Cuar-Pasc A 2014-A4 - CUARESMA Î PASCUA – 2014 – CICLO A COMENTARIOS A LOS EVANGELIOS DE LOS...

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CUARESMA - PASCUA

2014

GARIZUMA - PAZKOA

Mirada a la realidad Mirada bíblica Para vivir mejor la Eucaristía Cantos y antífonas

Obispado de Bilbao Delegación de Liturgia Bilboko Gotzaitegia Liturgiarako Ordezkaritza

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MIRADA A LA REALIDAD

1.- Ricos, muy ricos. Pobres, muy pobres. Cuando algunos políticos y analistas comentan que estamos en el inicio de la recuperación, no mienten. Se refieren a las cifras macroeconómicas de nuestra economía. Esas buenas noticias son, sobre todo, para una minoría de ricos, que tienen la posibilidad de hacerse más ricos con la crisis. Sin embargo, millones de personas no ven reflejada esa recuperación en su vida. Los que llevan la parte más pesada de la crisis son, en primer lugar, ese casi 26 por ciento de parados y sus familias. Cuando algunos de ellos encuentran empleo, la mayoría son temporales y a tiempo parcial. También hay que recordar a los miles y miles de jóvenes que apenas tienen futuro. Una de sus salidas es la aventura incierta de la emigración. Tampoco podemos olvidar a los marginados, privados de libertad, inmigrantes… ¿Y qué decir de los casi tres millones de niños que viven en riesgo de pobreza o exclusión social? Conviene recordar también a muchas familias de clases medias, abocadas a un paulatino empobrecimiento, porque comparten sus recursos con familiares en situaciones muy difíciles. RESPUESTAS SOLIDARIAS. En ese marco de injusticias y graves desigualdades es urgente el ejercicio de la solidaridad. Existen muchas familias y personas a título individual, que están respondiendo de una forma ejemplar. En muchos casos esa solidaridad se expresa con un recorte de gastos propio para así incrementar sus donativos a Cáritas o a otras organizaciones caritativo sociales; y también con colaboraciones profesionales y de tiempo en los diferentes ámbitos del voluntariado. Otras respuestas positivas son asumir compromisos políticos, sindicales, profesionales, cívicos…, para ayudar a erradicar las causas de las injusticias y, junto con otras personas, intentar transformar nuestra realidad, pensando, sobre todo, en los últimos de nuestra sociedad. 2.- Compromisos político, sindical, ciudadano… Cuando se analizan las causas de la actual crisis económica y social, una primera mirada se dirige a los movimientos especulativos que se producen en los grandes mercados financieros internacionales y que repercuten en todo el mundo. En nuestro ámbito más cercano, tampoco hay que olvidar las actuaciones negligentes en el mundo financiero, la avaricia de los especuladores y los errores y falta de previsión de los diferentes gobiernos. Los ciudadanos tienen derecho a reclamar una gestión mucho más eficaz y más transparente en todos los niveles: Gobierno central, Gobiernos autonómicos, diputaciones, ayuntamientos… A la mala gestión se añade, muchas veces, el derroche y la corrupción, lo que está quitando credibilidad a la política y a los políticos. En ese oscuro panorama, también hay excepciones positivas de buena gestión y honradez. Para regenerar en parte el sistema democrático y romper la actual apatía ciudadana, hay quienes sugieren la incorporación de listas abiertas en las elecciones. Así, cada elector elige a los representantes entre las diferentes listas de los partidos que se presentan.

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También hay quienes invitan a la ciudadanía a participar más en la política popular a través de las asociaciones de los barrios, en las que se plantean propuestas alternativas y complementarias a las que presentan los partidos. Es otra forma de implicarse en la política, sobre todo de las personas que se sienten más próximas a la vida de los barrios o a la de poblaciones pequeñas. Que algunas manifestaciones, convocadas para expresar las reivindicaciones de los barrios, en ocasiones, hayan terminado en enfrentamientos con las fuerzas de orden público, no quiere decir que esta política popular quede invalidada y no pueda enriquecer la vida democrática, especialmente en su dimensión municipal. Son acciones puntuales y, a veces, exageradas interesadamente por los medios de comunicación. En todo caso, las asociaciones de vecinos son las que deben estar más interesadas en mantener sus actuaciones dentro de los cauces legales, para evitar su linchamiento moral. TAMBIEN HAY BUENOS POLÍTICOS. Cuando se hace una valoración sobre los actuales políticos, se corre el riesgo de ser injustos. Junto a la obligada crítica a los políticos negligentes y a los corruptos, es justo reconocer que también existen políticos honrados. Trabajan con espíritu de servicio y se expresan con libertad y responsabilidad, incluso a veces frente a las posturas de sus propios partidos. Cuando esos políticos se retiran, lo hacen con los bolsillos limpios. Su ejemplo es un aliciente para que haya personas que se quieran incorporar a la política, como un servicio a la sociedad y no como un medio para mejorar socialmente o enriquecerse. REFORZAR LA SOCIEDAD CIVIL. Una de las tareas más urgentes en momentos de crisis económica y política es reforzar el tejido de la sociedad civil, que forman asociaciones cívicas, profesionales, culturales, deportivas… En ellas, personas de distintas sensibilidades ideológicas elaboran proyectos comunes sobre problemas que preocupan en sus ámbitos. Cuando los grupos son plurales y no están controlados por ningún partido, enriquecen y oxigenan la vida democrática, y son una escuela de buena ciudadanía. Gracias a este asociacionismo se corrigen algunos aspectos negativos de nuestra sociedad, como son las actitudes excluyentes con los inmigrantes, la marginación de los más pobres, el acceso de todos a la cultura y a la política. Participar en estas asociaciones también entra dentro del compromiso de los cristianos. 3.- Un problema todavía sin resolver Uno de los problemas más graves que la sociedad vasca tiene pendiente de resolver es el de la violencia. A lo largo de los años se han cometido asesinatos, atentados, secuestros, amenazas de muerte, torturas, represión, falta de libertad, extorsiones, exilio… Además del terrorismo de ETA, también se han producido vulneraciones de los derechos humanos por el contraterrorismo del Estado. Un paso hacia la normalización ha sido el cese de las actividades de ETA. Sin embargo, la mayor parte de la sociedad le urge a la entrega de las armas, como prueba de que el cese es definitivo y no una estrategia temporal. Otro tema pendiente es la situación de los presos. Personas de distintas sensibilidades políticas coinciden en pedir al Gobierno su acercamiento a cárceles de nuestra Comunidad y la liberación de los reclusos enfermos, como gesto de humanidad. Por su parte, la mayoría de los familiares de las víctimas de ETA, asociaciones que les arropan y algunos partidos piden al Gobierno que los presos cumplan sus penas íntegras, por lo menos hasta que ETA no se rinda.

