Domingo 30º del T.O. Ciclo C

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Dos hombres subieron al templo a orar; uno era fariseo, otro publicano. El fariseo, de pie, oraba en su interior de esta manera: “¡Oh Dios! Te doy gracias porque no soy como los demás hombres, injustos, adúlteros, ni tampoco como este publicano. …”

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Domingo 30º del T.O. Ciclo C. Dos hombres subieron al templo a orar; uno era fariseo, otro publicano. El fariseo , de pie, oraba en su interior de esta manera:. “¡Oh Dios! Te doy gracias porque no soy como los demás hombres, injustos, adúlteros, ni tampoco como este publicano. …”. - PowerPoint PPT Presentation

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Dos hombres subieron al templo a orar; uno era fariseo, otro publicano.El fariseo, de pie, oraba en su interior de esta manera:

“¡Oh Dios! Te doy gracias porque no soy como los demás hombres, injustos, adúlteros, ni tampoco

como este publicano. …”

En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se atrevía ni a alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba

el pecho diciendo:

En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se atrevía ni a alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba

el pecho diciendo:

“¡Oh Dios! ¿Ten compasión de mí, que soy pecador!”

Lc 18, 10-14

Según la parábola, uno y otro suben al templo a orar.

Los publicanos son alabados no por las injusticias que a veces cometen, sino por su capacidad

para reconocerse necesitados de perdón.

La parábola continúa afirmando que el publicano volvió a su casa reconciliado con el Dios justo y santo, pero el fariseo no.

El texto termina con un proverbio que recuerda el cántico de María:

“Todo el que se enaltece será humillado,

y el que se humilla será enaltecido”

Se eleva quien decide por sí mismo su puesto en el mundo y ante Dios.

Quien elabora a su gusto la realidad

y se inventa su propia imagen.

La altivez es inmoral por lo que tiene de injusticia

hacia los demás.

Y sobre todo por lo que tiene de engaño sobre uno mismo.

Quien acepta su realidad verdadera

no puede caer en el pecado de la arrogancia.

Su verdad es su auténtica gloria, porque

conocerse a sí mismo constituye la verdadera

sabiduría.

Texto: José Román Flecha Andrés PALABRA DEL SEÑOR –Salamanca -

Presentación: Antonia Castro PaneroMúsica: Moment Of Good-Bye