De lo desechable a lo reciclable Manejo y aprovechamiento comunitario

de residuos generados por actividades humanas

Joaquín Quiroz Carranza Citlalli Cantú Gutiérrez

Liliana Alzate Gaviria

2008

“Este material se realizó con recursos del Programa de Coinversión Social, perteneciente a la Secretaría de Desarrollo Social, empero, la SEDESOL no necesariamente comparte los puntos de vista expresados por los autores del presente trabajo”.

Publicación financiada por Secretaría de Desarrollo Social

D.A.R. 2008 De lo desechable a lo reciclable. Manejo y aprovechamiento comunitario de residuos generados por actividades humanas. Joaquín Quiroz Carranza, Citlalli Cantú Gutiérrez y Liliana Alzate Gaviria. Asociación Red Verde (www.redverde.org.mx) – Centro de Investigación Científica de Yucatán. Mérida, México.

Edición a cargo de Centro de Investigación Científica de Yucatán, A.C. Calle 43 No. 130, Col. Chuburná de Hidalgo, C.P. 97200, Mérida, Yucatán, México.

Es parte del Sistema de Centros Públicos de Investigación Conacyt.

ISBN: 978-968-6532-26-5

Primera edición: Diciembre 2008.

Cuidado editorial: Gabriela Herrera Martínez Diseño editorial: Norma Marmolejo Quintero Diseño de portada y contraportada: Pablo Quiroz Cantú

Impreso y hecho en México.

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Índice Agradecimientos 5 Prefacio 6 Introducción 11

Primera parte Consumo responsable y residuos generados por actividades humanas 14 Consumo responsable 21 ¿Por qué manejar y aprovechar los residuos generados por actividades humanas? 24

Segunda parte Origen y clasificación de los residuos 26 ¿Basura o residuos? 26 Clasificación de los residuos generados por actividades humanas 27 Efectos de los residuos sobre el ambiente y la salud humana 31 Situación de los residuos sólidos urbanos y tóxicos peligrosos en México 33 Políticas nacionales sobre residuos 35

Tercera parte Manejo y aprovechamiento de los residuos 38 Manejo y aprovechamiento comunitarios de los residuos 39 Plan de administración integral de residuos a escala local 41 Aprovechamiento o transformación de residuos 45

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Residuos inorgánicos no peligrosos 46 Residuos orgánicos no peligrosos 50 Fases del aprovechamiento comunitario de residuos 51 Acopio y comercialización de residuos inorgánicos no peligrosos 52 Centro de acopio 52 Equipos y accesorios de un centro de acopio 53 Acopio o recolección 53 Clasificación 54 Prensado 55 Molido o triturado 55 Lavado 55 Fundición 56 Otros procesos 56 Comercialización 57 Concertación de entregas 58 Manejo de residuos peligrosos no restringidos 58 Pilas y baterías 59 Acopio de pilas 62 Medicamentos caducos 64

Cuarta parte Características generales de la zona costera de Yucatán 66 Región litoral poniente 67 Región litoral norte 67 Región litoral oriente 67 Características socioeconómicas de la población en la zona costera de Yucatán 68

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Generación local y valor de los residuos 68

Quinta parte Organización comunitaria para el manejo de residuos generados por actividades humanas en la costa de Yucatán 72 La perspectiva de género 74 Las organizaciones comunitarias de Chuburná Puerto, Progreso, Yucatán 75 Experiencia del grupo Kole me ya en el manejo, aprovechamiento y transformación local de residuos generados por actividades humanas 81 La historia desde sus protagonistas 82 Sus logros y perspectivas 86 Imágenes de las actividades de manejo y aprovechamiento comunitario de residuos generados por actividades humanas en localidades costeras de Yucatán 88

Una conclusión necesaria 94

Anexo Directorio de empresas e instituciones relacionadas al aprovechamiento y/o gestión de residuos 98 Literatura consultada 100

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Agradecimientos El presente libro lo elaboramos con base en apuntes y presentaciones audiovisuales que preparamos para realizar procesos de capacitación sobre manejo y aprovechamiento comunitario de residuos generados por actividades humanas, actividades que se impartieron a mujeres de las localidades de Sisal en el municipio de Hunucmá; Chuburná Puerto, Chelem Puerto y Chicxulub Puerto, en el municipio de Progreso; Telchac Puerto; Chabihau, en el municipio de Yobaín; San Crisanto, en el municipio de Sinanché, y Celestún.

La integración de los apuntes y las presentaciones audiovisuales como un libro fue posible gracias a las mujeres que participaron, opinaron, preguntaron y se interesaron en la temática. Sin esa respuesta efectiva, el esfuerzo hubiera sido vano. La experiencia y convivencia con las mujeres de la costa de Yucatán permitió darle una estructura al libro con el propósito de que sea un texto útil en la replicación de la experiencia comunitaria para el manejo y aprovechamiento de residuos generados por actividades humanas en otras localidades costeras o de tierra adentro.

Muchas personas contribuyeron de una u otra forma para lograr que este libro se conformara como tal; cada uno de ellos sabe dónde y en qué momento dio su aporte. A todos ellos, les agradecemos su participación.

Los autores

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Plásticos residuales recuperados

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Prefacio

Actualmente en México los residuos generados por actividades humanas alcanzan en promedio un kilogramo por habitante al día. Para su manejo intervienen distintos actores sociales como son: el gobierno federal, los gobiernos estatales y municipales, la empresa privada, las organizaciones de la sociedad civil y los ciudadanos de forma individual u organizados informalmente.

En los últimos 50 años, la política pública en México ha encarado el tema de los desechos bajo la idea generalizada de considerar a la basura como un problema, esto a pesar de las diversas observaciones realizadas por especialistas, quienes señalan que los residuos generados por actividades humanas no representan un inconveniente, sino recursos aprovechables.

El manejo de los desechos ha entrañado, como muchos de los asuntos de interés público, la existencia de codicias económicas, poderes políticos, mafias, ignorancia y otros males del sistema social mexicano, lo cual se observa en el manejo oficial de los residuos en cuatro aspectos fundamentales: 1. Gestión de basureros a cielo abierto, construcción de

rellenos sanitarios y centros de disposición final. 2. Regulación legal incompleta y centralizada. 3. Concesión privada de la recolección urbana, la

administración de rellenos sanitarios y de eliminación de residuos tóxico-peligrosos.

4. Permisividad del gobierno para el uso de materiales residuales como combustible por parte de grandes empresas.

Ninguno de los gobiernos ha podido resolver el denominado problema de la basura, a pesar del millonario gasto, mientras que las empresas privadas se mantienen, crecen y sus propietarios obtienen jugosas ganancias.

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En promedio, la recolección y disposición final de residuos en nuestro país no sobrepasa el 50 por ciento de los desechos generados; una porción similar queda a merced de la intemperie y dispersa en ríos, lagos, lagunas, bahías, mares, cenotes, áreas de vegetación natural, áreas urbanas y rurales, provocando una gran diversidad de efectos dañinos, entre los que destacan: la degradación del paisaje, la destrucción del tejido social, la contaminación de agua, suelo y aire, la generación de sitios de anidamiento de fauna nociva, la muerte de fauna silvestre y la presencia de enfermedades en poblaciones humanas, entre muchos otros.

Para la “eliminación de la basura” recolectada, la administración pública aplica procedimientos poco amigables con el ambiente, como son:

a) El vertido en basureros a cielo abierto, entierro en rellenos sanitarios y centros de disposición final, técnicas por cierto, fuertemente criticadas en los países europeos desarrollados. b) La incineración a cielo abierto, bajo el esquema de un accidente, error humano o delincuencia, pero hay evidencias que demuestran que las autoridades lo coordinan para reducir volumen. c) La incineración en hornos para su uso como combustible o para su destrucción.

A escala local, en las poblaciones rurales y áreas urbanas marginales es común la práctica de la quema de patio, a través de la cual se incineran de forma incompleta todo tipo de residuos domésticos como son restos vegetales y animales, plásticos, pañales, papel sanitario, pilas y otros más.

La mayoría de los municipios carecen de servicios de recolecta y de sitios adecuados y eficientes para el manejo, aprovechamiento y eliminación de residuos. Por lo general, se observan tiraderos a cielo abierto, en los cuales, por accidente o de forma intencional, periódicamente se

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incineran los desechos acumulados y mezclados, para reducir su volumen.

Algunos residuos tóxico-peligrosos son incinerados por empresas privadas autorizadas o toleradas por las instancias gubernamentales dedicadas a la protección del ambiente.

De la misma forma, los desechos hospitalarios son incinerados por los propios hospitales o por los prestadores de servicios, todo bajo el auspicio de las instituciones gubernamentales responsables del cuidado del ambiente, a pesar de que se ha advertido seriamente de la peligrosa contaminación que estas prácticas provocan.

Algunas empresas productoras de cemento utilizan aceite quemado y neumáticos como combustible, bajo un supuesto esquema de protección ambiental autorizado, permitido o tolerado por las instituciones gubernamentales correspondientes, a pesar de que se sabe que en estos procesos de combustión se generan emisiones altamente contaminantes y extremadamente dañinas para la salud humana.

Hay documentación suficiente que demuestra que someter a incineración residuos plásticos genera humos y partículas de sustancias denominadas dioxinas, las cuales ocupan el primer lugar entre las sustancias más contaminantes generadas a gran escala por las actividades humanas.

Este libro es el resultado de diversas experiencias comunitarias; en él se reúnen conceptos y prácticas que pretenden fomentar una actitud en favor de la reducción de la contaminación ambiental, a través del aprovechamiento comunitario de los residuos generados por actividades humanas, a fin de: 1. Promover la organización social para la recuperación de

poderes de autogestión y la generación de nuevas habilidades en los pobladores locales.

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2. Fomentar acciones para minimizar el vertido irregular de residuos a través de su aprovechamiento comunitario.

3. Impulsar actividades que contribuyan a eliminar la práctica de la quema de patio y frenar la emisión de contaminantes.

4. Impulsar la valorización comunitaria de los residuos y convertirlos en una fuente de recursos económicos para los pobladores locales.

Todo ello, con el objetivo de contribuir al desarrollo local desde una perspectiva comunitaria y de género, entendiendo la primera como el conjunto de procesos a través de los cuales la población local, asumiéndose como comunidad, es decir, participando de lo común, reconoce sus problemas y ejecuta acciones para resolverlos, y así, mejorar sus condiciones de vida; esto, como camino a través del cual, los integrantes de la comunidad se educan y construyen a sí mismos.

La perspectiva de género es un proceso que busca la equidad, la justicia y la recuperación de poderes o capacidades de construcción y autoconstrucción de los seres humanos sin importar sus características biológicas de sexo, color de piel, preferencias sexuales, condición social, identificación ideológica o religiosa, y con todo esto, gestar su ascenso hacia el desarrollo colectivo.

Los autores

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Introducción Es común leer en la literatura especializada y de divulgación, información donde se señala que la creciente generación de desechos se debe a la voracidad y dispendio del consumidor final. En casi ninguna de ellas se enfatiza que el alto consumo es un resultado del sistema de la ganancia máxima, denominado capitalismo, donde el lucro, la sobreoferta y la mercadotecnia son la trilogía verdaderamente responsable de este problema.

Más aún, algunos de aquellos individuos que conducen instancias de gobierno hacen gala de su “conocimiento” y señalan que el consumidor final, es decir, el ciudadano, es el responsable de los desechos, que los vierte irregularmente por falta de cultura y es necesario someterlo con leyes, multas y castigos, lo que demuestra el poco conocimiento que tienen de la realidad o de su complicidad en el problema.

Casi ningún autor, empresario o político gubernamental estándar se atreve a mirar la realidad, para darse cuenta que el medio ambiente socio-urbano está totalmente contaminado de señalamientos que promueven el consumo compulsivo.

En teoría, en el capitalismo, la oferta y la demanda deben regular el consumo. Para esto, el consumidor debe disponer de información suficientemente clara para elegir entre opciones de calidad y beneficio, de tal forma que esta competencia construya una sociedad ideal de consumidores informados.

Pero eso no es así. Desde que el capitalismo es tal, la oferta y su aliada, la mercadotecnia, han definido el comportamiento del consumidor. Esto es tan claro como el agua embotellada de marca registrada: ningún consumidor ha extendido una carta de solicitud para que las industrias ofrezcan bebidas de tal o cual tipo, colorantes de cabello con determinadas propiedades, cigarros, labiales, medicamentos,

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electrodomésticos y demás productos de consumo. No. Son los industriales, quienes utilizando la información y el conocimiento, deciden qué, dónde, cuándo y cuánto producir.

Por ello, en este libro se considera necesario hacer el siguiente señalamiento: los empresarios capitalistas, herederos y promotores de la desigualdad social, el lucro y la ganancia máxima, jamás podrán fomentar el desarrollo sustentable.

El desarrollo sustentable es una tarea que sólo puede ser construida en comunidad por aquellos que entiendan que el desarrollo es tal cuando es generado de forma autogestiva.

Este libro se divide en cinco partes. En la primera se explican las ideas fundamentales sobre el consumo responsable y los residuos generados por actividades humanas; en la segunda, el origen y la clasificación de los residuos; en la tercera, los procedimientos de manejo y aprovechamiento de los residuos; en la cuarta, se describen las características de la zona costera de Yucatán, y finalmente, en la quinta parte se mencionan algunos elementos de organización comunitaria y se presenta la experiencia comunitaria actualmente vigente en la localidad de Chuburná Puerto, Progreso, Yucatán.

Es importante señalar que este libro se elaboró a partir de apuntes y presentaciones audiovisuales para actividades de capacitación comunitaria para el manejo y aprovechamiento de residuos generados por actividades humanas, y posteriormente su contenido se ordenó de acuerdo a una secuencia lógica.

Por ser un texto de divulgación está en permanente proceso de construcción, pues cada experiencia comunitaria ofrece nuevos aportes.

Por lo anterior, hacemos una amplia invitación a los lectores para que lo utilicen, lo reciclen y lo ajusten a las condiciones locales, para fortalecer el principio de que la

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cultura humana es un bien común y no una patente o derecho reservado.

Basurero a cielo abierto, paisaje común en Yucatán

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Primera Parte

Consumo responsable y residuos generados por actividades humanas

La generación de materia y energía residual es un proceso natural en cualquier tipo de sistema. Todos los organismos durante sus procesos de vida generan desechos; así, durante la alimentación, los organismos dejan sobrantes; en sus actividades de vida liberan excrementos y porciones de uñas, dientes, pelo, caparazones, escamas; durante su respiración, movimiento o actividades biológicas generan calor. De forma similar, los sistemas industriales, tecnológicos, urbanos, rurales y de producción de conocimientos generan residuos de diversa índole y magnitud.

El consumo de recursos, así como el vertido de residuos, es inevitable y de gran preocupación, tanto que desde hace siglos los antiguos pensadores buscaron la llamada máquina de movimiento perpetuo. Se imaginaban un artefacto cuyo funcionamiento no necesitaba energía, y como consecuencia, no generaba ningún residuo; nunca lo pudieron construir, porque esa fantasía se opone a leyes naturales descritas por la termodinámica,1 las cuales explican que la materia y la energía no se crean ni se destruyen, sino que sólo se transforman, y que la pérdida de energía en los sistemas nunca puede decrecer a cero. De esta forma, la materia y la energía residuales generadas por cualquier tipo de sistema pueden considerarse como las partes desaprovechadas por un sistema.

1 Termodinámica: Parte de la física en que se estudian las relaciones entre el calor y las restantes formas de energía.

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El vertido de residuos no es ninguna novedad de la civilización humana. Los residuos son generados por animales, vegetales, hongos, bacterias, virus, etc. Pero desde que el ser humano se convirtió en la especie dominante, incrementó su poder de saqueo de recursos naturales y con ello su capacidad de desaprovechar energía y materia. Se transformó en el principal responsable de la generación de desechos, tanto por el volumen, el peso y la peligrosidad de muchos de los residuos.

