Don de está tu tesoro, estará tu corazón

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Preparamos: nuestro altarcito con una velita encendida (símbolo de la Presencia de Dios, en nombre de quien nos encontramos); una imagen del Sagrado Corazón de Jesús, otra de la Virgen del Perpetuo Socorro; y otra de Lucía G. Elizalde. Corazones de cartulina… Junto a los ricos mates! Nos contamos mutuamente “QUÉ TRAEMOS EN EL CORAZÓN?”… Qué situaciones, compromisos pastorales, actividades, personas están ocupando intensamente nuestra mente, nuestro tiempo, nuestro interés y el corazón. Nombrarlas simplemente, para saber en qué estamos; y soltar… dejar reposar en Dios eso que tal vez nos pueda distraer en este momento. Nosotras, les contamos que en este mes tenemos la fiesta de “tres amores”: comenzamos celebrando con cariño especial a Jesús mirando su Corazón, una rica herencia que nos dejó P. Rodolfo Carboni… (1er momento: Reclinamos el corazón en el pecho de Jesús…) La primera invitación es hacer como hizo Juan, el discípulo amado (Juan 13,23): inclinarnos sobre el pecho de Jesús, intuir los latidos de su Corazón, bucear allí para descubrir cuál era su tesoro… En un ratito personal de silencio podemos hacer el ejercicio de buscar sintonizar, intuir cuánto nos quiere Jesús de manera personal, y qué sentimientos encontramos en Él, como manantial de Ternura. Animarnos a percibir cómo latía, late y seguirá latiendo por puro Amor al Padre, al Reino, a la Humanidad, por Amor a nosotr@s. Podríamos acercarnos a ese apasionado Corazón con esta canción: Quien dijo que todo esta perdido Yo vengo a ofrecer mi corazón Tanta sangre que se llevo el río Yo vengo a ofrecer mi corazón. No será tan fácil, ya se que pasa 1

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Preparamos: nuestro altarcito con una velita encendida (símbolo de la Presenciade Dios, en nombre de quien nos encontramos); una imagen del Sagrado Corazón de Jesús, otra de la Virgen del Perpetuo Socorro; y otra de Lucía G. Elizalde. Corazones de cartulina… Junto a los ricos mates!

Nos contamos mutuamente “QUÉ TRAEMOS EN EL CORAZÓN?”… Qué situaciones, compromisos pastorales, actividades, personas están ocupando intensamente nuestra mente, nuestro tiempo, nuestro interés y el corazón. Nombrarlas simplemente, para saber en qué estamos; y soltar… dejar reposar en Dios eso que tal vez nos pueda distraer en este momento.

Nosotras, les contamos que en este mes tenemos la fiesta de “tres amores”: comenzamos celebrando con cariño especial a Jesús mirando su Corazón, una rica herencia que nos dejó P. Rodolfo Carboni…

(1er momento: Reclinamos el corazón en el pecho de Jesús…)

La primera invitación es hacer como hizo Juan, el discípulo amado (Juan 13,23): inclinarnos sobre el pecho de Jesús, intuir los latidos de su Corazón, bucear allí para descubrir cuál era su tesoro… En un ratito personal de silencio podemos hacer el ejercicio de buscar sintonizar, intuir cuánto nos quiere Jesús de manera personal, y qué sentimientos encontramos en Él, como manantial de Ternura. Animarnos a percibir cómo latía, late y seguirá latiendo por puro Amor al Padre, al Reino, a la Humanidad, por Amor a nosotr@s.

Podríamos acercarnos a ese apasionado Corazón con esta canción:

Quien dijo que todo esta perdido Yo vengo a ofrecer mi corazón Tanta sangre que se llevo el río Yo vengo a ofrecer mi corazón. 

No será tan fácil, ya se que pasa No será tan simple como pensaba Como abrir el pecho y sacar el alma Una cuchillada del amor. 

Luna de los pobres siempre abierta Yo vengo a ofrecer mi corazón Como un documento inalterable Yo vengo a ofrecer mi corazón 

Y uniré las puntas de un mismo lazo Y me iré tranquilo, me iré despacio Y te daré todo y me darás algo Algo que me alivie un poco mas. 