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Personas cualificadas y conocedoras del tema tienen la convicción de que el final es posible, si se articulan los medios adecuados, se eliminan los maximalismos por ambos lados y hay voluntad real de buscar la paz. En este difícil escenario, en el que predomina el ruido de las condenas y el desacuerdo, algunas personas de una forma muy discreta están poniendo las primeras piedras sólidas para que se realice entre nosotros la pacificación y reconciliación. Unas, con la reflexión ética y la interpelación valiente a todos de quienes depende que se avance en el proceso de la paz. Otros, propiciando encuentros entre familias de víctimas y sus victimarios en un clima de discreción. Aunque sus tareas no siempre son bien entendidas, desde una sensibilidad humana y cristiana son gestos ejemplares y concretos que abren brechas en el muro de la incomunicación y ayudan a avanzar en el camino de la paz y la reconciliación. UNA TAREA ANTIGUA, UNA TAREA ACTUAL. Desde hace muchos años hasta ahora, diferentes obispos de Bizkaia (Cirarda, Añoveros, Uriarte, Larrea, Blázquez, Iceta…), cada uno con su estilo personal y en sus circunstancias históricas concretas, han denunciado todas las violencias, sin excepción; han reflexionado en profundidad sobre la paz y la reconciliación. Junto a las palabras de los obispos y de otros organismos diocesanos, hay que recordar los diferentes actos públicos de denuncias de las distintas violencias y de propuestas de actitudes y comportamientos a favor de la paz y la reconciliación, organizados por nuestra diócesis. Tampoco hay que olvidar la presencia de numerosos cristianos y cristianas en organizaciones como Gesto por la Paz y Elkarri. Hasta ahora se han escrito unas páginas en este largo proceso trabajo por la paz y la reconciliación en nuestra sociedad . En este caminar hacia la Pascua del 2014 comienza otra nueva página. Junto al mayor esfuerzo de solidaridad que hay que hacer en favor de los que más sufren; o una mayor implicación en la sociedad y en la vida de nuestros barrios; los cristianos y cristianas, a título personal y comunitario no pueden ni deben quedarse al margen de la tarea de pacificación y reconciliación. Cada uno, en la medida de sus posibilidades. También como comunidades. Algunas sugerencias en el nivel individual: El reconocimiento de los errores propios. La petición de perdón, si es necesario. La defensa de las opiniones propias, siempre con respeto hacia las opiniones del otro. La escucha respetuosa del que piensa de manera diferente. La aceptación de lo que en el otro haya de verdad. La oración personal por los que piensan diferente a mí. Y ¿por qué no? la oración conjunta por la paz y la reconciliación, de todos los que pensamos distinto, sin ninguna exclusión, en nuestra familia, grupo o comunidad.

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CUARESMA PASCUA – 2014 – CICLO A COMENTARIOS A LOS EVANGELIOS DE LOS DOMINGOS

INTRODUCCIÓN Durante la Cuaresma de este ciclo “A” los evangelios de los domingos nos ayudan a descubrir nuestra vocación cristiana, sobre todo, mediante los relatos evangélicos que vienen a ser catequesis bautismales. Nos devuelven a nuestras raíces cristianas y nos invitan a renovar nuestra fe un tanto rutinaria y adormecida. Dichos textos evangélicos nos preparan para emprender una vez más el proceso de fe en medio del camino cuaresmal hacia la Pascua. La Vigilia Pascual es la culminación y el centro del año litúrgico. En ella celebramos la muerte y la resurrección de Jesús, el paso de la muerte a la vida, del pecado a la amistad. En ella morimos a todo lo inhumano y resucitamos a una vida plena. Nos solidarizamos con la muerte de Jesús y con la situación de tantos crucificados actuales y compartimos la plenitud de su resurrección, exactamente lo que empezamos hace tiempo el día de nuestro bautismo. Por eso, la Vigilia Pascual contiene una parte esencial que es la liturgia bautismal o del agua en que renovamos las promesas de nuestro bautismo. La Cuaresma nos va preparando a convertirnos en creyentes, en seguidores de Jesús, el Cristo. Domingo a domingo, durante la Cuaresma, vamos dando pasos hacia adelante, hacia la Pascua. Es un proceso de conversión y de fe en el que nos vamos retirando de cuanto nos aleja de los valores evangélicos y en el que nos vamos acercando a las actitudes que nos identifican con Jesucristo quien nos invita a contar con Dios y a participar en su Reino de solidaridad con los demás, nuestros hermanos. Este material puede servir tanto para preparar las eucaristías de los domingos como para las celebraciones oracionales que solemos realizar en nuestras comunidades cristianas en medio de la semana durante los momentos fuertes del año litúrgico. Se trata de unos comentarios a los evangelios de los domingos cuaresmales hasta llegar a la Pascua.

CONVERSIÓN Y LITURGIA BAUTISMAL

El hilo conductor de este itinerario cuaresmal-pascual de estos domingos se centra en un contexto bautismal que nos ayuda a renovar nuestra vocación cristiana de seguimiento de Jesús de Nazaret, el Cristo de la fe. Por eso, comienza este material conectando con el bautismo de Jesús que ya lo celebramos el 12 de enero de 2014. Así se conectan estas catequesis bautismales con su verdadera raíz: el bautismo de Jesús que orienta nuestro propio bautismo. Asimismo, en esta misma línea, se incorpora en este material, el evangelio del miércoles de Ceniza, como pauta para toda la Cuaresma.

LLAMADA AL SEGUIMIENTO DE JESÚS

Las lecturas de la liturgia cuaresmal de este ciclo “A” tratan de prepararnos a convertirnos en auténticos seguidores de Jesús de Nazaret, a conformarnos con sus actitudes, a adoptar las valores del Reino de Dios. Por eso, los relatos bíblicos de estos días, a modo de catequesis, nos ayudan a madurar en nuestra fe y nos disponen a celebrar convenientemente la Pascua. Así se preparaban en la antigüedad los catecúmenos que se iban a bautizar en la Vigilia Pascual.

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ITINERARIO CUARESMAL DEL BAUTISMO A LA RESURRECCIÓN

BAUTISMO DE JESÚS y NUESTRO PROPIO BAUTISMO 12 – enero – 2014

Palabra clave: OPCIÓN

Actitud: DISPONIBILIDAD

Sígueme

Respondemos Seguimos a Alguien

Mi tarea: la voluntad de mi Padre Decisión de ser seguidores de Jesús

Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad

Evangelio: Mc 1,14-20 Jesús recibe su bautismo en público. Bautismo de Jesús, antesala de todo el evangelio, paradigma de nuestro bautismo.

A este año 2014 corresponde el ciclo “A” en que se lee el evangelio de Mateo. Este evangelio, como los demás, coloca el relato del bautismo de Jesús al principio como catequesis programática de lo que será la vida pública de Jesús y de lo que debe ser la vida de todo bautizado. Es el comienzo de la misión de Jesús. Es la antesala de la tarea de Jesús de Nazaret que se decide a emprender el itinerario de su vida pública como Mesías. Ser cristiano es seguir a Jesús, el Cristo. ¿Quién es ese Jesús que habla y actúa de esa forma tan llamativa? En la presentación programática de Jesús, Mateo nos responderá a esta pregunta con el relato del bautismo. Jesús aparece en el Jordán, como un desconocido, galileo (Mt 3,13) en la fila de los pecadores que desean recibir el bautismo de conversión para el perdón de los pecados ante el Reino de Dios que se acerca (Mt 3,1ss). Situación extraña, incongruente: quien se va a presentar como Mesías y Salvador se pone en la fila de los pecadores aunque en él no hay pecado. La conversación entre Jesús y el Bautista dulcifica la incongruencia y confirma la historicidad (Mt 3, 4-15). No es como para inventar que Jesús aparezca en esa situación “políticamente” incorrecta. Ante este Jesús, solidario con los pecadores, se abren los cielos, baja el Espíritu y Dios Padre le llama Hijo amado. Se trata de una experiencia religiosa de Jesús llena de sentido teológico. Es la presentación pública de Jesús en actitud y situación humildes: desconocido, Nazareno, carpintero, entre pecadores, bautizado por otro,... y precisamente ése es mostrado como el Mesías esperado del Antiguo Testamento. Esto supuso un gran impacto entonces, dadas las resonancias mesiánicas del AT.: (Apertura de los cielos, venida del Espíritu: Is 11,2; 42,1; 43,8; 61,1; 64,1; Sal 2,7; 2 Sm 7,14) y la mentalidad mesiánica triunfalista, contemporánea de Jesús de Nazaret. Sentido del bautismo de Jesús: Ahora Jesús es ungido por el Espíritu y, así, enviado a su misión mesiánica. La teofanía del bautismo enfatiza que Jesús es el Mesías esperado, el ungido de Dios, enviado con la buena noticia del amor de Dios a los desvalidos (predicho por los profetas para el Mesías) y proclamado Hijo de Dios. Es Mesías pero servidor, solidario. Jesús opta por la misión recibida por Dios Padre.

