Cupido

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Cupido SX Meagher y Anne Brisk El nivel de decibelios en Futuros había alcanzado nuevas cotas este jueves por la tarde. Las tres y cuarto de la tarde habría sido algo temprano para empezar con la hora feliz en la mayoría de los bares, pero aquí no. La Cámara de Comercio de Chicago estaba justo al lado y la mayoría de su progenie acudía corriendo en cuanto sonaba la campana de cierre. El gentío que atestaba el bar estaba formado por agentes de bolsa, agentes comerciales, corredores, analistas de mercado y algún que otro profesor, que era el otro tipo de profesional que salía del trabajo a esta hora. Aunque hacía una tarde soleada y clara, la luz no llegaba al interior del bar. Había postigos de madera en las pequeñas ventanas y estaban cerrados a cal y canto, impidiendo que los clientes se diesen cuenta de que estaban desperdiciando una preciosa tarde de Chicago. Todos los que llenaban el local ya habían estado allí antes, la mayoría de ellos a diario. Y casi todos ellos estaban todavía en ese punto especial en el que te parece que todavía estás con la primera copa, aunque te hayas tomado tres. Tienes mejor aspecto, cuentas mejor los chistes, cantas mejor y las mujeres te adoran, sobre todo las camareras. En un gran reservado del rincón estaban sentados seis jóvenes ejecutivos, inteligentes y relucientes. Se habían apoderado de ese espacio nada más inaugurarse Futuros, siete años antes, y ahora el reservado era suyo, aunque llegaran un poco tarde a la fiesta. Lo primero que llamaba la atención al mirar a este grupo era la animada rubia sentada en el centro, flanqueada por cinco hombres. Estaba claro que esta rubia en concreto no era la secretaria o la ayudante administrativa. En realidad, era más uno de los chicos que los propios chicos. —Katie, guapetona, ¿qué pasa con el partido inaugural? ¿Tienes entradas? —Tengo dos —contestó Kate—. Estoy intentando conseguir más, pero ni se te ocurra pretender ir conmigo, Alan. Emma y yo hemos

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Uber Xena y GabCupido Sx Meagher y Anne Brisk (xfae): Emma y Kate llevan un tiempo juntas pero todo se ha enfriado un día llega Emma con un perrito que se llama Cupido y las une como nunca en su relación.

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Cupido

SX Meagher y Anne Brisk

El nivel de decibelios en Futuros haba alcanzado nuevas cotas este jueves por la tarde. Las tres y cuarto de la tarde habra sido algo temprano para empezar con la hora feliz en la mayora de los bares, pero aqu no. La Cmara de Comercio de Chicago estaba justo al lado y la mayora de su progenie acuda corriendo en cuanto sonaba la campana de cierre.

El gento que atestaba el bar estaba formado por agentes de bolsa, agentes comerciales, corredores, analistas de mercado y algn que otro profesor, que era el otro tipo de profesional que sala del trabajo a esta hora.

Aunque haca una tarde soleada y clara, la luz no llegaba al interior del bar. Haba postigos de madera en las pequeas ventanas y estaban cerrados a cal y canto, impidiendo que los clientes se diesen cuenta de que estaban desperdiciando una preciosa tarde de Chicago.

Todos los que llenaban el local ya haban estado all antes, la mayora de ellos a diario. Y casi todos ellos estaban todava en ese punto especial en el que te parece que todava ests con la primera copa, aunque te hayas tomado tres. Tienes mejor aspecto, cuentas mejor los chistes, cantas mejor y las mujeres te adoran, sobre todo las camareras.

En un gran reservado del rincn estaban sentados seis jvenes ejecutivos, inteligentes y relucientes. Se haban apoderado de ese espacio nada ms inaugurarse Futuros, siete aos antes, y ahora el reservado era suyo, aunque llegaran un poco tarde a la fiesta.

Lo primero que llamaba la atencin al mirar a este grupo era la animada rubia sentada en el centro, flanqueada por cinco hombres. Estaba claro que esta rubia en concreto no era la secretaria o la ayudante administrativa. En realidad, era ms uno de los chicos que los propios chicos.

Katie, guapetona, qu pasa con el partido inaugural? Tienes entradas?

Tengo dos contest Kate. Estoy intentando conseguir ms, pero ni se te ocurra pretender ir conmigo, Alan. Emma y yo hemos asistido a siete partidos inaugurales seguidos y ahora no voy a romper la racha.

Jo, hace que no veo a Emma... cunto? Tres aos? dijo Alan. Sigo sin creerme que te deje pasar el rato con nosotros. Ya se debe de haber olvidado de lo que es nadar con los tiburones.

Kate solt una risotada.

Emma no me "deja" hacer nada, Al, y sabe lo que es jugar duro. Simplemente decidi que ya no aguantaba los pelotazos. Sus ojos soltaban chispas al contestar y los chicos se dieron cuenta de que se trataba de un tema con el que no iban a avanzar mucho.

Era una joven guapa, terca, inteligente, de ingenio y lengua afilados y empeada en alcanzar el xito en todo lo que haca. Tena su propia opinin sobre el tema de que Emma hubiera abandonado el negocio, pero jams la compartira con los chicos.

Rodney, relativamente nuevo en el grupo, pregunt:

A qu se dedica ahora tu novia?

Es asistente social dijo Kate. Trabaja en un refugio de mujeres maltratadas.

No se lo digas a mi mujer! exclam Jack, logrando hacer rer a todos con la broma.

Oh, por favor! Sheila te podra poner a ti la cara del revs, caguica! dijo Marty. Seras t el que se presentara en medio de la noche con un ojo morado, pidiendo un catre y un trozo de pan.

Emma dice que muchos hombres sufren malos tratos en casa dijo Kate. Pero los refugios no los acogen.

Un to que se deja pegar por su mujer es que se lo merece dijo Jack, esforzndose por recuperar su machismo imaginario.

Siempre conviene echar un pulso antes de casarse, chicos les advirti Kate. Si ella os gana dos de tres, ms vale que os busquis a otra.

Quin no puede ganar a una mujer echando un pulso? pregunt Rodney.

Cuatro carteras salieron disparadas de cuatro chaquetas de traje.

Van doscientos por Kate dijo Marty, sacando unos cuantos billetes de cincuenta.

Emma sali del ferrocarril urbano y recorri a pie las pocas manzanas que haba hasta su casa. Estaba oscuro y una de las farolas estaba rota, por lo que la manzana, normalmente acogedora, pareca un poco siniestra. Cuando lleg a casa, se tranquiliz y se sinti sorprendentemente feliz de ver la clida luz dorada que sala del estudio. Oh, bien. Est en casa.

Cuando abri la puerta, oy la voz de Kate.

Hola. Estoy en el estudio.

Ah es donde me imaginaba que estaras. Emma colg el abrigo en el perchero de la entrada y dej el maletn en el suelo. Al llegar donde estaba su compaera, ya se haba quitado los zapatos y se haba desabrochado la falda. Qu tal? pregunt, dndole un beso en la cabeza. Queda algo de comer?

S. He trado comida china. Quieres que te la caliente mientras te cambias?

Es la mejor propuesta que he tenido en todo el da. Se inclin y olisque el vaso que estaba en la mesa. Srveme un vaso de eso tambin. Huele genial.

Est genial. Va muy bien con los won-tons picantes.

Ahora mismo bajo.

Kate se levant cuando su compaera sala de la habitacin.

Ests bien?

S, s, es que tengo algunas cosas en la cabeza. Ya sabes.

Dndole una palmadita en la espalda, Kate dijo:

Te sentirs mejor cuando te tomes un par de copas.

Emma se sent en su butaca preferida y se termin el vino que haba acompaado muy bien a su cena.

Qu estamos viendo?

Nada, en realidad. Estaba leyendo. Slo tena la tele puesta como ruido de fondo. La casa me da un poco de miedo cuando hay demasiado silencio.

Sabes, yo he tenido un poco de miedo cuando vena andando a casa desde el tren. Una de las farolas estaba fundida y nuestra manzana pareca un poco... no s. Se estremeci y dijo: Trabajar en el refugio me hace ver lo peligroso que puede ser el mundo para las mujeres.

Kate le ense el peridico que estaba leyendo a su compaera, agitndolo.

Es que no lees las noticias? El mundo es peligroso para todos. Las mujeres no se llevan la palma en ese terreno.

Eso ya lo s. Pero cuando ves el miedo que tienen algunas de estas mujeres y sus cros... Me he pasado todo el da hablando con una mujer que ya ha estado en el refugio tres veces. Por muy mal que la trate su marido, no tiene valor para dejarlo. Se me parte el corazn.

Tiene hijos?

Mmm. Dos. La mayor lo est pasando muy mal. Tiene miedo del padre, pero tambin lo quiere.

Kate dej el peridico a un lado e hizo una mueca.

A m me cabrea saber que en algn momento todos vamos a acabar pagando por esos cros. Acabarn viviendo de la asistencia social o en la crcel o dependiendo del estado para algn otro tipo de ayuda.

Emma haba odo las opiniones de su compaera sobre este tema tantas veces que el resto de la conversacin no era necesario.

A las mujeres les cuesta marcharse, Kate. Ya s que t no ests de acuerdo, pero es difcil.

Las mujeres tienen que pensar ms en sus hijos que en los gilipollas de sus maridos rezong Kate. Todo esto me saca de quicio.

Ya lo s. Se levant para ir a la cocina a coger la botella de vino. A m tambin me saca de quicio, pero las soluciones no son tan sencillas como t crees.

Kate le dijo cuando sala:

Tampoco son tan complejas como t crees. Puedes pasarte el resto de tu vida haciendo esto, pero jams logrars abrir brecha. Algunas personas han nacido para ser vctimas.

Kate iba zumbando a ciento diez por la autopista estatal, azuzada ms que nada por el nudo que tena en el estmago. No iba a reconocer que lo tena, pero ah estaba, como siempre que se vea obligada a visitar a su familia. Lo de la obligacin era imaginario, pero el nudo era real.

Emma, tomando prestado un dicho popular, senta el dolor de Kate. Pero saba que tena tantas posibilidades de solucionarlo como de volar.

Oye, Kate, quieres aflojar un poco?

Cmo? Es que no ardes en deseos de llegar a casa de mis padres?

Emma no pic el anzuelo. Se daba cuenta, a pesar de lo que indicaba el cuentakilmetros, de que era Kate la que no tena ninguna prisa por llegar a su destino.

Kate subi por el camino de entrada de la casa de sus padres y sonri a Emma.

Preparada para la tortura?

Emma le apret el brazo un momento.

S que es duro, pero me tienes aqu.

Con eso y el armario de las bebidas, podr superar el da.

Hace cinco aos, con mi apoyo te habra bastado. Guardndose sus pensamientos, Emma le sonri a su vez.

La puerta del garaje estaba abierta, de modo que entraron. Cuando iban por el pasillo cubierto, se encontraron con el padre de Kate.

Hola, pap dijo sta.

Ah, hola, chicas. Acabis de llegar? Iba a buscar una cerveza. Queris una?

