Contenidos 1. Nociones introductorias: Jurisprudencia y doctrina jurisprudencial
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1 página
“AÑO DE LA DIVERSIFICACION PRODUCTIVA Y DEL
FORTALECINMIENTO DE LA EDUCACION”
FACULTAD DE CIENCIAS CONTABLES Y
FINANCIERAS ESCUELA DE ADMINISTRACIÓN
Tema:
Espíritu Santo
Integrantes:
Chunque Quezada Jair
Reyes Castro Marisella
Localidad:
Trujillo
Fecha:
04-10-2015
2 página
AUTORES:
Chunque Quezada Jair
Reyes Castro Marisella
TEMA:
Espíritu Santo
FINALIDAD:
Dar a conocer sobre el espíritu santo y tiene muchas funciones y actividades en el corazón de toda la gente, en todas partes. El Espíritu Santo es la "Tercera Persona de la Santísima Trinidad". Es decir, habiendo un sólo Dios, existen en Él tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
LUGAR:
Trujillo- Perú
AÑO:
2015
3 página
DEDICATORIA
Está monografía está dedicada a Dios, mis padres y mi familia que están en todo los momentos que uno lo puedo necesitar, que me ayudan a salir adelante poco a poco y ser otra mejor persona de bien, y agradezco a dios por tenerlos a mi familia que están juntos, y pedir por los enfermos y las personas que están sufriendo en otras partes del planeta que no tienen nada que comer y sufren de dolor apiádate de ellos señor y cuida a todos nuestros seres queridos y bendícelos.
4 página
AGRADECIMIENTO
Agradecemos a la Universidad Católica Los Ángeles De Chimbote, sede Trujillo y al profesor James Gonzales quien nos brinda su apoyo como nuestro docente y nos hacer ver la cosas distintas, así poder lograr nuestro objetivo hacer posible esta monografía.
5 página
INDICE
1. .PAGINAS PRELIMINARES
1.1. CARATULA ............................................................................. 01
1.2. CONTRA CARATULA .......................................................... 02
1.3. DEDICATORIA……………………………………………………..03
1.4. AGRADECIMIENTO ................................................................ 04
1.5. INDICE ..................................................................................... 05
1.6. RESUMEN ............................................................................... 06
2. INTRODUCCION
2.1. TITULO DEL TEMA ............................................................ 07
2.2. DELIMITACION ..................................................................... 07
2.3. ANTECEDENTES .................................................................. 07
2.4. PLANTEAMEINTO DEL PROBLEMA ................................ 07
2.5. OBJETIVOS GENERAL Y ESPECIFICO… ....................... 07
2.6. HIPOTESIS ............................................................................ 07
2.7. JUSTIFICACIO N ................................................................ 07
3. DESARROLLO
3.1. FUNDAMENTACION DEL PROBLEMA ............................. 08- 12
4. CONCLUSIONES ....................................................................... 13
5. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS ......................................... 14
6 página
RESUMEN
Según el Catecismo de la Iglesia Católica, el Espíritu Santo es la "Tercera
Persona de la Santísima Trinidad". Es decir, habiendo un sólo Dios, existen en Él
tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esta verdad ha sido revelada
por Jesús en su Evangelio.
El Espíritu Santo coopera con el Padre y el Hijo desde el comienzo de la historia
hasta su consumación, pero es en los últimos tiempos, inaugurados con la
Encarnación, cuando el Espíritu se revela y nos es dado, cuando es reconocido y
acogido como persona. El Señor Jesús nos lo presenta y se refiere a Él no como
una potencia impersonal, sino como una Persona diferente, con un obrar propio y
un carácter personal.
"Dios es Amor" y el Amor que es el primer don, contiene todos los demás. Este
amor "Dios lo ha derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos
ha sido dado".
Puesto que hemos muerto, o al menos, hemos sido heridos por el pecado, el
primer efecto del don del Amor es la remisión de nuestros pecados. La Comunión
con el Espíritu Santo, "La gracia del Señor Jesucristo, y la caridad de Dios, y la
comunicación del Espíritu Santo sean con todos vosotros." es la que, en la Iglesia,
vuelve a dar a los bautizados la semejanza divina perdida por el pecado. Por el
Espíritu Santo nosotros podemos decir que "Jesús es el Señor ", es decir para
entrar en contacto con Cristo es necesario haber sido atraído por el Espíritu Santo.
