Dinámicas ambientales y extractivas en el siglo XXI: …€¦ · de poder político y económico,...

16
58 Desacatos 54 mayo-agosto 2017, pp. 58-73 Recepción: 19 de septiembre de 2016 Aceptación: 15 de noviembre de 2016 Dinámicas ambientales y extractivas en el siglo XXI: ¿es la época del Antropoceno o del Capitaloceno en Latinoamérica? ASTRID ULLOA ASTRID ULLOA Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia [email protected] En Latinoamérica, los actuales análisis sobre transformaciones ambientales y cambio climático se centran en los efectos y conflictos socioterritoriales y en su articulación con la Conquista y la Colonia. En este contexto, se analizará la per- tinencia de las perspectivas del Antropoceno y del Capitaloceno al destacar las implicaciones del giro antropocénico en torno a geopolíticas del conocimiento, diferenciación territorial, desplazamiento de los extractivismos, y la falta de re- conocimiento de otras ontologías y epistemologías. Se discutirán los alcances de la noción de Capitaloceno y su relación con procesos de valorización y apropia- ción de naturalezas y territorios. Se presentarán replanteamientos y propuestas que responden a perspectivas culturales y territoriales frente al cambio climático y los extractivismos, en diálogo con el Antropoceno y el Capitaloceno. PALABRAS CLAVE: Antropoceno, Capitaloceno, extractivismos, perspectivas cul- turales, geopolíticas del conocimiento Environmental and Extractive Dynamics in the 21 st Century: Is it the Epoch of Anthropocene or Capitalocene in Latin America? In Latin America current analysis of the environmental changes and climate change focus on the effects and socio-territorial conflicts and its articulation with the conquest and colonization. The pertinence of current perspectives of the Anthropocene and Capitalocene will be analyzed highlighting the im- plications of Anthropocenic turn related to geopolitics of knowledge, ter- ritorial differentiation, displacement of extractivism, and lack of recognition of other ontologies and epistemologies. I will also analyze the scope of the notion of Capitalocene and its articulation to processes of valuation and ap- propriation of natures and territories. I present reconfigurations and propos- als that respond to local, cultural and territorial perspectives to face climate change and extractivisms, in dialogue with Antropocene and Capitalocene. KEYWORDS: Anthropocene, Capitalocene, extractivism, cultural perspectives, geopolitics of knowledge

Transcript of Dinámicas ambientales y extractivas en el siglo XXI: …€¦ · de poder político y económico,...

58 Desacatos 54 mayo-agosto 2017, pp. 58-73 Recepción: 19 de septiembre de 2016 Aceptación: 15 de noviembre de 2016

Dinámicas ambientales y extractivas en el siglo XXI: ¿es la época del Antropoceno

o del Capitaloceno en Latinoamérica?

ASTRID ULLOA

ASTRID ULLOA

Universidad Nacional de Colombia,

Bogotá, Colombia

[email protected]

En Latinoamérica, los actuales análisis sobre transformaciones ambientales y

cambio climático se centran en los efectos y conflictos socioterritoriales y en su

articulación con la Conquista y la Colonia. En este contexto, se analizará la per-

tinencia de las perspectivas del Antropoceno y del Capitaloceno al destacar las

implicaciones del giro antropocénico en torno a geopolíticas del conocimiento,

diferenciación territorial, desplazamiento de los extractivismos, y la falta de re-

conocimiento de otras ontologías y epistemologías. Se discutirán los alcances de

la noción de Capitaloceno y su relación con procesos de valorización y apropia-

ción de naturalezas y territorios. Se presentarán replanteamientos y propuestas

que responden a perspectivas culturales y territoriales frente al cambio climático

y los extractivismos, en diálogo con el Antropoceno y el Capitaloceno.

PALABRAS CLAVE: Antropoceno, Capitaloceno, extractivismos, perspectivas cul-

turales, geopolíticas del conocimiento

Environmental and Extractive Dynamics in the 21st Century: Is it the Epoch of Anthropocene or Capitalocene in Latin America?

In Latin America current analysis of the environmental changes and climate

change focus on the effects and socio-territorial conflicts and its articulation

with the conquest and colonization. The pertinence of current perspectives

of the Anthropocene and Capitalocene will be analyzed highlighting the im-

plications of Anthropocenic turn related to geopolitics of knowledge, ter-

ritorial differentiation, displacement of extractivism, and lack of recognition

of other ontologies and epistemologies. I will also analyze the scope of the

notion of Capitalocene and its articulation to processes of valuation and ap-

propriation of natures and territories. I present reconfigurations and propos-

als that respond to local, cultural and territorial perspectives to face climate

change and extractivisms, in dialogue with Antropocene and Capitalocene.

KEYWORDS: Anthropocene, Capitalocene, extractivism, cultural perspectives,

geopolitics of knowledge

59Dinámicas ambientales y extractivas en el siglo XXI: ¿es la época del Antropoceno o del Capitaloceno en Latinoamérica?

Introducción

Los debates para el siglo XXI en Latinoamérica en torno a las transformaciones

ambientales y el cambio climático resaltan los conflictos socioterritoriales y

ambientales y su relación con procesos históricos que se remontan tanto a las épo-

-

mos. Sin embargo, en la actualidad, muchos análisis resaltan el papel del cambio

climático en los procesos ambientales, por ser una transformación global y resulta-

-

versos territorios. Bajo esta perspectiva, los debates en torno a la época del

Antropoceno han cobrado importancia transnacional en el ámbito tanto teórico

como metodológico. No obstante, en Latinoamérica, los análisis y debates se cen-

-

agua o agronegocios, entre otros, con los consecuentes acaparamientos y despojos

ambientales y territoriales que provocan, así como sus implicaciones culturales y

sociales, y el incremento de desigualdades socioambientales.

-

puestas del Antropoceno y el Capitaloceno, y ver sus alcances para Latinoamérica.

-

bientales en la región para plantear que los procesos de cambio climático, ligados a

las discusiones actuales sobre el Antropoceno, no pueden entenderse sin partir de

-

en el siglo XXI. Estos procesos responden a una lógica económica particular, la del

Capitaloceno. Asimismo, los cambios ambientales y las transformaciones climáti-

cas no pueden entenderse sin partir no sólo de la ontología moderna, que separó la

60 Desacatos 54 Astrid Ulloa

naturaleza de la cultura, sino también de las lógicas

económicas, las cuales alimentan las relaciones des-

iguales y generan apropiaciones y despojos de natu-

ralezas y territorios.