Muy bien. Em?

Mm... no, no me apetece. Gracias, Don.

Pues muy bien, t misma. Venga, Kate, que te abro una.

Emma dej que Don pasara apretadamente a su lado y Kate lo sigui de vuelta al garaje. Se qued sola para enfrentarse a Doris. Entr en la cocina y vio a la madre de Kate junto a los fuegos.

Hola, Doris.

Daba igual cuntas veces visitara Emma a los padres de Kate, siempre se quedaba pasmada por la intensidad del disgusto que era capaz de transmitir Doris al verla.

Vaya, ya creamos que no ibais a llegar. Dnde est Kate?

Emma no tuvo ocasin de responder porque en ese momento entr Kate con la cerveza que le haba dado su padre en la mano. Ambas mujeres oyeron el "tsss" que Doris crea inaudible.

Tan temprano?

Hola, mam. Feliz Domingo de Resurreccin. Despus de darle un beso de cumplido, Kate se asom al cuarto de estar. Ya han llegado todos?

Claro que ya han llegado. A la hora prevista.

Tambin viven a diez minutos de aqu, mam. Chicago est a una hora y media de distancia.

Te enviamos nosotros all, o fuiste t la que decidi marcharse?

Emma decidi entrar en la refriega, aunque todava era temprano.

Algo huele delicioso, Doris. Es jamn?

Siempre sirvo jamn en Pascua. Y Emma casi oy la continuacin tcita: "pecadora lesbiana".

Seguro que estar riqusimo. Kate, qu tal si vamos a saludar al resto de tu familia, si tu madre no nos necesita?

Podis iros, estoy acostumbrada a hacerlo todo yo sola.

Cuando se batan en retirada, Emma oy que Kate deca por lo bajo:

Bienvenidos a la casa del dolor.

Kate miraba la mesa de los nios con envidia, deseando tener menos edad para poder distanciarse de los adultos. Not que el pie de Emma se meta por debajo del dobladillo de sus pantalones y sonri furtivamente a su compaera.

Acabaremos pronto dijo Emma sin voz, tapndose los labios con la mano para esquivar los ojos de guila de Doris.

Volviendo la punta del cuchillo hacia s misma, Kate imit un suicidio ritual, haciendo rer a Emma.

Qu pasa ah que tiene tanta gracia? pregunt Doris. Concentraos en la comida. Llevo levantada desde las cinco de la maana para preparar esto.

No pasa nada que tenga gracia dijo Kate, con rostro inexpresivo. Nada en absoluto.

Despus de comer, los hombres se retiraron al cuarto de estar para jugar a las cartas, mientras las mujeres, siguiendo la molesta tradicin ancestral, recogan las cosas. Por una vez, Doris dej que sus nueras se ocuparan de todo. Fue al saln y se detuvo, clavando la mirada en la nuca de Kate hasta que la mujer ms joven se volvi. Doris no dijo nada, se limit a llamarla doblando un dedo y Kate fue detrs de ella, sintiendo un nudo en el estmago mayor que antes.

Qu pasa, mam?

Qu ocurre con sa y contigo? Cundo se va a terminar esto?

Terminar? Kate se pregunt cmo o si iba a poder controlar la rabia.

No lo soporto y lo sabes.

Mam, soy homosexual, Emma es homosexual. Somos felices. Lo siento si no te gusta, pero as son las cosas.

Que sepas que aqu todo el mundo lo sabe. Cuando la gente me pregunta por la familia en la iglesia, ni siquiera te incluyen a ti.

Pues qu pena para m.

No, jovencita, es una pena para m! Yo eduqu a mi hija para que fuese una chica normal, no una...

Lesbiana. Soy lesbiana.

No digas esa palabra en mi casa!

Tanto si digo la palabra como si no, es lo que soy. No puedo cambiar mi forma de ser, mam.

Claro que puedes. Es que no te da la gana. Ya s yo lo que pasa.

Lo que pasa...?

Es sa... que se aprovecha de ti.

Kate se la qued mirando sin dar crdito.

Cmo puedes decir eso?

Conozco a la gente dijo Doris. S cunto gana una asistente social. Es una miseria comparado contigo.

Cunto ganas t comparada con pap? pregunt Kate.

No te atrevas a compararla conmigo! Yo llevo cuarenta y dos aos casada!

Y Emma y yo llevamos siete aos juntas. Esto no es un capricho, mam, y... por qu estoy otra vez con la misma conversacin? Se acab.

Doris se qued mirando furiosa a su hija un momento y luego se meti en su habitacin.

Don acompa a las mujeres al coche y en cuanto llegaron, Doris sali de la casa, malhumorada.

Coche nuevo? pregunt. Mmm... otro alemn. Aqu la gente se muere de hambre porque nadie compra coches americanos.

Es de Emma dijo Kate. Le dio el Accord a su hermano pequeo.

Qu amable dijo Doris, con evidente falta de sinceridad. Bueno, os espero de nuevo para la barbacoa del Da de los Cados. La vamos a hacer aunque llueva aadi, cortando toda va de escape.

Estupendo dijo Kate sin el menor entusiasmo.

Muchas gracias dijo Emma. Os veremos el Da de los Cados.

Kate tumb su asiento y cerr los ojos.

Te importa que duerma un poco?

No, para nada. Pondr un CD.

Kate se reclin agradecida e intent no pensar, pero el veneno de su madre corra por sus venas. Emma cantaba siguiendo la msica, con su voz suave y meldica, y eso tranquiliz y calm a Kate de un modo que una conversacin jams habra podido.

El dolor del da no tena sitio en la mente consciente de Kate. Se meta en su interior, aumentando el dolor sordo que a menudo senta en el alma, pero que nunca lograba explicar.

Siete aos. De verdad Em y yo llevamos juntas siete aos? A veces parecen cuarenta. Y a veces ni siquiera la conozco. Ech una mirada furtiva al perfil de Emma. Qu guapa sigue siendo. Eso no ha cambiado. Pero algo s que ha cambiado. Algo importante. Alguna vez se puede recuperar lo que se ha perdido? Dios, quiero que todo vuelva a ser como era antes.

Kate dej que las lgrimas que le llenaban los ojos resbalaran por sus mejillas sin hacer ruido.

Kate estaba sentada a la mesa de la cocina, bebiendo una taza de caf, cuando baj Emma.

Llevas mucho tiempo levantada? pregunt, rozando la espalda de Kate con la mano al pasar.

S. Ya sabes que no consigo quitarme la costumbre. As que he aprovechado para trabajar un poco.

A qu hora tenemos que salir?

Ah... pues me gustara llegar a tiempo para el calentamiento, as que creo que deberamos salir hacia las once y media o as. Te parece bien?

Claro. Voy a tomar un caf y a hacer unas llamadas. No dejes que me retrase, vale? Si no me oyes en la ducha hacia las diez y media, sube a ponerme las pilas.

Kate levant la vista del artculo que estaba leyendo y sonri a su compaera con cario.

Muy bien. Te apetece lo de hoy?

Por supuesto. Hoy vamos a ganar!

Haca un da gloriosamente despejado y soleado, con una ligersima brisa que soplaba desde el lago. La hierba era tan verde que pareca pintada y aunque la hiedra que cubra los muros de ladrillo estaba todava en su fase invernal, Emma se la imaginaba toda verde y frondosa en pleno verano.

Yo nunca podra irme de Chicago dijo. A menos que destruyan el campo Wrigley, por supuesto.

Eres una nativa de pro dijo Kate.

Recuerdo la primera vez que mi padre me trajo aqu dijo Emma. Yo deba de tener cinco o seis aos. Estaba seguro de que me iba a aburrir, pero aguant el partido entero. Sonri y Kate vio cierta tristeza en sus ojos.

Lo echas mucho de menos, verdad?

S. Los echo de menos a los dos, pero siempre tuve una relacin ms estrecha con mi padre. Cuesta creer que hayan pasado ya cinco aos.

S asinti Kate. Apret el muslo de Emma con la mano. Era un buen hombre.

Emma oy al vendedor que empezaba a bajar por su pasillo.

Dos cervezas! pidi. Brind con su vaso y dijo: Por mi padre.

Por Artie dijo Kate.

Al terminar la quinta, los Cubs iban en cabeza por dos a uno. Al lanzador ya lo haban sacado, pues su brazo todava no estaba a la altura de las exigencias de un partido de temporada en toda regla.

No me fo mucho de nuestro mediocampista dijo Kate.

Si podemos contenerlos hasta la octava, nuestro receptor puede pararlos.

La quinta no es la octava dijo Kate, asintiendo sabiamente.

Vamos a tomar otra cerveza dijo Emma. As se nos calman los nervios.

Los Cubbies no dieron pie con bola en la sptima ni en la octava y las dos mujeres empezaban a perder la esperanza. Se empez a levantar una brisa glida y el sol qued oculto tras la creciente capa de nubes.

Esto no tiene buena pinta, nena dijo Kate.

La hora ms oscura es siempre antes del amanecer?

Ms bien que siempre te congelas el culo en el partido inaugural decidi Kate. se s que es un aforismo que ha echado patas de lo viejo que es.

Yo no s nada de patas dijo Emma. Las mas estn dormidas.

Demasiadas cervezas?

Un poco por eso y otro poco por el fro que hace dijo. En estos momentos me debato entre tener que hacer pis y temerme que las piernas no me vayan a funcionar.

Qu tal un beso Cubby para darte suerte? pregunt Kate, con una sonrisa provocativa.

Delante de cuarenta mil personas? Hizo una pausa efectista y luego dijo: Claro, por qu no.

Kate le plant un sonoro beso y al apartarse oy la risa encantada de Emma.

Qu divertido dijo. Tenemos que salir ms. Es divertido hacer el tonto.

Mirndola largamente, Kate not que su sonrisa se iba agrandando hasta que se qued mirando a Emma con una sonrisa boba de oreja a oreja.

Cmo he tenido la suerte de conseguir a una mujer tan estupenda como t?

Aah, venga ya dijo Emma, dndole un codazo.

El partido continu hasta un total de catorce entradas. Y cuando los Reds marcaron al principio de la decimocuarta, ya nadie tuvo muchas esperanzas. A los Cubs slo les quedaban los tres ltimos bateadores y en el banquillo slo quedaban lanzadores. Cuando el equipo fue eliminado en el bate, los ms o menos quince mil seguidores que an aguantaban parecieron aliviados.

Emma haba logrado salir al bao en la decimoprimera, pero ahora necesitaba ir otra vez desesperadamente. Cuando llegaron al servicio de mujeres, pareca que todas las mujeres que todava quedaban en el campo estaban en la cola.

No voy a poder aguantar gimi.

Vamos aqu al lado propuso Kate. Podemos comernos unas salchichas y ver a los Giants en ESPN.

De acuerdo decidi Emma. Vamos a correr! Sali disparada, con Kate corriendo detrs de ella, agarrada a su abrigo para no perderla entre el gento.

La cola que haba fuera del popular bar era casi tan larga como la del servicio del campo.

