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PICRISIS Edición 5 Órgano de información del Colegio Médico Colombiano C O L E G I O M É D I C O C O L O M B I A N O M C C Septiembre - Noviembre 2017 ISSN: 2539-505X (en línea) Casi la mitad de todas las muertes ya cuenta con una causa registrada Lo que no sabíamos ”Mi prescripción” pág. 12 Presente y futuro de las especialidades medico-quirurjicas PROMOCIÓN Y PREVENCIÓN pág. 13 Los médicos, ejemplo para los pacientes COLEGIO MÉDICO COLOMBIANO pág. 14 El CMC le cumple a los médicos del país ASSOSALUD pág. 15 Mejorar las calidades laborales de los profesionales no de espera Unidos pos niños saludables Debemos continuar buscando alternativas de financiamiento: Viceministra de Protección Social Cultura Médica CONTROVERSIA pág. 8-9 La revolución industrial en la medicina colombiana Greenpeace pide que Eternit deje de usar asbesto NORMATIVA pág. 10 Cinco mil residentes esperan la aprobación de mejores condiciones ACOME El residente pág. 11 EDITORIAL pág. 2 Lo que no sabíamos ”Mi prescripción” ÁGORA OPINIÓN pág. 3 La ley de oferta y demanda devastó la calidad ANIR CITA CON pág. 4-5 Fernando Sánchez Torres: el artista detrás del científico Tecno Med ACTUALIDAD pág. 6 Salud y educación, un negocio redondo ENTREVISTA pág. 7 Temas Las residencias médico-quirúrgicas El Mipres Asamblea CMC 2017 El Mipres es demandado por revivir el POS E n días pasados la aplicación web Mipres, que significa “mi prescripción”, fue de- mandada ante la Corte Consti- tucional por violar los artículos 8, 15 y 17 de la Ley Estatutaria de la Salud. Aníbal Rodríguez Guerrero, el abogado que re- presenta a un grupo de víctimas ante las Empresas Promotoras de Salud (EPS), entabló la acción judicial con el argumento de que el programa del software diseñado por el Ministerio de Salud y Protección Social nie- ga muchos de los servicios que no deberían hacer parte de las exclusiones. Para el abogado, el Plan Obli- gatorio de Salud (POS) sigue tan vivo como antes. En este mo- mento los médicos solo pueden formular los servicios de salud incluidos en el Plan de Beneficios en Salud (PBS), pero si requieren algún servicio de salud No PBS (antes No POS) y la aplicación la niega, ya no existe el formato de negación que permitía buscar los mecanismo legales para encontrar opciones, dice. “Ahora aparece un mensaje emergente en el computador, lo que hace que el paciente ya no tenga como acudir a una acción de tutela. Tampoco es posible demandar a la EPS por negar un servicio o al médico. Ya nadie responde”. En su opinión, la autorización que antes hacía el Comité Técnico Científico (CTC) fue reemplazada por los parámetros del software y el MIPRES define si se presta o no el servicio por medio de los códigos CUPS, pero aclara que la Corte en varias sentencias ha di- cho que en Colombia existe un plan abierto de salud en el cual no debe haber una lista de inclusiones sino de exclusiones. Estas últimas son las que se deberían tramitar a través del Mipres. Desde la aprobación de la Ley Estatutaria de la Salud, el sistema de salud dio un giro completo y estableció que el afiliado puede acceder a todo lo que necesite, excepto a lo que esté expresamente excluido, como los tratamientos cosméticos, medicamentos sin evidencia de efectividad, los no autorizados por el Invima y los que estén en fase de experimentación. A partir de esa fecha, la Corte Constitucional fijó un plazo de dos años para la implementación de la Ley Estatutaria. Según el abogado demandante, el Mipres tiene otro componente, pues no es cierto que el médico pueda tomar la decisión de prescribir el medicamento que considere más apropiado. “A través de la herramienta tecnológica, el Ministerio maniobra para que el profesional ordene solo los incluidos en el PBS. Simplemente con borrar un código CUP deja de incluir un medicamen- to y obliga al médico a formular lo que quiere, lo cual infringe la au- tonomía médica. Ade- más es una aplicación para desgastar a los mé- dicos porque su uso es engorroso”. pág 12 La Sala de Seguimiento de la Corte Constitucional tendrá que decidir si la aplicación establece un plan de salud que no debería existir y si restringe la autonomía médica al imponer los contenidos que incorpora el aplicativo. Aumentan las quejas de los médicos contra Esimed La Coalición Nacional de Sindicatos Médicos denuncia que Esimed S.A., la red prestadora de servicios de salud de la EPS Cafesalud, ha desmejorado las condiciones contractuales de los médicos especialistas. P ara el doctor Jorge Enciso, presiden- te de la Coalición, dicha sociedad comercial efectúa retenciones indebidas e ilegales del diez por ciento de la remu- neración médica por concepto de glosas y ahora ha impuesto nue- vas modificaciones contractuales unilaterales que reducen el ingreso mensual de los médicos especialistas con actividad quirúrgica, desconocien- do la necesidad de un acuerdo de voluntades libre y bilateral que permita beneficios recíprocos. “Esos ajustes constituyen un detrimento y desmejoramiento de las condiciones de trabajo de los médicos en múl- tiples disciplinas, pues el ingreso del especialista está condicionado a variables institucionales en las que no debe tener incidencia la contratación médica”, dice el doctor Enciso. Además, continua el dirigente sindical, Esimed S.A., ha estimado que la remuneración de los médicos especialistas no podrá superar la tarifa dispuesta por el Instituto de Seguros Sociales en el año 2001, incre- mentada solo en un cinco por ciento, como si ese valor pudiera compensar la pérdida de capacidad adquisiti- va de los últimos 16 años. “La entidad desconoce que la institución emisora del tarifario ya fue liquidada; por lo tanto, no existe razón jurídica o comercial para seguir implementándolo y mucho menos imponerlo. Eso es una directa transgresión de los principios del libre mercado en que está soportado el sistema de salud colombiano”, explica. Por lo anterior, los sindicatos están dispuestos a adelantar todas las gestiones administrativas y trá- mites judiciales pertinentes en dimensiones colectivas e individuales, nacionales y supranacionales, para contrarrestar las prácticas que desconocen los dere- chos y garantías del gremio médico colombiano como fuerza laboral activa y como trabajadores misionales permanentes de las organizaciones que conforman el Sistema de Seguridad Social en Salud. Índice

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PICRISISEdición 5

Órgano de información del Colegio Médico Colombiano

COLE

GIO MÉDICO COLOMBIANO

MC C

Septiembre - Noviembre 2017 ISSN: 2539-505X (en línea)

Casi la mitad de todas las muertes

ya cuenta con una causa registrada

Lo que no sabíamos ”Mi prescripción” pág. 12Presente y futuro de las especialidades

medico-quirurjicas

PROMOCIÓN Y PREVENCIÓN pág. 13Los médicos, ejemplo para los pacientes

COLEGIO MÉDICO COLOMBIANO pág. 14El CMC le cumple a los médicos del país

ASSOSALUD pág. 15Mejorar las calidades laborales

de los profesionales no de espera

Unidos pos niños saludables

Debemos continuar buscando

alternativas de financiamiento:

Viceministra de Protección Social

Cultura Médica

CONTROVERSIA pág. 8-9La revolución industrial

en la medicina colombiana

Greenpeace pide que Eternit deje de usar asbesto

NORMATIVA pág. 10Cinco mil residentes esperan

la aprobación de mejores condiciones

ACOME

El residente pág. 11

EDITORIAL pág. 2Lo que no sabíamos ”Mi prescripción”

ÁGORA

OPINIÓN pág. 3La ley de oferta y demanda devastó la calidad ANIR

CITA CON pág. 4-5Fernando Sánchez Torres:

el artista detrás del científico

Tecno Med

ACTUALIDAD pág. 6Salud y educación, un negocio redondo

ENTREVISTA pág. 7

Tema

s

Las residencias médico-quirúrgicas El Mipres Asamblea CMC 2017

El Mipres es demandado por revivir el POS

En días pasados la aplicación web Mipres, que significa “mi prescripción”, fue de-

mandada ante la Corte Consti-tucional por violar los artículos 8, 15 y 17 de la Ley Estatutaria de la Salud. Aníbal Rodríguez Guerrero, el abogado que re-presenta a un grupo de víctimas ante las Empresas Promotoras de Salud (EPS), entabló la acción judicial con el argumento de que el programa del software diseñado por el Ministerio de Salud y Protección Social nie-ga muchos de los servicios que no deberían hacer parte de las exclusiones.

Para el abogado, el Plan Obli-gatorio de Salud (POS) sigue tan vivo como antes. En este mo-mento los médicos solo pueden formular los servicios de salud incluidos en el Plan de Beneficios en Salud (PBS), pero si requieren algún servicio de salud No PBS (antes No POS) y la aplicación la niega, ya no existe el formato de negación que permitía buscar los mecanismo legales para encontrar opciones, dice. “Ahora aparece un mensaje emergente en el computador, lo que hace que el paciente ya no tenga como acudir a una acción de tutela. Tampoco es posible demandar a la EPS por negar un servicio o al médico. Ya nadie responde”.

En su opinión, la autorización que antes hacía el Comité Técnico Científico (CTC) fue reemplazada por los parámetros del software y el MIPRES define si se presta o no el servicio por medio de los códigos CUPS, pero aclara que la Corte en varias sentencias ha di-cho que en Colombia existe un plan abierto de salud en el cual no debe haber una lista de inclusiones sino de exclusiones. Estas últimas son las que se deberían tramitar a través del Mipres.

Desde la aprobación de la Ley Estatutaria de la Salud, el sistema de salud dio un giro completo y estableció que el afiliado puede acceder a todo lo que necesite, excepto a lo que esté expresamente excluido, como los tratamientos cosméticos, medicamentos sin

evidencia de efectividad, los no autorizados por el Invima y los que estén en fase de experimentación. A partir de esa fecha, la Corte Constitucional fijó un plazo de dos años para la implementación de la Ley Estatutaria.

Según el abogado demandante, el Mipres tiene otro componente, pues no es cierto que el médico pueda tomar la decisión de prescribir el medicamento que considere más apropiado. “A través de la herramienta tecnológica, el Ministerio maniobra para que el profesional ordene solo los incluidos en el PBS. Simplemente con borrar un código CUP deja de incluir un medicamen-to y obliga al médico a formular lo que quiere, lo cual infringe la au-tonomía médica. Ade-más es una aplicación para desgastar a los mé-dicos porque su uso es engorroso”.

pág12

La Sala de Seguimiento de la Corte Constitucional tendrá que decidir si la aplicación establece un plan de salud que no debería existir y si restringe la autonomía médica al imponer los contenidos que incorpora el aplicativo.

Aumentan las quejas

de los médicos contra Esimed

La Coalición Nacional de Sindicatos Médicos denuncia que Esimed S.A., la red prestadora de servicios de salud de la EPS Cafesalud, ha desmejorado las condiciones contractuales de los médicos especialistas.

Para el doctor Jorge Enciso, presiden-te de la Coalición,

dicha sociedad comercial e fectúa retenciones indebidas e ilegales del diez por ciento de la remu-neración médica por concepto de glosas y ahora ha impuesto nue-vas modificaciones contractuales unilaterales que reducen el ingreso mensual de los médicos especialistas con actividad quirúrgica, desconocien-do la necesidad de un acuerdo de voluntades libre y bilateral que permita beneficios recíprocos. “Esos ajustes constituyen un detrimento y desmejoramiento de las condiciones de trabajo de los médicos en múl-tiples disciplinas, pues el ingreso del especialista está condicionado a variables institucionales en las que no debe tener incidencia la contratación médica”, dice el doctor Enciso.

Además, continua el dirigente sindical, Esimed S.A., ha estimado que la remuneración de los médicos especialistas no podrá superar la tarifa dispuesta por el Instituto de Seguros Sociales en el año 2001, incre-mentada solo en un cinco por ciento, como si ese valor pudiera compensar la pérdida de capacidad adquisiti-va de los últimos 16 años. “La entidad desconoce que la institución emisora del tarifario ya fue liquidada; por lo tanto, no existe razón jurídica o comercial para seguir implementándolo y mucho menos imponerlo. Eso es una directa transgresión de los principios del libre mercado en que está soportado el sistema de salud colombiano”, explica.

Por lo anterior, los sindicatos están dispuestos a adelantar todas las gestiones administrativas y trá-mites judiciales pertinentes en dimensiones colectivas e individuales, nacionales y supranacionales, para contrarrestar las prácticas que desconocen los dere-chos y garantías del gremio médico colombiano como fuerza laboral activa y como trabajadores misionales permanentes de las organizaciones que conforman el Sistema de Seguridad Social en Salud.

