Después de La Guerra

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DESPUÉS DE LA GUERRA Por Niobedeep 29 DE OCTUBRE DE 2015 FANFIC DE HARRY POTTER Historia original de J.K. Rowling

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Libro de Haary Potter

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Después de la Guerra

Por Niobedeep

29 DE OCTUBRE DE 2015Fanfic de Harry Potter

Historia original de J.K. Rowling

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ContenidoCapítulo 1 - Regreso a tus manos........................................................................................................2

Capítulo 2 – De vuelta a la Madriguera...............................................................................................5

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Capítulo 1 - Regreso a tus manosHarry permanecía sentado en su dormitorio observando hacia afuera después de la guerra, veía como la mayoría del lugar estaba en ruinas, aun algunos cuerpo de sus compañeros o de los mortifagos adornaban el escenario de Hogwarts, inclusive aquel de un gigante se podía ver en el puente de la escuela. De igual manera alguna acromantulas se podían ver caminando entre los escombros en los que yacían los seguidores de Voldermort ya muertos.

"Como acabamos así…Ganamos…pero a la vez perdimos mucho…Fred…Remus…Tonks… ¿Por qué?" mentalizaba el joven de cabello negro con unas lágrimas rodando por sus mejillas, sus puños cerrados y sus nudillos blancos, mostrando el enojo y la impotencia que sentía en esos momentos.

La puerta del dormitorio se abría dejando entrar una chica pelirroja, con un uniforme un tanto estropeado, vendada de la rodilla izquierda y de la mano diestra, caminaba lentamente a donde el pelinegro y lo abrazaba por la cintura recargando cabeza en la espalda del mismo.

El chico siente esas distintivas manos de la mujer que sostiene su corazón desde hace ya más de dos años, alzando su diestra con la que se limpia las lágrimas que resbalaban sus cachetes pero Ginny lo detenía y lo volteaba para que la viera directamente a sus ojos color chocolate, los cuales se clavaron sobre los de tonalidad esmeralda del salvador del mundo.

-No ocultes tus lágrimas conmigo Harry—dice la Weasley mientras ponía su mano sobre el corazón de Potter. –Sé que te duele y lo sé muy bien, pero no te ofusques de la persona que te ama, estoy aquí para ti amor, eso nunca lo dude—le decía aun sosteniendo la mirada cristalina del joven mago.

-¿Aún quieres ser parte de mi vida? ¿A pesar de todo lo que ocasione?—Harry la veía aun intentando pelear con las lágrimas que bañaban sus orbes verdes.

-Harry—Lo miraba la pelirroja sonriéndole. –Crees que voy a dejar ir a la persona que he amado toda mi vida. Desde que me contaron tu historia, y cuando por primera vez te vi en King Cross, perdido y flaco, con ropa tres veces más grande a tu talla. A pesar de que tú nunca me notaste hasta muy recientemente, siempre pensé que solo te vería de lejos, disfrutar tu fama, novias y demás cosas que la vida te diera – dejaba salir una leve risita –pero esa vez que me besaste después de ganar la copa de Quidditch, sabía que eres el indicado para mí. Y a pesar de que estuve en brazos de otros chicos- esto hacia que Harry pusiera una expresión un tanto lastimada –y no de la forma que piensas bobo, si no en un noviazgo con Dean y con Michael, nunca en realidad deje de pensar en ti. Añore estar a tu lado, te debo toda mi existencia Harry, si tu no me hubieras salvado en el segundo año, yo simplemente no estaría aquí- decía firmemente la pelirroja y sin previo aviso, rodeaba el cuello del joven, plantándole un beso como nunca antes.

El beso hacia que a Harry se le erizara el vello en su cuerpo, mientras la pelirroja tomaba control de la situación jalándolo a la cama y recostándose en la misma con el mago encima de ella, el beso cada vez se profundizaba más y más.

Harry se sostenía con ambas manos en la cama mientras que su pareja, acariciaba su rostro suavemente, pasando sus delicadas manos por las mejillas del chico, lo cual hacia que este se sonrojara aún más con el beso y las acciones de la maga.

El beso se estaba convirtiendo en un desenfreno carnal , la chica acariciaba por encima de la playera los pectorales del joven, mientras que este con una de sus manos tocaba las pierna de la chica apenas y rosándola, lo cual hacia a Ginny temblar de sobremanera, mientras subía más y más la mano Harry, la Weasley dejaba salir pequeños suspiros y más aún cuando tocaban el muslo interno de la misma.

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-Espera…Ginny…- suspiraba entre besos el joven sin soltarla.

-¿Qué pasa Harry?—cuestionaba la chica sin dejar de besarlo.

-No quiero que…hagamos algo que no quieras tu…quiero que sea especial…- se detenía y la veía a sus ojos café claros. –Aparte…quiero que esto en verdad sea formal…Quiero pedir autorización a tus papas para estar a tu lado, sin importar nada. Ya no tenemos que apresurarnos o preocuparnos por un futuro incierto. Voldemort ya no está, y quiero disfrutar cada momento especial a tu lado sin prisa alguna. —decía desde lo más profundo de su alma el chico, mientras que a la más chica de los Weasley se le llenaban de lágrimas de felicidad sus ojos.

-Quiero mi vida a tu lado Ginny—decía firmemente Harry con una sonrisa que derretía a Ginny de solo verla.

-¿Lo dices enserio Harry?—decía con una voz entre cortada la chica.

-Lo juro…No me veo con nadie más que no seas tú—aseguraba el muchacho.

Las lágrimas se le desbordaban por los ojos a la pelirroja, no cabía en sí misma la felicidad que sentía en ese momento, por fin estaría con aquella persona que robaba cada segundo su pensamiento, estaría con el muchacho con el que de niña al oír su historia decidió casarse a pesar de no conocerlo. Su sueño se había hecho realidad.

