Del Llanto a La Sonrisa Alex Campo

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    LAS MISIN DE EDITORIAL VIDA ES PROPORCIONARLOS RECURSOS NECESARIOS A FIN DE ALCANZAR A LAS PERSONASPARA JESUCRISTO Y AYUDARLAS A CRECER EN SU FE.

    DEL LLANTO A LA SONRISAEdicin en espaol publicadapor Editorial Vida -2008Miami, Florida 2008 Alex Campos

    Edicin: Carlos Pea

    Diseo de interior: CREATOR studio.net

    Diseo de Cubierta: CREATOR studio.net

    Fotografa:Kenn Kiser / Cecilia Picco / Davide Guglielmo / Sherrie Smith / SarahLewis / Adrian , Canada / Dawn Allynn / Sue RB / Jason Nelson / Patryk Specjal

    RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS. A MENOS QUE SE INDIQUE LOCONTRARIO, EL TEXTO BBLICO SE TOM DE LA SANTA BIBLIA NUEVA

    VERSIN INTERNACIONAL. 1999 POR SOCIEDAD BBLICA INTERNACIONAL.

    Categora: Biografa / Religin

    Impreso en los Estados Unidos de AmricaPrinted in the United States of America

    ISBN 978-0-8297-5290-8

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    TODO EL QUE ME OYEESTAS PALABRAS

    Y NO LAS PONE EN PRCTICAES COMO UN HOMBRE INSENSATOQUE CONSTRUY SU CASA

    SOBRE LA ARENA.CAYERON LAS LLUVIAS,

    CRECIERON LOS ROS,Y SOPLARON LOS VIENTOS

    Y AZOTARON AQUELLA CASA,Y STA SE DERRUMB, Y GRANDEFUE SU RUINA. (MATEO 7:26-27)

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    Mi vida es testigo de ambas escenas: hombres que cons-truyeron sobre la arena y hombres que lo hicieron sobre laroca. Un principio simple: la arena es inestable, se la lleva

    el viento y el agua. La roca es firme. Aunque sufre las em-bestidas de las tormentas, permanece, persevera y se sos-tiene en distintos climas emocionales.En toda vida hay tempestades. No nos gusta, y eso todos losabemos, porque allhay llanto. Pero tam-

    bin sabemos que,

    quienes permanecen,llegan a ver el fin delas tormentas. No sucumben en ellas, ms bien llegan a versonrisas. Por eso escribo mi historia, porque sueo con ver

    jvenes que inteligentemente construyen sus vidas sobre laroca. Una raza de campeones que no sucumban a los pro-

    blemas de la vida. Jvenes que puedan escribir una historia

    que puede comenzar en el llanto pero llegar a la sonrisa.Este fue mi proceso. Esta es mi historia.

    Apostando por mam

    Mercedes Mora es el nombre de mi madre. Dios la esco-gi en su increble sabidura para traerme a este mundo.

    Quin sera el padre? A quin escogera Dios para com-pletar su propsito? Lleg el da indicado en que ellos seencontraran. Mi madre se encontraba haciendo fila en elDAS (Departamento Administrativo de Seguridad) pararefrendar el certificado judicial con el fin de obtener untrabajo que solicitaba. Detrs de la ventanilla se encontra-

    ban cuatro hombres que miraban con asombro la belleza

    de aquella calea de delicada cintura. Querindose divertirun poco, tal vez, decidieron echar suerte para ver quin lapoda atender e invitarla a salir. La cuestin era ganar elprivilegio de tener un encuentro con mi futura mam.Hoy s que, aunque todo aparentaba ser a la suerte, ob-

    viamente Dios s saba quin sera mi padre. Su nombre esPablo Campos. l fue la persona que atendi a mi madre y

    QUIENES PERMANECEN,LLEGAN A VER EL FIN

    DE LAS TORMENTAS.

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    ofreci llevarle los papeles a su casa. Fue all donde comen-z una relacin relmpago que termin al mes en matrimo-nio. Qu rpido!

