Democracia, conocimiento político y abstención

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    DEMOCRACIA,CONOCIMIENTO

    POLITICO YABSTENCIO N

    JOS ANTONIO VALENZUELA GUADIX

    LA

    EVOLUCIN E

    INTEGRACIN DE

    LA POLTICA EN EL

    MARCO SOCIAL

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    PLATN:ESTE MODO DE

    GOBIERNO RECHAZA YPERVIERTE DE TODA

    EXCELENCIA.LA EXCELENCIA,LA DECISIN EXPERTA, LA

    CALIDAD ES SIEMPRE DE LOS

    POCOS.

    HA SIDO LA ECONOMA, EL SISTEMA DELIBRE MERCADO, EL QUE HA PUESTO DERELIEVE UNOS VALORES QUE SON LOS QUE

    CONFORMAN LA PERSONALIDAD DE LASPERSONAS. LA COMPETITIVIDAD ES UNODE ELLOS, UN VALOR, SI PUEDE LLAMARSEAS, QUE BUSCA EL XITO POR XITO Y ACOSTA DE LA ANULACIN DEL RIVAL.(GINER,SALVADOR ET AL.2000:104)

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    NDICE

    PGINAINTRODUCCIN 3

    I. DEMOCRACIA 1. Concepcin y evolucin de la democracia. 2. Los super-Estados. 3. Aspectos negativos de la democracia. 4. Conocimiento poltico. 5. Cimentacin en el individuo de los valores polticos. 6. Resumen primera parte.

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    1618222729

    II. VOTACIN Y POLTICA Cambio de valores y jvenes. Movimientos sociales: la protesta Resumen segunda parte

    32363941

    III. LA ABSTENCIN Explicaciones de la abstencin electoral. Como mejorar la abstencin. Datos, estadsticas y resultados sobre la abstencin. Resumen tercera parte.

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    IV. CONCLUSIN 65V. BIBLIOGRAFA 68

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    Introduccin

    La investigacin sobre el comportamiento electoral ha ocupado en gran medida

    el arte de las ciencias polticas. La organizacin y la implicacin de la ciudadana en la

    poltica, el abstencionismo electoral, el comportamiento y los factores que ataen a los

    votantes, dentro del marco democrtico, ha sido objeto de numerosos estudios de

    investigadores que desean hallar las claves para conocer y argumentar: cmo sucede,

    por qu sucede, en qu medidas sucede, qu o quines son los ms y los menos

    implicados,

    Unos autores loan la democracia como el arte supremo de orden social, otros

    en cambio, sealan una democracia en decadencia que poco o nada tiene que ver con la

    democracia soada tras la II G.M. (Segunda Guerra Mundial) .

    A lo largo de este trabajo se pretender dar respuesta y originar posibles

    reflexiones sobre cules son los factores que influyen en el comportamiento electoral y

    sobre todo en la abstencin. Una abstencin, creciente y constante, que desde un punto

    de vista superficial, aparenta una crisis democrtica. Los niveles de abstencin

    aumentan en todos los pases democrticos y ningn cambio en la forma de gestin dela democracia apunta a surgir. Las nuevas generaciones se afanan en solicitar cambios

    en su estructura, mientras que las generaciones ms antiguas (en parte consagradas en

    un sistema autoritario) se obstinan, en gran parte, por mantenerla tal cual. Ya sea por

    miedo a perderla, o por miedo a verla crecer. Est claro que si deslizamos la vista hacia

    atrs ningn orden social ha sido perpetuado eternamente, todos evolucionan hacia

    sistemas mejores o peores, pero la evolucin es obligatoria en s misma. La bs queda

    de otros posibles sistemas que mejoren el actual no debe ser concebida como un riesgo,sino como parte del progreso y evolucin hacia la mejora de la poblacin. La defensa de

    la libertad, en todos los sentidos posibles, debe ser sentida y defendida por la poblacin.

    La bsqueda de la perfeccin conlleva rozar la imperfeccin, para aprender a pulir la

    perfeccin. La organizacin del Estado en Super-Estados, o ms bien de economas a

    Super-economas, puede generar importantes desigualdades a nivel global. Las

    desigualdades tanto econmicas y sociales entre las antiguas democracias de Occidente

    y las dems formas de orden social, sobre todo en Oriente (cuya potencia ms potente es

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    China) marcan el conflicto del nuevo siglo. Donde se ver si es ms importante el orden

    econmico o las libertades en sus diferentes formas de expresin.

    Por ello, estudiar los problemas que acechan a la democracia , analizar su

    funcionamiento y las formas en las que los ciudadanos participan componen el objetivo

    principal de estudio de este trabajo. Si el objetivo esencial es conseguir un sistema

    poltico democrtico en el que las distintas convocatorias electorales disfruten de la

    participacin de la inmensa mayora del electorado, entonces es necesario estudiar de

    qu manera instituciones, lites y partidos pueden maximizar su capacidad

    movilizadora.

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    I. DemocraciaSegn la doctrina clsica, tal y como sta es presentada por Schumpeter, la

    democracia es un sistema institucional, pensado para llegar a decisiones polticas, querealiza el bien comn al hacer que sean los ciudadanos los que decidan sobre las

    distintas cuestiones mediante la eleccin de individuos que se renen con objeto dellevar a cabo la voluntad popular. (Schumpeter, 1979, citado en Fraile et al., 2007: 3) Aesto ms tarde Schumpeter aadi que en la democracia los individuos adquieren elpoder de decidir a travs de la lucha competitiva por el voto popular (Schumpeter,1979, citado en Fraile et al., 2007: 4)

    En el libro de Benedicto et al. (2009: 142) llega a la conclusin de que:

    Las definiciones normativas de democracia no se refieren a ninguna sociedadreal, sino que describen una aspiracin: cualquier valor de los que podemos asociaridealmente a la democracia se incumple en mayor o menor medida en las sociedades a

    las que normalmente reconocemos como democrticas. Siempre es posible formular unacrtica radical de cualquier democracia real, y consiguientemente denunciarla como unafalsa democracia. Y sin embargo, quienes han vivido bajo regmenes autoritarios raravez aceptan estas crticas radicales: por muy imperfecto que pueda ser un rgimendemocrtico [] Las definiciones empricas, por otro lado, conducen finalmente adecir que democracia es lo que la opinin pblica acepta como tal.

    Haciendo referencia a Benedicto et al. (2009: 143):

    Es evidente que cuanto ms exigente y ambiciosa sea una concepcinnormativa de la democracia menos sern los regmenes que puedan reconocerse como

    democrticos. En particular es muy frecuente contraponer la democracia formal(poltica) a la democracia social, que incluira la existencia de derechos sociales paratoda la poblacin y la reduccin de las desigualdades sociales [] Se puede decir ques, que un rgimen que cumpla los requisitos mnimos de una definicin emprica dedemocracia se ajustar tendencialmente a una razonable definicin normativa dedemocracia. En efecto: los candidatos a gobernantes sern seleccionados segn la mayoro menor proximidad de sus propuestas (o el recuerdo de los electores sobre susanteriores experiencias como gobernantes) respecto a los deseos mayoritarios. Sinembargo, tal seleccin no es automtica, sino tendencial. Por una parte, no hay ningnsistema de voto que garantice que, existiendo varias opciones (jerarquizadas de ms amenos deseables) para los electores, el resultado de la votacin sea ptimo respecto alas preferencias de stos (teorema de posibilidad de Arrow). Esto, lgicamente,

    significa que los resultados de un proceso electivo pueden estar paradjicamentealejados de las preferencias mayoritarias. Por otra parte, las propuestas (o la prcticareal, una vez elegidos) de los candidatos a gobernantes pueden chocar sistemticamentecon los deseos mayoritarios de los electores, por ser tales deseos irrealizables ocontradictorios con objetivos sociales fundamentales. A medio plazo cabe esperar quese modifiquen las expectativas de los electores (que stos se hagan ms realistas, pordecirlo as), pero a corto plazo, en cambio, lo previsible es que se extiendan en laopinin pblica sentimientos de desencanto y desafeccin respecto a la polticademocrtica.

    Es por ello, entonces que la aproximacin prescriptiva busca desarrollar unaconcepcin de democracia como tipo ideal. La aproximacin descriptiva, por tantoconsiste en observar la realidad e identificar las principales caractersticas de las

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    sociedades consideradas democracias. Los principios bsicos que una democracia debegarantizar para considerarse como tal, son la libertad de expresin, asociacin y voto, ladefensa de la propiedad o posesin de bienes y el derecho a la vida.

    En sentido amplio, la democracia es una forma de convivencia social en la que

    los miembros son libres e iguales y las relaciones sociales se establecen de acuerdo amecanismos contractuales. (Arias, 2005)

    Segn Lipset, una democracia estable requiere una situacin en la cual todoslos partidos polticos principales incluyan partidarios provenientes de muchos sectoresde la poblacin. Un sistema en el cual el apoyo que reciben los diferentes partidoscorresponde demasiado estrechamente a las divisiones sociales bsicas no puedecontinuar sobre una base democrtica, puesto que refleja un estado de conflicto tanintenso y tajante como para desechar el acuerdo. (Lipset, 1987: 29)

    La estabilidad de cualquier democracia dada depende no solamente del

    desarrollo econmico, sino tambin de la eficacia y la legitimidad de su sistemapoltico. Segn Lipset (1987: 67): la eficacia significa verdadera actuacin, el grado enque el sistema satisface las funciones bsicas de gobierno tales como las consideran lamayora de la poblacin y grupos tan poderosos dentro de ella como lo son las altasfinanzas o las fuerzas armadas. Muchos son los grupos que manifiestan que la sociedadse puede sustentar y mantener a travs de la participacin directa del pueblo en lasdecisiones que les ataen, pero otros muchos autores sealan est funcin comoimposible. Como dice Giner: es imposible que un grupo tan grande (el pueblo) y difusogobierne. En una sociedad, siempre un grupo de lite gobierna con el consentimientodel resto. (Giner, Salvador et al. 2000: 114). Bien, porque es imposible que un grupotan grande est informado de los problemas que ataen a las sociedad y de cmo actuarfrente a ellos (desinformados), o bien, porque la sociedad manifieste poco inters por laasuntos ya bien porque no les afectan directamente, porque les aburren o por el costeque supone dicha informacin y proceso de aprendizaje (desinteresados). Adems existeun problema que se denomina como la regla de la mayora o tirana de la mayora.La cual consiste en que una mayora de personas pueden perjudicar e incluso oprimir alos derechos individuales y la proteccin de las minoras.. Se podra entrar as, a su vez,en una espiral del silencio como argumentaba Noelle Neuman. En la que losindividuos se retraeran en expresar sus opiniones por miedo a como pueda actuar opensar la mayora. Con lo cual, el principio bsico de la democracia quedaracondicionado a lo que opine la mayora y no a lo que fuese ms correcto.

