Dossier Cuentos completos Medardo...
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Medardo Fraile Cuentos completos Edición ampliada de Ángel Zapata
Editorial Páginas de Espuma 91 522 72 51 || [email protected] Información: www.paginasdeespuma.com
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El maestro del cuento contemporáneo español
Medardo Fraile, componente indiscutible de la generación del 50, fue traducido a varios idiomas, publicado en Latinoamérica y mil veces antologado, y considerado un referente imprescindible por muchos de los escritores posteriores. La primera publicación de sus cuentos completos reunió, en edición literaria a cargo de Ángel Zapata, toda su narrativa breve escrita desde que en 1954 apareciera su primer libro, en lo que todavía era una obra en marcha, que continuaría con el libro Antes del futuro imperfecto que vio la luz el año 2010 en esta misma editorial. Esta nueva edición, revisada por su editor, incorpora no solo esos nuevos cuentos que vinieron después, sino también todos aquellos que quedaron inéditos a la muerte de Fraile, además de un interesante apéndice con textos del propio autor sobre este libro y sobre el cuento. Una edición definitiva que viene a colocar en el lugar que merece una obra incomparable en la literatura española contemporánea.
Sobre Medardo Fraile se ha escrito
«Era metafórico y minucioso, como en sus cuentos; y narraba lo que pasó en la guerra, más de setenta años después, con el mismo vigor con que hubiera contado el presente. Creía que el cuento era “un puñetazo lleno de realidad posible”, y a aquel tiempo le concedía una vigencia insoslayable, por eso hablaba de lo que pasó entonces como si estuviera narrando oralmente lo que quizá entonces se contó a sí mismo, mientras paseaba, bajo el ruido de las bombas, por estos escenarios entonces devastados. […] Nunca se fue del todo de España, o nunca estuvo del todo en Escocia. Cuando venía a Madrid llamaba a sus amigos, a sus editores, explicaba su nostalgia en función del frío que pasaba en Glasgow, pero en realidad sintió que aquella larga estancia fuera de su país había desnaturalizado el conocimiento que él mismo, y sus estudiosos y animadores —José María Merino, Ángel Zapata, Eloy Tizón…—, creía que merecía su producción literaria. Le pregunté por qué seguía viviendo allí, tan frío y tan lejos. “Pues ni yo mismo lo sé”. Dio clases en la Universidad de Strathclyde, desde los años setenta. Allí se casó, allí nació su hija. Explicando por qué seguía en Escocia dijo: “Allí estoy, recordando; yo vivo en Escocia, pero lo único que hago allí es recordar España.”»
Juan Cruz, El País
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© Janet H. Fraile
«Fiel cultivador del género desde los inicios de su carrera de escritor, Medardo Fraile, el gran cuentista español, ha creado un singular mundo literario sobre la base de tres cualidades fundamentales: su impecable manejo del idioma, su inagotable capacidad de invención y su profundo conocimiento de los seres humanos de todos los días, de ésos que encontramos en las narraciones como si uno fuera uno de ellos, viejo idealque sólo los grandes creadores alcanzan.»
Augusto Monterroso
Biografía Medardo Fraile nació en Madrid (1925‐2013) y perteneció a la llamada generación del medio siglo (Aldecoa, Martín Gaite, Sánchez Ferlosio, Matute, Fernández Santos, etcétera). Se inició en el teatro como autor y fundador de Arte Nuevo, primer teatro de ensayo de la posguerra. Colaboró en él con Sastre y Paso y dejó una obra breve de éxito, El hermano, representada, radiada, televisada y publicada varias veces. Ha colaborado en infinidad de diarios y revistas, dentro y fuera de España, y ha publicado más de treinta libros –cuentos literarios y juveniles, novela, colaboraciones de prensa, estudios literarios, teatro, ensayo–, los últimos de los cuales han sido Contrasombras (1998), Ladrones del Paraíso (1999), La letra con sangre (2001) y Entradas de cine (2008). Ha sido Premio Sésamo
(1956), Premio Nacional de la Crítica (1965), de La Estafeta Literaria (1970) y Hucha de Oro (1971). En 2004, Editorial Páginas de Espuma publicó Escritura y verdad. Cuentos completos, en edición de Ángel Zapata, y, en 2011, Antes del futuro imperfecto, su último libro de cuentos publicado.
