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I ^ 1 O RT E REVISTA HISPANO-AMERICANA. Cuarta Epoca. No. 370 Noviembre-Diciembre 1992

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I 1 O RT EREVISTA HISPANO-AMERICANA. Cuarta Epoca. No. 370 Noviembre-Diciembre 1992

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torial. ; Director Fundador: Alfonso Camín Meana. / Tercera y Cuarta Epoca: Fredo Arias

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de 1963 / Derechos de autor registrados. / Miembro de la Cámara Nacional de la Industria Edicomo correspondencia de 2a. clase en la Administración de Correos No. 1, el día 14 de junio

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NORTEREVISTA HISPANO-AMERICANA. Cuarta Epoca . No. 370 Noviembre-Diciembre 1992

SUMARIO

MARCO AURELIO Y MANRIQUE

Fredo Arias de la Canal

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COLON DESCUBIERTO(3a. parte)

El natalicio de Hispano -América

Fredo Arias de la Canal

31DISCURSO DE

MARIANO LEBRON SAVIÑON

13CARTA DE

JORGE MARIA RIVERO SAN JOSE

37EN EL ORIGEN DE UN GRAN SUEÑO

Nelson Veríssimo

17ENTREVISTA A

MIGUEL LEON PORTILLA

Guadalupe Curiel

DESCUBRIMIENTO Y PREDESCUBRIMIENTO:DOS HISTORIAS ENFRENTADAS

39

Juan Maura

25POEMAS

Ana María Navales

40PORTADA: E/ primer mestizo mexicano, por Raúl Anguiano.

CONTRAPORTADA: Medalla conmemorativa.

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MARCO AURELIO Y MANRIQU E'Fredo Arias de la Canal

L'a influencia de la historia de los romanos duran-te la época de la reconquista es evidente en elRomancero y en otros poemas. Los cristianosformaron la imagen de Santiago para darles fe enla victoria, mas los caudillos castellanos seempapaban en la historia épica de otros pueblospara imitarlos en la virtud y en las armas. En lasCoplas por la muerte de su padre , Jorge Manri-que (1440-79), demuestra su admiración al com-parar a su padre con aquellos personajes:

En ventura Octaviano,Julio César en vencery batallar,en la virtud Africano,Aníbal en el sabery trabajar,en la bondad un Trajano,Tito en liberalidadcon alegría,en su braco Aureliano,Marco Atilio en la verdadque prometía,

Antonio Pío en clemencia,Marco Aurelio en igualdaddel semblante,Adriano en elocuencia,Teodosio en humildady buen talante,Aurelio Alexandre fueen disciplina y rigorde la guerra,un Constantino en la fe,Camilo en el grand amorde su tierra.

Mas entre ellos fue sin duda Marco Aurelio (121-180), quien más lo impresionó. Leamos lasMeditaciones del filósofo emperador:

"Todo lo que pertenece al cuerpo es un río y loque pertence al alma es un sueño y vapor, y lavida es una guerra y una residencia temporal,y después de la fama viene el olvido. (Libro II).

Corto, entonces, es el tiempo que vive cadahombre y pequeño el nicho de tierra dondevive, y corta también la más larga fama póstu-ma, siempre y cuando sea continuada por unaserie de pobres seres humanos que prontomorirán, si no se conocen a sí mismos, muchomenos conocerán al que murió hace tiempo.(Libro III).

Pero quizá la ambición , de lo que se llamafama , te atormente . Observa la rapidez con quetodo se olvida y contempla el caos del tiempoinfinito en cada uno de los lados del presente,y el vacío del aplauso , y la volubilidad y deseode juzgar en aquellos que pretenden encomiar,y la estrechez del espacio en que está circuns-crito , y sosiégate . (Libro IV).

Pero supongamos que aquellos que recuerdensean inmortales y que el recuerdo sea inmortal,¿en qué te importa ésto? Y no digo qué es loque le importa a los muertos, sino a los vivos.¿Qué es la alabanza a excepción de que tengacierta utilidad?"

Escuchemos a Manrique:

Recuerde el alma dormida,avive el seso y despierte,

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contemplandocómo se pasa la vida,cómo se viene la muertetan callando;cuán presto se ve el placer,cómo después de acordadoda dolor,cómo, a nuestro parecer,cualquiera tiempo pasadofue mejor.

Pues si vemos lo presentecómo en un punto se es idoy acabado,si juzgamos sabiamente,daremos lo no venidopor pasado.No se engañe nadie, no,

pensando que ha de durarlo que esperamás que duró lo que vió,pues que todo ha de pasarpor tal manera.

Nuestras vidas son los ríosque van a dar a la marque es el morir:allí van los señoríosderechos a se acabary consumir;allí los ríos caudales,allí los otros, medianosy más chicos,allegados son iguales:los que viven por sus manosy los ricos.

Dejo las invocacionesde los famosos poetasy oradores:no curo de sus ficciones,

que traen yerbas secretassus sabores.Aquel solo me encomiendo,aquel solo invoco yode verdad,que en este mundo viviendo,el mundo no conociósu deidad.

Este mundo es el caminopara el otro, que es moradasin pesar;mas cumple tener buen tinopara andar esta jornadasin errar.Partimos cuando nacemos,andamos mientras vivimos,y llegamosal tiempo que fenecemos;así que cuando morimosdescansamos.

Ved de cuán poco valorson las cosas tras que andamosy corremos,que, en este mundo traidor,aun primero que muramoslas perdemos:dellas desfaze la edad,dellas casos desastradosque acaescen,dellas, por su calidad,en los más altos estadosdesfallecen.

Decidme, la fermosura,la gentil frescura y tezde la cara,

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el color y la blancura,cuando viene la vejez,¿cuál se para?Las mañas y ligerezay la fuerza corporalde juventud,todo se torna gravezacuando llega al arravalde senectud.

Habla Marco Aurelio:

"Considera , por ejemplo, la época de Vespasia-no, y verás estas cosas, gente casándose,criando hijos , enfermándose , muriéndose,guerreando , divirtiéndose , traficando , cultivan-do la tierra , adulando , siendo arrogante , sospe-chando , tramando , deseándole la muerte aalguien , quejándose del presente , amando,atesorando , aspirando al consulado o al reino.Pues , bien, las vidas de esta gente ya no exis-ten. De nuevo , regresa a los tiempos de Traja-no y es lo mismo , ya no existen . De la mismamanera también observa otras épocas deltiempo y otras naciones enteras y verás cuán-tas, después de grandes esfuerzos, prontocayeron y se disolvieron en los elementos.(Libro IV).

No te perturbes, pues todas estas cosas estánde acuerdo a la naturaleza del universo y enpoco tiempo no serás nadie ni estarás en nin-gún sitio, como Adriano y Augusto..

La corte de Augusto, su mujer, hija, descen-dientes, ancestros, hermana, Agripa, vasallos,

privados, amigos, Areius, Maecenas, médicosy sacerdotes del sacrificio, toda la corte estámuerta. Ahora, observa el resto, no conside-rando la muerte de uno solo sino de toda unaraza como la de Pompeya, y aquello que estáinscrito en las tumbas: El último de su raza."(Libro VIII).

Dice Manrique:

Esos reyes poderososque vemos por escriturasya pasadas,con casos tristes, llorosos,fueron sus buenas venturastrastornadas;así que no hay cosa fuerte,que a papas y emperadoresy preladosasí los trata la Muertecomo a los pobres pastoresde ganados.

Dejemos a los troyanos,que sus males no los vimos,ni sus glorias;dejemos a los romanos,aunque oímos y leímossus estorias;no curemos de saberlo de aquel siglo pasadoque fue dello:vengamos a lo de ayer,que tan bien es olvidadocomo aquello.

¿Qué se hizo el rey don Juan?Los infantes de Aragón,¿que se hicieron?¿Qué fue de tanto galán?

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¿Qué fue de tanta invencióncomo truxieron?Las justas y los torneos,paramentos, bordadurasy cimeras,¿fueron sino devaneos?¿Qué fueron sino verdurasde las eras?

¿Qué se hicieron las damas,sus tocados, sus vestidos,sus olores?¿Qué se hicieron las llamasde los fuegos encendidosde amadores?¿Qué se hizo aquel trovar,las músicas acordadasque tañían?¿Qué se hizo aquel danzar,aquellas ropas chapadasque traían?

Pues el otro su heredero,don Enrique, ¡qué poderesalcanzaba!¡Cuán blando, cuán falaguero,el mundo con sus placeres,se le daba!Mas veréis cuán enemigo,cuán contrario, cuán cruelse le mostró,habiéndole sido amigo;cuán poco duró con éllo que le dio.

Las dádivas desmedidas,los edificios realesllenos de oro,las vajillas tan febridas,los enriques y realesdel tesoro,

los jaezes, los caballosde su gente, y atavíostan sobrados,¿dónde iremos a buscallos?¿qué fueron sino rocíosde los prados?

Pues su hermano el inocente,que en su vida sucesorse llamó,¡qué corte tan excelentetuvo, y cuánto grand señorle siguió!Mas como fuese mortal,metiólo la Muerte luegoen su fragua.¡O juicio divinal!Cuando más ardía el fuegoechaste agua.

Pues aquel grand condestable,maestre que conocimostan privado,no cumple que dél se hable,sino sólo que lo vimosdegollado.Sus infinitos tesoros,sus villas y sus lugares,su mandar,¿qué le fueron sino lloros?¿Fuéronle sino pesaresal dejar?

Pues los otros dos hermanos,maestres tan prosperadoscomo reyes,que a los grandes y medianostruxieron tan sojuzgadosa sus leyes;aquella prosperidadque tan alta fue sobida

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y ensalsada,¿qué fue sino claridad,que estando más encendidafue amatada?

Tantos duques excelentes,tantos marqueses y condesy varonescomo vimos tan potentes,di, Muerte, ¿do los escondesy traspones?Y las sus claras hazañas,que hicieron en las guerrasy en las paces,cuando tú, cruda , te ensañas,con tu fuerza las atierrasy desfaces.

Las huestes innumerables,los pendones y estandartesy banderas,los castillos impunables,los muros y baluartesy barreras,la cava honda chapadao cualquier otro reparo,¿qué aprovecha?Que si tu vienes airada,todo lo pasas de clarocon tu flecha.

Marco Aurelio expresó:

"Observa constantemente que todas las cosassuceden por cambios, y acostúmbrate a consi-derar que nada le gusta más a la naturaleza deluniverso que cambiar las cosas que existen ycrear unas nuevas parecidas, puesto que todo loque existe es de alguna manera la semilla de loque será ." (Libro IV)

Manrique lo confirmó:

Pues la sangre de los godos,y el linaje, y la noblezatan crecida,¡por cuántas vías y modosse sume su gran altezaen esta vida!Unos, por poco valer,por cuán bajos y abatidosque los tienen.Y otros, por no tener,con oficios no debidosse mantienen.

Los estados y riqueza,que nos dejan a deshora,¿quién lo duda?No les pidamos firmeza,pues que son de una señoraque se muda;que bienes son de Fortuna,que revuelve con su ruedapresurosa,la cual no puede ser unani estar estable ni quedaen una cosa.

Pero digo que acompañeny lleguen hasta la huesacon su dueño:por eso no nos engañen,pues se va la vida aprisacomo sueño.

Marco Aurelio , a pesar de su drámatica compren-sión de la pequeñez del ser humano en el univer-so, reconoció que recuerda más el hombre a susfilósofos que a sus políticos:

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"Alejandro, Gaius (Julio César) y Pompeyo,¿qué son en comparación a Diógenes, Heráclitoy Sócrates? Puesto que aquellos estaban rela-cionados con las cosas, sus causas y su esen-cia, y sus principios de gobierno eran losmismos. Mas en cuanto a éstos, ¿cuántas cosasles preocupaban y a cuántas otras estabanesclavizados?"

Manrique reconoció el valor de la poesía:

Dejo las invocacionesde los famosos poetasy oradores:no curo de sus ficciones,que traen yerbas secretassus sabores.

Porque la poesía es la expresión más sublime delespíritu santo de la palabra, sin la cual no sepuede concebir las facultades intelectuales del serhumano. Dejemos que PABLO NERUDA (1904-73) nos cante sobre la génesis del entendimientoen la tierra:

LA PALABRA

Nacióla palabra en la SANGRE,creció en el cuerpo oscuro, palpitando,y voló con los labios y la boca.

