DIEZ AÑOS - notariado

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Escritura PÚBLICA 7 el escaparate DAVID NAVARRO C UANDO la Unión Europea fue creada en 1957 la princi- pal preocupación de los Es- tados miembros consistía en cons- truir un “mercado común” para el comercio. Con el paso del tiempo se hizo patente la conveniencia de una cooperación económica y mo- netaria más estrecha, que permi- tiera al mercado interior seguir creciendo y desarrollándose. Ahora son ya unos 320 millo- nes de ciudadanos en 15 países, más que la población de Estados Unidos, quienes utilizan la misma moneda y disfrutan de las ventajas del mercado integrado de la UE. El euro también ha ayudado en la buena gestión de las finanzas pú- blicas y de las políticas macroeco- nómicas de los Estados, gracias a lo cual se han podido crear más empleos y reducir el déficit públi- co medio en la Unión. Frente a la tasa del cuatro por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) de las décadas de los años ochenta y noventa, el déficit público comunitario ronda hoy el 0,6 por ciento, lo que supone una notable re- ducción del peso del gasto en las cuentas presupuestarias de los paí- ses de la eurozona. En cuanto al mer- cado laboral, desde 1999 se han crea- do más de 10 millones de nuevos puestos de trabajo en la zona euro, en comparación con los apenas 1,5 mi- llones de nuevos empleos contabili- zados en los siete años anteriores. El primer fin de semana de mayo de 1998 constituye verdade- ramente la fecha histórica del inicio de la Unión Económica y Mo- netaria. Sobre la base de la reco- mendación del Consejo de Asuntos Económicos y Financieros (ECO- FIN), y previo dictamen del Parla- mento Europeo, el Consejo –reuni- do en su composición de jefes de Estado o de Gobierno– decidió por unanimidad que once Estados miembros cumplían las condicio- nes necesarias para la adopción de la moneda única el 1 de enero de 1999, a saber: Bélgica, Alemania, España, Francia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Holanda, Austria, Portugal y Finlandia. Una nueva moneda. La introduc- ción del euro en los mercados mo- netarios a principios de 1999 se de- sarrolló sin problemas. Todos los sistemas de transacciones finan- cieras y mercados de valores esta- ban preparados y funcionaron co- rrectamente en el paso a la divisa única. Durante el período transito- rio, que duró hasta el 1 de enero de 2002, el euro no fue más que una moneda de cuenta, utilizada en las transacciones financieras. La Comisión recomendó una doble presentación de los precios, en moneda nacional y en euros en las nóminas de los trabajadores y las cuentas bancarias, con el fin de ayudar a los ciudadanos a familia- rizarse con la nueva moneda. Ade- más la Comisión desarrolló campa- ñas de información en los Estados miembros de la zona euro para pre- parar a los ciudadanos ante el cam- bio de moneda. También se tomaron medidas para facilitar las transferencias Escritura PÚBLICA 6 E N enero de 2009 el euro celebrará su pri- mera década de existencia, desde su puesta en cir- culación en los países comunita- rios que cumplie- ron con los requi- sitos estableci- dos en el Tratado de la Unión Europea firmado en la ciudad suiza de Maastricht en 1992. La divisa única dio el pisto- letazo de salida a la nueva Unión Económica y Monetaria (UEM) y supuso el lan- zamiento de un proceso de uni- versalización de la moneda comu- nitaria cuyo prin- cipal objetivo es el de favorecer la libre transmi- sión de capitales entre los países europeos. EL EURO CUMPLE DIEZ AÑOS La introducción del euro en los mercados monetarios a principios de 1999 se desarrolló sin problemas.

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DAVID NAVARRO

C UANDO la Unión Europeafue creada en 1957 la princi-pal preocupación de los Es-

tados miembros consistía en cons-truir un “mercado común” para elcomercio. Con el paso del tiempose hizo patente la conveniencia deuna cooperación económica y mo-netaria más estrecha, que permi-tiera al mercado interior seguircreciendo y desarrollándose.

