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    GUA PARA LOSMOVIMIENTOSMISIONEROSNACIONALES

    Una orientacin para su formaciny fortalecimiento

    DAVIDD.RUIZM., compilador

    COMIBAM Internacional

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    GUA PARA LOS MOVIMIENTOS MISIONEROS NACIONALESDavid Ruiz M., compilador

    COMIBAM Internacional

    1997 Primera edicin (no publicada)

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    ndice

    Prlogo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5

    1. Para qu un movimiento misionero nacional . . . . 9

    2. Qu es un movimiento misionero nacional. . . . . 21

    3. Cmo se inicia un movimiento misionero nacional 37

    4. Las redes de trabajo . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51

    5. Red de iglesias misioneras . . . . . . . . . . . . . . 63

    6. Red de capacitacin misionera . . . . . . . . . . . 67

    7. Red de agencias misioneras . . . . . . . . . . . . . 73

    8. Plan estratgico 2000-2001 . . . . . . . . . . . . . 79

    9. Organizacin del movimiento iberoamericano . . 87

    APNDICE

    A. Reglamento interno . . . . . . . . . . . . . . . . 111

    B. Cuestionario de evaluacin . . . . . . . . . . . 121

    C. Bibliografa misionera . . . . . . . . . . . . . . 125D. Directiva 1997-2000 . . . . . . . . . . . . . . . 145

    E. Listado de di reccio nes . . . . . . . . . . . . . . 147

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    Prlogo

    COMIBAM Internacional representa hoy una gran parte del movimiento misionero de Iberoamrica. Naci enel primer Congreso Misionero Iberoamericano en SanPablo, Brasil, en 1987. La Confraternidad EvanglicaLatinoamericana (CONELA) haba convocado a unareunin de lderes en 1984 en M xi co, para dis cutir laorganizacin de un congreso internacional con el propsito de promover el desarrollo de la visin misioneraen el con ti nen te. As se rea liz COMIBAM 87, don dems de tres mil representantes de todas las naciones deLatinoamrica, Espaa y Portugal, adems de observado res de otros pa ses, se reu nie ron para desper tar la visin y com prometer se con la forma cin de unmovimiento misionero desde Iberoamrica. La consecuencia fue un mover de Dios en todas es tas naciones yel sur gi miento de una nueva fuer za misione ra en el es cenario internacional. Algunos pases ya haban enviado

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    misione ros des de el principio del si glo XX, pero a par tir

    de COMIBAM 87, hubo un nue vo despertar por las misiones transculturales, que los alcanz tambin a ellos.

    La cifra estimativa de participacin latinoamericana enlas misiones internacionales en 1987 era de aproximadamente 1.600 obreros enviados por sesenta agencias.La investigacin hecha antes del 2 Congreso Misionero

    Iberoamerica no, COMIBAM 97, como parte de la evalua cin del mo vimien to en los diez aos a partir del primer congreso, mostr que haba cerca de cuatro milobreros enviados por 300 agencias, de las cuales la granmayora eran autctonas. Otros tres aos han pasado ycree mos que el crecimiento ha con tinua do, ya que laafirmacin de COMIBAM 87 realmente es verdadera:

    Iberoamrica ahora no es solo un campo misionerosino tambin una fuerza misionera.

    Cuando hablamos en COMIBAM Internacional de losmovimientos misioneros nacionales, nos referimos a lasiniciativas misioneras de cada pas de Iberoamrica.Entendemos que estos movimientos se dividen bsicamente en tres redes de ac tua cin: la red de iglesias misioneras, la red de centros de capacitacin misionera yla red de agencias misioneras. En la primera red incluimos a todas las iglesias locales que tienen un programade misiones en su agenda, por ejemplo, sostenimiento demisioneros, intercesin por las misiones y realizacin deconferencias misioneras. En la segunda tenemos a seminarios y centros de capacitacin con un programa deformacin de misioneros, con cursos especializados enel rea transcultural. En la tercera estn las agenciasinterdenominacionales, juntas y departamentos de mi

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    siones denominacionales y otras organizaciones espe

    cializadas que promueven, envan y sostienen lasmisiones transculturales.

    El prop sito de COMIBAM Inter nacional es ver en cadapas de Iberoamrica un movimiento misionero viableque contenga estas tres redes integradas una con lasotras, en una fruc tfera cooperacin ha cia los no alcan

    zados. Buscamos tambin una colaboracin entre estosmovimientos y las redes, a escala iberoamericana, entendiendo que todos tienen recursos y experiencias queaportar. A travs de COMIBAM Internacional los movimientos misioneros nacionales son conectados con lasredes de cooperacin internacionales y con otros movimientos misioneros en el mundo.

    Hemos definido la razn principal de la existencia deCOMIBAM Internacional como: Glorificar a Dios, fortaleciendo los movimientos misioneros nacionales a travs de la provisin de los servicios ne cesa rios a fin deque las iglesias locales cumplan con la Gran Comisin.

    Este manual fue especialmente diseado para lograr elpropsi to de COMIBAM y ser vir de orienta cin con vistas a la formacin y el desarrollo de un movimiento misionero nacional. Su presentacin es sencilla, pero conrico y valioso contenido abarca las distintas reas de unmovimiento misionero. Para su confeccin, los diferentes lderes de COMIBAM par ticiparon escribien do sobresus especialidades y a partir de sus experiencias en supas de origen. La in ten cin no fue formular buenas teoras, sino dar sugerencias prcticas y aplicables a nuestro contexto cultural. Es, sin embargo, un material enproceso, que debe sufrir cam bios y me joras en la medida

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    que el movimiento misionero crezca y sean patentes

    nuevas necesidades. Por lo tanto, invitamos al lector aenviar sugerencias, crticas y contribuciones para que elmanual pueda ser ampliado y mejorado cada vez ms.

    Deseamos de parte de COMIBAM Internacional, queeste ma te rial sea de gran pro vecho y de mu cha ben dicin para los lderes nacionales que componen nuestromovimiento misionero iberoamericano.

    A Dios sea toda la gloria!

    Campinas, Brasil, noviembre de 2000

    Bertil EkstrmPresidente de COMIBAM Internacional

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    1Para qu un movimiento

    misionero nacional

    Implicaciones para la iglesia latina

    Desde sus inicios el movimiento misionero que estemergiendo en Iberoamrica ha puesto sus ojosen el futuro y ar mado de mucha fe ha he cho

    esfuerzos denodados para disear una estrategia quecon tri buya en una manera sus tancial a llegar a los pue -blos no alcanzados. Quince aos despus del primer gritode esperanza en el cual Latinoamrica se declara una

    fuerza misionera, podemos ver que paulatinamente elcontinente ha ido avanzando con paso sostenido haciaese emocionante momento en que puede cristalizarseeste sue o.

    Al pensar retrospectivamente en las causas que motiva -ron el despertar misionero en Latinoamrica, quiz unade las ms significativas, sea el crecimiento tan rpido dela iglesia en nuestro continente. En este continente tanamplio, tan ancho y que en la mayora de sus pases com-parte un mismo idioma, el intercambio de experiencias y

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    la convocatoria a unirnos en un proyecto de evangeliza-

    cin de los pueblos no alcanzados, ha sido una tarea dif -cil pero posible. La iglesia en Latinoamrica estcreciendo: hay pa ses en los cuales se repor ta que ms deuna cuarta par te de su po blacin confie sa una fe evang-lica. Resultados como estos generan expectativas diver-sas en las personas que los evalan. Algunos ven conpreocupacin el crecimiento de la iglesia cristiana evan-

    glica, como una amenaza para sus propias confesiones.Tal es el caso de un consejero catlico del arzobispo deBolivia, quien inform hace pocos aos que cada horaen Amrica latina un promedio de 400 catlicos muevensu membresa ha cia una sec ta pro testante, lo cual, en elda de hoy re presenta una octava parte (12 por cien to dela poblacin del continente), pero en pases como Puerto

    Rico y Guatemala cons ti tuye nada menos que entre el 25y 30 por ciento de su poblacin. Para otros, esto es moti-vo de orgullo que a veces raya en el triun fa lis mo, al exage-rar las cifras y levantar insosteniblemente porcentajesdel cristianismo evanglico que no existen. He ledo consorpresa aun en publicaciones de lderes reconocidos quemanifies tan en sus pases un 75 por ciento de evangli-

    cos, lo cual despierta innecesariamente una sensacin deque somos grandes, muchos y que he mos llegado al fi nal.

    Otra de las causas de nuestro desper tar misio nero es elingreso que muchos pases de Latinoamrica estn te-niendo al concierto de las naciones desarrolladas delmundo. Los medios de comunicacin nos ponen a unsolo paso de la informacin justo en el momento y en ellugar donde se genera. Eso hace ver que aun con dife -rencias el alcanzar mercados y pa ses no parece una ta-rea tan difcil y complicada como antes. Adems, valores,

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    teoras y po lticas se hacen ms y ms compatibles entre

    una nacin y otra. Esto invita en el mundo se cular a unaglo balizacin y que, en mu chos casos, tam bin a la iglesiacris tia na a ampliar el patio de su parroquia a las nacio nescircunvecinas o algunas lejanas, tanto cultural como geo-grficamente, como es el caso de pases de Asia, talescomo Japn, China, Corea y otros.

    Otras de las razones de nuestro despertar son los cambiosde paradigmas. Parece que estamos viviendo en una ge-neracin en la cual las verdades tradicionales estn ca-yendo vctimas del ridculo y donde el cristianismoemerge ms y ms como la nica verdad sostenible, per-manen te, que trascien de tiem pos y cul turas. Uno de loscambios ms significativos es la geografa de la cristian -

    dad, donde podemos ver que en los l ti mos cuarentaaos el mayor porcentaje de cristianos ha cambiado radi-calmente del Norte al Sur. Las iglesias ms grandes y dems rpido crecimiento en un solo idio ma se encuentranahora en el hemisferio Sur. Sin quererlo, movida segura-mente por la mano de Dios, Ibe roamri ca ha en trado aformar parte de los gigantes del cristianis mo, a los cuales

    se les exige ahora una respuesta y una parti cipacin sus -tancial en la evangelizacin del mundo.

