DERECHO VIEJO.77 abril 2008 VIEJO 2008 PDF...El segundo es saber que ciertos programas no cambiarán...

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“Derecho Viejo” Página 1 “DERECHO VIEJO” a la evolución destino de hombre Año 7 Nº 77 Un periódico para leer Abril 2008 “GLORIA DEI, HOMO VIVENS” (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE) Lejos del mundo. Cerca de los hombres La resurrección es la revolución en la evolución. La evolución da un salto y llega al final. Después de la resurrección de Cristo ya no tenemos motivos para estar tristes. El ser humano ha nacido totalmente. Roberto Crema La resurrección es la respuesta suprema de Dios al vacío total de Jesús. El vacío para permitir la plenitud, la noche para permitir la luz. Y entonces nace lo nuevo. Roberto Crema Somos ese lugar donde Dios se hace visible ¿Queremos ser templos de Dios o tumbas vacías? (No temamos equivocarnos, temamos estar muertos) Cuando comprendemos que Dios nos ama, tal como somos, y que ama hasta al más abandonado de los humanos, nuestro corazón se abre a los demás, nos volvemos más atentos a la dignidad de la persona humana y nos preguntamos ¿cómo preparar caminos de confianza sobre la tierra? En cada uno existe una parte de soledad que ninguna intimidad humana puede colmar. Sin embargo no estás nunca solo. Déjate sondear hasta tu propio corazón (Rm 8, 27): descubrirás que en lo más profundo del ser, allí donde nadie se parece a nadie, Cristo te aguarda. Y surge lo inesperado. Cristo no ha venido “a abolir, sino a dar cumplimiento” (Mt 5, 17). Al escuchar, en el silencio de tu corazón, comprendes que, lejos de humillar al ser humano, Cristo viene a transfigurar en ti incluso lo más inquietante. El descubrimiento de tu persona, ¿provocará en ti un malestar interior? Pero, ¿quién podría condenarte cuando Jesús ora por ti? (Rom 8,34). Si intentaras acusarte de todo lo que te habita, ¿te bastarían tus días y tus noches? Cuando sobrevienen las pruebas interiores o las incomprensiones del exterior, no olvides que de la herida por donde penetra la inquietud nacen también fuerzas creadoras. Se abre así un sendero que va de la duda a la confianza, de la aridez a la creación. Una vida feliz es posible, incluso en las horas de oscuridad... Lo que hace feliz una existencia es avanzar hacia la sencillez: la sencillez de nuestro corazón y la de nuestra vida. Para que una vida sea hermosa, no es indispensable tener capacidades extraordinarias o grandes facilidades. Hay una felicidad en el humilde don de la persona. Cuando la sencillez está íntimamente asociada a la bondad del corazón, incluso personas sin recursos, pueden crear un espacio de esperanza en su entorno. “No busques cuando no hayan respuestas que puedan darse, porque no las podrías vivir. Porque se trata precisamente de vivirlo todo. Por tanto, vive las preguntas. Quizás luego, algún día más o menos lejanos, sin que te des cuenta, consigas vivir la respuesta”. Rainer M. Rilke Textos de Roger de Taizé

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“Derecho Viejo” Página 1

“DERECHO VIEJO”a la evolución destino de hombre

Año 7 Nº 77 Un periódico para leer Abril 2008

“GLORIA DEI, HOMO VIVENS” (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE)

Lejos del mundo. Cerca de los hombres

La resurrecciónes la revolución en la

evolución. La evoluciónda un salto y llega alfinal. Después de la

resurrección de Cristoya no tenemos motivos

para estar tristes.El ser humano hanacido totalmente.

Roberto Crema

La resurrección es larespuesta suprema

de Dios al vacío totalde Jesús. El vacío

para permitir laplenitud, la noche

para permitir la luz.Y entonces nace lo

nuevo.Roberto Crema

Somos ese lugar donde Dios se hace visible

¿Queremos ser templosde Dios o tumbas vacías?

(No temamos equivocarnos, temamos estar muertos)

Cuando comprendemos que Diosnos ama, tal como somos, y que

ama hasta al más abandonado delos humanos, nuestro corazón se

abre a los demás, nos volvemos másatentos a la dignidad de la personahumana y nos preguntamos ¿cómo

preparar caminos de confianzasobre la tierra?

En cada uno existe una parte de soledad que ningunaintimidad humana puede colmar.

Sin embargo no estás nunca solo. Déjate sondearhasta tu propio corazón (Rm 8, 27): descubrirás que

en lo más profundo del ser, allí donde nadie se parecea nadie, Cristo te aguarda. Y surge lo inesperado.

Cristo no ha venido “a abolir, sino a darcumplimiento” (Mt 5, 17). Al escuchar, en el silenciode tu corazón, comprendes que, lejos de humillar al

ser humano, Cristo viene a transfigurar en tiincluso lo más inquietante.

El descubrimiento de tu persona, ¿provocará en ti unmalestar interior? Pero, ¿quién podría condenarte

cuando Jesús ora por ti? (Rom 8,34).Si intentaras acusarte de todo lo que te habita,

¿te bastarían tus días y tus noches?Cuando sobrevienen las pruebas interiores o las

incomprensiones del exterior, no olvides que de laherida por donde penetra la inquietud nacen tambiénfuerzas creadoras. Se abre así un sendero que va de

la duda a la confianza, de la aridez a la creación.Una vida feliz es posible, incluso en

las horas de oscuridad...Lo que hace feliz una existencia es

avanzar hacia la sencillez:la sencillez de nuestro corazón y lade nuestra vida. Para que una vidasea hermosa, no es indispensable

tener capacidades extraordinarias ograndes facilidades. Hay una

felicidad en el humilde don de lapersona. Cuando la sencillez estáíntimamente asociada a la bondaddel corazón, incluso personas sinrecursos, pueden crear un espacio

de esperanza en su entorno.

“No busques cuando no hayanrespuestas que puedan darse, porqueno las podrías vivir. Porque se trata

precisamente de vivirlo todo.Por tanto, vive las preguntas.

Quizás luego, algún día más o menoslejanos, sin que te des cuenta,consigas vivir la respuesta”.

Rainer M. Rilke Textos de Roger de Taizé

“Derecho Viejo”Página 2 Pensamiento

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Escribe: Camilo Guerra

Es necesarioque él crezca

y que yodisminuya

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En la medida en que nos entre-gamos al Ser, en la medida en quepermitimos que el Ser nos invada,en la medida en que renunciamos enforma total y sistemática, vamosmuriendo a la superficie (sin aban-donarla) y al mismo tiempo captan-do el significado profundo de la fra-se “es necesario que él crezca yyo disminuya”.

Disminuyo (muero) a mi yo y asus ilusiones de separatividad, y enla medida en que lo hago me voyvaciando de todo lo que realmenteno soy.

... Y surge el Ser, lo que siemprefue, lo que nunca dejó de ser. Vasurgiendo en nosotros la conscien-cia de que somos. “Yo estoy afuera(o adentro, o abajo), y golpeo lapuerta; si alguno me oye y me abreentraremos con mi Padre y haremosmorada en él”. ¿Queremos sertemplos de Dios o tumbas va-cías?

“Cualquier creencia de queaquello que andamos buscando

esté en alguna parte fuera denosotros mismos, de nuestra

propia consciencia,es precisamente la única

barrera que nos separa decreer que eso pueda

obtenerse a partir de nuestrapropia armonía”.Joel Goldsmith

Despertar al serEl trabajo sobre uno mismo consiste en ir al interior de

uno mismo. Pero antes de ir al interior, hay que desear novolver a ir al exterior.

Comprender el por qué de esta actitud. La tendencianatural inferior del hombre es de ir hacia el exterior. Es latendencia animal, la del deseo, la del mundo. La tendencianatural superior del hombre es de ir hacia el interior.Es la tendencia espiritual, la del no-deseo, de ser, de Dios.

El hombre se sitúa en medio, estirado por un lado y porotro. Así, antes de ir hacia el interior, es necesario que asi-mile por la comprensión la posibilidad de una Evolución.Cuando esto está integrado, ello no quiere decir que se al-cance directamente el centro. Hay una fase intermedia, quees que uno se aleja del exterior, lo cual produce un vacío,pues, hay menos estímulos.

Pero, por otro lado, el interior no manifiesta aún nada,sino un vacío, una nada. Es un paso difícil; muchos aban-donan entonces, a menudo para volver a empezar más ade-lante algo nuevo, pues no viendo nada, se desaniman y vuel-ven a lo tangible, a lo palpable, a lo que proporciona unarecompensa inmediata, un retorno.

En la primera fase, todo esfuerzo es recompensado, en-seguida. Por lo que es muy satisfactorio y reconfortante.Es la fase de alegrías, de éxtasis, de sentimientos de ligere-za, de iluminaciones súbitas. Estos no son sino pequeñasgracias que nos son concedidas para darnos fuerzas paracontinuar. Pero no se pueden convertir en el objetivo deltrabajo.

En la segunda fase, ya no se ve recompensa del esfuer-zo, lo cual es insatisfactorio e inquietante para el ego. Es elpaso de lo irracional a lo racional. El paso de la razón lógicaa la fe, el paso de la duda a la confianza profunda.

El trabajo es un revelador. Pero lo que hay que saber esque la foto de uno mismo ya ha sido tomada y no puede sermodificada cuando molesta al ego, a las esperas, a las es-peranzas. No es uno mismo el que decide. Proyectamosnuestra propia imagen tal como somos, siguiendo un pro-grama fijado de antemano y que tiene un sentido preci-so, en el sentido de nuestra vida y de nuestra evolución.

De hecho, es descubrir la verdad sobre uno mismo, es some-terse a lo que se descubre. Todo el proceso de conocimiento deuno mismo converge en la sumisión, en la aceptación total. Elrechazo, la rebelión no hacen sino retrasar el proceso y crearsufrimiento. Sólo cuando la sumisión es total puede haber trans-formación. Ello ya no depende entonces de nosotros mismos, denuestro esfuerzo, de nuestra voluntad o de nuestro conocimiento.La que actúa es la Vida.

Hay dos aspectos fundamentales en el camino de la evolución:el primero es saber que se puede cambiar, que se pueden modifi-car ciertos programas interiores a fin de re-orientar nuestras vi-das. El ser humano tiene un poder de acción sobre sí mismo.

El segundo es saber que ciertos programas no cambiarán sólopor la voluntad, y que el trabajo se sitúa en el nivel de la acepta-ción. El cambio no puede hacerse a través de una acción queprocede de uno mismo. Lo que puede transformar es la no-ac-ción, la no-voluntad.

De hecho, es darnos cuenta de nuestra impotencia, de nuestraimposibilidad de hacer nada, y en ese abandonarse se halla latransformación. Es muy importante tener siempre conscienciade estos dos aspectos, a fin de poder identificar sobre qué aspec-to trabajamos en el momento dado y emplear entonces el métodoadecuado, si no pueden nacer errores, decepciones y rebelionesprovocando la detención o el retroceso en el trabajo más que laevolución de la conciencia.

Todo este trabajo consiste en encontrar nuestra naturaleza pro-funda, nuestra esencia, nuestra identidad real. Es un descubri-miento progresivo que, de hecho, es un re-descubrimiento, en elsentido en que esta identidad real existe, seamos conscientes o node ella.

Así, lo que descubrimos o re-descubrimos no es forzosamen-te lo que esperábamos.

El conocimiento de uno mismo implica la renuncia. Peroello no quiere decir irse a vivir al desierto o a una cueva. No setrata de una renuncia geográfica. Es la renuncia interior.

Patrice Richard“Arte de crecer por dentro”

Colaboradores EspecialesMons. Raúl Trotz

Rdo.Hno. Eugenio MagdalenoDr. Maximiliano Péjkovich

“Derecho Viejo” Página 3

Vivimos dormidos"Ya es hora de despertar del sueño",

dice la Biblia.Vivimos ordinariamente dormidos, sin

conciencia clara de qué somos, dóndeestamos, qué hacemos, por qué hacemoslo que hacemos, por qué sentimos lo quesentimos, qué sentido tiene para no-sotros el vivir o el no vivir...

Vivimos generalmente empujados,arrastrados por el instinto y voluntadciega, natural y espontánea de vivir,pero prácticamente inconscientes,muy poco despiertos.

Vivimos sin conciencia clara dequién es el que vive detrás de esasapariencias de este cuerpo, quién esel que está viviendo dentro y detrásde esa carne, y esos huesos quecomponen nuestro cuerpo.

Vivimos sin conciencia clara dequién es el que alberga esos pensa-mientos, esos conocimientos, esas ha-bilidades de trabajar, de jugar, de de-sarrollarse y desenvolverse en la vida...

Vivimos sin conciencia clara de quiénes el que está afectado por esos senti-mientos agradables o desagradables quenos ponen alegres o tristes en cada mo-mento, quién es ese que sufre o se ale-gra, ese que se preocupa, que se impa-cienta, que se atemoriza, que duda, llo-ra, canta, ríe, goza...

Vivimos sin tener clara conciencia dequién o qué es ese "Yo" sujeto activo, quees el que realmente vive detrás de la ves-timenta, detrás del cuerpo de carne, hue-sos, ojos, cerebro, órganos internos consus células, moléculas y átomos...

Y si no sabemos quién es el que pien-sa en nosotros, quién es el que siente, elque se mueve, el que vive en nosotros,

¿qué podremos saber con una ciertagarantía de certeza?

Si yo no conozco lo más próximo amí mismo, si no conozco al que conocer,¿cómo podré conocer las cosas que merodean? ¿ cómo me atrevo a hacer afir-

maciones sobre lo que perciben mis sen-tidos? ¿podré conocer a esos otros a losque llamo personas, que son lo que yosoy, si no sé quién soy yo, que supuesta-mente es la persona que está conocien-do? ¿podré conocer a ese Ser que llamoDios y en quien supuestamente creo y delquen digo que es el Ser más importante,el más poderoso, el más sabio, el másbueno, el absolutamente perfecto, si noconozco a este otro ser pequeño cercanoque soy yo mismo?

¿No será todo eso una simple afirma-ción sin sentido, que repito sin verdaderoconocimiento, sino como una cinta gra-bada que reproduce y repite lo que ha sidograbado en ella sin tener conocimiento delo que significa y de lo que expresa?

El camino hacia lo Universal empiezaen lo individual.

El camino hacia afuera empiezaadentro.

El camino hacia los demás empieza ensí mismo.

El camino hacia las cosas (quees la ciencia) empieza en el cono-cimiento de sí mismo (que es lasabiduría).

La comprensión del mundo, delos acontecimientos... de Dios, tie-ne necesariamente su origen y baseen la comprensión de sí mismo, enel acontecimiento de conocerse así mismo, el sujeto que compren-de y conoce. Cuando me desco-nozco a mí mismo, es imposibleque pueda conocer a los otros.

Cuando no tengo una auténticaaceptación de mí mismo, es impo-sible pretender aceptar a los demás.

Por más que me proponga y meimponga aceptar a las personas que merodean, será un esfuerzo vano y de resul-tados muy momentáneos, mientras no co-mience por aceptarme a mí mismo, real yefectivamente, tal como soy, en lo que meveo como bueno y en lo que me veo comomalo.

Solemos vivir preocupados y atormen-tados porque nos cuesta aceptar a ciertaspersonas. Nos damos cuenta de que lascircunstancias nos imponen el trato conesas personas que no nos caen bien. Nosproponemos no hablar mal de ellas y has-ta tener buenos sentimientos y actitudescon ellas. A veces hasta es posible que con-sigamos en un momento determinado, seramables con esas personas. Pero prontovolvemos a nuestra actitud de rechazo.

La explicación de esa conducta radicaen que no empezamos por donde debe-mos empezar.

Hay que empezar por una aceptaciónclara, consciente y sincera de nosotrosmismos, de ese que ve, piensa, siente,vive, que llamo "yo".

Nos daremos cuenta entonces de quenuestro comportamiento es como noso-tros no quisiéramos que fuera. Nos dare-mos cuenta de que una cosa es lo quenosotros queremos o quisiéramos hacery otra lo que realmente hacemos.

Aún admitiendo esa diferencia y a ve-ces contradicción, entre lo que queremosy lo que hacemos, hemos de aceptar queasí es y así hemos de aceptarnos.

No se consigue nada queriendo darexplicaciones, buscando los motivos y lascausas de ese modo incoherente o con-tradictorio de comportamiento.

Lo únicamente eficaz es aceptar loshechos tal cual son, aceptar nuestro com-portamiento como es y ser muy claramen-te conscientes de cómo somos y cómoquisiéramos ser, evitando los intentos in-útiles de justificarse y eximirse de respon-sabilidades.

Frecuentemente jugamos a ser buenos.A veces ni siquiera jugamos a ser buenos,sino a tener buenas intenciones de serbuenos. Con las buenas intenciones nosquedamos ya satisfechos como si "el in-tentar" fuera "realizar" y el decir fuerahacer. Y así seguimos dormidos en los lau-reles del engaño.

Solamente el aceptar la verdad tal cuales, nos liberará del error de creer que el sue-ño es la realidad y que el decir es hacer.

