Daniel Silvo en Mugalari

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63 2009 9 25 ostirala ARTEA GARA mugalari 543 Edu HURTADO Desprende una energía muy distinta a la que estamos acostumbrados a ver en los artistas. Siempre correcto, mantiene la mirada atenta y una sonrisa de oreja a oreja. Nos acercamos a una pequeña cafe- tería, donde tenemos la ocasión de con- versar sobre arte, educación y política. ¿Cómo llegó al mundo del arte? Comencé con la idea de hacer arquitectu- ra. La verdad es que no tenía idea de ser artista, prefería dedicarme al mundo del diseño industrial o al diseño gráfico. ¿Qué le ocurrió para cambiar de idea? En la facultad te enseñan a dibujar y pin- tar de un modo muy académico. En Ma- drid es así, hasta el último curso uno no puede desarrollar sus ideas. Siempre tuve claro que lo que yo hacía en clase no era lo que yo quería hacer, me interesaba la fo- tografía y elaborar un discurso propio. ¿Es importante entonces ese contacto con el sistema institucional del arte? No tanto por generar una “red social” co- mo por conocer lo que se estaba hacien- do. Es importante saber qué hacen otros artistas, cuáles son los discursos y la ma- nera de hacer. Hay que dejarse influir. ¿Cree que existe una estrategia para de- dicarse a esto? Desde luego, hay que preparar buenos dossieres, explicar bien los proyectos. Pe- ro creo que sí, hay una serie de filtros por los que hay que pasar, como INJUVE o Cir- cuitos, en Madrid. Pero no hay que que- darse sólo con eso. ¿Es importante entonces buscar una mayor proyección? Hay que buscar una proyección interna- cional. Esto es muy pequeño, si uno no va fuera... puede sonar muy mal, pero aquí no hay dinero. Las grandes galerías y los coleccionistas están fuera. Para hacer algo “serio”, al margen de la obra que uno ha- ga, a nivel profesional hay que salir. ¿Cómo encaja su obra, que es crítica con el sistema, con todo esto? ¿Se ha encon- trado con problemas? Respecto a mi obra nunca nadie me ha di- cho nada, lo que se diga en el backstage es otra cosa. Yo creo que no hay que adaptar nada, sólo pensar dónde puede estar tu trabajo y dónde no. No hay que forzarlo, de hacerlo, estás destruyendo lo que ha- ces, y eso se nota. Eso no es bueno, inclu- so, para el reconocimiento de uno. ¿Es que el arte puede hablar de todo? El arte debe poder hablar de todo. No hay que dejar de tratar de ningún tema. No di- go con eso que no exista un límite moral, hasta cierto punto. Pero ese límite se lo debe poner uno mismo, en el arte y en la vida en general. Hay artistas que están en el límite, y es importante que haya gente trabajando ahí. Pero yo no dejaría morir un perro en una galería, por ejemplo. ¿Cómo es su relación con los comisa- rios? El artista tiene su discurso y el comisario tiene otro, pero ambos tienen que ir de la mano. El buen comisario los hace conju- gar, generando a partir de esas ideas otras nuevas que van más allá. ¿Cómo surgió la coalición con Nicolás Laíz? Nuestros trabajos tienen mucho que ver. Aunque Nicolás es pintor y yo soy más conceptual, nos interesan las mismas co- sas. El tema político, sobre todo. Viniendo él de Canarias y yo de Madrid, hemos aprendido mucho entrando en un con- texto tan particular como es el vasco. No- sotros veníamos con unas ideas y aquí las hemos contrastado. ¿Cómo viven desde un punto de vista artístico, siendo de fuera, la realidad vasca? Con mucho humor. Con ironía. Personal- mente, no me gusta discutir, enfadarme o polemizar de una forma cruda. Prefiero reírme antes y creo que no es necesario sacar las cosas de quicio. Y ese es el punto de partida del proyec- to “Y Dios creó la política”, en el que en- trevistan a Xabier Arzalluz sobre arte... Sí. Queríamos hacer algo juntos, pensába- mos en una muestra de otro tipo: pintura, instalación..., pero surgió la entrevista, ca- si de manera azarosa, y decidimos que- darnos con eso. Tuvimos la idea peregrina de hacerle una entrevista a Arzalluz y nunca pensábamos en poder hacerlo. Pe- ro justo el día de las elecciones nos lo en- contramos paseando por el Guggenheim y tuvimos la oportunidad de acceder a él. Al final, el proyecto habla de cómo todo se politiza... Todo surge en un marco incomparable, el Guggenheim, Arzalluz... Sí, fue curioso. Estaba realizando una en- trevista para CNN y, en un momento de despiste, me acerqué, le saludé y le dije que éramos dos artistas que estamos de paso por Bilbao. Le propuse hacerle una entrevista sobre arte. Se me quedó miran- do y me dijo: «yo de arte no tengo ni idea; esto (señalando al Guggenheim) no lo hi- cimos por amor al arte, esto lo hicimos por una coyuntura económica». Y aceptó. No puso ninguna pega. ¿Y el partido? Arzalluz está por encima del partido (ríe). ¿Sabía que iba a ser una pieza artística? No le dijimos que lo íbamos a exponer, pero sí, el sabía que éramos artistas y que ése era el contexto de la entrevista. No he- mos tocado sus palabras... es íntegra. La entrevista tiene dos partes, una en la que habla sobre el “Guernica”, y otra en la que entra más en la política cultural del PNV, el Guggenheim, Oteiza... ¿También Oteiza? Nos habló muy bien de Oteiza, decía guar- darle mucho cariño. Mantenían una buena relación, los dos tenían un carácter muy fuerte y creo que por eso se llevaban bien. ¿Qué le falta al arte? Le falta iniciativa privada. Pero eso depen- de de la educación. Es importante que la gente comprenda el arte para que tam- bién entienda que puede invertir en él, en lugar de hacerlo en pisos. DANIEL SILVO ARTISTA Daniel Silvo (Cádiz, 1982) termina su residencia en Bilbaoarte con un “Y Dios creó la política”, un proyecto compartido con Nicolás Laíz. Se trata de una entrevista de 58 minutos a Xabier Arzalluz sobre arte, que puede verse en Espacio Abisal hasta el 18 de octubre. «El límite en el arte, como en la vida, se lo debe poner uno mismo» Archivo Daniel SILVO