Estoy desesperada exclam Emma. Tengo que encontrar un bao!

Sgueme orden Kate. La llev al callejn que haba detrs del bar y Emma sofoc una exclamacin de sorpresa al ver la fila de hombres que orinaban contra la pared. Vamos al otro lado de la esquina dijo Kate con su tono ms severo. Que nadie mire!

Emma estaba como si le hubieran dado un golpe con un bate, pero Kate le dijo:

Yo vigilo. Si alguien dobla esa esquina, no vivir para contarlo.

Ests segura? pregunt Emma, bailoteando.

Segursima. Ahora corre!

Emma obedeci, mientras Kate vigilaba el callejn por si aparecan mirones. Nadie hizo el ms mnimo ademn de acercarse y cuando Emma termin, Kate ocup su lugar.

Ahora tengo que hacerlo yo.

Yo monto guardia. Venga.

Poco despus, la pareja sali del callejn, cogida de la mano.

Qu divertido! dijo Emma. Vamos a colarnos en el bar.

As se habla asinti Kate y sigui a su compaera por entre la multitud.

Slo eran las ocho cuando llegaron a casa, pero las dos estaban borrachas, cansadas y heladas.

Me voy a la cama dijo Kate. Casi me quedo dormida en el tren.

Yo tambin asinti Emma. Creo que no me iba a la cama tan temprano desde que estaba en primaria, pero no voy a poder funcionar si no duermo la mona.

Subieron juntas y luego cada una se meti en su propio cuarto de bao.

Emma se estaba lavando los dientes y se mir al espejo. Cmo podemos pasarlo tan bien un da y luego volver a tratarnos como desconocidas durante meses? Ojal pudiramos conectar de esta forma ms a menudo. No soporto que me mantenga apartada todo el tiempo.

Emma estaba abriendo la cama de la habitacin de invitados la cama que haba acabado siendo suya cuando Kate asom la cabeza.

Quieres compaa?

Mm... claro. A qu hora te tienes que levantar?

A las seis, como siempre. Podemos dormir aqu y luego t puedes volver a dormirte cuando me levante.

Vale. Adentro.

Kate se desliz bajo las sbanas, que eran como hielo en contacto con sus piernas desnudas.

Creo que jams conseguir entrar en calor.

Yo puedo darte calor decidi Emma. Se meti en el otro lado y pas el brazo por detrs de la cabeza de Kate. Venga, arrmate.

Ansiosa, Kate absorbi el calor de su compaera ms grande.

Oooh... esto es divino ronrone.

Buenas noches dijo Emma. Que duermas bien.

T tambin suspir Kate. Cerr los ojos, pero sus pensamientos la mantuvieron despierta durante unos minutos. Dios, haca aos que no lo pasbamos tan bien. Por qu ha tenido que cambiar tanto? Antes nos divertamos y nos bamos de juerga todo el tiempo, pero ahora se comporta como si llevara el peso del mundo sobre los hombros. Estamos malgastando nuestra juventud!

Cuando Kate lleg a casa al da siguiente por la tarde, haba una nota en la encimera de la cocina.

Hola,No te olvides de que esta noche hacemos una fiesta para nuestra interina, Michelle, en el Twin Anchors. Me encantara que vinieras si puedes. Empieza a las siete y va a ser muy divertido. Podramos hacer el tonto dos noches seguidas!Espero que tengas la cabeza mejor que yo.Te quiero,Em

Oh, mierda. Ni siquiera conozco a esa mujer. Por qu tengo que ir a su fiesta de despedida? Adems, todava me duele la cabeza de lo de ayer. Lo que me faltaba es una noche ms en un bar. A Em no le importar.

Emma cerr la puerta a su espalda y se apoy sin fuerzas en el marco. Se qued ah un minuto, escuchando los ruidos de la casa. Su ltimo rayo de esperanza de que Kate estuviera al menos despierta se haba apagado al bajar por la calle. Fue a la cocina y vio que Kate haba aadido unas lneas ms a la nota.

Hola,Espero que lo hayas pasado bien. No soportaba la idea de pasar otra noche en un bar lleno de humo. Tu aguante debe de ser mejor que el mo.Te quiero,K

Aguante? A m me parece que con eso de pasarse dos o tres horas bebiendo todas las tardes despus del trabajo Kate debera tener el aguante de un ejrcito.

Emma subi, sin ofrecer resistencia a la tristeza que la embargaba. Se detuvo ante la puerta de Kate e incluso lleg a poner la mano en el picaporte, pero luego se dio la vuelta y se fue a la cama sola.

El da uno de mayo, Emma abri la puerta y exclam:

Tengo una sorpresa para ti, Kate.

Una de mis frases preferidas del idioma ingls.

Normalmente s dijo Emma, que todava no haba entrado del todo por la puerta. sta podra gustarte o no.

Antes de que Kate pudiera levantarse del sof, la sorpresa entr a la carrera en el estudio, soltando gaiditos al saltar y ponerle las patas en las piernas.

Qu demonios!

Sorpresa dijo Emma sin mucho convencimiento. A que es una monada?

Kate se agach y cogi a la bola de pelusa que se agitaba.

Claro que es una monada. Pero por qu est en nuestra casa? El cachorro se puso a lamerle la cara y logr meterle la lengua en la boca a los pocos segundos.

Pues... es que ahora tambin es su casa. Te importa?

Kate estaba tan ocupada defendindose del feroz ataque de amor que casi no poda hablar.

Qu diablillo tan carioso consigui decir por fin. Pero cundo hemos decidido tener un perro?

No lo hemos decidido dijo Emma. Pero hoy ha venido al refugio una mujer con sus hijos y este cachorrito. En el refugio no podemos tener perros, as que... aqu est.

Dios, Em, no puedes quitarles el perrito a unos nios!

Oh, los chicos apenas le hacan caso. Lo tenan slo desde haca una semana y slo lo usaban para practicar el tiro al blanco. Pensaban que era un juguete. La mujer me dijo que parte del motivo de que su marido le diera tal paliza era que el perro lloraba y se haca pis en la alfombra. Quera librarse de l.

Genial! Tenemos un perro que ha llevado a un hombre a pegar a su mujer. Sujet al cachorro delante de su cara. Sabes que has destruido una familia, espantajillo? La lami con entusiasmo y a ella le cost mantener el ceo. A lo mejor estos lametones constantes tambin han tenido algo que ver. Podran acabar siendo molestos... y bien pronto.

Emma advirti encantada que las palabras de Kate no casaban con su expresin.

Lo vigilas un momento? Tengo que correr a Jewel a comprar comida para perros.

Cuando casi haba salido por la puerta, oy un grito indignado:

Oye! Vuelve aqu! Tu perro se quiere ir contigo!

Cuando Emma regres, el perrito estaba profundamente dormido en el regazo de Kate.

Juegas sucio mascull la niera.

Oye, tena que comprarle comida. No creo que le hayan dado nada salvo sobras de la mesa.

No hablo de la comida, Em. Hablo de l. Baj la mano y la puso en el lomo del perro, sonriendo cuando l solt un suspiro perruno de felicidad y se hizo un ovillo ms prieto an.

Cupido.

Qu?

Cupido, no "l".

Le hemos puesto nombre "nosotras"?

No, ya vena con nombre. Ves esa manchita negra en forma de corazn que tiene en el lomo?

Hurgando en el pelo sobre todo blanco, Kate encontr la mancha en cuestin.

Por qu la mujer no lo llam "corazn"?

Es una romntica dijo Emma con humor.

Tenemos que hablar seriamente de esto, Em. No tenemos el tipo de horario que deben tener los dueos de un perro. Eso no es justo para... Cupido.

No te pido que hagas nada, Kate. Ya s que no tienes tiempo por la maana para sacar de paseo al perro y darle de comer. Te prometo que yo me ocupo de todas las tareas. Lo nico que necesito es que lo dejes salir al jardn cuando llegues a casa.

Crea que no me ibas a pedir que hiciera nada dijo Kate.

Si no quieres dejarlo salir, contratar a alguien para que se pase a la hora de comer y lo lleve a dar un paseo. No hay problema.

Kate mir al perro dormido.

Supongo que puedo abrir una puerta dijo. Pero no me puedo comprometer a nada ms, Em. No tengo tiempo para estas cosas.

Lo s. Yo siempre he querido tener un perro y, ahora que tenemos una casa, me pareca el momento perfecto. Y es tan rico! Su sonrisa era contagiosa y Kate sonri a su vez.

S que es muy rico. Pero tiene un nombre muy tonto. No se lo podemos cambiar?

No creo. Responde al orlo.

Pues nos quedamos con Cupido dijo, rascando al cachorro detrs de la oreja.

A la tarde siguiente Kate lleg a casa a su hora de costumbre y al meter la llave en la cerradura, oy un lloriqueo apagado.

Ya voy, ya voy. Un segundito, quieres?

Emma haba dejado encerrado en la cocina al perrito, que haba hecho pis obedientemente en el peridico que le haba dejado preparado.

Hola, perrito. El cachorro se puso a dar los brincos ms altos que le permitan sus cortas patitas y estuvo a punto de dar una voltereta por el aire. Quieres salir?

Abri la puerta corredera y se qued mirando cuando l sali corriendo, con el aire de un condenado que acabara de recibir el perdn del gobernador. No paraba de mirar por encima del hombro mientras orinaba, sin dejar de mirar a Kate.

Venga, haz lo que hacen los perritos. Que te diviertas. Cerr la puerta y fue arriba a cambiarse. Cuando baj poco despus, fue a ver cmo estaba y se sorprendi al verlo con el morro pegado al cristal. Qu te pasa? Es que no tienes que jugar o algo as?

Estoy hablando con un perro, se record a s misma. Apenas tiene edad para hablar canino y mucho menos ingls.

Espera un momento dijo, incapaz de dejar de hablar con este ser semi-inteligente. Sac un vaso bajo y se sirvi dos dedos de whisky. Cuando se planteaba si tomarlo solo o con un chorro de soda, se vio interrumpida por un lloriqueo. Para complicar ms las cosas, el lloriqueo no era ni siquiera molesto, simplemente se oa, y le estaba costando hacerse la sorda. Oh, est bien!

Abandonando su bebida, abri la puerta, suponiendo que el perro iba a entrar. Pero no fue as. Se qued ah sentado, mirando la brillante hierba verde y luego a ella.

Se supone que tengo que salir ah contigo? pregunt. Soy humana. T eres un perro. Tenemos intereses distintos. A m me gusta leer. Qu te gusta hacer a ti?

Evidentemente, le gustaba estar fuera con un humano, porque corri hasta el centro del jardn y cogi el mueco del Gran Gato Malvado que haba trado Emma la noche anterior. Lo agarr con la boca y se puso a sacudirlo, al tiempo que corra hacia Kate, con aire de absoluta felicidad.

