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ENFERMEDADES GERIATRICAS DE LOS EQUIDOS Estepa JC, López I, Mendoza FJ, Guerrero F, Mayer-Valor R, Aguilera-Tejero E Dept. Medicina y Cirugía Animal. Universidad de Córdoba Campus Universitario Rabanales. Ctra. Madrid-Cádiz km 396. 14014 Córdoba E-mail: [email protected] A la hora de abordar las enfermedades geriátricas de los équidos, el primer punto que conviene aclarar es cuál sería la definición de geriatría equina. En definitiva, se trata de contestar a la pregunta ¿a partir de qué edad se considera un caballo viejo? Generalmente se acepta que un caballo es viejo a partir de, aproximadamente, 20 años de edad. Sin embargo, esta definición necesita ser matizada puesto que, actualmente, se está apreciando un aumento en la esperanza de vida de los caballos de forma que no es excepcional encontrar individuos que superen los 40 años. Este incremento en la esperanza de vida viene determinado fundamentalmente por la evolución sociocultural gracias a la cual el caballo ha pasado, de ser considerado un animal de renta, a tratarse como un animal de compañía. Ello ha derivado en mayores atenciones nutricionales y un mejor cuidado veterinario, además de motivar que los caballos se mantengan con vida mucho después de que termine su periodo como animal “útil”. El envejecimiento se manifiesta en los caballos mediante una serie de signos externos: los caballos tordos se vuelven completamente blancos y los de otras capas suelen presentar una mayor abundancia de pelo blanco, sobre todo en la cara. En general hay una tendencia a la pérdida de masa muscular, es frecuente observar flaccidez del labio inferior y el acentuamiento de algunos defectos anatómicos (por ejemplo, los caballos viejos a menudo muestran lordosis). Además, el envejecimiento se traduce en toda una serie de cambios fisiológicos de los que, por su importancia, cabría destacar el déficit inmunológico que predispone a una mayor incidencia de parasitación y al padecimiento de infecciones. Las enfermedades más frecuentes en caballos viejos pueden agruparse en los siguientes apartados: 1. Problemas dentales 2. Alteraciones metabólicas 3. Enfermedades gastrointestinales 4. Afecciones cardiorrespiratorias 5. Problemas neurológicos 6. Neoplasias 7. Enfermedades musculoesqueléticas 1. Problemas Dentales Los problemas dentales son muy comunes en caballos viejos. La propia naturaleza del diente equino, que se va desgastando progresivamente a lo largo de la vida del animal, determina que al final de su vida el caballo prácticamente haya “gastado” su dentadura. Las alteraciones dentales más comunes en caballos viejos son: 1.1. Desgaste anormal de la arcada premolar/molar

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ENFERMEDADES GERIATRICAS DE LOS EQUIDOS Estepa JC, López I, Mendoza FJ, Guerrero F, Mayer-Valor R, Aguilera-Tejero E Dept. Medicina y Cirugía Animal. Universidad de Córdoba Campus Universitario Rabanales. Ctra. Madrid-Cádiz km 396. 14014 Córdoba E-mail: [email protected] A la hora de abordar las enfermedades geriátricas de los équidos, el primer punto que conviene aclarar es cuál sería la definición de geriatría equina. En definitiva, se trata de contestar a la pregunta ¿a partir de qué edad se considera un caballo viejo? Generalmente se acepta que un caballo es viejo a partir de, aproximadamente, 20 años de edad. Sin embargo, esta definición necesita ser matizada puesto que, actualmente, se está apreciando un aumento en la esperanza de vida de los caballos de forma que no es excepcional encontrar individuos que superen los 40 años. Este incremento en la esperanza de vida viene determinado fundamentalmente por la evolución sociocultural gracias a la cual el caballo ha pasado, de ser considerado un animal de renta, a tratarse como un animal de compañía. Ello