Cuando no haya nadie cerca o lejos Yo vengo a ofrecer mi corazón Cuando los satélites no alcancen Yo vengo a ofrecer mi corazón. 

Y hablo de países y de esperanza Hablo por la vida, hablo por la nada Hablo de cambiar esta, nuestra casa De cambiarla por cambiarla no mas. 

Quien dijo que todo esta perdido Yo vengo a ofrecer mi corazón

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Hacemos resonancia de la canción. Trabajamos en el corazón de cartulina : en uno los lados escribimos qué situaciones tristes o difíciles, cotidianas o globales nos pueden desanimar o hacer sentir que “todo está perdido”

(2do momento: Jesús tenía el corazón reclinado en el Padre y en Su Mamá, María)

Probablemente, Jesús en más de una ocasión se sintió “aturdido” por las injusticias, la falta de ternura, el trato inhumano, una religión opresiva, ante la inminencia de su muerte... También podía sentir a su alrededor la desesperanza de quienes creían que “todo está perdido”. El ícono de la Virgen del Perpetuo Socorro grafica esta experiencia: Jesús aferrado a la seguridad que le da María ante el temor que generan los símbolos del tormento.

María es otro de los Tesoros de Jesús!!!

Si mantenemos la actitud de estar reclinad@s sobre el pecho de Jesús, también percibimos los latidos de María, de quien Él aprendió a amar y a entregarse confiado. Y si nos acercamos al corazón de María, encontraremos (según lo que cuenta Lucas 2,19) las cosas que Ella guarda ahí…

Momentito personal Podemos buscar junt@s (María y yo) qué momentos significativos compartimos. ¿Alguna vez me sentí sostenid@ como Jesús en el ícono? ¿Qué atesoro de la experiencia con María (alguna procesión, retiro, sentir su presencia en algún momento particular, etc)? ¿Qué guardará Ella, como buena madre, de algún momento vivido conmigo? ¿Qué me invita a mirar como vivencia compartida con Ella?

MARÍA cuando se dio cuenta de que Dios “miró su pequeñez” y pudo sentirse “Su tesoro”, no aguantó la alegría y le brotó un hermoso canto: el Magnificat. Si nos sale, podemos ir compartiendo lo que pasamos por el corazón con Ella, en forma de MAGNIFICAT espontáneo: acción de gracias

3er momento: Nos acercamos, ahora a una mujer joven muy audaz, dócil al Querer de Dios…

Esta mujer, nuestra Hna Lucía G. Elizalde, tenía el corazón reclinado sobre Jesús y sobre María, allí estaba su tesoro!!!!P. Rodolfo, que la veía como “piedra fundamental y alma” de la Obra, decía de ella:

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“Su inteligencia que bien se muestra en lo que escribió, jamás pudo envanecerla, como nada de lo que hizo, porque andaba mucho en la presencia del Señor y era humilde de verdad.”“No concebía el amor de Dios sino como el hacer en todo la voluntad de Dios.”

(Garabatos de cariño)

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Nosotras recordamos cómo su intuición y docilidad al Espíritu dio origen a nuestra Congregación, en “Una vez…una mujer” decimos:

Podemos compartir lo que nos surge al escuchar estos testimonios acerca de Lucía, hacer resonancia… ¿la conocías? ¿a qué nos invita, convoca o desafía la osadía de esta discípula del siglo XX?

4to momento: Oteando el Horizonte

El Papa nos recuerda y nos anima:

Ya hicimos el recorrido de:* Reclinarnos sobre el Corazón de Jesús, palpitar con sus tesoros (entre ellos, nuestra

propia vida); * descubrimos a María como el Tesoro de Dios que se siente-sabe mirada en su

pequeñez; y que además, guarda en su corazón experiencias compartidas con nosotr@s; * Lucía, atraída fuertemente por el Proyecto de Dios, nos confirma que es posible

seguir poniendo allí nuestro corazón: que el Sueño de Dios puede ser nuestro tesoro!!

Ahora, es hora de mirar hacia el horizonte, hacia delante… Y nos salen al encuentro algunos textos… como brotando del Corazón de Jesús, de la prontitud misionera de María, de la vida consagrada de Lucía… “Inclinados sobre el corazón del Señor7, debemos ir descubriendo  las lanzas punzantes de nuestra realidad; discernir qué es lo que nos toca entregar, como la sangre y el agua, envueltos en la permanente creatividad del Espíritu.Estamos llamados a apostar por una vida en abundancia que,  asumiendo a los crucificados de hoy, se arriesgue hasta lo último por ellos, porque simplemente el amor así lo pide, y porque en este derroche de amor está el sentido último de nuestra existencia”.