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EPICRISIS2 Edición 5 • Septiembre - Noviembre 2017

ditorial

[email protected]

comité directivo

Dr. Roberto Baquero Haeberlin

Presidente CMC

Dr. Jorge Diego Acosta C.Vicepresidente CMC

Dr. Jorge Antonio MonteroRevisor Fiscal

Dr. Germán MárquesFiscal Médico

Dra. Ivonne Diaz YamalFiscal suplente

Dr. Javier Pérez Torres

Dr. Diego Mauricio Chaustre

Dra. Ángela María Gutiérrez

Dr. Oswaldo Alfonso Borraez

Dr. Jesús Chaustre

Dr. César Yamil Cure

comité editorial

DirectorDr. Roberto Baquero Haeberlin

Contenido EditorialMaricielo Acero Rodríguez

Asesores MédicosDr. Jorge Diego Acosta CorreaDra. Ivonne Díaz YamalDr. Oswaldo Alfonso Borraez Gaona

Diseño y DiagramaciónPrecolombi-David Reyes

ImpresiónPanamericana Formas e Impresos S.A.

Publicación trimestralBogotá

Roberto Baquero HaeberlinPresidente CMC

Ya no pasa un solo día sin que se registre un abuso o un agravio hacia el ejercicio profesional de la medicina. Los médicos se han preparado muy

bien para escuchar, atender y tratar de solucionar las quejas, desahogos y dolencias de los demás. Pero resulta que los más perjudicados con el actual modelo en la prestación de servicios de salud han sido preci-samente los médicos.

Ahora que diferentes sectores han alzado sus vo-ces de inconformidad, los médicos y profesionales de la salud son los únicos que siguen haciendo grandes esfuerzos para mantener la calidad en la atención sanitaria a pesar de la inestabilidad laboral, la contra-tación ilegal, la tercerización de la misma, la falta de seguridad social y la restricción de la autonomía pro-

Aún así hay quienes vociferan y tildan a los médicos como responsables de la crisis de la salud cuando son los primeros en ser condenados por la justicia como si fueran MD (Medio Dioses) y no seres humanos. Si se presentan moras en los pagos de las EPS a las IPS o por parte del Fosyga, los únicos afectados son los médicos y profesionales de la salud porque les dejan de pagar el salario o los despiden para contratar mano de obra más barata.

Muchos empleadores se han valido de la llegada de miles de profesionales extranjeros para amenazar a los colegas nacionales con reemplazarlos si no acep-tan un menor sueldo. Ante la abrumadora oferta y la falta de control por parte de las autoridades, emergen las formas ilegales y disfrazadas de contratación entre EPS e IPS que afectan la calidad de la prestación de los servicios y, lo peor, amenazan la formación de los nuevos médicos y especialistas.

Falta menos de un año para que salga este Gobier-no y su compromiso con el recurso humano en salud quedó en el papel. Con toda razón el gremio ha entrado en un estado de alerta y es el momento de preguntar: ¿hasta cuándo tanto aguante? ¿Será que llegó la hora de buscar alternativas de protesta?

ÁGORA ¿Alguien está laboralmente satisfecho?

Las quejas abundan. Todos los días tenemos noticias de retrasos en los pagos, cancelación de contratos, rebaja de tarifas, carruseles de contratación, con-

tratos espurios, de corto plazo, malas condiciones de trabajo, abusos laborales ....

¿Alguien en el sector está laboralmente satisfecho?O a nadie le va bien o a aquellos a quienes les va

bien, callan.Lamentablemente no tenemos estudios, estadísti-

cas, aunque sí mucho discurso, algunas veces razonado y otras no tanto, emocional y reactivo.

De todos modos, aunque debemos preocuparnos por contar con cifras y datos ciertos y objetivos, es evidente que hoy en día el tema laboral es el más agudo y urgen-te para tratar en nuestras organizaciones gremiales.

Es el asunto que más preocupa a nuestros afiliados y a todo el gremio de profesionales de la salud, razón por la cual debe primar en nuestras agendas y planes de trabajo.

Está entrelazado necesariamente con la salud financiera del sistema y, por lo tanto, con el acopio, flujo de recursos y costos, con el modelo de atención y la estructura del sistema, su eficiencia y eficacia. O sea, tiene que ligarse con un proceso de reforma y re-estructuración del sistema de salud colombiano, me-diante la reglamentación de la Ley Estatutaria, vía ley o leyes ordinarias, al interior del cual debe construirse una política pública de desarrollo integral del talento humano en salud.

Lo urgente, la oportunidad en los pagos, mejorar las tarifas y la estabilidad en el trabajo, requiere accio-nes coordinadas y efectivas de presión. Precisa definir objetivos comunes emanados de un debate serio. De-manda la unidad de todas las organizaciones gremiales en torno a dichos objetivos, así como la planeación de planes conjuntos, y recursos materiales y humanos para desarrollar dichos planes.

A mediano plazo exige acordar una posición común sobre las distintas modalidades de contratación, las formas contractuales de tipo comercial, fundadas en negociación y el pago según las tarifas supeditadas al libre mercado, o formas contractuales de tipo laboral, protegidas por el código sustantivo y las recomenda-ciones de la OIT, ya sea mediante vinculación laboral a término fijo o indefinido, o mediante contratos sindica-les auténticos, teniendo en cuenta la productividad, la calidad del servicio y la sostenibilidad de las empresas, para no repetir el camino del sindicalismo contestatario y de confrontación; o mediante formas diferenciadas según la oferta del servicio.

A largo plazo, pero trabajando desde ya, hay que avanzar en la reforma del sistema, la revisión de la for-mación profesional y la política integral de desarrollo del talento humano en salud.

Estudiemos, conversemos, acordemos y actuemos, y para ello, adecuemos y articulemos nuestras organi-zaciones en un marco de respeto y pluralismo; sindica-

¿Hasta cuándo….?fesional a través del aplicativo Mipres, que desconoce por completo la Ley Estatutaria. El desarrollo de esta herramienta tecnológica se está semejando cada vez más a un nuevo POS, lo que demostraría que el Gobier-no sigue restringiendo el acceso al desarrollo científico y médico que beneficiaría a millones de colombianos con la intención de disminuir el gasto en salud.

Los paros y las marchas son inevitables en una de-mocracia para destapar la inequidad, la injusticia y la desesperación de los colombianos, pero a los médicos también se les explota en aras de una mayor ‘optimi-zación’ de los recursos y por eso cada día aumenta el número de galenos que carece de un empleo digno. En un país destrozado por la violencia y la corrupción, resulta indignante que después de pagar astronómi-cas sumas en matrículas de pregrado y posgrado (si el alumno se gana la lotería y obtiene un cupo para la re-sidencia) tenga que salir al mercado laboral a soportar todo tipo de atropellos.

La autonomía enlazada a la autorregulación que se exalta en los discursos que denotan cierta supremacía moral para apocar el ejercicio profesional también se debería aplicar a las universidades que defienden a ultranza su autonomía cuando se olvidan por completo de la autorregulación, especialmente a la hora de fijar los precios de los semestres.

tos, colegios, asociaciones, federaciones y sociedades, celebremos juntos el Año del Empleo Digno en Salud.

Jorge Diego Acosta CorreaAsesor de la junta directiva de la SCARE, miembro de

junta directiva de la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas, vicepresidente del Colegio Médico Colombiano, presidente de la Asociación Colombiana de Profesiones de

la Salud (Assosalud)

3EPICRISIS

Edición 5 • Septiembre - Noviembre 2017

pinión

La ley de oferta y demanda devastó la calidad

En Colombia, los primeros programas clínicos quirúrgicos surgieron de manera informal a principios de los

años 60, es decir, hace solo 50 años. 20 años atrás, en la década de los 40, Esta-dos Unidos ya había transformado los currículos basados en la propuesta del profesor y pedagogo Alexander Flexner para abrir nuevas alternativas a la ge-neración de conocimiento. Así surgieron las líneas de especificidad en la medicina y organizaron la formación médica en disciplinas básicas y clínico quirúrgicas. América Latina, y en especial Colombia (con las siete facultades que existían en el momento), emularon dicho cambio. Con el apoyo de Fundaciones como la Kellog y Rockefeller, nuestros profesores fueron a Estados Unidos para adquirir dichas ha-bilidades y destrezas. Al regresar al país, desarrollaron las especialidades médicas en los departamentos académicos que se

crearon en los hospitales que servían de sitios de práctica y formación. No fueron programas de posgrado construidos a partir de elementos pedagógicos ni di-dácticos, no tenían estructura ni forma definida. Los profesores que ya habían recibido el entrenamiento simplemente acercaban a estudiantes durante la for-mación final del pregrado (internado) por afinidad o aptitudes; allí les transmitían sus conocimientos y los entrenaban. Ninguno de estos profesores recibió el título universitario; muchos de ellos fueron titulados hace 15 o 20 años en señal de gratitud.

Para finales de los 90, los programas continuaban funcionando de esta mane-ra, tenían una duración de tres años en promedio, durante los cuales el entrena-miento y la formación recibida surgía del modelo aprendido y copiado en la interacción personal, constante y directa

con los profesores. La proliferación no regulada de facultades de medicina y de egresados dio lugar a una alta demanda de médicos generales para ac-ceder a la especia-lización. No hubo un propósito para su creación, ni una buena orientación, ni regulación, fue a raíz de la oferta y la demanda que surgieron. Hoy existen 30 facultades en el país que ofertan 1900 plazas por año.

A partir de la Ley 100 en salud surge la necesidad de habilitar a los especia-listas. Es entonces cuando al sistema educativo le comienza a interesar este nuevo campo en exploración. En ese momento no existían planes de estudio,

no se había constituido la adquisición de habilidades y destrezas progresivas, y mucho menos la delegación de com-petencias responsables y rigurosas con los pacientes atendidos. La formación estaba basada en el uno a uno (pro-fesor-residente). En dicho proceso la generación de conocimiento a través del qué hacer (investigación clínica) no tuvo lugar, puesto que el adiestramien-to se basaba en la profesionalización de un quehacer, suscitando poco avance en investigación aplicada (clínica).

Estos elementos hicieron que la formación se entregara y delegara a los hospitales que exigieron el pago por ello, sin tener la visión y el objetivo de la formación del talento humano de manera integral. Los currículos,

Ley 272 de 2017, el fin de la esclavitud del siglo XXI

Colombia, país caracterizado por múltiples situaciones particula-res, hoy también es reconocido a

nivel mundial por ser el único que no ha logrado establecer ni reglamentar de manera ordenada y equitativa su siste-ma de residencias médicas. Mantiene un sistema perverso, que atenta contra la dignidad de sus profesionales, no solo por obligarlos a trabajar gratis, sino por exigirles el pago de elevadas matrículas durante la formación. Lo anterior obli-ga a los residentes a buscar fuentes de ingresos económicos en el tiempo que debería emplearse para el enriqueci-miento profesional y para el descanso.

Es una vergüenza que residentes de otros países latinoamericanos y especia-listas de otras regiones del continente se asombren al escuchar el viacrucis de los médicos en Colombia para llegar a ser especialistas, y es frecuente escuchar las preguntas: “¿cómo lo hacen?”, “¿de qué viven? Y comentarios como: “Yo

Doctor Carlos Alberto PalacioDecano de la Facultad de Medicina

de la Universidad de Antioquia

pensé que en nuestro país estábamos mal, pero al escucharlos a ustedes, sé que nada puede ser peor”.

Al ser fonéticamente similar, en Co-lombia tal vez se ha confundido la resi-dencia con la resiliencia, definida por la RAE como la “capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente pertur-bador o un estado o situación adversos.” Ante la preocupación del panorama y por tercera vez en la última década, ANIR, en conjunto con la Federación Médica Colombiana, la ACOME y la Representante a la Cámara Sara Pie-drahita, presentó un proyecto de ley que pretende acabar con las injusticias en la formación de especialistas. Se propone la creación de un contrato laboral durante la práctica médica que garantice la re-muneración de al menos 3 SMLMV con todas las prestaciones de ley; la apertu-ra de un fondo nacional de residencias médicas que asegure los recursos; la eli-minación de matrículas por parte de las

universidades, ya que la labor docente y de investigación que desarrollan los resi-dentes son labores adicionales que no se tienen en cuenta, pero que representan un esfuerzo importante y una ganancia considerable para las instituciones edu-cativas; además, se reitera lo consignado en el decreto 055 de 2015, que estipula que los turnos en jornada continua no podrán exceder las 12 horas continuas y las horas laboradas semanales no podrán ser superiores a 66.

El proyecto fue radicado en la co-misión séptima de la Cámara de Repre-sentantes. El pasado 15 de junio pasó su segundo debate y continúa su camino a convertirse en Ley de la República, sien-do un pequeño pero importante paso en la reivindicación de los derechos y de la dignidad de nuestra profesión. Invitamos a toda la comunidad a que nos acompa-ñen a ejercer la presión necesaria para que esta importante iniciativa tenga un buen final. Debemos continuar en la de-

fensa de los derechos y en la lucha por mejorar la calidad en la formación de los especialistas para poder solucionar los problemas en la prestación de servicios de salud para la población.

