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MIRADOR

CIUDAD NUEVA - JULIO/AGOSTO 2016

ste grupo musical, que gusta definirsecomo International Performing Arts Grouppor la variedad de sus componentescomo de los espectáculos que ofrece, tienesu sede habitual en Italia, pero no deja dedar vueltas por el mundo (recientementeen Argentina, Uruguay, Paraguay yBolivia).

En el mes de septiembre visitaráEspaña con un producto muy original:Acústico. José Manuel García, uno de losespañoles que integran el Gen Rosso,andaluz de nacimiento y bajista delgrupo, comenta que «tras casi 50 años devida y actividad en el mundo delespectáculo y después de haber recorridomás de cincuenta países de los cincocontinentes, queríamos proponer alpúblico algo nuevo. Deseábamos contar ycantar nuestra historia con música, conexperiencias, con hechos ocurridos envarias latitudes y con gente de todo tipo».

Acústico porque la guitarra, la bateríay el bajo son acústicos. Más un piano yun saxofón. Con esta instrumentaciónesencial comparten canciones de suextenso repertorio: Otra humanidad,Nacerá, Soñando, Constelaciones... en unconcierto que se puede decir multicultural,ya sea por la procedencia de los integrantes

del grupo como por los tres idiomas enque se cantan los temas: español, italianoe inglés.

De todos es conocida la línea quetrazan las canciones del Gen Rosso, conpropuestas que quedan muy bienresumidas en letras como esta: «Conozcootra humanidad: la que avanza contra lacorriente, la que está dispuesta a dar todasu vida y morir por su propia gente.Conozco otra humanidad: la que nopiensa solo en sí misma, pues es muyconsciente de que hay mucha gente quede hambre muere».

Este concierto muestra unapreocupación, muy actual por cierto, porponerse en la piel del otro, sobre todo losmás desfavorecidos, para tratar dealiviarlos. No son solo canciones. Locantan y lo hacen, pues los une elcompromiso personal de poner enpráctica en la vida cotidiana los valoresque transmiten en sus canciones.

A medida que las canciones se vansucediendo en Acústico, se nota que elpúblico va sintiéndose cada vez másprotagonista, casi como en casa. Soncanciones conocidas que van cantando,acompañando con el chasquido de losdedos y hasta improvisando ritmos con

E

PoR EduaRdo oRtubia

En el mes deseptiembre el

Gen Rossovuelve a Españacon su concierto

Acústico.

Vuelve el Vuelve el Vuelve el Vuelve el Vuelve el

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Música

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las palmas de las manos. Así, duranteaproximadamente una hora y media, sesuceden unas veinte cancionesinterpretadas con la delicadeza del sonidoacústico, que deja gran protagonismo a laparte vocal. La sensación se acerca muchoa esos momentos en que los amigos sereúnen en el salón de casa y rememoranviejos tiempos con canciones.

Michele Sole, uno de los italianos delGen Rosso y vocalista del grupo, aseguraque este concierto, «además de mostrar

un repertorio muy amplio, deja ver launidad y, diría, la “complicidad” que hayentre nosotros».

Acústico ya ha sido presentado enItalia y Austria, donde ha despertado ungran interés. Aunque las fechas están aúnpor definir, podemos adelantar que elGen Rosso actuará en Yepes (Toledo),Alcalá de Guadaira (Sevilla), Valladolid yCartagena (Murcia). Otros conciertosestán en gestación y de ello informaremosen el próximo número. r

Gen Rosso Gen Rosso Gen Rosso Gen Rosso Gen Rosso

«En 2007 hicimos una preciosa giracon el Gen Rosso por africa del Este,concretamente Kenia y burundi. El últi-mo concierto antes de regresar a Euro-pa lo hicimos en un lugar muy especial,la cárcel de bujumbura, capital de bu-rundi. Fue un concierto que nos marcó.

»En un espacio no más grande queun estadio de futbol viven más de 3.000personas en unas condiciones que sondifíciles de imaginar en el primer mun-do. después del concierto, cuando yanos íbamos, noto que alguien me aga-rra fuertemente de la camiseta. Me giroy veo a un joven detenido que me di-ce: “Msungu (hombre blanco), déjame

algo”. Yo le hago notar que no habíaintroducido nada de valor en la cárcel;lo saludo y me dirijo de nuevo hacia lapuerta. Vuelve a agarrarme de la ca-miseta: “Msungu, ¡déjame algo!”. “Notengo nada –le respondo–. Mira, metelas manos en mis bolsillos; encontrarássolo el pasaporte”. Silencio… “Msungu,¿puedo dejarte yo algo a ti?”. No sabíaqué decir: “Sí…”. En ese momento él sequitó un anillo que llevaba en el dedo:“Mira, este anillo lo he hecho aquí den-tro. Por favor, sácalo de aquí. así al me-nos un trozo de mi podrá salir de este lu-gar”. Era un anillo de latón, tan fino quehe de portarlo en la cadena porque se

clava en el dedo. después supimos queesos anillos los hacen con los casquillosvacíos de las balas de los rifles…

»Pues desde aquel episodio, hemosestado en los cinco continentes, y a esechico, a quien con la emoción del mo-mento ni siquiera le pregunté el nombrey de quien tampoco sé si sigue allí den-tro, lo solemos recordar en nuestrosconciertos y le dedicamos algún mo-mento o canción, porque me enseñóque aun en las circunstancias más difí-ciles SiEMPRE podemos dar algo, aun-que sea una sonrisa, escucha, un con-sejo…».

José Manuel García, bajista

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