El joven sonreía como nunca lo había hecho, a pesar de todo el dolor que lo atormentaba y a pesar de haber perdido a muchos seres queridos por el capricho de un mago, ahora tenía un futuro seguro, él sabía que ahora su vida al lado de ella sería muy diferente, él ya era solo de ella, y ella solo de él, sus destinos eran uno.

-Harry, no se…como agradecerte que me hagas la mujer más feliz del mundo, simplemente no se cómo hacerlo, eres la persona más…increíble y sabes algo—decía Ginny sin despegarle la vista a los ojo de Harry –Daré todo de mi parte y nunca te defraudare, me toca cuidarte como tú lo hiciste tanto con mi familia como conmigo—

El pelinegro sonreía enormemente ante lo dicho por su pareja y nuevamente la besaba de una manera tierna y lenta rosando sus labios con su lengua, siendo correspondido por la chica de la misma manera.

Continuaban unos minutos así hasta que se separaban para tomar aíre sin despegar la mirada el uno del otro mostrando una felicidad inigualable a pesar de las penurias que acababan de suceder.

El chico se levantaba y jalaba a la muchacha de su mano que no estaba lastimada.

-Pensé que te perdía Harry—decía la chica ligeramente sollozando en el pecho del chico –cuando te vi en los brazos de Hagrid, mi mundo se derrumbó, si no hubiera sido por mi padre que me sostuvo, hubiera atacado a Voldemort directamente sin importarme nada. Mi mundo se venía abajo cuando te vi desfallecido. No podía soportarlo. ¿Qué haría yo sin ti? Mi vida se hubiera vuelto un valle de sombras.—era la primera vez que Harry oía tan triste a su chica.

-Tú me mantuviste vivo cuando Tom destruyo esa parte de su alma que vivía en mí, tu recuerdo me hizo aferrarme a la vida, tu rostro, tu sonrisa fue lo último que vi al recibir esa maldición. Gracias a ti sigo vivo. – decía Harry felizmente al tenerla nuevamente en sus brazos.

La chica comenzaba a llorar silenciosamente en el pecho del chico.

-No me vuelvas a dejar Harry, eres todo lo que más amo en este mundo, nunca más me dejes—decía Ginny entre el llanto.

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-No lo hare pequeña—decía acariciándola – no pienso dejar mi futuro, ya que sin ti no tendría un futuro…te amo Ginny…-

La pelirroja lo volteaba a ver directamente a los ojos ante aquella palabra.

-¿Enserio?—

-Con cada partícula mágica de mi ser, te amo—afirmaba Harry felizmente.

-Yo también…- susurraba la chica.

-Lo sé—decía el joven –Y gracias por hacerlo—

Ambos chicos se mantenían abrazados el uno del otro por un lapso indeterminado de tiempo, simplemente disfrutando el roce el uno del otro.

-Debemos bajar, todos estarán preocupado—decía Harry alzando la cara de la pelirroja suavemente.

-Tienes razón—decía mientras se incorporaba la chica.

Y juntos tomados de la mano salían del dormitorio de los chicos felizmente al tenerse el uno al otro nuevamente.

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Capítulo 2 – De vuelta a la Madriguera Los jóvenes bajaban las escalinatas del castillo hasta llegar al gran comedor, donde el ambiente a pesar de las perdidas era un tanto alegre, varios de sus compañero los vieron entrar al comedor tomados de las manos y sonreían al verlos juntos nuevamente.

Al pasar veía a Neville con Luna, agarrados de la mano, y sonriendo, Dean con su mejor amigo Seamus hablando de cuantos habían derrotado cada uno, a los profesores y familiares de varios de sus compañeros que habían venido a ayudar a sus hijos, y al fondo, la familia de ambos, los Weasley.

Se acercaban a paso acelerado a ellos con una gran sonrisa en los labios de ambos.

-Ya lo encontré—decía Ginny con una sonrisa en su rostro sin soltar la mano de su pareja.

La señora Weasley se levantaba de donde estaba y abrazaba a ambos, mientras unas lágrimas resbalaban por el rostro de la misma. –Harry…gracias…por librarnos de todo esto…por mantener a nuestra familia unida y por ser parte de ella.—

Harry no sabía que decir simplemente respondía el abrazo y apretaba más la mano de Ginny, mientras que los demás miembros se acercaban a ellos.

-Muy bien…todos adelántense a la madriguera—decía firmemente el señor Weasley viendo a su familia a Harry y a Hermione. –Yo esperare para…lo del funeral…de Fred y los demás—decía mientras intentaba no llorar enfrente de su familia.

-Papá, ve y descansa. Yo me encargo de ello, en cuanto hable con Mcgonagall, les informare.—decía Bill mientras abrazaba a su madre y George que estaban peleando con las lágrimas que intentaban salir de sus ojos.

En ese momento se acercaba Kingsley y Mcgonagall al grupo.

-Creo que debemos de poner el orden de los funerales de los caídos en Hogwarts…y tiene que ser lo más pronto posible—decía con voz firme Kingsley mientras veía a los Weasley, Harry y a Hermione.

-Qué sea en una semana, podremos un encantamiento de conservación sobre sus cuerpos, y mientras arreglemos todo, mientras…yo veré para ir haciendo las tumbas… creo que tendré que hablar también con Andrómeda, para ver donde enterraremos a Lupin y a Tonks y también para saber que pasara con Teddy…- decía Harry con cierta pesadumbre en su voz al saber que su ahijado nunca conocería a sus papa, pero él se encargaría de hacerle saber quiénes fueron y que murieron por un mejor futuro para él y todos los demás.

-Tienes razón Harry, tenemos que ver como cuidara nuestro ahijado—decía Ginny sin importar que todos estuvieran ahí y que por ende se les quedaran viendo.

