Dignidad

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18 BIOÉTICA /ENERO- ABRIL 2006 RESUMEN Se intenta un acercamiento al con- cepto de persona humana y de su dignidad, basándose en las explica- ciones que de dichos conceptos han dado importantes filósofos y huma- nistas a lo largo de la historia. Se exponen los criterios del autor con respecto a estas definiciones. Se concluye con una reflexión en torno a la urgencia tanto del diálogo entre las personas, grupos y naciones, como en el logro de una sensibilidad común a la altura de los tiempos, que ilumine la conciencia de los hombres de nuestra generación en beneficio de todos. Palabras clave: Persona; dignidad de la persona; dignidad humana. INTRODUCCIÓN La civilización científico-técnica en que estamos sumergidos ha llevado a muchas personas a creer en la efica- cia de las instrumentaciones pura- mente técnicas. Deslumbrados por las conquistas de lo tangible, muchos se han vuelto insensibles y ciegos frente a los valores. Ha resucitado Maquiavelo (1) y nos ha convencido de que todo lo posible es moralmente lícito, con tal de que sea eficaz para acumular riqueza y disfrutar del bienestar a cualquier precio: «el fin justifica los medios».- Las expresiones «dignidad huma- na», «dignidad personal», derechos humanos», son muy empleadas, pero en ocasiones sin una debida e intensa valoración del ser humano. En la práctica, se niega la igualdad de derechos, lo cual equivale a negar la igualdad de «ser» o de «naturaleza» a los seres humanos no nacidos, o nacidos con alguna deficiencia notable, o a los enfermos que supo- nen una carga para la familia o la Los fundamentos de la dignidad de la persona humana Dr. José Luis Jiménez Garrote 1 . sociedad, a los deficien- tes mentales, etc. A la vez, la investigación científico-médica, en ocasión de los más recientes adelantos, como la manipulación genética o la fertiliza- ción «in vitro», por ejemplo, puede llevar a considerar al ser huma- no, al paciente, como una «cosa», como un «objeto», como un medio o instrumento para el beneficio de la propia investigación científica, del progreso general de la humani- dad o de la medicina. (2) Desde el holocausto de la Segunda Guerra Mundial, el principio DESARROLLO A) UN ENSAYO DE DEFINI- CIÓN DE PERSONA Se intentará un acercamiento al concepto de persona y de la dignidad humana, con plena conciencia de cuan movedizo es el terreno que se pisa, especialmente en el segundo caso, por lo que sería juicioso valerse del criterio de filósofos y bioeticistas de profunda formación académica, para lograr este acercamiento. La historia de la reflexión sobre la realidad de la persona, marca el pensamiento occidental en algunas de sus etapas fundamentales, filtran- do en sí como en un prisma, las características culturales de las diversas épocas históricas. (5) Urge recomponer una serena explicación de lo que es la persona humana. Sólo si se conoce su natura- leza de manera adecuada, sus dife- rencias cualitativas con respecto a los animales, su origen, su meta final, Aristóteles de la dignidad humana ha adquiri- do una importancia creciente, no sólo en el ámbito social, sino tam- bién en el ético y en el jurídico. Todas las declaraciones de Derechos Humanos desde el texto de la Decla- ración de 1948 hasta el presente, han considerado que el principio de la dignidad humana pueda ser entendido como fundamento último del orden moral y legal. No obstante esta convicción, como expresa la Dra. Ángela Aparisi, (3) que es compartida por muchos en un plano teórico, contrasta con una constata- ción práctica: la gran divergencia existente en torno a sus implicaciones éticas y jurídicas. Las personas, en cuanto realida- des vivas, son realidades inabarcables e incomprensibles. El conocimiento de las mismas no termina nunca, sino que es un proceso que avanza en la medida en que nos mantenemos en relación con ellas. (4)

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18 BIOÉTICA /ENERO- ABRIL 2006

RESUMENSe intenta un acercamiento al con-cepto de persona humana y de sudignidad, basándose en las explica-ciones que de dichos conceptos handado importantes filósofos y huma-nistas a lo largo de la historia. Seexponen los criterios del autor conrespecto a estas definiciones. Seconcluye con una reflexión en tornoa la urgencia tanto del diálogo entrelas personas, grupos y naciones,como en el logro de una sensibilidadcomún a la altura de los tiempos,que ilumine la conciencia de loshombres de nuestra generación enbeneficio de todos.