Ahora son ya unos 320 millo-nes de ciudadanos en 15 países,más que la población de EstadosUnidos, quienes utilizan la mismamoneda y disfrutan de las ventajasdel mercado integrado de la UE. Eleuro también ha ayudado en labuena gestión de las finanzas pú-blicas y de las políticas macroeco-nómicas de los Estados, gracias alo cual se han podido crear másempleos y reducir el déficit públi-co medio en la Unión.

Frente a la tasa del cuatro porciento del Producto Interior Bruto(PIB) de las décadas de los añosochenta y noventa, el déficit públicocomunitario ronda hoy el 0,6 porciento, lo que supone una notable re-ducción del peso del gasto en lascuentas presupuestarias de los paí-ses de la eurozona. En cuanto al mer-cado laboral, desde 1999 se han crea-do más de 10 millones de nuevospuestos de trabajo en la zona euro, encomparación con los apenas 1,5 mi-llones de nuevos empleos contabili-zados en los siete años anteriores.

El primer fin de semana demayo de 1998 constituye verdade-ramente la fecha histórica del

inicio de la Unión Económica y Mo-netaria. Sobre la base de la reco-mendación del Consejo de AsuntosEconómicos y Financieros (ECO-FIN), y previo dictamen del Parla-mento Europeo, el Consejo –reuni-do en su composición de jefes de Estado o de Gobierno– decidiópor unanimidad que once Estadosmiembros cumplían las condicio-nes necesarias para la adopción dela moneda única el 1 de enero de1999, a saber: Bélgica, Alemania,España, Francia, Irlanda, Italia,Luxemburgo, Holanda, Austria,Portugal y Finlandia.

UUnnaa nnuueevvaa mmoonneeddaa.. La introduc-ción del euro en los mercados mo-netarios a principios de 1999 se de-sarrolló sin problemas. Todos lossistemas de transacciones finan-cieras y mercados de valores esta-ban preparados y funcionaron co-rrectamente en el paso a la divisaúnica. Durante el período transito-

rio, que duró hasta el 1 de enero de2002, el euro no fue más que unamoneda de cuenta, utilizada en lastransacciones financieras.

La Comisión recomendó unadoble presentación de los precios,en moneda nacional y en euros enlas nóminas de los trabajadores ylas cuentas bancarias, con el fin deayudar a los ciudadanos a familia-rizarse con la nueva moneda. Ade-más la Comisión desarrolló campa-ñas de información en los Estadosmiembros de la zona euro para pre-parar a los ciudadanos ante el cam-bio de moneda.

También se tomaron medidaspara facilitar las transferencias

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EN enero de2009 el euro

celebrará su pri-mera década deexistencia, desdesu puesta en cir-culación en lospaíses comunita-rios que cumplie-ron con los requi-sitos estableci-dos en el Tratadode la UniónEuropea firmadoen la ciudad suizade Maastricht en1992. La divisaúnica dio el pisto-letazo de salida ala nueva UniónEconómica yMonetaria (UEM)y supuso el lan-zamiento de unproceso de uni-versalización dela moneda comu-nitaria cuyo prin-cipal objetivo esel de favorecer la libre transmi-sión de capitalesentre los paíseseuropeos.

EL EURO CUMPLED IEZ AÑOS

La introducción del euro en los mercadosmonetarios a principios de 1999 se desarrollósin problemas.

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transfronterizas. Ahora, las reti-radas de dinero en los distribui-dores automáticos y los movi-mientos de fondos interestatalesson más baratas y rápidas en lazona euro. Desde julio de 2003 losgastos para las transferenciastransfronterizas deben ser igualesa los de una transferencia nacio-nal. Los ciudadanos pueden asíaprovecharse plenamente de laintroducción del euro. El costemedio por realizar una transfe-rencia bancaria de 100 euros habajado de 24 a 2,40 euros desde laintroducción en 2001 de la nueva

reglamentación, según las cifrasdel Banco Central Europeo (BCE).

En septiembre de 2001 se distri-buyeron a bancos y empresas lasprimeras monedas y billetes paraque las entidades financieras pu-dieran mostrárselas a sus clientes.Mediante campañas de informa-ción se explicaron a los ciudada-nos las nuevas medidas de seguri-dad que protegen a la divisaeuropea contra la falsificación.

