre la interconexin entre la voluntad salvfica universal de Dios y la intransferible misin eclesial por un lado, y la funcin salvfica que, por otro lado, pueden desempear las comunidades religiosas no cristianas. En este apartado tiene una calidad especfica la relacin con el judasmo postbblico y con el islam monotesta. Dado que la Iglesia no es meramente una asociacin religiosa, a la hora de definir su relacin con las religiones no puede dejarse insertar bajo la rbrica general y ahistrica de religin. En el conjunto de la multiplicidad de las religiones histricas, la Iglesia no plantea una pretensin de validez absoluta demostrable empricamente. Solo puede definir su funcin con la mirada puesta en el acontecimiento que entiende como la autocomunicacion escatolgica de Dios y del que se considera ser seal e instrumento. No son mutuamente excluyentes el respeto ante la experiencia de salvacin y de verdad de las religiones que, segn la concepcin cristiana, se encuentran bajo el influjo de la gracia de Cristo y de su Santo Espritu y la conviccin de que la Iglesia de Cristo ha sido instituida por Dios mismo como seal indefectible de su voluntad salvfica universal (cf. LG 16s.). La disposicin al dialogo, la tolerancia y el respeto frente a otras convicciones y tradiciones religiosas no elimina la certeza de la fe cristiana de que la Iglesia debe su existencia a la voluntad salvfica escatolgica de Dios, que se realiza en la historia, como signo indefectible de esta voluntad salvfica universal y como instrumento de su establecimiento histrico en el mbito de la respuesta de fe en libertad.

c) Catolicidad e inculturacin. La implantacin prctica de la catolicidad de la Iglesia en los grandes movimientos misioneros de la poca de los descubrimientos (siglos XV y XVI) ha desembocado en una difusin mundial de la fe y de las costumbres del cristianismo y en una liturgia con formas culturales de la cristiandad occidental. Hoy da, las Iglesias de frica, Amrica Latina y Asia se han convertido en el sujeto de una nueva sntesis entre la fe y su explicitacin cultural. Tambin en las formas plurales de expresin de la nica fe, se realiza la catolicidad de la Iglesia. Esta catolicidad es don previo, y tambin principio dinmico que debe llevar a que Cristo, tome forma universal en su cuerpo, que es la Iglesia (Ef 4,11-16).

d) El objetivo ecumnico del restablecimiento de la unidad de todos los cristianos. Dado que Cristo fundo una sola y nica Iglesia y que existen diversas comunidades cristianas, todas ellas con la pretensin de ser las depositarias de la autentica herencia de Jess, es evidente que la escisin no puede interpretarse ms que como una oposicin patente a la voluntad del fundador. Esta divisin es piedra de escndalo para la causa de la difusin del Evangelio (UR 1). Se exhorta, por tanto, a todos los fieles catlicos a que, reconociendo los signos de los tiempos, cooperen diligentemente en la empresa ecumenista (UR 4).

e) La realizacin prctica de la eclesiologa-comunin. La eclesiologa-comunin super la concepcin estrictamente legalista, clerical y autoritaria de la Iglesia, y evit el extremo opuesto del congregacionalismo (la errnea interpretacin de la Iglesia como comunidad religiosa derivada de una iniciativa humana). En el momento actual debe afrontarse la tarea de fomentar una mentalidad practica que nos ensee a ver bajo nueva luz la originaria unidad sacramental entre la sociedad externa y la comunin de gracia interna, entre los carismas y los servicios y ministerios sacramentales, entre el clero y los laicos. La cooperacin de cuantos participan en la misin de la Iglesia no perjudica la misin especfica del ministerio sacramental, del mismo modo que la colegialidad de los obispos en nada entorpece al primado del papa, etc.

6. Eclesiologa sistemtica Qu es la Iglesia? (Pgs. 579-580)Iglesia se deriva del griego a travs del latn ecclesia, vocablo elegido por los LXX y la Vulgata para traducir el hebreo qahal (asamblea).

Asamblea asamblea (democrtica), sino pueblo de la alianza de Israel convocado y reunido en virtud de la eleccin gratuita de Dios (Jue 20,2; 1Re 8,14-22.25; Nm 20,4; Sal 22,33; 40,10; cf. 1Pe 2,20s.). En la nueva alianza la Iglesia es el pueblo de Dios diseminado por toda la tierra y la casa de Dios. 12,4s.). Cristo es la cabeza del cuerpo (Ef 1,23; 4,15; 5,23; Col 1,18). La Iglesia ha sido asimismo fundada y edificada por el Espritu Santo. Es templo del Espritu Santo (1Cor 3,16; cf. Rom 5,5; 8,15; Gal 4,6; Jn 16,13; Ap 22,17).

En cuanto pueblo unido por la unidad del Padre, del Hijo y del Espritu Santo (Cipriano, domin. or. 23; LG 4), la Iglesia es el pueblo (el rebao de Dios) fundado histricamente en Jesucristo mediante la autocomunicacion trinitaria divina.

La esencia de la Iglesia est definida por su misin de ser en Cristo el sacramento de la voluntad salvfica escatolgica y universal de Dios. El II concilio Vaticano afirma, a modo de definicin:

La Iglesia es en Cristo como un sacramento o seal e instrumento de la ntima unin con Dios y de la unidad de todo el gnero humano (LG 1).