Palabras clave: Persona; dignidadde la persona; dignidad humana.

INTRODUCCIÓNLa civilización científico-técnica enque estamos sumergidos ha llevado amuchas personas a creer en la efica-cia de las instrumentaciones pura-mente técnicas. Deslumbrados porlas conquistas de lo tangible, muchosse han vuelto insensibles y ciegosfrente a los valores.

Ha resucitado Maquiavelo (1) ynos ha convencido de que todo loposible es moralmente lícito, con talde que sea eficaz para acumularriqueza y disfrutar del bienestar acualquier precio: «el fin justifica losmedios».-

Las expresiones «dignidad huma-na», «dignidad personal», derechoshumanos», son muy empleadas, peroen ocasiones sin una debida e intensavaloración del ser humano. En lapráctica, se niega la igualdad dederechos, lo cual equivale a negar laigualdad de «ser» o de «naturaleza»a los seres humanos no nacidos, onacidos con alguna deficiencianotable, o a los enfermos que supo-nen una carga para la familia o la

Los fundamentos de la dignidadde la persona humana

Dr. José Luis Jiménez Garrote1.

sociedad, a los deficien-tes mentales, etc. A lavez, la investigacióncientífico-médica, enocasión de los másrecientes adelantos,como la manipulacióngenética o la fertiliza-ción «in vitro», porejemplo, puede llevar aconsiderar al ser huma-no, al paciente, comouna «cosa», como un«objeto», como unmedio o instrumentopara el beneficio de lapropia investigacióncientífica, del progresogeneral de la humani-dad o de la medicina. (2)

Desde el holocaustode la Segunda GuerraMundial, el principio

DESARROLLOA) UN ENSAYO DE DEFINI-CIÓN DE PERSONA

Se intentará un acercamiento alconcepto de persona y de la dignidadhumana, con plena conciencia decuan movedizo es el terreno que sepisa, especialmente en el segundocaso, por lo que sería juicioso valersedel criterio de filósofos y bioeticistasde profunda formación académica,para lograr este acercamiento.

La historia de la reflexión sobre larealidad de la persona, marca elpensamiento occidental en algunasde sus etapas fundamentales, filtran-do en sí como en un prisma, lascaracterísticas culturales de lasdiversas épocas históricas. (5)

Urge recomponer una serenaexplicación de lo que es la personahumana. Sólo si se conoce su natura-leza de manera adecuada, sus dife-rencias cualitativas con respecto a losanimales, su origen, su meta final,

Aristótelesde la dignidad humana ha adquiri-do una importancia creciente, nosólo en el ámbito social, sino tam-bién en el ético y en el jurídico.Todas las declaraciones de DerechosHumanos desde el texto de la Decla-ración de 1948 hasta el presente,han considerado que el principio dela dignidad humana pueda serentendido como fundamento últimodel orden moral y legal. No obstanteesta convicción, como expresa laDra. Ángela Aparisi, (3) que escompartida por muchos en un planoteórico, contrasta con una constata-ción práctica: la gran divergenciaexistente en torno a susimplicaciones éticas y jurídicas.

Las personas, en cuanto realida-des vivas, son realidadesinabarcables e incomprensibles. Elconocimiento de las mismas notermina nunca, sino que es unproceso que avanza en la medida enque nos mantenemos en relación conellas. (4)

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sus dimensiones de convivencia, soloentonces se podría fundamentar unverdadero humanismo. Es importan-te y urgente alcanzar esa compren-sión verdadera de la naturaleza realde la persona y es, además, una tareaapasionante. (6)

Aristóteles (384-322) dio laprimera definición de persona como«animal racional» o como «animalque posee razón». (6)