Considero que el debate en torno al Antro-

poceno en Latinoamérica no ocurre de la misma

manera que el que atraviesa las actuales discusio-

nes de las ciencias sociales y humanas en Europa

y Estados Unidos. En parte porque el concepto de

Antropoceno presenta un problema global que re-

quiere respuestas globales, lo cual demanda acciones

e intervenciones globales-locales, que desconocen

las relaciones históricas de poder y las desigualda-

des situadas que han producido transformaciones

ambientales en Latinoamérica. De igual manera,

porque en la narrativa del Antropoceno no se con-

sideran otras perspectivas culturales y sistemas de

conocimientos locales que han generado otro tipo

de relaciones entre humanos y no humanos en pro-

cesos territoriales situados históricamente. Al mis-

mo tiempo, es importante nutrir un debate sobre las

implicaciones del concepto de Capitaloceno, surgi-

do como crítica al Antropoceno, al centrarse en la

acción humana cruzada por relaciones desiguales

de poder político y económico, características del

capitalismo global como causante del cambio climá-

tico, y proponer análisis que destacan la valoración

y apropiación de naturalezas y territorios como ejes

de las transformaciones ambientales.

-

tructura en cuatro partes. La primera, “Cambio

climático y posicionamiento del Antropoceno”,

presenta de manera general el planteamiento y

las propuestas de la concepción de una época geo-

lógica a partir de las transformaciones humanas. La

segunda parte, “Efectos del giro antropocénico”,

resalta las implicaciones que se generan en torno

a geopolíticas del conocimiento, diferenciación te-

falta de reconocimiento de otras ontologías y epis-

temologías. La tercera parte, “Transformaciones

ambientales y Capitaloceno”, discute los alcances

de esta noción y se concentra en la articulación de lo

económico con nociones de naturaleza y territorios,

y procesos de valorización y apropiación. La cuarta,

“Latinoamérica y los debates del Antropoceno, el

-

ción con procesos capitalistas globales cobran ma-

yor importancia en el siglo XXI en la región. En las

territoriales y ambientales dentro del giro antropo-

cénico y capitalocénico desde Latinoamérica”, se

discuten los alcances del Antropoceno y Capitaloce-

no desde Latinoamérica, y se analizan las propues-

tas y dinámicas de la región como alternativas a las

transformaciones ambientales y climáticas, así como

a los procesos de apropiación y despojo de los terri-

torios y naturalezas.

Cambio climático y posicionamiento del Antropoceno

¿Quién nos está conduciendo hacia el desastre?

Una respuesta radical sería la dependencia de los

fósil. Algunos, sin embargo, preferirán identificar

otros culpables. La tierra está ahora, nos dicen, en-

trando al “Antropoceno”: la época de la humani-

dad (Malm, 2015: 1).

Los análisis sobre el cambio climático han sido diver-

concepciones culturales que parten de la idea de que

las causas y respuestas que culturalmente se propor-

Cada cultura tiene sus propias formas de conocer,

interpretar, percibir, representar, actuar y reaccionar

ante el tiempo atmosférico y los fenómenos derivados

de la variabilidad climática, las cuales están ligadas

61Dinámicas ambientales y extractivas en el siglo XXI: ¿es la época del Antropoceno o del Capitaloceno en Latinoamérica?

C A R B Ó N

CUANDO EL CARBÓN SE EXTRAE, LA GENTE QUE VIVE EN LA ZONA DEBE BUSCAR UN NUEVO HOGAR.

LAS INDUSTRIAS SE INSTALAN ALREDEDOR. ESO REQUIERE MUCHA ENERGÍA.

EL DIÓXIDO DE CARBONO, ANTES CONTENIDO EN EL CARBÓN, ES LIBERADO. SE ELEVA HACIA LA ATMÓSFERA JUNTO CON EL HUMO.

LA GENTE TIENE QUE MUDARSE DE NUEVO. ¿DÓNDE ESTARÁ SEGURA EN EL FUTURO?

DURANTE MILLONES DE AÑOS, DEBAJO DE LA SUPERFICIE DE LA TIERRA SE HAN ACUMULADO CAPAS DE CARBÓN.

LA EXTRACCIÓN DE CARBÓN AFECTA LAS AGUAS SUBTERRÁNEAS, LA VEGETACIÓN Y TODO EL AMBIENTE.

LOS CAMIONES TRANSPORTAN CARBÓN A LAS FÁBRICAS SIN CESAR. AHÍ ES QUEMADO PARA PRODUCIR ENERGÍA.

EL DIÓXIDO DE CARBONO CONTRIBUYE AL CALENTAMIENTO GLOBAL. LAS CONSECUENCIAS SON DESASTRES NATURALES Y ELEVACIÓN DEL NIVEL DE MAR.

TIENEN QUE MUDARSE. ENCONTRAMOS CARBÓN DEBAJO DE SU GRANJA.

LA PALA CAVA EN EL SUBSUELO.

¿A DÓNDE VAMOS AHORA?

¡EL NIVEL DEL AGUA ESTÁ SUBIENDO!

¡SÍ! NOS MUDAMOS. ¡AL MAR!

Min

ing,

una

his

toria

de

Ruo

han

Wan

g (w

ww

.ruoh

anw

ang.

com

). Pa

rte

de la

ant

olog

ía d

e có

mic

s A

nthr

opoc

ene

Mile

ston

es: I

llust

ratin

g th

e Pa

th to

the

Age

of H

uman

s. ©

Deu

tsch

es M

useu

m 2

014

.

62 Desacatos 54 Astrid Ulloa

a concepciones culturales particulares, situadas his-

tóricamente y en lugares específicos. Estas con-

cepciones se relacionan con las maneras en que las

culturas interactúan con la naturaleza, lo que implica

-

ciones de confrontación, complementariedad o des-

igualdad (Ulloa, 2011; 2014c).

Estos procesos han puesto en evidencia nocio-

indómita o fuera de control —huracanes, terremotos

o inundaciones, entre otros—, que requiere conoci-

biodiversa que necesita ser protegida y controlada

para darle el mejor uso, con la idea de servicios eco-

sistémicos, dada la crisis ambiental y climática. Hay

otras nociones de naturaleza en las que los humanos

y los no humanos son seres vivos e interactúan y no

hay separaciones conceptuales, pues hay transforma-

ciones permanentes entre ellos (Ulloa, 2014b).

Las concepciones de lo no humano varían de

cultura a cultura. En algunas, lo no humano remite

sólo a ciertos objetos o seres; en otras, puede incluir

desde montañas hasta animales. De igual manera,

todos los seres, y en otras, la noción de lo no humano

ven las interacciones en permanente transformación.

Por otro lado, las relaciones con las natura-

lezas entrañan una visión territorial y una dimen-

sión política, dado que involucran el uso, acceso y

control, los derechos y la toma de decisiones de los

seres —humanos y no humanos— en dichos terri-

torios. Asimismo, implican formas de relacionar-

se —reciprocidad, protección, depredación, entre

otras—, de clasificar y de representar dichas natu-

ralezas. Estas formas de relacionarse responden a

prácticas económicas atravesadas por desigualdades

de clase, género, etnicidad y locación, por mencio-

nar algunas.