Más lejos y más cercaaún, aún veníade padres muertos y de errantes razas,

de territorios que se hicieron PIEDRA,que se cansaron de sus pobres tribus,porque cuando el dolor salió al camino

los pueblos anduvieron y llegarony nueva tierra y agua reunieronpara sembrar de nuevo su palabra.Y así la herencia es ésta:éste es el aire que nos comunicacon el hombre enterrado y con la aurorade nuevos seres que aún no amanecieron.Aún la atmósfera tiemblacon la primera palabraelaboradacon pánico y gemido.Salióde las tinieblasy hasta ahora no hay truenoque truene aún con su ferreteríacomo aquella palabra,la primerapalabra pronunciada:tal vez sólo un susurro fue, una gota,y cae y cae aún su catarata.

Luego el sentido llena la palabra.Quedó preñada y se llenó de vidas.Todo fue nacimientos y sonidos:la afirmación , la claridad , la fuerza,la negación , la destrucción , la MUERTE:EL VERBO ASUMIO TODOS LOS

PODERESy se fundió existencia con esenciaen la electricidad de su hermosura.

Palabra humana , sílaba , caderade larga luz y dura platería,hereditaria copa que recibelas comunicaciones de la SANGRE:he aquí que el silencio fue integradopor el total de la palabra humanaY NO HABLAR ES MORIR ENTRE LOS

SERES:

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se hace lenguaje hasta la cabellera,habla la boca sin mover los labios:los ojos de repente son palabras.

Yo tomo la palabra y la recorrocomo si fuera sólo forma humana,me embelesan sus líneas y navegoen cada resonancia del idioma:pronuncio y soy y sin hablar me acercaal fin de las palabras, al silencio.

BEBO POR LA PALABRA levantandouna palabra o copa cristalina,en ella beboel vino del idiomao el agua interminable,manantial maternal de las palabras,y copa y agua y vinooriginan mi cantoporque el verbo es origeny vierte vida : es SANGRE,es la SANGRE que expresa su substanciay está dispuesto así su desarollo:dan CRISTAL AL CRISTAL , SANGRE A LA

SANGRE,y dan vida a la vida las palabras.

JOSE LUIS ALEGRE CUDOS, español. De sulibro POEMA DE REQUIEM Y DE LUCES:

XIX

Verbo que vas en lengua , FUEGO, FUEGO.Verbo que estás de CUNA, LUZ.

Ansíala mano recogerte y con su pozohacerte un hueco a fondo. Y desvivir.Y desvivir, amado, y desvivirel hilo y la caricia de la plumaalta.

Noches vendrán y noches bravas,latigazos de LUZ ya de mañanaa oscuras , como un CIERVO que saltaracon la suya.

Serás la MUERTE.

ANSIO TU PUÑAL, el que ternurano pudo detener un día.

Verbo,

Verbo,dame palabra, dame más, tiempoPARA MORIR HABLANDO COMO UN

VERBOcomo un río que nunca te terminas.Que nunca te termina, verbo y lengua,gracia y FUEGO.

¿Te apago?Ilumina,

VERBO QUE VAS EN LENGUA, miclarísima

MUERTE DE CUNA. Ansía, ansía, ansía.

CARLOS B. DARWIN ( 1809-82), de su libroLA CIENCIA MODERNA:

"Como, dadas sus costumbres y hábitos ordina-rios, ni la afición ni la aptitud para el canto,reportan ninguna utilidad directa al hombre,podemos colocar estas facultades entre elnúmero de las más misteriosas que presenta.La indefinible sensación que produce en noso-tros EL CANTO, y muchos otros singulareshechos, enlazados con los efectos de la música,pasan a ser completamente explicables siadmitimos que los sonidos musicales y el ritmoeran empleados por los antecesores simio-humanos del hombre, durante la época de lareproducción, en que todos los animales sehallan sometidos a la influencia de las másfuertes pasiones. Caso de ser realmente así,

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siguiendo el profundo principio de las asocia-ciones hereditarias, los sonidos musicalespodrían despertar en nosotros, de una maneravaga e indeterminada, LAS INTERNAS EMO-CIONES DE UNA REMOTISIMA EDAD. Alrecordar que algunos cuadrumanos machostienen mucho más desarrollados los órganosvocales que las hembras, y que una especieantropomorfa puede emitir casi todas las notasde la octava, no se nos presenta tan improbablela idea de que los antecesores del hombre,antes de haber adquirido el lenguaje articulado,HAYAN EXPRESADO SUS SENTIMIENTOSPOR MEDIO DE LA EMISION DE SONI-DOS Y CADENCIAS MUSICALES. Cuandohoy el cantante hace sentir, con las modulacio-nes de su voz, las emociones más vivas a suauditorio, está muy lejos de sospechar queemplea los mismos medios que sus antecesoressemi-humanos utilizaban para excitarse recípro-camente las pasiones más ardientes. "

Y ahora deleitémonos con la música que fluye deuno de los más ricos poetas de la Hispanidad.Escuchemos el poema Mi mejor oración , emitidopor la voz del propio MARIANO LEBRONSAVIÑON:

MI MEJOR ORACION

Una cosa es cantarporque del alma broten las cancionesenceguecidas y sonorascomo si en un vibrante caracol de espumasresonaran;una cosa es cantarteniendo a Dios erguido en nuestro canto;una cosa es cantar

por los OCULTOS MANANTIALES DE LASANGRE

o en desmayada tempestadde tarde presurosa,y otra cosa es vivir mudo y asidoa la PIEDRA DEL MUNDOcon los brazos en cruz y el alma lanza en

ristre;gritar en el concierto de los mundosporque recoja el grito de la vida,huraña noche oscura de los bosquesy otra, vivir, sembrado de diamantesel corazón.Ahora, cantar, cigarra loca que espera el

tiempode la espiga y el sol,alondra ebria en soledad de LUZ,HILO DE AGUA SOBRE ROCOSO

CAUCE DE AMOR.Ahora, cantar con Dios borracho en el filo del

canto,con cuatro ANGELES Y ROSAS.En el dolor del inundo, cantar,cantar, con llantos y desgarraduras,con CLAVOS Y CON CRUCES,cantar, con flagelaciones sonoras en el alma,sin LUZ,con LUZ,cantar para el amor.Yo sueño con la ROSA DEL MUNDO,con el rocío,con el primer LUCERO y el primer

aflautado RUISEÑOR.Mi corazón es un RUISEÑOR,yo soy la LUZ de la conciencia.Soy el sonoro CARACOL DEL VIENTOsonando y resonando en un crecido pulmónque llena el mundo.

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Era un niño llorando su lucerobajo un cielo de plata,era un niño indefenso y jugueteandobajo el fuego del sol,un batracio a la orilla del caminoy una PIEDRA,y una promesa al final de la jornada.Ahora soy lo vibrante que palpita,ahora, el amor,el beso,la lujuria, sin sombras, del instinto,el plañidero bajo el ALA DEL ROSALque siente el crecimiento de los pétalosy el murmullo sin ruidos del perfume impoluto.Ahora, la sombra de Diosy parte integrante del infinito de Dios.Ahora, creador del cielo y de la vida,forjador de la tierra y de los mundos.Marinero que va de isla en isla,de sombra en sombrabajo SOLES DE PIEDRA Y LUNAde enamoradas noches de los mares,marinero curtido por las lluvias polaresy naúfrago en mil océanos perdidos.Ahora, ésto que alienta, ésto que vibra,

ésto que canta,ésto que es Dios y busca a Diospor los cien mil caminos de sus sueños.Ahora, el cantor, LA LUNA Y EL LUCERO.El cielo no es la FUENTE para ganar la vidasino una amplia quimeraen donde nuestros sueñosnaufragan de luceros.No es la TUMBA el perenne descanso,no es el seno terrestre de la MUERTE,ni es MORIRSE, MORIR.

Deben de haber más amplios senderos,más erguidas montañas,más caudalosos torrentes,más señeros alados DELFINES de los bosques.Debe existir la cúpula de ROSASque corone la frente de otro mundo.

Tiraré un puente desde la LUZhasta mi corazón,traspondré una barrera de esperanza,subirá a los ramajes de un anhelo,escalaré una dicha,sollozaré una ROSA EN EL AMOR.¿Qué ANGEL DE OLOR me llenará la noche?¿Qué FUENTE LIMPIA sollozará en mi

anhelo?Es preciso vivir,cantar bajo la luna de amor de los misteriosporque las vides tienen sus racimos en plenitudy vino fresco al dolor esponjan los vineros.Amor, abre tus brazos sobre los bosques

de la conciencia.Amor, tiende tu luz sobre el rosal divino.Amor, da tu perfume de excelsitud eterna.Amor, hazme cantar.Cantar y ser eterno en mi canción,viva llama perenne, universal.Cantar para vivir.Cantar hoy y mañanay por los siglos de los siglos.

Amén.

*Discurso pronunciado el día 12 de octubre de 1992durante la ceremonia de entrega de la "Medalla Vasconce-los 1992" , en la ciudad de México.

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Sr. Fredo Arias de la Canal y Sr.Mariano Lebrón Saviñón durante laceremonia de entrega de la "MedallaVasconcelos 1992 ".

Sr. Magín Berenguer, Ma. del Carmende Berenguer, Sra. Arlene Arias, Sr.Fredo Arias, Sr. Mariano Lebrón, Sra.Eva de Lebrón, Sr. Alfonso Larrahona,Sra. Gladys Larrahona, Sra. AdrianaMerino, Sra. Delia di Benedetto y Sr.Uba/do di Benedetto.

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DISCURSO DEMARIANO LEBRON SAVIÑON *

Señores:

ay una isla deliciosa como una fruta, frescacomo el rocío, noble como una princesa, bellacomo una flor; hay una isla creada el séptimodía, después de terminado el mundo, sólo paraembellecerlo y adornarlo, si ya no es una piedrapreciosa caída de la corona de Dios, esta divinalperla que orgullosamente en su agitado pecho elmar ostenta; hay una isla abrigada como un nido,alta como una estrella, espléndida como un tesorode los adorables; hay una isla encantadora, llenade luz y de armonía, beldad de la naturaleza,novia del cielo, cuyo dulce nombre no lo diré:callado queda, guardado lo llevo, oculto está,escrito en letras de oro, aquí en mi corazón. "

De esa isla, cuyo nombre Américo Lugo, elescritor de péñola dorada, calla su nombre, en lacita que traigo, yo vengo a este México señorialen busca del Premio Vasconcelos 1992, que elFrente de Afirmación Hispanista me otorga comoun altísimo honor inesperado. Es mi Santo Do-mingo amado, otrora La Española, nueva Delosque flotaba en el piélago abisal cual barco a laderiva, y que Dios detuvo en medio del mar paraque fuese el corazón de las Antillas.

Tierra de gloriosas primacías, donde la reinataína Anacaona bordaba versos para los areítos ydonde en el siglo XVI, Leonor de Ovando yCristóbal de Llerena escribían los primeros versosy entremeses del mundo hispanoamericano, en elmás depurado español.

Vengo a este México -nuestro hermano mayoren las conquistas culturales- a donde hace nuevemilenios -según favorable especulación- el hom-bre de Tepexpán, nómada, cazador y recolector,tras atravesar el estrecho de Behring, se asentó,probablemente en la cueva de Cozcatlán, donde

reflejó su inexorable vocación rupestre. Y en lascostas del Golfo de México, mucho después,comienza a florecer la alta cultura que nos pre-senta al primer humanista del continente: Net-zahualcóyotl.

Este maravilloso monarca de Tezcoco -Ham-murabi de América con su crudelísimo código, ynotorio urbanizador- fundó escuelas, universida-des, liceos de música y dos academias históricas:una para poetas -que buena falta nos hace ennuestros días- y otra "presidida por Xochiquet-zaltzin, hijo del rey, que congregaba astrólogos,historiadores y a los que tenían otras artes."Además Netzahualcóyotl fue un gran guerreroconquistador y connotado cronista de sus hazaño-sas jornadas.

Pero, sobre todo y ante todo, este humanistaNáhualt fue poeta, posiblemente el más grandepoeta del mundo precolombino, aún por encimadel poeta maya Huetxozingo, de corte árabemedieval, escéptico y sombrío; y aún más grandeque Nonohuantzin. Para el templo de los sacrifi-cios, recio y monumental, que él construyó,donde se acumulaban rimeros de corazonessangrantes, escribió, ya en altas horas de su edad,una elegía amarga, atisbando, con dolorosoresabio, la destrucción del templo y de su mundo.Y elegíaco fue también el poema que escribió en1469 a su primo, el rey de México, MoctezumaIlhuicamina -para ser representado y bailado-cuando lo visitó en su lecho de muerte, y en elque hace elogios de la belleza de Tenochtitlán.

A este México de Ruiz de Alarcón y Sor JuanaInés se enlaza el destino de mi patria, desde horatemprana de la conquista, cuando pasado suesplendor, La Española dependía del situado, esdecir del dinero del erario de La Nueva España,con que solventaba sus necesidades; y un arzobis-

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po, fray Agustín Dávila Padilla, nacido en Méxi-co, fue el más ferviente defensor de nuestroarruinado patrimonio colonial en horas infaustasdel siglo XVII.