El término «persona» pocoutilizado hasta los primeros siglos denuestra era, llegó a ser después unconcepto clave para la revelacióncristiana con el dogma de un soloDios, subsistente en tres personas(Trinidad) y con el dogma de unapersona divina subsistente en dosnaturalezas (Cristo con una naturale-za divina y otra naturaleza humana).Los teólogos, para aclarar talescuestiones trinitarias y cristológicas,asumieron el vocablo griego prosopony el equivalente latino persona (per-sono: sonar en todas direcciones). Elprosopon, (7,8,9) era la máscara queutilizaban los actores antiguos en lasrepresentaciones teatrales. La másca-

ra escondía elrostro del actor yhacía resonar lavoz fuertemente;por eso, prosopontambién significa-ba personaje, el querepresenta a travésde la máscara delactor. (7)

La definiciónmetafísica es, enlo fundamental,la formulada porSeverino Boecio(480-525), queinfluido porAristóteles enun-ció una definiciónmás precisa depersona, que sehizo despuésclásica, porque laaceptó SantoTomás deAquino (1225-74) y tras él, toda

menos persona, ni se es «prepersona»,«pospersona» o «subpersona»; o se espersona o no se es.

Para Lucas, (10) la persona tienevalor y dignidad absolutos y portanto, es fin en sí misma; esto haceque posea una inviolabilidad y dere-chos-deberes fundamentales.

Se han intentado otras definiciones(6) aunque son menos rigurosas por sermás bien descriptivas o imprecisas, aveces, oscuras. Así tenemos queSigmund Freud (1856-1939), através de sus estudios sobre lapsicopatología y su terapéutica, llegaa una cierta interpretación del sermismo de la persona, en cuyo interiorluchan dos instintos poderosos yradicales que llamó Eros (instinto deplacer), y Tánatos (instinto de muerteo destrucción). Sus ideas sobre lapersona humana, aunque discutidas ydiscutibles, han tenido una ampliadifusión y no se le pueden negarindudables aciertos. (6)

Max Scheler (1874-1928),denomina persona «al centro activoen que el espíritu se manifiestadentro de las esferas del ser finito» (6)

Emmanuel Mounier (1905-50):«Una persona es un ser espiritualconstituido como tal por una formade subsistencia y de independenciaen su ser». (6)

Jean Lacroix. «La persona esdueña de sí y el don de sí». (6)

Martin Buber (1878-1965). «elser en cuya dialógica, en cuyo estar-dos-en-recíproca-presencia, se realizay se reconoce cada vez el encuentrodel uno con el otro». (6)

Jacques Maritain (1882-1973)distingue entre individuo y persona:Individuo es el ser que vive sólo parala especie. Persona es el individuoque además es fin por sí mismo. Elindividuo crea multitud gregaria. Lapersona crea sociedades civiles. (6)

Hugo Tristam Engelhardt (11).Denomina persona sólo a quien gozade autoconciencia y, gracias a ella,desempeña un papel en el conjuntode la sociedad. El que carece deautoconciencia y de función social,como los no nacidos, los neonatos,los dementes, los comatosos, han deser considerados como simples cosas.

José Ortega y Gassetla Filosofía medieval y gran partede la moderna y dice que <personaest naturae rationalis individua subs-tancia>, la persona es una sustanciaindividual de naturaleza racional.(6,7) Sustancia en el sentidoaristotélico significa un ser-en-sí, esdecir, que no está inherente a otro.(9)

Ramón Lucas Lucas (10) expresaque la persona humana es unsujeto individual racional ydisecciona estos términosconceptualizándolos así: Sujeto.Alguien que pertenece a sí mismo,que existe en sí y por sí y no enrelación o con dependencia de otro.Individuo. Que posee una unidadinterna en sí misma y es diferentede otros, cada persona es única eirrepetible. Racional. No es unacto que la persona hace, sino unmodo de ser. Indica todas lascapacidades superiores del hombre(inteligencia, amor, sentimientosmoralidad, religiosidad).

Al llegar aquí, se puede afirmarentonces que ser persona pertenece alorden ontológico, por tanto, el estatu-to personal no se adquiere o disminu-ye gradualmente. No se es más o

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Tomás Melendo (11). Describe lapersona «como principio y comotérmino, como sujeto y como objetode amor».