    Una buena forma de mantener un balance equilibrado enla evaluacin de la iglesia cristiana en Amrica latina esque, a la vez que evaluamos las ci fras del volumen de cre-cimiento y la presencia evanglica en Latinoamrica, ha-gamos tambin las preguntas difciles para la iglesia.Como es cri bi Orlando Cos tas: El xito del avance pro-testante de Amrica latina debe ser interpretado formu-lando las difciles preguntas acerca de su dinamismo

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    transformacional en la sociedad y su contri bucin a la

    justicia en las relaciones sociales. Necesitamos analizarqu tipos de iglesias estamos produciendo, qu nivel decristianos podemos presentar delante de aquellos quecuestionan la fe cristiana como la fe transformadora. Esnecesario examinar nuestros propios valores y la maneracomo estos cuestionan la cultura circundan te y la fuerzade la promocin de los medios de una tica barata, anti-

    cristiana y de fcil acceso.

    En los ltimos tiempos, una nueva teo loga contextualest clamando por la integri dad de la mi sin; una teolo-ga que in tenta integrar el celo cris tiano con la ne cesi dadde una pa sin integral. Emilio A. Nez expre sa esto cla-ramente de la siguiente manera: Para cum plir con su

    misin, la iglesia ha de vivir el evangelio en el poder delEspritu Santo. El mundo debe escuchar el evangeliopero tambin lo ha de ver en accin en las vidas de aque-llos que profe san ser cristianos. La iglesia es llamada aser la comunidad en la cual las seales del reino de Diosestn presentes: amor, gozo, paz, jus ticia y el po der en elEspritu Santo. Parece que debido al crecimiento de laiglesia cristiana, de pronto los evanglicos comenzamos avivir en un clima en el que ya no es dif cil pro fesar nuestrafe, en el que paulatinamente el cristianismo se vuelvems y ms popular has ta, en algunos casos como enciertos pases de Latinoamrica donde el ser cristianoabre oportunidades de trabajo, de influencia social y departicipacin en el gobierno ha provocado que la iglesiacristiana haya perdido el concepto de integridad y detrans for macin social a la que fue lla mada, y de ver que elllamado a ser la sal de la tierra siga vigente. La iglesia enAmrica latina se encuentra enfrentando uno de sus mo-

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    mentos complicados, en el cual parece que cada da es

    ms dif cil distinguir entre quin es cristiano y quin nolo es. La contemporizacin con los valores ticos delmundo se vuelve ms y ms co mn, ms y ms alarman-te.

    Al examinar el texto bblico y particularmente las pala-bras de Jesucristo respecto a las misiones mundiales, no

    po demos de jar de enten der que el de sa fo del Seor parala iglesia era un llamado al com pro miso con la integri-dad, no con un poder cultural. Causa sorpresa leer cienaos despus el repor te de Andrew Murray so bre la Con-vencin Misionera Mundial de 1900 en Nueva York, quereuni a los gigantes de la iglesia en aquel tiempo bajo ellema: Cmo po dr despertarse la iglesia a fin de co no -

    cer y hacer la voluntad del Seor para la salvacin de loshom bres? Las conclusio nes a las que arribaron hacecien aos no cambian mu cho con respecto a las que lle ga-ramos si este ao celebrsemos una consulta con losmis mos plan teamientos: La gran mayo ra de los miem-bros de la iglesia no son lo que deberan ser, no deseanrealmente hacer que el conocimiento de Cristo llegue a

    toda criatura tan rpidamente como sea posible. Al in-dagar ms profundamente las razones, sus respuestasfueron igualmente sorprendentes: El bajo estado espiri-tual de la iglesia en conjunto, cuyos sn tomas principa -les fue ron: la mun da nalidad y la fal ta de ora cin.

    El llamamiento del Seor Jesucris to, al abrir a los genti-les una oportunidad de ser parte de su reino, fue claro ydirecto. En Mateo 16 po demos ver cmo llama a la huma-nidad a entrar en su iglesia y cmo se com pro mete perso-nalmente con el esta bleci miento de ella para construirla,

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    edificarla y hacerla un organismo victorioso. Sin embar-

    go, el llamado no que da all, sino que in vi ta a la cris tian-dad encarnada en el apstol Pedro a que las puertas de laiglesia sean abiertas delante de todos, que no haya nadieque quede atado cuan do pue da ser de satado, que no hayaninguno que muera sin esperanza cuando el mensaje deesperanza est en labios de muchos cristianos alrededordel mun do. En la conti nuacin de ese pasa je, en Ma teo

    16, nos da mos cuenta del elemen to ne cesa rio para que es-tas dos cosas sucedan: el llamado a cada uno a una con-versin personal para ser parte de la iglesia y unatransformacin que comienza con el negarnos a nosotrosmis mos, el mo rir paulatinamente al yo e imitar a Cristo.Esa transfor macin nos demanda sufrir con gozo la pr -dida de las cosas del mundo, negar la mundanali dad,

    cuestionar el conformismo y la contemporizacin y re-cha zar las posesiones del mundo por amor a Cristo. Estoimplica exhibir sus marcas y vivir bajo sus estndaresaun a cos ta de la burla y la pr di da de la pro pia vida. Estambin una transformacin que da como resultado laobediencia: como vemos sistemticamente en el evange-lio se gn San Ma teo, cada vez que Je ss enseaba haca

    una apelacin a la obediencia. Ver detenidamente cmoel sacri ficio de Cris to abre las puertas para que toda la hu-manidad pueda entrar, y establece un cuerpo que se ocu-pa de poner el evan gelio al al cance de to dos, pone comorequisito una transformacin constante de los que sonmiembros de la iglesia.

    Por muchos aos hemos intentado abrir los ojos de laiglesia hacia las misiones mundiales presentando la ne-cesidad de los perdi dos tan real como fuese po sible. Sinembargo, las mi sio nes son en esencia un lla mado a la

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    obediencia a Cristo, no solamente a la Gran Comisin,

    sino a la transfor macin. Son un llamado para que losmiembros de la igle sia que l edi fic sean luz, ejemplosde vidas transformadas que cuestionan las costumbres yvalores del mundo y sealan a Cristo como la ni ca espe-ranza.

    Cul es la contribucin de la visin misionera para esta

    transformacin de los miembros de la iglesia? Siempredecimos que son los mejores los que salen a la obra. Peroel pun to ms im por tan te es que nunca ha br mejores enla iglesia, a menos que abra mos nuestros ojos a la vi sinmisionera. Personalmente, creo estar viviendo en mi pro-pia mente el cambio de paradigma de ver la necesidad delmundo, ya no como lo que mo tive a la iglesia a pa gar cual-

    quier costo para alcanzar a los que se mueren sin Cristo,sino como la ni ca razn re levan te para la per manenciade ella sobre la faz de la tierra.

    La visin misionera tiene una perspectiva doble: una ver-tical que nos permite ver a Dios en su santidad y transfor-marnos da a da, y otra perpendicular que nos permi tedemos trar a la humanidad nuestro amor por Jesucristo ylos cambios pro fundos que l ha hecho en nuestra pro piavida. Para la iglesia en Latinoamrica, esta visin implicaun proceso de purificacin de nuestras congregaciones,para que al mirar ha cia la reali dad del mundo vea mos conms claridad la misericordia de Dios para alcanzarnos.Porque al gustar de esa misericordia encaminamos nues-tras pro pias vi das como individuos y como iglesia haciauna transformacin, no ya a estar persiguiendo nmeros,edificios, recursos e influencias sino a la bsqueda deoportunidades de exportar a otras naciones la integridad

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    de la vida cristiana. Las misio nes no slo requieren los

    mejores de las iglesias, sino tambin las mejores iglesias.No iglesias dis puestas solamente a dar unos cuantos d -lares para apoyar a los misioneros, sino a luchar cada dapara que ms de sus miembros ten gan la mis ma vi sinque Jesucris to tuvo del mundo: un lu gar que no era suho gar pero le brindaba la oportunidad de cumplir el plande Dios en su pro pia vida.

    Cuando reflexionamos as, podemos ver que la iglesiaevanglica en Iberoamrica, ms que moverse a ser unafuerza misionera, tiene la oportunidad de transformarsepara con tri buir a la trans for macin del mun do. Esta mosaprendiendo que el alcance de los pueblos no alcanzadosno debe ser el sim ple resultado de una iglesia obedien te

    sino aun ms: las tremendas exigencias de presentar elevangelio en esos lugares sumidos en la oscuridad, dancomo resultado una autoevaluacin de lo que somoscomo iglesia, si estamos lis tos para ser pro bados en unacultura adversa y si los cristianos que producimos sonmaduros, capaces de enfrentar tan grandes desafos. Lasiglesias con visin misionera ven el alcance de los no al-canzados ya no como las migajas que caen de la mesa delos hijos, sino como la mejor oportunidad para producircristianos ms obedientes y dispuestos a seguir incondi-cionalmente a Cristo adonde l los mande a vivir unevangelio acultural, que puede implantarse y mantenerseintegral en cualquier cultura. Iberoamrica tiene la opor-tuni dad de con ti nuar avanzando ha cia la meta de ser unafuerza mi sio nera, no para te ner un nuevo mo ti vo de or -gullo, sino para una eva luacin cons tante que d comoresultado el fuerte compromiso de transformarse y con -tribuir a la trans for macin del mun do.

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    Implicaciones a escala nacional

    El movimiento misionero en un pas puede nacer de dis-tin tas formas. Nor malmente surge a travs de la suma dediversos factores. La realizacin de un congreso o de unaconsulta con invitados del exterior puede, en muchos ca-sos, ser el primer paso. Tambin puede iniciarse conobreros extranjeros que comparten su visin con lderesnacionales y ensean a la iglesia local su responsabilidad

    en las misiones. Independientemente de la forma comosurja el movimien to, la operacin del Espritu de Dios hasido el fac tor determi nante para el desarro llo de las mi-siones en nuestro continente.

    Unidad

    El movimiento misionero a escala nacional ofrece un forocomn para el dilogo y la cooperacin. En muchos casosno hemos sido fieles en la colaboracin local, pero en lasmisiones se abren nuevas posibilidades de esfuerzos con-juntos. Efectivamente, en varios pases la obra misioneraha uni do al liderazgo y a las igle sias evan gli cas. Por lotan to, el ele mento de uni dad en el cuerpo de Cristo es unade las implicaciones directas de un movimiento misione-

    ro nacional.

