DESIGUALDAD GLOBAL YCRECIMIENTO* · Lauchlil1Currie,1979.Foto deOspil1a. Cortesía deLaPrCJIsa....

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Lauchlil1 Currie, 1979. Foto de Ospil1a. Cortesía de La PrCJIsa. DESIGUALDAD GLOBAL Y CRECIMIENTO* Lauchlin Currie -- * N. del Ed. Este artículo es el cupítulo fiml de un estudio dirigido por Luuchlin Currie: Recursos para el Futuro: Colombia 1950-2000, que pretendíu analizur el problemu de Colombiu y del empleo de sus recursos productivos en el contexto de la economía mundial. La visión prospectiva del uutor aportu singulares argumentos para el uctual debate sobre el crecimiento y la upertura. En efecto, Currie señalu: no todos los puíses pueden tener el mismo patrón de desarrollo, sobre todo, dadas las limitaciones en lu dotación de recursos naturales v lu misma lógicu del crecimiento. La persistente curreru por el desarrollo, baro el umbral de las brechus en los niveles de ingreso, es la fuente de los conflictos entre las naciones. Los puíses que tengan solucionado el problema de la pobre- za absol u tu deben frena r su tasa de crecimien to; los pa ises menos d esarrollu d os deben lograr, gracias al crecimiento, el control sobre el medio ambiente y lu erradicación de la pobreza absoluta. Se hace preciso, mirando el preocupante largo pluzo, generar incentivos, no tunto exclusivumente económicos, sino extraeconómicos, tend ientes u creur un nuevo modo de vidu y unos valores 111<1S satisfactorios y permanentes a escala giobal. Currie, Luuchlin, "Desigualdod globul y crecimiento", en Recursos para el F/Itu- ro: Colombia 1950-2000, Bogotá, Instituto de estudios colombianos y Banco Po- pubr, 1981.

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Lauchlil1 Currie, 1979. Foto de Ospil1a. Cortesía de La PrCJIsa.

DESIGUALDAD GLOBALY CRECIMIENTO*

Lauchlin Currie

--

* N. del Ed. Este artículo es el cupítulo fiml de un estudio dirigido por LuuchlinCurrie: Recursos para el Futuro: Colombia 1950-2000, que pretendíu analizur elproblemu de Colombiu y del empleo de sus recursos productivos en el contextode la economía mundial. La visión prospectiva del uutor aportu singularesargumentos para el uctual debate sobre el crecimiento y la upertura. En efecto,Currie señalu: no todos los puíses pueden tener el mismo patrón de desarrollo,sobre todo, dadas las limitaciones en lu dotación de recursos naturales v lumisma lógicu del crecimiento. La persistente curreru por el desarrollo, baro elumbral de las brechus en los niveles de ingreso, es la fuente de los conflictosentre las naciones. Los puíses que tengan solucionado el problema de la pobre-za absol u tu deben frena r su tasa de crecimien to; los pa ises menos d esarrollu d osdeben lograr, gracias al crecimiento, el control sobre el medio ambiente y luerradicación de la pobreza absoluta. Se hace preciso, mirando el preocupantelargo pluzo, generar incentivos, no tunto exclusivumente económicos, sinoextraeconómicos, tend ientes u creur un nuevo modo de vidu y unos valores 111<1Ssatisfactorios y permanentes a escala giobal.Currie, Luuchlin, "Desigualdod globul y crecimiento", en Recursos para el F/Itu-ro: Colombia 1950-2000, Bogotá, Instituto de estudios colombianos y Banco Po-pubr, 1981.

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Resumen

Currie, Lauchlin, "Desigualdad global y crecilniento", CUadernos deEconomía, Vol. XIII, Números .18-19, Bogotá, 1993, pp. 281-300.

Un "estado de desarrollo" inplica la consecución de un nivel en el cual unanación soberana }--,ayaadquirido el suficiente control sobre su medi o ambien teeconómico, demográfico y s=ial cano para que le sea posible mejorarcontinuamente el bienestar de su gente. El "estadodel bienestar" es una metacomún de la humanidad, no obstante, las maneras de lograrlo difieren en cadanación de acuerdo con condiciones diversas.Las abismal es brechas de desarrollo existentes entre las naciones, e inclusoal in ter ior de las mismas, no pueden sol ucionar se invol ucr ando a todos en unadesenfranada carrera por el crecimiento. Es imposible llegar a niveles deequidad sin transformar las raíces mismas de la racionalidad económica. Portanto, se hace imperativo que, en los llamados países más desarrollados, segeneren incentivos diferentes a la competencia por un mayor ingreso y sebusque acrecentar el recon=imiento social por aspectos diferentes a losestrictamente materiales. En los llamados países en vía de desarrollo, esaím pertinente pranover el desarrollo, esto es, crear un ambiente materialque haga posible el logro de un ni vel en el cual la vida misma no sea un lujoy los individuos logren un grado de control aceptable sobre sumedioambien te .A nivel de la economía mundial, se trata, en síntesis, de trascender haciauna economía donde el crecimiento económico deje de ser un fin en sí mismo.Dada la continua desigualdad internacional. unida a la dificul tad de preveeruna disminución de las tensiones internacionales, un efectivo grado desoberanía o una dismunución de la carrera armamentista, el problema denuestros ¡:;aíses no consiste en contar con los recursos adecuados, sino másbien en irrpu1sar una planificación acertada.

Abstract

Currie, Lauchlin, "Global DisequalityandGrow>-ch" , cuadernos de Economía,Vol. XIII, Numbers 18-19, Bogota, 1993, pp. 281-300.