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La situación más que el texto presenta un sentido teológico: el desconocido, el galileo, el artesano, en la cola de los pecadores es el Mesías esperado pero en la línea del Siervo de Yahvé (Is 53,2-6), es decir, de modo sencillo, humilde, cercano. El enviado de Dios no viene con poder, dominador, triunfalista, sino fraterno, misericordioso, amoroso con los débiles y pecadores. Es paradójico: Dios junto a los pecadores para liberarlos. Jesús, el identificado con los pecadores, es declarado por Dios, su Hijo amado. Es un amor en la solidaridad, compartiendo la condición humana pecadora, miserable. En esta presentación lo esencial es que Dios se manifiesta no con poder, ni ostentación sino con amor solidario; nos salva desde dentro de nosotros, y, desde ahí, nos invita a seguir a Jesús, en una situación y relación nuevas con Dios y con los demás. Esta visión inicial del evangelio de Mateo a partir del bautismo de Jesús nos orienta en la lectura e interpretación de todo este evangelio. Dios se nos acerca en su Hijo solidario y nos invita a seguirlo convirtiéndonos a sus actitudes de Hijo de Dios y hermano de los seres humanos.

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MIÉRCOLES DE CENIZA EMPIEZA LA CUARESMA

5 – marzo - 2014

Palabra clave: CONVERSIÓN

Actitud: AUTENTICIDAD

SINCEROS CON DIOS, CON LOS DEMÁS Y CON NOSOTROS

Honradez frente a hipocresía en nuestras actitudes: para con Dios (oración), para con los demás (limosna) y para con nosotros mismos (ayuno)

Sí o no

Coherencia Decisión fundamental

Renovemos nuestro bautismo ¿Somos sinceros con nosotros mismos?

¿Dónde estamos? ¿Cuál es nuestra situación? Camino hacia la Pascua, camino de conversión

Relación con Dios, con los demás y conmigo mismo

Evangelio: Sermón de la Montaña Mt 6,1-6.16-18 (ciclo A) No para ser vistos Vivimos una época en que la imagen cuenta mucho. Es importante tener prestigio, gozar de fama. Es primordial que todo brille aunque todos sabemos que no es oro todo lo que brilla y que no es orégano todo el monte. Pues bien, en el campo religioso, también hay una inclinación natural a querer quedar bien, aunque sea engañándonos, ante Dios, ante los demás y ante nosotros mismos. Nos es difícil ser auténticos y coherentes, aparecer tal como somos, decir sí cuando es sí y no

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cuando es no. Acaso hemos maquillado nuestra vida con sucedáneos artificiales. ¿Aparecemos como somos? ¿Nuestro rostro se muestra verdadero? ¿Hay autenticidad en nuestra vida? Hoy que empieza la Cuaresma se nos ofrece una oportunidad para encontrarnos con nosotros mismos. Aprovechémosla. ¿Estamos dispuestos a encararnos con nuestra vida al desnudo? Lo nuestro no es el éxito sino la fidelidad. Honrados para con los demás (limosna) Nuestra vida no se halla aislada sino rodeada de otras vidas, de otras personas. Convivo con mi familia, con mis amigos y amigas, con mis compañeros y compañeras de trabajo, de cuadrilla, con mis vecinos y vecinas. A veces, paso muy cerca de esa gente pero quizá no me encuentro con sus personas. Son acaso números pero no rostros concretos con sus nombres, con sus problemas, sentimientos y circunstancias. Mi vida se puede inclinar más hacia el egoísmo o hacia el servicio. Me puede ayudar a aclararme en este tema el empleo que yo hago de mi tiempo, de mis cualidades, de mis bienes. ¿Qué significan los demás en mi vida? ¿Comparto realmente mi vida con los demás? Honestos para con Dios (oración) Dios no es una palabra sin más. Tomarse en serio a Dios es reorganizar del todo nuestra vida en la dirección del evangelio, del Reino de Dios. Dios llega a la raíz, cala hasta los huesos. Si fuésemos honestos de verdad con Dios, nuestra vida habría de cambiar radicalmente. Nuestra oración, nuestro contacto con Dios trata de mostrar mi relación con Él y las consecuencias que se derivan de ello para mi vida. Podemos plantearnos con sinceridad qué tiempo dedicamos a encontrarnos con Dios y hasta qué punto le tomamos en serio a Él y su mensaje. Sinceros para con cada uno de nosotros (ayuno) A veces nos podemos engañar a nosotros mismos. Lo cual no es tan difícil como pudiera parecer. Merece la pena hacer un alto en el camino y enfrentarnos con nuestra propia realidad, con nuestra propia vida. La orientación de nuestra vida, la actitud fundamental de cada uno de nosotros es lo que da sentido a nuestra vida. No se trata de aparentar ni ante los demás ni ante mi misma persona. Hoy yo podría iniciar una nueva etapa de mi vida con un plan coherente. ¿Lo intento de verdad?

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PRIMER DOMINGO de CUARESMA 9 – marzo - 2014

Palabra clave: LIBERACIÓN

Actitud: SUPERACIÓN

Líbranos del mal

No caigamos en la tentación Revisemos nuestras actitudes Destruyamos todos los ídolos ¿Quién es Dios para nosotros?

Superemos nuestras tentaciones

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Evangelio: Relato de las tentaciones de Jesús (Mt 4,1-11)

JESÚS SUPERA LAS TENTACIONES

Es extraño que el Ungido de Dios, el Hijo amado de Dios, sea tentado. Se esperaría lo contrario: un triunfo llamativo dando muestras de poder y de fuerza (Mc 4,1) aprovechando su relación con Dios para triunfar con éxito. Tentación de lograr éxitos por el camino “fácil” de la comodidad, del pasotismo, del prestigio… (Mt 4,10; 8,11; 12,38; 16,1-4; 26,53; 27,40; Mc 8,33; Jn 7,3-4) Jesús, al contrario que los israelitas por el desierto, triunfa ante esas tentaciones de imponerse por la fuerza y el poder divinos más que por la solidaridad y misericordia de Dios con los débiles. En lugar de invitarnos a la fuerza y a la imposición, nos apremia a la responsabilidad y al compromiso.