En Santo Domingo penetraban, por los tiemposde mi lejana muchachez, los aires mexicanosplenos de viriles instancias -como nuestro meren-gue de entonces- y de románticas pasiones. Así,eran conocidos como si fueran nuestros, TataNacho, Barcelata y Guti Cárdenas, quienesacompañaban a nuestros trovadores de la época acantar su quejumbre de amor frente a la enrejaday florida ventana de la amada que hacía la ofertainútil de su boca, jugosa como fruta nectárea yroja como encendido clavel reventón. Era laépoca de la Ciudad Romántica, como se le llamóa mi Santo Domingo cuando la ciudad se henchíade odoración guerrilleril y fragancias de amor.

Pero aunque en el intercambio nosotros hemossalido gananciosos, en gran medida hemos hechotambién aportes generosos a la cultura y la histo-ria mexicanas, esencialmente con la presencia ensu ámbito egregio de Pedro Henríquez Ureña,quien sentó cátedra de cultura y amor al lado dedon José Vasconcelos, su amigo y admirador, ysu discípulo entrañable Alfonso Reyes, cuyafecunda amistad quedó plasmada en su magníficoepistolario. Su cenáculo lo integraban hombres dela alta calidad de su hermano Max Henríquez,Alfonso Gravioto, Jesús E. Valenzuela, directorde la revista Savia Moderna , Antonio Caso,Rafael López, José de Vasconcelos, EduardoColín, Jesús T. Acevedo y Diego Rivera. AlfonsoReyes era considerado el benjamín del grupo.

Antes, en el siglo XVIII, las desventuradascontingencias que estremecían mi patria con lasinvasiones del Occidente de la isla, trae a esteMéxico a los hermanos Villaurrutia, uno de los

cuales, Jacobo, llegó a ser en 1805 Alcalde delCrimen de la Real Audiencia mexicana, Fundadorde Sociedad Económica y con el mexicanoCarlos Bustamante, de El Diario de México, elprimer periódico de circulación diaria en AméricaHispana, que estuvo saliendo hasta 1817.

Ulteriormente, a mediados del siglo XIX, es elLic. José Núñez de Cáceres quien, frustrada laindependencia que quiso darle a su patria, seestableció aquí en Tamaulipas, estado de Victo-ria, cuyo Congreso, en 1848, grabó su nombrecon letras de oro por sus luchas en contra delcoloso del Norte que enajenó territorios de supatria adoptiva.

Recuerdo ahora que fue un dominicano, donDelfín Madrigal, quien obtuvo para el gran héroeBenito Juárez el título de Benemérito de América.

Hoy me toca recibir de mano de ese granensayista, don Fredo Arias de la Canal, Presiden-te del Frente de Afirmación Hispanista, el PremioVasconcelos 1992, que se me concede en esteacto solemne. Si me preguntara por qué a mí,precisamente a mí, se me confiere este homenajeque intelectuales con harto prestigio han recibidoantes que yo, diría que los señores del Frente hanquerido premiar en un dominicano, toda una vidade angustias dedicada a la cultura y a la hispani-dad.

Como dice Pedro Henríquez Ureña "culturafundada en la tradición clásica no puede amar laestrechez." Creo, lo mismo que nuestro máximohumanista, que es la cultura y no la técnica -estoes, la máquina- la que salva a nuestros pueblos.Un exceso de tecnicismo -y ya se atisba en elhorizonte incierto de la humanidad- habrá dellevarnos un día hacia un abismo secular. Yquizás, de tanto ascender, lleguemos, como loslobos, a la ancestral caverna milenaria. Estaremos

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de nuevo, aterrorizados, bajo el cielo impasible,y desheredados de Dios, como nuestro solariegoabuelo cavernario en la infinita soledad sombrosade la prehistoria.

Pero no. Mi país,parvo y pobre, naú-frago, también en lacatástrofe garrafal de los

1\tiempos , com un fénix,b

-se ergur, l/como tantasveces, de suspropios escombros indolentesporque tiene inagotables reservas de amor. Yotengo fe, y, como Duarte, el impoluto apóstol denuestras libertades, "la fe del centurión."

Y, sobre todo, creo en la vida y en sus mo-mentáneos destellos de dicha.

Porque yo he sufrido también las contingenciasdolorosas del vivir. Para ser dichosos necesitamossufrir, como se necesita de la sombra para queirradie la luz.

Hay un problema abisal que tiene que enfrentarel hombre a fuer de perturbar su paraíso: el de laconvivencia. Desde el momento en que tengo queincorporarme al ámbito social y, lo que es peor,compartir perspectivas de mi existir con los otros,y también las circunstancias de mi mundo, debohacer, en mi alcázar violado, amable esta impues-ta convivencia. Y lo tengo que hacer a costas demi yo. Porque no puedo parvularme en mi torrede marfil si no es a trueque de hacer estéril misoledad.

El hombre solitario es un ser enfermo porquetransgrede un instinto primordial. Para enriquecermi vida y colmarla de experiencias, para henchir-la de viviencias adorables, tengo que ocupar elhueco de mi soledad con las ternuras y los dolo-

res, así como con los revuelos surgentes bajo elinquietante cielo de la organización gregaria.

La convivencia es así : Briareo que lanza sus

que a golpe de muelastrituran la carne y

iezclan la agria púrpu-ra de la sangre con la

sal del sudor.A veces es necesario sustentar el mito para

salvar la vida. Y más que nada, llenar nuestraboca, a la par que con el candente rumor de losbesos, con el frescor de las palabras amables,trasuntos de finezas y filigranadas cortesías.

¿Por qué no perfumar la vida? ¿Qué tiene másla rosa que el hombre? Y ésta llena, con elsitibundo rumor del aroma, el ámbito pequeño desu mundo desde el frágil pedestal erguido de sutallo. Y el agua, simple y discurrente de lasacequias limpias, improvisa canciones cuando losdedos del viento pulsan las cuerdas de arpa de suondaje.

Puede concentrarse todo el Universo en unasola palabra de cuatro letras. Con efecto, cuandoyo digo Dios , lleno con esta modulación de mivoz todo lo que hay en lo alto y en lo bajo y lossoberbios espacios infinitos.

¡Qué mundo de vegetales encantos hay en lajenuflexión de un junqueral que se inclina coque-teante a la serena insinuación del viento pararetratarse en las aguas temblorosas! ¡Y en lanocturnidad del canto del ruiseñor, o en el alba

sonora, cuajada de rocío, con que rompe el cristalmañanero el canto de la alondra! Ya todo lointuyó Juan Ramón Jiménez, el poeta de las

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brazos tentaculares para estrangular laquimera, y sucede que no son brazos,

la experiencia cervantina, sinoaspas de molinos manchegos

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fórmulas condensadas, cuando escuchó la remotacanción de la golondrina. Dijo:

La golondrina canta en la madrugada

(En su voz está el valle, el cielo azul, la brisa).

O como dijo el filósofo: "Todo está en todo!"

Hoy es un día en mi dilatada vida, de notoriatrascendencia. Recibo este premio Vasconcelostan importante, sin soberbioso orgullo, porquecreo que se me ofrece por este caudal de amorcon que he tratado de edificar mi vida.

He querido arremolinear y hacer brillantes lashojas aúreas de mi otoño y erguirme, con estimu-lante fervor desde el incomprendido malezal demi tristeza. Hoy yo quiero que tremen en mí, conímpetu arrollador, como el huracán que conmanos de furia estremece los árboles, las fuerzasimponderables de la vida, que se presentan convigor inesperado desde el fondo de mi corazónagradecido. Y evocar, con las obras inmortales delos genios que conmovieron el mundo, esasfuerzas que me subyugan: la gloria del fuego delamor que vibra en los útlimos poemas musicalesde Richard Strauss, tan ajenos a su primer pesi-mismo; el esplendor de lo grandioso atormentadoque impuso Wagner en sus poderosas tempestadesorquestales, el canto de esperanza y de vida conque el atormentado Beethoven cantó a la alegríaen la dulzura inmortal de su Novena y la prédicade un evangelio de fe creadora y armonía serenaque impuso desde el seno de su niebla melancóli-ca Maurice Maeterlinck.

Hoy están conmigo Spencer, por un lado, y,por el otro, Fouillé, con un canto de optimismoy esperanza.

La vida no retrocede ni se estanca: avanza. Yes un drama esquilano con su final perfecto, quees la muerte, es decir, el arribo del río discurren-te al proceloso mar.

La carne deleznable desaparece, pero el almase salva. Y mi alma está aquí y está allá: en elbeso de mi amada, en la mano sarmentosa de mimadre, en los ojos espectantes de mis hijos y enlas sonrisas angélicas de mis nietos. Mi alma estáahí, goteando hacia lo porvenir en el ánforadivinal de mis afectos: en mis amigos, y en loshijos, también, de mis amigos; en mi frágilmanantial poético donde puse mucho de mí, y enla melodía sin par de mis canciones. En todo yhasta en este premio que el Frente de AfirmaciónHispanista, a través,de ese gran caballero, Ariasde la Canal, me otorga, por mor del sándalo deamor que yo sembré.

*Discurso pronunciado el día 12 de octubre de 1992durante la ceremonia de entrega de la "Medalla Vasconce-los 1992", en la ciudad de México.

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EN EL OR IGEN DE UN G RAN SUEÑONelson Veríssimo

Lo verdaderamente importante de la permanenciade Cristóbal Colón en el archipielago de Madeira,fue la convivencia que tuvo con otros marinerosen estas islas del Atlántico. Las noticias y losindicios de tierras al Poniente, el encuentro conla inmensidad del océano y el aprendizaje de lanavegación en el Atlántico, contribuyeron al grandescubrimiento. La realización del sueño.

El espacio físico donde vivió, es cosa secunda-ria. Las hipotéticas "casas de Colombo" abundanpor aquel mundo. Madeira puede bien enorgulle-cerse de ostentar lazos profundos con el descu-bridor de América, pero esta relación es sobretodo valiosa por lo que representó en la gestaciónde un gran proyecto, en el estímulo y contribu-ción que su permanencia en esas islas dieron paraque un marinero del Mediterráneo se convirtieseen un arrojado navegante del Atlántico. En 1962,Magalhaes Godinho interrogaba con insistencia:

"Colón, perfecto genovés, ¿porqué razón zarpóde Sevilla y no de Génova; porqué se embarcóen naves y carabelas apropiadas para el Atlánti-co y no en galeras u otros navíos apropiadospara el Mediterráneo; quiénes fueron los pilo-tos y maestres de sus navíos, sus marineros,sus cartógrafos, sus cosmógrafos o sea hom-bres en toda la extensión de la palabra con susformas de sentir y pensar, con sus interesesmateriales, su habilidad técnica, sus conoci-mientos prácticos y sus relaciones humanas.Cómo fueron financiados sus proyectos; porquién, por qué, cuál era su discernimiento; quéle representó a Colón su estancia en Madeira yen Lisboa?" i

Hernando Colón y Las Casas afirman que algunasmotivaciones para el gran proyecto de Colón le

vinieron del trato con hombres de mar en las islasde los archipiélagos de Madeira y Azores y losdos cronistas revelan cuánto le agradaba a Colónconversar con esos marineros y que él registrabatodos los indicios de tierras al Occidente de lasque oía hablar.

De esos testimonios vamos a tomar aquéllosque hablan directamente de Porto Santo y Madei-ra.

Primero está aquella referencia al hecho de quedoña Isabel Moniz, su suegra, le proporcionó"escritos y cartas de navegación" que habíanpertenecido a Bartolomeu Perestrelo. Algunosdeclaran que Bartolomeu Perestrelo nunca fuenavegante. De hecho, no consta que hubiesedescubierto tierras, pero ¿quién querría poblaruna isla del Atlántico si no estuviese involucradoen la práctica de la navegación?

En la carta de donación de la capitanía dePorto Santo a Pero Correa del 6 de agosto de1459, el infante don Henrique dice muy clara-mente sobre las intenciones de Bartolomeu Peres-trelo:

"...que Bertollameu Perestrello que Diosperdone, siendo viudo, me pidió por mercedque por cuanto su deseo y voluntad eran,poblaran mi isla de Porto Santo a la que hastaentonces yo no había encargado a alguien niotorgado su capitanía."

Ya vimos, que para Salvador de Madariaga, elcasamiento de Colón resultó de la intenciónpremeditada de aliarse con los Perestrelos exacta-mente por causa de la isla de Porto Santo "baseexcelente de exploración para el mar desconoci-do".

