DREAMWISHMAKER - "¿QUÉ ES EL VACÍO? - HORROR VACUI"
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¿Qué es el “vacío”?
(Por AKREMORFIN)
Como seres humanos alguna vez nos hemos
preguntado cómo es que el universo se formó, qué hay
más allá de nuestro planeta, qué hay en el cosmos, de
dónde venimos, a qué venimos, qué representamos
como seres en un punto del universo, entre una serie
interminable de cuestionamientos que día a día
siembran en la razón una nueva duda. La ciencia nos
permite “conocer la verdad” del todo en sus partes. En
esta ocasión nos centraremos en un tema peculiar
referente al “vacío”. Un ligero recorrido en cuanto a la
concepción del mismo. Como punto fundamental de
esta información es nuestra intención “re-ordenar” y
compartir datos que valoramos como interesantes. No
tenemos la razón absoluta (y dudo que algún mortal la
tenga); sin embargo es bienintencionado nuestro
objetivo. Sean libres de aportar y/o comentar lo que les
plazca. Bienvenidas sean sus palabras.
“Primero era la nada” (no es cuantitativo sino
indica la cualidad del principio en su manifestación
más abstracta, como cualidad). Durante mucho tiempo,
el hombre ha conceptualizado de manera muy distinta
la realidad, el pensamiento de las diversas escuelas y
las diversas casas han diversificado más aún el
pensamiento; no obstante existen patrones, tejidos de
pensamiento que se entrelazan con el de otros más,
imágenes mentales colectivas que proyectan
arquetipos universales, si existe común denominador
es que somos hombres deseosos de verdad; el ser
humano ha evolucionado su pensamiento, ha elevado
su consciencia; el conocimiento es una miel exquisita,
los conceptos en la percepción humana han
madurado, una transformación en la percepción del
hombre con el universo. Un largo estudio y una amplia
reflexión del cosmos nos llevan de un pensamiento a la
simple concepción de algo a lo cual no solemos darle
importancia o valor alguno el “vacío”.
Hoy la ciencia se ha topado con nuevos retos,
ya no es sólo el pensamiento filosófico quien guía al
hombre, es la ciencia un instrumento de método,
aunque ha sido la ciencia misma la que se ha topado
con interrogantes que de ser resueltas permitirían a la
humanidad avanzar en su recorrido a pasos
agigantados, un estudio basado en la razón,
seguidamente estacionado en la consciencia.
¿Qué es el vacío? ¿Alguna vez lo habías
pensado? ¿Hay algo en él o nada? ¿Qué existe entre
ese puente de la nada y algo? ¿En qué punto surge la
materia? ¿En dónde termina? Cuestionamientos que
trataremos de saciar (o al menos de abarcar) más
adelante. “Horror vacui” es el “horror al vacío” (“miedo
al vacío”), una corriente de pensamiento antiguo que
es retomada principalmente durante el siglo XVII en
Europa, en la cual se consideraba que “la naturaleza
aborrecía el vacío”, pensamiento directamente
influenciado por la escuela filosófica de Aristóteles en
aquella Grecia nutrida de sabios (quienes darían forma
a la civilización occidental); el vacío, un concepto
inconsistente (decía Aristóteles), un “antivacuista”
trascendente. Posteriormente fueron también sus
adeptos “los aristotélicos” a lo largo de la historia
quienes defendían dicha postura, he allí la interesante
evolución de la atrás mencionada conceptualización
del universo, de lo que había en él y de lo que no: el
vacío. Sería durante el siglo XVII cuando la figura rival
de dicha doctrina “Blaise Pascal” mencionará alguna
vez (sobre si la naturaleza aborrece al vacío): “¿y lo
aborrece más en París que en Chamonix?” (aludiendo
al diferente espacio dejado por el mismo barómetro
de mercurio –instrumento que permitió medir al
hombre la hasta entonces desconocida “presión
atmosférica”- al ensayarse en estas dos ciudades, fue
concluyente al determinar quienes tenían la razón). Es
decir, el pensamiento ya no sólo enfocado
filosóficamente, sino bajo estudios científicos sobre la
presión; no obstante fue también la escuela helénica
aquellos con los primeros antecedentes sobre la
neumática.