    Cooperacin

    Otro aspecto es la cooperacin. Descubrimos, a veces de-masiado tarde, que trabajando juntos podemos hacermucho ms. A pesar de existir iglesias y denominacionesde membresa numerosa, todava no tenemos la tradi-cin y la experiencia de hacer misiones. Necesitamosapo yarnos unos a otros y buscar juntos la colaboracintambin de los que han estado involucrados en las misio-

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    nes transculturales por mucho tiempo. Un movimiento

    misionero nacional puede promover la base para buenasalianzas y acuerdos de coo peracin, as como ofrecer unpuente de contacto con otros movimientos misionerosnacionales, tanto del Tercer Mundo como del hemisferioNorte. Es importante la buena armona entre los diferen-tes componentes principales que participan en la obramisionera, y constantemente necesita ser evaluada lacooperacin entre iglesia local, agencia misionera y cen-tro de capacitacin.

    Calidad

    Un tercer elemento es el desarrollo cualitativo del trabajomisionero. Un interesante ejemplo es la experiencia en

    Brasil con elPatrn de calidaddescrito por representan-tes de las misiones brasileas y aceptado por todos losmiembros de la asociacin de mi sio nes. El patrn de cali-dad pone metas y ob jeti vos m nimos para que una orga-nizacin misionera tenga condiciones de mantener unalto nivel de credibilidad y de eficiencia en trminos deadministracin, finanzas, seleccin, capacitacin, envo ycuidado pastoral de los misioneros.

    Creatividad

    La bsqueda de modelos alternativos de estructuras mi -sioneras es otro desafo comn a un movimiento misio-nero na cio nal. Es de suma im por tancia que creemos ydesarrollemos modelos de envo acordes con nuestrasposibilidades, pero que tambin produzcan las mejorescondiciones para nuestros misioneros en el campo.

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    Desafo

    El quinto aspecto es el involucramiento de las iglesias lo-cales, denominaciones y centros de capacitacin en elquehacer misionero. Un movimiento misionero nacionaltiene la oportunidad de inspirar y retar a la iglesia evan-glica de su pas a asumir su respon sabilidad por la evan-gelizacin mundial. Tambin ofrece a la iglesia nacionalun brazo extendido al mun do, un canal de envo y una es-

    tructura que permite la participacin en las misionestransculturales.

    La experiencia de muchos pases es convincente. Dondehay un fuerte movimiento misionero, las iglesias locales ylas denominaciones crecen. Invertir en misiones producefru to tanto en casa como afue ra.

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    2Qu es un movimiento

    misionero nacional

    Su desarrollo

    COMIBAM se describe como la suma de todos aque-llos que estn involucrados en alguna manera en elcumplimiento de la Gran Comisin en Iberoamri-

    ca. A travs de estos lti mos aos de trabajo se puede verque el despertar de la iglesia hacia las misio nes mundia -les es un mover de Dios en el conti nente. De re pen te unviento nuevo comienza a soplar entre nosotros, un viento

    que refresca nuestra visin de lo que la iglesia es y quenos abre una nueva opor tunidad de trabajo de coopera-cin pero, particularmente, de participacin en la obramisionera transcultural alrededor del mundo.

    El pro ceso de desarrollo de la visin de COMIBAM Inter-nacional ha llevado, en primer lugar, al esfuerzo denoda-do por compartir esa visin a lo largo y a lo ancho delcontinente a travs de diferentes eventos y actividades.Posteriormente, esas reuniones e intercambios dieroncomo resultado grupos nacionales que iniciaron el traba-

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    jo en cooperacin para continuar con la visin misionera

    en sus pases. Algunos de estos esfuerzos dieron como re-sultado organismos y estructuras que por un perodo detiempo ganaron su representatividad y continuaron tra-bajando como una extensin de estos esfuerzos.COMIBAM Internacional ayud a desarrollarlos prove-yndoles la asistencia, las herramientas y los recursospara que pu dieran trabajar de una ma nera ms r pi da y

    eficiente. En la etapa que estamos viviendo ahora nuestroenfoque primordial de trabajo est en lograr que en cadauno de los pa ses exista algo que podamos describir comomovimiento misionero nacional, que se ocupe de la pro-mocin de la visin misionera, el establecimiento de re-des de trabajo y en resumen, la creacin de un ambientede cooperacin que permita que los que estn involucra -

    dos en alguna medida y los que deben involucrarse en elmovimiento misionero de ese pas, se sientan invitados yconvocados.

    La amenaza

    Como en todo proceso de desarrollo, una vez generaliza-do, enfrentamos fuer zas que lo amenazan. Quiz lo quems fuertemente ha intentado oprimir al movimientomisionero iberoamericano es la globalizacin, particular-mente con las descripcio nes esencia les del que podra-mos lla mar esp ri tu de la po ca. Este en gao semanifiesta principalmente en lo que creemos que debe-mos hacer: debemos hacerlo porque es bueno. Y este con -cepto pone sobre el movimiento misionero la presin decentrarse en el corto plazo, planificar solo lo inmediato ytratar de justificar siempre su trabajo y participacin conresultados visibles y tangibles. Sin embargo, aun cuando

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    nos esfor cemos, el esp ritu de la poca nos hace mentiro -

    sos, por que ni podemos hacer todo ni mucho menos ha-cerlo aho ra. As, de cualquier modo y en cada pas, tantoel movimiento misionero nacional como el iberoamerica-no viven bajo presiones generadas por este mismo espri -tu.

    El es p ritu de la poca es con trario a la vo luntad de Dios.Dios nos in vita a vi vir con prop sito y de pender de susfuerzas, a disfrutar de su direccin, pero especialmente alibrarnos de la ansiedad de querer hacer todo y que rerhacerlo ahora.

    La visin

    Los movimientos misioneros estn llamados a un proce-

    so de inter cesin y de reflexin en la Pa labra, que les per-mita identifi car las tareas que Dios les ha encargado elda de hoy para hacer dentro de sus propsitos.

    Para ejemplificar esto necesitamos imaginar lo que cree -mos que Dios nos ha llamado a ser. Dentro de cuarentaaos, seguramente querramos ver al movimiento misio-nero como una fuerza misionera ejercitada con un im-

    pacto significativo entre los pueblos no alcanzados. En lafisonoma misionera de Iberoamrica seguramente que-remos agencias firmes, slidas teolgicamente, con laparticipacin significativa de misioneros veteranos en elmovimiento. Tambin esperamos una abierta coopera-cin interdenominacional y una fuerza que haya contri-buido eficazmente a plantar iglesias misioneras entre los

    pueblos no alcanzados, y por ltimo, una fuerza misione-ra que mantenga su vi sin.

    La pregunta, entonces, para el movimiento iberoameri -

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    cano y por ende para los nacionales es: qu debemos ha -

    cer ahora para defi nir las metas que nos conduzcan acumplir esta visin? Qu objetivos intermedios debe-mos plan tear para eva luar y medir el cumpli miento deesa vi sin total? Si razo namos de esta manera y ac tuamoscon nues tra mi rada pues ta en Aquel que nos llam, segu-ramente como movimientos podremos tener una mayorclaridad en cuanto a lo que debemos hacer el da de hoy, y

    sentirnos satisfechos de estar cumpliendo con la volun-tad de Dios.

    Sus caractersticas

    En COMIBAM se entiende un movimiento misionero na-cional como una red de cooperacin misionera que a tra-vs de la informacin conecta a todas las personas y

    entidades que estn participando en el movimiento mi-sionero en ese pas.

    Es una red

    En esencia, el movimiento misionero nacional es unared, porque tiene como pro p sito pri mordial el crear unambiente de cooperacin que invite a la participacin li-bre y sin amenazas de cada uno de los involucrados en lasmisio nes. Esto funcio na en la medida en que cada uno delos participantes tenga la libertad de sentarse a dialogarsin verse amenazado por la com petencia desleal o por eldeseo de hacerlo formar parte de una nueva organizacinsin haberle pre guntado. Una red es eficaz en la me di da enque cada uno de los par ti cipantes pueda volver a su pro -pia organizacin y decidir segn sus propsitos, cules delos elementos intercambiados pueden ser aplicados a loque estn haciendo y po der as po tenciar su labor.

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    Es de cooperacin

    Es de cooperacin porque el concepto de liderazgo no esjerrquico ni pi ramidal, sino que se trata de una organi-zacin plana. El liderazgo se va rotando de manera natu-ral y recae sobre aquellos que tienen nuevas propuestasrelevantes para aportar. Como resultado de este enfoqueen la cooperacin, se establecen redes de trabajo queunen a las personas o entidades con roles similares para

    alcanzar metas comunes. De las redes de trabajo salenalianzas estratgicas para lograr objetivos definidos o de-sarrollar eventos convenidos de carcter temporal, al fi -nalizar los cua les se di suelve y trans for ma la alianzaestratgica, pero la red de trabajo contina sin cambio.

    Es misionera

    Es misionera porque su orientacin y mayor nfasis esten propi ciar, a travs de este ambiente de cooperacin,los elementos que la igle sia necesi ta para cum plir con laGran Comisin entre los pueblos no alcanzados.

    El movimiento misionero nacional busca y establece elobjetivo asegurando la participacin libre y la permanen-cia de esta iniciativa de carcter nacional, orientada a lasmisiones transculturales.

    La obser vacin de lo que pasa en Ibero amrica nos mues-tra que el movimiento misionero nacional se resiste a lasestructuras rgidas y al liderazgo centralizado, y se rompecuan do el poder se acumula en una sola per so na o en ti-dad.

    La presente gua comparte los conceptos y definicionesde lo que es un movimiento misionero nacional, sus tiposy caractersticas, para ayudar a que stos se defi nan e in-

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    tegren de una manera ms r pi da. Cree mos que estos

    movimientos promueven el trabajo unido y responden almodelo de Dios de ser un cuerpo con oportuni dades parala participacin, el amor y el reconocimiento de los unosa los otros.

    Diferencia entre movimiento y organizacin

    Los participantes en los movimientos misioneros nacio-nales se organizan para servir al movimiento. Sin embar-go, como una respues ta natural al desarro llo de unmovimiento nacional se producen organizaciones, lascuales comienzan a vivir bajo sus propios objetivos, moti-vaciones y proyectos.