Luis Carlos Leal AngaritaPresidente Asociación Nacional

de Internos y Residentes

Datos de contactoTeléfono: 2694173

3107680783- 3006795939Dirección: calle 31 No. 33-38

[email protected]@gmail.com

los planes de es-tudio, las estra-tegias didácticas, las competen-cias genéricas (éticas, críticas, analíticas) y las específicas, así

como la de-legación de

competencias para el entrenamiento en habilidades y destrezas recién em-piezan a pensarse y construirse en los últimos diez años.

Con este devenir histórico, lo que menos ha interesado es la calidad. Prue-ba de ello es que hasta el año pasado no existían los lineamientos de acre-ditación en calidad. Solo pocas facul-tades se han interesado y junto a la Asociación Colombiana de Facultades de Medicina, Ascofame, han comenzado a construir unos programas de posgra-do clínico-quirúrgicos estructurados desde lo macro hacia lo micro-curricular, con estrategias didácticas adecuadas y óptimas.

La dinámica oferta y demanda del sector educativo (talento humano mé-dico general y especialista) y de sector salud (atención especializada) controlan la formación, en donde los intereses económicos juegan un papel importan-te. Hasta el momento ha sido imposible alcanzar el reconocimiento económico que ameritan los cerca de 5000 residen-tes en formación para que puedan tener posibilidades acordes a las exigencias. Hay sectores que hoy los apoyamos con la voluntad política de alcanzar este objetivo.

EPICRISIS4 Edición 5 • Septiembre - Noviembre 2017

Fernando Sánchez Torres: el artista detrás del científico

Protagonista de la historia reciente de la med icina en Colombia y pintor consumado. Es amigo de la sencillez, de la cultura colombiana

y de los que no duermen sin soñar.

El encuentro ocurrió en medio de la lluvia que muchos detestaban por esos días debido a los sucesos

desoladores de Mocoa y Manizales. El frío era intenso, pero dentro de su ca-sa el aire era cálido e inmaculado. Lo descubrí inmerso en la lectura; retiró sus lentes para mostrar sus ojos des-piertos. Es un hombre que concilia su carácter activo con la clásica paciencia de un buen académico. Tras el cruce de unas palabras, queda al descubierto un hombre aplomado, sencillo, amable y sensato, que agradece el camino que ha recorrido. Dice que muchos de su logros se deben a que es un ser ponderado, responsable, disciplinado, persistente y hasta obstinado.

El deseo de ser médico estaba in-crustado en su mente desde su infancia, que por cierto, estuvo marcada por la pintura, la literatura y la música en las tranquilas calles por esa época del cén-trico barrio San Bernardo, en el corazón de Bogotá.

Fue un joven bohemio y soñador. Siempre pensó que si no era admitido para estudiar medicina en la Universidad Nacional dedicaría su vida al arte. De ahí que durante su actividad profesional se sintiera un pintor frustrado.

Obtuvo el título de médico cirujano de la Universidad Nacional de Colom-bia, en 1954. Ese mismo año lo eligie-ron presidente de la Federación Médica Estudiantil y su rumbo quedó trazado. En 1959 terminó la especialización en ginecoobstetricia en la misma univer-sidad. Más adelante fue profesor titular emérito y honorario de su alma mater. Aprendió a saber prescindir de ciertas

ita con:

influencias o padrinazgos que lo hubie-ran llevado a posiciones incompatibles para poder realizarse profesionalmen-te. Llegó a ser decano de la facultad de

medicina; luego rector de la Universidad Nacional y miembro del Consejo Supe-rior Universitario como representante de los profesores, de los exalumnos y de los exrectores. Cuenta dentro de sus anécdotas que tres de sus hijas se pre-sentaron para estudiar en la Universidad durante su rectoría, pero ninguna fue admitida. Nunca aprendió a utilizar su influencia para obtener favores; por eso, duerme en paz.

Como director del Hospital San Juan de Dios y del Instituto Materno Infantil reconoció la humildad como una carac-terística de la ciencia. Piensa que hay que desconfiar de quienes creen saberlo todo porque la persona que de verdad sabe rara vez lo pregona.

Convencido de que la medicina es una vocación tocada por el humanismo, dice que es preciso identificar el instante de la vida en que se hace imprescindible hurgar y hallar la manera de compren-der a los congéneres. Eso lo llevó a fun-dar y a dirigir el Instituto Colombiano de Estudios Bioéticos, ICEB, en 1986.

En su hoja de vida aparecen otros cargos como consultor de la Organiza-ción Panamericana de la Salud (OPS); jefe de la División de Educación Médica de la Asociación Colombiana de Facultades de Medicina; presidente del Tribunal Nacional de Ética Médica; presidente de la Fundación Pro Derecho a Morir Dignamente; presidente del Club Médico y presidente del Consejero Superior de la Universidad Central.

Su nombre aparece en diversidad de artículos científicos en revistas na-cionales y extranjeras, ha escrito más

de diez libros en los cuales combina el conocimiento científico con la filosofía, y tiene una columna quincenal desde hace más de 20 años en el diario El Tiempo. Recibió el Premio Nacional de Medicina Federico Lleras Acosta; las distinciones de Maestro de la Ginecoobstetricia La-tinoamericana, Excelencia de la Medi-cina Colombiana y Excelencia Nacional al Mérito Profesional en Ciencias de la vida. Bajo su presidencia en la Acade-mia Nacional de Medicina, en 2012, se conformó la Gran Junta Médica Nacio-nal para diseñar y hacer aprobar la Ley Estatutaria de Salud.

Recuperar el médico de familiaA base de esfuerzo paulatino percibió lo que le ha permitido aprender a olvidarse de sí mismo y ver la riqueza impondera-ble que hay en cada colombiano. Atri-buye su habilidad para ser el primero en todo al trabajo y la perseverancia, dos cualidades que calcó del histólogo español Ramón y Cajal, Premio Nobel de medicina en 1906.

Si volviera a tener 20 años, seguro estudiaría medicina de nuevo. “Cada época produce el médico que la sociedad necesita, pero ese médico debe tener unos fundamentos que son atemporales y un concepto claro de su misión: el lla-mado interior a servir”, comenta. Cuan-do una de sus hijas manifestó su deseo de estudiar medicina, tomó prestada la recomendación del médico suizo Jacob

5EPICRISIS

Edición 5 • Septiembre - Noviembre 2017

Laurenz Sonderegger, citada por Kurt Pollak en su libro La medicina:

“No aconsejes a nadie que se haga médico. Si, no obstante, él (o ella) quiere serlo, hazle insistentes e incisivas adver-tencias, pero cuando él (o ella) se empeñe a pesar de todo, dale tu bendición, pues por poco que valga la necesitará”.

No aconsejes a nadie que se haga médico. Si, no obstante, él (o ella) quiere serlo, hazle insistentes e incisivas advertencias, pero cuando él (o ella) se empeñe a pesar de todo, dale tu bendición, pues por poco que valga la necesitará

Le preocupa que la medicina haya dejado de ser una ciencia humanística para convertirse en una tecnociencia. Afirma que con el advenimiento de la Ley 100 la salud mejoró en el país. “El error estuvo en dejar la administración de los servicios de salud en manos de los privados sin ejercer ningún control sobre ellos. Los aseguradores no han tenido quien los vigile, los fiscalice y mucho menos les haga cumplir con sus obligaciones. Actualmente el sistema de salud tiene un hueco fiscal gigante, que le resta calidad y eficiencia”.

Como buen consejero y administra-dor, si pudiera hablarle al oído al Presi-dente le recomendaría que se desarro-llara al pie de la letra la ley estatutaria para solucionar muchas de las quejas que se le hacen al sistema de salud. Solo

es cuestión de que el gobierno ponga en marcha el sistema de salud plasmado en la estatutaria.

“El desbarajuste del sistema de salud ha contribuido a que la formación de los médicos sea deficiente. Existen 62 facultades de medicina en todo el país y 91 mil médicos, de los cuales 26 mil son especialistas. Al medirnos con los pará-metros de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es cierto que hay un déficit de médicos generales y especialistas, que además están mal distribuidos en el territorio nacional”, dice. Eso no es lo más preocupante, continúa. “El ejercicio médico se ha especializado en exceso. El recién graduado se ve obligado a entrar a la residencia para poder subsistir y te-ner algún valor dentro de la sociedad. El sistema anuló al médico general; por eso, consultas tan elementales como una tos o un brote son remitidas directamente al especialista, neumólogo o dermatólogo, respectivamente”.

No hay verdades que duren para siempre y en medicina el conocimiento se renueva periódicamente. Por lo tan-to, el doctor Sánchez dice que se está en mora de volcar la atención hacia los médicos generales para brindarles la formación y el reconocimiento que re-quieren. “Las facultades pueden ampliar el entrenamiento al médico general para convertirlo en un médico especial (no especialista) que esté en capacidad de resolver la mayoría de las consultas. Es la única forma de mejorar la atención en salud y comenzar a construir un modelo cuya base sea la prevención de la enfer-medad. Los médicos generales deben ser los verdaderos cuidadores de la salud de los colombianos”, señala.

Un gran pintor a ciencia ciertaClausuró su consultorio un día cual-quiera entrando a la década de los 90. Al siguiente amanecer ya tenía su propio profesor de pintura. Desde entonces no ha soltado los pinceles. Sabía que

debía hacer lo que fuera nece-sario para descubrir de verdad aquello que le importaba: atrapar eso que podía escarbar, penetrar y apropiárselo. No resultó fácil. Mozart lo halló a los cinco años. Él se hizo uno de los mejores re-tratistas después de los 60. Den-tro de sus últimas producciones están los retratos del presidente Juan Manuel Santos, el ministro Alejandro Gaviria y la exdirectora de la Organización Panamericana de la Salud, Mirta Roses Periago, cuadro que ahora se encuentra exhibido en la galería de la OPS en Washington.

No aceptó la reelección pre-sidencial en la Academia Nacio-nal de Medicina porque quería adentrarse de manera perenne en la actividad silenciosa del arte. Interrumpe con una frase del español Gregorio Mara-ñón, médico endocrinólogo y humanista: Vivir no es sólo existir, sino existir y crear, saber gozar y sufrir, y no dormir sin soñar

Vivir no es sólo existir, sino existir y crear, saber gozar y sufrir, y no dormir sin soñar

Solo cree que hay una vida antes de la muerte. Llegó al ocaso de sus días sin poder imaginar a un ser superior, hecho a la imagen y semejanza del hombre, que le mostrara el camino del bien y del mal. Sin embargo, ha buscado trascender con sus acciones y su ejemplo. Siente que ha sido un buen ser humano, no por tra-tar de llegar al cielo, sino por profundo respeto hacia la vida, la humanidad y la evolución misma. “Todo colombiano

debería pensar en la forma de colaborar para que el país sea mejor, por con-vicción y no por obliga-ción”, dice.

Es un completo ena-morado del silencio, su cómplice en sus constan-tes noches de insomnio. Así escribió Meditaciones de un Octogenario. Recuer-da que tiene 86 años, aun-que a veces cree que son me-nos. Está próximo a cumplir 60 años de casado con Yo-heta Vargas, una enfermera

a quien supo conquistar en el Materno Infantil, y con quien

tuvo seis hijas. Es abuelo de diez nietos y, pese a los quebrantos

de salud, es feliz.Está convencido de que vamos

hacia un país cada vez mejor. “Los colombianos tenemos todo el dere-

cho del mundo a ser felices”, asegura en una explosión emocional genuina.

Solo espera que la vida le alcance para escribir sus meditaciones a los 90 años,

disfrutar de muchas más reuniones en familia y terminar algunos cuadros que están en su lista de espera.

ecno MEDDabigAPP

La Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) desarrolló una aplicación para los médicos, la cual les permite obtener una adecuada prescripción del tratamiento para el ictus por Fibrilación Auricular No Valvular

(FANV). Con esta app es posible evaluar el riesgo de ictus en los pacientes que padecen FANV. Además, ayuda a determinar el riesgo de sangrado o el grado de función renal para poder determinar en cada paciente específico la dosis correcta de anticoagulantes.

Epocrates

Es una aplicación médica que contiene un identificador de pastillas, un directorio de información acerca de los medicamentos, las presenta-ciones y un sistema de ecuaciones para calcular dosis de medicaciones

y las interacciones que pueden tener las combinaciones. La aplicación está disponible para sistemas Android e iOS.

Z-Check

Es una aplicación para la gestión de la actividad del paciente en el hospital. Está dirigida principalmente a cirujanos para optimizar y facilitar el trabajo médico en cada procedimiento. En un hospital

hay entre un seis y un trece por ciento de eventos adversos. Se refiere a errores en la administración de la medicación, la historia clínica o en un tratamiento, entre otros. La aplicación pretende mejorar la seguridad del paciente con herramientas para médicos y la eficiencia en la gestión de los recursos de los hospitales. Contiene cuestionarios de seguridad quirúrgica, consentimientos informados y otras herramientas que facilitan la gestión de lo relativo al paciente. La información recogida se almacena en la nube. En caso de que un profesional no lo finalice, puede hacerlo un compañero.