Los desechos no son un problema: son resultado de los procesos realizados dentro de cualquier sistema. Pero sí lo es la cantidad de vertidos generados por un sistema en relación con la materia y la energía consumidas por éste. Dicha relación determina la eficiencia o ineficiencia del sistema, ya que junto con la generación de residuos se debe considerar la intensidad o la cantidad de veces que se vierten, el tiempo o duración de la generación y la peligrosidad de residuos, entre otros aspectos.

En el caso de los residuos generados por actividades humanas, el inconveniente está en los efectos negativos sobre los ecosistemas y la salud humana. El impacto de los residuos se encuentra en relación directa con la capacidad de destrucción del sistema social, determinado por el modelo de producción y consumo dominante.

Los países con mayor crecimiento económico y tecnológico, alto consumo de energía y poderío industrial-militar, como son Estados Unidos de Norteamérica, Inglaterra, Francia y Alemania, entre otros, han sido y serán los que poseen mayor capacidad destructiva sobre los recursos naturales, y por lo tanto, son los que mayor impacto generan al ambiente global con las características de sus residuos. De lo anterior se deriva que su cultura de consumo involucra un alto desperdicio de energía y materia, lo que corresponde a un sistema altamente ineficaz, debido a que a un mayor crecimiento económico,

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mayor generación de residuos y destrucción de recursos naturales.

De la misma forma, dentro de cada nación y dentro de cada grupo o clase social, el desperdicio de energía y materia está en relación directa con el nivel de ingreso económico y de consumo de sus integrantes. Por lo que, quienes tienen mayores ingresos económicos, poseen mayores posibilidades de consumo, y por lo tanto, sus desechos son mayores y potencialmente más dañinos, siendo su modo de vida menos compatible con los criterios de la conservación ambiental.

La Organización de Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (UNESCO) y el Programa de Naciones Unidas para en Medio Ambiente (PNUMA) señalan que:

Un ciudadano medio en el mundo requiere 2.3 hectáreas para producir lo que consume cada año y para depositar los residuos; esto es 40 por ciento más de lo que sería sustentable. Un europeo medio necesita 4.6 hectáreas; un norteamericano medio 57.5 hectáreas; un ciudadano medio de Bangladesh, cerca de la India, necesita 0.76 hectáreas, esto indica que el consumo a escala global está seriamente desequilibrado.

El 20 por ciento de la gente más rica del mundo consume el 75 por ciento de los recursos naturales del planeta, y por lo tanto, genera el 75 por ciento de los residuos.

Los Estados Unidos de América tienen el seis por ciento de los habitantes del planeta y consumen el 30 por ciento de los recursos disponibles.

La fortuna de los 225 individuos más ricos del mundo equivale al ingreso anual del 47 por ciento de la población mundial más pobre, es decir, de dos mil 500 millones de personas.

El 80 por ciento de los vehículos del mundo pertenecen al 20 por ciento de la población mundial. Hay más

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automóviles en un área urbana de los Estados Unidos de América que en la India, China, Indonesia, Pakistán y Bangladesh juntos.

Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) producidas por los vehículos que circulan en los Estados Unidos de América sumaron un total de 291 millones de toneladas en 1997, lo que excedió el total de emisiones generadas por los vehículos de resto de los países del mundo juntos.

Las emisiones totales de dióxido de carbono (CO2) generadas en los Estados Unidos de América representan una quinta parte de las mundiales.

El consumo de petróleo por persona en Estados Unidos de América asciende a 7,835 litros por año, mientras que en países como la India es de 439 litros por año.

En el año 2005 había cerca de 315 millones de computadoras en el mundo equivalentes a 600 millones de kilogramos de plomo, un millón de kilogramos de cadmio, 200 mil kilogramos de mercurio, todos ellos metales tóxicos.

En las viviendas urbanas de los países industrializados con un promedio de 4.6 habitantes, se consumen 640 litros de agua por día; mientras que más de cuatro mil millones de habitantes del mundo carecen de agua corriente en sus casas.

En los países subdesarrollados viven 872 millones de personas que no saben leer y escribir. Garantizar educación primaria a cada uno de los niños del mundo costaría seis mil millones de dólares, lo mismo que cuatro días de gasto militar del mundo (Fig. 1).

De esta forma, la cantidad de residuos generados por las actividades humanas y de sus componentes, expresan la eficacia o ineficacia del sistema social y del modelo de consumo dominante.

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Un tanque de guerra equivale a cinco centros culturales

Tres misiles equivalen a dos centros escolares infantiles

Un helicóptero de combate equivale a la atención de 30 mil personas en condiciones de pobreza

Un cazabombardero equivale a tres hospitales

Figura 1. Equivalencia entre gastos militares y su transformación en bienestar social.

En México, casi siempre se ha percibido a los residuos como sobrantes no aprovechables y se han identificado como “basura”.

Desde hace aproximadamente 50 años se han implementando diversos procedimientos centralizados para la eliminación de desechos, primero, a través de basureros a cielo abierto, y más recientemente, con la construcción de rellenos sanitarios y centros de disposición final.

La idea dominante impulsada por las administraciones federales, estatales y municipales en toda la historia moderna de México ha pretendido la eliminación de la “basura”, pero al mismo tiempo, esta política ha demostrado

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su ineficacia, ya que la “basura”, hoy denominada residuos sólidos urbanos (RSU) o residuos sólidos municipales (RSM), crece a un ritmo mayor que la capacidad de los sistemas de manejo actuales, por lo que es urgente construir un nuevo modelo de administración de residuos.

Las investigaciones de las ciencias sociales, poblacionales y ambientalistas han demostrado que el avance del modelo de consumo intensivo, la cultura de lo desechable y el crecimiento de la población, hacen que los residuos generados por los seres humanos se incrementen en peso, volumen, variedad y peligrosidad.

La idea dominante en la administración pública para el manejo de los residuos generados por actividades humanas no ha mostrado un avance significativo en los últimos 50 años, ya que este problema sigue creciendo y da señales de rebasar la capacidad de las instituciones gubernamentales y privadas.

Así, teniendo como antecedente el incremento en la generación de residuos en el periodo 1975-2000, el veloz desarrollo tecnológico, el galopante crecimiento de consumibles desechables y de la población, se puede estimar que, para el año 2025, la generación promedio de residuos podrá sobrepasar los dos kilogramos por persona al día, con una contribución significativamente superior de los residuos inorgánicos o artificiales y de los tóxico-peligrosos.

Los residuos generados por las actividades humanas son muy diversos e incluyen residuos sólidos, líquidos, gaseosos, electrónicos, ondas electromagnéticas (televisión, radio, telefonía celular, microondas), militares y nucleares.

Los residuos generados en las viviendas, oficinas y comercios presentan una amplia diversidad, desde los inorgánicos no peligrosos, como los plásticos, el papel, la tela, el vidrio, los metales, hasta los tóxico-peligrosos como los plaguicidas, las pinturas, los barnices, los metales pesados, los desechos sanitarios, los medicamentos

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caducos, los aceites y las grasas automotrices, entre otros, así como aguas residuales, humos y gases tóxicos.

Los residuos derivados de clínicas, hospitales y plantas nucleares, los generados por granjas pecuarias y de especies menores, los que proceden de actividades de construcción y demolición de inmuebles, entre otros, tampoco reciben un manejo apropiado. Por su parte, las industrias liberan al ambiente, contaminantes con diverso grado de toxicidad o peligrosidad.

La generación de desechos provoca diversos efectos negativos como son:

• Contaminación del paisaje debido a la presencia de basureros a cielo abierto y vertido sobre la vegetación natural, caminos y senderos.

• Contaminación de cuerpos de agua y del aire por partículas generadas debido a la exposición de los residuos a la lluvia, viento y temperatura.

• Modificación de las características físicas, químicas y biológicas del suelo y cuerpos de agua.

• Incremento de poblaciones de organismos nocivos, marea roja, insectos, roedores, perros y gatos, entre otros.

• Degradación social de poblaciones humanas marginadas.

• Propagación de enfermedades como alergias y cáncer, pudiendo ocasionar la muerte de animales silvestres, domésticos y seres humanos.

• Todos estos fenómenos se reflejan en la salud biológica y psicológica de las poblaciones humanas locales.

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Consumo responsable

Antes de ocuparnos ampliamente del tema de los residuos, es necesario mencionar el origen, es decir, el punto en el cual una porción de materia y energía se transforma en desecho. Este punto es el consumo de recursos, sea a escala industrial, comercial, domiciliar o individual.

El consumo representa el ingreso de cualquier recurso a un sistema, donde será procesado o utilizado, para la generación de productos y del cual una porción será desechada a su ambiente, de forma original, o bien, parcial o totalmente transformada.

Consumir es la acción a través de la cual un sistema utiliza un recurso y evita que esté disponible para otro sistema presente o futuro. Un recurso es cualquier factor biológico o no biológico capaz de ser ocupado o consumido por un sistema natural o artificial, con lo cual se vuelve no disponible para otros sistemas.

Los recursos existen en un espacio y tiempo determinado, así, el espacio físico sólo puede estar en un sitio definido y no puede estar ocupado por dos organismos al mismo tiempo. Los alimentos se consumen o se desperdician; la energía se consume y se desaprovecha; el paisaje se conserva o se destruye; los cuerpos de agua se mantienen, se consumen o se contaminan; los servicios de transporte, salud o esparcimiento se usan y se ocupan, evitando su aprovechamiento por otros integrantes de la sociedad.

La responsabilidad es la capacidad de todo sujeto para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente; representa un valor y una actitud que permite realizar cualquier tipo de acción de una manera pensada, es decir, después de un análisis detenido, para lo cual es indispensable disponer de información clara.

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El consumo responsable es la acción de aprovechar recursos con conocimiento de que sus ingredientes no son dañinos para la salud, no destruyen el ambiente natural ni fomentan la explotación de seres humanos o el maltrato de animales.

Para acceder a la información sobre los ingredientes y procesos de fabricación y/o extracción de algún recurso, es indispensable que los individuos posean la habilidad de leer y entender la información; puedan acceder a fuentes de información confiables y diversas, y dispongan de varias opciones sobre las cuales elegir bajo costos similares.

Pero la realidad es diferente: 1. No todos los habitantes del planeta somos igualmente

responsables de los efectos dañinos de la civilización humana sobre los ecosistemas; quien posee mayor poder económico, consume más y genera mayor cantidad de residuos.

2. Aquellos que no saben leer y escribir no pueden entender la información aunque esté disponible. El hecho de que exista analfabetismo real o funcional es responsabilidad, o mejor dicho, irresponsabilidad de los gobiernos.

3. Los excluidos y marginados no tienen acceso a fuentes de información confiables y diversas. La exclusión y marginación no es un estado natural: es una consecuencia de la injusta distribución de la riqueza social.

4. Los que carecen de automóvil no pueden dejar de usarlo ni reducir la generación de gases contaminantes derivados de los automotores.

5. Los que no tienen energía eléctrica en sus viviendas no pueden reducir su consumo ni sustituir focos incandescentes por lámparas ahorradores.

6. Quienes liberan gases por uso de gasolina, diesel o cualquier otro derivado del petróleo generan mayor

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impacto en el ambiente que aquellos que usan energía derivada de biomasa.

7. Los que no disponen de agua en sus viviendas no pueden aplicar programas de ahorro de agua ni de eliminación de fugas.

La sustentabilidad global, es decir, la construcción de una civilización que se base en el respeto a la vida y el uso responsable de los recursos naturales, únicamente será posible cuando la humanidad entera sin distingo de sexo, nacionalidad, religión, ideología, color de piel, preferencia sexual, etc., pueda disponer de los recursos suficientes para su sobrevivencia. Esto es: empleo seguro y con un salario que esté de acuerdo con las capacidades de cada individuo, así como las oportunidades reales para mejorar constantemente esas capacidades; seguridad social y prestaciones laborales; alimentación adecuada, sana y segura; servicios públicos como agua potable, drenaje, energía eléctrica, información, sistemas de comunicación, educación escolarizada, servicios médicos y esparcimiento; respeto a la cultura local, y disponga de los mecanismos y tecnologías para aprovechar sus residuos, entre otras.

Sin estas condiciones, el discurso de la sustentabilidad es un invento que no puede ser sostenido; por ello, consideramos que el desarrollo o es para todos o no existe, porque los pobres actuales o futuros viven y vivirán excluidos del crecimiento económico y bajo procesos de desarrollo deformado o subdesarrollo; todo esto a pesar de las grandes decisiones generadas en las reuniones internacionales sobre desarrollo y ambiente, así como planes de desarrollo nacionales y regionales.

El manejo y aprovechamiento de los recursos naturales, así como de los residuos generados por actividades humanas son procesos que deben incluir el reconocimiento de las capacidades locales y autogestivas de las comunidades; estos son procesos a través de los cuales los habitantes locales pasan de ser un conjunto social

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estandarizado o controlado, a un grupo social que decide por sí mismo la dirección de su desarrollo, es decir, donde ellos reconocen y ponen en funcionamiento sus capacidades o poderes para construir colectivamente su presente y su futuro.

¿Por qué manejar y aprovechar los residuos generados

por actividades humanas?

Existen muchas razones para entender la necesidad de manejar, aprovechar y transformar localmente los residuos generados por actividades humanas. Algunas de éstas son:

Se reduce el uso de recursos, por ejemplo:

• Producir una tonelada de papel con materia prima virgen consume 1,845 kilogramos de madera; esto es, 17 árboles de 20 metros de alto por 40 centímetros de diámetro, 108 kilogramos de cal, 180 kilogramos de sulfato de sodio, 38 kilogramos de carbonato de calcio, 100 mil litros de agua y 868 mil litros de gas. Reciclar el papel ahorra casi el 80 por ciento de todos los materiales y energía señalados.

• En el caso del vidrio, su reciclado reduce el uso de 79 por ciento del material virgen, 50 por ciento del consumo de agua y 14 por ciento de las emisiones.

• Cuando se recicla una tonelada de acero se ahorra un 74 por ciento de energía, 86 por ciento de contaminantes al aire, 40 por ciento del consumo de agua, 76 por ciento de contaminantes de agua y se reduce un 97 por ciento de extracción minera.

• En el caso del aluminio, se ahorra un 95 por ciento del consumo de agua, energía y contaminantes.

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Se mejoran las condiciones de vida de las comunidades, por ejemplo:

• Se reduce el 80 por ciento del peso y volumen de materiales que llegan a rellenos sanitarios, basureros a cielo abierto y tiraderos clandestinos.

• Se reduce significativamente el deterioro del paisaje y la contaminación del aire, agua y suelo.

• Se disminuye la presencia de poblaciones de organismos nocivos, trasmisores de diversas enfermedades a humanos.

• Se aprovechan los materiales reciclables como fuentes de ingresos de poblaciones urbanas marginadas y rurales.

• Se recupera la capacidad de administración de las comunidades humanas, entre otras muchas oportunidades.

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Segunda parte

Origen y clasificación de los residuos

Los residuos deben diferenciarse por su origen. Para ello, se describen dos grandes grupos:

En primer lugar están los de origen natural, aquellos que son generados por los organismos en condiciones silvestres, por la muerte de éstos causada por fenómenos meteorológicos, tectónicos o por la depredación. Los desechos de organismos son todas las porciones generadas y desechadas por los procesos biológicos en la naturaleza, por ejemplo, la hojarasca, las ramas, los árboles muertos, el excremento, las secreciones, las plumas, las escamas, las pieles, los caparazones, las resinas, los organismos muertos. Dentro del grupo de los residuos naturales se encuentran también las emisiones de humos y gases generados por erupciones volcánicas, entre otras, y la energía de disipación o el calor derivado de los procesos de vida.

En segundo lugar están los residuos generados por actividades humanas: son todos aquellos desechos vegetales, animales, sintéticos, desechos de la construcción y demolición, el acondicionamiento de los espacios de vida, entre otros. Se les clasifica de forma gruesa en orgánicos e inorgánicos, pero como se verá más adelante, para un manejo y aprovechamiento eficiente debemos de partir de una clasificación más fina.

