Instituto Zacatecano

De Cultura

COMUNICADO DE PRENSA

27 de junio de 2010No. 174/10

En Plaza Miguel Auza

Ofrecen “Cuentos de miedo y de amores contrariados”. o Diversas emociones contagiaron los cuenta-cuentos a

sus espectadores. “Cuentos de Terror y Amores Contrariados” fue el título que dieron a su presentación en Plaza Miguel Auza, Theresa Amoon, Rosa Martha Sánchez, Gabriel Martínez, Benjamín Briseño y Carlos Pinto, como parte del 6º Festival Internacional de Narración Oral. Ante una Plaza pletórica de un público variado, gustoso de escuchar historias apareció, en primer término, Benjamín Briseño, quien ofreció un relato de miedo, sobre un carnicero que le vendía la carne del día a doña Josefina; todos los días ella iba a comprar molla para su familia, un día llevaba hígado, otro chuleta, después chorizo, y siempre pagaba con dinero contante y sonante. En una ocasión Josefina no llevaba dinero, y pidió de favor al vendedor que se la diera, y que más tarde regresaría a pagarle, este accedió sin ningún problema, sin embargo, la mujer nunca volvió, lo que consternó al carnicero, pues sabía que ella no era capaz de no regresar a pagarle. Una tarde se volvió a aparecer Josefina y le llevó lo que le debía al carnicero, a él le dio gusto verla, y le preguntó porqué no había vuelto, pero ella no contestó, ni se movió de su lugar, solo estiró la mano y le dijo que allí estaba lo pendiente, al carnicero le extrañó su actitud. Más tarde, el vendedor se encontró en la calle a los hijos de Josefina, y les dijo que acababa de ver a su mamá muy rara, que le dijeran que no había problema por la tardanza en pagarle, ellos, asombrados, lo miraron y le dijeron que venían de enterrar a su madre que había muerto un día antes; por eso que dicen que cuando se entierra a un muerto, nunca hay que dejar la casa sola, porque no se sabe si el muerto regresará. Gabriel Martínez contó una historia de amor sobre Juan, un chico enamorado de una bella joven que no lo tomaba mucho en cuenta, ya que él era muy distraído y apasionado del balompié, sin embargo, no le era tan indiferente, así

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que lo invitó a su fiesta de cumpleaños, Juan, emocionado por la invitación, fue a comprarle su regalo, y eligió el balón de futbol más bonito del la tienda. Al llegar con la joven y darle el regalo, ella molesta le dijo que cómo se le ocurría regalarle un balón, Juan recapacitó y pensó que tenía razón, pero rápido se le vino una solución, le dijo: “amada mía, este es mi corazón en forma de balón, y es solo para ti”. Rosa Martha Sánchez contó sobre Epifanio Candela, un señor grande que vivía en un pueblito, al que le pasaban las cosas que soñaba, tanto buenas como malas; la gente iba con él para que les ayudara a lograr sus propósitos; un día decidió tener un sueño para él, y fue sobre la muerte que venía por él, pero como Epifanio no quería irse, la invitó a su casa y allí se sorprendió al ver lo linda que era. Entre ellos nació un amor puro que duró toda la vida, pues a la Muerte nunca nadie la había tratado tan bien, ni se había sentido tan querida como con Epifanio. Carlos Pinto contó la leyenda del Callejón del Mono Prieto, dijo que al subir por allí se tuviera cuidado, porque al recargarse podrían quedar llenos de pelos de chango, o peor aun, con el Mono Prieto volteado. La sesión la finalizó Theresa Amoon, quien contó una historia de amor sobre dos parejas de diferentes culturas, que lucharon para poder estar juntos, ya que sus familiares se oponían, lo que les ocasionaba tristezas y amarguras, pero su amor fue más fuerte y rompió todas las barreras que la vida y el destino les habían puesto.

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