Harry se sonrojaba ante el comentario de Ginny y más por la seguridad con la que lo dijo, sin titubear y sin miedo a que sus padres y hermanos estuvieran enfrente de ellos.

Hermione sonría ampliamente al ver a sus amigos juntos de nuevo, mientras que Ron estaba boquiabierta ante ello, aunque no podía evitar sonreír ante ello.

El señor y la señora Weasley los veían con una mueca de confusión total, al igual que los demás hermanos Weasley, no parecían molestos según notaba Harry, pero pensaba que entre más rápido hablara con ellos todo se esclarecería para la familia.

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-Señor y señora Weasley, bueno todos, podríamos ir a un lugar más…privado…quisiera hablar con ustedes…- decía sonrojado el joven, mientras veía a la familia de Ginny observándolo atentamente.

-Si claro hijo, vamos a la madriguera, sirve que preparamos lo de los funerales y comemos algo…- decía la señora Weasley, viendo a Harry y a su hija.

Se dirigieron a la oficina de la directora y Harry y Ginny no se soltaban de la mano y las miradas y sonrisa de ambos eran inigualables, era como si la felicidad dependiera de estar de esa manera, tomados de la mano sin separarse.

Al llegar a su destino, las pinturas de los cuadros aplaudían ante el éxito de la derrota de Voldemort nuevamente.

Dumbledore al ver a Harry y a Ginny juntos y de la mano, solamente esbozaba una sonrisa y decía.

-Todo saldrá bien, se lo merecen ambos…- posteriormente dirigía la mirada hacia Ron y Hermione que iban de igual manera tomados de la mano –Ambos se complementan el uno al otro, en los dos casos, Harry y la Señorita Weasley, como ustedes, Señorita Granger y Señor Weasley…es tiempo de que disfruten su vida sin preocupación alguna, se lo merecen…- y sonreía ligeramente dejando ver la felicidad que emanaba de sus palabras y ojos.

-Gracias profesor—decía los cuatro en unisón sonriendo.

El grupo se dirigía a la chimenea que la cual habían conectado a la madriguera mediante el Floo Network, y de tal manera llegaban a la madriguera.

Al llegar a la casa de los Weasley, todos se sentaron en la mesa, Harry y Ginny juntos a la cabeza, mientras de frente a ellos estaban los señores Weasley.

Ginny y Harry se volteaban a ver y sonreían, y con ello el pelinegro inhalaba y exhalaba para tranquilizarse.

-Señor y señora Weasley…me gustaría…- decía el chico lentamente mientras los ojos de todos no se le quitaban de encima poniéndolo aún más nervioso, a lo que Ginny aprieta su mano para asegurándole que ella está ahí para apoyarlo.

-Bueno…me gustaría tener autorización o mejor dicho bueno no se…- decía tartamudeando Harry y totalmente sonrojado.

-¿Qué pasa Harry estas bien te sientes mal?—decía Molly preocupándose al ver a su protegido tan nervioso.

-Estoy bien señora Weasley…es solo que no sé cómo…-

-Harry y yo empezamos a salir de nuevo y nos amamos—decía Ginny tomando el asunto en sus manos viendo a toda su familia y a un muy sonrojado Harry.

Harry esperaba lo peor, tal vez que lo echaran de la casa o que lo golpearan ahí mismo.

-¿Qué quieres decir con salir de nuevo?—preguntaba Arthur sin poder ocultar una sonrisa en sus labios viendo al pobre de Harry nervioso

-Lo que pasa mama, es que Harry y yo salimos desde sexto años finales del mismo, para ser más precisa pero…- desviaba la mirada y era cuando Harry tomaba la palabra.

-Tuvimos que suspenderlo, porque me dio mucho miedo que le pasara algo a Ginny, ya que Voldemort se encargaba de destruir y matar a la gente que es importante para mí, y no quería que a

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ella—y veía Ginny – Le pasara algo, no hubiera podido seguir vivo…al ver el avada kadabra de Voldemort ir hacia a mí en el bosque vi a todos ustedes, volaron por mi mente sus caras y estaba agradecido de haberlos conocido, pero… ella fue lo último que vi cuando Voldemort mato el pedazo de su alma que habitaba en mí, su rostros estaba en mi mente, su último beso, su última caricia, su sonrisa y sus ojos, mi mente la tenía enfocada en ella, ella es mi universo. Y después desperté…nuevamente no había muerto, y llegue a la conclusión de que el amor que sentía por Ginny y ella hacia a mí, me salvo…como aquel por el que sobrevive cuando era niño, gracias al amor de mi madre, ahora lo que me mantuvo vivo fue el amor fiel que Ginny siempre ha profesado hacia mi- decía sin quitar la vista de los padres de Ginny.

Molly tenía los ojos llenos de lágrimas al escuchar el relato del joven, Arthur simplemente sonreía ante Harry, el cual volteaba a ver a Ginny, quien había estado muy callada, tenía lágrimas bañando sus orbes color chocolate.

Harry la volteaba hacia él y limpiaba con su pulgar el llanto silencioso de Ginny, mientras ella clavaba nuevamente sus ojos en los de su amado y sonreía.

-Harry, no sabes cuánto significa esto para nosotros, saber que nuestra hija está en las manos de alguien a quien queremos mucho, de alguien que siempre ha estado ahí para nosotros, y claro nosotros para él, no podemos pedir mejor persona que este a lado de nuestra hija, si en alguien podemos confiar a nuestro tesoro y a la más pequeña de nuestra familia es en ti, podemos descansar tranquilos sabiendo que tú eres quien esta con ella y no otro que no sabemos quién es. Tu eres un hijo para nosotros, eres hermano de ellos, como lo es Hermione también para nosotros aunque parece que se ha vuelto algo más para Ron—decía sonriendo Molly –Harry tienes nuestra autorización y obviamente nuestra bendición para estar con Ginny, confiamos en ti plenamente, y sabemos que nunca nos defraudaras. ¿No es así Arthur?—

-Si es cierto, Harry hablo no solo por mi si no por todos los miembros de esta familia, creo que eres la mejor opción hijo, para nuestra pequeña Ginny, desde pequeña ella soño con esto y lo recuerdo muy bien cuando le contaba tu historia, "Me voy a casar con Harry Potter" bueno eso es un poco adelantado jejeje—decía Arthur convencido de sus palabras y una sonrisa esbozada en sus labios.