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Lo que realmente es de destacar, es que Colóntuvo acceso a informaciones sobre la práctica dela navegación en el Atlántico en poder de lafamilia Perestrelo y este hecho quedó registradoen las crónicas del siglo XVI que son considera-das fuentes fundamentales para la historia de loshechos colombinos.

Las Casas y Hernando Colón al tratar sobreeste asunto del regalo de "instrumentos y escritu-ras y pinturas útiles para la navegación", luegohablan del entusiasmo que entonces había por eldescubrimiento de tierras en la costa occidentalafricana. Las Casas mismo afirma que Bartolo-meu Perestrelo esperaba descubrir tierras deGuinea, partiendo de Porto Santo.

Conviene recordar que después de 1445,Madeira sirvió de escala a algunas expedicionesa Guinea y de ahí en adelante hubo intercambiocomercial entre Arguim y Guinea no solamentecomo punto de escala de la vía comercial queexistía entre Lagos y Arguim y entre Guinea yCabo Verde, sino también porque los capitanes deFunchal y Machico entrarían a la disputa de losatractivos y productivos negocios en la costa deGuinea.

En los años de 1445 y 1446 fue Alvaro Fer-nandes, sobrino de Zarco quien en carabelasarmadas por su tío, alcanzó los puntos máslejanos en el progresivo reconocimiento del litoralafricano. A esta altura, vamos a encontrar máscarabelas y hombres de Madeira involucrados enel "trato" de Guinea como García Homem,Fernao Tavares y el propio capitán de Machicoquien personalmente participó en una expedición.Ciertamente Bartolomeu Perestrelo no estaríaajeno a toda esta ansia impetuosa de participar enlos viajes de descubrimiento que a mediados delsiglo XV contagiaba también a la gente de Madei-ra.

En este ámbito, ¿guardaría Bartolomeu Peres-trelo registros que sirvieran a alguien, ya que suproyecto era irrealizable debido a que su capitaníano era tan próspera como las demás del archipié-lago?

Es probable e imposible de excluir, la posibili-dad muy natural de que un capitán de una islaatlántica tuviese en su poder instrumentos o cartasde navegación, sin pasar a la Historia comonavegante. Otras indagaciones que interesaron aColón y que influyeron en la realización de suproyecto, se refieren a restos vegetales que lascorrientes marítimas depositaban en las playas dePorto Santo. Pero Correa, su cuñado "...le dijoque en la Isla de Porto Santo había visto otromadero traído por los mismos vientos (de Oeste)bien labrado como el susodicho (madero ingenio-samente labrado, pero no con hierro) y queigualmente habían llegado cañas tan gruesas quede un nudo a otro podían contenter nueve garra-fas de vino." 2

Sobre estos extraños despojos, Colón habló conel rey don Joao II, quien ya tenía conocimientode ellos y formada una opinión. De AntonioLeme, casado y residente de la isla de Madeira,el genovés recogió informaciones sobre tres islasal Occidente que aquel navegante había visto. Elhijo de Colón, al conocer este hecho, inmediata-mente se dispuso a negar su veracidad, lo cual escomprensible, ya que debido a la orientación quedio a su obra, necesariamente le obligaba aexaltar la acción de su padre y nunca dar aentender alguna cosa que pudiese poner en dudala primacía del Almirante.

Hernando Colón y Las Casas admiten que lacreencia de islas al oeste era muy común enMadeira y de que algunos ya las habían buscado.También afirman que en 1484 el Almirante[Colón] supo que un habitante de Madeira había

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solicitado al Rey una carabela para descubrirtierra al oeste . Esto concierne a las diligencias delmadeirense Fernáo Domingues do Arco cerca deD. Joáo II, de quien obtuvo, por carta del 30 dejulio de 1484, la promesa de la capitanía de laisla que descubriera.

Entre otros sucesos, esta referencia y otrasexpedidiones en proyecto, como la de FernáoDulmo, capitán de la isla Tercera y Joáo Alonsodo Estreito de la isla de Madeira a '... unagrande isla o islas o tierra firme por la costa quese presume que es la isla de las siete ciudades',confirma que en los archipiélagos atlánticos habíauna creencia arraigada en la existencia de tierrasal occidente. Ya sea en forma de islas míticas olegendarias o expresando un conocimiento másdefinido de islas occidentales. Ya sea en forma deislas míticas o legendarias o expresando unconocimiento más definido de islas occidentales,lo que explica que lo que le interesaba a Colónno era ajeno a los navegantes portugueses quefrecuentaban esta área del Atlántico.

De ello existen como pruebas, varias cartas dedonación de islas que fueron descubiertas: JoaoVogado - 1462; Goncalo Fernandes - 1462; JoaoGoncalves da Cámara - 1473; Fernao Teles -1474; Fernáo Domingues do Arco - 1484; FernaoDulmo y Joáo Afonso do Estreito - 1486.

En la existencia de tierras al Occidente partici-paban pues, tanto Colón como muchos madeiren-ses y azorianos de esa época. Las informacionesmás veraces ciertamente provenían de Madeira,porque fue en esa isla atlántica en que mástiempo se detuvo.

Hoy en día, solamente conocemos hechos quetanto influenciaron a Cristobal Colón, por mediode los testimonios de su hijo y del obispo LasCasas. Lo cierto es que don Hernando Colónpreparó su historia a la medida de las necesidades

de rehabilitar la memoria del descubridor deAmérica 3, alejando cualquier sombra de dudasobre un posible pre -descubrimiento , pero tam-bién es cierto que sobre los documentos dedonaciones de islas por descubrir en el Atlántico,excluyendo el área llamada genéricamente de laGuinea, poca información se transimitió. Comono se conocen las notas originales de Colón, hayque sujetarse a aquellas fuentes , aunque se sospe-che que adolecen de una intencional adulteración.De cualquier forma se concluye que fue en lasislas atlánticas, más que con la lectura de tratadosde cosmografía o filosofía, donde el navegantegenovés adquirió, si no el efectivo conocimiento,cuando menos el presentimiento de la existenciade tierras en el Atlántico Occidental, y con todasesas indicaciones y vestigios, Colón fue dándoleforma a su proyecto. Las Casas afirmaría, amanera de conclusión , después de mencionar esosindicios y señales: "Cosas eran todas éstas cierta-mente para el que tan solícito ya vivía de estanegociación, se abrazase ya con ella..."

Junto con esos indicios hay que analizar lafunción o valor de una historia o leyenda amplia-mente mencionada sobre un piloto, quizás anóni-mo, que transmitió a Colón informaciones muyprecisas sobre tierras que descubriera.

No obstante presentar diversas variaciones, esahistoria se resume a lo siguiente: un piloto quenavegaba en el Atlántico fue víctima de unatempestad que lo arrastró hacia Occidente, lleván-dolo a encontrar una nueva tierra. En el viaje deregreso, después de innumerables contratiempos,habría de desembarcar muy enfermo en una islaatlántica portuguesa, junto con algunos (tres ocuatro) compañeros de su destrozado navío.Colón recibió a los naúfragos con gentil hospitali-dad, pero ninguno sobrevivió. Al borde de la

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muerte, el piloto agradecido por tanta generosi-dad, proporcionó a Colón elementos muy concre-tos sobre la isla que descubriera . En posesión deeste secreto , Colón habría de entregarse de llenoa la tarea de hacer un viaje para "descubrir" esastierras.

Esta historia es ampliamente mencionada entextos de los siglos XVI, XVII, XVIII, XIX yXX. Fue Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdésquien en 1535 registró, por primera vez, la"leyenda" que corría ya entre los marineros y losprimeros pobladores de la Hispaniola. Posterior-mente, es casi interminable la lista de los autoresque citan este episodio conocido por la "historiadel piloto desconocido" o el "secreto de Colón":Hernando Colón, Francisco López de Gómara,Bartolomé de las Casas, Juan de Victoria, Girola-¡no Benzoni , Metellus Sequanus , Garibáy yCarnálloa , Gaspar Fructuoso , loseph Acosta, Juande Mariana, Garcilaso de la Vega [el inca],Simao de Vasconcelos, Pedro de Mariz, Francis-co da Fonseca...

La lista continuaría , pero conviene interrumpir-la porque lo que se confrima después de Oviedo,Gómara y Las Casas, es la repetición de unepisodio que las crónicas más antiguas registrarony la tradición reafirmaría. 4

Las diferentes versiones hablan sobre el mismoacontecimiento , variando apenas en algunospormenores o circunstancias del suceso , principal-mente: ¿Cuál fue el nombre y nacionalidad delpiloto ; de dónde venía y hacia dónde se dirigía sunavío ; dónde ancló después de desviar su rumbo;qué tierras descubrió ; si desembarcó en tierra ose limitó a observarla a distancia ; cuánto tiempodemoró ese viaje y en el viaje de regreso en quéisla encontró a Colón ; en qué año fue el aconteci-miento? 5

Mapa del florentino Paolo Toscanelli.

Aunque es difícil formular un juicio sobre laafirmación de esta versión tradicional del predes-cubrimiento de América, existen todavía algunasconsideraciones que hacer.

La primera observación habla de la inclusiónde Madeira en esa historia. La tradición registróque el piloto anónimo, en su viaje de regreso,ancló en una de las islas portuguesas del Atlánti-co -Madeira , una isla del archipiélago de CaboVerde o en Terceira (Azores)- o simplemente serefiere -a Portugal . Veamos las tres principalesversiones.

Oviedo no puede precisar el lugar porquealgunos "... dicen que Colón estaba entonces enla Isla de la Madera y otros quieren decir que enlas de Cabo Verde y que allí aportó la carabe-la..."

López de Gómara tampoco da informaciónclara: " hay también quien dice que la carabela

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fue a Portugal a la isla de Madera o a otras islasde las Azores. Pero ninguno afirma nada comocierto. Solamente están de acuerdo en que murióen la casa de Cristóbal Colón y que allá quedaronsus escritos con los datos y la posición de lastierras recientemente encontradas". Pero después,nuevamente se menciona que según algunos,Colón vivía en la isla de Madeira y que fue ahídonde arribó la carabela del proto-nauta delAtlántico.

El historiador que se muestra mejor informadoacerca de Colón, porque se puso en contactodirectamente con su familia y tuvo acceso alarchivo personal del Almirante, fue Bartolomé delas Casas, quien sitúa el encuentro de Colón conel piloto y algunos de los marineros ya enfermos,después del bastante penoso viaje de regreso aMadeira.

Las Casas, quien en otro capítulo de su Histo-ria de las Indias , afirma que el navegante geno-vés vivió en Porto Santo y Madeira y sabía queColón nunca residió en las Azores ni en CaboVerde y por eso, igualmente archivando unaopinión tradicional, quiso localizar correctamenteel punto del probable encuentro con el pilotoanónimo.

Lo que a primera vista resalta de esta historia,es el hecho de que los tres historiadores mascercanos al acontecimiento y a la tradición,señalan a Madeira como uno de los posiblespuntos de arribo de ese fabuloso viaje de hallazgoprecolombino de tierras americanas.

La historia del piloto anónimo, quien dio aColón valiosas informaciones sobre la existenciade tierras en el Atlántico Occidental, hace recor-dar los mitos clásicos. El héroe contactaba condivinidades o criaturas extrañas que interveníanen favor de sus predilectos, revelándoles el futuroy abriéndoles caminos para que el verdaderodestino fuese alcanzado. Señales y aparicioneslanzaban al héroe a la gloria. También Colón aligual que Ulises o Eneas, en una isla recibía unsecreto, mapas y preciados documentos quegarantizaban el éxito de la empresa para la cualestaba predestinado. Un esquema común a mu-chas leyendas y mitos, para explicar sucesosextraordinarios sin menospreciar el mérito de loshéroes, quienes elevados a una categoría de seresexcepcionales, contaban con protección especialy ayuda, funcionando de igual manera en estahistoria.

Es significativo que, aunque en una historiacon sabor a leyenda, Madeira surja íntimamenteligada al destino de Colón.

Suele suceder que muchas leyendas incluyenepisodios reales, desfigurados o sin característica

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alguna, pero nunca completamente irreconociblesante la profusión de los mitos.

En el caso del archipiélago de Madeira, laleyenda de Machim parece querer dar a entenderque las islas eran ya conocidas y visitadas en elsiglo XIV, mucho antes del descubrimiento deJoao Goncalves Zarco y Tristao Vaz. Existe unfondo de verdad al mezclar los infortunadosamores de Robert Machim y Ana de Arfet.

Respecto a ese viaje del piloto desconocido,¿no estaremos ante una alusión vaga y obscura deun hallazgo de tierras americanas, anterior aColón? ¿Una versión novelesca de viajes que ladisertación histórica desvirtuó y sobre los cualesapenas quedaron borrosos recuerdos? ¿El pilotoanónimo no personificaría a un audaz marineroque de las islas se aventuró en la inmensidad delocéano?