1ª Tentación: recurrir a la magia

Haz que los panes se conviertan en pan. La primera tentación consiste en ceder a lo mágico; es decir, a que me lo den todo hecho sin mover yo ni un solo dedo. Dios no es el mago que nos regala todo lo que le pedimos sin que nosotros colaboremos. Dios apela a nuestra responsabilidad y participación, al crecimiento de nuestra persona. La palabra de Dios propicia la responsabilidad humana. Se descarta el camino fácil del “dulce no hacer nada”. Que me lo den todo hecho. Es el atajo que nos aparca a los humanos en la minoría de edad. La magia nos hace permanecer en una fase infantil. Dios reconoce nuestra participación personal humana. Nuestro Dios nos acompaña pero cuenta con nosotros. Él no hace nada sin contar con nosotros. Dios siempre cuenta con nosotros. Por otra parte, superar esta tentación supone también no ceder al consumismo, ni creer que el tener es la fuente de la felicidad, que las cosas nos van a salvar, superando nuestras carencias existenciales. 2ª Tentación: tratar de figurar Tírate del templo; te recogerán los ángeles. Esta tentación está muy de moda. Es la cultura de la imagen. Todo es fachada, prestigio, ostentación, espectacularidad, triunfalismo, deslumbrar, aprovecharlo todo en favor propio. Se trata de figurar, destacar siempre por encima de los demás. Pero el estilo del Reino de Dios es fraterno, sencillo, humilde. Opta por la solidaridad, por los demás, por el prójimo. Mt 4,7; 13,33; Mc 4,26ss; Lc 17,20-21. Es un mentís al Dios espectacular.

3ª Tentación: pretender dominar

Si me adoras, todo para ti. Es la tentación del dominio, es decir, el ansia de poder absoluto y de gloria incondicional. La respuesta que nos ofrece Jesús es que Dios solo hay uno. Solo un Dios, un único Señor. Solo Dios es absoluto; endiosar otra cosa es crear ídolos. No hay que absolutizar, endiosar lo terreno y humano que es siempre relativo, contingente, creado. Frente al dominio, hemos de adoptar un talante de servicio. Dejemos que Dios sea Dios reconociéndolo como nuestro único Señor. No al Dios despótico ni al Dios para mis caprichos. Rechazar las imágenes falsas de Dios, destruir nuestros ídolos es todo un reto para cada uno de nosotros. El estilo divino interpela la lógica humana. Dios no se nos muestra ostentoso, dominante, mágico. No se nos impone desde fuera sino que aparece acogedor, solidario, misericordioso, respetuoso. Nos invita desde dentro. Ese Dios paradójico nos invita a revisar a su luz nuestras actitudes, a convertirnos.

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SEGUNDO DOMINGO de CUARESMA

16 – marzo -2014

Palabra clave: EXPERIENCIA

Actitud: INTEGRACIÓN

ORA ET LABORA

Subir a Dios Bajar al tajo

Reza y trabaja Experiencia religiosa

Acción y contemplación A Dios rogando y con el mazo dando

Evangelio: La Transfiguración: Experiencia mística para el compromiso (Mt 17,1-9)

La experiencia religiosa Esta página del evangelio nos presenta una experiencia religiosa que vivieron en las primeras comunidades cristianas. Ese contacto con Jesús resucitado, es decir, transfigurado, sacude a sus seguidores y los interpela. Esa admiración sorprendente se refleja en palabras como resplandor, sol, vestidos blancos, luz. Hoy en día nos falta la dimensión mística para conectar con ese Dios personal que nos sale al encuentro pero al que nos es difícil identificar. Necesitamos hacer silencio en nuestra vida, interiorizar nuestras preocupaciones, crear espacios intensos de humanidad, de reflexión. Hacer posible el encuentro con Dios, con los demás y con nosotros mismos. ¡Qué bien se está aquí! Qué bien vivimos en el primer mundo. Tenemos de todo: casa, ropa, comida, estudios, sanidad, diversiones,... Mientras las cosas me van bien y no me falta de nada, viva la vida. Y, los demás ¿qué? También Pedro, Santiago y Juan se encontraban a gusto y no querían saber nada más. Hagamos tres tiendas, decían, quedémonos aquí y así. Pero ¿Podemos vivir bien, aislados, indiferentes, al margen de la realidad y de los demás? El encuentro con Jesús no nos permite la evasión y la indiferencia. Es más, su presencia nos urge a la solidaridad y nos acompaña en el compromiso por el Reino de Dios. Este es mi Hijo. Escuchadlo Si un extremo consiste en cruzarnos de brazos ante las interpelaciones de la realidad y de las personas, el otro nos lleva a creernos autosuficientes para enfrentarnos a todos los desafíos de nuestra historia. En nosotros los humanos se dan unas veces, las posturas optimistas y, otras, las pesimistas. Unas veces creemos que nos vamos a comer el mundo nosotros solos y, otras, nos sentimos inútiles en todo. Para nosotros los creyentes hay siempre un apoyo, una ayuda: Es Jesús enviado por Dios su Padre quien nos invita a escucharle. “Él es el camino, la verdad y la vida” (Jn 14,6) para todos nosotros. Por eso, podemos decir con ojos creyentes: Contigo, Jesús, hasta el fin del mundo.

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Levantaos. No temáis. Bajemos Solos no podemos pero acompañados, sí. Con Dios, sí, pero colaborando también nosotros con Él. Hemos de poner nuestros talentos al servicio de los demás (Mt 25,14-30). Nuestro Dios es un Dios que baja, que se “pringa” en nuestra historia, no es indiferente a nada humano (cf. Ex 3,7-8) Hay que bajar de la montaña; eso sí, reconfortados, acompañados, animados, ayudados; pero, hay que bajar al tajo, a la vida cotidiana, al trajín de la historia, al encuentro con los demás. Hay mucho que hacer; delante tenemos muchos retos y no podemos mirar para otra parte. Hemos de contar con Dios sabiendo que Él también cuenta con nosotros.

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TERCER DOMINGO de CUARESMA 23 – marzo – 2014

Palabra clave: ENCUENTRO

Actitud: RENOVACIÓN

¿DE QUÉ TENGO SED?

Bautizados en Cristo El agua, signo de vida

Encuentro de personas En espíritu y en verdad

Evangelio: Encuentro y diálogo entre Jesús y la Samaritana: Jn 4,5-42

Diálogo: aportar y escuchar Jesús se dirige a una mujer que va a sacar agua del pozo. Jesús la tiene en cuenta y le pide que le ayude. Está fatigado y desea un poco de agua. Se hace el encontradizo allí donde la gente tiene la costumbre de reunirse. Jesús parte de la situación concreta. A Jesús se le encuentra en la vida de todos los días en circunstancias normales. No hace falta buscarlo en situaciones difíciles, espectaculares o extrañas. Lo importante es estar atentos, dispuestos para que se dé un encuentro de personas. Ser cristiano es, ante todo, ser seguidor de Alguien, de una persona, de Jesús de Nazaret. Si se da el encuentro personal con Jesús hemos descubierto el verdadero camino de la fe. Luego se trata de seguir juntos ese camino, él y nosotros. Esta escena me invita a descubrir personas concretas a mi alrededor. Acogida al otro diferente Además, esa persona con que se encuentra Jesús es una mujer y samaritana. En aquel ambiente era extraño que un hombre hablara con una mujer en público; además, era extranjera; y todo ello a plena luz. Se dan todas las circunstancias para que no se dé el encuentro pero Jesús las supera. Hoy, nosotros tenemos también dificultades en el seguimiento a Jesús. Se nos antoja casi imposible. Ambiente adverso, mensaje costoso y personas muy diferentes a nosotros. Tenemos problemas de relaciones entre hombres y mujeres, entre ricos y pobres, entre nativos e inmigrantes, entre gente de mentalidad política diversa. Jesús supera todas las barreras sociales. Es

