Dialectica Sofista y Platon (1)

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    Persuasin, seduccin y razn: entre la retrica sofstica y la dialctica platnica / 47

    Persuasin, seduccin y razn: entre la retricasofstica y la dialctica platnica

    RESUMEN

    El propsito de este artculo es hacer un recorrido quepermita dibujar un mapa tentativo a propsito delestatus de la retrica en la Grecia antigua, siguiendo

    una lnea que va desde Gorgias hasta Aristteles. Eltexto presta particular inters a las relaciones que se

    establecen entre la retrica, la culinaria y la dialcticay se detiene en el trmino antistrophos que parece

    jugar un papel clave dentro de la ubicacin de laretrica como arte o como simple prctica aduladora.

    Para elaborar este recorrido se hace una aproximacin

    a textos fundamentales dentro de la historia de laretrica como Encomio de Helena de Gorgias, Gorgiasy Fedrode Platn y Retrica de Aristteles.

    Palabras clave: retrica, sofstica, dialctica, Gorgias,Platn, Aristteles.

    Revista Logos N 15: 47-61 / Enenro - junio de 2009

    Sergio Roncallo Dow *

    * Filsofo de la Universidad de los Andes. Magster en Comunicacin por la Pontificia Universidad Javeriana. Candidato a Doctor en Filosofa por laPontificia Universidad Javeriana. Correo electrnico: [email protected], [email protected].

    Fecha de recepcin: enero 27 de 2009Fecha de aprobacin: febrero 10 de 2009

    PERSUASION, S EDUCTION AND REASON: BETWEEN S OPHISTIC

    RHETORIC AND P LATONIC DIALECTICABSTRACT

    The purpose of this article is to have a covering thatallows the elaboration of a tentative map because of

    the status of rhetoric in the ancient Greek followinga line that goes from Gorgias to Aristotle. The text

    is particularly interested in the relations established

    between rhetoric, culinary and dialectic, and stops

    in the term antistrophos that seems to have a keyrole inside the location of rhetoric as an art or as asimple adulatory practice. In order to elaborate this

    travel we have and approximation to fundamentaltexts between the story of rhetoric, such as Gorgias Encomium of Helen, Platos Gorgias and Phaedrus,and Aristotles Rhetoric.

    Keywords: rhetoric, sophistic, dialectic, Gorgias,

    Plato Aristotle.

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    EL PLACER DE LA PERSUASIN

    He de comenzar este escrito aclarando que lo quepretendo hacer aqu no es una exposicin erudita y

    abarcante del problema de la retrica en la Greciaantigua. Es ms, ni siquiera intento hacer una

    exgesis profunda de los textos a los que voy a hacer

    referencia; simplemente quiero plantear un recorridoque permita trazar un mapa tentativo, e inicial, de

    las crticas platnicas a la retrica; un mapa quepermita rastrear los orgenes y las consecuencias de

    las propuestas de Platn y, desde all, acercarnos alproblema.

    Como tema de debate, pocos resultan tan ricos ycontroversiales como la pugna entre Platn y lossofistas, a propsito del uso de la palabra: esa lucha

    entre la seduccin y la razn, entre el culto al placery la bsqueda del bien. De hecho, esta pugna se ha

    proyectado a lo largo de la historia y ha dejado en una

    posicin privilegiada las observaciones del filsofoateniense. Como, acertadamente, lo anota Perelman

    (1997), la palabra retrica despierta, en el hombreculto y letrado de la contemporaneidad, una suerte

    de asociacin con el discurso vaco y pululante deornamentos, con la poca capacidad argumentativa

    y con las cualidades puramente histrinicas delorador.

    En efecto, el poder seductor de la palabra era bien

    conocido por los sofistas, el embrujo oculto tras el

    discurso y los efectos, nicamente explicables desdeun componente tergico, fueron piedra angular

    de sus reflexiones. Gorgias, el clebre maestro deretrica nacido en Leontinos, dej esto enteramente

    claro en su, tambin clebre, Encomio de Helena, quedata aproximadamente del ao 412 a. C. All, y desde

    una perspectiva doble, Gorgias se propone recuperar

    el honor de Helena y poner fin a la ignorancia de susacusadores: Yo, en cambio, quiero [...], librarla de la

    mala fama de que se le acusa, tras haber demostrado

    que mienten quienes la censuran y, mostrando laverdad,poner fin a la ignorancia (1996: 2, 7) 1

    No me detengo, con detalle, en el exposicin completade la estructura del Encomio; sin embargo, quisieraanotar algunos puntos que resultan relevantes en elpasaje arriba citado y que abrirn el camino para las

    reflexiones posteriores.

    En primer lugar y, contrariamente a lo que podra

    sugerir una interpretacin literal del pasaje al queacabo de referirme, el propsito central de Gorgias

    no es el de recuperar el honor de la hermosaespartana, sino el de poner fin a la ignorancia de la

    muchedumbre, mostrando la verdad por medio de la palabra. A esta dicotmica y asimtrica pretensinera a lo que me refera, hace apenas unas lneas,cuando hablaba de una doble perspectiva en el

    razonamiento 2 de Gorgias. En este mostrar la verdad,veo la pretensin ms fuerte del texto: demostrar el

    gran poder, casi mgico, de las palabras y el modoen el que stas actan en quien las escucha. Estamos

    aqu, ante el tema de la persuasin y la seduccin. No

    se trata de imputar o no una responsabilidad moral aHelena, ni poner en tela de juicio su debilidad por el

    atractivo cuerpo de un prncipe troyano; el centro dela problemtica tiene que ver con el uso del discurso

    y con la imposibilidad de escapar a la seduccin queste trae consigo.

    En segundo trmino, el problema del mostrar la

    verdad por medio de las palabras, nos involucra deinmediato con el tema, hoy clebre y recurrente,

    1 Sigo aqu la traduccin de Melero Bellido. Las cursivas son mas.2 Uso la palabra razonamiento en el ms alto de los sentidos pues es claro que, desde una visin ortodoxa, la propuesta de Gorgias en el Encomio

    no puede ser considerada como tal. Todava, creo que la construccin misma del texto puede ser considerada como un todo coherente y organizadoque podra asemejarse a lo que se denomina un razonamiento aparente.

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    de la relacin existente entre lenguaje y mundo.