EPICRISIS6 Edición 5 • Septiembre - Noviembre 2017

ctualidad

Salud y educación, un negocio redondo

La necesidad de revisar las condiciones salariales de los residentes y el maltrato que denuncian los médicos no pueden escapar

de la responsabilidad del Estado y de las facultades.

Según el más reciente estudio del Observatorio Laboral para la Educación (OLE) del Mineduca-ción, “invertir en formación de alto nivel genera

mayores tasas de empleabilidad”. La investigación que tuvo en cuenta a 346.076 graduados en 2014 para el seguimiento laboral en 2015, permitió establecer que el salario promedio de los recién graduados de programas de posgrado (especializaciones, maestrías y doctorados) fue de $3.370.059, mientras que el de los graduados de pregrado (técnicos profesionales, tecnólogos y univer-sitarios) fue de $1.512.629, es decir 2,2 veces el salario de los titulados de pregrado.

Sin embargo, acceder a estudios de posgrado en Colombia no es fácil, pues son demasiado costosos y resultan insuficientes ante la demanda. Las univer-sidades, a su vez, al observar el creciente número de personas interesadas en continuar los estudios de posgrado empezaron a actuar más como empresas y menos como centros de formación. Por ejemplo, para los posgrados médico-quirúrgicos, el mercado de los cupos para residencias está limitado por unas fuerzas que permiten que las universidades cobren lo que quie-ran con el argumento de que formar a un residente es muy costoso, dice el doctor Mario Hernández Álvarez, coordinador - doctorado Interfacultades en Salud Pública de la Universidad Nacional de Colombia. “Si eso es cierto, entonces, por qué determinada especia-lización cuesta en unas universidades 17 millones, en otras cinco millones y en unas pocas no se paga”, cuestiona el doctor.

El problema de los cupos no es el único pendiente en la educación médica. Colombia es el único país del mundo que no vincula laboralmente a sus residentes. En el sistema educativo y de salud de Colombia los residentes no se consideran trabajadores de la salud, sino profesionales en formación. Dadas sus condicio-nes especiales de las prácticas de docencia servicio, el beneficio es para las clínicas y hospitales.

Los médicos residentes efectúan una cantidad de servicios que le resultarían muy costosos al hospital si tuviera que pagar dichos procedimientos a médicos

de planta. Por eso, las IPS no están interesadas en que los residentes tengan un sueldo como lo que son, pro-fesionales médicos. Pero, por otro lado, las universi-dades también sacan provecho de este modelo porque pasan al hospital solo una parte del dinero que entregó el residente por la matrícula y luego se desentienden de la formación, agrega el doctor Hernández. “El 80 por ciento de las facultades no invierten en investi-gación ni contratan más docentes, pero sí multiplican sus ingresos para reinvertirlos en su propio negocio. Entonces, se encuentran dos sectores de negocio: los prestadores de servicios de salud y las instituciones de educación superior en medio del otro gran negocio que es la salud”, aclara.

Para el docente es inaudito que el Gobierno se nie-gue a incrementar los recursos para las universidades públicas con el fin de obligarlas a vender servicios. “Pretende que la escuela pública se convierta en una empresa autónoma y autosostenible, poniéndola a competir con las privadas. El programa Ser Pilo Paga hizo que los recursos públicos ingresaran a disputarse el mercado. Así, las universidades privadas compiten por obtener el subsidio de los estudiantes del Sisben y las más prestigiosas han elevado el costo de las matrículas de forma exagerada simplemen-te porque las paga el Estado. No obstante, con el dinero destinado a Ser Pilo Paga se habrían podido crear 90 mil nuevos cupos en las universi-dades públicas. Esto es pasar el subsidio a la demanda (es-quema del régimen subsidiado en salud), pero ahora aplicado también a la educación”, afir-ma Hernández.Claro que, según el docente, la solución no está en abrir cupos a diestra y siniestra porque

eso afectaría la calidad de la formación y profundiza-ría la inequidad, sobre todo el distanciamiento entre la dinámica de los servicios de salud y las necesidades de la población. “En este momento es preciso conectar las aristas dentro del complejo problema de la salud para que cualquier política de educación en pregrado y posgrado se trace de acuerdo con las demandas de salud de la población y se superen de las desigualda-des evitables entre el Chicó y el Chocó. Solo si hay una discusión pública abierta y muy amplia, que permita analizar las injusticias que existen para acceder a la educación y a la salud, el país podrá tener una paz estable y duradera”, señala.

Oferta y demanda, no para la saludPara el doctor Hernández, el desarrollo médico, in-dustrial y financiero ha favorecido los sobrecostos que imponen quienes producen el conocimiento y la tec-nología, pero el gasto no obedece a los requerimientos en salud de la población. El complejo de inferioridad que el país ha inoculado en los médicos generales tiene en serios apuros financieros al sistema de salud, pues la mayor parte de los recursos van para el alto costo. “Tenemos un prototipo que no acepta al médico general. Sin embargo, la evidencia muestra que cuando se presta atención oportuna y se hace el debido seguimiento a los enfermos crónicos, no se requieren tantos especia-listas ni subespecialistas. Pero el sistema de asegura-miento como está montado concentra los esfuerzos y los recursos en el alto costo, donde precisamente está el negocio. Por eso, lo que interesa es que la gente se complique e ingrese a instituciones de tercero o cuarto nivel de complejidad”, dice.

La nación necesita médicos generales capaces de resolver la mayoría de problemas que son de fácil re-solución, pero es imprescindible acercar la respuesta en salud a la gente y llevar los servicios médicos a las regiones, comenta Hernandez. “Existe una especiali-dad interesante, la medicina familiar y comunitaria que brinda atención primaria en salud territorial e intersectorial, como ocurre en Costa Rica, Inglaterra, Brasil o Argentina”.

En su opinión, antes de seguir instaurando medidas de choque que funcionan como pañitos de agua tibia, se debe discutir el modo de organización de los servicios, el tema del financiamiento y si el aseguramiento con competencia regulada es la mejor alternativa o si el país puede girar hacia otro modelo de salud. Colombia tiene el único sistema de salud en el mundo en donde el Estado únicamente es un ente regulador del merca-do entre aseguradores y prestadores. Es un esquema muy raro, aclara, ya que en algunos países el sistema de salud funciona como un mercado de seguros apar-te, en otros la seguridad social es pública o un servicio único. “Acá se decidió que el mercado organiza todo y el Estado solo regula”.

En cuanto a los sectores que cuestionan la figura de las EPS, considera que se podría pensar en transformar-las. En lugar de tener unas EPS en competencia con y sin ánimo de lucro, se pueden reformar en administra-doras territoriales y públicas de los recursos de la salud con capacidad de estructurar una red de servicios que articule a los públicos y privados de acuerdo con los perfiles epidemiológicos y demográficos. “No se trata de saltar al vacío sino de modificar la lógica para retirar el lucro de la administración de los servicios de salud”.

Para finalizar, el doctor Hernán-dez afirma que el derecho a la salud no puede seguir inmerso en el círculo vicioso en el que está. “Los agentes dominantes del mercado, llámen-se EPS, IPS, universidades privadas e industria farmacéutica, tienen la sartén por el mango, pero la sociedad está perdiendo. Entre todos debemos hacer visibles los problemas para llegar a otro tipo de arreglo social, político y económico. Se requiere el esfuerzo de todos para dar el debate en la esfera pública y generar diná-micas de transformación. La punta de lanza puede ser el proyecto de ley de los internos y residentes, pero no podemos quedarnos ahí”, concluye.

7EPICRISIS

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ntrevista

Debemos continuar buscando alternativas

de financiamiento: Viceministra de Protección Social

Tras el cierre de varios servicios en algunas IPS, las deudas del Fosyga con las EPS y los pasivos crecientes en clínicas y hospitales por la demora en los pagos por parte de las EPS, es

el momento para que la Viceministra de Protección Social, Carmen Eugenia Dávila, explique si existen los recursos para cumplir con las obligaciones de la Ley Estatutaria de la Salud.

¿En cuánto calcula que se elevarán los costos del Sistema de Salud y Protección Social este año para dar cumplimiento a lo ordenado en la Ley?La salud, como derecho fundamental consolidado en la Ley Estatutaria, implica el financiamiento de las prestaciones incluidas tanto en el plan de beneficios, que garantizan la protección colectiva del derecho y que son financiadas con cargo a la unidad de pago por capitación (UPC), como de las prestaciones que garan-tizan la protección individual y que son financiadas directamente por el Estado.

En este contexto, para la vigencia 2017 las presta-ciones que garantizan la protección colectiva ascienden a $37,9 billones (manejo por el aseguramiento de las entidades promotoras de salud - EPS), mientras que por el lado de las prestaciones que garantizan la protección individual el costo alcanza $3,01 billones. Lo anterior implica que el aseguramiento en salud de la población colombiana, en el marco de la Ley Estatutaria, ascende-ría a cerca de $40,92 billones para garantizar lo mínimo. Esto sin incluir desviaciones en la frecuencia de uso de los servicios de salud que generen mayores costos.

¿Cómo obtendrán esos recursos?Con la implementación de la Ley Estatutaria se mejorará el acceso a los servicios de salud, se fortale-cerá el control de precios a los medicamentos, la incorpora-ción de nuevas tecnologías, se eliminarán las autoriza-ciones para las atenciones de urgencias, lo cual gene-rará presiones fiscales que se esperan equilibrar con las

nuevas fuentes de financiamiento definidas por la reforma tributaria y la Ley de licores. Asimismo, se busca-rá seguir fortaleciendo las entidades con medidas de carácter financiero que apunten al mejoramiento del flujo de recursos y liquidez: capi-talización de EPS, saneamiento de deudas, créditos blandos, compra de cartera, bonos convertibles en acciones, giro directo entre otros.

Los recursos adicionales con los que cuenta el sistema para la financiación bajo un esquema de cobertura en el marco de la Ley Es-tatutaria son los determinados por las leyes 1816 y 1819 de 2016, corres-pondientes a los ingresos adicionales por licores ($135.000 millones), a los ingresos recaudados por efecto del aumento de la tarifa del impuesto al consumo de cigarrillos ($250.000 millones) y los correspondientes a los 0,5 puntos de la nueva tarifa general

del impuesto sobre las ventas.En la adición presu-

puestal que se discute en este momento en el Con-greso de la República,

se incluyen fuentes adicionales por $800.000 mi-llones para garantizar el asegura-miento en salud, provenientes del medio punto del IVA, existiendo la necesidad de recursos adicionales del orden de $400.000 millones para garantizar el cierre finan-

ciero de los servicios que hasta hoy

Cultu

ra

méd

ica

Historia del efecto placebo

Algunos le llaman fe, empatía, sugestión o magia, pero el efecto placebo en los ensayos clínicos es muy importante, ya que es el patrón (gold

standard), con el cual se comparan los tratamientos de los ensayos clínicos. En la antigüedad las dolen-cias se interpretaban como castigos enviados por una deidad, a causa de un pecado o la violación de la ley. También se creía que eran causadas por brujos o hechiceros, pero siempre se trataba de fenómenos sobrenaturales.

En las culturas precolombinas nada se conside-raba natural, ni siquiera la muerte, y se creía que un poder sobrenatural jugaba con la humanidad. El chamán era por lo común mago y sacerdote, y el poder mágico era más relevante que el conoci-miento médico.

Galeno de Pérgamo (30 d. C. - 216 d. C.) ya in-dicaba que más importante que el medicamento era la confianza del paciente en el médico y en el tratamiento en sí. Pero la Iglesia Católica fue la que impulsó el empleo de los placebos en el siglo XVI como forma de desacreditar a quienes se lucraban con falsos exorcismos.

Aunque las descripciones terapéuticas del siglo XIX mostraron que los médicos sabían del efecto

placebo y lo utilizaron de forma explícita, su uso era controvertido. Los estudios aleatorios sugieren, por ejemplo, que la eficacia de la acupuntura se debe a un efecto placebo. Ha sido usada en migraña, cefalea tensional, lumbalgia crónica y artrosis de rodilla. La escuela parisina de Charcot resultó fundamental en el establecimiento de las bases de la neurología moderna. El primer ensayo controlado con placebo se realizó en 1931, cuando se estudiaba un medicamento para la tuberculosis. Se usó agua destilada como placebo.

Cualquier tipo de tratamiento puede actuar como un placebo, dede la sola presencia del médico que pro-voca una respuesta en el paciente, hasta una pastilla de azúcar. Un ejemplo de ello quedó registrado en el protocolo del doctor J. Bruce Moseley, quien realizó va-

rias cirugías simuladas en rodillas dolorosas, es decir, solo hizo incisiones sobre la piel sin trabajar en las articulaciones propiamente; seis meses más tarde todos sus pacientes es-taban recuperados y sin ninguna molestia. La conclusión fue que la mejoría se debió al efecto placebo. Quizá estas personas no hu-bieran mejorado sin la supuesta intervención.