Ambos veían la aprobación en el rostro de todos en la mesa, unas miradas llenas de alegría a pesar de la penuria por la que estaban pasando en ese momento.

-Gracias…- decía Ginny y abrazaba a Harry enfrente de ellos hundiendo su rostro en el pecho de su amado

-Pero es algo seguro eso, casarme con ella en un futuro, es lo que más anhelo – decía firmemente Harry.

Eso traía una inmensa alegría al corazón de Ginny, su felicidad era inigualable en ese entonces, no cabía en ella misma con las palabras que había dicho Harry y sin importarle estar frente de su familia, lo besaba, poniendo y acariciando sus mejillas con las yemas de sus dedos.

Todos reían ante ello y a pesar de la melancolía de sus corazones al perder a Fred, no podían dejar de sentirse felices ante esto, este amor que brotaba de ambos jóvenes.

Ginny se separaba sonrojada de Harry, y le sonreía.

-Ves no fue tan difícil como tu pensabas amor—decía Ginny riendo ligeramente.

Harry se volteaba a su familia sonriendo.

-Gracias…-

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-A ti Harry por haber llegado a nuestras vidas. —decía Ron esta vez.

-Si Harry gracias por permitirnos ser parte de tu vida y ahora oficialmente eres parte de los Weasley—decía Arthur mientras todos asentían –Como lo es Hermione—tomando por sorpresa a a la castaña la cual se sonrojaba ante lo dicho.

-Es hora de comer…- decía la señora Weasley mientras sonreía alegremente.

Yéndose a la cocina y comenzando a preparar mientras que Harry y Ginny se tomaban de nuevo de la mano, y sonreían, sabiendo que esto era el inicio de su "por siempre".

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Capítulo 3 – Un último adiós A la mañana siguiente, los Weasleys, Harry y Hermione se comenzaban a preparar para la ceremonia que iba a tener lugar en Hogwarts, en memoria de los caídos en la guerra.

El ambiente en la madriguera era pesado y lleno de melancolía y dolor, todos estaban preparados para despedir a sus seres queridos caídos en la guerra, Remus, Tonks y Fred principalmente.

Harry salía ya arreglado del cuarto de Ron y esta Ginny lo estaba esperando cabizbaja en el pasillo a lo cual Harry se acercaba a ella y sostenía el rostro de ella en sus manos y la veía directamente a los ojos chocolate que tanto amaba el pelinegro y esbozaba una sonrisa que la pelirroja no podía evitar corresponder.

-¿Qué sucede princesa?—

Ginny suspiraba ligeramente y de nuevo sus orbes se teñían de dolor y tristeza. –Me duele saber que ya ellos no estarán aquí…qué Teddy por culpa de Voldemort no sabrá que es tener padres…- en ese momento Harry ponía un dedo en sus labios silenciándola y viéndola a los ojos nuevamente.

-Ellos…nos dejaron en cuerpo pero siempre estarán aquí— y tomaba la mano de Ginny y la ponía en su corazón. –Teddy no estará solo, nos tiene a nosotros, ¿claro puedo contar contigo aun en ello verdad?—cuestionaba Harry con una sonrisa.

-Claro amor, nosotros sacaremos a Teddy adelante—sonreía su pareja robándole un suspiro al chico. –Ustedes formaran parte de mi familia nueva Harry, veré a Teddy no como nuestro ahijado solamente, sino como un hijo para nosotros, y más adelante…- Se sonrojaba la Weasley viendo a Harry a lo que este también se sonrojaba entendiéndole a lo que iba con su silencio.

-¿De verdad quieres formar una vida conmigo?—preguntaba Potter viéndola.

-Mira Potter, tú al regresar a mi lado has sellado tu destino conmigo, tendría que morir para que te deshicieras de mí, algo que te aseguro eso no será fácil ya que no planeo separarme del amor de mi vida tan fácilmente y mucho menos renunciar al sueño de una familia hermosa a su lado—decía firmemente la chica sin quitarle los ojos de enzima al salvador del mundo mágico.

El joven de cabello negro abrazaba a Ginny fuertemente sin poder ocultar la sonrisa y regocijo que sentía en ese momento, su corazón se sentía como si fuera explotar en ese momento, nunca en su vida había sido tan feliz con unas cuantas palabras que significaban para él un mundo entero y lleno de esperanzas y anhelos.

-Ginny eres la persona más maravillosa del mundo…no podría estar más feliz en este momento tú haces todo perfecto inclusive en los tiempos difíciles como ahora, yo nunca te dejare y siempre estaré contigo a pesar de todo.—decía el joven de la cicatriz

La pelirroja sonreía mientras mantenía la mirada de su pareja, hundiéndose en aquellos ojos esmeraldas los cuales hacían a su corazón bailar de júbilo.

-Chicos, Harry, Ginny, Ron y Hermione es hora de ir a la ceremonia…- se escuchaba en la planta baja la voz de la señora Weasley.

Ambos se miraban y se sonreían como si sus fuerzas dependieran de la sonrisa del otro y se tomaban de la mano descendiendo hacia la planta inferior de la casa.

Al llegar veían a la familia con sus rostros empapados de tristeza y dolor.

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El señor Wesley trataba de parecer fuerte, la señora Weasley parecía que tenía años sin dormir bien.