    En Sobre lo que no es o sobre la naturaleza, untexto cuya intencin y autenticidad han sido

    discutidas y que ha llegado a nosotros a travs de

    Sexto Emprico3

    , Gorgias desarrolla una inquietantereflexin cuya tesis central es que nada existe.Desdeesta formulacin, que puede interpretarse como una

    abierta disputa contra el Ser ingnito, incorruptible,inmutable, inmvil, idntico, esferiforme y uno de

    Parmnides y los eleticos, se elabora una intrincadaargumentacin que se puede sintetizar en tres puntos

    bsicos:

    1. Nada existe (hiptesis inicial de Gorgias).

    2. En el caso de que algo exista, este algo es inapre-hensible para el hombre.

    3. En el caso de que fuera aprehensible, no podraser comunicado y explicado a otros.

    Los puntos dos y tres ponen de manifiesto la

    imposibilidad de conocer lo que es y, an ms, deexpresarlo. Desde esta perspectiva, Gorgias abre un

    razonamiento, abiertamente convencionalista, queproclamara la arbitrariedad del signo lingstico y

    la independencia de la palabra con respecto al Ser:lo que se expresa por medio de la palabra no es ms

    que una ficcin, un constructo que obedece a una

    necesidad propia del ser humano. As, la palabrase distingue de la realidad y se vuelve un simple

    vehculo de expresin que, aunque suene paradjico, no expresaesa realidad: despus de todo y siguiendoa Gorgias Qu es lo que decimoscuando hablamosdel blanco o del rojo? No se trata aqu ms

    que de una convencin, de un referir que se alejapaulatinamente del Ser (en caso de que ste existiese)

    y, por ende, nos conduce por un camino que nosaparta de la verdad . Puede leerse en el texto:

    Y en caso de que sea representado [lo que existe],

    no puede ser comunicado a otro. Pues si las cosasque existen, aquellas que tienen un fundamento

    externo a nosotros, son visibles y audibles y obje-

    tos de una percepcin universal, y de ellas unasson perceptibles por medio de la vista, otras porel odo, pero no al revs, Cmo pueden, en tal

    caso, ser comunicadas a otros? Pues el medio conel que las comunicamos es la palabra y funda-

    mento de las cosas as como las cosas mismas noson palabras. En consecuencia no son las cosas

    lo que comunicamos a los dems, sino la palabraque es diversa de las cosas que existen (83-84) 4

    As las cosas, parece claro que el problema al quenos enfrenta Gorgias, en el Encomio, debe sercomprendido desde esta perspectiva que, poco apoco, nos lleva por el camino de la doxa, por esava de la opinin, aquella de la que Parmnideshaba tratado de huir en su carro tirado por yeguas.

    Ahora bien, la postura de Gorgias emprende un viroms radical y nos propone un lenguaje meramente

    descriptivo-operativo, que escapa, inclusive, a lasopiniones plausibles, las cuales podran asemejarse

    a una verdad relativamente esttica en virtud de suaceptacin. Por ejemplo, si yo opino que aquello queestoy sealando es una mesa, una silla o una pared

    y todos estn de acuerdo conmigo, podemos quedaratrapados en el crculo vicioso de una verdad que,

    si bien se aleja de ideas absolutas y determinantes,podra llegar a sugerir que es posible ser conocida

    por medio de la palabra.

    Entonces, estamos frente a una concepcin de lapalabra plenamente desvinculada del Ser y, en

    este sentido, autnoma, incapaz de transmitir unaverdad y, por ende, flexible; palabra que, desde

    3 Existe otra versin del texto que se encuentra en el tratado pseudoaristotlico, de autor annimo, De Melisso, Xenphane, Gorgia.4 Sigo la versin de Sexto Emprico, en Contra los matemticos,traduccin de Melero Bellido (1996).

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    su independencia onto-veritativa, resulta una

    herramienta apta para casi cualquier fin: despus detodo, los trminos verdad y falsedad se conviertenen nociones que se relacionan con la situacin. La

    palabra es un instrumento de persuasin, no unvehculo que nos lleve hacia lo que es. La palabrapersuade, crea creencias y seduce: es la materia

    prima de la retrica.

    Hecha esta digresin, se hace necesario volver al Encomio y a la nocin de verdad que all se ponesobre la mesa. De qu verdad habla Gorgias all?Ciertamente no se trata de la nica posible, sino,

    ms bien, de una verdad entre muchas, de aquellaque l busca mostrar. De nuevo, no estamos ante unautor que busque defender a Helena, esa verdad que

    subyace el texto de Gorgias es an ms inquietantey, en cierta forma, paradjica: el poder de la palabrase presenta como incomprensible para la mayora de los hombres.

    Esta idea se comprende mejor a la luz del texto

    mismo; en efecto, en el Encomiose exploran cuatroposibilidades distintas o caminos para mostrar la

    inocencia de Helena.

    1. En primer trmino est la idea de los designios

    de la divinidad: si era una disposicin divina quepartiese hacia Troya, en nada es ella responsable,

    pues oponerse al designio de los dioses es unatarea utpica.

    2. Un segundo camino trazado por Gorgias analizala posibilidad del rapto por medio de la fuerza;

    desde esta perspectiva, es imposible imputar ala bella espartana responsabilidad alguna: es su

    captor quien ha obrado de manera innoble y es lquien debe recibir un castigo.

    3. Hay una tercera y poderosa forma de explicar lapartida de Helena: la persuasin por medio de la

    palabra. Aqu, Gorgias abre el camino para aden-

    trarse en lo que podra considerarse como la esen-

    cia misma del Encomio,pues pone de manifiestoel poder de la palabra y sus amplios alcances.

    4. Finalmente, sostiene Gorgias, es posible que He-

    lena haya partido hacia Troya, enamorada de Ale-jandro, encantada por la visin de su cuerpo, consu alma seducida por la belleza. Gorgias toma en

    cuenta dos posibilidades. Por un lado, si el amores mandato de Dios, cmo luchar contra un de-

    signio divino? Por el otro, si se trata de un desva-ro de la mente, Helena no puede ser censurada,

    pues su partida hacia Troya no obedeci a unaconstruccin racional sino a un estado de locura 5.

    Por un camino o por el otro, la no responsabilidad

    de Helena queda probada.

    Aqu me interesa acercarme a la tercera posibilidadque Gorgias trae a colacin y, a partir de ella, intentar

    estructurar un sendero hacia las crticas platnicas.

    Si Helena parti hacia Troya persuadida, la palabraparece ser el arma ms poderosa y contundente.

    Esto se comprende mejor si se piensa en la primeray segunda posibilidad. Gorgias analiza el designio

    divino y la fuerza fsica, en cuanto posibles motivosde la conducta de la espartana. Desde una perspectiva

    muy simple y guiados, nicamente, por el sentido

    comn, resulta obvio que podran presentarse comoelementos mucho ms contundentes que la palabra

    misma. Parecera absurdo pensar que el retrico es mspoderoso que Dios o que un corpulento y bello raptor;

    sin embargo y, aunque no lo dice abiertamente, Gorgiasparece pensar que as es. Se afirma en el Encomio: Lapalabra es un poderoso soberano que, con un cuerpopequesimo y completamente invisible, lleva a cabo

    obras sumamente divinas (8, 4-8).