Escribe:Darío

LostadoFilósofo

y escritorespañol

¿Crecer?Se suele decir: “No hay que esfor-

zarse en tener más sino en ser más, encrecer como personas”.

Esa frase es bella pero inexacta.Nadie puede ser más. Nadie puede

crecer como persona. Somos todo lo quepodemos llegar a ser. Lo único que pue-de crecer es la conciencia de lo que so-mos. Pero nunca lo que somos porqueya lo somos. Podemos y debemos mejo-rar y crecer en la conciencia sobre no-sotros mismos. Debemos crecer en laconciencia sobre nosotros mismos. De-bemos darnos cuenta de que todo lo quepodemos llegar a ser ya lo somos en po-tencia y al tomar clara conciencia de ello,podremos fácilmente pasar al acto.

Desde el momento que empiezo a verlas cosas externas no sólo por mis senti-dos exteriores y mi mente sino a travésde mi conciencia interna central, me doycuenta de que toda la realidad que doy alo exterior es reflejo y proyección de larealidad de mi "yo" profundo.

Entonces me doy cuenta de que no ten-go que mendigar ni recibir nada de afuera.

Cuando vemos, miramos y vivimosdesde nuestra conciencia interna, nues-tras relaciones con los demás se tornanmás fluidas y más humanas. No crece-mos en bondad. La bondad ya la somos.Pero al tomar clara conciencia de esabondad que ya somos, se refleja en cadaacción de la vida cotidiana. Nuestra con-ducta ha mejorado, se ha hecho más hu-

Era un hombre serio. Jamás reía y re-chazaba las bromas y el humor de los de-más. Decía que tal como estaba la vida,ninguna persona sensata podía reír o sen-tirse alegre. Según él, solamente los anor-males, irresponsables y locos pueden sen-tirse contentos y satisfechos ante tanta ca-lamidad que hay en la Tierra.

Con intención de darle ánimo y hacer-le cambiar de actitud le pregunté:

– ¿Pero tú no quieres que el mundoesté mejor?

– Claro, pero yo no puedo hacer nada.– Si tu estás alegre, ¿no crees que habrá

un poco más de alegría sobre la Tierra?– ¿De qué va a servir al mundo que yo

ría o llore?– El mundo que tú ves, lo verás un

poco más alegre si sientes alegría en tucorazón. Además tu alegría la contagiarása otros.

– ¿Acaso debo sonreir porque me lo or-denan esos letreritos "Sonría, por favor"?

– No. Tú sonreirás y te sentirás felizcuando vivas el momento presente, por laalegría que tú eres en el fondo de ti y nopor los pensamientos que tú estás alber-gando de las calamidades que atormentanal mundo.

Tu alegría no se origina en nada defuera. Tu propia existencia es la causa detu gozo y alegría. Tus pensamientos dedudas y temores son los causantes detus congojas y tristeza.

Antes de hacer nada por el mundo, hazlo más simple e importante por ti: Sé cons-ciente de tu propia vida, de que estás aquícon toda tu capacidad humana. Esa es unasegura y clara realidad.

Suspende tus pensamientos. Mantén tuatención en tu propia existencia, sin de-jarte absorber por razonamientos y juiciosinútiles. De momentos te basta saber quetú eres el que estás aquí respirando, vi-viendo, ocupando ese lugar, el más im-portante del Universo para ti, porque esel tuyo.

– ¿Cómo voy a pensar que es el másimportante si me doy cuenta que mi vida esun rotundo fracaso?- me dijo desolado.

–El fracaso está en el juicio que tú ha-ces de tu vida. Ninguna vida es un fraca-so. El vivir es ya en sí mismo un éxito. Yvivir consciente de ti mismo es la realiza-ción más importante de tu vida. Date cuen-ta de que respiras y vives.

Mientras estamos ocupados con nues-tros pensamientos del pasado o futuro, es-tamos desconectados de la vida porquesólo se vive en presente. Si vives este pre-sente que tienes con lo mejor de ti mis-mo, verás que la alegría será siempre tucompañera inseparable. Entonces no ten-drás que recurrir a nada y a nadie paraestar permanentemente alegre y feliz.

Estarás alegresin proponértelo

mana, no porque hayamos adquirido nada,sino porque la conciencia de lo que yasomos se ha actualizado, se ha expresa-do en actos.

Crecer como persona significa cre-cer en nivel de conciencia, crecer envisión.

Cada uno de nosotros somos una in-teligencia luminosa pero al ignorar lo quesomos, vivimos y obramos ignorante-mente. Entonces nuestra vida es una som-bra borrosa de lo que realmente somos.

El verdadero desarrollo humano con-siste en este crecimiento de concienciaque es gradual y paulatino.

En casos excepcionales este creci-miento se da repentinamente por la ilu-minación interior. Normalmente esta ilu-minación interior llega después de mu-cho trabajo lento y perseverante sobre símismo. El trabajo se basa fundamental-mente en estar atento, en cada momentodel día sobre ¿quien soy yo?, ¿quién es elque vive detrás de este cuerpo, detrás deesa mente que discrimina y juzga, detrásde esos sentimientos que me inundan?

Cuando se va tomando conciencia deque somos algo más y mucho más lumi-noso y positivo que toda nuestra perso-nalidad con sus egos ambiciosos y vani-dosos, nuestra vida empieza a tomar otrocolor y otra tonalidad.

Crece en lo único que puedes crecer:en el nivel de conciencia. Lo demás ven-drá por añadidura.

“Derecho Viejo”Página 4

En la triste noche del Jueves Santo enGetsemaní, se acercó Jesús a Pedro y,con el corazón deprimido, le dijo: “Simón,¿duermes?”.

Hoy, los pobres del mundo, los aban-donados, los analfabetos, los descalzos,los hambrientos, los discriminados y losparias que arrastran su miseria por el orbeentero, le hacen la misma pregunta al Pue-blo de Dios: Iglesia, ¿duermes? Hoy, loscristianos humildes de América, que yano aguantan más, le hacen la misma pre-gunta a su Madre: Iglesia mía, ¿duermes?Hoy, el clero, tan marginado en el Dere-cho Canónico, tan marginado en el Con-cilio Vaticano II y tan marginado en elcorazón de muchos obispos, por más que

digan lo contrario, le hace la misma pre-gunta a sus pastores: Iglesia mía jerárqui-ca, ¿duermes? Y hoy, la Iglesia de Diosentera, compuesta de hombres llenos denecesidades, angustiados y carcomidos dedudas, le hacen la misma pregunta al Vati-cano: Iglesia romana, principal represen-tante de Cristo, ¿duermes? ¿No ves que elpueblo entero tiene los ojos puestos en ti?¿No ves que el mundo entero necesita hoy,más que nunca, de ti, que difundas el men-saje de amor de todos los hombres y paratodos los hombres, del cual eres la princi-pal depositaria? ¿No ves que hoy, el mun-do entero, y en particular el pueblocristiano, necesita verte humilde, sen-cilla, hermana y con la mente abiertapara la comprensión y el corazón depar en par, para todas las miserias hu-manas? ¿No ves que los hombres están

oprimidos por sistemas inhumanos?¿No ves que las mentes están ofus-cadas por tanta confusión que pro-viene, precisamente, de aquellos quedeberían iluminarles el camino? ¿Noves que hay millones y millones depadres de familia que no tienen tra-bajo para ganarse honradamente elpan de sus hijos? ¿No ves que haymillones de madres que blasfeman elnombre de Dios delante de sus cria-turas escuálidas, al pensar que Estelas ha abandonado? ¿No ves que ladesesperación de los pueblos está apunto de estallar en una hecatombe?¿No ves el caos que amenaza no sóloa la sociedad civil, sino a tus mismas es-tructuras, por tanto tiempo fomentadas,y que hoy son un obstáculo para la pre-dicación del amor? ¿No ves cómo la ideade Dios se va borrando lentamente delcorazón de los pobres, porque tú no tebajas a ellos para ayudarles y para decir-les, sencillamente, que Él es su Padre yque Cristo es su Hermano? ¿No ves quetus hijos ricos abusan de tus hijos po-bres? ¿No ves que los hombres que por-tan armas, siguen, en nombre del ordeny de la paz, avasallando a las naciones ysiempre dispuestos a comenzar guerraso a aliarse con los que maltratan a la hu-manidad? ¿No ves que lo que les sobra atus ceremonias y a tus jerarcas de lujo ypompa, les falta a tus hijos pobres dealimento y vestido? ¿No ves que tus sa-cerdotes siguen dando vueltas sin senti-do alrededor del altar, mientras el puebloha perdido el camino hacia él?

Iglesia mía, ¿duermes?¿Seguiremos durmiendo nosotros, los

miembros del Pueblo de Dios, que he-mos sido puestos en este mundo paraser el ejemplo de todas las na-ciones que no conocen al Hijode Dios? ¿Seguiremos dandoel escándalo a todos los pue-blos paganos, de ser nosotroslos bautizados, los que con-trolamos casi toda la riquezamundial, y los que implanta-mos la violencia en el mundoentero, y los que hacemos dellucro el móvil principal denuestras vidas? ¿Seguirándurmiendo los laicos de miIglesia, entretenidos en lostemplos en un ritual folklóri-co y tranquilizando a sus al-mas con los Sacramentos, envez de lanzarse con fe a lavida, para humanizar sus es-tructuras y para darles el sen-tido divino que deben tener?¿Seguirán durmiendo los lai-cos, recostados en el clero yen las monjas, y sin quererecharse sobre sus hombrosla responsabilidad de mante-ner vivo y hacer penetrar, enmedio del mundo, el mensajede amor que poseen? ¿Segui-rán los laicos de mi Iglesia tra-tando de evitar pecados en

Mi Iglesia duerme

Abandonar la Iglesia¿Crees, entonces, que las debilidades de la Iglesia llevarán a Cristo a abandonarla?Cuanto más alcance nuestra fragilidad humana a la Iglesia,–que es nuestra y de Él–, más la sostendrá Él con su apoyo y con su ternura.Abandonar la Iglesia sería lo mismo que abandonar su propio cuerpo.

Helder Cámara

Por Salvador Freixedoex sacerdote jesuita

Yo creo en la Iglesia. En lo que no creoes en la estructura de poder sacramental,teológico, moral y pastoral que sectoresde la jerarquía eclesiástica y religiosos,junto a la obsecuencia y complicidad delaicos, han construido a lo largo de lossiglos. Esta estructura se ha convertidoen un modo de "ser Iglesia", modelo quesufre una crisis profunda y que hace aguapor todos lados; sin embargo hay secto-res que se aferran desesperadamente a estemodelo ante la crisis del mundo actual yla consecuente crisis del modelo, que co-pió los valores (¿valores?) del poder delmundo. Hubo una alianza entre ese mode-lo de Iglesia y el poder del mundo; y hoyel poder del mundo desprecia a ese mo-delo de Iglesia. Y cada día es más la genteque desprecia ese modelo. No les interesaser católicos (si ser católico es abrazarese modelo). Pero cuando digo esto, noestoy hablando de Roma, del Vaticano úni-camente; lamentablemente este virus delmodelo Iglesia-Poder ha infectado a ¿to-das? nuestras comunidades parroquiales.

En ¿todas? nuestras parroquias pade-cemos a esos grupos que responden almodelo de Iglesia- Poder, grupos que nocrecen ellos ni dejan crecer (como dice elSeñor “No entran, ni dejan entrar”).

Quieren salvar lo que no hay que sal-var. Hay que salvar a la Iglesia, NO a ese

Yo creo en la Iglesia

Escribe: Pbro.Rodolfo Olmedo

modelo.La Iglesia no

está en crisis, lo queestá en crisis es esemodelo.

La verdadera Igle-sia, la Iglesia Evangé-lica, la Iglesia de Jesu-cristo, la que es Signode la presencia del Rei-no, sigue trabajando,

pobre, callada, anónima, subestimada, des-preciada, postergada y perseguida. Estano está en crisis, simplemente vive lo quesiempre vivió, que es lo que vivió el Se-ñor y algunos santos y mártires (digo “al-gunos” porque algunos fueron canoniza-dos santos y mártires por ser útiles almodelo de Iglesia-Poder); y que es el pre-cio que hay que pagar por ser Discípulodel Señor y dedicarse a proclamar y cons-truir el Reino.

Lo importante es que descubramos laIglesia de Jesús (“El que no nace de loalto no puede ver el Reino de Dios”), sal-gamos de este modelo de Iglesia-Poder(Conversión y Salvación); entremos a laverdadera Iglesia del Señor y construya-mos el Reino, o sea, espacios saludablesen medio de tanta contaminación socio-cultural y eclesiástica-clerical, que asfixiaa los hombres de buena voluntad.

No se equivoca el río cuando, al encontrar una montaña en su camino,retrocede para seguir avanzando hacia el mar; se equivoca el agua que,por temor a equivocarse, se estanca y se pudre en la laguna.No se equivoca la semilla cuando muere en el surco para hacerse planta;se equivoca la que por no morir bajo la tierra renuncia a la vida.No se equivoca el niño que gatea porque quiere caminar;se equivoca el que por temor a equivocarse no gatea y no aprende a caminar.No se equivoca el hombre que ensaya por distintos caminos para alcanzar su meta;se equivoca el que por temor a equivocarse no camina.No se equivoca el hombre que busca la verdad y no la encuentra;se equivoca el que por temor a errar deja de buscarla.No se equivoca el hombre que pierde la vida por jugarla en serio;se equivoca el que, por temor a perderla, la pierde en vano sin jugarse nunca.No se equivoca el pajaro que ensaya el primer vuelo y cae al suelo;se equivoca el que por temor de caerse renuncia a volar y no abandona el nido.Solo temen equivocarse los que no aceptan que ser hombre es eso;estar buscandose a si mismo cada día, sin encontrarse nunca plenamente.Creo que al final del camino no te premiaran por lo encontrado, sino por haberbuscado honestamente; y no te castigaran por lo no encontrado,sino por no haber buscado.»

vez de vivir el amor? ¿Seguirá el clero ensu rutina sacramental, en sus colectas, ensus misas y en sus construcciones, en vezde mezclarse como hermanos, con el pue-blo, y en vez de enseñarles con el ejemplocómo es un auténtico cristiano que ponetoda su vida a disposición de los demás?¿Seguirá la jerarquía defendiendo las pom-pas pasadas, codeándose con los gran-des, preocupándose, principalmente, de lasfinanzas, en vez de pastorear en verdad asu rebaño, acompañándolo por montes ydesiertos, bajo el viento y la lluvia? ¿Se-guirán los pastores pastoreándose a sí mis-mos? ¿Y seguirá la Santa Sede sintiéndo-se como la dueña de las conciencias y laúnica depositaria del tesoro de la fe, im-poniendo creencias y leyes sobre los hom-bros de un pobre pueblo ya bastante atur-dido, en vez de presentar el grande y sen-cillo mensaje cordial de que es depositariay que es el único que hoy día puede llenarde esperanza el corazón de los hombres?

¿Despertará mi Iglesia antes de que seademasiado tarde?

La verdadera liberación¡Aseguremos con ambas manosla bandera de la liberación!¡Liberación del egoísmoy de las consecuencias del egoísmo!¡Liberación de las estructuras de esclavitud!¡Liberación de las guerras!¡Liberación de los racismos!¡Liberación de la miseria, que es la peor,y la más sangrienta de todas las guerras!¡Liberación de las soluciones a medias,de los reformismos, de los paliativos,del mero paternalismo!¡Liberación como aquella que realizó Moisés,pero conducida personalmente por el propio Diosy que ilumina con su fulgortoda la historia sagrada:la liberación del pueblo de Diosde la esclavitud de los faraones!¡Liberación como la que realizóJesús en la cruz, para que no hayani superhombres, ni infrahombres,sino simplemente hombres,hijos del mismo Padre,hermanados en la sangre redentora,conducido por el Espíritu de Dios!

Como luces en tu camino

René Trossero

Helder Cámara

4 ¿Talento?

“Derecho Viejo” Página 5

Se dice que nuestro cosmos existedesde hace unos dieciséis mil millones deaños. Nuestro sistema solar se formó haceaproximadamente cuatro mil quinientosmillones de años. La primera vida apare-ció en nuestro planeta hace aproximada-mente seiscientos millones de años. El serhumano se desarrolló hace algo así comodos millones y medio de años, a partir deuna especie de simios. Y tan sólo lleva-mos dos mil años contando el tiempo apartir del nacimiento de Jesucristo.