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entrevista aparecida el 25 de septiembre de 2009 en el suplemento cultural Mugalari, del diario Gara. Realizada por Edu Hurtado.

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GARA mugalari 543

Edu HURTADO

Desprende una energía muy distinta a laque estamos acostumbrados a ver en losartistas. Siempre correcto, mantiene lamirada atenta y una sonrisa de oreja aoreja. Nos acercamos a una pequeña cafe-tería, donde tenemos la ocasión de con-versar sobre arte, educación y política.

¿Cómo llegó al mundo del arte? Comencé con la idea de hacer arquitectu-

ra. La verdad es que no tenía idea de serartista, prefería dedicarme al mundo deldiseño industrial o al diseño gráfico.

¿Qué le ocurrió para cambiar de idea?En la facultad te enseñan a dibujar y pin-tar de un modo muy académico. En Ma-drid es así, hasta el último curso uno nopuede desarrollar sus ideas. Siempre tuveclaro que lo que yo hacía en clase no era loque yo quería hacer, me interesaba la fo-tografía y elaborar un discurso propio.

¿Es importante entonces ese contactocon el sistema institucional del arte?No tanto por generar una “red social” co-mo por conocer lo que se estaba hacien-

do. Es importante saber qué hacen otrosartistas, cuáles son los discursos y la ma-nera de hacer. Hay que dejarse influir.

¿Cree que existe una estrategia para de-dicarse a esto?Desde luego, hay que preparar buenosdossieres, explicar bien los proyectos. Pe-ro creo que sí, hay una serie de filtros porlos que hay que pasar, como INJUVE o Cir-cuitos, en Madrid. Pero no hay que que-darse sólo con eso.

¿Es importante entonces buscar unamayor proyección?Hay que buscar una proyección interna-cional. Esto es muy pequeño, si uno no vafuera... puede sonar muy mal, pero aquíno hay dinero. Las grandes galerías y loscoleccionistas están fuera. Para hacer algo“serio”, al margen de la obra que uno ha-ga, a nivel profesional hay que salir.

