Descubriendo El Cerebro y La Mente n83

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    Revista gratuita de Neurociencias y Neurosicoeducacin - Nmero 83

    Descubriendoel Cerebroy la Mente

    Asociacin Educarwww.asociacioneducar.com

    Cmo influyen las emocionesen el aprendizaje?

    Las emociones enen un rol fundamental a la hora de lograr que los alumnos logrenaanzar los conocimientos en su memoria. Cmo inuyen? Cmo pueden usarlas losdocentes a su favor?

    La risa es beneciosa para

    todo nuestro organismo

    y fundamental en nuestra

    vida social

    Utopa

    Hacia una enseanza menos

    tonta

    Grasa, azcar y movimiento

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    Contenidos

    6 Cmo inuyen las emociones en el aprendizaje?

    8 Utopa

    12 La risa es beneciosa para todo nuestro organismoy fundamental en nuestra vida social

    14 Hacia una enseanza menos tonta

    18Grasa, azcar y movimiento

    10 Por qu un alimento descompuesto o el alcoholnos pueden hacer vomitar?

    16Por qu los adultos mayores duermen menos?

    15 Para lograr una mejor comunicacin debemos ten-er en cuenta tanto el mensaje verbal como el corporal

    21La msica es una gran aliada para combar situa-ciones estresantes

    20Ansiedad: un aspecto ms de la naturaleza humana

    22Podemos ser adictos a la comida?

    26 Cerebro femenino - Cerebro masculino: iguales odiferentes?

    28 Las emociones primarias: asco o aversin

    24 Al estar tristes percibimos los colores de formadiferente?

    30Por qu el alchohol nos da resaca?

    21Evitar la runa ayuda a bajar los niveles de estrs

    30Ayudar nos hace bien a nosotros mismos

    Neurotrucos para vivir mejor:

    Notas

    Neurotrivia3125

    Inograas delCerebroy sus reas

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    AutoresDr. Carlos A. Loga Grabner- Presidente de Asociacin Educar.

    - Mster en Neurociencias y Biologa delComportamiento.

    Dr. Roberto Rosler- Mdico Neurocirujano.

    - Director del Laboratorio de Neurocien-cias y Educacin de Asociacin Educar.

    Dr. Nse. Luis Mara Labath- Ex Director Mdico del Hospital Jos M.Cullen.

    - Miembro de Honor de la Asociacin

    Mdica Argenna.

    Nse. Marita Castro- Directora general de Asociacin Educar.- Co-creadora del Curso de Capacitacin

    Docente en Neurociencias.

    Prof. Nse. carlos Sanago Teisaire- Profesor Nacional de Educacin Fsica,Deportes y Recreacin.- Tutor y disertante internacional en

    Asociacin Educar.

    Lic. Mariela VesridTutora e integrante del equipoNeurobiologa y control del estrs

    Colaboradores

    Pablo KalhoferIlustraciones y diseo.

    Lic. Alejandro Loga GrabnerCorreccin y redaccin.

    Queridos amigos:

    Les presentamos la revistanmero 83. Nos gustara destacar el hechode haber superado los 500.000 segui-dores de Facebook. Realmente esalgo que nos llena de alegra y porello les estamos infinitamente agrade-

    cidos!Si cada uno de los seguidores

    uera una neurona, seran aproxima-damente la totalidad de las clulasdopaminrgicas del mesencalo deun adulto joven, situadas en su granmayora en la sustancia negra. Estasclulas contienen neuromelanina yabrican la dopamina. La dopamina es el neurotrans-

    misor ms comnmente asociado conla sensacin de placer. ambin estinvolucrada en la coordinacin de losmovimientos musculares, en la tomade decisiones y en la regulacin del

    aprendizaje y la memoria. Sin ellano sentiramos curiosidad ni moti-

    vacin. Si todava no conocen nuestrapgina de Facebook, nos pueden se-guir en: www.acebook.com/Neuro-cienciasAsociacionEducar Por otro lado, los invitamos a

    visitar una nueva seccin de nuestrositio web: Consejos para que el cerebrosea eliz en el aula www.asociacioned-ucar.com/tags/cerebro-aula Esperamos que disruten deeste nuevo nmero de la revista.

    Les deseamos un maravilloso

    da! Asociacin EducarCiencias y Neurociencias

    Aplicadas al Desarrollo Humano

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    naria -con los aportes de las Neurociencias y ciencias anes- junto al personal

    de diversas instituciones educativas con el n de promover ambientes de apren-dizaje cerebro compatibles. Para esto, aporta conocimientos que ayudarn a

    incrementar los resultados en todo nivel formativo, con el principal objetivo de

    mejorar el ambiente de aprendizaje y la convivencia general de todas las perso-

    nas, permitiendo comprender y optimizar:

    estados emocionales, empticos y motivacionales;

    autoestima;

    perseverancia;

    trabajo en equipo; prevencin de conictos.

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    Cmo inuyen lasemocionesenel aprendizaje? Por Dr. Carlos A. Logatt Grabner

    Para que un recuerdo se consolide en nuestra memo-ria necesita de algo undamental: estar asociado auna emocin.

    Durante toda nuestra existencia aprendemos in-finidad de cosas, pero con el paso del tiempo solo algu-nas perdurarn en nuestros recuerdos, y la emocionali-dad es la principal responsable de que esto suceda. Losaprendizajes generados en la vida cotidiana o dentro deun aula que se encuentran asociados a sentimientos -yasean positivos (como la alegra o el orgullo) o negativos(como el miedo o la tristeza)- son los que permanecernen nuestra memoria.

    Podemos dividir nuestra memoria en tres subtipos:

    1. Corto plazo:es la capacidad de mantener ennuestra mente una pequea cantidad de inormacin -yasea un telono, una direccin o el nombre de algo que

    vimos en la televisin-. Si estos datos no son repasadoscon entusiasmo, ante la ms mnima distraccin podem-os olvidarlos. Est relacionada principalmente con el

    hipocampo.

    2. Operativa o de trabajo: aqu es donde un con-ocimiento traspas la memoria a corto plazo, teniendo laoportunidad de convertirse en un recuerdo a largo plazoo de quedar en el olvido a los pocos das. Por ejemplo,podemos estar largas horas estudiando -incluso duran-te la madrugada- para sacarnos una buena nota en unexamen. No obstante, si esa inormacin no es repasa-da y no tenemos compromiso emocional con ese cono-

    cimiento en el corto plazo la mayor parte desaparecer.La memoria de trabajo tambin es la que nos permiteextraer datos de la memoria de largo plazo para resolveruna tarea en el presente. Es coordinada por la cortezaprerontal principalmente en el rea dorsolateral.

    3. Largo plazo: una situacin que despierte nues-tras emociones hace que la unin de neuronas (sinapsis)pueda llegar a ser tan uerte que los recuerdos consiganperdurar durante un gran lapso de tiempo e incluso todala vida. An cuando consideremos que esa inormacin

    ya no est a nuestro alcance, con el simple hecho de re-pasar un poco o volver a practicar esa actividad se noshar sencillo realizarla o evocarla. Un ejemplo de estosera andar en bicicleta. Podemos estar aos sin subirnosa una, pero solo con el hecho de pedalear unos metros

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    mentar que ellos puedan ensear lo que saben (invitn-dolos a ser docentes de sus propios compaeros de gradoo de otras niveles) y premiando su iniciativa, aun cuandose cometan algunos traspis en el intento.

    Es undamental asociar la educacin al bienestary elicidad. Los mbitos educativos deben caracterizarsepor mostrar da a da alegra y risa, adems de combatirel estrs y los estados emocionales negativos. Rer es unade las mejores ormas de promover la interaccin positi-

    va con los otros, ya que es un lenguaje universal que or-talece los lazos aectivos y, conjuntamente, tiene muchosotros beneficios:

    Ayuda al sistema respiratorio, ya que mejora la oxi-genacin de la sangre y hace que nuestro cuerpo y, prin-cipalmente, cerebro uncionen de orma ptima. Nos permite dormir ms plcidamente y combate el in-somnio, siendo el sueo una etapa de vital importanciapara la consolidacin de la memoria.

    Regulariza el pulso cardiaco, disminuyendo la presinarterial, adems de colaborar en la liberacin de lipo-protenas, las cuales avorecen en la reduccin del nivelde colesterol. Fortalece el sistema inmunolgico, aumentando el niv-el de endorfinas. Reduce la tensin muscular. Cuando nos remos move-mos ms de 400 msculos y adems quemamos unascuantas caloras. Ayuda al aparato digestivo.

    Fomenta la liberacin de hormonas y neurotrans-misores que nos hacen sentirnos muy bien, tales como ladopamina y la serotonina. Y un largo etctera, que nos hace tomar conciencia delo beneficioso que es estudiar y aprender tanto en m-bitos educativos como laborales, teniendo en cuenta elbienestar y el estado emocional de quienes orman partedel mismo.

    ser suficiente como para volver a sentir que nunca he-mos abandonado este hbito tan saludable.

    Qu sucede con lo aprendido en la escuela?

    En el aprendizaje dentro de un espacio educativonunca olvidaremos si alguna vez uimos astidiados poralgunos compaeros, como tampoco desaparecern de

    nuestra memoria esos docentes y proesores que ponantanto nasis y entusiasmo en ensearnos. Por esta razn, ir a aprender en ambientes mo-tivadores no solo nos predispondr de mejor orma a es-tudiar, sino que tambin perdurarn esos conocimientosmucho ms tiempo en nuestra memoria. Por el contrario, los espacios educativos percibi-dos como agresivos o estresantes nos dificultarn con-cntranos y gran parte de la inormacin brindada en laclases desaparecer. La presencia de ocos en los cualesnuestra atencin se desvi -como el miedo al recreo (por

    tener que soportar compaeros molestos) o la obligacinde asistir a una clase en donde el proesor nos exija porencima de nuestra capacidad- convertir el espacio deaprendizaje en un lugar de olvido de los conocimientosque se deben adquirir. No solo por la gran dificultad deconcentrarnos, sino tambin porque el estrs aecta neg-ativamente la comunicacin de las neuronas (principal-mente a las espinas dendrticas -rea de recepcin de losimpulsos nerviosos-), proceso vital para el aprendizaje yla memoria.