    Es pertinente preguntarse en qu consiste el poderdel que habla Gorgias, que hace de la palabra ese

    soberano y que, en ltimas, hace del retrico un

    5 Sobre la responsabilidad de Helena, Jonathan Barnes (1992) ha desarrollado una muy interesante reflexin en Los Presocrticos.

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    hombre extremadamente poderoso en virtud de su

    tcnica 6.

    Este poder encuentra su fulcro, particularmente, enuna idea: el placer. Ahora bien, qu es el placer?

    Desde una lectura cotidiana y desprovista decualquier pretensin filosfica, podra interpretarse

    como una suerte de sensacin agradable, usualmenteasociada con la corporalidad. En este caso podra

    mantenerse, al menos en un primer momento, estaperspectiva, introduciendo una ulterior escisin

    entre lo que podramos llamar placeres del cuerpo yplaceres del alma.

    En el marco del Encomio, resulta particularmenteinteresante esta idea del placer, pues, desde el iniciomismo de la disertacin, Gorgias hace hincapi en esa

    funcin procuradora de placer que reviste a la retrica:Pues bien, quin y por qu causa y de qu modo

    satisfizo su amor tomando a Helena, no voy a decirlo.

    Porque decir a aquellos que saben, lo que saben, procuracrdito, mas no proporciona placer (5, 1-4).

    El orador proporciona placer a su auditorio y, en esa

    medida, el discurso es ms efectivo; aqu, entra en

    juego el componente seductor del que ya se habahablado y las intenciones de Gorgias se hacencada vez ms claras. As las cosas, si la palabra y

    el mundo se encuentran separados y no se puedehablar de una pretensin y transmisin de verdad, el

    discurso retrico se presenta como una herramientaprovocadora de sensaciones. Entra en juego el

    componente de la adulacin que tanto habr deocupar las reflexiones de Platn, en Gorgias.

    Este argumento, basado en el placer, encuentra eco a

    lo largo del Encomioy refuerza las ideas de Gorgias apropsito del inmenso poder de la palabra. Estamosante un discurso que seduce, persuade y transforma

    mediante la fascinacin (10,2 ); en este ltimo punto,

    veo una idea clave enraizada en la posibilidad deltransformar . Este hacer cambiar de forma a alguieno a algo, asociado con la fascinacin y con el placer,

    abre a la retrica la posibilidad de manipular 7 al au-

    ditorio, a los oyentes: la posibilidad de transformarsus almas. De este modo, y siguiendo de cerca losargumentos que el mismo Gorgias nos ofrece, es po-

    sible pensar la retrica como una tcnica que propor-ciona placer al alma (y hago nfasis en que su status

    tcnico no se ha puesto en duda an, eso se lo deja-remos a Platn), que la seduce y la encanta. De ah

    que Helena, la vilipendiada y hermosa espartana, notuviese la culpa de haber partido hacia Troya. Cmo

    podra haberse resistido a un soberano invisible y

    poderoso como la palabra? En trminos un poco mscrudos Cmo escapar al poder del retrico?

    En efecto, la palabra acta en el alma del mismo modoen que los frmacos actan en el cuerpo; Gorgias

    propone una especie de analoga entre retrica ymedicina que habr de tener eco en las crticas de

    Platn y en la respuesta final de Aristteles. Veamosesta analoga, tal como se expone en el Encomio:

    La misma relacin guarda el poder de la palabra

    con respecto a la disposicin del alma que la pres-cripcin de frmacos respecto a la naturaleza delcuerpo. Pues, al igual que unos frmacos extraen

    unos humores del cuerpo y otros, otros; y as comoalgunos de ellos ponen fin a la enfermedad y otros,

    en cambio, a la vida, as tambin las palabras pro-ducen unas, afliccin; otras, placer: otras, miedo;

    otras predisponen a la audacia a aquellos que lasoyen, en tanto otras envenenan y embrujan sus al-

    mas por medio de una persuasin maligna (14).

    El pasaje es del todo iluminador y el poder de lapalabra se hace palmario; las posibilidades del retrico

    son prcticamente ilimitadas y la debilidad del almacontrasta con la fuerza de un discurso que, escindido

    6 Sobre este punto, como es bien conocido, gira la discusin con Platn.7 Uso el verbo manipular no en el sentido peyorativo que usualmente suele atribursele. Entiendo por manipulacin, la posibilidad de dar forma por

    medio de las propias capacidades.

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    de lo real, presenta los hechos del mundo a su antojo y

    transmuta el alma del oyente a su parecer. La retricano se presenta aqu como buena o mala, creo que los

    juicios de orden moral escapan a las reflexiones de

    Gorgias8

    . Veo, por un lado, una apuesta que tendracortes puramente prcticos y, por otro, una objetivacinde lo que el sofista llama un divertimento retrico.

    Con lo que hasta aqu se ha dicho, cumpliramos con

    el itinerario gorgiano y habramos logrado dos cosas:en primer trmino, probar 9 la no responsabilidad

    de Helena y, adems, mostrar el gran poder lapalabra y su exuberante influencia en las almas de

    los hombres.

    Quit con mi discurso la infamia sobre una mu-

    jer; permanec dentro de los lmites de la normaque me propuse al comienzo del discurso: intent

    remediar la injusticia de un reproche y la igno-rancia de una opinin. Quise escribir este discur-so como un encomio de Helena y un juego de miarte10 (20, 6 y ss.) 11 .

    Ahora bien, en este punto quiero abordar las crticas

    de Platn a la retrica, su fuerte enfrentamiento conlos sofistas (Gorgias, en particular) e intentar mostrar

    la situacin en la que queda el discurso persuasivo

    hasta la llegada de Aristteles.

    LAS CRTICAS DE P LATN: UN RECORRIDO DEL SIMULACRO A LA DIALCTICA

    Las crticas y reflexiones de Platn acerca de la retricase encuentran expuestas, principalmente, en dos

    dilogos: el Gorgias y el Fedro. Aunque esta crticase aborda en otros escritos como el Menxeno y el Protgoras, aqu me ocupar, nicamente, de los dosprimeros, pues en ellos se sintetiza el corpus central

    del problema en Platn y son los dilogos que dan ms

    pistas para entrever las disputas que estuvieron siempreabiertas entre el filsofo ateniense y los sofistas.

