Cuestiones Fundamentales de Hermeneútica 2

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L try PARTE PRIMERA HISTORIA DEL PROBLEMA

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Hermeneútica

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  • L try

    PARTE PRIMERA

    HISTORIA DEL PROBLEMA

  • IEL PROBLEMA TEOLGICO

    Puesto que la palabra

  • Historia del problema

    zu significado y su influencia. conocemos en el antiguo judasmodistintas escuelas y tendencias en ra interpretacin de ra sagradaEscritura' Pero frente a elro surge desde er principio er Nuevo res-tamento con la preten-sin de una interpretaci., ,rr*uu y absoluta_mente autntica de ra sagrada Escritura. podramos decir que aportaun nuevo principio hermenutico que no se basa, ,io ..b*g, .oun nuevo conocimiento teortico, sino en un acontecr histricoreal: el acontecer de salvacin en Jesucristo, ,en quien el AntiguoTestam'efito ercuentra su cumprimiento. A ,a luzie este cumpli-miento en Cristo debe entend-erse, a partir de entonces, todo elAntiguo Testamento; slo entonces se'hace patente el sentido dela Escritura 2.

    Pero en la historia de la rcologa cristianct se trata de entenderno slo el Antiguo Testamento, sino tambin y no menos, el Nuevo.Ya en la interpretacin patrstica de los sigls lr y ,r, .urg, U._tivamente el problema herm,enutico en todas sus dimensionJr, plr-cipalmente en la contraposicin entre la escuela antioquena, quese atiene al sentido riterarmente histrico de ras narraciones bbricas,y la escuela alejandrina' que intenta arcanzar mediante una inter-pretacin simbco-alegrica un ms arto

  • Historia del probiema

    l,entamente incluso en el mbito de la teologa protestante. Ya enJonN LocrE y en el ingls de principios deisiglo xvltr s se muestra claramente la tendencia a reducir el cristia-nismo al plano de una religin racional natural y a exclut, por eicontrario, cualguier carcter sobrenatural mistrico y de revelacin.De acuerdo con ello tambin la Sagrada Escritura debe ser enten-dida nicamente en el sentido de una simptre religin racional, y debesepararss de ella todo lo que vaya ms all. As se convierte enprincipio hermenutico lo que se puede alcanzar y esclarecer conla razn. Keu, totalmente en este espritu, exige en su obra .fzreligin dentro de los lmite's de la razn pura uoa comprensinde la Sagrada Escritura slo en sentido moral, aun cuando tal inter-pretacin puede 6. No es la moral loque hay que interpretar segn la Biblia, sino ms bien la Bibliasegn la moral. HEcru interpreta a su vez los contenidos cristianosde la fe alaluz de su sistema: como momentos del desarrollo y dela revelacin del espritu absoluto en el mundo y en la historia.Mientras la religin abarca sus contenidos slo en Ia forma imper-fecta de la represenetacin, el pensar puro propio de la filosofa losentiende por primera vez en su plena verdad. Aqu como al semuestra claramente el esfuerzo para ,entender los contenidos reve-lados de la Sagrada Escritura desde unas presuposiciones y unarelacin de sentido de un sistema filosco cada vez determinado, elesfu,erzo, por consiguiente, de reducir aquellos contenidos al planode una verdad racionalmente ms inteligible y filosficamente msdemostrable. Estas cosas no se mueven ciertamente en las inme-diaciones del campo de la exgesis bblica, pero espiritualmentehan preparado los caminos para la entrada en accin ds la crticabblica ms reciente, que ha salido del crculo izquierdista de loshegelianos.

    l-a. Vida de less (i835) de David F'riedrich Siuuss cia el im-pulso decisivo hacia la investigacin crtica de la Biblia. Lo adicalde este impulso

    -

    Strauss es de la opinin de que la mayora decosas que se encuentran en la Sagrada Escritura pertenecen al mito

