Cuentos de

miedo

Morés,09

Halloween en la

piramide

En una oscura y tenebrosa noche de Halloween, en un pueblecito situado al lado del desierto, diez niños cenaban ansiosamente en sus casas para poder salir a pedir chuches de puerta en puerta por todo el pueblo. Antes de salir, sus madres les advirtieron que no fueron ni al desierto ni a las pirámides. Al principio los niños hicieron caso a sus madres; pero... cuando casi había acabado la noche, decidieron ir a la pirámide, porque sentían mucha curiosidad por lo que allí podría haber. Pronto llegaron a la entrada de la temida pirámide, intentaron abrirla, pero estaba cerrada... Uno de los niños, muy desilusionado, se apoyó en la pared, y sin querer accionó un botón que abrió la pesada puerta.

Sin pensárselo mucho, todos los niños entraron. De repente, la puerta se cerró emitiendo un sonido aterrador, y los niños, muertos de miedo y con los pelos de punta tuvieron que pasar allí toda la noche. Los niños muy asustados se abrazaron fuertemente porque no sabían que hacer. Al cabo de un rato decidieron repartirse e ir a explorar la gran pirámide para ver que había. Mientras casi todo el grupo se fue a explorar, dos hermanos muy miedicas se quedaron donde estaban. Más entrada la noche, mientras los dos hermanos aún temblaban de miedo, apareció de repente una oscura sombra. No se trataba de ninguno de sus amigos, ni de ningún animal... era la oscura sombra de una momia.... Los hermanos quedaron paralizados por el miedo, pero empezaron a gritar con todas sus fuerzas; pero no les sirvió de

mucho; pues, aunque sus amigos les oyeron, lograron despertar también de sus sarcófagos al resto de las miles de momias que había dentro de la pirámide. Las momias los acorralaron y entre los pocos huecos que quedaban entre sus cuerpos y los de las momias, pudieron distinguir al fondo de la pirámide 10 pequeños sarcófagos.

fin

Pablo Grima Moreno 2º E.P.

El pozo de los

muertos

Un día un grupo de amigos prometió que la noche de Halloween se encontrarían en el cementerio. Esa llegó y todos los amigos acudieron allí como habían prometido; iban a contarse historias sobre muertos. Tres niños a los que nos les daban miedo los muertos, y que eran muy bromistas, se alejaron del resto del grupo para gastarles una broma. De pronto, a los tres les agarró algo de sus piernas, y, poco a poco, se los fue tragando la tierra. Uno de los niños del grupo oyó unos gritos y se lo dijo al resto. Entonces los demás se acercaron

para ver lo que pasaba. Al llegar al lugar del que provenían los gritos, vieron un brazo arrancado. Uno de los niños creyó que era una broma de los tres amigos que se habían marchado, pero luego se dieron cuenta de que en el brazo había sangre de verdad. De repente, salieron del suelo los tres niños muertos y éstos mataron a los niños aún vivos, menos a una niña que se fue corriendo a su casa a contárselo a su madre. Su madre dejó a la niña sola en la cama y salió a contar a los demás padres lo que había ocurrido. Cuando la niña estaba durmiendo en la cama, sus amigos muertos se le aparecieron en el cuarto y la mataron. Cuando la madre regresó a casa, se encontró a su hija también muerta. Desde entonces, la noche de Halloween, en el cementerio del pueblo, se oyen las voces de los

niños muertos y en la habitación de la niña se oyen gritos.

Fin

David Serrano Gascón 4º E.P.

La casa de las almas

perdidas

Había una vez un hombre llamado Samuel. El salió una noche a correr. De pronto, se encontró una casa solitaria, cerca del cementerio. Por fuera de la casa se veían telarañas, escarabajos, culebras,... Samuel, muerto de la curiosidad, entró sin pensárselo mucho en la casa. Dentro se oían voces de almas que chillaban y que ponían los pelos de punta. Como la casa era tan grande, y tenía tantos pasillos, Samuel se perdió. Después de dar muchas vueltas por la casa, decidió abrir una puerta, la cual bajaba hasta un

sótano. De pronto, Samuel se desmayó y su alma desapareció. Se dice que el 31 de Octubre de cada año, Samuel va por las casas del pueblo pidiendo almas.