    Uno de los principales objetivos de la educacindebe ser crear ambientes educativos emocionalmentepositivos y de colaboracin, algo que ayudar a los niosa recordar ms y tambin omentar un proceso de en-seanza asociado a la alegra y elicidad. Podemos promover esto haciendo sentir a losalumnos participes activos de las clases. Somos una es-pecie social con una inmensa capacidad para ensear ydisrutamos mucho del proceso. Quien haya tenido laoportunidad de ser consultado sobre un tema del cual

    conoce (an siendo algo pequeo como explicarle a otroqu transporte pblico utilizar para llegar a su destino)sabr que esto es algo que nos llena de placer y orgullo. De este modo, una buena orma de motivar a losalumnos podra ser darles la posibilidad de investigar untema visto en clase que les haya despertado su curiosi-dad, invitarlos a desarrollar algunas de las preguntas quesern parte de los exmenes (premiando no solo las bue-nas respuestas, sino tambin las buenas preguntas), o-

    Asociacin EducarCiencias y Neurociencias Aplicadas al Desarrollo Humano

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    UtopaDr. Nse. Luis Mara Labath

    El concepto utopa se refiere a la representacin deun mundo ideal o irnico que se presenta como al-ternativo al realmente existente mediante la crtica y lapalabra. La mayora de las definiciones tratan de concep-tualizar el sentido de un proyecto, ideas o sistemas irre-alizables en el momento que se concibe o se plantea, por

    lo que las utopas son, en cierto sentido, programas deaccin a veces imposibles de realizar. Infinidad de autores en textos de filosoa, te-ologa y literatura universal utilizan el trmino paradescribir convicciones que no siempre resultan coinci-dentes. Sin embargo, son universalmente utilizadas e in-adecuadamente comprendidas.

    Existe en la aplicabilidad diversas y consabi-das conusiones con el vocablo ensueo, que es un actoonrico e involuntario, donde se cumplen antasas porreelaboracin de inormacin almacenada en la me-

    moria, relacionadas con experiencias vividas en tiempoanterior, o, con soar o tener un sueo, como anhelo,ilusin interior que moviliza a alguien. Actualmente, a nadie escapa que la humanidad seencuentra en crisis de civilizacin y que las proporcionesde los conflictos son cada vez mayores con oportunidadde transormacin y riesgos de racaso absoluto. Enren-tar estos desaos sin esperanzas es pesimismo y por esolas utopas son ideales que nos mantienen caminando. Surgen de la espiritualidad y de las virtudes, no se

    oponen a la realidad, sino que pertenecen a ella; no estnhechas solo de aquello que es, sino tambin de lo poten-cial que un da podra llegar a ser. Las utopas no sonsolamente ideas, conceptos, racionalizaciones o grandesdeseos. Son sueo surgido desde la prounda emotivi-dad que moviliza el accionar de los seres. Aqullos que

    creyeron posible realizar sus utopas y se lanzaron en subsqueda y realizacin estaban siempre motivados porun deseo irrerenable, inevitable, proundamente ar-raigado en algo ms que convicciones puramente razon-ables o ideolgicas.

    En el cerebro del hombre existe una parte volu-

    minosa, el lbulo rontal, una estructura esencial en eldesarrollo del sistema nervioso central. Su uncin se hahecho equivalente a lo que en trminos neuropsicolgi-cos se denomina uncin ejecutiva y engloba una seriede procesos encaminados a realizar conductas complejasdel tipo toma de decisiones y consecucin de metas, un-damental para la supervivencia y la adaptacin del indi-

    viduo a la sociedad a la que pertenece.

    Una parte importante del mismo le correspondea la corteza prerontal, siendo la responsable de planifi-

    car, establecer prioridades, tomar decisiones, alinear loscomportamientos con los objetivos, hacer juicios sobrelo que est bien o mal y de la memoria de trabajo. ieneuna capacidad uncional que despus de un par de horassure desequilibrios, ya que la exposicin permanente atanta actividad mental puede llegar a agotar la corteza

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    prerontal, aumentar el estrs e incrementar la incapaci-dad de manejar conflictos diciles, prestar atencin ogenerar grandes ideas. odos los neurotransmisores estn diseadospara que el sistema nervioso uncione en armona. Paraello es indispensable utilizarlos adecuadamente segnsea la situacin que se vive. Por ejemplo, la adrenalinanecesaria ante una situacin puntual de estrs se tor-

    na insana si permanece activa uera de esos momentosporque inhibe y bloquea la secrecin de serotonina ycido gammaminobutrico (GABA), indispensables parapensar correctamente y elaborar utopas. A ms pensamientos agradables ms secrecinde serotonina y cuanta ms serotonina, ms pensamien-tos agradables. Por esta razn, el cerebro es moldeable demanera permanente, y puede ser educado y reconducidopara el bienestar porque hay qumica para todo (la rabia,la elicidad, las utopas, el surimiento o la envidia).

    En el campo de las utopas es undamentalrestaurar la capacidad de desear, porque aquellos que no

    quieren vivirlas no quieren emocionarse y, menos, emo-cionar a los dems. Es como si guardaran sus deseos msproundos y se mostraran lo ms objetivo posible, libresde la accin de las emociones, desplazndose a oscuras,sin saber cul es el camino o cul la meta, lo que traduceuna psima utilizacin de la corteza prerontal.

    En cambio, la honestidad y la responsabilidadbien llevadas proporcionan progresos y colaboran paralas utopas de una sociedad distinta, donde cada individ-uo tiene deseos particulares con respeto a la vida, sin em-

    pantanarse en intereses individuales o el egocentrismodeshumanizado. Por lo visto, no siempre es as, porque el mundode lo imaginado puede tomar dos caminos: el del auto-engao que conduce a vivir lo imaginado como real o elde las utopas intentando aproximar lo imaginado a loreal.

    Lo imaginario conduce al autoengao cuando seconvierte en una mentira pura, o, en una media verdad,con una sensacin de que se vive en el mejor de los mun-dos. Otras veces, la reiterada verdad a medias propiciaun comportamiento utpico, que parte de la intencin deorjar una nueva realidad representante de la superacincualitativa de lo que se vive como precario y limitante.

    La corteza prerontal y la accin de especfi-cos neurotransmisores a travs de imaginar la elicidad

    convierte en estmulos un nuevo estilo de vida, con msprotagonismo y signos esperanzadores de renovadauerza mental, que se organiza y moviliza desde diversosrentes, con tanta pasin como imaginacin y base slidapara elevarse.

    Por eso es undamental considerar de qu mane-ra incide el aspecto apresurado para denominar utopasa las aspiraciones, compromisos o las intenciones de los

    distintos proyectos que requieran de un recorrido quevaya ms all de los perodos contractuales o de la vidapersonal. Ya que transormar ciertos aspectos de la cul-tura requiere de un diseo que garantice la persistencia yla coherencia en las actuaciones ante las demanda de loscambios de este tipo, y uno puede no llegar a ser testigotemporal de la propuesta. Por lo tanto, son las utopas los lmites en losque atrapa el tiempo? Algo dice que en la respuesta a estapregunta est la clave de la esperanza y la posibilidad dedepositar ms anhelos e ilusiones en las cosas que requi-

    eran trabajo perseverante o atencin especializada paraevitar la ugacidad a la que se esta acostumbrado en losproyectos, incluidos los cambios de los modelos sociales. El desamparo, adueado de un gran sector dela humanidad, deriva en la incapacidad de soar y deproyectar utopas. No cualquier utopa, sino las necesar-ias para transormar la realidad, tal vez en algo no tanperecto, pero s lo suficientemente significativo comopara intentar no llegar demasiado tarde al verdaderocamino del cuidado, la sostenibilidad, la responsabilidad

    colectiva y el sentido espiritual de la vida.Vale lo dicho por Oscar Wilde, conocido escritor

    irlands, acerca de las utopas: Un mapa del mundo queno incluya la utopa no es digno de ser mirado, pues ig-nora el nico territorio en el que la humanidad siempreatraca, partiendo enseguida hacia una tierra todava me-

    jor... El progreso es la realizacin de utopas. Es deber reconocer tambin la existencia enun gran sector de la humanidad de cierta incapacidadpara soar y proyectar utopas. No cualesquiera, sino las

    necesarias que pueden transormarse en topias, es decir,en algo realizable en las condiciones temporales. Casocontrario, el uturo comn, el uturo de la vida y de lacivilizacin corren graves peligros. Las nuevas condiciones sociales y polticaspueden construirse y convertir al mundo en ms agrad-able. Para ello es tiempo de dar el paso decisivo desde elautoengao a la utopa, pensando en seguir caminandohacia una idea generalizada no relacionada con lo im-posible, sino con lo ptimo, lo cabal, lo mximo y lo per-ecto.

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    Por qu un alimento descompuesto o el alcohol nospueden hacer vomitar? Cuando ingerimos un alimento o bebida que noscae mal es normal creer que el aectado ser el estmago.

    Sin embargo, realmente lo que suceder es que el bulboraqudeo (situado debajo del puente troncoencelico), atravs de sus quimiorreceptores, se encargar de detectardiversas sustancias en la sangre. Al encontrar variacionesanormales como las que pueden desencadenar alimen-tos en mal estado o el exceso de alcohol decidir activaruna serie de mecanismos ocupados de eliminar todo loque se encuentra desde la aringe al estmago y en rarasocasiones incluso en el duodeno para as prevenir unaposible intoxicacin o envenenamiento.

    Este mecanismo existe porque en el mundo nat-ural nos encontrbamos expuestos a muchos alimentosque podan poner nuestra vida en peligro. Recordemosque en nuestros inicios uimos carroeros y recolectores,lo que realmente implicaba todo un desao para el siste-ma digestivo.