Estas precisiones son importantes, pues desde

que se publicó la propuesta de Crutzen y Stoermer

(2000) sobre el Antropoceno, en la que lo caracte-

rizaron como una nueva época geológica, alrededor

del concepto se han aglutinado muchos de los de-

bates en torno al cambio climático. De hecho, hoy

resalta el papel de este fenómeno como una trans-

formación global, resultado de las acciones humanas

y que afecta diversos territorios, incluida Latinoa-

mérica, lo cual requiere acciones e intervenciones

tanto globales como locales. Se plantea una trans-

formación profunda de la perspectiva dual entre

naturaleza y cultura y las implicaciones que ha te-

nido en las maneras de producir conocimiento, así

como en los procesos disciplinares y los campos del

saber. También en las maneras en que las ciencias

naturales o sociales se han posicionado a partir de es-

-

formaciones climáticas. Por lo tanto, académicos y

teóricos hacen un llamado a pensar en esta dualidad

de cara al concepto de Antropoceno (Chakrabarty,

2009; Latour; 2013; 2014; Davis, 2008).

Los planteamientos en torno al Antropoceno

son clave, pues destacan el papel de los humanos en

las transformaciones históricas de lo biofísico y pre-

sentan la necesidad de incluir a la naturaleza en los

análisis históricos y en otras ciencias sociales y hu-

manas como parte de la interrelación con los huma-

nos. Este cambio de perspectiva ocurre a partir de

un análisis crítico del eje conceptual de la dualidad

naturaleza y cultura, para replantear estas catego-

rías como recíprocas. Esta consideración ha tenido

lugar en la antropología y en las ciencias sociales y

humanas desde la década de 1970. Sin embargo,

en la actualidad ha alcanzado también a las ciencias

naturales y a maneras disciplinarias de producir co-

nocimiento, al igual que a los debates públicos y las

políticas públicas relacionadas con lo global-local.

Su trascendencia se debe en parte a que el concepto

emerge en las ciencias geológicas —ciencias de la

tierra— y tiene aceptación en diversos ámbitos aca-

démicos, aun entre los teóricos críticos de las cien-

cias humanas.

63Dinámicas ambientales y extractivas en el siglo XXI: ¿es la época del Antropoceno o del Capitaloceno en Latinoamérica?

Efectos del giro antropocénico

El debate en torno al concepto de Antropoceno ha

abierto nuevas discusiones y posicionado el proble-

ma del cambio climático más allá de los movimientos

ambientalistas, organizaciones no gubernamenta-

les (ONG -

ticas en las Conferencias de las Partes (COP) sobre

el Protocolo de Kyoto y en los escenarios interna-

ciones y nacionales. Como resultado, ha habido un

giro hacia un debate en las ciencias sociales y huma-

nas, y un replanteamiento conceptual, tanto meto-

dológico como político. Este giro hace posible una

incidencia del conocimiento académico en procesos

de toma de decisiones globales-nacionales. Sin em-

bargo, han surgido varias críticas a esta perspectiva,

como las de Haraway (2015), Moore (2013; 2014),

Malm (2015), Malm y Hornborg (2014), Emmett y

Lekan (2016), McAfee (2016) y Crist (2013), entre

otros. La de Malm plantea:

La ciencia del clima, la política y el discurso es-

tán constantemente formulados en la narrativa del

Antropoceno: pensamiento de especies, la huma-

nidad-criticada, una indiferenciada autoflagela-

ción colectiva, un llamamiento a la población de

los consumidores en general a cambiar de conduc-

ta, y otras piruetas ideológicas que sólo sirven para

ocultar al conductor. Interpretar ciertas relaciones

sociales como propiedades naturales de las espe-

cies no es nada nuevo. Deshistorizar, universalizar,

eternizar y naturalizar un modo específico de pro-

ducción de un determinado tiempo y lugar son las

estrategias clásicas de legitimación ideológica. Blo-

quean cualquier perspectiva de cambio (2015: 4).

Considero que para Latinoamérica el debate ge-

-

tro procesos asociados al concepto o narrativa del

Antropoceno, los cuales requieren análisis. Estos

cuatro procesos son: geopolítica del conocimiento,

-

tractivismos y falta de reconocimiento de otras on-

tologías y epistemologías. Dedicaremos a cada uno

los siguientes apartados.

GEOPOLÍTICA DEL CONOCIMIENTO

El Antropoceno es un aporte para repensar la epis-

teme moderna y su pensamiento binario, que res-

ponde a una noción específica de naturaleza. La

concepción moderna de naturaleza, basada en una

visión dual frente a la cultura, implica una visión de

cuantificada y comercializada, con base en nociones

de dualidades naturaleza-cultura, cuerpo-mente,

emoción-razón, al igual que la de mujer-hombre.

El replanteamiento de la naturaleza con una visión

dual implica una desnaturalización de la naturaleza

y un posicionamiento de otra noción, que no es cla-

ra aún. Pero en la práctica hay discusiones que si bien

hacen un llamado a dicho replanteamiento, posi-

cionan lo opuesto a naturaleza-cultura. Es un po-

sicionamiento de la naturaleza sobre la cultura o

de un dominio de las ciencias naturales como una

manera de invertir las relaciones desiguales de la

dualidad. Este proceso no cambia la dualidad. Por

otro lado, se plantea la interrelación naturaleza-

cultura, pero es paradójico porque se puede volver

una visión casi monista, pero totalizante. Es decir,

centrarse en la interrelación monista y considerar

que ésa es la verdadera visión de naturaleza frente

al cambio climático se convierte en un imperativo

universal. Por otro lado, estas propuestas no con-

templan una apertura conceptual a otras nociones

de naturalezas y pasan a ser una nueva visión única de

naturaleza. Asimismo, se plantea de manera implí-

cita que todos los humanos hemos tenido la misma

relación ontológica con lo no humano.

Lo anterior se refleja cuando, en la perspectiva

del Antropoceno, se presenta el cambio climático

64 Desacatos 54 Astrid Ulloa

como un problema global que requiere respuestas

globales, que borran relaciones históricas de poder

y desigualdades que han conllevado a dichas trans-

formaciones. Este proceso actual en torno al cambio

climático rememora el ambientalismo de las décadas

de 1970 y 1980, que si bien dio lugar a varias posi-

ciones, tendencias y concepciones, al final generó

una respuesta unificada, una visión ideal y una pro-

puesta global: el desarrollo sostenible. Ahora, frente

al cambio climático, la solución global se convierte

en responsabilidad de todos los ciudadanos del pla-

neta, centrada en una visión única de naturaleza

—reconfigurada— y en su uso y operación a partir

proceso que, al ser global, da lugar a una serie de ac-

ciones y soluciones centradas en actores específicos

a escala internacional —COP, el Grupo Interguber-

implica una centralización, y por ende, un control

sobre la producción de conocimientos globales en

torno al cambio climático. Se trata de un reposi-

cionamiento de una episteme anglo-eurocéntrica

agrupada en el replanteamiento de la dualidad, lo

que genera una nueva configuración de las geopo-

líticas de producción del conocimiento en la que el

pensamiento moderno aparece como centro de la

causa, pero también de la solución al proponer su

propia reconfiguración. Sin embargo, ésta sucede a

partir de los productores de pensamiento legítimos

y legitimados en grupos de trabajo, conferencias,

encuentros, revistas y publicaciones reconocidas co-

mo los ejes de discusión sobre el Antropoceno.