    Las organizaciones dentro de un movimiento son valio-

    sas porque defi nen y limitan el rea en la cual trabajan yestablecen parmetros y requisitos que les permiten fun-cio nar en esa rea. El pro blema estri ba en que estas orga-nizaciones pueden llegar a transformarse en unaindustria de las misiones, que vive para sus pro piosobjetivos. Su corazn ya no est en el movimiento, sinoms bien en el intento de sobrevi vir en un mun do que

    consideran competitivo para ellas.

    Caractersticas de una industria misionera

    1.Enfo que en la ta rea. Los objetivos son ms importan-tes que el movi miento y las personas.

    2.Espritu de competencia. No se unen por temor a mo-rir como organizaciones. Cuando se trata de industrias, lapri mera que cambia se muere. La falta de coo peracin yel espritu de competencia, movido por el cumplimiento

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    de sus propios objetivos particulares, les impide concer-

    tar y ponerse de acuerdo para cambiar juntas.3.Duplicacin de esfuerzos. La industria misionera pro-mue ve la du plica cin en vez de la coo pera cin. Intentaampliar sus servicios absorbiendo los ya ofrecidos porotras organizaciones o industrias, encontrando o inven-tando ventajas que le permitan adelantarse a sus com-petidoras. Esto provoca la duplicacin, el desgaste y laconfron tacin den tro de los que par tici pan en un mo vi-miento misionero.

    4. Individualista. La industria misionera normalmenteno tiene criterios para establecer alianzas estratgicas, ylo hace con quien le ofrez ca una oportunidad de ade lan-tarse en lo que considera su mercado.

    Caractersticas de una organizacin

    Las organizaciones, por su parte, son entidades necesa-rias dentro de un movimiento misionero nacional. Pro-veen procesos estructurados y oportunidades dedesarrollo para el movimiento a travs de servicios espe-cializados. Las organizaciones conectadas con el movi-

    miento nacional pueden llegar a ser elementossignificativos en la puesta en prctica de la visin misio-nera y en el desarro llo de la labor que como movimientose propone.

    1.Estructura constante. Es fcil identi ficar las lneas deautoridad/responsabilidad dentro de una or ganizacin.Cualquiera que participa en ella puede conocer con algu-na certeza cul es su rol, su espacio, sus respon sabilida-des y las herramientas de control que se usarn paraeva luar su rendi mien to. Sabe ante quin es res ponsa ble,

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    sobre quines se le ha delegado auto ridad y sobre qu ele-

    mentos tendr que dar cuen ta a la or gani zacin.

    2. Metas definidas. Mientras que el movimiento misio-nero tiene una visin de largo plazo, las organizacionesestablecen metas definidas que les permiten alcanzar ob-jetivos que no son tan amplios como la visin, pero quecontribuyen a su alcance.

    3.Mecanismos de responsabilidad. Una de las bases deuna organizacin es que permanece viva en la medidaque pueda delegar la auto ridad y de compar tir la respon-sabilidad. Existen formas definidas por el liderazgo, o co-no cidas en el mbito de la organi zacin, por las cuales seestablecen los premios o las acciones punitivas, segn unmiembro o asociado cumpla con su responsabilidad o no.

    4.Metodologa propia. La organizacin explica con clari-dad la manera de alcanzar sus objetivos y metas estable-cidas y de salir de la organizacin. Su contribucin eneste aspecto es muy valiosa al movimiento porque permi -te la definicin de tareas, la estandarizacin de resulta-dos y a la vez se be nefi cia por la evaluacin

    multidisciplinaria que sus propios procesos sufran enforma natural por su participacin en el movimiento.

    5.Misin y objetivos. La organi zacin vive para cum pliruna misin que la lleva a establecer ob jetivos que mues-tran su compro miso y determinacin, y le ayudan a utili-zar racionalmente sus limitados recursos. En laorganizacin se necesitan objetivos claros, definidos entrmino de qu se propo ne hacer, cundo lo har, con qurecursos cuenta para lograrlo y de qu manera evaluar elresultado.

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    6.Estabilidad. La organizacin es lineal comparada con

    el movimiento, al cual podramos definir como circular.Esto ayuda a los participantes en la organizacin a tenerun concepto de estabilidad, porque se requiere que encualquier paso del pro ceso que se encuentren, puedan es-tablecer cun to han avanzado en el prop si to de la or ga-nizacin y cunto les falta por al can zar.

    7. Continuidad. La or ganizacin puede ser ms per ma-nente debido a los procesos, a los objetivos claramenteestablecidos y a la definicin de las razones de finaliza -cin.

    8. Planificacin financiera. Por supuesto, otra caracte-rstica de la organizacin es que debe contar con un pre -supuesto. La asociacin a ella requiere no slo de una

    participacin personal, sino tambin de aportacioneseconmicas que permitan su funcionamiento y proyec -cin. La asociacin ya no es abierta y voluntaria, sino quese establecen requisitos de participacin, como una apor-tacin econmica o la bsqueda de fuentes de financia-miento.

    Las organizaciones pueden hacer mucho bien o muchomal a un movimiento. Pueden ponerse al servicio de lpara estructurar la visin de Dios que est dando vida almovimiento, o pueden matarlo cuando comienzan a in-tentar dominarlo o presionarlo en maneras poco coope-rativas a tomar la direccin que les conviene a ellas. Lasorganizaciones deben ponerse al servicio de los movi-mientos misioneros nacionales.

    Caractersticas de un movimiento

    El movimiento por su parte, como su nombre lo indica, es

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    el resultado del mo ver de Dios que encamina a un am-

    biente de cooperacin donde todos contribuyen a alcan-zar el objetivo comn.

    1. Visin. El movi mien to vive en tan to que mantiene la vi-sin. De hecho, el movimiento es resultado de una visinque Dios comienza paulatinamente a despertar en perso -nas y organizaciones para unirse con otras personas u or-

    ganizacio nes, a fin de rea lizar su Obra juntos.2. Apertura. El movimiento no tiene una rigidez en suasociacin, sino que es libre, abierto, espontneo e inclu -sivo. Cualquier persona que coincide en la visin puede ydebe ser par te del mo vi mien to en tanto que su vi sin leresulte desafiante. Es espontneo porque cualquierapuede ingresar en cualquier momento, y debido a la li-

    bertad en la organizacin, puede arribar con facilidad alnivel de participacin de los otros involucrados.

    3. Estructura inestable. Cuan do un mo vimiento se es-tructura se convierte en una organizacin. En el movi-miento hay patrones que permiten la cooperacin. Losfacilitadores se ocupan de mantener los elementos bsi-

    cos de convocatoria, participacin y catalizacin para queel movimiento contine en contacto con las organizacio-nes. Se establecen cdigos de participacin que se acep-tan na turalmente y se respe tan gra cias a que la vi sin esel elemento aglutinante.

    4. Preponderancia de las relaciones. Est orientado apropiciar el intercambio en las relaciones personales, deall que la comunicacin y la informacin registran en elmovimiento una importancia capital. La eficiencia de unmo vi miento se dar en la medida que sea capaz de co nec-

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    tar y relacio nar a la mayor parte de las personas que estn

    en la obra misionera de su pas. Consecuentemente, unade las tareas ms importantes es mantener las relacionessaludables, libres de desconfianza, amenazas o senti-mientos de que alguien est aprove chan do el movimien -to para su propio beneficio.

    5. Dinamismo. Como su nombre lo indica, se mantiene

    en movimiento, es dinmico. Los alcances se redefinencon fa ci li dad, la vi sin se ampla o se rechaza a la luz delos resultados de la accin y se ensancha cuan do crece fa-vorablemente la participacin de nuevas personas y enti-dades.

    6.Flexibilidad. Por las mismas razones anterio res, el mo-vi miento est abier to a nuevas propuestas, a evaluar nue-

    vas maneras de al can zar la vi sin y a pro po ner a susparticipantes nuevas y creativas formas de ponerla enprctica.

    7.Rotacin. Segn la eficiencia de los pro cesos internosde catalizacin, el movimiento puede llegar a tener unaalta rotacin de participantes, o afectarse con una parti-

    cipacin transitoria que lo presione a estar repitiendo losconceptos elementales que obstaculizan el alcance de lavisin.

    8. Complejidad. El movimiento tiene dificultad paracambiar gilmente de direccin: por cuan to ha sido crea-do como resultado de una visin, es una tarea muy difcilencaminarlo a una nueva. Las personas o las entidadescatalizadoras de un movimiento, tienen la sensacin deestar intentando dirigir a un elefante. Lo nico que pue-den ha cer es dar alguna orien tacin, pero al fin y al cabo

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    el elefante o sea el movimiento ir por donde quiera

    ir. La labor de los facilitadores ser estar constantementecompartiendo nuevas propuestas de cooperacin y de di -reccin.

    Tipos de movimientos misioneros nacionales

    Los movimientos misioneros son una representacinmuy cercana de la cultura eclesistica de cada pas. En

    Iberoamrica po demos ver una gama muy amplia de mo-vimientos nacionales. Para comenzar, slo el nombremuestra ya una variedad: algunos se llaman Coopera-cin Nacional de Misiones, otros Comisin Nacionalde Misiones, Asociacin Misionera Nacional, Comi-t Nacional de Misiones, Movimiento Misionero Na-cional, Red de Cooperacin Nacional, Federacin

    Mi sio nera, etctera. Cada uno de ellos cuenta con suspropias caracters ti cas, pero al fin y al cabo no se di feren-cian mu cho.

    En los primeros aos de COMIBAM Internacional, prin-cipalmente antes y despus de COMIBAM 87, el recluta-miento de representantes nacionales era una bsqueda yseleccin de personas involucradas en alguna medida enlas mi sio nes de un pas. Bue na par te de los que aho ra co-nocemos como movimientos misioneros nacionales, seorganizaron de esta manera. A continuacin describimoscuatro tipos de desarrollo de movimientos en el conti-nente.

    Autnomo

    Se da cuando cada uno de los miembros del cuerpo deCristo que participan en la obra misionera o estn intere-sados en ella dentro del pas, encuentran la manera de

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    desa rrollar su labor de forma in dividual. Ocasionalmen-

    te, se unen con algn otro, pero no por accio nes delibera-das ni dirigidas a unificar el movimiento.