En la historia del proto-nauta se mezclanelementos que reflejan un fondo real, como es elcaso del punto de arribo: una isla atlántica portu-guesa donde, en la segunda mitad del siglo XV,se nutría de la convicción de la existencia de islasal Occidente. Colón adquirió allí verdaderosindicios de islas al Poniente que tanto influencia-ron su estado de ánimo. Además, en sus registrosreproducidos por don Hernando Colón en labiografía que le dedica, hace referencia, aunquemutilada o fraudulenta, a los viajes insólitos deportugueses hacia el Occidente, como el caso delmadeirense Antonio Leme y de Diogo de Teive,escudero del infante don Henrique con interesesen Madeira, principalmente en la producción deazúcar. Curiosa coincidencia es el hehho de queGarcilaso de la Vega, el inca (1539-1616), identi-ficara al piloto anónimo como Alonso Sánchez,natural de Huelva, por lo tanto de la mismaprovincia que Pedro de Velasco piloto de Diogo

de Teive con quien navegó más de 150 leguashacia el Sudoeste de la isla de Faial, Azores yque según Jaime Cortesao había también visitadolos mares de Terra Nova.

Aquel historiador también afirma que Pedro deVelasco y Pero Vasques de la Frontera, sonnombres de un mismo navegante: el piloto deDiogo de Teive, natural de Palos (Huelva) quefue también importante informador de Colónsobre tierras a Occidente 6. De ser así, aunque setrate de una versión de leyenda tardía, lo ciertoes que fue la que mayor aceptación tuvo comorealidad; que el marinero que tan decisivosapuntes dio para el proyecto de Colón, fuese dela provincia de Huelva.

Todo parece indicar que en Portugal, don JoaoII, de hecho ya sabía de la existencia del nuevocontinente.

Además de los indicios y viajes y de la relaciónlegendaria con el piloto desconocido, es posiblecaptar la fructífera convivencia que Colón mantu-vo con marineros que surcaban el Atlántico y estoya no pertenece a la leyenda, sino a un hechocomprobado.

Fue en Portugal donde el marinero de galera,habituado a la práctica costera del Mediterráneo,aprendió las técnicas de navegación de alta mar.

Muchas veces el viaje de 1492 ha sido excesi-vamente valorizado, desde el punto de vistanaútico, quedando minimizado el papel de losnavegantes portugueses en el Atlántico. Estoproviene de investigadores que analizan a Colónfuera del contexto de la época de los descubri-mientos, principalmente de los notables progresosintroducidos a la ciencia náutica por portuguesesque terminaron con el mito del Mar tenebroso einspiraron la navegación en alta mar en el oceánoAtlántico.

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Los recursos cosmográficos de Colón fueronresultado de los contactos que estableció enPortugal.

Fue durante los viajes con marineros y pilotosportugueses de Islandia a Guinea, que adquirióconocimientos imprescindibles para poder lanzar-se a la exploración del Atlántico. Categóricamen-te, Gago Coutinho puso el asunto en la debidaperspectiva: "Colón habrá descubierto América,pero antes que él los portugueses descubrieron elOceáno Atlántico!" 7 y para que Cristóbal Colónadquiriese conocimientos del Atlántico, fuedecisiva su permanencia en Madeira.

En las islas, la inmensidad del océano tenía unmagnetismo seductor. Las legendarias tierras alPoniente despertaban el ánimo de osados marine-ros.

En Madeira, Colón comulgó con la fe en laexistencia de tierras del Atlántico Occidental.Partiendo de una creencia surgida ya, en muchoshombres de mar, la cual hasta originaba proyecta-dos viajes y regias concesiones de capitanías deislas que se ambicionaba descubrir. Observardeshechos vegetales que las corrientes arrastrabana las playas, oir hablar de los vientos que sopla-ban de Occidente o del Noroeste, conocimientogeneral de los vientos y de la navegación de altamar y oir a marineros que hacía ya muchos añosno le temían al Mar Tenebroso, hicieron queColón adquiriese la certeza de que era posibleatravesar el Atlántico.

En el archipiélago de Madeira, Cristóbal Colónsintió manifiesta inquietud de presagios avasalla-dores y concibió su gran sueño, "buscar el Le-vante por la vía del Poniente".

NOTAS

1) Vitorino Magalhaes Godinho. La economía de los descubri-

mientos henriquinos . Lisboa. Librería Sá da Costa Editora. 1962,

página 10.

2) Hernando Colón . Vida del Almirante Cristóbal Colón, escrita

por su hijo. México. Fondo de Cultura Económica. 1984, página

51. Ver también: Historia de las Indias de Fray Bartolomé de

Las Casas . Libro 1, capítulo XVIII.

3) Jaime Cortesao. Los descubrimientos precolombinos de los

portugueses . Lisboa. Editora Portugália. 1966, páginas 226 y

siguientes.4) Citamos autores que efectivamente consultamos. Para una máscompleta enumeración de las versiones de la "historia del piloto

anónimo", ver: Luciano Cordeiro . De la participación de los

portugueses en el descubrimiento de América. Lisboa/París.

1876; Prospero Peragallo. Christoforo Colombo en Portogallo,-Génova. 1882; Baldomero de Lorenzo y Leal. Christóbal Colón

y Alonso Sánchez o el primer descubrimiento del Nuevo

Mundo . Jerez. 1892.5) Sobre las diferentes versiones del tradicional pre-descubrimien-to de América por el proto-nauta del Atlántico, ver: Prospero

Peragallo, op cit y principalmente, Juan Manzano Manzano.

Colón y su secreto. El pre-descubrimiento . 2a edición. Madrid.

Ediciones Cultura Hispánica. 1982.6) Véase JaimeCortesao . Los descubrimientos precolombinos de

los portugueses , ed cit, página 255-280. Esta tesis fue cuestionada

por Duarte Leite: Historia de los descubrimientos . Volumen I.

Lisboa. Cosmos. 1958, páginas 356-357.

7) Gago Coutinho . La naútica de los descubrimientos . Volumen

1. Lisboa. Agencia General de Ultramar. 1969, página 323.

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s

Plano de la ciudad de México, antes de la Conquista.Grabado publicado en 1524 en la edición de Nuremberg de

las Cartas de Hernán Cortés.

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DESCUBRIMIENTO Y PREDESCU BRIMI ENTO :DOS HISTORIAS ENFRENTADAS

Juan Maura

a figura de Cristóbal Colón, ha vuelto a reco-brar una enorme popularidad, esta vez, debido ala celebración del quinto centenario del descubri-miento de América. Todavía son muchas lassombras que rodean a este misterioso personaje,sin embargo, cada vez son más los que se quierenadjudicar el patrimonio de su lugar de nacimien-to.

La mayor parte de las teorías tienden a indicarque Colón era genovés, no obstante, de no hablarnunca el italiano ni siquiera al dirigirse a suscompatriotas. Por otra parte se afirma que habla-ba castellano con acento portugués. Colón siem-pre decía que pasó la mayor parte de su vida enel mar; si es así, ¿cuándo aprendió cosmografía?(1). La tesis genovesa de su lugar de nacimientotiene pruebas nada despreciables para refutarse,siendo una de las más comunes la que "podríaser, en efecto un converso mallorquín que habíaluchado contra Juan II de Aragón durante larevolución catalana y que se vería obligado acambiar de nombre (Cristóforo Colombo, en vezde Joan Colom) para hacerse perdonar sus antece-dentes" (2).

Los mallorquines jugaron un papel muu impor-tante a la hora de los descubrimientos geográficossiendo un pueblo con una gran tradición en carto-grafía y en exploraciones anterior incluso a la delos castellanos y otros reinos peninsulares. Perofueron los portugueses los que se lanzaron prime-ro a la búsqueda de la India, siendo descubiertoel cabo de Buena Esperanza en el año de 1486,por Bartolomeu Dias. El también portuguésVasco de Gama llegó a la India seis años des-pués del descubrimiento de América en 1498.

Los viajes a estas remotas regiones del Orienteya habían llegado a los oídos de los europeos através de Marco Polo y de algunos misioneros

franciscanos. Una extensión de territorio mástarde bloqueada con la toma de Constantinoplapor los turcos, obligó a los poderes económicosde la época a buscar otro medio de transportediferente para poder seguir manteniendo dichocomercio: la navegación marítima. Desde eltiempo de los clásicos existen diferentes conjetu-ras sobre la existencia de territorios al Oeste deGibraltar. Muchas de estas conjeturas acompaña-das a su vez de mitos y leyendas se fueron arras-trando por toda la Edad Media hasta el tiempo dela colonización americana. Existen enormeslagunas que todavía hoy son difíciles de resolver.

El mito y la realidad se confunden a cadamomento y son muchas de las acciones emprendi-das en aquellos momentos producto de esa imagi-nación ávida de aventuras de los españoles yportugueses del principio del siglo XVI. Por otraparte en el texto de las Capitulaciones de SantaFe (Granada), firmadas entre los Reyes Católicosy Cristóbal Colón, el día 3 de abril de 1492,aparece claramente lo que se le ofrece a Colón"en satisfacción de lo que ha descubierto en lasmares oceanas y del viaje que ahora con ayuda deDios ha de hacer a ellos" (3). Para poder afirmaresto no queda otra alternativa que pensar quehubo un "predescubrimiento" anterior al oficialdel 12 de octubre de 1492. El historiador ynovelista Salvador de Madariaga, en una de lasbiografías más respetadas del ilustre navegante sepreguta lo siguiente:

Colón se dirigió a los monarcas en primerlugar, fue primero a llamar a la puerta del máspoderoso de los magnates españoles, el Duquede Medina Sidonia. Don Enrique de Guzmán,segundo Duque de Medina Sidonia, era elentonces jefe de una familia que se había

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tallado en el dominio feudal más espléndido detoda la península ; era por tanto el hombre másrico de España , y reinaba de hecho sobre unaregión extensa que rodeaba al puerto de Sanlú-car. Con sólo que hubiera querido , este granseñor se hubiera podido encargar de toda laempresa del descubrimiento ..." (4)

¿Qué causas fueron las que realmente movieronal Almirante a descubrir las Indias? Gracias a lahistoria que de su padre nos dejó FernandoColón, hijo natural que el Almirante tuvo conDoña Beatriz Enríquez, tenemos noticia de lascausas más importantes que motivaron a Colón aemprender su viaje. Las principales fueron tres:"Los fundamentos naturales, la autoridad de losescritores y los indicios de los navegantes"(5). Enla segunda razón que se presenta, no es nada des-preciable la información que al respecto nos diceel cronista oficial de Indias Gonzalo Fernández deOviedo, basada en las obras de filósofos comoAristóteles y Fray Teófilo de Ferraris, publicadaen su libro Maravillas de la Naturaleza . Oviedorefiere que las Indias occidentales ya estabandescubiertas en tiempos del Almirante:

Refieren que más allá de las Columnas deHércules, en el mar Atlántico, algunos merca-deres cartagineses, descubrieron una isla cu-bierta casi toda de árboles y florestas, habitadade fieras hasta entonces, en el cual habíamuchos y grandes ríos y partes de tierra queproducían abundantemente todo género debastimentos. Estos mercaderes hallando eltemple bueno, se quedaron a vivir allí (6).

La primera descripción que Colón nos da de laisla de Guanahaní, no es muy diferente a la que

dieron los mercaderes cartagineses: "Esta isla esbien grande y muy llana y de árboles muy verdesy muchas aguas y una laguna en medio muygrande sin ninguna montaña y toda ella verde quees placer mirarla" (7).

En un curioso documento de los archivos delos Duques de Medina Sidonia , se afirma queCristóbal Colón ya había estado en Américaantes que los Reyes Católicos le prestasen suayuda. En este documento que es una copia delsiglo XVIII del original escrito en 1544, por elcronista del Duque de Medina Sidonia, PedroBarrantes de Maldonado, se menciona la ciudadde Milán como cuna del insigne navegante (8).