¿Basura o residuos?

La basura, según el diccionario, es todo aquello que ensucia, que no agrada a los sentidos, que ya no tiene

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ningún uso y valor, por lo que se busca sea eliminada de cualquier forma.

La basura es el conjunto de materiales desechados por las actividades humanas en la industria, el comercio y las viviendas y que se vierten de forma combinada. Al mezclarlos se modifican sus características haciéndolos inservibles o incrementando su costo de recuperación.

Los residuos son la parte o porción que queda de un todo; son los materiales sobrantes y no aprovechados. Cuando no se mezclan, se impide que pierdan su valor y su recuperación permite reducir costos de operación, el consumo de nuevos recursos como el agua y la energía, y la disminución de emisiones de gases y humos a la atmósfera.

Clasificación de los residuos generados por actividades humanas

Antes de realizar acciones para el aprovechamiento de los residuos, es necesario que se conozcan el tipo y las características de los materiales de desecho, así como los mecanismos actuales a través de los cuales se manejan, sea de forma artesanal, semindustrial e industrial, o bien, para su disposición controlada, de tal manera que ello nos lleve a definir una forma de manejo apropiada para cada uno de los materiales; esto es, un plan de manejo integral.

De acuerdo con su estado físico los residuos se clasifican en:

• Líquidos. En este grupo se reúnen las aguas residuales domiciliares, solventes, pinturas, aceites, combustibles, plaguicidas y fertilizantes líquidos, entre otros.

• Gaseosos, como vapores, humos y partículas derivadas de la combustión de energéticos derivados

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del petróleo, gas, leña, sea a escala industrial, comercial o doméstica.

• Electromagnéticos. Son todas las ondas de comunicación de telefonía celular, radio, televisión, microondas, térmicas, nucleares, etc.

• Sólidos. Son los desechos derivados del procesamiento y/o manejo de organismos vivos, residuos de parques y jardines, bagazo, grasas animales, vísceras, restos orgánicos hospitalarios, estiércol, desechos de aserríos. Asimismo, pilas, baterías, residuos sanitarios, medicamentos, instrumental médico-quirúrgico, cartón, papel, tela, cuero, vidrio, metales ferrosos y no ferrosos, plásticos y sustancias químicas sólidas, entre otros.

De acuerdo con la capacidad de los residuos para causar daño a la salud humana, pueden ser clasificados en:

• Orgánicos no peligrosos: incluyen los residuos como son bagazos, estiércol, materia orgánica domiciliar, residuos de parques y jardines, viruta, aserrín y madera.

• Orgánicos tóxico-peligrosos: a estos pertenecen los plaguicidas y los medicamentos caducos, entre otros.

• Biológico-infecciosos: son los restos hospitalarios y de laboratorios (sangre, órganos, gasas, instrumental), papel higiénico, pañales, toallas sanitarias.

• Radiactivos: usados en centrales de energía nuclear, hospitales, clínicas, industria, investigación, entre otros. Estos residuos son altamente peligrosos porque pequeñas cantidades pueden generar dosis de radiación peligrosas y su duración en el ambiente se calcula en miles o decenas de miles de años.

• Inorgánicos no peligrosos: incluyen vidrio, metales ferrosos y no ferrosos, plásticos, escombros, llantas,

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trastos viejos, muebles de materiales sintéticos, cubiertas de electrodomésticos y motores.

• Inorgánicos peligrosos: son los envases y empaques de productos tóxico-peligrosos, o de grasas y aceites quemados, pilas y baterías, material hospitalario, solventes, pinturas, barnices, reactivos y mezclas de éstos.

Es importante recalcar que la peligrosidad de un residuo está dada por:

• La dosis, esto es, la cantidad necesaria para causar daño a la salud humana, generar algún tipo de enfermedad al individuo o a sus descendientes; generalmente se define como la cantidad de miligramos por peso del organismo (mg/kg).

• El efecto biológico: representa el tipo de daño en los organismos: cáncer, deformaciones en fetos o muerte del individuo.

• La persistencia: es el tiempo cronológico que perdura la acción dañina del residuo sobre el ambiente.

• La recurrencia: es la frecuencia con que un residuo es liberado al ambiente.

• La bioacumulación: es la propiedad que poseen los contaminantes para acumularse en los organismos.

• El biotransporte: es el mecanismo mediante el cual los contaminantes se movilizan a través de medios biológicos, como son las cadenas alimentarias.

• El transporte no biológico: es el mecanismo por el cual los contaminantes pueden movilizarse por medio de los elementos de la intemperie, como el viento, el agua de arrastre, la lluvia, la gravedad y los procesos de escurrimiento, entre otros.

De acuerdo con la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (DOF, 2003), los residuos

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se clasifican como: a) peligrosos; b) sólidos urbanos, y c) especiales.

a) Los residuos peligrosos son aquellos que poseen capacidad para corroer otros materiales, reaccionar con otros compuestos, explotar y provocar fuego, ser tóxicos, o ser agente transmisor de enfermedades, así como envases, recipientes, embalajes y suelos que hayan sido contaminados por este tipo de residuos. b) Los residuos sólidos urbanos son los que resultan de la eliminación de los materiales que se utilizan en las actividades domésticas, de los productos de consumo y sus envases y empaques; los que provienen de cualquier otra actividad dentro de establecimientos, y los que resultan de la limpieza de las vías y lugares públicos. c) Los residuos de manejo especial son aquellos generados en los procesos productivos que no reúnen las características para ser considerados como peligrosos o como residuos sólidos urbanos, o que son producidos por grandes generadores de residuos sólidos urbanos.

Efectos de los residuos sobre el ambiente y la salud humana

La generación y el derrame irregular de residuos generados por actividades humanas provocan diversos efectos sobre la salud humana y los ecosistemas. Éstos se pueden clasificar de la siguiente manera: 1. Efectos sobre el paisaje, cuando la acumulación de

residuos destruye la armonía y/o estructura del paisaje, evitando que éste pueda ser aprovechado con fines turísticos, recreativos, habitacionales o para cualquier otro uso benéfico. El paisaje incluye la parte no visible o subterránea, así como la visible, la estructura de la vegetación y la función de cada uno de los componentes

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de los ecosistemas involucrados en una determinada unidad territorial. El derrame irregular de residuos mezclados en basureros a cielo abierto trae como consecuencias la pérdida de identidad social, del vínculo social, de la autoestima y conlleva a procesos de degradación psicológica, conflictos y otros desórdenes sociales.

2. Efectos físico-químicos sobre los recursos naturales, como son la modificación de las propiedades físicas y químicas del suelo, incremento de humos, gases y polvos en la atmósfera por quema de desechos, contaminación y asolvamiento de cuerpos de agua, entre otros.

3. Efectos biológicos, se producen al ingresar productos tóxicos a las cadenas alimentarias y provocar enfermedades o muertes de individuos y poblaciones; pueden generarse por centrales nucleares, metales pesados derivados de pilas, plaguicidas, etc.

4. Efectos sobre la salud humana. Pueden provocarse enfermedades de las vías respiratorias, del sistema digestivo, cáncer, deformaciones, muerte de fetos, niños o adultos. Las enfermedades de las vías respiratorias se generan a través de humos y polvos generados por la quema de basura domiciliar, en los basureros, así como en los procesos industriales. En la combustión de residuos se mezclan materiales inorgánicos y orgánicos, provocando la emisión de diversos contaminantes tóxico peligrosos. Las enfermedades del sistema digestivo se originan debido a la contaminación de las aguas subterráneas por escurrimientos derivados de la acumulación de residuos, o bien, por la dispersión de organismos nocivos como moscas, cucarachas, ratas y ratones que contaminan alimentos almacenados o de consumo directo.

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Las enfermedades son propagadas por organismos nocivos como los mosquitos trasmisores del dengue y el paludismo, los roedores, perros y gatos. La combustión incompleta de residuos, práctica muy común en los tiraderos a cielo abierto, emite humos y gases muy contaminantes, los cuales provocan problemas cutáneos, oculares, respiratorios, cáncer y deformaciones en fetos, además de olores desagradables.

5. Generación de sitios de anidamiento y reproducción de organismos nocivos. Los tiraderos irregulares, o incluso los rellenos sanitarios, son sitios de anidamiento de insectos nocivos (moscas, mosquitos y cucarachas, entre otros), roedores, perros y gatos, los cuales trasmiten diversas enfermedades.

Situación de los residuos sólidos urbanos y tóxico-peligrosos en México

En México, la generación promedio de residuos por persona varía de acuerdo a la modificación temporal, espacial y social de los patrones de consumo de la población y en la medida que se incrementa la comercialización de productos industrializados y de lujo.

En 1975 se estimó que el promedio nacional de generación de residuos sólidos domiciliares era de 320 gramos por habitante por día (gr/hab/día); para el año 2000, estimaciones conservadoras señalaron que fue de 917 gr/hab/día.

Estas cifras no incluían los residuos industriales, servicios, agropecuarios, parques y jardines públicos, los cuales representan más del 75 por ciento del total de los residuos generados por la actividad humana.

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En el año 2004, la generación de residuos sólidos urbanos se estimó entre 500 y 1400 gr/hab/día, siendo el Estado de México, Nuevo León, Baja California, junto con el Distrito Federal, los estados con mayor emisión; mientras que aquellos con menor vertido de residuos fueron los estados de Oaxaca, Chiapas, Hidalgo, Zacatecas y Tlaxcala, que alcanzaron los 700 gr/hab/día.

A escala nacional se produjeron en el año 2004, 34 millones 602 mil toneladas de residuos sólidos urbanos, de éstos, el 51 por ciento fueron orgánicos (cáscaras, desechos de jardinería y similares); 15 por ciento, papel y cartón; seis por ciento, vidrio; seis por ciento, plásticos; tres por ciento, metales; dos por ciento, textiles, y 18 por ciento, otros tipos, como pañales desechables.

Del total de residuos generados sólo el 52 por ciento se depositó en rellenos sanitarios; 11.5 por ciento, en rellenos de tierra controlados y no controlados, y 32.9 por ciento, en basureros clandestinos o irregulares.

Respecto de los residuos peligrosos, el problema es mayor: no existe certeza plena sobre la generación de residuos peligrosos en el país. En 1999 se estimó una generación de casi 3.2 millones de toneladas (de 12 mil 514 empresas que lo manifestaron); en el año 2000 se estimó una generación de 3.7 millones de toneladas (27 mil 280 empresas) y en 2004 esta cifra subió a 6.17 millones de toneladas (35 mil 304 empresas). Aunque no se contabilizó la generación de un gran número de micro, pequeñas y medianas empresas potencialmente generadoras de residuos peligrosos, este valor incluye a las principales industrias generadoras del país.

De acuerdo con la información desagregada por estados para el año 2000, las entidades que más residuos peligrosos generaron fueron Guanajuato y el Distrito Federal, que en conjunto, declararon casi la mitad del total nacional (cerca de un millón 150 mil y 625 mil toneladas por año, respectivamente); en contraste, los estados de Baja

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California Sur y Quintana Roo no sobrepasaron las 160 toneladas por año. En 1996 las fuentes generadoras más importantes de residuos peligrosos en el país fueron los sectores manufacturero (77%) y minero y petrolero (11%).

Del año 2000 al 2004, la capacidad instalada para el manejo de residuos peligrosos industriales fue de casi 5.4 millones de toneladas, de esta forma, al menos 800 mil toneladas no recibieron manejo alguno. La capacidad instalada se concentró entre 2000 y 2004 en los estados de Nuevo León, Tamaulipas, Estado de México, Tabasco y el Distrito Federal.

La recuperación y reciclado artesanal, semi-industrial e industrial de materiales desechados es una actividad rudimentaria, cuyo potencial es enorme, debido a los beneficios directos e indirectos que fomenta.

Es importante divulgar entre las comunidades rurales y urbanas los beneficios directos e indirectos del acopio y la transformación parcial o final de los residuos a escala local, porque esto implica convertir un problema histórico en una solución que contribuye a mejorar las condiciones de vida de los habitantes de todas las localidades.

Políticas nacionales sobre residuos

Como se ha mencionado, los residuos generados por actividades humanas son un conjunto de materiales de origen natural o transformados, algunos de los cuales no causan daño, pero otros son peligrosos, y se originan a escala domiciliar, comercial, institucional e industrial, así como por el acondicionamiento de los espacios de vida.

Históricamente, el manejo de los residuos ha sido un tema mal abordado por la agenda gubernamental, ya que el entendimiento y estudio de los procesos de generación, manejo, aprovechamiento y disposición final de residuos,

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debería considerarse a través de diversas especialidades científicas, condición que parece estar fuera del proceso de selección de algunas de las autoridades municipales, estatales y federales.

Cada día se incorporan como residuos nuevos materiales en los artículos, envases y empaques. Asimismo, se incrementa su generación por el crecimiento de la población, la promoción del consumo masivo y compulsivo de productos desechables o de vida corta.

Debido a que los residuos son una mezcla muy variable de materiales, se requieren planteamientos y soluciones no convencionales por material. De esta forma se puede dividir su aprovechamiento a escala artesanal o industrial, regulando la participación de las empresas recicladoras para fomentar la modernización de sus procesos.

El problema de los residuos ha sido enfrentado en México, a lo largo de la historia moderna, con un conjunto de ideas construidas con cuatro pilares fundamentales:

a) El tecnológico, representado por la construcción de rellenos sanitarios y centros de disposición final, acompañados de sistemas de recolecta, transferencia y entierro centralizados, todos ellos insuficientes y caros. Adicionalmente a esas estructuras, los tiraderos a cielo abierto, los cuales siguen siendo la forma más utilizada en nuestro país para disponer los residuos. Consisten en espacios, generalmente en la periferia de las localidades, donde se vierten los residuos sin ningún tratamiento previo. Estos sitios son dañinos porque provocan escurrimientos de diversas sustancias como son metales pesados, plaguicidas, productos químicos de limpieza, solventes, pinturas, medicamentos, materia orgánica, entre otras; todos éstos contaminan y modifican las características físicas, químicas y biológicas del suelo, agua subterránea y cuerpos de agua; son sitios de anidamiento de flora y fauna nociva, que provocan enfermedades en fauna silvestre y seres humanos.

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Las celdas de confinamiento en los sitios de disposición final son estructuras realizadas conforme a la NOM-083-SEMARNAT-2003, pero a pesar de ello, son altamente costosas y no resuelven el problema original. Los rellenos sanitarios son obras que pretenden el entierro controlado de residuos, sin escurrimientos, fauna nociva, olores y mal aspecto, pero que tampoco han contribuido a la solución de la forma prometida; basta con que el lector visite el relleno sanitario más cercano a su domicilio para verificar en campo esta situación. b) El legal. La elaboración y publicación de leyes, reglamentos y normas oficiales construidas desde una administración pública que no dispone de todos los elementos científicos ambientales, sociales y económicos y no considera la administración participativa de la población. De esta forma, la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos Sólidos y la NOM-083-SEMARNAT-2003, entre otras, no favorecen los mecanismos de participación organizada y autogestiva de las comunidades para la gestión integral (manejo, aprovechamiento y transformación local) de los materiales reciclables. c) El económico. Este aspecto implica la concesión del servicio de recolecta a empresas privadas, o a través de procedimientos privado-gubernamental, dejando al Estado la inversión en infraestructura y cediendo a la empresa privada las ganancias del negocio de la “basura”. El manejo privado de la recolecta de residuos, sean sólidos urbanos y/o peligrosos, demuestra que es un buen negocio, ya que ninguna empresa privada de carácter lucrativo se constituye para realizar actividades filantrópicas, es decir, por amor a la humanidad. d) La permisividad del gobierno respecto al uso de materiales residuales como combustible o la incineración de residuos tóxicos peligrosos que pueden estar generando dioxinas.