Y qu tengo que hacer con eso? le pregunt cuando se lo dej a los pies. Si los perros pudieran suspirar y poner los ojos en blanco, ste lo habra hecho, pero empez de nuevo con gran paciencia, esforzndose por entrenar a la lenta humana. Cuando hubo repetido las instrucciones tres veces, Kate empez a enterarse. No debera hacer esto le dijo. Mis responsabilidades quedaron claramente definidas por la mujer que s es tu duea. Pero para entonces, se haba olvidado de su copa y, si se permita sentir lo que llevaba en el corazn, tendra que reconocer que lo estaba pasando bien.

Un par de semanas despus, Emma y Cupido volvieron a casa tras su sesin nocturna de entrenamiento con la correa. Como de costumbre, Cupido cogi la correa con la boca en cuanto Emma la solt y corri por toda la casa para ensearle su trofeo a Kate.

Hola, amiguito! Lo has pasado bien? Mir a Emma y pregunt: Algn progreso?

Creo que ya va pillando la idea dijo Emma. Pero no le hace gracia que sea yo la que decide dnde vamos y cundo nos detenemos. Es muy cabezota.

Kate cogi al cachorro y dej que la besara.

A quin has salido t, Cupido? Tu mam es cabezota? Yo creo que s.

Qu graciosa dijo Emma. Queda algo de comer?

S. He encargado una pizza. Te queda ms de la mitad. Emma fue a la cocina y Kate levant la voz para decirle: Tengo que llamar a mi madre esta noche para preguntarle si tenemos que llevar algo para el Da de los Cados.

Emma se detuvo y se volvi.

Le vas a decir lo de Cupido?

Lo de Cupido?

S. Dile que vamos a llevar al perro.

Lo vamos a llevar?

Emma entr de nuevo en el estudio.

Tenemos que hacerlo. Vamos a estar fuera ms de diez horas. No podemos dejarlo encerrado en la cocina todo el da.

No podemos meterlo en un refugio o algo as?

Espero que te refieras a una perrera y no, no podemos. No voy a dejarlo encerrado en una jaulita todo el da. Adems, quiero tenerlo conmigo cuando tengo un da libre. Mir a Kate con preocupacin. T no?

Kate asinti.

S, yo tambin. Tienes razn. No es justo encerrarlo en algn sitio... no tendra que sufrir slo porque a nosotras no nos queda ms remedio.

Kate cogi el telfono y se puso a marcar el temido nmero. Cuando estaba marcando las cuatro ltimas cifras, entr Cupido y la mir pidiendo que lo cogiera en brazos. Levantndolo, dej que se acomodara en su regazo mientras ella terminaba.

Gracias susurr mientras esperaba a que su madre contestara. Hola, mam, soy Kate. Quera saber si necesitas que llevemos algo a la fiesta.

No, no es necesario. T no haces nada especial, verdad?

No. Nada de nada. Apret los dientes y dijo: Tenemos un nuevo miembro en la familia. Tenemos un perro.

Los perros son mascotas, Kate. No son miembros de la familia.

Bueno, vamos a llevar a Cupido para el Da de los Cados, as podrs ver lo rico que es.

No vas a traer un perro a mi casa. Ni se te ocurra.

Vamos a estar fuera casi todo el da, mam. Tu jardn est vallado. Qu mal puede hacer?

Eso no es asunto tuyo. No quiero tener un perro aqu y no hay ms que hablar. Si quisiramos un perro, ya lo tendramos.

Kate tom aliento.

Lo comprendo, mam, pero no es ms que un cachorrito y no podemos dejarlo en casa todo el da. Tendremos que dejarlo para otra ocasin.

Qu? No vas a venir por culpa de un perro? Por qu no lo puede cuidar sa?

sa? Kate estaba ahora enfadada y no iba a ceder ni un milmetro con este asunto. Iba a echarle un pulso a su madre aunque le llevara todo el da.

Si no puedes venir, me da igual. Pasaron unos segundos y luego Kate oy el tono de marcar.

Cogi al perro y lo abraz con ternura.

Te debo una, amiguito.

Por la maana del Da de los Cados, Kate se despert de psimo humor. Abri con sigilo la puerta de Emma para dejar salir a Cupido, luego baj e hizo caf, sin hacer caso de la cantinela y el baile canino que se desarrollaba a su lado.

Est bien. Ahora te dejo salir. Primero necesito tomar caf y esta vez me voy a salir con la ma.

El perro percibi su estado de nimo y se calm, esperando sumisamente junto a la puerta a que terminara. Por supuesto, eso la puso de peor humor an y cuando abri la puerta, se fue de la cocina, dejando que Cupido se ocupara de sus asuntos a solas.

Buenos das dijo Emma alegremente cuando entr en el estudio un par de horas despus. Cmo est todo el mundo? Cupido respondi corriendo hasta ella como si fuese una versin viva de la Tierra Prometida. Bueno, alguien se alegra de verme. Se agach para rascar la tripa que se le ofreca y mir a Kate. Ests bien?

S.

Hoy voy a hacer tortitas. Quieres?

Kate la mir ceuda.

Ya he tomado cereales. Habra esperado de haber sabido que ibas a hacer tortitas.

Emma se sent al lado de su compaera y le puso una mano en la pierna.

Como no podemos ir a la fiesta, he pensado que podramos tener nuestra propia celebracin en familia. Tenemos una barbacoa estupenda que ni siquiera hemos estrenado. Qu dices?

Me da igual.

Emma se levant y fue a la cocina.

Qu tal una tortita? Podrs con ella?

Supongo concedi su malhumorada compaera.

El humor de Kate y el tiempo mejoraron casi a la vez. Hacia la una haca un da clido y soleado y los tres miembros de este ncleo familiar recin creado, aunque algo ajeno a ello, estaban en el jardn, lanzando juguetes por el aire.

Tenemos comida? pregunt Kate.

S. Lo compr todo ayer.

Recordabas dnde estaba la zona de alimentacin? Crea que slo eras capaz de encontrar comida para perros en el sper.

Antes cocinaba muy bien, colega.

Lo recuerdo. Me encantaba cenar juntas. Alguna vez lo echas de menos? Su tono era despreocupado y ligero, pero le interesaba muchsimo or la respuesta de Emma.

Claro. Claro que lo echo de menos, Kate. De repente, Kate vio a la Emma que conoca y el corazn le dio un vuelco. Hoy vamos a cenar juntas dijo Emma. Vamos a pasarlo bien.

La cena fue un festn americano. Todos bueno, dos tercios del total comieron hamburguesas, perritos calientes, ensalada de patatas y fresas naturales con torta de frutas casera. Cupido recibi su rancho de siempre, pero con una golosina especial: una tarrina de Frosty Paws, el equivalente perruno del helado. No saba cmo comerlo, de modo que Emma acab sujetando la tarrina en la mano mientras l lo lama como si fuese leche materna.

Kate se ech en una tumbona, con el botn de los vaqueros desabrochado.

Jams podr volver a mirar una fresa se quej.

Emma se levant de su propia tumbona y cogi a Kate de la mano.

Vamos dijo, tirando de ella para levantarla, tenemos que bajar esto un poco. Coge un juguete y lnzalo.

Eso slo ayudar a Cupido a bajar el Frosty Paws dijo Kate. Yo necesito leer para digerir.

Hoy es fiesta dijo Emma. Nada de trabajo.

Mucho jugar y poco trabajar convierten a Kate en una agente comercial cacosa. Cmo puedo relajarme si hoy no compruebo el tiempo que hace en Kazajistn?

Emma se puso detrs de ella y la empuj, teniendo que emplear el hombro para obligar a moverse a la mujer ms menuda y ms fuerte.

Venga, que puedes hacerlo. Sabes divertirte. Lo recuerdo.

Eso detuvo en seco a Kate. Se volvi despacio y mir a Emma... y su rostro se ilumin poco a poco con una sonrisa incandescente.

Cierto. A la mierda Kazajistn.

La cena estaba ya bastante digerida, pero Cupido no estaba dispuesto a abandonar la lucha. Emma sujetaba la cuerda de nailon de su Kong, Cupido sujetaba el mueco rojo de goma con la boca y los dos estaban empatados. Kate decidi ayudar, agarr la cuerda y tir con todas sus fuerzas. Las humanas "ganaron", pero su victoria las tir a las dos de culo. El triunfo verdadero fue de Cupido, quien de repente se encontr a sus amadas humanas a su mismo nivel. Se lanz hacia Kate primero, ponindole las patas en el pecho y empujndola con fuerza suficiente para tumbarla boca arriba. Ahora la tena donde la quera: sus labios le pertenecan. Los atac con su habitual frenes y Kate se hizo una bola, intentando protegerse de una decidida lengua rosa.

Socorro! dijo, sin parar de rer.

Emma acudi al rescate, apartando a Cupido de un empujn al tiempo que se colocaba encima de su compaera.

Yo te salvo, Nell dijo imitando a Dudley Doright.

Ahora que Emma cubra la mayor parte del cuerpo de Kate, Cupido corri hasta donde estaban sus cabezas y trat de lamer la boca de Emma.

Ahora me ha pillado a m! Se retorci y agit, intentando taparse los labios, pero Kate tena otro plan. Cogi la cabeza de su compaera entre las manos y la acerc, besndola con ternura, mientras el perro daba saltos alrededor, buscando una manera de colarse. El beso se prolong varios segundos o minutos, ninguna de las dos mujeres era muy consciente del paso del tiempo. Slo notaban la suavidad de los labios de la otra, sus pechos en contacto, el latido acelerado de su corazn. Emma se apart despacio, sin dejar de mirar a Kate a los ojos. Ambas estaban sin aliento y casi sin sentido. Como no quera que este raro momento terminara, Emma acarici la mejilla de su compaera y luego baj la cabeza para volver a juntar sus labios con los de Kate. Cerraron los ojos y respiraron el mismo aire. Haca mucho tiempo que no tenan un momento tan dulce y tierno. Cuando terminaron el beso, sonrieron y las dos pensaron que era extrao lo tmida que se poda sentir una con alguien a quien se conoca tan bien.

Cupido estaba sentado a su lado y en su cara haba algo que se pareca sospechosamente a una sonrisa.

Cuando Emma lleg a casa una bochornosa noche de junio, se encontr a Kate a cuatro patas en la cocina, suplicando piedad al perro.

Por favor, Cupido. Devulvele a mam su cartera Coach nueva. Por favor. Por favor.

En cuanto el cachorro oy entrar a Emma, solt la cartera y corri hasta su otra mam, pero su alegra al verla se apag un poco ante el ceo de Emma.

Qu has estado haciendo? pregunt muy seria.

Aajj... dijo Kate, exasperada, ese bicho lleva toda la semana hecho un diablillo. Es como si estuviera en esa edad terrible de los dos aos de un nio.

Emma dej las llaves y solt un suspiro.

Creo que s. Creo que ha llegado a un punto en que necesita ms estmulos y ms ejercicio.

Vaya, sa es una de mis palabras preferidas dijo Kate, sonriendo con intencin.

No, en serio, Kate. Necesita dar un paseo todas las noches. Voy a cambiarme para sacarlo.

Ests segura?