El tiempo es algo que produce nues-tra razón. El tiempo surge del ir y venirdel suceso cósmico. El tiempo es unacreación de nuestro yo. La Realidad pri-mera es temporal y atemporal. Muchaspreguntas se resuelven si nos damoscuenta de ello. Pero como no podemospensar la atemporalidad, tampoco encon-tramos las soluciones. Que algo puedaexistir en el tiempo, siendo al mismo tiem-

po atemporal, se escapa a nuestra expe-riencia mental. El cosmos esmultidimensional, nuestra razón puedecaptar solamente cuatro dimensiones. Laevolución está organizada de forma noracional o transracional, pero nosotros sólopodemos imaginar períodos de tiempo.Creamos con nuestra razón y con nues-tros sentidos una realidad limitada. El tiem-po forma parte de la consciencia dual.Nuestra razón puede pensar únicamenteapoyándose en conceptos opuestos: de-recho-izquierdo, arriba-abajo. Quien diceluz, necesita la oscuridad como opuesto,etc. La experiencia mística transciendeesta dualidad. Experimentar unidad yatemporalidad constituye el apogeo detoda mística. La consciencia asociada anuestro yo, que va ligada a espacio y tiem-po, nos puede llevar únicamente a la fron-tera de esa experiencia. No nos puedeacompañar más allá. No está hecha paratraspasar la frontera hacia laatemporalidad. Sólo el desasimiento nospermite pasar a lo que es cualitativamente“totalmente diferente”.

La experiencia mística no es una multi-plicación cuantitativa de nuestro conocercognitivo. Es una dimensión completa-mente nueva y no se presta a pruebasempíricas, por mucho que lo deseen losracionalistas. El Maestro Eckhart habla enmuchos párrafos de esa atemporalidad,“donde el alma se mantiene en el día de laeternidad, en un ‘ahora’ esencial, y allí elPadre engendra a su Hijo unigénito en un‘ahora’ presente”. El nacimiento de Diosen el hombre, como Eckhart denominaeste proceso a menudo, nos permite re-conocer nuestra base existencialatemporal.

Sigue diciendo: “El hombre, en tanto

tiene tiempo y espacio, y número y multi-plicidad, y cantidad, anda muy equivoca-do y Dios le resulta alejado y ajeno” (Ser-món X, Edhasa, pág. 352). “El tiempo yel espacio son partes. Pero Dios es Uno.Por ello, si el alma ha de conocer a Dios,tiene que ser más allá de tiempo y espa-cio; porque Dios no es ni esto ni aquellocomo ocurre con las cosas múltiples dela tierra, porque Dios es Uno”. “Todo loque ocurrió hace mil años, el día que hubohace mil años, en la eternidad no está másalejado que el instante en el que me en-cuentro ahora mismo o el día que vendráen mil años o hasta que cuentes, en la eter-nidad no está más alejado que este instan-te donde me encuentro ahora” (Sermón36, Quint, pág. 325).

Nuestra razón, que se mueve en el es-pacio y en el tiempo, no vale para ese co-nocimiento. Por ello protesta contra estasituación.

La evolución no tiene ningún fin finalni meta final alguna. La experiencia de laatemporalidad no depara ninguna meta fi-nal. La atemporalidad proviene del puntoOmega. De existir el punto Omega, es estepreciso instante. Habrá que buscar la metafinal en el proceso cósmico instantáneoen el que se realiza la Realidad primera. Iry venir son las estructuras de esa Realidadprimera, tanto el morir como el nacer.

Existen diferentes versiones de estahistoria: Una anciana está planchando unmontón de ropa cuando el ángel de lamuerte se le acerca y le dice: “Ya es hora.¡Ven!”. La mujer contesta: “Bien, peroprimero tengo que terminar de plancharla ropa. ¿Quién lo haría si no lo hicierayo? Y luego tengo que guisar, porque mihija trabaja en la tienda y necesita comercuando llegue a casa.”. El ángel se mar-cha y, después de un tiempo, vuelve nue-vamente. Se encuentra con la ancianacuando ella está saliendo de casa y le dice:“¡Ven, que ya es hora!”. Y la mujer con-testa: “Pero primero tengo que ir a la resi-dencia de ancianos, donde hay una doce-na de personas que me están esperando,olvidadas de sus familias. ¿Cómo podríaabandonarlas?” El ángel parte y, despuésde cierto tiempo, vuelve de nuevo dicién-dole: “Ya es hora. ¡Ven!”. La anciana con-testa: “Sí, ya sé. Pero ¿quién llevará a minieto al jardín de infante si yo ya no es-toy?”. El ángel suspira y le dice: “Bien,esperaré hasta que tu nieto sepa andarsolo”. Unos cuantos años más tarde, en-trada la noche, la anciana está sentada,sintiéndose muy cansada, y piensa: “Enrealidad, ahora podría venir el ángel; des-pués de tanto trabajo, la salvación eternatiene que ser hermosa”. El ángel aparecey la mujer le pregunta: “¿Me traes la sal-

vación eterna?”. Y el ángel le responde:“¿Dónde crees que has estado todo estetiempo?”

El sentido de la existencia se encuen-tra aquí y ahora. El presente es el ahorade Dios. La plenitud de Dios, la plenitudde la vida, se da aquí y hoy, no mañana.Cuando el individuo pregunta “por qué”,destruye el instante y huye hacia el pasa-do o el futuro. Sale de la unidad de la ex-periencia hacia el mundo dual de la razón.Por ello, para Eckhart la meta no consisteen la obra que se termina al final, sino enel proceso creativo mismo. “De la mismamanera debería comportarse el hombreque quisiera hacerse susceptible de la ver-dad suma y vivir en ella sin antes ni des-pués, y sin que se lo impidieran todas lasobras y todas aquellas imágenes de las queen algún momento ha tenido conciencia,de modo que volvería a recibir en esteinstante y con absoluta libertad el don di-vino” (Sermón I, Edhasa pág. 263). Eckhart,pues, no conoce ningún fin final de la evo-lución o de la historia, sino solamente un finque se reconoce en el presente.

Dios se realiza de forma intemporal, yla persona puede alcanzar la irrupción enesa verdad en cada instante del ahoraintemporal. En la mística no se debe rela-cionar la inmortalidad con el nacer y mo-rir. Entre ambos polos no hay ningunarelación lineal. Lo que se experimenta eslo “no-nacido”.

Lo no-nacido es también inmortal.Quien no busque a Dios en este instante,dice Eckhart, hace como si tomara a Dios,le envolviera la cabeza con una capa, loempujara bajo un banco y emprendiera subúsqueda. “Quien se imagina que recibemás de Dios en el ensimismamiento, ladevoción, el dulce arrobamiento y en mer-cedes especiales que cuando se halla cer-ca de la lumbre o en el establo, hace comosi tomara a Dios, le envolviera la cabezacon una capa y lo empujara bajo un ban-co”; (Sermón Vb, Edhasa, pág. 307).Nuestra inteligencia no es un instrumentoadecuado para comprender a Dios. Tene-mos que experimentarlo aquí y ahora, enel instante preciso y en las cosas. En lascosas se realiza lo divino, allí estamos

sumergidos enDios; porqueDios es la “reali-zación de las co-sas”. Se revela enellas. Eckhartdice: “Nosotrosdebemos mirarconscientementetodas las cosaspor si se escon-de en ellas Nues-tro Señor... Al proceder así, la gente esta-rá bien y aprehenderán a Dios de igualmodo en todas las cosas y siempre en-contrarán en ellas a Dios en la misma me-dida” (Edhasa, pág. 99). También Ange-lus Silesius escribe: “El tiempo es comola eternidad, y la eternidad como el tiem-po, siempre que tú mismo no hagas unadiferencia” y “Yo mismo soy la eternidadcuando dejo atrás el tiempo para recogermeen Dios y Dios en mí”.

El pasado y el futuro son el eternoahora. Por ello, en la mística coinciden elpasado y el futuro en el ahora. Para ella,el mundo surge en cada momento de nue-vo. Escuchemos a Eckhart: “Alguna vezdije que Dios crea el mundo en el eternoahora y todas las cosas son igualmentenobles en ese día. Si dijéramos que Dioscreó el mundo ayer o lo haría mañana,procederíamos tontamente. Dios crea elmundo y todas las cosas en un ahora pre-sente; y el tiempo que pasó hace mil añosse halla tan presente y tan cerca de Dioscomo el tiempo que pasa actualmente”(Sermón X, Edhasa, pág. 353).

Cuando la razón mira una regla gra-duada, ve dos caras. Una está dividida enmilímetros, la otra está en blanco. La ra-zón comprende únicamente una cara, perola persona mística experimenta la reglagraduada como una unidad, experimentaambas caras como unidad. Análogamente,espacio y tiempo son las categorías nor-males del yo, o sea, la cara graduada de laregla. Podemos pensar únicamente en for-ma de espacio-tiempo, y eso lo debemosaceptar como una limitación natural.

“Partida hacia un país nuevo”

El tiempo es como la Eternidad

Por Willigis Jäger

Más allá de la mente

“Derecho Viejo”Página 6

Faetón, el de radiantes cabellos, era elhijo del dios-sol Helios. Criado por sumadre, el origen divino de su padre jamásle fue ocultado. Lamentablemente, la arro-gancia del joven lo llevó a alardear acercade su padre eterno frente a sus amigos.Los otros muchachos, al escucharlo, seburlaron, acusándolo de mentiroso, así queFaetón decidió ir al palacio del Sol a ave-riguar la verdad de boca del propio dios,y corroborar así que su madre no le esta-ba mintiendo.

Este palacio estaba ubicado en el ex-tremo oriente del mundo, desde dondeHelios iniciaba su recorrido diario por elcielo.

Fue un largo viaje, pero el jovensemidios pudo al fin llegar al palacio. Fae-tón abrió la enorme puerta de plata, y ca-minó entre doradas columnas, admirandocon fascinación las paredes cubiertas conadornos de rubíes que describían con ex-quisitos dibujos el mundo de los mortalesque el sol veía desde las alturas, y el se-creto mundo infinito de las estrellas, quejamás mortal alguno había presenciado.

Faetón subió finalmente los escalonesde marfil pulido, y se encontró en presen-cia de su padre Helios, sentado en su tro-no de diamante. A su alrededor, hermosasjóvenes miraban con curiosidad al mortal:eran las helíades, las hermanas menoresde Faetón que habían sido criadas porHelios dado que eran inmortales.

El muchacho trató de acercarse parasaludar a su padre, pero el intenso res-plandor de la divinidad se lo impidió.

Habló Helios, y sus palabras fueron tanluminosas como su cuerpo.

–¿Qué mortal viene a visitar la moradade la luz, y qué espera encontrar?

–Luz del mundo, soy Faetón, y ven-go a oír de tus propios labios si soy ono tu hijo.

El sol se levantó de su trono y cerrósus ojos, disminuyendo así su resplan-dor lo suficiente como para poder acer-carse sin peligro de dejar ciego al joven,al cuál abrazó.

–Sos mi hijo, Faetón, y te voy a darcualquier prueba que me pidas para quepuedas mostrársela al próximo mortal quese atreva a ponerlo en duda.

Faetón lo pensó un momento, y pre-guntó: –¿Cualquier cosa?

–Sí, pedímelo y por mi honor comoinmortal, te lo voy a conceder.

–Padre divino, si realmente soy tu hijo,tenés que dejarme conducir tu glorioso ca-rro de fuego por lo menos un solo día,para que nadie, mortal o inmortal, vuelvaa poner en duda mi origen.

Al escuchar esto, el rostro de Helios,hasta entonces dulce, se puso serio:

–Pedime cualquier otra cosa que quie-ras, menos eso.

Pero Faetón insistió:–Recién me diste tu palabra de honor,

tenes que concederme este deseo.Helios trató, entonces, de retractarse

de su promesa y de persuadir a su hijo:–Faetón, gloria de mis ojos, conducir

este carro de fuego no es tarea simple. Yosoy un dios inmortal, y, sin embargo, ne-cesito absoluta atención y el máximo demis fuerzas para llevar a cabo esta difícilcarrera. A pesar de ser mi hijo, vos no sosinmortal. Entendé, por favor, que temo portu vida... y ruego que este temor mío portu bienestar sea suficiente prueba de que

soy tu padre. En tu búsqueda de honorsólo vas a encontrar destrucción.

Pero el joven, que había heredado latozudez de los dioses, siguió insistiendoen el mismo deseo, así que su padre fi-nalmente no tuvo otra salida más queconcedérselo.

Esa noche, Faetón escuchó uno poruno los varios consejos y advertencias de

su padre sobre cómo manejar el sagradocarro solar, pero su mente estaba en otrolado, fantaseando con la gloria que alcan-zaría frente al resto de los mortales cuan-do lo vieran en todo su esplendor condu-ciendo el carro del sol por el firmamento.

–Los caminos del cielo son diferentesde los caminos de la tierra. Vas a estarnavegando entre las estrellas. Tené espe-cial cuidado, mi hijo, con las constelacio-nes más peligrosas: el león que está siem-pre hambriento, el toro que busca a quien

Caída de Faetón, Jan Eyck (s. XVII)

Este mito nos recuerda un pocoa la historia de Icaro. En ambos ca-sos, la ingenuidad propia de la ju-ventud enceguece al héroe,haciendolo pecar de orgulloso y te-merario, y precipitándolo en últimainstancia a su perdición.

Algunos investigadores se incli-nan por una lectura más histórica ynos dicen que esta historia, despo-jada de sus rasgos mitológicos, pa-rece narrar la caída de un cometa ala tierra en la antigüedad remota. Deahí que el nombre "Faetón" signifi-que, en griego antiguo, "brillante" o"radiante".

Este mito fue también muy popu-lar en el siglo XVII, en el que variosescritores vieron en la historia deFaetón una crítica a la MonarquíaAbsoluta: el hombre que quisiesegobernar de manera absoluta (con-ducir el carro del sol), con la sola ex-cusa de que Dios lo había puestoen el trono, sólo podía generar laspeores catástrofes.

En esta historia tenemos dos ele-mentos: por un lado la pasión de losmortales, y por el otro la prudenciade los dioses. Los mortales, (repre-sentados por Faetón) son jóvenes,imprudentes, precipitados e insen-satos, mientras que los dioses, (re-

Faetón, hijo del solcornear, el escorpión y su venenoso agui-jón, las pinzas del traicionero cangrejo, ylas flechas del viejo arquero.

La mañana finalmente llegó, y abrió laspuertas de la sagrada caballeriza. Faetónse puso la armadura dorada de su padre,y subió decidido al carro. Sus hermanashelíades comenzaron a cantarle himnos dealabanza.

Helios, preocupado por suhijo, no dejaba de darle con-sejos, mientras las pequeñashermanas ataban los caballosal carro solar:

–No es necesario que apu-res a los caballos: ellos solostomarán velocidad enseguida.Tu trabajo principal seráfrenarlos y sostenerlos paraque no se desboquen.

Llegó por fin la ansiadahora, y Faetón, tomando lasriendas, hizo que los caballossagrados comenzasen a an-dar. Mientras tanto, en el pa-lacio del sol, las helíades con-solaban al nervioso padre.

Selene, diosa de la luna,volvía cansada de su propiacarrera nocturna, cuandovolteó el rostro para vigilarla salida de su hermanoHelios, como siempre ha-

cía, y quedó petrificada al verlo suplan-tado por un mortal.

Faetón pronto sintió el calor agobia-dor de las llamas cuando los caballos co-menzaron a acelerar su marcha. El carrodel sol comenzó así a escalar el firma-mento, buscando la cumbre del mediodía.

El joven semidios, utilizando toda sufuerza y destreza, pudo llegar, a duraspenas, hasta la mitad del día. Pero a partirde allí era una enorme bajada, y Faetóncomprendió al fin el temor de su padre.

Escribe:Federico Guerra

errante hacia la perfección que esel hombre. Visto así, todos los hom-bres somos, en cierta forma, hijosdel Sol.

Esta historia también representaotro acercamiento fallido del hombrea la divinidad: Faetón intenta ocu-par el lugar de dios y fracasa.

Tenemos así tres instancias quepodríamos hacer corresponder connuestra propia Historia:

En una primera etapa, Ícaro seacerca a la divinidad de manera in-consciente. Representa, así, laetapa primitiva de la explicaciónmágica de las cosas y fenómenosdel mundo.

En una segunda etapa, Belero-fonte se acerca a la divinidad por-que se siente semejante a ella. Re-presenta así a la etapa de la filoso-fía y del pensamiento racional.

Y en tercer lugar, Faetón intentaocupar el lugar de la divinidad.Representa así a la etapa científi-ca, en la que todavía vivimos, endonde la ciencia y la técnica buscanalcanzar el saber absoluto.

Recién será con el máximo héroede la mitología griega, Hércules, quelo humano y lo divino se reconcilia-ran y encontrarán la perfecta unidady armonía.

Los caballos, al no sentir la habitualfirmeza de los fuertes brazos de Helios enlas riendas, se desbocaron y comenzarona correr libremente por primera vez en suexistencia. Faetón trató de controlar lamarcha, pero no tenía ni la fuerza ni laexperiencia.

Una y otra vez el sol se alejó y acer-có a la tierra. Los mortales contempla-ban entre confundidos y aterrorizadosla curiosa danza del sol que parecía es-tar borracho.

Primero, el carro solar se alejó tantode la tierra, que congeló varias partes dela misma. El verano más caluroso setransformó en el más crudo invierno encuestión de minutos. Luego, se acercó de-masiado al continente africano, inundan-do con fuego y chamuscando con sus lla-mas a sus habitantes hasta dejarlos ne-gros, convirtiendo también así en desier-to la mayor parte del territorio.