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Tercera parte

Manejo y aprovechamiento de los residuos

Es común encontrar referencias sobre planes de manejo de residuos, pero, en pocos de ellos se encuentra la explicación clara de lo que se entiende por manejo.

El manejo es el conjunto de procesos a través de los cuales se da el apropiamiento, colecta, almacenamiento, transporte y aprovechamiento de un recurso; esto implica el conocimiento de su distribución en el espacio geográfico y a lo largo del año, representa una de las partes de la administración de un recurso.

Un recurso es cualquier tipo de materia o energía que es utilizado en un proceso, y que al ser aplicado, queda inutilizado o no disponible para otro proceso, por ejemplo, el agua, la energía solar, el espacio físico, los nutrimentos, los materiales de construcción, entre otros.

El manejo representa la forma empleada para apropiarse de un determinado recurso, lo cual implica un conocimiento de las características particulares y de las cantidades y dimensiones.

El manejo puede diferenciarse por el grado o nivel dado a la asignación del recurso. La forma más simple es la apropiación fortuita del recurso, esto es, se le aprovecha cuando se localiza, o bien, porque se conoce su disponibilidad en el espacio y en el tiempo. Por otra parte está el fomento, es decir, se favorece la abundancia del recurso, por diversas vías, como es la mejora de las condiciones para su apropiación.

Por condición se entiende aquellos factores ambientales, sociales, económicos y culturales a los que responden de

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modos distintos los individuos o grupos. Una condición puede ser modificada por la presencia de otros organismos, pero no consumida o agotada por ellos, ni tampoco resulta menos accesible para un organismo a causa de la presencia de otro.

Para lograr un manejo integral de los residuos se deben conocer lo más detalladamente posible las características físicas, químicas, abundancia, distribución espacial y temporal, condiciones naturales, socioeconómicas y culturales que soportan el fenómeno a escala local o regional.

Debido a que los residuos, al derivar de procesos socioeconómicos y culturales, se encuentran entre muchas condiciones, éstas deben ser consideradas para su manejo; es imprescindible el entendimiento de múltiples factores, como son las características socioeconómicas, culturales y organizativas de la población, así como las particularidades geográficas y ambientales de la localidad donde se pretenda fomentar su aprovechamiento.

Este conocimiento nos brindará gran utilidad para involucrar a la población en el proceso de manejo comunitario de residuos.

Manejo y aprovechamiento comunitarios de los residuos

El término “comunidad” deriva del latín communitas. Se refiere a lo común. Una comunidad es un conjunto de organismos que comparten, en un tiempo determinado, un espacio geográfico, condiciones de vida y recursos similares.

Una comunidad humana es el conjunto de personas que comparten un área geográfica, condiciones de vida, cultura, historia y recursos similares, entre otros aspectos.

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La comunidad humana es el conjunto de personas vinculadas por características o intereses comunes en un determinado espacio y tiempo.

Las características de la comunidad y sus intereses están en relación con la escala del observador. De esta forma, toda la población humana posee características biológicas que las identifican, existen en un planeta y en un tiempo determinado, por lo que podemos hablar de comunidad planetaria, o bien, comunidad nacional, regional, local, vecinal y organizacional, entre otras.

Lo comunitario tiene sentido en el “compartir”, de tal forma que cuanto más se compartan las condiciones de vida, la cultura, la historia y los recursos, más en “comunión” estará un determinado conjunto social, es decir, más participarán de lo común.

Los objetivos básicos del manejo y aprovechamiento comunitario de los residuos son seis: 1. Promover la organización social, la recuperación de los

poderes de autogestión y la generación de nuevas habilidades en los pobladores.

2. Disminuir la presencia de sitios de anidamiento y reproducción de microorganismos, insectos, roedores, perros y gatos, para reducir la presencia de enfermedades del sistema digestivo, de la piel, respiratorias y otras de origen viral, bacteriano y por hongos, mejorando la salud humana y la calidad de vida.

3. Eliminar la quema de patio, fuente doméstica de generación de humos y gases contaminantes.

4. Favorecer la recuperación del paisaje local, mejorando con ello la autoestima de los pobladores y promoviendo procesos de recuperación de la identidad, turismo y otros aspectos psicosociales y de desarrollo local.

5. Evitar la contaminación del paisaje, el suelo, aire, cuerpos de agua y zonas de vegetación natural.

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6. Fomentar ingresos alternos en la población local, a través de la venta de los materiales residuales en forma de materia prima, o bien, agregando valor mediante su transformación intermedia o final.

Plan de administración integral de residuos a escala local

Un plan de manejo de residuos debe incluir cuatro elementos fundamentales: i) la minimización de la generación en la fuente o reducción en el origen; ii) reciclaje y reutilización; iii) transformación y valorización, y iv) la reducción en la disposición final.

i) La minimización de la generación en la fuente representa el proceso a través del cual se busca que, en todos los niveles, desde que un producto se diseña, se comercializa y se usa, se desarrolle un proceso reflexivo, en donde cada ser humano que participa en ese ciclo incorpore criterios que reduzcan la generación de materiales que finalmente serán un desecho. Por ejemplo, a escala doméstica e institucional, el uso de vasos térmicos desechables es amplio; bastaría con que se modificara el patrón de consumo y en lugar de usar este material se fomente el uso de recipientes cerámicos, de plástico lavable, o en última instancia, recipientes de cartón reciclado. La minimización es un problema que implica cambios de diversa magnitud en la concepción económica de la ganancia máxima. Requiere que industriales, comerciantes, distribuidores y consumidores reconozcan que todo aquello que se vierta de forma no controlada, irregular e insegura en el ambiente modificará nuestro entorno, y a corto, mediano o largo plazos afectará la forma y calidad de vida de todos los seres humanos sin distingo de color, ideología o clase social.

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La minimización incluye un menor consumo de energía, agua y materias primas; reducir las emisiones a la atmósfera, de residuos líquidos y sólidos a los cuerpos de agua y suelo, producir y consumir artículos que no contengan sustancias tóxicas y que sean fáciles de reciclar. Es importante también evitar el consumo de productos elaborados por empresas que sometan a sus obreros a condiciones infrahumanas o maltraten animales. Esta fase está estrechamente vinculada con el consumo responsable. ii) El reuso o reutilización es el proceso a través del cual un material se aplica continuamente sin sufrir ningún cambio sustancial en su forma y estructura. Se puede reusar la ropa, aparatos eléctricos y electrónicos, motores, automóviles y sus partes, envases de vidrio y plástico. Es muy común que los comerciantes al menudeo aprovechen los envases de vidrio y plástico para comercializar diversos productos, como pegamentos y productos de limpieza, entre otros. La reutilización implica entender el concepto de rango de usos, es decir, se debe fomentar el reuso de los materiales en actividades a través de las cuales no les adicionen sustancias tóxico-peligrosas o que lo inutilicen para nuevos aprovechamientos. El rango de usos es la diversidad de aplicaciones que los materiales pueden presentar sin que se modifiquen sus características físicas o químicas. Por ejemplo, es común que instituciones gubernamentales fomenten cursos y talleres para el aprovechamiento de envases de plástico en la elaboración de artesanías (ludoplastia). En este proceso, los envases son cortados y coloreados con pinturas en aerosol, proceso que impide que el plástico pueda ser reciclado debido a la excesiva adición de pinturas. Si bien es deseable la búsqueda de alternativas, debemos ser cuidadosos en su selección. Este tipo de prácticas es una evidencia de que la cura es peor que la enfermedad.

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El reuso es una práctica que se va perdiendo por la influencia continua e insistente de la ideología de consumo compulsivo y del enaltecimiento de lo desechable. Por ello, los procesos aquí analizados no sólo implican cambios organizativos, técnicos y tecnológicos, sino una profunda lucha de ideas a escala individual y de la sociedad civil para fomentar un mejor entendimiento de la relación sociedad-naturaleza. iii) Valorización de los residuos. Los términos valorización y aprovechamiento permiten reunir técnicas y tecnologías de recuperación de recursos a partir de residuos o subproductos que no deben ser enterrados, pues aún poseen valor por sus propiedades, energía o capacidad de ser transformados en bienes útiles a la sociedad. A través de estas técnicas y tecnologías se pueden producir un gran número de nuevos productos de alto valor como son:

• Gas biológico, mediante la descomposición anaeróbica de los restos orgánicos con biodigestores.

• Abono, a través de la transformación de materia orgánica con lombrices de tierra.

• Sustrato para agricultura, jardinería, horticultura o floricultura mediante la producción de composta con los restos orgánicos.

• Extracción de aceites esenciales de los restos vegetales para su aprovechamiento como aditivos alimentarios, en cosméticos, conservadores, repelentes y bioplaguicidas.

• Combustible para estufas de leña a partir de podas de jardines y parques, así como de madera sobrante.

• Elaboración de complementos alimenticios para el ganado con restos de la industria agroalimentaria.

• Plásticos, como materia prima parcialmente transformados y elaborando nuevos productos.

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• Metales, como materia prima y para la fabricación local de productos.

• Papel, como materia prima y papel reciclado.

• Vidrio, como materia prima y productos industriales o artesanales.

• Recuperación de energía por medio de la incineración de los residuos que de forma certera no generan emisiones tóxicas.

iv) La disposición final es el entierro de los residuos que no puedan ser reutilizados o transformados en energía. Si se aplica seriamente el reuso y reciclaje, sería no más del 10 por ciento los residuos sometidos a confinamiento y de esta forma los rellenos sanitarios extenderían significativamente su vida útil.

Aprovechamiento o transformación de residuos

Por aprovechamiento debemos entender la utilización y beneficio derivado del manejo de los residuos.

Cuando un desecho es aplicado sin cambio en su forma o estructura, esto es, sin someterlo a ningún proceso de transformación artesanal o industrial, hablamos de reuso, mientras que si el residuo se somete a un proceso de transformación artesanal o industrial, entonces hablamos de reciclado; y cuando el sobrante se utiliza para la generación de energía, decimos que se aprovechó energéticamente.

Considerando lo anterior, podemos mencionar algunas formas de aprovechar los residuos generados por actividades humanas.

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Residuos inorgánicos no peligrosos

A continuación se describen los principales residuos inorgánicos no peligrosos y algunas formas en que pueden ser aprovechados de manera artesanal o en pequeñas industrias.

El plástico, por su volumen, es el principal residuo generado por actividades humanas; representa el 11 por ciento de los residuos y equivale aproximadamente a 40 kg (kilogramos) por habitante al año.

Del cien por ciento de plástico residual, el 35 por ciento corresponde a envases de agua, refrescos, productos de limpieza y solventes; 12 por ciento, tuberías y otros materiales de las construcciones; ocho por ciento, muebles; cinco por ciento procede de la agricultura; cinco por ciento, de material eléctrico y electrónico; cuatro por ciento, de adhesivos; dos por ciento, de calzado y material textil; dos por ciento, de juguetes y piezas industriales, y 15 por ciento, vajillas y otros.

En el grupo de los plásticos se agrupan muchos materiales, pero siete tipos son los más comunes, todos estos derivados del petróleo y se identifican por un triángulo con un número en su interior:

• El Polietileno Tereftalato (PET) lleva impreso el número 1. Sus propiedades de transparencia, tenacidad o resistencia a la fractura y barrera a los gases lo han convertido en el envase número uno en la producción de botellas para refresco y agua embotellada, es un material cien por ciento reciclable.

• Polietileno de alta densidad (HDPE o PEAD), lleva impreso el número 2. Es utilizado para la elaboración de envases para detergente, aceite para motor, cajas de refresco o verduras. Es cien por ciento reciclable en la fabricación de macetas, botes de basura, conos de

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obstrucción de tráfico, mangueras para riego y juguetes, entre otros.

• Cloruro de Polivinilo (PVC o vinilo), lleva impreso el número 3. Se usa en la fabricación de botellas para champú, aceite de cocina, cucharas, tenedores, cuchillos desechables; es un material que al reciclarse se puede fabricar tubos de drenaje y riego, cercas, barandales, coladeras para alcantarillas, zapatos, muebles para jardín. Es cien por ciento reciclable.

• Polietileno de baja densidad (LDPE o PEBD), conocido por el número 4. Se utiliza para la fabricación de bolsas para el supermercado, el pan y plástico para envolver, entre otros. Se utiliza en aplicaciones donde se requiere transparencia y flexibilidad; es de fácil procesamiento y presenta barrera únicamente a la humedad. También es cien por ciento reciclable.

• Polipropileno (PP), al cual se le pone el número 5. Se usa en recipientes para yogurt, sorbetes, botellas de miel, tapas de botella. Puede ser reciclado en viguetas de plástico, cajas de baterías para autos, peldaños para registros de drenaje, entre otros; es cien por ciento reciclable.

• Poliestireno (PS), lleva el número 6. Se encuentra en tazas desechables para bebidas calientes, materiales de empaquetado y bandejas de carne. Puede ser reciclado en viguetas de plástico, cajas de cintas para casetes, macetas, entre otros.

• Hay un tipo de plástico que lleva impreso el número 7, es normalmente una mezcla de varios plásticos. Se utiliza para la fabricación de botellas para exprimir, platos para hornos de microondas. Normalmente no se recicla porque es una mezcla de distintos tipos de plásticos. Aunque es necesario advertir que los plásticos no deben ser sometidos a altas temperatura en contacto directo con los alimentos.

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El aprovechamiento de los plásticos puede darse en diversos niveles: como materia prima para la industria sin ninguna transformación, o bien, agregándole valor con una transformación intermedia, a través del triturado y empaquetado por tipo y color, o generando productos nuevos a través de procesos micro-industriales.

Los metales son un conjunto de materiales que representan el mayor peso, dentro del conjunto de residuos y son cien por ciento reciclables. Entre éstos están el aluminio, el cobre, el bronce, el hierro, la calamina y todas sus aleaciones.

La recuperación de los metales presentes en los residuos es una de las formas más económicas de valorizar los residuos. El metal de menor valor es el hierro. Para añadir valor al metal recuperado y facilitar el almacenaje y transporte es conveniente compactarlo, o bien, proceder al fundido, su transformación en lingotes y objetos diversos.

El vidrio es otro material cien por ciento reciclable, sea para la elaboración de productos convencionales, o bien, para productos artesanales mediante la técnica del soplado.

El aprovechamiento de los componentes de los neumáticos para usos distintos de la valorización energética ha experimentado en los últimos tiempos un importante aumento. Entre los posibles usos de los materiales reciclados procedentes de los neumáticos están la fabricación de asfaltos y ciertos materiales para obras civiles, tapetes antigolpes y otros.

En la actualidad ya se dispone de trituradores para neumáticos y separadores de metales y fibras para su reutilización. La valorización energética, a través de la incineración de residuos, es una opción que debe ser criticada y evitada debido a que se generan dioxinas.

En muchas ciudades medianas se ha establecido una serie de establecimientos de compra de la fracción inorgánica de los residuos no peligrosos, como son el

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plástico, los metales, el papel, el cartón y los textiles. Y son en ellos donde los acopiadores individuales o colectivos establecen acuerdos sobre la entrega de los materiales, sus características y precios.

Tabla 1. Clasificación de los plásticos y productos elaborados

Número Abreviación Nombre del polímero Usos

1 PET Polietileno Tereftalato

Fibras de poliéster, película para termoformado, correas y envases de refresco.

2 PEAD Polietileno de Alta Densidad

Envases, bolsas, contenedores de reciclaje, tuberías agrícolas, micas para luces automotrices, juegos infantiles y madera plástica.

3 PVC Cloruro de Polivinilo Tuberías, cercos y envases de uso no alimenticio.

4 PEBD Polietileno de Baja Densidad

Bolsas plásticas, contenedores diversos, envases y película

5 PP Polipropileno Partes automotrices y fibras textiles.

6 PS Poliestireno Accesorios de oficina, bandejas para cafetería, juguetes y paneles de aislamiento, entre otros.

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Otros plásticos, incluyendo acrílico, policarbonato, ácido poliláctico y fibra de

vidrio.

Macetas y recipientes diversos.