El efecto es la consolidación de una visión sur-

-

des de países que lideran los centros de producción

académica en Europa y Estados Unidos, en las que

se establece desde qué hacer y cómo resolver los

problemas del Antropoceno, hasta cuáles son las

OCTAVIO HOYOS Minería en Cananea, Sonora, México, 2006.

65Dinámicas ambientales y extractivas en el siglo XXI: ¿es la época del Antropoceno o del Capitaloceno en Latinoamérica?

opciones políticas. En ese sentido, se reconfiguran

las geopolíticas del conocimiento centradas en la

-

plo, el Anthropocene Working Group (AWG) o el

Anthropocene Project. Por último, las discusiones

globales relacionadas con el Antropoceno repro-

ducen una geopolítica específica del conocimien-

to, que no incluye otras formas de producción de

conocimientos relacionados con el cambio climá-

tico, como las perspectivas indígenas, afrodescen-

dientes y campesinas en Latinoamérica.

Aunque el cambio climático se presenta como

resultado de las actividades humanas en el plane-

ta entero, no se desglosan sus causas por completo,

se deja de lado la diversidad de opciones y cono-

cimientos, así como las relaciones desiguales de

poder. En particular sobre estas críticas, los plantea-

mientos de Andreas Malm y Alf Hornborg (2014)

son importantes para la discusión de los alcances del

Antropoceno, cuando hacen un llamado a no olvi-

dar los ejes analíticos clave en las ciencias sociales en

torno a cultura y poder:

-

turaleza y la sociedad no garantizan el abandono

de su distinción analítica. Más bien, precisamen-

te este reconocimiento creciente de la potencia de

las relaciones sociales de poder para transformar las

justificar un compromiso más profundo con la teo-

ría social y cultural (2014: 62-63).

DIFERENCIACIÓN TERRITORIAL

Las políticas globales en torno al cambio climático

privilegian acciones basadas en procesos territoriales

asociados a países “desarrollados” que inciden en paí-

ses “en desarrollo”, en el sentido de que hay territo-

rios que se relacionan con ideas sobre lo que se debe

hacer y cómo se debe actuar en ellos, o bien países

que deben adaptarse a dichas propuestas y estrategias

globales. Las políticas globales diferencian lugares

o territorios específicos —países para implementar

proyectos de cambio climático, por ejemplo— con

relaciones desiguales. Sin embargo, en términos del

Antropoceno, no hay diferencias, pues es el sentido

del planeta y la especie lo que prima. No obstante,

esa visión territorial global desconoce las relaciones

territoriales locales y no considera sus dinámicas.

Cuando territorios o lugares se fijan a diferen-

cias establecidas, por ejemplo, para aplicar políticas

con una visión territorial global, se ponen en ejercicio,

de acuerdo con Gupta y Fergusson, relaciones de

dominación: “desde esta perspectiva, se puede ver

que la ‘diferencia’ que se impone a los lugares es una

parte integral del sistema global de dominación”

(2008: 249). Al imponerse una noción global sin

distinción de territorios o sentidos de lugar, articu-

lados a identidades y modos de interacción, se pier-

den las relaciones y construcciones culturales del

territorio. En las discusiones del Antropoceno, esto

se evidencia en la falta de inclusión de otros territo-

rios y visiones territoriales de, por ejemplo, pueblos

indígenas, afrodescendientes, campesinos y pobla-

dores locales. Desde sus perspectivas, los territorios

son seres vivos con capacidad de acción y se relacio-

nan con los humanos y no humanos.

DESPLAZAMIENTO DE LOS EXTRACTIVISMOS

Los debates en torno al Antropoceno tienen un cen-

tro común. Señalan su comienzo en la Revolución

industrial, sin desconocer que hay debates sobre el

asunto, y consideran que más allá del capitalismo glo-

bal, las acciones humanas son las causantes del cam-

bio climático. Esto responde a una relación de larga

duración centrada en la acción humana sobre la natu-

raleza —dualidad cultura-naturaleza—. La natura-

leza se entiende en relación con procesos, prácticas,

66 Desacatos 54 Astrid Ulloa

políticas y representaciones asociadas a lo no huma-

no, independiente y distante de lo humano. Así, los

procesos de apropiación de la naturaleza han ocurri-

do bajo una idea moderna de la dualidad, aun en las

reconfiguraciones actuales hacia la sostenibilidad y

la valorización económica de la naturaleza. Sin em-

bargo, asociar estos procesos sólo a la noción dual

de naturaleza-cultura, sin considerar todos los con-

implica un desplazamiento de procesos clave cau-

santes del cambio climático, y presenta los procesos

transformación ambiental. Como plantean Malm

y Hornborg (2014), en relación con los orígenes

de los efectos antropogénicos, los procesos tecno-

lógicos están embebidos de relaciones desiguales y

de otros procesos sociales y políticos. Respecto a

cómo, para el siglo XIX en Inglaterra, los procesos

tecnológicos estaban relacionados con diversas di-

námicas sociales:

La justificación de la inversión en tecnología de va-

por se organizó en este momento en torno a las

oportunidades proporcionadas por la constelación

de una gran parte despoblada del Nuevo Mundo,

-

bajador británico en fábricas y minas, y la demanda

global de telas de algodón barato (2014: 63).

De manera similar, Altvater plantea:

Para la comprensión de nuestro tiempo es impres-

cindible la historia de la tierra, pero también la his-

toria de la economía moral a la que el historiador

E. P. Thompson se refiere. Junto a la lógica de la

ganancia y la acumulación de capital siempre han

estado presentes las cooperativas, las comunas, los

sindicatos, la moral y la solidaridad (2014: 14).

Los planteamientos anteriores resaltan la necesi-

dad de analizar de manera histórica los procesos

de las transformaciones ambientales actuales.

