Desarrollo cognoscitivo en el periodo preescolar

Desarrollo intelectual:

Jean Piaget sugirió que durante este periodo, los preescolares se ajustan a la etapa del pensamiento preoperacional, que dura desde los 2 a los 7 años, aproximadamente. Durante ella, el uso el pensamiento simbólico en los niños aumenta, surge el razonamiento mental y se incrementa el uso de conceptos.

Los niños mejoran en la representación interna de los acontecimientos y son menos dependientes del uso directo de la actividad sensoriomotriz para comprender el mundo que les rodea.

Piaget sugiere que el lenguaje se desarrolla a partir de avances cognoscitivos, y no a la inversa.

También indica que la centración (proceso de concentrarse en un aspecto limitado de un estímulo, ignorando los demás) es un elemento clave y una limitación del pensamiento de los niños en la etapa preoperacional.

Para los preescolares, la apariencia lo es todo. Esto se relaciona con otro aspecto del pensamiento preoperacional, la falta de conservación (el conocimiento de que la cantidad no se relaciona con el arreglo ni la apariencia física de los objetos).

Igualmente, Piaget señala que los niños no pueden seguir la secuencia de las transformaciones que acompañan los cambios en la apariencia de una situación.

Otra característica distintiva del pensamiento preoperacional es el pensamiento egocéntrico, ya que los niños tienden a no tomar en cuenta los puntos de vista de los demás, pero no de manera intencional.

Surge el pensamiento intuitivo, que tiene ciertas cualidades prepara a los preescolares para formas de razonamiento más complejo, y que se refiere al uso que éstos hacen del razonamiento primitivo y su ansiosa adquisición de conocimiento del mundo.

Por otra parte, los enfoques del procesamiento de la información consideran los cambios cuantitativos que se dan en las habilidades cognoscitivas de los niños durante los años preescolares. Dos áreas importantes en esta etapa son la comprensión de los números, que no es del todo precisa, y el desarrollo de la memoria, como la autobiográfica, que también cuenta con sus limitaciones.

Finalmente, Vygotsky señala que los niños aprenden estrategias cognoscitivas y otras habilidades de adultos u otros, que no solo presentan una forma diferente de hacer las

cosas, sino que les brindan ayuda, instrucciones y motivación. Se enfoca en los aspectos sociales del desarrollo y el aprendizaje. Para él, el desarrollo cognoscitivo de los niños depende de las interacciones con los demás. Desarrolló los términos de zona de desarrollo proximal y andamiaje (apoyo temporal que los niños necesitan para encuadrar y terminar las tareas).

El desarrollo del lenguaje:

En la etapa preescolar las habilidades lingüísticas de los niños alcanzan nuevas alturas de complejidad. Se dan progresos sustanciales en la longitud de las oraciones, el vocabulario, la sintaxis y el empleo de formas como plurales y posesivos.

Otro cambio lingüístico es el paso del habla privada (discurso que emplea el niño y que se dirige a sí mismo, que desempeña funciones importantes en el desarrollo) al habla social (discurso dirigido hacia otra persona con intención de que esta última lo comprenda).

Los factores económicos en el hogar tienen una importante influencia en el desarrollo del lenguaje. Los niños criados en condiciones económicas favorables tienen ventajas sobre los provenientes de condiciones más pobres.

Al final de la etapa preescolar, los niños son capaces de sostener una conversación con adultos, comprendiendo y produciendo lenguaje con muchas de las cualidades del lenguaje adulto.

Escolarización y sociedad:

Casi tres cuartas partes de los niños en EE.UU. están inscritos en algún tipo de centro de cuidado infantil fuera de casa, muchos de los cuales están diseñados para enseñar habilidades que incrementan las habilidades sociales e intelectuales. Esto, principalmente, debido al gran número de familias en la que ambos padres trabajan.

Entre las alternativas de la educación temprana se encuentran: los centros de cuidado infantil, los centros de cuidado infantil familiar, los preescolares o jardines y el cuidado infantil escolar. Éstas resultan beneficiosas si son de buena calidad, cuentan con personal capacitado, un buen currículo, grupos de tamaño adecuado y una justa distribución de niños por cuidador/personal.

Con excepción del programa Head Start, el gobierno estadounidense presta poca atención a la educación preescolar en comparación con otros países. Sin embargo, los niños requieren una práctica educativa acorde al desarrollo, para evitar presiones innecesarias y perjudiciales para ellos,

La exposición a la televisión u otros medios de comunicación, en los infantes, tiene consecuencias mixtas, todo depende del tipo de contenido al que se les expone y la cantidad de horas que se ocupan en ello. El Programa Plaza Sésamo es un ejemplo de la utilidad que puede tener la televisión en el desarrollo cognoscitivo de los niños, sobretodo de aquellos cuyas familias no tienen recursos para otro tipo de educación.