Los estudios demuestran que cuando una persona cree que va a tomar una medicina, su cerebro activa una región vinculada a la habilidad de experimentar un beneficio, el núcleo accumbens, y segrega dopamina, provocando alivio al dolor. Los investigadores descubrieron que el grado en que una per-sona responde a un tratamiento de placebo está vinculado íntimamente a la actividad que registre el área del cerebro destinada a obtener dicha recompensa. El aspecto más importante a tener en cuenta es que los place-bos obran solo en enfermedades donde existe cierto componente psicosomático, aunque hay que reconocer que no existe patología que no esté influenciada por la emoción y la sugestión.

Dra Carmen Eugenia Dávila

se prestan. Esta situación está siendo revisada por la autoridad presupuestal y se espera una solución que garantice la financiación.

EPICRISIS8 Edición 5 • Septiembre - Noviembre 2017

ontroversia

La revolución industrial en la medicina colombiana

Luego de haber transitado por los principios, apli-caciones, consecuencias y desastres que ha traído la Ley 100 de 1993 y, comparando la situación de

los médicos colombianos con la que afrontan colegas de otros sitios del continente y del mundo entero, queda una pregunta lógica por responder: ¿qué pasó con la medicina que nos enseñaron y la que nos ha tocado en suerte ejercer?

La respuesta, que debe analizarse dentro de con-textos económicos, políticos, históricos y sociales, es también de una lógica contundente: la profesión mé-

dica no podía sustraerse a los fenómenos de cambio que afectan al mundo en su totalidad.

Efectivamente, tras la caída de los países socia-listas, el mundo quedó en manos de los ideólogos del capital que, en su arrogancia de aparente victoria, han declarado al mundo que “fuera del libre mercado no hay salvación”.

Los médicos, acostumbrados a ejercer de manera individual, bajo una serie de norma éticas definidas desde el comienzo de nuestra formación, practicába-mos la medicina al amparo de las normas y reglas de la “cofradía médica” y dentro de ciertos parámetros de conducta que hacían del acto médico un ente inviolable, secreto y basado en confianza mutua con el paciente. Y así lo hicimos durante siglos.

La remuneración no era cosa que angustiara a los médicos de las anteriores generaciones, pues ni el in-greso faltaba, ni el status del profesional se deteriora-ba. Por el contrario, la posición social de quien ejercía medicina era, por lo menos, respetable.

Las estadísticas económicasLa avalancha ideológica del neoliberalismo económico contaminó todas las esferas del pensamiento, la filoso-fía, la administración, la educación y la vida misma de los países de todo el mundo. Todo lo que se tenía por sagrado y digno tuvo que ceder espacio a los emergentes intelectuales que preconizaban la entronización de la libre empresa bajo el amparo de la “libertad” de hacer cosas en una sociedad de libre empresa. Eso sí, colo-

cando el Estado y sus recursos al servicio de quienes producían las utilidades.

De esta manera, manipulando las estadísticas eco-nómicas (que pueden probar cualquier mentira con sus complicadas cifras), los dueños de los grandes capitales nacionales contabilizaron sus ingresos en una gran suma que denominaron “ingreso per cápita” y cuyas bases son muy sencillas: si yo, como dueño de esta em-presa obtengo utilidades mensuales de mil millones de pesos, basado en el trabajo de mis cien empleados a los cuales les pago un sueldo de cien mil pesos por cabeza al mes, esto quiere decir que el “promedio” de nuestro ingreso es de aproximadamente diez millones de pe-sos. Dicho en otra forma, si yo me gano cien pesos y tú no te ganas nada, entre los dos tenemos un ingreso promedio de cincuenta pesos.

Lo anterior, insultantemente sencillo si se quiere, no difiere en nada de lo que se presenta ante el mundo como estadísticas nacionales con su lenguaje criptográ-fico, pseudomatemático y, además de todo, proveniente de informaciones defectuosas.

Miremos un poco lo que se refiere al Producto In-terno Bruto (PIB), tan ampliamente mencionado por los economistas cuando quieren probar sus teorías y predicciones, generalmente sin éxito (como bien dicen

ellos mismos, los científicos financieros emplean seis meses tratando de demostrar la exactitud de un mode-lo económico y los siguientes seis meses encontrando las explicaciones de por qué no funcionó de acuerdo con lo previsto).

El PIB es el valor de bienes y servicios finales producidos en una economía por sus residentes en un período de tiempo. Existen varias for-mas de calcularlo. Una de ellas se denomina el “método de las erogaciones”:

PIB = C + G + I + X - M

En donde C es consumo (gasto en bienes y servicios de los particulares -de los que pueden pagar-); G representa los gastos del gobierno, es decir, las compras de bienes y servicios del Estado (sin incluir lo que se toma la corrupción); I es inversión, es decir, el incremento y mantenimiento de infraestructura de producción; X se refiere a las exportaciones y M a las importaciones. En resumen, para los macroeconomistas, lo que importa es el segmento de población pro-ductiva, en capacidad de comprar y vender. Pero más interesante aún es el método denominado del Ingreso-Costo, en donde el PIB se define como la can-tidad de ingresos que reciben los factores productivos por su contribución en el proceso. Así:

PIB = i + R + W + B + Iins + D

En donde i es el interés producido por el capital; R la renta producida por la tierra; W el salario producido por el trabajo; B el beneficio para el empresario; Iins los impuestos indirectos netos de sustitución, que son aquellos que pagan quienes no son directamente gra-vados; y D la depreciación o inversión de reposición. De todo esto, lo esencialmente cierto es que la obtención de ganancias se basa siempre en el trabajo humano y que quienes cuentan para el análisis económico son aquellas personas con capacidad productiva.

Las mercancías salud y el trabajo médico en el sistemaEl artículo se vuelve mercancía cuando se produce para el cambio y no para el consumo. Cuando se produce para consumir directamente se denomina valor de uso. El juego de la oferta y la demanda en la economía de libre empresa se presenta en los mercados. A través de ellos se determina qué necesita una economía y qué está dispuesta a ofrecer para satisfacer las necesidades.

Demanda es la cantidad de bienes y servicios que los consumidores están dispuestos a adquirir a un determinado precio, en un determinado periodo de tiempo. Cuando disminuyen los precios se atraen nuevos compradores. Cuando suben, la cantidad demandada disminuye por dos razones: el Efecto Sustitución, por el cual se sustituye un bien costoso por otro similar, y el Efecto Renta, por el cual se pierde poder adquisitivo.

Oferta es la cantidad de bienes y servicios que los oferentes o productores están dispuestos a colocar en el mercado durante un periodo determinado de tiempo, a un determinado precio. Es decir, a mayor oferta, menor precio, y viceversa.

Aplicando estos principios a la medicina actual, el producto salud se volvió mercancía cuando las grandes entidades lo tomaron para ofrecerlo como un producto más de la sociedad de consumo. Allí entraron a jugar como mercaderías la venta de salud y el ofrecimiento de trabajo profesional. El médico se transformó de profesional en obrero, con todas sus consecuencias conocidas.

La “libertad” de participar o no en el sistemaUno de los elementos esenciales de la revolución in-dustrial de la salud es la “libertad” de vender o no el trabajo, es decir, de ingresar o no en el sistema. Es, como ocurre en algunas instituciones de salud, el chantaje de la frase: “si no le gusta, la puerta está abierta en cualquier momento”.

Fernando Guzmán Mora, MD, MSci

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¿Por qué llamarla revolución industrial?Lo que está sucediendo con la medicina colombiana es una repetición histórica de lo acontecido en el Siglo XIX con el advenimiento de las máquinas y la definitiva ins-tauración del capitalismo en Inglaterra. Sus principios son prácticamente idénticos en ambas circunstancias históricas. Veamos algunos:

1. Los medios de producción son de la corporación. Debido a la tecnología que cada día aumenta, el acto médico debe complementarse con el uso de aparatos y técnicas costosas que ahora pertene-cen a los dueños del capital, llámense hospitales públicos, clínicas privadas, corporaciones indus-triales de salud, EPS, IPS, etc. Adicionalmente, los pacientes ahora pertenecen a estas entidades. En consecuencia, se comportan como un oligopolio y los profesionales pierden capacidad de decisión.

2. El precio del trabajo lo determina la corporación. Al tener el control sobre la tecnología y los pa-cientes, pueden fijar el precio de la mercancía “trabajo médico”, de acuerdo con su criterio de obtener ganancias por encima de cualquier otra consideración.

3. La cantidad de trabajo, necesariamente, debe ser superior al precio que le ofrecen al trabajador. ¿Quién produce entonces las ganancias para la corporación? La respuesta es obvia: los trabaja-dores de la salud, ahora convertidos en obreros y cuya fuerza de trabajo venden a los dueños del capital por un precio inferior al que realmente

vale. Por lo tanto, el valor agregado del “produc-to” salud es muy superior al salario u honorario que se cancela al médico. Consecuentemente, el exceso de trabajo es ganancia para la corporación.

4. La riqueza se concentra en manos cada vez más escasas. Los monetaristas (escuela económica dominante en el mundo capitalista actual), exi-gen una contracción en la cantidad de dinero disponible, con el objeto de disminuir la oferta monetaria, disminuir los salarios y, en esta forma, aumentar las ganancias de los dueños del capital. Se convierten entonces en los modernos liberales (o neoliberales), que plantean el positivo de la des-igualdad, pues de acuerdo con sus mismas teorías, al fomentar dicha desigualdad se contrarresta la centralización del poder político y se incen-tiva la originalidad y la producción individual. El retorno a los principios económicos clásicos tie-ne profundas consecuencias sociales. En primer lugar, la contracción de dinero para disminuir la oferta circulante golpea en su propia estructura el ingreso de los trabajadores y debilita su poder de asociación. En cambio, beneficia en forma abierta a los dueños del capital nacional e internacional. A los primeros por el aumento en sus niveles de riqueza, obtenidos a partir del trabajo de sus asalariados. Al capital internacional por la doble atracción de mano de obra barata y aumento en las tasas de interés. Se fomentan tres fenómenos simultáneos: el individualismo egocéntrico de los ganadores, el darwinismo social y la apari-ción de un liberalismo político no democrático.

En el ámbito médico esto es obvio. Los médicos que logran ingresar a las corporaciones (siempre como empleados), olvidan su posición inicial de profesionales de la salud y se identifican con las instituciones que los contratan (así como las domésticas se llenan con el lujo de las casas en las cuales trabajan, como si realmente les per-tenecieran). De otro lado, la ley del más fuerte, del más intrigante, el más artero, es aplicable a la profesión en varios aspectos.

5. Las corporaciones pequeñas van siendo absorbi-das por las grandes. La creación de monopolios es incontenible. Las fusiones de grandes entidades viene siendo la orden del día desde hace muchos años. La unión de los pulpos económicos con-tribuye al manejo absolutista del mercado y, en especial, la manipulación de los salarios.

6. La tecnología desplaza a la mano de obra, creando una reserva que aumenta la oferta y, por lo tanto, disminuye el precio.

7. La cantidad de trabajadores arruinados es cada vez mayor.

8. Las crisis son periódicas y cada vez más graves.

9. La producción se socializa y la ganancia se pri-vatiza.

10. El Estado se coloca del lado de los productores.

Por libertad entendemos la capacidad de autodeter-minación. Determinarse es definirse con conocimiento de causa, es desear que una razón específica se con-vierta en la razón de actuar en un momento dado. El acto libre se acompaña del brillo de la inteligencia, el control de la conciencia y el dominio de la voluntad.

Existen, sin embargo, varias condicionantes de esta “libertad”, siendo la más importante la superestructura económica, que arrebató de los médicos cualquier capa-cidad de negociación al anularles el poder de influencia sobre la acción del mercado. De nuevo, expresándolo en términos más sencillos: en la economía de libre mercado, la persona que puede pagar es libre de comer pollo o langostinos en donde a bien tenga. Igualmente lo es quien no puede pagar, pues puede escoger el sitio de la ciudad que más le agrade para comer la cantidad de tierra o los pedazos de prado que desee.

En este aspecto, la misma doctrina de la Iglesia Cató-lica plantea que las personas deben unir sus esfuerzos para cambiar las estructuras del mundo con el fin de

...El ejercicio de la libertad NO implica el derecho a decir y hacer cualquier cosa...las condiciones de orden económico y social,

político y cultural requeridas para un justo ejercicio de la libertad son, con demasiada frecuencia, desconocidas y violadas...

que no sean acordes con las normas de justicia y favo-rezcan en vez de impedir la práctica de las virtudes (Encíclica Lumen Gentium). Con esto en mente, no exis-te verdadera libertad si no se ejerce en la vía del bien y la justicia. El Catecismo de la Iglesia Católica dice en su Artículo 1740:“...El ejercicio de la libertad NO implica el derecho a decir y hacer cualquier cosa...las condi-ciones de orden económico y social, político y cultural requeridas para un justo ejercicio de la libertad son, con demasiada frecuencia, desconocidas y violadas...”