    Hay cuatro modos de participacin poltica: el voto, las actividades de campaaelectoral, las actividades comunitarias y los contactos particulares con polticos. Otrasformas de participacin son las protestas y huelgas. Ests ltimas mantienen unimportante vnculo con actividades polticas en los pases del mediterrneo y en especialen Espaa. Mientras que en el resto de Europa Central y Oriental no expresan relacinalguna, salvo excepciones.

    Segn Anduiza (1999: 1):

    La participacin electoral es, para la gran mayora de los ciudadanos, la nica

    forma de participacin poltica ejercida con cierta regularidad. En segundo lugar, unaparte clave del funcionamiento del sistema poltico contina jugndose en la arena

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    electoral. Las elecciones parlamentarias libres y justas no slo producen la legitimidad yla representacin necesarias para el funcionamiento de un sistema poltico democrtico,sino que tambin son un elemento clave en la formacin de los gobiernos [] El actode votar es demasiado limitado para reflejar la esencia de la democracia o para serconsiderado como relevante en el desarrollo personal del individuo.

    La participacin del ciudadano en la poltica es el nico medio por el cual lacapacidad de respuesta del gobierno puede estar garantizada, ya que es sumamenteimprobable que los gobiernos respondan a las demandas de aquellos que permanecenpasivos. La democracia y los valores democrticos slo pueden realizarse a travs de laimplicacin extensiva e intensiva del ciudadano en la poltica. (Anduiza, 1999: 5) SegnArias (2005) junto a la idea de la democracia como proteccin, la tradicin liberaltambin alberga una concepcin de la democracia como desarrollo. Basada en la ideade que la participacin poltica en las instituciones democrticas contribuye aldesarrollo moral y social de los ciudadanos que se vuelven ms activos e instruidos, ymoralmente mejores.

    La participacin electoral es la forma ms institucionalizada de participacinpoltica y se encuentra canalizada casi exclusivamente a travs de los partidos y delsistema de partidos influyendo en las pautas y en la intensidad de la participacinelectoral (Anduiza, 1999: 135) Desde el punto de vista individual, la votacin es lanica forma de participacin poltica que combina tres caractersticas excepcionales:universalidad de acceso, igualdad de influencia y un carcter privado e irresponsable(Rokkan, 1961, citado en Anduiza, 1999: 10) La votacin requiere una cantidad detiempo, habilidad e iniciativa por parte del individuo relativamente pequea. El tiempoy los procedimientos llegan a los ciudadanos claramente establecidos, y estos debensimplemente seguir las reglas.

    Segn Verba y Nie (1972):

    El papel de integracin social es un importante factor favorecedor de laparticipacin electoral. El status socioeconmico, as como otros factores como laestabilidad de la residencia o el estado civil son caractersticas sociodemogrficas queimplican un mejor acceso a la informacin y la cultura, una red ms densa decomunicaciones interpersonales, y de esta manera, un ambiente, que genera estmulos,incentivos y presin social favorables a la participacin.

    Tambin en un nivel de anlisis individual el modelo de los recursossocioeconmicos establece que ciudadanos con altos niveles de educacin, ingresoselevados y de clase social acomodada acuden a las urnas con mayor frecuencia, porquedisponen de los recursos necesarios para votar y suelen desarrollar el tipo de actitudespolticas que favorecen la participacin.

    Por otro lado, factores como la afiliacin a organizaciones polticas y de otrotipo pueden incentivar la participacin de los sectores sociales ms desfavorecidos,reduciendo el impacto que el status socioeconmico puede tener en la participacinelectoral. (Verba y Nie, 1972)

    Aquellos ciudadanos integrados en la sociedad estn expuestos a flujoscontinuos de comunicacin particularmente fuertes en el perodo pre-electoral, creanopinin y tratan de convencer a otros sobre cmo votar, o bien son convencidos porfamilia, amigos o colegas. (Anduiza, 1999: 30) De esta manera los individuos ms

    integrados establecen numerosos vnculos con el entorno recibiendo as mayor

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    informacin y pudiendo contrastar mayor nmero de ellas, tambin puede ocurrir que alrecibir ms informacin adapte las mismas acorde a sus ideologas y opiniones, sinopinin crtica. De cualquier forma estos individuos son los ms influyentes y mscercanos a la teora del doble flujo o teora de comunicacin en dos etapasdesarrollada por Lazarsfeld, junto a Katz en 1955.

    Pero la democracia representativa no se caracteriza como un gobierno del saber,sino como gobierno de la opinin. Es decir, que a la democracia le basta con que elpblico tenga opiniones. Para que una opinin sea del pblico tienen que darse una seriede condiciones, propias del liberalismo democrtico: libertad de pensamiento; libertadde expresin; libertad de organizacin. (Arias, 2005)

    Pero como sucede en la actualidad, ests libertades quedan coartadas a medidaque se sufre una crisis no democrtica sino econmica, la cual a su vez activa laprimera. As, el gobierno tiene que actuar para modificar la opinin pblica (actuandosobre los medios de comunicacin, con medidas como el priming o framing, o

    eliminando directamente algunos contenidos en la esfera nacional) Con lo que quedancoartadas las libertades ms. Con el fin de producir una imagen (que en ltimainstancia viene a ser el desarrollador de la economa, en muchos casos) hacia losmercados. Poniendo a disposicin de los mismos, una vez ms, las garantas y libertadesdesarrolladas a lo largo de siglos. Marshall (1992): en este caso el problema clave es elde conciliar el desarrollo de los derechos polticos y sociales de los ciudadanos con unaeconoma capitalista que entraa desigualdades econmicas y de privilegio, que parecenser consustanciales a la propia existencia de las sociedades democrticas.

    El correcto funcionamiento del mercado requiere unas condiciones decompetencia perfecta, que impidan la proliferacin de monopolios y establezcan eladecuado ajuste entre oferta y demanda, expresado en el correspondiente sistema deprecios (Arias, 2005). Para ello todos los pases deberan de instar unas normascomunes de mercado y unos derechos civiles iguales para todos.

    Aun as, los pases que sufrieron una dictadura o alguna forma de gobiernototalitario y que entraron tarde en democracia sufrieron tambin una industrializacin

    tarda. Una industrializacin tarda conlleva a su vez, un desarrollo ms lento de la clasemedia y menos reivindicaciones sociales por su parte. Lo que produjo una educacin dela clase obrera ms lenta y una evolucin en la educacin inferior a los pasesdemocratizados con anterioridad. Si nos fijamos bien en los pases de la UE que hansido o que estn en peligro de ser rescatados se establece un vnculo con los pases que

    ms tarde entraron en democracia, como son Grecia, Portugal y Espaa (Italiamanifiesta una democracia a su forma ya que los medios de comunicacin estncontrolados y muchas informaciones internas son eliminadas). Irlanda a su vez fuecolonia inglesa hasta mediados del siglo XX.

    Una caracterstica del pblico del totalitarismo es que deja de creer lo que lecuentan. En gran parte, esto es lo que sucede en la actualidad, donde sobre todo lasociedad ms joven busca mtodos alternativos de bsqueda de informacin, dejando delado los habituales canales de comunicacin. Las redes sociales (Twitter, Facebook,)abren nuevos canales de informacin que podran facilitar la informacin veraz. Encambio, un aumento en la informacin no se traslada a un aumento de la capacidad

    crtica de los mismos. Estos nuevos mecanismos de informacin tampoco implican quelos temas considerados como ms importantes sean los temas tratados.

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    Segn (Arias, 2005) El pblico es ignorante. Efectivamente, podemos concluirla falta de atencin, desinformacin, distorsin perceptiva y, en general, total ignoranciade los pblicos de masas. Slo un 10 20 por cientosegn los pasesde la poblacinadulta puede considerarse informado, o lo bastante informado; eso quiere decir quesigue los acontecimientos y, en alguna medida, los comprende. La ignorancia del restoes asombrosa.

    La incapacidad o falta de voluntadpara distinguir entre hechos y opinionescorroe el debate pblico democrtico. Adems, si comparamos los ndices por pas deconsumidores de noticias, peridicos y en general, los medios de comunicacin, seobserva una relacin entre los ltimos pases y el riesgo econmico al que estnsometidos. Siendo Portugal, Espaa, Italia y Grecia los ltimos. (Irlanda en cambio,manifiesta ser un buen consumidor de peridicos). Comparando los datos de 2009 y2010 en difusin de ejemplares de peridicos. Podemos observar como el nmero de

    ejemplares en vez de subir y de manifestar un ciudadano informado, an ms en pocade crisis, manifiesta o bien un descenso de ejemplares vendidos o bien, un aumento enla difusin hacia peridicos de ideologa derechista.

    Fuente: OJD, recogido de Arias (2005)

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    Fuente: elaboracin propia + OJD

    Ahora bien, esto no significa que no exista una opinin del pblico. Pero ssignifica que sta es de mala calidad y, en consecuencia, ms fcilmente manipulableporque carece de autonoma. Sin opinin pblica, no hay ciudadana digna de talnombre, y sin sta no hay sociedad civil: no hay contrapeso eficaz al poder. (Arias,2005)

    El problema surge cuando se considera el principio de democracia. Si esta se

    basa en el principio de libertad en sus ms diferentes facciones, como va a considerarseque la opinin pblica se sustenta sobre la verdad cuando la misma es manipulada a

    travs de los medios de comunicacin masivos. Y, adems, nos encontramos a unaopinin pblica ampliamente desinformada.

    Segn Arias, (2005):

    1. La solucin viene dada por el gobierno representativo, que reduce los riesgosde las democracias puras al introducir el filtro de un cuerpo derepresentantes.

    2. Estos representantes son los ms competentes para articular las demandaspopulares, considerando los verdaderos intereses del pas.

    3. Y que sean elegidos y responsables ante los electores disminuye lasposibilidades de que abusen del poder o persigan en l sus interesesparticulares.