A "state of deve1o¡:xnent" inp1ies the atta~nment of a leve1 at which a so-vereignnationhasacquiredsufficientcontro1 over itseconomic, denographic,and s=ial environments to be able t:o continually inprove the we1fare of i tspeop1e. The "state of we1fare" is a ccmnon gC'\3.1of hummi ty, al though themeans of achievenentdiffer in eachnation according todiveLse conditions.The huge differences in deve10p'nent that exist among nc.tions, and evenwithin nations, cannot be sol ved by invo1ving everyone in a crazy race forgrowth. It is ilT".x;ssible to reach 1eve1s of equi ty ¡'lithout transforming theroots of economic rationa.Lity themse1ves. It is therefore imperative thatincentivesother thancompetitionfor higher incomesbegeneratedin themoredeveloped countries, and that greater s=ia1 recognition be soughc foraspectsother than those that are strict.lymateria1istic. In thedeve10pingcountries, it is still pertinent to prornote develo[Xnent, i. e. to crea te amaterialisticenvironment thatwillmakepossible theachievement of a leve1at which life itself \vill not be a luxury andwhere individuals can reach anacceptab1e degree of control over their environment. At the wor ld economylevel, the idea is, in synthesis, to transcend towards an econany whereeconomic growth is no 10nger an end in itself.Given thecontinual international disequality that exists, a10ng\~'Íth thedifficul tyinanticipatinga decreasein interna tional tensions, an effectivedegree of sovereignty or a decrease in the arms race, the problem of ourcountries consists not in counting on adequate resources, but rather onpranoting ascer tained p1anning.

Anteriormente se resumió el amplio tema de ~a e~uidad .Y el

crecimiento o la igualdad y la eficiencia. Falta dIscutir la mIs~acuestión en 'forma somera en sus aspectos internacionales, ?,atena

ue ocupa el primer lugar en los últimos años. Au~que no fI~:aba~n el marco original de referencia para este estudI? la abohcIOn osiquiera disminución de la desig~aldad en~re los paises y la maneracomo trata de lograrse, ésta tiene un Impacto ObvIO sobre lasuficiencia y la utilización de los recursos.

EL PROBLEMA EN SUS ASPECTOS INTERNACIONALES

El argumento hasta este punto ~a sido. que el cr~cimiento y la me~

jor distribución de los ingresos, sIendo mcompatIbles, pueden complementarse hasta cierto aspecto, y que para pa~se~ en ~esfrrollocomo Colombia, son deseables tasas de mayor crecIm:e.~to e ~ que

imperaron en la base histórica para lograr la trans1C~on hacIa unacategoría más desarrollada. Sin embargo, esto no satisface una ~-rie de preguntas bastante difíciles: ¿Cómo se puede cerrar l~ br~c ainternacional en los niveles de consumo? ¿Sugiere esto en t~rn:mosgenerales que sería deseable una .do~le ~~lítica de c~~CIm:e~toacelerado en algunos países y de dIsmmucIOn en ot~~s. 19ue Im-pacto tendrían las diferentes soluciones sobre la sufIcIenCIa de losrecursos?

El problema tiene varios aspectos: 1) el crecimiento ~dicional par.aaumentar los niveles de consumo, y las metas del mIsmo para ?,I-llones de personas en los países en desarrollo, pueden conduCIr a

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una creciente escasez de recursos principalmente de energía, comotambién de minerales, agua y aun espacio. ¿Podrían una o dos ge-neraciones, en forma ética, dar tal ímpetu a una entropía mayor, ohacer un gasto tan grande de los recursos no renovables?; 2) elcrecimiento adicional en los países más desarrollados con poblacionescasi estables ocurre sobre una base ya alta, así que la misma tasade porcentaje del crecimiento puede ampliar mucho la brecha ab-soluta en el consumo por habitante, aumentando el efecto de en-vidia, contribuyendo al resentimiento, y haciendo surgir toda clasede emociones que hacen más difícil una existencia pacífica para lahumanidad. No es necesario insistir en que la agitación en buscade un nuevo orden económico internacional y las fuerzas que ledieron vida tienen repercusiones peligrosas; 3) el crecimiento adi-cional en los países más desarrollados está impulsado por moti-vaciones sociales que el incremento económico en sí ya no puedesatisfacer. Pero el crecimiento económico continuo puede ser incom-patible con motivaciones más satisfactorias.

Por consiguiente, para extirpar la desigualdad global y sus conse-cuencias, se pueden justificar diferentes actitudes sobre lo deseabledel crecimiento para diferentes grupos de países.

De nuevo se expresa que éste es un tema demasiado amplio paratratarse aquí profundamente, pero, por lo menos, se quiere ilustrarsobre la complejidad de los problemas conjugados del crecimiento yla desigualdad del consumo. Es una tarea válida y legítima examinarsi el crecimiento en la población y el agotamiento de algunos de losrecursos más baratos y accesibles pueden ser suficientementecompensados con sustitutos, sistemas de conservación y avancestécnic?s, como para que el crecimiento en una escala nacional y global,especIalmente en el consumo, no sea arriesgado, por lo menos parala otra generación, aspecto que es el objetivo principal de este estudio.Pero más allá de este punto se destacan otros, aún más difíciles, sobrelos cuales los economistas no tienen ninguna autoridad especial paraemitir juicios. Por ello sólo se tratarán brevemente.