Los ciudadanos tuvieron la po-sibilidad de adquirir, a partir demediados de diciembre, monedasde euro para familiarizarse conellas. El 1 de enero de 2002 ya se pu-dieron realizar pagos en efectivoen euros y la moneda europea sus-tituyó rápidamente a las antiguasmonedas nacionales en la vida dia-ria. El 28 de febrero de 2002 las an-tiguas monedas nacionales deja-ron de tener curso legal en suspaíses respectivos, permitiendo a

los ciudadanos su cambio en lassedes de los bancos centrales.

“Diez años después, podemosasegurar que la llegada del euro hasido un acontecimiento históricodel que todos los europeos pode-mos estar orgullosos. El procesono contaba con otro precedente si-milar y podemos declarar que hasido un éxito. En una década el eu-ro se ha convertido en la segundamoneda mundial en importancia,ha traído estabilidad económica,ha promovido la integración eco-nómica y financiera, ha generadocomercio y crecimiento entre losEstados miembros y ha facilitadola adopción de políticas públicasque permitirán a las futuras gene-raciones continuar beneficiándosede los sistemas sociales que hanhecho a Europa famosa en todo elmundo”, señala Joaquín Almunia,Comisario Europeo de AsuntosEconómicos y Monetarios.

EEll ppaappeell ddeell BBCCEE.. Con la desapari-ción de las monedas locales, los ban-cos centrales europeos perdieronuna parte importante de su función,al no poder decidir el tipo de cam-bio de las divisas; es decir, su valorrespecto a las demás. En España to-dos recuerdan las devaluaciones dela peseta en épocas de excesiva in-flación, con el objeto de frenar la es-calada de precios. Desde 1999 estatarea es ahora responsabilidad delBanco Central Europeo (BCE), enti-dad creada en mayo en 1998 y que esla encargada de dirigir y ejecutar lapolítica monetaria común, así comode establecer la introducción físicade la moneda en los países de la(Unión Europea Monetaria (UEM).

Este organismo tiene autoriza-ción exclusiva de emitir billetesdentro de la eurozona y realizaroperaciones de divisas, gestionan-do las reservas de los Estados. Losestatutos del BCE establecen que

su principal objetivo es mantenerla estabilidad de los precios, comonos recuerda su gobernador en ca-da reunión del consejo de la auto-ridad monetaria.

Precisamente esta necesariavigilancia sobre la inflación haprovocado que el BCE no haya res-pondido al principio de las turbu-lencias financieras (que irrumpie-ron desde Estados Unidos al finaldel pasado verano) con bajadas delos tipos de interés, lo que habríaayudado a las familias a reducir elcoste de sus hipotecas y resto decréditos. En el fondo, los países dela eurozona han decidido renun-ciar a su capacidad de maniobrapara lograr una mayor estabilidadfinanciera en el conjunto de laUnión. Las dos herramientas tra-dicionales de la política económica(fiscal y monetaria) ya no existende forma conjunta: los gobiernosnacionales solo pueden decidir enmateria de impuestos.

“Es cierto que cuando un paísadopta el euro cede voluntaria-mente una parte de su soberanía”,explican fuentes comunitarias, “yaque los gobiernos deben coordinarsus políticas económicas y contro-lar sus gastos”. Ahora bien, en elmundo globalizado en el que vivi-mos con frecuencia la soberaníanacional es más ficticia que real,especialmente en el ámbito mone-tario, donde en realidad sólo cuen-tan algunas divisas dominantes.Cuando los gobiernos coordinansus políticas, adquieren influenciay poder en la esfera económica.Desde este punto de vista, la zonaeuro es más importante que la su-ma de sus partes.

BBeenneeffiicciiooss ppooccoo ccoonnoocciiddooss.. Re-capitulemos. Reducción de la in-flación y de los tipos de interés;mejora de los tipos de cambio y es-tabilización de los mercados; aba-ratamiento de las importaciones,crecimiento de los intercambios yde las inversiones; viajes más fáci-les y más baratos; mayor transpa-

320 millones de ciudadanos en 15 países utilizan la misma moneda ydisfrutan de las ventajas del mercado integrado de la UE

El euro tiene amplia difusión fuera de Europa: hasta el 20 por ciento del valortotal de los euros en billetes circula en el exterior de la UE

¿Qué ventajasofrece el euro?