    Hoy me parece audaz. Muy poco tiempo para conocerse ami forma de ver, pero, qu los impuls para esta pronta yloca decisin? Me gustara poder decir que Dios se los re-

    vel en sueos o qu les habl de alguna forma, pero no loconocan. Le pregunt a mam acerca de su veloz decisin,

    y me respondi con un poquito de vergenza que le llam

    la atencin el fsico de mi padre, pero que la razn ms po-derosa fue por despecho. Haca muy poco que haba termi-nado con un ex novio con el que tenan planes de casarse.La desilusin amorosa por la ruptura de aquel noviazgo fuelo que la arroj a apresurar las cosas con mi padre. Hoy yole llamo a esto unclavo que sac otro

    clavo. Todos sa-bemos cun co-mn es para mu-chos jvenes taparuna mala decisincon otra. Mi pap,por su parte, tenasu palabra en cum-plir aquella apues-ta con el propsitode salir con aque-lla mujer hermosaque, sin pensarlodemasiado, luegode unas semanasalist su mejor tra-

    je para esperar a mipadre en el altar.El mismo sacerdo-te pronostic queaquel matrimonio

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    no durara mucho. Probablemente los vio muy jvenes einmaduros o simplemente saba las circunstancias. No viofuturo en aquella pareja. Sin embargo, se anim a guiar-

    les para que se juraran amor eterno sin decirles nada ne-gativo a la cara. Parece que era un buen gua en asuntosdel amor! O por lo menos la clase de persona que muchosprefieren: uno que te dice todo pero sin contarte lo que

    verdaderamente cree o te conviene. Fue as como el 13 dediciembre de 1975 Pablo Campos y Mara Mercedes Mora

    juraron amor eterno y se introdujeron en un mundo que

    desconocan, uno lleno de grandes desafos, como lo es elmatrimonio.

    Un romance con los suegros

    As comenzara una luna de miel a la que llamar: unromance con los suegros. Econmicamente no estaban

    preparados y mi mam quera estar cerca de sus padres.Ambas situaciones, que suelen tener consecuencias muynegativas, son comunes en parejas jvenes. No es cosa dedescartar la fe. Sin dudas que es difcil tener todo listo eco-nmicamente como uno quisiera. Pero vivir con los padresde la esposa porque ella quiere estar cerca de ellos suelehacer evidente que la pareja no entendi lo que Dios plane

    para el matrimonio: que el hombre y la mujer deben cortarcon el cordn umbilical emocional que los une con suspadres. Ellos no estaban listos para afrontar las responsa-

    bilidades de la convivencia. No tuvieron quin se los dijera,por eso decidieron vivir juntos con quienes muy pronto se-ran mis abuelos.Me gusta mucho el segundo captulo del libro Una vida

    con propsito de Rick Warren. Este se titula: No eres unaccidente. Aqu, el autor nos recuerda que, mucho antesde ser concebidos por nuestros padres, fuimos diseadosen la mente de Dios. No es por causa del destino ni de lacasualidad, ni de la suerte, tampoco por una coincidenciaque, en este mismo instante, estemos respirando. Tenemos

    vida porque Dios quiso crearnos! Por esa razn nac un

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    10 de septiembre. En un da poco romntico en casa de misabuelitos fui concebido, y a los nueve meses llegu a estemundo.

    Ah estaba yo. Mis padres decidieron llamarme EdgarAlexander Campos Mora, que luego fue ms conocido comoAlex C. No me acuerdo mucho de mis primeros aos, perolo que s qued marcado en mi mente fue las fuertes peleasentre pap y mam.Qu difcil fue crecer en medio de un campo minado de des-confianza, celos, amargura, engaos y mil cosas que ape-nas poda comprender. Claro que, en medio de tanto dolor,haba cosas alegres. Por ejemplo, jugar al ftbol con pap.Eso nunca lo olvidar. Recuerdo aquel baln de cuero configuras geomtricas que solamos patear mientras los adul-tos estaban en el descanso de su propio partido. Pero aunen este recuerdo alegre lo feo era que, al final del da y delintenso juego, la mayora de los jugadores de su equipo ce-

    lebraba su triunfo o ahogaba la pena de la derrota con licor.Este recuerdo alegre terminaba en grandes borracherasque luego pasaban a ser peleas seguras cuando cada unollegaba a su hogar, entre los cuales estaba mi pap.