Con relación al tema de la suficiencia total de recursos para mantenerlas tasas históricas de crecimiento global durante otra generacióno más, con crecimiento general pero con poco cambio en la igual-dad, se entiende que el estudio original asuma una posición optimis-ta. En todo caso, este es un tema fuera del alcance y las posibili-dades de este estudio. Para Colombia, las conclusiones de la partetercera fueron también poco optimistas, aun para las tasas de cre-cimiento deseables (y altas) según las políticas que se adopten. Estas

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conclusiones, como se acaba de señalar, no satisfacen las preguntasde cómo, por cuánto tiempo y a qué tasa es deseable un crecimientoeconómico continuo por habitante en los países desarrollados. Lacapacidad de los recursos es sólo un aspecto del problema. Otro es,simplemente, que sin tal disminución resulta difícil ver cómo sepuede cerrar o disminuir la brecha de consumo entre los paísesricos y muchas de las más pobladas naciones en desarrollo1. Perosi no se reduce y se continúa ampliando, el efecto de resentimientoseguirá creciendo y con él los sentimientos de envidia, ansiedad,miedo y desafío. Con su aumento habrá mayores y más vigorosasdemandas por una re distribución de la riqueza y los recursos,atribuyendo los problemas de los países en desaz:rollo a la existenciade los opulentos (teoría de la dependencia) la cual gana adeptos.Los países desarrollados son vencidos frecuentemente en las reu-niones internacionales. La posibilidad de que las naciones podero-sas comuniquen una autoridad sólida a un organismo internacionalse hace más remota y se depende más y más de los armamentosnacionales para proteger y defender los derechos soberanos y losprivilegios de cada país. La perspectiva futura de la humanidadse ensombrece a medida que el poder destructor de los armamentosmodernos es mayor y se difunde a muchos países, cuando lospueblos en desarrollo entran en posesión de tales armamentos ycrece la conciencia sobre la desigualdad.

Por consiguiente, no es difícil establecer una relación entre la cre-ciente brecha del consumo y las futuras amenazas a la paz y albienestar. Se ha tomado más o menos como un hecho seguro queesta brecha puede reducirse o sencillamente desaparecer con elcrecimiento sostenido en los países menos desarrollados. Pero sedebe reconocer que, a causa de los diferentes niveles de ingreso yconsumo por habitante desde los cuales parte el proceso de creci-miento de los países pobres, reducir la brecha de esta manera y enun tiempo razonable requiere de una tasa extraordinariamente al-ta y constante. Por lo tanto, de esta realidad se puede sacar unargumento bueno para propugnar por un descenso en la tasa decrecimiento de los países desarrollados o por mayores avances enla exploración de condiciones nuevas que permitan alcanzar y man-tener un equilibrio en términos económicos. Es así como resulta

1 Véanse los cálculos de Lester Brown sobre la creciente brecha citada en elCapítulo l y la brecha continua entre Colombia y los Estados Unidos, citadaen el Capítulo n. (N. del Ed.). Se refiere a los capítulos l y II del libro Recur-sos para elfuturo, op. cit., cuyo último capítulo se reproduce en esta entrega).

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posible ser, al mismo tiempo, defensor de tasas de crecimiento másaltas y de tasas mucho más bajas, según se trate de un país o varios.

Sin duda, esta conclusión parecerá inaceptable para la gran mayoríade lectores, especialmente de los países desarrollados. En primerlugar se alegará que está exagerándose la importancia del efectode resentimiento y en seguida se preguntará: ¿Por qué los paísesmenos desarrollados no aceleran su tasa de crecimiento mediantela adopción de la tecnología moderna, que se encuentra disponible,para así alcanzar a los más adelantados?

Hay otro argumento utilizado ocasionalmente: cuanto más alta esla tasa de crecimiento en los países desarrollados, mejores clien-tes son éstos para los productos de los países en desarrollo, másaltas las exportaciones de los últimos y su crecimiento, por lo tan-to, será más rápido. Suena convincente, pero su validez es dudosa.Se basa en la suposición de que en los países en desarrollo elcrecimiento está restringido por las importaciones; que cuandolos países adelantados importan de los países menos desarrollados,están actuando en función de la tasa de crecimiento de estos últimosy que ésta es la única forma de hacer accesibles a los países en desa-rrollo términos justos de intercambio. Tales suposiciones puedenponerse en tela de juicio: la relación de producción e importacionespuede cambiar y, en todo caso, la falta de intercambio no es elli-mitante principal. Los países desarrollados pueden hacer impor-taciones y exportaciones más grandes a naciones en desarrolloaun sin registrar ningún crecimiento neto; sus compras a paísesen desarrollo pueden ser pequeñas en comparación a las hechas apaíses desarrollados y, finalmente, los recursos se pueden trans-formar de distintas maneras. En consecuencia, este argumentosobre el crecimiento continuo en los países desarrollados y laampliación de la brecha en términos absolutos para ayudar a lospaíses menos desarrollados no es convincente, e ignora otras alter-nativas que llevan al mismo resultado. Además, ignora el impactodel mayor consumo de los países desarrollados sobre las reservasmundiales de recursos, haciéndolas más costosas para aquellos endesarrollo. Un ejemplo es el petróleo.

Incidentalmente ese mismo argumento se podría emplear parajustificar y defender una creciente desigualdad dentro de un país,"como medio para disminuir la desigualdad".

Una discusión adecuada de estos puntos nos llevaría demasiadolejos, debido a que se requiere, entre otras cosas, de un traslado

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de los niveles de gastos de los ricos en los países más opulentos aiguales niveles de consumo en una amplia base mundial. En térmi-nos de consumos fundamentales per cápita como los de espacio,agua, energía y metales, parece literalmente imposible cerrar esabrecha en un futuro previsible para unos países muy poblados ypoco desarrollados. Esto significa ni más ni menos que la desigual-dad continuará a escala internacional. En segundo lugar, ladiscusión conduciría necesariamente a un examen de la naturalezadel bienestar, el cual no sólo está concebido de acuerdo con lasatisfacción de las necesidades físicas sino que tiene que ver conun estado mental, intelectual, que depende especialmente derelaciones interpersonales y con la sociedad. Sin embargo, la simpleobservación permite deducir que el resentimiento expresado porlos representantes de los países en desarrollo tiene su origen nosólo en el sufrimiento actual de sus gentes, sino en el hecho eviden-te y conspicuo de la desigualdad internacional. Si se recuerdaademás que los pobres, que son la mayoría en los países desarro-llados, aspiran a conquistar los niveles de los ricos, cuando estoocurra tales niveles de consumo se constituirán en las nuevasmetas de aspiración de los países en desarrollo. La evidencia delproblema aparece en toda su magnitud.