Finalmente Zeus, rey de los dioses,para prevenir más calamidades, golpeó elcarro con un rayo. Un relámpago iluminóel cielo, y Faetón cayó fulminado del cie-lo. Su cuerpo en llamas desapareció enlas aguas del río Erídano.

Helios, el dios que todo lo ve, se tapólos ojos para no contemplar el trágico fi-nal de su hijo. Las helíades comenzaron allorar a orillas del río la muerte de su her-mano, y los apenados dioses las transfor-maron en sauces llorones. Cada año, suslágrimas de dorada resina caen sobre laorilla del río como ofrendas sobre la tum-ba de su hermano.

presentados por Helios) aluden másbien a la sabiduría de la experienciay de la vejez. "Más sabe el diablo porviejo que por diablo", nos dice el po-pular refrán.

Una vez más, al igual que en la his-toria de Belerofonte, el gran pecadoes el de la arrogancia ("hubris", engriego antiguo): Faetón quiere ganarel reconocimiento de sus semejantes,demostrarles que él es superior aellos. Este héroe fallido parece sim-bolizar el contraste tan típicamentehumano entre deseos ilimitados y ca-pacidades limitadas: el hombre fini-to anhela lo infinito (“Tu destino esmortal, pero no es mortal lo que de-seas" dice Helios a su hijo en la ver-sión del poeta romano Ovidio).

Platón, en uno de sus famosos diá-logos, al verse incapaz de hablar delBien en sí mismo, decide utilizar lametáfora del Sol: El Bien Supremo escomo el Sol, porque es, por un lado,fuente de vida cuando da su calory nutre a los seres vivos, y por el otro,fuente de conocimiento, cuandocon su luz permite que los mortalesconozcan el mundo que los rodea.

En otras palabras, el Sol es lametáfora de la divinidad detrás del or-den del cosmos, detrás de cada obrade arte, creadora de ese impulso

Desde lejos...

“Derecho Viejo” Página 7Purificación

¿Es necesario, para meditar y orar, des-prenderse de la influencia de los sentidos?

¿Es la oración cristiana un proceso dedesencarnación con el fin de ir más rápi-do, «puro espíritu», hacia aquel que esPuro Espíritu? ¿No dice Jesús en el Evan-gelio: «Dios es Espíritu y aquellos que leadoran, es en espíritu y en verdad quedeben adorarlo»? (Jn 4,24). Conviene sinembargo investigar el vocabulario griego.Lo que nosotros traducimos por «espíri-tu» en el texto ¿es el nous, el intelecto o elpneuma, el aliento divino?

«...patri en pneumati kaî aletheia» (enel texto de la Vulgata: in spiritu et veritateoportet adorare: Spiritus, y no mens ointelectus).

Orar «en pneumati», no quiere de-cir «poner entre paréntesis el uso denuestros sentidos», cerrar las puertasde la percepción, sino al contrario abrir-las, introducir el pneuma, el aliento encada una de ellas para que devengan losórganos del conocimiento de Dios.

Es así además como lo han com-prendido los Padres de la Iglesia cuan-do elaboraron la doctrina de los «senti-dos espirituales» es decir de los senti-dos espiritualizados, habitados, anima-dos por el espíritu de Dios, no siendo elhombre en la antropología cristiana «latumba del alma» (cf. Platón), sino «elTemplo del Espíritu» (cf. San Pablo).

Orígenes, y siguiendole Gregorio deNisa, Macario, Diadoco de Foticé, Máxi-mo el Confesor, Symeon el nuevo teólo-go, propondrán toda una pedagogía de lossentidos espirituales, en relación ademáscon la vida sacramental, ya que se tratasiempre de elevarse del ámbito sensiblehacia el reino que está «más allá de lossentidos», «ir de estas realidades que pa-

san hacia la realidad que no pasa». Lossentidos no son destruidos, sino trans-figurados: devienen sentidos divinos,que vuelven al hombre cada vez más«capax dei».

Un examen de la cuestión hará decir,siguiendo la terminología de la escritura,que existe una especie de género, un sen-tido divino que el bienaventurado encuen-tra en el presente, en palabras de Salomón:«tu encontrarás un sentido divino». Y estesentido comporta especies: la vista quepuede fijar las realidades superiores a loscuerpos, de las que forman parte losquerubines y los serafines; el oído perci-biendo sonidos cuya realidad no está en elaíre; el gusto para saborear el pan descen-dido del cielo y dando la vida al mundo; lomismo para el olfato, que percibe esosperfumes de los que habla San Pablo, quese dice ser «para Dios el buen olor de Cris-to», el tacto gracias al cual Juan afirmahaber tocado con sus manos «el Logos deVida». Habiendo encontrado el sentido di-vino, los bienaventurados profetas mira-ban divinamente, escuchaban divinamen-te, gustaban y sentían de la misma mane-ra, por así decirlo con un sentido que noes sensible; y ellos tocaban el Logos porla fe, si bien que una emanación les llega-ba desde más lejos para curarlos. Así ellosveían aquello que escribían haber visto,escuchaban aquello que decían haber es-cuchado, sentían sensaciones del mismoorden cuando comían, como ellos lo des-cribieron, el «rodillo» de un libro que seles habían dado (Orígenes, C.cels I, 48)

Para Orígenes una vez más, el Diosque habita una «luz inaccesible» puede serdicho captable de alguna manera por lossentidos y no solamente por el corazón yel intelecto, porque él se ha realmente en-

carnado en Jesucristo. Como lo diráIreneo: «Jesús es lo visible de lo invisi-ble». A Dios, nadie le ha visto nunca ni loverá jamás. Dios no es aprehensible, com-prensible, más que en su creación o su«humanidad».

Cristo deviene el objeto de cada sen-tido del alma. Se le llama la verdaderaluz para iluminar los ojos del alma; se lellama el verbo para ser escuchado, elpan para ser degustado; de la mismamanera se le llama óleo de unción ynardo para que el alma se deleite en elperfume del Logos; él ha devenido «elVerbo hecho carne» palpable y asible,para que el hombre inferior pueda asirel Verbo de Vida. El mismo Verbo deDios es todo esto (Luz, Verbo, etc.). Ello deviene en una oración ferviente y élno permite que ninguno de los sentidosespirituales sea desprovisto de gracias.(Orígenes, en Cant. II).

Meditar y orar en todos los sentidosEn la oración, antes de iluminar, la obra

del Espíritu es curar, enseñar al hombre elbuen uso de sus sentidos con el fin de quepueda –en verdad– ver, escuchar, tocar,sentir, gustar «aquello que es» y entrar enla Presencia de «Aquel que Es».

El ejercicio meditativo de todos los sen-tidos podría ser así la introducción a unaoración profunda.

Se trata de considerarlos como aliadosen la oración y no como enemigos u obs-táculos a la gracia.

Todo lo que se sabe de Dios, es siem-pre un hombre quien lo sabe. Todo lo queel hombre sabe de Dios, lo sabe en su cuer-po. Paul Evdokimov, siguiendo la tradiciónortodoxa, hablará de una «sensación deDios» indicando la participación de todo

el ser en la oración.En el estudio contemporáneo de los

procesos de la memoria se conoce mejorla importancia del cuerpo. Uno no se acuer-da más de aquello que ha realmentevivenciado en su cuerpo. Acordarse deDios en la tradición antigua no es un sim-ple acto de la inteligencia y del corazón,es guardar en si la huella de una presen-cia. «Camina en mi presencia y se perfec-to» decía Dios a Abraham.

Orar no es pensar en Dios; es mante-ner la sensación de una presencia que nosenvuelve y nos guía. Desde luego no setrata de reducir esta presencia a la sensa-ción que podemos tener de ella (como a lacomprensión o al amor que podemos te-ner de ella). La presencia desborda por to-das partes nuestra aprehensión, pero sinembargo, «según nuestra capacidad», quesiempre es ampliable, ella se comunica real-mente a nosotros.

La esencia de Dios permanece in-accesible, es su energía la que se co-munica a nuestros sentidos, podríamosdecir retomando las distinciones deGregorio Palamas. Nosotros no esta-mos en el corazón del sol, y sin embar-go cada rayo de su luz es completa-mente el sol... Orar, es permanecer des-nudo y dejarse solear.

La ascesis comienza por una purifi-cación de todos los sentidos. Se tratade armonizarlos perfectamente a la pre-sencia de lo increado, de hacerlos si-lenciosos, sin las interpretaciones de lamente, es decir desnudos en el abrazocon aquello que es.

Jean-Yves Leloup

La oración de todos los sentidos

“Derecho Viejo”Página 8

Al principio la Fe movía montañas sólo cuando era absolutamente necesario, con loque el paisaje permanecía igual a sí mismo durante milenios.

Pero cuando la Fe comenzó a propagarse y a la gente le pareció divertida la idea demover montañas, éstas no hacían sino cambiar de sitio, y cada vez era más difícilencontrarlas en el lugar en que uno las había dejado la noche anterior; cosa que porsupuesto creaba más dificultades que las que resolvía.

La buena gente prefirió entonces abandonar la Fe y ahora las montañas permanecenpor lo general en su sitio.

Cuando en la carretera se produce un derrumbe bajo el cual mueren varios viajeros,es que alguien, muy lejano o inmediato, tuvo un ligerísimo atisbo de Fe.

La Fe y las montañas

En un lejano país existió hace muchosaños una Oveja Negra.

Fue fusilada.Un siglo después, el rebaño arrepenti-

do le levantó una estatua ecuestre quequedó muy bien en el parque.

Así, en lo sucesivo, cada vezque aparecían ovejas negraseran rápidamente pasadaspor las armas para que lasfuturas generaciones deovejas comunes y co-rrientes pudieranejercitarse tambiénen la escultura.

La Oveja Negra

Por fin, según el cable, la semana pa-sada la Tortuga llegó a la meta.

En rueda de prensa declaró modes-tamente que siempre temió perder, puessu contrincante le pisó todo el tiempolos talones.

En efecto, una diezmiltrillonésima desegundo después, como una flecha ymaldiciendo a Zenón de Elea, llegóAquiles.

La Tortugay Aquiles

El salvador recurrenteEn la Selva se sabe, o debería saberse,

que ha habido infinitos Cristos, antes ydespués de Cristo. Cada vez que unomuere nace inmediatamente otro que pre-dica siempre lo mismo que su antecesory es recibido de acuerdo con las ideasimperantes en el momento de su llegada,y jamás comprendido. Adopta diferentesnombres y puede pertenecer a cualquierraza, país e incluso religión, porque notiene religión.

En todas las épocas son rechazados;en ocasiones, las más gloriosas, por laviolencia, ya sea en forma de cruz, dehoguera, de horca o de bala. Consideranesto una bienaventuranza, porque abreviael término de su misión y parten segurosdel valor de su sacrificio. Por el contra-rio, los entristecen los tiempos de "com-prensión", en los que no les sucede naday transcurren ignorados.

Prefieren el repudio decidido a la acep-tación pasiva, y el patíbulo o el fusilamientoal psiquiatra o el púlpito. Lo que más te-men en morir demasiado viejos, ya sin pre-dicar ni esforzarse en enseñar nada a quie-nes ni lo desean ni lo merecen; abruma-dos porque saben que como ellos en suoportunidad, alguien, en alguna parte, es-pera ansioso el instante de su muerte parasalir al mundo y comenzar de nuevo.

La Ranaque quería ser

una Rana auténticaHabía una vez una Rana que quería

ser una Rana auténtica, y todos los díasse esforzaba en ello.

Al principio se compró un espejo enel que se miraba largamente buscandosu ansiada autenticidad.

Unas veces parecía encontrarla yotras no, según el humor de ese día ode la hora, hasta que se cansó de estoy guardó el espejo en un baúl.

Por fin pensó que la única forma deconocer su propio valor estaba en laopinión de la gente, y comenzó a pei-narse y a vestirse y a desvestirse (cuan-do no le quedaba otro recurso) para sa-ber si los demás la aprobaban y reco-nocían que era una Rana auténtica.

Un día observó que lo que más ad-miraban de ella era su cuerpo, especial-mente sus piernas, de manera que sededicó a hacer sentadillas y a saltar paratener unas ancas cada vez mejores, ysentía que todos la aplaudían.

Y así seguía haciendo esfuerzos has-ta que, dispuesta a cualquier cosa paralograr que la consideraran una Rana au-téntica, se dejaba arrancar las ancas, ylos otros se las comían, y ella todavíaalcanzaba a oír con amargura cuandodecían que "qué buena Rana", que "pa-recía Pollo".

Monólogo del Bien"Las cosas no son tan simples",

pensaba aquella tarde el Bien, "comocreen algunos niños y la mayoría delos adultos".

"Todos saben que en ciertas oca-siones yo me oculto detrás del Mal,como cuando te enfermas y no puedestomar un avión y el avión se cae y nose salva ni Dios; y que a veces, por locontrario, el Mal se esconde detrás demí, como aquel día en que el hipócritaAbel se hizo matar por su hermano Caínpara que éste quedara mal con todo elmundo y no pudiera reponerse jamás".

"Las cosas no son tan simples".

Caballoimaginando a DiosA pesar de lo que digan, la idea de

un cielo habitado por Caballos y presi-dido por un Dios con figura equina re-pugna al buen gusto y a la lógica máselemental, razonaba los otros días elCaballo.

“Todo el mundo sabe -continuabaen su razonamiento- que si los Caba-llos fuéramos capaces de imaginar aDios lo imaginaríamos en forma deJinete”.

El dinosaurio

Pequeñas grandes fábulas

Augusto Monterroso (1921-2003) esla máxima figura hispánica del género másbreve de la literatura, el microrrelato, yuna de las personalidades más entrañables,no sólo por su modestia y sencillez, sinotambién por su excepcional inteligencia ysu exquisita ironía.

Autodidacta por excelencia, abandonósus estudios tempranamente, para dedi-carse por completo a la lectura de los clá-sicos, que amó con pasión, como aCervantes, cuyo influjo es evidente en suobra. Guatemalteco de adopción y cen-troamericano por vocación, dedicó unabuena parte de su vida a luchar contra ladictadura de su país, antes de darse a co-nocer internacionalmente con el cuento «Eldinosaurio», que, se dice, es el más brevede la literatura en español.

Cuando despertó, el dinosaurio toda-vía estaba allí.

Dios todavía no ha creado el mun-do; sólo está imaginándolo, como entresueños. Por eso el mundo es perfecto,pero confuso.

El mundo

Augusto Monterroso

Hace muchos años vivía en Greciaun hombre llamado Ulises (quien a pe-sar de ser bastante sabio era muy astu-to), casado con Penélope, mujer bella ysingularmente dotada cuyo único defec-to era su desmedida afición a tejer, cos-tumbre gracias a la cual pudo pasarsola largas temporadas.

Dice la leyenda que en cada oca-sión en que Ulises con su astucia

observaba que a pesar de susprohibiciones ella se disponíauna vez más a iniciar uno desus interminables tejidos, sele podía ver por las noches

preparando a hurtadillassus botas y una bue-na barca, hasta quesin decirle nada se ibaa recorrer el mundo y

a buscarse a sí mismo.De esta manera ella

conseguía mantenerlo ale-jado mientras coqueteaba con

sus pretendientes, haciéndoles creer quetejía mientras Ulises viajaba y no queUlises viajaba mientras ella tejía, comopudo haber imaginado Homero, que,como se sabe, a veces dormía y no sedaba cuenta de nada.

La tela de Penélope oquién engaña a quién

En la antigua Grecia existió hace mucho tiempo un poeta llamado Pigmalión quese dedicaba a construir estatuas tan perfectas que sólo les faltaba hablar.

Una vez terminadas, él les enseñaba muchas de las cosas que sabía: literatura engeneral, poesía en particular, un poco de política, otro poco de música y, en fin,algo de hacer bromas y chistes y salir adelante en cualquier conversación.

Cuando el poeta juzgaba que ya estaban preparadas, las contemplaba satisfechodurante unos minutos y como quien no quiere la cosa, sin ordenárselo ni nada, lashacía hablar.

Desde ese instante las estatuas se vestían y se iban a la calle y en la calle o en lacasa hablaban sin parar de cuanto hay.

El poeta se complacía en su obra y las dejaba hacer, y cuando venían visitas secallaba discretamente (lo cual le servía de alivio) mientras su estatua entretenía atodos, a veces a costa del poeta mismo, con las anécdotas más graciosas.

Lo bueno era que llegaba un momento en que las estatuas, como suele suceder,se creían mejores que su creador, y comenzaban a maldecir de él.

Discurrían que si ya sabían hablar, ahora sólo les faltaba volar, y empezaban ahacer ensayos con toda clase de alas, inclusive las de cera, desprestigiadas hacíapoco en una aventura infortunada.

En ocasiones realizaban un verdadero esfuerzo, se ponían rojas, y lograban ele-varse dos o tres centímetros, altura que, por supuesto, las mareaba, pues no esta-ban hechas para ella. Algunas, arrepentidas, desistían de esto y volvían a confor-marse con poder hablar y marear a los demás.

