Domingo I de Adviento. Ciclo A.Día 1 de diciembre del 2013
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¡VELAD !
DOMINGO 1º DE ADVIENTO «A»
1 DE DICIEMBRE DE 2013
.
MONICIÓN DE ENTRADA
“El tiempo del Adviento tiene dos
características: es a la vez un tiempo
de preparación a las solemnidades de
Navidad en que se conmemora la
primera Venida de Hijo de Dios entre
los hombres, y un tiempo en el cual,
mediante esta celebración, la fe se
dirige a esperar la segunda Venida de
Cristo al fin de los tiempos.
Por estos dos motivos, el Adviento se
presenta como un tiempo de piadosa
alegre esperanza”. (Calendario Romano
n.39)
CANTO DE ENTRADA.
Ven, ven Señor, no tardes.
Ven, ven que te esperamos.
Ven, ven Señor, no tardes.
Ven pronto Señor.
El mundo muere de frío,
el alma perdió el calor,
los hombres no son hermanos,
el mundo no tiene amor.
Ven, ven Señor, no tardes…
Envuelto en sombría noche,
el mundo sin paz no ve,
buscando va una esperanza,
buscando, Señor, tu fe.
Ven, ven Señor, no tardes.
Ven, ven que te esperamos.
Ven, ven Señor, no tardes.
Ven pronto Señor.
Al mundo le falta vida,
al mundo le falta luz,
al mundo le falta cielo,
al mundo le faltas Tú.
DESPUÉS DE
ENCENDER LA VELA
DE LA CORONA DE
ADVIENTO.
Ven, ven Señor, no
tardes.
Ven, ven que te
esperamos.
Ven, ven Señor, no
tardes.
Ven pronto Señor.
Lectura del libro de Isaías 2, 1-5
Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca
de Judá y de Jerusalén: Al final de los
días estará firme el monte de la casa
del Señor en la cima de los montes,
encumbrado sobre las montañas.
Hacia él confluirán los gentiles,
caminarán pueblos numerosos.
Dirán: “Venid, subamos al monte del
Señor, a la casa del Dios de Jacob: él
nos instruirá en sus caminos y
marcharemos por sus sendas; porque
de Sión saldrá la ley, de Jerusalén, la
palabra del Señor.”
Será el árbitro de las naciones, el juez
de pueblos numerosos.
De las espadas forjarán arados, de las
lanzas, podaderas.
No alzará la espada pueblo contra
pueblo, no se adiestrarán para la
guerra. Casa de Jacob, ven,
caminemos a la luz del Señor.
PALABRA DE DIOS
SALMO RESPONSORIAL. Salmo 121.
R/.Que alegría cuando me dijeron:
“Vamos a la casa del Señor”.
¡Que alegría cuando me dijeron: “Vamos
a la casa del Señor”! Ya están pisando
nuestros pies tus umbrales Jerusalén.
R/.
Allá suben las tribus, las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel, a celebrar
el nombre del Señor; en ella están los
tribunales de justicia, en el palacio de
David. R/.
Desead la paz a Jerusalén: “Vivan
seguros los que te aman, haya paz
dentro de tus muros, seguridad en tus
palacios”.
R/.Que alegría cuando me dijeron:
“Vamos a la casa del Señor”.
Por mis hermanos y compañeros, voy a
decir: “La paz contigo”. Por la casa del
Señor, nuestro Dios, te deseo todo bien.
R/.
Lectura de la carta del apóstol San
Pablo a los Romanos 13, 11-14a.
Hermanos:
Daos cuenta del momento en que
vivís; ya es hora de despertaros del
sueño, porque ahora nuestra
salvación está más cerca que
cuando empezamos a creer. La
noche está avanzada, el día se echa
encima: dejemos las actividades de
las tinieblas y pertrechémonos con
las armas de la luz.
Conduzcámonos como en pleno día,
con dignidad. Nada de comilonas ni
borracheras, nada de lujuria ni
desenfreno, nada de riñas ni
pendencias. Vestíos del Señor
Jesucristo.
PALABRA DE DIOS
ALELUYA.
Muéstranos,
Señor, tu
misericordia y
danos tu
salvación.
Lectura del santo Evangelio según San
Mateo 24, 37-44.
En aquél tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
“Cuando venga el Hijo del hombre, pasará
como en tiempo de Noé.
Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se
casaba, hasta el día en que Noé entró en el
arca; y cuando menos lo esperaban llegó el
diluvio y se los llevó a todos; lo mismo
sucederá cuando venga el Hijo del hombre:
Dos hombres estarán en el campo: a uno se
lo llevarán y a otro lo
dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a
una se la llevarán y a otra la dejarán.