    Segn Dowse y Hughes (1986, citados en Benedicto, Morn et al., 2009: 23) Lapoltica versa sobre la utilizacin y desarrollo de poder y puesto que el poder se generaen casi todo grupo social e institucin, el alcance de la poltica es mucho mayor de loque pudiera parecer en una primera aproximacin

    Por ello, deben ser, como bien explica en el punto 3, responsables ycompetentes para cumplir con sus funciones en un gobierno representativo , puesto que

    0

    50000

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    LA RAZN EL PERIDICO LAVANGUARDIA

    ABC EL MUNDO EL PAS

    118466 133055200370

    249539284901

    370080

    PROMEDIO TIRADA ENERO 2010- DICIEMBRE 2010

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    la vulnerabilidad del ser humano ante el ejercicio del poder parece ser natural al mismo,cmo evitarlo? Qu ocurre si estos no cumplen las funciones bsicas del mismo?

    Segn Arias (2005) el origen de la sociedad civil y del Estado se concibe comoel producto de un doble pacto o contrato:

    1. Un contrato social, que no crea an la sociedad poltica, sino que une a laspersonas en una comunidad que se arroga al poder constituyente;

    2. Y otro sucesivo, de carcter poltico, mediante el cual esta comunidad alejercicio de ese poder constituyente a determinados representantes, a los quese vincula mediante una relacin de confianza.

    Asimismo podramos decir que si esa relacin de confianza se perdiese,esa especie de contrato no sera vinculante a la sociedad, puesto que este no estcumpliendo la funcin para la cual ha sido designado. Para ser conscientes de la malagestin, los ciudadanos deben informarse, conocer y saber interpretar la realidad, a la

    vez que tener una opinin crtica de la misma. Como ya hemos visto, los niveles deinformacin son tan mnimos, que si la poltica funcionase mal, la sociedad (aexcepcin de una minora) no sera capaz de percatarse del mismo. Un malfuncionamiento de la misma genera, en una gran mayora, sentimientos de aburrimientoy apata hacia la poltica, en lugar de generar mayor inters y comprometerse a la

    bsqueda de una poltica mejor y ms justa.

    El liberalismo poltico, marco de las sociedades occidentales, trata de encontraruna sntesis entre dos concepciones de lo poltico. Una de ellas es la concepcinrealista o maquiaveliana, la otra es la cooperativista o aristotlica. As, segn Arias(2005):

    1. El poder es un mal necesario, que debemos controlar y limitar si lopretendemos utilizar.

    2. No podemos esperar que un poder edificado sobre la violencia, fruto de laprdida de nuestra inocencia, sea inofensivo: limitarlo es limitar el malposible, no eliminarlo.

    3. Deben gobernar las leyes, no los hombres. En el nacimiento de las leyes semanifiesta la poltica como actividad concertada y cooperativa.

    Segn la idea maquiaveliana el bien individual y el bien colectivo chocanirremediablemente. (Arias, 2005) Y segn la tesis pluralista de Dahl (1961, citado en

    Benedicto et al., 2009: 72) existen diversas lites o grupos de inters que compiten porla realizacin de sus intereses particulares y tratan de acceder a influir en los centros detoma de decisiones polticas [] Por todo ello, el pluralismo va a incidir mucho ms enlos problemas de distribucin del poder que en los de gobierno, control y coaccin.

    Segn esto, la sociedad debe edificarse sobre la lucha de la verdad yevitar que esta sea manipulada y hostigada, debe ser su funcin. El mal es necesario,tomando su fundamento sobre el ejercicio del poder, as como la defensa del bien

    debe de ser impenetrable para hacer frente a los posibles a taques a la misma.Podemos justificar la misma con el ejemplo de una tela de araa. Cuanto ms tupida yms trabajada est, menos sern las posibilidades de que los insectos la atraviesen.

    Tanto ms, si cada araa teje su tela ms dbil ser esta que si la misma es realizada porcientos de las mismas cubriendo ms espacio y repasando ms regularmente los

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    posibles desperfectos. La sociedad, como sociedaddebe defender lo que hay al otrolado de la tela de araa pues son sus intereses los que estn en juego. Slo actuando deuna manera conjunta, los individuos capaces de anteponer sus intereses por encima delos dems sern atrapados.

    La democracia participativa no se puede adaptar a la sociedad de nuestrosdas, pues segn Arias (2005) la democracia participativa necesita la transformacin dela informacin en conocimiento. Y como hemos visto, la democracia de nuestros das,es una democracia basada en la desinformacin. En cambin la democraciarepresentativa segn Arias (2005) tiene bastante con la transformacin de lainformacin en opinin.

    Es la poltica una actividad noble, como pensaban los griegos, o un espacioenvilecido por el ansia de poder y la corrupcin, como suele juzgarse? Sirve la polticapara mejorar a los hombres, o para evitar que sean an peores? O los hace peores?(Arias, 2005)

    Como se observa en la tabla Espaa es el pas con ms abstencin de la UE.Adems, es el pas con menor nmero de elecciones. Reflejo de su larga dictadura,durante el perodo transcurrido entre 1939-1975. La falta de industrializacin, deeducacin y de la inclusin de la mujer como parte activa y reconocida en el papeldemocrtico pueden ser causas de esta elevada abstencin. Aun as, en los la tasa deabstencin en Espaa ha tendido a disminuir lentamente.

    Porcentajes de abstencin media por pases; 1945-1994Media Nmero de elecciones

    Blgica 7,2 16Austria 7,7 15Italia 8,9 13Holanda 11,6 15Suecia 13,7 16Alemania 14,4 13Dinamarca 14,4 21Noruega 19,5 13Grecia 19,6 15Portugal 19,7 8

    Francia 22,7 15Finlandia 22,7 14G. Bretaa 23,4 14Irlanda 26,3 15Espaa 26,4 6 26,03% (10 elecciones; 1945-2010)

    Suiza 41,3 12Fuente: Anduiza, 1999: 134. Tabla 4.1

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    Como podemos observar en las siguientes tablas, correspondientes a los datosdel perodo de 1995-2011 el nivel de abstencin es mucho mayor para las eleccionesmunicipales y autonmicas hasta un punto alarmante (33,10%). Mientras que en lasgenerales este nivel es algo inferior, 26,01% de la poblacin. Ambos niveles son muysuperiores al resto de la UE, encabezando la posicin de abstencionismo. Otro aspecto

    relevante es el aumento del voto en blanco y nulo (a excepcin de las eleccionesgenerales de 2008 que pronto podremos contrastar con las de 2011). Tanto en laselecciones generales como autonmicas y municipales ha experimentado un notablecrecimiento. Probablemente debido a la incompetencia poltica, al desinters y alaburrimiento poltico. Aun as, los datos con mayor abstencin: 2000 y 200; 1999,2003 y 2007 se ajustan a una etapa de estabilidad econmica, con lo que segnnumerosos estudiosos, la importancia de esas elecciones es menor, puesto que no va aocurrir ningn cambio relevante. Incluso as, las tasas de abstencin y de votos blancoso nulos son altamente preocupantes, puesto que manifiestan un alto desinters social poruna de las causas ms relevantes: el futuro del pas al que pertenecen y su buenagestin.

    Eleccionesgenerales

    1996 2000 2004 2008

    Abstencin 22,62 31,29 24,34 26.15

    Blanco/ nulo 1,47 2,26 2,59 1,71

    Elecciones municipales/autonmicas 1995 1999 2003 2007 2011Abstencin 30,13 36,01 36,2 33,61 29,53

    Blanco/ nulo 2,14 2,86 3,06 3.12 4,54

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    1. Concepcin y evolucin de la democracia

    Desde hace dos siglos, vinculamos la idea de democracia con la libertad. Pero lalibertad manifiesta dos sentidos muy diferentes dependiendo de cada individuo: paraunos ha sido el derecho de hacerse cargo de su destino y de tener un gobierno que

    exprese la voluntad colectiva; para otros es la capacidad de protegerse frente a losabusos del poder, garantizando que la minora no ser aplastada por la mayora.

    Ambos, expresan un vnculo con el gobierno. Un gobierno defensor del

    individuo. Rokkan, Bartolini y Mair (1979b, 1990b) dicen que los anclajes de lospartidos polticos en la sociedad pueden manifestarse de dos formas distintas, ambasprocedentes de los procesos de movilizacin poltica y de cristalizacin de fracturassociales que tuvieron lugar a finales del siglo XIX y principios del XX en Europaoccidental. Esos procesos de movilizacin y fracturacin produjeron:

    1. Un sistema poltico como instrumento de agregacin de las preferencias delos ciudadanos. En cierto modo se asemeja a una caja negra que responde alas demandas formuladas por los diferentes grupos y asociaciones de intersen competencia dentro de estas sociedades. (Easton, 1982, citado enBenedicto et al., 2009: 73)

    2. Un conflicto poltico limitado a las disputas sobre polticas concretas y nuncaextensibles a las bases del propio sistema. (Benedicto et al., 2009: 73)

    3. Un sistema poltico moderno como resultado de un proceso deinstitucionalizacin que supone la adaptacin a la nueva realidad de lassociedades modernas, el aumento de su complejidad, su mayor autonoma ysu mayor competencia. (S. Huntington, 1990, citado en Benedicto et al.,

    2009: 73)4. La modernizacin implica, pues, un proceso de desarrollo econmico que, enel plano social, se traduce sobre todo en el aumento de la divisin del trabajoy en una creciente diferenciacin social. En segundo lugar, la diferenciacinsocial supone bsicamente la extensin de unos valores sociales modernos, elaumento de las redes de comunicacin social y, finalmente, la extensin delproceso de racionalizacin como fundamento del comportamiento social. Entercer y ltimo lugar, este conjunto de trasformaciones sociales y econmicasgenera, en el plano poltico, el sistema poltico democrtico que representa lasolucin a los problemas y demandas del proceso de modernizacin.(Benedicto et al., 2009: 73)

    T. Parsons y N. Smelser exponen una relacin entre el capitalismo y los sistemaspolticos modernos. Esta explicacin consiste en: a) la relacin entre desarrollocapitalista y el crecimiento del Estado no es problemtica, b) el crecimiento econmicogenera estabilidad y, finalmente, c) la diferenciacin estructural se ve contrarrestada porun movimiento hacia la integracin social. (T. Parsons y N. Smelser, 1956, citados enBenedicto et al., 2009: 73)

    El problema surge cuando no existe crecimiento econmico. Pues, estoha generado a lo largo de las democracias numerosas inestabilidades en forma de lareduccin de los derechos individuales y colectivos. De esta forma la relacin entre

    Estado (democrtico) y el desarrollo capitalista se ven truncados, a costa del primero.

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    Esta relacin se ve reducida de forma drstica ante las diferencias entre Oriente yOccidente. Donde los salarios de los trabajadores y los derechos de los mismos sonescasos o nulos, y donde, por consiguiente, la inversin de un mnimo capital quedagarantizada.