Es significativo que se pierda la pista de Cris-tóbal Colón en Castilla en los años anteriores aldescubrimiento, ya que como dice este documen-to, el descubridor se encontraba en esos momen-tos en Inglaterra . Como quiera que sea, el Reyde Inglaterra no da crédito a las afirmaciones deColón que tiene que continuar su itinerario através de la Corte del Rey de Portugal así comola de la Casa de Medina Sidonia, -gracias a locual existe este documento- que no le puedenayudar. El primero porque decía que "era imposi-ble hallar tierra alguna en los mares por dondequería navegar el Almirante" (9) y el segundoporque "salió de servicio desgraciado del Rey yla Reina" (io). El hecho de que Colón partiesepara América sin ser Almirante Mayor del MarOcéano, yendo por capitán de los tres navíosMartín Alonso Pinzón, como se afirma en elpresente documento, respondería de una maneralógica a la actitud de los Reyes Católicos paracon un extranjero; el título sí se le otorga, perouna vez confirmado el descubrimiento. El profe-sor Juan Manzano Manzano ya se había encarga-do del tema del "predescubrimiento" en su libro

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Colón y su secreto, sin embargo , no se mencionael presente documento. Dice el profesor Manzanoal principio de su obra:

M

A esos ilustres colegas nos apresuramos aadvertirles que no esperaran encontrar ennuestra futura obra la revelación de ningúndocumento clave definitivo , capaz de descifrarpor sí sólo el misterio colombino, y les dijimostambién que nuestra tarea estaba basada en unainteresante prueba documental indirecta y enuna copiosa serie de indicios que nos permiti-rían extraer las adecuadas conclusiones con quefundamentar nuestra teoría del "predescubri-miento". (11)

No se pretende en ningún momento calificar de"definitiva" a la copia encontrada, pero al menoses "curiosa" y no concuerda con la opinión delprofesor Manzano que pese a defender la teoríadel "predescubrimiento" opina que fue otronavegante y no Colón el que llegó antes de lafecha de 1492. Parece como si el tema de "descu-brimiento" y "predescubrimiento" estuviese en

manos de un monopolio que salvaguarda la"historia oficial ' a como de lugar, teniendo queser necesario ser miembro de alguna de estasinstituciones del Estado para poder opinar yescribir sobre el tema. El presente documento sinquerer afirmar en nigún momento que sea defini-tivo, aunque sí curisoso por la información quepresenta, puede al menos esclarecer en partealgunas de las incógnitas existentes en los datosbiográficos del gran marino. En cierta manera noviene sino a reforzar la tesis del "predescubri-miento". El documento escrito en 1544, por elcronista del Duque de Medina Sidonia dice losiguiente:

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Capítulo III. Como el Rey y la Reina enviarona Cristóbal Colón a descubrir las Indias delMar Océano.Estando el Rey y la Reina en Santa Fe este añode 1492, sucedió que un Cristóbal Colón,extranjero de la nación de Milán, hombre dealto ingenio sin saber muchas letras, y astutoen arte de la cosmografía, y del repartir delmundo, habiendo desde Inglaterra salido en unanao, y cogiéndole tormenta allegó a la isla queahora se llama Santo Domingo. Conociendo latierra ser rica de oro, y volviéndose a Españay muertos de lacería, hambre y enfermedad lamayor parte de los que fueron en aquella nao,y quedando él dando cuenta de aquella tierraal Rey de Inglaterra de lo que en ella se habíavisto. Suplicándole que le enviase a descubrir,no dándole crédito de esto, se vino a Portugaly suplicó lo mismo al Rey de Portugal, dondeteniendo por vano lo que decía no hiceron casode ello. De allí vino al servicio del Duque deMedina Sidonia, Don Juan de Guzmán, ycontándole el caso y cuán a poco costa sepodría conquistar aquella isla rica de oro.Estando determinado de enviar a su costa unaarmada a descubrirla, pero como salió deservicio desgraciado del Rey y la Reina, dejóel propósito que tenía de ocuparse de unaempresa incierta. Por lo cual Cristóbal Colónse fue a la Corte y allévase a Casa del Carde-nal Don Pedro González de Mendoza, dondeestuvo algunos días. Informándole de lo quehabía visto y suplicándole le hiciese con el Reyy la Reina enviase alguna armada a conquistaraquella isla. El Cardenal envió al Rey y a laReina diciendo cuán poco se aventuraba enviaruna armada a saber si era verdad aquello queel decía. Por lo cual el Rey y la Reina le

mandaron dar tres navíos y gentes y bastimen-tos necesarios con los cuales partió del puertode Palos en el mes de Septiembre de este añode 1492 yendo por capitán de los tres navíosMartín Alonso Pinzón , vecino de Palos, granmarinero, y hombre de buen consejo para lamar..." (12)

El documento no deja de ser interesante por lasvariaciones que ofrece con el "descubrimientooficial". Al parecer la duquesa de Medina Sidoniaha encontrado información adicional en su archi-vo sobre ciertas rutas que ya se encontrabanabiertas entre Africa y América desde la mitaddel siglo XV, esto es, unos cincuenta años antesdel descubrimiento "oficial". No se mencionapara nada a Critóbal Colón. Dice Luisa Isabel:"Nos obstinamos en negar una historia realdocumentada y opuesta a la oficial, que viene aprobar cómo la realidad puede no ser agradable,pero jamás deja de ser lógica" (13). En su artículo"El huevo de Colón" la Duquesa de MedinaSidonia viene a afirmar que el "descubrimiento"no es otra cosa que un sencillo cambio de topóni-mos: que el Océano Atlántico se encontrabaencerrado entre las Africas de "aquende y allen-de", y que estas costas ya conocidas antes de lallegada de Cristóbal Colón, lo único que haránserá cambiar de nombre (14). No deja de sersignificativo que el profesor Manzano en sudetenido estudio sobre el "predescubrimiento"venga a confirmar de alguna forma y desde haceya algunos años la posibilidad antes mencionadapor la Duquesa de Medina Sidonia. Dice elprofesor Manzano:

Este camino por donde regresaban las naveslusitanas a la metrópoli a fines del siglo XV,

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ha sido perfectamente estudiado por algunoshistoriadores lusitanos de nuestra época. Paraevitar calmas del golfo y los agentes naturalescontrarios que perturbaban la navegación enese espacio marítimo, las embarcaciones de lanación hermana se adentraban profundamen-te en el Atlántico, describiendo un inmensoarco ... Esta derrota de las naves lusitanas en elAtlántico, llamada "volta da Mina" favoreceextraordinariamente nuestra teoría del descubri-miento precolombino de América por unaembarcación a vela que fuera desviada de ellapor los alisios del Nordeste y la corrienteecuatorial del Norte (15).

A continuación presentaré el punto de vista"oficial" o tradicional, que al fin y al cabo de unamanera u otra coloca a España como protagonistade este acontecimiento, que es como tiene queser. No por querer impulsar sentimientos naciona-listas de ningua especie ya que no se trata de lafinal del campeonato de Europa de fútbol dondelos finalistas son España, Portugal e Italia sinoporque fue precisamente España la que se encar-gó -con marinos extranjeros o no- de la mayorparte de la empresa americana. Fue con CristóbalColón con quien se inició está presencia que secontinuará hasta nuestros días. Nos dice el profe-sor Kinkade en un acertado comentario:

Mientras los científicos dudaban, los rudosaventureros, más susceptibles a la seducción delos mitos, confiaban aunque hemos de admitirque en su mayoría eran impulsados por moti-vos económicos cuando no frenados por moti-vos racionales. Sea de esto lo que fuere, esta-mos en una época cuando la historia y lahistoriografía se confunden, cuando los mitos

coinciden con la realidad, en un período quese puede comparar favorablemente con elmomento de hoy en que estamos en los umbra-les de la exploración espacial , cuando laciencia y la ciencia ficción coexisten sinclaros límites que las dividan (16).

Si la pregunta en cuestión es la de ¿quién descu-brió por primera vez el continente americano? Larespuesta sería otra. Estamos cansados de escu-char diferentes versiones de los acontecimientossobre este asunto. Unos dicen que sobre el año1000, navegantes escandinavos arribaron a lascostas de Canadá -nada extraño por otra parte yaque las distancias entre los dos continentes enesas partes del globo es mínima comparada a lasexistentes entre España y el Caribe- esta presen-cia se limita al parecer a restos de algunas vivien-das. Otros dicen que pescadores de ballena vascostambién dejaron sus huellas en la península delLabrador en Canadá, antes de la llegada deColón... bien pudiera ser.

Dejando apartes si exploradores fenicios ocartagineses tuvieron o no algún tipo de contactocon las costas americanas, los primeros "descu-bridores" del continente americano fueron los quellegaron hace aproximadamente 12000 años através del estrecho de Bering. Estos gruposmongoloides, cazadores en su mayoría sí dejaronsu huella y su presencia en el continente america-no. Las características fisiológicas de estospueblos son una prueba suficientemente sólida dela semejanza entre estos grupos étnicos. Lafamosa "mancha mongoloide" o "mancha azul"que tienen los niños de esta raza hasta que cum-plen los ocho años de edad, localizada al final desu columna vertebral, también la tienen indios delsuroeste de los Estados Unidos, los indios Návajo

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entre otros. No es la primera vez en los años quellevo en el suroeste de los Estados Unidos, Tejas,Nuevo Méjico, Arizona, de encontrarme conindígenas que a no ser por encontrarse en estaslatitudes hubiese jurado que eran asiáticos. Algu-nos lingüistas han resaltado a su vez rasgoscomunes entre sus lenguas, campo este apasionan-te sobre todo hoy, donde la tecnolgía nos puedefacilitar el estudio y clasificación de los diferentessonidos y formas articulatorias. Este punto devista zanjaría el asunto de quiénes fueron los"primeros" en descubrir el continente. Sin embar-go, quienes transforman las estructuras económi-cas, religiosas, políticas y sociales son sin lugara dudas los señores que vinieron con el navegante"genovés" y éstos fueron españoles.

Grabado de una carabela del siglo XV.

NOTAS

1) Salvador de Madariaga, Vida del muy magnifi-co señor Don Cristóbal Colón. Buenos Aires:Editorial Sudamericana, 1940. p. 41.2) Ubieto/Reglá/Jover/Seco, Introducción a lahistoria de España. Barcelona: Ed. Teide, 1984.p. 301.3) Ubieto/Reglá/Jover/Seco, p. 301.4) Madariaga, p. 2005) Fernando Colón, Historia del Almirante de lasIndias Don Cristóbal Colón. Buenos Aires: Ed.Bajel, 1944. p. 32.6) Fernando Colón, p. 327) Cristóbal Colón, Diario. Relaciones de viajes.Madrid: Ed. Sarpe, 1985. p. 45.8) Barrantes Maldonado, Pedro, Ilustraciones dela Casa de Niebla. Cap. III, p. 1. Cádiz: ArchivoDucal de Medina Sidonia. Sanlúcar de Barraneda,1544.9) Fernando Colón, p. 49.10) Barrantes Maldonado, p. 1.11) Juan Manzano Manzano, Colón y su secreto.Madrid: Ediciones Cultura Hispánica, 1976. p.VIII.12) Juan Francisco Maura, "Algo más sobreCristóbal Colón". El Hispano, 17 de enero de1986. Albuquerque, N.M. p. 3.13) Luisa Isabel Alvarez de Toledo Maura, Du-quesa de Medina Sidonia, "El huevo de Colón".El País, 3 de abril de 1988.14) Duquesa de Medina Sidonia. p. 7.15) Juan Manzano. pp. 118-119.16) Richard P. Kinkade. "Mito y realidad en elmundo medieval español." Medieval, Renaissanceand Folklore Studies In Honor of John EstenKeller. Newark, Delaware. 1980. pp. 215-228.

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COLON DESCUBIERTO(3a. parte)

El Natalicio de Hispano-América

Fredo Arias de la Canal

Cristóbal Colón. Unico retrato realizado cuando el Almiran-te aún vivía. Pintado por Pedro Berruguete (1450-1504).

A SOR JUANA

¿Hasta cuándo?¿No te basta ver que

en la luciente pluvia de tus arterias,dos mundos preciosamente

fluctúan?

LUIS VERDEJO LADRON DE GUEVARA(1714)

on este son ya tres ensayos sobre Colón, que amanera de carabelas, puse a navegar en el tene-broso mar de la incomprensión histórica y que apesar de las corrientes adversas y los vientosencontrados algún día llegarán allende el horizon-te a unas islas diferentes a las que yo habíaimaginado.

Américo Castro (1885-1972) en su artículo Elsignificado de la civilización española (editadopor José Rubia Barcia. University of CaliforniaPress, 1976), nos dice:

"Mas la ciencia histórica , o la ciencia de lacultura humana, aspira a un cierto tipo declaridad basada sobre la percepción del signifi-cado de las realizaciones humanas, ordenándo-las de acuerdo a las perspectivas de sus valo-res. Un hecho humano jamás puede ser reduci-do al plan conceptual de una definición queintente incluir su contenido total, como es elcaso de las definiciones matemáticas o físicas.Un hecho histórico siempre significa algo, estoes, reconoce un fin o valor que lo trasciende.Uno no puede definir una catedral gótica comosi fuera un objeto material, puesto que sólo esposible percibir sus valores estéticos, religiososy sociales. Recuerdo esto sólo para aclarar quela civilización española, ese gran agregado de

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la historia, no puede ser construido de unamera enumeración de hechos, sino que consisteen la exposición de sus significados y valores,con el propósito de que los tonos, de esacivilización que se desarrolló en el mundooccidental, puedan ser escuchados."