LA Unión Económica y Monetariay el euro tienen la misión de lo-

grar que la economía europea fun-cione mejor, generando mayor em-pleo y prosperidad para losciudadanos. El euro también ha da-do lugar a la segunda economíamás grande del mundo. Entre susventajas destacan las siguientes:

l Una moneda establel Inflación y tipos de interés bajosl Transparencia de los preciosl Eliminación de los costes asocia-dos al cambio de divisasl Mercados financieros más integradosl Una economía más eficazl Finanzas públicas más sanasl Mayor presencia de la UE en laeconomía mundiall Mayor facilidad de comercio inter-nacionall Un símbolo tangible de identidadeuropea.

Los ciudadanos consideran al euroresponsable del encarecimiento de la mayoría de los productos y servicios.

Irlanda

Bélgica

Países Bajos

Alemania

Austria

Eslovenia

Italia

Malta

Chipre

Grecia

Bulgaria

Hungría

Eslovaquia

Polonia

Lituania

Estonia

Finlandia Suecia

Dinamarca

Indicadores clave (2006) Zona euro UE-27 EE.UU. Japón

317

8,4

14,6

21,7

20,9

494

11,9

21,0

14,3

15,0

300

11,2

19,7

10,8

16,6

128

3,5

6,3

16,8

15,3

La zona euro: hechos y cifras

Zona euro, inclusive Chipre y Malta desde el 1 de enero de 2008

Estados miembros de la UE acogidos a una cláusula de exención

Estados miembros de la UE que aún no han adoptado el euro

Portugal

Letonia

Francia

España

República Checa

Rumanía

Reino Unido

Exportaciones* (bienes y servicios en % del PIB)

Importaciones* (bienes y servicios en % del PIB)

Fuente: Comisión Europea, BCE y FMI 2007. (*) Excluido el comercio intracomunitario.

Población (millones)

Cuota del PIB mundial (% a PPA)

PIB (en billones de euros, calculado en paridad de poder adquisitivo)

Los costes del cambio de divisas

ANTES del euro, el cambio de di-visas resultaba muy caro. Se

calcula que en toda la UE suponíaanualmente entre 20.000 y 25.000millones de euros al año. Estos cos-tes han desaparecido en la zona eu-ro, donde todos los pagos y facturasse efectúan ahora en la monedaúnica. Además, la divisa se aceptasin dificultades fuera del ámbito co-munitario.

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rencia de los precios y más compe-tencia: he aquí los “beneficios po-co conocidos del euro”, según Al-munia.

Y es que no todos los ciudada-nos ven con buenos ojos la irrup-ción de la moneda única. Por citarel caso más cercano, el español,muchas familias consideran que lareducción del poder adquisitivo sedebe, en gran parte, a la nueva di-visa. Esta tendencia era más pa-tente en los primeros años, parti-cularmente recrudecida por eldenominado “redondeo al alza”que hicieron los propietarios delos establecimientos comerciales.

La decisión de los minoristasde esquivar las cantidades que nofueran múltiplos de 5 céntimos pa-ra no utilizar las monedas menores(de uno o dos céntimos) generó unaumento generalizado de los pre-cios, especialmente en hostelería.El Gobierno tuvo que tomar cartasen el asunto, pero las medidas aposteriori no son tan eficaces comolas que se realizan a priori. En Es-paña, desde 2002 la cesta de la com-pra ha subido un 38,5 por ciento,según datos del Ministerio de Eco-nomía y Hacienda.

Aunque una clara mayoría (68por ciento) de las personas inte-rrogadas en una encuesta comuni-taria realizada en 2006 se declara-ban satisfechas con la monedaúnica, muchas de ellas ignorabanla envergadura real de sus venta-jas. Sigue prevaleciendo la ideainicial de que el euro ha provocado

una subida de los precios, a pesarde que en muchos países, el nivelde inflación nunca ha sido tan ba-jo como desde la introducción de ladivisa (alrededor del 2 por ciento).No es el caso de España, cuya subi-da de precios interanual duplica lamedia comunitaria superando el 4por ciento.