En perspectiva teolgica, el misterio de la Iglesia presenta varias dimensiones;

En su vertiente histrico-salvfica tiene su origen en la autocomunicacion del Dios trino;

Como comunidad empricamente perceptible, a la que le ha sido confiada una misin divina, se fundamenta en la obra salvfica de Jesucristo, tanto en su vida prepascual como Seor resucitado;

La dimensin pneumatolgica se basa en la efusin del Espritu Santo. La Iglesia es seal de la presencia escatolgica del Espritu y est guiada, en todas sus acciones, por este mismo Espritu. Es el instrumento de la voluntad salvfica universal de Dios que se va concretando e implantando en el curso de la historia.

La Iglesia como tema de la confesin de fe

En las confesiones y los smbolos de la fe, la Iglesia aparece como:

1. SUJETO de la fe: Creo/creemos....2. CONTENIDO de la fe: ... y en la Iglesia, que es una, santa, catlica y apostlica...

La Iglesia no cree en s misma. Cree en Dios, y se entiende en la fe como fruto de la voluntad salvfica de Dios que acta en la historia. Cree en Dios, que la ha convertido en instrumento de su voluntad salvfica universal.

La Iglesia como misterio de comunin y sacramento de salvacin. (Pgs. 622-624)I. La Iglesia como sacramento de la comunin con el Dios Trino

a) El origen de la Iglesia en la autocomunicacin de Dios Padre

El origen de la Iglesia en la autocomunicacion de Dios Padre La Iglesia es en Cristo sacramento de la salvacin del mundo, de acuerdo con su realidad interna y su forma de signo externa (LG 1).

La Iglesia no es una comunidad fundada por hombres. Su ser y su misin solo pueden ser correctamente comprendidos en el horizonte universal de la autocomunicacion de Dios trino en la creacin, la redencin y la consumacin final. Dios se comunica al gnero humano como un todo y a cada hombre concreto como verdad y como vida. Cuanto a su origen y estructura, la Iglesia se deriva de la Trinidad econmica y de la eleccin del pueblo de la alianza por Dios, que es Padre y origen de la historia de la salvacin. En su curso histrico, est profundamente marcada por la vida y las obras, la muerte y la resurreccin de Jesucristo. En el, el pueblo de Dios pasa a ser cuerpo de Cristo, porque Cristo es el mediador de la salvacin. Cristo es la cabeza y el origen de la Iglesia, que es su cuerpo. Tambin la efusin escatolgica del Espritu Santo est vinculada a la encarnacin del Hijo. Y as, la Iglesia, como pueblo de Dios Padre, pasa a ser, mediante su unin por la gracia con Cristo, cuerpo de Cristo y templo del Espritu (1Cor 3,16). Solo cuando el Espritu del Seor (2Cor 3,17) llena con su vida a la Iglesia, que se fundamenta en su accin en la historia, puede esta Iglesia, como esposa de Cristo, salir al encuentro del esposo y clamar a l, con la fuerza de este mismo Espritu: Seor Jess, ven! (Ap 22,17). La esencia de la Iglesia se manifiesta a travs de la realidad trinitaria y de la perspectiva histrico-salvfica universal en tres conceptos bsicos mutuamente relacionados entre s: La Iglesia es el pueblo de Dios Padre (LG 2),como cuerpo de Cristo es la Iglesia del Hijo (LG 3)y Templo del Espritu Santo (LG 4).

b) El origen de la Iglesia en Jess de Nazaret

Jess no se relaciona con la Iglesia al modo de un fundador religioso. La Iglesia surge ms bien como pueblo de Dios por el agrupado y nuevamente constituido en virtud de su actuario histrica, en la que se ha revelado como Hijo del Padre hecho hombre. La proclamacin del reino de Dios de Jess llega a su plenitud con su entrega hasta la muerte, por medio de la cual funda la nueva alianza en la sangre de Cristo (Lc 22,20). A travs de la comunin de vida con Jess, el Seor glorificado, la Iglesia se hace, mediante la participacin en el cuerpo y la sangre sacramental de Cristo, un cuerpo. En l est presente el mismo Cristo y acta en l como Seor glorificado en el Espritu (1 Cor 10,7). Pero no solo acta en su Iglesia. Esta, adems, presente a travs de la vida comunitaria, de los actos sacramentales y de los ministerios instituidos en la Iglesia. Cristo, como titular y portador del reino de Dios (1Cor 15,28), se deja experimentar en la comunidad y en la comunin de sus discpulos y lleva a cabo en la Iglesia, que es su cuerpo, la seal de su presencia eficaz en el mundo.

Una eclesiologa fundamentada en y transmitida por la teologa de la Trinidad y de la encarnacin puede sealar tambin el camino hacia una adecuada solucin teolgica del viejo problema de cmo ha de entenderse la conexin entre la dimensin visible y la invisible de la Iglesia. Aqu, en electo, es posible remontar histrica y sociolgicamente a la Iglesia externa, entendida como un entramado social, hasta el hombre histrico Jess. La agrupacin visible de los fieles en la tierra ha sido equipada por Cristo con todos los medios salvficos y con el ministerio del servicio apostlico. Esta agrupacin forma una unidad viviente con el cuerpo mstico de Cristo. Esta unidad compleja est compuesta de elementos humanos y divinos. La forma visible de la Iglesia se fundamenta en la voluntad del Je