De barro y carne

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Primer poemario de Darío Falconi

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Colección

Ciudad y río(poesía)

El mensú ediciones

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Editor: © Darío FalconiImágenes y diseño de tapa: © Robinson RíosPrólogo: © Matías AtencioTexto de contratapa: © Augusto PáezLogo editorial: © Santiago GallardoDiseño de interiores: © Darío Falconi

© Darío Falconi© 2010 EL MENSÚ [email protected](0353) 154201252

ISBN 978-987-25748-5-7

Queda hecho el Depósito que establece la Ley 11.723

Libro de edición argentina.

Prohibida la reproducción parcial o total, el almacenamiento, el alquiler, la transmisión o transformación de este libro, en cualquier forma o por cualquier medio, sea electrónico o mecánico, mediante fotocopias, digitalización u otros métodos, sin el permiso previo y escrito de su Editor. Su infracción será penada por las leyes 11.723 y 25.446.

Contacto con el autor: [email protected]

Blogs del autor:www.dariofalconi.blogspot.com

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Falconi, Darío De barro y carne / Darío Falconi ; con prólogo de Matías Atencio. - 1a ed. - Villa María : El Mensú Ediciones, 2010. 110 p. ; 20x14 cm. - (Ciudad y río; 5)

ISBN 978-987-25748-5-7

1. Poesía Argentina. I. Atencio, Matías, prolog. II. Título CDD A861

Fecha de catalogación: 13/10/2010

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DE BARRO Y CARNE

El mensú . ciudad y río . 05

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DE BARRO Y CARNE

Darío Falconi

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A vos.

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OTRA VUELTA DE TUERCA

Otra vuelta de tuerca. Más tangos y poemas tristes para

el baúl oxidado y apolillado del viejo y contaminado “planet

earth”.

El desengaño… un demonio inevitable con el cual hay

que atreverse en una etapa de nuestros efímeros instantes por

esta dimensión. Maldito, invencible siempre. Abriendo venas

con su espada de Gillette se desliza entre la muchedumbre

eufórica, sofocando con párrafos de coagulo depresivo la mente

sensible de los escritores. Se agazapa tras los árboles de la

peatonal y espera sarcástico, irónico, como un sátiro. Un cupido

maligno que tira una sola flecha. “Pa que sufra”-dice indolente,

regocijándose y se refriega las manos para perderse con su pene

erecto entre las chicas que salen de la escuela-.

Mientras tanto el mundo gira en sus goznes ruidosos

repitiendo ciclos, ruedas interminables, describiendo círculos

eternos para todos iguales. El amor, imposible como un estigma,

supurando y ensuciando los esmerados “logros” y progresos

“personales”, “individuales”, confundiéndolo todo con su

exquisito sabor a hormonas, aceites y flores de primavera.

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Es por eso que la sociedad occidental ya no quiere más

enamoramientos, amores o desengaños y lo que era natural

desde antes del ansiado “progreso”, paso a ser cuantificado,

medido o simplemente “suprimido”. Es una perdida de tiempo

detenerse porque el “tiempo es oro” y la vida es una autopista,

una ruta moderna que sube al norte, con peajes inteligentes,

señalizaciones futuristas y no hay tiempo, porque el hombre del

cronómetro, Taylor, dijo: “hay que ser productivo”.

Conductores borrachos, cocainómanos, hablando solos,

mujeres histéricas, nerviosas, sacadas, con ojeras, en carros

lujosos, en camiones sin frenos. Todos quieren avanzar rápido.

No hay tiempo para amar o para enamorarse o al menos para

leer un poco de los nuevos profetas. Es la tercera revolución

tecnológica y hay que ganar. Entonces las cabezas trabajan

y elaboran planes, hacen negocios, compran, venden, tejen

nuevos proyectos, persiguen sueños imposibles, cosas sin fin.

“Ya habrá un momento para el amor”-planean-.

Los carteles de las “mega corporaciones”, venden sueños

de plástico con mujeres desnudas y en el pasto… a los costados de

la autopista el guerrero inexorable con sus dos caras, la dichosa

y la amarga. Entre las estelas de luces rojas y amarillas busca

un claro. Busca el momento oportuno de pegar un “puntazo”

medio tumbero. Porque si lo “cuantifican” siente que le faltan

el respeto.