    En el Gorgias, la crtica a la retrica tiene dos caras.Est lo que podra llamarse una cara negativa, quetiene que ver con la tesis platnica de que la retrica

    no es una tcnica sino una simple prctica, innoble ycarente de fundamento. Resulta interesante detenerse

    en esta primera parte de la crtica a la retrica,pues, por un lado, en el desarrollo de la tesis Platn

    introduce el trmino antistrofa12 para sugerir una

    8 Recurdese aqu, adems, el doble significado de la palabra phrmakon que indica, desde Homero, toda suerte de ungentos o brebajes que alteranla naturaleza de un cuerpo. Esta alteracin de la naturaleza puede ser buena o mala: el phrmakones, segn lo anterior, cura o veneno. El uso deltrmino es recurrente y ambivalente en los dilogos platnicos. Al respecto vase entre otros: Repblica(406a-d, 407d-e, 408a-b); Gorgias(467c); Fedn(67a, 115); Fedro(274e, 275a); Crmides(155e); Crtilo(394); Protgoras(354a).

    9 Este probar debe ser ledo de una manera no literal, claro est. La retrica no es ni puede llegar a ser demostrativa ni puede probar en un sentidoestricto del trmino. Las premisas de las que parte no tienen el carcter necesario que s poseen las premisas de la matemtica o de la geometra.As las cosas, estas dos demuestran, la retrica no; simplemente persuade. Este es el motivo por el que utilizo este trmino aqu.

    10 He usado aqu la palabra tcnica como sinnimo de arte, pues considero que ambos vocablos pueden emplearse como t raducciones castellanas dela palabra griega techn. Las traducciones que utilizo a lo largo de mi reflexin emplean, en su mayora, la palabra arte, razn por la cual el l ector,a menos que se le indique lo contrario, deber considerarlas como sinnimos.

    11 Este quitar la infamia parece sugerir, en mi opinin, un superar la ignorancia, es decir, una reconstruccin de la opinin de la muchedumbre. Elsubrayado es mo.

    12 El uso de este trmino es complejo y se presta para una multiplicidad de interpretaciones, dada la dificultad de traduccin que entraa. Se trata deun vocablo retomado del teatro griego; all, en algunos ditirambos circulares, el coro cantaba la estrofa mientras bailaba hacia la derecha y entonabala antistrofa al desplazarse hacia la izquierda. En efecto, la antistrofa no repeta la estrofa; de hecho, el coro no slo cantaba algo distinto sino que,como se mencion hace un instante, se mova en un sentido contrario al que tena mientras cantaba la estrofa. La antistrofa es una especie de rplicade la estrofa y, junto con ella, completa el significado del todo dentro del coro formando una unidad coherente y organizada. La antistrofa sueleentenderse en el mbito de la discusin filosfica como una suerte de contraparte. Empero, el uso de este trmino no soluciona el problema en loabsoluto, pues se presta para mltiples interpretaciones:

    A es una imagen de espejo de B. A es el opuesto proporcional de B. A es un paralelo exacto de B. A en su contexto es lo mismo que B en su contexto.

    A y B (como el yin y yang) se complementan y forman un todo. Entindase aqu el trmino antistrofa en el tercer sentido, pues lo que pretendo es poner en relacin analgica tcnicas (o simulacros) y sus

    objetos. Aunque el uso del trmino es mucho ms complejo, para efectos del recorrido propuesto en este texto, esta aclaracin es una brjula losuficientemente segura. Al respecto vase: Green (1990: 5-27).

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    posible relacin entre retrica y medicina 13, lo que

    recuerda, inmediatamente, los planteamientos deGorgias en Encomio de Helena.De otro lado, esta ideade la retrica puesta en escena, como componente de

    una analoga, es retomada por Aristteles en la lneainicial de su Retrica, pieza final de este recorrido.

    Una segunda perspectiva, desde la cual puedeabordarse la crtica de Platn, es la que llamar cara

    positiva, que se refiere a la posibilidad de concebirla retrica como tcnica, siempre y cuando sta

    rena determinadas caractersticas. La importanciade esta parte positiva radica en el hecho de que, al

    concebir Scrates una retrica tcnica, sta entra en

    estrecha relacin con la dialctica; cercana que seencontrar de nuevo en Aristteles. Esta parte de la

    crtica de Platn es relevante, adems, porque puedeconsiderarse una antesala a su tesis de Fedro, segnla cual si la retrica es una tcnica, el retrico debedominar la dialctica.

    Como segunda etapa de este viaje a lo largo de las

    propuestas de Platn me concentrar en Fedro.La crtica a la retrica hecha en este dilogo tiene,

    igualmente, dos perspectivas. El Fedro reviste aquun particular inters, pues all se exponen, de

    manera ms explcita que en el Gorgias, todos loselementos necesarios para que la retrica llegue a serun arte y se hace explcita la relacin entre dialctica

    y retrica. La parte negativa de la crtica se dirige,esencialmente, a mostrar y condenar el desdn y el

    desinters que los retricos tradicionales (lase aqusofistas) profesan por la verdad. La parte positiva de

    la crtica de Fedro tiene que ver, de nuevo , con laposibilidad de una retrica que pueda ser pensada

    como una tcnica.

    EL SIMULACRO

    El recorrido a lo largo de la primera parte del Gorgiases tortuoso pero interesante. Platn nos pone frente

    a dos titanes de la palabra, Scrates y Gorgias,quienes discuten vidamente acerca del status de

    la retrica, buscando y siguiendo un procedimiento

    abiertamente socrtico, una definicin.

    Tradicionalmente, se piensa la retrica como unaespecie de tcnica de la persuasin y con esto se

    pretende dar una definicin abarcante del trmino;en el Gorgias, el camino no es todava tan corto ysencillo como podra imaginarse, pues esta bsqueda

    de la definicin lleva la lnea argumentativa deldilogo por los mrgenes y, desde esta intencinprimordial, la problemtica entorno al discurso y la

    persuasin se hace paulatinamente ms compleja eintrincada. El problema se plantea entonces desde la

    inquietud primordial de Scrates, que tiene que ver,

    precisamente, con la habilidad que Gorgias 14 diceposeer: Scrates: [...] Porque yo deseo preguntarle

    (a Gorgias) cul es el poder de su arte y qu es lo quel proclama y ensea (447c) 15.

    Con una florida y adornada respuesta, Polo, un

    entusiasta interlocutor 16, responde que la habilidadde Gorgias es la ms bella de las artes (448 c). Sin

    embargo, esta no es una respuesta satisfactoria paraScrates, pues lo nico que se ha dicho es cmo esaquello que practica Gorgias, pero no qu es. Hay unaproblemtica en la bsqueda misma de la definicin,lo que obliga a Gorgias a entrar en la discusin y

    responder que su habilidad es la retrica y que l esun orador o, al menos, eso es lo que se ufana de ser .