Mediante el Bautismo se nos da la gracia del nuevo nacimiento en Dios Padre por
medio de su Hijo en el Espíritu Santo. Porque los que son portadores del Espíritu
de Dios son conducidos al Hijo; pero el Hijo los presenta al Padre, y el Padre les
concede la incorruptibilidad. Por tanto, sin el Espíritu no es posible ver al Hijo de
Dios, y, sin el Hijo, nadie puede acercarse al Padre, porque el conocimiento del
Padre es el Hijo, y el conocimiento del Hijo de Dios se logra por el Espíritu Santo.
7 página
Introducción
TEMA:
Espíritu Santo
DELIMITACIÓN: Esta monografía está desarrollada por los alumnos de la universidad ULADECH del segundo ciclo de la carrera administración
ANTECEDENTES DEL TEMA:
Espíritu Santo es la "Tercera Persona de la Santísima Trinidad". Es decir, habiendo un sólo Dios, existen en Él tres personas distinas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA:
¿Las personas creen en el espíritu santo?
OBJETIVOS
GENERAL:
Hacerles creer a las personas que el espíritu santo esta en nosotros mismo en nuestro interior y que crean en dios
ESPECIFICO:
Proponernos dar a conocer sobre el espíritu santo a las demás persona sobre esta santísima trinidad y que las personas puedan acercarse a Dios.
HIPOTESIS Las personas desconocen de esta santísima trinidad que es el espíritu santo.
JUSTIFICACIÓN
Dar a conocer a nuestros compañeros sobre el espíritu santo que vive dentro
de nosotros y que puedan acercarse más a Dios.
Página 8
FUNDAMENTACIÓN DEL PROBLEMA
“Espíritu Santo”
Espíritu Santo es la "Tercera Persona de la Santísima Trinidad". Es decir, habiendo un sólo Dios, existen en Él tres personas distinas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esta verdad ha sido revelada por Jesús en su Evangelio.
Es una expresión bíblica que se refiere a una compleja noción teológica a través
de la cual se describe una "realidad espiritual"1 suprema, que ha sufrido múltiples
interpretaciones en las diferentes confesiones cristianas y escuelas teológicas.
En torno a la naturaleza del Espíritu Santo se sostienen básicamente cuatro
interpretaciones:
Según las interpretaciones de carácter modalista, el Espíritu Santo es una fuerza
o cualidad divina al modo de la sabiduría, la belleza, el amor o la bondad.
El unitarismo, si bien guarda diferencias teológicas básicas con el modalismo,
comparte esta visión de un Espíritu Santo impersonal que actúa siendo el Poder
o Fuerza Activa de Dios. En cualquier caso, ambas corrientes comparten la
visión de que el Espíritu Santo no es "algo" sino alguien.
Según las interpretaciones de carácter arriano, el Espíritu Santo es una entidad
espiritual o naturaleza angélica de carácter excelso, muy cercana a la divinidad,
pero diferente a ella por su condición de criatura.
Según las interpretaciones de carácter triteísta2 el Espíritu Santo es otro Dios,
quizá de carácter inferior al Dios principal, pero que comparte con él la cualidad
de ser increado.
Las interpretaciones de carácter trinitario consideran al Espíritu Santo como
una persona divina, noción con la que se asume la divinidad del Espíritu Santo,
manteniendo, sin embargo, la unicidad del principio divino. Esta es la doctrina
del cristianismo católico, del cristianismo ortodoxo y de algunas denominaciones
protestantes.
Sobre la procedencia del Espíritu Santo, existe cierta unanimidad entre las
diferentes confesiones cristianas. A excepción de la interpretación triteísta, que
asume al Espíritu Santo como un ser increado e independiente de Dios, las otras
tres interpretaciones consideran que procede de Dios, aunque se diferencian en la
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forma. En el modalismo, procede como fuerza, en el arrianismo como criatura y en
el trinitarismo como persona. El trinitarismo aborda, además, una cuestión adicional
propia de su marco teológico.
Los Dones del Espíritu Santo
En el judaísmo y el cristianismo se cree que el Espíritu Santo puede acercarse al alma y transmitirle ciertas disposiciones que la perfeccionan. Estos hábitos se conocen como los «dones del Espíritu Santo». La relación de dones varía entre las diferentes denominaciones cristianas. La teología católica y la ortodoxa reconocen siete dones pues siguen tradicionalmente la cita de Isaías. A continuación se enumeran estos siete dones.
