Democracia en América Latina: Discurso dominante y discurso contrario

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO Facultad de Filosofía y Letras Licenciatura en Filosofía La Democracia en América Latina: Discurso dominante y discurso contrario Tesis que para obtener el título de Licenciado en Filosofía presenta Yasser Viliulfo Martínez Tapia Director de tesis Dr. Mario Magallón Anaya México, D.F., mayo de 2015

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTNOMA DE MXICO Facultad de Filosofa y Letras Licenciatura en Filosofa La Democracia en Amrica Latina: Discurso dominante y discurso contrario Tesis que para obtener el ttulo de Licenciado en Filosofa presenta Yasser Viliulfo Martnez Tapia Director de tesis Dr. Mario Magalln Anaya Mxico, D.F., mayo de 2015 Agradecimientos A Blanca EstelaTapia,mi primera maestra, porel apoyoy el amor recibidos. A Vladimir Martnez, mi hermano mayor siempre, por los coscorrones y los apapachos. A Avril Arjona Luna, fuente no siempre citada en este trabajo, por el amor y el debate, la interlocucin, la crticaytodolodems.Atodalabanda,enplenaresistencia,laquesigueylaqueyano est, por todas las lecciones de vida. Tambin quiero agradecer a mis maestros Horacio Cerutti y Mario Magalln, por su incansableesfuerzoysuinconmensurableenseanza.ASandraEscutia,MaradelRayo Ramrez Fierro, Raquel Gutirrez, Francesca Gargallo, David Gmez Arredondo, Victrico Muoz,GustavoCruzyMauricioPilatowsky,porsugenerosidadalcompartirmealgode susabidura.AlaUNAM,pordarmecabidaaunquepormiraza(oscura)nohableel espritu (santo). ndice Introduccin1 Captulo 1. Acercamiento a la democracia desde un filosofar nuestroamericano3 1.1El filosofar nuestroamericano3 1.2Modos de Objetivacin de la realidad9 Captulo 2. El modo de produccin del discurso de la democracia en Amrica Latina16 2.1 Contexto de importacin de una idea16 2.2 El discurso del economicismo y su antidiscurso: el politicismo23 Captulo 3. Democracia, discurso contrario34 3.1. Democracia, discurso contrario. Primer acercamiento36 3.2. Democracia, discurso contrario. Segundo acercamiento46 3.3. Democracia, discurso contrario. Tercer acercamiento51 Conclusiones63 Bibliografa67 1 Introduccin Estatesisfueproyectadaentrescaptulos.Elprimerosetrataradelplanteamientode nuestrosfundamentostericos,elanlisisdelmododeproduccindeldiscursodela democraciaenAmricaLatinaylaemergenciadealgunasrupturastericasdeeste discurso. Con estas herramientas establecidas, en los siguientes captulos se abordaran los casos de las Guerras del Gas y del Agua en Bolivia y las movilizaciones sociales que derivaron en la sucesiva cada de tres presidentes en Argentina a inicios del siglo XXI. Noobstante,lascircunstanciasenquedesarrollestareflexinmellevarona cerrarlaapenasterminadoelprimercaptulomencionado.Sinqueellosirvacomo justificacin,elcontextoeconmico-socialdeterminanuestraslaboresapesardelas mejoresintencionesconquecontemos.Siendoestemismocontextoelorigendela presenteespeculacin,reconocersuimportanciaenlaconfiguracindeestacrtica(o intento de) me lleva a ponderar la necesidad de una estrategia de ejecucin de una tesis amplia como parte de la propia metodologa. Enefecto,conciliarlascondicionesactualesdepauperizacindelavida cotidianaconelejerciciodeunatareaociosa,porpuromilagrosupervivienteenestos tiempos de mxima productividad social, requiere ms que buenas intenciones, como la transformacindelactualordenamientosocialrequieremsquebuenasreflexiones intentar practicarlas. En este sentido, no se encuentra reflejada en el texto la transformacin profunda quegenerenmividacotidianalapresentemeditacin;os,peronodelmodoque hubiesequerido,puesalfinaldecuentasnuncamehesentidomsidentificadoconla consigna feminista que afirma: lo personal es poltico; pero que presiento no se plasma en este trabajo, lo que a mi parecer es una carencia importante. Y como no slo fue el contexto econmico-social el que influy para que tardara diezaosenpresentarestatesis,puesenciertosmomentostambinfuerondesidiay otraslimitacionesdecarcterlasquedeterminarontalaplazamiento,seapues nicamente ma la responsabilidad de este ensayo y todas sus carencias. 2 Latesisresultanteestdivididaentrescaptulos:1)Acercamientoala democraciadesdeunfilosofarnuestroamericano;2)Elmododeproduccindel discurso dominante de la democracia; y 3) Democracia, discurso contrario. Nuestraambicinesresponderalassiguientespreguntas:culeselconcepto dedemocraciaimperanteenAmricaLatina?Culeslaformaenquedevino imperanteunaconcepcinespecficadelademocracia?Existenalternativasaesta concepcin? Pararesponderatalesinterrogantes,creemosnecesariobosquejarysituaral proyectodefilosofarnuestroamericano,queesdesdedondeconsideramosquela reflexin sobre la problemtica que nos ocupa puede ser abordada de manera pertinente. Dentrodelariquezaconceptualdelfilosofarnuestroamericanoesbozaremoslos conceptosdemodosdeobjetivacin,sujetividad,aprioriantropolgico,discursoylo utpicooperanteenlahistoriaparaabordarlosmodosdepensarlademocraciaen Nuestra Amrica. Para este abordaje nos apoyaremos primeramente en la crtica de Carlos Franco almodoqueconsideramosdominantedepensarlademocracia.Siguiendoconla discusin,retomaremosloquellamamosmodosemergentesdepensarlademocracia, apoyandonuestroplanteamientoenlarevisindelaspropuestashechasporHoracio Cerutti, Marcos Roitmann, Mario Magalln y Arturo Andrs Roig. Conlasherramientasobtenidasesperamosabrirlabrechaquenospermita incluirelconceptodeloutpicooperanteenlahistoriayconllascategorasde gnero,etniayclaseysusincidenciasenlaemergenciadelosqueconsideramos discursos contrarios del discurso dominante de democracia. 3 Captulo 1. Acercamiento a la democracia desde un filosofar nuestroamericano Dividimos el presente captulo en dos apartados: el filosofar nuestroamericano y modos deobjetivacindelarealidad.Ambostemasnosparecenpropiosdeunatesisparasu tratamientoserio,perocomonuestrointerssedirigealaideadelademocracia, esperamos sintetizar lo suficiente para que haya alguna claridad sobre nuestra ubicacin conceptual, pero notanto como para quenuestras afirmaciones se queden sin sustento. Con el abordaje de los modos de objetivacin de la realidad esperamos fundamentar el anlisis posterior y dejar establecidos algunos conceptos con que nos apoyaremos, tanto en su sentido como en la matriz ideolgica de donde provienen. 1.1. El filosofar nuestroamericano. Eltrazodeesteplanteamientopuedeexplicarasuvezlasrazonesporlasque nossituamosenl.Enprimerlugar,habraqueobservarlaverbalizacindel comnmente sustantivado concepto de filosofa. Filosofar como praxis, por oposicin a lareificacinestrildeladisciplina,intrnsecaaunagranpartedelatradicin occidentalistadelafilosofaennuestrasaulas;peronoslo,puestambinaludeala crtica"delafilosofacomounsaberpretendidamente'cientfico'yacabado,cuyos orgenesseremontanalaGreciaAntigua"1.Lasegundaobservacinqueanotamos apuntaal sujeto de este filosofar.Aunque geoculturalmente nos referimos a los sujetos habitantesalsurdelRoBravo,porloquetambinpodrahablarsedeunfilosofar latinoamericano2, el nombre de Amrica Latina puede resultar insuficiente si se intenta implicar a los sujetos de hablas inglesa y originarias habitantes de la regin. LapropuestadeNuestraAmricanorespondesloaun merodetalle,o mejor, este detalle despliega un amplio abanico de problemas por afrontar respecto del filosofar en estas latitudes, comenzando porque "[e]l punto entonces no est en los nombres sino enquinesnombraronyenquinesnombranoseautonombran, estoes,enlossujetos colectivos que crean y recrean por medio del lenguaje su espacio y su cuerpo"3

1RamrezFierro,MaradelRayo."Elfilosofarnuestroamericano.Avances,retrocesosynuevosretos". Pensares y Quehaceres: Revista de Polticas de la Filosofa. p. 23. 2Cf.CeruttiGuldberg,HoracioyMagallnAnaya,Mario.Historiadelasideaslatinoamericanas: Disciplina fenecida?. p. 33. 3 Ramrez Fierro, Mara del Rayo. Op. Cit. p. 26. 4 RecuperarlaexpresindeJosMartnossitayalmismotiemposurea4la argumentacin,pues"conllevafuertesconnotacionesutpicasensureferenciaauna Nuestra Amrica que, en rigor, todava no es nuestra en plenitud"5. Esta proyeccin no refiere tanto a un programa de la filosofa, sino que apunta a un horizonte (acaso nunca alcanzable).Ensubsqueda,elcontinuomovimientodelfilosofarcontribuirala construccindelossujetosqueaspiranaapropiarsedetalutopa.Esporelloquela reivindicacin del filosofar nuestroamericano no representa la imposicin homologante deunproyectounilateraldesociedad;porelcontrario,surearaselfilosofarexigela inclusin de tantos sujetos como hay(a) en esta Nuestra Amrica. Demodoquenosetratadereferiratodopensamientohabidoenel subcontinente, sino a un modo especfico de pensar desde Nuestra Amrica, pues "[n]o esequiparablecualquierfilosofacultivadaenlaregin,conlafilosofaejercida propositivamenteapartirdelasdemandas,intereses,memoriayproyectosdesujetos latinoamericanos"6. Laconfiguracindeestehorizonteutpicodepensamientotienecomo antecedente la llamada filosofa de la liberacin, surgida a principios de los aos setenta en Argentina. Aunque "[h]ablar de inicio es problemtico, pues se puede considerar que losfilsofosdelaliberacincontinanunatradicinlatinoamericanasecularquese iniciaporlomenosen1492,conquienesresistenalosprocesosdeconquistay dominacin"7,tambinesciertoque"[l]iberacinsedijoysedicedemuchas maneras"8,demodoqueparaubicarestaparticularformadedecirliberacin,que continalareflexinhastalapropuestadeunfilosofarnuestroamericano,podemos partir del anlisis que realiz Horacio Cerutti9 acerca de la filosofa de la liberacin. En primer lugar es importante registrar que la filosofa de la liberacin surgi en un contexto histrico determinado por un "paradigma liberacionista" en las dcadas del sesenta y setenta; es decir, que su surgimiento responde, acompaa y nutre al conjunto

4"envezdeorientador...-siunametforavale,porqunolaotra?Cf.CeruttiGuldberg,Horacio. "Urge filosofar desde Nuestra Amrica". En: Configuraciones de un filosofar sureador. p. 23. No se trata deunmerojuegodepalabras,sinodesituarseyasumirlaresponsabilidaddeestesituarse,asquese agradecer la advertencia cuando se considere que andamos norteados. 5 Ibid. p. 15. 6 Cerutti Guldberg, Horacio y Magalln Anaya, Mario. op. cit. p. 37. 7Cruz,GustavoRoberto.CrticaalaPoltica-Estticaracializadadesdeelmovimientoindgenaen Bolivia (aproximacin filosfica a la liberacin Indgena-Popular). p. 17. 8 Ibid. p. 16. 9 Cf. Cerutti Guldberg, Horacio. Filosofa de la liberacin latinoamericana. FCE. Mxico, 2006. 5 de movimientos polticos y sociales y al conjunto de teoras en las ciencias sociales que se podran enmarcar en el espritu de una "liberacin". Comooposicinterminolgicaalaliberacinreferidasepuedeubicarala dependencia. Y aunque posteriormente se realiza un "ajuste de cuentas" epistemolgico por parte de algunos integrantes de la filosofa de la liberacin con la propia teora de la dependencia,resultanilustrativasestasinfluenciasentredisciplinasporaquellapoca. EnestepuntoesnecesarioaclararquelareflexindeCeruttisobreelfenmeno evidencia la imposibilidad de hablar de "la filosofa de la liberacin", pues en la medida queesteesfuerzoconjuntunadiversidaddeformacioneseinfluencias,supropio desarrollodesembocenformasheterogneasdereflexionaryaportaralaliberacin, comenzandoporlapolisemiadelpropiotrmino.Esasquemejorserahablardelas filosofas de la liberacin. De acuerdo con Cerutti, es un criterio poltico lo que permite definir inicialmente a las filosofas de la liberacin de la poca. En efecto, si consideramos la primera mitad delossetentacomoelperiododedesarrollodela"filosofadelaliberacin"en Argentina, no se puede hacer abstraccin del retorno de Pern y las elecciones de 1973 quesignanelfindelperiododictatorialprevio,ascomolaexistenciadeexpresiones armadas de proyectos liberacionistas y la violencia social en que se enmarcan. Laadhesinocrticaalpopulismo(queenelcasoargentinorefiereal peronismo), constituye el fundamento de las diferencias entre las distintas filosofasde laliberacin.Deaququela"cristalizacinparadigmtica"Dependencia/liberacinse desdobleenotrascomo"clase/pueblo,Europa/Amrica,LoMismo/LoOtro, Ideologa/Filosofa,Poltica/tica,Dialctica/Analctica,etc."10,teniendocomoejede la discusin el posicionamiento respecto al propio populismo. As,elesquema(conlassalvedadesqueelautortomarespectodeltrmino) propuesto por Cerutti para identificar a las filosofas de la liberacin de la poca, estara compuesto por un sector populista y por un sector crtico del populismo. Al interior del sectorpopulistapodranidentificarseasuvezdossubsectores:elOntologistayel Analctico.Porotraparte,elsectorcrticodelpopulismoestaracompuestodedos