    Algunos autores establecen que: para completar el proceso de industrializacines necesario un Estado autoritario y represivo cuya poltica econmica est en manos deuna burocracia industrializadora racional (Benedicto et al., 2009: 157). El punto departida de esta tradicin es que el crecimiento econmico, y la industrializacin enparticular, requieren altos niveles de inversin, que en los pases de bajo nivel dedesarrollo exigen limitar el consumo social, mantener niveles bajos de salarios y evitaruna poltica pblica de redistribucin. Pero en una democracia es inevitable que surjanfuertes presiones sociales hacia el consumo inmediato, demandas salariales y deservicios pblicos, que erosionan el ahorro y hacen imposibles la inversin (DeSchweinitz 1964; Nelson, 1987, citados en Benedicto et al., 2009: 156). De esta formapodemos constatar como afirma Benedicto et al. (2009: 155) que lo primero es el

    crecimiento econmico, y la democracia vendr despus como consecuencia suya.(Benedicto et al., 2009: 155)

    Aqu podemos observar una estrecha relacin con los pases en riesgoeconmico actual, puesto que aquellos pases que surgieron como democraciastardas, con una industrializacin baja, una inestabilidad poltica y una tendencia al

    consumo inmediato son los que corren ms peligro. Observar cmo evolucionan

    casos como el de Grecia, es un objeto de estudio de relevante inters. Puesto que suponeen cierta forma el paso de una democracia a una nueva dictadura del siglo XXI : lasupresin de derechos sociales, los recortes salariales, la imposibilidad de intervenir enla vida poltica de forma alguna y otros muchos, son aspectos que dejan al descubiertola definicin de democracia.

    El camino de la industrializacin con democracia, que siguieran en el siglo XIXEuropa y Estados Unidos, se ha cerrado, y slo un rgimen autoritario puede abordarahora con xito la tarea del desarrollo econmico. (Barrington Moore, 1976)

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    2. Los super-EstadosLa teora poltica liberal minimizaba la existencia del Estado en las sociedades

    avanzadas. (Benedicto et al., 2009: 72) Y as ha ocurrido, lo que no queda claro es siesto sucede por el traspaso de poderes a un orden mayor, a los super-Estados uorganismos transnacionales. O en cambio, como dice Guhenno, 1995: 32) elEstado-nacin, en su pretensin de combinar en un marco nico las dimensionespoltica, cultural, econmica y militar del poder, es prisionero de una concepcinespacial del poder, aun cuando intente redistribuir sus competencias [] Como elmismo afirma: el espacio ha dejado de ser el criterio pertinente.

    Segn Arias (2005) los efectos polticos de esta crisis de legitimidadsobre el Estado sugieren:

    1. El desbordamiento del Estado.Los Estados parecen perder legitimidad, porque no controlan muchas delas decisiones que les afectan y a ojos del ciudadano dejan de cumplir su

    principal funcin de proteccin y cobertura social. El Estado, como institucin,siempre ha vivido por y para la territorialidad y el controly se est viendodesbordada por el efecto de la combinacin de dos factores: la mundializacin yla complejidadcreciente, que se retroalimentan mutuamente.

    2. Desarrollo de un sistema de derecho internacional.Orientado al gobierno de la globalizacin1 (insertar nota al pie: es la creciente

    liberacin de las relaciones sociales, econmicas, polticas y culturales respecto de la vieja lgica nacional

    de organizacin social, y de los condicionantes provocados por la distancia geogrfica) . Instituciones

    y organizaciones tanto formales (ONU) como informales (Greenpeace).

    3. Creacin de un nuevo mbito de accin poltica transnacional.Donde interactan las instituciones estatales con las uniones de Estados

    (UE), organismos internacionales como el FMI (Fondo Monetario Internacionaly organizaciones sociales.

    Esta serie de puntos sugieren un suceso comn: la desestatalizacin donde losEstados ceden soberana, para ganar control. Est desestatalizacin concedida a laformacin de Super-Estados favorece la globalizacin. Segn Arias (2005) laglobalizacin desde un punto de vista econmico genera:

    1. Integracin comercial en el mercado mundial, mediante la progresiva reduccinde los aranceles.

    2. Transnacionalizacin de la produccin, que permite a las empresasmultinacionales ubicar su produccin en pases con menores costes laborales. Esun proceso desigual y ambivalente, conocido ya como deslocalizacin.

    3. Integracin de los mercados financieros, que permiteo permitaa los flujos decapital moverse libremente sin relacin necesaria con las exigencias del sistemaproductivo. Hay que mencionar a las organizaciones dedicadas al control de susefectos, creadas en 1976, como son el Banco Mundial y el Fondo Monetario

    Internacional.

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    Segn Arias (2005) para sus crticos, la eliminacin de las economas

    nacionales y el debilitamiento de la autoridad estatal no hacen ms que desproteger alciudadano frente a los grandes poderes econmicos y acrecentar la desigualdad global(enfoque reduccionista). Estos organismos internacionales se enfrentan a un conjuntode crticas provenientes del frente antiglobalizacin, que demandan una mayor

    transparencia y democracia en su toma de decisiones, adems de un mayor compromisoen la lucha contra la pobrezaparcialmente asumidas.

    Tocqueville tema que el desarrollo del Super-Estado condujera eventualmenteal derrocamiento del progreso y el imperio de la ley. Y es que la globalizacin denuestros das es claramente especulativa. Ya que en el nico plano en el que viene a

    advertirse es en el econmico. Bien es cierto, que todo nuevo orden necesita de una basesustentada sobre un plano econmico. Sern los siguientes pasos la poltica y unacultura y una sociedad global ms definidas? Las continuas crisis econmicas hacentemblar las bases tericas de la globalizacin, pues con las mismas los Estados tienden aaislarse y protegerse del exterior, con lo que se produce un retroceso. Estn entonces

    los super-Estados en peligro si no se conforma una base comn a la globalizacin queimplique los aspectos no slo econmicos, sino tambin polticos, sociales y culturales?Se pueden trazar las bases de la globalizacin existiendo tantos pases con tantasdesigualdades econmicas, culturales, sociales y polticas donde no existe tan siquieraunos estndares democrtico-liberales? El desarrollo de los super-Estados de hoy da,trata de crear una voluntad colectiva, cuya eficiencia est bastante cuestionada. Si nosfijamos en Europa, como super-Estado, a la vez, ms desarrollado podemos observarque durante la crisis econmica de nuestros das la mayora de la ciudadana dice noquerer ayudar a sus pases vecinos pues cada nacin debe encargarse de sus asuntos yresolver sus problemas. Es est la organizacin que implica la globalizacin? Est lasociedad realmente preparada para asumir lo que globalizacin implica en s?Guhenno (1995: 66) manifiesta que (Europa) a su vez, para convertirse en una grannacin, necesitara una gran desgracia comn (Guhenno, 1995: 66). La desgraciacomn a la que se refera Guhenno se nos ha servido en bandeja para utilizarla ygenerar un orden social superior dispuesto a crear un clima de cooperacin, sin embargola nica base sobre la que se asentaba firmemente la globalizacin, la economa, hademostrado ser como el gigante de los pies de barro.

    Como dice Guhenno (1995: 14) se crey que bastara con reemplazar lasnaciones por super-naciones, como la gran empresa absorbe a la pequea. Empieza aadvertirse que, al cambiar de tamao, el poder cambia de naturaleza.

    As, el mundo se convierte en una gigantesca Bolsa de informaciones, que nuncacierra y, cuantas ms informaciones, ms desequilibrios hay; como en un gran sistemameteorolgico, el viento que viene a llenar una depresin aqu, produce otra all.(Guhenno, 1995: 73)

    Los derechos de nuestra generacin tanto econmicos como sociales se ponen enduda como consecuencia de la mundializacin de la economa y de la impotencia de losEstados para tomar decisiones propias en materia de proteccin social.

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    3. Aspectos negativos de la democraciaSegn Lipset (1987: 380) cuanto ms prspera sea una nacin, tanto mayores

    sern las posibilidades de que se mantenga una democracia (Lipset, 1987: 380). Paramantener la democracia el estado debe disfrutar de una rica acumulacin de capitalconstante e ininterrumpida.

    Pero segn OConnor(1981, citado en Benedicto et al., 2009: 157):

    La acumulacin de capital social y de los gastos sociales es un procesocontradictorio que genera tendencias hacia crisis econmicas, sociales y polticas yaque como el sector privado contina apropindose del excedente social se genera unvaco estructural entre los gastos y los ingresos del Estado: los gastos estatalestienden a incrementarse ms rpidamente que los medios para financiarlos; estacrisis fiscal se agrava como consecuencia de la apropiacin privada del poder estatalpara fines particulares y de la gran cantidad de prdidas, duplicaciones y

    superposiciones que se producen en los proyectos y en los servicios sociales.

    Este prrafo define con claridad suficiente la actual situacin de crisiseconmica. Una crisis en la cual el Estado se ve cada vez ms restringido ante laapropiacin del sector privado de parte de su poder. La crisis, en este caso espaola,aumentada por la incapacidad del Estado de hacerle frente, por no contar conexcedentes suficientes (sino ms bien dfici-t-cientes) y una mala gestin realizadaobligan a conceder a la empresa privada parte del capital pblico, con el fin de obteneruna financiacin rpida. El gobierno puede considerar aplicar nuevos gravmenes a lasnuevas formas de creacin de riqueza. Sin embargo, como afirma Guhenno (1995: 26):

    Tan pronto como pretende gravar las nuevas formas de la creacin de lariqueza, el Estado nacional entra en competencia con el mundo entero y no puedeimpunemente exigir ms impuestos que sus competidores en la carrera por el capitaly el talento. Y si es muy grande el desfase entre la presin fiscal impuesta a los queno pueden liberarse de los condicionamientos territoriales y los que escapan a ellos,es la coherencia del sistema fiscal la que se pone en riesgo de crear dificultades. Nose pueden gravar durante mucho tiempo las rentas salariales tres veces ms que lasrentas del capital [] Un Estado no puede permitirse aumentar sus impuestos ms

    all del nivel de pases comparables sin provocar la fuga al extranjero de loscapitales y los talento.

    La nica posibilidad de aplicar nuevos gravmenes sin entrar en conflicto conlos dems es segn Guhenno (1995: 27) ofrecer prestaciones comparables para nohacerse competencia fiscal y, llegado el caso, aceptar entre ellos mecanismos deperecuacin, o bien los Estados reducen las prestaciones colectivas gratuitas y lasreemplazan por prestaciones pagadas o por sistemas de aseguramiento individualizados.