Finalmente, existe el argumento sicológico de que las motivaciones yactuaciones, que dan vida al crecimiento continuo, son incapacesde satisfacer las necesidades sociales del hombre y en lugar de darbienestar, después de satisfacer las necesidades físicas básicas agre-gan frustración, descontento, desunión y sentimi,;nto~ d~ impo-tencia. En consecuencia, el constante aumento del sentimIento deenvidia" (que no es lo mismo que privación) entre los grupos máspobres, principalmente en los países en desarrollo, ni siquieratiene como contraparte un mayor sentimiento de bienestar de losmás ricos, ni el goce del aumento en el consumo. La principalfuerza que fundamenta el trabajar, ahorrar, los avanc~s té~~icos,las ganancias, es el deseo de lograr el respeto y la estImaclOn deaquellos cuya opinión valoramos; el castigo severo cuando sefracasa en "hacer más dinero" (no bienes), conquistar un títulomás importante, ascender a una escala más alta de gastos, es latemida pérdida de ese respeto y esa estimación.2

2 Hablando inclusive de un profesional, Mishan comenta que la "sanción aquien se queda atrasado puede ser la pérdida de todo lo que él ha luc.hadopor realizar... prestigio, posición, reconocimiento... las cosas que.lo mantienena flote en el mar del anonimato", Los costes del desarrollo económICO,p. 114.

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Pero esto es perseguir una meta inalcanzable. Los deseos nacen másrápidamente de lo que se pueden satisfacer; siempre habrá aquelloscon ingresos, títulos, poder y niveles de consumo más altos. Por lotanto, cuando ya hemos pasado más allá de la economía de miseria, yhaciendo excepción de aquellos bienes y servicios que puedencontribuir a la dignificación humana o al embellecimiento cultural dela vida, podemos llegar a la conclusión de que la fuerza que impulsael crecimiento económico es básicamente malsana y sólo puede crearmás frustración que satisfacción? En este orden de ideas la conclusiónque sigue es que para los países más ricos que han logrado unabuena medida de igualdad, una disminución del crecimientoeconómico y un gradual reemplazo de los impulsos existentes porotras motivaciones para ganar el respeto de otros, y por lo tanto elpropio respeto y la estimación, pueden muy bien mejorar la calidadde la vida y actuar simultáneamente en la reducción de aquellasdiferencias económicas y de aquellos sentimientos de envidia quehacen peligrar i.'1temacionalmente entre ellos el futuro bienestar delhombre. Si ese es el caso, el argumento más poderoso para unequilibrio eventual no sería el del" Club de Roma", que se basa en lacreciente escasez y costo de los recursos, sino más bien el más amplioargumento de la necesidad de crear un modo de vida y un grupo devalores más satisfactorios y permanentes, a escala global, para adelantarla causa de una coexistencia pacífica y hasta de una supervivencia.

LA REAFIRMACIÓN DEL PROBLEMA

Si se acepta esta conclusión, tanto los países más desarrollados comolos menos, deben modificar sus metas durante la próxima gene-ración. Para reforzar la posición expuesta anteriormente viene elhecho de que, mientras un período de crecimiento económico altoy sostenido es deseable para los países en desarrollo, el objetivode este proceso no es tanto lograr el bienestar sino apenas satisfacerlas necesidades físicas y lograr un mayor grado de control sobreel medio ambiente. Las metas de los países desarrollados seríanutilizar el control que ya tienen sobre su medio ambiente pararealizar una igualdad interna todavía mayor, con un crecimientomaterial menos espectacular, acompañado por un creciente énfasisen el desarrollo de formas más saludables y adecuadas para satis-facer las profundas necesidades sociales del hombre.

3 El punto de vista expuesto en estas páginas está desarrollildo con mayor de-talle por Liluchlin Currie, "Wants, Needs, Weilbeing ilnd Economic Growth",y en la edición revisada de Tlze No-Grow/Iz Socie/y, vigorosamente citado porE. J. Mishan.

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Una repercusión posterior para los países más ricos, que es igual-mente difícil de aceptar por ellos, es que su oferta de préstamos,concesiones, asesoría técnica y su voluntad de importar de lospaíses en desarrollo, deberían ser motivados por un sentimientoconsciente de conveniencia propia, más que por un espíritu decaridad o de "hacer el bien" y ser el protector de su hermano. Esinterés de los países más desarrollados el que se incorporen a susfilas tantos países como sea posible, y en forma rápida. Hasta untoque de compasión está propenso a envenenar una relación. Sentirque se hace un favor implica que el otro debe sentir gratitud, porlo tanto se justifica un cierto grado de patemalismo o tutela. Inclusiveen las siglas comúnmente empleadas para la Agencia de DesarrolloInternacional (AID), seguramente escogidas deliberadamente, senota el paternalismo. La insistencia de las agencias extranjeras pa-ra el progreso en que la misma población pobre de las naciones endesarrollo debería beneficiarse directamente de los préstamos yayudas, y sus denuncias sobre los abusos de los privilegiados (de-nuncias que naturalmente sólo aluden a los países que reciben elpréstamo y cuya realidad ni siquiera se pone en duda), puedenrepresentar para los gobiernos beneficiarios la evidencia del pa-ternalismo o del colonialismo moderno.