10 Ibid. p. 21. 6 subsectores:elHistoricistayelProblemtico.11Ensteltimosubsectorseubicael propio autor. Aunque la postura populista o crtica del populismo marca una inicial diferencia, el anlisis de Cerutti no se agota en ello, pues los ejes de la discusin posterior giran en tornoalpuntodepartidadelfilosofar,alsujetoylametodologadelfilosofaryla concepcindelafilosofa,quedifierensegnlasposicionesesquematizadasarriba. Comonoeselcasoreproducir(ymal)elanlisisdenuestroautor,remitimosasu trabajo para mayores referencias. Lo importante para nosotros es puntualizar que, despus delgolpe de estado en Argentinaylarepresinexperimentadaporvariosdeestosfilsofos,lasdistintas filosofasdelaliberacincontinuaronsudesarrollo(enmuchoscasosenelexilio), dando pie a nuevas reflexiones o reelaboraciones de las reflexiones de aquellos primeros aos con la cuota de crtica y autocrtica que el esfuerzo conlleva. SiguiendoelposicionamientodeGustavoCruzenlatradicinfilosficadel subcontinente,sepuedenperfilaral menosdosdesarrollosdistintosdel fenmeno:por unlado, el caminoseguidoporEnriqueDussel, integrantedelsubsectoranalcticodel sectorpopulista,manteniendoelconceptodefilosofadelaliberacin;porelotro,la propuestadeHoracioCeruttiyArturoAndrsRoigdeconstruirunafilosofaparala liberacin.Laprimerapropuestaseasumeconperspectivamundial,ylasegundacon perspectiva nuestroamericana.12 De lamultitud de diferenciasque existen entre esos desarrollos, resaltamos una caracterstica metodolgica fundamental: mientras Dusselrealizaunareconstruccindeunahistoriamundialnoeurocntrica,enparticulardelas eticidades,dando relevancia a la tradicinsemita queno seorigina enAmrica, [...]Cerutti se ocupa de la construccin de una historia de las ideas nuestroamericanas emancipadoras que pone en cuestin al euro-latino-centrismo13 As,elcaminoseguidoporCeruttiyRoig,entreotros,harevitalizadouna disciplinadeaejatradicin,lahistoriade lasideas,quevistadesdesuperspectivano

11 Cf. Ibid. p. 203 y ss. 12 Cf. Cruz, Gustavo. op. cit. p. 41. 13 Ibid. p. 42. 7 es "un relato o crnica donde se suceden 'grandes' filsofos en el tiempo -sin espacio- y dondeunsistemadeideasoteorasengendraaotroenunaespeciedelimbodel pensamiento"14 Ms bien intenta mostrar el nacimiento y desarrollo de algunos de los conceptos dominantes de una organizacin socialyculturalatravsdelargosperiodosdecambiomentalyaspiraabrindarla reconstruccindelaimagenquelossereshumanossehanforjadodesmismosydesus actividades en una poca y cultura dadas15 Pero, la historia de las ideas se "superpone" a la historia de las ideas filosficas; y an ms, en la medida que el impulso de esta disciplina en el siglo XX coincide con el debate acerca de la existencia de la filosofa latinoamericana, y luego del surgimiento de lafilosofadelaliberacin,paraH.CeruttiyM.Magallnexisteuna"identificacin, que no pocos ejercen y no siempre sin razn, entre filosofa latinoamericana, historia de lasideasyfilosofadelaliberacin."16Aunquesiguiendoelenfoquedelosautores, mejorserahablarde"filosofahistoricistalatinoamericana","historiadelasideas filosficas", y las diversas expresiones filosficas para la liberacin latinoamericana. As,lapropuestadefilosofarnuestroamericanohundesusracesenestas tradicionesparaperfilarunampliohorizontetericoybrindarlasherramientas conceptualesnecesariasparaafrontarlacomplejarealidaddeNuestraAmrica,de modoque"lacuestinsocial"noseaartificialmenteeludida.Aunquelosriesgosde "reaccionarsloconsimplismostrivializandoelfenmenooprocurandoneutralizarlo con salidas mecanicistas o maniquesmos esterilizantes"17 siguen presentes. Por ello, al estudio "de los modos en que se ha ejercido la filosofa"18 se puede agregar el impulso que tanto los feminismos como el pensamiento de los pueblos originarios ofrecen a un filosofarabierto"alasdemandasextratericas,nicasquejustificanelesfuerzo terico"19. Nuestro filosofar no puede hacer abstraccin de las condiciones de marginacin en que sobreviven grandes mayoras de Nuestra Amrica, y tampoco puede perderse de

14 Cerutti Guldberg, Horacio y Magalln Anaya, Mario. op. cit. p. 15. 15 Ibid. p. 17. 16 Ibid. p. 32. 17CeruttiGuldberg,Horacio."Filosofarnuestroamericano".En:Configuracionesdeunfilosofar sureador. p. 16. 18 Ibid. p. 17. 19 Ibid. p. 24. 8 lossaberesypropuestasemanadasenlareginquetratanderesponderaestas condiciones.Nuestroplanteamientoasumeestascondicionescomounahuellaenel origendelareflexin,yambicionaaprovecharlariquezatericadelapropuestadel filosofarnuestroamericano,que"reconocecomopartedelarealidadapensarydesde dondepensarreflexivamentealasdiversastradicionesculturales(originarias, afroamericanas,criollasomestizas)como[...]problemaspolticosyculturalesque urgen un filosofar"20. Unodelosaportesdesdeelcualsepuedeprofundizarenesteprocesoes"la teoradelosdosojosqueasumelascategorasdeclaseydepertenenciatnicacomo categorasdeanlisisdelanuestrarealidad[aunqueagregando]unojoms,elde gnero"21.Esesta,pues,nuestralocalizacin,perodebemosinsistirenquelabreve presentacin expuesta no busca agotar el tema, sino perfilar la corriente de pensamiento alaquenosadscribimos.La cantidaddeherramientastericas,problemasyenfoques, tandiversosadems,quesumanelfilosofarnuestroamericanoestangrandequeslo tomaremos algunos conceptos y categoras que consideramos nos permitirn abordar el problema de la democracia en los casos propuestos. Esporelloquepasamosalasprecisionesconceptualesycategricasque utilizaremosenelanlisisdelmododeproduccindeldiscursodominantedela democracia.

20 Ramrez Fierro, Mara del Rayo. op. cit. p. 29. 21 Ibid. p. 32. 9 1.2 Modos de Objetivacin de la realidad. Pensarelproblemadelademocraciaremite,enprimerlugar,aunaprofusa bibliografaqueseremontaalaGreciaAntiguayllegaanuestrosdas.Pasadoel vrtigoqueprovocasopesarlamagnituddelproblema,sepuedeacotarunpoco refiriendoalademocraciaenAmricaLatina.Enprincipio,descubrimosqueseha avanzadoconsiderandoque1)setratadeuntemadefilosofapoltica;y2) geogrficamente algo se ha delimitado. Noobstante,desdealgunasperspectivasestadelimitacingeogrficano significaunagrandiferencia,porquehabraquepasarporlasmismasfuentesquese retomaransisepensaraelproblema"enabstracto".PuestoquesetratadeLa Democracia,cmonorecurriraPlatn,ToquevilleoBobbio?Parecieraquehay requisitosquesedebencubrir.Noesnuestraintencindescalificarelestudiodeun determinado grupo de autores, ms bien la pregunta que cae con peso formidable sobre nosotros en este punto se refiere al sentido de tal labor. Esquenosresultaineludibleconstatarque"seabusaanhoydeconceptos apriorsticos, los cuales suelen entorpecer la comprensin del contenido de las ideas, de lascategorasyconceptoseinvisibilizanlaexperienciaenquesegeneranysurgen, deformando su interpretacin y sentido."22 Si,atendiendoaestaprecaucin,decidimosretornaraPlatn,Toqueville, Rousseau,etc.,parahistorizarelconcepto,oanalizarlocabalmente,ointerpretarlo coherentemente,noserqueelconceptoapriorsticodelqueabusamosseaeldela universalidad y atemporalidad de la propia democracia? Ascaemosencuentaquelaintencindeladelimitacingeogrficamsbien delimitaenotrosentidolapropiaproblemtica.Lareflexinsobreestonosllevaa concluir que no ambicionamos lograr un tratado universal y eterno, que pueda unirse a esa tradicin de pensamiento vlido para todas las pocas y todos los lugares. De hecho, esesaespeciedehaloqueportalademocraciaenlosdiscursosoficialesyciertos crculos intelectuales y acadmicos una de las principales motivaciones para la presente

22 Cerutti Guldberg, Horacio y Magalln Anaya, Mario. op. cit. p. 24. (nfasis en el original) 10 investigacin. Adems, nos interesa puntualizar que el presente estudio se desarrolla en la disciplina de Historia de las Ideas y no en el campo de la Filosofa Poltica. Paraaclararloanterior,establezcamosquepensarlademocraciaenAmrica Latina nos significa, adems de contextualizar el tema, una precisin epistemolgica. En efecto, nos parece que en primer lugar habra que especificar el estatuto epistmico de la realidad,ycmoydesdedndelaestamosabordando,paradefinirinclusoestoque entendemos por contextualizacin. Partiendo de que [ansiconsideramosque]larealidadesuntodoracionalconuncuerpodeverdades descubribles que tocan todas las preguntas concebibles, tanto tericas como prcticas y de que, a la vez, existe o puede haber un mtodo o mtodos que permitan el acceso a estas verdades23 Dichomtodoomtodosnopuedensustentarseenunapriorideductivoque hagaabstraccindelaexperienciaysuestructuraoconfiguracin.Nosenfrentamos entonces a una materia contingente, y evitar la frustracin frente a este hecho nos puede tentararefugiarnosenunsistemafilosficoformalquerechacelocontingente precisamente por eso, por contingente. Nosresultaentoncesindispensableprecisarlanaturalezayposibilidadesdel conocimientodelarealidad,esdecir,delaobjetividad.Asquenostomaremosla libertaddecitarunlargoprrafoquedescribeimpecablementeelenfoqueenquenos situamos: la'objetividad'eselmodocomoconstruimoselmundoparanosotros;esaquellaparceladelo real -infinito e inabarcable- que logramos meter dentro del crculo de luz de nuestra mirada, ms alldelcualestnlassombras.As,pues,laobjetividadsersiempreunaaproximacincuyo smboloestdadoporunaperennelneaasintticaalaquelacurvadelorealsiempresele escapa. Abandonadostodos losmitos delainmediatez,hemosdeinstalarnosdecididamenteen esemundocomplejodelasmediaciones.Sernecesarioaceptarquelaconstruccindela objetividad no podravanzarsinuna construccindelasujetividadyqueesas laboresson ala vez inevitablemente deconstructivas.24