    En cambio, una aplicacin de nuevos gravmenes puede ocasionar un conflictocon la sociedad. Benedicto et al. (2009: 158) dice que: un rgimen democrtico puedetener autonoma frente a las presiones de los grupos de inters si la gravedad de lasituacin econmica es percibida socialmente y se traduce en una amplia coalicinpoltica de respaldo a las medidas de reforma. Esta es la nica forma posible en que se

    pueden aplicar nuevos gravmenes sin peligro de conflicto social y de los grupos de

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    inters. En cambio, no es lo que ha ocurrido en muchos de los pases donde se hansubido los tipos de gravmenes (aunque realmente la subida no ha sido aplicada sobregrupos de inters o de presin, generadores de grandes flujos de dinero, sino que est hasido aplicada sobre la sociedad). Aun as, se ha cado en el error de obrar una pobreinformacin, se ha fomentado la calma y el nivel de vida se ha mantenido Una vez

    toca tomar medidas de austeridad estas se ven enfrentadas a un mar de calma. Talcomo ha ocurrido con Grecia.

    En lugar de un espacio poltico, lugar de solidaridad colectiva, no hay sinopercepciones dominantes, tan efmeras como los intereses que las manipulan.(Guhenno, 1995: 46) Por tanto, una conducta poltica desptica y arrogante de losestratos superiores, tender a considerar a las clases inferiores como seres que quedan

    fuera del mbito de la sociedad humana (Lipset, 1992, pg. 127), lo que har an msdifcil la aparicin de la democracia y fomentar el extremismo en los sectoresdesfavorecidos. Esto es comparable a los sucesos que han acontecido en Libia, Egipto,Siria y en cierta, medida Grecia (donde los individuos han sido apartados de toda

    posible toma de intervencin poltica).

    La escala democrtica se construye en torno a dos dimensiones: 1) la amplitud

    de la contestacin pblica, es decir, el grado de oposicin que permite el sistemapoltico, y 2) la extensin de la participacin de la poblacin en las elecciones de loscargos pblicos (Benedicto et al., 2009: 75). Segn Anduiza (1999: 31): los partidosalinean, movilizan y en algunos casos desmovilizan votantes potenciales De esta formala extensin de la participacin pblica se rige por reglas estrechas y marcadas que noson universales puesto que no se dirige a todos los pblicos de la misma forma. Sino

    que quien tenga ms fondos para financiar las actividades polticas y de refuerzo de laopinin pblica mostrar un target ms definido y por tanto, sus actividades estratgicassern ms efectivas que un partido poltico con buenas iniciativas, pero con pobresrecursos. A esto, si le sumamos el grado de desinformacin y de capacidad crtica, ascomo la alienacin, el bipartidismo u otros, generan un sistema democrtico con una

    capacidad de eleccin muy pequea. Otro de los recursos de los empleados por lospartidos polticos mayoritarios es el uso de los medios de comunicacin (en muchoscasos controlados por los mismos, sobre todo en los pases del mediterrneo). Aldmondy Powell (1972 citados en Benedicto et al., 2009: 258) concluyen que: la funcin decomunicacin constituye la condicin necesaria para el ejercicio del resto de funcionesdel sistema poltico. Asimismo, K. Deutsch (1980, citado en Benedicto et al., 2009:258) sostiene que toda la poltica deber ser repensada en trminos de comunicacin,

    prestando especial atencin a los factores que producen mensajes y determinan suimpacto.

    Adems las caractersticas del sistema de partidos determinan el tipo de ofertaelectoral: nmero y tipos de partidos, grado de polarizacin, pautas de competicin,vnculos con la estructura social. (Anduiza, 1999: 17) La existencia de muchos partidosacenta las diferencias y reduce el consenso, en tal caso cualquier sistema electoral queaumente la posibilidad de que haya ms partidos, en lugar de menos, sirve malamente ala democracia. (Lipset, 1981: 79) Y aun as, muchos ciudadanos, irracional ysistemticamente, votan. (Anduiza, 1999: 23) Todo ello, como dice Benedicto et al.(2009: 76) en unas sociedades modernas que se caracterizan por la existencia de un

    ciudadano medio dbilmente interesado e implicado en la poltica. A ello hay quesumarle que en todos los pases la abstencin ha aumentado durante las ltimas tres

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    dcadas. Por ejemplo, mientras se mantuvo la obligatoriedad de acudir al colegioelectoral el da de la eleccin la abstencin media en Holanda fue del 5,4 por ciento, encontraste con el 18,1 por ciento cuando esta obligacin fue eliminada.

    Lester Milbrath: el grado de participacin poltica de las personas vendr

    determinado por mayor o menor cercana al centro de la sociedad: aquellos individuosque ocupan posiciones cercanas al centro estaran ms inclinadas a participar en polticaal recibir mayores estmulos para ello, en contraposicin a los que se sitan cerca de laperiferia, que suelen adoptar posturas apticas en mucha mayor medida. Segn Anduiza(1999: 7) cuanto mayor sea el alcance del resultado de una forma de participacin,tanto ms probable ser que el asunto incorpore visiones e intereses contrarios y portanto acarree conflictos entre posiciones encontradas, lo que sucede en el caso de lavotacin en elecciones competitivas. As, una eleccin competitiva har que los unosse anulen a los otros, y por tanto, la evolucin hacia un sistema democrtico y, portanto, fundamentado sobre unos valores generales de libertad, estabilidad e igualdad seretraern por la oposicin de unos hacia otros.

    El modelo comunitario alternativo postula que la participacin es en granmedida el resultado de la integracin social y de los lazos de intimidad e identificacin,que se producen con mayor intensidad en comunidades de tamao manejable. Losespacios urbanos crean situaciones de anonimato social que reducen la implicacin delos ciudadanos en los problemas sociales y polticos de su comunidad, y por lo tanto,tambin las tasas de participacin contrastando con las reas rurales donde un individuoes miembro de una pequea comunidad integrada, el residente de la ciudad es parte deuna sociedad de masas atomizada, donde la poltica se vuelve impersonal, complicada ydistante (Milbrath y Goel, 1977, citado en Anduiza, 1999: 14)

    Para esta teora, cuanto ms pequea, autnoma y bien definida es unacomunidad, ms fcil se vuelve para los ciudadanos identificar (sobre todo a losrepresentantes) y tomar partido en los conflictos polticos, y por lo tanto, mayor es elnivel de participacin. De hecho, en las pequeas comunidades se vota segn quienessean los candidatos y segn cuales pudieran ser los beneficios de salir este comorepresentante. La presin social que se encuentra en centros de poblacin pequeos,donde el anonimato es prcticamente inexistente, puede tambin incrementar losincentivos para cumplir con un deber cvico como es el de votar.

    Segn Dahl (1992) las democracias son sistemas hipotticos, nunca totalmente

    realizables, por lo que ste prefiere llamar poliarquas a los sistemas democrticospolticamente factibles. Estas ltimas se definen como sistemas polticos con una altacapacidad de respuesta del gobierno a las preferencias de los ciudadanos consideradoscomo polticamente iguales. Dahl sita en un primer plano la incapacidad de lasdemocracias para resolver las grandes desigualdades que siguen caracterizando a lassociedades modernas. Segn Fraile et al. (2007: 59). Cuando las diferenciassocioeconmicas entre los ciudadanos se perpetan en la escena poltica, existe elpeligro evidente de crear sociedades cada vez ms divididas. Es por ello que si sepersigue el objetivo de una democracia en la que todos los ciudadanos tenganoportunidades parecidas de participar e influir en el sistema poltico y, muyespecialmente, en las decisiones de los gobiernos, urge tomar medidas para lograr una

    distribucin ms igualitaria de los recursos socioeconmicos y educativos.

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    Lipset (1987) corrobora la existencia de una relacin directa entre los niveles dedesarrollo socioeconmico de los distintos sistemas sociales y la existencia de unsistema poltico democrtico. Pero, al mismo tiempo se afirma la tesis inversa: loscambios producidos por la modernizacin, y en general por el desarrollo econmico,crean las condiciones socioeconmicas bsicas para la estabilidad de los sistemas

    democrticos. Por lo que no es posible imponer desde fuera su creacin en sociedadesque carecen de las bases socioeconmicas que los puedan sustentar. Entre estosejemplos, podemos mencionar Afganistn, Pakistn, Iraq, inclusive (en cierta medida,algunas de las dictaduras del antiguo bloque (Portugal, Espaa, Grecia,)

    Por consiguiente, la participacin sigue siendo la base del sistema democrticopero: a) queda desprovista de su dimensin normativa puesto que no se defino como unmedio de realizacin de mejora del individuo, b) se trata de una participacin limitadatanto en extensin como en intensidad, restringida prcticamente a la participacinelectoral, y c) la participacin poltica en las sociedades modernas debe canalizarse atravs de las instituciones que cumplen un papel central de mediacin: los partidos

    polticos, los grupos de inters y los movimientos sociales. El problema de fondo quequeda planteado, base de las numerosas crticas de los tericos de la democracia

    participativa (MacPherson, 1991; Pateman, 1970, citados en Benedicto et al., 2009:77), es el impacto de la limitacin de la participacin poltica en las bases de legitimidadde los sistemas democrticos.

    La estabilidad econmica para el mantenimiento de la democracia esindispensable. El papel de los intereses individuales en la poltica juega un papeldemasiado relevante como para hablar de democracias, siendo la definicin aportada

    por Dahl oligarqua la ms apropiada. La contestacin y la participacin pblica(grado de oposicin que permite el sistema poltico) en las elecciones disminuyen enambos puntos considerablemente a medida que se avanza en el tiempo. Supondr estoel principio del final de las democracias que conocemos, propiciadas, adems, por elclima de crisis econmica? Manifestar la poblacin cierto inters por un cambiopoltico ms limpio y ms justo?

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    4. Conocimiento polticoLos hombres intervienen ms en poltica que las mujeres, los que estn

    en posesin de un ttulo de licenciado ms que los que los diplomados e inferiores. Losque pertenecen a la clase de servicio ms que el resto de clases sociales. Los que poseen

    ingresos ms elevados (cuarto cuartil) ms que los que poseen ingresos ms bajos. Losque trabajan y los estudiantes, ms que los jubilados, desocupados y los que se dedicanal cuidado del hogar. A continuacin se presenta una tabla en la que se analiza laanterior clasificacin segn el conocimiento poltico de cada grupo. Donde se presentaen la columna de la derecha el nmero de encuestados por grupo, y en la columna de laizquierda el grado de conocimiento poltico presentado por los sujetos en cuestin, enbase a una encuesta realizada a nivel nacional.