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que todos somos hijos de Dios, su Padre, y no hay razones para no ejercer de hermanos. Es todo un reto para nosotros. Las verdaderas necesidades A veces parece que no tenemos necesidad de nada ni de nadie en nuestra vida. Nos sentimos autosuficientes. Nos sentimos orgullosos de nuestro cubo para sacar el agua que nos sacie la sed momentánea. Somos, incluso, reticentes a la hora de compartir esas cosas pequeñas. El pozo es mío; me sirve; lo utilizo y ya está; los demás, allá ellos; que se compren su cubo. Hoy también declinamos crecer como personas. Nos conformamos con televisión, con viajes, con consumir. Pero la verdad es que no nos llega a llenar el vacío de nuestro corazón. Seguimos teniendo sed y volvemos al mismo pozo con el mismo cubo. Jesús nos ofrece algo diferente, un plan de felicidad plena al que nos invita a todos para que colaboremos en formar una familia en la que Dios ejerza de padre y de madre y en la que todos nosotros, sus hijos, nos comportemos como hermanos. Esa es el agua que salta hasta la vida eterna, la que llena el sentido de nuestra vida. Con ello no hay que ir a buscar más agua. Esa agua sí que nos basta. Testimonio Agua bautismal: proceso, renovación, cambio. Ahora la Samaritana descubre toda su vida matrimonial, sentimental. Se trata de otra sed que aquella mujer no podía saciar con su cubo. Jesús le llega de verdad a lo más hondo y personal. Y ahí descubre a Jesús como profeta. Desde esa experiencia conecta con Dios que se deja traslucir por medio de Jesús quien nos invita a dar con Dios en nuestro corazón (en espíritu y en verdad). Jesús nos pone en contacto con Dios cuya voluntad cumple por encima de todo; ése es su alimento. Esa misión es más importante que el comer. Jesús es el lugar de encuentro con Dios, con la samaritana, con los discípulos, con los samaritanos. Y todos ellos son testigos de Jesús.

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CUARTO DOMINGO de CUARESMA 30 – marzo - 2014

Palabra clave: LUZ

Actitud: APERTURA

ABRE NUESTROS OJOS, SEÑOR, QUE PODAMOS VERTE

CRISTO, LUZ DE NUESTRAS ALMAS, LLENA MI VIDA DE LUZ

Que vea, Señor El ciego ve a Jesús

¿Vemos o no vemos? ¿Quién ve de verdad?

El peor ciego, quien no quiere ver

Evangelio El ciego de nacimiento: Jn 9,1-41 De las tinieblas a la luz “El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz” (Is 9,1-2; Mt 4,16). Tanto Israel como las primeras comunidades cristianas pasaron por malos tragos: olvido de Dios, dudas de fe, odios

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familiares, luchas fratricidas, guerras perdidas… Pero también experimentaron situaciones de liberación que atribuyeron a la actuación de Dios que siempre cumplía lo que prometía. Esa experiencia les abrió a la esperanza. Fue la luz que iluminó las tinieblas. En esa línea, Jesús se nos muestra como la luz del mundo (Jn 8,12). Nosotros también, como el ciego del evangelio, vamos abriéndonos a la luz, vamos avanzando en un proceso personal creyente. Es nuestro itinerario de fe. Proceso de nuestra fe Nosotros estamos ciegos para muchas cosas y para bastantes personas. En nuestra vida creyente se da también una cierta ceguera; aún se nos presenta un largo camino que debemos recorrer como lo hizo el ciego de la lectura evangélica. Andamos como en tinieblas en medio de nuestra frialdad, rutina, duda, frustración. Necesitamos ponernos en camino con los ojos bien abiertos, con el radar conectado, oliendo la realidad. Esta cuaresma puede servirnos para ver bien y de verdad nuestro seguimiento de Jesús. El ciego se puso a disposición de Jesús e hizo lo que le pidió: fue, se lavó y volvió con vista. ¿Estamos dispuestos a recorrer el camino hacia la Pascua, hacia Jesús? Pasos hacia delante Para ver la luz que es Jesús hay que ponerse en camino, abrir bien los ojos y mirar alrededor. Para ello, es imprescindible querer caminar, querer ver. Estar empeñados en querer ver. Al principio, sólo sabe de ese hombre que se llama Jesús. Luego descubrirá en él un profeta. Más tarde dirá que Jesús tiene que proceder de Dios porque le ha devuelto la vista y eso solo puede venir de Dios. Por fin se volverá a encontrar con Jesús que se presenta como el Hijo del hombre; ante lo cual, el ciego confesará: Creo, Señor. Es el prototipo de proceso de fe de todo creyente. ¿Cuáles han sido mis pasos de fe en mi vida de creyente? ¿Cuál ha sido mi itinerario creyente? Dificultades en el camino El entorno del ciego no le ayuda a encontrarse con Jesús. El nuestro tampoco. Él siguió adelante a pesar de los obstáculos. Y nosotros ¿qué? Jesús le pide que vaya a la piscina de Siloé a lavarse y obedece. Le abruman preguntándole por curiosidad y con animadversión y responde todas las veces a vecinos, a conocidos y a los fariseos. Los padres lo abandonan y él sigue solo. Los fariseos le inquieren con rabia y él responde pacientemente y hasta confiesa que le parece que Jesús es un profeta y que viene de Dios. Incluso se encara con ellos de forma irónica diciéndoles: ¿también vosotros queréis haceros discípulos suyos? ¿Cómo nos comportamos ante las dificultades para mantenernos creyentes en medio de nuestra sociedad? Ser testigos en nuestro entorno “Sí, soy yo”, responde el ciego a quienes se preguntaban si se trataba del que estuvo ciego. Tres veces le inquieren lo mismo: “¿No es éste el que se sentaba a pedir? ¿Y cómo se te han abierto los ojos? y él contesta ofreciendo su experiencia. El que había sido ciego ve más y mejor que todos los videntes de nacimiento. Los videntes (fariseos) no ven en Jesús al Mesías; el ciego, en cambio ve, descubre en Él al Hijo de Dios. Los videntes, no ven; el ciego ve. Y nosotros ¿qué? Su disposición le ha hecho ver en Jesús al hombre servicial, al profeta de Dios, al Hijo de Dios. Y, luego, lo ha manifestado sin vergüenza, con valentía y ante todos los que se cruzan en su camino: vecinos, padres, fariseos. Y nosotros ¿somos testigos de nuestra fe? ¿Damos la cara?

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QUINTO DOMINGO de CUARESMA

6 – abril - 2014

Palabra clave: VIDA

Actitud: ACOGIDA

Calidad de vida No al pasotismo Explosión de vida

Felicidad completa Crecimiento integral

Ser felices haciendo felices a los demás

Evangelio Lázaro vuelve a la vida: Jn 11,1-45

Ansia de plenitud Jesús de Nazaret amaba la vida que es un regalo de Dios. Sabía saborear la vida en un ambiente de amistad. Se sentía cercano a una familia de tres hermanos (Marta, María y Lázaro) con la que compartía momentos de convivencia. Jesús amaba la vida en ese ansia de plenitud que todos sentimos dentro de nosotros. ¿Quién de nosotros no quiere ser feliz del todo? Dios ha puesto en todos unas ganas de satisfacción total, realización completa, felicidad plena, vida a tope. Vida es un don que acoger y desarrollar Cuando alguien recibe un regalo lo agradece, sobre todo, usándolo de forma adecuada y gozando de él. A través de nuestros padres nosotros también hemos recibido el obsequio de la vida. Ahora lo más razonable es que desarrollemos esa vida convenientemente, construyendo un mundo mejor, sirviendo a los demás, creciendo humanamente y disfrutando de la naturaleza. Esa plenitud de vida Jesús nos la simboliza mediante un ambiente familiar de banquete. Eso experimentaba Jesús también con su familia amiga. Plantando cara al mal Sin embargo, desgraciadamente, con frecuencia, sufrimos muchas situaciones lamentables: guerras, millones de refugiados, hambre, persecuciones, enfermedades, desencuentros, odios, enfrentamientos,… y, por fin, muertes. La experiencia del mal es evidente. Ese mal es todo un misterio ante el cual Jesús lucha, venciéndolo con el bien hacia los necesitados. No mira para otra parte, no es indiferente; se le revuelven las entrañas cuando ve que alguien sufre; se acerca y cura. ¿Cuál es nuestra actitud ante tantas personas que lo pasan tan mal en nuestro mundo? Otro mundo es posible Pero Jesús devolviendo la vida a Lázaro nos indica que la muerte no tiene la última palabra sino la vida. Nos señala que Dios es más fuerte que la muerte y que es amigo de la vida. En medio de tantos sufrimientos y dificultades es posible la esperanza definitiva en Dios, creador de la vida, liberador de toda desgracia y salvador integral de nuestra humanidad. Jesús nos dice: “Yo soy la resurrección y la vida”

