Dos caras.docx

1
I Dos Caras Traidores, mentirosos, usureros, cobardes, así nos llamaron, así nos conocieron. Dijeron que éramos justamente lo que a ellos no le gustaba, lo que más detestaban. Incluso dijeron que éramos Satanás y El Diablo juntos. Dijeron mucho de nosotros. Lo importante fue que nos conocieron, de una u otro forma. Pero jamás supieron quiénes fuimos en realidad, ni por qué fuimos quienes fuimos. Ellos sacaron sus propias conclusiones, y con el paso del tiempo olvidaron nuestros nombres. Pero yo les diré quiénes fuimos. Les explicaré por qué unos hombres sin patria quisieron forjar sus propios destinos en un nuevo mundo, en su hogar. Tal vez el mundo haya cambiado; quizás les digan otras cosas, o les cuenten otra historia. La historia nos borró de sus páginas, y nosotros decidimos que así sería. Un nombre se define por sus actos; ser un Borello no era algo tan honorable. Borello. América le debe mucho a ese nombre. A aquellas figuras desconocidas que pasaron desprevenidas antes sus actos, a aquellos patriotas que se hicieron pasar por realistas, a aquellos realistas que se hicieron pasar por patriotas. Todo terminaría definiendo el porvenir de nuestra familia, a cara o cruz. Pero la moneda de los Borello siempre tenía dos caras, dos rostros, dos verdades. Y me parece injusto que con el paso del tiempo sólo exista un rostro en nuestra memoria. Pero no os angustiéis, yo narraré lo que haga falta. Al fin y al cabo, nada está oculto…

Transcript of Dos caras.docx

Page 1: Dos caras.docx

I

Dos Caras

Traidores, mentirosos, usureros, cobardes, así nos llamaron, así nos conocieron. Dijeron que éramos justamente lo que a ellos no le gustaba, lo que más detestaban. Incluso dijeron que éramos Satanás y El Diablo juntos. Dijeron mucho de nosotros. Lo importante fue que nos conocieron, de una u otro forma. Pero jamás supieron quiénes fuimos en realidad, ni por qué fuimos quienes fuimos. Ellos sacaron sus propias conclusiones, y con el paso del tiempo olvidaron nuestros nombres.

Pero yo les diré quiénes fuimos. Les explicaré por qué unos hombres sin patria quisieron forjar sus propios destinos en un nuevo mundo, en su hogar. Tal vez el mundo haya cambiado; quizás les digan otras cosas, o les cuenten otra historia. La historia nos borró de sus páginas, y nosotros decidimos que así sería. Un nombre se define por sus actos; ser un Borello no era algo tan honorable.

Borello. América le debe mucho a ese nombre. A aquellas figuras desconocidas que pasaron desprevenidas antes sus actos, a aquellos patriotas que se hicieron pasar por realistas, a aquellos realistas que se hicieron pasar por patriotas. Todo terminaría definiendo el porvenir de nuestra familia, a cara o cruz. Pero la moneda de los Borello siempre tenía dos caras, dos rostros, dos verdades. Y me parece injusto que con el paso del tiempo sólo exista un rostro en nuestra memoria. Pero no os angustiéis, yo narraré lo que haga falta. Al fin y al cabo, nada está oculto…