    De conveniencia

    Se da cuando una organizacin (o industria) ya estableci-da, va tomando cada da ms par tici pa cin como un enteque con voca y rene para bus car la manera de rea li zar ac-

    ciones especficas de conveniencia, o para desarrollarprogramas nacionales. Esta organizacin, a su vez, puedeser autctona o extranjera. Puede haber dos variaciones:

    1. Una sola organizacin est aglu ti nando cada vez a msentidades misioneras.

    2. Varias organizaciones tienen repartido el pastel mi -

    sio nero en trozos que no necesitan ser iguales.Autocrtico

    Una organizacin eclesistica ya existente y con un reco -nocimiento amplio, designa al liderazgo misionero, enforma de comisin o comit, para que dirija las cuestio-nes misioneras. Presenta a su vez dos variaciones:

    1.Autocrtica supervisada. Aquella que permanece bajola direccin e influencia de la organizacin eclesisticaque le dio vida.

    2. Autocrtica autnoma. Aque lla que, luego de habersido formada y haber encontrado su propia identidad,pone distancia con la organizacin eclesistica que le diovida, aunque no pierde su relacin con ella.

    Participativo

    Un lder o grupo de l deres se levanta para dar orden al

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    movimiento misionero y para encontrar una enti dad

    aglutinante o promover su desarrollo, con la motivacinde ver al pas ms involucrado en las misiones mundia -les.

    No podemos describir uno u otro modelo como bueno omalo, como mejor o peor. Tampoco podemos definir unode ellos como el ms adecuado. Cada pas tie ne la oportu-

    ni dad de evaluar su momento de desarrollo y medir lasfuer zas mi sioneras que coexis ten en l y, con el liderazgoadecuado, orientarlas a organizarse de alguna manera.

    En todo los ca sos ob servados en el continente, siempre senecesitan uno o varios lderes nacionales involucrados enmisiones, que cuen ten con el liderazgo o que sepan ga-narlo para dar vida a cualquiera de estos tipos de or gani -

    zacin. No podemos hablar de autogestin delmovimiento misionero nacional: siempre ha habido al-guien detrs de estas iniciativas.

    Cuando estamos en el proceso de establecimiento de unmodelo de movimiento misionero nacional, hay algunaspremisas que es muy til to mar en consideracin:

    1. Dios es el Di rector de Mi sio nes en Amri ca latina.

    2. Los movimientos producen organizaciones (por ejem-plo, agencias misioneras y centros de capacitacin).

    3. Los movimientos siempre son superiores a las organi -zacio nes. Somos par te de ellos, no sus dueos.

    4. Cuando alguien trata de controlar el movimiento,muere el movi mien to y da paso a una or ganizacin. De -bemos estar conscientes de que, cuando el movimiento se

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    escapa de nuestras manos, dejarlo ir es muchas veces la

    mejor decisin.5. No se debe ol vi dar que lo que ha cemos es espi ri tual.Debemos escuchar la voz de Dios.

    Lo interesante de este momento para las misiones desdeIberoamrica, es que Dios nos ha dado el privilegio de sermiembros de una generacin privilegiada. Dios nos ha

    puesto por testigos de la transfor macin de un con tinen-te entero, de ser un campo misio nero a una fuer za misio-nera. Y el proceso de transfor macin, aun estcomenzando. No podemos decir en este momento que es-tos son to dos los mo delos que abarcan todas las posibili -dades. Tanto el con ti nente, en su versin COMIBAM,como cada pas con las diferentes versiones de movi -

    mientos misioneros nacionales, tienen la gran oportuni-dad de participar en la bsqueda de una identidadparticular para el pas, para el mi nis terio y para la gloriade Dios.

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    3Cmo se inicia un

    movimiento misionero

    nacional

    Todo movimiento se inicia con una visin, con unmover del Seor que comienza a alcanzar paulati-namente a uno y a otro co razn y a sintonizar su

    compromiso para ponerlos a trabajar juntos. Podemosreco no cer que en Am ri ca la ti na el Se or se est mo vien -do para orien tar a sus iglesias hacia las misiones mundia-

    les. Sin embar go, cuando una iglesia en fren ta el de safo ycomienza a medir lo que se ne cesita para cumplir con laGran Comisin, la tarea puede parecer descomunal y casiimposible de lograr con sus pro pios re cursos. El mo vi-miento misionero nacional, como ya hemos dicho, es laentidad nacional que ayuda a la igle sia lo cal para que latarea misionera sea una misin posible.

    Los movimientos misioneros nacionales juegan un papelmuy impor tante en el avance y en la veloci dad que tomela obediencia misionera en cada uno de los pases. Por

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    esa razn los movimientos mi sio neros, sea cual sea su

    tipo de organizacin, necesi tan estar establecidos o enproceso de desarrollo como una entidad de alcance na-cional, con reconocimiento claro del liderazgo del pas,organizacin identificable, y funciones orientadas abrindar apoyo a la iglesia local.

    Su representatividad

    Para que una entidad pueda llamarse movimiento misio-nero nacional se requiere el reconocimiento de los cuer-pos eclesisti cos ya existentes en cada pas. Elmovi miento debe ser un bra zo de la igle sia na cio nal ha cialos pueblos no alcanzados. El primer paso necesario parasu inicio es un pro ceso de acercamiento, de compartir la

    vi sin y de es cuchar aten ta mente lo que el Seor est ha -blando a cada uno de los cuerpos eclesisticos organiza-dos en el pas, sean alianzas evang licas, fraternidades depastores o de iglesias, asociaciones denominacionales olas mismas denominaciones. Las personas que el Seorha llamado al desarrollo de una entidad nacional debentomar el tiempo necesario para asegurar que los lderes

    nacionales entiendan claramente el propsito del movi-miento misionero nacional y los beneficios que puede dara la igle sia en el propio pas y, particularmente, a los pue-blos no alcanzados. Nunca es demasiado el esfuerzo quese hace para compartir informacin entre los lderes de laiglesia. Esta informacin puede ser la siguiente:

    1.Informacin. Datos actualizados de la situacin de ne-cesi dad de los pueblos no alcanzados (en el sitio:www.comibam.org se puede encontrar material prepara-do especficamente con este propsito). Esta informa-

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    cin permitir que los lderes de la iglesia puedan tener

    una visin clara de la necesidad.2.Evaluacin. Evaluacin actualizada de la participacindel pas en el alcance de los pueblos no alcanzados. Porejemplo, COMIBAM Internacional tiene datos actualiza-dos a 1997 sobre la cantidad de misioneros de cada pas,su lugar de trabajo, estado civil, tiempo de permanencia

    en el campo, etctera. Esta informacin, comparada conla canti dad de miembros de las iglesias nacionales pue-den dar una idea del grado de respuesta de la iglesia al lla-mado misionero.

    3. Publicaciones. Literatura misionera que permita quelos lderes de la iglesia puedan actualizarse sobre lo que elSeor est haciendo en otros pa ses dentro de Ibero am-

    rica y fuera de ella. La revistaEllos y nosotros y la ya nu -merosa literatura en espaol producida por COMIBAMInternacional y otras entidades, son un material til enlas manos de los que estn iniciando este proceso en cadapas. Una biblioteca misionera es una herramienta im-prescindible para los movimientos nacionales. Mensajes,estudios bblicos o reflexiones misionolgicas son de

    suma utilidad, no solamente para la informacin de lospastores y lderes, sino tambin para darles material queellos pueden repro ducir en sus propias igle sias.

    4. Intercesin misionera. Un movimiento misionero seinicia y se sos tiene de rodi llas. Es una tarea desafian teque requiere verdaderamente de la intervencin divina,para el estableci mien to y para su efectivi dad en un pas.Durante el inicio de un movimiento nacional deben bus-carse alternativas viables y contextualizadas que permi-tan a la iglesia y el liderazgo en ese pas involucrarse en la

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    intercesin misionera. A travs de esta tarea mucha in -

    formacin puede ser canalizada a manos de los lderesdel pas, de las denominaciones y los pastores, a travs detarjetas de intercesin, guas mundiales de oracin, bole-tines de informacin, cartas de los misioneros en el cam-po. Otra estrategia pueden ser los conciertos de oracin,para buscar el rostro del Seor por un despertar misio ne-ro en cada pas.

    5. Consultas misioneras nacionales. Como un paso im-portante, luego de haber promovido la informacin,compartido la visin y generado inters en el liderazgopor cono cer lo que el Seor le est demandando, una con-sulta misionera nacional o regional puede ser de muchautilidad. Para la consulta misionera se invita a los lderes

    de la igle sia a com partir juntos un tiem po de intercambioque permita arribar a conclusiones particulares del pas yencaminarlo a decisiones concretas en cuanto a su parti -cipacin en el alcance de los pueblos no alcanzados. Unaconsulta nacional es de tremenda utilidad para poder de-linear los trminos claves para un movimiento misioneronacional, como por ejemplo, la definicin del trmino

    misiones como un evangelismo transcultural. Otras cues-tiones son: qu se entender en ese pas cuando se hablede un misionero? Ser necesario agregar un adjetivopara defi nir que un misio nero es transcultural? En la de-finicin de pueblos no alcanzados, qu se entender porsu alcance? Cul ser el proceso que como pas y como

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    iglesia se puede seguir para cumplir con la misin de al-

    canzarlos?Otro de los beneficios de una con sulta misio nera es laopor tuni dad de cono cer y coordinar aquellos a los que elSeor est uniendo a travs de la visin misionera, loscuales, fundamentalmente llegarn a ser partes de unaestructura nacional. Es importante mencionar que las

    consultas nacionales no necesariamente dan como resul-tado una estructura nacional. El propsito ms impor-tante de la con sulta es po ner en sin to na al li derazgo deun pas en cuanto a la visin misionera que el Seor estdespertando en l. La consulta misionera nacional per -mite al liderazgo de un pas clari fi car su visin en cuantoa lo que esperan de un movimiento misionero nacional,defi nir en for ma clara su tipo, alcances y funcio nes espe -cficas y particularmente evitar que surja una nueva redque dupli que lo que ya alguien ms est ha ciendo.

    7. Cooperacin. Esfuerzo cooperativo para promover lasmisio nes en el pas. Otro de los elementos bsicos paralograr una representati vidad nacional es la conexin atravs de la in formacin con las entidades que represen-

    tan los tres elementos bsicos del proceso misionero se-gn COMIBAM lo promue ve.