Blaise Pascal (Francia, 1623 – 1662),
matemático, físico, filósofo y religioso, realizó estudios
sobre la presión y el vacío, entre sus principales
investigaciones están “El triángulo de Pascal”, “Cálculo
de probabilidades”, “Hidrodinámica e hidroestática” y el
“Estudio de los fluidos”. Ocho años antes de morir
abandonó la ciencia para dedicarse a la filosofía.
Publicó: “La apuesta de Pascal” basado en
probabilidades acerca de la existencia de Dios en el
que mencionaba: “Si Dios no existe, nada pierde uno
en creer en él, mientras que si Él existe, lo perderá
todo por no creer”. Inventó la calculadora mecánica, la
prensa hidráulica y la jeringuilla. Pascal decía que “el
hombre conoce el universo a través del pensamiento,
al igual que lo hace con su misma condición”, “la
grandeza de un hombre proviene del conocimiento de
su miseria”, “la esencia del hombre es su pensamiento
y esto es lo que lo hace grande”; mencionaba que “el
hombre evita pensar en sí mismo ya que para el alma
es una pena insoportable pensar en el fin de la vida”;
de ahí se origina la diversión y pasatiempos que
intentan pasar el tiempo sin sentirlo, sin sentirse uno
mismo y evita pensar, perdiendo una parte importante
de la vida (lo que me recuerda al actual contexto social
y el consumo basura de los medios masivos de
comunicación en México y en el mundo). “El alma no
ve nada en sí misma que la contente, no ve nada que
no la aflija, lo que la obliga esparcirse en lo exterior,
buscando perder el recuerdo de su estado verdadero.
Su gozo consiste en el olvido y basta para hacerla
desdichada obligarle a estar a solas consigo misma”.
Para Blaise Pascal el hombre está formado por dos
universos unidos: el cuerpo y el alma (tema que
estudiaremos por separado en un futuro próximo), uno
terrenal y otro espiritual, este último nos acerca a la
eternidad de Dios, estando en espera de su “gracia” y
señala que la verdadera sabiduría del hombre es darse
cuenta de que es un ser contradictorio, conocer su
grandeza y su miseria.
Fue también Evangelista Torricelli (1608 –
1647) italiano, un estudioso de diversas áreas,
experimentos sobre el vacío, la presión, la neumática,
así como el uso de estos fenómenos en barómetros.
Se agregaron a la lista de eruditos sobre el tema:
Boyle en Inglaterra y Guericke en Alemania (Otto Von
Guericke y su obra “experimento con caballos”,
grabado de 1672. Experimenta nova (ut vocantur)
magdeburgica de vacuo spatio (Amsterdam, 1672).
Entonces, pensar en el vacío nos conlleva a
distintos puntos, nuevos lares, mares y lagunas en el
pensamiento, que nos inundan con nuevas
interrogantes que no terminan por saciarnos en lo
absoluto. Pensar en el vacío es pensar sobre si el
universo es “finito o infinito” (y alguien lo mencionó
reflexivamente: “hablar del infinito es hablar de Dios”).
En la concepción de ello está la primera respuesta.
“algo y nada”, “materia, antimateria”, “luz, obscuridad”,
“partículas, antipartículas”, “presencia y ausencia”, “ser
o no ser”, “existir o no”. Incluso el Vaticano en su
momento fue un factor determinante en la concepción
“oficial” de ello, en aquél contexto en el que la iglesia
poseía el dominio del conocimiento (hoy en día esto no
ha cambiado mucho), de no ser así ha de conquistarse
u ocultarlo, tal y como la reciente aceptación de la “ley
de la gravedad”, acto que parece mofarse de la razón
humana o mostrar su miedo a la conquista del pueblo
sobre la verdad.
El universo en su mayoría parece estar vacío,
aunque conocemos sólo menos del 5% del cosmos, el
mismo porcentaje que comprendemos (usamos) de
nuestro cerebro. Se ha concebido el universo en
múltiples formas, un pensamiento sugiere al vacío
como “el límite máximo en la rarificación de la materia,
su ausencia”. La escuela rival del pensamiento
aristotélico (al menos en este tema) de Epícuro y
Demócrito sostenían la teoría de que la naturaleza
estaba conformada por átomos (sólidos e
impenetrables) que flotan en el vacío y que se
adhieren conforme a su composición, de allí la
formación de los diversos estados de la materia.
