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    Historia de la locura en la poca clsicay movimiento antipsiquitrico

    Juan Pastor Martn*Universidad de Oviedo

    Anastasio Ovejero Bernal**

    Universidad de Valladolid

    2009: Publicacions de la Universitat de Valncia2009, vol. 30, nm. 2-3 (junio-septiembre) 293-299 Valencia (Espaa). ISSN: 0211-0040

    Resumen

    Este ao se cumplen veinticinco de la muerte del psiclogo y filsofo francs Michel Foucault,uno de los ms grandes pensadores del pasado siglo. Buen momento para acordarnos de l. Enconcreto, nosotros repasaremos Historia de la locura en la poca clsica, analizando sus relacionescon el movimiento antipsiquitrico, un movimiento con un evidente aire de familia con latesis doctoral de Foucault.

    Palabras clave: Michel Foucault, locura, antipsiquiatra.

    Abstract

    Madness and Civilization (originally published in 1961), was Foucaults first major book,mostly written while he was the Director of the Maison de France in Sweden. It examinesideas, practices, institutions, art and literature relating to madness in Western history. Anti-psychiarty advocates such as R. D. Laing have attempted to portray Foucault as sympatheticto their movement on the basis ofMadness and Civilization. Want we expect with this article,eventually, is analyse the relationship betweenMadness and civilization and antipsychiarty, amovement that emerged in the 1960s hostile to most of the fundamental assumptions andcommon practices of psychiarty.

    Keywords: Foucault, madness, anti-psychiarty

    * Correspondencia: Universidad de Oviedo. Correspondencia: Juan Pastor Martn. Facultad dePsicologa. Universidad de Oviedo. 33003. Oviedo (Spain). .

    ** Universidad de Valladolid.

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    HISORIA DE LA LOCURA EN LA POCA CLSICA

    Cuando se habla de Michel Foucault, es habitual hablar de distintas etapas (ar-queologa/genealoga, saber/poder/subjetividad). Nosotros no estamos muy de acuerdo;es ms, sostenemos que Foucault es ms homogneo y coherente de lo que parece. Unejemplo de ello lo tenemos en su tesis doctoral Historia de la locura en la poca clsica(Foucault, 1997), donde aparecen esbozados todos los temas que Foucault va a desa-rrollar a lo largo de su vida filosfica (habla de arqueologa pero hace genealoga, hablatanto del saber (psiquitrico) como del poder (institucional) y del sujeto psicolgico.

    Otro ejemplo de la homogeneidad y coherencia de Foucault lo tenemos en quetodos los libros de Foucault empiezan igual: esta experiencia (la enfermedad mental,la delincuencia, la sexualidad, nuestra subjetividad o nuestro saber) no es un univer-sal antropolgico sino un invento reciente. ras analizar la gnesis histrica de esaexperiencia, finaliza siempre de la misma manera: si esta experiencia se ha construidoas a travs de diversas prcticas humanas (institucionales, discursivas, sexuales, desubjetivacin) histrica y socialmente condicionadas, es decir, si esta experienciano siempre ha sido as, puede que maana esta experiencia sea distinta. Foucault nosadvierte que lo que hoy es no siempre ha sido, y, lo que es ms importante, no tieneporqu seguir siendo as maana.

    Veamos el ejemplo deHistoria de la locura (tesis doctoral apadrinada por Geor-

    ges Canguilhem, compaero de Jean-Paul Sartre, Daniel Lagache y Raymond Aronen la mtica promocin de 1924 de la Escuela Normal Superior de la Rue dUlm),anlisis de la gnesis histrica, sobre la base de la difusa experiencia de la locura, dela enfermedad mental. La locura, como la perversin sexual o la delincuencia, eslo otro de la racionalidad moderna, lo rechazado y expulsado ms all de los lmitesde la razn. Foucault nos muestra cmo hasta 1656 (fundacin del Hospital Generalde Pars) la locura est presente en la vida cotidiana, conviviendo con otras formasde experiencia. Pero al desaparecer la lepra en Europa, los leprosarios, ms de veintemil en la Europa cristiana, se transforman en centros de reclusin e internamientodonde encerrar indiscriminadamente a todo aquel que no pueda justificar su modode ganarse la vida. Aproximadamente un 10%! de la poblacin parisina es internada,

    y el loco, ahora insensato, va a ser encerrado junto a enfermos y ancianos, criminalesy pobres, viciosos y pervertidos, herejes y ociosos, rebeldes y libertinos. Y es que esteHospital General an no es una institucin mdica sino, por el contrario, un espacio

    jurdicopolicial.1794 (Pinel funda el primer Hospital psiquitrico) ser la fecha elegida por

    Foucault para dar paso a la tercera etapa de su viaje: la Reforma Psiquitrica desarro-llada, sobre todo, por Pinel en Francia y uke en Inglaterra. Esta Reforma Psiquitricase presenta como la sustitucin del inhumano encierro por el humanitario tratamiento

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    mdico. Pero Foucault nos muestra cmo lo que se dice que se hace (curar enferme-dades) no coincide con lo que se hace realmente (moralizar, gobernar, disciplinar).Vayamos por partes.