Otras, tercas, persistían en su afán, y los griegos que pasaban por allí lasimaginaban locas al verlas dar continuamente aquellos saltitos que ellas conside-raban vuelo.

Otras más concluían que el poeta era el causante de todos sus males, saltaran osimplemente hablaran, y trataban de sacarle los ojos.

A veces el poeta se cansaba, les daba una patada en el culo, y ellas caían enforma de pequeños trozos de mármol.

Pigmalión

Para pensar

“Derecho Viejo” Página 9

Estos son mis principios, y si no le gustan... tengo otros

“El problema de la carrera de ratases que aunque gane,

sigue siendo una rata”.Lily Tomlin

Sin embargo...

Derecho Viejo No Etiqueta(Reflexiones para hombres que hacen política... y para los otros también)

Hay un solo camino, un caminoúnico e irrepetible que debemosrecorrer solos, que nadie puede

transitar por nosotros.

“Sabéis que los dirigentes de las nacioneslas dominan como señores absolutos,

y los grandes las oprimen con su poder.No ha de ser así entre vosotros,

sino que el que quiera ser grande entre vosotrosserá vuestro servidor,y el que quiera ser el primero

entre vosotros será vuestro esclavo;de la misma manera que el Hijo del hombre

no ha venido a ser servido, sino a servir y a darsu vida como rescate por muchos”.

Cristianismo. Evangelio según Mateo, 20,24-28

“El Cielo y la Tierrason el padre y la madrede las diez mil cosas.

Los hombres son lasensibilidad de las diezmil cosas. Lo que elgobernante principalpractica es decir la ver-dad, pensar bien y verlas cosas claramente.

El gobernante prin-cipal es el padre y lamadre de la gente co-mún”.

Confucionismo.Libro de la Historia,

5,1,1: La Gran declaración

“El Califa es un pas-tor puesto sobre el pue-blo, y se le pedirá cuen-ta acerca de sus súbdi-tos”.

Islam. Hadith deBukhari y del Musulmán

“El EmperadorKotoku declaró a susministros:

‘Al gobernador, ha-gámoslo verdaderamen-te como lo hicieron losemperadores de antañoal regir el reino. Gober-nemos con verdaderasinceridad’ ”.

Sintoísmo.Nihon Shoki, 25

“Si el gobernante esinjusto, la nación enterapermanece en la aflic-ción... si el gobernantevive rectamente, la na-ción entera permaneceen la felicidad”.

Budismo.Anguttara Nikaya, II, 75

“Actuarás compro-metido solamente con ladefensa del mundo. Loque el hombre eminentehaga, lo harán tambiénlos demás. El mundoseguirá la pauta que élmismo escoja para símismo”.

Hinduismo.Bhagavad Gita, 3.20-21

“La corte es co-rrupta, los campos es-tán tapizados de malashierbas, los granerosestán vacíos; aún hayquienes se visten degala, con espadas al cin-to, repletos de comida ybebida, y poseedores dedemasiada riquezas.Esto se conoce comotomar el mando conrobo. En verdad, estoestá lejos del Camino”.

Taoísmo -Tao Te Ching 53

“Quien recibe un car-go para beneficiarse deél, es como un adúlteroque obtiene su placercon el cuerpo de unamujer.

Dios dice: ‘Soy lla-mado santo; ustedes sonllamados santos; si notienen las cualidades quetengo, no acepten elmando’ ”.

Judaísmo.Pesikta Rabbati, 111ª

“Por Dios, cualquierfuncionario que tomaalgo de los dineros pú-blicos sin justificación,lo cargará sobre sícuando se encuentrecon el Señor en el díadel juicio”.

Islam.Hadith del Musulmán

Yo no hago política.Sólo creo en el

amor. Si creen en elamor, voten por mí.

El mejor método para gobernar es adoptar la austeridad en todos los actos.La austeridad hace a la prevención que prepara y fortalece el espíritu.Esto desarrolla una gran capacidad que habilita para superar todo.Con esta aptitud se puede gobernar un país,pero sólo quien está con el Tao puede mantenerlo.Estas son raíces profundas, para la eterna existencia, y permanente observación.Si el gobierno está desorientado, la población es indiferente.Si el gobierno es estricto la población es rebelde.La tristeza se origina en la alegría, y la alegría se origina en la tristeza.¿Cuál es el límite de ambas? No existe, es criterio personal.Pero el criterio puede estar equivocado, entonces deforma las realidades.Por esto, la desorientación de las personas permanece a través del tiempo.La persona superior es ejemplo por su conducta.Es filoso sin cortar; es recto sin rigidez; es brillante sin encandilar.

Tao Te Ching

El Maestro Fushan Yuan dijo:Existen tres puntos esenciales del liderazgo: la humanidad, la claridad y el

valor.Practicar humanamente las virtudes del Camino promueve la influencia de la ense-

ñanza, pacifica a aquellos que están tanto en posiciones elevadas como en posicio-nes humildes, y deleita a aquellos que lo transitan.

Alguien que posee claridad mantiene un comportamiento apropiado y debido, re-conoce lo que es seguro y lo que es peligroso, examina a las personas para ver sison sensatas o insensatas y distingue lo que está bien de lo que está mal.

El valiente penetra la esencia de las cosas hasta su conclusión, discerniéndolas sinninguna duda. Se aparta de todo lo que es injusto o falso.

La humanidad sin claridad es como tener un campo y no ararlo. La claridad sinvalor es como tener plántulas y no escardarlas. El valor sin humanidad es comosaber segar y no saber sembrar.

Cuando las tres cualidades están presentes, la comunidad prospera. Cuando faltauna de ellas, la comunidad se deteriora. Cuando faltan dos, la comunidad está enpeligro, y cuando no hay ninguna de las tres, el camino del liderazgo se arruina.

Carta al Maestro Jingyin Tai

Tres puntos esenciales del liderazgo

“Siempre nos imaginamos quebondad es igual que debilidad...

También imaginamos que inocenciaes igual que ignorancia...

Por último creemos que sólo lamaldad puede ser hábil...”

Cinco consejos incaicosLos Incas componían obras poéticas y producían sentencias filosóficas.

Entre las reflexiones del Inca Pachacutec, extraemos aquellas destinadas a sertenidas en cuenta por todos los hombres importantes en el gobierno.

1. El hombre que no reúne condiciones para guiar a su familia, mal podrá ponerseal frente de una nación, y por tanto no hay que consentir que ejerza autori-dad sobre nadie.

2. Los inútiles y vagos no deben tolerarse en una nación bien organizada, pues seaprovechan del trabajo ajeno. Por tanto es justo que se los ahorque comobandidos.

3. La bondad y la grandeza de corazón, se revelan en la resignación con que sesobrellevan las adversidades del destino.

4. La envidia es un gusano que corroe las entrañas de los envidiosos.

5. Si tuviera que adorar a algo de lo que hay sobre la tierra, adoraría sin dudar a unhombre sabio y justo.

El peor analfabeto es el analfabetopolítico. El no escucha, no habla, no

participa de los acontecimientospolíticos. El no sabe que el costo dela vida, el precio de los porotos, delpescado, de la harina, del arriendo,del zapato y del remedio dependen

de las decisiones políticas.El analfabeto político es un burro que

se enorgullece e infla el pechodiciendo que odia la política.

No sabe el IMBÉCIL que de suignorancia política nace la prostituta,el menor abandonado, el asaltante yel peor de todos los bandidos que esel político sinvergüenza, deshonestocorrupto y lacayo de las empresas

nacionales y multinacionales.Bertold Brecht

Para tener en cuenta

“Derecho Viejo”Página 10 Voces y “oídos”

En resumen, Osvaldo

Vamos a contar algo porquehay un trecho muy corto entreel sobreentendido y el malen-tendido.

La soledad es una enferme-

Osvaldo Milano Arrieta

Por Gerardo Berensztein

Es un error muy bien programado el hecho de colocar comopar de opuestos a la vida y a la muerte.

Aceptando esta programación, el hombre queda encajonadoentre dos colosos infranqueables, cuando en realidad la verda-dera oposición sería nacimiento y muerte.

La vida engloba todo, y cuando digo todo, digo absolutamentetodo.

No hay nada fuera de la vida.Este y no otro, en el mensaje de Jesús, con su resurrección,

confirmada con la frase de San Pablo "La muerte está derrota-da, vencida, se le quitó su aguijón".

Somos antes de nacer y seguimos siendo después de morir.Lo que es, no tiene posibilidad de dejar de ser.Estamos encarnados, pero pertenecemos fundamentalmente al

mundo espiritual, tenemos porasí decirlo doble nacionalidad.

Cuando esta realidad se noshace evidente, experimentamosalgo así, como si hubiéramosrecobrado nuestra verdaderaidentidad, después de una lar-ga y tediosa amnesia.

Vértigo de ser, vértigo deexistir, temor a las alturas y tam-bién temor a las profundidades.

Nuestra mayor limitación yuna gran programación a des-enmascarar, es creer que so-mos nuestro cuerpo, creerque somos nuestra mente, ocreer que somos nuestros sen-timientos.

Triunfar sobre la muerte sig-nifica, sencillamente, que ad-quirimos la certeza, de queno hay muerte, de que lamuerte no existe.

La realidad de la muerte esla misma realidad de la línea delhorizonte, sólo parece queexiste, es una ilusión óptica.

Es como luchar con la sombra.El que lucha contra la muer-

te, perderá, porque terminaráloco. El que sabe que la muer-te no existe, ése la vencerá.

Me hubiera gustado decirte que......el mito más grande es la muerte

Osvaldo Milano Arrieta

ra vestida de negro que se vacomiendo la luz que muchossolitarios reflejan.

En la primera juventud, to-dos eran “debuts” y estuvimosjuntos en el fundamental, el pro-piamente dicho, el del escena-rio. Él nunca se bajó; y aunquese puso delante del carro delnegocio familiar hasta que lorelevaron sus hermanos reales,físicos, porque de los otros tuvomiles, nunca postergó su nece-sidad básica insatisfecha; espe-rar detrás de un telón hasta quese disuelva ese límite y tirar elalma por la boca

Por los años ochenta y picoarmamos el Teatro de la Ciu-dad Vieja, como otros tantosinventos para sentirse envuel-tos en ese viento violento de lacreación.

Después no le alcanzó loque escribía con el cuerpo y sepuso a dibujar palabras paraparticipar de su angustia; se vol-vió poeta hasta necesitar un rin-cón tan personal como públicoy nos obligó a seguirlo porqueabandonarlo en ese camino eracondenarse a olvidar aquellahistoria que parecía un sueño.Y lo era.

Entre las paredes de la casaque sostuvo sólo con sus bra-zos, dispuso de mucho afectoy de la misma dosis de soledadcada vez que se apagaron lasluces. Sólo se sentía entero

cuando podía revolear su ver-dad de escena porque era laúnica en la que creía y la únicaque le devolvía esos treinta se-gundos parecidos a la felicidadque se aprietan en el aplausofinal.

Siempre supo que estabapara repartir el corazón a ma-nos llenas y nadie le oyó decirque no a cualquier pedido. Hizouna obra social de su propiavida y todos los que lo rodea-mos no fuimos capaces de ad-vertir que se excedió en ese re-parto y se quedó sin aire para él:para seguir abrazando hermanos.

Hasta este verano le tocóacompañar la última enferme-dad de una amiga querida y esavecindad lo confrontó una his-toria real propia que parodiaese cínica frase clintoniana querepiten los informativos: “Es lamuerte, estúpido”. En ese pun-to, acosado por la vulnerabili-dad, la enfermera vestida denegro se vuelve silenciosa ycuando se empieza a sentir laausencia de todas las palabrascon las que envolvemos el mie-do, no hay alegría que haga reíry no hay lugar que invite a que-darse.

Hoy, que es tarde para todolo que no le llegamos a decir,sólo nos queda el nombre deun hombre: apenas el resumende un recuerdo a prueba deolvido.

Por Camilo Guerra

El gran danzarínSuele decirse que “hemos de buscar a Dios”. Pero en rea-

lidad, de verdad, es Dios el buscador.Dios busca expresarse en cada cosa y nos busca a noso-

tros para que lo reconozcamos en nosotros mismos y en cadaser.

Nuestro pequeño yo personal se encierra en su pequeñez eimpide que el Ser Absoluto se revele en su infinitud, mientrasnos arrastramos en una pobre y raquítica existencia.

El universo es la danza del Gran Danzarín.Los movimientos de tal danza son la expresión del danza-

rín, y esos movimientos son todas las formas existentes en eluniverso.

Nosotros somos una de las notas de la gran sinfonía deluniverso y de la danza del Gran Danzarín.

La sinfonía divina pide que seamos una nota armoniosadentro de ella. Pero también las disonancias son parte de lasinfonía.

No sólo la alegría del nacimiento de un niño es parte deesta sinfonía divina y de la gran danza, sino que también lamuerte es parte integrante de la misma sinfonía y danza.

El baile divino no sólo es el luminoso amanecer y el doradoatardecer, sino también el temblor destructivo del terremoto ylos huracanes devastadores, aunque la mente ciega se resista aaceptarlo.

Darío Lostado

“Derecho Viejo” Página 11No tengan miedo, soy yo

La muerte no sólo es algo miste-rioso, sino que es un gran acto de pu-rificación. Lo que continúa dentro deun patrón repetitivo, es degeneración.El patrón puede variar según el país,según el clima o la circunstancia, perosiempre es un patrón. Moverse den-tro de cualquier patrón produce unacontinuidad, y esa continuidad es par-te del proceso degenerativo del hom-bre. Cuando hay un cese de la conti-nuidad, algo nuevo puede ocurrir. Esposible comprender eso instantánea-mente si se ha comprendido todo elmovimiento del pensar, del temor, delodio, del amor –entonces puede unocaptar en un instante la significaciónde lo que es la muerte.

¿Qué es la muerte? Cuando uno for-mula esta pregunta, el pensamiento tienemuchas respuestas. Dice: “Yo no quieroexaminar todas las desdichadas explica-ciones acerca de la muerte”. Todo serhumano tiene una respuesta para eso, con-forme a su condicionamiento, a su deseo,a su esperanza. El pensamiento siempretiene una respuesta. La respuesta será in-variablemente intelectual, producida ver-balmente por el pensamiento. Pero unoestá examinando, sin tener una respuesta,algo que es totalmente desconocido, to-talmente misterioso –la muerte es una cosaextraordinaria.

Nos damos cuenta de que el organis-mo, el cuerpo muere, y el cerebro –queen vida ha sido maltratado en diversasformas de autoindulgencia, contradicción,esfuerzo, lucha constante, que ha estadodesgastándose mecánicamente, porque esun mecanismo–, el cerebro también mue-re. El cerebro es el depósito de la memo-ria, la memoria como experiencia, comoconocimiento. De esa experiencia y cono-cimiento acumulados como memoria en lascélulas del cerebro, surge el pensamiento.

Cuando el organismo llega a su fin,el cerebro también llega a su fin; por lotanto, toca a su fin el pensamiento. Elpensamiento es un proceso material –el pensamiento no es nada espiritual–,es un proceso material basado en lamemoria que se halla retenida dentrode las células cerebrales. Cuando elorganismo muere, el pensamiento mue-re. El pensamiento crea toda la estruc-tura del yo –el yo que desea esto, el yoque no desea aquello, el yo temeroso,ansioso, desesperado, anhelante, soli-tario– el yo que se asusta de la muerte.Y el pensamiento dice: “¿Cuál es el va-lor, cuál es la significación de la vidapara un ser humano que ha luchado,experimentado, adquirido, que ha vivi-do de tan fea, estúpida y desgraciadamanera, para después terminar?” Porlo tanto, el pensamiento dice entonces:“No, éste no es el fin, hay otro mun-do”: Pero ese otro mundo sigue siendomeramente el movimiento del pensar.