S. Lo necesita. Adems, me vendr bien para relajarme.

Vale. Voy a ponerme al da con mis lecturas mientras ests fuera. Luego podemos ver la tele o una pelcula juntas.

Me parece muy bien dijo Emma. Y t, hijo de Satans, preprate para soltar tu maldad a base de caminar.

Una semana despus, Emma lleg a casa y antes de poder dejar su maletn, su nariz se agit inquieta. Sigui el aroma que sala de la cocina y se encontr a Kate ante el fuego, removiendo una olla y canturreando.

El perro se despert de su siesta y corri hasta ella, pegndose a sus piernas como siempre. Se agach para rascarlo y dijo:

Qu retrato de la dicha familiar.

Kate resopl.

Yo no llegara a tanto como llamarlo dicha.

sta no es la tercera vez que haces la cena esta semana?

Pues... s. Pero esta noche slo son salchichas con chile.

Nunca digas que slo son salchichas con chile, Kate.

Ve a cambiarte y cuando vuelvas, lo sirvo.

Emma sali desconcertada de la cocina, pero muy contenta con la racha domstica de Kate.

Kate tambin recogi despus de haber cocinado y Emma fue a coger la correa de Cupido. Cuando estaba a punto de despedirse, Kate se reuni con ella en la entrada.

Te importa si te acompao?

Eh?

Aunque Emma no supo qu contestar, Cupido pareci entender la pregunta de Kate. Peg un salto y se puso a bailar sobre las patas traseras, haciendo rer a las dos mujeres.

Alguien est contento dijo Emma. Mir a su compaera a los ojos un instante, sonri y aadi: Los dos lo estamos.

Cuando ya haban caminado unas cuantas manzanas, Emma pregunt:

Cmo es que tienes tiempo para esto? sta es la hora que normalmente dedicas a trabajar.

He adelantado mucho esta tarde dijo Kate.

Esta tarde... dnde?

En casa, tonta. Dnde si no?

Emma se detuvo.

Me estoy perdiendo algo?

No es para tanto. No he ido a Futuros. He estado jugando con la bestia y luego he trabajado un poco.

Emma sonri.

Y eso es lo que ha pasado las otras noches que has hecho la cena?

S. Ms o menos.

Eso es un cambio, no?

Supongo. Kate roz una grieta de la acera con la punta del zapato.

Sup... ya. Emma se apart del precipicio del atnito "Supones?!" que estaba a punto de soltar. Ms vale ser discretas, se record a s misma.

Siguieron caminando un rato en silencio y por fin llegaron al parque del barrio.

Le suelto la correa si no hay nadie dijo Emma. Todava puedo correr lo suficiente para agarrarlo y a l parece encantarle.

Vale, si ests segura de que no le va a pasar nada.

No le pasar nada. Llegaron al centro del pequeo parque y Emma solt la correa de Cupido. ste se puso a chillar y a dar saltos de alegra, comportndose como si nunca hubiera tenido un momento de libertad en su corta vida. Le gusta mucho atrapar cosas dijo Emma. Lo que sea. Cogi un palo corto y lo lanz, echndose a rer cuando Cupido sali disparado en la oscuridad.

El juego prosigui un rato y por fin Emma pregunt:

Va todo bien en el trabajo?

S. No he tenido una semana muy buena, pero todo el mundo va mal en estos momentos. Algunos se han pegado un buen batacazo esta semana, yo slo me llevado unos golpes.

Pero todava te gusta tu trabajo, verdad?

Kate cogi el palo y lo lanz bien lejos.

Qu va. Nunca me ha gustado. Pero tengo que hacerlo.

Katie! Si no te gusta tu trabajo, tienes que buscar algo que s te guste.

Kate se ech a rer.

No quera decir eso. Necesito un trabajo como ste, Em. Necesito la emocin. Se qued pensando un momento y dijo: Ya sabes cmo es. Cuando comerciabas y estabas en la cima de una ola...

Creo que yo nunca estuve en la cima de una ola dijo Emma.

Qu? Entonces no me extraa que lo dejaras. Este trabajo es un asco si no sientes la emocin. Cuando estoy volando de verdad, es como montar en una montaa rusa, tirarse en paracadas, hacer puenting y tener sexo salvaje, todo junto al mismo tiempo. T no sentas eso?

No. Nunca. Yo slo pensaba, "Esto me est provocando una lcera y lo odio".

Oh, cario. No lo saba!

Ya. Yo crea que todo el mundo se senta igual que yo, pero que tenan el estmago ms fuerte y se haban acostumbrado al dinero.

Em, yo comerciara aunque me pagaran menos que a las cajeras de Jewel. No es por el dinero... para nada!

Emma se la qued mirando un momento, asombrada.

Siempre pens que salas despus del trabajo para aliviar el dolor.

Pero qu va! Salgo para descomprimirme un poco. Estoy tan acelerada que unas cuantas copas me ponen normal.

Entonces... por qu no has ido a tomar copas esta semana?

Porque he decidido que lanzarle un juguete al enano es mejor para mi hgado.

Ah. Emma se qued mirando su perfil en la oscuridad. Quera saber ms, quera ahondar ms, pero saba que an no era el momento adecuado.

Haca casi una hora que haba oscurecido del todo y, aunque estaban a principios de verano, el aire nocturno era fro. Le haban vuelto a poner la correa al perro y mientras las mujeres dejaban el parque para volver a casa, se cogieron de la mano. El contacto fue un poco vacilante al principio, pero un observador imparcial habra jurado que iban caminando ms despacio a medida que se acercaban a su casa. Simplemente para alargar este momento de estar juntas.

Emma se sujet los costados y se ech hacia delante, sin aliento.

Para, por Dios, para, por favor! Me voy a hacer pis encima si sigo rindome, John!

Su hermano era implacable.

Vamos, vamos, repetid el final conmigo: Y la enfermera dijo, "El t de koala del Mercy no est pasado!"

Oh, por Dios, John! Te das cuenta de lo horrible que es eso, verdad? dijo Kate al pasar con una fuente enorme llena de mazorcas de maz.

El repertorio de chistes de todo tipo que tena John siempre haca que su hermana se desternillara de risa y que Kate se estremeciera. No obstante, de presionarla, Kate reconocera que lo estaba pasando en grande con su pequea fiesta del 4 de julio. John, su mujer, Kirsten, y su perro, Milo, haban venido desde Evanston, y algunos de los compaeros de trabajo de Emma haban aceptado encantados su invitacin.

Cupido y Milo, que hasta entonces ni se haban olido, se llevaban fabulosamente. Se haban pasado todo el da pegados el uno al otro, entreteniendo a todo el mundo con sus payasadas.

Kate volvi a la cocina a buscar hielo y cervezas y se encontr a Emma secndose los ojos, todava jadeante.

No te partes con l, Kate? pregunt.

No, t te partes con l, Em. Pero lo quiero de todas formas.

Emma se puso detrs de ella y rode la cintura de Kate con los brazos. Estrechndola, se ech hacia delante y pregunt:

Lo ests pasando bien, cario?

S. Deberamos hacerlo ms a menudo.

Me alegro de que te ests divirtiendo. Vas bien con todo esto de las fiestas?

Kate se volvi entre los brazos de su compaera y le sonri afectuosamente.

S. Creo que s.

Haba sido una de las llamadas ms difciles que haba tenido que hacer en su vida. Kate necesit tres dedos de whisky y la presencia tranquilizadora de no slo Emma, sino tambin Cupido para apoyarla.

Mam, soy Kate. Te llamo por lo del 4 de julio.

Ah. Espero que este ao lleguis a la hora. A los pequeos les cuesta tener que esperar para comer.

Bueno, sa es la, mm... cuestin, mam. No vamos a poder ir este ao.

Qu? Es otra vez por ese estpido perro? Ya te lo puedes ir quitando de la cabeza, jovencita. No vas a traer un perro a ninguna de mis fiestas.

Eso es cosa tuya, mam, pero no es por eso por lo que no podemos ir. Van a venir el hermano de Emma y su mujer. Casi no vemos a John y a Kirsten.

Podis verlos en cualquier otro momento. El 4 de julio es para pasarlo en familia.

Ya lo s, mam. Y este ao lo vamos a pasar en casa... con parte de nuestra familia.

Ests diciendo tonteras, Kate. Y como te conozco, seguro que te ests poniendo odiosa porque no dejo que venga tu perro.

Tal vez no me conoces, mam, porque no me estoy poniendo odiosa. Es simplemente que tenemos otros planes.

Kate crey or un gruido y luego la lnea se cort. Cuando volvi la cabeza, Emma vio los ojos de una nia perdida. Pero Kate intent quitar importancia a la conversacin.

Me pregunto cuntas veces tendr que colgarme para que deje de dolerme.

Nosotras tampoco queremos ir, Cupido, pero ya sabes cmo te pones cuando no haces ejercicio.

El tro estaba plantado en la esquina de su manzana, donde un recalcitrante perro blanco y negro se negaba a moverse.

Cuando est en casa, est lleno de energa dijo Kate.

Seguro que estara lleno de energa si Chicago tuviera aire acondicionado dijo Emma, pero no lo tiene y l tiene que dar su paseo.

Pero no quiere dijo Kate, con un amago de lloriqueo en la voz.

Emma alz las manos.

Est bien. Nos volvemos a casa. Pero no me vengas con quejas si se come algo tuyo.

Kate rode a su compaera con un brazo, notando el calor hmedo de su cuerpo a travs de la camiseta.

Creo que esconder unos cuantos calcetines tuyos por la casa para que est ocupado.

Si mis calcetines empiezan a desaparecer, alguien va a perder su nueva radio con cascos. Sabes que le gustan las cosas que han estado en contacto con nuestra cabeza tanto como las cosas que estn en contacto con nuestros pies.

Riendo, Kate dijo:

Cmo es que tenemos un perro obsesionado con la cabeza y los pies?

Suerte que tenemos. Echaron a andar hacia su casa y se sonrieron cuando Emma solt la correa y Cupido volvi a la casa corriendo a toda velocidad. Al menos no corremos el riesgo de que se fugue.

Pocas noches despus, Kate lleg a casa del supermercado, cargada con polos de fruta para las humanas y Frosty Paws para Cupido. Agit un folleto delante de Emma, diciendo:

Mira esto. Creo que podra ser la solucin para nuestros problemas.

Pues menudo folleto debe de ser dijo Emma con humor.

No, en serio. El ayuntamiento ha abierto un parque para dejar sueltos a los perros sin correa.

En serio? Dnde?

Han vallado unos dos kilmetros cuadrados del parque que tenemos justo aqu en el barrio. Como hace tanto que no vamos, no hemos visto cmo lo hacan.

Mola! Pero por qu nos va a resolver los problemas?

Porque a Cupido le encantan los dems perros y se pondr a jugar aunque tenga calor.

Oooh... ya te entiendo. Cundo vamos?

Coge un polo y sgueme!

Tuvieron que ir en coche porque Cupido no poda leer el folleto y no estaba dispuesto a dar un largo paseo sin la motivacin adecuada. Pero en cuanto llegaron a la zona vallada y bien iluminada, alz las orejas, empez a agitar la cola y se puso a hablar.