ha derivado en mayores atenciones nutricionales y un mejor cuidado veterinario, además de motivar que los caballos se mantengan con vida mucho después de que termine su periodo como animal “útil”. El envejecimiento se manifiesta en los caballos mediante una serie de signos externos: los caballos tordos se vuelven completamente blancos y los de otras capas suelen presentar una mayor abundancia de pelo blanco, sobre todo en la cara. En general hay una tendencia a la pérdida de masa muscular, es frecuente observar flaccidez del labio inferior y el acentuamiento de algunos defectos anatómicos (por ejemplo, los caballos viejos a menudo muestran lordosis). Además, el envejecimiento se traduce en toda una serie de cambios fisiológicos de los que, por su importancia, cabría destacar el déficit inmunológico que predispone a una mayor incidencia de parasitación y al padecimiento de infecciones. Las enfermedades más frecuentes en caballos viejos pueden agruparse en los siguientes apartados: 1. Problemas dentales 2. Alteraciones metabólicas 3. Enfermedades gastrointestinales 4. Afecciones cardiorrespiratorias 5. Problemas neurológicos 6. Neoplasias 7. Enfermedades musculoesqueléticas 1. Problemas Dentales Los problemas dentales son muy comunes en caballos viejos. La propia naturaleza del diente equino, que se va desgastando progresivamente a lo largo de la vida del animal, determina que al final de su vida el caballo prácticamente haya “gastado” su dentadura. Las alteraciones dentales más comunes en caballos viejos son: 1.1. Desgaste anormal de la arcada premolar/molar

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El desgaste anormal de la arcada premolar y/o molar puede dar lugar a lo que en inglés se denomina “wave mouth” (boca ondulada) o “step mouth” (boca escalonada). En ambos casos se produce un desgaste desacompasado entre los dientes de las arcadas inferior y superior: algunos dientes de una arcada están excesivamente gastados y los dientes con los que contactan en la otra arcada crecen demasiado.

1.2. Puntas/Remolones Las puntas y los remolones (espículas dentales presentes en los premolares y molares que pueden dañar los tejidos blandos bucales) generalmente son consecuencia de una mala oclusión y, por lo tanto, tienden a acentuarse con el paso del tiempo. Ello determina que sean más frecuentes y más graves en caballos viejos. 1.3. Enfermedad periodontal La enfermedad periodontal (gingivitis) es muy frecuente en caballos viejos puesto que a medida que el caballo envejece se van generando espacios interdentales (diastemas) donde fácilmente se acumula el alimento, dando lugar a infecciones secundarias. 1.4. Alteraciones en los incisivos Finalmente, también es frecuente encontrar alteraciones en los incisivos de los caballos viejos, que pueden variar desde un desgaste excesivo o irregular hasta procesos de malalineación. Para prevenir y corregir todos estos problemas dentales es necesario mantener una buena higiene bucal, realizar los ajustes (limado) necesarios y proporcionar una dieta adecuada. En este sentido, lo fundamental es que el alimento sea fácilmente masticable, siendo preferible el alimento procesado industrialmente (granulado) que puede humedecerse para hacerlo aún más blando. Asimismo, conviene aumentar el número de comidas diarias y asegurarse que el aporte energético es adecuado. 2. Alteraciones Metabólicas Las dos alteraciones metabólicas más comunes en caballos viejos son el síndrome de Cushing y el síndrome metabólico. Estos dos procesos, además, se caracterizan por cursar con un aumento en la resistencia periférica a la acción de la insulina, que predispone al padecimiento de laminitis. 