Realmente, todo esto surge del fracaso en aclarar los objetivos bá-sicos. Entre naciones soberanas no debería existir la caridad y lagratitud (exceptuando, quizás, los casos de socorro en desastresnaturales) sino el deseo de colaborar con propósitos mutuamentebenéficos. El tipo de negociaciones realizadas entre los EstadosUnidos y Canadá y el carácter de sus concesiones mutuas pudieranservir muy bien como modelo de manejo de las relaciones entrelos países pudientes y los países en desarrollo. Los objetivos básicosque pueden hacer del mundo un sitio más seguro para las nacionesricas y que por consiguiente justifica sus préstamos y concesionescomerciales, es que el progreso se dirija hacia un estado generalde desarrollo. Si se siente gratitud o se persigue un fin social, esoestá en segundo lugar. Un "estado de desarrollo" implica la conse-cución del nivel en el cual una nación soberana ha adquiridosuficiente control ~obre su medio ambiente económico, demográficoy social como para que le sea posible mejorar continuamente elbienestar de su gente. Sostener que un país rico no debería usardirectamente la asistencia como una palanca para mejorar en otrospaíses lo que considera el bienestar, puede parecer irrazonable.Pero una reflexión sobre las repercusiones y posibilidades de tutelaque surgen de esta actitud debería servir para mostrar sus peligros.

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Las analogías nunca son exactas pero pueden ser sugestivas. Unaanalogía apropiada aquí puede ser la alternativa en el tratamientoa un "grupo problemático" en países desarrollados: la alternativaconsiste en ofrecer beneficencia social o caridad por un lado, y,por otro, rehabilitación, movilidad y oportunidades de empleo. Acorto plazo, la primera opción es menos costosa e ineludible, pero,a largo plazo, la última es infinitamente preferible y en realidadmenos costosa. Así, una gran ventaja del comercio por encima dela asistencia es que sirve al mismo propósito básico mientras evitalos peligros del paternalismo y del abuso del poder por parte deburócratas bien intencionados.

Pasando ahora a los países en desarrollo, la tarea de un gobiernoresulta muy difícil. Tiene que crear una atmósfera favorable alcrecimiento, organizar un proceso lo más descentralizado posibleen la toma de decisiones y, al mismo tiempo, establecer las condi-ciones que disminuyan las diferencias en los niveles de vida y queaumenten los niveles económicos y educativos de los más pobres.Si se adopta, como en este estudio, una perspectiva de veinticin-co años o de cincuenta hacia el futuro, la primera tarea no llevaría-corno generalmente se cree- al logro inmediato del bienestar,sino más bien a la creación de un ambiente propicio donde tengamejores oportunidades para establecerse. La distinción es impor-tante. El ambiente debe ser tal que satisfaga las necesidades físicasde toda la gente y se eleven los niveles educativos mínimos, demodo que la población esté calificada para desempeñar empleosmejor remunerados; desaparezcan los otros obstáculos a la mo-vilidad; el potencial productivo de los recursos llegue hasta loslímites; se estimule el ahorro mi~ntras que se desanime el consumoconspicuo y la tecnología disponible se adopte lo más rápido posible.Este es, en resumen, un ambiente de alto crecimiento que utiliza,en toda su capacidad y con toda la eficacia posible, los recursosdisponibles, canalizando estos beneficios del crecimiento en favorde un desarrollo adicional y de un aumento en los niveles de con-sumo de la mayoría de los habitantes. La mano de obra se volvería"escasa" por la creciente demanda y el descenso en la tasa denacimientos.

Tal situación, caracterizada por la tensión del esfuerzo y por la con-tinuación, aunque en menor grado, de la desigualdad, pareceríano ser aceptable a largo plazo dentro de una economía mixta.Debería admitirse que el resultado de todo este esfuerzo de tran-sición no tiene que ser necesariamente una sociedad más feliz. Noobstante, desde el punto de vista de la supervivencia humana in-

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temacional y nacional, ésta se presenta corno la condición necesariapara obtener un ambiente en el cual el único interés no sea la solasupervivencia en un mundo generalmente hostil, sino que permitapasar a desarrollar condiciones profundamente más satisfactoriaspara la humanidad durante un largo período. Un país donde la ma-yoría de la gente vive apenas al nivel de subsistencia, que no tienecontrol sobre su población, que sufre el empeoramiento de la relaciónentre su población, sus recursos naturales y la energía, y que de-pende de la ayuda financiera continua de otras naciones, tiene, entodo caso, pocas posibilidades de lograr el bienestar y está incubandopeligros no sólo para sí mismo sino para la humanidad en general.

Por consiguiente, los países que fracasan en lograr tal control de-ben ser preocupación no sólo de ellos mismos sino de todos. OtrosEstados en desarrollo pueden lograr perspectivas más favorablespor sus propios esfuerzos y con ayuda de lo que se ha descrito cornoobjetivos esenciales mínimos hacia los cuales todos los países debendirigirse. Sólo los que se conocen corno países desarrollados estánen posibilidad de explorar en el futuro próximo, conjuntamente,las formas de transición hacia un mundo en el cual la dignidadsocial que el hombre busca para lograr su autoestimación, estédefinida por motivaciones distintas de las que ahora predominan.El mundo imaginado por Erich Fromm, por deseable que sea, nopuede realizarse por exhortación sino seguramente por unos cam-bios cuyas múltiples consecuencias en el ambiente económico per-mitan e impulsen a la vez cambios en las motivaciones.

El estado de bienestar es una meta común de la humanidad, perolas sendas y los medios de 10grarIo difieren bajo condiciones diversas.Primero que todo, antes del bienestar, tiene que haber superviven-cia sin miedo. Esto no es una exageración. Obviamente el hombreno ha aprendido todavía a combinar su modo de vivir con la tec-nología moderna, con su creciente potencialidad destructiva, nicon las necesidades de animal social profundamente arraigadas.