    5. J. Toland, A. Collins, M. Tindal y otros.6. I. KANr, Die Relion innerhalb der Grenzen der reinen Vernunft, 158.

    E1 problema teolgico

    r rlclrcn ser cientflcamente superadas -

    desencadena en su tiempovrtrlcrtas discusiones, pero conduce a la introduccin del mtodolti,trico-ct'tica en el campo de la investigacin de la Escritura. Porhr rlcms, esto est en relacin con la irrupcin de toda la investi-'.:rcirin histrica, histrico-cultural e histrico-religiosa del siglo xrx,rtrr la cual salieron cada vez ms a la luz la historia del antiguoolicnte, sus lenguas y sus culturas, su literatura y sus formas lite-rrrias, sus religiones, sus mitos religiosos y sus formas de expresin.,.\si sc aprende a comprender mejor tambin los escritos de Iallil)la, cn la historia de su constitucin y en su peculiaridad literaria,:r rartir de su contorno. Y aqu radica una profunda justificacinr rrccesidad de una investigacin cientflca de la Sagrada Escritura,,rrrr cuando quede la cuestin de si con esto soio ya se alcanzar cntiende todo o solamente lo peculiar.

    Pero ealmente la investigacin histrico-crtica del siglo pasadorrrrcstra mltiplemente la tendencia a revolverse no slo contra larrrtcrpretacin tradicional de la Escritura en la Iglesia y contra lastloctrinas de fe que surgen de ella, sino tambin a desechar todorreontecimiento sobrenatural, a quitar del camino cualquier revela't itin de Dios ocurrida histricamente y conservada en la Escritura.lrsto se consuma en el espacio de la

  • Historia del problema

    3. Contra esto, sin embargq se alza la protesta del novimie'ntohermenutico. Este surge de la oposicin contra el predominio exclu-sivo de la escuela histico-ctica, a saber, del darse cuenta degue aunque sea cierto que en semejante consideracin e investiga-cin de Ia Escritura se haga un trabajo valioso ,en ciertos puntosy se iluminen muchas cosas del contexto histrico, a pesar de esolo peculiar precisamente no sucede: el sentido de la Escritura, porconsiguiente, que ,es lo propiamente significado y que quiere habtar-nos no es alcanzado de ninguna manera y, con ms ran, no esentendido correctamente. Por encima de la investigacin histrico-crtica se sita la tarea de una comprensin ms profunda, a la quellegue a abrirse el sentido propio de la palabra de Dios.

    Hacia finales del siglo pasado se han levantado, dentro de lateologa protestante, voces aisladas en este sentido, contra el m-todo histrico-crtico. As, por ejemplo, ManriN Kurnn (i- 1912),quien ya en 1892 pronunci la tesis: 8. Es este entender

    -

    el aspecto funda-mental de todo el movimiento hermenutico

    -

    lo que importa aBarth. Debemos aprender a comprender los escritos bblicos comopalabra de Dios, como mensaje divino de revelacin y de salvacin.

    Ruoorr Burrntr{ recoge este mismo aspecto: tambin a lle importa una ms p'rofunda inteleccin de la Escritura en lo ver-dad.eramente significado. Pero sus caminos son distintos. ya muypronto critica Bultmann a Barth porque ste, segn le parece a 1,no se atiene al texto con suficiente rigor, no investiga suficiente-mente el texto d.esde un punto de vista crtico, histrico y filolgico,

    ?. n'LKi HLEr., Der sogerannte historische Jesus uttd crcr gcschchrliche,biblsche Christus, Munich 1956, 16.

    8. G. EonuNo, Hermeneutik, RGG ur, 256.@rnBII .t" ,: ," ?0r, I -r 'I - .:l '- i'I i,: ,,'^"i I

    El problerna teolgico 55114',ur() ([us lo endereza precipitadamente en el sentido de su inter-rrclacin, el texto, y con ello no lleva adelante la corn-ln('nsi()n verdadera de la cosa, sino que la obstruye. Por el con-Irirrirl, so debe investigar crtica y cientficamente el texto mismo

    crr esto Bultmann recurre otra vez y ms expresamente al mtodolisl(rrico-crtico- pero precisamente en l y partiendo de l serlr:lrc intentar avanr:.r hacia la comprensin de lo propiamente sig-rificado y dicho. La forma como Bultmann entiende concretamentet:sll tarea se hace clara por io que significan su programa de