FALTA DE RECONOCIMIENTO DE OTRAS

ONTOLOGÍAS Y EPISTEMOLOGÍAS

En general, en las políticas de cambio climático hay

ausencia de conocimientos locales y sentidos terri-

toriales, dado que conocimientos, subjetividades,

identidades y prácticas en torno a la naturaleza y sus

transformaciones específicas y en lugares particula-

res no son situados en igualdad de condiciones. La

perspectiva narrativa que se desprende del concepto

de Antropoceno tiene un implícito similar globali-

zante, pues no incluye otras maneras de pensar, por

consiguiente, otras maneras de vivir y de relacionar-

se con lo no humano. De igual manera, borra pers-

pectivas culturales y conocimientos locales que han

generado otro tipo de relaciones denominadas “on-

tologías relacionales”, en las cuales “humanos y no

humanos (lo orgánico, lo no orgánico, y lo sobre-

natural o espiritual) forman parte integral de estos

mundos en sus múltiples interrelaciones” (Esco-

bar, 2015: 98). Por consiguiente, pueblos indígenas,

afrodescendientes y campesinos no son incluidos ni

son tenidas en cuenta sus concepciones territoriales

y sobre lo no humano, como seres vivos, políticos y

con capacidad de acción. En otras palabras, no se

plantea que hay otras maneras de pensar las relacio-

nes entre los humanos y los no humanos, mediadas

por relaciones sociales, políticas y económicas di-

versas que, si bien han estado articuladas a procesos

globales, responden a otras “ontologías relaciona-

les” que permiten repensar las relaciones políticas

y las acciones asociadas al cambio climático y po-

sicionar otros puntos de vista y estrategias para su

confrontación. Para dar testimonio de estas concep-

ciones es necesario partir de las dimensiones cultura-

les y políticas de los conocimientos indígenas, dada la

necesidad de posicionar otras perspectivas.

67Dinámicas ambientales y extractivas en el siglo XXI: ¿es la época del Antropoceno o del Capitaloceno en Latinoamérica?

En síntesis, el Antropoceno se centra en pro-

cesos de transformación ambiental que la especie

humana generó, como uno de los aspectos clave pa-

ra entender el cambio climático. Sin embargo, esta

perspectiva implica un desplazamiento político de

los procesos de apropiación y desposesión de “re-

a los actores específicos, las prácticas de consumo

y las relaciones desiguales de poder. Al plantear a

la especie humana y una determinada visión de la

naturaleza como un todo, desconoce la diversidad

de visiones y estrategias culturales en torno a lo am-

biental y lo territorial.

Transformaciones ambientales y Capitaloceno

-

gar otros debates y se ha planteado el concepto

de Capitaloceno (Haraway, 2015; Moore, 2014;

Altvater, 2014). El Capitaloceno se propone como

una manera de entender las relaciones con lo no

humano en procesos capitalistas, lo que implica

considerar “diferentes escalas, complejidad y el pro-

ceso de apropiación de la naturaleza” (Haraway,

-

te de los problemas socioecológicos y las dinámicas

históricas posteriores a 1450, que organizaron la na-

turaleza mediada por su valor, por sus efectos en las

transformaciones de cuerpos y por lo siguiente:

La emergencia de ideas y perspectivas sobre la rea-

lidad que permitieron a los Estados y capitales eu-

ropeos ver el tiempo como lineal, el espacio como

plano y homogéneo, y la “naturaleza” como algo

¿Estamos realmente viviendo en el Antropoceno,

con su retorno a un punto de vista curiosamente eu-

rocéntrico de la humanidad y su confianza en no-

ciones y recursos bien establecidos y consolidados

además de su determinismo tecnológico, o estamos

viviendo en el Capitaloceno, una era histórica for-

mada por unas relaciones que privilegian la acu-

mulación interminable de capital? (2013: 2).

Bajo la noción de Capitaloceno, resalto la articula-

ción entre las nociones de naturaleza con territorios

específicos y procesos de valorización y apropiación

de éstos. Nociones duales de cultura-naturaleza lle-

van implícitas desvalorizaciones selectivas de ciertos

territorios y personas al estar asociados a lo natural.

Se construyen entonces espacios de compensación,

sacrificio, o bien, de uso de “naturalezas baratas”, en

términos de Moore (2014). Entender estos procesos

implica analizar el papel que cumple la materialidad

de la naturaleza en los procesos de apropiación, dado

que la asignación de su valor económico —“natura-

lezas baratas” o de sacrificio— y las decisiones sobre

su uso —desde conservación hasta destrucción— es-

tán signados por la valoración que se hace de acuerdo

aún más por diferencias culturales o de género.

-

tractivistas y en las dinámicas ambientales. Por ello,

los teóricos, como Haraway (2015) y Moore (2014),

plantean pensar en términos de Capitaloceno.

El Capitaloceno está relacionado con procesos

-

desposesión, con procesos paralelos de desterrito-

rialización-reterritorialización, y aumento de des-

igualdades entre seres humanos y entre humanos y

no humanos, causadas por las concepciones que los

diferencian, basadas en la noción binaria de natura-

leza-cultura y también asociadas a procesos de crea-

ción, apropiación y globalización de las naturalezas.

De igual manera, el Capitaloceno implica incluir el

papel de la materialidad en los procesos ligados a ca-

denas globales de valorización, es decir, a la manera

en que la naturaleza, en términos de materialidad,

forma parte en los procesos económicos capitalistas

68 Desacatos 54 Astrid Ulloa

(Boyer y Dietz, 2016). Boyer y Dietz plantean que

hay que considerar una perspectiva amplia, que per-

mita entender:

-

ceso de creación de valorización, mercantilización

[…] y el papel que juega la naturaleza en la crea-

ción de valorización, y cómo es apropiada de forma

“barata” desde el punto de vista de la acumulación

capitalista (2016: 7).

De manera similar, Altvater considera que:

El modo de producción capitalista genera historia

geológica y lo ha hecho hasta integrar una nueva

fase que los geólogos denominarían Antropoceno.

Fase que sería más adecuado calificar como Capi-

taloceno (Kapitalozän) que da razones más que vá-

lidas para dedicarse al análisis del capitalismo, al

-

la crítica del Capitaloceno (2014: 7).

-

cia de una relación territorial y cultural, no sólo con

una noción específica de naturaleza, sino también,

y principalmente, bajo una perspectiva económica

particular, que identifica actores determinados que

se encuentran en la base de las transformaciones

ambientales y de las relaciones desiguales económi-

cas, políticas, sociales y culturales.

Latinoamérica y los debates del Antropoceno, el Capitaloceno y los extractivismos

En Latinoamérica, los debates sobre transformacio-

nes y crisis ambientales han sido parte importante

de los análisis académicos durante las últimas déca-

das. Se relacionan con desigualdades ambientales y

-

cas de la Conquista y la Colonia. El cambio cli-

mático ha dado lugar a una serie de discusiones y

propuestas que no se desligan de otros procesos am-

bientales, dados los conflictos territoriales que las

políticas y los programas de adaptación y mitigación

Ulloa, 2014c). Las discusiones en torno al Antro-

poceno1 y el Capitaloceno no han sido centrales en

los debates sobre las transformaciones y conflictos

socioambientales.

