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Prat de Cabanes-Torreblanca, un edén cercano

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Es la principal zona húmeda de la provincia de Castellón, al tiempo que uno de los hábitats menos alterados de la Comunidad Valenciana Su importancia está reconocida a escala mundial con su inclusión del espacio en la Lista de Humedales de Importancia Internacional

La provincia de Castellón cuenta con 135 municipios distribuidos en ocho co-marcas, de los cuales 119 están conside-rados de interior. Esta extensión de territo-rio permite contar con una gran diversidad paisajística y un conjunto de espacios e infraestructuras que, puestos en valor, ocupan un lugar destacado en el territorio nacional. Uno de los máximos exponentes de este verdadero tesoro medioambiental son los 8 parques naturales con los que cuenta la provincia de Castellón y cuyas características biológicas o paisajísticas les hacen gozar de especial protección.

Esta variedad de hábitats y su eleva-da biodiversidad se han convertido en una de las mejores tarjetas de presentación de

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es debido a que es una zona deprimida porque no existe ningún curso fluvial conti-nuo que aporte agua al parque, aunque si existen diversos manantiales de agua dulce que contribuyen a mantener algunas zonas durante todo el año.

Entre los procesos hidrológicos que se desarrollan en El Prat se encuentra la re-

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nuestra provincia, además de un foco per-manente de turismo. A lo largo del año son miles de visitantes los que descubren un patrimonio realmente privilegiado. Hoy nos detendremos en uno de ellos, quizás en uno de los más singulares por su especial fusión entre paraíso marítimo y terrestre: El Prat de Cabanes-Torreblanca. 865 hec-táreas de ecosistema privilegiado junto a la Sierra de Irta y la Sierra de les Santes declarado parque natural por el gobierno valenciano el 24 de enero de 1989.

Precisamente, son numerosos los es-fuerzos que se han hecho durante los últi-mos años para recuperar este ecosistema y, lo que es más importante, adaptarlo a la demanda conservadora y turística. En la zona de Torreblanca se han instalado diferentes miradores desde los cuales se pueden observar las lagunas. Mención es-pecial merece el Centro de Interpretación, situado en la playa de Torrenostra, que ofrece las mejores vistas de este verdadero edén provincial.

La acampada libre no está permitida en el Parque Natural pero son numerosos los establecimientos hoteleros y turísticos en los municipios cercanos. También hay gran oferta de campings, situados principalmen-te cerca de la costa y en los principales núcleos turísticos como Torre de la Sal o Torrenostra.

Un mar cercadoBajo la denominación de “El Prat” eng-

lobamos al terreno de una antigua albufera cerrada por un cordón litoral de gravas y cantos. El parque se caracteriza por la pre-sencia de una lámina de agua, permanente en algunos lugares y temporal en otros, que conforma diferentes marismas y lagu-nas. La inundación de determinadas zonas

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carga de acuíferos, cuando el agua acu-mulada en el humedal desciende hasta las napas subterráneas. Las funciones ecológi-cas que desarrolla en su entorno favorecen la mitigación de las inundaciones y de la erosión costera. Además, a través de la retención, transformación y remoción de sedimentos, juega un papel fundamental en

los ciclos de la materia y en la calidad de las aguas.

Su importancia está reconocida a esca-la mundial con la inclusión del espacio en la Lista de Humedales de Importancia Inter-nacional, establecida en virtud de la Con-vención sobre los Humedales o de Ramsar, firmada en 1971. Ya hace cuatro décadas

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se reconoció la importancia de “El Prat” de Cabanes-Torreblanca como el garante de funciones ecológicas fundamentales, como regulador de los regímenes hidrológicos y como hábitat de una muy rica biodiversi-dad, de flora y de fauna. Un patrimonio que constituye igualmente un recurso de gran importancia económica, cultural, cien-tífica y recreativa que debe ser preservada.

La progresiva intrusión en los humeda-les y la desaparición de los mismos, cons-tituyen un daño ambiental serio e irrepa-rable, y por lo tanto debe ser evitado. Los humedales pueden conservarse mediante un uso racional, es decir mediante la utili-zación sostenible que otorgue beneficio a la humanidad de una manera compatible con el mantenimiento de las propiedades naturales del ecosistema. Es precisamente

en este apartado donde destaca el parque natural castellonense; como ejemplo rele-vante de uso sostenible de los recursos naturales. El uso público, en términos de investigación, estudio, enseñanza y disfrute ordenado del medio, la actividad minera centrada en la extracción de turba, la ga-nadería extensiva, la agricultura, la caza y la pesca se practican de forma ordenada y compatible con la conservación del valioso patrimonio natural.

Un tesoro casi ilimitadoLa fauna del Parque Natural posee gran

importancia, ya que se pueden encontrar especies endémicas como la gambeta (Pa-laemonetes zariquieyi), el fartet (Aphanius iberus) o el samaruc (Valencia hispanica). Las aves son el grupo faunístico mejor re-presentado en El Prat, destacando entre la avifauna nidificante la colonia más im-portante de la Comunidad Valenciana de una escasa y amenazada especie como la canastera (Glareola Pratincola); de gran interés es también el aguilucho cenizo (Circus pygargus), el carricerín real (Acro-cephalus melanopogon), que presenta en el Parque natural una de sus mayores pobla-ciones ibéricas, la cigüeñuela (Himantopus Himantopus), la garza imperial (Ardea pur-purea), el chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus), el pato colorado (Netta rufi-na) o la focha (Fulica atra).

Entre las aves invernantes, podemos destacar la presencia habitual del cormo-rán grande (Phalacrocorax carbo), aguilucho lagunero (Circus aeruginosus), el ratonero común (Buteo buteo), el martín pescador (Alcedo atthis) o el pájaro moscón (Remiz pendulinus). Esta somera relación se com-pleta con las aves que visitan El Prat du-rante sus viajes migratorios como la cerce-ta carretona (Anas querquedula), el águila

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©Diputación de Castellón

pescadora (Pandion heliaetus), el chorlito gris (Pluvialis squatarola) o la collalba gris (Oenanthe oenanthe), entre otras

En el Parque se encuentran fundamen-talmente tres grupos de comunidades ve-getales: las de los saladares, las propias del cordón litoral y las acuáticas y palus-tres. Cabe destacar la presencia en El Prat de especies de flora con una distribución muy localizada en la Comunidad Valencia-na, como el enebro marino (Juniperus oxy-cedrus subs. Macrocarpa), la aristoloquia de flor amarilla (Aristolochia clematitis), la saladilla fina (Limonium angustebracteatum) o incluso endemismos exclusivamente va-lencianos como la ruda de marjal (Thalic-trum maritimum).

Las comunidades de los saladares es-tán compuestas por plantas que desarro-llan diferentes estrategias para acumular o excretar el exceso de sales. Estas forma-ciones, que ocupan los suelos fuertemente salinos y estacionalmente encharcados por aguas salobres, están representadas en El Prat por especies como las hierbas saladas o sosas y el junco.

Son muchos los atractivos que guarda en su interior este verdadero tesoro, pero aún son mayores los que restan por des-cubrir. Un reto para las futuras generacio-nes de científicos y naturistas que deberán conjugar el compromiso conservacionista con la explotación sostenible de este edén provincial.