La encuesta pone de manifiestoque sólo una cuarta parte de los eu-ropeos sabe que no se cobran comi-siones adicionales por retirar dine-

ro en otro país de la UE (23 por cien-to) o por pagar con tarjeta bancaria(27 por ciento). Y aún menos perso-nas (16 por ciento) son conscientesde que no se cargan comisiones su-plementarias en las transferenciasbancarias.

Sin embargo, esto no ha frena-do el crecimiento constante del di-nero efectivo en circulación, aun-que no todos se han acostumbradotodavía a pensar en la nueva mo-neda. Mientras el 57 por ciento de

los encuestados afirma calcular eneuros en el día a día, un 22 porciento declara que sigue haciéndo-lo en su vieja divisa (el 21 por cien-to utilizan ambas monedas). Diezaños después, todavía una de cadacinco personas no han realizado laconversión mental.

UUnn mmeerrccaaddoo iinntteeggrraaddoo.. La mo-neda única simplifica la circula-ción del capital de inversión portoda la zona euro.

Además, el euro se utiliza cadavez más en transacciones comercia-les internacionales, debido a su for-taleza y disponibilidad, así como porla confianza que inspira. Por consi-guiente, las empresas de la zona eu-ro pueden pagar y recibir pagos eneuros, reduciendo así el riesgo de su-frir pérdidas debido a fluctuacionesen las divisas mundiales y facilitan-do el trabajo de nuestros socios co-merciales, que pueden negociar conuna única moneda.

Antes de la UEM, la volatilidadde los tipos de interés implicaba cos-tes imprevisibles. Las inversiones alargo plazo eran arriesgadas paralas empresas, porque no podían sa-ber a ciencia cierta si obtendríanbeneficios. Hoy día, la estabilidadeconómica reduce la incertidum-bre y promueve las inversiones alargo plazo por parte de las empre-sas. El comercio en la zona euro haaumentado entre un cuatro y undiez por ciento desde la introduc-ción de la moneda única, y los in-tercambios de mercancías tambiénhan crecido alrededor de un trespor ciento, según datos de la oficinaestadística comunitaria, Eurostat.

TTuurrbbuulleenncciiaass ffiinnaanncciieerraass.. Las ci-fras también revelan que el euro tie-ne amplia difusión fuera de Europa.Según el Banco Central Europeohasta el 20 por ciento del valor totalde los euros en billetes circulan fue-

ra de la zona del euro. Precisamente,el papel internacional de la monedacomunitaria en los intercambios co-merciales mundiales está cobrandoimportancia en los últimos meses.

El mal momento que vive el dó-lar como consecuencia del déficitexterior estadounidense, junto conlos problemas financieros de laprimera economía del mundo, hapermitido al euro convertirse en lasegunda moneda de referencia, lu-chando por la hegemonía con el“billete verde”. “La subida del eu-ro respecto al dólar ofrece a Euro-pa de un importante escudo contralas turbulencias actuales de la eco-nomía”, indica el comisario euro-peo, Joaquín Almunia.

Y es que, al existir una segundamoneda de referencia, los riesgosderivados de la evolución de las di-visas se reducen. La crisis de liqui-dez generada en Estados Unidos es-tá siendo paliada, en gran medida,por las inyecciones de fondos delBanco Central Europeo. Sin un eurofuerte el “billete verde” no tendríauna salvaguarda ante la escasez decapital derivada de la expansión delcrédito norteamericano. Quedan le-jos aquellos días en los que, cuandoel euro comenzó su andadura, su de-bilidad generaba escepticismo, aun-que el entonces gobernador delBCE, Wim Duisenberg, vaticinabael “gran potencial de apreciación”de la nueva divisa. n

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El coste porrealizar una

transferencia bancariatransfronteriza de 100euros ha bajado de 24a 2,40 euros desde laintroducción de lanueva reglamentación

Muchas familias españolas consideran que la reducción del poder adquisitivose debe, en gran parte, al euro

Moneda conmemorativaPARA elebrar el décimo aniversario del inicio de la UEM y de la introducción del

euro, todos los países de la zona del euro emitirán una moneda conmemorativade 2 euros con un diseño común, que estará disponible a principios de 2009.