Alguien est emocionado dijo Emma.

Cupido tambin dijo Kate, con los ojos brillantes.

Salieron del coche y Cupido se puso a tirar de la correa. Pero en cuantro entraron, mir a sus mams como preguntando qu tena que hacer. Inmediatamente, seis perros ms como poco corrieron hasta l, que se escondi tras las piernas de sus mams. Kate y Emma se agacharon para ponerse a su altura y le acariciaron el lomo para tranquilizarlo. Se aclimat rpidamente y sali corriendo para saludar a todo el mundo.

No ha tardado mucho dijo Kate.

No. Hemos criado bien a nuestro chico.

Vamos, sheriff, sentmonos un ratito.

Al cabo de una semana de visitas, conocan el nombre de por lo menos quince perros y unos diez dueos. S, los dueos de los perros se llamaban la mam de Rollie, la mam de Destiny y el pap de Oliver, pero era un comienzo.

Esto es muy divertido dijo Kate mientras recorran el parque. Por alguna razn, aqu parece que no hace tanto calor. Motivo ms que suficiente para venir.

Ah, no olvides el penetrante olor a orina le record Emma.

Creo que le estoy cogiendo gusto decidi Kate.

Eso es lo que me preocupa dijo Emma, dndole un pellizco en broma.

Bueno, ya hemos llegado a la entrada y son las diez menos cuarto. Creo que ser mejor que nos vayamos. Vamos, Cupido. El cachorro corri hasta ellas, con las orejas de punta, seguido de una jaura de sus amigos. Vosotros no, chicos, slo Cupido. Kate le puso la correa y todos los dems perros huyeron, con un miedo cerval a sufrir la misma suerte.

Se metieron en el coche y lo pusieron en marcha, conectando el aire acondicionado, que era una maravilla despus de haber pasado tanto tiempo en el parque.

Oye dijo Kate, mira a esas dos.

Emma sigui el dedo con que sealaba Kate y vio a una pareja de chicas con un juguetn cachorro de labrador rubio.

Bonito perro dijo.

Dios, llevas demasiado tiempo en el parque dijo Kate. Me refiero a las mujeres.

Emma volvi a mirar y se fij en la pareja. Iban vestidas de alta costura lsbica y cada una llevaba una mano metida en el bolsillo trasero de la otra. Se detenan continuamente para besarse o tocarse.

Son adorables!

Nosotras hemos sido alguna vez as de jvenes?

S. La pregunta ms importante es, parecamos tan claramente enamoradas?

Se volvi y se encontr con los labios de Kate. sta enred los dedos en el pelo oscuro de Emma y susurr:

Todava lo parecemos a veces.

Se olvidaron de lo que las rodeaba y se besaron de nuevo. Kate se volvi casi del todo en su asiento y Emma oy el chirrido de su muslo al rozar el asiento de cuero. Kate se peg a ella y la cogi entre sus brazos. Emma sinti la fuerza y la seguridad de esos brazos y se entreg a ella por completo. Kate pareca ser parte de ella... su olor, la ligera capa de sudor que le cubra la piel, el peso de sus pechos, todo ello se juntaba con los de Emma. Le empez a dar vueltas la cabeza y perdi el sentido de sus lmites. Una oleada de deseo le inund el cuerpo, calentndole la piel y hacindola palpitar. Kate la besaba en el cuello y la oreja, respirando ligeramente.

Em dijo y son como una splica. Emma peg su boca a la de su compaera y sus labios se abrieron. Not la lengua de Kate y la tom en su boca, chupando ligeramente. Aaah gimi la rubia y se peg ms a ella. Su mano se pos en el cuello de Emma y la sujet en el sitio mientras las dos se chupaban despacio y se movan juntas.

El ruido de la puerta de un coche cercano las sobresalt y se separaron.

Cundo fue la ltima vez que hicimos esto? pregunt Emma, sin aliento.

Mm... esta noche. Cupido estaba en el asiento de atrs, sin hacer ruido, y cuando Kate se volvi para comprobar, estaba tumbado de lado, profundamente dormido. Creo que llevamos aqu un buen rato dijo. Al mirar el reloj, se qued atnita al ver que eran las diez y media.

Se te ha pasado la hora de irte a la cama, Katie.

S. Kate se ech hacia atrs y arranc el coche, sonriendo a Emma. Emma le sonrea a su vez.

Ahora a dormir. Nada de quedarte leyendo bajo las mantas con la linterna.

Kate solt una risita, gozando del vrtigo maravilloso del cansancio feliz.

Lo prometo... Buenas noches, Em.

Buenas noches.

Cuando estaba en medio de las escaleras, Emma la alcanz.

Kate?

Se volvi y se encontr cara a cara con su compaera, que estaba un escaln ms abajo. Emma rode la cintura de Kate con los brazos y le meti las manos por debajo de la camiseta. Las dos estaban un poco doloridas y su beso fue dulce y lento. Kate suspir cuando la morena se apart y la bes ligeramente en los prpados.

Que duermas bien, Katie ma.

Vale.

Emma se qued mirndola y luego baj de nuevo las escaleras para cerrar la casa. Acab en el sof con Cupido y los dos se quedaron mirando al vaco, ensimismados.

Algo est cambiando, amigo. Algo importante est cambiando y es bueno.

Para el fin de semana siguiente, no slo conocan el nombre de varias docenas de perros, sino tambin el de algunos humanos. Los humanos hablaban sobre todo de sus perros, de todo lo que tuviera que ver con sus perros y en realidad de nada ms salvo de sus perros, pero un da el parque se puso muy animado. Alguien haba propuesto hacer una fiesta de Halloween para perros, con disfraces incluidos. Al principio, Emma y Kate hicieron una mueca discreta, pero cuanto ms lo pensaban, ms les gustaba la idea. Cupido estara fantstico vestido de superhroe, de caballero, de bufn de la corte, de uno de los de Village People...

El martes por la noche, Emma lleg a casa y empez a despojarse de su atuendo de trabajo nada ms entrar por la puerta. Encontr a Kate en la cocina y la abraz por detrs. Acarici el pelo de la rubia con la nariz y sinti una oleada de felicidad y anhelo.

Bsame, Kate. Siempre que deca esto le daba la risa.

Mmm. Kate se volvi entre sus brazos, la abraz a su vez y luego le meti a Emma en la boca su chicle masticado y ech a correr.

Oh, puaj! Qu agradable.

Kate se retorca de risa al otro lado de la habitacin.

Alguien necesita un poco de disciplina dijo Emma con tono amenazador.

As empez la persecucin alrededor de la mesa de la cocina y Cupido se uni encantado al jolgorio.

Ms tarde esa misma noche, estaban sentadas en el estudio, viendo la televisin, y Emma se puso uno de los pies descalzos de Kate en el regazo.

Pobres piececitos dijo. Ahora te pasas todo el da de pie.

Ya te digo dijo Kate. Voy a tener que empezar a ir a que me hagan la pedicura.

No hace falta. Emma se puso a darle un masaje, sonriendo cuando Kate ronrone de placer. Al poco Kate estaba tumbada, con los dos pies en el regazo de Emma. Tena los ojos cerrados y estaba a punto de quedarse dormida.

Emma le hizo cosquillas ligeras en la planta de los pies.

Es hora de irse a la cama, tesorn. Son las diez.

No quiero contest Kate con voz de nia.

Ya lo s. Pero maana tienes que madrugar. Coloc los pies de Kate en el suelo y la ayud a levantarse. Nos vemos por la maana.

Vale. Kate abraz a su compaera y la bes, a punto de no atinar con su boca. Cansada.

Te quiero, Katie.

Y yo a ti. Se dirigi a las escaleras arrastrando los pies y diciendo: Gracias por el masaje. Me siento querida.

Lo eres dijo Emma, lanzndole un ltimo beso.

A mediados de septiembre el tiempo cambi agradablemente tras el calor que haba sufrido Chicago durante todo el verano. Cupido, estaba claro, era un barmetro muy fiable porque este cambio de tiempo haca que se retorciera de felicidad. Kate, que siempre se iba pronto a la cama y se levantaba temprano, se haba convertido en la compaera de paseos matutinos de Cupido. Ella tampoco se quejaba del tiempo, aunque retorcerse no entraba dentro de sus posibilidades.

Cmo me alegro de dar este paseo por las maanas, es casi como una meditacin para m. Llego a la oficina totalmente despejada. Hace mucho tiempo que tendramos que haber conseguido un perro.

A que s, chico? A que s, gordito mo? A ver esa tripa! A verla! Ohh, no est gordo! No, no lo est! Venga, Cupido, vamos a coger tu correa. No hizo falta decrselo dos veces: el perro sali disparado de la cocina mientras Kate lo segua a una distancia prudencial.

Se agach y le sujet la correa al collar y antes de poder erguirse de nuevo, Cupido sali corriendo por las escaleras hasta la planta de arriba.

Cupi! Qu haces?

El perro subi disparado y se sent delante de la puerta cerrada de Emma, que segua durmiendo, golpendola, arandola, gimoteando y bailando de izquierda a derecha. Kate lo haba seguido lo ms deprisa posible, pero el dao ya estaba hecho.

Ya voy, ya voy. S, s. Ya voy.

Kate lleg a la puerta de Emma y la abri, dndose cuenta al hacerlo de que tena muchas ganas de ver a su compaera tan temprano. Cupido entr trotando y se subi a la cama de un salto, ofrecindole la correa que sujetaba en la boca.

Kate se apoy en el marco y solt una risita.

Buenos das.

Qu es lo que pasa? dijo Emma, incorporndose sobre los codos.

Bueno, t conoces bien a nuestro perro. Qu te parece que quiere?

El gemido de Emma se transform en risa al dejarse caer de nuevo en la cama.

Oh, est bien. Bajar dentro de un minuto.

Caray. Siempre est todo tan bonito a esta hora del da? Emma sali por la puerta con una buena taza de caf en la mano.

Sabes, me preocupa mucho que no seas capaz de dar la vuelta a la manzana sin cafena, Demonia dijo Kate, dndole a la mujer ms alta una palmada cariosa en la espalda.

El viejo apodo la pill por sorpresa y Emma solt una sonora carcajada.

Ah, jo! Haca aos que no pensaba en eso! Adems, mira quin fue a hablar... Han llamado de Brasil, Katie, necesitan que les devuelvas algunos granos. Pero mientras se meta con ella, Emma se cogi del brazo de Kate y empezaron el paseo, con Cupido por delante.

Vas atrasada de noticias, Demonia. Ahora tomo t.

Qu? Es broma!

Para nada le asegur Kate. Y an peor.

No me lo digas! exclam Emma.

S, es cierto... descafeinado.

El paseo y las bromas cariosas se prolongaron durante varias manzanas esa maana, mientras Cupido se volva de vez en cuando para cerciorarse de que su pequea jaura estaba contenta e intacta.