    Perfil sociodemogrfico de la competencia poltica de los ciudadanos en Espaa, 2006Afiliado (N) No afiliado (N)

    GneroMujerHombreTotal

    3.18**4,12**

    3,65

    1.6021.5903.192

    EducacinSin educacin o menos de 5 aosEnseanza obligatoriaSecundaria superior (incluye FP I)FP superior o diplomadoLicenciadosTotal

    2,1**3,11*3,96*4,4**

    5,37**3,65

    2601.375712526312

    3.185

    Clase socialPropietarioClase de ServicioNo ManualManual cualificadoManual no cualificadoTotal

    3,39*4,87**3,87*3,37*

    3,02**3,64

    269510694750832

    3.055

    IngresosPrimer cuartilSegundo cuartilTercer cuartil

    ltimo cuartilTotal

    2,89**3,53*3,91

    4,48**3,73

    521464549

    5742.108Situacin del mercado de trabajo

    TrabajaJubiladoDesocupadoEstudiaCuidado del hogarTotal

    4**3,17**3,16**

    3,593,08**

    3,65

    1.738503323276331

    3.171

    Media del ndice de conocimiento poltico 3,65 3.192Fuente: Fraile et al., 2007: 27. Tabla 11

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    De la siguiente tabla podemos concluir que el sector juvenil o estudiantil es el

    sector con mayor conocimiento pblico cuando los mismos no se encuentran afiliados aasociaciones. En cambio, una afiliacin cambia en gran medida los valores de confianzapoltica. As, el valor con un ndice mayor de conocimiento poltico es aquel en el quese muestra un apoyo social o derechos humanos, seguido de afiliado a un partido

    poltico. Adems, cuanto ms activos sean los afiliados mayor conocimiento polticoposeern. Como veremos ms adelante el nmero de afiliados a asociaciones es muybajo, incluso a nivel Europeo. Donde los pases nrdicos revelan los mejores datos.(Vase tabla 13)

    Valor esperado del ndice de conocimiento poltico por afiliacin a asociaciones enEspaa. 2006

    Afiliado N Noafiliado

    N

    Partido poltico** 4,67 136 3,60 3.047Sindicato o asociacin de empresarios** 4,64 313 3,54 2.865

    Colegio profesional** 5,33 135 3,47 3.042Parroquia o religioso** 4,11 207 3,62 2.965Deportivo ** 4,27 332 3,57 2.848Cultural o de ocio ** 4,65 353 3,52 2.819Apoyo social o derechos humanos ** 4,88 173 3,58 307Juvenil o estudiantil ** 4,14 110 3,63 3.063Otro tipo de asociacin voluntaria ** 4,51 185 3,60 2.985Asociacionismo en general

    -Miembro pasivo en una o msasociaciones **- Miembro activo en una o ms

    asociaciones **

    4,374,45

    1.131719

    3,253,31

    2.0752.476

    **Indica diferencias de medias entre cada par de grupos significativas para al menos unnivel de confianza del 99%

    El mayor nivel de asociacionismo se suele manifestar en los hombres con unndice del 0,78% como colaborador activo y un 0.66% como colaborador pasivo (0.47%y 0.66% las mujeres respectivamente). En materia de educacin, los licenciadosmanifiestan un ndice del 0.91% como parte pasiva y un 1.38% como colaboradoresactivos. Valores mucho ms altos que para el resto. Por clase social nos encontramos

    con la clase de servicio, en la que 0,92% se encuentra colaborando de forma pasiva y el1.34% de forma activa. Por ingresos los pertenecientes al ltimo cuartil son los msactivos y pasivos de entre todas las formas de agrupacin vistas, siendo estas del 6.9%para colaboracin pasiva y del 1,71% de forma activa). Segn la situacin de mercadoen la que se encuentran el 0.69% son colaboradores pasivos y 0.85% activos. Fraile etal., (2007: 34) manifiesta que: las diferencias entre generaciones son escasas y losniveles de asociacionismo son bajos en general en Espaa Ver la siguiente tabla:

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    Perfil sociodemogrfico del asociacionismo en Espaa, 2006Colaboracin pasiva Colaboracin activa

    GneroMujerHombreNmero de casos total

    15*21*

    3.192

    20*25*

    3.192

    EducacinSin educacin o menos de 5 aosEnseanza obligatoriaSecundaria superior (incluye FP I)FP superior o diplomadoLicenciadosNmero de casos total

    7*14*21

    24*29*

    3.185

    8*15*25*32*44*

    3.185Clase social

    PropietarioClase de Servicio

    No ManualManual cualificadoManual no cualificadoNmero de casos total

    12*28*

    201614*

    3.055

    17*41*

    2118*17*

    3.055

    IngresosPrimer cuartilSegundo cuartilTercer cuartilltimo cuartilNmero de casos total

    13*15*22

    29*420

    16*18*2436*

    2.108Situacin del mercado de trabajo

    TrabajaJubiladoDesocupadoEstudiaCuidado del hogarNmero de casos total

    22*11*14219*

    3.171

    27*15*15*2516*

    3.171

    Fuente: Fraile et al., 2007: 35. Tabla 17

    Las cifras representan el porcentaje de ciudadanos de cada categora que esmiembro pasivo o activo en una o ms asociaciones.

    *Los asteriscos indican que dichos porcentajes difieren significativamente de los

    valores medios para el conjunto de la muestra para un nivel de confianza de al menos un95%.

    Los que tienen actitudes postmaterialistas tienden a asociarse an ms que losque poseen valores materialistas o mixtos. Los que asisten a servicios religiosos seasocian ms que aquellos que no. Las actividades que ms suelen realizar sonactividades de protesta, donar o recaudar dinero, consumo poltico y en ltimo lugarasistencia a reuniones polticas o mtines. Adems, otros factores que intervienen en elasociacionismo son: la escala ideolgica. As, los que se consideran ms alejados de lasideologas ms centristas, por tanto la izquierda y la derecha, tienden asociarse ms.Segn Lipset (1987: 127): al crecer la economa, la mejora de los niveles de vida y de

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    instruccin de las clases bajas reducen la credibilidad de las ideologas ms extremistas.Crecen adems las clases medias, y una clase media extensa desempea un papel

    mitigador, moderando el conflicto, ya que puede premiar [electoralmente] a los partidosmoderados y democrticos, y penalizar a los grupos extremistas. De esta forma sepodra explicar que cuanto ms estable sea la economa la existencia de grupos

    extremistas, tanto de izquierda o derecha, tienden a disminuir considerablemente.Mientras que en crisis econmicas los grupos extremistas tienden a aumentar. Cabeesperar que cuanto ms fuertes sean los vnculos entre partidos y electores, ya sea atravs de una intensa diferenciacin cultural o bien a travs de una fuerte organizacin,mayor es el grado de movilizacin electoral.

    Los niveles de conocimiento poltico de los ciudadanos pueden ser interpretadoscomo un recurso cognitivo subjetivo que facilita a los individuos la asimilacin einterpretacin de la realidad poltica y, por tanto, reduce los costes de la participacin.

    Pero, hay que tener en cuenta que para adquirir un cierto grado de informacin,esta requiere un coste. Este coste disminuye a medida que uno haya alcanzado un cierto

    nivel de informacin. Pero en cambio quien no lo ha alcanzado o est muy por debajodel mismo tiene que hacer un gran esfuerzo que le puede desmotivar y aburrir en suproceso de acumulacin de informacin. Por lo que, para votar, su grado de informacinpuede ser prcticamente nulo. De hecho como ya hemos argumentado recientementemuchos ciudadanos estn informados y saben de las cuestiones polticas que les ataenpersonalmente de forma ms directa. (Converse, 1964, citado en Fraile et al., 2007: 22)

    De esta forma Popkin (citado en Arias, 2005) ha calificado a los individuos comoavaros cognitivos, que buscan informacin que confirme sus creencias de maneraque cuando la gente busca informacin (si la busca) empieza por sus valores y trata dehallar la informacin que la confirme.

    Segn Arias (2005) para muchos votantes, las preferencias polticas son comogustos culturales: tienen su origen en tradiciones tnicas, profesionales, familiares, declase. Son estables y resistentes en los individuos, aunque flexibles para la sociedad ensu conjunto. Y desde luego, incluyen sentimientos y disposiciones, antes quepreferencias razonadas. Como dice Westen (citado en Arias, 2005) los ciudadanos sonas ms crticos al evaluar hechos que contradicen sus creencias, y viceversa. De ah quevote al candidato que le provoca los sentimientos adecuados, no al que presenta losmejores argumentos. De esta forma el elector medio es un simplista de la realidad.

    Para comprender bien el voto en la gran mayora de los pases, prevalece desde

    hace tiempo una secuencia: (a) existencia de unas imgenes de partido; (b) adhesin delelector a alguna de ellas; y (c) voto por ese partido. (Arias, 2005)

    Por qu los partidos polticos mayoritarios no evolucionan hacia posturaspolticas ms adecuadas al entorno en el que vivimos? Segn Richard Crossman: Unpartido democrtico no puede, sino muy raramente, convencerse de que debe abandonaruno de sus principios fundamentales, y nunca puede permitirse la eliminacin de sumito principal. Los conservadores deben defender la libre empresa aun cuando se hallenrealmente introduciendo una planificacin estatal. Un gobierno laborista debe defendercomo vlida la poltica socialista que poco tiene que ver con l. La labor de losdirigentes partidarios suele consistir en persuadir a sus seguidores de que la poltica

    tradicional sigue siendo llevada adelante, aun cuando pueda demostrarse que no escierto. En cambio el nmero de protestas aumenta y es indispensable hallar una

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    solucin, ya que ante la aparicin de nuevos movimientos sociales (con gran poder deconvocatoria y arraigo popular los gobiernos se muestran impotentes, los gobernantes seven sobrecargados por un mayor nmero de nuevas demandas, y comienza a hablarse deun problema de ingobernabilidad en las sociedades occidentales. Segn Benedicto et al.(2009: 78) se producen entonces dos formas importantes de desplazamiento del voto: o

    bien los partidos tradicionales pierden votos dentro de sus bases tradicionales de apoyoporque stas deciden abstenerse, o bien los votantes desplazan su voto hacia partidosnuevos y distintos. Como consecuencia de estos tipos de cambios electorales asistimos afenmenos de reorientacin de estrategias polticas, sustitucin de lites antiguas porotras nuevas, ruptura y escisin de formaciones partidistas, o, ms radicalmente, a laaparicin de nuevos partidos. En los pases con sistemas multipartidistas existir unamayor oportunidad para la creacin de nuevos grupos polticos, mientras que en lossistemas bipartidistas los partidos nuevos, si es que surgen, sern probablemente frutode la escisin de formaciones polticas tradicionalesA nivel nacional, un claroejemplo es PYUD.