    Por qu ver a alguien vomitando puede generarnosganas de hacerlo? ambin nuestro pasado como especie tiene mu-cha relacin con todo esto. Los homos sapiens vivamosen comunidades de entre 100 y 600 individuos, en unterritorio en donde las variedades alimenticias eran muypocas. Probablemente si alguien de nuestro grupo sentamalestar por haber consumido algo txico, nosotrostambin lo hubiramos hecho, por lo que, de modo pre-

    ventivo aun sin todava tener sntomas, este mecanis-mo se activaba.

    Por qu dar vueltas rpidamente puede desencadenarla misma sensacin? Uno de los sntomas ms recuentes de intoxi-cacin son los mareos, pudiendo tambin ser ocasiona-dos por los movimientos bruscos que desequilibran elsistema vestibular del odo interno (relacionado con elequilibrio y el control espacial) e indicando la existenciade una incongruencia entre lo que ven nuestros ojos y lo

    que recibimos del odo. Esto lleva a indicarle al estmagoque inicie la expulsin del posible txico.

    Por qu podemos desencadenarlo voluntariamente? Al inicio de la aringe existen receptores que alser estimulados por nuestros dedos desencadenan en elbulbo raqudeo la misma actividad que la deteccin detoxicidad en la sangre.

    Para tener en cuenta:

    Las nauseas y los vmitos tambin pueden ser desenca-denados por inecciones o lesiones, por lo que en casosde sentir que este proceso es anormal o muy recuente serecomienda visitar a su mdico.

    www.asociacioneducar.com/ilusiones-opticas

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    La risaes beneciosa para todo nuestroorganismoy fundamental en nuestra vida social

    Por Nse. Marita Castro

    Si alguien nos preguntara qu cosas nos hacen rer,

    diramos que escuchar chistes, ver humoristas, unapelcula, una serie, un video de Youube, etc. odo estosera cierto, ya que existe una variada y amplia industriadedicada a que disrutemos de rernos. Sin embargo,Robert Provine, proesor de psicologa y ayudante de di-reccin del programa de neurociencias de la Universidadde Maryland, EE.UU., encontr que en una reunin conamigos nos remos un 30 % ms, sin necesitar de otrosestmulos. Esta expresin no se limita a los humanos, ya quelos primates y las ratas tambin se ren. Asimismo, parece

    estar relacionada con sentirnos y demostrar que somosparte de un grupo y con revelarles a los otros cunto nosagradan. Entre los investigadores que le dan un alto val-or social a la risa se encuentra la neurocientfica SophieScott, del University College de Londres, quien en sustrabajos observ no solo los cerebros de los voluntarios,sino tambin los movimientos de la caja torcica y la vo-calizacin que genera una carcajada. odos sabemos que una risotada es sumamente

    contagiosa. Por ello, al estudiar su vocalizacin, Scott en-contr que hay dos tipos de risas: una es la involuntaria-surge y no la podemos evitar- y otra social -nos permitedemostrar nuestro agrado hacia otra persona-. La prim-era de ellas es ms larga y aguda, ya que se expulsa conuerza el aire de los pulmones, adems de hacer sonidos

    muy especiales y caractersticos, mientras que no sucede

    lo mismo con la de tipo social. Si bien la risa social puede considerarse comoalsa, en realidad no lo es ya que orma parte de nues-tras habilidades sociales. Imaginemos que un amigo noscuenta un chiste que no nos resulta muy gracioso o yaconocemos. Pese a ello sonremos como gesto de meagradas y de integracin, pero no por el chiste. Para pasar por la vivencia de lo pegadiza que es larisa, y tambin escuchar sus sonidos, puedes ver el sigui-ente video: www.youtube.com/watch?v=7bN8aD5J7g8 En los trabajos del University College de Londres

    para poder observar qu generan ambos tipos de risasse escanearon los cerebros de los voluntarios a travs deuna resonancia magntica uncional (IRM). Los partici-pantes solo deban escuchar los sonidos emitidos, prove-nientes de risas reales y sociales, u otros ruidos distrac-tores. A partir de esto, los investigadores pudieron ad-

    vertir que el cerebro responda de maneras distintas. Enla risa real o involuntaria se observaba una mayor activ-idad en las reas de proceso auditivo, mientras que en la

    risa social se encendan zonas relacionadas con la men-talizacin, tales como la corteza prerontal medial y lasreas sensoriomotoras. Esto sugiere un intento por de-terminar los estados mentales de las personas, buscandodescubrir por qu se ren e intentando ubicarlo dentrode un contexto, lo que demuestra el valor social que la

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    misma tiene. Otro investigador que suma un interesante estu-dio sobre este tema es el psiclogo Bob Levenson, de laUniversidad de Berkeley, en Caliornia, quien presentacmo la risa es un actor que une a las parejas. En susinvestigaciones llev a las personas a cierto nivel de es-trs al preguntarle al marido qu cosas lo irritaban de suesposa, y pudo observar que las parejas que manejaban

    la tensin nerviosa con risa no solo estaban menos ten-sas en la situacin de estudio, sino que se encontrabanmejor sicamente en sus vidas. Adems, en sus relatosexpresaban una mayor satisaccin en su vida de relaciny permanecan ms tiempo unidas. Eric Bressler, investigador de la Universidad deMcMaster, estudi el papel del humor en la atraccinpersonal, y pudo observar tambin lo importante que esen la vida y duracin de una pareja rer juntos. Otros trabajos como los realizados en el Centrode Neurociencias Cognitivas de la Universidad de Duke,

    EE.UU., muestran que recordamos ms a las personassonrientes, ya que esto genera en nuestro cerebro sensa-ciones de confianza y seguridad. Cuando se observanrostros alegres, la corteza orbitorontal (relacionada conel circuito de placer cerebral) y el hipocampo (vinculadocon la memoria) muestran mayor actividad.

    Esta respuesta se debe a que nuestro cerebro essensible a las seales sociales positivas. Detectar rpid-amente a los amigos o personas amigables ue una ex-celente estrategia de supervivencia para nuestros ante-pasados, por lo que sonrisa an se mantiene como un

    signo de amistad. Una investigacin dirigida por Alan Gray, inves-tigador de la University College de Londres, presentque las personas que comparten un momento de risasestn ms predispuestas a comunicarse y contar cosas desus vidas. Rer no solo contribuye a la construccin denuevas relaciones, sino que tambin intensifica los lazossociales existentes entre dos personas o un grupo. Para su trabajo, Gray y sus colaboradores divid-ieron en cuatro grupos a 112 estudiantes de la Universi-dad, a quienes se les presentaron dierentes videos. Unode stand-up del comediante Michael McIntyre; otro declases de gol y el tercero era una parte del documentalPlaneta ierra de la BBC. Los jvenes no se conocan ydeban verlos juntos, con la consigna de no hablar entres.

    Luego de las proyecciones, los cientficos mi-dieron los niveles de risa y el estado emocional de todoslos estudiantes de cada grupo, quienes tambin debanescribir un mensaje a otro participante con el objetivode que se conocieran mejor unos a otros. Los que habancompartido el video que los hizo rer contaron inor-macin significativamente ms ntima que los que vieronlos otros dos. Para Gray, el resultado sugiere que la risa

    debe ser un tema relevante para los interesados en el de-sarrollo de las relaciones sociales ya que genera confian-za y unin. Asimismo, investigadores de la Universidad deOxord publicaron en la prestigiosa Royal Society B:Biological Sciences los resultados de una investigacinqu presenta cmo el rer a carcajadas libera endorfinas.Estos neurotransmisores son secretados por la glndulahipfisis, y tienen un eecto de tipo opiceo similar a lamorfina. Por ello se los conoce como opiceos naturales,generadores de un estado de euoria, que a su vez aliv-

    ian el dolor. Adems, la risa libera dopamina, un neu-rotransmisor relacionado con los estados de bienestar yalegra.

    Sin dudarlo, rernos nos hace muy bien porque: Aumenta la activacin pulmonar, oxigenando el cere-bro y el cuerpo en general. Regula el pulso cardaco y disminuye la tensin arterial. Relaja los msculos tensos y reduce la produccin dehormonas del estrs.

    Reuerza los vnculos de pareja, amistad y grupales. Contribuye a integrarnos socialmente, omenta la gen-erosidad y un mejor trabajo en equipo. Permite manejar mejor las tensiones. Los grupos queren juntos se conducen mejor bajo estrs, ya que estarespuesta biolgica no solo es una seal de aceptacin,sino un medio para sentirnos mejor.

    Y tal como dijo Charles Chaplin: No hay dams perdido que aquel en que no hemos redo. Por locual, es bueno reflexionar si ste no es un buen momentopara decidir dedicar tiempo cada da a soltar unas car-cajadas, y a contribuir para que en todos los mbitos endonde actuamos demos espacios para que las personasdisruten de rer juntas.

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    Hacia una enseanzamenos tontaPor Dr. Roberto Rosler

    Este texto surge de la lectura del interesante libro deSilvia Bermdez Hacia un decir menos tonto. Cmo sera una propuesta pedaggica en lacual el docente tuviera la oportunidad de aprender

    junto con el alumno y no desde la obligacin de en-sear, que a veces produce efectos de enseamientos yno de enseanzas? El docente es quien necesita del alumno y elaprendiz requiere de determinados saberes.Recordemos que siempre todos nuestros conocimientosbordean un vaco, un desconocimiento, por lo cual debe-mos considerar la ignorancia como algo positivo, nuncacomo un dficit. ambin necesitamos comprender la importan-cia de no estudiar de memoria, o sea no generar automa-

    tismos, ya que esto no es un verdadero aprendizaje.Sera ptimo conseguir que nuestros alumnos compren-dan sin la necesidad de atravesar repeticiones automti-cas. No hay que cargar memorias ni rellenarlas de inor-macin. Una enseanza con estas caractersticas apunta alatontamiento del alumno. En la actualidad es un verdadero desao para losdocentes no caer en la mera repeticin de contenidos norelevantes ya preestablecidos.