Pero el peor era George, sus ojos veían al vacío, su mueca estaba contorsionada en un visaje de dolor puro, sus ojos mostraban una desesperación y soledad infinita, su mirada era distante.

-George está muy mal – susurraba Ron detrás de Harry y Ginny a lo cual ambos volteaban y veían al pelirrojo y a la castaña al pie de la escalera mirando de preocupadamente al gemelo aún vivo.

-Nunca lo había visto así—comentaba Hermione mientras tomaba la mano de Ron –es… triste su aspecto…-

Los cuatro amigos asentían ante lo dicho con sus caras llenas de tristesa.

-Bueno chicos, es hora de irnos, nos esperan en Hogwarts. —decía el señor Weasley con una voz llena de tristeza.

La familia comenzaba a ir hacia la chimenea de la casa y tomaban un poco de polvos Floo y uno a uno entraba a la chimenea y decía –Hogwarts.—

Harry llegaba seguido por Ginny y al último llegaba el señor Weasley siendo recibidos por la profesora Mcgonagall.

-Bienvenidos…la ceremonia se llevara a cabo en el mismo lugar donde tuvimos la del Profesor Dumbledore.—decía la directora de Hogwarts viendo a todos. -Gracias profesora—decían en unisón.

-Potter Hermione y los dos Weasley, después de la ceremonia me gustaría platicar con ustedes sobre su futuro. ¿Te molestaría que fuera en tu casa Molly? –

-No desde luego que no Mcgonagall—decía la madre de los pelirrojos.

-De igual manera, Kingsley necesita hablar con ustedes, en especial a ti Potter, necesita platicar contigo sobre los bienes y herencias de la familia Black, y sobre la situación legal de Theodore Lupin—

-Desde luego profesora, lo estaré esperando – decía Harry sonriéndole a su antigua profesora de Transfiguración.

El grupo se despedía de la directora y comenzaban a descender por las escalinatas del colegio con dirección al patio donde serían sostenidas las exequias.

Al llegar el sitio tenía un gran número de féretros alineados a lo largo del suelo, y junto a cada ataúd una foto de los caídos junto con un florero de plata con varias flores de color blanco. El grupo se acercaba primero al ataúd de Fred, el cual estaba al lado del de Lupin y el de Tonks.

George sin poder resistirlo más, soltó en llanto, poniendo su frente sobre el féretro de su hermano, sollozaba desgarradoramente, dejando salir largos suspiros entre cada sollozar, las lágrimas de George caían sobre la caja de su hermano sin detenerse, su mundo estaba destruido, su hermano, su mejor amigo, su compañero de toda la vida se había ido, lo había dejado atrás.

Su padre y madre lo abrazaban consolándolo mientras que sus demás hermanos se congregaban con ellos.

Harry y Hermione sabían que era un momento familiar y se alejaban yendo a donde estaban los cuerpos de Tonks y de Lupin.

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-Pobre Teddy…- decía Hermione mientras tocaba la caja de Tonks al mismo tiempo que Harry dejaba caer una lágrima sobre el féretro de Lupin.

-No estará solo, me tiene a mí…y a Ginny nunca lo dejaremos solo—decía Harry firmemente.

-Lo se Harry, y serán tan buenos padres con el…- decía Hermione poniendo una mano en el hombro del mago.

-Él sabrá quiénes fueron sus padres, se sentirá orgulloso de saber que murieron por una mejor vida para él y todo el mundo.—decía aun llorando Harry.

-Sé que serás un gran ejemplo para este pequeño—decía una voz detrás de ellos y veían a Andrómeda, la madre de Tonks, y en sus brazos un pequeño de alrededor de 4 meses con un cabello color castaño, y ojos muy iguales a su padre.

El infante veía al joven mago y comenzaba a sonreír moviendo sus pequeños brazos hacia él.

-Parece que sabe quién eres—decía la abuela del bebe.

Harry tomaba al infante y en ese mismo momento su cabello tomaba un color azabache idéntico aquel de su padrino, mientras que sonreía ante los maravillados ojos de su padrino.

-Es metamorfomago, como su madre—decía un tanto triste Andrómeda, sin poder evitar sonreír.

-Es lo que veo—decía su padrino sonriente, mientras Hermione acariciaba la mejilla del pequeño.

-Sé que Remus y mi hija han elegido perfectamente el padrino antes de morir, sé que nunca dejaras desamparado a este pequeño—

-Nunca lo haremos—decía una voz firme pero cálida detrás de ellos y los tres volteaban viendo a Ginny, con los ojos un poco rojos pero una mueca de felicidad al ver al pequeño Teddy.

El infante veía a Ginny e igual que con Harry sonreía y se empezaba a mover en los brazos de su padrino como si pidiera ir con la pareja del mismo.

Harry se lo entregaba y este la veía a los ojos los cuales se tornaban de color chocolate, y su cabello rojo como el de Ginny.

-Siempre hace lo mismo jejeje—decía Andrómeda. –Adopta el color de ojos y cabello de la persona que lo sostiene…-

El pequeño comenzaba a tocar las mejillas de la pelirroja mientras la veía con curiosidad al igual que a su padrino. Harry se ponía a lado de ellos y sonreía al ver a las dos personas más especiales para el juntas.

-Harry y yo te cuidaremos siempre pequeño, tu mama y papa estarán muy orgullosos de ti—decía la joven intentando no llorar mientras su mirada se desviaba hacia los féretros de Tonks y de Lupin.

En esos momentos arribaban más personas y con ellos Kingsley, haciendo que todos tomaran su lugar al momento que se ponía en un estilo escenario donde planeaba llevarse la ceremonia.

Los Weasleys, Harry y Hermione se sentaban juntos y comenzaban a escuchar las palabras de Kinglsey.