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Contigo, Señor, hasta el fin del mundo. Por una parte, nos parece que todo va de mal en peor y que esto no hay quien lo solucione. Por otra parte, nuestra experiencia es de debilidad en orden a mejorar nuestras situaciones adversas. Nuestra fe nos asegura que contamos con un Dios benévolo y que lo que parece imposible para nosotros solos es posible para Él. Eso sí, Él cuenta con nuestra colaboración. Pide de nosotros lo que podamos aportar; el resto lo pone Él. Con Jesús, como compañero de viaje, podemos ir hasta el fin del mundo. Solo si morimos podemos resucitar. Jesús se hace solidario del que sufre o pasa por una desgracia. Nada humano le es indiferente. No puede evitar llorar ante el cuerpo de Lázaro. Se solidariza con la adversidad de todo tipo. Acercarse a la periferia no es nada fácil. Acercarse al escenario de tanta inhumanidad supone pagar un precio. El que anda tropieza. Sin embargo, solo si morimos podremos resucitar. ¿A qué situación egoísta estamos dispuestos a morir para, luego, resucitar? Creyeron en Él. La vida ha tenido la última palabra. El balance final ha sido positivo. La vida ha vencido la muerte. El muerto vuelve a la vida. Jesús se fió de Dios su Padre al que agradece por haberlo escuchado mostrando así cuál es su talante. Dios siempre actúa en beneficio de nosotros, sus hijos. La enorme cercanía de Jesús con su Padre y con los demás hace que la gente ponga su confianza en Él. ¿Hasta qué punto nuestra confianza en Jesús nos hace sintonizar con Dios y con los demás?

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DOMINGO DE RAMOS 13 – abril- 2014

Palabra clave: ENTREGA

Actitud: SERVICIO

Evangelio: Domingo de Ramos. Entrada en Jerusalén. Mt 21,1-11

Cerca de Jerusalén La meta está cerca. Jesús no se ha parado ni ha dado marcha atrás. Ha ido hasta el final. Lo primero era cumplir con la misión para la que había sido enviado por Dios, su Padre. Jesús preveía lo que se le avecinaba. Lo buscaban para matarlo. Llegaba a la capital: Jerusalén, allí estaba el centro crucial: el Templo. Jerusalén no es un mero lugar geográfico; posee un sentido fuertemente teológico, político e histórico. Era mucha provocación. Jesús se la jugaba. Se metía en la boca del lobo. Pero él sigue firme hasta el final. Suponía poner en contra de él a las autoridades políticas y religiosas. Le podríamos decir: “Te la estás buscando”. Jesús nos contestaría: “Ante todo está la fidelidad a misión”. Nosotros ¿Seguimos a Jesús de cerca y hasta el final? Sobre un burro Jesús va a entrar en la ciudad. No va a la fiesta como turista. Va a culminar su tarea. Pero no lo hace de forma ostentosa tal como solían celebrar la entrada en la ciudad los emperadores y

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generales romanos sobre un hermoso caballo. Jesús entra a lomos de un burro, un animal menospreciado. Así lo hace de modo humilde. Es el estilo de Dios para con nosotros. Jesús no nos deslumbra. “Mira a tu rey humilde”. Rey sí, pero humilde. Portará una corona pero de espinas, vestirá un manto pero será un trapo sucio, llevará un cetro pero será una caña. ¿Cuál es nuestro estilo de vida? ¿Sencillo o altanero? Los sencillos lo aclaman A la entrada humilde de Jesús en Jerusalén solo los sencillos responden de modo acogedor. Los poderosos le ponen trabas. Se enfrentan a él hasta la muerte porque intuyen que su mensaje hace peligrar sus puestos preeminentes. El pueblo llano lo aclama como Mesías y lo alaba: “Bendito el que viene en nombre del Señor”. A favor o en contra, Jesús tiene alborotada a toda la ciudad de Jerusalén. Todos se preguntan: “¿Quién es éste? A lo que la gente sencilla responde: “Es Jesús, el profeta de Nazaret de Galilea. Ante este rey humilde ¿cuál es nuestra respuesta? ¿Cuál es nuestro estilo?

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Evangelio: Pasión, muerte y resurrección Mt 26,14-27,66

Banquete pascual ¡Cuánto he deseado celebrar esta Pascua con vosotros! Decía Jesús refiriéndose a la Última Cena. De hecho, se celebró en un encuentro agridulce: por una parte, íntimo, cálido, entrañable y, por otra, con un tinte de dramatismo, de gravedad, de misterio. En esa celebración se resume el recorrido y el sentido profundo de toda la vida de Jesús. Es algo así como el balance final del cumplimiento de su misión. Ese cuerpo entregado y esa sangre derramada sintetizan el núcleo del mensaje cristiano. Jesús comparte sus sentimientos con los suyos y les abre su corazón. Los apóstoles, algo perplejos, compartieron aquella experiencia. Y nosotros ¿cómo vivimos las Eucaristías? Jesús se queda solo En efecto, Jesús cuenta con un grupo de doce amigos. Parece que podría contar con el apoyo de sus compañeros si las cosas se pusieran negras. Y, sin embargo, Judas Iscariote lo traiciona. Pedro lo niega. Los demás lo abandonan. Incluso el pueblo que lo aclamaba en la entrada en Jerusalén, ahora va a pedir su crucifixión, horas después. Todos los amigos de Jesús se desentienden de Él; el pueblo pide que lo crucifiquen. Se queda solo a merced de los poderosos religiosos y políticos que lo quieren muerto. Angustia existencial Jesús es también humano. Busca sentido a su vida, ha cumplido con su misión y nota que todo se le viene encima. Se siente solo consigo mismo, abandonado. No puede más. Todo se le hace cuesta arriba. Está tentado de mandarlo todo “a paseo”, de arrojar la toalla. “Pase de mí este cáliz” suspira. Y, en un último momento, reacciona ante Dios, su Padre con un “no se haga mi voluntad sino la tuya”. Juicio religioso A Jesús lo juzgan con todas las de la ley. Se guardan las apariencias legales. En primer lugar, tiene lugar el juicio religioso. De entrada, ya los Sumos Sacerdotes, que son los jueces, tramaban matar