(Con Corazón Sacerdotal)

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“... el Padre dudó de lo que Dios le pedía… Y decidió consultarla: “Lucía, está animada a seguir…?”. “Sí Padre, contestó ella. Me quedo y no importa que esté sola, ya vendrán otras.” Éste fue el diálogo, decisivo para comenzar con nuevos bríos lo que había costado tanto.[Como Congregación le decimos a Lucía] Fue el corazón el que te marcó seguir estando, porque los cálculos humanos se desmoronaban. Supongo, que eso mismo te entusiasmaba, te llenaba de energía. Fue la atracción de la entrega en medio de las dificultades; la tenue luz que se abría paso en la oscuridad.”

El discípulo de Jesús tiene el corazón abierto a su horizonte sin límites, y su intimidad con el Señor nunca es una fuga de la vida y del mundo,

sino que, al contrario, «esencialmente se configura como comunión misionera»

(Evangelii gaudium, 23).

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En la Jornada de Oración por las Vocaciones, el Papa nos decía:“La Virgen María, modelo de toda vocación, no tuvo miedo a decir su «fiat» a la llamada del Señor. Ella nos acompaña y nos guía. Con la audacia generosa de la fe, María cantó la alegría de salir de sí misma y confiar a Dios sus proyectos de vida. A Ella nos dirigimos para estar plenamente disponibles al designio que Dios tiene para cada uno de nosotros, para que crezca en nosotros el deseo de salir e ir, con solicitud, al encuentro con los demás (cf. Lc1,39)”

del documento “Escrutar” en el apartado “La Mística del Encuentro”Son dos los “lugares” en los que, de manera privilegiada, el Evangelio se manifiesta, toma cuerpo, se dona: la familia y la vida consagrada. En el primero, el Evangelio entra en la cotidianidad y muestra su capacidad de transfigurar la vida real en el horizonte del amor. En el segundo signo, icono de un mundo futuro que relativiza todo bien de este mundo, se crea un lugar complementario y especular con respecto al primero, mientras se muestra anticipadamente el cumplimiento del camino de la vida y se vuelven relativas a la comunión definitiva con Dios todas las experiencias humanas, incluso las más exitosas.

Trabajamos en el corazón de cartulina : del otro lado del corazón, podemos escribir qué tesoros vamos vislumbrando en el horizonte, hacia dónde o hacia qué o quiénes se nos va inclinando el corazón; o, dicho de otro modo, qué pasos nos estará invitando a dar Jesús. Lo rezamos en silencio, lo escribimos; si queremos, lo compartimos.

Con actitud de intercesión, a cada pedido, respondemos: “te rogamos, Señor” (Oración adaptada de Pablo VI)

* Iluminados por tu Palabra, te pedimos, Señor, por todos aquellos que ya han seguido y ahora viven tu llamada.* Por los obispos, presbíteros, diáconos; por los consagrados religiosos, hermanos y religiosas.* Por tus misioneros y laicos que acompañan… Sostenlos en las dificultades, confórtalos en los sufrimientos, asístelos en la soledad, protégelos en la persecución, confírmalos en la fidelidad.* Te pedimos, Señor, por aquellos que están abriendo su corazón a tu llamada o se preparan ya a seguirla.

* Que tu Palabra los ilumine, que tu ejemplo los conquiste, que tu Espíritu los guíe hasta la meta…* Que tu Palabra, Señor, sea para todos ellos Guía y apoyo… Que sepan orientar, aconsejar y sostener a los hermanos con aquella fuerza de convicción y amor que Tú solo puedes comunicar.

Podemos terminar con un canto que nos ayude a sentirnos enviad@s a comunicar lo vivido. Compromiso sugerido: si nos animamos, podemos tener un gesto de cariño con alguien/algun@s que son nuestro tesoro.

Si algun@ se anima y quiere, puede compartir algún eco en el facebook o el blog. El compartir siempre enriquece y ayuda a mejorar!!!

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