Sabiduría
Entendimiento
Consejo
Piedad
Fortaleza
Ciencia
temor de dios
El fruto
En la teología cristiana, se dice que la cercanía del Espíritu Santo induce en el
alma una serie de hábitos beneficiosos que se conocen como El Fruto del
Espíritu Santo y que constan en la Epístola a los Gálatas 5:22. El Fruto, nueve
según la versión Reina Valera 1960, son:
Amor
Gozo
Paz
Paciencia
Benignidad
Bondad
Fe
Mansedumbre
Templanza
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El Espíritu Santo en la Biblia
En esta sección están reunidos los pasajes bíblicos básicos que hablan acerca del
Espíritu Santo. Los tres primeros pertenecen al Antiguo Testamento y son comunes,
por tanto, al judaísmo y al cristianismo. Los siguientes pertenecen al Nuevo
Testamento, en concreto a los evangelios y a los Hechos de los apóstoles. Por
último, hay un breve apartado dedicado a las epístolas.
El libro del Génesis menciona varias veces el "espíritu de Dios" o el "aliento de
Dios". Para el judaísmo se trata de una cualidad de Dios, no de un ser autónomo
pero para la teología cristiana estas son las primeras intervenciones del Espíritu
Santo en la historia bíblica. En el relato de la creación del mundo el
versículo Gen 1:2 dice que «el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas».
Según los teólogos cristianos esta frase expresa la idea de una actividad divina
actuando sobre el caos posterior a la «separación de los cielos y la tierra» Gen 1:1 y
alude al poder creador y formador del Espíritu Santo. Sin embargo, la palabra
hebrea traducida por "espíritu" puede significar también "viento", "soplo" o
"aliento"24 por lo que otros autores han traducido este pasaje como «un viento de
Dios aleteaba por encima de las aguas»25 o incluso «un fuerte viento iba y venía
sobre las aguas».24
Este relato culmina con la creación de Adán. Dios modela su cuerpo del barro e
insufla en su rostro el «aliento de la vida» Gen 2:7. Este «aliento de vida» se refiere
a la cualidad animadora del Espíritu. Por otro lado, en el libro de Job este afirma
que «El espíritu de Dios me hizo, y el soplo del Omnipotente me dio vida» Job 33:4.
Por ello el Credo cristiano dice del Espíritu Santo que es «señor y dador de vida».
Los exegetas cristianos también identifican al Espíritu Santo en la expresión «dedo
de Dios», que aparece en varios lugares del Antiguo Testamento. Las tablas de la
ley, por ejemplo, fueron escritas por el «dedo de Dios» Éxodo 31:18. También
en Éxodo 8:18-19, al hilo de la tercera plaga de Egipto. Dicha plaga se produce
cuando Aarón golpea la tierra con su cayado y todo el polvo se convierte en
mosquitos o piojos. Dicha expresión simboliza la fuerza o el poder de Dios obrando
con imperio sobre la naturaleza. Aparece también en el Nuevo
Testamento Lucas 11:20 en relación con la expulsión de demonios.
Además de todo esto, el Espíritu Santo tiene una virtud santificadora que «penetra
en todos los espíritus inteligentes, puros, sutiles» (Sb 7, 23), es decir, en los ángeles
y, por extensión, todo hombre que alcance cierta pureza de ánimo.
Espíritu de profecía
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La teología judeocristiana afirma que el Espíritu Santo inspiró los dichos y las
acciones de los profetas bíblicos Los principales profetas bíblicos :
son Isaías, Jeremías, Ezequiel, Daniel. Además, están los conocidos como profetas
menores Oseas,Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Najum, Habacuc, Sofonías,
Ageo, Zacarías y Malaquías
El Espíritu Santo en el judaísmo
En la teología judía, el Espíritu Santo es mentado como «Ruaj Hakodesh»,
expresión que puede traducirse como el «aliento de Dios» o «Espíritu de Dios».
Dicho Espíritu es una personificación del poder creador y vital divino a través del
cual Dios participa en la creación y opera sobre ella. Nunca se trata de algo
autónomo e independiente, que tenga voluntad propia, sino de una cualidad de
Dios, al modo que la belleza o la sabiduría de una persona opera y actúa como
fuerza efectiva, sin que se puedan separar empero de su portador. En tanto que
aliento, se puede decir figuradamente que «habla». En tanto que fuerza creadora y
vivificante, se puede decir que «crea» y «mantiene creado» el mundo.
Tal como se ha mencionado anteriormente, otro aspecto de su «economía» es la
de dirigir a reyes y profetas. Por él, los reyes son ungidos y capacitados para
gobernar. Por él, los profetas son inspirados y comunican el mensaje de Dios. Dado
que el Espíritu Santo lo conoce todo, se le atribuye el don de profecía. Asimismo es
el vehículo de la revelación. En consecuencia, el Espíritu Santo es el inspirador de
la Biblia hebrea.