23 Ibid. p. 17. 24Roig,ArturoAndrs.Teoraycrticadelpensamientolatinoamericano.p.163,citadoporCerutti Guldberg, Horacio. Filosofando y con el mazo dando. p. 57. 11 Dems est aclarar que esta asntota no se resuelve en una ecuacin, a la manera en que un sistema filosfico formal podra echar mano de la geometra analtica, porque el nfasis de la metfora se ubica en el comportamiento asinttico de la lnea y no en la propia recta. Abandonar los "mitos de la inmediatez" implica abandonar el esfuerzo por superarartificialmenteestatendenciadelcomportamientoyafrontarlacomounhecho constatable con el que hay que trabajar. Estacircunstancianosconvocaamirarlaobjetividadcomountrmino relacional, de manera que las mediaciones referidas, como objetivaciones, se construyen mediante (valga la redundancia) la construccin de la sujetividad, es decir, que expresan unaafirmacindesujeto.Pero,elanlisisnosepuedecentrarenlasobjetivaciones mismas,sopenadelograrslodefinicionesexternasaesteproceso.PoresoCerutti aclara que "[e]l objeto de estudio de la Filosofa nuestra no son las objetivaciones, sino los modos histricos concretos en que esas objetivaciones han sido realizadas"25 Estaideademodosdeobjetivacinhacereferenciaexplcitaalanocinde modosdeproduccindeMarx,ycomparteelorigenenlarelacinobjetividad-subjetividaddesarrolladaporHegel.Roigpartedeestaperspectivaasumiendoqueen estarelacin,elsujeto"seenajenaenundesplegarserealizndose.Ysurgirala paradoja,nosobjetivamosenajenndonos"26.Sinembargo,laenajenacincomo objetivacin no slo es una realizacin, sino que, siguiendo a Marx, tambin puede ser una alienacin, como en el caso del trabajo, cuya realizacinsignifica "desrealizacin" delobrero.AsqueRoigproponeunimportanteprincipioatomarencuenta:"toda alienacin implica objetivacin, pero [...] no toda objetivacin supone alienacin"27. ParaRoig,unodelosmodosdeobjetivacinquenonecesariamentesuponen alienacin,aunquelaposibilidadsiguelatente,esellenguaje.Enefecto,"mientrasel trabajo pone al sujeto frente al objeto [en cuanto "cosa"] el lenguaje, mediante el signo, desdobla'todalarealidad'yfija'loslmitesltimosdetodaobjetivacinposible,sea elladeentesreales,ideales,fantsticoseimaginarios'"28.Alrespecto,Ceruttiobserva que debemos atender no slo a estos modos de objetivacin, sino a su articulacin, que

25 Cerutti Guldberg, Horacio. Filosofando y con el mazo dando. p. 56. 26 Ibid. pp. 57 y 58. 27Roig,ArturoAndrs.CaminosdelaFilosofaLatinoamericana.p.61,citadoporCeruttiGuldberg, Horacio. Filosofando y con el mazo dando. p. 58. 28 Cerutti Guldberg, Horacio. Filosofando y con el mazo dando. p. 58. 12 se desdobla en "las relaciones entre modos de objetivacin y modos de produccin y las relaciones entre trabajo y lenguaje"29. Deformaquelosmodosdeobjetivacin,comocategoradeanlisis,resultan msampliosquelosmodosdeproduccinysusproblemticastericasnose corresponden necesariamente. Por esto mismo, las formas de alienacin que se observan primariamenteencuantoaltrabajosemanifiestanenloslenguajes.Considerarestas condicionesyabordarelestudiodelosmodosdeobjetivacinpuedeconduciral idealismoporcuantose tratadecategorasquenosiempreseobservanexplcitamente en la realidad. El "deslizamiento" hacia el idealismo se puede evitar recordando "que la conciencia no es anterior a lo social"30. Ahora bien, deca Roig que la construccin de la objetividad no puede realizarse sinlaconstruccindelasujetividad,queporciertonosecorrespondeconeltrmino subjetividad en los sentidos de arbitrariedad y particularidad. Es as que la primera "se constituyeensujetividadconstruyendolaobjetividad"31.Porestaraznlasujetividad tiene una prioridad "cualitativa" con respecto a la objetividad. Apropsito del comienzo de la filosofay su historia como lo refiere Hegel en su Introduccin a la Historia de la Filosofa, Roig afirma del sujeto que no es "singular, sinoplural,encuantoquelascategorasde'mundo'yde'pueblo'hacenreferencia justamente en l a una universalidad slo posible desde una pluralidad"32. El sujeto de la objetividadentoncesremiteaunnosotros/as(nosotres)33,yestaenunciacinllevaa nuestro autor a plantear la cuestin de la identidad de ese "nosotros/as". Siconsideramosquelaprioridad"cualitativa"delsujetoestrelacionadacon "unadimensinaxiolgica,valorativa,normativa,queharaposiblelaexperiencia,sin

29 Ibid. p. 59. 30Roig,ArturoAndrs.CaminosdelaFilosofaLatinoamericana.p.64,citadoporCeruttiGuldberg, Horacio. Filosofando y con el mazo dando. p. 59. 31 Cerutti Guldberg, Horacio. Filosofando y con el mazo dando. p. 61. 32 Roig, Arturo Andrs. Teora y Crtica del Pensamiento Latinoamericano. FCE. Mxico, 1981. Recuperado el 26 de noviembre de 2014, de http://www.ensayistas.org/filosofos/argentina/roig/teoria/introduccion.htm 33Nosabemossiseapertinenteenestetrabajo,peronosgustaradiscutirelespacioneutraldel castellano; los esfuerzos que hemos observado por construir una comunicacin no sexista usan la x o la @ en su redaccin, aunque por fuerza de la costumbre parece que al leer nosotr@s terminamos leyendo nosotros. El uso dela e nos parece factible; la propuesta se la debemos a laMtra. Avril Arjonay en nuestracotidianidadhemoscomprobadounaruptura/intervencindenuestrosesquemasmentales, nuestros y de nuestras amistades. 13 la cual no habra experiencia y, menos, el conocimiento y saber que a toda experiencia acompaa"34,dimensinalaquedenominaaprioriantropolgico,yqueademsse tratadeunsujetoplural,cuyaempiriarespondeaesemismoaprioriencuantola temporalidaddeesesujeto"nosefunda,nienelmovimientodelconcepto,niel desplazamientolgicodeunaesenciaaotra"35;entoncessepuedeafirmarque"la sujetividadysuconsecuenteidentidadnoseinventan,aunqueseconstruyan discursivamenteapartirdesujetosempricos,loscualessondetectablesalamirada escrutadora"36. Es as que detrs del esfuerzo por caracterizar los modos de objetivacin est la preguntaporelsujetopluralysuidentidad,puesdetrsdetodaobjetivacinhayuna afirmacin de sujeto. Este retorno al sujeto precisa de puntualizar la nocin de a priori antropolgico.Recuperandolaideadelafilosofacomoun"pensamientoquese cuestiona a s mismo", y en relacin a la crtica kantiana, Roig traslada el problema de la "crtica de la razn" a una "crtica del sujeto". Con ello, explica nuestro autor, nopretendemosinvalidar laexigenciadedeterminar formasaprioride larazn [...] Loques nos parece evidente es que el a priori antropolgico "recubre" las formas lgicas sobre las que se organizaelpensamientoencuantoquelanecesariaafirmacindelsujeto,suautovaloracin, constituyeunsistemadecdigosdeorigensocial-histrico,queseponedemanifiestoenla estructura axiolgica de todo discurso posible.37 Esta afirmacin le otorga "su unidad y sentido" a la normatividad de la filosofa. Normatividad que por la misma razn no es "externa" o "agregada", sino constituyente de la filosofa en cuanto saber crtico. Con esto, "La filosofa rompera as los marcos de un restringido saber contemplativo y revelara su dimensin prctica"38, de modo que la filosofa sera un "saber de vida" antes que un saber cientfico, pero no a la manera del vitalismo de Ortega y Gasset, sino como filosofa "entregada a lo social"39.

34 Cerutti Guldberg, Horacio. Filosofando y con el mazo dando. p. 62. 35Roig,ArturoAndrs.Teoraycrticadelpensamientolatinoamericano.p.12,citadoporCerutti Guldberg, Horacio. Filosofando y con el mazo dando. pp. 64 y 65. 36 Cerutti Guldberg, Horacio. Filosofando y con el mazo dando. p. 65. 37 Roig, Arturo Andrs. Teora y Crtica del Pensamiento Latinoamericano. FCE. Mxico, 1981. Recuperado el 26 de noviembre de 2014, de http://www.ensayistas.org/filosofos/argentina/roig/teoria/introduccion.htm (nfasis en el original) 38 Cerutti Guldberg, Horacio. Filosofando y con el mazo dando. p. 76. 39 Cf. Ibid. p. 77. Nota 74. 14 Es por ello que abordamos el tema de la "funcin social de la idea", por cuanto noseestudiacomoconcepto,sinocomopalabradentrodeundiscurso,comoidea "textualizada"40.As,"[l]aideaser[...]discursivamentecomunicadaparaconseguir mediarentrenosotrosyla'realidad'"41.Deformaquelarealidadsiempreestar mediada,peronoporellenguaje,sinoporlashablas,entantosonstaslasque constituyen la objetivacin, "la cual llena de contenido a una cultura."42 Estainevitablemediacinpodraimplicaruncallejnsinsalidaapartirdelas afirmacionesanteriores,puescmopodraconfrontarseunaideasinelacceso inmediatoalarealidadqueverbaliza?Paraabordarlacuestinproponemosla definicindeRoigde"universodiscursivo"ysusdefinicionesasociadas.Enprimer lugar, el universo discursivo sera latotalidadposiblediscursivadeunacomunidadhumanaconcreta[...]Enelsenodeese 'universo discursivo' se repite el sistema de contradicciones y su estructura depende de l. En su mbitosurgeloquenosotrosconsideramoscomo'texto',elquevendraaser,encadacaso concreto, unade las tantasmanifestacionesposiblesdeaqul universo. Desde nuestropuntode vista, se dan de este modo diversos niveles contextuales, uno de los cuales, el inmediato respecto detodotexto,eseluniversodiscursivodelcualessumanifestacin[...]podemosconsiderar como regla general, que todo texto en cuanto discurso, supone un 'discurso contrario', potencial oactual.Ladiferenciaentreel'discurso'yel'discursocontrario'esbsicamentedenaturaleza axiolgicalo cualseponedemanifiesto enunadiversaorganizacin codal.Podemosdecir,en este sentido, que el contexto inmediato de todo discurso es su 'discurso contrario', que puede no tener incluso manifestaciones propiamente discursivas.43 MsadelantedefineRoigunaformaantitticadediscursoquenose correspondeconlanocindediscursocontrarioporqueconsisteenunainversin simple de la jerarqua de valores del discurso de referencia y la llama antidiscurso.44 Sin embargo,nuestraatencinsecentrareneldiscursocontrario.Hayqueobservarque estos"discursos"sonemitidos,receptados,etc.porsujetos.Sirecordamoselapriori antropolgicoexpuestolneasatrs,quetieneuncarcteraxiolgicoantesque gnoseolgico en la medida que hay una afirmacin o negacin como valioso del sujeto,

40 Cf. Ibid. p. 86. 41 Ibid. p. 109. 42 Ibid. p. 107. 43Roig,ArturoAndrs."Historiadelasideas,TeoradeldiscursoyPensamientoLatinoamericano"en Anlisis.HomenajeaArturoAndrsRoig.p.110,citadoporCeruttiGuldberg,Horacio.Filosofandoy con el mazo dando. p. 111. 44 Cf. Cerutti Guldberg, Horacio. Filosofando y con el mazo dando. p. 112. 15 sera en ltima instancia a este sujeto al que hara referencia la naturaleza axiolgica del discurso,conlocualnoseproponeuna"historiadelosdiscursos",sinoelestudiode "las condiciones de produccin de los mismos"45. Esgraciasaestoquelamediacinnoseraevitable,peros"controlable".En virtud de la dimensin axiolgica previa a la gnoseolgica del a priori antropolgico, la "estructura ltima [de todo discurso] se enuncia fundamentalmente en juicios de valor, a los que quedan supeditados los juicios de realidad"46. Aqulla dimensin opera tanto en ellenguajecientficocomoenelordinario,yaunqueenelprimeroseestructurael "mundodelossignificados",laemergenciadediscursoscontrariosnoleesprivativa. Enestesentido,losdiscursoscontrariosmanifiestanuna"desestructuracin"delos cdigos del discurso establecido, que es la forma en que la facticidad social irrumpe en la universalidad de la mediacin, o bien, relativiza su autonoma. Conestasprecisiones consideramos posibleavanzarhacia elsiguiente captulo, dondeestudiaremosalgunospresupuestosextraepistemolgicosenlahistoriadel discurso de la democracia que afirmamos como dominante en la actualidad. Esperamos mostrarqueenestediscursotalespresupuestosfuncionanosetomanpor epistemolgicos,definiendonoslolajerarquizacindelostrminosalinteriordel discurso, sino sus propios lmites.