Greenpeace pide que Eternit deje de usar asbesto

La inhalación de pequeñas fibras que se desprenden de los productos que contienen asbesto se desplazan de manera imperceptible por el aire y provocan serios problemas de salud. Greenpeace pide tramitar la ley que prohíba el uso y comercialización del asbesto

que aún se usa en el país.

Con el lema “El asbesto sigue en-fermando a Colombia”, la ONG Greenpeace, busca alertar a la ciu-

dadanía del devastador y mortal peligro que el asbesto, de manera silenciosa e invisible, está generando en la salud de los colombianos.

El objetivo de Greenpeace es que la empresa Eternit deje de fabricar y comercializar productos con asbesto, la mayoría de los cuales son destina-dos al sector de la construcción y que, según diversos estudios internacio-nales, es causante de enfermedades cancerígenas.

“Desde su fundación, Eternit ha cu-bierto más de 300 millones de metros cuadrados con sus tejas, ha servido a

un millón y medio de viviendas con sus tanques y ha extendido cerca de cuarenta mil kilómetros de tube-ría de acueducto y alcantarillado. Esto representa un peligro silencioso, pero mortal para los colombianos. Por eso invitamos a la ciudadanía a que le reclame a Eternit para que detenga la producción de asbesto en el país”, explica Silvia Gómez, coordinadora local de Greenpeace en Colombia.

Según un informe elaborado en forma conjunta entre la Universidad de los Andes y Greenpeace, el asbesto -en particular la variedad llamada “crisotilo” que se utiliza actualmente en Colombia- tiene serios impactos en la salud, provocando enfermedades por la inhalación de pequeñas fibras que se desprenden de los productos que las contienen y se desplazan de manera imperceptible por el aire.

Las consecuencias del asbesto para la salud son críticas, aunque los síntomas pueden demorar déca-das en aparecer. Sin embargo, se estima que cada año mueren más de cien mil personas en el mundo por cáncer de pulmón, mesotelioma y asbestosis debido a la exposición a la sustancia.

En medio de este complejo panorama, Greenpeace y familiares de las víctimas del asbesto también llaman la atención respecto del escaso aporte del mundo po-lítico para enfrentar una situación que ha terminado por convertirse en una emergencia de salud pública.

EPICRISIS10 Edición 5 • Septiembre - Noviembre 2017

El otro camino para poder vivir

“Jamás daré a nadie medicamento mortal, por mucho que me soliciten, ni tomaré iniciativa alguna de este tipo; tam-poco administraré abortivo a mujer alguna”, Juramento Hipocrático.

Uno de los principales conflictos respecto a un tema tan espinoso es: ¿Quién tiene la capacidad de elegir esta conducta para sí? ¿Cuál persona es apta para definir esta condición? El ministro de Salud, Alejandro Gaviria, indicaba cómo se aplicaría la medi-da luego de firmar la Sentencia T-970 de 2014, refiriendo: “La persona que desee morir dignamente deberá ser un enfermo terminal (esto lo decide el médico tratante), y ser mayor de edad. Si no está consciente y se encuentra en estado vegetativo debió haberlo conversado con la familia y dejarlo estipulado de forma verificable”. En la práctica puede ser muy difícil aplicar dicha sentencia, dado que muchas de las personas que buscan esta opción no presentan una condición terminal a corto plazo o un estado vegetativo, sino que no cuentan con acceso a

los cuidados paliativos oportunos. La situación se torna aún más compleja cuando se habla de individuos con una condición psiquiátrica o neuropsiquiátrica como antecedente, pues el rótulo inmediato que adquieren es la incapacidad de decisión, y en pocas palabras, la pérdida de autonomía para decidir por sí mismo sobre

su vida, su dolor… su destino.

También refiere la sentencia que no se realizará la euta-nasia a menores de edad, personas que tengan una enfer-medad degenerativa y deseen someterse a este procedimiento, ni

en quienes no se pueda verificar su consentimiento.La realidad es que en nuestros hospitales se en-

cuentran pacientes que no son terminales, sino que presentan una condición mórbida que impacta de manera importante en su calidad de vida y no reciben cuidados paliativos que dignifiquen su condición. Las instituciones en muchos casos no cuentan con un equi-po calificado para hacer las veces de comité científico que pueda presentar un parte adecuado del caso, y lo

que es aún más crítico, no existe el proceso formativo, la sensibilización y una legislación clara para que el equipo de salud tenga la suficiente claridad para evitar que estos casos se juzguen como “oportunismo”, “ilega-lidad”, “conveniencia”, “negligencia” y hasta distanasia.

En la formación del médico, del especialista, del profesional en salud, es un reto poder esclarecer y discernir este tema con el conocimiento neuropsiquiá-trico de las diversas patologías y la condición real de autonomía. La exhortación es a generar políticas, rutas y procesos que favorezcan el buen quehacer médico, la óptima atención al paciente y el pragmatismo en la parte operacional. Es un tema para reflexionar, adoptar posturas basadas en el conocimiento y en el respeto por el paciente, la vida y la muerte.

Juliana Gutiérrez AlzateEstudiante X Semestre - Universidad de Caldas

Delegada de ACOME ante FELSOCEMContactos

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https://www.facebook.com/acomeoficial

ormativa:

Cinco mil residentes esperan la aprobación de mejores condiciones

La Representante Sara Piedrahita asegura que el congreso está comprometido con el proyecto de ley de las residencias médicas porque el déficit fiscal o que las EPS no pagan no puede servir de excusa para no reconocer el trabajo de los médicos en formación de posgrados.

El proyecto de ley que propo-ne el pago de tres salarios mínimos y acabar con

el cobro de matrículas por parte de las universidades fue aprobado en segun-do debate en la Cáma-ra de Representantes. La congresista Sara Piedrahita, ponente del proyecto de ley, asegura que Colom-bia tiene que dejar de ser el único país del mundo en donde el residente es un estu-diante que tiene que pagar para poder trabajar.

Después de meses de tra-bajo junto con la Asociación Nacional de Internos y Re-sidentes (ANIR), la Federa-ción Médica Colombiana (FMC) y la Asociación Colombiana Médica Estudiantil (ACOME) se radicó el proyecto de ley que se concen-tra exclusivamente

en mejorar las condiciones del médico residente. Para la Repre-sentante el punto más álgido es la eliminación del cobro de las

matrículas por parte de las universidades, pero uno de los objetivos preponderantes de la propuesta es acabar con el abuso en el valor de las matrículas. “Las facultades

argumentan que formar a un residente cuesta, pero lo que el país no puede seguir tolerando es que unas instituciones edu-cativas cobren 35 millones al

año, otras diez y en unas pocas la misma especialidad se pueda hacer

sin pagar un peso”. Por otra parte, conti-núa, las universidades se están ahorrando los sueldos de los docentes en los hospitales porque los residentes son quienes forman a los internos y estudiantes de pregrado.

El documento en trámite en el Con-greso plantea que los residentes tengan una remuneración mensual no inferior a tres salarios mínimos, además de be-neficios como salud, pensión, ARL y vacaciones. Cubrir el pago a los cinco mil residentes que están haciendo el

posgrado tiene un costo cercano a los 200 mil millones de pesos anuales.

Como nadie se ha querido meter la mano al bol-sillo, dice Piedrahita, proponemos la creación de un fondo nacional de residencias médicas que tendría diferentes fuentes de financiación; por un lado, con recursos del presupuesto general de la nación que hoy están asignados al ministerio de Salud; por otro, con el pago de las IPS por los servicios que hace el residente y, finalmente, con la reordenación de los dineros que tiene el Icetex para las becas crédito. “Los residentes no quieren becas o que les regalen el estudio. Lo que piden es que se les pague por el trabajo que hacen”.

Para la Representante por el partido de la U, uno de los propósitos para aprobar la reforma tributaria fue recoger recursos para el sistema de salud. “Esa es la razón para que en este momento de coyuntura el proyecto se apruebe. De lo contrario, el país no podrá formar a los mejores médicos especialistas”.

El pago a los residentes es una prioridad, explica Sara Piedrahita, pero también hay que reglamentar las funciones que tiene el residente en las IPS y los turnos que debe hacer. “Así se paguen las deudas de las EPS, el sistema de salud no podrá mejorar mientras no aumente la inversión en la formación de talento humano. Si bien hay unos costos concretos para la nación, hay otros que son intangibles. Acaso, nos he-mos preguntado cuánto le cuesta a la nación la fuga de talento humano o el precio de una buena atención en un hospital”, concluye.

La realidad es que en nuestros hospitales se encuentran pacientes que no son terminales, sino que presentan una condición mórbida que impacta de manera importante en su calidad de vida y no reciben cuidados paliativos que dignifiquen su condición.

11EPICRISIS

Edición 5 • Septiembre - Noviembre 2017

El residente

Casi la mitad de todas las muertes ya cuenta con una causa registrada

Casi todos los médicos queremos ser especialistas, porque mien-tras estudiamos medicina las dos

preguntas que más nos hacen son: ¿cuándo te gradúas? y ¿en qué te quie-res especializar? La primera es fruto de escoger una carrera en la cual los amigos del colegio viven un millón de cosas y uno sigue estudiando. La segunda es un reflejo del desprestigio del médico general.

Todos nos queremos especializar y todos quieren que nos especialice-mos, será porque el médico general solo manda acetaminofén, porque a un niño lo tiene que ver un pediatra; a un adulto, un internista; a una embaraza-da, un ginecólogo.. hemos atomizado la medicina.

Finalmente, un buen día, uno esco-ge algo que se acopla con sus intereses y se decanta por una especialidad con la cual cree será feliz el resto de su vida. Escoger es sencillo, porque el siguiente paso es entrar y para eso se necesita un conjunto no muy bien definido de las siguientes cualidades:

• Habilidad para presentar exáme-nes de medicina general, matemá-ticas, comprensión lectora, inglés y hasta actualidad nacional.

• Una hoja de vida con calificaciones excelsas, y un número poco claro de años de experiencia laboral.

Diego A. Cruz V. MD, residente de pediatría, Universidad del Valle

La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó la última actualización de las estadísticas sanitarias –World Health Statistics–, que recopila desde 2005 las cifras sobre los 21 objetivos de desarrollo sostenible relacionados con la salud de sus 194 Estados miembro.

El informe cuenta con una serie de indicadores de mortalidad, enfer-medad y sistemas sanitarios, y su

objetivo es proporcionar una fotografía de las fortalezas y amenazas para la sa-lud de la población mundial. Entre los aspectos que más se han mejorado se encuentran la recopilación de estadís-ticas vitales y de las causas de muerte por países.

En 2005, solo un tercio de las muer-tes contaban con un causa identifica-da. Así, de los 56 millones de muertes estimadas en 2015, 27 millones fueron registradas con una causa de falleci-miento. Una década antes, en 2005, solo un tercio de las defunciones tenían un motivo reconocido.

La información sobre las defuncio-nes tiene como objetivo la planificación

• Publicaciones en el área, como autor principal de ser posible, y en revistas de prestigio internacional.

• Y hay que tener plata, porque en TODAS las entrevistas preguntan cómo va a vivir y cómo va a pagar.

La mezcla es amorfa, porque en algu-nas universidades se entra solo con examen, en otras con examen y entre-vista, en otras con hoja de vida más las dos anteriores, y todos los exámenes y las entrevistas son diferentes. Hay uni-versidades que no preguntan medicina, mientras otras preguntan cosas textua-les de un libro de una materia que se ve en segundo semestre. En definitiva, termina uno estudiando, puliendo la hoja de vida, averiguando las mañas de cada universidad, pagando cursos para entrar a residencia, yendo a congresos, presentando exámenes (a la suma que le quieran poner) y trabajando con las condiciones laborales que este sistema impone.

Un buen día, se recibe la noticia es-perada: ¡PASASTE A LA RESIDENCIA!

Y después… esa no es una historia muy alegre:

Los residentes debemos su nombre al tiempo de permanencia en el hospital, lo que antes significaba beneficios. Hoy, el residente recién admitido se estrella con la realidad tan pronto lo citan para el pago de la matrícula porque –si en-tró a una universidad privada- sacar 18 millones de pesos una vez es difícil, pero toca sacarlos cada seis meses, y eso es muy jodido. Peor sin saber si será el mismo valor el semestre siguiente por-que las universidades tienen el derecho de cobrar lo que quieran; en Colombia nadie ha dicho cuánto es lo máximo que le pueden cobrar al médico por una especialidad.

El segundo golpe viene cuando el admitido se da cuenta de que va a pa-sar de su trabajito de médico general a enclaustrarse 220 horas mensuales en el hospital SIN PAGO, con la amenaza de que si trabaja por fuera lo echan de la luchada residencia.

Entonces, se estudia seis años para salir de médico, pero todo el mundo quie-re que uno se especialice; la guerrea para entrar a residencia y, una vez entra, se tiene que bajar de millonadas, estudiar tiempo completo y encerrarse en un hospital sin recibir un solo peso por tres a cinco años. ¿Bonito, no?