    Se debe considerar una pedagoga dierente parair contra la corriente y oponerse a la acumulacin me-canicista de la inormacin. Hay que confiar en la peda-goga del humor para atreverse a sacudir la modorra y elaburrimiento de nuestros alumnos con estrategias nove-dosas.

    Una enseanza menos superficial debera ten-er como eje las emociones, la pasin, el deseo, la moti-

    vacin intrnseca, el humor, el aprendizaje en contexto-uera del aula- y el aprender con el cuerpo. Con estas caractersticas en mente podemoshablar, como afirma Heidegger, de una verdadera en-seanza, y lograr que el aprender se convierta en unaprender, dirigindose a lo no sabido. Los docentes debemos pensar cmo perturbarlas ormas habituales del no pienso de nuestros alumnos,para que el pensar no pueda ser un esclavo de la memo-ria. Lo interesante jams aparece en la inercia de larepeticin. El aburrimiento florece rente a aquellos docentesque tienen -o ms bien parecen tener- respuestas para

    todo. Estas caractersticas de muchos docentes generanuna especie de atontamiento en los alumnos que generanmuchas veces este nuevo mal de nuestra poca que es laepidemia de problemas de la atencin que asola las aulas. Para enrentarnos a todo esto debemos transor-marnos en docentes contestarios, abiertos a los cambios,capaces de soportar lo perturbador que es darse cuentade que uno no es un docente sabelotodo. Que en vez deensaar, ensean. Los docentes debemos poder tolerar nuestras

    propias dudas y estimular la presencia de alumnos au-daces, que se aventuren a producir desde sus experien-cias, que nos cuestionen e intervengan. Proponemos oponernos a una transmisin ruti-naria de conceptos, a la memorizacin de contenidos, aterminar el programa caiga quien caiga.

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    La enseanza debe estar sostenida, no desde laobligacin, la abulia o la repeticin, sino desde una ori-entacin emancipadora -como afirma Paulo Freire-. Hay enseanzas que son ensaamientos. Esto seobserva a menudo en docentes que se creen poseedoresde la verdad absoluta, aplastando la creatividad de susalumnos. erminemos citando a Lacan: Que a alguien se

    le pueda plantear la cuestin del deseo del enseantees seal de que hay una enseanza, all donde el prob-lema no se plantea es que hay un profesor.

    Para facilitar una enseanza menos superficial debe-mos ser conscientes de que:

    1. Nuestros alumnos son nativos digitales: nacidosdespus de 1990, han crecido rodeados de fotos dig-itales, de computadoras, de mouses, de netbooks, detelfonos celulares. sta es la dieta cognitiva que ha

    formado sus circuitos cerebrales.

    2. Nuestros alumnos son consumidores de infor-macin: no estn dispuestos a ser un mero receptculo

    de datos. Eso los aburre y los gua la lgica del con-sumo; consumen lo que les interesa, con mayor razncuando a un clic de distancia tienen millones y mil-lones de datos.

    3. Nuestros estudiantes son aprendices informales: suaprendizaje puede surgir de un video en YouTube, enun iPad, en un apunte de Rincn del Vago, en Google,

    etc.

    Nuestra principal uncin pedaggica deberaestar orientada a ayudar a los alumnos a convertirse enresolvedores de problemas, en pensadores crticos, pu-diendo asimilarse la tarea docente a la de un entrenadoro un coach. Un entrenador de un equipo de bsquet noles ensea a sus jugadores con un PowerPoint cmo esla pelota, o mostrndoles en una diapositiva cmo es uncesto, sino que los lleva a la cancha y los hace aprender

    jugando.

    De este modo se puede aprender mucho ms,porque se pone en juego la emocin y, por lo tanto, elrecuerdo ser mucho ms potente.

    El proesor Albert Mehrabian, de la Universidad deCaliornia, en Los ngeles, analiz cul es el impac-to de un mensaje y determin que un 7% es verbal (solocon palabras); un 38%, vocal (por medio del tono de la

    voz, los matices y otros sonidos) y el 55% es corporal ono verbal. Asimismo, Mehrabian remarc que a la hora deestablecer una situacin comunicativa se debe tener encuenta la zona de comodidad de cada persona y el mayor

    impacto de nuestro lenguaje corporal al atravesarlo. Elantroplogo Edward . Hall (1914-2009), que ue proe-sor de la Universidad de Denver y de la Escuela de Nego-cios Harvard, subdividi las necesidades territoriales decada persona (proxmica) en cuatro zonas de menor a

    Neurotrucos para vivir mejor:

    mayor distancia: zona ntima (15 a 45 cm.), zona person-al (46 a 120 cm.), zona social (1,2 a 3,5 metros) y zonapblica (a partir de los 3,5 metros). Es muy importante que seamos conscientes denuestros gestos y de los eectos positivos o negativos queestos pueden causar en otros. No tenerlos en cuenta po-dra jugarnos una mala pasada aun cuando tengamosbuenas intenciones o al momento de expresarnos conquienes nos evalan. Por ejemplo, en una entrevista de

    trabajo es recomendable evitar mostrarnos nerviosos,mordindonos las uas, moviendo la pierna de ormatemblorosa o teniendo una postura tensa o excesiva-mente relajada.

    Para lograr una mejor comunicacin debemos tener en cuenta tanto el mensaje verbal como el corporal

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    Por qu los adultos mayores duermen menos? Llegar a la adultez trae consigo cambios en todonuestro cuerpo, muchas veces desencadenados por elsimple paso de los aos y otras por el estilo de vida que

    llevamos. Uno de los ms recuentes es el de la duracindel sueo, que con la sucesin de los aos pareceradisminuir. Si bien ste es un hecho multiactorial quepuede verse acrecentado por eectos secundarios demedicamentos, aumentos en la recuencia de las ganasde orinar, dolores articulares, etc., tambin podra tenerorigen en la disminucin de los niveles de la hormonamelatonina producidos en la glndula pineal. sta esla encargada de regular el ciclo del sueo, segn con-

    cluyeron estudios de la Agencia Navarra para la Au-tonoma de las Personas. A su vez, el Departamento de Ofalmologa delHospital Glostrup de Dinamarca parecera haber halla-do uno de los actores por el cual disminuyen los nivelesde melatonina en el que se vera involucrado el envejec-imiento ocular. El principal regulador del reloj biolgico

    es la luz (principalmente el espectro azul), la cual esrecibida por la retina. Con el transcurso de los aos elcristalino (que se encuentra delante de la retina y nospermite enocar) se amarillea, dificultando el paso de laluz azul, pudiendo esto desencadenar en una disuncinen la regulacin del sueo. Para nuestra suerte los niveles de luz no son losnicos responsables en iniciar la liberacin de melaton-ina, por lo que podemos adoptar algunas costumbres

    que nos ayudarn a conciliar de mejor manera el sueo:

    - Cenar lo ms temprano posible con alimentos livianoso ciles de digerir.

    - Evitar las bebidas con caena, la cual no solo seencuentra en el ca, sino tambin (aunque en menormedida) en el t negro y el mate.

    - Intentar irse a la cama en horarios similares y evi-tar ver programas de televisin que atraigan nuestra

    atencin. Lo mejor para desencadenar el sueo es apa-gar la luz temprano y buscar un canal que nos aburra.

    - En algunas personas el rea de unin temporoparietalse encuentra ms activa, lo que puede ocasionar mayornmero de despertares durante el lapso de la noche.Para evitar esto es recomendarle intentar aislarse delruido exterior cerrando las ventanas.

    - ambin es conveniente mantener una vida activa,

    algo que no solo ayudar a disminuir los niveles deestrs (un actor muy negativo para conciliar el sueo),sino que tambin omentar un cansancio sico queser otro indicador para nuestro cerebro de que debe-mos descansar para recuperarnos. No obstante, valeaclarar que el ejercicio debe realizarse varias horasprevias al inicio del sueo.

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    Grasa, azcar ymovimientoPor Prof. Nse. Carlos Teisaire

    Los mismos comandos emocionales que hace 150.000aos aseguraban nuestra supervivencia hoy puedenterminar matndonos!

    Despus de muchos miles de millones de aosde evolucin, nos recibimos de sapiens sapiens en la sa-bana aricana hace unos 150 mil aos. enemos el mis-mo modelo de cerebro de aquel entonces. Mismo peso,estructuras, cantidad de neuronas, etc. La compu es la

    misma; El hardware, tambin y los programas bsicosde uncionamiento se repiten. Sin embrago, ha cambiadoel sofware, es decir, los programas nuevos que hacemoscorrer en esta hper sofisticada obra de la creacin a laque llamamos cerebro. Fuimos preparados para sobrevivir en un mun-do primitivo marcado por la escasez. Nuestro sistemaemocional estaba perectamente balanceado, premin-donos con placenteras descargas de dopamina ante lasola posibilidad de conseguir alimentos, llevndonos a laaccin (buscarlos) con energizantes dosis de adrenalina.

    Por otro lado, cuando ya obtenamos lo que buscbamos,la placentera serotonina entraba en accin imponiendouna nueva orden: relajarse, disrutar y sobre todo: ahor-rar energa!

    No movernos era un lujo al que rara vez tena-

    mos acceso en el mundo primitivo. En ese entonces con-seguir un gramo de azcar o de grasa era dificilsimo, yel movimiento era algo totalmente inevitable. Si querascomer tenas que moverte y si no lo hacas terminabassiendo alimento de otros! Este sistema anduvo muy bien en el mundoprimitivo, pero hoy, en la etapa moderna, puede resultarletal. Hoy la grasa y el azcar nos llueven y el movi-

    miento para conseguirlas es totalmente evitable. Marcsun nmero, o mands un mensaje, y llega en minutos loque antes costaba horas de sudor y esuerzo.