Cuando gran parte de nuestros "pensamientos" son sólo una racio-nalización de profundas fuerzas emocionales: miedos, ansiedades,resentimientos, impulsos hacia el poder y la importancia y así su-cesivamente,la supervivencia implica la realización de un ambienteen el cual las necesidades emocionales puedan ser satisfechas sinviolencia y de manera estable. No tendría sentido profundizaraquí en un tema como éste. Sin embargo, parece necesaria algunadiscusión debido a la controversia, que ha surgido recientementeen el campo del desarrollo, entre los que darían prioridad a la re-

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distribución y aquellos que la darían al crecimiento, y debido aldeterioro aparente de las relaciones entre naciones poderosas ydébiles. La tendencia a formar bloques de países, a ganar favoresy amigos mediante el enfrentamiento de las naciones, y a justificartodo esto en términos sobrecargados emocionalmente de alusionesa la desigualdad y a los culpables de ésta, es tremendamente peli-grosa. Si se examina cuidadosamente, se encuentra que la desigual-dad nacional global es un elemento importante en el panorama.La utilización de los recursos generales debe analizarse a la luz delos antecedentes internacionales.

CONCLUSIONES

Como una manera de buscarle solución al conflicto o de conciliarlos diferentes puntos de vista, se sugiere una primera etapa dirigidaa cambiar los principales objetivos del "bienestar", con sus conno-taciones hedonistas, por uno de supervivencia global bajo condi-ciones tolerables, por lo menos como discusión académica.

Para nuestros propósitos, la importancia de este cambio es que di-rige la atención al tema que se supone esencial y a las medidasnecesarias para crear condiciones favorables a la supervivencia. Lareorientación, a la vez, facilitaría que los diferentes grupos de paísesmodificaran el tratamiento de la naturaleza del problema así:

a) Para aquellos países comúnmente conocidos como desarrollados..que poseen el conocimiento suficiente y la capacidad productivapara satisfacer todas las necesidades físicas razonables, y que pue-den dedicar una creciente proporción de tiempo y esfuerzo al 10-gro de objetivos no económicos, capaces de satisfacer mejor lasnecesidades sociales, el procedimiento consistiría en suplementar,y con el tiempo suplantar, los incentivos económicos como mediopara ganar estimación e importancia por otros alicientes. Por lotanto estarían" abriendo el camino" hacia el punto en que puedaapaciguarse el origen emocional de las crecientes tensiones, ansie-dades y descontentos.

b) Para el grupo medio de países en desarrollo el problemaprincipal consistiría en hacer la transición, lo más aceleradamenteposible, a las condiciones que ahora son ampliamente característicasde los llamados países desarrollados. Esta transición se facilitaríapor un período de rápida adopción de la tecnología existente, es-pecialmente en la agricultura, y daría al campesino liberado por lamecanización la oportunidad de disminuir su desventaja en niveles

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de consumo de cosas tan básicas como educación, salud, vivienda,servicios y diversiones en un medio ambiente urbano. Esto requierea la vez de cambios en las actitudes, en las políticas y en las insti-tuciones sociales y económicas. Tal período de transición estaríaacompañado de una disminución en la brecha interna de nivelesde consumo por un proceso de transferencias.

c) El grupo restante de países reúne problemas especiales. Estánen primer término aquellos muy grandes y poblados pero muypobres, donde la cuestión demográfica cobra más importancia quecualquiera otra. Siguen los países muy pequeños, pero tambiénmuy pobres, cuya habilidad para desarrollar economías viablespuede estar en duda y que probablemente requieren de un trata-miento especial. Para la mayoría de éstos la necesidad principal esdoble: tasa de crecimiento económico en aumento y una dismi-nución drástica en la tasa de crecimiento demográfico.

d) Un grupo adicional de economías que difieren considerable-mente entre sí, comparten sin embargo ciertos problemas queconllevan el ser economías centralmente planificadas. Bien puedenser tratadas aparte. Desde el punto de vista del problema clave dela supervivencia, pueden estar ya en la posición, con las economíasmixtas desarrolladas, de estudiar la necesidad y la extensión delcrecimiento económico continuo con relación a otras motivaciones.

Realmente, el impulso existente para el crecimiento en el gruposoviético de países europeos parece tan fuerte como en las economíasmixtas y aún más fuerte, a causa quizás de las razones presentadasaquí: el "efecto de envidia" ante los niveles de consumo de laseconomías mixtas desarrolladas y, además, por razones militares.4

4 . La posición de China ilustra muy bien el argumento de que entre los paísesdel mundo tiene que haber una amplia igualdad en los niveles de consumo,o por lo menos un equilibrio en potencialidad económica y técnica y de quetodos sientan la necesidad de una acción internacional concreta tendiente areducir las tasas de crecimiento material. Ni siquiera una nación tan extensay poblada como China, que ha luchado siempre por mantener incentivos yvalores no pecuniarios, se siente segura de un mundo donde la fuerza militardepende cada vez más de los avances de la ciencia y !a tecnologia y de unaalta capacidad productiva. Consideraciones como éstas debieron decidir aChina a una rectificación tan radical de su actitud respecto al problemademográfico y en su apertura hacia el Occidente que concluyó su períodode aislamiento. Como la supervivencia es la prioridad absoluta, y la supervi-vencia de un gran poder se siente amenazada cuando se queda atrás encapacidad económica y técnica, el argumento militar como base del crecimien-to es realmente fuerte.

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Colombia cae dentro de la segunda categoría de países. Se puede es-

;~rar, r~~~ablen:ente sin seg~1i~políticas demasiado exigentes, que. t~~nsI~lOn hacIa una condlclOn que le permita un control más

SIt~f¡cativo sobre su medio ambiente económico, social y físico podráre lZarse. Por otro lado, para conseguirlo necesitará fuerzas

P ode-rosas que ap oy . .limi

en su crecln:lento, para sobreponerse a varios factorestantes que fueron menCIonados en distintas partes de este estudio.