Las 220 horas, además, no son de biblioteca, son viendo pacientes, y con turnos de 48 horas continuas, con la responsabilidad de tener diapositivas listas a diario, responder las preguntas en ronda, enseñarles a los estudiantes, guiar a residentes de años inferiores, velar por el rendimiento de un servicio y recibir regaños de los profesores de la universidad y de los administrativos del hospital.

Las Universidades les pagan a los hospitales para que acepten a los resi-dentes, quienes hacen la consulta del especialista y le ahorran la plata que el hospital tendría que pagar a médicos generales y especialistas para producir lo mismo sin residentes. Fuera de eso, cada que pasa algo malo, hay a quien culpar; si hay glosa, fue el residente; si se cancela la cirugía, fue el residente, así con todo. Y si el residente se queja, hay 20 atrás esperando ese cupo.

Hasta ahora los residentes y el gre-mio médico en general nos hemos que-dado callados frente a los abusos. Tal vez es nuestra culpa, de los médicos, por guardar silencio, y por tener ese afán oportunista de ser el más “vivo”, que es mal nacional. Sin embargo, en este mo-mento se encuentra en trámite ante el Congreso de la República un proyecto de ley que busca tumbar los abusos en matrículas, definir qué es un residente y establecer una retribución salarial justa para quienes en la facultad de nuestro ejercicio profesional trabajamos gratis.

El proceso no va a ser fácil, como médicos, tenemos el deber de unirnos e ir diciendo no más, que estudiar sin plata es muy berraco y atender gente sin dormir, también, y a nadie le conviene: ni al médico, ni al paciente.

de medidas para mejorar la salud y la evaluación de las políticas sanitarias. “Si los países no saben qué hace que las per-sonas se enfermen y mueran, es mucho más difícil saber qué hacer al respecto”, explica Marie-Paule Kieny, subdirectora general de la OMS en Sistemas de Salud e Innovación.

Por ejemplo, el mundo se muere de hambre y de obesidad. Según los datos de la OMS, mientras el 22,9% de los niños menores de 5 años tienen un retraso en el crecimiento asociado a la malnutri-ción –que va desde el 6,1% en Europa hasta el 33,8% en el sudeste asiático–, el 6% de los menores de 5 años tienen sobrepeso –4,1% en África hasta 12,8% en Europa–.

EPICRISIS12 Edición 5 • Septiembre - Noviembre 2017

Presente y futuro de las especialidades médico-

quirúrgicas en Colombia

Lo que no sabíamos de “Mi Prescripción”

A pocos meses de entrar en funcionamiento el aplicativo del Ministerio de Salud y Protección Social para facilitar el acceso a los servicios no incluidos en el Plan de Beneficios en Salud con cargo a

la UPC, ya hay quienes lo consideran un nuevo POS.

Mario Hernández ÁlvarezMédico, Especialista en Bioética, Doctor en Historia, Profe-

sor Asociado del Departamento de Salud Pública, Facultad de Medicina, Coordinador del Doctorado

Interfacultades en Salud Pública, Universidad Nacional de Colombia.

El foro Presente y futuro de las especialidades médico-quirúrgicas en Colombia se llevó a cabo en el Audito-rio Alfonso López Pumarejo de la Universidad Na-

cional de Colombia. Participaron por parte del Gobierno Nacional delegados del Ministerio de Salud y Protección Social y del Ministerio de Educación Nacional, así como miembros de la academia, hospitales universitarios, gremios médicos y de internos y residentes.

Es claro que el problema de las especialidades médico-quirúrgicas no ha sido abordado con la profun-didad requerida, a pesar de ser uno de los aspectos más discutidos en la coyuntura actual del país y del Sistema General de Seguridad Social en Salud.

Se reconoce que no se trata de un asunto de núme-ro o de equilibrio de oferta y demanda en un mercado abierto de recursos humanos, sino de un problema complejo que merece profundización para identificar las causas de las dificultades que existen en este campo, tales como el acceso oportuno a la atención especializa-da, la concentración de especialistas en las ciudades, la vergüenza nacional que implica ser el único país que no remunera el trabajo de los médicos residentes mientras se cobran matrículas exorbitantes por su formación, entre muchos otros problemas.

En este sentido, se plantea la necesidad de realizar esfuerzos colectivos para avanzar en el análisis de la problemática, comenzando por el estudio académico y profundo de la situación, orientado por la pertinencia, esto es, relación entre el número y distribución de mé-dicos especialistas a la luz de las necesidades de salud de

la población, de la calidad de la formación a la luz de la dinámica mundial de este tipo de formación y de las condiciones laborales y de remuneración para el ejercicio profesional, todo ello respecto del goce efectivo del derecho fundamental a la atención en salud.

El componente de la medicina es-pecializada no puede verse de manera aislada. Por el contrario, requiere un balance profundo de la situación crítica actual de los sistemas de salud, edu-cación superior y ciencia, tecnología e innovación. En el país existe una orientación de estos sistemas hacia la lógica de la delegación de la garantía de derechos por parte del Estado por medio de mercados con instituciones p úblicas y privadas que compiten en condiciones de regulación, pero con difi-cultades evidentes del E stado p ara ejercer su función regulatoria y de inspección, vigi-lancia y control. Esto explica la constatación de una normatividad muy amplia y detallada, con brechas enormes respecto del funcionamiento cotidiano de los tres sectores.

Lo anterior implica una revisión detallada del modelo predominante del Estado regulador y su nor-matividad, más aún después del reconocimiento de la salud como derecho fundamental autónomo por la Ley Estatutaria 1751 de 2015. Por lo anterior, se solicitó a los delegados del Gobierno Nacional promover un debate amplio y profundo, con la participación de todos los involucrados en el tema, tanto en las regiones como en el ámbito nacional, del informe de la Comisión para la Transformación de la Educación Médica presentado a la opinión pública recientemente, antes de pensar en la aplicación inmediata de sus recomendaciones a través de actos administrativos o legislativos.

Abogado Anibal Rodríguez

En el corto plazo, se proponen dos líneas de acción: en primera instancia, hacer cumplir la normatividad vigente relacionada con las condiciones laborales y de bienestar de los residentes, en el marco de los conve-nios docencia-servicio, como lo ordena la Ley 1438 de 2011. En segundo lugar, presentar ante el Congreso de la República la iniciativa de un proyecto de ley sobre el reconocimiento del carácter de “médicos en forma-ción” de los residentes en el sistema de salud, con el apoyo de la academia, los hospitales universitarios y los gremios médicos.

El Mipres es un aplicativo en línea diseñado por el Ministerio de Salud y Protección Social que le permite al médico tratante elaborar la prescrip-

ción, enviarla a la EPS para que realice el suministro al paciente y este último reclame los medicamentos, procedimientos, dispositivos médicos o servicios complementarios en el sitio donde la EPS le indique.

Según el Ministerio de Salud, la aplicación mejora la oportunidad en la atención debido a que elimina los trámites administrativos que suponían la radicación del formato de negación, la aprobación de los CTC por parte de la EPS y la espera para la entrega del servicio. En este momento cuando el médico considere que un paciente requiere un servicio que no contempla el Plan de Beneficios de Salud (PBS), debe entrar a la plataforma “Mi prescripción” para diligenciar el formato y entregarle al paciente la orden de la copia mé-dica con el número de consecutivo que corresponde a la autorización para la entrega.

Según el abogado Anibal Rodríguez Guerrero, quien demandó la aplicación como representante de un grupo de pa-cientes ante las Empresas Promotoras de Salud (EPS), el ministro Gaviria in-siste en elaborar un plan de contenidos

específicos que hace caso omiso al mandato del máxi-mo tribunal. “Mi lectura es que el Ministro necesita controlar el gasto a costa de desconocer el derecho a la salud de los colombianos y la autonomía médica”.

El ministerio de Salud como ente regulador del sistema no debería hacer parte del acto médico, con-tinúa Rodríguez, pero en el instante en que ingresa al consultorio e instala un software para decidir lo que el galeno puede o no formular en las condiciones que establece el Ministerio, está interviniendo en el ejercicio profesional de manera indirecta.

La aplicación permite identificar a los médicos que prescriben los medicamentos excluidos del plan de be-neficios y deja saber qué se está formulando y para qué, lo que es útil para vigilar el gasto en salud y determinar los focos de corrupción. Sin embargo, para sus críticos como el abogado Rodríguez, desde la activación del Mipres han aumentado las glosas en las IPS y muchos de los medicamentos negados no son de alto costo. A finales de mayo, la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá ordenó al Ministerio de Salud actualizar la pla-taforma o aplicativo Mipres para que incluya procedi-

mientos excluidos. “El déficit financiero no lo pueden asumir quienes requieren atención médica ni los profesionales de la salud”, puntualiza.

El sistema de salud ha venido subsidiando al sistema general de riesgos laborales desde hace años. Por esa razón, sin desconocer los efectos de la corrupción, la salud está en banca rota, afirma Rodríguez. “De los casi 49 millones de colombianos que hacen parte del sistema de salud, hay 24 millones en el mercado laboral. No obstante, solo algo más de 8 millones aportan al sistema de salud. Los 16 millones restantes que trabajan en la informalidad no cotizan, aunque sí demandan servicios de salud. Muchos de esos trabajadores informales sufren accidentes, en-fermedades e incapacidades laborales que son atendi-das por la EPS cuando deberían ser manejadas por el sistema de riesgos laborales. Entonces, en el sistema de salud hay un incendio que se tiene que apagar limitando la autonomía de los médicos y negando servicios a los pacientes”, asegura.

Como en el pasado, el abogado Anibal espera que la Sala de Seguimiento de la Corte Constitucio-nal después de analizar la situación y de validar la información con el defensor del pueblo delegado para salud, seguridad social y discapacidad, declare inconstitucional el aplicativo Mipres y que invoque el concepto de integridad de atención en salud para dar cumplimiento a la Ley Estatutaria de la Salud.

13EPICRISIS

Edición 5 • Septiembre - Noviembre 2017

Los médicos, ejemplo para los pacientes

romoción y prevención

Incluir dentro de los estudios de pregrado cursos de actividad física como una materia más, aumenta el bienestar físico de los

estudiantes y la probabilidad de que más adelante recomienden el ejercicio a los pacientes.

En un mundo en el que las enfermedades crónicas no transmisibles aumentan progresivamente y causan 36 millones de fallecimientos al año, la

capacitación de profesionales de la salud en actividad física y la prescripción de ejercicio resultan esencia-les para promover su uso como una herramienta que contribuya a la prevención y al tratamiento de estas patologías. Los profesionales de la salud deben estar familiarizados con los beneficios de la actividad física y practicarla para poder recomendarla adecuadamen-te a sus pacientes. Sin embargo, menos del diez por ciento de las escuelas de medicina incluyen cursos de educación sobre actividad física dentro de su plan de estudios, y en muy pocas dichos cursos ocupan un lu-gar importante dentro del pénsum con un promedio de cinco horas durante los dos primeros años de estudio y un promedio de seis horas en los últimos dos años.

En abril de este año, el doctor John Duperly, médico internista, con doctorado en medicina del deporte y profesor de la facultad de medicina de la Universidad de los Andes, junto a su equipo de médicos investiga-dores, publicaron un artículo donde demuestran que los estudiantes de medicina con mejores hábitos de salud tienen una mayor probabilidad de aumentar la cantidad y la calidad de las recomendaciones de acti-vidad física dada a sus pacientes.

El propósito de esta evaluación fue determinar los cambios en el acondicionamiento físico y la salud (crite-rio de fitnessgram) de un curso de medicina deportiva y actividad física implementado para estudiantes de tercer año en una escuela de medicina privada, en Bogotá. La población estudiada estuvo compuesta por estudiantes de medicina inscritos en el curso de me-dicina del deporte y actividad física durante su quinto semestre. Trece cohortes de estudiantes fueron toma-das durante seis años y medio. Aquellos estudiantes con alguna incapacidad para realizar actividad física, o que tuvieran un factor de riesgo detectado y diagnosticado por el especialista en medicina del deporte y actividad física, fueron excluidos del estudio. La investigación fue aprobada por el comité de ética de la escuela de medicina y ciencias de la salud de la universidad, y todos los estudiantes firmaron un formulario de con-sentimiento antes de participar en el análisis.

Al finalizar el estudio, todos los participantes, tan-to hombres como mujeres, alcanzaron un estado más saludable de acuerdo con la extensa evidencia que vincula mejoría en la capacidad funcional, la fuerza

muscular y los niveles de rendimiento cardiovascular. De un total de 603 estudiantes, 524 (87%) fueron eva luados (183 hombres [34,9%] y 341 mujeres [65,1%]), con una edad promedio de 20 ± 1,4 años. El análisis del número de individuos con rangos saludables de acuer-do con criterios internacionales mostró un aumento significativo (P <0,001) en la capacidad aeróbica y la flexibilidad para ambos sexos. Fue interesante notar que el 36,5% de las mujeres y el 42,8% de los hombres disminuyó su peso corporal, con un mayor impacto en la adiposidad masculina, una diferencia de sexo que se ha obtenido en otras observaciones.