B) ACERCAMIENTO AL CON-CEPTO DE DIGNIDAD HUMA-NA

«El significado de una palabra escomo el pequeño abismo de lapalabra»

José Ortega y Gasset (12)

José Ortega y GassetResulta extraordinariamente

difícil encontrar una definiciónprecisa y acabada del conceptodignidad, puesto que corresponde auno de esos datos primariosirreductibles que no pueden serformalmente definidos, sino quenecesitan ser comprendidos en símismos. Este tipo de nociones noadmiten una definición lógica. Encasos como estos, la tarea del filósofoconsiste en intentar dar una defini-ción esencial (13).

El término dignidad designa enlatín lo que es estimado o considera-do por si mismo, no como derivado

de otro. La dignidad humana signifi-ca el valor interno e insustituible quele corresponde al hombre en razón desu ser, no por ciertos rendimientosque prestara ni por otros fines distin-tos de sí mismo. (14)

Platón (428-347 a.C) expresómuy claramente en su Gorgias «lapersona ha de ser afirmada por símisma y por su dignidad». (13)

Immanuel Kant (1724-1804),tal vez el más preclaro exponente dela ilustración filosófica escribe: «lahumanidad misma es una dignidad,porque el hombre no puede sertratado por ningún hombre (ni porotro, ni por sí mismo) como unsimple medio o instrumento, sinosiempre a la vez, como un fin, y enello estriba precisamente su digni-dad».

Robert Spaemann (3) señala: «loque la palabra dignidad quiere decires difícil de comprenderconceptualmente, porque indica unacualidad indefinible y simple». Porotra parte, también sostiene que ladignidad constituye siempre «laexpresión de un descansar-en-sí-mismo, de una independenciainterior». (11)

La palabra dignidad significaexcelencia, preeminencia. (15) AntonioOrozco (8) la describe así: «digno esaquello por lo que algo destaca entreotros seres en razón del valor que lees propio».

Tomás Melendo (16), referenciaobligatoria en este tema de la digni-dad humana, por la frecuencia yprofundidad en el abordaje delmismo, deja explícito que es algorelacionado con la bondad, con laplenitud, con la perfección; queseñala una cualidad positiva y apelaa tres caracteres distintivos de lodigno: 1- la elevación o encumbra-miento, 2- la interioridad o intimi-dad y 3- la autonomía o indepen-dencia. «La dignidad es la valíacorrespondiente a lo elevado, íntimo yautónomo. Se alza sobre el resto de lasbondades meramente relativas o depen-dientes y se afirma en sí misma de formaabsoluta o soberana».

La dignidad, como dimensiónintrínseca del ser humano, posee uncarácter ontológico. Esta idea seencuentra presente en Tomás deAquino (3) que sostenía «el términodignidad es algo absoluto y pertenece a laesencia».

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Millán Puelles (3) afirma que «ladignidad que todo hombre sostiene por elhecho de serlo, constituye una determina-ción axiológica formal, independiente delos contenidos de la conducta» y, añade laDra. Parisi, independiente tambiénde los cargos que ocupe, de la posi-ción que tenga en la sociedad, de suraza, de su sexo, o de su grado dedesarrollo vital.

Así entendida, no expresa supe-rioridad de un hombre sobre otro,sino de todo ser humano sobre elresto de los seres que carecen derazón. En esta línea Hervada (3)

mantiene que la dignidad implica osignifica, una excelencia o eminenciaen el ser, que no sólo lo hace superiora los otros seres, sino que lo sitúa enotro orden del ser. Para este autor, setrata de «la perfección o intensidad delser que corresponde a la naturalezahumana y que se predica de la persona,en cuanto esta es la realización existencialde la naturaleza humana».

Se podría concluir entonces, quela dignidad es un término que seaplica al hombre para señalar unapeculiar calidad del ser, para sostenerque es persona y no individuo.

C) LOS EXCLUIDOS DE LADIGNIDAD

Para poder referirnos al ser huma-no en su integridad y poder admitirun fundamento ontológico de ladignidad, es necesario aceptar quetambién la persona tiene una baseontológica, razón por la cual ladignidad no puede fundamentarsesólo en algunas manifestaciones de lapersona como la racionalidad, sinoen todo el organismo humano(unidad sustancial cuerpo-espíritu) yen sus expresiones somáticas. Enten-der que el ser humano es digno por símismo, y no sólo en razón de suconciencia o racionalidad, puede asimple vista carecer de diferencias,sin embargo posee una gran trascen-dencia en la práctica, pues no puedeexistir respeto a la persona, sinrespeto a su dimensión corporal.