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a Jesús buscando un falso testimonio. Hay una previa mala intención. La imparcialidad brilla por su ausencia. Ello nos interpela por las veces en que juzgamos de antemano a los demás. Hubo testigos falsos pero no lograban su objetivo. Jesús callaba. A veces no nos queda otra salida en la vida. Por fin, el Sumo Sacerdote le lanza a bocajarro la pregunta de si él es el Cristo, el Hijo de Dios. Ahora sí, ante esta cuestión fundamental responde de modo afirmativo y explícitamente. Calla cuando no tiene sentido hablar y se define cuando está en juego su identidad. Ante esta afirmación le tildan de blasfemo y le condenan diciendo: “Es reo de muerte”. Todo esto nos cuestiona sobre nuestra forma de hablar o callar; nos lleva a discernir nuestros juicios sobre los demás. Juicio político A continuación, los poderes religiosos conducen a Jesús ante Pilatos, gobernador romano, el único que podía condenar a muerte legalmente. Con tal de conseguir eliminar a Jesús, las autoridades religiosas se alían con las políticas. Ahora, la denuncia va por otros derroteros. Pilatos va al grano y pregunta a Jesús si él es el rey de los judíos, tal como lo habían acusado. Las razones ya no son de signo religioso sino político. La acusación de definir a Jesús como Hijo de Dios da paso a otra de tipo socio-político. Jesús, una vez más, calla. Pilatos se encuentra incómodo ya que no encuentra nada contra Jesús; por otra parte, Jesús no habla, el pueblo vocifera… Posible solución: liberar a Jesús a cambio de un malvado asesino, Barrabás. Pero no resulta. Entonces Pilatos se desentiende del caso, lavándose las manos. Entrega a Jesús para que lo crucifiquen. ¿Nos vemos retratados nosotros algo en los sumos sacerdotes, en Pilatos, en el pueblo, en Barrabás? Escarnio al débil Jesús queda a merced de los soldados: lo escupen, lo azotan, se ríen de él. Hacen leña del árbol caído. Le colocan una corona de espinas, le visten con un trapo a modo de manto y le ponen en las manos una caña como cetro. Habían oído algo de que se le acusaba por ser rey de los judíos. Le tratan como a un pelele. Hoy también hay muchos débiles en mil circunstancias de la vida que se ven escarnecidos por los prepotentes. ¿Nos aprovechamos de los últimos, de los sin voz, de los minusválidos? Crucifixión El cuerpo que se entrega y la sangre que se derrama que se mencionaban en la Última Cena se hacen realidad llegando a su culmen en la cruz. Jesús que pasó su vida haciendo el bien, que vino no a ser servido sino a servir, llega hasta el extremo de dar su vida. Su entrega es máxima. Ya no cabe hacer más. A Jesús lo mataron por haber sido fiel a su misión hasta el final. En un mundo egoísta quien vive entregado del todo a los demás es eliminado, se le quita de en medio porque nos deja en ridículo. Burlas al crucificado La gran tentación de toda la vida de Jesús consiste en la posibilidad de no ser fiel a una misión difícil que se le había encomendado. Es también la gran tentación de nuestra existencia: desertar de nuestra tarea personal concreta. Pero Jesús sigue adelante, fiel a su misión, hasta llegar a entregar su vida. Ahora, mientras Jesús muere en la cruz, la plebe y los jefes religiosos se mofan de Jesús: “A otros ha salvado; que se salve a sí mismo”, “Si es el Hijo de Dios, que baje de la cruz”, “A otros ha salvado, que se salve a sí”. Hasta los bandidos crucificados a su lado lo insultaban. ¿Desertamos de nuestra tarea? ¿Excluimos al que nos incomoda?

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DOMINGO DE PASCUA

20 – abril – 2014

Palabra clave: RESURRECCIÓN

Actitud: ALEGRÍA

Viva la vida Ha resucitado

Explosión de vida Victoria definitiva Felicidad completa

La vida vence a la muerte

Evangelio: Mt 28,1-10 Cristo ha resucitado (Vigilia Pascual). El crucificado ha resucitado A Jesús lo mataron en una cruz; murió realmente y murió así, crucificado. Y todo ello por su estilo de vida y por su mensaje. Tras la resurrección, Jesús sigue siendo el crucificado pero transformado, glorioso. Vive exaltado, a la derecha del Padre. Es el mismo pero ahora transfigurado. Por una parte, el Resucitado muestra sus llagas de crucificado; por otra, se aparece en medio de la casa estando las puertas cerradas. Ya desde el bautismo hemos muerto al pecado para resucitar a una vida nueva. ¿En qué se nos nota a los cristianos ese nuevo estilo de vida a que nos invita el Viviente Resucitado? Ojalá se pudiera decir de nosotros: Es la misma persona pero vive como si hubiera resucitado a un nuevo estilo. En medio de tantos crucificados en vida como hay en el mundo los cristianos estamos llamados a cambiar nuestra vida y a transformar este mundo egoísta. No temáis. Alegraos. El mensaje de la resurrección comporta una noticia de victoria, de ánimo, de esperanza. Jesús está vivo. La vida ha vencido a la muerte en Jesús, el Cristo, Resucitado. No se trata de cerrar los ojos a lo negativo de nuestra historia sino de abordarlo desde nuestra fe en el Resucitado. Mirando con ojos creyentes, el balance es halagüeño, gratificante. Diríamos que la guerra está ganada aunque falten algunas batallas y que con Jesús Resucitado el futuro es alentador. Cristo Resucitado mantiene nuestra esperanza contra toda esperanza. Anuncio Todos los testigos de la resurrección de Jesús son enviados a proclamar esa su experiencia a los cuatro vientos. Las fuertes vivencias no se pueden ni se deben ocultar. Testigo de verdad es el que experimenta algo que, luego, lo expone. Se trata de dos pasos relacionados: hay una vivencia que, luego, se manifiesta. Todos los que tienen la experiencia de la resurrección salen anunciando lo que han vivido. ¿Vivimos la experiencia del Resucitado? ¿Cuál es nuestro anuncio evangelizador?

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Jn 20,1-9 Resucitado de entre los muertos (Domingo: Pascua de Resurrección) Explosión de vida Siempre que ha llovido ha escampado. Al clarear la mañana, la noche se disipa. Es el primer día de la semana. La losa que tapaba la entrada al sepulcro está corrida. Son señales de victoria, de ánimo. De todas formas, María Magdalena entra en el sepulcro; espera encontrar el cuerpo de Jesús y no está allí. “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto”, protesta María. También nosotros pasamos por la misma experiencia de no descubrir al Señor en medio de nuestra vida, No encontramos sino vacío. ¿Dónde estás, Señor? Pero si hay amor, se encuentran mil caminos para dar con el amado. Huellas del Resucitado Entra María Magdalena en el sepulcro y no halla el cuerpo de Jesús. Es la desolación completa. Corre a comunicarlo a dos de los apóstoles. Estos corren al sepulcro y verifican el vacío. Solo observan la losa corrida, así como las vendas por los suelos y el sudario, enrollado en un lugar aparte. Es el vacío, total, deprimente. Jesús ha muerto. Hay muestras de que ha habido un cadáver que no aparece. ¡Cuántas veces hemos vivido la experiencia de la noche oscura, del vacío pleno, de la nada angustiosa! Parece que Dios se oculta y no damos con Él. No encontramos nada que nos consuele. De todas formas, en medio de la nada hay unas señales elocuentes: losa, corrida, vendas, sudarios,… Buscar y encontrar al resucitado En medio de nuestra vida cuando todo nos parece negativo, aparecen también destellos de sol, señales de esperanza. El hambre aguza la inteligencia, solemos decir. Aquella situación desoladora le refrescó la memoria al discípulo que llegó en segundo lugar. Entonces vio y creyó. Recordó que la Escritura decía que Jesús había de resucitar de entre los muertos. Hoy también podemos abrir los ojos y descubrir esas semillas del Resucitado que aparecen en la vida cotidiana de tantas personas abnegadas, en las Escrituras, en la naturaleza, en tantas personas que luchan contra el mal, en tantos que trabajan por un mundo mejor, … en la vida, en general. Plenitud existencial La resurrección nos muestra que la muerte no tiene la última palabra sino la vida. La resurrección nos interpela a todos en nuestra fe. ¿Hasta qué punto vivimos de acuerdo con esa vida resucitada de Jesús? Creer en la resurrección significa que estamos dispuestos a convertirnos desde una vida egoísta a una vida de servicio. Por otra parte, no nos podemos conformar con tantos crucificados que sufren en el mundo. Hemos de trabajar porque resuciten a una vida humana digna. Pensemos en las víctimas de las guerras, en los refugiados, en los perseguidos, en los enfermos, en los afectados por la crisis,… Si Cristo ha resucitado, resucitemos nosotros a una vida plena y tratemos de ayudar a resucitar a los demás.