Por tanto, estad en vela, porque no sabéis
qué día vendrá vuestro Señor.
Comprended que si supiera el dueño de casa
a qué hora de la noche viene el ladrón,
estaría en vela y no dejaría abrir un boquete
en su casa.
Por eso, estad también vosotros preparados,
porque a la hora que menos penséis viene el
Hijo del hombre.”
PALABRA DEL SEÑOR
HOMILÍA.
CREDO.
ORACIÓN DE LOS FIELES.
OFERTORIO.
En este mundo que Cristo que nos da,
hacemos la ofrenda del pan.
El pan de nuestro trabajo sin fin y el vino
de nuestro cantar.
Traigo ante Ti nuestra justa inquietud:
Amar la justicia y la paz.
Saber que vendrás, saber que estarás,
partiendo a los pobres tu pan. (Bis)
ORACIÓN SOBRE LAS
OFRENDAS.
PREFACIO Y SANTO.
PLEGARIA EUCARÍSTICA.
RITO DE LA COMUNIÓN
PADRE NUESTRO.
RITO DE LA PAZ.
CANTO DE COMUNIÓN
1. Cruzando el inmenso desierto
peregrina el pueblo de Dios,
en busca de cielos abiertos, a la luz, la paz
y el amor.
Yavé cambiará sus cadenas, por la tierra de
promisión; allí será el fin de sus penas
y hallará consuelo el dolor.
Por ti, Patria esperada, encuentra ligera su cruz.
Por ti, Patria esperada, no apaga el desierto su fe.
Por ti, Patria esperada,
enciende su marcha el amor.
Por ti, Patria esperada. Por ti.
2. El nuevo Israel peregrino
va siguiendo en pos de una cruz:
la nube que alumbra el camino
a través de un mundo sin luz.
El cielo es el reino futuro, nueva tierra de
promisión, que orienta los pasos seguros
de este nuevo Pueblo de Dios.
Por ti, Patria esperada, encuentra ligera su cruz.
Por ti, Patria esperada, no apaga el desierto su fe.
Por ti, Patria esperada,
enciende su marcha el amor.
Por ti, Patria esperada. Por ti.
3. Los pueblos se agitan, sedientos,
bajo el peso de su dolor, en busca de paz y de
aliento, de verdad, de luz y de amor.
Escucha su llanto angustiado,
que acompaña al triste marchar;
con ese su andar fatigado
van, Señor, buscando tu hogar.
Por ti, Patria esperada, encuentra ligera su
cruz.
Por ti, Patria esperada, no apaga el desierto
su fe.
Por ti, Patria esperada, enciende su marcha el
amor. Por ti, Patria esperada. Por ti.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA
COMUNIÓN.
Este es el tiempo en que llegas,
Esposo, tan de repente,
que invitas a los que velan
y olvidas a los que duermen.
Salen cantando a tu encuentro
doncellas con ramos verdes
y lámparas que guardaron
copioso y claro el aceite.
¡Cómo golpean las necias
las puertas de tu banquete!
¡Y cómo lloran a oscuras
los ojos que no han de verte!
Mira que estamos alerta,
Esposo, por si vinieres,
y está el corazón velando,
mientras los ojos se duermen.
Danos un puesto a tu mesa,
Amor que a la noche vienes,
antes que la noche acabe
y que la puerta se cierre. Amén.
BENDICIÓN Y DESPEDIDA.
Canto.
Santa María de la esperanza, mantén el
ritmo de nuestra espera, mantén el ritmo
de nuestra espera.
PADRE, gracias porque has revelado a los sencillos el misterio del Reino
(Lc 10,21 ss)
Lo que me sorprende, dice Dios, es la esperanza.
Esta pequeña esperanza que parece nada.
Esta hijita esperanza. Inmortal.
Que quema eternamente con fidelidad.Una llama débil que ha atravesadoel espesor del mundo
Una llama inquieta que ha atravesado la tiniebla de las noches. (C. Péguy)
De donde sacaremos pan para alimentar tanta gente?
(Mt 15,29 ss)
“que no falte a nadie el pan de cada día”
Quantos panes tenéis?
Aquél día... los sordos escucharan, los ojos de los ciegos se abrirán, y el cojo saltará... (Is 29,17 ss)
Ven, Señor, abre nuestros ojos para que sepan mirar amorosamente la realidad
que nos rodea
Ábrenos los oídos para oír el llanto del mundo.
Haz ligeros nuestros pasos para llevar el amor, el consuelo, la esperanza, y la alegría de tu Reino.
Venga a nosotros tu Reino!
Monjas de San Benito de Montserrat