Por estas razones de nuestro gran historiógrafo,observamos los prejuicios de ciertos escritores.

Jared Diamond en su artículo Lo último sobrelos primeros , publicado en la revista Discover,(enero de 1990), intenta tergiversar el sentidovital del descubrimiento del Nuevo Mundo en elsiglo XV:

"Cada año celebramos el descubrimiento deAmérica por Colón, pero claro está que cuandoColón desembarcó, América era muy bienconocida por millones de gentes -los indiosamericanos- algunos de los cuales estabanpresentes a su llegada. Fueron los antepasadosde estos indios los que primero econtraron elNuevo Mundo."

Fácil sería convencer a Diamond sobre susanacronismos, pues el cromagnón asiático orientalno tenía la menor idea de su orientación en latierra y de que estaba emigrando a unas zonasque con el tiempo se llamarían Nuevo Mundo yAmérica. Hoy se especula que ese hombre al quese le ha dado el nombre de clovis , emigró desdeSiberia vía Alaska durante el deshielo de losglaciares hace 12,000 años y que en el espacio de1,000 años poblaría todo este continente. Ahoralos antropólogos han aumentado la presencia delos clovis en las cuevas de Nuevo México a28,000 años.

El historiador unistatense Samuel Eliot Morison

en su libro Tbe Oxford History of AmericanPeople , reconoce que el descubrimiento de Colónfue el efectivo , puesto que los escandinavosaunque poblaron Groenlandia y quizá incursiona-ron hasta Terranova, no tenían un objetivo -e-quivocado o no- como lo tenían los castellanos.Este vacío de descubrimiento evidente en lasrazas nórdicas europeas ha dado como compensa-ción psicológica negativa las falsificaciones de lapiedra "Kensington rune", las armas "Beadmore",y el mapa de "Vinlandia", fabricado por unosestudiantes de la Universidad de Yale, parademostrar la presencia germánica en América,anterior a la hispánica. Y como compensaciónpsicológia positiva, la exploración del espacio.Los eslavos y los anglo-americanos están dicien-do: "No fuimos los primeros en explorar elplaneta, pero sí el sistema planetario".

Es verdad que Colón cuando presumió habernaufragado en las costas de este continente, antesdel viaje de las tres carabelas, según el historia-dor del duque de Medina Sidonia, Pedro Barran-tes de Maldonado (1544), no le pasó lo mismoque a Eric el Rojo y antes a los australoides de laPatagonia, a los melanesios de Lagoa Santa y alos cavernarios clovis , puesto que sabía dondeestaba en relación al resto del planeta. Colónfiaba que el mundo era esférico, por el mapa deToscanelli y deseaba poder llegar a la zona de laespeciería, y cuando conoció el naufragio deAlonso Sánchez de Huelva en 1484, no paróhasta convencer a sus posibles promotores de quepodía llegar a Cipango y Catayo (Japón y China)por el oeste acortando la larguísima travesía delos portugueses. Sabido es que Colón no supo quehabía descubierto para los asiáticos occidentales

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lo que hoy conocemos por América, durante elviaje que hizo con los hermanos Pinzón, sino quefueron los pilotos Juan de la Cosa y AméricoVespucio los que se percataron de algo descono-cido y lo consignaron en sus mapas.

Que Colón no fue el único en saber del naufra-gio de Alonso Sánchez en 1484, se desprende porlos documentos consignados por Nelson Veríssi-mo en su ensayo Buscar o levante pela vía dopoente (Separata de Revista Islenha No. 5, Jul.-Dic 1989. Madeira), en la que dice:

"Hernando Colón y Las Casas admiten que lacreencia de islas al oeste era muy común enMadeira y de que algunos ya las habían busca-do. También afirman que en 1484 el Almirante[Colón] supo que un habitante de Madeirahabía solicitado al Rey una carabela paradescubrir tierra al oeste. Esto concierne a lasdiligencias del madeirense Fernáo Dominguesdo Arco cerca de D. Joáo II, de quien obtuvo,por carta del 30 de julio de 1484, la promesade la capitanía de la isla que descubriera.

Entre otros sucesos, esta referencia y otrasexpediciones en proyecto, como la de FernáoDulmo, capitán de la isla Tercera y JoáoAlonso do Estreito de la isla de Madeira a...una grande isla o islas o tierra firme por lacosta que se presume que es la isla de las sieteciudades', confirma que en los archipiélagosatlánticos había una creencia arraigada en laexistencia de tierras al occidente. Ya sea enforma de islas míticas o legendarias o expre-sando un conocimiento más definido de islasoccidentales, lo que explica que lo que leinteresaba a Colón no era ajeno a los navegan-tes portugueses que frecuentaban habitualmenteesta área del Atlántico."

Qué casualidad que después de diez años de nopedir los navegantes permiso al rey para descu-brir, súbitamente en 1484 el madeirense Domin-gues do Arco solicita permiso y dos años mástarde pide licencia al rey de Portugal FernáoDulmo, capitán de la Tercera, isla a la quesupuestamente regresó Alonso Sánchez de Huelvaen 1484, según el inca Garcilaso. Remitámonosa los documentos que consigna Nelson Veríssimo:

"Prueba de esto son varias cartas de donaciónde islas por descubrir a Joáo Vogado ( 1462);Goncalo Fernandes (1462); Joáo Goncalvez daCámara (1473); Fernáo Teles (1474); FernáoDomingues do Arco (1484); y Fernáo Dulmoe Joáo Alfonso do Estreito (1486)."

El resultado de todo esto fue que en 1492 uncentenar de cristianos de la península hispánicaarribaron a las islas llamadas después antillanas.Desde el momento que unos asiáticos descubrie-ron a los otros, hubo unos descubridores y unosdescubiertos que por fuerza tuvieron que encon-trarse a la hora del descubrimiento.

Algunos hispano-americanos de México,identificados con los clovis han propuesto a laUNESCO que el 12 de Octubre de 1992 seconmemore el Encuentro de Dos Mundos comodiciendo "no somos pasivos, al contrario, salimosal encuentro". El grueso de los españoles seidentifica con los primeros exploradores quedescubrieron para los asiáticos occidentales oeuropeos lo hoy conocido como las islas antilla-nas. Ambas posiciones son obvias desde las dosperspectivas. El cuanto al "Encuentro de DosMundos" se puede aducir que no hay tales dosmundos puesto que Marco Polo pudo haberpasado de China a Siberia y de allí a Alaska si se

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lo hubiera propuesto. No existe más que unmundo asiático del que América es parte tantogeográfica como étnica. El clovis es tan mogolcomo el huno que invadió el Asia occidental oEuropa.

Lo más interesante del asunto es que el matri-monio que ocurrió en América entre asiáticosoccidentales y orientales, entre castellanos yclovis dio su fruto étnico, como se dio en el Asiacentral entre tártaros y germanos. Allá se creó laraza eslava. Aquí la hispanomericana.

Los eslavos no recuerdan la fecha de su naci-miento y por lo tanto no lo celebran, sin embargolos hispano-americanos sí nos acordamos de lafecha de nuestro natalicio, pero preferimoscelebrar unos el Descubrimiento y otros el En-cuentro, que en resumidas cuentas viene a ser lomismo: un no ver más allá de las narices deColón.

En el Acto de presentación del programa VCentenario en París , el 13 de marzo de 1989,Miguel León Portilla soslayó:

"desde el inicio del encuentro se han dejadosentir entre todos los pueblos de la tierra, susaportes mutuos, fusiones culturales, apariciónde nuevas naciones mestizas."

No se olvidó Portilla de lo dicho por nuestropadre Bolívar:

"No somos europeos, no somos indios...somos un pequeño género humano, poseemosun mundo aparte, cercado por dilatados mares,nuevo en casi todas las artes y ciencias, aun-

que, en cierto modo, viejo en los usos de lasociedad civil."

Joaquín García Icazbalceta (1825-94), en el prólo-go que hace en 1858 a su Colección de docu-mentos para la Historia de México (Facsimilar.Edit. Porrúa. México, 1971), expresó:

"Sin predilección particular hacia época algunade nuestra historia y proponiéndome abrazarlatoda, desde los tiempos más remotos hasta elaño de 1810, publico desde luego una serie dedocumentos del siglo XVI, como el períodomás interesante de nuestros anales, en quedesaparecía un pueblo antiguo y se formabaotro nuevo; el mismo que existe en nuestrosdías y de que formamos parte. Justo era, puesasistir ante todo al nacimiento de nuestrasociedad."

Observemos lo dicho por José Vasconcelos(1882-1959), en Breve historia de México:

"La síntesis lograda por la obra misionera en elNuevo Mundo que se pone de manifiesto en laobra de Humboldt sobre lo que fue la NuevaEspaña en el siglo XVIII, es notable no sóloporque de dos razas disímiles hizo una nuevaque penetró para siempre en la cultura cristia-na, sino porque para los propios españoles fuemotivo de fusión y de unidad. En la Penínsulay pese a la unidad de religión, subsistían lasdiferencias provinciales. Al llegar a América,el aragonés, el castellano, el vasco, desapare-cían para actuar como españoles. Los idiomasnativos se olvidaron y en todo el Continenteprevaleció únicamente el castellano [y el portu-

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gués en Brasil]. De suerte que, lo hispánico,como nacionalidad homogénea y organizada,sólo vino a producirse en realidad, en lastierras del Nuevo Mundo. Igual cosa ocurriócon los habitantes del Nuevo Mundo, que,antes de la Conquista, carecían por completodel sentido de nacionalidad, repartidos, comoestaban, en tribus y dialectos incomunicablesentre sí, cuando no separados radicalmente porel estado de guerra permanente."

Salvador de Madariaga (1886-1978), con motivode los cuatro siglos y medio de la fundación de laCiudad de México, escribió un artículo que yo lepedí y que intituló La verdadera fundación deMéjico. Ahí habló de nuestro nacimiento:

"No hay quizá en toda la historia humana unasola nación -ni aun el Perú- que pueda dispu-tarle a México la nobleza de su venida almundo como nación moderna . Ello se debe aque el encuentro de los dos pueblos que laprocrean se produce en un ambiente de singu-lar altura; tanto que da pena pensar que, porcarecer unos de la misma altura, otros de labuena fe indispensable para manejar la historiaverdadera, esta historia que parece leyenda,esta leyenda que resulta ser historia - la con-fluencia de los dos pueblos progenitores deMéjico- se vea tantas veces rebajada a cuentosy recuentos de cargamentos de oro y de piesabrasados y de corazones sangrando, cuando suesencia es el encuentro de dos misterios no-bles; dos misterios que como tales, procreannobleza. "

Arturo Uslar Pietri en su discurso Cortés y lacreación del Nuevo Mundo (1985), pronunciadocon motivo del V Centenario del natalicio denuestro héroe dijo:

"Lo que comienza a surgir no va a ser unaNueva España, como pudieron desearlo losconquistadores, ni tampoco va a mantenerse elMéxico antiguo. No va a ser ni lo uno ni lootro, sino el vasto surgimiento de una con-fluencia que refleja el legado de sus forjadores,con sus conflictos y sus no resueltas contradic-ciones en el múltiple e inagotable proceso delmestizaje cultural americano , que ha hechotan desgarrador y vivo el problema de suidentidad. "

Ahora bien, ¿vamos a permitir los hispanos quenuestra historia siga tratando injustamente a aquelpiloto andaluz que fue quizás el primero ennaufragar en las islas que más tarde se llamaronLas Antillas y que regresó para contarlo antes demorir?

Sería algo tan injusto como desconocer que lahistoria de otro Alonso que, un día salió por lapuerta falsa de un corral para hacer su aventuraen el antiguo y conocido campo de Montiel, fuede Miguel de Cervantes y permitir que un Avella-neda cualquiera la relatase como propia para subeneficio, nombre y gloria.

Con Alonso Sánchez de Huelva son muyparcos los historiadores:

"...navegando de España a las Canarias, cercadel año 1484, fue arrojado por una tormenta

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hasta la isla de Santo Domingo, y que volvien-do a la Tercera [Azores] comunicó a Colón suviaje y derrotero."

El resto de la historia de Alonso " el olvidado" deacuerdo con la ley freudiana de la repeticióncompulsiva inconsciente , se la reitera comopropia Colón al duque de Medina Sidonia. Lea-mos a Barrantes (1544):

"... salido en una nao y cogiéndole tormenta,allegó a la isla que ahora se llama Santo Do-mingo y conociendo la tierra ser rica de oro yvolviéndose a España y muerto de lacería[heridas], parte de los que fueron en aquellanao y quedando [sólo] él dando cuenta deaquella tierra..."