Las facultades como promotoras de actividad físicaEl estudio también deja claro que los profesionales de la salud, en particular los médicos, desempeñan un papel importante en motivar y comprometer a sus pacientes en la búsqueda de un estilo de vida activo, con hábitos de vida saludables. En Colombia, el 72 por ciento de los médicos es general y solo el 28 por ciento tiene especialización. Los médicos generales son el punto de entrada de los pacientes en el sistema de salud y quienes inicialmente brindan atención a la población. Sin embargo, según el doctor Duperly, es bien sabido que los médicos generales tienen un conocimiento limitado de los beneficios de la activi-dad física, poco entrenamiento y escaso tiempo para la consulta médica, razones que pueden explicar que sean quienes con menos frecuencia tratan el tema de la actividad física dentro de los comportamientos sa-ludables durante la consulta.

“Además de aprender a ser buenos médicos, que-remos que los profesionales de la salud estén en la capacidad de modificar el estilo de vida de las per-sonas. Esa información no se recibe prácticamente en ninguna facultad de medicina, porque requiere un entrenamiento y unos conocimientos especiales que tradicionalmente se han tomado a la ligera. Por lo tanto, la formación de estudiantes de medicina en temas relacionados con la actividad física y hábitos de vida saludables debe ser incluida en los estudios de pregrado, lo que se ajusta a la recomendación de las autoridades sanitarias internacionales de implementar actividades físicas y ejercicios para los programas de capacitación en salud dentro del plan de estudios de las escuelas de medicina”, puntualiza Duperly.

A menor actividad física, mayor riesgo

El informe sobre la situación mundial de las en-fermedades no transmisibles de la Organización Mundial de la Salud (OMS) 2014 mostró que las

enfermedades no transmisibles continúan siendo la principal causa de muerte en todo el mundo. Los principales factores de riesgo son los estilos de vida no saludables como el sedentarismo, la alimentación poco balanceada y el consumo excesivo de cigarrillo y alcohol. El estudio de la Organización Mundial de la Salud pone de manifiesto la necesidad de que los países intensifiquen sus esfuerzos por alcanzar los objetivos mundiales acordados por los gobiernos para proteger a las personas de las cardiopatías, el cáncer, la diabetes y las neumopatías. Estos cuatro tipos de enfermedades no transmisibles (ENT) son la principal causa de mortalidad en el mundo entre los menores de 70 años y representan una amenaza importante para el desarrollo sostenible. El riesgo de muerte por cualquier causa es más elevado en los adultos cuya actividad física es insuficiente que entre aquellos que practican al menos 150 minutos de ejercicio físico moderado por semana, o su equivalente. En el país, la actividad física como una herramienta para con-trolar y prevenir estas enfermedades es muy escasa. Esto se refleja en la tasa creciente de sedentarismo. Colombia ocupa el primer lugar entre los diez países donde se realiza menos actividad física, pues el 60 por ciento de los colombianos no se ejercita.

EPICRISIS14 Edición 5 • Septiembre - Noviembre 2017

EPICRISIS14

El CMC le cumple a los médicos del país

Afiliación al CMC

Dadas las acciones concretas orientadas a lograr mayores beneficios y bienestar para los médicos mediante la defensa del ejercicio profesional y la iniciativa para promover la formación

continua de los colegiados, el CMC se ha convertido en un ejemplo de organización gremial profesional.

En la última asamblea general de delegados del Colegio Médico Colombiano, CMC, celebrada en el Club Médico de Bogotá, en el mes de abril, se

tomó la decisión de fortalecer la presencia del ente colegiado en los departamentos para impulsar la con-ciencia colectiva de continuar defendiendo el ejercicio y desarrollo de la profesión.

El evento contó con la participaron de 23 repre-sentantes de los diferentes departamentos, quienes insistieron en la necesidad de vigilar el cumplimiento de la implementación de la Ley Estatutaria de la Sa-lud y seguir aunando esfuerzos para abogar por las garantías y las competencias profesionales del médico general en el país.

El doctor Jorge Enciso, presidente de la Coalición de Sindicatos Médicos e invitado especial a la asamblea, insistió en la urgencia de robustecer las asociaciones sindicales y apoyar la conformación de una federación nacional de sindicatos médicos de Colombia.

Después del análisis de la crisis por la que atraviesa el sector de la salud y las condiciones desfavorables del talento humano, el CMC permanecerá dentro de la Gran Junta Médica para promover junto a los organismos tanto públicos como privados alternativas que protejan los intereses de los miembros colegiados.

Desde el año pasado, el CMC en colaboración con la Asociación Colombiana de Facultades de Medicina, Ascofame, ha desarrollado proyectos de educación continua y cursos semipresenciales de actualización y formación de especialistas en medicina familiar. También firmó un convenio de investigación con la Universidad Nacional a Distancia, UNAD, para inda-gar acerca de las falencias y el control de índices en la formación de los médicos. Los resultados del estu-dio permitirán organizar cursos de actualización que mejoren la calidad de los médicos en todos los niveles de atención.

Después de la elección de la junta directiva, los doctores Roberto Baquero Haeberlin y Jorge Diego Acosta Correa fueron ratificados por unanimidad en sus cargos como presidente y vicepresidente del CMC, respectivamente. La transparencia y responsabilidad en el manejo económico ha sido una de las característi-cas de la gestión de sus representantes. Por su parte, el doctor German Marques fue elegido como fiscal médico y la doctora Ivonne Diaz Yamal, como fiscal suplente.

En el cierre de la reunión, el CMC reiteró su com-promiso de velar por la autonomía, la ética y la dignidad profesional, sin descuidar la obligación de cumplir con todos los requisitos ante el Gobierno para ejercer como organismo responsable de efectuar el Registro Único Nacional del Talento Humano (RETHUS) siguiendo los lineamientos de la resolución 1328 de 2016 y dar el aval para el ejercicio profesional de los médicos en Colombia.

COLE

GIO MÉDICO COLOMBIANO

MC C

Los médicos que quieran hacer parte del Colegio Médico Colombiano, solo debe ingresar a la pági-na www.colegiomedicocolombiano.org y seguir

las instrucciones para la afiliación. Es importante aclarar que quienes efectúen la inscripción al Regis-tro Único Nacional del Talento Humano (RETHUS) no quedan afiliados al Colegio Médico Colombiano. Son dos trámites independientes.

El doctor Stevenson Marulanda, fundador y expresidente del CMC, en la Asamblea General de Delegados 2017.

Representantes delegados de los 23 departamentos.

La situación de los médicos fue debatida por los respresentantes de 23 departamentos del país.

Unidos por niños saludables

15EPICRISIS

Edición 5 • Septiembre - Noviembre 2017

Mejorar las calidades laborales de los profesionales no da espera

La calidad de vida de una población está directa-mente relacionada con el reconocimiento de la salud como un derecho fundamental. Desde la

presidencia de una asociación que tiene como principal objetivo defender el derecho fundamental a la salud de los colombianos y buscar el progreso total de las profesiones y los profesionales de la salud, el doctor Jorge Diego Acosta considera que para mejorar los indicadores de calidad primero es necesario humanizar el sistema y volver a colocar al sujeto en el centro de la prestación de servicios de salud.

Para el doctor Acosta, llegar a la presidencia de Assosalud es una gran oportunidad para discutir co-lectivamente la relación entre el establecimiento de

prioridades y objetivos al interior del sistema de salud, la planificación sanitaria y la formulación de políticas gremiales. Después de la firma del Manifiesto por el Año del Talento Humano en Salud que hizo visible la pérdida de garantías en las condiciones laborales y la precarización del empleo de los profesionales de la salud, generar mejores posiciones y controles para los agremiados son una prioridad en su agenda de trabajo.

En su opinión, el desarrollo tecnológico, la amplia-ción del Plan de Beneficios en Salud o la mayor cober-tura, resultan insuficientes si falta el talento humano personalizado. “Esa precarización laboral, dada por los bajos sueldos que ostentan, los contratos laborales que van en contra de los criterios de trabajo digno definidos por la OIT y el desamparo en la seguridad social hacen que muchas veces los profesionales de la salud tengan que excederse en la capacidad física de trabajo, realizando turnos de 24 horas varias veces a la semana y sin poder acceder a la educación continua para mejorar la calidad del desempeño en el ejercicio de la profesión”, dice.

Por el Año del Trabajo Digno en SaludEn medio de un sistema de salud segmentado y desar-ticulado con múltiples actores, tanto en la prestación de servicios como en el aseguramiento público, que ejecutan distintas funciones, no necesariamente com-plementarias, el doctor Acosta reconoce el apremio por implementar la Ley Estatutaria de la Salud a través de leyes ordinarias que revisen y resuelvan la estructura financiera del sistema, la relación y las funciones de cada agente al interior del modelo. Ese es el primer paso para actualizar o reestructurar los roles de cada pieza en el engranaje de la red de prestación de servicios de acuerdo con los objetivos consignados en la estatutaria.

Como la convergencia de intereses entre el Estado, los administradores y los profesionales del campo de la salud, no siempre coinciden, el presidente de Assosa-lud cree que antes de esperar leyes, proyectos de ley,

decretos reglamentarios o resoluciones emanadas del ejecutivo, como gremio deben construir autónoma-mente las políticas y llevarlas al órgano legislativo, en donde los argumentos orientados al mejoramiento de la salud de la población y a las condiciones del ejerci-cio de las profesiones tengan la fuerza suficiente para lograr el apoyo del legislativo. “En Assosalud estamos conscientes de la importancia que tiene la presión so-cial que respeta los canales democráticos y apela a la conciencia de los ciudadanos para que el gobierno de turno cumpla con los objetivos de la ley estatutaria y haya cada vez más vigilancia, control y veeduría por parte de los colombianos”.

Sabe que ejercer la presidencia del gremio significa adquirir más responsabilidades, pero también que la experiencia del camino recorrido significa que es hora de trabajar en equipo con los líderes de las demás aso-ciaciones para trazar políticas únicas que fijen objetivos claros, realizables y confiables. La planificación como la gestión moderna no se conciben sin el establecimien-to de metas; por eso, tiene entre sus manos el reto de fortalecer la organización gremial que representa a los profesionales de la salud para llamar a las demás orga-nizaciones a la unidad en torno a objetivos comunes. “Lo anterior implica definir, no solamente quiénes están involucrados en el logro de los mismos, sino también quiénes son los responsables de alcanzarlos”, agrega.

Una vez concluyan las tareas propuestas en el Año del Talento Humano en Salud, que deben desembocar en definiciones de política gremial, el dirigente se de-dicará a promover el mayor consenso posible entre las organizaciones de profesionales para lanzar el Año del Trabajo Digno en Salud. “Debemos abrir el debate de cara a la sociedad para impulsar acciones de difusión y de presión social que conduzcan al logro de unos propósitos justos en el área del trabajo. Por enfocar los esfuerzos en conseguir la cobertura universal, no podemos seguir sacrificando la calidad y la humani-zación”, puntualiza..

El objetivo es promover la adopción de hábitos de vida saludables en niños escolares a través del juego como

metodología para reducir las tasas actuales de malnutrición.Según los datos de la Encuesta Nacional de Situación

Nutricional en Colombia -ENSIN 2010- el 10 por ciento de los niños entre 5 y 17 años sufre de des-

nutrición crónica y el 17 por ciento tiene sobrepeso u obesidad. Con el propósito de contribuir a mejorar esas cifras, Nestlé en alianza con la Secretaría de Educación del Distrito, la Asociación Colombiana de Pediatría, la Fundación Colombiana del Corazón, la Corporación Juego y Niñez, Señal Colombia y Discovery lanzaron la iniciativa Unidos por Niños Saludables.

La campaña desarrolla ideas innovadoras, recetas, consejos y actividades divertidas para que pasen a for-mar parte de las actividades diarias de los niños. Son cinco los hábitos saludables que han sido identificados por nutricionistas y expertos en ciencias del compor-tamiento: manejar las porciones, escoger variedad y nutrición, comer y cocinar en familia, hidratarse con agua y moverse más. La idea es inculcar hábitos más saudades desde una edad temprana para mejorar la salud y el bienestar de los niños.

La estrategia también contempla la intervención en 16 colegios del país, el acondicionamiento de cuatro ludotecas, la instalación de dispensadores de agua en los colegios, la creación de huertas escolares y la divul-gación de talleres para padres y docentes que expliquen la importancia de los cinco hábitos saludables.

El doctor Jorge Diego Acosta, médico anestesiólogo, fue elegido presidente de la Asociación Nacional de Profesiones de la Salud

(Assosalud). Está decidido a implementar una política de desarrollo integral del talento humano en salud y a crear un mercado

regulado para la contratación de profesionales.

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