Uno pregunta qué ocurre después dela muerte. Ahora formulamos una pregun-ta por completo diferente: ¿Qué hay antesde la muerte?, no qué hay después de lamuerte. ¿Qué hay antes de la muerte, envida de uno? ¿Qué es la vida de uno? Ir ala escuela, al colegio, a la universidad,conseguir un empleo, vivir juntos hom-

bre y mujer; él yéndose a laoficina por 50 años, ella sa-liendo para ganar más dine-ro, teniendo hijos, pesares,ansiedad, cada uno con supropia lucha. Viviendo unavida tan desdichada, unodesea saber qué pasa des-pués de la muerte –acercade la cual se han escrito vo-lúmenes– todos producidospor el pensamiento, todos diciendo:“Cree”. De manera que si uno descartatodo eso, si literalmente, efectivamente lodesecha, entonces ¿con qué se enfrenta?Con el hecho real de que uno mismo, quees el producto del pensamiento, llega a sufin. Todas las ansiedades, todos los anhe-los se terminan. Cuando uno está vivien-do, como vive ahora, con vigor, con ener-gía, con todo el afán de la vida, ¿puedeuno enfrentarse a la muerte ahora? Vivocon todo mi vigor, energía y capacidad, yla muerte significa para mí el fin para esevivir. Entonces, ¿puedo vivir con la muertetodo el tiempo? O sea: yo estoy apegado aalguien; terminar con ese apego implicamuerte, ¿no es así? Uno es codicioso, ycuando muere, no puede llevarse la codi-cia consigo; por lo tanto, uno termina conla codicia ahora, no dentro de una sema-na o dentro de diez días. Así, uno estáviviendo una vida plena de vigor, energía,

capacidad, observación, viendo la bellezade la tierra y también terminando con esoinstantáneamente, lo cual es muerte. Demodo que vivir antes de la muerte, es vi-vir con la muerte; y eso significa que unoestá viviendo en un mundo intemporal.Uno vive una vida en la que todo cuantoadquiere está terminando constantemen-te, y así hay un movimiento tremendo,uno no está fijo en un lugar determinado.Esto no es un concepto. Cuando uno in-vita a la muerte, lo cual significa terminarcon todo aquello a lo que uno se aferra,muriendo para ello cada día, cada minu-to, entonces uno descubre –no “uno”,porque no hay un “uno mismo” descu-briéndolo, porque uno ha desaparecido– ,hay, entonces, ese estado que pertenece auna dimensión intemporal en que el movi-miento que conocemos como tiempo, noexiste. Ello significa vaciar el contenidode la propia conciencia, de modo tal queno haya tiempo; el tiempo llega a su fin, locual es muerte.

La muerte: Un gran acto de purificación

Uno ha sabido de miles de muertes; la muerte de alguien muy cerca, o lamuerte de masas por causa de la bomba atómica –Hiroshima y todos loshorrores que el hombre ha perpetrado contra otros seres humanos en nom-bre de la paz y en la persecución de ideologías–. Por lo tanto, fuera de todaideología, de toda conclusión, uno pregunta: ¿Qué es la muerte? ¿Qué es lacosa que muere, que termina? Uno ve que si hay algo que continúa, ello sevuelve mecánico. Si hay un final para todo, existe un nuevo comienzo.Si uno está atemorizado, no puede descubrir qué es esta cosa inmensa

llamada muerte. Debe ser algo de lo más extraordinario. Para descubrir qué es lamuerte, uno debe inquirir también en lo que es la vida antes de la muerte. Ynunca hacemos eso. Nunca investigamos qué es el vivir. La muerte es inevitable,pero ¿qué es el vivir? ¿Es esto vivir? Este enorme sufrimiento, temor, ansiedad,dolor, etcétera, ¿es esto el vivir? Al apegarnos a ello, tenemos miedo de la muerte,ambas cosas van juntas. Si uno puede descubrir cuál es el pleno significado delvivir, la totalidad, la integridad del vivir, entonces puede comprender la totalidad dela muerte. Pero generalmente inquirimos en el significado de la muerte sin inquirir enel significado de la vida.

Cuando uno pregunta: ¿Cuál es el significado de la vida?, inmediatamente sur-gen las conclusiones. Uno dice: Es esto, es aquello, dándole a la vida una significa-ción conforme al propio condicionamiento. Si uno es un idealista, le asigna a la vidauna significación ideológica; otra vez según el propio condicionamiento, según loque uno ha leído al respecto, etcétera. Pero si uno no le asigna a la vida un signifi-cado particular, si no dice que la vida es esto o alguna otra cosa, entonces uno estálibre –libre de las ideologías, de los sistemas políticos, religiosos o sociales–. Demodo que, antes de inquirir en el significado de la muerto, uno se pregunta qué esla vida. La vida que uno está viviendo, ¿es vivir? ¿La constante lucha del uno contrael otro? ¿El tratar de entenderse el uno al otro? Vivir conforme a un libro, conformea ciertos psicólogos o de acuerdo con alguna ortodoxia, ¿es vivir?

Si eliminamos todo eso, si lo desterramos totalmente, entonces comenzare-mos con “lo que es”. “Lo que es”, es que nuestro vivir se ha convertido en unatremenda tortura, una terrible batalla entre seres humanos, hombre, mujer, pró-jimo –tanto cercano como lejano–. Es un conflicto dentro del existe algunaocasional libertad para mirar el cielo azul, para ver algo hermoso y disfrutarlo yser feliz por un rato; pero la nube de la contienda retorna pronto. A todo esto lollamamos vivir; ir a la iglesia con su tradicional repetición, o aceptar determina-das ideologías. Esto es lo que llamamos vivir, y uno está tan comprometido conello que lo acepta. Pero el descontento tiene su significación, el verdaderodescontento.

El descontento es una llama, y la apagamos por actos infantiles, porsatisfacciones momentáneas; pero cuando ustedes dejan que el descon-tento florezca, que surja, él quema todo aquello que no es verdadero.

¿Puede uno vivir una vida que sea total, no fragmentada?, una vida que elpensamiento no fragmente como la familia, la oficina, la iglesia, esto o aquello.Una vida en que la muerte ha sido tan separada que cuando llega estamosespantados de ella, tan sobresaltados que la mente es incapaz de afrontarla,porque no hemos vivido una vida total.

La muerte llega y no podemos argumentar con ella; uno no puede decirle:“Espera unos pocos minutos más”, la muerte está ahí. ¿Puede la mente enfrentarsea la terminación de todo mientras uno está viviendo, mientras tiene vitalidad yenergía, mientras está lleno de vida? Cuando nuestra vida no se desgasta en con-flictos y ansiedades, estamos llenos de energía y claridad. La muerte significa el finde todo lo que conocemos, de todos nuestros apegos, de nuestras cuentas banca-rias, de todos nuestros logros, hay un cese completo. ¿Puede la mente, mientrasvive, enfrentarse a un estado como ése? Entonces uno comprenderá el pleno signi-ficado de la muerte. Pero si nos aferramos a la idea del “yo”, ese yo que creemosdebe continuar, el yo que es un producto del pensamiento –incluido el yo queuno toma por la conciencia superior, la conciencia suprema–, no comprenderemosentonces qué lugar ocupa la muerte en la vida.

El pensamiento vive en lo conocido, es el resultado de lo conocido; si no haylibertad con respecto a lo conocido, uno no puede descubrir qué es la muerte, lacual es el fin de todas las cosas: el organismo físico con todos sus hábitos fijos, laidentificación con el cuerpo, con el nombre, con todos los recuerdos adquiridos.Uno no puede llevarse todo eso cuando marcha hacia la muerte. No puede llevarconsigo todo su dinero; por lo tanto, del mismo modo uno ha de terminar en vidacon todo lo que conoce. Eso significa que hay una absoluta soledad; no aislamientosino soledad, en el sentido de que no existe ninguna otra cosa que ese estado de lamente en que hay completa totalidad. Soledad significa “todo uno”. (Krishnamurtialude a la etimología inglesa de la palabra “soledad”: Aloneness: all-one-ness -condición en la cual todo es uno).

¿Qué es la muerte?

Extraídos de “La totalidad de la vida”

Krishnamurti

“Derecho Viejo”Página 12

Estimados lectores:La búsqueda se vuelve apasionante.

Nuestra hoja de ruta sigue confiada lasindicaciones del “GPS” (Sistema de Posi-cionamiento Global) del Antiguo Testamen-to, tratando de descubrir los indicios queconfirmen la orientación correcta de nues-tros pasos.

Sin embargo, parafraseando al inmor-tal Dante Alighieri, que en el canto prime-ro del “Infierno” de la Divina Comediadecía: “Nel mezzo del camin di nostra vitami ritrovai con una selva oscura ché ladiritta via era smarrita (en medio del ca-mino de nuestra vida, me encontré conuna selva oscura, que la vía recta había per-dido), también nosotros nos encontramoscon la duda, o mejor, con la paradoja.

Por una parte nos dice el Antiguo Tes-tamento que a Dios no se lo puede verdirectamente y quedar con vida, tan gran-de es su trascendencia y la desproporcióncon la criatura. Por otra parte, afirma quetiene un rostro, que su búsqueda apremian-te y las infinitas invocaciones del mismo,nos hablan de una Presencia (rostro) yuna mirada que abarcan toda la vida hu-mana y la creación entera desde el princi-pio hasta el final. De esto nos habla acer-tadamente, en las páginas que siguen,nuestro entrañable compañero de ruta,Bruno Chenú, el periodista francés de “Lacroix” a quien con estas ci-taciones rindo un mereci-do homenaje póstumo.

Pero antes recordemosel emblemático salmo 139donde el orante israelitamanifiesta su experiencia yasombro ante la miradaomnipresente de Dios:

Buscando el rostro... VI

“Señor, tú me sondeas y conoces,tu sabes si me siento o me levanto;de lejos percibes lo que pienso,te das cuenta si camino o si descanso,y todos mis pasos te son familiares.Antes que la palabra esté en mi lengua,tú, Señor, la conoces plenamenteme rodeas por detrás y por delante,y tienes puesta tu mano sobre mí;una ciencia tan admirable me sobrepasa:es tan alta que no puedo alcanzarla¿Adónde iré yo lejos de tu espíritu?¿Adónde podré huir de tu presencia?Si subo al cielo, allí estás tú;si me tiendo en el Abismo, estás presente.Si tomara las alas de la aurora,y fuera a habitar en los confines del mar,también allí me llevaría tu manoy me sostendría tu derecha.Si dijera: “¡Que me cubran las tinieblasy la luz sea como la noche a mi alrededor!”,Las tinieblas no serían oscuras para tiy la noche sería clara como el día.Tú creaste mis entrañas,me plasmaste en el seno de mi madre:te doy gracias porque fui formadode manera tan admirable.¡Qué maravillosas son tus obras!Tú conocías hasta el fondo de mi almay nada se te ocultaba de mi ser,cuando yo era formado en lo secreto,cuando era tejido en lo profundo de la tierra.Tus ojos ya veían mis acciones,todas ellas estaban en tu Libro;mis días estaban escritos y señalados,antes que uno solo de ellos existiera”.

(Salmo 139, 1-18).

A esta altura del camino, ¿podemos ha-blar de rostro y mirada de Dios, sin incu-rrir en antropomorfismos ni enreduccionismos desviantes? El citado Bru-no Chenú se encarga de responder:

Efectivamente, Diostiene un rostro, ... y unrostro que ve. Como he-mos visto, el hecho de queIsrael introdujera la vistaen su concepción del serhumano a través del ros-tro, no tiene nada de ex-traño. Pero la Biblia vamás lejos; afirma que Diosmismo tiene rostro. Afir-mación audaz, que des-pierta al punto la sospecha y nos permiteolfatear un residuo de mentalidad religio-sa primitiva. ¿Qué quiere decir, entonces,la Escritura al evocar el rostro de Dios?

Para el pueblo judío, hablar del rostrode Dios no es ciertamente la conclusiónde un sabio razonamiento, sino más bienel fruto de la experiencia, la humilde com-probación de la fe vivida. Para el puebloelegido, si Dios es el Viviente, el que se hametido de lleno en la historia, tiene un ros-tro, ve. Luego atribuir la vista a Dios noes pretender conferirle dimensiones hu-manas. Es, al contrario, creer que es Dios,o sea que está infinitamente presente en el

mundo, infinitamente vueltohacia la tierra y hacia los hom-bres.

Para el israelita, es incon-cebible un Dios aislado delmundo, encerrado en un tem-plo celeste, inmóvil en su om-nipotencia. Si Dios es la vida,el movimiento, la acción, esporque ve. No puede ser deotro modo. Dios tiene un

rostro.Se ve aquí a lo vivo el papel de

los antropomorfismos en la Biblia.No se los utiliza para reducir a Dios

a la dimensión del hombre. Provocan alúnico lenguaje disponible, el lenguaje hu-mano, para que haga presentir la proximi-dad de Dios sin renegar en absoluto de sualteridad. Manifiestan una increíble con-

fianza en el lenguajecomo trampolín de larevelación de Dios. ElSeñor se ha compro-metido personalmenteen la historia; por tan-to, puede ser dicho.

Como el rostro delhombre traduce lossentimientos humanos,el rostro de Dios tradu-cirá los sentimientos

divinos respecto a los hombres, según laregla de oro del nexo rostro-corazón.Ese rostro se muestra a la luz de su amory se oculta en las tinieblas de su cólera.Los salmos están repletos de estaimploración: “No retires el rostro de tusiervo” (Sal 69,18), y de la pregunta:¿Hasta cuándo me esconderás tu ros-tro” (Sal 13,2). Esta desaparición del ros-tro de Dios provoca el pánico, porque esruptura de la relación.

En efecto: Cuando se aleja, es el tiem-po infernal, el tiempo de la ausencia. Por-que la salvación no puede venir más quedel rostro de Dios: “Haz que brille turostro y seremos liberados” (Sal80,4.8.20; Sal 67, 2-3). La felicidad estáen “caminar a la luz de tu presencia” (Sal119,135). El ser humano es consciente deque está hecho para la luz divina: “La luzde tu rostro está impresa en nosotros”(Sal 4,7).

En consecuencia, si Dios tiene unrostro, es porque también ve. Desde laprimera página de la Biblia, “Dios vio quetodo era bueno” (Gén 1,4). La creaciónes obra de la palabra envuelta en lamirada. La atención de Dios se expresacon su mirada. “Sus ojos están fijos enel mundo, sus miradas exploran a los

hombres” (Sal 11,4). El Señor ve desdelejos y desde arriba. Pero a veces “se in-clina para ver” (Sal 14,2; 53,3; 102,20),“baja para ver” (Sal 113,6). Dirige sumirada hasta los confines del mundo einspecciona cuanto hay bajo el cielo (Job28,24). Es el omnividente. Como vimosen el Salmo 139, es imposible escapar asu mirada.

Es interesan-te hacer notarque el impío,para justificarsus fraudes,su abuso con-tra los justos,los sencillos,los pobres, niegaprecisamente estaomnipotencia de lamirada de Dios, aduciendo o auto con-venciéndose de que Dios “No ve jamás”(Sal 10,11; 94,7).

Por el contrario, el fiel tiene una con-ciencia muy particular de ser visto porDios, “el Viviente que me ve”, según laexpresión del Génesis (16,13). ¡Pero vis-to a nivel del corazón! De aquí la elocuen-te expresión del profeta y el orante: “Diosescruta el corazón y sondea las entra-ñas” (Jer 17,10; 20,12; Sal 7,10; 17,3;26,2...). Esta expresión manifiesta la con-vicción de que, ante la mirada penetrantede Dios, el hombre se siente básicamentepecador y no puede ocultar nada. Másaún, mientras “El hombre ve las apa-riencias, Dios ve el corazón”, leemosen el primer libro de Samuel (1Sam,16,7).

Antes de continuar, en el próximo nú-mero, me permito sugerir la lectura de lostextos citados entre paréntesis. En parti-cular, los invito a releer, en actitud orantetodo el salmo 139, citado más arriba.

Cordialmente.

P. Julio, omv

Se puede contemplar el andardesde el punto de vista de que seestá caminando hacia Dios. Quienasí lo hace experimenta que todolo que realiza aquí en la tierra setorna muy relativo. Precisamenteporque camina hacia Dios pasan-do por encima de este mundo. Elsuelo desaparece una y otra vezdebajo de sus pies; no le ofreceun sostén estable. Proseguimosandando sin cesar y todo quedaatrás. Tocamos la tierra con cadapaso que damos, pero a la vez laabandonamos continuamenhte.Sentimos que no podemos llevar-nos nada al Cielo. Así pues nosadentramos en una libertad frenteal mundo; una libertad que nosinfunde la sensación de que todolo que trabajamos y logramosaquí, todo aquello por lo cual nospreocupamos aquí, por lo cual nossentimos responsables, todo esopasa, todo eso no puede ser nues-tra esencia. Estamos en caminohacia una meta más grande, haciaDios, ante el cual recién entoncesse les da su real importancia a to-

das nuestras preocupaciones y empeñospor las cosas de este mundo. Al andar senos descubre la verdadera meta de nues-tra vida. Estamos en camino hacia Dios.

Esta propiedad que tiene el caminar demanifestarnos el sentido y meta de nues-tra vida proviene ya de la lengua misma.En efecto, la palabra “sentido” significabaoriginariamente caminar, viajar, buscar unrastro, tomar un rumbo. Caminar signifi-ca entonces indagar algo, preguntar porel sentido, buscar la meta. Quien se haceal camino pregunta por el sentido de suvida. Al andar busca la razón y meta de sucondición de viandante. La meta de nues-tro caminar nunca es, por último, de este

mundo, porque nosotros nos encamina-mos hacia un cobijamiento definitivo, ha-cia un hogar en el cual podamos esta-blecernos para siempre. En su novela En-rique de Ofterdingen, Novalis resumióeste aspecto del caminar en una brevepregunta: “¿Que adónde vamos? Siem-pre estamos de camino a casa”. Nuestraruta conduce siempre a casa, siemprehacia un hogar más allá de este mundo.Todo descanso es sólo símbolo de des-canso eterno.

Meditar caminandoPor Anselm Güm

○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

Mi corazón abarca todas las formas, contiene un prado para las gacelasy un monasterio para los monjes cristianos.