45 Cf. Ibid. p. 113. 46 Ibid. p. 114. 16 Captulo 2. El modo de produccin del discurso de la democracia en Amrica Latina 2.1 Contexto de importacin de una idea Enlamedidaqueconsideramoslanocindediscursocomounamanifestacin especfica del universo discursivo de Amrica Latina, afirmamos que existe un discurso delademocraciadominanteenlaregin.Estediscursodominanteseexpresade diversasformasyendiversosmbitosdenuestrarealidad,perocreemosposible reconstruirsucaracterizacinmsgeneraldemodoquepuedanubicarseconclaridad sus enunciaciones particulares. Elprimerpuntoailustraresquelaconfiguracindelaideaactualdela democracianosepuedeubicarenlatradicinlatinoamericanadereflexinsobreel concepto anterior a la dcada del ochenta, de forma que es posible hablar de una ruptura afinalesdeladcadadelsetentaentreeltratamientodeltemaprevioalapocayel tratamientoposterior.Unodelosaspectosms visiblesdeestaruptura eselintersde las ciencias sociales en la democracia como objeto particular de estudio en la dcada del ochenta. Antes de esa poca, sutratamiento estaba referido, comparado o contrapuesto con otros temas como "revolucin", "desarrollo", etc., yse enmarcaba en teoras como de la dependencia, de la modernizacin, etc.47 As que es hasta la dcada del ochenta que la proliferacin de estudios temticos delademocraciaapuntaalaconstitucinde"teorasdelademocracia"dentrodela disciplinadelascienciaspolticas.Paracontinuarconnuestroplanteamiento, trazaremosunalneahistricadeestedesarrolloretomandolapropuestadeCarlos FrancosobreelmismoensuobraAcercadelmododepensarlademocraciaen Amrica Latina.

47PodemosubicarellibrodePabloGonzlezCasanovaLademocraciaenMxicopublicadoen1965 comoposiblerefutacinalodicho.Noobstante,esteestudiodelademocraciaseenmarcaenlateora ms general de sociologa de la explotacin, integrando en el anlisis las categoras de desarrollo, poder y relacionessocialesdeexplotacin.Enestesentido,eltextoreferidosemantienedentrodelosmarcos tradicionalesde estudiodelademocraciacomoloshemosesbozado.Cf.GonzlezCasanova,Pablo.La democracia en Mxico. Ed. Era. 6 ed. 1974. Caso similar, aunque con evidentes diferencias tericas, es el de Gino Germani, cuyos anlisis de la democracia, el autoritarismo y el populismo estuvieron supeditados aunapreocupacinmsgeneralporlateoradelamodernizacin.Cf.Mera,CarolinayRebn,Julin (Coords.).GinoGermani:lasociedadencuestin.Antologacomentada.CLACSO.BuenosAires.1a. ed., 2010. 17 Enprimerlugar,nuestroautorobservaunprocesodeespecializacincreciente delas cienciaspolticas enAmricaLatinaapartirdelosaosochenta, formandouna suerte de autonoma en la disciplina. Ambos fenmenos, tematizacin independiente de lademocraciayautonomadelascienciaspolticas,estaranrelacionadosentresy referidos a dos fenmenos tericos que los posibilitaran:laformacindeunslidoconsensosobrelairreductibilidaddelapolticaaexplicaciones causales provenientes de otras esferas de la realidad y, [...] la correspondiente postulacin de que el movimiento y direccin del rgimen poltico eran obra de sus caractersticos actores actuando en el marco de sus distintivas reglas, instituciones y cultura48. Estoscuatroelementossignaraneldesarrollodelaideadominantede democraciaenlareginhastanuestrosdas.Francodivideelcaminorecorridoporel conceptohastamediadosdelosnoventaentresetapasdiferenciadasporotrastantas temticascentrales:unintersporlas"transicionesderegmenesautoritariosa democrticos"enelprimerquinqueniodelosochenta,elreemplazodelintersporla "crisis de gobernabilidad" en el segundo quinquenio de la dcada y, finalmente, el paso al estudio de las "democracias delegativas" en los noventa. Envirtuddequesetratadeunesquema,losrangostemporalesson aproximativos,peromantenemoslaesquematizacinporresultarnosmsimportante quelaperiodizacinespecficaloselementosextratericosqueilustranlosperiodos propuestos.Enestesentido,unprimerelementoarescataresloqueelautorperuano denomina"elhumordelosanalistas".As,"elregistrodel'tonomodal'desus reflexiones nos indica el pasaje de una actitud inicial expectante, entre cauta y optimista [...] a otra de relativo desencanto y frustracin [...] para finalmente transformarse en una actitud distante y crtica"49. Estos cambios de humor se relacionan, segn el autor peruano, con lo que llama "dficit de previsibilidad". Este trmino le sirve para ilustrar una aparente paradoja de la poca, "mientras ms se saba lo que estaba ocurriendo con el rgimen, menos se saba loqueocurriraconl"50.Conestonoafirmanuestroautoruncambioenla epistemologa de la poca que implicara el mero descriptivismo, sino la presencia de un

48 Franco, Carlos. Acerca del modo de pensar la democracia en Amrica Latina. p. 27. 49 Ibidem. p. 29. 50 Ibid. p. 30. 18 supuestonoexplcitosobreeldestinodelademocracia,loqueaquelloscambiosde humor en los analistas avocados al tema haran patente. Como elementos precedentes al origen de la idea de democracia que analizamos, sedebemencionarelconjuntodegobiernosdictatorialesenAmricaLatina,conla especificidad que signific en Sudamrica a partir de mediados de los sesenta. Aunque no podemos argumentar en extenso por razones de espacio, creemos necesario resaltar, entreotrascaractersticas,laperfeccionadaybrutalrepresincontralosgrupos opositores, su extensin a sectores eximidos de la misma por dictaduras precedentes, y su coordinacin entre los gobiernos militares de la regin, con las excepciones de Per y Ecuador.Estehechorepresentunadiferenciacualitativaconrespectoalconjuntode dictaduras que les precedieron y al mismo tiempo las coordin entre s. De modo que la represinseorienttambinhacialosintelectualesyacadmicos"deizquierda" considerados por los militares como "idelogos" del "caos". Otro de los elementos que preceden a la constitucin de la idea de democracia es la crisis de lo que podramos llamar el "paradigma desarrollista" en las ciencias sociales delaregin.Enefecto,ascomoenelprimerapartadodelpresentecaptulo mencionamos un "paradigma liberacionista" en la Argentina de las dcadas del sesenta ysetentaqueformabapartedelambienteenquesedesarrollaronlasfilosofasdela liberacin y su relacin con otras disciplinas y organizaciones sociales, para el caso de lascienciassocialesanivelregional,lascorrientesmsinfluyentesdelapocase debatan en torno al tema del desarrollo con sus respectivas formas de enfoque, entre las quepodemosmencionaralapropiateoradeladependencia,lateoradela modernizacin y el enfoque de la Cepal. Laconsideracindeestastresteorasnoslosedebeasurelevanciaenlos debates tericos y polticos del momento, sino tambin a la influencia de sus aportes en laspolticaseconmicasdegobiernosypropuestasdemovimientossocialesenlos distintos pases de la regin. Adems, cabe mencionar que una parte representativa (por su influencia, no por su nmero) de los tericos de la dependencia particip activamente en el desarrollo de la idea de democracia que estudiamos. Noestdemscomentarlapresenciadelmarxismocomoreferentepositivoo negativo de estos debates, pero igualmente influyente. De hecho, las principales crticas 19 desarrolladascontralasversionesmarxistascorrientesgirabanentornoal "reduccionismodelosenfoquesbasadoseneldeterminismoeconmico,el descubrimiento de las autonoma de las distintas 'esferas' y actores de la realidad y [...] laausencia enMarxylosmarxistasdeuna'teoradelEstadoyelrgimenpoltico"51. Aunquehuboexcepcionesaestasituacin,comoelcasodeAgustnCueva,noes posible hablar de un marxismo o corriente marxista que confrontara estas crticas desde ciertaunidadtericaespecficaniquetuvieralamismainfluenciaregionalques tuvieron las tres corrientes mencionadas. EncuantoalaCepal,lasdificultadesenfrentadasporlospasesquese encontrabanenlaprimerafasedelasustitucindeimportacionesparaavanzarala segunda fase, la responsabilidad que se le atribuy por las "recurrentes crisis del sector externo como de procesos inflacionario-recesivos, y los problemas confrontados por los Estadoslatinoamericanosparacumplirelpapelquesuenfoqueleshabaasignado"52, aunado a las crticas recibidas desde los aos sesenta por el marxismo y las teoras de la dependencia,seconjuntaronparadisminuirsuinfluencia.Pero,sobretodo,la orientacineconmicadelosgobiernosmilitarestendiaromperenmayoromenor medida con las polticas del Estado deBienestar, que era lamatriz terica dela Cepal, demodoquesusaportesdejarondeserconsideradoseinclusocomenzaronaser combatidos por los gobiernos en turno. Por su parte, la relacin que haba articulado entre modernizacin y democracia envirtuddelacategoraderacionalidadpoltica,quevinoaserrefutadaporla profundizacindelamodernizacinprecisamenteporlosgobiernosgolpistasdela poca,termincuestionandoalateoradelamodernizacin,algradoqueunodesus principales representantes lleg a expresar seras dudas sobre sus presupuestos.53 Msimportanteanparaesteestudioresultalacrisisdelasteorasdela dependencia. El argumento que esgrime Franco para su explicacin articula

51 Ibid. p. 36. 52 Ibid. p. 37. 53Cf.RoitmanRosenmann,Marcos."EldesarrollodelasociologaLatinoamericana".PensarAmrica Latina:Eldesarrollodelasociologalatinoamericana.BuenosAires:CLACSO.Recuperadoel26de noviembre de 2014, de http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/campus/roitman/02Roit.pdf. pp. 60 y ss.Aunqueelenfoquedelautorexcedeelnuestro,creemosqueencuantoalncleodelargumentode CarlosFrancosobreelanlisistericodelasrelacionesentreestructurasocialyrgimenpolticoson coincidentes. 20 porunlado,lafaltaderespuestastericas[...]alosdesafosplanteadosporeldesarrollo econmico de los pases del sudeste asiticoy la nuevamodalidad dedependenciade laregin queemergeenlossetentay,porotro,losextraoscriteriosempleadosenesosaospara verificar la plausibilidad y consistencia de las teoras o enfoques sociales.54 Esa falta de respuestas se debi en cierta medida a la dedicacin "casi obsesiva" de los tericos de la dependencia a debatir sus propias diferencias en lugar de actualizar su teora. A su vez, los "extraos criterios" a los que se refiere consisten bsicamente en la utilizacin de la esfera poltica como lugar de verificacin de los postulados tericos, demodoqueelascensodelosgobiernosautoritariossetomaron"comoconfirmacin emprica, no slo de los errores tericos y vacos conceptuales de los enfoques marxista y dependentista [...], sino tambin, lo que resulta decisivo, de su mutua implicacin"55. Para el autor peruano las corrientes "duras" de estas teoras habran validado esta interpretacindesdesusmismosplanteamientos,perolellamalaatencinelcasodel brasileo Fernando Henrique Cardoso por cuanto su enfoque era bastante ms receptivo alaheterogeneidadpolticapersistenteenunamismafasededominacin,ascomo prestabaintersalaespecificidaddelosprocesospolticosysociales,todolocualse evidenciabaensupropuestade"desarrollodependienteasociado".Paraelautor,la propuestadeCardosotena,epistemolgicamentehablando,mejoresposibilidadesde actualizacinenlascircunstanciasimperantesafinesdelosaossetenta,engran medidaporladiferenciacindelasesferasdelasociedadylaespecificidaddesus correspondientes enunciados tericos. Precisamente, es apartirdelanlisisdeldesarrollointelectualdeCardosoen la poca que nuestro autor ilustra uno de los elementos ms relevantes en la configuracin de la idea de democracia en los ochenta. Nos referimos a lo que denomina "autonoma relativadelapoltica". Utilizando elcasodelautorbrasileode manera paradigmtica nosloporsuinfluencia,sinoporconsiderarquesusreflexionesantecedeny contribuyenaconfigurarlaideadedemocracia,Francoanalizala"ambivalencia conceptual"delasrelacionesentre"economa"y"poltica"eneltextodeCardosode 1979SobrelacaracterizacindelosregmenesautoritariosenAmricaLatina,lugar donde ubica con mayor nitidez el punto de inflexin terica que plantea.