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Entrevista
[Entrevista de Ángel Zapata publicada en el portal cultural CULTURAMAS en octubre de 2010 con motivo de la publicación de Antes del futuro imperfecto. Se volvió a publicar tras el fallecimiento.] A fecha de hoy, Medardo Fraile es un escritor que no precisa de presentaciones para los amantes de la literatura, y –menos aún‐ para los devotos del cuento. Su nombre brilla con luz propia en una generación –la del medio siglo‐ que cuenta con autores tan destacados como Aldecoa, Matute o Martín Gaite; y si es cierto que la obra de Fraile gozó desde el principio de una excelente acogida crítica, no es menos cierto que sus relatos han ido afianzándose, al paso de los años, en el gusto del público lector. Con la aparición de “Antes del futuro imperfecto” (Editorial Páginas de Espuma), Medardo Fraile vuelve a dar pruebas de esa sensibilidad inconfundible, que lo ha consolidado como una referencia obligada para las nuevas generaciones de cuentistas. ¿Qué dirías que nos da un cuento? Y, a la inversa, ¿qué nos quita? Un buen cuento –siempre estamos hablando de un buen cuento‐ nos da una experiencia inolvidable, aunque luego la olvidemos, pero siempre nos quedará el respeto a aquel tiempo breve de lectura, como un beso, un encuentro, una despedida, un trenillo que se aleja con algo muy nuestro y nos deja mirando una felicidad momentánea y un grumo inexplicable de tristeza. Un buen cuento nos quita vulgaridad, vacío, rutina, desengaño del tiempo y de la vida. ¿Estamos hechos de la materia de los cuentos? Estamos hechos de la materia fragmentada de los sueños y esos fragmentos pueden cristalizar en cuentos de nuestra propia vida o de vidas ajenas. ¿Recordarías, sin pensarlo demasiado, el cuento más bello que hayas leído? Me desconcierta el adjetivo bello, a no ser que signifique aquí perfección, obra acabada. Yo no estoy muy atento a la belleza de los cuentos; soy consciente de su efecto, de su humanidad y, en este sentido, sin pensarlo demasiado, citaría La casa de muñecas, de Katherine Mansfield o El regalo de Reyes, de O. Henry. ¿Y el más perturbador? Quizá un cuento de Chéjov, cuyo título no recuerdo, en la que una pobrecita analfabeta de doce o trece años, a la que han puesto a trabajar de niñera en casa de unos ricachos irresponsables, tiene que trajinar todo el santo día con el servicio de la casa y con una criatura de pocos meses que no cesa nunca de llorar y, día tras día, no la deja dormir. Una madrugada, la muchacha ahoga al niño y se queda dormida profundamente el resto de la noche. Ahora que el otoño se nos ha echado encima, ¿estarías de acuerdo con Monterroso cuando afirma que el cuento es, casi por definición, un género triste?
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Nuestra vida, condenada a muerte desde que nacemos, es, incluso en la raíz de la risa, del género triste y yo creo que es mejor el cuento cuando compasivamente, amorosamente, nos lo recuerda con levedad sin tonos jeremíacos, sin aguarnos la fiesta. Parafraseando al “Cuestionario Proust”: ¿Con qué defecto eres más indulgente cuando lees un cuento? Hay, como en todo, defectos preceptivos y defectos opcionales o deliberados que, en realidad, ejercen de virtudes en la historia y así se justifican. Yo no soy consciente de mi indulgencia en los cuentos con ningún defecto preceptivo; si se encuentra alguno en los míos –todo podría ocurrir‐ son polizones extraordinariamente hábiles, que se han colado en ellos sin que yo lo advierta. Resulta ya un tópico gastado referirse a las relaciones (no siempre de buena vecindad) entre el cuento y la novela… Y, sin embargo, no se ha hablado en la misma medida de los vínculos que unen a la poesía y al cuento. En tu opinión, ¿podría decirse que el relato breve es una forma de poesía, o incluso un modo de lo poético? Creo que el cuento se va haciendo solo en la misma medida que lo va haciendo el que lo escribe. En eso estriba gran parte de su fuerza y su misterio. Yo me proponía escribir el cuento de una mudanza y acabé escribiendo la historia de un sillón isabelino. Eso puede hacernos creer en un vínculo con la poesía más auténtica, con la mejor. Hay hoy tantísimos poetas que llega uno a pensar si se habrá descubierto el arte de hacer poemas sin ser poeta. Esperemos que no. Desde hace algunos años se viene hablando del nuevo cuento español, ¿te parece que la denominación corresponde a un fenómeno real?, ¿te interesa esta eclosión del cuento entre las últimas generaciones de escritores? Sí, me parece un fenómeno real y muy satisfactorio para los que amamos y valoramos el arte de contar en pocas páginas. Mi generación apostó por el cuento cuando se creía y predicaba que sólo era un paso, un entrenamiento para hacer novelas. Y hoy hay muchos maestros, más o menos jóvenes, de las generaciones siguientes –entre ellos tú‐ creando cuentos diferentes y enseñando, en la medida en que eso es posible, a escribirlos. Tu último libro, Antes del futuro imperfecto, traza un arco casi vertiginoso desde la infancia hasta la vejez, desde los días del colegio hasta esa época de balances y sabidurías que ahora se llama, con un eufemismo un poco bobo, “la tercera edad”. ¿De dónde nació la idea de articular un libro sobre esta tensión entre extremos? Esa conexión la vi clara cuando el editor, Juan Casamayor, se mostró remiso –por razones comerciales‐, a publicar sólo la primera parte, como yo pretendía. Vi que añadiendo los cuentos –todos inéditos‐ de la segunda parte se podía trazar ese arco, demasiado vertiginoso en la realidad, desgraciadamente, entre la infancia y la vejez. ¿Imaginas el cuento que te hubiera gustado escribir y aún no has escrito? Contestamos por última vez…‐ Sí, el relato en que sólo la descripción de la atmósfera, la descripción del ambiente; el escenario humanizado, pero sin personaje alguno, sin nadie, lo cuente todo.