    Red de iglesias misioneras

    Consideramos que las iglesias misioneras con sus pasto -res representan una red de trabajo bsica para un movi -miento misionero nacional. Esta red permite identificar

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    Ver definiciones en Diccionario hispanoamericano de la misin,Pa blo A. Dei ros.

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    las for talezas, debilidades y opor tunidades que se pre-

    sentan para el establecimiento de la obra misioneratranscultural en el pas. Es impor tante que desde el iniciode un movimiento misionero se mantenga un esfuerzocons tante por co no cer y conectar entre s a las iglesias ypastores que participen, estn interesados o quieran co -no cer ms acerca de las misio nes mundiales. Para esteproceso se necesita que dentro del grupo promotor emer-

    ja una persona o personas que constituyen el facilitadorde esta red de trabajo.

    En la red de iglesias locales esperamos ver el liderazgo depastores comprometidos con la obra misionera, desa-fiando a las iglesias y trabajando juntos para desarrollarestrategias de apoyo en las diferentes etapas de madurez

    de la obra misionera. Pastores desafiando a pastores,iglesias modelando a iglesias o trabajando en coopera-cin con otras, para ha cer ms alcanzables y de mayorimpacto los proyectos misioneros entre los pueblosadoptados por su pas.

    Red de centros y programas de capacitacin

    La segunda red de trabajo necesaria en el pas es la red decentros y programas de capacitacin, la cual proveerpara el movimiento misionero nacional los elementos yrecursos necesarios para la capacitacin adecuada y sis -temtica de los candidatos a misioneros y de la iglesia engeneral. El propsito de esta red es crear un ambiente decooperacin para que todas las entidades y personas quetrabajan en la capacitacin participen en el desarrollo deun pro gra ma nacio nal. De este modo se lo grarn mi sio -neros probados y aprobados por la iglesia local, debida-

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    mente formados para establecerse en un campo cultural

    diferente.En sus ini cios, esta red conecta a todas las instituciones opersonas que trabajan en la capacitacin de la iglesia enel rea bblico-teolgica, de ministerio y transcultural. Apartir de esta red, irn emergiendo las diferentes inicia ti -vas que interesen a cada participante para introducirlasen sus programas, cursos, seminarios y posteriormentecurrculos misioneros. As se ampla su participacin enla capacitacin de la iglesia y se resuelve esta necesidadde formacin especfica. En el inicio de un movimientomisionero nacional no es imprescindible la presencia deun centro de capacitacin. ste, seguramente, ser unpaso mu cho ms avanzado. Requiere que en el pas seest promoviendo sistemticamente una visin misione-ra entre las iglesias y candidatos que hayan pasado ya porun entrenamiento ini cial den tro de ellas y en esfuerzosmisioneros de corto plazo. En COMIBAM Internacionalproponemos que la capacitacin del misionero se inicieen la iglesia local y consideramos que el 60 por ciento dela misma se logra en la igle sia lo cal. Por esa ra zn, el nfa-sis de un movimiento misionero nacional debe estar en el

    fortalecimiento de las congregaciones y en su firme com-promiso con las misiones transculturales.

    Hemos desarrollado y traducido una serie de libros queson tiles no so lamente a los centros de for macin, sino

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    tambin como ma terial de con sulta para el di seo de pro-

    gramas de capacitacin en el pas.

    Red de agencias y estructuras de envo

    La tercera red de trabajo que el movimiento misioneronacio nal debe de sarrollar es la red de agencias misione-ras de en vo. Las agen cias funcio nan como una en tidadde asis tencia y acompa amien to para la iglesia y el can di-dato en su proceso de capacitacin, envo, supervisin ycuidado pastoral en el campo. Durante el proceso de esta-blecimiento de un movimiento misionero nacional esmuy im por tante que se comience a for mar esta red, paraplantear las polticas y estrategias en cuanto a la selec-cin y envo de can didatos.

    La red de agencias misioneras tambin provee asistenciaal movimiento misionero en el programa Alcance unPue blo a escala nacio nal y local. Eso permite al pas de fi -nir reas geogrfi cas hacia las cuales orientar sus esfuer-zos misione ros, a fin de favorecer la capacitacin yespecializacin de las agencias, para crecer en el impactoen reas especficas.

    En COMIBAM Internacional ayu damos al desarrollo deagencias misioneras nacionales que respondan a las ne-cesidades del pas, pero sobre todo respeten la centrali-dad de las iglesias locales. Este respe to es un distintivobsico del movimiento misionero en Iberoamrica. Invi-tamos en cada opor tunidad po sible a las agencias mi sio -neras anglosajonas a cambiar su enfoque deacercamiento a los misioneros en Iberoamrica hacia un

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    VerBibliografa misionera en el Apndice.

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    modo coor po rativo, es decir ha cia la iglesia en lugar del

    individuo. Les animamos tambin a apoyar los esfuerzosmisioneros existentes y evitar la duplicacin innecesariao la interrupcin del funcionamiento de agencias misio-neras emergentes, amenazadas por los volmenes de re-cursos materiales y la experiencia abrumadora queabsorben rpidamente el inters de las iglesias.

    Una de las funcio nes ms impor tantes de la red de agen-cias misioneras es la de hacer un ordenamiento internode la definicin de agencia misionera, ayudarse mutua-mente a establecer sus parmetros y caractersticas, yparticularmente ayudar a las agencias existentes a supliral siguiente nivel en benefi cios de la obra misionera en elpas. Uno de los de par ta mentos de COMIBAM Inter na-

    cional est orientado a conectar en forma continental atodas las agencias misioneras iberoamericanas con elpropsito de asistirlas y apoyarlas en su desarrollo.

    Su organizacin

    Para que un movimiento misionero nacional funcione esnecesario que cuente con algn tipo de organizacin, aun

    cuando sea mnimo, que les permita establecer objetivosclaros, estrategias fciles de comunicar y de seguir, y ele-mentos de evaluacin de su avance.

    En COMIBAM Internacional estamos promoviendo laorganizacin de movimientos misioneros nacionales entrminos de red. De acuerdo con la esencia del movi-miento, este tipo de organizacin responde ms eficaz-mente a las necesidades de un movimiento misioneronacional. Sin embargo, reconocemos que en su creci-miento, las entidades nacionales pueden pasar sucesiva-

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    mente por las cuatro reas de la admi nis tracin. Se

    inician con un grupo pequeo de interesados y facilitado -res de la visin, pasan por una organizacin piramidal,con lneas de comunicacin incipientes, hasta una orga-nizacin jerrquica bien estructurada y posiblementedan paso despus a un es quema de or ganizacin por re-des. En la seccin de redes de trabajo de movi mientos mi-sioneros nacionales se explica ampliamente este tipo de

    organizacin, con sugerencias y conceptos bsicos paraque estos movimientos comiencen a tornarse en entida-des ms dinmicas.

    El desarrollo del movimiento misionero nacional en estarea se ini cia con una estruc tura mnima, muchas ve cesun co mi t o jun ta di rectiva que se ocupa de man tener una

    con ciencia misionera en la mente de las iglesias del pas.(En esta pri mera etapa la ro tacin suele ser muy frecuen-te, debido a que se encuentra en pro ceso el es tableci-miento del equipo de tra bajo y la forma deadministracin.) El siguiente paso en el desarrollo de unmovimiento misionero nacional es la organizacin iden-tifi cable. Esto se logra por la combinacin de la represen-

    tativi dad que se ha adquiri do y de la expe riencia que haacumulado la red de cooperacin nacional. Hay que des-tacar que para que estos procesos de organizacin pue -dan darse simultneamente, se necesita que las personasque forman parte de la junta directiva consideren el desa-rrollo del movimiento en ese pas como una de sus priori-dades ms importantes.

    Seguramente, el grado ms desarrollado en cuanto a laadministracin es contar con una estructura mnimapara atencin regular de las labores misioneras. Otro

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    paso es lograr que el trabajo de la red nacional de misio -

    nes tenga un alcance nacio nal. Es decir que en cualquierlugar del pas donde se ge nera el in te rs en una iglesia lo-cal, la red de cooperacin na cio nal tiene formas de acer-carse a estos interesados y conectarlos con los recursosque se producen y/o catalizan a travs de ella. Las cincoposiciones que generalmente aparecen en los diferentesmovimientos misioneros nacionales son las siguientes:

    1. Consejo, junta o comit.

    2. Un director o secretario ejecutivo.

    3. Coordinador general.

    4. Facilitadores de las redes de trabajo existentes en esepas.

    5. Una o varias secretarias, segn el caso.

    Y algunas otras posiciones de tipo administrativo o estra-tgico de cada pas para cumplir funciones adicionales.

    COMIBAM Internacio nal, a travs de su pro grama decooperacin misionera, est desarrollando regularmentemateriales y seminarios que ayudan a los movimientosnacionales a definir una estrategia de trabajo para la or-ganizacin y, particularmente, para el establecimiento deredes dentro de ellos.

    Sus funciones

    Durante el proceso de desarrollo de los movimientos mi-sio neros, su apoyo a la iglesia nacional crece a la par desus redes de trabajo internas. De alguna manera el con -tacto con la realidad y la necesidad en el pas se da a tra-vs del establecimiento de estas redes.

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    Primera etapa

    Hemos ob servado en el continente que, en la primera eta-pa de desarrollo de un movimiento misionero nacional,las funciones naturalmente estn orientadas a la promo-cin en dos sentidos. En primer lugar, a la promocin mi -sionera, a travs de impresos, consultas, conferencias,venta de materiales, organizacin de actividades que in -

    for men y desafen a la iglesia ha cia la obra mi sio neratranscultural. Por otro lado, a la pro mocin de la estruc-tura nacional misma delante del liderazgo nacional de laiglesia. En esta primera etapa co mien za a ha ber iglesiasque se acercan al movimiento nacional a solicitar conse-jo, recomendaciones o conexiones para cubrir necesida-des especficas.

    Segunda etapa

    En la segunda etapa del desarrollo de los movimientosmisioneros nacionales, las funciones se especializan unpoco ms y se dis tinguen porque la entidad ya cuenta conel reconocimiento suficiente para ser invitada a iglesias yjuntas denominacionales. Otro de los indicativos de estasegunda etapa es que el movimiento nacional est si-guiendo en el pas una estrategia de alcance misionero yaestablecida, o en proceso. El programa Alcance un Pue-blo ha de sa rrollado materia les y guas que ayudan al mo-vimiento a definir una estrategia clara de alcancemisionero. En esta segunda etapa tambin se cuenta conuna publicacin peridica, sea en forma plana o electr-nica, para co muni car los avan ces de la mi sin en el pas ypara ser un elemento de contacto y relacin para la for-macin de las re des. Durante esta etapa el mo vimiento

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    organiza eventos misioneros de alcance nacional o regio-

    nal.