En una encuesta 'on-line' para elegir el diseño de la pieza, se invitó a los europeosa designar su versión favorita de una lista de cinco bocetos preseleccionados por losdirectores de las casas de moneda europeas. Desde el comienzo de la votación, el 31de enero, han participado 141.675 residentes en la UE. El diseño ganador, con el 41,48por ciento de los votos, es obra de Georgios Stamatópoulos, escultor que trabaja parael Banco Central de Grecia. Se emitirán 90 millones de piezas con este nuevo diseño.

Será la segunda moneda conmemorativa emitida conjuntamente por todos lospaíses de la eurozona. La primera, en 2007, celebraba el 50 aniversario del Tratadoconstitutivo de la UE. Los euros ordinarios tienen una cara común a todos los paísesy otra cara nacional con figuras o símbolos nacionales o monarcas reinantes. Laspiezas conmemorativas siempre se emiten con la denominación de 2 euros. Comolas monedas normales, pueden utilizarse en toda la eurozona, aunque muchas pie-zas acaban en manos de los coleccionistas por su valor histórico.

Retos futurosAÚN existen importantes retos para el mercado único comunitario. La Comisión Europea

abrió el pasado mes de mayo el debate sobre la mejora de la gestión de la unión econó-mica y monetaria, proponiendo más coordinación entre sus miembros aunque lejos del “go-bierno económico” que reclaman algunos países como Francia.

El Ejecutivo comunitario ha aprobado recientemente un informe no legislativo en el quepropone a los gobiernos y al Parlamento europeos una agenda de cambios basada en dos ele-mentos. El primero, se refiere al funcionamiento interno de la Unión Europea Monetaria, mejo-rando la coordinación de las políticas económicas. Bruselas anima a profundizar en la vigilan-cia presupuestaria regulada en el Pacto de estabilidad y crecimiento, aumentando esavigilancia en lo que respecta a la calidad de las finanzas públicas y su sostenibilidad a largoplazo, y ampliando el objetivo de la vigilancia “a aspectos macroeconómicos más allá de losestrictamente presupuestarios”. Asimismo, la CE propone establecer “una vinculación másestrecha entre la vigilancia presupuestaria y el desarrollo de las reformas estructurales”.

El segundo elemento se refiere a la representación exterior del euro. “El euro se ha con-vertido en la segunda moneda mundial de referencia y no tiene sentido que, al mismo tiempoque constatamos con satisfacción su lugar preponderante en los mercados globales, renun-ciemos a actuar colectivamente de manera coherente con este nuevo estatus”, indica la CE.Si la posición internacional del euro conlleva “ventajas indudables”, como una mayor protec-ción frente a choques externos, “también conlleva responsabilidades y riesgos”. Europa, se-gún la Comisión “debe asumir plenamente su responsabilidad en la consecución de una ma-yor estabilidad económica mundial y tiene que definir para ello una estrategia acorde con losintereses de la zona euro y defenderla con coherencia en el exterior”.

Los países de la eurozona han renunciadoa su capacidad de maniobra para lograruna mayor estabilidad financiera en elconjunto de la Unión.

El euro se utiliza cada vez másen transacciones comercialesinternacionales.

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¿ G A N A R Á E L E U R O L A B A T A L L A C O N T R A E L D Ó L A R ?

B&NBLANCO Y NEGRO

SI nos atenemos al cambio de monedasen el mercado de divisas, el euro ya havencido al dólar. La moneda europea

“vale” un cincuenta por ciento más que sucolega estadounidense y el horizonte moneta-rio, financiero y económico ofrece un paisaje

muy similar al actual. Y dicho esto, aquípodría acabar este artículo: Europa ha vencido,

USA ha perdido. Pero… la realidad es un poco bastantemás compleja. Y para entrar en harina digamos que eldólar, la Reserva Federal y el Gobierno Bush estánhaciendo trampas.

