Cuando Nos Agobia El Tiempo Libre

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 Cuando nos agobia el tiempo libre Ser capaces de disfrutar de lo que hacemos, aquí y ahora, desarrolla la atención. Cambiar el ritmo puede aburrir al principio, pero debemos tener paciencia para conseguirlo  ANNA PARINI  Los espacios y tiempos c onfiguran nuestra vida. Vivimos cambiando de velocidad. En casa habitamos en nuestro territorio a nuestro ritmo, y de ahí salimos a otros: el traba jo, la calle, los bares, los centros comerciales, playas, montañas, coches, aeropuertos… Estamo s también en zonas de ruido, de conversación, de silencio, de soledad. Vivimos tiempos apresurados, estresados, presionados, tranquilos, aburridos, de competición, de ocio. A menudo ni siquiera podemos decidir cuáles son esos espacios por los que tra nsitamos ni somos dueños de nuestros tiempos. ¿Cómo configuran nuestra vida? Estamos adaptándonos constantemen te a e llos. La dispersión, el estr és y la angustia aparecen a menudo en estos intervalos de adaptación. ¿Sabemos aprovechar lo que estos cambios nos facilitan? ¿Los buscamos o vivimos atrapados en nuestros hábitos y rutinas ? El estrés del tiempo libre. El tránsito del trabajo al ocio puede provocar ansiedad y estrés. Llevamos meses de actividad intensa y de un día para otro estamos de vacaciones. Ahora el tiempo es más nuestro. Sin embargo, nos encontramos con el impulso de hacer, planificar y estar ocupados. El hábito puede estar tan arraigado que llenamos nuestra agenda de visitas, viajes, encuentros y planes. Vamos a un lugar distinto, y la preparación anticipada nos  produce a vec es más gozo que cuan do estamos allí porqu e queremos asegurarnos de no  perdernos nad a. Es bueno estar abi erto al aprendizaje que supon e viajar y ver; sin emba rgo,

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  • Cuando nos agobia el tiempo libre Ser capaces de disfrutar de lo que hacemos, aqu y ahora, desarrolla la atencin. Cambiar el

    ritmo puede aburrir al principio, pero debemos tener paciencia para conseguirlo

    ANNA PARINI

    Los espacios y tiempos configuran nuestra vida. Vivimos cambiando de velocidad. En casa

    habitamos en nuestro territorio a nuestro ritmo, y de ah salimos a otros: el trabajo, la calle,

    los bares, los centros comerciales, playas, montaas, coches, aeropuertos Estamos

    tambin en zonas de ruido, de conversacin, de silencio, de soledad. Vivimos tiempos

    apresurados, estresados, presionados, tranquilos, aburridos, de competicin, de ocio. A

    menudo ni siquiera podemos decidir cules son esos espacios por los que transitamos ni

    somos dueos de nuestros tiempos. Cmo configuran nuestra vida?

    Estamos adaptndonos constantemente a ellos. La dispersin, el estrs y la angustia

    aparecen a menudo en estos intervalos de adaptacin. Sabemos aprovechar lo que estos

    cambios nos facilitan? Los buscamos o vivimos atrapados en nuestros hbitos y rutinas?

    El estrs del tiempo libre. El trnsito del trabajo al ocio puede provocar ansiedad y estrs.

    Llevamos meses de actividad intensa y de un da para otro estamos de vacaciones. Ahora el

    tiempo es ms nuestro. Sin embargo, nos encontramos con el impulso de hacer, planificar y

    estar ocupados. El hbito puede estar tan arraigado que llenamos nuestra agenda de visitas,

    viajes, encuentros y planes. Vamos a un lugar distinto, y la preparacin anticipada nos

    produce a veces ms gozo que cuando estamos all porque queremos asegurarnos de no

    perdernos nada. Es bueno estar abierto al aprendizaje que supone viajar y ver; sin embargo,

  • cunto gozamos del momento? Hasta qu punto calmamos nuestro hbito de tener que

    planificar y estar siempre en accin?

