Dri, Lis-parcial-poesia y Psicoanalisis

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Universidad de Buenos Aires Facultad de Psicología Clínica psicológica y psicoterapias: Clínica de Adultos. Cátedra II, J.R.Tausk. Análisis crítico de un texto Profesora : Lucía Alderete.

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Universidad de Buenos Aires

Facultad de Psicología

Clínica psicológica y psicoterapias: Clínica de Adultos.

Cátedra II, J.R.Tausk.

Análisis crítico de un texto

Profesora : Lucía Alderete.

Alumna : Rosa Lis Dri.

L.U. : 33960943/0.

Comisión de Trabajos Prácticos : 4.

Segundo Cuatrimestre 2014

Pero

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¿qué cosa curar? Y ¿por dónde empezar a curar?

Es verdad que la psicoterapia en su forma exclusivamente verbal escasi tan bella como el suicidio.

Se habla. Se amuebla el escenario vacío del silencio. O, si hay silencio, éste se vuelve mensaje.

¿Por qué está callada? ¿En qué piensa? No pienso, al menos no ejecuto lo que llaman pensar. Asisto al ina-

gotable fluir del murmullo.(Alejandra Pizarnik, Sala de Psicopatología, 1971)

El texto elegido para llevar a cabo un análisis crítico es: “Sobre Artes y Oficios. Lo creativo en Poesía y Psicoanálisis”1, el autor es Juan R. Tausk.2 Iré haciendo un recorrido general por el texto y, a la vez, un detenimiento en distintos puntos que tomaron mi atención, para poder re-pensarlos, dialogando con el mismo autor y con otros autores (Freud, Lacan, Rabinovich, Percia).Analizar un texto, entiendo, es poder disponer una conversación con las ideas propuestas por el autor, desde una posición crítica y enmarcada desde mi propia implicancia personal. Así el diálogo es posible gracias al encuentro, donde lo nuevo y lo creativo emergen, dando lugar a nuevas lecturas.Me interesa poder pensar los siguientes interrogantes: ¿Existe una relación entre la poesía y el psicoanálisis? ¿Cómo pensar el lenguaje en estos

dos campos?El texto comienza identificando la relación existente entre la poesía y el psicoanálisis, tanto desde el oficio del analista (oficio del poeta) y el arte poético (arte de la interpretación). Tausk, aclara que no se encargará de hablar de la relación en la estructura discursiva del psicoanálisis y la poesía como ya lo ha hecho L. Badoux, ni de las compensaciones del analista comparable a la sublimación del poeta como lo ha hecho B. Low, sino de la conjunción de estas dos líneas a lo que él llama: goce creativo. Tausk empieza diciendo “el autor debería morirse”3. Esta frase me remitió a Lacan cuando dice que “(…) los sentimientos del analista sólo tienen lugar posible en este juego, el del muerto (…)”4 Tomando como ejemplo el juego del Bridge, dice que son cuatro los jugadores en esa escena: el paciente y el sujeto por un lado, el analista y el muerto por el otro. Hacer de muerto no es otra cosa más que los invariantes del método: Neutralidad y Abstinencia5. “El psicoanálisis es una práctica de la ignorancia. El inconsciente no es una noticia, sino un acontecimiento que hace del ignorar una experiencia de sí, en la que cada uno se habita en un mundo extraño. Ignorancia que sabe ver lo ostentosamente visible: que eso que llamamos mismidad es un defectuoso manto de desconocimiento”6. Con esto quiero decir que la relación analítica no es intersubjetiva, porque existe la dimensión del inconsciente, no es una relación especular, de sujeto a sujeto, sino que estamos en presencia de una asimetría: el analista en el lugar del objeto y el analizante, un sujeto a advenir. El analista hace de muerto, para estar ausente en su subjetividad, para sustraerse de sus ideales y prejuicios. Es, lo que después de Freud, Lacan conceptualiza como deseo del