Descartes propone la presencia de materia sutil en el
vacío. No obstante fue Sir Isaac Newton de la “Royal
Society” quien mostró un gran avance en la ciencia y
en el pensamiento filosófico sobre la concepción del
universo de una manera distinta. Antes de Newton el
vacío era una “excepción tolerable”, después de él,
componente imprescindible en la configuración del
cosmos. Newton demostró la fuerza de gravedad, una
ley que hasta nuestros días impera, una fuerza de
atracción gravitacional que regula el movimiento de los
planetas. Valdría la pena darle un vistazo también a
“Philosophiae Naturalis Principia Mathematica”, de
1687. Podemos observar que fue hasta el
Renacimiento cuando la percepción del hombre
cambió en cuanto al vacío y su función en el universo.
Sir Isaac Newton fue filósofo, matemático,
alquimista, físico y astrónomo; hijo de padres
puritanos. Otras obras de su autoría fueron
“Arithmetica Universalis” en 1707, “Optiks” (teorías
ópticas de la luz de 1704) y “Method of fluxions” en
1671. Estudio la luz y la óptica, también la mecánica
clásica, la velocidad del sonido. A él se le deben “La
ley de la conducción térmica”, la “teoría del origen de
las estrellas”, “cálculo integral y diferencial”, “teorema
del binomio” y la “ley del inverso del cuadrado de la
gravitación. Inventó el telescopio. Redactó numerosos
artículos sobre alquimia y religión. En la alquimia
publicó: “theatrum chemicum”, “the vegetations of
metals”, “index chemicus”, “de natura acidorum”,
“Ripley expounded”, “tabla smaragdina” y “praxis”
(triunfo hermético de Didier).
“Iova Sanctus Unus” (Jhvh único dios), frase
inmortal que a mi parecer destaca y sobretodo
contrasta con la vida a la que nos han obligado a creer
de Newton, contrario al recuerdo de un hombre de
ciencia, fue también hasta el último de sus días un loco
posiblemente envenenado por su constante contacto
con el mercurio y el plomo, o un fiel creyente de Dios,
era “arrianista” y veía a Dios como el único. Realizó
una lista de 58 pecados, fue un “antitrinitario”,
acusando a la iglesia, creía en Moisés como
alquimista. Realizó cálculos sobre el “día del juicio
final” y concluyó que sería después del 2060 de
nuestra era. El nombramiento de “Sir” fue hecho por la
Reina Ana de 1705. El final de sus días los pasó
principalmente con calumnias de Leibniz. Aquí otra
frase más de Isaac Newton: “No sé cómo puede ser
visto por el mundo, pero en mi opinión me he
comportado como un niño que juega en la orilla del
mar, y que se divierte de vez en cuando buscando una
piedra más pulida y una concha más brillante de lo
normal, mientras que el gran océano de la verdad se
imponía ante mi completamente desconocido”. Entre
sus cargos públicos, estuvo a cargo de la Casa de
Moneda, fue elegido también como miembro del
Parlamento inglés y fue nombrado en 1703 como
Presidente de la “Royal Society”.
Por otro lado, algunos otros datos muestran
que tanto en el taoísmo como en el budismo, en la
India y en China, “el vacío es la realidad profunda de
las cosas, buscar el vacío en la realidad aparente es
buscar su verdadera esencia. El vacío es el
contrapunto necesario para la presencia de las cosas.
Es quizás su constitución última y esencial”. –Lao Tse-
del “Tao te ching” (s. Iv a.c.)
Continuando con el vacío, en la paradoja del
“vacío como emisor de partículas”, se señala “un paso
más en la comprensión de los límites de la realidad”,
“un contrapunto inerte de lo existente”. Entonces “el
vacío viene a confundirse con el substrato subyacente
a la manifestación de la realidad”, “reverso imposible
de lo existente”. Estudios posteriores de Albert
Einstein en los que demuestra que “el vacío es dueño
del átomo”; la materia (no vacío) puede ser
transformada en energía. E=mc2 (energía es igual a la
masa por la velocidad al cuadrado), un cliché entre las
fórmulas científicas, pero gigantesca entre la razón del
hombre, llena de matices.
¿El vacío es un gas rarificado? ¿El vacío está
en un espacio? Y si está en él, ¿también contiene
tiempo? De ser cierto ¿qué representa el tiempo en el
espacio? Y por supuesto, ¿qué es el tiempo mismo?