    Nuestro sistema emocional no ha tenido tiem-po de adaptarse a tal cambio. Siguen corriendo, inicial-mente, sus programas bsicos con los que sobrevividurante tantos millones de aos. Sigue pidiendo grasa,azcar y la menor cantidad de movimiento posible. Ynuestro sistema racional tiende a hacer lo mismo quehizo durante toda nuestra evolucin: cumplir los deseosemocionales. Despus de todo, para eso ue creado, para

    ayudar al automtico sistema emocional a encontrar me-jores ormas de conseguir lo necesario. Aprender y crearueron herramientas undamentales para que nuestroscomandos emocionales llegaran a cumplirse.

    Hace 150 mil aos lo que causaba placer era

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    bueno y haba que buscarlo. Hoy esa realidad cambi:existen cosas que producen mucho placer y nos hacenmuy mal (por ejemplo: drogas). El cerebro emocional noconsulta a la razn sino que simplemente ejecuta. En suingenuidad no puede entender estas novedades y siguepidiendo lo que le resulta placentero, incapaz de razonary de dejar de hacer lo que siempre hizo.

    Pero somos ms que nuestros programas bsicos.Somos sapiens sapiens y gracias a nuestra corteza pre-

    rontal podemos saber que sabemos u observar lo quenos pasa. Usando dicha rea de nuestro cerebro podem-os instalar nuevos programas, patrones de comporta-miento y hbitos, entendiendo que lo que inicialmentese percibe como una alta de libertad (por ejemplo: nocomer hasta explotar) a largo plazo produce una mayorsatisaccin y libertad (estar sano). La disciplina es muchas veces interpretada pornuestras primitivas redes automticas como una alta deindependencia. El sistema emocional quiere lo que qui-

    ere y YA. Pero a largo plazo esa misma autonoma de-liberada puede terminar encarcelndonos en costumbresnocivas. Nuestras redes cognitivo-racionales son las prin-cipales responsables del razonamiento a largo plazo, pu-diendo priorizar la ganancia a uturo sobre la prdidaactual. La disciplina de inhibir o vetar impulsos emocio-nales perjudiciales es la puerta de entrada a la libertadde no padecer las consecuencias neastas de malas elec-ciones.

    No es de sorprenderse que inicialmente nues-tro sistema emocional se rebele al cambio. Esto puede

    ser muy incmodo, ya que tiene dos herramientas muypoderosas para que hagamos lo que l quiere: el placery dolor. Nos premiaremos con placer antes, durante ydespus de haber hecho su voluntad, y nos va a castigarcon dolor cuando no lo hagamos.

    Lo ms aconsejable es no entrar en grandes batal-las, dosificando los cambios lo suficiente para estar inc-modos (uera de la zona de seguridad), pero no surien-

    do. A medida que entrenemos a nuestro cerebro apostergar la gratificacin inmediata en pos de una mayorgratificacin a largo plazo, ms reorzamos las redes quegeneran este tipo de conductas y ms cilmente actuare-mos en orma independiente de nuestros pedidos emo-cionales. odo cambio lleva un tiempo biolgico adaptati-

    vo. Recablear nuestro cerebro requiere del uso de las 3P: Paciencia, Perseverancia y Positivismo.

    Las tres P pueden resultar aburridas o diciles

    de desarrollar en un principio, ya que nuestro sistemaemocional no siempre las recibe de buen grado. El siste-ma emocional est ms bien cableado para las otrastres P: Pastas, Pan y Postres! Pero a medida que prac-ticamos las P altruistas, nos habituamos a usarlas y en-tendemos sus beneficios, comenzamos a automatizarlasy a transormar nuestros comportamientos. Prcticas como la observacin de patrones decomportamiento; la relajacin; meditacin; respiracinconsciente; el yoga; los deportes; la alimentacin sana; la

    reduccin de los tiempos en los que estamos inmersos endiscusiones, quejas y dudas; la observacin consciente delos aspectos positivos de la vida y tantas otras son herra-mientas bsicas para expandirnos del campo de la super-

    vivencia y acceder al de la trascendencia. Sin dudas todo cambio es dicil, pero comenzarpor proponrselo y decirnos a nosotros mismos: hay unnuevo jee en casa, soy YO, mi yo consciente, mi yo tras-cendente, puede ser un gran comienzo. Somos muchoms que slo nuestro sistema emocional. Citando a Hen-

    ley en su poema Invictus: Somos (o podemos ser) nues-tros propios capitanes.

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    Ansiedad:un aspecto ms de la

    naturaleza humana Por Lic. Mariela VestfridEs muy conveniente pensar que nosotros podemoscontrolar conscientemente todo, sin embargo, es muyfcil para el cerebro actuar inconscientemente. Si no

    fuera as, estaramos tan ocupados calculando cadauno de nuestros pasos -o cada respiracin- que noseramos capaces de nada ms (Joseph Ledoux). Darnos cuenta de que no disponemos de dichocontrol y de que nuestros recursos son limitados por su-puesto que genera ansiedad. Esto, en primera instancia,debe ser entendido como una reaccin emocional conuna uncin biolgica por su valor adaptativo dado sucomponente de anticipacin rente a una amenaza u ob-

    jetivo, pero que puede tornarse en des-adaptativa cuan-

    do se activa rente a un peligro irreal (Damasio, 2006). Por lo tanto, la ansiedad como mecanismo de an-ticipacin nos sita en un uturo que puede ser posible,que nuestro cerebro puede simular y nuestro cuerpo has-ta incluso maniestar. anto la ansiedad como el miedo tienen mani-estaciones parecidas. En ambos casos se aprecian pens-amientos de peligro, sensaciones de aprensin, reac-ciones fisiolgicas y respuestas motoras; por eso, algunosautores utilizan indistintamente un trmino u otro(Cambell, 1986). Mientras el miedo se evidencia ante es-

    tmulos presentes, la ansiedad se relaciona con la antic-ipacin de peligros uturos, indefinibles e imprevisibles(Marks, 1986). Si nos remontamos al pasado, el hombre viva enun presente que no daba lugar a la ansiedad ya que el

    miedo generaba un estado de alerta y demanda de en-erga para la lucha por la supervivencia. Nuestro pre-sente, en cambio, acilita la ansiedad. sta, como estado

    transitorio y no como rasgo, tiene connotaciones positi-vas aumentando el alerta y la percepcin, ocalizando laatencin o provocando una mayor descarga del sistemanervioso simptico con el fin de disponer de la energaque se requiere arontar la situacin que dispara esta re-spuesta. Utilizar dicho combustible puede suponer ac-tividad sica y/o cerebral, debido a que se acilitan cam-bios en la estrategia cognitiva para resolver un conflictoo alcanzar una meta, y es en este punto en que logramos

    vincular este tema con la creatividad.

    Y qu es ser creativo? Es la capacidad de relacionar de un modo no-

    vedoso inormacin con la cual contamos, hechos, ex-periencias, pensamientos y conceptos guardados en lamemoria que constituyen el bagaje mediante el cual re-spondemos cada vez mejor a nuestro entorno. El pasadonos da las herramientas, sin embargo cambiamos per-manentemente del mismo modo que se modifican losdesaos y las exigencias, y entonces aparece la ansiedad,necesariamente.

    En nuestro an de control la ansiedad constituyeun aliado de la motivacin y nos impulsa a trabajar pornuestras expectativas. En conclusin, es parte de nuestranaturaleza.

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    Neurotrucos para vivir mejor:

    La msica es una gran aliada para combar situaciones estresantes

    La Universidad de Monash, Australia, eectu diversasinvestigaciones en ambientes educativos en donde seinvolucraba a los alumnos en exmenes de redaccin yconcluy que quienes realizaban esta tarea en aulas silen-ciosas suran un aumento en los niveles de estrs y en lapresin arterial, mientras que quienes de ondo escuch-aban msica clsica mantenan sus signos vitales muchoms estables.

    De esta manera, cabe destacar que si notamosque una situacin comienza a desbordarnos y alteranuestra tranquilidad el simple hecho de escuchar msicarelajante ser una excelente orma de disminuir los eec-tos generados por el estrs en nuestro organismo.

    Evitar la runa ayuda a bajar los niveles de estrs

    Exponerse durante largos lapsos de tiempo a un es-tilo de vida estresante puede desencadenar ener-medades tales como gastritis, migraa, insomnio, dia-betes, hipertensin, trombosis, entre muchas otras quepondran en riesgo nuestra salud. El estrs es uno de losmayores males que recaen sobre las sociedades moder-

    nas, y lo ms grave es cmo nos estamos acostumbrandoa vivir bajo circunstancias que nos parecen totalmentenormales porque no somos conscientes de lo nocivas quepodran resultar. No solo nuestro cuerpo est en juego,sino tambin la aparicin de disunciones emocionales

    que aectaran nuestra vida amiliar, laboral y social. Lamentablemente -como sucede con toda modageneralizada- es dicil ir en contra de la corriente. Noobstante, es posible combatir esta reaccin fisiolgica delorganismo evitando la rutina de ir de casa al trabajo o

    viceversa. Para esto, lo ideal es realizar actividades cre-

    ativas (como aprender msica, pintura, teatro, etc.), si-cas (practicar deportes, ir al gimnasio, etc.) o recreativas(juntarnos con amigos) que nos ayudarn de orma sig-nificativa a bajar nuestros niveles de estrs acumuladosdurante un largo da de trabajo.

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    Podemos ser adictosa la comida?Por Dr. Nse. Carlos A. Logatt Grabner

    Comer es uno de los mayores placeres del ser huma-no. Si bien las costumbres alimenticias pueden servarias dependiendo de nuestra crianza o de los ingredi-entes que estn disponibles en la regin donde vivimos,

    hoy con la globalizacin existen cientos de alimentos quepodran ser considerados como universales, siendo igualde populares y adictivos en pases con costumbres muydispares. Una investigacin realizada en conjunto entrela Universidad de Michigan y el New York Obesity Re-search Center de Mount Sinai St. Lukes Hospital mostrcules son los alimentos ms adictivos para nuestro cere-bro:

    1. Pizza;2. Chocolate;3. Papas ritas (en bolsa);4. Galletitas con chocolate;5. Helado;6. Papas ritas;7. Hamburguesa con queso;8. Gaseosas;9. ortas dulces;10. Quesos.