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El mensaje es claro, hay un piso de madera en el cual

existimos o creemos existir. Somos marionetas de nuestros

deseos y estos nos movilizan a distintos lugares como a perros

con hambre que recorren la ciudad entre patadas y esquivas

caricias, hasta que una vieja canosa rodeada de bolsas de

residuos llenas de cuestiones que hacen a la sabiduría, arrima

su mentón peludo a nuestros oídos y dice: “¿aaaa… aún no le

serrucharon el piso?”.

Algunos, cuando caen como un comic de su nube de pedos

llegan a un “paraíso” y se quedan abajo por un buen tiempo

hasta que el arco iris se torna espeso, gris, hasta que la cascada

de aguas claras se transforma en cloaca.

Otros nunca quieren volver a salir, otros a entrar. Y

algunos, los escritores sensibles, confiesan sus memorias de

aquel lugar. Donde la atmósfera siempre estaba enrarecida por

futuras tormentas y los vientos arrastran olores a sexo. Un

paraíso y un infierno a la vez, la dualidad de una diosa hindú

manifestándose tantas veces por minuto, por día, provocando

desvaríos, celos febriles, masturbaciones vertiginosas. Darío

escribe y mientras escribe se saca la mierda, el barro y la sangre

que le quedo pegada, porque al final nadie debe vivir sin amor.

Matías Atencio

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Un poema no dice nada de lo dicho ya;grita más bien,

como un apuñalado a quien el armale revuelve las entrañas ferozmente.

Carlos LatorreCiencia cierta

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. Certeza .

NO.

Yo no eché todo a perder.

Corté transversalmente la carne.

Corrí la capa.

Sólo para comprobar

que todo estaba podrido.

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. Acepción .

Amor es,

lo que queda,

luego de resolver

los misterios de la carne.

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. Fantasma .

Tocó el timbre.

Sorbió su café.

Me amó hasta dejarme

exhausta

y se fue.

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. Cinéfila .

Querías un amor de película,

sin escollos ni tristezas.

Perfecto mundo

donde todo se salva

o corrige en la próxima escena.

Acorralada por desesperanzas,

cambiaste lo poco que tenías:

lo ordinario por lo mágico.

Tuviste tu amor de película,

te duró

un par de horas.

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. Búsqueda .

Me preguntás.

¿Por qué me acuesto sobre el piso?

Porque espero encontrar ahí,

al amor,

que alguna vez durmió con nosotros,

sintiéndose seguro

como el más pequeño

de nuestros niños.

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. Roto .

En el reparto de bienes

olvidaste entregarme

la daga,

con la que perforaste

este corazón.

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. .

A las piernas para engendrar vida,

B tus brazos para cobijarme cuando quedé solo,

R la cabeza para saber que hay otras miradas,

I la boca para recibir mi semen,

S los ojos para ver el paisaje más bello,

T la puerta para dejarme salir,

E la carne para que sigas doliendo.

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. Recuerdos .

En esta cama que se prolonga,

desde las patas hasta el respaldo

y desde el respaldo hasta el techo,

duermo, sin poder soñar.

Las fotografías escalan la pared:

se pegan, se airean,

se intercalan, se dispersan,

y se caen

derrumbadas

por la nostalgia.

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. Vencido .

Dejáte vencer.

Dale el último sueño

al cuerpo,

los gusanos harán el resto.

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. Incesante .

La vida continúa -dicen-.

Al tiempo no le importan nuestros duelos.

No atiende plegarias,

no merma su marcha,

ni se detiene

a tomar

aire.

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. Mosca I .

La mosca se eleva,

sólo para mirar,

(panorámicamente)

la mierda

que somos.

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. Mosca II .

Frota las patas,

la domina

el instinto.

Pronto

dejará huevos

en la herida abierta.

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. Tótem .

Sólo soy un tronco

atravesado por el hierro

a veces un estorbo,

otras un anhelo.

Un tótem al que acudes

lunes,

miércoles y

viernes

a dejarme tu ofrenda

en bolsas blancas

de supermercado.

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. Deseo .

Hay un deseo que pido siempre,que pasa un tren.

Mi Gin Tonic – Andrés Calamaro.

Siempre que cae una estrella fugaz,

tengo algún deseo para pedir.

Mi papá me dice que los trenes son mágicos como las estrellas.

Yo voy a la escuela,

cruzo el ferrocarril y siempre miro a los costados.

A veces salgo de clases

y me demoro en el camino,

junto piedritas y bichitos,

miro el cielo si está lindo,

no me apresuro en llegar a casa.