54 Franco, Carlos. op. cit. p. 37. 55 Ibid. p. 39. 21 As,nuestroautorresaltalacrticadeCardosoenesetextoalateoradela modernizacin, consistente en "la comprobacin emprica de una relacin general entre modernizacin econmico-social y democratizacin poltica inversa en su direccin a la enunciadaporlateoraquecuestiona"56.Talcomprobacinempricasuponequela relacingeneralnorequierecubrirtodosloscasosreferidos,ascomoquelas excepciones no invalidan la regla, pero precisan de hiptesis especficas en el marco de la relacin postulada. Avanzando en el texto de Cardoso, Franco observa que la misma comprobacin emprica le lleva a rechazar la identificacin entre fase de acumulacin y rgimen propuesta por las corrientes "economicistas" de la teora de la dependencia y el marxismo, slo que utilizando en este caso las excepciones a la relacin general. EstascrticaslellevanaCardosoaproponerlabsquedade"gradosde compatibilidad" entreEstadoscapitalistasdependientesytiposdergimenpoltico.Al respectosepreguntaporlasposibilidadesdedesarrollodeunrgimendemocrticoa partirde las contradicciones socio-econmicas de los Estados capitalistas dependientes delaregin.Surespuestaenfatizaladificultadparaunageneralizacinqueenglobea todaAmricaLatinadebido,segnFranco,aque "elcriterio que estempleandopara definiruna'relacingeneral'tienepocoquever,sialgo,conelqueuspara fundamentarsurechazoalaaplicabilidaddelateoramodernizadoraenAmrica Latina"57. A pesar de esta dificultad, Cardoso expone algunas caractersticas fundamentales delosEstadosautoritariosqueanaliza,comosucarctercapitalista.Noobstante,para Franco,eldebateimplcitoconel"economicismo"distraealautordeestarutaporla quepodraestablecerunarelacingeneralquedcuentadeestosEstadosbajolos criterios implcitos en su crtica a la teora de la modernizacin para despus abordar los casosparticulares.Albrasileoleresultaimposiblevinculardemaneradirectaalos regmeneslatinoamericanosysuspolticaseconmicasporlapropiaexigenciade vinculacin directa. Franco indica que adems de las ambivalencias entre los conceptos de general y particular,eneltextodeCardososeevidencialadificultadparaarticularlosde necesidad y libertad. As,

56 Ibid. p. 50. 57 Ibid. p. 52. 22 el problema aqu no es reconocer [...] los grados de indeterminacin existente entre estructuras y accinoentreaccinyresultados,sinosiesosgradossontalesqueimpidenelhallazgode regularidades o pautas generales que es, por otra parte, la tarea de la ciencia.58 De esta manera, Cardoso apela a reconocer el carcter ambiguo de la historia, y luegotrasladaelreconocimientodelmismocarcteralapoltica,enrazndelocual finalizaconunaapuestapor"lacapacidadpoltica"delaoposicinalosregmenes autoritarios para proponer soluciones a los problemas que el autor prev imposibles de resolver por estos ltimos. En palabras de Franco, el brasileo respalda su apuesta no en el "reconocimiento de'losaspectoscontradictoriosoinesperados'quelapolticapresenta,sinodesu contrastecon'lasexplicacioneslgicasycoherentes"59,asimilandounconcepto "subjetivo" a un plano de realidad "objetivo". Es decir, que ante la "ambigedad" de la poltica, el talento de los "actores" fungira como pauta para sus posibilidades de acceso al poder, independientemente de las condiciones exteriores a la arena poltica. Lasconsecuenciasdeestedesplazamiento,paraFranco,nosloimpidenel anlisisdelarealidadpoltica,sinoqueimposibilitanaCardosoafundamentarsu apuesta"enunplanoquenofueraeldesusdeseos"60,pueselmovimientoreferidole privdesupropiomarcoterico,queentrminosdelautorperuano,sepuede considerar como la ruptura con los "fundamentos histrico-estructurales". Esporelloqueparaelperuano,coneltextodeCardosoquedaronpendientes tres cuestiones: [1)]lainteligibilidaddelapolticayelencuentro,ono,deexplicacionesparaella[...2)]la determinacindelaaptitudoineptituddelosparmetroshistrico-estructuralesparala comprensinyexplicacindelmovimientodeunaesferasujeta[...]auntanaltogradode indeterminacin [... y 3)] la predecibilidad del curso que seguiran tanto el proceso de transicin poltica abierto con la crisis de los regmenes autoritarios como los regmenes democrticos que podan eventualmente reemplazarlos61

58 Ibid. p. 54. 59 Ibid. p. 55. 60 Ibid. p. 56. 61 Ibid. p. 67. 23 2.2 El discurso del economicismo y su antidiscurso: el politicismo Pararegistrarelcursodeestasproblemticasabiertas,Francorecurrealas contribucionesdelautorargentinoGuillermoO'DonnellcompiladasenTransiciones desdeungobiernoautoritario,porconsiderarqueenstasrespondealascuestiones planteadas,ademsdelainfluenciadelaobraejercidaenlasCienciasPolticas posteriores. Para el autor peruano resulta ilustrativo que, como en el caso de Cardoso, el argentinohayamostradointers,ensucrticaalateoradelamodernizacinyel anlisisdelEstadoburocrtico-autoritario,enestudiarlasrelacionesentrela "economa"yla "poltica",algradoqueentrelascrticasrecibidas enlossetentase le llegara a imputar el cargo de "economicista". LarespuestaalascuestionesplanteadasapartirdeltextodeCardosose encuentra,siguiendoaFranco,enelprimeryltimocaptulodelcuartoyltimo volumendelaobradeO'Donnell.Loprimeroqueobservaelperuanoesqueenel primercaptulo,elargentinocaracterizaalosprocesosdetransicinporsu "extraordinaria" incertidumbre, y ms adelante por su "alto grado" de indeterminacin.Esta observacin le parece importante porque la identificacin de estos trminos ilustraeldesplazamientoepistemolgicoqueseguirelenfoquedeO'Donnell.La diferencia encubierta as de estos trminos radica en la divisin de las dimensiones que elautordefiniconocasindelacrticadeltextodeCardosocomo"subjetiva"y "objetiva".Laincertidumbreestararemitidaalnivel"subjetivo"entantoexpresala incapacidaddelossujetosparadefinir,precisarelcursooprevereldesenlacedelos acontecimientos,situacionesoprocesosdelosqueparticipanoqueobservan.Porsu parte,laindeterminacinsehallaenladimensin "objetiva"enlamedidaquesonlos mismosacontecimientos,situacionesoprocesoslosqueimpidensuconocimiento,lo que dejara a la propia ciencia incapacitada para su tarea. Elmatizgradualdelaaseveracinimplcitaconestaidentificacin(el"alto grado"deindeterminacin)noreducesusconsecuenciasentantonoconduceal argentinoabuscarprecisamentelosaspectosdelatransicinquepresentenun"bajo grado"deindeterminacin.AunqueFranconocuestionala"extraordinaria" incertidumbreprovocadaporlastransiciones,espuntualsobre"larelativaestabilidad durante su desarrollo del rgimen de propiedad, el control oligoplico de los mercados, 24 la desigualdad distributiva, el poder y la influencia castrense en el Estado, los patrones dependientes del intercambio econmico con el exterior, etc."62, con lo que el debate de fondo es qu tanto influyen estos ltimos factores en la determinacin de la poltica. Conceptualizandoestaproblemticacomodelasrelacionesentreestructuras socioeconmicas y procesos polticos, Franco resalta la afirmacin de O'Donell sobre la necesidaddeunateoradela"anormalidad"paradarcuentadelastransiciones, tomando como referente de teora normal un enfoque que contemple ambas esferas. Pararespaldarlanecesidaddeestateora,elargentinoestablecealarraigodel rgimenpolticocomorequisitoparaquelasestructurassocioeconmicaspuedan contribuirasuexplicacin,demodoquela"'metodologadelaciencianormal'es inapropiadaparaabordarsituacionesderpidocambiodondeesosmismosparmetros deaccinpoltica[categoraseconmicas,sociales,culturalesypartidarias]se encuentran en transformacin permanente"63. Lo cual le llevar a precisar que el efecto causaldelos"factoresestructurales"sepuedeverificarsloalargoplazo,pues"[l]os clculospolticosinmediatos[...]nopueden'deducirse'detalesestructurasnipueden 'imputarse' a ellas salvo quiz como un acto de fe equivocado"64. Finalmente,enelltimocaptulodelvolumencuartodelaobratratada, O'Donnellreconoce"laexistenciadeloquedenomina'restriccionesbsicas'delos procesosdetransicin"65.Valindosedelametforadelajedrez,figurandoconelrey losderechosdepropiedaddelaburguesayconlareinaalasfuerzasarmadas, especifica la prohibicin de cobrar al rey e incluso darle jaque mate, as como restringir losmovimientosdelareina,delocontrario,secorreelriesgodequestabarraasus opositores o pate el tablero y siga jugando a solas. Enesemismocaptuloproyectaunfuturonomuyprometedorparalas democraciasposibles,pueslaorganizacinonodelossectorespopularestendraun papel relevante para acelerar el proceso de la democracia, pero no para transformar sus

62 Ibid. p. 73. 63O'Donnell,Guillermo."Conclusionestentativassobrelasdemocraciasinciertas".En:Transiciones desde un gobierno autoritario. pp. 16 y 17, citado por Franco, Carlos. op. cit. p. 76. 64O'Donnell,Guillermo."Conclusionestentativassobrelasdemocraciasinciertas".En:Transiciones desde un gobierno autoritario. p. 18, citado por Franco, Carlos. op. cit. p. 80. (nfasis de Franco) 65 Franco, Carlos. op. cit. p. 77. 25 contenidosdebidosobretodoaestasrestriccionesdel"juego"ylaimprontaque probablemente dejarn en el futuro del mismo. Sinembargo,estoscontenidosdelcaptulofinaldesutextosonpresentados comosecundarios,pueselesfuerzodeO'Donnellalolargodesuobrasehaestado centrando en crear herramientas conceptuales razonablemente adecuadas para abordar las opciones y procesos enlosquetodapremisaacercadelarelativaconstanciaypredictibilidaddelosparmetros sociales,econmicoseinstitucionales(y,portanto,desupoderdescriptivoyexplicativo) resulta patentemente inadecuada.66 Habraqueanotar,siguiendoaFranco,quelapostulacindeaquellas restriccionesenunciadasenlasconclusionesnorequirideuna"teoradela anormalidad",puessupostulacinestbasadaenlasherramientasconceptuales "normales"quemanejO'Donnellenladcadadelossetenta.Porciertoquela afirmacindeesasrestriccionesnoponeenpeligrolasafirmacionesparticularesque apuntaran a la especificidad de la poltica en cada caso, sobre todo por la forma en que las enuncia: como restricciones y no como explicaciones absolutas de las posibilidades del rgimen democrtico. La relevancia para el autor peruano est en que la disyuntiva anormal-normal de lateoracomolapresentaelargentinorespondeaunainterpretacindelasrelaciones entreestructurassocioeconmicasyprocesospolticoscomodecausalidaddirecta, reiterandoconello,peroahorademanerainversa,elerrordel"economicismo".Enla medidaqueestainterpretacinnoesasumidaexplcitamenteporelargentino, considerando el matiz gradual de indeterminacin con que caracteriza a la transicin, se explicaqueelpapeldeterminantedelasestructurassocioeconmicasseloasignea largo plazo; sin embargo, lo que no responde en su texto (y como su objeto de estudio sonlastransicionesnotendraporquhacerlo),eslaformaencmooperaesa determinacin. Elproblemaentonceseselmodocomolasestructurassocioeconmicastienen unpapelenlaconfiguracindelosprocesospolticos,seaacortooalargoplazo.Lo queFrancoargumentaesqueelaplazamientodelamencionadadeterminacinno