-Esta guerra fue la peor que hemos tenido en todos los tiempos, muchas vidas se perdieron a manos de Voldemort y sus seguidores.—Decía mientras veía a los espectadores. –Hogwarts casi fue destruida, pero todo esto fue por el bien de nosotros y de nuestras futuras generaciones—

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En este momento Ginny apretaba ligeramente al pequeño Teddy a su pecho como si de su hijo se tratara mientras que Harry los abrazaba con un brazo alrededor del hombro de Ginny acercándolos a él, haciendo que la pelirroja se recargara sobre su hombro mientras una lagrima silenciosa rodaba por su mejilla.

-Recuerden las muertes de nuestros seres queridos nunca serán en vano. Gracias a ellos podemos vivir tranquilos y sin temores de morir en cualquier momento. Ellos fueron las personas en quienes estamos construyendo estos cimientos de un nuevo mundo mágico donde la distinción de sangre no importa, donde si eres nacido de muggles, mestizo o sangre pura no te hace ni mejor ni peor mago o bruja, si no tus acciones son las que te definirán como la persona que eres y serás. Esta era de terror como dije, fue la peor que hemos vivido en siglos, en momentos se pensó que no se triunfaría pero lo logramos y todo gracias a una persona que está aquí presente—decía Kingsley mientras sus ojos recaían en Harry.

-Recuerden este día no como un dolor más de la guerra, sino como el recuerdo para estos héroes que dieron su vida por nosotros y el futuro. —Finalizaba Kingsley .

Después de la ceremonia las personas se empezaban a retirar mientras se veían las caras melancólicas del último adiós a sus seres queridos.

Harry y Ginny se acercaban primero a Fred junto con su familia para dar el último adiós al mismo. George veía el féretro ya más tranquilo pero su rostro aun bañado en lágrimas.

Posteriormente su familia despidió a Remus y Tonks, pero la joven pareja se quedaba junto a los ataúdes.

-Remus…Tonks…Nosotros cuidaremos de este pequeño, no se preocupen…no dejaremos que nada le falte.—decía con una voz quebrada Harry mientras lagrimas silenciosas rodaban por las mejillas de la pelirroja.

-Tonks…No espero ser un remplazo de ti ni mucho menos ser mejor que tú para tu hijo, simplemente seré, su madre que nunca pudo tener, pero el sabrá que tú eres su verdadera mamá… Él sabrá quién fuiste, al igual que sabrá mucho de ti Remus—decía la pelirroja llorando aun.

El pequeño veía a sus padrinos y ponía un visaje de tristeza. Volteaba a ver los féretros y movía las manos como si los quisiera tocar a lo cual Harry lo acercaba para hacerlo, acurrucándose primero ligeramente en el de Remus tomando su color de cabello, posteriormente el de Tonks tomando al igual que con su padre el color de cabello y ojos.

Se despedía de los padres que nunca podrá disfrutar.

La joven pareja no podía detener el llanto ante las acciones de Teddy y lo abrazaban sellando en ese momento su compromiso con el pequeño niño.

Harry los abrazaba -Los amo a ambos…-

-Y nosotros a ti amor—decía Ginny besando a su pareja y posteriormente al pequeño.

>Y dándose media vuelta se tomaban de la mano y caminaban hacia el castillo, con Teddy en los brazos de Harry, creando la perfecta imagen de la familia que el niño que vivió

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Capítulo 4 – Dolor y futuros A la mañana siguiente Harry se despertaba en la habitación de su mejor amigo, gracias a los ronquidos del mismo.

Al abrir los ojos el joven veía hacia el techo suspirando. Hoy Ginny, Hermione, Ron y el iban a recibir la visita tanto de Kingsley y de Mcgonagall, tanto para ver su futuro y Harry para arreglar los asuntos legales que conciernen la herencia de Sirius y la familia Black.

El pelinegro se comenzaba a incorporar a la par de que tomaba sus lentes para ponérselo, suspiraba viendo a alrededor del cuarto de su amigo, apreciando una foto que tenía en su buro, donde se podía ver a él junto con sus hermanos y su hermana, todos se veían muy felices juntos, estaban con Fred.

El corazón de Harry se hizo pequeño al ver a todos moviéndose y sonriendo en la foto, los rostros de cada uno bañados en alegría.

"Ellos no se merecían esto…al llegar a su vida solo les he traído desgracias" pensaba mientras recordaba el incidente de la cámara de los secretos, el ataque del señor Weasley por Nagini, el ataque Fenrir Greyback hacia Bill, como casi envenenaban a su mejor amigo y ese Avada Kadabra que casi golpe a Ginny en la guerra, la muerte de Fred, la perdida de la oreja de George y sobre todo la muerte de Fred.

Los sentimientos en ese momento de Harry estaban enmarañados entre la tristeza y el dolor de haber traído tanta penuria a la familia que lo había acogido como uno más de su clan, como su hermano, hijo e inclusive la más chica de ellos como su pareja, como su vida.

El dolor que Harry sentía en ese momento no lo podía soportar más, y con un movimiento de su varita, recogía sus pertenencias metiéndolas a su mochila.

"Es lo mejor, no todos los Mortifagos han sido capturados, aun me pueden buscar y no quiero que lastimen a nadie más nuevamente" meditaba.

Y con ello se levantaba y abría lentamente la puerta del cuarto de Ron y salía del mismo, con su mochila en la espalda y una nota en la mano lista para dejarla en el comedor de la vivienda.

Comenzaba a descender hasta llegar a la planta baja, y depositaba la nota en la mesa del comedor de la familia Weasley, caminando posteriormente hacia la puerta de la casa y se disponía abrirla.

-¿Y a donde crees que vas Potter?—se escuchaba la voz de Ginny atrás de él.