Residuos orgánicos no peligrosos

Los residuos orgánicos no peligrosos son aquellos materiales biodegradables que no son tóxicos para la salud humana, aunque en grandes cantidades y nulo manejo

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pudieran representar procesos de contaminación de cuerpos de agua y suelo, y convertirse en sitios de proliferación de organismos nocivos.

Entre los residuos orgánicos no peligrosos están los textiles, como la lana, el algodón y los cueros, los cuales son reciclables en un alto porcentaje. Para su aprovechamiento, generalmente se separan y clasifican por calidades para su comercialización como trapos industriales y los restos no aprovechables que pueden pasar a valorización energética, siempre que se garantice la ausencia de emisión de sustancias contaminantes.

La madera y los paneles de aglomerado pueden ser aprovechados en la industria para su reuso o para la elaboración de papel, combustible o abonos. Las maderas son un combustible utilizado ampliamente en México y en los residuos ocupan un gran volumen y se desperdicia un bien escaso. La falta de leña provoca la corta de árboles y la consiguiente deforestación y en muchas partes representa un grave problema.

La madera que se recoge como residuo proviene, fundamentalmente, de muebles viejos, restos de poda, residuos de demolición, restos de empaques, entre otros. Para el aprovechamiento de la madera residual puede procederse a una selección manual de aquellos elementos que tengan un valor en su forma y estado actual, para su venta directa y el resto puede pasarse a un triturador y, previa adición de un aglomerante, convertirlas en trozos para su venta como combustible.

La madera residual también puede utilizarse como materia prima para la fabricación de aglomerados para la industria del mueble, del papel o para la obtención de gas.

El papel y el cartón son otros de los residuos cien por ciento reciclables, sea por la industria convencional o por los talleres de papel reciclado artesanal, que puede ser materia prima para la elaboración de infinidad de productos.

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Los residuos de la poda de parques y jardines públicos y privados es una mezcla de material vegetal cien por ciento reutilizable, que junto con las excretas animales representan una fuente de abonos y de gran potencialidad para la producción de suelo y/o gas.

La viruta y el aserrín son residuos útiles para la formación de suelo, sobre todo si se aplican después de haber sido utilizados como camas en granjas avícolas, establos o caballerizas.

Los restos orgánicos de los mercados, restaurantes, cafeterías y otros, con excepción de animales muertos y/o sus restos, pueden ser transformados en composta mediante diversas técnicas. Éstas son de fácil aplicación y permiten aprovechar los residuos de manera económica y conservar los nutrimentos presentes en ellos, utilizándolos en la agricultura tradicional, convencional, urbana y de las periferias urbanas.

De las cáscaras y semillas de cítricos se pueden obtener aceites esenciales, útiles en la industria farmacéutica, de cosméticos y en la producción de repelentes orgánicos contra insectos.

Fases del aprovechamiento comunitario de residuos

Existe una gama de aplicaciones para algunos materiales residuales, pero antes de impulsar su aprovechamiento comunitario, es necesario —y lo más importante— tener relativamente asegurados los diversos procesos implicados, como son: espacios de almacenaje, técnicas de manejo, tecnologías y equipos de protección, capacitación, y sobre todo, los mercados, puesto que sin la etapa final del ciclo, es decir, la comercialización de los residuos, éstos no

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tendrían ningún valor; por esto iniciamos esta sección con el apartado de acopio y comercialización.

Acopio y comercialización de residuos inorgánicos no peligrosos

La comercialización a granel de los materiales inorgánicos no peligrosos es una actividad relativamente sencilla, pero esto de ninguna manera significa que no requiera procesos de organización.

A la etapa de comercialización se antepone la de ubicación del espacio de almacenamiento, el acopio, la clasificación, el compactado (que puede ser manual o mecánico), el empaquetado, la gestión comercial, la negociación de precios y la concertación de entregas.

Centro de acopio

El centro de acopio es el espacio físico y la infraestructura básica que permite las operaciones del proceso. Incluye el local y los servicios básicos: energía eléctrica, agua entubada, servicios sanitarios y equipamiento. Las dimensiones de un centro de acopio dependen de las necesidades locales, las posibilidades económicas y la capacidad de organización del personal, pero fundamentalmente deben considerarse las áreas siguientes:

• Recepción: en ella se reciben los materiales, se pesan y registran.

• Separación, sea por vía manual o mecánica, de acuerdo al tipo o color.

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• Almacenamiento. Se debe tener precaución de almacenar los materiales como el papel, textiles y cueros en un sitio protegido de los efectos de la intemperie; el plástico no debe permanecer más de tres meses en el exterior.

Equipos y accesorios de un centro de acopio

Los equipos y herramientas principales son báscula, prensa de compactación, molino de plásticos, lavadora de hojuelas, horno de fundición para metales, carretillas, diablos o triciclos, palas, rastrillos, recipientes, cuchillos y otros utensilios de corte, así como máquina para costurar sacos. Los accesorios son lentes de protección, entre otros.

Acopio o recolección

El acopio, colecta o recolección, consiste en la reunión de los residuos de acuerdo a sus características. Lo principal es que los materiales inorgánicos no peligrosos no sean mezclados con residuos orgánicos o desechos peligrosos, pues esto los hace inutilizables.

Generalmente las campañas que promueven la separación de la denominada “basura” no ofrecen ninguna ventaja al usuario; mientras que el manejo comunitario y autogestivo de los residuos fomenta la obtención de beneficios directos, como es el pago en monetario de cada kilogramo acopiado y los beneficios indirectos, como el mejoramiento del paisaje, de la salud comunitaria y la disminución de poblaciones de organismos nocivos.

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El acopio de los materiales puede hacerse a mano directamente en lugares públicos: calles, banquetas, parques, playas o a través de botes separados (orgánicos en uno e inorgánicos como plásticos, papel y cartón, vidrio, metales, en otro); o bien, con la entrega de los materiales a pie de banqueta por los particulares.

Para hacer eficiente el proceso de acopio puede organizarse por tipo de material, por ejemplo, el lunes se recogerá plásticos; el martes, papel y cartón; el miércoles, vidrio; el jueves, metales, y así sucesivamente; claro que eso depende de las posibilidades reales y las características organizacionales de la comunidad.

La práctica que debe evitarse es la pepena o entresacado de materiales en tiraderos a cielo abierto, debido a las condiciones de insalubridad y las nulas prestaciones sociales de los trabajadores que realizan esta actividad.

El manejo de los basureros, rellenos sanitarios y sitios de disposición final es una obligación de los gobiernos locales y su manejo ineficiente es de su entera responsabilidad y debemos denunciar esas situaciones. En oposición a la pepena se debe fomentar la organización social de los grupos de acopiadores o recolectores, los cuales, tras procesos de capacitación, se conviertan en promotores ambientales que aprovechen y transformen los materiales residuales.

Clasificación

La clasificación es la separación de los materiales de acuerdo a sus características, por ejemplo, los plásticos en los siete subtipos descritos anteriormente; el vidrio por colores; los metales en aluminio, bronce, cobre, hierro, níquel, entre otros; los derivados del papel en cartón, papel archivo y papel blanco. Es recomendable entrevistarse con

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los compradores mayoristas para acordar las formas de entrega y los requisitos. Para evitar incrementar el costo del manejo, es preferible que los materiales lleguen previamente clasificados al centro de acopio, comprando únicamente los materiales clasificados y empacados o atados.

Prensado

El proceso de prensado se aplica a los plásticos, los metales, el cartón y los textiles. En el caso del vidrio, se comercializa triturado por color; el papel sólo se clasificará y se organizará en pacas que serán atadas apropiadamente.

Existen en el mercado diversos modelos de prensas para la formación de pacas de materiales residuales, por lo que es necesario seleccionar la que se ajuste a las necesidades y capacidad de la organización.

Molido o triturado

El procedimiento del molido se realiza fundamentalmente a los plásticos y se hace por tipo de plástico y por color. El triturador de plásticos es un equipo costoso, pero que agrega valor. De esta forma, los plásticos en forma de hojuelas y empacados pueden venderse a las industrias, o incluso, exportarse.

Lavado

El lavado se aplica a los plásticos una vez que fueron transformados en hojuelas. Existen equipos de lavado de diversa capacidad, pero pueden diseñarse procedimientos

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que se ajusten a las características organizativas de los acopiadores, cuidando siempre que éstos no afecten la salud humana o generen vertidos contaminantes.

Fundición

La fundición de los metales depende de muchos factores, pero uno básico es la temperatura necesaria para lograr su derretido. En la tabla 2 se muestran las temperaturas de fundición de los principales metales desechados.

La fundición de metales es la etapa previa a la elaboración de objetos varios, por lo que es apropiado fomentar las técnicas de orfebrería entre las comunidades interesadas en aprovechar los metales residuales.

Tabla 2. Temperatura de fundición de algunos metales

Metal Temperatura °C

Estaño 223

Plomo 327

Zinc 420

Aluminio 660

Cobre, latón y bronce 1083

Níquel 1453

Hierro 1535

Otros procesos

Otros procesos que se aplican a los materiales reciclables son: elaboración de papel, fabricación de objetos a través de la técnica del vidrio soplado, construcción de estructuras metálicas, extrusión y moldeado de plásticos, entre otros.

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Comercialización

La comercialización implica la localización de compradores potenciales, los cuales generalmente no se anuncian en los directorios, por lo que es necesario localizarlos directamente. Una buena guía para identificar las empresas que adquieren y aprovechan los materiales residuales es observar el tránsito de quienes transportan materiales residuales en la vía pública, ya sea en triciclos, carretas, camionetas o camiones; ellos son buenos informantes clave.

Siempre que se localice a un comprador mayorista debe anotarse en un directorio sus datos: dirección, teléfono, los tipos de materiales que adquiere y los precios de compra.

Los precios de compra de materiales residuales no son fijos: tienen oscilaciones derivadas de la cotización que alcancen en el mercado internacional; por ello, es importante monitorear periódicamente los precios, teniendo cuidado con aquellos compradores que ofrecen precios muy superiores al promedio, debido a que potencialmente tendrán alguna forma de compensar ese sobreprecio, por ejemplo, en el pesado.

La comercialización de los materiales residuales puede ser en tres niveles: i) en forma de materia prima sin ningún procesamiento, esto es, únicamente se acopia y se entrega al mayorista; ii) transformados parcialmente, por ejemplo el molido de plásticos o el fundido de metales, en forma de lingotes, y iii) en forma de objetos y bienes con valor agregado, producidos directamente por las comunidades que acopian los materiales; este proceso incluye el acopio, molido, extrusión y moldeado.

El aprovechamiento comercial de los materiales residuales es una práctica común de la economía informal, la cual se caracteriza por el control irregular de basureros, presencia de grandes grupos de trabajadores de la pepena, los cuales viven sin ninguna prestación social, en condiciones

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de marginalidad, exclusión e ilegalidad, situación que debe regularse desde la organización comunitaria.

En los últimos años, diversas empresas han aprovechado el nicho de los materiales reciclables y han desarrollado una buena y lucrativa actividad.

Concertación de entregas

La entrega puede ser en el centro comunitario de acopio, o bien, en la bodega del mayorista, por lo que es necesario considerar los costos de flete, carga y descarga, empaquetado y/o atado.

Manejo de residuos peligrosos no restringidos

Los residuos peligrosos son aquellos que poseen algún tipo de actividad corrosiva, reactividad, explosividad, toxicidad, inflamabilidad o como agentes biológico-infecciosos, así como los envases, recipientes, embalajes y suelos que hayan sido contaminados al ser transferidos estos residuos a otro sitio.

A los residuos peligrosos los separamos en restringidos y no restringidos. Dentro de los primeros se encuentran todos los biológico-infecciosos, material de laboratorio, sustancias tóxicas. Estos materiales, por ley, deben ser manejados por empresas certificadas, desde el propio sitio de generación hasta el lugar de neutralización y/o disposición controlada, siendo financiado el costo de estas operaciones por parte de las empresas generadoras.

Los residuos peligrosos no restringidos son los derivados de las actividades del hogar y oficinas, como son: pilas y baterías, medicamentos caducos, recipientes de plaguicidas,

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restos de pintura y barnices, fundamentalmente. Los denominamos no restringidos porque, aunque están dentro de la clasificación de los tóxico-peligrosos, su acopio y almacenamiento temporal no representa un peligro inminente para los seres humanos, mientras que su vertido irregular o su disposición final convencional sí afecta la salud humana y de los ecosistemas.

Pilas y baterías

Las pilas ofrecen una fuente de energía cómoda y portátil que forma parte integral de numerosos productos electrónicos modernos. No obstante, representan una carga importante de contaminación para el medio ambiente. Algunos de los componentes de las pilas, como el cadmio, mercurio o zinc, son muy perjudiciales para el medio ambiente.

Por regla general, los metales pesados, componentes tóxicos de las pilas y baterías, llegan a los alimentos y a nuestros organismos por medio de su vertido y contaminación del agua, del aire y de los alimentos.

Cuando las pilas y baterías llegan a la basura doméstica tienen varios destinos con graves consecuencias ambientales:

a) se incineran, liberándose a la atmósfera los metales pesados; b) al exponerse a la intemperie sufren el desgaste de sus carcasas y la liberación de sus compuestos, c) la humedad y temperatura que se presenta en todo proceso de acumulación de basura, provoca el rompimiento de la carcasa y la liberación de los compuestos. De todas formas, los compuestos tóxicos se disuelven y se transportan al suelo, cuerpos de agua, aire

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en forma de partículas, y finalmente, llega a los organismos vía inhalación, piel y entran a las cadenas alimentarias.

Los metales pesados se incorporan a la cadena alimentaria al ser absorbidos por plantas o peces; luego serán ingeridos por otros organismos, para llegar, finalmente, al ser humano. Los metales pesados no se pueden eliminar de los tejidos y se acumulan a través de las cadenas alimentarias. A este proceso se le conoce con el nombre de bioacumulación.

Los metales pesados más comunes que originan daños a la salud humana y de los ecosistemas son:

Plomo (Pb). Derivado del humo de los vehículos automotores, centrales termoeléctricas, soldadura de las latas de productos en conserva, pinturas navales, barnices, pilas, acumuladores, forros para cables, elementos de construcción, pinturas, soldadura suave, municiones, preservadores de madera y algodón. Este metal puede llegar a producir enfermedades como la anemia, fatiga, dolor de cabeza, dolores musculares y de las articulaciones, dolor de estómago, falta de apetito, estreñimiento, piel pálida. En estado crítico, calambres abdominales, náuseas, vómito y aumento de la tensión arterial.

Mercurio (Hg). Es uno de los metales pesados más peligrosos. Empleado en pilas, equipos eléctricos, productos farmacéuticos, fungicidas, etc. Se encuentra de forma natural en los alimentos, pero puede estar presente en ellos al ser trasladado por la cadena alimentaria y tiene un gran número de efectos sobre la salud humana, como:

• Daño al sistema nervioso, cambios en la personalidad, temblores, cambios en la visión, sordera, incoordinación de músculos y pérdida de la memoria.

• Daño a las funciones del cerebro, degradación de la habilidad para aprender.

• Daño en los procesos genéticos, retraso del aprendizaje (Síndrome de Down).

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• Reacciones alérgicas, irritación de la piel, cansancio y dolor de cabeza.

• Efectos negativos en la reproducción, defectos de nacimientos y abortos.

Cadmio (Cd). Empleado en pilas, procesos de estabilización de plásticos y de galvanización de metales, se acumula en los riñones ocasionando lesiones en ese órgano, eleva la tensión arterial, aumenta el riesgo de infarto de miocardio y produce arteriosclerosis (endurecimiento de las arterias).

Una exposición a niveles significativamente altos de Cadmio ocurre cuando la gente fuma, vive cerca de los vertederos de residuos peligrosos o fábricas que liberan al aire emisiones contaminantes. Se genera en las industrias de refinerías del metal y por vertido irregular de pilas.

Algunos efectos sobre la salud que pueden ser causados por el Cadmio son:

• Diarrea, dolor de estómago y vómitos severos.