Kate estaba sentada en la parte de atrs, escuchando los ruidos del barrio por la noche y el ruido que haca Emma en la cocina. Cupido estaba tumbado en la hierba a su lado, con la cabeza sobre las patas. Kate lo mir cuando se estremeci, soando, al parecer.

Ests persiguiendo conejos? susurr.

La carga de trabajo que se obligaba a hacer todas las noches se haba terminado haca largo rato y estaba dejando que se le pasaran ideas diversas por la cabeza. En un momento dado, se qued sorprendida al darse cuenta de que se senta contenta. Bueno, feliz, en realidad, y que llevaba as ya un tiempo.

Una taza de Tazo Wild Sweet Orange.

Oooh, gracias, Em. Kate bebi un sorbo. T vas a tomar una taza?

No. Todava prefiero el postre tradicional de despus de cenar, chocolate dijo, sacndose unas pequeas chocolatinas del bolsillo de la camisa.

Cupido se levant para que Emma le hiciera una rasqueta y luego se tumb entre las dos.

Gracias por hacer la cena esta noche. No has perdido facultades, estaba genial.

De nada. Pero tengo que decirte que estoy rendida. Ahora s por qu te vas tan pronto a la cama.

Oooh... la nena est cansada?

S, la nena est cansada.

Pues vamos a retirarnos dijo Kate. Qu dices t, Cupido? Te quieres acostar ya?

Emma contest por l.

Te seguimos.

Apagaron las luces al pasar y subieron juntas las escaleras. Kate alarg la mano cuando las dos se detuvieron y cogi la de Emma, llevndola a su dormitorio.

Justo antes del amanecer, Kate se despert y se arrim ms a su compaera. Tena la mano sobre la tripa de Emma, como siempre haba hecho cuando dorman juntas. Emma se movi en sus brazos, despertndose despacio. Puso la mano encima de la de Kate y apret suavemente.

Esto est bien? le susurr Kate al odo.

Pues claro. Emma le cogi la mano y se la bes. Tontorrona.

Kate se detuvo, a punto de hacer una pregunta, pero inmediatamente se lo pens mejor. Se levantaron de la cama y se vistieron, puesto que Cupido estaba desesperado por salir.

Kate se mantena inusualmente callada durante el paseo y Emma la cogi de la mano y pregunt:

Va todo bien?

Claro. Esa nica palabra no daba muchas pistas, por lo que Emma lo intent de nuevo.

Qu te ha parecido dormir juntas?

Qu te ha parecido a ti? contest Kate, sin revelar nada.

Emma se detuvo y puso la mano en el hombro de su compaera.

S que te pasa algo. Qu ocurre?

Por qu lo hiciste?

Por qu hice el qu, cielo?

Kate pareca a punto de echarse a llorar.

Por qu te fuiste de nuestra cama?

De nuestra...?

Por qu te fuiste de nuestra habitacin?

Tesoro, crea que estbamos de acuerdo. Tena sentido en ese momento.

Kate hizo un gesto negativo con la cabeza.

Nunca tuvo sentido para m. Era slo que no quera discutir.

Cario! Tenamos costumbres tan distintas! No comamos a la misma hora, no nos acostbamos a la misma hora. Ya sabes que tengo el sueo muy ligero.

Siempre has tenido el sueo ligero. Antes lo aguantabas para estar conmigo.

Emma se qued sorprendida al notar las lgrimas ardientes que de repente le cayeron por las mejillas. Lo nico que consigui decir fue:

Oh, Katie.

Kate la volvi a coger de la mano y dijo:

Venga, sigamos caminando.

No s cmo empez, pero de repente todo pareca ir mal al mismo tiempo. Cuando muri mi padre yo slo quera estar sola. Me quedaba en la cama llorando toda la noche y no quera que lo vieras.

Por qu, Emma? Para eso estamos juntas.

Eso lo s ahora, pero en aquel entonces no tena ni idea. Tena miedo, estaba deprimida, odiaba mi trabajo. Tena ganas de huir de casa.

Quieres decir huir de m.

Emma agarr con ms fuerza la mano de su compaera.

No slo de ti. Estaba huyendo de todo. De mis sentimientos, de mi tristeza. Fue una poca horrible para m.

Kate se par y sec las lgrimas de las mejillas de Emma.

Si hubiera sabido lo que te estaba pasando, te podra haber ayudado. Crea que estabas... harta de m... de nuestra vida.

No, no, jams! Jams he estado harta de ti, Katie. Es que estaba deprimida. Y luego, cuando empec con el nuevo trabajo, estaba deprimida y adems abrumada. No tendra que haber empezado con un trabajo nuevo y las clases al mismo tiempo. Pero es evidente que quera cansarme, para poder dormir por la noche.

Em, por favor, por favor, no vuelvas a ocultarme una cosa as! Qu sentido tiene mantener una relacin si no podemos contar la una con la otra para recibir apoyo y comprensin?

ramos jvenes, Kate. No tenamos mucha experiencia. ramos estpidas.

Tendra que haberte preguntado dijo Kate. No debera haberte dejado marchar tan fcilmente.

Emma la abraz y dijo:

Jams volver a marcharme.

Jams te dejar.

Esa noche estaban echadas en la cama, las dos preocupadas e inseguras. Kate se apoy en un codo y apart el suave pelo de la frente de Emma.

Quiero volver a hacer el amor dijo, pero... tengo un poco de miedo.

Emma le llev la mano hasta sus labios y la bes.

Yo tambin. Me siento como torpe. Como la primera vez que mis padres me dejaron invitar a Jane a pasar la noche cuando se fueron a pasar el fin de semana fuera. Saba que quera tocarla y saba que ella tambin lo deseaba, pero me costaba muchsimo romper el hielo.

Y qu hiciste? pregunt Kate.

Nada. Emma se ech a rer y dijo: Tard otros seis meses en volver a tener la oportunidad y esa vez, me lanc. Pero estaba asustadsima.

No quiero que me tengas miedo, cario. Vamos a hacerlo despacio. A acostumbrarnos de nuevo la una a la otra. Quieres dormir?

Emma se puso de lado para mirar a Kate y dijo:

Quiero que nos besemos.

Se besaron, despacio y tiernamente, explorndose la boca mutuamente a fondo y sin prisas. Emma meti la mano por debajo de la camiseta de Kate y le cogi un pecho, sonriendo a travs del beso.

Te gusta? pregunt Kate.

Mmm. Mucho. Los echaba de menos.

Y ellos a ti. No tengas favoritos.

Emma toc ambos pechos suavemente, con caricias un poco inseguras, pero muy bien recibidas. Kate puso la mano en el trasero de Emma y la acerc ms. Oy que el corazn de Emma lata muy acelerado y supo que deban aflojar.

Te quiero. Esto me ha encantado susurr Kate.

A m tambin dijo Emma. Nos dormimos ahora?

S. Vamos a dormir.

Emma se puso de lado y Kate se peg a su espalda, con la mano en su sitio preferido: justo encima de la tripa de su amante. No tardaron en quedarse dormidas y sus corazones se fueron apaciguando hasta latir al mismo ritmo.

La maana de Halloween encontr a Kate y a Emma dando los toques finales al esmoquin de Cupido.

Sigo diciendo que el parche en el ojo es una gran idea dijo Emma.

No es un pirata que vaya a una cena elegante dijo Kate. Nada de parches.

Vale, supongo que tienes razn. Pero le queda muy bien.

Tambin se volvera loco dijo Kate. Ya es bastante malo que estemos disfrazando a un perro con un esmoquin. Podemos dejarlo ah?

Supongo que su encanto se echara a perder si no parara de chocarse con la valla del parque dijo Emma.

Bueno, hemos terminado. Tienes aspecto de perro hasta las tres, Cupi. A partir de esa hora, eres Cary Grant.

Vamos a ver qu partido estn poniendo y a pensar en la comida. Empiezo a tener hambre.

Se sentaron juntas en el sof de cuero y Emma puso una pierna encima de las de Kate. Cupido se ech a dormir en el suelo, pues tanto pase de modelos por la maana haba sido excesivo para l. Emma se puso a pasar canales hasta que encontr su nuevo anuncio preferido. Siempre se parta de risa al verlo y cuando se volvi hacia Kate para hacer un comentario, se encontr a escasos centmetros de su cara. Haba algo indescriptible en su expresin y Emma sinti que se le aceleraba el corazn. Sin decir palabra, se puso a Kate en el regazo y se besaron tiernamente. Las manos de Emma se deslizaron por debajo de la camiseta de Kate y le masajearon la espalda mientras seguan besndose. Kate se peg ms a ella y los besos se hicieron ms intensos.

Emma no tard en estar tumbada en el sof, con Kate encima, movindose despacio contra ella. La lengua de Emma entr en la boca de su amante, provocndola y excitndola. Kate agarr el culo de Emma, pegndola a su pelvis. Estaban boca con boca, pecho con pecho, tripa con tripa, sin que sus labios perdiesen el contacto ni por un segundo.

Kate le dijo jadeante a Emma al odo:

Cario... te quiero. La toc sin aliento y se sent un momento para quitarse la camiseta por encima de la cabeza. La sigui la camiseta de Emma y Kate volvi a echarse, ronroneando de placer cuando sus pechos se tocaron aplastndose. La piel de Emma estaba muy caliente y era muy suave, muy delicada, pero sus pechos eran firmes y resistentes y aguantaban el peso de Kate.

Las manos de Emma se movan por la espalda desnuda de Kate, pegndola a su cuerpo. Necesitaba tenerla ms cerca, por muy cerca que estuviese ya. Su hambre por ella era enorme y tena la sensacin de que jams podra saciarse.

Justo cuando crea que se iba a poner a gritar, las manos seguras de Kate le quitaron el pantaln del chndal. La lisa superficie de cuero del sof resultaba fresca en contacto su piel acalorada y abri las piernas con expectacin. Notando su necesidad, la mano de Kate subi por su muslo, ponindole la carne de gallina por donde pasaba. Se detuvo un segundo, sujetando el calor de Emma en la palma de la mano.

Me muero por tocarte murmur.

Emma le agarr el brazo con las dos manos, tirando de Kate hacia ella. Sus labios se volvieron a encontrar al tiempo que Kate la abra delicadamente y empezaba a acariciarla, animada por las exclamaciones incoherentes de Emma. Los dedos de Kate se sentan atrados por el calor y se desliz dentro, sintiendo el estremecimiento de Emma. Su lengua hurgaba la boca de su amante mientras sus dedos se deslizaban por la humedad. La carne de Emma palpitaba contra su mano y sus gritos se hicieron ms fuertes y desesperados. Para darle el alivio que tanto necesitaba, Kate roz la punta de su cltoris, apretando apenas el sensible punto.

Sofocando un aullido, Emma grit al llegar a la cumbre, mientras los dedos hmedos de Kate seguan movindose dentro de ella. Agarr a su amante y la abraz con todas sus fuerzas, mecindola dulcemente mientras se iba calmando.

Dios mo, cmo lo echaba de menos murmur Kate. Cmo hemos podido abandonar esto?