  • Historia del problema

    Mientras que la palabra desmitologizacin nombra un aspectonegativo, la inte,rpre'tacin existencral sipifica el aspecto positivodel misrno procedimiento interpretativo. Si debemos trasladar lasexpresiones de la Sagrada Escritura de un espacio mitolgico derepresentacin a nuestra comprensin moderna del mundo y de nos-otros mismos, esto es lo que para Bultmann signifi.ca traducir a unacomprensin antropologicoexistencial e el mundo. 11. O sea que siempre es forzosala pregunta: qu significa esto para el hombre? eu significaesto para mi existencia concreta? As > 12. O sea que cuandoBultmann quiere traducir las afirmaciones bblicas a nuestra com-prensin actual del mundo y de nosotros mismos para ganar a travsde esto el horizonte de comprensin real, presupone una imagen delmundo y de los hombres en vistas a la cual deben ser interpretadaslas afirmaciones de la Sagrada Escritura. Aqu acepta Bultmann-

    en el mtodo y en el contenido -

    elementos esenciales del an-lisis existencial-ontolgico de la existencia contenidos en el librode M. Heidegger, Sein und Zeit, 192713, aunque prosigue el cles-arrollo de la interpretacin de la existencia humana que hace Hei-degger y la trasciende, principalmente en lo que toca a la aperturadel hombre para Ia palabra de Dios. Una interpretacin as. tomadade Heidegger, de la existencia humana se convierte para Bultmannen fundamento de la interpretacin de la Escritura; se convierte,para Bultmann, en el principio hermenutico de comprensin cle laSagrada Escritura. l est convencido de que el anlisis existencialde Heidegger o , la entiende a partir dellr('nrpo y de la historia, e interpreta el ser de la existencia>> comoxrtlcr ser)), es decir, como un proyecto cadavez nuevo de las po-'rrlrilitlades de ser, como situado en la decisin entre propiedad errrrrropi.edad, y, flnalmente, como ser para Ia muerte>>.

    Sin embargo, si las afirmaciones bblicas deben ser comprendi-rlrrs no en su sentido'

  • Historia del problema

    autocomprensin humana. contra esto Bath acenta que se trataen primer lugar de la palabra de Dios, de la libre revelacin deDios en Jesucristo, reveracin que no puede ser esperada ni calcu-lada anticipadamente, cuyo sentido n puede con ms raznn sef,jado por un horizonte determinado y limitado de la autocom-prensin humana- A Bath le importa primariamente no la interec-cin humana, sino la mlabra de Dios,-o, todava con mayor agu_dez, le impo.rta primariamente no el hombre, sino Dios, cuya palabrapor mucho gue en su misterio pueda sobrepasar una inteiigenciatotal por parte del hombre, exige sin embargo la apeltura y irpo-sicin de aceptar escuchando y en Ia fe esta misma palabra. O seaque en Bultmann tiene lugar, como dice Barth, na inversin,cuyrs consecuencias son penosas, de ra ordenacin sarvifica delNuevo Testamento)) rs.

    Grnren EnEr.rNc r y EnNsr Fucus rz, sobre el trasfondo deesta problemtica de Barth y Bultmann, y recogiendo impulsosde D. Bonhoeffer, Fr. Gogartan y M. Heidegg"., huo llevadJ ade_lante en el marco de la teologa protestante, principalmente ellos,Ias exigencias de ra hermenutica. La teorogla es etominada segnsu esencia como hermenutica. En este contexto se desarrolla, enel horizonte del problema lingstico-filosfico de la actualidad, unateologa de la p,alabra y del lenguaje, porque revelacin y fe es un

  • Historia del problenra

    es, ella misma, una teologa, por ms que radicalmente secularizada.Por ello ciertos paralelos no son discutibles ni sorprendentes. Sinembargo, permanece el problema de si el pensamiento de Heideggerofrece un planteamiento adecuado, sobre todo porque aqucllo queHeidegger llama ser no es Dios ni puede jams en su sentido serinterpretado como Dios.