    Tercera etapa

    Al pa sar a la tercera etapa de desarrollo de los movi mien-tos misioneros nacionales, las funciones estn ya msorientadas a la generacin de sus pro pios recursos y ser -vicios, que le permitan tener mayor libertad y eficiencia

    en la asistencia de las iglesias y denominaciones.Durante este perodo se genera un entusiasmo tal en elmovimiento nacional, que est dispuesto a apoyar a losmovimientos misioneros de otros pases en su regin.Esto permite tanto la oportunidad de con tar con un mo-vimiento misionero nacional en otros pases, como tam-bin fortalecer la cooperacin regional con diferentes

    estrategias de trabajo.

    Los movimientos misioneros en cada pas van a ir paula-tinamente identificando las reas de trabajo hacia dentrode la iglesia, as como los enfoques geogrficos hacia fue-ra del pas. Vemos con mu cho entusiasmo pa ses que sonun verdadero modelo para otros en alguna de las reas

    especficas como envo, capacitacin misionera u organi-zacin interna.

    Es nuestro deseo que este material est ayudndo a en-tender no solamente cmo se inicia un movimiento mi-sionero nacional, sino tambin cmo se mantienesaludable.

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    4Las redes de trabajo

    Definiciones bsicas

    La administracin de una organizacin es influen-

    ciada por el tipo de tarea y las demandas que el tra-bajo plantea sobre el liderazgo. A medida que sedesarrollaban las etapas histricas, los distintos tipos deadministracin variaban para responder a las necesida-des del momento.

    1.Nmada. Duran te esta poca las variables de tamaodel grupo, la sencillez de las tareas y los tipos de relacio -

    nes sociales den tro de aqul, llevaron a un es quema ad-ministrativo de grupos pequeos que permitan alcanzarlos objetivos en el menor tiempo po sible, con el menor es-fuerzo.

    2. Agrcola. Posteriormente, los grupos nmadas seunieron entre s para asentarse en un lugar pro pi cio queproveyera los medios para mantener sus ganados. Tam-bin lo hi cieron para an ti cipar la pro duccin de los recur-sos para pocas difciles y favorecer el intercambio conotras comunidades. Esto demand elegir, ya fuera por

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    edad o por una mostrada habilidad, a un lder general

    que tuviera la potestad de seleccionar a personas de suabsoluta confianza para preservar la comunicacin y laobediencia. Este tipo de organizacin tribal, totalmentepiramidal, permita un flujo de instrucciones hacia abajo,bsicamente sostenido por la capacidad de las esferas su-periores de re tener el poder. Si este ba lance se llegaba aromper, se quebrantaba tambin el esquema de adminis -

    tracin y la pirmide se fragmentaba generando otras pi -rmides.

    3. Industrial. Con el adve ni mien to de la era in dus trial,lleg la demanda de tareas especializadas que tuvieroncomo resultado la administracin burocrtica. Esto lleva los individuos con habilidad para una tarea especfica a

    ser electos como di rectores del rea de su especialidad. Ellder, jefe o gerente, mostraba su eficiencia por su capaci -dad para rodearse de especialistas exitosos y sumar susprocesos individuales en bien de un objetivo comn. Surol era pro yectar el rendimiento to tal de la empresa ba-sndose en los esfuerzos in di viduales de cada rea de es-pecializacin.

    4.Informtica. Actualmente vi vi mos la era de las co mu-nicaciones rpidas y del flujo de altos volmenes de in-for macin, lo cual ha abierto la puer ta a un esti lo deadministracin por redes. En este proceso dinmico, va-rios de los valores esenciales de la administracin tradi-cio nal han cambiado. Tal es el caso de los conceptos deliderazgo, autoridad/responsabilidad y reas/lneas demando. Aqu ya no se ha bla de un jefe, que segn su ni velacumula mayor autoridad, sino de facilitadores, cuya efi-ciencia est en su capacidad para crear un ambiente de

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    confianza y de intercambio de informacin, y vigilar que

    se mantengan los valores funcio nales de una red. No sehabla de subordinados sino de socios y/o colaboradoresen la tarea. No se habla de deci siones sino de acuerdos yconcertacin.

    Tipos de redes

    1.Red. Es un am bien te de coope racin que per mi te y fa -

    vorece el flujo de informacin. La red se forma cuandodos o ms personas se relacionan para intercambiar in-formacin voluntariamente, y avanzar en el desarrollo desu trabajo. La red se mantiene acti va en la medida en quela informacin intercambiada fluya y sea relevante a lospropsitos de cada participante.

    2.Red de tra ba jo. Es el siguien te paso en el desa rro llo na -tural del trabajo al haber intercambio de informacin. Elreconocimiento de intereses en comn y reas de minis -terio relacionadas, resulta en la identificacin de un pro -psito unificador y el establecimiento de una red detrabajo.

    3.Alianza estratgica. Una vez trazado el prop si to que

    uni fi ca una red de tra bajo, sus miem bros elaboran unproyecto especfico para alcanzarlo. Este proyecto espe-cfico o actividad determinada se identifica como alianzaestratgica.

    Valores fundamentales de una red

    1.Propsito unificador. Aglutina y sirve de gua. Valores

    compartidos, puntos de vista similares y objetivos comu-nes, mantie nen uni da a una red de trabajo.

    2.Miembros indepen dientes. La independen cia es un re-

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    quisito previo. Cada miembro, sea persona, organizacin

    o pas, con tribuye a una red de trabajo de su pro pia y par-ticular experiencia, conocimientos y recursos, sin ne cesi-dad de alterar radicalmente su independencia ycaractersticas propias.

    3. Lneas de comunicacin voluntaria. El distintivo deuna red de trabajo son sus l neas de comunicacin. Sonms profusas y multidireccionales que las de otros tiposde organizacin.

    4.Liderazgo mltiple. COMIBAM Inter nacio nal no tie nerepresentantes en los pases: los pases tienen represen-tacin en el movimiento. Menos jefes, ms lderes. Lasredes de trabajo estn llenas de lderes, no sin ellos. Cadapersona o grupo en una red tiene algo especial y nico

    que contri buir para alguna o varias partes del proceso.5.Niveles integrados. La red es mul ti ni vel, no plana.

    El facilitador

    El fa ci li tador es la pieza clave tanto de una red, como de lared de trabajo y la alianza estratgica. El diccionario lodefine como uno que hace posi ble la ejecucin de unacosa o la con secucin de un fin. Es la per sona que tomasobre s la responsabilidad de construir las relaciones queen un futuro puedan resultar en una alianza estratgica.A travs de las etapas de exploracin, for macin y ope ra-cin, el facilitador va desarrollando un consenso entrepersonas e institucio nes y las cosas que tienen en comn.Investiga, escucha, aprende, comunica, mantiene impar -cialidad y guarda la confidencialidad solicitada. Desarro-lla acuerdos y realiza segui mien tos. No es el que man dasino el que sir ve de elemento ca ta lizador para que aque-

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    llos que tengan algo que aportar a un ob jetivo co mn lo

    puedan hacer en un ambiente de apoyo y solidaridad.Agiliza la insercin de nuevos miembros, mantiene el flu-jo de informacin y propicia el for talecimiento de las re-laciones entre los distintos participantes.

    Modelos bblicos

    1.Jess. En Mateo 20 Jess es boza un mo delo de lideraz-go nuevo y radicalmente diferente de la norma de aque-llos das. Como es de nuestro conocimiento, losdiscpulos eran un grupo de hombres razonablementenor males deseosos de ver la llegada del reino que Jessdeba de gobernar y se encontraban luchando por posi -cio nes de poder y autoridad. En Mateo 20.20-24 dos delos discpulos, Santiago y Juan, deciden solicitar las posi -cio nes de mayor po der en el reino: sentarse uno a la dere-cha y otro a la izquierda del rey. Y para expo ner su caso,con tra taron a una de las me jo res y ms entusiastas abo-gadas que pudieran haber encontrado: su propia madre!

    Lgicamente, los otros diez discpulos se indignaron porla in tervencin de la ma dre de San tia go y Juan. No por -

    que enten die ran el tipo de rei no del cual Jess estaba ha -blando, sino por que ellos tambin busca banafanosamente afianzarse de posiciones de poder, y se es-taban dando cuenta de que sus propias ambiciones co-rran el peligro de ser truncadas.

    En los vv. 25-28 Jess habla acerca de la forma normal dehacer las cosas: enseorearse y ejercer potestad. Perocontina diciendo: Mas entre vosotros no ser as.Entonces hace una declaracin tan sorprendente comochocante: el que quiera hacerse grande entre vosotros

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    ser vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre

    vosotros ser vuestro siervo; y termina establecien do supropia posicin: El Hijo del hombre no vino para serservi do, sino para ser vir.

    Jess claramente demostr liderazgo en todo lo que hizo,pero la expresin prc ti ca de su liderazgo fue el servicio.En Juan 13 vemos a Jess lavando los pies de sus discpu-

    los: un ejemplo no slo de amor hacia ellos, sino tambinuna leccin de cmo ese amor, expresado por l, debe serel mo de lo que ellos pre sen ten a los dems, como l mis -mo lo afir ma ms adelante (vv. 34-35).

    Sin embargo, probablemente la escena ms asombrosadel servi cio de Je ss se encuentra en Juan 21. All vemosal Cristo resucitado el que ha conquistado al pecado, a

    la muerte y a Sa ta ns, al que ha sido dada toda potestaden los cielos y en la tierra , prepa rando el desayuno desus discpulos. Hasta sus ltimos momentos aqu, Jessfue un modelo palpable de servi cio. Esta es la funcin deun facilitador, metafricamente: preparar el desayunopara los miembros de una red de trabajo.