66O'Donnell,Guillermo."Conclusionestentativassobrelasdemocraciasinciertas".En:Transiciones desde un gobierno autoritario. p. 17, citado por Franco, Carlos. op. cit. p. 76. (nfasis de Franco) 26 modificaqueserealicemediantelospropiosactoresdelosprocesospolticos,deotro modo se llegara aunenfoquedeterministams'perverso'anqueel'economicista'.Enefecto,paraquedicha explicacinfuncionedeberadeconcebirelpapeldedichosfactoressegnlaslgicasde'la astucia de la historia' o la 'mano invisible' cuando de los resultados de la historia o el mercado se trata67 La posible refutacin a esta objecin es observar que el inters de O'Donnell se hallaenlaspropiastransicionesynoeneldelasrelacionesentreestructuras socioeconmicasyprocesospolticos,porloquenotendraqueocuparsedelasunto, peroestoesprecisamenteloquebuscaresaltarestaargumentacin,pueselautor argentino trabaja sobre un supuesto epistemolgico que los opone como aspectos de la realidad separados entre s. Loquesepuedeestablecerhastaaquesqueeldebateimplcitoconel "economicismo" y la incertidumbre y expectativas que las transiciones generaron en los propios analistas influyeron subrepticiamente en sus enfoques sobre la democracia. As seentiendequealnoencontrar relacionesdirectas(deterministas)entrelasestructuras socioeconmicas y los procesos de transicin, se justificara la ineptitud de las primeras paracontribuiralainteligibilidaddetalesprocesos,recurriendoporelloaltalento, concienciayvaloresdelosactores,suinteraccinentresyconlasreglase institucionescomosusnicosfactoresdeterminantes,transformandoconellola indeterminacin en autodeterminacin de la poltica. Pero,decamosqueestaperspectivacomparteconel"economicismo"un problema epistemolgico, a saber, el "trato de la economa y la poltica como si fueran rdenes, para decirlo de algn modo, 'ontolgicamente' diferenciados de la realidad y no artefactos analticos creados para su conocimiento"68. Slo partiendo de esta separacin sepuedeargumentarlaconocidarelacinestructura-superestructura,pueslo fundamentaldeesteesquemanoestantoelpapeldeterminantedelaestructura econmicasinolaseparacinnecesariaparaqueunaesferadelarealidaddetermineo supedite a otra de esa manera. Esto llevaba a los "economicistas" a estudiar la economa comounaesferaindependiente(y,porsupuesto,reguladora)delarealidad.Siguiendo

67 Ibid. p. 81. 68 Ibid. p. 58. 27 este camino en el anlisis de las relaciones entre estructuras socioeconmicas y procesos polticos, pero en sentido inverso, el "economicismo" se transforma en "politicismo". Esquemticamente,elrecorridoepistemolgicoiniciaentoncesconla incertidumbre,queseconvierteenindeterminacin,paraterminarcomo autodeterminacin.Aclaremosquenoesnuestraintencinenfatizarelpapelqueuna esfera, la economa en este caso, tiene en el resto de los rdenes de la realidad, sino que esperamosilustrarlaprofundidaddelarupturadeCardosoyO'Donnellconsus enfoquesanteriores,queFrancollamahistrico-estructuralesyubicaenlamayorade lostextosproducidosenlapocadelintersporlastransiciones.Estarupturaysus consiguientesdesplazamientosnofueronexplcitosniseteorizaronlossupuestos,de modoquepodemosubicarenlasmetforasdelapoca,queposteriormentese conceptualizan, la marcadelarupturamencionada.Como ejemplovamosatomardos imgenes, la del juego y la de actor. Conrespectoalaprimera,eljuegoconquesefiguraalapolticaenlas transicionesnoesunodecarcterinfantilnimuchomenosunjuegodemanos,como tampoco apela a la versin recreativa de algn deporte. La imagen ms recurrente es la del ajedrez, y como tal, la tarea cientfica se representa por la bsqueda de las reglas que lorigen.Ntesequeeljuegosellevaacaboentredosyhayunaprimeraasuncinde igualdaddelosparticipanteseneljuego,puesaunquesereconozcaqueunodelos jugadores siempretiene laposibilidaddepatear eltablero,mientrassesiganlasreglas los competidores tienen las mismas posibilidades de ganar. Adems,larelacinentrelosjugadoresyeltableroseenajena,comosilas condicionesdelapartida,eljuegoincluido,noafectaranalosprimeros.Comonose tratademeroesparcimiento,yloqueestenjuegocorrespondealosinteresesdelos participantes,lagananciaconjuntalasapuestasdeloscontrincantes,yaqueltrmino incluye tanto el sentido del pacto para ganar algo como el de poner en riesgo un monto, a la manera de los casinos. EstecarcterazarosoyaapareceinclusoeneltextodeCardoso,comolo anotamosantes,ylaapuestanospareceesclarecedoradelveladoesfuerzodelos tericosdelapocaporasumiresacondicinazarosasinqueporellola"poltica" perdieratodainteligibilidad.Laeleccindelaimagentambinpuedeserproductodel 28 intentoporenajenarlabrutalidaddelascondicionesimpuestasporlosmilitares, simbolizandoelenfrentamientonosloconunaimagenmssuave,sinoposible.El gorila se convierte as en el abusn de la clase. Elproblemano eslaimagenutilizada,sinoque laimagenterminerigiendolos estudios en la materia. Si bien es importante conocer las reglas del juego, el anlisis no puede agotarse ah, supongamos[...]quelossacerdotesdeRuritaniajugasenunapartidaanualdeajedrezpara determinarlavoluntadde losdioses: comoesobvio, nobastaraconocer lasreglasdel ajedrez paradescubrirelsentidodelrito-aunque,desdeluego,noseaparanadairrelevantequeopten por jugar al ajedrez y no por sacrificar criaturas o matarse entre s. (Ni siquiera hace falta viajar aRuritania:lasreglasdelajedreztampocodanaccesoaloscontenidospatriticosquepuede movilizaruntorneointernacionaloalossignificadosdiferentesdepartidasquesejueganpor puro placer, por ganar dinero o por seducir a alguien).69 En cuanto a la imagen del actor, aunque remite al verbo actuar, como se usa en sociologa,suusocorrienteenlascienciaspolticasevocatambinelsentidodela representacindramtica,sobretodoensurelacinconelescenario,enajenndola como sucede entre los jugadores y el tablero en el caso del juego. Esta observacin nos regresaalocomentado delasrelaciones entreestructurassocioeconmicasyprocesos polticos, pues la relacin actor-escenario nos permite ilustrar cmo la "economa" apareci ante la accin poltica de dos maneras: o por la va de las consecuencias de su funcionamiento [...] o por su presentacin como una "maquinaria-objeto" [...] La "poltica" apareci,porsuparte,comoelmbitoenquesusactoresconcertanoseoponen,segnsus poderes, opciones o talentos, para enfrentar las negativas consecuencias de la "economa" o para "administrar" su maquinaria, cuando sta opera "normalmente" o sin "mayores problemas"70 No est dems reiterar que nuestro nfasis no se ubica en las relaciones entre la "economa"yla"poltica",sinoencmooperaunadefinicinespecficadeestas relacionessinqueseaexplcita.Porciertoquetampoco es laposturade Franco, quien explica que "las estructuras [...] no son 'crceles' o universos cerrados, sino que actan a travsdesussignificadosparalossujetosquelassufren"71;aplicandotantopara estructuraseconmicascomoculturales,polticas,etc.Esenestesentidoquepuede

69 Nun, Jos. La rebelin del Coro. p. 105. 70 Franco, Carlos. op. cit. p. 71. 71 Ibid. p. 60. 29 quedarclaralacrticanohacialaespecializacindelasdisciplinas,enestecasolas ciencias polticas, sino a la reificacin del objeto de estudio de las disciplinas. Con esta aclaracin aprovechamos para comentar que tampoco se trata de refutar la necesaria revisin de los conceptos y categoras en que se basaban los anlisis de las ciencias sociales hasta la dcada del setenta. Pero, la argumentacin ha tratado de hacer patente que la ruptura con lo que O'Donnell llam ciencias sociales "normales" se llev acabosobrealgunospresupuestosepistemolgicoscomunes.Aunquenosepuede reducirtodalaproduccintericadeladcadadelochentahastanuestrosdasenlas ciencias polticas a la discusin de un par de temas, creemos posible ubicar un conjunto de presupuestos que en mayor o menor medida la marcaron. EstoseobservaconsiderandoeltrabajodecompilacinenTransicionesdesde un gobierno autoritario, pues si bien la variedad de enfoques en las investigaciones de loscasosnacionalesfuerespetada,serequirideciertoscriteriosparaqueesa diversidadsepudieraconjuntar.Alrespecto,losresponsablescomentaronsu disposicinde"ponerelacentoentrestemasgeneralescompartidos,queanuestro juicio bastan para asegurar un grado de convergencia tan razonable como el que permite la considerable variedad de material emprico y la escasez de pautas tericas previas."72 Estos "temas" -ms bien criterios tericos, nos aclara Franco-, son 1) la consideracindela instauracinyeventual consolidacin delademocraciapolticacomo unobjetivodeseableensmismo;2)lapostulacindelaaltaincertidumbreoindeterminacin delastransiciones;y,3)laasuncindelainadecuacindescriptivayexplicativaque,con respecto a esos procesos, presentaban los parmetros normales de la ciencia social.73 Establecidalaincertidumbre74,loscoordinadoresmanifiestanelacuerdosobre ciertosconceptosypremisasqueabarcanlosenfoquesdelamayoradelostrabajos compilados(anotandoquehuboalgunasexcepcionesaesteacuerdo).Aquesdonde apareceelproblema,puesFrancocomenta,yconrazn,quelostres"temas" mencionadossonenrealidadcriteriostericos,pueslosconceptosdefinidosylas premisasexpuestasdanelcontenidodelosdosltimos"temas",demaneraquelos

72O'Donnell,G.,P.SchmitteryL.Whitehead.Transicionesdesdeungobiernoautoritario.Vol.IV.p. 15, citado por Franco, Carlos. op. cit. p. 95. 73 Franco, Carlos. op. cit. p. 95 74Resultasugerenteelttulodelprimercaptulodelvolumen,dondelosresponsablescomunicanestos tres "temas": "Introduccin de la incertidumbre". (nfasis nuestro) 30 anlisis terminaran porconcluir con la reafirmacin de los supuestos en virtud deque noselesplantearaexpresamentecomotalesyconellosepusieranenjuegoenla investigacin. Encuantoalprimertema,Francollamalaatencinsobresuimportanciapor cuantosuexposicindisociademocraciapolticadejusticiasocialeigualdad econmica, considerando adems prioritaria a la primera. [r]epreseaquenqueestacuriosaformadedisociarinstitucionalidadpolticademocrticay oportunidades para la igualdad o la justicia social concluy siendo en los ochenta una tpica sea de identidad del modo convencional de pensar la democracia en la regin.75 Nos interesa destacar del autor peruano su especulacin sobre los motivos que le dieronorigen.Primeroafirmaquetaldisociacines"contradictorianosloconlas teoras liberales de la democracia poltica, sino con el propio funcionamiento de sta en los pases occidentales"76, y supone que los compiladores concuerdan con ello, pues en reiteradospasajesdelaobra(enloqueserefierealostrabajosdelospropios coordinadores), dejan clara su postura en favor de integrar tanto la equidad econmica y lajusticiasocialcomootroselementosextraprocedimentales.AsqueparaFranco,la razndelareferidadisociacinseubicaen"laconfusindelosautoresentre enunciados normativos y enunciados 'fcticos'"77. Setrataradeunaparticularlecturadelasituacinenqueresultaevidentela imposibilidaddeladvenimientoconjuntodegobiernoscivileseigualdadeconmica, porejemplo.Este"realismo"se"infiltr"enelpostuladonormativodelademocracia como"deseableperse",yaunquenosignificlarenunciaoelolvidodelosotros contenidos, se termin decretando su postergacin. Por cierto que esta perspectiva dara pie al "enfoque etapista" de la democracia, pero su abordaje excede el inters de este captulo. Lo que nos importa recuperar aqu es lareduccindeladefinicindedemocraciaagobiernocivilrepresentativo,yla imposibilidaddeestaidentificacinsielpapelatribuidoalosactorespolticosenlos anlisis de los cientficos sociales de la poca no hubiese sido tan determinante.