Este capítulo p~ede resumirse, entonces, diciendo que no hay unares!:,uesta sencrl~a a la pregunta de cuáles deberían ser las metas

~aclO~fles y cuales las globales. Mirando hacia el futuro, parecees~a .e que se planee para una economía mundial estable más

~qUItahva, en la cual la satisfacción de las necesidades sociales deluombre se encu:ntre en el desarrollo no económico y sin apuros.

n.~rupo ~e .paIses parece estar en posición de iniciar una planifi-Cdaclon prelunmar con tal fin. Simultáneamente, sin embar go seríaeseable un Períod o d " d "

"II .. e rapI o creCImIento en los paIses en desarro-/, .rara disminuir el "efecto de envidia", lograr una mayor medida

e Igualdad con los países económicamente más avanzados y ase-

~r~r un ~~yor con~r.ol, sobre su medio ambiente. Este proceso,. gun su exIto, permlhra una disminución drástica de las diferen-

CIas ~n ~os niveles de consumo, en oportunidades y en segurid'~deconomlca dentro de los países mismos. Pero la meta al menospor el momento, debería ser mayor igualdad a un niv:l más altocomparable a la de algunos países más desarrollados. '

Se cree que esto es compatible con una nivelación ascendente delCOI:~umoy los servicios, y con un mejor cumplimiento de la tribu-tacI.~n, de acuerdo con la capacidad de pago V con la mayor utili-zaClon en la transferencia de pagos. '

