El Señor tu Dios dice: No temas, porque yo

estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra

de mi justicia.

Gustavo A. Bécquer en su rima XXXVIII y la canción de Willie Colón, encontramos que son los mismos versos, como si el poeta mismo hubiese autorizado que el artista los cantara. Los dos tienen una misma visión, los sentimientos y el romanticismo, el cual viene del canto poético al canto musical. En vista de la necesidad de plasmar los sentimientos, en lo que el corazón no

puede ver y el confuso jugar del alma; por eso la voz del juglar se extiende antes y después de escribirlo. La composición siempre ha permanecido implícita y dispuesta a no dejar que el tiempo lo consuma.

La conservación de los versos del original a la canción es evidentemente claro cómo se mantienen, en algunas ocasiones lo que hace Colón es cambiarlos por sinónimos. Tenían un gran empeño por plasmar los sentimientos con la naturaleza. Esta obra socaba en un romanticismo sencillo, melodioso y de profundidad.

Aquí se observa un texto romántico encajado en el contexto actuando con la misma fortaleza del verso original.

En la organización del trabajo de Bécquer esta rima es dedicada a la mujer y al mundo sublime, a lo sensual, romántico y también la ausencia.

Esta canción, el poema también tiene una importancia en su estructura característica en lo musical; en un trozo de la canción de una manera extraordinaria se amolda con la compostura sonora que estudia García López. Son versos muy sencillos y espontáneos en los que sobresalen la rima asonante la cual carece de

repercusión orquestal esto significa que es el romanticismo en pleno suceso musical una manifestación de la voz poética, o sea el romanticismo en pleno suceso musical. Por otra parte Jorge Manrique poeta español, se refugia en el su musa en los señoríos que era el dominio de las pasiones de esos tiempos como por ejemplo: “nuestras vidas son los ríos que van a dar al mar” siguiéndole Bécquer y tiempo después Borges.

Somos pocos los que reconocemos que Willie Colón utiliza los versos de Bécquer, porque personalmente no tenía ni idea que existía Gustavo Adolfo Bécquer y por consiguiente no había considerado la canción.

Esta canción lleva un nombre fascinante de tipo europeo y además femenino; el artista de una u otra manera trasmite un ambiente de calma para todo el grupo para poder

interpretar con una excelente rima los sentimientos escondidos en estos versos, como queriéndonos decir la incertidumbre por el rio de sentimientos que lo agobian. También cuando dice “el que madruga Dios le ayuda” se interpreta que al buscar la luz del alba se fisionan dos preferencia literarias en dos segundos de música. Gustavo Adolfo Bécquer, deja apreciar su melodiosa y sin duda alguna es un gran aporte artístico que se introduce en una parte intima de un clásico de la salsa es como si la música abrazara la poesía como su única defensa para representar el desborde de los sentimientos.

Esta canción de Colón hace rima con el poema en la sección donde dice: “las palabras son aire, y van al aire.

Mis lágrimas son agua y van al mar

Cuando un amor muere,

¿Sabes chiquita a dónde va?

En el original de Bécquer dice:

“los suspiros son aire, y van al aire.

Las lágrimas son agua y van al mar.

Dime, mujer, cuando el amor se olvida,

¿Sabes tú a dónde va?

Este es un verso de carácter determinado, pero al mismo tiempo lo expresa poéticamente llene de dudas; Bécquer, de oyente lirico que desconoce el amor al cual le está

hablando y que a su vez la contempla y la anhela que aparentemente estén un poco desordenados los versos, de pronto se olvida de la etiqueta formal para dar paso a otra melodía. Este es un poema de medios ilustrativos milenarios. Willie Colón obtuvo este poema tal cual su letra y todo su contexto lirico musical, pero desde el punto de vista musical.