La guerra monetaria, que la hay y a nivel planeta-rio, cuenta con más de dos contendientes: vamos adejar para muchos años adelante a las monedas devarios países emergentes como India y Brasil, que uti-lizarán durante largos periodos de tiempo para susintercambios comerciales, sus balanzas de pagos y susniveles de endeudamiento a los actuales protagonistas:primero el dólar, luego el euro, más tarde el yuan ypara cerrar el cuarteto, el yen. Y no sólo ellos dos, enEuropa y en España, poco a poco y de forma limitadaya se están haciendo operaciones de endeudamiento yde inversión en esas dos últimas monedas, bien porquees más fácil su acceso en los mercados financieros,bien porque las condiciones de apertura, intereses y

devolución del principal son mejores. En el futuro más inmediato la fortaleza de China irá

en aumento en todos y cada uno de los terrenos de laactividad económica, incluidas las financieras y mone-tarias. Será, por lo menos en los próximos 20 años unfactor de equilibrio (o desequilibrio que todo puede ocu-rrir en el gigante asiático sometido a tormentas socialesproducto de ese crecimiento de dos dígitos de su PIBanual) entre el euro y el dólar. Y dentro de ese esquemame inclino a pensar que será la moneda europea la ele-gida cada vez más como eje de los intercambios comer-ciales. La medición en euros se hará cada vez más popu-

lar y universal a la hora de comprar y vender todo tipode mercancías, y sobre todo de las materias primas. Elmejor de los ejemplos: lo que está ocurriendo con elpetróleo. Su alza en el último año tiene mucho que vercon la especulación y los grandes beneficios que estánobteniendo las compañías y fondos que se dedican ainvertir en el mercado de futuros, pero también en quepese a que los barriles se miden en dólares, de hecho seestá pensando en ese “recorte” del 50 por ciento que pro-porciona el diferencial con la moneda europea. Aquí esdonde coloco la “trampa” que nos hace Estados Unidosy sus compañías líderes en ese sector.

Si hablamos de las monedas y sus movimientos den-tro del sector financiero ya está ocurriendo, ya estáteniendo lugar, una parte de ese futuro: las entidades,los bancos europeos están soportando mejor el estallidode la superburbuja monetaria creada desde NuevaYork, y van a salir mejor posicionados que sus homólo-gos norteamericanos. En este terreno, la diversidad depolíticas que podrían aplicar cada uno de los paísespertenecientes a la Unión Europea para afrontar la cri-sis mundial que padecemos, se ve corregida y controla-da por la existencia del Banco Central. Y si bien es cier-to que a alguno de los países, por ejemplo a España, levendría bien en estos momentos una bajada de los tiposde interés para dinamizar el mercado interior, las con-secuencias de un aumento aún mayor de la inflaciónhace que casi todos los agentes políticos y sociales sepongan a temblar, empezando por el propio Gobierno ysu vicepresidencia económica. La pertenencia al euronos salva de muchos terremotos (si estuviéramos fuerade la moneda única, nuestra vieja peseta ya habría sidodevaluada y el coste de la energía desde el petróleo senos haría imposible de aguantar) y, como “pago”, nos

obliga a soportar que los grandes paí-ses de nuestro entorno, con Alemaniaa la cabeza, tengan más capacidad depresión sobre los funcionarios deBruselas y sus intereses pesen másque los nuestros. Así es el juego, consus reglas por encima de la mesa, ysus zancadillas por debajo.

Europa, su moneda, está “conde-nada” a ser la estrella de las próxi-

mas décadas, le guste o no. Puede que haya vencidopor sí misma al dólar o puede que éste haya arrojadola toalla por puro interés en defensa de su endeudadísi-ma economía y para poder competir mejor con sus pro-ductos. Puede que la victoria tenga un precio a pagarque no nos gusta. Y hasta puede que el resto de losgrandes, desde China a Rusia, nos utilicen en la mismamedida que nosotros queremos utilizarlos. La conclu-sión es y será la misma: hemos ganado, que no nospase nada.

Raúl Heras es periodista.