2.1. Síndrome de Cushing El síndrome de Cushing es, con toda probabilidad, el proceso patológico más claramente asociado al envejecimiento en caballos. El síndrome de Cushing equino es diferente al de otras especies y, en realidad, está causado por un adenoma de la parte intermedia de la hipófisis que da lugar no sólo a un aumento en la producción de ACTH sino también a la de una serie de péptidos derivados de la propiomelanocortina. Los síntomas más característicos en los caballos afectados son: hirsutismo, hiperhidrosis, letargia, poliuria/polidipsia y mala cicatrización. El diagnóstico se realiza mediante evaluación hormonal, siendo el más usado el test de supresión con dexametasona. Actualmente, el mejor tratamiento para este problema consiste en la administración de pergolida. 2.2. Síndrome metabólico

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El síndrome metabólico equino es un proceso patológico que no está perfectamente definido. Su denominación obedece a la similitud que presenta con el síndrome metabólico humano. Es un proceso que afecta preferentemente a caballos obesos de edad avanzada. La obesidad se caracteriza por depósitos grasos localizados sobre todo en el cuello, base de la cola y prepucio. Estos caballos suelen presentar hiperinsulinemia, intolerancia a la glucosa y dislipidemia, así como una fuerte tendencia a padecer infosura. El tratamiento se basa en medidas dietéticas (restringiendo el aporte calórico) y en incrementar el ejercicio físico. 3. Enfermedades gastrointestinales Las enfermedades gastrointestinales más comunes en los caballos son los cólicos y existen dos tipos de cólico que son más prevalentes en caballos viejos: las impactaciones de colon y la oclusión intestinal por lipomas pedunculados. 3.1. Impactaciones de colon Son frecuentes en caballos viejos porque, como se ha señalado anteriormente, éstos suelen presentar alteraciones dentales que determinan una masticación insuficiente del alimento. A menudo producen cólicos recidivantes en caballos de edad avanzada. En muchas ocasiones se resuelven espontáneamente (con ayuno y ejercicio) pero, a veces, pueden requerir tratamiento intensivo de tipo médico o, incluso, quirúrgico. 3.2. Lipomas pedunculados Los lipomas pedunculados son mucho más frecuentes en caballos viejos que en jóvenes. Se trata de masas tumorales benignas que están adheridas a la pared abdominal por un largo pedúnculo. Ello determina que puedan girar alrededor de su eje longitudinal y terminen abrazando a un asa intestinal, provocando, de esta forma, un cólico oclusivo que requiere tratamiento quirúrgico. 4. Afecciones cardiorrespiratorias En este apartado nos ocuparemos de las afecciones respiratorias, puesto que las cardiacas se abordan en otra conferencia. La enfermedad respiratoria que más comúnmente se diagnostica en caballos viejos es la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (que actualmente se prefiere denominar obstrucción recurrente de vías respiratorias). Se trata de un proceso de etiología multifactorial en la que están implicados procesos alérgicos y agresiones causadas por endotoxinas y gérmenes. Estos agentes determinan que los animales sufran inflamación de vías respiratorias bajas caracterizada por: engrosamiento de la pared bronquial, broncoespasmo y alteraciones cuanti-cualitativas de las secreciones respiratorias. Clínicamente estos caballos manifiestan disnea espiratoria, tos e intolerancia al ejercicio como síntomas principales. El diagnóstico se realiza en base a la percusión y auscultación pulmonares, endoscopia (en la que se aprecia un aumento de exudado en tráquea), citología de las secreciones respiratorias (que muestran neutrofilia intensa) y se complementa con estudios de mecánica respiratoria y de gasometría arterial. El tratamiento consiste fundamentalmente en medidas higiénico dietéticas (control de la ventilación y de la presencia de polvo en el ambiente) y en la administración de glucocorticoides y broncodilatadores.