Hay un templo para los idólatrasy un santuario para los peregrinos;

en él está la tabla de la Tora y el Libro del Corán.Yo sigo la religión del Amor y voy por cualquier camino

por donde me lleve Su camello.Ésta es la verdadera fe;

ésta es la verdadera religión.Ibn Arabi

Profundidad

“Derecho Viejo” Página 13Ilusión de separatividad

“DERECHO VIEJO”Un programa de

radio para escuchar

Todos los Domingosde 9 a 13

Por FM 102.7:Radio GBA de Morón

4489-0468www: fmgba.com.ar

Todos los Sábadosde 8 a 12

Por AM 750:Radio del Pueblo

4371-1115

Sábado 5:Sábado 12:Sábado 19:Sábado 26:

Meditar: Practicar sin descanso¿Qué significa que Dios está vivo?Vamos de vuelo¿Muerte o transformación?

Sábado 5:Lunes 7:

Sábado 12:Lunes 14:

Sábado 19:Lunes 21:

Sábado 26:Lunes 28:

Meditar: Practicar sin descansoDel hacer al ser¿Qué significa que Dios está vivo?Meditar: Practicar sin descansoEjerciendo el ser¿Qué significa que Dios está vivo?Vamos de vueloVamos de vuelo

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Ilusión de separatividad

“Una vida nueva y más plena:de eso se trata la espiritualidad.

Y morir a nuestras antiguas vidas,nuestras vidas presentes, nuestrasviejas y nuestras actuales formas

de vivir y de hacer las cosas,nuestras actitudes viejas y las

actuales, es su precio.Y el precio no es negociable.

No podemos comprarlo en ventasal por mayor. No hay oferta de 2x1

o liquidaciones de‘sólo por esta semana’.

Parte de nosotros debe morirpara que vivamos. Y la parte quedebe desaparecer no es una parte

adicional de la que podamosprescindir con facilidad y ligereza.

Seguramente será algo a lo quenos estamos aferrando con todanuestra energía, porque hemos

llegado a creer que es la fuente denuestra felicidad, la fuente de

nuestras vidas. Prepárate a dejarir, a morir un poco cada día”.

John Kirvan

Como afirman de manera casi unáni-me los místicos, la muerte encierra el se-creto de la vida, o dicho en otras pala-bras, de la vida eterna. En este sentido, elsentir de los místicos de todo el mundoestá resumido en la frase del MaestroEckhart cuando dice: “Nadie conocemejor a Dios que los que están com-pletamente muertos”, o en palabras deRamana Maharshi: “Cuando deje deexistir sabrá dónde descansa su verda-dera gloria” o el Zenrin: “Mientras vi-vas, hazlo como una persona muerta,completamente muerta”.

Pero hay que subrayar que ellos noestán refiriéndose literalmente a la muertefísica, sino a la muerte de la sensación deidentidad separada, algo que cualquierapuede “verificar” teniendo en cuenta lossiguientes puntos:

1. Existe un conocido koan Zen quedice: “Muéstrame tu Rostro Original,el rostro que tenías antes de que tuspadres nacieran”: Y no se trata de unapregunta con truco o de una cuestiónmeramente simbólica, sino de una preguntamuy sencilla que también tiene una res-puesta muy sencilla. Porque su RostroOriginal es el Testigo puro y sin formaanterior al mundo manifiesto. El Testigopuro es eterno (en el sentido de que esanterior al tiempo) y, en consecuencia, estáigualmente presente en todos los puntosdel tiempo. Ese es el Yo que usted teníaantes de que sus padres nacieran, el Yo queusted tenía antes del Big Bang, el Yo queusted tendrá después de que su cuerpo y eluniverso entero acaben disolviéndose.

Y cuando digo que ese Yo existía an-tes de que lo hicieran sus padres y antesdel Big Bang, lo único que estoy querien-do decir es que existe antes del tiempo,eso es todo. Quien descansa ahora mis-mo en el Testigo puro establece contactodirecto con el Yo que tenía antes de quesus padres nacieran. Su Rostro Originales el Yo verdadero de este instante, y deéste y también de éste.

Para “imaginar” lo que usted era antesde que sus padres nacieran, debe abando-nar la identidad con su cuerpo y con suego. Es así como puede descubrir algoque realmente le trascienda, el Testigopuro, vacío, sin forma y eterno, el Yo pri-

mordial. Cuando descanse en el Testigoeterno (“yo no soy esto, yo no soy eso”),usted morirá a la sensación de identidadseparada y descubrirá su Rostro Original,el rostro que tenía antes de que sus pa-dres nacieran, el rostro que tenía antesdel Big Bang, el rostro que tenía antes delnacimiento del tiempo. Entonces, es cuan-do descubrirá el gran No Nacido, simple-mente Esto.

2. Imagine ahora cómo será el mundocien años después de que usted haya fa-llecido. No se trata de que imagine los de-talles concretos, sino que tan sólo debetratar de comprender cómo será el mun-do un siglo después de que usted se hayaido. Imagine el mundo sin usted. Muchascosas habrán cambiado, y usted se en-contrará con personas diferentes, tecno-logías diferentes, automóviles diferentes,aviones diferentes, etcétera, pero existeuna cosa que nunca cambia, la Vacuidad,Un Solo Sabor, el Espíritu. Eso es algoque usted puede degustar ahora mismo.Uno y el mismo Testigo sin forma mirarádesde todos los ojos, escuchará con to-das las orejas, palpará con todas las ma-nos... el mismo Testigo sin forma que, eneste mismo instante, en su Yo primordial,el mismo Un Solo Sabor que usted es aho-ra mismo, el Espíritu radiante que ustedes en este mismo instante.

¿Acaso era usted alguien diferente hacemil años?, ¿acaso será usted alguien dife-rente dentro de mil años?, ¿quién es esteÚnico Yo que desde siempre constituyenuestro ser más profundo?, ¿debe ustedcreer las mentiras del tiempo?, ¿debe creerla locura de que el Único Espíritu no exis-te?, ¿puede mostrarme ahora mismo suRostro Original, cuyo Único sabor impreg-na la totalidad del mundo?

Escuche lo que dice el premio Nobelde física Erwin Schrödinger, el cofun-dador de la mecánica cuántica. Y ¿cómopodría convencerle de que no está hablandode un modo metafórico sino absolutamen-te literal?

“La conciencia es un singular de queel plural es desconocido. No es posibleque esta unidad de conocimiento, sen-timiento y elección a la que usted llamayo haya saltado al ser procedente de lanada en un determinado momento, no

hace mucho tiempo; este conocimien-to, sentimiento y elección, por el con-trario, es esencialmente eterno, inimi-table y numéricamente uno en todaslas personas, por no decir en todos losseres sensibles.

Las condiciones para su existenciason casi tan viejas como las piedras.Durante miles de años, los hombres sehan esforzado, han sufrido y han en-gendrado, y las mujeres han parido condolor. Hace cien años (de ahí la prue-ba), otro hombre se sentaba en estepunto y como usted miraba fijamentecon temor y anhelo en su corazón laluz agonizante de los glaciares. Comousted había sido engendrado de hom-bre y nacido de mujer y sentía el mis-mo dolor y la misma breve alegría queusted. ¿Existe realmente algo más? ¿Noes acaso usted mismo?”

¿Acaso hay algo que no sea su Yo pri-mordial?, ¿no es usted la humanidad ente-ra?, ¿no intersecta usted con todas lascosas humanas, porque usted es su únicoTestigo?, ¿no ama, por tanto, al mundo, atodas las personas y al Kosmos, porqueusted es su único Yo?, ¿no llora, acaso,cuando una persona sufre?, ¿no llora cuan-do ve a un niño hambriento y grita cuan-do un alma es torturada? Usted sabe per-fectamente que sufre cuando los demássufren. ¡Esto es algo que usted ya sabe!¿Acaso existe algo más?, ¿acaso existe algoajeno a su Yo primordial?

3. Cuando imagine cómo era ustedhace mil años, o cómo será dentro de milaños, y abandone su identificación con elcuerpo y con el ego, descubrirá Lo que letrasciende, es decir, el Yo o Testigo puro,sin forma y eterno del mundo entero. Yesto es algo que ocurre (no de un modoimaginario sino literal) cuando, cada vein-ticuatro horas, nos despojamos de nues-tra identidad egoica. Todas las noches, enel sueño profundo sin sueños, cada u no denosotros se zambulle en el dominio de lo sinforma, en el dominio de la conciencia purasin objeto, en el dominio del Yo atemporal.

Por esta razón, Ramana Maharshi dijo:“Lo que no está presente en el sueño pro-fundo sin sueños no es real”. Lo Real debehallarse presente en los tres estados, in-cluyendo el sueño profundo sin sueños. Y

lo único que está pre-sente en los tres esta-dos es el Yo sin formao la Conciencia pura. Cada noche ustedmuere a la sensación de identidad separa-da, muere al ego y se sumerge en el océa-no del infinito que es su Rostro Original

Estos tres casos –el Yo que usted eraantes de que nacieran sus padre, el Yo queserá dentro de cien años y el Yo que es enel sueño profundo sin sueño– apuntanhacia una y la misma cosa: el Testigo eter-no que le trasciende, la Vacuidad pura quees una con todas las formas, el Yo pri-mordial que abraza la totalidad en un solosabor. Y eso nunca ha cambiado, nuncacambia y nunca cambiará, porque nuncaentra en la corriente del tiempo que todolo mancha de lágrimas y de terror.

La última “prueba espiritual”, por tan-to, tiene que ver con la relación que cadauno de nosotros establece con la muer-te... porque los tres casos mencionados,en el fondo, son ejemplos de la muerte.De modo que si quiere conocer la “ver-dad última” de lo que está ocurriendo aho-ra mismo, sométase a cualquiera de esaspruebas. ¿Practica la astrología?, ¿le inte-resa correr con los lobos?, ¿se dedica acuidar el Alma?, ¿se ocupa de la curaciónde su niño interno?, ¿le interesa recordarsus últimas reencarnaciones?, ¿utiliza ladieta como una forma de limpieza espiri-tual?, ¿rinde culto a Gaia? Porque, en cual-quiera de los casos, debe saber que si noestá presente en el sueño profundo, hacecien años, antes del nacimiento de suspadres, en el sueño profundo sin sueñoso dentro de cien años, no es real.

Por más interesantes que resulten to-das esas prácticas relativas y creenciastraslativas, nunca debe olvidar que sonsecundarias con respecto al gran No na-cido, su Rostro Original, el Rostro delEspíritu en todas sus formas, las formasde su ser y de su devenir, ahora y siem-pre, ahora y para siempre, siempre y ya.

“¿Existe realmente algo más? ¿Noes acaso usted mismo?”.

Extraído de “Antología”

Por Ken Wilber

La última prueba espiritual

Página 13

“Derecho Viejo”Página 14

La formación en el documento final de Aparecida

Escribe:Mons. Raúl Trotz

Cuando estaba por finalizar la escuelaprimaria mi padre me hizo la pregunts clá-sica que se le hacía a un niño en aquellaépoca: "¿Vas a seguir estudiando o vas a ira trabajar?" Entre otras cosas, la preguntaimplicaba que aún sin estudios secunda-rios era posible obtener algún futuro en lavida de ese niño.

De hecho mi padre, que había estu-diado hasta 4º grado, era entonces jefe deuna sucursal del Correo Central. Hoy se-ría impensable proyectar un futuro para unadolescente sin tener en cuenta una forma-ción intelectual apropiada.

La complejidad de la realidad profesio-nal e inclusive de los vínculos sociales exi-gen hoy una preparación cada día más in-tensa para responder a las demandas de lasociedad en la que nos toca vivir.

Porque es a esta realidad a la que de-bemos evangelizar y es frente a ella quetenemos la responsabilidad evangélica dedar respuesta a los interrogantes que hoyse plantea el hombre, es de suma impor-tancia la tarea de prepararnos para anun-ciar a Jesucristo, y con este mensaje po-damos llegar al corazón de todos los hom-bres. Por ello no nos puede sorprender queel capítulo 6, en el que se aboca al tema delitinerario formativo de los discípulos-misio-neros, sea uno de los mas largos y tal vezuno de los más elaborados...

Al recordar una vez que toda la vidacristiana tiene como centro el encuentrocon Jesucristo, nos da las pistas acercade los lugares en donde uno va a abrevarde Él. Así, entre los nn. 246-265 encon-tramos la riqueza que hay de oportunida-

des para acrecentar este encuentro y, enmi opinión, entre los nn. 258-265, encon-tramos una reflexión acerca de la piedadpopular que no tiene desperdicio; culmi-nando con una hermosa reflexión sobreel lugar que ocupan la devoción marianay los santos, que son los grandes pilaresde este edificio espiritual (nn. 266-275)

En el nº 278 se nos ofrece una des-cripción minuciosa del proceso de forma-ción con una precisa definición de los cin-co pasos que hay que seguir.

Hay que tener en cuenta todo lo queimplica la humanidad del destinatario, susituación real, y en este sentido la necesi-dad de alimentar la interioridad, sin des-cuidar los elementos intelectuales y queapunten a fortalecer su pertenencia a unacomunidad siempre misionera.

En el nº 281 se nos insiste en un temaque yo entiendo clave y que lamentable-mente no siempre tenemos en cuenta: res-petar los tiempos de los demás.

La gran pedagogía que vamos descu-briendo en la Palabra de Dios nos enseñacómo Dios se va acercando al hombre res-petando inclusive su limitación para entraren el pensamiento divino.

La catequesis de iniciación encuentraen el documento toda la importancia quetiene en la acción pastoral de la Iglesia,pero también se nos advierte que siempretiene que ser planteada en función de tomarconciencia de una catequesis permanente.

Este importante capítulo termina conuna larga exposición de los lugares a don-de el creyente debe acudir para adquiriruna auténtica formación.

Me parece importante des-tacar el lugar que el documen-to le da a lo comunitario, esdecir, el lugar relevante que elencuentro personal juega en elcrecimiento de la fe, y esto tie-ne una significación especial sisomos capaces de advertircomo la presión cultural nosencamina con toda fuerza al in-dividualismo y a prescindir de las perso-nas, inclusive acudiendo a los aparatos (p.ej., computadoras) que siempre son com-plementarios y jamás pueden suplir el con-tacto entre personas, que siempre es esen-cial para el crecimiento humano y, porende, espiritual.

Poder advertir a los creyentes acercadel peligro que significa para todo creci-miento, la tendencia a aislarnos, inclusiveen pequeños grupos de afinidades, es unade las tareas fundamentales a la que nostenemos que abocar todos los que tenemosla posibilidad de influir en otros para que

logren una vida en plenitud.Es evidente que hoy tene-

mos sobradas razones paraestar a la defensiva: la inse-guridad y la violencia hacenque vivamos frecuentementecon temor, o al menos concierta preocupación, y ellonos lleva a aislarnos en algúnmomento. Pero no podemos

dejar de advertir que sólo es aceptablecuando es un momento de nuestra vida,o parte de una estrategia momentánea.

Si nos resignamos a vivir a la defensi-va y aislados vamos hacia un empobreci-miento de la calidad humana.

Cuando este número del periódico lle-gue a sus manos, ya habrá pasado la Se-mana Santa y por ende la Pascua; quieraDios que le haya servido para sentirse máscerca de Él y a sentirlo a Él más cerca deustedes.

Dios los bendiga.○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

Helios Gagliardi nació en Los Toldos, provincia de BuenosAires, en 1928. Pero los últimos 50 años de su vida transcurrie-ron en Castelar, partido de Morón.

En 1949 egresó de la Escuela de Bellas Artes “PrilidianoPueyrredón” y luego profundizó sus estudios junto al maestro

Adolfo De Ferrari, en la Escuela Superior de Bellas Ar-tes “Ernesto de la Cárcova”.

Fue profesor de dibujo del Colegio Nacional de Bue-nos Aires durante 25 años y expuso sus obras en dis-tintas muestras tanto en el país como en el exterior.

Por su amplia trayectoria, su compromiso con elarte y su aporte cultural a nuestra ciudad, en septiem-bre de 1991 el Concejo Deliberante de Morón declaró aHelios Gagliardi Ciudadano Ilustre de Morón.

Se puede visitar de lunes a viernes de 8 a 20. En elConcejo Deliberante de Morón, Brown 910. Pta.baja, 1º, 2º, 3º y 4º piso. Entrada libre y gratuita.

Primera Muestra de Arte 2008Del 14 de marzo al 11 de abril de 2008

Expone: Helios GagliardiDibujo / Oleo / Xilografía

Maximiliano PéjkovichMediador Privado

Esmeralda 980 2º A (C1007ABL)Ciudad de Buenos Aires, República Argentina

Tel: (54-11) 4312-25974516-0572

Cel: (54-11) 1540 376099

Mail: mediadores privados @mediadores privados.com.arWeb: www.mediadoresprivados.com.ar

Nuestra instrucción

PARROQUIA NTRA. SRA. DEL ROSARIO DE POMPEYAALMAFUERTE 2650, CASTELAR

94º ENCUENTRO CORAL “CASTELAR CANTA”Domingo 13 de Abril, 20.30 hs.