1 Tausk, J.R. “Sobre Artes y Oficios. Lo creativo en Poesía y Psicoanálisis” en Revista Poesía 2000, Buenos Aires, 1990.2 Juan R. Tausk es graduado en psicología, profesor en Clínica psicológica y psicoterapias (Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires) y director y docente de diversos cursos y talleres de posgrado.3 Tausk, J.R. “Sobre Artes y Oficios. Lo creativo en Poesía y Psicoanálisis” en Revista Poesía 2000, Buenos Aires, 1990, p. 5.4 Lacan, J. “La dirección de la cura y los principios de su poder” en Escritos 2, Siglo XXI Editores Argentina, Buenos Aires, 2003, p. 569.5 Neutralidad y Abstinencia son conceptos que trabaja Freud, S. en “Puntualizaciones sobre el amor de transferencia” (1915), en T XVII, Amorrortu, Buenos Aires, 1976, p. 168.6 Percia, M. “Maestra de sus analistas” en Alejandra Pizarnik, maestra en psicoanálisis, Alción Editora, Córdoba, 2008, p. 22.

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analista, que implica una “x”, la puesta en juego de una incógnita, de un lugar vacío. Es la docta ignorancia, donde el analista ignora que sabe y el saber está en el paciente. Una posición que afirma que el analista debería olvidar lo que sabe. Y lo que sabe, es un saber que resguarda un no saber. Ese lugar vacante que ofrece el analista desde su posición, causa el decir del analizante, motoriza la transferencia, por eso el psicoanalista “finge olvidar” que su acto es causa, que es causa de que el análisis continúe hasta la caída del Sujeto supuesto Saber.7 ¿Qué relación tiene esto con la poesía? Tausk dice que la obra no se completa sino es en relación con el público, requiere de un acto de recreación, el escrito, la obra, es una terceridad, se resignifica y se reinventa con el lector. El autor ya no es “dueño” de lo que dijo, queda escindido de su obra y a la vez, su obra no puede representar plenamente al autor, ya que no puede capturarlo. El poeta crea el lenguaje y se pelea con él, lo ama, lo odia, lo des-arma, lo destruye y reconstruye, la de-forma y trata de decir lo que quiere decir aun sabiendo que nunca podrá decir lo que quiere decir. El autor debería morirse, como el lugar del muerto en el analista, porque desde ese lugar es que aflora lo que se desliza en su palabra, es cuando algo de lo que dice o cree decir, se reinventa a partir de la lectura del otro. El poema no es una expresión del poeta sino que es el poeta mismo, el paralelo con el analista es que la interpretación analítica no es una expresión del analista sino que la interpretación es el analista mismo, como decía Lacan “no soy un poeta, sino un poema”8 Y Acá hago alusión a la obra de Escher, la banda de Moebius, como hace Tausk, el hablar del analista (o del poeta), es decir, su interpretación (o su obra), es resignificada por el paciente, es recreada y acá es cuando el analista cae en su lugar privilegiado por la transferencia, cae en su lugar de “dueño” de las palabras que dice, porque su palabra es tomada por el paciente, toma la palabra y la resignifica, la nombra, la hace propia. Ambos, poeta y analista, convocan la ausencia que anima al lenguaje.Otro punto para pensar que trabaja Tausk es sobre lo que dice del poeta que escribe sin saber lo que dice, la misma Alejandra Pizarnik9, también lo escribe “Esperando que un mundo sea desterrado por el lenguaje, alguien canta en el lugar en el que se forma el silencio. Luego comprobará que no porque se muestre furioso existe el mar, ni tampoco el mundo. Por eso cada palabra dice lo que dice y además más y otra cosa.”10 El paciente dice más de lo que sabe que está diciendo, provocado por el dispositivo psicoanalítico, y a la vez, la escucha analítica, que se supone inconsciente, permite que al interpretar diga más de lo que sabe, analista y paciente como la banda de Moebius: la palabra del analista que va y la del paciente que vuelve. Por eso la importancia de la abstinencia, de la docta ignorancia, olvidarse de su saber, para habilitar ahí una escucha que es sentirse en estado de palabra, perceptivo al lenguaje, olvidándose y despojándose de su propio decir para motorizar un viaje de lo que está en fuga en el mismo decir. “Estar psicoanalista es confiar en el lenguaje.”11