    13 Es claro que la relacin, tal como se plantea en el dilogo, no es entre retrica y medicina sino entre retrica y culinaria, ahora bien, como semostrar ms adelante, la culinaria es el simulacro de la medicina. Planteo la analoga en estos trminos iniciales para hacerla ms cercana a lasreflexiones de Gorgias en el Encomio.

    14 Este Gorgias dramtico, personaje del dilogo, debe distinguirse del Gorgias autor al que se ha hecho referencia en la primera parte de esteartculo.

    15 El texto entre parntesis es mo.16 Discpulo de Gorgias, tambin siciliano y maestro de retrica.

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    Aqu tenemos caracterizado al orador sofista, aquel

    que ya haba dado una demostracin de su tcnica ysu poder en el Encomio.

    Si bien la caracterizacin de la tcnica de Gorgiasparecera estar completa, es necesario preguntarsepor el objeto mismo del que se ocupa la retrica

    que practica el sofista, esto es, por los discursos.Claramente aqu no hay ningn tipo de juego

    malintencionado, al menos en principio, por partede Platn: el objeto de la retrica no puede ser otro

    aparte de los discursos. Es evidente que el oradorque persuade por medio de la palabra, se encarga,

    desde una visin algo simplista, de ser una especie

    de hacedor de discursos.

    Scrates: [...] Veamos; contstame tambin asrespecto a la retrica. Cul es el objeto de su co-

    nocimiento? Gorgias: Los discursos (449d).

    El problema real no radica, al menos en principio, en

    el descubrimiento del objeto, sino en la generalidady la opacidad conceptual de la respuesta que Gorgias

    ha dado. En efecto, los discursos son muchos y demuy diversa naturaleza: la medicina, por ejemplo,

    se ocupa de los discursos que se refieren a las

    enfermedades, la gimnasia de aquellos que se refierenal buen o mal estado del cuerpo. Hay, adems, otras

    artes como la aritmtica, el clculo y la geometraque utilizan el lenguaje para sus propsitos.

    Se hace necesario, entonces, emprender una

    bsqueda que desemboque en la especificidad dela retrica y que permita determinar su objeto (el

    discurso), de manera clara y coherente. Para ello seintroduce la idea de la persuasin como componente

    central del edificio retrico y, segn la argumentacinde Gorgias, lo propiamente constituyente de sus

    discursos. En particular, como queda ms claramente

    delineado por un Gorgias diestramente conducidopor Scrates, se trata de esa persuasin que se da en

    los tribunales y, en general, en las asambleas, sobre

    lo que es justo y lo que es injusto (454b). Aqu yace,precisamente, su diferencia de otras artes que tambin

    son artfices de la persuasin, como la aritmtica.

    Ahora bien, la opacidad conceptual no desaparececon esta aclaracin y se hace necesario estableceruna distincin entre dos tipos de persuasin quellevan a dos lugares diferentes.

    Platn introduce, hbilmente, la distincin entreconocimiento y creencia, a partir la idea de la

    persuasin. La creencia sin conocimiento puedeser verdadera o falsa, mientras que la persuasin

    que trasmite saber y da origen a la ciencia es,

    necesariamente, verdadera. Aqu se ponen en frontaloposicin las dos caras del discurso persuasivo: la

    retrica (que transmite creencias sin conocimiento)y la enseanza (que proporciona el verdadero saber,

    aquel que conduce a la ciencia). La persuasinretrica, tal y como la plantea Gorgias, se encamina

    simplemente a la creencia, pues el orador no es unmaestro que ensea acerca de lo justo y lo injusto

    a su auditorio, sino que slo busca convencer.Scrates deja la retrica en una situacin difcil, ya

    que despus de la distincin entre creencia y saber,sta se presenta como una especie de prctica vaca,pues quien la ejerce persuade sin conocimiento y no

    tiene nada que ensear, razn por la cual la retrica,adems, no parece ser til para nada.

    Nos encontramos aqu con uno de los puntos clave

    de la crtica platnica, que marca su separacintajante del pensamiento sofista: la posibilidad de

    hallar y transmitir verdades por medio de la palabra.En efecto, en el Gorgiasse afirma que quien ensea,por medio de la palabra, persuade al transmitirsu conocimiento al discpulo. Evidentemente,

    siguiendo de manera casi natural la argumentacinestructurada por Platn, la retrica que se limita a

    producir una persuasin y que no lleva ms que a

    la creencia, se muestra como un tipo de discursoque solamente puede ser utilizado ante aquellos

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    que no poseen por s mismos el conocimiento

    (Grube, 1987: 317), esto es, ante la multitud ignara,la muchedumbre 17. La clara pretensin de verdad,

    implcita en el discurso, es poco a poco desvelada

    por Scrates, quien hbilmente conduce a Gorgiashacia una encrucijada argumental.

    En el marco del Gorgias, el poder del retrico, claroy contundente en el Encomio, se revela como falsoy carente de fundamento. Platn reduce y somete aGorgias a una desnudez argumental, la cual termina

    en una contradiccin de la cual es imposible escapar;al ubicar lo justo y lo injusto como sostenes temticos

    del discurso retrico, con la idea de conocimiento

    desvelada a partir de los dos tipos de persuasin.Debe el retrico conocer (esto es, poseer la verdad)

    lo justo y lo injusto? Su asentimiento, sumado auna falaz, aunque persuasiva argumentacin de

    Scrates, llevan a Gorgias a una encrucijada: siquien conoce la msica es msico y quien conoce la

    medicina es mdico; quien conoce la justicia no esnecesariamente justo? Esta analoga con las technai,falaz y un tanto gastada en los Dilogos, marca el finde la discusin, un tanto acomodada, con Gorgias y

    abre el camino a Platn para probar su punto 18.

    El destierro del conocimiento y la falta de

    capacidades del retrico, as como una inoportunay torpe respuesta de Polo, en la que acepta que el

    fin de la retrica es producir agrado y placer (462c),llevan a Scrates a esgrimir una interesante teora

    de los simulacros, en la que contrapone ciertastcnicas verdaderas que se refieren al cuerpo y al

    alma, portadoras de conocimiento, a sus doblescorrompidos, con apariencia de tcnica, desprovistos

    de conocimiento y procuradores de placer.