-Coro de la Basílica de San Antonio de PaduaDirector: Sr. Rodolfo Hernández

-Coro de Música Popular del Banco CredicoopDirector: Sr. Daniel Peralta

ENTRADA LIBRE

Y GRATUITA

Se ruega traerun alimento

no perecedero

Auspician: “Sociedad de Fomento de Castelar y Biblioteca Popular 9 de JulioOrganiza: “Coral Vox Spei”. Dir: Edelmira Lobato

“Derecho Viejo” Página 15

Un tendero se quejó a rabí Meir Leibde que otro hombre había abierto una tien-da cerca de la suya y lo privaba de sumedio de vida. El rabí respondió:

— ¿Has notado que cuando se lleva aun caballo a beber a un charco golpea enel agua con el casco?

— Sí-, dijo el hombre.— La razón es la siguiente -continuó

el rabí-. Cuando el caballo baja la cabezapara beber ve su sombra. Imagina que hayotro caballo más bebiendo y trata de es-pantarlo por temor de que no haya aguasuficiente. Lo que sucede es que se asus-ta de su sombra y en realidad hay aguapara muchos caballos. Tú también tienesmiedo de un enemigo imaginario. La abun-dancia de Dios mana como un río. Nadiepuede afectar el medio de vida de otroporque la Providencia concede sustento atodos según su voluntad.

La sombra del caballo

Decir laverdad

Rabí Elimelej deLizensk dijo una vez:

—Estoy seguro deobtener mi parte en elMundo que Vendrá.Cuando me encuentreante el Tribunal Celestialque me preguntará:"¿Aprendiste cómo eratu deber?" A lo que con-testaré: "No". Se me pre-guntará también: "¿Oras-te, como era tu deber?"Mi respuesta será tam-bién: "No". La tercerapregunta dirá: "¿Hiciste elbien, como era tu de-ber?", y responderé por

tercera vez: "No". Entonces se fallará ami favor por haber dicho la verdad.

¿Más exigenteque Dios?

Rabí Moises Leib dio una vez su últi-ma moneda a un hombre de mala reputa-ción. Sus alumnos se lo reprocharon.

El rabí respondió:— ¿Puedo ser más exigente que Dios,

que me dio la moneda a mí?

Suena la horaUn hombre acudió a rabí Mordejai y le

rogó que le enseñara humildad. El relojdio la hora mientras hablaba.

El rabí contestó:— En cuanto a humildad del cora-

zón, podemos recibir suficiente ense-ñanza de las campanadas del reloj. Cadauno de nosotros ha de decirse: ha pasa-do otra hora de mi vida, ¿he logradomejorar mi alma en ella?

Cerca y lejosUn discípulo interrogaba al Baal-Shem:— ¿Cómo es que quien vive en el amor

y la dependencia de Dios, sabiendo queDios está cerca, siente a veces, sin em-bargo, como un alejamiento y una inte-rrupción?

El Baal-Shem explicó:— El padre que quiere enseñar a ca-

minar a su niño comienza por colocarloen el suelo delante de sí, sosteniéndolo conlos dos brazos extendidos para evitar quecaiga; y así el niño, entre los brazos pa-ternos, avanza hacia su padre. Pero cuan-do llegar muy cerca, el padre retrocedeun paso, apartando un poco los brazos; ysiempre repite tales gestos para que suniño aprenda, hasta que sabe caminar.

Sobre AdánZusia preguntaba un día a su herma-

no, el sabio doctor Elimelej:— Hermano querido, en nuestros li-

bros santos está escrito que el alma deAdán encerraba las almas de todos loshombres. O sea que nosotros dos estába-mos allí cuando él comió la manzana, y noalcanzo a comprender cómo es que yo nose lo impedí, y tú dejaste que lo hiciera.

Elimelej le respondió:— Tuvimos que hacerlo, todos tuvi-

mos que hacerlo así. Porque si no hubie-se comido la manzana, el veneno de laserpiente habría quedado permanentemen-te en él, y la eternidad toda habría soñado:"Con sólo haber comido el fruto de eseárbol, habría sido semejante a Dios; consólo comer el fruto de ese árbol, habríasido como Dios".

Un joven acudió al rabí IsraelProhobister y le pidió que le ordenararav. El rabí le preguntño por su con-ducta diaria y el candidato contestó:

— Visto siempre de blanco, no bebomás que agua, pongo tachuelas en los za-patos para mortificarme, me revuelco des-nudo en la nieve y le digo todos los días alcuidador de la sinagoga que me de cua-renta golpes en la espalda desnuda.

En ese momento apareció en el patioun caballo blanco, bebió agua y se pusoa revolcarse en la nieve.

— Fíjate -dijo el rabí-. Esa criaturaes blanca, no bebe más que agua, tieneclavos en el calzado, se revuelca en lanieve y recibe más de cuarenta golpespor día. Y no es más que un caballo.

El caballo blanco

El Jasidismo, movimiento religioso del judaísmo, originado enel siglo XVIII, enseñó a amar a Dios, a la Torá y al hombre através del baile, del canto, de la alegría. El Jasid, «el piadoso»,tenía como objetivo primordial ayudar al desválido. Para tal finbuscaba al Creador en la existencia comunitaria, por una parte,y en la naturaleza: en las hojas de los árboles, en el viento, en elcielo estrellado. Y al hallarlo se encontró a sí mismo, comprobósu razón de existir y pudo dar su palabra cálida que penetrabaen el alma de los que lo escuchaban.

“No se puede servir a Dios en un estado de depresión; hay que tener la alegría dentro de uno mismo, hay que des-hacerse del temor para que el alma se eleve. El que cree que es hijo de Dios nunca caerá en la tristeza”

Rabino Israel Ben Eliezer ("Baal Shem Tov") (1698-1760) Fundador del Jasidismo

Nuestros hermanos los judíos

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(La sabiduría del Jasidismo)

Rabí Widrewitz era tartamudo. Una vezdecidió contra una persona grosera queestaba en juicio ante él. El perdedor seenojó y empezó a llamar al rabí mentiro-so, estafador, sobornado, ignorante, etc.

El rabí replicó:— ¡Y tú eres un tar...ta...mu...do!— ¿Yo tartamudo?- preguntó el liti-

gante.— Claro que sí- contestó el rabí-. Si

me llamas lo que eres, yo puedo llamartelo que soy.

El hombre partió avergonzado.

El tartamudo

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El Mesíasomnipresente

Dijo rabí Moisés Sofer:— Hay en cada generación un hombre

lo bastante grande para ser el Mesías. Estehombre no conoce su propia grandeza,pero si fuera llamado se lo dotaría del es-píritu mesiánico con el que podría elegirayudantes meritorios. Si la generación nolo merece, el hombre muere y surge otrolo bastante grande para ser el Mesías.

El propósitode la creación

El Baal-Shem dijo en la hora de sumuerte:

— Ahora sé con qué propósito fuicreado.

Ley predicaday ley vivida

Rabí Loeb, hijo de Sara, el misteriosoTzadik errante que recorría la tierra cos-teando las corrientes de agua para liberarlas almas de vivos y muertos, contaba:

— Si he ido a lo del Maestro, no hasido a oír de su boca enseñanza alguna,sino sólo para verlo atar y desatar los cor-dones de su calzado.

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-¿Cuál es la muerte ideal? -preguntóTamar al Rabí Desconocido.

-Aquella cuyo último suspiro no per-judica a nadie... aquella cuyo último sus-piro recuerda el crujido de los árbolesen otoño. Un posible fuego consolador.Manzanas de oro dulce en la boca dealgún niño.

-Sin embargo -comentó ella- ningu-na perífrasis poética nos exime del do-lor de la pérdida.

-No se trata de evitar el dolor o lamuerte sino de darles sentido. Los gran-des maestros saben cuándo van a mo-rir. Los Justos deciden el día y la hora.

-Pero la pérdida... -insistió Tamar.-El Padre encuentra todo lo que se

pierde -respondió el Rabí Desconocido-. ¿Por qué preocuparse?

El último suspiro

Tres funcionarios fueron designadospara custodiar los tesoros del rey. Resul-taron ser corruptos, se lo repartieron yhuyeron. Uno lo pensó mejor y regresó.El segundo regresó persuadido por unamigo. El tercero presenció la ejecuciónde un desfalcador y regresó por miedo. Elprimero recuperó la confianza del rey, elsegundo recibió un cargo de menos res-ponsabilidad y el tercero fue nombradoverdugo de los desfalcadores.

— Hay tres clases de personas en estemundo, que obran como estos tres fun-cionarios en cuanto al cumplimiento de losmandamientos de Dios- explicó el rabíJacob José ha-Kohen.

El tesoro del rey

Somos Uno

“Derecho Viejo”Página 16

a la evolución destino del hombre

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Un periódico para pensar

“DERECHO VIEJO”Lejos del mundo. Cerca de los hombres

“GLORIA DEI, HOMO VIVENS” (LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE)

“Cuando el Cristo surgeen la conciencia

individual, disminuye elsentido personal de uno

mismo. Este Cristo seconvierte entonces en

nuestro ser real”.Joel Goldsmith

“Al llegar a orillas delbosque, el arroyo se hace

mayor, casi un río.Adulto, ya no corre, nisalta, ni brinca como

hacía de joven. Ahora semueve con la

tranquilidad de quiensabe adónde va.

Dice: ‘No hay prisa.Ya llegaré’”.

Principios del WuWei

Mensaje deDerecho Viejo

¿Quién es “yo”?Escribe:

Dr. SebastiánGuerra

Los modelos religiosos y las for-mas de hablar sobre Dios tienen quepoder cambiar. Así como las cienciasnaturales conciben siempre modelosnuevos, con los que intentan verificarsus conocimientos, pero cuidándosede no confundir el modelo con la rea-lidad; asimismo las religiones tienenque cambiar sus modelos de com-prensión y estar dispuestas a conce-bir otros nuevos.

Willigis Jäger

Sigmund Freud, en lo que se dio enllamar su segunda tópica de la descrip-ción del funcionamiento psíquico del serhumano, distinguió tres instancias bási-cas: el yo, el ello y el superyó.

Ese “yo” no es más que una parte denuestro psiquismo, y –no obstante– loconsideramos a menudo como el todo; deallí que el título del presente sea el que esen lugar de formularnos la tendenciosa“¿quién soy yo?”, que parece buscar des-cripciones de alguien que se da por sabi-do es uno, o sea: YO.

Porque el “soy” refiere implícita unaidentidad entre quien emite la pregunta yquien es objeto de la misma.

Si “soy yo” me respondo la preguntaen el mismo acto de formularla: a “¿quiénsoy yo?” respondo: “soy yo”, “yo” o “yomismo”.

En todos los casos evito la verdaderainterrogante: “¿soy yo, yo?”, vale decir:¿Cuál es el alcance de mi duda?, ¿hastadónde llega mi planteo o cuestiónexistencial?... ¿es acaso posible que seasin un “yo”, o a pesar de un “yo” que sea?,¿existirá la chance de afirmar “SOY” sinestar queriendo afirmar “YO SOY”?

Esto último, podría –si quisiéramos–guardar alguna relación con el crípticomensaje Crístico de: “Yo soy el que soy”,pero habría que pensarlo un poco más…

Ahora bien, no obstante: ¿no le pare-ce que Ud. es mucho más que un yo cons-ciente que va por ahí decidiendo hacer yno hacer cosas, diciendo lo que quieredecir y callando lo que quiere callar? Si,a Freud –y muchos otros– también se loparece. De aquí que las producciones queno parecen venir del YO conciente y quese adjudican a las demás instancias psí-quicas tengan tanto interés para su ob-servación y estudio. De allí que sea taninteresante analizar los síntomas, losfurcios o actos fallidos, el olvido, los sue-ños, etc. porque son producciones de par-tes de nosotros que no son yoicas, perosí son nuestras, tan nuestras comonosotros mismos.

Si YO quiero decir algo y YO digo otracosa, siendo YO el dueño de mis cuerdasvocales, de mis músculos laríngeos, boca,

cuello y –esencialmente– de mi cerebroque mueve y digita todo este aparataje…debo reconocer que algo de todo eso nodebe ser tan mío como creía o bien, quelo que en verdad “SOY” excede –enmucho– lo que corrientemente creo ser,o sea: “YO”. Un acto fallido –por ejem-plo– no es un error de procedimiento,no es una falla técnica, no se debe a quele falta cambiar el aceite o engrasar losengranajes… es una producción que lees eficaz –en alguna medida– a una ins-tancia intrapsíquica no yoica.

Lo mismo pasa cuando olvidamoscosas significativas, cuando nos repeti-mos hasta el hartazgo en conductas queno deseamos tener y no podemos –porotra parte– evitar, o cuando queremoshacer cosas contrarias a las que hace-mos, o nos enfermamos curiosamente“justo cuando teníamos que” hacer loque “no queríamos” hacer, etc.

Más allá de las cantidades de perso-nas que resultan detractoras de los pos-

tulados freudianos, y sin deseo de em-barcarnos hoy en las bizantinas discusio-nes sobre –bien– lo acertado de esas crí-ticas o –bien– si las mismas obedecen asimples negaciones defensivas de quie-nes no podrían tolerar la potencial nuevarealidad que estos postulados les plan-tean; Un error corriente es sentirnos tanidentificados con ese “YO” nuestro quepercibimos todo lo demás con extraña-miento, como si se tratara de entidadesajenas que nos invaden contra nuestravoluntad, que nos quitan territorio, queintentan apropiarse de lo que es nues-tro… de nuestra vida.

Una vez más, Freud planteó todo locontrario a nuestras presuposiciones, yes por eso que es tan interesante estu-diar las etapas iniciales de la vida conautores como Melanie Klein o DonaldD. Winnicott… el YO es la construc-ción ulterior al nacimiento, que se apro-piaría paulatinamente de los territoriosnaturales del “ello” freudiano, o sea del

mundo de lo instintivo o pulsional, y noa la inversa.

El YO es lo que crece y se libera pro-gresivamente (y hasta donde va pudien-do) de sus dos amos: el “superyó” (ins-tancia intrapsíquica que controla al yo pormedio de mandatos, una especie de pa-dre interiorizado) y el “ello”, antes refe-rido. Pero este YO, constructo intra-psiquico y –a la vez– sociocultural einvasivo, busca ser reconocido por cadauno de nosotros como todo lo que hay,como la esencia de todo lo que somos.

Esta es la trampa de la que debemosir intentando desprendernos… podemosmejorar, podemos aprender yoicamentea ser mejores personas en la sociedad,ser más amplios cultural o intelectual-mente, podemos interrelacionarnos cadavez mejor, aprender a controlar a ese yodel modo más adaptativo posible, o in-cluso podemos lograr “transar” en partecon otras instancias psíquicas, peroNUNCA SEREMOS REALMENTEESE YO, ESE YO NO ES MÁS QUEUNA ILUSIÓN… como es de ilusorioTODO lo que viene con él.

Tal vez no sería mala idea que inten-táramos de vez en cuando visualizarnuestras conductas, la continuidad denuestras percepciones acerca de noso-tros mismos, sobre todo para intentar–sin juicio de valor– evaluar cuan equi-vocadas pueden estar siendo… cuantode lo que creemos nos representa, en ver-dad no lo hace; cuanto de lo que supone-mos somos, no somos.

Permítanme –finalmente– darles unamala y una buena noticia, resumida enuna sola proposición: si verdaderamentefuéramos tan sólo ese yo, estaríamosmuertos.

Todo está en tiEs muy común que las personas busquen las causas de sus males en los

demás o en algo externo a sí mismas, como la sociedad, el ambiente, la familia, eltrabajo, la educación, los genes...

Por otra parte, también suelen buscar el remedio a esos males fuera de sí, enadivinos, tarot, terapeutas, psicoanalistas, supersticiones...

¡Es tan simple saber que todo está en nosotros! En nuestra mente egoísta ynuestro yo personal están las envidias, los temores, la ansiedad, el orgullo, lapereza, la indolencia, el odio, las dudas...

Y en nuestro ser verdadero están la comprensión, el discernimiento, la luci-dez, la generosidad, el amor, la confianza, la seguridad, la paz auténtica...

¿Para qué buscar fuera lo que ya está en nosotros? Todo está en ti.En tu ego o yo personal está tu sombra.En tu Ser Verdadero están la Luz comprensiva, el Amor y la Seguridad.¿Por qué identificarte con tu ego vanidoso, rencoroso, inepto, ciego, si en ti

está el reino de Dios, la luz y la paz?Esta verdad es simple y no menos cierta y verdadera. Tú mismo puedes

comprobarlo en cualquier situación de tu existencia. No tienes que creer a nadie.Lo verás por ti mismo.

La Pascua fue un suceso queocurrió en los discípulos.

No hay pruebas de laresurrección. La resurrección nodescribe ninguna vivencia que

se preste a ser clasificada encategorías de espacio y tiempo.

Resurrección no es algo queocurrirá al fin de nuestros días:

resurrección es la irrupcióna la experiencia de

que no existe nacimientoni muerte, únicamente es un

cambio de forma.Willigis Jäger

Por Darío Lostado