• Fractura de huesos.

• Fallos en la reproducción y posibilidad, incluso, de infertilidad.

• Daño al sistema nervioso central.

• Daño al sistema inmune.

• Desordenes psicológicos.

• Posibles daños genéticos o desarrollo de cáncer. Existen documentos que muestran que en las aguas

subterráneas de Mérida, Yucatán, existen metales pesados derivados de los vertidos industriales y se pueden encontrar en moluscos de Celestún y de otras áreas de la costa de Yucatán.

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Acopio de pilas

Para fomentar el acopio de pilas se debe:

• Dar a conocer el peligro que suponen las pilas para el medio ambiente y la salud humana, debido a su alto poder contaminante, al presentar metales pesados en su composición.

• Promover entre la población la necesidad de conservar el ambiente natural, y de la posibilidad de hacerlo desde sus propias casas u organizaciones comunitarias.

• Establecer acuerdos con las autoridades municipales o estatales para compartir el costo del manejo de las pilas; la sociedad civil las acopia y almacena temporalmente y la autoridad asume los gastos de su manejo especial. Si las autoridades se niegan a participar es necesario denunciar el hecho ante la opinión pública local, nacional e internacional.

¿Qué se puede hacer para reducir el efecto dañino de las pilas?

En Yucatán existen dos empresas certificadas para el manejo de residuos peligrosos: Eco-Mayab y Ecolsur (ver directorio anexo). Ponerse en contacto con ellas, o bien entregárselas a la autoridad, cuidando de que ésta firme y selle de recibido un documento a través del cual se hace constar la transferencia de determinada cantidad de kilos o piezas de pilas, de tal forma que si sucediera alguna situación anómala, se puede denunciar documentalmente el hecho y hacer responsable de las consecuencias al servidor público involucrado.

Es necesario presionar a las autoridades federales, estatales y municipales para que cumplan con su obligación, que en este caso, es evitar el vertido de pilas de forma incorrecta. Para esto es necesario:

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• Evitar el vertido de pilas y otros residuos tóxico-peligrosos en basureros o rellenos sanitarios, cuerpos de agua o áreas de vegetación natural.

• Impulsar planes de manejo para pilas y baterías y desarrollar una normatividad específica, que incluya: la obligación de fabricantes, importadores y distribuidores para hacerse cargo de las pilas al final de su vida útil y obligar a los fabricantes de pilas para que retiren los compuestos tóxicos de estos productos.

• Promover la reducción en el consumo de pilas sustituyendo los productos que funcionan con ellas por aquellos que funcionan con dinamo, diodos de iluminación (LED) y otras tecnologías de bajo impacto.

Medicamentos caducos

Un medicamento caduco es cualquier producto terapéutico fabricado por la industria farmacéutica y cuya vida útil ha concluido en las bodegas de las industrias, en los anaqueles de las farmacias o en las viviendas y oficinas.

Los medicamentos se clasifican en vitamínicos, biológicos (sueros, vacunas, toxoides, antivenenos), analgésicos, antibióticos (penicilinas, cefalosporinas, cloranfenicol) antivirales, antifúngicos, amebicidas, tranquilizantes, ansiolíticos, vasodilatadores.

La literatura sobre medicamentos caducos es elegante pero poco práctica; tal vez los medicamentos caducos derivados de bodegas y anaqueles de la industria farmacéutica y de las farmacias tienen un proceso certificado de manejo, pero los medicamentos derivados de las viviendas y oficinas siguen las mismas rutas de los residuos sólidos urbanos.

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Más del 50 por ciento de los medicamentos caducos, generados en las viviendas y oficinas, se vierten irregularmente.

Adicionalmente, las condiciones de los rellenos sanitarios no son ninguna garantía de que los medicamentos allí depositados no causen daño a los ecosistemas, cuerpos de agua, y finalmente, a la salud humana.

Los medicamentos caducos deben ser recolectados por separado, y de preferencia, en su empaque original, para que las instituciones o empresas puedan clasificarlos y darles el tratamiento adecuado.

En Yucatán, la Facultad de Química de la Universidad Autónoma de Yucatán tiene el Centro de Información de Medicamentos (ver directorio) donde se puede concertar un convenio para fomentar su manejo apropiado.

Mujeres de Dzilam de Bravo de visita a una empresa de reciclado en Mérida

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Cuarta parte

Características generales de la zona costera de Yucatán

La franja costera del estado de Yucatán abarca 342.47 km, y representa el 27.3 por ciento de la costa peninsular. De los 106 municipios de Yucatán, 12 poseen frontera marina.

La porción tierra-mar está compuesta por la selva baja inundable, manglar, laguna costera o ciénega, isla de barreras con dunas, playa y el mar.

Las comunidades vegetales que se pueden encontrar en la franja litoral son marismas, manglares, petenes, vegetación de duna costera y algunas asociaciones como son los popales, tulares, sabanas inundables y ceibadales.

Estas comunidades vegetales se encuentran con diversos grados de perturbación. Gran parte de los cambios ocurren en las sabanas inundables, la duna costera y los manglares, comunidades que sufren degradación por efecto del crecimiento urbano, turístico, agropecuario, así como por la forma equivocada de disponer los residuos generados por actividades humanas.

El suelo de la zona costera es arenoso, cubierto por una capa de materia orgánica localmente denominado sojolum (suelo derivado de residuos vegetales); la porción arenosa se sobrepone a una capa de material calcáreo endurecido y permeable, llamado laja.

La zona costera de Yucatán se divide en tres regiones: poniente, norte y oriente.

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Región litoral poniente

El litoral poniente, una franja de aproximadamente 70 kilómetros de extensión, abarca desde Celestún hasta Sisal, Hunucmá. En esta región se realizan principalmente actividades de pesca artesanal, extracción de sal y turismo veraniego (intensivo en la temporada de marzo-abril y julio-agosto). Las actividades como el comercio y los servicios están fuertemente vinculadas a la pesca, turismo y sal. En este sector las localidades costeras son Celestún con 6,025 pobladores y Sisal, con una población de 1,692 habitantes.

Región litoral norte

El litoral norte, aproximadamente 150 km, abarca desde el municipio de Progreso hasta el de Dzilam Bravo; allí predomina la pesca de tipo industrial. En esta zona, se ha incrementado la participación de la industria de construcción y el comercio. Esta región está influenciada por los procesos metropolitanos con Mérida como capital del estado. Las poblaciones de esta región son: Chuburná Puerto, Chelem Puerto, Yucalpetén, Progreso y Chicxulub Puerto con una población de 44,354 habitantes, Telchac Puerto con 1,593, San Crisanto con 561, Chabihau con 326, San Bruno con 23, San Benito con 19, Santa Clara con 53 y Dzilam Bravo con 2,292 habitantes.

Región litoral oriente

El litoral oriente, con aproximadamente 145 km de longitud, abarca desde San Felipe hasta El Cuyo, en el municipio de Tizimín; allí predomina la pesca artesanal e incluye el único punto del estado (Coloradas) donde se

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extrae la sal de manera industrial. Las localidades de esta región del litoral combinan la pesca con la ganadería extensiva e intensiva y están más influenciadas por los procesos del caribe mexicano por su cercanía con el Estado de Quintana Roo (comercio, flujos de migración, turismo y otras). Esta región incluye las localidades de Río Lagartos con 2,131 habitantes, Las Coloradas con 816, San Felipe con 1,615 y El Cuyo con 1,721 habitantes.

Características socioeconómicas de la población en la zona costera de Yucatán

La población total de los municipios costeros: Celestún, Hunucmá, Progreso, Ixil, Telchac Puerto, Sinanché, Yobaín, Dzidzantún, Dzilam de Bravo, San Felipe, Río Lagartos y Tizimín es de 136,570 habitantes, de los cuales 84,929 carecen de los servicios básicos de salud, 3,932 presentan alguna discapacidad, 9,857 son habitantes con más de 15 años sin instrucción escolar. La escolaridad promedio es de quinto grado de primaria.

La población económicamente activa en los municipios costeros es de 50,421; de ésta, 17,756 reciben entre uno y dos salarios mínimos; 9,405, entre dos y hasta cinco salarios mínimos, y únicamente 2,804 reciben más de cinco salarios mínimos.

En la zona costera se encuentran 30,756 viviendas, de las cuales, 10,756 presentan techos de materiales ligeros o precarios y 3,534 presentan paredes con este tipo de materiales. En 11,168 viviendas utilizan leña, carbón y materiales residuales como combustible fundamental. Esto representa que 49,139 habitantes satisfacen sus requerimientos energéticos domésticos con leña; en 11,098 viviendas se carece de un sitio para depositar las aguas

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residuales domiciliares, lo cual deriva en la práctica cotidiana de fecalismo al aire libre.

De manera particular, la franja costera incluye 18 localidades, cuya población total se menciona en la tabla 3.

Tabla 3. Población de las localidades costeras de Yucatán

Localidad Municipio Población Hombres Mujeres

Celestún Celestún 6025 3088 2937

Sisal Hunucma 1692 885 807

Chuburná Puerto, Chelem Puerto y Chicxulub Puerto

Progreso

44354 22245 22109

Telchac Puerto Telchac Puerto 1593 824 769

San Crisanto Sinanché 561 302 259

Chabihau Yobaín 326 172 154

San Bruno Dzemul 23 12 11

San Benito Dzemul 19 9 10

Santa Clara Dzidzantún 53 33 20

Dzilam de Bravo Dzilam de Bravo 2292 1171 1121

Río Lagartos Río Lagartos 2131 1093 1038

Las Coloradas Río Lagartos 816 435 381

San Felipe San Felipe 1615 845 770

El Cuyo Tizimín 1721 892 829

TOTAL 63221 32006 31215

Generación local y valor de los residuos

En los municipios de la zona costera se genera un kilogramo de residuos por habitante al día, esto es casi 140 toneladas por día. Del total de residuos, aproximadamente 70 toneladas son de restos orgánicos vegetales y animales, 20 toneladas de papel y cartón, una tonelada de vidrio, 20

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toneladas de plásticos, 6 toneladas de metales, 4 toneladas de textiles y 20 toneladas de otros tipos, como desechos sanitarios, aproximadamente.

En la actualidad, el precio por tonelada de los materiales residuales reciclables alcanza los siguientes valores: papel y cartón, $500.00; vidrio, $250.00; plásticos mezclados, $1800.00; metales, (promedio) $500.00, y el sustrato derivado de procesos de composteo puede alcanzar un valor de $ 2000.00 la tonelada.

Al valor comercial de los materiales reciclables es necesario sumarle el valor de eliminar la contaminación del aire, suelo y cuerpo de agua, así como del efecto benéfico sobre la salud humana que se genera con una gestión eficiente.

La región costera de Yucatán presenta las siguientes debilidades: 1. Carencia de fuentes de empleo locales, lo que fomenta la

migración de la población rural hacia centros urbanos, principalmente hacia Cancún, Playa del Carmen, Mérida, Tizimín, Valladolid, el centro del país y los Estados Unidos de América; esto genera desarraigo familiar, cultural y pérdida de identidad.

2. Las actividades tradicionales se han visto mermadas ante la carencia de apoyos, asistencia técnica de calidad y una amplia problemática en la comercialización de productos, lo que provoca erosión del conocimiento tradicional, desfases generacionales, y con ello, la pérdida de la transmisión del conocimiento local.

3. Deficiente capacitación para la producción alternativa, que incluya aspectos organizacionales, técnicos, tecnológicos, legales y de conservación ambiental.

4. Degradación de los recursos naturales, contaminación de suelo y cuerpos de agua subterráneos y superficiales, excesiva adición de materia orgánica al suelo y mantos

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freáticos, la que por escorrentía subterránea contribuye al crecimiento algal, y esto, a la marea roja.

La región presenta las siguientes fortalezas: 1. Pobladores de la zona han optado por organizarse

socialmente para desarrollar proyectos que les permitan incidir en la solución de los problemas locales y aunque aún no representan una fuerza significativa son estructuras que con una buena coordinación podrían participar más ampliamente en el desarrollo local.

2. Existe una dinámica socioeconómica en la zona costera de Yucatán vinculada a la temporalidad de las condiciones ambientales o sociales de la región, esto es, a la presencia fenómenos sociales o naturales.

De esta forma, cuando la actividad pesquera declina por veda o norte, los pescadores se avocan a actividades de construcción o comercio, y las mujeres y otros integrantes de las familias, a la captura de moluscos en la ciénega, o bien, cuando llega al verano y con éste los turistas, las mujeres se aplican a la venta de comida del mar, antojitos, dulces tradicionales y artesanías, o limpieza de viviendas, entre otras.

Conocer esta situación permite desarrollar proyectos que puedan insertarse apropiadamente en la dinámica socioeconómica y cultural de la región costera.

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Quinta parte

Organización comunitaria para el manejo de residuos generados por actividades humanas en la costa de

Yucatán

En los últimos años se ha intensificado la organización de grupos en la costa de Yucatán para el manejo comunitario de residuos generados por actividades humanas, como una respuesta de la sociedad civil local a la crisis social y ambiental. Los nombres de algunas de estas iniciativas comunitarias se listan en la tabla 4.

De forma particular, el Grupo Kole Me Ya, Mujeres Trabajando de Chuburná Puerto, A.C. es la organización con mayor avance y reconocimiento público, derivado de su esfuerzo y coordinación organizativa. A continuación se describen las características de la localidad y se expone la experiencia del grupo desde la visión de las asociadas.

El municipio de Progreso, Yucatán, ubicado en la zona litoral norte, incluye las localidades costeras de Chuburná Puerto, Chelem Puerto, Yucalpetén, Progreso y Chicxulub Puerto con una población de 44,354 habitantes.

El municipio de Progreso, Yucatán, se encuentra entre los paralelos 21° 10’ y 21° 19’ latitud norte y los meridianos 89° 34’ y 89° 57’ longitud oeste.

El clima en el municipio de Progreso es seco muy cálido; su temperatura media anual varía entre 24° y 26° C y la precipitación total anual es menor a 800 mm y posee una altura promedio de dos metros sobre el nivel del mar.

En la localidad de Chuburná existe un total de 337 viviendas; de éstas, el 22 por ciento están elaboradas con materiales ligeros, naturales y precarios, y el 78 por ciento, con materiales duraderos. El 44.5 por ciento cuenta con

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agua entubada, sea en el predio o al interior de la vivienda; el 95 por ciento dispone de energía eléctrica; en el 62 por ciento usan gas para cocinar, y en el 38 por ciento, leña y carbón como combustible en la vivienda.

Tabla 4. Características de las organizaciones comunitarias

Nombre de la organización Localidad/ municipio

Chen Kole Lob, S.C.P Celestún

Cooperativa Coox Mole Sisal, Hunucmá

Grupo de Trabajo para el Manejo de Residuos de Sisal Sisal, Hunucmá

Grupo Kole Me Ya, Mujeres Trabajando de Chuburná Puerto, A.C. Chuburná Puerto, Progreso

Mool Sojol, Recolectores de Chelem, A.C. Chelem Puerto, Progreso

Grupo de Trabajo para el Acopio de Residuos de Chelem Chelem Puerto, Progreso

Mujeres Unidas de San Crisanto San Crisanto, Sinanché

Grupo de Trabajo para el Acopio de Residuos de San Crisanto San Crisanto, Sinanché

Mool Sojol, S.C.P. Chabihau, Yobaín

Grupo de Trabajo para el Manejo de Residuos de Chabihau Chabihau, Yobaín

Grupo de Trabajo para el Manejo de Residuos de Telchac Puerto Telchac Puerto

Grupo de Trabajo para el Manejo de Residuos de Dzilam de Bravo Dzilam de Bravo

La población total en la localidad de Chuburná es de 1,658 habitantes; de éstos, el 52 por ciento son hombres y el 48 por ciento, mujeres. La población económicamente activa (PEA) es de 663 habitantes y la población económicamente inactiva (PEI) es de 541 habitantes. La población ocupada que recibe un ingreso monetario es de 610 habitantes; de éstos, el 43.4 por ciento recibe menos de un salario mínimo mensual (SMM); el 39.3 por ciento recibe entre 1 y 2 SMM; el 15.4 por ciento recibe entre 2 y 5 SMM, y únicamente el 1.8 por ciento recibe más de 5 SMM de ingreso por trabajo.