Como bien señala la Dra. Parisi,(3) esta visión está en radical discre-pancia con la concepción dualista dela dignidad humana, imperante en

la actualidad. En concreto, la reduc-ción moderna de la dignidad a laracionalidad y a la autonomía de lalibertad. Agrega además, que eneste sentido son paradigmáticas lastesis defendidas por autores comoParfit, Singer o Engelhardt, (3,13) quetienen como consecuencias la nega-ción de los derechos a los seres noracionales o no autónomos de laespecie homo sapiens, como los embrio-nes, fetos, niños pequeños, deficien-tes, personas en coma, etc. A estosseres humanos, a los que se le niegasus derechos, el autor los llamaría losexcluidos de la dignidad humana.

Singer (3) afirma: «ni todos losmiembros de la especie homo sapiensson personas, ni todas las personasson miembros de la especie homosapiens... Los recién nacidos humanosno nacen con conciencia de sí mis-mos, ni son capaces de comprenderque existen en el tiempo. No sonpersonas». Por su parte Engelhardt (3)

clasifica a los seres humanos enfunción de su alejamiento frente alideal de autonomía. Los cigotos,embriones, fetos, anencefálicos ycomatosos persistentes, se llegan aconsiderar inferiores a ciertos mamí-feros superiores, ya que podríaadmitirse que estos últimos poseenmayor racionalidad.

REFLEXIÓN FINALLos hombres cultivados de una épocadeterminada, pueden estar en des-acuerdo sobre los objetos en torno alos cuales disputan, pero al menosestán de acuerdo en disputar entorno a los mismos objetos. Dialogares algo que urge en estos tiempos.

Un pensador participa de susociedad y de su época en primertérmino, por el inconsciente culturalque debe a sus aprendizajes intelec-tuales y muy particular a su forma-ción. Es precisamente a esta forma-ción, a la que se debe desbordar devalores y de humanidad.

Ortega (12) definió la generacióncomo «una sensibilidad común a laaltura de los tiempos». Estas palabrasbien podrían ser luz de sendero. Urgehoy más que nunca que esa sensibili-dad ilumine la conciencia de los

hombres de nuestra generación enbeneficio de todos, y especialmentede aquellos a los que le resultaimposible defender su dignidad.

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5-Persona. Diccionario enciclopédico deTeología Moral. Madrid: Ediciones Paulinas.1986;p 832.

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9-Calvo A. El Nasciturus como sujeto delderecho. Concepto constitucional de personafrente al concepto pandecista-civilista. Cuadernosde Bioética 2004; 54(2ª): pp 284-85.

10-Lucas R. Bioética para todos. México D.F.:Trillas; 2004: pp 13-24.

11-Fernández-Crehuet J. Antropología alservicio de la Bioética. El Humanismo Metafísico.Cuadernos de Bioética 1996; 28(4º): pp 462-69.

12-Ortega y Gasset J. ¿Qué es la Filosofía?Madrid. Alianza, 1997: pp 19-42.

13-Taboada P. La dignidad de la persona comofundamento de la ética. Centro de Bioética,Facultad de Medicina, Pontificia UniversidadCatólica de Chile.

14-Ferrer U. La dignidad y el sentido de lavida. Cuadernos de Bioética 1996; 26(2º): pp191-201.

15-Melendo T. La dignidad de la personahumana. En Polaino-Lorente A. Manual deBioética General. Madrid: RIALP, 1997. Pp 59-69.

16-Melendo T. Más sobre la dignidad humana.Cuadernos de Bioética 1997; 32(4º): pp 1480-89.

1 Médico especialista en Medicina Interna yMedicina Intensiva. Trabaja en el Sanatorio «SanJuan de Dios» en la ciudad de La Habana.Diplomado en Antropología Filosófica y enBioética.