La veía, tenía una bata rosa y su cabello cayendo sobre sus hombros, en su cara se dibujaba una mueca de tristeza y a la vez de enojo por lo que planeaba hacer, Harry mientras cruzaba sus manos sobre su pecho.

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-Ginny…- decía Harry sin poder pensar en algo más que decir.

-¿Planeas irte y dejarme nuevamente?—

El joven la veía y bajaba la mirada sin poder sostenérsela ante la acertado que era el comentario de la chica.

-Tu prometiste no dejarnos ni a Teddy ni a mí, que te quedarías con nosotros por siempre—decía acercándosele hasta estar a unos centímetros de él viéndolo con aquellos ojos que derretían a Harry, sus ojos color chocolate a los cuales no les podía negar nada.

-Ginny…me siento pésimo, triste, no sé qué hacer por mi culpa tu familia ha sufrido mucho…todo lo que le paso fue mi culpa, todo lo malo ha sido mi culpa, su familia ha estado en peligro todo porque yo era y tal vez aun soy el hombre más buscado por los mortifagos restantes y no quiero ponerlos en ningún peligro, he decidido alejarme terminar con los mortifagos restantes y…si tú me lo permites regresar a tus brazos después de ello. Solo he sido una penuria y estorbo para ustedes—

La pelirroja sin previo aviso le soltaba una cachetada a Harry, lo cual lo desconcertaba ante su desplante.

-¿Cómo puedes pensar eso? Después de todo lo que hemos vivido junto contigo y te atreves a decir eso Potter, ¿Qué diablos te pasa? A pesar del dolor que cada uno de nosotros sentimos, créeme la llegada de ti a nuestra vida ha sido lo mejor que le paso a esta familia, tu llegada a mi vida fue lo más maravilloso en mi vida, tu eres la luz de mis ojos, eres la persona a quien le ha pertenecido mi corazón toda la vida, tú te has convertido en mi razón para vivir…Te amo Harry y no podría esperar más, eso me mataría…tú ya eres mi otra mitad…mi razón para vivir y existir, junto con Teddy y nuestros sueños.—Decía la pelirrojo viéndolo a los ojos

EL joven la veía y una lágrima le rodaba en la mejilla.

-Ginny…Te amo…- decía Harry abrazándola y pegándola a su pecho mientras ella rodeaba la cintura de su amado fuertemente acercándolo más a ella.

-Quédate nosotros Harry…quédate conmigo—sollozaba silenciosamente la pelirroja en el pecho de su amado.

Harry acariciaba su cabellera flameante lentamente, mientras que sonreía ante lo afortunado que era de tenerla.

Ginny alzaba la mirada y tomaba el rostro de Harry acercándolo al de ella y comenzaba a besarlo lentamente, haciendo que Harry sintiera pequeñas descargas de sentimientos en su corazón que solo ella podía hacer que aparecieran en él.

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Harry respondía aquel beso, convirtiéndolo en un apasionado encuentro donde ambos no cedían un centímetro, mientras sus lenguas se movían sensualmente sobre los labios del otro.

Harry la pegaba a la pared y continuaba besándola mientras la tomaba de la cintura desamarrando su bata y acariciando por debajo de su playera de pijama su suave piel, mientras ella rodeaba el cuello de Harry profundizando aún más el beso, mientras que Harry subía un poco más sus manos tocando el vientre plano de Ginny, a lo cual ella suspiraba al sentir las manos de su amado sobre su cuerpo.

-Harry…- Suspiraba la chica –Te amo…quiero…ser solo tuya—decía sonrojada a la par de que un suspiro escapaba de Harry cuando esta tocaba el pecho del pelinegro, lo cual hacia que este mismo la siguiera besando apasionadamente, moviendo un poco más hacia arriba sus manos.

Ginny suspiraba sintiendo las manos de Harry cerca de su busto haciéndola sonrojar aún más.

En ese momento se escuchaba el abrir de una puerta en el segundo piso, haciendo que ambos detuvieran su sesión de besos y se movían rápidamente a la sala donde se sentaban juntos y abrazados disimuladamente.

Descendiendo las escaleras estaba el señor Weasley y la Señora Weasley, y los veían platicando en el sofá.

-Buenos días chicos, parece que madrugaron— decía Molly viendo a su hija y a su nuero

-No les vayas a decir nada por favor.—le susurraba ligeramente Harry a Ginny

Ella lo veía a los ojos aun lastimada pero asentía a su petición, pero lo que no contaba era que su mochila no iba a pasar desapercibida a los ojos de los padres Weasleys.

-Harry ¿Y esa mochila?—preguntaba curiosamente la señora Weasley. Harry se ponía nervioso y veía a Ginny pidiéndole ayuda con la mirada.

-Harry iba a ir a Grimauld Place, pero lo detuve, le pedí que me esperara para que desayunáramos con la familia y de ahí lo acompañaba a la casa—decía Ginny

-A ok…pero Harry recuerda que hoy viene Mcgonagall y Kingsley a platicar con ustedes sobre la escuela y sobre tu herencia Harry, así que creo que tendrás que posponer esa visita.- - Decía Arthur

-Si tiene razón señor Weasley…mejor iré mañana o pasado – decía Harry.

En ese momento bajaba Hermione junto con Ron, aun en pijama.

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-Tengo hambre que hay de desayunar—Preguntaba el chico pelirrojo

Hermione le pegaba a su novio ligeramente en el brazo –Tu solo piensas en comer Ronald…- decía mientras alzaba la mirada

-Bueno pero también en ti—decía Ron haciendo que Hermione se sonrojara.

-Bueno vamos a desayunar al rato desayunaran los demás ustedes tienen una cita hoy—decía la señora Weasley mientras comenzaba a cocinar.

Los cuatro amigos se sentaban en la mesa aguardando el desayuno.