    Del bien del cuerpo se ocupan la gimnstica (que lo

    mantiene) y la medicina (que lo restaura) y, juntoa stas, se presentan dos simulacros innobles, a

    saber, la cosmtica y la culinaria, simples prcticas

    procuradoras de agrado y placer. De igual modohay tcnica que se ocupa del bien del alma: lapoltica. Segn el argumento esgrimido por Scrates

    y siguiendo el mapa ya trazado para el cuerpo, lapoltica se divide en dos tcnicas: la legislacin

    (que mantiene el bien del alma) y la justicia (que lorestaura); a estas dos tcnicas verdaderas y portadoras

    del bien, se contraponen sus dos simulacros: lasofstica y la retrica. As las cosas: [...] La cosmtica

    es a la gimnstica lo que la sofstica es a la legislacin,

    y la culinaria es a la medicina lo que la retrica es ala justicia (465c).

    Ms adelante, Scrates reitera: As pues, ya has odo

    lo que es para m la retrica: es respecto del almauna antistrofa19 de lo que es la culinaria respecto alcuerpo (465e).

    Esto recuerda, inmediatamente, el planteamientode Gorgias en el Encomio, al que se haca referenciaalgunas lneas arriba. All, la retrica se pona alnivel de la medicina, aqu, al nivel de la culinaria,

    el simulacro de la tcnica, la actividad innoble y fea

    ( kaks) que procura el simple placer.

    Desde la contraposicin que se abre aqu entre bieny placer, entre tcnica y simulacro, entre razn y

    seduccin, se puede comprender hacia qu va loque he llamado la cara positiva de la crtica. En

    efecto, una vez Scrates ha mostrado que la retricano es una tcnica verdadera, al ponerla al nivel de

    la culinaria y contraponerla a la justicia, se abre la

    17 Gorgias: [...] frente a otro artesano cualquiera, el orador conseguira que se le eligiera con preferencia a otro, pues no hay materia sobre la que nopueda hablar ante la multitud con ms persuasin que otro alguno, cualquiera que sea la profesin de ste (456c).

    18 Sobre el probar vase nota 10.19 He cambiado la traduccin dado que considero que el neologismo antistrofa es mucho ms adecuado; J. Calonge traduce el trmino en griego

    antistrophon como lo equivalente. La frase perfectamente podra rehacerse as: La retrica es una antistrofa de la culinaria. El termino antistrofaindica, aqu, una particular relacin entre dos habilidades que tratan de asemejarse al arte verdadero, pero que no son ms que simples prcticasaduladoras, cada una en su mbito. La antistrofa indica una relacin analgica entre dos trminos X y Y, de modo que: X se asemeja a A como Yse asemeja a B, o si se prefiere, X : A = Y : B.

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    posibilidad de pensarla (o al menos imaginarla) como

    una tcnica y se plantean dos clases de retrica:

    Pues si hay dos clases de retrica, una de ellas

    ser adulacin y vergonzosa oratoria popular yhermosa, en cambio la otra, procura que las al-mas de los ciudadanos se hagan mejores y se es-

    fuerza en decir lo ms conveniente, sea agradableo desagradable para los que lo oyen. Pero t no

    has conocido esa clase de retrica [...] (503a)

    Es, aqu, palmaria la distincin platnica entre losdos tipos de retrica y la escisin entre bien y placer

    que se poda entrever en algunos de los argumentos

    anteriores. Hay, adems, una crtica abierta a lapoltica y a la oratoria de su tiempo, la cual se traduce

    en el desprecio del ateniense por las prcticas delos sofistas. La ltima parte del pasaje mencionado

    es absolutamente explcita y da cuenta de una delas intenciones centrales del Gorgias: el ataque aldiscurso vaco y ajeno al conocimiento, la antpodade la utopa platnica de la verdad.

    El buen orador, el retrico tcnico, debe ser como

    un artesano cuyo material son las almas de quieneslo escuchan. Como todos los artesanos, debe prestar

    atencin a su obra y aadir cada parte sin dejar nadaal azar , debe proceder razonadamente como lo hacenaquellos que poseen una tcnica. El orador hace

    del alma de los hombres que lo escuchan su obra,procede de tal manera que es el verdadero terico

    del discurso, pero, al parecer, el nico hombre querene los requisitos para serlo es Scrates. Se afirma

    en el dilogo:

    Creo que soy uno de los pocos atenienses, por nodecir el nico, que se dedica al verdadero arte de

    la poltica y el nico que la practica en estos tiem-pos; pero, como en todo caso, lo que constante-

    mente digo no es para agradar, sino que busca el

    mayor bien y no el mayor placer [...] (521d).

    De nuevo, el ingenio platnico ha logrado mostrar

    cmo Scrates es la figura, por excelencia, en lasms diversas lides del actuar humano y, desde un

    desenvolvimiento argumental altamente persuasivo,

    nos ha llevado, de una crtica abierta a la retricasofistica a una concepcin del discurso persuasivoque, en el Gorgias, queda apenas enunciada: eldiscurso retrico, tcnico y vlido es el del filsofo.

    Precisamente, este punto es el que se desarrollacon alguna consistencia en el Fedro, dilogocronolgicamente posterior al Gorgias, en el que,aunque de un modo a mi parecer sutil, Platn

    reformula muchas de sus posturas respecto a la

    retrica.

    LA DIALCTICA

    El primer punto al que quiero referirme aqu y queconstituye la pars destruens del dilogo, tiene quever, como lo haba ya mencionado, con el despreciohacia la verdad profesado por los sofistas -Gorgias

    entre ellos-. En efecto, Fedro se dirige a Scrates conlas siguientes palabras:

    Fjate, pues, en lo que o sobre este asunto, que-

    rido Scrates: que quien pretende ser orador, no

    necesita aprender qu es, de verdad, justo, sinolo que opine la gente que va a juzgar; ni lo verda-

    deramente bueno o hermoso, sino lo que parece.Pues es de las apariencias de las que viene la per-

    suasin, y no de la verdad (Fedro, 259e-260a).

    La recurrencia a la apariencia y a la opinin es claraaqu. El punto del que se parte para estructurar la crtica

    es un lugar, ya comn, dentro de la argumentacinplatnica a propsito del componente de verdad

    en el discurso persuasivo. Hecha esta aclaracin,Platn construye un hbil argumento que le permite

    desmontar el pre-juicio expuesto por Fedro y llegar

    a mostrar la necesidad de conocer verdaderamente

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    aquello de lo que se habla. Una verdad que, en este

    caso, aparece despojada de cualquier connotacintica y se presenta, ms bien, como una suerte de

    instrumento del que debe valerse el retrico en el

    momento que pretenda persuadir correctamente. Enprincipio, esto parece contrastar abiertamente conlo planteado en el Gorgias, en el cual se hablaba deuna buena retrica que buscara siempre el mayorbien (512d). Ahora, y como intentar mostrarlo, veo

    coherencia en las posturas de Platn en la medida enque tanto en el Gorgiascomo en el Fedro la apuestapor una retrica tcnica y por el discurso buenoinvolucra al filsofo. Volvamos a los argumentos del Fedro.