Estos procesos han complejizado las relaciones

desigualdades que se manifiestan en lo local como

nuevas dinámicas identitarias —culturales y de gé-

nero— y de producción de conocimientos, así como

transformaciones de prácticas cotidianas, económi-

cas, locales y de relaciones con lo no humano. Estos

procesos se reflejan en las dinámicas territoriales y en

el aumento de la presencia de actores transnacionales

y nacionales que inciden en lo local, que transfor-

man los entornos, debido a las políticas nacionales

y gubernamentales ambientales, económicas y de

desarrollo, que generan conflictos y violencia (Ulloa,

2014a).

Asimismo, estas dinámicas han conformado

imbricaciones territoriales-ambientales-globales,

que denomino escenarios ambientales de la apropiación y el despojo —escenarios asociados a cambio climá-

tico, biodiversidad, agua, petróleo, agronegocios,

minería, entre otros—, los cuales operan en diversas

escalas, bajo nociones específicas de tiempo y espa-

cio. Es decir, estos escenarios son complementarios,

superpuestos y escalonados secuencial y temporal-

mente.

1 Categoría que aparece y se menciona en algunos textos, por ejemplo, en Chaparro y Meneses (2015), Boff (2012) y Rojas (2013), y en el Coloquio Internacional Os Mil No- mes de Gaia, realizado en Brasil, en septiembre de 2014 (<https://osmilnomesdegaia.eco.br>).

69Dinámicas ambientales y extractivas en el siglo XXI: ¿es la época del Antropoceno o del Capitaloceno en Latinoamérica?

nacionales e internacionales, y su articulación en tor-

no a lo relacionado con las visiones sobre las trans-

formaciones ambientales y climáticas, basadas en la

idea del desarrollo sostenible y los mercados verdes.

Asimismo, se relacionan con el cambio climático

de la siguiente manera: los escenarios de biodiversi-

dad-conservación y cambio climático surgen como

respuesta a los problemas ambientales globales y ge-

neran políticas transnacionales y nacionales ambien-

tales-climáticas, que a su vez dan lugar a acciones

relacionadas con servicios ecosistémicos y mercados

de carbono —Convenio de Diversidad Biológica y

el Protocolo de Kyoto— (Ulloa, 2014a).

Por otro lado, los escenarios de monocultivos

y agronegocios responden tanto a lógicas de incre-

mento de producción de alimentos para la pobla-

ción global, como a la producción de monocultivos

para biocombustibles o como sumideros de carbono

—depósitos naturales o artificiales de carbono—

para confrontar el cambio climático. El escenario de

la minería se articula a las cadenas globales de valo-

de ciertos minerales, por ejemplo, el litio, frente al

uso del petróleo, así como la generación de otras

tecnologías para confrontar el cambio climático

(Ulloa, 2014a). Estos escenarios propician procesos

-

-

tractivas que transforman territorios, naturalezas y

poblaciones. En ese sentido, los procesos actuales

de transformación ambiental y cambio climático se

local, que responden a una lógica económica parti-

cular, el Capitaloceno.

Estos escenarios transforman y reconfiguran

de manera más acentuada la vida de pueblos indí-

genas, afrodescendientes y campesinos en el ámbito

GWENNHAEL HUESCA REYES Mina de cobre a cielo abierto de Chuquicamata, la más grande del mundo. Calama, Chile, abril de 2015.

70 Desacatos 54 Astrid Ulloa

territorial, cultural, identitario y ambiental, y pro-

ducen cambios asociados a las dinámicas econó-

micas. Estas dinámicas tienen como correlato las

confrontaciones de resistencia y las articulaciones

de los pueblos indígenas, que demandan justicia

ambiental, climática y territorial en la lucha por el

reconocimiento de sus derechos y por revertir las

desigualdades socioambientales (Ulloa, 2014a).

Por lo tanto, cabe preguntarse por el senti-

do y la pertinencia de las propuestas del Antro-

poceno y el Capitaloceno, y ver sus alcances para

Latinoamérica. Los pueblos indígenas, afrodescen-

dientes y campesinos, en su lucha permanente por

posicionar sus maneras de producir conocimien-

tos, sus perspectivas sobre lo no humano y sus te-

rritorios, estarían contra los procesos asociados a

la visión global del Antropoceno, y cuestionarían

y confrontarían la manera en que los afectan los

tanto, el giro antropocénico no cambia ni cambiará

las relaciones desiguales, ni los procesos de acapara-

miento y despojo.

El giro capitalocénico permite poner en evi-

dencia las relaciones históricas de desigualdad y

abrir el debate sobre la articulación, no sólo del

cambio climático como resultado de una visión de

apropiación de la naturaleza, sino de éste con otros

procesos de apropiación y despojo. A la vez, ha-

ce posible que tomen posición otras perspectivas

culturales sobre lo no humano y los territorios, así

como lanzar propuestas frente al cambio climático.

Sin embargo, dada la importancia generalizada

del debate del Antropoceno, y en menor medida del

y en la nueva manera de producir conocimientos

relacionados con las articulaciones entre naturale-

zas, culturas y territorios, es necesario abrir los de-

bates y considerar otras perspectivas que alimenten

las geopolíticas de producción de conocimientos

y que permitan una reconfiguración conceptual y

política.

Replanteamientos culturales, territoriales y ambientales dentro del giro antropocénico y capitalocénico desde Latinoamérica

Bajo las dos miradas, la del Antropoceno y la del Ca-

pitaloceno, es necesario pensar en la forma en la cual

los efectos de las relaciones desiguales de la produc-

ción y el consumo afectan y afectarán a millones de

personas que, si bien no han generado dicha trans-

formación, resienten sus efectos y seguirán viviendo

Asimismo, Latinoamérica seguirá manteniendo, por

medio de la apropiación de sus territorios, otras ma-

neras de vida centradas en el consumo global. Sin

embargo, los efectos y los riesgos, si bien son glo-

bales, serán diferenciales. Las desigualdades conti-

nuarán, pues el acceso a políticas y programas, por

ejemplo de cambio climático y de desarrollo sosteni-

ble, así como sus implicaciones, son diferenciados de

acuerdo con clase, etnia, género y locación.

Entonces, cabe preguntarse, dentro de la narra-

tiva del Antropoceno: ¿dónde se tomarán las deci-

siones sobre las políticas globales en torno al cambio

climático? ¿Se replantearán las relaciones y prácticas

con lo no humano? ¿Se pensará en las relaciones his-

tóricas de desigualdad que causan las apropiaciones

y los despojos? Y en cuanto al Capitaloceno, ¿cómo

podrán incidir los debates en las políticas económi-

cas y ambientales globales? ¿Qué opciones se planean

ante la apropiación territorial y ambiental? ¿Cómo

posicionar otras economías?