Gemma Martínez Embid 3º E.P.

La momia de

halloween

Hay una antigua leyenda que nos cuenta que en un castillo vivía una momia que todas las noches de Halloween se levantaba de su tumba. Se dirigía a la ciudad más cercana y se dedicaba a destrozarla y a comerse a la gente mala. Un día ya hartos de lo que cada año pasaba con la momia, un grupo de amigos decidieron ir hasta el castillo. En la puerta había colocado un mugroso cartel que decía: ¨No entrar, propiedad de la momia¨. Los niños no hicieron caso y entraron al castillo. Al entrar no vieron nada, pero al bajar al sótano... ¡allí estaba la momia!. Cinco de los niños se fueron por detrás, mientras los otros distraían a la momia. Al final la desenmascararon. A partir de entonces los niños fueron llamados los ¨descubre momias” y el alcalde del pueblo les dio a cada uno una

medalla de oro por haber descubierto a la momia del castillo; ya que gracias a ello el pueblo no volvería a ser destruído nunca más.

Marcos Uriol Plo 4º E.P.

Las monedas

Érase una vez una niña que vivía en una casa antigua. Cada noche un espíritu guardaba monedas en un hueco que había debajo de una baldosa. Un día la niña lo vio, y cuando creyó que el espíritu no la veía, levantó la baldosa para meterse en el hueco y coger las monedas. Pero el espíritu la vio, cerró la baldosa y la niña quedó atrapada para siempre. Aún hoy se oyen sus gritos desesperados.

Alba Prunera Marín 1º E.P.

Los muertos viven

Una noche de Halloween, unos niños salieron a pedir caramelos por el pueblo. Todos iban llamando a las puertas disfrazados, todos menos uno..., que era un zomby de verdad. El zomby no hablaba nada, pero los niños pensaban que era por vergüenza. Cuando llegaron al final, todos se quitaron el disfraz, pero el zomby no lo hizo. Entonces los niños se acercaron para ayudarle, pero vieron que el disfraz no se lo podían quitar, porque era un zomby de verdad. Se pusieron a correr pasmados de miedo y se fueron a casa a decírselo a sus papás.

Fin

Carmen Gil Jaso 4º E.P.

La momia

Érase una vez una momia que vivía en un cubo de basura. Un día un niño fue a tirar una bolsa, y enseguida se le cayó encima. Rápidamente el niño se levantó muy asustado y se puso a correr. En ese momento la momia le dijo. Espera, no te preocupes que yo soy buena. Entonces el niño se paró y fue hacia la momia. Desde ese día el niño y la momia fueron muy buenos amigos.

Fin

Noelia Ramos 3º E.P.

El chupa cabras En Rosel, un pueblo de los Pirineos, de repente empezaron a ocurrir cosas extrañas. Muchas ovejas, vacas y cabras, aparecieron muertas. La gente del pueblo descubrió que a los animales les habían chupado toda la sangre. Culpaban a los lobos y la mayoría a los osos; y los más viejos del lugar, decían que se trataba de una bestia: el Chupa Cabras. Aunque los cazadores del pueblo salían todas las noches al bosque para ver si encontraban al culpable; pero cada cinco días seguían apareciendo más animales muertos, con grandes mordiscos en el cuello y sin una gota de sangre en sus cuerpos. Los habitantes del pueblo pasaban las noches aterrorizados porque oían los gritos de miedo y dolor de los animales. Al cabo de un tiempo, dejaron de aparecer animales muertos; porque

al Chupacabras ya no le gustaban; ahora él prefería comer.... niños.

Fin

Lucía Arantegui Lozano 3º E.P.