    Como era de esperarse, dentro de esta lista no seencuentran vegetales como los esprragos o el brcolini tampoco ninguna legumbre ni siquiera algn tipo depescado. Por el contrario, el listado est conormado casi

    en su totalidad por alimentos procesados, con una carac-terstica en comn: mayormente estn compuestos porazcares refinados y grasas, extremadamente raros en elmundo natural y altamente adictivos para nuestro cere-

    bro. Esto se debe a que activan el circuito de recompensa(involucrado en la motivacin y la sensacin de placer)de orma similar a como lo hacen sustancias como la co-cana, el alcohol o la nicotina. Debemos tener en cuenta que el simple hecho deconservar nuestra temperatura corporal -alrededor de 37grados- implica un gran consumo energtico. Imagn-ense tener que mantener esa temperatura en una olla deagua de unos 70 litros en la hornalla de la cocina durantelas 24 horas de orma constante y entenderemos sobre el

    altsimo costo energtico para nuestro organismo. Somos una especie desarrollada en un contextomuy dierente del actual. Estbamos acostumbrados a laescasez de alimentos y conseguirlos era un gran peligropara nuestra supervivencia ya que implicaba un impor-tante gasto energtico (nuestros antepasados cazadoresy recolectores caminaban unos 16km diarios). A esto lepodemos sumar que nuestro cuerpo procesa los alimen-tos de una orma muy veloz (el estmago permaneceocupado tras una comida entre 4 a 6 horas), y entender-emos porqu estamos predispuestos a tener preerenciaspor comidas con mayor ndice glucmico y grasas: nosaportan un gran nmero de caloras, adems de quecilmente pueden convertirse en reserva de grasa, algo

    vital en pocas de escasez.

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    Este contexto comenz a modificarse hace unos10.000 aos (perodo nfimo en tiempos evolutivos)con la aparicin de la agricultura posible gracias alcambio climtico que comenz a finales de las grandesglaciaciones del Cuaternario. Por esta razn pudimosabandonar nuestra condicin de nmadas para poder

    establecernos en comunidades, circunstancia que nosevitaba gran parte del desgaste energtico que implica-ba conseguir alimentos. No obstante, este cambio uetan vertiginosos (principalmente en los ltimos 50 aos)que nuestra biologa no se modific. Por consiguiente,nuestras preerencias alimenticias se mantuvieron intac-tas y los patrones de almacenamiento de tejido adiposono comprenden de la poca relevancia que tienen en laactualidad, pues hoy en da para conseguir comida conuna alta composicin de azucares y grasas solo debemos

    llamar al delivery o trasladarnos pocos metros hasta unmercado. Si bien el consumo de caloras tiene una influen-cia directa en el aumento de peso, existen estudios real-izados en Estados Unidos y Mxico que muestra cmocomparativamente con los aos 70 (poca en la cual elsobrepeso y la obesidad aectaban al 15% de la poblacin)el consumo de caloras diarios aument en un promediode 500, llevando a que ms del 55% de la poblacin tengapeso excesivo. ambin existen casos opuestos como el de Es-

    paa, en donde se estima que el consumo de calorasdescendi un 13% en los ltimos 40 aos, pero an asel sobrepeso y la obesidad no han dejado de crecer, es-tablecindose en aproximadamente la mitad de la po-blacin. Esto genera la aparicin y consideracin de otroactor determinante: el sedentarismo. A medida que pas-an los aos ms y ms personas abandonan la actividadsica de su rutina. En el caso de la Argentina, estudiosindican que solo el 40% de los argentinos hace ejercicio

    al menos una vez por semana. En pases como Espaa seestima que actualmente se gastan 500 caloras menos alda que hace 50 aos. De hecho, se le atribuye al seden-tarismo ser el causante del doble de muertes que la obe-sidad.

    Por consiguiente, si poseemos un organismo quecilmente es atrado por los alimentos con altas canti-dades de azcares refinados y grasas, encontrndonos enuna etapa de nuestra sociedad en donde estar casi estti-cos se ha vuelto una epidemia, realmente debemos todosser parte de un cambio que ayude a nuestra biologa a nocaer en este crculo vicioso que no solo aecta a nuestrasalud sica, sino que tambin puede deteriorar la salud

    emocional.Cmo podemos ayudarlo? Intentando evitar consumir alimentos procesa-dos. Son los que ms cilmente desconectan el renode nuestro cerebro y nos dificultan dejar de consumirlos.Esto no quiere decir que no podamos comer papas ritaso debamos abandonar los helados, solo que dejemos deconsiderarlos como parte de nuestra alimentacin de to-dos los das. Asimismo, es importante tener colaciones entrecomidas: debemos intentar evitar llegar a la sensacin

    de me muero de hambre. Cuando comemos nuestroestmago se dilata, inormacin que es recibida por losreceptores nerviosos que se encuentran en su interior,avisndole a nuestro cerebro que ya est lleno. Al es-tar desesperados por comer tendemos a ingerir los ali-mentos muy deprisa sumado a que nuestro estmago lellevar ms tiempo llenarse por encontrarse vaco, ha-cindonos comer mayor cantidad de comida de la quenecesitaramos para conseguir la sensacin de saciedad. ambin es conveniente evitar los alimentos ri-

    cos en grasas: estos tienen una baja capacidad para saciarnuestro apetito. Las comidas con altos niveles de fibra,protena y agua son las que mejor logran este objetivo. Otra posibilidad sera utilizar platos ms chicos,segn concluy una investigacin de la Universidad deArcadia, Pensilvania, realizada con nios de escuela pri-maria. Luego de evaluar los siguientes alimentos: pastacon salsa de carne, croquetas de pollo, verduras mezcla-das y salsa de manzana se determin que quienes tenanun plato grande ingeran, en promedio, 90 caloras ms

    que quienes utilizaban un recipiente ms pequeo.La prctica de actividad sica es una alternativa ms quevlida, ya que el ejercicio ayuda a nuestro organismo entodo sentido. Incluso adelgazando poco es beneficiosopara mejorar diversos procesos fisiolgicos, reducien-do las posibilidades de padecer muchas enermedades,como as tambin mejorando el uncionamiento de nues-tro cerebro. Adems, aumenta nuestro estado de nimo ydisminuye el estrs, algo que ayuda a nuestro raciocinio aelegir con mayor elicidad.

    Cuanto ms tristes, estresados, cansados y so-bre-exigidos estemos, ms dificultoso nos ser evitarcaer en la trampa de los alimentos calricos, ya que lacapacidad de autocontrol del cerebro se ver disminuida.

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    Al estar tristes percibimos los colores de formadiferente? Generalmente al hablar del sentimiento de tris-teza todos recurrimos al color gris para teir nuestro

    estado de nimo. Esto que simplemente era pensadocomo un recurso potico tiene asidero cientfico luegode que estudios realizados por el psiclogo ChristopherTorstenson y su equipo, provenientes de la Universidadde Rochester, de Estados Unidos, confirmaran cmo lasemociones tienen influencia en la apreciacin del color.

    A partir de estos trabajos se puso de manifies-to que quienes estn tristes muestran dificultades parareconocer los colores azul y amarillo. Para arribar a estaresolucin se realiz una prueba de la cual participaron

    127 estudiantes que ueron divididos en dos grupos porlos investigadores. Uno de ellos debi ver una pelculatriste, mientras que el otro disrut de una comedia. Lu-ego todos tuvieron que someterse a un test que constabade apreciar 48 manchas de color, para despus indicar sieran rojas, verdes, amarillas o azules.

    Los jvenes que haba visto el drama tuvieron msproblemas para saber cul era el color correcto cuando setrataba de ver las ormas amarillas o azules, mientras que

    en las otras dos no hubo dierencias al momento de dis-tinguirlos.En un estudio posterior, realizado con 130 perso-

    nas, se repiti la tarea, aunque esta vez los participantesobservaron un clip neutro y uno triste. Las conclusionesde la experiencia se mantuvieron.

    Si bien los autores de las experiencias an noconocen la verdadera causa de este enmeno, creenque estara vinculado con la uncin de los neurotrans-misores, ya que otros trabajos mostraron cmo la dopa-mina (comnmente asociada con la sensacin de placer)

    tiene injerencia al distinguir correctamente el color azulo el amarillo.

    Nuestros resultados muestran que el estado denimo y las emociones aectan cmo vemos el mundoque nos rodea. Lo nuestro es un avance en el estudio dela percepcin, ya que muestra cmo la tristeza perjudicaprocesos visuales bsicos vinculados con la percepcindel color, asegur Torstenson.

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    Infografa Neurociencias: Corteza prefrontal La corteza prerontal podra ser considerada un

    director de orquesta o un coregrao que integra otrasreas corticales para activar programas conductualesque sean apropiados al contexto. Una conclusin es quela corteza prerontal resuelve cmo decidir. Para estauncin son muy importantes sus conexiones con lasreas sensoriales y lmbicas.

    Desde un punto de vista uncional, la corteza

    prerontal se define como un rea asociativa de la corte-za cerebral. Las cortezas asociativas no reciben directa-mente aerencias sensoriales ni envan directamente in-ormacin a las cortezas motoras.

    La corteza prerontal se puede dividir en tres caras: Inerior o ventral (que mira hacia la rbita): rel-acionada con las emociones. Medial (que mira hacia la cara medial del pre-rontal contralateral): est vinculada con la motivacin. Superior o dorsal (que mira hacia arriba): su

    uncin principal es la de uncionar como nuestro ger-ente cognitivo.