¿Cómo encaja su obra, que es crítica conel sistema, con todo esto? ¿Se ha encon-trado con problemas?Respecto a mi obra nunca nadie me ha di-cho nada, lo que se diga en el backstage esotra cosa. Yo creo que no hay que adaptarnada, sólo pensar dónde puede estar tu

trabajo y dónde no. No hay que forzarlo,de hacerlo, estás destruyendo lo que ha-ces, y eso se nota. Eso no es bueno, inclu-so, para el reconocimiento de uno.

¿Es que el arte puede hablar de todo?El arte debe poder hablar de todo. No hayque dejar de tratar de ningún tema. No di-go con eso que no exista un límite moral,hasta cierto punto. Pero ese límite se lodebe poner uno mismo, en el arte y en lavida en general. Hay artistas que están enel límite, y es importante que haya gentetrabajando ahí. Pero yo no dejaría morirun perro en una galería, por ejemplo.

¿Cómo es su relación con los comisa-rios?El artista tiene su discurso y el comisariotiene otro, pero ambos tienen que ir de lamano. El buen comisario los hace conju-gar, generando a partir de esas ideas otrasnuevas que van más allá.

¿Cómo surgió la coalición con NicolásLaíz?Nuestros trabajos tienen mucho que ver.Aunque Nicolás es pintor y yo soy másconceptual, nos interesan las mismas co-sas. El tema político, sobre todo. Viniendoél de Canarias y yo de Madrid, hemosaprendido mucho entrando en un con-texto tan particular como es el vasco. No-

sotros veníamos con unas ideas y aquí lashemos contrastado.

¿Cómo viven desde un punto de vistaartístico, siendo de fuera, la realidadvasca?Con mucho humor. Con ironía. Personal-mente, no me gusta discutir, enfadarme opolemizar de una forma cruda. Prefieroreírme antes y creo que no es necesariosacar las cosas de quicio.

Y ese es el punto de partida del proyec-to “Y Dios creó la política”, en el que en-trevistan a Xabier Arzalluz sobre arte...Sí. Queríamos hacer algo juntos, pensába-mos en una muestra de otro tipo: pintura,

instalación..., pero surgió la entrevista, ca-si de manera azarosa, y decidimos que-darnos con eso. Tuvimos la idea peregrinade hacerle una entrevista a Arzalluz ynunca pensábamos en poder hacerlo. Pe-ro justo el día de las elecciones nos lo en-contramos paseando por el Guggenheimy tuvimos la oportunidad de acceder a él.Al final, el proyecto habla de cómo todo sepolitiza...

Todo surge en un marco incomparable,el Guggenheim, Arzalluz...Sí, fue curioso. Estaba realizando una en-trevista para CNN y, en un momento dedespiste, me acerqué, le saludé y le dijeque éramos dos artistas que estamos depaso por Bilbao. Le propuse hacerle unaentrevista sobre arte. Se me quedó miran-do y me dijo: «yo de arte no tengo ni idea;esto (señalando al Guggenheim) no lo hi-cimos por amor al arte, esto lo hicimospor una coyuntura económica». Y aceptó.No puso ninguna pega.

¿Y el partido?Arzalluz está por encima del partido (ríe).

¿Sabía que iba a ser una pieza artística?No le dijimos que lo íbamos a exponer,pero sí, el sabía que éramos artistas y queése era el contexto de la entrevista. No he-mos tocado sus palabras... es íntegra. La

entrevista tiene dos partes, una en la quehabla sobre el “Guernica”, y otra en la queentra más en la política cultural del PNV,el Guggenheim, Oteiza...

¿También Oteiza?Nos habló muy bien de Oteiza, decía guar-darle mucho cariño. Mantenían una buenarelación, los dos tenían un carácter muyfuerte y creo que por eso se llevaban bien.

¿Qué le falta al arte?Le falta iniciativa privada. Pero eso depen-de de la educación. Es importante que lagente comprenda el arte para que tam-bién entienda que puede invertir en él, enlugar de hacerlo en pisos.

DANIEL SILVOARTISTA

Daniel Silvo (Cádiz, 1982) termina su residencia en Bilbaoarte con un “Y Dios creó la política”,un proyecto compartido con Nicolás Laíz. Se trata de una entrevista de 58 minutos a XabierArzalluz sobre arte, que puede verse en Espacio Abisal hasta el 18 de octubre.

«El límite en el arte, comoen la vida, se lo debeponer uno mismo»

Archivo Daniel SILVO