    Se cierran los internados por motivos econmicos, pues el internamiento detantsima gente era una aberracin para un nuevo sistema de produccin industrialcapitalista que necesitaba gran cantidad de mano de obra. Los encerrados son liberadospara que se conviertan o bien en trabajadores o bien en ejrcito industrial de reserva,es decir, en parados que permitan bajos salarios y pocas reivindicaciones laborales.Los internados clsicos servan para esconder el desempleo; los nuevos manicomios,

    por el contrario, lo crean y lo hacen visible. De tal manera que nuestra sociedad creados nuevas instituciones: el hospital mdico (para aquellos que no pueden trabajarpor motivos fsicos) y el hospital psiquitrico (para los que no puedan trabajar pormotivos psicolgicos). Hay que convertir a los extravagantes en fuerza de trabajo, esaes la razn de ser de este convento secularizado que, al igual que la crcel, ya no buscafabricar sujetos para el cielo, sino para que trabajen aqu en la tierra. Foucault nosmuestra cmo los hospitales psiquitricos, al igual que las crceles, son lugares de in-clusin, ms que de exclusin; lugares que reintroducen como trabajadores asalariadosindividuos peligrosos desligados del mercado de trabajo. As, el silogismo razonablelaboral de la ergoterapia presente en estos hospitales es: si no trabajas, no sales, puesse asume que normal es aqul que trabaja. Los internos que quieran y puedan trabajar

    sern liberados, los que no entren en razn (razn instrumental, por supuesto) sernsometidos a tratamiento psiquitrico.

    En estos nuevos y reformados hospitales mdicos, la locura se medicaliza (aparecepor primera vez la figura del psiquiatra, que sustituye a jueces, policas y carceleros),con lo que la anormalidad se convierte en patologa y el desorden moral en desordennatural. El perturbador del orden moral es ahora un perturbado mental que ya norequiere castigo sino terapia, con lo que los almacenes de residuos se transforman enlugares de curacin. Qu tranquilizador resulta saber que, finalmente, aquellos queencerrbamos estaban enfermos

    Esta Reforma Psiquitrica es, para Foucault, una gran falacia, pues no pretendeliberar a los locos de un tratamiento inhumano, sino que lo que pretende es dominar-

    los mejor (ms refinada y sutilmente; por ello, ms eficazmente) a travs de un nuevodiscurso ms acorde con el nuevo discurso humanista ilustrado. Cambia el discursolegitimador, pero no as las prcticas institucionales (ergoterapia, terapia moral...), queapenas se ven modificadas. Se sigue encerrando desorden moral, pero se dice que setratan desordenes mentales.

    Esta es la primera vez, desde luego no ser la ltima, que la crtica foucaultianase centra en las ciencias que legitiman nuestro violento orden social; en los saberes que

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    mantienen poderes; en los discursos y racionalizaciones que envuelven las instituciones,enmascarando su funcionamiento y su razn de ser.

    Podamos objetar al planteamiento foucaultiano dos cosas: por un lado, Foucaultno tiene en cuenta disfunciones orgnicas y psicolgicas reales, por muy medicalizadasque se nos presenten por la psiquiatra; por otro lado, la locura no es una experien-cia mstica prxima a la genialidad artstica (la reivindicacin dionisiaca que hace elpensador francs de la locura es ms una pose inmadura que una posicin cientficarigurosa). No obstante, a pesar de estos errores, que el propio Foucault ir rectificandoa lo largo de su vida filosfica, Historia de la locura irrumpe como una nueva manera

    de hacer historia (Foucault es, junto a Althusser y Braudel, uno de los introductores enFrancia de la discontinuidad en la historia, perspectiva que continuarn, entre otros,Veyne o Chatier).

    Aunque conviene recordar que Foucault no hace historia, sino filosofa sobreexperiencias construidas histricamente, que no lo es lo mismo. Foucault no hacehistoria, sino que utiliza la historia para hacer filosofa. Foucault no es historiador;Foucault escribe historias. Incluso podramos decir que Foucault utiliza la historiapara contar sus historias. Pero, evidentemente, esta es otra historia que deber sercontada en otra ocasin.