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    Compaero de aventuras

    En este crecer de mi vida no estara solo. Naci mi cmplice

    y a la vez mi acusador. Mi amigo y mi enemigo, mi com-paero y mi hermano. Lo llamaran Luis Francisco Cam-pos Mora. Con Lucho, como le decimos, crecimos viviendocada uno de los momentos confusos de nuestra infancia ensilencio. Nunca nos preguntamos el porqu de los aconteci-mientos, tan solo observbamos o participbamos del des-orden. Con nuestra indisciplina nos ganamos fuertes casti-

    gos y regaos. Pero hoy, al verlo a la distancia, siento que eratodo parte del mismo cuadro. Quizs por eso nos enviarona un colegio militar. All fue donde vivimos una de nues-tras aventuras, o ms bien desventuras. Qu martirio fueestudiar en un rgimen que a mi pequeo juicio era dema-siado riguroso! Teexplico: si llegabas

    tarde, te ponanen ridculo; si te-nas el cabello unpoquito largo, tehacan un moopara que te vierascomo una mujer;

    si te portabas unpoco mal, te man-daban al calabozo, un lugar oscuro y pequeo donde, paraentrar, tenas que agacharte. Ah, y ni decir cuando perdasuna materia! Por lo general nunca tuve habilidades para elespaol ni las matemticas. Esto me significaba dos pal-madas en la cara dadas por el rector de aquel respetable

    establecimiento, y de remate, otros fuertes golpecitos que,si no eran emprendidos por mi pap, los daba mi mam, sies que no se los encomendaban a mi abuela. S, mi abuelita.

    A ella le tenamos un miedo terrible. Como muchas de laspeleas de mis padres concluan en que mi pap se iba algu-nos das de la casa, eso hizo que mis abuelos comenzaranpoco a poco a tener responsabilidades sobre nosotros.

    NO ES POR CAUSA DEL

    DESTINO NI DE LACASUALIDAD, NI DE LASUERTE, TAMPOCO PORUNA COINCIDENCIA QUE,EN ESTE MISMO INSTANTE,

    ESTEMOS RESPIRANDO.

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    Bueno, pero fue en esa poca que pequeos destellos detalento comenzaron a relucir en las pocas fiestas adondebamos con mi familia. En esas celebraciones, la mayorparte de las personas estaban borrachas, pero como poraquel entonces la cancin favorita de mis paps era Lamochila azul, que interpretaba el reconocido entoncesnio mexicano Pedrito Fernndez, comenzaron a pedir quela cantramos. Si alguna vez alguien se pregunt por qumi inclinacin por la msica mexicana, espero haberle res-pondido aquella duda. Crec escuchando los mariachis queacompaaban a Pedrito Fernndez S, seor!Pronto nos cambiaron de colegio, gracias a Dios la platano alcanz para seguir estudiando en aquel rgimen mi-litar! Fue as que las festividades en que participbamoscomenzaron a multiplicarse, tambin las presentacionesmusicales

    Yo no soy un pirata

    Mi hermano y yo solamos jugar con un pequeo juguete

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    rojo que consista en introducir filminas y, a travs de unoslentes, observar una secuencia de dibujitos que pasabancada vez que movamos una palanca. Una tarde, mirando

    una de ellas, me di cuenta de que algo estaba mal. Cuandoobservaba a mi hermano ver las filminas, vea que no tenaque mover su cabeza ni cambiar de ojo para hacerlo y mepregunt: pasa algo con Lucho? Yo, para poder ver losdos orificios, tena que hacerlo a travs de mi ojo izquierdo.

    As que, cada vez que cambiaba la filmina, mi ojo tena quehacer el movimiento de mirar por los dos orificios. Me lla-

    m la atencin que mi hermano viera lo mismo por amboslados. As que definitivamente pens que a l algo no le fun-cionaba bien. Pero fue con ese juego que nos dimos cuentaque yo era el del problema.Cuando mi madre se enter de que yo tena un problemacon mi ojo, decidi llevarme al especialista. Descubrieronaquel da que tena un desprendimiento de retina. No vea

    por mi ojo derecho. Eso hizo que a los pocos aos, me sa-liera una catarata. Mi ojo se puso blanco. Esto comenz acausar algunos traumas en mi niez. Mis amigos me veande una forma diferente; muchos se burlaban de m. Me em-pezaron a poner sobrenombres, como el hombre lobo y elpirata. Y este ltimo me lo apodaron por un buen tiempo.