Eso no importa la tranquiliz Emma. Lo nico que importa es nuestro futuro.

Eh, ah estn! dijo John, cogiendo a su mujer de la mano y echando a andar entre la gente. John, Kirsten y Milo iban a participar con Kate, Emma y Cupido en la tarde de Halloween del parque para perros. No haban llegado a ponerle a su perro un disfraz completo, pero s que le haban puesto a Milo una graciosa camisetita de los Cubbies.

Hola, chicos! Feliz Halloween! dijo Emma, dando besos a su familia. Ah, mirad a Milo! Qu rico!

Bienvenidos al Desfile de Disfraces Kaninos dijo Kate, dndole un beso a John en la mejilla y luego otro a Kirsten. Dios, detesto que la gente use la K para escribir mal las cosas a propsito. Pero por qu lo hacen?

Kirsten se ech a rer.

Creo que jams lo sabremos, Kate. Se agach para acariciar a Cupido y dijo: Oh, lo habis hecho! El esmoquin es una preciosidad! Y t tambin, chiquitn. S, t tambin.

Parece una de esas figuritas de una tarta de boda perruna dijo John.

Es cierto! dijo Kirsten, riendo. Eso que lleva en la camisa es un botn de diamante?

Bueno, son todos botones de camisa de vestir, pero ste, lo ves? Es un diamante de imitacin. Bonito, eh? Un chico necesita a veces un toque de distincin dijo Kate.

Caramba, algunos de estos perros estn ridculos dijo Kirsten. Ja! Qu se supone que es ese... creo... bulldog? Eso no es basura?

Oh, se es Oliver; va de desechos txicos explic Emma.

Puuu! Pobre perrito.

Vamos a dar una vuelta con nuestros chicos y os enseo algunos de mis preferidos dijo Emma, cogindose del brazo de Kirsten. Veris cuando os ensee el perro que camina de espaldas y lleva una careta de Pat Robertson en el culo.

John y Kate se echaron a rer, caminando detrs.

Oye, John.

S?

Me encantara... o sea, a Em y a m nos encantara que este ao Kirsten y t vinierais a celebrar Accin de Gracias con nosotras.

De verdad? No solis ir a casa de tus padres? pregunt John.

Kate se detuvo.

Antes s, pero estoy pensando, ya sabes... que ya va siendo hora de tener nuestras propias tradiciones familiares.

Somos una familia, incluidos nuestros perros dijo John. Ah estaremos, Kate, encantados de la vida.

Genial!

No tengo que frenarme con los chistes, verdad?

No tienes que frenarte asinti Kate, dando un rpido abrazo a su cuado.

La fiesta se termin pronto, porque ya oscureca antes de las cinco. Emma y Kate se despidieron de John, Kirsten y Milo y arrastraron a Cupido hasta el coche.

Vamos, chico, no puedes ir a casa de Milo dijo Kate. S que lo quieres, pero lo vers pronto.

En serio? pregunt Emma. Has hecho planes?

A Kate se le puso una cara ligeramente culpable.

Pues... debera haberlo hablado primero contigo, pero he invitado a John y a Kirsten a casa por Accin de Gracias.

Emma se meti en el coche y se qued ah sentada en silencio. Kate y el perro hicieron lo mismo. Lo nico que se oa en el vehculo era el habitual jadeo tranquilo de Cupido.

No me puedo creer que hayas hecho eso dijo en voz baja y a Kate le pareci ver una lgrima.

Lo siento, cielo, s que tendra que haber hablado antes contigo...

Emma se volvi hacia ella y Kate vio que en su cara haba lgrimas, pero tambin una preciosa sonrisa.

Has cambiado tanto en tan poco tiempo. Cogi la mano de Kate y la sostuvo sobre su mejilla y luego la bes. Me siento tan querida. Ms que nunca.

De verdad? Kate sonri tambin, con aire expectante. Ms que nunca?

Oh, s, cario. S. Cuando ramos jvenes, saba que me tenas cario y saba que te sentas atrada por m... pero no estaba segura de cunto me queras. Ahora no tengo la ms mnima duda.

Kate se inclin y abraz a su compaera, estrujndola con ganas.

Nunca deberas haber dudado de m. Habra hecho cualquier cosa que me hubieras pedido. Es que nunca pedas nada.

Con la punta de los dedos, Emma acarici la mejilla de Kate y pas por encima de su boca, sonriendo cuando Kate le chup uno.

Las dos nos hemos hecho un poco ms adultas. Ahora sabes cmo hacer que me sienta querida sin que yo tenga que decrtelo. Me conoces bien y tambin te conoces mejor a ti misma.

Supongo que hacerse mayor no est tan mal, despus de todo, verdad?

No si se hace bien dijo Emma, dndole a su amante un sonoro beso. Vamos a casa a jugar.

Tengo que pasarme por el sper para comprar unas cosas dijo Kate. Me gustara hacer una cena especial de Halloween. Os dejo en casa primero, vale?

Muy bien, si no te importa. Podramos encargar algo.

No. Este fin de semana nada de comida encargada. Si tenemos tiempo, deberamos mimarnos con una buena comida casera. T qutale el esmoquin a Cupido y yo vuelvo a casa dentro de nada.

Kate llevaba fuera tanto tiempo que Emma estaba segura de que le haba pasado algo.

Tesoro, va todo bien? pregunt, con evidente preocupacin, cuando la localiz en el telfono mvil.

Oh, s, s, es que tena que pasarme por otro sitio. Siento no haber llamado. No tardo.

Date prisa dijo Emma. Te echamos de menos.

De acuerdo.

Cuarenta y cinco minutos despus, Kate lleg a casa con los brazos cargados de bolsas.

Siento haber tardado tanto dijo cuando Cupido se puso a dar saltos a su alrededor, como si llevara das sin verla. Es que no paraba de ver cosas que quera comprar. Dej las bolsas en la encimera y se quit el abrigo.

Jo, Katie, qu es todo esto?

Una cosa ms! Kate sali corriendo al coche y entr a la carrera con un enorme ramo de lirios y rosas. Se lo present a Emma y dijo: Esto es un detalle para demostrarte lo feliz que soy de que hayamos sido capaces de empezar de nuevo. Se ech hacia delante y bes a su compaera. Te quiero, Em.

Qu flores tan bonitas, Kate!

Llevan una tarjeta dijo la rubia. S, ah est. Vamos, brela.

Cuando Emma ley la tarjeta, se ech a llorar.

Eres un amor suspir. Esto es cierto? De verdad que tu vida no empez hasta que nos conocimos?

Claro que es cierto dijo Kate. Cada da que pasamos juntas es un tesoro para m, Em. De verdad que no saba lo que era ser feliz hasta que te conoc.

Se abrazaron estrechamente, dndose besos.

Tambin he trado champn dijo Kate. He pensado que nos merecemos una pequea celebracin.

Oooh... me encanta el champn. Sac la botella del envoltorio transparente y dorado y asinti con aprobacin. Se te da bien esto del romanticismo, has comprado champn del bueno.

Lo que te mereces, ni ms ni menos.

Quieres que lo abra ahora?

No. Vamos a esperar un poco. Antes voy a hacer la cena.

Te ayudo.

La cena no fue una cosa extraordinariamente elegante, pero Kate s que tuvo que hacer uso de toda su habilidad culinaria. Emma la alab mucho, sonriendo de oreja a oreja por los resultados del esfuerzo de su amante.

Ms champn? pregunt Kate.

S. Est delicioso, Kate. Lo oli, dejando que las burbujas le hicieran cosquillas en la nariz. Una gran cena y un gran vino.

No te lo bebas todo porque tenemos que brindar.

Vale. Por qu brindamos?

Por nosotras dijo Kate. Alcanz algo debajo de la mesa y sac dos cajas que haba escondido al poner la mesa. Esto es un regalito que vi cuando estaba haciendo la compra. No s por qu, pero tena algo que me deca, "Llvame a casa con Emma".

Su alegra hizo rer a Emma.

Cuando los regalos te hablan, no se puede pasar de ellos. Sera una grosera. Abri la caja y sac una preciosa camisola y un par de bragas a juego. Eran de color salmn claro, de raso con adornos de encaje. Lencera? pregunt, haciendo aletear las pestaas.

Ya s que no usas mucha lencera fina, pero pens que era una bonita forma de celebrar nuestra... mm... intimidad fsica.

Tengo la sensacin de que vamos a intimar muy deprisa si me pongo esto. S lo que sientes cuando ves ropa interior sexy.

Kate se sonroj encantadoramente.

Bueno, todo el mundo necesita una aficin. Carraspe y empuj una caja ms pequea por la mesa. Un regalo ms.

Ms? En serio?

S. Uno ms.

Hoy ests llena de sorpresas, Katie. En su cara brillaba una sonrisa de expectacin, pero la expresin de Emma no tard en volverse seria. Oh, tesoro, qu cosa tan bonita!

Kate le cogi el anillo a su compaera y le explic:

Este anillo tiene tres bandas distintas conectadas entre s. La primera representa los aos que llevamos juntas. sta dijo, sealando la banda de plata, es por nuestro futuro y toda la alegra que vamos a tener juntas. Pero sta, la ms valiosa dijo, sealando la banda de oro y observando sus destellos a la luz de las velas, es por el presente. El momento que vivimos ahora, las formas en que nos demostramos cada da que no slo nos queremos, sino que estamos enamoradas la una de la otra. Le puso el anillo a Emma e hizo una mueca al ver que era demasiado pequeo. ste me lo quedo yo dijo, riendo. Se meti la mano en el bolsillo y sac tres anillos ms. No quera fastidiarla dijo, as que he comprado cuatro, pensando que dos de esos cuatro nos quedaran bien. El siguiente anillo encajaba a la perfeccin y Emma se qued mirndolo maravillada.

No me puedo creer lo maravilloso que ha sido este da completo dijo, con los ojos relucientes de lgrimas. Hacer el amor contigo, pasarlo bien con Cupido, tu ofrecimiento de pasar las fiestas con mi hermano y ahora esto. Mir las brillantes bandas tricolores y luego mir a Kate. Te quiero con todo mi corazn, Katie.

Eso es justo lo que siento yo por ti, Em. Con todo mi corazn para toda la vida. Kate se levant y tir de Emma. Se abrazaron largo rato y luego empezaron a besarse. Vamos arriba murmur Kate. Cupido es demasiado joven para ver las cosas que quiero hacerte esta noche.

Con una sonrisa provocativa, Emma cogi los nuevos accesorios.

No hay mejor momento para probarme la lencera nueva, eh?

Dios, me encantan tus ideas dijo Kate, besando a Emma al tiempo que la llevaba hacia las escaleras. Y tu sabor... y tu olor... y tu tacto...

Cupido lade la cabeza y su instinto perruno le dijo que por ahora no se iba a unir a sus mams. Fue al cuarto de estar y se acurruc en el sof. Se adormil, pero no se durmi del todo, pues saba que su trabajo consista en proteger a su jaura y mantenerla a salvo todos los das de su vida.

FIN