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    5. Cimentacin en el individuo de los valores polticosCmo desarrolla el individuo su inters por la poltica? Influye el entorno en la

    forma de ver la realidad poltica? Muestra el individuo divisiones de opiniones y

    cambios en su eleccin a lo largo de su desarrollo o mantiene los valorespreconcebidos? Cmo toma los valores a lo largo de su ciclo vital?

    La hiptesis del ciclo vital establece que al mismo tiempo que maduran, laspersonas adquieren recursos que facilitan la participacin familiarizada con los partidos,los candidatos y los procesos polticos y electorales; conocimiento y experiencia enasuntos polticos. Tambin tienden a sentirse ms ligados a los partidos polticos, y ainternalizar ideologas con mayor profundidad. Por ltimo, conforme aumenta la edad,tambin suele hacerlo la intensidad de los contactos sociales y la integracin en lasociedad y, por tanto, la exposicin a estmulos movilizadores (Verba y Nie, 1972).

    Segn el modelo de Easton y Dennis, la socializacin poltica se realiza acorde acuatro principios:

    1. El nio muy pronto toma conciencia de la existencia del sistema poltico,especialmente a travs de las figuras de autoridad que siente msprximas, personal o simblicamente (politizacin).

    2. Percibe el sistema simbolizado en estas figuras de autoridad(personalizacin)

    3. Estos personajes son vistos de manera positiva y benevolente(idealizacin)

    4. Conforme el nio madura, la idealizacin se va viendo sustituida por unacomprensin de las distintas instituciones que componen el sistema(institucionalizacin)

    Annick Percheron, politloga francesa de gran prestigio, entiende lasocializacin como un proceso de insercin social del individuo en el grupo no comouna mera integracin individual en la sociedad- y la socializacin poltica como elproceso de construccin de una de las dimensiones principales de su identidad social;proceso que siempre se lleva a cabo en el contexto general del desarrollo psicosocial delsujeto y en el contexto proporcionado por el entorno sociocultural en el que se socializael individuo. A travs de la socializacin poltica, el nio va desarrollando una serie de

    identificaciones con los grupos a los que pertenece, lo que implica la asimilacin-generalmente implcita- de los valores grupales, a partir de lo que podr afirmar susolidaridad, su identidad con los suyos y la diferencia con los otros. Se tratara no slode conocer y aceptar los valores bsicos de la comunidad sino tambin de adquirir unlenguaje, un cdigo simblico que permita al individuo comunicarse con los suyos ycon los otros. Pero Percheron es plenamente consciente de que la socializacin no esuna aventura individual, sino que tiene lugar en un contexto de determinacionesinstitucionales de carcter pblico y privado. Desde el primer momento el nio sesocializa en un medio social (en una familia, un entorno cultural, una sociedaddeterminada) y en un sistema poltico concreto que posee una historia y una lgicacultural, social, econmica y poltica.

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    Cualquier fenmeno de socializacin poltica depende en gran medida delcontexto en el que tiene lugar. El individuo va formando su imagen del mundo polticoen un entorno prximo y distante con unas caractersticas sociales, polticas y culturalesespecficas que introducen unas determinaciones decisivas, no slo en el desarrollo delpropio proceso sino tambin en los resultados que se obtienen. En este sentido, cuando

    se hable de socializacin poltica no deben olvidarse los rasgos definitorios de lasociedad en que tiene lugar, la influencia que sobre ella ejercen los procesos polticospredominantes en esa sociedad y sobre todo la relacin que en cada caso guarda con elsistema de estratificacin social vigente. (Benedicto et al. 2009: 236)

    Segn Atkin: el tipo y contenido de las comunicaciones verticales y/ohorizontales que se producen en el mbito familiar, los flujos de circulacin de lainformacin, junto a la ubicacin en la estructura de produccin y recepcin demensajes dentro de los grupos secundarios organizados o el grado de exposicin a lacomunicacin de masas, constituyen todos ellos aspectos decisivos para comprender eldesenvolvimiento y los resultados del proceso de aprendizaje poltico (Atkin, 1981

    citado en Benedicto et al. 2009: 258).

    La cultura poltica, en consecuencia, se entiende referida a un conjunto deorientaciones individuales hacia un conjunto especial de objetos y procesos, los objetosy procesos polticos. Dos son, por tanto, los elementos fundamentales sobre los quegravita la nocin de cultura poltica: las orientaciones psicolgicas o predisposiciones ala accin de los individuos, las cuales, siguiendo el esquema de Parsons y Shils, seclasifican en tres categoras: orientaciones cognitivas, afectivas y evaluativas que hacenreferencia, respectivamente, a los conocimientos, los sentimientos y los juicios yopiniones que poseen los individuos acerca del sistema poltico y de sus componentes;los objetos polticos hacia los que se dirigen las orientaciones de los individuos, entrelos que se distinguen los cuatro siguientes: el sistema poltico general, los objetospolticos o input, los objetos administrativos u output y el propio sujeto como actorpoltico. (Benedicto et al. 2009: 15)

    De esta forma, ni la informacin ni el anlisis son nunca neutrales.

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    6. Resumen primera parteA modo de conclusin de esta primera parte, podemos indicar que la democracia

    en la que vivimos no es la democracia en la que nos gustara vivir. La incapacidad para

    gestionar los asuntos trascendentales, la desconfianza en el sistema como verdaderogarantizador de la libertad y de los derechos humanos, la clara vinculacin de unademocracia con la economa, la desinformacin general de la poblacin en materia deasuntos polticos y ms peligrosa an es su fala de capacidad crtica, la disminucin dela participacin en elecciones, el abuso del poder y la corrupcin del sistema poltico, labaja libertad de contestacin pblica en muchos de los pases, el aumento de lamovilizacin a favor de cambios en el sistema, la prdida de derechos en los ltimostiempos, el peligro que supone la sustentacin de las democracias ante la evolucin delas economas de Oriente, una clase media cada vez ms lejana a la clase alta y mscercana a la clase pobre, los conflictos polticos entre representantes (consumados hastael hasto), Como se preguntaba Guhenno (1995:98): Por qu deja esta libertad en

    la boca un sabor de ceniza? A qu estamos sujetos? La respuesta quizs sea ms brevey ms corta de lo esperado: economa. Pues todo gobierno depende de la evolucin desus finanzas, del intercambio y del beneficio.

    Como afirma Guhenno (1995: 40,41):

    El principio motor de este mundo no es el reconocimiento de un interscomn, sino la batalla de todos contra todos, un enfrentamiento en el que lavoluntad de poder de cada individuo, de cada polo del poder, no conoce otro lmiteque la voluntad de poder del vecino. Cada poder llega al extremo de su poder; si nofuese as, el poder no sera limitado por el poder, puesto que algunos poderes

    ocuparan inmediatamente el espacio dejado vacante por la intil abstencin de otropoder.

    En este paisaje devastado por la crisis econmica slo sobreviven unos grandesaparatos gubernamentales pletricos, que funcionan segn un modelo patrimonial delpoder cada vez ms desligado de la dimensin social. (Guhenno, 1995: 19). As, porejemplo China con unas administraciones burocrtico-autoritarias con fuerte autonomafrente a los intereses particulares y las presiones sociales, y con unas fuertes tasas deahorro y de inversin de las economas del Pacfico seran la clave de su rpidodesarrollo. Un desarrollo que a su vez pone en peligro a los sistemas democrticosbasados en la defensa de los intereses particulares y la libertad de opinin, expresin y

    organizacin.

    El formalismo del procedimiento que caracteriza cada vez ms a nuestrassociedades slo se tolera si se aplica a decisiones de alcance limitado (Guhenno, 1995:87). Este alcance limitado supone avanzar muy lentamente tratando de conseguir unascondiciones de competencia perfecta entre democracias, mientras que los pases sin

    democracia pueden avanzar de forma ms rpida ignorando muchas de las cuestionesque ralentizan a sus oponentes.

    Segn Guhenno (1995: 43, 44): el hombre poltico consiste entonces en jugarlo mejor posible su partida, para estar presente, lo ms a menudo posible, en lacincuentena de psicodramas que ocupan cada ao las pantallas de televisin []

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    Fragmentacin de las imgenes y de los temas, disgregacin del tiempo, simplificacinde las percepciones: o se habla o no se habla de ellas, es lo principal y, con frecuencia,el nico criterio, pues una cuestin de la que no se habla no existe. Segn Arias (2005)un buen sistema de medios mejora la democracia y viceversa. Tambin, cuando msmadura y perfecta es una democracia, mejores son sus medios; y viceversa.

    Segn Arias (2005) los medios de comunicacin transmiten:

    a) elementos de informacin, o hechos de inters pblico; yb) elementos de opinin, es decir, apreciaciones o juicios que el medio formula

    sobre esos hechos.

    Segn Arias (2005):

    La lgica de este proceso puede ponerse en conexin con la racionalidad depoca informacin en el comportamiento de los votantes de que habla Popkin:ciudadanos incmodos con la complejidad, que basan su voto en la experiencia diaria, el

    entorno y los medios. Es la bsqueda del borracho, como dice tambin Popkin: losciudadanos tratan de hallar la informacin lo ms fcilmente posible y al menor coste.Identificar la poltica en su conjunto con la figura de un candidato equivale a la bebidams barata. Para Castells (2009) la poltica contempornea es, ante todo, polticameditica: que es la forma de hacer poltica en y a travs de los medios decomunicacin.

    Como menciona Benedicto et al. (2009: 78): la cultura cvica es unacombinacin de participacin, moderacin y compromiso, que es un requisito esencialno slo para la estabilidad sino tambin para la efectividad de los sistemasdemocrticos. En cambio Lipset (1897: 30,31) formula que: un aumento en el nivel de

    participacin puede reflejar el declive de la cohesin social y el desmoronamiento delproceso democrtico; mientras que una democracia estable puede descansar sobre lacreencia general de que el resultado de una eleccin no supondr una diferenciademasiado grande en la sociedad. De esta forma, un aumento en la participacin puede

    no ser tan bueno para la salud de la democracia representativa como esta podra

    indicar inicialmente. As mismo, una democracia representativa puede descansar sobreuna poblacin poco participativa y poco informada (como hemos visto anteriormente).Segn Munro (1928: 84) el aumento de la participacin podra amenazar elfuncionamiento de la democracia, puesto que la no emisin del voto se localizaba en sumayor parte entre el sector ms ignorante del electorado. Como manifiesta Wilson(1936: 76) en una sociedad en la que slo el cincuenta por ciento del electorado

    participa, es evidente que la poltica satisface verdaderamente, de alguna manera, eldeseo de la masa de individuos del Estado. A medida que crece el porcentaje departicipacin, digamos hasta el noventa por ciento, es evidente que las tensiones delucha poltica extienden hasta el lmite el de de constitucionalidad.