    HISORIA DE LA LOCURA EN LA POCA CLSICA

    Y MOVIMIENO ANIPSIQUIRICO

    Historia de la locuratuvo una buena aceptacin entre los crculos acadmicosfranceses como un libro de epistemologa e historia de las ciencias. No obstante, nofue un xito, con gran pesar por parte de Foucault, que soaba con que sera un nuevoEl ser y la nada que le convirtiese en un nuevo Jean Paul Sartre. Pero algunos aosdespus de su publicacin, Historia de la locuraser reinterpretada, bajo la miradaantipsiquitrica (ser traducida al ingls en 1965 y publicada en la coleccin Studiesin existencialism and phenomenology, dirigida por Ronald Laing, y con un prlogo deDavid Cooper), como una poderosa herramienta a favor del cierre de los hospitalespsiquitricos, convirtindose el propio Foucault en uno de los principales abanderados

    de este movimiento, dando a este libro una dimensin poltica antiautoritaria, prximoa la Nueva izquierda y a los movimientos sociales de los sesenta, que Foucault nisospechaba antes de iniciar su escritura.

    Entendemos por movimiento antipsiquitrico una colectividad de mdicos psi-quiatras que, a finales de la dcada de los sesenta, va a rechazar una psiquiatra mdica,a la vez que va a proponer otra psiquiatra alternativa ms social y comunitaria. Porlo tanto, ms que hablar de mdicos antipsiquiatras habra que hablar de psiquiatrasantimdicos.

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    El planteamiento es, ms o menos, el siguiente: diversos autores, Laing, por ejem-plo, van a caracterizar los trastornos psicticos, ms concretamente la esquizofrenia,como un problema relacional y no orgnico; es decir, como un trastorno derivado dela adaptacin del sujeto a su entorno social (algo apuntado ya por el norteamericanoGregory Bateson). Si la patologa tiene su origen en el contexto familiar y comunitarioen el que vive el sujeto, es all donde debe producirse la terapia, y no en un contextohospitalario. La antipsiquiatra supone, por tanto, una crtica feroz tanto a esa formade represin institucional que son los hospitales psiquitricos (fbricas de enfermoscrnicos dependientes de la propia institucin psiquitrica), como a alguna de sus

    prcticas ms terrorficas: electroshock, privaciones (sensoriales, de sueo o de comida),coma insulnico, lobotomas.

    Antipsiquiatra es un trmino propuesto en 1967 por Cooper en su libro Psi-quiatra y antipsiquiatra (1985) que obtiene una gran resonancia en un momento decrtica generalizada a la autoridad y a la represin (estamos dentro de la corriente deMayo del 68), pues la reclusin psiquitrica es el paradigma de una represin groseralegitimada por el saberpoder psiquitrico. Las primeras experiencias psiquitricascrticas y desinstitucionalizadoras no se inician en este momento, sino que ya estabansiendo ensayadas desde hace aos; no obstante, ser tras Mayo del 68, y a travs de lacrtica contracultural, cuando esta cuestin salte a la opinin pblica, traspasando aslos crculos profesionales y universitarios, con lo que la represin psiquitrica va a ser

    criticada ahora tanto desde dentro (movimiento antipsiquitrico) como desde fuera(nuevos movimientos sociales de los aos sesenta).

    Otorgarle a Foucault el papel de abanderado del movimiento antipsiquitricose debe, sobre todo, a razones sociolgicas externas a su tesis doctoral, pues slo unalectura superficial de Historia de la locura puede llevarnos a situar a Foucault dentrode este movimiento, a pesar del evidente aire de familia entre algunos argumentosfoucaultianos y antipsiquitricos. Y es que Foucault es tan crtico con los hospitalespsiquitricos como con los humanitarios hospitalitos antipsiquiatras (el Kingsey Hallde Cooper no es tan distinto al Retiro del tambin britnico uke). Es ms, nos meatrevemos a sostener que la crtica a la Gran Reforma Psiquitrica de uke y Pinelque Foucault desarrolla en Historia de la locura podra aplicarse, tambin, al propio

    movimiento antipsiquitrico.Un anlisis en profundidad evidencia cmo los planteamientos foucaultianos se

    encuentran muy alejados de los antipsiquitricos. Foucault comparte con la antipsiquia-tra su vertiente negativa y destructiva: crtica al encierro y a los hospitales psiquitricos,pero no su vertiente positiva y constructiva: redefinicin de la locura/patologa, a niveletiolgico y a nivel teraputico, como una cuestin relacional, y propuesta teraputicaalternativa (psiquiatra social, psicologa comunitaria, terapia sistmica). En nuestraopinin, Historia de la locuray el movimiento antipsiquitrico son, en realidad, dos

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    rboles distintos cuyas ramas se entremezclan, pero cuyas races se encuentran clara-mente diferenciadas. Se trata, por tanto, de planteamientos radicalmente distintos (en elsentido etimolgico del trmino radical, que es raz). Quizs la explicacin resida enque, como suele suceder muy a menudo, estn utilizando el mismo trmino, locura,para referirse a dos conceptos muy distintos: mientras a Foucault le interesa el Nietzscheanterior a su derrumbe esquizofrnico en urn, a los antipsiquiatras les interesa, porel contrario, el Nieztzsche posterior a su derrumbamiento; mientras Foucault hablade genialidad artstica, los antipsiquiatras hablan de esquizofrenia.