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Pienso, juego, extraño,

a veces tengo suerte

y espero al tren que se asoma a lo lejos…

me siento en la gramilla,

me vibra el piso,

me galopa el pecho

y lo veo pasar.

“Los trenes son mágicos”, recuerdo

mi papá es ferroviario,

yo siempre deseo lo mismo…

que me lo traiga a él.

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. Graffitti .

El frío es el desierto.

Un raquítico perro

busca sobras que sacien el espasmo.

Come.

Agradece en la pared,

con una dosis,

de espumosa y humeante orina.

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Cuando llueve

m e d e s n u d o .

La m i s e r i a c a e

Guardo toda esta ra-bia en el armario.Me descalzo y ca-mino sobre el frío.Abro la puerta y la dejo sin cerrar,calculo la veloci-dad de las gotasque me impactan.Limpia el agua este cansancio,

t r a s p a s a ,el oxígeno me da vida. Este soy yo.

Un hombre compuestode barro y carne.Un pecador recurrentede s i n fe c- t a n d o sus he- S ó l o c u a n d o l l u e v e así, salgo desves- tido a la calle. Tiendo los bra- z o s y reci- bo e l

a g u a , c o m o p e q u e - ñ a s c u o - tas de c ie lo, anti-c i p o d e u n p a -r a í - s o ,

cada v e z m á s c e r -

. Bautismo .

agua

agua

agua

agua

agua

agua

agua

agua

agua

agua

agua

agua

agua

agua

agua

calle street calle street calle street calle street calle street

street calle street calle street calle street calle street street calle

agua

agua a

gua

agua

agua

desgasta mis corazas.

| |

E l a i re f re s c o m e

P l a f !

r i d a s .

Plaf!

P l af !

Plaf! Pla

f !

P l a f !Plaf!

Cuan

do

lluev

e

r o p a j e s

c a n o .

c o m o f l o j o s .

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. Números .

Abrir los ojos,

ver todo en su lugar,

tener la certeza de que nada cambió.

Sentirse seguro.

Aunque atemorice

el almanaque,

renovándose.

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. Menú .

Querés ablandarme,

enternecerme,

rebanarme,

comerme a:

pe/

da/

ci/

tos.

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. Hechos .

I. Maté a mis suegros.

Descuarticé a mi mujer sin escuchar su grito.

La sangre de la abuela ensució las paredes.

II. Me quedé solo.

III. Todo eso se leyó, sin aceptar otra versión.

IV. Lo que el parte policial no dijo,

es que ellos (desde arriba) me observarán felices,

mientras yo

me pudro,

de este lado del mundo.

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. Descanso .

Ansiaba las vacaciones,

quería pensar en otras cosas:

irse de viaje, aire diferente, mente en blanco,

descansar los tormentos.

Viajó al paraíso.

En dos días pidió reintegrarse,

no pudo soportar,

sus fantasmas a tiempo completo.

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. Lo interno .

Lava sus manos

afanosamente;

todo es en vano,

la porquería

está

dentro.

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. Gafas .

Duerme con anteojos puestos.

Enfoca con nitidez sus sueños,

esos que la realidad,

le empaña al abrir sus ojos.

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. Mismo .

Se levanta como todas las mañanas.

Desayuna.

Se va al trabajo.

Vuelve, almuerza, duerme su siesta.

Se va al trabajo.

Vuelve, cena, escribe.

Como todas las mañanas se levanta

y su vida es eso...

nada más que eso.

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. Atentado .

Un sábado por la tarde

quisiera poner una bomba

en Buenos Aires y San Martín.

Ser el responsable de un espectáculo

que sorprenda a los transeúntes

y empape a los curiosos.

Sí, pondré una bomba

y haré volar por el aire

el agua cristalina de esa fuente.

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. Creídos .

Dicen ser poetas.

La poesía no existe.

El poeta

tampoco.

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. Verdad .

Tiene pilas de publicaciones.

¡¿A quién le importa?!

Los cerdos,

no comen papeles.

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. Borradores .

Flota el tiempo en oscuras hojas.

La realidad se retuerce,

el fuego crepita rencoroso.

Prende vivo al escritor.

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. Color poético .

Yo estuve con Gelman

(me dijo).

Lo único en que pude pensar,

fue en un color:

el amarillo.

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. Reflexión .