Lo siguiente a pensar es sobre lo creativo. Tausk dice que lo creativo pone en relación algo del orden de lo posible con lo imposible, no se puede abarcar el mundo con el discurso, no se puede decirlo todo, por eso ese intento del arte de hacer visible lo invisible, en sintonía con hacer consciente lo inconsciente aun sabiendo que “el inconsciente es imposible de decir del todo”12 El lenguaje como ese recurso para intentar abarcar lo inabarcable, como un modo de saciar la falta. Quiero compartir la siguiente cita de A. Pizarnik que se abraza con lo que vengo pensando: “Sin saber cómo ni cuándo, he aquí que me analizo. Esa necesidad de abrirse y ver. Presentar con palabras. Las palabras como conductoras, como bisturíes. Tan sólo con las palabras. ¿Es esto

7 Rabinovich, D. S. “El deseo del psicoanalista y la ironía socrática” en El deseo del psicoanalista, Manantial, Buenos Aires, 2004.8 Lacan, J. “Préface à  l’édition anglaise du Séminaire XI” en Autres écrits, Éditions du Seuil,  Paris, 2001. Extraído de http://www.eol.org.ar/template.asp?Sec=el_pase&SubSec=articulos&File=articulos/prefacio_seminario11.html9 Alejandra Pizarnik (1936-1972) es una de las grandes poetas argentinas del siglo XX y una de las voces más inquietantes de la poesía contemporánea en castellano.10 Pizarnik, A. “La palabra que sana” en El Infierno Musical (1971), en Poesía Completa. Edición a cargo de Ana Becciu. Lumen, Barcelona, 2000, p. 283.11 Percia, M. “Practicante de la espera” en Alejandra Pizarnik, maestra en psicoanálisis, Alción Editora, Córdoba, 2008, p. 38.12 Nasio, J. D. “La voz y la interpretación” en Tausk, J.R. “Sobre Artes y Oficios. Lo creativo en Poesía y Psicoanálisis” en Revista Poesía 2000, Buenos Aires, 1990, p. 17.