¿Cómo es que no hubo un solo testigo del supues-to naufragio de Colón? Ni siquiera su hijo Ferna-do lo menciona en historia del Almirante. Sin

embargo la historia de Alonso Sánchez era portodos conocida en la Corte de Fernando e Isabel,según el inca Garcilaso.

¿Qué pasó con Alonso Sánchez cuando mori-bundo llegó a la isla Tercera después de haber

naufragado en las islas occidentales?, de las quedespués habló Colón maniáticamente como si lasconociera, "como si dentro de una cámara con supropia llave las tuviera", (...) los comisarios dela Corona de Castilla "platicaron con el dichoAlmirante sobre su ida a las dichas yslas", segúnLas Casas.

Gracias al psicoanálisis y a los documentoscastellanos y portugueses he inducido que sóloAlonso Sánchez de Huelva pudo haber informadoa los navegantes portugueses y por ende a Cristó-bal Colón de la existencia de las islas occidenta-les.

Ciudad de MéxicoOctubre de 1992

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CARTA DE

JORGE MARTA RIVERO SAN JOSE

D. Fredo Arias de la CanalDirector de "Norte"México

Mi muy querido amigo:

He leído con el mayor interés su artículo"Colón descubierto", publicado en el número dela revista "Norte" consagrado al "V Centenariodel Nacimiento de la Cultura Hispánica", habien-do suscitado su lectura en mí algunas reflexionesque me permito remitirle con el ruego de que, silo estima conveniente, tenga a bien incluirlas enun próximo número de su publicación.

Entiendo que su artículo puede dividirse clara-mente en dos partes bien diferenciadas, relaciona-da la primera con el polémico tema de los oríge-nes de España y la segunda, con el no menosconflictivo asunto del "descubrimiento" delNuevo Mundo.

En primer lugar, y por lo que se refiere a laposible usurpación por parte de Cristóbal Colón,de un descubrimiento efectuado por el pilotoAlonso Sánchez en 1484, su tesis me parece nosólo razonable sino plausible y bien merecería elque pudiera investigarse y desarrollarse en pro-fundidad, sin temor alguno a remover personas ohechos históricos que han sido dogmatizados deforma tal vez precipitada y poco rigurosa.

En razón precisamente a mi especialización,puedo asegurarle que vivo permanentementetorturado por la evidencia de todos los millaresde fraudes históricos que han hecho fortuna desdeque el endiosamiento de las culturas denominadas"clásicas", propiciara una tergiversación alevosade la realidad histórica que el mundo habíaconocido desde la más lejana Prehistoria.

Nadie se halla mejor dispuesto que yo, porconsiguiente, a admitir que la apabullante certezaque tenía el converso Cristóbal Colón en sudescubrimiento de las Indias, reposase en lasconfidencias que hasta él habían podido llegar enrelación con la navegación efectuada por supredecesor Alonso Sánchez. Y es que, a pesar desu modernidad, la historia del descubrimiento deAmérica está preñada de falacias y yerros delmayor calibre. Tal es el caso, por ejemplo, deesa patraña que ha hecho fortuna y que pretendeque el nombre de "América" tiene su origen en elerror de un cartógrafo alemán -Martin Waltzemü-ller- que confundió a Américo Vespuccio conCristóbal Colón. Lo que no sólo supone tildar dedeficiente mental al cartógrafo en cuestión, sinoa todos los habitantes del mundo del siglo XVI.¿Puede pensarse seriamente que la denominacióndel mayor descubrimiento geográfico de la Histo-ria iba a dejarse al azar del capricho -y, lo que espeor, del yerro- de un geógrafo que ni siquieraera español y que, por consiguiente, poco teníaque decir respecto a la denominación de uncontinente que en aquel momento dependía porentero de la Corona española?

América es un nombre indígena del llamado"Nuevo Mundo", referido sólo, en su origen, a laAmérica Central y Meridional. Los actualesEstados Unidos jamás fueron América y detentany hasta monopolizan un nombre geográfico queles es completamente extraño.

Existe, pues, un impresionante fraude creadoen relación con el nombre de América, quenadie, sin embargo y a juzgar por las dificultadescon que me encuentro para publicar el libro quehe escrito al respecto, parece tener demasiadointerés en denunciar y en enmendar. Y eso queno estamos hablando de hipótesis sino de pruebas

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incontrovertibles que demuestran el caráctersagrado que el nombre de "América" tuvo paralos pueblos precolombinos.... exactamente igualque para los países del Occidente europeo. Loque no hace sino confirmar la identidad de origende los pobladores de las dos orillas del OceánoAtlántico.

¿Acaso vamos a ser tan ingenuos como paraconceptuar como una mera casualidad, el hechode que una parte de la fachada atlántica europearesponda al nombre de "Armórica"?

Si la racionalidad es el rasgo que, por encimade cualquier otro, define a la especie humana y ladiferencia de todas las especies animales, ¿cómose justifica esa aversión que el ser humano expe-rimenta a cuestionarse sus dogmas más inamovi-bles, tratando de diferenciar el "trigo" de la"paja" que se ha adherido a todos ellos?.

Contempladas así las cosas -y es evidente queno existe otro ángulo posible-, el hombre ejercede ser humano sólo en la medida en que desarro-lla su razonado sentido crítico, negándose acomulgar con ruedas de molino y a suscribirdócilmente todos los infundios que la Historia ylos intereses creados de los hombres han consa-grado y dogmatizado.

Atentamente suyo,

Jorge María Rivero San José

Burgos,Febrero 20,

1992

HISPANIA. Tomado de "Cosmographie" deSebastián Munstero, 1550.

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ENTREV I STA AMIGUEL LEON PORTILL A'

Guadalupe Curiel

Por cierto doctor , sabemos que recientementele otorgaron un premio, ¿nos podría comentaralgo al respecto?

Recibí el 27 de enero, un premio que se llama el"Premio Aztlán". Lo conceden el pueblo y elgobierno de Nayarit. Tienen un jurado y se da apersonas que se han dedicado a actividades enrelación con los pueblos indígenas. Considero querecibirlo es un gran honor. En Nayarit me percatéde cosas que no imaginaba, allí los grupos étnicosparticipan en muchas actividades públicas. Losgobernadores indígenas se sientan al lado delgobernador del estado, el gobernador cora, elhuichol, a veces también viene el gobernadortepehuano, y el mexicanero. Los mexicanerosestán allá en los límites con Durango y hablannáhuatl.

Estas gentes tienen un sentido de afirmación desu cultura. Al dialogar con ellos, me di cuenta deesto. Ellos quieren participar en la vida de Méxi-co, quieren tener su tecnología, pero quierenseguir siendo huicholes, coras, o tepehuanes omexicaneros. Dialogué mucho con ellos enocasión del premio.

Le diré que me hicieron una limpia de la queyo quedé muy satisfecho. El "Premio Aztlán"está vinculado a la idea de que en la provincia deAztlán en el norte de Nayarit, y cerca de ella enMexcaltitán, una isla preciosa junto al mar,estuvo el origen de la peregrinación de los mexi-cas. Creo que puede haber varias hipótesis alrespecto, pero es evidente que hay hechos ysímbolos que la vinculan con esa región. Hay unapiedra que se ha encontrado allí cerca, un discogrande que está en el museo de antropología deTepic, en él aparecen un águila y una garza.Toda esa es una región de garzas. Se ven garzaspor todas partes volando sobre la isla, llena de

garzas ¡blanqueando de garzas! Tenemos lostestimonios de Cristóbal del Castillo, y de Ixtlixó-chitl, que afirman que más allá de la provincia deXalixco, Xalixco es un pueblo que está junto aTepic, al norte dice, ahí está Aztlán "de dondevenimos".

Don Wilberto Jiménez Moreno decía quepodían perfectamente explicar la ruta mexica apartir de tierras nayaritas y en particular deMexcaltitán. En ello hay una reafirmación de lamexicanidad ancestral. El mundo indígena enMéxico, lejos de estar en trance de desaparición,se halla en proceso de reafirmación , pero no deuna reafirmación que vaya en plan de conflicto,como algunas personas parecen temerlo sino enplan de enriquecimiento . México será másgrande cuando la inmensa mayoría de mexica-nos mestizos que somos tomemos en cuenta anuestros hermanos indígenas . Somos hoy díacerca de 85 millones de mexicanos, hay entre 8y 10 millones de indígenas. Tomémoslos encuenta, enriquezcámonos con su sabiduría, con suvisión del mundo, respetémoslos y seremos másgrandes. Yo no creo que el mexicano es un serexcluyente. A la luz del enfoque del Encuentro deDos Mundos reconocemos asimismo la herenciahispánica que también nos trajo grandes reali-zaciones , y grandes mensajes como los del padreLas Casas, y fray Bernardino de Sahagún. Habla-mos español y tenemos una comunidad de pue-blos iberoamericanos. No me excluyo a eso, nome cierro a eso. Negarlo sería absurdo, equival-dría a mutilarnos, pero la justicia nos exigeentender al indígena y salvaguardar sus derechos.En su cultura y en su presencia contemporáneaencontramos la fuerza de raíces de milenios.

*Fragmento de una entrevista a Miguel León Portillla porGuadalupe Curiel. Tomado de la Revista de la UNAM, juliode 1992.

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POEMASAna María Navales

Estos dos poemas podrían ser un homenaje, delinconsciente colectivo hispánico, a Alonso Sán-chez de Huelva.

IV

Transitabas descalzo por islas que hoy duermenen oscuras lejanías. Conociste a la esfinge del

monte,al dios del río, a los hijos de los árboles y las

ninfas,al león de Nemea, y al guardián de los abismos.Hubo en tu travesía velas de humo y oleaje de

nostalgia,nubes como grises palomas y temores de oráculo.Un viento afilado, pez espada en el alma y dolorque crece como el ailanto, puso hojas de saucey cristales de cielo enrojecido en tu mirada.No ardían las antorchas para convocar el milagro.Tu brazo golpea la imagen, y no reviveel verbo, puro hueso inmóvil, otra vez despojo y

búsqueda.Descansa de lo íntimo tu propio ecoy lentamente la soledad se apodera de la nave.

XII

En el silencio resuena, humilde y áspera,una campana fugitiva que en soledad se abrasa.Como quien se mira en un cristal borroso, en unefotografía rasgada por el tiempo,del otro lado de la lluvia vienes,desnudo dios que del barro se alzay su trono de niño busca, su corona de mielentre palmeras. Hierbas salvajes le crecierona la casa, estrías de miedo en los rincones,un verano de cenizas que el sol avivay trae al mar el perfume de su letargo.Inmóvil tu barco se niega al nuevo día,al engaño del corazón dormido, sin crucespara los ahogados que, entre ánforas,perdieron la aventura en el llanto de la tarde.El Olimpo, con vidrieras de antigua catedral,ha cerrado sus puertas a los hombres ciegosque sueñan largos amaneceres, flechas de oro,un viento de gloria que jamás podrá ser tuyo.

Tomados de la publicación del Centro Cultural de la Genersción del 27-

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CONFESION DE POETA

es fruto del sufrimiento

Parece que necesito la desgraciaYo no sé decir por qué soy poeta

Tan solo sé que toda gran poesía

Mi desdicha depende de mí

¡La alegría de vivir no es alegría!Lo que es intenso es sólo intenso

Y el sentimiento trágico es mi signoFísicamente estoy sanoNo necesito de médicos

Se puede sufrir sin estar enfermoLo peor para mí es el dolor del alma

Saludo lo que reina sobre nosotros

Conozco lo pavorosoy lo abisal por experienciaJamás exagero al contrario

¡Pasión ! ¡ Embriaguez ! ¡Locura!Veo las cosas como son realmente

No soy un esteta en su torre de marfilEstoy en las tinieblas del alma humana

En mi poesía no hay estado mórbidoNi tampoco soy un poeta maldito

que es sufrimiento invisible

' El dolor del hombre sofocleico

todo es allí llanto y más llantok El dolor me pertenece

y tengo que responder a élNo me importa la felicidad

sino la vida soberanalo grandioso lo abismáticola fiesta el ardor el peligro

la ola santa del corazónla locura dionisiaca

la beatitud del ser puroti..

La poesía es un engendro del dolordesde antes de la época modernaLa leyenda de Orfeo el Kalevala

No hago culto del sufrimientocomo los poetas del siglo XIX

En Europa Byron fue el primeroy tratan al artista de neurótico

Los burgueses no aman lo oscuro

con su poder lúgubre',. Yo lucho con la locura

para salvarme de ella

CARLOS EDMUNDO DE ORY

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