    Siguiendo el mtodo socrtico, se hace necesario

    partir de una definicin del objeto, esto es, de laretrica y del persuadir que se presenta como una

    especie de conduccin de las almas del auditorio,una psicagogia: el retrico es mostrado como elauriga capaz de llevar a trmino este viaje. Con estosobre la mesa puede presentarse la definicin que

    estamos buscando.

    [...] la retrica sera un arte de conducir las almas por medio de las palabras, no slo en los tribuna-les y en otras reuniones pblicas, sino tambin

    en las privadas, igual se trate de asuntos grandescomo pequeos, y que en nada desmerecera su

    justo empleo por versar sobre cuestiones serias oftiles (261a-b) 20.

    El confinamiento en las asambleas de los asuntos

    pblicos que, en el Gorgias, cargaban de un tintepoltico a la retrica, desaparece para dar lugar

    a una tcnica discursiva que toca tambin loprivado. Esa ampliacin del mbito de la retrica

    va acompaada de una nueva visin temtica quesupera las limitaciones presentes en la primera

    crtica (lo justo y lo injusto) y pone de manifiesto

    una apuesta por una concepcin ms abarcante delos discursos persuasivos. Empero, los cambios que

    Platn introduce en la concepcin de la retrica van

    mucho ms all.

    El retrico no slo debe conocer la verdad, sino que

    debe estar en capacidad de identificar las almas dequienes lo escuchen y, desde este conocimiento

    de su auditorio, construir su discurso. Como se hamostrado, la retrica de Fedro se presenta comola tcnica de guiar a las almas a travs de laspalabras; as las cosas, el retrico debe conocer,

    necesariamente, la naturaleza del alma. Slo as

    sabr qu es aquello que resulta persuasivo para suauditorio. Debe ser capaz de identificar a qu tipo

    de alma se est dirigiendo, cundo hacerlo y en qumomento detenerse. Recurriendo, de nuevo, a la

    analoga, Scrates sostiene que as como la medicinadebe conocer y analizar el cuerpo humano en su

    conjunto para poder diagnosticar y posteriormentecurar, la retrica necesita conocer la naturaleza del

    alma, en general, para as poder distinguirlas en suindividualidad y saber qu tipo de discursos han

    de dirigirse hacia qu tipo de almas. El retrico es,desde esta perspectiva, una especie de psiclogo:

    [...] El que pretenda ser retrico es necesario quesepa del alma, las formas que tiene, pues tantas y

    tantas hay, y de tales especies, que de ah viene elque unos sean de una manera y otros de otra. Una

    vez hechas estas divisiones, se puede ver que haytantas y tantas especies de discursos, y cada uno

    de su estilo [] Pero cuando sea capaz de decirquin es persuadido y por qu clase de discursos

    [...] y sabiendo en qu momentos conviene o noconviene aplicarlos, es cuando ha llegado a la be-

    lleza y perfeccin en la posesin del arte, mas noantes (271d-272a).

    20 El texto en cursiva es mo. Al respecto tambin Fedro (261e).

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    Junto a este punto, puede individuarse el que, quiz,

    resulta el ms platnico de los planteamientos del Fedro: el componente dialctico del discurso. Estonos lleva a formular una pregunta que tiene que ver,

    esencialmente, con los aspectos formales que debereunir un buen discurso y que, desde esta visinplatnica, resultan fundamentales. El discurso

    persuasivo gira en torno a palabras y conceptos sobrelos cuales no existe una nica concepcin; en la

    medida en que la retrica se nutre de las semejanzas,los objetos sobre los cuales ejerce su potencia son,

    evidentemente, susceptibles de debate. Si la labor delretrico consiste en mostrar que A es B, siempre lograr

    un mayor xito si se subrayan ciertas caractersticas

    comunes a A y a B (Grube, 1987: 321). La correctaaplicacin de estas semejanzas estara garantizada por

    una de las cualidades esenciales que ha de reunir elretrico: conocer, a cabalidad, el objeto sobre el que se

    dispone a hablar. Ahora bien, debe tenerse en cuentaotra distincin que Scrates introduce: y no es

    manifiesto para todos, el que sobre algunos nombresestamos de acuerdo y diferimos sobre otros? (263a).

    Hay ciertas palabras sobre las que no se discute,

    pues todos tienen una concepcin semejante deellas: todos pueden llegar a entender la misma cosa

    cuando se les menciona. A este grupo pertenecen

    trminos como hierro o plata. Junto a este tipo depalabras existen algunas que a cada persona sugieren

    cosas distintas, como por ejemplo amor, bueno,justo e injusto. De este ltimo gnero de palabras

    cada persona tiene una concepcin distinta y se abreel camino a la polisemia. La retrica tiene mayor

    poder sobre aquellas cosas sobre las cuales no hayun acuerdo. El orador debe ser capaz de distinguir si

    el discurso versa sobre un asunto controvertible o no,y, en caso de que as sea, proceder ordenadamente

    y, a partir de una definicin, seguir un orden que

    le de una forma, de manera que el discurso vayadesenvolvindose, poco a poco, de manera natural,

    hasta sus partes ms sencillas.

    Este procedimiento que sigue el retrico para construirsu discurso, tiene dos momentos. En un primer estadio,

    se recoge todo bajo una definicin, este es el momentode unin. Una vez hecho esto se empiezan a distinguir

    especies y se sigue una divisin lgica de lo que, en elprimer paso, se haba concebido como una unidad. Este

    mtodo es lo que Scrates llama dialctica y es en elque debe apoyarse el verdadero retrico al estructurar

    su discurso. Se afirma en el Fedro:

    Y esto es de lo que soy yo amante, Fedro, de las

    divisiones y uniones, que me21 hacen capaz dehablar y de pensar. [...] Por cierto que aquellos

    que son capaces de hacer esto sabe dios si lesacierto con el nombre les llamo, por lo pronto,

    dialcticos (266b).

    De nuevo, la retrica se reviste de dialctica. Al igualque en el Gorgias la posibilidad de una retrica quepueda considerarse un arte quedara determinadapor el hecho de que rena las caractersticas propias

    de la dialctica.

    La retrica presupone un conocimiento de la

    dialctica y, solo as, puede ser concebida como unverdadero arte. Asimismo, Scrates es, de nuevo, el

    ejemplo perfecto de cmo debe proceder quien esten posesin del arte. Es l quien practica la verdadera

    retrica, al igual que en Gorgias. Platn estructurala retrica, en el Fedro, sobre la base del mtodo 22 dialctico, el mtodo de exposicin filosfica porexcelencia 23.