    2. Pablo y Bernab. Hechos 15 descri be una situacinque puede afectar profundamente el establecimiento dela iglesia entre los gentiles: la necesidad de circuncidarsepara completar la salvacin. El asunto debe ser resuelto,ya que evangelistas itinerantes predican este mensajeprovocando la disensin entre las iglesias. Leemos eneste relato que la iglesia en Antioqua dispone que Pablo yBernab suban a Jerusaln para tratar esta cuestin; enotras palabras, los nombran facilitadores para que haganposible la resolucin de este conflicto. Por ser personasinvolucradas y estar profundamente identificados con

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    los miembros de la nacien te igle sia en tre los gen ti les, am-

    bos toman sobre s esta responsabilidad adicional sinquejarse, porque el pro blema a resolver arde en su cora-zn. En esta funcin, vemos a dos pacifi cadores que en sucomunicacin con otros no generan conflicto subrayandolas diferencias entre ellos y los judaizantes. Antes bien,con sabidura y con gozo com par ten lo que Dios est ha-cien do en tre los gen ti les. Al lle gar a Je rusa ln no de fien-

    den su po si cin, sino que nuevamente resaltan lo queDios est haciendo. Escuchan atentamen te, acumulandoy procesando la informacin. Cuando finalmente les tocaha blar, su mensaje es claro y sencillo y, sobre todo, bienenfo cado: Dios salva y se mueve entre los gentiles al igualque entre los judos.

    Pablo y Bernab reconocen la autoridad establecida y larespe tan. No se es tablecen ellos como la au to ridad ni to-man por asalto la posicin de los aps toles. Es ms, po-tencian las capacidades de otros al no anularlos, sinobuscarlos y permitir que se expresen y que su liderazgoemerja. As leemos que las in ter ven ciones de Pe dro y Ja-cobo son las que permiten un feliz desenlace de esta si-

    tuacin. La accin pos trera de Pablo y Bernab, luego dela resolucin del concilio de Jerusaln, tambin es unacaracterstica vital de la labor de facilitacin: dar cuentadel resultado de su trabajo. Como servidores de aquellosque los haban comisionado, regresan a Antioqua por elmismo cami no por el cual subieron a Jerusaln y rindencuentas de lo sucedido. Ni Pablo ni Bernab resolvieronel problema, pero facilitaron su conclusin. La decisinfi nal se dio a la luz de to dos los elementos expuestos; elcriterio que en ltima instancia prevaleci no fue im-

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    puesto por ellos ya que el facilitador se ala un camino

    pero nunca arrastra a las perso nas por l.

    El papel del facilitador

    El resultado de una red de trabajo es la suma del esfuerzode todos los miembros partici pan tes y se da como partede un proceso que puede ser dividido en tres etapas: ex-

    ploracin, formacin y operacin. El inicio de este proce-so puede ser tanto espontneo como provocado, elresultado natural de una conversacin o de un encuentro,congreso o consulta o, an, una manera de canalizar unllamado personal del Seor.

    1.Etapa de exploracin. La etapa de ex ploracin se inicia

    compartiendo informacin que genera un deseo de ma-yor comunicacin. El intercambio lleva a sintonizar a losinteresados hacia lo que ser el propsito aglutinante dela red. Las comunicacio nes no son for males, slo fluidas,constantes y relevantes. Esto mantiene funcionando loque se llega a identi ficar con una red de infor macin. Du-rante este tiempo, el facilitador desarrolla una compren -sin de cada miembro po tencial, su historia, sus valores,su visin y mi sin, sus pla nes, sus fortalezas y debilida-des. Tambin identifica las reas que naturalmente sehan traslapa do y el resultado que esto ha teni do. Crea elinters entre ellos de la posibilidad de trabajar juntos y secompenetra de los obstculos actuales y los problemasque puedan surgir en el futuro. Construye relaciones deconfianza demostrando imparcialidad y confidenciali -dad, y asegura que haya consenso preliminar previo acualquier reunin que implique congregar a todos losmiembros potenciales por primera vez.

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    2.Etapa de formacin. En esta eta pa del pro ceso, lle gan-

    do al final de la explo racin y en trando a la formacin, elambiente de cooperacin empieza a florecer. El facilita -dor ya ha identifi cado a los que estn listos a reunir se conotros y pre para la sesin de for macin para dis cutir lasposibilidades de trabajar en conjunto. Administra la reu-nin y du rante sta, ayuda a los partici pantes a ver lasoportunidades que una red de trabajo puede brindar.

    Ani ma a los fu turos miem bros a ha cer una lis ta de necesi -dades y los ayuda a jerarquizarla por consenso. Contribu -ye al establecimiento de metas limitadas y alcanzables.Fi nalmente, ayuda a marcar los pasos inicia les que se de-ben dar para que sur jan alian zas estratgi cas que per mi -tan cumplir con el propsito uni ficador de la red detrabajo.

    3.Etapa de operacin. En esta etapa el fa ci litador ya esten pleno funcionamiento. Realiza el seguimiento de lareunin de formacin. Identifica y evala posibles nue-vos miembros y se relacio na con ellos para in tegrarlos alproceso de cooperacin. Se mantiene en comunicacincons tante con los miembros de la red de trabajo y con loscoordinadores (facilitadores) de las alianzas estratgicas.Anima a los miembros a cumplir con los compromisoscon trados y ayu da a encontrar los recursos para las nece-sidades de la red de trabajo y sus alianzas. Resuelve situa-ciones conflictivas que puedan surgir. Interviene dondese dan problemas de comunicacin y busca asegurar elbuen flujo de informacin. Convoca a las reuniones de lared de trabajo segn lo acordado y asis te en el manejo yadministracin de la misma. Eva la la red de tra bajo ysus alianzas estratgicas. Comparte el xito, ayudando atodos los miembros a entender los logros que se han ob-

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    tenido a travs de un valio so tra bajo en equi po. Impulsa

    la capacitacin sobre facilitacin durante las reunionesde la red de trabajo para que tanto el proceso como suseta pas y componentes sean comprendidos por todos.

    Las redes de COMIBAM Internacional

    Pensamos en los movimientos misioneros nacionalescomo in tegrados en tres redes de trabajo:

    1. La red de iglesias misio neras.

    2. La red de centros y pro gramas de capacitacin

    3. La red de agencias misio neras.

    Con nuestra vocacin de cooperacin, estamos compro-metidos a ayudar a los movimientos misioneros naciona-

    les para desarro llar y mantener estas tres redes. Ellasrepresentan a las tres fuer zas que agluti nan los elemen-tos necesarios para el buen xito, no slo de un movi-mien to misionero nacional, sino de cada uno de losproyectos particulares de las iglesias y agencias.

    1.Red de igle sias lo ca les. Esperamos ver el liderazgo depastores comprometidos con la obra misionera, desarro-

    llando juntos estrategias de apoyo a las iglesias en las di-ferentes etapas de madurez en la obra misionera.Pastores desafiando a pastores, iglesias modelando aiglesias, trabajando en cooperacin con otras iglesiaspara ha cer ms alcanzables y de mayor im pac to los pro-yectos misioneros entre los pueblos adoptados por supas.

    2.Red de centros y programas de capacitacin. Espera-mos ver un mejor aprovechamiento de los valiosos recur-sos desarro llados ya en el continente y los que surgi rn

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    en el futuro. Esperamos con tribuir para una me jor ca pa-

    citacin intencional, no slo de los obreros, sino tambinde todos aquellos que participan en las diferentes etapasdel proceso misionero. Estamos dispuestos a disearnuevos programas integrales de capacitacin, donde lamedida del xito de los centros no sea la canti dad de can-didatos que se matriculan, sino la de obreros trabajadoefi cazmente en su campo de la bor.

    3.Red de agencias misioneras. Espe ramos ver agenciasmisioneras que se identifiquen con la iglesia local y queestn dispuestas a servirla. Sociedades misioneras capa-ces de verse como parte del equipo de pre pa racin y conparticular participacin en el sostenimiento en el campo.Estamos trabajando para ver agencias misioneras quevayan mas all de representar los intereses de otras mi-siones y que tomen seria men te el pa pel de los que in ter -pretan la reali dad del campo para orien tar mejor a losobreros, tanto antes de salir como a los que se encuentranya en destino. Que asuman la responsabilidad de enviar alos que han recibido un llamado claro de parte de Dios,que hayan sido capacitados apropiadamente, y hayansido bendecidos y aprobados por sus iglesias locales.

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    5Red de iglesias misioneras

    Lo que es la red

    Es un movimiento de cooperacin y apoyo entre iglesias

    que tienen ministerios de misiones mundiales en funcio-namiento.

    1. Es un movimiento, porque esto asegura una de termi-nada flexibilidad sin tener una estructura muy rgida.

    2. Cooperacin, da la idea de trabajo conjunto, o sea lasiglesias que entran en el movi miento estn abiertas a or-

    ganizarse en proyectos conjuntos, orando y contribuyen-do unas con otras.

    3. Apo yo, afir ma que unas estarn aprendiendo conotras.

    Cmo se integra

    Alguien del pas o de la regin de ber to mar el papel defacilitador y hacer convocatorias para organizar los pri-meros encuentros y determinar cules son las iglesiasparticipantes e invitar otras para que se involucren. Aqu

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    es importante tener una idea de los niveles de involucra-

    miento en las misiones mundiales. Hay varias posibilida-des, que pueden darse juntas o por separado:

    1. Est interesada en las misiones mundiales.

    2. El pastor principal est interesado.

    3. Reali za una activi dad anual para pro mo ver las mi sio -

    nes mundiales.4. Tiene un movimiento de oracin por las misionesmundiales.

    5. Mantiene un presupuesto para misiones mundiales.

    6. Posee un comi t de mi siones.

    7. El pas tor prin ci pal est bien invo lucrado con las misio -nes mundiales.

    8. Hay un inters pro fundo en la iglesia por las mi sionesmundiales.

    9. Tiene candidatos para misiones.

    10. Ya est apoyando a mi sioneros con oracio nes y finan-zas.

    11. Ya tiene misioneros de su propia iglesia en el campo.

    12. Estudia un ma nual de misio nes.

    13. Tiene un programa de seleccin de candidatos.

    14. Desarrolla un programa de capacitacin de candida-tos.

    15. Tiene un programa de cuidado de misioneros.

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    Sus objetivos aglutinantes

    Los objetivos bsicos son apoyar y cooperar.

    1. Apoyar, en el sen ti do que las igle sias estn abier tas acompartir sus experiencias y aprender de las experien-