Preguntas como éstas dan paso a pensar en re-

definiciones posibles del giro antropocénico y capi-

talocénico desde la perspectiva latinoamericana, en

diferentes ámbitos: territoriales, ambientales, cul-

turales y de género, y en la manera de producir co-

nocimientos, que incidan en las políticas globales

y en los procesos de producción de conocimientos

académicos.

Las discusiones en torno al cambio climático de-

berán reconocer otras alternativas y estrategias basadas

71Dinámicas ambientales y extractivas en el siglo XXI: ¿es la época del Antropoceno o del Capitaloceno en Latinoamérica?

en perspectivas culturales. De la misma manera, con

este punto de vista, es necesario tener en cuenta otras

relaciones culturales entre los seres humanos y no hu-

manos. Esto implica la necesidad de centrarse más en

las causas y consecuencias del cambio climático y

en las relaciones desiguales de poder entre los países

del norte y del sur globales (Ulloa, 2013; 2014a).

Ante todas las reconfiguraciones territoriales,

ambientales y culturales, es pertinente analizar las

relación con los territorios locales. En general, és-

tas se plantean en un marco estructural, que implica

desde buscar opciones en la responsabilidad tanto

individual como colectiva y repensar las dinámicas

económicas globales-locales del capitalismo y el Es-

tado, hasta retomar los principios filosóficos de re-

lación con el entorno.

Al mismo tiempo, hay alternativas al desarro-

llo que replantean las relaciones naturaleza-cultura

y producen una crítica profunda de la relación dual

con la naturaleza. Estas críticas requieren opciones

partir de las dinámicas económicas globales-locales

del capitalismo, hasta retomar los principios filosó-

ficos de relación con el entorno de, por ejemplo, los

pueblos indígenas. Hay varias tendencias y posicio-

nes frente a las alternativas al desarrollo, entre las

que destacan las políticas del lugar y la diferencia,

la memoria biocultural, el buen vivir, y las alter-

geopolíticas indígenas (Ulloa, 2015a).

Por último, dado que las políticas globales

del cambio climático han desconocido a pueblos y

mujeres tanto indígenas como afrodescendientes

y campesinas, las mujeres y los indígenas representan:

Otros feminismos y otras discusiones sobre el gé-

nero, que tienden a la defensa de actividades co-

tidianas de subsistencia y modos de vida donde

prima lo agrícola (soberanía alimentaria) y la cons-

trucción de nuevas feminidades y masculinidades.

Estas propuestas deben permear todas las políticas

y procesos ambientales, incluidos los de cambio

climático (Ulloa, 2014b: 291).

Estos procesos sociales ayudan a reconfigurar y

contemplar otras nociones de naturalezas, que res-

ponden a procesos históricos particulares y que se

relacionan con la espacialidad —territorio, lugar y

paisaje—. Lo anterior permite pasar de una visión

centrada en la oposición naturaleza-cultura a una

perspectiva más amplia en la que los conceptos de

humanos y no humanos, con ontologías y episte-

mologías diversas, reconocen múltiples relaciones y

nociones de naturalezas. Estas alternativas surgen a

partir de prácticas y lógicas locales que construyen

diversas defensas y también opciones de futuro, las

cuales responden a procesos históricos y espaciales

particulares. Por lo tanto, tampoco se puede gene-

ralizar para toda Latinoamérica sin reconocer las di-

ferencias en ella (Ulloa, 2015a; 2015b).

-

Todo lo anterior plantea la necesidad de repensar las

lógicas y dinámicas que hay en los territorios, terri-

torialidades y sus articulaciones locales-nacionales-

sociales, culturales y ambientales. El territorio es

to es el centro de propuestas de autonomía, que

consiste en ser y ejercer poder a través de la terri-

torialidad, la gobernabilidad y la autodetermina-

ción. La autonomía implica el control territorial

vertical y horizontal (una geopolítica propia del

suelo y el subsuelo), un gobierno propio, una ju-

risdicción propia, autodeterminación ambiental y

soberanía alimentaria. Asimismo, el territorio es

la fuente de demandas de reconocimiento de de-

rechos de sujetos colectivos, como propiedad y

uso, y da sentido a acciones de resistencia basadas

en su defensa […]. En síntesis, en estos territorios

se plantea la continuidad de propuestas propias y

72 Desacatos 54 Astrid Ulloa

la generación de alternativas al desarrollo, lo que

conlleva a [sic] una crítica a la relación destructiva

e implica desde buscar opciones en la responsabili-

dad individual y colectiva, repensar las dinámicas

económicas globales-nacionales-locales del capi-

talismo y del Estado, hasta retomar los principios

de relacionamiento con el entorno de los poblado-

res locales, todo ligado a una defensa para la per-

manencia en un territorio (Ulloa, 2015b: 42).

XXI interpelan

a los procesos globales en torno a las discusiones del

Antropoceno y el Capitaloceno, para pensar si tiene

pertinencia proponer o discutir la pregunta: ¿esta-

mos en la época del Antropoceno o del Capitaloce-

no en Latinoamérica?

-

-

caciones políticas, ambientales, sociales y culturales

de las políticas globales del cambio climático, como

el papel que tiene la producción académica de las

ciencias sociales y humanas anglo y eurocéntricas en

las propuestas y replanteamientos de estos temas, así

como el diálogo o desconocimiento que tienen con

Latinoamérica está inmersa en conflictos,

violencias, apropiaciones, acaparamientos y des-

pojos de sus territorios y naturalezas por los proce-

sos transnacionales económicos ligados a cadenas

de valorización y consumo global. Sin embargo,

hay que reconocer que hay propuestas alternativas

presentes en luchas y demandas de los pueblos in-

dígenas, afrodescendientes, campesinos y de algu-

nos pobladores urbanos, con un posicionamiento

político y simbólico, que incluyen discusiones en

torno a conocimientos y problemas ambientales y

-

nacionales.

También hay que identificar cuáles son sus

propuestas y estrategias frente a las transformacio-

nes ambientales y climáticas, que se han centrado

en evidenciar sus concepciones territoriales y de

lo no humano a partir de prácticas y conocimien-

tos situados históricamente y en lugares específicos,

las cuales replantean las relaciones de poder y las

desigualdades, y ofrecen una propuesta a partir de

“ontologías relacionales”, en las que los no huma-

nos son seres vivos con capacidad de acción política.

Estas propuestas y alternativas abren espacios a otras

maneras de producir conocimientos e inciden en los

debates nacionales y globales sobre el Antropoceno

y el Capitaloceno.

Bibliografía

Altvater, Elmar, 2014, “El capital y el Capitaloceno”, en Mundo Siglo XXI, núm. 33, vol. IX, pp. 5-15.

Boff, Leonardo, 2012, “Términos de la discusión ecológica actual”, en Agencia Latinoamericana de Información, 29 de junio. Disponible en lí-

nea: <http://www.alainet.org/active/56082>. Consultado el 1 de junio de 2016.