    La sensacin de agobio puede deberse a nuestra necesidad de buscar siempre cosas mejores

    y novedosas, y a nuestra incapacidad de encontrarnos cmodos y bien donde estamos y con

    lo que tenemos. El neurlogo Emrah Dzel lo explica: Con la percepcin de lo nuevo el

    cerebro libera mucha dopamina, vincula ese descubrimiento a la sensacin de que ah

    encontrar una recompensa. De no ser esto as, el hombre nunca se habra aventurado a salir

    del agujero. Coln nunca habra buscado una nueva va martima y el vuelo a Marte no sera

    un objeto de reflexin para nosotros.

    La informacin se come la atencin

    de sus receptores

    Herbert A. Simon

    En otros casos, pasamos de estar muy activos a ser espectadores pasivos. Internet,

    los smartphones, los intercambios constantes por Facebook, Twitter, correos electrnicos y

    otros medios suponen una multiplicidad de estmulos que influyen en nuestra fuerza de

    voluntad y capacidad de autocontrol. Incluso en nuestro tiempo libre nos vemos invadidos

    por las noticias y datos que llegan por nuestros telfonos. Se convierte en una adiccin.

    Observamos la aventura de una pelcula o un acontecimiento deportivo en vez de vivir

    nosotros una o practicar un deporte. Estamos siendo espectadores pasivos, y esto al final no

    nos proporciona plenitud. En vez de disfrutar del descanso nos aburrimos por falta de

    vivencias y nos sobreviene el estrs del tiempo libre. Pasar de un tiempo ocupado y activo a

    otro ms libre implica a veces saber aburrirse para ir desacelerando el ritmo.

    Domine sus circunstancias. El tiempo libre es desestructurado y ms difcil de configurar.

    Uno quiere regresar rpido a casa despus de un da intenso de trabajo y luego, cuando

    llega, al cabo de un rato, no sabe qu hacer y enchufa la televisin o se distrae con Internet.

    Son distracciones que no nos nutren ni nos producen verdadero descanso. Quiz nos

    brindan una pausa en los pensamientos y preocupaciones, pero seguimos abiertos a

    estmulos externos que no permiten un pensamiento creativo, sino que quedamos atontados

    ante lo que vemos acontecer frente a nosotros.

    El no hacer nos angustia, provocando la sensacin de estar perdiendo el tiempo, y el no

    querer sufrir esa ansiedad junto al deseo de sentirnos activos nos impulsan a la accin. Es

    positivo no dejarse dominar por la tentacin de buscar siempre cosas nuevas para colmar

    deseos y necesidades que probablemente sean superfluos. Se trata de desarrollar el arte de

    no ser marionetas de nuestros anhelos sin autocontrol, ya que muchos de ellos son

  • inculcados por lo que se supone que uno debe tener, consumir y hacer y no por lo que

    realmente se quiere. Sepamos decir basta.

    Unas verdaderas vacaciones consistiran en conseguir que nada tire de nosotros, en que

    nuestra atencin est centrada en gozar del instante presente sin que busquemos estmulos,

    siendo capaces de pasarlo bien sin hacer nada.

    Aprendamos el arte de potenciar la atencin cuando nos falten metas, estmulos y retos

    externos. Para ello necesitamos paciencia. Tomarnos con calma los das de transicin de un

    tiempo apresurado a otro ms nuestro. Al principio, quiz nos aburrimos o nos sentimos

    descolocados, pero poco a poco aprendemos a disfrutar de la chispa de cada momento.

    No permitiendo que la mente ya est en otro lugar, planificando lo que tendra que venir

    luego y cul es el siguiente deseo a cumplir. Se trata de dominar el propio tiempo.