¿el infinito lleva un rumbo? ¿hacía dónde? ¿hacía
dónde la vida? Cada una exige una respuesta que bien
merece ser estudiado por separado. ¿el infinito es
medible? ¿el vacío es medible? Sí, el vacío es
medible: un metro cúbico de aire contiene
aproximadamente 2 × 1025
moléculas en movimiento a
una velocidad promedio de 1600 kilómetros por hora.
Una manera de medir la presión atmosférica es con un
barómetro de mercurio; su valor se expresa en
términos de la altura de la columna de mercurio de
sección transversal unitaria y 760 mm de alto. Con
base en esto, decimos que una atmósfera estándar es
igual a 760 mm Hg. Utilizaremos por conveniencia la
unidad “Torricelli” (símbolo, Torr) como medida de
presión; 1 Torr = 1 mm Hg, por lo que 1 atm =
760 Torr; por lo tanto 1 Torr = 1/760 de una atmósfera
estándar, o sea 1 Torr = 1,136 × 10–3
atm
Nuestros sentidos están hechos para
comprender cierto plano, aunque no quiere decir que
esto no sea posible, somos perfectos, diamantes en
bruto; el que nuestros ojos no puedan ver más allá de
lo evidente no significa que no exista nada allí,
recordemos tan sólo la descomposición de la luz y el
porcentaje que sólo vemos de ella (podríamos
reflexionar en base a ello). La ciencia ha avanzado con
respecto al estudio de la misma, hoy en día las
investigaciones con rayos “x”, ultravioleta e infrarrojos
nos han permitido reconsiderar la estructura misma del
universo y su composición; el vacío es parte de ello, el
vacío es parte del todo. El vacío (del latín “vacivus”)
puede entenderse de manera muy escueta como la
ausencia total en los elementos de un espacio, es
decir, la ausencia de materia. “La Sociedad
Estadounidense del Vacío” (AVS por sus siglas en
inglés), define al vacío como “un espacio lleno de
gases a una presión total menor a la atmosférica”,
retornamos al mismo punto.
Como hemos observado durante un pequeño
recorrido al sendero de la historia del pensamiento
sobre el vacío, podemos constatar que la información
es amplia, incluso en la actualidad cuesta trabajo
conceptualizar lo que llamamos realidad, existencia en
el espacio, en el vacío, en la universalidad, del no
principio al no final, un sin fin de huecos y burbujas que
levitan en la psique humana, buscando entre ese vacío
ser y existir, trascender, de la nada a algo, relativos
ante el macrocosmos. Ahora bien, pregunto: …y el
“cero” (0), ¿es algo o nada? ¿Qué es el cero? Antes
que nada recordemos que el objetivo principal de este
estudio es “ordenar los datos, la información y el
conocimiento”, además, las diferentes posturas aquí
mostradas no significan absolutas ni mucho menos
arbitrarias, sólo con el gran deseo de aportar algunas
semillas que bien valen la pena arrojar.
“Primero fueron las sombras”, la acuosa
obscuridad, no eran siquiera la pura negritud pues no
había ojo alguno que observase. La concepción del
vacío desde diferentes posturas nos ofrenda un
reconocimiento de la realidad, de la existencia.
Pasamos del “vacío” al “cero”, mostraremos diversos
estudios, datos, registros, posturas, que seguramente
servirán para construir esa telaraña de realidad.
El cero está visto como ausencia de cantidad.
Por ejemplo, la palabra “cifra”, proviene de “sifr” (vacío
en árabe) y “sunya” (vacío en sanscrito). Es decir, la
primera cifra, que existe pero que representa la
ausencia de algo más que la simple concepción
cuantitativa del cero. Para los mayas el cero es un
elemento muy poderoso, su estudio es sorprendente,
la exactitud de sus calendarios lunares, solares,
venusianos, galácticos, cósmicos, cartógrafos del mar
espacial; es absolutamente increíble. Hasta aquí
llegamos por esta ocasión, hemos conceptualizado “el
vacío”, dando pauta a nuevas investigaciones, nuestro
próximo estudio se centrará en el “cero” (0) con mayor
detalle. Entonces, a partir de ahora, cada vez que
visualices la palabra “vacío” o escuches hablar del
vacío, pondrás en duda su existencia y la tuya misma.
Bienvenidos sean todos sus comentarios
“dreamwishmakers”.