    Yo pensaba:No soy un pirata; pero ese pas a ser mi so-brenombre durante parte de mi infancia.

    Mis padres comenzaron a buscar desesperadamente algu-na solucin. Consultamos con diferentes especialistas quese acomodaran a nuestro presupuesto; o mejor dicho, anuestra falta de presupuesto. Escuchamos diferentes diag-nsticos, y la conclusin fue que probablemente me habadado un golpe cuando era ms nio. Esto hizo que se medesprendiera la retina y que ocasionara la prdida de vi-sin. Por eso tenan que hacerme una ciruga que, segnla doctora, era muy peligrosa. Adems deba hacerse en midesarrollo, es decir, ms o menos a la edad de los diecisietea los dieciocho aos. Mi madre, angustiada, busc otras so-luciones que pudieran dar un mayor e inmediato resultado.

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    Fue as que llegamos a casos extremos como conocer unabruja. Acaso las brujas existen? Esa fue la pregunta que mehice cuando escuch ese ttulo. Bruja? Qu nio quiere ir

    a ver a una bruja?Pero esta s exista.Cuando llegamoscon mam a un ba-rrio en Bogot lla-mado La Candela-ria, donde haba una

    fila de unas cincuen-ta a cien personasms o menos, y eracomo eso de la me-dia noche, supe ques existan

    Al entrar a esa casa

    fea y acabada, meencontr con unaanciana rodeada deanimales. Haba pe-rros, gatos, pjaros,

    y ms. Era un lugarque produca miedo

    y asco. Aquella mu-jer tom mi mano,torci sus ojos comoen una pelcula de terror y comenz a decir cosas incoheren-tes que yo no entenda. Realmente fue una experiencia que,para la edad que tena en ese momento, causaba muchoterror.

    Otra de las muchas puertas que tocamos fue una sesin es-piritista con Jos Gregorio Hernndez. Un santo, un mdi-co que s yo, pero as le decan a este espritu. A m no meinteresaba saber quin era ese fulano. Lo que me llamabala atencin era que ya estuviera muerto S, eso decan. Laidea de esta nueva experiencia fue que, despus de varias

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    sesiones, l vendra y me hara una ciruga en una de susvisitas. Recuerdo que prepararon el cuarto. Aceite y sa-

    banas blancas eran algunos de los elementos que me acom-

    paaran en esa noche fra y solitaria. La recomendacinque me dio el mdium era quedarme derecho y quieto, yaque si me llegaba a mover, este espritu no me podra ope-rar. Cuando qued solo, no saba qu pensar. Muchas sen-saciones pasaron por mi mente: miedo, expectativa. Llegua sentirme ridculo, pero tambin con la esperanza de po-der ver por mi ojo. Realmente fue una larga noche. Lo ni-

    co que pas fue que el aceite cambi un poco de color y, almedio dormirme, cambi de posicin Supuestamente esofue lo que caus que Jos Gregorio Hernndez nunca llega-ra a operarme Al menos eso fue lo que nos explicaron a lamaana siguiente. El resultado fue que yo segua sin ver deese ojo. Esa noche haba sido una gran prdida de buenashoras de sueo

    y a mis padreslos seguan en-gaando. Dicela Biblia quedonde no haydireccin sa-

    bia, caer el pueblo (cf. Proverbios 11:1). Y eso fue lo que notuvo mi familia: la direccin de Dios.Hoy todava tengo dificultades con mi ojo derecho, y es poreso que uso gafas tan seguido. Algunos que me han vistousarlos tan seguido creen que lo hago solo para estar a lamoda, pero lo que no saben es que, debido a que nunca metrataron la vista responsablemente en mi niez, tengo pro-

    blemas para ver. Hace poco, por ejemplo, tuve la oportuni-dad de visitar Orlando, Florida, y algunos de sus parques.

    En algunas de aquellas atracciones vea cmo mi esposa segozaba con las pelculas en 3D (tercera dimensin). Contristeza entend que, para ver esta clase de atracciones, ne-cesitas de tus dos ojos.

    DEBIDO A QUE NUNCA METRATARON LA VISTA RESPON-SABLEMENTE EN MI NIEZ,TENGO PROBLEMAS PARA VER.

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