    A sta ltima la podramos denominar el lujo evolutivode los homnidos, ya que aument su volumen en loshumanos de orma significativa.

    Infografa Neurociencias: Dopamina La dopamina es el neurotransmisor catecol-aminrgico ms importante del sistema nervioso central

    (SNC) de los mameros. Los cuerpos celulares de lasneuronas que contienen dopamina se localizan princi-palmente en el cerebro medio. Participa en la regulacinde diversas unciones como la conducta motora, la emo-tividad, la aectividad as como la comunicacin neuro-endcrina. Se sintetiza a partir del aminocido L-tirosi-na.

    Es producida principalmente en la sustancianegra y el rea tegmental ventral. La dopamina es tam-

    bin una neurohormona liberada por el hipotlamo, su

    uncin principal en ste, es inhibir la liberacin de pro-lactina del lbulo anterior de la hipfisis. Es el neurotransmisor ms comnmente asocia-do con la sensacin de placer. ambin est involucradaen la coordinacin de los movimientos musculares, en latoma de decisiones y en la regulacin del aprendizaje yla memoria. Sin ella no sentiramos curiosidad ni moti-

    vacin. Existen 5 receptores dopaminrgicos D1, D2,D3, D4 y D5, que se encuentran ampliamente distribui-dos en diversas reas del SNC.

    Se la relaciona con las adicciones, pues drogascomo la cocana, el opio, la herona, el tabaco y el alco-hol liberan esta hormona.

    En la enermedad de Parkinson la destruccinde las neuronas dopaminrgicas de la sustancia neg-ra que proyectan hacia los ganglios basales conlleva alesiones tisulares que terminan en la prdida del controlde los movimientos a cargo del SNC.

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    Cerebro femenino - Cerebro masculino:

    iguales o diferentes? Por Dr. Nse. Luis Maria Labath

    Las dierencias entre el cerebro de hombres y mujeresson discutidas y no tan claras para el mundo cient-ico. Por lo tanto, se plantea como hiptesis de trabajo:qu tanto del comportamiento emenino y masculinoest impulsado por esas distinciones en sus cerebros?Sin duda, esta pregunta es explosiva y con distintas re-spuestas. Porque si bien el cerebro -como todo el cuerpohumano- est ormado por la exposicin a hormonas en

    el vientre materno, tambin es cierto que existe muchainfluencia social involucrada en el modo de pensar y ac-tuar en ambos sexos. Un estudio present que hacia la decimosextasemana de gestacin las madres de nios sometidas auna prueba de amniocentesis (obtencin de muestras defluido del tero para medir los niveles de testosterona)descubrieron ascinantes vnculos entre los resultados yel comportamiento posterior del pequeo. Cunto msalta est la testosterona prenatal de los nios, ms len-

    to ser el desarrollo social; el vocabulario, ms reducidoantes de los 2 aos y menos empata tendr al alcanzarla edad escolar. Por otro lado, estar expuestos a elevadosniveles de testosterona incrementar algunas habilidadesespaciales y acelerar la capacidad de identificar ormasespecficas escondidas en un diseo. En otro trabajo, cientficos de la Universidadde Pensilvania escanearon los cerebros de 949 hombresy mujeres, con edades de entre 8 a 22 aos. Se encon-traron algunos resultados muy interesantes: los hombresmostraron conexiones ms uertes entre la parte delan-

    tera y la trasera del cerebro, lo que sugiere que podranser ms capaces de conectar lo que ven con lo que ha-cen. Las mujeres, por su parte, poseen mayores vnculosentre el hemiserio derecho e izquierdo del cerebro,y, de este modo, la unin entre las dierentes regiones

    incrementa la capacidad para desarrollar varias tareas ala vez y ser emocionalmente ms amplias. El cerebro humano es extremadamente maleable,particularmente durante la adolescencia. Cualquier par-ticularidad observada puede ser producto de la presinsocial o la tendencia a imitar. Sin embargo, revisandoanlisis eectuados surgen conclusiones categricas: porun lado, el escaso progreso logrado en el estudio de las

    dierencias, y, por el otro, todos los cerebros hasta la se-mana 8 del desarrollo del embrin son emeninos. Las caractersticas aparecen a partir de distintosprogramas genticos. As se define una cantidad de va-riaciones anatmicas, adems de otras en los circuitosneuronales y en la calidad de los neurotransmisores.Universalmente la sensacin general es que mujeres yhombres presentan muchas caractersticas distintas: porejemplo, tienden a reaccionar de dismiles maneras endeterminadas situaciones y cada uno presenta mejor ha-

    bilidad para adaptarse en sus labores. Las investigaciones en pos de explicar las dier-encias son muchas, pero tambin existen otras que noacuerdan con las mismas. Algunas hablan de que los mo-dos son el resultado de un mecanismo evolutivo que endeterminado momento ue muy necesario, y llev a loshombres a inventar herramientas y armas, a fin de de-enderse y proteger a los suyos de los enemigos. Asimis-mo, su capacidad de empata ms baja los ayud a sobre-

    vivir en la soledad durante las largas temporadas de cazay viajes; y tambin los llev a cometer actos de violencia

    interpersonal y agresiones, comportamientos consider-ados necesarios dadas las competiciones masculinas. Mientras que el cerebro emenino tendi a unamayor empata. Es decir, se inclin hacia una may-or capacidad de identificar emociones y pensamientos

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    de otros, mayor predisposicin a entender mejor a losdems, predecir su comportamiento y a conectarse emo-cionalmente de manera intuitiva. Estas caractersticasprogresaron en respuesta a las numerosas situaciones yambientes a los que cada sexo se ha enrentado a lo largode milenios. Por tal motivo, las mujeres desarrollaron sustendencias a la empata para cuidar de sus hijos, entend-iendo y anticipando sus necesidades, dado que stos no

    podan hablar todava. Adems, este rasgo ayud a gen-eraciones emeninas pasadas a hacer amigos y aliados enlos nuevos entornos o tribus en los que vivieron cuandoormaron nuevas amilias.

    Un estudio de la Escuela de Medicina de Harvardencontr que la corteza rontal, regin en donde se elab-oran las decisiones y la resolucin de problemas, es pro-porcionalmente ms grande en las mujeres. ambin losson algunas estructuras del sistema lmbico (emociones)y el hipocampo (memoria de corto plazo). Entre las reasconsideradas ms extensas en los hombres se destaca la

    corteza parietal, la cual procesa los signos de los rganossensoriales e involucra la percepcin del espacio. Ambos sexos utilizan distintas modalidades cere-brales para controlar el dolor. Difiere el comportamien-to de la amgdala cerebral para regular las emociones, laconducta social y sexual, porque los hombres y las mu-

    jeres resuelven los eventos emocionales cada cual con susherramientas.

    Comprender la biologa del cerebro emenino ymasculino an merece mucho camino por recorrer. Haydiversas investigaciones en donde no se hallaron dier-encias en los resultados de pruebas y evaluaciones de

    matemtica entre ambos los sexos. Una parte importante del conflicto existente entrehombres y mujeres se debe a las expectativas y creenciaspoco realistas, derivadas de la incapacidad de compren-der los atributos de los dos gneros. La mayora consid-era que los objetivos primordiales del cerebro masculinoson el sexo, el status y el poder, pero olvidan que estoscircuitos no son esclavos de la testosterona o del impulso

    sexual, sino aptos de madurar hacia una capacidad deamar y apegarse tambin muy uerte en la mujer. El es-tereotipo de hombre estoico y alto de emociones se con-tradice con las conductas de apego del hombre actual.

    La cuestin entre hombre y mujer despiertasiempre gran inters. Se vive a diario y el subjetivismoque lo acompaa suele ser una uente de malentendidosy conflictos.

    Por un lado, es conocido y aceptado que la igual-dad como concepto tico es compatible con diversidad;si hay una constante en biologa es la continua aparicin

    de multiplicidad. El conocimiento de las incgnitas del cerebromasculino y emenino que vayan surgiendo debe ayudartanto a los hombres como a las mujeres a sentir ms in-timidad, compasin y valoracin mutua.

    Nadie debe sentirse superior o inerior con re-specto al sexo opuesto. oda esa idea surge cuando sepiensa en el hombre y en la mujer como dos especies dis-tintas, pese a que pertenecen a una misma humanidad, yambos tienen cualidades complementarias: se necesitan

    mutuamente, y slo cuando estn juntos estn enteros. La vida hay que tomrsela con calma. Las par-ticularidades no son contradicciones, sino que puedenayudarse recprocamente y realzarse inmensamente. Lamujer que ama puede engrandecer la creatividad delamado y viceversa; inclusive ambos tienen la posibilidadde inspirarse mutuamente para alcanzar cimas nuncasoadas.

    Como se expres anteriormente hay mucho sen-dero por trazar, pero hay una muestra que todos conoc-

    emos y nos permite darnos cuenta cun parecidos po-demos ser. Enamorados los hombres vamos al shopping,somos ms tiernos y ms expresivos mientras que lasmujeres ven partidos de tbol sin protestar. odo esto selogra sin que las estructuras cambien: solo se modificanlos neurotransmisores y las hormonas. El deseo universal es que ambos se hicieran untodo orgnico, permaneciendo al mismo tiempo absolu-tamente libres, porque el amor nunca crea ataduras, sinoque da libertad.

    Es cuestin, entonces, de acercar las aptitudes eninterrelacin mutua, sin competencias banales, en pos deun mundo ms tranquilo y en paz.El hombre y la mujer no son ni iguales ni desiguales:son nicos. Y el encuentro de dos seres nicos traealgo milagroso a la existencia.

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    Las emociones primarias:

    asco o aversin Nse. Marita CastroCuando estamos ante algo con mal olor o en malestado se produce una emocin conocida comoaversin. No obstante, este sentimiento no solosurge ante cosas que pueden parecer putreactas o per-

    judiciales, sino tambin rente a la presencia de ciertaspersonas, conductas y situaciones. La aversin (o asco) es considerada una emocinprimaria. stas son aquellas con las que nacemos, cum-plen con una uncin adaptativa y se prolongan lo indis-

    pensable como para ejercer su misin de cuidar nuestrasupervivencia.