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La perspectiva de género

La perspectiva de género es un proceso que busca la equidad, la justicia y la recuperación de poderes o capacidades de construcción y autoconstrucción de los seres humanos. Es el marco de ideas que busca reconocer y trabajar para fortalecer la participación de la mujer y otros sectores marginados, en la sociedad, la economía, la vida política y todos los ámbitos de la toma de decisiones y la formulación de políticas.

Esta perspectiva busca propiciar la capacidad de autogestión de los sectores marginados de la población, en forma individual o colectiva. Esto, para participar organizadamente y eliminar conductas discriminatorias sobre hombres y mujeres, en particular, las que puedan impedir, dificultar o limitar el acceso a los recursos, a puestos laborales y a posiciones para la toma de decisiones, por cuestiones biológicas, de preferencias sexuales, condición social y capacidades diferenciadas, entre otras.

La perspectiva de género es un conjunto de ideas con el cual se busca promover en todos los ámbitos la conciencia de que integrar los intereses de hombres y mujeres en las políticas y programas redunda en un desarrollo más equitativo y sustentable.

Es importante reconocer que ninguna transformación de ideas y comportamientos en una localidad real se da sin oposición, por lo que es evidente que el reconocimiento y recuperación de poderes en las comunidades, representa un proceso que enfrenta lo viejo con lo nuevo, la razón con la sinrazón, el prejuicio contra la tolerancia.

Estos encuentros causan roces y problemas de diversa magnitud, mismos que es muy difícil de evitar y cuyas consecuencias pueden ser favorables o desfavorables para la causa comunitaria, pero cuyo riesgo es necesario asumir, ya que de lo contrario no hay posibilidad real de cambio.

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Las organizaciones comunitarias de Chuburná Puerto, Progreso, Yucatán

El proceso de organización de la sociedad civil, en la localidad de Chuburná Puerto, Progreso, Yucatán, ha seguido un curso de fracasos y de éxitos, propio de la naturaleza dinámica de la organización social, la cual se manifiesta a través de la organización y desarreglo formal o informal de estructuras asociativas.

En esta localidad costera hay varios esfuerzos asociativos de hombres y mujeres, los cuales se encuentran en diversos momentos de vida organizacional:

i) La Sociedad de Solidaridad Social Koox Paakal, que logró reunir a cerca de 20 mujeres de la localidad con el objetivo de propagar especies vegetales de la duna costera. Este esfuerzo, realizado con mucha voluntad, perdió integración y se erosionó, debido a que replicó los esquemas de poder hegemónicos y la coordinación foránea no impulsó la autogestión ni permitió las relaciones democráticas. Actualmente la estructura formal aún existe, pero en la práctica es una experiencia de fracaso. ii) El Proyecto Familiar de Chuburná Puerto para la Conservación del Ecosistema Costero, Produna, A.C. se funda en 2005 con el apoyo de los sectores académicos vinculados a la iglesia católica local. Es una organización que logró juntar a 29 pescadores locales, cuyo objetivo original fue impulsar la conservación de la duna costera y la propagación de especies de palmas nativas, pero al igual que Coox Paakal es una estructura sin funciones, debido a que no se construyeron, desde un primer momento, relaciones jerárquicas democráticas ni procesos de autogestión. iii) La Cooperativa Flor de Mar U Lool Kaana, S.C. de R.L. es otro esfuerzo que aglutinó a 14 mujeres.Comenzó en el

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2003, por iniciativa externa y con mucho entusiasmo, pero después de algunas experiencias de fracaso cayó en la inercia, ya que los coordinadores externos abandonaron la iniciativa antes de lograr consolidar los procesos de autogestión. En la actualidad, las socias desean reorganizarse y realizar actividades que les permitan obtener ingresos, pero sin ningún resultado tangible. iv) La Asociación Mull Meya, Juntas Trabajando de Chuburná Puerto, A.C. es una organización de 11 mujeres que nace en 2007 con el objetivo de promover actividades para beneficio local, y a su vez, que les permitan mejorar sus condiciones de vida. Actualmente tiene un proyecto para recuperar especies tradicionales con fines artesanales, como el jícaro (Crescentia cujete) y diversos proyectos sometidos a fuentes de financiamiento. v) Y finalmente, el Grupo Kole Me Ya, Mujeres Trabajando de Chuburná Puerto, A.C. es una asociación constituida por 25 mujeres, que nace en 2005. Tiene como objetivo fundamental el acopio y aprovechamiento de residuos generados por actividades humanas, así como el fomento de procesos que mejoren la calidad de vida de sus integrantes y de la población. Éste es el esfuerzo organizativo con mayor estructura en la localidad, y sobre él se realiza la descripción más amplia.

El Grupo Kole Me Ya, Mujeres Trabajando de Chuburná Puerto, A.C. es una organización de la sociedad civil constituida luego de que algunas de sus actuales integrantes participaron en un curso sobre “Vegetación de la duna costera y aprovechamiento de los recursos naturales”, coordinado por los autores y con la colaboración de distintos profesionistas.

Originalmente dicho curso, realizado durante tres meses en sesiones semanales, estaba dirigido a un grupo de 29 pescadores, pero al ampliar la invitación, la participación se incrementó a 70 asistentes, 29 hombres y 41 mujeres.

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Una vez concluido el curso, con gran entusiasmo, las mujeres se acercaron a los instructores señalando su voluntad para participar en alguna de las actividades mencionadas en el curso. De esta forma, nació una relación de y para la sociedad civil, donde los autores y los colaboradores han participado como facilitadores, y la población local, como administradores y ejecutores de los proyectos definidos de forma colectiva, con el propósito de desarrollar acciones destinadas a gestar colectivamente un destino común.

La primera fase en este proceso fue la de construcción formal de la organización, la cual no fue fácil, ya que históricamente el corporativismo oficial ha invalidado la confianza en el esfuerzo propio. De esta forma, generalmente las cooperativas y grupos han caído en procesos de corrupción o pequeños cotos de poder, reproduciendo los esquemas nacionales.

Y decimos que no fue fácil, porque ante la propuesta organizativa de las mujeres, se opusieron celosamente grupos masculinos de la localidad, la estructura eclesiástica local y una institución académica vinculada a la iglesia católica.

La construcción organizacional de las mujeres superó las oposiciones locales y foráneas, eliminó la desconfianza inicial y nulificó los adjetivos con los cuales se quiso mermar la identidad grupal. Así, después de múltiples reuniones, entre facilitadores y participantes, se logró nombrar la idea “Grupo Kole Me Ya, Mujeres Trabajando de Chuburná Puerto” y se decidió la estructura organizativa: Presidenta, Secretaria y Tesorera, tercia que ha funcionado como núcleo coordinador, y se iniciaron las actividades para lograr la constitución formal del grupo.

Para financiar los gastos del proceso constitutivo, las socias recolectaron hojarasca de la duna costera, denominada en maya sojol (suelo residual); la procesaron y embolsaron, y por su parte, los facilitadores apoyaron ofertándolo a viveristas y particulares como abono. El

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recurso monetario obtenido, más un aporte en efectivo de cada una, permitió que se pagaran los gastos notariales para la constitución formal de la asociación civil.

Una vez obtenida el acta constitutiva se procedió a realizar los trámites para que la organización contara con toda la documentación necesaria para tener personalidad jurídica, y al mismo tiempo, se realizaron reuniones para determinar los principales problemas y proyectos potenciales.

De esta forma, se logró definir ciertas ideas que culminaron en un proyecto general: el manejo y aprovechamiento de los residuos generados por actividades humanas, como proceso para recuperar y conservar el ambiente natural, el paisaje, los recursos naturales y obtener ingresos alternos para todas las participantes. Este proceso ha dado los primeros resultados que se derivan de:

• La participación consciente de las socias en las actividades grupales.

• Comunicación permanente entre el grupo y su mesa directiva.

• Comunicación permanente entre el grupo y los facilitadores.

• Reconocimiento grupal y público de que el logro de los objetivos está en el trabajo y la participación organizada.

Los resultados han sido importantes y se enuncian a continuación: 1. Constitución formal y legal de la organización comunitaria

local denominada Grupo Kole Me Ya, Mujeres Trabajando de Chuburná Puerto, A.C., que cuenta con toda la documentación que le da personalidad jurídica y le permite interactuar institucionalmente con el gobierno, la academia, la empresa privada y la sociedad civil. Tiene una vida organizacional cotidiana, una identidad propia y una administración autogestiva.

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2. Elaboración de diversos proyectos y su presentación para su evaluación a instituciones estatales, federales e internacionales. Esta actividad ha permitido obtener recursos financieros en condiciones muy favorables que han facilitado la construcción de infraestructura, adquisición de equipo, pago de capacitación y asistencia técnica profesional. Entre las instituciones que han entregado recursos financieros destacan la Secretaría de Desarrollo Social, la Comisión Nacional Forestal, la Secretaría de Fomento Agropecuario y Pesquero del Gobierno del Estado de Yucatán, el Instituto Mexicano de la Juventud, el Corredor Biológico Mesoamericano y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. La aplicación de estos recursos ha sido en: 2.1 La construcción del Centro Comunitario de Acopio de

Residuos Inorgánicos No Peligrosos, Es una Infraestructura que ha permitido la materialización de la integración e identidad organizacional, así como el acopio, clasificación y procesamiento de plásticos, metales, papel y cartón residuales. El centro de acopio permite la comunicación, intercambio y capacitación en la comunidad.

2.2 La adquisición de equipo para el pesado y molido de plásticos residuales; esto es, una báscula de una tonelada y un molino de plásticos de 7 Hp.

2.3 Dotar de herramientas para cada una de las socias y equipos que facilitan las labores: triciclos, carretillas, palas, rastrillos, guantes y lentes de protección.

2.4 Cursos de capacitación para mejorar las capacidades y habilidades de las participantes y asistencia técnica, administrativa y legal para lograr el éxito de los proyectos.

3. Visitas a empresas de transformación de materiales residuales reciclables, centros de investigación e

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instituciones académicas para favorecer los contactos y desarrollar habilidades de autogestión.

4. Acopio, clasificación, limpieza y comercialización de 2.5 toneladas mensuales de residuos inorgánicos no peligrosos (plásticos, metales, papel y cartón).

5. Reducción del vertido irregular, incineración y entierro de aproximadamente 2.5 toneladas mensuales de residuos generados por actividades humanas.

6. Visitas externas al Centro de Acopio y reuniones de intercambio de experiencias con habitantes de otras localidades para la replicación del modelo en diversas áreas geográficas de Yucatán, México, como son: San Crisanto en el municipio de Sinanché; en el municipio de Tekantó, en la colonia San Luis Sur de Mérida y en Valladolid.

7. El grupo recibió, de parte de la Asociación Mexicana de Mujeres Empresarias de Yucatán, A.C., el “Reconocimiento 2007 para Mujeres Empresarias” por su labor, esto a través de una ceremonia en el teatro principal de la ciudad de Mérida.

8. Promoción de la experiencia a través del noticiario de televisión local 13 TV y Azteca 13 en 2006, y en Azteca 13 en 2007, así como en medios impresos locales y la estación de radio IMER 92.9 Yucatán FM.

9. Mejoramiento de la infraestructura de las viviendas de las socias, a través de la adquisición y distribución de tinacos de agua y bombas de agua.

10. Aprovechamiento del solar con la plantación de árboles y arbustos de uso múltiple.

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Experiencia del grupo Kole Me Ya en el manejo, aprovechamiento

y transformación local de residuos generados por actividades humanas

Este apartado fue elaborado utilizando los testimonios escritos por las socias del grupo: Abelina Pech, Adelita Sosa, Amira Carballo, Amira Osalde, Ana Poot, Ángeles Castro, Argelia Castro, Carmen Pech, Claudia Tzab, Dorita Sosa, Edubigen Naal, Eugenia Pech, Hermelinda Reyes, Juanita Martín, Leticia Ku, Leticia Mis, Ligia Mena, Rosario Reyes, Jacqueline Mena, Petrona Ac y Rudith Jiménez.

Los residuos sólidos, o basura como le decíamos antes, habían sido, por mucho tiempo, un problema en Chuburná Puerto, porque contaminaban el medio ambiente y daban mal aspecto al puerto. Nadie sabía que hacer con este problema, ni la gente ni las autoridades. Y debido a que se tiraban en todos los espacios de la comunidad, generaban daño a nuestras familias, por el mal aspecto, olor desagradable y los humos derivados de su quema en el patio o la vía pública.

Los residuos que se observaban en las calles de la localidad eran plásticos, latas de metal oxidadas y de aluminio, chatarra, papel, cartón, vidrio, pilas, baterías, envases de insecticidas y acumuladores automotrices, entre otros.

En una serie de sesiones de capacitación en las que participamos, pudimos apreciar diversas oportunidades para mejorar nuestro ambiente, y entonces nos organizamos de manera informal para conocer el tipo, la peligrosidad y la cantidad de residuos que se generaban en nuestra localidad. Para hacerlo nos reunimos y realizamos pláticas con nuestras vecinas y amigas. Después de conocer e

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informarnos a través de los cursos y talleres, decidimos manejar los residuos que se generan en la localidad para aprovecharlos, vendiendo aquellos que son reciclables y así disminuir su influencia en el ambiente local.

Decidimos enfocarnos al acopio de residuos no peligrosos como son plásticos, metales, papel, cartón y vidrio porque sabemos que generan beneficios: limpieza de la comunidad, un lugar mejor para vivir, beneficio económico para nuestras familias, el puerto recupera su buena imagen, se reduce la contaminación y las enfermedades, y también nos acostumbramos a no tirar residuos en la vía pública

A continuación describimos la forma en que nos organizamos para lograr un proyecto de acopio comunitario de residuos inorgánicos no peligrosos en nuestra comunidad.

La historia desde sus protagonistas

En el año 2005 se formó un grupo de mujeres esposas de ejidatarios, con el objetivo de crear una sociedad y desarrollar algún proyecto; algunas de ellas invitaron a sus conocidas o parientes. Las reuniones se realizaban en la Casa Ejidal con la coordinación de los autores de este libro; cada asistente invitó a otras compañeras y las otras invitaron a otras, y de esta forma se logró reunir a casi 70 personas. Entre las muchas ideas, surgió la de recoger residuos aprovechables, idea que las esposas de los ejidatarios rechazaron porque dijeron que ellas no recogerían basura.

Entonces, del grupo inicial, las mujeres esposas de ejidatarios se separaron, y las que nos quedamos decidimos poner en práctica la idea de recoger plásticos y otros materiales reciclables, con la idea de tener un puerto limpio y bonito; así también porque serviría para obtener ingresos y cubrir algunas de las necesidades de las familias.

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Uno de los problemas iniciales fue que algunos ejidatarios y sus esposas se oponían a que nos organizáramos como grupo independiente, y así empezamos, caminando despacito pero luchando contra viento y marea.

Con una buena orientación por parte de nuestro asesor y sus colaboradores, formamos la directiva y empezamos a echarle ganas, aunque a veces nos hemos desanimado, al final le seguimos. Los resultados están a la vista: hemos recibido apoyos y tenemos muchos proyectos; seguimos unidas y muy contentas, ya que todas recibimos los mismos beneficios y tenemos los mismos derechos.

Somos el Grupo Kole Me Ya, Mujeres Trabajando de Chuburná Puerto, A.C. y nos sentimos muy orgullosas, pues después de todo salimos adelante; las que no creyeron se quedaron en el camino y ahora ya el centro de acopio es una realidad.