    No obstante, parece que Foucault no se encuentra muy a disgusto como aban-

    derado de la antipsiquiatra; de hecho, influir en la traduccin al francs de la obradel norteamericano Tomas Szasz y participar en diversos encuentros y debates condestacados representantes de este movimiento (Laing, Cooper, Basaglia). Y es que elmovimiento antipsiquitrico tiene un contenido poltico muy cercano a las posicionesde una Nueva Izquierda emergente; muy cercano, por ejemplo, al pensamiento deMarcuse. Y parece que a Foucault no le desagrada que Historia de la locura,pese aser concebida con otro objeto (convertirse en un nuevo El ser y la nada?), sea utilizadaahora por el movimiento antipsiquitrico para sus propios intereses polticos; interesesmuy cercanos, por cierto, a los del propio Foucault.

    La antipsiquiatra supone, ante todo y sobre todo, un ejercicio de autocrticapor parte de la comunidad psiquitrica; ejercicio que cuestiona no slo el ejercicio

    profesional de la psiquiatra, sino tambin el papel poltico del psiquiatra como ins-trumento de control social de aquellos que no encajan con una normalidad/moralidaddominante; lo que otorga un aire de familia a esta antipsiquiatra, no slo con MichelFoucault, sino tambin, por ejemplo, con la Radical terapistnorteamericana o con elpensamiento de Deleuze y Guattari, que integran la lucha psiquitrica, al caracterizar alloco como un sujeto oprimido, dentro de una lucha ms global contra la dominaciny el abuso de poder del sistema capitalista (productividad econmica como normasocial). En Italia, por ejemplo, donde es preciso destacar a Basagliay sus comunidadesteraputicas (comunidades como las de Gorizia, rieste o Parma que no se van a limitara sustituir muros por rboles, sino que van a ir a la raz del tratamiento psiquitricointentando transformar radicalmente roles, prcticas teraputicas y relaciones de

    poder), el posicionamiento poltico lleg tan lejos que hizo que de este movimientoantipsiquitrico surgiese un partido poltico, Psichiatria Democratica,que consiguien 1978 que el Parlamento italiano aprobase la ley 180que proclamaba la supresinde los hospitales psiquitricos e integraba a la psiquiatra dentro de unos reformadosServicios Sanitarios.

    Para concluir con la antipsiquiatra, diremos que este movimiento obtuvo un xitorelativo. Por un lado, es evidente su decisiva contribucin al cierre de los hospitales psi-quitricos; por otro lado, no es menos evidente su fracaso a la hora, no slo de imponer

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    cientficamente sus planteamientos sobre el origen (etiologa) de la enfermedad mental,sino tambin a la hora de desarrollar sus alternativas teraputicas (en parte porque losviejos psiquiatras jams aceptaron el cambio de rol que propona la antipsiquiatra).No obstante, tambin el xito debe ser matizado, pues si bien los hospitales psiqui-tricos estaban siendo criticados por ser caros, ineficaces, represivos e inhumanos, fue,sin duda alguna, su elevado coste econmico la variable determinante para su cierre,y no variables cientficoteraputicas (la aparicin de un nuevo tratamiento mejor yms eficaz), polticas (crtica a la represin psiquitrica) o humanitarias (condicionesinhumanas de vida en el interior de estos manicomios). Por ello, podemos decir que

    la crtica antipsiquitrica, y tambin la foucaultiana, a los hospitales psiquitricos fueutilizada por el sistema para legitimar cientfica y socialmente una medida polticaque, en realidad, se haba tomado por motivos econmicos: los hospitales psiquitri-cos eran muchsimo ms caros que los nuevos frmacos, infalibles camisas de fuerzaqumicas.

    As las cosas, esta perspectiva social de la psiquiatra se nos presenta hoy comouna alternativa efmera que acab fagocitada por el sistema que deca combatir (unmovimiento antisistema que acab por reforzar el sistema que supuestamente preten-da derribar). Como suele ocurrir, el resultado final no acab de convencer ni a lospropios antipsiquiatras. No obstante, no deberamos ser injustos con la antipsiquiatra;seguramente hicieron todo lo que se les permiti hacer. Apenas fueron unos fuegos

    de artificio; tras la explosin inicial no qued ms que humo. Pero, todo hay quereconocerlo, fueron unos bellsimos fuegos de artificio.

    REFERENCIAS

    Cooper, D. (1985). Psiquiatra y antipsiquiatra. Barcelona: Paids.Foucault, M. (1997). Historia de la locura en la poca clsica. Mxico: Fondo de Cultura

    Econmica.

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