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El envejecimiento en los caballos, al igual que en otras especies, determina una disminución en la capacidad del aparato respiratorio para oxigenar la sangre. En un estudio realizado por nuestro grupo de investigación, se demostró que los caballos viejos presentan niveles significativamente inferiores de PaO2 que los caballos jóvenes y que el gradiente alvéolo-arterial de oxígeno se encuentra incrementado en caballos de edad avanzada. 5. Problemas neurológicos En caballos, existe un proceso neurológico que está muy relacionado con el envejecimiento: los granulomas colesterínicos o colesteatomas. Como su nombre indica, se trata de formaciones granulomatosas de composición lipídica que se localizan en los ventrículos laterales y en el plexo coroideo. En la mayoría de las ocasiones no provocan manifestaciones clínicas, pero en determinados casos pueden producir obstrucción al flujo del líquido cefalorraquídeo e hipertensión intracraneal, con la correspondiente sintomatología neurológica asociada. 6. Neoplasias Las neoplasias pueden aparecer en caballos de cualquier edad pero generalmente son más comunes en los de edad avanzada. Además, existe un proceso neoplásico, el melanoma, que está muy asociado al envejecimiento en caballos tordos. Los melanomas suelen manifestarse mediante la aparición de masas tumorales en la base de la cola y en la zona perineal. Se trata de tumores benignos que, en la mayoría de las ocasiones, tan sólo producen un problema estético. No obstante, pueden llegar a ulcerarse o producir compresión sobre el ano y/o la vulva dificultando la defecación, micción y el parto en las yeguas. También pueden localizarse en otras áreas (glándulas salivares, bolsas guturales, cavidad abdominal, etc.) donde producen, fundamentalmente, alteraciones por compresión. 7. Enfermedades musculoesqueléticas Los caballos de edad avanzada suelen sufrir trastornos musculoesqueléticos puesto que las pequeñas lesiones que se han ido acumulando a lo largo de la vida del animal tienden a hacerse más evidentes en la vejez. En este sentido cabe destacar la enfermedad degenerativa articular que da lugar a destrucción del cartílago y que suele ir asociada a inflamación. Esta enfermedad es particularmente importante puesto que el cartílago articular no se regenera y el proceso suele ser progresivo e irreversible. Asimismo, es frecuente encontrar osteoartritis en caballos viejos, que suele dar lugar a la formación de exóstosis y a distensión articular. Otra alteración bastante común en animales de edad avanzada es la presencia de periostitis (sobrehuesos) en regiones sometidas a traumatismos continuados por anomalías en la marcha. También es frecuente encontrar procesos de bursitis subcutáneas en localizaciones como el carpo, codo, punta del corvejón, etc., si bien suelen ser únicamente problemas de tipo estético sin repercusión funcional significativa. Finalmente, destacar los procesos degenerativos del ligamento suspensor del menudillo donde suelen aparecer importantes cambios, tanto en el ligamento como en la zona ósea de inserción, muy asociados al envejecimiento.

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REFERENCIAS Aguilera-Tejero E, Estepa JC, López I, Mayer-Valor R, Rodríguez M. Arterial blood gases and acid-base balance in healthy young and aged horses. Equine vet J, 30:352-354, 1998. Dybdal NO, Hargreaves KM, Madigan JE, Gribble DH, Kennedy PC, Stabenfeldt GH. Diagnostic testing for pituitary pars intermedia dysfunction in horses. JAVMA, 204:627-632, 1994. Kronfeld DS, Treiber KH, Hess TM, Splan RK, Byrd BM, Staniar WB, White NW. Metabolic syndrome in healthy ponies facilitates nutritional countermeasures against pasture laminitis. J Nutr, 136:2090S-2093S, 2006. Pugh DG. Feeding the geriatric horse. Proceedings AAEP, 48:21-23, 2002. Ralston SL, Nockels CF, Squires EL. Differences in diagnostic test results and hematologic data between aged and young horses. Am J Vet Res, 49:1387-1392, 1988. Ralston SL. Digestive alterations in aged horses. J Eq Vet Sci, 9:203-205, 1989. Ross MW, Dyson SJ. Diagnosis and Management of Lameness in the horse. Saunders, 2003. Scrutchfield WL, Schumacher J, Martin MT. Correction of abnormalities of the cheek teeth. Proceedings AAEP, 42:11-21, 1996.