Boyer, Miriam y Kristina Dietz, 2016, “The Materiality of Nature in Valuation Processes and the Reconfiguration of Social Inequalities”, ponen-

cia presentada en la International Conference desiguALdades.net, The International Network on Interdependent Inequalities in Latin

America “Rethinking Equality: Interdependent Inequalities in Latin America”, 3 y 4 de marzo, Berlín.

Chakrabarty, Dipesh, 2009, “The Climate of History: Four Theses”, en Critical Inquiry, vol. 35, núm. 2, pp. 197-222.

Chaparro, Jeffer e Ignacio Meneses, 2015, “El Antropoceno: aportes para la comprensión del cambio global”, en Aracne, núm. 203, pp. 1-20.

Crist, Eileen, 2013, “On the Poverty of Our Nomenclature”, en Environmental Humanities, vol. 3, pp. 129-147.

Crutzen, Paul J. y Eugene F. Stoermer, 2000, “The ‘Anthropocene’”, en Global Change Newsletter, núm. 41, pp. 17-18.

Davis, Mike, 2008, “Bienvenidos al Antropoceno”, en Sin Permiso, 26 de junio. Disponible en línea: <http://www.sinpermiso.info/textos/bien

venidos-al-antropoceno>. Consultado el 28 de mayo de 2016.

73Dinámicas ambientales y extractivas en el siglo XXI: ¿es la época del Antropoceno o del Capitaloceno en Latinoamérica?

Dietz, Kristina, 2013, “Hacia una teoría crítica de vulnerabilidad y adaptación: aportes para una reconceptualización desde la ecología política”,

en Astrid Ulloa y Andrea Prieto-Rozo (eds.), Culturas, conocimientos, políticas y ciudadanías en torno al cambio climático, Universidad

Nacional de Colombia/Colciencias, Bogotá, pp. 19-46.

Emmett, Robert y Thomas Lekan (eds.), 2016, Whose Anthropocene? Revisiting Dipesh Chakrabarty’s “Four Theses”, Rachel Carson Center

for Environment and Society (Perspectives 2016, 2), Múnich.

Escobar, Arturo, 2015, “Territorios de diferencia: la ontología política de los ‘derechos al territorio’”, en Desenvolvimento e Meio Ambiente,

vol. 35, pp. 89-100.

Gupta, Akhil y James Ferguson, 2008, “Más allá de la ‘cultura’: espacio, identidad y las políticas de la diferencia”, en Antípoda, núm. 7, pp. 233-256.

Haraway, Donna, 2015, “Anthropocene, Capitalocene, Plantationocene, Chthulucene: Making Kin”, en Environmental Humanities, núm. 6,

pp. 159-165.

Latour, Bruno, 2013, “Telling Friends from Foes at the Time of the Anthropocene”, ponencia presentada en el Simposio “Thinking the

Anthropocene”, 14 y 15 de noviembre, École des Hautes Études en Sciences Sociales, París. Disponible en línea: <http://www.bruno-

latour.fr/node/535>. Consultado el 1 de junio de 2016.

————, 2014, “Anthropology at the Time of the Anthropocene. A Personal View of What Is to Be Studied”, ponencia presentada en la

American Association of Anthropologists, Washington, D. C., diciembre. Disponible en línea: <http://www.bruno-latour.fr/sites/de-

fault/files/139-AAA-Washington.pdf>. Consultado el 1 de junio de 2016.

Malm, Andreas, 2015, “The Anthropocene Myth. Blaming All of Humanity for Climate Change Lets Capitalism Off the Hook”, en Jacobin,

30 de marzo. Disponible en línea: <https://www.jacobinmag.com/2015/03/anthropocene-capitalism-climate-change/>. Consultado

el 20 de mayo de 2016.

Malm, Andreas y Alf Hornborg, 2014, “The Geology of Mankind? A Critique of the Anthropocene Narrative”, en The Anthropocene Review,

vol. 1, núm. 1, pp. 62-69.

McAfee, Kathleen, 2016, “The Politics of Nature in the Anthropocene”, en Robert Emmet y Thomas Lekan (eds.), Whose Anthropocene?

Revisiting Dipesh Chakrabarty’s “Four Theses”, Rachel Carson Center for Environment and Society (Perspectives 2016, 2), Múnich,

pp. 65-72.

Moore, Jason W., 2013, “El auge de la ecología-mundo capitalista (I). Las fronteras mercantiles en el auge y decadencia de la apropiación

máxima”, en Laberinto, núm. 38, pp. 9-26.

————, 2014, “The Capitalocene Part I: On the Nature and Origins of Our Ecological Crisis”. Disponible en línea: <http://www.jasonwmoore.

com/uploads/The_Capitalocene__Part_I__June_2014.pdf>. Consultado el 3 febrero de 2016.

Rojas, Jorge, 2013, “Era Antropoceno, cambio climático, movimientos sociales y sociedad del futuro”, en Martha Nélida Ruiz (coord.), América

Latina en la crisis global. Problemas y desafíos, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, Buenos Aires, pp. 197-228.

Ulloa, Astrid (ed.), 2011, Perspectivas culturales del clima, Universidad Nacional de Colombia/Instituto Latinoamericano para la Sociedad y un

Derecho Alternativos, Bogotá.

————, 2013, “Controlando la naturaleza: ambientalismo transnacional y negociaciones locales en torno al cambio climático en territorios

indígenas en Colombia”, en Iberoamericana, vol. 13, núm. 49, pp. 117-133.

————, 2014a, “Escenarios de creación, extracción, apropiación y globalización de las naturalezas: emergencia de desigualdades socioambien-

tales”, en Barbara Göbel, Manuel Góngora-Mera y Astrid Ulloa (eds.), Desigualdades socioambientales en América Latina, Universidad

Nacional de Colombia/Ibero-Amerikanisches Institut, Bogotá, pp. 139-166.

————, 2014b, “Diferencias de género y etnicidad en las políticas globales-nacionales-locales de cambio climático”, en Crítica y Emancipación,

año VI, núm. 12, pp. 277-294.

————, 2014c, “Estrategias culturales y políticas de manejo de las transformaciones ambientales y climáticas en Colombia”, en Rommel Lara

y Roberto Vides-Almonacid (eds.), Sabiduría y adaptación: el valor del conocimiento tradicional en la adaptación al cambio climático

en América del Sur, International Union for Conservation of Nature, Quito, pp. 157-177.

————, 2015a, “Environment and Development: Reflections from Latin America”, en Tom Perreault, Gavin Bridge y James McCarthy (eds.),

The Routledge Handbook of Political Ecology, Routledge, Londres, pp. 320-331.

————, 2015b, “La resistencia territorial en América Latina”, en Perspectivas, núm. 1, pp. 39-42.