    21 El uso de la primera persona es ms que diciente. Esto recuerda inmediatamente lo planteado en Gorgias(521d). Las cursivas son mas.22 El trmino mtodo es la traduccin del vocablo griego mthodos. Sin embargo, su antecedente primordial es la palabra griega ods que significa

    camino. El mtodo no es cualquier camino: es el mejor y ms efectivo de los caminos, el que llevar, de la manera ms segura y efectiva, al finpropuesto. El camino aqu, sin duda es la filosofa.

    23 Segn afirma Hackforth, para Platn la palabra dialektiks significa primariamente perseguidor de una seria investigacin (citado por Luis Gil enla introduccin al Fedro).

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    Los manuales de retrica de la poca, obra de los

    sofistas, olvidaban, segn Platn, los ltimos puntosaqu tratados. Profesaban un absoluto desdn por

    la verdad y ni siquiera consideraban la dialctica y

    el conocimiento del alma como puntos esencialespara la construccin de los discursos persuasivos.El orador, instruido por ellos, se converta en una

    especie de prctico, en un hombre que posea unasimple rutina y que proceda desde el azar y no

    desde el conocimiento. Esta crtica a la retrica,emprendida por Platn, hace pensar al orador sofista

    como un individuo que conoce ciertas herramientasy su aplicacin, pero que no sabe a quin y cmo debe

    aplicarlas. Los manuales que encarnan la retrica

    que se practicaba en Grecia, no son la manifestacinde un arte. Son cartillas en cuyas pginas estn

    consignadas reglas prcticas que satisfacen unasimple rutina; aquella que el filsofo ateniense

    condenar en Gorgias.

    Scrates ha descrito cmo debe proceder el retrico,cul es la forma de argumentar y el hecho de que

    debe conocer la verdad de aquello sobre lo que estpersuadiendo y la naturaleza de las almas de su

    auditorio.

    Guthrie presenta un acertado y conciso resumen

    sobre las caractersticas que debe reunir el verdaderoretrico:

    Hay que tomar en consideracin los siguientes

    puntos. Un orador debe conocer la esencia deltema sobre el que habla (237b-c). Debe conocer

    la verdad sobre su objeto (259e). Si se argumen-ta que, por buscar simplemente la persuasin,

    slo necesita saber lo que se cree sobre l, le res-ponderemos que sera entonces (a) un malvado

    (260c-d), (b) que no est en posesin de un arte(262b-c), (c) que es un fracasado en su propsito

    de engaar (262a). Sin la verdad no puede existir

    una tcnica genuina (260e). Slo el filsofo entre-

    nado es un orador adecuado (261a). La dialctica,que Scrates dijo que era esencial para un orador,

    se niega que sea la retrica tal y como se ensea

    ordinariamente (266c). Puesto que los oradoresdespus de aprender todo lo que est en sus ma-nuales, siguen siendo ignorantes en la dialcti-

    ca, ellos no saben ni siquiera qu es la retrica(269b), ni instructores como Lisias y Trasmaco

    (dos de los oradores y maestros ms famosos desu poca) pueden mostrar el camino que conduce

    a ella (269d). Finalmente, merece la pena adquirirel arte verdadero de la retrica porque l nos per-

    mitir no slo tratar con nuestros compaeros,

    sino hablar y actuar de una manera que agrade alos dioses (273a) (1990: 397-8).

    Queda claro, entonces, que las crticas de Platn

    a la retrica buscan, esencialmente, alejarla delpseudoconocimiento sofista y reivindicar el papel

    de la filosofa en el marco de cualquier estructuradiscursiva: no slo en los tribunales y en otras reuniones pblicas, sino tambin en las privadas, igualse trate de asuntos grandes como pequeos, y que en nada desmerecera su justo empleo por versar sobrecuestiones serias o ftiles. Interesante y coherentepretensin en un pensador que ha resultado ms

    persuasivo que cualquier otro filsofo y que logrhacer de Scrates, si se me permite el trmino, algo

    as como la encarnacin del tener razn. As, despusde todo, la filosofa y la retrica nunca han estado

    ms cerca y, posiblemente, como lo anota Perelman,hay (ciertos) dominios como la argumentacin

    religiosa, la educacin moral o artstica, la filosofa,y el derecho, en los que la argumentacin solamente

    puede ser retrica (1989: 99) 24.

    Del Encomio de Helenaal Fedro, la retrica pasa deser una antistrofa de la medicina a una de la culinaria,para terminar, finalmente, vinculada y subordinada

    24 Traduccin libre. La cursiva es ma. Citado en: Garca (1998).

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    a la dialctica. Quien pretenda ser retrico, debe

    previamente tener un conocimiento del mtodo de ladialctica. La subordinacin, en este caso, indica que

    la retrica queda legitimada como arte si y solo si se

    apoya sobre el mtodo de la dialctica.

    Sobre esta estela, Aristteles, en Analticos Primeros I.2, parece utilizar el trmino en este sentido, parareferirse a las relaciones de convertibilidad de las

    premisas. En efecto, de acuerdo con lo que Aristtelesdice all, toda premisa de la forma C se dice de todo

    B puede transformarse en C se dice de algn B.En su terminologa, de esta ltima afirmacin se

    dice que es una antistrofa de la primera. Pareceraentonces que aqu el trmino, de algn modo, serefiere a la legitimidad que tiene la segunda parte de

    la relacin, en virtud de la primera. Dicho en otraspalabras, si C es una antistrofa de D, D es legtimogracias a que se dice a partir de C.

    Si el trmino antistrofa es utilizado por Aristtelescomo una respuesta a las tesis del Fedro, ste puede

    interpretarse como una reiteracin del hecho de que

    la retrica queda legitimada como arte, en virtudde la coincidencia metodolgica que existe con la

    dialctica; al respecto, el mismo Aristteles sostiene

    que el mejor dialctico ser el mejor retrico (1355a:11-15).

    Sin embargo, aqu el problema ha cambiadonotablemente su matiz: de las consideraciones

    primero ticas y luego psicolgicas y filosficasde Platn, no ha quedado ms que una estela que

    se disuelve, poco a poco, desde la primera lneade La Retrica;all, se afirma que la retrica esuna antistrofa de la dialctica.Los problemas de labsqueda del bien y la verdad han quedado atrs, lasdisputas de corte platnico se pierden para dar lugar

    a una nueva idea de la retrica, cuyo status tcnicono est en discusin; una retrica que se proyectar

    como hegemnica y que hasta la edad media serparte fundamental del trvium.

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