-¿Qué creen que nos ofrezca Mcgonagall para la escuela?—preguntaba Ginny

-Lo más probable regresar a ella y culminar nuestros estudios—decía Hermione mientras agarra un poco de pan tostado que ponía la señora Weasley en la mesa.

-¿Qué piensan hacer?—preguntaba Ron

-Yo regresare…- decía Hermione

-Yo aunque no quiera tengo que regresar—Ginny decía

-Yo igual pienso terminar la escuela para seguir con la carrera de auror—decía Harry

-Pues creo que igual regresare con ustedes—sonreía Ron – aparte no podría estar lejos de Hermione—decía haciendo nuevamente a la castaña sonrojarse.

Todos comenzaban a desayunar pan tostado y huevos que ponía la señora Weasley en la mesa.

-¿Tú qué piensas hacer Ron después de la escuela?—cuestionaba su madre viéndolo

-Ir con Harry, También quiero ser auror—decía Ron viendo y sonriéndole a su mejor amigo el cual le regresaba la sonrisa felizmente.

-¿Y tú Ginevra?—cuestionaba su mama nuevamente

-Quidditch, intentare hacer mi carrera en ello—decía sonriendo hacia Harry el cual le respondía de igual manera gustoso la sonrisa en apoyo a su decisión.

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-¿Tu Hermione?- cuestionaba a la última chica.

-Intentare entrar al ministerio de magia, quiero ayudar a todos los muggle-born y a las criaturas como los elfos domésticos—decía pensativa la castaña.

-Eso sería una gran idea amor—decía Ronald apoyándola.

-Gracias…- sonriéndole a su novio.

Los jóvenes seguían comiendo hasta satisfacerse.

-Me iré a bañar- decía Ginny

-ok preciosa—respondía Harry mientras que los demás asentían.

Ginny se acercaba y besaba al muchacho pelinegro antes de irse.

-Para ser aurores van a tener que sacar excelentes calificaciones muchachos, no cualquiera es auror—decía Arthur Weasley

-Lo sabemos papá, daremos el mejor esfuerzo—decía Ron mientras Harry asentía a lo dicho por Ron.

-Me da miedo…- Decía de repente la señora Weasley.

-¿De qué Molly?—decía Arthur.

-De que Ron y Harry sean aurores, ya pelearon mucho tiempo siendo apenas unos jóvenes—decía la preocupada señora Weasley – merecen un descanso los tres, el mundo mágico puso mucha carga en ustedes. —decía mientras veía con tristeza a Harry.

El pelinegro se levantaba y abrazaba a la señora Weasley, lo cual le quitaba el habla a la misma.

-No se preocupe, nos cuidaremos bien Ron y yo, aunque sea más probable que yo lo acabe cuidando a él. —bromeaba Harry

-OIIIII ¿Qué quiere decir eso flacucho?—respondía Ron con indignación.

Hermione reía ligeramente y decía –Tienes que darle crédito a Ron Harry, ya no es el mismo de antes—decía mientras sus ojos brillaban ante el comentario.

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-Lo sé, solo era una broma—reía el niño que vivió.

Todos en la mesa reían incluso Ron.

Un buen lapso de tiempo paso y bajo Ginny vestida con una playera de tirantes, unos pantalones de mezclilla pegados y unos tenías, con su cabello amarrado en una cola de caballo. Harry no podía quitarle la mirada de encima y más cuando se acercaba a donde estaba sentado en la sala y se sentaba dándole la espalda encima de sus piernas, destilando aquel aroma a flores distintivo de la pelirroja.

-Eres la mujer más hermosa y perfecta del mundo Ginny- le susurraba al oído Harry haciendo que esta se sonrojara.

-Y tú el hombre más apuesto, que digo, eres perfecto igual, en todo sentido—decía Ginny volteándose a ver a Harry.

Y lo comenzaba a besar apasionadamente, rodeando sus brazos al cuello de su amado, el cual respondía el beso de la misma manera mientras agarraba a Ginny de la cintura. Se besaban como si no existiera un mañana, perdidos en su mundo nuevo y perfecto el uno a lado del otro.

-Renten un cuarto—se escuchaba atrás de ellos la voz de George. Ambos se separaban y veían al gemelo sonriendo mientras ambos se sonrojaban de gran manera.

Aun se le notaba la tristeza en su rostro a George, pero al menos ya sonreía.

-Ashhhh…George…- decía Ginny ocultando su enojo de haber sido interrumpida.

-¿Qué sucede hermanita? ¿Te corte la inspiración y baje la calefacción del momento?—decía de forma picara el joven empresario

Ginny se sonrojaba aún más al igual que Harry y esto hacia que George se riera aún más de la situación en la que encontró a la joven pareja.

-No se enojen, solo baje por un poco de café—decía George precavidamente ante la mirada asesina de su hermana y antes de que pudiera hacer algo la pelirroja este tomaba su café y desaparecía con un pequeño "pop".

-Al menos ya sonríe nuevamente—decía Harry felizmente.

-Si eso es de lo mejor que puede pasar, aunque aún se le ve la tristeza en sus ojos.—decía la Weasley.

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-Eso se le ira pasando poco a poco amor...En poco tiempo tendremos al viejo George de nuevo de regreso con nosotros.—

-Eso espero—respondía la pelirroja viendo los ojos esmeralda de Harry.

En ese momento se escuchaba el toque en la puerta y ambos volteaban y veían el arribo de Kingsley y Mcgonagall a la par de que los otros dos bajaban y Ron abrí la puerta.

-Buenas chicos—decía Kingsley

-Buenos días jóvenes—decía Mcgonagall

-Buenos días—Respondían en unisón.

Y se sentaban en la mesa esperando a escuchar las propuestas de Kingsley y de Mcgonagall, emocionados al comenzar a planear su vida sin riesgos y preocupaciones de que en un mañana pudieran morir.