Extracto gratuito destinado a promoción de la obra Dignidad, cultura y libertad del autor José Carlos Bermejo Barrera, publicada por la editorial Enxebrebooks.

Se puede adquirir la obra completa en formato electrónico o papel en http://www.descubrebooks.com

Prólogo

Este libro es en cierto modo una crónica de los últimos veinte años de la vida académica, política y cultural de Galicia y España. Y solo es en cierto modo una crónica porque en él no se narran los acontecimientos, sino que únicamente se los deja entrever en el trasfondo de los textos en los que se los analiza. Todos los textos fueron publicados en su momento en los principales periódicos de Galicia, La Voz de Galicia, El Correo Gallego, El País y Faro de Vigo, y en revistas de cultura y pensamiento, como Grial o A Trabe de Ouro. Si se recopilan en este libro no es por afán de coleccionismo, sino porque en ellos se fue defendiendo en el transcurso de esos años una misma línea de pensamiento, unas ideas, que se plasman en el manifiesto por la cultura con el que se inicia el texto. No se trata de demostrar la coherencia de su autor ni de alabar sus méritos, sino de sacar a la luz la validez de unas ideas que se han venido y se siguen defendiendo con escasos medios y todavía menos éxito.

Fueron estos veinte años los años salvajes del crecimiento económico artificial, basado en la especulación inmobiliaria y financiera, así como en la disparatada concesión de crédito a los particulares y a las administraciones públicas. Fueron los años del dinero sin fin ni límite, en los que se creyó posible hacer todas las cosas, hacer milagros en la economía, la cultura e incluso en la ciencia. Fueron los años del imperio de una ilusión que desnaturalizó no solo el crecimiento económico sino la propia idea de cultura. La cultura, subvencionada a raudales por quienes no la apreciaban en absoluto, pero que tenían que demostrar con sus fastos, sus megaedificios y sus despilfarros que era el principal objeto de sus desvelos, se precipitó hacia la banalidad y se convirtió en un botín a repartir entre pequeños grupos de personas e instituciones que se lucraron del dinero público, a la vez que alababan a quienes se lo concedían y hacían así posible que esos supuestos creadores culturales también pudiesen alabarse a sí mismos.

Esa cultura, parásita del dinero público, y concebida como la principal fuente de riqueza de un país pobre, como Galicia, compartió la misma banalidad que el discurso político y el de los medios de comunicación más influyentes. Desaparecieron las ideas, se esfumó el pensamiento y la capacidad de analizar la realidad social con una mirada crítica. La información se convirtió en un simulacro que ocultaba gran parte de la realidad y manipulaba la que ofrecía, y así contribuyó a la imposición de palabras vacías en el campo de la economía: emprendimiento, mercados, prima de riesgo, tranquilidad para la inversión; todas ellas, claves del pensamiento neoliberal, que llevó la economía mundial y española al borde la bancarrota.

Esa misma banalidad invadió los restantes terrenos que se pueden ir recorriendo a través de la lectura de estos textos: la cultura en todos sus campos, la educación, la investigación científica y la producción del conocimiento en el ámbito de las universidades. Profesores, políticos, empresarios, banqueros, artistas e intelectuales fueron durante veinte años compañeros de viaje en la misma nave de los locos que ahora vaga a la deriva por los agitados mares de la historia. Aunque eso sí, como dignos tripulantes de esa nave siguen convencidos de la eterna validez de su delirio.

1. Manifiesto por la culturaPublicado en Fírgoa el 19/11/2011

Después de la llegada al gobierno de Mariano Rajoy, y teniendo en cuenta la situación actual de nuestro país, que está viviendo la crisis económica más grave desde el fin de la Segunda Guerra Mundial:

DECLARAMOS Y DEMANDAMOS:

1)- que todo el conjunto de conocimientos, artes y técnicas que constituyen el mundo de la cultura forman la cúspide de todo el sistema de valores que son imprescindibles para lograr la cohesión social.

2)- que sin el respeto a los valores que garantizan la seguridad física, la salud, el bienestar económico, la cohesión y la paz sociales, no es posible lograr la realización personal y el desarrollo de la creación intelectual y artística, y por lo tanto el desarrollo de la cultura.

3)- que la cultura ha de estar integrada en el cuerpo social y ha de ser puesta, al igual que la economía, al servicio de las personas y tiene que dejar de ser concebida como una industria más de producción y consumo de bienes de distintos tipos.

4)- que la cultura ha de ser apoyada por los poderes públicos y los poderes económicos y sociales para cumplir su función de expresión y creación de obras y valores estéticos, sociales y morales.

5)- que la cultura no puede continuar siendo un mero instrumento de propaganda partidista electoral en manos de los poderes políticos estatales, autonómicos o municipales.

6)- que la cultura no puede seguir siendo concebida como un producto de consumo sin más, al margen de los contenidos que pueda crear y transmitir, pues los valores que ella transmite son parte esencial del cemento que mantiene unido el cuerpo social.

7)- que la cultura no ha de servir básicamente como un instrumento

de confrontación ideológica, social, religiosa, lingüística o moral, sino como instrumento de comunicación, diálogo y entendimiento.

8)- que todos los ciudadanos, sean cuales sus creencias religiosas o valores políticos, tienen derecho a participar en la creación, difusión y disfrute de los bienes culturales.

9)- que las iglesias y confesiones religiosas deben asumir que la religión –que tantas veces ha servido como instrumento de confrontación bélica, política y social– ha contribuido a la creación de una gran parte de los logros culturales de la humanidad a lo largo de la historia. Pero esos logros pueden ser apreciados, comprendidos y disfrutados aun no compartiendo plenamente las mismas creencias religiosas.

10)- que la creación y disfrute de los bienes culturales es un derecho de todos los ciudadanos sin distinción para el que deben contribuir los poderes públicos, utilizando la ayuda privada cuando fuese necesario.

11)- que aquellas personas o colectivos económica y socialmente desprotegidos deben ser ayudados para que puedan disfrutar de los bienes culturales, indispensables para el desarrollo como personas.

12)- que en la creación cultural no debe existir la censura, a menos que en ella se atente contra la dignidad personal, de los grupos, o de los derechos y las ideas y creencias de todos los colectivos que forman parte de la sociedad española.

13)- que en un momento de gravísima crisis económica, cuando se incrementa la exclusión social, y cuando los servicios básicos que ha de prestar el estado en el bienestar, la salud y la educación pueden estar en peligro, la cultura no ha de ser concebida como un lujo innecesario ni como un producto prescindible, sino como un instrumento indispensable para lograr una mayor unidad social y política y para contribuir a la mejora y renovación de la sociedad española.

José Carlos Bermejo Barrera es catedrático de historia antigua en la Universidad de Santiago de Compostela. Su voz crítica ha aparecido en numerosos trabajos en revistas y periódicos nacionales e internacionales relacionadas con los campos de la Historia Antigua y la Filosofía de la Historia. Con más de una treintena de monografías a sus espaldas y un libro de cuentos publicado por esta misma editorial (Contos para nenos un pouquiño modernos), se recopilan aquí artículos publicados desde 1994, y en los que da su juicio sobre la universidad, la política, la cultura y el Jacobeo en Galicia, abogando por la dignidad y la libertad en estos tiempos de desconcierto y mentira. Click libro este descargar para aquí