La idea de recoger residuos nos interesó y acordamos recolectar PET y otros plásticos, metales, papel y cartón para mantener la comunidad limpia. Este proceso fue tomando forma gracias a que las mujeres del grupo somos un poco tercas y vimos que sí podemos salir adelante. De esta forma, el sueño se hizo realidad: ya contamos con un Centro de Acopio de Residuos Inorgánicos No Peligrosos y más adelante realizaremos más y mejores proyectos. Con esto que estamos haciendo pensamos ayudar a muchas familias.

Para organizar nuestro centro de acopio fuimos a conocer diversas industrias locales que manejan materiales residuales y así darnos cuenta cómo se trabajan estos materiales. Fue muy interesante porque aprendimos muchas cosas que no sabíamos. Allí lavan, trituran, secan y embolsan el material para su venta; nos explicaron que los plásticos residuales se venden para hacer juguetes y pudimos observar mujeres trabajando en esas industrias.

La visita a las empresas incluyó cinco industrias, tres de las cuales procesan PET y en las otras dos se fabrican mangueras y poliductos con plásticos derivados de bolsas.

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En cada una de ellas observamos cosas diferentes e interesantes.

Al principio, muchas personas no creyeron en nosotras, pero poco a poco fuimos demostrando que sí podemos lograr lo que nos proponemos siempre que permanezcamos unidas. De esta forma, y a través de proyectos, diversas instituciones nos apoyaron y hoy ya reconocen que lo hicimos muy bien.

Con todo esto hemos demostrado que también las mujeres somos capaces de salir adelante y lograr lo que nos proponemos. Esperamos seguir así por mucho tiempo, juntas, sin chismes o problemas.

Ya hemos acopiado materiales reciclables en el puerto de abrigo, playas y zonas de vegetación natural de Chuburná Puerto, e incluso, ya hemos ido a la comisaría de Sierra Papacal, San Crisanto en el municipio de Sinanché, Chabihau en el municipio de Yobaín, a la Colonia San Luis Sur en Mérida, Telchac Puerto y seguiremos adelante.

Cada una de las socias entrega un jumbo (saco de pita extragrande) cada 15 días; cuando los envases están aplastados pesa aproximadamente 50 kg; cuando es temporada de turismo es cuando hay más plástico. Estos trabajos que hemos realizado contribuirán a mejorar el ambiente natural de la comunidad, y por supuesto, de nuestras familias, para así mejorar las condiciones de vida de cada socia.

Además, poco a poco se está incorporando toda la comunidad, incluso a los niños, quienes llevan al centro de acopio plásticos, metales, papel y cartón.

Nuestro Grupo Kole Me Ya, Mujeres Trabajando de Chuburná Puerto, A.C. es una organización de la sociedad civil estructurado por un grupo de mujeres de la localidad costera de Chuburná Puerto, Progreso, Yucatán. Somos 25 socias, mujeres trabajadoras amas de casa. En nuestro grupo hay madres solteras, viudas y casadas.

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El grupo sabe que el logro es trabajando con nuestros proyectos y ponerle entusiasmo, se sostiene también en unidad y respeto, que todas se lleven bien y que todas tengan el conocimiento.

El grupo sabe que nuestros éxitos se sostienen con trabajo y con muchas ganas de participar en todo momento, con entusiasmo y conocimiento para desarrollarnos para el bien de nuestras familias y de nosotras mismas. Como mujeres somos capaces de luchar por lo que queremos y vamos a salir adelante. Y aunque a veces hay problemas, los platicamos y los solucionamos conjuntamente.

De otras comunidades han venido a visitarnos, y al ver nuestros avances y logros se entusiasman y quieren repetir la experiencia en su localidad.

Ya hay grupos de otras comunidades que quieren hacer las cosas como nosotras, por ejemplo, en Sisal, Chelem Puerto, San Crisanto, Chabihau, Dzilam Bravo, Tekantó, la Colonia San Luis Sur de Mérida, Valladolid, Telchac Puerto y Noc Ac de Mérida; nos da mucho gusto porque de esa forma, entre gente de distintas localidades, estamos formando un movimiento en beneficio del ambiente y con ello mejoraremos las condiciones de vida de nuestras familias.

Sus logros y perspectivas

Construimos nuestra organización formal, una Asociación Civil, que nos permite tener personalidad jurídica y acceder a financiamientos internacionales, federales y estatales.

Vencimos las oposiciones locales y de algunas instituciones que se opusieron a nuestro proceso de organización.

Edificamos nuestro centro de acopio, el cual es una obra de 100 m2; con un espacio de oficina y servicios, y otra para

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la recepción, transformación y almacenamiento de residuos. Los equipos del centro de acopio son: la báscula y el molino de plásticos. Cada una de las socias dispone de su triciclo, pala, rastrillo, guantes, carretilla y lentes de protección.

Nuestro grupo tiene la capacidad de acopiar 30 toneladas de plásticos al año generados en la localidad y podemos triturar 100 toneladas de plásticos anualmente.

Esto significa que prácticamente con nuestro esfuerzo ningún envase de plástico generado en nuestra localidad es enviado a basureros y podemos procesar todos los plásticos generados en otras localidades como son: Chelem Puerto, municipio de Progreso, Colonia San Luis Sur, Sierra Papacal y Noc Ac del municipio de Mérida, San Crisanto del municipio de Sinanché, Telchac Puerto y otras localidades.

Nos hemos vinculado con diversas empresas que se dedican al reciclamiento, así como a instituciones de gobierno, académicas y de la sociedad civil.

Nos han visitado diversos medios de comunicación, quienes han elaborado reportajes y entrevistas, las cuales han aparecido impresas, o bien, transmitidas por televisión o radio.

Ahora nuestra mirada está puesta en la consolidación de nuestro proyecto, a través del establecimiento de talleres de transformación de residuos, como son de vidrio soplado, estructuras metálicas, orfebrería, papel reciclado y transformación de plásticos.

También tenemos la intención de acopiar residuos tóxicos peligrosos no restringidos, como son pilas, baterías y envases de plaguicidas, que entregaremos a las empresas certificadas para su manejo especial y también acopiaremos medicamentos caducos en coordinación con la Facultad de Química de la UADY.

Además de los apoyos económicos recibidos de organizaciones gubernamentales e internacionales, así como la visita de los medios de comunicación, en diciembre de

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2007 recibimos el Reconocimiento a la Mujer Empresaria por parte de la Asociación Mexicana de Mujeres Empresarias de Yucatán y la Secretaría de Desarrollo Rural y Pesca, quienes nos eligieron entre 280 grupos rurales de Yucatán.

Te invitamos a que conozcas de cerca nuestra experiencia. Visítanos en el Centro Comunitario de Acopio de Residuos Inorgánicos No Peligrosos en la Calle 6 # 24 x 9 y 11 de Chuburná Puerto, Progreso, Yucatán.

Testimonio escrito por las integrantes del grupo.

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Imágenes de las actividades de manejo y aprovechamiento comunitario

de residuos generados por actividades humanas en localidades

costeras de Yucatán

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Proceso de capacitación y socialización de conocimientos

Centro comunitario de acopio de residuos inorgánicos no peligrosos

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Acopio local de residuos

Acopio local de residuos

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Recolección en localidades costeras

Almacenaje a granel de plásticos residuales

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Proceso de triturado de plásticos residuales

Acto religioso durante la inauguración de centro comunitario

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Actividad musical durante la inauguración de centro comunitario

PET triturado listo para su comercialización

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Una conclusión necesaria

El manejo comunitario de los residuos generados por actividades humanas es un modelo que viene creciendo con gran fuerza a escala internacional. Es un procedimiento que supera las ideas gubernamentales convencionales, las cuales se basan únicamente en la tecnología, las concesiones a empresas privadas y la sobrerregulación legal; éstas han perdido su oportunidad histórica, aunque aún no su predominio.

El modelo del manejo comunitario de los residuos generados por actividades humanas presenta cuatro pilares fundamentales: la organización comunitaria autogestiva como estructura fundamental del autodesarrollo, la socialización del conocimiento, el financiamiento y los mecanismos de comercialización.

La organización comunitaria autogestiva representa la estructura fundamental del autodesarrollo. Mediante ésta, la comunidad se representa y estructura de forma equitativa, y realiza los procesos de capacitación y autocapacitación; con ella se prepara para reconstruir su presente y construir su futuro.

El financiamiento externo y el autofinanciamiento son los procesos que permiten la construcción de infraestructura y equipamiento para el logro de los objetivos.

En nuestro país las organizaciones de la sociedad civil pueden participar de los subsidios otorgados por el gobierno federal y los gobiernos estatales, siempre y cuando cumplan los requisitos de las normas de operación que publica cada dependencia.

La socialización del conocimiento es el proceso a través del cual se comparte información, se adquieren habilidades

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de forma cooperativa. Mediante ésta se garantiza la continuidad de la organización ante cambios bruscos en las condiciones del ambiente social y natural.

Los mecanismos de comercialización son los procesos que garantizan la transferencia de los servicios o productos generados por la organización a otras organizaciones, y a través de los cuales se logra el retorno de los recursos invertidos. Garantizar esto es fundamental, ya que generalmente representa el punto débil de las organizaciones sociales.

Es común encontrar un gran número de publicaciones técnicas sobre manejo de residuos, pero prácticamente ninguna hace referencia a la organización comunitaria, ni orienta a los lectores sobre sitios concretos donde poder vender los materiales acopiados o procesos alternos a la simple venta de materia prima.

No es casual que los organismos gubernamentales no hagan referencia a la organización comunitaria autogestiva de los residuos, sino todo lo contrario:

a) muestran temor a la organización no controlada por el sistema político; b) saben que la organización comunitaria autogestiva promueve la recuperación del poder de la comunidad, c) la comodidad en que viven los servidores públicos impide que vean con claridad la situación real de los pobladores de las comunidades rurales y de áreas urbanas marginadas.

De esta forma, y para concluir, se puede señalar que: La organización autogestiva y consciente de la sociedad

civil es el mecanismo fundamental para resolver sustentablemente cualquier problema que se presente en los procesos de desarrollo local.

El modelo comunitario para el manejo y aprovechamiento de residuos es muy eficiente porque evita

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la burocracia gubernamental, supera los cambios de administración, promueve la participación de toda la comunidad bajo el principio social de: cada cual según su capacidad y a cada cual según su trabajo, y evita el lucro.

De forma organizada, la sociedad civil puede recuperar y renovar su conocimiento, conseguir financiamientos nacionales o internacionales y lograr mejores precios para su materia prima o artículos con valor agregado, así como fomentar habilidades y destrezas.

Lo anterior representa la recuperación de los poderes que históricamente han sido oprimidos por las estructuras gubernamentales dominantes.

Los residuos generados por actividades humanas son fuente de materia prima para establecer empresas comunitarias de transformación intermedia o final como las que se enlistan a continuación:

• Acopio, clasificación, triturado, extrusión y moldeo de plásticos.

• Elaboración de papel reciclado y productos derivados: libretas, tarjetas, cajas y empaques, entre otros.

• Herrería artística para la elaboración de esculturas u objetos diversos.

• Taller de fundición de metales no ferrosos como aluminio, cobre, bronce para su transformación en lingotes, o bien, en objetos terminados.

• Taller de vidrio soplado.

• Aprovechamiento de la fracción orgánica para elaborar sustrato por medio de composteo y fomentar la agricultura de traspatio.

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Mujer de Chuburná Puerto, Progreso, transportando plásticos recuperados

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Anexo

Directorio de empresas e instituciones relacionadas al aprovechamiento y/o gestión de residuos

En Mérida, Yucatán, existen diversas empresas e instituciones vinculadas al manejo de residuos. Es importante destacar que el mercado de los materiales residuales también es dinámico, por lo que pueden abrir y cerrar nuevas empresas. A continuación se enlistan las ubicadas hasta el momento: NOMBRE: FEVEKA, S.A.

DIRECCIÓN: Circuito Colonias por

Av. Aviación

Tel. (999) 984-2381

Cel. (044 999)163-3796

ADQUIERE: Polietileno de baja

densidad

NOMBRE: REPROMEX, S.A. DE C. V.

DIRECCIÓN: Anillo Periférico,

Hda. Sta. Gertrudis Copó, Lote 1 y 2.

Tel. (999 )941-7777 / 900-3611

ADQUIERE: Plástico (PET)

NOMBRE: TUPSSA, S.A. de C.V.

DIRECCIÓN: C-19 # 407, Ciudad

Industrial

Tel. (999) 900-2111 / 946-1022

ADQUIERE: Polietileno de alta y baja

densidad

NOMBRE: COMPRA Y VENTA DE

RESIDUOS

DIRECCIÓN: C-65-B # 690 x 90,

Col. Madero

Tel. (999) 945-0125 / 985-2727

ADQUIERE: Papel y cartón

98

NOMBRE: ECOCE-AVANGARD

DIRECCIÓN: Carretera Mérida-

Umán

Tel. (988) 933-1530

ADQUIERE: Plástico (PET)

NOMBRE: RECICLAR

DIRECCIÓN: C-100 x 27 y 63-B,

Fco. I Madero

Tel. (999) 985-2080 / 743-0884

ADQUIERE: Materiales reciclables

NOMBRE: KGRUGGER BRENT

DIRECCIÓN: Periférico Sur, Km 3.5

Tel. (999) 919-0640

ADQUIERE: Plástico (PET)

NOMBRE: RECUPERADORA CRUZ

DIRECCIÓN: C-21 lote 6 x 2 y 4,

Col. San Marcos Nocó

Tel. (999) 946-2947

ADQUIERE: Vidrio y chatarra

NOMBRE: ARDICH

DIRECCIÓN: C-54 x 113 y 115 Col.

Mercedes Barrera

Tel. (999) 152-9398 / 125-7994

ADQUIERE: Plástico y metales

NOMBRE: RECUPERADORA DE

METALES

DIRECCIÓN: Periférico # 69 x

Carr. Kanasín

Tel. (999) 982-8411

ADQUIERE: Metales

NOMBRE: PROPADE

DIRECCIÓN: C- 45 No. 335-C x 18 y

20, Brisas

Tel. (999) 982-0961

ADQUIERE: Papel

NOMBRE: TRAPO INDUSTRIAL

DIRECCIÓN: C- 45 No. 458 x 32 y 49,

Col. Brisas del Norte

Tel. (999) 986-3614

ADQUIERE: Trapo de algodón

NOMBRE: BEPENSA

DIRECCIÓN: C-19 # 410 x 20 y 22,

Cd. Industrial

Tel. (999) 946-1050 / 946-3582

ADQUIERE: Cajas de refresco

NOMBRE: RECICLADOS DEL

SURESTE

DIRECCIÓN: C-50 #. 554 x 71, Centro

Tel. (999) 923-5171

ADQUIERE: Plásticos

99

NOMBRE: RECUPERACIÓN

METALÚRGICA

DIRECCIÓN: C-132 # 327 x 57 y 59,

Col. El Porvenir

Tel. (999)163-2925

Cel. 044 9991-72-3667

ADQUIERE: Metales

NOMBRE: ECOMAYAB

DIRECCIÓN: C-17-A # 101-B e x 12 y

14, Col Itzimná

Tel. (999) 927-0066 / 945-6762

MANEJA: Residuos tóxico peligrosos

NOMBRE: POLIENMEX

DIRECCIÓN: Periférico lote 10 x 65

y 69, Col. Benito Juárez Oriente

Tel. (999) 982-7313 / 982-2246 /

986-8597

NOMBRE: ECOLSUR

Tel. (999) 946-8357

MANEJA: Residuos tóxico peligrosos

NOMBRE: PLÁSTICOS DEL

SURESTE

DIRECCIÓN: Carretera Conkal-

Mérida

Cel. 044 9999-00-2548

ADQUIERE: Polietileno de alta y

baja densidad.

NOMBRE: FACULTAD DE QUÍMICA-

UADY

DIRECCIÓN: C-41 No. 421, Col.

Industrial.

Tel. (999) 922-5763

ACTIVIDAD: Manejo de medicamentos

caducos

100

101

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