Para mantener este punto de vista es necesario hacer el balance

~~~eel cor.to ylazo y el largo. Claro está que los países desarro-

ueos cont~nuan el consum.o masivo de recursos y energía, así

q. cualqUIer progreso hacIa su conservación o hacia un creci-mIento m .' .

d ', enos rapI o sena provechoso, siempre que las economíasno esten completamente condicionadas al crecimiento. El consumo

pr parte de los países en desarrollo es todavía pequeño. Siguiendoe Curso propuesto, deberían acelerar ese consumo a corto plazopero esto es para apresurar el día en que el concepto de un estad~se~uro o de un cambio gradual de crecimiento material a creci-mIento de la individualidad se extienda país por país a aquellas

~ar~es del mundo donde las poblacio~es numerosa; y la graneSlgualdad son el peligro principal para el futuro.

CUADERNOS DE ECONOMíA 18-19 297

Esperamos, finalmente, que los puntos aquí consignados y que aprimera vista pueden parecer conflictivos para algunas personas,serán inteligibles y consistentes dentro del marco de los problemasglobales examinados en sus varios aspectos y etapas.

REPERCUSIONES PARA LA POLÍTICA

Si se considera: a) deseable lograr niveles mínimos aceptables paratodos, especialmente en los países en desarrollo; b) disminuir lasdiferencias en los niveles de consumo y la consiguiente disminu-ción del "efecto de envidia" y c) si se va a hacer lo más pronta-mente y con la menor fricción posible, se sugiere como apropiadoel siguiente grupo de políticas planteadas aisladamente a travésdel texto y de las cuales sólo se hará un resumen:

1. En primer lugar, parece que la política actualmente ejercida portodos los países que aspiran a tasas más o menos iguales de creci-miento puede significar más o menos desigualdad, no sólo en elconsumo sino en la utilización de los recursos minerales mundia-les y de ciertas fuentes de energía. Lo deseable sería la realizq.ciÓnde una tasa de crecimiento mucho más rápida y sostenida por lospaíses en desarrollo para acortar la brecha. Esto plantea difícilespolíticas, tanto para los países desarrollados como para los que estánen desarrollo. Para los primeros se hace necesaria una utilizaciónmucho más eficiente de los recursos y especialmente de la tecno-logía en el sentido amplio de la palabra.

2. Es importante que las nociones de caridad, beneficencia y esperade gratitud se disminuyan y eviten. Una de las cosas más difícilesdel mundo es dar y recibir sin provocar reacciones de superioridado de resentimiento. El problema surge en parte, como se dijo, dela confusión de los objetivos. Indudablemente los préstamos tienenque entrañar ciertas condiciones, pero debería sobreponerse comoobjetivo principal la aceleración del crecimiento para obtener lomás pronto posible el paso a la categoría de país más desarrollado;y que las condiciones de los préstamos, tales como aportar cuotaspor igual con dineros nacionales, o su utilización para propósitossociales y para el alivio directo de la pobreza sea realmente suobjetivo final. Donde no hay suficiente confianza para un créditose deben hacer concesiones pero con fines semejantes, es decir,para que más y más países sean capaces de mantenerse con suspropios recursos y de ganar mayor dominio sobre su medioambiente.

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Claro que los prejuicios, preferencias y escala de valores de quienesotorgan el préstamo no pueden ser totalmente eludidos. Lo únicoque se puede pedir es que se subordinen al objetivo principal enun grado mayor que en el pasado.

3. Para la consecución del objetivo, el comercio es preferible a la asis-tencia, pues no tiene connotación benéfica ni peligros de tutela. Estosignifica que los países desarrollados deben estar preparados paracomprar los bienes y servicios de aquellos en desarrollo, lo cual, a suvez, probablemente requiere de una política activa de impulso al pro-ceso de movilidad dentro de los países más desarrollados. Los nu-merosos y variados beneficios de proveer un mercado para losproductos de mano de obra más barata no deberían asegurarse acosta del trabajo individual y de empresas en los países másdesarrollados. Si se quisiera hacer, no es muy seguro que se alcanceel éxito.

4. Obviamente aquellos países en desarrollo que dependen de lasimportaciones de petróleo y sus derivados tendrán que poner enmarcha medidas especiales para aminorar el impacto de un empeo-ramiento tan drástico de los términos de intercambio como el quese ha presentado en años recientes. Se espera que los países ex-portadores de petróleo cooperen con tales medidas.

5. La ampliación de la brecha de ingreso per cápita, en términosabsolutos, ha hecho prohibitivamente caro en los países desarrolla-dos el entrenamiento avanzado para la mayoría de los individuosde un país en desarrollo. Esta es, sin embargo, una forma de in-versión del "capital humano" que ha producido rendimientos muyaltos a través del tiempo y requiere de una ayuda especial.

6. Un crecimiento más rápido o una productividad más alta portrabajador depende, en buena parte, de la utilización creciente deuna tecnología más avanzada. Esta transferencia se ha dejado al cui-dado de la iniciativa privada, pero habría que ver cuáles otras formaspueden estimularla, así como la financiación de las investigacionesbásicas, especialmente adaptadas a los países tropicales, como la tec-nología forestal y de las plantas. La suma así gastada en los países endesarrollo sería apenas una fracción muy pequeña de la dedicada apaíses más desarrollados de la zona templada.

Durante el último cuarto de siglo se han hecho grandes esfuerzosy se han producido numerosos estudios, ensayos y tratados sobreel tema del desarrollo. Indudablemente ha habido progresos, pe-

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ro debe admitirse que a pesar de los miles de millones en préstamosy concesiones, de los estudi?s realizados por inconta?les .investigadoresy de la cantidad de consejos d~d?s, son ~xtr~ordmanament~ pocoslos países que han alcanzado exito y mas bien se ha amplIado labrecha de producción y consumo por habitante entre los másdesarrollados y los menos, en lugar de cerrarse. Es difícil escapar a laconclusión de que debe haber algo muy deficiente en la estrategiaseguida. Sin embargo, en general los diagnósticos y las estrategiasofrecidas y puestas en práctica difieren muy poco de aquellas demoda en las últimas dos décadas y media. El estudio presente y elmás exhaustivo de Resources lor tlle Future sugiere enfáticamente quela falta no radica en la carencia de recursos.

El progreso, tanto en la eficiencia como en la igualdad en los paísesdesarrollados -que son los grandes consumidores de recursos-desde la Segunda Guerra Mundial, ha sido en general satisfactorio.En una perspectiva histórica ha sido notable en verdad, a pesardel enorme gasto de los recursos más accesibles y más explotados.Evidentemente, la deficiencia en los países en desarrollo debebuscarse por otro lado.

La posibilidad de que el costo relativo de los recursos importantesaumente, a tal punto que ponga en peligro el crecimiento o unosniveles de consumo más altos por habitante bajo proyeccionesdeseables o probables, se trató en los Capítulos II y III Y la conclu-sión a la cual se llegó fue que podría ocurrir bajo ciertas condicionesen el caso de los productos del petróleos. También se examinócómo se podría afrontar tal situación. En cuanto a los costos parareparar los perjuicios causados al medio ambiente, la prevenciónde futuros daños y la destrucción de algunos recursos naturales,si bien son serios, no se cree que necesariamente disminuyan elnivel de vida o hagan más lento el crecimiento.

Se concluyó, quizás sin sorpresa, que la amenaza a la realizaciónde las tasas probables o deseables de crecimiento surgiría más decondiciones institucionales y del medio social, como resultado de po-líticas incorrectas, que de factores físicos o de escasez. En estecapítulo se estudió cuáles serían las políticas aconsejables. Estadiscusión lleva a la vez a la consideración de la compatibilidadentre la eficiencia y la igualdad (o el crecimiento y el bienestar),

5 N. del Ed. Capítulos II y III del libro Recursos para elfutura: Colombia 1950-2000, op. cit., del cual se tomó este artículo.

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examen que, no obstante estar dedicado principalmente a Colombiay a la utilización eficiente de sus recursos, puede haber llegadomás allá de los términos estrictos de referencia del estudio. Esteestudio trata de poner el problema de Colombia y de su empleode los recursos en un medio global circundante, al señalar algunasde las repercusiones de la continuidad de la brecha de produc-tividad o consumo, como se observa en varios grupos de países.

En cuanto a necesidades básicas, dietas variadas y adecuadas, vi-vienda confortable y buenos servicios, salud, educación, una ampliaseguridad económica y oportunidades de diversión, parece quecon políticas sabias se puede esperar que estas necesidades seansatisfechas en Colombia y en muchos países en desarrollo dentrode una generación.

En términos de niveles actuales de consumo pcr cápita y de estilosde vida urbanos y suburbanos en los países desarrollados, y encuanto al nivel de consumo que pueda preverse en tales paísesdentro de una generación por una proyección de tendenciascorrientes de crecimiento, una medida amplia de igualdad interna-cional parece completamente irrealizable aun con tasas extraordi-nariamente altas de crecimiento pcr cápita en los países menosdesarrollados, tasas que seguramente no se lograrán. Con la conti-nua existencia de la desigualdad internacional, es difícil suponeruna disminución de las tensiones internacionales, un efectivo yseguro grado de soberanía o una disminución en la carrera arma-mentista y en todo lo que ella implica. Así que la conclusión finales básicamente que el problema no reside en contar con recursosadecuados, sino en una planificación adecuada.

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EL CRECIMIENTO

ECONÓMICO Y LA

SUPERVIVENCIA *

Lauchlin Currie

*N. del Ed. Este artículo refleja la visión del autor sobre la amenaza implícita quesignifica el crecimiento para la superviven~ia mism~ de la huma~idad. Sin .s~réste necesariamente un pronóstico terrorífico, constituye una valiosa reflexlOnsobre un tema profundo que compete al futuro de la humanidad. .Dada la extensión del tema, el artículo fue recortado. No obstante, se transcn-bieron aquí las partes sustanciales de la argumentación. Se omitieron asíalgunas secciones en las cuales el autor, influenciado por sus lecturas sobresicoanálisis, hace profundas reflexiones sobre el comporta.~iento humano y.laimposibilidad de alcanzar el bienestar en las actuales condicIOnes de evoluclOnde la humanidad, dada la insaciabilidad de las necesidades humanas.Currie, Lauchlin, "El crecimiento económico y la supervivencia", Conferenciadictada enSimonFraser University, Vancouver, Canadá, junio 1981. Publicadoen español como "La economía política y la supervivenc.ia": en L. Currie, Polí-ticas de crecimiento y desarrollo, Bogotá, Banco de la Republ1ca, 1982.