    5. Sin embargo, el prob,lema de una hermenutica bblica noqueda limitado al marco de la teologa protestante, aungue sea enella donde ha alcanzado su mayor radicalidad. El mismo problemase plantea tambin en la teologa y en la exgesis catlica. Si dentrodel protestantismo se ha desarollado en los rltimos decenios unadiscusin entre la investigacin histrico-critica de la Sagracia Escri-tura y las exigencias de una comprensin ms profunda de la reve-lacit, tambin en el marco catlico ha ocurrido, ya a la vueltadel siglo, una discusin semejante a causa del modernisrno. La dis-cusin entre ALFREo I-orsy, representante principal del modernisno,y el fllsofo catlico Munrcr BroNl- re rnuestra de qu se tratafundamentalmente. Mientras Loisy est en el terreno del mtodohistrico-crtico y en nombre de la ciencia moderna hace una crticaamplia de la Sagrada Escritura y de su interpretacin tradicional,Blondel, an reconociendo la investigacin cientifica, hace valer laimportancia de la tradicin histrica de la vida y de la doctrinadc la Iglesia para un conocimiento ms profundo de la Biblia.O sea que se trata ya aqui de la verdadera comprensin de la Sa-grada Escritlrra por encina dc lo concebible y demostrable histricay crticamente. Es eI mismo problema que surge ms tarde en Iadiscusin que la teologa protestante hace del problema hermenu-tico. Y tslondel toma en l una posicin que desde entonces, en elconjunto de la problemtica de la comprensin histrica se ha com-probado y profundizado de diversas maneras, aunque tambin lacomprensin de Ia Sagrada Escritura como mensaje salvador deDios toma en ltimo trmino una posicin especial.

    Pero entonces la discusin se interrumpi bruscamente. Por uncelo por la conservacin de la fe y por la comprensin de la Sagrada-

    19. Cf. R. MnL, Au coeur de la crise tnoderniste. Le dossier inditd'une controverse, Paris 1960. Referente a ello, id., Le problme thologiquedc I'hcrntin

  • it:

    Historia del problema

    tarea en el horizonte de la cuestin hermenutica. Aqu no vamosa tratar este tema, rero as y todo citemos, en el trasfondo del p,ro_blema fi"losfico de la hermenutica, ras cuestiones ms importantesque se plantean hoy en el mbito de la teologa bblica.

    Del conjunto de Ia investigacin histrica y crticoJiteraria haresultado que la historia de la constitucin de cada uno de losescritos bblicos ha de ser revisada. Sabemos, por ejemplo, desdehace mucho, que el pentateuco, tal como lo tenemos transmitido,no es oba del mismo Moiss, sino que fue redactado en pocamucho ms tarda a base de las tradiciones antiguas qu" * etse conservan. I-o mismo ocurre con muchos otros libros, paracuya plena comprensin es de gran importancia hermenutica elconocimiento de Ias circunstancias y de la poca en que se cons-tituyeron.

    Sabemos igualmente que hay formas y maneras de expresarsemuy distintas (gneros literarios), no sro la forma aseveritiva deuna narracin histrica que quiere describir, testificar y participarsucesos histricos, sino tambin narraciones mticas y lelendariasgue' quis con un ncleo histrico, pero con todo con una vesti-dura e iluminacin esenciarmente legendaria, tienen un contenidodoctrinal determinado, que quieren, por consiguiente, expresar unadoctrina religiosa o morar en ra fora concreta de una narracin.r'a diferencia de estas formas, su peculiaridad y su valo de ar-macin deben ser determinados.-

    En todo esto se plantea el problema de,I acontecer histrico, esdecir, Ia cuestin de si en ros textos deben narrase hechos histricosy hasta qu punto o en ellos debe hacerse una afirmacin de sig_nificado religioso, la cuestin, por consiguiente, del verdadero sen_tido de Ia afirmacin- por un lado hemos-de contar con que muchascosas, incluso en el Nuevo Testamento, por ejemplo en los Evan-gelios, no hay que entenderlas como literalmenti histricas, sinoen forma de narraciones concretas que se basan en un ncleo his-trico, pero estn configuradas kerygmticamente, hacen salir a laluz la persona y la doctrina de Jess, qur.eren proclamar su men_saje; hacen, ror tanto, una afirmacin teolgi por otro lado eImensaje cristiano descansa tan esencialmente sobe er acontecer sar-vfico histrico de la encarnacin, de la revelacin y de Ia redencinen el hombre histrico concreto que es Jesucristo, cuya vida y obras,