75 Ibid. p. 97 76 Ibid. p. 97 77 Ibid. p. 98 31 Enefecto,lascondiciones"estructurales"deAmricaLatinamoderabanel optimismo de O'Donnell, como lo dej claro en el ltimo captulo del IV volumen de la obra referida y se ha revisado antes, de forma que las expectativas de que la transicin a gobiernos civiles representativos indujera a una futura igualdad econmica y social slo podan basarse en el talento, los valores y cultura de los actores polticos, elementos de losquetambindependera,apartirdelmismosupuestoepistemolgico,lapropia "consolidacin" de la democracia. Aestohabraqueagregarelambienteenquelosgobiernosrepresentativosse tornaronelobjetivopolticocentral,enelqueinciden"elpapeljugadoporlas violencias y horrores de la represin militar en el surgimiento de la necesidad poltica de derrotarlos,[...]lageneralizadasensacindederrotapolticaexperimentadaenesos aos,comolaprevisindeunainviabilidaddelargoplazoparalosproyectosde transformacin socioeconmica"78. Desdefinesdelossetenta,yaenelanlisisdelosEstadosautoritarios comienzan a surtir sus efectos las "dificultades" para relacionar "economa" y "poltica", demodoquepuedenobservarseenlapocalamudanzadelanlisisdelEstado autoritarioenelmarcodelamodernizacinoladependencia,porelanlisisdel rgimenautoritariocomoobjetoindependientedelascienciaspolticas,loque"se corresponde con una alteracin de las orientaciones ideolgico-polticas de los analistas que concluye reconvirtiendo su anterior opcin 'por la transformacin de la sociedad' en la demanda del 'cambio de rgimen poltico'"79. Articulndoseconestedesplazamientotico,elrecursoalasteorasliberal-pluralistas de la democracia para el abordaje de esa "alguna otra cosa" (como la definen O'Donnell et al. en el primer captulo del cuarto volumen de su obra), se justifica en la inexistenciadelasherramientasconceptualesparasutratamientocomoobjeto independiente en la tradicin cientfica social de la regin. Pero, lo ms importante de este recurso es que en vista de laprevia crisis de lo queFrancollama"elenfoquehistrico-estructural",oelabandonodefinitivodel mismo,larecepcindelasteorasliberal-pluralistascitadasserealizasoslayandoel propio"enfoquehistrico-estructural"quesuponen,demodoqueelusodelas

78 Ibid. p. 122. 79 Ibid. p. 123. (nfasis en el original) 32 herramientas conceptuales que tales teoras proveen se vuelve "abstracto". Es as que los anlisishistrico-comparativos,cuandoselleganarealizar,comoenelcasode O'Donnell80,resultanselectivos,llegando"adescartardelasideasdeDahlo Schumpeter[porponerunejemploparadigmtico],todoaquelloquerecordabala precisa filiacin histrica del rgimen que analizaban"81. Anms,esterecursoimportabaunaideadedemocracia(lacorrespondientea las experiencias europeas occidentales), como si fuera la nica posible, o mejor, como si sudesarrollorespondieraalcursonaturaldelacivilizacinuniversal.Enefecto,si suponemos del formato demoliberal de rgimen que suscaractersticasreglas,institucionesyactorespodanserdesenraizadosdelcuadrode procesoshistricosenqueseforjaronyconsolidaronoriginalmente[yque]sueventual implantacinenlareginnoprecisaba,almenosnecesariamente,investigarenlosprocesos histricos que conformaban sus sociedades82 entoncesesposiblepensarsuimportacinacrtica,comosisetrataradeun conjuntodeinstrumentosutilizablesencualquierlugaryencualquierpoca,ala manera de una "caja de herramientas", nos dice Franco. Estacircunstancia,asuvez,refuerzaelargumentodequesonlosactoresysu pericia en el uso de esta "caja de herramientas", lo que decidir el xito o fracaso de su implantacin. Cuando las transiciones dieron paso a la "crisis de gobernabilidad" en los interesesdelosestudiososdeltema,ylasmoderadasexpectativasdeiniciosdelos ochenta comenzaron a mostrar contrariedad, las razones se encontraron en tales sujetos, demodoque"[l]abibliografalatinoamericanadelosochentaynoventa,sibien cubiertainicialmenteporadmoniciones,consejosyrecomendacionesalosactores polticos,evolucionfinalmentehaciaunaimplacablecrticadesucomportamiento como a las culturas polticas 'populistas' de los pases"83. Noobstante,estacrticanocuestionelcarcterdemocrticodelosgobiernos enlaregin,detal suertequeelanlisisdelasresistenciasconfrontadas diopie auna

80 Cf. Ibid. pp. 128-210 para un anlisis de la experiencia europea de construccin democrtica y la crtica a la "analoga histrica" de los enfoques de la transicin. La extensin y tratamiento del proceso referido y sus consecuentes crticas exceden el marco del presente apartado. 81 Ibid. p. 125. 82 Ibid. p. 211. 83 Ibid. pp. 211 y 212. 33 corrientede"adjetivacin"delademocracia,claramentediferenciabledeotrascrticas queadjetivaronalademocraciaporelsupuestodeunaideadedemocraciacomo universal,yporellomismo,universalizable,loquenosregresaba,paravariar,ala versin de "pariente pobre", como afirma Franco, de la familia democrtica occidental. Estanuevanarracincoincideconlacadadel"socialismoreal"ylos consecuentesdiscursosqueplanteabanalosEstadosUnidosylaEuropaOccidental comomodeloydestinodelrestodelmundo.Asuvez,esta"cajadeherramientas" termin haciendo de fiel de la balanza, no ya para analizar la realidad, sino para juzgar los avances de la realidad para circunscribirse al modelo. Esto debera ser argumentado en extenso, pero supera tanto nuestras capacidades como el espacio del presente trabajo. LoanotamosparareferenciarelesquemadelquepartiFrancoencuantoalcurso temtico que siguieron los anlisis de la democracia. Porcierto,insistimosenqueelanlisisdelautorperuanodesbordalotratado aqueincluyeunainteresantepropuestapararecuperarelenfoque"histrico-estructural" en el anlisis del tema, compara la experiencia histrica de la democracia en losEstadosUnidosyEuropaOccidental,ascomoprofundizaenelesquematemtico de los anlisis de la democracia en Amrica Latina. Pero nuestro inters se ha centrado en esbozar algunos presupuestos que configuran el discurso dominante de la democracia yelmodoenque segestaron,parailustrarla emergenciadesudiscurso contrario.Es por ello que continuamos con el siguiente captulo. 34 Captulo 3. Democracia, discurso contrario Loanalizadohastaaqu nospermiteafirmarque nobastauna crticadelademocracia enlaregin,sinolacrticadelmododeproduccindeldiscursodominantepara examinar los presupuestos ambiguos, soslayados, o de plano encubiertos que esa crtica exhibe.Unacrticaquecarezcadeesteanlisiscorreelriesgodeapoyarseenlos mismospresupuestosque,pararetomar elapartadoanterior,nospuedellevaraoscilar nuevamentehaciael"economicismo",porejemplo,ocualquierotraformade antidiscurso, pero que en cualquier caso terminara norteando la reflexin. En este sentido, la crtica supone una revisin de los supuestos epistemolgicos desdedondeserealizay,consecuentemente,delosvaloresqueexpresantales supuestos. En el presente captulo intentaremos definir un discurso contrario al discurso dominantededemocracia,yporelloproblematizaremoslaunivocidaddeldiscurso contrario recurriendo a tres autores que, consideramos, lo expresan de distintas formas, o bien, se trata de diferentes discursos contrarios. Asentados como precedentes, estos discursos nos permitirn regresar al carcter ticoantesqueepistemolgicodelaprioriantropolgicoenunciadoenelprimer captulo, con lo cual esperamos estar en condiciones de articular lo utpico operante en lahistoriacontrescategoras(clase,etniaygnero),queconsideramosnecesarios referentes para la posibilidad del discurso contrario no slo al de la democracia, aunque el anlisis lo restringiremos al mismo. Es as que esperamos contar con las herramientas necesarias al final del presente captulo para abordar los casos propuestos desde una perspectiva problematizadora, que en lugar de aspirar a conclusiones definitivas sobre el tema aporte un granito de arena al complejo tratamiento que, afirmamos, requiere la idea de democracia. Noobstante, antesdeabordareldiscurso contrario, creemosnecesarioesbozar losmrgenesdeldiscursodominante.NospermitimoscitarenextensoaH.Cerutti, quienenformadetesisexponeloqueconsideraelncleotericodelpensamiento neoliberal, a su vez rector del discurso dominante de la democracia: 1.Se partedeunarelacin estadosociedadmvil,segnlacual aun adelgazamientodel Estadoparaeficientizarloseguiraunrobustecimientodelasociedad.Estonihaocurrido,ni 35 podra haber ocurrido en la regin, por el modo mismo en que surgieron los Estados nacionales. El resultado es que no slo se ha debilitado al Estado, sino tambin a la sociedad. 2.En una visin lineal etapista se piensa que primero se puede resolver la macroeconoma paraqueluegosusventajassetraduzcanenlamicro.Tampocohaocurridonipodraocurrir, porquelosprocesosmacroymicrosearticulanycondicionanmutuamente.Laetapamicro prometida nunca llega. Es como la zanahoria del burro, una especie de infinito malo. Hoy no se fa, maana s. Siempre es hoy. 3.Ley del goteo o las migajas. Si se produce mucho, algo gotear para los de abajo y poco apocoseirredistribuyendoelingreso,obienlasmigajasquecaerndelamesadelos poderosos llegarn a los dbiles y con ellas se podrn hacer un festn. Es menester argumentar? Noslonocaenadaparalosdeabajosinoque,segnlaleydelgallinero,selessometea explotacinforzosa.Delmismomodo,nuestrospasessehanconvertido,conlaexcusadela deuda, en exportadores netos de capital. 4.Habraqueaprovecharlasventajascomparativasdelaglobalizacinylarevolucin tecnolgica para producir ms y hacer de la exportacin el motor o la locomotora del desarrollo. El fracaso es notorioy se lo poda advertir previamente, dado que nuestra oferta de exportacin es muy limitada. Estamos como en el siglo XIX: pases casi monoproductores, exportadoresde materias primas, productores tradicionales o agrcolas. Sigue siendo economa del postre en una buena porcin. 5.Todaestapolticaestaraorientadaaenfrentardecididamentelacrisisdelcapitalismo parahacerledarunsaltocualitativo.Elfracasoeconmicoesmanifiesto,aunquetambin todavaasistimosalahegemonaideolgicadeunpensamientopretendidamentenico.La regindecreceosicrecelohaceatasasbajsimas,menoresalasdelassatanizadasetapas populistas anteriores. 6.Enunpeligrosorelativismolight,todosevale.Tenganustedessucultura,su democracia, su verdad. A la hora de las verdades verdaderas, nosotros tenemos la fuerza 7.EslahoradelosbloquesydelaaperturaalPacfico.Sinembargo,seguimosenel bilateralismo y no hay verdadera integracin horizontal, salvo que a la subordinacin vertical se la confunda con ella. 8.AhoraUSAnosnecesita.Pero,loincomprensibleesque,siesofueracierto,no negociemosnimanodeobra,niaccesoefectivoacienciasytecnologa.Enamboscasos estamosfrenteamercadoscerradosysuperprotegidos.Razones:seguridadnacional(por supuestodeUSA)enunmundosupuestamenteglobalizado,dondelassoberanasnacionales decimonnicas iran presuntamente cediendo 9.Las lites polticas se llenan la boca con consideraciones ticas y morales. Sin embargo, jams hemos vivido en medio de tal descaro, cinismo, corrupcin e impunidad frente a todo tipo de arbitrariedades. Es como si el Estado de derecho se hubiera ido de vacaciones. 10.ElconflictosocialseraunacuestindelsigloXIX.Ahoraslotenemospobresque requieren solidaridad. El conflicto de clases es pura ideologa en sentido peyorativo del trmino. Pero,lospobresnosalierondelaire.Nosoncomolasplantasolostemblores,fenmenos 36 naturales. Son producto de algo muy diferente a la visin bblica de que siempre los tendramos connosotros.Tienenhistoriayvaranconellas.Lospobresylapobreza.Adems,elnico modo de paliarla en este sistema es con consolidacin del mercado interno, trabajoy capacidad de compra de la poblacin, no con solidaridades caritativas. 11.Hemosllegadoalfindelaguerrafra.Pero,nohayningunaintencinefectivade desarme. Al desarme no le lleg la globalizacin Por cierto, estas tesis no agotan la panormica de esta ideologa, pero s ayudan a situarla.84 3.1. Democracia, discurso contrario. Primer acercamiento A propsito de la gobernabilidad, Marcos Roitman observa que desde la dcada delochentalosestudiossobreeltemaenAmricaLatinahansidodominadosporel tratopolifacticodelconcepto."Comodnquesirviparaadjetivarcualquiersituacin dondeelreferenteltimofueraelpactosocialyelconsensopoltico"85.Elconcepto funcion entonces para deslindar, afirma, los proyectos y objetivos polticos "posibles" de los "imposibles" en el marco de los procesos de transicin y posterior consolidacin de la democracia. Adems,estafuncinsearticulconelordencapitalistaparaterminarde establecerloslmitesdeaccinenelrubroeconmico.Demodoquesila gobernabilidad se corresponde con paz social y alternancia en el poder, los objetivos de laprimeraseorientanagarantizarlassegundas.Reducidaasaunadimensin procedimental,lagobernabilidadimplicaque "[e]lfuturoestdiseadoyenlnohay lugar para el caos y la incertidumbre"86. Vistaas,"[l]agobernabilidadsehomologaaunacategoraconstituyente, refundacionaldelpoderpoltico.Susmximassonracionalidadyeficacia"87. Cumpliendounafuncinlegitimadora,estasmximasapuntanaunobjetivo aparentementedefinidoyclaro:elprogreso.Esteconceptosetornaun"mitopoltico, dandolugaraunavisindelmundoenlaquelaaccinhumanaquedasometidaal devenirdelfuturosiempremejorquehabrndetraerloscambiostecnolgicosy cientficos"88.