Para entrar en harina digamos que el dólar, la Reserva Federal y el Gobierno Bush están haciendo

trampas

ESO de la economía tiene suintríngulis. Si pregunta-mos a un economista si la

devaluación de una moneda esuna noticia buena o mala, contes-tará que depende: para unos serábuena (los exportadores o la indus-

tria turística, por ejemplo), y paraotros, mala (los importadores o los

ahorradores, pongamos por caso). Esto quieredecir que en cualquiera de las dos hipótesisplanteadas en la pregunta, es decir, que el eurogane la batalla al dólar o que la pierda, depen-derá de quién se beneficie con lo que ocurra:unos creerán que el euro ha ganado, y otrosque ha perdido, pase lo que pase.

Si por “ganar la batalla” entendemos que eleuro mantenga, o incluso acreciente, su valorrespecto a la moneda americana, mi respuestatiende a ser negativa, por dos razones princi-pales.

La primera es que Estados Unidos tiene unaeconomía mucho menos intervenida que laUnión Europea. Esto significa que, al ser elmercado más transparente allí que aquí, la ten-dencia a que la masa monetaria refleje con más

exactitud la riqueza real será más acusada allíque aquí, y que los riesgos de inflación (queésa sí que es mala para todos) puedan conjurar-se o corregirse mejor allí que aquí. El proble-ma de las economías intervenidas es que, a lalarga, entorpecen el crecimiento real, el verda-dero, aunque las estadísticas oficiales diganotra cosa; y si están muy intervenidas acabangenerando mercados negros, también en eldinero. ¿Puede alguien decir que la economía

de la UE está menos intervenida que la de losEstados Unidos?

La segunda razón es que, desde que desapa-reció el oro como patrón monetario mundial,esta función fue asumida por el dólar. Y tengopara mí que eso ocurrió así porque, a fin decuentas, la medida de las cosas la da el poder.Estados Unidos es el país más poderoso del pla-neta, y esta condición la va a mantener duran-te mucho tiempo todavía. Lo cual, en mi opi-nión, quiere decir que, aunque el euro mostra-se más fortaleza y solvencia que el dólar –hipó-tesis muy temeraria a mi entender–, para quepudiera hablarse de una “victoria” de la €sobre la $, ésta continuaría prevaleciendo a losefectos de ser la medida de las cosas.

No nos hagamos muchas ilusiones: Europa,esta Europa machadiana que va haciendocamino al andar, y que a veces da la impre-sión de andar como un pollo sin cabeza, deaquí para allá, sin rumbo conocido, no meparece que pueda plantearse seriamente elconstituirse en la primera potencia mundialen un plazo previsible. Incluso puede decirseque, de hecho, nadie en su sano juicio se ima-gina una cosa así, al menos en vida de la gene-ración presente. La UE puede disponer de unamoneda fuerte y sólida. Bien: el euro puedeser tan solvente como el franco suizo. La pre-gunta es: ¿alguien se plantea que el francosuizo pueda no ya ganar, sino siquiera inten-tar librar una “batalla” contra el dólar? ¿Oincluso contra el euro?

La moneda es, entre otras varias, una formade expresión de unasociedad. La moneda sebasa casi únicamente enla confianza que suscitesu emisor. Cuando yoera un jovencito, en losbilletes españoles podíaleerse: “El Banco deEspaña pagará al porta-dor…” y seguía el valorfacial: una peseta, 5, 25,50, 100, 500 ó 1.000. Más

tarde se suprimieron los billetes menores de100 pesetas, y se crearon los de 2.000, 5.000 y10.000. Pero el Banco de España ya no pagabanada, y sólo se leía: tantas pesetas. Con el euroocurre igual. Sólo pone: tantos euros. Humo.Realidad virtual. Matrix.

¿Qué sociedad es más fiable? Ésa ganará la“batalla” de su moneda.

Ramón Pi es periodista.

RAMÓN PI

La fiabilidad del dólar

Desde que desapareció el oro comopatrón monetario mundial esta

función fue asumida por el dólar.A fin de cuentas la medida de lascosas la da el poder y EE.UU. es el

país más poderoso del planeta

RAÚL HERAS

El euro vencerá al dólar