Cuántas veces me pregunto

si vale la pena perder el tiempo,

desatender la familia,

demorar un paseo por el río

por pasar la tarde en librerías,

hablar de los versos de ese poeta

y no conocer lo que pasa en casa,

inventar excusas para el estudio

y apilar libros sobre la mesita de luz,

comprar el diario los domingos,

sólo por dos páginas.

Cuántas veces me pregunto

si vale la pena perder el tiempo,

talar tantos árboles

para publicar esta

poesía

de mierda.

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. Crecimiento .

Y sí

la verdadera poesía no es para el populacho

sin embargo, ¿de qué nos sirve un poema azabache

[y con candado?

¿Quién asegura hondura en aguas turbias?

La humildad caracteriza a los grandes

y acá más que grandes somos anchos:

anchos de ego,

de palabrerío,

de lecturas y

de presencia en los medios.

Hay que romper los cercos,

hacer del mundillo un mundo de poetas.

Crecer en la palabra,

con la palabra,

para la palabra.

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. Ejercicio práctico .

Insoportable Bipolar

Cerdo Bosta

Obeso Ególatra

(resta unir con flechas

e

imaginar su nombre).

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. Quitarse la muerte .

Cansado de morir,

un día,

se dió vida.

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. Esperanza .

La esperanza

es la única excusa,

que le da sentido

a la vida.

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. Él .

Mis ojos se clavan

en el espejo.

Hago morisquetas,

ensayo algunos gestos,

mi reflejo enfurece,

y de un puñetazo

me rompe.

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. Ajuste de cuentas .

A veces,

a la noche,

en el viejo cementerio de trenes,

algunos vagones se iluminan.

Abren sus desvencijadas puertas,

regurgitan brillantes luces.

Algunos dicen que son vagabundos,

Yo quiero creer que son dioses,

buscando las almas aún presas,

que dejó el exterminio.

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. Tuyo .

Este fue mi peor libro de poemas.

Lo lamento, ya no es mío.

Te pertenece.

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ORDEN

DEL LI BRO

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DE BARRO Y CARNE

Prólogo por Matías Atencio 11

Certeza 17

Acepción 19

Fantasma 21

Cinéfilia 23

Búsqueda 25

Roto 27

[sin título] 29

Recuerdos 31

Vencido 33

Incesante 37

Mosca I 39

Mosca II 41

Tótem 43

Deseo 45

Graffitti 47

Bautismo 49

Números 51

Menú 53

Hechos 57

Descanso 59

Lo interno 61

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Gafas 63

Mismo 65

Atentado 67

Creídos 69

Verdad 71

Borradores 73

Color poético 77

Reflexión 79

Crecimiento 81

Ejercicio práctico 83

Quitarse la muerte 85

Esperanza 87

Él 89

Ajuste de cuentas 91

Tuyo 93

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AGRADECIMIENTOS

Fernando de Zárate, por las horas que ya no vuelven

y que escribimos en la memoria.

Susana Zazzetti, por la alquimia poética

y la generosidad para darla.

Robinson Ríos, por esa poesía hecha imagen.

Augusto Páez, por esas palabras

que rebanan como alfanje.

Matías Atencio, por la lectura de un mundo

que no nos animamos a decir.

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sobre la colección Ciudad y río

Es muy triste ver a una ciudad sin río,pero más lo es una literatura sin poesía.

Villa María ha sido cuna y casa de poetas.Desde los albores de aquello que denominamos

“literatura local”, han dejado su impronta un destacado número de exponentes. Nombres como el de Geremías Monti, Bruno Ceballos, Héctor Broggi Carranza, Rosa Tejeda Vázquez de Theaux... hasta la recordada Edith Vera, no faltan cuando hablamos de precursores y de buenos poetas.

No es casual que una colección de poesía nos presente como editorial. Desde este nuevo emprendimiento continuaremos con esa tradición tan bella de dar a conocer los versos de nuestras dos ciudades que, con sus realidades particulares, (con)forman parte de un mismo lugar.

Emulando el cauce del Ctalamochita, esta colección navegará por nuestras aguas y continuará su marcha hasta bañar quién sabe qué márgenes. En este recorrido se incorporarán quienes ya han hecho un oficio de la palabra y aquellos noveles que buscan, eternamente, el eco de su voz.

Darío Falconieditor

EL MENSÚ ediciones

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Este libro se terminó de imprimir en el mes de Noviembre de 2010,por orden de EL MENSÚ ediciones en

Bibliografika de VOROS S.A. Bucarelli 1160,Buenos Aires, República Argentina.

Tu libro es el ejemplar número:

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