    Para saber ms

    ANNA PARINI

    LIBROS

    Flow

    Mihly Cskszentmihlyi (Kairs)

    La felicidad segn Spinoza

    Maite Larrauri-Max (Tandem)

    Ocio: La felicidad de no hacer nada

    Ulrich Schnabel (Plataforma Editorial)

    Para ello disfrutemos de lo que hagamos. Hacerlo desarrolla nuestra atencin. Lograr estar

    concentrados plenamente en nuestro quehacer tiene valor en s mismo. Un da en la playa

    observ a una nia jugar con las olas, les hablaba, se rea, estaba totalmente absorta en su

    juego y asombro por el vaivn de las olas, segua su comps. No se planteaba si ese juego le

    reportaba algo, ms que sentirse feliz en el aqu y ahora. Estaba concentrada y radiante.

  • Pintar, tocar msica en grupo, cuidar las plantas con pasin, fotografiar, jugar, bailar,

    cocinar algo nuevo en familia, una conversacin interesante, rer hasta que se nos saltan las

    lgrimas son otras formas de disfrutar que contribuyen a desarrollar la concentracin y la

    atencin. Se trata de buscar retos que exijan toda nuestra concentracin, actividades que ni

    nos abrumen ni nos aburran y nos permitan ser creativos. Una amiga me confiesa que un

    solo sbado le cunde mucho ms que tres das entre semana. Y ocurre as porque cambia de

    espacio y de ritmo y eso hace que su concentracin y su creatividad florezcan.

    Variamos de ritmo en vacaciones y en nuestros periodos de ocio? Para que en nuestro

    tiempo libre logremos romper con la fuerza de la costumbre, con ciertos hbitos y rutinas,

    es importante que nos planteemos: qu considero esencial en mi vida? Y no perdamos de

    vista nuestras preferencias. Posiblemente la prioridad est en lo que sugiere Walter

    Benjamin: La felicidad es volver a uno mismo y no asustarse.

    Metafricamente diramos que volver a uno mismo es llegar a casa, dejar de correr. No me

    refiero a un lugar fsico concreto, sino al espacio interno en el que uno se encuentra. Estar

    en casa consiste en estar bien con uno mismo. Con lo que piensa y siente, con su cuerpo,

    con su entorno. Por ejemplo, cuando se inicia el Camino de Santiago, la mente va ms

    rpido que el cuerpo. Poco a poco, caminando, se va habituando hasta que armoniza cabeza

    y cuerpo, entonces est en casa. Se trata de valorar la sencillez, salir de la dispersin y

    encontrar la serenidad interior. Es posible vivir esta placentera sensacin cuando dejamos

    de querer controlar las situaciones y a las personas, cuando aceptamos la incertidumbre y la

    no permanencia como estados naturales del cambio constante que implica vivir, y cuando

    estamos en paz con nuestros actos.

    Si en vez de entrar en s mismo, lo que hace es huir, no aprender a dominar ni su tiempo, ni

    sus pensamientos ni su energa. Seguir disperso. Mantenerse distrado para evitar las

    propias preocupaciones es distinto a encontrarse a s mismo e ir al lugar en donde

    experimenta ser, la casa propia. Se trata de estar bien con uno mismo, incluso en estados de

    inactividad como el sueo, la meditacin o el simple acto de mirar por una ventana. As

    favorecemos el bienestar, la creatividad y el propio rendimiento.

    Cada once minutos...

    Cada once minutos, demuestra la experta informtica Gloria Mark, somos interrumpidos por telfono, correo,

    informacin o colegas. Estas interrupciones se convierten en un estmulo al que nos volvemos adictos. Acabamos

    dependiendo de estos chutes de informacin que activan la adrenalina. Cada vez ms nuestras fases de atencin y

    concentracin disminuyen y nos es difcil tener pensamientos profundos, creativos y que aporten soluciones a las

    situaciones complejas en las que nos vemos involucrados.

  • Dosifiquemos conectarnos por las redes para estar presentes donde estamos, con quienes estamos, y sentir el sabor del

    instante sin tener que hacer nada ni responder a ningn aliciente que irrumpa en nuestra intimidad. En el tiempo de

    ocio, creemos estrategias de desaceleracin. Una situacin que acabar siendo altamente productiva si la aplicamos

    bien porque nos brindar mayor bienestar y nos permitir desarrollar concentracin, estar ms atentos y tener

    pensamientos ms profundos.