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EL VALOR DE «LOS DETALLES», PARA VIVIR MEJOR LA EUCARISTÍA

Os proponemos aprovechar este tiempo para mejorar algunos aspectos relacionados con la celebración de la Eucaristía dominical en vuestra Comunidad cristiana. Son «detalles» suficientemente conocidos, pero que conviene recordar periódicamente.

LOS MOMENTOS DE SILENCIO

Los momentos de silencio forman parte de la celebración litúrgica y es importante cuidarlos. El problema es que muchas personas desconocen la razón y el sentido de esos silencios, y no saben qué hacer en esos momentos… También es cierto que esos silencios deben ser proporcionados… ¿Cómo explicarlo a los participantes – de una manera pedagógica y catequética – para que puedan sacar el máximo jugo posible a la celebración?. Aquí ofrecemos algunas pistas, en cuanto a los contenidos.

Antes de comenzar la celebración –tanto si estamos en el templo, como si estamos en la sacristía– necesitamos un silencio ambiental que nos ayude a conseguir silencio interior.

Es el silencio que nos ayuda a:

tomar conciencia de que estamos en la presencia de Dios y de los hermanos. poner a punto el corazón – sosiego, paz, cariño, hambre de Dios…– para entrar en

el ámbito de la trascendencia y disponernos al diálogo con el Señor. pedir la fuerza y la acción del Espíritu Santo para que nos abra los ojos de la fe y

convierta nuestra celebración en auténtica experiencia de Salvación.

Antes de pedir perdón…

(El Misal dice: “El sacerdote invita a los fieles al arrepentimiento… y se hace una breve pausa en silencio.”)


reconocer nuestra situación personal – afectada por el pecado y necesitada de perdón – para, seguidamente, manifestar comunitariamente nuestro arrepentimiento y pedir perdón.

abrir el corazón para acoger y sentir el perdón de Dios y de los hermanos. En este tiempo de Cuaresma, podría ser bueno utilizar más la segunda fórmula del Acto

penitencial.

Tras la introducción del sacerdote…

Señor, ten misericordia de nosotros. R/. Porque hemos pecado contra ti. Muéstranos, Señor, tu misericordia. R/. Y danos tu salvación

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Antes de cada oración… (Nos referimos a la oración colecta, sobre las ofrendas y poscomunión. El Misal apunta: “El sacerdote… dice: Oremos… y todos, junto con el sacerdote, oran en silencio durante unos momentos.”)


decirle al Señor una palabra, una frase, un deseo…que podamos incluir en la petición que el sacerdote va a dirigir a Dios, en nombre de toda la Asamblea.

orar personalmente, pero con sentido comunitario.

Al término de la homilía…


hacer síntesis personal y agradecida de lo que la Palabra de Dios – con el refuerzo de la homilía – nos ha sugerido: llamadas, cuestionamientos, desafíos, alientos… para seguir caminando con esperanza en nuestro vivir de cada día.

Durante la Plegaria eucarística…


acoger y hacer nuestras (haciendo propias las actitudes que expresa la plegaria) las palabras que –quien preside en nombre de Cristo- dirige al Padre Dios, en nombre de toda la Comunidad celebrante.

En este tiempo de Cuaresma, podría ser bueno utilizar más (como Aclamación, tras la

consagración del pan y del vino) la tercera fórmula, cantada:

Cristo se entregó por nosotros.

R/. Por tu cruz y resurrección nos has salvado, Señor.

Al término de la comunión…


valorar todo lo que representa el abrazo sacramental con Cristo –expresado en la Comunión– como culminación de la Eucaristía.

manifestar al Señor, desde el silencio, nuestro agradecimiento personal. hacer síntesis personal de toda la celebración eucarística, sintiéndonos en

condiciones de ser enviados nuevamente a la Misión.

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CANTOS Y ANTÍFONAS

Ceniza y Cuaresma 1 - Salmo 50

Mi- se- ri- cor- dia, Se- ñor, he-mos pe- ca- do

Cuaresma 2 - Salmo 32


Es- cu- cha- re- mos tu voz, Se- ñor


Cuaresma 5 - Salmo129

Domingo Ramos - Salmo 21

Jueves Santo - Salmo 115

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Viernes Santo - Salmo 30

Vigilia Pascual – Salmo 103



Te_en-sal- za- ré, Se- ñor, por-que me_has li-

-bra- do.

Domingo de Pascua - Salmo 117

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2.- La mañana celebra tu resurrección y se alegra con claridad de Pascua. Se levanta la tierra como un joven discípulo en tu busca, sabiendo que el sepulcro está vacío.

3.- En la clara mañana, tu sagrada luz se difunde como una gracia nueva. Que nosotros vivamos como hijos de luz y no pequemos contra la claridad de tu presencia.

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Hauts Eguna eta 1. Garizuma - 50. Salmoa

2. Garizuma - 32. Salmoa

Ager-tu zure e-rru- ki- a. Bedeinka, Jau-na, zu-re_herri- a.


Ez gogor- tu zu-en bi-ho- tzak, di- no gu- re Jau- nak.



Eguen Santua - 115. Salmoa

Bariku Santua - 30. Salmoa

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Pazko Gaubela – 103. Salmoa

R/. Zu-re ar-na- sa bial-du gu-ga- na, ta lur a- za- la ba-rri- tu, Jau-na!


R/. Zu- re ar- na- sa bi- dal gu- ga- na ta lur a- za-

la ba- rri- tu, Jau- na. Zu- -rri-tu, Jau- na.


R/. Zeu za- ra, Jau- na, ni- re on- da- re- a.

Pazko Gaubela – Ex 15

R/. Lur o- so- a, e- gi- o- zu i- rrin- tzi Jain-ko-a- ri.


R/. Es-ke-rrak Jau-na-ri, Ha-ren mai-ta-su- na be- ti-ko-a bai-ta.

Pazko Eguna - 117. Salmoa

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ZABAL BIHOTZOK

ZABALDU EGIZU, JAUNA

Za- bal- du e-gi- zuz, Jau- na, zeu-re_e-

-rru-kiz-ko a- te- ak, e- ta as-ka-tu gu- re-

-gan, pe- ka- tu- a-ren ka- te- ak. Par- ka,

Jau- na, zure se- me- on huts e- gi- te-

-ak

ZURE AURPEGI BILA

R/. Zu-re_aur-pe-gi bi-la ga- bil-tza-gu, Jau-na; Zu zai-tu-gu ar-gi e-

-ta sal-ba-men, Zu, Jau- na, bi- zi-a-ren ba-bes.

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Cuar-Pasc A 2014-A4 - CUARESMA Î PASCUA – 2014 – CICLO A COMENTARIOS A LOS EVANGELIOS DE LOS...

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