El Espíritu Santo, cuando habita en una persona, la purifica elevando su condición
moral. En este sentido, la persona es «santificada» por su acción. Asimismo, puede
perderlo a causa de su debilidad.
El Espíritu Santo en la teología cristiana
El cristianismo nació en el seno de la religión judía y se extendió por la zona de
influencia del Imperio romano. Estos dos términos condicionan su teología. Por una
parte, heredó del judaísmo un fuerte sentimiento monoteísta, que podría traducirse
en una formulación: «Existe un único Dios y, ese Dios, es creador de todas las
cosas».
Su expansión, sin embargo, se produjo en un entorno marcado por la proliferación
de religiones politeístas y sistemas filosóficos, frente a los que el cristianismo tuvo
que definirse y distinguirse. Los tres siglos que van desde el comienzo de la
predicación cristiana hasta su institución como religión del imperio pueden
interpretarse como la forja lenta y paulatina de una teología que exploró todas las
variantes permitidas por sus fuentes teológicas y que fue decidiendo, caso a caso,
lo que, a juicio de aquellas comunidades, estaba en consonancia con el sentimiento
cristiano. La prolongada tensión entre ortodoxia y heterodoxia fue el mecanismo
selectivo que, en el siglo IV, dio lugar a la concreción de fórmulas concisas, los
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símbolos o credos, que hoy conocemos como la base teológica, más o menos
estable y mayoritaria, de la religión cristiana. Al lado de dicha ortodoxia, que también
presenta sus matices entre las principales denominaciones cristianas (católicos,
ortodoxos y protestantes), subsisten hoy por hoy comunidades cristianas afincadas
en alguna de aquellas heterodoxias o nuevos movimientos religiosos que reeditan
algunas de las mismas.
El Espíritu Santo en la iconografía
Las principales imágenes del Espíritu Santo se desarrollaron al intentar representar
la Santísima Trinidad o los episodios de bautismo, de la Anunciación o Pentecostés.
Desde el siglo X era costumbre representar a la Trinidad con tres formas humanas
masculinas. Esta imagen logró mantenerse —en medio de disputas e
interpretaciones de todo tipo— hasta el siglo XVI. Puede verse, por ejemplo, en el
retablo mayor de la Cartuja de Miraflores de Burgos, tallado por Gil de Siloé a finales
del siglo XV, o en la pintura de la Coronación de la Virgen de Hans Holbein el Viejo.
Sin embargo, el papa Benedicto XIV prohibió toda representación en forma humana
del Espíritu Santo en el año 1745.
Desde entonces, se ha preferido usar el símbolo de la paloma que es mencionada con motivo del Bautismo de Jesús (cf. Jn 1:32) y que ya se venía usando abundantemente en el arte: por ejemplo, Piero della Francesca en su Bautismo (1440-45). La paloma aparece también en representaciones de la Santísima Trinidad (Rafael Sanzio en Perugia (1504), en representaciones de episodios del Nuevo Testamento (los Desposorios de la Virgen y san José y, especialmente, en la Anunciación a María) y en escenas de la vida o leyenda de ciertos santos (la Coronación de la Virgen, Gregorio Magno escribe inspirado por la paloma o san Remo recibe de ella el crisma para bautizar a Clovis).
Casa Bautista. (2001). El Espíritu Santo. Estados Unidos: copyright.
CONCLUSIONES
Deseamos concluir estas consideraciones en el corazón de la Iglesia y en el corazón del hombre. El camino de la Iglesia pasa a través del corazón del hombre porque
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está aquí el lugar recóndito del encuentro salvífico con el Espíritu Santo, con el Dios oculto y, precisamente aquí el Espíritu Santo se convierte en fuente de agua que brota para vida eterna. Él llega aquí como Espíritu de la verdad y como Paráclito, del mismo modo que había sido prometido por Cristo. Desde aquí él actúa como Consolador, Intercesor y Abogado, especialmente cuando el hombre, o la humanidad, se encuentran ante el juicio de condena
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Casa Bautista. (2001). El Espíritu Santo. Estados Unidos: Copyright.
BASILIO DE CESAREA: El Espíritu Santo. Editorial Ciudad Nueva. Madrid 1996.
CONGAR, YVES: Credo Nello Spirito Santo. Ed. Queriniana, Brescia 1984
(Tercera Edición).
GRANADO, CARMELO: El Espíritu Santo En La Teología Patrística. Editorial Sigueme. Salamanca 1987.