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posible? Usar el lenguaje para que diga lo que impide vivir. Conferir a las palabras la función principal. Ellas abren, ellas presentan. Lo que no diga será examinado. El silencio es la piel, el silencio cubre y cobija la enfermedad. Palabras filosas (pero no son palabras sino frases y tampoco frases sino discursos).13” Me resulta oportuno traer esto que nos comparte A. Pizarnik, porque me invita a pensar el lenguaje, las palabras que habilitan un espacio para el alivio, hablar es como un abrirse la piel, el análisis como posibilitador de ahondar la sensibilidad de las palabras. Lo que no se puede decir, enferma. Y acá la paradoja ¿Cómo hacer para que el lenguaje diga lo que no se puede decir, si lo que impide vivir es el mismo lenguaje (que se impone a nuestra existencia)? Tal vez la palabra, descontracturada de la disciplina del discurso, pueda convocarse en nombrar lo no dicho, lo que se espera por decir, incluso lo sin decir en lo dicho. Es así como esto se dispone a la escucha del analista, que por su inconsciente, olvida lo escuchado y luego retorna en la interpretación, en tanto manifiesta un saber reprimido por el paciente.Asimismo es oportuno retomar ahora lo que Tausk nombró en un principio: el goce creativo. El acto mismo de la interpretación analítica y el de la escritura del poema, implican una dimensión de goce, que empieza y termina en el mismo acto. Algo del orden de la repetición abre camino, como insistencia que sostiene el deseo. Eso innombrable, ese resto que se escapa del lenguaje, es lo que motoriza el deseo. Esa forma de intentar atrapar algo de goce arma un estilo, tanto en el poeta como en el psicoanalista. Vale aclarar que el analista se ubica en lugar de objeto (a) para ser causa de deseo en el paciente, para movilizar el deseo, para que algo del deseo circule. En este caso, pienso en el estilo del propio analista, en su acto de interpretar, en su decir que es un decir de un saber reprimido del paciente. Es cómo se arma lo repetitivo (inagotable en la experiencia), en el sostenido deseo del propio analista. Hay una dimensión del deseo, que se traduce más bien como el reconocimiento de los otros, una instancia más narcisista, más consciente, como un anhelo. Se me ocurre pensar como lo que se cree que se puede decir a cerca del deseo, por ejemplo: “deseo ser una poetisa reconocida”. Que no es el “verdadero” deseo, porque el deseo es deseo de otra cosa, es deseo del Otro, el deseo no se puede decir, no se coagula en palabras, escapa a toda simbolización. La otra dimensión del deseo, la del deseo del analista (del poeta) que es el deseo de analizar, que nace y se funde en ese acto mismo, es sobre el circuito del deseo que se da en soledad, en lo más íntimo de sí mismo y lo que hace soportar esos lugares de pérdida y riesgo, de búsqueda y frustración es el goce creativo. Para concluir, quisiera responder los interrogantes que planteé en un principio. Sí creo que hay una relación entre poesía y psicoanálisis. No pensando tanto en el psicoanálisis y su acto del lado del arte, sino que tanto en el psicoanálisis como en la poesía, eso invisible que se hace visible, esa pronunciación del deseo inatrapable, es lo que posibilita relanzarnos en la experiencia y encontrarnos con nuevos mundos. Esto no es posible si no fuera por el lenguaje, que nos proporciona un abanico de posibilidades para buscar alcanzar lo que incesantemente se nos escapa. El trabajo del analista, en este punto, es un saber hacer con eso que no sabemos que decimos o que no sabemos decir, es sostener que somos también lo que olvidamos, que la memoria es mítica, que el pasado, en sí, no existe, sino que se historiza desde el presente. El inconsciente es la tinta que permite re-historizar para sostener una vida vivible. Por eso para terminar, finalmente, me resulta irresistible acercar palabras de la propia A. Pizarnik, que me resultan imperiosas para seguir pensando, abriendo nuevos interrogantes, y dejando este análisis en apertura. “No, la verdad no es la música. Yo, triste espera de una palabra que nombre lo que busco, ¿y qué busco? no el nombre de la deidad, no el nombre de los nombres, sino los nombres precisos y preciosos de mis deseos ocultos, algo en mí me castiga desde todas mis vidas:Te dimos todo lo necesario para que comprendieras y preferiste la espera, como si todo te anunciase el poema (aquel que nunca escribirás porque es un jardín inaccesible -sólo vine a ver el jardín-).”14

13 Pizarnik, A. “29 de mayo” (1965) en Diarios, Edición a cargo de Ana Becciu, Lumen, Barcelona, 2010, p. 400.14 Pizarnik, A. Poema sin título en Textos de sombra (1971), en Poesía Completa. Edición a cargo de Ana Becciu. Lumen, Barcelona, 2000, p. 431.

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Bibliografía

Freud, S. (1915). Puntualizaciones sobre el amor de transferencia en T XVII (1976), Buenos Aires: Amorrortu.

Lacan, J. (2003). Escritos 2, Buenos Aires: Siglo XXI Editores Argentina. Lacan, J. (2001). Autres écrits, Paris: Éditions du Seuil. Percia, M. (2008). Alejandra Pizarnik, maestra en psicoanálisis, Córdoba: Alción Editora. Pizarnik, A. (2010). Diarios. Edición a cargo de Ana Becciu. Barcelona: Lumen. Pizarnik, A. (2000). Poesía Completa. Edición a cargo de Ana Becciu. Barcelona: Lumen. Rabinovich, D. S. (2004). El deseo del psicoanalista, Buenos Aires: Manantial. Tausk, J.R. (1990). Sobre Artes y Oficios. Lo creativo en Poesía y Psicoanálisis, Buenos

Aires: Revista Poesía 2000.

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