    Esto no ocurre en democracias representativas donde los individuos deben estarimplicados en los asuntos polticos y bien informados para la toma de decisiones. Yaque no existe ninguna democracia participativa podemos tomar como ejemplo el caso deSuiza, que es el que ms se le asemeja. El sistema poltico suizo se basa en la institucinde la democracia directa, que otorga al electorado la posibilidad de decidir sobrenumerosas cuestiones (referndums) que en otros sistemas seran tratadas dentro delparlamento. Desde 1956 el gobierno suizo se construye sobre la base de la denominada

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    frmula mgica, que reparte las carteras ministeriales entre los cuatro principalespartidos de acuerdo con criterios preestablecidos e invariables. A no ser que surja otropartido lo que cual implicara un cambio en su direccin. De esta forma, los cuatropartidos buscan el bien comunitario por encima de sus intereses, donde la poblacin(ampliamente informada, formada y con suficiente capacidad crtica) es capaz de elegir

    el destino que quieren para su pas. De hecho, como afirma Guhenno (1995: 68): lamayora de los alemanes afirman ambicionar por su pas el destino de una gran Suiza.Es algo que horroriza a muchos franceses, para los cuales no hay otra grandeza de unanacin que la poltica. Como si la muerte de lo poltico significase la muerte de Europa.Como si Europa slo pudiera pensarse como cuerpo poltico. Pero como afirmaGuhenno (1995: 35): el desaparecer de la nacin lleva en s la muerte de la poltica.Si la solidaridad no se deja ya encerrar en la geografa, si ya no hay ciudad, si ya no haynacin, puede haber todava poltica? (Guhenno, 1995: 33)

    Como mencin especial encontramos a Rousseau, defensor de la educacinuniversal en contra de la educacin nacional, donde encontrar unos valores universales

    que nos unan a todos para luchar por una igualdad comn. Rousseau afirma que unaeducacin nacional nos convierte en piezas de un engranaje. Formados para cumplirciertas acciones en un marco estatal. Esto es algo as, como convertirnos en piezas deajedrez, cuyo puesto ocupado por la sociedad es el de los peones (ms vulnerables) alservicio de poderes mayores que a su vez compiten entre s.

    Aun as, La riqueza media, el grado de industrializacin y urbanizacin, y elnivel de instruccin son mucho ms altos en todos los casos en los pases democrticos(Lipset, 1987: 119) La democracia y la educacin estn vinculadas como lo estn laeducacin y la igualdad (Giner, Salvador et al. 2000: 129). Pero estas quedan limitadasen el marco nacional, no segn los intereses de cada individuo. De esta forma Guhenno(1995: 92) afirma que: el conformismo no es una accidente [] Sino condicinnecesaria para su buen funcionamiento.

    R. Inglehart postula desde los aos setenta la existencia de un cambio radical devalores dentro de las sociedades postindustriales la revolucin silenciosa que est enla base tanto de nuevos comportamientos polticos como del surgimiento de nuevasinstituciones y formas de organizacin del mundo poltico. Tardar en surgir estnueva revolucin? De momento, como afirma Anduiza (1999: 231) votar es una formanica y particular de participacin poltica, porque en ella se combinan los principios deacceso libre garantizado a todos los ciudadanos y de igualdad en la influencia de la

    voluntad de todos los participantes. Puede que no sea la forma de participacin polticams importante desde el punto de vista de un ciudadano muy activo, pero es con todaseguridad primordial desde el punto de vista de un sistema poltico democrtico.

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    II.Votacin y PolticaDowns (1957,) mantiene que un elevado nivel de ingresos viene acompaado de

    ms tiempo disponible para recabar la informacin necesaria y para ejercer el derecho alvoto. Una segunda lnea argumental se basa en la idea de que los ricos, por el hecho de

    serlo, se juegan ms en cada eleccin. Filer et al (1993,) sostienen que los individuoscon mayores rentas relativas tienen ms que ganar o que perder con el resultado de laeleccin y mostrarn mayores tasas de participacin electoral. Este punto de vista escompartido por Wolfinger y Rosenstone.

    Lane (1959, citado en Fraile et al. 2007: 50) sin embargo, cuestiona que laselecciones tengan consecuencias menos importantes para las personas con bajas restas.Desde su punto de vista, la diferencia reside en el modo en el que el gobierno pone enprctica sus polticas pblicas y las hace visibles de modo distinto para las diversasclases sociales: quiz ms importante que la naturaleza y la amplitud de las polticaspblicas y que los medios disponibles para influir en ellas sea su grado de visibilidadpara los grupos afectados. Por un lado la educacin y el acceso a las fuentes deinformacin estn desigualmente distribuidos entre las diversas clases sociales, y porotro los medios de comunicacin hacen ms visibles a los grupos de alto status larelevancia de las polticas gubernamentales Como mencionan Wolfinger y Rosentone(1990) la educacin disminuye los costes de la decisin de votar y del acto mismo delvoto en varios aspectos. Verba y Nie (1972: 8) sostienen que aquellos que menosnecesitan de la asistencia gubernamental son los que ms participan, esto es, aquellosque ya estn en la cima de la jerarqua de estratificacin son probablemente los msactivos. Las generaciones que han vivido en sus primeros aos de socializacin polticaun mayor nivel de movilizacin, tienden a mostrar mayores niveles de participacin

    electoral. (Anduiza, 1999: 95)

    Segn Inglehart y Benedicto y Reinares (1991, 1992, citados en Benedicto,Jorge et al. 2009: 318) el panorama actual de la participacin poltica en los sistemasdemocrticos revela una prdida de importancia de las vas de participacintradicionales (baja militancia en partidos polticos, bajas cotas de afiliacin sindical yelevada abstencin electoral) y una importancia creciente de las organizacionesvoluntarias. Como hemos visto anteriormente, la prdida de participacin no esalarmante en una democracia representativa.

    Por ltimo los sistemas mayoritarios reducen el nmero de partidos con

    presencia en el parlamento y estn diseados para favorecer la formacin de mayorasparlamentarias que sustenten gobiernos slidos durante toda la legislatura. Desde estepunto de vista, los sistemas proporcionales producen elecciones menos decisivas y, porconsiguiente, pueden provocar menores niveles de participacin. (Anduiza, 1999: 146)

    Segn Crewe, Blais, Carty, Powell y Jackman (1981, 190, 1980, 1987, citadosen Anduiza, 1999: 145) la importante distorsin en la relacin entre votos y escaospuede desanimar a los simpatizantes de partidos minoritarios, que ven cmo un nmeroa veces importante de votos no consigue ninguna representacin. La eficacia polticaque se define como la percepcin de que el individuo o elector es capaz de influir en elsistema poltico se ve de esta forma considerablemente disminuida. La eficacia poltica

    se divide a su vez en dos partes: la primera de ellas como eficacia interna que hace

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    referencia a la propia capacidad del individuo de producir un cambio; la segunda,referida a la eficacia externa que se refiere a la susceptibilidad del sistema poltico paraser modificado. (Anduiza, 1999: 16)

    A finales de los aos 60, y tras ms de dos dcadas de paz social y prosperidad

    econmica se produce un fenmeno generalizado (similar al actual) de frustracinsocial. Esta frustracin, cuyo principal origen se sita en la distancia existente entre lasaspiraciones creadas por el estado de bienestar y sus logros reales, se manifiesta en loque se ha dado en llamar la revolucin de las expectativas crecientes. Por otro lado,y como consecuencia no deseada de la expansin del estado de bienestar y de un gastopblico inflacionario, se produce una crisis fiscal del estado que se ve acompaada deun aumento de las resistencias ciudadanas a soportar una mayor presin contributiva(protestas fiscales en ciertos pases nrdicos), y de conflictos entre trabajadores y lderessindicales debidos a las polticas de rentas restrictivas (de moderacin salarial) pactadaspor estos ltimos. Todos estos problemas generaron una situacin de insatisfaccin ymalestar dentro de grupos compuestos principalmente por jvenes, estudiantes, nuevas

    clases medias, y bases sindicales de nuevo cuo. (Benedicto et al. 2009: 182)

    La lucha poltica no lo es ya tanto entre clases como entre una concepcintradicional de la poltica (old politics) y una concepcin nueva de la misma (new

    politics). Esta concepcin nueva de la poltica se presenta estructurada a travs de lneasde conflicto como las que enfrentan al sector pblico con el privado, a las cohortes

    jvenes con las viejas, a los nuevos trabajadores de cuello azul (prsperos ycualificados) con los otros estratos de trabajadores (no cualificados y presa fcil deldesempleo), a la nueva clase media con la vieja, a los valores tradicionales con la nuevamoralidad, (Benedicto et al. 2009: 183)

    A continuacin, se muestra una tabla en la que se puede observar como losvalores ideolgicos por generaciones Y, X y mayores de 34 aos, no varansustancialmente a lo largo de la tabla. Slo cabe mencionar que la generacin X e Yposeen valores con ms tendencia hacia la izquierda que los mayores de 34 aos,aunque en pequea proporcin. De esta manera los valores ideolgicos (segn partidos)quedan prcticamente preestablecidos al llegar a una mayora de edad, salvo algunasexcepciones.

    Porcentajes de grupos ideolgicos por generaciones (porcentajes de respuestasredondeados en cada generacin, es decir, de columnas, sobre el total de respuestas

    vlidas). Espaa, 2066 Generacin Y(18-25 aos)

    Generacin X(26-34 aos)

    Mayoresde 34

    Total

    Izquierda (0-2) 20 18 17 18Centro-izquierda (3-4)

    30 32 34 32

    Centro (5) 29 30 28 29Centro-derecha(6-7)

    13 14 15 14

    Derecha (8-10) 7 5 7 6N 571 833 1.170 2.574

    Total 100 100 100 100Fuente: Fraile et al., 2007: 16: tabla 3

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    Como podemos observar en la siguiente tabla el grado de importancia que lasdistintas generaciones muestran hacia la poltica es en general poco importante. Aunqueest tienden a manifestar un ligero crecimiento a medida que se avanza en edad, siendoas, los grupos ms jvenes los que menos importancia le atribuyen. Para un 64% de lageneracin Y la ideologa es poco o nada importante. Para la X un 59%, y para lo