84 Cerutti Guldberg,Horacio."Los riesgosde la democracia". En: Democracia e Integracin enNuestra Amrica. pp. 44-47. 85 Roitman Rosenmann, Marcos. Las razones de la democracia en Amrica Latina. p. 37 86 Loc. cit. 87 Ibid. p. 38 88 Ibid. p. 31 37 Taninexorablecomoelprogreso,elfenmenodelaglobalizacinsepresenta comoel"escenario"enquetalprogresohabrdeactuar.Laglobalizacinpresentada como un fenmeno cuasi natural, nos presenta retos que asumir, porque de lo contrario corremos el riesgo de quedar fuera: globalizarse o desaparecer, podra ser la mxima en estecaso89;queporciertosecuidabiendeapuntaraunsujetoespecfico,puescomo oportunidad, est abierta para todo el mundo, quedando fuera slo quienes se negaron a aceptarla. Frenteaestaidea,Roitmanafirmaque"[n]oesposiblepensarniconcebirla gobernabilidadalmargendelaformaydeltipodeEstadopropuestocomobasepara articular lo poltico"90. Pero no slo estn relacionados de manera simple, pues el Estado depende de la produccin de gobernabilidad para sobrevivir. Recuperando el estudio de Foucault donde explica el fenmeno de la "gubernamentalizacin" del Estado, Roitman lovincula con el carctercapitalistadelEstado actual,de formaquelagobernabilidad sepresentaprimariamente(aunquenoexclusivamente)comoordendeexplotacin. "Conelloseconfiguraunarealidaddondeelclculoracionaldelasaccionessociales basadas en la lgica del capital (la racionalidad econmica, cientfico-tcnica y jurdico-poltica) determina su accionar"91. Ycomosetratadeunprocesodialctico,estaformadegobernabilidades posibleatravsdelainternalizacindelprocesodevalorizacindelvalorenla sociedad,siendoposterioreslastareasdecontrolsocialdelapoblacin.Sienel principio del Estado capitalista est la explotacin, la tarea se orienta a racionalizar las conductas de la poblacin segn este marco gerencial, presentndose como garante de la librecompetenciay,desdeestaperspectiva,comouna"institucinneutral"."Esun ejercicioprcticodedespolitizacindelasfuncionesycontenidospolticosdel Estado"92. Describirestareduccindelagobernabilidadporsufuncindesdeyparael Estado capitalista contemporneo, no slo devela lo acotado de los enfoques que as la conciben, sino la restringidaperspectiva social que la legitima. Apoyndose en la tesis

89 Cf. Cerutti se pregunta qu o quienes se globalizan? A su respuestahabra que notar la contradiccin de una globalizacin negada a las personas (como migrantes). 90 Ibid. p. 40 91 Ibid. p. 42 92 Ibid. p. 43 38 deBoaventuradeSouzasobreelfascismosocietario,queplantealaemergenciadeun fascismo pluralista, en tanto rgimen social y de civilizacin y no meramente poltico, la democracia es posible siempre y cuando las opciones polticas se mantengan dentro de una accin tcnica especfica, de modo que "[l]os ciudadanos identifican gobernabilidad conexigiralosgobernantestemporalesunaracionalidadyeficienciaenla administracindelosserviciospblicosyenlaproteccindelapropiedadprivada"93. Asqueladiversidadpolticadentrodeestemarcoterminajustificandoeltrmino democrtico para este Estado capitalista. Siendolaeconomademercadolanicaforma"real"(porqueelrestoson utopas)desocializacin,estediscursoapelaalacompetitividadcomoorden estructurantedelavida cotidiana,detalsuertequelagobernabilidadsuelepresentarse comounreflejodelasaccionessocialespropiasdelmbitodelalibrecompetencia: como consumidores o como marchantes. El resultado de esta caracterizacin general del proyecto dominante de sociedad, segn Roitman, es la complementariedad entre democracia y economa de mercado; de maneraqueunproyectocrticoquepuedaserconsideradodentrodel"juego"dela democracia,slopuedellegaraseruna"opcinprogresista"entrelaspropuestas administrativas de la "ingeniera social" descrita. Esteanlisisllevaanuestroautoraproponerunvnculoentredemocraciay desarrollo,entendiendoporsteno"unconceptoeconmicoocuantitativo,sinouna cualidad inherente a la condicin humana puesto que incorporara los distintos mbitos deactuacindelapersonaensuvidasocial"94.Conestaidea,lapropuestade ciudadana no se resolvera como consumidores o marchantes, o no slo. Vinculada a esta concepcin del desarrollo, la democracia pierde su significado si se le reduce a una de sus dimensiones e incluso si se le niega alguna de ellas. Roitman noocultaelmvildesupropuestacuandoafirmaque"[n]oseraticamenteposible independizareldesarrollodelasdeterminaciones"95polticas,culturales,degnero, tnicasyeconmicas.Cuandolademocraciaseconsideraunasuntode"reglasdel juego", resulta evidente que no slo se le reduce a una de las dimensiones citadas, sino a

93 Ibid. p. 46 94 Ibid. p. 49. 95 Loc. cit. 39 unapartedeesasdimensiones.Alrespecto,el autorsepregunta "quinpuede jugar?, en qu consiste el juego?, para qu se juega?; y lo ms importante: quin define las reglas del juego?"96. Observando que la respuesta a esta ltima pregunta es la economa de mercado, unapropuestadeldesarrollointegralnoestarainvitadaaljuego,pues"[l]aexistencia formaldereglasdeljuego,igualesparatodos,nogeneranecesariamenteunorden polticodedesarrollodemocrtico.Lasdesigualdadesaparecenconanterioridadala propia reglamentacin del juego"97. As,unapropuestademocrticaalternativaestarafueradejuegodesdeel momentoenqueelcuestionamientosedirigeaciertospresupuestosdelademocracia procedimental.Sitalpropuestaapuntaalaciudadanapolticaconelobjetivodel desarrollointegral,seentiendequeestaramarcadaporeldebatepermanenteenla medidaqueelcambionoslocorresponderaaladimensinpoltica,sinotambinal resto de las dimensiones, y por ello la renovacin de sus contenidos especficos tendran que acompaar la contingencia de los sujetos reales. Msdetreintaaosdespusdelacrisisdeloquellamamos"paradigma desarrollista",Roitmanaseguraque"[s]losiserompenlasracesestructuralesdel subdesarrollopodrsurgirunproyectodemocrtico". Estaaseveracinnosorprendesi seconsideralaintegralidaddelconceptodedesarrollocomoloaborda,yesquizesa misma caracterstica la que pone de relieve las crticas al paradigma mencionado que ha asumido. Enefecto,observarelcarctercapitalistadelosestadoslatinoamericanos conducealaproblemticadelsubdesarrollo,peroenelmarcodeladiscusindeotro desarrollo,entendidostenoslocomofenmenoeconmicoestructurantey determinante de la realidad, a la manera del "economicismo", sino como despliegue de todas las facultades humanas. Sobre el desplazamiento terico de los ochenta, Roitman comenta que la falta de referenciaaunprocesohistricoconcretodelplanteamientoprocedimentaldela democraciaterminapresentndolacomouna"sumadevaloresuniversales",

96 Ibid. p. 54 97 Ibid. p. 55 40 deshistorizndolay"neutralizndola"ideolgicamente,comohabamosplanteado siguiendo a Franco. Sin embargo, para Roitman, la base de este movimiento terico se ubica en la relacin entre gobernabilidad y democracia. Entonces, "[r]estringir el debate democrticoaunadefinicinjurdicabuscandosimplementelalicituddesuprincipio presuponeunainstrumentalizacinqueocultaladimensinprcticaypolticadela misma"98. Esta instrumentalizacin, como prctica poltica concreta, oculta una posicin y una definicin de la democracia articulada al resto de las dimensiones sociales. Oculta, por ejemplo, las relaciones sociales ordenadas segn la lgica del capital, de modo que "loqueelordenpolticotienequereconocerylegitimaresunprocedimientoque legitimeladesigualdadsocial"99.Asuvez,talinstrumentalizacinexpresala universalidaddeunconjuntodevalores,apartirdelacualesposiblereinterpretarla historia de las ideas en clave democrtica, donde uno de los pecados ms grandes de "la izquierda" en Amrica Latina es su falta de compromiso con la democracia. As,lacrticatericano[slo]sehizohaciaelmarxismocomoformadeinterpretacindela realidad,ademssevinculconlahistoriadelaInternacionalydelmovimientocomunistay ambos con la descripcin de los socialismos realmente existentes, y a los socialismos realmente existentesselesconsiderregmenesantidemocrticosydictatoriales.Yasepodacerrarun crculoquedejabaelmarxismocomounaconceptualizacindelpasadoyasusrepresentantes como miembros de un paleoltico que terminaba con una autoexclusin voluntaria de lamarcha que cobraba la historia.100 Siendoesteelcaso,resultaunaprdidadetiempoproblematizarlaluchade clases y todo concepto que huela a "economicismo". No obstante, los problemas para la transicin a ese modelo democrtico exigan una explicacin que, como anotamos en el segundoapartado,adquirilaprcticadelaadjetivacin.Seobservaentoncesel siguientemovimiento:eladjetivonoreflejaunaconstruccintericaparaexplicarlos fenmenosresultantesdelatransicin,sinoquejustificalaobstinadanegativadela realidad a ceirse al modelo terico. Roitmanencuentraensurevisindelasadjetivacionesdelademocraciaun conceptoquedetermina,yporellohomogeniza,aestasadjetivaciones,setratadel

98 Ibid. p. 133. 99 Loc. cit. 100 Ibid. p. 141. 41 "orden democrtico". De este modo, "la democracia queda 'restringida' a su posible real y ste a una concrecin que se define como orden legtimo. Se busca primero el orden y luegolosgradosdedesarrollodelo'democrtico'"101.Coincidiendoasconelanlisis delaconfusinentre"enunciadosnormativos"y"enunciadosfcticos",yla presentacindelademocraciacomo"cajadeherramientas"querevisamosenel segundo captulo. Paranuestroautor,confrontaresteenfoqueprecisadedividirlaproblemtica democrticaendosmomentos,expresadosasuvezpordospreguntas:porqu democracia?, y para qu democracia? La respuesta a laprimera se puede ubicar en la bibliografareferidaasudimensinprocedimentalyseacercaraalosiguiente:"es 'buena'comoformadegobierno,deconvivencia,deconvergencia,deestabilidad,de gobernabilidad,deconcertacin,deconsensusy,adems,comogeneradoradereglas deljuegovlidasparatodos"102.Adems,esuna"posibilidadrealista",agregaramos nosotros. Acordando con esta respuesta, Roitman considera necesario pasar a responder la segunda pregunta, que ha sido pasada por alto. Pero, responderla requiere problematizar "ladimensinestructuralyestratgicadelademocracia[slovlida]cuandopoltica, social, econmica y culturalmente da respuesta a las grandes demandas y solucionan los problemas[dela]regin"103,referidosalapobreza,justiciasocial,igualdadmaterial, etc. Esto implica, en principio, extender la problemtica a esferas extra polticas, con locualseraposibleeldesplazamientodelenfoquedelajustificacintericadeuna realidadimperfecta,alintersporcomprenderlasdemocracias"realmenteexistentes" en la regin. Para fundamentar esta perspectiva el autor recurre a experiencias histricas que considera partcipes de una lucha democrt