    Entre las clasificaciones ms conocidas de lasemociones primarias se encuentran las de Robert Plut-chik, quien ue proesor de la Escuela de Medicina Al-bert Einstein, Estados Unidos, y las del psiclogo PaulEkman, pionero en el estudio de las emociones y la ex-presin acial de las mismas, considerado como uno delos cien psiclogos ms destacados del siglo XX.Como toda emocin, la aversin produce un impulso

    para la accin, en este caso de separase de la situacin,persona u objeto que la ocasiona. Las expresiones aciales que acompaan estaemocin han sido ampliamente estudiadas por Ekman,quien considera que son universales y por ello se man-ifiestan en todas las culturas de la misma orma: narizarrugada, labios superiores elevados y comisuras de laboca hacia abajo. Cuando la sensacin de asco es muyuerte, la lengua se asoma entre los labios. Para Paul Rozin, catedrtico de Psicologa de laUniversidad de Pensilvania, Estados Unidos, esta emo-cin no solo nos protege de los alimentos en mal estadoo venenosos, sino que tambin nos aleja de otros peligroscomo, por ejemplo, enermedades inecciosas.Este es el motivo, segn el especialista, por el cual nosproducen repulsin aquellas cosas que consideramos

    posibles transmisores de enermedades: cucarachas, ra-tas, excrementos, gusanos, etc. Incluso tal vez con sololeer lo anterior ya el asco est algo presente. Esta emocin, adems, se produce ante la visinde personas que vemos con poco aseo o descuidadas ensu vestimenta y presencia general, y an llega ms lejos yse manifiesta ante individuos con los cuales discrepamosmoralmente.

    Rozin distingue tres categoras para el asco:

    1. Asco bsico: relacionado con la amenaza de que algoest contaminado.2. Asco que nos recuerda nuestra naturaleza animal: san-gre, cadveres, etc.3. Asco moral: repulsin ante personas o actos de ellasque consideramos inapropiados.

    Los dos primeros niveles pueden entenderse

    claramente desde un punto de vista evolucionista. En elcaso del tercero, se observa cmo los actores culturalesintervienen y modulan la expresin de esta emocin pri-maria. Cuando alguien realiza acciones inaceptables enlo personal o social, solemos decir me da asco, no lotrago, me da nuseas, etc. Las investigaciones en neurociencias presentanque un rea cerebral, la nsula, participa muy activa-mente ante esta emocin. Uno de los primeros trabajosue realizado en el ao 1997 por Mary Philips y su equi-po del Instituto de Psiquiatra de Londres, Inglaterra.Para eectuarlo le presentaron a un grupo de voluntarios,mientras escaneaban sus cerebros, rostros de personascon expresin neutra, de miedo y de asco. Lo que pud-ieron advertir los cientficos es que ante las caras de mie-do se activaba la amgdala cerebral y, rente a las de asco,

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    la nsula anterior.Es interesante destacar, reerenciando el trabajo

    anterior, cmo la expresin emocional de otros produceen nosotros una activacin cerebral similar, lo que nospermite ser empticos y tambin contagiarnos de lasemociones de las dems personas, en una clara muestrade lo social que es nuestro cerebro.

    Otro estudio ms reciente sobre la aversin es el

    de Bruno Wicker, del Instituto de Neurociencias de laimone, Francia, quien encontr que actuar la expresinasco, como el sentirlo realmente al oler, por ejemplo, ci-do butrico, pone en accin la nsula. La estimulacin a travs de electrodos de estarea hace que la sensacin de asco tambin se produzca,hecho que la posiciona como el centro de la aversin. El reconocido neurocientfico Antonio Damasiorealiz una investigacin en donde pidi a los partici-pantes que pensaran en momentos de sus vidas en los

    que hubieran sentido miedo, asco y alegra, y ms all delvalor y nivel emocional que despert cada tipo de recu-erdo la nsula siempre present actividad.

    Damasio, en ese momento, la consider un reaen donde converge la inormacin sobre los estados inte-riores del organismo, un tema de su inters ya que partede su trabajo se centra en la percepcin de los marca-dores somticos de las emociones.

    Sin embargo, para otros neurocientficos la nsulaes una corteza de integracin que conecta las reaccionesde distintos estmulos del interior y del exterior de nues-tro cuerpo. Es decir, es un rea multiuncional.

    Sin lugar a dudas juega un papel preponderan-

    te en la aversin, pero siguiendo los nuevos avances enneurociencia, ningn rea del cerebro unciona de ormaaislada, sino como parte de una red cerebral interconect-ada. La maravillosa complejidad del cerebro humanodebe por ello comprenderse como un gran sistema. Lo que resulta interesante es cmo esta estructu-ra que compone nuestro bagaje evolutivo y de un circuito

    de proteccin al producirnos repulsin ante alimentos

    en mal estado o animales que podran ser un contagio deenermedades, tambin orme parte de nuestra conductasocial. Respecto a este punto hay trabajos que muestrancmo la aversin influye en nuestros prejuicios y modosde evaluar a las dems personas.Para William I. Miller, autor de Te Anatomy o Disgust(la anatoma del disgusto), el asco se ue convirtiendoen una emocin de la civilizacin, cuyo cometido ue laproteccin y preservacin de los valores culturales del

    momento. Dentro de las investigaciones sobre la relacincon nuestros prejuicios se encuentran las de E. J. Masi-campo, psiclogo social de la Universidad Wake Forest,Estados Unidos, estudioso de las unciones ms comple-

    jas de nuestro cerebro y su relacin con las emociones yrespuestas viscerales. Este cientfico consider, luego de

    varios de sus trabajos, que ser distinto a lo que se acep-ta culturalmente para cada uno de nosotros despiertaaversin y discriminacin.

    Sin embargo, estos sesgos que son inconscientespierden su eecto si se toma consciencia de ellos.La nsula orma parte tambin de los sistemas cerebralesque nos permiten ser empticos. Es por ello que cuantoms ampliamos nuestra visin del mundo de otras cul-turas, modos de vida o realidades expandimos nuestratoma de perspectiva y nos volvemos ms comprensivosy respetuosos.

    La aversin nos lleva a mantener una distanciaprudente para no ser daados. Nos alejamos o evitamosun encuentro, un contacto, o una situacin de manerainstintiva. Pero cuando se despierta, al igual que en otrasemociones, es bueno preguntarnos si ese rechazo est

    justificado o si, por el contrario, lo correcto es modificarnuestra actitud.

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    Por qu el alcohol nos da resaca?El estmago secreta una enzima denominada deshidro-genasa que convierte el alcohol en acetaldehdo, un txi-co altamente perjudicial para nuestro cerebro, estmagoe hgado. Este compuesto orgnico puede desencadenardolores de cabeza, acidez estomacal e incluso generar

    vmitos. ambin transormarse -a travs de pasos en-zimticos intermedios- en grasa que mayormente se de-posita en el rea abdominal.

    Neurotrucos para vivir mejor:

    Ayudar nos hace bien a nosotros mismos

    En la Universidad de Caliornia de Los ngeles, Es-tados Unidos, estudiaron a varios voluntarios a loscuales en algunas ocasiones se les permiti auxiliar a susparejas y en otras no mientras reciban un molesto es-tmulo elctrico.Esta investigacin muestra que cuando ayudamos a otrosnuestro cerebro se ve baado inmediatamente con neu-rotransmisores de la elicidad y placer, lo que indica que

    es una accin innata de nuestra especie.El ncleo accumbens, un rea relacionada con el plac-er y la recompensa cerebral que se activa ante estmuloscomo la comida y el sexo, tambin responde marcada-mente ante conductas altruistas.

    Sera una excelente idea que todos pudiramos disrutarde uno de los grandes placeres de la vida: asistir a otraspersonas. Esta conducta no solo es una manera excelentede contribuir con un mundo mejor, sino que ademsaecta positivamente a nuestro cerebro, mejorando el es-tado emocional y disminuyendo las hormonas del estrs.Adems, como los homo sapiens sapiens somos seresaltamente sociales y nos contagiamos unos a otros con

    nuestras acciones y altruismo, el cuidado y respeto por elbienestar de nuestros congneres, sin lugar a dudas, seraun contagio muy sano.

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    Neurotrivia1. Nuestra memoria puede ser dividida en tres subpos,cules?

    2. Qu rea de nuestro cerebro es indicada como la

    responsable de planicar, establecer prioridades, tomardecisiones y alinear los comportamientos con los obje-vos?

    - Lbulo occipital.- Corteza prefrontal.- Corteza somatosensorial.

    3. Qu reas de nuestro cerebro muestran mayoracvidad cuando vemos un rostro sonriente?

    - Hipocampo y corteza orbitofrontal.- rea septal y cerebelo.- Corteza cingulada anterior y posterior.

    4. Qu neurotransmisor se encuentra asociado al

    placer que senmos luego de comer?

    - Sustancia P.

    - Noradrenalina.- Serotonina.

    5. Segn la invesgacin llevada adelante en conjuntopor la Universidad de Michigan y el New York Obesi-ty Research Center de Mount Sinai St. Lukes Hospital,cules son los 3 alimentos ms adicvos para nuestrocerebro?

    - Queso, milanesa de soja y tomate.- Pizza, chocolate y papas fritas (en bolsa).- Gaseosas, quesos, hamburguesas.

    6. El asco (o aversin) es:

    - Una emocin primaria.- Una emocin secundaria.

    RESPUESTAS:1.Cortoplazo,operavaodetrabajoylargoplazo-2.Cortezaprefrontal-3.Hipocampoycortezaorbitofrontal-4.Serotonina5.Pizza,

    chocolateypapasfritas(enbolsa)-6.Unaemocinprimaria.

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