    El problema teolgico

    t:uya muerto y resurreccin testifican los Evangelios, que cl sucesohisLrico pertenece precisamente al sentido que debe ser entendidoy, por consiguiente, el sentido verdadero y el suceso histrico nortrcrlen ser totalmente separados, sino que se falsea el sentido quehiry que entEnder cuando se quiere separar de lo histrico. Peror'()u esto llega a plantearse en detalle la difcil tarea de ponderary limitar en qu sentido hay que entender cada texto.

    Pero a esto subyace el problema fundamental de la relacin entrelrr investigacin histrico-crtica y la comp,rensin creyente del textoir partir de la tradicin de la vida y de la doctrina de la Iglesia.Lrs dos cosas deben actuar juntas, una est relacionada con la otray tlcpende de ella. Por ello se hace necesario, como aparece en lasrrltirnas discusiones2, la colaboracin de exegetas y telogos, si esrrc la problemtica actual de la comprensin de la Escritura hatlt: ser dominada y, por tanto, ba alcanzado e'l sentido total del sa-ltrrdo texto.

    Por mucho que aqu haya un problema especial, puesto queIos escritos bblicos nos proporcionan un acontecer de revelacin,con todo esta cuestin remonta al pnoblema ms general de la in-lclcccin histrica. Tambin los libros de la Sagrada Escritura selutr convertido en histricos, han sido redactados a partir de un de-Ir)rnrinado horizonte histrico, que en muchos aspectos es lejanoy cxtrao a nuestra mentalidad actual. Entonces podemos o de-lrcrnos, para entender su sentido, presuponer una imagen dellronrbre y del mundo determinada

    -

    a saber, la nuestra -,

    y retro-rclacionar con ella nuestra inteleccin? O es que se puede

    -

    y serluhc- precisamente tener abierta la precomprensin histrica'rrrcnte condicionada, que necesariamente llevamos con nosotros,rirr-a percibir y entender lo que en la palabra le sale al encuentro,irunque no se corresponda con esta precomprensin y le patezratluizs inesperado y sorprendente, absurdo,e incomprensible, quisrrrcluso rompa el horizonte de comp,rensin tenido hasta ahora, perorlccisamente por ello lo abre y ampla hacia nuevas posibilidadestlc comprensin?

    En todo caso en el trasfondo de las cuestiones biblicoteolgicas

    22. Cf. K. RenNBx, Exegese und Dogmatilc, H. Voncnturo*, Exegesettrrl l)ogmatik, Maguncia 1962.

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  • Historia del problema

    se muestra -

    y ello es Io que aqu nos importa _ una profusinde problemas filosficos que son de fundamental imporncia noslo en vistas a Ia intereccin de los escritos bbricos,. iro slo tam-poco en vistas a Ia comprensin genricamente histrica v de lasciencias del espritu, sino tambin para Ia fllosofia; en Io que siguequeremos mostrar el trasfondo histrico del problema.

    qL!-

    JO

    II

    EL PROBLEMA FILGFICO

    rr ) El problema de la inteleccinl. El concepto y la cuestin de la hennenutica surgen por

    rr inrera vez en un contexto de problemtica f,losfica en Fntnnrcn'ir ru.EtERMacnBn. ste toma la palabra del uso lingstico teolgico'x:ro sita el problema biblicohermenutico de la inteleccin e in'Ir:rpretacin correctas de la Sagrada Escritura en el horizonte msrrrnplio de la inteleccin histrica y literaria (ms tarde se dirrrrtcleccin propia de las ciencias del espritu) que l intenta dilu-, idar fi.losfrcamente. Esto sucede principalmente en sus leccionessobre hermenutica 1; sin embargo, el problerna hermenutico selralla tambin en sus escritos restantes. Hermenutica es paraSchleierrnacher